DIAZ, Carlos, Pedagogía de La Ética Social. para Una Formación de Valores, México, 2004
DIAZ, Carlos, Pedagogía de La Ética Social. para Una Formación de Valores, México, 2004
DIAZ, Carlos, Pedagogía de La Ética Social. para Una Formación de Valores, México, 2004
ETICA
SOCIAL
Para una formación de valores
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FfcDAUUUlA D E LA
ÉTICA
SOCIAL
Para una formación de valores
Carlos Díaz Hernández
EDITORIAL
TRILLAS
México, Argentina, España
Colombia, Puerto Rico, Venezuílela I (E
Catalogación en la fuente
Díaz Hernández, Carlos
Pedagogía de la ética social: para una
formación de valores. — México : Trillas, 2004.
315 p. ; 23 cm.
ISBN 968-24-7023-4
Prólogo 5
Cap. 1. Antropología filosófica 9
Del instinto animal a la cultura humana, 9. La larga marcha de
la hominización, 11. El individuo, la especie: tan jóvenes, 15. La
singularidad humana inteligentemente emocional, 19. La con-
ciencia moral, 26. La veracidad, 32. La cultura, 35. Cultura y
aprendizaje: la educación, 43. Cultura y natura, 45.
Cap. 2. La persona humana 49
La persona, 49. Ser acompañado: persona y relación, 59. Ser
amado: persona y amor, 61. Madurez y realización personal, 71.
Persona y conflicto racional, 79. La dignidad humana, 85.
Cap. 3. Persona y valores 91
Posmodernidad y crisis de valores, 91. Una especie atrofiada en
su desarrollo moral, 94. Dificultades para valorar bien, 96.
Otras dificultades valorativas más directamente vinculadas al
orden de los afectos, 106. Teorías sobre el valor, 109. Del valor
(teoría) a la virtud (práctica), 134.
Cap. 4. Formación ética y cívica 153
'Cfr. C. Díaz, Educar en valores. Guía para padres y maestros, Trillas, México, 2000.
2
Cfr. las 10 siguientes virtudes de C. Díaz, La virtud del amor; La virtud de la alegría; La vieja y nueva plaga de la esclavitud en el mundo, 153. El Esta-
La virtud de la paciencia; La virtud de la prudencia; La virtud de la templanza; La virtud de do ¿supera la división entre libres y esclavos?, 154. Pero ¿han lo-
la confianza; La virtud de la esperanza; La virtud de la fortaleza; La virtud de la justicia y La
virtud de la humildad, todas publicadas por Editorial Trillas, México, 2002.
grado todos los Estados hacernos buenos, o ellos mismos se han
*Cfr. C. Díaz, Educar en Valores. Primaria, vols. 1 a 6 con su correspondiente guía didác- hecho malos al monopolizar las violencias ajenas para impedir-
tica, 'Irillns, México, 2001. las?, 157. Defensa de la libertad de expresión popular para frenar
}{ ÍND1CK DV, CONTENIDO
En efecto,
LA LARGA MARCHA
la distinción entre lo innato y lo adquirido a veces es muy difícil. En efecto,
porque un comportamiento sea esteriotipado o idéntico en diferentes indi- DE LA HOMINIZACIÓN
viduos no vamos a calificarlo como innato, ya que es normal que unos in-
dividuos de la misma especie, emplazados en unas circunstancias idénticas, Esa vida así surgida fue evolucionando hasta llegar a la humana. Vea-
y en un medio idéntico, tengan tendencias a aprender las mismas cosas y a mos los hitos más importantes.
expresarlas del mismo modo. E inversamente, el hecho de que un compor-
tamiento no sea ejecutado desde el principio de una forma perfecta y defi-
nitiva no autoriza a concluir que dicho comportamiento no sea innato. El
comportamiento se asienta progresivamente. Algunas respuestas se tradu- El desafío ecológico
cen muy pronto en la vida, como la reacción de fuga ante los predadores y
los movimientos de comodidad y de cuidado corporales. Otras no hacen su A finales del Pleistoceno, hace dos millones de años, ciertos cambios
aparición hasta mucho más tarde, cuando el individuo se hace adulto: tales climáticos acaecidos en África meridional causaron la pérdida de árboles
son, en particular, todos los comportamientos vinculados a la reproducción y bosques, ahora sustituidos por sabanas semiáridas. De este modo, diver-
como, por ejemplo, el combate territorial en el acaso de un animal vertebra- sos grupos de australopitecus se vieron forzados a adaptarse a un nuevo
do. Este progresivo asentamiento se combina con la aparición de los procesos sistema ecológico, pasando de recolectores a cazadores de pequeños ani-
de aprendizaje, y hasta se da la circunstancia de que ciertas manifestaciones males de movimientos lentos, como crías de aves, etc. Además, adoptaron
aprendidas aparecen antes de haber concluido la maduración completa del
una dieta omnívora, lo cual multiplicó sus posibilidades de supervivencia.
comportamiento innato.
Por lo demás, el comportamiento del cazador ha de ser más rápido que
Además, no se da solamente un desarrollo paralelo de los procesos de
el del recolector, pues, obligado a perseguir su pieza, tiene que adaptarse
aprendizaje y del comportamiento humano, sino que existe entre ambos
una estrecha dependencia. Los genes expresan únicamente potencialida- a sus modalidades de huida y defensa.
des, y éstas se manifiestan en función de las condiciones del medio. E, in-
versamente, lo que un animal puede aprender viene limitado por sus infor-
maciones genéticas, por su equipamiento innato. Los animales, de hecho, El bipedismo
heredan simplemente unas predisposiciones para aprender determinadas
cosas en determinados momentos. Así pues, el comportamiento final de un Por otra parte,
animal está en función a la vez de las informaciones genéticas y de las del
medio o entorno. Y el desarrollo de dicho comportamiento, tanto en lo que
atañe a lo innato como en lo que se refiere a lo adquirido, está en función la aptitud para la posición bípeda debió de afirmarse por las indudables ven-
primordialmente de la evolución y asentamiento del material de equipo tajas que el bipedismo ofrecía en un medio abierto y poco boscoso. El primate
subyacente».2 que podía enderezarse y desplazarse con las articulaciones posteriores tenía
un mejor control del terreno, extendiendo el campo visual. Podía divisar des-
de lejos eventuales depredadores y buscar refugio a un tiempo. Tenía además
*I. Eibl-Eibesfeldt, Amor y odio. Historia natural de las pautas elementales de compor- mayores oportunidades en la recogida de frutos y bayas para comer; en fin,
tamiento, Siglo XXI, México, 1991, pp. 50 y ss. la mano, liberada de las funciones de apoyo y sostén, podía usarse para blan-
2
J. C. Ruwert, Etología, Herder, Barcelona, 1978, pp. 70 y ss. dir palos o empuñar piedras, para defenderse o cazar.
12 CAP. 1. ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA LA LARGA MARCHA DK \A HOMIMZACIÓN 13
Otra ventaja del bipedismo es el incremento de vínculos sociales y fami- paración con él, el periodo histórico conocido por nosotros resulta insigni-
liares; la posibilidad de procurarse alimento y de transportarlo al territorio ficante. Pero se había dado ya el paso decisivo: la mano era libre y podía ad-
familiar debió de favorecer una división de los quehaceres entre el macho y quirir ahora cada vez más destreza y habilidad; y esta mayor flexibilidad
la hembra: el primero se encargó sobre todo de la búsqueda de alimentos, adquirida se trasmitía por herencia y se acrecentaba en cada generación.
mientras que la segunda cuidaba de la prole. El bipedismo, al ser un compor- Vemos, pues, que la mano no es sólo el órgano del trabajo, es también pro-
tamiento adquirido, exigió una relación parental más estrecha. ducto de él. Únicamente por el trabajo, por la adaptación a nuevas funcio-
Pasará todavía mucho tiempo hasta que las manos se utilicen según el nes, por la trasmisión hereditaria del perfeccionamiento especial así adqui-
deseo de la mente y puedan construir objetos manufacturados. Entonces sí rido por los músculos, los ligamentos y, en un periodo más largo, también
habrá un salto cualitativo gracias a la cultura.3 por los huesos, y por la aplicación renovada de estas habilidades heredadas
y elevadas a funciones nuevas y cada vez más complejas, ha alcanzado la
mano humana su perfección.5
dominan su territorio, el ser humano busca progresar siempre, y eso im- EL INDIVIDUO, LA ESPECIE:
plica un aprendizaje. TAN JÓVENES
Esta especie humana que tan rápidamente ha ido adaptándose al me-
El simbolismo < dio y modificándolo a su vez, esta especie humana última llegada al pla-
neta, aún en vías de desarrollo manifiestamente mejorable es, a la vez, una
Con el pensamiento conceptual aparece el simbolismo. Podemos divi- especie compleja, capaz de lo mejor y de lo no tan bueno. Humana (homo
dir los signos en señales y símbolos. Dada su intrínseca relación objetiva, viene de humus), rodando con velocidad tan rápida como inasimilable in-
el trueno es señal del rayo, el humo lo es del fuego: siempre que hay lo cluso para ella misma, desde hace 13 000 millones de años o más el cos-
uno hay lo otro. mos ha ido preparándole su nicho ecológico: los humanos terrícolas exis-
El hombre es un animal que usa símbolos: las palabras «The End» sim- ten desde hace un millón y medio; el Homo sapiens, desde hace 200 000
bolizan el final de la película; la rosa, el amor, etc. Los símbolos relacio- (Paleolítico); desde hace apenas 10 000 años (gran cambio del Neolítico),
nan cosas distintas de sí mismos, entre el signo y lo significado no hay re- un número creciente de agricultores y ganaderos sedentarios; desde hace
lación natural, sino artificial: podríamos simbolizar el amor con algo que unos 5000 años, grandes culturas y grandes religiones de la historia pri-
no fuera una rosa. Esto no lo captan los animales. mitiva.
De entre los símbolos, el lenguaje es la forma más importante y la ca-
racterística humana exclusiva. Mientras los sistemas de signos de los anima-
les son iguales en cada especie animal (todos los perros ladran del mismo Tan recientes, y tan sabios tecnológicamente
modo), hay diferentes lenguas humanas. El loro puede repetir sonidos, pero
no puede articular palabras. El lenguaje humano trasmite conceptos, y no Pues bien, si tomásemos 62 años como esperanza media de vida para
meros sonidos. los últimos 50 000 años de la historia de la humanidad, ahora nos encon-
traríamos en la vida número 800, de las cuales 650 vividas en cavernas;
desconocedoras de la palabra escrita hasta la generación 70 anterior a no-
sotros; sólo en las seis últimas se ha dado la palabra impresa al alcance de
La autoconciencia las masas; sólo en las cuatro últimas, exactos cómputos de tiempo; sólo
en las dos últimas, el motor eléctrico (electrodomésticos); sólo una, la nues-
En definitiva, ¡qué diferente es la vida humana consciente, si la com- tra, la número 800, ha conocido la mayor parte de los bienes de consumo,
paramos con la vida de una garrapata, regida por sus instintos primarios! y -dentro de ella- únicamente en los tres últimos decenios ha tenido acce-
«La garrapata espera en las ramas de cualquier arbusto para caer sobre so a la universalización de las redes informáticas y telemáticas: baste decir
algún animal de sangre caliente. La proximidad de la presa se la indica que un servidor no conoció la televisión cuando fue niño, y el ordenador
a ese animal ciego y mudo el sentido del olfato, que sólo está despierto personal sólo hace unos años. Pero a un sobresalto sigue otro, como el de
al único olor que exhalan todos los mamíferos: el ácido butírico. Ante esa la ingeniería genética:
señal se deja caer, y cuando cae sobre algo caliente y ha alcanzado su
presa, prosigue por su sentido del tacto y de la temperatura hasta encon- Con grandes titulares se nos informa que la clonación es ya un éxito. Y no-
trar el lugar más caliente, el que no tiene pelos, donde perfora el tejido sotros, todos los hombres del planeta que no queremos esta profanación últi-
de la piel y chupa la sangre. El mundo de la garrapata consta solamen- ma de la naturaleza, ¿qué podemos hacer frente a la inmoralidad de quienes
te de percepciones de luz y de calor y de una sola cualidad odorífera. Está nos someten? La humanidad ha recibido una naturaleza donde cada elemento
probado que no tiene sentido del gusto. Una vez que ha concluido su pri- es único y diferente. Únicas y diferentes son todas las nubes que hemos con-
mera y única comida, se deja caer en el suelo, pone sus huevos y muere. templado en la vida, las manos de los hombres y la forma y el tamaño de las
Naturalmente, sus posibilidades son escasas. Para asegurar la conser- hojas, los ríos, los vientos y los animales. Ningún animal fue idéntico a otro.
Todo hombre fue misteriosa y sagradamente único. Ahora, el hombre está al
vación de la especie, un gran número de esos animales espera sobre los borde de convertirse en un clon por encargo: ojos celestes, simpático, empren-
arbustos, y además cada uno de ellos puede esperar largo tiempo sin ali- dedor, insensible al dolor o, trágicamente, preparado para esclavo. Engranajes
mento. Se han conservado con vida garrapatas que estuvieron dieciocho de una máquina, factores de un sistema, ¡qué lejos, Hólderlin, de cuando los
años sin comer.»6 hombres se sentían hijos de los dioses!7
6 7
A. Gehlen, El hombre, Sigúeme, Salamanca, 1991, p. 95. K. S;il>;it<>, Antes delfín, Seix Bnrral, Barcelona, 1999, pp. 129-130.
M* CAÍ: I. ANTKOI*OI,O<;ÍA FILOSÓFICA EL INDIVIDUO, LA KSPECIE: TAN JÓVENKS 17
Da miedo pensar en la aplicación de la ingeniería genética a los seres • En 1895, el fisicomatemático lord Kelvin manifiesta: «Máquinas vo-
humanos: ¿qué puede salir de esos laboratorios, si quienes los rigen no al- ladoras más pesadas que el aire son de todo punto imposibles».
canzan unos niveles de decencia humana mínimos? Obvia decir que el des- • En 1899, Charles Duell, nada menos que director del registro de pa-
arrollo tecnológico sin el moral puede llevar al colapso de la especie y a tentes de Estados Unidos, comenta: «Se ha inventado ya todo cuan-
la destrucción de la Tierra. De momento, recombinando genes correspon- to se puede inventar», razón por la cual aconseja a la Casa Blanca
dientes a especies no relacionadas en absoluto, las especies dejan de ser vis- la clausura de tal registro.
tas, en términos orgánicos, como entidades indivisibles, para pasar a ser • El 2 de agosto de 1968 se lee en el Business Week: «Con más de 50
entendidas como estructuras básicas que contienen bloques genéticos pro- marcas extranjeras de automóviles vendiéndose ya en Estados Uni-
gramados que pueden ser reproducidos y recombinados mediante su ma- dos, no es en absoluto probable que la industria automovilística ja-
nipulación en el laboratorio. En la Universidad de Pennsylvania, un equipo ponesa consiga ni siquiera un pequeño porcentaje del mercado ame-
de investigadores ha insertado in vitro genes de hormonas humanas del ricano».
crecimiento en el código biológico de embriones de ratones. Los embriones • En 1977, Ken Olson, a la sazón destacado presidente de Digital Equip-
fueron implantados en un ratón hembra y ésta los gestó. Los ratones que ment Corporations, proclama: «No existen razones para que un indivi-
nacieron contenían genes humanos plenamente funcionales en su estruc- duo tenga un ordenador en su propia casa».
tura biológica y crecieron hasta cerca del doble de los que crecieron nor-
malmente, trasmitiendo estos genes humanos a las sucesivas generaciones. No sólo cambia la perspectiva ante el progreso científico, también la
¿Ratántropo, antropomúrido? ¡Si Frankenstein levantara la cabeza! vida humana se ha dilatado tanto, que hoy sólo con humor podemos leer
Los científicos de la Universidad Politécnica del estado de Virginia frases como ésta de Stendhal: «La señora de Renal tenía casi 30 años, pero
han creado cerdos transgénicos que pueden producir proteína C en la le- todavía era una mujer encantadora». Hoy día, a los 30 años de edad, una
che (tal proteína es un anticoagulante que parece tener muchas probabi- mujer es todavía casi una adolescente a la búsqueda de su primer empleo.
lidades de convertirse en el elemento fundamental para la prevención de Prótesis sobre prótesis, quién sabe cómo pueden terminar las cosas ma-
apoplejías y ataques al corazón). ñana. ..
Hoy día, miles de microorganismos y plantas han sido patentados, así Todas las mutaciones que han venido luego se han dado, además, con el
como seis animales. Más de 200 animales producidos artificialmente em- trasfondo del celerísimo cambio del escenario geoestratégico, que ha barri-
pleando técnicas genéticas están pendientes de aprobación en la Patent do el mapa de Europa: ¿dónde está el comunismo de ayer, ese gran coco?
and Trademark Office. Mediante la adjudicación de amplias protecciones Especialmente en el ámbito tecnológico, bien pocas cosas nos sorpren-
de patentes sobre formas de vida consecuencia de la ingeniería genética, den hoy, razón por la cual la gente, necesitada de creer en algo, vuelve la
el gobierno estadounidense da su visto bueno a la idea de que las criatu- vista hacia las profecías de Nostradamus, o de Rapel, si es menester. Es el
ras vivas pueden ser reducidas al estado de invenciones manufacturadas, retorno de los brujos, contra el que predicó el siglo xrx ilustrado y posi-
sujetas a las mismas normativas de ingeniería y de explotación comercial tivista. El asunto es de tal magnitud, que cada año de hoy equivale a un
que los objetos inanimados. milenio de desarrollo científico-técnico de antes. Parece que dentro de 20
Asimismo, no solamente existen ya cultivos hidropónicos, sino también años habrá viajes de fin de semana a la Luna, donde se está sembrando
sin tierra: ¿qué será de los pobres, que hasta ahora tenían al menos su peda- atmósfera artificial como base para la marti-terricolonización. A ver quién
cito de tierra, si no pueden competir productivamente con las semillas de las se atreve a predecir del futuro otra cosa que su impredecibilidad, si cada
firmas multinacionales? Hoy nos echaríamos a reír si recordásemos que: mañana tomas el tren del futuro, si empiezas a empezar cada mañana.
Nuestra especie se ha especializado en no especializarse; de ella, impre-
• En 1825, los periódicos, ante los recién estrenados 40 km/h del decible, cabe esperar cualquier cosa. Estrenamos permanentemente es-
ferrocarril, escriben: «Con esa velocidad subirá la tensión arterial de pecie humana, revalidamos nuestra novedad con otra más nueva que en-
los viajeros, y las vacas que pastan tranquilamente se marearán». vejece a la anterior; a pocos extrañará que nuestros abuelos ya apenas
• En 1876, un periódico de Boston comenta a propósito de la inven- entiendan nada de todo esto, pues se les ha ido de las manos el planeta
ción del teléfono: «La gente bien informada sabe que es imposible cuya tierra trabajaron y amasaron con sus agrietadas manos.
trasmitir la voz a través de alambres y que, si fuera posible hacerlo, Parece como si el tiempo rivalizase con dejarse atrás a sí mismo, como si
carecería de valor práctico». el planeta Tierra hubiera enloquecido en su ultrarrápida voluntad de gi-
• En 1878, tras observar la luz eléctrica en una exposición científica rar alrededor del Sol para ponerse a su altura, y terminado por autoatraparse
universal, un profesor británico escribe: «Cuando finalice la exposi- cual pescadilla que se muerde la cola, dando la impresión de que el día ha al-
ción de París, la luz eléctrica se acabará, y no se oirá más de ella». canzado a la noche, con la subsiguiente noche perpetua en las zonas más
i»
18 CAP. 1. ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA
No resulta fácil definir la inteligencia; he aquí algunas definiciones vienen dados mediante la sensibilidad; en cambio, por medio del enten-
aproximadas: dimiento, los objetos son pensados, y de él proceden los conceptos».
• «Inteligencia es lo que mide mi test» (Binet).
• «Inteligencia es la capacidad para pensar de manera abstracta» (Ter-
man). Extensión y comprensión
• «Inteligencia es la capacidad para actuar con propósitos concretos,
pensar racionalmente, y relacionarse eficazmente con el ambiente» En el concepto de «persona» no están incluidos rasgos característicos de
(Wechsler). Luis, como por ejemplo tener ojos negros y piel morena; si lo estuviesen, el
• «Inteligencia es lo que puede uno hacer con lo que sabe» (Duncan). concepto de persona no valdría para Lupita, rubia de ojos claros. El concep-
• «Inteligencia es la capacidad de frenar el impulso por medio del con- to es una representación abstracta; representa una pluralidad (o incluso la
cepto» (Thurstone). totalidad) de individuos mediante rasgos comunes a todos ellos. Cuanto más
• «Inteligir es un modo de sentir, y sentir en el hombre es un modo universal sea un concepto, tanta más extensión o denotación tendrá («perso-
de inteligir» (Zubiri). na» vale para todos los humanos, se extiende a todos, los denota a todos),
pero tanta menos connotación o comprensión (no dice en concreto nada de
El lenguaje, la simbolización, la conciencia reflexiva y la conciencia las peculiaridades de este hombre o mujer singulares de aquí y de ahora).
moral (el ser capaz de distinguir el bien y el mal), todo esto sitúa al ser Sea como fuere, no resulta tan sencillo, como pareciera a simple vista
humano a una distancia cualitativa del animal. La memoria inteligente, expresar los conceptos, ya sea por la dificultad del concepto mismo, ya
en fin, sirve tanto para dar continuidad a la inteligencia como para poten- por la del lenguaje. He aquí un ejemplo tragicómico:
ciar la creatividad.
El Instituto Internacional de Estadística pregunta a todos los países: "Por
favor, ¿qué opina su país de la escasez de alimentos en el resto del mundo?".
Transcurrido un par de meses sin contestación, los encuestadores lamentan
La abstracción no haber podido derivar resultados fiables por un problema de incompren-
sión general de la pregunta, elaborando el siguiente informe: los estadouni-
Obtenemos conceptos gracias a que ejercitamos la abstracción. La abs- denses no entendían eso de "en el resto del mundo"; los africanos descono-
tracción es la operación mental por la cual separamos los rasgos comunes cían la palabra "alimentos"; los europeos ignoraban el sentido de "escasez";
a una pluralidad de seres concretos. Dicha abstracción es resultado de un los cubanos quedaban estupefactos ante el "¿qué opina usted?"; los argenti-
conjunto de operaciones mentales coordinadas, tales como comparar ob- nos desdeñaban eso de "por favor"...
jetos y procesos, apreciar semejanzas, diferencias y relaciones entre ellos,
seleccionar las semejanzas y relaciones relevantes, y estructurarlas final- En fin, el lenguaje no sólo dice lo que dice la frase, sino lo que expre-
mente en la unidad de un concepto. Abstraer un concepto es, por tanto, sa la intención significativa: "Cambio pastor alemán por uno que hable es-
construirlo. pañol", "Solicito novia con automóvil; interesadas mandar foto del auto-
Comenzando por la sensación y la percepción, con la ayuda de la me- móvil", "Vendo máquina de escribir a la que le falta una tecla", "Viejo verde
moria, y desde la voluntad motivadora, alcanzamos el concepto, la idea, busca chica ecologista"...
nombre bajo el cual se encierra la totalidad de la vida inteligente huma-
na, la razón cálida, que no es una mera razón fría: «La realidad sentida es
aprehendida en inteligencia sentiente, y su aprehensión nos instala apre- La afectividad
hensivamente en la realidad. Estamos instalados en la realidad por el sen-
tir, y por eso sentir lo real es estar ya inteligiendo».8
La psicología diferencial nos instruye sobre la forma en que el abuelo,
Si en la percepción se captaban siempre realidades singulares, objetos el padre, el adulto y el niño se comportan a tenor de la edad. La psicología
individuales, este árbol, este hombre, sin embargo no percibíamos todavía social llama la atención sobre la influencia del entorno sobre el individuo.
el árbol, ni el hombre, los cuales son ya «conceptos», realidades pensadas La psicología evolutiva da cuenta del carácter perfectivo y dinámico de la
por el «entendimiento» y, por tanto, universales, aplicables a todo árbol y creatividad humana. Mas ¿qué nos dice la filosofía? Que nos implicamos
a todo hombre sin excepción. Como dijo Immanuel Kant: «Los objetos nos más, y más creativamente, en lo que más nos interesa, en lo que nos resul-
ta más valioso. Resulta erróneo desacreditar el acto de compasión o de
8
X. Zubiri, Inteligencia sentiente. Alianza, Madrid, 1997, p. 84. amor (de las emociones en general) para remplazarlo por actos de la vo-
22 GAP. 1. ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA LA SINGULARIDAD HUMANA 23
luntad, sólo porque en algunos casos sean insinceros o insuficientes. En la Pero no son antagónicos arte y artesanía; antes al contrario: la crea-
esfera afectiva no se produce alegría o tristeza del mismo modo que en tividad es la hermana del trabajo diario (1 % de inspiración, 99 % de trans-
la esfera volitiva proferimos un acto de voluntad o una promesa. Tampo- piración). No ser un repetidor se consigue con una vida un poco larga, no
co pueden gobernarse los afectos como gobernamos los movimientos de se improvisa. Comprométete y la mente se caldeará, la creatividad se dis-
nuestros brazos, porque el sentimiento tiene sus razones que la voluntad parará. La creatividad, una vez hecha hábito, no desaparece; al contrario:
no conoce. Intelecto, voluntad y amor deben cooperar entre sí, pero respe- se afirma y se potencia. Discrepamos, pues, de quienes contraponen:
tando el papel de cada uno.
El problema surge cuando el corazón va más allá de su dominio y usur- Hábito = repetición, creatividad = cambio
pa papeles que no le competen: si alguien que quiera comprobar un hecho Hábito = lo conocido, creatividad = novedad
se limita a afirmar que su corazón le dice lo que ha ocurrido, abre la puer- Hábito = lo seguro, creatividad = riesgo
ta a todo tipo de ilusiones; ha obligado a su corazón a realizar un servicio Hábito = lo fácil, creatividad = dificultad
Hábito = inercial, creatividad = esfuerzo
que nunca puede prestar y ha permitido que su uso inadecuado sofoque al
intelecto. Un corazón alerta se alegra o se entristece según lo que se da
frente a él; el juicio verdadero es una síntesis de subjetividad y objetividad,
o mejor, la objetividad está mediada por la subjetividad, pero no creada por La libertad
ella. Subjetividad no es subjetivismo; la pregunta de un corazón bien orien-
tado no será «¿Me siento feliz?», sino «¿La situación objetiva es tal que re- Definir la libertad como la capacidad para recibir información, elabo-
sulta razonable ser feliz?». Es entonces cuando de la afirmación «eso es ver- rarla y producir respuestas eficaces, puede servir para explicar la inteli-
daderamente un bien» se sigue la afirmación «eso debe ser realizado». Para gencia de una computadora o de una ardilla, pero no para explicar la hu-
evitar el sentimentalismo, se necesita educar los sentimientos. mana. La libertad nos lleva a aprovechar los propios defectos haciendo de
Los grandes creadores (científicos, músicos, escritores, etc.) saben poner la necesidad virtud. Hay que aprender a bailar sobre los propios hombros;
su entusiasmo al servicio de las grandes causas y fines elevados. Nuestras el niño aprende su libertad obedeciendo. La autonomía personal se cons-
habilidades emocionales favorecen o dificultan nuestras capacidades intelec- truye sobre la obediencia. Lo propio de la inteligencia humana es sacar
tuales (concentrar nuestra atención, pensar, elaborar problemas, etc.). Si no más de lo menos; conseguimos ser libres cuando obedecemos las órdenes
nos encontramos emocionalmente bien, aprendemos mal. Si nos menospre- inteligentes que nos damos a nosotros mismos, las que han sido fruto de
cian, rechazamos lo que pretende enseñarnos el menospreciador. una deliberación que tiene en cuenta lo que deseamos, las consecuencias
de nuestra acción, los conocimientos almacenados, los errores vividos, los
valores que queremos proteger. Tan compleja habilidad no se improvisa:
La imaginación creativa es obra de un largo proceso de construcción.
La libertad es una propiedad de la voluntad, por medio de la cual se tie-
La imaginación inventa, proyecta lo no presente, asocia ideas, constru- ne la capacidad de elegir y de actuar. Su antítesis es la esclavitud, la servi-
ye otras completamente nuevas, imágenes insólitas: arte, narrativa, música, dumbre respecto de los demás o respecto de los propios vicios y debilidades.
hipótesis científicas, soluciones de problemas cotidianos. Si la inteligencia
convergente resuelve problemas que tienen respuestas bien determinadas, la • La libertad es una forma de causalidad: libertad no es pura arbi-
divergente o imaginativa trata problemas que tienen posibles distintas res- trariedad, sino autodeterminación, acción causal inteligente.
puestas. Situada la creatividad en el hemisferio derecho, que controla el lado • La libertad es tendencial y desiderativa: no se da al margen de
izquierdo del cuerpo, el lema del pensamiento lateral o creativo sería: «Cual- las tendencias y deseos humanos, pero los gobierna.
quier modo de valorar una situación es sólo uno de los muchos posibles». • La libertad es limitada: está condicionada por las estructuras físi-
Por eso no usa la negación, no excluye lo no relacionado con el tema, no fija cas, biológicas, económicas, sociales, históricas, etc., y por las posibi-
categorías ni etiquetas, explora los caminos menos evidentes y sigue proce- lidades de elección, que también son limitadas.
sos probabilísticos. Rasgos suyos son: genialidad, originalidad, audacia, ojos • La libertad es histórica y procesual: las elecciones que se van ha-
ingenuos, ingenio, perspicacia, flexibilidad, imprevisibilidad, apertura, alea- ciendo en el tiempo pueden aumentar, disminuir o destruir esa li-
toriedad difusa, codificación decodificadora, impulsividad, problematiza- bertad.
ción, azarosidad: «Apenas ha dado usted una pincelada, y todo ha cambia- • La libertad es relacional o interpersonal: debe tener en cuenta el
do.» «Es que el arte comienza donde comienza esa pincelada», respondió el carácter social de las demás personas: seré más libre cuanto más ro-
maestro. deado de hombres y mujeres libres me encuentre.
LA SINGULARIDAD HUMANA 25
CAR 1. ANTROPOLOGÍA HLOSÓKICA
La libertad es indivisible, aunque sea limitada: si te dan 99 % de o no leyendo ninguna, estudiando o vacando. Así como la paloma está
libertades, pero se quedan con 1 %, que es la llave, no eres libre. condicionada por sus alas, son también las alas las que permiten su vuelo.
Esto se refleja en la Declaración Universal de Derechos Humanos. No podemos tomarnos en serio a quien justifique su pereza por la con-
junción de Venus y Marte (determinismo cósmico). Ni atribuir nuestro
estado físico únicamente a la constitución somática (determinismo bioló-
gico), pues un cuerpo bien dotado puede arruinarse, y uno mal dotado,
Clases de libertad mejorarse. Ni a los genes (determinismo genético), pues no existe el cro-
mosoma moral. No podemos culpar a la «raza» (determinismo sociológi-
1. Libertad negativa o libertad-de (indeterminación). No estar some- co) de la corrupción, pues hay mexicanos que son corruptos y otros que
tido a condicionamientos internos (coacciones morales, psicológicas, son ciudadanos ejemplares. No son nuestros sentimientos, motivos y de-
etc.) ni externos (fuerza física, tortura, etc.). seos los que nos arrastran hacia una acción inevitable (determinismo psi-
2. Libertad positiva o libertad-para (autodeterminación). Capacidad cológico), pues tenemos voluntad. Todo influye, todo condiciona, pero
positiva de autodeterminación. Dentro de ella se distinguen: nada determina totalmente. Por el contrario, existen ejemplos de gente
que por decisión libre, con fuerza de voluntad y con gran convicción en
a) Libertad física {libertad de residencia y de circulación). Hasta del pája- su causa, lograron vencer condicionamientos impensables: el tartamudo
ro enjaulado decimos que no es libre. A veces se impide sin causa le- Demóstenes llegó a ser el mejor orador de Grecia.
gítima: cuando se encarcela a la gente por tiempo indefinido sin que
se sepa cuál es la causa; cuando no se permiten las visitas de fami- Pero además la libertad está limitada socialmente: no puede permi-
liares o abogados del detenido. A la protección legal con que cuentan tirse que ningún ciudadano haga lo que le venga en gana si con ello per-
las personas para defenderse en esos casos, se le da en algunos paí- judica a los demás. Para limitar el salvajismo del libertinaje está el Estado,
ses el nombre de «habeos corpus» o «juicio de amparo», en el sentido el cual debe sancionar las conductas inadecuadas o delictivas. La libertad
de proteger o tutelar esos derechos. propia tiene sus límites allí donde comienzan las libertades de los demás.
b) Libertad de elección o psicológica (autonomía), o «libre albedrío». Es Como derecho, pues, la libertad va íntimamente unida a la responsabili-
no prohibir la capacidad de autodeterminación, de darse a sí mis- dad, al deber. Ejemplo: a pesar de que defendamos la libertad de expre-
mo los motivos de la actuación. Dentro de ella se encuadran la li- sión, ésta no tiene derecho a ser divulgada masivamente en ciertos casos,
bertad de ejercicio, o de poder actuar o no actuar; la libertad de es- a saber: cuando quien informa sólo tiene sospechas, pero no total certeza
pecificación, o de poder obrar de una forma u otra; la libertad de de la verdad de lo que informa; cuando quien informa sobre un tema es-
contrariedad, o de poder elegir entre el bien y el mal. pecializado carece de cualificación específica; cuando quien informa se
c) Libertad de expresión. No basta con tener libertad de conciencia, es basa en la versión de sólo una de las partes involucradas; cuando la infor-
necesario poder manifestarla sin censura. Dentro de ella se encua- mación conlleva secuelas negativas para la vida privada de las personas;
dran las libertades políticas: de asociación de individuos y grupos, cuando la información puede poner en peligro vidas humanas, o el bien-
etcétera. estar, o el orden público -por ejemplo, creando el pánico, o interfiriendo
d) Libertad de conciencia (responsabilidad). También llamada «libertad en algún operativo policial o en un plan de emergencia sanitaria-; cuan-
moral», es la capacidad de poder decidir por sí mismo entre lo me- do la difusión masiva hace que alguien sea linchado por la opinión públi-
jor o lo peor, sin imposiciones. ca antes de que la juzguen los tribunales, etcétera.
Libertad no es libertinaje, ni entregarse a toda clase de impulsos e in-
clinaciones: eso es lo contrario de libertad, es esclavitud. ¿Qué pasaría si
¿Es absoluta la libertad? todos hiciéramos todo el tiempo lo que nos gustara, aunque no fuera bue-
no? ¿Qué pasaría si nunca calculásemos las consecuencias de nuestros
Por ser humana, la libertad tiene condicionamientos personales y cir- actos? ¿Qué pasaría si nadie nos diese nunca pistas sobre lo lícito y lo ilí-
cunstanciales: fisiológicos, psicológicos, económicos, culturales, etc. La li- cito, lo conveniente y lo inconveniente?
bertad humana no es absoluta, porque el ser humano no es omnipotente: Libertad es manejo responsable de nuestro yo, creando (mediante la
vive sólo unos años, cuenta sólo con unas capacidades, nunca alcanza to- reflexión, el diálogo, la formación del criterio adecuado y el autodominio)
das sus metas. Menesteroso, limitado, contingente, finito, no puede estar ámbitos que posibiliten la acción y la inter-acción conforme a valores que
libre de todo condicionamiento. Aceptados esos condicionantes, el ser hu- nos permitan acercarnos cada vez más a todo lo que consideramos nece-
mano siente que es libre: podría estar en este momento leyendo otra cosa, sario, conveniente o deseable. El ejercicio de la libertad requiere el des-
arrollo de capacidades que existen en el ser humano, poro que requieren
26 GAP. 1. ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA LA CONCIENCIA MORAL 27
cultivo a través de la educación, proceso en el cual la experiencia humana ramos por "conocer ciertas cosas: características del suelo, espacio que ne-
es examinada, valorada y trasmitida individual y colectivamente. Sí, tam- cesita el vehículo para detenerse, velocidad a la que se puede circular, etc.
bién colectivamente: la libertad es el valor fundamental de la democracia, Decir «Ay, yo no sabía» cuando pudo saberse, evitaría muchos males.
forma de convivencia en la cual, dentro de los límites impuestos por la ob- Mas ¿qué ocurre si hago daño sin saber y, por tanto, sin querer? ¿Soy
servancia de las leyes que aseguran el orden y respeto de los derechos de responsable? Sea cual fuere el grado de ignorancia o in-consciencia, existe
todos, nadie impone su voluntad sobre la del otro ni en su perjuicio. la responsabilidad material, la responsabilidad concreta de quien atropella
a alguien o le causa un daño. Entonces el responsable debe asumir los he-
chos y las consecuencias derivadas de éstos.
Sin libertad no habría moralidad
sé qué es lo mejor, pero hago lo malo o incluso lo peor. Se dice que un in- cerlas. Desde que san Agustín (siglo v d. C.) acuñó el lema «La ley injusta
telectual es una persona que usa más palabras de las necesarias para decir no es ley», se usa la objeción de conciencia frente a las leyes injustas.
más cosas de las que sabe o mejores de las que hace. Algo, en todo caso,
muy común, pues del dicho al hecho va mucho trecho. Si la «ética» es la
teoría y la «moral» es la práctica, hay casos de gentes sabias en el discur- Norma moral y norma legal
so, pero muy canallas en la práctica.
Origen. El Estado promulga las normas jurídicas; las normas morales
surgen por convencimiento de la conciencia de cada sujeto autónomo.
Conciencia y universalidad Obligatoriedad. El Estado obliga mediante coacción a cumplir las nor-
mas legales; las normas morales las impone la propia conciencia.
A veces alguien te dice mientras te pisa el pie: «Yo no quiero ser bueno Sanción. El Estado castiga la transgresión de las normas legales; en
porque no va con mi carácter; respétame, soy como soy». Pero quien me- las normas morales, la conciencia castiga con el remordimiento.
nosprecia la posibilidad de querer ser bueno pierde humanidad. Más aún: Promulgación. El Estado promulga las leyes; la conciencia, la norma
la persona verdaderamente humana no solamente se limita a querer ser moral, etcétera.
mejor ella misma, sino que ayuda a que los demás también lo sean. La
conciencia madura busca la universalidad del bien: si es bueno para mí Abundando en estas diferencias, escribe Adela Cortina:
comer, debo trabajar por extender ese bien a toda la humanidad, superan-
do el egocentrismo (sólo para mí), el etnocentrismo (sólo para mi raza), Para que una sociedad sea justa no bastan las leyes jurídicas, al menos
por las siguientes razones:
el nacionalismo (sólo para mi patria), etcétera.
La tribu de los kamarakoto, en la cuenca del Orinoco, considera que • Las leyes jurídicas no siempre protegen suficientemente todos los dere-
fumar es el mayor pecado. La tribu vecina de los kueng cree que el mayor chos que son reconocidos por una moral cívica.
delito es no saludar. ¿Cambian, pues, los valores de una tribu a otra, de • A veces exigen comportamientos que no parecen justos a quienes se
un Estado a otro? No, en el fondo ambas tribus defienden el mismo valor: saben obligados por ellas.
los kamarakoto creen que inhalar limpio el aire y devolverlo sucio ofende • Las reformas legales son lentas, y una sociedad no siempre puede es-
a los dioses que viven en la atmósfera; los kueng creen que quien no salu- perar a que una forma de actuación esté recogida en una ley para con-
da viola la hospitalidad que se deben todos los humanos, hijos de un mis- siderarla correcta. Por eso muchas veces la ética se anticipa al derecho.
mo Dios, al que no se debe ofender. En ambos casos, pues, más allá de los • Por otra parte, este tipo de leyes no contempla ciertos casos particu-
hechos diferentes, las intenciones y los valores son idénticos, universales. lares, que sin embargo requieren consideración.
• El hecho de juridificar es propio de sociedades con escasa libertad. En
las sociedades más libres la necesidad de la regulación legal es menor,
porque los ciudadanos actúan correctamente.
La norma de moralidad (Contra el «juridicismo» • Aunque parezca que las normas jurídicas que protegen derechos funda-
que pretende reducir lo moral a lo legal) mentales garantizan esa protección en mayor medida que las normas
morales, es decir, aunque parezca que son más eficaces, lo cierto es que
Hemos tratado hasta aquí de la libertad y de la conciencia moral, am- su capacidad protectora es muy limitada. Las leyes pueden eludirse,
manipularse y tergiversarse; sobre todo, por parte de los poderosos. Por
bas pertenecientes a la esfera del sujeto, a la esfera «subjetiva» (no confun- eso la única garantía de que los derechos se respeten consiste en que
dir con «subjetivista»). Así pues, ¿cuál es la otra cara de la moneda, la cara las personas estén convencidas de que vale la pena hacerlo.9
«objetiva» con la cual se confronta el sujeto ético? La norma de moralidad.
Para entender mejor la norma ética (norma de moralidad), vamos a contra-
ponerla con la norma jurídica (norma legal), pues no puede reducirse lo
La norma de moralidad (Contra el «sociologismo»
moral a lo legal. Esa falsa reducción se llama «juridicismo», y olvida que hay
normas legales que son inmorales (desafortunadamente, más de las debidas). que pretende reducir lo moral a lo legal)
¿Qué actitud tomar ante las leyes democráticas legales pero inmorales?
¿Acatarlas, contraviniendo la propia conciencia? Ciertamente no. ¿Desobe- También la sociedad tiende a confundir lo moral con lo vigente, con
decerlas? A pesar de todo, sí, aunque este ejercicio de la disidencia por mo- los usos y costumbres dados, con lo social. Esta falsa reducción de lo mo-
tivos morales no sea cómodo. Las leyes humanas a veces son incompatibles
con la conciencia moral de los individuos, los cuales optan por desobede- "A. Cortina, Gula para la educación moral, Anayn, Madrid, 199(>, \i. 27.
LA CONCIENCIA MORAL 31
30 GAP. 1. ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA
hay nada mejor que vivir como personas; por eso, como dice Zubiri: «Ni
ral a lo social es el «sociologismo». Sin embargo, aunque todos menos uno el individuo ni la sociedad pueden determinar un sistema de deberes, si
se emborrachasen, la borrachera estaría mal; incluso, aunque no hubiese no es en vista de una cierta idea del hombre». Debemos, pues, vivir con-
ningún sobrio, la borrachera seguiría estando mal. forme a la idea de hombre que hemos desarrollado, y ése es el sentido -un
La sociedad puede obligar externamente con todo tipo de coacciones, poco oscuro, quizá- de la siguiente frase de Zubiri: «en que la propiedad
pero no pasa de ahí. ¿Cómo podría ella explicar el remordimiento o la sen- sea apropiable está el carácter de bien. Y en el que sea apropianda está
sación de culpabilidad, cuando bastaría una simple mentira para cumplir el carácter de deber... El deber no es otra cosa, como determinación del
con lo que la sociedad pide? La sociedad no es capaz de llegar al interior bien, que la determinación de las posibilidades apropiandas en orden a su
de la conciencia. Fundadores y reformadores religiosos, místicos, santos, perfección, esto es, la realidad humana qua debida, su perfección.»10
con su «impulso de amor» han roto las convenciones sociales y elevado la Asumir el deber de vivir como persona ¿es pesado? Son grandes y
humanidad a nuevos destinos.
pesados los fardos del «¡Tú debes!», donde el gusto del querer se con-
vierte en la exigencia del requerir. Animal modesto y desacreditado, el
camello que los porta es el mejor en la travesía del desierto; sin embar-
La ética como tarea: el carácter ético go, nadie (y, menos que nadie, el abúlico), debería reírse de la chepa del
camello, pues es en esa chepa donde conserva la humedad necesaria
Pese a los matices, suelen usarse «moral» y «ética» como sinónimos. para la dura travesía del desierto. El oficio del camello es duro, trabajo-
El término «ética» viene del griego éthos, «lugar donde uno habita» (pri- so, pero ése es el magnífico regalo que a cambio ofrece al mundo: «Se-
mera naturaleza, naturaleza exterior, ecología) y «modo de ser» (carácter, ñor -exclamó Leonardo da Vinci- tú nos das dones, pero nos pides a
segunda naturaleza, ya auténticamente personal). Quien vive respetando cambio la fatiga».
y plenificando ese éthos, así como el de las demás gentes, lleva una vida A diferencia del camello, la persona asume el fardo de su libre querer
ética, si no lo hace así pasa a ser anti-ético, in-moral. autónomo, dispuesta a dar la vida si fuere menester, a darla sin quitarla,
Cada persona asume la vida provisto de su correspondiente «ethos». a darla sin mentir ni escudarse en nada que no sea el mero hecho de
Con sus actos éticos, logra hábitos (si buenos, virtudes; si malos, vicios), y darla, sin esperar recompensa alguna, sin dejarse llevar por los deseos
esos hábitos constituyen su carácter ético. Así que la ética es sencillamente alocados ni por las gratificaciones interesadas, sólo por puro sentimiento
aquel quehacer que consiste en la forja del carácter moral: siembra una del deber libre y liberador.
acción y recogerás un hábito; siembra un hábito y recogerás un carácter;
siembra un carácter y recogerás un destino.
La ética, así definida, tiene tres grandes tareas: aclarar en qué consiste La «aristocracia» moral del deber
lo moral, fundamentar por qué, y aplicarlo.
Respecto a lo primero, la moral consiste en cumplir con el deber de. No puede pretender derechos quien no quiere soportar deberes. «Aris-
realizar nuestra vocación, aquello que estamos llamados a ser: sencilla- tócrata» moral es el sentimiento del deber; plebeyo, el sentimiento del
mente, ser personas. Nada del otro mundo, aunque no pocas personas en solo derecho. Por eso:
este mundo se empeñen en vivir como bestias. Por tanto, remitimos al lec-
tor al capítulo 3, en donde estudiamos la identidad personal. La moral, • El aristócrata moral siente que libertad y deber van juntos, pues
pues, pide que se ejerza en la vida esa identidad personal. sólo el libre puede asumir el deber de ser libre; el plebeyo ve en todo
deber una forma de esclavitud, y en el derecho, la única libertad.
• El aristócrata moral reconoce: «Yo debo, y de lo que yo debo hacer
¿Deber? ¿Por qué sí, por qué no? soy el único responsable»; el plebeyo masculla: «Yo sólo tengo dere-
chos».
Mas, así como a un niño pequeño se le dice qué debe hacer y según • El aristócrata moral valora el esfuerzo; el plebeyo encierra su yo
crece se le explica por qué, a un adulto no se le dice simplemente qué privilegiado por los derechos con mil y un cerrojos.
debe o no debe hacer, qué deberes tiene que realizar, sino también y sobre • El aristócrata moral asume la responsabilidad que se deriva de su
todo «por qué» o «por qué no». No es el contenido (la moral como con- acción; el plebeyo endosa al otro la responsabilidad propia, pero
tenido), sino la «estructura» misma del deber o no deber lo que primero procura arrebatarle el fruto de su esfuerzo.
debo clarificar. Pues bien, ¿por qué vivir como personas y no como cer-
dos? Porque la razón nos ha demostrado, y así lo hemos aceptado, que no '"X. Zubiri, Sobre c/ hombre, Alianza, Madrid, 1999, p. 89.
32 CAP. 1. AN'I'KOI><>I,<)<;IA HIXISÓFICA LA CONCIENCIA MORAL 33
El aristócrata moral se regala, incluso, a sí mismo; el plebeyo única- dad, ni subjetiva ni objetiva, ni siquiera el valor de verdad. Ambas
mente arrima el ascua a su sardina, está siempre a las maduras pero formas de escepticismo se autocontradicen, pues si digo: «Afirmo ab-
nunca a las duras. solutamente que no hay verdades absolutas», estoy afirmando una
El aristócrata moral sabe agradecer sus esfuerzos a aquéllos respec- verdad absoluta: la de que no hay verdades absolutas.
to de los cuales se siente en deuda; el plebeyo moral no entiende
otra deuda que las deudas que a él le adeudan.
El aristócrata moral se encuentra en deuda con los otros, por eso
Posiciones intencionalmente perversas
asume agradecido el deber ante ellos; el plebeyo reduce todos los
rostros al suyo propio.
Junto a esos extremos intelectuales hay posiciones en que no se busca
la verdad:
LA VERACIDAD a) El cinismo. El cínico, decía Osear Wilde, conoce el precio de todas
las cosas y el valor de ninguna. No menos contundentemente afir-
Desde que experimenta sus primeras sensaciones, hasta que elabora
los más abstractos y complejos conceptos, el ser humano, en su totalidad maba Machado: El cínico es un necio, y todo necio confunde valor
unitaria intelectiva y afectiva, busca la verdad. Dicho de otro modo: el ser y precio, por eso des-precia o menos-precia lo valioso. El cínico
humano anhela moverse en la verdad. Mas ¿qué es la verdad? La verdad cree que con dinero en el bolsillo se es inteligente, atractivo, y
es la presencia de la realidad ante el ser humano: «Decir de lo que no es además se canta bien.
que es, o de lo que es que no es, es falso; y decir de lo que es que es, y de b) El subjetivismo por principio. Al subjetivista le falta voluntad de
lo que no es que no es, es verdadero; de suerte que el que dice que algo verdad, no le importa «la» verdad, sino tan sólo «su» verdad. Por
es o que no es, dirá verdad o mentira." La antítesis objetiva de la verdad eso desoiría al poeta:
es la apariencia. Quien se deja llevar por la apariencia está subjetivamen-
te en el error. Vivir en la verdad es tan importante, que por algo dijo Aris- «¿Tu verdad?
tóteles respecto de su maestro Platón: «Amigo Platón, pero más amiga la No, la verdad.
verdad». Y ven conmigo a buscarla.
La tuya, guárdatela».
cias sociales. La palabra "cultura" se utiliza a veces como sinónimo de civili- continuidad. El máximo de información es algo muy distinto a la acumu-
zación, pero es mejor reservar este último término para un aspecto parcial de lación de una masa de datos: no consiste en equipar a todo el mundo con
las culturas más avanzadas. La cultura incluye los artefactos, bienes, técnicas, microfilmes portátiles de todas las cosas que contiene el Museo Británico;
ideas, hábitos y valores adquiridos. el máximo de información consiste en reducir los datos a la esencia, de tal
modo que el portador sea señor de esos datos, y no su esclavo.
Resumen:
Caracteres de la cultura
La cultura tiene un aspecto subjetivo
y otro objetivo o social Naturalidad. El saber sobre la naturaleza debe ser vivido desde el res-
peto a la naturaleza, de forma que el vivir en el saber sea también un sa-
ber en el vivir y ambos, un saber vivir.
Las cosas y acontecimientos que comprende la cultura se manifiestan
en el tiempo y en el espacio: a) en los organismos humanos, en forma de Humanización. La cultura se reconoce por su capacidad de establecer
creencias, conceptos, emociones, aptitudes; b) en el proceso de interacción vínculos. Cuando el hombre se hace más culto, evoluciona hacia la amis-
social entre los seres humanos, y c) en los objetos materiales (hachas, fábri- tad convirtiéndose en hombre entre los hombres y no degenerando en bes-
cas, ferrocarriles, cuencos de cerámica). El lugar de la cultura es, a la vez, tia entre las bestias.
intraorgánico, interorgánico y extraorgánico. Dicho de otro modo: todo Difusividad. La cultura permite al hombre sentirse hermano de sus se-
elemento cultural tiene dos aspectos: subjetivo y objetivo. Podría parecer mejantes, potencia en él el sentimiento de la solidaridad haciéndole sen-
que las hachas de piedra, por ejemplo, son elementos objetivos, mientras que tir continuador de la obra de los antepasados, y espera que los sucesores
las ideas y las actitudes son subjetivos, pero esto sería inadecuado, pues el harán lo propio. Ello hará que proteste y luche frente a la injusticia.
hacha tiene también su componente subjetivo: no se usaría como tal sin el Universalidad. Para un ser que vive en profundidad, todas las cultu-
concepto y la actitud del usuario. ras forman parte de una cultura común, todo es cultura; para otro que
vive en superficialidad todo es anécdota, relativismo.
Sea cual fuere su definición, la cultura es lo específicamente humano:
el hombre es culturógeno o creador de cultura; no hay objeto cultural sin Radicalidad. Porque, en última instancia, la raíz de toda cultura es el
sujeto. Por así decirlo, los seres humanos tendríamos como tres cuerpos: sujeto, la cultura no es sólo un sector, sino una función global de la vida
el «cuerpo inorgánico» (la naturaleza), nuestro propio cuerpo orgánico y el personal.
«cuerpo espiritual» (la cultura). Por lo demás, resultan precisos dos o más Dinamicidad. Para un ser que vive, la cultura constituye un proceso
para hacer cultura; ningún elemento de un solo individuo puede ser consi- interminable.
derado como parte de la cultura de una sociedad: una técnica de tejer ces- Deportividad. No es posible ganar todas las carreras en la lucha con-
tas conocida por uno solo no podrá ser calificada como parte de una cul- tra la ignorancia; se sale a jugar sabiendo que la victoria está en la ade-
tura. Tan pronto como el nuevo objeto o situación es trasmitido a alguien, cuada participación. Sabemos que no sabemos: ¿qué otra cosa que igno-
compartido por otro individuo de la sociedad, aunque sólo sea uno, debe rantes podemos considerarnos?
ser tenido como parte de la cultura; un elemento no asciende sin más al Felicidad. «Una cultura contra la cual pueda lanzarse el gran argumen-
rango de rasgo cultural hasta haber sido sometido por el grupo a un proce- to de que no nos hace felices, es una cultura incompleta», escribe Ortega y
so de estandarización. El hecho cultural comienza a producirse cuando el Gasset. Si no felices -añadimos nostros- al menos, dignos de felicidad.
interés individual se transforma en sistema público, general y transferible Trascendencia. La cultura no puede encerrarnos; antes al contrario:
de esfuerzo organizado. nos invita a participar en la aventura de lo eterno.
La cultura humana satisface las necesidades de adaptación al medio
capacitando al hombre con una ampliación adicional de su aparato ana-
tómico, con una coraza protectora de defensas y seguridades, con movili- Dimensiones de la cultura
dad y velocidad más allá de los medios de su equipo corporal concreto. La
cultura, creación acumulativa, amplía el campo de la eficacia individual y Historiar. Filosofar exige situar el saber en su dimensión histórica,
proporciona una amplitud de visión con la que no pudo soñar ninguna es- pues la historia es maestra de vida y por ella evita que repitamos errores
pecie animal. La fuente de todo esto reside en el carácter acumulativo de pretéritos.
los logros individuales y en el poder de participar en el trabajo común. Pensar. La filosofía potencia la inteligencia lógica pura en sus niveles más
Eso transforma a los individuos en grupos organizados y les proporciona abstractos; acentúa el rigor del método, el hábito reflexivo. Como afirma Imre
38 CAP. 1. ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA LA CULTURA 39
Lakatos, un «programa de investigación» es una estructura que sirve tanto de con-los-demás, lo cual, según Cicerón, constituye el mayor placer de la
guía positiva (diciéndonos lo que hay que hacer y evitar), como negativa (no vida: «Y esto no lo digo por el placer, sino por la vida, por la convivencia
pudiéndose rechazar ni modificar los presupuestos básicos del «núcleo cen- de las almas que se logra en la conversación familiar, que en los convites
tral» del programa, que hay que conservar mediante un «cinturón protector» resulta agradabilísima, porque en las convivencias se vive en compañía de
de hipótesis auxiliares y supuestos adicionales). Según Thomas Kuhn, un otros». Pero la amistad entre los particulares debe completarse con la amis-
pensamiento maduro se rige por un solo «paradigma» o principio, suficiente- tad entre los ciudadanos, algo que los griegos denominaron «política».
mente abierto y flexible, eso sí, en cuyo interior los problemas que se resisten Construir un mundo mejor. El filósofo trabaja por los derechos hu-
a ser solucionados son considerados anomalías más que crisis, ya que no se manos en solidaridad con las personas, las instituciones y los pueblos so-
conoce paradigma alguno que carezca de anomalías, y culpar de las mismas metidos bajo el peso de la marginación y el autoritarismo. Rechaza las dis-
al paradigma sería como culpar de la propia torpeza a los instrumentos que criminaciones sociales y laborales, mostrando una efectiva preocupación
manejamos. Consecuentemente, no debe criticarse de entrada el paradigma y sensibilidad con las personas desfavorecidas. Se dirá que no solamente
aceptado, pues si todos criticaran por principio todas las partes del marco la filosofía puede trabajar en esta línea, y se dirá bien; pero la filosofía in-
conceptual en el que trabajan, no se llevaría a cabo ninguna investigación. tentará también la fundamentación racional de esas actitudes, su univer-
Sólo cuando existan fallos graves entrarán en crisis esos fundamentos, y en- salización: al filósofo se le ha de pedir un esfuerzo de profundización y de
tonces deberán ser remplazados: será el momento de la «revolución» cientí- sistematización.
fica, de la cual puede salir progreso en mayor medida que en la «acumulación Esperanzar. La filosofía busca, y la búsqueda no termina en la inma-
de tradiciones», pues los pensadores enfrentados a la emergencia promove- nencia de este mundo, pues todo pensamiento que no se decapita desem-
rán estrategias para resolverla. boca en la trascendencia, en lo eterno. Ahora bien, no cabe búsqueda de
Orientar la vida moral. La filosofía invita a la actitud serena y pru- lo eterno sin alguna esperanza en la bondad de la realidad de esta vida.
dente, al discernimiento desapasionado. Esta actitud humana es, en cada A diferencia de quien contempla a los humanos como seres egoístas y or-
circunstancia concreta, la última regla del acto. La sabiduría vital acomo- gullosos inmersos en el mal y destinados a la nausea o a la nada, el filóso-
da su comportamiento a lo sensato y exento de arbitrariedad; enseña a fo procurará ayudar a plenificarse en la esperanza y a renacer de nuevo a
vivir y no sólo a imaginar cómo se viviría lo que se piensa, pues cuanto cuanto parecía destruido y roto, por ser su función sanadora y reparadora.
mayor es el abismo que separa a la teoría de la práctica, tanto más insin-
cero es el discurso. En su deseo de hacer el bien, proporciona contenidos
formativos que nos ayudan a ser plenos, y no simplemente felices, a cual- La cultura y tú
quier precio; por eso propone un corazón alegre, encantado con la reali-
dad pese a las desventuras, porque un corazón triste sería un triste cora- El saber va entreverado de ignorancia; además, no siempre se sabe de-
zón; un corazón liberador que supera aquellas esclavitudes que destruían; cir lo que se sabe, ni se sabe del todo lo que se quiere decir. Con frecuen-
un corazón esencial que se conforma con poco para ser feliz; un corazón cia tengo algo que decir, pero no sé del todo qué, ni cómo. La sabiduría
modesto que se abre a lo grande y lo saluda; un corazón bueno que perdo- es como las luciérnagas: necesita las tinieblas para brillar. El entendimien-
na y permite rehacer la experiencia de estrechar vínculos cuando todo pa- to alumbra como las velas, derramando lágrimas, y no hay saber que no
recía perdido; un corazón paciente que espera, disculpa, acompaña y se tenga 99% de transpiración y 1 % de inspiración:
esfuerza por ponerse en positivo.
Cultivarse. La filosofía potencia el manejo crítico de la información, El maestro dijo a Tse-lu: El primer absurdo consiste en pretender alcan-
dado el considerable desarrollo de los medios de comunicación y su cre- zar el bien prescindiendo del estudio, y su consecuencia es la decepción; el
ciente poder de control e influencia sobre los estados de opinión. La filo- segundo consiste en intentar alcanzar la ciencia sin entregarse al estudio, lo
sofía es cultura (cultivo, creatividad) a nivel profundo, reflexión sobre los que conduce a la incertidumbre; el tercero consiste en el deseo de ser sincero
datos del arte, de la música, etc.; forma personas íntegras y completas. prescindiendo del estudio, lo que provoca el engaño; el cuarto consiste en pre-
Para ello, recomendaba San Agustín: «No vayas fuera, vuelve a ti mismo; tender obrar rectamente sin haber recibido la instrucción adecuada, con lo que
en el hombre interior habita la verdad». Uno debe ser capaz de verse a sí se cae en la temeridad; el quinto consiste en querer compaginar el valor con
mismo en lo profundo de su identidad con honestidad, sin inflamarse con la incultura, lo que da lugar a la insubordinación; finalmente, si se desea al-
canzar la perseverancia prescindiendo del estudio, se cae en la testarudez y
teatral indignación, sin máscaras, con lúcida conciencia de las propias in- obcecación.
consecuencias.
Favorecer la convivencia ciudadana. La buena ciudadanía política Mucho de lo que pasa por sabiduría no es sino pedantería. Es más fá-
exige la convivencia amistosa, el convivium o banquete, el ser-viviendo- cil la erudición (archivo de conchas sin molusco), que la sabiduría que re-
40 CAR 1. ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA LA CULTURA 41
duce lo sabido a lo esencial; por eso la sabiduría puede definirse como te, ritualízado, reglamentado y convertido enjuego caballeroso, deleita, ins-
aquello que queda cuando toda erudición se ha olvidado, no antes de que truye y tonifica. Un puñetazo a un saco evita un puñetazo a un enemigo.
haya sido olvidada. Frente a la erudición, el saber es como un edificio her- ¡No es lo mismo vivir con problemas que morir entre balas! En la búsqueda
moso, que ha de tener su entorno libre para que podamos disfrutar de su de la verdad, lo importante no es sólo ganar, sino participar con elegancia.
verdadera forma. Libre, sobre todo, de la vanidad. Descansa. Hay personas que no saben perder el tiempo ellas solas, y por ello
No hay saber que pueda ser considerado razonable sino en diálogo, son azote de las gentes ocupadas: «Nada alivia más las penas, que el sol y
pues del diálogo viene y al diálogo va cuanto en verdad se ha aprendido. el aire libre; nada regulariza más el espíritu y doma la imaginación, que un
El fanático; para que no se le escape la verdad, la agarra tan fuerte que la cuerpo fuerte» (Unamuno).
mata. Quien no quiere dialogar es un fanático; quien no sabe dialogar es Razona, trata de conocerte. Si no razonas te arriesgas a convertirte en
un tonto, y quien no se atreve a razonar es un esclavo. potencial agresor. Hay quienes esperan el redoble del tambor y el airear al
... ¡Y, si verdaderamente quieres aprender a saber saboreando la vida, viento de la bandera para lanzarse contra el enemigo. Como los primates,
ten en cuenta estos pequeños «consejos publicitarios» para que tu saber sienten entonces erizar sus cabellos, adelantar la barbilla, tensar el cuerpo,
pueda ser «saboreado» (no olvides que saber viene de sapere, de la misma y buscan pelea.
raíz que sabor, sapore)! Por el contrario, piensa esto:
Practica el saludo sincero. Sabe vivir quien sabe reconocer a los de-
más, y ese reconocimiento comienza por el saludo. Sin el saludo conoces, Cuando se penetró en la razón de las cosas, la conciencia se desplegó al
con el saludo reconoces. No olvides que si dejas de saludar a los conoci- máximo. Cuando eso ocurrió, los pensamientos se hicieron sinceros. Cuando
dos comenzarán, tarde o temprano, a desconfiar de ti y acabarán un día eso ocurrió, el corazón se hizo recto. Cuando eso ocurrió, cada uno se perfec-
infortunado por volverte la espalda, hurtando su rostro. Saludar no es de cionó a sí mismo. Cuando eso ocurrió, el orden comenzó a reinar en la fami-
ninguna manera fingir, sino practicar en vivo y en directo la convivencia lia. Cuando eso ocurrió, el Estado fue bien gobernado. Cuando eso ocurrió,
la paz se extendió por el universo. Los antiguos príncipes se esforzaban pri-
que termina calmando la desconfianza. mero en gobernar con rectitud sus propios reinos. Para ello, se aplicaban ante
Cultiva la amistad siempre que puedas. Sólo se entra a la verdad todo en ordenar bien sus familias. Para ello, procuraban previamente corre-
del otro por el respeto. Te sugiero que leas las páginas de El Principito, don- girse a sí mismos. Para ello, ponían un especial cuidado en adornar su alma
de se fragua, por la mano maestra de Antoine de Saint-Exupéry (1900- de todas las virtudes. Para ello, se esforzaban en conseguir la rectitud y sin-
1944), la amistad ejemplar entre el Zorro y el Principito. Allí donde exis- ceridad de todas sus intenciones. Para ello, se entregaban con ardor al perfec-
te amistad todo cambia entre los antiguos enemigos: las melenas dora- cionamiento de sus conocimientos morales, que consiste en descubrir los mó-
das del Principito no serán ya, tras la amistad de ambos, unas melenas viles de las acciones. Si lo alcanzamos, obtenemos la máxima perfección de
doradas más entre millones de otras tantas, sino un cabello querido y nuestros conocimientos morales y todas las intenciones son rectas y sinceras.
evocado hasta por el color del trigo, y los pasos del Principito no lleva- Entonces, el alma queda adornada con todas las virtudes. Las virtudes del
rán al Zorro a esconderse en la madriguera porque serán los pasos cono- alma mejorarán y corregirán nuestro ser. Si alcanzamos la perfección perso-
nal, se establecerá el orden en nuestra familia. Entonces, el reino será recta-
cidos de un amigo. mente gobernado. Y cuando todos los reinos son bien gobernados, el mundo
Humoriza; sonríe, por favor. El humor es la verdad llena de simpatía. entero goza de paz y armonía. Desde el hombre más noble al más humilde,
Ciertos pueblos dirimen sus rivalidades profundas contando chistes, ironi- todos tienen el deber de mejorar y corregir su propio ser. El perfeccionamien-
zando, cantando, silbando, etc. Los hombres se diferencian de los demás to de uno mismo es la base de todo progreso y desarrollo moral.
animales, entre otras cosas, en su capacidad de reírse sanamente -sin hacer
daño- de los demás y de uno mismo. Si eres capaz de reírte indulgentemen- Desciende a las profundidades de tu yo; entonces podrás corregirte sin
te de ti mismo, no temas: en lugar de enervarte por tus limitaciones, podrás echar la culpa de tu cojera al empedrado. Conócete a tí mismo, si quieres
superarlas. Sonreír es facilitar la verdad. ¿Sabía que, según la leyenda, Cip- conocer a los demás, porque en ti viven los demás. Si practicas la autog-
selo (más tarde, señor de Corinto), se salvó de niño porque sonrió a quienes nosis, también conocerás a los tuyos, a tu pueblo y a la humanidad: quien
iban a ser sus verdugos? No esperes nunca a que la sonrisa parta del otro. sabe de sí sabe de todos. Quien se autoconoce sabe criticar. Criticar no es
Si quieres ventaja, tómatela: que tu ventaja consista en ser el primero a la destruir. Sin amor, la crítica es envidia. La filosofía enseña a denunciar al
hora de sonreír. Quien sonríe primero sonríe dos veces. Y no te acerques a gato que quiere pasar por liebre, y a tal efecto no tiene pelos en la lengua.
una cabra por delante, a un caballo por detrás, ni a un carente de humor Esto entraña vivir en el riesgo, pues donde hay poca justicia es peligroso
por ningún sitio. tener razón.
Practica deportes, vive una vida sana. Si los japoneses descargan la Es justo en su heterocrítica quien sabe autocriticarse: sólo supero los pro-
tensión de su hiperlaboriosidad en las artes marciales, es porque el depor- pios errores que reconozco. Grande es el fallo de ciertos profesores que, pre-
42 (¡AI: I. ANTKOI'OUKÜ'A FILOSÓFICA 43
carácter, la formación como seres humanos, a fin de que, cuando se abra sus cumplimientos, pero justifica la esperanza. En resumen: si la homini-
una escuela, se cierre un presidio. zación es el proceso evolutivo a través del cual se adquieren y se conso-
He aquí algunos criterios de progreso educativo: Toda potenciación de un lidan las características genéticas del hombre como especie biológica, la
valor constituye un progreso. Toda institución destinada a realizar un valor es humanización es el proceso por el cual surge y se desarrolla la cultura. Ni
progreso, por imperfectamente que desempeñe su cometido. Toda transfor- la una ni la otra pueden darse de espaldas a la ecología.
mación social de una cosa en un bien significa progreso. Toda mejoría de un
valor ya realizado es progreso. Todo aumento de bienes en cantidad significa
universalización del progreso. Toda disminución de males forma progreso.
Todo aumento de males significa retroceso. La conversión de un bien-medio CULTURA Y NATURA
en un bien-fin no entraña progreso, y puede entenderse como detención
o como retroceso. Todo aumento en la capacidad popular para estimar valo- Ecología y desarrollo sostenible
res conlleva progreso. Contribuir a la rectificación de aberraciones estimati-
vas en las masas y en los individuos es progreso, tanto en la denuncia de es- Por nuestra insaciable voracidad consumista somos incapaces de poner
timaciones falsas en sí mismas, como en el restablecimiento de la auténtica freno a la desaparición de la capa de ozono, a la degradación de los micro-
jerarquía de valores. El fomento y desarrollo de un valor inferior con detri- climas, a la ruptura de los ecosistemas, a la desertización de las tierras, al
mento de otro superior es retroceso, pero el descubrimiento de dicho aconte- efecto invernadero (recalentamiento de la Tierra), a la polución de la natu-
cer y su rectificación constituyen progreso. Fomentar y desarrollar un valor raleza, etc. No cesamos de emitir vapores contaminantes para mantener
inferior con detrimento de un valor superior, puede significar retroceso, plan- nuestro lucro, pues producir sin ensuciar costaría más caro. Eso sí, los paí-
teando siempre la compleja cuestión técnica de cómo lograr el paralelo des- ses ricos contaminantes inventan la ecología como discurso teórico mien-
arrollo en ambos valores conflictivos. tras envían sus basuras radiactivas al Tercer Mundo, a cambio de unos dó-
lares, o a cambio de nada.
«Ecología» viene de oikós, palabra de significado doble: «casa» y «bon-
Educación, cultura e historia dad». El ecologista tiene que respetar su casa y a la vez ser bueno; no se
puede proteger la naturaleza y destruir las personas. Ecología es cono-
No hay que confundir «historicidad» con «historicismo». La histori- cimiento de la naturaleza; ecodulía es respeto de la naturaleza. No da
cidad es una peculiaridad del ser humano, pero el historicismo es una igual lo uno y lo otro, pues con frecuencia quienes mejor la conocen más
teoría acerca de la historia, teoría que -menospreciando los condicio- la maltratan y la explotan intensivamente: las multinacionales. Pero no
namientos biológicos del hombre- afirma que éste no tiene naturaleza, olvidemos que Dios perdona siempre; el hombre, a veces, y la naturale-
sino historia. En realidad, la cultura se da a lo largo del tiempo, porque za, nunca.
el ser humano es temporal. Sólo el ser humano vive el tiempo como his- En estas circunstancias está emergiendo una responsabilidad ecodúli-
toria al hacer cultura. La memoria histórica, ese «echar un paso atrás», ca, al menos un primer paso de toma de conciencia, pues los valores no se
retoma el ayer, y quien lo ignora vive un hoy sin mañana. El pasado con- implantan de la noche a la mañana; a veces son necesarias muchas gene-
tinúa actuando sobre el presente en forma de tradición, de herencia raciones. La naturaleza es nuestro «segundo cuerpo», y así comienza a ser
cultural, y proyectándose hacia el futuro, abriendo unas posibilidades comprendida, cobrando más que nunca vigencia el lema «Vive de acuerdo
y excluyendo otras. con la naturaleza»:
Lo que pasa no es sólo lo que pasa, sino lo que nos pasa, de ahí que
su interpretación (hermenéutica) se amplíe constantemente: el pasado «¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento ni aun el calor de la
crece, no está quieto a modo de depósito; cada generación lo entiende a tierra? Dicha idea nos es desconocida. Si no somos dueños de la frescura del aire
través de su propio presente, de ahí la variación en las interpretaciones, ni del fulgor de las aguas, ¿cómo podrán ustedes comprarlos? Cada parcela de
a veces en conflicto. Hay un «círculo hermenéutico»: lo individual sólo re- esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada brillante mata de pino, cada grano
sulta comprensible por la mediación de todos, y en esa mediación hay que de arena en las playas, cada gota de rocío en los oscuros bosques, cada montaña
contar inevitablemente con el pasado. y hasta el sonido de cada insecto es sagrado a la memoria y al pasado de mi
pueblo. [...]Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros. Lasfloresper-
La historia no se repite: interactúa, se renueva, pasa y queda, pero lo fumadas son nuestras hermanas; el venado, el caballo, la gran águila; éstos son
posterior recibe el peso de lo anterior. No es que «tengamos» historia nuestros hermanos. Las escarpadas peñas y los húmedos prados, el calor del
(como el agua pasada que ya no mueve molino), sino que «somos» histo- cuerpo del caballo y el hombre, todos pertenecemos a la misma familia. Por ello,
ria, y ella nos enseña la dificultad de las grandes tareas y la lentitud de cuando el gran jefe de Washington nos envía el mensaje de que quiere comprar
46 CAP. 1. ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA 47
nuestras tierras, nos está pidiendo demasiado. [...]El aire tiene un valor ines- El principio antropocéntrico
timable para el piel roja, ya que todos los seres comparten un mismo aliento; la
bestia, el árbol, el hombre, todos respiramos el mismo aire. [...]He visto miles Dicho lo cual, hay que evitar hacer de la naturaleza el centro. Se equi-
y miles de búfalos pudriéndose en las praderas, muertos a tiros por el hombre vocan gravemente quienes creen que no es la naturaleza para el hombre,
blanco desde un tren en marcha. [...JPero ¿qué sería del hombre sin los ani- sino el hombre para la naturaleza, con lo cual la persona humana pierde
males?
de este modo su sagrada centralidad en la creación. Por eso valoran más
Deben enseñarles a sus hijos que el suelo que pisan son las cenizas de
nuestros abuelos. Inculquen a sus hijos que la tierra está enriquecida con las a un animal en vías de extinción que a un ser humano pobre: ¿acaso no
vidas de nuestros semejantes a fin de que sepan respetarla. Enseñen a sus se dedican más medios y se manifiesta más amor a un panda o a un buitre
hijos[...] que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra le leonado? Bajo las leyes de la oferta y la demanda (a más escasez, mayor
ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, se escu- valor), más suerte tiene hoy un animal protegido que un "espalda moja-
pen a sí mismos.12 da" intentando cruzar el río Bravo. Y eso es inaceptable.
Por otro lado, desafortunadamente hoy se dan casos de ecologistas
Hagamos caso al jefe indio; al menos, acompasemos el desarrollo a las que defienden la vida de un árbol, pero matan la vida del niño o niña que
posibilidades de la Tierra. La expresión «desarrollo sostenible» se refiere está en el seno de la madre. Valoran la vida cósmica, pero asesinan al hu-
al equilibrio que debe haber entre el consumo para cubrir las necesidades mano o humana que va a nacer, lo cual constituye una abominación má-
humanas y la explotación de los recursos naturales. xima. Pero quien se compromete en favor de la biosfera debe comprome-
Con el fin de conseguir ese equilibrio se redactaron los siguientes terse en favor de la antroposfera; quien defiende la vida de la planta y del
10 principios: animal debe, coherentemente, defender la vida humana, del nacido o na-
cida y de quien ha de nacer.
1. El contacto con el ecosistema natural es necesario para el bienes- La vida de la persona es sagrada. Existe vida humana desde el primer
tar físico y psicológico de la humanidad. instante de la fecundación; esto resulta innegable, pese a todos los chan-
2. Tratar de vivir dentro de los límites puede ser más alentador que tajes efectivos encaminados a hacer creer a la opinión pública la idea fal-
esforzarse por transgredirlos. sísima de que lo que se mata todavía no es un niño o niña. Pero la reali-
3. Los países ricos han de vencer el círculo vicioso del consumismo: dad es que en cualquier aborto se mata a un niño o niña, a un ser humano
redistribuir y sustituir, en vez de producir más objetos. muy joven, y en este crimen abominable no existe ninguna ambigüedad:
cuando se destruye un embrión se destruyen todas las estructuras psico-
4. Las áreas ricas, ya que tienen más medios, se han de responsabi-
somáticas, rompiendo la evolución de esa vida que ha comenzado.
lizar de la estabilidad, primero dentro de sus fronteras, después
más allá. Así las cosas, los defensores de la vida habrán de rechazar el juridicis-
5. Es preciso descentralizar el poder económico y político. El des- mo (confusión de lo legal con lo moral), y recordar que si la ley no sólo
arrollo tecnológico debería dirigirse a las necesidades de las co- no prohibe el crimen sino que lo legaliza, entonces la obligación es defen-
munidades pequeñas, más que a los mercados internacionales. der siempre y por todos los medios a su alcance el «¡no matarás!», opo-
niéndose pacíficamente a esa ley criminal mediante la objeción de con-
6. Las sociedades sostenibles han de invertir y sacrificarse a corto
ciencia fiscal, la objeción de conciencia profesional, la presión para que se
plazo con objetivos a largo plazo.
agilice la normativa con el fin de facilitar la adopción de niños y niñas, la
7. Los avances técnicos se han de programar a partir de los valores
acogida de los hijos ajenos y la lucha por un mundo más justo.
sociales, y no al revés.
8. Los sistemas de mercado han de tener en cuenta los recursos no
renovables y procurar más igualdad entre las naciones.
9. La sociedad sostenible será difícil de conseguir y se alcanzará en
un futuro lejano; sin embargo, hay que poner desde ahora todos
los medios para ello.
10. Un crecimiento sostenible se consigue mediante iniciativas indivi-
duales y colectivas que parecen insignificantes, pero que pueden
iniciar un proceso de cambio que fomente una existencia humana
más vivible.
l2
Cartn del jefe Seatle ni presidente de Estados Unidos, 1854.
La persona
humana
LA PERSONA
«¿Qué es el hombre? Muchas opiniones ha dado y da el hombre sobre
sí mismo, diferentes y contradictorias, en las que a menudo se exalta a sí
mismo como regla absoluta o se hunde hasta la desesperación; de ahí sus
dudas y ansiedades: ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él? ¿O el
hijo de Adán para que te cuides de él? Lo hiciste poco inferior a los ánge-
les, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de
tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies» (Salmo 8). Del ser humano se
pueden predicar muchos atributos: es misterio, fin en sí, moral, histórico,
comunitario, social, abierto a la trascendencia; se mueve, habla, pregun-
ta y responde, simboliza, elige, vive en la realidad, se ensimisma, crea, es
panecológico, ríe, imagina, se autopercibe, tiene vocación, se pone en la
piel del otro... pero, por mucho que se diga, siempre faltará algo que aña-
dir: el hombre es un animal inclasificable. Veamos algunas de las posibles
clasificaciones o definiciones, sin ánimo exhaustivo.
Totalidad abierta a la realidad, tanto ajena como propia («para sí»), la cierta estructura propia. Recíprocamente, el medio obra sobre el organis-
inteligencia puede convertir el «medio» en «mundo»; puede lograr esa mo, pudiendo designarse "acomodación" a esta acción inversa. La adapta-
autorreferencia que expresan los términos me ("me gusta", "me interesa"), ción es un equilibrio entre asimilación y acomodación. El ser humano, es-
mi ("en mí", "mi cuerpo") y, de modo supremo, el pronombre yo ("soy yo", tructura superior y más compleja, no sólo no queda absorbido por las
"yo sé quién soy"). Al inteligir una cosa, cointelige su propia realidad, re- estructuras circundantes, sino que impone sus propias leyes, aunque evi-
vierte sobre sí, se posee a sí misma como realidad: se posee a sí misma. dentemente no pueda ni deba transgredir las de la naturaleza.
En tanto que persona, el individuo humano es 'suyo', suidad. La estructura humana no sólo es la de una máquina, sino también la de
un maquinista. Frente al conductismo, que consideraba a la mente como
una caja vacía limitada meramente a registrar los estímulos externos, el ser
La persona según Mounier humano corrige su ambiente externo y también el interno, tanto hacia el
pasado como hacia el futuro. Su sistema autorregulador hace que sus trans-
Según Emmanuel Mounier (1905-1950), «una persona es un ser es- formaciones interiores permanezcan, aunque entren a formar parte de una
piritual constituido como tal por una forma de subsistencia y de indepen- estructura mayor; por eso tiene una posibilidad de ensanchamiento que
dencia en su ser; mantiene esa subsistencia e independencia mediante su amplía sus límites, conservando las propias leyes de su interior ("homeos-
adhesión a una jerarquía de valores libremente adoptados, asimilados y tasis"). Queda así sujeta a cambios, pero también a progresos. Lejos de re-
vividos en un compromiso responsable y en una constante conversión; ducirse la estructura personal al universo, no cabe prescindir de su poder
unifica así toda su actividad en la libertad y desarrolla por añadidura, a creativo y simbolizador.
impulsos de actos creadores, la singularidad de su vocación».
Esta larga definición no la entenderán gentes ciegas para las personas,
como las hay ciegas para la pintura, con la diferencia de que muchos cie-
Otras definiciones
gos para las personas son responsables, en cierta forma, de su ceguera, y
llegan a serlo porque quieren una libertad mal ejercida. La vida personal
es algo que los animales no pueden captar y, a veces, las personas tampo- Animal de realidades
co, si no viven por encima de cierto nivel de animalidad.
La persona es un ser espiritual, es decir, dotado de una vocación de La persona sobrepasa la mera animalidad sin dejar de ser animal. El
eternidad, pues todos aueremó1Tpel:seygrja¿Qii£-¿iQ-^^ animal alcanza un importante grado de inteligencia y de sentimiento, pero
*lIaolvidada al borde del camino una flor marchite. no llega a tener conciencia de sí mismo. El animal es capaz de contemplar
' Esta espiritualidad es subsistente e indeperidlente, rasgos delJiumano objetos; la persona, realidades:
autodominio ejercido libremente Silio pudiésemos~adherirnos en libertad.
*~rio~s^na^rño^"Iociue somoi^ealija^eT^s^fítüaTes): somos quienes somos El hombre es el animal que trasciende su propia animalidad, de sus es-
*"~pófqüe_vivimos desarrollando tina escala de valores libremente adoptada. tructuras orgánicas. El hombre es la vida trascendiendo en el organismo a lo
Esa adhesión a la jerarquía de valores la vivimos responsablemente con meramente orgánico... es trascender no de la animalidad, sino en la anima-
lidad: la psique, en efecto, no es algo añadido al organismo, sino una realidad
los demás en un compromiso. Es un «compromiso»: una vivencia comunitaria estructural con él. Por tanto, trascender no es salirse del organismo, sino un
(con), en favor de un mundo nuevo (pro), hacia el que nos sentimos envia- quedarse en el organismo de la animalidad. Y, segundo, es trascender en la
dos (miso). Y es un compromiso «responsable» cuando la palabra se convierte animalidad a su propia realidad. La unidad de estos dos momentos es justo
en respuesta (diálogo) y ésta, a su vez, en responsabilidad por el otro. Ella se lo que significa la definición del hombre: animal de realidades.1
vive en constante conversión ante el prójimo, ante un Dios que es personal.
A diferencia de los demás animales, «el animal humano está instala-
do no sólo "entre" realidades, sino "en" la realidad, en lo trascendental».
La persona según Piaget Por eso es capaz no solamente de tener comportamientos, sino de conver-
tir el comportamiento en afrontamiento, de enfrentar o asumir la reali-
Según Jean Piaget (1896-1980), la persona es una estructura a la vez dad: la persona puede adaptarse al tiempo, medirlo, conocerlo, proyectar
estructurante y estructurada. Sus elementos estructurados han llegado de nuevo, trabajar, producir, inventar, ya que puede enfrentarse al tiempo
a ser lo que son gracias a sus leyes estructurantes. Toda relación entre un activamente y no sólo sufrirlo.
ser viviente y su medio presenta ese carácter específico de que el primero,
en lugar de someterse pasivamente al segundo, lo modifica imponiéndole 'X. /.uliiri, Sobiv <7 hombre. Alianza, Madrid, p. 93.
54 LA PERSONA 55
Animal autobiográfico Un primer nivel de socialización se produce con la trasmisión del vo-
cabulario; el segundo nivel contiene proposiciones teóricas rudimentarias
Este «animal de realidades» es capaz de dominar su propia biografía: (proverbios, máximas, etc.); el tercero llega con la elaboración de teorías
«la vida humana es autoposesión. Y esta autoposesión es la esencia de la explícitas mediante proposiciones formalizadas; el cuarto nivel lo consti-
biografía: un proceso de autoposesión de su propia realidad... El animal tuyen los universos simbólicos; sólo después surge la posibilidad de refle-
tiene un esbozo de autos ("sí mismo"). No "se" siente satisfecho, pero xión sistemática sobre la naturaleza de ese universo y la apertura a la pro-
siente satisfacción». A diferencia de él, el hombre se posee a sí mismo, «de blematicidad de ese sistema.4
tal modo que el momento de ser "perteneciente a" forma uno de los carac- Ahora bien, aunque la relación persona-grupo es necesaria, hay que
teres esenciales de mi realidad».2 vigilar para evitar el "borreguismo", pues está muy por debajo de la digni-
dad humana -como dijera Gandhi- el perder la propia identidad personal
y perderse en un tornillo más de la maquinaria. «Con excepción del instin-
Animal corpóreo de inteligencia sentiente to de conservación, la propensión a la emulación probablemente constitu-
ya la motivación más fuerte. Esta propensión es tan poderosa que nos in-
El cuerpo humano es corporeidad espiritual; otra corporeidad quizá duce una y otra vez a caer en comportamientos disparatados y dolosos.5
conllevara otra forma de temporalidad, pues seguir siendo con otra tem- Ejemplos:
poralidad y el mismo cuerpo no es comprensible. El ser humano es espí-
ritu encarnado -del espíritu a la materia- y carne espiritualizada -de la Grupo espejo. Cada uno proyecta en él algo de su yo real o de su yo
materia al espíritu-. Como tal, ideal, produciéndose así cierta fusión de horizontes. Pero el quedarse en
la contemplación del sí mismo grupal puede convertirse en una deforma-
Su inteligencia no es comprensiva, sino impresiva: no hay dos facultades, ción, la de Narciso, que sólo tenía ojos para sí mismo.
una inteligencia y una sensibilidad, sino una sola facultad: inteligencia sentien- Grupo prisma. El grupo registra las aportaciones de las personas. La
te. Claro está, hay sensibilidad sin inteligencia: la mayor parte de los actos de función prismática nos cambia sin darnos cuenta, como el aire a quienes
sentir son ajenos a la inteligencia. Pero la inversa no es cierta: la totalidad de le respiran. Pero, mientras que el aire acoge y mezcla todos los efluvios,
los actos intelectivos son sentientes... El hombre, pues, no "tiene" organismo el grupo no deja pasar más que ciertas aportaciones, las que tienen el
"y" psique, sino que el hombre "es" psico-orgánico. Este organismo es "organis- prestigio de las personas y de las ideas dominantes.
mo-de" esta psique; y esta psique es "psique" de este organismo. La psique es
desde sí misma orgánica, y el organismo es desde sí mismo psíquico. En resu- Grupo recipiente. Se produce una combinación de las aportacio-
men, no hay un puro sentir y "además" un inteligir, sino que lo que hay es es- nes personales, una síntesis de todos. Pero el recipiente no ha sido más
tructuralmente intelección sentiente.3 que un lugar de encuentro para elementos que se armonizan o se com-
baten, olvidando que la virtud creadora de las ideas o iniciativas no se
encuentra en el recipiente, sino en los ingredientes procedentes de las
Animal comunitario personas.
portante como la libertad aún dista de haberse realizado sanamente en la dar aquellos pasos. ¿Qué sabemos nosotros? Nuestra interpretación de los he-
historia. chos es, a menudo, equivocada. Nos haría falta conocer absolutamente todo
Respecto a sus actos, la persona tiene una doble función: tiene unas para poder juzgar. Y, aún así, no tendríamos bastante.6
dotes, gracias a las cuales es el agente de sus actos (anda, ve, piensa, sien-
te, quiere) y es autor de sus actos. El animal no es autor de sus actos; el Veamos algunos ejemplos de misterio, extrañeza o perplejidad en la
hombre, sí. No de todos, por lo menos en el sentido de libres, pero sí cuan- captación del yo.
do opta no sólo por unos actos o por otros, sino sobre todo por una u otra
manera de ser. Ningún animal es libre, sino el hombre: el ser humano es El misterio del yo perplejo
ciudadano de dos mundos; si el primero lo comparte con los demás ani-
males, y en él reinan los instintos obligatorios, el segundo, el de la liber- «¡Válgame el cielo, qué veo!
tad, situada en el reino de la conciencia moral, es atributo exclusivo del ¡Válgame el cielo, qué miro!
ser humano, «un rango que le hace acreedor al respeto» (Kant); el hom- Con poco espanto lo admiro,
bre es «libertad e independencia frente al mecanismo de la naturaleza en- con mucha duda lo creo.
tera». La libertad conlleva la «dignidad del ser racional, que no obedece
otra ley moral que la que él se da a sí mismo». ¿Yo en palacios suntuosos?
Según una leyenda, Yahvé creó al hombre, amasó barro, le insufló ¿Yo entre telas y brocados?
esencia de humanidad, y lo metió en el horno para su adecuada cocción. ¿Yo cercado de criados
Pero Yahvé, tan encantado con su creación, se descuidó abriendo el horno tan lucidos y briosos?
después de lo debido, saliendo la raza negra. Insatisfecho, repitió la ope-
ración, pero tan atento al reloj del horno estaba para no despistarse, que ¿Yo despertar de dormir
extrajo la masa antes de tiempo: era la raza blanca, a medio terminar. Por en lecho tan excelente?
último, Yahvé se concentró y horneó en su punto a la raza perfecta, termi- ¿Yo en medio de tanta gente
nada, automática, amarilla (recordemos que se trata de una leyenda chi- que me sirva de vestir?
no-japonesa) .
Pues no. Dios creó a todas las razas lo suficientemente terminadas Decir que es sueño es engaño
como para que pudieran acabar de «hacerse» en libertad y bajo su propia bien sé que despierto estoy.
responsabilidad fuera del horno, aunque el hombre pueda torcerse en el ¿Yo Segismundo no soy?»
ejercicio abusivo de su libertad, riesgo que, sin embargo, no aminora la
confianza del Creador en sus criaturas: tanta es su convicción de que
CALDERÓN DE LA BARCA
la libertad puede dirigirse hacia el bien. Por lo demás, sin libertad no ha-
bría responsabilidad ni dignidad alguna.
El misterio del yo «inexistente»
Ser misterioso -«¡Yo soy -la voz llegaba metálica desde dentro del yelmo cerrado,
como si fuera no una garganta, sino la misma chapa de la armadura la que
Pero, por muchas que sean las definiciones de la persona, en el fondo, vibrara con un leve retumbe de eco-, Agilulfo Emo Bertrandino de los
¿quién la conoce del todo?: Guildivernos y de los Otros de Corbentraz y Sura, caballero de Selimpia
Citerior y de Fez!
Una noche desperté oyendo un ruido que no cesaba. Era el vecino de -Aaah -dijo Carlomagno como pensando-. ¡Si tuviera que acordarme
arriba que andaba de un lado para otro, y sus pasos resonaban en el techo. del nombre de todos estaría fresco!
¡Aquello era insoportable! Aquellos pasos me obsesionaban. Las dos de la Pero en seguida frunció el ceño:
madrugada. Tenía que madrugar para ir al trabajo y necesitaba dormir. Y el
vecino paseándose arriba y abajo sin parar y sin la más mínima considera- -¿Y por qué no alzáis la celada y mostráis vuestro rostro?
ción. Pensé: mañana subiré arriba y le partiré la cara. Al día siguiente subí al El caballero no hizo ningún ademán; su diestra enguantada con una
piso de arriba y me enteré de que el hijo de mi vecino había muerto aquella férrea y bien articulada manopla se agarró más fuerte al arzón, mientras
madrugada y que, durante toda la noche, aquel padre afligido había paseado
en brazos a aquel pobre niño, consumido por la fiebre. Hoy he vuelto a recor- "Cfr. C. Díaz, La virtud de lo paciencia, TIMIÍIS, México, 2002, p. 109.
58 GAP. 2. LA PERSONA HUMANA SER ACOMPAÑADO: PERSONA Y RELACIÓN 59
que el otro brazo, que sostenía el escudo, pareció sacudido como por un espíritu inmundo que moraba en los sepulcros y a quien nadie podía tenerle
escalofrío. ya atado ni siquiera con cadenas, pues muchas veces le habían atado con
-Os hablo a vos, paladín -insistió Carlomagno-. ¿Cómo es que no mos- grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y
tráis la cara a vuestro rey? nadie podía dominarle. Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros
La voz salió clara de la babera. y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a
-Porque yo no existo, Majestad. Jesús, corrió y se postró ante él, y gritó con gran voz: '¿Qué tengo yo conti-
-¿Qué es eso? -exclamó el emperador-. ¡Ahora resulta que tenemos go, Jesús, hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes'.
entre nosotros incluso un caballero que no existe! Dejadme ver. Es que él le había dicho: 'espíritu inmundo, sal de este hombre'. Y le pre-
Agilulfo pareció vacilar todavía un momento. Luego, con mano firme guntó: '¿cuál es tu nombre?'. Le contesta: 'mi nombre es Legión, porque so-
pero lenta, levantó la celada. El yelmo estaba vacío. Dentro de la armadu- mos muchos'. Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la
ra blanca de iridiscente cimera no había nadie. región» (Me, 5).
-¡Pero lo que hay que ver! -dijo Carlomagno-. ¿Y cómo lo hacéis para
prestar servicio, si no existís?
-¡Con fuerza de voluntad -dijo Agilulfo-, y fe en nuestra santa cau-
sa!» (ítalo Calvino: El caballero inexistente). SER ACOMPAÑADO:
PERSONA Y RELACIÓN
El misterio del yo «mutante» La persona ha nacido con los demás, vive entre ellos, y en su entorno
muere. Sería ocioso preguntarse si fue antes el individuo aislado o la pare-
Aquel cantero cortaba piedras de la montaña: «Si fuera rico no tendría ja. «Yo llego a ser yo en el tú; al llegar a ser yo, digo tú» (Martin Buber, Yo
que cortar piedras toda la jornada», exclamó. Para su asombro, oyó re- y tú). «Sólo hombres capaces de hablarse realmente de tú pueden decir
pentinamente la voz de un buen genio: «Tu deseo se cumplirá, serás rico». verdaderamente 'nosotros'. El hecho fundamental de la existencia huma-
Ante la sequía de aquel año, el picapedrero ya rico exclamó: «El sol es más na es el hombre con el hombre. A esta esfera la denomino esfera del entre
poderoso que yo: quisiera ser sol». Convertido ya en sol enviaba sus rayos y es una categoría básica de la realidad humana, que se realiza en grados
a la tierra, hasta que una espesa nube le eclipsó: «La nube es más poderosa muy diferentes» (Martin Buber: Qué es el hombre).
que el sol: ahora quiero ser nube». El picapedrero-nube todo lo dominaba,
menos una altiva roca que permanecía indiferente: «Quiero ser roca». Un «El ojo que ves no es
día un hombrecillo comenzó a demoler su base: «¿Cómo un picapedrero es ojo porque tú le veas,
más fuerte que una roca? ¡Quiero volver a ser picapedrero!». es ojo porque te ve»
«Poned atención:
El misterio del yo dividido
Un corazón solitario
no es corazón»
El escritor ítalo Calvino narra la historia del vizconde que, en un due-
lo, tras ser cercenado por el tajo de un adversario en dos mitades exactas,
cada una de las cuales vive su vida independiente, una buena y otra mala, MACHADO
logra por fin recobrar su anhelada unidad: al fin y al cabo no hay ninguna
parte humana que no añore a las restantes (Sigmund Freud señaló no dos Somos yo-y-tú, tú-y-nosotros. Al subrayar esa relación se queda corta
mitades, sino tres estratos en cada ser humano: ello/yo/superyo; Nietzs- la afirmación de Ortega y Gasset «yo soy yo y mis circunstancias», más
che eleva ese número hasta el infinito). bien «yo-soy-yo-y-mis-circunstantes», pues aunque las cosas y los anima-
les son circunstancias, sólo las personas son circunstantes: sólo ellas for-
man parte de mi propia vida. El amante llama a la puerta de su amada:
El misterio del yo legionario «Soy yo». Ella le responde: «Pues entonces márchate. En esta casa no ca-
bemos tú y yo». El rechazado amante se va al desierto, donde medita du-
«Y llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos. Apenas rante meses las palabras de su amada. Por fin regresa y vuelve a llamar:
saltó de la barca, vino a su encuentro de entre los sepulcros un hombre con «¿Quién es?». «¡Soy tú!» Y la puerta se abre al instante.
(>() CAP. 2. LA PERSONA HUMANA 61
ka también con chimpancés, gorilas y orangutanes: carentes de tacto pater- culta nuestro ser. Si amar es dar la vida, no amar es no-darla, quitarla. El
no-materno, desarrollaron comportamientos neuróticos desde la excitación pecado constituye precisamente la negación del dativo, la ruptura de la
eufórica a la inmediata depresión, por tanto sin equilibrio emocional. Como cadena de dones, el obstáculo que no regala el amor que le han regalado,
sabemos, después de las experiencias de Feuerstein, las ratas criadas con la ruptura del sistema personal de relaciones que siempre se encuentra
estímulos aversivos son los últimos en encontrar la salida del laberinto, y orientado hacia el tú: un cerrarse en sí mismo, un querer ser solamente
son más agresivas. Los niños educados con buenas expectativas rinden más uno mismo.
que los malos: se rinde según el trato que se nos da y lo que se espera de
nosotros (efecto Pigmalión).
Pero, a diferencia de los niños, la edad nos va haciendo más refracta- La persona acoge
rios a la petición a los adultos, por eso no todos los adultos sabemos pedir.
Sin embargo, quien no sabe pedir no sabrá dar. ¿Por qué no pedimos más Cuanto más débiles somos, más necesitamos ser cuidados. Cuanto
los adultos? Por miedo al rechazo, por malas experiencias anteriores, por más crecemos en todos los sentidos, más podemos ayudar. El vocativo (la
cobardía... Mas, si no nos fiamos de nadie, si no queremos pedir, no po- petición) es el niño, el genitivo (la acogida) es la madre, el padre, el her-
dremos crecer. mano mayor, el cuidador o cuidadora, la comunidad, a cuya amorosa aco-
Pese a todo, niños, adultos y ancianos necesitamos pedir. De hecho, a gida el niño aprende a responder. El cariño que nos proporcionan nos for-
veces sin darnos cuenta, reajustamos nuestra actuación para que los otros talece y nos revitaliza. Un notable discípulo de Freud, Karl Gustav Jung
nos acepten. Con frecuencia, se sale de un encuentro modificando la ima- (1875-1961), afirmó que las personas terminaron recluidas en los mani-
gen previa forjada sobre el interlocutor: "Mira, creía que era... y resulta comios porque antes nunca tuvieron a nadie dispuesto a escuchar lo que
que es". La mayoría de las veces, y si la interacción no se prolonga, pue- tenían que contar. El sufrimiento es principio de curación y requiere un
den conservarse las imágenes preexistentes. Pensemos en la interacción correcto acompañamiento en el que se necesita compasión. Ninguna ex-
que tiene lugar entre dos personas de muy distinto rango social, ponga- periencia de sufrimiento se suple tan sólo con los tratamientos biológicos.
mos el rey y un niño que va a ofrecerle un obsequio: si el rey mantuviese La atención a esas personas requiere una asistencia que despierte esperan-
determinada tiesura, exigible en otros contextos, la relación se bloquearía. za. La esencia de la ayuda consiste, ante todo, en despertar la esperanza
En cualquier caso, la imagen que el otro me devuelve de mí mismo me básica de la persona que sufre.
interesa mucho: "¿Qué le habré parecido a... ?", o "Le he debido parecer Si, por el contrario, nos falta el apapacho, nos encontraremos con más
que..." Puedo parecer al otro como pretendía ser, o quizá mejor, o tal vez dificultades en superar la inmadurez. ¿Cómo sería la existencia de alguien
peor. Si se nos define en más de lo que imaginábamos inicialmente ser, nunca amado?, ¿Qué tipo de «yo» desarrollaría? ¡Cuántas personas no
aparte la gratificación en forma de autoestima que de ello se deriva, acep- han conocido un abrazo necesario y andan por ahí como zombis, muer-
tamos por lo general, sin reticencia, esta imagen realzada. (A veces no tos en vida! ¿No hemos pensado en nuestra responsabilidad respecto de
ocurre así, y nos vemos obligados a pensar, por la responsabilidad que se muchos que nunca han sido amados? Si lo que nos ayuda a crecer como
contrae, que el otro nos tiene en más de lo que somos.) Por el contrario, personas es el amor, cuando lo recibimos pero no lo damos, cortamos la
si la definición nos rebaja, la relación suele ser de rechazo. De todos mo- cadena del amor: hacemos un daño grave.
dos, esto no debería hacernos depender del juicio ajeno, claro está. En fin,
«toda definición efectuada por los otros sobre uno se compara con la defini- La persona dona y se da
ción que uno esperaba obtener a partir de su actuación. Pero la comparación
también se establece entre la que hacen de uno y la que hacen de los demás:
¿somos preferidos o somos preteridos? Nuestra autoestima sufre si se nos Quien ha ido aprendiendo a vivir desde la experiencia del amor, goza
sitúa allí donde pensamos que no debemos estar, y 7más aún si se sitúa a otro ayudando a los demás. Aunque parezca paradójico, sólo se posee lo que
en la posición que juzgamos que nos corresponde». se regala. La madurez crece en relación de proporcionalidad directa con la
generosidad.
Si lo que nos hace ser personas es el amor, cuando lo recibimos pero
no lo damos cortamos la cadena del amor y, al cortarla, matamos. Si el
amor recibido nos lo quedamos para nosotros, si no lo trasfundimos, peca- Donación (o dativo) de alcance corto
mos gravemente. Si quien nos ama nos hace ser, quien no nos ama difi-
Hay quien da lo que puede a los suyos, tan sólo a los suyos, y la ver-
7
C. Castilla del Pino, Teoría de los sentimientos, Tbsquets, Barcelona, 2000, p. 176. dad es que semejante comportamiento no es como para tirar cohetes, pero
64 CAP. 2. LA PKRSONA HUMANA SHK AMADO: PKRSONA Y AMOR t»5
no es malo mientras no pretenda para los suyos propios lo que roba a los lugar de derrocharlo en armamento, etc. Si dispone de tiempo, compárta-
ajenos por el mero hecho de que no son los suyos. Por lo general, el que lo, pues su trabajo es importante. Y sobre todo luche por transformar esta
es sólo bueno con los suyos suele escudarse en argumentos tan pobres sociedad que justifica la riqueza de unos y la pobreza de otros.
como que los amigos son como los melones, y que hay que probar 50 para
hallar uno solo bueno. El dativo de radio corto (dativo para los propios)
suele ser de radio ancho para los de casa, pero estrecho para los de fuera. Dar nuestro espacio, dar nuestro tiempo
Otra variante del dativo de radio corto es el «te doy para que me des»
(amistad útil) que se expresa en la ley del Talión.
Hay dos tipos de dativo, el de espacio (uno da cosas) y el de tiempo.
Pero hay quien un día (y tiene más valor si ello ocurre antes de morir- El dativo de espacio a veces lo damos a nuestros hijos (les compramos
se, pues después de muerto tiene menos gracia) decide regalar lo suyo a to- juguetes, caballos, casas, etc., que caben en el espacio) para no darles
dos, haciendo que su beso abarque a toda la humanidad, y ése es genial. La nuestro tiempo, que es el dativo más valioso: cuando uno da lo que uno
com-pasión resulta directamente proporcional a la práctica de la caridad: mismo es, su tiempo, se da a sí mismo.
«Bien sabemos nosotras que hacer lo que hacemos no pasa de ser una gota
de agua en el océano. Pero si esta gota no estuviese allí, al océano le falta-
ría algo. Por ejemplo, si nosotras no tuviésemos escuelas en los barrios po-
bres - n o pasan de ser pobres escuelas primarias en las que nosotras ense- Dativo absoluto: darse
ñamos a los niños a amar la escuela, a estar limpios, etc.-, si nosotras no
tuviésemos estas escuelas, miles de niños estarían en la calle. Tenemos, Pero ¿y si ensayáramos una filosofía nueva, que sería no serse para darse?
pues, que escoger entre algo, aunque sea poco, o dejarles sin nada. Ocurre ¡Darse gratis! ¿No habría llegado a nuestros pueblecillos el momento feliz de
lo mismo con nuestros hogares de los moribundos. Si no los tuviésemos, los inaugurar una nueva existencia, una nueva tierra y unos nuevos cíelos? Y el no
que en ellos se amontonan morirían en la calle. Pienso que merece la pena serse, ¿qué es?: la nada, la nada. Pero, ¿es que vale algo la nada? Pablo dice:
¡claro que vale!, porque el Hijo se vació, se perdió, se entregó. Por eso este nuevo
tener todo esto, aunque no sea más que para que tales infelices mueran en camino no es una "nueva" filosofía, sino un camino que ya está abierto, camino
paz, en la paz de Dios». nuevo y vivo, mano abierta, herida, encendida. La Carta de Pablo a los Corintios
¿Debemos dar limosna a los mendigos? Cierto ex alcalde, mediante una afirma que el Padre, en su proyecto, ha elegido a la nada de este mundo para de-
operación de maquillaje, desempolvó unas ordenanzas municipales de 1930 jar paso a eso que se llama la "gracia", o sea, la gente que no vale, que no tiene
en las que se señalaba que «para tranquilidad, respeto y buena armonía en- dinero, que no tiene poder, que no tiene cultura, que está marginada, que está en-
tre los habitantes de la ciudad, queda prohibido en absoluto ejercer la men- ferma. En la nada, en el no ser, en el basurero, es donde florecen las flores, no en
dicidad. Serán retirados de la vida pública todos los vagos y maleantes que, los depósitos bancarios de Vitigudino. Es algo que está sembrado en el basurero
aunque no se les sorprenda ejerciendo la mendicidad, por su suciedad y as- y que crece solo. ¡Ah, no serse, desvivirse, no para recuperarse sino para pasarse
a otros y éstos a otros y a otros, eso sería extraordinario, realmente estaríamos
pecto deplorable, así aconsejen su retirada para bien de la ciudad y perso- inaugurando una página nueva!...
nas que nos visitan». Los partidarios de la limosna la defienden porque es
Esto sería como la siembra del grano de trigo, algo precioso, porque la tierra
una forma de mitigar la ajena necesidad y, a la par, de tranquilizar la pro- tiene una capacidad enorme de vida, la tierra y la humanidad están llenas de
pia conciencia. En todo caso, la mendicidad ni puede ni debe prohibirse. vida, pero como no haya un grano de trigo que se rompa y se pudra y se muera
Además, si su conciencia se lo dicta, dé usted limosna, pero sepa que su -¡tiene que morirse!- no habrá pan. Al sembrarse, al romperse, toda la fuerza de
ayuda será mejor administrada por una institución como Caritas, pues la tierra pasa al grano de trigo y el grano de trigo la acoge, la transforma y se hace
amén de procurar una ayuda puntual al necesitado, dispone de programas un puñado de granos de trigo. Esto es sobrecogedor, ¿verdad? A mí me parece la
de rehabilitación y reinserción a más largo alcance. Y pídale cuentas a dicha primavera al amanecer. Es una caricia, un amor...
institución, que está usted en su pleno derecho. Hay varias maneras de sembrarse. Si, por ejemplo, tengo un grano de trigo y
Pero si de verdad le preocupa la mendicidad, vaya más lejos. Piense le dejo en la panera, este grano no se convertirá en pan blanco porque no se ha
que los mendigos son personas como usted, sienten como usted, necesitan sembrado. Por tanto no será una respuesta, ni una brecha viva a la sangre derra-
mada en Ruanda o en América Latina, será un asunto personal o familiar, pero
cobijo, comida, ropa, asistencia médica, cariño, un puesto de trabajo exac- nada más. ¿Y si uno se queda sobre la tierra, sobrevolándola, caminando por en-
tamente igual que usted lo necesita. Cuidando al otro se hace lo justo y cima, que es lo que nos pasa normalmente a nosotros? Tampoco es manera de
necesario. Si todo eso le importa de verdad, comience por cumplir con sus sembrarse. ¿Y si yo me siembro en un envoltorio de plástico, que pueden ser per-
obligaciones fiscales. Luego presione al gobierno o a las comunidades autó- fectamente mis libros? Pues ¡cómo voy a sentir el latido vivo de la tierra y trans-
nomas, a las diputaciones y a los ayuntamientos para que administren bien formarlo en pan blanco! Es imposible, porque germino en mi propio ambiente,
el dinero público, para que empleen los recursos en programas sociales, en pero no puedo esperar que ese grano de trigo acoja las lágrimas de los negros
OO L.AP. Z . LA PERSONA HUMANA SER AMADO: PERSONA Y AMOR 67
africanos o de los pueblos asiáticos para transfigurar las lágrimas y los cantos en Al regresar el labrador a su huerto se enfadó mucho por el autoexpolio
un cántico nuevo, porque estoy en mi envoltorio. ¿Y si me siembro en la tierra de su espantapájaros, y le prendió fuego. Los amigos del espantapájaros, al
desnuda? ¡Ay, si me siembro en la tierra desnuda ya sería mucho, porque entonces ver cómo ardía, se acercaron y amenazaron al labrador, pero en aquel mo-
me pudro, me tengo que morir! Los escrituristas dicen que entre el grano de trigo mento cayó al suelo algo que pertenecía a aquel monigote: su corazón de
que se pudre y la espiga no hay una continuidad, que el grano de trigo se muere pera. Entonces el hombre, riéndose, se lo comió:
verdaderamente, y lo que sale después es algo nuevo, completamente inesperado,
una cosa milagrosa como lo es la vida misma... A mí me encanta la primavera, el -¿Creíais que el espantapájaros os había dado todo? Pues esto me lo
amanecer, esa luz difusa de las seis de la mañana, de cinco y media a seis; cuan- como yo.
do empieza a amanecer no cantan todos los pájaros, canta uno; después, al rato Mas con sólo morderla notó un cambio interior:
largo, canta otro y luego viene un momento en que cantan todos ya cuando se -Desde ahora os acogeré siempre.
levanta la mañana al tiempo que se enciende la lumbre, pero no con palos gordos
que no arden, sino con palos pequeños, medio rotos, para que puedan arder. Es Mientras, el espantapájaros se había convertido en cenizas y el humo lle-
una cosa preciosa, la semilla que crece sola, como en el texto de Marcos... Y hay gaba hasta el sol transformándose en el más brillante de sus rayos».9
otra parábola que se conserva en la tradición sinóptica, y que a mí me encanta:
la parábola del grano de mostaza. El grano de mostaza es la más pequeña de las
semillas, pero cuando crece se hace un arbusto y las aves se acogen a él. Esto po-
dría ser lo nuestro ¿no? Un grano de mostaza donde las aves en vuelo vienen, se Dejarse cuidar
cobijan en la noche y se van. Una cosa pequeña para que cualquier ave en vuelo
hacia los nuevos cielos y la nueva tierra tuviera eso, un trozo de pan, un cancio- Pero no se trata sólo de dar. Se puede acusar de falta de generosidad
nero, un libro de filosofía, para que podamos cantar a la mañana como la cantan a quien no está dispuesto a recibir, a quien no deja a los demás ser genero-
todas las criaturas».8 sos con uno. Ciertas madres no permiten a los hijos esforzarse en bien de
la familia, ciertos padres amigos no toleran que se les regale nada, ciertos
«Un gorrión voló despacio sobre el huerto buscando dónde poder encon- maestros prefieren en muchas ocasiones realizar una serie de tareas antes
trar trigo. El espantapájaros, al verle, quiso ahuyentarle dando gritos, pero el que orientar a los alumnos para que las hagan ellos, etcétera.
pájaro se posó en un árbol, diciendo: Y hay un acto generoso que suele costar, incluso, más esfuerzo que re-
galar: perdonar, mostrar al otro que no lo rechazamos por lo que hizo, que
-Déjame coger trigo para mis hijos.
pese a todo le aceptamos y confiamos en sus posibilidades de mejora.
-No puedo -contestó el espantapájaros.
Pero tanto le dolía ver al pobre gorrión pidiendo alimento, que le con-
testó al fin: "Puedes coger mis dientes, que son granos de trigo". El gorrión, L a p e r s o n a peivctona
agradecido, besó su frente de calabaza.
Una mañana, un conejo hambriento entró en el huerto buscando una za- Perdonar es mostrar al otro que no lo rechazamos por lo que hizo, que
nahoria. Tanto le dolía al espantapájaros el hambre del conejo, que le ofreció pese a todo confiamos en sus posibilidades de mejora. Perdonar es renun-
su propia nariz de zanahoria. Una vez el conejo se hubo marchado, quiso can- ciar a tener la última palabra. Es renunciar al derecho por amor, en favor
tar de alegría, pero no tenía boca ni nariz; sin embargo quedó contento. de un amor sin derechos. Es renunciar a la obsesión de la memoria ofendi-
Otro día el galló buscó comida: "Toma mis ojos, que son granos de maíz", da («me debes, me hiciste») y del rencor pretérito en favor de un futuro
le invitó el espantapájaros.
Poco después, un vagabundo se acercó a él, aunque no pudo verle porque liberador: comienza una vida nueva, vamos adelante. La prueba clave de la
carecía ya de ojos: calidad de la persona es la petición y la concesión de perdón. Quien no pide
perdón se pierde lo hermoso de la vida, la experiencia de la reconciliación,
-Espantapájaros, tengo frío. nunca será capaz de encuentro, ni de amistad, jamás encontrará un tú ama-
-Usa mi vestido, es lo único que puedo ofrecerte. do, porque sólo sabrá detectar a un ego ofendido por un tú odiado.
A veces no sabemos cómo pedir perdón por no ser dativos. No es tan
Más tarde notó que alguien lloraba junto a él. Era un niño que buscaba fácil para quienes no somos verdaderos niños, pues la sociedad no perdo-
comida para su madre. "Pobre niño", musitó el espantapájaros, "te doy mi ca- na; ahí fuera, en la calle, hay una selva donde no se disculpa. Hay también
beza, que es una hermosa calabaza"... convicciones incorrectas, aunque de uso común: la idea de que quien pide
8
M. Legido, en Acontecimiento, núm. 33, Instituto Emmanuel Mounier, Madrid, 1994, 9
C. Díaz, Diez virtudes para vivir con humanidad. Fundación Mounier, Madrid, 2000,
pp. 155-168. página 43.
(>H CAP. 2. LA PERSONA HUMANA SER AMADO: PERSONA Y AMOR 69
perdón se autohumilla; pero es al contrario: el peticionario ennoblece a Dios»: «recuerdo a este propósito la frase que dijo un día alguien en la
quien se lo puede conceder, dándole la oportunidad a quien lo concede de calle Tetuán, al ver pasar a J u a n Belmonte: 'Este tío sí que va a tener
ejercer un don. u n buen entierro'».
Además, quien recibe el golpe y no lo descarga es presentado como el Una sola incapacidad tiene el ablativo: es incapaz de acusativo.
patito feo, el perdedor, que no puede transferir sobre otro el último agravio.
Asimismo, la capacidad de aprender resulta directamente proporcional
a la capacidad de pedir perdón.
Existe una relación entre el perdón y el mérito. El incapaz de pedir El amor es el nombre de la persona
perdón está encerrado en sí mismo, por eso no reconoce ningún don ajeno
y debe decir: «Todo me lo merezco, me he hecho a mí mismo, soy el hom- Como escribiera Tomás de Aquino, amor est nomen personae (el amor
bre que se ha hecho a sí mismo». Todas las faltas son por culpa de los de- es el nombre de la persona). El nombre o nominativo, el «yo» de quien
más, todo el m u n d o tiene que admirarme y apoyarme. Pero con eso se ama, aparece en su totalidad al final de la vida. A la caída de la tarde se
está implícitamente cerca del «me estoy deshaciendo a mí mismo». Sufrirá nos examinará en el amor, que es el nombre de la persona. Si el nombre
mucho, porque ha hecho con mucho esfuerzo y luchando mucho eso que definitivo del hombre que vive con criterio de humanidad es amor, el an-
dice que ha conquistado por mérito propio. No sólo es que, cuando pierde, tinombre de quien vive en inhumanidad es odio.
pierde todo, sino que además lo pierde todo cuando no gana. Quien ama sabe que, pese a todo, hay en el ser humano más cosas
Por el contrario, quien sabe pedir perdón dice: «No me merezco nada», dignas de admiración que de desprecio. Si no encuentra esto en la su-
pero no en el sentido destructivo, sino porque sabe que todo lo que hay en perficie, si escarba y tiene paciencia, perseverancia y esperanza, si es vo-
nosotros es fruto del amor que se me ha regalado, de la gracia. Esta perso- cativo-genitivo-dativo-ablativo, hallará en el otro y en sí misma al final
na se plantea en su vida devolverlo todo con gratitud, ser el primero en arri- de la jornada, a la caída de la tarde, ese tiempo de eternidad. El amor es
mar el hombro. Y, cuando hace mal, se alegra por pedir perdón al ofendido. paciente. El amor es servicial. El amor es discreto. El amor se alegra con
Me equivoco frecuentemente, lastimo a los demás, tengo cosas bellísimas la verdad. El amor excusa todo defecto. El amor todo lo cree. El amor
pero también otras sumamente negativas. Todo se me ha regalado con gra- todo lo espera. El amor todo lo soporta. El amor desconoce el egoísmo.
cia y todo lo devuelvo con gratitud. Quien se conoce a sí mismo reconoce a El amor desconoce la irritación. El amor desconoce la venganza. El amor
los demás, pues el propio rostro es al fin regalo de los rostros ajenos. Cuando desconoce la injusticia. El amor desconoce la envidia. El amor desconoce
pierde, pierde menos. Cuando se equivoca, acierta, porque a través del per- la jactancia. El amor desconoce el engreimiento. El verdadero amor des-
dón redescubre el buen camino. Si humano es hacer el mal, más humano es conoce los celos.
perdonar y ser perdonado. Y, porque somos esperanza hasta el final, el nombre de la persona
-amor- debe encontrarse al final. El yo sabe que quizá constituiría una
presunción proferir el propio nombre demasiado enfáticamente antes del
último día. De una persona no puede decirse que haya sido amor hasta el
En todo tiempo y lugar final de esa vida misma. Es al final, y sólo al final, cuando el yo madura-
do en el amor co-noce y co-nace, nace y renace a los demás. Desde la pers-
El dativo que no conoce excepciones se convierte en ablativo, es decir,
pectiva del amor, envejecer es renacer.
en dativo de por vida, en todo tiempo y lugar, a pesar de los fallos y las
fragilidades humanas con ellas incluidas, porque nadie es perfecto. Cuan-
do se ha vivido en ablativo, se sabe que sólo el amor puede soportar cier-
tos espectáculos sin desfallecer, aguantar lo que haga falta. Quien gozó de Las últimas palabras y la primera Palabra:
una vida dativa termina haciendo del dativo un ablativo: para ti, contigo, quien puso nombre a los seres juzgará
hacia ti, desde ti, en ti: todas las preposiciones y circunstancias se viven también su último nombre
en favor de los demás cuando se ha hecho de la propia vida un don en
cualquier tiempo y lugar. Al fin y al cabo, el ablativo es un dativo hecho
hábito vital.
Si lo dicho hasta ahora es verdadero, en el principio no fue el «ego»
narcisista ni el «cogito», sino el amor ergo sum: soy amado, luego existo.
Y por eso el ablativo no pasa inadvertido: «Ven, quiero que conozcas Descartes no llevaba razón al comenzar con el yo, pues el nominativo, el
a una persona buena». Ese ablativo pasa también a ser «hablativo», por- nombre del hombre, lo que le denomina o designa como yo, es el amor, y
que de él todo el mundo habla y la gente despide emocionada su cadáver, éste ha recorrido otro camino: vocativo-genitivo, dativo, ablativo, y al fi-
en el último «adiós» que es el resumen y el compendio de muchos «a nal el nombre del hombre: el amor. El amor es el nombre de la persona.
70 CAP. 2. LA PERSONA HUMANA 71
Juan, Antonio o Luisa, como personas, comparten un mismo nombre: MADUREZ Y REALIZACIÓN
amor (en caso contrario, el antinombre: odio). PERSONAL
La muerte concede a los otros la última palabra (respondente) sobre
mí, que tuve la primera palabra (vocativa) hacia ellos. Por eso para los
cristianos el responso -de responsum, a su vez de respondeo- es la última La persona madura sabe distinguir entre necesidades primarias y se-
«respuesta» de la comunidad ante Dios: ella testifica que ha caminado con cundarias. Según Abraham Maslow, hay una pirámide de necesidades. En
el difunto bajo el signo del amor divino. Por lo demás, es de la misma raíz su base están las necesidades primarias o biológicas (hambre, sed, etc.). A
que spondere, casarse: así como los esposos responden uno del otro cuan- continuación está la necesidad de seguridad. Luego, las necesidades de
do se casan, así también responde (en cuanto ello es posible) la comuni- afecto y pertenencia (querer y ser queridos, ser aceptados en nuestros gru-
dad por el difunto ante Dios. pos) . Después, la necesidad de estima (autoestima y estima ajena). Por fin,
la de autorrealización y trascendencia.
Por encima de mi palabra, y de la palabra de la comunidad sobre mí,
Dios tiene la última e infalible palabra sobre los que tienen la última pa-
labra sobre mí. Aquel que fundó la palabra, aquel que al crear puso nom-
bre a las realidades, es el mismo Aquel que cerrará la palabra. Escala de valores, escala de necesidades
a) Hay personas que no salen de las necesidades fisiológicas, las me- Autorrealización laboral. A través del trabajo realizado conseguimos
nos personalizadoras, las más cercanas al mundo animal, aunque acercarnos a los ideales. Resulta muy difícil encontrar una persona reali-
muy perentorias e ineludibles. zada si su actividad cotidiana no le aporta un desarrollo; de ahí la impor-
b) Hay personas educadas en valores, pero de forma humillante, y ter- tancia de ejercer los valores durante el quehacer diario. Hay muchos hom-
minan encerrándose en sí mismos y odiando los valores mal apren- bres cada vez más estresados en sus trabajos, estando además deteriorada
didos. su relación personal con la familia y con la sociedad en general.
c) Hay personas que en esta sociedad competitiva no logran desplegar Si la sociedad funciona mal, resultará más difícil encontrar personas
las habilidades que poseen, porque las circunstancias sociales lo im- que individualmente funcionen bien,10 pues los valores personales no pue-
piden. Si sólo una exigua minoría puede desarrollar las habilidades den ser asocíales. A la larga, una sociedad que no hace felices produce fa-
que ha cultivado, quien se desarrolla es el imperio del capital, pero milias e individuos infelices.
a costa de los agentes sociales, que en sus correspondientes tiem- Actitud positiva. Aceptación gozosa de sí mismo y de los demás, a
pos de ocio sólo podrá consumir diversiones embrutecedoras. quienes nos abrimos empáticamente procurando ver lo positivo de ellos,
d) Hay personas que achacan a su configuración psicosomática las al- y de uno mismo. No es persona madura la que todo lo ve mal, ni la que
teraciones en el juicio sobre sus propias necesidades. Desde luego, todo lo ve bien. Lo importante es saber verlo todo y disfrutar de lo bueno,
las personas tenemos predisposiciones naturales, así como ideales y tanto de los demás como de uno mismo. La actitud inmadura sería la de
valores. Si no fuéramos más que animales biológicos y no axiológi- una persona amargada, hipercrítica, negativista para lo ajeno y lo propio.
cos, la predisposición natural con que venimos al mundo determina- Quien se lleva mal consigo mismo tampoco puede ser muy bueno con los
ría nuestro comportamiento. Pero, siendo los humanos tanto seres demás, porque nadie da lo que no tiene: aunque quieras querer, no pue-
biológicos como axiológicos, tratamos de que interactúen las dos des querer si no te sientes querido y acogido por ti mismo. Y para sentirte
dimensiones: con la estructura biológica intentamos vivir nuestros querido por ti mismo no necesitas ignorar lo que no te gusta de ti mismo.
valores. Realmente raro en una profesión como la docente (¡aunque no sólo
e) Hay personas que ignoran las necesidades espirituales, si bien ad- en ella!) es reconocer al compañero de trabajo. Eso viene de la envidia y
miran a los abnegados sin fronteras, misioneros, etc. Esa necesi- la competitividad, lo cual habla de un rasgo de inmadurez personal. Sin
dad de ser misionero, o visionario, existe en cada cual, pero sepul- embargo, sucede que, cuando un centro de trabajo funciona a través del
tada. La vocación es lo que al final de la vida ha descubierto uno, estímulo y el reconocimiento de los demás, cada quien funciona bien. Y
ya por acción, ya por inacción. Y muchas vocaciones posibles se funciona mejor cuando los defectos no son publicados aunque sean verda-
frustran, desviadas por el peso de una pirámide de necesidades deros: en el confucionismo y en el budismo es pecado grave decir la ver-
aberrante con la que hemos terminado pactando. La vida que al dad respecto del otro, si le perjudica.
final llevamos es resultado de la vida que no hemos sabido llevar. Esperanza. Capacidad para encontrar sentido a la vida y a los acon-
Pactamos nuestras necesidades con el no-yo, y luego elaboramos tecimientos, aunque no sean agradables. Ayuda mucho tomarse a sí mis-
complicadas teorías para justificar ese no-yo. mo con humor y piedad, con ternura y alegría, pues el humor es la quin-
taesencia del amor. Espíritu deportivo, saber ganar, saber perder y volver
a empezar.
Personalidades maduras axiológicamente Calma. Reflexividad, prudencia y no precipitación. La persona madu-
ra adopta posiciones ponderadas y ecuánimes en juicios y apreciaciones.
He aquí algunos rasgos tendenciales básicos de madurez axiológica: Lo contrario es la persona histérica que sólo maneja -y destempladamen-
te- un ramal del carro.
Señorío de sí. Autodisciplina, fortaleza, constancia, paciencia, auto- I0
control, autodominio, todo eso genera un tipo de sensualidad integrada. «Uno de los experimentos consistía simplemente en aumentar la iluminación en el
interior de la planta: se registró de inmediato un aumento de la productividad. Continuan-
Armonía. Encauzamiento de las inclinaciones naturales hacia el des- do con el estudio sobre condiciones ambientales de los trabajadores, en la etapa siguiente
arrollo total de la personalidad. Una persona bien dotada físicamente los investigadores disminuyeron la iluminación, para no mezclar variables. ¿Y sabes qué
puede orientar esto de una forma unilateral dedicándose a desarrollar sus pasó con la productividad de los trabajadores? -Volvió a bajar, por supuesto -dijo el sar-
músculos y quedándose únicamente en el exterior de la personalidad, sin gento con voz de aburrimiento-. -No, Greg, ¡la productividad aumentó de nuevo! Lo que
provocaba el aumento de la productividad no tenía que ver con la intensidad de la ilumina-
integrar el valor de la corporalidad y convirtiendo la ética en dietética. ción, sino con que hubiera alguien que estuviera pendiente de los trabajadores» (Hunter, J.
Muchas de las buenas artes se convierten en malas por su desarrollo uni- G., La paradoja. Un relato sobre la verdadera esencia del liderazgo, Urano, Barcelona, 1999,
lateral y desintegrador. piígina 104).
74 CAÍ». 2. LA PERSONA HUMANA MADUREZ Y REALIZACIÓN PERSONAL 75
Ecuanimidad. Equilibrio entre tolerancia y defensa de la objetividad. a la hora con una persona importante. También me comunica que no son de-
Saber distinguir entre lo accesorio y tolerable, y lo innegociable. masiado rectos, porque las personas serias se atienen a la palabra dada y
Objetividad. Hay una dificultad grande en el autoanálisis, ya que en cumplen con sus compromisos. Llegar tarde es un comportamiento muy poco
éste somos al mismo tiempo analistas sujetos y personas analizadas: el yo respetuoso y además crea hábito.11
que mira, mira a uno que soy yo. Puede ocurrir que, buscando el punto me-
jor posible para resultarnos gratos a nosotros mismos cuando nos vemos, de- Modestia. Sencillez es antítesis de vanidad, jactancia o presunción, vi-
formemos la imagen porque no aguantamos al monstruo que está ahí en- cios hipertróficos de quienes no se valoran a sí mismos esperando que los
frente, el monstruo insatisfecho que llevamos dentro. Si al mirarnos al espejo otros les den aquello de lo que ellos carecen; vana empresa, pues si yo soy
no nos gustamos, podemos tomar alguna de estas tres opciones: primera, un balón ponchado, por mucho que me estén soplando desde afuera, el aire
romper el espejo o no mirarlo; segunda, maquillarnos; tercera, aceptarnos se me seguirá escapando. Detrás de un vanidoso y un jactancioso hay una
como somos. Esta es la única forma de poder mejorar lo que somos, porque persona que no sabe aceptarse a sí misma, sin autoestima. La persona vani-
odiándolo imposibilitaremos su corrección. La persona madura se hace res- dosa es probablemente la que más sufre, porque es la que menos se aprecia
ponsable de los problemas y busca soluciones, los afronta y no los rehuye. La y más necesitada está de ser el centro de atención. Si además es inteligente
huida siempre es peor y agrava el problema. y se da cuenta pero no puede evitarlo, tendrá gran sufrimiento.
Realismo. Sin plantearse metas inaccesibles, tampoco renunciamos al Sinceridad. Mostrarse como uno es, sin tapujos, mentiras, encubri-
ideal, caminando hacia él con metas próximas. Realista no es el que re- mientos ni surrealismo existencial. Mentir es una de las cosas que más fa-
nuncia al ideal, sino el que no confunde el ideal con las posibilidades de tiga, el no presentarse como uno es por miedo a que lo rechacen, por que-
progreso, ni con las metas del día a día. La persona realista es flexible, se rer parecer más de lo que se es, por no saber aceptarse. Detrás de cada
adapta a las circunstancias sin renunciar a lo esencial. Cada uno modela acto de insinceridad o mentira hay inmadurez. Existen muchos grados de
su rostro a través de la vida y termina siendo su propia obra. Ser persona mentiras; es una cuestión complicada la de automentirse o la de decir la
es una obra de arte. verdad a medias. El embustero es un verdadero artista para que no le sor-
Coherencia. Congruencia en la forma de vida, que no vaya por un si- prendan al final, pero su oficio resulta tan trabajoso como inútil, pues, si
tio lo que se predica y por otro lo que se vive. Más valor tiene a la hora bien se puede mentir un rato, mentir siempre y para toda la vida termina
de enseñar estilo de vida que forma de hablar, no hay lección más desleal siendo un circo donde el payaso lloriquea.
que hablar bien y vivir mal, la mucha palabrería enturbia la pedagogía, Las sociedades de hoy desafortunadamente van creando mecanismos de
enseñar el bien sin ser bueno es locura y desafuero. Mejor no hablar, que mentira que al final terminan acostumbrando a los individuos a esta forma
contradecirse con nuestra conducta. de vida, razón por la cual abunda la falsedad, aunque finalmente son meca-
Libertad responsable. Precisamente porque no estamos solos sabe- nismos que no funcionan. Debemos acostumbrarnos a ser como somos, vul-
mos que nuestras pautas conducíales repercuten en los demás. La persona nerables, sin aparentar lo que no somos. Tampoco se trata de ir mostrando
inmadura hace de su ego el centro, y por eso sólo reivindica para sí. Por por todos lados nuestras debilidades (ya que pregonar que somos una gacela
el contrario: la persona madura asume deberes, incluso carga con los de- herida atraería a 20 leones), sino de ser más realistas.
beres de los demás. Sentido del tú. Imagínate que le digo a mi esposa Julita: «Querida,
Gandhi se castigaba a sí mismo cuando otro hacía algo mal; de esta cuando nos casamos te dije que te amaba. Si alguna vez se produce algún
manera ayudaba a mucha gente a corregirse, porque resulta muy duro cambio, ya te lo comunicaré. Mientras tanto, déjame trabajar». ¿Qué pa-
ver que se está castigando a otro por tus culpas. Sufrir con paciencia las saría? El amor no es sólo lo que uno siente por el tú, sino el modo de com-
flaquezas de nuestro prójimo es signo de madurez; sin embargo, lo más portarse con el tú. Hasta para administrar los bienes materiales propios es
común es lo contrario: descargar sobre otros el propio defecto, el mal. preciso pensar en los demás, albergar de algún modo el sentido de la jus-
Espíritu previsor. Hasta para ser puntual hay que prever la relación ticia. Una persona que tiene mucho dinero y no se preocupa por el bien-
entre uno mismo y su circunstancia diaria. La impuntualidad es propia de estar de los demás es inmadura, vive en el estadio egocéntrico, el menos
personas inmaduras, puesto que se da en quienes no planean sus acciones evolucionado del desarrollo humano. Con frecuencia estas personas an-
y no son muy atentos: dan súper agobiadas con lo que tienen o no tienen, porque siempre lo que
tienen es menos de lo que les falta; aunque puedan ser inteligentes, resul-
Cuando alguien se retrasa, me llegan distintos mensajes. Uno es que su tan incapaces de ver la realidad. Cuando nos hablan de nuestros defectos
tiempo es más importante que el mío, un mensaje bastante arrogante para o de nuestra parte vulnerable, tenemos reacciones de autodefensa que nos
mandármelo. También implica este mensaje que yo no debo ser una persona
muy importante para los que me hacen esperar, porque seguro que llegarían
"Ibidem, p. 114.
76 CAR 2. LA PERSONA HUMANA MADUREZ Y REALIZACIÓN PERSONAL 77
impiden crecer. Lo importante es ser conscientes de esto y, poco a poco, dad es la prueba de la verdad». Si tal fuera, el egoísta tendría la prueba
aprender a superar nuestras resistencias. de su felicidad en su egoísmo: tan absurdo como eso. Además, ¿en qué
Gratitud. Cortesía, agradecimiento: el que no sabe agradecer es des- consistiría finalmente la verdad? El relativismo sería insuperable desde
graciado, desagradecido y desagraciado. Hay quienes no agradecen por- esos supuestos.
que no descubren lo que se les está regalando, no saben leer en los múl-
tiples signos de la vida, rastros de pan que va dejando Pulgarcito por el
bosque, delicados gestos que nos ayudan a descubrir los regalos que se La lucha
nos dan. Es imposible que quien no sabe leer lo pequeño sepa leer lo gran-
de. Imposible leer de corrido un texto en arameo si no se sabe deletrear La vida es una lucha entre las personalidades múltiples y complejas que
en español. cada cual lleva dentro. Como cristalizaciones inestables y estructuras frágiles
Profundidad de la satisfacción: felicidad. Cuando integramos todos que somos, las personas cambiamos: hoy estamos arriba, mañana abajo. A
los valores y los vivimos en armonía, nos encontramos en condiciones de cada día le basta su afán, y a la vez hay que preparar bien el mañana que lla-
ser felices, aunque esa búsqueda no carezca en ocasiones de sufrimientos, ma ya a nuestras puertas. Quien se duerme es arrastrado por la corrien-
sin embargo, superiores a la no-infelicidad de un cerdo. La felicidad es la te. Se trata de estar siempre sobrios y vigilantes para llevar el timón cada día
respuesta a la existencia humana: la realización productiva de sus poten- a buen puerto.
cialidades. No es hacer lo que nos gusta, sino que nos guste lo que hace- Hasta el final nadie es dichoso. El tránsito hacia la verdadera madurez
mos. Lo opuesto a la felicidad no es el pesar o el dolor, sino la depresión de la senectud no es tarea fácil; se empieza a lograr cuando se comienza
que resulta de la esterilidad interior. La felicidad no es una estación teóri- a morir. Y no siempre, porque hay ancianos que son el prototipo del egoís-
ca de llegada, sino un modo de viajar en la vida; no es un descanso, sino mo y otros que son la primera palabra de la maduración definitiva. El
más bien una tregua; no es sólo una realización, sino también un proyec- tiempo es escuela de maduración (o inmaduración) axiológica. Decía Bal-
to; no es algo que se acumula, sino algo que se gana y se pierde. La feli- tasar Gracián que el hombre es pavo a los 20 años, león a los 30, camello
cidad es el criterio de excelencia en el arte de vivir. Cada día es una obra a los 40, serpiente a los 50, perro a los 60, mono a los 70, y nada a los 80.
de arte, y no existe poema más bello que vivir su plenitud en cada minu- De todos modos, esto es exagerado y no se corresponde con la realidad,
to, de ahí su parecido con la neblina ligera: cuando estamos dentro de ella mucho menos aún con la evolución de cada persona. Según un viejo pro-
no la vemos; de ahí también su similitud con el agua clara: el agua de la verbio chino, la vida humana se divide en tres fases: 20 años para apren-
felicidad no se nos da a beber en vasos, sino en la palma de la mano. der, 20 años para combatir y 20 años para ser sabio. También se ha afir-
¿Tan fácil? La persona feliz se caracteriza porque conoce y asume los mado que a los 20 años el joven piensa que es pronto para conocerse y que
límites e insuficiencias de la existencia, pero eso no significa que dé por a los 30 lo habrá conseguido; a los 30 se da cuenta de que la cosa no era
bueno lo ruin e inauténtico, por rico lo mísero, por auténtico lo aparencial, tan fácil y espera conseguirlo a los 40; a los 40 el demonio le hace creer que
por pleno lo vacío; pero sabe arreglarse con ello: continúa cumpliendo con hay que esperar a los 50, y a los 50 la mayoría pierde toda esperanza. Son
las obligaciones que ha asumido, con las exigencias que le plantean la todas ellas formas de decirnos que, para que el individuo no madure, tan
familia, la profesión, la comunidad, la historia. Y lo hace con fidelidad y sólo se necesita vivir mal la vida, lo cual es muy fácil, basta con dar rienda
exactitud, a pesar de todos los fracasos, aportando su esfuerzo para poner suelta al egoísmo.
orden y ayudar una y otra vez. En esta actitud hay una gran disciplina de No pocas personas no han recibido ayuda para ser de otro modo,
coraje, de fidelidad y de paciencia con la vida: carácter. Tampoco pode- siendo la presión de su lucha por la vida tan grande, que ni se imaginan
mos ser felices sin ser justos: no seríamos dignos de la felicidad. Cuando que exista todo esto que aquí estamos tratando. Cuando se van haciendo
uno contempla lo que ha llegado a ser la afirmación aristotélica de que «el viejos, a lo único que aspiran es a la autoconservación inmediata, y enton-
bien es aquello a lo que todas las cosas tienden», y la compara con la ces aparece el feo fenómeno del egoísmo senil, que se agarra a lo que to-
afirmación contenida en la Declaración de Independencia de Estados davía queda con el afán de imponerse, con tiranía y exigencia, sobre quie-
Unidos (1776) de que «todos los americanos tienen el derecho a la feli- nes se están desviviendo por ellos: son personas que odian a la juventud
cidad», siente que si ellos tuvieran menos derechos a su «felicidad» el por envidia y resentimiento, que la critican por no compartir sus valores,
mundo podría ir mejor: ¿cómo querer la felicidad sin la búsqueda de su etc.: de ese viejo no cabe esperar el consejo.
universalización? Algo imposible, aunque en ello ande metido medio Pero están también los viejos sabios, aquellos que saben que están en
mundo tras las huellas del poema de Byron (donde Caín pregunta a la recta final y lo aceptan, no solamente con resignación estoica o con fal-
Lucifer: «¿Sois felices?», y Lucifer responde: «Somos poderosos»), y el otro sas esperanzas de salirse de ella, sino con la conciencia de que están en esa
medio, tras las del pragmatismo de William James, para quien «la felici- recta final y agradecen cualquier momento para el encuentro, para el agrá-
78 CAIÍ 2. LA PERSONA HUMANA PERSONA Y CONFLICTO RACIONAL 79
decimiento, para decir verdades, para regalar su experiencia vital. Estas • Pavo real: vanidoso, hipersensible, apantallador, fanfarrón, sabelo-
personas viven la vejez como un regalo, como una intensificación y clarifi- todo (di: «Es un punto de vista interesante, veamos qué piensa el
cación de lo que ha sido su existencia anterior. Ya no atacan, sino que irra- grupo»).
dian; no dominan ni se someten, sino que iluminan, aceptan y agradecen • Cuello duro: tratará al grupo de manera altiva (no hieras su sus-
todo lo que han vivido, como el vino del mejor roble. ¡Qué suerte tener un ceptibilidad, utiliza con él el «sí, pero»).
viejo, un mayor, un anciano de éstos al lado de uno! • Mosquito: pica y molesta, es chismoso, insensible como tijera al do-
lor que producen sus cortes (no compartas con él ningún secreto).
• Charlatán: interrumpe a cada momento, habla compulsivamente.
Como en la novela de Daudet, «Tartarín de Tarascón», el cazador de
Diez modelos de madurez
leones en la fantasía llega a convencerse de su fantasía por lo que
Podemos enseñar todo esto a los más pequeños con los siguientes 10 se ve obligado a cazar leones verdaderos para escapar a la burla del
modelos de madurez, que pueden dibujarse, colorearse, etcétera: pueblo (dile: «¿No nos estamos alejando del tema?»).
• Embrollador: obstinado, discutirá por discutir ignorando sistemá-
• Águila: amplio de miras, acertado. ticamente el punto de vista de los demás (habíale en particular, dile
• Alpinista: mantiene la idealidad, no pierde de vista la meta, buen que estarías encantado de discutir eso en privado con él).
humor. • Señor de los apartes: distraerá a los demás, y hablará con o sin mo-
• Hormiga: laborioso, paciente. tivo (llévale al asunto, pide su opinión sobre la última idea expuesta
• Árbol: acogedor, matriarcal. por el grupo).
• Agua: calmando la aridez, hace habitable lo infértil. • Preguntón: querrá entorpecer, sería feliz conociendo tu opinión para
• Guía: líder, maestro. que apoyes su punto de vista (ten paciencia).
• Mapa: al leerse uno en su rostro, se orienta. • Ruidoso: pretende ser el payaso del grupo, llama la atención, con su
• Puente: concordista, acerca. alegría inoportuna distrae (tranquilízale con algo que le interese).
• Fuego: hace maleable lo que es rígido, y cálido lo frígido; con su emo- • Oportunista: tacaño, no te deja nunca sus cosas. Aparenta coope-
rar mientras saca provecho. Es tramposo (cuidado con él).
ción energética devuelve vida a la muerte, nos hace sentir que esta-
• Colchón: tendido en la cama, perezoso, flojo, dice «mañana» para
mos vivos.
repetir lo mismo mañana. La falta de fe en sí mismo y la desespe-
• Montaña: fuerte, majestuosa, de difícil acceso, pero que se brinda
ranza de lograr la meta lo dejan inactivo. Sin embargo, reclama el
para contemplar desde lo alto, nos enaltece. fruto del trabajo ajeno (trata de que trabaje en grupo).
¡Estas personalidades son para los que no se enredan en los valores • Tímido: no .desea hablar, es inseguro, hay que sacarle las ideas un
inferiores! tanto a fuerza (trátale con cariño).
• Buey mudo: apático, nada le interesa, se sitúa al margen de los asun-
tos tratados (pídele su opinión, indícale sin exagerar el respeto que
tenemos por su experiencia).
Personalidades inmaduras • Caja fuerte: duro, insensible, frío, atrapador (que sepa que lo sabes).
Si las personalidades maduras son virtuosas, las inmaduras andan • Máscara: mentiroso, hipócrita (sé asertivo con él).
des-virtuadas. Para no deprimir al lector hipocondriaco, he aquí algunos • Borrego: su ideal es la masa (dale algún protagonismo).
tipos de personalidades axiológicamente inmaduras:
• Nopal: agresivo, pendenciero, con espinas, querellador, nunca sa- PERSONA Y CONFLICTO RACIONAL
tisfecho: él contra todos. Quiere ser Al Capone, el jefe de la banda.
Pretenderá herir a los demás, o tener razones legítimas para quejar- El acusativo destruye el pro-nombre
se (dile que tratarías con mucho gusto sus problemas en privado). personal
• Capataz: se cree jefe de rancho, piensa que todas sus ideas son bue-
nas e infalibles, por lo que será susceptible e irritable. Se da aires Sólo un caso queda al margen de esta dialéctica del «soy amado luego
de Supermán. Carente de escrúpulos, todo le sirve para intentar do- existo» que venimos exponiendo; es el caso inhumano, el caso acusativo,
minar (sé firme, mantenlo a distancia). un caso antipersonalista. El acusativo surge cuando el yo-y-tú se vuelve
«O Oí". 2. LA PURSONA HUMANA PERSONA Y CONFLICTO RACIONAL 81
yo-sin-ti (el alma bella se vuelve corazón duro cuando se encierra en su polimorfa cuando el tú ante mí no me interesa como fin en sí mismo, sino
coraza), y a partir de ahí yo contra ti, o yo contra mí. por el dinero que tiene, por la posición social, por el sexo, etc., cosificacio-
El acusativo va desplazando a los pronombres personales hasta tor- nes de la persona.
narlos impersonales: en lugar de tratarte como un «tú» te trato como a un Amargos son los efectos del odio, pues la justicia sin amor te hace
«él», y una vez que te he tratado como a un «él», termino manipulándote duro. La inteligencia sin amor, cruel. La amabilidad sin amor, hipócrita.
como a un «ello». De este modo, pierdo «la alegría de los pronombres» La fe sin amor, fanático. El deber sin amor te hace malhumorado. La cul-
(Salinas), pues el nombre personal se ha visto sustituido por lo an-ónimo. tura sin amor, distante. El orden sin amor, complicado. La agudeza sin
amor, agresivo. El honor sin amor, arrogante. La amistad sin amor, intere-
sado. El poseer sin amor, extraño. La responsabilidad sin amor, implaca-
El acusativo activo cainita ble. El trabajo sin amor, esclavo. La ambición sin amor, injusto.
Los enemigos del amor no muestran auténtico cariño. Conocen la di-
Es el acusativo el caso donde la enemistad y la envidia se ceban: ferencia entre lo correcto y lo incorrecto, pero no les importa. Hieren a los
demás sin razón. Aunque sean superficialmente encantadores, sólo atien-
«Yahvé dijo a Caín: "¿Por qué andas irritado, y por qué se ha abatido tu den a sus propias necesidades. Actúan cruelmente con los más débiles. No
rostro? ¿No es cierto que si obras bien podrás alzarlo? Mas, si no obras bien, sienten culpa ni remordimiento. Piensan que es mejor ser malo. Creen que
a la puerta está el pecado acechando como fiera que te codicia, y a quien tie- lo único incorrecto es ser atrapados. Fomentan la discordia.
nes que dominar". Caín dijo a su hermano Abel: "Vamos afuera". Y cuando
estaban en el campo se lanzó Caín contra su hermano Abel y lo mató.
Yahvé dijo a Caín: "¿Dónde está tu hermano Abel?". Contestó: "No sé.
¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?". Replicó Yahvé: "¿Qué has hecho? Si acusamos, que sea salvando a la persona
Se oye la sangre de tu hermano clamar a mí desde el suelo" (Gn, 4).
Si acusamos, que sea para construir, sin herir al acusado, estimulán-
Y Caín no comprendió que la pregunta por su hermano era la pregun- dole al cambio hacia una conducta mejor, sin hacer leña del árbol caído;
ta por sí mismo, por Caín: ¿cómo puede ser uno mismo el que es, tras ha- si acusamos, que sea sin rencor; si acusamos, que sea salvando absoluta-
ber matado al hermano?, ¿quién llega a ser aquel que destruye la relación?, mente la condición personal.
¿puede seguir siendo Caín el mismo Caín que fue, tras haber roto lo que Si acusamos, acusémonos también a nosotros mismos, que no podemos
le hace ser?, ¿cómo restablecer la unidad perdida? El odio es el senti- arrojar la primera piedra sobre los demás, pues quien acusa a los demás y
miento perturbador derivado del deseo de dañar o destruir lo odiado. Hay no mira hacia su interior termina destruyendo tanto la materia como la for-
quien parece no saber vivir sino odiando, pero desgraciado de quien se ma de su acusación. Verdaderamente, nuestras propias discapacitaciones
deja arrastrar por el odio: entonces ha vencido sobre él la muerte. Cada procuramos ocultarlas celosamente, pero nunca ayudará nadie a capacitar
odiador da lo que tiene y erupta de lo que bebe. El odio envilece y destro- a otros si antes no pide ayuda para su propia discapacitación. Los seres hu-
za, acaba con todo, es padecimiento pasional que destruye también auto- manos no somos islas encerradas en nosotros mismos; formamos parte de
destructivamente. En aquella célebre película, los hermanos Marx con- un continente. Cuando el mar se lleva un promontorio, es como si se llevase
ducen un tren con caldera de carbón, y cuando éste se acaba no se les la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.
ocurre otra cosa para alimentar la caldera que echar al fuego las maderas Si nos acusamos, en fin, que sea para dejar atrás el muermo y nunca
de cada uno de los vagones que componen el convoy. Cuando los vagones para hundirnos. La parte destructiva carece de valor sin su correspondien-
son materialmente consumidos por las llamas, la máquina de vapor se de- te propuesta superadora.
tiene, quedándose entonces sin tren y sin camino, desentrenados, desca-
minados.
El conflicto relacional
Acusativo por omisión La relación humana puede ser conflictiva. En toda relación, las con-
trariedades son algo habitual. Pero lo que para los débiles es una barrera
El acusativo también surge por omisión del encuentro debido; más insuperable, para las personas asertivas representa un desafío: la vida sólo
que por voluntad de mal-tratar al tú, por no-tratar al tú cuando éste nos adquiere forma y figura con los martillazos que el destino le da cuando el
necesita. Todo lo que falta para que el mal triunfe es que las personas bue- sufrimiento la pone al rojo. Hay quien parece no saber vivir si no odian-
nas no hagan nada en contra del mal. La perversidad de este no-trato es do, destruyendo. Desgraciado aquel que se deja arrastrar por el odio.
Mki^
82 GAP. 2. LA PERSONA HUMANA PERSONA Y CONFLICTO RACIONA!, 83
No pocas personas se comportan inhumanamente cuando: no salen sa antes de hablar y es cuidadoso con el uso de las palabras, actúa sin de-
de las necesidades fisiológicas, las más cercanas al mundo animal; educa- jarse arrastrar reactivamente por las impresiones del momento.
das en valores, pero de forma humillante, terminan encerrándose en sí
mismos y odiando los valores mal aprendidos; no logran desplegar las ha-
bilidades que poseen, porque las circunstancias sociales lo impiden; acha- Confía
can a su configuración psicosomática las alteraciones en el juicio sobre
sus propias necesidades (sólo si no fuéramos más que animales biológicos Confiada es la persona que se alegra de la capacidad ajena para re-
y no axiológicos, la predisposición natural con que venimos al mundo de- solver problemas y de su buena disposición, pues así le gustaría que ellas,
terminaría nuestra conducta); ignoran las necesidades espirituales, si bien por su parte, le reconociesen a ella misma. Al contrario que el suspicaz, el
admiran a los abnegados sin fronteras, misioneros, etc. Esa necesidad de confiado tiene seguridad y mira con fe los aspectos valiosos de las otras
ser misionero, o visionario, existe en cada cual, pero sepultada. Muchas personas y, por tanto, espera de ellas una conducta favorable. La confian-
vocaciones se frustran, desviadas por el peso de una aberrante pirámide za fundamentada constituye un rasgo positivo del carácter; la no funda-
de necesidades con la que hemos terminado pactando: pactamos nues- mentada está ligada con la ingenuidad y la ilusión. Confiar en lo iluso es
tras necesidades con el no-yo, y luego elaboramos complicadas teorías estar constantemente expuesto al engaño. Sólo la capacidad de crítica y
para justificar ese no-yo. objetividad pueden dar a la confianza las bases de madurez que requiere.
El conflicto consigo mismo y con los demás forma parte de nosotros.
Pero la persona, lejos de quedarse en la relación conflictiva, puede apren-
der a superar esa dificultad. Veámoslo. Actúa con inteligencia emocional
Las personas tenemos prejuicios, bloqueos afectivos, etc., por eso he-
Reglas para resolver los conflictos mos de escuchar no sólo las palabras de nuestro interlocutor (incluyendo
su tono y ritmo), sino también sus claves no verbales (posturas, gestos y
Reconoce la dignidad de la otra persona movimientos); buena parte de la expresión no es explícita. Mira su entre-
cejo sin dejarte atrapar por sus sentimientos. Haz una pausa antes de con-
Si te tomas el diálogo en serio, no supongas que tu interlocutor nada testar; pregunta para verificar que has entendido el mensaje («¿Lo que me
tiene que aportar; no creas tener toda la verdad, ni que tu interlocutor es quieres decir es que...?», «¿lo que deseas que yo haga es que...?»). La ver-
un sujeto al que únicamente tienes que convencer. Un diálogo es bilate- dad invade el corazón y en él se caldea; la idea puede convencer, pero no
ral, no unilateral. Quien dialoga en serio está dispuesto a mantener su arrastra; esclarece, pero no propulsa si no se une a la profundidad afectiva
posición si no le convencen los argumentos del interlocutor, o a modificar- del corazón. Si no manifiestas lo que te está pasando, ¿cómo entenderte?
la si le convencen. Reconocer y respetar la persona del otro no significa Elabora expresiones de rabia, miedo, frustración, rebeldía, indignación, ad-
estar de acuerdo con sus opiniones, debiendo manifestar nuestra discre- miración, obstinación, alegría, esperanza, compasión, fascinación, ternura,
pancia cuando sea el caso, precisamente por respeto al otro. Lo contrario etc., pues si careces de la palabra adecuada para expresar lo que afecta tu
sería un falso respeto, un menosprecio. Cuando preguntaban a Cantinflas corazón (que a veces siente pasiones y emociones complejas), no podrás
si estaba de acuerdo con determinada actitud, decía: «Puede ser que sí, compartirlo ni siquiera contigo mismo, pues nadie conoce del todo lo que
puede ser que no, pero lo más probable es que quién sabe». Eso manifies- lleva dentro si no le pone nombre. Por lo demás, los sentimientos son tran-
ta una personalidad sin carácter. sitorios, pasan y desaparecen.
Ya sabemos que quien no se autoconoce no podrá corregirse ni corre- En la grosería y en los malos modos se oculta un débil y un cobarde.
gir. La esclavitud más denigrante, como dijera Séneca, es la de ser escla- Lo malo de decir lo que uno siente es que muchas veces siente uno haber-
vo de uno mismo porque se ignora a sí mismo, e igualmente la esclavitud lo dicho. Son «mensajes-tú» aquellos en los que manifiesto a la otra perso-
derivada de esa ignorancia. Quien se conoce bien actúa con más inteligen- na lo que ella tiene que hacer, produciendo de ese modo nuevos conflic-
cia racional: establece claramente sus objetivos, procura hacer conscientes tos sobre los ya existentes: «deja de molestarme», «eso no se hace», «así
sus móviles dialógicos más ocultos, define claramente el problema, pien- no vas a llegar a ninguna parte», «no tienes ni idea», «contigo no se puede
84 GAP. 2. LA PERSONA HUMANA LA DIGNIDAD HUMANA llfi
hablar», «no chilles más». El resultado es que, dada mi agresividad, no lo- una enfermedad, una repercusión negativa de su conducta, la muerte,
gro mostrarte mis verdaderos sentimientos, y además te causaré un esco- algo impreciso, nebuloso. La escala de Mohs, indicadora del grado de du-
zor innecesario. reza de los minerales, va del talco al diamante; el primero es rayado por
todos, el último raya a todos sin ser rayado por ninguno. Hay personas
similares a una masa informe de talco laminar: todo los afecta, todo los
Utiliza los «mensajes'yo» sensibiliza, todo los hiere; acaban por volverse hipocondriacos, y prestan
excesiva atención a sus males antes que a sus interlocutores. No es aser-
Son mensajes-yo los que usan formas positivas para poner de mani- tivo abandonarse a miedos, volver contra sí los conflictos no afronta-
fiesto situaciones negativas; los que, sin agresividad, dejan al descubierto dos, no querer superar los obstáculos que interfieren el crecimiento, sufrir
el motivo del problema, dando de forma no autoritaria la oportunidad por sufrir, rumiar el fracaso, refugiarse en la derrota, estancarse. Ser aser-
para que el otro me ayude, al comunicarle las razones por las cuales me tivo es reclamar razonablemente lo que supones que es una falta o un com-
está causando el problema. De este modo, en lugar de utilizar el «hubie- portamiento negativo de otra persona. Dile sin acritud lo que crees que no
ras» u otros reclamos inútiles, el mensaje-yo debería decir: «me siento hizo bien. Di «no» sin herir, sin que se sienta rechazada. Defiende tus dere-
aturdido y frustrado por este griterío», «hay mucho ruido y no puedo ha- chos sin agredir.
blar si tengo que estar siempre empezando», «me siento mal a causa de
las peleas entre ustedes», «sentí que a nadie le importaba el estado de nues-
tra casa cuando vi el desorden que dejaron en la cocina; tal vez esperaba LA DIGNIDAD HUMANA
demasiado», «no te he entendido bien», «no me he explicado bien».
De este modo evito descargar mis nervios sobre ti. Describo tu compor- La persona, fin en sí
tamiento poniendo de relieve la causa de mi problema. Señalo el efecto
que tiene en mí tu actuación. Manifiesto los sentimientos que ella me pro- «El hombre existe como fin en sí mismo y no sólo como medio para cua-
duce, para que te enteres claramente. Indico cuál es la actitud que deseo lesquiera usos de esta o aquella voluntad. Los seres racionales se llaman
que adoptes. Asumo la responsabilidad sin echarla fuera. No hiero nuestras personas, porque su naturaleza los distingue como fines en sí mismos, o sea,
sensibilidades. Facilito las discusiones relajadamente, evitando respuestas como algo que no puede ser usado meramente como medio» (Kant, Funda-
de irritación u hostilidad. Estimulo la comunicación, ayudando a tener con- mentación de la metafísica de las costumbres). Por eso la norma de conduc-
fianza en nosotros. ta humana que Immanuel Kant propone es:
valor y no precio. Como tal, sujeto nunca objeto, nadie está legitimado para Mounier se refiere a la persona como un ser espiritual, pues tenemos
causarle ningún daño ni físico ni moral. una vocación de eternidad, queremos perseverar, que no nos olviden como
Así pues, «aquello que tiene precio puede ser sustituido por algo equi- queda olvidada al borde del camino una flor marchita. Esta espiritualidad
valente; en cambio, lo que se halla por encima de todo precio y no admite tiene dos caracteres: subsistencia e independencia. Subsistimos, somos quie-
nada equivalente, eso tiene dignidad» (Kant). El valor de la persona es ab- nes somos porque vivimos adheridos a una escala de valores libremente
soluto, no relativo. La persona tiene valor y no precio; las cosas tienen adoptada. Si no nos adhiriésemos en libertad, no seríamos lo que somos
precio. Mientras las cosas tienen precio, las personas ponen precio porque (realidades espirituales). Esa adhesión a la jerarquía de valores la vivimos en
valen, de ahí que ellas sean la medida, no lo medido. Tratamos a la perso- un compromiso responsable con los demás: terminamos siendo lo que hace-
na como cosa o como medio cuando la utilizamos para someterla, humi- mos o dejamos de hacer.
llarla, instrumentalizarla, etcétera. El compromiso es una vivencia comunitaria (con), en favor de un mundo
nuevo (pro), hacia el que nos sentimos enviados (missio), y sólo es responsa-
«Uno es el hombre de todos ble cuando la palabra se convierte en respuesta (diálogo) y ésta, a su vez, úni-
y otro el hombre de secreto, camente cuando se traduce en responsabilidad por el otro. No es palabra si no
y hay que librarse de modos responde a las exigencias reales, y no meramente verbales, de otra persona,
de hacer de un sujeto, objeto» de un tú, pues la palabra no es monológica, sino dialógica. Yo soy responsable
de todo y de todos, y yo más que nadie en lo que yo tengo que hacer. Si opto
por delegar en otro lo que me toca, sin ejercer lo que yo tengo que ejercer, elijo
UNAMUNO
una vida impersonal. Las palabras que no son respuesta y la respuesta que no
es responsabilidad no es palabra humana, sino mera palabrería.
Esta responsabilidad no es libre para elegir entre la peste y el cólera, sino
La persona, fin valioso en sí mismo vivida de forma responsable y en constante conversión. Recordemos que hay
dos tipos de personas: los «divertidos» (que hacen mil cosas distintas y que
Esto es la vida moral: algo tan serio, tan poético, y tan verdadero vierten a distintas laderas, hablando por acá pero haciendo por allá) y los
como esa herida de eternidad que llevamos dentro. Lo cual nos remite ne- convertidos (aquellos que se miden por su capacidad de concentrarse en la
cesariamente a la persona humana. Todos los valores son valores persona- respuesta en una vida personal donde palabra y acción van unidas por el res-
les y, si la persona que tiene esos valores no procura vivirlos valiosamente peto a uno mismo, pues yo no podría dar respuesta a otro si no me cuidase a
como tal persona en su totalidad, difícilmente podrá vivir ningún valor mí mismo, porque nadie da lo que no tiene). Al hacerme respuesta para otro,
por separado y con independencia de ella; dicho de otro modo: la persona me convierto en un mismo movimiento intencional en respuesta intencional
es sujeto absoluto de valores, y debe tratársela absolutamente conforme para mí, unificando así toda mi actividad en libertad y desarrollando a impul-
al valor máximo y radical que es. sos de actos creadores la singularidad de mi vocación.
Según Emmanuel Mounier, Esta es nuestra jerarquía de valores: primacía, sobre todos los demás,
de esos valores accesibles en la alegría, en el sufrimiento, en el amor de
una persona es un ser espiritual constituido como tal por una forma de sub- cada día, valores de amor, de bondad, de caridad. Esta escala dependerá
sistencia y de independencia en su ser; mantiene esa subsistencia e indepen- intrínsecamente, para algunos de entre nosotros, de la existencia de un
dencia mediante su adhesión a una jerarquía de valores libremente adopta- Dios trascendente y de unos valores cristianos, sin que otros compañeros
dos, asimilados y vividos en un compromiso responsable y en una constante
conversión; unifica así toda su actividad en la libertad y desarrolla por añadi- la consideren como cerrada por arriba. La libre elección es condición pre-
dura, a impulsos de actos creadores, la singularidad de su vocación. via a una adhesión sincera a estos valores, destinada a vivir en una comu-
nidad total.
No se trata de una definición en sentido estricto, pues definir implica
poner límites objetivos a quien es sujeto. Tampoco puede ser captada por
todos, ya que existe gente ciega para las personas como las hay ciegas La persona, pese a que a veces no lo merezca,
para la pintura, con la diferencia de que muchos ciegos para las personas siempre es más digna de admiración
son responsables, en cierta forma, de su ceguera y llegan a serlo porque que de desprecio
quieren una libertad mal ejercida. La vida personal es una conquista ofre-
cida a todos, algo que los animales no pueden captar y que a veces las per- ¿Cómo respetar la dignidad del indigno? También del indigno cabe de-
sonas tampoco, si no viven por encima de cierto nivel de animalidad. cir que -pese a no merecerlo- puede llegar a haber en él más cosas dignas
}{}{ CAP. 2. LA PKRSONA HUMANA H«>
de admiración que de desprecio, porque a pesar de su conducta indigna de ¿Pueden las instituciones internacionales
hoy puede mañana cambiar. Y no sólo por eso, sino porque -aunque se em- servir de fundamento de la dignidad
peñe en lo contrario- el indigno vale más que las indignidades que él mis- absoluta del ser humano?
mo lleva a cabo. Más aún, porque quien le ama le rescata de su indignidad,
aunque él no lo merezca. • ¿No cabría afirmar la dignidad del hombre porque así lo ha reconocido
En fin, en lo eterno humano -en su naturaleza, en su ley natural- está por consenso el alto tribunal de las Naciones Unidas en la Declaración
escrito que: Universal de los Derechos Humanos? Cuando no se sabe cómo funda-
mentar las normas, suele recurrirse a las costumbres sociales; entonces
• El ser vale más que el tener. es la hora del «porque sí», porque lo dice la UNESCO, etc., y así se con-
• Quien más regala es quien más posee, y hay más alegría en regalar vierte en ley a la mera costumbre.
que en retener. • ¿Cómo frenar la tendencia de las instituciones, aun las revolucionarias,
• El dinero es necesario, pero insuficiente. a degenerar con el curso del tiempo, llegando incluso a masacrar a los
• Somos capaces de amistad, de preocuparnos por el otro, así irrepe- que supuestamente había de liberar?
tible para nosotros.
• El amor es más fuerte que el odio.
• A todos nos gusta que nos quieran y nos traten como a personas. Si Dios es Padre, todos sus hijos tienen
• Da más fuerza sentirse amado que creerse fuerte. dignidad infinita por su condición de hijos
• No somos medio o instrumento para el egoísmo ajeno, sino fines
en sí. ¿Acaso no tienen los padres la experiencia de volcarse especialmente
con los hijos más enfermos, más necesitados, más pródigos? La dignidad
del hombre le viene no de su condición de animal natural, ni de héroe mo-
¿Cómo fundamentar la dignidad humana? ral, ni de los foros internacionales, sino de su condición filial: por gracia.
Si amarte es, como asegura Gabriel Marcel, decirte «mientras yo viva
¿Puede la naturaleza servir de fundamento tú no morirás», sería óptimo que existiera un Ser tal cuya naturaleza con-
sistiese en amarnos desde siempre y para siempre incondicionalmente,
de la dignidad absoluta del ser humano?
pues mientras Él viviera nosotros no moriríamos. Si Dios existiera, y fuese
Padre bueno (¿cómo aceptar otra idea de Dios?), estaría sumamente inte-
• Si el hombre fuera mero animal natural, sin valor diferencial o cualitati- resado en la felicidad de sus hijos, incluidos los (y especialmente los) más
vo respecto de los demás animales, mero animal aunque un poco más lis- débiles, los más tontos, los más desfavorecidos, los más injustamente tra-
to, ¿de dónde le vendría una dignidad absoluta respecto de los animales tados. Lo que tenga el hijo de valioso vendrá dado por lo que tenga de
menos listos de la escala? Por ser más listo, el hombre tendría más digni- hijo abierto al Padre bueno. Es decir, a través de esa relación filial. Desde
dad que el mono, pero no por ello dignidad absoluta, del mismo modo el Amor absoluto queda absolutamente fundada la dignidad personal.
que el mono tendría más dignidad que el perro a su vez, pero no dignidad
Sólo Dios, decía Kant, es el «conector» de virtud y felicidad. Quien ha
absoluta.
sido bueno (virtuoso) debe ser feliz. Si Dios existiera, haría felices en el
• Si el hombre fuera mero elemento de la naturaleza, ¿cómo evitar que se más allá a todos los virtuosos, muchos de los cuales en este mundo, lejos
tratase a ciertos hombres como a perros y a ciertos perros mejor que a de ser premiados, padecen persecución. Por eso los interesados en leyes
ciertos hombres? de virtud deberían desear la existencia de Dios.
POSMODERNIDAD Y CRISIS
DE VALORES
Tras el estadio teocéntrico, el estadio antropocéntrico de la humani-
dad creyó basar sus valores en el hombre mismo sin la ayuda de Dios, y
por eso buscó una gran revolución bajo el signo del comunismo.
Pero la revolución comunista fracasó en su formato histórico (recuér-
dese que el Muro de Berlín comunista cae impotente en 1989), y ya en el
siglo xxi sólo queda Su Majestad el Yo, sin Dios a la vista, ni revolución so-
cial, ni valores objetivos. Es la posmodernidad, la era de Narciso, cuyos
rasgos básicos serían:
del progreso, de la revolución, etc.) es la que acepta como algo propio • Los rinocéfalos («cabezas hocicudas»), caracterizados por tener mu-
el final de la filosofía de la historia».7 Con ayuda del Estado de bienes- cho morro.
tar, el Imperio y sus satélites han alcanzado sus últimos objetivos. Aho- • Los arcosaurios («reptiles dominantes») y, dentro de ellos, el de los
ra, a gozar hasta que el mundo se acabe. A los que queden fuera de esta dinosaurios («reptiles terribles»), pues ¡muchas veces en la historia
historia ya concluida se les cierran las puertas: nuestro bien flanqueado hubiera podido aplicársele al animal humano el lema homo homi-
y militarizado Occidente no desea emigrantes con ganas de rehacer la ni dinosaurios, el hombre, reptil terrible para el hombre!
historia. • Los oportunistas coelusaurios («lagartos huecos»), terópodos muy
Según el posmoderno, ya hemos superado el viejo mundo de la injus- primitivos, ligeros y pequeños, bípedos ya, adaptados a la carrera
ticia, y las religiones nada significan; ahora, a vivir, que son dos días en- rápida tanto para la huida como para la predación.
focando la cámara hacia el propio ombligo. Lo que era un muro se ha • Los voluminosos tiranosaurios («lagartos amos»), carnosaurios (o
convertido en tantos muros como ciudadanos; decapitado el gran muro- lagartos carnívoros), expertos en comerse a cuanto bicho viviente
dragón, de cada una de sus cabezas renovadas han surgido otras tantas veían más pequeño que ellos.
murallas. La Hidra policéfala reproduce en cada una de ellas el pensa- • Los brontosaurios («lagartos del trueno»), de hasta 35 toneladas,
miento global, es decir, el hambre de tres cuartas partes de la humanidad. especializados en berrear y en echar broncas, al modo de ciertos je-
La revolución fracasada no ha alcanzado el cielo, pero ha dejado tras de fes de negociado a quienes a su vez encanta hacer el reptil ante sus
sí un archipiélago de infiernos. Estamos en el escalón más bajo del des- propios superiores (pues en esto de hacer el reptil siempre hay uno
arrollo moral (el egocentrismo) pero, en el terreno de la propaganda, en más arriba ante el cual mostrar las habilidades).
el más avanzado. • Los estegosaurios («lagartos con tejado»), a los que hemos dejado
para el final precisamente por ser los que más rabia nos dan, ya que
iban por el mundo con su ego por delante, pues su mismo presun-
UNA ESPECIE ATROFIADA tuoso nombre de estegosaurios («este ego, este saurio, el ego de
este saurio») les delata y no deja ninguna duda acerca de su egoís-
EN SU DESARROLLO MORAL mo, egoísmo que cubrían con un tejadillo en la cabeza, a modo de
quienes se ponen el mundo por montera y al prójimo por montura.
Los homínidos con 780 000 años de antigüedad descubiertos en los ¡Ay, estegosaurio reptilizante, que presumes luego careces, no olvi-
yacimientos de Atapuerca (Burgos) corresponden a una nueva especie del des que tu diminuta cabeza contenía sesos no mayores que los de
género Homo, que podría representar el último ancestro común de los un pollo actual, aunque tuvieses 30 pies de largo y pesases más que
neandertales y del Homo sapiens sapiens, del cual descendemos los huma- un elefante! ¡Ay tú, hermano estegosaurio, colmo de la escasez de
nos actuales. Ha aparecido el Homo antecessor cuyos dientes, mandíbulas sesos dinosáurica!
y cráneos revelan una combinación inédita de rasgos primitivos y moder-
nos. Del Homo ergaster, surgido hace dos millones de años en el sur de
África y que emigró a Europa hace uno, emergió en la larga marcha de la ho- Pues bien, el orgulloso sapiens-sapiens del año 2000 d. C. dista mucho de
minización este nuevo antecesor, antecedido él mismo por otros más tem- haber llegado aún a donde iba, y en él tanto se observan tantas huellas del
praneros. Aseguran los paleontólogos que las especies evolucionan, aunque hombre viejo como promesas del nuevo. Arrieros somos y en el camino nos
sea lentamente. Contemplado el comportamiento de la más metamorfosea- vamos encontrando. Cada ocho años cambian las células del cuerpo humano,
da de todas ellas, la humana, por mucho que haya mutado su capacidad ce- pero nadie puede apercibirse de ello, dada la lentitud con que acontece, y
rebral y por muy avanzados que sean los frutos de su alta tecnología, sus cada año renovamos la piel de la historia sin que podamos ser conscientes de
pautas de conducta axiológica a gran escala se asemejan todavía mucho a esa muda. Tengamos la suficiente paciencia, bondad y lucidez para evolucio-
las de aquellos dinosauria (plural de dinosaurio), término griego cuya tra- nar sensatamente y sin ponernos muy nerviosos, pues, aunque anunciásemos
ducción es la de lagartos terribles, aquellos animales ya vencidos por la mis- por doquier que deseamos cambiar nuestra piel individual o/y colectiva por
ma evolución de las especies, cuyos esqueletos reconstruidos según los res- otra mejor nunca resultaría tan ajustada a nuestro cuerpo como la que nos
tos fosilizados evidencian una naturaleza netamente reptiliana. El género cubre y muta con nosotros en el diario crepitar de nuestras irrepetibles y sin-
humano tiene una asignatura pendiente todavía: la de demostrar que ha de- gularísimas vidas. La cuestión no es cambiar de piel por abandono, sino mejo-
jado atrás el comportamiento de: rarla por empatia axiológica.
Sin embargo, el nivel de desarrollo moral de la humanidad no va
7
G. Vattimo, "El final del sentido emancipador de la historia", en El País, 6 de diciem-
parejo con el tecnológico. Por lo que vamos viendo, lo fácil es hacer
bre de 1986. ciencia y tecnología, más difícil es ser bueno, y no a la inversa, como
ÍM» (¡AI: ;i. I'KKSONA Y VALORES 97
los ingenieros nos dicen. La ciencia avanza; mientras tanto, la ética a Cerca-lejos
veces da la impresión de estar en retroceso. Si es tan difícil ser tecnita,
¿por qué se avanza tanto en ese ámbito? Y si tan fácil ser bueno, ¿por En el plano espacial, una manifestación de las tensiones humanas aún
qué la ética es nuestra asignatura pendiente curso tras curso, con gran no fijadas es la concerniente a la distancia, al parámetro cerca-lejos. Como
sufrimiento y enorme costo civilizatorio? Mientras la razón matemáti- siempre, el humano aún manifiesta para sus próximos afectivos cercanía,
ca es capaz de universalizar axiomas, en el terreno de la racionalidad confianza y amor; para sus lejanos, sin embargo, indiferencia, difiducia u
ética lo que a unos les parece bueno, a otros doble más bueno, y a otros hostilidad. «Un día -dice un escrito tibetano- vi algo que se movía a lo le-
imbueno, como nos recordaba Orwell. Carentes de identidades morales, jos. Creí que era un animal. Me acerqué y me di cuenta de que era un
más de la mitad de los europeos opinan que en materia de valores todo hombre. Se acercó él entonces y vi que era mi hermano.» Cuando no nos
es relativo, nada verdad ni mentira, sólo según el color del cristal con situamos a buena distancia, la gente nos parece árboles que caminan.
que se mira. Feliz aquel alumno cuyo maestro se sitúa a la misma distancia de él
El humano de hoy es un animal enfermo, etimológicamente hablando que de sí mismo, y así le trata: al alumno, como a sí mismo; ni muy cer-
(in-firmus, no firme): camina con un pie más corto que otro, ha hipertro- ca que no respetemos su identidad, ni muy lejos que no la conozcamos.
fiado su brazo de acero de tecnita, a costa del alma bella de santo. Ojalá Demasiado cerca o demasiado lejos, el icono deviene ídolo. Y pésimo maes-
que, como especie joven que somos, podamos rectificar y acompasar am- tro el que al alumno, en lugar de situarle en la distancia adecuada, le ale-
bos avances. No es tan fácil, pues según parece tantas escuelas y universi- ja de sí, le expulsa, hasta convertirle en objeto. ¿Ejercemos el magisterio
dades del primer mundo no solucionan esta cuestión. Ahora bien, ¿para para esa vergüenza?
qué sirve la escuela, si no es para hacernos más buenos, sin dejar por ello Ni siquiera San Agustín dejó de sucumbir a la perspectiva inadecuada.
de ser más tecnitas? En efecto, terminando apenas su obra La ciudad de Dios, ve a los bárbaros
de Alarico a la puerta de Roma (ciudad «eterna»), y anota: «El mundo se
acaba.» El mundo, es decir, su Roma... Los apocalípticos contra los ajenos
se muestran integrados con los propios. Si hay que vacunar a los propios hi-
DIFICULTADES PARA jos o nietos en prevención de una epidemia, se soporta estoicamente cuan-
VALORAR BIEN to haga falta la inhóspita espera; empero, si se trata de los hijos ajenos, en-
tonces acaso no movamos un dedo en su favor. Todo sacrificio es justo y
Como galgo tras caza y con la lengua afuera, la humanidad acelera necesario en pro de los míos, y ningún gesto de cercanía parece obligarme
lo científico-técnico, hasta el punto de no poder asimilar su propia mu- hacia los tuyos. En este comportamiento parece negado el deseo de hallar
tación. Sin embargo, en otras no sólo va lenta, sino que a veces da la una medida común para los tuyos y los míos, y en su lugar rige la ley del
impresión de que ni siquiera va, ni quiere ir, especialmente en el respe- embudo: lo ancho para mí, lo estrecho para los demás. Cuando estamos en
to al débil y a los valores más humanitarios. Y eso se explica porque el una habitación cerrada durante largo tiempo, nos acostumbramos a su olor;
hombre es un animal inseguro, que conserva la neotenia, esa huella de sólo distanciándonos de ella un tiempo y volviendo a su cercanía captamos
inmadurez conductal más o menos errática y variable según circunstan- de nuevo su olor.
cias. Sin duda, no todos los individuos de la misma especie humana se
comportan del mismo modo, pero estas excepciones tienden a confir-
mar la regla: utilizar dos varas completamente distintas para medir sus Arriba-abajo
valores.
Ahora bien, para encontrar la misma vara de medir, la misma norma Otro tanto en el plano arriba-abajo, donde individuos y naciones de
axiológica para ti que para mí, conviene tomar una distancia adecuada, arriba se comportan entre sí como almas bellas, pero a los individuos y
pues si pongo los valores muy cerca me inundan como árboles que impi- naciones de abajo les tratan con duro corazón. Nada nos habla hoy de la
den la visión del bosque; pero, si los sitúo muy lejos, ya nada me dicen. universalización de esa lógica cuyo exponente más perfecto pide amar al
Hay que encontrar, pues, la distancia adecuada: la misma distancia res- prójimo del mismo modo que a uno mismo. Como máximo, desde arriba
pecto del prójimo que de mí mismo; mira, pues, al otro como te gustaría se es capaz de estrategias de condescendencia con los de abajo, reserva-
que te mirasen a ti, trata al otro como te gustaría que te tratasen a ti, ama das a quienes se encuentran lo bastante seguros de su posición en las je-
al prójimo como a ti mismo. rarquías objetivas como para poder actuar sin correr riesgos.
Una rápida mirada a las dificultades objetivas bastará para cerciorarse Quienes lanzaron las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki se
de lo antedicho. arrepintieron durante toda su vida. Pero, desde tan arriba, no podían ver
:m (¡AI: ;Í. I'KKSONA Y VALORES DIFICULTADES PARA VALORAR BIEN 99
lo que estaba sucediendo por efecto de dichas bombas. Desde arriba los mientras haya ricos, pues éstos anteponen indefectiblemente sus particu-
administradores no conocen a los administrados, los gobernantes ignoran lares e interminables necesidades a las urgencias de los desgraciados. ¿No
a los gobernados, etc. La relación humana ha de ser en el mismo plano, es acaso la primera medida que adoptan sus señorías cuando inauguran
guardando respetuosamente las distancias y conservando la altura de la una legislatura la de subirse el sueldo? Para ellos, las urgencias de los sin
mirada. Ese profesor que cree saberlo todo, muy arriba, jamás sabrá que techo siempre pueden esperar.
no sabe, ni aprenderá de aquellos a los que enseña, por eso tampoco po- Qué suerte tiene el maestro que se levanta temprano con el gallo de
drá enseñar lo que no sabe. la aurora para saludar las primeras luces y rendirles homenaje comenzan-
De rodillas sólo ante Dios. Ante el rey, de pie, cubierto y erguido: como do a trabajar primero.
los profetas. Ante el necesitado, agachándose para recogerle.
Grande-pequeño
Mío-tuyo
Economía/econosuya, barrera y obstáculo insuperable para la bue-
En el mismo plano espacial, los más robustos de la especie padecen na relación de los pronombres personales yo-tú al tratar al yo como a
insaciable voracidad predadora, no concediendo siquiera tiempo a la «pa- un no-tú, al tú como un no-yo, a ambos como a un él, y a todos como
rada biológica» necesaria para que engorden los más pequeños de la es- a un ello. En ese desequilibrio de los pronombres personales está la
pecie con el fin de remplazar como víctimas a los ya fagocitados, asegu- asignatura pendiente. Cuanto más lejos del yo se encuentra el mí, tanto
rando así la despensa futura. Desde lo más alto de la voracidad social, las
más cerca está del su, y tantísimo más proclive al contra mí. Pero el
empresas multinacionales o trasnacionales resultan ilocalizables cuando
dinero y el éxito no cambian a las personas, simplemente aumentan lo
se trata de socializar las pérdidas, pero están ahí concretísimas y egorre-
lativas cuando se trata de individualizar las ganancias y repartir los divi- que hay en ellas.
dendos; bien se ve que existen entre los humanos dos lógicas todavía: una El amigo de la dialéctica mío-tuyo siempre toma a los demás como
humana y otra inhumana, no una misma fijada para todos, razón por la un medio para sus propios y únicos fines. «Nosotros valoramos los fines
cual se nos podría definir como hum-inhumanos. más que los medios, y preferimos lo bueno a lo útil; pero, ¡cuidado!, la
hora de todo esto aún no ha llegado. Al menos durante otros cien años
Si descendemos un peldaño hasta los mesorrelatos, uno de los cuales
es el nacionalismo, tampoco aquí se ha logrado aún el equilibrio necesario debemos simular ante nosotros mismos y ante cada uno que lo bello es
entre lo macro y lo micro pues, cayendo en la dinámica fagocitadora an- lo sucio, y lo sucio es lo bello, porque lo sucio es útil y lo bello no lo es.
tementada, nacionalismo grande devora a su vez a nacionalismo peque- La avaricia, la usura, la precaución, deben ser nuestros por un poco más
ño, y nacionalismo pequeño devora a individuos concretos más pequeños. de tiempo todavía. Porque sólo ellos pueden guiarnos fuera del túnel
Y, si bajamos a nuestro propio yo, el buen educador acepta sin despre- de la necesidad económica a la claridad del día» (Keynes, 1930). He ahí
ciar su propio yo menor, el enano de sus temores, lo oscuro que habita en el beneficio convertido en fin en sí mismo, tan funcional al sistema de
él, acogiéndolo para transformarlo, porque sólo puede redimirse lo que se mercado. No importa el caos en la sociedad, si hay orden en el merca-
ama. Esa es la única posibilidad de reconciliarse consigo mismo y de ayu- deo sistemático; es decir, si conviene a las fuerzas hegemónicas. Resul-
dar a sanar la propia alma. Otro tanto haremos con el alumno. El verda- tado: para el trabajador, maximalización de la explotación (ley de bron-
dero encuentro nace con el no-yo reconciliado. ce del salario, minusvalía); para los enriquecidos y expertos a costa
suya, maximalización del beneficio (ley de Midas de la economía, plus-
valía). En resumen: los máximamente máximos, a costa de los mínima-
mente mínimos.
Pronto-tarde
como Augusto Comte reducen los valores a costumbres sociales.8 Más tar- Se debe a Henri Bergson 9 la contraposición entre moral cerrada o so-
de, el marxismo-leninismo desvalorizará a las personas para exaltar a su cial, y moral abierta o personal. La sociedad puede obligar externamente
costa al Estado impersonal que, una vez «personalizado», perseguirá con con todo tipo de coacciones, pero no pasa de ahí. ¿Cómo podría ella expli-
saña a los disidentes. Al final todo se resuelve en aquella frase de Robes- car el remordimiento o la sensación de culpabilidad cuando bastaría una
pierre contra el pueblo levantisco: «Yo les haré buenos con las leyes o/y simple mentira para cumplir con lo que la sociedad pide? La sociedad no
con la espada». El juridicismo moral, según el cual es moral lo que es legal es capaz de llegar al interior de la conciencia. Fundadores y reformadores
(convicción que el Estado procura reforzar gracias a sus monopolios ideo- religiosos, místicos, santos, con su élan d'amour, o impulso de amor, han
lógico-represivos), es la culminación del sociologismo moral, donde se toma roto las convenciones sociales y elevado la humanidad a nuevos destinos.
como morales los hechos sociales, por aberrantes que de suyo fueren. Es Quien es capaz de predicar que ya no hay judío, ni griego, ni gentil, ni li-
así como el Estado configura en breve tiempo la opinión pública. (Recuérde- bre, ni esclavo, ni hombre, ni mujer, ni adulto, ni niño, sino hermanos, ele-
se el espectacular cambio de opinión del pueblo en favor del ingreso de Es- va a la humanidad al nivel de todos y para siempre, aunque para ense-
paña en la OTAN tras unas semanas de manipulación estatal.) Tal democra- ñarlo se vea obligado a enfrentarse a las normas cerradas de las castas y
cia no constituye verdadero sujeto social, sino una excrecencia con formato de los egocentrismos, incluso a riesgo de la propia vida. Luego, la misma
de libre mercado de intereses regulado por las leyes de oferta y demanda, en sociedad que había condenado a estos creadores los reconoce en lo que
que compradores y vendedores modifican los términos de su relación con- valen. El afán de silenciar a un hombre es el mayor honor que puede tri-
tractual a la búsqueda no de la verdad, sino del beneficio, no sabiéndose al butársele: se está reconociendo su superioridad.
final dónde estará el corruptor, el corrompido, el corruptor corrupto, o a la
inversa.
Un jurado popular emitió su dictamen (no puedo llamarle veré dicto, o Masificado-egocéntrico
dicho verdadero a eso) absolutorio para el asesino proetarra que por la espal-
da quitó la vida a dos policías («ertxainas») en el País Vasco. Tal aberración Con excepción del instinto de conservación, la propensión a la emu-
no se hubiera producido sin el fondo de ojo relativista que juzga a los vivos lación -siempre manipulada desde arriba- constituye la motivación más
y a los muertos de modo distinto. Y, puesto que la capacidad de análisis de fuerte, alerta y persistente. Por aquello de que Vicente va a donde va la
una gran mayoría de espectadores que acuden a los estadios de fútbol es gente, todo nos recuerda a las procesionarias, así llamadas por su caminar
baja, no cabe fiarse de ningún jurado o tribunal popular, pues no pasará de en ordenada fila, unas tras otras, de tal modo que, si la procesionaria que
ser la variante institucional del linchamiento, es decir, un juicio pasional, abre la marcha perece, la que la sigue asume el mando y la dirección en el
arbitrario. Ojalá no tengamos que vernos sentados en ningún banquillo de sentido que ella, a su vez, determine según sus propios mecanismos, pero
acusados, pues cuando un jurado dicta veredicto, quien lo está dictando es marcando también la impronta de seguimiento de las que van detrás. El
aquello de lo cual su cerebro es poco más que prótesis: el televisor que rige juicio moral de las personas-procesionarias toma por bueno lo que todos
sus convicciones. Que, por el mismo acontecimiento y con exactamente las aplauden, pudiendo llegar a darse el caso -tan real como esperpéntico- de
mismas evidencias y pruebas, un mismo sujeto (O. J. Simpson) fuera sucesi- esa señora que a modo de última voluntad mandó esparcir sus cenizas en
vamente declarado inocente y culpable por un jurado popular blanco, no es el gran almacén «El Corte Inglés»: ciertos consumidores manipulados no
anécdota. imaginan paraíso más digno de ser amado ni donde morir mejor.
A su vez, este sociologismo moral origina el juridicismo moral que lo
"«Estoy persuadido de que antes de 1860 predicaré en Notre Dame el positivismo como
complementa. Las personas se irritan contra el banquero fracasado Ma-
única religión real y completa» (Systéme de politique positive, París, 1824). Después, en la mis- rio Conde, que supuestamente ha metido la mano en la caja conculcando
ma línea, Durkheim, E., La détermination dufait moral, 1906, Levy-Brühl, L., La morale et la las normas del juego establecido, es decir, robando ilegalmente; pero esas
science des moeurs, París, 1927. De todos modos, no deja de ser pintoresco que tras reducir mismas personas son las que admiraron en su día como arquetipo y mo-
los valores a valoraciones sociales se erija a sí mismo en profeta del valor absoluto de la ver- delo al Mario Conde que entonces triunfaba robando legalmente. Banque-
dad (Cfr. Aron, R., Les étapes de la pensée sociologique, París, 1967). Los intentos de reducir
lo moral a lo social nunca han cesado. En los últimos tiempos, el reduccionismo biologista
ros buenos, los que roban legalmente; malos, los que roban ilegalmente.
afirma que existen climas emocionales de los que derivan las temperaturas del biosistema Los banqueros buenos son ladrones honorables porque lo son según las le-
moral; que la temperatura ideal para el florecimiento de las democracias es de 20 a 30 "C, a yes que ellos mismos han creado para sí a través de personas interpues-
partir de los cuales las instituciones jurídicas resultan más difíciles; que por debajo de los 15" tas. ¿Cómo explicar que los Bancos de los banqueros son bancos de la san-
decrece la afectividad; que existen emociones ecosistémicas de primavera (rabia), de verano gre de los pobres?
(alegría), de otoño (tristeza), y de invierno (miedo), resultando muy deseable en esta especie
de pi/za moral cuatro estaciones una quinta emoción o quinta estación, la cual sería la emo-
ción-estación del contento, suma del equilibrio y de la armonía. "II. Bergson, Les deux sources de la morale et de la religión, PUI\ París, 1932.
102 CAÍ: 3. PKKSONA Y VALORES 103
espectáculos atractivos. 38. Pensar como se quiera, pero comportarse como se abren a quienes giran el picaporte, no a quienes dan una patada. Trata
los demás. 39. Remover las aguas para pescar peces. 40. Desdeñar la co- a una persona como es y seguirá siendo como es. Trátala como podría ser,
mida gratuita. 41. Evitar seguir los pasos de un gran hombre. 42. Golpear y se convertirá en lo que debe ser.
al pastor para que se dispersen las ovejas. 43. Manipular los corazones y
las mentes de los demás. 44. Desarmar y enfurecer a los demás reflejan-
do sus actitudes. 45. Predicar la necesidad de cambio, pero nunca refor- Rencorosos
mar demasiado de una sola vez. 46. Nunca parecer demasiado perfecto.
47. No sobrepasar la meta que uno se ha marcado. 48. Adoptar una apa- Los rencorosos o hiperjuristas tienen mucho cuidado en no robar nada
riencia acomodaticia. a nadie, pero asimismo en no regalar, limitándose fríamente a devolver lo
Los cínicos son oportunistas que dejan arrastrarse por los valores cer- recibido en préstamo según lo que marca la ley, «dura lex sed lex», respec-
canos e inmediatos, zigzagueando a tenor de las circunstancias y sin otro to de la cual no se preguntan si existen leyes legales aunque inmorales,
rumbo que la ley del mínimo esfuerzo: el mayor logro con el menor es- siendo la ley del Talión su exponente más conocido, un ojo por un ojo, un
fuerzo. A veces el oportunista paga su precio y termina trabajando mucho diente por un diente: nadie te ayudará sin que tú le ayudes en una socie-
por no haber querido, antes, apostar fuerte en favor de ninguna convic- dad democrática, legal, pero no siempre legítima.
ción grande. Pese a todo, con nuestros amigos y familiares no nos comportamos
El cínico, decía Osear Wilde, conoce el precio de todas las cosas y el cual tramposos ni rencorosos, ni como manzanas podridas que terminan
valor de ninguna. No menos contundentemente afirmaba Machado: el cí- por pudrir a las sanas. Pero ocurre, que a veces, queremos ser almas bellas,
nico es un necio, y todo necio confunde valor y precio, por eso des-precia mas no pudiendo cambiar al mundo hacia mejor, antes al contrario em-
o menos-precia aquello que es valioso. El cínico cree que con dinero en el peorando y maleándonos poco a poco nosotros mismos en el intento, ter-
bolsillo se es inteligente, atractivo, y además se canta bien. Ignora, sin minamos por recluirnos en nuestra propia coraza, metamorfoseándonos
embargo, que quien sólo vive para sí mismo ha muerto para los demás. al fin como corazones duros. Todos sabemos que las calles están llenas de
Cuando en la sociedad se ha instalado el cinismo moral y se evalúa a la gente que tras haber comprobado la dureza del mundo llevan puesta la
gente según el precio dinerario, mas no según el valor, el maestro devuel- coraza, aunque tampoco faltan aquí quienes se vendan antes de que les
ve a las cosas su valor, las restaura de su olvido cual corresponde. Qué llegue la herida porque en el fondo ellos deseaban momificarse. En cual-
suerte tiene el alumno cuyo maestro le rescata de la vulgaridad, la cual quier caso, también de la respuesta que se dé se traslucirá el humor de la
sólo da acceso a lo mismo por el mismo dinero, es decir, a la mediocridad. persona: ¿creemos que es mayor la fuerza del mal que la del bien o, por
Qué suerte si le lleva de lo que come a lo que hace, de lo que hace a lo el contrario, que es más fuerte el bien que el mal? Si respondemos con
que piensa, y de lo que piensa a lo que es: el sabio habla de las ideas, el nuestro testimonio que el bien es más fuerte que el mal, nuestra lucha
inteligente de los hechos, el vulgar de lo que come. Qué gran maestro contra el mal estará justificada; si, por el contrario, pensamos que el mal
sería el que lograse contrarrestar esa tendencia inducida, cuyo uniformis- es más fuerte que el bien, ¿para qué obstinarse entonces en frenar el mal?
mo por otro lado genera tanta frustración y aburrimiento allí donde esta El bien puede vencer sobre el mal a pesar de la astucia y la potencia
operación se pone en marcha. El varón que encuentra a una mujer her- de lo maligno, pero hay que promoverle porque no cae de un cocotero, y
mosa por dentro y por fuera se aburre pronto, si sólo sabe ver en ella obje- es preciso madrugar para acompañar al ángel que pasa. Siempre viene ha :
to de consumo, precio y no valor. El hombre exterior no tiene garantiza- da nosotros y se nos ofrece para bene-ficiarnos, para hacernos bien, pero
do ningún matrimonio, ninguna identidad, ninguna permanencia, porque es menester emprender la decisión de ir con él acompasadamente, de to-
es precisamente exterior, dependiente de los estímulos y las circunstan- mar el relevo, de aferrar la antorcha, de participar de la única forma posi-
cias. Ahí te quiero ver, buen maestro. Tú escribirás tus versos uno a uno, ble cuando del bien se trata: compartiendo. Quien se sienta a la puerta de
nadie te dará un aparato de rimar para hacer pareados estándar; antes, al la historia sólo verá pasar su propio entierro, llevado su féretro por quie-
contrario: sacarás de la anónima estandarización a cada alumno para que nes madrugaron más. Únicamente desde el grupo con el que compartimos
lleguen a ser quienes pueden ser siendo lo que son en su irrepetible iden- podremos aguantar el mal del mundo, elaborar su duelo, dando a continua-
tidad. Tú harás ver al cínico que no importa tanto qué hay sobre la mesa, ción el paso siguiente: volver a la arena para que donde hubo mal se pueda
como quién hay sobre las sillas. hacer el bien. Nosotros solos no podemos. A partir de ahí trataremos de ir
En el extremo opuesto, decir «verdades» a tiempo y a destiempo pue- ensanchando el horizonte sabiendo defendernos sin estar a la defensiva. La
de ser una forma de cínico menosprecio de los demás. A la verdad hay que tarea: salir de dos en dos para reforestar lo que habíamos encontrado defo-
prepararle el camino, pues sólo con quien amas puedes mostrarte fuerte restado tras elaborar el duelo. Los hermanos mayores marcharán delante si
sin producir en él una reacción de fuerza o de violencia. Las puertas sólo son verdaderamente nuestros hermanos mayores.
!()(> OTRAS DIFICULTADES VALORATIVAS 107
OTRAS DIFICULTADES VALORATIVAS que ello resulte desastroso para el borracho mismo. Esta persona igno-
MÁS DIRECTAMENTE VINCULADAS ra que el verdadero amor obliga a pensar en el bien objetivo de nuestro
prójimo (alguna vez en la vida «quien bien te quiere te hará llorar»), y que
AL ORDEN DE LOS AFECTOS en ocasiones un «no» puede ser una manifestación mucho más verdadera
de afecto que un «sí». Ciertos corazones «demasiado buenos», más que be-
Con frecuencia, cualquier nimiedad concerniente al propio yo, cual- nevolentes o delicados, son débiles y desordenados.
quier broma o juicio ajeno, por verdadero o justo que fuere, nos desquicia;
interpretamos cualquier evento de manera desfavorable, como si todo fuera
contra nosotros, o de manera adorable, como si todos hubiesen de caer ren-
didos de admiración ante mi yo. Llevados por el anhelo de ser el muerto en Histeria
el entierro, el novio en la boda y el niño en el bautizo, para impresionar y
atraer la atención mentimos e incluso terminamos creyendo las propias fal- Esta perversión puede darse incluso cuando uno se acerca a Dios sim-
sedades. plemente para saborearse a sí mismo, degustar los propios sentimientos,
instrumentalizando la oración como medio para satisfacerlos. Aquí se des-
No es tan malo padecer estas dificultades, ya que cada día tenemos conoce el pesar contrito, el caer en brazos de Dios, así como la voluntad
que convivir con ellas, cuanto el no reconocerlas y proyectarlas sobre los de no volver a pecar, toda vez que se hace de la contrición un mero esta-
demás; de ahí la dificultad para evaluar conductas. No por ello, sin em- do emocional.
bargo, hemos de paralizarnos por miedo a las dificultades, sino encarar-
las con humor, algo que no tienen ni los animales ni los alemanes. Veamos Verdad es que el amor, como el fuego, no puede existir sin una constan-
algunas de sus variedades. te agitación, pero bajo el signo de una orgía de contriciones, según se vive
en determinadas sectas o grupos similares, el agente puede llegar a entre-
garse a un frenesí de remordimiento público revolcándose por el suelo y lan-
zando gritos salvajes, aunque volviendo después a la «normalidad» sin que
Dificultades hipertróficas se haya operado ningún cambio fundamental en su vida, pero sintiéndose
mejor tras la liberación emocional de la mala conciencia. En realidad, se tra-
Sentimentalismo ta de una autoindulgencia emocional, de una «confesión barata».
Esteticismo en quien lucha por conseguir la apatía y coloca la meta del sabio en la in-
diferencia.
El esteticista, en lugar de interesarse por el herido grave en un acci-
dente, se preocupa sobre todo de observar sus reacciones, su expresión, etc.,
pues sólo le interesa la clasificación estadística, la ocasión para aumentar el Endurecimiento
conocimiento, la curiosidad, etc. Difícilmente podría decirse de este afecti-
vamente mutilado que su conocimiento llegará a profundo, pues le falta la Hay afectivamente impotentes; ni saben lo que es una emoción, ni se
empatia necesaria para entrar en lo vivo, en lo irrepetible, que forma parte interesan en aprenderlo, de tal modo que su corazón parece tan bruñido
inextirpable de lo real. como el acero. Puede consumirles todo tipo de sentimientos negativos
Una variante de lo mismo puede darse en el esteta refinado, con un co- (odio, rabia, ira, envidia, avaricia, orgullo, codicia, pánico, etc.), compor-
razón, si no endurecido, sí helado (¡y alelado!). Nerón se deja conmover por tándose entonces como animales salvajes, pero son incapaces de dejar
la llama que incendia la ciudad, permaneciendo indiferente al achicharra- afectar su corazón, porque los afectos y dolores que verdaderamente lle-
miento de los ciudadanos. Mucho esteticismo desmayado se esconde en ge- gan al alma han debido despejarse previamente de todos los sentimientos
neral en todas las manifestaciones del arte por el arte, o del arte-espectácu- destructivos. Tales personas no podrán dejar hablar a su corazón: sabido
lo. Sin embargo, esta falta de corazón dista de ser desapasionada como es que el toro manso, cuando se ve acorralado, se vuelve violento, mas
presume, pudiendo llegar a generar fanáticos del esteticismo, para quienes no por ello bravo. No debe tomarse, sin embargo, por tales a quienes pa-
no importa el sufrimiento ajeno, ya que la compasión les parece una abomi- decen una afectividad débil, oscura, salvaje. Un borracho víctima de su
nable debilidad. propio vicio puede poseer un corazón sensible; un irascible, a pesar de
que su irascibilidad le lleve a violentas explosiones de iracundia, puede
asimismo tener buen corazón.
Pragmatismo
Éticas ideológicas (a posteriori) Mi actuación será valiosa si obedece al sentimiento del deber que la
razón me dicta. Mi conciencia, realidad formal, se consulta a sí misma y
Según las éticas teleológicas, algo es valioso si, tras haberlo experi- responde lo que debe hacer a priori: no necesito ayudar a un huérfano
mentado (a posteriori), nos produce placer o utilidad, como aseguran el para saber que eso es un acto moralmente bueno, tampoco necesito matar
hedonismo (valor igual a placer) y el utilitarismo (valor igual a utilidad). a nadie para saber que eso es un acto malo. Siempre la misma respuesta
Éste no es nuestro punto de vista por dos motivos: primero, porque resul- imperativa y categórica: obra de tal modo que tu comportamiento pueda
ta absurdo pensar que sólo sabemos que el asesinato es malo después de ser tomado como ejemplo para todos, como norma universal. La voluntad
haberlo cometido. Segundo, porque si no hubiera posibilidad de unlversa- moral sólo es digna si -más allá de la facultad del mero desear- actúa por
lizar los juicios, éstos serían relativos. Pero afirmar que algo es relativo es sentir que debe obrar aunque se venga abajo el mundo, ya que el deber
destruir su objetividad. responde a su propia autonomía: se da a sí mismo la obligación de actuar,
diga la gente lo que diga. Quien no actúe por respeto a esa ley interior de
la conciencia no actúa moralmente.
Eticas deontológicas (a priori) ¿En qué se concreta esto? En hacer el bien y evitar el mal, en querer
para los demás lo que quiero para mí, y en no querer para los demás lo
Según las éticas deontológicas (valor igual a deber, a norma), se co- que no quiera para mí mismo. Si cumplo con mi deber, obraré categóri-
noce lo bueno aún antes de experimentarlo (a priori). En ello coinciden a camente, universalmente: si pretendo que me salven cuando corro pe-
ligro, también yo deberé salvar a todos los demás; si no quiero que me
su vez sistemas muy diferentes entre sí:
mientan, tampoco yo deberé mentir nunca. Al loco furioso que, cuchillo
en mano, quiere entrar en mi casa para matar a un viandante que allí
se ha refugiado, no debo decirle que no está allí, pero añadiendo que si
El aristotélico'tomismo no se va llamaré a la policía, y si es necesario defenderé al perseguido
con mi vida, pues decir la verdad es una exigencia categórica de la razón
Santo Tomás (1225-1274) afirma que el valor es el bien que todos de- moral: si miento una sola vez, ya no valgo de referencia para la huma-
sean, buscado en orden a la perfección debida, que en última instancia nidad.10
sólo se plenifica en Dios, fuente de todo valor. Algo es valioso en cuanto
que refleja la ley divina y eterna. En resumen, la conducta moral será a priori y no a posteriori; formal
La ley divina y eterna, a su vez, se refleja en la naturaleza (ley natural), y no material (no seguirá los estímulos exteriores); subjetiva (trascenden-
por eso es malo el comportamiento humano que se desvía de ella. El com- tal) pero no subjetivista. Kant cree que basta consultar a la conciencia, sin
portamiento humano natural pide hacer el bien a uno mismo, a la prole y a necesidad de diálogo, para encontrar esa respuesta. Ahora bien: ¿podrá
la especie. Por su parte, las leyes positivas que los gobernantes promulgan salir la universalidad de la conciencia solitaria de la voluntad misma, sus-
para la buena marcha de los pueblos y de su convivencia han de reflejar la traída del diálogo con los demás? ¿Sabré yo lo que debo hacer o evitar si
ley natural y la eterna. En la comunidad humana las leyes promulgadas, los demás no me ayudan a descubrirlo, en un mundo donde el sentimien-
para ser buenas, deben coincidir con la ley natural y con la ley eterna. to del deber escasea?
Así pues, mi actuación será valiosa si obedece al sentimiento del de-
ber que mi conciencia moral me dicta. Mi conciencia, realidad formal, se
consulta a sí misma y responde a priori lo que «debe» hacer o evitar. Al
El kantismo cumplir con mi deber, me comporto de forma «categórica»: obro de tal
modo que mi comportamiento puede ser tomado como ejemplo para to-
Según Kant (1724-1804), no es que algo sea bueno porque lo quiera dos, como norma universal. La voluntad moral sólo es digna si actúa, no
Dios (lo cual resultaría inaceptable para los ateos), sino por nacer de mi con- porque desee esto o lo otro concreto, sino porque siente que debe obrar
ciencia: esta autonomía de la conciencia igualaría a creyentes y no creyentes. como lo hace, aunque se venga abajo el mundo. ¿En qué se concreta
esto? En hacer siempre el bien y evitar el mal, en querer para los de-
• Si yo no fuese el centro absoluto de mi decisión, perdería mi propia más lo que quiero para mí, y en no querer para los demás lo que no quie-
autonomía. ra para mí mismo.
• Resultaría imposible evitar el relativismo si cada cual siguiese los
estímulos exteriores: si fulanito se lanza al agua para salvar a otro
por la recompensa económica, menganito por obtener fama, zuta- '"Cfr. hrmiiimid K.mt, Sobre el pretendido derecho a mentir por altruismo, 'léenos, Ma-
nito por compasión, etcétera. iliícl, 1 9 9 1 .
112 TEORÍAS SOBRE KI, VALOR 113
• Primero, porque no toda afirmación axiológica es emocional. Cuan- Los bienes participan de los valores, pero no se identifican con ellos,
do el médico dice que es bueno operar tal cáncer, está expresando frente a la ética material aristotélico-tomista, para la cual los valores son
un juicio meramente técnico, descriptivo, sin emotividad. las cosas buenas. Siendo el bien, el ser y el valor lo mismo desde distin-
• Además, los humanos compartimos básicamente los mismos sen- tos ángulos de enfoque, el mal es la ausencia de bien y de ser. Sin embar-
timientos: la empatia, y el sentimiento de solidaridad y de apoyo go, Aristóteles y Santo Tomás definen al mal como la ausencia del bien
mutuo intraespecífico son universales. ¿Por qué los sentimientos debido, es decir, del bien ideal que a cada ser pertenece y que debería po-
universales no pueden servir como criterios de verdad, y sí la racio- seer, o sea, de su ideal de perfección. Con esto, el aristotélico-tomismo
nalidad universal? traiciona sus propios postulados (ontológicos) yendo más allá de lo dado
• Tampoco la frialdad o el desapasionamiento son criterios de ver- y apelando a lo «debido»: ¿será porque nacemos aristotélicos limitándo-
dad. Puedo aceptar con emoción, y errar con desapasionamiento; a nos a lo que meramente somos, pero morimos platónicos reivindicando el
veces, incluso, cierto exceso de frialdad (no sólo de calor) impide la deber ser y la perfección que añoramos?
percepción de lo real. La temperatura no es criterio de verdad.
• Además, el uso de un lenguaje descriptivo, indicativo, aséptico, no
evita su «contaminación» axiológica. Cuando a un daltónico le digo Si creemos que los valores
que el semáforo está en rojo, no sólo le estoy informando acerca de son una conquista interminable,
la existencia de un color, sino también de que no «debe» pasarlo por-
que no es «bueno» para él. La frontera entre lo descriptivo y lo emo- vamos por buen camino
tivo o evaluativo nunca es tan rígida como asegura el emotivismo.
Los valores existen, pero no siempre los descubrimos; en ciertas co-
Más aún, afirmaciones morales sobre las que existe un consenso casi
yunturas históricas aparecen disvalores que son tomados por valiosos, o a
universal, por ejemplo: «todos los seres humanos tienen derecho al
la inversa. Precisamente por ello debemos esforzarnos en potenciar los
trabajo», ¿no podrían autorizarnos a decir que «es moralmente bue-
que van en el buen sentido, es decir, los que nos ayudan a progresar en
no que lo tengan»?
humanidad. A tal efecto, García Morente señala los siguientes criterios:
• Por último, el emotivismo maneja dos criterios de verdad: para los
hechos físicos, la observación intuitiva rigurosa y objetiva: es ver- • En la polis, toda potenciación de un valor constituye un progreso.
dad lo que veo; para los hechos morales, por el contrario, la falaz • Toda institución destinada a realizar un valor es progreso, por im-
voz de la emoción. Semejante diplopia ignora la unidad raciocor- perfectamente que desempeñe su cometido.
dial del ser humano. • Toda transformación social de una cosa en un bien significa pro-
greso.
Mostradas esquemáticamente las posiciones básicas en torno a la cap- • Toda mejoría de un valor ya realizado se alza como progreso.
tación del valor, vayamos a su naturaleza, con la misma esquematicidad • Todo aumento de bienes en cantidad significa una universalización
y espíritu pedagógico. del progreso.
• Toda disminución de males forma progreso.
• Todo aumento de males significa retroceso.
Los valores, sí valen, de alguna • La conversión de un bien-medio en un bien-fin no entraña progre-
manera son; si son, valen so, y puede entenderse como detención o como retroceso.
• Todo aumento en la capacidad popular para estimar valores conlle-
Todo lo que vale es; pero no todo lo que es vale. «Ser» materialmente va progreso.
y «valer» axiológicamente no se identifican. Hay cosas que valoramos ne- • Contribuir a la rectificación de aberraciones estimativas en las ma-
gativamente, como un dolor de muelas, pero son, están ahí; mientras que sas y en los individuos es progreso, tanto en la denuncia de estima-
otras no son, no están ahí, y sin embargo las valoramos favorablemente ciones falsas en sí mismas, como en el restablecimiento de la autén-
(por ejemplo, la justicia perfecta). Aunque tendamos a sustantivar los va- tica jerarquía de valores.
lores, es decir, a condensarlos en sustantivos («la» libertad), e incluso a re- • El fomento y desarrollo de un valor, inferior con detrimento de otro
presentarlos de forma simbólica (justicia, balanza, pureza, paloma), no superior, es retroceso, pero el descubrimiento de dicho acontecer y
son cosas. Según Ortega y Gasset, los valores son «irrealidades», cualida- su rectificación constituyen progreso.
des de las cosas; para evitar malentendidos, creemos que sería mejor afir- • Fomentar y desarrollar un valor inferior, con detrimento de un valor
mar que son realidades, aunque no de carácter físico. superior, puede significar retroceso, planteando siempre la compleja
116 CAR [i. PERSONA Y VALORES TEORÍAS SOBRE EL VALOR 117
cuestión técnica de cómo lograr el paralelo desarrollo en ambos va- • ¿La serie de crisis que ha habido en la historia muestra que no pasa
lores conflictivos. nada a pesar de las crisis? ¿Al final de todas las crisis no hay crisis?
Entraron los bárbaros y no pasó nada. Cayó el Muro de Berlín y no
Los valores son expresión de la vida. No me imagino que dentro de 15 se acabó el mundo. ¿Esto significa que crisis + crisis + crisis = no
siglos no haya ningún conflicto de valores. La mayor parte de apostasías y crisis?
defecciones axiológicas de los antiguos militantes socialcomunistas o anar- • ¿Esta crisis nuestra es más crítica que las demás? ¿Será verdad que
quistas se debe, por ejemplo, no solamente a que ahora ya vivan como li- ahora sí viene el lobo? ¿Quizá la novedad sea que ahora aparece el
beralburgueses acomodados, sino también a que esas personas imagina- aspecto ecológico: si destruimos la naturaleza todo lo demás será
ron, mientras eran jóvenes, que terminarían haciendo un paraíso perfecto, imposible?
inmutable y definitivo en la Tierra y, ya que no lo han logrado, han tirado • ¿Cómo hablar de crisis, si los valores son eternos?
la toalla diciendo: «Como no todo, entonces nada». Y eso no es. No es así.
La razón de que muchos de nuestros problemas se queden sin resolver es
que les tenemos miedo a las soluciones. Si algo es realmente valioso,
Y hay más. Si uno no vive como piensa, terminará no pensando como debe ser amado
vive, y viviendo como no había pensado, tratando así de conformar los va-
lores según su vida, y no su vida según los valores. Esto es también una
Los valores no son inertes ideas platónicas indiferentes a mí, sino que
forma de resentimiento.
cuando los veo conculcados siento irritación; cuando ejercidos, cómplice
Ustedes van a seguir, igual que yo, teniendo conflictos axiológicos alegría, y cuando aún no realizados, interpelación, incitación a trabajar
consigo mismos y con los demás, pero dense cuenta de ello, trabájenlo, por ellos. Ante una violación de una niña no hace falta ser don Quijote de
intenten mejorar las cosas procurando ayudarse a sí mismos y a los de- la Mancha para decir «eso no debe ser», y reaccionamos.
más con identidad y coherencia: esa es la tarea humana. Quien piense
¿Se ama a los valores porque son valiosos, o son valiosos porque se les
que los valores no traen conflicto se equivoca. Lo malo es que generen
ama? Si lo segundo, subjetivizo los valores; si lo primero, reconozco su
conflicto y además no sean valores. El universo de los valores no es un
existencia. No resulta fácil separar ambos extremos, de todos modos, pues
jardincito epicúreo para descansar en él. Hay una tendencia a depositar
son buenos porque los amo y los amo porque son buenos. Demostrarlo
los valores en una estantería mientras que el sujeto se queda fuera. Pues
puede costar trabajo, si los demás difieren de nuestra opinión, pero na-
no, el ser humano es un animal axiológeno, creador y destructor. En la
die puede presumir de que algo sea valioso para él si no lo ama. Para quien
naturaleza humana está el generar crisis, el construir y destruir, diferen-
valora sólo los automóviles como medio de transporte resultan útiles (gra-
cia radical con respecto a los animales que, una vez explorado su propio
do inferior del valor); sin embargo, para quien los ame más que a su novio
territorio, se quedan dentro de él. En todo «planeta axiológico» podemos
o novia, la cosa cambia. Los valores, pues, van vinculados a la posición del
llegar a adoptar pautas de comportamiento que hoy ni siquiera imagi-
valorante, aunque no se reduzcan a ella.
namos.
También el tiempo altera la posición: uno puede llegar a valorar des-
Pero entonces las crisis resultan inevitables, conllevan destrucción de pués lo que antes no tanto, o a la inversa. Para captar el valor hay que mo-
valores anteriores y producción de valores venideros. A veces, en el saldo, verse. Un niño con vocación pacifista puede terminar queriendo ser be-
lo negativo es más contable que lo positivo, o viceversa; pero en ocasiones cario de la OTAN. Los valores exigen un aprendizaje, no se aprehenden de
este saldo sólo puede cuantificarse algún tiempo después. Por otra parte, un golpe, hay un antes y un después.
hace falta perspectiva para poder valorar. La excesiva cercanía de los acon-
tecimientos no ayuda a justipreciarlos; se necesita una distancia y hoy -por
ejemplo- comprendemos mucho mejor que sus coetáneos los valores que
Cristo enseñó. Como ya hemos dicho, en el momento en que acaba de escri- Si no dialogo, no podré hablar
bir La ciudad de Dios, San Agustín ve las puertas de Roma, la ciudad eter- con los demás de valores:
na, a los bárbaros y escribe: «El mundo se acaba». Para él, demasiado cerca, mi valor no será valioso
aquellos pueblos bárbaros (bárbaros porque no hablaban latín, idioma eter-
no) traían el fin del mundo. Casi todos los grandes pensadores experimen- No todo el mundo entenderá del mismo modo la amistad, la bon-
tan una conciencia más aguda de las crisis que las personas normales, las dad, la belleza, etc., produciéndose la inevitable colisión entre valores.
cuales se lamentan sin reflexionar sobre lo que está pasando. Al respecto ca- Ni siquiera faltará quien niegue la existencia de la amistad, de la bon-
bría formular tres preguntas: dad o de la belleza. El cínico presume de tolerancia, pero tolerante es
118 CAP. 3. PERSONA Y VALORKS TKORÍAS SOBRE EL VALOR 119
aquel a quien pisas un pie y, pudiendo aplastarte como réplica, sin em- salización militante de los valores (no su mero consenso), establecería-
bargo, no lo hace. Son más frecuentes los dogmáticos autoritarios que mos el siguiente axioma: sólo cuando los valores no lesionan los de las
los cínicos. A veces en nuestras vidas asoman el rostro de Cantinflas y el personas pueden aceptarse de entrada. Principio de universalidad: si no
de Hitler inadvertida y alternativamente. Mientras tanto, hay cosas ópti- valen para todos, no valen para ninguno. Si valen para el 99 % pero no
mas, hay cosas buenas, otras tolerables, otras discutibles, y otras intole- para el 100 %, no es un principio de universalidad, es un principio de ge-
rables. Cuando la democracia no sirve para articular esta escala, ya no neralidad.
es democracia axiológica. El militante intenta extender a todos sus valores, sabedor de que uno
En la sociedad pluralista no siempre existe acuerdo definitivo sobre la mismo «es» (y no sólo «tiene») su propia escala de valores. Aunque en el
escala básica de valores que cada cual desea, por eso es necesario el diá- intento, incómodo, me vaya mal a mí, al menos que no le vaya mal a los
logo, y además poner semáforos con el rojo prohibiendo tales conductas, valores, siquiera sea hasta un cierto límite, sin menospreciar la prudencia,
y con el verde propiciando tales otras. Pese a todo, quienes establecen lo ni exponer a riesgos destructivos a la propia persona. Prudencia y valor
prohibido y lo permitido también pueden equivocarse. Ni siquiera el con- son hermanos gemelos.
senso universal es garantía irrefutable de su verdad: Galileo estaba en mi-
noría en su época, pero en lo cierto. En todo caso, hay que dialogar, pero
no cantinflear; Cantinflas decía aquello de «puede ser que sí, puede ser Si no nos afectan vitalmente
que no, pero lo más probable es que quién sabe». Dialogar exige reflexio-
no son valores, sino ideas
nar y estudiar. Una experiencia cultivada por el estudio es más profunda.
Muchas personas intuyen que ciertas políticas van mal, pero votan a los
partidos que las propician, porque no saben. El valor insiste, más que ex-siste
La otra persona es igual que yo, aunque discrepe de ella e incluso
deba de oponerme a ella con el debido respeto, si veo que está fastidian- Nuestros conflictos nos pican tanto porque no quedan fuera de no-
do a los demás y fastidiándose a sí misma. Aunque a veces resultara más sotros, sino que su drama se vive en nuestro interior. Y es buena señal que
cómodo callarse, hay que oponerse en favor del valor, defender el valor duelan: señal de que estamos vivos. Dol et ergo sum, me duele luego exis-
antes que la comodidad o la cobardía, a pesar de que esa defensa nos to (Kierkegaard).
acarree problemas. Por lo demás, quién sabe si esa defensa dará sus fru-
tos mañana, cuando nosotros no podamos estar delante para comprobar-
lo. Mientras tanto, yo dialogaré siempre sin imponer por la violencia o la La simpatía respecto al maestro empático
coacción mi escala de valores, precisamente por respeto a la otra per-
sona, porque si yo me abstengo por comodidad, miedo, indiferencia, etc. Hace falta un escolarca, un maestro axiológico que viva cálidamente
(desprecios a la condición humana, aunque la gente los aplauda o con- lo que enseña y lo trasmita por empatia. Él será quien impacte intuitiva
sidere «sensatos»), estoy de antemano minusvalorando su capacidad de y emocionalmente a los discípulos (discípulo es más que alumno). Discí-
aprendizaje y de posible cambio. Por lo demás, si yo hoy tengo esta con- pulo será quien comparta la misma pasión (sin-patía) ante el ethos axio-
ducta es porque alguien alguna vez a mí trató de enseñarme, aunque le lógico del maestro. La fuerza del ejemplo deviene fundamental para el
hubiera resultado más rentable pasar de largo. aprendizaje axiológico. Se enseña real y no sólo formalmente lo que se
En resumen, la asunción de una escala de valores genera un com- es por la fuerza del ejemplo. El maestro no es el que me dice cómo debo
portamiento militante axiológicamente. El militante asume la exigencia ser, ni el que me remite a su propia vida, sino a los valores que, con el
de universalización de los valores, pues si no se universalizan no bene- testimonio de su vivir propio, ha descubierto en el universo axiológico
fician a tanta gente como podrían beneficiar. Si afirmo que mi libertad objetivo.
es absoluta pero menosprecio la tuya, no universalizo. Si considero al di- La empatia abre los ojos del ciego y los oídos del sordo. Desproveer
nero como valor superior a la honestidad, no universalizo. Si tomo a la del sentimiento cálido a la razón es castrarla, es hablar en nombre de la
publicidad como un fin en sí mismo a costa de la veracidad del produc- objetividad para quererla sin afectividad, sin calor, es decir, sin lo esencial
to, no universalizo. Si lucro con los productos de mi fábrica, aunque de- de ella misma. Hay que dar a la voluntad y al sentimiento lo que es pro-
teriore la naturaleza, no universalizo. Si una empresa da trabajo pero pio de la voluntad y del sentimiento, a la razón lo que es de la razón, y a
contamina, no unlversaliza. En todos estos casos, un valor destruye al ambos conjuntamente. En la educación en valores enseñaremos a racio-
otro y atenta contra otras personas, por lo que en tales condiciones no nalizar los afectos, no a castrarlos. Sin el orden de los afectos no hay or-
puedo aceptarlos como tales valores. Buscando un principio de univer- den en los valores, ni en las virtudes.
IZO TEORÍAS SOBRE EL VALOR 121
Si sólo hablamos sobre valores buenos, habla del disvalor lo revalúa, en tanto que devalúa el verdadero valor.
valemos menos que si además los realizamos Quien no hace lo que cree que tiene que hacer se acostumbra a hacer lo
que no quiere hacer: lo trivial se normaliza. Y, puesto que todo el mun-
do lo hace, mal de muchos consuelo y epidemia de tontos: la costumbre
La gente suele quejarse de la mucha corrupción. Pero, si tan malos son
como des-virtuación. Al des-valorar le sigue el desvirtuar. La vida se des-
los demás, los supuestamente mejores habremos de intentar hacer algo bue-
virtúa después de que se de-valúa.
no en su favor, pues no es de recibo presentarse como buenos precisamente
por no hacer nada mientras musitamos: «Cuanto más me quejo, más bueno
soy». Desde esa perspectiva, el peor político es mejor que el mejor absten-
cionista. ¿Qué no le gusta a usted el panorama que hay? Pues trabaje en Si hablamos bien, y sentimos bien,
cualesquiera de los niveles sociales mejorables: el barrio, las casas de cultu- y hacemos bien, tenemos
ra, un sindicato, agrupaciones políticas... experiencia axiológica
Valor: donde está tu tesoro, allá está tu corazón. Por eso el blablablá
Si hablamos bien y hacemos mal, no vale sobre los valores no es verdadero si no nos afecta, si carecemos de expe-
riencia. La experiencia del valor es la virtud. La virtud es un hábito opera-
Hay academias que se dedican a dar cursos sobre valores y son corrup- tivo bueno, un hábito activo bueno. Al enunciado de un valor ha de se-
tas. Eso está mal. Además, como decía Heráclito, la naturaleza nos ha guirle la vivencia del mismo como virtud. De lo contrario, estamos en el
dado dos oídos y una boca para que al menos escuchemos el doble de lo vicio del ver lo bueno y del hacer lo malo, o del mero parloteo.
que hablamos. La naturaleza nos ha dado la prudencia de hablar menos Pero si la persona impactada emocionalmente por el valor se deja
y hacer mejor. Si hiciésemos 10% de los valores que proclamamos, esto arrastrar hacia él sin poder controlar ese afecto emocional, ante la fuerza
sería mucho mejor. Cuando todo el mundo hace lo que debe, ya no hay imantadora del valor parece desaparecer. Sin embargo, nadie puede rea-
que hablar de ello, es normal: es normal que una mamá cuide a su hijo, a lizar el valor si no realiza al propio tiempo el valor de su propia persona:
nadie le extraña, por fortuna. Es noticia que un niño muerda a un perro, si no realizamos el valor de la persona como tal, no captaremos personali-
pero no es noticia que un perro muerda a un niño. Pese a todo, ¿más vale zadamente los valores.
hablar de valores aunque se conculquen y se escandalice, que callar abso-
lutamente sobre ellos no dando la oportunidad de que alguien pueda rea-
lizarlos correctamente? Quizá quien escucha la plática sobre valores pue- Si no comprendemos el carácter
da decidirse a ponerlos en práctica... interactivo de nuestras vivencias,
Por lo demás, reconocer la distancia que separa nuestros discursos y aún no estamos maduros
la virtud activa correspondiente es bueno; no es malo estar a disgusto e
axiológicamente
insatisfecho con uno mismo, si es para intentar cambiar.
Este enunciado lo rechaza una posmodernidad atenta sólo a la pri-
vacidad y despreocupada de la vida pública, con el argumento de que esta
Si hablamos mal y hacemos mal, peor aún última no es mi vida: no se puede luchar -dicen los pesimistas-, no se
debe luchar -dicen los acomodados-. Los «universos éticos» que nos ofre-
En un país corrupto son muy pocos los que reconocen que sus padres ce la burguesía no son universalizables, sino arcas de Noé para mientras
también lo son. La fórmula «país corrupto, papá honesto» desafortunada- los demás se ahogan en el diluvio de fuera.
mente es más frecuente, y se traduce en un «enlodémonos gustosamente, Pero las personas con profundas convicciones se hacen notar, están pre-
porque no hay otra posibilidad». Todo el mundo se queja de la corrupción, sentes en su propia vida y en las de los demás. Mientras que en el mundo
pero en no pocos casos para justificar la propia: lo que es del común no físico una manzana podrida termina por pudrir las manzanas sanas, en el
es de ninguno. Se tiene la coartada muy a flor de piel: como los demás del espíritu un ingenuo puede terminar llevando hacia el bien a un trampo-
roban mucho, yo -simple taxista- robo poco, con lo cual me siento justi- so y a un rencoroso. Sin embargo, no somos manzanas. Basta un alma bella
ficado frente al que roba mucho. Aunque moleste, también se está dis- para que por ella, superior a todos los corazones duros, entre la salvación
puesto a participar de la corrupción, e incluso a agudizar la capacidad de en el mundo: no estamos destinados al absurdo entrópico, ni a la destruc-
sacar partido de ella a costa de los menos hábiles. De este modo, quien ción, sino a la vida y a la felicidad.
122 TEORÍAS SOBRE EL VALOR 123
Si existen valores, están articulados Cercanía o proximidad al yo. Familia es más que el pueblo; pueblo,
entre sí más que humanidad.
Probabilidad de éxito. No aferrarse a lo mejor muy dudosamente
Entre los valores observamos una escala jerárquica (no torre de Babel, realizable a costa de lo bueno más seguro.
sino círculo de círculos implicativo). He aquí a continuación la escala, de Plenitud. Humanidad es más que pueblo, pueblo más que familia, fa-
abajo hacia arriba, y con todos los respetos para los valores más bajos, sin milia más que individuo.
los cuales no se dan los más altos. Prioridad. Prioridad con el débil, el anciano, el enfermo, etcétera.
Resonancia. El que más puede, más debe cooperar.
La persona. Es el criterio definitivo y máximo del valor. Cualquier
Criterios de establecimiento proyecto que conculque el valor de la persona deberá ser rechazado como
de una escala axiológica no valioso. Dados esos criterios podríamos establecer la siguiente escala
axiológica.
No sólo se plantean conflictos frente a lo no valioso (disvalioso), sino
también -aunque de otra naturaleza- entre dos valores positivos (amor
y justicia, por ejemplo), y entonces hay que elegir a unos y renunciar a Escala de valores
otros. He aquí algunos criterios en orden a la actuación moral:
¿Cuál es la jerarquía existente entre los valores? Suele distinguirse
Duración del valor. A veces, eternizar un valor puede dar seguridad, ascendentemente entre valores: a) sensibles (agradables); b) económico-
pero depaupera la innovación. De todos modos, es preferible el valor eter- utilitarios; c) físicos; d) sociopolíticos; e) espirituales (teóricos, estéticos,
no al contingente. Resultaría ridículo y artificioso decir: "Te amaré por dos jurídicos);/) morales y religosos. Pues bien, si a e le falta a, tenemos al
días". Todo amor pide profundidad, profunda eternidad, demanda volun- pedante; si le falta b, al bohemio incapaz y poco práctico; si le falta c, al
tad de eternidad. No hay amor verdadero que no busque eternizarse. pálido intelectual; si le falta d, al egoísta. Si a / l e falta a, tenemos al as-
Surge aquí la cuestión del perennismo: saber qué es lo eterno y qué es ceta patológico; si le falta b, al religioso ensimismado; si le falta c, al enfer-
lo contingente, porque a veces se da lo eterno por contingente, o a la in- mizo; si le falta d, al anarquista utópico; si le falta e, al místico frenético
versa: gato por liebre. e iconoclasta. Y así sucesivamente: si falta/, entonces brilla por su ausen-
Indivisibilidad del valor. Preferible es lo que se toma entero, a lo que cia la grandeza moral, la humildad religiosa y el sentido del misterio; si
se da partido. La libertad es indivisible, no puede darse un pedazo de dig- faltan/y e, entonces queda sólo la voluntad de cínico poderío; si faltan/
nidad, ni una verdad a medias. Ahora bien, los valores materiales sí son e, d y c, entonces estamos ante el egoísta crudo, y si faltan/, e, d, c y b,
divisibles: magnífico gesto el de quien comparte un trozo de pan con un entonces nos quedamos en el hedonismo.
hambriento. No compartir los valores inferiores los prostituye. Esta es una opinión entre muchas, claro, pero otra cosa son las urgen-
Fundamentación del valor. Un valor es tanto más alto o fundante, cias vitales, ya que al hambriento no se le puede decir que sienta la misma
cuanto menos necesita de otros y más les sirve de base. El valor más sóli- estimación por una sonata de Brahms que por un plato de arroz. De todos
do será el que mejor fundamente a los demás. Aquel valor que no nece- modos, la fuerza no debería anular la altura de los valores, y la auténtica
site de ningún otro será el valor absoluto. Quien simplifica la vida la hace moralidad ha de construirse de abajo hacia arriba.
descansar en aquellos valores que, por valer más, necesiten de menos me-
diaciones: ése sabe vivir.
Profundidad de la satisfacción. El valor más alto produce una satis- Valores ecológicos o, mejor, ecodúlicos
facción más profunda, según el nivel en el que se le sitúe. No debe tomár-
sele reductivamente: siendo preferible la simpatía, puede prescindirse de Ecología viene de oikós, palabra de significado doble, «casa» y «bon-
ella si es a costa de ser canalla. El superficial no puede gozar en profundi- dad»: el ecologista tiene que respetar su casa y a la vez ser bueno, es decir,
dad. La satisfacción no excluye aumento de dolor, aunque no necesaria- no se puede proteger la naturaleza y destruir las personas. Ecología es co-
mente lo incluye. Hay dolor creativo, solidario, que hace crecer. nocimiento de la naturaleza; ecodulía es respeto de la naturaleza. No da
Urgencia temporal. Cabe postergar ciertos valores, aunque no inde- igual lo uno y lo otro, pues con frecuencia quienes mejor la conocen más
finidamcntc. Cuanto menos urgentes, menos importantes. la maltratan y explotan intensivamente: las multinacionales.
Cantidad de valor. En caso de igualdad, será preferible lo que realice La naturaleza es nuestro «segundo cuerpo», y la gente así comienza a
más canüdad de valor. comprenderlo. Está emergiendo una responsabilidad ccodúlica, al menos
124 CAR 3. PERSONA Y VALORES TEORÍAS SOBRE EI, VALOR 125
un primer paso de toma de conciencia teórica, pues los valores no se im- Se es rico en proporción a las cosas de que se puede prescindir. Un
plementan de la noche a la mañana: a veces son necesarias muchas gene- paisaje, un libro, una melodía, un rostro; con poco basta a quien es mu-
raciones. Ahora bien, los valores son cuestión de paciencia social, pero de cho; con nada se satisface a quien sólo tiene deseo de tener. Sencillez, na-
impaciencia individual: los pioneros abren brecha, y a veces eso les cues- turalidad, espontaneidad, humildad, ayudan a ser feliz. Modelos de per-
ta caro, aunque la posteridad los beatifique. sonas felices: un artesano silbando por el trabajo bien hecho, un niño
Desafortunadamente, hoy se dan casos de ecologistas que defienden la construyendo castillos de arena, una madre bañando a su bebé, un médi-
vida de un árbol, pero matan la vida del niño que está en el seno de la ma- co salvando la vida de un enfermo.
dre. Se descubre la vida cósmica, pero se asesina al nascituro humano, abo- Son necesarias las cosas para vivir; lo que ocurre es que las cosas se
minación máxima. imponen sobre las personas, y no a la inversa, las personas sobre las cosas.
La vida es el primer valor. Ella existe desde el primer instante de la fe- El sujeto empírico se ha cosificado él mismo, mientras que se concede a
cundación, y desde ese mismo instante ha de ser defendida absolutamen- las cosas valor personal: he ahí una simonía o compraventa de lo sagrado
te a lo largo de toda la existencia. personal mismo, pues lo sagrado es la persona. No hay que ir muy lejos
para ver cómo la gente te deja su cuerpo antes que las llaves de su coche.
Cuanto más al Norte, tanto más. Y, como estamos reduciendo lo personal
Valores físico'vitales a lo cósico, no podemos tolerar que nos digan que somos personas, eso
ofende. De ahí que se prefiera decir que somos azar, grasa, casualidad,
Cuando me autopercibo viejo, mermado, arruinado valetudinariamen- objeto movido por las circunstancias, consumidores del mercado, nada,
te, insalubre, me entristezco. Se arruina mi cuerpo, se arruina mi tono vi- muerte irresurrexa. Esto sí que es ser reaccionario, porque así no se hace
tal. Más vale burro vivo que sabio muerto. cambio alguno: ya está todo hecho para un ser carente de libertad y de
A pesar de todo, la gente sabe que el cáncer de pulmón es la primera dignidad. ¿Cómo postular desde ahí un desarrollo a escala humana? «No
causa de mortalidad en Occidente, pero muchos fuman. No pocas mamas es fácil comprender este fenómeno. Creo advertir algo que parece suma-
suministran chucherías que, sin embargo, saben lesivas para la salud de sus mente extraño, pero que surge una vez y otra: una voluntad de degrada-
hijos. El capitalismo no ignora que los modelos de estética joven que exhibe ción de la idea del hombre, como si irritara su posible excelencia.»12 Se
y publicita producen en ocasiones anorexias de difícil curación. Todas las lleva mucho tiempo intentando en filosofía que las personas pierdan de
sociedades aceptan en la teoría valores que, sin embargo, en la práctica con- vista su condición de tales; es decir, que sean reductibles a la materia, a
culcan considerándose pese a ello sociedades razonables y sanas. ¿No será la biología, a las estructuras, a los determinismos, al azar: los dos últimos
que el Imperio nos quiere enfermos para «curarnos», es decir, para tenernos siglos han constituido un esfuerzo titánico por acabar con el personalis-
en sus manos suministrándonos eternamente medicinas iatrogénicas que, mo comunitario. Una especie de resentimiento, de hostilidad y repugnan-
al promover supuestamente nuestra salud, introducen realmente nuestra cia por todo lo admirable, algo como una voluntad de extirpar en los de-
enfermedad? Sea como fuere, está visto que algo más que el mero conven- más la esperanza se advierte por doquier.
cimiento teórico debe uno tener para aceptar los valores en cualesquiera
de sus niveles. La burguesía ha tratado de plantear la vida como un quid pro quo, y
no como un quodpro qui. «Quid pro quo» es tomar algo como si se tratase
Defendamos, pues, la vida; no propiciemos ninguna cultura de muerte. de alguien, las cosas como si fuesen personas, comportamiento caracte-
rístico del Occidente neorrico, donde se piensa que las cosas hacen a las
Valores económicos personas: tanto tienes tanto vales. A partir de ahí se explica lo que pasa
con otra palabra emblemática de nuestro sistema: el interés. El interés,
Son los valores del bienestar material. Siendo necesarios, la cuestión, cuando no había mentalidad burguesa, era inter esse, relación interper-
es determinar el límite en que el bienestar material se torna superfluo, así sonal, por lo que la persona inter-esante se desinteresaba de sí misma,
como la medida en que pueda o no unlversalizarse su consumo. toda vez que allí primaba la relación dinámica yo-y-tú. Sólo cuando este
El dinero es necesario; es preciso tener para poder decir: «ser, más que desinterés ético se convierte en dinero, deviene interés óntico y, por tan-
tener». El dinero no da la felicidad, pero creeremos a quien dice esto si de- to, deuda dineraria puramente material, olvidando que «deuda» deriva de
vuelve lo robado, y si regala lo poseído. La riqueza está en lo que eres, no (h'bitum, participio del verbo deberé, mi deber de ocuparme del otro desde
en lo que tienes. Muchos gastan el dinero que no tienen para comprar co- mi desinterés ético de persona des-inter-esada; mi riqueza, en fin, no es
sas que no necesitan tratando de impresionar a personas que no les agra- la del enriquecimiento crematístico, pues lo que me convierte en rico es el
dan. El que mucho posee poco duerme, si tiene que vigilarlo. Las cosas
que más se desean menos pueden comprarse. "J. Murías, l,a perspectiva cristiana, Alianza Kditorial, Madrid, 1991.
I 2(> CAÍ". 3 . I'KKSONA V VALORES TEORÍAS SOBRR RL VALOR 127
ocuparme con él, y mi deuda hacia él viene del deber moral de quererle, porque es más fuerte que ella su propia identidad vital. Mejor sería no su-
sin más. frir, obviamente, pero se puede ser sufriente por la causa que uno asume y
Descubramos el camino de vuelta, el camino que va de las personas a la vez feliz, del mismo modo que se puede ser acumulador de placeres y
hacia las cosas con un nuevo acercamiento de los pronombres, pero en esclavo infeliz respecto de ellos.
este orden: del ello al él; del él al tú; del tú al yo; del yo al yo-y-tú; del Los placeres no son el valor superior. Hay que ser torpe para deposi-
yo-y-tú al nosotros. tar la felicidad en los placeres. En el fondo del hedonismo hay dos cosas:
miedo al dolor, que clausura, y mala educación. Decía el psiquiatra Vallejo
Nájera que todo enfermo terminal pasa por tres estadios con mermas
Valores sensibles sucesivas. En el primero se interesa por lo que ocurre fuera de la clínica;
en el segundo, por lo que pasa en su habitación, y en el tercero, única-
Son los que producen alegría, placer, etc., con distinta profundidad se- mente por sus propias constantes corporales. Luego, la muerte. Como hu-
gún cada persona. ¿Qué no se habrá escrito sobre el placer? Personas hay, mano, es mala señal preocuparse sólo por el propio placer y la privacidad.
por ejemplo, que quieren vivir su sexualidad como la vive cualquier perro, El placer elevado a principio y mantenido como tal se cierra el camino a
pero otras amorosamente, con cariño, con ternura en el acto sexual, huma- sí mismo.
nizadamente. Ahora bien, si alguien se empeña en decir que él es un perro El argumento favorito del hedonista se reduce a esto: hagas lo que ha-
y no logro convencerle de lo contrario, ¿qué puedo yo hacer por él y por gas, egoísta o altruista, al final lo haces porque te gusta, es decir, porque
mí, a no ser no tratarle como a un perro, y procurar que no me muerda? te resulta placentero; en última instancia, todo comportamiento humano
En última instancia, los valores no se demuestran, se muestran; aceptar la es hedonista. Desde luego, todo lo que hace el ser humano es resultado
realidad es creer en ella, creérsela. de su dinámica personal; en última instancia, toda acción es egorrelativa,
Desde luego, no todos los placeres son iguales: al sádico le produce relativa al yo que la ejerce; sin embargo, su condición de egorrelativa no
placer dañar a otras personas; al masoquista, dañarse a sí mismo, sufrir la convierte en hedonista: hay quien no buscando placer lo encuentra
por sufrir, encontrar aberrantemente el placer en el sufrimiento; al sado- como resultado de su acción altruista y filantrópica, sin más. No todos los
masoquista, expandir el dolor a toda la humanidad y a sí mismo. No pode- placeres son iguales, lo mismo saltarle el ojo a una persona que ayudar a
mos decir que un mismo placer sea la medida del ser humano. un ciego a cruzar la calle, por aquello de que en ambos casos todo con-
Hay coleccionistas que se levantan pensando en acumular placeres cluye en un problema de oftalmología. Aunque quizá sí, teniendo en cuen-
durante el día; tal es su proyecto felicitario. El utilitarista Jeremy Bentham ta que el defensor de esa barbaridad es un ciego axiológico...
aseguraba que sólo cabe medir la felicidad por los placeres: la cantidad de Uno de los instrumentos de que dispone el poder para conducirnos a
placer es la medida de la felicidad. Pero el obseso de los placeres deviene la común ceguera es el de manipular nuestra mirada para reducir final-
tanto más vulnerable cuanto más obseso: el día en que no ha logrado mente los placeres superiores a los inferiores; una vez cegado nuestro
sumar la cantidad de placer que esperaba, se deprime y entra en crisis de juicio, la oscuridad se torna aliada de los tuertos especializados en fabri-
autoafirmación; si en su caza hedonista logra cobrar pocas piezas de pla- car entuertos. El esclavo de ojos terrosos se cree feliz en su ardiente oscu-
cer, se vendrá abajo. La felicidad pende para él de un hilo cuando, al va- ridad, pagando por ella. Una democracia de invidentes axiológicos será en
riar las circunstancias, varía también su identidad. Don Juan Tenorio, con todo caso igualitaria, pero triste.
escasa autoidentidad, se ve forzado a forzar cada noche un lecho para
afirmar el gozo de su virilidad.
Sin embargo, ese hedonista ignora que el placer no puede ser objeto Valores utilitarios
de búsqueda, sino que resulta o se deriva de un modo de ser y de vivir,_
que es el que hay que lograr. El placer elevado a principio cierra el camino Son los valores del bienestar material. Siendo necesarios, la cuestión
al desarrollo personal. La felicidad es el premio no buscado para quien es determinar el límite en que el bienestar material se torna superfluo, así
realiza el valor que cree que tiene que realizar, para quien vive conforme como la medida en que pueda o no universalizarse su consumo.
a un agathon, a un ideal felicitante. El placer no es la medida de la felici- Verdad es que no siempre se plantea el autodenominado ecologista
dad, sino su consecuencia; la felicidad es un regalo para la persona que cul- comprar el coche menos contaminante, si puede acceder a otro más caro
tiva su vida de una forma felicitaría; por eso, aunque el regalo no llegue, la y potente. Casi todos en el primer mundo tenemos más de lo que necesi-
persona es feliz, e incluso puede serlo aunque advenga el displacer o el su- tamos, pero queremos vivir cada vez mejor, aunque sea a costa del Tercer
frimiento. Como dijeran Sócrates, Platón, y Aristóteles, la felicidad está en Mundo, y no paramos de afirmar nuestro ecologismo. Sin embargo, los
el interior del sabio. El militante soporta la adversidad doliente, pero feliz, valores económico-utilitarios tienen un techo: la naturaleza no permite un
128 GAP. 3. PERSONA Y VALORES TEORÍAS SOBRE EL VALOR 129
ecodesarrollo insostenible. No pueden talarse todos los árboles ni acabar que se ignore. Para no disolverse sin eso, hay que reconocer el pecado con-
con el agua. Por el contrario, el deseo no tiene límite. tra eso, y resolverse activamente contra él para absolverse de él.
Nos pasamos la vida trabajando para tener, pero al final vivimos casi Se comienza por poco: el que ha llevado una cascara de plátano 50 ve-
exclusivamente para trabajar; el trabajo nos tiene. Resulta fácil la inco- ces a una papelera se convierte en un buen ciudadano.
herencia en lo relativo a estos valores, quizá por excesivamente cercanos
a la parte animal de un humano todavía muy ligado a la insaciabilidad.
Al avaro le causa dolor gastar; la austeridad del avaro es la roña de un po- Valores espirituales
seedor poseído por lo que posee. Del mismo modo, el consumidor es con-
sumido por el consumo que (le) consume. El tener ahoga al ser. Si en los valores económicos las diferencias excesivas son hirientes, ofen-
sivas, injustas, en los espirituales no ocurre lo mismo: a nadie decente le debe
ofender que haya un gran artista; eso suele ofenderle tan sólo al triste y re-
Valores sociopolíticos sentido compañero de gremio, pero a las sociedades les encanta contar con
una pléyade de artistas, poetas, músicos, filósofos, escritores. También en esta
Los seres humanos somos sociales, nos asociamos y, aunque no termi- esfera rige la ley que es común a todas, a saber: en los valores inferiores,
nemos de creerlo, vivimos como asociados. Todos dependemos de todos; igualdad; en los superiores, diversidad. Otra cosa es que, a veces, en ciertas
es un valor social la prudencia a la hora de conducir. épocas históricas, ocurra precisa y formalmente lo contrario: en los valores
Desde luego, aunque la inteligencia de Einstein o el arte de Goya no inferiores, desigualdad, y en los superiores, uniformidad.
puedan socializarse, pues van ineludiblemente vinculados a sus geniali- Los valores espirituales resultan más necesarios para las personas más
dades respectivas, la aristocracia del cielo no excluye la democracia de la desarrolladas: el pienso del cerdo no es el pienso que piensa Descartes.
tierra, sino que la exige: la igualdad de oportunidades de las sociedades Los mediocres y medio mediocres, los axiológicamente infradesarrollados
civilizadas, aunque no haga surgir cada minuto Einsteins o Goyas, hará tienden a burlase de los mejores. Sin embargo, cualquier valor espiritual,
posible el surgimiento de otros genios. Asimismo, sería estúpido pretender si realmente lo es, se encuentra presente en los demás valores: una perso-
una sociedad tipo «café para todos», es decir, Einstein para todos, Goya na llena de luz interior vive más años y con más salud, irradiando más y
para todos, o todos como Einstein y Goya, o ninguno. sin contaminar.
Los animales son sociales y sociables; los seres humanos vivimos nues- Ninguna persona espiritualmente potente ha menospreciado la eco-
tra socialidad de forma política, en cuanto que habitamos una misma nomía, pero la ha vivido de forma más comunitaria. Consciente de esto,
polis, en una misma physis (valor ecológico), con un mismo lógos (valor Baudelaire, que tiene fama de inmoralista, escribe sin embargo al respec-
espiritual, la razón). Ni siquiera en el Tercer Mundo logran finalmente las to: «El vicio ataca a lo justo y a lo verdadero. En cuanto ultraje a la armo-
mansiones señoriales de los opulentos -aisladas y protegidas por sus sis- nía, en cuanto disonancia, hiere más a los espíritus más poéticos. No creo
temas de seguridad avanzados y sus interminables legiones de policías que sea escandaloso decir que toda agresión a la virtud significa en últi-
privados- evitar convivir en la misma polis que los miserables con sus ma instancia una falta contra el ritmo y la belleza del universo.»
casas de cartón. Aunque lo intentan, las fortificaciones particulares de los
ricos no pueden convertirse en ciudades-Estado, porque sus vicios priva- Estéticos. No habiendo nada más diferenciador que la estética, sin
dos y su ecoexpolio, lejos de producir virtudes públicas, incrementan el embargo todo el mundo consume las mismas marcas en nombre del gusto
gran malestar social que se vuelve, a su vez, contra los ricos mismos, quie- estético. Si la estética es el arte de la diferencia, entonces a tantas per-
nes terminan por no poder salir de sus casas para evitar el posible secues- sonas corresponderían tantos juicios del gusto: ¿por qué, sin embargo, to-
tro. Desafortunadamente, no la buena convivencia, sino el secuestro, re- das las moscas van a la misma basura, digámoslo? La moda deviene así
cuerda a los ricos que habitan una misma polis que los pobres: democracia crimen de lesa estética, desde que se es niño o jovencito. Pero la estética
boomerang. debería ayudar a «hacerse una cabeza» a cada cual, sin dejarla absoluta-
Quien vive para sí contra los demás muere a los valores; y, lo que es mente en manos del peluquero, el cual, por oficio, te tomará el pelo o te
peor, al vivir para eso mata a otros. La vida y la muerte son también inter- esquilmará.
activas, y no nos damos cuenta. Propietaristas, no comprendemos que la El arte de la vida consiste en hacer de la vida una obra de arte. Ser
vida particular se organiza desde un común vital. Cerrados en el propio natural es la más difícil de las poses. Cuando todo lo que está está donde
yo, lo demás se olvida, y con frecuencia también se lesiona. La omisión debía estar, es bello; cuando todo lo que es es conforme a lo que debía ser,
respecto de ese nosotros comunitario o antecedente, coetáneo y subsi- es hermoso. La belleza es un trascendental del ser. En el fondo, antes que
guiente a nosotros mismos es, sin embargo, algo que está ahí a pesar de maldad, la maldad es fealdad.
1 30 CAP. 3. PERSONA Y VALORES TEORÍAS SOBRE EL VALOR 131
La belleza está sujeta a pocas reglas, es el ámbito de la creatividad y Hablar con Dios es la oración. Orar: hablar con Dios reconociéndole
de la libertad. Como escritor no me siento culpable cuando omito una como tal desde el amor. O se habla con Dios, o nada: con un no-Dios no
regla de juego o un canon, aunque sí me siento culpable cuando -en el se puede hablar. No es posible ser ateo y a la vez antiteo: a un Dios inexis-
terreno ético- conculco gravemente una norma ética: por ejemplo, cuan- tente no se le puede zaherir. Todo lo que podamos decirle a cualquier
do robo me siento mal. prójimo podemos manifestárselo a Dios, nuestro prójimo más próximo,
Éticos. Se dice que un intelectual es una persona que usa más pala- porque El quiere serlo. Es bueno decirle a Dios lo que pensamos de Él y
bras de las necesarias para decir más cosas de las que sabe o mejores de sentimos con Él, sea lo que fuere; por ende, también manifestarle nuestro
las que hace. Algo, en todo caso, muy común, pues del dicho al hecho va enojo si es el caso, al modo como lo hace el niño pequeño con su madre:
mucho trecho. Por eso suele convenirse en que la ética es la teoría, y la sabiendo que es su mamá al fin y al cabo, y que la mirada de una madre
moral, la práctica, pudiéndose por tanto encontrar casos de personas sa- soporta cualquier espectáculo del hijo. Por lo demás, manifestarse ante
bias en el discurso sobre el bien, pero muy canallas en la práctica. Dios sin veracidad no sólo constituiría una grave forma de hipocresía (al
En nuestra opinión, esa distinción es más académica que real, pues lo modo de los amigos de Job), sino que tampoco vale para nada, ya que
verdaderamente importante es la ética. Ética (de ethos) es modo de vida, Dios sondea nuestros corazones y nos conoce. Al abrirle nuestro yo, el yo
adquisición de un hábito bueno, y a la vez respeto del lugar donde se vive, se abre ante nosotros. Verdad es que Él conoce lo que nos pasa antes de
a saber: la naturaleza y la vida. Moral (de mos) significa costumbre. Y hay que se lo pidamos y mejor que nosotros, pero no menos verdad es que a
costumbres sin valor ético, por muy comunes que sean. todo Padre le gusta que, aun así, le pidamos los hijos lo que necesitamos,
¿Puede quererse la perfección propia como objeto del querer, consti- sobre todo por bien de los propios hijos. Si tú tuvieses un teléfono rojo con
tuir su finalidad? Según Max Scheler, pretenderlo sería fariseísmo: algo el que pudieras hablar directamente con tu Padre, ¿qué le dirías? ¡Pues dí-
así como salir del gimnasio ético presumiendo de musculitos éticos tras selo, tienes ese teléfono!
haber hecho muchos ejercicios éticos para tener un «cuerpo ético». El fa- Mas ¿cómo romper ese círculo vicioso según el cual hay que orar para
riseo cree convertirse él mismo en bueno; por el contrario, sólo el resul- ver el rostro de Dios, pero sólo se puede orar después de haber vislum-
tado del ejercicio de acciones buenas me convierte en bueno, sin preten- brado ese rostro? Rompiendo a orar, echándose a orar aunque nos parez-
derlo. Sin embargo, Ortega y Gasset -en esto siguiendo a Kant, maestro ca que no sabemos, aprender a aprender, orar para poder orar.
del «deber por el deber»- asegura que nadie que no pueda querer ser vir- El despierto, también en el budismo, aprenderá a convertirse en
tuoso puede llegar a realizar actos de virtud. paciente y silente vigilante. El silencio de Dios es la realidad más difí-
A veces alguien dice: «Yo no quiero ser bueno porque no va con mi cil de sobrellevar al comienzo de la vida de oración. Es preciso apren-
carácter; respéteme, soy como soy». Y esto te lo dice mientras te pisa el der a sentarse, a no hacer nada delante de Dios, sino a esperar y go-
pie. Pero quien menosprecia la posibilidad de querer ser bueno pierde zarse de estar presente ante el Presente eterno. Esto no es brillante,
humanidad. Más aún, la persona verdaderamente humana no solamente pero, si se persevera, irán surgiendo otras cosas en el fondo de este si-
se limita a querer ser mejor ella misma, sino que busca ayudar a que los lencio e inmovilidad.
demás también lo sean, y en ese empeño no cesa, si bien hay siempre un El camino para llegar hasta sí mismo, y de sí mismo hacia Dios, es a
límite al respeto que marca la razón práctica, la prudencia, aunque se de- menudo muy largo. ¿Tendremos que terminar envejeciendo, tanta pacien-
grade con frecuencia en forma de miedo. Así como se puede ser genio cia necesitaremos para alcanzar por la oración la gracia de la oración? Tal
estético sin compartir la genialidad, no se puede ser persona moral sin vez, pero envejecer junto a Dios es permanecer siempre niño. En Oriente,
intentar unlversalizar el bien. Un individualista ético aún no ha descubier- en efecto, a cualquier monje se le llama anciano, aunque tenga 25 años,
to que la ética no es la estética, si le falta el impulso de universalización: pues el ideal es llegar a viejo con luengos y albos cabellos sin perder la
«Sólo soy libre, decía Bakunin, cuando todos los hombres y mujeres que mirada del niño. Al lado de Dios podemos ser a la vez padres, adultos y
me rodean son también libres. La libertad de los demás me hace ser libre, niños en la tríada del tiempo. Decía Picasso que, para llegar a pintar como
la ajena esclavitud me esclaviza a mí mismo».13 el niño, el adulto necesita mucho tiempo. Es verdad. Para que un adulto
Religiosos. ¿Cómo conciliar el diálogo del ser humano limitado con llegue a poseer los ojos del niño necesita el amor de caridad, que hasta
ese misterio densísimo al que llamamos Dios? A pesar de todo, dirigirse cierto punto es más fácil de practicar que la esperanza, pues aquélla, la
al misterio, decirle «Tú», invocarle aunque sea misteriosamente, aunque caridad, se apoya en lo que se ve y se ama, mientras que ésta, la esperan-
no nos anuncie a veces nada sobre ese misterio, nos pone ante él hacien- za, vive únicamente de signos e indicios respecto de lo invisible; pero
do posible el encuentro. sobre ambas lo más difícil es la fe, pues ella consiste en llegar a creer y a
amar lo que no se ve en absoluto. Y esto puede llevar mucho tiempo y mu-
'(,;/>•. M. Il.ilumin, La libertad, .Jurar, Gijón, 1977.
cho silencio, toda una vida. Sin embargo, aunque pueda parecer mucho
132 CAP. 3. PERSONA Y VALORES TEORÍAS SOBRE EL VALOR 133
todo creyente, como lo acuñara san Gregorio Niceno, una epéctasis, una
para el hombre, para la paciencia del Dios que nos mira bien predispues- fusión sin confusión, una añoranza no colmada: cuanto más nos llena
to como a hijos suyos, no cuenta el tiempo humano, esa es nuestra gran Dios, más lejano nos parece; cuanto más le conocemos, más desconocido
ventaja. lo encontramos, siendo el nuestro respecto de Él un conocimiento por des-
Desde ese silencio, el creyente continuará rezando, no hasta que Dios es- conocimiento: Dios es el siempre mayor.
cuche lo que le pide, como suele pensarse, sino hasta ser él mismo quien
Pero ¿y si, pese a implorar la amistad de Dios, no lo logramos? Enton-
escuche lo que Dios le pide a él. Orar es escuchar cada vez más a Dios, y
ces hay que ser humildes; es decir, confiar en Dios, en que lo que nosotros
menos a nosotros mismos. Tampoco se trata de decirle a Dios que le ama-
no podemos sí lo puede Dios, y en que Dios confía en nosotros.
mos, sino de recordar que Él nos ama como sólo Él puede amar. Entonces
el orante experimenta cierta plenitud, pues la oración se filtra por todos La humildad no consiste en valorarse poco o mucho a sí mismo, sino
los poros de su alma para plenificarla: es la pleroforía. Si esta oración ce- en mirar a Dios antes que a uno mismo, y en medir el abismo que separa
sara, el mundo perecería al perder su sentido. lo finito de lo infinito. Así lo ve Job en el estercolero de su vida. Cabe
tener miedo de los acontecimientos, e incluso de nosotros mismos, pero no
Orar es agradecer a Dios que Dios sea Dios, porque sólo así puede el de Aquel que dirige los acontecimientos, ni pensar que lo que nosotros
humano ser verdaderamente humano. Para que el corazón pueda ir cam- no podemos no lo pueda tampoco Dios. «Y, cuando te hayas vuelto así
biando su dureza, tiene que pasar muchas horas a remojo en las aguas que hacia Dios, no vuelvas más sobre ti mismo. No te preguntes dónde estás
corren por el río de la alabanza y la adoración. con respecto a Dios. La tristeza de no ser perfecto y de encontrarse pe-
Tampoco puede el creyente pedir fuerzas para enredarse en el yo clau- cador es todavía un sentimiento humano, muy humano. Es preciso que le-
surados Tras el necesario «Señor, ven en mi ayuda (Kyrie eleison)», apren- vantes tu mirada más arriba, mucho más arriba, a Dios, a la inmensidad
derá a dar las gracias largamente porque Dios sea Dios, no con una sola de Dios y su inalterable esplendor. El corazón puro es el que no cesa de
postal -¡o, peor aun, sin postal alguna!- en «compensación» por los millo- adorar al Dios vivo y verdadero. Se interesa profundamente por la vida de
nes de peticiones solicitadas o/y por los favores concedidos. En griego, Dios y es capaz, en medio de todas sus miserias, de vibrar con la eterna
todavía hoy, para dar las «gracias» se dice eucharistó. Gracias, Señor, por alegría de Dios. Un corazón así está a la vez despojado y colmado. Le bas-
la fragancia de tu amistad sobre mí derramada. Al principio parecía que ta que Dios sea Dios. En eso mismo encuentra su paz. La santidad es ante
únicamente yo te miraba, pero con el curso del tiempo comienzo a com- todo un vacío que se descubre y se acepta, y que Dios viene a llenar en la
prender que Tú me miras desde antes, y entonces comienzo a ser feliz medida en que nos abrimos a su plenitud.»14
mirando a los demás como Tú les miras desde tu eterno presente amoro-
so. Yo comienzo a ver (antes sólo miraba) porque Tú me ves, es decir, me ¿Cuándo es más de noche? Cuando la rana, deseando hacerse como
amas; ahora sé que los ojos con que yo miro no son ojos porque veo, son el buey, se hincha y explota. Cuando para perseguir el ideal de santidad
ojos porque Tú me ves. Tú y yo juntos mirando en la misma dirección se- realizo esfuerzos éticos agotadores que hacen penosa mi vida y que ade-
remos insustituibles amigos y cómplices solidarios e inabatibles. Nepsis, más no tienen gran valor a los ojos de Dios; antes, al contrario: pueden
alerta; katanixis, ternura. Como en el icono de Vladimir «la Virgen de la constituir un pecado de lesa autolatría: Dios no nos ha llamado a ser
ternura», la madre sostiene al niño en brazos, los dos rostros se acurrucan buenos, sino a ser santos, lo importante no es hacer cosas para Dios,
uno al otro, y ambos nos miran. sino hacerlas según Dios. No nos pase como a aquel caballero de la
armadura oxidada que, de tanto hacer obras buenas, se volvió malo:
Ahora Dios no es para mí una experiencia meramente intelectual, que «Nuestro caballero era famoso por su armadura. Reflejaba unos rayos de
siempre arroja un nombre común, un abstracto, por necesaria que sea la luz tan brillantes que la gente del pueblo juraba haber visto el sol salir
intelección, sino sobre todo un nombre propio: Tú, mi Señor. Tú y yo nos en el Norte o ponerse en el Este cuando el caballero partía a la batalla.
hemos «domesticado», en el sentido de El Principito: habitamos el mismo Y partía a la batalla con bastante frecuencia. Ante la mera mención de
espacio (domus), la tienda de Dios. Y al descubrirte en lo que Tú eres para una cruzada, el caballero se ponía la armadura entusiasmado, montaba
mí, Dios mío, conozco mejor mi propio nombre, aquél con el que Tú, al su caballo y cabalgaba en cualquier dirección. Su entusiasmo era tal,
crearme, me llamaste desde tu eterna gracia y no por mi mérito. Esa amis- que a veces partía en varias direcciones a la vez, lo cual no es nada fácil.
tosa con-fianza así surgida sólo puede apoyarse en el amor y en la mise- Durante años el caballero se esforzó en ser el número uno del reino.
ricordia tuya, mi Dios, mi roca, pues únicamente el amor es relacional, y Siempre había otra batalla que ganar, otro dragón que matar u otra da-
donde hay amor no caben temor ni egoísmo. El secreto supremo del amor misela que rescatar. Con el tiempo, el caballero se enamoró hasta tal
relacional es el nacimiento de Dios en el hombre, y el secreto supremo de punto de su armadura, que se la empezó a poner para cenar y, a me-
la divinidad es el nacimiento del hombre en Dios.
Pese a la amistad con Dios, dentro del posible éxtasis que produce a H
los místicos más cercanos a Él (a su enstasis), no deja de producirse en lí. U'clerc, Sabiduría de un pobiv, Marova, Madrid, 1975.
i >n ij\\: ;Í. I'KKSONA V VALORES DEL VALOR A LA VIRTUD 135
nudo, para dormir. Después de un tiempo ya no se tomaba la molestia querer tanto a alguien que lo asfixie, ni en estar muy alejado de él, sino
de quitársela para nada. Poco a poco, su familia fue olvidando qué as- en encontrar la distancia justa y adecuada, ni muy cerca ni muy lejos.
pecto tenía sin ella.»15 Al final, cuando quiso quitársela, ya era tarde: la Aristóteles pone como ejemplo al prudente padre de familia para mos-
armadura se había apoderado de él. trarnos que la ética debe vivirse todos los días y esto lo olvidan ciertos
¿Cuándo es más de noche? Cuando creo que debo amar primero a profesores de ética. El término medio lo es entre dos vicios, uno por
los hombres y luego a Dios; pero eso no sirve para nada, pues nadie es exceso y otro por defecto» (Ética a Nicómaco).
tan perfecto como para merecer amor incondicional, ni tan fuerte como La virtud, pues, habrá de ser: a) Un hábito de excelencia o perfección.
para entregarlo si no recurre más que a la propia buena voluntad. Si, por b) Consistente en situarse según la razón (no según la sinrazón), c) En el
el contrario, empiezo por amar a Dios sintiéndome amado incondicio- término medio al modo como se situaría una persona prudente: la pun-
nalmente por Él, en este amor encuentro a mi prójimo, y en ese amor tualidad no consiste en llegar ni temprano ni tarde, sino en punto.
los antiguos enemigos son mirados y amados como criaturas divinas. Por tanto, no es virtuoso el comportamiento de quienes: lo que desean
Entonces, cuando miro al otro desde ahí, para él también es de día. es exhibirse; exigen premio o recompensa exterior; actúan sólo para que
¿Cuándo es más de noche? Cuando tenemos un encuentro con los sacra- no les castigue, o únicamente porque lo manda la ley.
mentos sin encontrarnos con el Señor de los sacramentos. ¿Cuándo es
más de noche? Cuando la luz de la razón pretende sustituir a la fe. El
hecho de no entender muchas cosas en nuestra relación con Dios no es N i egocentrismo, ni extrinsecismo
un problema tan serio como el hecho de no aceptar que no podemos en-
tenderlo todo. Egocentrismo
miento no tenga nada que ver con el ámbito de la moralidad, sino todo lo zón se enmarcan en la naturaleza, nuestro cuerpo común. La convivencia
contrario, por muy legales que sean. social no consiste simplemente en ser vecino del otro a costa de los otros,
En conclusión, las virtudes no pueden ser egocéntricas ni extrinsecis- no en que unos vivan y otros malvivan: la injusticia está contra la ética,
tas. La persona tal y como es se plenifica en la persona tal y como podría es lo in-moral. Al equilibrio de estas tres dimensiones básicas le llamaban
llegar a ser. Es decir, la virtud es la plenificación de las bondades poten- los griegos dyké (justicia), y al justo, dykaios.
ciales que hay en todo ser humano. Debemos buscar el desarrollo de la
virtud y no del yo; el desarrollo del yo es fundamental, pero se da por
añadidura a quien ama y practica la virtud. La tradición cristiana nos Un ajustamiento temperado,
dice que la persona se plenifica si realiza el seguimiento de Cristo, fuente
del deber ser. no intemperante
Así pues, la ética es forja de un carácter o modo ser bueno. Los lati-
nos tradujeron «carácter» como temperamentum, cuya raíz es temperare,
El liderazgo de la persona virtuosa templar: lugar donde se ejerce el temple. La persona de buen carácter tie-
ne buen temple; la de mal carácter es destemplada, disarmónica, carente
Liderear moralmente es ir a la cabeza sirviendo. El líder moral hace de humanidad virtuosa. La fragua de este buen carácter moral o tempera-
que los demás se sientan importantes y da importancia al trabajo ajeno, tura ética es un proceso que se da a lo largo del tiempo, no algo que cae
no trata de dominar. Da toda la libertad posible; respeta la personalidad de momento o que pueda prescindir del tiempo. No por casualidad «tem-
ajena, no la explota. Ayuda a conquistar cotas elevadas de responsabili- perare» tiene la misma raíz que tempus, pues es en el tiempo, poco a poco,
dad. Destaca lo mejor de los comportamientos. Critica constructivamente día a día, donde se va haciendo la identidad ética. Repitamos lo antedi-
el trabajo ajeno y el propio. No sólo acepta las ideas y sugerencias de las cho: si siembras un acto tendrás un hábito, si siembras un hábito tendrás
personas a las que dirige, sino que hace todo lo posible por incentivarlas, un carácter, si siembras un carácter tendrás un temperamento, que es una
capacitarlas e inspirarlas. Demuestra comprensión con los fallos razona- forma de ser a través del tiempo. El temperamento es una siembra en el
bles, en lugar de castigar. No se da por vencido, ni anda lamentándose. tiempo que forja un carácter, una forma de ser que se va enseñando o des-
Inspira a todos sus colaboradores una voluntad de vencer. Cuando es posi- enseñando, aprendiendo a aprender y a desaprender. Si aprendemos a
ble, consigue conciliar los puntos de vista en conflicto. desaprender lo bueno aprendemos lo malo; al aprender a desaprender lo
malo aprendemos lo bueno. Mientras tanto, no podremos presumir de
haber ganado para siempre tal o cual hábito, porque vivimos éticamente
Si siembras un acto tendrás un hábito, si como Penélope, que tejía por el día y destejía por las noches el mismo
siembras un hábito tendrás un carácter, manto hasta que llegara Ulises, su esposo. Nuestro Ulises, nuestra Itaca,
si siembras un carácter tendrás nuestra patria de identidad axiológica, no nos será dada desde luego an-
tes de que nos llegue el último día.
un temperamento
Ética viene del término griego ethos, que quiere decir lugar donde uno En fin, que mientras vivamos seremos coeúntes, gente que camina
vive, residencia, morada. Ésa es nuestra primera naturaleza. Quien desde junta. La ética la hacemos dentro de, en el interior de, y no separada-
allí vive respetando y plenificando su vida, su cuerpo y el de los demás, mente de la «physis» (naturaleza), en el interior de la «polis» y no se-
así como su entorno, conforme a lo que debe ser, convierte este «ethos» paradamente de la «polis» (ciudad), y todo ello desde nuestra propia
en un «ethos» ético. Si no lo hace así, pasa a ser anti-ético, inmoral. Insis- identidad.
tamos: el ser humano no puede ser a-moral, pero sí in-moral. A-moral es Pero además de co-eúntes somos trans-eúntes, gente que busca el más
una piedra; inmoral lo es la persona que no se comporta conforme a lo allá yendo con los demás. La coeúndia ética busca la transeúndia de la fe-
que debe ser. licidad, cada individuo va buscando el eterno sentido de su acción en la
El ethos humano abarca una triple dimensión: naturaleza (physis), búsqueda de su otro yo y del nosotros, cuyo reencuentro le encaminará
cuerpo-razón (lógos), convivencia (polis). El propio cuerpo y la propia ra- Iwicia el tú eterno.
liK DEL VALOR A LA VIRTUD I¡ W
No se puede vivir desvirtuado El cumplimiento del deber por amor es sapiencial, sabroso. Sin ese sa-
(des'tnoralizado o a-moralizado) bor de la sabiduría, el esfuerzo es ciego; sin el esfuerzo, esa sabiduría es
impotente; si falta conocimiento no hay voluntad, sino instinto, pero si
No existe ningún acto humano que sea amoral, sino virtuoso o vicio- falta la voluntad, el conocimiento es inútil. Como dijera Kant: «Nada hay
so. Una persona que abandona las responsabilidades familiares y se tiende tan bueno en el mundo como una buena voluntad»: ¿de qué serviría saber
en el campo porque no quiere trabajar, comete un acto malo. Otra que mucho y ser muy querido, si no quisiéramos intentar hacer nada bueno?
se tiende en el campo después de trabajar por su prole comete un acto
bueno. El primer descanso y el segundo son físicamente iguales, pero no
lo son moralmente, porque el primero se halla inserto en una corriente El deber y el querer
de irresponsabilidad ética, a diferencia del segundo. Por tanto, la vida hu-
mana, desde el punto de vista de la moral, o es moral o es inmoral, pero Una voluntad que quiere ejerce su asertividad. La persona pusilánime,
no existe en ella lo indiferente. El valor moral del acto puede tener una inhibida, hipersensible, no puede afirmarse en el mundo; algo pavoroso
intencionalidad distinta según la opción ad-optada. está a su acecho que puede caer encima de ella en cualquier momento. Es
La persona a la que faltara la dimensión moral estaría des-moraliza- hipocondriaca por vivir más atenta a sus propias dolencias reales o supues-
da o a-moralizada, es decir, desquiciada de su quicio vital, sin tono axio- tas que a sus interlocutores. De nuestras angustias 99 % son imaginarias,
lógico. En resumen, la ética busca la plenificación del ser humano; su ta- pero nadie lo cree así. La escala de Moss, que indica la dureza de los mi-
rea es la de forjar y fraguar un carácter o ethos. Acción-hábito-carácter- nerales, va desde el talco hasta el diamante. El talco es rayado por todos y
destino (destinación): uno termina recogiendo en su vida en buena medi- el diamante raya a todos sin ser rayado por ninguno. Hay personas talco.
da lo que ha sembrado. Contando siempre con las posibilidades biológicas Tienes que elegir entre ser asertivo o no serlo. Si no eres asertivo te
con las que llegamos al mundo, hay quien puede sembrar más y quién pue- vienes abajo, vuelves contra ti los conflictos, sufres por sufrir, te refugias
de sembrar menos. en la derrota, te dan ganas de largarte y caes en el conformismo. Es nece-
sario reconocer que solos no podemos y que tenemos que pedir ayuda en
diversos grados. Siempre se puede, al menos intentarlo: un problema es
La autonomía del deber una oportunidad. Por miedo a la acción, mucha gente se neurotiza y no
hace nada. Por otra parte, quien nos quiera nos ayudará a saber, a querer
Nada mejor para encauzar el esfuerzo que la virtud, que hacerlo bro- y a poder.
tar del deber, palabra vigorosa que asusta a tantos escolares, muchas ve-
ces abrumados por el exceso de unos deberes que rompen las costuras de
sus pesados carterones y castigan sus frágiles espaldas, sin que sepa nadie Un querer a la altura del deber
explicarles de verdad por qué ni para qué el deber de hacer los deberes...
El deber no se impone desde fuera. El deber se asume, se ama, se agrade- Obviamente, la presencia de la voluntad de ser más no anula el recono-
ce, cuando a su vez se nos encarga por amor para amar más. En estas con- cimiento de una cierta jerarquía del desear, pues no deben confundirse el
diciones, querer es querer deber, querer el deber; el deber aparece como sano deseo y los insanos deseos. Desear muchas cosas no es lo mejor, pues no
una forma de querer, como un componente del cariño. Ese querer es vir- ha de ser el hombre a la medida de los deseos, sino los deseos a la medida
tuoso, de lo contrario sólo causa aflicción, fastidio, por ser de naturaleza del hombre. El mero antojo no es formativo; una cosa es desear apasionada-
burocrática. Por eso: mente teniendo a la voluntad dominadora como centro, y otra muy diferente
desear muchas cosas, según la pulsión consumista, donde la autarquía y la
«Haz todo el bien que puedas autonomía moral del sujeto se desvanecen, terminando por hacer a la volun-
por todos los medios que puedas lad misma esclava de los deseos, como los niños malcriados.
de todas las maneras que puedas Las anorexias motivacionales estallan en el campo minado del relati-
en todos los sitios que puedas vismo moral, y últimamente vivimos tiempos de deseo casi prepersonal, sin
a todas las horas que puedas voluntad, sin autocontrol, sin Deseo (escrito esta vez con letra mayúscula),
a toda la gente que puedas que tienen al mero me apetece/no me apetece como único criterio. La uni-
durante todo el tiempo que puedas» versalización de tal arbitrarismo conduciría a admitir que aquel que más
puede satisfacer su caprichosa apetencia sería el más valioso; de ahí que el
JOHN WESLEY desear sin el deber no valga, sino sólo un querer a la altura del deber.
14U
DEL VALOR A I,A VIRTUD 141
La relación querer'desear valiente que abandona una tarde su butaca, desciende la escalera, desafía
el tráfico callejero, viaja hasta la esquina, adquiere el periódico y, de nuevo,
Una cosa es querer y otra desear. No frenar ningún deseo (el mero an- navegando contra viento y marea, vuelve triunfalmente a su gran sillón. Lo
tojo) no es formativo; termina por hacer a la voluntad esclava de los de- que no puede faltar es el coraje. Coraje para vivir; generosidad para convi-
seos, como niños malcriados. vir; prudencia para sobrevivir; amor para desvivir: el coraje lo es siempre
Atiende al ¿Quiero? ¿Puedo? ¿Debo?: para las concreciones. Quienes hablan sin referirse a la realidad tienen un
cadáver pudriéndoseles en la boca. El mundo es una montaña de mierda y
- ¿Puedo ir al cine? Sí, tengo dinero. hay que cogerla con las manos; lo importante es no ensuciarse el corazón.
- ¿Quiero ir al cine? Sí, la película me interesa. La voluntad es capaz de construir no sólo «ideaciones» (ideas), sino
- ¿Debo? No, porque no he estudiado el examen y si voy al cine repro- también «idealidades» (utopías), sin ceder por principio al poder de lo ya
baré. dado; «es al buscar lo imposible cuando el nombre ha realizado siempre y
reconocido lo posible, y quienes viven prudentemente limitados a lo que
En caso de que desee pero no deba, mi deber será frenar el desear y creen jamás avanzaron un paso».17 «¡Qué afortunado soy!, exclamó el
aceptar el amargo deber; sólo cuando mi deseo y mi deber coinciden pue- maestro. ¡Cualquier falta que cometo es conocida inmediatamente por los
do permitirme el gozo en toda su magnitud, sin sombra alguna de enfer- hombres!».18
mizos y graves remordimientos (el remordimiento sano es el deber con-
tra lo in-debido).
Sólo puedo hacer realmente lo que quiero cuando dejo de querer ha-
cer lo que no debo. La verdadera libertad no consiste en hacer lo que nos Voluntad y forja del carácter
da la gana, sino en hacer lo que tenemos que hacer porque nos da la gana.
Que no puedas hacer todo lo que quieres no es razón para que no Como la voluntad no es enemiga de la razón (antes, al contrario: no
quieras hacer todo lo que puedes. puede sino aceptar la función rectora del conocimiento), nada puede ser ob-
Si aún puedes ser mejor de lo que eres, es evidente que aún no eres jeto de la voluntad si no es algo conocido: razón y voluntad cooperan estre-
tan bueno como debes. chamente entre sí: la voluntad quiere que la razón conozca y la razón com-
Haz lo que puedas, pide lo que no puedas, pide para que puedas. prende que la voluntad quiere y comprende lo que ella quiere. El resultado
Y que no piense el malo que no hay nadie bueno. Y que el bueno no de esta estricta cooperación es que la verdad y el bien se compenetran: cuan-
crea que sólo él lo es. do la razón comprende que la voluntad quiere un bien, y tanto más cuando
constata que alguna cosa es un bien, entonces el bien, como objeto de la ra-
zón, deviene una cierta verdad. Por eso el pensamiento escolástico (aristoté-
lico-tomista) afirmó que las fases de la voluntad son: planteamiento racio-
El valor moral del coraje nal, deliberación, decisión, consumación.
Puedes cuando tienes voluntad y reconoces tus errores, cuando no La excelencia es resultado del hábito; nos volvemos justos realizando
pierdes la alegría y anticipas la victoria, cuando te dejas querer por quien actos de justicia; templados, realizando actos de templanza; valientes, rea-
te quiere más. Es necesario aprender a afirmar(se), sin olvidar el sentido lizando actos de valentía, decía Aristóteles. Poco a poco hila la vieja el copo,
del prójimo. Y es la voluntad del sujeto (que, dejándose querer bien, quie- y del mismo modo se teje nuestro carácter, la forma de estar en el mundo
re bien a los demás) la única que convierte a la fuerza meramente física como personas. Existen dos formulaciones clásicas para expresar la forja de
en poder humano. ese carácter:
El dinamismo de la voluntad no se entendería bien sin la categoría'de
pasión: pasión como singularidad apasionada, y pasión como padecimiento • El imperativo pindárico de la voluntad, así llamado por haber sido
cuando choca con la resistencia del no-yo, con lo difícil. Para la hormiga, el formulado por el poeta griego Píndaro (538-438 a. C), dice: «Llega
rocío es una inundación, ciertamente, pero «la dificultad da valor a las co- a ser lo que eres». Se trata de una invitación al desarrollo humano,
sas».16 Si héroe no es sólo aquel a quien podemos elogiar en lo grande, sino pero también los animales llegan a ser lo que son.
también admirar en lo pequeño, entonces normalidad y heroísmo distan de • Más humanizador es el imperativo fichteano de la voluntad, debido
ser incompatibles, según lo narra Julio Cortázar en la portentosa odisea del al filósofo alemán Johann Gottlieb Fichte (1762-1814), y reza así:
«Llega a ser quien eres», el yo que debes ser, el tú diferenciado per- borre parte de lo mucho que tu mina raya?, ¿No sería mejor si disminu-
sonal e irrepetible que llevas dentro, y que merece ser pleníficado y yeses tu borrar, aminorando el rayar? Ánimo; aunque los demás no, tú si
perfeccionado. Uno se hace más humano si llega a ser el que podría puedes: así que persevera contra las razones del senador.
ser, mejor de lo que ya es, con ayuda de los grandes ejemplos. Parecería, sin embargo, que los amigos del senador se han especiali-
zado en extender su sábana fantasmal para ahuyentaros a cuantos de en-
Es al buscar lo imposible cuando el hombre ha realizado siempre y re- tre vosotros habéis asumido que ni sabéis, ni queréis, ni podéis, lo cual a
conocido lo posible, y quienes viven prudentemente limitados a lo que ellos les sirve de coartada fenomenal para consolidar su victoria. De to-
creen jamás avanzaron un paso. dos modos, Bertold Brecht viene siempre al encuentro de los valientes
Aun reconociendo la fuerza del pasado, éste debe ser un trampolín, que resisten el asedio, aunque a su alrededor los demás abandonen el
no una hamaca. La humanidad cambia muy despacio, pero con tiempo y barco a la deriva; amigo de los veteranos que permanecen, les recuerda:
con paciencia la hoja de la morera se convierte en vestido de seda. He hay unos que duran un mes, buenos son, no los desprecies; otros duran
aquí la prueba para verificar si tu misión ha concluido: si estás vivo, no ha un año, ésos son mejores, felicítales; pero los imprescindibles son los que
concluido aún. Las generaciones pasamos haciendo y deshaciendo, no sin duran toda la vida. La veteranía es un grado para quien la trabaja; el ve-
hacer: cuando debes hacer una elección y no la haces, esto ya es una elec- terano, aunque siempre en derrota, nunca en doma; la derrota suele ser
ción. Así que, cuando no tengas otra cosa que hacer, puedes plantar un pasajera, es la claudicación la que la vuelve permanente; él cuenta sus
árbol: irá creciendo mientras duermes. días por el número de sus fracasos, pero aunque sepa que va a fracasar,
se levanta al día siguiente más temprano: quien tiene esperanza se torna
Al menos, intentarlo. Poco a poco hila la vieja el copo. Sin que nos de-
invencible.
mos cuenta, también con estos hilos va tejiéndose y destejiéndose el man-
to inconsútil de nuestra existencia, nuestro carácter axiológico, que no es Esperar significa estar ahí a las duras y a las maduras, lanzar las cam-
el carácter psicológico que le sirve de soporte (más o menos avinagrado, panas al vuelo sólo a su debido tiempo, no llorar en mera previsión de
risueño, etc.), sino la forma de estar en el mundo viviendo los valores y derrota, perseverar: la perseverancia es ese trabajo duro que uno realiza
desarrollándonos como personas. cuando se cansa de hacer el trabajo duro que ya ha realizado, la perma-
Sólo quien trabaja bien puede crecer y hacer crecer. Al final, el mundo nencia en el tiempo después de que ha pasado el tiempo; por eso el tiem-
es un espejo, y a cada cual le devuelve la imagen de su propio rostro: frun- po del perseverante es tiempo estable, pase lo que pase, y por eso en él se
ce el ceño ante él, y te lanzará una mirada agria; trabaja por él, y él te ayu- establece y se estabiliza. Cuando el que con per-se-verancia espera es inun-
dará a ti mismo. Nada más elástico y necesitado de habitud y de ejercitación dado por una enorme alegría, no promete nada a nadie; cuando es domi-
que el músculo que mueve el poder. Hay que hacer un poder. nado por un gran enfado, no contesta ninguna carta.
Veterano es quien -a falta de compañeros de relevo- se ve obligado a
llevar la misma antorcha durante todo el trayecto, porque le han dejado
solo. Desde la dura soledad del corredor de fondo, aunque veas a los de-
Carácter, veteranía
más en su particular maratón portando tan felices y contentos la lumina-
ria de la basura a la que toman por rayo olímpico, aunque les veas progre-
Pero los enquistados poderes de este mundo se especializan en derro- sar en el consumo de basura, tú, sin embargo, no afirmes nunca de ellos
tar nuestra esperanza antes de que hayamos comenzado a ejercerla. Al que son basura en progreso, pues tu carrera paralela no es para demos-
preguntársele al ya fallecido senador Hubert Humphrey por la compasión tarles, sino para proyectar la luz de tu antorcha sobre ellos, con el fin
en política, tomó un largo lapicero, de esos que tienen una pequeña goma de que vean más claro y cambien el sentido de su marcha. Para eso estáis
de borrar en un extremo, y dijo: «Caballeros, fíjense en este lapicero. Del ahí, veteranas y veteranos del mundo.
mismo modo que la goma de borrar no es más que una pequeña parte de
todo el conjunto, y únicamente se emplea cuando se ha cometido una A la estirpe de quienes se saben quedar solos, incluso en un mundo
equivocación, así también sólo se recurre a la compasión cuando las cosas de mutaciones y olvidos permanentes, inasimilables por su celeridad, per-
se le han ido a uno de la mano. La mayor parte de la vida es competición; tenecen los esperanzados. Y si la realidad se obstina en borrar las firmes
sólo la goma de borrar es compasión. Resulta triste decirlo, caballeros, huellas de la esperanza bien visibles para el rastreador de largo alcance,
pero lo cierto es que, en la política, la compasión no es más que una parte pues peor para la realidad: debajo del asfalto se encuentra la playa. En
de la competición». ¡Y vas tú y dejas al senador oradar tus huesos para definitiva, el veterano no se apea del milagro continuo. ¿Por qué había de
que deposite en ellos sus larvas; vas y crees al senador, porque, proporcio- apearse, si la vida misma ya es un milagro a los ojos del militante esperan-
nalmente hablando, la longitud de tu lapicero contrasta con la brevedad zado? ¿Para qué apearse, además, si cierta realidad resulta menos intere-
de- tu goma! ¡Que así no sea! Además, ¿para qué esperas que tu goma sante que el principio esperanza? La esperanza es la más pequeña de las
DEL VALOR A LA VIRTUD 145
144 (¡AI: 3. PERSONA V VALORES
virtudes, la hermana menor y, sin embargo, tan grande, que sólo por ella te construcción mental de una realidad que vamos a hacer mucho mejor. El
la dura espera se traduce en inabatible esperanza. capaz de asumir para su causa ese imaginario anticipador tiene muchísimo
Te cansas, luego estás viejo: renuévate, pero no le eches la culpa de ganado en el orden de la permanencia. Adelante, hermano; deja que cien-
tu cansancio al resto de los mortales. Pocas cosas se obtienen por azar, cia, arte y filosofía crezcan en ti tan íntimamente entrelazadas, que puedas
pocos deseos se realizan por sí solos. Hay que buscarlas con afán y ali- parir algún día centauros.
mentarlas con diligencia. La persona valiosa es la que se levanta después
de una experiencia dolorosa, y no se consume en la inacción de la frus-
tración. La prueba de la verdad es la acción. Siempre se puede hacer algo. El querer y el poder
La primera cosecha está ya en el hecho mismo de la siembra. Sembrar es
ya cosechar. Al ir, irán llorando sembrando la semilla; al volver, volverán Si asumo un deber y quiero ponerlo en práctica, he de intentar al me-
cantando recogiendo la cosecha. Nuestra vida es un trampolín, no una nos saber hasta qué punto me considero capaz de ejercerlo, es decir, cuáles
hamaca. Obra de tal modo que no tengas que arrepentirte en aquella creo que son los límites de mi poder, cuestión tanto más importante cuanto
hora de haber hecho muy poco. Tu religión es lo que haces cuando ter- más realista sea mi planteamiento al respecto, pues ¿qué sacaría yo en claro
mina el sermón. si sé, quiero y debo, pero me resulta imposible realizar ciertos deberes?
Puede ocurrir que mi voluntad quiera y pueda; quiera y no pueda; no
quiera aunque pudiera; ni quiera ni pueda, ¡y hasta que una parte de mí
Carácter: espera y esperanza mismo se oponga a otra parte de mí mismo en su complejo querer-poder!
El poder que no puede es la impotencia. Mas, ¿qué hacemos con nuestras
dolorosas impotencias? La impotencia es el querer que no puede. En el
El primer golpe de viento derriba mi casa, dejándome tan indefenso
camino del «no puedo», algunas de nuestras frustraciones más comunes
como al cerdito perezoso ante el lobo, si la des-esperanza y la des-espe-
son: no sé lo que puedo hacer, o lo que quiero hacer, o lo que debo hacer,
ración se meten en mi casa. Dante lee a la entrada del infierno el terrible
estoy confundido y por tanto no puedo hacerlo; sé lo que quiero hacer
cartel anunciador: «Abandonad toda esperanza los que aquí entréis», pues
pero no me atrevo; sé lo que quiero hacer y me atrevería, pero no me me-
la vida se infernaliza para el des-esperado; por el contrario, mientras hay
rece la pena intentarlo; soy sinceramente incapaz de dominarme para ha-
vida, hay esperanza. Sin embargo, la muerte tiene tan segura su victoria,
cer lo que quiero; quiero y puedo, pero no tengo quién me acompañe. In-
que nos deja toda la vida de ventaja; ella sólo teme la derrota procedente
cluso veo lo que es mejor y lo apruebo, pero hago lo peor; sabemos lo que
de otra vida más alta y capaz de borrar la muerte.
podríamos, pero actuamos en sentido contrario.
Paciencia y calma no se oponen a expectación ni a expectativa. El que
espera está preparado para todo; no ve las cosas de color de rosa, ni se las El impotente se siente incapaz, inútil, irrealizado. A tan penosa realidad
promete demasiado felices, ni hace castillos en el aire, pero tampoco ca- Aristóteles la denominó akrasía,19 y advierte que puede deberse a que el
rece de ilusión, de optimismo, de algún grado de confianza: alberga, aca- hombre incontinente abandona la elección,20 o a que abandona la conclu-
ricia, alimenta esperanzas, por pequeñas que fueren. Es cierto, como lo sión a la que ha llegado; en el akratés falla el nexo lógico que liga el conoci-
cuenta el refrán que «quien espera desespera», pero no lo es que quien miento de lo bueno y su realización voluntaria.21 Con frecuencia no sólo no
desespera espere, pues no cabe esperar contra toda esperanza, a no ser hacemos lo que podríamos, sino que realizamos lo que no nos gusta; sabe-
como mera frase poética. La esperanza no es un cebo que nos pone el fu- mos lo que podríamos, pero actuamos en sentido contrario.
turo para burlarse una vez más, ni una buena comida pero una mala cena, Mas, aunque podemos más de lo que creemos (pese al «ya no puedo
ni una lástima para quien vive de «utopideces». más»), nuestro poder tiene límites: yo puedo hacer algo, pero no puedo ha-
Quien sabe estar podrá ser, pues el modesto estar abre el camino cerlo todo. A lo imposible nadie está obligado. Los humanos no lo podemos
al permanente ser, en el que se convierte con el curso del tiempo. El todo, y por eso nuestro poder se tiñe -al menos parcialmente- de impoten-
ser es un estar bañado en la permanencia cómplice del tiempo. Quien cia. Es la propia tarea que acometes, y la importancia que le concedes, lo
está ahí mucho tiempo, termina siendo. Ocurre, sin embargo, que por que puede cubrir de gloria tus minutos, de lo contrario expuestos al fraca-
no dedicar tiempo a la causa, uno puede terminar perdiendo hasta la 19
esperanza. En todo caso, el esperar se malograría sin la paciencia del Etica a Nicómaco, 1146 b. Aristóteles intenta resolver el problema apelando a los há-
bitos: quien se deja llevar por la pasión aún no ha llegado al conocimiento actual y suficien-
mientras tanto. te de las premisas de su actuación. No todos, sin embargo, están de acuerdo en que la cosa
Ese tiempo, que es el nutriente del ser, gana en profundidad si sabemos sea tan simple.
hacerle imaginativo, cuanta mayor imaginación logramos echarle a la causa: '"Ibid., 1151 a.
frente a la de suyo derrotante realidad que nos disgusta, he ahí la imaginan- "Miel., 145 b.
14B CAÍ: 3. PERSONA V VALORES DEL VALOR A LA VIRTUD 147
so. Pero hasta la misma impotencia de hoy puede convertirse en el poder camino; no es que no puedas, sino que no quieres».22 En la Parábola de
de mañana, consistiendo toda la vida en la forja del carácter. Disciplina, Buda sobre la casa en llamas, Bertold Brecht trazó con gran maestría la
perseverancia, orden, paciencia, humildad, todas son virtudes que ayudan imagen de lo que ha terminado siendo el final del siglo xx en Occidente:
a acrecentar el poder. «No hace mucho vi una casa que ardía. Su techo era ya pasto de las lla-
mas. Al acercarme advertí que aún había gente en su interior. Fui a la
puerta y les grité que el techo estaba ardiendo, incitándoles a que salie-
Da más fuerza sentirse amado ran rápidamente. Pero aquella gente no parecía tener prisa. Uno me pre-
que creerse fuerte guntó, mientras el fuego le chamuscaba las cejas, qué tiempo hacía fuera,
si llovía, si no hacía viento, si existía otra casa y cosas parecidas. Sin res-
El poder sigue al ser; él es fuerza, pujanza, eficacia, vigor. Pretender ponder volví a salir. Esta gente -pensé- tiene que arder antes de que aca-
evitar el poder a toda costa resulta algo de todo punto imposible. Mientras be con sus preguntas».
hay vida hay también poder, en distinto grado; puede haberlo, incluso, Hay cuatro clases de comportamientos:
hasta después de morir, como en la leyenda del Cid Campeador: poderosa
es la memoria y la memoración que proviene de la evocación de los muer- • El de quienes hacen que las cosas buenas sucedan, porque trabajan
tos. Aunque ciertas versiones peliculescas de la ética al uso presenten al para ello. Como la hormiga, día a día acarrean su alimento para el
héroe poderoso como a un Rambo de musculatura correosa y aceitada, re- invierno.
nuevo de aquéllas del viejo Hércules, lo cierto es que hasta un enfermo to- • El de quienes observan lo sucedido, pero no trabajan. Como el buho,
tal e impotente en su lecho goza de gran poder ante aquel que, por amar- abre mucho los ojos, pero no hace nada más.
le, se lo confiere: ¿quién podría negar la importancia que en la vida de un • El de quienes preguntan por qué sucedió. Como los papagayos, ha-
padre amoroso ocupa un hijo necesitado en cualquier sentido? Es que el blan y hablan, pero tampoco hacen nada.
poder brota no sólo de las capacidades propias, sino de las fuerzas que • El de quienes ni siquiera se interesan por lo ocurrido. Como la ci-
nos confieren quienes nos aman. garra, todo el día canta y luego mendiga.
Y esto, sin olvidar que el poder compartido es el único poder que pue-
de. El poder podría poco si optase por incomunicarse. Puede más ese po-
der que va «de poder a poder», a modo de sinergia de poderes, de interac- La flojera, o la frustración de la voluntad
ción, de esa unión que hace la fuerza. No se trata de eludir el poder, sino
de ejercerlo en justicia, y de impregnar ésta de moralidad, en solidaria co- La flojera acaba con nosotros, pues produce:
munión con los demás, sistémicamente, participadamente, reticularmen-
te. Son los actos de aquellos que sólo pueden pequeños gestos lo que con- Exceso de confianza, terquedad. El menos cualificado es el que más
tribuye a la creación de las grandes gestas. Son las microacciones las que opina; el cliente que menos paga es el que más nos exige y complica.
posibilitan los grandes hábitos y las sinarquías finales en los individuos y Carencia de previsión. El perezoso no distingue entre lo prioritario y
en los pueblos. Y, si lo anterior es verdadero, entonces no lo es menos que lo derivado, entre lo urgente y lo importante.
el auténtico poder nunca brota de la coerción, ni del mero imperio dicta- Desorganización. El perezoso cree ganar en prestigio ante los de-
torial al modo de los poderosos de este mundo (de nuevo el plural fatal), más y ante sí mismo suponiendo que la importancia del trabajo justifica
pues -como afirmara Blas Pascal- «la justicia sin la fuerza es impotente, su desorganización. En realidad, es tarea fácil hacer que las cosas sim-
la fuerza sin la justicia es tiránica». ples parezcan complejas, pero es tarea difícil hacer que lo complejo pa-
rezca simple.
Ausencia de ritmo y de constancia. El perezoso carece de interés
La relación querer-hacer y de voluntad: para él, la búsqueda de la verdad se acaba cuando con-
cluye la clase. ¡Es sorprendente el tiempo que se necesita para concluir
No se trata del hacer por el hacer pero, en la medida en que se pueda, algo en lo que no se está trabajando! Resulta difícil remontar como
sin despreciar a quien no pueda, la acción será el fruto final de la madurez águila cuando se trabaja como ganso. El perezoso se estorba a sí mis-
vital. Mucho hablar y poco hacer no es de recibo. «Yan-kieu dijo a Con- mo. Cuando comienza a preguntarse si es la hora de irse, ya pasó la
fiado: tu doctrina me complace, maestro, pero no me siento con fuerzas hora de irse. Al perezoso se le hielan las migas entre la boca y la mano.
para practicarla. El maestro le contestó: Los débiles emprenden el camino,
pero se detienen a la mitad; tú, ni siquiera tienes voluntad para iniciar el 'l.un-Yu, capítulo VI, p. 10.
148 CAP. 3. PKRSONA Y VALORES 149
La sociedad llora el bien que el perezoso demora. La ociosidad camina Voluntad y motivación
con tal lentitud, que todos los vicios la alcanzan. No haciendo nada se
aprende a hacer: a hacer el mal. A quienes nada hacen el diablo les en- La voluntad está ahí, pero no podemos eludir preguntarnos por los mo-
cuentra trabajo. tivos que mueven la voluntad de las personas impulsándolas a actuar, el
por qué y el para qué. Entendemos por «motivación» el motor psicológico
que activa el comportamiento. Este dinamismo constituye un proceso com-
Mecanismos de defensa plejo en el que se incluyen diferentes elementos, como necesidades, impul-
sos, incentivos, metas, etc., que proporcionan la capacidad y la energía ne-
Cuando no se lucha contra la flojera pueden producirse los siguientes cesarias para iniciar, dirigir, regular, mantener y detener la conducta. Cabe
mecanismos: decir que:
Negación. «No rompí el florero», cuando sé que miento. Pero esto nos • La acción motivada es realista, en la medida en que cuenta con me-
causa vergüenza, culpabilidad, angustia. dios apropiados. No nos motiva correr con campeones olímpicos la
Racionalización. «Me fue mal en el examen porque la maestra no pre- distancia de los 100 metros.
guntó lo acordado», cuando en realidad no estudié. Uso excusas aceptadas • Debemos contar con alguna esperanza de éxito, ya que las metas im-
en mi ambiente para hacer algo que nuestra conciencia censura. posibles o dificilísimas no motivan.
Proyección. «Mi profesor no me estima», cuando en realidad yo no • Debe existir un incentivo o premio, el cual será tanto más operante
le estimo a él, y transfiero mis propios sentimientos hacia su persona cuanto más desde dentro lo busquemos.
para justificar así la mala relación, culpabilizándole. Atribuyo a otro un
defecto mío. Así, la angustia neurótica se transforma en aparente an-
gustia objetiva. Motivación y emotividad
Reactividad. «Soy el más valiente de mi clase», cuando en realidad temo
ser el más cobarde. Pretendo liberarme de la angustia mediante el desarrollo Para enseñar esa forja del carácter, necesitamos maestros que vivan
de un sentimiento opuesto al que deseo reprimir. Deformo la realidad y me lo que enseñan y lo trasmitan emotivamente (e-motivare: moviéndonos
vuelve inflexible. a partir de algún interés), o sea, por empatia. Ellos impactarán emocio-
Identificación. «Quiero que mi hijo sea médico». El papá que no es- nalmente a los discípulos (discípulo es más que alumno) y les llevarán
tudió medicina pretende superar su propia frustración y angustia obligan- a compartir la misma pasión (com-pasión, sim-patía). Se enseña por la
do a que otro logre lo que él no pudo. Este «romanticismo adolescente» fuerza del ejemplo. El maestro no es el que me dice cómo debo ser, ni
construye la vida sobre la fantasía. el que me remite a su propia vida, sino a los valores que con el testimo-
Desplazamiento. «Estos profesores son todos tontos». Busco unas víc- nio de su vivir propio ha descubierto en el universo axiológico objeti-
timas sobre las que trasladar mi frustración. Este mecanismo es el de la vo. Riesgo serio existe cuando la demasiado pregnante personalidad
injusticia. ética del maestro lleva al discípulo a perder su autonomía, su lucidez, su
Represión. «Son todos ustedes maravillosos», digo así porque si dijera libertad, y a convertirse (pervertirse) en un satélite del maestro. Por eso
la verdad me harían el vacío. Gasto todas las energías para ocultar mi des- éste debe tratar de evitarse la seducción manipuladora. De todos modos,
agrado, terminando agotado. Cuanto más a la defensiva, menos capacidad parece inevitable que la persona golpeada o sacudida por el valor que ve
para resolver los conflictos. en el maestro se comporte como una caja de resonancia empática, resue-
Regresión. «Tengo siete años», dice el niño de nueve, porque quiere ne, con-sone con sus valores.
volver hacia el pasado más seguro. Ante la incapacidad de enfrentar un La empatia es una vivencia emocional muy valiosa. Un corazón empá-
conflicto, doy marcha atrás: me como las uñas, etc. Con tal comporta- tico entiende mejor. Aprendemos matemáticas mejor si nuestro profesor o
miento me daño a mí mismo. profesora nos cae bien. Conoce mejor quien ama más. No se entra a la
Huida. Huyo cuando hago lo que el otro quiere y yo no; cuando no verdad ni a la profundidad sino por el amor. Educar es enseñar a racio-
reclamo lo que es mío ni pido lo que necesito; cuando me autocompa- nalizar los afectos, no castrarlos. Razón y corazón no se contraponen (so-
dezco atribuyéndome la maldad de todo, etc. Mis propias emociones me mos cor-razón), pero «el corazón tiene razones que la razón no conoce»
llenan de pánico, y el temor de no saber controlarlas me lleva a repri- (Pascal), «los grandes pensamientos nacen en el corazón» (Vauvenar-
mirlas aparentando indiferencia, aunque en realidad estoy atrapado en gues), y «se conoce al corazón de la persona por lo que hace, y su sabidu-
mí mismo. ría por lo que dice» (Thaleb).
150 DEL VALOR A LA VIRTUD 151
Voluntad y memoria Si hace falta, felicítate cada vez que cumplas una tarea difícil. No
hay nada tan fácil que no sea difícil si lo haces de mala gana.
Existe una estrecha relación entre la voluntad y la memoria. Muchas Más vale algo que nada cuando no puedes con todo. Hay impedi-
cosas que no se quieren, no se recuerdan. Otras veces, queremos recordar mentos salvables que pueden ser sobrepasados con tenacidad, como lo ha-
tanto, que producimos fatiga en la memoria. cen los alpinistas yendo por veredas cuando no es posible otra cosa: hacen
el recorrido más largo, pero terminan por llegar a la cumbre. Si tu proyec-
to no funciona, investiga la parte a la que aparentemente no le diste im-
La memoria'hábito portancia. Los éxitos de ayer no son los de hoy, y tampoco los fracasos de
ayer son los de hoy. En esta vida hay días mejores y días peores. Más vale
Existen reglas nemotécnicas para recordar mejor. Pero junto a eso es- salvar a un moribundo que enterrar a 100 muertos, más sembrar una co-
secha nueva que llorar por la que se perdió, más ser cojo que estar siem-
tán los métodos que se logran a base de reiteración, hasta que se incorpo-
pre sentado.
ran como hábitos y entonces «se recuerdan solos»: es la memoria-hábito.
Vamos a ello. Haz tras haber hecho, para no oxidarte. También después de una
buena cosecha hay que sembrar; más aún después de una mala.
Planifica la tarea diariamente. Planifica tu tarea con dos planes: el Quizá no sea tan difícil corregirse. A veces, cuando un relojero
semanal y el diario. Comprueba que ambos coincidan. No acumules retra- desarma por completo un reloj antiguo para ver qué es lo que no fun-
sos, porque entonces nunca alcanzarás la meta. ciona, advierte que nada hay malo, a no ser un pequeño resorte lige-
Divide y vencerás. Casi siempre es posible sobrepasar las dificul- ramente torcido. Cuando lo endereza, el reloj vuelve a ser tan bueno
tades fraccionándolas, paso a paso, cada tarea a su tiempo y no todas a como cuando salió de las manos de su fabricante. A veces se queja de
la vez. falta de tiempo o de que su propio reloj vital va mal, quien no lo revisa.
Comienza ahora mismo. Reflexiona todas las veces que te haga falta, Si con igual tiempo y esfuerzo haciendo B obtengo el doble o el triple
pero decide una. Mientras cavilas sobre cuándo hay que empezar, ya es que haciendo A, lo inteligente sería tomar parte del tiempo de A y em-
muy tarde para empezar. ¡Ya! Las puertas se abren para quien gira el pica- plearlo en B.
porte. Si has empezado tienes hecha la mitad de tu tarea. No dejes para Como el juego de damas. El estudio y el trabajo son como las reglas
mañana lo que puedas hacer hoy: si hoy no estás dispuesto, menos lo del juego de damas: la primera, que no se pueden hacer dos jugadas a la
estarás mañana. No podemos estar toda la vida aplazando las cosas: vez; la segunda, que sólo se puede mover hacia adelante, y no hacia atrás;
¿Fijé una hora para levantarme? No la cambiaré. Los compromisos con- la tercera que, cuando se ha llegado a la última fila, se puede mover hacia
migo mismo y con los otros son sagrados. donde uno quiera.
Sin prisa ni pausa. Mucho tardará quien mucho se apresure: una
gota horada una piedra, un anillo se desgasta con el uso. Se hace lo bas-
tante deprisa lo que se hace bien. El trabajo es como un árbol: si lo miras Tu acción cotidiana
sin pausa para ver cómo crece, no verás nada; pero, si lo atiendes en todo
momento, lo podas y lo proteges de los insectos, a su debido tiempo al-
canzará su desarrollo. Para concluir un proyecto planificado con descuido • Existen actividades que cuestan tiempo y que debemos prever: antes de
necesitas tres veces más tiempo del que habías planeado; uno cuidadosa- ver la televisión, hay que prever un tiempo de estudio, pues no puede
mente planificado necesita sólo el doble; únicamente los proyectos súper dejarse a medio hacer la tarea para ver la televisión porque haya llega-
cuidadosamente planificados pueden salir a tiempo, en lo que dependen do la hora de verla.
de uno mismo al menos. • Actividades que pueden durar mucho tiempo, no seguido: aprender a
Lo difícil primero. Comienza lo fácil como si fuera difícil, y lo difícil tocar la guitarra, coleccionar sellos, etc., donde la perseverancia a largo
como si fuera fácil. Los comienzos son lo más duro. No es que no inten- plazo se hace más necesaria.
temos muchas cosas porque son difíciles, sino que son difíciles porque a • Actividades de duración variable y factibles en cualquier momento: lim-
veces no las intentamos. Siempre hay un resorte que pulsar: pon en lugar piar los zapatos. Sin un momento preestablecido, terminarán por no ha-
visible notas recordatorias de la tarea que te falta para que resulte imposi- cerse, o por hacerse coactivamente y a destiempo, si son displacenteras.
ble olvidarla. Cuando son placenteras, por el contrario, tienden a proliferar si no se
Déjate ayudar. Si observas el problema de cerca, reconocerás que tú controlan, comiéndose entonces el tiempo de las demás obligaciones, y
formas parte de él: déjate ayudar. por eso conviene acotar de antemano el tiempo.
152 CAP. 3. PERSONA Y VALORES
Todos los caminos que llevan a Roma llevan asimismo a la esclavitud. los individuos particulares, los cuales no lo ejercían en favor del bien co-
Se es esclavo por nacimiento: nace esclavo el hijo de madre esclava, aun- mún, sino contra los demás individuos particulares menos fuertes.
que sea concebido por obra de hombre libre; se es esclavo por cautividad Veamos cómo lo explica uno de los primeros ilustrados, Thomas Hobbes.
de guerra, al pasar los extranjeros prisioneros de Roma a ser propiedad
del Estado que los destina a servicios públicos, los vende a particulares o
los cede a los soldados; se es esclavo por faltar al pago cada vez más exi- La apuesta del ilustrado Hobbes
gente de los impuestos; se deviene esclavo por eludir el servicio a las ar- en favor del Estado
mas; se sufre la esclavitud por sustraerse al censo; cae en el esclavismo
quien deserta del ejército; alcanza el estatuto de esclavo quien no paga a Según Thomas Hobbes (1588-1679),
los acreedores, etc.: resulta más fácil ser esclavo que libre, o que alcanzar
la manumisión liberadora. Tan normal es la esclavitud, que ni Platón ni la naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en sus facultades corporales
Aristóteles pudieron pensar en un universo de hombres libres. La lexAqui- y mentales que, aunque pueda encontrarse a veces un hombre manifiesta-
lia de damno dato llega a contemplar las heridas infligidas a los esclavos mente más fuerte de cuerpo o más rápido de mente que otro, aun así, cuan-
cual daño en las cosas, si bien esto no significa que en Roma se igualase do todo se toma en cuenta en conjunto, la diferencia entre hombre y hombre
siempre a esclavos y a animales. no es lo bastante considerable como para que uno de ellos pueda reclamar
para sí beneficio alguno que no pueda el otro pretender tanto como él. Por-
Y, junto a eso, las situaciones afines a la esclavitud también son nu- que, en lo que toca a la fuerza corporal, aun el más débil tiene fuerza sufi-
merosísimas: es casi esclavo el hijo in mancipio cuyo padre lo vende a otro ciente para matar al más fuerte, ya sea por maquinación secreta o por unión
padre o se lo entrega en reparación de un delito cometido; es cuasiescla- con otros que se encuentran en el mismo peligro que él. Y, en lo que toca a
vo el colonus o siervo de la gleba adscrito permanentemente con sus fami- las facultades mentales, encuentro mayor igualdad aún entre los hombres,
liares a la tierra, de la que no pueden alejarse. A partir del siglo ra, las car- que en el caso de la fuerza.1
gas fiscales serán causa de que los propietarios cultivadores, incapaces de
soportarlas, cedan sus tierras a familias ricas, quedando en ellas como Dada nuestra igualdad, nos esforzamos por sub-yugarnos (ponernos bajo
arrendatarios y con la obligación de no abandonarlas. Es casi esclavo el el yugo), o por destruirnos: «de esta igualdad de capacidades surge la espe-
auctoratus, hombre libre que arrienda sus servicios como gladiador a un ranza de alcanzar nuestros fines. Y, por tanto, si dos hombres cualesquiera de-
empresario, obligándose bajo juramento a dejarse quemar, sujetar y morir sean la misma cosa, que, sin embargo, no pueden ambos gozar, devienen ene-
con el hierro, de modo que quien lo sustrae al empresario comete hurto migos y se esfuerzan mutuamente en destruirse o subyugarse.»2
de la misma clase que quien se apodera de cosa ajena. Es prácticamente
esclavo el redemptus ab hostibus, ciudadano rescatado de la cautividad por
un tercero, mediante una suma de dinero. Es como esclavo el homo líber De la igualdad, la inseguridad
bonafide serviens, es decir, quien, no obstante ser libre, sirve de buena fe
como esclavo. La igualdad genera miedo a ser atacado por el igual, y antes que ser ata-
cado se ataca: antes de huir hacia atrás, se huye hacia adelante. En tres accio-
nes, dice Hobbes, sabemos cuál es la idea que tenemos de nuestros semejan-
EL ESTADO ¿SUPERA LA DIVISIÓN tes: cada vez que salimos de casa nos armamos y procuramos ir bien acom-
pañados; cuando vamos a dormir, atrancamos la puerta; incluso en casa,
ENTRE LIBRES Y ESCLAVOS? echamos el cerrojo a nuestros arcones, y todo eso sabiendo que hay leyes y
empleados públicos armados para vengar todo daño que se nos pueda causar.
La esclavitud que vemos en Grecia y en Roma no desaparece de hecho
hasta nuestros días, donde aún existen sectores de la población en régi-
men de esclavitud, aunque esto se niegue. Sin embargo, es en el período
de la Ilustración, es decir, a partir del siglo xvii, cuando se encomienda la / )c la inseguridad, la guerra
lucha contra la esclavitud al Estado. ¿Por qué precisamente al Estado?
Porque se tiene la convicción de que el Estado -entidad neutral y, por tan- «Encontramos tres causas principales de riña en la naturaleza del
to, al servicio de todos por igual- nos hará mejores a todos con sus leyes hombre: competición, inseguridad y gloria. Lo primero hace que los hom-
y con la aplicación de las mismas mediante la fuerza pública puesta a su
servicio. ¿Por qué mediante la fuerza pública puesta a su servicio? Porque 'T. Hobbes, Leviatán, cap. XIII, Editora Nacional, Madrid, 1979, p. 222.
cll,i evitará el uso de las fuerzas que hasta entonces estaban en poder de ''//mí., p. 223.
¿HAN LOGRADO LOS ESTADOS HACERNOS BUENOS? 157
156 CAP. 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA
legislador consiste en forzar a los hombres, por el sentimiento del amor
bres invadan por ganancia; lo segundo, por seguridad, y lo tercero, por propio, a ser siempre justos entre sí. No es de la maldad de los humanos
reputación. No hay para el hombre forma más razonable de guardarse de de lo que hay que quejarse, sino de la ignorancia de los legisladores que
esta inseguridad mutua que la anticipación; esto es, dominar por fuerza o han contrapuesto siempre el interés particular al general»;5 «todo el estu-
por astucia. dio de los moralistas consiste en averiguar y fijar el uso que debe hacerse
Durante el tiempo en que los hombres viven sin un poder común que de las recompensas y de los castigos, y la ayuda que se puede obtener de
les obligue a todos al respeto, están en aquella condición que se llama ellos para ligar el interés personal con el general».6 Dados estos antece-
guerra, una guerra de todo hombre contra todo hombre. Pues la guerra dentes, «se podría confeccionar un catecismo de bondad. Una vez estable-
no consiste sólo en hacer batallas, o en el acto de luchar, sino en un espa- cidos esos principios ¡con qué facilidad extinguiría la superstición el le-
cio de tiempo donde la voluntad de disputar en batalla es suficientemente gislador, suprimiría los abusos, reformaría las costumbres bárbaras!».7 En
conocida.»3 resumen, que «por la reforma de las leyes es por donde hay que comen-
zar la reforma de las costumbres». Según esta mentalidad procedente de
la Ilustración, ser bueno coincide con ser buen miembro del Estado. Hegel
La paradoja del Estado: para acabar tomará buena nota de esta intuición ilustrada al soñar su sueño del Esta-
con la violencia monopoliza la violencia. do ético.
El Estado que monopoliza la violencia
quiere además monopolizar la virtud
PERO ¿ H A N L O G R A D O T O D O S
Aunque por naturaleza somos violentos, por ley el Estado puede ha- LOS ESTADOS H A C E R N O S B U E N O S ,
cernos pacíficos y cooperadores. Si elijo mi libertad para actuar como sal- O ELLOS M I S M O S SE H A N H E C H O
vaje violento y en guerra permanente, me destruyo; para evitarlo, y como MALOS AL MONOPOLIZAR
es mejor la paz que la guerra, los ciudadanos necesitamos hacer un pac-
to o contrato social bajo el control del Estado, al que hemos transferido LAS V I O L E N C I A S A J E N A S
nuestras armas. Yo niego la violencia personal de mis armas, transfiero P A R A IMPEDIRLAS?
esa negación al Estado, y éste me niega a mí mismo como violento.
Según los enciclopedistas, se precisa un Estado que, por la fuerza o El riesgo del Estado: vivir exclusivamente
por virtud (vir en latín significa etimológicamente «fuerza») de sus leyes,
nos haga buenos; el espíritu de las leyes estatales ayudará a humanizar para alimentar a su propia burocracia
los espíritus humanos: «La virtud es en las democracias el amor a las leyes
y a la patria, que exige la renuncia a uno mismo. Las leyes ocupan todas No faltan quienes afirman que el Estado no ha sido capaz de ser él
las virtudes, de las que, cuando aquéllas exiten, ya no hay necesidad algu- mismo mejor que los individuos a los que quería hacer buenos. El Estado
na.»4 En esta línea, Robespierre busca, aunque para ello tenga incluso que es «esa parte de la organización total de una sociedad que se preocupa del
recurrir al Terror estatal: «Si la virtud es competencia del gobierno popu- mantenimiento o del establecimiento del orden social dentro de un marco
lar, éste será a la vez Terror y Virtud. Sin Virtud, el terror es funesto; sin territorial mediante el ejercicio organizado de la autoridad coactiva a tra-
Terror, la virtud es impotente. El terror no es otra cosa que la justicia rá- vés del uso, o de la posibilidad de uso, de la fuerza física».8 En efecto, el
pida, severa, inflexible; es, pues, una emanación de la virtud; es menos Estado ha sido definido por Max Weber como monopolio de la violencia
un principio particular que una consecuencia del principio general de la organizada y legalizada: «Por Estado debe entenderse una institución po-
democracia aplicada a las más acuciantes necesidades de la patria» (pa- lítica de actividad continuada, cuando y en la medida en que su cuadro
labras a la Convención el 10 de mayo de 1793). administrativo mantenga con éxito la pretensión del monopolio legítimo
El Estado promoverá «la utilidad pública, principio de todas las virtu- de la coacción física para el orden vigente». Representa el monopolio de
des humanas y fundamento de todas las legislaciones. Debe forzar a los una oligarquía militar (aparato represivo), político-burocrática (Adminis-
pueblos a someterse a sus leyes; a este principio es al que hay que sacri-
5
ficar todos los sentimientos», escribe Helvétius. Por eso «todo el arte del h
Helvétius, De l'Esprit, II, p. 13.
Ibid., II, p. 22.
7
Ibid., I, p. 17.
''//>/</., pp. 224-226. "L. Mair, Introducción a la antropología social, Alianza Editorial, Madrid, 1970, pági-
•'Diclcrot, enciclopedia, p. 27- nas 136-137.
I5tt CAÍ; 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA DEFENSA DE LA LIBERTAD I f»?>
tración) y económica (resultado de las anteriores), siempre alimentada munismo de Estado, siempre es pesimista porque desconfía de las posibili-
por aparatos ideológicos que la publicitan y reproducen (los medios de dades particulares de cada ser humano en orden al ejercicio de la justicia.
masa, especialmente la televisión, la escuela, etc.). No hay ley en el mundo, por rigurosa que sea, que pueda hacer activo
al perezoso; al disipador, previsor, y al ebrio, sobrio.
El Estado es más bien un producto de la sociedad cuando llega a un gra- Aunque en un país libre tienen más poder las leyes que los hombres, y
do de desarrollo determinado; es la confesión de que esa sociedad se ha enre- en un país esclavo a la inversa, resulta difícil distinguir ambos países, el li-
dado en una irremediable contradicción consigo misma y está dividida por bre y el esclavo, pues no pocas veces las leyes estatales (supuestamente
antagonismos irreconciliables. La sociedad, reorganizando de un modo nuevo libres) sólo sirven a los intereses de unos pocos, los cuales se llenan la boca
la producción sobre la base de una asociación libre de productores iguales, con las grandes palabras en favor de sus pequeños intereses privados.
enviará toda la maquinaria del Estado al lugar que le corresponde: al museo
de antigüedades, junto a la rueca y al hacha de bronce.9 Lo importante es saber si las leyes (aunque emanen de un Estado de-
mocrático) son justas o si no lo son; lo decisivo para la justicia no es que
A partir de la Ilustración, parece claro que el Estado tiene una ten- las leyes vengan de una democracia, aunque el mejor régimen sea el de-
dencia natural a absorber todas las funciones, a restringir la autonomía de mocrático, sino que esas leyes sean justas, es decir, que contribuyan a ha-
todos los grupos, a extender indefinidamente su campo de acción, ten- cer a los ciudadanos más libres, más iguales y más fraternos.
dencia que se exaspera y se acentúa frente al movimiento obrero en la me- ¡Ay de la generación cuyos jueces merezcan ser juzgados! Muchas
dida en que ve en la clase obrera autónoma a su adversario más decidido. veces, aunque se predique que somos iguales ante la ley, no lo somos
El Estado, con su engranaje cada vez más pesado, parece a veces un pulpo ante los encargados de aplicarla. Todos los hombres nacen iguales, pero
omnívoro cuyo perímetro engorda parasitariamente a costa de la sociedad a veces es la última vez que lo son. ¡Cuántas veces las mismas leyes sig-
civil, y cuyo final es vivir exclusivamente para alimentar a su propia buro- nifican abuso, sinrazón, iniquidad, ilicitud, inmoralidad! Pero ¿cómo ol-
cracia, por lo cual ni los capitalistas ni los trabajadores lo quieren en últi- vidar que la injusticia hecha a uno solo es una amenaza contra todos,
ma instancia. Incluso en el régimen capitalista, donde el Estado es el alia- que la obra maestra del injusto es parecer justo sin serlo, que donde hay
do natural y la garantía armada de los privilegios económicos, no son los poca justicia es peligroso tener razón, que las leyes inútiles debilitan las
trabajadores conscientes los únicos que ven en el Estado su enemigo; tam- necesarias?
bién una parte de la burguesía siente aversión por el Estado, porque le Lo deseable sería que ley y justicia caminasen parejas pero, si la ley
teme como a un competidor que roba sus ahorros y/o que los despilfarra de los estados democráticos fuera injusta y perversa, sería nuestro deber
con la fiscalización de una parte de sus beneficios impidiéndola desarro- ético oponernos pacíficamente contra ella: los justos contra los juristas.
llar y ejercer su función explotadora más allá de ciertos límites. Los estados verdaderamente democráticos deberán tolerar la oposición
Ahora bien, como el Estado «lleva en sí el impulso de crecer, el en- que se articule por medios pacíficos y democráticos. Para un gobierno in-
grandecimiento, y este impulso es tan fuerte que sacrifica su propia con- justo, el mártir es más nocivo que el rebelde.
servación, en el pensamiento político de Montesquieu su principal preo-
cupación recaerá sobre esta cuestión: ¿qué es y cómo evitar el desarrollo
del "instinto" de grandeza del Estado para evitar a su vez la propia des- DEFENSA DE LA LIBERTAD
trucción del Estado y la de los ciudadanos?».10 Montesquieu, consecuente DE EXPRESIÓN POPULAR
con ello, trata de escapar a esa dificultad proponiendo la división de po- PARA FRENAR LOS ABUSOS
deres en el Estado: el legislativo, el judicial y el ejecutivo o coactivo.
ESTATALES
Pero el estatalismo absolutista, antes o después, comete siempre injus- Buscando evitar esos abusos, comenzó a defenderse la libertad de ex-
ticia contra el individuo; el estatalismo, cuya forma más extrema es el co- presión popular, tal y como lo hace Benito Spinoza (1632-1677):
''F. Engels, El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado, Zero, Bilbao, ¿Cuántas cosas malas nacen del lujo, de la envidia, de la avaricia, de la
WO, p. 72. embriaguez y de otros vicios semejantes? Sin embargo se los consiente, por
'"lí. Fiemo, Introducción al Espíritu de las leyes, Tecnos, Madrid, 1985, p. XXXII. que no pueden prohibirse con el auxilio de las leyes, aun siendo vicios. Mu
DEFENSA DE LA LIBERTAD 161
1 60 CAP. 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA
El conocimiento humano nunca es completo y falible, dice Mili; los hom- La defensa de la opinión femenina
bres cambian y las verdades en que creen también; por tanto, hace falta la
libertad de discusión: Estos mismos motivos llevan a Mili a defender el sufragio femenino
(derecho al voto por las mujeres) que hasta entonces estaba excluido. He
Hasta ahora hemos considerado sólo dos posibilidades, a saber, que la
aquí algunas de sus razones:
opinión aceptada pueda ser falsa y, por consiguiente, alguna otra pueda ser
verdadera, o que siendo verdadera le resulte esencial un conflicto con el error
Todos los seres humanos tienen un mismo interés en poseer un buen Go-
opuesto para la clara comprensión y profundo sentimiento de su verdad. Pero
bierno, a todos afecta igualmente. Si hay alguna diferencia está a favor de las
hay un caso más común que cualquiera de éstos: cuando las doctrinas en con-
mujeres, puesto que siendo físicamente más débiles dependen más de la ley
flicto, en vez de ser una verdadera y otra falsa, comparten entre ambas la ver-
de la sociedad para su protección.
dad, y la opinión disidente necesita suplir el resto de la verdad, de la que sólo
una parte está contenida en la doctrina aceptada. Las opiniones populares La mujer, como el hombre, debe reivindicar sus derechos políticos no
sobre asuntos no perceptibles por los sentidos son frecuentemente verdade- sólo para gobernar, sino para impedir que se la gobierne mal. La mayor par-
ras, pero rara vez o nunca lo son del todo. Contienen una parte mayor o me- te del sexo masculino, y no será otra cosa durante toda su vida, está com-
nor, pero exagerada, desfigurada, desprendida de las otras verdades que de- puesta por campesinos y obreros, pero esto no implica que el sufragio sea
ben acompañarla y limitarla. menos conveniente para esa mayoría, ni su derecho a él menos irresistible,
si no se teme fundadamente que haga mal uso de él. Nadie sostiene que las
Toda opinión que contenga alguna porción de verdad no contenida en la mujeres harían mal uso del sufragio. Se dice, todo lo más, que votarían
opinión común debe ser considerada preciosa, sea cual sea la suma de error como simples máquinas, según los deseos de sus parientes del sexo mascu-
y confusión en la que la verdad aparezca envuelta. Ningún juez de asuntos lino. Si ha de ser así, que sea. Si piensan por sí mismas será un gran bien;
humanos se sentirá indignado porque aquellos que nos hacen reparar en ver- si no, no resultará ningún mal. Constituye un gran beneficio para los seres
dades que de otro modo nosotros hubiéramos despreciado, desprecien algu- humanos que se les libere de sus cadenas, aunque no deseen andar y sería
nas de las que nosotros percibimos. Mas bien pensará que, siendo la verdad ya un gran progreso en la situación moral de la mujer no incapacitarla por
popular unilateral, es deseable que la impopular tenga también unilaterales ley para tener su opinión y expresar su deseo sobre los intereses más eleva-
defensores; porque son, usualmente, los más enérgicos y los que más proba- dos del género humano.
bilidades tienen de atraer la atención pública distraída hacia el fragmento de
sabiduría que proclamaban como si fuera la sabiduría entera.12 Por otra parte, se mejoraría la calidad del voto mismo, pues el hombre se
vería obligado frecuentemente a encontrar en apoyo de su deseo razones bas-
tante honradas para decidir a un carácter más recto e imparcial a que milita-
Mili añade:
se bajo la misma bandera.
Para el bienestar de la humanidad es necesaria la libertad de opinión por Dad voto a la mujer, y sentirá la influencia del amor propio. Mirará la po-
los siguientes motivos: lítica como cosa sobre la cual se le permite tener opinión y respecto de la cual
debe obrar según su opinión: adquirirá el sentimiento de responsabilidad per-
Primero: una opinión, aunque reducida al silencio, puede ser verdadera. sonal y no pensará en adelante, como hace hoy (cualquiera que sea la dosis
Negar esto es aceptar nuestra propia infalibilidad. de mala influencia que pueda ejercer), que siempre que persuada al hombre
Segundo: aunque la opinión reducida a silencio sea un error, puede con- todo irá bien, pues la responsabilidad de éste lo cubre todo.
tener, y con frecuencia contiene, una porción de verdad; y, como la opinión He supuesto que el derecho de sufragio descansa en condiciones de valor
general o prevaleciente sobre cualquier asunto rara vez o nunca es toda la personal, y así debe ser como dejamos dicho. Pero, allí donde se funda como
verdad, sólo por la colisión de opiniones adversas tiene alguna probabilidad en nuestro país y en muchos otros en condiciones de riqueza, la contradic-
de ser reconocida la verdad entera. ción es aún más evidente. Hay algo de extraordinariamente poco razonable
Tercero: aunque la opinión admitida fuera no sólo verdadera, sino toda en el hecho de que, cuando una mujer puede proporcionar todas las garan-
la verdad, a menos que pueda ser y sea vigorosa y lealmente discutida, será tías que se exigen a un elector masculino, cuando posee una fortuna indepen-
sostenida por los más de los que la admitan como un prejuicio, con poca com- diente, es propietaria y jefe de familia, paga los impuestos, cumple, en fin, to-
prensión o sentido de sus fundamentos sociales. das las condiciones exigidas, se da de lado el principio mismo y el sistema de
Cuarto: el sentido de la misma doctrina correrá el riesgo de perderse o de- representación fundado en la riqueza, para establecer una incapacidad con el
bilitarse, perdiendo su vital efecto sobre el carácter y la conducta; el dogma se único objeto de excluir a la mujer.
convertirá en una profesión meramente formal, ineficaz para el bien, pero lle- Esperemos, en fin, que antes de la próxima generación el sexo, lo mis-
nando de obstáculos el terreno e impidiendo el desarrollo de toda convicción mo que el color de la piel, no serán motivo suficiente para despojar a un
real y sentida de corazón, fundada sobre la razón o la experiencia personal.13 ser humano de la seguridad común y de los justos privilegios del ciuda-
dano.14
1
S. Mili, Sobre la libertad, Alianza Editorial, Madrid, 1970, pp. 111-112.
"//lie/., pp. 119-120. ''S. Mili, Del gobierno representativo, Tecnos, Madrid, 1985, pp. 112-115.
164 LA A.I.T. PARA DEFENDER 165
LA A.I.T. PARA DEFENDER y al obrero como mercancía, y justamente en la proporción en que produce
LOS DERECHOS mercancías en general. Este hecho, por lo demás, no expresa sino esto: el ob-
jeto que el trabajo produce, su producto, se enfrenta a él como un ser extraño,
DE LOS MÁS POBRES como un poder independiente del productor. El trabajador pone su vida en el
objeto, pero a partir de entonces ya no le pertenece a él, sino al objeto. Cuan-
La e n a j e n a c i ó n del o b r e r o e n el trabajo to mayor es la actividad, tanto más carece de objetos el trabajador. Lo que es
el producto de su trabajo, no lo es él. Cuanto mayor es, pues, este producto,
Un paso importantísimo en la lucha por la dignificación de los ciuda- tanto más insignificante es el trabajador. La enajenación o alienación del tra-
danos más pobres, los campesinos y obreros, lo supone la Asociación Inter- bajador en su producto significa no sólo que su trabajo se convierte en un ob-
jeto, en una existencia exterior, sino que existe fuera de él, independiente,
nacional de Trabajadores (A.I.T.), compuesta por marxistas y anarquistas.
extraño, hostil. La enajenación del trabajador en su trabajo se expresa, según
A finales del siglo xvm, el capitalismo comienza a pasar de mercan- las leyes económicas, de la siguiente forma: cuanto más produce el trabaja-
til o de compraventa a capitalismo de fábrica o fabril. En esa época de dor, tanto menos ha de consumir; cuanto más valores crea, tanto más sin va-
éxodo masivo del campo a la ciudad, donde los adultos varones trabajan de lor, tanto más indigno es él; cuanto más elaborado su producto, tanto más de-
sol a sol a cambio de un pedazo de pan, donde disponer de un simple trozo forme el trabajador; cuanto más civilizado su objeto, tanto más bárbaro el
de jabón para lavar constituye un lujo para las madres obreras que han de trabajador; cuanto más rico espiritualmente se hace el trabajo, tanto más des-
salir a la calle a vender su cuerpo para dar de comer a sus hijos que desde espiritualizado y ligado a la naturaleza queda el trabajador.15
los nueve años penan en fábricas infectas; en aquella época en que las fa-
milias se hacinan sin intimidad en naves donde al anochecer se extienden Así pues, el obrero se encuentra alienado, enajenado:
jergones de paja, y donde todo tipo de enfermedades y desnutriciones cam-
pean, precisamente en esa época la Cámara de los Lores inglesa publica su ¿En qué consiste entonces la enajenación del trabajo? Primeramente en que
Libro Azul (1863), con la triste ley de bronce del salario que intenta calcu- el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su
lar el mínimo energético en carbono, nitrógeno, agua y sustancias inorgáni- trabajo el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino des-
cas «suficientes nada más que para prevenir la muerte por inanición de las graciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica
clases trabajadoras», aunque en el informe se reconoce que, por contra- su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera
del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuan-
partida, «en los ocho años que van del 1853 al 1861 ha aumentado el rédi-
do trabaja no está en lo suyo. Así, su trabajo no es voluntario, sino forzado, tra-
to imponible del país en un veinte por ciento», aumento que desde luego bajo forzoso. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un
no había ido a parar a la clase trabajadora precisamente. medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo.16
Los campesinos y los trabajadores de los talleres gremiales trabajaban
desde la salida del sol hasta el ocaso, por eso a las primeras generaciones Así no se puede seguir, y por eso los obreros y campesinos crean la
de trabajadores fabriles, cuando comenzó a generalizarse durante el siglo Asociación Internacional de Trabajadores, unidos bajo el lema; «¡Proleta-
xix el uso del reloj de bolsillo, conocido desde fines del siglo XVII, les costó rios de todos los países, unios!». Fundada en Londres en 1864, en su alo-
mucho asumir periodos regulares de trabajo, pues ahora las tensiones se cución inaugural, se lee lo siguiente:
centraban sobre el valor del tiempo que establecía el patrón. Desde enton-
ces las cosas han ido a más: el valor del tiempo y su control se agudizó Considerando:
con el sistema laboral del taylorismo, cuyo lema era el del gorila amaes-
trado: «Trabaja, obrero, no pienses porque te distraes», después con el for- Que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajado-
dismo, cuyo lema fue: «Confía sólo en tu empresa», y finalmente con el res mismos;
toyotismo, que incluso habría de alterar los horarios y los tiempos de des- Que los esfuerzos de los trabajadores por conquistar su emancipación no
canso. En fin, poco a poco el reloj de bolsillo será sustituido por el cro- han de tender a constituir nuevos privilegios, sino a establecer para todos los
mismos derechos y los mismos deberes;
nómetro.
Que la sujeción del trabajador al capital es fuente de toda esclavitud polí-
En estas condiciones, tica, material y moral;
Que por lo mismo la emancipación económica de los trabajadores es el
el obrero es más pobre cuanta más riqueza produce, cuanto más crece su pro- gran objetivo al que debe subordinarse todo movimiento político;
ducción en potencia y en volumen. El trabajador se convierte en una mercan-
cía tanto más barata cuantas más mercancías produce. La desvalorización del
mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las ''K. Marx, Manuscritos de economía y filosofía, Alianza Editorial, Madrid, 1970, pági-
nas 107 108.
cosas. El trabajo no sólo produce mercancías; se traduce también a sí mismo '"//)/(/., pp. 108-109.
166 GAP. 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA MUNDO GLOBAL, INJUSTICIA GLOBAL 167
Que los esfuerzos hechos hasta ahora han fracasado por falta de solida- intento fracasa, pero en París estalla la revuelta de la Comuna de París el
ridad entre los obreros de las diferentes profesiones en cada país, y de unión 18 de marzo de 1870.
fraternal entre los trabajadores de diversas regiones; Así las cosas, la Asociación Internacional de Trabajadores sufre una
Que la emancipación de los trabajadores no es un problema únicamente crisis final. Las facciones la dividen y el terror de los gobiernos europeos
local o nacional, sino que, al contrario, este problema interesa a todas las na- ante la revuelta parisiense envuelve a los internacionales en una atmósfe-
ciones civilizadas, estando necesariamente subordinada su solución al con- ra de represión. En España, la Internacional es declarada fuera de la ley,
curso teórico y práctico de las mismas; y en el Norte de Europa se persigue y se encarcela a los internacionales.
Que el movimiento que se está efectuando entre los obreros de los paí- En condiciones muy precarias, con muy pocos delegados, tiene lugar en-
ses más industriales del mundo entero, al engendrar nuevas esperanzas, da
tonces la Conferencia de Londres en 1871, en la que Marx hace triunfar
un solemne aviso para no incurrir de nuevo en antiguos errores, aconsejando
combinar todos los esfuerzos hasta ahora aislados. su criterio, a pesar de la oposición de varios delegados, en especial del
anarquista español Anselmo Lorenzo, cuyas Memorias reflejan muy bien
Por estas razones los abajos firmantes, miembros del Consejo elegido el ambiente revolucionario de la época. Marx proponía la constitución de
por la asamblea realizada el 28 de septiembre de 1864 en el Saint Matin's un partido político del proletariado, única solución para conseguir la su-
Hall de Londres, han adoptado las medidas necesarias para fundar la Aso- presión definitiva de las clases sociales. El proletariado debía politizarse;
ciación Internacional de Trabajadores. Declaran que esta Asociación inter- de lo contrario, estaría fuera de combate antes de entrar en la lucha. Na-
nacional, así como todas las sociedades e individuos que a la misma se turalmente, estas posiciones eran inaceptables para los anarquistas, má-
adhieran, reconocerán como base de su conducta para todos los hombres ximos campeones del apoliticismo proletario. La escisión final, y con ello
la Verdad, la Justicia y la Moral, sin distinción de color, de creencia o de na- la disolución de la Primera Internacional Obrera, se consuma en el Con-
cionalidad. greso d e La Haya d e 1872.
Consideran como un deber reclamar no solamente para ellos los dere-
chos del hombre y del ciudadano, sino para todos los que cumplan sus debe- Por paradoja, mientras el movimiento obrero defensor de los derechos
res. No más deberes sin derechos, no más derechos sin deberes.17 humanos se autodestruye y no alcanza el pretendido internacionalismo,
su enemigo, el capitalismo, sí logra internacionalizarse o globalizarse, di-
A los Congresos de la A.I.T., jugándose la vida, perseguidos, asisten los vidiendo al mundo en ricos y pobres, con la gran carga de injusticias que
primeros militantes. Fueron los siguientes: Primer Congreso: Ginebra, 1866; ello conlleva.
Segundo Congreso: Lausana, 1867; Tercer Congreso: Bruselas, 1868; Cuarto
Congreso: Basilea, 1869; Quinto Congreso: La Haya, 1872.
MUNDO GLOBAL, INJUSTICIA
GLOBAL
La ruptura e n el i n t e r i o r de la A . I . T .
M u n d o global, m u n d o p o s m o d e r n o
La gran crisis económica de 1867 provoca grandes movimientos huel-
guísticos, en los años siguientes, que la fortalecen. Mas, precisamente a Bajo el término «globalización» se denomina también al «pensamien-
causa de sus recién adquiridas vastas proporciones, la Internacional abri- to único», que es en realidad el pensamiento con que esos pocos ponen
ga entonces tendencias dispares, y las crisis ideológicas no se hacen espe- nombre al subconsciente de todos los demás, que así son pensados y a la
rar. En 1869, la Internacional acepta en su seno la Alianza Internacional posmodernidad, que dice lo siguiente:
recién fundada por el anarquista Miguel Bakunin, y el anarquismo baku-
ninista progresa rápidamente en ella. Entonces Carlos Marx sale al paso La civilización del bienestar consumista ha sido la gran enterradora his-
de esta tendencia, pero no consigue eliminarla durante el Congreso de Ba- tórica de la ideología gloriosa del deber. En el curso de la segunda mitad del
silea de 1869. Durante el mismo, Bakunin acusa a Marx de propugnar el siglo la lógica del consumo de masas ha disuelto el universo de las homilías
autoritarismo dentro del movimiento obrero; y Marx a Bakunin, de ato- moralizadoras, ha erradicado los imperativos rigoristas y engendrado una
cultura en que la felicidad predomina sobre el mandato moral, los placeres
londramiento en la acción revolucionaria y de falta de bases científicas. sobre la prohibición, la seducción sobre la obligación. A través de la publici-
Sin que la Internacional se incline por ninguno de los dos campos, estalla dad, el crédito, la inflación de los objetos y los ocios, el capitalismo de las ne-
la guerra francoprusiana. Proclamada la república en Francia, Bakunin se cesidades ha renunciado a la santificación de los ideales en beneficio de los
precipita a "abolir el Estado" en Lyon, con otros correligionarios suyos. El placeres renovados y de los sueños de la felicidad privada. Se ha edificado
una nueva civilización, que ya no se dedica a vencer el deseo, sino a exacer-
"Cfr., V. (¡;nrl;i, l,a primera internacional ilc trabajadores, Incar, Guijón, 1972, p. 26. barlo y desculpabilizarlo; los goces del presento, el templo del yo, del cuerpo
MUNDO GLOBAL, INJUSTICIA OLOHAL 169
168 CAP. 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA
y de la comodidad, se han convertido en la nueva Jerusalén de los tiempos ciones de competencia perfecta y libre movimiento de mercancías, sin trabas
posmoralistas. estatales de ninguna clase, terminaría produciéndose una situación de jue-
Estimulando permanentemente los valores del bienestar individual, la go-suma-positiva en la que todos ganarían, y no un juego-suma-cero, en que
era del consumo ha descalificado masivamente las formas rigoristas y disci- un país gana a costa de otros países que pierden. Capitalismo de competen-
plinarias de la obligación moral, la liturgia del deber se ha vuelto inadecua- cia, «concurrencial», economía de mercado, son sinónimos de economía en
da para una cultura materialista y hedonista basada en la exaltación del yo y libertad, una libertad de movimientos en la pecera común donde el pez gor-
la excitación de las voluptuosidades-al-instante. Nos hemos vuelto alérgicos do se come al pez chico, zorra libre en gallinero libre:
a las prescripciones sacrificiales, al espíritu directivo de las morales doctrina-
rias; en la época posmoralista el deber ya sólo puede expresarse en tono me- -Yo el gordo te devoro a ti el flaco, porque si no te devoro no tendré fuer-
nor; los supermercados, el marketing, el paraíso de los ocios han sido la tum-
ba de la religión del deber. zas suficientes para buscarte la comida que tú, por ser débil, no puedes pro-
curarte.
¿Qué representa de verdad en nuestras sociedades la celebración de la
-¿Y por qué no me busco yo mismo, el flaco, la comida que me hará gor-
virtud comparada con el reclamo de la comodidad y de las vacaciones? ¿Qué
parte corresponde a las conminaciones del deber en una sociedad obsesiona- do, sin tener que sacrificarme para ti?
da por la salud y la juventud, que difunde en dosis masivas consejos dietéti- -Inténtalo, querido, eres libre aunque no tienes medios para ejercer la li-
cos y turísticos, eróticos y psicológicos? El imperativo moral ya no ocupa el bertad, allá tú. Pero aquí no vuelvas pidiendo árnica cuando las cosas te ha-
centro de las representaciones sociales, en el lugar de los mandamientos seve- yan ido mal.
ros de la moral tenemos ahora el psicologismo y la euforia del bienestar. Los
valores caritativos y humanitarios pueden despertar una fuerte simpatía pero Ahora bien, ese m u n d o ayer liberal se ha hecho hoy mundo global y
quedan muy atrás en relación con la superficie que ocupan el himno al ego y neoliberal. El «neoliberalismo» es la nueva libertad que la mano poderosa,
los estímulos al consumo. tecnológica y multinacional de unos pocos, muy pocos, dispone para en-
La cultura moralista predicaba la entrega personal y el deber no retribui- cerrar a los demás en un globo (aldea global) y en una misma red. La glo-
do. ¿Qué queda de él en la era de las normas consumistas, recreativas y sen- balización facilitada por la tecnología reduce el mundo a aldea (McLuhan),
sacionalistas? Himno a las vacaciones, entertainment televisivo, telemasacre, gracias a que los medios de comunicación hacen posible el conocimiento
política espectáculo y espectáculo publicitario: allí donde se sacralizaba la absoluto de sus últimos rincones. Por la red de internet podríamos todos los
abnegación tenemos ahora la evasión y la violencia en zoom; donde se santi- ciudadanos del mundo manifestar nuestra opinión cada día sobre cada
ficaba la pureza de intenciones tenemos los escalofríos de la violencia me-
diática y la frivolidad de las cosas; allí donde se beatificaba la grandeza de cuestión en tiempo real; el gobierno del mundo a base de referendums per-
superarse tenemos el erotismo en autoservicio, las comodidades del confort, manentes es ya técnicamente posible.
el poder disuasivo de la publicidad. En nuestra sociedad los objetos y marcas Importa, sin embargo, saber si la famosa red comunitativa se empleará
se exhiben más que las exhortaciones morales, los requerimientos materiales para uso de los pueblos, o para que los poderosos construyan sus telas de
predominan sobre la obligación humanitaria, las necesidades sobre la virtud, araña englobantes. De momento, está sirviendo para que la antigua URSS y
el bienestar sobre el Bien. La era moralista tenía como ambición la disciplina China se hayan abierto a la red del capitalismo bajo el signo de una omni-
del deseo, nosotros incitamos a la comodidad. La obligación ha sido reempla- presente dictadura del dinero -único pensamiento único- a la que se deno-
zada por la seducción, el bienestar se ha convertido en dios y la publicidad mina economía de mercado. Cada día que pasa, vemos por arriba más em-
en su profeta. La primacía de la relación hombre/cosa sobre la relación hom-
bre/hombre, característica de la ideología económica moderna, se ha adue- presas multinacionales fundirse uniformemente, y por abajo, más pobres
ñado de los signos de la vida cotidiana. De este modo se va más allá del deber más uniformemente pobres. Cuando el Norte estornuda, muere de pulmonía
exhibiendo en tecnicolor el derecho individualista a la indiferencia hacia los triple el Sur, y las bombas caen sobre los lugares estratégicamente diseñados
demás. "Da vergüenza ser feliz a la vista de ciertas miserias", escribía La Bru- por los poderosos, no faltando un servilismo universal respecto de ellos,
yére; la publicidad proclama: "olvidaos de todo".18 especialmente el de quienes disponen de los aparatos ideológicos (univer-
sidades, fundaciones, medios de masa). Dicho de otro modo: los aparatos
ideológicos, políticos y económicos funcionan al unísono con una sincronía
Mundo global, mundo neoliberal como nunca antes en la historia de la humanidad, a pesar de que se pregone
a bombo y platillo la pluralidad y el libre pensamiento.
Según los teóricos de la economía liberal de mercado (Adam Smith, Da-
vid Ricardo), dejado el mercado a su libre arbitrio e impulso, en unas condi-
"'(!. I.ipovetski, "Kl bienestar como mundo y como representación", Correo semanal,
Asunción, Paraguay, 12 ele agosto ele 2001.
170 MUNDO GLOBAL, INJUSTICIA GLOBAL 171
El capital especulativo trasnacional, Los gerentes de estos fondos concentran en sus manos un poder finan-
casino financiero internacional ciero que no posee ningún ministro de economía ni ningún gobernador del
banco central del mundo. En un mercado que ha pasado a ser instantáneo y
universal, cualquier desplazamiento brutal de estos auténticos mamuts de las
Los superdiplomados finanzas puede suponer la desestabilización económica de cualquier país.
Los dirigentes políticos de las principales potencias del planeta, reunidos
Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, explica cómo fun- con las 850 cincuenta autoridades económicas más importantes del mundo en
ciona el globo: el marco del Fórum Internacional de Davos (Suiza), anunciaron claramente
hasta qué punto desconfiaban de la nueva consigna de moda "¡Todo el poder
La trasmisión de datos a la velocidad de la luz (300 000 km por segundo); al mercado!", y cuánto temían a la potencia sobrehumana de esos gerentes de
la digitalización de los textos, las imágenes y los sonidos; el recurso, ya banal, fondos. Su fabulosa riqueza, a menudo al abrigo de los paraísos fiscales, se ha
a los satélites de telecomunicaciones; la revolución de la telefonía; la implan- liberado totalmente de los gobiernos, y ellos actúan a sus anchas en el ciberes-
tación de la informática en casi todos los sectores de producción y servicios; la pacio de las geofinanzas. Este constituye una especie de nueva frontera, un
miniaturización de los ordenadores y su introducción en redes a escala univer- nuevo territorio del cual depende la suerte de buena parte del mundo. Sin
contrato social. Sin sanciones. Sin ley. Excepto las que establecen a su libre
sal, han conseguido revolucionar el orden mundial.
arbitrio los protagonistas. Para su mayor provecho. En tales circunstancias ¿es
Especialmente el mundo de las finanzas. En lo sucesivo, las finanzas reú- de extrañar que, especialmente en Estados Unidos, el desigual reparto de la
nen las cuatro cualidades que las convierten en un modelo perfectamente riqueza continúe agravándose? ¿Y que 1 % de la población más acaudalada
adaptado al nuevo reparto tecnológico. Atributos que se presentan como divi- controle aproximadamente el 40 % de la riqueza nacional, es decir, dos veces
nos y que como es lógico generan un nuevo culto, una nueva religión: la del más que el Reino Unido, el país menos igualitario de Europa Occidental?
mercado. Durante las 24 horas del día se intercambian instantáneamente da-
tos de un extremo a otro de la Tierra. Las principales Bolsas están unidas en- "Los mercados votan todos los días -opina George Soros, financiero mul-
timillonario-, obligan a los gobiernos a adoptar medidas impopulares, desde
tre sí y funcionan en bucle. Sin parar. Mientras, en todo el mundo, ante sus
luego, pero indispensables. Son los mercados los que poseen el sentido del
pantallas electrónicas, millones de jóvenes superdiplomados se pasan el día
Estado." A lo que Raymond Barre, antiguo primer ministro francés, gran de-
colgados del teléfono. Son los oficinistas del mercado. Interpretan la nueva fensor del liberalismo económico, responde: "Decididamente, ya no podemos
racionalidad económica, que siempre tiene razón, y ante la que cualquier ar- dejar el mundo en manos de un atajo de irresponsables treintañeros que no
gumento -sobre todo social o humanitario- debe inclinarse. piensan más que en ganar dinero". El señor Barre considera que el sistema fi-
Sin embargo, lo más normal es que los mercados funcionen, por así de- nanciero internacional no posee los medios institucionales necesarios para
cirlo, a ciegas, incluyendo parámetros tomados prestados casi de la brujería, hacer frente a los desafíos de la mundialización y apertura general de los
como la economía de los rumores, el análisis de los comportamientos grega- mercados. Hecho que también constata Boutros-Gahli, secretario general de
rios, o incluso el estudio de los contagios miméticos. El mercado financiero ha la ONU: "El poder mundial escapa en gran medida a los Estados. La mundia-
puesto a punto nuevos productos extremadamente complejos y volátiles, que lización implica el surgimiento de nuevos poderes que trascienden las estruc-
muy pocos expertos conocen bien y que les proporcionan -eso sí, corriendo turas estatales." Entre estos nuevos poderes, el de los medios de comunica-
algún riesgo- una considerable ventaja en las transacciones. Quienes saben ción de masas se nos muestra como uno de los más poderosos y temidos. La
actuar sabiamente -es decir, en su propio beneficio- sobre el curso de los va- conquista de audiencias masivas a escala planetaria desencadena batallas
lores y las monedas, apenas llegan a ser una decena en todo el mundo. Se los homéricas. Algunos grupos industriales se han enzarzado en una guerra a
considera los "dueños de los mercados". Si sale una palabra de su boca, todo muerte por el control de los recursos de las sociedades multimedia y de las
puede tambalearse: el dólar baja, la Bolsa de Tokio se hunde. autopistas de información...
Ante la potencia de estos mastodontes de las finanzas, los estados no pue-
den hacer gran cosa. Este hecho ha quedado patente durante la crisis financie-
ra de México que estalló a finales de diciembre de 1994. ¿Qué peso tienen las
Los supertramposos
reservas acumuladas en divisas de Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia,
Italia, el Reino Unido y Canadá -los siete países más ricos del mundo- ante la
disuasoria fuerza financiera de los fondos de inversión privados, en su mayor El centro de este globo aldeano lo ocupa un casino financiero interna-
parte anglosajones o japoneses? No mucho. Pensemos, por ejemplo, que en el cional. Son palabras de un connotado político español, Felipe González:
más importante esfuerzo financiero de la historia económica moderna en favor
de un país -en este caso México- los grandes estados del planeta (entre ellos Dentro del fenómeno de la globalización, lo que más llama la atención
Estados Unidos), el BM y el FMI consiguieron reunir, entre todos, cincuenta mil no es el crecimiento del comercio mundial. En términos globales el comercio
millones de dólares. Pues bien, por sí solos, los tres primeros fondos de pensio- mundial crece una media de 4 % anual. Esto no es nuevo, ya se producía an-
nes norteamericanos (Fidelity Investments, Vanguard Group y Capital Research tes de la Primera Guerra Mundial. Lo nuevo es el crecimiento de los movi-
Management) controlan 500 mil millones de dólares... mientos de capital, es decir, de dinero que busca dinero. De dinero que busca
172 CAÍ: 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA
173
dinero, y sobre todo dinero caliente, circulan entre 1.3 y 1.4 billones (millo- Incoherencias e injusticias
nes de millones) de dólares cada día por los mercados de cambio. Un país del neoliberalismo globalizador
como España tiene 60 000 millones de dólares de reserva de divisas para de-
fender su moneda frente a algún movimiento especulativo. Si la cola de ese
potente huracán que circula cada día, 24 horas al día, pasara por mi país, sólo ¿Son libres los espaldas mojadas
rozarlo significaría la liquidación de nuestras reservas de divisas en media para pasar la frontera?
hora de entretenimiento. ¡Tanta reserva de divisas para defender la estabili-
dad cambiaría y la potencia de nuestra moneda, símbolo de nuestra sobera- Lo menos que se le puede pedir a un sistema es que sea coherente con-
nía! No hay fórmulas para contener, ni hay fronteras para limitar la libertad sigo mismo. Ahora bien, si existe libertad de mercado, ¿por qué no se per-
de movimientos de capitales. La libertad de movimientos de capital es una mite a los trabajadores, parte esencial del mercado, cruzar cuando lo de-
auténtica revolución de la nueva situación internacional, lo que verdadera-
mente está mundializando la economía a nivel planetario. Tenemos que acos- seen las fronteras de los países ricos? Para el Primer Mundo supone una
tumbrarnos los políticos a gobernar "capital humano", porque el "capital" lo amenaza la emigración, los boat-people que escaparon de Vietnam rumbo
gobiernan otros. a donde fuera, los que intentaron salir de estampida de Albania rumbo a
Ahora bien, el 90 % de los capitales que circulan -el 90 % de esos 1.3 o 1.4 Italia, los que trataron de abandonar el Magreb rumbo a España en sus frá-
billones de dólares diarios- son transacciones que se realizan en menos de una giles pateras aunque para eso hubieran de dejar la vida en el estrecho de
semana y que no se corresponden con transacciones de mercancías, ni de servi- Gibraltar, los que buscaron el exilio desde México como espaldas mojadas
cios, ni mucho menos de inversiones productivas. Es dinero que busca dinero vadeando con máximo riesgo el río Bravo, los que a ciegas salieron de Haití
o beneficio en los mercados de cambio, situación completamente nueva. Se rumbo a Miami para acabar siendo en ocasiones pasto de los tiburones.
puede intentar frenar ese dinero, yo lo hice durante 20 días en 1992, y a los 20
días, después de algunos ataques a la peseta, renunciamos al intento. El gober-
nador del Banco de España me dijo: "Mejor quitamos estas medidas de control
porque no sirven para nada. Nos están quitando credibilidad y nos va 19a produ- ¿Son libres los precios de los países
cir efectos muy negativos en losflujosde inversión que necesitamos". enriquecidos?
Quienes hoy poseen esa masa de dinero especulativo lo invierten en Si hay libertad, ¿por qué protegen los países ricos los precios de sus
Asia, por ejemplo, y, tras husmear en otros lugares del Globo en los que mercancías, con el fin de que resulten más competitivas frente a aquellos
puedan sacar más dinero, se lo llevan de Asia, la cual queda automática- otros países pobres donde los trabajadores carecen de subvenciones?
mente devastada, ya que la ruina de cualquier zona llega cuando las in-
versiones realizadas no se mantienen. ¿Acaso no significa esto que, cada Ahora, después de doscientos años de capitalismo, sabemos que no existe
una solidaridad preestablecida y objetiva; que los mecanismos económicos
vez que le va bien a la bolsa (la cual es precisamente dinero especulativo desregulados llevan a una distribución perversa, antisocial, de la riqueza crea-
que busca dinero, que entra y sale sin detenerse y sin invertirse), le va ne- da. Por eso la solidaridad hay que cultivarla subjetivamente, para contrapesar
cesariamente mal al pobre? ¿Por qué entonces los medios de masa, cada el motivo del lucro en los comportamientos humanos, y plasmarla constante-
vez más bursatilizados, no presentan la subida de la bolsa -capital especu- mente20en las estructuras objetivas, además de los comportamientos econó-
lativo- como lo que es, como una catástrofe para los pobres? micos.
Invirtiendo-desinvirtiendo-reinvirtiendo-y-siempre-pervirtiendo, los
mercados financieros son inherentemente inestables, y los flujos interna- Pero los economistas del Norte saben que no existe competencia leal,
cionales de capital se caracterizan por su patrón de auge y caída; durante sino desleal. Saben que la Política Agrícola Común de la Unión Europea,
el periodo de auge, los capitales fluyen del centro a la periferia, pero cuan- pensada para la protección de los prósperos agricultores franceses, alema-
do la confianza se tambalea, tienden a regresar a sus lugares de origen, nes y belgas, está compitiendo frontal y deslealmente con los exportado-
porque la meta de los competidores es prevalecer, no preservar la compe- res tradicionales del Tercer Mundo, al vender a terceros países los cerea-
tencia en el mercado. les, productos lácteos, carne y demás productos a precios de dumping (es
A pesar de la maraña de leyes de los estados de derecho, ¿por qué no decir, por debajo del costo de su producción), gracias a las subvenciones
hay una sola ley que pueda evitar los movimientos del capital especulati- recibidas: ¿a eso podemos llamarlo competencia leal? Y ¿no protestarían
vo multinacional o trasnacional? Porque en realidad quien únicamente le- los agricultores franceses que siembran remolacha si se les retirasen las
gisla es ese capital multinacional o trasnacional.
2
"I,. Sebastián, de, Mundo rico, mundo pobre. Pobreza y solidaridad en el mundo de hoy,
''"'Siete asedios al mundo actual", Nexos, México, marzo de 1998, p. 41. Snl Terrae, Santander, 1992, p. 57.
174 CAR 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA MUNDO GLOBAL, INJUSTICIA GLOBAL 175
subvenciones con que hacen competencia desleal a costa del Sur? ¿No comenzó a olvidarse de que antes había tenido las manos libres. Mientras
tendríamos que decir otro tanto respecto del protegido régimen de pro- esto sucedía, el guardián le comunicaba día a día las cosas negativas que
ducción de los plátanos canarios en relación con la política bananera de hacían en el exterior las gentes con las manos libres (se olvidaba de con-
Centroamérica?, etcétera. tarle las cosas buenas).
Otro ejemplo: si hay libertad de mercado, ¿por qué entonces gasta Pasaron años, muchos años. Aquel hombre llegó finalmente a acostum-
Europa cuantiosas sumas en la destrucción de excedentes alimenticios brarse a vivir con sus manos atadas, e incluso llegó a autoconvencerse de
para que no bajen los precios que ella fija, en lugar de regalarlos a los paí- que era mejor vivir así.
ses empobrecidos para paliar sus hambrunas endémicas? Un día, sus amigos de antes sorprendieron por la espalda al guardián
y le quitaron las llaves para desatar las manos de su amigo: «Ya eres libre»,
le dijeron.
¿Son libres los que no pueden Llegaron demasiado tarde, porque las manos de aquel hombre habían
pagar sus servicios? quedado ya atrofiadas para todo el resto de sus días.
Si hay libertad, ¿por qué esas libres empresas privadas que entienden
el comercio como la continuación de la guerra por otros medios, no asu- Intercambio desigual y mito
men en libertad aquellos servicios públicos no rentables pero de todo pun- del crecimiento indiferenciado
to necesarios al colectivo, y que los propios pobres no pueden pagar?
¿Acaso no buscan los grandes socializar las pérdidas -que el Estado las
enjugue- pero individualizar sus ganancias? Intercambio injusto
las reservas petrolíferas conocidas, por lo cual sólo con la agricultura agota- ¿Quién expolia a quién?
ríamos esas reservas mundiales citadas en 50 años.
Otro ejemplo de intercambio desigual: si tomamos como patrón un de- Bajo la imagen de un joven robando una botella de aceite, en el De-
talle del modelo americano de vida (american way oflife), cada familia hu- partamento Administrativo de un prestigioso supermercado, y colgado en
mana poseería dos automóviles. Pues bien, no existe petróleo en todo el la pared, se leía: «Evite que los empleados lo roben». Y el cartel enumera-
mundo para llenar tanto depósito, ni metal para tanta carrocería, ni asfal- ba 10 medidas. ¿Cuántos empresarios no habrá que tengan empleados
to para tanta autopista, ni atmósfera para absorber tanto veneno gaseoso con muchos años de antigüedad, pagándoles un salario mínimo, con las
salido de tanto tubo de escape, el suelo fértil decrecería bajo las carreteras, mínimas prestaciones y desempeñando el mismo puesto? Reflexionemos:
etcétera. ¿quién roba a quién?
Un periodista pregunta a una niña: «¿Dónde está tu familia?». «En Río
de Janeiro.» «¿Qué hacen?» «Roban». Robar está muy mal, pero ¿los ricos
Mito del crecimiento indiferenciado no roban? Quizá roben con altruismo... En todo caso, los pequeños ladro-
nes, desde la cárcel, ven triunfar a los grandes ladrones:
¡Y sin embargo todo el mundo mira hacia el crecimiento indiferen-
ciado (el que postula que todos los países crezcan al máximo en todo) «El señor Don Juan de Robres,
de Estados Unidos como modelo de desarrollo! Pero el conflicto final no con candad sin igual,
podrá evitarse: 80% de los habitantes del mundo están condenados a mandó hacer este hospital,
vivir en las zonas más empobrecidas de la Tierra. Es como si dos trenes pero antes hizo a los pobres.»
avanzaran a toda velocidad, frente a frente, por la misma vía. El choque
está asegurado. Estamos hechos los unos para los otros -dicen los otros enriquecidos-,
Ahora bien, ¿qué pasaría si les dijésemos a los estadounidenses que para los cuales el bien común es el bien que los demás nos deben a noso-
su «orden económico internacional» les beneficia a ellos a costa de la hu- tros. Cuando ellos proclaman que la caridad bien entendida comienza por
manidad? ¿No sería mejor para la humanidad, que emular a los primeros nosotros mismos, la mayor parte de las veces entienden que debe termi-
en eso de intentar crecer al máximo en todo, pensar en frenar a los que nar donde comenzó. Algunos, pese a todo, se preocupan mucho por lo
más lejos han ido en esa loca carrera hasta hoy? mucho que ellos mismos han complicado las cosas, pero deberían saber
que resultaría mucho más sencillo complicarlas menos.
De todos modos, esto tampoco justifica el robo de los robados. El robo
Comercio injusto de los robadores a los robados no justifica el robo de los robados a los
demás.
Tal como está estructurada la relación Norte-Sur, cuanto más comercien
los empobrecidos con los enriquecidos, más perderán. El comercio global ha
pasado a ser una especie de transacción en que A roba a B los bienes de C, En resumen: la injusta economía
y en compensación, B sustrae del bolsillo de D dinero perteneciente a E . . . neoliberal de mercado
pero, finalmente, siempre pierden los mismos. El gran comercio desvalija
al negociante; el negociante desvalija al mercader; el mercader desvalija al ¿Qué medio de comunicación se atreve hoy a recordar que la libertad
artesano; el artesano, al obrero, y el obrero se muere de hambre. No son los de mercado en estas circunstancias es la dudosa libertad del pez gordo para
trabajadores con sus manos quienes triunfan, sino los explotadores de hom- comer al chico, o la del chico para dejarse matar?; ¿por qué no se informa
bres. Hay ministros que venden su país, diputados que venden su concien- de que es hoy probada y notoriamente falsa la hipótesis económica de
cia, electores que venden sus votos, generales que venden sus ejércitos al Adam Smith, según la cual, dejadas las cosas a su libre arbitrio, sin frenos
enemigo, jueces venales que venden las absoluciones y las condenas. Hom- ni trabas estatales, terminaría todo en un juego de suma positiva donde
bres influyentes venden los empleos, las categorías y los privilegios de que cada uno de los jugadores ganaría, cuando en realidad la cosa acaba en un
pueden disponer. Abogados, procuradores y oficiales judiciales venden a juego de suma cero, en que unos ganan y otros pierden?; ¿por qué silenciar
sus clientes. Porteros y criados venden a sus señores. Hay maridos que ven- que en ninguna parte del mundo se da el mercado perfecto y sin trabas?;
den a sus mujeres. Madres que venden a sus hijas. En esta moderna Babilo- ¿por qué ocultar que no existen las condiciones de competencia perfecta Y
nia, la mitad del mundo vende a la otra mitad. Una masa envilecida no es de libre movimiento de mercancías, por las cuales el comercio internacional
una garantía social. produciría en términos absolutos y relativos, la igualación de la remurtf-'"
17J{ CAP. 4. KOKMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA MUNDO GLOBAL, INJUSTICIA GLOBAL 179
ración de los factores de producción, entre ellos el trabajo?; ¿es que nadie • El 96 % de América Latina vive en situación de pobreza. El 4 % goza
quiere informar adecuadamente sobre algo que todos saben, sin embargo, de todos los privilegios.
aquello de que la economía neoliberal es la continuación de la guerra por • En Sudáfrica, los blancos tienen un profesor por cada 18 alumnos;
otros medios? Ahora, «después de doscientos años de capitalismo sabemos los negros, uno por cada 60.
que no existe una solidaridad preestablecida y objetiva; que los mecanismos • Los empobrecidos de la Tierra consumen diariamente la mitad que
económicos desregulados llevan a una distribución perversa, antisocial, de un perro en los países enriquecidos.
la riqueza económica creada. Por eso la solidaridad hay que cultivarla sub- • En Estados Unidos hay 744 teléfonos por cada 1000 habitantes; en
jetivamente, para contrapesar el motivo del lucro en los comportamientos Zaire hay solamente dos, cuando funcionan.
humanos, y plasmarla constantemente en las estructuras objetivas, además • Los países enriquecidos poseen aproximadamente una cuarta parte
de los comportamientos económicos».22 de la población mundial (25 %), pero consumen 60 % de los alimen-
tos, 70 % de la energía mundial, 85 % de la madera y 75 % de los
metales.
El resultado: la cuarta parte de la humanidad • Los bienes de las 358 personas más ricas del mundo equivalen a
vive peor que hace 20 años 45 % del ingreso de toda la población del planeta, lo cual no impi-
de que los países ricos continúen armando hasta los dientes a los
Hoy, el Norte rico no puede justificar sus políticas económicas ni béli- países pobres.
cas por relación al «peligro comunista». Rusia no meterá miedo en Estados • El 20 % más pobre de la población mundial tan sólo participa de
Unidos; más bien, da pena porque está para recibir limosna. Tras 1989, no 0.2 % de los préstamos internacionales y de 1 % del comercio inter-
existe el enfrentamiento Este-Oeste, sino un abismo cada vez mayor entre nacional.
los pocos ricos del Norte y los innumerables empobrecidos del Sur. En el • Una persona de cada cinco carece de hogar. El 50 % de la población
Sur, como dijera Santa Teresa de Jesús, «la vida es una mala noche en una mundial vive en infraviviendas.
mala posada», afirmación que parece especialmente pensada para los des- • Entre 70 y 80 % del trabajo rural en África lo realizan las mujeres,
heredados del Tercer Mundo: que además cargan con los cuidados domésticos.
• Cada año, en el Tercer Mundo, 16 millones de niños perecen de ham-
• El hemisferio Norte, con 30 % de la población mundial, tiene 80 % bre o de enfermedades perfectamente controlables, lo cual represen-
de sus riquezas y rentas. ta 25 % de todos los muertos de la Segunda Guerra Mundial, inclui-
• Diariamente, 40 mil niños mueren de hambre en el mundo. dos Auschwitz e Hiroshima. Es decir, que cada cuatro años se vive una
• Por cada dólar que los países empobrecidos reciben de ayuda, tienen guerra mundial contra los niños del Sur. Cierto periodista pregunta a
que devolver cuatro como pago de intereses. una muchacha indígena paupérrima: «¿Usted tiene hambre?». «No,
• Un niño estadounidense consume 500 veces más que un niño del ¿para qué voy a tener hambre, si aquí no hay qué comer?»
Tercer Mundo.
• La renta per cápita de los kuwaitíes es de 19 000 dólares. La renta Si representásemos la población mundial a escala de un pueblo de
per cápita del Chad apenas alcanza los 150 dólares. 1000 habitantes, nos encontraríamos con las siguientes sorpresas: 619
• En Inglaterra, 27 millones de obesos gastan anualmente 100 millo- serían asiáticos; 120, africanos; 109, europeos; 89 americanos del sur; 57,
nes de dólares para adelgazar. americanos del norte, y 6, australianos. Si los dividiésemos por el color de
• En América Latina, cinco de cada seis niños que mueren serían muer- la piel, 800 serían de color y 200 blancos; 750 pasarían hambre; 700 mo-
tes técnicamente evitables. rirían antes de cumplir 50 años; 600 vivirían en infraviviendas; 700 no sa-
• De las investigaciones a escala mundial 50 % está dedicado a ejérci- brían leer ni escribir; 80 niños y niñas morirían antes de cumplir cinco
tos y milicias. años; 60 serían los dueños de tierras, bienes y empresas, y los más pobres
• Tres millones de personas carecen de agua potable en el mundo. habrían de pagar a estos últimos para que vivieran como viven. Todavía
• En España hay un médico por cada 360 habitantes. En Etiopía, uno es costumbre, en cierto grupo de indígenas de Chiapas, ponerle el mismo
por cada 78 770. nombre a dos hijos, por si alguno de ellos muere de hambre.
• El deterioro ambiental es responsabilidad, en 75 %, de los países en- En resumen, la cuarta parte de la humanidad vive hoy día peor que
riquecidos, que además se autoproclaman ecologistas. hace 20 años; es decir, que en 20 años todo ha empeorado para la cuarta
parte de la humanidad. En efecto, 1700 millones de personas han retro-
J2
],. Sebastián, de, op. cit., p. 57. gradado, según el Informe sobre el Desarrollo Humano del Programa de
180 CAR 4. FORMACIÓN KTICA Y CÍVICA MUNDO GLOBAL, INUSTICIA <;I,OKAI, IKI
la ONU para el Desarrollo (PNUD), lo que no significa que el resto de la ciables seres egoístas o insensibles, objetos emisores de votos inevitables,
humanidad viva bien ya que, en su conjunto, las tres cuartas partes de como pretenden algunos.
la humanidad pasan hambre; como tampoco quiere decir que no haya paí- Sí. Luchemos contra la inflación. Inflación de funcionarios de la política,
ses que mejoren, pues, mientras 89 países van a menos, 15 han progresa- insensibles y burócratas, desmotivadores y alejados de la realidad, inflación
do (obviamente, a costa de aquellos otros que han empeorado): de reuniones y palabras, frente al déficit de acciones coherentes. Inflación de
corruptos y sinvergüenzas, producto de la deificación del mercado y del di-
Si la situación actual del mundo se mantuviese, los países con un desarro- nero fácil. Inflación de falsos incentivos hacia una felicidad imposible si se
llo humano de nivel medio tardarían 17 años en equipararse con los ahora pun- nos aparta de los valores que nos hacen ser humanos, sensibles, solidarios.
teros; en cuanto a aquellos que hoy permanecen estancados en un desarrollo África no tiene tiempo que perder ni para recuperar todo lo que no se
humano bajo, necesitarían 200 años para compararse con los actualmente más hizo. Debe incorporarse, a través de la libertad y de la educación, al siglo xxi
afortunados. Esto quiere decir que la brecha entre ricos y pobres crece de día sin pasar por el que ya perdieron. Y hacia ese siglo vamos caminando tam-
en día y la disparidad económica entre países industrializados y en desarrollo bién nosotros, confundidos y a veces desmoralizados por la fuerza de este
está pasando de lo injusto a lo inhumano. Esto no impide que en el África sub- castillo de naipes, aunque de aparente solidez, construido por los aduladores
sahariana los gastos militares alcancen la cifra de 1.4 billones de pesetas, cuan- del Dios de los Mercados. Especulemos contra ellos. Dejemos de comprar sus
do con 1.17 billones se podría atender a todas las necesidades básicas de edu- bonos y valores y compremos, todos a una, el valor no cotizable de la digni-
cación y de salud de todos esos países.23 dad humana. Harán crac, un estruendoso crac mayor y más profundo que
los de la Bolsa de Nueva York. Es un problema de oferta y de demanda. Y los
que demandan son millones de seres humanos que quieren vivir. Adecuemos
la oferta.24
E l clamoroso caso de África
"Cfr., C. Díaz, Grandes reíos globales. Fundación Mounier, Madrid, 2003, p. 46. '''"África: olería y demanda", en i'l l'als, 18 ele noviembre de 1096.
182 GAP. 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA MUNDO GLOBAL, INJUSTICIA CLOHAI, 183
privada, como su desesperanza subjetiva, al percibirse a sí mismos como su- búsqueda de un trabajo que no encuentran. Y he aquí la necesidad de
jetos no rentables e inútiles que sólo representan una carga para los demás pedir también a los niños el concurso laboral para llevar a casa unas
y para las instituciones; en definitiva: una incertidumbre y un vacío de sen- cuantas monedas para sobrevivir. Sin saber qué hacer, se lanzan instin-
tido como resultado de una crisis de identidad. tivamente a las calles de la ciudad con la esperanza de encontrar algo,
Pero existe un escalón aún mucho peor. En efecto, entre estos desem- ya sea pidiendo, haciendo cualquier trabajito, o robando. Estos niños
pleados que emigran se encuentran los ilegales, los indocumentados, los son denominados genéricamente «niños de la calle», aunque en cada
sin techo, las minorías étnicas, las personas con problemas personales (mi- país tienen un nombre característico.
nusválidos, ex psiquiatrizados, marginados crónicos, ex carcelados), o con En todo el mundo los niños que pasan sus días en la calle son cerca
problemas judiciales (libertad condicional, tercer grado, condenas alterna- de 80 millones. De ellos, 20 se encuentran en Asia, 10 en África y Medio
tivas) etc., muchos de ellos con serias dificultades adicionales, tales como Oriente y 50 en América Latina. La mayoría de ellos tienen una familia y
falta de actitud y de aptitud adecuadas para llevar adelante una vida la- todas las tardes vuelve a casa; sin embargo, 19 millones raramente entran
boral normalizada. En definitiva, estas personas desestructuradas existen- en su casa, pues consideran la calle como su casa. De éstos, a su vez, cua-
cialmente han agotado todas las prestaciones o subsidios, si los tuvieron tro millones carece de familia y están completamente solos. Vergüenza
alguna vez (de ahí su absoluta carencia de renta); además, estas gentes para aquellos empresarios que matan a los niños con su egoísmo. Ver-
se encuentran con dificultad para acceder a los recursos disponibles, tales güenza para aquellos políticos que mantienen a los niños en esclavitud a
como planes de empleo, cursos de formación ocupacional, formación re- causa de su desinterés. Vergüenza para aquellos consumidores que se ha-
glada, escuela de adultos, subsidios ocasionales. Peor todavía: cada vez de- cen cómplices de la explotación de los niños porque compran los produc-
viene mayor el número de los que se saben excluidos no sólo del mercado tos obtenidos con su sudor. Vergüenza también para nosotros si no hace-
de trabajo convencional, sino incluso de los hoy ya complicados círculos de mos nada en contra.
trabajo alternativos tradicionalmente ocupados por colectivos deshereda- Todas las mañanas, nuestros hijos, tras levantarse, lavarse y nutrirse
dos (venta ambulante, quincallería, chatarra, etc.), de los cuales, a su vez, bien, se ponen la cartera a la espalda, dan un beso a su mamá y se van a la
van siendo progresivamente expulsados por los grupos «afortunados» pro- escuela. Pero en África, en Asia, en Latinoamérica, 100, quizá 200 millones
vinientes del desempleo. de niños se levantan de sus camastros, comen un poco de sopa aviada desde
Esta es la paradoja: que la clase social más abundante es, precisamen- la tarde anterior y parten de casa para afrontar una jornada de trabajo que
te, la que menos significa; hay una relación inversamente proporcional puede durar 18 horas. Con frecuencia trabajan y - n o raramente- mueren
entre abundancia y significación: los menos abundantes, resultan ser los por nosotros.
más significantes, y los más abundantes, los más insignificantes. El lujo coexiste con la miseria bajo el signo de una asombrosa desi-
Si tales personas podrían sentirse en su propio país como un perro al gualdad. El desarrollo económico podría mitigar las desigualdades, pero
que nadie saca a orinar, en país ajeno son tratados como perro flaco y pul- no es así. Las distancias económicas y sociales son un escándalo contrario
goso al que todos tratan de apalear. Helos, pues, ya aquí, llamando a nues- a la justicia y a la dignidad del hombre. Se diga lo que se diga, afirma
tra puerta deshechos y desechados social, profesional, familiar y perso- Eduardo Galiano, «el subdesarrollo no es la infancia del desarrollo, no es
nalmente muchos de ellos, cada vez más y más. La puerta del segundo una etapa del desarrollo. El subdesarrollo de muchos países es la conse-
mundo se abre a la del tercero y ésta a la del cuarto, como en una sucesión cuencia histórica del desarrollo de pocos. Es la pobreza de muchos la que
de improntas kafkaianas sin término ni tregua. Y siempre viene detrás otro ha hecho y hace posible la riqueza de pocos, dentro de cada país y a escala
más mísero comiendo las cascaras que el mísero arrojó. universal. El hambre de muchos es hermana siamesa del despilfarro de
pocos, y uno se pregunta: ¿en qué supermercado han comprado esos po-
cos el mundo?».
Los niños de la calle
La mayor parte de los pobres que el sistema entiende sólo como un Un mundo globálmente injusto
lastre se a m o n t o n a n en la ciudad. Viven en infraviviendas adosadas
unas a otras hasta formar desiertos de miseria. Aquí, en estos habitácu- Un mundo donde existen tantas riquezas produce cada vez más pobres,
los sin servicios higiénicos, sin alcantarillado, sin agua potable, sin es- cosa que condenaron enérgicamente los padres de la Iglesia hace siglos:
cuelas, sin dispensarios, se consuman los más tristes dramas humanos.
De estas periferias dominadas por el alcoholismo, por la violencia, por Es la riqueza, dice San Juan Crisóstomo, asesino implacable, fiera indomes-
la prostitución, todas las mañanas millones de adultos salen de casa a la ticable, déspota más feroz que un bárbaro, enemigo irreconciliable que no sabe
1H4 (¡AI*. 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA LlBERALl'/AClÓN NO KS LIBERACIÓN 1115
de treguas ni depone jamás el odio contra los que la poseen. ¿Por qué huyendo libertades. Que determinados procesos de liberación tiendan a convertirse en
de la pobreza, perseguís la riqueza, enemiga que es, asesina y más feroz que las nuevos procesos de dominación es algo muy a tener en cuenta, pero no inva-
fieras? ¿Por qué azuzas a una fiera que debieras domesticar? ¿Cómo, pues, de- lida la prioridad axiológica de la liberación sobre la liberalización a la hora
jará la fiera de ser fiera? Mas, si la sacas de la sombra y la distribuyes entre las de alcanzar la libertad.
manos de los pobres, la fiera se torna oveja; el insidioso, protector; el escollo, Querer plantear el problema de la libertad al margen de la liberación
puerto; el naufragio, calma. Aun cuando seas opulento, si gastas más de lo nece- es querer evadir el problema real de la libertad para todos. Ya en lo perso-
sario tendrás que dar cuenta de la riqueza que te ha sido confiada. No vayas a nal, la libertad no se actualiza plenamente sino por laboriosos procesos de
pensar que por el hecho de que los ricos no paguen aquí sus iniquidades care- liberación frente a toda suerte de necesidades más o menos determinantes.
cen de pecado. Si fuera posible castigar en justicia a los ricos, de ellos estarían Hay una base interna para la libertad y un ideal de libertad, que hasta cier-
llenas las cárceles. La verdad es que, entre los otros males de la riqueza, hay que to punto y de forma genérica le son dados naturalmente al hombre. Pero
contar el de que el rico, al cometer la maldad impunemente, no habrá manera se trata fundamentalmente de capacidades y libertades que necesitan ser
de que se detenga en ese camino, sino que recibirá heridas sin remedio y no ha- actualizadas para convertirse en realidades plenas mediante condiciones
brá quien ponga freno a su iniquidad... El cuerpo del ricachón entregado ha bien precisas. Algo similar debe decirse de la libertad social y política. Su-
sido a la tierra; mas la vista de las grandes construcciones no permite que con pone una liberación de estructuras opresoras, y contra ellas lucharon los li-
él quede enterrada la memoria de su avaricia. Todo el que pasa, al contemplar berales clásicos en el supuesto de que sólo el Estado limitaba u oprimía al
la grandeza y cultura de la espléndida casa, no dejará de decirse a sí mismo o a individuo, sin percatarse de que hay grupos sociales opresores y explotado-
su vecino: "¡Con cuántas lágrimas no se habrá edificado esta casa! ¡Cuántos res de otros grupos sociales. Supone, además, la creación de condiciones
huérfanos se habrán quedado desnudos! ¡Cuántas viudas no habrán sufrido una para que la capacidad y el ideal de la libertad política y social puedan ser
iniquidad y cuántos obreros no habrán sido defraudados de su jornal!". De compartidos equitativamente. La liberación se entiende por tanto como "li-
modo que te salen las cuentas del revés: querías gozar de gloria mientras vivías, beración de" toda forma de opresión y como "liberación para" una libertad
y ahora ni después de morir te ves libre de acusadores. La casa lleva tu nombre compartida, que no posibilite o permita formas de dominación. Tiene poco
como esculpido en una estela y obliga a que te ultrajen quienes no te vieron sentido hablar de libertad cuando el espacio de su actualización está redu-
en vida.25 cido por las necesidades básicas insatisfechas, por drásticas limitaciones de
posibilidades reales entre la que elegir y por imposiciones de toda índole,
especialmente las apoyadas en la fuerza y en el terror. Pero no basta con
«¿Por qué mientras los pobres perecen todos los días de opresión, ham- una mera 'liberación de'; se requiere una 'liberación para' o una 'liberación
bre, frío, injurias, tú eres amigo del oro, guardas la plata, tienes por sacro- hacia' la libertad, que sólo podrá ser plena cuando sea libertad de todos.
santos, como si fueran ídolos, los vestidos preciosos y los ornamentos lu- No es aceptable la libertad de unos pocos sustentada en la esclavitud de
josos superfluos? ¡Cuántas almas asesinadas cuelgan de los collares de las los demás, ni la libertad de esos pocos sustentada en la no-libertad de la
matronas enjoyadas! Si vendieras una sola de tus joyas, distribuido su pre- mayoría. Por ello aquí también la libertad debe verse desde su historiza-
cio entre los pobres, conocerías por las necesidades remediadas cuántos su- ción en las mayorías populares dentro de cada país y de los pueblos oprimi-
frimientos vale tu ornato» (San Zenón de Verona). dos en el conjunto del mundo. Es la humanidad la que debe ser libre, y no
unos cuantos privilegiados de la humanidad, sean individuos, clases socia-
les o naciones.
LIBERALIZACIÓN Desde esta perspectiva el problema de la prioridad de la justicia sobre la
libertad o de la libertad sobre la justicia se resuelve por la unidad de ambas
NO ES LIBERACIÓN en la liberación. No puede darse justicia sin libertad ni libertad sin justicia,
aunque en el orden social y político haya una prioridad de la justicia sobre la
Como dijera el sacerdote jesuíta Ignacio Ellacuría, asesinado en El Sal- libertad, pues no se puede ser libre injustamente, mientras que la justicia, al
vador por denunciar todo esto: dar a cada uno lo que le es debido, no sólo posibilita la libertad, sino que la
moraliza y justifica. La liberación de toda forma de opresión, cualquiera que
ésta sea, es, como proceso real de justificación, el medio real de potenciar la
Una cosa es la liberalización y otra cosa muy distinta es la liberación. Los libertad y las condiciones que la hacen posible. En este sentido la liberación
procesos de liberalización sólo son posibles si han antecedido procesos de li- es un proceso de "ajuste" consigo mismo, en cuanto busca romper las cade-
beración. La liberalización es problema de élites y para élites, mientras que nas interiores y exteriores; es un proceso "justo", en cuanto trata de superar
la liberación es proceso de mayorías populares, que empieza por la liberación una injusticia manifiesta; y es un proceso "justificador" en cuanto busca crear
de las necesidades básicas y construye después condiciones positivas para el condiciones adecuadas para el desarrollo pleno de todos y para un equitati-
ejercicio cada vez más adulto de la libertad y para el disfrute razonable de las vo uso de las mismas.26
¿>
A1 respecto, Cfr. J. Biosca, e I. Mora, Posees lo ajeno cuando posees lo superfino, l ; un-
cliirión I',. Mounicr, Mndricl, 2000. "I. Kllacuría, In Misurium l.iberations, Ihnta, Madrid, 1994, pp. 720 y ss.
186 CAP. 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA LA DEUDA ETERNA DE LA DEUDA EXTERNA 187
Así las cosas, por la crisis del petróleo y por la avaricia de los prestamistas, y llegó el
momento en que los gobernantes del Sur tuvieron que admitir que no
la liberación no puede consistir en un paso de la pobreza a la riqueza hacién- eran capaces de pagar la deuda acumulada. Por eso se presentaron ante
dose ricos con la pobreza de los otros, sino en una superación de la pobreza los bancos del Norte pidiendo nuevos préstamos y una serie de dilacio-
por la vía de la solidaridad. Se trata, eso sí, de los pobres con espíritu, de los nes de pago.
pobres que asumen su situación como fundamento en la construcción del A partir de ese momento se inició el calvario de los pueblos del Sur,
hombre nuevo. Desde la materialidad de la pobreza, ésta se levanta activa- porque los bancos declararon que habrían atendido las peticiones de
mente desde los pobres con espíritu hacia un proceso de liberación solidaria,
que no deja fuera a ningún hombre. Dicho de otro modo, se trata de unos po- los gobiernos del Sur, con tal que estos últimos hubiesen aceptado las
bres activos, a quienes la propia necesidad aguijonea para salir de una situa- reglas impuestas por el Fondo Monetario Internacional. Este organis-
ción injusta. De ahí que este hombre nuevo se defina en parte por la protes- mo, nacido en 1946 para vigilar las relaciones monetarias entre las na-
ta activa y la lucha permanente, que buscan superar la injusticia estructural ciones, interviene ante los estados deudores para poner orden en sus
dominante, considerada como un mal y pecado, pues mantiene a la mayor pagos. De hecho, el FMI sólo cumple esta misión respecto de los paí-
parte de la población en condiciones de vida inhumana. Lo negativo es esta ses del Sur.
situación que, en su negatividad, lanza como un resorte a salir de ella; pero Al Norte enriquecido conviene recordarle que, a pesar de su cacareo
lo positivo es la dinámica de superación.27 sobre los Derechos Humanos, está hoy mucho peor que antes. La renta per
cápita media mundial ha crecido desde los 651 dólares en el año 1820,
hasta los 5145 dólares en 1992, pero los países más ricos la han multipli-
LA DEUDA ETERNA cado por más de 400, mientras los más pobres sólo por dos, y algunos ni
eso. Por contrapartida, en 1970 la deuda era de 68 000 millones de dóla-
DE LA DEUDA EXTERNA res; a finales de esa década había crecido a 577000 millones de dólares;
a finales de los ochenta llega a 1 billón 300 000 millones de dólares; a
U n a injusticia estructural finales del noventa, a 1 billón 420 000 millones, y hoy día, a 2 billones
que clama al cielo 200 000 millones de dólares. Hay países altamente endeudados con una
deuda externa hasta seis veces superior al producto interno bruto. Por tan-
El proceso de empobrecimiento de la gente del Sur del mundo se ini- to, 4.4 veces del dinero que reciben esos estados debería destinarse a pagar
ció hace 500 años con el colonialismo y desde siempre ha seguido dos ca- la deuda.
minos: el de la explotación comercial y. el de la explotación del trabajo. Por otro lado, el país más endeudado del mundo es Estados Unidos, con
Pero desde hace 20 años ha surgido un tercer camino: el camino de la una deuda de 1.2 billones de dólares, pero a Estados Unidos no le imponen
deuda. La deuda es uno de los capítulos más acelerados de las relaciones intereses usurarios sus acreedores; aun siendo el país más endeudado del
Norte-Sur y constituye el peor insulto proferido a la gente del Sur porque mundo, ni siquiera son mínimamente importunados al respecto por el FMI,
ha sido orquestado por los bancos del Norte y por las élites locales casi antes al contrario: Estados Unidos impone su usura al resto del mundo, es-
exclusivamente para servir a sus intereses privados. pecialmente a los más pobres, para poder gastar 4 % más de lo que ingre-
La historia de la deuda se remonta a 1973, cuando los bancos del Nor- san. A Estados Unidos se le está prestando mucho dinero a un interés bajo.
te se encontraron con mucho dinero depositado por los emires árabes tras En el mundo económico desarrollado es muy normal que haya un endeu-
la vertiginosa subida de los precios del petróleo. Pero aquellos eran años damiento como cauce común para una mayor expansión, pero con interés
de crisis y no resultaba fácil colocar dinero en el Norte del mundo. Por eso dinerario bajo; sin embargo, los países empobrecidos reciben créditos a un
los bancos corrieron a ofrecer a los gobernantes del Sur la concesión de interés muy alto, y si se condonase la deuda de los empobrecidos, el merca-
aquellos préstamos que no estaban destinados a crear bienestar para el do subiría los tipos de interés para resarcirse.
pueblo, sino a financiar huecos en los balances públicos derivados de la Por su parte, los países empobrecidos han creado sus propias oligar-
corrupción, a construir obras públicas de prestigio, únicamente para dar quías, a veces vinculadas a multinacionales. La presión fiscal en esos
comisiones a las industrias del Norte a cambio de espléndidas mordidas, países apenas llega a 7 % sobre el producto interno bruto; es por tanto
a financiar la fuga de capitales, a comprar armas. muy baja. Ahora bien, si no se presiona fiscalmente la atención a la po-
Al principio, las condiciones ofrecidas por los bancos parecían ven- blación, se tendrá que hacer a costa del endeudamiento exterior, y el
tajosas, pues los intereses eran bajos; pero con el tiempo aumentaron interés del dinero será muy alto para la gente, además de que se favo-
recerá la corrupción del sector público, que compensa con mordidas lo
2
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que no gana.
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Una de las más crueles paradojas de esta situación es que el Sur ex- Pero el Fondo Monetario Internacional sólo se plantea cómo devolver
porta dinero al Norte. En 1982, América Latina transfirió casi 200 000 mi- el dinero a los bancos, e impone a los países del Sur reorganizar sus eco-
llones de dólares, a pesar de lo cual la deuda se incrementó en 100 000 nomías para estar en condiciones de pagarlas. Es verdad que sería nece-
millones. En conjunto, el Tercer Mundo en 1984, transfirió, 142 400 millo- sario controlar a las autoridades económicas de los países empobrecidos
nes de dólares y sólo recibió 92 300 millones. La espiral perniciosa de la para evitar la corrupción de sus gobernantes, los cuales gastan en benefi-
deuda se pone más de manifiesto al analizar lo que ocurre con los 17 paí- cio propio el dinero que reciben en forma de créditos para la reconstruc-
ses más endeudados. Para ellos el flujo negativo ha sido de 32 800 millo- ción de sus países. También es verdad que en algunos países empobreci-
nes últimamente. dos se ha conmutado o condonado parcialmente la deuda y han vuelto a
A pesar de estos pagos, la deuda no disminuye. Según el Banco Mun- endedudarse; por ejemplo, Venezuela ha recibido más dinero que el en-
dial, la deuda externa de los países en desarrollo volvió a aumentar en tregado en el Plan Marshall a Francia, y sigue igual. Sin embargo, ¿quién
1989; alcanzó 1290 millones de dólares. Cuanta más deuda se paga, más controla a los gobernantes corruptos de los países enriquecidos a costa del
deuda se debe. robo a los países empobrecidos?
A la vista de la situación, seguir prestando dinero al Tercer Mundo ya En todo caso, hay que favorecer la aplicación de una serie de refor-
no merece la atención de los banqueros del Norte. Así como el origen de mas estructurales que supongan un control sobre los gobiernos de los
la deuda se debió en gran parte al dinamismo de los bancos por colocar países deudores, pues resulta vergonzoso que a estas alturas de la histo-
sus fondos en manos de los gobiernos de los países en vías de desarrollo, ria haya ONG (Organizaciones No Gubernamentales) dedicadas a resca-
ahora abandonan a sus clientes y buscan nuevos mercados más intere- tar esclavos, como si fueran la Orden de los Mercedarios del Medievo, y
santes. Si en 1982 la banca privada financiaba los dos tercios de los prés- otras que se dedican a comprar deuda externa incobrable para los ricos,
tamos al Tercer Mundo, ahora los empréstitos casi se reducen a un tercio. para que se destine a atención social. Ese parcheo es indigno. Ahora
Si, además, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial no cu- bien, ¿qué reformas? Las medidas impuestas por el Fondo Monetario In-
bren ese vacío, la pregunta es quién va a ayudar a las naciones deudoras ternacional se llaman «políticas de ajuste estructural» y parten de una
a salir del pantano de la deuda. consideración muy simple: quien tiene que pagar una deuda ha de tra-
Pero los bancos han comenzado a despojarse de la deuda. Prefieren bajar día y noche, vender mucho, y consumir poco. Para ello se ve obli-
vender sus derechos como acreedores a los precios que alcanza la deuda gado a lo siguiente:
en el mercado, a cambio de su participación en empresas de esos países.
En 1987 se hizo un total de 8000 millones de dólares de conversiones de Agotar todos los recursos. Exportar lo más posible, explotando al
deuda por activos; al año siguiente fueron 22 000 millones. Los países en respecto todos los recursos naturales vendibles sin preocuparse de los
desarrollo exportan dinero y ven de este modo cómo sus infraestructuras daños ambientales y sociales que se pudieran derivar de ello. A lo cual
productivas pasan a manos imperialistas. habría que añadir que las materias primas tradicionales no tienen re-
Las políticas del Fondo Monetario Internacional están dando sus levancia en la economía de hoy, donde cada vez es más importante la
frutos para los enriquecidos, porque desde 1982 hasta 1991 los países informática: tradicionales materias primas básicas como el petróleo
del Sur han pagado -sólo por intereses- 750 000 millones de dólares. serán sustituidas a mediano plazo por la energía de fusión, cuya ma-
Si a éstos se añaden otros 750 000 millones de dólares como reembol- teria prima es el agua. Es importante caer en la cuenta de que las mate-
so de capital, resulta que en nueve años el Sur del mundo ha pagado al rias primas, abundantes en los países empobrecidos, siempre estarán
Norte 1500 000 millones de dólares. En efecto, los países del Sur de- por debajo del precio de los productos industriales abundantes en los
positan cada mes en las cajas del Norte 12.5 millones de dólares, y has- países enriquecidos.
ta la paupérrima África subsahariana devuelve cada mes al Norte un Ganar menos. Congelar los salarios y devaluar la propia moneda
óbolo de 1000 millones de dólares. Pese a ello, ¡la deuda del Sur es aún para abaratar los propios productos y hacer disminuir los consumos, in-
de 1 700 000 millones de dólares! De este modo llegamos al absurdo de cluso los necesarios, pues lo que era necesario ayer pasa así a ser lujoso,
que el Sur pobre financia al Norte rico. De hecho, desde hace varios exprimiendo cada día un poco más a las personas.
años (mediante reembolso de la deuda y de las ganancias), los capitales Encarecer el dinero. Aumentar las tasas de interés para desalen-
enviados desde el Sur hacia el Norte superan los enviados por el Norte tar tanto las compras a plazos por la gente, como la solicitud de prés-
al Sur (en inversiones, préstamos, donaciones). tamos por las empresas, aun cuando ello significa menos inversiones,
menos puestos de trabajo, más desempleo y, al final, de nuevo mas
190 GAP. 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA EL CIUDADANO PARTICULAR 191
deuda. La desocupación aumenta por todas partes, porque cuando se lizados, ponen de manifiesto su intrínseca trivialidad y dejan de interesar
tiene menos dinero no sólo se consume menos, sino que también se in- a quienes antes se mataban siquiera por rozarlos.
vierte menos.
Apretarse el cinturón. Sanear la balanza de pagos gastando menos
de cuanto entra en las cajas del Estado conlleva el incremento de las tasas El burgués, ser sin los otros
y el recorte drástico del gasto público.
Difícilmente puede imaginarse algo más escandaloso que la deuda: ¿Qué otra cosa podría ser el burgués, sino egocéntrico?
acumulada para enriquecer bancos, empresas y gobiernos corrompidos,
Se trata de una personalidad pasiva, dominada por la necesidad de "ser
finalmente son los pueblos los que deben restituirla al precio de un durísi- vista", donde la reivindicación egocéntrica es siempre receptiva: el egocéntri-
mo sacrificio, pues la primera palabra de orden del Fondo Monetario In- co aparece entonces como un niño que quiere verlo todo, oírlo todo, formar
ternacional es: «¡Apretarse el cinturón!», y para pueblos ya inmersos en la parte de todo lo que ocurre o se dice a su lado, ser siempre escuchado, servi-
miseria esto significa descender al límite de la existencia: entre 1986 y do, admirado el primero; en una conversación se encuentra impaciente por
1990, los salarios han descendido en Guatemala 30%, y hoy el salario anteponer sus propios recuerdos, las experiencias en las que ha participado,
medio de un obrero sólo alcanza para cubrir 40 % de las necesidades mí- las pruebas que le han convencido; corta la palabra, se adelanta indiscreta-
nimas de una familia. mente allí donde no ha sido solicitado. En cualquier asunto se muestra impa-
La política de «apretarse el cinturón», naturalmente, se extiende a to- ciente ante toda situación nacida fuera de él e independiente de él. Es que la
dos los ámbitos, incluidos los balances públicos y, puesto que para los go- conciencia reflexiva se desarrolla hasta el extremo bajo el influjo de una cul-
biernos cuentan más los carros armados que la gente, lo que se corta son tura de invernadero, y el tema del Narciso se introduce en estas vidas reple-
gadas sobre la contemplación voluptuosa del yo. Es un yo enroscado como
propiamente los gastos de instrucción, la sanidad, la seguridad social. Los un erizo sobre su propia conservación el que forma los segundos, y este nega-
efectos de estos recortes son desastrosos. Reaparecen enfermedades como tivismo se produce casi siempre por los desaciertos de la formación.28
la malaria, el tifus, el cólera. La disminución de los servicios escolares de
base está haciendo resurgir el analfabetismo. La suspensión de las inter-
venciones gubernativas para mantener bajo el precio de los géneros ali- El burgués, o la reducción del interés
menticios hace aumentar el hambre y genera revueltas populares, que re-
gularmente son reprimidas en sangre. En muchos casos, el recorte del humano a los intereses dinerarios
gasto público no sólo quiere decir empobrecimiento, sino también muerte.
La UNICEF afirma que la deuda, con sus políticas de ajuste estructural, La palabra interés (inter esse), que significa etimológicamente «estar
provoca cada año la muerte de 500 000 niños. Cuando algún delincuente entre», no la vive el burgués desde el "entre" que nos une. Emmanuel Mou-
mata por alguna deuda impagada, la ejecución se llama ajuste de cuen- nier ha descrito agudamente las cicatrices del dinero en el alma del bur-
tas; pero cuando el FMI decide liquidar a pueblos enteros se llama plan gués, aquel que ya no vive para ser sino para tener, aquel que para tener
de ajuste: ¿acaso no es la economía internacional la más eficiente expre- deja de ser, esto es, de relacionarse, o que cuando se relaciona reduce a ob-
sión del crimen organizado? jetos a los otros sujetos, intentando comprarlos y venderlos, alquilarlos,
traspasarlos, etc. Antiguamente había que morir por alcanzar ciertas cosas;
ahora basta con pagar dinero por ellas, porque el dinero, llave omnipoten-
te, poderoso caballero, todo lo compra; tanto tienes, tanto vales. El rico no
EL CIUDADANO PARTICULAR es rico y nada más: es nada más y nada menos que rico, como consecuen-
cia de lo cual el adinerado tiende a presentarse como el respetable, por
DEFENSOR DEL EGOÍSMO aquello de que una buena capa todo lo tapa; es la gran reverencia ante el
GLOBAL: EL BURGUÉS Gran Rey de este mundo: don dinero, Su Majestad.
El burgués se ciega en sus propiedades, se deslumhra con el brillo del
Pero ¿qué importa la injusticia al ciudadano neoliberal burgués? El oro. Las personas son para él oro en potencia, filón cuyas pepitas hay que
burgués se ha ido inclinando cada vez más hacia el egoísmo, y con el tiem- extraer, objeto de avaricia. La forma en que el dinero (aunque no sólo el
po, hacia la envidia: él envidia y, una vez que ha logrado alcanzar el obje- dinero) mina lentamente a personas e instituciones parece fácil de ver en
to de su deseo, entonces desea ser envidiado a su vez por los demás. Ni el ojo ajeno, aunque no tanto en el propio: «Y lo que es más grave de todo
sabe ni quiere ni puede salir de ese círculo. Ciertos privilegios suntuosos
reportan satisfacción a sus poseedores única y exclusivamente porque és- 2
"E. Mounicr, Obras. Datado del carácter, t. II, Sigúeme, Síilnm.inin, 1993, |).íy,¡iwis
tos suponen que los demás no pueden alcanzarlos pero, una vez genera- 567-569.
ir*¿ CAP. 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA El. PAPEL MANIPULADOR 193
-escribe San Juan Crisóstomo-, robas, te adueñas de las riquezas, no obli- talidad. Este falsísimo argumento constituye sin embargo uno de los tópi-
gado por la pobreza ni forzado por el hambre, sino para recubrir de oro el cos favoritos del Norte. Pero es un argumento falsísimo, porque:
freno de tus caballos, el techo de tu casa y los capiteles de tus columnas.
¿De qué infierno no serás digno por estas acciones cuando al hermano, a a) La población de la Tierra dista aún mucho de haber llegado a su
éste que es contigo partícipe de los bienes eternos y que ha sido honrado saturación; cualquier economista especializado en geografía de po-
como tú por el Señor, le inflinges miles de daños para adornar no ya a los blaciones sabe que podría multiplicarse todavía por cuatro la pobla-
brutos animales, sino los pavimentos y las piedras que no sienten?». ción mundial sin que faltasen en absoluto alimentos para mante-
nerla, y ello sin contar con las eventuales potencialidades futuras
derivadas del progreso.
EL PAPEL MANIPULADOR b) En el supuesto falso de que la Tierra hubiera llegado a su satura-
DE LOS MEDIOS EN FAVOR ción, ¿por qué no se dice que los países con mayor densidad de
población no son los países pobres, sino Japón, Países Bajos, In-
DE LA GLOBALIZACIÓN glaterra, tan interesados en controlar la población fuera de sus
NEOLIBERAL fronteras?
c) ¿Por qué están esterilizando a poblaciones autóctonas del Sur con
Un simple noticiero televisivo de 30 minutos nos hará contemplar baja natalidad (por ejemplo, poblaciones andinas, poblaciones in-
todo tipo de catástrofes naturales y artificiales, todo tipo de escándalos fi- dígenas muy reducidas que viven tranquilamente de la caza y de
nancieros, políticos, eróticos, etc., y tras este baño de mierda uno se pre- la pesca en las selvas amazónicas del Brasil), a cambio de presta-
gunta si todo esto no tendrá como objeto lograr despertar en cada televi- ciones económicas?
dente la sensación de que su propia vida es menos desastrosa, y que al fin d) ¿Por qué se oculta que África es un continente cada vez más des-
y al cabo todo va bien porque a mí, personalmente, no me va tan mal como poblado?
en la televisión. La gente feliz y a la vez sencilla sale menos en pantalla, e) ¿Por qué no se distribuyen mejor los recursos existentes, en lugar
no fuera a ocurrir que por comparación el televidente se sintiera desgra- de postular el exterminio de los pobres del planeta, en medio de
ciado y llegase a pensar cómo mejorar la situación. Sólo se nos muestra un ecodesarrollo insostenible?
en la pantalla pequeña -y como si fueran de otra galaxia, dada la distan- / ) Si el Norte se queja del avejentamiento de su pirámide poblacio-
cia que les separan de nosotros- a felices extraordinarios, gentes de la jet nal, ¿por qué no dejan entrar en sus países a jóvenes procedentes
society lejos de nuestras posibilidades, para que no se nos ocurra ni por del Tercer Mundo?
lo más remoto identificarnos con ellas por la mera vía del ensueño, de
la irrealidad o realidad virtual. No, no sobra población, sino que falta redistribución de la renta, y los ri-
Todo, en fin, pensado para que a nadie se le ocurra proponer un mun- cos del Norte antes serían capaces de matar a sus muertos, que de autorres-
do mejor, pues si así fuera, tal vez los primeros en desaparecer serían los tringir su derroche insultante. Tratando de acallar todo esto, el rico sigue la
propios medios de masa en su actual configuración. En la geografía del táctica del cuco: da los gritos en un nido, pero pone los huevos en otro.
mundo inútil o mapa de nuestros (des) informadores de todo género (mapa Lo que preocupa en el Norte es que en el Sur sean muchos y pobres,
elaborado por hombres de ciencia, para más detalle), aprendemos desde la mas como no se quiere que dejen de ser pobres, se intenta que dejen de
escuela que América Latina ocupa menos espacio que Europa, y mucho ser muchos. Lo que asusta al Norte y a las oligarquías del Sur (también
menos que Estados Unidos y que Canadá, y lo peor de cuanto decimos es Norte) no es que las personas sean pobres y mueran de hambre, sino que
que América Latina no solamente está achatada en el mapa geográfico, devengan un factor desestabilizador; que al crecer el número de pobres
sino sobre todo en el mapa de la realidad histórica presente. Por eso los ni- permaneciendo la desigualdad se altere la frágil paz de los poderosos
ños juegan a los cow-boys sin que ninguno de ellos quiera hacer el papel de mediante migraciones masivas, guerras civiles e interétnicas que blo-
indio... queen los trabajos de expoliación de materias primas, fenómenos de
contestación en algunos gobiernos que busquen romper con la "norma-
lidad" de los precios en el mercado, integrismo de carácter religioso, et-
La cuestión poblacional cétera.
Así las cosas, identificar «control de natalidad» con «disminución de
Según la prensa habitual, para que el Tercer Mundo salga de la situa- la tasa de natalidad» resulta enteramente falso, ya que hay países su-
ción de subdesarrollo en que se encuentra, debería limitar su tasa de na- perpoblados ricos y otros infrapoblados pobres; de igual modo existen
• i/-F \.JI\I: t . r«iKM/\(,ii)i\ UTICA V CÍVICA
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regiones superpobladas y otras vacías pero con posibilidades de des- RIESGO DE LA NUEVA SELVA,
arrollo. Así las cosas, además de ser falsa la relación entre población y
desarrollo enunciada por la Conferencia de El Cairo, además de eso no AHORA DEMOCRÁTICA:
se ha concretado la asignación para el desarrollo, pero sí, en cambio, se LA PERVERSIÓN DE LA POLÍTICA
ha concretado la lucha contra la población (17000 millones de dólares
hasta el año 2000, de ellos, por cierto, dos tercios aportados por los paí- Puede haber sociedades muy distintas:
ses subdesarrollados, repartidos como sigue: 10200 para planificación
familiar; 5000 para servicios de "salud reproductiva"; 1300 para edu- • países donde la sociedad civil sea muy fuerte porque posea una
cación y prevención de sida y otras infecciones de trasmisión sexual, y gran capacidad de organización, de motivación y de activación co-
500 para investigación y análisis de datos sobre población). En definiti- lectiva, con un Estado fuerte y bien articulado, capaz de recoger los
va, como ya había enfatizado canallescamente mucho antes Lyndon B. recursos y de estar presente en la sociedad civil, como es el caso de
Johnson: «Cinco dólares invertidos contra el crecimiento de la población Suecia;
resultan más eficaces que 100 dólares invertidos en el crecimiento eco- • un Estado fuerte y una sociedad débil, lo que es más frecuente;
nómico». De ahí las medidas antinatalistas: esterilizaciones en todo el • países donde ni el Estado ni la sociedad civil sean fuertes, como en
Tercer Mundo no declaradas a los interesados, especialmente a minorías el caso de las repúblicas bananeras.
étnicas (desde aborígenes australianos hasta indios mexicanos), esteri-
lizaciones y matanzas de nonatos a cambio de unos dólares o de un tran- Esto no impide que muchas veces las democracias no sean más que
sistor (como en la India), negación de trabajo asalariado a mujeres em- formas desgraciadas de política; es decir, conflictos de intereses disfraza-
barazadas (también en Occidente), matanza obligatoria de nonatos bajo dos de lucha de principios. Las malas políticas que hacen los malos políti-
sanciones incluso penales (como es el caso de China), cierre de ojos uni- cos les llevan a pensar únicamente en la próxima elección; pero si fueran
versal ante la permanencia e incluso renacimiento de la práctica del in- estadistas deberían trabajar para la próxima generación. Ellos parecen te-
fanticidio femenino, etcétera. ner la cabeza en el corazón, mientras que los estadistas han de tener el
Entonces, ¿por qué los países pobres aceptan esas asesinas impo- corazón en la cabeza. En medio de esto, quien se mueva para persuadir
siciones provinientes de los ricos? Porque son países endeudados con el a la multitud de que no está tan bien gobernada como necesita, tendrá
Norte, eternos dependientes de los precios mercantiles marcados por auditores atentos y favorables, pues ¿cómo acertará a gobernar a los de-
el Norte, de los créditos, de los chantajes, ... y no se quieren enfrentar más aquel político que no sabe gobernarse a sí mismo? ¿No sería el mejor
a sus amos. gobierno el que nos enseñara a gobernarnos a nosotros mismos, es decir,
aquel que se hace superfluo? Si un pueblo tiene el gobierno que merece,
¿cuándo merecerá no tener ninguno?
La estrategia geopolítica La mala política falta a la razón de ser de la democracia, que es la
ejemplaridad. Desde ese punto de vista, resultarían denunciables:
Estados Unidos desató la Guerra del Golfo alegando la ineludible ne-
cesidad de un Nuevo Orden Económico Mundial, que iba a ser supuesta-
mente impuesto por ellos mismos. En realidad, lo que buscaban sobre La partitocracia o prepotencia
todo era asegurar la llave que abre el barril de petróleo de esa zona. Pocos de los grupos parlamentarios
dieron la noticia de este modo, pues pocos son libres respecto del podero-
so caballero Dólar. Menos aún se han atrevido tras la masacre a recordar Las luchas entre los partidos son siempre perjudiciales. Según los par-
que el Nuevo Orden Económico no ha llegado en absoluto y que, antes al tidos se van consolidando y adquiriendo preponderancia social y repre-
contrario, ha tenido lugar una nueva recesión económica mundial gravísi- sentativa, la necesidad de mostrar una imagen de unidad interna, la de
ma: ¿quién dará la noticia del absoluto engaño representado por el tan ca- racionalizar los recursos o las estrategias, la de codearse con las élites de
careado new beginning? las organizaciones públicas y privadas, son factores que inciden más de la
Y, sin embargo, todo esto ocurre en democracia. Democracia: no es debida cuenta en la tendencia a la centralización y burocratización de los
poco, pero puede no ser mucho cuando se quiere justicia... Mientras tan- grupos parlamentarios.
to, estas cosas están siendo impulsadas por regímenes democráticos neo- De todos modos, cuanto más poder gana el partido tanto menos la ma-
liberales y globales. En esta situación, lo menos que cabe preguntar es: yoría de sus propios miembros, los cuales, como simples diputaditos de a
¿qué pasa con la democracia que tales cosas fomenta? pie, se limitan a obedecer la orden de su spokesman o portavoz, de suerte
• ¡su l^AK 4 . FORMACIÓN ETICA Y CÍVICA
RlESGO DE LA NUEVA SELVA 197
bierno) invadir el poder judicial (saltándose a la torera la separación de dos para premiar corruptelas) y que deberían ser los primeros en volverse
poderes recomendada por Montesquieu como la base de todo Estado de transparentes pues, de lo contrario, las zonas de opacidad del Estado son
derecho). Ahora bien, ¿quién controlará a los descontroladores, nuevos cada vez mayores mientras crecen la impotencia y el sentimiento de en-
controladores que vuelvan a descontrolar, y así sucesivamente? contrarse mal tratadas entre las masas populares, cuyas cuentas, por con-
trapartida, se quieren absolutamente limpias, claras y transparentes. De
ahí la permanente situación de desconfianza y de sospecha.
Desmoralización pública por agravio
comparativo
LOS MEDIOS DE MASA
Se agiganta la irresponsabilidad financiera y la prepotencia y corrup- Y LA MALA DEMOCRACIA.
ción de los funcionarios, con su correspondiente impacto en la desmorali-
zación pública. LOS CUATRO FILTROS
Se escamotean y se burlan con espesas redes y tramas los controles QUE OPACAN LA BUENA
fiscales defraudando comparativamente a los contribuyentes pequeños. INFORMACIÓN EN LA SOCIEDAD
DE LA INFORMACIÓN
Judicialización de la vida parlamentaria El filtro del capital
En última instancia, la vida social se judicializa hasta el extremo de El dinero es el que manda en la mala democracia; en ella, la publici-
estar un día sí y otro no sentada en el banquillo de los acusados, al final dad, que es un medio, y la superestructura del poder estatal (los partidos)
nunca castigados: mala forma de convivir. Entonces se da el siguiente se encuentran en connivencia íntima con el capital; son el capital mismo,
ritmo: sirviendo los periodistas de agentes suyos. Si en algún lugar se da por an-
tonomasia la globalización del monopolio del capital neoliberal global, es
• Surge el escándalo. en el ámbito de los medios: el mismo mensaje que se emite en España des-
• A él sigue una reacción autodefensiva: todo -asegura el poder- es de El País se emite también en la cadena de radio Ser, se emite también en
una campaña de infundios urdida por presuntos complots univer- Canal Plus de televisión, se enseña a los niños en la Editorial Santillana, y
sales. se vende en librerías Crisol. La sinergia de los holdings de los grupos de co-
• Viene luego el turno de las comisiones investigadoras, de las que no municación, la infoindustria, convierte a los media en multimedia, y a la
se saca nada en claro, con olvido del escándalo. mentira, en una mentira en cascada que refuerza el efecto-mentira de la
• Y vuelta a empezar. no-verdad. Para esto se necesita controlar muchas ondas, muchos periódi-
cos, muchos canales, y de ahí la lucha por ese control. Cables, ondas hert-
A su vez, todo esto corresponde a lo siguiente: zianas, fibras ópticas, satélites, obras públicas, configuran una red donde
al final quien manda es el propietario de esa tela de araña.
• Lo ocurrido tiene carácter excepcional e infrecuente cuando el nue- Ningún conductor de programa, director de periódico, etc., tiene la
vo gobierno llega al poder. menor autonomía ante el propietario del emporio. La pérdida de identidad
• Más tarde comienza a convertirse en zona franca, autopermisiva, ideológica de los grupos de información, en apariencia contrapuestos, se
aliviadero de tensiones. traduce en identidad argentaría o crematística; por eso la lucha ideológica
• En adelante pasa a ser razón de ser del gobierno, que necesita de- no es sino contraposición de los intereses económicos de estos holdings.
fenderse a sí mismo. Ellos quieren aparentar que tienen grandes diferencias, pero buscan lo mis-
• A partir de ahora, y para defenderse a sí mismo, no hay mejor de- mo. Cabe preguntar si los medios pueden ser democráticos en tal mono-
fensa que un buen ataque, por lo cual pasa a la acción deviniendo polio. Un dueño de un holding puede hacer caer a un magistrado o a un
elemento multiplicador de violencia (bandas parapoliciales, fondos ministro, pero un ciudadano no puede hacer caer al dueño de un holding.
para pagar cómplices, etc.). Todos pueden expresarse (democracia formal), pero no todos pueden ex-
presarse con la misma fuerza, como sería lo propio de la democracia real.
Se distribuyen al antojo de unos pocos los fondos reservados (fondos Los medios se sirven de la democracia formal para impedir u obturar la de
con doble fondo, fondos para pagar pistoleros y terroristas de Estado, fon- mocracia real o social.
¿uu LOS MEDIOS DE MASA 201
militantes obreros de mediados del siglo xix, que sus lugares de recreo eran cowboy solitario, enérgico y autosuficiente. Marlboro ha llegado a ser la mar-
tan sólo la taberna y las agrupaciones sociales, sindicales y políticas; pero ca más vendida en el mundo.30
la taberna en el sentido inglés, la taberna como lugar de encuentro y de
elaboración de cultura, como semillero de inquietudes; una taberna donde Los medios de masa son medios para masificar, están pensados para
en muchas ocasiones no se expedía una sola gota de alcohol pero se habla- Opacman. Todo vale con tal de que produzca abultadas cifras de venta: Ven-
ba de todo lo divino y lo humano. Fuera de la jornada de trabajo, de la re- de; luego, es bueno. Vende más; luego, es mejor. Es líder absoluto; luego,
lación familiar y de la militancia sindical y sociopolítica, nadie pensaba en es óptimamente bueno. Pues el valor moral queda suplantado por el valor
nada más. ¿Y la diversión centrada en el objeto de deseo, el consumo? Se- económico, la publicidad contra la moralidad. Para no pocos el fin de la pu-
mejante planteamiento no entraba en la mentalidad de la época, que tenía blicidad justifica los medios, por eso desaparece la contraposición entre
bastante «diversión» con la lucha por la supervivencia. En una palabra, la publicidad lícita y publicidad ilícita. Con el fin de vender se recurre sobre
publicidad no existía y brillaban por su ausencia los escaparates o expo- todo a los estereotipos animalizadores y sexistas, donde la mujer aparece
sitores de tiendas y comercios, a no ser de forma muy minoritaria en los como objeto de mercadería, al consumismo superfluo de bienes mostrencos
barrios más elegantes de las escasas ciudades más cosmopolitas, a las que (joyas, colonias), atentatorios contra la salud (tabacos) o directamente
no accedían los campesinos. devastadores de la naturaleza (automóviles, etc.). La publicidad no nos
¡Los tiempos han cambiado tanto desde que Thomas Jefferson dijera enseña a consumir menos (pues tal cosa iría contra la esencia del mercado
aquello de «prefiero periódicos sin gobiernos, a gobiernos sin periódicos»! neoliberal), ni siquiera a consumir más racionalmente, dado que se ha con-
Hoy vamos hacia un mundo de trabajadores consumistas compulsivos. Se vencido al consumidor de que cuanto más consuma más persona será: tanto
sufre por no tener el último modelo de algo hábilmente publicitado, mu- consumes tanto vales, consumes lo último, luego, eres más admirable.
chas veces banal y superfluo. La psicosociología ha descubierto y entrega- Y, como no hay publicidad neutra, sino al servicio de unos fines a los
do a los focos publicitarios las necesidades y su insaciabilidad; las nece- que publicita, en el mundo de la mercadotecnia tan importante llega a ser
sidades se han tornado insaciables, sobre todo gracias a la publicidad y a el vender, que el suplemento de fin de semana de todos los grandes pe-
otros mecanismos de promoción, que han unlversalizado el consumo de riódicos cada vez es más publicitario, publicidad disfrazada en forma de
lujo: ahora los lujos para los acomodados deben ser convertidos en necesi- artículos, publirredacción. La publicidad es noticia, y la noticia, publici-
dades para las clases más pobres. Los publicistas, al lanzar sus productos, dad, por eso el publirreportaje sustituye a la noticia. Tendremos prensa
no informan sobre los productos mismos; tan sólo resaltan el rol social con gratis, pero prensa publicitaria. El futuro es prensa gratis financiada por
reclamos emotivos sobre la diferenciación social que su posesión compor- los anunciantes, producto publicitario con formato de periódico, periodis-
ta y sobre el estatus que su posición confiere. La fuente del estatus ya no mo «gratuito» muy ideológico, pues potencia la cosmovisión hedonista.
es la capacidad para crear cosas, sino la posibilidad de adquirirlas. Hasta Con sonrisa dentrífico y olor desodorante, rostros famosos enseñan tele-
la clase trabajadora ha sido reeducada en el consumo dinámico de bienes génicamente a comer, a divertirse, a viajar, a comprar, a broncearse, a per-
de lujo. Obviamente, los hijos de los pobres se sienten frustrados por no fumarse, a descansar, a satisfacer deseos inducidos en el ámbito de la pri-
poder acceder al consumo de determinadas marcas de zapatos o de jeans. vacidad, que es lo que hoy importa. En el futuro inmediato, en lugar de
Si de la clase trabajadora pasamos al público en general, éste se en- publicidad directa, seremos invadidos por la publicidad indirecta respecto
cuentra representado por las asociaciones de consumidores, expertas en la de lo que come o lo que viaja tal o cual personaje famoso. La guerra es la
relación calidad-precio, pero no en la evitación del consumo desaforado. culminación de la publicidad por otros medios; por eso la publicidad cada
La insatisfacción continuada puede despeñarnos por la decepción, el des- vez cuenta más en la distribución de la noticia bélica, y las fronteras entre
ánimo y la depresión. Por su parte, la frustración continua empuja a la lo bélico y lo publicitario se han estrechado. La noticia se maneja como si
agresividad. No es, pues, de extrañar que la depresión y la violencia hayan se tratara de misiles; quien posee los medios posee las armas y viceversa:
alcanzado proporciones epidémicas. ahora la moda está en filmar el ataque desde la línea de fuego, una metra-
Los medios están enfocados a satisfacer unas veces la masificación del lleta, una cámara.
individuo; otras, el individualismo de masas: En este contexto, ¿tendrán libertad tal o cual medio para criticar a las
firmas publicitarias de las que extraen sus ingresos? No parece probable,
¿Conocen ustedes la anécdota del Marlboro? Era una marca de tabaco pues dependen de ellas. Allí no sirven de nada los códigos de conducta
fracasada que la empresa quiso reflotar. Los expertos en marketing descu- publicitaria, pues nunca hubo más distancia que en el universo publicita-
brieron que todos los segmentos del mercado estaban ya cubiertos y que sólo rio entre el ser y el deber ser. Para ello, en lugar de pasar desde el enten-
quedaba como posible diana de sus campañas un grupo de consumidores que
se declaraba "independiente" y "reacio a dejarse influir por la publicidad".
Para seducir a esos rebeldes, centraron toda la propaganda en la figura del "'.I. A Marina, (rúnicas </<• /<i iillraiiuxIniüiUid, Anagrama, Barcelona, 2000, |> I S2.
204 GAP. 4. FORMACIÓN ÉTICA V CÍVICA|1 205
dimiento y la razón del sujeto a su acción volitiva, manipula la voluntad TRES FORMAS FALSAS
y oculta las razones que podrían ayudar a discernir al consumidor. Por DE DEMOCRACIA COMO
todo ello, la publidad y los derechos humanos suelen estar reñidos.
RESULTADO DE TODO
LO ANTERIOR
Los medios de comunicación... y los fines
Paternalismo
Los pobres carecen de voz, aunque tengan voto; por el contrario, los ri-
cos disponen de todas las voces, gozan del monopolio (des) informativo, En esta situación, el individuo vive encantado con dejar las responsa-
pues quien domina los medios obtiene más parcelas de poder. Pues bien; los bilidades comunes en manos del Estado, que gestionará hipertróficamente
medios de masa, con sus agencias multimediáticas situadas en el Norte, re- aquello que el pueblo ha puesto en sus manos por omisión. Todo lo más,
presentan el rostro de los poderosos que les pagan, aunque griten desafora- cuando las cosas van mal, ante papá Estado el individuo se vuelve protes-
damente que ellos representan la quintaesencia de la prensa independiente tón, pero nunca crítico; despotricará contra papá, pero cada vez que surja
y soberana. algún problema correrá hacia su ubre para mamar las subvenciones corres-
Bajo el peso de tales circunstancias, los pobres no constituyen de pondientes. ¿Que el propio Estado se endeuda y a la vez necesita ser sub-
suyo noticia, a no ser cuando interesa a los ricos que se tornen carne de vencionado? Todo se andará; tengamos confianza en papá Estado. En el
papel, es decir, objeto de sensacionalismo amarillo o de expolio de cual- fondo, el individuo ha dejado en manos del Estado la propia condición de
quier clase; en pocas palabras, en beneficio propio. En el mapa de la no- adulto.
ticia o carta informativa de nuestros comunicadores, que es el que apren- Hondas son las repercusiones de esta actitud, pero sólo queremos men-
demos desde la escuela primaria, América Latina ocupa (contra natura) cionar ahora una, que afecta a todos, aquella que toca a la condición esco-
menos espacio que Europa, y mucho menos que Estados Unidos y Cana- lar. Son precisamente los padres quienes -autoeclipsados por no haber asu-
dá. Y lo peor de todo es que América Latina no solamente se encuentra mido ante sus propios hijos la necesaria y resignada condición de adultos-
achatada en la cartografía comunicativa, sino sobre todo en el mapa piden que el Estado eduque a los hijos que ellos mismos han maleducado o
geopolítico (allí, por cierto, el mapa del hambre adquiere proporciones deseducado. Como ellos, los padres, no han sabido administrar la frustra-
descomunales). ción que toda existencia comporta, especialmente en tiempos relativistas
Consecuencias desde la más tierna infancia: donde no existen modelos pedagógicos comunes, piden que el Estado sub-
vencione la euforia. Lo que los padres no quieren saber es lo que viene des-
• Que los niños juegan a los cowboys sin que ninguno quiera hacer el pués, aunque redunde en detrimento de sus propios hijos: que los propios
papel de indio. maestros de escuela y de enseñanza secundaria entran en crisis, porque a
• Que se pueden admirar las ruinas portentosas de la civilización su vez el Estado descarga en ellos el peso de la delegación subrogada por
occidental, mientras se asiste impávidamente y de brazos cruza- los padres mismos, quedando abrumados por la triple carga que grava sus
dos al envenenamiento de los ríos y al arrasamiento de los bos- pobres lomos: la carga docente, la carga social y la carga estatal.
ques del Sur por las multinacionales del Norte (por otra parte, Ahora bien, como por su parte los docentes tampoco pueden con tan-
promotoras de la curiosidad ecologista de tipo boyscout y de las ta carga, pues a su vez también ellos son hijos de su tiempo y ni siquiera
modas dietéticas). saben cómo hacer para educar a sus propios retoños (recuérdese el marco
• Que estamos muy enterados de los líos de faldas de los habitantes del sociojuridicismo moral en que todos viven), ellos mismos remiten al
de la Casa Blanca, o en los de la monárquica inglesa, pero no sabe- lugar de origen, el Estado, todas esas cargas que les desmoralizan y hacen
mos apenas nada de las hambrunas pandémicas ni de las enferme- entrar en crisis, o al menos procuran llorar compensatoriamente ante
dades de los pobres del Sur. papá Estado para que éste les consolide en la situación de funcionarios si
aún no lo son, o en la de catedráticos si ayer no lo eran, remedios que de
En resumen, que la información suele ser disimétrica en la relación todos modos, tras unos años de disfrute de la novedad, van perdiendo su
Norte-Sur, suele ser también fragmentaria las pocas veces que da noticia efecto balsámico, por aquello del envilecimiento cotidiano de los logros
del Sur, y su juicio le es frecuentemente suministrado en clave muy nega- obtenidos.
tiva a dicho Sur. En los medios de comunicación no predomina la neutra- Unos por otros, la casa sin barrer. Papá Estado no empuña la escoba
lidad; allí el fin (el mantenimiento del desorden establecido) parece que- para barrer, aunque sí para recaudar impuestos con los que golpea, siem-
rer «justificar» los medios. pre listado padrastro-madrastra.
206 TRES FORMAS FALSAS DE DEMOCRACIA 207
Juridicismo tésalas a que los funcionarios someten a los demás para darse importancia;
transgresiones de los reglamentos («Más vale pedir perdón que pedir per-
Según el juridicismo moral de los gobernantes, es moral lo que es le- miso»); continuas violaciones a la Constitución («la gran prostituta de la Re-
gal. Algo manifiestamente falso, pues sabemos que hay muchas leyes in- pública»); el fenómeno de «el tapado» (el nuevo gobernante sale misterio-
justas e inmorales. samente de un cónclave de amigos autosacralizados); la extorsión del juez
que vende la justicia; la prepotencia policiaca y su exigencia de "propinas"
antes de aclarar un delito; las "comisiones" de los contratistas a los funcio-
Sociologismo narios; los embustes a los medios de comunicación; el peculado o sustrac-
ción ilícita de fondos públicos por parte de quienes los manejan; la buro-
Consiste en tomar como moral la opinión pública, previamente mani- cracia que se come el presupuesto, etcétera.
pulada desde arriba. La democracia así manipulada no constituye verdade- «La corrupción somos todos», se ha escrito hasta en las bardas de las
ro sujeto social, sino algo con formato de libre mercado de intereses regu- casas con no poco cinismo. Pero de hecho ahí están las mordidas, los frau-
lado por las leyes de oferta y demanda, en que compradores y vendedores des fiscales, los «aviadores» que cobran sueldo sin trabajar, el soborno, el
modifican los términos de su relación contractual a la búsqueda no de la nepotismo, la extorsión, la grilla sucia (patadas debajo de la mesa), la co-
verdad, sino del beneficio. Por eso los valores morales se reducen a valores lusión del funcionario con el patrón en agravio de los obreros, el coyota-
de mercado, con su correspondiente cotización en función de intereses aje- je, la explotación del trabajador de niveles inferiores, la demagogia, los
nos a la lógica del bien moral: prevaricaciones, mordidas, concesiones de líderes charros, la fayuca o contrabando, los mordelones de tránsito, la in-
licencias, contratos amañados, adjudicaciones preferenciales ilegales de los fidelidad conyugal, la fanfarronería (ser echador, presumir de lo que no
propios partidos, cuya regulación -que no erradicación- se solicita ya se tiene, querer apantanar), la impuntualidad, el miedo a decir no, la en-
abiertamente, con el fin de que su legalización conlleve su legitimidad ante vidia (enanismo de quien busca todos los recursos para atacar a quien
la voluble opinión pública, vínculos de parentesco, clientelismo, neocorpo- sobresale de la común mediocridad), el despilfarro («yo pago la cena a to-
rativismo, nepotismo, trasvase de recursos públicos a negocios privados, dos»), el chambismo (búsqueda de «un puestito» sin pena ni gloria), el in-
amiguismo, corrupción perversa y polimorfa, y demás parentela. cumplimiento laboral de todos los días, etcétera.
Comprendemos que esto pueda resultar injusto e irritante para los po- Resultado:
líticos honrados, pocos o muchos, de cuyas consecuencias ellos mismos
son víctimas. «La corrupción generalizada es un problema cultural, tanto que para mu-
chos no llega a ser problema moral. Muchos mexicanos al dar sobornos se
sienten víctimas de la corrupción en lugar de contribuyentes a ella, y ni les
El círculo vicioso: a gobierno corrupto, pasa por la cabeza que obran mal y que son corruptos. Echan la culpa al siste-
ma y se lavan las manos.
pueblo corrompido-corruptor Dejamos fuera de estas consideraciones los asaltos, los secuestros, los
asesinatos políticos, el narcotráfico... Nos quedamos en la zona de los pecca-
¿Son malos los gobiernos porque han sido elegidos por malos electo- ta minuta.
res, o son malos los electores porque han elegido malos gobiernos? Quizá Cada sexenio se monta un teatro de cruzada contra la corrupción, y el
lo uno y lo otro. pueblo agraviado cree una y otra vez: "Eso ya se acabó; la corrupción es cosa
del pasado". El mesianismo sexenal -o cuatrienal- ha sido un tema recurrente
en nuestra historia.31
Actitudes corruptas de todos
Un gobierno perverso produce hábitos de dependencia del gobierno; La baja autoestima, el fatalismo, el disimulo...
por ejemplo: presidencialismo; paternalismo; mesianismo sexenal; centra-
lismo exagerado; servilismo ante los poderosos; resignación y conformismo; Baja autoestima
ritualismo en los aniversarios oficiales y en los informes de gobernadores y
presidentes; pactos entreguistas de alto nivel con poderes trasnacionales a Cuenta Octavio Paz que, en cierta ocasión, trabajando en su estudio,
espaldas del pueblo; conductas complacientes y alcahuetas de los sindicatos oyó de pronto un ruido y preguntó: «¿Quién es?». La criada respondió:
que, una vez impuestos (porque la afiliación no es libre), protegen tanto al
obrero que fomentan su indisciplina e irresponsabilidad; influyentismo (de- "M. KocIrÍKUcz y P Ramírez, Psicología del mexicano en el trabajo, McGraw-Hill, Méxi-
masiadas credenciales, muchas placas especiales y recomendaciones); an- co, 1996, p|> 407 y ss.
208 GAP. 4. FORMACIÓN RUCA Y CÍVICA ¿PUEDE LA DEMOCRACIA CORREGIR LAS INJUSTICIAS? 209
«No es nadie, señor; soy yo». Ni los individuos ni los pueblos pueden tener • En el discurso político, interés prioritario por el campo y por los cam-
aprecio por sí mismos cuando se saben corruptos. pesinos; en la vida real son ellos los olvidados.
¿Hace falta demostrar que la corrupción tiene que ver con la autodeva- • La prensa, la radio y la televisión inundan diariamente al país con
luación? No sólo tiene que ver, sino que es su expresión más sutil. Supone miles de millones de palabras de cuidadosa desinformación.
la conciencia de ser gente vulgar, incumplida y delincuente; y supone tam- • Y, si pasamos al ámbito individual, allí también campea la doblez.
bién la convicción de ser incapaz de ganarse la vida, y resolver los problemas Oímos a cada paso: "me hice la disimulada", "me hice la desenten-
con las armas limpias de las capacidades profesionales y de las habilidades dida". La mayoría de los ciudadanos muestran más preocupación
negociadoras. De ahí la baja autoestima, la inseguridad, el malinchismo por tener un buen coche que una buena casa.
(cualquier cosa extranjera parece mejor que la propia), el colonialismo cul- • Otro síntoma del disimulo: el camaleonismo político; la mayoría, no
tural, el refugio en roles prescritos y formas convencionales sin atreverse a sólo de funcionarios y burócratas, sino también de empresarios, van
innovar, el no involucrarse a fondo, la carencia de ideas propias, las rutinas tomando el color del grupo en el poder. André Bretón, el poeta exi-
ciegas que nadie se atreve a cuestionar, las quejas interminables del gobier- mió, definió a México como "un país surrealista".33
no mientras no se acude a votar para echarle, ni siquiera a participar en la
junta de vecinos, la sumisa manipulación de los trabajadores por los cabeci-
llas y líderes sindicales, etcétera. ¿PUEDE LA DEMOCRACIA
El abuso de diminutivos es un claro signo de baja autoestima: «Los di- CORREGIR LAS YA CITADAS
minutivos forman parte muy importante del lenguaje del mexicano. Los
hay de cariño, pero también los hay que rebajan las cosas y las personas INJUSTICIAS ESTRUCTURALES
("estoy juntando unos centavitos"). Y abundan también los despectivos HACIENDO POSIBLE UNA
("tengo un changarrito de refacciones", "voy a recoger mi carcacha en el CONVIVENCIA CIVILIZADA?
estacionamiento", "me conseguí una chamba")».32
Peor la dictadura
Fatalismo
No hay dictadura buena. La democracia es ese sistema político en el
De todo esto surgen varias actitudes fatalistas, que se traducen en re- que -como dijera Churchill-, cuando alguien llama a la puerta de la calle
franes como: a las seis de la mañana, se sabe que es el lechero. Y siempre es mejor en-
contrarse con el lechero que con un encapuchado armado. ¿Sólo eso? La
• Al que nace para tamal del cielo le caen las hojas. democracia perfecta sería una sociedad de ángeles donde, todos para uno
• Cuando el pobre tiene medio para carne, es vigilia. y uno para todos, formasen una grande y bien avenida familia; sin embar-
• El que ha de morir a oscuras, aunque muera en velería. go, la democracia formal, aquella en donde el Estado sirve a los intereses
• Unos nacen con estrella y otros nacen estrellados. de los más poderosos, es el peor régimen... excluidos los demás.
• El que nace para maceta no pasa del corredor. ¿Nada más? Como recuerda Octavio Paz, debe aceptarse que la demo-
• Que te mantenga el gobierno; etcétera. cracia no es un absoluto ni un proyecto sobre el futuro: es un método de
convivencia civilizada. La democracia, siendo el menos malo de los regí-
menes, dista de ser el óptimo. Gobierno tiránico es aquél donde el supe-
Disimulo rior es vil, y los inferiores envilecidos; gobierno bueno, aquel que hace
felices a los gobernados, y atrae a los que viven lejos; el mejor gobierno
Es la mexicana una sociedad de dos caras: aquel que nos enseña a autogobernarnos; el gobierno óptimo, aquel que
se hace superfluo. Se puede estar más o menos críticamente en favor de
• En la retórica oficial, la democracia; en la realidad, la dedocracia, la democracia, bajo cuyas capas diferentes se esconden muchas espadas,
así llamada humorísticamente por el pueblo (aludiendo al "dedazo" pero nunca fuera de la democracia.
en la designación de puestos). Desafortunadamente, si no cabe esperar siempre buenas leyes ni justi-
• En los emblemas de gobierno, la Revolución, con mayúsculas; pero cia de los estados donde reina la democracia formal, menos aún de aqué-
una revolución congelada. llos donde existen dictaduras. Verdad es que la justicia sin la fuerza, y la
fuerza sin la justicia, constituyen dos grandes desgracias; sin embargo, los cer personal y comunitario, no remite expresamente a Dios, pero tampoco
dictadores siempre olvidan que gobernar es pactar, y que pactar no es ce- lo niega expresamente, reconociendo la existencia de unos valores míni-
der, sino saber rectificar. Ellos se creen hombres incorruptibles -no es difí- mos comunes a todos los humanos y compartiéndolos con ellos en un plu-
cil autoconvencerse de lo que se quiere-, y hasta piensan que son como ralismo no impositivo, sino dialogado y argumentado, aunque los unos
los billetes de banco de un millón, que es difícil cambiarlos. Por eso no defiendan el origen meramente humano de dichos valores asegurando
quieren enterarse de que los gobiernos son velas; los pueblos, el viento; el que -si Dios existe- los querrá porque son valores y otros, por el contra-
Estado, la nave; el tiempo, el mar, y ellos, el lastre. Ellos, los dictadores, rio, que son valores porque Dios los quiere.
fusilarían a quienes se atreviesen a decirles a la cara esta frase: una pape- El laicismo, por el contrario, niega a todo creyente el derecho a tener
leta de voto es más fuerte que una bala de fusil. cualquier opinión racional incluso en aquellos asuntos en los que el cre-
No obstante, nunca se entra en un corazón por la fuerza, nadie puede yente es miembro de la sociedad civil, pretendiendo recluirle siempre en
ser llamado señor de otro por fuerza, tirano sí; por la fuerza, un rey pue- la sacristía, actitud que no deja de ser paradójica cuando se ejerce tras ha-
de hacer un noble, pero no un caballero. La fuerza tiránica sólo es capaz ber urgido con insistencia al creyente para que saliese continuamente a la
de hacer esclavos en torno a sí, el tirano hace a los esclavos, y los esclavos calle a protestar contra esa dictadura y a dar la cara por las libertades.
que aceptan su esclavitud hacen a los tiranos. Ese es el círculo letal de la
dictadura, aquel régimen en que la gente, en lugar de pensar, recita, y en
lugar de caminar, repta. Sin embargo, el dictador está siempre amenaza- Por una democracia dialógica
do, pues a muchos ha de temer quien es temido por muchos.
Así que hay que ir más allá del laicismo y del confesionalismo, pues
«no cabe rivalidad alguna entre las religiones y la ética cívica, como se
La democracia se ejerce en libertad empeñan en mantener laicistas y fideístas, llevados por su afán de enten-
y constituye u n hermoso desafío der las relaciones humanas como juegos de suma cero, es decir, como jue-
para todos gos donde lo que gana el uno lo pierde el otro. Es éste, por el contrario,
un "juego" en el que todos pueden cooperar en el camino de la justicia y
la liberación.34
Aunque los desafíos, también el de la democracia, nos incumben a todos,
no todos le afrontarán. En primer lugar, serán muchos los que, marginados y Ciertamente,
desarraigados socialmente, ni siquiera podrán llegar a plantearse cómo co- a las alturas de este siglo nada de lo moralmente exigible en los mensajes de
laborar con el orden democrático, pues bastante tendrán con sobrevivir cada las grandes religiones puede indigestar a cualquier no creyente que se encuen-
día. Además, habrá otros que, si bien no tan pobres económicamente, se en- tre en la etapa postconvencional de su conciencia moral, es decir, en esa etapa
contrarán tan desestructurados personalmente, que difícilmente lograrán en que sabe distinguir entre las normas convencionales de la sociedad en la
emerger del fondo oscuro de su caverna: alcoholizados, deprimidos... Un que vive y los principios morales universalistas, como puedan ser el kantiano
tercer grupo de inhábiles democráticos lo compondrán los egoístas acérri- («obra de tal modo que trates a la humanidad, tanto en tu persona como en
mos, aquéllos para los cuales prójimo es aquel cuyo parpadeo me molesta.. la de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca como un
Finalmente, tampoco aportarán nada a la causa democrática los pesimistas, simple medio»), los principios supremos utilizados por actuales pragmatistas
aquéllos para los cuales el hombre es un animal depravado e irrecuperable. («todos los hombres merecen igual consideración y respeto»), o el principio de
Entonces, ¿para quién es el reto de la construcción de una convivencia so- la ética dialógica («una norma sólo será correcta si todos los afectados por ella
cial democrática? Lisa y llanamente, para la gente capaz de buena voluntad. están dispuestos a darle su consentimiento tras un diálogo celebrado en con-
Cada valor conculcado o lesionado se constituye en un reto o desafío para diciones de simetría»). En nada puede contradecir un creyente a quien afirma
aquellas personas que quieran vivir como personas y ser tratadas como tales, que los hombres son fines en sí mismos, que merecen un trato igual, y que na-
die puede decidir sobre ellos sin consultarlos, que pueda resultarle un vino
mientras ellas, por su parte, tratan del mismo modo a las demás personas. "intragable" por fuerte. Todos han aceptado ya como una gozosa conquista, el
reconocimiento de la dignidad de los hombres.35
«Un creyente se encuentra "en casa" en una ética cívica que defiende la
El laicismo contra la democracia libertad, la igualdad, la solidaridad, los derechos humanos de las tres genera-
ciones y una actitud dialógica como la descrita; sólo que, desde su experien-
Una forma de mala voluntad democrática es el laicismo. No hay que
confundir lo laico con lo laicista. Es laico lo que, para orientar el queha- "A. Cortina, Ética civil y religión, l'PC, Madrid, 1995, p. 119.
''">('</., |>p. 83-84.
212 CAR 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA 213
cia religiosa, son éstos los mínimos que él quiere asegurar desde los máximos:
desde su vivencia de la paternidad de Dios y de la fraternidad de los hom- Eticas de máximos
bres.»36
Por su parte, las éticas de máximos son éticas de felicidad, pues inten-
Concluyendo: tan ofrecer ideales de vida buena. Ahora bien, cuando tengo algo por bue-
no, por felicitante, no puedo exigir ni imponer que cualquier ser racional
fe y razón son dos niveles distintos de exigencia, el de las premisas últimas, también lo tenga por bueno, porque ésta sí que es una opción subjetiva,
religiosas en el caso del creyente, y el de las conclusiones, compartidas por aunque puedo aconsejar seguir su modelo, invitar a tomarlo como una
unos y otros por ser tenidos como valiosos, que componen la ética cívica. A orientación conductal.
estos dos niveles he llamado ética de máximos, referidas a las premisas dife- En consecuencia, se trata de éticas religiosas:
renciadoras, y éticas de mínimos a las conclusiones compartidas.37
Mientras en una sociedad pluralista los ideales de felicidad pueden ser
distintos y resultaría irracional la conducta de quienes se empeñaran en exi-
Ética de mínimos y ética de máximos gir a todos sus conciudadanos que se atengan al que ellos tienen por adecua-
do, no sucede lo mismo con las convicciones de justicia. Cuando tenemos
en una democracia dialógica algo por justo, nos sentimos impelidos a intersubjetivarlo, a exigir que los
demás también lo tengan por justo, porque ciertamente existe una gran dife-
Eticas de mínimos rencia entre los juicios "esto es justo" y "esto me conviene", pero también
entre los juicios "esto es justo" y "esto da la felicidad". Si digo "esto me con-
Si las morales religiosas son de máximos (agathológicas, es decir, refe- viene", estoy expresando simplemente mi preferencia individual por algo, y si
ridas al bien y a la autorrealización personal), las morales racionales son de digo "esto nos conviene" amplío la preferencia a un grupo, mientras cuando
mínimos, es decir, deontológicas, referidas a normas universalizables, las afirmo "esto es justo" estoy confiriéndole un peso de objetividad que queda
cuales se han ido concretando al hilo del tiempo en los derechos humanos más allá de las preferencias personales y grupales: estoy apelando a modelos
de la primera, segunda y tercera generación, derechos que la humanidad ha intersubjetivos que sobrepasan con mucho el subjetivismo individual o gru-
pal. Decir que "esto hace feliz" es, por contra, bastante más arriesgado, por-
aprendido a través de la historia, a los cuales sería ya inmoral renunciar, y que ¿quién se atreverá a decir que esto es lo que hace felices a todos los seres
que, por ende, son trasmitidos generacionalmente. humanos, aunque parte de ellos se niegue a aceptarlo?39
Las éticas de mínimos son deontológicas, pues se ocupan del deón, del
deber, de la vertiente normativa, las cuales indagan qué requisitos mí- ¿Significa todo esto que en la ciudad democrática estén de más las éti-
nimos deben ser umversalmente cumplidos, ya que cuando tengo algo por cas de máximos basadas en las religiones? No, pues «desde cualquier re-
justo no estoy expresando un sentimiento meramente subjetivo o grupal, ligión o incluso desde la increencia es posible asumir racionalmente una
relativo a mi cultura o circunstancia, sino que pretendo que lo tenga por mínima ética cívica pública. El cristianismo, por ejemplo, no es una ética
justo cualquier ser racional que quiera pensar moralmente, esto es, que se de mínimos de justicia, sino una religión de máximos de felicidad. Los
sitúe en condiciones de imparcialidad y de universabilidad, válidas en to- mínimos de justicia le parecen irrenunciables, y se alegra por ello profun-
das las circunstancias. damente de que formen parte de la conciencia moral social de nuestro
Estas éticas no buscan hacer dichoso o bienaventurado al conciudada- tiempo; pero tales mínimos no agotan el contenido de la religión cristiana,
no, sino darle el mínimo exigible -el mínimo decente- «para que se labre su viva y rica oferta».40
su felicidad como bien pueda y quiera, porque ni la sociedad puede arre- Y, puesto que «fe y razón son bueyes de una misma yunta»,41 se hace
batarle sus decisiones acerca de cómo quiere ser feliz, ni está obligado posible ser creyente y a la vez ciudadano; fe y razón son bueyes de una mis-
tampoco a costearle la satisfacción de todos sus deseos, sean cuales fue- ma yunta, aunque con dos niveles distintos de exigencia, niveles autóno-
ren. Una sociedad que se empeña en hacer felices a sus ciudadanos, según mos, ninguno de los cuales puede pretender absorber al otro, por eso ni la
un modelo de lo que es la vida feliz, es una sociedad totalitaria, aunque religión puede suplantar a la moral civil, «ni la moral civil puede pretender
el modelo sea el de la mayoría, porque los ideales de felicidad son bien sustituir a las religiones, jamás una ética de mínimos puede pretender ser
diversos y nadie tiene derecho -tampoco la sociedad, por supuesto- a im- un equivalente funcional de la religión. Lo laico no entra en competencia
poner el suyo a los demás».38 con lo religioso, porque no intenta ofrecer una idea del hombre y de la his-
7bíd.,p. 117. '"A. Cortina, La ética cíe la sociedad civil, Anaya, Madrid, 1994, pp. 55 56.
Ibid., p. 4.
'"Cortina, Ética civil y religión, I'I'C, Madrid, 1995, p. 118.
¡bul., pp. 58-59.
"I/mi., p. 14.
214 CAP. 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA PARA PASAR DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA 215
toria desde la que iluminar la totalidad de la vida. Es más bien, si la expre- Por eso «tienen razón quienes dicen que no puede separarse de una
sión vale, una "instancia media", en la que muchas instancias últimas pue- forma tajante entre lo justo y lo bueno ni, por tanto, pensar en qué cosas
den coincidir y de hecho coinciden».42 pueden ser exigibles a toda persona sin tener cierta idea de qué es lo que
A su vez, hace felices a las personas». 46
En consecuencia, hay dos tipos de racionalidad:
en cada grupo puede muy bien existir algún tipo de magisterio reconocido,
que tenga una especial autoridad dentro de él. Éste es el caso de gran parte la racionalidad de aquello que es umversalmente exigible, y la razonabilidad
de grupos religiosos. Dado que en una sociedad hay diversas esferas y den- de lo que puede proponerse con pleno sentido, sin ser por ello exigible. Con
tro de cada una de ellas existe un tipo peculiar de organización, siempre que la racionalidad de lo universalmente exigible me refiero a aquellos conteni-
acepten el marco de conjunto, la existencia de magisterios internos a cada dos que pueden defenderse y apoyarse en argumentos de tipo lógico y, por
una de las esferas es perfectamente democrática. Y en este punto conviene eso, quien los mantiene está legitimado para pretender que cualquier hombre
recordar que atentan contra las posibilidades de convivencia que ofrece una dotado de racionalidad debe entenderlos y compartirlos. Ciertamente lo "ra-
moral cívica tanto los que se empeñan en negar a las iglesias su derecho a cional", que se refiere a los mínimos de una ética universalizable, no nos re-
expresar su opinión en materia moral, como los que creen desde una iglesia mite a un frío instrumento cognitivo de gentes sin sentimientos ni afectos,
que sólo ella está facultada para dar orientaciones morales y que el resto de sino a aquello que es ya intersubjetivable, es decir, que puede ser aceptado
las iglesias o de los grupos sociales debería someterse a tales directrices. En con argumentos por cualquier hombre porque forma ya parte de nuestros es-
una sociedad pluralista, por el contrario, no existe un magisterio único ni re- quemas cognitivos morales.
ligioso ni laicista.43 Lo razonable, sin embargo, es aquello que puede proponerse con pleno
sentido, pero no puede exigirse universalmente porque los argumentos que
En resumen, he aquí un cuadro comparativo: lo avalan son más narrativos que silogísticos. Por eso no pretenden convencer
argumentativamente, de modo que el interlocutor quede "derrotado" sin ar-
Éticas de mínimos Éticas de máximos gumentos, sino buscar una sintonía con el interlocutor a través del argumen-
to, siempre biográfico, de un relato.47
Ética de la justicia Ética de la felicidad
Lo justo Lo bueno En definitiva, «la ley vino por Moisés, pero la gracia y la verdad vinie-
Razón práctica Prudencia ron por Jesucristo», por regalo y no por prescripción.
Normas Consejos
Exigencia Invitación
PARA PASAR DE LA TEORÍA
A LA PRÁCTICA
Lo racional (mínimo) y lo razonable (máximo)
Así las cosas, «identificamos los mínimos de justicia con lo racional y La razón h u m a n a e s dialogica
los máximos de bienaventuranza con las ofertas religiosas»,44 sin que esto
Quien cree en el valor de la persona humana cree en la libertad de pen-
signifique que las propuestas religiosas no sean racionales, ni que la razón
sar y de expresar ese pensamiento, sabiendo escuchar atentamente a los de-
nada tenga que ver con la felicidad, pues
más en orden a la construcción de una empresa común. Y porque la razón hu-
es imposible, en buena ley, cortar con el bisturí el complejo fenómeno de la mana no es monológica, sino dialogica, haría suyo el aserto de Voltaire: «No
moralidad, distribuyendo papeles y responsabilidades entre dos bandos más comparto su opinión, pero defenderé hasta la muerte su derecho de usarla».
o menos extraños; como si a la ética de mínimos sólo competieran las cues- Muchas veces no se alcanzarán acuerdos pese a todo, pero al menos
tiones de justicia y pudiera defenderlas racionalmente sin contar con los sen- cabría decir: «Desenchufado el televisor, nos miramos los contertulios en
timientos, quedando para la religión proyectos de felicidad, salvación y senti- silencio, avergonzados en el fondo por la proverbial impotencia de la re-
do ofrecidos desde la irracionalidad. Sin duda no es éste el caso, porque la flexión. Pero alguien nos sacó del apuro con una observación, no por cíni-
razón humana es sentiente y el sentimiento racional.45 ca menos reconfortante: "bueno, nosotros, por lo menos, hemos organiza-
do un simposio"». 48
*2Ibid., pp. 81-82.
43
Cortina, La ética de la sociedad civil, Anaya, Madrid, 1994, pp. 63-65. •"'Cortina, La ética de lu sociedad civil, Anaya, Madrid, 1994, p. 53.
44
Cortina, Ética civil y religión, PPC, Madrid, 1995, p. 66. "Cortina, Ética civil y religión, PPC, Madrid, 1995, pp. 68-69.
"''/fri'(/., p. 67. 4
"A. Omina, La moral del camaleón, líspasa Calpe, Madrid, 1991, p. 131.
¿ID GRANDEZA Y MISERIA 217
Pero no hay que dialogar por dialogar, ¿por qué no introducir alguna cláusula de penalización por retraso en la
sino para hacer cosas buenas entrega de soluciones concretas y niveladoras, ¿sería acaso tan absurda
la fijación de fechas límite para dialogantes morosos autocomplacidos en
Sin embargo, desafortunadamente no es infrecuente leer cosas como sus interminables bizantinismos discursivos?
ésta al respecto: «Debido a la lentitud con que se desarrollaron las inter- ¿Y qué pasa cuando la democracia lleva al poder a quienes no son de-
venciones del centenar largo de mandatarios, a los últimos oradores les mócratas? La paradoja de la democracia es que los únicos que la permiten
tocó hablar de madrugada y en un salón que desde las primeras horas de no son capaces de garantizarla por siempre. ¿Se ¡legaliza a los antidemó-
la noche se encontraba ya casi vacío y con oyentes aburridos que aplau- cratas? Si no se hace así se corre el riesgo de que éstos acaben con la de-
dían sin entusiasmo. La mayoría de los periodistas habían abandonado el mocracia misma, pero si se les ilegaliza ¿no se vive ya de alguna manera
salón de sesiones, lo mismo que los líderes que ya habían intervenido. Por fuera de la democracia pura?, ¿debe considerarse democrática la elección
los suelos había multitud de hojas con informaciones y estudios de todo de quienes perseguirán a las minorías, impedirán los derechos de nume-
tipo que intentaban demostrar con cifras y gráficos la gravedad de la in- rosos ciudadanos o impondrán una forma inapelable de creencias y con-
justicia social en el mundo».49 Para evitar esto, no hay que hablar mucho ducta, siempre que hayan llegado al poder legalmente?
sino actuar mejor.
Las decisiones democráticas son mayoritarias, pero no toda decisión ma-
yoritaria es democrática. Ninguna mayoría tiene derecho democrático a votar
a favor de la sumisión sin derechos de las minorías o para imponer la desi-
GRANDEZA Y MISERIA gualdad política por razón de creencias, sexo, clase social, etc. En realidad,
ningún demócrata verdadero debería aceptar la pena de muerte. La autono-
DEL PLURALISMO CONFLICTIVO mía del individuo, base del proyecto democrático, exige que nadie sea iden-
tificado irreversiblemente con sus acciones malas o buenas.50
Inevitable pluralismo
Sea como fuere, la democracia permite al hombre libre surgir, pero es
Así pues, también la gente de buena voluntad vive entre conflictos re- el hombre libre quien permite a la democracia durar.
cíprocos. Don Pluralismo y doña Tolerancia son padres de don Conflicto. La democracia no se propone cambiarnos ni llevarnos a ninguna par-
Pero así es la rosa: la democracia es canto y llanto de todos, a diferencia te; pide que cada uno sea capaz de convivir con su vecino, que la minoría
de las dictaduras, que son canto de unos pocos y llanto de los demás. Y, acepte la voluntad de la mayoría, que la mayoría respete a la minoría y
dado que entre las gentes de buena voluntad existen diversos puntos de que todos preserven y defiendan los derechos de los individuos. ¿Y si la
vista, la democracia es el arte de posibilitar la concordia y de articular la mayoría se equivoca, y si es injusta, y si es racista? No sería la primera vez
pluralidad, pero siempre en tensa insatisfacción creadora. La democracia que pasara en la historia.
es como un hospital: ni de día ni de noche descansa. La articulación del he- En todo caso, debería ser el arte de aplicar en cada época de la histo-
cho democrático será siempre inmadura, problemática, precaria, limitada. ria aquella parte del ideal que las circunstancias hacen posible, el ejerci-
¿Qué hacer, pues, cuando las posturas son irreconciliables, tras haber cio de la justicia y el pudor; en su interior, el político debería morir más
agotado todos los cauces dialógicos? Desafortunadamente, la democracia, rico de buena fama y de benevolencia que de bienes.
no da respuesta a esta cuestión, aunque ella sea el lugar de la razón dialó-
gica, es decir, el punto de encuentro de los mínimos racionales en que to-
das las personas pueden llegar a concordar. Lo cierto es que no se puede
estar dialogando y dialogando toda la vida en torno a lo mismo, cuando Evitable discordia: declaración
se trata de discrepancias radicales. Hasta un hombre tan paciente y dia- en pro de una ética mundial
logante como Buda nos recomienda la acción cuando el diálogo ya no da
más de sí. Además, ¿cómo dialogar cuando la disimetría es enorme entre Pues bien, en una sociedad pluralista y multicultural como la de hoy,
los dialogantes?, ¿no tendrá don León que cortar sus uñas y prescindir de se trata de buscar, al menos, un acuerdo máximo en los mínimos y al me-
sus garras y dientes para hablar con don Conejo?, y ¿no habrá que poner nos un acuerdo mínimo en los máximos, toda vez que la moral racional
límites de calendario a las interminables rondas de negociaciones de las de mínimos resulta común a todos los humanos, sin por ello rechazar los
que tanto gustan los poderosos, mientras los pobres mueren de hambre?, máximos que viven las religiones más minoritariamente en sus respectivas
En ABC, 13 de marzo de 1995. ''"li Siivnlcí, DUriiiniint) ///mn/nn l'l.iiu'tii, ISarcHmi.i I'>'>'>
LA POLÍTICA COMO DEMOCRACIA 219
218 CAR 4. FORMACIÓN ÉTICA v CÍVICA
uno solo que posea el arte de la medicina basta para sanar a muchos, Zeus el primero no tiene a nadie delante sobre el que reposar su cabeza, su
responde: «Entre todos, y que todos participen de ellas, porque si sólo unos puesto es ocupado por turnos, de tal manera que, después de un rato, el
pocos participan de ellas como ocurre con las demás artes, jamás habrá segundo pasa a primero y el primero a último. Así, sobrellevándose y ayu-
ciudades. Además, establecerás en mi nombre esta ley: que todo aquel que dándose mutuamente, son capaces de cruzar sin peligro anchos ríos y has-
sea incapaz de participar del pudor y de la justicia sea eliminado de la ciu- ta brazos de mar, hasta llegar a la estabilidad de la tierra firme.
dad como una peste».53 Es, pues, falso aquello de que el poder corrompe y el poder absoluto
absolutamente, y aquello otro de que el poder enloquece. Falso, porque
allí donde hay poder hay ser; a más poder, más ser, la impotencia vendría
Más allá del amoralismo y del hipermoralismo a coincidir con el no-ser, y la muerte, con la pérdida total de potencia. Por
el hecho de ser, todo tiene un poder: incluso el viejo, o el niño, o el enfer-
Dos actitudes resultan inadecuadas en política: el hipermoralismo enfer- mo, pues sus rostros tienen poder sobre las personas morales que no les
mizo, o miedo a mancharse, y el amoralismo carente de escrúpulos, o caren- abandonan. Así pues, cuanto más poder compartido tanto mejor, más
cia de miedo a mancharse, más aún, el burlarse, el menospreciar la mancha. energía, más vitalidad. El poder compartido es el único que no corrompe.
Ambas actitudes suelen resultar comunes a los políticos y a quienes les cri- A más poder compartido, mejor bien común. Si cuanto no es poder es
tican. Pero el hipermoralismo no es mejor que el amoralismo político, y en impotencia, llenemos de igualdad la libertad, la igualdad de libertad y
último término responde al propósito mismo del cinismo político. ambas de fraternidad, pues, como dijera Pascal: «Sin la fuerza, la justicia
La política no es el arte de servir a los demás haciéndoles creer que se es impotente; sin la justicia, la fuerza es tiránica. Es preciso unir la justi-
les sirve. No es el conflicto de intereses disfrazado de lucha de principios. cia y la fuerza, y para conseguirlo hagamos que lo que es justo sea fuerte,
No es el manejo de los intereses públicos en provecho privado. No es el y lo fuerte, justo».
arte de hacer con los otros lo que no queremos que hagan con nosotros
mismos. No es la continuación de la guerra por otros medios. No hace
marchar del brazo la verdad y la mentira de modo que quienes la vean no No cabe política al servicio
sepan cuál es la mentira y cuál la verdad. No es la única profesión para la de una minoría aislada
que no se cree necesaria la menor preparación. No obliga a la gente a de-
cidirse por lo que no entiende. No es la ciencia capaz de traicionar los in- Si politizarse significa plenificarse en la totalidad, entonces carece de
tereses reales y legítimos creando otros imaginarios e injustos. No es la sentido el egoísmo político a costa de la explotación del prójimo. Ni gen-
maña para hacer creer al pueblo que es él mismo quien se autogobierna. tes buenas caben en estructuras perversas, ni estructuras perversas con
No es el arte bárbaro de producir víctimas ilustres, ni para triunfar en po- personas buenas. Un régimen político justo exige personas justas, y a la
lítica es necesario tener aspecto de honrado y estúpido, pero no ser lo uno inversa; de ahí que «meterse en política» no signifique otra cosa que irse
ni lo otro. Ni el político el rebelde de ayer, déspota de hoy. No. Ella es, y ajustando en comunidad con los demás no a costa de ellos ni ellos a costa
sólo puede ser, poder popular. Pero hay que tener mucho cuidado cuando de nosotros. Hacer política es hacer humanismo, no hacerla o hacerla mala
se dice que la democracia es tarea de todos, pues ya se sabe que lo que es es deshacer humanismo, esto es, hacer inhumanismo. El hombre tiene que
del común no es de ningún, por eso sería mejor afirmar que es tarea de ser político por ser hombre; no es que pueda, es que tiene que serlo.
todos y cada uno de nosotros. Política es aquella actividad que te permite salir a la calle e intentar
transformarla para mejorarla. Allí se pone definitivamente a prueba todo
lo que uno dice creer y todos los valores que uno dice defender, y no llo-
La política, arte del bien común rando en casa. La política exige participación en la vida social, y no aban-
dono de ninguna de las responsabilidades, todas ellas comunitarias y afec-
tando a todas y cada una de las esferas sociales.
Si las fuerzas se comparten, todo va mejor Justicia, moral y política, tienden todas juntas, no separadamente ni
desde distintas esferas, al bien común, de lo contrario quedan deforma-
Cuando los ciervos tienen que cruzar un río se organizan de tal forma, das. La comunión de ley es, a la vez, comunión de la ciudad y comunión
que cada uno de ellos lleva sobre su espalda la cabeza del que le sigue, del hombre, y tal comunión de comuniones sólo le resulta participable a
mientras él reposa su cabeza sobre la espalda del que le precede. Y, como quien la aprehende con más profundidad, a quien más responsable del
todo logo/cosmo/polita se siente: en última instancia, el cosmopolítico es
"Ptvtágoms, 320 d-322 d. el cosmopolita. Todos los individuos y '.'nipos intermedios tienen el deber
222 CAP. 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA LA DEMOCRACIA DIRECTA 223
de prestar su colaboración personal al bien común, de donde se sigue que ese sentido, política y democracia serían expresiones similares. La perso-
todos ellos han de acomodar sus intereses a las necesidades generales. Ra- na es sociopolítica; el animal, meramente social. Por eso, cuando alguien
zones de justicia y de equidad exigen especial cuidado hacia los ciudada- afirma no estar dispuesto a entrar en política, olvida que desde el momen-
nos más débiles, que puedan hallarse en condiciones de inferioridad para to en que nace entra en política.
defender sus propios derechos y asegurar sus legítimos intereses. Por eso, El hombre, en tanto político, puede con su razón (logos) modelar la
los gobernantes que no reconozcan los derechos del hombre o los violen ciudad (polis) compartiéndola con los demás en la naturaleza (fisis). Por
faltan a su propio deber y carecen además de toda obligatoriedad los de- la razón re-parte y parti-cipa (tomar parte). A esto llamaban los griegos
beres que dicten. justicia (diké). Cuando la justicia funciona, se hace ley (nomos). La autén-
Constituye, pues, un error (y no pequeño) separar la ética de la políti- tica ley emanará de la justicia, y ésta sólo de la participación de todos los
ca, pues al fin y al cabo la política es indisociable de la ética social. Por hombres en torno al ajuste colectivo. De pararse y burocratizarse en extre-
eso resultan inaceptables posturas individualistas y liberalburguesas como mo terminaría autodestruyéndose. Por eso el ajustamiento conforme a de-
la siguiente: recho («a cada cual según su trabajo») ha de irse perfeccionando en orden
a la confraternización o filia («a cada cual según sus necesidades»). La
Una vez autonomizada, es decir, superada la fase infantil que espera pre- justicia política queda así elevada al orden del amor (járis).
mios o teme castigos por hacer lo que en conciencia cree que más le conviene,
lo que distingue a la opción ética es que prescinde de la parafernalia de "obli-
gaciones" y "sanciones". También, por supuesto, del afán de "mérito" [... ] La
política, en cambio, es el reino de la sanción, de la amenaza persuasiva, de la LA DEMOCRACIA DIRECTA
disuasión terrorífica y de la imposición por la fuerza. Aquí estriba la primera Y PARTICIPATIVA: PODER
diferencia esencial con la ética, que es renuncia a la sanción y a la violencia. En POPULAR
política el otro puede estar de más y por eso hay que quitarle de circulación
como sea; en ética, el otro siempre es insustituible como aquel en cuyo recono-
cimiento debo reconocerme. Además, la ética se preocupa por conseguir bue- Poder democrático
nas personas y la política se ocupa de lograr buenas instituciones; y las buenas
instituciones se distinguen porque logran funcionar bien aunque las personas «Democracia» es un término griego introducido por Herodoto, que
que las encarnan no sean moralmente buenas. Así que la ética no puede ser el significa etimológicamente poder popular. Por su parte, la célebre Oración
remedio de la política.54 Fúnebre de Pericles, considerada como la primera herencia teórica de la
democracia ateniense, denomina al régimen de Atenas democrático «por
No: porque, a la larga, o todos nos salvamos, o todos perecemos; a la no depender del gobierno de pocos, sino de un mayor número». Allí todos
corta, casi todos, es decir, los más pobres. los ciudadanos son iguales en cuanto a su derecho a hablar en la asam-
blea (isogoría).
Su correspondiente latino es república, término que significa «cosa pú-
Zoon politikón blica». El protagonista de la democracia es el pueblo, de ahí que subrayan-
do ese protagonismo se haya definido a la democracia como «gobierno del
«El hombre es por naturaleza un animal social y, por tanto, aun sin pueblo, para el pueblo y por el pueblo», antítesis tanto del despotismo
tener ninguna necesidad de auxilio mutuo, los hombres tienden a la con- ilustrado (que pedía «todo para el pueblo pero sin el pueblo») como de la
vivencia».55 Según San Basilio: «El hombre es animal civil y sociable. Aho- democracia censitaria o selectiva de la tradición liberal francesa tanto de
ra bien, en la vida social y en la mutua convivencia es necesaria cierta Benjamín Constant como de Guizot (el cual tuvo -por cierto- una impor-
facilidad en la comunión de bienes para el auxilio del necesitado.» tante metedura de pata predictiva cuando, pocas semanas antes de la Re-
Hemos de reprochar a ciertos traductores haber vertido la expresión volución de 1848, lanzó su célebre aserto «¡El sufragio universal no lle-
aristotélica zoon politikón como «animal social», pues animales sociales lo gará nunca!»).
son también el borrego o la abeja, pero animal político sólo el hombre. El
hombre es un animal social, sí, pero un animal social que hace política, es
decir, que participa racionalmente en la gestión de lo que le es común; en Poder popular
M
F. Savater, Diccionario de filosofía, op. cit., 1995. Mas ¿qué quiere decir pueblo? De su comportamiento puede esperar-
"Aristóteles, Política, 3, 6; 1278 b, 19-21. se lo mejor y lo peor. En todo caso, por pueblo no siempre se ha venido
224 CAP. 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA 225
entendiendo lo mismo, y así los clásicos griegos estiman que el pueblo lo Responsabilidad
forman grupos sociales muy reducidos.
Aristóteles consideraba que 100 mil ciudadanos sería ya una mul- La individualización de los deberes en un sistema democrático requie-
titud incontrolable que acabaría con cualquier polis. Todavía durante re un notable esfuerzo de responsabilidad personal, que no puede subro-
el siglo xvni el propio Rousseau pensó la democracia perfecta para los garse: nadie puede suplirme ni obrar por mí: ni el partido, ni la masa, ni
pequeños cantones suizos donde casi todos los ciudadanos se conocen iluminado, ni representante alguno.
y donde basta con agitar la campana o casi con dar un grito para con- Cuanto menos mimesis (imitación inercial), tanta mayor méthesis (par-
vocar a todos en asamblea: la mejor democracia directa sería aquella ticipación personal). Muchas veces los criminales sociales surgen de la
que, sin mediadores ni representantes, eligiesen todos y cada uno de omisión y de la pasividad, de la ausencia irresponsable de cada uno de los
los ciudadanos contemplando sin mediaciones el rostro concreto del supuestamente no criminales, pues los criminales creen que no caerán en
convecino. (Quizá las nuevas tecnologías de las autopistas informáti- manos de la justicia; si caen, piensan que no los declararán culpables; si
cas favorezcan en el futuro la vuelta a aquellos orígenes.) En virtud de esto ocurre, se imaginan que la sentencia no será muy severa. Y lo peor es
tal presencialismo que rechaza la representación y opta por una demo- que a quienes no son criminales sociales se les debe en gran parte que
cracia como soberanía popular única e indivisible, Rousseau rechaza aquellos piensen como piensan.
incluso la teoría de Montesquieu relativa a la separación de poderes,
comparando los argumentos que dan los prestidigitadores japoneses
que, ante la vista de los espectadores, cortan a un niño en pedazos y Autonomía y autoorganización
lanzan éstos hacia arriba, después de lo cual el niño cae abajo vivo y
entero.
Autonomía
Por otra parte, las antiguas democracias directas fueron originariamente
agrarias y artesanas donde los márgenes de enriquecimiento desigual eran La autonomía responsable prueba que el ser humano es capaz de dar-
limitados y controlables a ojos vista, tangibles, mientras que las actuales de- se a sí mismo sus propias leyes, y de dárselas con libertad y solidaridad,
mocracias se han ido tornando tecnológicas, dando lugar a fabulosas acumu- trascendiendo el interés puramente egoísta y orientándose hacia la bús-
laciones dinerarias invisibles, con la subsiguiente dificultad de su control, y queda de justicia. De la autonomía brota la isonomía o igualdad ante la
a inconmensurables disparidades de fortuna. ley tanto en su promulgación como en su revocación. La democracia par-
Eso hace que hoy nos encontremos ya en la democracia de masas, en ticipativa invita a cada cual y a todos, de acuerdo con la común condición
la cual no cabe la democracia directa, sino sólo la representativa. que comparten y que discuten de igual a igual.
El reconocimiento de la igualdad del otro no conlleva la confusión, sino
que cada uno es cada uno, juntos pero no revueltos: cada uno es idéntica-
LA DEMOCRACIA mente igual en ser idénticamente distinto. En una sociedad democrática,
REPRESENTATIVA los individuos llegan a ser iguales política y jurídicamente, pero no inter-
cambiables, y por eso la autonomía deviene mutuo apoyo: todos para uno
En la democracia de masas todos pueden, al menos, votar para elegir y uno para todos.
y controlar a sus representantes gracias al sufragio universal, cuya fórmu- Por lo demás, la autonomía solidaria, al desarrollar en el individuo el
la es «un hombre, un voto». altruismo, se convierte en fuente de felicidad debido a la autoestima que
A diferencia de lo que ocurre en la democracia directa, en el sufragio tal actuación conlleva, a la par que la estima ajena: la democracia partici-
universal, de la democracia de masas los electores no gobiernan directa- pativa deviene así una forma de vida en sí misma valiosa.
mente ellos mismos, sino que eligen a unos delegados, diputados, repre-
sentantes o compromisarios organizados en partidos políticos, los más vo-
tados de entre los cuales, a su vez, eligirán el gabinete de gobierno. Esta Autoorganización
desviación en la elección puede repetirse cuantas veces se quiera, dando
lugar a sufragio indirecto de segundo, tercero o séptimo grado, procedi- Se trata, pues, de construir métodos democrático-comunitarios, ya que
miento de elección de compromisarios. l;i democracia es, ante todo, la dinamización de actividades socializadoras.
Sus características serían: Así pues: ¿cómo nos organizamos para posibilitar conductas participativas,
cómo llevaremos adelante la cogestión en órganos autónomos municipales
(empresas, patronatos, equipamientos...), cómo potenciaremos la forma-
226 CAP. 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA 227
ción, el asesoramiento y el apoyo a las asociaciones (participación de repre- misma, con el fin de que donde abunda lo torcido sobreabunden lo rec-
sentantes ciudadanos en las comisiones informativas municipales, referen- to y lo correcto, lo derecho y el derecho.
dos de iniciativa popular...), cómo realizaremos todo ello con la inevitable ¿Para qué tanta información? Para la mayor y mejor participación.
participación ciudadana en la organización, desarrollo, seguimiento, elabo- Cuanto mayor sea la complejidad del Estado, contra lo que viene acon-
ración de reglamentos, etcétera? teciendo en la democracia de masas, tanto más imprescindible se hace
un mayor conocimiento de él por parte de los individuos, que no sólo
han de ser defensores de la democracia que ellos mismos se han dado,
Control antes, durante y después sino también fiscales y jueces de aquellos que -fueren quienes fueren-
la conculcan. La democracia se define por el control. El pueblo no elige
Para que la democracia de masas no se reduzca al mero ejercicio del competencias o poderes para sí mismo, sino controladores para vigilar
voto en un mercado electoral que provoca cada vez mayor distanciamien- las competencias de las élites. El pueblo sabe que con eso las molesta,
to entre los profesionales de la democracia y la mayoría de la población, pero se dice a sí mismo que evitando poner cada día una piedra nueva
en cuyo caldo de cultivo a nadie puede extrañar que surjan fenómenos de en la Bastilla no tendrá que demolerla luego. Por eso desconfía también
corrupción y de desencanto, el ciudadano ha de ejercer el control de su del ciudadano que por su propia debilidad se entrega voluntariamente a
voto siempre. un amo.
El ciudadano responsable lo es siempre: en el ejercicio democráti- Por eso, allí donde sea necesario un Defensor del Pueblo, allí el pueblo
co de sus deberes y en el ejercicio democrático de sus derechos, en el no sabrá defenderse a sí mismo y, por ende, quedará indefenso.
voto en las urnas (o en su abstención responsable), en la elección de
sus representantes allí donde fuere posible y necesario, en el control
riguroso de los gobernantes. Se es responsable antes de las elecciones, Llenar de libertad la igualdad democrática,
durante las elecciones y después de las elecciones. O -en el caso del llenar de igualdad la libertad democrática
anarquista consciente que, aunque no vote, trabaja día a día por la
participación política- antes de la abstención, durante la abstención o La clásica frase electoral «un hombre un voto» poco vale en Brasil,
después de la abstención, abstención siempre activa y no de mero des- cuando sólo pagan impuestos 7.5 millones de personas frente a 75 millo-
entendimiento. nes de votantes, con lo que se muestra que existen millones de ciudadanos
La democracia participativa constituye un plebiscito de todos los con capacidad electoral que no son más que ciudadanos de segunda clase.
días; por ende, no puede ser demasiado perezosa, no se excusa ni se es- Hay, pues, que caminar hacia una sociedad tal donde todos sus miembros
cuda en el trabajo del común que evita el mío, pues entonces lo que es tengan igual posibilidad de realizar sus capacidades instrumentando me-
del común no es de ningún. La denuncia testimonial, la resistencia fren- didas que corrijan las desigualdades fácticas, con el fin de que cada cual
te a los abusos de poder, puede transformarse en un proyecto «positivo» pueda ver desarrollado y cumplido lo mejor de sí mismo.
y con posibilidades de éxito. Este esperar sin dormitar marcaría la ac- Si la igualdad constituyó la antigua aspiración del gran movimien-
titud propia del «resistente activo». La democracia propugna un tipo to obrero del siglo xix, y la libertad (el liberalismo), la exigencia de los
de sociedad civil fuerte, viva, articulada, culta, ética, y progresivamente modernos, ¿qué sería antes: lograr la libertad o la igualdad? Desde lue-
creciente. Para ello habría que tomarse en serio que la liberación de la go, lo primero es comer y lo segundo es trabajar; así pues, bien venido
sociedad civil es cosa de la sociedad civil misma y nunca una concesión sea quien antes y con menores costos humanos satisfaga esa necesidad
gratuita del poder. primaria e ineludible. Pero lo urgente no ha de hacernos perder de vis-
ta lo fundante. Libertad e igualdad tanto montan montan tanto: liber-
tad sin igualdad, vacía; igualdad sin libertad, ciega. Ni libertad sin
Conocimiento y transparencia igualdad, ni igualdad sin libertad. Hay que llenar de igualdad la liber-
tad, y la libertad, de igualdad, la democracia es esa tarea. Como dijera
Pero todo esto exige conocimiento de los hechos y de las situaciones: Alexis de Tocqueville: «La democracia no da al pueblo el gobierno más
transparencia. Sin ella no hay democracia crítica. El demoparticipante ha hábil, pero hace lo que el gobierno más hábil, es frecuentemente inca-
de estar bien informado de lo que se cuece en las distintas esferas del po- paz de hacer: expande en todo el cuerpo social una inquietante activi-
der, para estar en condiciones de alertar sobre posibles fraudes, etc., así dad, una fuerza sobreabundante, una energía que no existe jamás sin
como para corregir esas desviaciones, pues no basta con denunciar el mal, ella y que, por poco que las circunstancias sean favorables, puede ha-
sino que hay que anunciar el bien en la democracia como en la vida ci'i maravillas.»
228 229
decer la verdad con independencia, porque la verdad es la verdad, la diga El desafío ecológico
Agamenón o su porquero, hace falta ser... ¡sencillamente una buena per-
sona!, es decir, un hombre bueno, en el buen sentido de la palabra bue- La naturaleza no puede ser transgredida. Quien destruye la naturaleza
no, algo que ningún profesor de ética podrá describir sin recurrir al pri- cava su propia fosa. Un ecologismo democrático y bien fundado pondrá en
mero de sus atributos, la imparcialidad, la cual consiste en tomar parte el centro de su discurso a la persona. No es el hombre para la naturaleza,
por lo absoluto, y no por las perspectivas relativas. sino la naturaleza para el hombre. Obviamente, no somos enemigos de los
Desafortunadamente, las críticas débiles o hipócritas contra los polí- árboles, pero más que todo vale el ser humano. Un espalda mojada es siem-
ticos abundan; con frecuencia tenemos mucha vista para perseguir la pre, incondicional y cualitativamente superior a cualquiera otra especie ani-
mala política de quienes dirigen la cosa pública, pero hacemos vista gorda mal -en vías de extinción o no- y como tal hay que cuidarle. Y, porque la
cuando nosotros mismos adoptamos pautas de conducta que a la larga ecología comienza por la persona, también la persona ha de comenzar ac-
van a redundar negativamente en la sociedad. En efecto, cuando tal ciu- tuando ecológicamente. Ejercicio de congruencia democrática: ¿qué tal si
dadano enfatiza que pagará sus impuestos después de que todo el mundo para comenzar a ejemplarizar dejamos de fumar, dado que la democracia
los pague, y sólo entonces: ¿acaso no está buscando una coartada para no que no comienza con el ejemplo de cada individuo no llega a sustanciarse
pagar uno mismo, aferrándose al mal ejemplo que sin duda algunos da- comunitariamente?, ¿qué tal si no arrojamos basura a la calle?, etc. Si no
rán? Y, sin embargo, ¿por qué cuando se trata de reivindicar nuestros de- estamos dispuestos a asumir los pequeños gestos, ¿para quién dejaremos
rechos corremos a protestar sin esperar a que lo hagan todos y cada uno de las grandes gestas? La democracia dice: no dejarás para los demás lo que
los otros: por qué ese otro señor se queja indignado ante cualquier fallo puedas hacer por ti mismo, madruga tú más.
de los parlamentarios pero practica la filosofía del «me engañarán en el
sueldo, pero en el trabajo les engaño yo a ellos»? Y ¿qué pasa cuando este
otro grita contra el despilfarro y la malversación de fondos públicos, pero El desafío de la vida
despilfarra en su casa agua, luz, etc., aunque la sequía resulte alarmante?
¡Qué «tolerantes» con nosotros mismos, y qué intolerantes con los demás! Todo ser humano, en la medida en que sea racional, defenderá el de-
Cuando se alega que ellos, los políticos, «están obligados a dar ejemplo», recho a la vida. Una especie que conculque este derecho se automutilará
¿cómo podríamos nosotros recriminar su mala conducta, si en lo que tene- biológica y éticamente. La cuestión de la vida no es algo que deba dejarse
mos a nuestro modesto alcance somos tan poco ejemplares como ellos? al arbitrio de cada ciudadano en particular, sino que ha de ser defendido
¡La política no se rige por la ley del embudo, lo ancho para mí y lo estre- también por las instituciones, es de orden público: no se puede matar a
cho para ellos! nadie. Nunca debe atentarse contra la vida del niño o niña que va a na-
cer, aunque la madre sea violada. Es triste y lamentable que una mujer sea
violada, y hay que castigar duramente al violador. Pero, por encima de
todo, hay que defender la vida de todos y de cada uno, especialmente la
EL ESCENARIO DEL PLURALISMO vida de los seres más indefensos, las personas que van a nacer.
DEMOCRÁTICO ACTUAL La vida que hay en el vientre de la madre es el test de toda democra-
cia, la última palabra en torno a la cual ningún diálogo es posible: no se
Ciertamente la democracia es pluralismo, pero un pluralismo asentado puede negociar con esa realidad sagrada, no cabe plantear otra cosa que
paradójicamente sobre un monismo, el de un mundo globalizado, del que su vida. La vida de quien va a nacer es la prueba de fuego de la democra-
ya hemos hablado suficientemente en este libro, y al que se denomina con cia, su razón de ser, algo no sometible a pactos. Los demócratas han de
distintas palabras: posmoderno, neoliberal, de pensamiento único, etc. Son ser los más grandes y entusiastas defensores de quienes no pueden defen-
unos pocos los que globalizan -meten en un mismo globo- a todos los de- derse a sí mismos, de las personas más débiles. La sociedad juzgará maña-
más, cuya libertad y pluralismo es mucho menor del que se pregona. Esos na con infinita dureza a los y a las abortistas; a su lado, los defensores de
pocos multinacionalizados o transnacionalizados dominan el globo y pro- la esclavitud parecerán grandes demócratas.
ducen uniformidades que imposibilitan el plural diálogo en igualdad. Ése El verdadero demócrata defenderá la vida siempre y en todo lugar,
es el escenario real. Una democracia sana y verdadera, una democracia vida que comienza desde el instante mismo de la fecundación. Y la defen-
moral, debería tenerlo en cuenta para no dejarse seducir por cantos de si- derá en medio de la adversidad, a pesar del secuestro emocional con que
rena y denunciar esa manipulación ejercida por los pocos, a la vez que para cierta prensa poderosa -enemiga de los débiles- manipula a la opinión pú-
descubrir las voces sofocadas de los muchos, cuyo grito resulta inaudible. blica presentando a los defensores de la vida como reaccionarios integris-
Veamos cuatro retos que debería afrontar la democracia hoy. tas, derechistas fundamentalistas, papistas vaticanistas, etc., adjetivaciones
^OíS I J A K 4 . FORMACIÓN ETICA Y CÍVICA
EL ESCENARIO DEL PLURALISMO 2ÍIII
tanto más frecuentes cuanto menores son los argumentos que las fundan. todos, ricos y pobres; ¿por qué os arrogáis, ricos, el derecho exclusivo del
Tampoco faltarán las descalificaciones profesionales, y hasta las personales. suelo? Nadie es rico por naturaleza, pues ésta engendra igualmente pobres
Si la democracia se relaja en esta cuestión, vivirá bajo el signo de una a todos. Nacemos desnudos y sin oro y plata. Desnudos vemos la luz del sol
democracia victimatoria, construida sobre los féretros invisibles, pero rea- por primera vez, necesitados de alimento, vestido y bebidas; desnudos reci-
les, de los abortados. El derecho a la vida, el primero y central de los dere- be la tierra a los que salieron de ella, y nadie puede encerrar con él en su se-
chos humanos sobre los que se funda la convivencia democrática, habría pulcro los límites de sus posesiones. Un pedazo estrecho de tierra es bas-
quedado conculcado, sustituido por falsos eufemismos. tante a la hora de la muerte, lo mismo para el pobre que para el rico, y la
Ahora bien, quien se compromete con la defensa de la persona que va tierra que no fue suficiente para calmar la ambición del rico lo cubre enton-
a nacer debe también comprometerse con la defensa de la vida en todas ces totalmente. La naturaleza no distingue a los hombres en su nacimiento
y cada una de sus manifestaciones: estará en contra de la pena de muerte, ni en su muerte. Les engendra igualmente a todos y del mismo modo les re-
cibe en el seno del sepulcro. ¿Quién puede establecer clases entre los muer-
en contra de la tortura, en contra del machismo, en contra del trabajo de tos? Excava de nuevo los sepulcros y, si puedes, distingue al rico. Desen-
niños menores, en contra de los salarios de hambre, etcétera. terrado poco después una tumba y hablad si reconocéis al necesitado. Acaso
En este sentido tenemos que decir con gran dolor -insistimos: con gran solamente se puedan distinguir en que con el rico se pudren muchas más
dolor- que son malos compañeros de viaje en la defensa de la vida aquellas cosas.57
personas que se han enriquecido con los despojos de los pobres, a los que
a duras penas permiten sobrevivir, o simplemente aquellos que retribuyen «Dios nos puso en común las cosas fundamentales para la vida, ¿por
con salarios ínfimos a sus trabajadores y empleados domésticos, aunque qué separarnos por culpa de la propiedad que unos tienen y de la que
ello sea conforme a lo estipulado social y legalmente. Estas personas explo- otros carecen? Lo que es común y ha sido dado para uso de todos lo usas
tadoras cometen crímenes abominables, y tras su coartada (falsa de todos tú sólo. El amor hace común lo que tiene cada uno: te hace ver en el próji-
modos) se agazapan quienes cometen los crímenes aún más abominables mo otro tú mismo y te enseña a alegrarte de sus bienes como de los tuyos
contra la vida. propios, y a soportar sus defectos como los tuyos propios» (San Juan Cri-
sóstomo).
Justicia no es decir pero no hacer, o hacer lo contrario de cuanto de-
El desafío de la justicia social cimos. Justicia no es enfatizar que hay Constituciones y que todos somos
libres e iguales ante la ley, si luego a la cárcel van los más pobres y no
A menos que den a la riqueza acumulada un uso social, los ricos serán los más ricos, que además salen de ella antes habiendo cometido delitos
antidemócratas; es decir, formarán parte de una democracia verbal o for- mayores. «Justicia es -como dijo Aristóteles- abstenerse de la pleonexía,
mal, pero no de una democracia real, y harán transparente eso que dijeron esto es, de obtener para uno mismo ciertas ventajas apoderándose de lo
algunos Padres de la Iglesia: que el rico es ladrón, hijo de ladrón, o nieto que pertenece a otro, sus propiedades, sus remuneraciones, su empleo o
de ladrón, pues no es justicia tener lo común por público y lo privado cosas parecidas; o negándole a una persona lo que le es debido, el cum-
como propio, pues «la naturaleza engendró el derecho común y la usurpa- plimiento de una promesa, el pago de una deuda, el mostrarle el debido
ción hizo el derecho privado».56 respeto.»58
¿Quién moralmente sano podría gozar de lo superfluo cuando otros, La democracia ha de plantearse los límites del derecho de apropia-
mueren por falta de lo necesario? Según Lactancio, «la perfecta justicia ción de lo ajeno, cuando lo necesario de muchos sirve al derroche super-
que sostiene la sociedad humana, de la cual hablan los filósofos, el fru- fluo de unos pocos. Mala señal de salud democrática es que los ricos se
to verdadero y máximo de las riquezas consiste en emplearlas no para enriquecen más, mientras los pobres son empobrecidos más. Mala señal
el placer propio, sino para el bienestar de muchos; no para la utilidad de salud democrática es ver a los más enriquecidos de los países em-
presente de uno mismo, sino para la justicia, la cual permanece siem- pobrecidos entre los más enriquecidos del mundo... Una sociedad de-
pre así». mocrática basada sobre la injusticia es una oligarquía necesitada de
demagogia. No hay justicia, ni siquiera sociedad, sin un cierto grado
¿Hasta dónde pretendéis llevar, ricos, vuestra codicia insensata?, ¿aca- de igualdad y sin libertad. Es justa toda acción que permite que la libre
so sois los únicos habitantes de la tierra?, ¿por qué expulsáis de sus pose- voluntad de cada uno coexista con la libertad de los otros conforme a
siones a los que tienen vuestra misma naturaleza y vindicáis para vosotros una ley universal.
solos la posesión de toda la tierra? En común ha sido creada la tierra para
r6
"Libro de Nabuthe Jezrealita. Cfr. R. Sierra, El mensaje social de los padres de la Iglesia,
' San Ambrosio, Sabré los deberes de los ministros, libro I. Ciudad Nueva, Madrid, 1984.
''",). Hawls, Teoría de la justicia, l;Ci:, México, \')7». |. 27.
234 DEMOCRACIA MOKAI, 235
El desafío de la paz y la concordia De la democracia, ciertamente, no hay que esperar más de lo que puede
dar, pero tampoco menos. Por tanto, rechazamos frases manidas que sólo
La injusticia produce violencia. No habrá paz sin justicia. Violencias, atraviesan palos entre las ruedas del carro cuando defí n e n a la democra-
terrorismos, robos, etc., se incrementan en los países más injustos. Y tam- cia como «soberanía del innoble», «arte de hacer oprimir al pueblo por el
poco queremos olvidar que las guerras son negocio para los enriquecidos pueblo en interés del pueblo», «vicios de unos cuantos puestos al alcance
a costa de las vidas de los más empobrecidos, los cuales dejan sobre el sue- de la mayoría», «derecho de cada uno a ser su propio opresor», «yo soy
lo lo único que tienen: su vida. Frente a eso, la justicia y la paz democráti- igual que tú, pero tú no eres igual que yo», etcétera.
cas se besan. Sólo los justos y pacíficos construirán democracia en paz y
en concordia, en orden y en armonía.
DEMOCRACIA MORAL:
EL CIUDADANO VIRTUOSO
LA DEMOCRACIA NUMÉRICA,
NECESARIA PERO INSUFICIENTE La democracia numérica debe ser a la vez democracia moral, la que está
compuesta no solamente por quienes quieren ser muchos, sino que quieren
En la democracia cuantitativa o numérica, rige la ley del número, no además ser buenos, virtuosos, valiosos. Entre los líderes de I a democracia nu-
necesariamente la ley de los mejores. Gobierna el más votado, aunque sólo mérica a veces se oye decir, como recordábamos atrás: «Si n o obtengo tantos
sea por un solo voto. Sin embargo, en las democracias no consolidadas, los miles de votos de diferencia con respecto del principal opositor, puede haber
demagogos y filotiranos recurren al voto del miedo («habrá caos poselec- problemas». Esto no está bien, aunque suele ocurrir, pues cuando por un voto
toral si mi partido no triunfa por amplio margen»), el cual no sólo es una no se concede la victoria quedan desacreditados todos los votos. En la demo-
incitación al fraude, sino una grave vulneración de los derechos humanos cracia moral un solo voto permite gobernar al ganador, porque cada voto es
y una conculcación de los mínimos éticos. fin en sí mismo, y quien viola un voto lesiona a toda la humanidad, del mismo
En este terreno, las democracias han de ejercer el arte adulto (niños y modo que quien apalea a un niño apalea a todo lo humano que hay en cada
locos no votan) de la «desconfianza activa», no sólo poniendo en marcha miembro de la humanidad. Por eso el demócrata moral derrotado continuará
mecanismos institucionales que lo impidan, sino aumentando el control oponiéndose hasta la victoria final, pero no se acogerá a sU condición de per-
popular con el fin de reducir en lo posible las «mediaciones» manipula- dedor por escaso margen para dar un golpe de Estado. N#da de abandonar,
doras. Una cultura democrática adulta es aquélla donde los ciudadanos maldecir o no reconocer el triunfo ajeno. En la democracia moral se sabe per-
propician un voto limpio y después un permanente control institucional der, y no sólo ganar; hay que aprender a perder numéricamente si se quiere
activo; recordemos que «democracia» significa «poder popular», de ahí la ganar moralmente algún día, el día de la verdad. Para el demócrata moral, si
necesidad de organizaciones intermedias. El voto no es una fulguración triunfa el adversario hay que seguir trabajando hasta libefar I a polis del ase-
inmediata en medio de una tormenta, sino la condensación de toda una dio de sus secuestradores, cada cual con los medios a su alance, por eso hay
vida personal-comunitaria. Sólo la custodia del voto por cada ciudadano que prepararse mucho.
evita el «prometeísmo» electoralista, donde cada político se convierte en Mas ¿cómo pasar a una democracia moral? Con lucidez de inteligen-
un hábil prometedor de todo y, como Prometeo, promete robar el fuego a cia (para lo cual hacen falta maestros en el verdadero sentido del térmi-
Zeus para entregárselo a los mortales... no, en lugar de maestros maltratados: entre todos los candidatos a presi-
Sea como fuere, a pesar de su humildad, hay que practicar la demo- dentes de la República no sumarán ni medio mientras los maestros anden
cracia numérica. El abstencionismo es enemigo de la democracia. La de- apaleados) y conversión del corazón. La democracia n o es la revolución
mocracia no es un sistema de fugas o de renuncias, sino de laboriosidad por decreto; la impaciencia es la enfermedad de los totalitarios. Desde la
cívica. Un hombre un voto, primero; un hombre un control, después. Prac- paciencia laboriosa aparecerán ciudadanos libres d o n d e hubo esclavos,
ticar la democracia es propio de alguien responsable, de alguien que da gentes que recuperarán su memoria de humanidad, rriernoria con la que
respuesta y que responde lo mejor posible. No con el voto avestruz (cuan- todos venimos al mundo, lo que todos sabemos por el hecho de ser hom-
do votas escondiendo la cabeza antes que ver los problemas), ni con el vi- bres. Contra amnesia u olvido, memoria y anamnesis. Si I a a mnesia del
deovoto (si votas por el candidato más fotogénico, por el partido que gas- pueblo es la ruina de la democracia, porque conlleva la hipermnesia de
ta más en publicidad), ni con el voto borrego, ni con el voto corazonada los tiranos, el sano recuerdo es su floración primera.
(«me late que este gallo es el bueno»), ni con el no-voto («la política y los Si la democracia numérica se vive como un derecho, c °n su otra cara
políticos son una basura», «este país no va a cambiar»), porque las cosas que es la obligación, la democracia moral se vive como u n deber, un de-
tenemos que transformarlas entre todos, no caen como lluvia de ángeles. IKT que yo me impongo con alegría, como la op<>i iimid.'K' de construir un
236 CAR 4. FORMACIÓN ÉTICA Y CÍVICA DEMOCRACIA MORAL Y TOLERANCIA 237
mundo nuevo, más digno. Es un deber sagrado y, por tanto, sacrificado, bien. La tolerancia sólo cabe cuando se respetan las diferencias, siempre
en la medida en que se asume la vida común como realidad sagrada en la que éstas no sean tales que anulen la otra diferencia alegando el derecho
que uno se da a sí mismo el deber sagrado de cuidar de los demás, por al ejercicio de la propia diferencia. En la antítesis de la tolerancia está la
ejemplo, procurando que se tapen las alcantarillas a las que le falta la tapa barbarie: bárbaro es el que no tolera al extranjero (le barbariza), apro-
(¡y las hay con verdadero peligro de muerte!), con el fin de que no puedan piándose además de su diferencia y luego tratándole con indiferencia. La
caer en ellas niños, ciegos o cualquier viandante. Eso lleva molestias, tiem- tolerancia consiste, pues, en ayudar a que el otro (los otros) sea(n) lo que
po y hasta dinero, claro está. Porque significa abnegación, generosidad, debe(n) ser y no sea(n) lo que no debe(n) ser. Ayudar, pues, a que el otro
humildad, valores necesarios para el desarrollo de la virtud pública, indi- sea humano, y no se comporte como bárbaro o inhumano, a que descubra
sociables de ella contra lo que suele decirse. Los grandes maestros de hu- lo eterno que vive en él. Para eso no sólo hay que corregir, sino también
manidad han procedido así. Sólo soy libre cuando todos los hombres y enseñar, por eso es una virtud activa. La tolerancia es una forma de mag-
mujeres que me rodean son libres. La democracia -decimos con Charles nanimidad, por la cual yo, que soy más fuerte que tú, no sólo no te golpeo
Péguy- ha de ser la organización sistemática de la caridad, de la filan- cuando me pisas, sino que además soporto pacientemente la agresión, y
tropía, de la buena educación, de la ayuda mutua, así como de la espe- la aprovecho para educarte y comprometerme contigo en tu educación
ranza, ya que se basa en la convicción de que existen extraordinarias posi- mirándote con benevolencia (de ahí que equivalga al respeto, que viene
bilidades en la gente ordinaria. de respicere, respectum: mirar benevolentemente). La cuestión, en última
instancia, es la mirada: dime cómo me miras, y te diré qué clase de demó-
crata eres. Puede comprenderse que, así entendida, la tolerancia es una
DEMOCRACIA MORAL virtud fundamental para el ejercicio de la democracia moral.
Y TOLERANCIA Si alguien no quiere esta conversión del corazón numérico en corazón
EN EL PLURIPARTIDISMO moral, constituye un peligro para la democracia, porque lo que se hace sin
cambiar la mentalidad y sin cambiar el sentido de una experiencia (es decir,
Ningún gobierno puede considerarse bien seguro a largo plazo sin una lo que se hace sin mirar generosamente a los demás), termina siendo polí-
sólida oposición. La democracia implica división, pluralidad de desacuer- ticamente peligroso, aunque a primera vista parezca técnicamente correcto.
dos; no es un lugar de gente similar, sino de gente diferente. Su principio Por eso la democracia es tanto mejor cuanto más cerca de los últimos están
no es la igualdad, sino la igualdad para preservar la diferencia razonable, los primeros que gobiernan.
de modo que a pesar de todo resulte posible vivir juntos y sin violencia. Si
hay tolerancia es porque hay conflicto, pero la tolerancia enfoca el conflic-
to como ocasión para la reconciliación, y no para su enquistamiento, ni
desde la indiferencia, sino a través del diálogo.
En lugar de argumentar a remolque de los sondeos de opinión, servir
la verdad: ¡qué gratificante aquel debate donde un candidato felicita al
otro por su superioridad en todo o en parte, porque su opinión más valio-
sa beneficia en mayor medida al bien común! En la democracia moral no
hay victorias ni derrotas, si quien gana es la comunidad; es decir, la ver-
dadera paz, que es la victoria política en la vida de los pueblos. Sólo una
amplia opinión pública en favor de la paz puede hacer que, en caso de
conflicto, el pueblo diga no a la violencia, y la razón se imponga sobre la
barbarie. Hay algo que se llama democracia moral, esto es, algo que se lla-
ma lucidez. Merece la pena, aunque desde ella se sienta más el fondo del
abismo en que uno se encuentra, el dolor y el horror. Pero qué triste sería
pasar por la vida sin sentir que tú formas parte de esa vida, aunque a ve-
ces la lucidez conlleve padecimiento. En todo caso, a la gente y a los pue-
blos a los que amo les deseo siempre la bendita enfermedad de la lucidez.
No es tolerancia el relativismo del «todo vale», porque quien afirma
eso hace imposible el bien; no es tolerancia la indiferencia absoluta que
permite lo impermisible y, por ende, se traduce en tolerancia represiva del
Acción ética
y cívica
¿Por qué los estados son tan malos si los individuos son tan buenos;
quién vota, por ejemplo, a gobernantes tan malvados y estúpidos; por qué
incluso los estados democráticos son tan reaccionarios y aviesos cuando
la sociedad civil es tan sana, inteligente y abierta; por qué los buenos son
tan torpes y débiles para dejarse gobernar así por los más fuertes o los
más listos? Todo el mundo se autoexime de cualquier responsabilidad: el
único total culpable parece ser el Estado, es decir, los demás, los otros; en
definitiva, nadie. Pero ¿acaso usted no? ¿Por qué no? Esforcémonos por
acercarnos racionalmente hacia esa democracia que no es meramente for-
mal, sino solidaria, aquella que desde el «a cada cual según su trabajo»
apunta hacia el «a cada cual según sus necesidades, de cada cual según
sus posibilidades».
ALTERNATIVAS GLOBALES
DE SOLIDARIDAD.
MEDIDAS DE ACCIÓN
A ESCALA MUNDIAL
Pero ¿cómo podría llevarse hoy a cabo tal cosa? Poco se podrá hacer
mientras en la ONU tengan todavía a estas alturas de la historia derecho de
veto unos cuantos países sobre los demás, y mientras el FMI csu'- m manos
240 CAR 5. ACCIÓN ÉTICA Y CÍVICA ALTERNATIVAS GLOBALES 241
de ellos, los más ricos. ¿Cómo puede recomendar la ONU democracia a los lado. Incrementar la ayuda al desarrollo (0.7% de la misma, que no es
países donde no la hay, si ella misma tampoco la practica? El mundo tiene -dicho sea de paso- ni la décima parte de lo que roba el Norte al Sur, ni
que reorganizar drásticamente la correlación de fuerzas en el interior de or- siquiera se concede hoy en la Unión Europea, porque 99.3 % le parece
ganizaciones como la Banca Mundial, el GATT desde 1995, Organización poco al Norte voraz como el nuestro, que quiere ganar 101 %). El Norte
Mundial de Comercio (OMC), los Programas de Desarrollo de las Naciones alega encontrarse en época de recesión; lo que ha pasado es que durante
Unidas, etcétera. la tormenta económica mundial se han abierto unas cuantas goteras en el
Respecto a las instituciones financieras, incrementar en favor del Ter- techo del Norte y tiene que repararlas antes que nada, aunque el Sur a la
cer Mundo los recursos de los organismos financieros internacionales intemperie carezca de toda techumbre, porque allí la tormenta no sólo ha
(Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, bancos regionales); pro- resultado cíclica (sujeta, pues, a las leyes cíclicas del capitalismo), sino
ceder a una reforma de dicho Fondo Monetario Internacional para garan- huracanada.
tizar la estabilidad de las reservas monetarias y dar mayor participación a El Norte, incluso cuando dedica 0.7 de su Producto Interno Bruto a
los países en desarrollo en los procesos de toma de decisiones. la ayuda para el desarrollo, incluye allí los créditos en términos conce-
sionales para compra de armamentos, y así más de 36 % del total de los
créditos FAD (Fondo de Ayuda al Desarrollo), entre 1982 y 1990, han
sido otorgados para la compra de equipo militar. Además, los créditos
Condonación de la deuda pueden obstaculizar la puesta en práctica de modelos de desarrollo
autocentrados locales, e incrementar el endeudamiento y la dependen-
Los ricos tratan como ovejas a los pobres; pero ¿por qué no se limitan cia de los países receptores.
como máximo a esquilmarlas, en vez de despellejarlas? Para acabar con Sea como fuere, por cada dólar que el Sur recibe del Norte tiene que
esta situación hay que condonar incondicionalmente la deuda a nivel in- devolver 4 dólares de modo que, aun recibiendo la transferencia de 0.7%,
ternacional, aunque eso se traduzca en disfunciones entre los empobreci- todavía se le adeuda más que mucho: es el robo estructural estipulado por
dos. Hablamos de condonar la deuda, no de perdonarla; quien debería pe- las normas de juego del mercado capitalista. ¿La ventaja de los pobres es
dir perdón es el ladrón, no el expoliado. que la crisis no les puede empobrecer ya más? A pesar de todo, al Sur se
Perdonemos, pues, recordando que entre las leyes que dictó Moisés a su le mira con aprensión, como generador de problemas.
pueblo de Israel hay una novedosa: el año de gracia o año sabático, o año
jubilar (se anunciaba al pueblo con el cuerno -en hebreo, yobel-). Consistía
en la concesión, cada siete años, de un año de respiro a la tierra y a los sier-
vos que la trabajaban. Los terrenos debían dejarse descansar todos los años Transferencias tecnológicas
séptimos, no debiendo sembrarse; los esclavos, quedar liberados de su ser-
vidumbre. En el código deuteronómico se completó esta ley con la obliga- Transferir progresivamente recursos, tecnología e información cientí-
ción de eliminar todas las deudas contraídas durante los seis años ante- fica de los países industriales a los países menos desarrollados. Crear me-
riores al año de gracia, el cual se propuso como ley de Dios al pueblo de canismos para la progresiva transferencia tecnológica, facilitando a los
Israel para restaurar cada cierto tiempo el orden querido por Dios: sin acu- países tercermundistas mayor acceso a las tecnologías más adaptadas a
mulación de tierras, sin siervos ni años, sin deudas eternas, sin que a nadie sus posibilidades; regular las actividades de las empresas multinacionales;
le faltara lo que a otro le sobrara. eliminar las prácticas comerciales restrictivas.
A finales de los sesentas, se creó la UNCTAD (United Nations Confe-
rence for Trade and Development, Conferencia de las Naciones Unidas
para el Comercio y Desarrollo, el equivalente a la OMC hoy para el Ter-
A u m e n t o de las ayudas al desarrollo cer Mundo) para estudiar la influencia de los intercambios en los pro-
cesos de desarrollo, partiendo de la existencia de países en muy diferen-
Desde luego, lo ideal no es pedir ayuda, pues ¿cuándo llegará a los tes estadios de industrialización, así como para proponer fórmulas de
pobres la ayuda real que les ayude a liberarse de las ayudas? «En ocasio- regulación del comercio internacional que permitieran resolver los pro-
nes, en lugar de que nos tiendan la mano preferiríamos que nos quitaran blemas del sector exterior de los países periféricos. Y aunque sólo se reú-
el pie de encima», ha dicho alguien del Tercer Mundo. Pero, mientras tan- ne cada cuatro años y sus resoluciones no obligan a quienes votan en
to, se trata de presionar a los gobiernos del Norte que firmaron la conce- contra (los países pobres suelen tener poca libertad real para decidir
sión de 0.7% de su Producto Interno Bruto anual en favor de los pueblos en favor de sus propios intereses y destinos), al menos ha contribuido a
del Tercer Mundo a que simplemente comiencen a desembolsar lo cstipu- crear una cierta corriente de opinión.
¿<*¿ ALTERNATIVAS PARTICULARES 243
Comercio internacional de productos siempre y en todo lugar, desde el instante mismo de la fecundación; y en
del Tercer Mundo segundo lugar, por un progresivo acercamiento al «lo tenían todo en co-
mún», de signo comunitarista? Desde esos parámetros podríamos propo-
Asegurar precios estables, suficientes y equitativos a los productos ex- ner un programa de presencia sociopolítica en favor de la dignificación de
portados por el Tercer Mundo; abrir los mercados de los países industria- la vida pública y de su acercamiento a la privada.
lizados a las manufacturas del Tercer Mundo mediante la eliminación de
barreras arancelarias y el establecimiento de un sistema de preferencias
generalizadas. ALTERNATIVAS PARTICULARES.
MEDIDAS DE ACCIÓN
Rechazo del armamentismo militarista
A ESCALA LOCAL
Hay que actuar localmente y pensar globalmente, y a la inversa: ac-
Llevemos al mínimo (y, de ser posible, anular a medio plazo) los gas- tuar globalmente, pensar localmente. ¿Cómo? Con los necesitados. Desde
tos bélicos y los presupuestos «de defensa», pues son la causa principal de abajo. Frente a lo injusto. Con resistencia pacífica.
las disfunciones Norte-Sur. Educar para una paz que sea esplendor de la
justicia.
La microalternativa vecinal
Mundialización
Las solidaridades más primarias no son en absoluto despreciables.
Se manifiestan desde abajo, compartiendo el dolor, en la vida concre-
Potenciar el crecimiento orgánico de las diversas zonas del mundo: gran-
ta con los empobrecidos de la Tierra, atendiendo a quienquiera que se
des áreas planetarias diferenciadas cultural y productivamente, pero comple-
presente necesitado, diciendo la verdad aunque ello conlleve preteri-
mentarias en un sistema mundial, con arreglo a un plan solidario de distribu-
ción, o marginación, o calumnia, o persecución, o todo eso junto hasta
ción de tareas. Tales regiones habrían de ser abiertas en lo económico, en lo
el martirio. Desde luego, la liberación de los excluidos es cosa de los
social y en lo cultural, y estar orgánicamente unidas al cuerpo económico-po-
excluidos mismos, conforme al mensaje de la Primera Internacional de
lítico del mundo con cultura de circulación planetaria, tendiendo en el límite
Trabajadores.
a constituirse en barrios de Cosmópolis (por ejemplo, y sin pretender que sea
un mapa a lo Julio Verne: 1. América Latina, 2. Europa; 3. Japón y zonas ale- Desde ahí, las alternativas individuales comienzan con la mención del
dañas; 4. Australia, Nueva Zelanda; 5. antigua URSS; 6. América Latina; 7. vecino ocasional solidario, aquel que se constituye en mi auxilio desde el
Norte de África-Oriente Medio islámico; 8. África subsahariana; 9. Asia Meri- momento en que me presta una barra de pan, o en que cuida a mi bebé
dional; 10. China). cuando tengo necesidad de ello, o en que me apoya en situaciones de emer-
gencia, aunque también en las situaciones existenciales más cotidianas. Sin
necesidad de grandes elucubraciones, simplemente movida por un instinto
primario de solidaridad y por un movimiento de simpatía, la puerta del ve-
Ecoplanetarismo cino se abre para atender mi requerimiento.
Servicios profesionales prestados en régimen amistoso y gratuito en-
Administrar, mediante un pacto internacional serio (sin la actual pre- tre particulares, cuyo valor no se computa al calcular el PIB, son renglones
potencia de unos pocos países), los ámbitos oceánicos, aéreos y polares, inestimables de la contabilidad del bienestar personal y de la solidaridad
controlando asimismo otros recursos estratégicos de la humanidad: agua social, y ello sin entrar en los cálculos de los rendimientos económicos que
dulce, masas boscosas, energías no renovables, etcétera. tal ayuda me suponen, pues resulta ininventariable además su valor en las
transferencias amistosas de afecto y de aceptación.
Cuando se dispone de tales apoyos, no se aprecia lo que valen; cuan-
U n a nueva cultura política do faltan, no existe dinero para pagarles con servicios profesionales. Real-
mente tienen más valor que precio, porque esas ayudas aumentan la ale-
¿Por qué no ir formando alguna agrupación o plataforma sociopolítica gría de vivir y elevan nuestra opinión sobre el género humano. En fin, ya
presidida por dos ejes, a saber: en primer lugar, por la defensa de la vida puestos, no sería descabellada la idea de erigir un monumento a la veci-
244 CAP. 5. ACCIÓN ÉTICA Y CÍVICA 245
na; téngase en cuenta que antes se alzaron monumentos al maestro, o in- Trasvasando los bienes excedentarios
cluso al perro de San Bernardo.
Cuantos más bienes trasvasados, tanto mejor. Con los pobres, contra
la pobreza. La justicia es una virtud que al menos tiene de peculiar respec-
La microalternativa familiar to de las demás esto: que puede medirse en calorías, pues las hipercalorías
de los ricos se dan a costa de las hipocalorías de los pobres. Lo que en el
También en nuestros días la familia es el gran bálsamo que alivia los mundo opulento se llama «renta per cápita» no es precisamente «virtud
padecimientos en el fragor de la gran crisis del desempleo. Si no fuera por per cápita», sino «ingesta per cápita» de las calorías de los pobres. Llamé-
el apoyo de las familias, Europa misma habría estallado ya en mil peda- moslo pauperofagia.
zos, pese a su tan cacareado bienestar; si no fuera por ella, quizá nuestra Los pobres lo saben, porque una cosa es ser pobre y otra muy dis-
sociedad se habría desintegrado, sobre todo en aquellos países en los cua- tinta ser tonto o ciego, y por eso son los que más agradecen su labor a
les las demás instituciones se han desmoronado. quienes luchan por la justicia, aunque a veces -demasiadas- los enga-
Bueno es el cariño familiar. Malo es que se escatime tanto para los que ñemos; en todo caso, son los que te dan infinitamente más de lo que tú
quedan fuera. puedas pensar en darles. Cierto preso, a cuyo mejor amigo un día trasla-
daron del penal en el que estaban, no teniendo nada que darle, se arran-
có un diente y se lo entregó. Los pobres siempre dan sus dientes cuando
Medidas de acción a escala personal no tienen nada más: se dan a sí mismos. Quien ignora a los pobres no
descubre la propia riqueza. Quien no se hace pobre con los pobres no se
Hoy como ayer se impone acompañar al necesitado desde el tiempo enriquece. Y quien no se enriquece con la lucha superadora de los más
de afecto que acoge (nutritio llamaba a esto Santo Tomás). Y ¿quién no pobres no se enriquece con la propia. Uno descubre a través de lo que
podría ofrecer al menos algunas horas semanales en obras de acción di- hacen los pobres, y desde la propia pobreza, sus propias posibilidades de
recta, tales como sacar a pasear a un tetrapléjico (convertidos nosotros en crecer como persona.
sus manos y en sus pies), regalar a un ciego la narración del vuelo de un Hay papas que creen que, por «tocar pobre», sus hijos van a echarse a
ave (avistado desde nuestros propios ojos así prestados), visitar a niños perder; entonces los sobreprotegen, los rodean de guaruras y de miedos.
abandonados, acompañar a disminuidos sensoriales, etc.? Todos pode- Sin embargo, el mejor regalo que pueden darles a sus hijos es ayudarles a
mos regalar algo. descubrir el rostro de la viuda, del huérfano y del extranjero. No que les
¿Que qué tiene esto que ver con la acción social? Si algo tan simple impermeabilicen con una capa de protección.
como esto haces, abrirás tu mente poco a poco, y con ello (¡no lo dudes!)
tu operación se irá tornando insensiblemente en co-operación. Verás las
cosas de otro modo, las verás desde un cor-razón humanizado. Al ayudar Colaborando en las acciones organizativas
a las personas a hacerse tales, te haces a ti mismo persona; al ayudar a las ordenadas a salvaguardar la Naturaleza
personas a ser mejores que tú mismo, te haces mejor tú también; al ayudar
a los otros a madurar, madurarás también tú mismo. ¿Cómo? Boicoteando todos los productos que atenten en su proceso de pro-
ducción, y en su publicidad contra la dignidad del ser humano y de la na-
turaleza.
Viviendo con sobriedad Además, deja limpio lo que encuentres sucio, y no a la inversa. Como
docente, siempre me encuentro sucia la pizarra de clase, pero me gusta
Desde la «grandiosa carencia de necesidades» que llevara a exclamar dejarla limpia. Como ciudadano veo cascaras de plátano en el suelo que
rotundamente a Sócrates en medio de las abarrotadas y ya consumistas procuro recoger y echar en la próxima papelera, no siempre tan cerca-
también entonces calles de Atenas: «¡Cuánto es lo que no necesito, y lo na. Se comienza por poco: el que ha llevado una cascara de plátano 50
que necesito cuan poco lo necesito!». Asumir una vida estoica, no consu- veces a una papelera, termina convirtiéndose en un buen ciudadano.
mista (menor consumo de agua, cuidado con los bosques, con la natura- No se trata de convertirse uno mismo en un recogedor de basuras, por-
leza en general, etc.). A tal efecto, reducir desde ahora de forma drástica que sería imposible. Pero la vida no es una excursión en la que tus resi-
el consumo en 3 % (mínimo) y trasvasarlo al Sur; nada lograremos sin duos molesten al siguiente: no dejes otra huella que no sea la de tu
una cultura de la austeridad, sin cambiar nuestra mentalidad respecto al limpieza vital. Ojalá que el corazón te lleve a cargar con quien sólo sabe
uso de los bienes y de los recursos, respecto de la avaricia de la propiedad. ensuciar.
Z4b
¿ E S INTERESANTE LA AYUDA DEL VOLUNTARIADO? 247
Luchando contra el hambre cional que a nosotros no nos interesa. A todos estos niveles les invitamos
y contra todo lo que mata muy cordialmente a ustedes. A mal tiempo buena cara; nada resulta insu-
perable con humor. Estaba Bernard Shaw en una de esas horrendas fies-
Esto conlleva asumir en la vida cotidiana batallas que a la mayoría de tas, y alguien le preguntó si se divertía, a lo que él respondió: «Es lo único
los ciudadanos les resultan invisibles porque no las sienten como propias. que puedo hacer aquí».
Como ya hemos dicho, a veces hay cables de luz peligrosos, cloacas sin ta-
padera, señalizaciones equívocas, etc., y esos peligros siguen ahí por tiem-
po, incluso causando víctimas. Ante ellos, los corazones duros procuran
sortearlos ellos mismos y, en todo caso, alertar a sus amigos. Pero ¿por qué ¿ES VERDADERAMENTE
no avisar también a la policía, al ayuntamiento, a los bomberos, a quien INTERESANTE LA ACCIÓN
corresponda, para que nadie padezca? Así pues, invitación al civismo: evi- DE AYUDA DEL VOLUNTARIADO
ta el peligro a los demás como si del tuyo propio se tratase. Resulta duro SUBSIDIADO?
asumir ese comportamiento, pero más duro para la persona digna sería no
hacerlo. Además, mala señal ética es no llevar ninguno de esos teléfonos Suele definirse al voluntario como aquella persona que «además de sus
en la agenda para usarlos cuando corresponda. Estoy persuadido de que propios deberes profesionales, de modo continuo, desinteresado y responsa-
quien evita el peligro a los demás como si del suyo propio se tratase, tiene ble dedica parte de su tiempo a actividades no en favor de sí mismo ni de los
andado un buen trecho por el camino de la revolución cotidiana. Quien es asociados, sino en favor de los demás o de intereses sociales colectivos, según
capaz de lo pequeño es capaz de lo grande; quien no es capaz de lo peque- un proyecto que no se agota en la intervención misma, sino que tiende a
ño tampoco será capaz de lo grande. erradicar o modificar las causas de la necesidad o marginación». Desde luego,
el caudal de buena voluntad y de corazón limpio en este terreno es tan fantás-
tico como esperanzador, pues se trata de la nueva cultura pensada como una
Ayudando a reconstruir la identidad reflexiva alternativa a la exclusión social emanada cotidianamente en nuestros entor-
nos más próximos, alternativa que además se realiza en medio del anonima-
No basta con hacer la buena obra del día o de la semana y, luego, a to y al margen de toda grandilocuencia.
casita a descansar: hay que ir bastante más lejos todavía. Resulta impres- Lo que resulta más problemático es saber cómo actuará gente tan bue-
cindible comprender cuáles son los mecanismos estructurales que hacen na como ésa con planteamientos tan poco críticos frente a la exclusión,
sufrir y que excluyen a las tres cuartas partes de la humanidad, para cuya como los que suelen postularse habitualmente. Los voluntarios de hoy,
restauración y sanación en la raíz no bastan soluciones parciales, superfi- afectados ellos mismos por el ambiente, plantean las cosas con unos crite-
ciales o meramente locales e individuales. A grandes males, grandes re- rios hedonistas, conforme a los tiempos que corren, y por eso a la pregun-
medios, y quien desee grandes remedios habrá de realizar también gran- ta: «¿Por qué eres voluntario?»; suelen responder: «Porque me apetece»,
des estudios. o similares, pero nunca o casi nunca «Porque es mi deber» o «Porque lo
El análisis reflexivo tiene que desembocar en una opción solidaria, pues exigen razones objetivas». Por eso, cuando se cansan suelen irse a casa
para reconocer fáctica y no sólo verbalmente la dignidad de la persona, hace contando con una carga de experiencia más o menos exótica o excitante,
falta una práctica mínima de comunidad, experiencia de comunionalidad, de que entre copa y copa podrán evocar mañana en sus largas noches de
compromiso sociopolítico a cualesquiera de los niveles, desde las asociacio- ocio. Esta es la razón por la cual no existen veteranos en estos círculos, ya
nes vecinales y los movimientos de barrio hasta las organizaciones sociales que el voluntariado queda reducido a una especie de escultismo para boy
intermedias, desde el trabajo cultural hasta el sindical (e incluso al parlamen- scouts en prácticas.
tario), buscando nuevas agrupaciones cuando las actuales no resultaran ya Obviamente, los voluntarios son mucho mejores que sus plataformas de
verdaderamente alternativas frente a la exclusión. Todo lo que sabemos debe- voluntariado respectivas, organizadas en forma de ONG (Organizaciones No
mos asumirlo para transformar la realidad. Esa transformación exige una pre- Gubernamentales, aunque, a decir verdad, ellas son en cierto modo paragu-
sencia pública en el nivel en que uno se encuentre más cómodo: en asociacio- bernamentales, en tanto obtienen su financiación de los fondos estatales, con
nes civiles, culturales, recreativas, sindicales, políticas, etcétera. las servidumbres que eso conlleva, ya que quien paga manda y asimismo pro-
Aunque sea perdiendo siempre tiempo y dinero, pues a estos niveles hibe), frecuentes nichos de trepadores y burócratas financiados por las, a su
se va para regalar(se), y en eso está la ganancia. Por eso el peor de los po- vez superestructuras burocráticas estatales que les pagan como «expertos en
líticos nos parece mejor que el mejor de los abstencionistas: quien no hace humanidad» -por cierto, muy bien-. Así las cosas, sin embargo, no podemos
nada y se queja es un hipócrita. Hablar mal de los políticos es deporte na- evitar preguntarnos cómo podría auxiliar y devolver a la gente al terreno de
¿¿tu CAP. 5. ACCIÓN ÉTICA V CÍVICA HACER DEMOCRACIA VERDADERA 249
juego un Estado que precisamente se ha especializado en dejar a la gente fue- que se remonta nada menos que al mundo griego de Sófocles, donde An-
ra de juego: difícil malabarismo que con la mano de hierro aprieta y con el tígona entierra a su hermano Polinice contra la expresa prohibición de
guante de seda afloja. Creonte, el tirano de Tebas, inaugurando así un modelo de desobediencia
Como no podía ser de otro modo, esas organizaciones de voluntariado a las leyes de la ciudad, para cumplir las «leyes no escritas» que le manda-
manipuladas por el Estado y por ellas financiadas reproducen los efectos ban enterrar a su hermano. Esta acción no cuestiona la obediencia a la
mismos del Estado, al menos por otras dos razones: autoridad, pero antepone el dictamen de la propia conciencia respecto a
los mandatos legales. Se trata de dar al cesar lo que es del cesar, pero no
a) Porque ellas, que no controlan al Estado, tampoco son controladas más de lo que sea del (a veces) voraz cesar atrapalotodo.
por nadie, de modo que su gestión se presta a todo tipo de chan- Ya a las puertas del mundo moderno, John Locke (1632-1707) termi-
chullos, irregularidades y nepotismos, por no hablar de cosas peo- na su segundo Tratado sobre el Gobierno Civil considerando la posibilidad
res (robos, enriquecimientos ilícitos, etc., que están llevando a de- de que el pueblo entero (aunque Locke no dice nada sobre si la persona
cir que no hay mejor negocio que éste). privada puede también hacerlo) retire su consentimiento al monarca cuan-
b) Porque ellas, que no critican al Estado, causante de la miseria que do éste no cumpla los pactos asumidos en su contrato social con el pueblo.
ellas mismas dicen querer corregir, tampoco hacen sino colaborar La revolución americana comienza con un acto de desobediencia a las
con él, porque le descargan de competencias que de hecho le corres- leyes del té (1775), y formula en la Declaración de Independencia (1776)
ponden en la medida en que para ello recauda impuestos, con lo cual el derecho del pueblo a darse a sí mismo la forma de gobierno que estime
refortalecen la perspectiva neoliberal de un Estado mínimo que no conveniente, e igualmente a derrocar al gobierno despótico. La Declara-
ayuda a los pobres al máximo. ción de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa
(1789) recoge asimismo, de forma explícita, el derecho de resistencia al
opresor. John Rawls define a la desobediencia civil como «un acto públi-
HACER DEMOCRACIA VERDADERA co, no violento, consciente y político contrario a la ley, cometido con el
PUEDE TAMBIÉN CONSISTIR propósito de ocasionar un cambio en la ley o en los programas del gobier-
no».1 La desobediencia civil sería lo mismo que la objeción de conciencia;
EN DESOBEDECER CIERTAS objeción que puede ser objeción total frente a las leyes de un gobierno ra-
FORMAS DE DEMOCRACIA dicalmente injusto, o parcial, a saber: objeción militar (que puede llegar
FALSA: DEMOCRACIA a la insumisión), fiscal (negarse a contribuir por desacuerdo con el em-
Y DESOBEDIENCIA CIVIL pleo del dinero recaudado por parte del poder), laboral, etcétera.
¿Qué actitud tomar ante las leyes democráticas legales pero inmora-
les? ¿Acatarlas, contraviniendo la propia conciencia? Ciertamente, no. Algunos teóricos: Thoreau, Gandhi,
¿Desobedecerlas asumiendo entonces el riesgo de vivir de algún modo en Luther King
la ilegalidad, con lo que ello comporta? A pesar de todo, sí. Este ejercicio
de la democracia como disidencia por motivos morales no es cómodo. Así
pues, hacer democracia verdadera puede también consistir en desobede- Thoreau
cer ciertas formas de democracia falsa. Henry David Thoreau (1817-1862) reacciona contra el esclavismo de
Desde que San Agustín, en el siglo v, la acuñó con el lema «La ley la democracia formal norteamericana con estas palabras: «Cuando una
injusta no es ley», la desobediencia usa la objeción de conciencia frente a sexta parte de la población de una nación que ha emprendido la tarea de
las leyes injustas. Las leyes humanas a veces son incompatibles con la con- ser el refugio de la libertad es esclava y todo un país es injustamente inva-
ciencia moral de los individuos, los cuales optan por desobedecerlas. dido y conquistado por un ejército extranjero y sometido a la ley marcial,
creo que no es demasiado pronto para que los hombres honestos se rebe-
len y revolucionen. Lo que hace que este deber sea más urgente es el he-
Algunos jalones en la historia cho de que el país así invadido no es el nuestro, sino que lo que es nues-
de la desobediencia civil tro es el ejército invasor».2
El término «desobediencia civil» se acuña a mediados del siglo xix, '.I. K:\wls, 'li-orío de ín JUSUYKI, México, 1979, p. 4<>S.
J
aunque entronca con una larguísima tradición de oposición y disidencia \l, I). Thoiemí, /)c\()/ic(/i'i'/ii7ri civil v ofem- orn'/m, / n o . M.kliiil. I'W>, |> r> I.
HACER DEMOCRACIA VERDADERA 251
250 GAP. 5. ACCIÓN ÉTICA Y CÍVICA
la justicia; que prefiere una paz negativa, que supone ausencia de tensión, a
Thoreau actuó y se atuvo a las consecuencias: por negarse a pagar un una paz positiva que entraña presencia de justicia; quien dice continuamente:
impuesto para la guerra (objetor de conciencia fiscal temprano) fue dete- "Estoy de acuerdo con el objetivo que usted se propone, pero no puedo apro-
nido y encarcelado en 1846. bar sus métodos de acción directa"; quien vive de un concepto mítico del tiem-
po y aconseja al negro que aguarde a que llegue "un momento más oportuno".
La comprensión superficial de los hombres de buena voluntad es más demole-
Qandhi dora que la absoluta incomprensión de los hombres de mala voluntad. Resul-
ta mucho más desconcertante la aceptación tibia que el rechazo sin matices...
También actuó y pagó por ello. A finales del siglo xix, el anarcopacifista Yo os digo hoy que, aun cuando nos enfrentamos a las dificultades de hoy
León Tolstoi rescata del olvido a Thoreau y su escrito llega a manos de M. y mañana, albergo todavía un sueño. Es un sueño que se halla profundamen-
Gandhi, a la sazón estudiante de derecho en Oxford. En 1907, ya en África te enraizado en el sueño americano. Yo albergo el sueño de que, un día, toda
la nación se pondrá en pie y vivirá el verdadero significado de su credo: Sos-
del Sur, Gandhi publica el texto de Thoreau a modo de panfleto, y da a su
tenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas, que todos los hom-
propio movimiento de lucha contra la segregación racial el nombre de de- bres son creados iguales.
sobediencia civil. Más tarde profundizará este método de lucha política a Yo albergo el sueño de que un día, en las rojas montañas de Georgia, los
través de la práctica de la no-violencia activa (ahymsa, satyagraha), dando hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos
lugar al movimiento más eficaz hasta hoy de acción desobediencial. podrán sentarse juntos a la mesa de la hermandad. Yo albergo el sueño de
que, un día, incluso en el Estado de Mississippi, un Estado abrasado de injus-
ticias, abrasado por el calor de la opresión, se transformará en un oasis de li-
Luther King bertad y de justicia.
Yo albergo el sueño de que mis cuatro hijos vivirán un día en una nación
Thoreau y Gandhi inspiran a su vez al pastor bautista Martin L. King, en la que no serán juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de
quien, como Gandhi, también murió cobardemente asesinado por la violen- su personalidad.
cia que él combatía: «A medida que me adentraba en la filosofía de Gandhi, Yo albergo el sueño de que, un día, todo valle será elevado, todo cerro y mon-
mi escepticismo respecto al poder del amor decrecía gradualmente, y por pri- taña será aplanado. Los lugares ásperos serán alisados, los torcidos serán ende-
mera vez me di cuenta de que la doctrina cristiana del amor, actuando a tra- rezados. Ésta es la fe con que retorno al Sur. Con esta fe, podremos extraer de las
vés del método gandhiano de la no-violencia, es una de las armas más pode- montañas de la desesperación la piedra de la esperanza, luchar juntos, ir a la cár-
cel juntos, defender juntos la libertad, sabiendo que, un día, seremos libres.
rosas de que dispone un pueblo oprimido en la lucha por su libertad. Cristo
Éste será el día en que todos los hijos de Dios podremos cantar dándole
proporcionaba el espíritu y la motivación, y Gandhi el método». 3 un nuevo significado: "Resuene la libertad". Resuene la libertad desde las
Su espíritu queda reflejado en estas frases: prodigiosas cumbres de New Hampshire; resuene la libertad desde las majes-
tuosas montañas de Nueva York. Pero no sólo eso. Resuene la libertad desde
Diremos a los enemigos más rencorosos: A vuestra capacidad para infligir el la montaña de piedra de Georgia. Resuene la libertad desde cada colina y
sufrimiento, opondremos la nuestra para soportar el sufrimiento. A vuestra fuer- cada cerro de Mississippi, desde cada ladera.
za física responderemos con la fuerza de nuestras almas. Haced lo que queráis y Cuando dejemos que la libertad resuene en cada poblado y en cada al-
continuaremos amándoos. En conciencia no podemos obedecer vuestras leyes in- dea, en cada Estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día
justas, porque la no-cooperación con el mal es, igual que la cooperación coa el en que todos los hijos de Dios, blancos y negros, judíos y gentiles, protestan-
bien, una obligación moral. Pero tened la seguridad de que os llevaremos hasta tes y católicos, podamos estrecharnos las manos y cantar con las palabras del
el límite de nuestra capacidad de sufrir. Un día ganaremos la libertad, pero no viejo espiritual negro: "¡Libres al fin! ¡Libres al fin! ¡Gran Dios Todopoderoso,
será solamente para nosotros. Lanzaremos a vuestros cuerpos y a vuestras con- al fin somos libres!".4
ciencias un grito que os superará y nuestra victoria será una doble victoria.
Sabemos, por una dolorosa experiencia, que la libertad nunca la concede
voluntariamente el opresor. Tiene que ser exigida por el oprimido. A decir
verdad, todavía estoy por empezar una campaña de acción directa que sea L í m i t e s de la i n s u m i s i ó n
"oportuna" ante los ojos de los que no han padecido considerablemente la en-
fermedad de la segregación. Hace años que estoy oyendo esa palabra '¡Espe- Hay una forma de sumisión libremente asumida a lo que merece la
ra!'. Suena en el oído de cada negro con penetrante familiaridad. pena, que es buena. Sin acatamiento o sumisión a las normas de convi-
Más que la oposición virulenta del Ku Klux Klan o de los segregacionistas vencia o a las autoridades legítimas, no existiría posibilidad alguna de
voraces, le afectó la tibieza «del blanco moderado que antepone el "orden" a convivir en paz.
'M. I,. Kinj!, I,a fuerza de amar, Merder, Barcelona, 1965, pp. 155 y ss. '(.'//: I1,, Bnrli, Muí luí l.iillin /wnv. I'uiulnnóii Moiinici, Mniltul, 2 0 0 0 , |>. 86.
252 GAP. 5. ACCIÓN ÉTICA Y CÍVICA
En todo caso, la justicia tiene que ver con el derecho. Sin embargo, ¿cuál
cantidad de vino que sea yo capaz de ingerir sin faltar a la templanza. Pero es la relación entre justicia y derecho?, ¿surge el derecho de la justicia?
establecer objetivamente cuánto debo al fondista es cosa que, sin necesidad
de gran esfuerzo, está al alcance de cualquiera.2 Por paradójico que parezca, en nuestros días no faltan quienes des-
vinculan la justicia del derecho. Nosotros no estamos de acuerdo con esas
posiciones que, sin embargo, pasamos a dar a conocer.
JUSTICIA, TÉRMINO POLISÉMICO
Hans Kelsen: lo legal (el derecho)
En la justicia descubrimos al menos las siguientes cuatro dimensiones: al margen de lo moral (la justicia)
El término «justificación» ante Dios es rigurosamente teológico, y re- El «realismo jurídico» norteamericano:
formadores y contrarreformadores polemizaron sobre la «justificación por derecho es lo que hacen los juristas
la gracia» frente a la «justificación por las obras». Además, «justicia» va
ligada a la añoranza de lo completamente otro: «la añoranza de una jus- No muy distantes de esta opinión, que separa totalmente lo moral y lo
ticia plena no puede alcanzarse jamás en la historia secular, pues aun legal, se encuentran los partidarios del realismo jurídico norteamericano de
cuando una sociedad mejor rompiera con el orden social de hoy, la mise- nuestros días, el cual asegura que el derecho es simplemente la suma de las
ria pasada ya no puede evitarse, ni tampoco las deficiencias de la natura- decisiones que adoptan los jueces y tribunales, de suerte que la ciencia del
leza circundante» (Max Horkheimer). derecho -por así llamarla- sería aquel conjunto de conocimientos que nos
permitiera predecir cómo se iban a comportar los jueces y los tribunales a
la vista de cómo se habían comportado sus predecesores.
Dimensión jurídica Matizadamente, pero en las cercanías de esos planteamientos, se si-
túa Herbert L. A. Hart (1907), el más célebre de los filósofos ingleses
Por un lado, la palabra «justicia» remite al derecho, con todo lo que contemporáneos, el cual no negaba que históricamente entre derecho y
conlleva de obligaciones, sanciones, etc., en su dimensión penal conlleva, moral hubieran existido intensas influencias recíprocas, ni negaba tam-
incluso, el terrible sentido de «ajusticiar» o ejecutar a un condenado. poco que a veces ciertas leyes pudieran incorporar convicciones y cri-
2
J. Piepcr, Las virtudes fundamentales, Rialp, Madrid, 1998, p. 107. 'Uvrlu pura del derecho, Nacional, Madrid, 19W), p. 81.
256 GAP. 6. DEMOCRACIA ACTIVA Y JUSTICIA EL DERECHO NO DERIVARÁ DE UNA BUROCRACIA 257
terios morales; lo que él negaba era que conceptualmente existiera una tionar lo que en la vida cotidiana se toma como evidente y a dudar de los
conexión necesaria entre derecho y moral; es decir, negaba que para de- caminos acostumbrados. Esta superioridad del derecho frente a la moral, en
finir el derecho hubiera que acudir a criterios morales. En un determi- cuanto procedimientos, nos obliga, en consecuencia, a reglamentar jurídica-
nado Estado podía haber leyes moralmente admirables y leyes moral- mente determinadas materias y no dejarlas en manos de la argumentación
mente controvertibles, pero su condición de leyes, de derecho, no de- moral, que es sumamente imperfecta y difusa. La moral no puede garantizar
un acatamiento universal y por eso es necesario recurrir a ese procedimien-
pendía en absoluto de tal eventualidad. to superior, que es el derecho: si no puede esperarse de las convicciones mo-
rales una obligatoriedad sin excepción, sólo puede exigirse el cumplimiento
de las normas correspondientes desde una ética de la responsabilidad cuan-
Alf Ross: emotivísimo jurídico do han logrado obligatoriedad jurídica.
Por último, el derecho descarga a los individuos de la tarea de fundamen-
Por su parte, Alf Ross (1889-1979), catedrático de derecho interna- tar normas, porque ya están institucionalizadas, cosa que no puede hacer la
cional en Copenhague, heredó de Kelsen una posición firmemente emo- moral; y, por último, el discurso jurídico tiene que limitarse metódicamente
tivista, según la cual la justicia era una idea irracionalizable. Hablar de porque ha de conectar con normas ya válidas, prácticamente, porque ha de
justicia sería como dar un puñetazo encima de la mesa: cuando alguien restringirse a determinados temas y pruebas, socialmente, según la participa-
dice que una situación no le gusta «porque es injusta», lo que realmente ción y el reparto de roles, y temporalmente, porque la decisión ha de produ-
cirse en un plazo determinado.4
quiere manifestar es que la situación en cuestión es injusta «porque no le
gusta». La palabrería sobre la justicia podría asociarse incluso a una exce-
siva secreción de las cápsulas suprarrenales. En última instancia, pues, las
normas jurídicas no serían sino mandatos acompañados de sanciones, es EL DERECHO NO PUEDE
decir, reglas de conducta reforzadas por la coacción. DERIVAR DE UNA BUROCRACIA
DE ABOGADOS, SINO DE LA
Jürgen Habermas: derecho y moral
JUSTICIA, ES DECIR, DE LA MORAL
procedimental
Si no es justo, no es derecho, sino torcido
Frente a Max Weber, -que también cuestiona la conexión interna en-
tre moral y derecho-, Habermas defiende que la legitimidad del derecho Pero la ética no debería descuidar la dimensión subjetiva de la morali-
no brota de sus cualidades formales, sino de las implicaciones morales dad en aras de una exterioridad jurídica o sociológica, porque en el mun-
que pueden extraerse de ellas. Ahora bien, frente al derecho natural clási- do moral al cabo los sujetos siguen siendo los individuos y sus opciones.
co (que, por defender bienes y valores, estipularía contenidos particulares La conciencia moral individual, desde luego, es tan rica como compleja e
muy fuertes para fundamentar decisiones universalmente obligatorias en irreductible a normas uniformizadas; por eso se equivocan las posiciones
una sociedad pluralista), Habermas entiende que el derecho ha de inscri- jurídicas que tienden a fagocitar a la moral, o al menos a maniatarla en
birse dentro de una «moral procedimental»: si los procedimientos para el corsé procedimental del derecho. En suma, construir un derecho con-
elaborar normas jurídicas se atienen a una racionalidad procedimental forme a la moral nos parece más adecuado que tratar de hacer una moral
práctico-moral (iusnaturalismo procedimental), entonces el derecho pue- conforme al mero procedimiento jurídico, aunque éste siga unos procedi-
de considerarse en el ámbito de la moral. mientos formales adecuados. Cuidado, pues, con una moral burocratiza-
Así las cosas, da con apariencia de derecho moralizado.
Justicia es dar a cada uno lo suyo que existe régimen de igualdades porque lo dicen las leyes, aunque luego
éstas no se cumplan, pues ¿de qué sirve que las Constituciones afirmen
Más vale justicia que injusticia, claro, pues «la justicia da a cada uno que todos somos libres e iguales ante la ley, si luego a la cárcel van más
lo suyo, no se apropia de lo ajeno y descuida su propia utilidad para con- los más pobres y menos los más ricos, que además salen antes y encima
servar la igualdad común.5 Justicia es dar a cada uno lo suyo, pero parece han cometido delitos mayores muchas veces?
cosa altamente difícil lograr un acuerdo «en justicia» en torno a qué haya-
mos de entender precisamente por «lo suyo»: ¿acaso será «lo suyo» de un
obrero recibir un salario ridiculamente mínimo logrado después de traba- Más vale caridad con justicia
jos basura y mediante contrataciones trimestrales? ¿Acaso «lo suyo» de un
profesional de élite será ganar en cinco o 10 minutos 10 o 100 veces más que justicia sin caridad
que un peón de albañil al mes o al año? Pero, aunque no hayan faltado
autores como Schopenhauer a la hora de pensar que «si es suyo no hace Hay una justicia que no es igualdad, pero no porque sea menos, sino
falta dárselo», al menos nadie niega que en una sociedad de humanos y por ser mucho más al estar dictada por el amor: el amor sobrepasa a la
no de ángeles hace falta que la ley obligue a dar lo suyo a quien le corres- justicia, que pone en plano de simetría lo que estaba inclinado.
ponde, contra la voluntad de quien no está dispuesto a ello.
DE LA JUSTICIA AL JUSTO
Justicia no es tener lo común por propio
¿Quién es justo?
No es justicia tener lo común por público y lo privado como propio,
pues «la naturaleza engendró el derecho común y la usurpación hizo el Justo «es alguien que pone su fuerza al servicio del derecho y los dere-
derecho privado».6 Como dijera Lactancio: «El fruto verdadero y máximo
chos y que, decretando en sí mismo la igualdad de todo hombre, a pesar
de las riquezas consiste en emplearlas no para el placer propio, sino para
de las desigualdades de hecho o de talentos, que son innumerables, ins-
el bienestar de muchos; no para la utilidad presente de uno mismo, sino
para la justicia, la cual permanece siempre así».7 taura un orden que no existe pero sin el cual ningún orden podría satis-
facernos. Para ello hay que resistir primero la injusticia que cada uno lleva
en sí mismo. Por eso el combate por la justicia no tendrá fin. En cualquier
Justicia no es hacer de lo que es del común caso, ese reino sólo lo alcanzaremos si nos esforzamos: bienaventurados
los sedientos de justicia, que nunca serán colmados».8 He aquí los rasgos
algo que no es de ningún
que le definen.
De entre los muchos proyectos de justicia, no se ha demostrado el menos En primer lugar, «ser justo significa reconocer al otro en cuanto otro,
bastardo de todos: el comunismo a palos, que ha intentado meter a todos en es decir, estar dispuesto a respetar cuando no se puede amar. La justicia
la misma camisa de fuerza, pero quedándose fuera de ella los apaleadores. enseña que hay un otro que no se confunde conmigo, pero que tiene dere-
Tampoco puede presumir mucho en favor de la justicia el liberalismo cho a lo suyo. El individuo justo es tal en la medida en que procura darle
que se le opone, no queriendo reconocer que si bien somos distintos, no lo que le corresponde».9 Encuéntrese o no el otro en situación de necesi-
por ello somos desiguales. dad o de indigencia, siempre que de su derecho se trate, estoy obligado a
darle satisfacción. Del mismo modo, pero en sentido contrario, sería mo-
ralmente reprobable torturar a prisioneros para arrancar de ellos confe-
Justicia no es decir pero no hacer, siones que evitarían a su vez males y bajo otro punto de vista resultarían
o hacer lo contrario de cuanto decimos provechosas. El fin no justifica los medios.
En segundo lugar, «ser justo no significa sino esto: tener una deuda y
Justicia no es tampoco enfatizar que hay una Constitución que garan- pagarla»,10 algo común a toda obligación moral, a saber, la vinculación a
tiza la justicia, y por ello creer que ya se ha logrado lo pactado. Ni es creer otra persona de la que por algún concepto soy deudor.
5
Lactancio, Sobre los deberes de los ministros, In Quasten, Patrología, I, BAC, 1970, p. 86. "A. Comte-Sponville, Pequeño tratado de las grandes virtudes, Andrés Bello, Santiago
"San Ambrosio, Sobre los deberes de los ministros, Libro I, BAC, Madrid, 1968. de Chile, 2000, p. 90.
7 "J. Pieper, Las virtudes fundamentales, Rialp, Madrid, 1998, p. 100.
Lactancio, Instituciones divinas, In Quasten, Patrología, I, BAC, 1970.
"7/>i</„ p. 103.
übU GAP. 6. DEMOCRACIA ACTIVA Y JUSTICIA EL DIFÍCIL ARTE DE JUZGAR 261
En tercer lugar, no es justo el que se limita a respetar la legalidad, ya San Francisco de Asís ante un tribunal verdaderamente justo tendría más
que dicha legalidad puede ser ilegítima si contraviene el orden de lo hu- derechos que cualquier otro.
mano. Ahora bien: para poder decir no a la justicia cuando ésta sea ilegí- Si el yo egoísta, cuando se hace centro de todo a costa de todos, resul-
tima, tenemos que estar por encima de ella, y este es el motivo por el que ta incómodo para los demás, ya que éstos se sienten expulsados de su pro-
se dice que la justicia no nos torna justos, y que son los justos los únicos pio terreno, el yo del justo sería el reverso de esa tiranía, porque asume
que pueden construir una verdadera justicia. su carga, aunque se trate de una pesada y no le beneficie:
Por fin, la justicia pide no solamente hacer «lo justo», sino también ha-
cerlo tal y como lo hace el justo, a saber, con prontitud y agrado, y por eso Vendes una casa después de haber vivido en ella durante años; es indu-
Aristóteles escribe: «Quien tiene tendencia a elegir y a realizar acciones equi- dable que la conoces mejor que cualquier comprador potencial. ¿Hay que
tativas y no se ciñe rigurosamente a sus derechos en el sentido de lo peor, decirle que el vecino se embriaga y provoca desórdenes después de la media
pero acepta menos de lo que le corresponde pese a tener la ley de su lado, es noche? ¿Que las paredes de la casa son húmedas en invierno? ¿Que las ter-
un hombre equitativo, y esa disposición de ánimo es la equidad».11 Cierta- mitas han corroído la madera? La ley puede prescribirlo o ignorarlo, pero la
justicia lo exige siempre. Se dirá que con esas exigencias sería difícil, o poco
mente, sólo el bueno está dispuesto a hacer más de lo justo debido. ventajoso, vender casas. Tal vez. ¿Dónde se ha visto que la justicia sea fácil
o ventajosa? ¿Debemos entonces renunciar a nuestros intereses? No. Pero hay
que someterse a la justicia, y no a la inversa. ¿Y si no 13
lo hacemos? Entonces,
La regla de oro del justo conténtate con ser rico y no intentes además ser justo.
La regla de oro de la justicia reza así: «En todo contrato y en toda tran- Esto puede ser considerado por muchos como una virtud heroica. En el
sacción, ponte en el lugar del otro con todo lo que sabes y, suponiéndote caso de los impuestos, votar por un partido cuya firme intención es aumen-
tan libre de necesidades como un ser humano pueda estarlo, decide si en tarlos, puede constituir un acto generoso cuando uno forma parte de la cla-
su lugar aprobarías el intercambio o el contrato».12 Ponte, pues, desde el se media o desahogada, acto que más que generoso será reputado como ex-
primer momento en los zapatos del otro; ponte en el lugar de cualquiera, travagante por muchos de los componentes de la clase media, o de sus medio
como si tú fueras cualquiera, como si cubierto por un velo de ignorancia componentes.
no supieras si estás abajo o arriba y buscas lo justo para todos; descentra Desafortunadamente, la ruindad no es patrimonio de la clase media, y
tu subjetivismo si deseas ser justo. no tardará en transigir con el fin quien esté dispuesto a transigir con los me-
Ponerse en el lugar del otro, descentrar el egocentrismo de la propia dios, y por eso no es cosa rara que uno venda su honor por lograr una dis-
subjetividad, cuesta más de lo que parece. En realidad hay dos clases de tinción honorífica; sin embargo, la persona justa prefiere honra sin barcos,
hombres: los justos que se creen pecadores, y los pecadores que se creen que barcos sin honra. La persona justa nada contra corriente, y con frecuen-
justos. Con frecuencia creemos estar en una de las dos categorías y esta- cia resulta incomprendida o marginada. A pesar de todo, la ruindad no se
mos en la otra; desde luego, la equidad, el equilibrio en los dos platillos defiende por la razón, sino por la sinrazón e injusticia de los ruines, pues es
de la balanza no es tan fácil. En nosotros todo lo excusamos, y en los de- bien sabido que la mala causa empeora con su defensa. Dicho de otro modo:
más, apenas nada; queremos vender caro y comprar barato. ¡Qué diferen- ¿seguiría siendo moralmente malo el robo, aunque se viviese en una socie-
te es el corazón del justo! El corazón del justo ya no es suyo, pues él se dad de la abundancia y de la sobranza? Sí, también. Hay cleptómanos que
coloca en el lugar de toda la humanidad. Ecuanimidad, honradez, justi- evidencian un desorden de su carácter robando, incluso, lo que no necesitan,
cia: hermosas palabras que el justo no sólo pronuncia con sus labios, sino llevados por un impulso autoafirmativo enferm(iz)o.
que las alberga en su corazón y gestiona con su vida diaria.
EL DIFÍCIL ARTE DE JUZGAR
Cuanto más justo, más responsable Y DE VIVIR CON JUSTICIA Y AMOR
Ni el justo, ni el genio, ni el santo confieren a nadie ningún derecho Juzgar con justicia
especial, pues la recompensa está en la virtud misma. Por lo demás, el ge-
nial Mozart tiene que pagar su pan igual que todo el mundo, y ni siquiera Lo más negativo de la justicia es que exige juzgar; cuando pienso que
un hombre juzga a otro siento un gran estremecimiento: sólo puede pro-
"Étt'ca a Nicómaco, V, 14, 1137 b, 34-1138 a 3.
"«. Alain, 81 chapitres sur l'esprit el les passions. La Pléiade, París, 1961, p. 1230. 'A., Comte-Sponville, <>/>. di., p. 75.
262 GAH 6. DEMOCRACIA ACTIVA Y JUSTICIA EL ANHELO INFINITO DE LA JUSTICIA 263
nunciarse el juicio sobre un hombre cuando se ha clavado la tapa de La virtud de la justicia, pues, permanece más abajo de la virtud del
su ataúd. amor, y a pesar de eso merece todos los elogios. Por debajo, pues, del amor,
Aunque la justicia no deba caer en la tentación de juzgar a las perso- y por encima, claro está, de la injusticia: he aquí la virtud de la justicia.
nas, pues nadie conoce a nadie lo suficiente como para juzgar su fuero in- Cuando alguien lleva adelante una acción de justicia desde la perspec-
terior («de las cosas interiores ni siquiera juzga la Iglesia», se decía), el tiva del amor, resulta ser mucho más exigente que cuando se limita a
mero hecho de juzgar sus actos ya es muy delicado, aun cuando sólo sea ejercerla desde el lado de la legalidad. Se dice que es más fácil ser bueno
porque sus actos exteriores vienen irremisiblemente impregnados por ese que ser justo, pero ¿acaso el justo no es bueno, al menos en cuanto que
fuero interior que, según decíamos, nadie conoce. Por eso no debe deci- es justo?
dirse hasta oír a las dos partes; pronto se arrepiente quien juzga apresura-
damente. Pobre del que juzgando comete injusticia, pues -como ya dijera
Sócrates- es peor cometer injusticia que padecerla. A la vista de ello, es La generosidad no sustituye
preciso que las leyes sean severas con todos, y todos los hombres que las
aplican indulgentes: mejor arriesgarse a salvar un culpable que a conde- a la justicia, pero la mejora
nar un inocente. considerablemente
rido, pues nadie puede esperar resucitar como ángel si ha elegido vivir como -No, no lo aceptaría -articuló en voz baja Aliosha.
cerdo, como tampoco puede nadie imaginar el cielo si ha vivido arrastrándo- -¿Y puedes admitir la idea de que los hombres para los cuales habrías de
se. Para él, para el reptador, el Cielo es un conjunto de tediosos líricos; es de- construir consintiesen en aceptar su felicidad a cambio de la sangre injustifi-
cir, de personas que tocan la lira sobre sus nubes respectivas ataviados lángui- cada de una criatura torturada y que, habiéndola aceptado, serían felices para
damente con batas blancas... siempre?
-No, no puedo admitirlo.15
Pero la justicia que ama lo justo comienza justamente por una vida in-
tensa en esta tierra, comienza dando testimonio de lo buscado, es decir,
viviendo congruentemente conforme a ello. Y, sin embargo, pocas cosas habrán mantenido su esencia tan inaltera-
da a través del tiempo como las violaciones y los atentados contra la digni-
dad humana. Ciertamente, instrumentos e ingenios de tortura y de muerte
no han faltado: desde el potro o el aplastacabezas, hasta las descargas eléc-
La justicia que se pierde en la Tierra tricas o la administración de psicofármacos que alteran el dominio del cuer-
¿acaso no merece al menos verse po, va una serie de novedades históricas -aquí cuesta decir avances o pro-
recompensada en el Cielo? gresos- y un mismo siniestro hilo de ignominia que aún no se ha roto ni
mucho menos. Pero tampoco hacen falta muchos instrumentos materiales
para tan macabro fin, basta con utilizar como instrumentos a las personas
Ahora bien, ¿no sería justo que aquellas personas que la han busca- mismas: torturar a los familiares más próximos en presencia del detenido o,
do con generosidad y cuya búsqueda les ha costado cara, no sería justo incluso, forzar a las víctimas a que tomen parte en la tortura de sus propios
que al menos quedase abierta para ellas la posibilidad de una justicia familiares.
más que compensatoria en la eternidad? En este mundo hay asesinos a
los que la sociedad trata como santos, y santos a quienes la sociedad tra- Mas todo lo que ofende la dignidad del hombre perjudica a la civiliza-
ta como asesinos; hay justos que son tratados como perros y perros ción. La dignidad de las personas requiere una condición de vida más hu-
tratados con honores. Por tanto, si no hubiese una vida eterna, buenos mana y justa. Ahora bien, aunque todos los seres humanos aspiran a ser
y malos terminarían en el mismo pudridero. De este modo, no sólo la tratados humanamente («¡Trátame como a un ser humano!»), en este mun-
vida de los malos sería una burla de los buenos y un estímulo para los do hay perros a los que se trata mejor que a personas, y personas a las que
malos, sino que, además, la historia de la humanidad carecería de sen- se trata peor que a perros. Para que esto último no suceda, no trates a los
tido y quedaría deslegitimada. demás como no te gustaría que te tratasen a ti; trata a los demás como te
gustaría que te tratasen a ti mismo. Ten en cuenta que todo ser humano es
Debería haber, pues -añade Kant- una justicia, la eterna, la del Dios digno, con independencia de raza, color, profesión, sexo, edad, etc. Todos
Justo, que dé a cada uno lo que se merece, si queremos que la historia hu- los seres humanos tienen derecho a ser tratados como tales, incluso los que
mana se dignifique. Por tanto, al «interesado en leyes de virtud»,14 es de- optan por comportarse inhumanamente. A estos últimos la sociedad debe
cir, al justo, le conviene que Dios exista: será su gran aliado. reeducarles y ofrecerles condiciones para su rehabilitación.
Si lo valioso de un buen cuchillo consiste en cortar bien, lo valioso del
humano consiste en lograr la excelencia, aquello que nos hace ser huma-
JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS nos y no inhumanos, y ello de una forma durable, lo que hemos llegado
a ser gracias a nuestro esfuerzo en contacto con las demás personas, es
El derecho a ser tratado como humano decir, la humanización de la hominización biológica. Es una tarea de to-
dos y de cada uno, de cada uno para todos y de todos para cada uno.
Dime abiertamente, te invito a hacerlo, responde: imagínate que tú mismo Hay, por lo demás, en toda persona, más cosas dignas de admiración
debes erigir el edificio de los destinos humanos con el objetivo final de hacer fe- que de desprecio, aunque a veces no lo parezca. Las hay, al menos porque
lices a los hombres, de darles, por fin, la paz y la tranquilidad, mas para ello es puede llegar a haberlas, siendo nuestra misión la de madrugar para des-
necesario e inevitable atormentar aunque sólo sea a la más humilde criatura, a cubrir lo bueno aún invisible que se oculta; así pues, cuando te cueste tra-
esa misma niña que se pegaba con su puñito en el pecho, y, sobre los cimientos bajo despertar, recuerda: me despierto para realizar mi tarea de hombre.
de esas lágrimas no vengadas, levantar ese edificio; dime ¿aceptarías ser el arqui- Ser persona es sentir que, colocando la primera piedra, se contribuye a
tecto en esas condiciones? ¡Dilo y no mientas! construir el mundo. Las personas existimos unas por otras, así que instrú-
M
Cfr. I. Kant, l a religión dentro de los límites de la mera razón, Alianza, Madrid, 1991, r ;
páginas 141 y ss. 'l . M Dosioyevsky, l.os hrrnuuuts Karamuzov, libro V, c. IV
266 CAP. 6. DEMOCRACIA ACTIVA Y JUSTICIA JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS 267
yelas, o sopórtalas: la sabiduría deja de ser sabiduría cuando es muy or- clausurada a ningún humano; patria hecha, patria deshecha. Un buen
gullosa para llorar, muy grave para reír y muy llena de sí misma para bus- hombre debe poder vivir en cualquier país. La patria humana más bella es
car a los demás. ser útil al prójimo; no existe mejor prueba de una civilización que la del
progreso de la cooperación: la grandeza de un pueblo se mide por las vir-
tudes de sus ciudadanos.
La primera exigencia de los valores ¿Cómo se explica un país donde hay 100 millones de habitantes pero
60 millones que son pobres de solemnidad? ¿Puede ser eso una patria co-
humanos es su universalización mún? Y, sobre todo, ¿cómo hablar de valores patrios, si les hemos desva-
lorizado?
Existen tres niveles de comportamiento al respecto, que explicamos a
continuación.
Nivel posconvencional
Nivel preconvencional Posconvencionalidad y universalidad. La primera exigencia de los va-
lores humanos es su universalización, más allá de toda patria. Quien no se
Quien vive en este nivel juzga siempre según su propio egoísmo; no sitúa en este nivel no ha aprendido a distinguir entre las normas de nues-
tiene otra forma de mirar la realidad, ni conoce otra medida. Es bueno tra comunidad concreta y principios universalistas que tienen en cuenta a
sólo lo que va bien con su egoísmo. toda la humanidad, desde los cuales podemos poner en cuestión todo lo
En este nivel, los opulentos -aislados en sus mansiones y protegidos demás. Estos últimos son los que legitiman las instituciones democráticas.
por complejos sistemas de seguridad e interminables legiones de policías Una conducta es sostenible cuando cumple dos condiciones: que pue-
privados- no logran evitar la presencia de los miserables en sus casas de da ser ejercida por todos y cada uno en cualquier lugar, y durante todo el
cartón; aunque lo intentan, las fortificaciones particulares de los ricos no tiempo sin peligro para la pervivencia.
pueden convertirse en ciudades-Estado. El gran malestar social se vuelve Posconvencionalidad y testimonialidad. Si afirmo que mi libertad es
contra los ricos mismos, quienes terminan clausurados en sus casas para absoluta, pero menosprecio la tuya, no universalizo. Si considero al dine-
evitar el secuestro: es la democracia boomerang. ro como superior a la honestidad, no universalizo. Si tomo a la publicidad
como un fin en sí mismo a costa de la veracidad del producto, no univer-
salizo. Si lucro con los productos de mi fábrica, aunque deteriore la natu-
Nivel convencional raleza, no universalizo. Si una empresa da trabajo pero contamina, no uni-
versaliza. En todos estos casos, un valor destruye al otro y atenta contra
Quien vive en este nivel tiene por justas las normas de su propia co- otras personas, por lo que en tales condiciones no puedo aceptarlos como
munidad, y sólo ellas; o no mira a las demás comunidades con la misma valores. Sólo cuando mis valores no lesionan los de las demás personas,
objetidad que a la suya. Con frecuencia, el patriotismo se sitúa en este ni- pueden aceptarse de entrada. Principio de universalización axiológica:
vel, pues no sabe decir: «Patria, sí, pero todas las patrias, sin excluir nin- si no valen para todos, no valen para ninguno. Si valen para 99 % pero no
guna». Por eso, para defender su patria, ataca y menosprecia la ajena. Aho- para 100 %, no es todavía un principio de universalidad, es un principio de
ra bien, si los valores valen del río Bravo para arriba, pero no del río Bravo generalidad. Si existe algún imperativo categórico es éste: no dejes que los
para abajo, no son valores bravos, no valen: patria sólo si grande. El pa- demás hagan por ti lo que pudiste tú hacer por ellos.
triotismo de los unos contra el de los otros suele ser el último recurso del A medida que la virtud se debilita en su universalización y crece el
pillo (o el primero), el combustible dispuesto a arder para iluminar el ego patriotismo particularista, crece el río de la sangre. Hay que intentar ex-
de cualquier ambicioso: uno cree que muere por la patria, y muere por cier- tender a todos los propios valores; aunque al intentarlo me vaya mal a
tos industriales. mí, sin exponer a riesgos destructivos a la propia persona, al menos que
Amemos las patrias de humanidad, no las valladas ni las kilometra- no le vaya mal a los valores. Quien piense que la universalización de lo
das, pues la patria del ser humano es lo que en cada ser haya de humano. valioso no trae conflicto, se equivoca; lo malo sería que generasen con-
Patria es cualquier tierra; el que se sienta en la litera es un hombre, pero flicto y además no fuesen valores. El universo de los valores no es un jar-
quien la lleva es otro; de lo contrario, patria mucha, hombres pocos. Patria dincito epicúreo para descansar en él. Hay una tendencia a depositar los
donde no se permite el libre tránsito sin mirarle a nadie el origen ni impe- valores en una estantería mientras que el sujeto se queda fuera. Pues no.
dirle la libre residencia no es patria, que es cárcel. Una patria nunca está En la naturaleza humana está el generar crisis, el construir y destruir.
268 CAP. 6. DEMOCRACIA ACTIVA Y JUSTICIA JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS 269
diferencia radical con respecto a los animales, que, una vez explorado su No más derechos, pues, sin deberes; no más deberes sin derechos. Los
propio territorio, se quedan dentro de él. En todo «planeta axiológico» derechos humanos son también un deber de los humanos. Como humano,
podemos llegar a adoptar pautas de comportamiento que hoy ni siquiera tengo el deber de trabajar por los derechos humanos para luego disfrutar-
imaginamos. los; como inhumano, sólo me quedaría el placer de disfrutarlos sin haberlos
Ante los valores, lo correcto es respetarlos allí donde ya estén incor- defendido. Debemos elegir, pues, entre vivir como humanos humanizando,
porados, defenderlos en aquellas situaciones en que se vean en dificulta- o disfrutar como inhumanos parasitando. No siendo suficiente con el discur-
des, tratar de encarnarlos en aquellos lugares en que no se encuentran so de los derechos, es preciso impulsar el discurso complementario de los de-
incardinados, o donde dominen los valores negativos, luchar contra nues- beres, porque los unos no son posibles sin los otros.
tros antivalores, dejarse corregir dando las gracias a quienes nos enseñan No hay derechos humanos sin deberes humanos. Ciertos apologetas
a ser mejores, pues la mayor torpeza es no ver el propio disvalor y enfa- de los derechos humanos suelen tender a fosilizarlos, tratándolos a modo
darnos con quien nos corrige por nuestro bien. de herencia ya ganada para siempre, olvidando que los verdaderos dere-
La posconvencionalidad exige testimonialidad, o sea, ir de las palabras chos humanos surgen de los creadores de humanidad y que sólo por ellos
a las obras en favor de toda la humanidad y no sólo de la gente de mi en- se mantienen, como muy bien recuerda José Antonio Marinas:
torno o de mi propio egoísmo. No es moral hablar bien y hacer mal, es de-
cir, no hacer lo que se cree que hay que hacer, ni hacer lo que no se quiere Si en el mundo civilizado el criminal está protegido por el mismo dere-
hacer. Hay academias corruptas que se dedican a dar cursos sobre valores, cho que ha conculcado, no es porque nadie se lo deba, sino tan sólo por la
pero ser bueno es una cosa y otra presumir de serlo. Si hiciésemos 10 % de generosidad de los que permanecen en la órbita ética manteniéndola en vue-
los valores que proclamamos, esto sería mucho mejor, pues se usan más pa- lo, dispuestos a afirmar la dignidad de todos los miembros de la especie hu-
labras de las necesarias para decir más cosas de las que se saben o mejores mana, aunque resulten perjudicados al hacerlo.
de las que se hacen: algo, en todo caso, muy común, pues del dicho al he- Éste es el gran salto ético, el triunfo de la magnanimidad creadora, el
cho va mucho trecho. Estaba el filósofo Diógenes cenando lentejas cuando enigma que admiró y complicó a Kant: el ser humano, dotado de una inte-
ligencia que le permite comprobar lo cerca y lo lejos que está de sus parien-
le vio el filósofo Aristipo, que vivía confortablemente a base de adular al tes animales, se seduce desde lejos con un modelo inestable y magnífico:
rey. Y le dijo Aristipo: «Si aprendieras a ser sumiso al rey, no tendrías que pertenecer a una especie llena de dignidad. Los que realizan ese proyecto
comer esa basura de lentejas». A lo que replicó Diógenes: «Si hubieras tú son verdaderos creadores: permiten que exista algo que antes de ellos no
aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al rey». existía.
Gracias al hombre ha aparecido en el universo una flor rara y vulnerable:
el derecho. Como todos los proyectos creadores, éste también tiene que ate-
nerse a determinadas constricciones. Es imposible construir sin comprobar la
N o más deberes sin derechos, consistencia del terreno, escribir sin reglas sintácticas, lanzar aviones sin com-
n o más derechos sin deberes bustible, construir puentes sin conocer la resistencia de materiales. Ahí apare-
cen los deberes. Son el envés de los derechos. Son las torres y los cables de los
La verdadera fuente de los derechos es el deber. Si todos cumplimos con que cuelga el puente y que permiten al puente su vuelo suspendido.
nuestros deberes será fácil que se respeten nuestros derechos. Todo derecho Los juristas romanos distinguieron entre derechos de propiedad y dere-
que no lleva consigo un deber no merece ser defendido, dijo Gandhi. , chos de crédito. En vez de conservar la terminología latina, propongo llamar
Cuando se reclaman los derechos humanos como realidad ya conquis- a estos derechos intersubjetivos, recíprocos, mancomunados. Todos los pro-
tada para siempre, hay que tener mucho cuidado: si son conquistas es por- yectos compartidos instauran este tipo de derechos. No importa que se trate
que hay conquistadores generosos que las regalan, pero ¡ojo con dormirse! de un negocio, una relación amorosa, una empresa científica, o del amplio
propósito de constituir una humanidad digna. En su raíz, los derechos son
La humanidad no gana nada que no continúe defendiendo y perfeccionan- siempre derechos de crédito, intersubjetivos. Todos los derechos se mantienen
do; aunque los excelentes concedan la excelencia a los parásitos, éstos no gracias a la cooperación ajena. Y conviene recordar esto al hablar de derechos
merecen esa ganancia: cuanto más reclaman derechos humanos, tanto más fundamentales. Si los cosificamos, si los consideramos realidades preexisten-
los inhumanizan. Pero los excelentes son excelentes precisamente porque tes, consistentes y persistentes, y no proyectos a realizar, nos tiranizarán lógi-
son más fuertes y valiosos que los parásitos. Los excelentes no se contentan cas degradadas. Por ejemplo, tendremos la impresión de que podemos man-
con guardar para sí su excelencia. Generosos, su camino es más rico: prime- tenernos al margen de los derechos y seguir protegidos por ellos.
ro, regalan los derechos a quienes no los merecen; después, les enseñan a Esto es confundir la legalidad física con la legalidad moral. Las leyes físi-
amar esos derechos, a apreciarlos; finalmente, a ganarlos y a defenderlos cas no necesitan nuestro concurso para funcionar. Mi asentimiento les impor-
para otros. Es la tarea y el gozo de los mejores educadores, padres y maes- ta un bledo. Los derechos no tienen una existencia independiente' en no sé
tros: ¿hay quien dé más? qué brillantísimo mundo platónico: son una insegura tienda de campana que
270 GAP. 6. DEMOCRACIA ACTIVA Y JUSTICIA 271
protege a los hombres sólo mientras alguien sostiene las lonas levantadas. Las tres generaciones en la Declaración
Los derechos, como los aviones, sólo se mantienen en vuelo mientras el mo- Universal de los Derechos Humanos
tor del propio avión continúa funcionando.16
No sólo queremos enseñar a ser felices y egoístas porque tengamos La otra gran declaración, ya más cercana a nosotros, fue la de 1948,
muchos derechos, sino a ser dignos asumiendo muchos deberes por gene- tras la terminación de la Segunda Guerra Mundial: la Declaración Univer-
rosa donación libre para otros, arriesgando incluso por quien no lo mere- sal de los Derechos Humanos, que con el curso del tiempo ha ido desarro-
ce, dignificando al indigno: en eso consiste la verdadera democracia mo- llándose hasta el punto de que hoy día hablamos de tres generaciones al
ral. ¡Enrólate en sus filas, hermano; la democracia moral te llama! respecto.
Ante la imposibilidad de encontrar una filosofía común a todos aque- Los derechos humanos de la primera generación son las libertades ci-
llos que se manifiestan en favor de la existencia de unos derechos humanos, viles o «libertades de» (libertad de conciencia, de expresión, de prensa, de
pero ante la urgencia también de promulgarlos en beneficio de la huma- asociación, de iniciativa económica, de trasladarse libremente dentro y
nidad, la sociedad ha ido elaborando manifiestos, el primero de los cuales fuera de un país, etc.) y la «libertad política» de participar en el poder po-
fue la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, respecto del lítico de la comunidad en que se vive, sea directamente, sea a través de
cual, sin embargo, Karl Marx había afirmado que «ninguno de los supues- representantes. Estos derechos son valores de libertad.
tos derechos del hombre va más allá del hombre egoísta, del individuo que
se aparta de la comunidad, al que sólo le interesan y preocupan sus pro-
piedades privadas». Además, por no poder materializarse en la realidad, no Segunda generación
pasaban de la condición de mero derecho abstracto, es decir, de papel moja-
do que no sirve para nada. Los derechos humanos de la segunda generación se agrupan bajo la
Así las cosas, expresión «libertades respecto de» o «liberación» (liberación del hambre,
de la necesidad, de la ignorancia, de la enfermedad, que sólo pueden lo-
por derechos humanos se entiende la existencia de una serie de prerrogativas grarse satisfaciendo el derecho a la asistencia sanitaria, a la educación, a
que afectan a toda persona humana por el mero hecho de serlo, independien- un medio de vida digna, a una cierta seguridad en casos de enfermedad,
temente de circunstancias de tiempo, lugar, cultura, raza, sexo, religión, etc. desempleo o vejez). Estos derechos son valores de igualdad.
Tales derechos no parten tanto de la realidad de lo que hoy se da, sino de lo El Estado de bienestar nació con el empeño decidido de proteger estos
que debería darse teniendo en cuenta el ideal de la persona humana. Tienen, derechos humanos de la segunda generación, también denominados de-
por tanto, una irrenunciable base ética, de donde nace la realidad jurídica ac-
tual. Es decir, esos derechos se imponen como principio regulador de los di- rechos económicos, sociales o culturales. El Estado a veces asume una fun-
versos elementos que conforman el orden social y estatal. ción de subsidiariedad ayudando a capear el temporal a los individuos o
Son derechos subjetivos, en cuanto que se refieren al sujeto humano. grupos maltrechos, con el fin de que puedan levantarse. Allí, pues, donde
Pero al mismo tiempo son universales, imprescriptibles, inalienables, irrenun- la iniciativa individual no alcanza, el Estado ayuda, ya sea de forma per-
ciables. Son, por tanto, exigencias ideales que orientan hacia la realización manente o coyuntural mediante subvenciones, exenciones tributarias e im-
más plena de la persona humana. positivas, desgravaciones fiscales, ayudas de régimen arancelario, etc.
En cuanto tales son previos a la sociedad, pero su toma de conciencia y liste Estado benefactor se ve obligado a intervenir en las cuestiones econó-
el proceso de determinación de sus significados concretos es histórico y so- micas, incluida la propiedad, y deviene Estado interventor o Estado provi-
cial. Sus concreciones van mudando con el cambio de las necesidades huma- dencia, o Estado paternalista, pues acostumbra a los ciudadanos cada vez
nas que se van dando a lo 17largo de la historia. Son, por tanto, en algún senti- más pasivos a que él lo haga todo: recaude impuestos, distribuya gastos,
do, una realidad histórica. remedie males y provea futuro bueno. Pero esto hace que los ciudadanos,
lejos de convertirse en interlocutores válidos, se tornen de día en día en in-
16
J. A. Marina, Proyecto para una ética constituyente. En el mismo sentido, Cfr. A. Marina, competentes básicos incapaces de asumir su propia realidad; es decir, en ciu-
"Educación en valores", en WAA, Educar en valores, Bruño, Madrid, 1997, pp. 19-23. dadanos pasivos, criticones quizá, pero no seriamente críticos, ni responsa-
17
F. Torres, "Derechos humanos", en Conceptos fundamentales de ética teológica, Trotta, bles, ni creadores, ni protagonistas.
Madrid, 1992, pp. 667-668.
272 CAP. 6. DEMOCRACIA ACTIVA Y JUSTICIA JUSTICIA Y DKRECHOS HUMANOS 273
El problema es que muchos trabajadores autónomos, muchas peque- atentar contra un valor absoluto y, en consecuencia, no admiten excepcio-
ñas cooperativas, muchas asociaciones de profesionales, de vecinos, de nes; de ahí que se les denomine deberes perfectos. «Absoluto», pues, signi-
autoayuda, de alcohólicos anónimos, de mujeres maltratadas, de menores fica desligado de cualquier situación, consecuencia o circunstancia del caso
marginados, etc., se acogen a estos auxilios para sobrevivir, quedando de concreto. Los derechos humanos de primera generación se inscriben aquí.
ese modo en última instancia rehenes del Estado que les apoya, lo que les
lleva a padecer el famoso síndrome de Estocolmo, según el cual el cauti-
vo eleva a la categoría de salvador a su secuestrador mismo. Es por eso Deberes prima facie
por lo que un cierto servilismo le es consustancial a estas comunidades de
agradecidos al Estado del que son rehenes. De esta forma, no se contribu- A diferencia de ellos, los mandatos positivos reciben el nombre de de-
ye a generar un tejido social sano y libre, realmente autónomo, sino una beres imperfectos, o prima facie, porque admiten gradaciones y excepcio-
enorme masa de ciudadanos esclavos que han hecho suya una de las for- nes, siendo entonces cada sujeto quien debe decidir con prudencia cuánto
mas de actual servidumbre voluntaria. está dispuesto a hacer contando con sus posibilidades, con su generosidad,
Por lo demás, no pocas veces los colectivos subsidiados, lejos de unl- con las circunstancias y con su mismo derecho a gozar del bien del que se
versalizar su propia salvación, por una parte entran en el dudoso juego de trate, permitiendo gradaciones y excepciones. Aquí se incluyen las accio-
la ultracompetitividad frente a los que están mejor que ellos o incluso peor nes supererogatorias, aquellas que no pueden exigirse moralmente a todas
que ellos, pues las leyes de mercado no tienen muchos miramientos con las personas por ser acciones heroicas. Los derechos humanos de segunda
nadie y, por otra parte, reproducen en su interior los mismos mecanismos generación (los económicos, sociales y culturales) sólo pueden ofrecerse
de opresión y de explotación que a ellos les han llevado a la más negra gradualmente.
marginalidad necesitada, finalmente, de subsidio estatal.
Tercera generación
Los derechos humanos de tercera generación exigen aún más que los
restantes, la solidaridad internacional. Exigen la colaboración internacional
(derecho a la paz, a un ambiente sano, etc.) y llevan al cosmopolitismo. Es-
tos derechos son valores de solidaridad. Cuando ejercidos, convertirían a las
personas en ciudadanos del propio país y del mundo, y permitirían encar-
nar en sociedad los valores de libertad, igualdad y solidaridad, valores que
han de ser defendidos desde una actitud dialogica y no autoritaria para ser
tomados verdaderamente en serio.
¿Cómo podrían garantizarse los derechos humanos, con una ONU al
servicio de los poderosos, cuyo gendarme es Estados Unidos? «Pobre .Mé-
xico: tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos», afirmó el mexicano
Porfirio Díaz. Mas ¿quién no está cerca de Estados Unidos? Sea como fue-
re, suelen dividirse como sigue:
Deberes absolutos
LA EQUIVOCACIÓN DE LA ESCUELA
USURPADORA
Todo lo anterior hay que enseñarlo, y enseñarlo bien. En lo referente
al magisterio, su poder sigue existiendo, pero ahora sólo en una élite de
docentes universitarios cosmopolitas, grandes popes, animales prestigio-
sos, los cuales reúnen tres características: primero, publican en inglés, la
lengua del imperio; después, trabajan intercampus, es decir, exportándo-
se informáticamente a todos los centros neurálgicos de las mejores univer-
sidades (videoconferencias interactivas en tiempo real, etc.), haciendo así
omnipresente su publicitado mensaje, contra el que no cabe competir por
los medios clásicos del libro y de la enseñanza cara a cara; finalmente,
aplican sus saberes -directa o indirectamente, técnica o ideológicamente-
a las necesidades del Imperio mismo, que así les entroniza y tecnotroniza,
pues los expertos oficiales han de estar concertados con los programas
institucionales a los que sirven de legitimación teórica. He ahí los nuevos
popes, los nuevos taumaturgos de la profesión docente e investigadora: si
no se publica en inglés, si no se ocupa el intercampus, si no se orienta la
investigación hacia el poder multinacional, de hecho no se pertenece hoy
a la enseñanza como campo significativo, como institución de sentido.
Normalmente, estos hiperintelectuales o megaprofesores abandonan
a los alumnos de los primeros cursos, y solamente ejercen un magisterio
selectivo y mínimo. Los expertos de los refinados cuerpos de conocimien-
to reclaman un estatus no sólo de especialistas en tal o en cual sector, sino
con frecuencia una jurisdicción absoluta sobre la totalidad del sector en
<£7(J GAP. 7. PEDAGOGÍA LA EQUI-VOCACIÓN DE LA ESCUELA 277
cuestión: pontifican sobre lo divino y lo humano; salen en la red, luego Ahora bien: estos voceros de su amo a su vez son la voz de los perio-
existen. Tienden por ello a considerarse expertos universales sobre un pla- distas, de las televisoras e, incluso, de los apartos ideológicos del Estado.
no de gran abstracción, pues cuanto más abstractas resultan las legitima- Y así, de arriba abajo, su influencia llega hasta la más modesta escuela
ciones, menos posibilidad existe de que se modifiquen según las cambian- primaria y hasta el más humilde hogar, cuya televisión repite las primeras
tes exigencias pragmáticas. campanadas. Resulta casi imposible luchar contra esta pirámide de sacri-
ficios. Y, como a quien sirven los grandes de verdad es al Imperio, fuera
de sus labores de vasallaje imperial, los intelectuales y expertos llevan una
El poder social de los equi-vocados vida privada vulgar, tan vulgar como privada de vida, roen el hueso que
les echen. Los que mueven el aparato ideológico, en cualquier caso, fieles
Son «intelectuales bonitos», intelectuales áulicos, palatinos, grandes al Estado (vía multinacionales) que les paga, tienden a reflejarle reprodu-
catedráticos, tolerantes ex cáthedra con todo aquello que a su vez les to- ciendo su estructura piramidal, rasgo en que coinciden con la administra-
lera el Imperio, al que ellos ponen altavoz y alfombra. Estos «cuerpos de ción y con el ejército.
especialistas» presiden la provisión de cargos, la distribución de becas, las
fundaciones, los premios, el ranking de las profesiones, la publicación de
lo culturalmente correcto, el poder de decir lo que rige e, incluso, de lo que El principio de male-ficencia
ha de venir en el futuro, y todo ello indefectiblemente al servicio de lo
económicamente correcto, que en última instancia paga para eso. Como de los equi-vocados y su producción
Alifanfarón de la Trapobana, sus vanidades van siempre envueltas en una de bienes extrínsecos
nube de polvo, y andan rodeados por una corte de aduladores que, a su
vez, habrá de repetir con habilidad los mismísimos arcanos que sus maes- Nada más lejos de este monopolio «educativo» que la búsqueda del prin-
tros para alcanzar su estatus el día de mañana, con su renovado séquito. cipio de beneficencia, que consiste en trabajar no sólo para cubrir un horario
Así pues, aunque presuman constantemente de lo contrario, por aque- con el que ganarse la vida, sino para hacer el bien (bene faceré), a veces sin
llo del «dime de qué presumes y te diré de qué careces», su pretendida mucho beneficio crematístico. Para su propio infortunio, esas gentes jamás
ciencia pura no está casi nunca por encima del capitalismo que les nutre, podrán imaginar la felicidad que gratuitamente se agrega a aquel cuya vida
ni fuera de las universidades en que se enclasan, ni más allá del poder está regida por el principio de beneficencia. ¿Quién podría demostrarles a
que les tienta, aunque sí, desde luego, dentro del Banco Mundial y del ellos el principio intangible, pero intuitivo, de que trabajar en lo propio para
Fondo Monetario Internacional, de los que, próximos o remotos, son sus la entera humanidad, unlversalizando el propio constructo sapiencial, es
satélites. algo sumamente hermoso? Al regalar algo propio ¿no se recibe mucho más?
Tras la excusa de su ciencia pura, cabeza de Extremadura, y ampara- Feliz aquel que, cuando estudia algo, piensa a la vez en cómo transfundirlo
dos por el poder, estos consejeros palatinos, redactores áulicos, y plumífe- a los demás, aquel que intenta servir a los valores eternos. Personalmente
ros del Imperio, elaboran todo tipo de directrices sobre la vida y costum- me consideraría un nombre muy poco afortunado si mi actividad laboral no
bres de los demás. Partiendo del gran mito de la sociedad enferma, del tuviese nada que ver con todo esto.
que hablara Iván Ilich, las universidades legitiman la pretensión de arqui- Sin embargo, en lugar del principio de beneficencia, se instaura en
tectos, urbanistas, psicólogos, sociólogos, equipos médicos, psiquiatras, esta élite usurpadora el principio de maleficencia, por lo demás tan común:
empresarios, hombres de negocios, etc., para curar a esa sociedad enfer- yo hago un club de ajedrez para enseñar este juego, pero termino utilizán-
ma. ¿Enferma de qué? Enferma de yatrogenia, es decir, de las enfermeda- dolo para captar amigos de buenas posiciones sociales. No pocas insti-
des producidas por los supuestos sanadores. Las medicinas que nos su- tuciones docentes, médicas y sacerdotales, nacieron con la vocación de
ministran las universidades poderosas (universidades de los poderosos) servicio a los pobres y han terminado siendo clubes de élites burguesas.
para curarnos de nuestras enfermedades son, sin embargo, las que calcu- Ojo con esto, porque si una generación no se da cuenta de lo que hace,
ladamente debilitan y extenúan al pueblo por sistema. Por eso son los sa- la siguiente sabrá lo que no va a poder hacer ya.
bios funcionales al sistema los encargados de definir qué se puede saber Del principio de maleficencia se deriva el de la presencia de bienes me-
y qué no, qué es la salud y dónde la enfermedad, que es lo útil y lo inútil, ramente extrínsecos. Muchas veces nuestras instituciones educativas están
a quién hay que aislar y a quién no; ni siquiera necesitan decirlo: lo dicen montadas sobre bienes extrínsecos: publicidad, eficacia, buen nombre, fun-
con sólo enseñar donde enseñan y publicar donde publican. Y, diciendo cionalidad, que implacablemente van ahogando cada vez más el proyecto
todo eso, siguen siendo la voz de su amo, jamás la voz de los sin voz, de original, hasta que al fin lo pervierten. También aquí la tarea es la de rega-
cuya afonía viven. ñar para la institución bienes intrínsecos conforme al ideario, un ideario que
278 CAP. 7. PEDAGOGÍA 279
sea de verdad realizado ya que, si el ideario no se realiza, no tiene ya otra La superficialidad, mito antiCasandra
salida que no sea la de metamorfosearse en bestiario y camuflarse con de-
claraciones hipócritas. Casandra era una sibila o profetisa troyana que había recibido el don de
la profecía junto con la maldición de que nadie iba a creer lo que profetizaba.
Pocos amigos tiene Casandra en la escuela, que hoy está contra quien profe-
A l g u n o s mitos existentes en la ética tice «desgracias». Desgraciado el maestro que alerte contra aquello que el Im-
del profesional docente perio quiere enseñar, pues entonces toda una campaña de desprestigio caerá
sobre él, o, como ocurre más frecuentemente, de silencio. La escuela conde-
A través de sus funcionarios imperiales, la escuela introyecta una serie na a todo el que tiene una mirada crítica; para ser buen profesor hay que pa-
de mitemas contrarios a su identidad, que queremos denunciar y comba- sar sobre los problemas como si no existieran. En estas circunstancias, como
tir por nuestra parte. A continuación vamos a proponer, con ayuda de la es obvio, resulta muy duro vivir la escuela como Casandra, profetizando y
impagable mitología griega,1 algunos paradigmas que pueden ayudarnos alertando a quienes, más cómodos, le tachan de visionario. Tan duro como,
para perfilar aspectos de la verdadera dimensión docente. sin embargo, alentador.
Pero los adversarios de Casandra insisten: tampoco hay que buscar
tres pies al gato, nada de fundamentos teóricos ni mayor profundidad con
La doble moral, mito de Jano la que superar el desorden establecido, nada de contrarrestar lo mucho
que sabe el Imperio y su influjo real contra la humanidad.
Jano es el dios romano de las dos caras (Jamjajx^rjejx^-£S£lji3^sjaue, Sin embargo, si no estamos bien preparados, no podremos dialogar
mifá por una cara hacia el año viejo, y por otra, hacia el nuevo). Jano_pide con los demás, ni proponer modelos alternativos. La racionalidad perezo-
' u n a tajante división entre la vida privada y la"vicla~p^u^Iica7so^al? e. mc lu- sa no sirve al militante. Sin profundidad no cabe enseñanza, sino mane-
"so laboral, del docente. Muchos docentes son amigos de^anojjrida priva- rología y manierismo, cultivo de la mera apariencia para burgueses. Inclu-
da y vidá"pública nada tieñlm~q"ue ver; se ..pueTTgjser ürTfiuen profesor de so los docentes más superficiales, los que se dedican a la cultura de la
teoría v un negácfoTde la misma con la vida que se lleva, pues por esto apariencia, deberían saber que no todo combina con todo.
último no le pagan. Además, no cualquier ética vale para cualquier escuela, ni cualquier
Sin embargo, este dogma laboral de la autonomía de la privacidades teoría es compatible con la mínima dignidad. Por eso hay que prepararse
falso, porque en el mundo real lo privado y lo público se entrenj£zc!aiixya. muy bien para fundamentar lo más rigurosamente posible lo que se ense-
que el agente de la vida es uno y el mismo,"iimultáneamé~nte fuera y den- ña, ya que no cualquier discurso vale para cualquier vida.
tro. Las intersecciones entre la vida pública y la privada tienen su raíz en
la unidad de la persona numana, que es -recordemosl^I5rrdentro que
necesita un fuera y un fuera que necesitaTun dentro. La naturaleza huma- El formalismo, mito antiHércules y antiMinotauro
ñalis'TaTrnsIrlá^^ del ho^alTWlñaestro lleva
'a casa sus cualidladl?s~15£rsl3na^^ de sus hábitos., Como condición para recuperar su libertad, Hércules fue sometido a
positivos o negativos. La persona que no lleva una vida priyada digna. 130 12 pruebas. El Minotauro era un terrible monstruo que asolaba Creta (Mi-
puede ser un docerTteirríbrinrctt^^ indignidad del indig- nos), contra el cual construyó el propio rey Minos un laberinto en el que
~ no, donde y cuandomenos se esperapüTEj docente qjie_n.QL£s_buena perso- le encerró hasta que encontrase la salida. No faltan docentes según los
Jna rio"es buen^ó^li"t"^"üab~eTámbién dudar jsexiarnejite de que el mal do- cuales en la escuela no estamos para ganar la libertad peleando contra el
^cente pueda ser homFfe"^üe'n"oJ""pórque^enjantQj¡U£JÍQcente malo, hace desorden establecido: cortesía con quien nos paga, tranquilidad, buenos
'daño a los demás. ETperezoso en la vida privada no puede ser un buen alimentos, moqueta, sillón y trienio al fondo. Para ser buen profesor basta
maestro, porque enseñará desde lo pasado sobrepasado. con ser un no mal profesor, con ocultar los talentos bajo un celemín sin
Como se comprenderá, en este mundo resulta jnuyduro.ser un docen- intentar hacerlos fructificar: no el sí, sino el «yo no vi, no hice, no dije, no
teenjucha contra elJi^eralismo^ue_esdndelo.pjivado yjg público. El íi- fui». Se impone por doquier la cultura del no, la blandenguería. Pocos tie-
'beralismo que no quiere ver éstoTes interesadamente miope, tanto que. con- nen la habilidad y el sentido del humor que viene a continuación: el mar-
tes, día de recogida de basura, me dice mi padre: «Hijo, por favor, saca la
basura». Y yo le digo: «Un momento, papá, que el señor Caimi nos ha di-
1 cho hoy que sólo hay dos cosas en la vida que tenemos que hacer: morir
Cfr. H. Zagal, Empresa, ética y posmodernidad, Universidad Panamericana, Facultad de y pagar impuestos». Nunca olvidaré su respuesta; me miró y me dijo en
Filosofía, México, 1997.
¿»U (JAR 7 . PEDAGOGÍA LA KQU1-V0CAC1ÓN DE LA ESCUELA 281
voz baja, pero muy claro: «Hijo mío, me alegro de que aprendáis cosas tan Cuando regresaron al monasterio verificaron la grabación que habían he-
útiles en la escuela. ¡Y ahora, prepara el trasero, porque acabas de decidir cho: ni un solo sonido, el más absoluto silencio. El maestro que estaba escu-
que quieres morir!». chando la cinta dijo de pronto: "¿No lo oís?" "¿Oír qué?" "La armonía de las
¡Como si no hubiera que hacer ingentes y operosos, acuciantes y acu- galaxias en movimiento." Los discípulos se miraron unos a otros, completa-
ciosos trabajos de Hércules en la escuela para servir humildemente a un solo mente asombrados.»
niño, Dios mío! No estamos en la escuela para que no nos pase nada, sino
para que nos pase todo, ¿comprenden? La escuela no es una sociedad asegu-
radora, sino creadora de riesgos en favor del ser humano. No vamos al alum- El impersonalismo, mito de Hermes
no con un cursi ramillete de habilidades bajo el brazo para que aprenda a
subir y bajar la escalera sin enseñar el tobillo, ni para manejarse en lo polí- Hermes (Mercurio, en Roma) era dios mensajero e intérprete de todos
ticamente correcto, para nada de eso que sea asumible por el sistema. Todo los idiomas, aunque, a la vez, ladrón y traficante de ganados. ¿Qué grado
eso, si no es más que eso, es una enseñanza sostenida con alfileres, casuísti- de confianza podríamos otorgar a las traducciones de un ladrón? Ningu-
ca. Si hay que ir caso por caso, que sea después de la elaboración de una teo- na: traduttore, traditore (traductor, traidor). No pocos maestros se alian
ría profunda que ha requerido esfuerzo y sudor, cansancio y fatiga. con Hermes para traducir mal. Tra-ducen, es decir, entregan reproduccio-
nes de lo que les han dicho que digan, y ahí se termina todo: dice Aristó-
teles que dice Platón que dice Sócrates. Jamás han ido a ver si era verdad
ese decir de decires; y, sobre todo, jamás tienen agallas para decir nada
El eficacísimo, mito antíMinerva por cuenta propia, pues no se atreven a sostener en la escuela nada en pri-
mera persona. Hoy resulta sencillamente aterradora la carencia de expe-
Minerva era la diosa de la sabiduría, y nació de la cabeza de Júpiter riencia personal entre quienes deberían tenerla más. ¡Cuántas aulas llenas
sabiéndolo todo y sin haberlo aprendido de nadie. Contra Minerva se pro- de enseñantes están a la vez vacías de maestros!
clama que lo importante en la escuela no es la sabiduría, sino los ejerci-
Sin embargo, el maestro no debe fiarse por principio de cualquier cosa
cios. Curiosa paradoja con que los docentes enemigos del testimonio mi-
que llegue a sus oídos, sino que debe comprobarlo por sí mismo; no acumu-
litante defienden a capa y espada todo tipo de «prácticas»: juegos, bailes,
lar sabiduría de tercera mano, «dicen que dicen que dicen», sino ir a las co-
cuentos, serrucho, taller, etc. ¡Como si el conocimiento de la partitura im-
sas mismas, verificar lo más cerca posible de las fuentes los saberes que im-
pidiese su ejecución, como si el estudio técnico de la ética impidiese la lu-
parte. ¿Qué creyente sería el que dijese: «Yo no creo, pero creo que creo lo
cha real y concreta por la justicia!
que éste cree», y así sucesivamente? ¿Es creer uno mismo el creer que hay
Es verdad que con sólo estudiar do-re-mi-fa-sol no se sabe aún tocar nin- otros que creen?
gún instrumento; también es verdad que nadie se convierte en pianista si le
falta un piano donde practicar. Pero no es menos cierto que para ser un pia-
nista profesional hay que estudiar mucho solfeo, muchas horas de teoría.
Ahora bien, cuando se está vacío antropológicamente, vacío teológica- La hiperespecialización, mito de Vulcano
mente, vacío místicamente, se hace una cultura vacía, una cultura del va- y de Prometeo
cío, y se lleva una vida llena... de vacío. Tocaremos música sólo -¡ay, ger-
mano Juan Luis de la Peña, cómo te echo de menos!- di sentito diré, de Vulcano, dios del fuego y de la metalurgia, era capaz de producir cual-
oído; oiremos campanas sin saber de dónde viene el sonido; no seremos quier cosa, inoluso hombres de metal que le obedecerían en la fábrica, an-
músicos, porque verdadero musikós es el que tiene buen trato con las mu- tecedente de la robótica. Prometeo quiso robar el fuego a Zeus para entre-
sas. Y el alumno serio nota cuando tocamos de oído, a diferencia de cuan- gárselo a los mortales, antecedente de Robin Hood. Según no pocos en la
do tocamos porque somos sujetos activos, prácticos. escuela de hoy, la división del trabajo se impone: si en toda ocupación téc-
Sí. Maestro es el que escucha la voz de la experiencia, y por eso en él nica el objeto transformado es el mundo externo, en la enseñanza sólo
el vacío suena (re-suena) con la plenitud de la música celestial, encontrán- transformamos el interior de las personas. Nosotros somos los robots a los
dose con lo eterno eufónico al oír los rumores del silencio ejercido: que corresponde una tarea sectorial, la que se deriva de la especialización
de nuestro sector, y sólo eso. Los defensores de este mito aplicado a la es-
«Algunos de los discípulos habían salido a escalar una montaña cubierta cuela aseguran que el currículo se ha de compartimentar en asignaturas
de nieve. Un silencio cósmico lo inundaba todo, pero ellos querían averiguar si independientes. Si desde fuera logramos que alguien establezca alguna
había algún tipo de sonidos durante la noche. De modo que pusieron en mar- interdependencia entre esas materias, habremos logrado salvar los mue-
cha una grabadora, la dejaron a la entrada de la tienda y se fueron a dormir. bles de nuestro proyecto educativo.
LA EQUI-VOCACIÓN DE LA ESCUELA 283
282 GAP. 7. PEDAGOGÍA
Pues no. En la fragua escolar nosotros vamos por todas, no renunciamos derechos si asume incondícionalmente sus deberes. Y, de ninguna manera,
a nada. El cambio ha de ser a la vez personal y estructural; será personalista puede aceptarse el solecismo «me engañarán en el salario, pero en el tra-
y comunitario o no será. No se puede dejar mitad del campo a Dios, y mitad bajo les engaño yo a ellos».
al diablo. Cada docente ve su materia como un reflejo del microcosmos sa-
piencial. No se trata de que todos tengamos que saber de todo, sino de estar
abiertos a todo desde cada segmento del saber. Las problemáticas sapiencia- La frustración, mito de Sísifo
les son comunes, porque son del ser humano, y hay que abrir vasos comuni-
cantes, en lugar de cerrar compartimentos estancos. La formación interdis- Sísifo está condenado a resbalar y a dejar caer su gruesa piedra cuan-
ciplinar es condición necesaria para el establecimiento de una enseñanza do está llegando a la cumbre que le liberaría, para recomenzar eternamente
completa, personalista y comunitaria. No estamos esperando a que Prome- frustrado. Muchos docentes son Sísifo mientras no sacan la oposición (o la
teo nos entregue el fuego robado, ni a que Vulcano nos fabrique robots susti- deposición que hoy queda de ella, mero simulacro, dado el nepotismo y el
tutorios de la persona. Cada docente comparte amorosa y activamente el tráfico de influencias al uso), y Zeus cuando la logran. Luego, una vez en
mismo fuego. el sillón, procuran desquitarse con el alumnado. Cuando eran penenes odia-
ban el examen; ahora lo multiplican con refinada saña. Cuando eran escla-
vos hacían lo que los otros querían; no han aprendido a ser servidores: ser-
El servilismo, mito antiAntígona vidores son los que hacen lo que los otros necesitan. Hay una diferencia
abismal entre satisfacer deseos y satisfacer necesidades.
Antígona, obedeciendo la ley eterna, muere martirialmente por des- Pero no. El buen profesional no es sistematizador de prohibiciones y
obedecer las leyes positivas de la ciudad, porque éstas son injustas. El Im- frustraciones. Derivada esta actitud de la anterior, no son pocos los que en-
perio lo sabe. ¿Cómo consigue el Imperio que todos sus borregos bailen fatizan: «Si seré sabio yo, y tontos ellos, que este año he suspendido al no-
siempre al unísono? Eliminando a los que no lo hacen. ¡Qué sólita te has venta por ciento de mis alumnos.» Repruebo mucho, luego existo. Si seré
quedado, Antígona! ¡Cuántos docentes corren en dirección contraria a profundo, que no ha habido nadie que me entendienda. Magister Perfectus
la tuya, es decir, al Boletín Oficial del Estado o de las autonomías, a la Cretinus.
correspondiente Gaceta (gazza, urraca, urraquilla)! Esta actitud tampoco hace buena su extrema opuesta, casi siempre, so
Pero no. A pesar de tantos malos maestros, meros siervos de las leyes capa de bonhomía, vinculada a desórdenes de carácter del docente mismo,
positivas legiferadas pestíferamente, tampoco nosotros venimos a la es- a saber, la que dice así: «Apruebo a todos, luego soy un gran profesor.»
cuela a obedecer las leyes de la ciudad cuando éstas contradicen a la ley La cuestión no es reprobar o aprobar, sino ser serios. La lealtad y el
eterna. La escuela es para que lo eterno fructifique, lo diga Agamenón o afecto que sembramos en el aula no proceden del miedo a la reprobación
su porquero. o del halago de la corona de laurel, ni de las amenazas, ni del control que
tenemos de sus vidas a través de las calificaciones, sino de la identidad de
maestros. Lo otro no vale. Si yo le vendo a un sinvergüenza la Torre Eiffel,
Eí curriculismo, mito del laurel olímpico muy probablemente me pagará con un cheque de hule. Expediremos igual-
mente cheques falsos, títulos sin valor, si con ellos, a la vez, no ayudamos
Los atletas griegos competían exclusivamente para recibir como pre- a promover verdaderas personas en una comunidad de libres. Un sistema
mio una corona de laureles. Del mismo modo, muchas veces los docentes de títulos falsos certifica la falsedad de todo el sistema socioeducativo y,
nos dedicamos a buscar el reconocimiento exterior, cuando el premio está falsedad tras falsedad, terminamos cargando a los políticos con las culpas
en enseñar bien, alcanzando así la virtud. Ahora bien: ¿de qué te sirven de todos, fórmula del chivo expiatorio.
todos los laureles, si pierdes tu escuela? Los incentivos pueden facilitar la Seamos, pues, dignos de nuestra vocación. Fieles a ella, alcanzare-
acción del acto virtuoso, pero no sustituir la virtud misma. Mal va una so- mos niveles muy importantes para la sociedad y para todos; no por
ciedad si, para que la gente trabaje honestamente en su profesión, ha de nuestra perfección siempre frágil, pero sí, al menos, por la eternización
comprarse su honestidad, que debería ser el sustrato básico e indiscutible. del impulso que hay en nosotros, y porque al fin y al cabo trabajamos
Las recompensas externas son necesarias, pero no suficientes. La motiva- con personas humanas, no con cosas. Si el docente no está dispuesto a
ción hacia el bien ha de venir del interior de las personas. Esto no quiere pagar a las personas que le permiten el gesto maravilloso de enseñar,
decir que no reivindiquemos nuestros derechos laborales, pero dicha rei- corre el riesgo de estar dispuesto sólo a cobrar: los verdaderos maes-
vindicación estará cargada de sentido si se ejerce desde la responsabilidad tros están dispuestos no solamente a pagar con dinero, sino a regalar
ética antecedente a toda recompensa, sólo legitimado para reivindicar sus la vida misma.
284 EL BUEN MAESTRO AXIOLÓGICO 285
EL BUEN MAESTRO AXIOLÓGICO Cuando llega el maestro, el alumno crece. Las palabras del docente se las
lleva el viento; las obras del maestro quedan. Por eso se aprende más con él
Escuela: vocación y profesión a un tiempo en una hora que conversando con los demás un año. El maestro es fuente, no
desagüe. El docente quiere que desde arriba cambiemos el mundo; el maes-
Max Weber nos ha recordado que, en alemán, el término Beruf quiere tro nos ayuda a que nos cambiemos a nosotros mismos y, con nosotros, al
decir a la vez profesión y llamada: invitación y respuesta activa (pro-femi: mundo. Son los ojos del maestro los que nos hacen ver; si no hubiera mirada
profesión), es decir, vocación. Existen al menos tres profesiones en las del maestro que nos mira, no sabríamos nosotros mirar. El maestro nos en-
cuales coinciden la vocación y la profesión: sacerdocio, medicina y magis- seña a descubrir, es decir, a ver lo que todos han visto para pensar lo que
terio. Las tres buscan sanar: el cuerpo (medicina), el alma (sacerdocio), el nadie ha pensado y hacer lo que todos deberíamos hacer. La madurez del
espíritu (magisterio); las tres, pues, tienen algo de rabínicas, incluso de maestro consiste en ayudarnos a encontrar la seriedad que teníamos cuando
sagradas Qieilen: sanar y a la vez salvar). En las tres hay también una di- jugábamos de niños; sólo al que ya ha dejado de ser como niño la vergüenza
mensión diacónica, servicial. Las tres, en definitiva, son por todo ello pro- de confesar el primer error le hace cometer muchos otros. El maestro es quien
fesiones de autoridad (auctoritas), si recordamos las raíces etimológicas eternamente nos apacigua enseñándonos que, cuando no se puede tener todo
de este término: augeo (auge), awci (auxilio), auctum (elevación, conver- lo que se quiere, es hora de querer lo que se tiene. El maestro es el testigo de
sión en autor), auctoritas (ejercicio de la autoridad). nuestra identidad: no hay como volver junto a un maestro para darse cuen-
ta de lo mucho que nos hemos desviado. Aunque mintamos al maestro y él
Autoridad es la semisuma de nutritio (acogida cálida) y de instructio, parezca creerlo, no le engañamos; no le engañamos, porque él sabe que le
según Santo Tomás. Como decimos, la persona que nos enseña a ser virtuo- engañamos. Y por eso se mata al verdadero maestro que nos recuerda nues-
sos es el magister, el maestro, aquel que nos ayuda a crecer, que para ayu- tra infidelidad a lo que es eterno, porque el odio es la cólera de los débiles.
darnos a ser magis, se hace minus, ministro, servidor, porque es imposible Cuando en el mundo aparece un maestro, lo cual no ocurre todos los días,
una relación verdadera magisterial que no sea ministerial. Esto es así por- puede recordársele por este signo: los malvados se conjuran contra él, ya que
que el maestro es autoridad: me da auge, me eleva, me auxilia y me ayu- no pueden soportar sin resentimiento tanta lección viva a su lado. Pero el
da a ser autor, agente responsable, libre. Ahora bien, ese título de maestro maestro nos enseña otra cosa totalmente distinta a ésa: que vengándose uno
axiológico no puede reclamarse aunque se merezca, y sólo surge del reco- se iguala a su enemigo, pero perdonando deviene superior a él, y que siem-
nocimiento del discípulo por gracia. pre es mejor amar que tener razón.
Feliz aquella familia, escuela o sociedad donde quien más sirve es la
autoridad. Y desgraciada aquella otra donde la autoridad se reivindica gri- El buen maestro axiológico primero abre su corazón al escolar, y luego
tando y no sirviendo: autoritarismo sin autoridad. Al elevar al otro por en- (o al mismo tiempo) abre la puerta de la escuela. Sienta primero a los úl-
cima de uno, como hacen los padres o maestros verdaderos, quienes elevan timos, y los últimos a los primeros. Jamás expulsa de su corazón, y tam-
no pierden su propia estatura; al contrario: ganan la estatura del elevado poco del salón, al alumno más desagradable. Nunca da por perdido al des-
sobre sus propios hombros. Lo hermoso de la relación de aprendizaje de los carriado, antes al contrario, va a buscarle. No se contenta con agradar a
valores es que aquel que ha sido enseñado, pero que ahora es el aventaja- uno y aburrir a 99. Conjuga respeto y cariño, pues sabe que para apren-
do respecto del maestro, por gracia le sigue llamando maestro y es capaz de der bien hay que estar bien comido y ser bien querido: ni siquiera los ani-
enseñar, aunque ayer fuera el enseñado. males logran un aprendizaje significativo cuando por alguna circunstan-
También en el caso del maestro, a pesar de su menor prestigio social, cia son rechazados. Quien acostumbra a oírse llamar y verse tratar como
y de su importancia decreciente, su vocación es la de vivir ayudando a los torpe, incapaz o nulo, o como malo y de incorregible conducta, acaba por
demás a realizar su proyecto existencial, pese a la dificultad de la tarea y creerlo y, entonces, una vez que ha asumido que no es sino eso, ¿para qué
la humana fragilidad. El maestro asume su profesión para hacer que el va a esforzarse, para qué intentar enmendarse, si ha terminado asumien-
alumno llegue a ser más (magister) sirviéndole ministerialmente, es decir, do que lo suyo no tiene enmienda?
autoaminorándose el maestro mismo (minus, ministerio). Y, sin embargo, en el discípulo todo es futuro por venir, todo para él
Tanta es la importancia de estas tres profesiones, que a sacerdocio, ha de ser esperanza. ¿Qué clase de maestro sería aquel que, en lugar de
medicina y magisterio les han salido reactiva y continuamente impug- alentar y fomentar lo bueno, sólo recalca lo malo, presentándolo como el
nadores. Como reacción frente al poder que confieren estas profesiones, único futuro posible? Al discípulo hay que alentarle, ayudarle con toda
a veces ejercidas pésimamente, han alzado su voz el anticlericalismo, el clase de palabras, estímulos y premios, y jamás desalentarse con hechos,
antimedicinalismo y el antimagisterio, voces que, sin embargo, no son dichos, ni castigos deprimentes. ¿Cómo, pues? Con cariño y con pacien-
más que formas de homenaje y reconocimiento a la importancia de aque- cia, como lo hacen las madres: con solicitud y con desvelo, siendo su con-
llo que impugnan. suelo para las penas, su defensa contra las agresiones, su aliento en el ira
EL BUKN MAESTRO AXIOLÓGICO 287
286 CAR 7. PEDAGOGÍA
bajo. Hay libros a medio escribir, recogiendo polvo, en todo el mundo; hay su vida radicalmente al servicio de los pobres de un país pequeño, El Salva-
casas medio terminadas en las cuales vive la gente durante toda su vida; dor, abandonando todo lo prestigioso del primer mundo, es algo que cada
hay vidas medio concluidas que se están perdiendo porque alguien aban- vez se ve menos. En su lugar, y en el mejor de los casos, otro tipo de inte-
donó un sueño; y hay, desde luego, no poca gente medio escolarizada a la lectuales va tomando su relevo entre burgueses con sensibilidad social, per-
que le faltó la paciencia de un maestro. No se enseña la verdad sino por sonas que escriben manifiestos contestatarios de cuando en cuando, que
medio del amor, ni se descubre de otro modo que amando. Así lo hace el hacen un viaje corto a un país difícil, viaje que les da ocasión para vender
buen maestro axiológico. un jugoso librito, o para ofrecer un sugestivo ciclo de conferencias, pero que
no ponen nunca en juego su vida. En definitiva, intelectuales mediáticos, o
de tertulia radiofónica, implicados pero jamás comprometidos. Nada que
El maestro Mansueto, por ejemplo ver con Ellacuría.
Para Ellacuría «el objetivo de la universidad es el estudio de la reali-
y como ejemplo dad; y el objetivo de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
El señor Mansueto era fundamentalmente un idealista. Formado en humani- el estudio de la realidad salvadoreña»: así transformó la UCA para que ésta
dades, con el rigor del seminario antiguo, en contabilidad, en derecho por corres- apoyara «universitariamente» los procesos de transformación del país, no
pondencia (en aquel tiempo había cosas semejantes) y en no sé cuántas cosas para liderarle, sino para apoyar los movimientos de liberación sociopolíti-
más, ese hombre delgado, escuálido, pero de una elegancia agreste, con su bella ca allí ya existentes. Ellacuría solía decir que, mientras no se examinasen
cabeza inteligente, abandonó todo para enseñar en la selva y liberar de la igno- las causas profundas de los conflictos salvadoreños, éstos irían reapare-
rancia y de la negligencia a los primeros colonos del interior catarinense. Para ciendo una y otra vez. Y, cuando estalló la guerra, la UCA se ocupó de dar
nosotros fue siempre un misterio: en un mundo sin cultura alguna, él poseía una a conocer lo que estaba ocurriendo, y de promover una paz negociada, jus-
biblioteca de cerca de dos mil libros que prestaba a todo el mundo, obligando a ta. Pero, como ésta no ha llegado, a pesar de la democracia precaria y apa-
los colonos y a sus hijos a leer; estudiaba los clásicos latinos en la lengua origi- riencial de hoy (oligopolio de siempre), la guerra volverá. Pero ya volverá
nal, se entretenía con algunos pensadores como Spinoza, Hegel y Darwin y cita-
ba al "Correio do Povo" de Porto Alegre. Tenía clases por la mañana y por la tarde. sin Ellacuría, al que una banda de sicarios al servicio del oligopolio segó la
Por la noche enseñaba a los más ancianos. Junto a esto, mantenía clases para los vida junto a otros amigos, lo mismo que a Óscar Romero.
más inteligentes, dándoles un curso de contabilidad. Formó un círculo con el que ¿Las universidades del Primer Mundo se ríen de esto? Por supuesto, se
discutía de cultura y de política. Los grandes problemas sociales y metafísicos preo- ríen. Pero, entonces, ¿qué investigan, por qué investigan, qué pretenden?
cupaban el alma inquieta de este pensador anónimo de una insignificante villa del Parece que no hay tiempo para preguntas tan radicales. Eso sí, hay tiempo
interior. Este hombre era profesor de enseñanza primaria. para preparar mil congresos, metodologías y conclusiones, cada vez mejor
Cuando se comercializó la radio adquiría aparatos y obligaba a todos los colo- organizados y remunerados, al servicio de los propios curriculistas y con
nos a comprarlos. Los montaba él mismo con el fin de abrir sus mentes a los vas- cargo a los fondos del Estado. La memoria de Ellacuría supone, en conse-
tos horizontes del mundo. Con los que se mostraban reacios empleaba siempre un cuencia, un cuestionamiento del mundo universitario, científico y cultural,
procedimiento eficaz: colocaba una radio en lo alto de un tronco enfrente de la tan alejado de los problemas de la gente y tan profundamente insolidario
casa. La ataba allí, y se iba. Cuando se democratizó la penicilina, él fue quien salvó
la vida de docenas de personas. con las mayorías que siguen sufriendo injusticia en todo el planeta. Preci-
Murió pronto, de cansancio y agotamiento debido a los trabajos que hacía en samente por eso la humanidad necesita intelectuales y maestros que quie-
función de todos y de su numerosa familia... Lector amigo: si algún día pasas por ran poner su inteligencia y su cultura al servicio de un acompañamiento de
una ciudad, pequeña pero sonriente como el nombre que lleva, Concordia, y visi- los procesos de transformación estructural, hoy agonizantes por doquier.
tas el cementerio,fíjatebien: si reparas en un túmulo con un bello dístico, con flo- La memoria de Ellacuría supone también un cuestionamiento de nues-
res siempre frescas y ya con algunos exvotos junto a la gran cruz, a la izquierda, tra condición ciudadana. Hemos reducido el ser ciudadano a un sujeto con
es el del profesor Mansueto. Él vive todavía en la memoria de aquellas gentes.2 derechos y leyes, en lugar de descubrirle como un ser que no existe si no
es en relación con los demás y en respeto a sí mismo. A fin de cuentas, el
único poder al que debiera aspirar el ser humano es al que ejerce sobre sí
Ignacio Ellacuría, por ejemplo y como ejemplo mismo desde la amistad con los demás.
La memoria de Ellacuría constituye asimismo un cuestionamiento de
Ignacio Ellacuría pertenece a una especie en vías de extinción, pues que la reflexión filosófica, tantas veces superficializada y alejada de lo real.
un intelectual europeo de su talla, reconocido discípulo de Zubiri, orientara Ellacuría se formó para ser filósofo, y lo fue, porque puso en relación a la
filosofía con la política y con la teología, dando rigor a la acción, y acción
2
L. Boff, Los sacramentos de la vida, Sal Terrae, Santander, 1998. al rigor, «pensando con las manos». Su aportación ;i la funda mentación de
EL BUEN MAESTRO AXIOLÓGICO 289
288 GAP. 7. PEDAGOGÍA
resentido. Piensa en cuántas veces demuestras impaciencia tú con tu padre y con tu
la «teología histórica» se inscribe en una concepción liberadora del sujeto madre, con los cuales tu impaciencia es un crimen. ¡Tiene mucha razón tu maestro
desde la inteligencia como única posible receptora de la realidad en cuan- al ser a veces impaciente! Piensa en los años que hace que lidia con chicos y que,
to tal. La filosofía, si no lleva a la liberación del sujeto pensante y de su sí tuvo muchos cariñosos y agradables, encontró también muchísimos ingratos, que
entorno, y si no radicaliza las preguntas humanas, es pasatiempo para que abusaron de su bondad e ignoraron su fatiga; y piensa que, por desgracia, entre
burgueses curriculistas tiendan al vómito como la puerca lavada: hacen de todos, ustedes le dan más amarguras que satisfacciones. Piensa que el más santo
cualquier hablar-sobre un curriculum-para. Pero la filosofía es para tener varón de la tierra, puesto en su lugar, se dejaría dominar a veces por la ira. Y ade-
hijos con la realidad, y no con doña Bibliografía. Es referirse a lo que es, más ¡si supieras cuántas veces el maestro va a dar clases enfermo, sólo porque no
y no a la opinión sobre lo que se dice que es. Empero, parece que los pocos tiene una enfermedad bastante grande para dispensarle de la escuela, y está impa-
ciente porque sufre, y siente un gran dolor al ver que ustedes no se dan cuenta o
que son conscientes de esta realidad han decidido adaptarse a ella. En las
abusan, de ello!
universidades, por ejemplo, excepciones aparte, los pocos que compren-
Respeta y ama a tu maestro, hijo. Ámalo, porque tu padre lo ama y lo respe-
den lo que está pasando utilizan el viejo truco de elaborar teorías oscuras ta; porque él consagra su vida al bien de tantos muchachos que lo olvidarán; áma-
y complejas para complicarlo todo, alegando que en la presente coyuntu- lo porque te abre e ilumina la inteligencia y te educa el corazón porque un día,
ra no caben tratamientos simplistas. Sin embargo, lo realmente simplista cuando seas hombre, y no estemos ya en el mundo ni él ni yo, su imagen se pre-
son esas sus teorías ininteligibles e inútiles, gracias a las cuales se cele- sentará con frecuencia al lado de la mía y entonces, ya verás, has de recordar cier-
bran, sin embargo, interminables simposios del tipo te-invito-para-que-tu- tas expresiones de dolor y de cansancio de su rostro de hombre de bien, en las
universidad-me-invite, turismo cursi a cargo de los pobres. Señores míos, que ahora no te fijas, y te causarán pena, incluso pasados treinta años, y te aver-
si todo os parece tan irresoluble, ¿para qué organizáis tantos foros, saraos gonzarás, sentirás tristeza de no haberlo querido mucho, de haberte portado mal
y convenciones con cargo a los presupuestos generales del Estado, reu- con él. Ama a tu maestro, porque pertenece a esa gran familia de cincuenta mil
nión de pastores ovejas muertas? maestros elementales, diseminados por todo el país, que son como los padres in-
telectuales de los millones de chicos que contigo crecen; los trabajadores mal
Ciertamente, los parámetros de un sistema sólo pueden ser controla-
comprendidos y mal recompensados que preparan para nuestro país un pueblo
dos desde un sistema de mayor complejidad, pero no de mayor oscuridad. mejor que el actual.
Y si esto ocurre en la universidad, en los demás centros neurálgicos (sin- No estaré satisfecho del cariño que sientes por mí si no lo tienes también a to-
dicatos, partidos, etc.) la dialéctica suele consistir también en no plantar dos los que te hacen el bien, y entre ellos tu maestro es el primero después de tus
cara, limitándose cual fragmentos particulares a buscar acomodo egoísta padres. Amalo como amarías a un hermano mío; ámalo cuando es justo y cuando
para solucionar los problemas de los propios afiliados, es decir, para quie- te parece que es injusto; ámalo cuando está alegre y afable, y ámalo todavía más
nes ya tienen empleo, para quienes ya están en Europa, etc., en definitiva, cuando le veas triste. Ámalo siempre. Y pronuncia siempre con reverencia este
para quienes disponen de sus respectivos nichos ecológicos privados en los nombre "maestro" que, después del de padre, es el más noble, el más dulce nom-
que superviven mediante una adaptación funcional a los mecanismos del bre que pueda dar un hombre a otro hombre (Edmundo de Amicis: Corazón. Diario
poder, mecanismos cada vez en mayor medida mecanicismos engullidores. de un niño).
En definitiva, nos encontramos en el tiempo de la servidumbre voluntaria,
esa que ha sustituido las fiestas universales y solemnes por festejos gre-
miales, yendo también en eso del internacionalismo al tribalismo. Y, mien-
tras tanto, las multinacionales del Imperio cabalgan. ¿ C ó m o e n s e ñ a r si n o v i v e s bajo el s i g n o
La memoria de Ellacuría significa, igualmente, un cuestionamiento del de l o q u e e n s e ñ a s ?
modo de ser cristiano y de la reflexión teológica: ¿qué cristianismo estamos
viviendo, como rezar el Padre Nuestro cuando maltratamos a los hermanos? Cualquier enseñanza respecto de todo esto sería inútil si no nos ense-
¿Cómo pedir que se perdonen nuestras deudas, si no perdonamos nosotros ñasen a vivir bajo el signo de la virtud; para qué queremos saber si no
la deuda mientras proclamamos formales años jubilares? vamos a vivir lo que sabemos, nos quedaríamos a medias, porque lo ver-
La memoria de Ellacuría es, en fin, una invitación a la identidad ma- daderamente importante es la vida. De nada sirve saber si no vives bajo
gisterial. el signo de lo que sabes. En muchas universidades, lo que menos impor-
ta es que se viva lo que se aprende; es muy poca la gente que enseña para
la vida. Pero no aprendemos para la escuela, sino para la vida.
Corazón Por absurdo que parezca, así como la religión se pervierte a veces en
rito sin alma, y como el matrimonio termina siendo en ocasiones rutina,
Tu compañero no se queja nunca de su maestro, estoy seguro de que nunca también la enseñanza de la virtud puede acabar en expendiduría de diplo-
dice: "el maestro estaba de mal humor, estaba impaciente". Tú lo dices en tono mas y doctorados para personas absolutamente de espaldas a lo que teo-
¿»U DAR '/. ttíDAGOGÍA EL MAESTRO 291
rizan. Es señal de que hasta lo sagrado se profana; de ahí que hayamos de b) Bueno es instruir, pero aun es mejor educar; bueno es alumbrar inteligen-
estar permanentemente en revisión si queremos evitar semejantes desliza- cias, pero aun es más meritorio modelar corazones, y lo uno debe ir acompañado
mientos. En esto de los valores no hay más remedio que practicar la revo- de lo otro en la formación de almas enteras. ¿De qué serviría la ciencia, si no lleva
lución permanente. No será escasa la suerte de quienes tengan maestros a la virtud? ¿Para qué trazar normas, si no se han de seguir? Así como las inteli-
activos en esa dirección, a los cuales tampoco les moleste que se les apli- gencias tienen hambre de verdad, las voluntades ansian el bien, y la práctica del
bien se llama virtud, y la perseverancia o constancia en la virtud forma el carác-
que a ellos mismos el cuento, y que además hasta lo agradezcan. Son, sin ter, y la penetración del alma virtuosa por la gracia de Dios forma el carácter de
embargo, esas aves raras las que ennoblecen el vuelo. Ellas enseñan y vi- los santos.
ven como sigue. c) Ante Dios y los hombres de bien, el hombre vale, no por lo que sabe, tam-
poco por lo que tiene, tampoco por lo que puede, sino por lo que es, y tanto más
vale (el niño y el grande) cuanto mejor es.
EL MAESTRO d) Está satisfecha la sociedad con su cultura, que cada día es mayor o pre-
tende serlo; mas ¿por qué todo el mundo lamenta la falta de caracteres y hom-
bres de bien a carta cabal? Nadie se fía de nadie, porque han desaparecido los
El maestro, conductor de la palabra hombres sinceros o verdaderos; escasean los hombres de alma bien templada, lo
cual prueba que, con nuestro saber e instruir, ignoramos el arte de educar y per-
a) El maestro no debe ser ni locuaz ni taciturno, sino que hablará lo preciso feccionar. No somos maestros sino a medias.
cuando no deba callar, y callará cuando no deba hablar. El que habla mucho se e) Lo más cómodo para el maestro es concretarse a enseñar; pues es más difí-
cansa y gasta, y no es atendido como aquel que sólo dice lo que la necesidad y cil domar pasiones, sostener voluntades y luchar con las preocupaciones y vicios
utilidad, la prudencia y oportunidad demandan. sociales que enseñar letras y números.4
b) Suelen ser los maestros, en especial si son jóvenes o nerviosos, hablar o
agitarse en demasía, y esto es en perjuicio de la serenidad del espíritu, y del orden
de la clase. Sed parcos y mesurados en las palabras, y con ellas obtendréis salud,
tranquilidad y atención. Si la mirada, la seña, el signo convenido, el plan y orden El maestro, perfeccionador
preestablecidos bastan, no gastéis saliva; guardadla para mejor ocasión.
a) Como nadie da lo que no tiene y solemos tener lo que nos han dado, es
c) Cuando el maestro haya de hablar, hable bien, con orden, claridad, exacti-
necesario que el maestro que ha de educar a otros esté bien educado, y por tal te-
tud, lo preciso, y todo dicho con buen modo, para lo cual ha de saber muy bien
nemos al que en lo físico, intelectual y moral, en todas sus potencias y sentidos,
lo que dice y tenerlo de antemano estudiado y ordenado.
se halla bien desarrollado y formado, al hombre completo o cabal. Con tal hom-
d) Y entienda el maestro que, salvo aquello en que él deba tomar la palabra bre la escuela sería una hermosa esperanza.
para hacer advertencias, reflexiones, consejos, correcciones, explicaciones y amplia-
ciones, el mejor educador no es el que más habla, sino el que más obliga a hablar b) Para educar y ser educado completa y armónicamente es necesario que el
al discípulo, no el que perora, sino el que dialoga; no el que pronuncia discursos, hombre informe al hombre según Dios le ha hecho, esto es, conforme pide la na-
sino el que formula sentencias y frases de esas que se clavan en la inteligencia y el turaleza y vocación de cada uno; porque nadie puede contradecir a la naturaleza
corazón de tal modo que nunca se borran. impunemente, y el maestro educador debe ser el auxiliar de ella, no el suplanta-
dos un cultivador de esperanzas, no un sembrador de cizaña.
e) La palabra es el instrumento ordinario y principal de la enseñanza, y también
el más precioso y difícil de manejar bien. Hablar poco y bien, lo preciso y con opor- c) Y como nada grande se improvisa, y la naturaleza va despacio y continua-
tunidad, lo que se haya pensado y no lo que salga, de modo que llame la atención mente marchando, ni el educando ni el educador se improvisan, y la educación
o interese y aproveche, y cuidando mucho de si los discípulos atienden o no, para lo no es obra de meses ni de temporadas, sino continua, pudiendo afirmarse que
cual procurará, simpre que se pueda, hacer que éstos dialoguen y hagan, representen siempre estamos aprendiendo u olvidando, mejorando o empeorando; en el orden
y sensibilicen aquello que estudian, con ejemplos, símiles, trabajos, etcétera.3 -de la perfección, alejarse del ideal es retroceder; aproximarse a él por grados es
progresar y crecer en la esperanza de verlo realizado en todo o en parte.5
b) Ciencia. Como nadie da lo que no tiene, nadie enseña lo que no sabe; es cure poner los productos al alcance del consumidor, pues sabido es que hay mu-
menester, pues, que el maestro sepa, pero ¿qué y cuánto, para quién y cómo ha chos modos de guisar, pero al niño el que más le gusta es el de su madre, y el
de saberlo? maestro es la madre de aquella inteligencia incipiente.
¿Qué y cuánto ha de saber el maestro? Aquello que el discípulo pueda y deba / ) Sepa bien el maestro lo que ha de enseñar y acótelo, divídalo según plan,
aprender; y, de ahí en adelante, cuanto él quiera, que el saber ni ocupa lugar ni explíquelo con método y jamás pierda de vista al alumno, para saber donde está,
estorba para enseñar, sino al contrario (con tal que sea pedagogo, y el mucho sa- cómo va, y si atiende, ordena y entiende aquello que el maestro le propone, o él
ber no le dé ocasión de olvidar a quién y cómo ha de enseñar). inventa o discurre.7
A quien has de enseñar necesitas conocer; porque tienes que empezar donde
él esté, andar a su paso, guiarle, ayudarle, despertarle; por lo cual no basta el es-
tudio y dominio de lo que has de enseñar, sino que, además, necesitas el conoci-
miento de las facultades y del estado intelectual del que lo ha de aprender. Sin El maestro, instructor sencillo
esto no serás pedagogo, no sabrás proporcionar a cada alumno aquello que él
pueda aprender. a) Y al instruir no mareéis: ni con muchas cosas, ni con mucho saber de cada
c) Y has de saber el cómo didáctico; esto es, cómo harás fácil y grata la en- cosa, sino lo principal, bien sabido y ordenado, en relación con la vida. Dejad a
señanza y cómo unirás lo que el discípulo sabe con lo que tú tratas de enseñarle, los bachilleres que hagan bachilleres; a los pedantes, que hagan pedantes; a los
yendo de lo conocido a lo desconocido, no según rigor lógico, que muchas veces politécnicos, que hagan parlantes enciclopedistas, y a los sabios, que hagan necios
no alcanzará el niño, sino según el estado de sus conocimientos, facultades y aun o niños agotados y desequilibrados a los 12 o 14 años.
gustos, tendencias y aficiones. b) Vosotros no olvidéis que el que mucho abarca poco aprieta, y que almace-
d) Pero este doble conocimiento de lo que hay que enseñar y a quien hay que nar en la cabeza del niño elementos de todas las cosas es antipedagógico e inhu-
enseñar exige observación detenida, laboriosidad constante, paciencia, mucha mano.8
paciencia, con una gran cantidad de amor al prójimo y de mansedumbre, para no
irritarse, incomodarse, cansarse ni desistir de enseñar, y para excogitar los medios
y fecundar las inteligencias y corazones de los alumnos más rudos y menos dis- El maestro, propedeuta
puestos.6
a) En pedagogía, para subir hay que bajar y ascender por grados; bajar hasta
donde el niño esté y ascender hasta donde el maestro se halla, pero por gradas o
El maestro, educador docente grados. Cuanto más sepa el maestro y menos el discípulo, cuando más alto enten-
dimiento haya en el que enseña y más humilde inteligencia en el que aprende,
á) Educar enseñando significa tanto como enseñar desarrollando facultades tanta mayor dificultad habrá en aproximarlos y lograr que se entiendan. Pues
y construyendo, con ellas y los conocimientos con ellas adquiridos y ordenados, bien, esta dificultad debe estar prevista y debe ser resuelta en cada caso por el
el edificio mental dentro del cual ha de vivir el educando toda la vida. maestro que tiene algo de pedagogo.
b) Para ello se necesita que el maestro, instructor y educador a la vez, tenga b) Y decimos en cada caso, porque, así como no se curan enfermos con libros,
un plan bien meditado de lo que haya de enseñar y un buen método pedagógico sino con recetas apropiadas al caso, tampoco se enseña a niños en general, sino a
para desarrollar a un tiempo la mente del alumno y el contenido de la enseñanza. tales o cuales niños que se hallan en tal o cual estado de inteligencia, cultura o
c) Forme, pues, un croquis de las asignaturas o porción de ellas que se propone atraso; lo que exige conocimiento del niño y acomodación de la enseñanza a su
enseñar, divídalas en partes, y éstas en lecciones y, procediendo siempre de lo me- estado. El maestro debe acomodarse y comedirse al niño, y esto exige trabajo, pre-
nos a lo más, de lo poseído a lo que se desea, marche por caminos o procedimien- paración y adaptación.
tos que le sean familiares hasta llegar a dominar toda la materia proyectada. c) En ninguna lucha conviene dejar enemigos a la espalda, y menos en la lu-
d) En los procedimientos, prefiera el diálogo bien dirigido al discurso mejor cha contra la ignorancia. ¿Qué es lo que saben y lo que ignoran mis discípulos?
hablado; el hecho bien conocido preceda a la regla o principio, salvo que la natu- Ésta es la pregunta que ha de hacerse y contestar todo maestro, pues es regla de
raleza de las asignaturas exija lo contrario, y no se canse de sensibilizar las cosas, pedagogía que en la enseñanza hay que ir de lo conocido a lo desconocido. Mas
haciéndolas pasar por la vista, viéndolas; por el oído, oyéndolas; por la mano, to- ¿por qué pasos y con qué orden?
cándolas, dibujándolas o escribiéndolas; y por la acción, haciéndolas o represen- d) Como para ir de un lugar a otro hay que pasar por todos los intermedios,
tándolas sencillamente, sin incurrir en la nota de lo ridículo, ni temer la del juego así para pasar de lo sabido a lo ignorado hay que proceder con orden, enlazando
pedagógico. No hay niño que resista a la acción o representación de una lección o encadenando unos conocimientos con otros para que resulte una serie de ver-
cualquiera, y quien atiende aprende, si quien le enseña lo entiende. dades unidas unas con otras, de tal modo que tomando la mente un anillo vea to-
e) No se canse el maestro de escribir para sus usos lecciones y modos de en- dos los que forman la cadena mental. A esto se llama educar instruyendo, lo cual
señarlas, y no se satisfaga con los ejercicios impresos de mano ajena, sino que pro-
'Ibkl., pp. 21-22.
"Ibid., pp. 39-40. "//mí., pp. 25-26.
294 GAP. 7. PEDAGOGÍA
295
exige ciencia, conocimiento del niño, orden y método; lo contrario es el llenar la El maestro, configurador
inteligencia de conocimientos inconexos, haciendo de ella cajón de sastre, en vez de hábitos virtuosos
de entendimiento cultivado.
e) ¿Y cómo lograrás que los niños entiendan, siendo ellos tan distraídos y la a) Nada se hace sin orden que esté bien hecho, por lo cual el orden es la pri-
verdad tan abstracta en sus principios? Ésta es otra dificultad que exige prepa- mera condición de toda obra. ¿Cómo no lo será de la instrucción y educación del
ración e ingenio. Hay que cautivar la atención de los niños con la imagen, el símil, hombre y del niño?
la acción y el ejemplo, yendo de lo que se ve a lo que no se ve, de lo sensible a lo b) El maestro, que está llamado a infundir el hábito del orden en sus discípu-
suprasensible, de lo concreto a lo abstracto y de lo singular a lo general. Es indeci- los, necesita: primero, vivir con orden; segundo, establecer el orden en la escuela;
ble lo que el niño aprende cuando atiende, y todos sabemos que, aunque sin des- tercero, inspirarle a sus discípulos; cuarto, imponerle, cueste lo que cueste, si no
arrollo, hay en él las mismas facultades que en el adulto.9 quiere perder el tiempo.
c) Lo primero para el orden de la escuela es que sea el maestro un reloj vi-
viente, bien montado y equilibrado; siendo en todo exacto, puntual, metódico,
El maestro, pedagogo inalterable, igual; dominando la ira como la desgana, el celo como la pereza, los
tiempos nublados como los de bonanza.
a) No deis al niño ciencia que no esté a sus alcances. ¿A qué desesperarle ni d) Esto supuesto, fácil será al maestro comunicar a su obra aquel orden que
aburrirle con imposibles o grandes dificultades? posee en grande y, aunque su persona sea el elemento principal, no estará de más
tí) Aun de lo que el niño alcance no le recarguéis tanto que no pueda digerir- el reglamento: que manden el reloj y el reglamento, en vez de ser la persona del
lo. ¿Para qué sirve a la inteligencia lo que se le indigesta? ¿Y dónde hay cosa más maestro. Así se forman las personas de ley.
lastimosa que una inteligencia agotada? e) Así se inspira el hábito de la disciplina o del orden en la práctica de la es-
c) No almacenéis muchas ideas en cabecitas de pocos años. Pocas y buenas y cuela y de la vida, que es uno de los fines sociales de la educación.12
bien digeridas aprovechan más que muchas, demasiado amontonadas y confusas.
d) No dejéis lo necesario por lo superfluo ni lo útil por lo de mero adorno.
e) No distingáis entre ricos y pobres, entre futuros directores y futuros gana- El maestro, sembrador
panes: que todos son hombres y todos pueden tener talento.
/ ) No hinchéis enseñando, no hagáis vanidosos ponderando el talento, etc., de esperanza paciente
sino cultivad la modestia a la par que el saber, y dad ejemplo.10
a) La infancia es la esperanza de un pueblo, y en la infancia todo es esperan-
za. Maestros, no olvidemos que el retrasado con el tiempo avanza, que el corto
con el trabajo alarga, que el torpe con el cultivo se alista y que el malo ordinaria-
El maestro, necesitado de maestro mente no lo es por su culpa, sino por la nuestra, y para algo somos educadores,
para alentar y fomentar todo lo bueno y corregir todo lo malo en esa edad en que
a) La escuela la hace el maestro; y al maestro, ¿quién le hace? Dichoso el ni las ideas ni las costumbres tienen consistencia y todo se halla en formación o
maestro que tuvo maestro, porque se ahorrará muchos trabajos y tropiezos y evi- esperando que llegue a madurar.
tará las torpezas y daños del noviciado y la ausencia de ciencia. b) Por lo mismo que la infancia es la esperanza de un pueblo, esto es, su vida,
b) Pero hay en toda profesión, y singularmente en la del magisterio, mucho poder y cultura para el día de mañana, todo cuanto se haga a favor de la infancia
de personal que no se puede aprender de otro, tanto que aun el que tuvo maestro se hace a favor de un pueblo, y lo que se deje de hacer o haga mal en la escuela
no se puede descuidar y debe, ante todo, atender a sí, a su formación, conserva- por negligencia, abandono o perversión doctrinal o moral, es laborar en contra de
ción y progreso; de otra forma será cada vez menos maestro. la patria.
c) Y ¿qué será de aquel que no ha tenido quien le enseñe a enseñar ni quien c) Por lo mismo que en la infancia todo es esperanza, hay que alentarla, ayu-
le eduque y prepare para saber educar o, lo que es aún más triste, se lo hayan en- darla con toda clase de palabras, estímulos y premios, y jamás desalentarla ni des-
señado al revés o mal? animarla con hechos, dichos ni castigos deprimentes.
d) Maestro, no olvides esto: atiende a ti. Tú eres el eje de la escuela y, como d) El niño que se acostumbra a oírse llamar y verse tratar como torpe, inca-
sin eje el carro no marcha, antes que a los demás atiende a ti: fórmate, conserva paz o nulo, o como malo y de incorregible conducta, acaba por creerlo, y ya que
lo bien adquirido y perfecciónalo. es torpe e incapaz de entender, ¿para qué va a estudiar ni atender? Y, ya que es
e) Aunque tu preparación remota sea sólida, no olvides los detalles de la pre- malo y como tal tenido por maestros y condiscípulos, ¿para qué ha de intentar la
paración inmediata, que son como la lubricación respecto del eje; si quieres que enmienda, si ha perdido la esperanza ante la nota de incorregible?
la marcha sea fácil y sin estrépitos ni desentonos, cuida del eje." e) Examínate, maestro, sobre el concepto que tienes de la infancia, los medios
que empleas para alentarla, los epítetos con que ensalzas o rebajas, los procedi-
"Ibid., pp. 37-38.
'"Ibid., pp. 38-39. "Ibid., pp. 53-54.
"Ibid., pp. 45-46.
¿tro LAR /. PEDAGOGÍA Z»7
mientos que empleas para ayudar a los torpes y anormales y los premios y cas- El maestro, expresión de benevolencia
tigos que usas en la escuela.13
/ ) Si no sabemos sufrir y tener paciencia, no tendremos paz ni contento; en a) A todos debe el maestro benevolencia; pero de modo especial para sus
cada niño hallaremos un enemigo, y en cada compañero un rival, un émulo lleno compañeros en el magisterio, con quienes ha de vivir y cooperar para la obra de
de envidia y otros defectos que nos provocarán al odio o al menosprecio; con lo la educación.
cual habrá desaparecido la unión y la caridad. Vosotros, maestros, que a todas ho- b) El maestro benévolo tiene por sistema: querer bien a todos, tratar bien a
ras estáis dando lecciones, aprended ésta: saber sufrir y sobrellevar a chicos y todos, no hablar mal de nadie, hacerles el bien que pueda y evitarles disgustos,
grandes es condición esencial del buen maestro; auxiliarlos y ayudarlos, hacién- gastos, molestias, deshonor y descontento, y, en suma, todo daño en sus bienes,
doles el bien que se pueda es llenar la perfección moral de tan elevada misión. En fama y moral.
estas dos cosas está la suma de la vida del maestro que aspira a ser humano y cris- c) Nada de murmurar, censurar, reír, burlar ni rebajar el mérito y trabajo de los
tiano con alguna perfección. compañeros, ni mucho menos envidiar el triunfo ni alegrarse del fracaso experi-
g) Muchos motivos hay para aprender a sufrir y no cansarse de enseñar y mentado en su escuela, sino, al contrario, aplaudir al que trabaja y alegrarse de los
educar, aun en el caso de olvido, ingratitud o menosprecio de los que reciben tan elogios que le tributan y sentir los males ajenos como si fueran de la familia.
altos servicios y bienes. Es lo propio del cargo que se aceptó, es lo que da de sí el d) En las enfermedades, prestarle asistencia; en las penas, consuelo; en las
pobre corazón humano; el ser paciente, benigno y generoso es lo propio de toda desgracias, buen ánimo; en los apuros, auxilio; en las dudas, consejo; en los faus-
paternidad; si, pues, conocías el cargo y el corazón humano, ¿por qué te quejas tos, congratularle; en las persecuciones, hostilidades y difamaciones, defenderle;
de tener que sufrir? ¿Por qué te cansas de enseñar y educar, esto es, de dar tu en los peligros, advertirle; en todo evento, mostrarse como un buen hermano.
alma y tu vida en aras del amor a tus discípulos? Y sobre todo: ¿no tienes culpas? e) La concordia ante todo, y que por nada falte. A ello contribuye el deseo de
Ahí tienes el merecimiento. ¿Hace mucho tiempo que trabajas? Cerca está el fin no romperla, la prudencia y discreción en el trato, el ceder de nuestro parecer y
dichoso de la jornada. ¿Quieres ser bueno? La paciencia es una virtud que no en- derecho a prestarnos a todo, por bien de la amistad, no siendo pecado.
gaña, y quien la tiene es perfecto.14 / ) La benevolencia es hija de la caridad, la cual disimula y disculpa faltas aje-
nas para que Dios nos perdone las propias; y, sabiendo que lo que se hace por el
prójimo lo paga Dios, jamás se pierde naciendo el bien. Aunque el favorecido sea
ingrato y enemigo, siempre queda bajo esa costra poco amable el hermano y el
El maestro, corazón bueno hijo de Dios, que en sí es amable. ¡Quién sabe si el que hoy tienes por enemigo
mañana será tu amigo; si el que reputas adversario será un equivocado o distan-
a) Para educar hay que amar; la educación es obra del amor. Si fuera posible ciado de ti por alguna falta que en ti ha observado!16
aquilatar el amor como se aquilata el saber, a ninguno de corazón egoísta, apáti-
co o indiferente debiera encomendarse una escuela, porque no vale para desem-
peñarla como es debido, aunque tenga mucha ciencia.
b) Examen. Ve si tú tienes amor al cargo del magisterio o no; si de hecho lo U n magisterio cargado de futuro
has demostrado enseñando y educando con amor, suficiencia, celo, constancia y
felices resultados; si amas el estudio y con los libros conversas; si amas el orden ¿Queréis niños y jóvenes bien educados? Pues secundad su naturaleza pura,
y a él te sometes y atiendes; si eres maestro entusiasta y educador, no por horas, enderezad sus inclinaciones torcidas, desdoblad sus actitudes plegadas, ayudad a
sino a todas horas; si tienes puesto el corazón en la escuela. su actividad, fomentad su vocación, formad su carácter, modelad su corazón, ha-
ced que vea y trate buenos modelos.17
c) Si el corazón permanece duro y frío a la vista de la desgracia y no socorre,
carece de compasión y no es bueno, aunque se muestre compasivo. Pero, si mira
al desgraciado con ternura, y le socorre con lo que puede, y para nadie tiene sino
palabras de bondad, a nadie desprecia, a todos sonríe, con todos se muestra feliz
y alegre, imponiéndose, cuando así lo demanda la necesidad, verdaderos sacrifi-
cios por salvar al prójimo, ese corazón es bueno porque es recto, compasivo, bené-
volo y generoso.
d) Maestros, no olvidéis que el corazón es el que manda, y el corazón se con-
quista amando. ¿Cómo? Como lo hacen las madres: con cariño, solicitud, desvelo,
complacencia en los bienes ajenos, consuelo en sus penas, defensa contra los que
los molestan, alientos en los trabajos, etcétera.15
"Ibid.,
u
pp. 269-270.
lf
Ibid., pp. 333-334. 7bíd., pp. 341-342.
"Ibid., pp. 313-316. 17
A. Manjón, Obras, t. II, Escuela de Ave María, Granada, 1954, p. 297.
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