Memorias de La Lucha Sandinista. Tomo 2
Memorias de La Lucha Sandinista. Tomo 2
Memorias de La Lucha Sandinista. Tomo 2
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
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A Carlos Fonseca, héroe nacional
Principal fundador y forjador del FSLN
Jefe de la Revolución Popular Sandinista
VII
Víctor Manuel Urbina Sevilla nace el 10 de marzo del año 1952 en Kuskawás,
Zelaya Central, en el seno de un núcleo campesino. Se integra al Frente
Sandinista con su papá y varios miembros de su familia a finales de los años
sesenta. Entonces tiene aproximadamente dieciocho años. Al integrarse a las
unidades guerrilleras de principios de los setenta, realiza funciones de baqueano
en las escuadras de Víctor Tirado y Carlos Agüero, en Kuskawás. Aprende a leer y
escribir en la guerrilla.
Víctor Manuel formó parte del grupo de guerrilleros que compartió con Carlos
Fonseca Amador su estadía en la montaña después que llega ahí en marzo del
año 1976, procedente de Managua. Víctor se despide de Carlos el 6 de noviembre
de 1976 –dos días antes de la caída en combate del máximo dirigente del Frente
Sandinista de Liberación Nacional– para cumplir misiones que el mismo Carlos le
encomendara.
Después de la caída de Carlos Fonseca Amador, Víctor sale de la montaña con
Francisco Rivera “El Zorro” y se une a la Tendencia Tercerista del FSLN. Participa
en la acciones de octubre de 1977, en el norte de Nicaragua y posteriormente en
el Frente Sur. Con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista, queda
incorporado como soldado del Ejército Popular Sandinista, y a la fecha, sobrevive
de un pequeño negocio familiar.
Carlos Fonseca ingresa al país en noviembre del año 1975, en momentos en que la
represión de la Guardia se encontraba al rojo vivo. Ya se habían producido las
expulsiones de Jaime Wheelock, Roberto Huembes y Luis Carrión, dando lugar a la
primera fractura en las filas del FSLN, que posteriormente se conoce como Tendencia
Proletaria.
Las diferencias que desde hacía años se venían arrastrando entre la conducción que
operaba dentro del país y los dirigentes en el exterior, habían llegado al extremo de
plantear que no se reconocía el mando de los que estaban afuera, en tanto no se
hicieran presentes en el país.
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Carlos impartió una escuela a varios guerrilleros que se preparaban para incorporarse
a la Brigada Pablo Úbeda, entre ellos William Ramírez, Roberto y Manuel Calderón, y
en la que también son instructores Juan de Dios Muñoz, Carlos Agüero y Pedro Aráuz.
Hugo Torres recuerda que estando en una casa de seguridad que quedaba detrás del
Hospital Ocón, en la que estaban Charlotte Baltodano, Carlos Agüero, Rufo Marín,
Leticia Herrera, Sabino Aguilar, Tomás Borge y otros, llegaron Pedro Aráuz y Carlos
Fonseca.
Carlos Fonseca pasó la Navidad y el año nuevo con Carlos Agüero, Claudia Chamorro,
Pedro Aráuz y Luz Marina Acosta, mientras en esos días sube a la montaña un selecto
grupo de combatientes, algunos de ellos ya con cierto fogueo en la vida clandestina.
A principios del año 1976, Somoza lanza una ofensiva brutal sobre la montaña que
incluye la operación militar Águila VI, en la que participan militares de otros ejércitos
centroamericanos, y oficiales norteamericanos funcionan como asesores. Después de
bajar de la montaña, es capturado Roberto “Tito” Chamorro, quien brinda a los
agentes de la Oficina de Seguridad Nacional (OSN), detalles de lugares donde operan
los grupos guerrilleros que hasta entonces se habían logrado asentar en la zona norte
de Matagalpa. La represión a las bases campesinas de apoyo a la guerrilla y la
persecución a los grupos guerrilleros, se va a recrudecer brutalmente en todo ese año
1976.
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En conversación con Henry Ruiz, comparte plenamente este criterio, y afirma que
jamás fue citado a bajar a la ciudad para sostener alguna de estas reuniones. ¿Bajo
qué criterio aceptó Carlos que él debía subir a la montaña? Víctor Tirado afirma que
tal vez Carlos buscaba fortalecer su liderazgo, cuestionado por otros jefes, pasando
un tiempo las duras condiciones de la montaña. Es probable.
Lo cierto es que Carlos no escatimó ningún esfuerzo para tratar de limar las
asperezas entre los protagonistas principales de la división del FSLN, y en su estancia
en la ciudad escribió “Notas sobre algunos problemas de hoy”. Mientras en la propia
montaña escribió “Notas sobre la montaña y algunos otros temas”. Algunas partes de
su texto fueron reproducidas después de su muerte, aunque el conocimiento pleno de
los escritos de Carlos no se hizo sino hasta después del triunfo de la Revolución
Popular Sandinista.
Los detalles de los últimos momentos de Carlos Fonseca no se han establecido con
absoluta claridad. En el libro de Sergio Ramírez, La marca del Zorro, hazañas de
Francisco Rivera Quintero “El Zorro”, se explican los últimos movimientos que Carlos
realiza en la montaña, de quien él se despidió horas antes de su muerte. Pero en ese
libro quedan planteadas también una serie de dudas sobre el tema, en particular
sobre el interés real de los otros miembros de la Dirección Nacional, de realizar una
reunión que Carlos Fonseca consideraba vital para el futuro del FSLN.
Los miembros de la Brigada Pablo Úbeda, René Vivas y David Blanco, son enfáticos en
señalar que, orientados por Henry Ruiz, bajaron durante tres meses a un punto donde
supuestamente llegaría Carlos, y nunca lo encontraron. En una de estas ocasiones,
bajaron también Hugo Torres y Roberto Calderón 1. Nueve de septiembre, nueve de
octubre y nueve de noviembre eran las fechas supuestamente acordadas, pero no
encontraron ninguna señal de que Carlos asistiera al punto.
Quisimos hablar con alguien que hubiese acompañado a Carlos Fonseca en los
últimos días de su vida; no con la pretensión de que nos despejara estas dudas, pues
no está en sus posibilidades, sino para saber de los últimos movimientos de quien es,
sin lugar a dudas, el principal artífice de la organización del FSLN, de su lucha y de
sus victorias.
No fue fácil esta conversación porque “Juancito” Víctor Manuel es parco. No es muy
dado a los detalles, ni a la plática larga. Tuvimos que cucharearlo, ya que él tiende a
reducir su relato a unas pocas palabras, y a hablar de varios años como si se tratara
del mismo instante. Pero sin duda alguna, es claro que Víctor Manuel Urbina Sevilla
mantiene vívidos recuerdos sobre Carlos Fonseca, sobre su sencillez y fraterna
manera de relacionarse con sus compañeros. No puede olvidar el empeño de Carlos
para que él aprendiera a leer, encargándole esta misión a Claudia Chamorro.
Mónica: ¿Por qué te decían “el humilde campesino”2?, ¿quién te puso ese nombre?
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Víctor Manuel: No, es que usted sabe que los guerrilleros no van a tener en todos
los lugares el mismo seudónimo, hay que cambiárselo; y cuando nosotros estábamos
en una comarca, teníamos un seudónimo; y si estábamos en otra comarca, era otro.
Víctor Manuel: Ya ése de “Juancito” fue después, cuando estuve en Panamá. Quien
me bautizó con ese nombre fue Chuchú Martínez, el escritor, el que trabajaba con el
General Omar Torrijos. Cuando llegamos después de estar presos con Germán
Pomares en Honduras, entonces ahí Chuchú me dijo: –“Juancito” te vas a llamar,
“Juan Alberto”; y vos, le dijo a Pomares, vas a ser “Mateo”.
Víctor Manuel: Entré por el Frente Sur Benjamín Zeledón, con Edén Pastora.
Cuando llegaron los compañeros –como mi papá también era del Partido
Conservador– lo contactaron y miramos, pues, que no era una mala organización,
porque ahí andaba el Presidente de AC. Dijimos, ésta es una buena lucha para uno. Mi
papá incluso era vocal de la directiva de AC y mi hermana era catequista.
Nosotros éramos seis hermanos y nos invitaron a que nos integráramos a la lucha
guerrillera, porque no había otra manera de acabar con el régimen de Somoza.
Entonces empezamos a colaborar un poco, pero como la zona ya estaba colorada,
éramos perseguidos por la Guardia; entonces me integré de lleno y con un sobrino,
“Vidal”, Marlon Urbina, nos fuimos a la clandestinidad. Ahí me integré a la lucha
guerrillera.
Víctor Manuel: Bueno, usted sabe, toda persona tiene su sector, como decir, usted
nació en León y conoce todo León. Como fui criado en la comarca de Kuskawás, me
conocía toda la comarca. Como uno se acostumbra en el campo a la oscuridad, me
orientaba bien en la noche.
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Víctor Manuel: A mi papá lo mató la Guardia en la misma matanza que hubo
cuando murió Carlos Fonseca. Otro hermano, Aquiles Urbina, murió en Kuskawás.
Pedro Urbina, lo agarró la Guardia y lo mató por San Dionisio, Matagalpa. Otro sobrino
mío que se llamaba Fabio Urbina, también lo mataron en Kuskawás.
Después que me integro de lleno, anduve con Filemón Rivera, Jacinto Hernández,
Víctor Tirado López y después con Francisco Rivera, conquistando al campesino,
organizando al campesinado. Íbamos de un lado a otro por la noche, y también por la
misma línea buscando a los opositores del régimen, a los del Partido Conservador.
Entonces nos movilizamos en Kuskawás, El Corozo, Los Chiles, Yaosca, Waslala y Las
Vallas.
Ahí se hizo una emboscada, en Kuskawás4, donde cayó Jacinto Hernández. Y unos
días después, en la retirada, cae Filemón, en el Cerro Grande. Cuando nos íbamos a
retirar todos, se perdió, y en la retirada lo mataron. Después de ahí, hubo una
masacre en Kuskawás, donde fueron perseguidos todos los colaboradores. Mi mamá y
toda la familia tuvieron que salirse de ahí porque nos quemaron las casas. Yo ya no
tenía casa a donde ir.
Fue por 19765 que Francisco Rivera me dijo: –Nos vamos a encontrar con un señor de
edad y hay que cuidarlo, acaba de bajar de la ciudad, no te voy a decir quién es por
medidas de seguridad. Pero por fin me dijo su nombre, porque él confiaba mucho en
mí. Entonces así fue que conocí al Comandante Fonseca, en Las Vallas, ahí estaba
acampamentando.
Cuando hacíamos un campamento, sólo nos quedábamos dos o tres días para que no
nos detectara el enemigo. Entonces miré que en el campamento había mucha bulla:
cocinaban, cortaban leña con hacha; y entonces, una vez le dije al Comandante
Carlos: –Mire, ¿no es peligroso? Porque aquí tienen como seis meses. Y me dice: –No,
porque tenemos necesidad de estar aquí, porque así tenemos contacto con la gente
que tiene que venir de la ciudad y debemos esperar, aguantar. Como a los quince
días nos cayó la Guardia, hubo un tiroteo en el campamento y nos retiramos 6.
Víctor Manuel: Sí, lo hirieron en una pierna. Él no sintió sino hasta después, en la
noche, que le dijo a la Claudia Chamorro, porque la Claudia era la de los primeros
auxilios. A ella le dice: –Siento un dolor en la pierna, entonces la Claudia le miró qué
era y es que le habían pegado un charnelazo en la pierna, pero era leve. Y después
de ahí, estuvimos en otro campamentito, cuando llegó “El Zorro”. Y ahí estuvimos
varios días.
Mónica: Tengo entendido que a ese nuevo campamento le pusieron “Cola de Mico”.
¿Sabés por qué razón lo bautizaron con ese nombre?
Víctor Manuel: Cola de Mico era una planta que se comía. El Comandante Carlos
nos enseñó a cocer y a comer esa planta.
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Mónica: “El Zorro” dice que ni los campesinos sabían que esa planta se podía comer
y que Carlos les enseñó cómo hacerlo, y comentó que había descubierto esa planta
en la guerrilla de Pancasán. Por eso le llamaron así al campamento, ya que es lo que
comían para no alertar a la Guardia buscando provisiones en los alrededores. Frijoles
sin sal y cola de mico. Era todo lo que teníamos para matar el hambre en el
campamento del Jefe de la Revolución. (Ramírez, Sergio: 1989: pp.117).
Víctor Manuel: Sí, es que estuvimos como refugiados. Ahí la Guardia andaba detrás,
no teníamos comida. Ese palo es espinudo; pero cuando está tierno, el cogollo es
grueso, entonces lo cortábamos, lo pelábamos y lo cocíamos. Tiene un sabor como el
del quequisque.
Víctor Manuel: Después de ahí, llegaron otros compañeros y salimos para el Cerro El
Varillal con el Comandante Carlos. Me asignaron para el lado de Jinotega para hacer
contactos con el lado de Honduras. Iba “Pedrito”, Inés Hernández.
Mónica: ¿Quiénes eran los otros que andaban en el grupo con Carlos Fonseca en los
últimos días?
Víctor Manuel: Eran Claudia Chamorro, Facundo Picado, la “Mayra” Celestina López,
Francisco Rivera “Rubén” o “El Zorro”, Inés Hernández “Pedrito”, el “114” Benito
Carvajal, Silvio “116”. El Comandante Carlos Fonseca nos da la misión para que
vayamos a hacer los contactos con los otros compañeros que están al lado de
Honduras. Me manda a mí con “Pedrito”.
Mónica: Dice Francisco Rivera que quería que ustedes hicieran una ruta para que las
armas entraran directo de Honduras, y no tuvieran que dar la vuelta por Managua.
Víctor Manuel: Ajá. Entonces, así fue que me despedí de él una noche. Nos
quedamos cerca porque no llevábamos provisión, para buscar qué comprar al
campesinado. Compramos un chancho, y cierta noche lo destazamos en la montaña.
Como a las siete de la noche se dio el tiroteo del combate de la Guardia. Yo creía que
era donde había quedado él, donde nos habíamos despedido; pero él ya había salido
en marcha y ya iba por Boca de Piedra, sólo con el campesino Crescencio Aguilar y el
“114” Benito Carvajal, y muere en el combate.
Víctor Manuel: Si, mucho gusto, yo soy; y claro que me acuerdo de vos, “Marcos”.
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Mónica: Víctor Manuel, ¿cómo es eso que Carlos Fonseca te enseñó a leer?
Víctor Manuel: Carlos Fonseca me explicaba que teníamos que aprender a leer y
escribir, porque decía: –Cuando tomemos el poder, el enemigo nos va a arrebatar el
poder porque no vamos a saber cómo vamos a ir a ocupar el poder; entonces hay que
aprender. Entonces, yo le decía: –Pero mire “Agatón”, yo creo que me van a matar.
Entonces, ¿cuándo voy a llegar al poder? ¡No, no! –me decía– no hay que pensar en la
muerte. Hay que pensar en que vamos a triunfar.
Entonces le dijo a la “Luisa”, que era Claudia Chamorro: –Vos me le enseñás las
primeras letras del abecedario. Entonces me estuvo enseñando la compañera
“Luisa”. Ella me enseñaba el A B C. Un día Carlos Fonseca la escuchó que me estaba
dando la clase, entonces la llamó y le dijo: –No es así como vos le estás explicando
las letras, no se pronuncia así. Entonces la “Luisa” le dijo: – ¿Cómo le voy a explicar?
Explíqueme usted. Y Carlos le dijo: –La letra B no se pronuncia así, sino que sólo así: b
(imita sonido).
Víctor Manuel: Peor vergüenza me daba a mí estar haciendo como el mudo. No,
más vergüenza me daba. Pero me decía “Luisa”: –Es que “Agatón” me está diciendo
que te enseñe así a leer las letras. Y más pena me daba.
Víctor Manuel: Quiero contarle cómo era él: nosotros hacíamos pozol, molíamos el
maíz cocido en una maquinita. Una vez yo repartí las pelotitas y le doy a él primero,
entonces me dice: –No me des a mí primero, dale al posta que está vigilándonos a
nosotros; después, por último, a mí.
Víctor Manuel: Me acuerdo que una vez que salí con él, iba a dejarlo a un lugar de
El Varillal. Iba también Claudia Chamorro. Entonces me dice: –No llevamos nada, sólo
maíz cocido para comer. Yo puedo ir a comprar –le digo– porque aquí nomás en la
cabecera hay una venta. Bueno, andate –me dice.
Entonces, cuando llegué, me dice Carlos: – ¡Qué alegre me siento porque ya viniste!
Cometí un error de haberte mandado, cualquier cosa que te hubiera pasado, ¿cómo
quedábamos nosotros aquí sin baqueano? ¿Qué encontraste? Pues este dulce –le
contesté. Entonces caminamos hasta donde había dejado la cabeza de banano y le
dije: – ¿Quiere bananos? ¡Ah, también trajiste banano! Entonces les dice Carlos a los
demás: – ¿Cuánto quieren de dulce ustedes? La Claudia dice: –Una tapa cada uno.
Entonces dijo Carlos: – ¡Qué hambrienta es esta mujer!
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En la noche caminamos a la montaña. Bueno –me dice, qué decís, ¿comemos? Le
digo: –Usted es el que manda. No, vos sos el que mandás, porque sos el baqueano –
me respondió. Él no podía decir que él mandaba, sino: –Vos sos el que mandás,
porque sos el que conoces la situación.
Mónica: ¿Y en los descansos, escribía? Porque él escribió desde las montañas sus
“Notas sobre la montaña y algunos problemas actuales”, uno de sus escritos más
importantes.
Mónica: En el libro que escribe Sergio Ramírez, en base al testimonio del “Zorro”,
afirma que cuando se encuentra con Carlos Fonseca en el campamento de San José
de Las Vallas:
Carlos nos reunió un día a Juan de Dios Muñoz, a Facundo Picado y a mí, para
explicarnos las razones de su presencia en la montaña. Nos informó que su
intención era buscar a “Modesto” para celebrar una reunión de la Dirección
Nacional, que tenía una enorme importancia para el futuro del Frente
Sandinista. Esa reunión, de acuerdo a los planes que andaba en la cabeza,
debía celebrarse en la vega del Río Iyas el 15 de noviembre de 1976. Ahí se iba
a tratar el asunto de la estrategia, era necesario –según sus palabras– redefinir
la estrategia de lucha, aquí estamos mal, vamos mal, nos están matando uno
por uno y nosotros nada estamos haciendo, esta cosa no es así nos dijo,
tenemos que hacer una reunión con “Modesto”, con los compañeros de la
Dirección Nacional, con otros cuadros de importancia y vamos a analizar estos
problemas, la situación interna del FSLN y la situación política y militar del
momento. (Ibídem: pp.114).
Y en el libro, “El Zorro” también dice que durante todo ese tiempo no lograron tener
comunicación con “El Viejo” Tirado ni con la “Gata” Munguía, y se suponía que ellos
iban a asistir a la reunión. Estos compañeros estaban en otros sectores de la
montaña, más cerca de los poblados. No está claro si tenía comunicación con
“Modesto”, porque dice que a finales de septiembre de 1976 le ordenó al “Zorro”
acompañar hasta el Río Iyas a Carlos Agüero, que llevaba instrucciones suyas de
hablar con “Modesto” para que saliera de la profundidad de la selva y fuera
acercándose al sitio de la reunión. Francisco Rivera dice que esa misión le llevó
catorce días, siete de ida y siete de regreso. Estamos hablando de finales de
septiembre.
Y dice “El Zorro” que él –y vos debes estar informado– sabía que había puntos de
contacto donde ustedes iban periódicamente a buscar correspondencia o a buscar si
había las señas que habían convenido para hacer los contactos. ¿Te acordás de eso?
Víctor Manuel: Sí, sí. Una vez, cuando casi terminaron al grupo que había quedado
con “El Zorro” en Las Vallas. Así fue que dimos con él, porque quedó solo. La última
que le matan fue a Claudia Chamorro. Los agarraron en un cañaveralito, comiendo
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caña, cuando les salió la Guardia. Ahí los emboscaron. Entonces, por medio de un
contacto, lo encontramos a él, porque había quedado solo. Un campesino colaborador
lo tenía escondido. Esperamos la noche y para sacar el buzoncito que estaba
enterrado, miramos el escrito que había hecho “El Zorro”. Decía que estaba solo:
estoy en tal casa, y daba las señas. Así fue que fuimos a buscar al “Zorro”.
Mónica: Eso que referís es después de la muerte de Carlos Fonseca. Contanos lo que
pasó antes. Porque el comandante David Blanco explica que la gente que estaba en
la Columna Pablo Úbeda (entre ellos Hugo Torres, Roberto Calderón, David Blanco y
René Vivas) se fue en diferentes fechas en busca del comandante Carlos, pero que no
se pudo concretar el contacto. La primera fecha fue 9 y 10 de septiembre, la segunda
9 y 10 de octubre y la tercera 9 y 10 de noviembre. Parece que habían acordado que
era cada mes, ir dos días.
René Vivas explicó que había un palencón donde debían dejarse unas señas y que
ellos nunca encontraron nada. La pregunta es: ¿Por qué no pudieron hacer contacto
ambos grupos, si los dos lo andaban buscando? ¿No sabía el grupo de Carlos el lugar
donde iban a encontrarse? El punto establecido para el contacto es el que une al río
El Garrobo, que cae en el río Iyas, en Zelaya Norte. En la ribera de este último se iba
a realizar la reunión de la Dirección Nacional, y no se pudo llevar a cabo.
David: El comandante Fonseca cae en Boca de Piedra, como se sabe. Entonces yo fui
designado por el comandante Henry Ruiz para llevarlo las fechas nueve de cada mes.
Yo anduve septiembre, octubre y noviembre. El contacto era nueve y diez. Yo tenía
que estar ahí con anticipación, es decir, un día antes, y me retiraba de ahí el once de
cada mes. A esos contactos fuimos en una oportunidad con Hugo Torres, con Roberto
Calderón y con otro compañero campesino de ahí. Nosotros íbamos a llevar al
comandante Fonseca a una distancia de dos días más, para el centro montañoso,
donde se iba a dar una reunión importante de los principales dirigentes del Frente
Sandinista.
Es así que en el libro, Francisco Rivera “El Zorro” habla de un error grave, que el
comandante Fonseca haya destacado a los mejores baqueanos para salir de ahí, y no
para encaminarlo a él un poco más. Estos baqueanos eran “Pedrito” Inés Hernández,
y Facundo Picado; este último cayó en una de las insurrecciones de Estelí. Eran
baqueanos experimentados y fueron destacados para ir a traer a los otros dirigentes:
Daniel Ortega, Humberto Ortega, Bayardo, Víctor Tirado. En el lugar donde se iba a
realizar la reunión, ya estaban Henry Ruiz y Carlos Agüero, era en el macizo del
Kiawás.
El que toma esa decisión es el propio comandante Carlos, porque ya habían pasado
toda el área más peligrosa; el único lugar que faltaba era la ermita de Boca de Piedra,
que es un gancho de abra, un abra que viene de sur a norte de Yaosca arriba, y el
abra que va de oeste a este, que es donde iban ellos. Esa es un abra que habíamos
usado de años, pero que la dejábamos enfriar por épocas. La Guardia se emboscaba
esporádicamente.
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Mónica: David, nos habías relatado en otra ocasión que en 1979 fuiste parte del
equipo que se formó para ir a recoger los restos del Comandante a Boca de Piedra.
¿Podrías contarnos esa experiencia?
David: A mí me designó la Dirección Nacional del FSLN para ir a traer los restos de
Carlos Fonseca a Waslala, donde ya los habían trasladado. Entre los compañeros que
fuimos iba Irving Dávila. Había otro grupo de compañeros que lo habían ido a traer a
Dipina, una comarca al este de Boca de Piedra, a unos quince minutos en helicóptero,
que fue donde la Guardia sepultó al Comandante.
Mónica: ¿O sea que la Guardia movió a Carlos, ya muerto, a otro sitio no muy lejano?
David: Me imagino que para constatar su identidad con las huellas digitales. Pude
ver con posterioridad Novedades, donde aparece un gran titular en la fecha de la
muerte de él. Dice el gran titular: “Descabezado el FSLN”, y la cabeza de él; es decir,
el cuello del Comandante Fonseca quedó en un trozo de madera, dejando la cabeza
levantada, y la foto la tomaron sólo del cuello. Entonces pensábamos que era algo
maquiavélico de la Guardia de Somoza, cortarle la cabeza, porque decía:
“Descabezado el FSLN” y la foto aparentaba eso. Después del triunfo de la
Revolución,
al campesino López lo echaron preso, y yo fui a hablar por él, porque prácticamente
lo que hizo fue porque la Guardia lo obligó. Carlos Fonseca para mí fue lo más grande,
el más extraordinario revolucionario; es decir, un hombre dedicado toda la vida a la
causa, que tuvo su tiempo para luchar por la libertad de Nicaragua. Fue un hombre
muy correcto. Fue incuestionable su moral, su honradez.
Carlos es como una especie de raíz de un árbol, que de una u otra forma influyó en la
educación de todos los dirigentes del Frente y eso es fundamental. Las concepciones
de Carlos Fonseca son fundamentales para el triunfo del sandinismo, pueden dar fe
de ello los dirigentes que están vivos.
Siempre en base al testimonio de “El Zorro”, parece que el grupo de los once
compañeros que estaban con Carlos, fue dividido por él, y les dio misiones. El grupo
uno, compuesto por Inés Hernández y Víctor Manuel Urbina, iban a abrir la ruta a
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Honduras; el grupo dos, integrado por Facundo Picado, Silvio “116” y “Mayra”, cuya
misión era ir a El Bote a esperar a los dirigentes que vendrían del Pacífico a la
reunión; y el grupo tres, formado por “El Zorro”, Claudia Chamorro, Leonel “112” y el
“113”, que debía quedarse en Kusulí, para garantizar el traslado hacia Iyas de los
dirigentes que venían del Pacífico. Y Carlos se quedó sólo con Benito Carvajal “114” y
Crescencio Aguilar “Danilo”.
En su relato, “El Zorro” dice que él y Facundo Picado se opusieron desde el primer
momento a la decisión de Carlos Fonseca, porque significaba que él iba a aventurarse
por una ruta que era desconocida, con dos inexpertos: “Danilo”, un chavalo
campesino de dieciséis años, reclutado el año anterior, y Benito Carvajal “114”, otro
chavalo todavía más nuevo, que había llegado de la ciudad apenas seis meses antes.
Carlos se marchó con ellos el 7 de noviembre por la noche hacia su cita con la
muerte.
Creo que la manera como muere Carlos Fonseca, el hecho que haya organizado esos
tres grupos, a mi juicio no expresa una irresponsabilidad, sino un profundo
desprendimiento en aras de los objetivos. Y el objetivo principal, como lo hemos
relatado aquí, era lograr una buena reunión que permitiera resolver las diferencias
entre los dirigentes sandinistas, relanzar la estrategia y avanzar más rápidamente
hacia la victoria.
Oyente: Julio López. A mí me parece que es de mucha importancia ese detalle que
vos acabás de dar, que dice mucho del comandante Fonseca. Él le daba tanta
importancia a esa reunión para redefinir la estrategia, que decide desprenderse de
sus mejores hombres, de sus mejores cuadros, de sus mejores baqueanos, y se queda
totalmente desprotegido, para ir a buscar a los otros compañeros, para poder hacer
la reunión; y Carlos prácticamente se queda solito, se queda sin chan, se queda sin
nada, sacrificándose incluso para hacer posible ese encuentro que debería conducir a
un viraje estratégico. Yo creo que toda la vida de Carlos está llena de esos pequeños
detalles que muestran su grandeza.
El siete de noviembre a las siete de la noche, mientras caía un gran aguacero, inició
Carlos Fonseca su marcha postrera acompañado de los dos muchachos que se había
obstinado en elegir, dejándome a mí con los otros tres, Claudia Chamorro, entre ellos.
Antes de partir me ordenó entregarle a “Danilo”, el campesinito, los papeles que me
había confiado la primera vez, en junio, y que yo anduve todo ese tiempo bajo la
camisa metidos en un envoltorio de plástico y así mismo le acomodé al chavalo el
envoltorio debajo de su camisa. Me abrazó y fue un abrazo para siempre.
Y ahora que reflexiono en mis recuerdos sobre aquel momento tan cargado de
tristeza, encuentro que era extraño: siete compañeros se despiden a las siete de la
noche de un siete de noviembre y la lluvia que caía sin clemencia. Y tampoco olvido
su estampa al irse, la barba de meses poco desarrollada, su gruesos lentes que le
eran tan necesarios por la miopía, su uniforme verde olivo, sus botas altas, su
escopeta automática calibre 12, su pistola Browning nueve milímetros de 14 tiros y
una granada de fragmentación al cinto.
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Salía de noche porque a pesar del problema de la vista que le dificultaba la marcha
en la oscuridad, el primer trecho había que hacerlo por un camino transitado, antes
de penetrar al monte por un abra. Así fue que cayó en Boca de Piedra, Comarca de
Zinica, esa misma noche del siete de noviembre del 76, sorprendido por una patrulla
de guardias a pocas horas de marcha de El Varillal, donde nos habíamos despedido
sin que yo lograra oír los tiros, debido al ruido del aguacero que siguió cayendo al
amanecer. Combatió en desventaja, el “114” cayó con él y “Danilo” pudo escaparse,
pero fue emboscado y muerto posteriormente.
Fue directo a su muerte, Carlos Fonseca, obsesionado por esa idea de una reunión
para la unidad, medio ciego, guiado por un niño bajo la lluvia en la noche cerrada de
la montaña y cercado de los peores presagios: patrullas asesinas, helicópteros, perros
de presa; las comarcas sembradas de muertos, los ranchos y las milpas quemadas,
los caminos vigilados palmo a palmo, la guardia acampando en las capillas y en las
ermitas, y cuando todo el mundo nos denunciaba por miedo y eran pocos los que se
atrevían a colaborar.
Mónica: Y seguir luchando hasta que Nicaragua sea a como él la quiso, una
Nicaragua para todos.
Poseídas por el Dios de la furia y el demonio de la vidas como una gigante bomba de
ternura. Salen de la cárcel mis palabras hacia la contacto. Desbordante de amor hacia
lluvia. Y sediento de luz te nombro hermano en mis los hombres, trinitaria roja tu pecho
horas de aislamiento, vienes derribando los muros desnudo, tus ojos azules generosos
de la noche nítido, inmenso. apuntando firmes hacia el futuro.
6 de noviembre de 1999
12
Notas
13
1 Detalles de la búsqueda de este contacto están en la entrevista a Hugo Torres sobre la
Montaña.
2 En el libro de Sergio Ramírez, “El Zorro” se refiere a Víctor Urbina como “Juancito” y a Inés
Hernández como “Pedrito” o “El humilde campesino”, lo que se ha prestado a confusión.
3 Don Máximo Martínez es reconocido entre los guerrilleros como “El Patriarca de Kuskawás”,
por su liderazgo entre los campesinos y su firme apoyo a la guerrilla.
5 Carlos entra a la montaña en marzo de 1976, pero Francisco Rivera se conecta con él hasta
junio, en el campamento de Las Vallas. Cuando Rivera llega a este campamento, encuentra ahí
a Carlos con un grupo de compañeros, entre ellos, cuatro campesinos: Inés Hernández,
Facundo Picado, Víctor Manuel Urbina y Vidal Urbina, hermano de Víctor.
7 Se refiere a Matías López, cuya casa quedaba a 200 metros de la Capilla de Cristo Rey, sobre
el Río Boca de Piedra.
Mónica Baltodano
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
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VII
Aldo Díaz Lacayo nace en 1936. Sale a estudiar a México y desde ahí
se involucra, entre 1957 y 1958, como combatiente de la guerrilla de
Ramón Raudales. En 1959 participa en la guerrilla de El Chaparral, y
después de la captura de los guerrilleros por parte del Ejército de
Honduras, sale a La Habana. Luego regresa a México y concluye sus
estudios en Relaciones Industriales en 1963. En 1967 se traslada a El
Salvador. En ese país constituye la organización “Nicaragüenses en el
exilio”. El 21 de julio de 1979 se toma la Embajada de Nicaragua en El
Salvador. Regresa a Nicaragua a principios de 1980.
Después del triunfo de la Revolución Popular Sandinista, cumple
funciones en el servicio exterior del gobierno revolucionario. Fue
Embajador de Nicaragua en El Salvador, México y Venezuela, así como
Embajador Itinerante para América Latina. Es analista político y
académico. Recientemente fue admitido como miembro de la
Academia de Geografía e Historia de Nicaragua. A la fecha está
dedicado a actividades intelectuales. Atiende su librería Rigoberto
López Pérez en el Centro Comercial Managua.
Todos queríamos conocer a Carlos, todos soñábamos con trabajar con él. Y
cuantos le conocieron relatan cosas positivas, detalles que siempre abonan
a engrandecerlo. Lo definen como humilde, comunicativo, preocupado por
los problemas de los demás, cuidadosos de los valores y del respeto a los
seres humanos, incapaz de permitir privilegios para sí e intolerante con
1
vicios que empañaban la conducta del militante. De alguna manera era un
asceta, un místico.
2
y un hombre como Pedro Aráuz, maestro de la conspiración y de las
medidas de seguridad, cayó como un niño frente a la acción de los
infiltrados que seguramente estuvieron detrás de su muerte.
3
En el movimiento de El Chaparral participaron además, Manuel Baldizón,
Klaus Küll y Enrique Morales Palacios 1, todos matagalpinos. Había una
relación particular entre ellos porque los matagalpinos eran una raza
especial dentro de El Chaparral. Dice Rafael Somarriba en su libro 2, que le
impresionó tanto la miopía de Carlos, que puso en duda que él pudiera
aguantar en la montaña. De todas maneras, Carlos era un hombre
preocupado, estudioso. Después de un par de días, como sabía quién era
yo, mandó a Rodolfo Romero –a quien le decíamos Romerito– a
preguntarme qué opinaba. Entonces le mandé a decir que nos iban a
atacar, porque en dos ocasiones anteriores, con el general Ramón
Raudales, nos habían atacado. Y así fue, finalmente nos atacaron y nos
desbarataron.
Aldo: Sí, afuera se anunció su muerte, pero lo peor es que la gente que lo
llevaba cargando, creía que estaba muerto, y lo querían tirar. Entonces, él
oía lo que decían y hacía alguna cosa especial, algún esfuerzo, para que
supieran que todavía estaba vivo. Tengo la carta que él escribe a doña
Estela de Morales, en Guatemala, explicándole todo eso y una fotocopia
que me regaló doña Estela. Y finalmente, logra quedar vivo. Cuento todo
esto porque es muy importante que se sepa que él no había asistido a la
formación del movimiento que termina en El Chaparral, y no estuvo en la
preparación en Cuba, pues Carlos nunca había ido a Cuba.
4
hombre muy serio. Nosotros le decíamos Carlitos.
Aldo: Enorme, era muy delgado, pero le decíamos Carlitos. ¿Por qué?, no
me preguntés. Toda la gente le decía Carlitos. Discutimos ampliamente
sobre el trabajo y a mí me dio la impresión de que no lo pude convencer, de
que él siempre se quedó con la idea de que en El Chaparral había habido un
manejo traicionero.
Mónica: Tiene dos escritos muy grandes en los primeros años de la década
del sesenta, en los cuales analiza toda la fuerza de la dictadura, la situación
de la oposición y argumenta por qué hay que crear un destacamento
revolucionario.
5
nacionalista, pero en fin, eso es parte también del poco desarrollo político
de las fuerzas políticas del sur, somos pueblos muy subdesarrollados
políticamente hablando.
6
Mucha gente me dice que el movimiento de los cubanos es martiano, y no
es cierto, porque en la primera etapa de la Revolución Cubana, de 1959 a
1961, cuando se declara socialista, hubo una tremenda contradicción entre
el Movimiento 26 de Julio y el Partido Popular Socialista. Había luchas
brutales. De manera que en esa etapa, nunca se habló de una revolución
martiana, y ya después que se declara socialista, Martí viene a ser parte de
la revolución porque José Martí es cubano, pero no por ser un objetivo
estratégico de la Revolución Cubana declararse martiana.
Mónica: Carlos dice que entre 1956 y 1960 se dieron unos treinta y cuatro
intentos de grupos invasionistas. Todavía los movimientos de Bocay y Río
Coco están influidos por esa tesis invasionista.
7
Aldo: Hubo una gran cantidad de movimientos, y yo pasé inmerso en casi
todos ellos, pero todos con esa mentalidad de que íbamos a invadir, y que
una vez invadido el país, se nos iba a sumar una gran cantidad de gente.
Recuerdo una noche, estando en Nicaragua después de siete días o algo así
de estar en la montaña, llegamos al pueblo minero del General Ramón
Raudales, y era muy tarde, serían como las nueve de la noche, porque,
como vos sabés, esa hora en la montaña es como las cuatro de la mañana
en la ciudad, entonces el General Raudales me dice: –Hijo, háblele a los
muchachos, refiriéndose a los vecinos. Ya los habíamos despertado, la
gente había salido de sus ranchos, de sus casas y yo les eché un discurso y
los invité a continuar con nosotros. Nadie quiso moverse. Entonces le digo a
Raudales: –Mire, General, yo creo que Virgilio debe hablar. Me dice que sí;
entonces yo lo anuncié y Virgilio Godoy se tira otro chagüite, y no se movió
nadie. ¡Nadie se movió! Bueno, en parte por miedo, porque daba pavor
alzarse contra la dictadura.
8
Aldo: Sí, sí. Precisamente cuando tú mencionabas a compañeros de origen
conservador que son del Frente Sandinista, él mismo lo decía: no hay que
despreciar a los conservadores, porque en el pueblo es donde está la
unidad. Porque sabía que el semillero conservador era muy fuerte en el
campo. Él decía ser revolucionario, pero… ahí estaba el gran pero, esta
revolución es para aquí, para Nicaragua, no para cualquier parte del
mundo, no es una entelequia, no es la revolución teórica, es la revolución
en la práctica.
Aldo: Él ahí da pie a los GPP y a los Terceristas, ahí los tenés.
Mónica: Después él habla, y está bien claro en los escritos de 1960, que no
se trata únicamente de la lucha armada, que eso sería una aberración. Hay
que combinarla con luchas políticas, y es más, hay que combinarlas con
luchas reivindicativas, si podemos. “Si conseguimos cosas para la gente, la
gente nos va a creer” –decía. Esto me llama la atención. Es decir, él habla
de una lucha sindical, de luchas reivindicativas en los barrios, y al
combinarlas, les da un gran papel a la juventud y a los estudiantes, y en
9
general a los aliados.
Aldo: Cuando él habla del sectarismo dice: hay que ver la más mínima
coincidencia, hay que aprovecharla.
10
Aquello era como una Torre de Babel porque los movimientos
revolucionarios estaban divididos, no sólo los nicaragüenses. De Nicaragua
habíamos cuatro grupos: uno que dirigían los conservadores, encabezados
por José Figueres; andaba también Pedro Joaquín Chamorro 4. Ahí rompe y se
viene Pedro Joaquín y toda esa gente para Costa Rica. El otro movimiento
muy fuerte era el de los exiliados dispersos en América Latina. Eran
muchos.
Mónica: Sin embargo, yo creo que Carlos vinculaba todos los teatros de la
acción revolucionaria y todas las formas de lucha. Si te fijas en la parte final
de su vida, desde 1975, cuando ya está en Nicaragua, y en las
conversaciones con Francisco Rivera, en sus últimos días, Carlos señala que
su idea era que había que desatar la ofensiva en la montaña y en las
ciudades.
11
Mónica: Es cierto que no los conocíamos. Incluso hay uno de sus escritos
de 1960 que lo conocemos hasta 1979, porque estaba en la Oficina de la
Seguridad Nacional.
Aldo: Quien fue compañero inseparable de Carlos desde los años sesenta.
Mónica: Sí, creo que una de las personas más cercanas a Carlos, y que
más lo entendió, fue el Comandante Víctor Tirado. Él dice que Carlos expuso
en una ocasión, que Sandino había avanzado todo lo que era posible en el
medio histórico social en que le correspondió rebelarse; un medio cuyo
pasado precedente, debido a distintas causas, había sido impermeable a las
ideas sociales modernas, y Carlos lo ubica en el contexto histórico.
12
constitucionalista de primera, porque él defendía la Constitución a capa y
espada. Entonces, esa formación de Sandino era muy limitada, pero al
mismo tiempo demasiado avanzada para su época.
Mónica: Así como Carlos toma a Sandino como un referente obligado para
la Revolución, creo que, cuando ya han transcurrido veintitrés años de la
muerte de Carlos, en las actuales circunstancias, para encontrar los nuevos
caminos, las nuevas tácticas que tenemos que usar nosotros los
sandinistas, tenemos que seguir estudiando a Sandino, pero tenemos que
estudiar profundamente el pensamiento de Carlos Fonseca.
Nosotros actuamos a partir del año 1959, cuando el poder socialista era ya
un poder inconmovible; pero, caído el socialismo, se da la necesidad de
reestructurar la ideología socialista, de reestructurar la oferta política de la
ideología, y nos obliga a estudiar a Carlos Fonseca, porque él es la fuente
de esa posible reestructuración a nivel nacional y centroamericano, porque
el pensamiento de Carlos es muy lúcido.
Aldo: Lo que pasa es que ahora hay que tomar este pensamiento y
trasladarlo a esta situación de reflujo revolucionario, porque él escribe en
13
un momento de ascenso.
Mónica: Está difusa; porque después del terremoto que significó la derrota
electoral, no se logró hacer una reflexión que nos permitiera trabajar desde
el punto de vista del diseño estratégico, preservando los objetivos
clarísimos que define Carlos: “Mi objetivo no es derrotar a la dictadura, mi
objetivo es construir una sociedad para las mayorías”.
Aldo: Pero no hay que olvidar que nosotros sufrimos dos derrotas: la
derrota propia y la derrota del socialismo. Por eso es que en Nicaragua está
potenciada la derrota. Si te vas a otro país que no tuvo revolución, la
izquierda no está derrotada, no solamente en cuanto al marco institucional,
sino que tampoco no está derrotada internamente o no lo está tanto.
14
sacar de él la inspiración, si cabe la expresión, para reformular la nueva
estrategia del Frente Sandinista. Eso es lo correcto. Finalmente, a mí me
gustaría insistir en los tres elementos que hablábamos al principio: la
unidad, la lucha contra el sectarismo y la declaración abierta de la
convicción revolucionaria.
6 de noviembre de 1999
NOTAS
15
1 Hermano de Luis Morales Palacios, que cae en El Chaparral, y sobrino de Conchita Palacios.
4 Pedro Joaquín Chamorro Cardenal relata en su libro Estirpe Sangrienta que el grupo de los
conservadores llega con Figueres, porque éste tenía los contactos y era más conocido. Iban en
busca de apoyo para la acción de Olama y Mollejones. Pero no logran apoyo de Cuba, porque
ésta ya tenía compromiso con otros grupos.
5 Sobre el tema de los grupos de nicaragüenses que llegan a Cuba a buscar apoyo de la
Revolución y la guerrilla de El Chaparral, se puede leer el libro Carlos Fonseca Amador y la
Revolución Nicaragüense, de Matilde Zimmermann, 1ra edición, PAVSA, Managua, 2003.
También hay vasta información en la obra de Jesús Miguel Blandón: Entre Sandino y Fonseca,
2da edición, Segovia Ediciones Latinoamericanas, Managua, 2008.
6 Aldo se refiere a las obras de Carlos Fonseca, Primer volumen, Bajo la bandera del
Sandinismo. Editorial Nueva Nicaragua, 1982.
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
VIII
Mónica Baltodano
1
fueron construidas –como la historia misma del FSLN– durante muchos años
de trabajo organizativo, con sus flujos y reflujos provocados por las oleadas
brutales de represión que desmontaban todo lo construido y que, muchas
veces, exigían volver a comenzar casi desde cero.
2
escuela guerrillera se concentraron para recibir entrenamiento decenas de
compañeros provenientes de distintas partes del país.
3
Estelí era uno de los departamentos donde el FSLN había mantenido un
constante trabajo de base desde su fundación en el año 1961. Carlos
Fonseca habló personalmente con un grupo de jóvenes, varios de ellos
organizados en la Federación Sindical. Una buena parte eran los zapateros,
con los que trabajaba Filemón Rivera en el Taller “El Zapatón”. Son ellos:
Filemón Rivera, Adriancito Gutiérrez, Froylán Cruz, Filemón Moncada,
Donoso Picado, Ricardo Rodríguez, Ramberto Zeledón, Luis Pérez, Oscar
Benavides y Salvador Loza Talavera. Filemón Rivera había sido jefe del
regional varios años, antes de caer preso en 1969.
Viejos colaboradores que recuerdo, eran el papá del “Zorro”, Marcos Rivera,
así como Paulina Alonso, quien contaba que a su casa llegó también Carlos
Fonseca. Venancio Alonso “El Trompañero” había incorporado a la lucha a
casi toda su familia, su mamá Paulina, su hermano Denis, su tía y su prima
Auxiliadora Cruz. Todos ellos volvieron a ser incorporados después de un
período de receso debido a la represión. Volvimos a incorporar a los
zapateros con los que había trabajado Filemón Rivera, entonces en la
montaña. Otros colaboradores eran Filemón Moncada y Fanis Traña,
conocido como “Denis”, a cuya humilde casa llegaron casi todos los
clandestinos de entonces. También colaboró con firmeza Pacífico Arévalo
4
“Silvestre”.
5
como algo innecesario, que podría traerles represión sin resultados
tangibles. Nosotros teníamos como antecedentes las luchas en León, el
trabajo en los barrios, la movilización estudiantil, formas que multiplicaba la
militancia y que permitía consolidar las estructuras.
A finales del año 1975, llegó Venancio Alonso a Estelí; después de trabajar
como enlace entre la montaña y la ciudad (1969-1971), él había salido en
1972 para Cuba a entrenarse. Regresó a Nicaragua poco antes que Carlos
Fonseca, y fue enviado a la montaña, pero por diferentes problemas perdió
contacto y bajaba a Estelí a restablecerlos.
Bayardo asistió poco tiempo después a una reunión con Carlos Fonseca y
Pedro Aráuz en Managua, ahí se acordó que Venancio quedaría en Estelí y le
dieron la misión de organizar la Unidad guerrillera General Pedro
Altamirano (GPA). Ese trabajo se desarrolló en 1976 en Santa Cruz, La
Almaciguera, La Laguna, el despoblado San Roque, El Guaylo, Limay, Pueblo
Nuevo, Tomabú y La Trinidad. Entonces se cosecharon los frutos del trabajo
organizativo realizado en esas comunidades, se reclutaron a combatientes
como Oscar Lanuza, Ismael Lanuza “Charralito”, José del Carmen Aráuz “El
Segoviano”, que luego pasó a ser el Segundo de Omar Cabezas en la
Unidad Bonifacio Montoya, hasta que se incorporó a la Tendencia Tercerista
en 1978.
6
quien después se fue a combatir con el Frente Farabundo Martí para la
Liberación Nacional (FMLN), en El Salvador, y Santiago Baldovinos, quien
venía de Condega. Con este grupo, se creó la primera fase de la Unidad
General Pedro Altamirano.
Para el año 1977, Pedro Aráuz y Bayardo Arce nos comunicaron la decisión
de pasar a la ofensiva militar en las ciudades. Los preparativos para ello
fueron seriamente diseñados. Se nos explicó que las acciones implicarían
mayor represión, y que todos aquellos cuadros clandestinos que no se
sintieran capaces de soportar la presión, podrían plantearlo y se les sacaría
del país por veredas, sin ningún tipo de acción disciplinaria, para que
siguieran trabajando en misiones de apoyo desde el exterior. “Erick” solicitó
salir y junto con Quincho Ibarra fueron sacados por veredas hacia
Honduras. Los militantes clandestinos que decidimos quedarnos fuimos
nuevamente juramentados.
7
expectativa entre nuestros militantes y la población.
Como ya dije, en Estelí la gente tenía la memoria de las luchas del General
Sandino; por eso, si no había armas y acción militar, les parecía una pérdida
de tiempo. Una muestra de estas concepciones se expresa en las
dificultades que tuvimos cuando realizamos en todo el país la jornada “Si
Tomás muere…”, que perseguía poner fin al aislamiento de Tomás Borge,
quien estaba en huelga de hambre en la prisión. Esta jornada incluyó la
toma de iglesias y diversas movilizaciones. Me acuerdo que en Estelí, los
jóvenes consideraban demasiado pacíficas estas acciones.
NOTAS
8
1 La organización básica del FSLN era la célula, una estructura pequeña que incorporaba a
varios miembros para estudiar materiales de formación política, de medidas de seguridad, y
para la acción revolucionaria. Había células que se especializaban en tareas de propaganda,
impresión de materiales de comunicación o de trabajo barrial.
2 Ley Fuga se denominó al método que usaba el régimen somocista de asesinar a los
prisioneros, argumentando que habían tenido que dispararles mientras trataban de escapar.
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
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VIII
**
1
La mayoría de la población del departamento de Madriz se ubica bajo la
línea de la pobreza, lo cual favoreció la incorporación de los campesinos a
la Guardia Nacional que buscaban una salida a su precaria vida. Se decía
que de este departamento salió la mayor parte de los soldados del Batallón
Somoza y, por tanto, que era un bastión del somocismo. Dos
personalidades de indudable autoridad moral, nos hablan de la otra cara de
la moneda: de la incorporación de los campesinos a la lucha revolucionaria,
desde los tiempos de Sandino.
Mónica: A Manuel, casi todo mundo le dice Manuelito, por cariño, pero
también porque tiene apenas un poco más de un metro de alto. Afectado
por la poliomielitis sufre de grandes dolores en su cuerpo por las
afectaciones en su columna vertebral. Es un compañero excepcional en su
compromiso revolucionario y en su capacidad política, pero también por su
calidad humana. Manuelito, ¿cómo te integraste a la lucha?
Una de nuestras tareas era detectar gente afín, por medio de sus pláticas.
Había liberales independientes, conservadores, que hablaban mal de
Somoza. Un día escuchamos al profesor Augusto Salinas Pinell hablando en
una esquina. Entonces lo llamamos. Mirá, vos estás hablando de Somoza,
pero hay gente que quiere derrocar verdaderamente al sistema; si querés,
te contactamos con una persona. Le interesó, y después habló con Adrián
sobre la lucha y se incorporó al Frente Sandinista.
2
un cuñado. Había que tener mucho cuidado.
Igual pasó cuando operaron a Omar Cabezas en Somoto, fue el médico Dago
Bermúdez, quien ahora es candidato a la Alcaldía por los liberales, pero no se
dio cuenta a quién estaba operando. Hasta después le contamos, cuando
ganamos nosotros, y le dábamos bromas. Vos colaboraste con el Frente, le
decíamos. A la casa de mi mamá, Esther Maldonado, también llegó en varias
ocasiones José Benito Escobar.
3
agarran en la frontera y lo pasan para Ocotal. Eulogio Hernández también
estaba preso, miró que mi hermano estaba vivo, y vio cuando lo degollaron.
Eulogio se escapó de la cárcel aprovechando que los guardias estaban bolos y
nos contó posteriormente cómo fue que asesinaron a mi hermano.
Manuel: Sí. También Julio César Maldonado, mi sobrino, cae en 1976 cerca de
Somoto, en un lugar que se llama Santa Rosa. Ahí la Guardia los rodea. Venían
varios, capturan a Marcio Jaen, y caen dos peleando contra los guardias, uno de
El Viejo de apellido Ríos 2, y mi sobrino. Mauricio cayó en 1978 en El Tablón,
cruzando la frontera con Honduras, en una emboscada en la mera guardarraya,
y también capturan nuevamente a Doris Tijerino.
Lo que hice fue emigrar, mi vida fue andar de un lado a otro. Estuve en la
costa norte de Honduras, pero también tuve que salir de ahí porque creo
que fue en el año 1937 que hubo una revuelta. Estaba de Presidente
Tiburcio Carías Andino3. Fue algo contra la gente costeña. Eso fue amargo,
porque ahí vi que la vida no valía nada. Entonces decían que iba a haber
una guerra contra los nicaragüenses de afuera y de adentro. Lo que querían
era que nos saliéramos. Entonces, lo que hice fue quedarme más cerca de
la frontera norte y después me crucé a Guatemala para no perder la vida;
llegué a Puerto Barrios, y de ahí me trasladé a Costa Rica.
4
Manuel: ¡La democracia entre comillas! (Manuel se ríe).
Ése era un hombre valeroso y apoyaba a los trabajadores; por eso digo que
había una gran democracia. El gobierno llegaba a vernos al campamento y a
las bananeras, sin resguardo. Yo conocí la casa presidencial de Costa Rica,
estuve ahí cuando gobernaba aquel Presidente que después nos jugó sucio,
Teodoro Picado6, que era compadre de Somoza.
5
tendida y nos agarró desnudos, y así murió Alfredo Noguera Gómez, con una
ametralladora en la mano. Entonces salimos en desbandada. Volví otra vez a
las bananeras7.
Después pasó también que el gringo quiso quitar ese gobierno y poner otro
sistema, que era el de Figueres, que después fue del Partido de Liberación
Nacional, un partido más a la derecha; porque era un partido algo
izquierdista ése que había ahí en la presidencia entonces.
Figueres metió guerra porque ya existía la Legión del Caribe, que tenía su
cuartel general en Guatemala, donde estaba de Presidente José Arévalo. La
Legión se había propuesto quitar a todos los dictadores de este continente:
Somoza, Trujillo, Gómez, de Venezuela, Batista de Cuba, Haití y todos esos. La
Legión tenía armamento y gente y generales de todo el continente.
Le metieron dieciocho lanchas, era una guerra abierta con doce aviones
bombarderos, pero fracasó. Trujillo hundió las lanchas. Perdió la Legión del
Caribe, y se dirigió a Guatemala. Trujillo les dijo: –Si sus aviones tiran una
bomba en territorio dominicano, quemo la capital, porque tengo elementos
suficientes para hacerlo. Entonces hasta ahí llegó 8. Entonces empezó la OEA, y
buscaron de otro modo.
Gregorio: Sí, yo era enemigo acérrimo de todas estas dictaduras, porque era
pobre y trabajador, y quería llegar a General; y nunca lo tuve ni lo voy a tener,
pero me di gusto porque tenía valor para hacerlo. Participé en varias
operaciones y me di cuenta de todo.
6
los dictadores, esos levantamientos casi nunca se producen de manera
espontánea, había que organizarlos, cuestión que aún no estaba en sus
mentes.
7
Mónica: Entonces usted tuvo una vinculación con la guerrilla de Río Coco y
ayudó a los guerrilleros. ¿Conoció a Santos López?
Gregorio: Sí, llevé gente a esa guerrilla de El Patuca, que tenía al frente a
Santos López. De aquí llevamos mucha gente. Ahí estaba Tomás. Pero en
esa guerrilla fracasaron.
Ese intento guerrillero fue detectado, no sabemos cómo, pero primero cayó
Efrén Ortega “El Callado”, en Jinotega, quien estaba vinculado a este
esfuerzo. También estaba en esa casa un compañero de Somoto. Luego la
Guardia montó un cerco sobre la guerrilla, algunos decían que hasta habían
bombardeado, pero no sé si fue cierto. Cuando nos damos cuenta,
mandamos un enlace a San Juan de Río Coco a que buscara cómo sacar a
toda la gente que habíamos metido.
Miguel Zeledón sacó a los de Somoto porque él conocía el territorio. Cuando
se dan los combates, él se perdió, pero tres pudieron romper el cordón que
tenía la Guardia por Wiwilí. Todo estaba lleno de guardias. De los tres que
sacamos, uno era de León, pero no supimos su nombre. Otra gente se
perdió y desapareció, nunca más supimos de ellos.
8
Fonseca, quien estuvo ahí en mi casa, y lo pasamos a Managua; él venía a
recibir la Dirección, y cayó preso. Luego cayó “Felipe” 11 en Chinandega.
Entonces se cortó el hilo que nosotros tuvimos de don Bacho a Mata de
Plátano.
Mónica: Carlos tenía diferencias con Noel Guerrero y por eso no pudo
participar en las incursiones de El Patuca al Río Coco, Bocay y Raití. Carlos
sale después, y entra de nuevo a Nicaragua para asumir la responsabilidad
de la resistencia urbana.
A don Bonifacio lo matan por culpa de un tipo que desertó y fue capturado,
echando para delante a don Bacho. La Guardia llegó en la mañanita a la
casa de don Bonifacio, de forma violenta, insultando. Su esposa estaba
hirviendo agua para hacer café negro. Cuando el Teniente GN le dijo: –Vieja,
hija de tal, sálgase para afuera; la viejita le contestó: –Salga usted,
miserable. Y agarró la jarra de agua caliente y se la aventó, quemándole el
pecho y el cuerpo. Los amarraron a un árbol y ahí los golpearon y torturaron
a los dos viejitos. Les quemaron el rancho y todos sus enseres, y finalmente
los asesinaron a golpes, a don Bacho, a su esposa Juana María, y a…
9
Gregorio: Y también a Sebastián, el hijo de ellos.
Yo sé que don Gregorio podría pasar horas hablando de todo ese período.
Manuel nos comentaba que hubo gente de Somoto que estuvo vinculada a
las diferentes guerrillas. Queremos que Gregorio haga referencia a su
participación en los años setenta. ¿Cómo se vuelve a poner en contacto?
El trabajo iba bien, pero en 1975 cae la primera célula, y echan preso a los
Alfaro y otros. Hombré, pero todos los que trabajaban con nosotros, por
ejemplo, don Guillermo Cáceres Bank, no dijeron nada en la cárcel, y
entonces nos orientaron que había que seguir trabajando.
10
seguridad. No había mucha compartimentación. Algunos presos terminaron
mencionando nombres y se hizo una cadena interminable de detenidos,
algunos de los cuales fueron asesinados en la cárcel.
Gregorio: Sí, fue cuando Eliseo Guillén los mató en Ocotal. Después de eso
quedaba “Abel”, pero él sólo asomaba las orejas, pues ni modo, seguíamos
trabajando14.
Un día llega “Abel” y me dice: – ¿Podés pasarme un hombre? Claro, que sí.
Yo lo esperé en el beneficio, a las siete de la noche; cuando llega, dice la
consigna: – ¿Es verde esa hoja o es blanca? Y ¿quién era? Bayardo Arce a
las siete de la noche. Lo llevé para mi casa. Le había quitado un rifle Garand
a un Guardia, y entonces ya lo pasé por el monte.
Ellos iban a pasar el retén sin problemas, pero cuando la Guardia mira que
el otro se corre, entonces quiere capturar a Bayardo, pero éste, en un gesto
osado, le arrebató el rifle Garand y salió en carrera, se tiró a un crique,
rodando varios metros. Estuvo ahí escondido, la Guardia lo buscó, pero no
lo encontró, porque además estaban temerosos, sabiendo que él portaba el
Garand. Antes del amanecer, Bayardo salió y llegó a la casa donde
estábamos, de don Toño Marín y doña Eva Sofía Olivas, quien era un
colaborador muy querido. Bayardo llegó inflamado por los golpes de la
caída. El Garand lo dejó metido en un monte, donde después lo fueron a
recuperar. Bayardo estuvo unos días ahí y después llegó donde usted.
Gregorio: Sí, él pasó ahí y desde entonces ya no lo volví a ver. Y luego cae
la segunda célula, cae Alejandro, Lencho, Bautista, que era la casa que
teníamos en Santo Domingo. Entonces Alejandro me menciona, y me
buscan, pero no me dejo agarrar en ese momento, me vine a Managua a
ver si agarraba algún conecte para Masaya; pero al venir aquí no había
nada, no hallaba para dónde agarrar. Entonces me fui otra vez a la casa, y
de ahí a Jalapa. Allá me estuve un mes, pero me enfermé; entonces me vine
y dije, que me agarren. La Guardia ya tenía la lista para buscarme.
Llegando ahí, me dice mi mujer: –Mejor ándate. ¿Para dónde? –le digo yo.
Pero ahí nomás me capturaron y me despacharon para Somoto.
11
Gregorio: Ya estaba en manos de la Oficina de la Seguridad Nacional. La
Guardia sólo me preguntaba qué había hecho, hasta que llegó el informe.
Me metieron a una cárcel grande donde estaban los reos comunes, y dije,
yo aquí voy a estar bien, porque había camarotes, pero es que ellos aún no
habían visto la remisión. Me preguntaban los reos: – ¿A cuántos has
matado? No sé, no sé –les decía yo. ¿Ya se te olvidó? ¡Sí, hombre! Estaba en
eso, cuando miran la remisión. Entonces ¡pra, pra, para! ¡Pasá para allá,
caminá para allá!, y me meten a una cárcel donde sólo de pie podía estar.
Pasaba un guardita y me decía: –Hombre, y a vos ¿por qué te tienen? –Por
cosas políticas. –Decí la verdad, y ya vas a salir. –Sí, sí, hombre, ya voy a
decir la verdad, ya voy a salir. Eso era día y noche. La Seguridad no había
entrado todavía, andaba quién sabe dónde.
Entonces me vas a decir todo –me dijo. Toda la vida –le digo yo. –Entonces,
¿vas a decir la verdad? –Toda la verdad te puedo decir, lo que sea verdad lo
voy a decir. –No permitás que te masacre. –Vos sabés que estoy en tus
manos. Y en vez de darme nervios, me dio cólera. Hombré –me dice, ¿vos
tuviste a un hombre en tu casa? Esto me lo pregunta porque ya eso se lo
había dicho Alejandro. Sí –le digo, sí lo tuve. –Y ¿quién te lo trajo? –Hombré,
él sólo vino, y se le dio alojo; él pidió posada y se la dimos, porque, como
dice la Biblia “dad posada al peregrino y dad de comer al hambriento”, eso
es, así como pudieras llegar vos o quien sea, dimos posada.
12
Estuve poco tiempo preso; pero si me hubieran condenado, tal vez no salgo,
porque las condiciones eran difíciles, pero yo me supe salvar.
Había una esperanza para nosotros, pensábamos que tal vez había cogido
para Honduras, pero luego nos dimos cuenta por una compañera, que lo
habían matado. Ella lo conocía muy bien, también estuvo presa, y vio
cuando un guardia lo llevaba muerto en una carretilla. Mi hermano andaba
con un suéter negro, miró que era él. Tu hermano murió –me dice, yo miré
cuando lo sacaron en la madrugada. Entonces le avisé a Chico en la cárcel:
–Mirá, a Tino lo mataron.
Recuerdo cuando Carlos Fonseca nos decía: –Miren, Somoza es la joya más
preciosa que tenemos. Se estaba hablando de que había que ajusticiar a
Somoza, y Carlos dice: –Esa es la joya más preciosa que tenemos porque
encierra todas las contradicciones.
13
familia nos pusieron frente a mi casa a dos guardias que dormían ahí cerca.
Sin embargo, pudimos meter gente, aunque estaba la Guardia enfrente.
Nosotros metíamos gente clandestina, delante del guardia, mujeres y
varones; como era una zapatería, se disimulaba eso. Entonces ampliamos
las redes desde Tegucigalpa, Choluteca y San Marcos; desde Cusmapa
hasta Jalapa, redes bien organizadas, lo que permitió movernos mejor.
Mónica: Es que eran unos grandes juicios donde los indiciados entraban en
filas, en ristra. Los llevaban a los tribunales en bus, de tantos que eran.
14
ellos agarraron para San Juan y yo para Totogalpa. Al llegar a Totogalpa, la
gente admirada, decía: –Ve, éste ya está aquí, y los tontos allá, y teniendo
lo mismo, ¡miren, ya salió! Pero eso no era un elogio, más bien me echaba
tierra, porque decían que yo tenía la misma culpa.
Yo quedo ahí fregado, jalando leña, porque estaba arruinado, no tenía nada,
ni un peso; pero como estaban reorganizándose luego en El Paraíso,
Honduras, entonces vino un correo. Como sabían que yo había salido de la
cárcel, me dicen: –Mañana lo espero en la COTRÁN de San Marcos, a las
once de la mañana. Sí –le dije yo, entonces, yo dije para mis adentros, ¡no
jodás! Bueno, no le hice caso, no fui.
A los seis días vino otro correo y me dice: –Mire, a las once lo esperan en la
COTRÁN, ahí va a estar un hombre esperándolo. Sí hombre, bueno, como no
–le dije yo. Tampoco fui, estaba jodido. A los pocos días, vino otro y me dice:
–Lo esperan en El Paraíso urgentemente a las once de la mañana, lo va a
estar esperando un hombre. Y me entregó veinte lempiras. Yo preguntaba,
¿quiénes serán? No les quería decir lo que necesitaba, pero ya con veinte
lempiras yo me traslado. Okey –les digo, como no.
Gregorio: Y mire, ¿cómo sabían que había salido de la cárcel? Vea qué
clase de contactos tenían, eso es lo que yo no entendía. Bueno, pues jalo,
pero le digo a aquél: –Mejor dame un mapa una dirección a donde pueda
llegar. Yo pensaba, ¡qué voy a llegar a las once de la mañana, quién sabe
cómo va a estar el camino! Me entregó el mapa y me lo eché a la bolsa.
Gregorio: Unos sesenta. Así salgo de mañana para Ocotal, ahí tomo un bus
para Las Manos, ahí me bajo, y agarro la montaña por La Picona 16 hasta
salir a la otra carretera. Ahí espero el bus que me lleva a San Marcos. Era
como la una de la tarde. Pasó el bus, y me llevó hasta El Paraíso, llego a la
COTRÁN, me apeo y no había nadie.
Sí, no había nadie. Me comí un sorbete, disimulando, y dije yo, aquí me van
agarrar, porque como era desconocido; me van a echar preso, jueputa,
decía yo. Mejor me voy. Entonces agarré el mapa y me fui. Observando, vi
una casa de bloques: Ésta es, dije yo, pero estaba cerrada. Entonces voy a
tocar, voy a pedir agua, es que ésta es la casa. Toqué y salió Pastor
Montoya, quien era el que me estaba esperando, y me dice: – ¡Mire qué
clase de hombre!, allá lo estuve esperando. – ¿Qué acaso yo tenía un
helicóptero para venir? Ya no le dije nada.
15
Después tomamos un bus a Danlí, ahí era donde estaban todos. Ahí estaban
Pomares, Víctor Tirado y Joaquín Cuadra y toda la dirigencia. ¿No vendría
usted ahí? Era el Frente Norte. Ahí estaba Heriberto Rodríguez y me fui para
donde estaba Pomares; y Víctor Tirado me dice: –Su trabajo va a ser traer
información de allá, traer gente, porque tenemos un entrenamiento en La
Lodosa. Entonces ése era mi trabajo, de informar, y siempre pasaba por
esos lugares. Así sacaba a la gente para el Frente Norte, que es ahí donde
estaba “El Zorro”, en el campamento de La Lodosa.
Pasé la primera vez y dije yo, a quién le digo. Tenía que decirles a los que
habían trabajado en el año 1975, decirle a la gente que yo podía hablarle;
porque pueden decirme que sí, y se pueden ir como infiltrados, y van a
acabarnos con todo esto, que tanto cuesta, como dijo Pomares.
Mónica: Ahí está otro ejemplo. Durante la represión del año 1975,
Leonardo se quedó en Ocotal. Toda su familia era sandinista. Nosotros
llegábamos y dormíamos ahí, su papá era armero y, como tal, su casa vivía
llena de guardias por las armas que llegaban a reparar. Muchas veces
estuvimos en un pequeño cuartito, piso de tierra, y varios guardias ahí. Les
escuchábamos las voces.
Y aquí un paréntesis: me contaron que don Joaquín está muy mal de salud,
está muy viejito y ya tiene como cincuenta años de trabajar como armero; y
no lo van a creer, pues, con esa experiencia, se le fue un tiro desarmando
una pistola, y se hirió. Su hijo Leonardo Matute era de los mejores cuadritos
que nosotros teníamos; trabajaba en el movimiento cristiano de Ocotal, y es
de la gente que se quedó después que todos los clandestinos salimos,
16
debido al desmantelamiento de las estructuras. Salió a Honduras y de allá
lo mandan de nuevo clandestino para reabrir el trabajo y lo captura la
Guardia; lo asesinaron de una manera atroz.
Mónica: ¡Nada de cosa oscura! Es una cosa súper clara. En esas redadas
de 1975, Marvin Corrales cayó preso. Le ofrecieron dejarlo libre a cambio de
que se convirtiera en informante. Hombre débil, aceptó; es decir, fue
reclutado por la OSN, por la Seguridad de Somoza. Cuando él sale de la
cárcel, ya está trabajando para una unidad especial que se llama Servicio
Anti-comunista (SAC), que dirigía Enrique Canales. Marvin informaba de
todos nuestros movimientos, en particular de los dirigentes del FSLN. Él
pasó la información que permitió el quiebre en el que caemos presos el
doctor Moisés González y yo, en junio de 1977. En esa ocasión, el objetivo
era matar a Bayardo Arce.
Luego informa que iba a entrar José Benito Escobar, en un viaje en que
finalmente él no entra; pero le caen y capturan y asesinan a Juan de Dios
Muñoz y al ingeniero Raúl González, en agosto de 1977; y luego es
directamente responsable de la muerte de José Benito Escobar el 15 de julio
de 1978, pues él lo señaló, lo entregó para que lo ametrallaran.
Mónica: ¡Claro! Es que Marvin era el chan, cuando entran con Doris
Tijerino. Y ahí sí realmente entró José Benito, quien era el objetivo, pero
logró escapar en el tiroteo. Ahí matan a Mauricio Cajina, en abril de 1977.
La SAC operaba sólo contra la Dirección Nacional.
17
Gregorio: Para descabezar.
18
Todavía estaba bajo mi responsabilidad el Batallón Rolando Orozco, en la
Escuela Carlos Agüero. Escogí a un pelotón de compañeros de confianza,
les expliqué la misión y nos fuimos a capturarlo a Somoto en dos vehículos
y una chata de las de la Guardia. Los compañeros me recomendaron no
fusilarlo, porque siendo de la SAC, podía darnos información valiosa sobre
otros infiltrados. Recuerdo a un asesor cubano que me decía: – ¡Coño,
chica, este tipo debe de tener información, no vayas a matarlo, tienes que
traerlo vivo!
Cuando Marvin conoció a Juan de Dios Muñoz, después que éste perdió su ojo
en un combate en la montaña, me decía que “Juancito” era un santo. Porque
Juan de Dios había dormido en su casa varias veces. Marvin se emborrachaba y
le pegaba a la mujer, y Juan de Dios lo recriminaba. Le decía que un
revolucionario no golpea a su mujer. Lo hacía de tal manera que a Marvin le
daba pena, y algunas veces me dijo: –Juan de Dios es realmente el hombre
nuevo que dice el Che. Entonces yo lo único que le dije fue: – ¿Cómo pudiste
entregar a Juan de Dios?, después de tenerlo en tu casa, de conocerlo, de
saber cómo era. Sos un cerdo, el ser más despreciable que puede haber sobre
la tierra, sólo de verte me dan ganas de vomitar.
19
Cambiemos de tema don Gregorio, ¿cómo está viviendo usted ahora, de qué
vive, le dieron tierra, tiene casa?
Gregorio: Sí, sólo mi familia. Mis hijos no me pueden ayudar porque hay
mucha dificultad, estoy de brazos cruzados.
Mónica: Ustedes que han sido dos hombres ejemplares, don Gregorio un
fornido roble, Manuelito un consecuente dirigente popular, hoy Alcalde de
Somoto, ¿qué mensaje les darían a los jóvenes?
Gregorio: Yo les daría el mensaje de que sigan los ideales de Sandino, porque
no hay otra lucha, pues nuestra lucha es una lucha de clases y es el único
camino; por eso tenemos que luchar por él, no hay otra alternativa para
nosotros los pobres.
Manuel: Hay que seguir dentro del Frente Sandinista, hay que retomar el
programa histórico del Frente Sandinista. Ahí estoy basado. Pase lo que pase
aquí, pleitos que pasen, yo estoy cumpliendo con el programa histórico del
Frente Sandinista, que es el único. Nosotros nos basamos en el programa
histórico, el que apenas comenzamos, pero no lo hemos llevado a cabo.
Mónica: Eso significa que hay que luchar contra este gobierno de manera
cotidiana.
20
enderezar el comportamiento de estos gobiernos. Y no se ha logrado nada.
Hay que retomar el Programa Histórico del Frente Sandinista. Considero que
los mejores tiempos del sandinismo fueron los de la clandestinidad, donde
verdaderamente éramos hermanos, donde compartíamos todo. Recuerdo
que me apeaba de mi cama, porque era la única que tenía, para dársela a
los guerrilleros, y me tiraba al suelo, y compartíamos los mismos frijoles
que teníamos, los compartíamos juntos.
30 de octubre de 1999
NOTAS
21
1 Gregorio Olivas muere en su pueblo en el año 2007.
2 Se refiere a Alberto Ríos, quien fue parte del Comando Juan José Quezada, que asaltó la casa
del Ministro somocista José María Castillo.
3 Suponemos que Gregorio Olivas se refiere a la masacre contra los garífunas, durante la
dictadura de Tiburcio Carías Andino (1932-1945). En San Juan, contiguo al Puerto de Tela,
Honduras, el 19 de junio de 1937, el Ejército masacra a la mayoría de la población masculina
adulta. Con la ayuda de un Capitán de marina, las mujeres y los niños escapan a Belice y
fundan la aldea de Hopkins.
4 Manuel Mora Valverde (1909-1994), político de importante trayectoria en las década de los
30 y 40, en la República de Costa Rica. Promotor intelectual de las Garantías Sociales y el
Código de Trabajo. Conocido político de tendencia comunista, fundador del Partido Vanguardia
Popular y luego del Partido del Pueblo Costarricense, y uno de los personajes más importantes
dentro de la Revolución de 1948. (Fuente: Wikipedia).
5 Fallas fue uno de los líderes más visibles del Partido Comunista. Impulsó la gran huelga
bananera del Atlántico en el año 1934, que llegó a movilizar a más de quince mil trabajadores,
y que conmovió al país entero. Fue electo por los obreros regidor municipal en 1942 y diputado
del Congreso Nacional en 1944. Además, participó como jefe militar de batallones comunistas
en la Guerra Civil de 1948. (Fuente: Wikipedia).
6 Teodoro Picado fue Presidente de Costa Rica en el período 1944-1948, representando una
Alianza integrada por el Partido Vanguardia Popular (Comunista)y el Partido Republicano
Nacional, jefeado por Rafael Ángel Calderón.
7 Efectivamente, en Costa Rica se organizó un grupo jefeado por el General Alfredo Noguera
Gómez, que planificó una nueva acción contra el régimen de Somoza. Al grupo le llamaron “Los
Osados”.
El 7 de octubre del año 1944, se encontraban en San Jorge, a orillas del Río Sabogal,
dentro de Costa Rica, y fueron atacados por un fuerte grupo de la Guardia de Somoza. En el
combate murieron el General Rivera Gómez, Gerardo Guillén Largaespada, Simón y Gilberto
Santos, Guillermo Flores y su esposa Ángela, y fue herido Chéster Lacayo. La oposición al
gobierno costarricense acusaba a Teodoro Picado de haber avisado a Somoza y de permitirle a
la GN de Nicaragua entrar a territorio tico a atacar a los insurgentes. (Tomado de internet, del
libro La Guerra de Figueres, de Guillermo Villegas Hoffmeister).
8 Don Gregorio se refiere, con sus recuerdos un poco confundidos, a la intentona contra
Leónidas Trujillo que se organiza en 1945-47 desde Cayo Confites. Ésta fracasa al enterarse el
tirano, quien amenaza: “Desde que el primer invasor pise tierra dominicana, comenzaremos a
bombardear la ciudad de La Habana”.
Dos años después, y con parte de las armas de Cayo Confites, el 19 de junio de 1949, se
realiza otro intento contra Trujillo. De tres aviones que van en esta expedición, sólo llega el
hidroavión Catalina; logran desembarcar en las costas de Luperón quince expedicionarios
comandados por Horacio Julio Ornes, pero el hidroavión fue atacado por un guardacostas
dominicano que lo incendia en el acto, y mueren carbonizados algunos de sus ocupantes. De
los quince expedicionarios, diez murieron en el curso de la operación y cinco sobrevivieron.
9 Se refiera a José Antonio Remón Cantera, Presidente de Panamá que fue matado en el
Hipódromo Juan Franco, en la capital de ese país, el 2 de enero de 1955.
11 A Marvin Guerrero “Felipe” lo menciona Carlos Fonseca en sus declaraciones, como enlace
entre Nicaragua y Honduras. Es asesinado en Chinandega, después de ser torturado, en 1966.
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
VIII
**
Con Julio Ramos (GPP) y Elías Noguera (Tercerista) conversamos para recordar
detalles de la jornada insurreccional del año 1978, en la cual por primera vez
se articularon esfuerzos de las tendencias para hacer más eficaces los golpes
al enemigo. También iniciamos el relato de la Insurrección Final de 1979, con
sus hermosas páginas de heroísmo y en cuyas letras no puede faltar Francisco
Rivera, “Rubén” o “El Zorro”.
Julio: Por mi parte, quiero decir que en mi familia, mi padre Luis Ramos
López, siempre fue una persona anti-somocista, y se ligó al movimiento
anti-somocista desde muy temprano. Formó parte del movimiento agüerista
en su debido momento, y eso marcó en mi familia y en mí una posición
patriótica en contra de la dictadura.
Julio: El ascenso a General fue hace dos años y tenía 41 años. Lo que pasa
es que en los rimeros ascensos de 1980, yo fui ascendido a Comandante de
Brigada, junto al actual General Joaquín Cuadra, con el Comandante Edén
Pastora, Leopoldo Rivas y el Comandante Hugo Torres. Ésa es la primera
promoción, en julio del año 1980. Cuatro compañeros fuimos ascendidos a
Comandante de Brigada. Yo era el más joven, tenía entonces 24 años.
Después, una parte de esa columna nos quedamos como una agrupación
guerrillera en Macuelizo, trabajando ya concretamente en Ocotal; y para
marzo de 1978, tenemos ahí un destacamento pequeño dirigido por Joaquín
Cuadra, Facundo Picado y otros compañeros. Nos ubicamos en Macuelizo
para preparar la toma Ocotal e incidir también sobre Estelí.
Los principales Jefes entre los años 1977 y 1978 eran: Ismael Lanuza “10”;
Mauricio Valenzuela “11”; Roberto Laguna “Mauricio” o “12”; yo era el “13”;
Felipe Sáenz “Ramiro” o “14”; Pedro Pablo, un campesino de La Estanzuela, el
“15”; y Oscar Lanuza “16”.
Ismael Lanuza sale para la montaña a los pocos días que yo llego, y quedo al
mando de la Columna Pedro Altamirano. Posteriormente se integra otro
compañero, el “9”, un muchacho de Estelí; el “8”, era Antenor Rosales; y el
“7”, un muchacho de Chinandega. Ése era el núcleo que durante un año
empezamos a desarrollar las clínicas militares y a preparar las condiciones de
acumulación.
Mónica: ¿Cuáles eran las condiciones que prevalecen en Estelí y que permiten
la insurrección del año 1978?
Julio: Poco a poco la gente iba perdiendo el miedo. La misma gente se iba
preparando en términos militares, y ya salía más a la calle.
Mónica: Tal vez habría que recordar, Elías, que había un Plan Nacional
elaborado por la Tendencia Tercerista. ¿Vos estabas en Estelí para empujar ese
plan?
Elías: Claro, por supuesto. Viajé de Ocotal a Estelí. Estábamos en Ocotal con la
Columna Jorge Sinforoso Bravo, en la cual Facundo Picado era el jefe y yo, el
segundo jefe. En junio de 1978, llega “El Zorro” a Estelí, procedente de
Managua, donde se reunió con Joaquín Cuadra, y lleva consigo el plan integral
insurreccional. “El Zorro” nos manda a llamar a Facundo Picado, a Pedro, “El
Segoviano” y a mí. Somos cuatro los que conformamos un pequeñito Estado
Mayor insurreccional en Estelí y comenzamos a trabajar desde cero.
Recuerdo que “El Zorro” sólo se vino con el pasaje, y le digo: – ¿Tampoco te
mandó plata Joaquín Cuadra? –Sólo me dio para el pasaje. ¿Y vos cuánto
tenés? –me pregunta. –Yo tampoco tengo; un colaborador me dio el pasaje
para Estelí. ¿Y qué armas tenés? –preguntamos. Y dice: –Tengo una 45, ¿y
ustedes qué tienen? –Una Browning. Ésas eran las armas del Estado Mayor,
¡imagínense! Eso era todo lo que teníamos para impulsar la insurrección.
Íbamos los dos jefes del destacamento militar Jorge Sinforoso Bravo y yo. Te
estoy hablando de 1978. Teníamos un colaborador, un hermano de Carlos
Fonseca que vivía detrás del BND, donde nos tenía preparada alguna
escapatoria, por si fuera necesaria.
El tercer grupo fue dirigido por “El Zorro”, con cinco hombres, atacó la parte
frontal del comando GN de Estelí; y el cuarto éramos yo con cuatro hombres en
la retaguardia. En total, con 25 hombres con armas, combatientes, y otros
grupos de jóvenes, de chavalos que se habían entrenado, mujeres, etcétera,
que estaban en el casco urbano de la ciudad. Por eso es que afirmo que las
condiciones subjetivas y objetivas de Estelí ya estaban dadas, porque la gente
responde incorporándose masiva y activamente.
Julio Ramos estaba hacia el sur y entra por el barrio El Zapote. Ahí nomás se
integró sin mayores discusiones. Fijate que yo recuerdo que a Julio le vi la cara
hasta tres días después de la insurrección de septiembre, por el fragor del
combate. Yo estaba en un sector de Estelí, por el puente de hierro, y Julio
estaba con “El Zorro” por el barrio El Zapote.
Julio: Efectivamente, yo entro por el sur y hablé con “Rubén”, y entonces le
pegunté si vamos a la cuestión. Yo primero me informo con los
Responsables urbanos de la GPP, y luego platico con “Rubén”, ya sabiendo
cómo estaban nuestras fuerzas:
–Hombré, ¿cómo está la cosa? Hombré, nosotros tenemos tanta gente –me
dijo, y estamos en tal sector. Bueno, dividámonos la ciudad –le dije. Fue así
que yo agarré el sector sur y establecimos la Comandancia con “Rubén”.
Me acuerdo que un día martes en la tarde, la Guardia nos reculó casi hasta
arriba, y “Rubén” andaba un fusil FAL y yo un G-3, y hablamos: –Mirá, y
¿cómo paramos esta chochada? Yo andaba una granada. Nos fuimos por
dentro y la colocamos debajo de la tanqueta. Ahí logramos atemorizar a la
Guardia, y la tanqueta se fue en retroceso. Te estoy hablando de cuatro y
media a cinco de la tarde, ya oscureciendo. Cuando los empezamos a
corretear, no logramos capturar la tanqueta; pero encontramos dos
patrullas, aniquilamos a una patrulla y “recuperamos” seis rifles Garand.
Mónica: Recuerdo, Julio, que después de la insurrección de septiembre de
1978 de Estelí, vos viniste a una reunión en Managua y nos contaste cómo
se había ido en la retirada de Estelí cientos de jóvenes. Recuerdo a chavalas
entre catorce y quince años, algunas de ellas las pasamos a la ciudad a dar
cobertura a las casas de seguridad.
Vos nos contaste que era tanta la gente que estaba en los campamentos,
que hasta llegaban los vendedores de helados, de paletas. Me parecía
inverosímil que hubiera campamentos guerrilleros donde llegaban los
vendedores ambulantes. Contanos, ¿cómo fue eso?
El resto de los campamentos eran masivos. Era necesario matar una res cada
tres días para darle de comer a la gente. También comprábamos arroz, pero no
en libras, sino en quintales. El campamento de Elías funcionaba de esta misma
manera.
Recuerdo que estaba con “El Zorro” y escuché una conversación entre “Rubén”
y Víctor Tirado, hablando en clave: –Que la hacienda, que el ganado va, que el
lunes, que no sé qué. Creo que fue una Semana Santa, si mal no recuerdo. Era
evidente que hablaban de nuevas operaciones sobre Estelí. Entonces, le dije: –
Bueno, “Rubén”, pongámonos de acuerdo. Te voy a dar veinte hombres
armados con armas de guerra para la ciudad, y te voy a cubrir la espalda por
fuera. Entonces yo atajé la entrada de la Guardia por Achuapa, El Sauce, el sur
de Estelí y Santa Cruz. Me puse de acuerdo con “Isauro”, presionándolo un
poco para la entrada de Condega, porque él tampoco tenía orientaciones.
Omar estaba en el cerro Kilambé, al lado de Quilalí y de Wiwilí, por San Bartolo.
Nosotros, desde la Columna General Pedro Altamirano, presionamos ante la
Dirección Nacional y ante las otras columnas de campo, para reorientar el
proyecto en función de la ciudad, para preparar condiciones y apurar el
proceso combativo. La GPP estaba en un proceso de enrumbar nuevamente el
proyecto de la montaña con el proyecto del campo.
Mónica: ¿Cuál de las ciudades fue liberada primero? Los condegueños dicen
que fueron ellos.
Elías: Se habló que Condega fue el primer municipio liberado, pero realmente,
en honor a la historia, el primer municipio que se libera fue La Trinidad, la que
fue tomada con fuerzas del Frente Norte al mando de Antenor Rosales y
“Pedrito El Hondureño”.
Con esa fuerza nos tomamos La Concordia, luego nos fuimos a San Rafael del
Norte y ahí me emboscó la Guardia, y terminé encontrándome con “Isauro” y
Omar Cabezas. Les pedí que se apuraran, y dos días después estábamos
combatiendo en Yalí. Cuando salimos de Yalí rumbo a Estelí, íbamos en
veintisiete camiones que recogimos en todos los alrededores; éramos
trescientos cuarenta hombres, doscientas sesenta armas de guerra y unas
cincuenta mochilas. Esto ocurrió en la segunda o tercera semana de junio 1.
Elías: Yo lo tomo como referencia, porque fue unos días antes que cayera
mi compañera, Fátima Pavón. Julio la conoció muy bien, su seudónimo era
“Johana”. Murió allí en el combate de la Catedral de Estelí. Ella estaba
embarazada.
Julio: Cuando ella cayó, creo que el 22 de junio, que fue el combate más
encarnizado, vos estabas comandando la fuerza. Nosotros habíamos llegado
con bastante gente y armas porque en todos los lugares recuperamos
armas y se iba sumando gente de La Concordia, San Rafael del Norte y Yalí,
y con todos estos grupos me trasladé a Estelí. Ya con la integración de la
Columna Bonifacio Montoya y la Columna César Augusto Salinas, jefeada
por “Isauro”, llegamos y establecemos la Comandancia.
Todos esos lugares se fueron liberando poco a poco. Incluso hubo algunos
fenómenos, como la toma de Achuapa, que hizo Víctor Hugo por medio de
negociaciones en el centro del parque; en mero combate negociaron la
rendición. En el caso de El Sauce, yo había estado negociando con el
Comandante de la GN de ahí, quien estaba dispuesto a rendirse, pero un
oficial que tenía, lo amenazó; entonces se echó para atrás, y comenzó un
combate que duró treinta y seis horas ininterrumpidas.
Oyente: Yo quería saber, ¿por qué no ajusticiaron a René Molina, que era
responsable de tantos crímenes?
Elías: Mirá, son cosas de la vida. Unos dos meses antes de la insurrección
de 1978 de Estelí, comentando los operativos que habíamos desarrollado,
hicimos una lista de los esbirros, de los orejas, de los somocistas, y en una
de esas listas aparece René Molina. En el cuartelito, estábamos reunidos
con “El Zorro” y Facundo Picado, y dije: –Aquí está un René Molina. Y
hablamos sobre quién se apuntaba a un operativo contra René Molina,
porque ése era un golpe contundente, era un somocista reconocido, odiado
por el pueblo de Estelí.
Estamos cenando con Alejandro Guillén y me dice: –Ve, Elías, te quiero pedir
algo hermanó, no hagás lo que pensás hacer. ¿Y yo qué voy a hacer? –le
digo. –No, hacelo por mí, porque la verdad es que este hombre es amigo
mío; es un somocista y todo, pero tanto que les veo las caras, y por eso
estoy colorado como oreja; tanto que lo veo todos los días, que ya le tengo
cariño de tanto verlo. La cosa es que nosotros ya íbamos sobre ese señor, y
suspendimos el operativo por una cuestión de respeto, de consideración, de
escucharle a este Alejandro.
Elías: Está allá en Estelí siempre. Es un amigo mío, es uno de mis amigos.
Mónica: O sea que René Molina le debe mucho a Alejandro Guillén. Dicen
que a Lorenzo Guerrero le pasó algo parecido, que Chichí Fernández,
Francisco de Asís, abogó por él. Esas son parte de las anécdotas de la vida.
El resultado de eso es que “El Coto” después nos manda a decir que él ya
no se va a meter en nada, que le perdonemos la vida, porque él sabía que
íbamos a volver a intentarlo. Entonces dijimos: –Hombré, ya no vale la
pena, la señal fue dada. Tampoco es ensañarse con la persona. Él ya estaba
claro de que lo teníamos bajo nuestro control, y a partir de eso, cambió.
Después nos mandó un mensaje de que iba a cambiar, pero que tampoco
se quería ir de Estelí, porque él era estiliano.
Julio: Nosotros habíamos hecho un cambalache con Dora María Téllez, ella
nos dio como una tonelada de dinamita. Aunque más bien fue una
negociación cruzada con el Comandante Wheelock. Él quería que lo
reforzáramos en la zona de Villanueva. Hombré, Jaime –le dije, pero todavía
no hemos terminado la toma de Estelí. Hombré, aguantate, después te
vamos a meter una mano. Mirá, que esto es estratégico –decía. Y cada
quien defendía su posición, pero él realmente estaba bien prensado.
Elías: Pero acordarte que lo del avión primero falló, porque supuestamente
el día 15 era que le íbamos a tirar la bomba al Comando de la Guardia, pero
falló la coordinación abajo. El piloto estaba claro que íbamos a quemar unas
llantas en círculo para que él calculara que allí estaba el Comando. Él iba a
entrar de madrugada. Los compañeros cumplieron el objetivo de poner
unas llantas cerca del Comando, una en cada esquina, para que el piloto se
guiara, y en el centro dejara caer las bombas; pero sucedió que la gente
comenzó a hacer fogatas por todo Estelí. Recuerdo las palabras de él: –
¿Adónde tiro la bomba? Entonces él se retiró.
Julio: Pero oíme, lo que pasó fue esto: él pasó y vio las fogatas; como no
logró identificar el punto, ya que habían tantas fogatas, él decide esperar a
que aclarara, porque él conoce el pueblo y con luz sabría dónde tirar las
bombas. Cuando finalmente amaneció, había sobre Estelí una neblina
tremenda. Nuevamente el piloto tuvo que esperar a que se aclarara y,
encima de eso, la brújula no funcionaba, y se extravió, hasta que se dio
cuenta que estaba volando sobre Honduras. Tuvimos que posponer el plan
para el día siguiente.
Elías: Fue para el 15. Después nos preparamos para el asalto final, que fue
el 16 de julio.
¿Qué quieren decirle ustedes a esos oyentes que han llamado expresando,
bueno, eso que hicieron fue lindo, fue heroico?, ¿pero ahora qué?
Elías: Considero que valió la pena luchar; la vida es una lucha diaria, una
lucha permanente. Esa vocación transformadora, revolucionaria, se
desarrolló en nosotros a partir de la toma de conciencia de la realidad que
vivimos durante la dictadura somocista. Fue también una etapa del pueblo
de Nicaragua.
Creo que se nos presenta una opción de poder restablecer los índices
económicos y sociales, en una situación bastante crítica que actualmente
vive el pueblo, y dar alguna esperanza a todos de que las cosas van a
mejorar.
19 de junio de 1999
Notas
1 Estas fuerzas entran a Estelí el 20 de junio.
Mónica Baltodano
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
VIII
1
Víctor Hugo, un joven seminarista que luego se convierte en estudiante de
Medicina, carrera que le sirvió de fachada para realizar diversas tareas
organizativas y políticas que consumieron su tiempo de militancia
revolucionaria con el FSLN, para culminar integrándose como clandestino en la
labor político-militar en la zona noroccidental del país.
Estudié en el colegio de Altagracia, el único que había en esa época, que era la
Escuela Enmanuel Mongalo y Rubio. Quedaba a una cuadra de mi casa y ahí
estudiamos la primaria todos mis hermanos. Después de la primaria, a la edad
de doce años o un poquito más, entro al seminario, o sea, entro chatel,
chavalo.
Víctor: Influyen mucho los padres, obviamente, sobre todo mi mamá. Yo tenía
mucha relación con las monjas de Altagracia, de la María Mazarello, con Sor
Emilia específicamente, a quien le tengo mucho cariño desde la época de
chavalo. Sor Emilia era líder con los chavalos, les daba alojamiento, apoyo para
jugar, etcétera. Hacía labor social, pues. La influencia de las hermanas de
Madre María Mazarello, y por la influencia de mi mamá, es que a mí me atraía
la idea de ser seminarista; pero estaba chavalo, ¡imaginate! El criterio uno no
puede tenerlo muy claro a los doce años.
2
Víctor: Es correcto, nada más que Leonel había salido uno o dos años antes
que yo llegara. No conocí a Leonel en el Seminario, pero sí al padre Toñito
Castro, quien me llevaba cinco o seis años adelante en los estudios. Él ya
estaba en Filosofía cuando entré a la secundaria. Ahí estaban Bayardo
Salmerón, Luis Enrique Figueroa, Ricardo Péters –quien fue embajador nuestro
en El Vaticano–, Bosco Vivas, Leopoldo Brenes. Ellos eran más o menos de la
misma generación.
3
compañeros del CUUN de Managua. Ya llego a León prácticamente a ser
dirigente estudiantil. Entro en 1974 y el mismo año, soy presidente del Básico.
Víctor: Así es. Ya desde aquí, en Managua, nos metemos a la primera huelga
de esa época, la huelga de la Facultad de Ingeniería. No me acuerdo qué
problema era, pero nos metemos los del Básico a apoyar.
4
cuadros en León es mucho más fuerte.
Entonces, a raíz de la división del Frente, y aún antes, una buena parte de la
atención del trabajo político en Managua se hacía desde León. Hubo una época
en que estuve de responsable de todo el FER, a nivel nacional. Siendo dirigente
estudiantil, me movía de León hacia Managua, y aquí me reunía con los
compañeros dirigentes y ayudábamos a la conducción del movimiento
estudiantil.
5
Todo mundo sabía que yo era del Frente Sandinista. Era de los sandinistas de
esa época con carné, todo mundo sabía, pero no te echaban preso porque
tenías la cobertura de dirigente estudiantil, y la universidad te daba cierta
protección. Esa es la verdad. Eso me permitió prolongar el tiempo de
permanencia en la legalidad. Me manejo donde estoy, semi-clandestino, pues,
o sea, ya no vivo en una casa, y ya no puedo ir a la casa de mi familia, sino que
básicamente vivo en la universidad; y cuando me voy de ahí, nadie sabe a
dónde voy. Me sostengo con ese régimen hasta más o menos cerca de la toma
del Palacio Nacional, en agosto de 1978; y ahí sí, ya se me hace imposible
continuar en la legalidad, y entro totalmente a la clandestinidad en Managua y
después en la zona noroccidental del país.
6
Mónica: Ahí estuvo “El Capi” un tiempo y después se fue a los Terceristas,
¿verdad?
Víctor: “El Capi” estuvo un poco antes que yo llegara. Cuando yo llegué, ya
no estaba, ya se había ido para Honduras. No sé qué contactos había hecho
ahí, pero había ocurrido ese cambio.
7
era tanta la gente que hasta andaban vendedores ambulantes vendiendo
chicles y caramelos a los guerrilleros. O sea que era una situación
particular, que tenía que ver también, como vos decís, con el nivel de
apoyo que se logró de los campesinos y la población en general.
Además, algo muy interesante, era una de las columnas guerrillera más
activa de todo el sandinismo. En un período corto desde finales de 1978, se
hicieron por lo menos diez ataques a pueblos. ¿Vos te acordás? En aquel
período, a cada rato había unos comunicados del Frente, anunciando: la
GPA hizo tal ataque. Se atacó por lo menos dos o tres veces Limay; dos o
tres veces Achuapa; dos veces El Sauce, varias emboscadas. Era una
actividad constante que la guerrilla tenía en ese momento.
Era una columna guerrillera muy intensa, con una vida militar muy
constante, y esa intensidad tenía que ver con la visión que la GPP tenía de
esa columna y con las características militares del compañero Lanuza.
Mónica: Entiendo que Omar Cabezas no estaba por ahí, sino que en la
Bacho, más al norte; pero después baja y se pega con la Columna GPA, se
articulan y conforman un Frente Norte Conjunto.
Víctor: Claro. Es que en la zona donde estaba Omar, que le decíamos “La
Nueva”, por San Sebastián de Yalí, el “16” se va con una parte de la
8
columna y yo me quedo con la otra. Era una columna periférica en términos
que no estaba en Estelí o Matagalpa, sino en pueblos más pequeños, pero
que tenía mucha fuerza militar por dos razones: en primer lugar, porque
había mucho apoyo de la población, y en segundo lugar, porque era zona
de entrada.
Había planes de que por ahí iba a entrar Henry Ruiz “Modesto” y otra gente.
Por ahí entraban los envíos de armamento que venían de Honduras, y se
dirigían hacia La Nueva y hacia Estelí. Esa fue, digamos, un poco la historia
militar intensa en ese período, en los últimos ocho meses antes del triunfo
de la Revolución.
Víctor: Perdón, sí, y mujeres. Por cierto que yo quiero reivindicar eso, los
hombres por machismo decimos que las mujeres son más emocionales;
pero son mejores combatientes, más aguerridas que los hombres. Te digo, a
mí me dejaban asustado muchas mujeres ahí, cómo eran capaces de
enfrentarse a la Guardia. Había muchas mujeres, sobre todo compañeras
estilianas que habían emigrado al campo, a raíz de que ya no se podía vivir
en Estelí por la represión.
Nos tomamos Achuapa en un combate de tres días, donde hay una mezcla
de combate y negociación. Nosotros negociamos con la Guardia para que
se rindieran, y después de tres días de sitio, que teníamos tomado el pueblo
y ellos estaban reducidos a los cuarteles, se rindieron. Fue la primera
recuperación importante de armas.
Víctor: En esa columna iba Ana Julia, originalmente. Lo que pasa es que
después se fue hacia la zona de la Bacho, junto a Oscar Lanuza.
9
Ahí en Achuapa, se dio una recuperación de armas por la presión militar que
le sostuvimos durante tres días a la Guardia. Fue la primera recuperación
militar fuerte en el norte. Recuperamos treinta rifles Garand que mandamos
inmediatamente a Estelí y a Matagalpa, donde estaba la Dirección Nacional.
En Matagalpa ya estaban “Modesto” y Bayardo. Recuperamos ahí diez mil
tiros de fusiles M-16. Parece que querían dotar a la Guardia de M-16, pero
no se los habían entregado todavía; además, dos fusiles ametralladoras
Browning, que eran terribles, porque nos hicieron muchísimas bajas. Tenían
capacidad de penetrar cualquier pared. El fusil Browning ametralladora es
un Garand con ráfaga, en pocas palabras.
Mónica: Sí, parece ser que estaba ahí Elías Noguera, porque lo mandan a
Boaco. Aunque ya a Boaco habían llegado otros compañeros como Cristóbal
Vanegas, Agurcia y creo que Javier “Cuqui” Carrión.
10
Víctor: No, no estaba tomada. Matagalpa es la que estaba tomada y la
Guardia estaba sólo en los cerros de los alrededores, después que se habían
salido de los lugares que tenían en la ciudad. Entonces me mandan hacia
Jinotega y ahí me encuentro con la columna campesina de un compañero
que le decíamos “Chico Chiquito”. Era una columna campesina pura,
sandinista, pero sin control orgánico, era una columna natural, digamos.
Mónica: Sí, “El Zorro” explica que “Chico Chiquito” había sido sandinista,
pero siempre un poco anárquico, con un sentimiento clasista muy profundo,
pero mal canalizado porque realizó actos delincuenciales, y él organizó esa
columna casi espontáneamente. No le respondían muy directamente al
Frente, aunque respetaban a algunas personas, como al “Zorro”. Después
del triunfo se dio un levantamiento de esta columna, y “El Zorro” cuenta
que tuvieron que fusilar a “Chico Chiquito”.
5 de febrero de 2000
11
NOTAS
12
1 En abril de 1979, se dio la segunda insurrección de Estelí. En esa ocasión, también actuaron
fuerzas de la GPP, en dos direcciones: en Condega, la Columna César Augusto Salinas Pinell,
comandada por “Isauro”; y la General Pedro Altamirano, sección occidental, a la que se refiere
Víctor Hugo.
2 Se refiere a Fredman Torres, quien comandaba la unidad que posteriormente pasó a ser la
Columna Donoso Zeledón.
3 Según conversación con José Ángel Vindell, un grupo de cuarenta compañeros procedentes
de Honduras, se tomaron Limay el 14 de junio, y cuando llegó Víctor Hugo, ya no había
guardias.
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
VIII
1
En correspondencia con el plan de ofensiva ininterrumpida y asedio a la
Guardia, “El Danto” se toma el Jícaro el 26 de marzo. El 8 de abril, unidades
combinadas de las Columnas Facundo Picado (Insurreccional) y César
Augusto Salinas Pinell (GPP) atacan Condega; igual ocurre con El Sauce,
donde actúan fuerzas de la General Pedro Altamirano y unidades
Terceristas, que atacan Achuapa, Limay, Pueblo Nuevo y San Rafael del
Norte.
Conversamos con Antenor Rosales, conocido como “El Capi”, sobre estos
acontecimientos.
2
después se fue a Panamá, y fue compañera sentimental de Chuchú
Martínez.
También tuve vínculos con Leonel Rugama y con Antonio Cuadra, un amigo
estudiante que mantenía posiciones de izquierda, ideológicamente distintas
a ustedes, que eran cristianos; él era ateo. Esa amistad con él permitió
encontrarme con Marina, quien me presentó a algunos compañeros que
estaban ligados al Frente Sandinista.
3
Comentario de la autora: Al producirse las expulsiones de Luis Carrión,
Jaime Wheelock y Roberto Huembes, a finales de 1975, la Tendencia Guerra
Popular Prolongada sufre un serio debilitamiento en Managua. En la
universidad, se crean dos tendencias en el movimiento estudiantil que
terminan en la constitución del FER-GPP y FER-ML (Marxista-Leninista)
Proletario.
Siempre había tenido algunos compañeros como Julio López Campos, que
me sacaban de apuros. El profesor tenía una camioneta, que en aquella
época era signo de que era un hombre importante. Recuerdo que en la
mañana del 28 de diciembre de 1974, después del golpe a la casa de
Chema Castillo, fue a la única persona que se nos ocurrió llamar, para ver
cómo podía ayudar para salir de donde estábamos. En esa ocasión Julio
llegó en su vehículo y nos sacó a varios de la universidad.
4
Pero ya en ese momento, tres años después, prácticamente me fue muy
difícil moverme a otro lado, y entonces me refugié en las oficina del CUUN.
Llegué una noche con la idea de salir por la mañana y andar públicamente
para que me vieran. Pero llegaron a avisarme que en un radio periódico
estaban saliendo declaraciones de alguien del Frente Sandinista que habían
capturado, de que yo era el contacto para esto y para lo otro. Esa persona
creía que yo estaba clandestino, es decir, hizo esas declaraciones porque
ella se había dado cuenta de que iba para la clandestinidad, y creía que yo
estaba clandestino, pero en realidad no lo estaba. Esto motivó que me
enviaran a Estelí, mi otra ciudad, porque yo soy leonés, pero también
estiliano.
Parece que eso fue lo que pasó en abril. No había una decisión de ir a la
insurrección, sino que fue la gente, entusiasmada, la que se tiró a la calle.
Eso había pasado en agosto de 1978 en Matagalpa, nos pasó a nosotros en
Managua, donde la gente se lanzó entusiasmada por unos operativos que
estábamos realizando.
5
Sobre la insurrección de 1978, no quiero extenderme mucho, porque es
conocida. Sobre la jornada insurreccional de abril, lo primero que quisiera
decir, por honor a la verdad histórica, es que nosotros, “El Zorro” y yo,
vinimos a Nicaragua unos cinco días antes de la insurrección.
“El Zorro” había viajado a Panamá y ahí había rayado el cuadro con
Humberto Ortega, y se había formado el Estado Mayor del Frente Norte, o
más bien una recomposición del Estado Mayor del Frente Norte de la
Tendencia Insurreccional.
6
Araditos.
Oyente: Rolando López. Creo que “Flor” es una compañera que se llama
Enoé Valenzuela, una compañera chaparrita que trabajaba en la Policía.
Antenor: Sí, puede ser ella. Lo que sentimos al llegar, es que los
compañeros estaban que rascaban. Ni siquiera nos saludaron. Lo que nos
preguntaron fue: ¿A qué horas nos vamos? Para entonces, tal como ves en
esta foto, ya estaban bien armados, distinto de septiembre, ¿verdad?, ya
existían fusiles.
Mónica: Por lo menos ahí se ven en esa foto unos quince fusiles, tal vez
podés identificar a algunos de los compañeros que están aquí.
De los cuarenta que aparecen aquí por lo menos, unos quince son
compañeros caídos. Cuando veo esta fotografía, me entristece, porque ellos
ya no están con nosotros, ¿verdad?, y me siento agradecido de estar vivo. Y
por eso cuando yo las veo, sé que mi conciencia no puede ser comprada y
que hasta el día de mi muerte seguiré al lado del sandinismo, al lado de la
Revolución, en las condiciones del hoy del siglo XXI.
7
Pueblo Nuevo y Limay, acciones todas, exitosas. La gente de “Froilán”
estaba entre Estelí y El Sauce, y es la fuerza con la que vos te encontrás
buscando Los Araditos, es toda la gente que está en la foto.
Eso tiene una gran importancia desde el punto de vista militar, y tiene una
expresión política interesante, que incluso vos dominás tanto como yo, y es
que era muy grande la influencia del Frente Sandinista en ese sector sur de
Estelí. Estoy hablando de El Despoblado, Santa Cruz, Tierra Blanca,
etcétera. Son lugares donde había habido escuelas del Frente, con redes de
colaboradores por todos lados.
Nosotros entramos por donde siempre habíamos entrado a Estelí, y por una
explicación, que no es estrictamente militar, sino de naturaleza política: la
entrada de El Zapote era la que nos vinculaba a la población más pobre de
Estelí, en donde “El Zorro” y el sandinismo en general se movían como pez
en el agua. Entramos a mediodía a Estelí y tuvimos un inconveniente
militar, inexistente en la insurrección de septiembre.
8
Mónica: Recordamos que ésa fue una insurrección muy difícil, se realizó en
condiciones desiguales y con ciertos factores totalmente adversos, como
era el que no se controlaba la Carretera Panamericana, y por tanto estaba
libre para que la Guardia metiera sus refuerzos. Esa insurrección, además,
estaba descoordinada con otras fuerzas que no se quisieron involucrar. Dice
“El Zorro” que la Columna Filemón Rivera, se hallaba dispersa, unos
estaban en San Rafael del Norte, otros en San Sebastián de Yalí, en El
Sauce, San Juan de Limay; entonces, había que concentrarlos y su idea era
concentrarlos, pero que eso fue casi imposible.
Mónica: Sí. Dice “El Zorro” que hubo un momento en que desembarcan
tropas aerotransportadas en los alrededores y en todos los accesos a la
ciudad establecieron posiciones con nidos de ametralladoras para dejarnos
encerrados, una trampa mortal sin salida posible.
9
El Comandante Pomares intenta atacar Wiwilí, en una lógica de
descompresión, porque el mando sabía lo que estaba pasando en Estelí; y
le decían al “Zorro” que se saliera pero “El Zorro” tenía aún la convicción de
que no podía salirse así nomás.
Antenor: No podía salirse por dos cosas: uno, el compromiso con Estelí,
con la gente que nos había pedido que entráramos y que hiciéramos algo,
porque eso debemos asociarlo no solamente a las inquietudes y
aspiraciones revolucionarias de una etapa insurreccional en que las masas
quieren derrotar al enemigo, sino que también ligada a la intensidad de la
represión de la Guardia en Estelí que, por haber sido la última ciudad por
abandonarse en septiembre, hubo una especie de saña sobre ella.
Antenor: En esa situación sostuvimos una reunión, para decidir qué hacer,
y allí llegamos a la conclusión de que la única salida que nos quedaba, era
buscar cómo romper el cerco.
Nosotros sabíamos que la gente de todo ese sector de Estelí, que se ubica
desde la carretera hacia El Zapote, se iba a ir con nosotros, estábamos
absolutamente seguros, y obviamente, no podíamos dejarla, ni decirle que
no se fuera con nosotros.
10
esa decisión. “El Zorro” decidió salir y nosotros procedimos a organizarnos
para la salida, divididos en la clásica forma: una vanguardia, la más
fuertemente armada; en el grupo del centro, los heridos, los enfermos y los
viejitos; y una retaguardia.
11
pueblo estiliano, fue imprescindible, fue necesaria, fue fundamental para el
derrocamiento de la dictadura, como estoy seguro que el empeño, la
decisión y el esfuerzo del Frente Sandinista y el empeño, la decisión y la
voluntad del pueblo nicaragüense, es lo que nos hará que salgamos
victoriosos en estos combates que tenemos, en esta nueva situación.
1 de abril de 2000
12
Francisco Rivera entró a Estelí para no salir nunca más
Myriam Pérez, José Ángel Vindell y Elías Noguera
Myriam del Socorro Pérez Amador, “María Libertad”, nace en Estelí el 24 de
julio de 1958. Se bachillera en la Escuela Normal de Estelí. Ingresa al Frente
Sandinista de Liberación Nacional en mayo de 1977 y participa en la toma de
Catedral y en las movilizaciones de ese año; luego, en las tres insurrecciones
de Estelí. En los años ochenta trabaja como profesora en el puesto fronterizo
de Las Manos, y luego ingresa al Ejército Popular Sandinista, donde permanece
de1983 hasta 1990. Después de ese año estudia Derecho y a la fecha trabaja
en su profesión de abogada.
**
José Ángel Vindell Acuña, “Roque”, nace en San Juan de Limay el 27 enero
1954. Estudia primaria en su pueblo y luego se traslada a Managua. Ingresa al
FSLN en 1977. Regresa al norte para integrarse a la lucha en 1978. Se incorpora
al EPS en 1980, en donde permanece hasta 1992. A la fecha vive en Managua.
En enero de 1979, se realizó en Panamá un “congresillo” de la Tendencia
Tercerista, en donde se diseñaron los planes, de la insurrección general.
Conforme a esos planes, se organizaron las comunicaciones y se desarrollaron
acciones ofensivas como el ataque a El Jícaro, por la Columna Oscar Turcios al
mando de Germán Pomares Ordóñez “El Danto”, y luego se produjeron
emboscadas en la Carretera Panamericana, que dieron lugar a la segunda
insurrección de Estelí en abril de ese año.
“El Danto” había entrado por Jalapa, y fue recibido en La Sotana por una
unidad encabezada por Antonio Castillo. Francisco Rivera “El Zorro” se reunió
con “El Danto” el 13 de mayo en el Cerro Las Cuchillas, bautizado Cerro Cuba,
desde que ahí llegaron los guerrilleros de la Bonifacio Montoya en 1975. En
esa reunión, terminaron de afinar los planes que habían diseñado sobre la
ofensiva final en el norte. “El Danto” comunica su decisión de participar
personalmente en la toma de Jinotega.
Después de la segunda insurrección de Estelí en abril de 1979, las fuerzas de
las distintas unidades de combate del Frente Norte mantuvieron la ofensiva
con distintas operaciones militares. Para el 22 de mayo, una fuerza de la
Columna Facundo Picado, comandada por Luis Emilio Gámez “Dimas”, monta
una exitosa emboscada en la cuesta de Cucamonga, donde le causaron unas
veinticinco bajas al enemigo.
Todas las unidades al mando de Francisco Rivera, como las de la GPP, realizan
intensas actividades de abastecimiento de armas y municiones.
A principios de junio, ya en marcha los planes nacionales insurreccionales, “El
Zorro”, orientó a Elías Noguera iniciar la ofensiva del norte con el ataque a
Estelí.
Elías Noguera “René”; Myriam del Socorro Pérez Amador “María Libertad” y
José Francisco Vindell Acuña “Roque”, protagonistas de la insurrección final en
Estelí, rememoran cómo se planificó cada operación militar en la lucha contra
la Guardia somocista, que pese a su superioridad en hombres y pertrechos, fue
derrotada por todo un pueblo organizado y dispuesto a ir hasta el final.
Mónica: ¿Cómo comenzó la insurrección final en Estelí?
Elías: El Comandante Francisco Rivera “El Zorro” dirigió las tres insurrecciones.
Tuvimos una reunión, creo que como el dos de junio, donde conversamos
sobre nuestras fuerzas, la distribución de las columnas; y me informó que
había recibido una carta de Julio Ramos, por orientaciones de Bayardo Arce,
para concentrar las fuerzas de la Tendencia GPP, en la Brigada Coronel Santos
López.
La estrategia que planteaba Julio Ramos era concentrar las fuerzas, y caerle a
pequeños poblados y después a Estelí. “El Zorro” me dice que él no estaba de
acuerdo con esa propuesta. Él era un estratega militar muy lúcido, a pesar de
su humildad y su bajo nivel educativo. Decía que ya no había tiempo y que,
además, ya todas las fuerzas estaban prácticamente distribuidas en dirección
a Estelí, y otras que iban hacia Matagalpa.
Comentario de la autora: Para la insurrección final en el Frente Norte se
involucraron doce columnas entre Terceristas y GPP, algunas de ellas
compuestas de varias escuadras o grupos de combate. Cada uno con su
respectiva jefatura.
Las más grandes eran: Columna Facundo Picado: Jefe, Elías Noguera y como
segundo Emilio Gámez “Dimas”; Columna Carlos Agüero: Jefes, Héctor Flores
y Ramón Prudencio Serrano; Columna César Augusto Salinas Pinell, bajo el
mando de Cristhian Pichardo; Columna Bonifacio Montoya: Jefe: Omar
Cabezas; Columna Oscar Turcios: a la caída de Germán Pomares, queda bajo el
mando de Javier Carrión; La General Pedro Altamirano, bajo la responsabilidad
de Julio Ramos; Columna Jorge Sinforoso Bravo: Jefe: Jaime Agurcia.
Mónica: Sí, él se inclinaba por operar con unidades más pequeñas en distintas
ciudades, en vez de concentrarlas.
Elías: Sí, y tenía una lógica de caer primero en los pueblos donde el enemigo
tenía pequeñas guarniciones, como Pueblo Nuevo y Condega, donde habían
entre cuarenta y cien guardias y, además, darles el golpe militar a esos
pequeños comandos, atacar los movimientos sobre las vías de comunicación y
recuperar armas.
Y lo otro, que era lo más importante, era la integración del pueblo al combate.
Como íbamos de viaje, como decía “El Zorro”, es la ofensiva final, entonces,
decía: –Van a ir todos los colaboradores que estaban clandestinos, tenían que
salir a combatir ya, todo mundo, todos, las mujeres, los jóvenes, ya era la final,
pues. En síntesis, le decía a Bayardo, no me da tiempo de concentrar fuerzas,
ya voy de viaje.
Era como el seis de junio, y me dice, hay que tomarse Estelí. Pero yo había sido
herido en la rodilla durante la insurrección de abril en Condega, en donde, por
cierto, derribamos dos aviones.
En ese momento, del Estado Mayor Tercerista del Frente Norte, sólo
estábamos los dos, porque Pomares, que era el Jefe, ya había caído, y Javier
Carrión, que era el Segundo, andaba en misión en Matagalpa.
Hay que irse para Estelí –me dice. Lo hablaba en plural. Bueno pues –digo yo.
Entonces, al rato me dice: –Alistate, que voy para Estelí. Entonces, como
éramos amigos, además de compañeros, hermanos prácticamente, cuando
me dice ¡alistate!, yo creo que es broma, porque ando en muleta. Él planteaba
caerle primero a Estelí, y que esa fuera la campanada.
Si no puedo caminar, ando con una muleta y un bordón –le digo. Es en serio –
me dice, ahí está un caballo. Y veo un caballón fuerte, medio pesado, aunque
había otro todo flaco, feo; pero él insistía en que me fuera en el grande.
Entonces, le digo: –No, no, yo no puedo montar porque ando herido, ese
jodido me puede botar porque ando herido.
Y así fue. Agarré el cholenco porque el otro era muy brioso, muy fuerte. La cosa
es que me fui con cinco hombres, baqueanos, y llegamos de noche a La
Montañita. Ahí estaba la Columna Facundo Picado, al mando de Emilio Gámez
“Dimas”, un buen combatiente. Le expliqué el plan de la toma de Estelí, y
también del papel de las otras columnas en el Frente Norte y su incorporación
a Estelí.
Mónica: Hay que recordar que para entonces ya había un llamado a la Huelga
General. ¿Cuál era el ambiente en Estelí? ¿Había respondido a ese llamado?
Elías: Estelí se sumó a la huelga general, el cuatro. Hay que tomar en cuenta
que Estelí quedó prácticamente devastado por la represión del somocismo,
después de la insurrección de abril. Prácticamente no había jóvenes.
Elías: Sí, con todos los fierros. La colaboración interna estaba golpeada por la
represión; sin embargo, la gente estaba con la esperanza de que las columnas
llegaran a Estelí y era como un ¡sálvennos!, porque la Guardia seguía
reprimiendo. En el campo había una efervescencia total del campesinado, una
gran colaboración. El campo ya prácticamente estaba, como decía Pomares,
liberado. Uno ya andaba a caballo en el campo, porque la Guardia estaba
reconcentrada en los cuarteles. Era la táctica que utilizó la Guardia al final, la
concentración de sus fuerzas en los cuarteles, no salían a patrullar por miedo
a las emboscadas.
Oyente: Habla Sergio Maradiaga. Quería hacer mi aporte también, porque fui
combatiente del Frente Norte Carlos Fonseca Amador; pertenecía a la
Tendencia GPP, y estaba ubicado en Canta Gallos, con Cristhian Pichardo
“Isauro”, pero la decisión que se había tomado era reunirnos en una hacienda
que se llama Darailí, al norte. Cuando ya se estaba calentando la cosa en la
montaña, nosotros nos movimos, porque la orientación era reconcentrarnos
en esa hacienda todas las unidades de combate de la columna, a la cual yo
pertenecía; y de ahí partimos hacia San Sebastián de Yalí junto con otras
fuerzas que se agregaron, que eran del campamento Cuba, y otras unidades
de combate que estaban alrededor de ahí.
Elías: Entramos a Estelí el nueve de junio a las seis de la mañana por el barrio
El Zapote, pero deposité el mando en Emilio Gámez. Los combates desde la
entrada fueron fuertísimos, ya que la táctica militar que la Guardia utilizó fue
ubicar pequeñas guarniciones en lugares claves de la ciudad de Estelí.
Entonces decidimos tomarnos comando por comando.
Mónica: Esa fue la táctica de la Guardia en todas las ciudades. Así nos pasó en
Jinotepe y en Granada. La Guardia se salió del cuartel central y armó varios
cuarteles en toda la ciudad.
Myriam: Elías, recuerdo que cuando entramos, ustedes tenían tomadas las dos
primeras calles, después del puente Panamá Soberana, y no se podía mover
uno de la calle de los bancos. Entonces tuvimos que entrar por El Zapote,
exactamente por donde vivía la familia de “Rubén”. El río estaba súper crecido,
y recuerdo que nos pasaron con mecates. No podíamos entrar por el puente,
porque estaban los francotiradores en los bancos, que desde ahí tenían línea
de tiro directo al puente. Entonces tuvimos que buscar otra vía, y ésa fue la
entrada de todititas las columnas.
Como tres horas después que entramos nosotros, entró la Columna Donoso
Zeledón. Después, como el doce de junio, entró Salvador Loza, con un grupo
de diez o quince compañeros, y el trece entró la Columna Filemón Rivera,
comandada por “Pedrito El Hondureño”. Ellos venían de la toma de La Trinidad
y Santa Cruz, que ya estaban bajo el control de la guerrilla.
Mónica: Vamos a hablar con José Ángel Vindell Acuña, conocido como
“Roque”. ¿Naciste en San José de Limay?
José: Sí. Mi mamá se llamaba Julia Acuña, y mi papá, Gustavo Vindell. Él era
agricultor y mi mamá comerciante. Me inicio en 1977 en Managua, con
bombitas de contacto en las Américas Uno. Le dimos vuelta a un jeep de la
Brigada Especial Contra Actos Terroristas, protegíamos las manifestaciones y
participamos en la huelga de brazos caídos.
Mónica: O sea que al “Zorro” no sólo hay que verlo como alguien que tenía
una intuición natural para diseñar los planes militares, sino que tal vez, lo más
importante es que tenía la capacidad de mover a los demás; tenía un liderazgo
natural para mover a los demás en la dirección que él consideraba correcta, y
salía victorioso.
Elías: Él era participativo, tenía apertura, te dejaba que vos hablaras, que
participaras en discusiones; es interesante, porque uno va aprendiendo de esa
manera. Por eso los jóvenes lo recuerdan mucho, porque era un maestro, y
era un libro abierto también para la vida.
Myriam: Yo le preguntaba por qué hablaba tan bajo, y él me decía que lo había
aprendido en la montaña. A pesar de eso, inspiraba autoridad y respeto. Yo lo
quise como a un hermano, como a un padre, y su muerte para mí fue una gran
pérdida.
Aldo: Estoy viviendo con una máquina; el único riñón que tuve de naturaleza
se me paralizó, entonces estoy con máquina ahora.
Estoy oyendo las historias de Estelí de boca de esos compañeros, Elías y
“Roque”, que tuvimos alguna relación, aunque fuera indirecta.
Quiero explicarle a la gente que Aldo Briones era un chavalo a finales de 1975,
cuando llegué a Estelí como responsable clandestina. Fue uno de los primeros
jóvenes que se incorporaron en esa época, uno de los compañeros que
hicieron ese trabajo de hormiga, tal vez el más difícil: el trabajo político-
organizativo, que permitió que años después la gente se alzara masivamente
en armas.
Aldo: Sólo quería confirmar lo que manifestó Sergio Maradiaga sobre “El
Torito”. Estuvo con nosotros en la CAS (Columna César Augusto Salinas) con
Cristhian Pichardo, y se llamaba Ronaldo Aráuz; vivía ahí en lo que se llama
ahora el Barrio Juno Rodríguez fue vecino, precisamente, de la Juno Rodríguez,
quien cayó en Managua el 17 de octubre de 1977.
Otra cosa que quería decir es que yo me di el lujo de trabajar con José Benito
Escobar, en la César Augusto Salinas. Estuvo un tiempo con nosotros y tengo
unos escritos de él, que le mandaba a Bayardo. Tal vez podamos comparar
algunos datos y algunas cosas que han venido saliendo ahí que, por dicha de
la historia, he tenido la oportunidad de estar inmerso en ella.
Aldo: Estuvo con nosotros tres meses en la Columna César Augusto Salinas. Él
bajó a la ciudad y a los tres días lo mataron. Estábamos de Condega hacia
Kilambé.
Estuvo con nosotros tres meses. ¡Hablar de José Benito requiere mucho
tiempo! Era un hombre capaz, con mucha inteligencia; le enseñaba a uno todo
lo que podía, hasta lo mínimo. Nos enseñó a caminar en el campo, nos contaba
la historia de lo que había pasado. Era un educador increíble, con una gran
capacidad. Nosotros le decíamos “El Viejo”, porque era el de más edad de la
columna, pero nunca lo vimos cansado, siempre estaba con entusiasmo,
pensando para adelante, nada para atrás; y nos decía que siempre hiciéramos
el mayor esfuerzo para seguir adelante. Tengo escritos que son de su puño y
letra, algunos de ellos; algún día, podríamos compartirlos, tal vez.
Myriam: Recuerdo cuando murió José Benito Escobar, fue una noticia que se
regó como pólvora en la ciudad. La mayoría de los estudiantes ya éramos del
FER y nos dirigimos al barrio San Antonio. Recuerdo que la Guardia no quería
entregar el cadáver y los estudiantes les hicimos la guerra.
Como usted insiste en recopilar los nombres de los caídos, quiero decir que
cuando la toma de Somotillo y Villanueva, estuvimos ahí en el Cerco de Piedra,
ahí por Israel. Yo tenía unos diecisiete años, andaba de ayudante de una
compañera que se llamaba Melina Carolina Osejo, que cayó en Somotillo.
También murió un chavalito que se llamaba Félix Pedro Osorio. Hoy hasta le
quitaron su nombre a la escuela que así la había bautizado.
Mónica: Oíme Alfonso, ahora que se anda en campaña por las municipales,
creo que además del compromiso de hacer una gestión local, debe
diferenciarse de manera radical de la gestión de la derecha; por ejemplo, una
verdadera democracia participativa, compromiso con el medio ambiente,
lucha contra la discriminación de la mujer; creo que deberíamos incorporar la
investigación y la recopilación de la historia de lucha contra la dictadura en
cada municipio. Por ejemplo, en El Sauce se podría reconstruir la lista de todos
los sauceños que cayeron ahí y en otros frentes, documentar quiénes eran,
entrevistar a sus familiares, formar comités ciudadanos; entonces, con la lista
de todos los nombres, hacer un monumento por municipio y reconstruir
realmente todo el memorial de esa gente que no debe de quedar en el olvido.
Sería una buena cosa.
Oyente: Mi nombre es Danilo Martínez, soy de San Rafael del Norte. Estoy
oyendo hablar de la insurrección de Estelí y no han dicho nada de un
compañero de seudónimo “Sebastián”, que fue hecho prisionero y torturado
muy joven. ¡Era un compañero increíble! Su papá es don Francisco Zelaya,
hermano de Urania Zelaya. No estoy seguro, pero creo que fue en la cárcel que
perdió un ojo. Si él está oyendo, le mando un abrazo. También había un
compañero de seudónimo “Máximo”, que se metió al Comando con una pala
mecánica. Increíble, ¿verdad?
1. Joaquín Cuadra Lacayo, Jefe Estado Mayor del Frente Interno. 2. William
Ramírez, Jefe Estado Mayor del Frente Interno. 3. Francisco Rivera Quintero,
Jefe Estado Mayor del Frente Norte. 4. Edén Pastora, Jefe Estado Mayor del
Frente Sur. 5. Dora María Téllez, Jefe Estado Mayor Frente Occidental
Rigoberto López Pérez. 6. Hilario Sánchez, miembro Estado Mayor Frente Sur
Occidental. 7. José Valdivia, Jefe Estado Mayor Frente Sur. 8. Omar Cabezas,
miembro Estado Mayor del Frente Norte. 9. Marcos Somarriba, Jefe Batallón
César Augusto Silva. 10. Hugo Torres. 11. David Blanco, Jefe Brigada Pablo
Úbeda. 12. Mónica Baltodano, Jefe Estado Mayor Central Managua. 13. Javier
Carrión, Jefe Estado Mayor Frente Norte. 14. Julio Ramos, Jefe Estado Mayor
Frente Norte. 15. Sergio Mendoza, miembro Estado Mayor Frente Occidental.
16. Walter Ferreti, Jefe Columna Móvil Oscar Pérezcassar. 17. Leopoldo Rivas
Alfaro, miembro Estado Mayor Frente Occidental. 18. Mauricio Valenzuela,
Jefe Estado Mayor Frente Occidental. 19. Elías Noguera, miembro Estado
Mayor Frente Norte. 20. Manuel Salvatierra, miembro Estado Mayor Frente
Sur.
Sí, y con ellos, los que estamos adentro, conformamos un Estado Mayor
Conjunto de las tendencias. Se nombra a Francisco Rivera como jefe de todo
el Frente Norte. En el Estado Mayor Conjunto están, por parte de los
Terceristas, Salvador Loza “El Viejo Martín”, estoy yo, está Fredman Torres, “El
Capi” Antenor Rosales y “Pedrito El Hondureño”. Entonces ensayamos un
nuevo replanteamiento de la lucha, de la guerra. Reforzamos todos los frentes
definidos anteriormente y comenzamos a atacar pequeñas guarniciones.
Fueron combates fuertes, por supuesto. Las guarniciones iban cayendo una a
una, pero para el dos de julio logramos liberar la ciudad de Estelí; toda la
Guardia se mete al Comando, a un costado de la ciudad, todo el resto lo
tenemos tomado.
Mónica: Muy hermosa; he visto fotos del Frente Norte, donde está ella, con un
pelo ondulado, muy guapa. Eso debió haber sido muy duro para vos, Elías.
José: Fátima, era una compañera, algo medio machona. Le gustaba estar a la
par de los hombres y le gustaba entrenar. Era muy dura. Les decía: –Párese
como hombre jodido. Pelear a la par de ella era cosa seria, ¡no era jugando
pues!
Elías: Era originaria de Niquinohomo. El papá era capitán y los dos hermanos
de ella eran tenientes de la Guardia.
José: Tal vez por eso ella tenía un temple militar. Pero era extraño, porque a
pesar de eso, la quería todo el mundo, la protegían, la cuidaban, y ella todo lo
compartía. Irradiaba algo, porque toda la columna tenía que ver con ella. Tal
vez porque era una compañera seria en el aspecto militar, en el combate, pero
muy fraterna.
José: Cuando a ella la matan, fue en un acto de arrojo. Se fue a la línea de fuego
y dijo: –El que tenga huevos que me siga, porque voy de viaje hasta el
Comando. Y todo el mundo decía: –No, Elías, que no se meta, que no se meta.
Pero se fue volando bala y bang, bang, bang, la agarró la tanqueta ahí cerquita
a la media cuadra. En el momento que a ella la matan, todos queríamos ir a
tomarnos el Comando, estábamos como locos, se nos pelaron los cables en
toda la columna y todo mundo con sed de venganza y de furia por la muerte
de ella. Esa era la Fátima.
Elías: Ella se fue a estudiar a Estelí porque su tía era estiliana, de La Trinidad,
está viva todavía, y se integró al Frente Estudiantil Revolucionario. Ella sacó la
secundaria en Estelí, se vinculó al FER. La agarra en Estelí la insurrección de
septiembre de 1978 y ahí se va con los del Frente Norte, se incorpora
orgánicamente. Hay un grupo de muchachos, de jóvenes, que se incorporaron
así.
José: Pero no era la mujer que iba a estar escondidita. No. Si había que cocinar,
iba a cocinar; si había que ir al entrenamiento, iba al entrenamiento; a
combatir, era la primera. Era una mujer que tenía mando y era respetada,
todos los compañeros la respetábamos, la quería todo el mundo porque ella
se daba a querer. Hablaba así: –A ver, te voy a componer ese uniforme, te voy
a componer ese equipo que lo andás todo caído, esto se amarra como soldado,
como hombre. Y agarraba a los compañeros, ra, ra, ra...
Elías: Decir “como un hombre”, es machista, porque vos sabés que las mujeres
son muy valientes, tal vez más que nosotros.
Oyente: María Haydee Sequeira. Quiero preguntar por Víctor Hugo, él estuvo
al frente de una columna en ese sector.
Elías: Correcto, lo que pasa es que por el tiempo y el tema, nos tocaba hablar
concretamente sobre Estelí. Él estaba en El Sauce, pero José es el que estaba
cerca de él.
José: Nosotros nos tomamos Limay el 14 de junio con un contingente de
cuarenta compañeros a mi cargo, con los que entré desde Honduras. Después
pasamos a El Pino. Víctor Hugo entró nuevamente a Limay pero ya no había
guardias, y entonces ellos partieron hacia Achuapa y El Sauce, y los tomaron,
y se mantuvieron hasta después de la liberación.
Elías: Lo que pasa es que las fuerzas nos dividimos: unos caímos directamente
sobre Estelí, pero otras columnas se tomaron los poblados, los municipios;
entonces Víctor Hugo jugó ese papel, y algunos llegan a Estelí a reforzar, y
entre ellos creo que llega Víctor Hugo. Igual pasó con las fuerzas que se toman
Condega, ahí se detuvo una fuerza de la Guardia.
Myriam: Una vez que liberamos la ciudad de Estelí, procedimos con más
fortaleza a organizar los Comités de Defensa Civil. Ya había gobierno civil, con
autoridades civiles, y como algunos comandos repletos de guardias se habían
entregado, más otros que habíamos capturado, entonces ya les estaban
haciendo sus respectivos juicios.
Elías: A partir del dos, dirigimos la toma de Sébaco y de San Isidro. Ya las
fuerzas van unidas. Chicho González fue el que se tiró para Sébaco, muy audaz,
muy valiente, un viejo ejemplar. La Trinidad ya estaba liberada. De esa manera
tuvimos abierta la ruta hacia León.
A los días, “El Zorro”, Julio Ramos, Omar Cabezas y “El Capi” Rosales fueron a
una reunión en León. Ahí estaba la Dora María, Mauricio Valenzuela y
Guadalupe Moreno. A los días, yo fui también a reunirme con los compañeros.
Fueron dos reuniones importantísimas en la que se amarró lo de un cañón de
75 milímetros con Jaime Wheelock, de los Proletarios, comenzando así el
intercambio comercial, por decirlo de alguna manera.
Nosotros llevábamos ganado y frijoles, y ellos nos daban azúcar, porque tenían
todos los ingenios. Eso lo distribuíamos entre los Comités de Defensa Civil que
estaban funcionando en la ciudad de Estelí bajo el fuego de los bombardeos,
porque la Guardia se dedicó al bombardeo aéreo con las famosas bombas de
quinientas libras y los ataques desde los aviones Push and Pull, así como con
los morteros, que diezmaban a la población.
Elías: Sí, murió, porque él, ya para la toma del Comando, que fue el 16, él quiso
escapar y se fue a refugiar en las Aldeas SOS; y entonces ahí cayó en una
emboscada que le tendió “El Ronco”.
Miryam: Como no se pudo hacer el operativo porque había fogatas por todos
lados, Larios se regresó a Sébaco, pero no le hizo caso al “Zorro”; aterrizó con
todo y las bombas abordo.
Elías: Cuando regresó “El Zorro”, después de la reunión de coordinación en
Matagalpa, pasó por Sébaco, buscando al hombre, y el hombre llorando,
porque no había podido tirar las bombas. ¿Y dónde tiraste las bombas? –le
dice “El Zorro”. No, si ahí están en el avión –dice.
Un hombre lleno de coraje, fijate, valiente, que aterrizó con todo y las bombas.
Planificamos un nuevo operativo para el día siguiente 16 de julio, y todo salió
bien, fue exitoso.
El avión dejó caer las bombas y, de las cuatro, dos cayeron en el propio
Comando. Mientras, el cañón de 75 milímetros, colocado sobre los muebles
de una casa, primero hizo estragos en la vivienda, pero una vez afinado el tiro,
impactó en el torreón sur del Comando. Se llevaron la pieza en vilo y, desde
otra posición, volvieron a acertar. Hicieron siete disparos en total, incluyendo
uno contra una tanqueta. Cada tiro acertado abrió enormes boquetes en los
costados del Comando. Igualmente funcionaron las palas mecánicas puestas
en movimiento y a gran velocidad, los tractoristas se lanzaron antes que las
máquinas pegaran contra los muros de ladrillo cuarterón. Por todos esos
huecos penetraron los combatientes en posición de infantería.
Miryam: ¡Fue una alegría! Nos parecía mentira que ya teníamos izada la
bandera roja y negra en el Comando. Me acuerdo de Antenor Rosales, que
salió en un jeep pelón. Parecía un sueño. La pesadilla había terminado y la
gente estaba feliz. Mucha de la población que había emigrado para el campo,
estaba regresando, porque ya todos los municipios estaban liberados. Los
combatientes nos abrazábamos, nos besábamos, no hallábamos ni qué hacer.
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
VIII
**
1
A finales de los años setenta, esos largos períodos de trabajo tuvieron sus
frutos en la organización de barrios, en los colegios y en las unidades
militares que se estructuran para la insurrección. En 1976 se organizan la
AES y el FER en Matagalpa. Sus tres primeros integrantes fueron Fanor
Rodríguez, Arnoldo Moreno y Felipe Sáenz. Erick Blandón los atendía al
principio, por el FER de Managua1.
Marcos: Inicié mis contactos desde los años 1973 y 1974 en la montaña,
en la finca de mi tío Alberto Prado. Él, su esposa y toda la familia de su
esposa, Pepe Rivas y familia, así como los Castro, colaboraban con la
guerrilla en la zona de Guabule, que era donde operaba el Comandante
Víctor Tirado López. Mi tío ya había caído preso en una ocasión.
2
Isabel: Mi incorporación a la lucha fue como a los quince años. Empecé con
el movimiento estudiantil en el Instituto Eliseo Picado, donde estudió Carlos
Fonseca. Toda esa historia pasada, revolucionaria, fue como un incentivo
para nosotros como jóvenes.
Isabel: Exacto, no había mucho tiempo que perder. Pero, además, vivíamos
en una ciudad particular, donde había toda una historia, un movimiento
revolucionario en la montaña que se sentía en los comentarios de la gente,
en los muertos que aparecían, la Guardia que llevaba gente a los campos
de concentración en Waslala, en la montaña. Todo eso era parte de nuestro
entorno cotidiano.
3
realmente esta insurrección fue en agosto y tiene sus propias
particularidades y dinámica. La jornada insurreccional de septiembre fue
planificada y decidida por el mando; la de Matagalpa tiene un fuerte sesgo
de espontaneidad e improvisación. Es muy importante que ustedes den
todos los detalles, porque nos va a permitir completar la pintura general de
la Revolución y de sus luchas.
Mónica: ¿De qué manera se venía preparando? ¿Cuáles eran las tareas y
las misiones, las actividades principales que realizaban?
4
Habíamos desarrollado todo un movimiento estudiantil en el norte, que
surgió desde Matagalpa como huelgas locales que llegaron a ser
nacionales, a nivel de secundaria. Huelgas que tenían que ver no solamente
con reivindicaciones estudiantiles, sino también con demandas en el ámbito
político: hablábamos de derechos humanos, de cese a la represión, de abajo
la dictadura. Por todas estas actividades, en 1977 casi treinta estudiantes
fuimos expulsados de todo el sistema educativo nacional. O sea, nos
condenaron a no estudiar para siempre. Entonces, toda esa gente nos
metimos a trabajar a tiempo completo con el Frente Sandinista, incluso en
tareas clandestinas
Marcos: Se llamaba Alberto Chavarría. Pero insisto en que una de las cosas
que tuvieron que ver con la insurrección de Matagalpa, analizándolo
detenidamente veinte años después, es que logramos involucrar a la
población en el trabajo conspirativo. Porque en la insurrección de agosto, no
solamente andaban los estudiantes, también obreros. El pueblo nos daba
comida, información, las casas para dormir. No fue una actividad
meramente estudiantil, sino de toda la población, y por eso es que agosto
no es solamente de los estudiantes, es una efeméride de Matagalpa.
Mónica: En la biografía breve que me envió Sadie Rivas, decía que parte
de las tareas que ella asumió cuando se metió al Frente, fue trabajar en los
barrios. Y en sus biografías, Walter Mendoza y Margine Gutiérrez relatan
5
que iban al barrio La Chispa, incluso hicieron un periodiquito, creo que se
llamaba Los de arriba2, elaborado en mimeógrafo, donde abordaban los
problemas del agua, trabajaban el tema de las casas de cartón que habían
ahí. Es la estrategia de vinculación entre el trabajo estudiantil y el trabajo
en las barriadas, que es fundamental para el desarrollo de esa alianza o de
ese vínculo entre estudiantes revolucionarios y sectores populares.
Marcos: Quiero poner un ejemplo del trabajo que hacíamos en los barrios.
Crescencio Rosales, Felipe Sáenz, Chepe González y yo, éramos los del
Comité Regional de allí de Matagalpa, para esas fechas. Entonces le digo al
responsable: –Crescencio fijate que en el barrio El Chorizo, la gente tiene las
casas pero no dónde hacer las letrinas. Sin embargo, ahí pegado está un
solar grande, yo digo que lo podemos tomar, ¿qué decís vos? Entonces me
dice Crescencio: –Miralo bien, con calma, porque eso va a significar
represión de la Guardia… Miralo, pues, y te metés a ese rollo. Toda esa
gente que vivía ahí era obrera y algunos de ellos eran militantes del PSN,
que se unieron conmigo y un día amanecimos tomándonos ese pedazo del
barrio.
6
con cal un gran rótulo que decía FSLN. Eso fue un gran impacto en la
población. Felipe Escobar estuvo a cargo del trabajo, cuando caigo presa, y
luego nombran a Crescencio Rosales, quien venía con fogueo de dos años
en la montaña.
Pero realmente ya era como aquella chimbomba que estaba inflada a punto
de explotar con cualquier cosa. Cada noche había manifestaciones, mítines,
y a veces ni siquiera estábamos allí. Era la gente sola entonces. Teníamos
que salir en carrera a ponernos a la cabeza. A veces estábamos todo el
Comité Central reunido y la manifestación pasaba en la calle, ¡ideay! No
sabemos qué pasó ni sabemos de dónde surgió. Era una cosa incontrolable
el nivel de efervescencia política de la gente. Entonces, la mañana en que
apareció el cadáver de este compañero que había sido asesinado, Alberto
Chavarría, me levanté y fui a ver qué pasaba. Venía un montón de gente
con el compañero en los brazos, y la gente enfurecida no se detenía y
empezaron a hacer las barricadas. Lo que hicimos muchos de nosotros fue
meternos también con la gente.
Marcos: Las trincheras no las hicimos por primera vez ese día, ya antes
habíamos hecho trincheras, ya la gente sabía hacer esas cosas. Cuando se
da la muerte de Alberto es el 28, estamos en paro; el golpe del Palacio
había sido el 22 y se van el 25, después de un triunfo completo.
7
nos tomamos prácticamente toda Matagalpa: El Centro, Guanuca, Palo Alto.
Toda Matagalpa estaba tomada, todas las entradas, o sea, Matagalpa
estaba alzada en armas.
8
Marcos: No era propiamente una tanqueta, creo que eso era lo que ahora
le podemos llamar un transportador blindado; es parecido a una tanqueta
pero tenía llantas de hule. Una tanqueta era difícil destruirla con los medios
que teníamos, pero ese vehículo lo averiamos y hasta allí nomás llegó.
Entonces, cuando llevamos dos días, les decía: –Miren, hermanitos, aquí no
hay municiones, hay que prepararse para irnos. ¿Cómo nos vamos a ir?
¿Cómo vamos a dejar a la gente? –me dice la Sadie. Siempre la Sadie con
ese gran corazón. Ella pensando que si nos íbamos, la gente iba a quedar
desprotegida. Bueno –le digo, la verdad es que aquí hay que ser sensatos,
tenemos que irnos. Ernesto también decía: –No, no nos podemos ir porque a
la gente la van a reprimir. Me costó convencerlos. El último día, ellos
estaban de acuerdo, y les dije: –Bueno, nos vamos a las cuatro, y avisen de
la cuestión porque esto no aguanta más; váyanse ustedes adelante. Nos
salimos por Apante, me quedé atrás viendo la salida.
Marcos: Lo que acordamos era que Sadie se fuera adelante con Ernesto,
que halaran a Chepe González que estaba por el lado del Cementerio, que
se fueran adelante, y que yo iba detrás para que no se quedara nadie. Nos
quedamos con la Alexa, pero en el último momento también la despaché, y
me quedé con dos compañeros que están muertos, que son Neney y Cacho
Lugo, hermano de la Alexa Lugo 3. Así se dio la retirada. Una columna
grande salimos a las cuatro de la tarde, con la idea de internarnos en la
Cordillera de Apante, y desde allí comenzar a dispersarnos y volver a la
ciudad. Realmente no había bases para hacer una guerrilla sostenible allí.
Hay un dato importante que no se nos puede quedar fuera. Al segundo día,
llega una comisión negociadora del Gobierno; entonces hablo con Sadie y le
digo: –Mirá, yo creo que no es conveniente hablar con esta gente. No, no –
9
me dice Sadie, hablemos. Que venga Monseñor, y empieza a
argumentarme. No, porque podemos dar síntomas de debilidad –le digo. Al
final, se formó una comisión y se habló con el Obispo Miguel Obando, y vino
otra gente allí. Yo no quise entrar porque no miré muy conveniente hablar
en ese momento.
Isabel: Formé parte de esa comisión. Era del sentimiento, junto con Sadie,
de que no nos podíamos ir. No porque quisiéramos inmolarnos allí;
conocíamos el carácter asesino de la Guardia y cuáles serían las
repercusiones posteriores sobre la población que nos había apoyado y que
iba a quedarse.
Por una de esas casualidades de la vida, yo estoy por la zona de Palo Alto,
por donde se definió la casa donde se realizaría la negociación. Estábamos
allí Cabrerita, el Gordo Sócrates y yo, que en ese momento éramos los
líderes de ese lugar, porque no encontrábamos a los otros, o estaban en
otro sector. Nos metimos a la negociación, por supuesto, sin estar
autorizados.
Una de las cosas que nos dijeron fue que nos rindiéramos toditos, que
entregáramos las armas, que nos reconcentráramos en determinado lugar.
Y queríamos saber ¿por qué nos vamos a rendir? Si nosotros hacemos eso,
si nos rendimos, habrá más violencia contra nosotros –les decíamos. Ya es
hora que la violencia se acabe, hay demasiados asesinatos aquí por parte
de la Guardia. Buscábamos garantizar que no reprimieran a la población y
aprovechamos a los periodistas que llegaron, para denunciar que la Guardia
venía asesinando a la gente y que el pueblo quedaba desamparado.
Mónica: ¿Fue sigiloso ese repliegue, como el que se hizo aquí en Managua?
¿La Guardia fue sorprendida por la retirada?
10
Marcos: No se lo esperaban, y se hace sigilosamente. Nos fuimos de
noche, de las cuatro de la tarde empezamos a acercarnos al punto de
partida, que es el barrio Palo Alto. Recojamos a la gente para Palo Alto –les
digo, y de aquí nos vamos yendo sobre la parte alta, a caer al cerro Apante.
Si la Guardia se hubiera percatado, nos habría salido adelante, porque
realmente supimos enmascarar el movimiento de esa gran cantidad de
gente que subió.
Isabel: Como no me quería ir, me retiré como a las cinco. Salí con Alexa,
Ileana y otra gente; sentimos las balas en los pies, porque ya la Guardia
estaba por todos lados. La gran decepción mía es que nos habían dicho que
por Apante, por un determinado sitio, nos replegáramos y que ahí iba a
estar una escuadra guerrillera esperándonos. Cuando llegamos al sitio,
esperamos toda la noche, esperamos el día siguiente, y nada. Y decíamos: –
¿Qué hacemos nosotros perdidos en este monte, además, para dónde
agarrábamos? Mucha gente se quedó en Matagalpa en casas de seguridad,
y otros nos tuvimos que ir, porque ya no podíamos regresar a la ciudad.
Salimos hacia Estelí, caminando, sorteando a la Guardia.
11
camioneta de ella. Como ella iba manejando y era amiga de la Guardia,
pasé tranquilo hasta Estelí.
Fueron como quince días y nuevamente nos tocó volar tiros. Recogí a los
matagalpinos y nos ubicamos donde la Beneranda Quiroz. Ahí estaban
conmigo Isabel Castillo, Ileana Morazán, la Chilona, Alexa Lugo, Ajax
González, “El Torito”. Los “Toritos” eran de apellido Gámez, de Estelí. Tenía
un grupo como de treinta compañeros que combatimos en Estelí. Fue de
una manera práctica, recogimos a la gente, yo soy el jefe y punto, y
estábamos volando balas; después, en la retirada, nos juntamos con “El
Zorro” y Julio Ramos.
Marcos: Era bonito y se trabajaba bien. “El Zorro” era un hombre que tenía
un carisma increíble para unir voluntades; era un hombre muy maduro,
muy compañero, con unos valores que pocas veces se miran. Entonces,
había una unidad en la acción tremenda, un respeto entre los compañeros,
entre Julio Ramos, “El Zorro” y Elías Noguera. Así que nos coordinamos y
nos integramos a la guerrilla, a la Columna General Pedro Altamirano.
Estuvimos como siete meses.
12
Puestos aquí en Managua, me pasan a trabajar con usted, y participo en los
combates en la insurrección, en el repliegue a Masaya, Granada y todo eso.
Marcos: Por nada me matan aquí nomás en Linda Vista en una escuela,
¿no te acordás? Hacíamos escuela en una casa. Una compañera por nada
me mata con una escopeta. Cuando yo te notifiqué, me dijiste: –Te llego a
traer inmediatamente; y me llegaste a sacar, y desarmamos la escuela.
Mónica: Tenía una casa de seguridad formada por Francis Araica y Ernesto,
un compañero que murió dos días después del triunfo de la Revolución. Fue
terrible. Ya habíamos ganado y se le fue la bala a un compañero y lo mató.
13
Isabel: Usted me encomendó una misión en la mera insurrección de
Managua. Ya habíamos pasado la casa de seguridad que teníamos en Santa
Clara, al Comando Central de Managua, y usted me mandó a traer a unos
compañeros que estaban en la Carretera Sur. Debía manejar un microbús,
pasar por el Centro Cívico donde estaba toda la Guardia, y ¡yo ni siquiera
podía manejar!
Mónica: Esa era una gente que acababa de hacer una emboscada cerca de
El Crucero y teníamos que retirarla.
Isabel: Cuando llego, ahí estaba Marcos, ¡otra vez! Marcos con toda esa
gente.
Mónica: Por cierto que hicieron una labor no muy ambientalista, que
digamos: se volaron unos grandes árboles para cruzarlos sobre la carretera
y la Guardia cayó en la emboscada, porque se pararon donde vieron los
árboles caídos, y ahí se dio esa emboscada.
14
Isabel: Mi mensaje a esta generación es que vivan su momento histórico.
No hay dos momentos históricos para la juventud, y éste es el momento de
retomar un poco la historia de su pueblo, la historia de Nicaragua, que ha
sido una historia de lucha, de resistencia, por reencontrar su propia cultura,
sus propios valores. A las mujeres quiero decirles que tenemos un lugar en
esa historia y tenemos mucho que aportar.
9 de octubre de 2000
NOTAS
15
1 La Asociación de Estudiantes de Secundaria (AES) funcionaba bajo la conducción de la
Tendencia GPP; cuando se dio la división en el Frente Sandinista, hubo una disputa por su
control con la Tendencia Proletaria. Carlos Arroyo, Antenor Rosales y Erick Blandón estuvieron
involucrados en la organización de los estudiantes de secundaria por la Tendencia GPP.
(Conversación electrónica de la autora con Erick Blandón en junio del año 2009).
2 Parafraseando la obra de Mariano Azuela Los de Abajo. En Matagalpa, la gente pobre habita
en condiciones muy precarias, en las partes altas de las faldas de los cerros que rodean la
ciudad; por eso, le pusieron el nombre Los de Arriba.
3 “Neney”, se llamaba Leonel Galeano. Después del triunfo de la Revolución, trabajaba con
Luis Guzmán Luna “El Chiri”. Apareció muerto misteriosamente a principios de los años
ochenta.
“Cacho” era el apodo de Oscar Ernesto Lugo Guevara, con que lo llamaban en la familia.
Murió en el año 1982, en un accidente automovilístico frente a la empresa Julio Martínez.
Trabajaba también con “El Chiri” Guzmán. (Datos brindado por Erick Blandón, hermano de
Alexa y Oscar Ernesto).
Mónica Baltodano
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
VIII
**
José: Soy hijo de una familia anti-somocista. Mi padre, Julio César González,
era ganadero de Kuskawás y Tejerina. Mi mamá es Irma Picado viuda de
González. Mis hermanos, en su mayoría, lucharon y se entregaron jóvenes a
1
la lucha y uno de ellos, Guillermo González, que en paz descanse, fue
asesinado por la contra en 1982 en el río Wamblán, Jinotega.
También fui organizador del FER Francisco Moreno, junto con Francisco
Jarquín “Chico Plomo”, Ernesto Cabrera, Sadie Rivas, Antonieta Gutiérrez,
José Santos Sobalvarro e Isabel Castillo, quien luego combatió también en
Managua.
2
Amador, quien movía usualmente a Crescencio. El operativo era súper
simple, era recuperar un mimeógrafo del Colegio Monseñor Carrillo, para las
tareas de propaganda. Los compañeros incluso anuncian que el operativo
es del Frente Sandinista; la Guardia recibe la denuncia y comienzan a
buscar un jeep Toyota rojo. Y se le pegan al de Salvador que, en ese
momento, se movía ajeno a todo lo que pasaba. Como ellos se dan cuenta
que los van siguiendo, todavía Crescencio puede desprenderse de unos
papeles que andaba, y luego logra hacer unos disparos. A Salvador lo
capturan y asesinan dándolo como muerto en combate.
En la propia ciudad, hicimos una operación comando contra tres BECAT que
se desplazaban sobre la calle de los bancos, exactamente frente al antiguo
Hospital Monserrat, frente a la casa de don Mario Amador. El Comando
estaba integrado por Rodolfo Castillo, José Santos Sobalvarro y yo. Fue un
golpe espectacular, sobre todo porque la Guardia se desplegó por todo
Matagalpa. Todos nos replegamos a la casa de Ana Julia Gutiérrez.
3
cuarenta combatientes. Atacamos el cuartel, desarmamos a los guardias
que quedaron vivos y tuvimos el control del pueblo durante varias horas.
Esa operación fue casi simultánea con la masacre de Nueva Guinea, porque
una de las razones que nos dieron fue que había que quitarle presión a esa
columna.
4
Después de haber participado en la insurrección de agosto, que fue una
insurrección no planificada, casi sin armas, ¿cuáles son sus vivencias más
importantes de la insurrección final?
5
La Familia Muñoz, cuyo padre trabajaba en el Sistema Nacional de
Erradicación de la Malaria4, pero colaboraban Lourdes y su hermano Luis.
También Chepita Rodríguez, cuyo hijo cae aquí en Managua con Walter
Mendoza: José Rodríguez, ése es Chepito; Danilo Rivera y Hugo Rodríguez.
Doña Ileana Quintero, su hijo Robertito Sacasa fue acribillado por la guardia
somocista.
José: Sí, hay un recuerdo muy bonito y es que él era el único clandestino
que podía salir a las calles, jugar jambol, andar en bicicleta, porque era un
chavalo bien delgadito, entonces se ponía los uniformes del Instituto Eliseo
Picado y se confundía entre los estudiantes, pero él era un tremendo
organizador, Julio César Ríos.
6
Mónica: El jurado me absolvió. Me firmaron orden de libertad. Pero el 13 de
octubre del 77, que se iba a hacer efectiva, se dieron los ataques a San
Carlos y en el Frente Norte. Entonces me hicieron el “pisa y corre”. Me
quedé seis meses más.
Oyente: Julio César Miranda Aguilar. Tengo aquí un poema que escribió José
Benito Escobar Pérez, desde la Cárcel Modelo y que Inocente Escobar Pérez,
uno de los primeros militantes del Frente hizo público cuando le impusieron
la Orden José Benito Escobar de la CST, para que se conociera lo que José
Benito Escobar sentía por el pueblo.
7
inmediatamente pensé que era algún dirigente muy importante, porque
irradiaba su autoridad moral.
Mónica: José Benito era una persona realmente especial, con una gran
humildad, pero también con una gran viveza, una inteligencia, una gran
capacidad de dirigente netamente obrero.
Mónica: Don Ricardo Castro vivía con su viejecita, María Méndez. Entonces
él tenía un tallercito de carpintería en su casa, humildísimo. La casa era con
piso de tierra. Era un correo de alto nivel. Viajaba a Managua, León y Estelí
y movía correspondencia para la Dirección Nacional: Pedro Aráuz, Bayardo
Arce, José Benito Escobar. Era de una firmeza infinita y de una inteligencia
natural, desarrollada por el estudio con los socialistas.
Entonces andaba con una niñita de siete años y se movía con ella por todos
lados; yo le decía: –Pero, ¿por qué anda con esa niña? ¡Es que quién va a
sospechar de alguien, un viejo como yo, que ande además con su nieta! –
dice. Él hacía la labor de comunicación con mucho amor. ¡Contá a los
oyentes cómo murió, Chepe!
Estos compañeros como “Juan Diego”, que habían mantenido una gran
secretividad, un trabajo clandestino, por debajo, en el anonimato, se
activan. Entonces ellos, con esa gran conciencia revolucionaria y esa
firmeza, apoyan directamente a las unidades de combate que se forman en
la insurrección del 78.
8
Es decir, todo mundo organizado se activa.
Don Ricardo Castro pega con una escuadra de muchachos y los protege.
Los andaban acribillando en las casas; entonces él protege a unos
muchachos y embuzona armas en su casa. Pero un soplón –recordá que los
soplones eran terribles, más criminales que la Guardia y más cobardes–
denuncia que en la casa de “Juan Diego” hay armas; y la Guardia llega, lo
saca y hacen una redada enorme. Habrían unos trescientos matagalpinos
presos después de la insurrección del 78: a unos los asesinan y los tiran en
los callejones; y a otros los tienen ahí en el Cuartel, porque consideran que
ellos son clave para que entreguen las redes de sandinistas. Entre los que
capturan están Guy Ruth Smith, un joven que es asesinado y torturado por
Flores Lovo directamente. A Ricardo Castro “Juan Diego”, le sacan las uñas,
lo torturan; él les escupe la cara en la tortura y lo matan degollándolo.
Tenía setenta años, era un viejito con una firmeza increíble. Él nunca dijo
dónde estaba el buzón, al grado que después que a él lo asesinan, a mí me
contactan los hermanos Matus, Hermes y Noel, y me cuentan que el buzón
está en la casa. La Guardia no obtuvo ninguna información ni dio nunca con
nadie a través de “Juan Diego”. Las armas después fueron sacadas y
utilizadas en la ofensiva final. ¡Ése es “Juan Diego”, don Ricardo Castro!
Mónica: Su casa era de ripios de talalate, por eso tenía tantas rendijas.
Cuando me quedé a dormir, me prestaron su tijera y nos moríamos de frío.
“Juan Diego” es de esas figuras que debemos rescatar como ejemplo de las
nuevas generaciones. Ana Julia Gutiérrez, quien fue una gran colaboradora
y dirigente sindical de los trabajadores de la salud, también apoyó como
enfermera.
9
Ella cuenta que a la nieta de don Ricardo la hirieron también, mientras
estaba en el patio haciendo sus necesidades, y la Guardia le disparó. Ana
Julia la atendió en un hospitalito clandestino y dice que llegó en estado
grave y casi se muere. Después del triunfo, visité varias veces a la viejita y
su nieta, quien conocía todos los metederos de “Juan Diego” porque él la
anduvo desde los siete años como cobertura.
Oyente: Josué Campos, ciudadano del barrio El Edén. Quiero dar testimonio
sobre una combatiente histórica y, todavía, veintiún años después, puedo
ver señas en su pierna de los ácidos que derramaban sobre ella, en su piel;
no tiene uñas, producto de que en los momentos de tortura fueron
quitadas; sin embargo, hace muchos años ella ha sido abandonada a su
propia suerte.
Sandra: Es triste que mucha gente que dio todo, no reciba solidaridad
cuando más lo necesitan. Yo quiero contar de los preparativos de la
insurrección del 79.
Cuando llegó Ramón Cabrales, que era un compañero con una gran
capacidad organizativa, insistía en el trabajo de organización en los barrios,
en los Comités de Acción Popular, y que había que fortalecer toda la red.
Siempre andaba con él, pues estaba muy chavala. Aprendimos mucho del
trabajo de organización. “Nacho” era muy tranquilo, andaba legal por las
calles de Matagalpa. La Guardia, cuando lo quiebra, no sabe ni quién era.
Mónica: Eso nos permitió sacarlo, les pagamos una mordida y lo sacaron,
porque lo soltaron y todavía no sabían quién era.
10
Compañía de la Guardia Somocista, y él transportaba dinero y armas
personalmente a la guerrilla; las entregaba en Wiwilí.
José: La familia de doña Olga Larios Frech y su mamá, doña María López,
una señora que todavía vos llegás a visitarla y te saca los libros que se han
escrito sobre Sandino y nos habla precisamente del proyecto de Sandino. Y
ahí encontramos a Jairo Larios, a Néstor López, a Olguita, a Martha, a
Magaly, Pablo López, que en paz descanse, a todas estas familias muy
integradas todavía y que están pensando en un programa para orientar y
rescatar el programa del Frente Sandinista.
Mónica: Recuerdo que la primera vez que llegué a buscar a Jorge Adrián,
dueño de la Ferretería El Sol, en 1976, no estaba y lo esperé. Ya la esposa
estaba celosa. Cuando llegó, le pregunta: – ¿Quién es “esa mujer”?
Después me quedé varios días ahí. Cuando supo que yo era guerrillera, nos
reíamos después de sus celos. Tenían una quinta con una piscina en
11
Chagüitillo, y fueron muy importantes como base de apoyo, y siguen firmes,
con sus principios revolucionarios intactos.
José: También había una red de taxistas, que la dirigía “El Chele” Erving
Cárdenas. Estaban los hermanos Aldana, uno moreno, otro chele; uno de
ellos cayó, Máximo Sáenz, y un compañero que le decíamos el “Boaqueño”,
no recuerdo el nombre. Todos estos taxistas movían la red de clandestinos.
Erving te movió a vos y a Bayardo varias veces, y una vez te fue a traer a
Estelí.
Mónica: Un gran militante fue Julio Pérez “Lucio”. Le pusimos así por Lucio
Cabañas, el guerrillero mexicano.
12
Universitarios Fabián Rodríguez en honor a un obrero caído. Estos
muchachos llegaban el fin de semana a trabajar con nosotros, con los
estudiantes de la AES.
Una vez, la Guardia nos comenzó a tirar balas desde el Banco Nacional de
Desarrollo. Nosotros estábamos en el barrio Yaguare y comenzaron a tirar,
querían matarnos. Yo recuerdo que salí por el barrio de Las Pilas, hoy
Germán Pomares, y me crucé; había ahí una quebrada y fui a parar a la
casa de la familia Téllez Miranda, doña Haydecita Téllez Miranda, tal vez
recordás, Mónica, es la mamá del Ingeniero Harold Miranda, que muere en
la masacre del Hotel Soza en 1978. Yo era compañera de estudio de Xóchitl
Miranda, una de sus hijas menores. Ahí pasé toda la noche y la Haydecita
me sacó hasta en la mañana, porque iba con los tacones de disfraz de la
Ministra Porras en la mano, pasándome la quebrada. No podía llegar a la
casa porque la Guardia estaba por todas partes.
13
Mónica: A grandes rasgos, ¿cuáles son los principales momentos de la
insurrección final?
14
masacre. Porque acordate que nosotros no andábamos armados, teníamos
unas cuantas armas de guerra, pero el grueso de nuestras columnas
estaban con escopetas, riflitos, pistolas, fusiles 30-30. Y las armas que
íbamos ocupándole al enemigo eran las que pasaban a conformar, pues, el
grueso de la fusilería.
15
matan a varios compañeros y hieren a Evenor Gutiérrez, originario de San
Isidro, y también gravemente a Rodolfo Castillo. Como el combate es por la
noche, no vimos a “Payín”, y entonces él se arrastra durante varios días. Lo
dábamos por muerto porque fuimos con Baltodano “Pablo”, con “Damián”
Marcelino Guido, a buscarlo y no lo encontramos.
Sandra: Yo recuerdo, Mónica, que subieron no una vez a buscarlo. Todas las
noches se hacían caminatas con Pablo, Chepe, a buscarlo y no lo
encontraron, porque él se arrastró y se movió del lugar donde lo habían
dejado. Nosotros estábamos en la unidad militar cuando lo encontraron, y
tenía la pierna llena de gusanos. Cuando pasó la camilla, lo vi y no lo
reconocía, pues estaba totalmente demacrado. Tuvo una gran fuerza para
sobrevivir. Las Colinas tenían una situación militar bien difícil, porque Flores
Lovo no se movió nunca; ése se mantuvo firme ahí, como un verdadero
Guardia. Él es el responsable de muchas muertes que hubo en julio del 79
en Matagalpa. Él fue uno de los mayores responsables, porque él se
mantuvo con la Guardia en Las Colinas y con sus francotiradores.
16
José: Es que no hay que olvidar que Matagalpa es cuna de Carlos Fonseca,
de Tomás Borge, de Doris Tijerino, de Carlos Arroyo, de Dora Téllez.
Para el 78, ahí nos batíamos con cuatro pistolitas y unos cuantos fusiles,
pero la Guardia no podía trepar, porque la gente le caía con piedras, de
todos los cercos de piedra que hay ahí, ¡era enorme eso!
Y no quiero concluir sin mencionar los nombres de compañeros de las
unidades de combate: Erving Cárdenas, Porcho Portobanco, Cristóbal
González, el Chele Adrián, que le decíamos “El Comanche”, que ese era de
los matadores en las escuelas guerrilleras; Rodolfo Castillo, que era Jefe de
Unidad de Combate, “Payín”; Luis López López, el Chaparro Frank que luego
fue jefe de las Tropas Especiales del Ejército de Nicaragua, (PUFES),
participante de las famosas Operaciones Danto y fue de la Unidad de
Combate Crescencio Rosales.
17
Jaime López, “Lucio”, Guillermo González “Juan”, que en paz descanse, fue
asesinado; eran jefes de escuadra; los hermanos Aráuz, Otoniel, que cayó
en la Bonifacio Montoya y otros que combatieron en La Virgen; y además
tres hermanos Cruz, todos cayeron, hijos de don Eustaquio Cruz; Abilio
Flores, ahora esposo de Margine Gutiérrez, él era jefe de escuadra de la
Unidad de Combate Crescencio Rosales. El Chele Harry, Allan Vivas,
Salvador Gutiérrez que cae en la insurrección del 79 víctima de un
francotirador en la esquina del Teatro Matagalpa, y Azucena Castillo, que
mencionó Sandra.
Otros combatientes fueron Juan José Moreno “Tito”, Deglis Tinoco, César
Altamirano, hoy Comisionado de la Policía, conocido cariñosamente como
“Tochita”; Néstor López Fernández, llegó a General del Ejército; Víctor
Guevara, actual miembro del Ejército; Lucy González y Luis Alfredo Lazo
Valenzuela, que estuvo con la columna nuestra; Salvador Gutiérrez
Büschinting, actualmente oficial del Ejército.
Compañeros caídos:
1. Luis Alfredo Lazo Valenzuela “Samuel” 2. Sergio Cruz “Félix” 3.
Salvador Gutiérrez “Marcelo” 4. Hedí Rodríguez “Vidal” 5. Yuri
Castillo 6. Juan José Moreno “Tito” 7. Enrique Fley “Noel” 8. Luis
Loáisiga “Moño de Pelo” 9. Guillermo Arana “La Sirena”
10. Brígido Navas “Navas”.
18
Rigoberto Castro Bravo “Jonathan” 31. Rodolfo Castillo “Payín” 32.
Marcos Stulzer Picado 33. Román Martínez 34. Carlos Martínez
“Roberto Segundo” 35. Sergio Cruz “Rito” 36. Antonio Cárdenas 37.
César Altamirano 38. Bartolo 39. Jorge Fley “Catalino” 40. Enrique
Rodríguez “Enrique” 41. Daniel Castellón 42. Rubén “Pilín” 43.
Rogelio J. Gómez Martínez “Nacho” 44. Álvaro Baltodano “Paulo”
45. Aníbal Rodríguez 46. Wilfredo Vargas “Culillo” 47. Cristóbal
González “El Negro” 48. Elijar “Israel” 49. “Macho de Agua” 50.
Néstor López “Catalã” 51. Javier Castillo 52. Jaime López “Pancho”
53. Salvador Bisling 54. Allan Vivas.
Sandra: Yo creo que la juventud de hoy, aunque no haya vivido esos años
de lucha, debe retomar una actitud de mayor preocupación por las cosas
que pasan en nuestro país y seguir siendo el ejemplo, como fuimos los
jóvenes en aquellos tiempos. Yo creo que ellos son el futuro en este país y
tienen que echar para adelante para reconstruirlo y para cambiar las cosas.
24 de junio de 2000
NOTAS
19
1 Caen el 2 de noviembre de 1978.
4 El Sistema Nacional contra la Erradicación de la Malaria (SNEM) era utilizado por la Oficina de
la Seguridad Nacional para vigilar a las familias. Los que trabajaban ahí eran considerados
como empleados públicos, es decir, ligados al régimen.
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
VIII
**
1
En abril de 1979 se incorpora a la Columna Facundo Picado, que dirige
Elías Noguera, participando en la ofensiva final de Estelí. Durante el
gobierno sandinista, fue miembro del Ministerio del Interior. A la fecha,
trabaja en una ferretería como conductor y vendedor hacia los
departamentos.
Tres compañeros luchadores, uno desde los primeros tiempos del Frente,
obrero de Jalapa, que conoció de las torturas de la Guardia; y dos jóvenes
estudiantes, nos cuentan de sus vidas revolucionarias, de sus peripecias y
combates, para centrarnos en la parte fundamental de este diálogo, en los
últimos meses de “El Danto”.
2
año 1975. Contanos, ¿cómo fue eso?
Mónica: Ésa era la dinámica para recontactar gente. Cuando habían caído
los contactos, te daban los nombres y teníamos que buscar a alguien que
les fuera a hablar nuevamente. Así, Felipe te buscó en Jalapa. ¿Cómo es que
te vuelven a capturar?
El Comandante Arce se reunió con nosotros el 3 de mayo del 1976, ahí nos
dijo la fecha en que el profesor Pinell iba a llegar a Jalapa, y el punto donde
nos íbamos a encontrar. Nos reunimos con el profesor Pinell, pero ahí vivía
cerca el primo de él, quién lo va a denunciar.
Caen, además del profesor César Augusto Salinas Pinell, Emilio Avilés
“Nicolás” y Fabio Martínez “Polo”. “Nicolás” era altote, chele; y Fabio, bajito,
morenito y un poco pelón. Ellos caen combatiendo a finales de junio, y a
nosotros nos echan presos el 3 de julio de 1976.
3
Comentario de la autora: El profesor Augusto César Salinas Pinell trabaja
con el FSLN desde los años sesenta, reclutado por el grupo de los zapateros
de Somoto. A la zapatería de Constantino Maldonado llegaban Fausto
Heriberto Rodríguez y Adrián Gutiérrez, y de hecho forman una célula que
recluta al profesor Pinell. En 1974 forma parte de las estructuras que
recontacta Germán Pomares “El Danto” y que luego asumen Carlos Manuel
Morales y Bayardo Arce. En el año 1975 forma parte de la escuela de El
Copetudo, y después de la represión, se integra a la Escuadra que él mismo
bautiza como Bonifacio Montoya, que llegará a ser la Columna del mismo
nombre, al mando de Omar Cabezas.
4
costillas; no nos daban ni agua, ni de comer, y así pasaron tres días
poniéndonos los chuzos para que habláramos, porque ellos querían saber el
contacto que había habido con el profesor Salinas. Nosotros tratamos de no
arrojar eso, porque ya habían caído tres compañeros con él, más un
guardia. En la refriega, ellos lograron matar a un guardia. Y posiblemente,
como nos decía el Comandante Arce: –Si hablás, te joden; y si no hablás, lo
mismo. Entonces tratábamos de no hablar, de no decir nada.
Armando: Sí. Debido a los choques eléctricos con los chuzos, parte de los
huesos de los dedos de los pies se nos quemaron; entonces, cuando
salimos de la cárcel, tuvieron que hacernos una cirugía reconstructiva, en
mi caso fue en los dos pies. A los tres días de estar en Jalapa, nos
trasladaron para Ocotal, a Felipe, Leopoldo y a mí, y ahí agarramos gusanos
en los pies.
Mónica: Hablamos ahora con este estiliano conocido como “Igor”, Antonio
Castillo.
Mónica: Ella olfateó algo peligroso. Vos tendrías entonces diecisiete años.
5
Antonio: Lo que pasa es que comenzamos hablando en secreto y a ella no
le pareció. Y yo le había dicho a mi mamá que era una profesora que
llegaba a darme clase ¡y qué va! Al final nos corrió. Estas remembranzas
nos trasladan a los pensamientos, a las obras de nuestros principales
líderes en la guerrilla; nos recuerdan la verdadera razón por la que se inició
el Frente Sandinista y por la cual actualmente continúan haciéndose
esfuerzos por lograr la unidad. Yo aprendí muchas cosas, porque entré de
muy niño, creo que vos fuiste mi primera responsable.
En una ocasión, un guardia asesinó a un niño ahí por la Pensión Juárez. Nos
rebelamos contra eso y participamos de las revueltas estudiantiles en el
Frente Estudiantil Revolucionario. Así me inicié y fue en ese momento
cuando me llamaron, y creo que caminamos como un kilómetro, mientras
vos me explicabas que debía incorporarme a una escuela guerrillera; eso
fue en el año 1976. Entonces subí, y esa fue mi primera experiencia militar
con Omar Cabezas y cinco compañeros más, quienes recibimos esa escuela
ahí en el Cerro Cuba. Estaban en ese momento, Ricardo Pérez, de Estelí,
que ahora vive en Estados Unidos; Noel Gámez, que luego cayó en la
segunda insurrección de Estelí; y participó “El Humilde Campesino”, Víctor
Manuel Urbina.
Mónica: ¿Desde cuándo le llamaron Cerro Cuba? Dicen que fue Elías
Noguera el que lo bautizó, pero creo que ya le habíamos puesto ese nombre
antes, porque en todos esos sectores ya había bases de trabajo desde
1975.
Antonio: El Cerro Cuba era conocido con ese nombre desde que Omar
llegó, aunque el verdadero nombre es Cerro Las Cuchillas. Ése era el
seudónimo desde que Omar llegó ahí. No fue Elías quien lo bautizó. Incluso
6
cuando llegué ahí, después de la primera insurrección de Estelí en 1978, ahí
estaba Elías y yo le conté: –Hombré, en este cerro recibí mi primer
entrenamiento en 1976. Aquí estuve con Omar Cabezas y Víctor Manuel
Urbina; y le decíamos Cerro Cuba, le comenté. Él se sorprendió, y recuerdo
que después llegaron unos periodistas e hicieron un reportaje diciendo ese
nombre, Cerro Cuba. Recuerdo bien ese campamento porque después de la
insurrección llegamos muertos de hambre y estábamos cociendo agua para
hacer un café debajo de un chilamatón, y se hizo una humareda; entonces
cayó un zorro en la porra de agua, y ahí nomás lo pelamos y nos lo
comimos en cuestión de segundos, del hambre que teníamos.
7
con el Frente. Era un vehículo Mercedes Benz; de eso sí me acuerdo porque
a Orlando lo han entrevistado y han publicado varios reportajes sobre su
historia.
Entonces, Orlando salió de la cárcel también, igual que Armando, con los
pies unidos de tanta tortura, y se fue a vivir a Jalapa. Orlando había sido de
los organizadores de los sindicatos de zapateros, de la construcción y
trabaja con Carlos Fonseca antes de 1960. Por eso, cuando él muere en
1994, Daniel Ortega le hizo el reconocimiento de fundador del Frente
Sandinista, hasta entonces, porque es de los primeros con Carlos, con Silvio
Mayorga y otra cantidad de gente. Filemón Rivera es posterior, incluso.
8
compañero; me dio un gran pesar cuando cayó. Sí, hombre –me dice, ¿qué
querés? Hombré, quiero integrarme pues, quiero meterme de lleno –le dije.
De inmediato me integró: –Vení para acá. Yo soy el responsable del FER aquí
en el Instituto, rempujémosla pues.
Rolando: Eso fue a finales del año 1977. Y me dice: –Hombré, nos vemos
mañana en el parque. Está bien –le dije. Ya lo miré al “Polín” famoso, su
nombre era Ramón Beltrán, todo el mundo en Jalapa se chiviaba de él,
porque decían que era oreja, que era de la Seguridad.
9
Jalapa. Entonces sólo estábamos tres o cuatro compañeros: “Polín”, Luis
Ruiz, Frank Paguaga y yo. De ahí sacamos una buena cantera como de
cuarenta compañeros que los armamos y los subimos a la montaña de
Pasmata, donde instalamos el campamento. En una reunión, Leticia nos dio
como responsable a Iván Tercero Loáisiga “El Vigilingo”, nacido en El Viejo,
y “Colling”, del lado de Tonalá, cuyo nombre no recuerdo; estuvo en la
Inteligencia del Ejército, y hace poco murió en un accidente.
Llegó Javier Carrión a dejarnos cinco fusiles FAL; y después tuvimos un
fuerte combate con la EEBI, ahí mismo en Pasmata. Los fusiles fueron
fundamentales para salir bien librados de ese combate, pues antes sólo
teníamos carabinas y fusiles 22. Eso fue como el 10 de febrero de 1979.
Nosotros le mandamos un informe a Leticia, que era la que estaba
atendiendo el Regional en ese momento. Germán Pomares decidió llegar ahí
con unos sesenta compañeros, muchos de ellos de vasta experiencia como
Santana Plata, conocido como “Manuelito”, que estaba desde la
organización del Frente Norte, en 1977; Taholamba, “El Recluta” Santos, un
compañero de Estelí, Cristóbal Vanegas, Pedro Agurcia, y, como segundo al
mando de la columna, venía Walter Ferreti “Chombo”.
Mónica: Ahí ustedes derribaron unos aviones, ¿te acordás vos de eso?
10
nuevamente.
11
doce o catorce compañeros, porque tropas de la EEBI habían sido
trasladadas en helicóptero a Wiwilí, nos estaban esperando.
Yo estaba ahí, detrás de Vanegas. “Marcos” –me dice “El Danto”, quedate
vos con la emboscada. Yo obedecí y nos colocamos para emboscamos, pero
ya la Guardia nos tenía rodeados y por eso nos matan a doce compañeros.
Ahí estaba también Juan de Dios Portillo, que había combatido en la primera
insurrección de Estelí y salió vivo; pero a la que era compañera de Vanegas,
Laura Sofía Olivas “Segovia”, le pegaron un balazo en el estómago y cayó
junto con varios compañeros de Jalapa, entre los que recuerdo a Abraham
Sosa. En ese revés, también dejamos todas las mochilas y el radio de
comunicaciones, y nos quedamos incomunicados. A mí no me pareció bien
que Vanegas no cumpliera la orden, y fue una enseñanza, porque realmente
ahí no se ejerció el mando.
12
del triunfo, los padres de Eva Sofía Olivas fueron a recuperar sus restos a La
Polvosa, Wiwilí. La fecha de su muerte es 15 de abril de 1979.
Rolando: Sí, yo también he reflexionado sobre esto. Tengo una hija que va
a cumplir dieciséis años. A veces, cuando ella me dice que no puede frente
a algunas responsabilidades propias de la casa, le digo: –Pero hija, a tu
edad, yo ya era jefe de una escuadra en la guerrilla; tenía compañeros
mayores subordinados a mí.
Claro, que en ese momento el factor común que nos impelía y unía a todos,
era derrotar al somocismo, a la dictadura y además, el sandinismo
transmitido por mi padre, por parte de mis tres hermanos, también
integrados al Frente desde hacía muchos años. Uno de ellos, Rodolfo, que te
mencionaba antes, cayó en Limay junto a Alejandro Cárcamo. Fue el 24 de
septiembre de 1978, el día de mis quince años. Alejandro iba herido, mi
hermano lo llevaba.
13
Te voy a contar algo que a mí me llenó de valor, a mi poca edad, para
meterme al Frente. Nosotros teníamos un perro, pasó un guardia y como el
perro ladró, le voló un tiro; de pura suerte no lo mató. Pero todos estos
hechos nos hicieron crecer con rechazo a la Guardia y todo lo que ella
significaba. Porque ya a esa edad entendés lo que es bueno y lo que es
malo. Eso le recuerdo a mi hija: –A tu edad, yo ya estaba con un fusil; a tu
edad yo ya cocinaba. Porque vos sabés que en las columnas a todo el
mundo le tocaba un turno de cocina. Maduramos con carburo, como
maduran el banano y el plátano.
Vamos a contar un poco de esa vida: “El Danto” había nacido en El Viejo,
municipio semillero de revolucionarios, el 17 de agosto de1937. Cuando
murió, tenía 42 años. Hijo de los campesinos Ángel Ordóñez y Cecilia
Pomares, vivió en carne propia la explotación y la injusticia que sufrían los
obreros agrícolas y supo del despojo de tierras a los campesinos, sobre el
que se edificó la explotación capitalista en occidente. De esas comunidades
occidentales, cientos de campesinos fueron empujados a emigrar a la zona
central de Nicaragua, para que los capitalistas pudieran erigir los latifundios
de la explotación algodonera, bananera y cañera de occidente. Pomares
apenas llegó a tercer grado de primaria, pero tuvo la sabiduría de escribir
sus memorias, que no pudo concluir. Pomares comienza así su pequeña
biografía:
14
estaba poniéndose más viejo.
15
conoció a Silvio Mayorga, Carlos Fonseca y Francisco Buitrago. Después los
volverá a ver en La Habana, en donde comparte con el Coronel Santos
López, quien le explica la lucha de Sandino, y entonces adquiere conciencia
del anti-imperialismo del héroe. A su regreso trae literatura sobre Sandino:
El pequeño Ejército Loco y Sandino, General de Hombres Libres, entre otros.
En realidad “El Danto” ya sabía leer, pues llegó hasta tercer grado. No es
que aprendió en El Patuca, como se ha afirmado en algunas biografías.
Unos meses después lo echaron preso, y fue interrogado y torturado en
Managua por el esbirro Rafael Lola.
Ahora hablemos de sus experiencias con Pomares, ¿cómo era él? ¿Cuáles
son las principales enseñanzas que dejó en sus vidas y que son una
herencia para todos los luchadores y luchadoras nicaragüenses? ¿En qué
circunstancia conocen al “Danto”?
16
revolucionaria, con el pantalón todo parchado y un sombrerito de los que
usaba la EEBI. Nos dio una impresión como si él fuera Carlos Fonseca. Llegó
sólo a la reunión con “El Zorro”. Nos reunió a toda la columna y nos puso a
cantar el Himno ¡Luchar, Luchar, Luchar!
Nos habló con una gran sencillez y modestia, pero se miraba que tenía
dominio de la estrategia militar. Nos dijo que habían entrado unos
compañeros por Nueva Guinea, que la Guardia les había echado toda la
fuerza, que los estaban diezmando y que no quedaba otra alternativa que ir
a la ofensiva final, que él iba para el lado de Jinotega.
Rolando: Dijo que no podría ser un Ministro porque llegó hasta tercer
grado de primaria, pero que le gustaría quedarse en algo que tuviera que
ver con la reforma agraria para distribuirle tierras a toditos los campesinos
de Nicaragua, o quedarse en el Ejército.
17
Rolando: Otra cosa que me llamó mucho la atención, reflexionando ahora,
es que él iba siguiendo la ruta de Sandino. En febrero estábamos en Jalapa
y tenemos un combate con la Guardia, donde les hacemos muchas bajas.
Después decide atacar El Jícaro, el 26 de marzo de 1979, para celebrar la
unidad del Frente Sandinista. De El Jícaro nos trasladamos a El Zúngano, y
nos llevó a toda la columna al campamento “Luz y Sombra”, uno de los
primeros campamentos donde estuvo el General Sandino, y ahí nos contó
toda la historia alrededor de la lucha del General.
Rolando: Alguien le preguntó a Pomares por qué decía eso de las aguas de
mayo, y explicó: –Es que cuando caen las primeras lluvias, los montes
comienzan a crecer; entonces nos podemos camuflar mejor. Tiene su lógica,
¿no?
18
Rolando: En Jalapa, en El Carbón; fue herido en la pierna, en un accidente,
cuando en una sesión de entrenamiento a un compañero se le fue un
balazo de FAL, y lo hirió. Ahí es que entra como segundo al mando Javier
Carrión, su seudónimo era “Roberto”.
Hombré, Pomares era como un padre para todos, con una resistencia física
increíble. Nos estaba preparando para el ataque al Jícaro. Él se paseaba en
toda la columna de adelante hacia atrás, animándonos a todos, para que no
nos cansáramos, para que no nos detuviéramos y llegáramos al objetivo,
porque él se había comprometido con Humberto Ortega a hacer ese ataque
en celebración de la unidad del Frente Sandinista.
Rolando: Sí, Germán era bien profundo en eso, y realmente eso te iba
llenando, y vos llegabas a un momento en que no pensabas nada en el
combate, más que buscar cómo matar a los guardias y que no te mataran a
vos. Eran las cosas que sucedían y ver cómo salir adelante y cumplir con las
misiones que te establecían.
19
último seudónimo, porque “El Danto” se cambiaba el seudónimo cuando
cambiaba de lugar. Decía que era por seguridad. Pomares tenía un lenguaje
campesino, combinado con sentido de conspiración. Como a mí me tocaba
ir a traer ahí donde “René”, Elías Noguera, el armamento que venía de
Honduras, recuerdo que en las cartas que recibíamos de “El Viejo”, a como
le decíamos cariñosamente a Pomares, él decía: –Miren, muchachos, ya la
gente está lista para la siembra. Así que ahí les mando los implementos.
Miren, ahí van los clavos; se refería a los proyectiles...
Rolando: Otra cosa que recuerdo de Germán, es que todos los días iba
escribiendo lo que iba sucediendo en el día. Ese diario estuvo mucho
tiempo en el Museo de los Héroes y Mártires, estaba junto con el M-16 y el
magazín con un balazo, el mismo que impacto al “Danto”, y por ahí está el
diario de Germán Pomares. Javier Carrión me dijo que le llevara el Diario, el
uniforme, la mochila y todo a Francisco Rivera, y se los entregué 4.
Hablar de Pomares es hablar de alguien que creo que nació guerrillero; fue
un guerrillero innato, que sólo necesitó, qué sé yo, una pequeña pulida,
para ser el jefe que fue, porque recordemos que él era el jefe de todo el
Frente Norte, y la capacidad de coordinación que él tenía con todo el resto
de las columnas, era asombrosa.
20
Además “El Danto” era un compañero jocoso, le gustaba mucho contar
chistes y era una persona muy humana. Estando ahí en el campamento de
La Sotana, cumplía años un compañero, no recuerdo quién era, y dice: –Ya
vamos para la última, celebremos el cumpleaños del compañero; y mandó a
traer unas latas de cususa.
Antonio: ¿Vos sabés que Germán fue el primero que a nosotros nos enseñó
el Himno del Frente, que ahora es el del Ejército?
21
ciudad, incluso, en algunos lugares cerca de la ciudad, él aprovechaba para
hacer sus entrenamientos de verdad, al amparo de los truenos; entonces yo
fui cogiendo la onda.
Antonio: “El Danto” nos enseñó mucho, nos hablaba mucho. Se sentó una
noche, nos comimos una vaca, y toda la noche hablamos de la necesidad
de incorporar a los campesinos, de la seguridad increíble que tenía de
obtener el triunfo antes que terminaran las primeras lluvias, y fue
efectivamente así, como lo dijo “El Danto”, que se logró obtener la victoria.
Mónica: Nos llama otro compañero que no quiso salir al aire, y dice que
Vicente Padilla, el lanzador de las Grandes Ligas, es sobrino de Germán
Pomares, es hijo de una hermana del Comandante Pomares. Por eso es
Vicente Padilla Pomares. Dice que a Germán le fascinaba el béisbol. Por eso
también se le puso al equipo del Ejército Popular Sandinista Los Dantos,
porque se sabía que a Germán también le gustaba, como a muchos
nicaragüenses, el béisbol6.
22
cuando nosotros llegamos a La Sotana, ya la columna es grande,
trescientos y tantos hombres con FAL, con Thompson.
Antonio: Recuerdo que en esa ocasión, para tomar Jinotega nos sentamos
ahí todos los jefes, estaba “El Danto”, Roberto, Vanegas; el único de los que
estábamos ahí que realmente conocía la ciudad era Norwing Altamirano
“Calixto”, ese era el Político de la columna que yo estaba mandando en ese
momento. Agarramos un cartón viejo, e hicimos el croquis de Jinotega.
23
Antonio: No sé cómo hacía él, era un hombre parco para hablar; pero
cuando se sentaba, sus orientaciones nos daban certeza, una seguridad
increíble de que las operaciones iban a ser efectivas, que el triunfo se iba a
lograr.
Rolando: Cuando nos tomamos los vehículos en Santa Fe, para ir hacia
Jinotega, en la vanguardia va Javier Carrión, que es el que entra primero a
Jinotega; Pomares queda de último en las columnas de las camionetas, y da
la casualidad que yo voy en la camioneta con él, entonces le digo: –Viejo,
andate adelante. Va manejando “Chano”, Alberto Irías. Entonces me dice: –
No, váyase usted adelante, yo me voy a ir atrás. Él se fue atrás en la tina,
como un compañero más, y yo adelante con “Chano”, y con un baqueano
que nos iba dirigiendo a la carretera. Cuando llegamos a la entrada donde
estaba el retén de la Guardia, ya había pasado el resto de la tropa, nos
ataca a nosotros; él viene en la camioneta, ahí viene Vanegas. Nos bajamos
de la camioneta, rodeamos el puesto que había ahí de la Guardia, donde
había dos o tres guardias, les tiramos unos cuantos tiros y se corrieron.
Y aquí ocurre una anécdota de la que aún hoy nos reímos. Después de esa
escaramuza, nos toca irnos a pie; adelante de nosotros iba el pelotón de
“Maceo”, de Pedro Agurcia; como ellos escucharon la balacera, se
emboscaron. Me mandan con el baqueano adelante. El santo y seña que
habíamos puesto era “caballo-reloj”; entonces cuando yo voy adelante, no
me dicen: – ¿Quién vive?, sino que directamente nos vuelan tiros.
Entonces, Vanegas, quien estaba como a doscientos metros de distancia,
llega en carrera y me pregunta: – ¿Qué pasa? Nos están volando tiros –le
digo. Entonces él grita: – ¡Idiay, ¿quién vive?! ¡Caballo! –contestan. Vanegas
era un tipo furioso, de mal carácter, y se levanta con el FAL, diciendo: –
¡Caballo, caballo sos vos jodido, no ves que somos de los mismos! Todos
nos echamos a reír. Nos pusimos de acuerdo con Pedro Agurcia y nos
juntamos. Nuestro grupo, en el que iba Pomares, esa noche no entramos a
la ciudad de Jinotega, pues ya nos habíamos quedado rezagados, y nos
subimos un poco a un cerro. Pomares dijo: –Esperemos, vamos a entrar en
la madrugada. Nosotros nos quedamos en la orilla, debajo del cerro La Cruz.
24
que bárbaros, si ahí es donde caen las aguas negras de Jinotega. En ese
momento se enfermó un montón de gente a la que, si no le hubieran dicho
eso, no le pasa nada. ¡Es cuestión psicológica!
Antonio: “El Danto” se enfermó con esa agua, le dio una diarrea terrible; le
dieron una medicina, ahí nomás se sanó, gracias a Dios. A mí no me pasó
nada, tenía un estómago de piedra.
25
Serrano, “Casimiro” y otra gente, le tiraron varios tiros a la Guardia;
creyendo que nosotros la teníamos rodeada, salió en estampida. Eso fue los
que nos permitió salir a nosotros.
La retirada por cierto fue tortuosa, porque tuvimos que dar la vuelta por el
sector donde vivía el famoso curandero Nando. Ahí le quitamos un buey
viejo, lo comimos cocido con sal y, como bastimento, mango verde. Fue
terrible ese asunto. No había alimentos ni nada, porque por parte de la
población civil de Jinotega la cooperación fue muy pobre, sólo se sumó en la
medida que se iba incrementando el combate.
26
monjita se puso a despiojarme, porque andaba cundido. Ahí nos reunimos,
nos reabastecimos un poco, nos llegó munición. Ya nos estaban llegando los
primeros vuelos aéreos de municiones, ya teníamos los FAL nuestros, y fue
entonces que caímos posteriormente a Matagalpa: sin “El Danto”, pero ya
con una experiencia organizativa-militar, con las orientaciones que nos
había dado “El Danto”.
Yo salí para el Cerro Cuba, donde estaba Elías Noguera. En el camino, nos
emboscó la Guardia, como a diez kilómetros del cerro La Cruz, buscando la
presa de Apanás, por El Cacao, y nos mató a la mayor parte de los
compañeros, incluso al baqueano, su seudónimo era “Nacho”, también a
uno que le llamábamos “José”. Yo salí con dos compañeros, uno que se
llama Ronaldo Tapia Cordero “El Toro”, que es de Diriamba, y Luis Corea
Pino, activo del Ejército. Salimos para Honduras, porque los tres íbamos
heridos, y allá caí preso. En Honduras estaba, cuando el triunfo de la
revolución el 19 de julio.
27
quirófano de Matagalpa por el doctor y Coronel GN Augusto Flores
Lovo”.
28
posiblemente, la hemorragia interna que sufría. En los primeros
momentos después del tiro, él quedó semi-desmayado, pero al rato
se recupera y ordena la defensa momentánea del lugar, para luego
hacer una retirada total de la ciudad.
Rolando: “Nicolás” no era médico, sino el sanitario; creo que el nombre era
Amadeo o Amado Ruiz. Era un compañero que le habían enseñado los
primeros auxilios, venía con nosotros desde el inicio y fue el que asistió a
Pomares cuando fue herido. Pero en Jinotega se buscó a un médico, que fue
quien lo atendió en sus últimos momentos. A Germán se le quiso poner
suero, pero él dijo que no. Como decía Antonio, él dijo: –Hombre, si vuelvo a
orinar en la mañana, sigan haciendo el esfuerzo para sacarme; si no orino,
es que estoy listo. Todo mundo buscando que orinara el hombre. Mara creo
que era la compañera de “Nicolás”, quien cayó después del triunfo en un
Batallón de Lucha Irregular, en la lucha contra bandas
contrarrevolucionarias.
29
“Después de la acción para sacar a los compañeros... (Se refiere a
la acción de la casa de Chema Castillo)... Habían pasado cinco
meses desde que salí de mi casa para no regresar nunca hasta el
día de la victoria o hasta el día en que me encuentre una bala
descarriada, aunque es en lo que menos pienso. El regreso a Cuba
me alegra, la Revolución está más avanzada. En todo este tiempo
dentro del movimiento he tenido días de gran satisfacción como
revolucionario, parece que el nuevo militante es más consciente,
últimamente a los compañeros de la clase más preparada, los
estudiantes, que vivían bien, ya no se les ve la pedantería, aunque
veo de vez en cuando cositas, pero ya no es igual. En lo personal yo
no tengo quejas de ninguno. Espero que los compañeros de
dirección ayuden mucho en esto”.
30
Rolando: Más que todo, quiero hacer un llamado a todas las fuerzas
sandinistas, en aras de la unidad. Yo quisiera ver una unidad del
sandinismo. Acordémonos de nuestros héroes, de nuestros mártires, de los
compañeros que cayeron en abril, los que cayeron a lo largo de toda la
lucha como Prudencio Serrano “Oscar”, Héctor Flores “Casimiro”, Cristóbal
Vanegas, Germán Pomares y otros tantos compañeros que cayeron al lado
nuestro, que dieron su sangre para ver a este país libre, en democracia, sin
pobreza, sin miseria, sin corrupción, que es lo que estamos viviendo hoy, y
que vamos a seguir luchando por esos ideales.
Creo que Germán Pomares, como dijo Bertolt Brecht, fue de los
imprescindibles, de los que luchan toda la vida, un hombre que desde la
niñez luchó por superar a su familia, y lo vemos desde muy joven meterse
en actividades revolucionarias desde que se fundara el Frente Sandinista,
es uno de los luchadores más grandes que ha tenido el FSLN.
Mónica: Gerardo Barreto Sequeira fue miembro del BLI Germán Pomares.
Cayó el 8 de mayo de 1986 haciendo su servicio militar. Tenía entonces 19
años de edad. Había sido Secretario de la Juventud Sandinista en el Instituto
Maestro Gabriel, fue alfabetizador, y después miembro del Batallón 30-62.
Un extraordinario muchacho, hijo de un contador público. A Gerardo le
gustaba escribir e imaginar. Si hubiera sobrevivido, tal vez hoy sería
escritor. Entonces, él dice que cuando estaba combatiendo, él se imaginaba
qué estaba pasando en el otro lado de las filas, y qué estaba pasando a
este lado de las filas.
Voy a leer un trozo de una de las bellas cosas que envió en una carta que
escribió este compañero antes de morir:
“De repente, por la izquierda del borde delantero enemigo, veo que
sale El Macho Negro, a su lado El Chele Aguilera, más para allá está
Alesio, Vulcano y Bravo, y ahora todo se ve más claramente en la
profundidad, detrás de los guardias está un bacanal, una orgía con
un montón de prostitutas escandalosas de todos los colores, formas
y tamaños.
Y a la par de sus risotadas se oyen gritos desgarradores de
torturados, una gran nebulosa de oscurantismo e ignorancia divaga
detrás de la línea enemiga y de los virus de la polio, de la tifoidea,
de la sífilis y muchos otros producidos en millones de meses danzan
detrás de los guardias. Puedo percibir los gritos de las campesinas
violadas y torturadas que nos llegan de ese lado.
Un grupo de muchachos fuma marihuana y a la par de ellos, unos
niños con diarrea se arrastran por el suelo. La Guardia nos sigue
disparando muerte, me quisieron matar pero no pueden, me doy
cuenta que paradójicamente me quieren matar a mí, porque no les
doy ángulo de tiro para dispararle a la multitud que está detrás,
pero no pueden matarme porque precisamente tenemos a un
31
ejército, a un pueblo, detrás.
Un ejército que a una orden se desplaza y por especialidad
empiezan a ocupar posiciones. Unos vacunando, otros enseñando,
otros produciendo y así iban todos y cada uno ocupando posiciones
y aquel chigüinero sin que les ordenen corren a jugar, a estudiar y a
crecer. Yo no sé qué pasa aquí, pero lo que sea, es precioso.
NOTAS
32
1 Tengo en mi poder la grabación de una entrevista que Germán Pomares brindó en 1976, en
Costa Rica, al compañero socialista Roger Vázquez. Germán relata en dos horas su lucha hasta
el año 1970. Es un valioso material que contiene detalles sin publicar sobre la dureza de su
vida como obrero, sus primeros pasos en la lucha, su viaje a Cuba y su visión sobre las
guerrillas de Raití-Bocay y Pancasán.
2 El 13 de mayo, Francisco Rivera llegó al Cerro Las Cuchillas, conocido como Cerro Cuba. Ahí
se reunieron Germán Pomares, Elías Noguera, Javier Carrión, Cristóbal Vanegas y Pedro
Agurcia. La Columna Oscar Turcios estaba acampada en La Sotana, cerca de San Sebastián de
Yalí. El grupo que recibió al “Danto” estaba encabezado por Antonio Castillo, Héctor Flores y
Prudencio Serrano. (Sergio Ramírez: La marca del Zorro: pp. 241-242).
3 Según las cronologías oficiales, este ataque a Yalí se produjo el 9 de abril de 1978.
4 En 1979, Elías Noguera me entregó el Diario de Germán Pomares, el que entregué a René
Núñez para su resguardo por la Dirección Nacional. De ahí pasó al Museo de la Revolución, que
durante muchos años estuvo en el Complejo Eduardo Contreras del Mercado Roberto Huembes.
7 Según la entrevista que brindó Pomares en 1976, y cuya grabación tengo en mi poder, en la
guerrilla de Raití y Bocay, él se le pegó al Coronel Santos López, fue de los pocos que
compartieron su propuesta de plan y permanecieron disciplinadamente al lado del Coronel,
cuando ya en plena incursión una parte de la columna se indisciplinó a su mando.
Según “El Danto”, el Coronel Santos López no estaba de acuerdo con el plan de
Guerrero y anticipó el fracaso de la incursión por el Río Coco. Incluso el Coronel no quería
continuar en la misma, pero decidió sumarse para no afectar la moral del grupo.
Mónica Baltodano
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
IX
Managua
Nuestra generación lo dio todo
Ramón Cabrales y Luis Gaitán
**
1
medida, por los planteamientos políticos e ideológicos de cada una de las
agrupaciones. En las bases populares, los alineamientos se correspondían
de acuerdo con quien te contactaba o reclutaba, pues a la mayor parte lo
que le interesaba y le motivaba, era luchar para acabar pronto con la
dictadura, menos, los detalles o énfasis de las tendencias 1.
Luis: Le iban a subir 0.10 centavos al litro de leche. Valía unos 0.50
centavos y el gobierno pretendía, con las empresas, subirlo a 0.60
centavos; entonces se realizaron manifestaciones de protesta, que
coinciden con la huelga de los maestros y expresiones de solidaridad de los
estudiantes. En Managua, fueron muy fuertes las protestas en los institutos
Maestro Gabriel y Ramírez Goyena.
2
Me expulsaron del Goyena porque había participado en estas dos protestas
y estábamos colorados. Había un Director que había sustituido a Reinaldo
Núñez, y Juan Doña, un connotado oreja del somocismo, junto con Víctor
Canales. Estudié ahí hasta el año 1972. Por el terremoto, me tuve que ir de
nuevo a La Paz Centro a concluir mi bachillerato.
Entiendo que en ese momento existían otras células; pero como había
compartimentación, yo no podía saber, ni me imaginaba quiénes eran los
otros compañeros. Siempre en un pueblo la gente se conoce; yo estaba en
un comité pro-deporte que era progresista, y era como una cantera.
Después comprendí lo que significaba para el Frente el trabajo legal dentro
de las masas.
Mónica: Recuerdo que recluté a Martha Angélica en León, pues ella llegó a
estudiar al Colegio La Pureza y era compañera de una de mis hermanas. Me
imagino que le dieron luego trabajo en su propio pueblo. Ahora contanos,
“Nacho”, ¿cómo entraste a esta cosa?
Esto lo digo porque mucha gente piensa que nosotros éramos muchachos
estudiantes o gente que no teníamos ninguna preparación. Pero muchos
tomamos la decisión de integrarnos a la lucha, teniendo ya niveles
universitarios o incluso siendo profesionales.
3
Por supuesto, en todo este período de estudiante uno va adquiriendo
conciencia e inquietudes revolucionarias; pero pese a que yo fui Presidente
de sección en el Ramírez Goyena, realmente no tuve una vinculación
directa con el Frente ni con ningún organismo, en secundaria.
Algo anecdótico es que ella no me quería reclutar, porque creía que yo era
del MAP-ML, Movimiento de Acción Popular Marxista-Leninista, que eran
trotskistas. Ella creía que yo era trotskista por mis expresiones, por mi
radicalismo, e incluso me decía que estaba convencida de que si yo me
metía al Frente Sandinista, iba a ser capaz de llegar hasta las últimas
consecuencias. Ella tenía temor de que yo pasara a esa etapa.
4
Cuando matan al Che, mi papá siempre andaba un radio y escuchaba Radio
Rebelde, en la onda corta. Le gustaba escuchar a Fidel, al Che; por eso fue
que yo me di cuenta a temprana edad cuando mataron al Che, pues él
estaba apesarado. Teníamos también otros familiares que habían sido
opositores a Somoza, eran conservadores, mi tío, mi tía, mi abuela. En
1967, cuando la masacre del 22 de enero en la Avenida Roosevelt, a dos
cuadras de los Mercados Central y San Miguel, yo estaba pequeño; pero mis
tías y mis tíos eran comerciantes de estos mercados y vivieron eso.
En la Paz Centro pasé desde 1974 hasta 1977 en una célula, estudiando,
entrenándonos en las cañadas, haciendo tiro al blanco con fusiles 22, con
pistolitas. Recuerdo una anécdota del 76. Habíamos estado unos días antes,
en una cañada con Bayardo, con César y Martha, y cuando ya veníamos de
vuelta, me mandan adelante para que no venga oyendo lo que platican
ellos. Me habían pedido que revisara el fusil a ver si no había quedado
ningún tirito 22. No lo revisé, se me olvidó, se me pasó por alto, pero ellos
se fijaron; y allá cuando faltaba un kilómetro para llegar al pueblo, vino uno
de ellos, César, me agarró el fusil y lo disparó, y ¡bang!, salió el balazo. Me
llamó la atención porque tenía que ser disciplinado, que eso era peligroso,
que podía haber matado a alguien en cualquier momento, que me había
ganado una sanción y que me iban a decir cuál era mi sanción.
5
Luis: Sí, ella primero estudió en La Pureza, en León, y después en la
universidad; con nosotros estuvo hasta en 1976, y se nos desapareció. Ahí
no se podía preguntar nada, vos sabés; nos dijeron que la compañera pasó
a la clandestinidad y ya está, nada más. La compartimentación era tan
fuerte, que no podías andar preguntando mucho. Cuando Martha Angélica
cae, el primero que la ve en la televisión soy yo, esa noche del 17 de
octubre. Eso me impactó mucho. Yo la quería mucho porque habíamos sido
del Comité muy jóvenes, desde diecisiete o dieciocho años, y me impactó
verla en la televisión. Yo la reconocí aun cuando andaba con el pelo afro.
6
caminar. Ese flaquito era el compañero Walter Mendoza “René”, el
compañero “101” en la vida militar. Con él comenzamos a desarrollar un
trabajo desde octubre hasta el mes de mayo de 1978, clandestino;
comencé a atender las estructuras de San Judas, ahí se comenzaron a
formar los CAP, Comité de Acción Popular.
7
A los días de haber llegado ella, una veintena de jeeps BECAT, de la
Guardia, se ubicó en la parte delantera de la casa, y los ocupantes tuvieron
que escaparse por techos y patios traseros, hasta salir a la otra cuadra.
Margine tuvo que sacar un enorme saco de tiros por una tapia. No me
puedo imaginar a la Margine, tan flaca entonces, en esa misión; aunque
como dice ella, “con la Guardia detrás, todo eso era posible”. Se especuló
que la casa había sido detectada porque vieron a Charlotte en la puerta de
entrada, o que la casa estaba quemada desde antes que ellos la habitaran.
Margine explica que no es ahí donde encuentran las fotos, sino en poder de
Carlos Herrera, quien también tuvo que pasar a la clandestinidad, y fue
enviado a la montaña, de donde se bajó casi de inmediato, por lo que fue
considerado un desertor. En este tiempo es que también sale el otro
compañero del mismo nombre que era procedente de Chinandega.
Mónica: A principios de 1977, cuando Pedro Aráuz plantea que viene una
jornada ofensiva y que el que quiera salir del país se puede ir, sin sanciones
ni consecuencias, Quincho Ibarra, quien convivía con Rosario Murillo que
estaba embarazada de él, plantea que quiere salir del país y ambos se van.
8
trabajo en los barrios. Lo que dice “Esteban” Luis Gaitán es correcto; había
un crecimiento mínimo en el Frente Sandinista, entonces.
Bayardo Arce andaba por aquí, habían sustituido a Quincho Ibarra. Deciden
entonces hacer un nuevo equipo para los sectores populares, en el cual
integran a Walter. Nosotros decidimos dividir Managua para el trabajo de
reclutamiento en dos partes: los sectores orientales y los occidentales. Él se
va a Ciudad Sandino que era el Open 3, San Judas y todos esos barrios, y yo
agarro para el lado de Las Américas.
Ramón: Ésa era una parte donde él tenía que reclutar. Nosotros dijimos
que era como nuestra Ruta Sandino 6. Él iba a arrancar desde el Open y
venir hacia el centro; y yo arrancaba desde Las Américas y la Carretera
Norte, hasta que posteriormente nos encontráramos con un ejército de
gente, que realmente al final eso fue lo que pasó.
9
el tiempo que me quedaba después de la jornada laboral. No podía
renunciar al trabajo porque requería la plata para mantenerme, y además la
vivienda que yo alquilaba era casa de seguridad para Carlos Arroyo.
Comencé a trabajar para el lado del Reparto Schick, donde conocí gente
que era de las Comunidades Cristianas de Base, y con la gente que yo
había conocido en mis andanzas en la Nicarao, comencé a reclutar
estudiantes que estaban trabajando con estas comunidades cristianas, y
ahí comenzamos a abrir todo un camino.
Mónica: Tal vez habría que explicar que lo que se hacía era formar células
y que cada una, a la vez, tenía que ir reclutando a más y a más y a más,
como una multiplicación.
10
Así, de esta manera, Walter y yo comenzamos a formar el movimiento
popular. Nos nutrimos con cuadros buenos, llegaron Luis Gaitán “Esteban”,
Harry Chávez, Eduardo Cuadra, Danilo Norori, y otros compañeros que eran
una camada de gente que estaba en el FER, en el movimiento estudiantil o
vinculados ahí, y que nunca los soltaban para pasar al trabajo de barrios.
Ramón: El hoy gordito William Ramírez, que estaba más o menos atlético,
y el hoy General Glauco Robelo, fueron mis dos instructores. Además, yo
me gané el premio de William Ramírez para ser el oficial permanente.
Posteriormente a nosotros nos dieron la tarea de reproducir las escuelas.
Después se llamaron “clínicas”, porque eran más cortas, se impartían en un
día. Con toda esa gente entrenada realizábamos las acciones.
Gente de los barrios Schick, Valentín Barrios, por ejemplo, la misma Urania
Zelaya Úbeda, quienes luego caen con Manuel Olivares, Marcos Sequeira y
todo el Comité Ejecutivo de la AES, mueren en Monseñor Lezcano 8. Eso
impacta de una manera tremenda en la vida de todos estos muchachos del
movimiento estudiantil y me parece que permitió la consolidación de la
mayoría de ellos; fue algo muy fuerte pasar de la bomba de contacto y
todas esas cosas, a un combate violento con la Guardia, que le costó la vida
a muchos de ellos.
11
Mónica: A propósito de esta época, quiero contar la historia de Mario Elvir
Maldonado (1954), un compañero que formaba parte de las estructuras
legales en los momentos más difíciles de la reorganización de la Tendencia
GPP en Managua. En julio de 1977 había participado en un operativo en
Radio Mundial junto a Carlos Arroyo, Noel Escobar, Margine Gutiérrez y
Glauco Robelo9. Después estuvo incorporado a un equipo que atendía el
trabajo en el sector obrero, él impulsó el Movimiento Sindical Pueblo
Trabajador. Silvio Ramírez “Donaldo”, Sergio Hernández “Paco” y María
Teresa Fernández “Xiomara”, hacían el trabajo abierto; y Mario el
conspirativo. Posteriormente el equipo fue fortalecido con Guillermo
Avendaño “Oliverio”, Manuel Loredo Rugama y el obrero Manuel Lezcano.
Salió de la celda de tortura sin que nadie lo viera, se lanzó hacia las laderas
de la Laguna de Tiscapa rodando, y emprendió el cruce de la Laguna hasta
que, minutos después, notó que se acercaron varios guardias en su
12
búsqueda. Audazmente renunció al cruce y nadó hacia una de las orillas
donde se enterró entre hojas y tierra. Ya amaneciendo y una vez que los
guardias desistieron de su búsqueda, concluyó que sólo tendría chance de
escapar de noche, entonces se mantuvo semienterrado, sin moverse,
durante todo el día. Al caer la noche, salió por el lado donde hoy queda el
Restaurante Tiscapa, y logró escapar en un taxi que lo llevó a casa de un
amigo en Bello Horizonte. Su relato, escrito a máquina poco después de los
sucesos en 1978, me fue entregado recién el triunfo de la revolución, y
ahora quiero incorporarlo en estos testimonios como un detalle de la
audacia y la calidad de la que estaban construidos los jóvenes sandinistas.
San Judas fue, y creo que sigue siendo, un bastión revolucionario. Era un
hormiguero de sandinistas, de tal manera que reclutábamos familias
enteras. Cuando me dijeron que era el último día que iba a estar en San
Judas y que iba a pasar al Open 3, que hoy se llama Ciudad Sandino,
hicimos un acto espectacular en la Iglesia católica de San Judas. Casi más
de mil personas, el 30 de mayo de 1978. Ya los CAP tenían bastante
desarrollo. Era envidiable el trabajo que había en San Judas. Ya para
entonces vos, Mónica, estabas como responsable de Managua.
13
Participó en el asalto al Palacio Nacional del 22 de agosto, fue a Cuba,
volvió a ingresar por el lado de Chinandega, y cayó en la insurrección final
de 1979 en esa ciudad.
Luis: Me recuerdo, Mónica, que nosotros fuimos con “René”, con vos, con
Danilo Norori y con “Nacho”, a una reunión a Bello Horizonte, como unos
tres o cuatro días antes, que supuestamente ya el Comandante Henry, los
Terceristas y todo el mundo iban a la insurrección final, para nosotros era la
final.
Luis: Como vikingo, con una camiseta pull over, de esas que estaban de
moda y con una chochada como capucha. Entonces digo yo, a la gran puta,
ahora me van a matar, a mí y a todo el Estado Mayor, porque me mandan a
un clandestino que no tiene pinta de ser de Ciudad Sandino, pero ni por
pasada, y en una casa humilde, un chele ahí. Entonces le digo: –Mirá, chelé,
me vas a hacer un volado, aquí vos te vas a meter y no vas a asomar la
cabeza para nada, porque si alguien te mira así pecoso, chele y esto, vamos
a despertar sospecha y nos van a venir a quebrar. Después, cuando llegó
“Nacho” a dejarme las armas, casi al mismo tiempo, al día siguiente, le
14
digo: –No jodás, ese maje que me mandaste lo tengo que tener allá en el
último cuarto dando las clases militares y si lo saco, lo saco después de las
diez de la noche, para que se me vaya a otra escuela.
Es decir, estuvimos tres o cuatro días que el Chele anduvo dando clínica,
escuela a diestra y siniestra. Recuerdo que nosotros teníamos ahí esta
experiencia de Ciudad Sandino, y yo quería recordar esto porque ahí hubo
compañeros que cayeron en esta insurrección, compañeros valiosos a los
cuales hay que rendirles un homenaje desde aquí, a estos compañeros que
dieron su vida en esta primera insurrección, en este barrio heroico.
15
fuera una cuestión de salir a ver qué hacían en la calle, sino que
planificaran el asalto, planificaran la recuperación, que observaran el
objetivo, que actuaran con un cierto método lógico de cómo hacer las
cosas.
Ramón: Sí, en realidad, las cosas que me quitaron, una cadena de oro y el
arma que me hallaron, nunca aparecieron. Cuando me trasladaron a
Managua ni siquiera sabían por qué me habían capturado. Me tuvieron un
mes y me sacaron con dinero, con una fianza.
Sobre la insurrección, como decía “Esteban”, nos dijeron tantas veces que
nos íbamos para la insurrección final. Por ejemplo, cuando se da la toma del
Palacio Nacional, yo estaba dando una escuela militar en San Francisco
Libre, con Glauco Robelo y “Maynor”. Estábamos entrenando gente para la
insurrección y, cuando los compañeros se toman el Palacio Nacional,
nosotros nos quedamos atrapados en San Francisco Libre, porque no
podíamos entrar a Managua con las armas y, con todo lo demás. A mí me
habían comentado que se iba a dar esta actividad en conjunto, las tres
tendencias, que marcaba el inicio de actividades conjuntas, y que iban a
seleccionar a compañeros de la tendencia nuestra para lograr hacer un
comando conjunto, pero nos quedamos oliendo el dedo.
16
Goyena, y entonces, cuando estábamos en la lucha con Carlos Matamoros,
otro chavalo invencible, cuando estábamos en aquella gran ofensiva de la
Guardia en la Colonia Nicarao, que andaban aquellos salvadoreños del
CONDECA, Consejo de Defensa Centroamericano, ahí chaparreamos a uno.
Oyente: Doña Ana López. Le llamo recordando a los chavalos que cayeron
en la insurrección.11 Aquí tenemos tres compañeros que la Guardia los
venía siguiendo y se metieron a un manjol, los pobrecitos, para poder
sobrevivir; pero el pastor evangélico los denunció y, allí debajo del puente,
la Guardia los asesinó. La estoy llamando para hacerle ese recuerdito, pues,
que aquí en Villa José Benito Escobar cayeron tres compañeros. El 11 de
junio del 1979, Jimmy González, José Gregorio Alemán, y otro no le sabemos
el apellido, porque no vivía aquí en Las Américas 2, como se llamaba antes.
17
Comentario de la autora: La ciudad de Ticuantepe fue atacada varias
veces por los revolucionarios. Su ubicación geográfica la convirtió en un
importante objetivo para impedir que la Guardia desplazara refuerzos en
dirección a Masaya.
18
municipio. La respuesta de la Guardia fue rápida, por lo que tuvimos que
abandonar el pueblo.
No había que perder tiempo, teníamos que continuar hacia la casa donde
estaba el compañero herido, ya el peligro había pasado. No habíamos
caminado ni doscientos metros cuando otros vehículos bajaban y se
acercaban. Ya no hubo dónde meterse, en un segundo otros dos jeep BECAT
nos rodeaban y los guardias nos apuntaban con sus armas, se acercaron,
nos empujaron contra el paredón del camino y nos registraron. Con las
manos arriba, nosotros temblábamos, pensé que hasta ahí no más llegaba.
19
Después supimos que los dueños de la casa donde quedó el compañero
Marín, eran somocistas, y habían avisado a la Guardia, quienes le hicieron
dos disparos de revólver 38 al compañero herido, y dándolo por muerto lo
dejaron en el lugar. Los dueños de la casa avisaron a los familiares, quienes
al llegar, se dieron cuenta que todavía vivía, y lo llevaron al hospital donde
fue curado. Posteriormente al triunfo fue Alcalde de Ticuantepe, muriendo
tiempo después de enfermedad natural.
20
La pobreza y la miseria desde su infancia encallecieron las frágiles
manos de este niño que tuvo que trabajar para ayudar a su madre.
No tuvo Harry Vado la oportunidad de soñar que jugaba con
juguetes en las noches navideñas de diciembre.
Mónica: Como ven, entre todos estamos reconstruyendo datos que son
importantes para la historia. Contanos “Nacho”, ¿cómo te diste cuenta de la
muerte de Walter Mendoza y de tu compañera Auri?
21
Ramón: Estuvo de responsable en Corinto, y después la mandaron a
Jinotepe; de eso me entero posteriormente. En ese período, sólo la vi dos o
tres veces. ¿Qué es lo que William me dice? Me encuentra en Masaya, me
llama aparte y me dice que tiene que darme una noticia, que Auri había
muerto; y me cuenta que fue en un combate en la torre de los bomberos. Al
día siguiente, además, me dan otra noticia dramática, y es que el hermano
de ella, que era mi correo en la insurrección, también había muerto en el
repliegue. Entonces, a mí me toca mandar a avisar a la mamá y a la familia
de Auri, que han muerto los dos hijos que andan en la insurrección, Auri y
Róger, que es el otro compañero que muere ahí.
Ramón: Quiero terminar este relato diciendo que creo que la generación
nuestra, como vos, Mónica, tenemos hijos que ya han asumido
responsabilidades civiles. Creo que la primera batalla que estamos librando
ahorita es la batalla porque nuestros hijos vean que las acciones nuestras,
fueron realmente las acciones que eran necesarias en ese instante para
defender al país, para sacar adelante a nuestro país; y me parece a mí que
esta generación, que son nuestros hijos, está ahora en la incertidumbre de
la pérdida de valores, de la pérdida de motivaciones.
22
otros que tenían una visión, un compromiso, que lo dieron todo por algo
que creían que era justo, que era correcto y fueron consecuentes hasta las
últimas responsabilidades en este asunto.
25 de septiembre de 1999
NOTAS
23
1 En algunos departamentos, los Proletarios nunca pudieron organizar estructuras de su
tendencia, pero en el Pacífico lograron hacer presencia, sobre todo en Chinandega, Managua y
Carazo, de donde salieron los Comandantes guerrilleros de esa tendencia del FSLN.
3 Se refiere al libro de Carlos Guadamuz en el que relata la muerte de Julio Buitrago. Fue
publicado por el Centro Universitario de la Universidad Nacional en esos años.
4 Es una época en que la división golpea fuertemente las estructuras de la Tendencia GPP,
pues la Tendencia Proletaria tenía mucho mayor control de las estructuras de Managua.
5 Bayardo Arce explica que después que se da la división, Pedro Aráuz le pidió apoyo para re-
contactar estructuras. Bayardo conocía mucha gente de su período 70-74. Carlos Vicente
Ibarra, “Quincho”, estaba en Honduras y pasó a atender Managua. Bayardo se comunicó con
Rosario Murillo, y le solicitó alojar a Quincho.
6 La Ruta Sandino en el norte arrancaba de Las Segovias, mientras desde la Cordillera Isabelia
bajaban los contactos de la guerrilla, para encontrarse en el centro montañoso.
7 Caen Pedro Aráuz Palacios, Carlos Arroyo Pineda, Róger Langrand, Martha Angélica Quezada
y Juno Genoveva Rodríguez; son capturadas Margine Gutiérrez, Rosa Argentina Ortiz, Gloria
Campos y Auxiliadora Cruz.
9 Según Margine Gutiérrez, esa operación fue el 11 de julio de 1977 para exigir el cese del
aislamiento de Tomás Borge y Marcio Jáenz. Carlos Arroyo informó a los participantes que el
comunicado fue grabado por Pedro Aráuz. En las cronologías del IES en 23 años de lucha
sandinista no aparece este operativo. En cambio, se afirma que en abril de ese año dos
escuadras sandinistas se tomaron la Radio Mundial, en Managua y Radio Centro, en León.
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
IX
Managua
La niña intrépida de la Carretera Norte
América Libertad Vidaurre
1
Las unidades de acción militar más estructuradas y con armas de combate,
se llamaron Comandos Revolucionarios (CR) entre los Proletarios; Unidades
de Combate (UC) en la GPP; y Unidades Tácticas de Combate (UTC), entre
los Terceristas.
2
organización de la sacada para Honduras de Blanquita Sandino, la hija del
General Sandino. Mi mamá me cuenta ahora que ella misma viajaba por
veredas para llevar comida, que mi papa mandaba a los insurgentes.
América: El mío fue malísimo, nos dio una vida de perros. Mi integración
también fue expresión de la rebeldía interna que había en mí. A los catorce
años, conocí a Donald Guevara, un estudiante universitario organizado con
Chico Meza. Me dijeron que cayó, nunca lo volví a ver. También trabajamos
con Douglas López Niño, Enrique Flores y la compañera Martha Roque,
todos de la Tendencia Proletaria. Hicimos trabajo a nivel estudiantil,
después nos orientaron integrarnos a los COR.
3
Mónica: ¿Qué eran las Brigadas Populares, qué tipo de trabajo hacían y
qué hacían los Comandos?
América: Yo estaba en los COR por orientaciones de “Payo”. Era del MES,
pero nosotros actuábamos más como Brigadas Populares: nosotros
hacíamos como cincuenta bombas de contacto, salíamos a la calle,
atacábamos los jeeps BECAT, los volcábamos y recuperábamos las armas.
Mónica: La labor de los jóvenes en los barrios fue fundamental. Vos eras
una niña, eras parte de esos muchachos y muchachas que, sin armas,
hacían que la Guardia sintiera miedo cuando entraba a los barrios. Ese era
el trabajo que realizaba mi hermana Alma Nubia. Perdió sus manos a la
edad de quince años, preparando las bombas para esos operativos que
realizaban al caer la noche.
América: El que nos hacía las bombas de contacto a nosotros era Douglas
López Niño, que después se quedó como Douglas “El Manco”, porque ¡era
tan bravo a hacer las bombas de contacto, y las hacía tan grandes!
Desgraciadamente, primero perdió la mano y después la vida, porque cayó
en la Colonia Nicarao, según me cuentan, ya que para esa época de nuevo
yo estaba presa.
América: Sí, JRN. Incluso me exigieron una carta donde pido mi militancia
en la JRN, sin saber yo qué chochada era. Me acuerdo que cuando conozco
a “Payo”, me enseña la carta y me dice, “vergona”, porque Payo usaba
4
mucho esa palabra, “vergón”, y “güevón”, tenía ese lenguaje. En síntesis,
hacíamos de todo. Después del trabajo de comando, todos nos
replegábamos al Instituto; incluso nos tomamos un aula y ahí teníamos
hasta pistolas, siendo estudiantes de secundaria.
Así que después de ese problema, se nos orienta formar las Brigadas
Populares, que es donde entra Berta Díaz, Mauricio Lara De Trinidad y una
serie de compañeros que caen por donde cae Chico Meza. Eran compañeros
élites, porque eran rápidos; pero se podría decir que eran desorganizados,
porque no tenían una conducción tan normada como la de los Comandos.
Cuando nos integrábamos a los Comandos, nos enseñaban chequeo, contra
5
chequeo y una serie de cosas que nosotros no dominábamos en las
Brigadas.
6
alquilamos una casa, “El Chaparro” Sergio Gómez, era como la pareja que
yo tenía en esa casa, era la pantalla que teníamos. Pero metimos a toda la
gente a entrenar y comienza a llamar la atención la cantidad de basura de
alimentos que nosotros sacábamos a diario.
Teníamos listas las armas y los uniformes, los comandos teníamos uniforme:
era un pantalón azul, una camisa negrita y unas gorritas todas raritas, que
“Payo” nos había conseguido.
7
Volviendo al tema, nos reconcentraron en una casa de seguridad; como
nosotros teníamos veintiún días de estar metidos en esa casa, después de
una serie de operativos que ya habíamos realizado –no voy a decirlos por
seguridad, pero éramos especialistas en ajusticiamiento de orejas 5 en los
barrios– estábamos entonces deseosos de salir, ya teníamos demasiado
tiempo de estar reconcentrados y teníamos toda la información. El 21 de
enero llega “Payo” y le decimos: –Qué pasa que no salimos a operar.
Éramos cuatro compañeros hastiados de estar metidos ahí. Entonces dice: –
Es una orden que se queden aquí, y ustedes van a cumplirla. Él siempre
recto.
Enrique Flores era el jefe del comando, es el que estaba encargado de toda
la operación. Ya teníamos todo montado, sólo de salir a ajusticiar al hombre.
“Patria Libre o Morir”, no importaba quién cayera allí, porque era pegarle un
golpe de envergadura tremenda a la dictadura, golpearla donde más le
dolía, ¡el jefe de la Mano Blanca! El objetivo era el hombre, y a mí me
tocaba darle al blanco. Con el “Chele Guerra” habíamos estudiado los
pormenores y ya teníamos las armas.
8
somos nosotros, porque la Guardia, cuando nos ve pasar, se prepara.
Nosotros no entendíamos que ellos ya nos andaban buscando.
América: Claro, estaba circulado. Ése fue un error garrafal nuestro, que
“Payo” hasta su último día no lo pudo entender, porque no pudo hablar con
ninguno de nosotros para preguntarnos qué era lo que había pasado. Para
“Payo”, fue una pérdida increíble, porque perdió a sus mejores gentes.
América: No, no fue un combate, fue una masacre. Fue una masacre
porque nos agarró desprevenidos. Cuando nosotros salimos al bypass,
exactamente en el puente El Paraisito, el BECAT está detenido, y nos dicen:
– ¡Bájense “yeicos” hijos de la gran puta de ese carro, todos con las manos
en alto! Y ¡ay!, aquel alboroto nos dejó quietos. Entonces yo pregunto: –
Enrique, ¿qué hacemos? ¡Arrancá! –dice. Fueron las últimas palabras de
Enrique. No las voy a olvidar nunca. Enrique saca una granada, la tira, y cae
en los pies de los guardias, pero no explota, porque parece que era una de
esas granadas viejas.
América: ¡Por cuenta! Eran unas que tenían unos como prensa-ropa.
Supuestamente, ésa era de las legítimas, pero no explota. Vamos a abrir
fuego, pero no andábamos preparados en ese momento, porque nos
agarraron de sorpresa.
Eduardo, que va detrás, me dice: –No hay falla “Beatriz”, si nos agarran, vos
sos mi novia, y me echa el brazo. Ese compañero quedó completamente
destrozado a la orilla mía, y yo soy herida en mi pierna derecha, y un balazo
o charnel me dejó imposibilitada la mitad de la mano. El carro choca y se
detiene. La pierna la tengo completamente desbaratada. La Guardia no se
acerca, se queda lejos de nosotros; yo me tiro del vehículo y, en un pie,
comienzo a gritar y a brincar. Como hay un billar ahí cerca, sale el montón
de gente a la calle, cuando oyen las balas y el alboroto; el carro está metido
en un taller, donde se estrelló sin conducción. Cuando me ven, en un
9
segundo no había nadie, la gente desapareció.
Siempre que recuerdo, ironizo que después del 19 de julio, cuando salgo de
la cárcel, lo primero que hago es ir a llorar a mis muertos a ese lugar, a
recordarlos; estaba una señora que me conocía, y me dice: –Yo te llamé en
ese momento y vos no me hiciste caso, seguiste de frente. Y yo digo: – ¡Lo
que es la vida! Todo el mundo cerró las puertas. Los que estaban en el billar
desaparecieron y en cinco minutos no sé cuántos jipones de la Guardia nos
habían rodeado, y eran tan cobardes, que no se querían acercar al carro
porque creían que alguna granada iba a explotar, cuando los muchachos ya
estaban muertos. Murieron los tres compañeros de ese comando.
América: Quiero decirle a los jóvenes que luchen por lo que consideran
que es justo, que no se dejen arrebatar lo que consideran que debe ser. Y
quería aprovechar el momento más que todo para hacer un llamado a los
barrios Camilo Chamorro, Bertha Díaz y Oscar Lino Paz Cubas, ya que
mañana se van a dar las votaciones internas del FSLN en nuestro territorio 6.
Entonces, les quiero solicitar el voto para los compañeros que van en
nuestra plancha electoral, que nosotros decimos que es la última del
mileno.
25 de septiembre de 1999
NOTAS
10
1 Pacto entre Somoza y Agüero en el año 1971.
2 “Quemarse”: expresión que denota que, debido a las actividades públicas, se es reconocido
como militante o colaborador. Los dirigentes estudiantiles se quemaban porque debían hablar
en público y defender posiciones. Si, además, había características de notoriedad, como las
señaladas por América Libertad, la persona se volvía fácilmente detectable por el enemigo.
4 Se refiere a la forma como William Agudelo cuenta este pasaje sobre la orden que dio Payo a
Libertad, para que se cortara su hermosa cabellera.
6 Se refiere al proceso de elección de autoridades del FSLN en el territorio, realizadas ese año
1999.
Mónica Baltodano
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
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IX
Managua
Unidad construida en la acción
William Ramírez*
Así que cuando entramos a los barrios orientales, la consigna de resistir tres
días ya no era viable; aunque pensamos que en un poco más de tiempo, los
otros frentes estarían en condiciones de hacer lo suyo. La verdad es que
resistimos diecisiete días. La distancia entre nuestras posiciones y la Loma
de Tiscapa, donde se encontraba Somoza y las reservas del Alto Mando, en
línea recta era menos de dos kilómetros. Esa resistencia pudo ser posible no
sólo por los ciento veinticinco fusiles que pudimos reunir entre las tres
tendencias, sino por el respaldo sin discusiones de los pobladores de todos
los barrios populares de Managua, aun de aquellos que no estaban en la
zona de operaciones, y por las acciones que dentro de los barrios y otros
puntos de la capital desarrollaban las fuerzas organizadas de los
combatientes populares.
1
El Estado Mayor del Frente Interno, integrado por Joaquín Cuadra, William
Ramírez y Carlos Núñez, y el Estado Mayor de Managua, conformado por
Raúl Venerio, Oswaldo Lacayo y Mónica Baltodano, en consulta con los
principales jefes militares, decidimos realizar el repliegue táctico hacia
Masaya. La decisión era muy dura, pues significaba aceptar que ya no
teníamos capacidad de resistencia en la capital, significaba que no
habíamos llegado al triunfo en la propia ciudad en que nos había tocado
combatir, y lo más duro, que tendríamos que dejar en sus hogares a mucha
población que corría un gran riesgo.
William: Luego nos volvimos a ver cuando saliste de la cárcel, creo que en
abril de 1978. Yo te recibí cuando saliste de la cárcel. Me dice Bayardo: –
Mirá, va a venir la Mónica; encargate y garantizame que todo salga bien;
entonces yo organicé toda tu recepción. Te trasladamos donde Adán
Morales “Paco”, casado entonces con Rosalinda Cuadra. Bayardo ya era de
la Dirección Nacional. Cuando muere “El Ronco”, asume “Federico”; cuando
muere “Federico”, asume Bayardo; y a mí me encarga las escuelas militares
y se va ampliando mi trabajo. Después me hago cargo de Managua,
Masaya, Granada, Carazo y Rivas. Todavía en Rivas hicimos una escuelita
militar.
2
El plan incluía, una vez que entraran el Frente Norte y el Frente Sur, iniciar
operaciones en el Frente Occidental, Chinandega y León y luego el lado
Oriental, es decir, Masaya, Diriamba y Jinotepe. Por último entraba
Managua. Es decir, él habla de todo un esquema de desarrollo de la
insurrección en el cual trabajaste vos, Carlos Núñez y Joaquín Cuadra. ¿Qué
es lo que vos considerás importante resaltar sobre estos preparativos en
esa etapa?
3
1972, pero no salieron a flote sino hasta años después.
Tal vez no tenía ese nombre, pero había la idea central de derrocar a
Somoza, de quitar a Somoza, de acabar con Somoza. Cuando digo que
todos esos planes ya estaban marchando, con sus altibajos por supuesto, el
Frente Sandinista con un plan estratégico y los políticos locales con sus
planes tácticos, coincidíamos mucho, y el punto básico de coincidencia de
todo el pueblo nicaragüense fue: ¡No más Somoza!
4
Mónica: Precisamente en estas circunstancias es que surge el Grupo de los
Doce, como iniciativa de la Tendencia Tercerista o Insurreccional. Este grupo
se forma en el año setenta y siete, con la idea de que ahí surgiría una junta
de gobierno revolucionario. Cuando la ofensiva de 1977 se pasma, ellos se
convierten en el Grupo de los Doce y pasan a jugar un importante papel
político, en particular en el campo nacional e internacional, especialmente
después del asesinato de Pedro Joaquín Chamorro en enero de 1978.
William: La información así es. Pero no hallábamos cómo hacer, cuál sería
el canal para divulgar nuestro comunicado. Entonces me acordé de un
profesor de la Escuela de Periodismo, Leonardo Lacayo Ocampo, que era
corresponsal de la Agencia UPI (United Press International), un señor muy
respetado, que en ese momento ya estaba muy viejo, pero con mucho
prestigio, seguía trabajando como periodista. No participé en eso porque
me conocían, éramos colegas; entonces participaron otros compañeros, y
creo que fueron Joaquín Cuadra y Carlos Núñez. Fue un comunicado.
5
William: Ampliando sobre este tema de las circunstancias y por qué nos
decidimos por la lucha armada, sintetizo: porque ya no había posibilidades
de otras formas de lucha para alcanzar la democracia.
6
Fila Grande y Pancasán, y además mueren otros compañeros valiosísimos
en la ciudad: Casimiro Sotelo, Hugo Medina.
Para 1977, la montaña sigue aislada, sigue sola, hasta que se comienzan a
dar los operativos de 1977 y 1978, que logran descompresionar la
montaña, y es cuando se hace el plan de la insurrección final, que en el
caso de Managua, se nos adelanta.
Creo que ésa es una lección que todos los sandinistas debemos aprender:
es trabajando que se une la gente ante las dificultades. Porque me acuerdo
que cuando me hirieron a uno de los muchachos en la emboscada de la Olla
de Barro2, en donde murió el jefe, que era Bermúdez, entonces le dije a
Joaquín que me prestara una casa de seguridad, y Joaquín me la prestó; y
ellos me pidieron dos rifles Garand, y yo se los presté, y con municiones.
7
a la Guardia de manera conjunta, colectiva y hermanada.
En esas condiciones, Mónica, fue que se elaboró ese plan que culminaría
con una insurrección en Managua. Se había visto la ofensiva del Frente
Norte, que inicia desde mayo; se interrumpió un poco por la muerte de
Germán Pomares en Jinotega, pero después las columnas guerrilleras
estaban preparándose para la insurrección.
Se diseñó esa estrategia pensando que en el Frente Sur, que era donde se
suponía iba a estar el mejor abastecimiento y el grueso de los
combatientes, podía jugar un papel determinante. El Frente Nororiental, que
era la gente de la montaña, iba a entrar a contactarse con Matagalpa. El
Comandante Luis Carrión, que es de los pocos miembros de la Dirección
Nacional que estaba en el país durante la ofensiva final, iba a estar con la
Columna Oriental, al lado de Juigalpa, Chontales. La gente de León, donde
estaba Dora María, Mauricio Valenzuela, Leticia Herrera y Leopoldo “Polo”
Rivas, que llegó al final.
Entonces, todos esos frentes iban a actuar sobre Managua, y los comandos
del Frente Interno en los departamentos, iban a estar esperando en Carazo,
Granada y Masaya. Nosotros íbamos a estar por tres días en Managua. Esa
fue la locura más grande que nos dijeron.
8
En estos planes, el teatro principal de la insurrección estaba en los barrios
occidentales, mientras los barrios orientales serían el teatro secundario. Al
caer los planos, la EEBI se acuartela en el Estadio Nacional e inicia unos
patrullajes salvajes en ese sector. Decidimos voltear los planes, y el teatro
principal estaría en los barrios orientales; por ello iniciamos el traslado de
armas y combatientes que estaban en casas y buzones de los barrios
occidentales. Era una carrera de locos, porque era trasladar armas en
medio del despliegue de la Guardia, en carros, carretones y yo me acuerdo
que decidimos trasladar toda una unidad que teníamos en Altagracia en
medio de retenes y el guardierío patrullando.
William: En el plano que había hecho Pérez Leiva “El Inca”, los cauces que
bajan hacia el lago eran utilizados como fortificación. Esos cauces tienen
puentes, eran los puntos principales a defender, para que no pudieran
entrar los tanques.
Por esos días, le doy al Estado Mayor una casa de seguridad donde nos
reconcentramos y empezamos a operar como un solo mando. Quedaba de
La Vicky, como siete cuadras al lago y una cuadra arriba. Ahí instalamos los
radios de comunicaciones, los planos, y teníamos reconcentradas a las que
serían luego las unidades de apoyo y respaldo del Estado Mayor. Me llevé a
“Venancia” Isabel Castillo, Francis Araica y a “Ernesto”.
Había una gran efervescencia, hasta el punto que, con cualquier acción,
mucha gente pensaba que ya era la insurrección. Cuando se dan estos
ataques el nueve de junio, la gente se lanza a las calles creyendo que ya es
9
la insurrección, y empiezan a hacer barricadas. Cabrales me manda a decir
que el asunto es incontenible, ya la gente comienza a hacer barricadas,
aunque algunos les decían que se retirara. Igual cosa le reporta Marcos
Somarriba a Oswaldo Lacayo. Así comenzó la insurrección de Managua.
Todavía no habíamos terminado de trasladar las armas que estaban en los
barrios occidentales.
Cargamos todas las armas, los radios y lo que llevábamos, y entramos a pie
atravesando el Barrio Riguero; cruzamos el cauce por un puente peatonal,
llegamos a la Pista El Dorado y entramos a ese reparto. La gente se puso
eufórica cuando nos vio llegar, vestidos de verde olivo, con nuestros
pañuelos rojinegro en el rostro y con buenas armas. La Carreta Norte era
más complicada, porque era asfaltada, no de adoquines, teníamos que
trasladarlos. El Edificio de Armando Guido fue un punto donde se apostó la
Guardia con francotiradores, y desde ahí nos pasó martirizando un buen
tiempo.
William: Lo que nos habían dicho era que teníamos que resistir tres días,
para impedir que le EEBI avanzara hacia el Frente Sur y hacia el Frente
Norte; mientras, en Estelí, costó muchísimo tomarse el cuartel, lo cual sólo
ocurrió hasta el 16 de julio. León también nos atrasaba.
Mónica: La toma de los cuarteles no era cosa fácil; vos podías tener
controlado todo el territorio, pero ellos se acuartelaban. El ataque a una
posición es siempre muy complicado, te puede llevar meses rendir una
posición.
Mónica: Todas las tendencias del FSLN teníamos tres tipos de organización:
pública, legal y política. Hacíamos la coordinación de las organizaciones
públicas por medio del MPU, el Movimiento Pueblo Unido. Se coordinaba la
acción sindical, las organizaciones de mujeres, de maestros, etcétera. Ahí
estaba la Asociación de Mujeres ante la Problemática Nacional.
10
Mónica: Después estaban formas de organización militar amplias, del
pueblo. En el caso nuestro eran los CAP, Comités de Acción Popular; los
Proles les llamaban Brigadas Populares, y los Terces, Milicias Populares. Las
tres eran modalidades para permitir la participación más amplia de los
jóvenes. Éstos tenían autonomía operativa, y podían accionar muy pegado
al territorio, al barrio.
Nuestra tendencia entró más o menos con unos cuarenta fusiles, los Proles
un poco menos, y los Terces como con setenta, pero tenían RPG-2 y
ametralladoras. Me acuerdo de Carmen “La Chilena” corriendo en La Liebre
con el cohete. Una mujer heroica. En total no pasamos de ciento veinticinco
armas orgánicas, como les decíamos. Lo que la GPP tenía era bastantes
combatientes, pero nunca nos llegaron las armas.
11
también tenían sus unidades en esos sectores. Los barrios occidentales se
levantan y no pueden resistir. Los compañeros con más experiencia militar
orientan realizar un repliegue, pero durante el mismo se produce la
masacre de Batahola el 15 de junio. Hubo más de cien muertos. Buscaban ir
hacia el sur, para llegar a Diriamba.
William: La gente del barrio El Riguero fue increíble cómo nos recibió;
cuando nosotros entramos, éramos Joaquín, Carlos Núñez y yo, después
estabas vos, Oswaldo y Raúl, que íbamos juntos todos, los pasamos
llevando, más otro compañero que andaba con nosotros, en total éramos
unas diez o doce personas que llegamos, que éramos los jefes de la
insurrección. Y entonces la gente se entusiasmó, comenzó a levantar
barricadas, y de allí nosotros seguimos organizando a la gente en
escuadras, la gente comenzó a buscar medicamentos, y los muchachos
comenzaron a entusiasmarse y a organizarse, son como las primeras
escuelitas. En los Repuestos La 15, se hizo una gran barricada.
12
desalojarlos totalmente. La Guardia resistió el acoso de nuestras fuerzas
hasta el día siguiente. Incluso, la Guardia metió un fuerte grupo de
infantería y un tanque por la Carretera Norte, sobre la calle principal de la
Colonia Salvadorita, para sacar los pocos guardias vivos que quedaban.
Fueron feroces los combates de los milicianos y nuestras fuerzas sobre esa
calle.
Los barrios exteriores eran como un anillo, donde operaron varios días
unidades de milicianos: Riguero, El Paraisito, Tenderí, Larreynaga y San Luis,
por el lado Occidental. Por el lado Oriental: Villa Progreso, Xolotlán, lo que
es hoy Georgino Andrade, Rubenia. Por el Sur: 14 de Septiembre y Santa
Bárbara. De manera que la Guardia sólo pudo acercarse a la línea de
defensa principal varios días después, cuando desplegó todo su plan de
acoso.
13
Y una pregunta, para ambos: ¿No creen ustedes, Comandantes, que a veces
se crea en el ambiente que hay sandinistas buenos y sandinistas malos?,
¿cómo que unos pelearon y otros no pelearon? Yo considero que, como
parte de la unidad, hay que resaltar las virtudes de todos, porque todos
pusieron algo en la lucha.
Mónica: Esta Unidad se llamó Oscar Pérezcassar y fue la que nos permitió
resistir tantos días, porque la Guardia se desconcertó. Nosotros no
estábamos defendiendo los puentes y otros puntos nada más. Ellos no
podían saber por dónde, fuera de nuestras líneas de defensa, les atacarían.
Esta unidad, cuyo Responsable era Walter Ferreti, “Chombo”, salió a hacer
operaciones súper arriesgadas. “Chombito” me contaba que en una ocasión
salieron a lanzarle morteros a la Loma de Tiscapa, a la propia Casa
Presidencial. Todo perseguía llenar de zozobra a la Guardia. Fue una
operación de un pequeño grupo. Llegan, instalan el mortero, le lanzan tres
descargas y se van a todo gas.
14
Por las circunstancias históricas que se dieron en ese momento, había
gente que nosotros teníamos en Honduras, por ejemplo, y que después nos
reclamó por qué no le habíamos autorizado el ingreso al país.
Mónica: El compañero también dijo que queremos dar a entender que hay
sandinistas buenos y sandinistas malos. Aparte que eso de calificar de
buenos y malos no es nuestro estilo, yo debo enfatizar que lo importante no
es lo que se hizo en el pasado. Como William dice, tenemos que presentar
una fotografía y sus circunstancias. Fulano estaba ahí en ese momento y en
esas circunstancias, y por eso sale en esa fotografía. Muchas veces he
reflexionado en este programa sobre el hecho de que nos haya tocado a
nosotros estar en los momentos gloriosos de la insurrección final y del
triunfo de la revolución, de alguna manera es circunstancial. Lo
fundamental no es eso, sino lo que uno está dispuesto y sigue haciendo en
el presente, lo que hizo después y lo que se mantiene haciendo ahora. Y en
eso sí, yo quiero decir que hay compañeros que han abandonado la lucha, y
que ya no están en la lucha. Eso es verdad. Otros, porque tienen otras
concepciones.
15
Entonces, no se le puede negar que históricamente participó en la
insurrección; pero tampoco se puede creer, que porque lo hizo, la condición
de revolucionario se mantiene eternamente. Creo que la condición de
revolucionario se confirma todos los días en la acción, y obviamente que
eso no se puede medir en lapsos de tiempo muy cortos. No podés
descalificar a alguien, porque se retiró un año, dos, no; puede ser que por
problemas personales, que sé yo, no tuvo un gran protagonismo en tal o
cual circunstancia; pero si su vida sigue consagrada desde distintos tipos de
escenarios, porque también eso ocurre, a unos les toca ser periodistas, a
otros les tocó estar en la lucha política, y a otros estar en la lucha social,
por ejemplo.
16
determinante para terminar con la dictadura. Igualmente fue determinante
el que varios países del mundo, y países de América Latina, le retiran el
apoyo a Somoza, cuando la OEA en su famosísima reunión resuelve que
Somoza tenía que renunciar. Le mandaron un emisario, y después la tarea
nos tocó a nosotros, empujar hasta el final. Incluso, hasta los Estados
Unidos le quitaron el apoyo que lo había sostenido durante los cuarenta
años que duró esa dictadura.
Nos reunimos y hablamos con la gente que estaba en Costa Rica. Nos
dijeron que pensáramos en la posibilidad de irnos para León, para que nos
encontráramos con el Frente Occidental Rigoberto López Pérez. Pero ir a
León, atravesando noventa kilómetros en despoblado, no nos parecía. Les
planteamos ir a Masaya, que era más corto, que conocíamos la ruta, y que
no iríamos en despoblado. Nos dijeron que la decisión la tomáramos
nosotros, que éramos los que estábamos en el terreno.
El único que se opuso fue “Chombo”, quien lloró; se opuso porque decía que
cómo nos íbamos a ir sin la gente, que no podía ser que sólo los
combatientes. Y fue ahí que nosotros dijimos que el que se quería ir con
nosotros, que se fuera: Y se fueron como seis mil personas. Una cosa
extraordinaria para un movimiento militar.
17
Realmente lo más importante fue, que a pesar de que fue una marcha de
seis mil personas, fue absolutamente secreta. La Guardia no se da cuenta
de que nos habíamos ido de ahí. Dejamos las barricadas, y en algunas de
ellas, pusimos muñecos con gorras y con palos, para que pareciera que
estábamos allí. La Guardia se da cuenta después del ataque que hacemos
al día siguiente a una patrulla en Veracruz, cuando recuperamos una
ametralladora 50.
18
Cada pelotón tenía su objetivo de ataque. Todos los objetivos fueron
cumpliéndose el primer día, pero no pudimos tomarnos el Comando de La
Pólvora. Nosotros cercamos el Comando el día 17, pero los guardias se
acuartelan. En Jinotepe nos costó dos días tomarnos el edificio de
Comunicaciones. Allí es donde mueren nuestros compañeros, en el caso de
Jinotepe, en ese punto, porque del comando salió Rafael Lola el mismo día
5. No aguantó nada.
19
William: Por su parte, el Comandante propuso que quería salir fuera de
Nicaragua y lo sacamos hacia la frontera con Costa Rica; los otros guardias
pasaron a la Cruz Roja. Cuando lo iban sacando, la Guardia de El Coyotepe
mortereó al convoy. ¡Pero éste es otro tema!
20
De Managua también salió el obrero César Augusto Silva, caído en Masaya.
Con las fuerzas que quedaron ahí, se constituyó otro Batallón, que se
bautizó con su nombre. Alguien especial era Martín Castellón Ayón “Paco”,
quien había combatido en el Frente Norte y en la insurrección de 1978 en
Estelí. Perteneció a la unidad Liebre o Caza Perros, y luego a la Oscar
Pérezcassar. Nunca me voy a olvidar de él en el repliegue. Como
recordarás, William, pretendimos que el repliegue fuera ordenado, pero no
fue tan así. “Nacho”, quien iba a la retaguardia, llegó de primerito; y
nosotros, que también éramos de la retaguardia, nos juntamos en Veracruz
con parte de la vanguardia.
William: Walter era un muchacho flaco con unas grandes cualidades, como
casi todos los revolucionarios. Cuando llegué a Managua, él estaba bajo la
responsabilidad de Noel Escobar. Walter atendía parte del sector estudiantil
y parte del trabajo de los barrios occidentales. Había participado en varias
21
acciones militares. Cuando se da esta situación del repliegue, lo
responsabilizamos de que garantice que la gente de los barrios occidentales
pueda buscar cómo protegerse y evitar pérdidas humanas, que deje las
indicaciones para que todo mundo pueda cusuquiar. Habíamos dicho en
aquella oportunidad que era volver a la clandestinidad, no quedar abierto, y
que nos alcanzara en Masaya.
Mónica: Varios oyentes nos han pedido hablar de algunos caídos, como
Idania Fernández y Araceli Pérez. Vamos a dejar pendiente ese tema porque
cayeron en Veracruz, León, junto a Oscar Pérezcassar.
William: Sobre Araceli quería comentar que era mexicana. Yo le voy a dejar
flores a dos personas: a Araceli y a “Chombo”. Ahorita, Día del Padre, le
pasé dejando un ramo de flores a “Chombo”. Siempre voy a León a que le
limpien la tumba a Araceli Pérez y a dejarle unas flores, porque su hermano
trabajó conmigo aquí, el mexicano César Pérez Darias. Tengo comunicación
con ellos vía internet.
Que les cuenten cuáles eran las condiciones económicas en que vivía la
gente, cómo estaban organizados los bancos, cómo era que la gente hacía
para tener sus casas; cómo era la Policía de entonces, cómo era la Guardia
Nacional, que si era distinta o si era la misma; pregunten quién abastecía a
Somoza, quién era el que lo mantenía, que si era bueno o si era malo. Todo
eso pueden preguntar los chavalos. Es importante que los padres de familia
cuenten lo que saben. Es importante que hagan comparaciones, que
expliquen las causas didácticamente, pedagógicamente, con calma,
diciéndole a cada niño, a cada estudiante por qué esto, por qué lo otro. Que
los padres de familia se den su tiempo para explicar, no les va a llevar
mucho. ¿Por qué? Porque los niños no preguntan todo de una sola vez, ahí
van preguntando poco a poco. Entonces cada vez que les pregunten, deben
22
tener la paciencia para agotar el tema que les toca. No agoten todos los
temas; si le preguntan sobre una cosa, sólo contesten sobre esa cosa. Ahí
les van a preguntar otro día sobre otra cosa.
En los colegios, en la medida en que pasan las materias o los grados, los
niños y jóvenes van aprendiendo temas distintos y esos se van
relacionando. Otra cosa es sobre la actualidad. Creo que hay que reflexionar
sobre cómo se dio el proceso de unidad en el Frente Sandinista durante la
guerra de liberación; y la tolerancia y el derecho que tenemos todos los
sandinistas a expresar nuestros puntos de vista y a fortalecernos.
Notas
23
1En marzo del 2000, el Diputado Liberal Enrique Quiñónez declaró a La Prensa que Anastasio
Somoza Portocarrero, El Chigüín, retornaría a Nicaragua. Frente a la reacción que desató esta
afirmación, el hijo del último dictador Somoza que dirigió la EEBI y personalmente cometió
muchos crímenes contra patriotas nicaragüenses, escribió una carta que se reprodujo en
algunos medios de comunicación. En dicha carta, se atrevió a emitir juicios sobre la
democracia y el estado de derecho en Nicaragua.
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
IX
Managua
Olvidar sería traicionar la sangre derramada
Amílcar Ocampo Elvir
1
donde estaban los enemigos a controlar.
2
insurrección de estos sectores, las circunstancias en que se tomó la
decisión de replegarse hacia San Judas y el asesinato masivo de cientos de
jóvenes en distintos puntos, incluyendo el lugar conocido como Batahola,
donde la Guardia perpetró una verdadera masacre.
Mónica: Nos costó mucho encontrar a una persona que testimoniara aquel
día terrible cuando la Guardia masacró a los muchachos en Batahola.
Patricia Méndez Arriaza tampoco quería hablar, porque dice que no puede
contar eso sin llorar. Por eso no quiso venir al programa; pero accedió a que
la grabáramos, con la condición de no pasar su voz quebrantada todavía
por el horror. Así que transcribimos, y leemos lo que nos dijo:
Como a las doce del día del 15 de junio de 1979, mi abuelo nos dijo
que poco a poco estaban pasando “los muchachos”. No le creímos;
pero a la media hora, se empezó a oír un tiroteo cerrado. Nosotros
teníamos hasta un refugio en el patio de la casa, pero ni nos dio
tiempo de entrar en él. Nos tiramos al suelo y no podíamos ni
levantar la cabeza.
Como a las dos, dos y media, salimos de las casas. Vimos que los
campos de béisbol hasta verdeaban de guardias de la EEBI. Era una
cantidad increíble de guardias, que duplicaba o triplicaba el número
de “los muchachos” que iban en retirada. Prácticamente, no les
dieron tiempo de defenderse.
A eso de las cinco de la tarde, llevaron dos palas mecánicas con las
que recogieron los cadáveres. Los echaban en unos camiones
amarillos. Si la Guardia encontraba a alguno vivo, lo remataba, por
lo que de vez en cuando oíamos balazos. Algunos cadáveres fueron
recuperados por los mismos compañeros que sobrevivieron a la
masacre, pero a la mayoría se los llevaron en los camiones.
3
Algunos de los cadáveres los llevaron detrás del Hospital Vélez Páiz
y los incineraron. Otra parte, según dicen, los llevaron a fosas
comunes. No sabemos dónde están. Dicen que fue uno de los
cuidadores del Plantel de Carreteras el que denunció que los
muchachos estaban pasando por ese lugar, y la Guardia los
emboscó.
Del Colegio Lumen Cristhi hacia arriba, donde hoy día es el Reparto España,
estaba la terminal de buses de occidente, que era un campo pelado. Los
muchacho avanzaron desde Monseñor Lezcano y por dentro de Miraflores,
sobre la calle del Colegio Lumen Cristhi; pasaron lo que es ahora el Reparto
España, después se desviaron a Miraflores, cruzaron por la calle que
conduce al seminario y avanzaron por la avenida que pasa por Gallo y Villa,
donde está ahora el Instituto de Vivienda, hasta salir a la Carretera Sur, al
este de la embajada de los Estados Unidos.
En el lugar donde ahora se erigen los barrios Batahola Norte y Sur, eran
predios montosos. Desde la Carretera Sur, cerca de la embajada
norteamericana, comenzaba un camino de tierra que llegaba hasta el
Plantel de Carreteras y terminaba donde hoy es el Mercado Israel Lewites.
Al frente de ese camino, por la embajada, estaban varias empresas, entre
ellas la Cementera y la Komatsu. Entre una y otra había varios cuadros o
patios que servían de campos de béisbol.
4
seudónimo era “Henry”, en la coordinación del Barrio Monseñor Lezcano y
de los CAP de los barrios noroccidentales, bajo el mando de Eduardo Cuadra
“Ismael”.
5
La Tercera Sección de Policía estaba bien custodiada por un convoy de la
Guardia, había bastante gente armada y con buenas armas, sólo ahí había
una calibre treinta, una cincuenta montada y había bastantes guardias con
sus respectivas dotaciones de municiones, granadas y todo.
Nos dimos cuenta que estas acciones no las podíamos realizar con las
armas que andábamos; entonces, al día siguiente, decidimos tomarnos el
barrio, golpear las puertas de las casas, para recuperar armas. Mucha gente
salió con revólveres, escopetas, nos dieron municiones, y así logramos ir
recogiendo poco a poco armas que nos podían servir. En las farmacias
recogimos material para hacer bombas de contacto.
Empezamos a hacer trincheras por todo el barrio para lograr que la Guardia
encontrara retenes y que le costara la entrada al barrio, porque cada retén
era una barricada, un obstáculo. Hicimos barricadas con adoquines, pero
como en Monseñor Lezcano había muchas calles de tierra, entonces
sacamos vehículos descompuestos, cruzamos buses y todo lo que podía
servir para impedir el paso de la Guardia. Incluso la gente sacaba de sus
casas todo lo que no ocupaba: los muebles viejos, las cocinas, trozos de
hierro; eso era para que la Guardia en cada esquina tuviera que ir con
miedo. La gente también abrió zanjas. Comenzamos en Santa Ana, después
nos fuimos a tomar el Barrio Monseñor Lezcano, se rodeó todo el barrio,
entramos a la Colonia Morazán y al reparto Las Brisas, y la gente respondió,
lo mismo que en Acahualinca.
6
monte por el sur y fueron a parar a León, avanzando por la carretera vieja.
Ellos comienzan a atacar desde la Ferretería Lang hacia el lago, hasta llegar
a La Ceibita, como diez cuadras. Ellos avanzan y en ese trayecto van
combatiendo con la gente nuestra, nos hacen heridos y no teníamos cómo
atenderlos; los metimos en casas particulares; o en otros casos donde su
familia.
7
Después nos hacen retroceder hasta Acahualinca, donde teníamos
alrededor de dos mil compañeros. Había gente de todos los barrios
noroccidentales (Monseñor Lezcano, Santa Anta, La Morazán, Las Brisas,
Barrio Cuba) de Managua y de todas las tendencias del FSLN, todos con
diferentes tipos de armas. Pero no sabemos qué hacer en ese momento
porque ya llevábamos muchos días de lucha, estábamos desgastados
psicológicamente. Hubo un momento en que las distintas tendencias
tuvimos contradicciones sobre qué hacer en ese momento, si enfrentar a la
Guardia militarmente, hacer trincheras en todo el barrio, o retirarnos.
Oyente: Julio López Campos. Sin lugar a dudas, hubo cierta espontaneidad
en la gente, pero no hay que olvidar el trabajo político que el Frente
Sandinista venía haciendo durante muchos meses, preparando la
insurrección; la gente, la población, fue adiestrada de manera minuciosa
para el lanzamiento de la insurrección. La población fue avisada que la
señal que indicaba el inicio de la insurrección era la huelga general. Es eso
lo que explica por qué la gente inmediatamente comienza a levantarse,
porque nosotros trabajamos sobre una lógica: huelga general-insurrección.
Una vez que se diese la huelga general, todo el pueblo debía estar listo
para pasar a la insurrección y dar su respaldo a las acciones de los
comandos armados del Frente Sandinista.
Oyente: María Haydee Sequeira. Honor y gloria a esos héroes jóvenes que
fueron masacrados en Batahola; honor y gloria a Zulema; honor y gloria a
Jorge Corea, que fue amigo mío en el Instituto Ramírez Goyena, y fue
masacrado también.
Recuerdo a todos mis ex-alumnos del Goyena, valientes, tomaron el fusil en
el momento que la Patria los necesitó. Recuerdo a Ruth del Carmen
Palacios, quien fue masacrada en La Cuesta del Plomo, hoy se llama Cuesta
de los Héroes y Mártires. Le cortaron sus pechitos, la masacraron junto a su
hermano, también joven goyenista, todo porque no denunciaron al otro
hermano de ellos, que era maestro del Goyena, y que con orgullo se fue a la
lucha también.
Vaya para todos ustedes un abrazo muy sentido y una invitación a que
sigamos adelante, a no olvidarnos de las ignominias que hemos sufrido, sin
rencores pero no confundiendo lo que es bueno para la Patria y lo que ha
sido malo y podrido, y que no lo podemos seguir permitiendo.
8
donde se recuperaron algunas armas. Ahí combatieron fuerzas combinadas
de Acahualinca y La Morazán, porque se pensaba caerle a Gadala María,
que era un bastión de la Guardia. El combate duró desde la mañana hasta
principios de la tarde y al final los perros se fueron.
Ahí nos juntamos con una escuadra Tercerista. Un compañero que andaba
con un RPG-2 estaba dormido de la Iglesia Santa Ana media cuadra al sur.
Imaginate, nosotros con unas armas caseras y él con un RPG-2. Ideay,
brother, ¿viniste a dormir a la guerra? –le dije. No te me despegués. Todos
juntos hicimos una ofensiva y logramos volver al Barrio Monseñor Lezcano y
nos tomamos la Tercera Sección de Policía, que le servía como bastión a la
Guardia. Ahora ya no existe, es una vivienda, pero quedaba de la Foto
Lumington, tres cuadras al lago.
9
ellos, un hombre gordo, de bigotes. Como los encontramos en esa casa, nos
parecieron sospechosos. Los tomamos de rehenes, los combatientes ahí
nomás los querían matar. Resulta que un señor de bigotes se llamaba
Roberto Sánchez y supuestamente era oreja, pero la familia lo reclamó
diciendo que él andaba pidiendo leche para los niños, no le creímos, pero
finalmente lo dejamos libre; a los otros dos, “Pedrón” les pasó la cuenta. En
toda esa lucha también anduvo Elías Zapata.
Amílcar: La Cuarta Sección de Policía era una casa prefabricada que estaba
del Cine Darío, dos cuadras y media arriba. Se la tomó Gonzalo, el famoso
“Carne Asada”, con su gente. Ya tomadas la Tercera y la Cuarta, nos
unificamos para sumar fuerzas; pero entonces la Guardia la echa toda con
nuevas fuerzas. A nuestro juicio, incluso viene gente del CONDECA.
Luis Gaitán llegó al Barrio Monseñor Lezcano hasta ese momento, y nos
dijo: –Ve, qué están haciendo, váyanse para allá; y nos dijo que nos
fuéramos para San Judas. Mandé una escuadra para ver si se podía pasar
para San Judas, y regresaron dos compañeros heridos. Uno de estos
compañeros se llama Pedro y ahora vive en los Estados Unidos. Él venía con
una pierna herida y me dijo: –Mirá, ahí la Guardia está tendida y nos
balearon.
Después que esta avanzada reportó la situación, vimos que todo estaba
ocupado, militarizado, y que mejor podíamos agarrar para León.
Entonces ahí fue cuando nos dividimos. Pedro Meza “Henry” y el compa
Tercerista que le decían “El Cumba”, de la Colonia Morazán, salieron
10
buscando San Judas; y yo salí en un grupo como de doscientos, mezclados
de todas las tendencias, que nos fuimos por Los Martínez, buscando la
carretera hacia León, en varios grupos dispersos.
Pedro, herido, aun así se fue en el grupo que intentaba llegar a San Judas.
Me dijeron que al llegar a la carretera, un grupo como de unos veinte logró
pasar. No sé si la Guardia estaba distraída o si los dejaron pasar para que el
resto se confiara.
Era gente que sabía que si caía en manos de la Guardia estaba muerta,
estaba liquidada. Al pasar por Batahola, fueron masacrados. Muchos
lograron llegar a San Judas; pero los compañeros de este barrio, al
comienzo, pensaban que eran guardias disfrazados de combatientes
populares, y por poco les vuelan balas. Luego que los reconocieron, les
dieron de comer, les facilitaron ropa y solidaridad.
11
salir de la cárcel, participa en la insurrección de junio en los barrios
noroccidentales de Managua. Combate valientemente en esos operativos.
Según mi hermana Amparo, ella habló con Zulema el día 15 de junio por la
mañana. Zulema le decía que se fuera en el repliegue hacia San Judas. Dice
mi hermana: “Yo no me fui porque Eduardo Cuadra nos había dicho a
nosotros que teníamos que hostigar y luego mantenernos en casas de
confianza, o sea quedarnos.
Ese día por la tarde, una señora que colaboraba con Zulema, la dueña del
restaurante que se llamaba El Gitano, que quedaba por Monseñor Lezcano,
me llegó a decir: –Ahí está la “Claudia”, que era como ella la conocía, en el
lugar de la masacre. Nosotros quisimos entrar, pero ya había un cordón de
la Guardia. Entonces en la mañanita, yo me fui con nuestra prima Gloria
Elena a buscarla, pero ya no la encontramos. Rebuscando entre toda esa
masa y los restos humanos, encontramos los anteojos y parte de la cotona
que ella usaba ese día. Su cadáver propiamente yo no lo vi, pero varias
gentes que estuvieron ahí, me dijeron: –Ahí quedó “Claudia”. Yo le llevé los
anteojos a mi mamá, en la embajada de Venezuela. La imagen de aquel
campo era una cosa dantesca”.
La lista parcial de los que ahí cayeron que se ha podido reconstruir por
medio de familiares y combatientes sobrevivientes es la siguiente:
12
Suárez 45. Julio Loáisiga “Pancho” 46. José Esquivel Acevedo
“Roberto” 47. Napoleón Lara 48. Nelson Barrios Parras 49. Oscar
Antonio Gutiérrez Serrano 50. Francisco Gutiérrez Janson.
Los compañeros que se replegaron hacia San Judas iban en tres bloques. El
primer bloque pasó hasta San Judas; el segundo, compuesto de unos
doscientos milicianos, fue masacrado; y el tercero se dispersó en todos los
barrios buscando cómo salvarse cada quien por su cuenta. El asunto era
cómo sobrevivir.
Una vez que se produjo la masacre, la Guardia entró en control de todos los
barrios occidentales y empezó a peinar casa por casa, cateando y
capturando gente. Esta labor era apoyada por orejas e infiltrados que
señalaban a quienes habían participado en los movimientos. Las tanquetas
se movían por los barrios, atemorizando a la gente. Amparo Baltodano,
13
Marcia González y Germán Ruiz, pasaron la odisea de buscar dónde
refugiarse. Había un gran temor de la gente para dar refugio. Llegaron a la
casa de Miguel Bonilla, pero no había condiciones, para quedarse y días
después Miguel fue brutalmente asesinado.
William Díaz, uno de los principales dirigentes de los CAP de los barrios
noroccidentales, estaba entre los combatientes que habían combatido en
San Judas, pero se regresó a Monseñor Lezcano. Se encontró con Amparo
Baltodano en ese barrio, y le dijo que, antes de volver a San Judas, visitaría
a su mamá doña Dalia, porque ella era muy nerviosa.
14
Hay algunos que recomiendan olvidar y hablan de reconciliación como
sinónimo de olvido. Creo que hay que trabajar por la reconciliación, pero
eso no significa olvidar, porque hacerlo sería traicionar la sangre
derramada. No se puede olvidar la historia, no se puede fingir como que no
pasó. Algunos hasta insinúan que ese inmoral olvido puede cubrir a
Anastasio Somoza Portocarrero, jefe de la EEBI.
10 de junio de 2000
Notas
15
1 Pedro Meza “Henry” explica que Silvio Porras “Israel” inició la caminata y fue herido en la
acera de la Foto Lumington el mismo día del repliegue hacia San Judas. El compañero Fanor
Gaitán se ofreció a sacarlo para que lo atendieran, pero la Guardia los capturó y asesinó a
ambos en la cuesta de Las Piedrecitas el 15 de junio.
Mónica Baltodano
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
IX
Managua
¡Que se rinda tu madre!
César Sediles y Alma Nubia Baltodano
**
1
El 18 de septiembre de 1978, un grupo de estudiantes, organizados como
Unidad de Combate Oscar Turcios, decide realizar una emboscada a un jeep
BECAT de la Guardia Nacional. El operativo sale mal y son masacrados en
una casa en el Reparto Las Palmas.
Ambos son representativos de esos corajudos jóvenes que desde las aulas
de secundaria hicieron de todo: realizaban círculos de estudio, dirigían el
movimiento estudiantil, participaban en organizaciones sociales de su
barrio, dirigían huelgas, participaban en las marchas, hacían fogatas,
arengaban a la población, hacían operaciones relámpago de propaganda no
armada y armada en sus comunidades, elaboraban y regaban papeletas,
recuperaban materiales para fabricar bombas de contacto, luego las iban a
tirar, disparaban solitarios contra casas de orejas, buscaban medicinas,
organizaban la defensa civil, y se incorporaban a las unidades de combate
para la lucha frontal contra la Guardia.
Y todo esto muchas veces sin abandonar los estudios, destacándose con
notas sobresalientes, y a la vez bailando y alegrándose, como corresponde
a cualquier generación de jóvenes. Esta generación de muchachos del
setenta labró en oro su historia.
2
Nosotros pertenecíamos a la AES, y en el Instituto Miguel de Cervantes
continuamos en nuestra actividad. Mariano pasa a la universidad y yo
quedo en el Instituto.
Yo era menor que ellos, pero iba aprendiendo lo que me enseñaban. Para
abril-mayo de 1978, se dio la huelga de hambre de doña Albertina Serrano,
la mamá de Marcio Jaen. Entonces nos orientan tomarnos los colegios.
El siguiente año, nos negaron la matrícula. El Director del San José no nos
aceptó porque a diario hacíamos pintas; luego las limpiaba y nosotros las
volvíamos a poner; dijo que ya no nos aguantaba. Expulsadas
definitivamente, nos tuvimos que ir al Alfonso Cortez, por Linda Vista.
3
En esa época, como explicaba César, las acciones del movimiento
estudiantil eran más de cara a los barrios; siempre se hacían cosas en los
colegios, eran labores políticas y de reclutamiento; pero en la noche
participábamos en la propaganda de los barrios, las fogatas, las pintas;
éramos organizados en los CAP y en los Comités de Defensa Civil (CDC).
Todos los días en los barrios, a partir de las seis de la tarde, lanzábamos
bombas de contacto, y ya en 1979 eso era como un ritual. No era sólo
tirársela a los jeep BECAT, sino a los esbirros, o simplemente lanzarlas a la
calle. Era una manera de decir, aquí estamos. Y después de eso, a las
cuatro de la mañana, pintas. Aunque la Guardia las borraba al día siguiente,
nosotros reiterábamos en pintarlas. Las hacíamos por escuadras. Dos
vigilando y dos pintando.
Alma Nubia: Ahora parece sencillo, pero eso fue en septiembre del año
1978. Luego de varias insurrecciones en el país, después que Somoza ha
bombardeado Estelí, y de la toma del Palacio Nacional. O sea, este
compañero fue realmente valiente. Tendría lo más unos dieciséis años,
cuando hizo eso.
4
Alma Nubia: Yo participé también en la huelga de hambre de doña
Albertina. De los barrios mandábamos representaciones para hacer uno o
dos días de ayuno en solidaridad. A mí me tocó ir por Altagracia.
Mónica: Ustedes realizan esta acción como parte de las acciones ofensivas
que el Frente Sandinista desarrollaba en todo el país. Recuerdo que Ramón
Cabrales habló con Urania y se planificó la operación; pero a la hora de
ejecutarse, se realizó con cierta precipitación; una falla fue la falta de
información. ¿Cómo diseñaron la operación?
5
César: Era somocista. Era el dueño del restaurante King, que estaba frente
a la UCA. Después yo supe que los compañeros fueron a quemar ese
negocio3. Debido a esta denuncia, en vez de BECAT, llegaron como tres
camiones llenos de guardias, una tanqueta y armamento pesado. Hicieron
un cerco de doble anillo en toda la manzana para que no nos escapáramos.
En frente estaba la tanqueta bombardeando la casa, y un guardia con un
lanza granadas M-69.
Mariano Sediles estaba enfrente, donde ahora es Las Malvinas y antes era
predio vacío. A Rolando Herrera no lo conocíamos ni estoy claro en qué
posición estaba. No sé si era un colaborador que cae en la operación. Él
llegó con la Urania.
César: Sí, a ella le dije que nos retiráramos, pero no sé por qué no quiso
salir.
6
Luego de todo esto y después que matan a Mariano, nos reunimos con el
compañero Víctor Hugo Tinoco, y él nos dice: –Se van a Cuba porque
ustedes están quemados en el barrio, ya no pueden hacer nada. Se van. Y
nos fuimos Eddy y yo. Eddy cayó después en Matagalpa, en el asalto al
Bodegón, un lugar donde se había posicionado la Guardia, en junio de 1979,
a sólo un mes del triunfo de la revolución.
Urania Zelaya Úbeda nace en 1959. Estudia primaria en San Rafael del
Norte, departamento de Jinotega, donde se destaca como la mejor alumna.
Interesada en los fenómenos sociales que acontecían en esa época, entra a
la Escuela Normal de Estelí, destacándose por su rendimiento académico.
7
En 1976 se bachillera, y se integra a la lucha. A inicios de 1977 forma parte
del Comité Ejecutivo del FER en la ciudad de Estelí.
Forma parte de una célula con William Díaz y Eddy Monterrey, que dirige el
Movimiento Juvenil de Altagracia (MJA), desde el cual impulsan tareas
comunitarias. También forma parte del equipo de dirección de la AES en el
que estaban Marcos Sequeira, Manuel Olivares, Guillermo Romero 5, Eddy
Rodríguez y César Sediles. Participando en acciones de hostigamiento
contra a la Guardia, pierde un dedo y sufre deformidad en una mano, al
estallarle una bomba de contacto.
8
Quienes lo conocieron lo recuerdan por su interés en la formación política y
realizando círculos de estudio aun en medio de las tomas de colegios y
actividades militares. Decía que había que estudiar y llegaba a altas horas
de la noche impartiendo charlas.
9
Valentín fue enviado para reforzar este operativo porque pertenecía a una
unidad de combate; había recibido entrenamiento en una escuela en San
Francisco Libre, que impartieron Ramón Cabrales y Julio César Avilés.
César: Los hacíamos con mimeógrafos de madera. Era una tabla sólida y
un marco de madera, unidos ambos por unas bisagras. Sobre el marco
tensábamos una telilla, muy tensa, y sobre ella prensábamos el esténcil
picado con los textos de lo que queríamos comunicar. Echábamos la tinta y
la distribuíamos uniformemente con una espátula. Pasábamos encima una
varillita de madera cuadrada del ancho del esténcil, con un borde de hule,
como de llanta. Lo corríamos hacia abajo, como si fueran los tricos de un
carro. Eso lo pasábamos encima del esténcil y la telilla, y así la tinta pasaba
hacia cada hoja de papel blanco, y quedaban muy bien hechas las
impresiones. Una a una, cada página. Eran nuestros elegantes
comunicados. En secundaria, la AES aprendió a hacer eso.
Mónica: ¡El mimeógrafo de madera! Lo podías hacer uno por cada barrio.
Lo importante era que te llegara el comunicado, que la gente supiera las
orientaciones y se informara de la lucha que estábamos realizando.
10
Mónica: Y ahora todo es, ¡no hay recursos! ¡Es que no se puede! ¡Es que
no sé qué!
Antes del viaje nos pasaron muchas cosas, por ejemplo, Eddy me dice que
vayamos a Matagalpa, que se va a despedir de su familia; pero estando allá
nos metimos a una hacienda y en lo oscuro caímos en unos lodazales
terribles. Cuando logramos salir, estábamos todos lodosos, con un foco, una
bolsa con crema y cuajada y una chaqueta en las manos.
César: Me ayudó mi familia y Martha Moreno Menocal, que era una de las
Responsables del barrio. Llegaron a verme, lloraron e intercedieron 7. Nos
fuimos a Cuba en octubre de 1978. Otra gente fue a Panamá, otros a
Venezuela y otro grupo a Costa Rica. En Cuba nos impartieron un curso en
donde estaban como en refrescamiento parte de los presos que acababan
de ser liberados en el asalto al Palacio Nacional y otros ya experimentados.
Álvaro Baltodano, Tomás Borge, Yadira Baltodano, Margine Gutiérrez, Doris
Tijerino, Roberto Calderón, Juan José Úbeda, René Núñez y otros
compañeros. El curso fue de mes y medio e incluyó entrenamiento militar,
tácticas de guerra de guerrillas y explosivos. Volvimos en abril de 1979,
precisamente cuando estaba la insurrección de Estelí.
11
sólo veníamos hombres. Veníamos desnudos en medio de los breñales, así
que cuando logramos vernos en la mañana, parecíamos como que nos
había salido el diablo, todos arañados por los zarzales, llenos de espinas. Ya
en Managua, nos disgregaron.
Mónica: Alma Nubia, por las mismas fechas en que César regresa del
entrenamiento en Cuba, vos sufrís el accidente en que perdés tus manos.
Contanos un poco de eso.
Alma Nubia: En marzo de 1979, echan presa a Zulema. El FER hizo una
galería de héroes y mártires, y por eso nosotras estuvimos recogiendo
información de distintos caídos. Ella había ido a buscar unos documentos a
Matagalpa. Me acuerdo perfectamente que la capturaron cuando viajaba
para regresar los documentos a la familia de Salvador Amador. Entrando a
Matagalpa, la Guardia revisó el bus y la capturaron. Estuvo casi un mes
presa, sólo por llevar fotos de un caído.
Días antes habíamos notado que la pólvora tenía una composición que no
era adecuada. Javier Cuadra tenía una parte debajo de su cama y notó que
se le había quemado. Era muy fuerte la mezcla de la pólvora con clorato de
potasio que recibimos.
El día que estábamos haciendo las bombas, yo escuché un sonido, algo así
como crujir, sentí completamente la fricción, todavía tuve tiempo y
comenté: –Oí, esto está malo, no me gusta, y ¡puuum!, estalló. Cuando vi,
mis manos estaban totalmente pulverizadas, y en una de mis piernas tenía
una herida profunda, un hoyo muy grande.
12
teniendo que cuidar a tu hijo Pancasán.
El médico que me operó es el doctor Wilson, por dicha tenía una amiga
común con César Emes, y se portó con sensibilidad. Después tuve que salir
porque la Guardia iba a llegar, salí de nuevo a Santa Mónica con la bolsa de
suero, debido a la emergencia. El CPF le dijo a mi hermana que no podía
dejarme salir, que yo debía firmar, mi hermana Amparo le dijo: – ¡Y cómo va
a firmar, no ves que no tiene manos!
13
las avionetas que venían con armas y tiros y llevaban heridos, que
aterrizaban en la carretera de Diriamba a La Boquita. Después nos
mandaron a Cuba y ahí nos hicieron las prótesis.
César: Después que regresamos de Cuba, a los dos o tres días, antes de
que nos disgregaran, llamé a mi mamá y le dije que estaba donde mi tía en
Miraflores. Se puso muy feliz porque días antes había salido en el periódico
la foto de un guerrillero muerto, y como yo nunca le escribí, pensaba que
era yo; pero cuando mis padres me vieron, no lo podían creer.
Mónica: Cabrales todo lo hacía con una gran serenidad, y también siempre
era muy práctico. Cuando se inicia la insurrección en los barrios orientales,
todo mundo andaba haciendo zanjas anti-tanques con palas y un gran
desgaste de energía. Él mandó a recuperar una pala mecánica y abrió una
semerenda zanja en la entrada sur de Bello Horizonte. En el repliegue, en
vez de llevar a toda la gente caminando como hicieron las otras unidades,
él se fue a la Carretera Masaya, capturó unos buses, y llegó tranquilo a
Masaya. Parece contradictorio porque él era la punta de la retaguardia.
Cuando él miró que el centro se había convertido en un inmenso tapón, que
no dejaba avanzar al resto decidió salir con su gente.
14
tuvimos un triunfo rotundo, y el repliegue fue a los diez días.
Recuerdo que los mandos nos dicen que tenemos que irnos a Masaya, y yo
digo: – ¿Cómo nos vamos a ir si acabábamos de pegarles fuerte? Pero
supongo que los cuadros tenían otro nivel de conocimiento, de información.
Nos fuimos al repliegue y yo me quedé en Masaya reforzando, porque esa
ciudad era clave en la lucha. Había un hostigamiento constante de la
Guardia desde El Coyotepe.
César, llamó un oyente que quiere que contés sobre la embocada días
antes del repliegue…
15
Villa Progreso y salimos casi a la Carretera Norte. Éramos casi ochenta
combatientes. Ya teníamos RPG-7, minas Claymore, fusiles Galil y hasta un
fusil AR-15.
Esta emboscada, realizada entre lo que hoy son las oficinas de Cisa Agro y
la Shell Waspán, fue todo un éxito; se aniquiló el convoy, se recuperaron
armas y municiones, y los combatientes se retiraron sin ninguna baja.
Explica Cabrales que los que salieron levemente afectados fueron los
mismos compañeros que pusieron la mina, pues aunque estaban a buena
distancia de ella, los golpeó la onda expansiva. Era una mina poderosa –
recuerda. La columna que realizó la emboscada se llamaba José Ángel
Benavides. La operación estuvo al mando de Cabrales.
16
No tuvimos ningún muerto, y es por eso que me asusto cuando, después, a
los pocos días, nos dicen que nos replegamos a Masaya. Yo no entendía,
pero después me di cuenta que ya no había municiones, que los que nos
venían a apertrechar no podían hacerlo...
Tenemos que cerrar el programa y vamos a pedir un mensaje a los que han
compartido aquí sus testimonios. Aquí tenemos a Leonel, quien tenía once
años cuando matan a su hermano. Ha estado participando sentado en
silencio, validando todas las cosas que ha contado su hermano y las
vivencias de toda esta generación valiosísima de jóvenes de los años
setenta. ¿Qué mensajes les mandás a los jóvenes de hoy?
Alma Nubia: Que se comprometan en las nuevas luchas por una Nicaragua
en la que todos tengamos acceso a derechos fundamentales. Un país que
no excluya a los que tenemos discapacidad, ya sea por efectos de la guerra
o por otras causas, accidentes, problemas genéticos, etcétera. Que
nosotros somos de una generación que lo dio todo por la libertad de
Nicaragua y por la justicia.
9 de septiembre de 2000
NOTAS
17
1 Esta huelga que inició el 29 de junio logró que se paralizaran casi todos los colegios de
Nicaragua, exigiendo el cese de la represión.
2 En marzo los familiares de presos realizan una huelga de hambre y en mayo de 1978, se
realiza otra huelga de hambre de familiares de reos políticos, encabezada por Tomás Borge y
Marcio Jaen. Doña Albertina Serrano se incorpora a esta huelga.
4 Hay informaciones que indican que, parte de los compañeros fueron capturados heridos o
ilesos. Sin embargo, todos ellos tenían un tiro de gracia en el ojo u otras partes de la cabeza.
En las fotos publicadas en Novedades, todos los rostros están cubiertos de sangre.
7 En los años finales de la lucha, la Guardia también traficó con la libertad de los presos. Hay
datos que demuestran que capturaban masivamente y se aprovechaban de la angustia de los
familiares, quienes pagaban lo que fuera para liberar a sus seres queridos. En el libro
testimonial La Ruta del Comandante Pancho, don Luis Carrión explica este tráfico de presos, y
afirma que a su hijo Carlos Carrión no pudo sacarlo porque estaba en una lista especial.
Mónica Baltodano
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
IX
Managua
En este corrido se los cuento yo1
Edén Pastora
1
Como parte de los planes contrarrevolucionarios, Edén Pastora
organiza ARDE, Alianza Revolucionaria Democrática, que abre un
frente sur en la lucha contra la Revolución Popular Sandinista.
La CIA intentó durante varios años que los grupos
contrarrevolucionarios Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), donde
estaban los principales líderes somocistas, y la Alianza Revolucionaria
Democrática, de Edén Pastora, se coordinaran; pero éste se resistió.
En abril de 1984, Edén Pastora proclamó la República Libre de San Juan
del Norte, pero casi de inmediato fue desalojado por el Ejército Popular
Sandinista. El 30 de mayo de 1984, sufrió un atentado al estallar una
bomba de alto poder en La Penca, Costa Rica, donde Edén se
aprestaba a brindar una conferencia de prensa en la que,
supuestamente, denunciaría presiones que recibía de la CIA para
unificar la lucha armada.
En 1986 anunció su retiro de ARDE y pidió asilo en Costa Rica, donde
se dedicó nuevamente a su pequeña empresa pesquera en la localidad
de Samara, Sanjuanillo, en el Golfo de Nicoya.
En mayo de 1987, Edén Pastora reconoció públicamente que la CIA le
había suministrado material de guerra y acusó al teniente Coronel
Oliver North, directamente implicado en el escándalo Irán-Contras, de
estar detrás del atentado que sufrió en La Penca en 1984.
En 1989 regresa a Nicaragua para apoyar al Partido Social Cristiano
(PSC) en la campaña electoral de 1990. En 1992, organiza el
Movimiento de Acción Democrática; luego se postula como candidato a
la presidencia por esa organización, en 1996, pero no puede participar
por ser inhibido por el Consejo Supremo Electoral, que alegó que él
tenía doble nacionalidad (nicaragüense y costarricense). En el año
2000, se postula como candidato a la Alcaldía de Managua y a la fecha
se mantiene en la vida política a través de los medios de
comunicación.
2
desencadenó con audacia las acciones militares en las ciudades, y
desarrolló una política de información y publicidad que favoreció la gestión
internacional de recursos.
La acción del Comando Rigoberto López Pérez estuvo dirigida por Edén
Pastora Gómez, lo que constituye un hecho imborrable de la historia.
Madres de caídos nos reclamaron, días después de esta entrevista, por
haber llevado a Edén a nuestro programa. Una de ellas recordó a su hijo
que pasó varios días debajo del Barco Bremen, hasta salir con los pies
engusanados, después de un ataque de ARDE que, además de provocar
varios muertos y heridos, destruyó el barco donado por los hermanamientos
3
alemanes.
ARDE actuó militarmente durante dos años en los que muchos jóvenes
reservistas y voluntarios fueron víctimas de las balas disparadas por esta
organización contrarrevolucionaria.
4
Mónica: ¿Cuál es el valor histórico del asalto al Palacio Nacional? ¿Cuáles
fueron los entretelones de la organización y el desarrollo de esa acción?
Estábamos Oscar Turcios, Pedro Aráuz y yo, sentados en unas bancas frente
a un televisor, cuando Somoza firmó el pacto y luego le dio el lápiz a
Agüero, y firmó. Oscar se disparó, se puso de pie, juntó las manos, se las
agitó, cerró los puños y dijo: –Ahora sí, quedamos solos. Este pueblo nos
tiene que apoyar. Se terminaron las paralelas históricas. Nueve años
después estábamos en el poder.
5
Una noche de ésas yo me acosté, después de tomarme el café negro, ya sin
pan, pensando en la locura nuestra de tumbar un gobierno, de tomar el
poder, y desde el poder hacer una revolución sandinista, democrática, que
resolviera los problemas de las inmensas mayorías de este pueblo de
obreros y campesinos que nos estábamos muriendo de hambre. Es
demasiado idealismo, es demasiado amor, esto parece de locos, decía en
mi pensamiento; pero estamos en el macho y tenemos que jinetearlo, no
podemos echar pie atrás. ¿Y qué hacer? Hay que buscar el dinero para
luchar. Pero el dinero lo tienen los ricos. Pues hay que quitárselos, lo que en
ese momento se reconocía como acto de recuperación económica.
6
conversar sólo sobre el plan del operativo al Palacio Nacional. Se reunieron
los cuadros de mando ese año y se llegó a la conclusión que no se podía
hacer porque no podíamos capitalizar los efectos políticos que iba a generar
ese operativo, porque la organización no se había desarrollado en número y
en calidad.
Luego se dio la división del Frente, las tres tendencias. Los de la opción
insurreccional habíamos atacado San Carlos, estaba la guerrilla a la
ofensiva con el Frente Norte Carlos Fonseca Amador, donde estaban Daniel
Ortega, Víctor Tirado López, Joaquín Cuadra y Dora María Téllez; por otro
lado, estábamos nosotros aquí en el sur; se dio el ajusticiamiento de “El
Perro Pérez”4, los combates de Piedra Quemada; se dio una porción de
hechos que provocaron que toda acción de cualquiera de las tres
tendencias, hubiera perdido interés político.
Edén: No era tan grande o tan importante como el Palacio. Lo que pasó es
que el Frente, en ese momento, no había alcanzado el desarrollo orgánico a
nivel nacional e internacional para capitalizar los efectos, y entonces el
operativo a la casa de Chema Castillo quedó como un grito en el desierto,
como una tempestad en un vaso de agua. No se le pudo dar seguimiento
por la falta de desarrollo de la organización; que si el Frente hubiera tenido
en 1974 el desarrollo que teníamos en 1978, ese operativo hubiera sido, en
el papel histórico, lo que fue el del Palacio.
7
Definitivamente, las dos acciones son comparables, son heroicas, y yo
acostumbro a reconocer el mérito de los otros compañeros; por ejemplo,
Hugo Torres tuvo la dicha de participar en los dos operativos, es el único,
tiene ese mérito histórico. Reconozco definitivamente que el operativo a la
casa de Chema Castillo ¡fue un bombazo político!, un golpe igual al del
Palacio.
Lo discutimos toda esa tarde porque les dije: –Dame diez mil dólares de
esos veinticinco mil, y vas a ver que tumbamos a Somoza. Vamos a crear
condiciones, ¡aquí no queda otra! Lo discutimos, lo sometimos a votación y
quedamos empatados porque Daniel, Humberto y Herty dijeron que ¡no!;
8
Tirado López, Carlos Coronel y yo dijimos que ¡sí! Hasta el otro día fue que
Daniel desempató la cosa. Dijo Daniel, volteándose hacia Humberto: –
Démosle los diez mil dólares, hombre, que lo vaya a hacer.
Lo más importante no eran los diez mil dólares, sino tener el permiso, que
me quitaran la luz roja, no pasar por la amarilla y ¡pas!, me ponen la luz
verde. Entonces se empezaron a montar las condiciones del operativo. Salí
para Panamá disfrazado de gentleman, con un saco exclusivo, un pantalón
y una camisa exclusiva, y zapatos florsheim. Ya en Honduras, me incorporé
a las estructuras de ahí; estaban Araceli, la compañera de Joaquín Cuadra,
y su hermana Lucía; y estaban los que acababan de salir de la guerrilla por
Wiwilí, El Coco, El Patuca, y se habían escapado de morir de hambre: Hugo
Torres y “El Zorrito” Francisco Rivera.
Entonces les dije que si no hubiera habido esa organización, habría sido
imposible montar ese operativo del Palacio Nacional. Para el Frente Sur, yo
era mal visto porque defendía a los del Frente Interno, y para los del Frente
Interno era mal visto porque pertenecía al Frente Sur. Era tremendo. Y sí, yo
no era bien visto por Dora María, Hugo Torres, Oscar Pérezcassar, a tal
extremo que después del triunfo de la revolución, presionaron a la Dirección
Nacional para que me dejaran fuera, y me dejaron fuera. Me querían freír
en aceite, y yo era consciente de toda esa problemática. Yo era el burgués
porque en mí veían el Pastora de la burguesía agropecuaria y de extracción
conservadora. Ese color, ese estigma, lo llevé dentro del Frente desde
siempre.
9
Recuerdo que en 1967 no me dejaron ir a Cuba porque, aunque era honesto
y valiente, decían, era conservador, agüerista, chamorrista. Así fue cómo yo
fui el único comandante que nunca fue a Cuba, sino hasta después del
triunfo de la revolución.
Una vez me reuní con Oscar Pérezcassar, con “Pin” como le decíamos, con
Hugo Torres y Joaquín Cuadra. Estos son hechos que no se registran en la
historia. Yo le dije a “Pin”: – ¿Vos sabés?, la GPP va a hacer el golpe ellos
solos. Entonces me dice “Pin”: – ¿Vos creés? Yo, de GPP, lo haría solo, y con
ese golpe tomo la delantera en la lucha anti-somocista y me llevo las
palmas. Era aquella lucha que había entre Terceristas y GPP.
10
Decímelo vos, vos primero. Vos primero –le dice el otro. Y entonces
acordaron que sí, los dos se iban a sincerar, pero que dijera primero “Pin”.
Entonces le dice “Pin”: –Vamos a secuestrar al Chigüín. Luego le dice
William: – ¡No!, la de nosotros es más importante, nos vamos a tomar el
Palacio, vamos a secuestrar la Asamblea y lo vamos a hacer con quince y
lilá-lilá, le echa todo el cuento. Y platican cómo va a ser la cosa. Llega “Pin”,
pálido, berrejo donde mí, y me dice: –Edén, tenías razón, van sobre el
Palacio.
11
quieren que la fiesta sólo sea con chicheros, pero sin vestido. Sin vestido y
con los chicheros, ¡idiay! por más música que tengamos, se va deslucir la
fiesta. ¿Cómo? –me dice, deciles que les mandamos los vestidos. Y de Costa
Rica nos mandaron los uniformes.
Edén: ¡Era imposible entrar! Y así fue cómo llegaron los uniformes de Costa
Rica, y en siete días estábamos en capacidad de hacer el operativo.
Por otro lado, Hugo relata que para ustedes fue verdaderamente dramática
la preparación. Hubo un momento en que les dijeron que era dentro de
veinticuatro horas y que después los desmovilizaron y les dieron una
semana más, pero que prácticamente la gente no fue muy entrenada.
Contanos sobre eso.
Mónica: En una entrevista el año pasado, Hugo Torres nos dio la lista de los
compañeros participantes:
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José Hermógenes Hernández “La Tunga”; 7) Israel Ramírez “El
Pendejo”; 8) José Santiago Pupiro Nicaragua “Carmen”; 9) Salvador
Monge López “El Chirizo”; 10) Porfirio Jalima Sánchez “Hugo”; 11)
Eddy Olivares Hernández “El Pelado”; 12) Eddy Chavarría
“Chambón”; 13) Iván Bendaña Sequeira “Malicia”; 14) Lorenzo
Hernández “Nicanor”, que es el que sale herido en las dos nalgas;
15) Carlos José Salgado López “Reverendo”; 16) Belli Ramírez
López “Saltamontes”; 17) Rutilio Miranda “El Chelito”; 18) José
Méndez; y 19) Donald Herrera Pantoja.
Edén: Ahí les enseñamos en seco. En la primera reunión, nos llevaron a una
casa de las hermanas Maltez Huezo, una finca ahí por Las Filas; inclusive
nos hicimos pasar por cursillistas, porque había trabajadores, el mandador y
el capataz, quienes no sabían nada de nosotros. Yo era el cura, el sacerdote.
Había un cursillista que sí hacía muy bien el papel, porque cantaba y rezaba
en latín. Al mandador de la finca se le ocurrió que a fuerza tenía que
bautizarle el niño, y se lo tuve que bautizar. –Yo te bautizo in nomine patris,
et filis… de parapapá, te bautizo con el nombre de fulano de tal. Le eché el
agua y todo. Después consultamos y ese bautizo es válido, el niño quedó
bautizado como cristiano.
Mónica: Dice Hugo que dejaron pendiente dos bautizos para el día
siguiente, que ya los tenían amarrados.
13
Entonces, cuando Raúl fue donde el de las camionetas a comprárselas al
crédito, el tipo se las subió a siete mil dólares, siempre con los mil dólares
de prima. Raúl, indignado, se peleó con él, y regresó donde nosotros
diciendo que ese día no iba a comprar las camionetas porque el condenado,
el tal por cual, se había aprovechado de la necesidad, y que les subió el
precio. Le digo: – ¿Siete mil dólares al crédito, Raúl? ¿Y la prima es siempre
la misma? Sí –me dice. –Ahí dejá que te las venda en diez mil, no seas
baboso, qué te está pasando, andá agarralas y que las vaya a recoger a las
puertas del Palacio. ¡Hombré, que estoy de baboso! –dice Raúl, y se fue a
comprarlas. El hombre perdió las dos camionetas; todavía después del
triunfo, nos las andaba pidiendo.
Edén: Por dos puertas, la puerta este y la puerta oeste. La puerta sur
estaba clausurada. Entonces sólo quedaba la puerta de la Plaza de la
República, o de la Plaza de la Revolución, como la llamamos después, la
principal.
14
compañeros que yo había entrenado va enfrente portando arma bala en
boca y sin seguro, con los ojos puestos en los ojos del guardia, porque yo le
había dicho: –En la mirada ves la intención del guardia; si él hace cualquier
movimiento, vos lo encañonás y le decís ¡no se mueva! Y si se mueve,
disparás.
Pero no, el guardia tranquilo nos veía pasar, el otro, el otro, el otro, y me
quedó viendo y me pregunta: –Señor, ¿qué pasa? Entonces fue cuando le
dije: – ¡Viene el Jefe! Usted no puede estar armado, ¡entregue el arma! Sí,
señor –me dijo. Me entregó el fusil, el gran chopo, el Garand que tenía.
Subo al piso de arriba, estaba otro guardia viendo pasar a todos y cuando
me ve que yo soy el que mando, me dice: –Oficial, ¿qué pasa? ¡Viene el
Jefe!, pase el arma. Sí, señor –me dice, y me entregó el arma. En dos
minutos y medio nos tomamos el Palacio.
Edén: Dentro del Palacio no teníamos walkie talkie, sólo yo llevaba uno
para comunicarme con los del Frente Interno; pero ellos no le tenían fe y no
quisieron comunicarse, no contestaron, no los usamos; sólo se comunicaron
una vez, pero no tenían el hábito de la comunicación, de la cual yo siempre
fui asiduo partidario, no hay triunfo sin comunicación.
Dora María se fue al bar porque sabíamos que siempre había diputados
tomando ahí o que estaban ya picados, pasados de tragos. Yo entro en la
sala, doy siete, ocho pasos, porque tenía que dar tiempo a que detrás de mí
entraran cuatro compañeros; dos se volteaban a mano derecha y dos a
mano izquierda, porque en las bancas de atrás estaban escoltas armados
de los diputados. Ahí se recuperaron como cincuenta pistolas 9 milímetros
de escoltas, y muchos carnés de seguridad.
Ahí es cuando realizo mi sueño de ocho años, imaginate qué sabroso habré
sentido. Entonces pego un grito: – ¡La Guardia Nacional! ¡Todo mundo
cuerpo a tierra!, y dejo ir una ráfaga sobre la cabeza de ellos, bararararán.
Mónica, es la orden mejor cumplida: Se tiraron bajo los escritorios, no se
veía un diputado. Por la otra puerta, la de atrás, donde se recaudaban los
fondos, donde estaba La Renta, va entrando Hugo Torres con el resto del
comando. Ya han ajusticiado y dejado fuera de combate a los escoltas de
Antonio Mora Rostrán, el Ministro de Gobernación, y lo traen preso. Era el
hombre que siempre quedaba reponiendo a Somoza cuando salía al
15
extranjero.
Edén: No, no nos los habíamos puesto. Dejo ir la ráfaga y me voy directo a
la mesa, y entonces veo que Luis Pallais me pregunta con serenidad, y te
hago énfasis en la serenidad porque la mantuvo todo el tiempo, me dice: –
Oficial, ¿qué pasa? Ya vas a ver –le digo, lo que pasa. Esperate un
momento. Entonces pongo la culata del G-3 en la mesa ¡bangán!, y pego un
grito: – ¡Éste es el Ejército del Pueblo, el Frente Sandinista de Liberación
Nacional!, ¡hijos de puta!
16
estaba resistiendo en la puerta principal. Se bajó el “Chacalote”, cerró la
puerta y la encadenó.
Edén: Sí, es que entramos por las puertas laterales, al este y al oeste; el
último en cada una de éstas llevaba una cadena y un candado del tamaño
de un sapo de montaña y encadenó estas puertas laterales. Fue hasta que
dejamos fuera de acción a estos guardias, que cerramos la puerta principal.
Si no me equivoco en esa acción muere un hermano de Wilfredo Navarro, y
por cuenta de ahí nace una animadversión que tiene Wilfredo conmigo. Él
cree que yo soy culpable de la muerte de su hermano y no, yo no soy
culpable, son las circunstancias históricas del momento. Yo soy un número
más en la lucha por Nicaragua.
Mónica: Había más gente, además de los diputados, porque era un día
normal, y ahí se movían muchas personas. En realidad, ¿cuántos estuvieron
metidos ahí adentro, controlados por ustedes?
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veinticinco metros, sin un puñal, sin una pistola; daba un salto, te caía
encima y con un golpe de karate te hundía el vómer en la base del cráneo,
y te mataba. Con dos sud vietnamitas, era el ídolo de las muchachas de
Managua, y nunca me perdonó el operativo del Palacio. Un indio de Darío lo
humilló sin tantas payasadas10. Entonces llegó con estos comandos y ahí
resistimos, el miedo nuestro era que a esta gente, al salir, les hicieran algo,
y que después dijeran que éramos nosotros.
Edén: Sólo iba Dora María Téllez. Yo hubiera querido que hubieran ido más,
inclusive le pedí al Frente Interno que incluyéramos mujeres, yo quería que
fuera Araceli Pérez, la mexicana. En Tegucigalpa, le dije a ella: –Araceli, voy
a pedir que te incluyan en un operativo que voy a hacer, y les pedí que
entrara, lo que hubiera sido altamente positivo, una mexicana ¡imaginate!,
hubiéramos conmocionado al pueblo mexicano, sumamente político hubiera
sido eso. Los compañeros no me entendieron y no aceptaron. Dicen que ella
hasta lloró, cuando se enteró de que no la habían incluido en el operativo.
Mónica: Dora María, según sé, fue integrada ya en la última fase, cuando
se miró la importancia de que ella estuviera en toda la negociación. No
estaba incluida desde un principio, sino hasta en la segunda semana, una
semana antes. ¿Así es?
Edén: Así es. A última hora la incluyeron a Dora María, como responsable
de las negociaciones, porque el Frente Interno vio que el proyecto original
era muy duro. Entonces el Frente Interno incluyó e impuso las
negociaciones, porque el operativo original no las contemplaba.
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A los que hemos tenido principios, doctrinas, pensamientos que defender,
por los qué luchar, aquellos que no han tenido el valor ni los principios por
qué luchar, pues ¡ideay! fácilmente nos critican tomándose un café caliente
o moviendo el hielo en un vaso de whisky, y nos ven como bárbaros, como
locos, como animales.
Y estando ahí todos reunidos, les iba a decir: –Señores, éste es un operativo
del FSLN contra la dictadura y la sucesión dinástica de Somoza, para tomar
el poder y hacer la revolución, y este operativo no tiene ningún plan de
emergencia. Este operativo consiste en que usted, Coronel Levy Sánchez, le
va a llevar este legajo de exigencias a Somoza: diez millones de dólares, la
liberación de los compañeros tales y tales, y la publicación de estos
documentos en el término de doce horas. Esa es una orden. Y como prueba
de nuestra determinación de Patria Libre o Morir, no hay negociaciones; y
esto es una orden, se va a llevar una prueba: Tráiganme a un diputado,
párenmelo aquí; y ahí, sacarme la pistola, ¡bang! y pegarle un tiro en la
cabeza. Échenle este hombre encima, en los hombros a Levy Sánchez;
sálgase, vaya y lléveselo donde Somoza. Tiene doce horas para que cumpla
las órdenes, los diplomáticos se quedan con nosotros aquí como garantía, y
el Arzobispo y los Obispos también se quedan.
Mónica: Pero Dora María le dio un realce importante al operativo, tanto por
su presencia como mujer, como por su calidad política y militar.
19
Mónica: Pero yo era GPP, ¡jodido!, tal vez hubiera ido en el otro operativo.
¡Se nos fueron arriba ustedes!
Edén: Pero si hubiéramos ido unidos, hubieras ido. Se te fueron arriba los
que no hicieron la unidad.
Mónica: Fijate qué casualidad, mi hijo Pancasán cumplía dos años ese 22
de agosto y lo mandé a buscar con una colaboradora para que estuviera
dos días conmigo en una casa clandestina. Clandestino mi bebé. Yo estaba
en mi casa de seguridad y los oí pasar a ustedes por la Carretera Norte,
cerca del Café Soluble. ¿Exactamente, cuántas horas estuvieron ahí?
20
Mónica: Del lado del FSLN negociaban Dora María, Hugo y vos. Y en el otro
lado, ¿quiénes negociaban?
Edén: Nosotros los tratamos muy bien, les enseñamos que nosotros no
éramos bestias. Yo les dije en determinado momento: –Los vamos a tratar
como nosotros quisiéramos que nos trataran. Y los tratamos a tal extremo
que, todos ellos no guardan rencor para con nosotros, como Luis Pallais,
Panchito Argeñal, Fernando “El Diablo” Zelaya, Eduardo Chamorro Coronel.
Creo que el único que no me perdonó nunca fue éste de León, Cuco
Sánchez, el que se murió. Siempre me vio con unos ojos que, si hubieran
sido balas, me balea. Todos ellos entendieron y recuerdan el buen trato
dentro de lo difícil de la situación.
21
Hay un momento en que Hugo me dice: –Edén, a un compañero le ha
agarrado un ataque de histeria, como de cansancio, agotamiento, ha bajado
la defensa. Por el cansancio, Walter Ferreti había descuidado la defensa por
estar dando unas entrevistas a los periodistas de la prensa parlamentaria,
yo le llamé la atención en ese momento. Hugo me dice además: –Edén,
siento como que pasan tranvías por las azoteas del Palacio, oigo un
ferrocarril. Entonces le digo: –Estás cansado, arrecostate en esa mesa,
descansá un poco, cinco minutos que durmás, pero te reponés. Me quedo
platicando con Dora María, no está Monseñor, y Dora está sentada con la
carabina, la M-2, entre las piernas, y hablándome, no es oyéndome, ella
estaba hablando y se va quedando dormida. Vuelve en sí cuando la
carabinita se le va chorreando entre las piernas, ella agarra la carabina y se
despierta, yo me asusto, y le digo: – ¡Dora María, estás cansada, acostate
en esa banca!
Lo grave es que cuando me doy cuenta que estamos cansados, que Hugo y
Dora María están cansados, yo tomo la decisión de tomar el mando político-
militar, porque llevaba esa instrucción: en cualquier momento difícil, vos
tomás el mando político-militar de la acción y parás las conversaciones,
hacés lo que vos querrás. Llevaba esa instrucción de mi Comandante de la
Revolución, Humberto Ortega. ¿No es así, Humberto? En ese momento
estoy decidiéndome a parar las negociaciones, cuando va entrando
Monseñor. Bueno, voy a parar esto, voy a ordenar esto y esto, una salida
que el tirano acepte.
Cuando doy la palmada, Hugo y Dora María me vuelven a ver con unos ojos,
seguro que se imaginaron que yo ya me había vuelto loco. Monseñor me
vuelve a ver lo mismo, y ¡cómo estoy de fundido que se lo digo en francés:
–C´est moi qui comand ici (soy yo el que mando aquí). Se lo digo en francés
Mónica, y cuando se lo digo, por supuesto que me vieron más loco. Se
paran las negociaciones, me volteo hacia donde Hugo y Dora María, y les
digo: –Hugo, Dora, estamos cansados, Somoza nos va a agarrar como
pajaritos, se paran las negociaciones. Entonces Hugo Torres ahí está vivo,
se pone de pie y me dice: – ¿Ésa es la orden militar comandante? –Ésa es la
orden militar. Hugo se cuadra todo elegante, serio y ceremonioso y me dice:
22
–Comandante, va a ser cumplida la orden. Y ordena a Dora María que pare
las negociaciones.
–A ver, métanlos ahí y, Dora María, escriba hasta dónde vamos. Y Dora
María empieza a escribir: No hay negaciones y hasta aquí, tiene el tirano
tantos minutos para que conteste positivamente. Yo me voy mientras, Dora
María está escribiendo hasta dónde llegamos, las exigencias, todo, que no
hay negociaciones. Monseñor se va a la puerta donde están metidos los
diputados con unas caras largas, pálidas, y les dice: –En estos momentos
difíciles, de peligro, de muerte, hagamos un acto de contrición perfecto,
pidamos perdón a nuestro Señor y oremos, Padre nuestro que estás en el
cielo... Y dicen los diputados: –Padre nuestro que estás en el cielo… Yo te
absuelvo de tus pecados. Y Monseñor les da la absolución masiva.
23
Monseñor que la sotana le hacía cla, cla, cla, cla con el viento.
Yo me quedo con los diputados: –Van a saber ustedes si Somoza los quiere,
los aprecia. Ahí fue donde sí tuvieron presión para llamarlo; Luis Pallais
llama por teléfono a Somoza y le dice: –Señor Presidente, creemos que son
momentos para no jugar con la vida de los diputados. Por favor, salve usted
el Congreso, creemos que hay que aceptar lo que los señores del Frente
Sandinista le exigen.
Les quedan quince minutos, les quedan cinco minutos, les quedan tres
minutos y cuando quedan dos minutos, llamo a Hugo y le digo: –Hugo
llevate al periodista Luis Manual Martínez, andá ahorcalo, porque si suena
un tiro, va a haber un pánico colectivo. Te lo llevás y lo tirás a la calle. Y
entonces Hugo, con su Uzi en la mano, se va y le dice a Luis: –
Edén: Querían que saliéramos ese día y en la noche; entonces, no, no, no.
Salimos de día, en la mañana, y con todas las de ley, pues Somoza ya se
comprometió en ese momento.
Mónica: ¿Y cómo salió Antolín? Dijiste que nos ibas a contar eso, porque no
estaba en la lista.
Mónica: Y liberaron también a los de Río San Juan y a Fernando “El Negro”
Chamorro. La lista de los que salieron es larga.
24
sabían que yo me había vuelto a reincorporar en 1977. Estuve cuatro años
prácticamente fuera del Frente, que fue cuando me fui a pescar a Barra del
Colorado, y mis comandantes de la revolución, Humberto Ortega y Daniel,
me mandaron a traer con Sergio Ramírez Mercado y con Carlos Coronel.
25
Edén: Es una lástima que el FSLN hace rato que no celebra este día. Este
es un testimonio para la historia de Nicaragua, que debemos contarlo claro
y llanamente, para que muchos sepan cómo fue la guerra de liberación, lo
que costó, lo que se sufrió, los sustos y todas esas cosas, pues. Como digo,
el operativo salió bastante limpio, no hubo que lamentar muchas cosas. Sí
se murieron dos o tres personas ahí, pero porque un helicóptero de la
Guardia, piloteado por Pedro Guillén, llegó e indiscriminadamente ametralló
el Palacio, y eso fue lo que ocasionó más bajas en heridos y en muertos.
Militarmente todo sucedió como lo habíamos planeado. Políticamente se
nos quedaron diez compañeros que no incluyeron en la lista por una falta
del Frente Interno de no dominar debidamente las listas de todos los presos
políticos. De ahí, todo sucedió a la perfección.
Edén: Ese mismo día toda la Carretera Norte se llenó, era un mar de gente.
Recuerdo que íbamos en el bus, todavía con la cara descubierta porque
pasamos en el operativo con la cara descubierta y quiero aclarar esto por la
historia...
26
más, como Pedro por su casa, diciéndonos adiós. Llegamos al aeropuerto,
íbamos a Panamá; llego al avión, un Hércules venezolano, y a pasar la lista
donde están los presos.
Yo iba con mi G-3 y tiros por todas partes. Te veías como un comando
invencible –me decían después los compañeros. Ellos no me conocen, y
entonces yo les dije muy serio: –Compañeros, por favor contesten presente
al que vaya mencionando, porque tenemos que salir rápido. ¿Comandante
Tomás Borge Martínez? y no me contesta. Comandante Tomás Borge
Martínez?, y lo vuelvo a ver y me está viendo Tomás, entonces dije yo: –
Tomasito Borge, ¡el mismo Tomasito, de siempre! ¿Fulano de tal? –Presente.
¿Fulano de tal? –Presente. Cuando termino de pasar la lista les digo: –
Bueno, allá en Panamá la celebramos.
Doy la vuelta y cuando he dado dos pasos, oigo que todo mundo se voltea
donde Tomás y le preguntan: – ¿Quién es? –Edén Pastora, Tercerista. ¡Ay,
qué maravilla, Tomás estaba bravo, yo no sé por qué! Después, en Panamá,
hablamos y Doris Tijerino le dijo: –Comandante, por qué se enoja con Edén,
si él no tiene culpa, él cumplió órdenes. Porque yo le decía a Tomás: Andá
arreglá esa mierda a la Dirección Nacional. Conmigo no tenés que sudar
calentura de por qué fue que se hizo el operativo.
27
convergencia con otros, antes que la reunificación de la familia sandinista.
Yo creo en un sandinismo pero en libertad y en democracia. Un sandinismo
como lo soñó Sandino, como lo soñaron los héroes y mártires, donde haya
un partido en que se practique la democracia sandinista, la democracia
partidaria, para garantizar la democracia nacional.
Yo quiero saber qué piensa de esto el Comandante Tomás Borge, qué piensa
de esto Doris Tijerino, la Gladys Báez, René Núñez, Bayardo Arce, a ver qué
dicen los dirigentes del partido. Mónica, todos los que dirigieron el Frente
Interno, el Frente Oriental, el Frente Occidental, el Grupo de los Doce, la
primera Junta de Gobierno, no estamos en el partido. Miles de cuadros no
estamos en el Partido.
18 de agosto de 2001
NOTAS
28
1 “22 de agosto del setenta y ocho, en este corrido se los cuento yo”, es una estrofa de
canción al asalto al Palacio, escrita por Carlos Mejía Godoy y cantada por Amparo Ochoa.
2 Camilo González, uno de los asesinos del General Sandino y hombre cercano a Somoza,
mandó a asesinar a don Pánfilo Pastora, molesto porque éste le ganó un juicio por una
propiedad ganadera llamada Las Mesas. Los ejecutores materiales, Lázaro Flores y Antenor
Sánchez, fueron a su vez matoneados, supuestamente por hombres contratados por la viuda,
doña Elsi Gómez, madre de Edén. (Blandón, Chuno: 2008: pp. 500).
3 Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, Herty Lewites, Carlos Guadamuz Portillo, Samuel Santos
López, los hermanos Sergio y Danilo Aguirre Solís, Edén Pastora y otros veintitrés líderes de la
UNO (Unión Nacional Opositora) fueron detenidos y hechos prisioneros en la cárcel El
Hormiguero. Los presos, incluido Pastora, fueron liberados por una amnistía del Congreso
Nacional, el 4 de marzo de 1967.
4 Operación ejecutada por la guerrillera sandinista Nora Astorga contra el General Reynaldo
Pérez Vega, uno de los principales oficiales de la Guardia Nacional, de Somoza.
5 Según el Comandante Henry Ruiz, la idea de la toma del Palacio Nacional con todos los
diputados dentro, fue concebida a finales de los años sesenta, entre quienes se encontraban
entonces en La Habana. Desde entonces, el operativo se denominaba “Los Micrófonos”, en
alusión a los escaños de los diputados. Con ese mismo nombre lo estaba organizando la
Tendencia GPP en 1978. (Ver entrevistas a Henry Ruiz y David Blanco, quien anduvo
levantando la información en el Palacio).
8 En la mayoría de las fotografías, el resto del Comando, incluyendo a Dora María, aparece con
el rostro cubierto por el pañuelo.
9 Michael Echannis, mercenario de las tropas élites de Somoza, fue contratado como instructor
de la EEBI por Anastasio Somoza Portocarrero.
11 Se refiere a Néstor Cerpa, Jefe guerrillero del MRTA, Movimiento Revolucionario Túpac
Amaru, quien realizó un secuestro en la Embajada de Japón, el cual culminó con el asesinato de
todos los guerrilleros, en un operativo dirigido por el propio presidente Fujimori.
12 Julio Alonso Leclaire, Julio Velásquez y Julio Molina, del Movimiento Guerrillero 15 de
Septiembre, 1959-1960.
Mónica Baltodano
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
X
León
Tener ideales y luchar por ellos
Dora María Téllez
Dora María Téllez es una de las mujeres más destacadas en la lucha contra
la dictadura, especialmente en su fase insurreccional. Es parte del almácigo
del Frente Norte Carlos Fonseca (1977), de donde se desprendieron cuadros
fogueados para trabajar en la preparación de la insurrección final del pueblo
contra la dictadura.
1
expresan las duras batallas que tuvieron que librar para poder sacar a la
Guardia de todos los puntos cardinales de esa combativa ciudad.
Dora María quiso detenerse en exaltar los grandes valores e ideales de los
que eran portadores hombres de origen humilde como Cristóbal Vanegas,
Alvarito Hernández y otros tantos caídos en la lucha.
2
1974.
Dora María: Alguna gente decía que Carlos había estado demasiado
tiempo, siete años, fuera del país, como para venir a encabezar el Frente.
Creo que en el fondo había una disputa de liderazgo entre “Federico” y tal
vez, Tomás Borge, respecto a la posibilidad que Carlos llegara y se pusiera a
la cabeza; porque en el fondo, nadie sabía qué pensaba Carlos de lo que
estaba pasando. Creo que el propio Carlos no tenía la idea completamente
3
clara, y tampoco logró hacerlo porque ni siquiera logró ver a “Modesto”.
Es decir, había ahí una disputa de liderazgo entre los líderes del interior del
país y los de afuera. Creo que había poca sintonía entre el pensamiento
político de una parte de adentro y de una parte de afuera, que no era
exactamente el mismo grupo de Jaime Wheelock, pero que tampoco era
exactamente lo que fue después la GPP.
Yo me di cuenta en 1977. Resulta que José Benito tuvo que salir de Cuba
hacia Nicaragua, y me escogen como su acompañante, como parte de su
enmascaramiento. Hicimos todo el viaje por Europa: Moscú-Praga, Praga-
Bélgica, Bélgica-Madrid, Madrid-México. Era una vuelta obligada, porque
había prohibición de viajar a Cuba.
4
Llegó el momento de regresar a Cuba, yo tenía que regresarme, José Benito
había asumido el compromiso con los cubanos de no involucrarnos en la
división. José Benito me explicó que la ofensiva de octubre era un asunto de
vida o muerte: –Si no hay una ofensiva ahora contra la dictadura, el
sandinismo se muere y la dictadura se consolida de por vida, me dijo. Bajo
esa consideración, le rogué que me dejara quedarme, porque en el grupo
que iba a combatir, que era como de cuarenta hombres, no había ningún
sanitario. Le insistí y le insistí hasta que José Benito aceptó. En el grupo que
se entrenaba, estaban Francisco Rivera…
Mónica: Te voy a leer una lista de los que estaban ahí, que “El Zorro”
presenta en su libro:
5
Dora María: Es de un sargento de la Guardia. Mirá, de esa casi no me
acuerdo. Pero sí me acuerdo de otras. “El Danto” era divertido, él era un
hombre muy audaz y tenía otra manera de ver las cosas. En los días que
atacamos San Fernando, atacamos también Santa Clara, y ahí nos pasó una
cosa divertidísima1. Como “El Danto” no planeaba los ataques, a la entrada
del pueblo preguntamos dónde quedaba el Comando. Nos dieron la
dirección y lo rodeamos. Ulises Tapia se mete por detrás y, no me acuerdo
quién, entra por el frente. Logran abrir las puertas y, al final, no hay nada.
Ulises sale por el frente y dice: –Qué raro, aquí lo único que hay son cosas
de medicinas, sillas, como consultorio.
6
Mónica: ¿Juventud Democrática Sandinista? Nunca oí hablar de ella.
Creo que uno de los grandes problemas que tuvimos en los años ochenta
fue haber entregado todo el poder de decisión y de debate a la Dirección
Nacional, siendo un asunto de naturaleza estrictamente histórica, y no
simplemente un asunto de voluntades por la convergencia de las
tendencias.
7
con Humberto Ortega. Sobre la jefatura del operativo al Palacio Nacional,
naturalmente teníamos diferencias, y recuerdo que en algún momento el
propio Humberto mandó a intervenir el núcleo de trabajo del Tercerismo en
el interior. El otro día estábamos haciendo chistes con unos compañeros
involucrados en eso, de cómo fueron regresados al mismo lugar de donde
habían venido, los compañeros que llegaron de parte de Humberto, y que
llegaron diciendo: –Yo vengo a hacerme cargo del Frente Interno.
Mónica: Es histriónico.
Dora María: Sí, y yo creo que esa es su virtud, aunque fue un defecto en
algún momento en el Palacio; pero en términos generales, la virtud de Edén
es estar en la cancha. Él tiene una habilidad, una vocación para eso, y
además, es una persona muy agradable conversando. Buen líder de grupo.
Tuvimos contradicciones entre el grupo del Palacio, Joaquín y “Pin”, pero
eran cosas naturales.
8
personal de las cosas.
Dora María: Esta era una acción que ya estaba decidida como una acción
conjunta de las tres tendencias. Dentro del Tercerismo, se consideraba que
lo del Palacio Nacional era de inmediato, era urgente. Y en la GPP y
Proletarios, todavía estaban discutiendo sobre la preparación. El Tercerismo
tenía una virtud, creo yo: eran demasiado audaces. Lo del Palacio fue
realizado con gente con poco entrenamiento, y todo era una audacia
enorme; pero se hizo como una acción unilateral, después que se había
planeado como una acción conjunta.
9
Más que detenerme en eso, quisiera referirme a la pregunta que hizo
Ramiro Lorío sobre Cristóbal Vanegas, porque realmente, yo puedo hablar
de mi vida con más tiempo y Cristóbal Vanegas no puede hablar de la suya.
Digamos que por impactos del combate y una contraofensiva que montó la
Guardia con la Operación Águila VI del CONDECA, y después de la muerte
de un compañero ahí en Santa María, Cristóbal Vanegas entró en proceso
de afligimiento como le digo yo, de aflicción, y llegó un momento en que él
habló conmigo. Entonces yo estaba de jefe de campamento; por miles de
circunstancias, habló conmigo planteando que él se sentía acobardado,
estaba con miedo; que no podía ir a combatir, que tampoco se quería ir
porque él tenía muchos compromisos con su gente, porque pensaba en los
pobres, en las prostitutas y él quería quedarse en el campamento; pero
quería que lo dejara de cocinero, que no lo mandara a combatir.
Ya habíamos tenido dos problemas con él; en uno de ellos, Carlos Manuel
Jarquín lo había tenido que cachetear a la orilla de un combate, cuando él
entró en crisis; entonces decidimos dejarlo en la cocina. Por suerte no se
fusilaba a nadie, ni tampoco decidimos tratarlo como cobarde. Le dijimos: –
¡Hombre, quedate en la cocina!, pues era un hombre sincero. Ahí quedó.
Cuando salimos del Frente Norte, lo perdí de vista.
10
Hernández3. Entonces digo yo que para mí era una personalidad
paradigmática, porque te evidencia hasta dónde puede llegar la gente y
dónde puede salir; es decir, las capacidades y potencialidades humanas son
mucho más profundas de lo que a veces pensamos. Es decir, uno siempre
puede dar; si nosotros hubiéramos dicho, este hombre es un cobarde, lo
vamos a fusilar aquí, ideay, y llegó a ser extraordinario.
Dora María: Sí, lo que decía este último compañero, es lo mismo que te
decía; para mí Vanegas sigue siendo un ejemplo de que uno puede tener
problemas y puede resolver su problema. Yo te digo, después, cuando
Cristóbal era segundo jefe de la columna que había sido del “Danto”, y
después en la lucha contra bandas, como dice el compañero, era una
personalidad extraordinaria. Por eso, para mí Vanegas sigue siendo una de
las personas más importantes de mi vida, por la humildad con la que pudo
enfrentar su realidad; es muy difícil decir “poneme en la cocina”, ése es un
acto de humildad tremendo; otro, mejor hubiera huido. Es decir, ése era un
acto de humildad, de vergüenza y compromiso.
Dora María: Cualquier cosa. Hubiera escrito un libro para justificar una
cobardía. No. Vanegas tuvo la humildad, la entereza y la consecuencia de
decir: –Yo aquí me quedo porque tengo compromiso con mi pueblo, aunque
me quede en la cocina, aunque me quede lavando platos, aunque me
quede lavando trastes. Yo creo que estar en la cocina en ese momento no
era lo más heroico, pero el heroísmo no siempre es la acción más relevante;
también digamos la extraordinaria honradez, honestidad consigo mismo y
con nosotros, que Vanegas tuvo. Por eso, para mí siempre ha sido un
ejemplo del enfrentamiento de las debilidades, por eso es lo que él fue. Al
fin de cuentas, en la parte final de la lucha contra la dictadura, en la toma
de El Jícaro y todo esto, un héroe, y lo fue después en la lucha contra
bandas.
11
Mónica: Entre los años 1970 y 1973, a mí me tocó trabajar en El Laborío,
barrio en el que viví desde los siete años. Y tuve la dicha de reclutar a
Alvarito, él era obrero de la Tenería Bataán. Era un obrero humilde, pero
siempre andaba limpio y bien planchado, y era de extraordinaria calidad.
De lo más grande que he conocido es Álvaro Hernández. Estuvo en la
guerrilla de la montaña y había participado en la emboscada de Kuskawás.
Dora María: La mamá era una mujer súper valiente, yo le decía “mamá
compañera”. Todo el pepesquerío, eran “Los Pepescas”; pescado grande,
pescado chiquito, pepesca; todos tenían un nombre con pescado ahí. Y la
mamá era una mujer muy valiente, yo la conocí en León.
Mónica: Los oyentes han estado preguntando de tus tareas al mando del
Frente Occidental Rigoberto López Pérez. Hablanos, pues, un poco de la
insurrección de León.
“La China” Lourdes Jirón jugó un papel muy bueno. En la defensa civil
también estaba Ana Isabel Morales, estaba Leticia Herrera, y había entrado
Leopoldo “Polo” Rivas. Después llegó Martha Cranshaw, y después Jaime
Wheelock, pero éste se negó a asumir el mando de León. Se quedó con una
su tropa que tenía del lado de La Mina Limón, una que había entrado de la
frontera.
12
al mando de Alonso Porras y Sergio Mendoza y otra columna Tercerista que
entraría por El Viejo. El día 3 de julio de 1979, asesinan también a Lucrecia
Lindo y otros compañeros. (Ver entrevistas a Quxabel Cárdenas y Alonso
Porras).
•
Ellos entraron por la parte trasera del comando, durante la noche, siguiendo
la dirección que dieron unos guardias que habíamos apresado.
Desenterraron con las manos, encontraron los cadáveres en estado de
putrefacción. Eran guardias que habían caído en el sector 6.
Eso fue el primer día. Al día siguiente, volvieron para cerrar todo, y
entonces preparamos toda la operación. Al tercer día entraron nuevamente,
los cinco, pero ya teníamos una cadena de gente, persona por persona, que
iba pasando un arma tras otra, hasta que llegaba a una casa, donde otro
equipo de gente las lavaba. Pero era terrible el tufo a muerto impregnado
en las armas. Así fue que armamos a la mayor parte de nuestros
combatientes.
13
Eran armas de guerra norteamericanas. Había Fal, Garand, ametralladoras
30, 50 y RPG-7 con sus cohetes.
Tengo una reflexión ahora, que tiene que ver con los jóvenes. El país está
entrando a unas condiciones distintas a las que nosotros teníamos cuando
éramos jóvenes. Nosotros encontramos un país con el 85 por ciento de
pobreza, casi la mitad de la población gana un dólar y medio por día, hay
entre ochocientos mil y un millón de nicaragüenses trabajando fuera de
Nicaragua. Estamos en un país que tiene como una característica principal
negarles oportunidades a los jóvenes, es decir, ¿qué es lo que le queda a un
joven que termina la primaria si no encuentra trabajo? No halla dónde
meterse, participa en redes delictivas o se desespera.
Creo que los jóvenes, más ahora que nunca, en conjunto con nosotros
mismos, estamos obligados a crear las condiciones para que el país preste
las condiciones para la juventud, es decir, que los jóvenes mismos tienen
que luchar por sus oportunidades.
14
debemos estar demandando, no niveles de participación ciudadana, sino
toma de decisión ciudadana en los asuntos claves del país, no nada más en
términos de la representatividad, sino directamente como participación.
Creo que ésta es, igual que como nos tocó a nosotros hace años, una
coyuntura de llamado de atención a los jóvenes. La juventud está en una
disyuntiva fundamental, tiene que actuar ahora, tiene que movilizarse,
defender los espacios democráticos; porque si no, entonces vamos a tener
que recurrir a un expediente que ya es difícil, es decir, cuando se cierran los
espacios democráticos; el expediente de la lucha armada se vuelve a abrir.
Y yo creo que nosotros que participamos en la lucha armada, lo último que
quisiéramos es que se abra nuevamente; porque la guerra truncó o desvió o
hizo para otro cauce, la vida normal de nosotros como jóvenes, una parte
de la juventud que no vivimos.
13 de noviembre de 1999
NOTAS
15
1 San Fernando y Santa Clara, municipios del departamento de Nueva Segovia.
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
X
León
La masacre de los héroes de Veracruz
Ana Isabel Morales
1
Idania Fernández “Angelita”, nace en Managua el 23 de julio de 1952.
Concluye estudios secundarios en el Colegio Francés el Sagrado Corazón,
en Managua.
Es escogido para formar parte del Comando Juan José Quezada que asalta
la casa de José María Castillo. Es el único que recibe una herida de bala en
2
esa victoriosa acción. En 1975 regresa a Nicaragua y entra a la montaña a
la Brigada Pablo Úbeda. Forma parte del grupo que sale de la montaña
hacia Honduras con Hugo Torres, y se integra a la Tendencia Tercerista. Le
asignan la responsabilidad de trabajo organizativo en Chinandega. Participa
en la insurrección de septiembre de 1978 en León.
3
capturados e inmediatamente asesinados a sangre fría. Ninguno estaba
armado al momento de la masacre, lo que constituye un descuido que
pagaron con su preciosa vida. El asesinato mostró nuevamente el carácter
sanguinario de la Guardia, su irrespeto y desprecio por la vida, los derechos
humanos y las normas internacionales que deben respetar las fuerzas en
conflicto.
Mónica: ¿Y cuáles fueron tus primeras actividades como militante del FER?
4
vez que me lo presta, Iván Montenegro me lo devuelve chocado. Varias
veces me prestó “Cuqui” Javier Carrión su carro, hasta que lo reclutaron
directamente y pasó a trabajar con Pedro Aráuz.
Inicialmente, se había planificado que iba a ser una escuadra la que iba a
llegar al banco. Les hago el croquis del banco, de cómo podían hacer la
entrada, la salida, en qué lugares las ubicaciones y todo. Se trabaja en eso,
pero de repente, ya acercándonos a finales de agosto de 1977, el
compañero “Wilfredo”, que era Bayardo Arce, nos dijo que era urgente que
le enviáramos dinero a los que estaban en la montaña porque se estaban
muriendo de hambre.
Comienzo a echar dinero en una bolsa. Lleno una, después lleno la otra y al
medio día, cinco minutos antes que terminara mi hora laboral, ya había
quedado que Carlos Arroyo iba a llegar sin lentes, y con el que le estaba
chofereando, que era Róger Langrand. Carlos tenía una miopía profunda,
pero como ya había salido fotografiado en los periódicos, decide quitarse
los anteojos para que nadie lo reconociera. Ya me había advertido: –Mirá,
pipita, cuidado te quitás del lugar donde me dijiste, porque yo ya sé que
vas a estar ahí, por la sombra; y si llego y no está la sombra, no sé qué voy
a hacer.
5
Carlos llegó solo y con unos sobres, pero segundos antes me llaman y tengo
que salir; regreso en el preciso momento que Carlos llega y no ve la sombra
en el lugar donde debería estar. Le veo los ojos desorbitados y la intención
de retirarse, y en la desesperación le llamo: –Ingeniero, aquí dejó sus cosas,
para que por la voz me reconociera y poderle entregar los paquetes. Así
fue, le entregué las bolsas; pero cuando va saliendo, yo voy un poco más
atrás con aflicción, porque decía, a qué hora se cae y se le cae todo el
dinero. Porque va sin ver y además, va con unas bolsas grandes, hermosas,
y así sale. Nos encontramos diez minutos después en una ventecita, tal
como habíamos acordado. De inmediato pasé a la clandestinidad.
Después eran los chiles porque, además, nos bromeábamos mucho entre
los compañeros clandestinos o no clandestinos. Me decía Carlos: – ¿Y
cuánto sacaste? – ¡Qué voy a saber yo, si no los estaba contando! –Si no
llegan a cien mil, te devuelvo.
Ana Isabel: No, fueron ciento diez mil córdobas los que se recuperaron.
Desgraciadamente, parte de ese dinero lo capturó la Guardia en la casa
donde cayó “Federico”, porque ahí estaba el dinero.
6
pequeña billetera, al lado de la cartuchera de la pistola, pero no lo
usábamos para nada.
Entonces pasa Hugo por Migración. Yo veo que Hugo va largo, y cuando ya
estoy frente al oficial de Migración, le enseño el pasaporte y comienzo, ¿qué
hago?, si no tengo ni un centavo. Bueno no hay de otra que utilizar ciertas
mañas como mujer, y entonces comienzo a sonreírle al hombre, a hacerle
ojitos. Por supuesto, el oficial se olvidó de todo y no me pidió dinero. Al final
me salió dando su tarjeta. De allí nace mi vinculación y amor al tema
migratorio, años después.
Esa planificación se hace con los integrantes del Estado Mayor del Frente
Occidental: Róger Deshón, Edgard Lang Sacasa, Carlos Manuel Jarquín,
Idania Fernández, Araceli Pérez Darias –mexicana que era la compañera de
Joaquín– y Oscar Pérezcassar, el inolvidable “Pin”. Con ellos se elaboran los
planes de la insurrección en León.
7
Recuerdo que tuvimos una noche amena y linda. Llegó también Leticia
Herrera. Idania cantó y tocó la guitarra. Fue una noche en la que
compartimos como nunca en toda mi vida. Fue como una premonición. Una
noche bellísima. Pasamos toda la noche contándonos de nuestros hijos, de
nuestros amores, de nuestras experiencias, nuestras amarguras,
sinsabores, alegrías, esperanzas, compartiendo, cantando canciones
revolucionarias.
Estábamos en un cuarto con aire acondicionado que tenía doble piso; era
de una compañera cuyo marido era Guardia, pero trabajaba en Chinandega.
Ella nos dejaba una seña en la casa, cuando estaba y no estaba el guardia.
La casa era súper segura, una seguridad absoluta.
“Pin” dice: –Fanor avisa que viene la Guardia. Recuerdo clarísimo. Son cosas
que no se te olvidan nunca en la vida. Abrimos la cortina de la sala y vimos
que, efectivamente, una tanqueta va en dirección a la casa. Un jeep BECAT
de donde ya se están bajando unos guardias, y vienen pegados a la casa de
Quiñónez.
8
Hay que recordar, porque es importante, que después de la insurrección de
1978, en el día vos te movías tranquilamente en la ciudad, sin armas. Eran
dos situaciones completamente distintas. En el momento de esa reunión,
que no estaba planificada, y por eso no había una escuadra de apoyo, no
andamos con armas.
En esa época, las casas de León se comunicaban con huecos entre cada
casa para no salir por la calle. Entonces, pasamos por una piscina donde
están unos niños y ya la Guardia está haciendo el cerco, y comienza a
disparar al aire, una cuestión psicológica para sembrar el terror, mientras
están terminando el cerco. Nosotros pasamos y detrás de nosotros van
todos los niños con las empleadas.
Una de las cosas que nos decían, cuando pasabas a la clandestinidad, era
que en un momento de tensión, lo que había que hacer era confundirte con
la gente, es la única alternativa de salvación. Entonces les digo a los
muchachos: –Confundámonos con las empleadas. Agarro a una niña que
está gritando histérica porque ya la Guardia está con una balacera terrible.
La niña, de los nervios, obviamente me agarra y me abraza, y todos salimos
a la calle, menos los muchachos porque se metieron en un cuarto. Estoy
hablando de Edgard, de “Chinto” Carlos Manuel Jarquín, Idania y Araceli. La
Guardia se mete al cuarto y los saca, pero los ponen como a unos quince
metros de distancia más o menos de donde estábamos nosotros.
Yo estoy con los niños, pero para ese entonces las empleadas no usaban
lentes, yo atraje su atención, entonces un Guardia me pregunta quién era, y
yo contestaba que era empleada. Las compañeras que estaban trabajando
de niñeras, todas sabían que nosotros éramos sandinistas. Ellas eran
colaboradoras del Frente y una me pregunta calladita mi seudónimo. “Julia”,
le digo yo, y entonces les decía a los niños: –Es la tía Julia, la tía Julia.
Entonces los niños decían: –Mi tía Julia, mi tía Julia. Como la Guardia no
estaba convencida de que yo era empleada, entonces ellas decían que era
familiar de los dueños de esa casa.
9
Todo el mundo está arrodillado, los niños también, y con las manos sobre la
cabeza, mientras la Guardia disparaba. Era una situación terrible, y en eso
llega la dueña de la casa y ve su casa inundada de guardias, a sus hijos
arrodillados, amenazados por la Guardia. Mira a cuatro jóvenes que en su
vida ha visto, otra que dice ser su familiar, a la que un guardia la tiene
agarrada del pelo. A ella la bajan del pelo también y le preguntan que quién
soy yo. La señora con la mirada de terror porque en su vida me había visto,
cuando va a hablar y decir que no me conoce, se le desgaja la quijada.
Unos cinco minutos después que la Guardia se fue, llegó una columna del
Frente Sandinista. Eso fue una cosa muy linda y da una idea del impacto
que esa masacre tuvo en la gente de León, porque cuando la población se
da cuenta que le están cayendo a Veracruz y que en la casa está la gente
del Estado Mayor, sin ninguna orden de nadie, las columnas de León, las
escuadras de combatientes, empezaron a sacar las armas, se organizaron
delante de todo el mundo. Así fue en Sutiava, en las calles públicamente
salieron para Veracruz; pero cuando llegaron, la Guardia ya se ha ido.
Cuando me preguntan por los muchachos, yo sólo sabía que Róger y “Pin”
se habían ido para la otra casa, y que a los otros muchachos se los habían
llevado presos.
Ana Isabel: A ellos los asesinaron en la piscina de esa casa. Cuando ellos
están entrando a la otra casa, ya la Guardia había entrado, porque nosotros
10
encontramos en la piscina, en el jardín, en el césped, los anteojos y la
cartera de “Pin”, varias cosas y documentos de ellos. Nosotros pensábamos
que estaban vivos.
Mónica: Decía Hugo Torres que “Charrasca”, más que valiente, era
temerario. Que “Charrasca” persiguió a balazos por los patios de León al
esbirro “Chele Aguilera”. Él se salvó de muchas situaciones peligrosas y
balazos que le pegaron.
11
Mónica: O sea que la onda expansiva del cañoncito afectó la casita.
Ana Isabel: Afectó toda la casa y se desplomó por completo; después nos
ahogábamos en polvo.
Ana Isabel: El mensaje que le daría a los jóvenes es que uno tiene que
comprometerse en la vida desde sus diferentes niveles, ya sea como
estudiante de secundaria, comprometerse a ser responsables. Nosotros
vemos que a veinte años, las condiciones siguen siendo las mismas. Hay
acciones que se pueden hacer como cristianos, como revolucionario
cristiano o no cristiano. Puede uno tener una acción social de ayuda. Hay
que rescatar los valores de la solidaridad, del verdadero valor de la amistad,
de la hermandad, el compañerismo que nosotros vivimos y que se ha
perdido en las generaciones. Con tristeza lo digo, y hay que rescatarlo,
vivirlo, porque la vivencia es lo que te permite darle esa continuidad, el
mantenimiento de esos valores enormes que tenemos.
10 de julio de 1999
NOTAS
12
1 Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, inmigrantes italianos, zapatero y vendedor de pescado,
respectivamente, fueron dos luchadores anarquistas acusados injustamente de un crimen, y
ejecutados en la silla eléctrica, en la ciudad de Boston, Estados Unidos. Se convirtieron en
símbolos de la lucha por la justicia.
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
X
León
Firmeza y dignidad de la mujer sandinista
La lucha por la defensa de los derechos civiles y políticos fue una trinchera
fundamental en la que batallaron honrados abogados, que desafiando
abiertamente al régimen, defendían a los presos políticos, se sumaban a las
manifestaciones y además, muchos de ellos cumplían misiones clandestinas
como colaboradores. Aquiles Centeno Pérez, por ejemplo, defendió desde la
primera carceleada a Doris Tijerino; el doctor Roberto Argüello Hurtado,
1
también; Mario Mejía, quien después sería acusado por la dictadura y tuvo
que salir al exilio; Yadira Centeno hizo una vibrante defensa de Rosa
Argentina Ortiz; y los doctores Diego Manuel Robles y Cristóbal Genie, en
Matagalpa, también cumplieron ese rol. Todos ellos se involucraban a riesgo
de sus propias vidas en esta preciosa e importante tarea de la defensa de
los derechos civiles de los perseguidos por el régimen somocista. Vilma
Núñez de Escorcia formó parte de este conjunto, por cierto no muy
numeroso de juristas, que con la ley en la mano libraron batallas
estratégicas en este campo.
Conversamos con ella sobre cómo su compromiso con los derechos de los
oprimidos le permitió identificar la injusticia con el somocismo. De ahí que
la propia vida de esta gran mujer, esté marcada por el compás de la lucha
sandinista en Nicaragua.
2
Vilma: Mónica, ¿cómo estoy? Un poco emocionada, pero también cohibida,
sinceramente. Quizás parezca mentira, pero me inhibo bastante, cuando
delante de mí, hablan de mi persona, y más cuando se magnifican actitudes
que en ese momento fueron las responsabilidades normales y comunes que
se tenían que asumir frente a una situación determinada. Sin embargo, no
puedo dejar de agradecerles profundamente que en este programa se esté
recordando todo esto, en este momento en que se quiere olvidar que esta
revolución, que debemos buscar cómo rescatar y cómo volver a fortalecer e
impulsar, la hicimos muchas gentes, unos aportando más, otros aportando
menos, pero que es la obra más colectiva del pueblo de Nicaragua.
Oyente: Aura Violeta Aldana. Qué mejor manera para recordar el Día de la
Dignidad Nacional, que teniendo a doña Vilma Núñez de Escorcia allí en la
radio. Una de las mujeres más respetables, fundamentalmente por sus
principios. Doña Vilma va a pasar a la historia como un referente de
dignidad, como paradigma histórico del género femenino.
Mónica: Yo quería, doña Vilma, que nos contara de sus raíces: ¿Cómo es
que a su padre lo llegaba a capturar la Guardia? ¿Y cómo es que ello le
marcó para involucrarse con el FSLN?
3
Recuerdo que cada vez que había algo en contra de Somoza, a mi padre lo
echaban preso. Entonces, aunque mi padre no vivía en mi casa, porque, te
quiero decir, soy hija fuera de matrimonio; y ésa es otra de las facetas de
mi vida, que marcó para siempre mi condición de clase, llegaba la Guardia
en la noche a golpear a patadas las puertas de mi casa.
Vilma: Exactamente, y entonces nos saca del grupo. Todo esto lo recuerdo
perfectamente; lo viví quizás más como la frustración de no dar la primera
comunión ese día, con el grupo de las compañeras porque era escuela de
mujeres. Entonces el padre de la iglesia, que era Fernando Villanueva,
reaccionó indignado, y en la misa del siguiente domingo, hicimos la primera
comunión.
4
Mi mamá nos súper protegía, y entonces yo me sentía hasta cierto punto un
poco presa. Me iba escondida a los ríos con mis amigas y amigos, y no
entendía por qué tanta protección. Después, más mayor, fui asimilando por
qué ella tanto nos protegía; pero al mismo tiempo, desarrolló en nosotros
aquello de la autoestima: –Ustedes tienen que ser los mejores, ustedes
valen. Los mejores siempre, en aquello de la competencia en las escuelas,
influyó tanto en nosotros que he tenido una autoestima muy grande.
Vilma: Mi papá murió, desde que estaba muy pequeña. Ese fue otro factor
muy desafortunado para nosotros, que también nos marcó, porque nos tocó
lidiar con una serie de limitaciones económicas. Mi padre nos dejó capital,
pero no en manos de mi madre, sino de un guardador; éste nos robó todo.
Me acuerdo que había complicidad de los jueces, porque éstos tenían que
autorizar la venta de bienes de los menores y lo habían hecho de manera
arbitraria. De allí es de donde nace mi interés de estudiar Derecho.
Nosotros tuvimos que estudiar con grandes limitaciones. Mi mamá también
murió, en 1975, y ya no pudo ver la revolución.
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nosotros hicimos al llegar a la universidad, fue vincularnos con el
movimiento estudiantil, y te digo que habíamos pocas mujeres. Fui parte
del primer Comité Pro-Libertad de Reos Políticos Universitarios. Estaban
presos Emilio Borge, el doctor Alonso Castellón, quienes eran profesores, y
el Comandante Tomás Borge Martínez, quien era estudiante de la
universidad. Estaban presos porque se les involucraba en el ajusticiamiento
de Somoza García, y yo encabecé ese Comité, incluso tuvimos varias
entrevistas con Luis Somoza.
Vilma: Sí, exactamente, estaban presos todavía. Pero resulta que el Comité
se organiza con carácter universitario, sólo en función de los estudiantes y
los profesores presos. Luchábamos por el respeto a la autonomía
universitaria recién conquistada. Luego se dan las acciones de El Chaparral
y la respuesta estudiantil con el famoso “Desfile de los Pelones” y la
masacre estudiantil del 23 de julio de 1959.
Yo iba en esa marcha, y por suerte estoy viva; soy una de las sobrevivientes
de esa masacre estudiantil. Siempre las mujeres que participamos en eso,
íbamos adelante y tuve esa suerte de salir con vida. Pertenezco a la
generación del 23 de julio, y ese día para mí es sagrado; nunca dejo de ir al
acto de la Universidad allá en León, salvo cuando por cuestiones de trabajo
no estoy en el país.
Siempre mantuve una lucha dentro del movimiento estudiantil; era muy
activa y muy beligerante. Recuerdo que no ocupé nunca un cargo de
dirección dentro de las estructuras del Centro Universitario de la
Universidad Nacional, que era la dirigencia estudiantil; y ahora me doy
cuenta que era precisamente por la famosa discriminación en contra de las
mujeres. Las mujeres éramos las que hacíamos de todo, cerrábamos los
mercados, buscábamos los apoyos cuando los muchachos se ponían en
huelga de hambre en la universidad, éramos las que pasábamos la comida.
Me acuerdo que por la Iglesia La Merced nos subíamos las tapias para
pasarles la comida a la universidad, pero nunca nos elegían; y ahora ya me
doy cuenta del por qué.
6
Te digo que me vinculo con el Partido Conservador, más por razones
afectivas que por una identificación ideológica. Incluso creo que en ese
tiempo, en los partidos tradicionales como el Partido Conservador, no se
hacía mucho énfasis, ni se cuidaban de estudiar qué cosa era el liberalismo,
conservadurismo, ni socialismo, ni nada; sino que era una lucha
completamente anti-somocista.
Mónica: Parece que Fernando Gordillo fue un faro en ese período. Varias
mujeres, como Michele Najlis, me han hablado de él como un educador,
como un ser que guiaba a la gente de la universidad para comprometerse
en otro tipo de lucha.
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que caía presa para que la defendiera, incluso cuando ya mi casa es casa
de seguridad del Frente Occidental Rigoberto López Pérez.
Blas me llevó a una compañera como empleada para buscar que fuese
alguien de confianza política, por las tareas que realizaba. Me acuerdo mi
gran susto y mi gran tristeza, cuando en la televisión veo la cara de Blas
Real Espinal muerto. Apareció asesinado en San Benito, por Rancherías, en
Chinandega, después de haber estado preso algunos días. Lo asesinan junto
a otros compañeros y un hermano de la empleada que él me había llevado 3.
Él fue quien denunció a los compañeros y por eso los matan. Yo estaba
fuera del país, haciendo unas gestiones, cuando eso ocurre. Otto, mi
marido, comienza a llamar y me dice: –”Ródrigo” dice que te vengás
inmediatamente; y él tenía una gran preocupación porque había dos
compañeros que tenían el pseudónimo de “Ródrigo”. El que Otto conocía,
era Chico Quiñónez, que vivía contiguo a la casa donde mataron a los
compañeros de Veracruz. Entonces a él le preocupaba que este “Ródrigo”
me estuviera llamando así. Pero cuando él me da la razón por teléfono, me
doy cuenta que el “Ródrigo” que me está llamando es Joaquín Cuadra.
Yo era chofer de Joaquín Cuadra. Entendí después por qué Róger Deshón se
empeñaba en que siempre fuera yo quien lo llevara y lo trajera.
Lógicamente, para que no mucha gente lo conociera. Después me di cuenta
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de la importancia de Joaquín Cuadra; yo no sabía quién era, ni sabía que
era del Frente Interno por la Tendencia Tercerista. Se empeñaba en que
fuera yo quien lo condujera, y a veces incluso ya casi de nochecita, lo que
me causaba algunos niveles de tensión en la casa porque a Otto le daba
temor, y le decía yo: –No se preocupen que voy a ir con la Julia. Julia era la
empleada, esa que me llevó Blas. Ella era incapaz de saber por dónde nos
andábamos moviendo en Managua, y era cómico que yo venía a dejar a
Joaquín, a veces con la empleada, por lo que ya era de noche. De día no
había problemas. Entonces por la cobertura de que yo era miembro del
Partido Conservador, jamás les hacía pensar que estaba trabajando con el
Frente Sandinista.
Entonces recuerdo que después, con Leticia, conocí a Dora María. Dora
estaba ese día refugiada en la casa de las monjas de La Asunción, y cuando
Leticia va a reunirse con ella, me ve la cara y me dice: – ¿Por qué te
asustaste? ¿La reconociste? Entonces yo le digo: – ¡Claro, esos ojos son
inconfundibles! Los ojos de la Dora María con el rostro debajo del pañuelo,
en el asalto al Palacio. Inmediatamente me di cuenta de quién era.
Son vivencias que recuerdo con una fuerza increíble; por ejemplo, a mí me
tocaban cosas como ir a recoger a Leopoldo, Polo Rivas, quien entra de
Honduras e ir a buscarle casa de seguridad en León. Siempre se buscaba
una casa que no provocara sospecha. Me acuerdo que le busqué la casa de
unos compañeros que colaboraban con el Frente, de origen burgués, y él no
se sintió bien, y me decía: –Vení sacame de aquí, porque me hacen muchas
preguntas, me quieren estar hablando mucho, y darme muchas opiniones.
Él estaba como muy impaciente. Me correspondió compartir de cerca esta
situación con muchos compañeros y compañeras.
9
¿Por qué me doy cuenta de esto, cómo supe esto? En ese momento no
sabía. Cuando triunfa la revolución, Ana Isabel Morales me contó que
habían encontrado todo mi expediente cuando llegaron al Búnker, y allí es
cómo ellos también se dan cuenta de que el que nos había denunciado
había sido Pedro Bustillo.
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Había ya la presión universitaria, la presión de la gente en las calles, las
mujeres del mercado. Los amigos de mi esposo Otto llevaron a mi hija, que
tenía nueve años y que quedó en manos de la empleada y en poder de la
Guardia en mi casa. No quisieron que la vecina la sacara. Eso me
angustiaba tremendamente, y yo la escuchaba en la radio que le decía a la
Guardia: –Devuélvame a mi papá, si a mi papá se lo llevaron con la
mamá. Era una forma de irme ablandando, para que yo creyera que a Otto
lo iban a matar.
Mónica: Creo que todo esto es muy importante para entender cómo se
forjó una, y de dónde viene una para ser como es hoy, y por qué la firmeza
y la fidelidad a los ideales por los que nos comprometimos, por los cuales
sufrimos muchos, tienen que seguir vivos; porque mientras no se realicen,
¿por qué vamos a dejar de luchar?
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credo político o de cualquier creencia.
Recordemos a los hermanos Tejada Peralta ¿qué les pasó?, ¿de dónde
venían y cómo tuvieron la valentía de rebelarse ante el conjunto de
injusticias que vivía el pueblo nicaragüense? Recordemos a los que venían
de los movimientos cristianos, de la juventud, los hermanos Carrión que
dejaron todas sus comodidades. La Juventud Socialista, el Movimiento
Social Cristiano tuvo elementos como Hugo Mejía, quien se dio cuenta de la
realidad y pasó a la Presidencia del CUUN, Moncho Centeno y las células
que se organizaban donde las mujeres siempre estaban presentes.
Las mujeres usábamos unas redes de lucha en las que nos exponíamos
hasta en nuestro prestigio como mujer, porque se nos tildaba con muchos
epítetos que afectaban nuestra reputación, y no nos importaba, porque
sabíamos que más adelante iba a estar el triunfo, incluso a favor de ésas y
ésos que nos criticaban como mujeres desviadas, porque nos encerrábamos
en los cuartos del CUUN. ¿A qué?, simplemente a hacer en los mimeógrafos
manuales, panfletos de lucha que iban a ser distribuidos al día siguiente en
la universidad y en la ciudad.
12
en un carro Mazda anaranjado, cuya placa tomé; y entonces me movilicé
hacia donde Omar Cabezas, y todo el movimiento estudiantil se dirigió a la
casa del compañero Carlos Tünnermann. Le pusieron una capucha, lo
estaban interrogando, y dimos veinticuatro horas de plazo para que lo
liberaran; de lo contrario, nos levantábamos los estudiantes. Hicimos las
gestiones y fue liberado.
En fin, el rol de las mujeres ha sido tan delicado, tan difícil y tan importante,
que yo merezco saludar a todas mis hermanas y a la compañera Vilma; mis
respetos por esa trayectoria de lucha a la par de todas, las que aún hoy día
son nuevas, se están integrando, pero también valen mucho. ¡Adelante,
pues! Y no desfallezcamos, que Nicaragua tiene que salir adelante.
13
cómo rescatar al Frente Sandinista, y yo no quiero perder la confianza de
que algún día podamos rescatarlo.
Sin embargo Mónica, yo pienso que uno de los problemas que ha existido
aquí, es la falta de coherencia que a veces hay entre el discurso y la
práctica. Y creo que uno tiene que buscar cómo lograr esa coherencia. Allí
es donde se plantea lo difícil, se plantea la disyuntiva de qué hacer de la
práctica.
6 de mayo de 2000
NOTAS
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1 En el momento de la entrevista, era diputado del Partido Liberal Constitucionalista y
Presidente de la Asamblea Nacional.
2 Blas Real Espinal cayó el 31 de octubre de 1978, junto a David Martínez, María del Pilar
Gutiérrez y José Benito Centeno, entre otros. (Cronología, 23 años de lucha sandinista, IES).
3 En conversación posterior con la doctora Vilma Núñez, pude enterarme de que la compañera
que trabajó como empleada doméstica y que era colaboradora, se llama Julia Munguía; y que
su hermano, caído junto a Blas Real Espinal, era Francisco Méndez Munguía. Como se puede
ver en la cita anterior, su nombre no está recogido en las cronologías oficiales.
4 En un comunicado del Frente Occidental Rigoberto López Pérez, se informó que el 7 de marzo
de 1979, la unidad de combate Julio César Chávez atacó la desmotadora San José, en la Paz
Centro, destruyendo maquinaria y una gran cantidad de algodón almacenado. (Gaceta
Sandinista, No 4. pp. 32).
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
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León
La masacre de El Calvario
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Era una forma pacífica de lucha que se combinaba con la resistencia
armada de los guerrilleros. Estas luchas permitieron conseguir importantes
victorias como la liberación de presos y presas políticos, y reivindicaciones
estudiantiles y sociales.
Sergio Lira relata las experiencias vividas junto a otros miles de jóvenes de
todo el país, que se unieron a las luchas cívicas desde los Comités de
Acción Popular (CAP) y el Movimiento Pueblo Unido (MPU), hasta su
integración en las unidades de combate, como formas de rebelión ante las
arbitrariedades, abusos y crímenes del régimen.
2
combativo Sutiava. Tuve el gusto de estar con la familia Bervis, que en ese
tiempo fue un bastión para la lucha insurreccional y el sandinismo.
Ricardo: Los CAP eran unidades del FSLN, aunque les dábamos un carácter
político público. Incluso organizamos una Federación de CAP, la FECAP, pero
en realidad no funcionaba como una coordinación de los CAP; lo hicimos
para tener un espacio más en el Comité Ejecutivo del MPU. Denis Tenorio
Belanger era el Presidente de la FECAP y yo era el de Propaganda. Nos
eligieron en una asamblea en el auditorio Ruiz Ayestas, llegaron de todos
los barrios y se leyó un comunicado que redactó Lourdes Jirón “La China”.
Los CAP llegaron a ser unidades operativas que hacían de todo. Y había sus
libreteros también. Por cierto, a nuestro papá le pusieron una bomba y por
3
nadita lo matan. Cuando el Frente orientó que todos los magistrados y el
personal ligado al régimen renunciaran, mi papá era Magistrado del Tribunal
de Apelaciones, por los conservadores. Él no renunció, y en la mitología que
se teje sobre estas cosas, supuestamente alegó que a vos te había
consultado. Y entonces le pusieron una bomba que botó la puerta de la casa
y quedó desbaratada la silla donde él siempre trabajaba. Un tipo
charrasqueado le tiró una bomba. Por eso es que mi papá se va huyendo a
Nagarote.
¿Por qué me refiero tanto a la juventud? Porque yo tenía 23 años y era uno
de los responsables. ¿Te imaginás cuántos años tenían los que estaban bajo
el mando?
Esta etapa de la lucha fue muy importante para el pueblo de Nicaragua. Las
acciones que realizaron los jóvenes con la toma de colegios e iglesias en
León, Chinandega y todo el país, marcaron un hito, pues nunca antes la
Guardia había entrado a una iglesia a matar a alguien. Era tanta la
desesperación de la Guardia, que ya estaba profanando los templos
matando a los jóvenes; tan es así, que en algunas iglesias tomadas, los
muchachos tuvieron que salirse. Ricardo, por ejemplo, estaba en la Iglesia
de Zaragoza, y tuvo que salir porque le llegaron a avisar que estaban
matando a los chavalos. Todo el mundo se salió porque verdaderamente
esa gente no estaba armada.
4
En la crónica se dijo:
Mónica: ¿Cuál fue el motivo por el que los jóvenes del Movimiento Pueblo
Unido se tomaron las iglesias en febrero de 1979?
5
En este caso del 79, la toma de iglesias fue en función de la huelga de
hambre hospitalaria que se estaba llevando a cabo y que era muy
respetada. Era una manera de demostrarle al régimen que la gente estaba
inconforme con todo lo que estaba pasando.
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tomado la iglesia, previa conversación con el párroco Haroldo
Machado, a las nueve y treinta de la mañana del día 15 de febrero,
fueron asesinados.
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Mónica: La masacre de El Calvario fue la primera de su género, donde la
Guardia entró a la iglesia y asesinó a los jóvenes. Fue una acción contra
niños desarmados. Uno de tus hermanos fue asesinado ahí. Me gustaría que
me hablaras un poco de tu hermano, ¿qué supieron ustedes, cómo se había
involucrado él?
La toma de la iglesia fue dirigida por la GPP. Tuvieron una reunión con
Mauricio Valenzuela y se habló que se iba a dar una acción conjunta en
todas las iglesias, en las que participarían ciento y pico de muchachos. El
Calvario fue la primera iglesia en la que cayó la Guardia, en coordinación
con el cura que en ese momento era el responsable de esa iglesia. Fue él
quien abrió la puerta principal que queda frente al parque, y efectivamente
fue quien bombeó a los compañeros, y entró la Guardia Nacional. El Jefe de
la plaza que ordenó eso no lo recuerdo en este momento, no sé si ya había
llegado Gonzalo Evertz a la ciudad.
El Jefe de la plaza llegó junto a varios orejas, entre ellos “El Chele Aguilera”,
uno que se llamaba Ariel Pineda, que era de la OSN. Entraron, capturaron y
torturaron a los muchachos. Eran cinco muchachos, entre ellos, Mauricio
Díaz Müller, Oswaldo Lanzas y otros compañeros. Mauricio era el mayor de
ellos, estudiaba cuarto año de Farmacia. Mi hermano Oswaldo Lanzas tenía
apenas catorce.
Cuando se oyó el tiroteo, eso fue una bomba en el barrio. Todo el mundo
empezó a decir que era en la Iglesia de El Calvario. Mi hermano mayor y yo
sabíamos que Oswaldo iba la toma de las iglesias, y en ese momento fueron
las correderas de un lado a otro. La Guardia se los llevó a todos ellos a la
morgue del Hospital San Vicente de León, y de ahí cada quien tuvo que ir a
sacar a su muerto; no nos dejaron velarlos ni nada, simplemente fueron
rodeadas toditas las casas de nosotros por la Guardia. Había un jeep BECAT
detrás de nosotros, y así nos llevaron hasta enterrarlos con una caja que
nos consiguieron, y así fuimos a enterrarlos por separado. Ninguno fue
velado.
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Mónica: ¿Y había señales de torturas en los muchachos?
Danelia: ¡Ah, sí! Sí, a todos ellos les quebraron sus piernas, que fue lo que
nosotros notamos cuando nos vimos las familias en distintos momentos, las
piernas, los brazos, incluso a cuatro de ellos les quitaron los testículos, los
caparon, y el último tiro fue en la mandíbula. Mi mamá ni lo quiso ver. Mis
hermanos Octavio, Mercedes y yo lo fuimos a sacar de la morgue. Mi mama
no pudo. Después de torturarlos, fueron asesinados en el propio
campanario de la Iglesia. A sangre fría. Los cinco estaban en las mismas
condiciones.
Mónica: Mi hermano Ricardo dice que ellos se habían tomado otra iglesia y
que les llegaron a avisar que se salieran, y a los pocos minutos llegaron
también los genocidas.
Mónica: José Miguel, para contextualizar esta masacre terrible que se dio
en El Calvario, contale a la audiencia el alcance y significado que tenían las
tomas de iglesias anteriores, por ejemplo, la del 23 de diciembre de 1972,
año del terremoto.
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Plasmaféresis comprara la sangre del pueblo y que la gente, para pasar su
Navidad feliz, tuviera que hacer filas, por centenares y miles de personas,
para vender su sangre; aquello realmente era una contradicción. ¿Cómo era
posible que para celebrar una festividad espiritual religiosa, como es la
encarnación de Jesucristo, alguien tuviera que vender la vida, vender su
sangre? Esto lo que reflejaba era la indignidad del sistema en que vivíamos.
Entonces, la toma de la Catedral de 1972 en ese contexto fue más que una
huelga, un ayuno público de los movimientos cristianos de León, Managua y
Carazo. Nos organizamos y decidimos pasar tres días en un ayuno, una
especie de huelga de hambre, para decirle al pueblo que la celebración de
la Navidad no tenía que ser consumista, no tenía que ser como el sistema
enseñaba a celebrarla. La toma se da para denunciar esta situación y,
particularmente, abogando por los prisioneros políticos que luchaban por
cambiar esta situación de corrupción que vivíamos en Nicaragua.
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programaron actividades en apoyo al CEUCA, pues la UCA había expulsado
a una gran cantidad de estudiantes. Además, seguía la lucha por los presos
políticos. José Benito Escobar, Daniel Ortega y otros que estaban en la
cárcel, mandaron una carta a los dirigentes del FER, diciendo que se iban a
una huelga de hambre y que si se morían, nosotros íbamos a ser los
culpables.
Mónica: ¿Te acordás, Miguel, que Allan Bolt incluso se fue a vivir a La
Providencia, después del terremoto? La Providencia se expandió con los
terremoteados, y ahí reclutamos a un montón de gente.
Miguel: Exacto, se le dio la instrucción que se fuera allí para montar los
guiones del Teatro Popular y para trabajar directamente con la gente. Yo
daba consultas médicas en siete barrios, me distribuía día de por medio,
una hora en uno, dos horas en otro. En Sutiava abrimos cuatro dispensarios,
el doctor René Meléndez prestaba su nombre porque íbamos estudiantes de
último año o que ya estábamos egresando y atendíamos. Llegamos a poner
cuatro consultorios en Sutiava, La Providencia, San Carlos, El Recreo y San
Felipe.
11
Mónica: Y también en el Barrio El Laborío hicimos un consultorio médico
después del terremoto, y llegaba un médico flaquito, no recuerdo su
nombre. En el Comité del Dispensario estaban Merceditas Avendaño y su
hermano Julio Avendaño, los dos caídos. También estuvo ahí Alvarito
Hernández, que trabajaba en la Tenería Bataán, un viejo súper
comprometido, don Rafael Herrera; y el poeta Guillermo Ramos y su
hermano, quien era comunista.
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Teníamos totalmente planificada la toma de la Catedral de Managua, y
definitivamente, el primer objetivo era sacar a los compañeros del Frente
Sandinista de la cárcel. A última hora, nosotros despegamos casi a las tres
de la mañana para hacer la propuesta de la toma de las iglesias, cuando ya
un grupo de nosotros iba de avanzada a la Catedral de Managua. Recuerdo
que ésta fue la primera toma que salió en los periódicos de todo el mundo;
teníamos recortes de periódicos de Italia, Francia, Estados Unidos.
Carlos: Claro, Julio andaba en cosas mucho más serias. Nosotros teníamos
vinculación con Julio, pero definitivamente nos trascendía a todos, igual que
Carlos Agüero y este muchacho que tiraron al volcán, David Tejada Peralta.
Entre los expulsados están Iván García Cortez, Fernando “El Pollito”
Martínez, María del Pilar Hüpper. Nos hemos reunido para rememorar esas
jornadas que marcan definitivamente un momento histórico a nivel
centroamericano, en lo que significa el Movimiento Cristiano y el
involucramiento de los cristianos con la revolución desde ese tiempo.
Mónica: Gracias por los datos de los oyentes que nos ayudan a redondear
este tema de las primeras tomas de iglesias, pues tiene que ver con la
incorporación activa de los cristianos; porque realmente no se podían tomar
las iglesias gente que no fuera cristiana. Porque la toma tenía también un
efecto simbólico de incorporación de la iglesia en general a la lucha.
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Como resultado de este Concilio, en Medellín se reúnen las jerarquías de la
Iglesia Católica de toda América Latina, y acuerdan que hay que respaldar y
promover el cambio de estructuras y la causa de los derechos del oprimido,
que es en cierto sentido lo que estaban planteando los nacientes grupos
guerrilleros que surgen después de la Revolución Cubana. Son los conocidos
documentos de Medellín, del CELAM, Conferencia Episcopal
Latinoamericana.
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Entonces Camilo Torres, como sacerdote y teólogo, llega a la conclusión que
su pueblo, su hermano, ese pueblo que está allí, víctima de la violencia de
siglos en Colombia, de la dominación y de la explotación de las clases
dominantes, terratenientes, etcétera, sí tiene algo contra él; precisamente
porque Camilo es de esas ricas familias de los Torres Restrepo de Colombia.
Por su condición de sacerdote y profesor universitario, siente que su pueblo
tiene algo contra él, y decide entonces dejar allí su ofrenda en el altar y
reconciliarse con la causa popular, a través de las organizaciones del
pueblo. Él ilumina esa práctica, esa experiencia y esa decisión. Ése es el
gran aporte de Camilo Torres para todos nosotros, combinando el análisis
teológico y el análisis sociológico, en una práctica concreta.
Esto fue determinante para que los cristianos de los años 1968 y
1969 dijéramos, este es el camino, porque siempre quedaba la
duda de si un cristiano debería comprometerse a tal punto en la
lucha, de estar dispuesto a usar el fusil si fuera necesario.
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materializarlos en una acción práctica. Verdaderamente creo que eso fue un
ejemplo para los movimientos cristianos de Latinoamérica.
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¿Qué hacer con todo este legado en las actuales circunstancias que
vivimos?
José Miguel: La pregunta que nos has colocado sobre el tapete, con
relación a los frutos de esta larga lucha, en términos de lo que estamos
viviendo hoy en Nicaragua, en América Central y América Latina, exige
recordar, en primer lugar, que la lucha por la paz, la vida y la justicia es un
proceso verdaderamente largo, aunque muchas veces nuestro espíritu no
está preparado para pensar en términos de largo plazo.
Pienso que hoy vivimos una situación tal vez de extrema miseria, injusticia,
acumulación de deudas, ganancias y otras cosas iguales, pero no tiene el
agravante de haber fuerzas policiales y el Ejército represivo de aquella
época, que es lo que hacía inaguantable la situación, y por lo tanto, se
justificaba a todas luces la lucha armada. Además, hay que decir que
cuando los cristianos llegamos a la conclusión que la única alternativa era
la lucha armada que proponía el Frente Sandinista, fue después de todo un
proceso de experiencia de no violencia, de tomas de iglesias, huelgas,
movilizaciones, concientización. La decisión se toma después de todos esos
grandes esfuerzos y viendo el fracaso en cuanto a las respuestas del
régimen a la lucha popular.
Nadie puede negar que se reeditan situaciones peores que las que se
vivieron en el somocismo; sin embargo, creo que por lo menos, en cuanto a
las formas de lucha, todavía hay espacios.
Sergio: Esa pregunta me la hago casi a diario. Creo que sí valió la pena y
que no debemos arrepentirnos de todo lo que hicimos, porque hicimos
cosas buenas. Fuimos impulsados por un sentimiento que todavía lo
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llevamos, quizás un poco amainado, pero en ese momento hicimos lo que
teníamos que hacer, los que nos sentíamos revolucionarios. Creo que
cumplimos con un deber como jóvenes, como personas de esta sociedad.
Estoy satisfecho con lo que hice, pero no con los frutos, porque al ver cada
día cuando andamos en la calle, las diferencias sociales, que fue por lo que
verdaderamente luchamos y muchos ofrendaron su sangre, en eso no estoy
satisfecho. Si me preguntás cómo cambiar eso, se me hace difícil
contestarte.
Mónica: Una amiga me decía: – ¿Por qué es que se dieron esos enormes
ejemplos de heroicidad en esos años, si las condiciones sociales ahora tal
vez son hasta peores? Yo le decía que la gente no lucha por el estómago,
lucha por ideas. Uno es capaz de aguantar hambre, pero cuando se tienen
ideas de libertad, ideas de realización, eso te mueve. Vos podés tener
hambre, pero si no tenés un ideal que te diga que no es justo que tus hijos
tengan hambre, entonces vos decís, me vale o me aguanto, pero no ves en
el no comer, en el no tener una educación, una injusticia. Tenés que
convertir el asunto material en banderas y éstas tienen que ver con cosas
espirituales y no materiales estrictamente.
¿Por qué tanto sacrificio y tanto amor que había, ahora se ha perdido?
Porque prevalecen los intereses de sectores, incluso dentro del Frente
Sandinista, por encima de los valores y los ideales que nos heredaron, y por
los que lucharon todos estos compañeros y compañeras.
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comprometemos en nada, de alguna manera somos cómplices.
Sergio: Yo creo que sí es valedero lo hecho, nada más que ahora con otra
visión y en otra etapa de la historia de Nicaragua. Creo que en estos
momentos hay que seguir luchando por darle al pueblo los elementos que
necesita para defenderse. Todos podemos aportar algo. El pueblo ha
aprendido mucho en estos últimos veinte años, lo que pasa es que le faltan
elementos para hacerlo, y nosotros como sandinistas perdimos mucha
autoridad moral; creo que a eso se refería José Miguel.
La salida aquí no son los partidos políticos, no son los dirigentes, la salida
es que todos le demos enseñanza al pueblo a diario para que se defienda,
que no le suban a la luz, al agua, que no le cobren en el colegio, que no siga
subiendo el índice de analfabetas, que baje la cantidad de desocupados.
Aquí el Estado busca cómo aniquilar, desde el punto de vista económico, al
pobre.
Es cierto que los jóvenes son los más desprendidos y generosos, y que ellos
fundamentalmente serán los que deban asumir estas luchas; pero no es
que nosotros ya no tengamos nada más que hacer. Hay muchas cosas que
se pueden hacer este año, el próximo y el siguiente, aportando desde
nuestras posibilidades para seguir buscando esa sociedad de justicia,
humanidad, amor y bienestar para las mayorías, no sólo en lo material, sino
también en lo espiritual, que tanto se necesita.
17 de febrero de 2001
19
NOTAS
20
1 El Padre León Pallais era el Rector de la UCA. Tenía una mentalidad reaccionaria y no
aceptaba las demandas que entonces impulsaba el movimiento estudiantil por una mayor
participación en las decisiones de la universidad, mayor apertura al diálogo, y mayor
compromiso con las causas sociales. Por estas demandas se había producido la toma de la UCA
en agosto de ese año, que concluyó el primero de septiembre.
Mónica Baltodano
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
X
León
Había que entrenar, armar y ponerle mando a la
gente
**
1
En 1956, León presenció uno de los acontecimientos más importantes, el
llamado “Principio del fin de la dictadura somocista”, el ajusticiamiento del
tirano Somoza García, que realiza Rigoberto López Pérez. Esta acción fue
seguida de la captura de muchos ciudadanos leoneses, y luego las
demandas por su libertad.
Los principales jefes después del Estado Mayor eran: Guadalupe Moreno
“Abel”; Oscar Cortés “El Chele Marcos”; Sergio Lira “Zacarías”; Emilio Muñoz
Lumbí “Emiliano Pancasán”; Ródrigo González “Argelio”; Eddy Reyes
2
Baldizón “Umanzor”; Félix Pedro Carrillo; Carlos Amaya Talamante “Lucas”;
Carlos “Chele” Nájar; Carlos Soza “Jeremías”; Lenín Valle “Felipe” y Juan de
Dios Midence. También se distinguieron en el combate un conjunto de
combatientes populares, entre los que destaca Luis Manuel Toruño
“Charrasca”.
Mauricio: Inicié colaborando con gente como Ana Isabel Morales, antes
que ella se fuera a estudiar a León. Más o menos entre 1972 y 1974, yo le
pasaba medicinas para la montaña. Después, cuando todavía no estaban
las tendencias, movía a la Egda Vélez. Luego ella se fue a meter a una
embajada, y al poco tiempo me contactó Carlos Arroyo, y quedé
colaborando como chofer de él, carro de seguridad, correo y durante un
tiempo anduve moviéndolo a él y a Quincho Ibarra, que fue quien quedó
después de la Egda.
Nos mandaron para Tegucigalpa, donde nos recibió el poeta Rafael Mairena;
él nos llevó a una casa grande, como las de Las Colinas, en una zona
residencial. Ahí nos dieron un entrenamiento a un grupo de diez, en el que
estaba “El Chele” Glauco Robelo, Arnoldo Quant “El Chino”, quien murió en
Los Sabogales, Felipe Escobar, y otros que no recuerdo.
3
El que nos dio el entrenamiento fue Pedro Aráuz, y fueron instructores
Charlotte Baltodano y Juan de Dios Muñoz. El punto es que nos entrenaron
con un concepto para guerrilla urbana; el concepto no era mandarnos a la
guerrilla rural o a la montaña, sino que era empezar a hacer acciones
militares y organizar las fuerzas militares del Frente Sandinista a nivel
urbano. Éramos como unos diez. La escuela fue como de unos cuarenta
días, y después nos trasladaron por parejas a los regionales urbanos.
Pero lo primero que hicimos cuando vinimos a Nicaragua, fue buscar cómo
foguearnos a los que veníamos sin ninguna experiencia, más que una
escuela teórica. Entonces, lo primero fue mandarnos a hacer algunas
acciones a nosotros mismos. En León hicimos algunas acciones. La primera
fue tomar una radio. Pusimos unas bombas de simulación para que la
Guardia no se acercara, y transmitimos un pronunciamiento. No recuerdo
en qué jornada por la vida de Tomás fue eso, creo que en una radio donde
trabajaba Chuno Blandón. Fue más bien una acción de propaganda política.
El riesgo era menor.
Posterior a eso, nos dan la misión de hacer otra actividad más de carácter
militar, de atacar unidades militares. Se iban a realizar de manera
4
coordinada para el Día de la Dignidad Nacional, el 4 de mayo, que fue
cuando capturaron a la Charlotte, quien iba con el “Chele” Glauco por el
Centro Cívico.
Por cuenta Pedro Aráuz creía que teníamos miedo, y entonces se fue con
nosotros. Hicimos el intento nuevamente, y la verdad es que tampoco con
él lo logramos. Ya se fue más tranquilo, más confiado. Creo que él estaba
desconfiado de que nosotros no estábamos actuando bien. Después de eso,
a Lumberto lo trasladaron para la montaña, y a mí me dejaron de
responsable de León y Chinandega por la GPP.
5
Una de las escuelas la impartimos a los líderes estudiantiles. Me acuerdo de
Víctor Hugo Tinoco y de Irving Dávila. Entre el centro de León y El Coyolar,
en una casa, hicimos la escuela de diez días. Me da risa recordarlos
haciendo sentadillas.
La manera cómo operábamos era que una vez que preparábamos una
unidad de combate, uno los llevaba a foguearse en una acción, que era
como el bautismo, y después quedaban operando con sus jefes. Ya no era
necesario que uno fuera a todas las actividades. Eso empieza a darse con
más fuerza un poco antes de la insurrección de 1978 en adelante.
6
dejaba en una burra de monte. Lo único que tenían para leer, era una
Biblia, y entonces me aprendí la Biblia, me la leí de cabo a rabo.
Mauricio: Yo creo que sí, porque cuando yo salí, ya eran diez, era un
batallón ¿verdad?, porque cuando yo llegué, éramos tres; y cuando yo salí,
había más de la ciudad, y había gente campesina integrada. Fue una unidad
que estuvo operando durante todos esos años desde Estelí, Santa Cruz
hacia Limay, haciendo la ruta a Honduras.
El trabajo era andar, crear base social y ruta para logística y buzones. Para
mí, esa fue la base del respaldo que tuvo la insurrección de septiembre en
Estelí. Cuando “El Zorro” llegó, de alguna manera cosechó todo un trabajo
que se había hecho en toda la ruta que viene desde Limay, pegando hasta
el sur de Estelí, que es Santa Cruz. Toda esa ruta la operaba Lanuza, y
después quedaron Julio Ramos y “El Capi”.
En León quedaron operando Sergio Lira y Lourdes Jirón. Ahí la GPP teníamos
más gente, mucha más organización y más gente preparada militarmente.
7
hacíamos. Después todos ellos salieron para Honduras.
Entonces los Terceristas se fueron todos para Honduras, y los GPP y los
Proletarios nos retiramos a Chichigalpa y al Ingenio San Antonio. ¿Por qué?
Porque los Proletarios tenían bases de apoyo bastante grandes en el
Ingenio, por el trabajo que hacían con los obreros; y nosotros como GPP
teníamos base social en Chichigalpa, organización, casas de seguridad y
colaboradores. Tomamos la decisión de retirarnos de Chinandega, nos
fuimos por la falda de los volcanes a caer a Chichigalpa, y terminamos
refugiados en las colonias obreras entre Chichigalpa y el Ingenio; ahí
pasamos los primeros días, recién la insurrección.
8
ya empezábamos a operar regionalmente, y nos reuníamos las tres
Tendencias. Antes que mataran a los muchachos de Veracruz, nos
reuníamos de manera periódica en León. Yo llegaba por la GPP, Carlos
Zamora o Alonso Porras, por los Proletarios, “El Chele” y otro de ellos, por
los Terceristas. “El Chele” Róger Deshón era de mentalidad bastante
unitaria y nos coordinábamos para ir impulsando el trabajo y las
actividades.
9
A los compañeros que matan en Veracruz, nosotros les dijimos como un
mes antes que tuvieran cuidado, porque el mando de los Terceristas en
León andaba con todas las medidas de seguridad sueltas. Como que ya
faltaban cinco días para triunfar, y que ya no importaba nada, y relajaron
muchas medidas de seguridad. Hasta llegamos a tener discusiones, porque
estábamos en una casa en reuniones de coordinación, y entraba y salía un
jodido, entraba y salía otro. ¡No jodás, nos van a matar y nos van a matar a
todos! Realmente se los veníamos planteando, que eso no debía ser así, y
al final recibieron un golpe fuertísimo, en parte por eso; aunque yo tengo
entendido que ahí también hubo un jodido que delató, aquel viejo que era
dueño de una desmotadora.
Nosotros los GPP fuimos más cuidadosos. Pedro Aráuz nos había formado en
la disciplina de las medidas de seguridad. Leticia también era muy
cuidadosa. Una vez, estando donde “El Chavo” Meléndez, en una reunión de
coordinación con Polo Rivas y “El Chele” Deshón, la Guardia nos empezó a
cercar en la Colonia Guadalupe, y la casa donde estábamos no estaba
quemada para nada, pero era porque nos andaban cotoneando de cerca los
aparatos del somocismo.
Logramos salir de ese cerco esa vez, porque nos tiramos por el lado del Río
Chiquito, buscando Sutiava, y logramos irnos. Pero realmente, en parte la
masacre de Veracruz fue por esa mentalidad insurreccional de que había
que acelerar todo; rompieron muchas medidas de seguridad, y eso les costó
caro.
Después llegó Dora María a hacerse cargo de las estructuras junto a otra
gente del Tercerismo, y siempre quedó Polo Rivas, que había llegado antes;
por lo menos yo lo vi en esa reunión de coordinación que te conté que casi
nos quiebran.
10
Y a propósito de nuestros disfraces, nos ocurrió una anécdota. En la entrada
al caserío, se ponían algunas prostitutas esperando a los cortadores; y
cuando ya nosotros vamos a entrarle al cuartel, nos dicen algunas de ellas:
–Denle duro a esos hijueputas. Nos dio una risa, y a la vez nervios, porque
pensamos que íbamos tan mal disfrazados, que nos descubrieron. Pero el
ataque fue un éxito total, porque entramos sorpresivamente, disparando
casi dentro del cuartel, así que no tuvieron tiempo para reaccionar y
recuperamos unas doce armas. A los guardias que no cayeron, les quitamos
las botas, la ropa, y les dimos una gran arenga sobre nuestros objetivos.
Nos retiramos sin ninguna baja, y contentos.
11
el fuego, no entró el convoy completo de la Guardia a la emboscada, quedó
fuera un jeep con una ametralladora 50. Todos los que quedaron ahí en
medio, cayeron, pero no pudimos aniquilar ciento por ciento al convoy, que
era muy grande.
12
Mónica: También se realizaron otras dos emboscadas poderosas en la
ciudad. La de San Pedro fue el 18 de mayo, día del nacimiento y casamiento
de Sandino.
Después del operativo del Palacio, la Guardia se portó muy flexible con
todos los que se quedaron, que fueron unas decenas; a algunos les dio
amnistía y a otros los entregaron a sus padres de familia, sacándoles
dinero. Después que logra su libertad, es trasladado clandestino a León, a
donde llega en las primeras semanas de 1979. Mauricio, me dijeron que vos
lo habías casado por las armas y que su compañera Ivette Olivas tuvo una
niña de Luis. ¿Cuándo y en qué circunstancias cae Luis Alberto?
13
Mauricio: Yo no preciso la fecha, pero Luis muere precisamente la noche
que casi nos agarran a nosotros en Guadalupe, antes de la insurrección
final. Venía del campo, y entrando a León, en Posada El Sol, nosotros
teníamos un colaborador, Javier Dávila “El Fumón”, era una de mis casas de
seguridad. Entonces, cuando salgo huyendo esa noche de aquí, del
encuentro que tuvimos en Guadalupe con los Terce, y me voy a refugiar a
Posada El Sol, oí la balacera en la madrugada, cuando mataron a este
muchacho, a Luis.
Danelia: De mi casa se fue ella. A las doce en punto, cuando sonara el pito
de los bomberos, que vos sabés que se oye en todo León, iban a hacer la
acción. No había manera de confundirse. Ella nos dijo antes de partir: –Si no
regreso, es que me mataron. En sus zapatos había escrito sus iniciales: M.
A. Martina Alemán. Si me dan, me van a reconocer por el zapato. Y
efectivamente muere en esa acción.
14
Secundaria y participó en la insurrección de los niños, en agosto de 1978,
en Matagalpa. Se fue a León con otras de las muchachas de Matagalpa, que
se replegaron después de esa insurrección.
Sus padres relatan que tuvieron la dicha de poder velar y enterrar los restos
de Martina en su ciudad natal, Matagalpa, pues sus compañeros les
avisaron inmediatamente de su caída. Todos los hermanos de Martina se
involucraron en la lucha: Salvador, Nery y Marvin Alemán; éste último,
actualmente Comisionado Mayor de la Policía en Bluefields. (Noviembre de
2009).
Danelia: No, Nidia muere con Luis Alberto González. Era de El Viejo.
Filiberto Morales, el que cayó en Posoltega, también era del barrio, pero era
mayor que nosotros; su hermano, Oscar Morales, es el que era
contemporáneo nuestro y todavía está en el Ejército. Ambos eran de El
Coyolar, pero se integran por medio de la universidad, no por el barrio.
También “Charrasca” Luis Manuel Toruño fue de nuestro grupo, pero luego
se fue a los Terceristas.
15
Mauricio: Las bombas de contacto que hicieron mucho daño, como le pasó
a Ofilito… bueno, tu hermana también… perdieron sus brazos por las
famosas bombas de contacto.
Danelia: Esa era la manera como me inicié siendo una chavala. Me decían
que anotara los número de las placas de los taxistas que miraba que se
movían a orejear, por eso soy bárbara a los números. Me decían, no anotés
en papel, porque eso te puede quemar; entonces, era de memoria. Todos
éramos cipotes, pero de esa manera contribuíamos.
Mauricio: Estas gentes eran cipotes. Ahora ves a tus hijos a los diecisiete
años y vos decís ¡qué barbaridad!
Mauricio: Sí, es que en toda guerra tiene que haber gente así. En León
abundaron gentes que se lanzaban al asalto sin ningún temor. En Zaragoza
tuvimos a Ofilio Delgadillo, quien era un niño, y también a alguien de
seudónimo “Alfredo”.
16
Mónica: Parece que Oscar Cortés “El Chele Marcos” en realidad fue
también muy audaz, casi temerario también.
Otra emboscada que nos tocó a nosotros se puso en Pancorva, adelante del
puente La Leona, para evitar los refuerzos que vienen de Managua. No me
acuerdo quién era el jefe, pero también era del grupo nuestro de la GPP. Era
Eddy Reyes “Umanzor”.
17
Entonces Polo operaba con Ródrigo, iban a la carretera, bajaban las armas.
De alguna manera, esta unidad funcionó también como móvil. Otras dos
unidades de combate de la GPP quedaron para atacar el Comando Central y
La 21, con las fuerzas de los Terceristas que se concentran sobre todo en
estas misiones.
Pero ese punto pega a Los Arcos, una zona donde había base campesina
que Julio Ramos había organizado. Toda esa gente andaba involucrada.
Cuando yo llegué, Julio Ramos estaba clandestino en Los Arcos, donde se
había impulsado todo un movimiento campesino de tomas de las tierras de
18
los Sutiava, ahí en Los Arcos y en Lomas de Panecillo. Los muchachos que
estaban en la emboscada eran de León.
Y la pelea por las armas fue desde el principio. La distribución era desigual:
Nosotros les pusimos a “Ródrigo” para esa tarea, y les asegurábamos la
logística. Llegaban las avionetas que llevaban sus cuatro rifles, pero aunque
la logística para recibirlas era unitaria, la distribución no lo era. Cuando
venían las armas, las dislocaban para ellos, y no nos daban ni verga a
nosotros. Era una turqueadera ese pleito de las armas.
Mónica: El 7 de julio sale la Guardia de El Fortín. ¿Qué pasó con todos esos
guardias, para dónde agarraron?
19
Mauricio: El Fortín lo teníamos asediado, rodeado militarmente, no había
manera de salir. Cuando estábamos atacando El Fortín, fue la vez en que
me sentí más cerca de la muerte. Me fui a Sutiava para ver cómo estaban
los muchachos tendidos que íbamos empujando hacia arriba de El Fortín.
Llego a un punto, y de repente siento que se me levanta la tierra a un lado;
me muevo, y ¡plas!, se levanta un polvito por el otro lado. Era un
francotirador hijuelagranputa. Yo no sabía de dónde venía, y pensé: ¡Ah,
aquí estoy listo!
Mauricio: Ahí sí me cagué, porque no oís el balazo, sólo ves que se levanta
el vergazo o que pasa cerquita. Este hijueputa me mamó, dije yo. No sé
cómo, de la cagazón me moví rápido para otro lado, y ya no me logró
agarrar. Pero es la vez que yo me sentí con el mayor nivel de peligro en
toda la guerra. ¡De aquí ya no salí de este hueco hijueputa!, pensé. Y logré
salir.
Hay un camino que va de El Fortín hacia el mar, pero no hay manera cómo
irte por otro camino, y salirles adelante, sólo que vayás por veredas; o sea
que, geográficamente, no hay otro acceso, hay un solo camino que va de El
Fortín hacia esa zona, que es el que vos cogés del cementerio y te vas por
ahí, hacia el mar.
20
Cuando llego a Montelimar, ahí estaba desierto; pero cuando llego a la casa
de Somoza en Montelimar, estaba su archivo completo, todas sus cosas
completas.
21
La otra cosa interesante que te quería contar es que, cuando realizamos la
emboscada de La Merced, todos fueron aniquilados. Uno quedó vivo y
estuvo en el hospital. En la insurrección de septiembre de 1978, me dicen: –
Hay un hombre que dice que él estuvo en esta emboscada, así, así, así. Los
únicos que podíamos saber eso éramos Campbell y yo. Hombré, me voy a ir
a entrevistar con él. Entonces, ya se presenta: –Soy René Pulido, me quiero
integrar. – ¿Y por qué? Después de esa emboscada –dice, me agarraron y
me mandaron a El Sauce, me pegaron una gran pijeada.
22
Mónica: Cuando operabas en unidades de combate, organizabas tu
retirada y tenías vehículos, casas donde irte a esconder…
28 de octubre de 2009
Notas
23
1 El “15”, según Julio Ramos, se llama Pedro Pablo, y era un campesino originario de La
Estanzuela.
2 Se refiere a Fanis Traña, un zapatero que tenía el seudónimo de “Denis” y fue gran
colaborador de la guerrilla.
3 Julio Ramos llega a la Columna General Pedro Altamirano en julio de 1977; Antenor Rosales,
después de la muerte de Pedro Aráuz, en octubre de 1977, tal como lo confirman en las
conversaciones registradas en este libro.
4 Esta emboscada también está narrada con detalles en la obra de Guillermo Cortés
Domínguez De León al Búnker. (Pp. 169-173).
6 “El Chele Aguilera” fue capturado en El Sauce por la unidad que jefeaba Ana Julia Guido.
Según Lourdes Jirón, andaba disfrazado de Pastor evangélico, vestido totalmente de blanco
y cargando una Biblia en la mano.
7 Carlos, “El Chele” Nájar, es hijo de Carlos Nájar, quien anduvo con Julio Alonso Leclaire. En
su última batalla, en Río Guano, con Julio Alonso caen otros guerrilleros de la Columna 15
de septiembre, entre los que se encuentran el poeta José Jesús López, Ángel Moteli, Antonio
López, Juan Castillo, Rolando Caldera, Enrique Montoya y el destacado Gustavo Vílchez. A
este movimiento sobreviven Carlos Nájar, asesinado en León en 1962; el periodista César
Cortés Téllez; Julio Velásquez; Julio Molina; el salvadoreño Mauricio Abner y Lenin Frixione,
quien junto a la cubana Teresa Banderas, trasegaron armas desde San Francisco, EE UU, en
apoyo a esta incursión guerrillera. (Fuente: www. sandinismo.info-la historia del
sandinismo).
Mónica Baltodano
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
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X
León
León, ¡nunca vencido!
Edmundo Icaza
1
simultáneamente y luego reforzar a las unidades encargadas del ataque a
la guarnición principal, casi siempre el Comando. Al mismo, tiempo,
contener los posibles refuerzos con emboscadas en los accesos principales.
En León, la Guardia estaba en el Aeropuerto Godoy, en el Banco Central, en
La 21 y en El Comando. Las emboscadas se colocarían para impedir
refuerzos de Managua, de Chinandega y de El Fortín.
Mundo Icaza es más leonés que las cuajadas con chile, que El
Coyolar y La Gigantona juntos; es leonés hasta la cacha de la
pistola, aunque nunca ha hecho la leonesa, dice él. Las tremendas
cuadras de León son testigos del trabajo radial del periodista
Edmundo Icaza. En 1963, era un joven estudiante de Comercio
cuando fue invitado a participar en el noticiero Orientación Popular.
Desde entonces se quedó atrapado en el fascinante mundo de la
radiodifusión. Mientras estudiaba en el Instituto Mariano Fiallos Gil,
repartía su tiempo con el trabajo de reportero. Además, colaboraba
con otros noticieros: Tribuna Libre, Sucesos del Mediodía y la radio
revista informativa Nueva Nicaragua.
Edmundo ha emitido sus noticias e informaciones desde casi todas
las cabinas de las emisoras de León: Ondas Populares, Radio
Circuito, Radio Atenas, Radio El Progreso y Radio Darío. Los
noticieros eran de corte progresista, muy crítico de la dictadura de
Somoza. Dice Mundo: –Eso me valió pasar momentos difíciles, me
pusieron el bozal, me llevaron al cuartel con todos los papeles en
que tenía las noticias para esa tarde, y me sometieron a los
famosos interrogatorios que hacía la Guardia somocista.
2
Luego de esta presentación, decinos, Mundo, ¿qué te parece este esfuerzo
de recuperación de la memoria histórica a través de un programa radial?
Mónica: Creo que hay que tratar de recopilar la historia, pero desde más
atrás. Desde los esfuerzos organizativos de todos aquellos héroes del
trabajo de concientización, de organización y de movilización, que hicieron
posible un acumulado que permitió la insurrección victoriosa de 1979.
Rescatar la historia de todos aquellos que se incorporaron con la conciencia
muy clara de lo que querían transformar. Contanos, Edmundo, sobre tus
vivencias.
3
De acuerdo al avance, a la lucha y a la toma de posiciones de nuestras
columnas, se logra el 9 de junio salir al aire con Radio Venceremos; pero el
bombardeo de un Push and Pull prácticamente nos saca del aire, porque
botó la antena. Tuvimos que ser trasladados rápidamente por los
compañeros combatientes y nuevamente hacer el esfuerzo para sacar la
radio al aire. La Venceremos salió nuevamente el 12 de junio, para no
volver a callarse.
Mónica: José Villegas Flores es conocido como “Pescado Lucio”. José, ¿ése
es un nombre de guerra o es un apodo desde chiquito?
José: Pues sí, es un apodo desde pequeño, viene del colegio en la primaria.
Éramos un grupo que de repente no entrábamos a clases, nos íbamos a los
ríos a comer pepesquitas, de allí salió.
Sobre la lucha en León me gustaría hacer énfasis en una cita del libro La
Nicaragua traicionada de Somoza. Somoza en su oportunidad decía, en una
parte de su libro refiriéndose a León: “en mi opinión la caída de León marcó
el principio del desmoronamiento de nuestra situación militar”. Eso nos
indica que León jugó un papel importante, determinante y fue la
organización militar y política que tenía el pueblo de León la que permitió
ser un bastión de la revolución.
4
Edmundo: La ciudadanía de León definitivamente es heroica, y sus
combatientes desarrollaron acciones militares a través de las columnas
guerrilleras del Frente Occidental Rigoberto López Pérez y las unidades
tácticas de combate ocuparon lugares donde se golpeó fuertemente a la
Guardia.
Al “Chele Marcos”, que era un hombre que parecía cadejo, porque tenía una
movilidad tremenda por todos los frentes, lo encontrábamos en San Felipe,
El Coyolar, Sutiava, San Sebastián, se aparecía por cualquier lado, era
verdaderamente extraordinario. Ildefonso Chavarría “Alonso”, Zayda Silva
Alina; la compañera Verónica Lacayo, que cayó en La Pedrera, cuando
retuvo el refuerzo que venía de Chinandega, mientras los otros compañeros
se replegaban y ocupaban mejores posiciones; a Isidro Ramiro Soza “Piscis”,
que todavía vive, extraordinario combatiente; Antonio Obando Toruño “Toño
Huevo”, a Marvin Saavedra Ramírez “Chivo Pando”; a José Antonio Villegas
“Pescado Lucio”; a Ofilio Delgadillo, que perdió sus dos manos 2. Algunos de
ellos todavía están vivos.
5
Comentario de la autora: El tres de junio que inician las acciones, los
guerrilleros se enfrentan en condiciones desiguales a la Guardia, que
responde moviendo la infantería, resguardada con tanquetas y tanques. El
segundo día, los combatientes detienen una tanqueta y afectan un tanque
en distintos puntos de la ciudad. La tanqueta venía de El Fortín sobre la
calle principal de Guadalupe. El tanque iba en dirección a La Renta. En
ambos casos, las averías sufridas obligan a la Guardia a replegarse. Los
guerrilleros logran avanzar temporalmente, pero son repelidos con
ametralladoras de grueso calibre.
6
•
Edmundo: El 12 de junio cae José Gilberto Orozco Iglesias, hermano de la
Flavia Orozco. Él era el fusilero de la brigada incendiaria y cayó en el asalto
al Cuartel La 21. En ese asalto le tendimos un cerco a las partes laterales
del Comando, abrimos los túneles, los pasadizos en las paredes de las
casas, y poco a poco avanzamos hasta que se cercó el Comando.
José: El día 16 de junio del año 1979 “Vulcano”, junto con sus fuerzas, sale
del Comando hacia El Fortín. La Guardia organiza una fuga prácticamente
suicida, con un escudo humano de civiles, enfermos y niños que sustrajeron
del Hospital del Seguro Social que hoy es el Hospital Oscar Danilo Rosales
Argüello. También llevaban población civil que vivía en los alrededores de
esa guarnición. La Guardia iba desmoralizada, tenían días de estar sin
avituallamientos y se sentían perdidos. Hubo un momento que la Guardia
comenzó a cambiar su ropa militar por ropa civil.
7
El ataque final comenzó con un disparo de la tanqueta Araceli. Se llevó a
una posición adecuada y se logró hacerla disparar con un martillo y un
cincel, porque se habían llevado el percutor. El estruendo que hizo la
tanqueta y el impacto, fue la gota que rebasó el vaso de la ya caída moral
combativa del grupo de quince guardias que había dejado “Vulcano”,
porque él se zafó, como ya habíamos dicho.
El General Ariel Argüello Valle era del grupo que se quedó en el Cuartel.
Algunos dicen que iba en la columna, pero se vio obligado a regresar,
debido al intenso fuego. El 18 de junio fue reincorporado a servicio y
nombrado jefe de la plaza de León, en un comunicado emitido por Somoza.
Los guerrilleros continuaron el asedio buscando mejores posiciones,
rompiendo las paredes de las casas. En esos encuentros tuvieron valiosas
pérdidas, muchas de las cuales no se recogen en las cronologías; además
de Guadalupe Moreno “Abel”, mueren ahí Jorge Argüello y Jorge Vicente
Patiño.
•
8
Idelfonso Chavarría sostiene que el asalto final al Comando fue planificado
desde el Colegio La Salle hacia el sur, en una reunión entre “El Chele
Marcos”, Alfonso García “El Prole”, Lenin Valle “Felipe”, Ródrigo González
“Argelio” y Eddy Reyes Baldizón “Umanzor”.
En ese ataque estaban todas las tendencias venidas de todos los puntos.
Estaban Juan de Dios Midence, “El Chele” Nájar y un guardia apodado “El
Bojazo”, quien después de su captura prácticamente se había integrado a
las filas guerrilleras. Según Alonso, “El Bojazo” diseñó una lanza granadas
artesanal, y fabricó un explosivo con niple y pólvora de granada de
fragmentación4.
El que dijo dónde estaban las armas fue el hijo del General. Por cierto, hay
una foto histórica de él ahí. Cuando entré al Comando, ni diez minutos
después, era el único guardia que estaba cerca de la fosa. Él estaba
enseñando dónde estaban las armas y estaba también Ponce, quien
manejaba un jeep Gurgel5, muy parecido al del “Chele Marcos”. Él comenzó
a desenterrar las armas. Las armas no se desenterraron antes. Yo entré en
ese momento, el 20, y ahí mismo comenzamos.
Los guardias habían hecho un hoyo en la pared del Comando, por cierto se
las fui a enseñar a mis estudiantes de historia un día de éstos, y en la casa
de al lado estaba la fosa, donde enterraron las armas y encima les pusieron
los cadáveres. Cuando nosotros llegamos, ya estaban en descomposición;
en ese momento estaban engusanados. A mí hasta me dio hepatitis por
9
haber manipulado esos muertos.
Ése fue el lote de la GPP, pues los Terceristas querían quedarse con todo.
Sobre el propio lugar se dividen las armas. La China me las manda a dejar. Y
luego regreso y me llevo a los guardias.
También hice esta pregunta a Mauricio Valenzuela, quien afirma que esa
operación no pudo realizarse antes de la toma del Comando. Que las armas
enterradas debajo de cadáveres fueron sacadas hasta el mismo día de la
toma del Comando y que efectivamente, cuando llegaron y no vieron
armas, empezaron a interrogar y uno de los militares dio la información que
permitió ubicarlas.
Ricardo: Eso fue el día de la toma, nada que fue antes. A las 7 de la
mañana, tal vez antes, me estaba desayunando esa porquería. Como te
digo, a mí me dio hepatitis, y los doctores me dijeron que fue por ese
desentierro. Esas armas fueron sacadas el mismo día que cayó el Comando.
10
Y yo saqué una parte en el vehículo Ford de un Gurdián que usé toda la
guerra, porque después me ordenaron devolvérselo.
Después de verlo muerto, le quité las botas y me las puse, porque andaba
unos zapatos malos y el número de sus botas era idéntico a mi pie. Me
quedaron a la perfección y anduve con ellos el resto de la guerra. Después
me las traje a Managua y una vez que fui a ver a mi mamá, las deje ahí; y
mi mamá se las regaló a uno de nuestros primos que iba a alfabetizar. Le
reclamé a mi mamá, porque eran mis botas históricas.
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Ricardo: Eddy Rizo cayó en la línea de fuego en los intentos de toma de El
Fortín, junto con un matagalpino. Recuerdo que lo recuperamos ya con la
piel seca, porque como no podíamos llegar donde estaba el cadáver,
estuvieron uno o dos días en el sol. Todos fueron enterrados en la iglesia
Zaragoza y estuvieron ahí casi un año, hasta que los sacamos.
Como ya teníamos una posible ruta de salida que era por el camino de
tierra hacia la Comarca del Chagüe, que está distante aproximadamente
entre tres o cuatro kilómetros a la parte sureste del Fortín de Acosasco,
entonces preparamos unas emboscadas. Ellos salieron por allí e hicieron
una gran matancina, como siempre, de la población campesina de ese
sector, adentrándose unos cuatro o cinco kilómetros y marchando
paralelamente a la carrera que conduce hacia Managua. Iban abriendo
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brecha con todo y su equipo, pero fueron cayendo en nuestras emboscadas.
José: Lo común, lo que nos pasó al llegar aquí al Búnker de Somoza. Entre
la población había tal algarabía, que la dirigencia del Frente Occidental
Rigoberto López Pérez y nosotros como combatientes de las diferentes
unidades tácticas de combate, perdimos el control sobre la población, quien
andaba buscando cómo hacer justicia por su propia cuenta. Entonces había
una gran algarabía, la gente comenzó a invadir El Fortín, algunos buscaban
a los presos sandinista pero ¡ah! los presos ya no existían, eran cadáveres,
los asesinaron antes de marcharse.
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Y cuando la radio dice: –Las columnas guerrilleras están pasando en estos
momentos el portón de El Fortín de Acosasco; por todo León comenzaron a
sonar de nuevo las campanas de las iglesias. Y sonó la campana más
grande que hay en la Catedral y se oyó en todo León y toda la ciudad.
Nosotros siempre transmitiendo desde El Fortín, claro que nos decían: –
Tengan cuidado porque puede haber minas, puede haber cosas.
Una vez que penetramos a El Fortín, izamos la bandera rojinegra del Frente
Sandinista de Liberación Nacional, y cuando dijo Radio Venceremos: – ¡Se
libera León!, todo el pueblo salió de sus casas, y comenzó la romería hacia
El Fortín de Acosasco.
17 de junio de 2000
Notas
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1 Gilberto Ruiz, profesor de Radio en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la
Universidad Centroamericana.
2 Ofilio Delgadillo fue trasladado a Masaya con mi familia: mi madre Zulema, mi hermana Alma
Nubia y mi hijo Pancasán. Estuvieron varios días ahí, y luego fueron llevados a Costa Rica en
una avioneta de la naciente aviación sandinista. Alma Nubia y Ofilio habían perdido sus dos
manos por bombas de contacto. Después fueron a Cuba a terminar de sanar sus heridas.
©Onofre Guevara: Quien se hizo responsable de la tanqueta Aracely, por órdenes de Dora
María Téllez se llama Carlos Cuadra Montalván. Él es leonés, y después del triunfo quedó en el
EPS como responsable del Primer Batallón Blindado Ulises Tapia Roa, hasta su retiro. Ha escrito
un pequeño libro sobre la historia de su participación en la liberación de León y su papel en la
tanqueta Araceli.
©Onofre Guevara: Según versión de Cuadra Montalván, Jorge Vicente Patiño, era
ecuatoriano, y nunca estuvo en la tanqueta Arceli, por lo cual tampoco es cierto que allí perdió
los dedos. Quien perdió los dedos en la operación descrita en la página fue Mario Moya,
guardia salvadoreño prisionero, quien se prestó a servir en la tanqueta como artillero. Del
conductor de la Araceli sólo recuerda su seudónimo “Beto”; el conductor auxiliar fue el leonés
Fernando Guadalupe Vallejo López
3 Enoc Flores formó parte del grupo de estudiantes de Medicina que se fueron, en 1976, a
estudiar Medicina de Guerra en Cuba.
4 Para su relato, Mundo se auxilia del borrador que luego será el libro de Guillermo Cortes
Domínguez De León al Búnker.
5 Vehículo todo terreno de fabricación brasileña, cuyo nombre era el mismo del fundador de la
empresa, João Augusto Conrado do Amaral Gurgel. La empresa fue fundada en 1969 y se
especializó en vehículos todo terreno.
6 El Chagüe es una comunidad rural que queda al sureste del Fortín de Acosasco. Se previó
que por ahí saldrían huyendo los guardias, cuando no soportaran el asedio a que estaba
sometida la guarnición del Fortín.
Mónica Baltodano
MEMORIAS
DE LA LUCHA SANDINISTA
TOMO II
I. Título
Primera Edición 2010 – 2do. tiraje 2011 por Fundación Roxa Luxemburgo
© Mónica Baltodano
Memorias de la Lucha Sandinista, obra en cuatro tomos de Mónica Baltodano se distribuye bajo
una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Leer
más en http://www.memoriasdelaluchasandinista.org/en/4-presentacion
Bibliografía
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Cabezas, Omar: Canción de amor para los hombres. Managua, Editorial Nueva
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Nicaragua, 1988.
Cabezas, Omar: La montaña es algo más que una estepa verde. Quinta edición.
Managua, Editorial Nueva Nicaragua, 1983.
Clarridge, Duane R. / Diehl, Digby: Un espía para todas las estaciones. Mi vida
en la CIA. Traducción libre, 2008.
Del Olmo, Rosa: Los chigüines de Somoza. Editorial Ateneo de Caracas, 1980.
Dospital, Michelle: Siempre más allá. El movimiento sandinista en Nicaragua
1927-1934. Managua, IHN/CEMCA, 1996.
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2
introducción, selección y notas del Instituto de Estudio del Sandinismo.
Managua, Nueva Nicaragua. Ediciones 1982 y 1985.
3
S.A., 1985.
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por la Secretaría Nacional de Propaganda y Educación Política del FSLN,
Managua, Julio 1980.
4
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Randall, Margaret: Las hijas de Sandino, una historia abierta. Managua, Anamá
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Randall, Margaret: Todas estamos despiertas. Testimonios de la mujer
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5
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1909). Managua, Centro de Investigación y Desarrollo Ecotextura.
Comunicaciones Nicaragüenses, S.A., 1990.
Otras publicaciones:
Comité de Solidaridad con América Latina: Gaspar García Laviana (30 años),
2008. Departamento de Propaganda y Educación Política FSLN: Un pueblo
alumbra su historia (álbum).