Apuntes de Microbiologia Aplicada

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APUTES DE MICROBIOLOGIA APLICADA

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Pfra. Dña. María Tortolero

TEMA 1. DESARROLLO HISTORICO DE LA MICROBIOLOGIA


3.10.11
Introducción.- La palabra Microbiología deriva de la unión de tres vocablos
griegos: micro, bio y logos. Es la Ciencia que estudia los microorganismos,
definiéndose a estos como aquellos organismos vivos que para ser vistos se necesita de
la ayuda de un microscopio. El ojo humano es capaz de discernir objetos que un tamaño
igual o mayor de un milímetro, por lo que se ha convenido que cualquier organismo
vivo de un tamaño menor de un milímetro se considera un microorganismo (MOr).

Desarrollo histórico.- El desarrollo de la Microbiología está asociado al


desarrollo de la microscopía y a los métodos de cultivo y desarrollo de MOr. Ambos
métodos se pusieron de manifiesto en el s. XIX, por lo que la historia de la
Microbiología comienza a partir de este momento.

La historia de la Microbiología la podemos dividir en cuatro etapas:

I.- Una primera etapa precientífica (5000 a.C hasta el siglo XVII). Es una etapa en la
que la Microbiología es especulativa e intuitiva porque no existían medios para ver los
microorganismos. Se sabía que existían por la observación de los cambios que
producían en la materia (leche, vino, etc) pero no se podían ver. Esta etapa alcanza hasta
el s. XVII con la llegada de los microscopistas.
II.- La segunda etapa abarca desde que se comienza a poder ver los MOr hasta la
primera mitad del s. XIX. Es una etapa de observación y descriptiva en la que se trata de
colocar a los MOr en grupos taxonómicos. Los microscopios ópticos (MO) eran muy
rudimentarios y sólo se podía ver la forma y el tamaño de los MOr.
III.- La tercera etapa constituye la Edad de Oro de la Microbiología, y comprende desde
la segunda mitad del s. XIX hasta la mitad del s. XX. En esta etapa se ponen a punto las
técnicas de aislamiento y cultivos puros axénicos de MOr. Los trabajos más importantes
en este sentido son los realizados por los científicos R. Koch y L. Pasteur.
IV.- La cuarta etapa comprende desde la mitad del s. XX hasta nuestros días y va
asociada al descubrimiento del ADN y de la aplicación de las leyes de la herencia a los
MOr con la genética microbiana, es la era de la genómica proteómica.

Primera Edad de Oro de la Microbiología.- En esta edad de oro se descubren


las causas de las enfermedades infecciosas, pero el conocimiento de que los MOr podían
provocar enfermedades se remonta a los trabajos de Lucrecio en el año 96 a.C. (poeta
latino en cuya obra recoge y vulgariza en gran medida la doctrina materialista de
Epicuro, según la cual el mundo está constituido por átomos, elementos indivisibles
que, por ser extremadamente tenues, escapan a nuestros sentidos y cuyo número es
infinito. El hombre es mortal, y su felicidad depende de aceptar este hecho y perder el
miedo a los dioses). Cicerón, contemporáneo de Lucrecio también decía que las fiebres
se debían a la multiplicación de los “animalillos”.

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Se ha dicho que la figura medieval más importante en relación con la Historia de
la Ciencia es Roger Bacon (1214-1294), franciscano, que fue profesor en París y
Oxford. Aparte de sus escritos sobre matemáticas y óptica, resulta especialmente
interesante su visión de que el conocimiento natural conllevaría grandes progresos para
beneficio del hombre. Tanto, en Bacon como en otros autores de su tiempo, el interés
por la óptica está relacionado con el uso de cristales ópticos y con la introducción en
Europa de las gafas.

Girolamo Fracastoro de Verona, fue un médico, erudito y poeta italiano que


especuló sobre dos posibles vías de contagio de las enfermedades: el aire y el contagio
directo. En 1530 escribió Syphilis sive morbus gallicus, cuya traducción al castellano
sería "Sífilis o el mal francés". Se trata de un poema en el que un pastor español de
nombre Sífilis es castigado con esta enfermedad por no respetar a los dioses.

Friedrich Gustav Jakob Henle, s. XIX, fue un médico patólogo, anatomista y


zoólogo alemán, descubridor del “asa de Henle” en el riñón. Sus trabajos, junto con los
de otros científicos de la época dieron lugar a que la anatomía patológica, la fisiología y
la microbiología alcanzaran un nivel espectacular y la clínica ganara en calidad y se
atuviera a los postulados del laboratorio.

En la siguiente tabla se muestran los descubrimientos realizados de los MOr que


producen las enfermedades indicadas.

Los MOr como causa de las enfermedades infecciosas. Postulados de Koch.-


Robert Koch (1.843-1.910), fue un bacteriólogo alemán galardonado con el Premio

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Nobel. Descubrió la bacteria productora del ántrax o carbunco y la bacteria productora
de la tuberculosis. Se le considera, junto a Louis Pasteur, el padre de la Bacteriología, y
el que sentó las bases de la microbiología médica moderna.

Comenzó sus trabajos con la enfermedad del ántrax o carbunco estudiando el


bacilo que la produce (B. anthracis) y sus efectos en ratones. Observó que en los ratones
enfermos existían unos tipos de bacilos que no se encontraban en los ratones sanos. El
trabajo de Koch consistió en aislar el microorganismo causante de una enfermedad y
hacerlo crecer en un cultivo puro. El cultivo puro fue utilizado para inducir la
enfermedad en animales de laboratorio, en su caso los ratones, aislando de nuevo el
germen de los animales enfermos y comparándolo con el germen original.

Extrajo muestras de los ratones enfermos y las inoculó en los sanos,


comprobando que estos adquirían la enfermedad. Posteriormente realizó cultivos
axénicos (puros, exclusivos de la
bacteria) en los que obtuvo una sola
especie microbiana proveniente de una
sola célula y pudo con ello inocular y
comprobar que era la especie B.
anthracis la causante de la
enfermedad.

Todos sus trabajos fueron


realizados bajo los siguientes cuatro
postulados cuya aplicación se muestra
en la figura adjunta:

1. El microorganismo patógeno
sospechoso debe estar presente en
todos los casos de enfermedad y
ausente en animales sanos.
2. El microorganismo sospechoso debe
cultivarse en cultivo axénico.
3. Las células de un cultivo axénico
del microorganismo aislado deben
causar la enfermedad en animales
sanos.
4. El microorganismo debe ser
reaislado y ser idéntico al original

Es esencial que tras el


aislamiento en cultivo axénico o puro
del microorganismo sospechoso, un
cultivo en el laboratorio de dicho
microorganismo sea capaz de producir
la enfermedad y pueda ser recuperado del animal enfermo. Es necesario determinar las
condiciones apropiadas para que el microorganismo sea capaz de crecer, pues de otro
modo no podrá ser aislado.

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La aplicación de los cuatro postulados dio tal impulso a la microbiología que
desde que en 1.836 se consideró como cierta la Teoría Microbiana de las Enfermedades
Infecciosas hasta 1.866, alrededor de 30 años, se identificaron las principales
enfermedades infecciosas de origen microbiano.

Pasteur estudió también las enfermedades desde el punto de vista del enfermo, es
decir, los mecanismos que el enfermo dispone para la atenuación o destrucción del
patógeno. Ello conllevó al comienzo de la utilización de las vacunas.

Desde 1.909 hasta 1.990, todos los conocimientos adquiridos acerca de los
patógenos se han fundamentado en los cuatro postulados de Koch. Pero mediante estos
postulados no se pudo comprobar los mecanismos por los cuales el patógeno produce la
enfermedad. Además, en algunos casos de enfermedades en humanos no se dispone de
animales modelos para inducir la enfermedad y comprobar los resultados. Para ello se
utiliza en la actualidad los conocimientos de la microbiología molecular.

Aunque los criterios que Koch desarrolló para probar una relación causal entre
un microorganismo y una enfermedad determinada han sido de trascendental
importancia en la microbiología médica, no siempre es posible aplicarlos en el estudio
de enfermedades humanas. Por ejemplo, algunos patógenos no pueden multiplicarse en
cultivo puro fuera del hospedador, otros patógenos se multiplican únicamente en el
hombre, no siendo posible la experimentación animal.

La identificación, aislamiento y clonaje de genes responsables de la virulencia


del patógeno han hecho posible el desarrollo de un modelo molecular de los postulados
de Koch, que resuelve alguna de estas dificultades. El énfasis se centra en genes de
virulencia presentes en el agente infeccioso a estudio, más que sobre el agente per se.

Los postulados moleculares pueden resumirse como siguen:

1. La característica relacionada con la virulencia en estudio debería estar más asociada


con las cepas patogénicas que con las no patogénicas.
2. La inactivación del gen o genes asociados con la supuesta característica relacionada
con la virulencia debería disminuir sustancialmente la virulencia.
3. La complementación del gen mutado con el gen de la cepa salvaje debería restablecer
completamente la virulencia.
4. El gen debería expresarse en algún momento durante la infección y evolución de la
enfermedad.
5. Los anticuerpos u otros productos del sistema inmunitario dirigidos frente a los
productos de dicho gen deberían proteger al huesped.

En cualquier caso, esta aproximación molecular no siempre puede ser aplicada


debido a problemas tales como la ausencia de un sistema animal apropiado de
experimentación. Igualmente, será problemático utilizar el enfoque molecular cuando el
patógeno no está bien caracterizado genéricamente.

Segunda Edad de Oro de la Microbiología: el nacimiento de la


Microbiología Celular.- Los primeros antibióticos basados en la penicilina se
comenzaron a usar en el año 1.940 y fue tan grande el éxito conseguido que se pensó
que las enfermedades bacterianas desaparecerían. Tal fue el éxito alcanzado que muchos

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científicos abandonaron los estudios de la patogénesis bacteriana para dedicarse al
estudio de la patogénesis vírica, puesto que creyeron que las bacterias desaparecerían.
Pronto se comprobó que las enfermedades infecciosas bacterianas no
desaparecían y que algunas incluso rebrotaban con más fuerza (tuberculosis), o
aparecían enfermedades nuevas (legionelosis, o la enfermedad de Lyme, también
conocida como borreliosis, que es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria
Borrelia burgdorferi, que es trasmitida por las garrapatas).

A pesar de los antibióticos, las enfermedades de tipo bacteriano siguen siendo un


problema en el mundo actual, como podemos ver en la tabla.

Las muertes asociadas a


enfermedades infecciosas se
muestran en la siguiente tabla:

Pero la incidencia de las


enfermedades infecciosas está
muy relacionada con el grado
de desarrollo cultural y
económico de cada país, así
podemos ver en el gráfico

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siguiente que la casuística de muertes por enfermedades infecciosas en países poco
desarrollados es muy distinta a la que ocurre en países desarrollados.

Asociado a que la enfermedad no desaparece nos encontramos con el fenómeno


de la “resistencia” a los antibióticos.
En el gráfico se aprecia el incremento
de cepas resistentes de S. aureus
resistentes a la penicilina desde 1.940
hasta 1.990. El uso indiscriminado de
antibióticos ha provocado una
dispersión de cepas resistente por
todos los países que ha inducido la
aparición de cepas resistentes a
complejos formados por distintos
antibióticos.

Un grupo de científicos, entre


ellos Pascale Cossart, retomaron los estudios de la patogénesis bacteriana mediante la

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aplicación de la microbiología celular que estudia a los MOr en sus ecosistemas, es
decir, en la superficie del tejido corporal animal. Ya no se trata de hacer cultivos puros
sino de estudiar la acción de las bacterias sobre las células del cuerpo, analizando qué
genes del patógeno y qué genes del paciente se activan o desactivan ante una infección.
Siempre que se conozcan los mecanismos usados por los patógenos para provocar la
infección se podrá actuar sobre ellos interfiriendo su acción.

Con el uso de los antibióticos se están seleccionando las cepas resistentes porque
las no resistentes mueren, dejando el campo libre a las resistentes. Por ello, en la
actualidad se trata de atenuar sólo los efectos de los mecanismos de infección como el
“quórum sensing”, o los procesos de adhesión del patógeno a la superficie celular, etc.,
consiguiéndose con ello no destruir al patógeno sino impedir que produzca la infección.
Son sistemas que podríamos calificar de “más finos” que los antibióticos que acaban
totalmente con el patógeno.

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TEMA 2. ATURALEZA DE LAS ASOCIACIOES SIBIOTICAS I

La microbiota normal del cuerpo humano.- Desde que nacemos hasta que
morimos desarrollamos unas relaciones extensísimas con una gran cantidad y variedad
de MOr, la mayoría bacterianos. Se piensa que hay unas 10 células microbianas por
cada célula humana, de manera que somos el 90% microbio. Tenemos 150 veces más
genes microbianos que humanos y unos 2kg de MOr en el intestino.

Se entiende por microbiota normal al conjunto de MOr que mantienen una


relación estable con el ser humano. Estos MOr viven sobre la superficie corporal
externa, compuesta por la piel y la conjuntiva del ojo, y en la interna de la nariz, laringe,
trato digestivo, ano, vagina y uretra.

La microbiota normal contiene tres tipos de MOr:


a) los residentes, que son aquellos que se pueden aislar de nuestra superficie a lo largo
de toda la vida.
b) los oportunistas, que son normalmente inocuos pero que pueden producir
enfermedades en determinadas condiciones (cuando se rompen o debilitan los
mecanismos de defensa frente a patógenos). Las enfermedades más comunes son
debidas a oportunistas.
c) microbiota variable, compuesta por algunas especies microbianas que cambian sus
características en función de las condiciones ambientales de su hábitat (ej: la microbiota
de la boca es generalmente aerobia pero varía con la edad y cuando existen infecciones
dentales aparecen MOr anaerobios; también es variable la microbiota del intestino
porque el pH varía con la edad, o como ocurre con el pH de la vagina que varía en
función de los estrógenos que penetran vía placenta aunque desaparece la acidez a las
pocas semanas del nacimiento).

Los factores que determinan la microbiota normal son las características


normales ambientales del cuerpo humano (físicas, estructurales, mecánicas y
bioquímicas) y los mecanismos de adaptación microbiana a los factores físicos, a la
disponibilidad de nutrientes y a las características bioquímicas y mecánicas de los
epitelios.

En los tejidos internos no se suelen encontrar bacterias, pero cuando estas están
presentes es que se trata de una patología infecciosa.

La microbiota transeúnte está formada por el conjunto de MOr que no


establecen una relación estrecha con las células de la piel y se pueden eliminar
fácilmente mediante lavado.

4.10.11
La microbiota normal vive en simbiosis con el hospedador, que es de mayor
tamaño. El huésped o simbionte vive sobre o dentro del hospedador.

Hay varios tipos de simbiosis: a) comensalismo; b) mutualismo y c) parasitismo.


Las diferencias entre ellas se basan en los beneficios o perjuicios para cada parte que
aporta la asociación.

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Cada una de las especies microbianas que habitan en nuestra superficie establece
una simbiosis comensal, pero considerando el conjunto de las especies se establece una
relación de tipo mutualista en la que el principal beneficio para el ser humano es el
antagonismo microbiano.

En el comensalismo, el hospedador no tiene ningún beneficio ni perjuicio, sin


embargo el huésped sí obtiene beneficio. Es un tipo de asociación muy estable. Nuestra
microbiota mantiene con los humanos generalmente un comensalismo pero en el fondo
aporta beneficios al hospedador por el denominado antagonismo microbiano, es decir,
por la capacidad que tienen algunos MOr de competir con otros MOr patógenos.

El mutualismo se caracteriza porque ambas partes obtienen beneficios.


Generalmente es esencial para el hospedador. Por ejemplo, si a una vaca se le cambia la
alimentación de forma brusca puede ocurrir que la microbiota del tracto digestivo no se
adapte a la nueva alimentación con la rapidez necesaria y la vaca pueda morir.

El parasitismo es una asociación inestable en la que el hospedador sale


perjudicado en beneficio del huésped.

En la siguiente tabla se resumen los tipos de simbiosis:


Tipo Hospedador Simbionte Relación
Comensalismo Ni beneficio ni perjuicio Beneficio Estable
Mutualismo Beneficio Beneficio Estable
Parasitismo Perjuicio Beneficio Inestable

Factores que determinan la microbiota normal y su localización.- Los


factores que determinan la microbiota en general se agrupan en dos clases y son los
siguientes: a) los que dependen de las características ambientales de la superficie
corporal; b) los que dependen de las adaptaciones microbianas a las características
ambientales.

Las características pueden ser de tipo físico (Tª, pH, [O2], H2O, etc.), o bien
específicas de las superficies vivas, como son el tipo de estructura de la superficie, las
características mecánicas de esta y las características bioquímicas de la superficie.

Las características mecánicas de la superficie están compuestas por los


movimientos que pueden ser de tres tipos: 1) peristálticos; 2) del sistema mucociliar y
3) corrientes de fluidos (lágrimas, orina, etc.).

Las defensas o características bioquímicas están compuestas por las sustancias


que produce el cuerpo (ácidos grasos, ácido clorhídrico, bilis, lisozimas de las lágrimas
y saliva) que destruyen a los MOr.

Tanto la piel como las mucosas están formadas por epitelios que constituyen
barreras infranqueables para los MOr. Esta característica limita el crecimiento de la
microbiota y actúa como defensa contra los MOr, constituyendo la primera barrera de
defensa inespecífica.

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La piel está formada por muchas capas distintas por lo que es más difícil de
atravesar que las mucosas puesto que estas están formadas sólo por el epitelio y el tejido
conjuntivo subyacente.

Periódicamente la piel se desfolia y con ello también se eliminan los MOr que
viven sobre ella, pero también hay algunos tipos de bacterias que frenan la desfoliación.

Hasta ahora hemos visto el problema de la simbiosis desde el punto de vista del
hospedador en cuanto a las características que presenta la superficie para recibir al
simbionte. Desde el punto de vista del huésped o simbionte existen los siguientes
factores que determinan la simbiosis:

a) adaptación microbiana a las características de la piel y mucosas.


b) adaptación a la disponibilidad de nutrientes. El gran problema de los MOr es la
escasa disponibilidad del hierro en su hábitat normal. Para adaptarse a estas
circunstancias deben poseer sistemas de captación de hierro muy eficaces.
c) deben ser tolerantes a las características bioquímicas de la superficie
d) deben adaptarse a las características estructurales y mecánicas de la superficie. Esta
es la característica más importante porque supone que el microorganismo se adhiera o
no a la superficie. La adhesión más fuerte se realiza mediante las adhesinas que
reconocen específicamente receptores de la superficie.
e) deben ser capaces de segregar sustancias que inhiban el crecimiento de otras
bacterias.

Microbiota de la piel.- Se dice que la salud depende un 50% de la limpieza y un


50% de la suciedad de la piel. La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y
representa el 15% del peso seco.

La piel es un órgano corporal cuya característica física más relevante para la


microbiota es la sequedad. Es una sequedad sometida a secreciones de carácter
bioquímico como el sudor o las secreciones grasas. Las bacterias se distribuyen en las
zonas más húmedas o sebáceas en mayor proporción que en otras zonas.

La microbiota que vive sobre la piel se puede agrupar en cuatro clases:

a) Staphylococcus (S. aureus es el más abundante)


b) Diftéridos (Propionibacterium y Corynebacterium)
c) Hongos (Pytirosporum)
d) Acaros (Domodex). Son muy pequeños y viven en
los poros y folículos del pelo, sobre todo en la base de
las pestañas, provocando la enfermedad denominada
Blefaritis.

En la conjuntiva que recubre el ojo hay menor


cantidad de microbiota debido a las múltiples defensas
existentes (movimiento, lágrimas, etc).

En la superficie interna corporal, en la cavidad nasal o parte más externa del


tracto respiratorio se encuentra el sistema mucociliar que hace de barrera impidiendo la

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entrada de MOr al tracto respiratorio interno, de manera que si se constata la existencia
de bacterias en esta zona es que estamos ante un caso de patología infecciosa.

La barrera mucociliar puede ser dañada por varios factores, entre ellos, los más
importante son el tabaco y la enfermedad denominada fibrocistitis.

En la región nasofaríngea viven los


mismos MOr que en la piel, sobre todo
Staphylococcus, Difteroides y Streptococcus,
pero también se encuentran Lactobacilos y
Cocos Gram-, como Moraxella, que es un
patógeno, y eisseria meningitidis. También se
pueden encontrar los Haemophylus que son bacilos Gram- causantes de la meningitis
tipo B.

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La microbiota de la boca se encuentra en un ambiente muy favorable porque es
húmedo, hay un buen aporte de nutrientes y la temperatura es la ideal para el
crecimiento bacteriano. No obstante existen factores limitantes de tipo mecánico y de
tipo bioquímico.

Lo más relevante de esta microbiota es su


distribución, puesto que en cada zona de la región
oral (dientes, tejido conjuntivo y lengua) se
encuentran MOr diferentes. Abundan los
Streptococcus, Staphylococcus, etc., pero como
además existe comunicación con la zona
nasofaríngea también se encuentra parte de la
microbiota de esta zona. Los Streptococcus (cocos
en cadena) son Cocos Gram+, como el S. mutans
(caries), o el S. pyogenes (agente causal de las
“anginas”) que puede causar también enfermedades de carácter auto inmune (fiebres
reumáticas, que provocan lesiones graves en el corazón, así como la enfermedad renal
denominada gromerulonefritis) porque la superficie de esta bacteria muestra moléculas
similares a las de nuestras células.

En la boca también hay bacterias anaerobias que viven en los espacios de unión
entre la encía y el diente o espacio periodontal (Fusobacterium, Bacteroides y el hongo
Candida que aparece después de tratamientos con atibióticos por la destrucción total de
los MOr bacterianos, ocasionan las aftas o llagas bucales) provocando la destrucción del
calcio de los dientes por el ácido generado por las bacterias.

El tracto gastrointestinal es muy largo y


desde el punto de vista de la microbiota puede ser
dividido en varias zonas:
a) la zona superior que abarca desde el esófago
hasta el intestino delgado es bastante inhóspita
para los MOr debido a la presencia de sustancias
químicas segregadas de pH muy bajo, y por los
movimientos peristálticos. A pesar de ello se

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puede encontrar en el estómago la Helicobacter pylori causante de las úlceras
estomacales y en casos extremos carcinoma de estómago e hígado;
b) la zona del intestino grueso contiene gran cantidad de MOr. El 90% de ellos son
bacterias anaerobias estrictas (Bacteroides del género Bifidobacterium, Fusobacterium
y Clostridium principalmente). Entre los anaerobios facultativos se encuentra E. coli,
Klebsiella, Enterococcus y Proteus. La tercera parte del peso de las heces está
compuesta por bacterias;
c) la zona genitourinaria tiene una microbiota variable. En la vagina la presencia de la
microbiota depende de la presencia de estrógenos puesto que
este compuesto induce la síntesis de glucógeno que las
bacterias del ácido láctico (Lactobacillus) transforman en
ácido láctico haciendo que disminuya el pH y se cree un
ambiente hostil para la microbiota. Es en el tracto urinario, en
la uretra, donde se encuentra la mayor parte de la microbiota,
pero dada la barrera mecánica producida por el arrastre de la
orina y aunque esta no contenga lisozimas hay pocos MOr
que se puedan encontrar y estos son generalmente Staphylococcus y Enterococcus.

En la microbiota intestinal también hay MOr oportunistas que son miembros de


la microbiota normal, pero que pueden producir enfermedades en determinadas
condiciones (cuando se rompen o debilitan los mecanismos de defensa frente a
patógenos).

En la actualidad se le está dando gran importancia al estudio de la interconexión


de la microbiota con distintas enfermedades, como la obesidad, la anorexia, etc.

En Nature se ha publicado este año un artículo científico acerca de la relación de


la microbiota y el ser humano. En función de la abundancia de determinados MOr se ha
clasificado al ser humano en: a) abundante en Bacteroides; b) abundante en Pierotella;
c) abundante Ruminococcus. La abundancia no está relacionada con la edad, sexo,
religión, etc.

Se denomina gnotobiótica a la biótica


conocida de un animal. Se consigue conocer la
microbiota específica de un animal haciéndolo
crecer y desarrollarse en pequeñas colonias en
condiciones de aislamiento exterior en cámaras
denominadas gnotobióticas. En la misma
cámara y aislado de los animales, se introducen
medios de cultivo microbiológicos que si se
observa algún tipo de crecimiento es señal de
que no existen condiciones gnotobióticas de
aislamiento.

Aspectos beneficiosos y perjudiciales de la microbiota.- En tiempos de


Pasteur se defendían los dos extremos. Pasteur opinaba que la microbiota era esencial y
que no podríamos vivir sin ella. Sin embargo Metchnikof, un discípulo de Pasteur,
defendía lo contrario basándose en ensayos con pollitos. Opinaba que la microbiota

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competía por los nutrientes y podía producir deficiencias de componentes esenciales
como la vitamina C.

La posición actual de los científicos es que sin ser esencial la microbiota es


beneficiosa porque produce determinados compuestos que aprovecha el organismo
animal.

Pero la acción más importante de la microbiota es la de realizar el antagonismo


microbiano. La microbiota suele ocupar espacios de la superficie ocultando así los
receptores de las adhesinas bacterianas, lo que impide que se produzca la adhesión de
otras bacterias, además producen sustancias que inhiben determinados genes de
virulencia, o bien producen moco que recubre la superficie impidiendo la entrada de
patógenos, etc.

Cada una de las especies microbianas que habitan en nuestra superficie establece
una simbiosis comensal, pero considerando el conjunto de las especies se establece una
relación de tipo mutualista en la que el principal beneficio para el ser humano es el
antagonismo microbiano.

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TEMA 3. ATURALEZA DE LAS ASOCIACIOES SIMBIOTICAS II

Parasitismo.- Como hemos dicho anteriormente, este tipo de asociación


ocasiona daños en el hospedador. El término parasitismo se limita a la acción de
protozoos, gusanos e insectos. No suele usarse el término para la acción de las bacterias.

Concepto de patógeno.- Se denomina patogenicidad a la capacidad que


presenta un agente infeccioso o patógeno de producir enfermedad en un hospedador
susceptible. En este caso el patógeno actúa como un parásito microbiano.

Concepto de infección.- Se define como infección a la colonización del cuerpo


del hospedador por MOr. Infección no es sinónimo de enfermedad.

Reservorio. Como parte de su ciclo infectivo, todos los patógenos existen, al


menos temporalmente, en uno o más ambientes naturales, llamados reservorios de la
infección, a partir de los cuales son transmitidos a las personas.

Retos a los que se enfrentan los MOr patógenos.- Son los siguientes:

1. Sobrevivir en los reservorios de infección. Reservorios inanimados, humanos y


animales. Concepto de zoonosis.
2. Acceder a un nuevo hospedador. Vías de entrada. Dosis infectiva media. Dosis letal
media. Modos de transmisión: por contacto directo, por contacto indirecto (aerosoles o
fómites), a través de vehículos inanimados. A través de vehículos vivos (vectores
mecánicos y vectores biológicos).
3. Establecerse en las superficies. Adhesión a las superficies corporales, adhesinas.
4. Penetrar. Invasión de los tejidos internos. Invasión celular. Patógenos intracelulares.
5. Establecerse en los tejidos internos eludiendo las defensas del hospedador. Eludir las
defensas inespecíficas. Protección frente a los fagocitos (cápsulas extracelulares,
proteínas superficiales) y mecanismos de supervivencia en el interior de los fagocitos.
Eludir las defensas internas específicas: adaptaciones para eludir el sistema
inmunológico (variación antigénica, proteasas anti IgA, resistencia sérica)
6. Multiplicarse en los tejidos del hospedador y provocar los daños que conducen a la
enfermedad. La patogénesis bacteriana: toxinas e hipersensibilidad. Concepto de factor
de virulencia.
7. Salir de un hospedador para entrar en otro. Vías de salida.

Los reservorios se pueden clasificar en tres tipos:

a) reservorio humano. Los MOr específicos que utilizan este tipo de reservorio no
pueden vivir fuera del cuerpo humano, como por ejemplo Treponema pallidum,
causante de la sífilis, eisseria gonorrhoeae, causante de la gonorrea, o
Corynebacterium diphteriae, causante de la difteria. Los reservorios son las personas
enfermas que también pueden ser portadores temporales o crónicos.
b) reservorio animal. En este caso los MOr necesitan para vivir un ambiente parecido
al del cuerpo humano, por eso suelen actuar como reservorios los mamíferos. Una
zoonosis es cualquier enfermedad que puede transmitirse de animales a seres humanos.
En la práctica el concepto amplio de zoonosis es el de toda enfermedad que se transmite
entre diversas especies animales, atravesando la barrera específica. Ejemplos de
zoonosis son: peste bubónica (Yersinia pestis), ántrax o carbunco (Bacillus anthracis)

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que se transmite por esporas que germinan sobre heridas o en los pulmones, y
salmonelosis (Salmonella spp.)
c) reservorio objetos inanimados. Estos objetos pueden ser el agua, el suelo y
partículas de polvo. Los patógenos que utilizan este tipo de reservorio tienen una gran
capacidad de adaptación, como por ejemplo B. tetanis que vive en el suelo y es capaz de
infectar heridas, el V. cholerae vive en el agua, y muchos Staphylococcus así como
Mycobacterium tuberculosis viven en las partículas de polvo. Estos patógenos expresan
genes distintos en función del hábitat en el que se encuentren.

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Vías de entrada de patógenos.- Son las mismas que utiliza la microbiota
normal. Algunos patógenos tienen la capacidad de atravesar la placenta, como el virus
de la rubeola (Rubivirus spp.), el Treponema pallidum (sífilis) o el virus del VIH.

Normalmente cada patógeno tiene una entrada específica o preferente, aunque


hay algunos que pueden entrar por varia vías, como eisseria gonorrhoeae (uretra,
vagina, conjuntiva de los recién nacidos, etc.).

El éxito de la transmisión de la enfermedad de un patógeno depende del número


de MOr que acceden y del número mínimo de MOr que se requiere para efectuar la
infección.

La dosis infectiva media (DI50) se refiere al número de patógenos que se


requiere para infectar el 50% de los animales sometidos a ensayo.

La dosis letal media (DL50) es el número de patógenos que se requiere para


matar el 50% de los animales sometidos a ensayo. Mientras más baja sea la dosis más
patogénico es el microorganismo.

Las vías de transmisión más comunes son las siguientes:

a) por contacto directo (de persona a persona, la denominada transmisión horizontal,


como por ejemplo los patógenos de transmisión sexual, o bien la denominada vía de
transmisión vertical, que se efectúa de madre a hijo a través de la placenta o prenatal, o
en el momento del parto o perinatal).
b) por contacto indirecto a través de un patógeno que ha vivido un corto período de
tiempo fuera del hospedador. Se pueden transmitir por aerosoles (pequeñas gotitas que
se producen al respirar o estornudar que transportan bacterias de la tosferina, neumonía,
sarampión), o por fómites (objetos de uso personal que no son reservorios), como las
ropas, jeringuillas, cepillos de dientes, pañuelos, cubiertos, etc.

En la transmisión a través de un vehículo los MOr necesitan resistir fuera del


hospedador durante un tiempo pudiendo llegar a sitios muy alejados. Los vehículos
pueden ser inanimados (alimentos, agua, polvo, etc), o vivos como los artrópodos
(moscas, mosquitos, pulgas, etc.), que impregnan su superficie y lo trasladan de forma
mecánica, denominados en este caso vectores mecánicos; o bien como vectores
biológicos en cuyo caso el artrópodo hace un papel crucial en la transmisión del
patógeno porque este vive dentro de él.

[email protected] 15
Se denomina transmisión orofecal a la realizada por un patógeno que se traslada
desde las heces hasta la boca, como por ejemplo bacterias del cólera o de las fiebres
tifoideas. La transmisión parenteral es la que se efectúa cuando el patógeno penetra en
el torrente sanguíneo o linfático, como el tétanos o la gangrena gaseosa, o mediante
jeringuillas (VIH, hepatitis, etc).

La adhesión del patógeno se realiza mediante una familia de proteínas


denominadas adhesinas. Un mismo patógeno puede tener distintos tipos de adhesinas
que le permiten adherirse a distintas superficies. En microbiología, se llama adhesina a
los múltiples factores que producen las bacterias para adherirse efectivamente a sus
hospedantes. La adherencia es usualmente un paso esencial en la patogénesis
(producción de enfermedades) o infecciones bacteriales, requerido para colonizar un
nuevo hospedante

La invasión o penetración en los tejidos internos diferencia a la microbiota


normal de los patógenos. La mayoría de los patógenos para producir una infección
tienen que entrar en los tejidos internos, pero hay excepciones como ocurre con el
Vibrio cholerae que se queda en la mucosa del intestino, o el virus de la difteria
(Corynebacterium diphteriae) que se establece en la mucosa de la faringe. La piel no la
atraviesa ningún patógeno, cuando alguno penetra lo hace a través de roturas de la piel
por arañones o heridas.

La vía de entrada normal de los patógenos es a través de las mucosas. Algunos


MOr son capaces de atravesar las células epiteliales pero otros penetran a través de las
células M del tracto intestinal. Este tipo de penetración se denomina invasión celular.

Cuando la penetración la realiza el patógeno por el espacio existente entre


células toma el nombre de parasitosis.

Se entiende por invasión celular, desde el punto de vista de los biólogos, a la


entrada de patógenos en el interior de la célula. Desde el punto de vista de los clínicos,
la invasión celular es la diseminación del patógeno a través del torrente sanguíneo o
linfático.

Los patógenos intracelulares son los que invaden células y se quedan dentro de
ellas para reproducirse. Los patógenos extracelulares son aquellos que se reproducen en
el exterior de la célula, pero que también pueden ser patógenos intracelulares
facultativos que salen de la célula y se reproducen en el exterior.

Para que se produzca la invasión celular, los patógenos tienen que eludir las
defensas presentadas por el hospedador. Las defensas inespecíficas más importantes del
hospedador están constituidas por los fagocitos. Algunos patógenos, como los
intracelulares, superan esta defensa al residir dentro de la célula, sin embargo los
patógenos extracelulares presentan diversos mecanismos de protección entre los que se
encuentra la creación de una coraza o cápsula de polisacáridos que evita que el fagocito
lo atrape, o bien la segregación de proteínas del tipo M o del tipo II, como hace .
gonorrheae, que impide que sean capturados por los fagotitos.

La resistencia sérica de los patógenos consiste en la generación de compuestos


contra las proteínas del complemento. Estas son un conjunto de moléculas plasmáticas

[email protected] 16
implicadas en distintas cascadas bioquímicas cuyas funciones son potenciar la respuesta
inflamatoria, quimiotaxis sobre fagocitos, facilitar la fagocitosis por recubrimiento del
microorganismo (a este fenómeno se le llama opsonización) con una de las proteínas del
complemento (la C3b), lo que facilita la fagocitosis, y dirigir la lisis de células
incluyendo la apoptosis.

Otra estrategia utilizada por los patógenos consiste en vivir dentro de los propios
fagotitos y además generalmente eligen a estos fagos para diseminarse.

Las defensas específicas del sistema inmunitario no las pueden vencer aunque sí
lo pueden hacer transitoriamente mediante el mecanismo de variar de forma continua las
moléculas de la superficie del patógeno, lo que se denomina variación antigénica. Por
otra parte, algunos patógenos tienen la capacidad de sintetizar proteasas contra las
inmunoglobulinas.

Los patógenos exógenos son los que proceden del exterior y no pertenecen a la
microbiota normal. Pero puede ocurrir que algunos pertenecientes a la microbiota
normal salgan del hospedador y vuelvan a entrar por alguna herida o tejido, adquiriendo
en este caso la consideración de patógeno exógeno.

El objetivo principal de un patógeno es multiplicarse e infectar al hospedador


haciendo daño. Los patógenos generalmente producen daños en el hospedador mediante
toxinas que alteran el comportamiento de las células. Algunos patógenos producen el
daño sintetizando especies radicales del oxígeno (ROS en inglés), pero otros producen
el daño induciendo una reacción exagerada del sistema inmune, es decir, provocando
una reacción de hipersensibilidad.

Para que un patógeno pueda hacer daño tiene que sintetizar una serie de
proteínas que se denominan factores de
virulencia. Estos factores se pueden
clasificar en: adhesinas, invasinas,
impedinas y agresinas.

Una vez efectuado el daño en el


hospedador parte de los patógenos tienen
que salir y entrar de nuevo en otro
hospedador, utilizando para ello las vías de
infección que hemos visto. Para la salida
utilizan las vías de salida generales (heces,
saliva, heridas, etc.).

Tipos de infecciones bacterianas.-


Existen varias clasificaciones en función del
criterio utilizado, como se puede observar en
las tablas:

1) Atendiendo al tipo de patógeno: a) en


función del órgano o sistema infectado; b)
atendiendo a los criterios de microbiología
celular (localización, invasión por

[email protected] 17
diseminación, invasión extracelular o intracelular, productor o no de toxinas).
2) No invasivos: a) localizados en la
mucosa: a1) productores de toxinas (difteria,
cólera), a2) no productores de toxinas
(gonorrea); b) localizados en la piel: b1)
productores de toxinas (tétanos), b2) no
productores de toxinas (acné).
3) Invasivos: a) productores de toxinas: a1)
patógenos extracelulares (gangrena,
meningitis), a2) patógenos intracelulares
(disentería, legionelosis); b) no productores
de toxinas: b1) patógenos extracelulares
(meningitis), b2) patógenos intracelulares
(legionelosis).

Existen patógenos que pueden


provocar enfermedades invasivas y no
invasivas.

[email protected] 18
TEMA 4. ADHESIÓ DE LOS PATÓGEOS A LAS CÉLULAS DEL
HOSPEDADOR I

17.10.11
Etapa de preadhesión: Fuerzas de van der Walls y fuerzas electrostáticas.-
Las bacterias se pueden adherir a distintas superficies como son la superficie de las
células de la piel, la superficie de la mucosa, y en el caso de los patógenos además a la
superficie de los tejidos internos tanto a la matriz extracelular (ECM) como a las
superficies mineralizadas de las prótesis artificiales.

A pesar de la diversidad de superficies, los patógenos utilizan los mismos


mecanismos para adherirse a todas ellas, pero para hacerlo a las superficies internas sólo
lo pueden hacer accediendo a través de un traumatismo.

En el proceso de adhesión se pueden


distinguir claramente dos etapas, una etapa
de pre-adhesión y una etapa de adhesión
propiamente dicha.

Cuando la bacteria se encuentra a


una distancia aproximada de la superficie de
unos 50 nm son las fuerzas de Van der
Waals las que actúan. Si la distancia
disminuye a 10-20 nm son las fuerzas
electrostáticas repulsivas las que entran en
funcionamiento. Son fuerzas repulsivas
porque la superficie de la bacteria y la del
sustrato suelen presentar cargas del mismo
signo. Pero esta fuerza repulsiva es anulada por las fuerzas iónicas de las superficies. A
menor distancia, entre 0,5 y 2 nm comienzan a actuar las fuerzas intermoleculares de
adhesión que son: a) fuerzas hidrofóbicas; b)
fuerzas de cationes y c) receptores de ligando.

Las fuerzas hidrofóbicas no parece que sean


específicas de las superficies. Las fuerzas de
cationes son muy importantes en determinadas
superficies, como por ejemplo en la superficie de
los dientes o superficie periodontal, donde los
cationes Ca++ interaccionan con la superficie de la
bacteria. Los receptores de ligando reconocen las adhesinas de la bacteria, por lo que
constituyen fuerzas específicas.

Matriz extracelular.- La ECM la compone una gran cantidad de proteínas y


polisacáridos que son secretados localmente y que junto o en asociación con la
superficie de las células forman una red organizada. Está compuesta por proteínas
fibrosas, resistentes, embebidas en una sustancia fundamental gelatinosa y de naturaleza
polisacarídica. Los receptores de la superficie celular se unen a la ECM y anclan el
citoesqueleto a las uniones célula-matriz.

[email protected] 19
La función principal de la matriz extracelular es dar cohesión a las células pero
también facilita la migración de estas, la comunicación entre ellas, etc. La ECM está
compuesta por los siguientes componentes:

a) proteínas fibrilares (colágeno, elastina y laminina)


b) glucosaminoglicanos y proteoglicanos
c) glicoproteínas adhesivas (fibronectina y vibronectina)
d) fibrinógenos y fibrina

Los colágenos constituyen una gran familia de proteínas


que se caracterizan por formar α-hélices triples en las que tres
cadenas polipeptídicas se enrollan estrechamente, una alrededor
de la otra, en una estructura en forma de cuerda. La combinación
de las cadenas α-hélices le da el carácter a cada tipo de colágeno.

Los dominios de triple hélice de los colágenos consisten


en repeticiones de la secuencia de tres aminoácidos gly-x-y,
donde x e y pueden ser cualquier aminoácido aunque
generalmente aparece la prolina en la posición x. Se requiere una
glicina (el aminoácido más pequeño) en cada tercera posición
para que las cadenas polipeptídicas estén lo suficientemente
agrupadas como para formar la triple hélice de colágeno.

El perlecano, que es el principal proteoglicano heparán


sulfato de la lámina basal, se une tanto al colágeno tipo IV como
a la proteína de adhesión laminina, que veremos a continuación.

Las bacterias que se unen al colágeno no lo hacen reconociendo una secuencia


determinada, por lo que no existe especificidad. Los colágenos presentan múltiples
sitios de interacción con las bacterias a lo largo de la triple hélice. S. aureus se une al
cartílago mediante una adhesina que reconoce los motivos estructurales de la triple
hélice. Pero no solamente se unen bacterias Gram+ sino también Gram- como E. coli,
que se une al colágeno tipo IV, muy abundante en la lámina basal y K. pneumoniae que
se une específicamente al colágeno de tipo IV y V.

La lámina basal contiene una proteína de adhesión distinta denominada


laminina. Al igual que el colágeno tipo IV, las lamininas pueden ensamblarse en forma
de red y es uno de los componentes mayoritarios de las láminas basales. La función
principal de las lamininas es hacer de filtro selectivo para determinadas moléculas o
células (ej: macrófagos). Son de naturaleza glicoproteica trimérica formada por cadenas
α, β y γ, que mediante puentes disulfuro dan lugar a una estructura asimétrica en forma
de cruz.

[email protected] 20
Además, las lamininas están íntimamente asociadas con otra proteína de
adhesión denominada entactina o nidógeno que también se une al colágeno tipo IV.

La exposición de la lámina basal a los patógenos se produce sólo en tejidos


dañados. La bacteria típica que se adhiere es la Pseudomona aeruginosa, que se une a la
laminina de la membrana basal del tracto respiratorio cuando se daña el epitelio, lo cual
es crítico en pacientes de fibrosis quística. H. pylori se une también a la laminina pero
en la mucosa gástrica provocando su desorganización y como consecuencia de ello las
úlceras gástricas.

Los tejidos conectivos también contienen fibras elásticas, que son


particularmente abundantes en aquellos órganos que, regularmente, se extienden y
después retoman su forma original. Las fibras elásticas se componen principalmente de
la proteína denominada elastina que forma una red, con puentes cruzados mediante
enlaces covalentes entre las cadenas laterales de restos de lisina (similares a los del
colágeno). Es un componente importante de los tejidos y órganos elásticos (pulmones,
piel, vasos sanguíneos, etc.)

De naturaleza proteíca e hidrofóbica, es secretada en forma soluble pero


rápidamente polimeriza, siendo su precursor la tropoelastina. S. aureus es la bacteria
más representativa que se une a la elastina.

Las proteínas estructurales fibrosas de la matriz extracelular están embebidas


en un gel formado a partir de los polisacáridos denominados glicosaminoglucano o
GAGs. Están constituidos estos compuestos por unidades repetidas de disacáridos y con
la excepción del ácido hialurónico, estos azúcares se modifican por la adición de grupos
sulfatos, por lo tanto, los GAGs tienen una carga negativa elevada que los hace muy
ávidos de agua e iones de carga positiva. Son compuestos tan hidratados que existen
formando un gel y de esta forma mantienen húmeda la matriz extracelular.

El ácido hialurónico es el único GAG que aparece con una única cadena larga
de polisacáridos. Todos los demás GAGs se unen a proteínas para formar
proteoglicanos, que están constituidos por un 95% en peso de polisacáridos. Algunos

[email protected] 21
proteoglicanos interaccionan con el ácido hialurónico para formar grandes complejos en
la matriz extracelular.

Las bacterias típicas que se suelen adherir a los proteoglicanos son Treponema
denticola, que se une al ácido hialurónico en las células epiteliales del tejido
periodontal, y Borrelia burgdorferi. Algunos patógenos poseen cápsulas de
glucosaminoglicano, como E. coli que posee una cápsula de heparán sulfato la cual
interacciona con proteínas del hospedador que unen heparina y con ello consiguen
adherirse a la matriz extracelular.

Las glicoproteínas adhesivas se denominan así porque tienen determinados


dominios que se adhieren a la matriz extracelular y otros que se adhieren a la superficie
celular. Cumplen un papel importante en la organización de la matriz extracelular.

La fibronectina es una glicoproteina dimérica presente en la matriz extracelular


de la mayoría de los tejidos celulares animales, compuesta por dos subunidades muy
largas unidas por puentes disulfuro situados cerca del extremo carboxilo. Tiene distintos
dominios capaces de unirse a distintos sustratos o superficies. Se reconoce el sitio de
unión a la célula mediante la secuencia RGD (Arg-Gly-Asp). La forma insoluble se une
al citoesqueleto a través de las integrinas.

Las bacterias típicas que se unen a la fibronectina utilizándola como molécula de


adhesión son los Staphylococcus y Streptococcus, además de E. coli, que se unen sobre
todo a las prótesis, catéteres, sondas, etc.

Existen muchas isoformas de la fibronectina. Una, la denominada fibronectina


plasmática, es soluble y circula por la sangre donde parece incrementar la coagulación
de la sangre, la cicatrización y la fagocitosis.

La trombina es una enzima del tipo de las peptidasas. No es parte de la sangre,


sino que se forma como parte del proceso de coagulación sanguínea. Ayuda a la
degradación del fibrinógeno a monómeros de fibrina. S. aureus es un especialista en
adherirse a los coágulos de sangre y penetrar en la herida mediante un factor de
agregación que poseen en su superficie.

Los patógenos necesitan para diseminarse atravesar la matriz extracelular para


llegar al torrente sanguíneo. Para ello, algunos secretan proteasas que rompen la matriz
extracelular provocando la destrucción masiva de los tejidos; otros, sin embargo,
utilizan los fagocitos invadiéndolos para penetrar, o bien manipulan la cascada de
proteasas del hospedador que regulan la dinámica de la matriz.

18.10.11
Degradación de la matriz extracelular mediada por los patógenos.- La
penetración de los patógenos a través de la ECM la pueden hacer de varias formas.
Muchos de los patógenos pueden segregar proteasas (colagenasas, elastasas, etc.) que
hacen grandes daños en los tejidos porque su producción no está regulada, es decir, su
síntesis se realiza en grandes cantidades sin ningún compuesto que la limite. Por
ejemplo, Serratia marcescens y Porphyromona gingivales secretan gran cantidad de
proteasa que son capaces de destruir el periodonto. Pero es Clostridium perfringens la

[email protected] 22
bacteria que más daño produce en los tejidos mediante sus proteasas porque es el agente
causante de la gangrena.

Otras bacterias no segregan proteasas como estrategia para penetrar la ECM pero
o bien invaden células fagocíticas y atraviesan dentro de ellas la ECM, o bien
manipulan la cascada de proteasas del hospedador que regulan la dinámica de la ECM,
puesto que esta no presenta una estructura estática sino que continuamente se está
degradando y formando nuevos componentes.

El recambio fisiológico de la ECM la llevan a cabo las metaloproteasas (Ca++ y


++
Zn ) y las serínproteasas. La regulación de estas metaloproteasas se hace de varias
formas:

a) activación local de proteasas (ej: S. thyphimurium). El plasminógeno es una molécula


enzimáticamente inactiva que circula por el cuerpo de esa manera hasta que es activado
por activadores que lo rompen convirtiéndolo en plasmina, cuyo blanco principal es la
fibrina (la plasmina en su forma activa es la encargada de la degradación de las redes de
fibrina, de la laminina y otros componentes de la ECM, que pasarán a ser
fibrinopéptidos solubles tras la fibrinolisis. Estos productos de degradación de la fibrina
son eliminados normalmente por proteasas en los macrófagos del hígado y el riñón.). La
activación del plasminógeno ocurre por lo general sobre la superficie de la fibrina, en
sitios de unión específicos para la molécula y mediante el activador tisular del

plasminógeno (tPA). La activación del plasminógeno es mediada principalmente por


las enzimas uroquinasa y el activador tisular del plasminógeno, así como otras enzimas
como el activador dependiente del factor XII y el activador endotelial del
plasminógeno.
b) concentración de proteasas sobre la superficie de determinadas células
c) secreción de inhibidores de proteasas (inhibidores tisulares de metaloproteasas y de
las serpinas).

Estos tres mecanismos están perfectamente regulados en la célula y pueden


actuar al mismo tiempo o por separado. Cuando los patógenos interfieren el proceso de
recambio de la ECM lo hacen actuando en la cascada del plasminógeno de la siguiente
forma:

[email protected] 23
1) inducen en la célula la secreción del plasminógeno Plg y del activador PA (fig. A) lo
cual hace que aparezca plasmina activa sobre la superficie, la degrade, y el patógeno
pueda penetrar en la ECM. Por ejemplo, B. burgdorferi lo provoca en los monocitos y S.
aureus en las células epiteliales.

2) sintetizan y secretan activadores del plasminógeno (PA) de origen bacteriano


(Streptococcus y S. aureus secretan las kinasas SAK y SK) que se agregan al
plasminógeno y lo convierten en un complejo activo, sin necesidad de romperlo (fig. B).

3) concentran Pla, en el caso de Y. pestis, sobre los receptores de la ECM y al mismo


tiempo que se adhiere a la laminina también es capaz de activar el plasminógeno (fig. C)
permitiendo que la plasmina activa degrade la ECM y pueda ser atravesada por la
bacteria La proteína Pla de Y. pestis está implicada en la adherencia y la diseminación a
través de la ECM. La dosis letal media que se requiere cuando la infección se hace
subcutánea, por ejemplo mediante una inyección, en ratones con la forma silvestre de
Plawt, es de 50 bacterias. Sin embargo la dosis es de 107 bacterias si lo hacemos con
bacterias Pla-. Si la inyección se hace en el torrente sanguíneo entonces se igualan las
dosis, es decir, una vez que la bacteria ha penetrado en el torrente ya no le es necesaria
la proteína Pla.

[email protected] 24
LECCIÓ 5. ADHESIÓ DE LOS PATÓGEOS A LAS CÉLULAS DEL
HOSPEDADOR II

Moléculas de adhesión que establecen uniones célula-matriz extracelular


utilizadas por patógenos: Integrinas.- En algunos casos la adhesión de los patógenos
se realiza sólo para vencer las fuerzas mecánicas de arrastre, pero en otros casos la
adhesión es necesaria para penetrar en la célula.

Las moléculas de adhesión celular (CAM) son proteínas receptoras que


intervienen en la unión célula-célula, o célula-ECM. Las principales son las integrinas,
cadherinas, inmunoglobulinas y selectinas.

Las CAM producen uniones de anclaje que se pueden calificar como complejos
supramoleculares compuestos por dos tipos de proteínas, las denominadas proteínas
intracelulares de anclaje y las glicoproteínas transmembrana.

Podemos distinguir dos tipos de


uniones de anclaje: a) uniones
adherentes y b) adhesiones focales.
Las uniones adherentes están
implicadas en la unión célula-célula
mediante las cadherinas. Las
adhesiones focales son las que se
efectúan con la ECM mediante las
integrinas.

Las integrinas son


glicoproteínas transmembrana que
reconocen proteínas de la matriz u
otras proteínas de superficie en otras
células (contrarreceptores). Presentan
estructura dimérica (α, β) y algunas se
unen a la región RGD presente en las
proteínas de la matriz. Se conocen más
de 25 integrinas diferentes. La
adhesión es dependiente de Ca++ y median uniones heterocíticas (se unen a proteínas
distintas a ellas).

Las adhesiones focales anclan varios tipos celulares, incluyendo fibroblastos, a


la matriz extracelular. Los dominios citoplasmáticos de las
subunidades β de las integrinas en estas uniones célula-ECM
anclan el citoesqueleto de actina de forma indirecta,
uniéndose a los haces de filamentos de actina mediante
asociaciones con otras proteínas, incluyendo α-actinina,
talina y vinculina. Las integrinas β1 se encuentran en todas
las células, las α5β1 realizan la unión con las fibronectinas y
las α6β1 con las lamininas. Las β2 se encuentran en los
leucocitos. La combinación de una isoforma α con una
isoforma β es la que le da especificidad al sustrato.

[email protected] 25
Y. enterocolitica se une a las integrinas β1 provocando infecciones
gastrointestinales. Presentan estas bacterias en su superficie una adhesina denominada
invasina que reconoce a la integrina α5β1 de las células M intestinales. Hay una
similitud estructural entre la invasina y la fibronectina pero no homología de secuencias,
aunque aquella es mucho más activa. Es un claro ejemplo de convergencia evolutiva.

E. coli enteropatogénica realiza una inyección de la proteína Tir, induciendo la


inserción de ésta en la membrana de la célula y la unión a la adhesina intimina.
También hay homología de secuencia entre Tir y las integrinas de manera que se realiza
la unión a las integrinas de forma indirecta.

La activación de las integrinas está regulada por señales intra y extracelulares.

En la figura se muestra una señal extracelular que activa una cascada de


señalización intracelular que a su vez modifica la integrina activándola, aumentando con
ello la afinidad de su lugar de unión para los ligandos extracelulares.

La activación por señales internas se muestra en la figura. Cuando se activan las


proteínas talina y vinculina se produce una cascada de reacciones haciendo que se una el
complejo Arp 2/3 a los filamentos de actina así como la talina y vinculina que de esta
forma hacen de puente entre los filamentos y la integrina, activándola

La interacción de los patógenos invasivos con el epitelio intestinal la hacen a


partes iguales, o bien estableciendo interacción con los carbohidratos de la superficie, o

[email protected] 26
mediante la construcción de puentes (a). También pueden penetrar por células
especiales, como las células M del
epitelio intestinal. Estas son células
fagocíticas presentadoras de antígenos
(b) que por disponer de integrinas y
cadherinas por toda su superficie
facilitan la entrada del patógeno para que
pueda adherirse o penetrar en los
macrófagos (c). El macrófago libera IL-
1β y IL-18, que en combinación con la
IL-8 liberada por los enterocitos inducen
la acumulación de las células polimorfo-
nucleares (PMN) en el sitio de la
infección (e) por una herida. Además, una vez que el patógeno ha penetrado el epitelio
por las células M podrá infectar a los enterocitos por las integrinas y cadherinas que
estos presentan en su superficie basal y lateral (d).

Las etapas de adhesión de EPEC (E. coli enteropatogénica) se pueden ver en la


figura:

La bacteria cuando llega al intestino genera unas finas prolongaciones


denominadas fimbrias y se adhiere a los micropilis de los enterocitos mediante
adhesinas específicas que se disponen en los extremos de las fimbrias. Cuando las
fimbrias entran en contacto con los micropilis lo primero que hace la bacteria es activar
el sistema de secreción tipo III inyectando una proteína (Tir) que se integra en la
membrana celular del hospedador haciendo de receptor de su intimina. Una vez
adherida a la célula destruye las microvellosidades circundantes y reorganiza por
completo el citoesqueleto de la célula formando una especie de pedestal sobre el que
vive la bacteria. El receptor de intimina tiene analogía con la integrina α5β1.

24.10.11
A veces la unión de la bacteria no se hace directamente a las integrinas de la
célula. Por ejemplo, Yersinia enterocolitica produce la proteína Yad A que se une a la
fibronectina y al colágeno de la ECM, isseria produce unas adhesinas que se unen a la
fibronectina, Staphylococcus aureus produce la proteína FnBP que se une a la
fibronectina.

[email protected] 27
Las cadherinas son glicoproteínas transmembrana con 5 dominios
extracelulares implicados en la dimerización, que median uniones homocíticas (se unen
a otras cadherinas). La dimerización es dependiente de Ca++ y es el requisito esencial
para la interacción con otras cadherinas. Las cadherinas activadas interaccionan
indirectamente con los filamentos de actina mediante determinadas proteínas
intracelulares como las cateninas.

Listeria monocytogenes es la bacteria típica G+ que se une a las cadherinas. Es


una bacteria muy invasiva puesto que es capaz de atravesar la placenta y la barrera
hematoencefálica. Resiste bien y crece a bajas temperaturas (4º C). La molécula que
reconoce a las cadherinas es la internalina A que se adhiere al extremo EC1 de la
cadherina E.

El factor responsable de la unión se ha descubierto recientemente mediante


pruebas en ratones. Los ratones silvestres de laboratorio expresan una cadherina distinta
de la de los humanos y no son susceptibles de infección. Al conseguir estirpes de
ratones que expresaban la cadherina humana se comprobó que sí llegaban a infectarse.
Este es un claro ejemplo de que el ratón silvestre no era el modelo apropiado para el
experimento.

La superfamilia de las inmunoglobulinas (Ig) está


constituida por glicoproteínas que presentan en la parte
extracelular al menos un dominio que se dispone en forma globular
o de bucle típico que caracteriza a las Ig.

Las uniones célula-célula mediante Ig


no son dependientes de Ca++. eisseria es una
bacteria típica que se une a las Ig mediante la
adhesina Opa 52. Esta bacteria reconoce a una
molécula denominada CEACAM que es
análoga a las Ig, activándose con ello una
línea de transmisión de señal intracelular con
el resultado final de modificar la
polimerización de los filamentos de actina,
convirtiendo a la célula en una célula
fagocítica que envuelve a la bacteria.

[email protected] 28
Las selectinas son proteínas transmembrana que actúan como receptores tipo
lectinas, que se expresan en las células endoteliales y que se unen a un olisacárido
expresado en la superficie de los leucocitos. Las selectinas median uniones temporales
reversibles de células del sistema inmune.

Existen bacterias que presentan en su superficie moléculas similares a las


selectinas, como por ejemplo H. pylori. Estas moléculas son las proteínas Bab A y Sab
A que reconocen a las moléculas de glicoproteína Leb y Lex que son antígenos
presentes en las membranas de los glóbulos rojos, glándulas salivales y otras.

Estructuras bacterianas implicadas en la adhesión.- Cualquier estructura de


la superficie bacteriana puede estar
implicada en la adhesión aunque su
función principal sea otra distinta.

En la figura se muestran las


estructuras bacterianas que en algún
momento pueden estar implicadas en la
adhesión bacteriana (flagelo, fibrillas,
fimbrias, pared celular, capa de proteínas
S y cápsula).

Los invasomas son estructuras bacterianas que se forman


cuando la bacteria entra en contacto con el epitelio. Ayudan a la
invasión y después desaparecen. En la imagen son las estructuras
blanquecinas señaladas con flechas.

Los micoplasmas son bacterias que carecen de la pared


celular, por lo tanto carecen de un elemento importante para la
invasión. Estas bacterias se adhieren mediante el botón de
adhesión que es una estructura especializada que se forma en la membrana plasmática
muy rica en proteínas del citoesqueleto.

Localización de las adhesinas bacterianas.- Las adhesinas pueden encontrarse


en distintas estructuras bacterianas, una de ellas son las fimbrias. Estas pueden ser de
tres tipos, en función de su estructura y del procedimiento de generación: a) fimbrias de
tipo Pap (1), que son rígidas y en su extremo se encuentra la adhesina, como ocurre en
E. coli uropatogenica; b) fimbrias de tipo IV (bfp) o formadoras de haces, que son
flexibles; c) fimbrias Curli, que son filamentos muy finos.

Las fimbrias tipo Pap se insertan en la membrana plasmática y en sus extremos


se encuentra la proteína C que es la que es reconocida por la integrina. El montaje de

[email protected] 29
estas fimbrias se hace mediante el sistema de las chaperonas guía, que son las que
trasportan los componentes hasta el sitio de formación de la fimbria.

Las fimbrias tipo IV se insertan en la membrana plasmática y están formadas por


la proteína denominada pilina. La adhesina no es la propia pilina sino una molécula
proteica tipo C.

Las Curlis son fimbrias muy estables que están formadas por un solo tipo de
proteína, la curlina. El sistema de montaje se realiza mediante la precipitación-
nucleación. Las curlinas se van depositando sobre la proteína C que hace de centro de
nucleación.

25.10.11
Se conocen mejor los efectos de la
bacteria sobre las células humanas que al
revés. En la figura se muestran los efectos
de la adhesión sobre la bacteria.

Los efectos más significativos son:

- adaptación al nuevo medio


- inducción de genes de virulencia. En este
caso lleva asociado varios tipos de
secreción (SS3T y SS4T)
- inducción de la síntesis de estructuras
adhesivas (invasoras y SS4T)
- inducción del crecimiento de la bacteria o inhibición de este crecimiento
- inducción del sistema de captación de hierro, es decir, de sideróforos

Los efectos de la adhesión sobre las células. Estos se pueden agrupar en tres clases:

a) no se provocan cambios (Vibrio cholerae, o Bordatella pertusis → tosferina)


b) se provocan cambios en la morfología (lesiones de tipo A/E)
c) se provocan cambios funcionales en la célula (reorganización del citoesqueleto,
cambios en la respuesta inmune, inducción de secreción de matriciclina (proteasa),
inhibición de la síntesis del moco gastrointestinal, muerte de la célula).

Estrategias para inhibir la adhesión de


bacterias a las células eucariotas.- Son varias las
estrategia empleadas, como se puede observar en la
figura.

- utilización de anticuerpos de las adhesinas para


bloquearlas
- utilizar análogos del receptor
- utilizar análogos de las adhesinas

[email protected] 30
TEMA 6. IVASIÓ DE LA CÉLULA HOSPEDADORA POR LOS MOr I.

Rutas de invasión.- Desde el punto de vista médico un organismo es invasivo si


es capaz de invadir tejidos a través de la diseminación por el torrente sanguíneo y
linfático. Desde el punto de vista de la Microbiología Celular, la invasión significa la
entrada del microorganismo en una célula sin necesidad de su diseminación.

Los MOr penetran en la célula mediante la manipulación del citoesqueleto de


actina, utilizando las vías de entrada de materiales (endocitosis) y las vías de salida
(exocitosis).

El destino final de los materiales de entrada en una célula es llegar a los


lisosomas. Por el contrario, el material que la célula necesita secretar se sintetiza en los
ribosomas, pasa al RE y al aparato de Golgi y de aquí a la membrana plasmática. Tanto
los materiales que entran como los que salen nunca están en contacto con el citosol
porque se transportan en el interior de vesículas.

Los patógenos entran en las células por endocitosis. Hay varios tipos de
endocitosis, la endocitosis dependiente de clatrina, para partículas pequeñas, y la
endocitosis dependiente de clatrina pero con modificación del citoesqueleto, para
partículas de mayor tamaño.

Las rutas de invasión son utilizadas sólo por los patógenos, la microbiota
normal no la utiliza. Las rutas de invasión pueden ser:

- fagocitosis por células fagocíticas


- fagocitosis inducida en células no
fagocíticas
- invasión activa (la célula no
participa y sólo se requiere la
actividad del patógeno)

La fagocitosis por células


fagocíticas es utilizada por una gran variedad de bacterias para acceder a los tejidos
internos y diseminarse. La bacteria una vez que entra en el fagocito no sigue el proceso
normal de destrucción sino que se mantiene viva dentro del fagocito.

[email protected] 31
El proceso de fagocitosis tiene varias etapas:

- reconocimiento del patógeno por el fagocito a través de la interacción de las moléculas


de superficie del fagocito (receptores) y las del
patógeno. Hay dos tipos de receptores fagocíticos:
a) los que reconocen moléculas de origen
bacteriano y b) receptores que reconocen
moléculas del hospedador, que en la respuesta
inmune recubren la superficie del patógeno
(opsonización), como por ejemplo los receptores
de proteínas del complemento, o los receptores
que reconocen la región conservada de las Ig.
- la siguiente etapa al reconocimiento consiste en
la formación del fagosoma. El fagosoma, formado
por una invaginación de la membrana del
fagocito, pasa por la fase de maduración que
consiste en que las proteínas de la membrana de la
vesícula van modificándose (GTPasas
monoméricas, etc) durante su recorrido hasta que
llega al lisosoma. El fagosoma tardío junto con el
lisosoma forman el fagolisosoma, que es donde
realmente se produce la degradación o destrucción
del antígeno. Muchas veces el patógeno no llega
hasta el lisosoma porque es capaz de liberarse en
un momento anterior mediante el bloqueo de los
mecanismos de reorganización del citoesqueleto
de los macrófagos, como ocurre con Listeria,
saliendo al citoplasma celular y pasando de una
célula a otra por las propias uniones celulares.

En la fagocitosis inducida por células no


fagocíticas, el patógeno induce a la célula para
que esta lo fagocite. Los patógenos producen
interferencia con diferentes rutas de transmisión
de señales que alteran el comportamiento del
citoesqueleto. Son las células epiteliales y endoepiteliales las que modifican los
microtúbulos del citoesqueleto y fagocitan al patógeno. Hay dos epitelios que son
realmente débiles, el epitelio intestinal y el epitelio mesofaríngeo. Ambos son
monocapa y por tanto fáciles de modificar.

El citoesqueleto está formado por tres tipos de filamentos: los filamentos de


actina, que se pueden reorganizar formando filopodios y lamelopodios, los
microtúbulos, formados por subunidades de tubulina, y los filamentos intermedios, pero
estos no son manipulados por los patógenos.

De acuerdo con los componentes del citoesqueleto, la fagocitosis inducida se


puede llevar a cabo por distintos procedimientos:

- Dependiente de los filamentos de actina.


- Dependiente de microtúbulos.

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La invasión activa es un tipo de invasión que realiza el patógeno sin la
participación del sistema contráctil de la célula
hospedadora. En la invasión activa los
patógenos utilizan dos tipos de mecanismos: a)
mecanismo Zipper (cremallera) y b) mecanismo
Trigger (disparador). En los dos casos se activan
determinadas vías de señalización celular que
conducen a la reorganización del citoesqueleto.

Los patógenos que entran por el


mecanismo Zipper producen cambios locales en
la organización de la actina mediante la
modificación del mecanismo de adhesión
celular. Se caracteriza este mecanismo porque la
bacteria establece múltiples contactos con la
membrana de la célula hospedadora y modifica
el proceso de formación de los filamentos de
actina. Por ejemplo, Listeria monocytogenes se
une a través de la internalina A con la E-cadherina provocando la activación de
quinasas de tirosina y de quinasas de lípidos que
conduce a la reorganización de la actina.

Lo mismo sucede cuando Yersinia


enterocolitica se une a través de la invasina a las
integrinas β1, utilizando el mismo procedimiento de
adhesión celular a un sustrato. En este caso la célula
se estira y toma a la bacteria como si fuera un sustrato
rodeándola y fagocitándola.

Yersinia no puede entrar en los enterocitos por


los micropilis porque en esa zona no hay integrinas,
dado que estas células disponen las integrinas sólo en
la región basal y en las paredes laterales. Por
consiguiente, la entrada la hace por las células M que
sí disponen las integrinas en la pared luminal, como
se aprecia en la figura.

Los patógenos que utilizan el mecanismo trigger provocan una respuesta


amplia y rápida de la reorganización de la actina a gran escala, aunque el contacto
entre la bacteria y la célula hospedadora es muy breve. Se produce una
modificación de la respuesta celular a los factores de crecimiento que a su vez
provocan la generación de unas prolongaciones denominadas Ruffles, como se
ven en la fotografía de Shigella, de mayor tamaño que la propia bacteria.

Por ejemplo, Shigella disenteria (enterobacteria agente causal de la disentería


intestinal) interacciona con la membrana de la célula hospedadora, posiblemente por la
adhesión de polisacáridos a la integrina, activándose el sistema de secreción SS3T que
permite introducir en la célula las proteínas efectoras Ipa A que provocan la
reorganización del citoesqueleto. Se calcula que hay del orden de 30-35 genes que
participan en este tipo de invasión.

[email protected] 33
Las proteínas efectoras están agrupadas
en plásmidos y las más importantes son la Ipa
A, Ipa B, Ipa C y Ipa D. En el mismo plásmido
de virulencia se encuentra el tipo de secreción
SS3T (ver pág. 68). Shigella sp excreta al
medio, mediante un SS3T las proteínas IpaB e
IpaC que forman un complejo de unión a las
integrinas. Posteriormente inyecta la proteína
Ipa A en el citoplasma de la célula hospedadora
que interfiere rutas de señales que controlan la
reorganización del citoesqueleto.

De forma más detallada, las etapas de


invasión se muestran en la siguiente figura:

Al principio el canal de salida está taponado por Ipa B y Ipa D, pero cuando se
establece el contacto con la célula el tapón degenera y pueden ser excretadas las
proteínas Ipa B/C formando un complejo. Este complejo produce un poro en la
membrana, por donde puede ser inyectada la proteína Ipa A.

El complejo Ipa B/C reconoce a las integrinas α5β1, así como al ácido
hialurónico y se inserta en la membrana induciendo la formación del poro por donde
penetra Ipa A. Esta proteína junto con Ipa B se une a la vinculina induciendo la
polimerización de los filamentos de actina. Ipa C activa a las proteínas G monoméricas,
que son proteínas señalizadoras de la familia Rho, induciendo la reorganización del
citoesqueleto y la formación de seudópodos.

Una vez dentro de la célula, como ocurre en el caso de Listeria monocytogenes,


la bacteria queda en el interior de una vesícula que viaja por los microtúbulos hasta la
membrana nuclear; pero antes de llegar se puede salir de ella y moverse por el interior

[email protected] 34
de la célula. La bacteria es capaz de invadir células vecinas mediante protusiones
provocadas en las membranas.

El mecanismo de invasión dependiente de microtúbulos lo utilizan aquellas


bacterias que manipulan exclusivamente los microtúbulos, como por ejemplo
Salmonella. También es utilizado por algunas estirpes como Campylobacter jejuni
(provoca diarreas). En estos casos se observa que al poco tiempo de establecer el
contacto, la bacteria se une a una prolongación de la célula hospedadora formada por
proteínas. Se sospecha que esta prolongación ha sido inducida por el contacto con la
bacteria

Una vez dentro de la célula la bacteria comparte muchas cosas con la célula
hospedadora: a) la adhesina del receptor; b) interfieren vías de señalización; c) la
energía necesaria para la invasión depende de la célula hospedadora; d) la invasión se
hace por persuasión, no por la fuerza.

La invasión activa se caracteriza porque la entrada en la célula hospedadora es


forzada por la bacteria. La célula se comporta de forma pasiva y no puede hacer nada
para evitarlo. Los casos más estudiados de este tipo de invasión son los referentes a
protozoos (Toxoplasma y Plasmodium). Estos parásitos presentan unas formas móviles
llamadas zooitos que se desplazan por deslizamiento gracias a un complejo de
actimiosina (actina y miosina) que los empuja. En el caso de Toxoplasma ha sido
decisivo contar con mutantes de la citocalasina D que inhibe la polimerización de la
actina (Nota: la colchicina despolimeriza los microtúbulos y el taxol los estabiliza) para
la comprensión del mecanismo, por eso ha sido muy importante tener protozoos
resistentes a la citocalasina D.

La invasión ocurre cuando:

HospedadorR + ProtozooR + citocalasina D  Invasión


HospedadorS + ProtozooR + citocalasina D  Invasión

Esto nos confirma que la invasión es independiente del citoesqueleto del


hospedador y sólo depende del invasor, de manera que:

HospedadorR + ProtozooS + citocalasina D  No invasión

Si el protozoo es mutante no se produce la invasión y tampoco se produce si el


protozoo entra por la vía fagocítica porque en este caso es destruido por el macrófago.
Ahora bien, si el protozoo penetra por el mecanismo de invasión activa, se internaliza en
una vacuola y no entra en la ruta fagocítica permaneciendo vivo en el interior de la
célula.

La manipulación del citoesqueleto por los patógenos para fines distintos de la


invasión se produce frecuentemente con la finalidad de no penetrar en la célula o para
inhibir la fagocitosis. En el caso de Yersinia, esta bacteria inyecta en los macrófagos,
mediante un sistema SS3T, proteínas efectoras que inhiben la reorganización del
citoesqueleto. Las proteínas que inyecta son las proteínas Yop H, Yop E y Yop T.

[email protected] 35
Las proteínas Yop H son unas fosfatasas de tirosina que retiran los residuos de
los grupos fosfatos, que no son más que las proteínas de señalización de las proteínas de
adhesiones focales. Las proteínas Yop E son proteínas Gap que inducen la actividad
GTPasa (Rho GTP → Rho GDP). Las proteínas Yop T interfieren con Rho. Lo más
importante de todo es que todas estas proteínas de alguna manera inhiben la
reorganización del citoesqueleto.

Algunas bacterias manipulan el citoesqueleto para poder moverse dentro o entre


células. Los patógenos intracelulares pueden quedarse en el interior de la célula o salir
de ella. Si se quedan dentro no infectarán a otras células pero agotarán los nutrientes
celulares hasta producir la muerte celular, momento en el cual saldrán de la célula.

Existe un grupo de bacterias (Listeria, Shigella, Rickettsia) que no destruye a la


célula hospedadora pero pasan de una célula a otra mediante un tipo de movilidad
especial.

El movimiento intercelular mejor conocido es el de


Listeria. Esta bacteria penetra en la célula por el mecanismo de
cremallera y cuando se encuentra dentro de la vacuola la rompe
mediante la segregación de la toxina listeriolisina. Una vez
fuera de la vacuola se rodea de una nube de pequeños
filamentos de actina en uno de los extremos de la bacteria que
presenta la proteína bacteriana Act A. La localización de esta
proteína es dependiente de la división bacteriana. La nube
crece hasta formar una cola de 30-40 µm de filamentos de
actina reorganizados que le permiten a la bacteria moverse.

El movimiento se produce por la polimerización de los


filamentos más próximos a la bacteria y la despolarización de
los más alejados.

La célula hospedadora aporta todo lo necesario (actina,


Ap 2/3, Capping, Coxilina) excepto la proteína Act A. Esta
proteína bacteriana interviene en la nucleación de la actina y en
la organización de la cola, por lo que interviene en el
movimiento de la bacteria controlando la velocidad. Es una
proteína de superficie de la membrana plasmática con muchos
sitios de unión para la polimerización de la actina.

El movimiento (parece que de forma espiral) que impulsa a la bacteria es capaz


de provocar protusiones en la membrana celular y pasar de una célula a otra.

[email protected] 36
TEMA 7. IVASIÓ DE LA CÉLULA HOSPEDADORA POR LOS MOr
II.
21.11.11
Selección de un nicho intracelular. Los patógenos intracelulares, tanto
obligados como facultativos, una vez dentro de la célula del hospedador han de buscar
un nicho para vivir. Estos nichos son los siguientes:

- Vacuolas lisosomales. En estas viven los patógenos intravacuolares lisosomiales (ej.


Coxiella burnetii), es decir, estos patógenos
viven en los fagolisosomas, crecen en medio
ácido y son relativamente pasivos. Coxiella
burnetii, vive en el fagolisosoma y en su
membrana están presentes los marcadores
LAMP-1, LAMP-2 y ATP-asa protónica que
retrasan la formación del fagolisosoma y
reducen el estallido oxidativo.
- Vacuolas. Las utilizan los patógenos
intravacuolares no lisosomiales evitando la
fusión del lisosoma con el fagosoma.
Existen dos tipos de estos patógenos:
- Los que viven en vacuolas
modificadas que no son más que fagosomas
inmaduros (ej: hongo Histoplasma
capsulatum y Mycobacterium sp.).
- Los que viven en vacuolas
secuestradas o aisladas:
- Entrada por fagocitosis (ej.
Legionella pneumophila y
Chlamydia trachomatis)
- Entrada por invasión activa
(ej. Toxoplasma gondii)
- Citosol. Aquí viven los patógenos
extravacuolares (ej. Shigella, Listeria,
Rickettsia).

Las vacuolas modificadas son fagosomas que detienen su desarrollo antes de la


fusión con los lisosomas. Histoplasma capsulatum inhibe la fusión de los endosomas
tardíos con los lisosomas. Activamente mantiene el pH a 6,5 para obtener hierro.
Mycobacterium sp bloquea la maduración del fagosoma temprano a tardío. El
mecanismo que utiliza no se conoce bien pero está relacionado con la situación de
proteína TACO en la superficie de la vacuola.

Los compartimentos secuestrados son vacuolas que se desvían de la ruta endocítica


normal. Legionella pneumophila entra por fagocitosis en el macrófago y construye su
propia vacuola a partir de vesículas del retículo endoplásmico. En este proceso
interviene la proteína RalF que inyecta desde la vacuola mediante un sistema de
secreción de tipo IV. RalF actúa como un factor de cambio sobre la proteína ARF1 del
macrófago, activándola. Chlamydia trachomatis entra por fagocitosis en células
epiteliales y fabrica el parasitóforo a partir de vesículas de esfingomielina del aparato de
Golgi. Toxoplasma gondii entra mediante invasión activa y construye su propia vacuola

[email protected] 37
en el proceso de entrada a partir de la secreción de una batería de proteínas por parte de
los micronemas, las rhoptrias y los gránulos densos. Algunas de estas proteínas
intervienen en la obtención de nutrientes por el parásito.

Ruta endocítica.- Para comprender el mecanismo de creación del nicho


intracelular de estos patógenos es importante conocer primero el mecanismo de
maduración de un fagosoma tras la endocitosis (ver figura anterior). Esta comienza con
la reorganización de los filamentos de actina del citoesqueleto de la célula, dando lugar
a unos pseudópodos que rodean a la bacteria en cuestión formando un fagosoma. El
fagosoma pasara por varias etapas en su maduración, de manera que a partir del
fagosoma temprano se obtendrá un fagolisosoma. Esto se consigue intercambiando
proteínas marcadoras de superficie con los endosomas temprano y tardío de la ruta
endocítica, gracias a breves contactos entre el fagosoma y los endosomas. Tras esto, el
fagosoma maduro se fusionará con el lisosoma formando el fagolisosoma, en el cual
hay un aumento de la acidez (bajada de pH) y de la actividad hidrolítica, propiedades
que acabaran matando a la bacteria.

Los mecanismos que la célula emplea en el fagolisosoma para intentar destruir a


la bacteria son:

-Mecanismos de destrucción oxidativos (estallido oxidativo):


- NADPH oxidasa: enzima que se activa en presencia del patógeno y que oxida
al oxigeno en ión superóxido. Sus productos pues son especies reactivas de
oxigeno (ROS) que producirán daños en el ADN y proteínas de la bacteria.
- Oxido-nítrico-sintetasa: produce oxido nítrico que producirá a su vez otras
especies reactivas de nitrógeno que dañaran los ácidos nucléicos y proteínas de
la bacteria.
- Mecanismos no oxidativos:
- Acidificación del medio por una ATPasa vacuolar (bomba de H+). pH extremo.
- Secuestro de cationes divalentes (Ca2+, Mn2+, Fe2+) que la bacteria requiere
para vivir, sintetizando por ejemplo la calprotectina (secuestra el Ca2+), o la
lactoferrina (secuestra el Fe2+).
- Péptidos y proteínas formadoras de poros en la bacteria (lisis). Ej. Defensinas,
BPI.
- Proteasas y lipasas (lisozima) que lisan a la bacteria.

Patógenos intravacuolares lisosomiales.- Como se ha dicho anteriormente, son


aquellos que viven en el fagolisosoma ya maduro, soportando un pH muy ácido y en
presencia de gran actividad hidrolítica. Por ejemplo, Coxiella burnetii, es una bacteria
que causa la fiebre Q y también
endocarditis. Se transmite por picaduras
de artrópodos entre animales, y por el
aire y el alimento de estos animales a las
personas. Esta bacteria no solo puede
vivir en el fagolisosoma, sino que
requiere su ambiente para vivir puesto
que necesita pH entre 4 y 5. Tienen la
capacidad de retrasar la maduración del
fagolisosoma y atenuar el estallido

[email protected] 38
oxidativo. Se multiplica en su interior
hasta hacer estallar a la célula (la lisa).

Mecanismos de las bacterias


para inhibir la fagocitosis:
a) Inhibiendo la opsonización, impiden
que el fagocito las reconozca.
b) Inyectando toxinas en la célula
fagocítica impiden la reorganización del
citoesqueleto y la formación del
fagosoma.
c) Tras ser fagocitadas, matan al fagocito
por apoptosis.
d) Tras entrar, evitan que el fagocito las
destruya (Coxiella) retrasando la
maduración.

Patógenos intravacuolares no lisosomiales.- Estos patógenos viven en


vacuolas a pH neutro, no lisosomiales, bien porque son fagosomas que no llegan a
madurar hasta fagolisosomas (vacuolas modificadas) o bien porque es un endosoma que
no sigue la vía endocítica (vacuolas secuestradas). Veamos los siguientes ejemplos:

Los que viven en vacuolas modificadas:

Histoplasma capsulatum: Es un hongo con forma micelial que produce la enfermedad


de la histoplasmosis. Es frecuente en cuevas habitadas por murciélagos porque se
reproducen sobre las heces de estos animales. La forma infecciosa es una levadura y el
sistema de transmisión es por inhalación de las microsporas que germina en los
macrófagos alveolares puesto que se transmite por el aire. Vive en los fagosomas tardíos
que no llegan a fusionarse con el lisosoma. El
hongo controla continuamente el pH del endosoma,
para que sea lo suficiente ácido para solubilizar el
Fe que requiere pero no sea demasiado ácido para
que se activen las enzimas hidrolíticas de la
vacuola. Lo mantiene más o menos a un pH 6,5. Si
el sube por encima de este valor el patógeno muere
al no poder solubilizar el hierro. Utiliza diferentes
proteínas para ello.

Mycobacterium sp.: Vive en un fagosoma


temprano. Es fagocitada tanto viva como muerta,

[email protected] 39
pero solo si está viva se bloquea la maduración del fagosoma (fagosoma tardío) para
que no se fusione con el lisosoma. El mecanismo no se conoce muy bien pero se ha
comprobado que lo que hace es retener la proteína TACO en la superficie del fagosoma
para bloquear la maduración de este y que no se una al lisosoma.

Los que viven en vacuolas secuestradas o aisladas:

Legionella pneumophila: Esta bacteria provoca la legionelosis. Suele vivir en


ambientes ricos en hierro y
hace simbiosis con amebas.
Se refugia en los macrófagos
alveolares. No entra por la
ruta endocítica, sino que tras
ser fagocitada, la vacuola se
rodea de vesículas del
retículo endoplásmico. Al
cabo de unas 4 horas más o
menos, la bacteria vive en
una vesícula totalmente
rodeada de ribosomas, con el
lumen de igual composición
que el del retículo. Esto lo
consigue inyectando
mediante un SS4T una
proteína bacteriana llamada
RalF, que es un factor de
cambio de nucleótidos de
guanina (cambia GDP por GTP). Esta proteína actúa sobre la GTPasa del fagosoma
(ARF1), activándola. ARF1-GTP es una proteína celular necesaria para la síntesis de
vesículas y transporte de estas desde el RE al aparato de Golgi. Gracias a esto, la
bacteria puede vivir en vesículas del RE.

En la figura anterior, la bacteria


L. pneumophila construye su propia
vacuola a partir de vesículas de retículo
endoplásmico interviniendo la proteína
RalF que inyecta mediante un sistema de
secreción tipo IV. RalF actúa como un
factor de cambio sobre la proteína ARF1
del macrófago, activándola.

Chlamydia trachomatis: Se trata de una


bacteria intracelular obligada, al igual
que la anterior, pero en este caso en
células epiteliales. No es sensible a la
penicilina porque no tiene
peptidoglicanos, aunque sí es sensible a
las tetraciclinas. Produce enfermedades
de transmisión sexual en el aparato
urinario, que a veces son asintomáticas.

[email protected] 40
En la mujer puede provocar obstrucción de las trompas de Falopio y embarazos
ectópicos. Tras ser fagocitada, hace que la vesícula que la contiene se fusione con
vesículas del aparato de Golgi ricas en esfingomielina. A partir de esta vesícula fabrica
un parasitóforo donde vivirá. En su ciclo de vida se pueden distinguir dos formas: el
cuerpo elemental (EB), que es la forma infecciosa o clamidiospora; y el cuerpo
reticulado (RB), que es la forma vegetativa que se multiplica dentro de la vesícula.

Entre las proteínas de la membrana externa se encuentra la MOMP (Mayor


Outer Membrane Protein) que es reconocida por el receptor de la célula hospedadora.

Toxoplasma gondii: Toxoplasma es un protozoo perteneciente al fillum Apricomplexa.


Se trata de un patógeno intracelular obligado que posee muchos hospedadores distintos,
casi puede vivir en cualquier ser vivo y es el patógeno más ampliamente distribuido, se
encuentra por todo el mundo. Su hospedador final es el gato y otras seis especies de
felinos, y a través de las heces de estos puede ser transmitido a los humanos, pero la
infección puede ser silenciosa.

Hay dos tipos de toxoplasmosis, la toxoplasmosis adquirida (produce


enfermedad leve) y la toxoplasmosis congénita, que se transmite de madre a hijo y es
muy dañina ya que puede provocar abortos o alteraciones importantes del sistema
nervioso central del feto.

La invasión se produce de forma activa con movimientos espirales. Este


protozoo tiene un esqueleto cortical membranoso muy estable que dificulta el
intercambio de material entre el interior y el exterior, excepto por su polo apical, por
donde excreta determinadas proteínas. La secreción por tanto está polarizada porque
sale exclusivamente por ese polo apical. No es fagocitado por la célula, sino que la
invade activamente. La invasión comienza al introducir su polo apical en la célula. Su
sistema de secreción está formado por 3 tipos de vesículas, las tres implicadas en la
invasión:

- Micronemas: Al contactar con la célula hospedadora, lo primero que descarga son los
micronemas. Los micronemas se concentran en el polo apical y son vesículas que
poseen las adhesinas del protozoo, las cuales va
moviendo hacia la parte de atrás del protozoo
gracias al complejo de actomiosina. Así, el protozoo
se mueve por deslizamiento en espiral,
impulsándose para invadir activamente a la célula a
modo de sacacorchos.
- Rhoptrias: Luego descarga las rhoptrias, que se
encuentran también en el polo apical. Estas son
proteínas que se insertan en la membrana
plasmática del hospedador. Tras esto, modifican o
eliminan las proteínas de membrana de la vesícula
naciente del hospedador.
- Gránulos densos: Finalmente cuando la vesícula
se separa de la membrana del hospedador, descarga
los gránulos densos, que se encuentran por todo el cuerpo del protozoo, y que poseen
proteínas que forman una red vacuolar de túbulos rodeándose del RE, mitocondrias y
varios orgánulos de la célula para poder intercambiar material y nutrientes con estos.

[email protected] 41
Además, en la membrana de la vesícula se producen poros para la entrada de moléculas
pequeñas en la vacuola.

Toda la energía necesaria para la invasión la aporta el patógeno. Si el patógeno


no se moviera no podría invadir la célula hospedadora.

La fuente de infección más frecuente no son los animales de compañía como


erróneamente se cree y se sigue difundiendo sin base científica. La realidad es que la
fuente por la cual entra el parásito en los humanos con mayor frecuencia es a través de
los alimentos contaminados: la carne (cuando está poco cocinada, ya que un gran
porcentaje está contaminada) y las frutas y verduras mal lavadas.

La forma de los Apricomplexa


depende de una red de microtúbulos
conectados a un complejo interno de
membrana (IMC). El movimiento está
dirigido por un complejo motor de
miosina unido al IMC y orientado
hacia la membrana externa. Las
adhesinas se secretan por el cono
apical y se unen a la aldolasa (una
enzima que participa en la glucólisis)
que conecta con el citoesqueleto de
actina. La polimerización de la actina
sirve de andamio para la translocación
de la miosina, propulsando al
protozoo.

Pirimetamina: es una sustancia que


mata al Toxoplasma, dejando a la
vacuola donde reside vacía y sin entrar
en la ruta endocítica (a diferencia de
Chlamydia trachomatis).

Patógenos extravacuolares.- Estos patógenos residen en el citosol de la célula


hospedadora. Para ello presentan enzimas que rompen la membrana de la vesícula, de
manera que pueden escapar al citosol en el cual se multiplican. El caso de Listeria es el
más estudiado, pero Rickettsia y Shigella también son ejemplos a seguir. En Listeria
actúan 3 enzimas:

- Listeriolisina O (LLO): Se activa por pH ácido y se inserta en la membrana vacuolar


produciendo poros. De esta manera la vacuola se neutraliza y estalla permitiendo la
salida de la bacteria. Al requerir un pH ácido para activarse, esta enzima no actúa en la
membrana plasmática, sino que actúa solo en la vacuolar puesto que su interior es más
ácido. Una vez neutralizada la vacuola no vuelve a actuar, puesto que el pH del citosol
es neutro.
- Fosfatidil-inositol-fosfolopasa (Pla A): Sólo degrada el fosfatidil-inositol y también
se activa a pH bajo.
- Fosfolipasa de amplio espectro (Pla B): Degrada muchos tipos de fosfolípidos que
puedan dañar al patógeno.

[email protected] 42
La perfringolisina es una toxina sintetizada por Clostridium perfringens
formadora de poros en la membrana que no se regula por el pH.
Finalmente, el patógeno se mueve libremente por el citosol por la acción de la
polimerización de la actina en el polo posterior, atravesando hacia células adyacentes y
adquiriendo así una doble membrana: una de cada célula.

Consecuencias de la invasión.- (No entra en examen) Como consecuencia de la


invasión, se liberan citoquinas y postglandinas por parte de la célula hospedadora.
Ambas intervienen en la inflamación y actúan como quimioatrayentes del sistema
inmune (macrófagos y leucocitos). También se induce a la formación de moléculas de
adhesión, como por ejemplo en los endotelios que recubren las células sanguíneas.
Finalmente se induce la síntesis de factor tisular, una glicoproteína de membrana que
inicia una cascada de coagulación. Hay patógenos, como Porphyromonas gingivalis,
que bloquean esta liberación.

[email protected] 43
TEMA 8: TOXIAS BACTERIAAS I

Introducción histórica.- El descubrimiento de las toxinas fue paralelo al


descubrimiento de los principales MOr infecciosos humanos. A finales del s. XIX y
princio del s. XX se identificaron los primeros patógenos y se observó que cuando se
cultivaban en un medio líquido, el sobrenadante era capaz por sí solo de producir la
enfermedad. Se le dio el nombre de toxina a la proteína bacteriana que se secreta al
medio y es capaz de producir daños en los organismos vivos.

La primera toxina que se identifico fue la de Corynebacterium diphtheriae, y se


tardo unos 7 años en producir su vacuna. La principal aplicación de las toxinas es la
fabricación de toxoides (vacunas), pero también tiene gran interés desde el punto de
vista básico porque ha sido y es una herramienta fundamental en la investigación básica
para conocer el funcionamiento de las células eucariotas.

Ejemplo: el papel de las proteínas G en la transmisión de señal se entendió


cuando se usó una toxina que bloqueaba la transmisión de señal de una proteína G.
También se utilizan toxinas tetánicas en el estudio del mecanismo de liberación de
neurotransmisores en las neuronas.

Las toxinas constituyen el nexo de unión de todas las áreas de la Microbiología


Celular.

Concepto de toxina y clasificación.- Una toxina es una molécula de origen


bacteriano, normalmente de naturaleza proteica, causante de los daños a las células y
tejidos del hospedador, que conducen a la enfermedad.

Atendiendo a si se liberan al medio durante la vida de la bacteria o lo hacen sólo


cuando muere y se lisa, las toxinas se clasifican en exotoxinas y endotoxinas
respectivamente. Las exotoxinas son proteínas bacterianas no estructurales que
reconocen receptores específicos en células diana. Normalmente se liberan al medio a
medida que la bacteria crece. Las endotoxinas suelen ser componentes estructurales de
la bacteria que se liberan al medio cuando esta muere. El prototipo de endotoxina es el
lípido A del lipopolisacárido (LPS) de las Gram-.

En la composición del LPS de las bacterias Gram- sólo la parte del lípido A es
tóxica, el resto del LPS es lo que hace soluble a este lípido. La estructura del LPS O es
característica de cada bacteria.

Las bacterias Gram+ no poseen el lípido A y por tanto no producen endotoxinas.

[email protected] 44
Esta definición no está exenta de excepciones porque por ejemplo, la exotoxina
botulínica no se libera cuando la bacteria crece.

En la tabla anterior se recogen las diferencias entre ambos tipos de toxinas y sus
características principales. Las exotoxinas tienen efectos diversos pero las endotoxinas
tienen siempre los mismos efectos.

La toxicidad de la toxina botulínica se mide en unidades funcionales o unidades


ratón (U), que se corresponden a la dosis letal media (DL50) para unos ratones
conocidos como Webster- que tienen un peso de entre 18 y 20 gramos y corresponde a
una unidad por cada 0,05 ng de peso. La dosis letal en humanos no se conoce, pero
extrapolada a partir de datos de experimentos en monos, para un humano de 70 kg de
peso, sería de 0.09-0.15 picogramos de toxina por vía intravenosa o intramuscular, 0.70-
0.90 picogramos por inhalación y 70 µg por vía oral. Un solo gramo de toxina
botulínica es suficiente para matar a un millón de cobayas, y para matar a un ratón de
laboratorio es necesario un picogramo de botulina.

[email protected] 45
Las toxinas también se pueden clasificar en función de la localización de su
diana:

Entre las toxinas que actúan sobre la superficie de la membrana están las que no
producen daño a la misma y las que dañan la membrana mediante la formación de
poros, o las que enzimáticamente interfieren las rutas de señalización.

Entre las que actúan en el interior sin dañar la membrana se encuentran las
toxinas que se internalizan por endocitosis y las que se inyectan directamente.

Endotoxinas.- Las exotoxinas son muy específicas, pero las endotoxinas no lo


son, tienen un efecto muy general y suelen actuar activando el factor sanguíneo de
Hageman (factor sanguíneo XII) el cual provoca:

[email protected] 46
- El inicio de la cascada de coagulación, es decir, la transformación del fibrinógeno en
fibrina, lo que da lugar a una coagulación de la sangre y la producción de trombosis, y
la coagulación intravascular diseminada, no controlada, que acabara por agotar todos los
factores de coagulación, produciendo al final una hemorragia.

- Activa las proteínas del complemento de defensa frente a patógenos, liberándose


mediadores de la inflamación.
- Activa la fibrinólisis, activándose el sistema del plasminógeno y produciendo así
plasmina. La plasmina disuelve los coágulos sanguíneos y contribuye a la hemorragia.
- Activa al sistema del bradicinógeno, produciéndose una liberación de bradicinina, que
es un péptido vasodilatador que provoca así una bajada brusca de la tensión pudiendo
llegar a causar un shock hipovolémico (pérdida severa de sangre y líquido) que produce
la muerte.

Las endotoxinas representan un grave problema en la industria farmacéutica, por


consiguiente hay un control muy exhaustivo para asegurar la ausencia de endotoxinas en
todos los medicamentos y utensilios médicos.

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Las exotoxinas bacterianas pueden contribuir de tres formas distintas en el
desarrollo de la enfermedad, como podemos ver en la siguiente figura:

Test de detección de endotoxinas: Prueba del Limulus.- Para detectar la


presencia de endotoxinas se utiliza el llamado cangrejo en herradura (Limulus
polyphemus) del cual se extraen amebocitos. Esos amebocitos contienen una enzima
coagulante que en presencia de endotoxina se activa y rompe el procoagulógeno en
coagulógeno. El coagulógeno coagula (precipita), volviendo turbia la preparación. Se
mide su densidad óptica para determinar la cantidad de endotoxina del preparado.

[email protected] 48
TEMA 9. TOXIAS BACTERIAAS II.

28.22.11
Toxinas que actúan en la superficie de la célula hospedadora.- Las toxinas
que producen poros en la membrana celular suelen ser proteínas que presentan dos
estados distintos según se encuentren insertadas en la membrana o estén en el medio
intercelular.

Todas las toxinas que actúan en la superficie de la célula comparten la propiedad


de ser moléculas afipáticas con un dominio hidrofílico que le permite adquirir una estructura
soluble y otro hidrofóbico que le permite insertarse en la membrana.

A estas toxinas también se les llama hemolisinas porque pueden hacer poros en
los glóbulos rojos y lisarlos, pero estos no suelen ser su diana habitual e incluso pueden
no tener el mismo efecto en sus verdaderas células diana. Su objetivo no es
necesariamente lisar la célula, sino que pueden matarla induciendo la apoptosis o por la
alteración de señales celulares mediante la producción de citoquinas, etc.

Como se mencionó en el tema anterior, estas toxinas pueden formar poros


grandes, de unos 35 nm de diámetro, y poros pequeños de 1-2 nm de diámetro.

Toxinas que hacen poros de gran tamaño, la estreptolisina O.- Entre los
géneros de bacterias más conocidos que hacen poros grandes en la membrana celular se
encuentran:
- Streptococcus. S. pyogenes que produce la toxina estreptolisina O (asociada a
enfermedades de tipo reumático), y S. pneumoniae que produce la pneumolisina
(asociada a neumonías).
- Bacillus. B. cereus que produce la toxina cereolisina O, y B. thuringiensis que produce
la thuringiolisina O.
Clostridium. C. tetani que produce la toxina tetanolisina, C. botulinum que produce la
botulisina, y C. perfringens que produce perfringolisina (asociada a la gangrena).
Listeria. L. monocytogenes que produce la toxina listeriolisina O.

[email protected] 49
Este tipo de toxinas es producido sólo por bacterias Gram+. Son toxinas que
oligomerizan sobre la membrana para producir el poro, el cual puede tener un diámetro
de hasta 35 nm. Cada subunidad tiene un dominio hidrofílico y otro hidrofóbico. Se les
llama también toxinas de unión a colesterol activadas por tioles, porque se insertan en
membranas ricas en colesterol (el colesterol actúa como receptor) y porque se creía que
estaban activadas por tioles (ahora se sabe que esto último no es cierto porque no
necesariamente necesitan un residuo de cisteína para activarse sino que pueden ser
activadas por otros residuos).

Toxinas creadoras de poros pequeños.- Los poros suelen tener 1 o 2 nm de


diámetro y son producidos por bacterias Gram+ y Gram-. Destacaremos dos tipos muy
importantes:

Toxinas RTX: Posee una estructura polipeptídica con una región con repeticiones de
un nonapéptido rico en glicina en su centro (4-47 repeticiones). Esta región es la que
participa en la formación del poro. Es dependiente de calcio. También tiene una región
rica en aminoácidos hidrofóbicos. El extremo amino-terminal le da la propiedad
anfipática y es helicoidal. En el extremo carboxi-terminal tienen el péptido señal.

La familia de toxinas RTX son citotoxinas con una estructura muy bien
conservada, que poseen nonapéptidos ricos en glicina repetidos en tandem, en número
distinto según el tipo. Su secreción se produce después del reconocimiento de una
secuencia señal que está situada en el extremo C-terminal de la proteína, mediante la
intervención de un sistema de secreción de tipo I. La toxina de referencia de este grupo
de sustancias es la a-hemolisina producida por Escherichia coli (HlyA) y, además, se
incluyen también otras como la producida por Bordetella pertussis (CyaA), entre otras,
que presenta un mayor tamaño en la región cyaA porque contiene adenilato ciclasa.

Los genes B y D son necesarios para la secreción y el gen C para la activación.


Intervienen unos 7 monómeros para hacer el poro. Esta toxina se sintetiza en una forma

[email protected] 50
inactiva (prototoxina) que se activa por un ácido graso unido gracias a una proteína de
acilación. Su síntesis está regulada por un operón de genes RTX reguladores.

α-toxina de Staphylococcus aureus: Es responsable de la α-hemolisis. Tiene una


estructura totalmente distinta a la anterior. Se secreta ya activada y su zona central tiene
unos 20 aminoácidos hidrofóbicos que cuando disminuye el pH se exponen hacia el
exterior y se insertan en la membrana. Hace daño en los vasos sanguíneos y en el
endotelio vascular.

Toxinas que dañan la membrana atacando enzimáticamente.- Estas pueden


ser metaloproteasa dependientes de zinc, como la toxina de Bacteroide fragile (BFT),
o bien fosfolipasa.

La BFT es una metaloproteasa que se activa por cationes de Zinc. Su diana es la


E-cadherina, y su acción es romper su porción extracelular, es decir, romper las uniones
célula-célula del epitelio untestinal. La fosfolipasa α-toxina de Clostridium perfringens
ataca a los fosfolípidos de la membrana rompiéndola al igual que ocurre con la
fosfolipasa de Listeria monocytogenes.

Toxinas que no dañan la membrana.- Se trata de toxinas que, al igual que las
anteriores, actúan sobre la superficie celular, pero en este caso no dañan a la membrana.
Lo que hacen es alterar el sistema de comunicación de la célula. Pueden ser de dos
tipos:

- Las toxinas termoestables (ST) de las ETEC (E. coli enterocolítica) son las STA y
STB. Tienen naturaleza peptídica (≈ 20 aminoácidos) con estructura muy estable gracias
a puentes disulfuro. Resisten hasta 100ºC durante 30 minutos.

La más conocida es STA, que se une al receptor de la hormona guanilina, en


células intestinales. Esta hormona regula la homeostasis en el riñón y el intestino. La
unión al receptor activa a la guanilato ciclasa, que produce grandes cantidades de
GMPc, un mensajero intracelular que provocara la salida de agua al exterior. La
consecuencia es una fuerte diarrea.

- Superantígenos: estas toxinas ocasionan una respuesta exagerada del sistema inmune,
y un gran aumento de la producción de mediadores de la
inflamación (IL-1, IL-8, IL-6 y TNF) que acaban dañando a los
propios tejidos del hospedador. Los linfocitos T, con sus
receptores T, son las células que reconocen a los antígenos. Los
receptores van unidos al complejo principal de
histocompatibilidad de tipo II (MHC, células presentadoras de
antígenos). El superantígeno hace un crosslinking entre la región
variable de la célula T y el complejo MHC tipo II sin necesidad
del antígeno. Las bacterias productoras de estas toxinas son
Staphylococcus aureus y Streptococcus pyogenes.

Los superantígenos son capaces de activar el 5-20% de


células T. Lo normal es que un antígeno active el 0,0001-0,001%
de células T.

[email protected] 51
TEMA 10. TOXIAS BACTERIAAS III.

Toxinas que actúan en el interior de la célula hospedadora.- Estas toxinas se


pueden dividir en dos grupos: a) las que se internalizan por endocitosis y b) las que se
inyectan directamente.

Las que penetran por endocitosis son muy variadas funcionalmente pero
comparten una estructura A/B: con un dominio encargado de reconocer el receptor en
la célula hospedadora (B) y otro con actividad catalítica (A). Ambos dominios suelen
estar en un mismo polipéptido, que se modifica postraduccionalmente para permitir que
el dominio tóxico se libere. Pueden estar estos dominios unidos por enlaces covalentes o
no.

Algunas toxinas tienen estructura A/B5, con los dos dominios en distintos
polipéptidos: 5 polipéptidos B unidos (pentámero) reconocen al receptor y el dominio
tóxico A va unido a estos.

Tienen efectos variados en las células hospedadoras como se pueden apreciar en


el esquema. A partir de estos efectos se pueden clasificar a las distintas toxinas:

- Toxinas que inhiben la síntesis de proteínas


- Toxinas que alteran la transmisión de señales,
- Toxinas que interfieren la polimerización de la actina
- Toxinas que interfieren el tráfico de vesículas de membrana

1.- Toxinas que inhiben la síntesis de proteínas. Las más conocidas son las siguientes:

- Toxina diftérica DT de Corynebacterium diphtheriae: Pertenece al grupo de las que


inhiben la síntesis de proteínas. Se trata de una bacteria Gram+ que produce una
enfermedad generalmente en el tracto respiratorio de los niños, la difteria. El gen de su
toxina DT se encuentra en un fago lisogénico, por lo que habrá cepas de esta bacteria
lisogenizadas con este fago (toxigénicas) y cepas que no (no toxigénicas). A veces el
fago es críptico, es decir, que la bacteria lo posee pero está bloqueado por alguna

[email protected] 52
mutación. De todas formas, las cepas no toxigénicas no son inocuas, porque pueden
provocar otras enfermedades como faringitis o endocarditis.

La toxina DT consiste en un solo polipéptido con varias regiones funcionalmente


diferentes: sitio de reconocimiento del receptor, sitio transmembrana y sitio catalítico.
En la figura se muestra el mecanismo de entrada de la toxina con los dos dominio, en un
caso unidos covalentemente y en otro no. El mecanismo de acción es el siguiente: la
bacteria reconoce el factor de crecimiento epitelial EFG y entra por endocitosis
dependiente de clatrina. En el endosoma, la toxina se proteoliza separando el dominio

catalítico del resto. Esto ocurre porque al bajar el pH en el endosoma (cuando madura),
hay un cambio de conformación del dominio B (no catalítico) que aun estaba unido al A
por puentes disulfuro y vuelve a la membrana. Este dominio B se puede ahora insertar
en la membrana y provocar la translocación del dominio A catalítico (tóxico) al
citoplasma, eliminándose ya por completo los puentes disulfuro para permitir su
separación. El dominio B tiene una región T (de translocación) y una región R
(reconocimiento del receptor)

La diana de esta toxina en el interior celular es el factor de elongación EF-2 de la


síntesis de proteínas. Lo que hace el dominio tóxico A es añadir a la diftamida (un
aminoácido modificado del factor de elongación) un grupo ADP-ribosa, inhibiéndolo.
Esto hace que se interrumpa la formación de proteínas y la célula muere. La actividad
de la toxina DT es entonces ADP-ribosilante.

La toxina diftérica es muy activa y posee una dosis letal muy baja. La actividad
tóxica de la toxina DT se usa para hacer proteínas hibridas, por ejemplo, el dominio A
de la toxina junto con la interleuquina 2. Lo que hace este hibrido es reconocer

[email protected] 53
específicamente a linfocitos T, unirse a ellos, e introducir el dominio catalítico para
matar la célula. Esta aplicación es muy importante para las células tumorales.

- Exotoxina A: Esta toxina actúa de la misma manera que la anterior y tiene actividad
ADP-ribosilante con el mismo factor de elongación.

- Toxinas de la familia Shiga y Verotoxinas (en E. coli y Shigella): Estas toxinas


rompen el enlace glicosilo entre la adenina y la ribosa en la subunidad 28S del
ribosoma. Provoca una despurinificación del ARN ribosómico.

29.11.11
2. Transmisión de señales en células animales: receptores de superficie y proteínas
intracelulares de transmisión de la señal.- Para entender la manera de actuar de estas
toxinas que interfieren la transmisión de señales es importante comprender primero el
sistema de señalización celular. Los organismos pluricelulares necesitan que sus células
se comuniquen entre ellas para actuar coordinadamente. El sistema de señales de
coordinación entre células consta normalmente de proteínas receptoras que reciben la
señal interna o externa y de proteínas de transmisión intracelular de la señal que la
lleva al centro de respuesta donde están las proteínas efectoras o de respuesta.

En las células animales existen tres tipos de receptores de superficie:

- Receptores asociados a canales iónicos. Suelen intervenir variando la permeabilidad de


la membrana, como por ejemplo en la señalización de las células nerviosas mediante
neurotransmisores.

- Receptores asociados a proteínas G heterotriméricas. Poseen actividad enzimática


(kinasa normalmente) que se activa con la señal, o bien están asociados a una enzima.

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- Receptores con actividad quinasa o asociados a quinasas. Regulan la actividad de una
enzima que no está unida al receptor, sino que su relación esta mediada por una proteína
G.
Las proteínas de transmisión de señal pueden activarse bien por fosforilación o
bien por intercambio de GDP por GTP (activas con GTP).

Señalización asociada a proteínas G


heterotriméricas: Las proteínas G
heterotriméricas constan de 3 péptidos: α,
β, γ. Estos tres péptidos cuando forman el
trímero mantienen desactivada la proteína
con la subunidad α unida a GDP. Cuando
el ligando se une al receptor la proteína G
se activa cambiando el GDP por GTP en la
subunidad α. Estas proteínas G son el
mediador del receptor con la enzima a la
que va a afectar la toxina. Normalmente
esas enzimas son productoras de segundos
mensajeros en una cascada de señalización
(normalmente AMPc y el Ca++) que
afectaran a la señal celular.

Hay dos vías fundamentales de


señalización: la vía de la adenilato ciclasa
y la vía de la fosfolipasa C.

La proteína Gs heterodimérica es la
más conocida y es la que activa a la
adenilato ciclasa que a su vez induce la
síntesis de AMPc. La Gi la inactiva.

Las toxinas que interfieren con este tipo de señalización pueden ser de dos tipos:
- Con estructura A/B5, como la toxina colérica CT (colerae toxin) y las toxinas
termolábiles LT1 y LT2 de EPEC (E. coli epitelial cell).
- Con otra estructura: toxina pertúsica PT.

Toxina del cólera CT (Vibrio cholerae): Esta bacteria se transfiere por infección
alimentaria. Han de ingerirse unos 108-109 vibriones para sufrir la enfermedad. La
toxina tiene una estructura A/B5. Su dominio B (de 5 polipéptidos iguales) se une al
receptor de las células intestinales GM1, y transloca el dominio A. La porción tóxica A
sufre una modificación postraduccional: A1 con actividad catalítica y A2
transmembrana.

La toxina sigue la vía del transporte retrogrado hasta el Golgi y el RE, donde se
separan ambas porciones del dominio tóxico, pasando A1 al citosol. Su diana es la
subunidad α de la proteína Gs, la cual ADP-ribosila inhibiendo su actividad GTPásica.
Como consecuencia de ello, Gs está siempre activa, lo que provoca que se active
constitutivamente la adenilato ciclasa, aumentando de forma incontrolada los niveles de
AMPc. El AMPc activa a la proteinkinasa A, la cual fosforila los canales de Cl
manteniéndolos abiertos, al mismo tiempo que se inhibe la entrada de Na,

[email protected] 55
produciéndose una salida masiva de cloro a la luz intestinal. Como
consecuencia de ello se produce una salida masiva de agua para
igualar las concentraciones internas y externas de solutos, lo que
conlleva al organismo a sufrir fuertes diarreas.

La terapia del cólera se basa en la reposición de iones y la


hidratación. El tratamiento antibiótico puede acortar la enfermedad
por limitar el crecimiento de los V. cholerae, pero no tiene efecto
en la toxina liberada.

Toxinas LT1 y LT2 (E. coli epitelial cell): actúan igual que la
anterior pero más levemente. Son toxinas menos destructoras
aunque son las responsables de las denominadas diarreas del
viajero.

Toxina PT (Bordetella pertussis): Esta toxina tiene una estructura distinta de A/B5.
Presenta una estructura formada por polipéptidos diferentes: S2, S3, dos S4 y S5, y una
subunidad catalítica S1 que tiene actividad ADP-ribosilasa. Su diana es una proteína G
heterodimérica, en concreto la Gi. Esta proteína Gi tiene la función de inhibir a la
adenilato ciclasa.

La actividad catalítica de la toxina ADP-ribosila a la subunidad α de Gi,


impidiendo que pueda unirse a GTP. De esta manera inactiva a Gi, lo que conduce a la
activación constitutiva de la adenilato ciclasa provocando un aumento de AMPc, como
en las toxinas anteriores, pero en este caso no produce diarrea puesto que la bacteria
infecta las células epiteliales del tracto respiratorio causando la tosferina por necrosis de
las células.

Transmisión a través de receptores asociados a enzimas: Estos receptores se ven


agrupados en:
- Receptores con actividad guanilatociclasa (fabrican GMPc).
- Receptores con actividad tirosin-kinasa (fosforilan Tyr).
- Receptores asociados a tirosin-kinasas.
- Receptores con actividad tirosin-fosfatasa.
- Receptores asociados a serinas-treoninas kinasas.

En esta señalización intervienen proteínas G monoméricas como proteínas


intermediarias y de membrana. Se activan o regulan también por intercambio de GDP
por GTP, pero la hidrólisis de GTP y el intercambio no lo llevan a cabo ellas mismas.
Son los factores de cambio de nucleótidos de guanina GEF los que intercambian
GDP por GTP y las proteínas GAP las que inactivan a las proteínas G monoméricas
gracias a su actividad GTPásica (hidrolizan el GTP).

Las proteínas G monoméricas se agrupan en:

- Familia de proteínas Rho o Rac: intervienen en la reorganización del citoesqueleto


de actina.
- Familia de proteínas Ras: transmiten la señal hasta el núcleo gracias a una cascada
de fosforilación de MAP kinasas. Terminan activando genes de proliferación,
diferenciación y de síntesis de mediadores de la inflamación.

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Las toxinas que interfieren con esta señalización son:

- Toxina C3 (Clostridium): bloquea el intercambio GDP/GTP en Rho.


- Toxinas A y B (Clostridium difficile): inactivan a Rho añadiéndole glucosa.
- α-toxina (Clostridium novyi): inactiva a Rho añadiéndole ADP-glucosa.
- Factores necrotizantes CF (E. coli): activa a Rho constitutivamente.
- Toxina dermonecrótica DT (Bordetella): activa a Rho constitutivamente.

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TEMA 11. TOXIAS BACTERIAAS IV. TOXIAS QUE ACTÚA E
EL ITERIOR DE LA CÉLULA HOSPEDADORA (2ªPARTE).

1. Toxinas que interfieren con la polimerización de la actina: Son toxinas


extracelulares internalizadas por endocitosis. La mayoría de las toxinas bacterianas que
modifican el citoesqueleto de la célula eucariota actúan sobre la polimerización-
despolimerización de la actina. La interferencia con la polimerización suele ser
indirectamente por modificación de las proteínas G monoméricas que intervienen en la
señalización. Pero en algunos casos, como el de la toxina C2 de C. botulinum y otras
relacionadas de distintas especies de Clostridium, actúan directamente sobre la
polimerización de la actina. La polimerización de la actina está regulada por proteínas G
monoméricas (Rho y Rac), pero las toxinas no actúan sobre ellas, sino que modifican
directamente la actina. La actina puede estar en forma soluble o en forma polimerizada
(F-actina) compuesta por monómeros unidos por enlaces no covalentes.

El ejemplo más importante de este tipo de toxinas es el de la toxina C2 de


Clostridium botulimun. Se trata de una exotoxina de tipo A/B que se secreta de forma
no activa y que está compuesta por dos péptidos:
- C2II (subunidad B): Activada por tripsina, llega al receptor botulínico y forma un
heptámero.
- C2I (subunidad A): Se une al
heptámero y le aporta la
capacidad tóxica penetrando la
membrana.

Ambas subunidades se
internalizan y el compuesto
tóxico se libera al citosol. La
toxina C2 de C. botulinum tiene
actividad ADP-ribosilante puesto
que ADP-ribosila a los
monómeros de actina impidiendo
su polimerización. También
provoca que esos monómeros
actúen como proteínas de
trapping, despolimerizando la F-
actina (que no podrá volver a
polimerizar).

Toxinas que interfieren con el tráfico de vesículas de membrana: En algunos tejidos


celulares existe exocitosis y endocitosis continua regulada, por ejemplo de hormonas y
neurotransmisores. Las toxinas mas estudiadas de este ámbito son las toxinas tetánica y
botulínicas (de esta última hay 7 isoformas). Su actividad se manifiesta en concreto
interfiriendo con la secreción de vesículas de neurotransmisores en neuronas.

El modo de infección de cada una de estas toxinas es distinto:

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- Toxina tetánica (Clostridium tetanii): Esta bacteria busca heridas profundas, en las
que haya un ambiente anaerobio para vivir. Su toxina pasa al torrente sanguíneo y
alcanza su célula diana, que son las interneuronas inhibitorias de la médula espinal
(en el SNC). La
interneurona inhibitoria
secreta glicina como
neurotransmisor, para
inhibir la liberación de
acetil colina por parte
de la neurona motora
(la cual provoca la
contracción del
músculo). La secreción
de glicina, en definitiva,
inhibe la contracción.
La toxina tetánica
bloquea la liberación de
glicina, lo que inhibe a
su vez la relajación de
las neuronas motoras,
provocando con ello una parálisis tetánica (demasiada contracción), que conduce a una
muerte por parada cardiaca.

- Toxina botulínica (Clostridium botulinum): Esta bacteria suele aparecer en latas de


conserva mal esterilizadas, que al no tener O2, permiten su perfecto crecimiento. Se
transmite pues por
alimentos contaminados
al ser humano. Su toxina
alcanza el torrente
sanguíneo y llega a la
célula diana, que es la
neurona motora del
SNP. Esta toxina inhibe
la liberación de acetil
colina por parte de la
motoneurona, lo que
conlleva a una relajación
muscular irreversible y
una parálisis flácida que desemboca en parada cardiorespiratoria.

El mecanismo de acción de ambas toxinas es el siguiente: Las vesículas cargadas


con los neurotransmisores han de fusionarse con la membrana plasmática a través de
proteínas transmembrana de la vesícula (sinaptobrevina o v-SARE) y proteínas de la
cara citosólica de la membrana plasmática (SAP25 y sintaxina). Una vez fusionadas
se abren al exterior y se liberan los neurotransmisores al espacio sináptico, tanto en la
interneurona como en la motoneurona.

Ambas toxinas son metaloproteinas, dependientes de Zinc, con la típica


estructura A/B: polipéptido H reconocedor + polipéptido L con actividad proteasa. Estas
toxinas rompen su molécula diana correspondiente: en el caso de la tetánica es la

[email protected] 59
sinaptobrevina y en el caso de la botulínica depende de la isoforma de la que se trate
(cada isoforma rompe una de estas proteínas), son la sinaptobrevina, la sintaxina y
SNAP-25.

Toxinas que actúan en el interior de la célula pero son inyectadas


directamente desde la bacteria a la célula hospedadora: toxinas de Yersinia,
Salmonella y Shigella.- Son toxinas que tienen su diana en el interior de la célula
hospedadora y son inyectadas directamente por la bacteria, por lo que no cumplen la
regla general de las toxinas de secretarse al medio extracelular. De esta forma si se
recoge el sobrenadante de un cultivo no se podría encontrar la toxina porque se
encuentra dentro de la bacteria.

Lo original de estas toxinas es la forma de secreción formada por los sistemas


de secreción tipo III (homología con flagelos) o tipo IV (homología con pelos). Este
tipo de toxina se puede clasificar de la siguiente manera:

A) Toxinas que interfieren con la fosforilación de la célula hospedadora: Yop H, Tir y


Cag A.
B) Toxinas que actúan sobre proteínas G monoméricas: Sop E, Exo S y Yop E y T.
C) Toxinas que alteran el metabolismo del inositolfosfato: Sob B.
D) Toxinas que inducen la apoptosis: Yop P, Yop J, Ipa B y Sip B.

Toxinas que interfieren con la fosforilación de la célula hospedadora:

Yop H (Yersinia): (ver pág. 36) Es inyectada esta toxina mediante el SS3T. Es una
fosfatasa de tirosina muy rara en bacterias porque parece una fosfatasa de eucariota. Su
diana son las proteínas asociadas a la señalización para la polimerización de actina en
células fagocíticas. El resultado es la inhibición de la fagocitosis.

Tir (EPEC): (ver pág. 27) Es un receptor de su propia adhesina el cual lo inyecta en la
célula intestinal mediante SS3T. El receptor se inserta en la membrana plasmática de la
célula, reconociendo a la adhesina bacteriana (intimina) y permitiendo su adhesión. La

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proteína Tir es reconocida por las kinasas de tirosina de la célula eucariota, por lo que la
fosforilan. Una vez fosforilada lleva una señal hasta el citoesqueleto de actina,
induciéndolo a crear un pedestal en la célula hospedadora sobre el que crecerá la
bacteria.

Cag A (Helicobacter pylori): (ver pág. 21) Esta proteína se inyecta en la célula del
estómago por un SS4T. Actúa de forma similar a Tir, es decir, se inserta en la
membrana de las células epiteliales del estómago y una vez allí ya es diana de múltiples
enzimas de la célula, que producen fosforilaciones que acaban interfiriendo en la
señalización de la proliferación celular. Es el primer oncogen bacteriano descubierto.

Toxinas que actúan sobre proteínas G monoméricas:

Sop E (Salmonella typhimurium), Exo S (Pseudomonas aeruginosa): Estas toxinas


inactivan las GTPasas Ras y Rho, hidrolizando su GTP. Actúan como factor de cambio
de las proteínas G monoméricas. Lo que pretenden es interferir con la reorganización
del citoesqueleto para que la célula acabe fagocitándolas (lamelipodios y pseudópodos)
puesto que son parásitos intracelulares.

Yop T (Yersinia): Es una proteasa que rompe la unión entre Rho y la membrana. La
consecuencia es que impide la fagocitosis.

Toxinas que alteran el metabolismo del inositolfosfato:

Sop B (Salmonella dublin): Es una fosfatasa que libera inositol trifosfato, el cual está
destinado al control del transporte de iones por la membrana. La acción de la toxina
rompe el equilibrio iónico del intestino provocando salida masiva de agua. El resultado
es la diarrea.

Toxinas que inducen la apoptosis:

Yop P, Yop J, Ipa (Shigella) y Sip B (Salmonella): Son sintetizadas estas toxinas por
patógenos intracelulares, que tras hacer su ciclo de vida (multiplicación) dentro de la
célula, inducen su apoptosis para salir de ella (las veremos con más detalle en el Tema
15).

Las toxinas bacterianas como herramientas de la Biología Celular.- Las


aplicaciones de las toxinas son varias:
- Averiguar si una determinada señalización se hace a partir de proteínas G
monoméricas.
- Averiguar si una señalización es debida a receptores asociados a enzimas.
- Estudiar la implicación del citoesqueleto de actina en algún proceso en concreto.
- Estudiar la exocitosis.
- Construir sistemas de liberación de proteínas o introducción de estas en una célula:
creando proteínas hibridas con el dominio B de alguna toxina tipo A/B. permeabilizar
celular.
- Matar selectivamente determinadas células.

Usos terapéuticos de las toxinas.- El principal uso es la fabricación de vacunas.


Muchas de las vacunas que se conocen consisten en una toxina previamente modificada

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(inactivada) normalmente con formaldehido. También se han aplicado a patologías
humanas asociadas a una alta actividad de terminaciones colinérgicas (ej. hiperhidrosis,
hipersalivación, hipersudoración, estrabismo), gracias a la toxinas botulínica.

Recientemente se han hecho experimentos con Clostridium novyi utilizando sus


esporas atenuadas en ratones con tumores de colon. A las 24 horas se inyectaron en el
tumor liposomas cargados con un inhibidor del crecimiento celular. Parece que C. novyi
crece en la zona anóxica del tumor y produce liposomasas que revientan el liposoma
liberando así el inhibidor de crecimiento. Con ello se consigue la paralización del
crecimiento tumoral y su destrucción final.

[email protected] 62
TEMA 12: SISTEMAS DE SECRECIÓ BACTERIAOS I.

Introducción.- Los sistemas de secreción bacterianos tienen importancia en la


patogenicidad de las bacterias porque sirven para inyectar factores de virulencia en el
interior de las células o excretarlos al medio. Las bacterias tienen necesidad de pasar al
otro lado de su membrana citoplasmática una serie de componentes, bien estructurales,
que se quedan anclados en la membrana plasmática, o bien una serie de proteínas que
excretan al medio, que tienen que ver con la alimentación de las bacterias (ej.
degradación del almidón o la celulosa.

Para algunas infecciones y algunos otros procesos, las bacterias han de ponerse
de acuerdo para superar un número determinado de estas (quórum sensing); una vez
conseguido este número el proceso se lleva a cabo. Para que las bacterias puedan
conocer el tamaño de la población, sintetizan una serie de proteínas que llegan al medio
a través de rutas de secreción.

En las bacterias Gram+, la molécula que secretan, una vez atravesada la


membrana plasmática, sale al medio externo sin mas. En el caso de las Gram-, la
molécula una vez que atraviesa la membrana queda en el periplasma; incluso hay
proteínas cuya sede es el periplasma y se tienen que quedar allí. También hay proteínas
que se encuentran formando parte de la membrana externa de las Gram-. Las que tienen
que pasar las dos membranas porque o bien son proteínas que se van a excretar al medio
ambiente, o bien son proteínas que van a formar parte de la membrana citoplasmática
externa, utilizan determinados sistemas de secreción que no existen en las Gram+.

Tipos y características de los sistemas de secreción bacterianos.- Existe un


sistema de secreción que es común en Gram+ y Gram- y es la ruta general de secreción
(GSP). Es una ruta de secreción a través de la membrana plasmática. Esta ruta es
dependiente de uno genes llamados genes sec. La ruta GSP está universalmente
distribuida en todas las bacterias y permite el paso de moléculas desde el citoplasma a
través de la membrana plasmática de cualquier bacteria.

La ruta GSP secreta proteínas con la característica de incluir una secuencia N-


terminal de reconocimiento. Estas proteínas son más grandes en el interior de la bacteria
que en el exterior porque se elimina la secuencia señal al secretarla.

Existe otra ruta que también se da en


Gram positivas y negativas, por la que se
secreta a través de la membrana, pero no se
encuentra en todas las bacterias (hay muchos
grupos específicos que no la poseen, ya que
no es vital). Se llama ruta Tat.

Una diferencia fundamental entre las


dos rutas es que la primera secreta las
proteínas desplegadas en forma de cadena
polipeptídica; mientras que la segunda se caracteriza por su capacidad de transportar
proteínas ya maduras, con estructura terciaria o cuaternaria.

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La ruta Tat es frecuentemente usada para transportar proteínas con grupos
prostéticos, tales como los citocromos. Se caracteriza por trasladar al exterior (o al
espacio periplásmico de Gram-) proteínas ya en su configuración nativa, y en su caso,
dotadas ya de sus cofactores (grupos FeS, molibdopterina, cofactores nucleotídicos,
etc.). Es decir, a diferencia de los anteriores, las proteínas se pliegan (y en su caso
adquieren los cofactores) antes de ser trasladadas. Este sistema se llama Tat debido a
que reconoce una secuencia señal en el extremo N-terminal en la que existen dos
argininas “gemelas” (una a continuación de otra, “twin arginine transport”). Las
proteínas secretadas por este sistema constan de una señal compuesta por las dos
argininas que permanecen constantes en todas ellas. Las bacterias que fermentan no
poseen este sistema, ya que no poseen citocromos.

En el caso de las bacterias Gram-, la ruta GSP no resuelve el problema de


translocación al exterior, de manera que disponen de un mecanismo adicional que
permite el paso a través de la membrana externa. Existe más de un mecanismo
adicional. En bacterias Gram- la proteína tiene que atravesar la membrana exterior o
insertarse en ella. No se conoce bien cómo se hace esta translocación, pero en cualquier
caso la secreción desde el periplasma hasta la membrana externa se basa en dos diseños
distintos: a) la translocación se lleva a cabo por proteínas que llevan en su secuencia la
información para atravesarla (SS5T); b) son proteínas periplásmicas las que ayudan a
translocar el péptido aprovechando la energía que se ha generado en la membrana
interna.

Hay varios sistemas dependientes de GSP o dependientes de Sec; hablaremos


sólo de dos: Sistema de secreción tipo II y Sistema de secreción tipo V, aunque
existen otros sistemas intermedios.

Además de estos sistemas dependientes de Sec, existen otros sistemas en las


bacterias Gram- que no tienen nada que ver con la ruta de secreción general y que son
sistemas independientes de Sec:

- Sistema de secreción tipo I: es un sistema de transporte muy sencillo formado por


pocas proteínas que enlazan directamente el citosol con el medio externo. En este caso
es el extremo carboxilo-terminal el que reconoce este sistema y la proteína que se
sintetiza es la que se exporta tal cual, no existen cambios durante el proceso de
secreción.
- Sistema de secreción tipo III: es mucho
más complejo. También permite el paso
directamente desde el citosol al medio
externo. En este caso, el sistema suele
prolongarse en forma de aguja, lo que
permite en la mayoría de los casos el
transporte de la proteína directamente desde
el citosol de la bacteria al citoplasma de la
célula hospedadora. El reconocimiento se da
por el extremo amino y tampoco hay modificación.

- Sistema de secreción tipo IV: permite el paso de proteínas directamente desde el


citosol al medio externo o incluso al interior de la célula hospedadora. También permite
transportar complejos constituidos por ácidos nucleídos y proteínas.

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Ruta general de secreción GSP.- Las proteínas son sintetizadas por los
ribosomas que se encuentran en el citosol bacteriano, y son reconocidas por el sistema
de secreción por su secuencia señal en el extremo amino. Esta secuencia señal mantiene
unas estructuras que ha de
cumplir siempre, como el tener
un núcleo hidrofóbico
importante, un extremo N-
terminal y otro C-terminal.
Cuando la proteína aun no se ha
terminado de sintetizar, se le une
SecB (codificado por el gen
secB), que reconoce la secuencia
señal. SecB hace las veces de
chaperona en la proteína,
evitando que esta se pliegue, pero
además SecB es reconocido por
SecA. Sec A es una proteína que
se puede encontrar en el citosol o
unida a la membrana, pero parece ser que la afinidad de SecA por SecB es mayor
cuando se encuentra unida a la membrana. SecA se une a una zona de SecB y también a
una parte de la proteína que se va a secretar. Mientras tanto, en la membrana plasmática
se ha montado una estructura, también producto de los genes sec, que la atraviesa de
lado a lado. El complejo proteico de la membrana interna está constituido por: SecY,
SecE y SecG formando un heterodímero que deja un hueco central. Este complejo, que
forma el poro para el canal de translocación, se conoce como translocasa Sec y tiene
una zona de reconocimiento de SecA, que se une al complejo en última instancia.

SecA tiene también un sitio de unión a ATP, de manera que su interacción con
ATP hará que cambie de conformación desplazándose por el interior del hueco del
complejo arrastrando con ella parte de la proteína unida a SecB que es la encargada de
reconocer la secuencia señal de la proteína que se va a secretar. Al entrar en el poro, se
hidroliza el ATP, y SecA vuelve a su conformación inicial, pero parte de la proteína ya
está atravesando el complejo. A continuación, se vuelve a unir un ATP, vuelve a
cambiar de conformación, y empuja otro trozo de proteína; así sucesivamente hasta
lograr la salida completa de la proteína.

Los polipéptidos D y F mejoran la función de translocación.

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En el lado externo de la membrana plasmática suele haber una peptidasa, la
proteasa Lep, que rompe la secuencia señal y entonces la proteína es liberada al medio
externo. La propia secuencia de la proteína hace que esta se pliegue y adquiera su
configuración definitiva tridimensional necesaria para su función.

En definitiva hay tres etapas: a) transporte hasta la translocasa, b) translocación a


través de la membrana y c) liberación del polipéptido.

También hay partículas de reconocimiento de la señal de la proteína, SRP, que


se unen a la proteína para llevarla a otro tipo de proteínas situadas en la membrana
plasmática, FstY. Estas últimas se encargaran de direccionar la proteína hacia el
complejo de secreción para ser expulsada. Cuando SRP se une a la proteína se inhibe la
traducción por el ribosoma, por lo que se transporta el polipéptido sin finalizar hasta la
translocasa. Cuando el conjunto se une a la translocasa el ribosoma continúa la
traducción del polipéptido.

Las etapas funcionan de forma similar a una máquina de coser, empujando poco
a poco el polipéptido hacia el exterior. Cuando se ha secretado completamente es
cuando el polipéptido madura tomando su conformación tridimensional funcional.

13.12.11
Sistemas de secreción dependientes de Sec: componentes y funcionamiento
de los sistemas de secreción de tipo II y V.- Los sistemas de secreción permiten, en el
caso de las bacterias Gram-, que las proteínas que se encuentran en el periplasma pasen
al medio externo. En un principio parece que la función primaria de estos sistemas de
secreción era la de llevar al medio externo estructuras de la bacteria, es decir, servía
para montar las estructuras complejas que tiene la bacteria
en el lado externo de la membrana externa. Posteriormente
ha ido evolucionando hasta ser sistemas que le permiten
secretar al medio factores de virulencia. Dentro de los
sistemas de secreción dependiente vamos a ver 2 tipos:

- Sistema de secreción de chaperonas-guias (usher)


- Sistema de secreción de tipo II

Ambos sistemas dependen de las proteínas del


periplasma que son las que llevan al péptido hasta el sitio
de la membrana externa donde se encuentra el montaje de
la fimbria.

El sistema de secreción de tipo II (SS2T) es el más importante para las bacterias


Gram-. Uno de los más estudiados es el de Klebsiella, que lo utiliza para excretar al
medio una pululanasa. Vibrio cholerae lo usa para excretar la toxina colérica.

Este sistema saca las proteínas desde el periplasma hasta la membrana externa
utilizando principalmente las proteínas ancladas en la membrana interna. Pero no sirve
para extraer directamente desde el citosol hasta la membrana externa, sino que la
proteína tiene forzosamente que realizar los dos pasos, uno desde el citosol hasta el
periplasma mediante el sistema GSP y otro desde el periplasma hasta el exterior la
membrana externa mediante SS2T. Este sistema está destinado a que las proteínas sean

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capaces de atravesar la membrana externa, pero la mayoría de sus componentes se
encuentran en la membrana citoplasmática.

La estructura que se forma se llama secretón y está constituida por 12-16


proteínas altamente conservadas y localizadas en la
membrana citoplasmática, periplasma y membrana
externa. La estructura del sistema está formada por
dos proteínas GspD y GspS de la membrana externa.
La GspD pertenece a la familia de las secretinas y la
GspS es sólo una proteína de pequeño tamaño que
sirve para localizar a GspD en el lugar apropiado de
la membrana externa.

En la membrana interna se encuentran las


proteínas GspG, H, I y J, orientadas al periplasma y
son homólogas a las fimbrias de tipo IV, es decir, a la
pilina tipo A (ver pág. 30). El sistema tiene además
un componente citosólico asociado a proteínas M que
es la GspE. Esta proteína es la encargada de la
translocación debido a que tiene actividad ATPasa y cuya energía se transmite hasta la
membrana externa.

El funcionamiento del sistema que utiliza Vibrio cholerae no se conoce muy


bien, pero parece ser que hay consenso en los siguientes procesos:

- La toxina colérica está constituida por 5 polipéptidos del tipo B (dominio de unión) y
uno del tipo A (catalítico). Estos polipéptidos pasan al periplasma a través de la
membrana plasmática por el sistema Sec. Una vez en el periplasma, se ensamblan
formando una estructura A/B5, y el sistema de secreción tipo II lo reconoce permitiendo
su entrada en el canal.
- Como consecuencia de la energía liberada por la hidrólisis del ATP por la proteína
GspE, hay polimerización de GspG, esto impulsa a la toxina hacia fuera (este mismo
sistema también sirve para expulsar al fago CTXФ que puede tener la bacteria). Una vez
expulsada la toxina, hay despolimerización de GspG, quedando preparado para
reconocer a la siguiente proteína.
- En este caso concreto, son las subunidades B las que son reconocidas por el SS2T;
pero en general, lo que el sistema reconoce no es una secuencia lineal de la proteína,
sino una estructura o una secuencia de aminoácidos que están alejados pero que al
plegarse la proteína quedan próximos.

Este sistema de secreción es el más complejo de los que permiten el paso hacia
el exterior de proteínas que llegan al periplasma por un sistema Sec. Existen otros
sistemas intermedios.

El sistema de secreción tipo V (SS5T) es el más sencillo. Este tipo de sistema no


está ampliamente distribuido entre las bacterias o al menos no los conocemos todavía.
Existen algunos ejemplos, como eisseria, que es una bacteria patógena que tiene un
sistema para defenderse de determinadas defensas del hospedador. Ese sistema de
defensa consiste en secretar una proteasa que degrada a la IgA. Para secretar esta
proteasa utiliza un sistema autotransportador.

[email protected] 67
En los autotransportadores no son necesarios los factores accesorios, sino que el
sistema está constituido por una única proteína que es capaz de autotransportarse a
través de la membrana externa. Existe una pequeña variante de los autotransportadores,
la ruta de dos componentes, en la que hacen falta dos proteínas.

En el mecanismo de autotransporte el paso de la proteína a través de la membrana


plasmática se realiza mediante la GSP. Las proteínas secretadas por este sistema tienen
una serie de características:
- Tienen un extremo amino-terminal en el que existe una señal de reconocimiento para
el sistema Sec de la membrana plasmática.
- A continuación se encuentra la parte de la proteína que realmente se va a transportar,
que es la parte central.
- Por último, está el extremo carboxilo-terminal donde hay una estructura de cadena
anfipática β capaz de integrarse en la membrana externa de la bacteria.

Atravesada la membrana interna, una vez en el periplasma, la proteína pierde su


secuencia señal para Sec. El extremo carboxilo se inserta en la membrana generando
una estructura de barril-β que forma un poro, dejando un hueco central. Por ese hueco
pasa la parte de la proteína que se va a transportar. Una vez atravesada la membrana

externa, una proteasa corta el extremo carboxilo, quedando liberada la proteína madura
en el exterior.

Para salir del citosol al periplasma se necesita energía pero para salir del
periplasma al exterior bacteriano no se requiere energía.

Una variante de la anterior es la ruta de dos componentes (TPS). Es un sistema


constituido por dos proteínas. Una de ellas es la que se va a transportar y posee una
secuencia amino-terminal para Sec para que sea transportada al periplasma. Una vez
allí, se le corta la secuencia señal. Simultáneamente, la otra proteína, también con una
secuencia señal para Sec, es también transportada al periplasma. Esta última proteína
está compuesta por 19 hojas β, y tras pasar al periplasma se inserta en la membrana
externa formando un barril β. A través de ese barril pasara la primera proteína.

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TEMA 13. SISTEMAS DE SECRECIÓ BACTERIAOS II.

Sistemas de secreción independientes de Sec.- Los sistemas de secreción


independientes de Sec atraviesan la membrana interna y externa en un solo paso, es
decir, permiten el transporte directo del citoplasma al exterior. Estos sistemas pueden
secretar al medio extracelular mediante el sistema de secreción tipo I, o bien inyectar
directamente al citoplasma de la célula hospedadora (tipos III y IV).

Sistema de secreción tipo I. Es característico de Gram- y sirve para la secreción de


muchas toxinas, como por ejemplo la toxina RTX (ver pág. 51) o α-hemolisina de E.
coli uropatogénica. Se dice que este sistema está presente tanto en Gram+ como en
Gram- y también en eucariotas, pero esto no es del todo cierto puesto que es sólo una
parte del sistema, la denominada proteína ABC, la que se encuentra en los tres tipos de
organismos. Este sistema consta de:

- Proteína ABC: es una proteína tipo transportador insertada en la membrana interna.


Une ATP
- Proteína MFP: proteína anclada en la membrana periplásmica que forma un trímero y
que hace contacto con la proteína ABC, atraviesa el periplasma y conecta con la
membrana externa.
- Proteína OMP: proteína de la membrana externa que hace contacto con la anterior.
Trimeriza formando un canal que se abre al exterior.

Las proteínas que se secretan con este sistema


poseen una secuencia señal de reconocimiento que se
encuentra en el extremo carboxilo-terminal. Además,
esa secuencia señal no se elimina, sino que se queda
formando parte de la proteína ya madura secretada.

La proteína ABC es una ATPasa (hidroliza


ATP) que proporciona la energía al sistema. Es
además la proteína que reconoce la secuencia señal de
la proteína a transportar. MFP trimeriza formando un
canal que atraviesa el periplasma y pone en contacto
ABC con OMP.

El complejo ABC-MFP se encuentra


normalmente en la bacteria independiente del otro cuando no hay secreción, es decir,
que no hace contacto. Esto es debido a que la bacteria es capaz de averiguar si se
encuentra dentro o fuera de la célula hospedadora según la señal que le llegue, y solo
cuando sabe que se encuentra dentro, activa el sistema de secreción para introducir la α-
hemolisina en la célula.

Sistema de secreción tipo III (SS3T). Este sistema está especializado en la inyección
directa de proteínas efectoras desde el citosol bacteriano hasta el citosol de la célula
eucariota hospedadora, por lo tanto no pasan por el medio externo. Actúa como una
auténtica jeringuilla. Es típico de Gram- y es dependiente del contacto de la bacteria con
la célula eucariota, salvo en alguna excepción.

[email protected] 69
En general se aprecia una gran similitud de la estructura de esta jeringuilla o
inyectosoma, con la estructura del flagelo. Pero desde el punto de vista de homología
evolutiva, es decir, de homología de secuencias, solo es homólogo al aparato de
secreción del flagelo (aparato que secreta los componentes del flagelo al exterior). En
Yersinia algunos factores de virulencia se secretan por el flagelo, con su sistema de
secreción.

Las proteínas que se secretan son normalmente factores de virulencia como Yop
de Yersinia, por lo que este sistema se encuentra en bacterias patógenas de plantas y
animales e incluso en bacterias simbiontes como Rhizobium.

Estos aparatos están muy conservados en las bacterias, son muy parecidos quizás
debido a transferencia horizontal. Pero las proteínas secretadas son muy diferentes en
cada bacteria. Normalmente los genes de codificación de las proteínas de la estructura
de este aparato así como para las proteínas que secreta van agrupados en regiones del
cromosoma o en un plásmido llamadas islas de patogenicidad. Los genes que codifican
el aparato de secreción son todos muy similares, sin embargo no lo son las proteínas
efectoras que son muy distintas.

Las proteínas secretadas por este sistema, aunque son muy distintas en cada
bacteria, sí tienen en común que son todas homologas a proteínas eucariotas. Esto puede
ser resultado de una convergencia evolutiva o bien que estas proteínas ha sido
capturadas por las bacterias a partir de células eucariotas (este es un tema de debate
entre los científicos).

Las proteínas que se secretan por este sistema no se sabe muy bien cómo son
reconocidas, pero al parecer se requieren dos señales: a) una señal en el extremo 5’ del
ARNm, que sirve para dirigir el polipéptido naciente hasta el inyectosoma; b) una señal
en el extremo N-terminal del polipétido que es una chaperona que sirve para sacarlo al
exterior.

El aparato secretor es muy


complejo, está compuesto por más
de 30 proteínas. Muchas de estas
proteínas están localizadas en la
membrana citoplasmática (Ysc,
LcrD, LcrR, LcrS, LcrT, etc.),
formando un canal en ella. Otras,
Ysc, tienen actividad ATPasa para
la translocación. La proteína YscJ,
es un cilindro hueco que atraviesa el
periplasma. Las proteínas que hacen
el canal en la membrana externa son
de la familia de las secretinas. YscF
forma una aguja extracelular para
inyectar los factores de virulencia.

La estructura como vemos es


muy compleja. Tiene componentes
encargados de tomar energía (YopN)

[email protected] 70
que son ATPasas, una serie de proteínas en ma membrana interna, como son la R, S, T y
U, un componente periplasmático especie de cilindro (J), un componente en la
membrana externa que hace la función de canal de salida (D) y una especie de jeringa
que es la proteína F.

El conjunto RSTU y N lo forman proteínas homólogas de la biogénesis del


flagelo, es decir, el cuerpo basal del flagelo. El sistema en general es muy parecido al de la
síntesis del flagelo.

Como hemos dicho anteriormente, se requiere contacto con la célula eucariota, a


través de adhesinas, para que este sistema funcione. Debe haber pues receptores para
esta unión con adhesinas en la célula eucariota. Una proteína de este sistema SS3T es
Yop, que es el sensor del contacto en Yersinia. Además, esta proteína forma un tapón,
de manera que si no hay contacto el sistema queda bloqueado. Cuando hay contacto,
YopN se libera y junto con ella sale un represor de los genes de las proteínas efectoras
(LcrQ), es decir, este represor se separa de los genes que reprime permitiendo su
transcripción. Las proteínas efectoras YopB y YopD, son las primeras que salen y
hacen un poro en la membrana del hospedador. Los genes yop se activan en el momento
de la secreción.

La secreción es polarizada, solo tiene lugar en zonas de la bacteria en contacto


con la célula eucariota.

La formación del pedestal por EPEC depende de un sistema de secreción de tipo


III (ver pág. 27).

Sistema de secreción tipo IV (SS4T). Es un sistema de secreción directo, del citosol


bacteriano al citosol de la célula eucariota, con la diferencia esencial, respecto del SS3T,
de que las proteínas segregadas se encuentran en su forma nativa, es decir, en su forma
plegada. Los poseen algunas bacterias Gram- y lo utilizan para distintos fines. Las
proteínas que secreta tienen funciones normalmente relacionadas con la virulencia. Este
sistema tiene homología de secuencia con el sistema de conjugación bacteriano.

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Algunos ejemplos de bacterias con este sistema son: Agrobacterium,
Helicobacter (proteína CagA),
Legionella (proteína Ralf) y
Bordetella (usa un sistema SS4T
pero no secreta al interior de la
célula eucariota, sino que secreta una
toxina al exterior celular).

El sistema SS4T está


emparentado evolutivamente con el
sistema de conjugación bacteriana y
los procesos de inyección son muy
similares. La proteína del pelo
conjugativo tiene muchas similitudes
con la proteína del inyectosoma y se
piensa que el sistema de conjugación
deriva del SS4T. Siempre que se
produce transferencia de ADN en la conjugación hay proteínas que lo acompañan del
SS4T.

Agrobacterium tumefaciens: Es un patógeno de plantas que forma agallas en la zona


superior de la raíz aprovechando pequeñas heridas para producir la infección. La
bacteria se queda fuera de la planta e inyecta el plásmido con el T-ADN.

El sistema que utiliza esta bacteria es el mejor descrito hasta la fecha. La


bacteria lo utiliza para inyectar la parte T-ADN del plásmido TI en la célula vegetal. En
este plásmido se encuentran los genes vir (son los que presentan homología con los
sistemas conjugativos) que expresan las siguientes proteínas:

- Vir D2: ADNasa que corta el T-ADN y se queda unida a sus extremos.
- Vir E2: proteína de unión al ADN1c, forma un complejo con este (SSB).
- Vir B: son las proteínas del aparato SS4T.

[email protected] 72
Las proteínas Vir D2 y Vir E2 tienen secuencias de localización nuclear que
dirigen el T-ADN hacia el núcleo eucariota. Este T-ADN contiene los genes necesarios
para formar agallas en la planta.

El SS4T tiene una estructura muy


compleja con muchas proteínas distintas.
Una parte forma un canal en la membrana
plasmática (B8 y B8), hay un sistema
generador de energía para la translocación
(B4 y B11), una zona de reconocimiento
de las proteínas (D4), una zona
extracelular (B2), un canal en la
membrana externa (B7 y B9)…

No se sabe como reconoce las


proteínas que ha de secretar, pero se sabe
que no reconoce el ADN, sino a las
proteínas unidas a este.
Se aprecia mucha homología con el
sistema de conjugación bacteriano (a la
derecha) por lo que se cree que éste
proviene del SS4T.

Algunas proteínas del sistema


SS4T requieren del sistema de
translocación Sec para montarse o
acoplarse al aparato; pero no es necesario
este sistema para la secreción en sí.

En el siguiente esquema se representa un resumen de los cinco sistemas de


secreción con sus características más relevantes:

SS1T: la proteína lleva una secuencia señal en el extremo C-terminal que no se procesa

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SS2T: el péptido señal está en el extremo N-terminal y se procesa al secretarse
SS3T: esta proteína incorpora dos péptidos señal en el extremo N-terminal y no se
procesan
SS4T: la señal es un complejo de proteínas unidas al ADN. No se procesa
SS5T: la señal en el extremo N-terminal sirve para atravesar la membrana plasmática, se
procesa. Luego la señal en el extremo C-terminal le da paso al exterior y también se
procesa.

Los sistemas dependientes de translocasa C siempre necesitan un péptido señal


que se procesa cuando atraviesa la membrana. Los sistemas que secretan directamente
al exterior no necesitan el péptido señal.

En el dibujo se muestra, entre otras, la acción de la bacteria Bordetella que


secreta la toxina al medio y es introducida por fagocitosis en el citoplasma de la célula
eucariota. Se secreta mediante el SS4T pero penetra por fagocitosis.

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TEMA 14. ITERFERECIA DE LOS PATÓGEOS BACTERIAOS CO EL
CICLO CELULAR DEL HOSPEDADOR.

Repercusión de la interacción bacteria-célula eucariota sobre la


proliferación bacteriana.- Hoy en día se cree que esta interacción sí puede repercutir
sobre la proliferación bacteriana. Para la investigación de dichos efectos se tratan de
hacer cultivos puros de los patógenos, aunque hay muchas bacterias de las que no se ha
podido conseguir este tipo de cultivo y se ha tenido que ensayar sobre organismos
vivos. Por ejemplo, Mycobacterium leprae (bacilo de la lepra) se cultiva sobre células
de armadillo y Treponema pallidum (bacilo de la sífilis) se cultiva sobre huevos de
pollo o sobre células de conejo.

Esto sucede porque algunas bacterias, se sospecha, requieren factores de


crecimiento producidos por células eucariotas para su proliferación. Se conocen algunos
de estos factores de crecimiento para la proliferación bacteriana, pero los propios de
bacterias también son necesarios.

Tenemos el ejemplo de unas cepas de E. coli que su crecimiento se estimula más


en presencia de interleuquina I (IL-1). Estas cepas son específicas de IL-1, de manera
que es este factor de crecimiento el que las hace proliferar abundantemente. Otras cepas
son específicas de IL-2, o bien, como le ocurre a Salmonella y Shigella estimulan su
proliferación con factores de crecimiento tumorales (TNF).

Se ha comprobado que M. tuberculosis crece lentamente y entra en estado de


quiescencia, motivo por el cual los antibióticos no le hacen efecto. Pero se ha visto que
el factor de crecimiento epidérmico EGF saca a la bacteria del estado de quiescencia si
se encuentra fuera de la célula eucariota y que las interleuquinas IL-1, 3 y 6, así como el
TGF inducen la proliferación de las bacterias intracelulares. Esta experiencia ha servido
para combinar los antibióticos con un factor de crecimiento que haga proliferar a la
bacteria y así poder ser destruida por el antibiótico.

Las interleuquinas IL-1 son producidas por el sistema inmune para luchar contra
la infección, por lo que se puede considerar que es una estrategia del patógeno utilizarla
para su supervivencia y crecimiento.

Se conocen todos estos datos pero no se sabe exactamente el mecanismo por el


cual las bacterias responden a estos factores de crecimiento. Y además, ¿cómo es que
las citoquinas que las células eucariotas sintetizan para defenderse de las bacterias son
precisamente las que estimulan el crecimiento de estas? Se cree que es una estrategia de
supervivencia, la teoría es la siguiente:

Las bacterias emiten señales que hacen que la célula eucariota secrete citoquinas
que les sirven para crecer. Al aumentar el número de células bacterianas, se esperaría
que aumentase la emisión de citoquinas y que así se defendiera el sistema inmune, pero
no es esto lo que ocurre porque al aumentar la población de bacterias y llegar a un
determinado número se produce la emisión de moléculas de señales de quórum sensing
que inhiben la producción de citoquinas. Con esto la bacteria consigue su propósito que
es proliferar.

[email protected] 75
El Ciclo celular: mecanismos de control.- La célula eucariota prolifera en
primer lugar, aumentando el número de moléculas y de orgánulos, y en segundo lugar
segregando su ADN. El ciclo celular se divide en cuatro etapas y existen varios puntos
de control a lo largo del mismo:

- El primero se encuentra en la fase G1, se denomina punto de restricción y es el que


controla y permite el avance del ciclo sólo si la célula ha alcanzado el tamaño suficiente
y si las condiciones de duplicación son favorables.
- El segundo está en la fase G2, que permitirá el avance del ciclo si la célula posee el
tamaño adecuado y la correcta replicación del ADN.
- Hay otro punto de control en la mitosis, que se encarga de asegurarse de que los
cromosomas se encuentren bien alineados y el huso bien formado.

Todo el proceso está controlado por kinasas dependientes de ciclinas (CDK) y


ciclinas. Las ciclinas deben su nombre a que su concentración varía en cada fase del
ciclo, se sintetizan y destruyen según la fase del ciclo celular. Hay varios tipos de
ciclinas pero las más importantes son:

Ciclinas de G1. Permiten el avance del ciclo desde G1 a S:


- Ciclina D: se une a la CDK4 fundamentalmente. Se sintetiza en respuesta a los
factores de crecimiento mitogénicos y dura hasta el final del ciclo. La función del

[email protected] 76
complejo D-CDK4 es fosforilar a la
proteína del retinoblastoma Rb (proteína
que “decide” la entrada en fase S) del
punto de restricción. Cuando está
hipofosforilada se une a activadores E2F,
pero cuando está hiperfosforilada deja la
unión con E2F y el ciclo puede entrar en la
fase S.
- Ciclina E: forma un complejo con CDK2. También fosforila a la proteína Rb.

Ciclinas mitóticas:

- Ciclina A: se empieza a sintetizar en fase S y


también forma un complejo con CDK2 que
fosforila a proteínas como PCNA. Es estable hasta
las primeras fases de la mitosis.
- Ciclina B: se une a CDK1 (o CDC2). Se
empieza a sintetizar en la fase G2. Forma los
complejos en G2, pero son inactivos.
Posteriormente interviene una forforilasa para
desfosforilar el complejo y permitir su
translocación al núcleo, donde actuará regulando el paso de G2 a M. Al final de la
mitosis la ciclina B se degrada y se separan las cromátidas hermanas.

Repercusión de la interacción bacteria-célula eucariota sobre el ciclo


celular.- Existen bacterias que interfieren con toda la maquinaria del ciclo celular.
Dichas bacterias ejercen ese control con toxinas especiales denominadas
ciclomodulinas, las cuales son proteínas triméricas que pueden inhibir la proliferación
de la célula eucariota o bien activarla.

Opiniones autorizadas proponen que las ciclomodulinas derivan de las


bacteriocinas puesto que estas impiden el crecimiento de los MOr vecinos.

Ciclomodulinas inhibidoras del ciclo celular:

- Gapstatina: es producida por Actinobacillus actinomycetes (bacteria que prolifera en


la boca de los mamíferos) y su función es la de inhibir la síntesis de la ciclina B, por lo
que interrumpe el ciclo en G2.
- CDT (toxina de distensión citoletal): La producen muchas Gram- patógenas. Provoca
un aumento del tamaño de la célula y pequeños cortes en el ADN que impiden a la
célula continuar el ciclo. Es una toxina de tipo A/B que posee 3 polipéptidos (CdtA,
CdtB y CdtC). CdtA y CdtC son los dominios reconocedores, y CdtB es una nucleasa
que se transloca al núcleo y hace cortes en el ADN de la célula. Se induce así la
respuesta a daños en la célula, con el resultado de parada del ciclo célular en fase G2.
- Cif (factor inhibidor del ciclo): Lo producen algunas estirpes de E. coli
enteropatogénicas y enterohemorrágicas. Inhibe la desfosforilación (activación) de
CDK-1, parando el ciclo en fase G2, pero no detienen la síntesis de ADN (esto da lugar
a una endorreduplicación).
- FIP (proteína inmunosupresora de Fusobacterium nucleatum): Inhibe la activación de
linfocitos T y B por sus antígenos. Está pues inhibida la síntesis de PCNA (el antígeno

[email protected] 77
nuclear de células en proliferación o PCNA es una proteína nuclear sintetizada en la
fase G1 temprana y en la fase S del ciclo celular.). Se detienen en fase G1.
- Micolactona: de Mycobacterium. Detiene el ciclo en G1.
- VacA: de Helicobacter pylori. Detiene el ciclo en G1 en linfocitos T.

La ventaja que obtiene el patógeno secretando estos compuestos es la inhibición


de la proliferación de células del sistema inmune, como linfocitos T o B, aunque
también inhiban otro tipo de células. Otra clara ventaja es en el caso de las bacterias que
viven en las mucosas o sobre la piel puesto que al inhibir el ciclo celular disminuye la
tasa de recambio de células de estos tejidos, evitando con ello que ellas mismas sean
desprendidas.

9.01.12
Ciclomodulinas activadoras del ciclo celular:

CF (factores necrotizantes citotóxicos):


Normalmente producidos por cepas de E. coli.
Activan a Rho, desaminándola (actividad
transaminasa). Esto provoca que la proteína
pierda su actividad
GTPásica (es decir, no
puede hidrolizar el GTP al
que está unida), por lo que
estará activa continuamente
induciendo con ello la
entrada en fase S. Además
de esto, CNF actúa en la
polimerasa de actina,
bloqueando la citoquinesis.
El resultado son células
gigantes multinucleadas (provoca pues
poliploidía) con dotaciones 2N, 4N, 8N, etc.

PMT: Es una toxina producida por Pasteurella multocida. Es el factor de crecimiento


más potente conocido. Es un agente mitógeno que activa la síntesis de ADN e induce la
proliferación de muchos tipos de células: osteoblastos, fibroblastos, etc. No se conoce
muy bien su mecanismo de
acción pero se cree que es una
transaminasa de proteínas G
tetraméricas (no monoméricas
como Rho). Activa a la
proteína Gq constitutivamente,
pero no se ha comprobado que
origine cáncer.

Como sabemos, en el
suero que se utiliza en los
cultivos celulares se encuentran
los distintos factores de
crecimiento que necesitan las

[email protected] 78
células cultivadas para proliferar. El medio de cultivo suele contener un 10% de suero y
con ello es suficiente para aportar los distintos factores de crecimiento. La toxina PMT
es tan potente que con sólo unos picogramos añadidos al medio realiza la misma
función que el 10% de suero.

CagA: Es un antígeno asociado a la citotoxicidad. Lo produce Helicobacter pylori, la


cual inyecta la toxina en la célula del epitelio gastrointestinal mediante un SS4T. Es
reconocida como sustrato por proteínas de transmisión de señales (kinasas) de la célula
eucariota, es decir, como una proteína propia de la célula. Recluta proteínas de
transmisión de señal que intervienen activando la proliferación celular, actuando como
un andamio para montar un complejo de señalización celular. Ha sido la primera
oncoproteína bacteriana identificada (cáncer de estomago). En definitiva, la CagA
presenta características similares a las oncoproteínas eucariotas.

En el esquema se muestran las proteínas que son reclutadas por CagA y sus
funciones principales.

[email protected] 79
TEMA 15. ITERFERECIA DE LOS PATÓGEOS BACTERIAOS CO LA
MUERTE CELULAR DEL HOSPEDADOR.

Introducción.- Las células de los organismos pluricelulares pueden morir de dos


maneras distintas, por apoptosis o por necrosis y la diferencia más significativa entre
ambos procesos está en que en la apoptosis la célula dirige su propia muerte, poniendo
en marcha un programa genético que la lleva a desaparecer sin molestar a las células
vecinas.

a) necrosis, sucede cuando la célula es


víctima de un accidente, o bien el resultado
de una agresión por moléculas toxicas. La
célula termina estallando rompiendo sus
membranas y liberando el contenido al
exterior, que también es dañino para las
células de vecinas, dando lugar a la
inflamación. La necrosis es una muerte
celular desorganizada.
b) apoptosis o muerte celular
programada, es la que sucede cuando la
célula dirige su propia muerte, la célula se
empequeñece y las membranas no se
rompen. No se lisa sino que se fragmenta en
corpúsculos apoptóticos que son eliminados
finalmente por el sistema inmune. Es la
célula la que dirige su propia muerte,
desorganizándose de forma organizada.

La apoptosis es un proceso muy


conservado a lo largo de la evolución. Tiene
una función importante en el desarrollo
embrionario, en el desarrollo de los tejidos y
también en el recambio de las células de los
tejidos. Tienen también un papel importante
en la defensa contra células potencialmente
peligrosas, como las células cancerígenas o
las infectadas por virus. Muchos agentes
infecciosos intervienen en la muerte celular
por apoptosis.

Proceso de apoptosis.- Se pueden diferenciar dos etapas en todo el proceso de


la apoptosis: la iniciación o recepción de la señal que induce a la apoptosis, y la
ejecución de la apoptosis.

- Iniciación: consiste en la recepción de la señal de inducción a la apoptosis; la señal


puede ser exógena o endógena:

Exógena: puede tratarse de una señal que se une a un receptor, el cual activa una vía de
transmisión de señal que produce cambios en la concentración de segundos mensajeros
(AMPc y Ca++), los cuales inducirán a la actividad de las caspasas. También puede

[email protected] 80
ocurrir que el receptor que recibe la señal interaccione directamente con las caspasas, es
el caso de los receptores TNRF y FAS.

Endógena: cuando la señal es endógena se facilita la salida del citocromo C de las


mitocondrias que a su vez activa a las caspasas; un ejemplo seria un daño irreparable en
el ADN.

- Ejecución: la ejecución la llevan a cabo las caspasas, que son cisteín-proteasas que
cortan el aspártico. Se agrupan en 3 clases según su estructura y su sustrato:

- Caspasas efectoras (caspasas 3, 6 y 7): son monoméricas y citosólicas, y se


sintetizan inactivas (como procaspasas). Se activan gracias a la proteolisis causada por
las caspasas iniciadoras, que les realizan dos cortes proteolíticos. Destruyen
determinadas proteínas que producen cambios en el citoesqueleto.
- Caspasas iniciadoras (caspasas 2, 8, 9 y 10): con prodominios (dominios
efectores de muerte) muy grandes y fundamentales para la unión a unas proteínas
adaptadoras que los llevan a los receptores de muerte (TNRF y FAS) donde se
oligomerizan. Una vez oligomerizadas en dímeros, se hacen activas. Sus sustratos son
las caspasas efectoras.

- Caspasa 1: inducen la apoptosis asociada a la inflamación. Es un tipo de


caspasa que se puede considerar iniciadora y que puede activarse como las demás

[email protected] 81
caspasas o bien oligomerizando sobre proteínas de orígen bacteriano. Se puede activar
por caspasas iniciadoras o bien por respuesta inflamatoria por Salmonella y Shigella.

Cuando la señal es endógena, también son importantes en la ejecución los


citocromos C (citC), que activan a proteínas andamio (AFAC-1) que ayudan a la
dimerización de las caspasas efectoras.

Otras proteínas que actúan en la apoptosis son: BcL2, que es una proteína
antiapoptótica y Bax, que es proapoptótica.

Bacterias que interfieren con la maquinaria apoptótica.- Las bacterias


pueden inducir la apoptosis en la célula hospedadora o bien inhibirla, según sus
necesidades. Las que la inducen pueden hacerlo directa o indirectamente:

- Inducción indirecta: un ejemplo son las bacterias que producen superantígenos


estimulando la proliferación masiva de linfocitos T, las cuales posteriormente inducen
su muerte. También pueden elevar las concentraciones de los segundos mensajeros (ej.
Bordetella pertussis aumenta la concentración de AMPc en los macrófagos induciendo
la apoptosis de estos; NO produce diarrea como Vibrio cholerae porque no actúa en las
células del intestino). Algunas hacen poros en la membrana (ej. a-hemolisina de E. coli)
que inducen la muerte de la célula, aunque no siempre provocan la lisis de la célula
puesto que a veces inducen la apoptosis. Finalmente, otras, producen la inhibición de
síntesis de proteínas (ej. toxina diftérica de C. diphtheriae, exotoxina de P. aeruginosa,
Shipa de E. coli).
- Inducción directa: son bacterias intracelulares facultativas u obligadas y algunos
ejemplos de ellas son Salmonella, Shigella, Listeria, Legionella, Yersinia,
Mycobacterium, Chlamydia, Rickettsia, Coxiella.

10.01.12
Shigella y Salmonella pueden provocar la muerte apoptótica de los macrófagos
al inyectar mediante SS3T sus proteínas efectoras IpaB (Shigella) y SipB (Salmonella).
Estas bacterias penetran a través de las células M intestinales y son fagocitadas por los
macrófagos. Sus proteínas efectoras liberadas actúan como andamios sobre las que
dimeriza la caspasa 1 la cual activa a las interleuquinas 1β y 18 que provocan la muerte
del macrófago y la cascada inductora del proceso inflamatorio. Los polimorfonucleares
(PMN) rompen el epitelio y permiten la entrada de más bacterias a las células epiteliales
por la región basolateral de los enterocitos y se propagan de célula a célula.

Listeria induce la apoptosis de los hepatocitos, leucocitos y células dendríticas


mediante la listeriolisina que provoca poros en la membrana de las mitocondrias
permitiendo la salida del cit C que a su vez activa la caspasa que inicia el proceso de
apoptosis.

Legionella pneumophyla induce la apoptosis en macrófagos y en las células


epiteliales de los alveolos pulmonares activando la procaspasa 3 que inicia el proceso de
apoptosis.

Yersinia provoca también la apoptosis de macrófagos, pero no entra en ellos.


Inyecta una serie de proteínas efectoras: YopJ (en el caso de Y. enterocolitica) y YopP
(en el caso de Y. pseudotuberculosis) que impiden la activación de un factor de

[email protected] 82
transcripción (F-κB). Este factor de transcripción, está inhibido cuando está unido a
un inhibidor (citosólico) y activo cuando no está unido a este y se encuentra en el
núcleo. La proteína de Yersinia lo que hace es fosforilar al inhibidor para que se separe
del factor de transcripción, permitiendo su actividad. Una vez activo, puede ser
reconocido y poliubiquitinado entrando en la vía de eliminación por el proteosoma;
YopJ también se encarga de bloquear a las MAPKK impidiendo que fosforilen con lo
que se evita que se expresen genes de supervivencia, dando lugar a la apoptosis.

Mycobacterium tuberculosis es capaz de hacer dos cosas distintas puesto que


puede inhibir o inducir la apoptosis.

La inducción la puede hacer de dos formas:

- Activando TNF (factor de necrosis tumoral) que a través de su receptor induce la


cadena apoptótica.
- Inhibiendo a Bcl2 (proteína antiapoptótica).

La inhibición también la puede hacer de dos formas:

- Induciendo la secreción y síntesis de TNFS que es un receptor de TNF soluble que lo


secuestra.
- Activando la vía NF-κB.

Chlamydia en su forma vegetativa inhibe la apoptosis (porque le interesa para


proliferar en su interior) de macrófagos y células epiteliales de dos maneras:

- Impidiendo la activación de caspasa 3.

[email protected] 83
- Inhibiendo la salida de citocromo C de la mitocondria.

Cuando se encuentra en la fase final de su forma vegetativa induce la apoptosis


(para salir de la célula) provocando la sobreexpresión de Bax que a su vez induce la
liberación del citocromo C.

Rickettsia es una bacteria intracelular obligada que inhibe la apoptosis de las


células del endotelio vascular activando la línea NF-κB (genes de supervivencia).

Coxiella también es una bacteria intracelular obligada que induce la apoptosis a


través de la sobreexpresión de TNF en monocitos.

[email protected] 84
TEMA 16. VIRUS OCOGEICOS

Efectos de la infección de la célula por virus animales.- La patogénesis vírica


no tiene nada que ver con la bacteriana, sus efectos son distintos y no hay producción de
toxinas. Cuando un virus infecta una célula animal puede provocar varios efectos:

- Infección lítica: un virus penetra en una célula, hace copias de sí mismo y destruye la
célula.
- Infección lisogénica: En una infección lisogénica, un virus integra su ADN en el ADN
de la célula huésped y la información genética viral se duplica junto con el ADN de la
célula huésped. A diferencia de los virus líticos, los lisogénico no destruyen de
inmediato al huésped
- Infección persistente: liberación lenta del virus sin lisar ni matar a la célula. Ocurre en
los virus con envoltura y la salida de las partículas víricas se produce por gemación
- Infección latente: existe un lapso de tiempo desde que el virus entra en la célula hasta
que su infección se manifiesta. No necesariamente se integra en el cromosoma.
- Transformación: el virus provoca la transformación de la célula en una célula
cancerosa. Se trata de virus oncogénicos o tumorales.

Características de las células transformadas.- El cáncer es una enfermedad de


los genes, pero no todas son hereditarias, puesto que algunas son causadas por virus que
provocan mutaciones en oncogenes y genes supresores de tumores causando descontrol
en el ciclo celular. La mayoría de los cánceres humanos no son producidos por virus
como sí ocurre en el resto de animales. Los que son de origen vírico suelen ser
inducidos de forma indirecta puesto que suelen transportar oncogenes.

La célula cancerosa tiene las siguientes características:

- Pierde el control del crecimiento y de la proliferación.


- Las células normales pueden realizar un número limitado de divisiones, sin embargo
estas células no tienen límite, son inmortales.
- Se hacen además independientes de factores de crecimiento, muchas de ellas fabrican
los suyos propios.
- También pierden la capacidad de estar en estado quiescente.
- Proliferan excesivamente, tanto que a veces forman focos o apilamientos de células
que pierden la inhibición del crecimiento por contacto.
- Muchas adquieren la capacidad de crecer en agar blando, no necesitan adherirse bien a
sustrato como las células normales.
- Son tumorigénicas, es decir, si se inyectan en ratones les pueden provocar cáncer.
- Tienen una morfología diferente.

Historia. Virus tumorigénicos.- La historia de los virus oncogénicos es un


ejemplo de cómo evoluciona la Ciencia. En 1911, P. Rous realizó un experimento en el
que demostró la existencia de virus tumorigénicos (nobel de medicina 1966). Estudió un
sarcoma de pollo, sacó un extracto libre de células tumorales de ese tumor y lo inyecto
en un pollo sano. Al cabo de cierto tiempo ese pollo sano paso a tener cáncer. Se dedujo
de esto que había un agente infeccioso que lo provocaba, en este caso, el virus RSV
(virus del sarcoma de Rous).

[email protected] 85
Antes de esto, en 1908, Ellerman y Bang se llevaron el mismo reconocimiento
por hacer el mismo experimento pero con leucemia. Pero como la leucemia no se
consideraba cáncer por aquel entonces, no se describió el agente como un virus
tumorigénico.

En 1970, S. Martin, demostró que este efecto carcinogénico se debía a un


oncogén presente en el genoma del virus. Se comprobó que es posible obtener un virus
transformante agudo (como el RSV) a partir de un transformante débil por continuas
selecciones e infecciones. Se dedujo de esto que la capacidad tumoral podría provenir
de la actividad de oncogenes de la propia célula eucariota. Comprobó además que el
virus era capaz de infectar y transformar a 35º C de temperatura, pero que era incapaz
de hacerlo a 45º C, puesto que a esta temperatura sólo infectan, no transforman. Todo
ello hizo pensar que había alguna proteína causante del sarcoma del pollo y se descubrió
así el gen que la producía. La capacidad tumorigénica se debe al gen v-scr que después
fue denominado por primera vez encogén.

En 1969, Huebner y Todaro, sugirieron la hipótesis del oncogén: “El origen del
cáncer es la expresión de oncogenes provenientes de una infección ancestral en la que se
introdujeron en la línea germinal animal”. Postularon una "teoría del oncogén" según la
cual el genoma celular contenía un "oncogén" potencialmente responsable de la
transformación neoplásica, que era transmitido por la línea germinal y podía ser
activado por diversos agentes carcinogénicos. Había nacido la palabra oncogén en una
sorprendentemente clara visión del futuro. Hoy día se sabe que no es así, sino que hay
genes homólogos a los genes víricos con capacidad potencialmente tumoral.

[email protected] 86
En 1976, Bishop y Varmus, demuestran por primera vez que hay genes
eucariotas homólogos a oncogenes víricos. Varmus descubrió el primer oncogén al
investigar la acción del retrovirus del sarcoma de Rous, que provoca tumores en las
gallinas; descubrió que el causante de los tumores era un gen que no pertenecía al ARN
del virus sino que formaba parte de la dotación genética de las células de la gallina, de
donde lo adquiere el virus, y en cuyo caso ese gen, antes normal, provoca ahora la
división descontrolada de la célula. En 1989 Varmus y Bishop compartieron, por estos
descubrimientos, el Premio Nobel de Medicina y Fisiología.

En el esquema de la página anterior se muestra el proceso seguido para la


demostración de la existencia de protooncogenes en el genoma de células normales. El
oncogén homólogo al v-src es el c-src. Los oncogenes no mutados que se encuentran en
las células normales se les llama protooncogenes, y a los mutados, oncogenes. Los
oncogenes se designan con tres letras, por ejemplo src por el virus del sarcoma de Rous.
A la forma viral o maligna del oncogén se le antepone una v (v-src) y a la forma
benigna, normal o celular se le antepone una c (c-src).

Los genes de las células eucariotas homólogos a los oncogenes víricos son genes
que en la normalidad tienen funciones fisiológicas importantes y que no producen
cáncer en condiciones normales.

16.01.12
¿Cómo capturan los retrovirus los proto-oncogenes de las células?- Los
retrovirus transformantes agudos contienen uno o, a veces, dos oncogenes. La captura
de protooncogenes celulares por los retrovirus es consecuencia de su ciclo de vida y de
su elevada frecuencia de recombinación. Los retrovirus transformantes débiles inducen
transformación sin llevar oncogenes en su genoma.

Del estudio de la secuencia de nucleótidos del v-src, al poseer intrones y exones,


que son secuencias exclusivas de ADN animales y no virales, se dedujo que este gen no
pertenece al virus, sino que debió ser arrastrado por el virus después de unirse y
desprenderse del ADN de alguna célula animal infectada durante la evolución.

Los oncogenes proceden de genes celulares reguladores, los protooncogenes.


Muchos protooncogenes participan en cascadas de señalización que reciben, integran y
transmiten señales de proliferación provenientes del exterior, ejecutando programas
específicos mediante la expresión de genes concretos que ponen en marcha la
maquinaria celular de crecimiento y
entrada en el ciclo celular.

Durante la primera fase del ciclo


vírico el ARN mediante la transcriptasa
inversa se transforma en ADN y se
integra en el genoma celular. La
integración la hace como provirus sin
lisar a la célula.

Los oncogenes víricos no son


iguales que los protooncogenes de
eucariotas. Muchos oncogenes víricos

[email protected] 87
son parte del protooncogen que en su momento fue capturado. Otros virus capturaron el
protooncogen eucariota completo (que no es tumoral) pero al integrarlo en su genoma
precedido de un promotor muy fuerte (LTR es unas 50 veces más fuerte que el promotor
normal) acabó siendo tumoral por sobreexpresión. Muchos otros virus han estado
acumulando mutaciones del protooncogen que capturaron al multiplicarse tantas veces.

Además de descubrir que el


oncogén v-src era carcinogénico, se
descubrió que estaba formado por cuatro
genes (gag, pol, env y src), tres de los
cuales imprescindibles para la
multiplicación del virus y el cuarto gen, el v-src, que no realiza ninguna función en el
virus, pero que en las células produce la transformación maligna cuando se infectan por
el virus.

En la figura se muestra la secuencia de activación del protooncogén myc por sobreexpresión


debida a la integración del virus ALV

Algunos retrovirus contienen una secuencia promotora llamada LTR (Long


Terminal Repeat, en inglés), que cuando es incorporado al ADN de la célula infectada
adyacente a las secuencias reguladoras de un protooncogén, se produce un aumento en
la expresión de ese gen que queda bajo el control del promotor viral LTR,
produciéndose alteraciones en el crecimiento y diferenciación celular.

Los retrovirus transformantes débiles no provocan tumores de forma inmediata,


pero si su genoma se inserta cerca de un protooncogén puede provocar una inestabilidad
genética que induzca errores de replicación.

[email protected] 88
En la figura se muestra las secuencias del proceso de formación del retrovirus transformante
agudo.

El transcrito híbrido tiene que madurar y pasar entre otros por el proceso de
splicing, pero lo hace de forma anormal, de manera que se forman dos moléculas
independientes, una de ellas lleva el ARN híbrido y la otra el ARN genómico viral.
Estas dos moléculas se encapsulan y pasan así a formar parte de un nuevo virus que
puede infectar a otra célula. En esta se puede realizar una recombinación no homóloga
que contenga el oncogén.

Se han descrito más de 30 retrovirus de animales que portan oncogén. Pero no se


han encontrado retrovirus humanos portadores de oncogenes. No hay tumores humanos
debidos a retrovirus portadores de oncogenes, pero sí existen cánceres humanos
provocados por retrovirus (no portadores de oncogenes, sino que lo hacen por otro

[email protected] 89
proceso). La mayor parte de los virus que provocan cáncer en humanos son virus de
ADN. La gran mayoría de los tumores humanos no son causados por virus, pero hay
que destacar algunos virus tumorales humanos:

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En la siguiente tabla se muestra una relación de virus asociados a tumores en el
hombre:

VIRUS AD TUMORES ASOCIADOS


FAMILIA HERPESVIRIDAE
Virus de Epstein Barr (EBV) Linfoma de Burkitt (cáncer de linfocitos B) y
carcinoma nasofaríngeo
Virus herpes tipo 8 (HHV-8) Sarcoma de Kaposi
Virus herpes simples tipo 2 (HSV-2) Carcinoma de cuello uterino (5%)
FAMILIA HEPADAVIRIDAE
Virus de la hepatitis B Cáncer de hígado (carcinoma hepatocelular)
FAMILIA PAPOVAVIRIDAE
Papilomavirus (HPV-6,11) Verrugas (benigno)
Papilomavirus (HPV-16,18) Carcinoma de cuello uterino (90%) y anogenitales

VIRUS AR TUMORES ASOCIADOS


FAMILIA RETROVIRIDAE
Virus de la leucemia de las células T (HTLV-I, II) Leucemia de células T/Linfoma
Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH-I) Sarcoma de Kaposi

El paliomavirus SV40 es un virus ADN del mono que no provoca en este animal
transformación tumoral pero sí lo hace en los humanos. El virus del polioma de ratón
también pertenece a esta familia.

El VIH es un virus ARN no oncogénico, pero provoca inmunodeficiencia que


puede acabar con las defensas y facilitar así la entrada de virus tumorales.

El virus de la hepatitis C es un virus ARN perteneciente a la familia Flaviviridae


que provoca carcinoma de hígado.

Los virus del herpes o Herpesvirus portan oncogenes pero no son retrovirus, son
virus ADN.

Las células transformadas mantienen integrado en su genoma, total o


parcialmente, el genoma vírico, pero a veces los virus de ADN no se insertan en el
genoma sino que penetran en la célula y se quedan en forma de episoma (unidad
extracromosómica replicante que funciona autónomamente o con un cromosoma que
puede integrarse, en muchos casos mediante un proceso de recombinación, en un
cromosoma del organismo que lo porta; los episomas más conocidos son los plásmidos).

Clasificación de los virus oncogénicos.-

[email protected] 91
Los genes carcinogénicos, ya sean oncogenes o no lo sean, pueden provocar
cáncer por activar constitutivamente cascadas de transmisión de señal, o bien porque
interfieren en la regulación del ciclo celular.

Los que activan permanentemente cascadas de señalización en la célula


eucariota producen:

Los que interfieren el ciclo celular producen:

Proteínas víricas que interfieren con la señalización celular.

v-Src: La proteína v-Src (homóloga de c-Src) es una proteína de membrana con


actividad kinasa de tirosina que posee 4 dominios importantes:

- SH1: con actividad tirosín-kinasa, cerca del extremo carboxilo-terminal.


- SH2: de unión al grupo fosfato de determinadas proteínas fosforiladas.
- SH3: de unión a secuencias ricas en prolina de otras proteínas.
- SH4: de unión a la membrana, requiere que se le añada un lípido. Está en la región
amino-terminal.

Esta estructura le permite también hacer interacciones intramoleculares, y así


autoregularse ella misma por fosforilación.

En condiciones normales esta proteína esta en dos formas: inactiva o activa. Se


encuentra inactiva cuando el dominio SH2 se une a un grupo fosfato que está en el
extremo carboxilo de la propia proteína (concretamente en la tirosina Y527). Cuando
ocurre esto, SH3 reconoce y se une a la hélice rica en prolina de la propia proteína. Esto
provoca una distorsión del dominio SH1, perdiendo su actividad kinasa.

[email protected] 92
Para activarse se tienen que romper esas interacciones intramoleculares. Bien
porque el grupo fosfato deja de interaccionar con SH2 porque aparece una proteína
fosforilada por la que tiene más afinidad, o bien porque aparece otra proteína rica en
prolina por la que el dominio SH3 tiene más afinidad. Así, se fosforila el propio
dominio kinasa y recobra su actividad kinasa.

La oncoproteína v-Src tiene una deleción en el extremo carboxilo-terminal, que


le hace permanecer siempre activa, ya que SH2 no se puede unir a esa tirosina.

V-Ras: Ras es una pequeña proteína G monomérica que interviene en la señalización


mitogénica. Esta proteína cuando está unida a GDP esta inactiva y cuando está unida a
GTP esta activa. Los factores de cambio SOS y GAP son los que la activan o desactivan
respectivamente.

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La oncoproteína v-Ras tiene una mutación en la posición 12, en la que posee una
Valina en vez de una Glicina. Esto hace que la proteína no pueda hidrolizar el GTP, por
lo que está constitutivamente activa. Con ello induce la proliferación celular
incontrolada provocando tumores.

LMP1: Es una proteína del virus de Epstein Barr que no tiene homólogo celular.
Cuando se asocia a la malaria provoca un linfoma pero en condiciones normales no.

La LMP1 es una proteína de membrana del virus que se inserta en la membrana


de la célula y se comporta como si fuera el receptor del TNF. En la membrana dimeriza
y así permanece constitutivamente activa. Es reconocida por proteínas de la célula,
proteínas de unión al TNFR, que inducen una cascada de quinasas que activan al NF-κB
(inhibidor del factor nuclear κB), lo que supone la activación de la transcripción de
genes de supervivencia que llevan a la proliferación de la célula.

Antígeno mT: Se trata del antígeno mediano del


virus del polioma del ratón que no tiene homólogo
celular. La proteína c-Src celular en condiciones
normales se encuentra unida a la membrana
plasmática. La función de mT, como es una fosfatasa,
es desfosforilar la tirosina Y527 de la c-Src,
provocando su activación constitutiva. Además, Pp2a,
que es sustrato de la proteína c-Src, activa las vías de
señalización de Ras y otras vías.

Antígeno sT: Es la proteína pequeña del


SV40 del mono. Este antígeno altera el
nivel de fosforilación de MapK. Cuando
sT se une a Pp2a la inhibe, por lo que las
MapK no se pueden desfosforilar y
permanecen siempre activas. Estas MapK
se translocan al núcleo y promueven la
proliferación celular.
Además, este antígeno inhibe a una
fosfatasa en el núcleo, evitando que se
desfosforilen los factores de transcripción,
permaneciendo también siempre activos.

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E5: Es una proteína que no tiene homólogo celular. El receptor del factor de
crecimiento epidérmico Egf en ausencia de
ligando está inactivo, pero al unirse el
ligando, se dimeriza y se activa. Se inactiva
cuando es endocitado unido al ligando
formándose un endosoma que acabara
degradando al ligando y reciclando al
receptor.

La proteína E5 lo que hace es inhibir


la degradación del receptor-ligando, ya que
ralentiza la endocitosis y además inhibe la
acidificación del endosoma.

Proteínas víricas que interfieren el ciclo


celular. Algunos virus interfieren las señales
citogénicas del ciclo celular.

El avance de la fase G1 hacia la


replicación del ADN en el ciclo celular
depende de un punto de control o restricción
R. Ese punto de control está gobernado por
la proteína del retinoblastoma (Rb). La
proteína Rb, en su forma hipofosforilada
secuestra al E2F, un factor de transcripción,
evitando que avance el ciclo hasta que las
condiciones sean las adecuadas. Si las
condiciones son buenas, Rb es fosforilada y
se separa de E2F permitiendo que continúe
el ciclo celular.

Existen virus que tienen como diana


a Rb y otros a p53. En los primeros, las
proteínas E1A, LT y E7 se unen a Rb
activándola para deshacer el complejo que
forma con E2F. Esto provoca el avance del
ciclo de fase G1 a S, independientemente de
si las condiciones son buenas o no para hacerlo.

Si la célula entra en fase S sin ser el momento apropiado, se induce la apoptosis.


Pero estos patógenos no solo tienen proteínas para provocar el avance del ciclo, sino
que también producen proteínas que evitan la apoptosis. En definitiva, llevan el kit
completo para que su infección sea la apropiada.

La proteína p53 es el más importante supresor tumoral, pero es muy inestable en


condiciones normales. Cuando se produce un daño en el ADN esta proteína se vuelve
estable y para el ciclo celular activando a p21. Si el daño no se arregla p53 induce la
apoptosis celular.

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E6: Esta proteína del HPV-16, 18, se une a p53 y a una ligasa de ubiquitina provocando
la ubiquitinización de p53 y su posterior degradación en el proteosoma.

Antígeno LT Y E4: Ambas proteínas secuestra a p53 y lo mantienen inactivo.

E1B: Se une a p53 y lo transforma en represor en vez de activador de la transcripción


de esos genes.

Los genes de p53 y Ras son los que aparecen mayoritariamente mutados
en muchos tipos de cáncer. Generalmente la mutación se corresponde con el sitio de
unión a ADN.

En resumen, podemos decir que los virus del ADN requieren dos tipos de
proteínas: las que activan a Rb y las que secuestran a p53.

------ FI -----

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