Felipe Quispe Viejo Topo

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50 / El Viejo Topo 284/ septiembre 2011


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Felipe Quispe
el último Mallku
por Martín Cúneo / La Paz (Bolivia)

D esde el altiplano boliviano, a orillas del lago Titicaca, Felipe Quispe se convirtió en uno de los referentes
del movimiento indígena. Y también en uno de los posibles catalizadores de una sociedad convulsiona-
da, de unos movimientos sociales que habían tumbado a tres presidentes en tres años. El otro candidato
era Evo Morales.

Felipe Quispe, con su chaqueta de cuero y sombrero negro, una época de luchas sociales junto con las movilizaciones por
explica el desenlace de esta disputa mientras toma una sopa el agua en Cochabamba y los bloqueos de los cocaleros en el
de fideos de menú en un bar de La Paz. Sitúa en la mesa dos Chapare.
vasos de agua. “Había dos vasos, agua tibia y agua caliente. El
agua tibia era Evo. Yo la caliente”. Los orígenes
“Podría haber sido Felipe Quispe, pero no lo fue y ahí se per- “Tendríamos que remontarnos más allá, cuando se levanta
dieron muchísimos intereses históricos”, dice el sociólogo Tupaj Katari, cuando los indios cercan La Paz y matan a los
aymara Pablo Mamani. “Evo era la salida intermedia más afín españoles”, dice Felipe Quispe. “Es el único hombre que hizo
a formas de admitir lo indígena, lo popular en espacios públi- temblar a la corona española de esa época. Y murió descuarti-
cos de poder. Felipe Quispe representaba la posibilidad de un zado por cuatro caballos. Pero dejó una herencia, una heren-
cambio estructural del Estado. La salida intermedia, que es cia inmortal. Nosotros nos consideramos como seguidores y
Evo en este caso, fue muy estratégica para sectores de la clase continuadores de Tupaj Katari, por eso enarbolamos su ban-
media, moderada, ilustrada, liberal, que tuvieron el miedo de dera, como también su pensamiento medular, el indianismo,
que la indiada se les fuera por encima, que es lo que Quispe que también nos han transmitido nuestros mayores, nuestros
estaba más o menos planteando”. abuelos”. Tupaj Katari, al frente de 50.000 indígenas, cercó La
Aunque la figura de Felipe Quispe fue perdiendo notoriedad Paz durante seis meses. “Volveré y seré millones”, fue lo que
pública tras la llegada al poder de Evo Morales en 2006, se le dijo antes de morir, según la memoria aymara. Se había ade-
sigue conociendo con el cargo de “Mallku”, cóndor en aymara, lantado treinta años a los primeros gritos de independencia
la autoridad más respetada dentro de una comunidad. Sin su latinoamericana.
figura es imposible entender la historia reciente de Bolivia. La Felipe Quispe nació en una familia campesina aymara en la
reorganización del mayor sindicato campesino, la CSUTCB, a provincia de Omasuyos, cerca de La Paz. No aprendió a hablar
fines de los ‘90, la revuelta indígena del altiplano en los años español hasta los veinte años. El inicio de su militancia se
2000 y 2001 y el cerco a La Paz en 2003 –tres acontecimientos remonta a los tiempos del Pacto Militar Campesino. Con la
que tuvieron a Felipe Quispe como protagonista– marcaron bandera de la revolución del ‘52 y una política asistencial, los

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militares se hicieron poco a poco con el poder y la adhesión sus debilidades, también dónde tenía su fuerza”.
del movimiento campesino. Las milicias agrarias creadas con Comenzaba así la creación de un ideario a medida de las
la revolución del MNR terminaron sirviendo como grupos de comunidades. “Nosotros salimos de la escuela marxista. Esta-
choque contra las reivindicaciones sindicales de los mineros, ban hablando de Marx, de Lenin, de la lucha armada, de la
reprimidos a bala y sangre. Detrás del discurso nacionalista lucha de clases, y nuestra gente no entendía nada, entendía
del general René Barrientos se hallaba una política de sumi- cero, ni jota, las orejas totalmente metidas. Pero pronto nos-
sión a los intereses estadounidenses en el contexto de la gue- otros hemos cambiado de discurso, hemos empezado a hablar
rra fría. de nuestros incas, de nuestros antepasados, de Tupaj Amaru,
“En los años ‘60 yo estaba prestando el servicio militar. En de Tupaj Katari, del ayllu comunitario, y la gente comenzaba a
esa época había una línea política muy fuerte anticomunista. levantar la cabeza y se ponían como las llamas, con las orejas
A pesar de que nosotros habíamos nacido en una comunidad para arriba”, recuerda Quipe.
no sabíamos qué era el comunismo”, cuenta el Mallku. “Había A mediados de los ‘70, este lento resurgir indígena se tradu-
un oficial, de nombre Aurelio Torres, que repartía unos folletos ce en dos posiciones: el indianismo de Fausto Reinaga y el
que decían que iban a matar a nuestros abuelos y que nos iban katarismo de Jenaro Flores o Víctor Hugo Cárdenas, más incli-
a quitar nuestras tierras, que todo iba a ser en común, que no nado a la creación de alianzas con otros partidos políticos, in-
iba a haber iniciativa privada... Bueno, yo también estoy en cluso con partidos conservadores como es el caso de Cárde-
contra de la iniciativa privada, porque vengo de una comuni- nas, que llegó a la vicepresidencia con el neoliberal Gonzalo
dad, pero eso de que iban a matar a mi abuelo, que me iban a Sánchez de Lozada en 1993. Inspirado en las ideas de Reinaga,
quitar mi tierra, mis animales... eso no me convencía. Pero en 1978 el Mallku participó en la creación del Movimiento
una vez que salí del cuartel en el ‘64 busqué el Manifiesto Co- Indio Tupak Katari, una agrupación que sufrió en los años
munista. Y después busqué otros libros de Carlos Marx y otros siguientes numerosas escisiones y conflictos internos. Quispe
autores, pero nunca encontraba eso de que me iban a quitar fue el secretario permanente de este grupo hasta 1980, cuan-
mi tierra, nunca encontraba que iban a matar a mis mayores”. do el golpe de Estado de Luis García Meza lo expulsó al exilio.
De Perú pasó a México y de ahí a Guatemala y El Salvador. Una
experiencia que le serviría años después, cuando tomó las
Conociendo a Tupaj Katari armas en un intento de terminar con la histórica de explota-
En esos años Felipe Quispe comenzó a formarse política- ción de los indios por parte de la “otra Bolivia”.
mente con personajes como Fausto Reinaga, entre otros
muchos pensadores indios, y otras personalidades de la El intento guerrillero
izquierda más clásica. Por su oposición a la dictadura de Hugo “Ellos no eran nada”, dice el Mallku en referencia a los inte-
Bánzer tuvo que refugiarse en Santa Cruz, donde trabajó co- lectuales de buena familia que se habían sumado a la lucha ar-
mo obrero hasta 1977. En esos años realizó su primer acerca- mada, como el actual vicepresidente Álvaro García Linera.
miento a la lucha armada. Pero no duró mucho. “Por razones “Habían leído los 70 tomos de Lenin, las obras escogidas de
de seguridad, entre nosotros no nos conocíamos. Cuando mu - Mao, los tres tomos de El Capital, pero no sabían cómo orga-
rió nuestro contacto nos quedamos desprendidos, se había nizar una emboscada, no sabían cómo entrar a un banco. Sin
roto el hilo y ya no se podía coordinar con nadie”. embargo, nosotros ya estábamos de vuelta, porque habíamos
viajado a Centroamérica, estuvimos en el Frente Farabundo
Martí y en el EGP de Guatemala... Todo eso nos sirvió para en-
trenar luego a la gente aquí, en la cordillera de los Andes”.
“Volveré y seré millones”, Pero todavía era pronto para tomar las armas. Después de
fue lo que dijo antes de morir Tupaj Katari. volver a Bolivia en 1983 y pasar por la dirigencia de la Fede -
ración Sindical de Trabajadores Campesinos y la Central Obre-
ra Departamental de La Paz, Felipe Quispe fundó el Mo-
vimiento de Ayllus Rojos. En 1988, en nombre de esta organi-
De forma paralela, empezaba a trabajar en la organización zación de comunidades indígenas y campesinas de base, el
desde las comunidades. “Poco a poco hemos ido avanzando, Mallku presentó al Congreso de la Confederación Sindical
nos introdujimos más y más, aglutinando a la gente. Entonces Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) la
conocimos a Tupaj Katari, quién era, cómo era, qué buscaba, tesis de la lucha armada como camino hacia la liberación del

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Bolivia”, en palabras de Quispe, se necesitaba


dinero. Y ahí Alvaro García Linera cumplió un
papel fundamental. “Conocí a Alvaro García en
1984”, recuerda Quispe. “Era un estudiante re-
cién llegado de México... Nosotros también le
necesitábamos... porque en este país los oficia-
les son blancos, el indio es de base no más, de
la tropa. Y necesitábamos dinero para hacer
una organización clandestina, una organiza-
ción revolucionaria. Estábamos obligados a
recuperar los recursos económicos de la bur-
guesía, de las empresas, de los capitalistas. Y
con ese dinero organizar. Y para eso nos servía
el tipo de estilo de uniforme... A él lo maneja-
mos como un muñeco, porque de otra forma
no nos iban a creer, a nosotros no nos iban a
creer”.
El Mallku no desaprovecha ocasión para des-
calificar al actual vicepresidente. “Yo no lo deja-
ba hablar porque él no tenía nada que ver. Es
como si a usted lo llevo a mi comunidad, no vas
a entender nada de lo que hablamos. Si ahora
nos ponemos a hablar en aymara no vas a
entender”, dice Quispe y suelta una parrafada
en aymara. “Ni jota, ¿no? Él era como un papa-
gayo, de hermosos colores, pero la gente decía:
‘¿para qué traes a ese inútil? No sabe nada’.
¿Cómo crees que un tipo así va a ser el ideólogo
de los indios? Para ser nuestro ideólogo prime-
ro tiene que saber nuestro idioma, porque el
idioma es ideología, el idioma es pensamiento.
Nosotros pensamos diferente, venimos de otra
cultura, no hemos nacido en el hospital, hemos
nacido en una choza, ahí nos han cortado
nuestro cordón umbilical”, recalca el Mallku.
Pero este intento guerrillero tampoco duró
pueblo indio oprimido. La propuesta, rechazada por la demasiado. En 1992, cuando todavía se encontraba “en proce-
CSUTCB, le valió siete meses de cárcel en el penal de San so de organización y de propagandización”, el ejército kataris-
Pedro. ta fue desbaratado por la Policía. “Por mala suerte cayó el her-
Fue recién en 1990 cuando Felipe Quispe, junto con los her- mano mayor del Álvaro, Raúl, y delata todo, las casas de segu-
manos Álvaro y Raúl García Linera, se incorporó al recién ridad, los nombres, todo. Éramos más de 500, pero los que
creado Ejército Guerrillero Tupaj Katari (EGTK). La estrategia hemos caído fuimos unos 30”. El 19 de agosto Felipe Quispe
de este grupo pasaba por iniciar un levantamiento armado fue detenido y encerrado en la cárcel de máxima seguridad de
popular, al estilo de la revuelta de Tupaj Katari de 1781, ar- Chonchocoro durante cinco años. “¿Por qué hacen esto?”, le
mando a las comunidades indígenas. Por su inserción en las preguntó entonces la periodista Amalia Pando. Felipe Quispe
comunidades, el Gobierno temía que pudiera convertirse en respondió mirándola a los ojos: “Para que mi hija no sea tu
una versión aymara del senderismo peruano. empleada doméstica”.
Pero para alzarse “en armas contra el sistema imperante en El proyecto de “enarbolar la bandera de Tupaj Katari encima

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del Illimani”, la gigantesca montaña a escasos kilómetros de ralizaban Cochabamba hasta echar al consorcio de multina-
La Paz, tenía que esperar. En cuanto a la whipala, la bandera cionales Aguas del Tunari, se generalizaban los bloqueos en
de siete colores y 49 cuadrados de Tupaj Katari, “hasta esa las provincias del altiplano paceño. Además de antiguas rei-
fecha no la conocía nadie”, apunta Quispe. “La whipala es vindicaciones educativas y económicas relacionadas con el
nuestra, nosotros la hemos impuesto, con las armas, por las desarrollo rural, la población indígena y campesina se movili-
buenas y por las malas”, dice. Ahora es el símbolo oficial del zó contra una ley que abría las puertas a la privatización del
Gobierno boliviano al mismo nivel que la bandera boliviana. agua, un recurso que hasta entonces era gratuito para los cam-
Hasta los policías la llevan en sus uniformes. pesinos.
“Tuvimos que detener ese proyecto de ley que ya estaba
El altiplano en llamas entrando al Parlamento, aplazarlo, hasta hoy, porque nos que-
Felipe Quispe aprovechó los años de reclusión para termi- rían cobrar el agua”, cuenta el Mallku. “Dice nuestra gente:
nar el bachillerato e iniciar la carrera de historia. Las moviliza- ‘Estos españoles, estos q’aras, han venido acá a hacernos tra-
ciones por su liberación consiguieron sacarlo de la cárcel en bajar para ellos, a hacernos pagar impuestos, nosotros no
1998. En ese mismo año fue elegido secretario ejecutivo de la vamos a pagar, que paguen ellos, que son los inquilinos’. Ésa
CSUTCB. En esos años Felipe Quispe empezó a ser conocido es la idea, pero que Álvaro García y los otros no han captado
como el Mallku por el espíritu combativo de su dirección. porque no saben aymara”. Además de las demandas concre-
Entre 1998 y 2001, Quispe se transformó en una de las figuras tas, el alzamiento incorporaba la reivindicación de “la nación
prominentes de la oposición a la política económica del presi- aymara”, la creación de un nuevo Estado indígena ante la
dente Hugo Bánzer, a la cabeza de cortes de ruta y otras for- incompatibilidad de las “dos Bolivias”.
mas de protesta en el altiplano que terminaron contribuyen- Tal como documenta la socióloga Carmen Rosa Rea Cam-
do a la dimisión del ex dictador en 2001. pos, el levantamiento indígena, que duró once días, tuvo ca-
racterísticas sui generis: por primera vez se ejecutaba el “Plan
Pulga”, como lo denominara Felipe Quispe, “consistente en el
bloqueo de caminos de manera extensiva a lo largo y ancho de
En 1990, junto con los hermanos Álvaro y las carreteras donde las poblaciones rurales tuvieran acceso
Raúl García Linera, se incorporó al recién para el ‘sembrado de piedras’. A esta estrategia se incorpora-
creado Ejército Guerrillero Tupaj Katari ron otras como la suspensión del envío de productos agrícolas
a los centros urbanos”.
Para esta socióloga, la postergación de la ley de agua y el
compromiso del Gobierno de cumplir las demandas de desa-
“Nosotros solíamos llegar con las manos vacías, hambrien- rrollo rural significaron “una victoria política, pues el ‘indio’
tos como un perro vagabundo, así hemos andando, en las había doblegado la fuerza estatal y los había obligado a cono-
comunidades nos daban de comer. Ese trabajo viene de los cer la realidad campesina/india que desconocen”.
años ‘70. No ha caído del cielo, no es milagro, tampoco los
maestros dioses nos lo han dado... En esa época hemos cami- El epicentro de todas las batallas
nado comunidad por comunidad hablando en aymara, en A este “primer ensayo”, como lo denominó entonces Felipe
nuestro idioma. Eso tenía que desatarse en una guerra civil, en Quispe, le siguió un nuevo levantamiento. “Para nosotros, los
una lucha armada, pero como nos han capturado, la cosa se ministros de Estado, así se llamen de izquierda o derecha, son lo
quedó ahí. Cuando he salido de la cárcel como dirigente tení- mismo. Ellos han estudiado en las universidades de privilegio
amos que rearticularnos, reactivarnos”, recuerda el Mallku. de EE UU y Europa, se preparan para manejarnos, para matar-
“Pero fue sencillo, ya estaba trabajado... Para organizamos en nos”, dice el Mallku. “Ellos decían: ‘vamos a cumplir, vamos a
común nos copiamos de nuestros antepasados, del inca, de la traer tractores, ustedes van a tener una universidad, ustedes van
mita [trabajo comunitario y rotativo]. Por ejemplo, tres comu- a tener seguro social indígena originario, ustedes van a gozar de
nidades entraban a bloquear el camino a las 7:00 de la maña- banco propio, van a tener caminos, etcétera’. Pero nosotros les
na y se quedan todo el día y toda la noche. Y al día siguiente, a dimos 90 días de término, un ultimátum. El Gobierno no cum-
las 7:00 salen y otra comunidad llega y releva. Si están todos plió y entonces estuvimos obligados a salir nuevamente a blo-
los días se cansan. En cambio, con tropa fresca no”. quear los caminos y las carreteras, y cercar la ciudad de La Paz,
En abril de 2000, mientras vecinos, regantes y cocaleros pa- no dejar que entre ningún producto agropecuario”.

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El nuevo levantamiento, iniciado en junio de 2000 y radica- nitarias. “El policía trae ladrón; el Ejército, guerra y el subpre-
lizado en septiembre, se extendió a todo el país. Al “sembrado fecto, corrupción”, dijo entonces el Mallku ante las acusacio-
de piedras” en las rutas que llegan a La Paz se unieron los nes de la prensa de que Achacachi se había convertido en “una
cocaleros de Evo Morales, que bloquearon las carreteras que ciudad sin ley”.
unen Cochabamba con la capital y con Oruro. Evocando el
cerco de Tupaj Katari de 1781, la capital quedó completamen-
te incomunicada. Sólo los aviones Hércules de las Fuerzas
El “epicentro de todas las batallas” fue
Armadas podían entrar a La Paz con provisiones.
El “epicentro de todas las batallas” fue la localidad de Acha - la localidad de Achacachi, a orillas del
cachi, a orillas del lago Titicaca. “En Achacachi hemos destrui- lago Titicaca.
do todos los poderes estatales, ya no había juez, ya no había
policía, no había tránsito, no había [sub]prefecto, ya no había
nada. Todo indio. Y lo administraban los dirigentes del lugar”, Los intentos del Ejército de ‘recuperar’ Achacachi y sus alre-
rememora Quispe. “El levantamiento de Achacachi es la toma dedores llevaron a la creación del Cuartel General de
del poder total. Hay que ser dueño del poder, incluso de sí Qalachaka, situado a la entrada del pueblo. “Para impresionar
mismo y volver al Qollasuyo [denominación inca del occiden- a la prensa poníamos armas viejas de la segunda guerra mun-
te boliviano], no a Bolivia”, sentencia. dial, armas que utilizaron los alemanes –ésas las tenemos
Desde la expulsión de las instituciones republicanas de todavía–, y sobre esas las armas automáticas y, más arriba,
Achacachi se instauraron las autoridades tradicionales comu- armas más pesadas, por eso el Ejército tenía miedo de entrar,

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porque nosotros teníamos gente preparada”, dice el Mallku. El estallido social estuvo precedido de una serie de movili-
En julio de 2001 los tanques del Ejército rodeaban Acha- zaciones, en un principio independientes entre sí. Ante la
cachi para poner fin al levantamiento. Pero no consiguieron amenaza de un aumento de impuestos a la vivienda, los veci-
entrar en la ciudad ni deponer el control comunal de la admi- nos de El Alto hicieron retroceder al alcalde José Luis Paredes.
nistración de la zona. “En 2001 en Huarina, mataron a nues- El 8 de septiembre, Felipe Quispe, como líder de la CSUTCB,
tros hermanos, los bombardearon, han utilizado tanques, encabezó una marcha a La Paz para exigir la liberación del
ametralladoras, aviones... Hubo muchos muertos, aunque no- líder campesino Edwin Huampo, acusado de haber participa-
sotros también matamos”, dice el Mallku. Ninguno de los Go- do en un acto de justicia comunitaria que concluyó con la
biernos posteriores consiguió entrar en Achacachi. Hasta la muerte de dos presuntos ladrones de ganado. El 10 de sep-
llegada de Evo Morales. “Cuando el Evo llegó ha puesto todo, tiembre, el Mallku inició una huelga de hambre junto con cen-
todo completo, ahora hay Ejército, hay Policía...”, se queja el tenares de campesinos en la radio San Gabriel de El Alto por la
Mallku.

El segundo cerco a La Paz Pese a su distanciamiento de la alta política,


Tras el éxito del bloqueo, en noviembre de 2000 Quispe el Mallku sigue siendo una
formó su propio partido político, el Movimiento Indígena
figura polémica.
Pachakuti (MIP). En las elecciones nacionales de 2002 obtuvo
el 6% de los votos y seis diputados, él entre ellos. Sin embargo,
los conflictos internos y las acusaciones cruzadas entre los liberación del dirigente entre otras históricas demandas.
diputados del MIP colocaron al partido en una situación de El asesinato por parte de la Policía de cuatro indígenas en
crisis. Años después Quispe dimitió de su cargo al no conside- un bloqueo cerca de la localidad paceña de Warisata el 20 de
rar al Parlamento una institución legítima. septiembre provocó la furia de la población aymara, tanto del
El auge de la figura de Evo Morales y el MAS, que superó el altiplano como de El Alto y enardeció las protestas exigiendo
20% en las elecciones de 2002, con un discurso menos etnicis- el cumplimiento de los acuerdos firmados en 2002. El proyec-
ta y radical, comenzó a quitarle protagonismo a Felipe Quispe. to de exportar gas a Estados Unidos a través de Chile, sin
Sin embargo, el Mallku cumpliría todavía un papel importan- industrializar y con unos beneficios mínimos para el país ter-
te en las masivas movilizaciones del año siguiente, en la ya minaron de crispar el ambiente. A una manifestación masiva
histórica Guerra del Gas. convocada el 19 de septiembre, se le sumó la huelga general

"Que dios, o mejor dicho los dioses, no existen debiera ser algo más que obvio a estas alturas. Pero
como lamentablemente no es así, Juan Kalvellido al pincel y Raúl Calvo
Trenado nos ofrecen este manual sobre el ateísmo para armarnos de unas
buenas dosis de lógica, sensatez, sentido común y, sobre todo, ganas de
reflexionar: Si el lector o lectora busca un libro que de caña a la iglesia o
algo similar, no es este; si por el contrario busca reflexionar acerca de la
idea de dios, le invitamos a que siga leyendo porque como se dice en el
mismo, una vez negada esta falacia las demás caen solas, sea la
inmortalidad del alma o los signos del zodíaco.

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Como apéndice, una traducción al castellano de las “Doce pruebas que demues-
tran la inexistencia de Dios”, escrito a principios del siglo XX por Sébastien Faure.

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convocada por la COB. Los mineros de Huanuni con sus muje- linazo de diciembre de 2010 algo ha cambiado. “No es que
res comenzaron la marcha hacia La Paz. El paro cívico decre- hayan despertado. Siempre estaban mirando de un lado sólo,
tado por todas las organizaciones sociales a partir del 8 de porque el otro ojo estaba cerrado a lo que estaban haciendo los
octubre estuvo acompañado por bloqueos de caminos de los masistas”, apunta. “Yo creo que viene un movimiento más fuer-
cocaleros en Cochabamba y en los Yungas, y de los campesi- te, yo no soy el único que está hablado de eso. Es un movimien-
nos de la CSUTCB de Felipe Quispe en el resto de los accesos to de abajo, no de arriba. El temblor siempre viene de abajo, no
a la ciudad de La Paz. de arriba”.
A medida que se generalizaban los cortes de ruta y comenza-
ban a escasear los alimentos y el combustible en La Paz, las rei- La herencia del Mallku
vindicaciones se concentraron en la renuncia de Sánchez de Pese a su distanciamiento de la alta política, el Mallku sigue
Lozada, la convocatoria de una Asamblea Constituyente y un siendo una figura polémica. Su discurso indianista y su de-
referéndum por la soberanía de los hidrocarburos. “Fue un salto nuncia de la persistencia del colonialismo sigue representan-
cualitativo”, recuerda Quispe. En los días siguientes la represión do una amenaza para ciertos sectores de las clases altas y me-
del Ejército y la Policía hizo que se generalizaran los bloqueos y dias. Una encuesta de febrero de 2011 revelaba que Felipe
el levantamiento vecinal en El Alto. Las organizaciones sociales Quispe era la tercera persona peor valorada en once barrios de
quedaron sobrepasadas por la población, al igual que líderes La Paz, sólo superado por Evo Morales y García Linera.
como Felipe Quispe, a quien la prensa se empeñaba en señalar “Hemos tumbado a tres gobiernos y para eso hay que seguir
junto con Evo Morales como los únicos responsables de la trabajando, seguir organizando, seguir preparando, porque
revuelta. Tras marchas, batallas campales, bloqueos y 65 mani- nos toca a nosotros. Sólo el pueblo libera al pueblo”, dijo el
festantes muertos, el 17 de octubre Sánchez de Lozada presen- Mallku en un reciente congreso del periódico katarista Pu-
tó su renuncia. Esta vez, el cerco a La Paz había conseguido sus kara. “¿Quién va a trabajar para nosotros, sino nosotros mis -
objetivos. mos?, ¿quién va a reideologizar, reindianizar al pueblo?, ¿esos
Tras un inicial apoyo al nuevo Gobierno de Carlos Mesa, que señores que están hoy en Gobierno?”
prometió dar solución a muchas de las demandas campesinas, El Mallku nos ofrece parte de su filete a la plancha. “Prác-
Felipe Quispe no tardó en convertirse en un férreo opositor e ticamente desde el año 2000 hasta 2005 nosotros hemos ani-
incluso llegar a una efímera alianza con Evo Morales para aca- quilado a los partidos políticos de derechas. Por eso es que
bar con su Gobierno. Sin embargo, las elecciones de diciembre están arrinconados en este momento. Pero sus cachorros están
de 2005 sellaron el fin de su carrera parlamentaria: el MIP ape- en el Gobierno”, dice Quispe mientras termina su gelatina.
nas consiguió el 2,15% de los votos. Evo Morales se había con- Para Denise Y. Arnold, en su estudio sobre las identidades
vertido en el primer presidente indígena de la historia de Bolivia regionales en Bolivia, “el Mallku impulsó a los actores sociales
con el 54%. de la región a replantearse su pasado sindicalista y recuperar
El nuevo Gobierno asumió muchos de los símbolos y discur- la estructura de los ayllus como la forma identitaria política
sos del katarismo y el indianismo, entre ellos la apelación al más apropiada para una nueva fase de lucha política en el
pasado precolonial o términos como “socialismo comunitario” periodo 2000-2005”.
o “Estado plurinacional”. Pero para el Mallku, esos símbolos Felix Patzi, ministro de Educación en los primeros años del
han sido vaciados de contenido. “Están hablando de un Estado Gobierno del MAS, comparaba en el mismo congreso kataris-
plurinacional, pero es un Estado controlado nada más que por ta la aportación de las dos figuras más importantes del recien-
ellos. Nosotros queremos nuestro propio Estado, controlado te ciclo de movilizaciones. “Creo que el Evo, igual que Felipe
por nosotros, no un Estado blanco, un Estado q’ara. Evo es boli- Quispe, ya cumplió su misión histórica. La misión histórica de
vianista. Si Tupaj Katari viviera al Evo Morales le hubiera lleva- Felipe Quispe, en los años 2000 al 2002, fue el haber levantado
do a la horca o a la punta del cuchillo”, dice Felipe Quispe. “Era el orgullo indígena en el campo y en la ciudad. La generación
más fácil combatir al neoliberalismo, porque no está encapu- nueva es tributaria de esa misión histórica exitosa. La misión
chado”, reconoce. histórica de Evo Morales fue la de haber derrotado a la derecha
El Mallku compara los últimos años de Gobierno de Evo el año 2005 y en otras elecciones democráticas. Siempre va-
Morales con una época histórica que conoció bien: “Evo prácti- mos a recordar el éxito de esa misión, pero creo que ya no
camente ha anulado a los movimientos como en los tiempos tiene capacidad para cumplir otra misión histórica, la de con-
del pacto militar campesino. Hay unos cuantos perros que cluir las transformaciones profundas, estructurales, que el
ladran, pero no muerden”. Sin embargo, admite que tras el gaso- país necesita” ■

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