Grabado en El Hueso - Anne Bishop
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Anne Bishop
Grabado
en el
Hueso
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Índice
Prólogo ............................................................................................................................................... 8
Capítulo 1 ........................................................................................................................................ 11
Capítulo 2 ........................................................................................................................................ 35
Capítulo 3 ........................................................................................................................................ 48
Capítulo 4 ........................................................................................................................................ 74
Capítulo 5 ........................................................................................................................................ 95
Capítulo 6 ...................................................................................................................................... 116
Capítulo 7 ...................................................................................................................................... 128
Capítulo 8 ...................................................................................................................................... 152
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Esta traducción fue realizada por lectoras de la saga, sin ánimo de lucro, con
el único objetivo de compartir una maravillosa historia que no se ha publicado en
español y que además no hay intención por parte de las editoriales de que esta
situación cambie.
Sin más les dejamos con esta maravillosa historia deseando que disfruten la
lectura tanto como nosotras disfrutamos la traducción.
Dark Wolf
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Resumen:
Con los humanos en guardia contra uno de los suyos, las tensiones se
levantan, llamando la atención de los Antiguos, que sienten curiosidad acerca del
efecto que un depredador insignificante puede tener en una manada. Pero Meg
conoce los peligros, porque ha visto en las cartas como todo va a terminar... con
ella de pie junto a una tumba.
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Prólogo
Finales de Sumor
Mientras se reunían en la zona del país salvaje entre Tala y Etu, dos de los
Grandes Lagos, sus pasos llenaron la tierra de un terrible silencio.
Eran los Antiguos, unas formas primigenias de Terráneos que custodiaban las
partes salvajes, prístinas del mundo. Entre las formas más pequeñas de nativos de
la tierra, -cambiantes como los Lobos, Osos y Panteras- se los conocía como “los
dientes y las garras de Namid”.
«¡Matarlos a todos!» gruñó otro macho. «Eso es lo que harían los humanos.»
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Pero los Antiguos que custodiaban el país salvaje por lo general se mantenían
alejados de los lugares humanos a menos que fueran a esos lugares como los
dientes y las garras de Namid. No estudiaban a los humanos de la misma manera
en que los pequeños cambiantes lo hacían. Las historias de aprendizaje les decían
que había diferentes tipos de humanos, pero ¿qué hacía que unos humanos fueran
respetuosos de la tierra y los límites establecidos, mientras que otros mataban y
dejaban la carne, o trataban de desterrar de sus hogares a las plumas y las pieles?
Los humanos de HPU le hicieron la guerra a los Terráneos. ¿Había otros tipos de
humanos que fueran enemigos, tipos que los Antiguos todavía no reconocían?
Como uno sólo, los Antiguos se volvieron hacia el norte y hacia el este,
mirando en dirección de Lakeside.
Todos ellos tenían curiosidad, pero sólo dos Antiguos -un macho y una
hembra- fueron elegidos para pasar tiempo en un pequeño pedazo de tierra
rodeada de seres humanos. Habían estado en Lakeside antes, cuando, como los
dientes y las garras de Namid, vagaron por las calles llenas de niebla, cazando
presas humanas.
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Capítulo 1
Windsday, 1 de Messis
«Le dimos permiso para montar por los caminos pavimentados», dijo Simon,
un poco preocupado por su atención enfocada en un humano que conocían
bastante bien.
Karl Kowalski era uno de los oficiales de policía humanos que trabajaban
directamente con los Terráneos para minimizar los conflictos entre humanos y
Otros. Debido a eso, él fue etiquetado como un amante de Lobo y obtuvo una cuota
de conflictos con otros humanos. El último incidente ocurrió la semana anterior,
cuando un automóvil "accidentalmente" se desvió y casi golpeó a Kowalski
mientras daba un paseo en bicicleta antes de trabajar. Viendo eso como una
amenaza hacia un miembro de su manada humana, Simon, Vladimir Sanguinati y
Henry Beargard, miembros de la Asociación Empresarial del Courtyard,
decidieron permitir que la manada humana montara en los caminos pavimentados
del Courtyard.
Simon pensaba que todos los Lobos habían sido informados sobre la decisión
de la Asociación Empresarial -especialmente Nathan, que era Lobo guardián de la
Oficina del Enlace y Blair, que era el ejecutor dominante del Courtyard-, pero esta
era la primera vez que alguno de los humanos se había aventurado a manejar en
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una carretera que aún tenía carteles de "Los intrusos serán comidos" como
advertencia.
Debió haber sido lo suficientemente fuerte para los oídos humanos, porque
Kowalski comenzó a pedalear un poco más rápido.
«No quiere decir que entienda nuestro juego». Simon pensó que la opinión de
Nathan sobre el trabajo del policía se inclinaba más hacia la esperanza que a la
exactitud. Aún así, podrían ofrecerle jugar. Si Kowalski no aceptaba, simplemente
disfrutarían de una carrera. Pero... bicicleta. Simon realmente quería perseguir una.
«Averigüémoslo».
Kowalski miró hacia atrás. Sus ojos se abrieron y pedaleó más rápido.
¡Sí!
«No agarres las ruedas», dijo Nathan. «Si clavas un diente en los rayos
podrías romper tu mandíbula o peor».
«Yo estaba escuchando cuando el oficial Karl le habló a los cachorros sobre
los peligros de morder las ruedas», respondió Jane, claramente ofendida por la no
deseada advertencia de Nathan. Se levantó un poco más, ahora en posición de
jugar a morder la pantorrilla de Kowalski.
Kowalski miró a Jane y pedaleó más rápido. En lugar de pasar por el puente
que los llevaría a la sección de los Hawkgard, y encerraría al humano en el gran
círculo dentro de los trescientos acres del Courtyard, Kowalski volvió hacia la
carretera que corría junto al lago de los Elementales y se dirigía hacia el Complejo
Verde.
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— ¿Lo sé?
—La manada femenina. Cada vez que las hemos invitado a jugar, dejan de
montar sus bicicletas y preguntan si pueden ayudarnos en algo. —Simon extendió
los brazos en un gesto de "¿de qué va todo esto?”. Luego señaló a Kowalski—. Pero
tú nos invitaste a jugar, y todos tuvimos una buena carrera.
—Puesto que las hembras no pueden pedalear tan lejos o tan rápido como tú,
tal vez podrían jugar a la caza con los cachorros. —Los cachorros aprenderían a
correr como una manada sin el riesgo de ser pateados por presas reales.
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—Debe de ser más tarde de lo que pensé —dijo Kowalski—. Será mejor que
vaya a casa y me limpie para trabajar.
Simon caminó alrededor del canal, luego se detuvo de repente cuando se dio
cuenta de que estaba desnudo en su forma humana. Nunca había importado hasta
que Meg vino a vivir al Courtyard. Pero los humanos reaccionaban de varias
maneras al ver a los Otros sin ropa, incluso cuando la ropa no era necesaria para la
protección o el calor. Meg se había ajustado bastante bien a los amigos cambiando
a la forma humana para darle un mensaje o responder a una pregunta antes de
cambiar de nuevo a su forma preferida de pieles o plumas, pero era diferente con
él, tal vez porque su amistad era diferente de cualquier otra que tenía con humanos
o Terráneos.
La mayoría de las noches, dormía con ella en su forma de Lobo. Tenían sus
propios apartamentos, pero esos lugares estaban conectados por la sala de verano
y un descansillo, y cada vez más se estaba convirtiendo en una única guarida en
lugar de dos. Pero no eran pareja de la misma manera en que Kowalski y Ruthie lo
eran. Por otra parte, los Lobos Terráneos se apareaban sólo una vez al año, cuando
las hembras entraban en temporada. Meg tenía el sangrado típico de las hembras
humanas, pero no había mostrado ningún interés físico en tener una pareja. Salvo...
Un par de semanas atrás le pidió que nadara con ella. Ambos desnudos, en
forma humana. Estuvo nerviosa por estar en el agua con él y pareció asustada
después de que le besara la cicatriz en el lado derecho de su mandíbula, una
cicatriz hecha por el corte que salvó a los Wolfgard en Lakeside, así como a
muchos otros Lobos en toda la región noreste e incluso más allá.
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La había besado antes... en la frente una o dos veces. Pero cuando besó esa
cicatriz, sintió un revoloteo de cambio dentro de sí, y en los días que siguieron
empezó a entender en algún nivel instintivo que no era exactamente igual que el
resto de Wolfgard de Lakeside. Ya no.
Quizás no fue sólo en beneficio de Meg que, después del beso, la invitara a
jugar un juego de Lobo a pesar de que ambos se veían humanos. Entonces ya no
tuvo miedo. Y desde entonces... Bueno, no se le escapaba que, en un clima de
verano como este, los machos humanos vestían con casi nada en y alrededor de sus
propias guaridas y a nadie le preocupaba mucho eso.
—Hace calor arriba —dijo Meg, sin levantar la voz porque no lo necesitaba.
Sus oídos parecían humanos, pero seguía siendo un Lobo y podía oírla bien—.
Traje algo de comida aquí para desayunar.
Sonaba sencillo pero no lo era. Nada acerca de Meg era simple. Era el guijarro
que caía en un estanque que era el Courtyard de Lakeside, y las ondulaciones de
su presencia habían cambiado tantas cosas, incluyendo a los Terráneos que se
hicieron amigos de ella. Debido a Meg, los residentes del Courtyard interactuaban
con humanos de una forma sin precedentes, o que, al menos, no se había
considerado en siglos. Debido a Meg, los Terráneos en toda Thaisia trataron de
salvar al resto de las profetas de la sangre que fueron arrojadas como cachorros
indeseados por los humanos que las habían mantenido. Debido a Meg, el
Courtyard de Lakeside tenía una manada humana que proporcionaba una
experiencia de aprendizaje adicional a los Terráneos que tenía una educación
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Ella había sido herida por los humanos que la habían enjaulado y usado.
Herida de maneras que le hacían temer a la forma masculina humana. Mientras
que ocasionalmente se preguntaba si tener relaciones sexuales con una humana se
sentiría diferente si la humana fuera Meg, él no estaba dispuesto a arriesgar su
amistad, no estaba dispuesto a romper el vínculo que ya tenían. Así que necesitaba
ser muy cuidadoso ahora por el bien de ella, por él, por el bien de todos. ¿Cuánto
de lo humano mantendrían los Terráneos? Los Antiguos hicieron esa pregunta sin
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Cuando los Antiguos lo preguntaron por primera vez, pensó que esperaban
una respuesta en palabras. Pero después de la reciente guerra que había roto la
Alianza de Naciones del Bloque Romano en el otro lado del Atlántik y la decisión
de los Antiguos de mermar y aislar los rebaños humanos en Thaisia, Simon
comprendió que la respuesta sería moldeada por lo que los Antiguos aprendieran
de las cosas que sucedieran en y alrededor del Courtyard de Lakeside.
*****
Meg se agitó con los platos en la pequeña mesa de la sala de verano, pero su
mente seguía repitiendo la imagen de Simon y Karl Kowalski de pie junto al
abrevadero, hablando. Simon se veía feliz. Karl había estado de espaldas a la sala
de verano, por lo que no pudo ver su rostro, pero parecía tenso. Se preguntó por
qué Karl se sentiría tenso por algo que tanto agradaba a Simon. De nuevo, un Lobo
y un humano no veían las cosas de la misma manera.
Pero al mirarlos, sus cuerpos comunicando emociones opuestas, ella notó las
similitudes. A diferencia de Henry Beargard, que era grande y musculoso incluso
en forma humana, Simon y Karl tenían la fuerza y los músculos delgados de los
cazadores que perseguían a sus presas, aunque no creía que Karl tuviera que correr
tras quienes hubiera arrestado. Ambos tenían el cabello oscuro, pero Karl lo tenía
más corto que Simon. La verdadera diferencia, a primera vista de todos modos,
eran los ojos. Los de Karl eran marrones, mientras que los de Simon eran de color
ámbar, ya fuera humano o Lobo.
Y cuando Karl se fue, notó las partes de Simon que estaban ocultas. Lo notó,
pero no estaba segura de cómo se sentía. Asustada, sí, pero también un poco
curiosa. Ella y Simon eran amigos, y ella adoraba a su sobrino Sam. Pero más que
eso, se habían convertido en compañeros comprometidos a mantener intacto el
Courtyard, y la ciudad de Lakeside. Y eran compañeros comprometidos en ayudar
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En las historias que había leído, las personas que se atraían el uno al otro
parecían pelear mucho o tener malentendidos o tener relaciones sexuales y luego
rompían antes de eventualmente reunirse. Pero esos eran humanos, no una profeta
de la sangre y un Lobo. Había cosas que le hicieron en el recinto que su cuerpo
recordaba pero que estaban veladas en su mente, cosas que hacían que le fuera
mucho más fácil estar cerca de Simon cuando estaba en forma de Lobo. Sabía en su
corazón que Simon nunca le haría cosas malas como los hombres del recinto, pero
el Lobo peludo todavía se sentía como un compañero más seguro, a pesar de los
dientes y las garras.
Y sin embargo, esta vez, viendo a Simon sin ropa. . . Asustada, sí, pero pensar
en ello hizo que algo flotara dentro de sí, algo que la hizo preguntarse cómo sería si
ellos...
—Estás molesta.
Ella lo estaba pidiendo. Meg no podía recordar si había leído esa frase en una
historia o si formaba parte de un remembranza, una imagen de una vieja profecía.
Pero sabía que era la excusa que usaba un hombre para culpar a una chica cuando
la obligaba a tener relaciones sexuales con él.
No había pensado en lo poco que llevaba puesto, pero si tomaba nota del
cuerpo de Simon, ¿él también se daba cuenta del suyo? Y si así fuera...
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Lo miró fijamente. No quería decirle en qué había estado pensando, que sería
su próxima pregunta, así que se encogió de hombros y cambió de tema por uno
que sabía que le interesaría: la comida.
—No podía decidir qué comer, así que traje un montón de cosas, incluyendo
esto. — Tomó un recipiente y una cuchara, luego dudó.
— ¿Qué es?
—Yogur. —Ella tragó una cucharada y se preguntó por qué Merri Lee y Ruth
dijeron que era delicioso. ¿Sería un gusto adquirido?—. Prueba. —Llenó la cuchara
y se la tendió a Simon, preguntándose qué haría.
Como no podía decir con sinceridad que le gustaba el sabor del bisonte, no
veía mucha diferencia.
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—Merri Lee y Ruth dijeron que el yogur es bueno para las entrañas de una
persona, especialmente las entrañas de una chica.
Meg tomó otra cucharada de yogur antes de cerrar el recipiente. Ya. Se había
ocupado de sus entrañas por el día. Comió la mitad de las bayas, luego empujó el
recipiente hacia Simon. Casi esperaba que rechazara la oferta, diciendo que tenía
mucho bisonte para comer, pero aceptó felizmente su parte de las bayas sin decir
una palabra, dejándola mordisquear una rebanada de queso.
—Tuve suficiente por ahora. —Lo cual era cierto, ya que tenía la intención de
ir a Un Pequeño Bocado antes de trabajar y ver lo que Nadine Fallacaro y Tess tenían
disponible en la cafetería del Courtyard.
Meg miró fijamente las ropas en su armario y consideró qué podría ser
apropiado para quien era el Enlace Humano y qué sería algo práctico para vestir
en un día caliente y húmedo. Escogió un par de pantalones cortos de color verde
oscuro, una blusa de manga corta de un tono melocotón y rosa, y un par de
sandalias que parecían agradables y se sentían muy bien.
*****
Por el rabillo del ojo, Monty vio a O'Sullivan cubrir el reloj de su muñeca
izquierda, un mensaje silencioso: podemos llegar tarde a la reunión.
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trabajo, tenía una intensidad ardiente y una cara que le sugería a Monty la idea de
un guerrero que había elegido una vida austera.
Monty, por otra parte, era el más viejo de los tres hombres, aunque todavía
no tenía cuarenta. Tenía la piel oscura, los ojos castaños, y el pelo negro corto y
rizado que ya mostraba un poco de gris, y no todas las líneas en su rostro
provenían de la risa. Ya no.
Kowalski miró por el espejo retrovisor, luego giró alrededor del autobús
cuando señaló la siguiente parada.
—Más entrenamiento de lo que había pensado tener con tanta humedad. Los
Lobos no me lastimaron, si eso es lo que me está preguntando. Ni siquiera lo
intentaron.
—Miramos las mismas cosas, pero no vemos las mismas cosas. Me hizo
darme cuenta de lo fácil que puede ser joderla y enviar la señal equivocada.
Monty miró por la ventana y se preguntó qué tipo de señal iban a enviar el
nuevo Alcalde y el Comisionado de policía.
*****
Meg abrió la Oficina del Enlace, luego miró el reloj. Nathan llegaba tarde,
pero Jake Crowgard estaba en su sitio en la pared de ladrillo que separaba el área
de entrega del patio detrás del estudio de Henry.
Muy bien, iba a tener la oficina para sí misma durante un minuto más o
menos.
Nada. Nada. Sus dedos rozaron las cartas aunque incluso el hormigueo se
desvaneció en la nada. Luego un zumbido en la punta de los dedos de su mano
derecha. Retiró las cartas de arriba hasta llegar a la que creó el zumbido. Cogió la
carta y abrió los ojos, y supo la respuesta antes de girar la misma para ver la
imagen. La carta provenía de un juego de niños y fue mezclada con sus cartas
proféticas. Pero las imágenes del juego habían resultado útiles, incluso si las
respuestas que proporcionaban no eran generalmente bienvenidas.
Meg cerró los ojos y volvió a colocar los dedos en las cartas. Cuando comenzó
a trabajar con los mazos, decidió que una selección al azar de tres cartas
representaría el sujeto, la acción y el resultado. No sabía si esa era la forma en que
otras personas usaban las cartas para leer la fortuna, pero parecía estar
funcionando para ella.
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las tres que le produjeron el pinchazo más severo, las llevó a la gran mesa de
clasificación de madera y las depositó en el orden en que fueron elegidas.
La primera carta tenía tres imágenes: tren, autobús, coche. La segunda carta
tenía una explosión. La tercera carta... El signo de interrogación. Futuro incierto.
Sacó una libreta de un cajón, la abrió en una nueva página, luego anotó sus
preguntas y las cartas que había escogido como respuestas.
Se sentía reacia a guardar las cartas antes de llamar a alguien para que las
mirara y se sentía igualmente reacia a decirle a alguien de la Asociación
Empresarial sobre esta respuesta en particular. ¿Tal vez a alguna de sus amigas
humanas? Ruth Stuart vivía al otro lado de la calle en la casa dúo familiar en la
avenida Crowfield, y Merri Lee se estaba mudando a un apartamento en uno de
los edificios de piedra adyacentes que el Courtyard recientemente había adquirido
para proporcionar un lugar para que sus empleados pudieran vivir si eran
rechazados de los alquileres de propiedad humana.
—Buenos días, señorita Meg. —Twyla cruzó la habitación y puso una taza
para llevar y un recipiente en la mesa de clasificación—. Y buenos días a usted,
señor Nathan. Va a ser un día pegajoso, y no lo envidio por tener que usar un
abrigo de pieles, no importa lo bien que se vea.
Silencio. Entonces Nathan reconoció las palabras con un suave arroo y volvió
a la cama de Lobo bajo una de las grandes ventanas de la habitación de enfrente.
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Meg sonrió. Twyla Montgomery era la madre del Teniente Montgomery. Una
mujer delgada, de piel oscura, que empezaba a combarse con la edad, ojos
marrones que parecían generalmente amables y pelo corto y rizado que era más
plateado que negro. Pero Twyla también tenía una actitud de sin complicaciones y
no aguantaba insolencias de nadie, un rasgo que hacía que los Lobos estuvieran
muy interesados en observarla desde una distancia segura.
—No, señora. No comí mucho en casa porque planeaba recoger algo cuando
llegara a trabajar. —Cuando Twyla la miró, Meg añadió—. Realmente no me gusta
el sabor del bisonte.
—Probé una porción el otro día y no puedo decir que me atrajera tampoco.
Pero sospecho que si fuera una opción entre comer bisonte y pasar hambre, me
vendría bien, y a ti también.
Twyla posó un dedo justo encima de las tres cartas sobre la mesa.
— ¿De qué se trata esto? ¿O no me lo puedes decir?
—Estas son cartas para leer la fortuna, pero las llamo cartas proféticas. Estoy
tratando de ver si algunas de las Casandras de sangre puede usarlas para revelar
profecías en lugar de cortarse. —Mil cortes. Se decía que era todo lo que una
profeta de la sangre podía soportar antes del corte que la matara o la volviera loca.
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—No estoy segura. Pregunté qué iba a pasar a mis amigos en el Courtyard.
Estas cartas fueron la respuesta. —Meg esperó hasta que la mujer mayor se acercó
a su lado de la mesa. Señaló cada carta—. Sujeto, acción, resultado.
—Podría significar ambas. Fue elegida como el sujeto, por lo que debería
significar la cosa en sí, pero podría significar que una de estas formas de transporte
está trayendo a alguien o algo a Lakeside. La explosión, que es la carta de acción,
podría significar algo así como "llamar al escuadrón de bombas" o un conflicto
emocionalmente explosivo entre un grupos de personas. Así que tal vez un grupo
de personas que viajan a Lakeside va a causar algún tipo de problemas para el
Courtyard. Me va bastante bien en lo de encontrar las cartas que responden a la
pregunta, pero Merri Lee y yo seguimos trabajando en la interpretación correcta de
las mismas.
Mientras observaba a Twyla estudiar las cartas, la piel entre sus omoplatos
comenzó a pinchar.
—Futuro incierto. Esa fue la misma respuesta que obtuve cuando pregunté
por la ciudad de Lakeside esta mañana. —Meg estudió a la mujer mayor—. Sabe lo
que significan las cartas, ¿no?
*****
Twyla pulió los escritorios del consulado, el edificio del Courtyard que era el
dominio de Elliot Wolfgard. Era la cara pública del Courtyard, el Terráneo que
hablaba con el Alcalde y con los concejales, que asistían a eventos políticos y que
hablaba con la prensa. No le había llevado mucho tiempo darse cuenta de que
Elliot podría ser el sofisticado Lobo portavoz del Courtyard, pero Simon era el
verdadero líder.
—Nunca le tomó a los otros humanos tanto tiempo limpiar los escritorios —
dijo Elliot.
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—Puedo ver que no tardaron mucho en limpiar aquí, por lo que me está
tomando más tiempo de lo habitual para darle una limpieza adecuada ahora, —
respondió.
Él la condujo a los archivadores a lo largo de una pared, luego señaló una pila
de carpetas que se tambaleaban sobre una pequeña mesa pegada contra el último
armario.
—Significa que quienquiera que hizo esto tenía su propio sistema para
encontrar las cosas pero hizo casi imposible que cualquier persona pusiera su
mano en el archivo apropiado, o el tonto apenas empujó cosas en los cajones y
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esperó que nunca le pidieran encontrar nada. —Ella se adelantó para dejar caer la
carpeta en la pila oscilante y Elliot dio un paso atrás, mirándola de una manera que
la hacía pensar que él quería desgarrar la carne de alguien y la suya serviría.
Twyla reflexionó sobre lo que decía Elliot. Sería un cambio a fregar los pisos y
los baños, aunque necesitaban a alguien para hacer eso también. No creía que
muchas personas molestaran a Elliot, por lo que sería más tranquilo que trabajar en
una de las tiendas de la Plaza Comercial, y podría aprovechar un poco de calma en
su día si iba a ayudar a cuidar a los niños en las tardes.
—Por supuesto —dijo Elliot con calma, su pronunciación una vez más
crujiente—. Nos ocupamos de nuestros jóvenes. —Hizo una pausa antes de
aportar—. Sam es mi nieto.
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—No.
Twyla miró a Elliot. No era el líder real, pero tenía una posición significativa
en el Courtyard y entre los Lobos. No podía pedir ayuda a Crispin para confirmar
lo que sospechaba. Como oficial de policía, tenía los medios para averiguarlo, pero
crearía problemas entre él y su hermana menor una vez que se diera cuenta de que
Sierra estaba en contacto con Cyrus.
—Creo que podría estar en camino. —Fue a uno de los escritorios y anotó el
número de teléfono de Aullidos, Buena Lectura. Arrancó la hoja y se la entregó a
Elliot. Sierra nos dijo a mí y a Crispin que Cyrus no había dejado un número en el
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que pudiéramos contactarlo. Creo que mintió. Creo que lo llamó un par de veces
desde que llegamos. No puedo decir si hizo llamadas a otros teléfonos sin permiso,
pero cuando la vi usar el teléfono cerca de la caja registradora en un día en que el
Sr. Simon y el Sr. Vlad no estaban en la parte delantera de la tienda, se puso
nerviosa y afirmó que estaba pidiendo pizza. Puedo decirle que las niñas no
tuvieron pizza para el almuerzo ese día. —Ella vaciló—. La policía tiene maneras
de verificar llamadas hechas desde un teléfono particular, pero no puedo pedirle a
Crispin que compruebe esto. Incluso si estoy equivocada sobre ella llamando a
Cyrus desde que llegamos a Lakeside, la mentira que dijo antes de que saliéramos
de Toland creará tensión entre ella y Crispin.
Cyrus siempre había logrado crear tensión entre sus hermanos, incluso
cuando Crispin estaba velando por Sierra.
—Lo más probable es que sea un número de teléfono de Toland. Uno que el
señor Simon y el señor Vlad no reconocerían.
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Capítulo 2
Windsday, 1 de Messis
Intentó, sin éxito, convencerse de que los deberes de ese equipo no tenían
ninguna relevancia para su presencia.
—Gracias por dejar a un lado sus importantes deberes para hablar conmigo.
Walter Chen, el nuevo Alcalde en funciones, sonrió a cada uno por vez. Era
una sonrisa suave, acorde con la pequeña estatura del hombre y su voz era
sosegada. Las profundas líneas se extendían desde las esquinas de sus ojos
castaños, y su cabello negro estaba cuidadosamente peinado hacia atrás
despejando su rostro.
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—Por favor, tomen asiento —dijo Chen—. ¿Les gustaría café? ¿Té? Tenemos
té negro y verde disponible. El té verde ha llegado desde Tokhar-Chin y se vende
en un pequeño mercado de mi barrio.
Pero Chen parecía reacio a comenzar. Él les dio otra sonrisa gentil.
—Apoyo al Gobernador y soy sangre fresca. Eso va a hacer infeliz a cada jefe
de estación en Lakeside ya que, bajo circunstancias usuales, uno de ellos habría
sido seleccionado para ocupar el cargo después de la renuncia involuntaria de Kurt
Wallace. Pero las circunstancias no son usuales. Esta ciudad es vital para la salud
de toda la Región Nordeste, y el gobierno humano de aquí no puede permitirse
cometer más errores. No apoyé el movimiento Humanos Primeros y Últimos. Eso
está registrado. Espero que pese en nuestro favor en las próximas semanas.
Álvarez sonrió.
—Con los Terráneos del Courtyard de Lakeside...y más allá.
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O'Sullivan se estremeció.
—Ella -por lo menos yo tuve la impresión de que era una fémina- permitirá
que los barcos de Thaisia viajen a Brittania, Felidae, las Islas Tormenta, y Afrikah,
pero si intentamos ir a lo que queda de la Alianza de Naciones del Bloque Romano,
destruirá cualquier embarcación de Thaisia que toque su dominio. Eso incluye a
los buques pesqueros.
—El Elemental que cuida al Pacifik decide sobre los viajes entre Thaisia y
Tokhar-Chin, pero no tenemos ninguna razón para creer que hay un conflicto entre
la gente allí y los Terráneos.
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—Así que vivimos en una casa de papel, ¿no? Tenemos una ciudad todavía
gobernada por humanos y tierra todavía bajo control humano incluso si es
arrendada a los Terráneos.
Monty miró fijamente a Chen. Burke juró en voz baja. O'Sullivan se echó
hacia atrás y dijo:
—Dioses encima y por debajo. ¿Fue eso considerado seriamente?
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—Hay cuatro lugares situados en este extremo del Lago Etu, a poca distancia
uno del otro: la ciudad de Lakeside, la ciudad de las Cascadas de Talulah, el
pueblo de Isla Grande y una comunidad mixta en River Road. De estos cuatro
lugares, Lakeside es el único bajo control humano. Es la única ciudad en que la
población humana puede hacer lo que le plazca en la tierra que controla, ya sea
cultivando o manejando fábricas o golpeándose mutuamente hasta la muerte en las
calles. Al menos, eso es lo que solía ser. Mientras no interfiriéramos con los Otros
que estaban asignados a vigilar nuestras trampillas, el resto de los Terráneos no
intervendrían. Pero eso ya no es así. Los humanos interfirieron con los Terráneos a
los que les asignaron observarnos. Los Otros fueron atacados y algunos fueron
asesinados, y eso enfureció a los residentes del país salvaje: los Terráneos que cada
policía que alguna vez hizo un turno de servicio en el país salvaje oró para no ver
nunca. Pero ahora están en nuestro umbral, y se asegurarán de que no lo
olvidemos.
—Dentro de los límites de la ciudad, creo que la gente que vaya al cine o al
teatro o a cenar no estará más en riesgo de lo que lo habrían estado antes cuando
los únicos depredadores que vagaban por las calles no sólo parecían humanos sino
que eran humanos —dijo Burke—. ¿Pero alguien tan tonto como para abandonar
los límites de la ciudad después de oscurecer? Eso es sólo una forma espantosa de
cometer suicidio.
más fácil será para nosotros manejar llamadas de asistencia en lugar de dirigir a
personas que tienen más bravuconería que sentido.
—Muy bien —dijo Álvarez—. Esa petición puede venir de mi oficina ya que
la policía tendrá que manejar cualquier problema entre las personas, así como
cualquier... resultado... de un conflicto con los Terráneos.
Cualquier resultado de un conflicto. Monty miró a Álvarez y pensó que era una
forma diplomática de describir lo que los Antiguos hicieron a los humanos que se
metieron en su camino mientras se paseaban por la ciudad. El examinador médico
todavía estaba intentando emparejar partes del cuerpo con las personas listadas
como desaparecidas.
—El viaje entre regiones es errático. Incluso traer carga a través de los
Grandes Lagos no está exento de peligros —dijo Chen—. Lakeside ha utilizado
cupones de racionamiento de hogares durante muchos meses para desalentar la
acumulación de alimentos perecederos permitiendo a los comerciantes cobrar más
por un artículo si no va acompañado de un cupón. En su mayor parte, la gente era
sensata cuando se trataba de comprar cosas como huevos y mantequilla. Luego
tuvimos escasez de cosas, como escasez de harina causada por partidarios de HPU
que estaban dispuestos a dejar a la gente en Thaisia quedarse sin nada para vender
al Bloque Romano por mayores ganancias. Ahora, cuando la gente ve los estantes
vacíos debido a los retrasos en el envío, no son tan sensatos, no son capaces de
creer que la falta de un alimento en particular es temporal. Mi oficina recibe varias
llamadas todos los días, preguntando qué voy a hacer con respecto a la escasez de
alimentos. La gente no me cree cuando les digo que, mientras que algunos
alimentos pueden no estar disponibles en cantidades abundantes, todavía hay una
abundancia de alimentos para comer. Por lo tanto, una distribución equitativa de
los alimentos es vital, pero también creará sentimientos duros. Los Otros en el
Courtyard pueden ser culpados si una tienda se queda sin un determinado
artículo, especialmente si el Courtyard sigue recibiendo suministros.
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—La rabia y la razón raramente son socios —respondió Chen—. ¿Y los Otros
no compran cosas como la gasolina para sus vehículos?
—He estado revisando los informes presentados por los jefes de las
estaciones, incluyendo las facturas mensuales de suministros y servicios públicos,
—dijo Álvarez—. ¿La estación de la calle Chestnut ya no paga el impuesto sobre el
agua que todos los demás de Lakeside tienen que pagar?
Álvarez y Chen miraron a Burke, luego a Monty, pero ninguno de los dos
preguntó por Meg Corbyn. ¿Sabrían lo que era?
—En ese caso, una cortesía por otra cortesía —dijo Álvarez—. Esperamos que
haya una escasez de gasolina, ya que conseguir algo a través de las fronteras
regionales es un ejercicio de diplomacia en estos días, pero ya he recibido una
directiva del gobernador de que las bombas de gas conectadas a los garajes
municipales tendrán los primeros derechos a cualquier gasolina que llega a la
ciudad ya que es donde los patrulleros, camiones de bomberos y ambulancias se
llenan. Capitán Burke, ¿por qué no se acercan usted y el Teniente Montgomery a
los líderes del Courtyard y les ofrecen que llenen sus vehículos de esa fuente?
Álvarez sonrió.
—También es práctico. Nuestra supervivencia depende de la buena voluntad
que podamos generar. —Su sonrisa se desvaneció—. No creo que la gente haya
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—No, no lo es; pero cuando los Wolfgard fueron atacados en el Medio Oeste
y el Noroeste, el Gobernador respondió a la información que proporcioné lo
suficientemente rápido para prevenir ataques similares en el Nordeste.
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—Nuestro nuevo Alcalde quiere reunirse con los líderes del Courtyard.
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Querido Michael:
Barb
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Tolya
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Capítulo 3
Thaisday, 2 de Messis
—Este va para este lugar —dijo Eva Denby—. Este color crema no es
interesante, pero es un buen tono neutro, y pintar todos los apartamentos del
mismo color lo hace más fácil.
—Sí, se trata de eso. Estoy pensando más en una hoja de inscripción para
reservar las lavadoras y secadoras si alguien quiere o necesita un tiempo o un día
en particular. Además, hay máquinas que funcionan con monedas en el centro
social del Courtyard, así como una lavandería en la Plaza del Parque Bird. Los
inquilinos pueden disfrutar de la cooperación y conveniencia, o pueden llevar su
ropa a otro lugar.
Simon pensó que sonaba justo. Una jerarquía de orden para el lavado. No era
tan diferente a alimentarse de un ciervo, los miembros dominantes de la manada
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tenían la primera opción. Sería interesante ver cómo las mujeres que residían en los
apartamentos resolvían su dominio.
Mientras que esta charla sobre el lavado de ropa era interesante, hasta cierto
punto, tenía una razón para ir al edificio de apartamentos antes de ir a la reunión
para hablar del correo electrónico que él y Vlad habían recibido de Tolya
Sanguinati.
—La cocina está limpia, los armarios, el piso, los platos y el resto están
guardados — agregó Twyla—. Pensaron bien en ofrecer lo básico.
Tal vez cinco. Por esa razón había ido hasta allí, para obtener una respuesta
sobre el quinto piso.
Miró a Twyla.
— ¿Ha decidido qué guarida quiere? —El teniente Montgomery había
tomado un apartamento de la planta baja en el edificio a la derecha de la casa dúo
familiar. A Sierra Montgomery y a sus cachorros se les había asignado un
apartamento en el segundo piso en el lado opuesto del edificio, a petición de
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Eso de no vivir aún con la hembra estaba siendo observado con gran interés
por la mayoría de los residentes del Courtyard. Hasta ahora, los Otros nunca
habían interactuado tan estrechamente con humanos como para poder observar los
rituales de apareamiento.
Y Simon tenía más razón que el resto para observar esos rituales. Le pareció
alentador que su acuerdo de vida con Meg fuera tan similar al arreglo de Debany
con Merri Lee porque significaba que un comportamiento de Lobo no tenía que
cambiar para ser visto como humano.
Ella sonrió, mostrándole los dientes de prótesis, algo que aún quería que
alguien le explicara.
—Cuando un adulto Lobo se cansa de tener cachorros masticando su cola,
¿qué hace?
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—Exactamente. Amo a mis hijos y nietos, pero no quiero estar cerca de ellos
cada minuto del día.
Podía hacer todas esas cosas si vivía en uno de estos apartamentos, pero se
veía segura de querer una pequeña guarida.
Eso significaba que todos los monoambientes estarían ocupados, ya que uno
iba a ser el aula para los cachorros humanos, Henry todavía quería mantener el
que utilizaba cuando trabajaba hasta tarde en su estudio y no quería volver al
Complejo Verde, y habían aceptado que Chris Fallacaro tuviera uno ya que no
quería vivir con Nadine, a pesar de ser parientes.
Lo que le dejaba con el problema de qué hacer con Emily Faire, la joven mujer
Intuye que contrataron para trabajar a tiempo parcial como enfermera practicante
en la oficina médica de la Plaza Comercial. Ahora que el Dr. Lorenzo pasaba lejos
de Lakeside tanto tiempo, haciendo su trabajo para el grupo de trabajo que estaba
recopilando información sobre las Casandras de sangre, necesitaban a alguien
confiable para cuidar a Meg cuando se cortaba. La Asociación Empresarial tenía la
intención de dejar que la Emily utilizara uno de los monoambientes; ahora
tendrían que encontrarle otro lugar donde vivir. Había habitaciones por encima del
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centro social, pero aquellas habían sido utilizadas para relaciones sexuales y no
tenían nada más allá de una cama, una lámpara y una mesa. Los Terráneos habían
limpiado esas habitaciones, usando las estructuras de las camas individuales para
proporcionar camas para los niños humanos, aunque los padres de esos niños
insistieron en comprar nuevos resortes y colchones. Ya que cualquier olor en los
colchones se había desvanecido hasta el punto de que ni siquiera los Lobos podían
recoger nada, era dudoso que las narices humanas pudieran, pero había sido
importante para los humanos adultos, por lo que la Asociación Empresarial hizo
las compras adicionales.
«¿Problemas?»
«Parece que sí. El oficial Debany está molesto. Algo sobre una carta de su
hermana».
—Tengo que irme —le dijo Simon a Twyla. —Puede usar el monoambiente
que Meg tenía cuando llegó al Courtyard. ¿Sabe cuál es?
—Sí. —Se apresuró a bajar las escaleras y salió por la puerta. Vaciló en la
acera y pensó si debía acercarse al semáforo de la esquina o simplemente cruzar la
calle. La Avenida Crowfield tenía suficiente tráfico a esta hora del día como para
que fuera prudente usar el semáforo, así que lo hizo. Luego se apresuró a Aullidos,
Buena Lectura para encontrar a Blair y Vlad frente a Michael Debany.
—Ella ha estado fuera de casa apenas un mes, y dice que se está mudando
con un tipo llamado Buddy —dijo Debany. Normalmente un hombre de
temperamento tranquilo, sonaba ronco.
Simon reflexionó sobre la información, tratando de resolver por qué esto era
un problema.
— ¿No quieres que tu hermana encuentre una pareja y tenga cachorros?
—Eso es diferente.
—¿Por qué? ¿Por qué Merri Lee no tiene un hermano para gruñir y morderte
cuando vas a su guarida a aparearte?
Tess atravesó el arco que unía Un pequeño Bocado con Aullidos, Buena Lectura.
Tenía el cabello aún marrón pero empezaba a encresparse, un signo de que aún no
estaba molesta... pero no estaba tranquila.
—Steve Barquero acababa de llegar a la reunión.
—Para un pueblo tan lejano, los ciudadanos de Bennett ciertamente nos dan
mucho que hacer —dijo Vlad.
*****
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Podía ver por la expresión de Sierra que la muchacha no había aceptado esa
diferencia entre trabajar para los Otros y trabajar para una compañía humana.
—Eso no tiene sentido —dijo Sierra, renegando—. ¿Por qué le dijiste que no
me contratara?
— ¡No lo hice!
—Me dijiste que no sabías cómo contactar con Cyrus, que no dejó un número
de teléfono. Le dijiste a Crispin lo mismo. El Sr. Simon y el Sr. Vlad fueron muy
claros sobre que las llamadas locales se podían hacer en los teléfonos de las
tiendas, pero se esperaba que hiciéramos llamadas de larga distancia en nuestros
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—Y ese es el tipo de cosas que Cyrus dice para justificar tomar lo que no es
suyo —replicó Twyla—. Y escucharte decir lo que él diría es exactamente la razón
por la que le dije al señor Elliot que no te contratara. ¿Crees que no sé por qué
perdiste al menos dos buenos trabajos? ¿Crees que no sé que Cyrus fue y te habló
sobre hacer algo que sabías que estaba mal? Quizás dijiste que no la primera vez
que te lo pidió. Tal vez incluso la segunda. Pero siempre le has escuchado más de
lo que nos has escuchado a tu papá y a mí. Es como un veneno para ti,
consiguiendo lo que quiere y dejándote con las consecuencias. Cyrus no sufre
cuando pierdes un buen trabajo. Puede ser incomodado porque una de sus fuentes
se seca temporalmente, pero no sufre. Las que pagan son tú y tus hijas. ¿Alguna
vez piensas en tus chicas cuando él viene llamando, queriendo robar provisiones o
sacarte alguna información confidencial que él puede usar para su beneficio? Está
comprando drogas y bebidas alcohólicas e ignorando a su propia esposa e hijos
mientras luchas para conseguir dinero suficiente para poner una comida delante
de tus chicas.
Twyla nunca pudo comprender por qué tantas personas, incluidos sus hijos,
no podían estar satisfechos con el nombre que les daban. Pero su marido, James, lo
había iniciado en su propia familia llamando a su primogénito CJ en lugar de
Crispin James. Eso había durado toda la escolaridad del muchacho hasta que fue a
la academia de policía. Luego se convirtió en Monty para sus amigos y colegas.
Cyrus James, por otro lado, decidió optar por Jimmy como su nombre preferido
desde el momento en que pudo hablar. Y Sierra terminó siendo llamada Sissy por
sus hermanos, una palabra que Twyla sospechaba que significaba algo diferente
para cada chico, para uno un término de afecto, para el otro, una burla.
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—¿No son tus propias hijas también familia, Sierra? —Preguntó Twyla en voz
baja—. ¿No les debes al menos tanta lealtad como le muestras al hermano que
nunca ha hecho una sola cosa por ti?
Había luchado esa batalla durante todos los años en que Sierra estaba
creciendo, había sentido la frustración de saber que Cyrus caló de alguna manera
tan hondo bajo la piel de Sierra, que ni ella, ni James ni Crispin fueron capaces de
hacer o decir nada que pudiera desalojar la influencia de Cyrus. Lejos de él, la
muchacha era brillante, cariñosa, una buena madre y una empleada estable. Pero
todo lo que Sierra sabía sobre el bien y el mal se derrumbaba cuando Cyrus
aparecía.
Estudió a su hija. Sierra tenía dos años cuando ella y James la adoptaron.
Crispin tenía doce, Cyrus nueve. Un muchacho abrazó la idea de tener una
hermana pequeña; al otro muchacho le había ofendido desde el día en que había
entrado en su casa. Tal vez fue la naturaleza humana el querer agradar a la
persona que te rechazaba, que quería que probara que merecía ser amada. Tal vez.
Pero no importaba lo que hiciera Sierra o cuánto diera, Cyrus nunca amaría a su
hermana pequeña. Era una verdad dura de admitir para una madre, pero Cyrus
James Montgomery nunca había amado a nadie salvo a sí mismo.
—Eres una mujer adulta —dijo Twyla, sintiéndose cansada—. Si esto fuera
sólo otro trabajo, habría dejado la decisión entre tú y el Sr. Elliot acerca de si él
quería que trabajaras para él. Pero esto no es sólo otro trabajo. El Sr. Elliot se ocupa
del Alcalde y del resto del gobierno de la ciudad. Creo que hay mucha información
que podría valer algo de dinero para las personas equivocadas. Cyrus lo sabría, y
nunca le toma mucho tiempo encontrar a la gente equivocada. Y no le tomaría
mucho tiempo aplicar todo lo que tiene sobre ti para que hagas el mal por él. Pero
esta vez, muchacha, no perderías solo un trabajo y un lugar para vivir; no sólo
estarías sacándole la comida a tus hijas. Los Otros tienen su propia manera de
lidiar con la traición, y es más dura que recibir una carta de despido.
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—CJ no fue justo —dijo Sierra—. Podría haber enviado a Jimmy la tarifa del
tren si lo hubiera querido, pero Jimmy tuvo que huir de Toland por su cuenta.
Twyla notó que no había ninguna mención de la esposa o los hijos de Cyrus.
— ¿Está de camino aquí?
—No todos los apartamentos están ocupados —dijo Sierra en voz baja—. Y
no tenemos que pagar...
—Los Otros dijeron que podíamos vivir aquí. Incluso nos han dado muebles
y cosas.
—No te están dando esas cosas. Están proporcionando algunos muebles que
se quedan con el apartamento. Esas cosas no son para que hagas lo que quieras. Y
vivir en esos edificios no es gratis. Crispin no trabaja en el Courtyard, por lo que
paga el alquiler como lo haría con cualquier otro propietario. Para las personas que
trabajan en el Courtyard, el alquiler se deduce del pago por adelantado, algo en lo
que deberías pensar si vas a vivir aquí.
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Y no necesitaba oír a Meg Corbyn liberar profecías para saber qué pasaría con
los humanos en esta ciudad si los Lobos dejaban de aullar.
*****
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—La gente de Vida Simple. —Steve miró a Henry, Tess, Vlad y Elliot antes de
concentrarse en Simon—. No me había dado cuenta de que estaban siguiendo de
cerca lo que estaba sucediendo en el Medio Oeste hasta que James Gardner
preguntó a Roger Czerneda a quién iban a reubicar en las ciudades vacías. Las
familias de Vida Simple tienen los mismos desafíos que cualquier grupo humano,
espacio limitado y oportunidades para sus hijos. Hay gente en Isla Grande que está
interesada en reasentarse. Unos cuantos jóvenes de Vida Simple se van a reasentar
en la comunidad River Road y están felices de tener su propio lugar que además
no está lejos de su hogar y su familia. Pero otros... —Se reclinó hacia atrás—. Tengo
la sensación de que algunos de la gente de Vida Simple no quieren abandonar
completamente su estilo de vida, pero están buscando expandir lo que está
disponible para ellos. La forma de vida Intuye está en algún lugar entre Vida
Simple y lo que la mayoría de la gente que vive en Lakeside consideraría las
necesidades básicas.
—¿Alguno de los jóvenes de Vida Simple sabe sobre ganado vacuno? ¿Acerca
del ganado bovino? —preguntó Henry.
Steve asintió.
—Vacas lecheras. Caballos. Algunas ovejas y cabras. Pollos.
Simon se rascó detrás de una oreja. Ninguno de los humanos de los ranchos
entre Pradera de Oro y Bennett sobrevivieron a la ira de los Antiguos. Pero no todas
las casas y dependencias fueron destruidas, y los animales todavía estaban allí
afuera. Los Intuye que trabajaban en el rancho de Pradera de Oro no podían
manejar todo el ganado, además los humanos de Vida Simple que ocuparan los
ranchos vacíos no podían provocar a los Antiguos a otro ataque.
—Lo consideraremos.
Steve se estremeció.
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—No exactamente. Algo por el estilo. Si puedo tener una copia de la lista de
habilidades deseadas, le pediré a Lois Greene, la editora del Periódico de Isla
Grande, que imprima una página especial con la información, y veré que se
distribuya a la gente de Vida Simple así como a los Intuye en Desembarco del
Ferry. —Soltó un suspiro—. Deberías saber que he estado recibiendo algunas
preguntas de los asentamientos Intuye en el Medio Oeste preguntando si los
Terráneos van a permitir que las ciudades vacías sean reasentadas. Obviamente no
pueden venir aquí para una entrevista personal, pero es algo que los líderes
Terráneos deben tener en cuenta.
—Creo que todo el que está preguntando se da cuenta de que "vacío" significa
vacío de humanos, no vacío de otros seres —respondió Steve.
—Quiero saber más sobre esta feria de trabajo —dijo Tess—. Decirle a los
Intuye y a la gente de Vida Simple sobre el trabajo potencial en Bennett es una
cosa, pero la noticia se extenderá a los humanos por ahí, y ¿qué haremos con los
indeseables que piensan que tienen derecho a trabajar sin importarles si están
cualificados o no...? ¿O sin importarles si los Terráneos los quieren?
—Las personas que se han acercado a mí han estado pensando en esto por un
tiempo, —dijo Steve—. Tal vez han estado deseando un cambio por mucho más
tiempo, pero no vieron cómo lograrlo. Y tal vez esta es una oportunidad para
alguna de su gente también. ¿Hay alguien aquí que sea capaz de dirigir un negocio
pero seguirá siendo subordinado si él o ella permanece en Lakeside?
por los líderes en Bennett, por lo que existe la posibilidad de que una persona sea
devuelta a Isla Grande si no es adecuada.
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—Jean. —Steve pensó por un momento—. Ella tiene algunos problemas con
los animales de la granja -incluso dentro de las rutinas de cuidarlos, puede haber
demasiadas cosas diferentes- pero está logrando ayudar a Lorna Gardner a trabajar
en el huerto de la familia. Las cosas pueden florecer y las verduras pueden crecer
más grandes de la noche a la mañana, pero no se mueven alrededor, así que Jean
puede manejar el cambio. Lorna dice que a veces Jean se sienta y mira una planta
de calabacín por horas. Lorna no sabe por qué hace eso o lo que ve que el resto de
nosotros no, pero le da a Jean un poco de paz.
«Tengo que hablar con todos vosotros, salvo Barquero» dijo Elliot, usando la
forma Terránea de comunicación.
—Puede que no. O tal vez se dio cuenta de que el hermano era un peligro
para el grupo entero.
—La señora Twyla dijo que los humanos que trabajaron para nosotros en el
consulado no hicieron bien su trabajo, una opinión con la que estoy de acuerdo —
dijo Elliot—. Pero necesitamos personal de apoyo, sobre todo porque el agente
O'Sullivan también está trabajando fuera del consulado, así que me gustaría
acercarme a Katherine Debany, la madre del oficial Debany. La señora Twyla
piensa que sería una buena trabajadora y que tiene las habilidades necesarias.
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Así decidido, se separaron para ir a su propio trabajo. Pero Tess, Henry, Vlad
y Simon caminaron por el camino de acceso y cada uno de ellos miró la nueva
pantalla que permitía a Meg mantener abierta una de las puertas laterales sin
luchar contra los insectos durante todo el día. No se detuvieron, no miraron
fijamente, pero todos escucharon el tono de la voz de Steve mientras hablaba con
Meg.
*****
Dioses. No sabía si Simon o Vlad tenían alguna experiencia con ese tipo de
personalidad manipuladora, alguien que no hacía nada por nadie a menos que
fuera la única manera de conseguir algo para sí mismo. No sabía si tenían alguna
experiencia con un humano que tenía una astuta inteligencia callejera y una
absoluta convicción de que ninguna acción suya tendría consecuencias para él. Y si
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Pero parecía que iba a tener que tratar con su hermano. Su madre no iba a
soportar tonterías, pero pararse firme contra las adulaciones de Jimmy, los planes y
las mentiras flagrantes le costaría mucho trabajo; siempre fue así, incluso cuando
Jimmy era pequeño y sus mentiras y planes no tenían graves repercusiones. Y a
diferencia de Sierra, su madre comprendía que no podía ser descuidada con los
Otros.
—Por supuesto. —Meg abrió el paso para que Monty pudiera reunirse con
ella en la sala de clasificación. Cerró la puerta privada parcialmente, la mayor
privacidad que un hombre humano podía tener alrededor de Meg.
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—Hay algo que necesito saber —dijo Monty. Levantó una mano como si ella
hubiera buscado su navaja de plata—. No es lo suficientemente crucial como para
pedir un corte. Tenía la esperanza de que las cartas pudieran proporcionar alguna
orientación.
—Podría probar las cartas —dijo Meg finalmente. Abrió un cajón y sacó una
caja de madera tallada. Abrió la caja, sacó los mazos de cartas y las extendió sobre
la mesa de clasificación. Luego colocó las manos justo encima de las cartas—. ¿Cuál
es tu pregunta?
Meg cerró los ojos. Monty esperó. Entonces sus manos se movieron como si
estuviera buscando algo por el tacto. Ella eligió una carta, pero frunció el ceño y su
mano derecha siguió moviéndose sobre las cartas esparcidas sobre la mesa.
Finalmente escogió una segunda carta y suspiró, como si se liberara de un
malestar.
La primera carta mostraba una explosión. La segunda carta era una figura
con capucha sosteniendo una guadaña.
—Ayer saqué esa carta. —Meg señaló la explosión—. Hice una pregunta
sobre Lakeside, y esa fue la carta de acción.
Monty había aprendido bastante sobre cómo Meg usaba las cartas proféticas
para saber que usualmente seleccionaba una carta para una respuesta simple a una
pregunta y tres cartas para una respuesta compleja que requería sujeto, acción y
resultado. Sospechó que sacar dos cartas era inusual.
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—Cuando seleccionaste las cartas ayer, ¿cuál fue la carta de asunto que
precedió a la explosión?
— ¿Y el resultado?
—La señora Twyla llegó esta mañana. Ella lo mencionó también. Cyrus
James. Dijo que debía alejarme de él por lo que soy.
—Sí, así es. —Jimmy tenía un don para comenzar algo, apretando lo que
podía de él, y luego alejándose antes de que las cosas se estropearan y se
convirtieran en un verdadero problema. Empezar algo que implicaba a Meg no
sería un problema; sería letal.
Meg volvió a poner las cartas en la caja, formando pilas que encajaban en el
espacio, pero sin intentar poner las cubiertas juntas.
Monty esperó a que ella cerrara, y luego caminó con ella a la puerta de atrás
de Un pequeño Bocado. Simon no estaba allí todavía y Monty se sintió aliviado.
Todavía no estaba listo para charlar con Wolfgard.
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Primero hablaría con Kowalski y Debany, sería honesto con ellos sobre el
daño potencial que su hermano Jimmy podría hacer si llegara a Lakeside. Luego
hablaría con el Capitán Burke y el Agente O'Sullivan, les hablaría de las cartas que
Meg había sacado como respuesta a su pregunta. Y finalmente hablaría con Simon
sobre el hermano que obedecía la ley sólo cuando le convenía. Por supuesto, la ley
humana no se aplicaba en el Courtyard, y Monty ya sabía la dura elección que
tendría que hacer, si los Lobos perseguían a Jimmy.
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Vlad
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Tolya
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Querida Meg,
Tu amiga,
Esperanza Wolfsong
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Capítulo 4
Moonsday, 6 de Messis
—Tan pronto como sea posible. Tienen que volver a poner en marcha las
tiendas. Escribiré la carta de viaje esta noche.
—Quizá John debería esperar a tomar el tren durante un día o dos —dijo
Vlad—. Será más fácil si un grupo viaja todo junto, especialmente si hay gente de
Vida Simple entre los nuevos residentes de Bennett.
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*****
necesario trabajar en La Guía de las Profetas de la sangre, tal vez podrías trabajar con
Meg después del descanso del mediodía, ¿antes de que ella haga sus entregas?
Ruthie también estaría disponible entonces dado que los jóvenes humanos tienen
la escuela en las mañanas y son observados por otros adultos en las tardes.
—Ya. —Ella les dio otra sonrisa radiante—. Esto es genial. Realmente
grandioso. ¿Cuándo empiezo? ¿Puedo pedir libros?
Por otro lado, el color de su cabello y la cantidad de rizo eran claros indicios
del estado de ánimo de Tess. Si era de cualquier color, excepto marrón cuando se
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—Todavía tendrá Julia Hawkgard trabajando con ella, así como a Nadine
Fallacaro —dijo Simon—. Y tendrá a la Sierra para atender a los clientes y hacer
otros trabajos.
—No es lo mismo.
Vlad miró el arco vacío. Durante años habían trabajado con Tess sin saber lo
que era, más allá de que era una forma mortal de Terráneo. Saber que era una de
las formas raras -una Cosechadora, una Jinete de la plaga- no hacía que trabajar
con ella fuese más fácil. Era uno de los depredadores más feroces de Namid, no tan
letal como los Elementales o los Antiguos, pero más que una contendiente para la
mayoría de las formas cambiantes.
—Eso fue bastante bien —dijo Simon. Miró las grandes ventanas delanteras
de ABL—. Venga. Será mejor que nos preparemos para los humanos. Empiezan a
llegar.
—Recogeré el primer lote de solicitudes y los llevaré arriba para que las
revisemos —dijo Simon.
*****
Tess volvió la cabeza hacia Nadine Fallacaro pero no miró a la mujer. Cuando
Un pequeño Bocado servía a cualquier humano que iba a tomar una taza de café y un
sándwich o pastelería, le resultaba fácil tomar pequeños sorbos de su energía vital.
No lo suficiente para dañarlos, ni siquiera lo suficiente para ser notado por los
humanos, sobre todo por la mañana, cuando la cafeína del café enmascaraba el
poco extra de fatiga. Con todos los otros tipos de alimentos disponibles, esos
sorbos habían sido suficientes para sostenerla, más no para satisfacerla.
—Creo que esto podría ser ventajoso para las dos. —Nadine extendió una
carta.
Eso sería bueno si fuera cierto, pensó Tess mientras leía la carta.
—No entiendo. Conseguimos nuestros suministros de las granjas Intuye y
Terráneas.
—Eso hace el Courtyard; es verdad. Pero esos lugares envían una cantidad
acordada para proveer a los Terráneos que están aquí, no para todos los humanos
que ustedes ahora están permitiendo comprar en las tiendas de la Plaza Comercial.
Si usas los suministros para que yo pueda hacer cosas para Un pequeño Bocado, no
tendrás nada para usar en ningún otro lugar.
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— ¿Así que vas a usar la cocina aquí, pero compraré los productos horneados
como lo hacía cuando estuviste en un lugar aparte?
Sonaba como una forma de complicar algo que debía ser un intercambio
directo, pero si Nadine necesitaba hacer eso para seguir reglas humanas y
mantener su negocio, Tess podría trabajar con eso.
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algo antes de la próxima entrega de Nativos de la tierra, todavía habrá una manera
de comprar cosas.
Tess consideró todo lo que se había dicho. Nadine había pensado en esto.
¿Eva Denby o Twyla Montgomery habían estado pensando en esto también? ¿Qué
pasaba con la manada femenina de Meg?
—He oído que Twyla Montgomery quiere usar uno de los monoambientes.
Dado que los otros tres ya han sido tomados, no queda lugar para que Emily
Faire viva cuando comience a trabajar en la oficina médica de aquí. Tendré un
dormitorio extra cuando me mude a mi apartamento. Emily es bienvenida a usarlo.
Tess asintió con la cabeza. Caras frescas, aquí sólo por un día. Mientras les
servía comida y bebida, podía beber un poco de energía vital de cada uno de ellos.
*****
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Los Elementales que estaban observando el enjambre notaron esas cosas pero
no dijeron nada.
*****
Simon se preguntó cómo la gente de Vida Simple en Isla Grande pudo hacer
correr la voz a otras comunidades tan rápido. Quizás las comunidades de Vida
Simple tenían un teléfono para emergencias y alguien había llamado a otras
comunidades en la Región Nordeste para decirles que había trabajo potencial para
cualquiera que quisiera reasentarse en el Medio Oeste. Como fuera que lo hubieran
hecho, los jóvenes que hicieron el viaje a Isla Grande y luego viajaron en un
autobús a Lakeside para estas entrevistas, provenían de varias comunidades de
alrededor de los Lagos Feather y de las montañas de Addirondak. Había incluso
algunos de una comunidad en el Alto Norte en el otro lado del lago Tahki.
Nada olía mal en ninguno de estos hombres. Nada le erizaba la piel del lomo.
Nada de ellos tampoco le preocupaba a Vlad. Estaban dispuestos, incluso ansiosos,
a trabajar y a tener una aventura.
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No había nada de malo con las cinco mujeres que también se anotaron para
trabajar en ranchos, aunque, a diferencia de los hombres, tenían preguntas.
¿Tenían las granjas una vaca lechera para suministrar leche? ¿Había pollos para
huevos y carne? ¿Había ovejas para suministrar lana para hilar y tejer? ¿Qué
pasaba con las cabras?
¿Cómo iba a saberlo? Lo que había estado allí que no huyó o fue comido,
estaría allí cuando llegaran. En cuanto a los suministros y cualquier otra cosa que
se requería, tenían que arreglarlo con los residentes de Bennett y Pradera de Oro.
—No está mal para nuestro primer día —dijo Vlad cuando todos los
humanos felices subieron al autobús para regresar a Isla Grande y empacar sus
pertenencias e informar a sus familias que se dirigían al borde occidental del
Medio Oeste—. Veinticuatro hombres trabajarán en los ranchos y se ocuparán de
los caballos y el ganado, y cinco mujeres atenderán las casas del rancho y
cocinarán.
—Bueno, Tolya tendrá que resolverlo. —Vlad se echó a reír—. Podría acabar
con su propio peluche explosivo. —Paró de reír—. Nunca consideré que los
humanos de Vida Simple tuvieran peluches explosivos.
Simon pensó en la sonrisa que Merri Lee les había dado antes -el día en que
le contaron acerca de su promoción- y la sonrisa que iluminó el rostro de la mujer
de Vida Simple cuando le dijo que podía viajar a Bennett para la entrevista final. Sí.
Peluche explosivo—. Esa va a arrear algo, ya sea que tenga dos patas o cuatro.
Mejor para Tolya y todos los demás si le dan algunas vacas para mantenerla
ocupada y feliz.
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*****
Fue suficiente -junto con los ojos de Lobo que observaba cada movimiento
que hacía y cada respiro que tomaba- para aguantar el día. Había salido de la
oficina temprano para hacer sus entregas, volviendo al Complejo Verde mucho
antes de que el resto de los residentes terminaran su jornada laboral. Se había
sentado en la sala de verano, sin hacer nada más que escuchar a los pájaros
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gorjeando mientras viajaban por su propio día en una parte del Courtyard que, por
el momento, estaba libre de Halcones.
—Me gusta la carne de vaca más que la de bisonte —le aseguró Meg.
La mano de Simon bajó sobre la cabeza de Sam tan rápido, que el chico no
tuvo tiempo de vacilar, y mucho menos de evitar a su tío. No fue una bofetada o
un agarre, sólo el peso de la mano del líder que daba una advertencia,
manteniendo a un joven lejos de causar problemas.
Meg no oyó nada, pero estaba segura de que se estaba diciendo mucho entre
ellos usando la forma Terránea de comunicación. Entonces Simon quitó la mano, la
disciplina terminada.
Sam estaba sentado con la cabeza inclinada, el labio inferior temblando y las
manos en el regazo.
Meg miró a Simon, que volvió a comer su comida como si nada hubiera
pasado. Quería imitar el movimiento de Simon, poner su propia mano en la cabeza
de Sam, pasar los dedos por el pelo que era una mezcla de oro y gris de Lobo. Si
era piel o pelo, la coloración lo hacía peculiar. Según Jane, la sanadora Wolfgard, la
piel cambiaría a medida que Sam madurara, convirtiéndose más en un disparo gris
con color dorado, mejor para un cazador.
En privado, Meg esperaba que Sam conservara más del color dorado en su
forma humana. Todas las chicas se le abalanzarían, siempre y cuando no hablara
de sus preferencias de carne.
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Anne Bishop
Miradas ansiosas de Sam. Una mirada diferente de Simon. Más una pregunta:
¿Sam había arruinado su disfrute de la comida?
Como ella no quería que ésta fuera la única vez que comían juntos así, recogió
su hamburguesa y tomó otro bocado, esperando que su estómago se hubiera
asentado. Tragó saliva y codeó a Sam.
*****
86
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Viendo el entusiasmo de Sam rebotando, Simon unió sus dedos con los de
Meg y se dirigieron en la otra dirección. Dado que Blair lideraba la cacería cuando
la manada necesitaba carne, Simon no quería oír la opinión del ejecutor dominante
sobre un humano que prefería la carne de vaca sobre el venado. La carne vacuna
debía ser traída de las granjas que abastecían el Courtyard; el venado estaba
disponible al alcance de una pata.
Pero Simon se preguntó si sería el único Lobo que tendría una palabra
tranquila con Boone Hawkgard para asegurarse de que Meg recibía su parte de
cualquier carne de vaca que entrara en la carnicería.
—No.
— ¿Y los pulmones?
Ella no lo miraba, pero parecía interesada de una "Acabo de encontrar una gran
araña en mi zapato" manera.
—Somos Lobos, Meg. Comemos casi todo en un ciervo. Incluso los huesos.
Aunque muchas veces no nos comemos los más pequeños, porque podrían
astillarse y quedar atrapados en la garganta de alguno. Así que los trituramos con
una roca antes de comerlos.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—No te haría comer nada que no quisieras. —Además, los corazones y los
hígados de sus presas no eran artículos que se ofrecieran en la carnicería. Esos
manjares pertenecían a los Lobos.
Sólo esperaba que le hubiera dejado claro a Sam que Meg no apreciaría el
regalo de un trozo de corazón o hígado de venado. O los pulmones. O sesos. O la
lengua.
— ¿Me lo prometes?
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Una cosa no tiene nada que ver con la otra — murmuró Meg.
Pero no parecía segura, lo que le hizo reír de nuevo. Él elegiría comer sesos
sobre yogur cualquier día.
—No. Ya que tienen permiso para estar en la Plaza Comercial, los padres de
Michael se unirán a ellos y celebrarán la promoción de Merri Lee. —Meg miró a su
alrededor—. Vamos a tener algunas restricciones de comida, ¿verdad?
—Nada por lo que alguien tenga que aullar. —No tendrás hambre. Tampoco
Sam—. Es posible que no siempre tengamos alimentos que vengan de fuera del
Courtyard, y habrá límites en cuanto a lo que los humanos pueden comprar en las
tiendas aquí, pero estaremos bien.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Esos eran problemas para otro día. Esta noche, tenían helado.
Sam consiguió una bola de chocolate; Simon eligió la de fresa. Meg quería
vainilla, y Saltarín recibió una cucharada de vainilla en un tazón, que Simon llevó
afuera, ya que era el único entre ellos al que el Lobato no se atrevería a tratar de
golpear con el fin de obtener la golosina.
Eligieron un banco donde podían observar las idas y venidas de todos los
demás que se habían aventurado a la Plaza Comercial. Simon puso el plato en el
suelo y observó cómo se escapaba por el camino y eso era en respuesta a la
entusiasta lamida de Saltarín.
Entonces el tazón se dirigió hacia ellos. Meg hizo una V con los pies y el
cuenco se metió en el espacio.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Saltarín miró hacia arriba, gruñendo porque alguien más estaba reclamando
su golosina. Simon mostró sus dientes y notó que Sam hacía lo mismo. Pero
Saltarín no les prestó atención; sus ojos se centraron en Meg.
Simon volvió su atención hacia su propio cono, atrapando los goteos. Sam
también se centró en su cono. Entonces Meg aspiró un suspiro y la miraron.
Sam miró a Saltarín, quien le dio una lamida al tobillo de Meg antes de
regresar al último trozo de helado. Miró a Simon y sonrió.
Simon le dirigió una sonrisa al cachorro y luego apartó la vista antes de que
Meg se diera cuenta. Ella tenía una relación especial con Sam. Porque era una
Casandra de sangre, no se sentía como presa, no olía a presa. Eso les había
confundido a todos cuando apareció para trabajar en el Courtyard, especialmente a
él. Pero esa diferencia había despertado la curiosidad de Sam, sacando al cachorro
del trauma de la muerte de su madre. Meg era como una hermana mayor que era
sabia y sin cerebro al mismo tiempo.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Tengo que irme, —dijo Simon, viendo a Blair y Nathan dirigiéndose hacia
Meg.
Cuando Simon regresó con Meg, Vlad se había unido a ellos, pero Sam y
Saltarín se habían escapado para olfatear todos los olores nuevos e interesantes.
—Si quieres deshacerte de tus ropas y pasar a Lobo, puedo dejar toda la ropa
de camino a casa. —le ofreció Vlad.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Meg y yo caminaremos a casa, así que puedes usar su Bow —dijo Simon.
Con eso resuelto, Simon sonrió y se volvió a Meg, esperando pasar algún
tiempo a solas con ella después de un día ocupado con tantos extraños humanos.
Entonces su sonrisa se desvaneció y él miró para ver quién había captado su
atención.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
No era una amenaza, decidió mientras sus dedos se apretaban en los de Meg,
luego se relajó. Esta era sólo otra residente del Courtyard disfrutando de una
noche de verano.
Aire cabalgaba sobre Niebla, no en el poni con las piernas regordetas, sino en
el elegante y peligroso caballo. La Elemental les sonrió mientras pasaba, y
Niebla...hizo niebla
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 5
Windsday 8 de Messis
Esos humanos adicionales parecían ser el punto de inflexión para que Meg
sobrecargara su capacidad de soportar el futuro de tanta gente pinchando y
zumbando bajo su piel. Por eso, Simon ya había decidido que no iba a ir a la
Oficina del Enlace hoy, y ya sabía que no podía quedarse sola con la navaja de
plata.
—Para. — La voz de Meg fue apenas audible, incluso para la audición aguda
del Lobo.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Estamos casi...
Jenni Crowgard voló sobre él, luego se giró y voló hacia él.
«¿Qué hay de malo con nuestra Meg?»
—Lo sé —le respondió, sujetándola contra él, el único consuelo que sabía dar
ahora mismo—. Lo sé.
Oyó que Jenni seguía gritando una advertencia, escuchó a Cuervos responder
y oyó a un par de Lobos responder también.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—¿De qué se trata todo esto? —preguntó Jester. Tenía manchas de piel en el
torso y los brazos, indicando su prisa en cambiar a su forma humana después de
correr hacia arriba desde el Establo Poni. Afortunadamente, el Coyote estaba
oculto por el cuerpo de Niebla, por lo que Meg no se daría cuenta de que estaba
desnudo—. ¿Meg, no quieres pasar la mañana con nosotros en el Establo Poni?
Maldito Coyote, pensó Simon cuando todos los ponis trataron de aglomerarse
un poco más como para alentar la respuesta correcta.
—Tú. Yo. Los ponis. Todos sensatos y alejados del caos de la Plaza Comercial
—dijo Jester—. Simon ya hizo arreglos para que el correo se trajera aquí para que
puedas ordenarlo y los ponis pueden hacer las entregas. —Miró a Simon—. ¿No se
lo dijiste?
agradables. —Por otro lado, él se había preocupado por la reacción de Meg ante la
feria de trabajo y sólo echó un vistazo a un par de los libros de besos que todavía
tenían en stock, por lo que podría haberse perdido la parte que le habría dicho que
esto era lo que solía suceder cuando un hombre trataba de darle a una mujer una
agradable sorpresa.
—Sí. Iba a dejarte antes de ir a Aullidos, Buena Lectura para tratar con el último
grupo de humanos—. Realmente quería que alguien fuera inapropiado hoy y darle
una excusa para tomar un bocado o dos.
—¿Caw?
«Meg está bien», dijo. Esperaba que Jenni pasara ese mensaje.
Ella parpadeó. Sus ojos se abrieron de par en par cuando finalmente tomó
conciencia de cómo habían reaccionado a su ataque de pánico. Ella asintió.
Le dio un ligero apretón en la cintura para decirle que la había oído. Luego la
dejó ir y miró como los Elementales, encabezados por el Fuego y Verano, más los
ponis escoltaban a Meg al Bow y luego al Establo Poni.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
«Meg estará bien». Corrió, pasando a Meg ya sus acompañantes para llegar
primero al Establo Poni.
Simon se volvió hacia Erebus y notó que Blair estaba al lado de la carretera,
observando a Meg. Entonces el ejecutor dominante cambió a humano y se unió a
Simon y a los Sanguinati.
— ¿Por qué la sangre dulce está tan trastornada hoy? —preguntó Erebus.
Antes de que Simon pudiera decidir la mejor manera de responder, Blair dijo:
—Me preguntaba lo mismo. ¿Por qué Meg está más molesta hoy?
Vlad no se lo había dicho. Pero eso explicaba por qué el co-gestor de ABL
quería que la puerta trasera de la tienda estuviera cerrada durante el día. Los
humanos podían ser tan curiosos como los Cuervos, así que una puerta
desbloqueada podría ser la mejor cosa siguiente a una invitación para entrar y
mirar alrededor.
Vlad y Blair probablemente sintieron que no necesitaba saber sobre cosas que ya
habían tratado.
—Voy a poner caballetes para que sea más difícil que alguien se escabulla por
el camino de acceso, y Nathan y Jake Crowgard se encargarán de la Oficina del
Enlace —continuó Blair—. Marie Hawkgard va a vigilar la puerta entre los
estacionamientos. Cualquier humano que trate de entrar de esa manera obtendrá
lo que ella quiera dar.
Maldita sea. Necesitaba algo de comer antes de que empezara a hablar con
todos esos humanos.
Simon pensó en Meg y en las cartas proféticas que indicaban que los problemas
venían. Pero ¿y si el problema ya estaba ahí y no tenía ninguna relación con la
manada del Teniente Montgomery, a pesar de las preocupaciones de Montgomery
sobre su hermano?
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Sería tan fácil para un enemigo potencial mezclarse con el resto de los
humanos que tenían una razón legítima para estar en el Courtyard hoy.
«¿Jenni?», Llamó, escudriñando los árboles hasta que vio al Cuervo. «¿Starr y
tú van a estar trabajando en Chucherías y brillantes hoy?»
«Quizás»
—¿Crees que ese Jack Fillmore podría intentar ir a por Theral? —preguntó
Blair, un parpadeo de rojo en sus ojos ámbar.
—Es posible que él fuera el humano que Nathan acechó ayer —respondió
Simon—. Con tantos humanos desconocidos moviéndose alrededor, sería un buen
momento para ello.
—¿Crees que eso es lo que está sintiendo la sangre dulce? —preguntó Erebus.
101
Grabado en el hueso
Anne Bishop
*****
Meg vio a Jester mientras hacía una almohadilla para cubrir un fardo de
heno. Una vez satisfecho, la invitó a sentarse.
Sacudió la cabeza.
—Saltarín.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Todas mis amigas pueden hacer su trabajo, incluso con la feria de trabajo
en marcha —Meg murmuró, sin encontrar sus ojos—. No quería ser diferente.
—No quiero ser la que no puede hacer frente a algo que es fácil para todos los
demás.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—No se van a cortar para liberar algunos de los nidos de profecías que estén
zumbando bajo la piel. Pueden preguntarse qué les deparar el futuro a esos
humanos, pero no se van a lastimar a sí mismos para averiguarlo. —Jester se echó
hacia atrás un poco—. ¿No quieres ser diferente? Entiendo eso. Soy el único Coyote
aquí en un Courtyard controlado por Lobos. No es peligroso para mí estar aquí
como si fuera un coyote regular enredado con una manada de lobos, pero estoy
solo aquí.
— ¿Querrías que fuera diferente, que hubiera alguien más como tú? ¿O te
gustaría ser como otro grupo de Terráneos, que encajara mejor con ellos?
—Ser único puede tener ventajas. Cuidar de los ponis y tratar con las chicas
del lago no está exento de riesgo, y no podría haber tomado ese riesgo si hubiera
habido otro Coyotegard aquí para trabajar con él como parte de una manada.
Probablemente no habría vivido en el Complejo Verde con Lobos y Sanguinati y
un Oso Pardo, por no hablar de Tess. Pero yo soy el único Coyote en este
Courtyard, y he podido meter la nariz en todo tipo de cosas que mi tipo
normalmente no ve.
Ella rió.
104
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Salió fuera. Meg se sentó en el fardo de heno, escuchando a Jester hablar con
los ponis.
¿Había estado tratando de probar que podía ser diferente y, sin embargo,
igual que los demás humanos?
Está bien, así que no podía volar. Pero era la que podía decirle a sus amigos
cuándo permanecer en el suelo porque había una tormenta en camino.
*****
No fue otra cosa más que educada desde que se sentó frente al escritorio para
la última parte de la entrevista de trabajo, pero le recordó a un pequeño
depredador que creía que era más grande y más feroz que cualquier otra cosa y
lograba que los depredadores más grandes también lo creyeran.
Una de sus manos alisó la falda, el primer signo de nervios que mostraba.
Pero sus ojos mostraban una pizca de ira, no nervios.
106
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—¿Te das cuenta de que el trabajo está en una ciudad en el Medio Oeste, que
está bajo el control de los Terráneos?
La Jana asintió.
—Antes de que te envíe a Bennett para hablar con Tolya Sanguinati y Virgil
Wolfgard, quiero que la policía confirme tus habilidades. —Eso no la hizo feliz, así
que añadió—: ¿Sabes montar a caballo?
Él y Vlad habían acordado que era mejor enviar a todos los candidatos de
trabajo en dos trenes para que nadie viajara solo. Tendría que pellizcar a unas
pocas personas para que la Jana llegara al segundo tren.
Simon trató de mantener sus orejas sin cambiar a Lobo para mostrar interés.
El oficial Debany se quejaba de la falta de noticias de su hermana. Con tantos
humanos migrando a Bennett, otras familias estarían murmurando también. Tal
vez tener a alguien como la Jana escribiendo observaciones, cualesquiera que
fueran, que pudieran publicarse en el boletín del Courtyard o en el periódico de
Isla Grande haría que los humanos que se quedaban se sintieran más tranquilos
por los que se iban. Algo para discutir con Vlad antes de pasar la información a
Tolya.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
En el momento en que Vlad confirmó que la Jana había dejado Aullidos, Buena
Lectura, Simon llamó al Capitán Burke, pidiéndole que fuera al Courtyard.
*****
—Puede ser, pero aún así no puedo contratarla. —Aunque si los Otros
estaban tan dispuestos a tener a una oficial de policía trabajando con ellos, tal vez
el nuevo Alcalde y el Comisionado de policía estarían dispuestos a flexionar las
reglas, lo que sentaría un precedente para otras mujeres que quisieran entrar en el
trabajo policial activo. La contratación de la Sra. Paniccia también resolvería el
problema de encontrar un socio para el Oficial Debany.
Joder.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Virgil tendrá más problemas con que sea humana, pero Tolya piensa que
necesitan a un humano para ayudar a mantener la paz.
De repente, pudo ver el valor de tener a una oficial de policía humana para
equilibrar la reacción agresiva de un Lobo macho cuando se trataba de humanos
que perturbaban la paz.
—¿Puede probarla mañana? Si ella califica, puede ir con los otros que están
saliendo en el tren al día siguiente.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Burke leyó el mensaje y se echó a reír. Bueno, eso explicaba por qué Debany
parecía un poco avergonzado estos últimos días cuando alguien le preguntaba por
su hermana.
—Una vez que la Jana llegue a Bennett, Barbara Ellen tendrá una compañera
de habitación con un arma. Ella estará a salvo de los machos no deseados, así que
el oficial Debany ya no necesita preocuparse.
Mensaje recibido.
—He oído que Katherine Debany trabajará para Elliot Wolfgard.
—Sí. Empieza mañana. La señora Twyla también trabajará allí por las
mañanas, ayudando con los archivos. —Simon sonrió, mostrando un canino que
era un poco demasiado largo para ser de humano—. Ambos miraron los archivos
esta mañana. Elliot dijo que nunca ha oído a un humano decir tanto con sólo hacer
tsk.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Bajó las escaleras y pasó unos minutos mirando los libros de la mesa de
exhibición, finalmente seleccionó un thriller de un escritor Terráneo y una historia
de un autor humano que estaba en una ciudad fronteriza de hace cien años. Tenía
la sensación de que vivir en Bennett iba a estar en algún lugar entre los dos.
Pagó los libros y luego volvió a la estación de la calle Chestnut para informar
al Teniente Montgomery de que él y su equipo estarían ayudando a revisar las
calificaciones de una joven que iba a usar una insignia, llevar una pistola... Y
montar a caballo.
*****
Entonces un Lobo aulló. ¿Acaso el primer cazador humano había hecho sonar
una alarma después de todo?
Era una sola voz, pero sería suficiente para despertar al grupo. A ambas
manadas.
Quedaron decepcionados por no haber encontrado las delicias, pero aún así
satisfechos por la reacción de ambos tipos de cazadores a una amenaza potencial.
Retirándose al lugar del Courtyard que habían elegido para su descanso,
consideraron lo que habían aprendido y decidieron que era hora de que el Lobo y
el Oso Pardo supieran que estaban allí.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Querido Douglas:
Todo lo que hemos oído acerca del Bloque Romano son sólo
fragmentos de información procedentes de personas que viven de la
pesca y la agricultura en los asentamientos del país salvaje y han
intercambiado bienes con Brittania por generaciones. Y su
información proviene de rumores de pueblos fronterizos que se
salvaron de la fuerza total de los ataques.
cada nación está dividida del resto por las venas anchas del país
salvaje. Se dice que la tierra no tiene aspecto diferente, todavía
hay caminos y granjas y pueblos humanos, pero se siente diferente.
Peligroso. Las personas que viven en las granjas y en los pueblos
afirman que son lo suficientemente seguras durante el día, pero
los extraños que tratan de cruzar esa tierra rara vez sobreviven.
Y nadie está a salvo en la oscuridad.
Shady
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 6
Thaisday, 9 de Messis
Meg puso su bolsa en la parte posterior del Bow, luego dio un paso atrás y
sonrió a Simon.
—Quiero caminar al trabajo.
—Es por eso que necesitas conducir el Bow. —Bueno, eso no era del todo
cierto. Incluso en forma humana, Simon fácilmente podía caminar a la Plaza
Comercial y llegar a Aullidos, Buena Lectura con mucho tiempo para sus reuniones
tempranas. Pero no podría llegar a tiempo si mantenía el paso de ella—. Quiero ver
la huerta y ver qué verduras podemos recoger, y quiero moverme sola esta
mañana.
Suspiró, un sonido que contenía tanta decepción que Meg casi cedió. Le
gustaba ir a trabajar con Simon, le gustaba el compañerismo. Pero no quería llegar
temprano a la Oficina del Enlace y no quería a nadie con ella cuando se acercara a
la Plaza Comercial, por si acaso todo lo que había provocado su angustia ayer
todavía estuviera allí. La feria de trabajo había terminado, por lo que debería estar
bien, pero Simon estaría descontento si tuviera otro ataque de pánico, y no quería
que se distrajera de ayudar a los demás que esperaban una decisión sobre si iban a
ir a Bennett.
—Estaré bien, Simon. —Como él continuaba de pie al lado del Bow, agregó—.
Te haré saber tan pronto como llegue a la oficina.
¿Qué harían Merri Lee o Ruth para convencer a un varón de que siguiera con sus
planes?
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Él le pasó una mano por su cabello corto y negro y le dio una ligera rascadita
detrás de la oreja. Luego se metió en el Bow y se alejó.
¿Qué es eso?
Un par de días atrás, había asustado a un conejo joven que pastoreaba cerca
del huerto. No quiso hacerlo; no lo había visto. Pero cuando se movió, arrastraba
una pata trasera. ¿Habría sido golpeado por un coche? Los complejos no estaban
construidos cerca de las calles de la ciudad, pero los animales cruzaban las calles
buscando comida. Julia Hawkgard dijo que su presa muerta se encontraba a
menudo en la hierba junto a la Avenida del Parque: animales que se movían del
parque al Courtyard o del Courtyard al parque. Pero la Avenida del Parque estaba
al otro lado del Courtyard. Un conejo lesionado no cruzaría toda esa tierra.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
— ¿Crees que Simon...? — Él comía conejitos. Igual que Sam. Igual que todos
sus vecinos, excepto Tess y Vlad, y no estaba segura de que no lo hubieran hecho.
Hasta ella había comido conejo unas cuantas veces. Pero estaba preparado. Y nada
en su plato se parecía a eso.
— ¿Cómo lo sabes?
—Tenía una pata herida —dijo Meg cuando llegaron a la carretera principal
del Courtyard y empezaron a caminar hacia la Plaza Comercial.
—Toda la carne salta o corre o vuela antes de que se convierta en carne —dijo
Henry—. Esa es la ley de la vida.
Ella asintió. Esa era la ley de la vida. Pero la verdad en bruto era un poco más
difícil de aceptar.
*****
—Ya lo hice —dijo Henry—. Pero eso parece que fue comido donde fue
atrapado.
—No hay... —Simon miró la caja recogida en la estación de tren temprano esa
mañana. Por supuesto, no había hecho más que echar un vistazo a los libros que
Jesse Walker había enviado para su revisión y no tenía ni idea de si eran
emocionantes thrillers de misterio con muchas historias de escalofriantes cacerías.
Bueno, si los libros asustaban a Meg y ella le daba patadas por malos sueños, no
podía gruñir a nadie más que a sí mismo.
La puerta trasera de la Oficina del Enlace estaba cerrada con llave. Había
esperado eso. Lo que no esperaba era oír un paso en la escalera por encima de él y
ver a Greg O'Sullivan mirándole, con una mano en el arma de servicio que llevaba
el agente de la GTI.
—Señor Wolfgard. —La mano de O'Sullivan se alejó del arma. Bajó las
escaleras, sus pasos rápidos y ligeros—. No sabía que era usted.
Simon miró al agente. Nadine Fallacaro y Eva Denby dijeron que la segunda
habitación por encima de la oficina era similar a una habitación de hotel, con el
beneficio de una pequeña nevera para guardar bebidas frías o aperitivos.
O'Sullivan se había mostrado feliz de convertirse en inquilino, diciendo que era
más seguro que una habitación de hotel normal, y que podía dejar artículos
personales allí cuando necesitaba viajar de regreso a Hubbney y reportarse al
Gobernador Hannigan.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—No, pero escuche decir que durante la feria de trabajo, unas cuantas
personas estuvieron husmeando por donde no debían... y creí escuchar a alguien
maniobrar la puerta trasera anoche. Sólo quería asegurarme de que nadie tratara
de molestar a la Sra. Corbyn.
Simon no los había visto, había estado demasiado ocupado tratando con seres
humanos para siquiera sentir su presencia o capturar su olor. Pero Kowalski llamó
a Blair ayer por la noche, y después de que el ejecutor dominante hubiera olfateado
la tierra alrededor de la guarida de Kowalski y de Ruthie esta mañana, Blair le dijo
a Simon que dos Antiguos habían regresado a Lakeside. Ésa era la razón por la que
le pidió a Henry que se demorase en ir a la Plaza Comercial, para que Meg no
estuviera caminando sola. Y era por eso que Henry estaba allí cuando Meg
encontró la columna vertebral del conejo.
No estaba listo para discutir eso con los humanos, así que cambió de tema.
—Katherine Debany está comenzando su nuevo trabajo en el consulado.
—La conocí ayer —dijo O'Sullivan—. Y la señora Twyla —se frotó la nuca—.
Me hizo sentir como si estuviera siendo escudriñado por dos tías estrictas pero
cariñosas. Revisé todos los cajones en el escritorio que estoy usando para
asegurarme de que no había nada que me pudiera meter en problemas. Tengo la
sensación de que esas dos han oído la defensa de "no es mío" muchas veces para
creerlo.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Simon abrió la puerta trasera de la Oficina del Enlace, entró y oyó que algo
hacía un rítmico sonido de golpe, golpe, golpe en la madera.
— ¿Meg?
Meg dio otro golpe en la mesa de clasificación. Simon se acercó a la mesa con
cautela y colocó la caja en una esquina.
—¿Meg?
Ella le gruñó. Parecía tan feroz como un cachorro. Quería darle un par de
lamidas y encontrar un juguete. Si pudieran jugar durante unos minutos, se
olvidaría del conejito.
No, no lo haría. Meg no era un cachorro y no se olvidaba de algo una vez que
lo había visto. Al menos, no se olvidaba de algo que había visto a menos que
estuviera velada por la euforia producida por el corte.
No le gustó ese pensamiento, así que tomó la caja y la puso delante de ella.
—Cuando termines con el correo, necesito un favor.
Era una lástima que Meg no pudiera mover sus orejas para mostrar interés.
Sin duda parecía que ella quería hacerlo.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Más bien thrillers, creo. —Simon dio golpecitos en la caja—. Jesse Walker
dice que a los Intuye les gustan estas historias, pero quiero saber si crees que las
historias atraerían a los Terráneos y a la manada humana.
Él asintió, observándola. De pronto se le ocurrió que esto era algo nuevo, algo
que no formaba parte de la rutina de Meg. ¿Le molestaría? No, parecía intrigada.
*****
1
Estilo cozy Crowgard: En el original “Cozy Crowgard” hace referencia a una especie de género literario, cozy
tiene muchas acepciones (confortable, intimo, amigable, cálido etc.) no encontramos una definición que nos
conformara y como en español se usa hablar de un “estilo cozy” lo dejamos tal cual agregando la palabra
estilo para que quedara más claro que se refieren a un genero en particular.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Esperar siempre es difícil —dijo. Y lo más difícil para él, para Burke,
incluso para Kowalski y Debany, era preguntarse si enviarían a una oficial joven y
mujer demasiado lejos en lo desconocido, donde su nuevo jefe la aceptaría o se la
comería.
—Es brutal. —Jana miró hacia el arco que conducía a Aullidos, Buena Lectura.
—Ir a Bennett es una gran decisión. No será como cualquier cosa que hayas
conocido. Ciertamente, no será como vivir en Lakeside. —Aunque eso era cierto,
Monty se preguntó si la ciudad sería dirigida como un Courtyard con un distrito
de negocios más grande.
—Bueno no. Quería ser el sheriff, y en mis versiones de las historias, la mujer
decidida era mi hermana o prima. A veces el cautivo era un hermano que nunca
había hecho otra cosa con una sartén en su vida, y a veces era un hermano que
quería tener un restaurante algún día y realmente sabía cómo recorrer la cocina.
vivirás si Tolya siente que eres conveniente para ser ayudante de sheriff en
Bennett. Barbara Ellen, la hermana del oficial Debany, está dispuesta a compartir la
casa con otra mujer. A medida que las casas se limpian y se ponen a disposición,
Tolya quiere que los residentes permanentes se muden del hotel para dar cabida a
trabajadores temporales y viajeros. Si no te gusta la casa o no quieres compartir,
puedes quedarte en el hotel por un tiempo.
—Tener una compañera sería genial —dijo Jana, agarrando ambos sobres.
Monty le entregó las servilletas de papel que estaban sobre la mesa. Se secó
los ojos y se sonó la nariz.
—Lo haré.
Burke se alejó de la mesa. Monty empujó su silla hacia atrás, listo para volver
a sus deberes. Cuando Jenni Crowgard corrió hacia la mesa, ambos dudaron.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Mucha emoción invertida en esto, pensó Monty mientras veía las plumas
aparecer en el pelo largo y negro de Jenni.
Jana miró las plumas, luego, con esfuerzo, se concentró en el rostro de Jenni.
—Sí, voy a Bennett. Prometí escribir a Merri Lee, pero no tengo ninguna
amiga Crowgard, así que me gustaría escribirte.
Jana miró por el pasillo que conducía a la puerta trasera, luego miró a Monty
y a Burke.
—Más, creo.
125
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Lo haré.
Tess se unió a ellos, dándole a Monty y a Burke nada más que una mirada
antes de concentrarse en Jana.
—¿Estás lista para ir?
—Lo estoy.
La conocida voz masculina, una voz que Monty había esperado no escuchar
en persona, a pesar de lo que Meg había visto en las cartas proféticas y lo que su
madre le contó, fue como un golpe de martillo en el pecho.
—¿Teniente? —La voz de Burke fue apenas audible pero una advertencia no
obstante—. ¿Lo conoce?
Monty miró a Tess y sintió una oleada de mareo. Algo mal con su rostro.
Algo...
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Anne Bishop
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 7
Thaisday, 9 de Messis
Trueno se dio la vuelta hasta llegar al final de la fila, ya que Meg no repartiría
el regalo del día hasta que se ocupara de todo el correo, Rayo se acercó para recibir
las cartas que entregaría.
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Anne Bishop
Cuando le dio al último poni, Remolino, los libros que Verano y Tierra habían
solicitado, y todos recibieron su golosina de trozos de zanahoria, Meg entró en el
baño para lavarse las manos. El correo estaba todo clasificado. No había paquetes
para dejar de lado para las entregas de la tarde. Sólo esa caja de libros de Jesse
Walker. A menos que llegara una entrega, no tenía nada que hacer hasta el
descanso del mediodía. Podía seleccionar uno de los libros y leer un capítulo o dos.
Frunciendo el ceño, Meg se frotó la piel con cuidado y luego miró más de
cerca. No había cortes ni lesiones de ningún tipo. No que ella pudiera ver de todos
modos. La piel no le dolía cuando la frotaba. Pero el codo le dolía, débilmente. Y la
piel palpitaba, débilmente.
Dejó el cuarto de baño, pasó por la sala de clasificación, miró la caja y casi se
encogió de hombros ante la extraña sensación en su codo. ¿Si ella decía algo,
cuánto trastorno podría causar? Pero si no decía nada y la extraña sensación era
una advertencia de problemas...
Abrió el cajón que contenía la caja de madera de las cartas proféticas. Puso la
caja en el mostrador, abrió la tapa y colocó las yemas de los dedos en las cartas.
Probablemente no obtendría una respuesta precisa si no extendía las cartas en la
mesa. Si las dejaba en la caja, sería más difícil encontrar la correcta. Era el momento
de mirar todas y empezar a descartar las que tenían imágenes que podrían ser
representadas por una sola carta cuando el mazo Trailblazer fuera creado.
¿Y cuántas veces iba a decir que debía hacerlo antes de que empezara a
hacerlo?
¿No había visto un artículo en una revista recientemente acerca de cómo dejar
de posponer las cosas? Tal vez debería encontrar ese artículo y leerlo de nuevo.
Por ahora, haría una pregunta y seleccionaría una carta como respuesta.
¿Por qué me duele el codo? ¿Por qué me duele el codo? ¿Por qué...?
Explosión. Había sacado esa carta cuando preguntó por sus amigos en el
Courtyard y cuando el Teniente Montgomery preguntó por su hermano Cyrus,
también conocido como Jimmy.
Meg guardó las cartas, luego apretó su mano contra el bolsillo de sus capris,
sintiendo la forma de la navaja de plata. Pero el zumbido, la punzante sensación de
hormigueo se había ido, sin darle indicación de dónde debía cortar para encontrar
esta profecía en particular.
Su codo dolía otra vez, pero no de una manera que indicara profecía.
—Meg.
La palabra gruñida fue una advertencia. Si Nathan estaba tan enfadado por lo
que había pensado que era una pequeña pregunta, no quería considerar cómo
reaccionaría Blair.
No sabía por qué le dolía el codo, pero sabía que sería inútil hacerse un corte
ahora. Los acontecimientos que había visto profetizados en las cartas ya habían
comenzado.
*****
Esta era la razón por la que habían llegado a Lakeside. Éste era el tipo de ser
humano que necesitaban observar antes de que los humanos emigrantes volvieran
a los lugares que los dientes y las garras de Namid recuperaron para los Terráneos.
Y necesitaban asegurarse de que el macho permaneciera al alcance del Courtyard.
«Lobo»
*****
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Anne Bishop
Tal vez eso no era tan extraño. La llegada de Meg al Courtyard había
cambiado todo tipo de cosas, incluyendo el cambio de empleadas femeninas,
presas no comibles, a una manada femenina que fue acogida con cierto grado de
precaución. Y con la manada femenina vino la conexión con la manada de la
policía. Así que una sola persona podría crear muchos cambios.
Ahora estaba mirando a otro humano que instintivamente sabía que tenía el
potencial de causar problemas para los Terráneos. ¿Pero cómo? Este hombre estaba
relacionado con la señora Twyla y el Teniente Montgomery, que eran buenos
humanos, pero ambos se habían preocupado por lo que podría suceder si este
miembro de su familia llegara a Lakeside. Y Meg había visto problemas cuando
sacó las cartas proféticas. No sólo problemas; una explosión, que no era una cosa
pequeña.
Y sin embargo, no podía ver la amenaza, no podía explicar por qué quería
alejar a este hombre de Meg, Sam y todos los demás del Courtyard. Así que
observó cómo la señora Twyla y la Sierra entraban en la cafetería, seguidas por
Kowalski y Debany, que estaban en uniforme. La señora Twyla parecía severa, lista
para chasquear a un cachorro con mal comportamiento. La Sierra, por otra parte,
parecía lista para volverse y ofrecer su vientre en sumisión.
Simon miró a Nadine Fallacaro. Ella no. Ella estaba indicando claramente que
quería expulsar a ese Cyrus de su territorio. Bien. Y Kowalski y Debany no fingían
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Anne Bishop
que habían ido a buscar comida o café. Estaban observando, esperando órdenes.
Manada de ejecutores. Eso también era bueno.
«Lobo»
Había estado esperando esta convocatoria desde que Blair le dijo que habían
regresado, pero aún así Simon se encogió ante el sonido de esa voz.
«Ahora regreso» le dijo a Vlad. «No dejes que ese Cyrus se vaya»
«Lobo»
vidrio y desgarrar la carne, y tenía una cabeza que pertenecía a algún antiguo
depredador. Tal vez estar en posición vertical no era un intento de parecer
humano. Quizás era simplemente una de las formas antiguas que nadie recordaba.
La hembra era una especie de felino, pero era mucho más grande que Henry en su
forma de Oso Pardo.
¿Eran éstos los Antiguos que habían estado aquí durante la tormenta que
atravesó Lakeside? ¿Eran ellos los que habían consumido las galletas de Lobo que
Meg guardaba en la oficina para Nathan y Saltarín?
«Los Cuervos nos contaron sobre la feria de trabajo y les dijimos a los
Antiguos cuando preguntaron sobre el enjambre humano» respondió Aire.
Simon no podía verla, -no había elegido tomar una forma visible- pero la oía
muy bien. Y se preguntó qué significaba que las chicas del lago conocieran la feria
del trabajo. Bajo las mejores circunstancias, que los humanos llamaran la atención
de los Antiguos o los Elementales era una mala idea. O una buena idea, ya que los
humanos rara vez sobrevivían.
Simon se tensó.
«Él es un tipo malo de humano. No lo queremos aquí»
Había algo mal con el hermano del Teniente Montgomery. Él lo sabía. Vlad lo
sabía. Henry y Tess lo sabían. Pero ¿podría alguno de ellos explicarlo?
«No», respondió Simon con reticencia. «No creo que este macho sea un gran
depredador humano, no como Nicholas Scratch y los humanos que lo siguieron.
Pero los humanos que conocen a este macho creen que causará problemas»
«¿Cómo?»
«Los nativos de la tierra más pequeños han dejado muchos lugares humanos
sin vigilancia» el macho dijo. «Ahora algunos de los dientes y las garras de Namid
deben permanecer lo suficientemente cerca de esos lugares para vigilar. Debemos
reconocer la diferencia entre un humano bueno y un humano malo. Debemos saber
lo que es una amenaza para los Terráneos y no se le puede permitir sobrevivir»
«Si este macho es una amenaza para tu manada, entonces su tipo de humano
será una amenaza para los Terráneos en otros lugares», dijo la hembra. «Los
Antiguos no permitirán que los humanos emigren a través del país salvaje y hagan
guarida en los lugares recuperados si no podemos reconocer los que son
peligrosos. Acá vieron muchos humanos que no son miembros de tu grupo y no
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aullaron la Canción de la Batalla. Debemos saber por qué este es malo, por qué
debe ser expulsado»
«¿Y si no está cerca para que lo vean?» preguntó Simon, sintiendo una trampa
cerca de él.
¿Cuánto de lo humano mantendrían los Terráneos? Sabía que era arriesgado dejar
que ese Cyrus se quedara tan cerca de su Meg. Pero si Simon le contara lo que
estaba en juego, Meg insistiría en correr el riesgo. No querría ser la que detuviera a
una humana como la Jana Paniccia de tener una elección sobre el trabajo que podía
hacer y dónde podía vivir. No podía pedirle a Meg llevar ese peso, no cuando era
la Trailblazer que estaba buscando maneras de ayudar al resto de las Casandra de
sangre a sobrevivir.
Pero él seguía siendo el líder de este Courtyard. Si iba a hacer esto por los
Antiguos, sería en sus términos. No iba a tomar riesgos innecesarios con Meg o Sam
o el resto de su manada. De su manada entera.
Sintió que los Antiguos se hinchaban de ira. Eran los dientes y las garras de
Namid. No estaban acostumbrados a tener a nadie salvo el mundo diciéndoles qué
hacer.
«Otra cosa» dijo Simon. «Algunos de los humanos que emigran a Bennett
salieron de Lakeside esta mañana. Algunos se van mañana. Tienen que decirle al
resto de los Antiguos que estos humanos están migrando con nuestro permiso y no
serán dañados. El Courtyard de Lakeside no ayudará a menos que ustedes lo
prometan»
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Tierra sonrió.
«Podríamos despertar a Invierno y ver lo que opina»
*****
—¿Qué haces aquí, Jimmy? —preguntó Monty. Dioses, este era el peor lugar
posible para tener una reunión familiar. Lo suficientemente malo como para que
además sus hombres presenciaran este contratiempo, pero no quería especular
sobre lo que pensaba Burke. Y no quiso considerar lo que los Terráneos pensaban
de Jimmy apareciendo aquí con Sandee y los niños, Clarence y Fanny.
Jimmy nunca tuvo un día honesto en su vida, prefería los negocios turbios y
manipular a la gente, pero había logrado mantenerse fuera de la cárcel en su
mayor parte. La comunicación con Toland era irregular en el mejor de los casos, y
no creía que ningún policía de Lakeside recibiera mucha ayuda de la policía de
Toland. A pesar de eso, Monty no pensaba que le llevaría a Burke más de un día
tender suficientes redes para conseguir una copia del expediente de Jimmy. Y si
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Burke no podía tocar esas cuerdas, el agente de la GTI Greg O'Sullivan, sobrino del
Gobernador Hannigan, ciertamente podría.
Monty observó cómo Nadine miraba a Jimmy y Sandee. Los miembros del
movimiento HPU habían quemado su negocio y hogar hasta los cimientos y
tuvieron la intención de matarla en ese fuego. Ella debería haber recibido terapia.
En vez de eso, se dedicó a trabajar con Tess, y hubieron tantas crisis para lidiar con
el incendio, así que no se detuvo a pensar en lo bien que venía manejando el
trauma. Viendo la mirada en sus ojos ahora, se preparó para bloquear un ataque.
—Hoy no hay pastel —dijo Nadine—. Hay tartas de cereza y una tarta de
frambuesa. No hay refrescos de ningún tipo. No hay alimentos dietéticos de
ninguna clase.
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—Bueno —susurró Sandee—. ¿Qué clase de lugar es este que no vende nada
dietético?
—¿Qué tal una galleta y una porción de leche para los niños? —sugirió
Monty.
—Si no quieres lo que se ofrece, no tienes que comerlo —dijo Twyla—. Pero
no tendrás nada más.
—¿Las reglas de la casa, mamá? —Jimmy no alzó la voz, pero su enojo llegó a
través, alto y claro—. No tienes nada que decir sobre mis hijos.
—No te importo, así que ¿por qué lo preguntas? Advertiste a mamá y a Sissy
que salieran de Toland, incluso pagaste su pasaje. Pero no hubo ni una maldita
palabra para mí, CJ.
—Me dijeron que no había manera de localizarte —replicó Monty en voz baja,
sin mirar a su hermana—. Nadie tenía un número de teléfono activo.
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No hubo respuesta.
La mirada en los ojos de Jimmy fue tan fea, que Monty se preguntó si habría
escalado al abuso físico una vez que Sissy se fue de casa. Elayne no quiso pasar
tiempo con su familia, por lo que su tiempo con Sissy se había limitado a un
almuerzo ocasional o momentos en que Lizzy visitaba a la abuela Twyla y Sissy
estaba allí con sus chicas. Cuando estaba con su madre o con él, Sissy era la chica
fuerte y brillante que recordaba. Pero su respuesta a la presencia de Jimmy no era
saludable.
Ahora sin pretensiones de querer visitar a la familia. Lo más probable era que
la tormenta que golpeó a Toland no fuera la única razón por la que Jimmy
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Anne Bishop
necesitaba salir de esa ciudad. Pero había venido a Lakeside esperando habitación
y comida gratis. No había pensado en la poca ayuda que Sissy podría darle.
Ninguno de los congregados que escuchaban este pequeño drama dijo algo
hasta que el Capitán Burke rompió el silencio.
—Teniente. Su hermano...
Dado que Simon continuó mirando fijamente a Jimmy, Monty miró a Burke,
quien lo miró a los ojos. El mensaje en esos fieros ojos azules fue claro: mantenga la
calma, Teniente.
Simon dejó caer una sola llave sobre la mesa. Le entregó una segunda llave a
Monty, sus ojos ámbar nunca dejaron el rostro de Jimmy.
—Puedes usar el apartamento sobre el del Teniente Montgomery durante tu
visita. Tenemos reglas. Hay consecuencias si las rompes. Los apartamentos
pertenecen al Courtyard. No dejes que otros humanos entren en el edificio sin
nuestro permiso. No permitimos drogas en nuestra tierra. Si las encontramos en tu
guarida o las olemos en tu cuerpo o ropa, tú, tu pareja y tus cachorros serán
expulsados de nuestro territorio, y nuestro territorio en lo que a ti concierne es la
ciudad de Lakeside. El Teniente Montgomery, como policía, tiene la llave de tu
apartamento. Yo también. Comprobaremos el apartamento cuando lo deseemos.
Dioses, Jimmy, deja de discutir con él. No es un ser humano que puedas intimidar.
Simon se inclinó, mostró sus dientes para revelar colmillos que ni siquiera
estaban cerca de ser humanos, y dijo:
—Si te acercas a Meg, romperé tus huesos, abriré tu vientre y comerás tu
hígado mientras estés vivo.
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—Eso no es cierto.
—Bueno, gracias a Sissy, traje a mi esposa y a mis hijos aquí, dejando pasar
mejores oportunidades. Ahora estoy atascado, así que supongo que tendré que
quedarme hasta que pueda arreglar las cosas.
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Monty se levantó.
—En ese caso, vayamos al otro lado de la calle para que se acomoden.
¿Dónde está tu equipaje?
*****
—No estoy segura de lo que está pasando, pero los niños están más seguros
donde están. No, es mejor que mantengas un ojo en lo que pasa allá.
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—Buen consejo —dijo en voz baja, y luego se apresuró a subir las escaleras.
No se había dado cuenta de lo enfadado que estaba hasta que cerró la puerta.
Luego se acercó a Simon y le dio un empujón al Lobo.
Simon le gruñó.
—No, no estoy seguro. Sé que hay una pelea por el dominio, pero no creo que
Montgomery lo entienda.
—Las familias se dividen a veces durante una pelea por el dominio —dijo
Vlad—. Pero cuando eso sucede, no permanecen ambos en el mismo territorio.
Simon gruñó.
—Dos de los Antiguos regresaron al Courtyard cuando estábamos distraídos
por la feria de trabajo. Han decidido que ese Cyrus necesita quedarse donde
puedan verlo.
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Anne Bishop
—¿Así que arriesgamos a los humanos en los que confiamos para el beneficio
de los Antiguos? —dijo Tess.
Las ciudades humanas eran campos de caza ideales para los Sanguinati, así
que rara vez se acercaban a los Antiguos. Pero comprendió ahora la elección que
había hecho de dejar que ese Cyrus permaneciera; salvar al Courtyard de Lakeside,
de lo que esperanzadamente no sería más que un molesto inconveniente, o que
Tolya y la ciudad de Bennett cayeran junto con Pradera de Oro, la aldea Intuye que
dependía de la estación de tren para sus suministros. ¿Y cuántos otros lugares,
otras personas, podrían haber caído si Simon no hubiera hecho esa elección?
—Bueno —dijo Vlad—. Si ese Cyrus atrae a otros como él, puede ser útil para
nosotros.
—Para ese Jack Fillmore, el macho que hirió a Theral MacDonald y todavía la
está cazando —contestó Vlad.
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Anne Bishop
—Pregunta.
—Bien —dijo Simon—. Dile que eso incluye a la Sierra y a esa pareja de
Cyrus.
—Me gustaría que las oficinas de arriba también estuvieran fuera de los
límites.
Simon asintió.
—No quiero que ese Cyrus o su pareja trabajen en ninguna de nuestras
tiendas. Y deben ser vigilados cada vez que estén en la Plaza Comercial.
—¿Esperas que ese Cyrus haga algo para que puedas justificar matarlo sin
causar problemas con la policía o los Antiguos? —preguntó Tess.
—Me gustaría que la Sierra pusiera sus horas de trabajo en Un Pequeño Bocado
—dijo Tess—. Puedo vigilarla allí.
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Anne Bishop
Simon estuvo de acuerdo y Vlad no tuvo ninguna objeción, así que todos
regresaron a su trabajo. Pero el enemigo estaba entre ellos ahora, así como los
Antiguos, por lo que ninguno de ellos bajaría la guardia.
*****
Exhausto por la bomba emocional de la llegada de Jimmy, Monty se detuvo
en la oficina del Capitán Burke antes de salir y regresar a casa. Quería pasar tiempo
con Lizzy, tal vez dar un paseo mientras escuchaba su charla acerca de su día, lo
cual era más entretenido ahora que había menos quejas acerca de tener que pasar
las mañanas en la escuela a pesar de ser verano. Ella y Sarah Denby estaban
enseñando a algunos de los Terráneos cómo jugar juegos humanos tales como la
rayuela, y no sólo los jóvenes querían aprender. Al parecer, Jenni y Starr Crowgard
estaban fascinadas por el juego y jugaban con las niñas siempre que podían.
—No estoy seguro de lo que mi hermana le dijo, pero el alojarlo fue un shock.
—Estoy seguro. —Burke cruzó las manos sobre su escritorio—. Sabe que voy
a hacer algunas llamadas sobre él, averiguar si es sólo una molestia o una amenaza
potencial.
—Sí señor. Dadas las restricciones en los arreglos de vivienda, no espero que
Jimmy se quede mucho tiempo. Estaba buscando un paseo gratis y recolecciones
fáciles. No encontrará ninguna de esas cosas aquí.
—Un día va a ir demasiado lejos y le costará más que unos días en la cárcel.
—Lo sé.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 8
Firesday, 10 de Messis
¡Caw!
Un poco de hierba suave habría alisado las cosas, pero los malditos
fenómenos de los Otros encontraron no sólo el paquete de píldoras de Sandee, sino
la hierba que había escondido cuidadosamente en un compartimiento secreto de la
maleta. Nadie debería haber encontrado ese escondite. Pero lo escondido ya no
estaba y el compartimiento fue cortado por una garra o algo.
Todo esto era culpa de Sissy. Perra estúpida. Ya, ella le había contado que se
iba con su madre y sus chicas a visitar a CJ en Lakeside. Pero no insistió lo
suficiente para incluirlo y no pudo sacarle nada, no con su madre guardando los
billetes de tren y el dinero disponible. Y, sí, una vez que llegó a Lakeside, Sissy le
llamó para advertirle de que se fuera de Toland, que algo malo iba a caer. Y tal vez
ella lo había llamado a tiempo para poder conseguir uno de los últimos trenes de
Toland antes de que la tormenta lo cerrara todo. Pero tuvo que pagar sus propios
pasajes, con Sandee aferrada a él tan fuerte que no pudo sacudirla. Cargándole con
sus mocosos mimados. Dios. Por la manera en que ella se abría de piernas cuando
necesitaba algo, no era seguro que esos niños fueran suyos, así que ¿por qué debía
usar la reserva de dinero que necesitaba para comprar ropa y comida en ellos?
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Al principio pensó que podría establecerse en Hubbney, tal vez reunirse con
conocidos y hacer algún pequeño negocio, pero la ayuda financiera terminó
después de la primera semana. Con todo el daño de la tormenta, había un montón
de trabajo de obrero para hacer, y cada adulto físicamente capaz tenía que
demostrar un vale del trabajo para conseguir una comida a precio reducido para
las personas desplazadas. Los vales también podían ser usados para comprar
comida de la tienda de comestibles más cercana, y podían ser cambiados por
dinero. Pero Sandee devoraba tanto alimento como los dos niños juntos y luego se
quejó de que no había nadie para cuidar a los niños cuando le dijo que no la iba a
alimentar más. Si quería comer, también podía trabajar.
Dado que regresaba desplomada con dinero en lugar de vales, tenía una
buena idea de qué tipo de trabajo estaba haciendo. Estaba bien con él. Esos días,
ella era el cuerpo que follaba cuando no podía encontrar algo mejor.
Debería haber vuelto a Toland, donde conocía a los jugadores, conocía los
juegos, sabía qué espalda rascar y quiénes eran lo suficientemente débiles como
para apoyarse en ellos para conseguir algo. Pero estaba en Lakeside porque Sissy
lo llevó ahí, le dejó creer que CJ había engrasado de alguna manera algunas ruedas
y les puso a ella y a su mamá arriba con un lugar para quedarse y comida para
tomar. Pero no había comida para tomar, y aunque él no estaba pagando nada para
quedarse allí, el apartamento no era mejor que el fiasco que tuvo en Hubbney. Los
monstruos encontraron otra cama y la trajeron ayer por la tarde. Camas
individuales para un hombre que tenía una mujer. Y los muelles chirriaban cada
vez que se movía. ¿Cómo se suponía que iba a follar a su mujer, sabiendo que
había policías y, peor aún, escuchando?
Era la culpa de Sissy. Todo. Bueno, ella podría hacer algo para
compensárselo. Seguramente podría.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Fuera.
Salió del apartamento mientras ella seguía luchando para encontrar algo que
usar que no apestara ya que había estado "demasiado ocupada" para lavar
cualquier ropa. No estaba preocupado por su propia ropa. Si Sandee no se ocupaba
de él adecuadamente, le arrancaría el culo y dejaría que Sissy cuidara de él.
Cuando llegó un alto del tráfico en la mañana, Jimmy pasó por la Avenida
Crowfield y entró en Un Pequeño Bocado para dejar que Sissy le proporcionara un
desayuno decente.
*****
—¿Por qué tenía tanta prisa en llegar a la oficina? ¿Algún tipo de entrega
especial?
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Está leyendo un libro, que dejó en la oficina porque fue a la clase de Mente
Serena anoche. Pero se quedó en una parte emocionante y quería leer más antes de
trabajar.
Tess sonrió.
—Simon no sabe cómo quejarse porque le pidió que revisara el libro.
Tess miró a la Sierra, que estaba moviendo una escoba, pero no parecía estar
haciendo mucho trabajo real. Su sonrisa se desvaneció.
—Espera unos minutos. Vuelvo enseguida.
Aullidos, Buena Lectura todavía no estaba abierta, pero la puerta de celosía que
separaba las dos tiendas no estaba cerrada. Al entrar, fue al mostrador de la caja,
tomó el teléfono y llamó al banco de la Plaza Comercial. La Asociación Empresarial
tenía una cuenta con un banco regional humano, pero el banco de la Plaza
Comercial era una institución privada administrada por los Sanguinati. Era el
lugar donde todos los negocios del Courtyard registraban la cantidad de crédito
que los empleados podían usar en las tiendas de allí. El pago siempre se dividía
entre el crédito del Courtyard y el dinero que se podía utilizar en lugares
humanos.
Cuando la señora Twyla llegó con la Sierra y las cachorras, Simon y el resto
de la Asociación Empresarial se habían preparado para darles comida y refugio
por unos días simplemente porque eran la familia del Teniente Montgomery, y el
Courtyard ofrecía la mejor protección contra la Tormenta y la ira de los Antiguos.
Pero la señora Twyla insistió en trabajar por su guardia e insistió en que la Sierra
hiciera lo mismo. No se les pagó nada. Pero después de que quedó claro que su
visita era en realidad una mudanza permanente, Simon se ciñó por la regla básica
del Courtyard: cualquier persona que vivía de la recompensa de la tierra, tenía que
hacer un trabajo que apoyara al Courtyard. Los humanos como la manada policial
no trabajaban oficialmente en el Courtyard, no recibían un sobre de pago como un
empleado, pero la interacción que proporcionaban era valorada, por lo que la
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Tess observó que ese Cyrus cruzaba la calle mientras pensaba en la pregunta.
Todos los niños recibían la mitad de su ración diaria de leche como parte de su
merienda de medio día en los días escolares, cortesía del Courtyard. Cuando
decidieron la cantidad de alquiler que debían cobrar por los apartamentos, la
Asociación Empresarial tuvo en cuenta que la Sierra era una mujer sola que tenía
que alimentar a dos cachorras, por lo que aceptaron cobrarle menos que a sus otros
inquilinos. Hicieron esas cosas porque, si bien la Sierra no era una mujer
dominante como la señora Twyla y no se había ganado el mismo respeto, había
empezado como una buena y confiable trabajadora.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Tess colgó y se quedó a un lado del arco, observando a la Sierra y a ese Cyrus,
que se había sentado.
—No voy a comer esa mierda —respondió ese Cyrus—. Tomaré tocino con
huevos revueltos y papas fritas y tostadas con mantequilla. Y café.
—Tienes los arreglos aquí. Puedes ir a la cocina y hacerlo para mí. — Ese
Cyrus se inclinó hacia la Sierra, que se encorvó, pero no tuvo suficiente sentido
para alejarse—. Me lo debes, Sissy. Me mentiste sobre la situación aquí, así que me
debes. Ahora, pon tu culo en la cocina y me preparas un poco de desayuno.
Mierda.
«Henry, te necesito aquí ahora»
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Sierra, pero no quería herir a Nadine, así que tenía que mantener el control, tenía
que evitar dar ese último paso hacia su verdadera naturaleza.
—Ella está sin fondos —Tess chasqueó—. Así que a menos que tengas dinero
para la comida, sal de aquí.
—¿Tess? —La voz de Merri Lee desde el arco—. ¿Debo llamar a la policía?
Ella sabía por la expresión en la cara de ese Cyrus que Henry no se veía
completamente humano.
Ese Cyrus los miró a todos, luego se dirigió a la puerta principal. Haciendo
una pausa mientras empujaba la puerta abierta, y escupió en el suelo de la
cafetería.
«Vlad sacó a Merri Lee hacia ABL para que no viera, y bloqueé a Nadine y a
la Sierra» respondió.
«Voy a subir» Ella tenía una oficina allí arriba que se había convertido en un
acogedor nido donde podía descansar y aun mantener un ojo en la tienda durante
el día.
Manteniendo los ojos bajos, Tess subió las escaleras. Una vez que estuvo sola,
se miró en el espejo que colgaba de una pared. El pelo negro rayado de rojo, las
ondas que comenzaban a relajarse. Una cara que, una vez más, parecía humana.
*****
Simon había llegado demasiado tarde para ver el comienzo de la pelea, pero
iba a poner fin a esta parte de la molestia.
Al oír el furioso siseo de Vlad, miró hacia la arcada a tiempo para ver a Merri
Lee dar un codazo al Sanguinati en las costillas y liberarse.
Estupendo. Ahora tenían que lidiar con uno de los peluches explosivos, así
como con...
—Por todos los dioses, ¿qué te pasa? —gruñó Nadine mientras se volvía
hacia la Sierra, apretando la mano en el mango del cuchillo.
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Anne Bishop
…Eso
«Llama al Teniente Montgomery» le dijo a Vlad.
—¿Él quiere un desayuno completo, así que vas a usar los suministros aquí?
¿Incluso te ibas a ofrecer a pagar por ellos, o esperabas que nadie se diera cuenta
de los suministros que faltaban cuando seguimos la pista de cada huevo y paquete
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Simon frunció el ceño. Eso no estaba bien. La Sierra y sus cachorras deberían
haber comido primero porque ella fue quien hizo el trabajo por la comida. Pero los
depredadores más grandes robaban la comida de los más pequeños. Tal vez eso
era lo que siempre había funcionado en la manada de Montgomery, con ese Cyrus
esperando hasta que la Sierra traía comida a casa y luego se la quitaba.
Simon oyó un suspiro suave y dolorido. Mirando por encima del hombro, vio
a la señora Twyla, vio lágrimas corriendo por su rostro.
—¿Se lo debes porque los recursos para dos niños tuvieron que ser divididos
en tres? —Dijo Nadine—. Bueno, si eso es lo que quieres contar, Jimmy le debe a su
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Anne Bishop
—¿Cyrus te dijo eso? —La señora Twyla dio un paso adelante—. ¿Dijo que
eras basura? ¿Y nunca nos dijiste nada a tu papá o a mí? Niña, te protegimos lo
mejor que pudimos de la mezquindad infantil de Cyrus, pero no pudimos evitar lo
que guardabas en secreto.
—Cuando tenía dieciocho años, le dijimos que tenía que encontrar otro lugar
para vivir.
—Por mí.
—Te lastimó el corazón, te intimidó para que hicieras cosas por él como lo
intentó hacer ahora, y sigues volviendo por otra porción de daño en vez de
golpearle con la puerta en la cara —dijo Nadine.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Simon estudió a la Sierra. Había visto esa conducta una vez antes, cuando
asistió a la universidad Terránea para aprender a trabajar y dirigir un Courtyard.
Una hembra Lobo estaba enamorada de uno de los machos. Hizo todo lo que pudo
para obtener su aprobación, le llevó comida, le llevó regalos. El macho le prestaba
atención cuando quería algo, hizo promesas de convertirse en su pareja si podía
hacer sólo una cosa más. Otros machos, incluido Simon, intentaron ser sus amigos,
pero ella los ignoró, justo como la Sierra ignoraba al hermano que no había puesto
precio a su amor.
La joven murió intentando derribar presas que eran demasiado grandes para
que un Lobo solitario pudiera manejarlas porque el macho le había dicho que
demostrara su amor por él. El macho fue expulsado de la universidad pero
permaneció en las orillas de la tierra de la universidad, esperando que le
permitieran volver. Luego desapareció y nunca más se lo volvió a ver.
Simon nunca olió el olor primario de un Antiguo, un olor que recordaba desde
el momento en que había corrido con la manada de jóvenes Lobos en el Noroeste,
pero se preguntó si los instructores habían matado al macho para evitar más
problemas o si algo más grande y menos misericordioso había impartido sentencia.
Ahora comparando a la Sierra con esa joven hembra, Simon tenía una mejor
apreciación de por qué los Antiguos querían ver lo que pasaba cuando un hombre
como ese Cyrus entraba en un próspero grupo de humanos. El hombre no había
estado en Lakeside un día entero y la manada ya estaba peleando entre ellos.
Ella lo miró fijamente, las lágrimas todavía fluían. Luego sacó unos pañuelos
del bolsillo y se enjugó los ojos y la nariz.
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Anne Bishop
—Supongo que siempre supe que llegaría esto, pero no puedo elegir entre
mis hijos. No así. —La señora Twyla enderezó sus hombros—. Crispin me pidió
que viniera aquí y le ayudara con Lizzy y me gustaría seguir haciendo eso. Pero
incluso si tengo que alejarme de uno de mis hijos, no quiero alejarme de ninguno
de mis nietos.
Ella asintió.
—Elijo a su manada, Sr. Simon.
—¿Qué? —Simon le dio a Montgomery una mirada que decía: ¿Sabe lo que
está haciendo?
—He tenido diferentes tipos de trabajo a lo largo de los años, Crispin —dijo la
señora Twyla en voz baja—. Hay mucho trabajo por hacer, y podría encontrar un
trabajo en esta ciudad. Pero este Courtyard se siente más como los vecindarios en
los que vivíamos tu papá y yo cuando éramos recién casados y cuando tú y Cyrus
eran jóvenes, un lugar donde la gente se miraba la una a la otra. No he vivido en
un lugar como ese en los últimos años, y he perdido eso. He hecho lo que pude por
todos ustedes, pero mis hijos han crecido, así que estoy haciendo una elección para
mí primero.
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Anne Bishop
Oyó varios jadeos. Sospechaba que habían salido de todas las hembras de la
habitación, incluyendo a la hembra que seguía de pie justo en el interior de la
puerta.
—Si ese Cyrus es tan importante para ti que te arrastrarás por su aprobación,
esa es tu elección. Pero tus cachorras serían los miembros más bajos de ese grupo,
considerados huérfanos si eso es lo que él quiere, y los cachorros en esa posición
no sobreviven a menudo si es difícil encontrar comida. Las probabilidades son que
una o ambas de tus cachorras morirán de hambre. Así que si quieres a ese Cyrus,
puedes vivir como otra hembra en su manada. Pero tus cachorras no irán contigo.
Ellas serán transferidas a otra manada que será capaz de cuidarlas.
—¿CJ? —La Sierra se volvió hacia el hermano que le había dado su amor.
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—Para ti, estar cerca de ese hombre es como beber un vaso de veneno todos
los días —dijo Nadine—. Tal vez sólo te hace enfermar, te hace débil, te hace
olvidar quién eres realmente y lo que realmente quieres. Pero si sigues bebiendo,
tarde o temprano, el veneno te matará.
Simon se preguntó si Nadine había bebido ese tipo de veneno cuando era
joven. Si lo había hecho, también dejó de beberlo. También lo hizo Theral
MacDonald. Se había escapado de una pareja abusiva. Ese Jack Fillmore todavía
estaba husmeando, todavía era una amenaza, pero Theral no se arrastraba hacia él.
Así que había una posibilidad de que la Sierra hiciera una buena elección para ella
y sus cachorras si tuviera un poco de tiempo para pensar.
—Todos nos reuniremos aquí dentro de una hora —dijo Simon—. Entonces
nos darás tu respuesta.
—Emily Faire. ¿La enfermera practicante que va a trabajar aquí? Tengo una
carta del señor Barquero para el señor Wolfgard.
Simon asintió, recordando dónde la había visto antes. Había estado presente
como curandera cuando Meg se hizo el corte y vio el posible futuro de la
comunidad River Road.
Miró a Vlad.
«No fuiste de mucha ayuda»
166
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Para los Terráneos, Merri Lee siempre sería la Mujer Tetera de la canción de
Charlie Crowgard sobre la Mujer Tetera y Chica Palo de escoba.
Nadine suspiró.
—Te mostraré el apartamento cuando estés lista. —Sus ojos se abrieron—.
¡Dioses! Me olvidé de los muffins. Ni siquiera escuché el cronómetro.
—Yo me ocupé de ellos —dijo Tess, entrando desde el pasillo. Tenía el pelo
verde y ondulado. No estaba tranquila, pero estaba lo suficientemente segura
como para estar alrededor del resto de ellos.
—Sí.
167
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Si llegara a eso, las cachorras estarían lo suficientemente cerca como para
que tú y la señora Twyla pudieran visitarlas —dijo Simon.
—No. —Esperó, pero Montgomery no dijo nada más—. Una hora, Teniente.
Simon y Vlad subieron a hablar con Emily Faire sobre los términos de su
empleo. Como su idea original era que dividiera su tiempo entre el Courtyard y la
Comunidad de River Road, le ofrecieron uno de los dúplex de la comunidad,
pensando que, siendo una Intuye de Isla Grande, querría vivir tan cerca como le
fuera posible. Pero los sorprendió preguntando si había algún apartamento barato
en Lakeside que pudiera alquilar porque tenía la sensación de que era necesaria ahí
a tiempo completo y que alguien más sería más adecuado para dirigir la pequeña
clínica en la Comunidad River Road.
Ese era un problema para otro día. En este momento, quería sacudirse el
drama y tener una carrera rápida antes de tener que lidiar con cualquier problema
que la decisión de la Sierra causaría.
Tal vez podría molestar a Meg durante unos minutos antes de ir a correr. El
juego de molestar no podría durar más de un par de minutos antes de que dejara
de ser divertido para Meg. Si seguía leyendo ese libro, le gruñiría por
168
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Se quitó la ropa, cambió a Lobo, bajó las escaleras y atravesó el arco hasta la
cafetería. Luego pensó en quién podía acercarse y decidió que Tess, aunque más
peligrosa que Nadine, era la amenaza más conocida.
Nadine le dirigió una mirada que le hizo sentirse muy contento de poder
correr más rápido de lo que ella podía.
Tess le dio una de las bolsas térmicas que se usaba para llevar comida en la
Plaza Comercial y le abrió la puerta trasera. Cuando miró hacia atrás, notó que su
pelo era marrón y ondulado.
—¡Arrooooo!
Meg corrió hacia la habitación de atrás y miró a su alrededor hasta que lo vio
en la ventana.
—¿Simon?
Volvió a la puerta y tenía la bolsa en sus dientes antes de que ella girara la
cerradura y abriera la puerta. Pasó junto a ella y entró en la sala de clasificación. De
pie sobre las patas traseras, colocó la bolsa en la gran mesa de madera y miró el
libro abierto con una áspera roca púrpura que parecía una cordillera.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Cuando Meg se unió a él, se acercó y le dio una rascadita detrás de una oreja.
Casi le hizo olvidarse de jugar al juego de molestar.
—Mira lo que Jenni me trajo para usar como pisapapeles. —Meg levantó la
roca—. Es una amatista. ¿No es bonita?
—Me mostró una geoda partida que también serviría como un buen
pisapapeles. Estoy negociando con ella para comprar la geoda y la amatista.
Los Cuervos tenían esa mirada en sus ojos cuando veían un codiciado
brillante. Para distraer a Meg antes de que terminaran con una guarida llena de
piedras, Simon le dio un codazo a la bolsa con la nariz.
Esta no era una Meg feliz. Esta era una frágil alegría. Meg trataba de no
mostrar que estaba asustada.
—Jenni dijo que hubo problemas en Un Pequeño Bocado, pero no sabía qué
pasaba, excepto que eso molestó a Tess. Y Ruth me llamó para decir que debía
quedarme en la oficina hasta que todos se calmaran. ¿Simon? —Ella le tocó la
cara—. ¿Necesitas respuestas?
Él le lamió la barbilla. Sabía mejor que la galleta, así que la lamió de nuevo.
Estuvo fuera mirando la puerta cerrada antes de darse cuenta de que Meg no
le había dado la oportunidad de jugar el juego de molestar. Eso fue tan injusto,
pero al menos había conseguido una galleta, una rascadita, un abrazo, y un par de
lamidas.
*****
Pete sirvió dos vasos y le entregó uno a Monty antes de sentarse detrás del
escritorio.
—¿Sabes lo que está pasando?
—No puedo imaginar los motivos de Simon, pero Jimmy se queda porque el
uso del apartamento es gratis, y vino aquí esperando un beneficio. Pero los
Sanguinati custodian la puerta exterior del edificio y se mantienen al tanto de todo
y de todos.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Monty se incorporó.
—No mencionó eso. —Él y Kowalski habían recogido pizzas de Corteza
Caliente, y le llevó una para la familia de Jimmy y otra para Sissy y las chicas,
mientras él, Lizzy y su madre se quedaron con la tercera. Pero si había entendido
la acusación de Nadine, Sissy también había llevado a casa la cena de anoche y
compartió la comida con la familia de Jimmy. ¿Se habría quedado con la pizza, o
también terminó en la despensa de Jimmy?
—En la morgue, si tiene suerte. Si no tiene suerte, será uno de esos humanos
que desaparecen sin dejar rastro.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Que haga lo que sea necesario para mantener a sus hijas. Y eso significa
alejarse de Cyrus.
—Puede que no tenga zumo de naranja la próxima vez, pero como abogado o
amigo, estoy aquí si necesitas hablar.
Mientras Monty bajaba por las escaleras exteriores, oyó un coche que subía
por el acceso al estacionamiento de empleados. El sedán negro del Capitán Burke.
Debería haber llamado a su Capitán, porque Pete tenía razón: Jimmy era un barril
de pólvora a la espera de un fósforo. Aparentemente alguien más había hecho la
llamada.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 9
Firesday, 10 de Messis
—¿Meg?
Merri Lee entró. Habló con tanta calma que Meg apenas pudo oírla.
— ¿Podrías usar las cartas para contestar un par de preguntas?
—Simon dice que Sierra tiene que elegir entre sus hijas y su hermano Cyrus.
Nos ha preguntado a todos, excepto a Ruth, que todavía está en la sala de clase con
los niños, y todos le hemos dicho lo mismo: Simon le sacará a sus chicas, las llevará
fuera del Courtyard si ella decide ser parte de la manada de Cyrus. Pero es como si
hubiera perdido su cerebro y no cree que esto pueda suceder. Finalmente le dije
que te pediríamos que miraras las cartas como el insumo final antes de tomar su
decisión.
Meg asintió con la cabeza. Merri Lee le hizo un gesto a Sierra, y las tres
entraron en la sala de clasificación.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Sacó la caja de madera del cajón, la puso sobre la mesa y sacó todas las cartas,
extendiéndolas. Alfileres y agujas llenaron sus pechos, haciendo que sus pezones
ardieran. La hizo sentirse agradecida de no tener que usar la navaja en esa parte de
su cuerpo.
—El que alguien más maneje las cartas interfiere con la capacidad de Meg de
encontrar las respuestas a las preguntas de la gente —explicó Merri Lee, apartando
la mano de Sierra de las cartas.
—Es absurdo —dijo Sierra con enojo—. No tiene derecho a decir que soy
incapaz de cuidar a mis hijas.
Meg cerró los ojos y silenciosamente repitió la pregunta. Sus dedos rozaron
las cartas hasta que una produjo un zumbido doloroso en su mano izquierda.
Abrió los ojos y giró la carta para que todas pudieran ver la respuesta.
—Significa que podrían estar bien y tener una buena vida, o las cosas podrían
salir mal para ellas —respondió Merri Lee—. Pero ahora mismo, no hay una
respuesta clara.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Meg respiró hondo. Podría haber jurado que acababa de sentir el beso de la
navaja de plata contra su piel. Ella siguió el zumbido, parcialmente distraída por
las heladas agujas que sentía en su muñeca izquierda, el lugar exacto donde
pensaba que había sentido la navaja.
Ella asintió.
—Tengo que pensar en algunas cosas.
Esperó hasta estar segura de que Merri Lee se había ido. Luego pasó los
dedos por las cartas e hizo una pregunta.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Porque Cyrus era hermano del Teniente Montgomery, no era suficiente. Tenía
que haber otra razón.
Meg miró la carta. Miró fijamente, la miró y miró mientras que pensaba en
niños y madres y lugares seguros para construir una vida.
*****
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Es cierto, pero los últimos humanos que cruzaron la calle con la intención de
causar problemas fueron asesinados por los Antiguos, y sus intestinos terminaron
adornando los árboles cercanos.
—La otra razón es porque quería presentar unas ideas —dijo Burke—. Me
pregunto si un Intuye de Isla Grande estaría interesado en manejar la taberna. Me
pregunto si uno de los Sanguinati estaría interesado en aprender a atender un bar.
Algunos de los camareros se quedan porque quieren los puestos de trabajo. Creo
que el cocinero se quedará por la misma razón. Hay un apartamento, así como una
pequeña oficina en el segundo piso. El apartamento sería parte del sueldo del
gerente si quiere vivir allí.
—Sí.
*****
—Ya llamé a Steve Barquero —dijo Meg cuando Simon entró corriendo en la
sala de clasificación.
«No. Algunos gruñidos cuando Meg usó las cartas proféticas, pero fue sobre
todo Merri Lee quien hizo los gruñido, y no gruñó a Meg»
La caja de madera con la tapa tallada que Henry hizo para guardar las cartas
proféticas estaba sobre la mesa. Tres cartas estaban sobre la mesa, boca abajo.
—¿Qué quieren?
—Observar. Aprender.
El asintió.
—Si tenemos que dejar que Cyrus se quede, quiero que tú y Steve Barquero
encuentren una manera de trasladar a Sierra y a sus hijas a Isla Grande.
—He estado pensando en mi amiga Jean, que fue llevada al recinto cuando
era pequeña —dijo Meg—. Tenía una madre, un padre y un hermano. Nunca
olvidó que tuvo una familia una vez o que la alejaron de ellos. Si empezamos a
dividir a las familias porque decidimos que algo malo podría suceder a los niños,
¿somos mejores que el Controlador o los otros hombres como él? Al principio,
afirmaron que se llevaban a las niñas lejos de sus familias por el bien de las niñas.
—Hizo una pausa y añadió—: Dale a Sierra una segunda oportunidad.
Meg y Simon entraron en la sala delantera justo cuando la puerta del pasajero
se abrió y un hombre de pelo oscuro salió.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Has llegado aquí a toda prisa —sonrió mientras caminaba hasta donde el
Intuye esperaba junto al patrullero—. La mirada aguda que recibió de Steve
Barquero le dijo que sus orejas no habían vuelto del todo a humanas todavía.
—Meg dijo que era urgente —respondió Steve—. ¿Qué pasó? No sueles
parecer tan contento de verme.
—No, pero si quiere comida, tendrá que ir a La Carne no es Verde. Hay una
discusión en la cafetería. Eso es parte de la razón por la que estás aquí.
—Sí.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Meg sacó en respuesta a las preguntas sobre la Sierra y sus cachorras, y sobre la
preocupación de Meg por las chicas si la Sierra moría.
No había equiparado a las niñas con su sobrino Sam. ¿Qué le habría pasado a
Sam si Daphne hubiera muerto en cualquier otro sitio que no fuera el Courtyard de
Lakeside? Simon había llegado a su hermana momentos después de su muerte,
había estado allí para llevar al cachorro traumatizado al Complejo Wolfgard,
donde él y Elliot hicieron todo lo posible por cuidar de Sam.
—Emily Faire reclamó uno de los apartamentos como su guarida, así que los
Intuye ya están superponiéndose en nuestro territorio.
186
Grabado en el hueso
Anne Bishop
La cafetería estaba tan llena de testigos, que casi sintió lástima por la Sierra. El
cabello de Tess estaba rojo y verde, pero no vio hebras negras. El cabello de Nadine
no daba ninguna advertencia sobre su estado de ánimo, pero Simon notó que
Henry estaba detrás de la mujer, dispuesto a agarrarla si trataba de saltar sobre la
Sierra. Vlad estaba en el arco, manteniendo un ojo en Merri Lee y el resto de la
manada femenina. La manada policial estaba allí. También Elliot y la señora
Twyla, así como el agente O'Sullivan. De hecho, las únicas humanas que no
estaban allí para presenciar la decisión de la Sierra eran Ruthie, que estaba
cuidando a los cachorros humanos, Meg, y...
Ya que fue Vlad quien dejó dos cachorros extra con Ruthie en medio del
horario escolar, Simon esperaba que ella no le gruñera a él.
—Sí.
— ¿Fue tu idea?
Burke palideció.
—No. Convencí al jefe de la estación de que era un valioso recordatorio de
por qué la policía y el gobierno local necesitan trabajar con el Courtyard de
Lakeside.
Simon asintió.
189
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Dejando a Burke lidiar con Merri Lee, su empuña tetera, peluche explosivo y
Subdirectora, Simon salió por la puerta trasera de Un Pequeño Bocado y se preguntó
qué quería decirle Steve Barquero a Meg.
*****
—Dame una buena razón para no permitir que Sierra viva en Isla Grande —
replicó Meg.
Steve asintió.
—Esa fue mi impresión.
191
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—¿Meg?
Sacó la caja de madera del cajón y extendió las cartas proféticas sobre la mesa
de la sala de clasificación.
—Haz la pregunta.
Meg cerró los ojos y dejó que sus dedos se deslizaran sobre las cartas hasta
que encontró la que hizo que sus dedos ardieran, hizo que su espina dorsal
zumbara y la piel alrededor de su clavícula pinchara. Giró la carta antes de abrir
los ojos.
192
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—No importa —respondió Steve—. Puede ser Sierra o una de las jóvenes
profetas de la sangre. Puede ser un Intuye o uno de los Terráneos. Si vive entre
nosotros, traerá la muerte.
—Porque no podrá resistir su propia clase de navaja —dijo Meg. ¿No estuvo
recibiendo ese mensaje de una forma u otra de Ruth y Merri Lee o Theral?—. Tarde
o temprano, Sierra llamará a Cyrus o dejará una especie de pista de dónde
encontrarla.
—No soy un consejero, pero eso suena cierto —dijo Steve—. Hasta que elija
no hacer esa llamada, no hay lugar seguro para que ella viva, y no puedo estar de
acuerdo con algo que pondrá en riesgo a nuestros ciudadanos más vulnerables.
Meg asintió con la cabeza. No se podía ayudar a alguien que no quería ayuda.
Era una dura y amarga lección de vida.
*****
193
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Simon esperó. No podía obligar a ese Cyrus a alejarse del Courtyard, pero los
Antiguos no dijeron nada acerca de que Montgomery enviara al otro humano lejos.
—Eva Denby me llamó desde el Hospital Lakeside. Parece que Jimmy tuvo
algún tipo de ataque: dificultad para respirar, sensación de debilidad del corazón.
—Monty miró fijamente el plato de requesón—. Alguien aquí ha expresado...
¿disgusto?
—Sí. —No había punto en negarlo, incluso si no confirmara que Tess, una
Cosechadora, Jinete de la plaga, fue quien había tomado parte de la energía vital
de ese Cyrus.
—No. —Él sabía lo que querría como Lobo, pero no estaba seguro de lo que
un humano querría. —Podríamos trasladar a la Sierra y sus cachorras al otro
edificio de apartamentos. No moveré a ese Cyrus allí, no con tres mujeres viviendo
allí solas. —Bueno, el oficial Debany estaba casi viviendo con Merri Lee en su
guarida, pero él no estaba allí todo el tiempo para desalentar cualquier cosa que
ese Cyrus pudiera decidir hacer.
194
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—No puede volar. No creemos que él esté inclinado a usar el porche para
escaparse o meterse si tiene que subir al segundo piso. Y aunque lo intentara, lo
veríamos antes de que llegara al suelo.
—Sin ofender a las Crowgard, pero creo que sería mejor si yo empaco las
cosas —dijo Monty.
—Gracias. Voy a hablar con el Capitán Burke acerca de tomar algún tiempo
personal para esto.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—¿Estaba en la caja de libros que Jesse Walker envió a ABL? —El pecho y los
hombros de Simon se encogieron con un poco de molestia. Hasta que él y Vlad
decidieran si ordenar copias para la tienda, se suponía que esos libros eran una
distracción para Meg, que no se entregarían a otros humanos.
—Jesse envió dos copias de ese —respondió Merri Lee, mostrando sus
dientes.
196
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Miró los libros de la mesa. Quería arreglar algunas cosas como sustituto a
levantar una pierna y marcar un territorio. Él y Vlad hicieron de Merri Lee su
Subdirectora para liberar su tiempo para ocuparse de mayores preocupaciones y
hacerse cargo de los deberes de John Wolfgard, ahora que John se había ido a
dirigir la librería en Bennett, pero no esperaba que ella marcara la tienda como su
territorio tan rápidamente.
—¿También lo hueles?
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Rodamos con peces muertos. —Simon bajó la mano y dio una rápida
palmada al aire—. Esto es mucho más picante. Más como la rociada de un zorrillo.
—Voy a empacar las cosas de los cachorros —dijo Simon, dirigiéndose hacia
el otro dormitorio. La ropa de los cachorros no olía tan mal, pero tampoco olía a
limpio.
¿Por qué los padres convertirían a sus hijos en marcadores de olor para los
depredadores? ¿O apestar era suficiente como para desalentar a la especie de
depredadores humanos?
*****
198
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Nadie creía en las excusas solícitas que Simon y Monty habían dado para
trasladar a Cyrus y a su familia al apartamento frente de Monty, especialmente
después de que a Cyrus se le impidiera subir a hablar con Sierra. Cuando Simon le
dijo a Sandee que no podía entrar en el Courtyard hasta que se lavara la ropa y
dejara de oler a jabalí, gritó tan alto como para ser escuchada por la gente al final
de la siguiente cuadra. Combinado con el drama de Sierra y la oposición de Steve
Barquero a que Sierra viva en Isla Grande, la reacción de Sandee se convirtió en la
cosa que fue demasiado, agotando la capacidad de Meg para hacer frente a los
sentimientos y futuros de la gente que la rodeaba.
Ella haría un poco más de quita de maleza, luego tomaría una ducha fría.
Simon y Sam estarían en casa para entonces, y harían una ensalada y calentarían el
pan de carne ya cocinado que habían recogido en La Carne no es Verde como
bocadillos. Entonces intentaría no hacer nada más que sentarse en la sala de verano
y leer. Tal vez incluso dormir allí esa noche.
—¡Arroo!
Meg saludó mientras Sam corría hacia ella, luciendo caliente y polvoriento
pero feliz. Por supuesto que estaba feliz. No había sido tocado por todos los
problemas causados por los molestos humanos, y tenía una copia del nuevo libro
de La Brigada Lobo para él.
El largó un arroo y la lamió y la hizo reír. Sonrió a Simon cuando él trotó para
unirse a ellos.
—Dame unos minutos más para terminar esta sección; luego nos iremos a
casa y cenaremos —dijo.
*****
199
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Simon oyó el grito de Meg y vio a Sam arrebatar algo del extremo de su
herramienta de deshierbe. El cachorro saltó hacia adelante, luego se lanzó hacia
atrás, claramente invitándola a jugar. Meg no parecía que quisiera jugar, pero Sam
no estaba captando la pista.
«Pero Meg encontró el juguete. Ella debería jugar también» Sam protestó, el
pedacito de piel blanca colgando de su boca.
«En realidad, no. Actuar enojada por mojarse es parte del juego de la danza
chillona» respondió Simon.
Largó un poco más de agua, que parecía mucho más fría que el aire caliente y
húmedo. Asegurándose de que sus patas delanteras volvieran adecuadamente a la
forma de Lobo, en caso de que tuviera que correr, atrapó a Meg, calculando su
movimiento y pasó la lengua por la parte posterior de su rodilla.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 10
Watersday, 11 de Messis
—Lo sé, lo sé. — Eva sacó más suministros de arte de las bolsas que había
traído a la sala de clasificación—. Me dejé llevar. Pero no estaba segura de lo que
querías, y puedo devolver todo lo que no se haya abierto ni usado.
Meg miró todos los objetos apilados sobre la mesa. Le había pedido a Eva que
buscara un libro de cómo dibujar y un juego de lápices para la amiga de
Esperanza, Amy Wolfgard. Parecía que Eva hizo eso, pero ¿qué se suponía que
debía hacer con el resto de los suministros?
Eva se estremeció.
—Usé el dinero de mi casa. No se me ocurrió que no me reembolsaran los
suministros que querías mantener.
Eva puso una caja de madera sobre la mesa. Tenía una cerradura simple de
gancho y una manija.
—Pensé que querrías algo para guardar los lápices y otros suministros. Esta
fue la caja de artista menos costosa disponible.
202
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Harry solía trabajar para Entregas en cualquier parte, hasta que la compañía
cambió su nombre a Entregas en cualquier parte humana. Ahora trabajaba para el
Courtyard, recogiendo todo lo que los Terráneos ordenaban a los negocios de
Lakeside. No había un montón de cosas para ser recogidas, y no había un montón
de otras entregas que hacer. Algunas de ellas eran simplemente porque la
Asociación Empresarial había ordenado y almacenado todo lo que pudo antes de
que los Elementales y Antiguos sacudieran el continente. Y algo de eso era porque
todo el mundo, humanos y Otros, estaban tratando de averiguar qué empresas
todavía existían y tenían mercancía para vender. No se podía llamar a una empresa
203
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Voy a averiguar qué hacer con el resto de los suministros —prometió Meg,
metiendo el recibo bajo el nuevo pisapapeles, la geoda, que le compró a Jenni
Crowgard.
Eva sonrió.
—Entonces los dejaré y me voy trabajar.
*****
Meg llamaría a Henry, calculando que, como escultor, sería el miembro más
interesado de la Asociación Empresarial en lo que a suministros de arte se refería.
Y estaba interesado. Simplemente no esperaba que él saliera de la Oficina del
Enlace con palos de carbón, lápices de grafito, el otro sacapuntas y un borrador, un
cuaderno de dibujo, y un trozo de papel que decía lo que le debía a Eva Denby.
Cuando Meg cerró la oficina para su descanso del mediodía, todos los
suministros de arte habían desaparecido y se sentía agotada y abrumada, en parte
porque tuvo que terminar advirtiendo a todos que se alejaran de los suministros
que había elegido para Esperanza. Incluso se inclinó sobre ellos y gruñó un par de
veces, lo que divirtió a Vlad más que a Simon.
No podría decir cuánto tiempo duraría el interés por este tipo de arte, pero
por el momento, los Otros estaban entusiasmados por explorar algo nuevo.
*****
Monty sabía todo sobre las opciones de su hermano. Lo que necesitaba saber
era si la presencia de Jimmy estaba destrozando su relación con sus hombres, con
su Capitán... Y con Simon Wolfgard.
Monty se enderezó.
—¿Por qué necesito hablar con el comandante del escuadrón de explosivos?
—Él y su familia están entre los humanos que Simon Wolfgard está
permitiendo ir a la Plaza Comercial y comprar alimentos, así como otros bienes.
—El Capitán Burke también está incluido entre esos humanos. ¿Eso un
problema?
—Disolví una pelea como esa hace un par de días, -después de que los
huevos golpearon el suelo, las cosas realmente se pusieron desagradables- pero yo
estaba fuera de servicio en ese momento, por lo que el oficial Hilborn hizo el
arresto.
206
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Monty suspiró.
—¿Esto es por Jimmy?
—Es por todos nosotros. En cuanto a la familia... —Kowalski soltó una risa
amarga—. La madre de Ruthie, la mujer que en voz alta declaró que su hija estaba
muerta y llamó a mi Ruthie basura, la llamó esta mañana y quiso que Ruthie le
comprara un jamón -cinco o seis libras le bastaban-. Después de todo, los
monstruos tienen un montón de carne y siempre pueden cazar más si se les acaba.
Cuando Ruthie dijo que no podía comprar esa carne, incluso si el jamón estuviera
disponible... —Él condujo un minuto en silencio—. Pude oírla gritar a Ruthie desde
la habitación, así que tomé el teléfono y le colgué a la perra.
¿Vender comida por debajo de la mesa sería una de esas opciones que Jimmy
estaba explorando? Dioses.
—Estoy juntando esto con cosas que las chicas escucharon o fueron contadas
por Nadine, que tiene más información sobre los suministros de alimentos crudos
que el resto de nosotros, ya que su panadería está operando en Un Pequeño Bocado
—continuó Kowalski—. Cuando Simon Wolfgard hizo que los residentes de los
apartamentos fueran parte del Courtyard y, por lo tanto, que estuvieran entre los
seres que pueden comer los alimentos producidos dentro del Courtyard o traídos
de las granjas que abastecen al Courtyard, los Otros pensaron que necesitarían un
extra de cincuenta libras de carne por semana para proporcionar a sus inquilinos.
Alguien se dio cuenta de que ascendía a veinticuatro onzas de carne para cada
humano, aproximadamente cuatro hamburguesas de buen tamaño o un pequeño
asado o carne para un estofado. Y eso significa que los Lobos ahora tienen que
207
Grabado en el hueso
Anne Bishop
derribar dos ciervos cada semana en lugar de uno, porque la cantidad de carne
vacuna y de cerdo que se envía al Courtyard de las granjas Nativos de la tierra no ha
cambiado.
—El rebaño de ciervos ha sido auto sostenido porque los Lobos no matarán a
un cervatillo a menos que ya esté herido. Pero ¿cuánto tiempo seguirá así si son
más los venados que mueren que los que se reproducen?
Ahora Monty comprendió por qué tendría que hablar con Louis Gresh. Cada
compra de carne de la carnicería de la Plaza Comercial ejercía presión sobre los
Wolfgard. Independientemente de si los Lobos preferían comer ciervos o alces a la
carne vacuna, algunos miembros de su grupo, principalmente Meg Corbyn,
preferían la carne de vaca y el cerdo. El día en que Meg pasara hambre porque
algún otro humano hubiera comprado la última libra de carne o la última docena
de huevos sería el día en que habría un cambio significativo en la relación entre los
humanos en Lakeside y los Terráneos y ese cambio no sería bueno.
—Un cambio significativo para la mayoría de los hogares, excepto para los
pocos de nosotros que podemos comprar esa cantidad de dos fuentes.
—Las chicas hablaron sobre eso, y van a comprar lo que puedan de las
tiendas humanas porque podemos comprar bienes racionados y los Otros no
pueden. Los Terráneos pueden comprar pizzas en Corteza Caliente o comer en Un
pícaro plato, pero no pueden ir a una carnicería y comprar un asado. Así que las
chicas están pensando que si vendemos la mitad de la ración de carne al Courtyard
cada semana, y por "vender" quiero decir recibir un crédito igual a la cantidad que
pagamos por la carne- podemos comprar un sándwich en Un Pequeño Bocado o
208
Grabado en el hueso
Anne Bishop
tener una comida en La Carne no es Verde sin poner en apuros a los Otros. Nadine
va a llevar la idea a Tess.
—Hablaré con mi madre. Ella puede tener algunas ideas. Incluso durante los
momentos de escasez, se aseguró de que comiéramos bastante bien. —Monty
pensó un momento, luego miró a Kowalski, luchando por no sonreír—. ¿O es mi
madre una de las chicas?
—No con ellos, no. No soy un Intuye, pero soy un policía. Michael y yo
tenemos la sensación de que hay otros invitados en el Courtyard ahora mismo, a
los que nadie menciona, al menos no a ninguno de nosotros.
buena. Es mejor para todos si no parece que esperamos que los Wolfgard cacen
para nosotros. Mejor aún si traemos lo que podamos a la mesa.
*****
—El precio de todo sube —se quejó un hombre—. Lo único que se mantiene
igual es el cheque de pago.
—Sé a lo que te refieres. Fui a Un pícaro plato ayer. La porción de lasaña era
más pequeña que mi mano, unas verduras y una rebanada de tomate como
ensalada, un rollo y una puta porción de mantequilla. Una. Me cobraron diez
dólares. Y un segundo rollo con mantequilla es ahora un elemento extra.
—El Alcalde dice que está trabajando con el Gobernador para mantener las
líneas de transporte abiertas en el Noreste.
—Necesitamos las líneas abiertas para el resto de las regiones. Eso es lo que
necesitamos.
—Están abiertas para aquellos que tienen el dinero para engrasar las palmas
correctas. Apuesto a que el Alcalde y el Gobernador no están alimentando a sus
hijos con una sopa acuosa hecha de cortes de carne baratos.
210
Grabado en el hueso
Anne Bishop
*****
211
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Todo el mundo miró a O'Sullivan, luego a Burke, pero fue Álvarez quien
respondió.
—Envié hombres a cada granja humana que suministra comida a Lakeside
para averiguar la situación de la familia y la granja. El salvajismo de las tormentas
que azotaron la ciudad no llegó mucho más allá de los límites de la ciudad, por lo
que las granjas trataron con daños menores en los cultivos y edificios, pero no
hubo pérdidas ni de vida ni de ganado. El grupo de tiendas que abastece a las
granjas informó de que están escasos de cosas como el azúcar y el café, y esperan
obtener reabastecimiento antes de que se agoten, pero es casi lo normal para ellos.
Lo mismo ocurre con los agricultores. Siguen trayendo carne, productos lácteos,
huevos y productos al mercado.
—Mi impresión es que los animales de la Región del Medio Oeste son los que
más demoran en llegar a ciudades como Shikago, cuyas plantas de procesamiento
de carne suministran gran parte de la carne para la Región Nordeste —dijo
Burke—. El grano también está llegando en cantidades menores, pero esas cosas
están cruzando los límites regionales. Lo mismo ocurre con los alimentos
cultivados en la Región Sudeste. Los agricultores pueden no exportar tanto fuera
de su región porque se les anima a vender primero en su región.
Monty sonrió.
—No creo que la Asociación Empresarial discuta con la manada femenina.
—Lo que trae a colación un punto que Elliot Wolfgard pidió que le
respondieran. —O'Sullivan sacó un papel doblado de su bolsillo interior y se lo
entregó a Walter Chen—. Para inscribirse como usuario de libretas de
racionamiento, una persona tiene que ir a la oficina del gobierno que está
manejando la distribución y mostrar un lugar de residencia y empleo, así como
proporcionar una lista de las personas que se incluirán si es una libreta de
racionamiento familiar... y demostrar pruebas para que alguien no pueda decir que
tiene cuatro hijos cuando realmente tiene dos.
213
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Ella es humana —dijo O'Sullivan en voz baja—. Tiene derecho a los bienes
racionados, igual que cualquier otra persona.
Monty se puso tenso. ¿Elliot había agregado el nombre de Meg a una lista que
se convertiría en un registro en la oficina del Alcalde?
—Saber dónde está no implica ser capaz de alcanzarla —dijo Burke tan
suavemente que su voz apenas se escuchó—. Su inclusión establece un precedente
para las otras chicas. Todas ellas enfrentan suficientes desafíos sin verse obligadas
a depender de otra persona para obtener alimentos.
—Hablaré con todos los jefes de las estaciones y me aseguraré de que sean
conscientes de que se debe reportar el aumento abusivo de precios —dijo
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Álvarez—. Dado que la gente tiene que registrarse en las tiendas, no se debe
permitir que los propietarios se aprovechen de ello, esperemos que sea una
situación temporal.
—Una última cosa, Teniente. —Chen cogió una bolsa con asas del suelo junto
a su silla y la puso delante de Monty con una suave sonrisa—. Arroz. Es un
alimento básico en mi vecindario. Lo ofrezco como una pequeña muestra de buena
voluntad a nuestros vecinos en el Courtyard de Lakeside.
Él, Burke y O'Sullivan salieron juntos. O'Sullivan los detuvo antes de llegar a
sus coches.
—¿Cyrus está buscando trabajo u otro lugar para vivir? —preguntó Burke.
Jimmy no iba a quedarse por fuera. Jimmy nunca lo hacía. No por mucho
tiempo, de todos modos. Pero Monty no podía ver a su hermano volviendo a
Toland sólo para una libreta de racionamiento.
—No, pero gracias. Aún tengo trabajo que hacer en la oficina aquí. Sólo
quería un momento privado para informarles sobre Cyrus.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
*****
—Me llevaré una de esas lasañas —dijo Jimmy. No estaba seguro de qué tipo
de monstruo atendía la carnicería de la Plaza Comercial. No era uno de los Lobos,
porque el monstruo tenía plumas marrones en el pelo.
Jimmy sonrió, contento de que ella vacilara al verlo. La perra debía vacilar. La
perra tenía mucho que compensar.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Jimmy echó un vistazo a Sissy. No sería tan difícil, con un poco de ayuda de
alguien que le debía.
La esperó, salió de la tienda con ella. Una vez que estaban afuera, donde
había algo que los vigilaba, cerró la mano en bolsa. Déjame llevar eso por ti.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
La puerta exterior del edificio no estaba cerrada a esa hora del día, pero la
chupadora de sangre de guardia estaría cerca. Mientras Sissy abría la puerta y
bloqueaba la vista de alguien dentro, Jimmy metió la bolsa de ella en la suya. No
había nada sospechoso acerca de la unificación de bandejas.
—Jimmy...
—Está bien, Sissy. —Su sonrisa y voz amistosa estaban en desacuerdo con la
mirada en sus ojos. La mirada era una advertencia para Sissy. El resto estaba
destinado a la audiencia invisible. Aquí estaba el hermano bondadoso rescatando a
su pequeña hermana otra vez, y proporcionando una razón para cualquier sorbida
y lloriqueo que la perra pudiera hacer—. Puedes pagarme cuando recibas el
dinero. —La próxima vez que la apretara por un poco de dinero, la cabrona
chupasangre confirmaría que le debía dinero. ¿Podría ser mejor?
—¿Quién dice que son míos? No tengo pruebas de que sean míos.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Si quieres hacer esa mierda, hazlo en otro sitio —le espetó—. Si quieres
comer, haz que se caliente.
Sandee sorbió y se frotó los ojos, luego recogió la lasaña, que estaba en el
mostrador. Los chicos se escabulleron lejos, lo que estaba bien con él. Se sentó en la
mesa de la cocina y observó cómo Sandee luchaba por quitar los simples clips que
sostenían la tapa del plato. No confiaba en ella. Se había engullido algo de la
comida fría y luego trató de dividir el resto.
Ese libro en la carnicería iba a ser un problema. Pero encontraría una forma
de evitarlo.
*****
Le enseñé mejores modales que esos, pensó Twyla. Entonces algo en los
movimientos de la muchacha la inquietó, y se apresuró a la carnicería y entró.
—...No estaba prestando atención y tropecé con uno de los juguetes de las
chicas y se me cayó la lasaña al suelo. No pude salvar nada de eso. —Sierra le dio a
Boone Hawkgard una frágil sonrisa—. Así que necesito comprar otra bandeja.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—No tengo más —insistió Boone—. Las bandejas que me quedan están
reservadas.
Twyla escuchó a su hija, pero observó a Vladimir y supo por su mirada que
Sierra mentía sobre lo que había sucedido con la comida que había comprado.
Sabía que él se puso en contacto con quien custodiaba el edificio de apartamentos.
Podía adivinar lo que había sucedido.
Y ella sabía lo que tenía que hacer para tratar de proteger a Bonnie y Carrie.
—Señor Simon —dijo Twyla, corriendo hacia él—. ¿Puedo hablar con usted
en privado?
Algo cambió en él, como si sintiera que la forma humana no iba a ser
suficiente. Miró hacia la Oficina del Enlace y levantó una mano.
Meg saludó a Twyla, luego sonrió a Simon y señaló hacia la Plaza Comercial.
*****
«La Sierra intentó mentirle a Boone Hawkgard para comprar una segunda
bandeja de lasaña.» Vlad hizo una pausa. «La Sierra salió corriendo de la tienda. El
Teniente Montgomery no está en casa todavía, así que espero que esté corriendo a
por su madre para pedir ayuda. ¿Qué quieres que haga?»
—¿Qué quiere que diga? —No estaba seguro de lo que ella quería de él.
Ella asintió.
—Sé que Sierra tiene un poco de comida en su apartamento... algo de
mantequilla de cacahuate y galletas. Tal vez un poco más escondido en los
armarios. Pero no tiene suficiente para hacer una comida, y la mantequilla de maní
en las galletas no es una lasaña.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Sí. No quiero que nadie la ayude esta vez. No yo, no usted, no los vecinos
que quieran ayudar, y especialmente no Crispin. Él querrá ayudar a sus sobrinas, y
Sierra lo sabe. Mientras alguien ayude a sus hijas, Sierra no se enfrentará a Cyrus.
Estoy segura de que el Sr. Vlad sabe, como yo, que Cyrus de alguna manera
terminó con la lasaña que compró.
Ella sonrió.
—Espero que Crispin sea lo suficientemente inteligente como para no
necesitar un mordisco para ver la razón. —Su sonrisa se desvaneció—. No debería
haber pedido ayuda.
—No, señor Simon. Sierra necesita ver que no ayudarla no es solo su decisión.
Puede que usted mime a sus jóvenes, pero apuesto a que los Lobos entienden que
el amor puede ser duro. Yo también.
Simon suspiró.
—La manada femenina será infeliz. —Y tenía la sensación de que nadie -
excepto ese Cyrus y su pareja- iba a disfrutar de la lasaña esa noche.
«¿Simon?» preguntó Vlad. «Meg estaba empezando a rascarse, así que le dije
por qué podría haber problemas esta noche. Ella y Nyx decidieron posponer la
cena de la lasaña hasta mañana. A ver si Tess todavía tiene algo que tú y Meg
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Anne Bishop
—Hiciste lo correcto —dijo Nadine—. No hay por qué echar a perder una
buena comida. Eva Denby acaba de llegar a casa. La llamaré y le haré saber.
¿Quieres que alguien lleve tu caja de cartas a tu apartamento? ¿No? De acuerdo, si
lo veo... Oh, él está aquí. Yo se lo diré. —Ella colgó.
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Capítulo 11
Watersday, 11 de Messis
—No tengo problema si ella quiere ir. —No se le escapaba el porqué él no fue
incluido en la invitación.
Monty miró a Kowalski, que estaba hablando por su teléfono móvil, con la
cara marcada en líneas duras.
—Puede que no sea la mejor noche para cenar en el Courtyard —dijo Monty
en voz baja—. Parece que hay algunos problemas.
Burke sonrió.
—Debería ser interesante.
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Los tres hombres salieron. Burke caminó junto a él. Kowalski se quedó un par
de pasos atrás. Mirándoles de espaldas ¿o distanciándose porque sabía más de lo
que había dicho sobre lo que estaba pasando aquí?
Atónito, Monty no dijo nada cuando Simon se alejó. Se volvió hacia Kowalski.
—¿Qué sabes?
que ver con Sierra mintiéndole a Boone Hawkgard cuando intentó comprar una
segunda bandeja de lasaña.
Dioses. Bueno, él podía adivinar por qué había tratado de comprar más que
su parte de una comida limitada.
—Hablaré con ella.
Twyla no dijo nada, sólo caminó por los garajes que formaban un lado de la
zona abierta detrás de algunas de las tiendas y lo condujo a las escaleras traseras
de los monoambientes. Se detuvo al pie de la escalera.
—Es fácil decir que estamos ayudando a Sierra para ayudar a las chicas —dijo
Twyla.
—No esta vez, Crispin. Ayudándola a seguir así... Eso se llama habilitación,
¿no?
Casi le hizo una broma sobre leer revistas de psicología, pero no estaba de
humor ni con la cabeza en las bromas.
—El señor Simon está haciendo lo que se necesita hacer, haciendo lo que le
pedí que hiciera. Así que quiero que lo apoyes.
—¿Qué podía haber hecho en Toland sola con dos pequeñas niñas, sobre todo
después de la tormenta? No, Crispin. Estuviste bien con ella y conmigo al
ayudarnos a venir a Lakeside. Ahora dale a tu hermana un tipo de ayuda que es
más difícil de dar.
—No puedo permitirme comprar otra comida esta noche, ¡no con lo que me
pagas!
Simon se volvió hacia ella. Por un momento, el Lobo parecía asustado, pero
Monty no podía decir si el miedo era por él o por Sissy.
Dioses, Sissy, pensó Monty. Sus palabras fueron estúpidas e infantiles bajo las
mejores condiciones. Un jefe humano la habría despedido también. No valoraba lo
afortunada que era de que Simon no hiciera más que eso.
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No quería dejarla sola. Ver a Sissy lastimarse así, fue difícil para ella también.
Pero cuando miró más allá de su madre, vio a Elliot Wolfgard, quien lo miró a los
ojos y asintió.
Twyla ahora era parte de la manada de los Wolfgard. Los Lobos la cuidarían.
La Sanguinati en guardia les dirigió una mirada curiosa, pero no dijo nada
mientras Monty llevaba a su hermana arriba a su apartamento. Las chicas estaban
en casa, sin supervisión, lo que produjo un parpadeo de molestia hasta que se dio
cuenta de que los Otros no verían nada extraño acerca de dejar a las jóvenes solas
en la guarida cuando había adultos cerca.
—CJ —empezó, mirándolo con esos ojos que siempre derretían su corazón—.
CJ, era sólo una estúpida bandeja de lasaña. Había muchas. Sólo están siendo
malos.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Sacudió la cabeza.
—Una porción por persona. No es algo irrazonable.
—Pero mis chicas no van a tener nada que comer. No tengo ni siquiera un
vaso lleno de leche para dividir entre ellas.
—No puedo hacer eso. Si te ayudo, los Otros se llevarán a las niñas. —Si él la
ayudaba después de que Simon le hubiera advertido de que no lo hiciera, ¿los
Terráneos le dirían siquiera dónde trasladarían a las niñas?—. No es un farol,
Sissy. Tú actúas como si lo fuera, pero ellos hablan en serio.
—CJ...
Dioses, esto lo estaba matando. ¿Hacer un sándwich para las chicas realmente
sería tan malo? Si estuviera tratando con otros humanos, tal vez no. Pero los Otros
no lo verían así.
—No puedo ayudarte.
—Para una joven inteligente a la que le fue muy bien en la escuela, te lo juro,
Sissy, a veces puedes ser estúpida. —Cuando trató de abrazarla, se levantó,
poniendo la mayor distancia posible entre ellos.
Pensó en Sierra como una mujer joven con su primer trabajo, luchando para
pagar el alquiler en una pequeña caja como apartamento, pero orgullosa de tener
su propio lugar. Excepto... ¿Su lucha por salir adelante económicamente era
porque su trabajo no pagaba lo suficiente?, eso era lo que ella le decía cuando se
reunían para un almuerzo, ¿o era porque Jimmy le caía cada pocas semanas,
apretándola para conseguir dinero? Y más tarde, cuando el hombre con quien tuvo
a sus hijas se fue para siempre, ¿aceptó las excusas de los trabajos perdidos o las
notificaciones finales de los servicios porque realmente la creía o porque su vida
con Elayne y criar a su propia niña era su propia excusa para no hacer preguntas
difíciles?
*****
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—¡Sí!
Estrechó los ojos y se echó hacia atrás un poco, como si le preocupara que
pudiera morderlo, y eso la hizo sonreír.
—No de verdad —aclaró. Luego apretó las manos. Durante las últimas dos
semanas, había guardado la navaja en un cajón cuando llegaba a casa. Eso hacía
que fuera fácil encontrarla si realmente necesitaba cortarse para ver una profecía,
pero ya no la llevaba consigo todo el tiempo. En ese momento, sentada en la sala
de verano con Simon, la navaja se sentía demasiado lejos. Y sin embargo,
realmente no quería hacerse un corte. No por Sierra.
Pero, ¿qué pasaría si algo malo ocurriera, algo que su advertencia podría
detener?
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Anne Bishop
¿Qué significaba para sí misma, para las otras profetas de la sangre, el que
una vaga advertencia a veces podía ser suficiente porque alguien realmente
escuchaba?
Ella lo hizo. Y debido a que sus dientes rasparon uno de sus dedos cuando
mordió, tuvo que sostener su propio bocadillo el resto de la cena.
*****
Los Lobos eran muy conscientes del extraño silencio que llenaba la Plaza
Comercial desde que la Sierra lo desafió. ¿Los Antiguos habían comprendido que
despedirla era una manera humana de afirmar su dominio como líder del
Courtyard? Tal vez debería decírselo para asegurarse de que entendieran este tipo
de dominio, ya que podrían verlo en otros lugares donde vivían humanos.
«¿Pasó algo?» preguntó cuando se unió a Blair y Elliot en las sombras del
estacionamiento para clientes.
«¿Simon?»
«Las chicas del lago quieren saber por qué le pediste a Nyx que cuidara de
Meg esta noche.»
«Prometí a Meg que vigilaríamos a la Sierra esta noche, pero ella se estaba
rascando y no quería que estuviera sola» le dijo a Jester.
Con todas las ventanas abiertas para dejar entrar el aire fresco de la noche,
Jester podría oír si Meg se levantaba en la noche, o abría un cajón de la cómoda.
Daría la alarma a Nyx, si ella no entendía el significado de ese sonido.
«Gracias»
Nada más que hacer, así que Simon y los demás se establecieron para vigilar.
*****
«¿Por qué?»
«Así puedo decirle a Meg lo que le pasó a la Sierra. Así ella sabrá por qué
tenía picazón». Y para decirle a Montgomery y a la señora Twyla, pero eso no sería
importante para los Elementales.
«La seguiré»
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Era hora de ir a casa y tomar una siesta rápida. Tenía la sensación de que ese
día habría muchos aullidos de los humanos.
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Estimado Douglas:
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Anne Bishop
Todo sigue como de costumbre, pero nada será igual. Creo que
tú, mejor que yo, lo entiendes.
Shady
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Capítulo 12
Moonsday, 13 de Messis
Mientras subía las escaleras hacia el apartamento de Sissy, Monty asintió con
la cabeza a los Sanguinati que vigilaban en el vestíbulo del edificio.
Pero esta era una nueva semana, un nuevo comienzo. Había seguido las
órdenes de Simon y no le dio comida a Sissy en Watersday, y él prácticamente se
mantuvo alejado del Courtyard el día anterior. Pero la orden de "no comida" no se
aplicaba ahora, así que no había razón para que no pudiera comprar el desayuno
para Sissy y sus sobrinas antes de ir a trabajar. Tal vez, habiéndose dado un día a sí
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
misma para considerar sus acciones y las serias consecuencias, Sissy realmente le
hablaría de lo que sucedía entre ella y Jimmy. O si no quería hablar con él, tal vez
podría convencerla de que hablara con Theral MacDonald, quien se había alejado
de una relación abusiva.
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Anne Bishop
Una mujer adulta que se va con sus propias hijas. No había razón para que
nadie la detuviera. Después de todo, los Sanguinati estaban allí para impedir que
alguien que no estaba autorizado ingresara al edificio, no para detener a alguien
que vivía allí.
—No, pero podrías preguntarle a Vlad o a Simon. Ellos vigilaron esa noche.
Pueden saber más.
Pero su hermana había empacado y se había ido sin decir una palabra a
nadie.
Tal vez Sissy se lo había contado a alguien. Tal vez eso explicaba la agudeza
de su madre hasta que se alejaron del Courtyard... hasta que no tuvo motivos para
notar la ausencia de Sissy durante todo un día.
No tenía tiempo para luchas de poder esa mañana. Lizzy no había tocado las
dos rebanadas de melón que cortó para que la compartiera, y la media rebanada de
tostada tenía un solo mordisco en el centro blando.
—Vámonos. Tienes que quedarte con la señora Eva hasta que llegue la hora
de ir a la escuela.
—Estás fuera de tiempo, así que tendrás que ir a la escuela con el aliento
apestoso y los dientes borrosos. —Monty se acercó a la puerta y la abrió—. Vamos.
Lizzy se deslizó de la silla y agarró a Oso Grr mientras una columna de humo
fluía a través de la puerta abierta. La cabeza, el pecho y los brazos del Sanguinati se
desplazaron a la forma humana; el resto de él seguía siendo humo.
No había razón para pensar que el Sanguinati haría daño a Lizzy... o que
fuera a alimentarse de ella. No habría vacilado si Vlad hubiera hecho la oferta, pero
no se sentía cómodo dejando a su chica sola con alguien que no conocía bien,
humano o no.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Monty cerró la puerta con llave, pero dejó las ventanas abiertas. Proporcionar
a los intrusos un fácil acceso a la residencia no era lo que el departamento de
policía recomendaba, pero sabía que los Hawkgard y Crowgard se valían de las
barandas del porche y de las sombras mientras vigilaban la actividad en los
apartamentos del Courtyard; y estaban atentos a pequeñas peludas comidas.
Lizzy atravesó los patios y subió los escalones del porche. Pete Denby lo
encontró en la puerta, una interrogante en sus ojos.
—Papá derramó mi leche por el desagüe —anunció Lizzy mientras ella y Oso
Grr entraban.
—Lo haré.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Karl, debes ir a la estación, ver si hay algo que tengamos que saber antes de
empezar el turno del día.
—Sí, Simon podría estar molesto con Sissy, pero no habría permitido que la
llevasen contra su voluntad.
*****
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—¿Sabes dónde?
—Lo sé.
sabemos cómo encontrarla, es posible que se diga algo que le dará la nueva
ubicación de Sissy. Tal vez algo que Lizzy escuche y repita sin darse cuenta del
significado. Y entonces Jimmy estará de nuevo en la puerta de Sissy. —Se frotó la
frente—. Pero necesitará que le envíen la libreta de racionamiento a su nueva
dirección, y eso dejará un rastro de papel.
*****
—Mira, perra. —Jimmy usó la voz y actitud que intimidaba a casi todo el
mundo, especialmente a las mujeres que él no estaba tratando de encantar para ir a
la cama o por algo de dinero—. Estoy aquí para ver a mi mamá, así que quita tu
culo asqueroso de mi camino.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Su madre no se apresuró a ver lo que quería, pero el maldito agente del GTI,
que había estado sentado en un escritorio al otro extremo de la habitación,
hablando por teléfono, de repente colgó y se acercó a él. Una mujer de edad
avanzada tomó el teléfono en otro escritorio y apretó unas teclas, todo el tiempo
sin dejar de mirarlo.
—¿Algo que pueda hacer por usted, señor Montgomery? —dijo el agente.
Aunque... Había oído historias sobre vampiros femeninos que eran capaces
de darte una chupada que las mamadas no podían igualar.
Miró a la vampira y estuvo a punto de decir algo, sólo para ver cómo
reaccionaría, cuando Twyla bajó las escaleras, seguida por un hombre con cabello
fino, ojos de color ámbar y un traje que debió costar lo suficiente para comprar un
mes de hierba dulce.
—No tienes ningún asunto en el consulado, Cyrus —dijo Twyla en voz baja,
pero con firmeza—. Esta no es una de las tiendas donde tienes permiso para
comprar.
—No puedes entrar. Puedes decir lo que quieres aquí mismo o podemos salir.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—No lo sé, Cyrus. Ella no habló con nadie, no dejó una nota. Simplemente
empacó sus cosas y se fue con las niñas.
—Debió haber dicho algo. —Mierda. Había contado con poder machacar a
Sissy por dinero o información, o incluso conseguir que hiciera compras
adicionales de algunos de los jabones y cosas que Sandee decía que costaban el
doble en las tiendas de alta gama, que eran los únicos lugares en los que los
humanos podían comprar eso.
No creyó en sus palabras, pero sí en la tristeza de sus ojos. Sissy huyó con sus
mocosas. Eso significaba que sus hijos podían tirar las cuerdas del corazón de la
abuela un poco más duro para obtener más golosinas.
—Su elección —dijo Jimmy. Sissy había dejado de ser útil, así que no tenía
sentido pensar en ella a menos que las cosas se agriaran tanto ahí que realmente
necesitara encontrarla. Mientras se alejaba, agregó—. Ella nunca fue de la familia
de todos modos.
248
Grabado en el hueso
Anne Bishop
*****
Meg cerró con llave la Oficina del Enlace y se dirigió a la Plaza Comercial
para pasar su descanso del mediodía con Sam. Quería saber lo que había
aprendido en la escuela y del nuevo libro de La Brigada Lobo. Quería pensar en algo
más que en Sierra Montgomery y en cómo todo el mundo se había agitado por su
partida.
Las cartas proféticas que sacó aquella mañana no le dijeron mucho: autobús,
este, y la tercera carta, el resultado, era una foto de un pueblo. Y Simon no tuvo
nada que añadir cuando llegó a la oficina minutos después de que diera vuelta las
cartas. Sólo confirmó lo que ya sabía. Y ninguno de ellos tenía ninguna idea sobre
el pueblo porque la carta del pueblo no indicaba si el lugar era humano, Intuye o
Terráneo.
Ya que Jane llevaba una bolsa llena de libros, era fácil adivinar que se dirigía
a la biblioteca.
—Es una larga caminata para las piernas humanas —asintió Sam. La miró a
través de las pestañas—. Pero no tanto para las piernas de un Lobo.
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Anne Bishop
Ella apoyó sus manos en sus muslos para que estuvieran frente a frente.
—¿Me veo como una mula de carga? —Viendo la chispa de travesura en los
ojos de Sam, añadió—: Antes de responder, recuerda que soy la que tiene dinero
para comprar golosinas.
—Tengo que recoger un par de cosas del Almacén General —dijo, liderando
el camino—. Luego podremos ir a La Carne no es Verde a comer algo.
Gracias a Dios por eso. Para alguien como ella, la tienda de los Cuervos era
una explosión visual. Al menos las estanterías del Almacén General -que estaba
dirigida por Halcones y Búhos-, estaban organizadas y ordenadas. Aun así, tuvo
que aprender a limitarse a uno o dos pasillos durante cada visita para evitar
quedar abrumada por todas las cosas diferentes que se podían comprar.
El Lobato la miró por un momento, luego se alejó para explorar todos los
olores dejados por los otros residentes del Courtyard, y para buscar cualquier cosa
comestible que a alguien se le pudiera haber caído o dejado en una mesa sin
vigilancia.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Saltarín parecía que realmente quería dejar una marca de "Saltarín estuvo
aquí" en la maceta, pero obedeció a Sam y siguió adelante.
Meg no podía decir por qué le agradaba tanto que Sam fuese el líder de la
manada de cachorros -que incluía a Saltarín, así como a los niños humanos-, pero
la llenaba de orgullo. Sam y Robert tuvieron un par de disputas para resolver
quién era el líder, pero ahora eran amigos que a menudo se iban a explorar por su
cuenta -al menos hasta donde se les permitía ir dentro del Courtyard- dejando a las
niñas jugar juegos que no incluyeran barro, suciedad, escalar árboles o examinar
restos parcialmente comidos de varios tipos de presas.
Meg deseaba haber estado allí cuando Simon y Pete Denby establecieron la
regla de que nadie que estuviera en forma humana podía comer restos de presas, y
ningún cachorro de ningún tipo podría tratar de encender un fuego como lo hacían
los humanos en las historias fronterizas para cocinar restos de carne que habían
estado expuestos al ardiente sol por quien sabía cuántos días y no eran aptos para
ser comidos por humanos o Lobos.
Por supuesto, los Terráneos nunca habían interactuado con los niños
humanos hasta ahora, por lo que el interés de Robert en lo "repulsivo" y su
conocimiento algo defectuoso de la vida en la frontera eran una educación para
todos. Razón por la cual Ruth estaba investigando la vida de la frontera según lo
representado en relatos verídicos más que en las -que admitía como más
divertidas- novelas de ficción escritas sobre una época pasada. Bueno, tal vez no
muy pasada si se estuviera entre las personas que se estaban reasentando en
Bennett o las otras ciudades de la región del Medio Oeste.
—Estaré aquí —dijo Meg, soltando la mano de Sam mientras se dirigía hacia
el pasillo que llevaba al jabón y el champú. Ninguno de los artículos personales
vendidos en el Courtyard eran perfumados -al menos no lo suficiente como para
que una nariz humana lo detectara-, pero estaban hechos con diferentes
ingredientes. Ahora, en el calor del verano, ella prefería el jabón y champú
amarillo porque se sentía más vigorizante y dejaba un muy ligero olor a limón en
la piel caliente. O tal vez sólo se imaginaba el olor debido a la asociación del limón
y el amarillo.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
El chico parecía mayor y más grande que Sam, pero el líder de la manada de
cachorros se colocó delante de la puerta, bloqueándolo en lo que era un claro
desafío.
—No pagaste por eso —dijo Sam—. No puedes tomar las cosas de la tienda
hasta que pagues por ellas.
Sam fue tras él, agarró la parte de atrás de la camisa del chico.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Lo siguiente que Meg supo, fue que estaban dando vueltas alrededor,
golpeándose el uno al otro. Ella corrió hacia la puerta, pero la chica estaba allí,
empujándola, poniéndose en el camino mientras intentaba salir y detener la pelea.
Los adultos salían de las tiendas alrededor de la plaza, pero ninguno parecía
tener prisa por llegar a la pelea. El Halcón del Almacén General tenía a la chica
por el brazo, impidiéndole huir o ayudar al niño.
—¡Basta! —Meg gritó. ¿Es que nadie veía que eso no era una pequeña disputa
por el dominio? ¡Ese muchacho más grande quería herir a Sam!
Ella vio un destello de metal en un par de dedos del muchacho justo antes de
golpear a Sam de nuevo, separando la piel a lo largo de la mejilla de Sam.
Ella no pensó, no esperó a la ayuda de los otros adultos. Sólo se metió, con la
intención de agarrar un brazo, una camisa, cualquier cosa para apartar a los niños
y detener eso. Mientras los alcanzaba, Sam agarró la muñeca del muchacho y
mordió la parte carnosa de la mano de su adversario antes de saltar fuera de su
alcance, listo para atacar de nuevo.
Meg no sintió el golpe, ni siquiera sabía que había sido golpeada mientras
retrocedía y caía de rodillas. Entonces probó la sangre, sintió la agonía que era el
preludio de la profecía. No quería tragar las palabras, no quería tragar el dolor.
Así que ella habló, describiendo las visiones. Y mientras hablaba, se alejaba
en la euforia que provenía de la profecía hablada, velada por las visiones que había
visto... Y la agitación que la rodeaba.
*****
Corrió hacia los muchachos. Blair también, en forma de Lobo, y Nathan, que
llevaba bañador, probablemente la primera pieza de ropa que pudo agarrar
cuando cambió a humano. Vlad se desvió para interceptar a Saltarín antes de que
el joven Lobo se uniera a la pelea.
El chico humano golpeó a Sam y le rompió la piel. Sam agarró la muñeca del
chico y hundió sus dientes en la mano del niño, una mordedura castigadora,
incluso si se la daba con dientes humanos.
Simon soltó la garganta de Sam, pero mantuvo su otro brazo alrededor del
cachorro. Nathan se aferró al chico humano, que estaba llorando como si hubiera
recibido más de un moretón y unas pocas gotas de sangre en su piel.
Ahora que los combatientes estaban asegurados, Simon buscó a Meg, que
estaba sentada en el pavimento a pocos metros de distancia. La sangre goteaba de
su labio partido, manchando su blusa de verano. Sus labios se movieron. No podía
oírla, pero sabía lo que estaba pasando porque Starr escribía en el pavimento
mientras Jenni sostenía la mano de Meg y la miraba fijamente.
Emily Faire salió corriendo de la oficina médica. Sus ojos se fueron de Sam,
que todavía estaba a medio cambio, a Meg, y al muchacho. Entonces miró a Simon
y él comprendió: ¿a quién debería ayudar primero?
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Al ver a Jane Wolfgard corriendo hacia ellos, Simon inclinó la cabeza para
indicar al muchacho.
—Trata con él.
Simon miró fijamente al poni blanco que estaba parado cerca de la nieve.
Avalancha miró hacia atrás y resopló.
Podría haber sido peor, pensó. Las chicas del lago podrían haber enviado a Arenales
para averiguar qué estaba pasando. Pero le pareció reconfortante que los Elementales
mantuvieran su promesa de vigilar la Plaza Comercial mientras los Antiguos
observaban a ese Cyrus y a los otros humanos.
«Blair, desentiérrala» dijo Simon. «Que te ayude Saltarín. Eso evitará que
trate de lamer a Meg». No comentó lo que habría sucedido si el joven Lobo se
hubiera lanzado a la lucha. Ahora parecía dispuesto a lamer la herida de Meg y
gruñirle a Vlad, que seguía arrastrándolo lejos de donde Meg ahora yacía en el
pavimento.
Ella asintió y medio cargó a Meg al edificio con Jenni proporcionando apoyo
adicional.
Nathan soltó al chico humano, que hacía suficiente ruido como para atraer la
atención de todos los depredadores del Courtyard, agarró a Sam y llevó al
cachorro a la oficina.
—¡Mira lo que ese maldito monstruo le hizo a mi chico! —Ese Cyrus gritó a
Montgomery—. ¡Tienes que dispararle a ese hijo de puta!
—¿A quién mierda le importa dónde estoy? ¿Viste esa cosa? ¡Tienes que
dispararle por lo que le hizo a mi hijo!
—Él robó de la tienda —repitió el Halcón—. Si nos roban, pierden una mano.
—Lo mordió bien —dijo Emily Faire en voz alta mientras examinaba las
marcas de los dientes en la mano del niño—. Perdió un poco de piel, y va a tener
un bonito moretón, pero no veo nada de qué preocuparse.
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Anne Bishop
Emily resopló.
—Solía recibir mordidas más duras de mi hermanito.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Ese Cyrus no se movió, y el chico parecía que quería comenzar otra pelea
cuando Kowalski trató de llevarlo lejos.
Simon estudió el odio en los ojos de ese Cyrus. Odio, sí, pero también miedo.
Y no había ninguna preocupación por la cachorra que estuvo enterrada bajo la
nieve y que había corrido hacia la manada femenina al otro extremo de la plaza en
vez de buscar consuelo en su padre.
Cuando la policía y ese Cyrus se fueron, Simon se volvió hacia Emily Faire.
—Tu hermano no puede morder tan fuerte como un Lobo.
Se encogió de hombros.
—Voy a cuidar de mis otros pacientes ahora.
Meg. Había dado un paso hacia el consultorio médico cuando Vlad lo llamó.
Dudó, pero Jane sabía que no debía lamer la sangre de Meg y sabía cómo cuidar a
Sam. Y Theral y Jenni estaban dentro para ayudar también. Así que Emily Faire no
necesitaba que nadie más se amontonara en la oficina.
Caminó hasta donde Vlad y Henry estaban junto a Starr Crowgard. Henry
señaló las palabras escritas con tiza en el pavimento.
Coche blanco. Hombre. Cara de dolor. Bala. Números y letras que Simon
comprendió debían ser de una matrícula.
—La policía está tratando con ese Cyrus y su cachorro. —dijo Henry.
*****
Burke juró entre dientes al ver al agente O'Sullivan esperándole fuera del
consulado.
—Oí hablar de la pelea. Una tempestad en un vaso de agua.
—Creo que Cyrus es un matón que usa encanto o beligerancia para conseguir
lo que quiere, dependiendo de la situación. Tuve la impresión de que él piensa que
robar en tiendas es un acto insignificante cuando sus hijos lo hacen, y se vuelve
resentido cuando son capturados y los hacen responsables. Ver a Sam Wolfgard en
una forma que no era completamente humana lo asustó, y él usará "él no es
humano" como una justificación para cualquier daño que pudiera hacerle al joven,
o a cualquier otro en el Courtyard. —O'Sullivan vaciló—. No vi nada, pero había
algo en la Plaza Comercial que asustó seriamente a Simon Wolfgard y al resto de
los cambiantes.
No fue un corte con una navaja, pero eso no hacía ninguna diferencia para
una profeta de la sangre. Si todos tuvieran suerte, Cyrus no se habría dado cuenta
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
de las cicatrices uniformemente espaciadas. Pero no pensaba que iban a ser tan
afortunados.
—El médico debía pasar algún tiempo en nuestro consultorio médico cada
semana, pero no ha estado aquí en un tiempo —dijo Simon—. Es por eso que
contratamos a Emily Faire para que sea la sanadora humana en el Courtyard.
—¿El doctor Lorenzo no es parte del grupo de trabajo que estaba examinando
a las profetas de la sangre? —preguntó O'Sullivan.
—Así es —respondió Burke. Y la última vez que lo vi, le preocupaba que los
miembros del movimiento de Humanos Primeros y Últimos pudieran interceptarlo en
algún tramo desolado del camino e interrogarlo sobre donde escondían a las profetas de la
sangre. Los Otros pusieron fin al movimiento HPU, pero la codicia puede motivar a los
hombres tanto como una agenda política, y esas chicas pueden hacer de algunos, hombres
muy poderosos y muy ricos.
—Yo haré lo que pueda para localizarlo. —Burke dobló el papel y lo guardó
en el bolsillo. Puesto que la profecía era sobre el futuro, tal vez podrían encontrar a
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Anne Bishop
Lorenzo a tiempo para detener el dolor y la bala. Tal vez Steve Barquero podría
ayudar con eso, ya que la mayoría de las chicas liberadas de los recintos se
escondían en las comunidades de Intuye—. ¿Su sobrino y la Sra. Corbyn están
bien? —Le preguntó a Simon.
—Lo van a estar —Simon sacó otro papel del bolsillo trasero de sus vaqueros
y se lo dio a Burke.
—Me mudaré oficialmente a Lakeside, pero por ahora todavía tengo una
residencia en Hubbney y trato de regresar un par de veces cada mes —dijo
O'Sullivan—. Podría encontrar una excusa para visitar la zona del Lago Senneca si
alguien quisiera enviar algo a la Sra. Montgomery.
—Lo tendré en cuenta —dijo Burke. Sin nada más para decir, O'Sullivan se
fue, pero Burke se detuvo—. Si Clarence estaba robando, ¿por qué no lo detuvo el
comerciante?
—El Halcón le habría dejado salir, así no hubiera podido decir que pretendía
pagar. —Simon se encogió de hombros—. Como todos los Terráneos, los
Hawkgard son más grandes que los halcones ordinarios. No es lo suficientemente
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Anne Bishop
grande para levantar a un niño humano de ese tamaño, pero las garras hubieran
hecho mucho daño. Eso es lo que habría sucedido, pero Sam, y Meg, intervinieron.
—Sam obtuvo un golpe que sangró. —Simon sonrió con sequedad—. Hace
unos meses, le habría lamido el corte hasta dejarlo limpio y eso habría bastado.
Hoy, la mejilla cortada de Sam y el labio partido de Meg justifican ir a la Plaza
Comercial antes de la cena por helado, seguido de una maratón de películas de La
Brigada Lobo.
—Lo hicieron. Pero Katherine Debany adopto el rol de madre y dijo que el
helado no era suficiente para la cena y recomendó huevos revueltos porque serían
suaves para comer. Todo el mundo en la manada femenina está llevando un huevo
a Un Pequeño Bocado para que lo lleve a casa.
—No lo sé. Si fuera por mí, ese Cyrus se hubiera ido el día que llegó.
2
Nudillera: El puño de acero, puño americano, manopla, nudillera o llave de pugilato es un arma contusa
formada por una estructura que se ajusta directamente a la mano del usuario, más exactamente a los
nudillos del mismo. Esto hace que al dar un puñetazo con este artefacto en la mano, las lesiones causadas al
adversario sean de mayor magnitud y el impacto en la mano de quien golpea sea mínimo. Es un arma blanca
sumamente peligrosa y puede llegar a romper el cráneo de una forma rápida y sencilla.
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Anne Bishop
Eso había sido demasiado terrible y le dio noches de insomnio -algo que
nunca admitiría a sus hombres o a sus superiores-, pero con el movimiento
Humanos Primeros y Últimos aniquilado, no era probable que alguien pudiera
reunir a los humanos para otro ataque sin cuartel hacia los Otros. Por lo menos, no
por una generación o dos. No, la siguiente amenaza para los humanos podría ser
más sutil y más terrible si fuera un reflejo de los rasgos más desagradables de
Cyrus Montgomery.
*****
Tenía que hacer algunas conexiones. Tenía que encontrar algo que pudiera
convertirse en efectivo. Había vendido la bandeja extra de lasaña con bastante
facilidad, y los hombres a los que se acercó estaban interesados en cualquier otra
cosa que pudiera tener para vender. Pero con restricciones en todo sobre cuánto los
humanos podían comprar en el Courtyard, y los monstruos irritados por Clarence
manoteando un par de cosas estúpidas que no eran nada, no pensaba que sería
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
capaz de obtener suficiente comida para vender, a menos que vendiera la mitad de
lo que pudiera sacar del Courtyard y le dijera a Sandee que pagara por su comida
de otra manera.
El hombre de cabello rubio que había visto antes se sentó en el taburete junto
a él y le dedicó una sonrisa que carecía de sinceridad y contenía un toque de
malicia.
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En la sonrisa del hombre había ahora algo más que un toque de malicia... y
también en sus ojos azules.
—Me aseguraré de que el dinero te llegue.
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Tolya
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Messis 14
Estimada Jenni:
Jana
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Capítulo 13
Sunsday, 14 de Messis
Cuando los Owlgard se dirigían a casa y el resto de los gard todavía dormían,
sus pasos llenaron la Plaza Comercial con un extraño y frustrado silencio.
Eran fuertes y sus garras podían abrir las puertas con mucha facilidad, pero
los Wolfgard y Sanguinati ya estaban descontentos por su insistencia en mantener
cerca al insignificante depredador humano. Si entraban en las salas de trabajo de la
Cosechadora y la no-Lobo para buscar la sabrosa galleta o alguna otra delicia, los
cambiantes más pequeños se enojarían. Lo mismo la Cosechadora. ¿Y la no-Lobo?
Si se asustaba, podría abandonar la guarida de trabajo, y una buena cantidad de
cambiantes más pequeños, -si estaban dispuestos a sacrificar a muchos- podrían
herir seriamente a un Antiguo. Y la Cosechadora trabajando con ellos haría el resto.
«Eso fue una mala cosa humana» respondió la hembra. «El pequeño macho
fue mordido por el cachorro Lobo, y el robo hizo que todos los adultos estuvieran
enojados» Y una pequeña cantidad de la sangre de la no-Lobo fue derramada
mientras los cachorros estaban peleando. Ese olor de la terrible creación de Namid
había atravesado el aire, peligroso y seductor.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
«El Lobo recibe pequeños papeles de Terráneos de los asentamientos del país
salvaje», dijo la hembra. «Pequeños papeles que dicen lo que quieren».
Intercambio, después de todo, era diferente de robar. Robar era malo, pero el
intercambio era algo que los humanos hacían.
*****
—Duele, pero no está mal. —Ella resopló—. Tienes que hablar con Saltarín.
No puede seguir empujando los pies de las personas para conseguir que contengan
su plato cuando come helado.
—Él no estaba empujando a las personas; estaba acomodando tus pies para
sostener su plato.
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Anne Bishop
Ella balbuceo.
—No creí que lo fuera a recordar. Olvida todo lo demás.
—No todo. Saltarín recuerda lo que es importante para Saltarín. —Él la miró
y se rió—. Estás usando tu cara de poni gruñón.
Se sentía bien. El corte en la cara de Sam se curaría muy bien. Tenían dudas
sobre si el labio de Meg tendría una cicatriz, pero puesto que no era un lugar
probable para que ella deliberadamente se hiciera un corte, no pensaba que fuera
algo de qué preocuparse... a menos que interfiriera con su capacidad de comer. En
el país salvaje, una lesión que impedía que un Lobo consumiera comida o agua,
usualmente significaba la muerte.
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*****
Querer gayetas
—Puede que quieras galletas, pero lo que necesitas son más lecciones de
ortografía —murmuró. Y había algo en los gruesos golpes del lápiz que la hacían
pensar que era una exigencia, no una petición.
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*****
Tal vez la decisión de Sissy fue la acertada: largarse sin decir una palabra.
Con quinientos en el bolsillo, podía coger un tren de regreso a Toland o ir a
Shikago. Tal vez incluso ir a una ciudad controlada por humanos en la Región
Sudeste. Sacarse a la perra y a los mocosos y empezar de nuevo.
*****
Algo golpeó la puerta trasera de la Oficina del Enlace con la fuerza suficiente
para asustar a Nathan, que estaba en la sala principal, y tuvo a Pete Denby, desde
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
su oficina de arriba, corriendo hacia la parte trasera del edificio para revisar las
cosas.
Meg abrió la puerta trasera, luego pisó el trozo de papel que casi se le escapa.
Ella lo recogió.
¡Querer gayetas!
Segura de que quien había dejado el papel estaba observando de cerca, Meg
salió y sacudió el dedo.
—Cuando alguien hace una petición de un convite, ese alguien debe decir por
favor. Es lo más educado que se puede hacer.
Esperó, segura de que los cachorros o los jóvenes que habían dejado el papel
vendrían saliendo de sus escondites con la cabeza baja y las colas dobladas. Pero
no hubo nada más que un extraño silencio que la hizo sentirse extraña.
— ¿Meg?
—Nathan...
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Anne Bishop
Se sentía como si hubiera esperado una semana, pero estaba bastante segura
de que sólo pasó un minuto antes de que regresara y le entregara otro pedazo de
papel.
Meg aspiró aire, sólo entonces se dio cuenta de que había estado conteniendo
la respiración mientras esperaba a Nathan.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Nathan la miró.
—Roo.
Meg se levantó del suelo cuando oyó que alguien la llamaba desde la
habitación de enfrente.
—Ese es el cartero. Será mejor que vaya a trabajar.
*****
Simon se rascó detrás de una oreja que ahora estaba en forma de Lobo y
peluda.
—Está bien. Meg dijo mucho por todos nosotros.
*****
—¿CJ? Soy Jimmy. Te necesito de vuelta aquí. Tengo algunas cosas que
decirte.
—Jimmy...
—No, simplemente andas por ahí y pareces importante, y voy a decirle lo que
tengo que decir a mamá.
Una pausa.
—Estaré allí en media hora.
Jimmy colgó y sonrió. Siempre podía contar con CJ. Sólo tenía que presionar
la tecla correcta.
*****
Dejando la navaja en el bolsillo, sacó la caja de las cartas proféticas del cajón,
abrió la caja y apoyó las manos en las cartas. No tenía una pregunta, ni siquiera un
tema vago. Pero las yemas de los dedos zumbaban mientras buscaba en las cartas,
seleccionando las tres que creaban el sentimiento más fuerte.
Las puso en la mesa en el orden en que fueron elegidas, luego miró el reloj.
Tenía un poco de tiempo antes de que llegaran los ponis para entregar el correo
por el Courtyard.
—¿Vlad? Soy Meg. Necesito ver a Merri Lee por unos minutos. Estoy bien.
Sólo... perpleja.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Meg señaló las cartas. La carta de explosión. Una persona que apuntaba en
una dirección, pero había colocado la carta al revés. Y la última carta, el resultado,
era la figura encapuchada sosteniendo una guadaña.
—Eso es lo que quería que vieras. —Meg señaló la segunda carta—. Está al
revés. Eso nunca ha ocurrido antes.
—¿Nunca? Pero las cartas están todas revueltas en la caja. Tal vez les hayas
dado vuelta sin pensarlo, y esta vez te has distraído.
—No pero...
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Anne Bishop
El Lobo guardián se volvió hacia ella, distraído. En ese momento, Meg vio a
un hombre de pelo rubio correr a través de la zona de entrega y dirigirse a la vía de
acceso.
*****
—Meg dice...
«Merri Lee también», dijo Nathan. «No podemos ver la ventana trasera de la
oficina, pero no hay niebla en el área de entrega. Pete Denby está arriba. Le grité
que se quedara adentro».
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
«Déjame», dijo Vlad cuando Simon abrió la puerta para echar un vistazo al
exterior. «Yo debería estar a salvo en mi forma de humo».
«¡La Theral está herida!» Jenni llamó. «Su rostro está sangrando. ¿Podemos
salir y ayudar?»
Simon vaciló.
«¿Ves algún macho cerca de Theral?»
«No, pero el pavimento está oscuro cerca de ella. Podría ser sangre».
«Hecho».
-y las balas- como cualquier otra criatura. No creía que los ponis hubieran ido a por
el correo y las golosinas si los Antiguos todavía estuvieran en la Plaza Comercial.
—Jack —Theral jadeó—. Fue Jack. Él me pegó. Dijo que me mataría si no iba
con él. Aún así intente escaparme. Entonces se puso brumoso y Jack gritó y se fue.
«Welby Owlgard es el sanador más cercano» dijo Simon. «Y volar será más
seguro que viajar por tierra». Al menos esperaba que los Antiguos no bajaran a un
Búho del aire.
«De acuerdo», Vlad dijo. «Le pediré a Henry que transmita la información al
Teniente Montgomery y al Oficial Kowalski. Pueden venir aquí para hablar con
Theral o llevarla a un médico humano».
Después de dar a Theral un olfateo educado por el olor de ese Jack Fillmore,
Simon y Nathan se volvieron hacia la sangre cercana. Una parte era de Theral; la
mayoría pertenecía a otro humano. Siguieron el rastro de sangre a la vista del
huerto del Complejo Verde, donde se encontraron con Blair, que estaba
husmeando...
«Los Antiguos», dijo Blair. «Me quedé en el Complejo Verde hasta que se
adentraron más en lo profundo del Courtyard con lo que sea que no comieron
aquí».
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Tenían una forma diferente, pero un macho humano adulto tendría tanta
carne como un ciervo. Pero eso no era mucha comida para ninguna de las formas
de Antiguos cuando había dos de ellos consumiendo la carne.
Los huesos, lo que quedaba de ellos, fueron despojados. Todos los órganos
habían desaparecido, y los huesos largos de una pierna se habían roto por la
médula. Lo único que quedó intacto era el pie en el zapato y...
«¿Qué estás haciendo?» gritó Simon mientras Blair comía la carne del pedazo
de la pierna todavía conectada al pie.
«Encontré el otro pie pero no la otra pierna», dijo Nathan. Trotó hacia Simon,
llevando el pie por el talón.
«Tenemos que enterrar esto». Simon miró algunos arbustos a varios metros
de la huerta. Alguien que trabajara en la huerta no notaría la tierra recién excavada
detrás de los arbustos. «Ver una columna vertebral de conejo alteró a Meg. Esto...».
El suelo bajo los restos humanos se convirtió en esa especie de arena mortal.
Cuando el último pedazo de hueso desapareció, el suelo se convirtió en tierra
sólida y arenosa.
Tierra rio.
—Nuestra Meg está repartiendo trozos de azúcar como un regalo extra-
especial. Arenales quiere conseguir su parte. —La Elemental dio la vuelta a su
corcel, y galoparon hacia la Plaza Comercial y a la Oficina del Enlace.
«Encontré esto», dijo Nathan un minuto después. Dejó caer una gran bolsa de
papel y una pequeña manta cerca del montón de ropas rasgadas.
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Grabado en el hueso
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Cuando pasaron junto a los ponis que llevaban cestas de correo, Simon se dio
cuenta del poco tiempo que había pasado. Eso era bueno. Meg había estado
ocupada. Por desgracia, también significaba que Montgomery y Kowalski todavía
estaban en la Plaza Comercial. Los hombres observaron mientras él y Nathan
pasaban trotando con la bolsa balanceándose en la manta entre ellos.
Simon agarró la bolsa y abrió la puerta. Nathan bajó corriendo las escaleras y
pasó junto a Montgomery. Simon bajó más despacio y le tendió la bolsa.
—No queda nada, Teniente. —Lo cual no respondió la pregunta, pero era la
verdad.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Había cosas que decir, preguntas que hacer. Pero ninguno de los dos quería
decir o preguntar.
—Será mejor que lleve estas pruebas a la estación y llene un formulario DUD
—dijo Montgomery.
Simon asintió con la cabeza. Caminó con Montgomery hasta el acceso, luego
giró a la izquierda hacia el estacionamiento de empleados mientras Montgomery
giraba a la derecha hacia la calle principal.
Simon miró al oficial de policía hasta que estuvo fuera de su vista. Luego sacó
el dinero de su bolsillo trasero, sacó cuatro billetes de cincuenta y se los entregó a
Katherine Debany.
286
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Una vez que ella y Theral se fueron, fue a la Oficina del Enlace para averiguar
lo que Meg sabía.
*****
Meg pensó en eso, luego sacudió la cabeza. Los ponis eran una forma
Terránea, por lo que el que ellos estuvieran afuera no significaba que fuera seguro
para los humanos. Abrió la puerta unos centímetros. Una nariz negra
inmediatamente empujó en la abertura.
Abrió la puerta y trató de inclinarse para mirar por el camino de acceso, pero
lo único que vio fueron los últimos girones de niebla y los ponis.
Mientras se volvía hacia la mesa para recoger las pilas de correo de las cestas
de Trueno, se dio cuenta de qué más debería estar sobre la mesa. Haciendo señas a
Merri Lee para que se uniera a ella, susurró:
—No preparé ninguna golosina. Ve lo que puedes encontrar en la habitación
trasera.
Mientras Merri Lee rebuscaba en la nevera y los armarios, Meg llenó las
cestas con el correo que iba a los diferentes complejos en el Courtyard. Recogía la
pila del Complejo Wolfgard cuando Merri Lee regresó, sosteniendo algo detrás de
su espalda.
Cuando Trueno volvió a estar en la línea, Meg entregó los trozos de azúcar,
para deleite de todos los ponis. No todos. Faltaban tres ponis. El resto trotó para
entregar el correo, pareciendo muy satisfechos consigo mismos.
Tan pronto como Meg cerró la puerta de la sala de clasificación, ella y Merri
Lee se apresuraron a la habitación de atrás y miraron por la ventana.
—Theral está en la Plaza Comercial —dijo Merri Lee—. Tal vez pueda ver
qué...
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Anne Bishop
*****
Una disputa familiar, sin cargos presentados. Por lo que a Simon se refería, la
pelea venía con retraso. Desafortunadamente, el problema en la Plaza Comercial
detuvo la contienda entre Montgomery y ese Cyrus antes de que Montgomery
pudiera resolver la cuestión de la dominación de una vez por todas. Igualmente
desafortunado, pensó Simon, era que probablemente Montgomery recibiera un
vapuleo de los líderes de la policía por pelear donde había sido visto por todos los
humanos que conducían por la Avenida Crowfield.
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—El Capitán Burke podría querer hablar contigo. Es casi la hora de la pausa
del mediodía. ¿Por qué no vas a comer un poco? Vlad está en ABL ahora, así que
puedo vigilar la oficina por unos minutos en caso de que haya entregas de última
hora.
—¿Simon?
—Tess nos dijo hace un tiempo que hay algo de menta en el Courtyard, así
que me preguntaba... ¿Los Lobos suelen masticar menta?
—No. ¿Por qué? —Antes de ir a ver a Meg, había entrado en el baño de ABL
para usar un enjuague bucal. También se había examinado los dos conjuntos de
dientes para asegurarse de que no hubiera trozos de carne humana atrapados entre
ellos por llevar la columna vertebral.
Meg confirmó esa sospecha cuando echó un vistazo a la puerta privada antes
de inclinarse hacia él y susurrar:
—Cuando Nathan volvió a la oficina, olía como si hubiera rodado en menta.
«Es más fuerte de lo que esperaba. Y no estaba seguro de que masticar una
hoja fuera suficiente para ocultar el olor de ese Jack»
Nathan tenía razón, sobre todo porque todavía estaba en forma de Lobo.
Ella asintió y salió de la oficina sin pedir más detalles. No creía que nadie
pidiera detalles sobre ese Jack Fillmore.
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*****
—Usted no vio nada malo en tener una discusión con su hermano donde todo
el mundo podía verlo, así que no veo ninguna razón por la que usted y yo no
podamos tener una charla aquí.
—No lo sé... Ah, Jack. Sí. Sé a quién te refieres. Me debía algo de dinero y me
pagó un poco ayer.
Una vacilación.
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Anne Bishop
—Quinientos.
Otra vacilación.
—Tenía un efectivo de emergencia escondido. Si mi mujer se enterara, lo
gastaría todo en una mierda estúpida. Ya sabes cómo son. —Cyrus sacudió su peso
de un pie al otro—. ¿Por qué preguntas sobre Jack?
—Intentó secuestrar a una mujer joven en el mismo momento en que tuvo esa
pública pelea de niñas con el Teniente Montgomery. Ya sabe, un montón de gritos
y golpes ligeros, pero sin intención de daño real, porque si hubiera lanzado un
puñetazo, habría sido arrestado por asaltar a un oficial de policía. Como su
Capitán, habría insistido en que Monty presentara cargos. —La sonrisa de Burke
se volvió más feroz—. Esto es lo que me parece interesante. Usted llama a su
hermano, teniente de policía, e insiste en reunirse con él durante su turno en lugar
de esperar hasta que llegue a casa. Pero los testigos que escucharon este griterío no
oyeron nada que justificara su urgencia por traer a Monty de vuelta aquí en el
momento del intento de secuestro.
—¿Se fue?
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secuestro fue frustrado. Incluso podría pensar que Fillmore regresaría para otro
intento.
—Las discusiones familiares deben ser hechas después del trabajo a partir de
ahora —dijo Burke—. Cualquier discusión que se lleve a cabo durante el turno del
Teniente Montgomery será considerada como asunto policial. ¿He sido claro?
—Bastante claro.
*****
—¿Hola? —Su voz sonaba débil. Ser valiente era más fácil cuando no sabía lo
estúpida que había sido, regañando a una forma primitiva Terránea que asustaba a
todos los que conocía. Bueno, tal vez no a los Elementales, pero sí a todos los
demás—. ¿Hola? ¿Arroo? Aquí están las galletas. —Vaciló, porque, realmente,
¿seres como los Antiguos se preocuparían por las pequeñas preocupaciones
humanas?—. Si pueden, por favor devuelvan el contenedor intacto. Luego se
puede lavar y utilizar para otra orden de golosinas.
Sin movimiento. Sin sonido. Henry le comentó que los Antiguos rara vez se
veían en alguna forma, así que en realidad no esperaba que llegaran corriendo
como lo harían los Lobos cuando entregaba las galletas.
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Anne Bishop
Empezó a retirarse a la oficina, pero tenía algo más que decirles, si alguno de
ellos escuchaba.
—Gracias por salvar a Theral hoy.
Una hora más tarde, cuando cerró la oficina durante el día y salió a esperar a
Simon, notó que el recipiente de galletas había desaparecido.
*****
—¿Trampa?
—No.
Steve lo miró.
—Creen que encontraron a Lorenzo.
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Anne Bishop
Intuye. Podrían tener que esconder lo que eran para mantenerse seguros entre
otros tipos de humanos, pero su gente todavía necesitaba las mismas habilidades
que cualquier otra comunidad, y eso incluía la aplicación de la ley.
—Un coche fue incendiado justo al final de la carretera —dijo el oficial—. Dos
cuerpos dentro. Otro oficial y yo estábamos caminando por la carretera para ver si
podíamos encontrar algo más cuando vimos el sedán blanco en el camino del
bosque.
—¿A él? No, aunque hay algo de sangre en el coche, por lo que quienquiera
que estuviera conduciendo podría haber sido baleado. —El oficial sopló un
suspiro—. No, algo levantó a este hombre y lo balanceó como un palo contra ese
árbol. Le aplastaron la cabeza.
—¿Color de pelo?
—Podría haber sido mejor para él si lo fuera. —El oficial señaló hacia la pista
en el bosque—. Por aquí.
El oficial los condujo lo suficientemente lejos a lo largo del camino donde una
curva ocultaba el coche de la vista. Luego señaló.
—El rastro de sangre del coche termina aquí.
—No señor. Ya estamos más allá del derecho de paso aquí. Si ya ha visto lo
suficiente, deberíamos volver a la carretera.
Si Steve Barquero no hubiera estado con él, podría haber empujado para ir un
poco más lejos por el camino, sin importar el riesgo. Pero sabía que no encontraría
a Dominic Lorenzo por ahí.
—Lo apreciaría.
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Messis 16
Estimada Merri Lee:
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Jana
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Capítulo 14
Thaisday, 16 de Messis
Monty le devolvió el saludo. Entonces Lizzy subió los escalones del porche de
los Denby, tocó la campana y entró, sin esperar a que Eva o Pete llegaran a la
puerta.
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Sospechas pero no había prueba. Jimmy seguía vivo porque no había ninguna
prueba.
—He oído hablar de gente que busca un lugar para vivir —dijo Jimmy.
El día anterior había ido con Pete Denby a hablar con su casero para que lo
liberara del contrato de arrendamiento del apartamento de un dormitorio cerca de
la Calle Principal. El hombre quiso que él continuara pagando el alquiler, pero
también quería usar el apartamento para alquilarlo a otro inquilino. Monty
respondió a eso indicando que seguiría usando el apartamento y se aseguraría de
usar el agua que estaba incluida en el alquiler. La siguiente estratagema fue la
queja por la condición del apartamento: el pésimo trabajo de pintura, las mellas en
los mostradores, el rincón ondulado del linóleo en la cocina. Monty preguntó si
quería ver las fotografías que había tomado del apartamento el día en que se
mudó, lo que demostraría que el lugar se veía exactamente como se había visto
entonces.
Así que los papeles que Pete había preparado ya estaban firmados, liberando
a Monty del contrato de alquiler. Apostaría una semana de paga a que la edición
de esa mañana del Lakeside Noticias tendría un anuncio del apartamento en dos
veces lo que Monty estuvo pagando.
—La cosa es —dijo Jimmy—, que hay dos apartamentos vacíos en este
edificio y otro más en el otro edificio. Es un desperdicio cuando alguien podría
estar viviendo allí.
—No creo que los Terráneos estén planeando contratar a nadie más para
trabajar en el Courtyard. No por un tiempo.
—No tendrían que trabajar para esos... para ellos. La gente podría alquilar
esos lugares por semana o por mes. Yo podría encargarme de eso, ser una especie
de supervisor.
303
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Entonces, ¿por qué no está haciendo nada por alquilar esos lugares? No
hace su trabajo si deja que los apartamentos queden vacíos.
—Dioses, ¿ya le dijiste a alguien que podría caer en uno de los apartamentos?
—Cualquiera que venga aquí sin el permiso de los Otros es un intruso. Ellos
tratan duramente a los intrusos. Estos apartamentos no están en el mercado para
alquilar. Sólo se ofrecen a los empleados del Courtyard. Y no vayas imaginando
que vas a poder tener invitados de la noche a la mañana. Eres un invitado, y la
única razón por la que no te han echado es porque a Simon, Vlad y Tess les gusta
mamá. Y si crees que puedes meter a escondidas a alguien y obtener la llave de
uno de los apartamentos de arriba para que tus amigos puedan escabullirse antes
de ser atrapados, vuelve a pensar. Serán atrapados antes de que puedan
parpadear. Ellos desaparecerán y tú estarás en la acera con Sandee y los niños, y
tus elecciones te sacarán de Lakeside o te llevaran a la cárcel. —O peor aún—.
Jimmy, tu paseo gratis como invitado está casi terminado. Si te vas a quedar en
Lakeside, deberías encontrar trabajo y otro lugar para vivir mientras aún tienes la
opción.
—Mierda. —Había ira en los ojos de Jimmy ahora—. No trabajas para los
monstruos. ¿Cómo es que vives aquí?
304
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Anne Bishop
—Mira, CJ...
*****
Generalmente.
Mayormente.
A veces.
—Sí, así fue. Algo por el estilo. Bueno, tal vez Simon fue el que estuvo de
acuerdo, pero uno de ustedes lo hizo. De todos modos, los editores de Toland ya
no quieren fraccionar empaques de libros, y no podemos vender cuatro docenas
del mismo libro en Aullidos, Buena Lectura. Y tenemos un acceso más fácil a los
editores Intuye y Terráneos en la parte este del Alto Norte porque pueden
enviarnos los libros a través del lago Tahki. Pero los libros que se venderán aquí
también se venderán en las librerías de Desembarco del Ferry, así como en las
bibliotecas de la isla y la parte continental. Luego enviaremos más libros a John
Wolfgard en Bennett, así como a Shelley Bookman y Jesse Walker en Pradera de
Oro. Meg no estaba segura de si la aldea Intuye en Aguas Dulces tenía una
biblioteca. Iba a redactar una carta para que tú y Simon la revisaran antes de
enviarla a Jackson Wolfgard para ver si alguien allí quisiera participar. A su vez,
John Wolfgard ordenará libros de editores en el Medio Oeste o en la Costa Oeste si
puede llegar a ellos y nos enviaría algunas copias.
—Los libros todavía tienen que viajar en camión desde el puerto del lago
Tahki hasta nosotros. —Vlad frunció el ceño—. ¿Vamos a ganar dinero con esto?
Merri Lee parecía suficientemente satisfecha. Vlad se sintió aliviado hasta que
miró por las ventanas delanteras de la tienda y vio al Teniente Montgomery
esperando una alto en el tráfico para cruzar la calle. Eso en sí era inusual. La
Avenida Crowfield tenía suficiente tráfico en la mañana como para que esperar el
cambio de luz fuera una elección prudente, y Montgomery hacía un esfuerzo para
dar un buen ejemplo a los niños.
sus músculos estuvieran hinchados de ira. Vlad tocó el brazo de Merri Lee,
deteniéndola—. Ve a ver a Meg.
—Aún no.
—¿Y si hubiera?
—Pensamos que los humanos preferirían que fuéramos más discretos sobre
nuestra presencia.
307
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—No puede.
Vlad oyó pasos acercándose a la arcada que conectaba ABL con Un Pequeño
Bocado.
—Deberías hablar con tu capitán. Ha estado esperando por ti.
—En realidad, yo quería compartir esta información con usted también —dijo
Burke, caminando hasta el mostrador de salida. Miró a Montgomery, luego a
Vlad—. ¿Ha oído hablar de la patrulla de caminos?
—Son agentes que vigilan las carreteras que conectan las ciudades —
respondió Vlad—. Tienen territorios como las manadas policiales dentro de una
ciudad. Algunos son humanos, algunos son Intuye, dependiendo de qué tipo de
comunidades están conectadas por las carreteras. Los Terráneos no se consideran
parte de la patrulla, aunque sí vigilan todo lo que pasa por el país salvaje.
—Incluso los lugares que no están bajo control humano todavía tienen
agentes de ley.
—¿Ha hecho ese tipo de trabajo? —preguntó Vlad, curioso por las cosas que
Burke parecía saber que otros humanos no.
—En mis días de juventud. —Burke hizo una pausa—. Hace dos días, la
patrulla de caminos encontró un coche blanco que tenía agujeros de bala y sangre.
La matrícula coincidía con los números que vio la Sra. Corbyn en su visión, y el
coche está registrado a nombre del Dr. Dominic Lorenzo.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Lo encontré. Él fue herido, pero estará bien. —Otra pausa—. Se está
quedando en Isla Grande por el momento.
—Emily Faire nos dijo a Simon y a mí que ella era necesaria aquí a tiempo
completo porque alguien más se encargaría de la Comunidad River Road —dijo
Vlad.
—Circunstancias especiales.
309
Grabado en el hueso
Anne Bishop
*****
Sonrió a Eva Denby, quien le dirigió una mirada distraída antes de estudiar la
carne disponible en la vitrina.
—¿Algún problema?
—No —respondió ella—. Es sólo... Hemos estado comiendo tanta carne roja.
La cual es muy buena carne, pero de vez en cuando uno tiene ganas de algo
diferente.
—¿Alguna vez tienes aves de corral? —preguntó Eva—. ¿Cómo pollos? ¿O tal
vez un pavo?
—Henry a veces captura más pescado del que quiere comer —dijo Simon.
310
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—No, eso está bien. —Eva les dio una sonrisa—. ¿Hay carne disponible?
Entonces me llevare una libra y media de carne molida. Con eso haré un buen
pastel de carne.
—Los humanos son tan quisquillosos —dijo Boone—. Somos felices de comer
lo que podamos cazar.
—Un pato puede ser demasiado pequeño para alimentar a Eva, a su pareja y
a sus cachorros —replicó Simon—. Hablaré con Blair. Él y yo podemos ayudarte a
cazar aves de corral mañana. A Nathan también le gustaría venir.
Con ello resuelto, Simon tomó sus paquetes de bisonte y carne vacuna y se
dirigió a casa para cenar y jugar con Sam y Meg.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 15
Firesday, 17 de Messis
«Uno grande, para que no tengamos que cazar un pedido especial de nuevo
por un tiempo» gruñó Blair. Estudió a los pájaros, que parecían más interesados en
lo que picoteaban que en los Lobos que los acechaban. «No parecen muy
despabilados. O no son lo suficientemente inteligentes como para darse cuenta de
que son comestibles.»
«No cazamos en las Cámaras, y ahí es donde viven la mayoría de los pavos»,
dijo Simon. Por supuesto, los Sanguinati en forma de humo no emitían ningún
sonido en la oscuridad, no dejaban olor que perturbara a los pájaros dormidos que
no se daban cuenta de que estaban descansando entre los depredadores. La sangre
de pavo se bebía cuando la presa preferida no estaba disponible, y a las viejas aves
que eran drenadas un poco demasiado, se les ayudaba a pasar por encima de las
vallas de hierro forjado negro de las Cámaras para ser carne disponible para otros
residentes del Courtyard. Incluso entonces, los Lobos solían dejar la carne para los
otros gard en lugar de tratar de lidiar con bocados de plumas.
«Listos» contestaron.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
«Listos».
Los Lobos cargaron contra su presa, enviando a los pavos hacia el cielo. Los
Hawkgard golpearon a tres de los pavos con suficiente fuerza para conducir a los
pájaros al suelo, donde los Lobos terminaron la matanza.
Blair tomó el pavo más grande -un macho de plumas negras- y trotó para
entregar la orden especial. Nathan y Simon llevaron los otros dos pavos al
Complejo Hawkgard. Uno proporcionaría alimento para los Halcones. Boone
desmembraría al otro y llevaría las piezas a la carnicería para vender a otros
humanos que pudieran querer algunas aves de corral, una vez que descubriera qué
partes del pájaro los humanos querían y no querían comer.
«La caza de los pavos es más fácil cuando los Halcones nos ayudan», dijo
Nathan.
«Más divertido también», dijo Simon. Esta cacería le recordó a jugar con el
volante de bádminton, enviándolo al aire para que los Halcones lo atraparan.
«Pero no hay suficiente carne para alimentar una manada».
¿Qué pasaría con una manada con sólo tres o cuatro miembros? Algo para
pensar, junto con la decisión de qué miembro de la manada tendría que aprender a
cocinar la carne. Esperaría a ver si Meg arrugaba la nariz frente a este tipo de pavo
como lo hacía cuando llevaba a casa un trozo de bisonte.
*****
Meg sacó punta a los lápices, alineó las plumas según el color, arregló el
orden de los CD que ella ponía como selecciones musicales de esa semana.
Consultó la puerta trasera, la puerta lateral de la sala de clasificación y la puerta
principal de la oficina.
313
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Pero Simon se había ido temprano para hacer algo Lobuno con Blair esta
mañana. Tal vez Nathan fue con ellos. ¿No debería haber llamado? Si iba a llegar
tarde al trabajo, debería haber llamado para que no se preocupara por él.
No estaba segura de que recibiera ningún pago por ser el Lobo guardián de la
Oficina del Enlace, pero tenía que haber alguna manera de inculcarle que no
aparecer no era aceptable. Y entonces supo exactamente qué hacer. Ella le diría que
la próxima vez que llegara tarde y no llamara, sacaría un par de galletas de Lobo
de su cuota de golosinas semanales. Toma ya.
Blair alcanzó la esquina. Miró a una mujer de pie cerca del paso de peatones,
luego señaló con una pata delantera el botón de "caminar" en el poste y emitió un
sonido. Meg no estaba segura de qué significaba el sonido, ya que Blair tenía un
bocado de cuello de pavo, pero la mujer empujó el botón de paso de peatones y
recibió un sonido más suave en respuesta.
porche y presionó una pata contra el timbre de la puerta, luego se apartó para
evitar ser golpeado en la nariz cuando alguien finalmente respondió a la puerta.
—Vamos —dijo Merri Lee—. Ella no nos está llamando, así que tendremos
que averiguar qué está pasando de otra manera. Además...
315
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Me tengo que ir. —Meg le dio una amplia sonrisa mientras abría la
puerta—. Una entrega acaba de llegar.
—No he oído...
—¿Contarte qué?
Ella corrió a la Oficina del Enlace y se escabulló dentro a tiempo para que su
entrega imaginaria se convirtiera en una verdadera.
*****
—Ven entra —dijo Eva, abriendo la puerta tan pronto como Twyla entró en el
porche—. Hay gatos en el vecindario, así que no quiero dejar... eso... sin vigilancia,
pero no quiero estar a la vista del público en este momento.
Twyla entró.
—¿Cómo terminaste con un pavo muerto en tu porche?
—Un Lobo lo trajo hace unos minutos. —Eva se pasó una mano por su
cabello corto.
316
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—¿Por qué? —Ella habría pensado que él o ella querría la comida para sí
mismo.
—Boone sólo recibe envíos de cerdo y carne dos veces al mes, y todos nos
estamos cansando de venado y conejo. Incluso nos estamos cansando de la carne
vacuna. Así que le pregunté a Boone si tenía alguna gallina para la venta. Dijo que
trataría de conseguir algo.
Una exageración, pero era un pájaro grande, y parecía más grande con los
pies y las plumas y todo lo demás aún adherido.
—¡Ya sé eso!
Un gato del vecindario debió haber captado el olor a carne de un gran pavo a
la vista. Twyla no estaba segura de si el animal no la veía por la mosquitera o no le
importaba su presencia. Se dirigió hacia el porche, demasiado concentrado en la
comida disponible para observar a los Cuervos hasta que atacaron. Twyla no
estaba segura de cuál de los Crowgard disfrutó más; el que al vuelo agarró la cola
del gato, dándole un tirón antes de soltarlo y volar fuera de su alcance, o el que
voló y dejó caer un tomate podrido en la cabeza del gato. De cualquier manera, no
pensaba que ese gato volviera a buscar una comida en la casa de Eva en algún
momento próximo.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Twyla asintió.
—Tienen cazuelas grandes en La Carne no es Verde, y grandes hornos también.
Así que esto es lo que vamos a hacer. Después del trabajo, haremos que uno de los
chicos nos ayude a llevar el pájaro al Courtyard. Debe haber un lugar donde
preparen parte de la caza que venden en la carnicería. Ese sería el mejor lugar para
tratar con el pavo. Y cualquier cosa que desperdiciemos, los Otros podrían ser
capaces de usarla. Mientras tanto, pongamos algunos periódicos o cartón debajo de
ese pájaro para que no tengas que hacer más que pasar una manguera en tu
porche.
—No, no será así. Tú vas a suministrar la carne para una comida compartida
de los residentes. El resto de nosotros que quiera participar traerá cada uno un
plato. Vas a invitar al Sr. Simon ya la Srta. Meg para que puedan tener la
experiencia de este tipo de comida con sus amigos. Mejor invita al Lobo que trajo el
pájaro también.
Ella sonrió.
—Lo bueno para todos nosotros es que sé un poco sobre eso. Lo mejor es que
Ruth y Merri Lee se unan a nosotras para esto. Deben aprender también.
318
Grabado en el hueso
Anne Bishop
encargo personal. Pero justo antes de su hora de almuerzo, hizo una pausa cerca de
los archivadores y dijo con suavidad:
—Al menos, siendo humana, no tienes que desplumar la maldita cosa con los
dientes.
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Anne Bishop
Capítulo 16
Watersday, 18 de Messis
—Ni uno ni lo otro —replicó Monty—. Desembarco del Ferry no está bajo
control humano. Los carniceros y los tenderos pueden poner limitaciones cuando
se trata de la venta de alimentos que se cultivan fuera de nuestra zona, pero no hay
límites de compra para cualquier cosa cultivada o producida en Isla Grande o la
tierra utilizada por los Intuye que cultivan alrededor de la parte continental de la
aldea.
320
Grabado en el hueso
Anne Bishop
terminó pesando más de una libra, y una bolsa de cinco libras de harina de un
envío fresco de la región central se añadió a sus compras cuando no estaban
mirando. Los vendedores comenzaron a mencionar sugerencias de platos que irían
bien con el pavo, incluso en un caluroso día de verano.
—¿Por qué cree que los vendedores nos dieron tanta comida extra? —
preguntó Kowalski.
—Michael está de patrulla —dijo Kowalski—. Puesto que no estará aquí para
el trabajo de preparación, dijo que ayudaría con los platos.
*****
—¿Por qué?
—No lo hago. —No se sentía tranquilo cuando Meg tenía un cuchillo por
cualquier razón, pero no gimoteaba por ello.
Si las chicas ponían suficiente tocino y grasa en las hojas, la espinaca podía
ser lo suficientemente sabrosa como para que un Lobo comiera.
—Sí quiero. Ruth, Merri y yo hemos hablado de ello, de qué puedo esperar.
Están emocionadas. Y yo también. Lo mismo Sam. —Cerró el agua y se paró con
las manos apoyadas sobre el fregadero, gotas de agua cayendo de la punta de sus
dedos.
Simon esperó.
—No puede unirse a nosotros para esta comida —dijo en voz baja—. Todos
vamos a estar en forma humana, y esto es diferente. Ninguno de nosotros ha
compartido comida con humanos de esta manera antes.
Parecía triste, pero sacudió la cabeza y volvió a secar las hojas de espinaca.
*****
Oso Grr estaba sentado en una silla que había sido girada para mirar hacia la
Avenida Crowfield, lo que hizo que Monty se preguntara si el oso de peluche
había sido puesto en un aislamiento por alguna razón. Tomando la otra silla en el
porche, no se sorprendió cuando Lizzy se acercó y se apoyó en él. La abrazó y ella
le regresó el abrazo.
323
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—¿Oso Grr hizo algo que yo deba saber? —Había regresado a casa para
encontrar a Lizzy, Fanny y Sarah en su porche jugando a las canicas, vigiladas por
tres Cuervos y una hembra Sanguinati que él no conocía. Bueno, la Sanguinati
estaba observando a las niñas; los Cuervos estaban mirando el juego o esperando
una oportunidad de "pedir prestado" algunas de las bolitas brillantes.
—No le gusta que le llamen con esa palabra, papá. Especialmente... —Lizzy
miró a Oso Grr como si fuera a darle valor.
3
Fanny: Es un juego de palabras, ya que además de nombre propio también es una forma de coloquial de
decir "coño". Tiene que ver con la forma como entienden los apodos tanto Cyrus como su hijo Clarence,
mientras todos los demás le dan una connotación cariñosa ellos le dan una connotación de burla y agravio,
Cyrus con su hermana usando el apodo de Sissy -que es una forma de decir coloquialmente cobarde- y
Clarence con su hermana Fanny, diciéndole "Coño”. (N.de T.)
324
Grabado en el hueso
Anne Bishop
proporcionara favores sexuales a sus amigos y/o a conocidos que tenían algo que él
quería?
Tal vez Jimmy lo había intentado, de la misma manera que Clarence ahora
estaba tratando de presionar a Fanny, pero no tuvo éxito. Su madre y padre
habrían sabido si algo estaba mal. Tal vez no se habían dado cuenta de cuánto
daño Jimmy estaba infligiendo con sus palabras cuando no estaban cerca para
detenerlo, pero si se hubiera hecho físico de alguna manera, no les habría
importado que él fuera su hijo de sangre y Sissy fuera su hija adoptiva. Habrían
llamado a la policía y denunciado a Jimmy. Ellos hubieran hecho lo correcto por
Sissy.
—¿Papi?
—Lizzy, ¿ha intentado Clarence hacerte daño? —Su vacilación hizo que su
pecho se apretara hasta que le resultara difícil respirar.
—Un día me llamó con nombres -uso las malas palabras- porque dije que no
jugaría con él, sólo nosotros dos, y me sentí muy triste. Pero Sarah y yo le
prometimos a Oso Grr que jugaríamos afuera solas y que iríamos a la casa de Sarah
si Clarence salía. Y prometimos incluir a Frances siempre que se le permitiera jugar
con nosotras.
Los Otros podrían no entender el daño que se podía hacer con las palabras,
pero reconocerían y responderían a cualquier amenaza física dirigida a cualquiera
que fuera considerado parte del Courtyard.
—Es complicado, Lizzy —dijo. Para los humanos de todos modos—. Pero
Fan... Frances puede jugar aquí contigo todo lo que quiera. Y hablaré con la señora
Eva sobre dejarla jugar en la casa de los Denby también.
—Pero no a Clarence. —No era una pregunta. Sonaba más como una súplica.
—No, Clarence no. —Él la dejó en el suelo—. ¿Pueden tú y Oso Grr quedarse
aquí un poco? ¿Por aquí en el porche? —Le pediría a Kowalski que vigilara las
cosas durante unos minutos.
—¿Solos? —Ella lo miró con esos grandes ojos marrones—. ¿No podría la
señorita Leetha quedarse con nosotros?
Monty estudió a Lizzy como si nunca la hubiera visto antes. Unos meses
atrás, había vivido en un edificio de apartamentos donde los adultos habrían
sentido pánico al ver a una de las Terráneas. Ahora, tener a una Sanguinati como
vecina de arriba no valía la pena pensarlo dos veces... era, de hecho, un extraño
tipo de consuelo.
—Lo prometemos.
Silencio. Entonces,
—Te veré allí en unos minutos.
326
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Alguien viene a ver a Lizzy. —Lo que significaba que Robert y Sarah eran
bienvenidos a venir si Pete necesitaba a alguien que los cuidara.
Preguntándose cuál de los Otros estaba en donde los Denby, Monty colgó,
salió de su apartamento y cerró la puerta con llave. Subió las escaleras en silencio,
sin querer ver a Jimmy en este momento. Llamó a la puerta del piso de arriba muy
silenciosamente.
La mujer que abrió la puerta era la misma Sanguinati que había estado en su
porche hacía un rato. Si hubiera sido humana, le habría echado unos cuarenta y
poco. No tenía ni idea de su edad, pero algo en la mirada de aquellos oscuros ojos
le decía que había visto y hecho mucho en su vida.
—¿Teniente?
—¿Le importaría quedarse con Lizzy por unos minutos? Necesito ocuparme
de algunos asuntos.
—Puedo vigilar.
No miró hacia atrás, ni siquiera se atrevió a hacer un sonido evasivo que ella
pudiera interpretar como un permiso tácito para matar a su hermano.
327
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Llegó a la Oficina del Enlace justo cuando Pete llegaba al piso de arriba y
tenía la llave en la puerta exterior.
Pete abrió las botellas, entregó una a Monty, y luego se sentó en una de las
sillas de su área de espera.
—¿Sólo abuso verbal? —preguntó Pete mientras hacía comillas al repetir las
palabras—. Venga ya.
—No. Pero él aprendió a evitar ser atrapado con demasiada frecuencia por
mala conducta, y cuando era atrapado, siempre trató de transferir la culpa a otra
persona, o de persuadir a la otra persona para que negara que hubiera algún mal.
—Monty puso la botella en un posavasos que Pete le dio—. Ciertamente, entrenó a
Sissy para que fuera complaciente en lo que él tomaba de ella cuando éramos
niños, y nada de lo que les decía a ninguno de ellos parecía hacer la diferencia.
Monty vaciló, luego se preguntó por qué, ya que él había pedido esta
reunión. Pete ya tenía formada una opinión sobre los miembros de su familia.
328
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Dudaba que cualquier cosa que dijera ahora alterara esas opiniones, o sorprendiera
a un abogado.
—El hombre con el que Sissy estaba involucrada, el padre de las niñas. Era un
tipo agradable, firme. Y él realmente la amaba. Sólo lo vi un par de veces, pero me
gustaba. Estaba feliz cuando quedó embarazada de Carrie, y él y Sissy hablaron de
casarse. Entonces sucedió algo, y ya no hablaban de matrimonio. Pero
permanecieron juntos, y a pesar de que se alejó un poco, las cosas parecieron
tranquilizarse.
—Nunca lo supimos. Se fue dejándola con las chicas un año después de que
Bonnie naciera. La única vez que lo confronté después de que él se fuera, dijo que
no le importaba trabajar largas horas para mantener a sus propias hijas, pero él
estaría condenado si se rompiera la espalda por un parásito. No lo entendí en ese
momento. Ahora, después de haber visto a Jimmy y Sissy aquí juntos, pienso en
cómo su pareja pagaba algunas de las facturas directamente, o compraba ropa y
juguetes para las niñas, o traía una bolsa de comestibles cuando iba a visitar a sus
hijas. Pero no le daba dinero a Sissy.
—Jimmy estaba sacando una parte del dinero de la casa, y la pareja de Sierra
descubrió por qué tenían problemas para pagar cuentas. —Pete suspiró—. Ella
probablemente prometió dejar de dar dinero a su hermano, y las cosas se calmaron
por un tiempo.
Sacudió la cabeza.
329
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Mamá podría saberlo. No importa ahora. Sissy está fuera del alcance de
Jimmy. Pero Frances...
—No puedes sacar a un niño de sus padres porque te dijeron algo que pasó
en otra ciudad —dijo Pete—. No hay pruebas de que Clarence haya obligado a
Frances a hacer nada, y sería su palabra contra la suya.
—Lo sé. —Podía ser nada más que Frances siendo infeliz y solitaria. Había
sido arrancada de su casa en Toland y se le había limitado el contacto aquí con los
niños con los que podía jugar. Incluso ahora, el apartamento era un hogar
temporal, uno que su familia podría perder en cualquier momento. Esto podría ser
nada más que una niña algo introvertida que quería sentirse estable. O podría estar
en peligro real de tener de proxeneta a su propio hermano.
—Hablar con Eva y Ruth para que sean conscientes de un peligro potencial.
Hablar con Karl y Michael para una tarea no oficial. —Monty soltó su aliento
330
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Después. No hay por qué enardecer a todo el mundo antes de que nos
sentemos juntos para lo que supone una cena compartida. —Pero le pediría a
Leetha Sanguinati que le informara si Jimmy, o Clarence, tenían algún visitante.
*****
Saltarín llegó a la Plaza Comercial antes que Simon, Meg y Sam. Igualmente
Nathan y Blair, pero estaban fuera de La Carne no es Verde, bloqueando la puerta
para impedir que el joven Lobo entrara corriendo y tomara algo de la comida.
—No. Tal vez. Un poco. Pero eso fue antes de que Meg me dijera que todos
tenían que verse humanos.
Blair gruñó una advertencia y Simon dio un paso delante de Meg, dándole a
Saltarín dos razones para alejarse en lugar de saltar, y posiblemente rascar a Meg
para averiguar qué había en el tazón. Nathan se unió a ellos, rodeándola hasta que
ella llegó a La Carne no es Verde y entró.
—Nos quedaremos aquí hasta que todos los demás estén dentro —dijo Blair.
331
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Pero Sam miraba fijamente a Saltarín, cuyos ojos ámbar mantenían una
perpleja seriedad.
—No puedes entrar —dijo Sam con calmada autoridad—. Tienes que ser
capaz de cambiar a la forma humana para comer aquí hoy.
Las mesas habían sido movidas juntas para formar una larga mesa en el
centro de la habitación. Otras mesas habían sido agrupadas para contener cuencos
y platos de una variedad de alimentos.
—Hay tantas cosas —dijo Meg, dando lentos pasos hacia las mesas de
comida.
332
Grabado en el hueso
Anne Bishop
«Demasiado tarde», dijo Simon mientras Michael Debany traía una gran
bandeja con carne apilada, incluyendo las piernas del pavo, que eran las únicas
partes intactas -y reconocibles- del ave.
Eva Denby puso un gran plato de cubitos de pan cocido al lado del pavo y
aplaudió.
—Muy bien, todos. Tomen un plato y sírvanse. Cualquier persona más baja
que Meg será ayudada por un adulto.
—¡Oye!
Eso trajo más risas. Todavía no sabía por qué eso era divertido, pero Meg y
Merri Lee, con Sam entre ellas, fueron los primeros en elegir la comida, así que no
gruñó a nadie. Nathan regresó, le hizo un gesto con la cabeza para indicar que
Kowalski -y la comida- había escapado a Saltarín, y se unió a la fila.
—Tienes que venir —dijo Kowalski en voz baja cuando llegó a Simon.
334
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Oyó los gemidos antes de llegar a la puerta. Lobo pero no Lobo. Cuando
salió, comprendió la lástima en los ojos de Kowalski, supo por qué Montgomery
contuvo el aliento.
No era humano. No era Lobo. Ni siquiera esa mezcla terrible pero armoniosa
que la mayoría de ellos tomaba cuando estaban estresados o necesitaban aspectos
de ambas formas. Este era el peor tipo de media forma.
Antes de que pudiera decidir qué hacer con Saltarín, la señora Twyla salió y
miró al joven lloriqueante.
—No voy a tener un chico desnudo sentado a la mesa, así que es mejor que le
traigan algo de ropa —dijo.
—Mamá.
¿Zapatos? No tenían nada que pudiera acomodar los pies de Saltarín. Uno
parecía en su mayoría humano, pero peludo. La otra era una pata de Lobo con
dedos humanos.
—Sí mamá.
—No.
La palabra fue pronunciada en voz baja y cortés, y dejó claro que no habría
argumentaciones ni discusiones.
Kowalski regresó.
—Adiviné los tamaños. Pensé que estaría bien si la camiseta fuera un poco
grande. Hace calor y el resto de los niños llevan pantalones cortos, así que traje
estos.
Simon vio el shock y el horror en las caras de las dos hembras. Entonces esos
sentimientos desaparecieron, en la forma en que un Lobo los haría desaparecer tras
336
Grabado en el hueso
Anne Bishop
¿Habían ocultado sus sentimientos de esa manera la primera vez que habían
visto las cicatrices de Meg?
—Tengo tijeras en el mini kit de costura que guardo en mi bolso —dijo Eva—.
Yo los traeré.
No estaba seguro de quiénes eran los chicos hasta que Kowalski se movió
para pararse en un lado de Saltarín y le dio a Simon una mirada expectante.
Después de levantar a Saltarín en posición vertical, el joven necesitó un minuto
para encontrar su equilibrio, algo que no era fácil cuando estaba de pie sobre dos
pies de forma diferente. Nadine les ayudó a ponerle la camiseta, mientras que la
señora Twyla sujetó los pantalones cortos a la cintura de Saltarín y decidió dónde
rasgar la costura para proporcionar una abertura para la cola.
Cuando Eva volvió con su kit, no sólo abrió la costura, sino que también
añadió un par de puntadas para mantener la costura sin que se abriera más.
—Sí, señora. —Ruth corrió a las mesas con la comida y comenzó a llenar otro
plato mientras Merri Lee vertía leche en una taza de plástico.
Ruth trajo un plato que contenía puré de patatas, relleno, pavo y una
cucharada de brócoli y cazuela de queso.
—No estaba segura de si podía manejar mazorcas de maíz.
—Espera hasta que te lo corte. —La señora Twyla cortó el pavo y luego puso
el plato frente a Saltarín. Cogió un tenedor y dio unos golpecitos en el extremo de
los dientes—. Esto es puntiagudo y te dolerá si lo empujas en tu lengua o en el
interior de tu boca. Supongo que te lo vas a clavar una o dos veces, todos los niños
lo hacen, pero intenta tener cuidado. —Ella puso el tenedor en su mano y lo guio
hasta que él pinchó un trozo de pavo, luego lo soltó—. Ahí tienes.
Era curioso que el cachorro le preguntara eso dado que había empujado su
plato a Meg para que le cortara el pavo a él.
—Lo hice por todos mis hijos y nietos cuando eran pequeños —respondió la
señora Twyla.
—La abuela Twyla solía cortar mi comida, pero ya no tiene que hacerlo —dijo
Lizzy.
338
Grabado en el hueso
Anne Bishop
«Eso es porque Pete Denby cortó su comida cuando cortó la de Sarah» dijo
Henry, sonando divertido.
Nadie habló durante varios minutos. Los Lobos y Henry mantuvieron un ojo
en Saltarín para cerciorarse de que él no intentara tomar la comida del plato de
cualquier persona. Los humanos mantuvieron su atención enfocada
principalmente en sus propios platos.
Merri Lee mencionó el nuevo Estilo cozy Crowgard que estaba leyendo.
Kowalski preguntó si Alan Wolfgard tenía un nuevo libro editado. Michael
Debany preguntó si los Lobos habían jugado alguna vez un partido de baloncesto.
339
Grabado en el hueso
Anne Bishop
*****
Algo que no iba a olvidar. Al igual que no iba a olvidar que se suponía que se
encargaba de las cosas alrededor de los edificios y por lo general trabajaba sola.
¿Un baño atascado? Tendría que lidiar con ello, y no necesitaría más que un par de
minutos a solas con ella para enseñarle por qué debería ser más amable con él y
para persuadirla de que mantuviera cerrada su puta boca.
340
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Cortó los panecillos, los cubrió de mayonesa y luego metió todo el pavo que
pudo en cada uno. Sentado en la pequeña mesa, mordió un sándwich, degustando
resentimiento junto con la carne.
Lo que significaba que tenía que ser capaz de vender algo más, algo que los
otros hombres no tenían.
Las presas fáciles se conformaban con lo que estaba disponible, pero los
verdaderos hombres querían algo mejor. ¿Cómo se suponía que debían hacer
negocios sólo comiendo verduras y unas pocas onzas de carne cada día?
Los malditos Otros comían ratas y ratones y todo tipo de mierda no apta para
los humanos, y su carnicería siempre tenía mucho cerdo y carne. Los buenos
perros incluso salieron y trajeron un jodido pavo para esa perra Eva sólo porque
ella quería uno. Si la carne de la carnicería desaparecía una noche, podrían cazar
un poco más. Al menos entonces serían buenos para algo.
No podía tomar la carne él mismo. Había oído a uno de los monstruos decirle
a los mocosos que todo el mundo tenía un olor diferente, y los Otros podían saber
dónde había estado cada humano en el Courtyard. Así que no podía estar
relacionado con la desaparición de la carne.
Pero había conocido a algunos hombres que podían hacer el trabajo y serían
lo suficientemente inteligentes como para darle su parte del transporte.
Su comisión. Sí. Los hombres de negocios recibían una comisión por su parte
de un trabajo.
342
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Así que necesitaba un gran golpe, algo que le diera los medios para salir de
Lakeside y establecerse en otro lugar. Tenía que pensar en dónde sería.
Encontraría su boleto fuera de ahí. Sí, lo haría. Pero tendría que esperar hasta
la madrugada. Luego se acercaría a unos cuantos hombres y haría un negocio.
343
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 17
Moonsday, 20 de Messis
¿Quién hubiera adivinado que las hembras humanas podían ser tan
quisquillosas? Un Lobo comía una manzana madura y era feliz. Por supuesto,
hacer distinciones entre las manzanas era sólo una de las muchas cosas que eran
diferentes este año.
344
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Eso fue parte del cambio en La Carne no es Verde y Un Pequeño Bocado. Nadine
Bizcochos & Café preparaba comidas para el desayuno y el almuerzo, y Tess vendía
esos alimentos en la cafetería hasta que se agotaban. Entonces vendía sólo café y
otras bebidas. La Carne no es Verde había cambiado para proporcionar comida para
el almuerzo y durante toda la tarde, pero se esperaba que los clientes levantaran su
orden cuando estuviera lista y después ellos mismos limpiaran. Por la noche, el
lugar todavía actuaba más como un restaurante humano con meseros. De esta
manera, los invitados Terráneos tenían la oportunidad de experimentar varias
maneras de comer en un establecimiento humano.
Debería haberles recordado que era su jefe y que no debían hablarle de esa
manera, pero había estado hambriento y superado en número y había demasiados
cuchillos afilados y utensilios puntiagudos al alcance de ellas.
—¿Por qué? ¿Qué está pasando? —Simon escaneó el área abierta de la Plaza
Comercial, pero no vio nada alarmante. De hecho, cuando Simon consideró la voz
más que las acciones, Montgomery parecía divertido.
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Anne Bishop
—Tú puedes, dime Abuela todo lo que quieras. No cambia el hecho de que
puedes sostener ese cuenco por ti mismo. La señorita Meg te mostró cómo.
—Ella no está aquí. —La señora Twyla lamió su helado—. Solo siéntate y pon
tus propias patas alrededor del cuenco.
—Podrías hacer eso. Por supuesto, tendrás que rodear a mamá ahora que ha
decidido que Saltarín puede hacerlo él mismo.
—Pero cuando todos cenamos la otra noche, ella cortó su comida, lo ayudó a
comer.
—La otra noche, necesitaba ayuda. Esto lo puede hacer por sí mismo. —
Montgomery lo observó con curiosidad—. ¿Sigues alimentando a tus cachorros
una vez que tienen la edad suficiente para hacerlo por sí mismos?
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Por supuesto que no. Tienen que aprender a cazar, así como aprender a
proteger su parte de la comida. —Simon consideró lo que Montgomery estaba
preguntando—. No significa que los jóvenes no actuarán como cachorros a veces e
intentarán convencer a un adulto para que les dé una comida fácil.
—No muy diferente de los humanos a esa edad. ¿Con qué frecuencia sus
adultos se rinden?
Dicho de esa manera, explicaba por qué los Lobos trataban a la señora Twyla
más como una de los suyos que como una humana.
Vieron a Saltarín caer y colocar sus patas delanteras alrededor del cuenco.
Dejó el resto del helado, luego miró a la señora Twyla.
Simon salió a la Plaza Comercial con Montgomery, pero no dijo nada hasta
que quedaron fuera de la vista.
Él gruñó.
—Tal vez le mande un memo también.
*****
—Simon estará aquí en unos minutos —les dijo. El Lobo había estado un poco
confundido, por no hablar de cauteloso, de que se le pidiera tener esta discusión en
las Cámaras. Después de todo, era sólo la segunda vez, desde que Simon se hizo
cargo del Courtyard de Lakeside hace años, que era invitado a traspasar las vallas
de hierro forjado negro que marcaban los límites de la parte Sanguinati del
Courtyard.
Vlad estudió a la hembra que se había reubicado ahí cuando los Terráneos
abandonaron el Courtyard de Toland. Era una cazadora inteligente y hermosa. No
en la misma liga de Stavros como depredador, o de la suya, o incluso de la de Nyx,
pero aún así mortal.
—¿Y por qué lo es con el abuelo residiendo aquí? —preguntó ella—. Los
Sanguinati gobiernan siempre los Courtyard en ciudades humanas prominentes. Si
bien esta ciudad no es tan importante como algunas de las ciudades que
gobernamos en la costa este, sigue siendo un puerto importante en los Grandes
Lagos.
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Anne Bishop
razones por las que los Sanguinati preferían usar ciudades humanas más grandes
como sus cotos de caza.
La otra razón era que, en las grandes ciudades humanas, su tipo no solía
tratar directamente con Terráneos como los Antiguos.
—Si no puedes aceptar a Simon como líder, tal vez preferirías vivir en
Cataratas de Talulah —continuó Erebus—. Está bajo el gobierno de Stavros ahora.
—No. —El tono de Leetha dejó en claro que no quería responder a Stavros.
«No es necesario». Vlad sonrió, casi sintiendo esa mirada ámbar a pesar de
estar fuera de la vista. «Estar en forma humana, quiero decir. ¿Debo abrir la
puerta?».
«No es necesario».
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—No es necesario.
La cerca que limitaba las Cámaras no era alta, no trataba de mantener a nadie
afuera. Cualquiera que entrara sin ser invitado no se iría. Pero tal vez saltar sobre
la valla para unirse a ellos era la manera de Simon de decirle a Leetha, y cualquier
otro Sanguinati que podría tener dudas, que él era, de hecho, el líder del Courtyard
y que respetaba sus límites por elección.
«Abuelo Erebus», dijo Simon cortésmente una vez que se unió a ellos.
«Meg quería que te dijera que hoy recibió un catálogo con un montón de
películas a la venta. Lo traerá mañana cuando haga sus entregas».
Erebus sonrió.
—La sangre dulce sabe cuánto me gusta ver mis viejas películas.
Sí, pensó Vlad. La sangre dulce es el vínculo entre los de nuestra clase y la de
Simon. No habríamos llegado tan lejos -en tan poco tiempo- si ella no hubiera tropezado con
el Courtyard. Algunos de nosotros no habríamos sobrevivido a los recientes conflictos con
los humanos. Incluso con sus advertencias, algunos de los nuestros no sobrevivieron.
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Anne Bishop
—No me gusta.
Desafío, simple y llano. Un Lobo no podría ganar una pelea con una
Sanguinati que estuviera en forma de humo, pero Simon debió haber oído algo en
la voz de Leetha que no le permitía dejarlo pasar sin un desafío.
—¿Leetha? —La voz del abuelo Erebus era tranquila y más amenazadora por
ello—. El Wolfgard te hizo una pregunta.
Simon lo miró como si Henry le hubiera dado una golpiza en la cabeza y por
eso le hacía una pregunta tan tonta.
«No vamos a detenerlos. Les vamos a dar más incentivos para robarnos
mañana».
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Anne Bishop
De repente, Vlad se dio cuenta de por qué Leetha estaba teniendo problemas
para aceptar a un Lobo como líder del Courtyard. Había observado a Simon
tratando con la manada femenina y la policial. Lo había visto con Meg, quien
sacaba su lado juguetón. Pero ella no había tomado en cuenta que había una razón
por la que él era el dominante sobre Lobos fuertes como Blair y Nathan, no había
tomado en cuenta lo que significaba tener a una Cosechadora como Tess viviendo
entre ellos. Aún no había visto a Simon realmente.
«Vamos a asegurarnos de que ese Cyrus oiga hablar de una entrega de carne
especial».
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Capítulo 18
Sunsday, 21 de Messis
Jimmy esperó hasta que el grueso de los que estaban almorzando mermara
antes de dirigirse a la Plaza Comercial. No quería encontrarse con su madre o con
CJ. No quería encontrarse con ninguna de las perras que espiaban para los
monstruos. Pero tres de ellas estaban sentadas en una de esas mesas con sombrilla,
comiendo ensaladas como si esa basura fuera comida de verdad. Reconoció a las
dos mujeres que vivían con policías en los apartamentos, Ruth y Merri, pero no
reconoció a la tercera, una chica de pelo negro que llevaba una camisa de gasa
grande a pesar del calor.
Esperó cerca de la puerta, pero el tendero parecía dispuesto a hablar con uno
de los chupadores de sangre masculinos que estaban invadiendo el apartamento
sobre el suyo.
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Anne Bishop
—No es seguro. Es por eso que no puedo garantizar que se pueda obtener un
corte en particular, pero estoy haciendo una lista de cualquiera que esté interesado
en recibir un poco.
El vampiro asintió.
—Resérvame una porción. No quiero perderme ese manjar.
—Voy a llevar tres rebanadas —dijo. Cuando el tendero levantó las cejas que
tenían más plumas marrones que pelo, añadió—: Los niños no podrán comer más
de media rebanada cada uno, no cuando van a tener sus verduras también.
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Tres rebanadas entraron en uno de esos recipientes que se esperaba que los
clientes lavaran y trajeran. Jimmy hizo la compra y salió. Mantuvo un paso
tranquilo, incluso saludó a las tres perras que estaban terminando sus comidas.
*****
Incluso con la ayuda de Merri Lee y Ruth, no pudo convencer a los Lobos de
que no había polvo hasta que Simon confirmó que, en algunas historias, "empolvar
la nariz" significaba hacer pis. Entonces Katherine Debany lo arruinó más tarde,
ese mismo día, al sacar un neceser y realmente empolvarse la nariz a la vista de
Elliot. Naturalmente, Elliot informó de ello a Blair y Nathan -y a Simon- y la rutina
de “déjame oler tu rostro” empezó de nuevo.
—Merri Lee, Ruth y yo tuvimos un excelente almuerzo —le dijo—. Fue una
ensalada hecha de verduras frescas y verduras del huerto con los últimos trozos de
lo que sobró del pavo con huevo duro, junto con una variedad de mini muffins que
le compramos a Nadine. ¿Qué hay contigo? ¿Tuviste un buen almuerzo?
Regresando a la sala de clasificación, pensó qué hacer con su tarde hasta que
llegara el momento de hacer sus entregas. El correo ya estaba ordenado y
despachado con los ponis; sus paquetes estaban organizados en un carro para
poder cargar y descargar el Bow de manera eficiente mientras hacía sus rondas.
Ella ya tenía los libros de la biblioteca que iba a entregar a las chicas del lago.
Meg dejó escapar un suspiro. Podía escribir una nota a Jean o a Hope o a Barb
Debany, o incluso a Jesse Walker en Pradera de Oro. Podía leer uno de los libros
que había sacado de la biblioteca. Normalmente, la idea de hacer esas cosas le daba
placer, pero ahora se sentía inquieta, molesta. No había picor, ninguna sensación
de alfileres y agujas advirtiéndole de algo a punto de suceder. Era más sutil que
eso, pero le revolvía un poco.
Sacando su caja de cartas proféticas del cajón, la abrió y apoyó ligeramente las
yemas de los dedos en las cartas. Pero no tenía una pregunta, ni siquiera tenía idea
de qué preguntar. Le había contado a Nathan lo de su almuerzo, él le contó del
suyo, y...
Agudas punzadas llenaron las yemas de sus dedos. Cerró los ojos y eligió las
cartas que le producían las punzadas más agudas. Con los ojos todavía cerrados,
dio vuelta a las cartas en el orden en que fueron elegidas.
—Tengo un cliente —respondió Merri Lee—. Déjame terminar con él, y luego
voy corriendo.
Unos minutos después, ambas estaban mirando las tres cartas en la mesa de
clasificación.
—No estoy segura. Cuando elijo tres cartas, es sujeto, acción y resultado.
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—Las tres son cartas de comida. Bueno, una muestra una mesa llena de
panes, productos lácteos y cuencos de fruta; otra muestra un banquete con carnes y
verduras cocidas; y la última muestra animales que se consideran alimentos. —
Merri Lee frunció el ceño—. ¿Sigues sintiendo las punzadas?
—¿Tienes antojos de S.P.M? Tal vez por eso tienes fijación con la comida.
Tiendo a querer chocolate, pizza y aperitivos salados. Por supuesto, entonces bebo
mucha agua, y retengo mucho líquido, y me hincho, lo que me pone de mal
humor. —Merri Lee la miró expectante.
*****
Le comentó el tema a Simon cuando regresaron del trabajo, y pudo ver que
tenía sentido para él. Lo que la preocupó fue la expresión de sus ojos ámbar, y el
hecho de que no le dijera lo que significaba. Y por primera vez, le gruñó cuando
ella pidió una explicación. Le dijo que no era asunto suyo.
*****
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Todo fue como un reloj. Los cuatro hombres estacionaron en el lote adyacente
a El Ciervo y la Liebre, luego cruzaron la Calle Principal hasta la entrada de la zona
de entregas del Courtyard. Desde allí, subieron por la vía de acceso y entraron en
la Plaza Comercial, manteniéndose cerca de las tiendas en vez de atravesar la gran
área abierta del centro.
Cada uno llevaba una gran mochila rectangular forrada con material aislante
alrededor del plástico grueso. El calor nocturno no era mucho mejor que la
temperatura diurna; no cooperaba para que la carne comenzara a descomponerse
antes de que tuvieran la oportunidad de guardarla en sus propios congeladores o
vender la mayoría de los mejores cortes con fines de lucro.
Jimmy Montgomery era un jodido arrogante que pensaba que era una mierda
caliente sólo porque había vivido en Toland, como si birlar una cerradura allí
requiriera mayor destreza que ahí, en Lakeside. Había entrado en el bar, se había
comprado un trago y se había sentado en su mesa, como si lo hubieran invitado.
Comenzó a hablar de la necesidad de un equipo para un trabajo fácil, uno que
garantizaba poner comida en la mesa. ¿Ilegal? Por supuesto que no. La ley humana
no se aplicaba en el Courtyard, así que ¿cómo podía ser ilegal algo hecho allí?
Llenaron sus mochilas con los mejores cortes de carne, dejando las salchichas
y el tocino, junto con los asados y jamones que no podían caber en sus mochilas.
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No pudieron encontrar la carne especial que Jimmy dijo que estaría allí, pero eso
no importaba. Tenían todo por lo que habían ido y más.
Sí, todo había ido como un reloj. Justo hasta el momento en que salieron de la
carnicería y encontraron a los vampiros y a los Lobos esperándolos.
*****
En esa quietud, Monty oyó otra puerta abrirse. Apoyando su mano libre en la
barandilla, se inclinó hacia adelante y miró hacia el porche del segundo piso de la
casa vecina.
Kowalski, vestido sólo con pantalones del pijama. Algo sobre la forma en que
estaba parado le dijo Monty que su compañero también había agarrado un arma en
respuesta a... ¿Qué?
Otra puerta se abrió, más abajo. No podía ver, pero Monty sabía que era
Debany. Así que, todos habían oído algo.
Monty silbó, un sonido suave, pero fue suficiente para que Kowalski girara
en su dirección. Entonces el hombre más joven desapareció. Un minuto después,
reapareció, pasando por los patios delanteros hasta llegar al porche de Monty.
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—Sí —dijo Kowalski en voz baja en el teléfono móvil—. Sí. Se lo haré saber.
Al llegar al final del porche, Monty vio dos búhos encaramados en los tejados
que les daban una buena vista de los negocios del Courtyard.
Si Jimmy contestaba.
—No —dijo de nuevo—. No fuimos llamados para ayudar. Mantén los ojos
abiertos mañana.
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Capítulo 19
Windsday, 22 de Messis
Meg bajó las escaleras de su apartamento y giró hacia el lado del Complejo
Verde que contenía el correo, la lavandería y las habitaciones sociales, así como el
arco que conducía a los garajes. Luego se volvió en la dirección opuesta y dio unos
pasos hacia la puerta principal del apartamento de Simon.
No había vuelto anoche. Bueno, lo había hecho. Había dejado una nota en la
mesa de la cocina, diciendo que tenía que ir a trabajar temprano, así que debería
manejar ella hacia la Oficina del Enlace. Pero se despertó sola esa mañana. Si había
regresado anoche para dormir un poco, no había vuelto a ella.
¿Había hecho algo que le molestó? ¿Podría preguntarle? ¿Se lo diría? Así era
como se sentía cuando se rompía con alguien... ¿Qué? ¿Que te importa? ¿Amado?
¿Cómo podía saber lo que sentía por Simon? Nunca había tenido esos sentimientos
antes. En ese momento, se sentía perdida, sola y asustada.
La forma como estaban las cosas entre ella y Simon no era igual a como se
daban las cosas entre Merri y Michael, por ejemplo. Su relación no era como las
que había leído en lo que Simon y Vlad llamaban los libros de besos. No era una
relación sin complicaciones, pero no estaba plagada de malentendidos -que, según
Merri y Ruth, eran mucho más divertidos al leer que al experimentar. No todas las
relaciones funcionaban. Y a veces la gente estaba confundida e insegura de lo que
sentía y de lo que quería tener y darle a alguien más.
Tal vez esto era normal. Tal vez Simon sólo necesitaba una noche para salir y
hacer cosas Lobunas con otros Lobos. Cosas que ella no podía hacer.
Meg soltó un sonido que podría haber sido un ladrido, tendría que haber sido
un grito, pero no fue ninguno, ya que apenas emitió un sonido.
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Anne Bishop
—Huh. Debe ser una cosa humana. Cuando estamos enfocados, estamos
mirando algo.
Algo sobre el brillo en los ojos de Jester, algo sobre la manera en que se lamió
los labios cuando dijo que ya había desayunado, incomodó a Meg.
—¿Comiste conejo? —¿O una rata? Sabía que, para la mayoría de los
residentes del Courtyard, los conejos y las ratas eran carne intercambiable, y lo que
se consumía dependía de lo que pudiesen atrapar. Pero ella era humana, y aunque
comía la carne de una criatura, no tenía ganas de probar la carne de la otra.
—No, no un conejo.
Esa mirada en los ojos del Coyote, un recordatorio agudo de que era tan
depredador como el resto de los Terráneos que vivían el Courtyard.
Puesto que la tenía agarrada del codo y la conducía hacia el pasaje y a los
garajes, no parecía necesitar una respuesta. De hecho, ninguno de los dos dijo nada
hasta que pasaron por la Plaza Comercial y vio los carteles de Cerrado pegados a
los caballetes que bloqueaban todos los arcos que daban acceso a los negocios.
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Anne Bishop
Podía pensar en unos pocos además de los Elementales. Simon, por ejemplo.
Pero también Henry, Vlad y Tess. Incluso el Sr. Erebus. Como Jester era un amigo,
no volvió a preguntar.
Cuando llegaron a los garajes detrás de la Oficina del Enlace, Jester salió del
Bow y le abrió la puerta del garaje. Luego se apresuró a entrar en Un Pequeño
Bocado, sin esperarla.
Ya no tenía apetito, no es que hubiera querido comida alguna desde que vio
la nota de Simon en la mesa de la cocina. Meg tomó su bolso y sacó la bolsa térmica
del Bow y se dirigió a la puerta trasera de la Oficina del Enlace. Acababa de abrir la
puerta cuando Kowalski caminó por el camino de acceso, vestido para trabajar.
—Hola, Meg. —Kowalski sonrió, pero parecía distraído por los caballetes y el
cartel que bloqueaba el tercer arco que conducía a la Plaza Comercial. Luego miró
el segundo piso de su edificio—. ¿Sabes si el agente O'Sullivan está aquí? ¿O si
tiene compañía?
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Él sonrió.
—Algo que a ti ya Simon les va a gustar probar en algún momento.
—Algo así.
—No lo sé. Cuando pasé, parecía que estaban trabajando en la zona abierta,
no en las tiendas. Tendrías que preguntarle a Simon o a Vlad. No supe nada hasta
que llegué hace unos minutos. —Meg lo estudió—. ¿Karl? ¿Algo va mal? —De
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repente, la broma acerca del morreo fue apagada, se sentía incómoda, igual que
cuando el brillo en los ojos de Jester la hizo sentir incómoda.
Y tenía una muy mala sensación de que debía saber lo que había pasado en la
Plaza Comercial la pasada noche.
*****
—Entonces Boone no tendrá nada que vender hasta que llegue el próximo
cargamento de carne de las granjas —dijo Henry. Él esperó un golpe—. No hay
nada malo con la carne que fue tomada. No estuvo fuera de la nevera lo suficiente
para empezar a echarse a perder.
—La carne está bien para nosotros, pero no para los humanos.
—La carne estuvo fuera el mismo tiempo que cuando los humanos la
compran en una carnicería y la llevan a casa.
—No será vaca o cerdo, pero Boone tendrá algo que vender a quien quiera
comprar carne.
Pero a Meg no le gustaba la carne de bisonte. Tal vez, cuando no estuviera tan
lleno, podía cazar un conejo sólo para ella. O podría llamar a Steve Barquero para
comprar de un poco de carne, o incluso un pollo, de una de las tiendas en
Desembarco del Ferry.
Pensar en Meg y en la razón por la que estaba tan lleno lo hizo gruñir.
—Eran invasores. Ladrones. Malos humanos. No fue como si nos hubiéramos
comido a una de sus amigas.
—No eres humano, Simon —dijo Henry en un bajo rumor—. Nunca serás
humano. Y los que son humanos, siempre serán carne.
—No todos ellos. No más. —Y ahí estaba el tema, la forma que él, con el
acuerdo de Vlad, Henry y Tess, habían elegido para castigar al ladrón restante iba
a causar todo tipo de disgustos entre los humanos.
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Sintió que algo se movía dentro de él, un alboroto de cambio que estuvo y se
fue.
No era humano. Nunca sería humano. Pero, en realidad, ¿aún era un Lobo
Terráneo?
*****
Una vez que Lizzy entró en la casa de los Denby para desayunar con Sarah y
Robert, Monty y Pete Denby se unieron a Kowalski y Debany entre el frente del
dúplex y la acera pública.
—Karl, quiero que te quedes cerca del Courtyard durante un rato y vigiles las
cosas. —Monty miró a su propio edificio de apartamentos y esperó la señal que
indicaba que Kowalski sabía exactamente a quién necesitaba vigilar—. Michael, te
vas de servicio a tu hora habitual, pero mantén tu teléfono móvil a mano en caso
de que Karl necesite respaldo por cualquier razón. —Miró a Pete—. El resto debe
hacer su trabajo como de costumbre.
—¿Crees que es seguro que los niños vayan a la escuela? —preguntó Pete.
—Creo que hoy es el lugar más seguro para ellos —respondió Monty.
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Monty pensó en Jana Paniccia, la joven que fue a Bennett para convertirse en
ayudante de sheriff porque no podía conseguir un empleo como oficial de policía
en una ciudad controlada por humanos. Ahora patrullaba con un caballo y un
revólver. Se preguntó cómo se llevaba con el sheriff, que era un Lobo.
Pero no había nada en el lugar donde habían estado los cazadores la noche en
que mataron a Daphne Wolfgard y trataron de disparar a Sam. Nada escondido
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Anne Bishop
entre las piedras. Sin billetera, sin llaves, sin libreta de racionamiento o licencia de
conducir. Nada.
—Sí, señor.
Si dejaba un vehículo, ¿por qué no bloquear todas las puertas? ¿Y por qué el
conductor salía del lado del pasajero? Pero había vías en un vehículo que no
dejaban rastro: una ventana abierta una grieta para dejar entrar el aire fresco, las
rejillas de ventilación, probablemente otras formas que no podía nombrar.
Cualquier apertura por la que el humo pudiera fluir proporcionaría acceso. Lo
suficientemente fácil como para eliminar cualquier material que tuviera el nombre
de una persona o dirección. Fácil de desbloquear la puerta del pasajero y salir con
el material.
—Sí, señor.
*****
Meg cerró la puerta privada casi del todo. La puerta de entrada todavía
estaba cerrada. No era hora de abrir la oficina todavía, así que Nathan no estaba
allí para mantener un ojo en las cosas, incluida ella. Especialmente ella.
Nadie quería contarle lo que estaba pasando, pero la navaja se lo diría. Salvo
que ella no sentía ningún pinchazo que guiara a la parte correcta de su cuerpo para
hacerse el corte.
Una cosa buena acerca de usar las cartas era que podía hacer tantas preguntas
como quisiera. Si no lo hacía bien la primera vez, podría intentarlo de nuevo. Pero
todavía necesitaba un punto de partida y no sabía cómo condensarlo en una
pregunta.
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Anne Bishop
Meg levantó la carta del hombre en la cárcel y frunció el ceño. La cara del
dibujo le hizo pensar que la carta debería ser del juego de niños, no de la cubierta
del paisaje urbano de las cartas para leer la fortuna. Dio vuelta a la carta para mirar
la parte de atrás. Estaba trabajando con varias cubiertas para crear una nueva
baraja de cartas proféticas que podría ser usada por las Casandra de sangre, pero
podía decir de qué cubierta venía una carta por el diseño en la tapa.
Eso fue extraño. No hubo ninguna sensación de euforia, que por lo general
velaba la mente de una profeta de la sangre de las imágenes que veía, pero Meg
definitivamente había experimentado el velo protector.
Pero había tres cartas más volteadas boca arriba sobre la mesa.
Meg devolvió las cartas a la caja de madera, dejó la caja en el cajón y lo cerró.
Las profecías no eran una certeza absoluta, ni siquiera con la navaja. Y todavía no
sabía lo suficiente sobre el uso de las cartas para estar segura de su interpretación.
Además, si continuaba haciendo preguntas y sacando cartas por respuestas, ¿cómo
podía saber si alguna de ellas era la pregunta que necesitaba hacerse?
Tal vez debería consultar con Theral y averiguar si Emily Faire, la enfermera
practicante, tenía horas de oficina hoy. Y debía escribir los detalles de este episodio
para el Dr. Lorenzo, ya que estaba trabajando con un grupo de trabajo para
comprobar el bienestar de las Casandras de sangre. Éste era exactamente el tipo de
cosa que él tenía que saber.
Sacó el cuaderno que usaba para registrar cualquier cosa revelada usando las
cartas, fechó una página limpia y escribió:
Señal de peligro
—¡Arroo!
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Nada más que pudiera hacer ahora mismo. Incluso si su cerebro estaba
enloqueciendo y las cartas no significaban nada, debía mostrarle a alguien. Henry
o Vlad o Merri Lee.
Quería mostrarle a Simon, pero ¿y si quería una excusa para alejarse, para
evitar seguir siendo amigos? Los Lobos no se alejaban de los miembros de la
manada que tenían cerebros vacilantes. Saltarín era prueba de ello. Pero ella no era
un Lobo, no era realmente de la manada.
*****
regresar a la Calle Principal. Miró todos los coches estacionados en la calle, luego
condujo a los niños Denby, a Lizzy y a Ruthie hasta la esquina cuando llegó la hora
de que subieran a la escuela para las clases de la mañana.
—¿Por qué?
Desconocía que el licor fuera lo suficientemente valioso como para robar. Por
otra parte, lo más cerca que un Terráneo estaba de consumir alcohol, era al comer
una fruta que comenzaba a fermentar. O en el caso de los Sanguinati, bebiendo la
sangre de alguien que hubiera consumido alcohol.
Con Burke siendo el propietario, El Ciervo y la Liebre pasaba a formar parte del
territorio personal de la manada policial. Ahora tenía sentido que Kowalski
estuviera husmeando.
*****
376
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Pero nadie lo había llamado para decirle a qué hora debía reunirse con ellos
para recoger su parte de la carne. Y nadie respondía a sus llamadas.
Tal vez habían perdido la paciencia y no hicieron el trabajo. Tal vez por eso
no querían hablar con él. Era bastante fácil confirmarlo.
—¿Qué clase de negocio? —se apresuró tras él, usando esas estúpidas
zapatillas de tacón alto. ¿Qué clase de mujer llevaba una mierda así?
Antes de casarse con ella, solía pensar que cosas así la hacían parecer sexy.
Pero eso fue cuando con sólo mirar su cuerpo se excitaba. Y lo que parecía
atractivo durante un par de horas, se veía bastante estúpido cuando tenías que
vivir con ello.
—Jimmy, los niños tienen hambre y no hay nada que comer —dijo Sandee
mientras se agarraba a su brazo.
*****
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Toma —Merri Lee sostuvo una de las tazas para llevar de Un Pequeño
Bocado—. Nadine le enseñó a Tess cómo hacer un moca helado, y me ofrecí para
tomar un descanso rápido y traerte uno para que lo pruebes.
—Vlad está allí ahora. —Merri Lee vaciló—. Hay algo extraño en el cierre de
la Plaza Comercial. Normalmente, Vlad se quejaría un poco de que yo tomara un
descanso antes de lo habitual -aunque creo que lo hace porque piensa que un
empleador humano lo haría- pero cuando le dije que me iba a verte, me dirigió esa
extraña mirada, como si estuviera tratando de decidir si yo sabía algo. Lo que me
hizo pensar que hay algo que saber.
—Karl está patrullando a pie —dijo Meg. Tomó un sorbo del moca helado—.
Hum, esto es bueno.
—Por supuesto. Incluso las has agrupado. Si yo fuera a hacer una de nuestras
cartas de historias basadas en estas imágenes, pondría que hubo una muerte y se
llamó a la policía, lo que terminó con alguien que fue directo a la cárcel.
378
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Después de que Merri Lee volviera a trabajar, Meg pasó la siguiente hora
esperando las entregas, esperando el correo, esperando algo que hacer para no
preocuparse mientras esperaba lo que iba a suceder.
*****
lado. Después de todo, había concertado el trato, y si creían que su hermano policía
era un tanto corrupto y suficientemente bajo su control para que pudieran tener un
accidente la próxima vez que estuvieran en la cárcel, tanto mejor. Pero él no había
estado cerca de Lakeside el tiempo suficiente para tener un contacto, y CJ no estaba
trabajando mucho en nada que no involucrara a los monstruos, así que no era
conocido por los ciudadanos más emprendedores de la ciudad.
Se sentó y se mantuvo ansioso hasta que los caballetes fueron quitados de los
arcos y la Plaza Comercial estuvo otra vez abierta para los negocios. Luego se
dirigió a la carnicería.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Diez dólares.
Pensó en tratar de negociar por un precio mejor, pero se dio cuenta de que era
inútil. Si esa era la única pieza de carne disponible, el macho podía venderla por el
doble de ese precio a la siguiente persona que entrara en la tienda. Lo que
significaba que Jimmy podría venderlo por lo menos por lo mismo fuera del
Courtyard.
—Vendido.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Una chica de ojos oscuros y cabello largo y negro se apresuró a salir de una
tienda cercana, llevando nada más que una funda blanca.
Se sacó la funda por su cabeza y la dejó caer. Cuerpo bonito, pensó Jimmy,
momentáneamente distraído del loco policía. Bonita y desnuda y... Vio plumas
suaves cubriendo su coño en vez de pelo normal. Ver su cambio a un Cuervo
grande y volar lo asustó aún más.
Lleno de justa cólera que iba a volcar contra el bastardo del Capitán Burke y
de CJ, no se resistió cuando Kowalski lo puso en el patrullero que entró en el área
de entrega, y luego se metió en el frente con un oficial llamado Hilborn. No, él no
se resistió porque llevaría todo esto hasta la oficina del Alcalde si tuviera que
hacerlo... y lo haría antes de que los raspones y magulladuras causados por
Kowalski al golpearlo contra el suelo comenzaran a decolorarse. Sí, llevaría esto a
la cima, y cuando terminara, no tendría que pagar por un solo bocado de comida
por el resto de su estancia en Lakeside.
*****
Si ese era el caso, si esta era la primera parte de lo que las cartas habían
revelado, también había habido una muerte. ¿De quién fue la muerte?
Miró a Nathan, que la observaba con una intensidad que la hacía sentirse
pequeña y sabrosa, y se alegró de ser profeta de la sangre, porque la hacía
incomible.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 20
Windsday, 22 de Messis.
—Mira lo que ese bastardo de Kowalski me hizo —gritó Jimmy, agitando una
mano en su propia cara—. Será mejor que le rompas el culo por esto, CJ, o voy a
levantar un hedor que olerá hasta la oficina del Alcalde en esta maldita ciudad.
—Lo que sea que hiciste esta vez, tal vez no puedas sobrevivir a ello.
384
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—No hice...
—De ninguna manera. No. Ese bastardo miente, está tratando de inculparme.
Compré un pedazo de carne especial de la carnicería y Kowalski...
—¡Dioses, Jimmy! Los humanos son la carne especial. Todos los Terráneos en
el Courtyard consideran a los humanos una presa animal, igual que los conejos y
ciervos. Cualquiera que entre en el Courtyard sin el permiso de los Otros es carne.
—No se escaparon, no salieron del Courtyard. Y los Otros saben que estabas
involucrado en el robo.
Jimmy sonaba como siempre, seguro de que iba a marcharse indemne para
empezar a pensar en su próximo plan. Pero no esta vez.
Jimmy no pensaría dos veces en algo así. Monty lo vio en sus ojos, en su
rostro. Dejaría a Sandee con la duda y no le importaría.
—Estás mintiendo. Conozco las señales. —Sí, él conocía las señales. Jimmy
era astuto, malicioso. Él nunca diría la verdad si una mentira funcionaba. Y le
gustaba golpear a la gente con palabras e intimidarlos con un cuerpo grande y una
gran voz. Como Jimmy había hecho con Sierra. Como le estaba haciendo a la joven
Frances, dándole a su hijo un gesto de aprobación para hacer lo mismo.
—Estoy diciendo que el Capitán Burke tenía razón. Esto es una pérdida de
tiempo, así que te presentarán cargos.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—No creo que ella diga nada cuando le diga que tuviste la oportunidad de
cooperar, pero te negaste a cumplir con las condiciones de tu liberación y fuiste
enviado al lugar donde se lleva a los criminales peligrosos mientras esperan el
juicio.
Monty se sentó.
—No creo que fueran seis —informó Jimmy—. Y tal vez fue un poco mi
culpa, pero no como tú piensas.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Al final, Monty obtuvo el nombre del bar y los nombres de los cuatro
hombres que eran conocidos en un lugar como ese. Ojalá fuera suficiente para que
la policía pudiera llenar formularios DUD para los familiares.
—Debería —dijo Monty en voz baja—, porque hay seres en el Courtyard que
son tan poderosos y peligrosos que pueden convertir tu cerebro en sopa con solo
mirarte. Solo una mirada, Jimmy. Y ahora, debido a este poco de estupidez, todos
los Otros van a estar observando todo lo que haces a partir de ahora.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—No. Seguirá creyendo que puede trabajar de la misma manera en que urdía
sus planes en Toland. A pesar de la evidencia justo delante de él, será como
muchas otras personas que todavía quieren fingir, tal vez necesitan fingir, que no
hay repercusiones letales cuando se meten con los Otros.
Louis suspiró.
—Podría haber sido peor.
—¿Cómo?
Y Jimmy se habría jactado al respecto, había hecho un gran trato con el último
trozo de carne especial, como lo había hecho cuando vio a Kowalski. Pero habrían
390
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Pero los Otros sabían que el robo iba a suceder y no habían pedido ayuda a la
policía, así que tuvo que preguntarse si Jimmy había creado una cuña entre él y
Simon Wolfgard, si había roto la confianza que se estaba construyendo.
Y tenía que preguntarse qué significaba eso para las comunidades mixtas que
se estaban creando y para las personas que ahora vivían entre los depredadores
dominantes del mundo sin siquiera el pretexto de una barrera entre ellos.
*****
—Una cosa es tomar una billetera que se dejó para que uno la encuentre y
sepa que la persona que la poseía cruzó alguna línea y fue asesinada y comida
debido a ello. Otra cosa es ver la prueba.
—Siempre que salía la noticia de que los Lobos habían mordido la mano de
un ladrón, Aullidos, Buena Lectura se llenaba de clientes durante los días posteriores
—dijo Kowalski.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Burke sonrió.
—La perversidad de la naturaleza humana. Pero una mano cortada no es lo
mismo que un cadáver. Los Terráneos en el Courtyard son fieles a su naturaleza,
Karl, y eso los hace muy peligroso. Pero siguen siendo la única posibilidad de
supervivencia que tenemos, porque no importa lo peligroso que sean Simon y Vlad
y el resto de ellos, no son ni mucho menos una amenaza para nosotros como los
Otros que viven en el país salvaje.
—No quiero que vayas a la calle, así que te quedas en tu escritorio durante el
resto del día, date tiempo para arreglarte. Si el Teniente necesita un conductor,
Debany o Hilborn pueden hacerlo.
392
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—No —dijo Burke suavemente—. Interviniste porque has estado cerca de los
Otros el tiempo suficiente para comprender que una cosa es saber algo
intelectualmente y otra muy distinta ver la verdad en la cara. ¿Los policías? Hemos
visto muchas pruebas de cómo los Terráneos responden cuando están enojados
con los humanos. ¿Pero civiles como Ruthie y Merri Lee que están viviendo tan
cerca del Courtyard y trabajando entre los Otros? No necesitan mucha verdad.
—Por supuesto que lo harían -y deberían-, pero voy a negar que lo he dicho.
La sonrisa se desvaneció.
—Me está dando mucho crédito por unos segundos que no recuerdo.
—Sí, señor.
—Habla O'Sullivan.
Le contaría todo a O'Sullivan una vez que pudieran hablar cara a cara, pero
no quería decir nada sobre Lorenzo por teléfono.
393
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Una vacilación.
—¿Has chequeado los hospitales y el depósito de cadáveres por algún NN?
—No es necesario.
Burke se enderezó.
—¿Problemas?
—La mitad de los médicos que estaban recopilando información sobre las
Casandras de sangre renunciaron al grupo de trabajo después de haber sido
amenazados por miembros del movimiento Humanos Primeros y Últimos.
Durante mi conversación con el Gobernador, confirmé que varios médicos además
de Lorenzo han desaparecido.
—Gracias.
por visiones que no se negaban. Incluso las menos talentosas entre esas muchachas
podían dar a un tratante una vida muy agradable, y las mejores entre ellas...
*****
—¿Qué? —exclamó Simon cuando Vlad, que estaba detrás del mostrador de
salida de ABL, sin hacer nada útil, continuaba mirándolo.
—Estoy viendo que todos los libros que estás poniendo en la mesa de
exhibición son thrillers de autores Terráneos y son del tipo que podría ser descrito
como rasgar y romper.
—¿Y?
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—¿Hay algo que podamos hacer por usted, señora Twyla? —preguntó Vlad.
—Entiendo que toda la carne que fue entregada ayer fue robada.
—Ya veo.
Simon no podía soportar que ella pensara que no había carne, que la manada
femenina no tendría nada más que verduras.
—Henry lo hace.
La señora Twyla miró a Simon de una manera que le hacía querer dar un
paso atrás, o mostrarle sus mejores dientes en advertencia.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Mi James era un buen hombre, y lo amé durante todos los años que
estuvimos casados. Todavía lo hago, aunque hace algunos años que ya no está.
Pero le gustaba comer un queso que dejaba un olor en la casa peor que un mal caso
de pedos.
—Lo era. Pero era parte de quién era. No me pidió que lo comiera, y no le
pedí que renunciara a comerlo. Así es como funciona cuando dos personas son
compañeros.
Dio un paso adelante. Simon se mantuvo firme todo el tiempo que pudo
antes de dar un paso atrás.
—Tiene más valor del que está mostrando en este momento, y evitar a la
chica no les hace ningún favor a ninguno de los dos. Háblenlo, dejen las cosas
claras, decidan con lo que cada uno puede vivir.
—¿Creen que hay alguien aquí, excepto los niños, no ha descubierto lo que
les pasó a los ladrones? La señorita Merri dice que solían poner un cartel en la
puerta de la carnicería cuando atrapaban algo de lo que llaman carne especial,
aunque lo único que puedo ver es que no lo han cazado con mucha frecuencia y sin
duda no fueron a buscarlo a su propia tierra. —Miró intencionadamente a Vlad—.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
No la carne de todos modos. —Se volvió hacia Simon—. ¿Tengo razón al pensar
que no mezclan esa carne con otras?
—¿Sólo el tiempo suficiente para que Cyrus se llevara el cebo? —Ella asintió
de nuevo, como si algo hubiera sido confirmado—. Si merecía que le dieran ese
paquete, entonces que así sea, y aunque no puedo decir que me sorprenda, el saber
que estuvo involucrado con esos ladrones hace que mi corazón se sienta pesado.
Pero estoy agradecida de que el oficial Kowalski haya intervenido y no dejara que
Cyrus llevara el paquete a casa para que los niños lo vean.
—No íbamos a dejar que saliera del Courtyard con el paquete —dijo Vlad en
voz baja—. No habríamos dejado que su pareja y los jóvenes vean la carne.
Vendérselo a él fue un castigo y advertencia para ese Cyrus. Kowalski no tenía
autoridad para arrestar a ese Cyrus y llevarlo a él -y al paquete- a la comisaría.
Pero lo dejamos hacerlo.
—Sólo demuestra que todos aprenden a trabajar como equipo. —La señora
Twyla le dirigió una mirada dura a Simon: el mismo tipo de mirada que una
cuidadora de manada le daría a un cachorro equivocado. Pero una cuidadora
podría añadir un golpe de pata o un mordisco en la cara—. Hable con la señorita
Meg y arregle las cosas.
—No ayudaste.
—No te regañó por comer a un humano. Te regañó por molestar a Meg, cosa
que yo no he hecho.
*****
Meg se paró en un extremo de la huerta del Complejo Verde y miró las cestas
tejidas llenas de calabacín.
— ¿Esto es normal?
—Nadine dijo que tomará algunos para hacer pan de calabacín para Un
Pequeño Bocado —dijo Merri Lee. Ella le tendió dos calabacines de tamaño
modesto—. Deberías tomar estos, Meg.
Meg suspiró pero los tomó. Comer alimentos que estaban en temporada
estaba bien y era sano, pero ahora entendía lo de tener demasiado de una cosa
buena.
—No tienes que comerlos esta noche —dijo Merri Lee—. Se mantendrán un
día o dos.
399
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Bueno. Una comida sin calabacín. Por supuesto, no estaba segura de qué
comerían, o si iba a comer sola.
Entonces vio al Lobo moviéndose hacia ella. Simon, con su pelaje oscuro
moteado con un gris más claro. Había pasado un tiempo desde que tuvo esa
extraña sensación de no poder verlo claramente cuando se movía, como si
estuviera viendo una imagen superpuesta de algo aún más grande atravesando la
piel de un Lobo, haciendo el contorno indistinto. Tal vez era un poco de su
verdadera forma, lo que él era, que se mostraba cuando estaba estresado, como
cuando estaba en forma humana y las cosas cambiaban involuntariamente porque
estaba enojado o molesto.
¿Alguien más experimentaba esto cuando veía a los Otros? ¿O al ver las
visiones de la profecía sesgaba la forma en que veía el mundo mundano? Si es que
se pudiera llamar a cualquier Terráneo mundano.
Observó a sus amigas poner las cestas tejidas en las cestas de alambre en la
parte delantera de sus bicicletas. Ella las vio alejarse. Luego miró a Simon, que se
había acercado más a la huerta mientras Merri Lee y Ruth se alejaban.
400
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Eran malos humanos. — La voz de Simon era áspera, pero sus ojos ámbar
no tenían los destellos de rojo que indicaban ira.
—Sí.
Por supuesto, habría sido más inteligente que esos hombres robaran una
tienda humana. La policía los habría arrestado en lugar de comerlos.
—¿Cuántos eran?
—Cuatro.
No conocía a todos los Lobos personalmente, pero entre los que cuidaban de
los cachorros y el Complejo Wolfgard y los que, como Simon y Nathan, trabajaban
en las partes más visibles del Courtyard, tenía una idea bastante buena de cuantos
Lobos vivían en Lakeside.
401
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Ella intentó visualizar ilustraciones en una carta profética que clasificara los
gustos de la carne. En una escala de uno al diez, ¿los ciervos serían un diez y el
pollo uno? ¿Las vacas y los cerdos serían siete u ocho y los humanos serían cuatro
o cinco?
Ella le dijo.
—Suficientemente cerca.
402
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Así que la carne especial no es especial porque sabe mucho mejor que la
otra carne. Es especial porque no se come a menudo.
—Sí. —Igualmente iba a cortar y saltear uno de los calabacines para el plato
de verduras.
Meg empezó a levantarse pero se dio cuenta de que tenía una pregunta más.
—Si esos hombres hubieran intentado robar algo que no fuera comida, ¿los
habrías matado?
—¿El verano pasado? Sí, lo habríamos hecho. ¿Ahora? —Él la miró a los
ojos—. Los habríamos desgarrado como una advertencia para otros humanos, pero
probablemente habríamos aullado por Montgomery y hubiéramos dejado que la
manada policial tratara con los intrusos.
Debería decírselo a Simon. Se lo diría a Simon. Pero no esa noche. Decir algo
ahora despertaría a los Otros, y no quería que todo el mundo se molestara sólo
porque su lengua estaba punzando de nuevo.
403
Grabado en el hueso
Anne Bishop
vistazo de su futuro. Pero pronto su lengua iba a sangrar y vería la profecía que
esperaba ser revelada.
*****
Cuanto más tiempo pasaba alrededor de los humanos, más confuso se sentía.
Todos los otros depredadores que los Terráneos habían absorbido tenían una
estructura social que tenía sentido. ¡Pero los humanos no!
Podían no comerse entre ellos, pero los humanos mataban a otros humanos
todo el tiempo. Lo había visto con sus propios ojos cuando Lawrence MacDonald
fue baleado y asesinado en los puestos de la feria, cuando hombres del
movimiento HPU atacaron a su grupo. Aunque el grupo humano se vio
entristecido, su comportamiento no cambió hacia los Terráneos. De hecho, las
muertes de MacDonald y Crystal Crowgard hicieron aún más fuerte el vínculo
entre el grupo humano y los Otros.
¿Sería que ellos aceptaban que los Terráneos vieran a los humanos como
carne porque se daban cuenta de que a aquellos que vivían en el Courtyard ya no
se los veía así? ¿O la aceptación venía porque entendían que ellos también serían
vistos como carne por los Terráneos que vivía más allá de Lakeside y los lugares
conectados como Isla Grande, Cataratas de Talulah y la Comunidad River Road?
Kowalski abrió la puerta trasera, sacó una pizza de tamaño de familiar y dijo:
—No estaba seguro de si Sam y Saltarín se unirían a ustedes esta noche, así
que quise asegurarme de que tuvieran bastante. La mitad es de pepperoni y
salchichas; la otra mitad tiene verduras.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Piezas de bisonte.
*****
405
Grabado en el hueso
Anne Bishop
¿Qué había de malo con la gente de esta ciudad, que actuaban como si fuera
normal que esos malditos monstruos se comieran a la gente? ¡Eso nunca había
sucedido en Toland! En Toland, la gente normal no tenía que ver a los Otros, no
tenían que preocuparse de ser agarrados o mordidos o algo peor. Esto no habría
ocurrido en una gran ciudad humana, una ciudad humana apropiada. Pero aquí
los policías eran todos unos vendidos, comprados por los monstruos. Incluso ese
bastardo de Burke debía de estar trabajando para los Otros. ¿Por qué más iba a ir
tras un hombre que sólo quería cuidar de su familia en lugar de disparar a esos
monstruos? ¿Por qué otra cosa el amante de Lobo Kowalski iría tras de un hombre
que había sido engañado en una compra...?
Esos monstruos sabían que su pandilla vendría. Lo sabían desde antes de que
hiciera los planes finales. ¿Cómo pudo pasar?
Jimmy se tiró de la silla y entró para detener la mierda que hacían los
mocosos, pero se detuvo en la puerta del dormitorio.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Había oído algo sobre cicatrices y chicas, pero ¿cómo se suponía que iba a
recordar con Fanny gritando así? Y si seguía así, ¿cuánto tiempo pasaría antes de
que uno de los malditos policías empezara a golpear la puerta?
—¿Qué es eso de chica cicatriz? —Él ignoró a Fanny, que salió corriendo de la
habitación llorando por Sandee, y se concentró en el chico—. ¿Y?
Jimmy vio a CJ en la puerta sosteniendo una gran caja de pizza. ¿Creía CJ que
comprar una pizza ajustaría las cosas después de la manera en que dejó que los
otros policías trataran a su propio hermano? ¿Después de la manera en que había
tratado a su propio hermano, mostrándole las imágenes enfermas de un brazo
cortado, tratando de asustarlo para que confesara algo que no hizo?
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
No. No CJ. Burke. Sí. Burke se lo había pedido, estaba tratando de inculparlo.
El bastardo podría haber matado a su pandilla y tomado toda la carne de la
carnicería, podría haber cortado ese brazo él mismo y pagado al monstruo para
asegurarse de que terminara en manos de un hombre que sólo trataba de alimentar
a su familia. Sí. Burke lo había inculpado y CJ cooperó para mandarlo lejos.
Los platos estaban todavía en el lavabo, así que Sandee sacó un trozo de
toallas de papel del rollo para usar en su lugar. Cuando abrió la caja, Jimmy sintió
que la ira le quemaba el estómago.
—CJ compró una pizza grande para dividir con nosotros —dijo Sandee, un
poco asustada por su tono.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Sí. Así debía vivir. Solo necesitaba sacudirse toda esta mierda... y necesitaba
sacar a la chica cicatriz del Courtyard y sacarlos a ambos de esta maldita ciudad.
Pero esta vez, lo haría solo. No iba a confiarle este plan a cabrones como los que no
pudieron tomar un poco de carne de un montón de animales.
Así que masticó, tragó y pensó. Cuando el sol se había puesto y las luces de la
calle se encendieron, Cyrus James Montgomery tenía un plan.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 21
Thaisday, 23 de Messis
Estaba tan sedienta. ¿Cuánto hacía que no bebía agua? Tan sedienta.
Más cartas aparecieron, repitiéndose y repitiéndose hasta que formaron una prisión.
Bosque. Tumba. Espejo. Bosque. Tumba. Espejo. Se cerraron lentamente, implacablemente.
Con la esperanza de encontrar una salida, Meg se dio vuelta, dio un paso y tropezó.
Cayó. Un montón de hojas delante de ella. Sus manos extendiéndose para contener su
caída. Sus manos desaparecieron en las hojas, resbalando en algo debajo.
— ¡Meg!
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Ella miró su rostro, sin saber qué había pasado o por qué estaba enojado.
Meg saltó, envolvió sus brazos alrededor del cuello de Simon y sus piernas
alrededor de su cintura. Sus brazos la rodearon, conteniéndola, protegiéndola.
—Dejaré que Henry entre antes de que derribe la puerta, —dijo Vlad—.
Entonces todos tenemos que discutir lo que pasó.
Una vez que Vlad salió del dormitorio, Simon suspiró, su aliento caliente
contra su cuello.
— ¿Mal sueño? —Preguntó.
411
Grabado en el hueso
Anne Bishop
*****
Simon sacó la jarra de agua del refrigerador y llenó un vaso. Bebió la mitad
del agua, volvió a llenar el vaso y dejó la jarra antes de entrar en la sala de Meg.
Meg estaba sentada en el sofá junto a Henry, con las rodillas arriba y los
brazos alrededor de sus piernas, una pequeña y aterrada bola humana. Tess estaba
sentada en la mesa de café, Vlad inclinado sobre el respaldo del sofá, y Jester
agachado a un lado de la mesa, donde podía ver y oír todo sin estorbar. Los
residentes emplumados del Complejo Verde estaban sentados en el porche, donde
podían oír todo a través de la ventana abierta.
No tomó el agua, así que se sentó al otro lado de ella y puso el vaso en el
suelo. Su cerebro no funcionaba bien, y eso le preocupaba. Era como si estuviera
atrapada entre ver las imágenes de la profecía y ver el mundo físico y no podía
liberarse.
¿Meg siempre habría visto así de detallado, pero fue entrenada para
comprimir lo que veía en una serie de imágenes que alguien más interpretara? ¿O
era esto como lo que pasaba con la cachorra profeta de Jackson, Esperanza, quien
412
Grabado en el hueso
Anne Bishop
podía dibujar algunos trazos que podían ser vistos como un Lobo aullando, pero
también podía hacer un dibujo detallado que revelara a un Lobo específico? Tal
vez este tipo de sueños eran la única manera en que el cerebro de Meg podía
decirle más cuando no se estaba cortando.
Meg cerró los ojos y se hundió contra Henry. Entonces abrió los ojos,
parpadeó ante todos y dijo:
— ¿Hay agua? Estoy sedienta.
Simon esperó hasta que oyó a Meg y Jester hablar en la cocina. Luego miró a
los otros en la habitación.
— ¿Creen que está enferma?
—Los humanos caminan en sueños, —dijo Tess—. Hablan con la gente, hacen
cosas alrededor de la casa, incluso salen de sus casas y no tienen memoria de ello
en la mañana.
413
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Ha tenido sueños inquietantes antes, pero esto es diferente, y es algo que
Emily Faire necesita saber, —dijo Vlad—. Puede ser una indicación de algo malo o
algo correcto. Los Intuye no se lastiman a sí mismos para tener los presentimientos
que les dicen si algo está mal. Tal vez las Casandras de sangre no se cortaban al
principio. Tal vez soñaban con el futuro y descubrieron por casualidad que el corte
les daba el control del tiempo y el lugar para ver las visiones.
—Control del tiempo y del lugar y la euforia que nubla sus mentes y les
impide ver cosas que podrían aterrorizar a una mente joven hasta el punto de
quebrarla, —dijo Tess.
—Tal vez nuestra Meg debería pasar unos días en Isla Grande, —dijo
Henry—. Merri Lee podría ir con ella. Steve Barquero y Ming Beargard las
vigilarían.
Tess había logrado controlar sus emociones mientras Meg la miraba a los
ojos, pero ahora su pelo tenía largas franjas de rojo y empezaba a girar mientras se
concentraba en el Oso Pardo.
— ¿Por qué? Eso sería turbador.
—Sí, — Henry le dio la razón—. Pero estaría fuera del alcance de posibles
enemigos.
—Estás aplicando lógica de vigilia a un sueño, que tenía cartas proféticas del
tamaño de árboles, —argumentó Tess—. ¿Qué en lo que ella pudo ver en el sueño
tiene que ver con enviarla a Isla Grande?
—Vlad insistió con las preguntas sobre qué había visto con la luz de la luna.
No lo corrigió, no dijo que tenía una linterna o había una fogata que le permitía ver
en el bosque por la noche.
414
Grabado en el hueso
Anne Bishop
*****
—Deberías preguntarme por qué estoy aquí a esta hora de la mañana, ya que
estamos lo suficientemente cerca del amanecer. —La examinó—. ¿Estás despierta
ahora?
Sueño. Visión. Algo en el medio. Eso le había ocurrido un par de veces desde
que llegó al Courtyard. La primera vez, pensó que estaba conduciendo el Bow en
la noche y que Sam no dejaba de aullar. Pero ella y Sam habían estado haciendo
entregas a la luz del día, y él no estaba aullando, aún. Luego estuvo el sueño de
ella cortándose y viendo una profecía. Reconoció el detonante cuando se presentó
en el mundo real, y sus acciones salvaron a Simon y al resto de los Lobos en el
Courtyard.
¿Por qué buscaría un arroyo? Eso no tenía sentido, y eso no era lo único que
no tenía sentido.
— ¿Me golpeó Simon con un ganso?
Jester se rió.
—Te golpeó con una almohada. Pero algunas de las almohadas están rellenas
de plumón, así que puedo ver cómo llegaste a confundirte.
Meg oyó una voz retumbante que provenía de la sala de estar. Conocía esa
voz, pero preguntó:
— ¿Quién más está aquí?
Suspiró.
—Supongo que fue un gran sueño.
—De la clase más entretenida, aunque todos vamos a necesitar una siesta por
eso.
Dado que su vejiga estuvo de acuerdo con él, siguió el consejo de Jester. Y
admitió para sí misma que era un poco cobarde de su parte volver a su dormitorio
y no decir nada a los amigos que todavía estaban hablando en su sala de estar.
*****
Jester entró en la sala de estar y les dio a todos una sonrisa alegre.
—Ahora que estamos despiertos, Meg ha vuelto a la cama.
416
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—No hay nada que podamos hacer ahora mismo, —dijo Vlad—. Nos han
advertido que el peligro está llegando, y sabemos el resultado cuando golpee.
—Pero no habrá un cuerpo escondido debajo de las hojas, —dijo Tess—. Los
Intuye tendrían una sensación de algo así, y los Terráneos ya lo habrían
encontrado.
—No es probable, —dijo Henry—. En estos días, las visiones de nuestra Meg
son más a menudo sobre el futuro inmediato.
—Habla con ella, Simon, —dijo Vlad—. Habla con Blair y Nathan para que
estén atentos a los problemas por las noches. Hablaré con el abuelo Erebus y con
Nyx.
*****
teléfono móvil, por el cual tenía que pagar o que tener un teléfono fijo conectado
bajo su propio costo.
Habría apostado sus zapatos a que Sissy y su madre no habían pagado por
tener un teléfono en sus lugares.
Ella podía, y lo ayudaría, con muchas cosas una vez que entendiera quién
estaba a cargo.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 22
Thaisday, 23 de Messis
Jimmy pasó la mañana seleccionando las cosas que iba a necesitar, siempre
consciente de que la mejor oportunidad que tenía de triunfar sería ese día al
comienzo de la pausa del mediodía. Los policías y los Otros no esperaban que
hiciera un movimiento tan pronto después de que aquellos hombres estropearan el
robo de unas pocas libras de carne. No estarían listos para que alguien hiciera algo
atrevido.
420
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Esperaba que ella le llevara una guía telefónica y lo dirigiera a los lugares de
alquiler que ya conocía. En cambio, le señaló el gran vestíbulo de la tienda, donde
un tablón de anuncios estaba situado junto al teléfono público. Los estudiantes
universitarios alquilaban a veces sus coches por un día para ayudar con los costes
de poseer un coche. Por lo general, se los alquilaban a otros estudiantes, pero
parecía un buen tipo y un viaje de un día a Isla Grande en esta época del año no
suponía un desgaste para un coche. Podía echarle un vistazo a los coches que
estaban disponibles ese día.
Él le dio las gracias de nuevo y salió a mirar los avisos pegados en el tablón
de anuncios. Encontró unos cuantos coches que sonaban como si fueran
adecuados, lo suficientemente nuevos como para que no tuviera que preocuparse
de que se averiarán en el país salvaje, pero no tan nuevos que atrajeran la atención
de los policías.
Los dos primeros números que llamó fallaron. Los coches ya estaban
alquilados para el día. Pero el tercer coche estaba todavía disponible y el tipo que
lo poseía vivía a pocas cuadras de la librería.
hacia la Región Sudeste mientras que el resto se dirigía hacia el Este hacia los
Lagos Finger. Podría simular que se dirigía a Shikago -un destino que CJ esperaría
que eligiera- y luego tomar una de esas ramificaciones y dirigirse hacia los Lagos
Finger, cambiando de dirección cada vez que dos rutas se cruzaran en alguna
ciudad, siempre hacia el este, hacia la costa. Pondría suficiente distancia entre él y
Lakeside como para que CJ no tuviera ni idea de por dónde empezar a buscar. Y
puesto que no estaba usando un coche de un lugar de alquiler, la policía no podría
rastrearlo de esa manera.
Jimmy dobló los mapas, terminó su café y dejó la cafetería sonriendo. Una
vez que sacara al activo lejos de Lakeside, sabría qué caminos utilizar para eludir a
los policías y los monstruos.
*****
— ¿Cita de juego?
Dejando a un lado la orden de libros que estaba tratando de llenar para uno
de los asentamientos Terráneos, Simon miró a Vlad, quien se encogió de hombros.
Luego se concentró en Eva Denby, quien había combinado palabras comunes de
una manera que no tenía sentido.
No era extraño que los humanos fueran un poco peculiares. Los cachorros
jugaban. Mucho. Así aprendían mucho de lo que necesitaban saber sobre el
mundo. Jugaban con cachorros de su misma edad. Jugaban con los jóvenes.
Jugaban con los adultos. Jugaban con palos y ramitas y casi cualquier cosa que
pudieran recoger que les interesara.
—Sabemos que son los juegos de mesa, —gruñó Simon. Ya, los Terráneos no
podían jugar el juego de acuerdo a las reglas impresas en la caja o de una manera
422
Grabado en el hueso
Anne Bishop
en que los humanos lo podrían entender, pero tenían algunos de esos juegos
guardados en sus diversas salas sociales.
—Bien, este juego tiene piezas pequeñas que podrían perderse si los
muchachos juegan en el Courtyard, —dijo Eva—. No quiero que algún joven vea
un pedazo de juego en la hierba, piense que es comestible, y termine ahogándose.
Los muchachos van a jugar en el porche, ya les he dicho que habrá graves penas si
dan aunque sea un solo paso fuera del porche sin supervisión. —Ella puso sus
manos en el mostrador y se inclinó hacia Simon—. Y si no dejan de molestarme
acerca de esto para que tenga una hora de paz para hacer algo de trabajo, voy a
ponerme malhumorada y morder a alguien.
Sus ojos tenían una cualidad salvaje que le hizo pensar que no eran los
cachorros los que serían mordidos.
¿Debería advertir a Pete Denby? Por otra parte, el hombre se había apareado
con Eva suficientes años como para reconocer las señales de advertencia.
—Sam... —Él se detuvo. ¿Dejar que Sam salga solo entre los humanos?—.
Sam nunca ha salido del Courtyard. Mi hermana estaba embarazada cuando llegó
a Lakeside. Él nunca...
Por supuesto, después de tratar con un chico que había aprendido por qué no
se podía molestar a una mofeta -una lección maloliente pero útil-, Eva podría no
423
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Los acompañaré al otro lado de la calle, —dijo Eva—. Puedes verlos desde
la ventana, aquí mismo. Si ellos desobedecen y yo no llego a ellos primero, no
dudes en venir y morderlos. Mejor aún, envía a Nathan. No estoy seguro de que
Robert crea que lo morderás, pero está seguro de que Nathan lo hará.
Riéndose, Vlad entró en la parte de atrás para sacar más stock para las
órdenes de fuera de la ciudad.
—Ruth necesitaba un día de salud mental, por lo que los niños no tienen
escuela.
Ya. No está enferma. Tranquila a menos que se le irrite, entonces hay que
vigilar los dientes. Él entendía eso. Pero le hizo preguntarse por otra cosa.
— ¿Una hembra humana se pone tan irritable cuando un macho pregunta
acerca de un día de salud mental como lo hace cuando se le pregunta si es esa
época del mes?
Eva mostró sus dientes. Podría ser una sonrisa. Probablemente no.
—Meg vio peligro. —No vio nada que indicara que alguno de los cachorros
estuviera en peligro, pero eso no era motivo para ser descuidado.
—Lo sé, —dijo Vlad—. Por eso le pedí a Leetha que vigile a los niños. Podrías
pedirle a Jake Crowgard.
—Probablemente.
Leetha no era Vlad o Nyx, pero sí respondía al abuelo Erebus. Si había algún
problema en los apartamentos al otro lado de la calle, daría la alarma.
*****
Dejó la postal en la mesa de clasificación junto a su bolso, junto con una carta
de Jana dirigida a Merri Lee, que colocó en la pila de correo que iba a ABL.
Entregaría la postal a Jenni en Chucherías y brillantes cuando saliera a almorzar. Lo
que sería una elección entre hamburguesas de bisonte, pastel de carne de bisonte, o
sándwiches de bisonte.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Ella suspiró. Había sido una idiota al rechazar la oferta de Simon de ir hasta
Desembarco del Ferry para comprarle carne para ella. Pero no quiso un
tratamiento especial y lamentó esa decisión cuando Merri Lee y Ruth le dijeron que
no hubieran rechazado la oferta; Que por ser un Lobo, darle a elegir recortes de su
carne preferida, era probablemente el equivalente de Simon a darle flores y
chocolate. Dicho de esa manera, sonaba como si estuviera rechazando a un
pretendiente en lugar de dejar pasar un estofado.
Bueno, estaban sobreactuando los elogios con tópicos tan generales que la
mayoría de los jóvenes se sentirían insultados al ser tratados como cachorros, pero
Saltarín era Saltarín.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—No sé qué clase de comida tienen allí. —Pero era una apuesta segura que
no iban a servir bisonte.
—Estoy bien con cualquiera de las carnes comunes que la gente come, —dijo
Meg.
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Anne Bishop
Saltarín no hizo ningún movimiento para irse. Sólo miraba a Meg con un
entusiasmo de ojos brillantes.
Miró a O'Sullivan, luego asintió con la cabeza cuando levantó tres dedos para
mostrar que entendía que iba a comprar un bocadillo para Saltarín. El agente de la
GTI salió por la puerta delantera, sosteniéndola para Nathan. El Lobo miró hacia la
Calle Principal, luego se volvió bruscamente y trotó por el acceso. Observó a
O'Sullivan mirar hacia la intersección de la Calle Principal y la Avenida Crowfield.
Ella lo observó calibrar el tráfico y cruzar la calle a la altura de El Ciervo y la Liebre
en lugar de subir al paso de peatones.
— ¿Roo?
Por otra parte, quizás él era la razón por la que comenzaba a sentir la profecía
picar y quemar debajo de su piel. Tal vez algo le iba a pasar.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
*****
—Leetha dice que es un juego típico entre ese Clarence y la Frances. —dijo
Vlad.
—Eso no es jugar, —replicó Merri Lee, rodeando a Vlad—. Eso está mal.
Maldita sea, Eva, contesta.
la calle dado que Leetha ya estaba allí y ese Clarence no hacía nada excepto gritar
cosas que alteraban a las hembras.
Excepto que algo sobre esto le recordaba a la burda pelea que Montgomery y
ese Cyrus tuvieron la semana pasada.
«En la oficina con Saltarín. Cerró la puerta hasta que O'Sullivan regrese con la
comida.»
Tal vez porque estaba más familiarizada con los Sanguinati que vivían en su
edificio, Lizzy fue la primera en obedecer, arrastrando a Oso Grr por un brazo. La
Frances, esquivando un golpe de la mano de ese Clarence, corrió tras Lizzy. Pero
Sarah se había mantenido cerca de la acera y ahora estaba más alejada de la
protección, y era la más inocente de las tres chicas. En su esfuerzo por escapar,
corrió demasiado cerca del depredador, y ese Clarence la agarró. Cerró un brazo
alrededor de ella, doblándola por la cintura y le quitó los pantalones cortos y las
bragas, gritando:
— ¡Muéstrales tu coño calvo, perra!
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Robert gritó:
— ¡Sarah! —Y saltó del porche para defender a su hermana, con Sam justo allí
con él.
Cambiando de dirección, Simon agarró a Merri Lee para evitar que saltara
entre un coche que se había detenido y el de atrás que no se detuvo a tiempo,
añadiendo el crujido de metal a los gritos y los gruñidos de una pelea y el sonido
de golpes, bocinazos y neumáticos chillando en la Calle Principal. A pesar de que
Merri Lee le estaba jurando y clavando sus cortas uñas en sus brazos mientras él la
tiraba de la acera, notó cómo Sam y Robert se movían como un equipo para acosar
al depredador algo mayor. Clarence arrojó a Sarah al suelo y volvió su atención
hacia los otros jóvenes.
Vlad se volvió humano cuando llegó al otro lado de la calle. Recogió a Sarah
y corrió hacia el lugar donde estaban las otras chicas. Entonces él y Leetha se
volvieron hacia los chicos para terminar la pelea. Al darse cuenta de que los
Sanguinati se encargarían del problema, Merri Lee dejó de pelear contra Simon.
Leetha agarró a la Sandee y raspó sus colmillos sobre la piel entre el cuello y
el hombro. Entonces Leetha tropezó, gritando de dolor. Distraído, Robert no
reaccionó lo suficientemente rápido cuando ese Clarence lo golpeó. Bajó, dejando a
Sam frente a ese Clarence.
Al liberar a Merri Lee, Simon corrió hacia el espacio frente a los coches que
crujían y se preparó para saltar al otro carril de tráfico. La maldita luz no había
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
cambiado todavía y los conductores de ese lado habían acelerado, tratando de huir.
Luego, dos caballos salieron galopando del estacionamiento para clientes y un
pequeño tornado de nieve se estrelló contra algunos de los coches, golpeándolos
de lado y convirtiéndolos en una barricada que detuvo toda esperanza de huir. En
unos instantes, el tornado se expandió, enterrando varios coches de la calle bajo
una furiosa nevada.
Simon saltó en el blanco para llegar al otro lado de la calle, chocando con
coches atrapados y empujando a través de la nieve hasta sus muslos. Oyó a Merri
Lee gritar:
—Hay un tornado de nieve que bloquea la Avenida Crowfield. Tendrás que
venir de otra manera.
« ¡Sam! » Gritó tan pronto como tropezó con el sol y el calor de una mañana
de Messis.
Sam saltó fuera del alcance del cuchillo de ese Clarence. Simon habría tratado
con el enemigo, pero ese fue el momento en que Eva Denby rodeó la parte de atrás
de la casa y corrió a proteger a su cría. No estaba seguro de qué pretendía hacer
con la gran llave en la mano, Simon corrió para bloquearla antes de que aplastara
la cabeza de alguien. Mientras luchaba con Eva, Marie Hawkgard se zambulló y
golpeó a ese Clarence en la espalda, dejando al niño apoyado en sus manos y
rodillas. Sus garras dejaron profundos surcos en sus hombros mientras se lanzaba
hacia el pasillo del porche del apartamento sobre el del Teniente Montgomery.
ambulancias para Robert, Clarence y cualquier humano herido que estuviera. Los
coches crujían. Tornado y Avalancha trotaban de regreso al Establo Poni, dejando
coches medio enterrados en la nieve y un desorden de tráfico que llevaría horas
para que la policía resolviera.
*****
Monty señaló a Debany y a Hilborn, que ahora era un miembro en prueba del
equipo. Hilborn vaciló, pero Debany asintió y se volvió para tratar con el problema
en la residencia de los Denby mientras Monty y Kowalski corrían detrás de Simon.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Está herido, —dijo O'Sullivan—. La pierna podría estar rota. Tal vez
algunas costillas. Parece que también recibió un duro golpe en la cabeza.
—Puede que esté en la Plaza Comercial, —dijo Monty, esperando una razón
benigna para la ausencia de Meg. Se estremeció cuando Nathan hizo uno de esos
cambios parciales inquietantes, sin verse ni humano ni Lobo, para abrir la puerta
de la oficina. En el momento en que estuvo dentro, cambió a Lobo, saltó sobre el
mostrador y entró en la sala de clasificación.
Monty no necesitó ver las reacciones de Simon y Blair para saber que era un
grito de guerra.
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No. Jimmy no podía ser tan egoísta, tan estúpido. Lo que O'Sullivan estaba
insinuando... Dioses encima y por debajo. ¿La ciudad sería destrozada por Jimmy?
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Capítulo 23
Thaisday, 23 de Messis
Elliot vaciló.
—Está demasiado molesto para estar cerca de humanos ahora mismo.
Chen asintió con la cabeza como si esa fuera la respuesta esperada. Miró a
Álvarez, luego a Burke.
—¿Qué estamos haciendo para encontrar a esta joven y devolverla a su
familia?
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—Podría conducir al norte hasta una ciudad y tomar un bote a través del lago
Tahki —dijo Álvarez.
—Es posible —concluyó Burke—, pero todos los pueblos del lado Noreste del
lago Tahki son Intuye, Terráneos o asentamientos humanos controlados por Otros.
Hablé con Steve Barquero, el alcalde de Desembarco del Ferry. Está enviando una
alerta por correo electrónico a todas las aldeas Intuye a las que puede llegar,
informándoles de que Meg Corbyn fue secuestrada.
Burke se inclinó hacia Vlad. Movió un dedo para indicar a los humanos en la
mesa.
—Primero tenemos que identificar el coche. Entonces necesitamos saber qué
ayuda nos puede dar. Es posible que Cyrus haya encontrado un escondite en la
ciudad y esté esperando, pensando que la búsqueda no se mantendrá tan caliente.
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—Bien hecho —dijo Burke. Luego a Vlad—. Con su permiso, enviaremos por
correo electrónico la foto de la Sra. Corbyn a cada estación de policía en el Noreste.
—La Sra. Lee recordó que los estudiantes a veces alquilan sus coches a otros
estudiantes por un día o dos. Algunas tiendas cercanas a la universidad tienen
tableros de anuncios donde se publican avisos. Podría haber lugares como ese
alrededor de la escuela tecnológica también. Si bien es poco probable que un
estudiante alquile su coche a un extraño que claramente no es un compañero de
estudio, sería otro lugar para mirar si las empresas de alquiler de coches no dan
resultado.
—No hay nada más —dijo Vlad. Esperó a que los humanos abandonaran el
edificio antes de dirigirse a Elliot—. La reunión con el Alcalde, la razón por la que
no estuviste en el consulado, donde pudiste haber visto u oído una lucha.
—Caímos con la distracción el día en que ese Cyrus comenzó una pelea con
Montgomery para darle a ese Jack Fillmore la oportunidad de encontrar a Theral.
Vlad pensó en eso y sacudió la cabeza. Los Terráneos protegían a sus crías.
—Todo sucedió en el tiempo que le tomó a un semáforo cambiar de luz.
Simon creyó que Meg estaba a salvo a la luz del día. Todos lo hicimos. Y tantas
cosas podrían haber salido mal con el plan de ese Cyrus, Nathan podría haberse
quedado hasta que O'Sullivan volviera con la comida; los coches podrían haberse
atascado, bloqueando la salida de ese Cyrus de la zona de entrega o incluso
retrasando el tiempo en que podría ser capaz de estar en el área de entrega; Meg
podría haber insistido en que Saltarín esperara para orinar hasta que O'Sullivan
regresara. Si lo hubiera hecho, la puerta estaría cerrada con llave y habría tenido
tiempo de pedir ayuda. —Ésa era la única información que habían obtenido de
Saltarín: que Meg había abierto la puerta y salieron justo antes de que el coche se
fuera contra él y le mordiera la pierna.
impedir que ese Cyrus se la llevara. Pero había protegido al miembro del grupo
que estaba en peligro inmediato, una verdad que podría dificultarle estar cerca de
Merri Lee en el futuro, dependiendo del resultado de esta cacería.
*****
En forma humana, Henry Beargard era un hombre grande. Como Oso Pardo,
era enorme. Pero cuando caminaba en su verdadera forma nativa de la tierra como
el espíritu del Oso, era mucho más grande que el Oso Pardo, y aún así, era más
pequeño que los dos Antiguos que visitaban el Courtyard. Eso no importaba,
porque estaba hinchado de rabia.
«Esto es su culpa». Henry se levantó sobre sus patas traseras, listo para la
batalla.
«Su culpa», repitió Henry. «Simon les dijo que ese Cyrus era un tipo malo de
humano, era uno que no queríamos en el Courtyard, porque causaría problemas».
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
«¡Se llevó a la sangre dulce, a la aulladora no-Lobo, a la que será la pareja del
Wolfgard!».
Los humanos no podían ver a los Antiguos, pero Henry sí. Los observó mirar
fijamente los edificios del otro lado de la calle, donde ese cachorro humano había
causado problemas convenientemente. Observó cómo se les erizaba la piel. Vio que
sus labios se curvaban separándose de los dientes que podían desgarrar algo de su
tamaño, y ni que hablar de a un humano.
Finalmente dijeron:
«Hemos cometido un error al mantener el pequeño problema aquí».
«Ese Cyrus no sabe cómo cuidar de una no-Lobo» dijo Henry. «Podría
lastimarla, incluso matarla».
Los sintió dirigiéndose hacia el centro del Courtyard, donde habían tomado
una pequeña área como suya.
Los Antiguos se habían sentido bastante intrigados por Meg y Simon como
para regresar al Courtyard y observar. Pero estaban tan acostumbrados a ser los
que sabían lo que el mundo necesitaba, que no escucharon a Simon porque ese
Cyrus no era una amenaza para ellos.
Cambió del espíritu del Oso a su forma de Oso Pardo. Luego abandonó el
Complejo Verde y su aroma de tristeza.
*****
La no-Lobo los divertía, incluso cuando sonaba como una ardilla regañona.
Tal vez sobre todo en esos momentos. Y las historias de lo que ella y los nativos de
la tierra hacían aquí habían viajado hasta el país salvaje. Pero si desapareciera,
habría una última y triste historia, porque ellos, los Antiguos, no habían
comprendido que el hombre problemático era verdaderamente peligroso.
Ahora lo arreglarían.
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Capítulo 24
Thaisday, 23 de Messis
Jimmy apagó la radio del coche y siguió conduciendo. Las noticias seguían
hablando de las extrañas nevadas que habían azotado el tráfico en la Avenida
Crowfield en Lakeside. Pero no había oído nada de lo que necesitara preocuparse.
Estuvo tentado de tomar la carretera con peaje una vez que dejó los límites de
la ciudad, ya fuera rumbo al este hacia Hubbney o siguiendo la costa del lago Etu
al sur y al oeste. Pero las carreteras con peaje implicaban gente manejando las
cabinas. Aunque no había ninguna razón para que alguien lo estuviera buscando -
no todavía de todos modos- y no había razón para pensar que hubiera algo
sospechoso acerca de un hombre de piel oscura manejando un coche modelo
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
antiguo, la pequeña clinc, clinc4 que estaba en el maletero podía darse cuenta del
porqué no se movían en ese minuto y empezaría a gritar y a llamar la atención. No
podía arriesgarse, por lo que tomó uno de los caminos que tenía un cartel de ruta e
iba en la dirección general que quería ir.
Había estado en la carretera menos de una hora cuando vio una zona de
descanso y un rótulo que indicaba que la siguiente aldea estaba a más de treinta
millas de distancia. La zona de descanso parecía rústica. Los inodoros eran
probablemente nada más que asientos colocados sobre agujeros en la tierra, pero si
no había nadie allí, el lugar serviría muy bien.
Pero, ¿dónde cortar? Pensó que podría obtener un centenar, tal vez incluso
doscientos dólares por un corte, pero los clientes querrían piel fresca. Estudió el
cruce de cicatrices en la parte superior de su brazo izquierdo, luego miró las
cicatrices uniformemente espaciadas en su brazo derecho.
4
Clinc, clinc: en la versión original "cha-ching" es una onomatopeya que imita el sonido de una caja
registradora, pensamos en usar una expresión en español similar "Clinc caja", pero preferimos dejarlo así
por una razón de coherencia con la historia. (N de T)
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Vamos a una ciudad en la costa —dijo—. Dime qué caminos tengo que
tomar para evitar ser encontrado por los policías de mierda. ¡Habla!
Jimmy dejó caer la navaja y metió una mano en sus pantalones. ¡Dioses! Ella
estaba caliente y húmeda y sólo pidiendo una mierda rápida. Él cogió la cremallera
y luego se quedó inmóvil al oír puertas de automóviles.
¡Mierda!
Abrió el grifo del agua en el fregadero, enjuagó la navaja y luego la secó con
un par de toallas de papel antes de cerrarla y meterla en el bolsillo. Mojó un par de
toallas de papel y limpió la sangre de su brazo. El corte seguía sangrando. ¿Eso
sería normal? No tenía vendajes ni nada de esa mierda de primeros auxilios. Tal
vez buscaría algo cuando se detuviera a buscar gasolina.
maletero. Cerró la tapa con fuerza y juró ferozmente cuando el pestillo no cerró.
Jodido pedazo de mierda. Sí, el dueño del coche le había dicho que el pestillo no
cerraba a veces si golpeabas la tapa con fuerza, lo que demostraba que el dueño era
un coño.
Volvió a cerrar la tapa. Esta vez quedó trancada. Subió al coche y salió del
área de descanso cuando dos jóvenes salieron del otro lado del edificio, riendo y
hablando. Viajando a alguna parte. Miraron en su dirección.
Jimmy salió del área de descanso demasiado rápido y se topó con la carretera,
dirigiéndose hacia el sur y hacia el este. No advirtió que la tapa del maletero
rebotaba unos centímetros antes de que algo la sujetara.
*****
Sacudida por una nube de imágenes colisionando, Meg vio una franja de luz
del día y agarró la tapa del maletero antes de que pudiera ser notado. No
recordaba nada de lo que le había contado a Cyrus cuando le cortó el brazo, pero
se tragó la sangre, el dolor y las palabras cuando él la abofeteó y le partió el labio.
Había visto sólo un par de imágenes cuando recorrió las cicatrices de viejas
profecías y formuló su pregunta, pero combinado con lo que había visto después
de que él la abofeteara, esas imágenes eran un comienzo. Había estado haciendo
preguntas propias desde que su cabeza se aclaró del golpe que Cyrus le dio
cuando la sacó de la Oficina del Enlace: ¿Cómo podía escapar de este hombre?
¿Dónde podría esconderse hasta que Simon la encontrara?
Había visto una imagen de la tapa del maletero parcialmente abierta y vio...
¿O era un recuerdo?
Moviéndose con cuidado, Meg agarró la pestaña de la tapa del maletero con
la mano derecha y dobló la pierna izquierda hacia el vientre hasta que pudo
deshacer el cordón de su zapatilla. Utilizó el cordón para asegurar la tapa del
maletero, dejando sólo el espacio suficiente para proporcionar aire fresco y luz.
Luego se echó hacia atrás, consciente de que su brazo todavía estaba goteando
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
sangre. No era bueno. Cyrus debió haber hecho el corte un poco demasiado
profundo. Pero al final coagularía. Eso esperaba.
Y luego estaban las otras imágenes que vio cuando Cyrus le partió el labio.
Imágenes como instantáneas de lugares que nunca había visto. Y señales de tráfico.
¡PARAR! ¡REGRESA! ¡SENTIDO CONTRARIO!
Cuando escapó del Controlador, siguió las visiones. Hubo otras paradas,
otras ciudades donde podía haber dejado el tren. Pero se mantuvo en libertad
porque siguió hasta llegar a Lakeside y al Courtyard de Lakeside, un lugar que la
había sacado del alcance del Controlador. Ahora, como entonces, tenía que hacer
todo el viaje, seguir todas las visiones. Si no lo hacía, podría escapar de Cyrus pero
nunca volver a casa.
Así que esperaría. Por ahora tenía luz y aire y el conocimiento de que, cuando
llegara el momento, escaparía. Habría más imágenes para marcar el rastro. Cyrus
tenía su navaja, pero había otras maneras de cortar la piel. Las encontraría, las
usaría si tenía que hacerlo.
Ella se escaparía cuando el mundo real coincidiera con la visión que no tenía
una señal de advertencia. Luego correría hasta llegar al lugar en el bosque que
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
contenía una tumba. Esa era una imagen que Simon recordaría de su sueño
profético, y ese era el lugar donde Simon iría a buscarla.
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Capítulo 25
Thaisday, 23 de Messis
*****
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Pero es poco probable que ocurra porque o la arrestarás por las drogas que
acabas de encontrar y ella irá a la cárcel, o estará en el primer tren de Lakeside
mañana por la mañana.
—Por ahora, Eva Denby está cuidando de la Frances y Lizzy, ya que todos
sentimos que es más fácil proteger a los niños si están todos en un solo lugar.
—No creo que la señora Twyla tarde mucho en empacar las maletas. Deberías
esperar unos minutos y tomar lo que pertenece a esa Sandee ya ese Clarence.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
que cada vez era más difícil moverse a medida que el sol de Messis los derribaba,
compactaba y los hacía pesados por el agua.
Esta vez ningún Lobo fue a ayudar a excavar los coches. Esta vez fueron los
humanos con palas.
Vlad sacó su teléfono móvil y llamó a Twyla Montgomery para hacerle saber
que podía venir y empacar las cosas que habían pertenecido a los humanos que
habían vivido ahí. Luego llamó a Chris Fallacaro para que cambiara las cerraduras.
No había visto a Henry desde que todos se dieron cuenta de que Meg había
sido secuestrada por ese Cyrus. No había visto a Tess.
*****
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Esas son fotos grandes. ¿Puedes hacer más pequeñas que encajen en esto?
—Jenni levantó una bolsa de malla no más grande que una mano humana, con
manijas tejidas que el pie de un Cuervo podría agarrar y transportar lejos.
—Sí.
Lorne regresó al mostrador con una pila de fotos que cabían en las bolsas de
malla. Los Cuervos las tomaron y regresaron rápidamente al Complejo Crowgard.
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Grabado en el hueso
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Cada Cuervo había adquirido una pequeña bolsa para llevar pequeños tesoros.
Ahora las bolsas llevarían algo más.
Una vez que todas las fotos fueron distribuidas y puestas en las bolsas, todos
los Crowgard en el Courtyard de Lakeside cambiaron a su forma de Cuervo,
tomaron las bolsas y volaron lejos. Volaron con fuerza, en todas direcciones.
Mientras esperaban a Jenni, Cuervos -que sabía usar el teléfono- llamaban a los
Crowgard en los asentamientos Terráneos de la zona, diciéndoles sobre el robo de
su Meg, diciéndoles que se encontraran con los Crowgard de Lakeside.
*****
No había nada que rastrear, ni olor que seguir para encontrar a Meg. Incapaz
de soportar estar cerca de los humanos, fue al Complejo Verde y se acostó en la
cama de ella por un tiempo, respirando su aroma. Como siempre, su olor lo
tranquilizó como para empezar a pensar más allá de la ira y el miedo.
Meg había soñado con tener sed. Había soñado con encontrar un cuerpo, o al
menos una mano fría. ¿Detalles de algo que había visto en las cartas proféticas? Tal
vez, antes de ser raptada, había hecho otra pregunta, había seleccionado más
cartas. Saltarín resultó herido y necesitaba ayuda, por lo que Simon no buscó cartas
una vez que los Lobos confirmaron que Meg había desaparecido.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Entró en la sala de clasificación y se detuvo, sin saber qué pensar cuando vio
a Merri Lee, Ruthie, Theral y el agente O'Sullivan ya de pie alrededor de un mapa
de la región Noreste que estaba extendido sobre la gran mesa de madera. Junto al
mapa estaba el cuaderno que Meg usaba para escribir las imágenes de las cartas
proféticas.
Simon se acercó a la mesa con reticencia. Había querido mirar las notas que
Meg hizo de la última visión; no quería tratar con ningún humano. Pero aquí
estaba parte de la manada humana olfateando por pistas.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Sí, pero formar parte de la GTI significa que darán a todas mis peticiones o
de los otros agentes una máxima prioridad. —O'Sullivan miró a Simon—. ¿Meg
tuvo alguna sensación de si el cuerpo era de un adulto? ¿Masculino o femenino?
—¿Por qué no hace una hora? —preguntó Merri Lee—. Meg es inteligente.
*****
El enojo de los Antiguos se agitó bajo la piel del mundo, haciendo temblar los
árboles grandes, asustando a las bandadas de pájaros en vuelo. La furia de los
Elementales era un olor en el aire, un gusto en todos los arroyos y riachuelos que
fluían en el Noreste.
Ese enojo, esa furia, se convirtió en un mensaje para todos los Terráneos.
Encontrar al humano.
*****
Jimmy retrocedió en lo que parecía una carretera de tierra de una granja sin
señal de tráfico o marcador en absoluto. Tomando una botella de agua, se dirigió a
la parte trasera del coche y abrió el baúl.
—Ahora cambió. ¿Sabes por qué? Porque ese es el sonido del dinero. —Abrió
la botella de agua y la inclinó para que el agua empezara a caer al suelo.
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—N-no.
Sí, podía sacarla del baúl y ponerla en el asiento trasero durante unos
minutos. Tal vez incluso dejarla permanecer allí por un tiempo como una
recompensa.
Escuchó con dificultad, demasiado asustado para ser distraído por la lujuria
mientras hablaba de números de ruta y un nombre. Escuchó, miró su reloj de
pulsera.
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Grabado en el hueso
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Cerró el baúl, volvió al coche y se alejó tan rápido como se atrevió. Tenía que
encontrar el restaurante en el borde del camino donde podía mezclarse. Si los
policías colocaban un obstáculo antes de llegar a él, no conocía nombres de ningún
lugar donde vivieran humanos por ahí, si es que había algún lugar. Pero tan
seguro como la mierda, la policía lo sabría. No había razón para pensar que ya
sabían del coche, así que sólo necesitaba encontrar un lugar para recuperar el
aliento. Necesario para adelantarse a los pájaros y los malditos policías.
*****
Las visiones de viejas profecías chocaron con las imágenes de los nuevos
cortes, produciendo cosas que parecían tan extrañas que la hacían marear. Los
relojes se derretían, goteando sobre los bordes de las mesas como helado en un día
de verano y Saltarín se comía todos los números que salían del reloj. Tocones de
árboles arrancaban las raíces del suelo para convertirse en piernas torcidas que
corrían a través de los bosques, mientras que de los mismos tocones brotaban
plumas negras en las copas y crecían enormes bocas con dientes hechos de sierras.
Justo antes de cerrar la mente, Meg vio una serie de imágenes que revelaron la
siguiente etapa del viaje. Entonces las rocas rodaron juntas para crear la forma de
un Lobo, y aullaron.
*****
—No necesito supervisión, Crispin. —Dijo Twyla mientras doblaba otro top
pequeño y lo ponía en la cama—. Ya he llenado una maleta.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—¿Crees que Frances va a hacer un lío por una camisa después de lo que
pasó hoy? Y si falta algo, uno de los Lobos puede venir aquí con ella y ayudarla a
encontrarlo.
—No creo que Cyrus vaya a llamar y pedirnos a ninguno de nosotros que
entreguemos su ropa, ¿verdad? —Twyla examinó el armario y la cómoda. Se puso
de rodillas y una mano, levantó la sábana y la manta ligera, y comprobó debajo de
la cama—. Este lugar necesita una buena limpieza. La única cosa que la mujer
siempre trató de mantener limpio fue a ella misma, e incluso eso...
Monty la rodeó con los brazos y se quedó inmóvil durante un largo rato.
—Tienes razón, mamá. Tienes razón. —Él la soltó y retrocedió—. Dos de estas
maletas necesitan ir a la estación, así que esperaré hasta que tengas todo embalado.
Luego iré a la estación y veré qué puedo hacer para localizar a Jimmy.
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—Lo lavaré primero. A ver si puedes encontrar algo limpio para él ahora
mismo.
Monty encontró una camiseta que parecía haber sido atropellada por una
cortadora de césped, pero olía lo suficientemente limpia.
—¿La ropa hecha jirones es la nueva moda en Toland?
—Aguja en un pajar.
—¡Crispin!
Twyla le tendió un tarro de cristal lleno con una especie de crema blanca
dentro.
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—Cuidado. Parece crema para la piel pero tiene un olor fuerte, como algo que
usaría para la limpieza. ¿Podría ser esto lo que hirió a la señorita Leetha?
Monty abrió el frasco y lo olió con cautela. Luego cerró el tarro. ¿Alguien
había desarrollado algo que no dañaría a un ser humano, pero sería tóxico para los
Sanguinati? ¿O la sustancia había sido dirigida a cualquier persona que viviera en
los apartamentos -especialmente las mujeres, que serían más propensas a usar una
crema hidratante- y Leetha había resultado herida por accidente?
—Tengo que tomar esto y ponerlo a prueba. —dijo. Miró el maquillaje, los
polvos y las lociones—. Voy a tomar todo esto como evidencia. No toques más, ¿de
acuerdo, mamá?
Twyla asintió.
—Voy a preparar la ropa.
Se dio cuenta de que no se ofreció a lavar nada para Sandee, ni para Jimmy.
Monty llamó a Vlad y le comentó sus sospechas sobre la crema para la piel y
sugirió que el sanador Sanguinati hablara con un médico en el Hospital Lakeside si
el sanador no tenía ninguna experiencia con el tratamiento de alguien que hubiera
ingerido un tóxico humano hecho sustancia. Luego llamó a Burke en caso de que la
sustancia estuviera destinada a dañar a cualquier humano que lo pusiera en su
piel. Finalmente llamó a Debany, ya que Kowalski escoltaba a Clarence desde el
hospital hasta la estación. El chico tenía puntadas en la espalda y los hombros por
las garras del Halcón, pero ella no lo había rastrillado tan profundamente como
pudo hacerlo, como lo habría hecho si hubiera sabido que Meg había sido
secuestrada.
*****
Hasta ahora estaba por delante de los policías y los monstruos, y tenía la intención
de permanecer así.
—Lo más raro que he visto —dijo uno de los adolescentes—. Mantenían el
ritmo de los coches.
Los dos grupos se separaron cuando la camarera les mostró sus asientos. Pero
otros hombres que comían en el mostrador se volvieron a preguntarles sobre los
bloqueos y los Cuervos que estaban paseando por los coches.
Los hombres del mostrador sacudieron la cabeza y acordaron que este era un
mal lugar para estar si los Otros te buscaban. Los Cuervos y los Halcones se veían
a menudo alrededor de las paradas o de los lugares pequeños como este. Los
hombres que conducían camiones de reparto y hacían recorridos regulares por esta
ruta juraron que los Otros conocían sus camiones y sus caras. Ninguno los
molestaba. De hecho, era ventajoso cuando algunas de sus entregas se hacían a
pequeños pueblos que parecían humanos pero no lo eran.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Tan pronto como abrió el baúl unos centímetros, la perra trató de empujar la
tapa un poco más.
Cerró el maletero, se puso detrás del volante y dejó caer el contenedor sobre
el asiento del pasajero. Luego se dirigió al sur. Había pasado por carreteras de
tierra sin señales que se cruzaban con los caminos pavimentados. Tomaría una de
ellas tan pronto como pudiera.
*****
Meg se esforzó por abrir la botella de agua. Después de que se abrió y logró
un par de sorbos, sintió el borde áspero de la tapa de plástico de rosca. Nada que
una persona normal pudiera considerar siquiera, pero podría ser lo
suficientemente afilada para cortar su tipo de piel.
Pero no todavía.
Meg tragó la sangre, tragó la agonía, tragó las palabras. Oyó la alarma de una
bocina de camión y vio el momento en que ella huía de Cyrus Montgomery.
*****
Douglas Burke entró en la sala de interrogatorios, dejó caer una carpeta sobre
la mesa y se sentó frente a Sandee Montgomery. La habían llevado al Hospital
Lakeside para recibir tratamiento tan pronto como Monty llamó acerca de la
sustancia en el frasco. A juzgar por la forma en que su pecho y hombros se veían,
pensó que el laboratorio que probaba venenos y sustancias tóxicas había
encontrado un guiso cáustico de productos químicos mezclados en esa crema para
la piel. Ella ni siquiera notó que algo estaba mal hasta que empezó a pasársele el
efecto de lo que había tomado, y se preguntó qué le habría pasado si no hubiera
salido de casa cuando los niños estaban peleando, si Leetha Sanguinati no se
hubiera lesionado por el contacto con su piel.
Tenía algunas ideas sobre por qué podría haber sido atacada, pero discutir
eso con el jefe de la estación tendría que esperar.
—Quiero un abogado.
—Al apartamento.
Sacudió la cabeza.
—Rompió la regla de los Terráneos de no-drogas y ha sido desalojada, con
efecto inmediato. Sus pertenencias estarán aquí en la estación hasta que decida qué
tren va a tomar mañana por la mañana. No hay muchas elecciones a primera hora
466
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Sus ojos brillaron de rabia, y parecía tener ganas de rastrillarlo con sus largas
uñas.
—No soy yo quien la echa de la ciudad. De hecho, a los Otros les gustaría que
se quedara, aunque sólo fuera por la excusa de matarla lentamente. En cuanto a
sus hijos, Frances ha sido retirada de su hogar por su propia seguridad. ¿O no
sabía que su hijo estaba haciendo los primeros movimientos de proxenetismo con
su hermanita?
—Cyrus Montgomery secuestró a una joven cerca del mediodía de hoy. Se las
arregló para salir de la ciudad con ella. Cada departamento de policía en cada
ciudad en el Noreste está ahora involucrado en la caza del hombre. Lo
encontraremos. La única pregunta será si Cyrus y Clarence serán acusados de
secuestro o de asesinato si la mujer no sobrevive.
Sandee se tambaleó.
—¿Qué? —La palabra fue apenas un sonido—. Clarence es un niño. Es sólo
un niño.
sobrevivir. Los Otros no suelen matar a los niños, pero puedo decir sin ninguna
duda que Clarence no durará un día si lo liberamos.
—No.
—No. —Burke sacó una fotografía del tarro sin etiqueta de crema para la piel
y lo puso sobre la mesa—. ¿Quiere decirme de dónde sacó esto?
—Jódete.
Se encogió de hombros.
—Lo estamos probando, junto con todas sus otras lociones, pero estoy
bastante seguro de que esto es lo que lesionó a la Sanguinati que la mordió. Así
que debe saber que, no importa dónde se reubique, los Sanguinati van a estar
observándola desde ahora en adelante. Conocerán a todo el mundo con quien
hable, a todos con los que duerma, cada compra que haga, legal o no. Y tarde o
temprano la matarán.
—Nadie va a iniciar un concurso de quien mea más lejos con los Terráneos
para protegerla, no cuando podría terminar con toda la ciudad siendo destruida.
para dormir y tres comidas al día, porque las cárceles tienen sus propias granjas y
cultivan la mayor parte de su propia comida, y se mantendrá con vida. Es un trato
mejor que el que tendrá afuera.
Al final, le dijo lo que quería saber, él la arrestó por drogas y la llevaron a ser
procesada.
Ya cansado y sabiendo que tenía un largo camino por recorrer antes de que
cualquiera de ellos pudiera respirar con facilidad -si es que podían hacerlo alguna
vez- Burke salió de la sala de interrogatorios y encontró al Comandante Louis
Gresh esperándolo.
—¿Por qué?
Gracias a los dioses no se refirió a ello como un arma contra los Sanguinati.
Era mezquino, personal y cruel, pero estaba seguro de que la investigación
confirmaría que Sandee Montgomery fue el objetivo previsto.
—Tengo trabajo que hacer. — Burke se movió más allá de Gresh y casi se
choco con Monty.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
hacia el este, y un camino más pronunciado que los otros, la carretera que Cyrus
Montgomery debió tomar.
Pero fueron sus ojos los que enfriaron a Burke, porque no podía decir si esos
ojos blancos significaban que estaba viendo visiones o si significaban que estaba
muerta.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 26
Thaisday, 23 de Messis
¡Mierda! ¿Ya sabían los policías del coche? ¿Cómo se enteraron? El chico
dueño del coche se lo había alquilado durante el día y no habría llamado a la
policía aún, así que ¿cómo sabían lo que estaba manejando?
Miró fijamente al viejo, desafiándolo a fingir que tenía bolas suficientes para
enfrentar a un hombre años más joven y pesado por músculos, no por un vientre
de cerveza.
No había llegado tan lejos de Lakeside como necesitaba. Pensó que tendría al
menos un día con CJ enviando consultas y mierdas a lugares como Shikago y
Hubbney. Pero todavía estaba en medio de los Lagos Finger, que no estaba en
ninguna parte, y tenía que encontrar un lugar donde él y la clinc-clinc pudieran ir a
un terreno cerca de un depósito de autobuses o una estación de tren para poder
descartar el coche. Si un vejestorio en una gasolinera de ninguna parte escuchó
algo que le hizo mirar el coche, entonces los policías iban a estar sobre cualquier
persona que manejara por cualquier camino que se alejara de Lakeside. Había
pensado que hablar de una persecución por la región era sólo la manera en que un
reportero publicaba una historia. Pero si todos los policías lo buscaban...
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Tenía que conseguir cierta distancia de este lugar antes de que el vejestorio
decidiera que tenía bolas suficientes para llamar a la policía. Tenía que encontrar
un pedazo vacío de la carretera. Entonces él tendría algunas preguntas para la
perra en el maletero.
*****
La tierra ardiendo, el cielo una nube de humo negro. ¿Cosas nuevas? ¿Cosas
viejas?
Ella era propiedad otra vez, una cosa otra vez. Débil. Indefensa.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
No. Ella no era débil o indefensa. Vivía con Lobos, y podía correr rápido y
lejos. Había un lugar donde podía esconderse del controlador Cyrus. Seguiría las
imágenes y escaparía. Como lo hizo la última vez.
*****
Incluso las estaciones de radio en las ciudades demasiado lejanas para estar
dentro de la zona objetivo estaban corriendo la historia, manteniendo a sus
ciudadanos informados de la peligrosa situación, no porque pensaran que este
hombre llegaría a su ciudad antes de que fuera capturado. No, estaban
manteniendo a los ciudadanos informados porque habían visto a los Halcones y
Águilas volando por los caminos, observando; habían visto a los Cuervos volar
bajo, intentando inspeccionar cualquier coche que llegara a la ciudad.
*****
Meg no luchó cuando Cyrus la sacó del baúl. Sus piernas estaban demasiado
rígidas y se sentía un poco mareada. Falta de comida, pérdida de sangre. Ahora no
podía pensar en esas cosas. Tenía que concentrarse en el momento en que
escaparía.
474
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—Tal vez deberías haber estado escuchando en lugar de jugar contigo mismo,
las palabras se le cayeron de la boca como si las hubiera ensayado...O leído en
alguna parte.
¿Acaso él...?
—No nos usan para el sexo. —mintió Meg—. Nunca. Diluye la exactitud de
las profecías. Ser usada de esa manera puede disminuir la precisión de la profecía
en un cincuenta por ciento durante varios días.
—Si no ves las cosas bien, no es por mí. —Cyrus la miró—. ¿Has estado
haciendo la porquería con ese Lobo? —se acercó—. ¿Es por eso que me estás
diciendo cosas que están mal?
—No recuerdo la mayor parte de lo que veo, pero recuerdo una cosa, Cyrus
Montgomery. Los Cuervos se van a comer tus ojos.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Las imágenes chocaron por un momento, y ella sintió un golpe antes de que
su mano se conectara con su cara, así que ella ya se había apartado chocando
contra el coche.
Meg se tiró delante del camión y evitó ser golpeada por la longitud de un
dedo. Corrió al otro lado de la carretera, corrió por el borde de la hierba y
desapareció entre los árboles, siguiendo el sendero de caza que había visto en las
visiones. Corría con fuerza, no era una presa de juego perseguida por amigos que
la golpeaban suavemente, la lamían y reían un poco ante la jadeante humana. Esta
vez el depredador era real.
Oyó a Cyrus gritar, jurando, buscando. Pero era pequeña y no llevaba ropa
brillante, y el sendero se bifurcaba. Tomó el sendero de la derecha y siguió
corriendo.
*****
Tenía que moverse, tenía que salir de aquí. El hecho de que el camión no se
hubiera detenido, no significaba que no llegaría al primer lugar de la carretera
donde había otras personas.
Iba a dar vuelta atrás; eso es lo que haría. De esa manera no terminaría detrás
del camión y del hombre que había visto a la perra. Sí, él retrocedería, tal vez se
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Jimmy giró el coche y se dirigió hacia el camino por el que había llegado, y no
notó que el neumático trasero derecho rápidamente se estaba poniendo blando.
*****
—¡Simon!
Ante el sonido de la voz de Greg O'Sullivan, Simon dejó caer los libros que
había estado moviendo de la mesa de exhibición para tener algo que hacer.
Simon echó un vistazo a Vlad, que estaba trabajando detrás del mostrador de
la caja y luego se concentró en el agente de la GTI.
—¿Meg?
pensó que la mujer corría hacia el bosque. Podemos hacer arreglos para que un par
de oficiales con perros de búsqueda y rescate nos encuentren allí si prefieren
esperar...
—Los Wolfgard pueden encontrar a Meg mejor que un perro. —gruñó Simon.
O'Sullivan parecía aliviado, lo que hizo que Simon se sintiera más indulgente
con sus sugerencias de perros en primer lugar.
«Voy a montar con Burke» respondió él. «Habrá suficiente espacio en la parte
de atrás para mí y Meg.»
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
*****
—Pueden rastrear tan bien como los perros —dijo O'Sullivan—. Y si tenemos
que dejar el camino y el derecho de paso por cualquier razón, los Lobos pueden
facilitar el camino, ¿no?
—No hay razón para mencionarlo todavía —dijo Burke—, o para contarle a
cualquiera de los Lobos sobre el dibujo visión de Esperanza Wolfsong.
—Simon puede pensar que estamos siendo deshonestos. —dijo Monty en voz
baja.
—Cuando Meg Corbyn fue vista por última vez, estaba viva y lo
suficientemente bien como para escapar de Cyrus. —Replicó Burke—. Por ahora
nos quedamos con eso. Además, tienes dos Lobos grandes llenando el asiento
trasero de ese patrullero. ¿Realmente los quieres más molestos de lo que ya están?
—No señor. Soy el líder del equipo que se ocupa del Courtyard. Así que me
ocuparé de esto.
*****
Pero tenía que correr, no importaba lo que creyera ver, tenía que encontrar el
lugar correcto.
Preocupada por sus pensamientos y por un camino que era o no real, dio un
paso y se balanceó cuando su pie flotó en el aire antes de caerse precipitadamente
por una pendiente en una pequeña cuenca de tierra.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
*****
Esa perra lo sabía. Ella supo. Debería haberla ablandado, enseñarle quién era
el jefe. Si lo hubiera hecho, podría haberse detenido en ese puesto comercial y
haber comprado algo de comida y agua. No estaría parado ahí sin nada si no
hubiera sido una perra.
El estallido lo golpeó enderezándolo, lo levantó tan alto que voló por el aire y
vio una cuerda extraña desenrollarse de su cinturón antes de que cayera al suelo en
el borde de la hierba. Cuando trató de sentarse, vio las rodajas en su torso que
fueron hechas por grandes garras lo suficientemente afiladas como para cortar el
vidrio.
*****
Algo estaba mal con su tobillo, lo suficientemente mal como para no poder
caminar, ni siquiera podía soportar su peso lo suficiente para pararse.
Meg se alejó un poco más de la fría mano blanca. Luego miró a su alrededor.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Estaba fresco y oscuro bajo los árboles, pero no tenía frío. Sería de noche antes
de que la temperatura bajara lo suficiente para que sintiera frío. Pero estaba
hambrienta, cansada y muy sedienta.
Y sola.
Pero ella era parte de la manada Wolfgard de Lakeside. Sólo porque estaba
sola, no se convertiría en una humana quejumbrosa. Ella podía...
—¡Arroo! Arroo! —Estoy aquí. Estoy aquí, Simon. Ven a buscarme—. ¡Ar-r-
rooo! —Por favor, encuéntrame.
*****
Un sonido extraño. Familiar pero no. Y nada hecho por uno de ellos.
Sus parientes, cerca del lago Etu, habían enviado un llamado a todos los que
podían oírlos: Encontrar a la sangre dulce, la aulladora no-Lobo, la hembra
llamada Chica Palo de escoba.
*****
O'Sullivan contestó una llamada, habló en voz baja por un minuto, luego
colgó.
—La policía local encontró el coche.
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Grabado en el hueso
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Capítulo 27
Thaisday, 23 de Messis
Sacudida de un sueño ligero, Meg trató de frotar las lagañas de las esquinas
de sus ojos sin tocar la suciedad. ¿Había oído realmente sirenas? El sonido venía de
lejos, pero aún así significaba que, quizás, no estaba tan lejos de un camino que era
patrullado.
Por supuesto, el no ser capaz de caminar implicaba que el "no tan lejos" era
demasiado lejos.
Volvió a mirar a su alrededor. Tal vez había una rama caída que pudiera usar
como una muleta. O algo al alcance de la mano con lo que podría rodear el tobillo
lesionado.
Miró por todos lados, excepto en el cuerpo que estaba a un par de pies de
distancia de ella.
*****
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Burke levantó una mano y caminó hacia el otro Capitán. Cuando pasó junto
al coche marrón, vio a otro oficial de policía buscando en la hierba entre la cinta y
los árboles.
—¿Capitán Miller?
Burke asintió a su vez, luego miró los dos objetos que habían sido colocados
en un montón de ropa destrozada.
—¡Jimmy!
—Su hermano.
Miller palideció.
—Dioses encima y por debajo. Siento que tuviera que ver esto.
Entró en la hierba hasta que se puso de pie junto a la cinta de la escena del
crimen y pudo echar un vistazo a lo que los residentes invisibles del país salvaje
dejaron atrás.
—Esto no era doméstico. —Dijo Burke, confirmando lo que Miller había oído
acerca de la cacería—. Esto fue un secuestro. —Mientras señalaba un objeto que
yacía sobre la ropa destrozada, se ahogó ante el creciente temor de que llegaron
demasiado tarde—. La navaja plegable de plata pertenecía a la joven.
El asintió.
Miller miró hacia el camino y a los Lobos que habían vuelto al coche marrón,
olfateando y buscando antes de que se dirigieran por el camino en la dirección
opuesta.
—No encontramos nada que indicara que hubiera otra persona aquí. —
Demasiado conocimiento en los ojos de Miller—. Estamos a unos pocos kilómetros
al oeste de donde el conductor del camión aseguró haber visto a una mujer joven y
a este coche. Puede que haya tenido la suerte de alejarse de su secuestrador, pero
se necesita más que suerte para alejarse de ellos.
—No lo sé. Eso está más allá de mi jurisdicción. Llamé al Capitán que maneja
esa parte de la carretera. Ahora podría haber buscadores allí...
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
El conductor del camión que llamó había incluido el número en el poste más
cercano. Podría iniciar su propia búsqueda lo suficientemente cerca de la última
posición conocida de Meg para que los Lobos recogieran su olor.
Eso era inquietante pero no sorprendente. Muy pocas personas sabrían cómo
cortar adecuadamente a una Casandra de sangre para evitar que sufriera
problemas físicos o mentales, y Cyrus Montgomery no era uno de ellos. Incluso si
lo hubiera sabido, Burke dudaba de que Cyrus se hubiera preocupado.
—Los Lobos no se dan cuenta de que estamos a kilómetros del lugar donde
Meg escapó de Cyrus. Sube y diles así entenderán por qué no pueden recoger su
olor. Tan pronto como el Capitán Miller confirme la localización, tú y el Teniente
embarquen a los Lobos y vayan allí para comenzar la búsqueda.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Monty tenía una arraigada cortesía y coraje que había abierto una puerta,
permitiendo que algunos humanos se comunicaran con los Terráneos. Karl
Kowalski tenía el valor de ver la verdad sobre lo que estaba al otro lado de esa
puerta y aún así caminar a través de ella.
*****
No le quedaba mucha fuerza ni coraje, pero tenía suficiente para un poco más
de desafío.
*****
489
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Anne Bishop
*****
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Alzando su hocico, Simon aulló la Canción del Dolor, seguido por Blair y
Nathan.
Luego dejó de aullar cuando se le ocurrió una idea. Nada de lo que Meg
había visto indicaba que la perdería para siempre. Se había escapado de ese Cyrus
y corrió hacia el país salvaje donde un humano no podía seguirla. Correría hasta
encontrar el lugar en el bosque que tenía la tumba y la mano fría, el lugar que
había visto en el sueño profético. Ella llegaría allí y lo esperaría. Así que su Meg no
se había ido; estaba perdida hasta que la encontrara.
*****
Jimmy le hizo esto a Simon, a todos ellos. Sólo otro plan que podría tener
consecuencias para todos menos Jimmy. Excepto que esta vez había calculado mal
y pagó caro. ¿Les dolería a su esposa e hijos, o se sentirían aliviados de que no
regresara?
Se alejó del coche y notó cómo O'Sullivan se volvió inmediatamente hacia él.
El agente de la GTI no necesitaba preocuparse; él no iba a tratar de ver lo que había
quedado dentro de la cinta de la escena del crimen. No otra vez.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—El Capitán Miller me dio la ubicación exacta donde Meg se escapó de Cyrus
—dijo Kowalski—. Parece que algunos hombres comenzaron en ese punto y
buscaron a lo largo del borde del bosque durante un par de millas en ambas
direcciones. Hasta ahora no ha habido ninguna señal de ella.
Kowalski resopló.
—Nunca ha jugado a la caza con los Lobos Teniente. Sin lesiones, creo que
Meg podría cubrir una cierta distancia.
¡ARROOOOO!
¡ARROOOOO!
Basado en la voz profunda, lo que fuera que estuviera ahí era enorme.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—¿Meg?
Nathan dejó de gruñir. Monty decidió que era el mayor acuerdo que
tendrían. Al parecer Kowalski pensó lo mismo porque estaba al volante del
patrullero en cuestión de segundos.
Monty entró en el asiento del pasajero. Kowalski hizo girar el coche antes de
que Monty cerrara la puerta.
*****
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
El patrullero se detuvo.
—¡Espera! —Gritó Montgomery.
Con eso resuelto, Simon esperó el tiempo suficiente para que Blair se uniera a
él. Luego se dirigieron al bosque, siguiendo el olor de Meg en el sendero de caza.
«Por aquí» dijo Simon cuando llegaron a la bifurcación. Levantó una pierna y
marcó un árbol para Nathan.
«¿Por qué iría hacia el este?» dijo Blair, marcando también el árbol.
«Más por aquí» Solo lo que dejaría una pequeña herida, pero para Meg, no
existía una pequeña herida.
—¡Arroo!
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—¡Arroo! Arroo!
*****
Ella miró por el rabillo del ojo. No podía ver al Antiguo, pero sentía que algo
grande se había instalado justo encima de un extremo de la pequeña cuenca de
tierra. No había tratado de comunicarse con ella, pero tal vez su presencia atraería
a algunos de los Crowgard y ella podría pedirle a uno de ellos que llevara un
mensaje a Lakeside.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
—¡Simon! —Lo rodeó con los brazos y se aferró, temblando. Entonces sintió
piel en lugar de pelaje, y fuertes brazos alrededor de ella mientras Simon
presionaba su cara contra la suya.
Se movían con más cuidado que los Lobos, sus zapatos resbalaban sobre
viejas hojas mientras bajaban hacia ella.
Kowalski se arrodilló frente a ella, abrió la mochila que llevaba y sacó una
botella de agua. La abrió y la sostuvo.
—También tengo algo de comida, pero empezaremos con el agua. Bebe lento.
Pequeños sorbos. ¿Está bien?
—Su tobillo está herido. —Simon la ayudó a mover su pierna a una posición
donde Kowalski podía mirarla.
—Tengo que tocar para decir lo que está mal —dijo Kowalski, mirando a
Simon.
Sin querer que Simon pensara en por qué había sucedido, Meg extendió la
mano izquierda.
—Un arbusto me atacó cuando corría.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Puesto que no podía decir cuándo se hizo el corte, no podía señalar el arbusto
para que lo mordiera, aunque no dudaba de que, si realmente quería, Simon podía
encontrar el exacto arbusto, olfateando el diminuto trozo de piel que había dejado
atrás.
Le dio a su brazo vendado una mirada extraña mientras sostenía una delgada
cartera marrón.
—Mientras corrías por el bosque, ¿preguntaste acerca de encontrar un médico
para tu brazo?
—No siempre estaba corriendo por el bosque. Yo estaba, pero... Las visiones
se vuelven extrañas cuando los cortes están demasiado cerca. —dijo—. No puedo
diferenciar lo que estaba pensando de lo que estaba viendo. ¿Por qué?
Monty la estudió.
—Algunos de los médicos del grupo de trabajo del Gobernador fueron
reportados como desaparecidos. Creo que has encontrado a uno de ellos.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 28
Thaisday, 23 de Messis
Después de que Meg les contara que había escuchado sirenas, Nathan volvió
sobre sus pasos y condujo a Kowalski de vuelta al patrullero mientras Blair
buscaba en la zona un sendero más directo hacia la carretera. Simon habría
preferido cambiar a Lobo, especialmente después de sentir la presencia de más
Antiguos, pero si lo hacía, no podía hablar con Meg. Por otra parte, no podía
expresarse correctamente en esta forma humana.
Y no podía olfatear lo que quería olfatear para averiguar si ese Cyrus había
herido a su Meg de otras maneras.
Simon pensó que Montgomery quería preguntar por otra cosa, y luego lo
pensó mejor.
—¡Arroo! — «Encontré el camino» dijo Blair. «Le dije a Nathan. Dijo que él y
Kowalski estarán allí una vez que los Crowgard devuelvan el patrullero».
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Él la miró.
—Ay, querido.
Mientras Simon llevaba a Meg al sedán negro de Burke, ella no dijo nada
acerca de que no llevaba ropa. Pero tan pronto como se instalaron en el asiento
trasero, ella lo miró y se sonrojó.
—Simon, ¿podrías...?
*****
Tomó más tiempo volver a Lakeside del que les llevó conducir al lugar donde
el coche y Cyrus Montgomery habían sido localizados.
Burke no había dicho nada sobre un patrullero lleno de Cuervos, pero cada
vez que los Crowgard volaban por la carretera, se detenían para dejar que
siguieran el ritmo del sedán durante un minuto o dos, para que vieran a la sangre
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 29
Messis
Los tres rasgaron el tejido blando y, con un júbilo vengativo, comieron uno de
los ojos de Cyrus Montgomery.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 30
Firesday, 24 de Messis
—Tendré una reunión con todos los jefes de estación más tarde hoy para
discutir cómo proceder en el futuro —contestó Álvarez—. Para hacer eso, necesito
una evaluación precisa de si Lakeside tiene un futuro, o si el incidente con Cyrus
Montgomery fue, de hecho, una sentencia de muerte para todos nosotros.
503
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—El Capitán Burke y yo hablamos con Henry Beargard esta mañana. —dijo
O'Sullivan—. Tuvimos la impresión de que los Antiguos asumieron cierta
responsabilidad por lo ocurrido, porque no escucharon las advertencias de Simon
Wolfgard acerca de que Cyrus era un peligro para los residentes del Courtyard.
También tuvimos la impresión de que ver a la policía y a los Lobos trabajando
juntos para encontrar a la Sra. Corbyn, mostró a los Terráneos que tenían poca
interacción con nosotros, que los humanos podían encajar con otras criaturas. —
Hizo una pausa—. El Gobernador Hannigan recibió un mensaje anoche. Él no sabe
cómo fue entregado o de quién -específicamente- era, pero la esencia del mensaje
es que la policía, los bomberos, y el personal médico pueden hacer su trabajo
después del anochecer sin temor de un ataque de los Terráneos, y que los que,
claramente, pertenecen a esas profesiones no serán perjudicados si entran en el
país salvaje para buscar a un humano desaparecido.
—La oficina del Alcalde hará lo que pueda para ayudar a construir esa
confianza. — dijo Chen.
Corbyn. El muchacho lo hizo tanto por el placer de causar problemas como por el
dinero, pero no sabía lo que pretendía su padre, ni que Cyrus no tenía intención de
regresar por él.
—El niño no puede ser acusado como adulto. —Dijo Álvarez—. Y dada la
naturaleza de sus crímenes y el hecho de que ocurrieron en una propiedad
perteneciente al Courtyard, la ley humana será bastante flexible. Hay una escuela
de "amor con disciplina" escondida en las montañas Addirondak. Está conectada a
una aldea que desalienta a los visitantes y, de hecho, esta muy profundo en el país
salvaje, no hay mucha gente fuera de la aplicación de la ley que incluso saben que
existe.
—La prisión es un lugar difícil, pero es el único lugar en este momento donde
tendrá suficiente tiempo para tomar algunas decisiones. —Respondió Burke—. Le
dijeron que la crema de piel repelería a los Sanguinati, lo cual hace dado que estaba
contaminada con resistentes limpiadores de casa. Pero Sandee era el blanco real, no
los Sanguinati. Ella había entrado en una disputa con un par de otras prostitutas
que eran freelance en el centro de la ciudad. Los amigos masculinos de las mujeres
crearon la idea de la crema como una forma de desfigurar a Sandee lo suficiente
para que ya no fuera competencia.
—¿Y los hombres que hicieron esta crema para la piel? —preguntó Chen
después de un momento.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 31
Se reunieron en el país salvaje entre Tala y Etu, y sus pasos llenaron la tierra
de un terrible silencio.
Mientras, los demás Antiguos escuchaban a los dos que habían regresado de
Lakeside contar la historia del astuto depredador que no era un peligro para el
mundo ni para los dientes y las garras de Namid, pero que seguía siendo peligroso
debido al daño que podía causar dentro de una manada humana, un daño que
tocaba a los pequeños cambiantes. Les contaron a sus parientes sobre la sangre
dulce aulladora no-Lobo y sobre el Lobo que quiere ser su pareja. Hablaron de las
migraciones por la feria de trabajo y de la manera apropiada de pedir las deliciosas
galletas de Lobo. Y hablaron de sus errores al ignorar la animosidad que los
pequeños cambiantes sentían hacia el humano Cyrus y cómo la no-Lobo se había
perdido y podría haber muerto porque no habían escuchado las advertencias del
Lobo sobre ese tipo particular de humano.
Los dos que habían estado en Lakeside contaron su historia. Y cuando los
Antiguos hicieron los viajes de vuelta a sus propios territorios, tomaron la historia y
sus lecciones con ellos.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 32
Moonsday, 27 de Messis
508
Grabado en el hueso
Anne Bishop
—¿Meg? —La voz de Tess era tranquila, pero Vlad no se dejó engañar, no
cuando aparecieron hebras negras de repente y sus cabellos comenzaron a
enrollarse.
—Ella está teniendo malos sueños. Y ha tenido algunos episodios de ver cosas
que no están allí. Los médicos del Hospital Lakeside están bastante seguros de que
su cerebro no fue dañado por... —Él se detuvo. ¿Cuánto sabía Tess de la forma en
que Cyrus cortó a Meg? Mejor no traerlo a colación, ya que no quería tratar con ella
si su humor se volvía mortal—. De todos modos, la Sra. Esposito vino aquí con
Steve Barquero para hablar con la Asociación Empresarial acerca de proporcionar
algún tipo de asesoría, no sólo para Meg sino también para Lizzy, Frances y Sarah
Denby.
—No estabas aquí para expresar una opinión cuando tuvimos que decidir. —
dijo Vlad fríamente—. Entonces, no estabas exactamente aislada, ¿verdad?
—No pedí a Nyx que viniera conmigo a esa cacería. —respondió Tess con
mucha frialdad. Ella apartó la mirada. Después de un breve silencio, dijo—: ¿Cómo
está Leetha?
—Uno de ellos bebió lo que habían añadido a la crema para la piel. — Tess no
lo miró—. Los Cosechadores suelen ser depredadores solitarios. ¿Comprendes lo
raro que es para uno de nosotros tener amigos? Lo que le pasó a Leetha... Apenas
tocó a esa... humana, no estaba tratando de alimentarse. Pero podría haber sido
Nyx, o tú. Podría haber sido un Lobo mordiendo a un enemigo. —Utilizó un dedo
para barajar una petición de libros en el mostrador—. Cuando encontramos a esos
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
hombres, uno de ellos se ensució con crema en el brazo y le dijo a Nyx que le daría
doscientos dólares y toda la sangre que pudiera beber si podía morderle el brazo.
—Cuando empezó a llover dentro del cráneo del segundo, el tercero agarró el
líquido y lo consumió. —Tess se encogió de hombros—. Tal vez realmente creía
que sobreviviría bebiendo esa cosa. Ya sabía que no me sobreviviría. —Se giró
hacia el arco pero no se apartó del mostrador—. Esa Sandee hizo un trato con la
policía para evitar la indignación de los Terráneos. Cárcel a cambio de
información. ¿Es eso aceptable para Simon?
Tal vez los Antiguos tenían razón y estudiar a ese Cyrus y su familia fue una
útil lección que compartirían con el resto de los dientes y las garras de Namid. Pero
Vlad se preguntaba si Simon y Meg, e incluso el Teniente Montgomery, lo sentían
así.
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Simon
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Querida Meg:
Pero hay algo que no les dije. Algo que necesitas saber. Esos
episodios me muestran cosas bizarras y terribles. Cosas extrañas,
como un pollo enorme con las piernas de una vaca y la cabeza de
una cabra. Imágenes que quedaron pegadas porque, aunque las partes
pertenecen a animales, el todo no tiene sentido. Un revoltijo,
como dijo Sally Esposito. Pero desde que vine a vivir a la granja
con los Gardner, siempre que tengo uno de esos episodios, siempre
hay una imagen que aparece cada vez, completa e inmutable. Para mí
es la imagen de alguien que me entrega un tarro de miel. Vi esa
imagen cuando todavía estaba en el recinto, y fue algo que Lorna
Gardner hizo el primer día que vine a quedarme con ellos.
513
Grabado en el hueso
Anne Bishop
Tu amiga,
Jean
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Grabado en el hueso
Anne Bishop
Capítulo 33
Windsday, 29 de Messis
Un buen consejo, sobre todo cuando cerraba los ojos por la noche y veía la
navaja de plata de Meg y la mandíbula inferior de Jimmy posicionadas sobre la
ropa destrozada.
Pero había una especie de áspera compasión. El médico que fue encontrado
en el bosque, había sido torturado por personas que querían localizar a las
Casandras de sangre que estaban escondidas en asentamientos de todo el país
salvaje. Pero algo más había acumulado hojas sobre su cuerpo, algo había
impedido que los pequeños carroñeros comieran lo que quedaba del hombre.
—Teniente Montgomery.
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—Yo estaría más preocupado por ella si no tuviera miedo, al menos por un
tiempo. —Él estudió al Lobo—. ¿Están bien los cortes?
Se encogió de hombros.
—Hubo cierta preocupación por la infección, pero Emily Faire le dio
medicina a Meg para tomar por unos días, y le olfateo el brazo y la mano un par de
veces al día para asegurarme de que no hay olor a maldad en las heridas.
Ahora sonrió.
—Nadie gruñe a mamá.
—Sí, lo fue. —Monty vaciló—. ¿Simon? ¿Qué vas a hacer con Meg?
—La amas, y ella te ama. Estás enamorado, Simon. Tal vez no es así cómo
describirías lo que sientes, pero es obvio para los humanos que los conocen a los
dos.
—¡Meg! —Sam corrió hacia ella. Saltarín, con una pierna enyesada, cojeaba
tras el chico.
—¿Y si Meg quiere cachorros? No estoy seguro de que los humanos y los
Terráneos puedan hacer eso.
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Colocando la bandeja en una de las mesas al aire libre, ella saludó a Meg y a
Sam para que se unieran a ella y dijo con severidad:
—Sam, la señorita Meg no es un juguete. No puedes hacer carreras con ella en
esa silla, ni tomar atajos por los escalones.
—Samuel Wolfgard.
—Sí, señora.
Mirando a su madre sentada con Meg y los dos jóvenes Lobos, Monty pensó
en su hermana adoptada. En uno o dos días, haría unas cuantas preguntas
discretas y vería si podía localizarla. Sabiendo que Jimmy ya no era una amenaza,
esperaba que Sissy se pusiera en contacto con su madre. Sería bueno para todos
ellos si eso pudiera ser reparado.
*****
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—¿Qué no está aquí? —Al notar las cartas proféticas extendidas sobre la mesa,
se acercó a ver qué la había molestado. Todas las cartas estaban boca arriba.
¿Era una carta real? No podía preguntarle eso. "Real" era una palabra
resbalosa ahora mismo.
—¿Has sostenido la carta?
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¡Ah! Granja. Eso explicaba los olores. En cuanto al otro olor, mucho más
interesante, bueno, ella estaba de pie y su nariz estaba justo allí, pero él no quería
asustarla y que terminara apoyándose en su pierna mala, así que volvió a buscar la
carta.
Recogió una ráfaga de ratón en una esquina. Hablaría con los Owlgard sobre
cazar alrededor de la Plaza Comercial y de la Oficina del Enlace más a menudo.
—¡Esa es! —Meg dijo. Se inclinó y puso las manos en el suelo. Cogió la carta,
apoyándose en el costado de una mano.
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Simon esperó, preguntándose si esta posición de tres miembros era algo que
había aprendido en la clase de Mente Serena.
Oh.
Un hombre y una mujer, de pie juntos en un jardín bajo una luna llena.
—Es un corazón —contestó Meg—. ¿No has visto este símbolo antes?
—Es un corazón romántico. —Ella alzó la vista y entornó los ojos—. ¿Es por
eso que guardaste los libros de besos con los de cocina? ¿Porque un corazón es un
corazón comestible?
—Es una cosa constante —respondió suavemente—. Veo esta carta cada vez
que tengo uno de esos episodios donde las imágenes de profecías sangran juntas
hasta que nada tiene sentido. Pero esta carta no cambia.
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—Yo...no lo sé.
—No soy humano. Nunca seré humano. Pero tal vez pueda ser lo
suficientemente humano como para ser tu pareja.
Meg lo miró.
—No soy un Lobo. Nunca podré ser un Lobo. Ni siquiera puedo parecer un
Lobo. Entonces, ¿cómo podría ser tu pareja?
Meg no necesitaba cambiar para ser de la manada, para ser su pareja. ¿Era eso
amor?
—Y eres lo suficientemente humano para mí. Pero no sé... —Movió una mano
en su torso.
¿Sonaba decepcionada?
—Como las hembras humanas entran en temporada más a menudo,
podríamos intentar algo más cercano a la forma humana. —Él no necesitaba decirle
que él sería capaz de oler cuando ella fuera receptiva, ¿verdad?
Parecía asustada, confundida y tal vez ¿un poco esperanzada? ¿Cómo podría
animar la esperanza? Si estaba en forma de Lobo, podría lamerle la nariz y hacerla
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reír. No estaba seguro de qué hacer en esta forma que no causara confusión
ahuyentándola.
—Pregunta. —Simon agitó una mano sobre las cartas proféticas y notó un poco
de piel en sus nudillos. Nervios. Se preguntaba cómo eran sus orejas. Sus dientes...
Hmm. Bueno, ya los había visto antes.
—¿Qué pasará si Simon y yo nos convertimos en pareja? —Meg cerró los ojos
y movió sus manos sobre las cartas proféticas. Tomó una carta y la giró sin abrir
los ojos.
¿Por qué no iba a gustarles? Besar era similar a lamer, y siempre le gustaba
lamer a Meg. De hecho, en los momentos en que le había dado un beso humano,
también le había gustado.
Él la rodeó con los brazos y le rozó los labios una vez, dos veces. Entonces su
boca se posó sobre la suya y se quedó. Cuando él retrocedió, ella se inclinó hacia
adelante y apretó los labios contra los suyos.
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Fin
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Geografía
El mundo de Namid
Afrikah
Australis
Felidae
Islas Fingerbone
Islas Tormenta
Thaisia
Tokhar-Chin
Zelande
Grandes Lagos:
Otros Lagos:
Ríos:
Talulah/Cataratasde Talulah
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Ciudades o pueblos:
Montañas:
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Días de la semana
Earthday
(Día de la tierra)
Moonsday
(Día de la luna)
Sunsday
(Día del sol)
Windsday
(Día del viento)
Thaisday
(Día de la tierra libre)
Firesday
(Día del fuego)
Watersday
(Día del agua)
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Sí.
De acuerdo entonces.
Érase una vez, una joven que quería escribir historias. Y así lo hizo. Y se divirtió.
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La joven salió al mundo para ganarse la vida y hacer algo que la hiciera
crecer. Y eso era bueno y necesario.
Entonces, un día, varios años más tarde, una historia asomó en su cabecita
liberándose del depósito creativo y dijo: ¿Hola?
Era una pequeña historia, y parecía más bien triste, por lo que la joven le dio
forma en palabras lo mejor que pudo para que pudiera salir al mundo.
Así que la joven le dio forma con palabras lo mejor que pudo. Y la historia
quedó muy feliz. Al igual que las otras historias que vinieron después de esa.
Durante los años en que la joven perfiló estas historias, comenzó a leer libros
y revistas acerca de la escritura (y, más tarde, sobre la organización y gestión del
tiempo). Mientras trabajaba y leía, llegó a ser más hábil y pudo dar forma a
historias más grandes.
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Courtyard de Lakeside
1. Escrito en Rojo
2. Murder of crows
3. Visiones en Plata
4. Marcada en la carne
5. Grabado en el hueso
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