Violet Evergarden Volumen 2
Violet Evergarden Volumen 2
Violet Evergarden Volumen 2
Me gustan las flores. Me gustan los poemas Pero de lo que más me gusta
escribir es de las representaciones de batalla. Quiero ser fuerte. Tomé el nombre
de Violet de un poema que amo, ―Las Roses son Rojas‖. Los nombres de las
personas siempre tienen algún tipo de significado.
Akatsuki Kana
¿Cuándo brotó esa sensación dentro de él? No tenía idea cual había sido el
catalizador. Si alguna vez le preguntaran qué le gustaba de ella, no sería capaz
de expresarlo adecuadamente con palabras.
―Mayor‖. Antes de darse cuenta, estaba feliz cada vez que ella lo llamaba. Él
creía que tenía que protegerla mientras ella lo seguía desde atrás. Su pecho
latía con devoción inmutable.
¿Para quién y con qué propósito es esa devoción? Suponiendo que la suya sea
por mi bien... sus labios automáticamente dirán palabras que me parezcan
agradables. Como ella busca servilismo y órdenes, tener la aprobación del
Señor al que se sometió es su motivación. Entonces... ¿qué hay de mi propia
vida? ¿Qué hay de mi amor? ¿Por el bien de quién son?
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CAPÍTULO 7
EL MAYOR Y SU TODO
Mientras saltaba del carruaje en el que había estado durmiendo a lo largo del
camino, un paisaje veraniego se extendía frente a él. Lo primero que llamó su
atención fue la belleza de los árboles alineados en el camino hacia un bosque
verde. Estaban acurrucados el uno al lado del otro, desde los viejos hasta los
renuevos, se paraban dignos. Las sombras formadas por una luz suave y pura
que caía en cascada a la tierra desde los huecos entre sus hojas casi parecía
que bailaban. Dichas hojas se balanceaban en el viento, sonando como las risas
de niñas pequeñas.
Durante esa temporada, las flores blancas agitadas en una tormenta de pétalos
eran un rasgo notable de Leidenschaftlich. Casi como las ventiscas de los
países del norte, las flores flotaban en el aire. Sus viñedos, que podían
encontrarse plantados en todo el país, estaban asociados con héroes que
habían protegido a la nación contra una cantidad significativa de invasiones.
Hermosas flores se apreciaban en ellos durante el cambio de la primavera al
verano.
Sus ojos, que se habían estado moviendo en muchas direcciones mientras era
dirigido por la mano de su hermano mayor, cayeron sobre la espalda de su
padre. Tal vez sintiendo la mirada de su hijo, el padre dio media vuelta una vez,
y aunque no podía decirlo, podría haber sido para confirmar si él estaba
siguiéndolo correctamente. Al igual que su yo joven, los iris de su padre eran
verdes, excepto que eran de un tono ligeramente diferente, y tenía una mirada
estricta.
Solo por el hecho de que su padre había volteado, estaba tan feliz que quería
bailar. Lo más probable, es que eso fuera idolatría. Sin embargo, aunque su
corazón estaba contento, su expresión era rígida. Todo lo que le preocupaba era
si había hecho algo para ser regañado en ese instante.
El padre y los hijos siguieron por el camino verde. Más allá de la escena creada
por la belleza de la naturaleza estaba lo que parecía ser un área para
instalaciones de entrenamiento militar. En ella había varias personas que vestían
el mismo uniforme negro violáceo que su padre. El pequeño actuaba como si
explorara algo peculiar, y lo que se extendía ante sus pupilas, que centelleaba
con estrellas de curiosidad, era la figura de los soldados en una marcha en
perfecta armonía.
El padre llevó a sus hijos a lo que parecían asientos para personas autorizadas
para presenciar algo que estaba por comenzar. Dejándolos en sillas dispuestas
al aire libre, el padre se alejó de ellos.
Además de los que vestían el uniforme del ejército, también había soldados que
llevaban el uniforme blanco de la marina. Alrededor de los aviones de combate y
de reconocimiento, conversaban entre sí, divididos claramente en dos bandos.
Aunque ambos eran de las fuerzas de defensa, parecían ser reservados y
antipáticos entre sí. A los ojos de un niño, era una visión extraña.
Poniéndose nervioso por no poder ver a su padre por ninguna parte, agitó sus
brazos y piernas, sin poder dejar caer su mirada hacia sus pies. Un pétalo de
buganvilia cayó, a la cual su padre había llamado su ―flor familiar‖. Mientras
estiraba su brazo en un poderoso intento de llevársela a la palma de la mano
mientras permanecía sentado, su hermano mayor a su lado mantenía su cuerpo
hacia abajo.
— Te han... lavado el cerebro por completo, eh—. Con una voz que insinuaba
compasión, su hermano susurró con desdén.
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No me mires.
Su hermano insistió implacablemente en que la chica que tenía enfrente era una
―herramienta‖ y la entregó por la fuerza. De hecho, ella era tratada y actuó como
una herramienta. Sin embargo, su respiración todavía era pesada.
Mientras le limpiaba la mano con su gemelo, pegajosa con sangre y grasa, ella
lo miraba fijamente como preguntándole cuál sería la siguiente orden.
Al final, todo había ido como su hermano había planeado, y el joven Gilbert, que
todavía tenía rasgos que podrían considerarse como los de un joven, estaba
parado en medio de una calle del centro de la ciudad. Sus dos orbes de un tono
misterioso miraban a unos que estaban en sus brazos. La muñeca, envuelta en
su chaqueta, olía a nada remotamente dulce, en cambio estaba envuelta en el
olor de la sangre en la que acababa de bañarse. Si ella tuviera rasgos de
monstruo, él habría esperado eso, pero su apariencia era similar a esa de un
duendecillo de algún cuento de hadas.
La chica no reaccionó ante las sinceras palabras que se filtraron de sus labios.
Sus ojos azules simplemente lo observaron.
Lleno de dudas, Gilbert cerró los ojos. Rezó por el pensamiento idealista de que
sería maravilloso si todo se resolviera una vez que los abriera de nuevo.
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Algo más que la vida se estaba perdiendo en ese espacio. La violencia estaba
dando nacimiento a algo en lugar de razonamiento, conciencia y otros valores a
los que alguien les había dado nombres. Era…
Suspicaz. Esto no es por justicia. Por el bien de ella, el mío y el del país... para
eso estaba destinado esto.
Era como si ella hiciera salir sangre de cualquier cosa que tocara. La sangre de
sus víctimas. Nunca la suya. Sin embargo, su imagen actual parecía ser una
copia de una que Gilbert probablemente volvería a ver algún día, de ella
completamente cubierta de sangre. Eso era lo que él estaba intentando hacer.
De hecho, fue una decisión que no pudo ser evitada. No había nada que se
pudiera hacer, ya que se esperaba de él que deseara mantener a su alcance el
arma aterradora que había adquirido, que poseía conciencia. Temía que ella
dañara a los demás. En tales circunstancias, era mejor usarla mientras la
mantenía a su alcance, y la herramienta también lo deseaba.
No se puede evitar... para que nosotros... podamos estar juntos. Para que ella
se mantenga viva.
Aun así, el interior de sus ojos dolía exactamente como la vez que había mirado
directamente al sol.
Ella era una herramienta. No su hija o hermana pequeña. Ella era alguien que
pronto se convertiría en su subordinado. Sería problemático si otras personas
percibieran su relación peculiar. A menos que mantengan la distancia, no
podrían vivir uno al lado del otro.
Pero…
Él la hizo caminar, caminar y caminar. Una vez que nadie más estuvo a la vista,
se dio vuelta y estiró su mano hacia ella.
— Ven.
Ella era un ser vivo con temperatura y peso. Cuando sus hermanas eran bebés,
solía cargarlas y calmarlas a menudo. La sensación de esos días se superpuso.
Era suave, como si pudiera romperse, hasta el punto de hacer creer a Gilbert
que tenía que protegerla sin importar nada. Ella se ajustó en sus brazos más
perfectamente de lo que había pensado al principio.
Su rostro, distorsionado por una tristeza extrema, se reflejaba en los ojos azules
de la niña. Con gravedad, Gilbert susurró:
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A pesar de que todavía estaba en una edad en la que sería felicitado por su
juventud, sus precoces orbes mostraron exasperación mientras miraba fijamente
el equipo de telecomunicaciones.
Estaba lloviendo afuera. El sonido de las gotas que caían sobre el edificio
interfería con la conversación. En todas partes era demasiado ruidoso.
fuera por el Señor que la cuidaba, ella haría cualquier cosa. Y lo que angustió
más a Gilbert era que Violet probablemente ejecutaría su papel sin dificultades.
Luego se imaginó el futuro que había predicho en su cabeza. Dentro de él, podía
verse incapaz de dormir en el cuartel, simplemente esperando su regreso.
— Ella puede hacerlo—. Su voz finalmente salió—. Ella puede hacerlo, pero
Violet necesita instrucciones específicas en el lugar. Si ha sido testigo de
la matanza de aquel entonces, lo entiende, ¿verdad? Ella no puede
funcionar como un arma a menos que yo dé las instrucciones. Permítame
acompañarla.
Finalmente habían salido las palabras, pero no lo que había querido decir.
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Además de los suyos, el único otro par de orbes que relucía brillantemente era el
de la chica. Para expandir su campo de visión, su cabello dorado, que
complementaba a sus hermosos ojos de un color más claro que el azul del mar y
más profundo que el azul del cielo, estaba atado dentro de un sombrero militar
idéntico al que usaba Gilbert.
— Vamos allí con el pretexto de solo hablar, pero esa no es nuestra intención.
Lo que estamos a punto de hacer... servirá como ejemplo para todos los
traficantes de armas involucrados con Leidenschaftlich.
— Estoy al tanto.
Había varias casas cerca, pero ninguna de ellas tenía luces encendidas. Parecía
ser un área residencial abandonada en la parte posterior de un distrito de
viviendas en lo profundo de una ciudad suburbana. Había una razón por la que
ya nadie vivía en ella: ninguna familia normal desearía estar en un vecindario
que apestaba a sangre y violencia.
— ¿Aah? ¿Qué pasa con ustedes? No estén jodiendo. ¿Con quién creen que
están hablando?
Con una acción rápida, sostuvo el rifle del portero con una mano, al tiempo que
hundía un puño en su estómago. Luego apuntó con el rifle a la parte superior de
la cabeza del gimiente portero, golpeándolo con él. No terminó allí; en el instante
en que este último cayó de rodillas, Gilbert le propinó una patada en un lado de
la cara con sus zapatos militares. Una gran cantidad de sangre y un diente
coronado se salieron de la boca del portero. Gilbert lo miró con frialdad mientras
éste gritaba en agonía con aullidos y gruñidos. Su crueldad se había
incrementado al golpear el perfil del hombre.
La orden era que mataran a todos los que estaban en el edificio. Aún no estaban
dentro de éste. Él había dejado que viviera debido a misericordia. Sin embargo,
unos segundos después de que el hombre huyó, la chica le disparó con
precisión en la cabeza con su arma mientras huía. La mano del hombre que
recibió el disparo tenía un revólver oculto.
— Violet.
— Mayor, él le apuntaba con un arma.
Unos minutos después de que los dos entraron al edificio, disparos y gritos
profanos resonaban como piezas de música. Sonidos de carne reventada y
vidrios rotos, gritos de agonía mortal. Sonaban en una armonía cronometrada y
continuaron en repetidas ocasiones, hasta que por fin, la brutal persecución llegó
a su fin con un grito particularmente espeluznante. El edificio que era la única
fuente de luz en el área finalmente perdió su brillo y su interior se volvió
completamente silencioso.
— Qué aburrido.
Cargando su pistola, que se había quedado sin balas, Gilbert suspiró y se sentó
en un sofá. Las piernas de los cuerpos tirados en el piso estaban en el camino,
pero él los ignoró ya que no había nada más que pudiera hacer.
Era Violet a la que los oficiales superiores habían nominado para hacerse cargo
del traficante de armas. Se suponía que ella debería haber venido sola a este
lugar.
Ella ya se encarga de soldados enemigos, pero ahora tiene que hacer incluso
este tipo de trabajo sucio. Los altos cargos la tratan como una herramienta de
asesinato.
— No—. Mientras dejaba que su mirada divagara por el piso, los pies de un
hombre que había matado aparecieron a la vista. Perturbado, desvió la
mirada—. Estoy bien. Estás cansada, ¿verdad? Toma asiento también.
— Sí.
— A pesar de que hemos estado juntos desde que eras pequeña,
últimamente, es solo en momentos como estos que...
— Sí.
Después de los sonidos de sus pasos sobre los charcos de sangre en el suelo,
se abrió la ventana. Aunque era una noche oscura y sin estrellas, la luna había
salido. Expuesta a la luz de la luna, la figura de Violet se reflejaba vagamente en
los ojos de Gilbert. Sus hermosos rasgos faciales ya estaban completamente
desarrollados, a pesar de que todavía era tan juvenil. Las gotas de sangre
salpicaban sus blancas mejillas, manchando su apariencia pura.
Su voz salió ronca. Se cubrió la cabeza con los brazos cruzados sobre las
rodillas. Cuando miraba su figura cada vez más hermosa, un dolor indescriptible
hervía en su pecho.
Su silueta al adoptar la postura de una herramienta sin importar qué, era difícil
de soportar para Gilbert.
Sin embargo, no tengo derecho a pensar que esto es triste o que ella da lástima.
— Violet, no hay nada de lo que tengas culpa. Es la verdad. Si hay algo que
criticar, es el hecho de que por mi bien estás a mi lado, matando gente sin
vacilación. Y el culpable de todo esto soy yo.
Debido a que las palabras de Violet no contenían mentiras, cada nota de esas
palabras atravesaba todo el cuerpo de Gilbert. Ella era simplemente una
herramienta para la masacre, carente de emociones.
— No una herramienta...
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Gilbert quería gritar. Probablemente lo había querido desde que era un niño, si
se lo hubieran permitido. Si le hubieran permitido la libertad, sin tener que
preocuparse por comportarse bien, la verdad es que él siempre, siempre,
siempre, siempre, siempre quiso gritar: ―Como si pudiera conformarme con algo
como esto‖.
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
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esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
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esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
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Violet Evergarden Volumen 2
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, como si pudiera conformarme con algo como esto, como si pudiera
conformarme con algo como esto, como si pudiera conformarme con algo como
esto, aah, ahh, como si pudiera conformarme con algo como esto.
"Mayor". Antes de darse cuenta, estaba feliz cada vez que ella lo llamaba.
Él creía que tenía que protegerla mientras ella lo seguía desde atrás.
Mis labios…
¿Para quién y con qué propósito es esta devoción? Suponiendo que la suya sea
por mi bien... sus labios automáticamente dirán palabras que me parezcan
agradables. Como ella busca servilismo y órdenes, tener la aprobación del
Señor al que se sometió es su motivación. Entonces...
— Yo... tú…
Gladheim Tranlations Página 22
Violet Evergarden Volumen 2
— Tú…
¿Por el bien...
— Tú…
— Violet.
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— ¿Qué es el ―amor‖?
— Violet, el amor es...
Ah.
Fue el destino.
Después de todo, negaba todos los esfuerzos que había hecho hasta el
momento. No podía conformarse con el hecho de que las experiencias
acumuladas desde sus años más tiernos, cuando era un niño con el objetivo de
ascender a la punta de la pirámide, habían sido por el destino. Todo debería
haber sido el resultado de un gran esfuerzo. Sin embargo, al llegar a las puertas
de la muerte, Gilbert lo entendió.
Fue el destino.
Fue el destino.
La razón por la cual su hermano lo había abandonado y cortado los lazos con su
familia...
Fue el destino.
La razón por la cual dicho hermano la había encontrado y traído a casa con él...
Fue el destino.
Fue el destino.
— Violet.
Te amo, Violet. Debería haberte... dicho esto... usando palabras adecuadas. Los
muchos gestos que mostrabas, la forma en que tus ojos azules se ampliaban
cada vez que descubrías algo nuevo... Disfruté viéndote así. Flores, arco iris,
pájaros, insectos, nieve, hojas caídas y ciudades llenas de linternas
tembloRoses... Quería mostrártelos todos a una luz más hermosa. Quería darte
un momento para apreciarlos libremente, no con los míos, sino con tus propios
pensamientos. No sé... cómo hubieras podido vivir sin mí allí. Pero, si yo no
hubiera estado cerca, ¿no hubieras podido... ver el mundo de una manera
ligeramente más hermosa, de la misma manera que lo vi a través de ti? Desde
que llegaste a mi lado, yo... mi vida... fue casi destruida, pero... he encontrado
un significado para la vida que no sea apuntar a la cima de esa pirámide. Violet.
Tú te has... convertido en mi todo. Todo. No relacionado con los Bougainvillea.
Solo... todo para el hombre llamado Gilbert. Al principio, te tenía miedo. Sin
embargo, al mismo tiempo, creí que quería protegerte. Aunque pecaste sin darte
cuenta, aún deseaba que vivieras. Después de que decidí hacer uso de ti, un
criminal, también me convertí en un criminal. Tus fechorías fueron mis fechorías.
Me encantó ese pecar mutuo. Así es, debería... haberte dicho esto. Es algo muy
raro. Tengo muy pocas cosas que me gustan. De hecho, hay una cantidad
mucho mayor de cosas que detesto. Simplemente no lo digo, pero no soy
aficionado a este mundo ni a este estilo de vida. Sí, protejo mi país, pero en
verdad, no me gusta este mundo. Las cosas que me gustan son... mi mejor
amigo, mi familia inevitablemente retorcida... y tú. Violet, solo tú. Mi vida
consistió en eso. Querer protegerte... y tratar de mantenerte con vida... fueron
las primeras cosas en mi vida que quise hacer sin importar qué, por mi propia
voluntad. Con resignación, hago este deseo. Violet. Quiero... protegerte... más,
más y más.
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Gilbert giró su rostro hacia un lado. Se encontró con los ojos de alguien en la
oscuridad. Era un hombre pelirrojo.
El único hombre en la vida de Gilbert a quien llamaba ―mejor amigo‖ estaba allí.
Parecía exhausto. ¿Qué le había pasado a su uniforme? Estaba vestido con una
camisa y pantalones.
Con los ojos cerrados, parecía una escultura, por lo que era imposible discernir
si estaba viva o no. Su amigo le dijo amablemente que había sobrevivido, pero
su brazo ya no era utilizable.
Gilbert intentó por todos los medios ponerse de pie. Mientras su amigo se
apresuraba a advertirle que no lo hiciera, Gilbert tomó prestada su mano,
caminando la distancia insignificante a la cama de la chica con piernas
tembloRoses. Cuando quitó las finas mantas, sus suaves brazos de porcelana
ya no existían. En su lugar había prótesis especializadas en combate, aunque no
se podía decir si volvería a pelear.
Gilbert tocó la prótesis de Violet con su mano de carne. Estaba fría. Lo que se
suponía que estaba allí se había ido. Más que su propia condición, tenía que
soportar eso.
Los brazos con los que ella le había mostrado el broche de esmeralda habían
desaparecido.
— Mayor.
— Quiero... escuchar... las órdenes del Mayor. Si... tengo las órdenes del
Mayor... puedo ir... a cualquier parte.
Cuanto mayor era la proporción, menores eran las probabilidades de que los que
habían comenzado dichas batallas estuvieran en ellas. Arrojaban a sus soldados
a las llamas ardientes como piezas de ajedrez en un tablero.
Aunque los soldados eran agrupados, esto era, de hecho, una reunión de
individuos distintos.
Con tantos de ellos, seguramente había quienes estaban destinados a estar muy
cerca uno del otro en esa gran cantidad de personas.
Incluso si el color de la piel de todos era igual al principio, las palabras que
salían de sus labios o todo lo que tenían era reprobable. Si fueran
desmembrados, no habría diferencia en la composición de su sangre, carne o
huesos. Sin embargo, incluso los cuerpos de los jóvenes de los países nevados
y los chicos de las naciones del sur se estaban hundiendo en la tierra de la que
no era la patria de ninguno de ellos.
convicción pero no salvación para ella. Sus manos nunca se aferraron a nada, y
lo más probable es que continúe viviendo de esa manera.
— Violet.
— Mata.
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CAPÍTULO 8
LA CHICA SOLDADO Y SU TODO
La duradera confrontación que involucró a las naciones aliadas de Oriente,
Occidente, Norte y Sur del continente recibió el nombre de Guerra Continental.
Conflictos por recursos entre el Norte y el Sur; lucha religiosa entre Oriente y
Occidente. Los intereses divergentes del Nordeste y el Suroeste, que se habían
aliado, se entrelazaron y finalmente estallaron. El noreste perdió, el suroeste
ganó.
Como no se habían impuesto otras sanciones, parecía haber paz a primera vista,
pero en realidad no era una exageración decir que se habían impuesto normas
no escritas.
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Entre aquellos que bajaron del carruaje había un hombre extraordinario. Llevaba
un chaleco de cuadros sobre una camisa blanca y pantalones anchos hechos de
una tela de color rojo burdeos, decorada con cordones de Suède. Una tela
ornamental de cuadros crujió en su cinturón. Era un hombre carismático, con su
largo cabello carmesí atado detrás de la cabeza. Tal vez porque tenía muchos
conocidos en el hospital, no solo entre las enfermeras, sino también entre los
pacientes hospitalizados y sus familias, gratamente le devolvió a todos los
saludos dirigidos a él. Su forma de andar era inquebrantable.
Subió las escaleras y caminó por los corredores. El paisaje de las ventanas era
la mejor vista que la colina de Anshene podía ofrecer. Más allá de los bosques
de montaña estaba Leiden, la capital portuaria. Una gaviota voló en la distancia,
cada vez más lejana. La estación actual era principios del verano. A través de
las ventanas abiertas, los vientos de la montaña traían el aroma de las flores
recién abiertas.
El llamado Hodgins quedó estupefacto al ser informado en tono fatigado por una
enfermera que acompañaba a una paciente.
— El Mayor... ¿dónde está... el mayor Gil... bert?— Sus labios tenían grietas
por estar demasiado secos, sangre manando en ellos.
— Pequeña Violet... te parecías bastante a la Bella Durmiente.
La chica era una soldado herida, igual que los otros pacientes. Ella era la fuerza
impulsora del ejército de Leidenschaftlich, actuando desde las sombras sin
registro alguno, el arma que solo un cierto hombre podía usar, Violet.
Sin embargo, para Hodgins, el hecho de que ella era el soldado que su mejor
amigo había criado era más significativo. Mientras los otros pacientes
comenzaban a hablar entre ellos en susurros, cerró las cortinas de separación y
se sentó en una silla cercana.
Violet miró dentro del espacio entre las cortinas. Probablemente esperaba que
alguien entrara desde allí.
— Es verdad.
— ¿Qué hay de sus heridas? ¿Cómo están?
Sin embargo, Hodgins volvió a mirarla a los ojos azules sin vacilar. En contraste,
él puso una sonrisa alegre.
Esa era la especialidad de Hodgins. Desde exaltar a sus superiores hasta llegar
a los dormitorios de las damas, el proceso era diferente, pero la técnica era la
misma.
— Sí. Hemos sido mejores amigos desde que volvimos cuando estudiamos
en la academia militar. Siempre nos ayudamos entre nosotros cada vez
que sucede algo. Es posible que estemos más familiarizados el uno con el
otro que con nuestros propios padres. Es por eso que también me has sido
encargada. Gilbert está preocupado por ti. Soy la prueba de eso. Aunque
es posible que te hayas olvidado de mí.
— No... Mayor Hodgins. Lo recuerdo. Esa fue la segunda vez... que nos
encontramos.
— Eh, ¿recuerdas la primera? Tú... no dijiste eso la noche de la última batalla.
Como él había pensado que ella no se había dado cuenta de esas cosas, su
felicidad era más prominente que su asombro. La tensión que previamente los
había rodeado había disminuido ligeramente. Violet estaba consciente de
Hodgins, y Hodgins era consciente de Violet.
— ¿Es así? Él está bien—. Violet cerró los ojos y suspiró de alivio.
En ningún momento la chica había llorado por la pérdida de sus brazos, solo
estaba preocupada por un hombre que no estaba presente. Hodgins no podía
pensar sinceramente bien sobre su ciega devoción.
La actitud de Violet era cercana a la fe. La forma de pensar de Hodgins era muy
similar a la de él, orientada al cálculo de ganancias y pérdidas. Ya sea con
posesiones materiales o con amantes, la sobreestimación no era ventajosa. De
lo contrario, cualquier caso de traición o desaparición repentina sería
insoportable. Era apasionadamente entusiasta cuando se trataba de la
disposición social, pero su razonamiento era frío.
Con eso, la conversación se detuvo y una cortina de silencio cayó entre ellos.
Tal vez porque la enfermería estaba en silencio, dicha cortina era dolorosamente
perceptible.
Su propia respiración.
— No es necesario.
Hodgins gruñó para sus adentros por lo difícil que era complacer a la doncella
guerrera de Leidenschaftlich. Su único elemento en común era Gilbert
Bougainvillea. Sin embargo, ya que ella dedicó su cuerpo a su Señor hasta el
punto de que lo primero que había pedido al despertar era su paradero, ¿hablar
de él no la haría sentirse desolada?
Quiero decir... ¿ella siquiera piensa en algo tan solitario? Sin embargo, parece...
obsesionada con él.
Difícilmente se podía imaginar que la chica, que parecía una pieza de arte
inorgánica y refinada, fuera un ser vivo. ¿Estaba viva o muerta? Si ella estaba
viva, ¿qué disfrutaba en su vida?
Era difícil dividir a las personas en dos tipos, pero había quienes podían soportar
el silencio y quienes no. Hodgins era más bien del último. Su mirada bajó
instintivamente a sus pies mientras movía sus zapatos sin rumbo con ellos.
Mientras sus alicaídos grisáceos ojos azules vagaban en el piso, encontró algo.
Luego recordó la existencia de lo que podría sacarlo de su dilema.
— ¡Es cierto, traje regalos para esta visita! Había estado evitando hacer esto
porque me dijeron que se metería en el camino de las enfermeras, pero he
estado trayendo un montón de cosas. Mira—. Hodgins tomó bolsas de
papel de debajo de la cama. Se volvió hacia Violet, que no podía sentarse,
y sacó un gato negro de peluche de una de ellas.
Luego sacó un felino de peluche con rayas de tigre. Por último, sacó un perro de
peluche. Alineando a los tres, les hizo inclinarse con un:
— ¡Hola!
— ¿Para mí?— Realmente tenía dudas—. ¿Por qué para mí?— Preguntó
Violet de nuevo, agregando una palabra más.
— Estás herida y hospitalizada, obtener obsequios durante las visitas es
obvio. Ya veo, entonces nunca habías sido hospitalizada. Estos son mis
sentimientos... algo como, ―recupérate pronto‖. Tus pertenencias... han
desaparecido en la agitación de la posguerra. No tienes nada ahora. Es
por eso que, para que la habitación no se sienta sola—... en ese instante,
el cuerpo de Hodgins tuvo un gran estremecimiento.
Fue porque Violet había dejado escapar un jadeo ahogado que sonó como un
grito reprimido.
— ¿Pequeña Violet?
— Mi broche... mi broche de esmeralda... es algo que el Mayor me dio. Si se
ha perdido, debo buscarlo. ¡Me lo dio a mí!— Violet movió su cuello en un
enérgico intento de levantarse.
No había forma de que alguien que había estado en coma durante meses y,
además, se le habían destrozado los miembros superiores y estos fueran
reemplazados con otros artificiales, pudiera empezar a caminar de inmediato.
Sus prótesis crujieron.
Él la sostuvo por los hombros cuando ella parecía estar a punto de colapsar.
Desde otra perspectiva, pareciera como si la estuviera inmovilizando
violentamente.
Denme un respiro.
Hodgins colocó el perro de peluche que había llamado Mickey cerca de la cara
de Violet. Él masajeó su propio pecho mientras la veía finalmente calmarse.
Sudor frío le recorría la espalda.
— Pequeña Violet. Hay demasiada gente por aquí, así que si una habitación
privada queda vacante, ¿debería transferirte? Se han hecho los trámites.
Han pasado muchos meses desde la última batalla. Al principio, la
enfermería también estaba abarrotada y no había suficientes camas. Pero
ahora la cantidad de personas finalmente ha disminuido... aunque eso fue
solo por el hecho de que la mayoría de los que fueron traídos aquí
murieron... es por eso que... parece que habrá habitaciones privadas
disponibles. Cuando eso suceda, estos también se pueden poner allí.
¿Era un muñeco de peluche algo raro para ella? Tal vez porque se sentía
agradable, aunque débil, Violet cerró los ojos y se frotó la nariz contra el
estómago del muñeco. Como acababa de despertarse, todavía no podía mover
sus prótesis sin entrenamiento. Ella solo podía tocarlo con su cabeza. Una vez
que ella lo empujó demasiado y se desvió, agitó su cuello y aterrizó su mejilla
sobre él otra vez.
Una emoción diferente a lo que había estado flotando dentro de Hodgins hasta
ahora comenzó a brotar en un rincón de su corazón. No era miedo,
inconveniencia o deseo de controlar. Era algo más tibio.
— Ya veo... sí, solía ser así en el pasado también. Los niños pequeños... ah,
no, no lo digo en el mal sentido, pero... los niños pequeños hacen eso
mucho. No es... como si siempre fueran atendidos por sus padres.
— No conozco a mis padres.
— Aah, es cierto...
No, ¿no es más como si... no puede seguir sin hacer algo como esto? En este
momento, ella está verdaderamente... sola.
— Erm... ¿qué era? Así es, si hay otras... otras... cosas que quieras que haga,
solo dilo. Gilbert te confió a mí. Si te molesta algo, intentaré resolver el
problema como pueda. De alguna manera, las cosas que estoy diciendo
son confusas, eh. Cuando despertaste, estaba... un poco... conmocionado,
y terminé hablando demasiado.
— Muchas gracias.
Hodgins, que era un maestro en mantener una cara de póquer, mantuvo una
sonrisa, pero bajo su fachada sonriente, abrazó una sensación completamente
diferente.
Tal vez debería descalificarla como arma y poner fin a esta locura.
Solo por conversar con ella normalmente y observar sus movimientos, podía
entender.
— ¿Mayor Hodgins?
Violet no era más que una niña que no haría nada cuando no estaba peleando.
Ella no estaba registrada como persona, y había sido criada sin conocer la vida
fuera del campo de batalla. Era un arma dotada de belleza, una mercancía, un
activo. Una niña soldado a quien se le permitió vivir a cambio de su capacidad
de lucha, no tenía necesidad de conocimientos innecesarios.
Uno nunca pensaría que mirarla en combate provocaría tanto temor hasta el
punto en que la gente no se atrevía a hablar con ella. Su apariencia de adulto
hacía que los hombres se sintieran excitados en vez de paternales. Ella no fue
tratada como niña en absoluto.
Lo que yacía ante los ojos de Hodgins era la chica que Gilbert Bougainvillea
había convertido en una ―persona‖. El que le había enseñado palabras y
modales era Gilbert. Hacerlo mientras lideraba las tropas del ejército en tiempos
de guerra debe haber sido tremendamente difícil. Hodgins sabía de las
circunstancias iniciales de Violet.
Ya no recordaba lo que había comprado con los cigarrillos que se había ganado.
Gilbert se había negado empecinadamente a tomar su parte.
Tal como lo había imaginado, Violet había hecho un excelente trabajo. Durante
la batalla final, ella había causado con éxito la perturbación que había sido la
clave de su estrategia. Esa había sido simplemente una parte de un gran logro,
pero él no sabía de otros soldados que pudieran decir que habrían logrado lo
mismo en esa situación. Si ella no hubiera luchado, el número de bajas entre sus
aliados habría sido aún mayor. Por el contrario, había muchos que habrían
escapado de la muerte si ella no hubiera estado ahí. Ella era ese tipo de
existencia.
La chica que había sobrevivido masacrando hombres uno tras otro en esos
campos de entrenamiento prometió lealtad solo a Gilbert. Una parte de Hodgins
había creído que, como era un monstruo, estaba mejor como una muñeca
asesina de corazón frío que no podía ocultar su naturaleza brutal.
No hay manera…
La chica que se llamaba Violet miró por las cortinas con inquebrantable
expectativa. Su figura era similar a la de un polluelo en busca de su madre.
Por la noche, una campana resonó para informar el final del periodo de visitas
en el hospital. Junto con esto, las enfermeras empezaron a pedir a los visitantes
que permanecían en cada habitación que se retiraran. Hodgins no pudo moverse
de inmediato.
— ¿Tiene frío?
— Hmm... la próxima vez que venga, te explicaré sobre las bromas.
Aunque era verano, Hodgins puso el edredón de Violet hasta el nivel de sus
hombros para que no tuviera frío por la noche, colocando el perro de felpa junto
a su cara una vez más. Ella lo miró fijamente. A diferencia de la primera vez que
lo había hecho, Hodgins era incapaz de soportarlo y terminó desviando la mirada.
Él la dirigió a la ventana. El paisaje que se podía ver desde la enfermería estaba
teñido con los tonos anaranjados de la puesta de sol.
Los límites de la unión entre el día y la noche eran una escena que uno siempre
terminaba contemplando, sin importar dónde estuviera, qué hora era o qué
estaban haciendo. Las nubes en el cielo, el mar, la tierra, la ciudad, la gente; una
luz roja más intensa se derramó sobre todo. Aun cuando aquellos que recibían
esa gracia no eran realmente iguales, en ese momento, todos fueron cubiertos
homogéneamente y gradualmente fueron abrazados por la noche. Hodgins
comentó:
— Bonito, ¿eh?
Violet respondió:
— Es hermoso.
— Bueno—. Dijo Hodgins mientras se levantaba de su silla.
— Es la despedida.
— Esto no es una ―despedida‖. Vendré otra vez.
— Hasta luego.
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Ambos se sentaron en sillas de tocón uno al lado del otro. Había pasado algo de
tiempo desde su encuentro anterior en el verano, y pasaban el mejor momento
de los rayos del sol en silencio. Era un día de verano con un viento, refrescante
y tranquilo.
Violet llevaba un vestido de algodón suelto. Aunque era una ropa sencilla y
simple, su broche de esmeralda brillaba en su pecho. De vez en cuando lo
miraba para confirmar su existencia. Observándola, Hodgins sonrió sin señalarlo.
— Eso no funcionará. El doctor te dijo que solo fuera una vez y regresaras,
¿no? También me pongo ansioso cuando te veo así. Te empujaré en el
camino de regreso.
— Pero…
— No.
— Pero…
— No puedes. Sabré de inmediato si te estás forzando.
— Bien…
— Ahora, limpiemos ese sudor, o de lo contrario, te resfriarás—. Hodgins
sacó un pañuelo.
Desde que la joven soldado Violet había despertado, el número de visitas que le
había hecho se habían acumulado en dos meses. Cada vez que se veían,
siempre le preguntaba primero si Gilbert Bougainvillea la visitaría. Este último no
había venido hasta ahora. Hodgins no podía hacer nada al respecto, pero no
podía manejar la triste cara de Violet cada vez que tenía que decir: ―No vendrá
hoy‖. Por lo tanto, la había persuadido con:
— Definitivamente dominaré el uso de estos brazos incluso mejor que los que
tenía de carne. Las prótesis de Estark Inc. están especializadas en
combate... si mis habilidades están a la misma altura, podría ser una
existencia aún más útil.
Ella era el tipo de persona que brillaba más cuando tenía misiones u órdenes a
seguir. Era su principal rasgo.
— No, eso no es verdad. Con solo existir, las chicas ya son encomiables y
maravillosas como las aguas milagRoses y limpias que fluyen desde los
manantiales de las montañas. Los hombres son sucios.
— No entiendo ese ejemplo, pero creo mientras no pueda recibir las órdenes
del Mayor, debería entrenar por mí misma.
— Está bien.
Era una conversación algo extraña, pero el estado de ánimo no era sombrío. Por
el contrario: los dos, que eran una mala combinación, inesperadamente se
habían familiarizado entre sí. Y eso, en retrospectiva a las relaciones de Hodgins,
podría no ser tan extraño. Él y Gilbert eran mejores amigos, pero Gilbert le
correspondía esencialmente de manera equivalente. Mientras tanto, Hodgins
tenía la difícil característica de ofrecer su amor por las mujeres, pero era
aficionado a moverse entre personas bellas, independientemente de que fueran
hombres o mujeres.
Como siempre, las reacciones de Violet eran desapasionadas, pero cuando bajó
los ojos, parecía algo deprimida. No era más que la suposición de Hodgins, sin
embargo, así era como él la veía.
Aun así, no es bueno alejarla de lo que está haciendo. ¿No hay un mejor método
de entrenamiento?
Los ojos y la boca de Hodgins estaban abiertos de par en par por el desconcierto.
Esa era una gran oferta para él. De hecho, iba a llevar el asunto en la misma
dirección para su conveniencia.
— ¿Por qué... pensaste en eso? Pequeña Violet, es raro que tengas algo que
quieras hacer. Aparte de entrenar...
— Las letras pueden llevar palabras a aquellos que están lejos. No hay
dispositivos de comunicación aquí. Sin embargo, si escribiera una carta... y
recibiera una respuesta, aunque no usaría mi voz, sería lo mismo que
tener una charla. El Mayor podría no tener tiempo libre para esto. Aun así,
yo... el hecho de que yo, su herramienta, estoy aquí... al Mayor—... Incluso
cuando ella no había terminado de hablar, él entendió—. Al Mayor.
— ¿Presidente Hodgins?
— Hm, lo siento, solo espera un momento. Me recuperaré pronto—. Sacudió
su otra mano y volteó a otra parte.
evitaré el alcohol. Tomaré té a partir de ahora. Viviré del té. Aah, qué
embarazoso... ¿Qué dije después de eso?
— Que lo llamaron Claudia... porque sus padres creyeron que nacería como
una niña y se prepararon para recibirlo como tal, pero terminó con el
nombre de cualquier manera y era difícil vivir con eso.
— Bien, volvamos al trabajo de escribir cartas, Pequeña Violet.
El nuevo experimento del dúo comenzó con ser capaz de sostener la pluma
fuente. Solo por escribir una letra, el bolígrafo se deslizaba y ella lo volvía a
tomar. Su figura, mientras intentaba cogerla cada vez que caía al suelo, hizo que
el corazón de Hodgins se envolviera de nuevo en pena.
Para Hodgins, que solo había asistido a la academia militar del ejército,
desempeñar el papel de maestro era bastante duro. Lo mismo aplicaba para
Violet. Aunque podía desarmar pistolas, no sabía cómo escribir. Los ineptos
maestro y estudiante no tuvieron más remedio que complementar la
incompetencia del otro. En el nivel actual de Violet, Hodgins pensaba en ella
pudiendo escribir cartas como un futuro maravilloso.
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Violet no mostró signos de cautela, aunque la distancia entre los dos era
pequeña.
— Mayor Hodgins.
— ―Presidente‖.
— Presidente Hodgins, ¿a dónde debería ir ahora que he sido dado de baja?
¿Cuál será mi próxima ubicación? El Mayor no ha respondido a mis cartas.
Ya he enviado varias de ellas—. Tomando la mano de Hodgins, Violet
entró en el carruaje.
— A partir de ahora, te convertirás en la hija adoptiva de cierta familia noble.
Su hijo falleció durante la Gran Guerra. Veras, estaban buscando un
candidato de adopción. Su Casa está relacionada con la de Gilbert. Serás
educada sobre los modales de una dama allí.
Justo cuando había pensado que finalmente regresaría al lugar donde podía
usar sus habilidades, fue informada de un hecho indignante. Su reacción fue
moderada.
hizo así. Era como una tarea para deshacerse de obstáculos... no hay
emociones en eso.
— Aah, realmente complicado. Hm, por ejemplo, digamos que fui atacado por
un rufián. Mataste al rufián para salvarme. Hubiera sido mejor si hubieras
actuado sin matarlo, pero lo mataste. Hay una causa moral en eso.
Seguramente no serías condenada por el crimen. En realidad, serías una
heroína.
— ¿Qué es una ―causa moral‖?
— Algo importante que las personas creen que deben respetar mientras viven.
Si no lo respetas, en el mundo de los humanos, serás atrapado por la
policía militar. ¿Puedes entenderlo si es desde ese ángulo?
— Sí.
— Entonces, otro ejemplo. De hecho, quería que el rufián me matara. Le di
dinero y le pedí que me asesinara. Yo quería morir. Discutimos el acuerdo
e hicimos un trato. Lo malinterpretaste, te metiste y terminaste ejecutando
a una persona que simplemente estaba desempeñando el papel de rufián
y que iba a matarme porque se lo pedí. ¿Crees que esto es un asesinato
con una causa moral?
Silencio.
Violet, pensativa, apoyó sus manos rígidas e inorgánicas en sus mejillas. Por el
momento, Hodgins la confrontaba con lo que ella consideraba palabras
despiadadas. Sin embargo, ese era un problema con el que se habría tropezado
tarde o temprano.
Existía una chica soldado. Ella había matado a muchos. Aunque los asesinatos
fueron por una causa mayor, aun así había matado gente.
La conclusión salió a la luz. Para Violet, las órdenes de Gilbert tenían que
seguirse. Ella no las rechazaría mientras no existieran peligros excesivos. Aun
así, parecía que tenía dificultades para aceptar un futuro en el que no volvería al
campo de batalla.
— No me estoy quemando.
— Lo estás.
— No lo estoy. Esto es extraño.
— No, lo estás. Te vi ardiendo y te dejé sola. Me arrepiento de eso.
— Te darás cuenta de que todavía hay fuego a tus pies. Te darás cuenta de
que hay personas vertiendo aceite sobre ellos. Puede ser más fácil vivir sin
saber esto. Ciertamente habrá momentos en que llorarás.
— Aun así, quiero que sepas. Es por eso que no volverás al ejército.
Sin embargo, cierto hombre había aparecido para agarrar la mano de la niña en
llamas y arrojarla a un lago. Aunque él no estaba presente, indudablemente
existía.
Gladheim Tranlations Página 58
Violet Evergarden Volumen 2
El carruaje se detuvo. Sin poder hacer nada más, Violet saltó, guiada por la
mano de Hodgins.
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La nieve se derritió en el mar nocturno. La superficie del agua era aún más
oscura que el cielo estrellado bajo el que la gente dormía. Los copos que se
absorbían uno tras otro eran un espectáculo raro en el sur de Leidenschaftlich.
Los niños corrían hacia ese regalo del cielo después de abrir sus ventanas. Los
porteros de las haciendas ricas temblaban de frío. Los marineros se sentían
aliviados de haber terminado sus viajes de forma segura y regresaban a casa
antes de la tormenta de nieve. En esas escenas que rara vez acontecían, la
llegada del invierno podía sentirse profundamente.
Tiffany Evergarden comenzó a hablar con cara melancólica. Parecía que había
intentado darle a Violet varios tipos de conocimiento desde que la acogió. Desde
lo académico hasta la etiqueta, la equitación, el canto, la cocina y el baile. Sin
embargo, ella no disfrutaba de ninguno de ellos ni mostraba una expresión
Golpeó el área del pecho de su camisa como si confirmara algo. Luego aclaró su
garganta e intentó una vez más llamar a la puerta.
— Adelante.
Como era ella, probablemente sabía quién entraba solo por sus pasos. A pesar
de que había visitado su habitación a menudo, incluso Hodgins estaba ansioso
cuando entraba furtivamente en la habitación de una joven a altas horas de la
noche. Pero la tensión se fundió en una emoción diferente el siguiente momento.
Violet Evergarden, que lleva el nombre de una diosa de las flores, se había
vuelto aún más hermosa, una vez más, en los pocos meses que no se habían
visto. Su figura mientras vestía un camisón era pura y refinada. Su cabello
dorado se había vuelto más largo. Incluso era una escena misteriosa. Se había
convertido en alguien que se parecía al nombre que Gilbert le había dado.
Aun así, lo que llamó la atención de Hodgins no fue eso. Su voz tembló. No
había querido mostrar mucha reacción, pero no podía ocultarlo.
Violet miró a Hodgins que entraba a la habitación mientras ella estaba sentada
en el suelo en medio de un montón de cartas desordenadas. No eran una o dos,
sino docenas de hojas de papel que se amontonaban silenciosamente como
cadáveres. Pensamientos muertos simplemente existentes, como nevadas
continuas. Ella no le respondió de inmediato. Pudo haber sido que ella no tenía
la voluntad de abrir la boca.
Las letras sin destino eran en realidad cadáveres. Y Violet, que los había dado a
luz, carecía del resplandor de la vida en sus ojos. Podría ser que estuviera más
animada durante los momentos que pasó en el campo de batalla.
— Pequeña Violet...
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Un nuevo año, una temporada que era maravillosa para comenzar algo.
Tal vez sus palabras habían golpeado de la manera incorrecta al del otro lado
de la línea, ya que este último dejó escapar un suspiro exagerado.
creo que la Pequeña Violet sea feliz en este momento. Verás, incluso si
ella hubiera seguido siendo un soldado... incluso si ella hubiera
permanecido como una herramienta de los militares, ¡estaba contenta de
estar a tu lado! ¡Ella estaba feliz! Ella vivió cuidando tu espalda, y todavía
lo está haciendo, incluso después de que le dije que estabas muerto. Lo
entiendes, ¿verdad? ¡Ese es el tipo de chica que es! Si esto continúa, ella
será así por el resto de su vida. ¡Esperando, esperando, esperando y
esperando a un Maestro que no vendrá!
Una chica que simplemente esperó por siempre a un hombre al que se le había
informado que estaba muerto. Su rostro, sus solitarios ojos azules parpadearon
en la mente de Hodgins y se desvanecieron.
— ¡Ella es muy lamentable así! Gilbert... ¡no ignores la voluntad de esa niña!
Es un gran error pensar que la estás protegiendo al distanciarte así. Leeré
tu futuro. ¿Crees que estarán bien lejos uno del otro porque eres joven,
fuerte y saludable, ¿verdad? ¿Crees que la protegerás a ella y a ti hasta
que finalmente mueras, verdad? Estás fingiendo estar en paz, ¿no? ¡Eres
un gran idiota! La gente muere de repente. No sobreestimes a los demás
ni a ti mismo. Incluso yo podría morir de repente mañana. Nadie puede
predecir la causa de su propia muerte. Nadie está realmente bien. Gilbert,
cuando llegue ese momento para ti o para la Pequeña Violet,
definitivamente te arrepentirás y llorarás. Porque yo lo dije. Si terminas
llorando en alguna parte, no es seguro que te consuele. Aunque soy tu
amigo, ahora también soy el padre sustituto de la Pequeña Violet. Grita
cuanto quieras y maldícete a ti mismo. Escucha, ¡no me vuelvas a llamar
hasta que hayas reconsiderado! ¡Eres un gran idiota!— Después de gritar,
Hodgins golpeó violentamente el teléfono.
— Estúpido bastardo…
Cuanto más aprendía Hodgins sobre Violet, más quemaba su pecho la angustia
de su existencia. Y la sensación de culpa por ser cómplice de la razón de su
tristeza lo atormentaba.
— Estúpido bastardo...
Más allá del rastro de cadáveres que había dejado matándose a él mismo
constantemente, Gilbert se había encontrado con Violet.
Era un hombre que nunca había tenido algo que quisiera hacer o de lo que
pudiera hablar de la manera en que Hodgins lo había hecho con sus sueños.
Había recorrido tranquila, serena y hábilmente su largo y estrecho camino.
Después de llegar a ese punto, Gilbert se había salido de dicho camino por
primera vez.
Sacar a Violet de las fuerzas armadas no fue tan fácil como solo decirlo. Ni
siquiera las conexiones personales y los méritos que había acumulado serían
suficientes. Si la situación continuara de forma permanente, Gilbert tenía que
ascender aún más, hacia la cúspide de la jerarquía piramidal, hasta la cima
donde no dejaría que nadie le reprendiera.
Solo había visto a su mejor amigo llorar una vez, cuando vio por primera vez los
brazos artificiales de Violet. No era como si Hodgins supiera todo sobre él, pero
al menos sabía que nunca había mostrado esa cara. Hodgins había pensado
que él era ese tipo de hombre. Y ese mismo Gilbert había llorado.
— Vaya, vaya.
Caminaba por la larga, larga cuesta hacia ellos con sus pies y su resolución.
Bajando sus ojos alicaídos, Hodgins sonrió.
La que se reflejó por primera vez ante sus ojos no era la ―Violet‖ del pasado.
Violet poseía rasgos que emanaban una belleza fría, inclinándose formalmente
como una muñeca.
CAPÍTULO 9
EL NOVIO Y LA AUTO-MEMORIES DOLL
— Mamá.
En medio de un escenario tan celestial, sin tanto como para azotar a la luna, un
joven corría diligentemente. En su prisa extrema, se había vestido solo con un
par de pantalones y una camisa. Él no usaba nada más que eso.
— ¡Mamá!
— Maldición, ¿por qué las cosas salieron así?— El joven se secó con
impaciencia el sudor que le bajaba por la frente con la manga de la camisa.
Los pies que habían estado corriendo en los campos hasta entonces se habían
vuelto más lentos, ahora caminaban y finalmente se detuvieron. Como no tuvo
tiempo para ponerse zapatos, estaba descalzo. Le sangraban los pies, tal vez
por haber pisado ramitas o rocas. ¿A quien buscaba era digno de una
persecución lo suficientemente obsesiva como para que recibiera tales heridas?
El joven mismo terminó reflexionando sobre ello.
— Mi… nombre.
— Ah.
Una cinta roja oscura de repente llegó a la visión del joven. El rojo revoloteó en
un mundo donde no existían mas que verdes, azules y blancos. Frente a él, un
rojo diferente al de la sangre que había vertido fluía suavemente en la brisa.
Instintivamente, extendió su mano hacia ella. Lentamente tomó en su palma lo
que parecía ser un regalo de los cielos.
El joven volteó la cabeza hacia la dirección del viento. Él podía ver siluetas. Eran
las figuras de unas pocas personas que rodeaban una motocicleta. Uno de ellos
había dejado el lugar y corría hacia él. Una vez más cerca, pudo decir que era
una mujer. Además de eso, ella tenía una belleza cautivadora. Con el cabello
dorado revoloteando entre los pétalos de flores, se detuvo frente al joven y le
miró intensamente.
— Hum…
Al igual que su apariencia, el sonido que salía de sus labios carmesí finamente
formados era adorable y puro, pero el contenido de sus palabras no
correspondía con ese lugar. El joven tampoco era cliente suyo, nada más que un
extraño.
— Aquí tienes. Además, hay algo que quiero preguntar. Estoy buscando a
alguien…
— ¿Una mujer de pelo plateado de 60 años que se especializa en
peluquería?
— S-Sí. Mi madre solía trabajar como peluquera en el pasado... ¿Cómo lo-?
Silene pensó que no importaba lo que hiciera, era una mujer lo suficientemente
hermosa como para convertirse en pintura.
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Los que habían cuidado de la madre de Silene eran una Auto-Memories Doll y
un cartero en medio de un viaje. Parecía que estaban parados ya que su
motocicleta había fallado y habían visto a su madre vagando por los prados.
— Dijo que iría a las montañas para buscar a su esposo e hijo. Es extraño
que alguien camine a primera hora de la mañana, ¿verdad? Ya estábamos
teniendo problemas, pero cuando las personas ven a alguien incluso con
más problemas que ellos mismos, permanecen serenos. V—. Mientras
manipulaba la motocicleta descompuesta, el hombre abrió una mano hacia
la joven.
— Mi nombre no es ―V‖. Es ―Violet‖.
— Echa un vistazo al cabello de V. Ella dijo que era bonito y le preguntó ―por
favor déjame tocarlo‖, así que le permitimos jugar con eso. Yo estaba
atrapado con esto. V estaba entreteniendo a la abuela. Y luego apareciste.
— Mi madre... está un poco... mal de la cabeza... Les hemos causado
problemas.
— Eso parece... bueno, individuos como esos no son raros. Es fácil que los
pensamientos y recuerdos se vuelvan confusos. Ni siquiera tienes que ser
viejo para que eso suceda... no está funcionando... Suficiente. Dame una
toalla de mano—. Limpiando fácilmente manchas de aceite negro, se puso
de pie.
Era un poco más alto que Violet. Su cabello rubio claro era de un color parecido
a la arena. Su cabello era corto, pero una parte de los mechones delanteros
colgaban más largos en un lado. Sus fríos orbes azul cielo llevaban espinas
dentro de su suavidad.
Solo mirando las curvas de su cuerpo, uno podía notar que llevaba pantalones
ajustados. Por el contrario, su parte superior estaba vestida con una camisa
suelta verde primavera y tirantes. Los tacones de sus botas eran demasiado
altos. Dichos talones tenían forma de cruz. Era una vestimenta llamativa. Sin
embargo, incluso si se quitaba todo, tenía el aspecto de alguien que podría guiar
sin esfuerzo a una mujer o dos por la nariz.
— Incluso si posees una fuerza tan ridícula que es casi como una broma, no
hay forma de que pueda dejar que una mujer lo haga sola. Incluso si dices
que ese camino está más cerca, todavía es bastante lejos. Además, el
resultado sería que el viejo me regañe.
— ¿Es así? Benedict, ya estás claramente agotado por las entregas postales
diarias y asumiste el deber adicional de recogerme en el camino, así que
en esta situación, ¿no es mejor para el que tiene más energía hacer el
movimiento? Ser hombre o mujer no importa. Esta decisión es por el bien
de nuestra supervivencia.
— Hum, como decía...
— No, ya puedo verlo. El viejo dirá: ―Benedict... tú... ¿por qué hiciste que
Pequeña Violet hiciera algo así? ¿La obligaste a correr?‖ Y luego me
criticará por los modales de un caballero, en los que él es tan bueno—. Lo
que personificó con tanta emoción era muy probablemente una imitación
del jefe de cierta compañía postal—. Tú... responderás cualquier cosa que
te pregunte, ¿verdad? No puedes mentir.
— No le miento al presidente. Solo hay verdades en mis informes.
— Entonces, no es bueno después de todo.
— Diré la verdad, pero te cubriré, Benedict. Diré que fui yo quien lo propuso.
Silene asintió.
Después de cerrar los puños y venerar a los cielos, Benedict se volvió hacia
Violet y le ofreció ambas manos. Violet lo miró fijamente.
— ¿―Lo hicimos‖?
— No tienes que hacer tanto—. Benedict se rió—. Esto es parte de esa cosa
llamada destino. No tengo idea de quiénes son, pero unámonos al brindis
de esta feliz pareja.
Silene también se rió de las palabras de Benedict. Al mirar una vez a su madre
en su espalda, su sonrisa desapareció pronto, pero se obligó a pronunciar con
voz alegre:
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El lugar al que los llevó Silene era a una aldea llamada Kisara. Sus casas habían
sido construidas para formar un semicírculo. En su centro había un salón con un
pabellón de piedra y un pozo. Lo más probable es que fueran las únicas cosas
en ese espacio al principio, pero actualmente, había una multitud aglomerada
alrededor del pabellón. Estaba lleno de mujeres hasta el punto de que se podía
pensar si todas las mujeres de la aldea se habían reunido allí. Estaban
cocinando vigorosamente y decorando la sala con adornos.
chocando entre sí al ser golpeadas por el viento eran los artículos de artesanía
en los que se especializaba la aldea.
Mirando hacia arriba, podían ver cables que pasaban por las ventanas de las
casas al otro lado de la calle, desde donde colgaba la ropa de los residentes.
Juegos de campanas colgaban también de ellos. Chicas jóvenes charlando entre
sí tiraban de las cuerdas como si se divirtieran. Mientras lo hacían, las
campanillas sonaban simultáneamente. Cuando Benedict dirigió su mirada hacia
ellas, soltaron una risa similar a un grito y cerraron las ventanas.
El pueblo tenía una tranquilidad que no existía en las grandes ciudades, una
característica de las pequeñas comunidades.
Una vez que pasaron el camino angosto, éste se ensanchó de inmediato, y más
allá había una casa aislada que era más grande que el resto. Aunque no tan
bien cuidados, arbustos de Roses crecían en su jardín. Dos mujeres de aspecto
ansioso se pararon frente a la entrada.
— ¡¿Aah, entonces ella estaba bien?!— La que corrió tan rápido como pudo
era una dama de mediana edad vestida con un delantal.
La otra mujer caminó al lado de Silene. Ella tenía la piel morena y rasgos
faciales gráciles. Inclinó la cabeza hacia Violet y Benedict, que la miraron sin
palabras. Fue entonces cuando Silene finalmente se dio cuenta de que había
alguien más aparte de su pariente a su lado.
Con la expresión que mostró justo después, ellas entendieron que la última
aseveración significaba que se suponía que debían mostrar gratitud hacia el dúo.
Tanto Delit como Misha los dejan entrar a la casa como si trataran con santos.
Después de eso, estuvieron ocupados. Los novios, que estaban a punto de
casarse al día siguiente, parecían tener que dar saludos en varios lugares, y por
lo tanto, habían salido solos. Se disculparon por no poder atender a los invitados
apropiadamente, sin embargo, Violet y Benedict estaban lo suficientemente
satisfechos con solo tener un lugar con un techo donde refrescarse y los
despidieron sin que les importara.
Como era cerca del mediodía, la criada Delit dio a los viajeros comida por
consideración. Quizás debido a estar significativamente cansado, Benedict
terminó quedándose dormido inmediatamente después de comer, como si se le
hubiera agotado la batería. Al principio, había empezado a quedarse dormido, y
pronto, incapaz de resistirlo, apoyó su cuerpo contra el sofá y cerró los ojos.
Aunque no estaba somnolienta, Violet cerró los ojos. Era como si por primera
vez hubiera conocido la dulzura de los sonidos de la vida cotidiana que
Al mirar a su lado, vio que Benedict apenas abría los ojos. Él también tenía sus
dedos en su pistola.
— Está bien seguir durmiendo—. Le dijo ella, él cerró los ojos nuevamente,
aliviado.
Los dos eran ligeramente parecidos. Debido a que sus cabellos y ojos son de
colores similares, casi parecían hermanos cuando estaban uno al lado del otro.
Preguntándose si había algo que pudiera hacer para ofrecer ayuda, Violet
estaba a punto de dirigirse a la entrada también, pero al notar que alguien
estaba llamando en medio de los sonidos de la vida cotidiana, sus pies se
detuvieron. Los había oído venir desde el segundo piso. Entonces recordó que a
la madre de Silene se la habían llevado como si la hubieran empujado cuando
llegaron a esa casa. Subiendo las escaleras de madera, Violet se detuvo en el
pasillo del segundo piso y se quedó parada para escuchar una vez más.
---------------------
Era un pueblo pequeño, pero el banquete los reuniría todos. Uno por uno,
inclinaron sus cabezas en gratitud a todos. Cuando el sol se había puesto,
Silene y Misha se habían ido a casa.
A pesar de que era una charla pacífica, Silene terminó escupiendo fríamente,
Misha dejó de caminar. Su mano, todavía conectada con la de él, fue tirada
mientras él continuaba avanzando, causando que tropezara.
— Lo siento.
— No, yo también lo siento.
— No, yo soy la que lo siento... dije algo... innecesario. Yo... incluso... sé...
que dejaste esa casa porque la odias y a tu madre.
Por lo que Silene se había enamorado de Misha era exactamente eso. Ella era
honesta, cariñosa y amable.
El sudor perlaba la mano que estaba usando para sostener la suya. Silene
quería dejarla ir para limpiarla pero no lo hizo, en su lugar apretó su agarre aún
más. No deseaba provocar disgusto en la persona que siempre estaría a su lado
a partir de ese momento.
— Sí.
— Ha sido así desde que era pequeño. Ella no es así por su edad. Yo
también tenía un padre y... un hermano mayor... pero un día, mi padre
tomó a mi hermano y se fue.
— ¿Por qué?
— Era demasiado pequeño, así que no lo recuerdo bien. Probablemente fue...
lo de siempre... su relación como pareja casada era mala. Ellos... peleaban
muy a menudo. Veía a cualquiera de ellos salir de casa a menudo. Por eso
pensé que seguramente volvería pronto.
con que solía alabarlos. Desde el punto de vista de los demás, ninguno sería un
gran problema, pero los niños son sensibles a esas cosas.
Estoy seguro... se llevó con el que estaba más apegado. Eso es lo que siento.
Misha colocó su otra mano a lo largo de la que estaba unida a la suya. Ella
estaba intentando amortiguar las dificultades que su amado había enfrentado
durante su vida. No era más que un simple gesto, pero hizo a Silene
insoportablemente feliz. Él fue capaz de reconfirmar enérgicamente que era algo
que había anhelado.
— Cuando piensa que soy papá, ella me regaña mientras llora y me golpea.
Cuando piensa que soy mi hermano, simplemente me abraza y me
pregunta dónde había estado. Esto ha continuado por varios años.
— Pero, mira, cuando tuve mi época de crecimiento rápido, me hice más alto.
En realidad, no me parezco a ninguno, hermano o papá. Realmente... creo
que fue... algo bueno.
— Mamá tampoco sabe quién soy. Ella solo me recuerda de mi infancia. Delit
me dijo... que ella me ha estado buscando últimamente. ¿No es... un poco
ridículo? Siempre, siempre, siempre…
Aunque podría considerarse desalmado, eso fue lo último a lo que Silene quería
renunciar. Los aldeanos ya sabían, pero era la primera vez que lo discutían con
un extraño. Creció, aprendió a trabajar, se lanzó al mundo exterior, se enamoró
de una chica que había encontrado allí y finalmente se liberó de su tristeza. Él
no dejaría que nadie interfiera con eso.
Silene estaba desesperado por continuar con la felicidad que finalmente había
logrado agarrar con sus propias manos.
--------------------
La ciudad donde vivían Silene y Delit estaba a poca distancia del pueblo. En
realidad, había querido celebrar la ceremonia allí y dejar a su madre, pero Misha
no había estado de acuerdo.
Silene se volvió para mirar a Misha. La pareja no había sido instruida por el
anciano sobre situaciones en las que tenían que hacer peticiones y no estaban
familiarizados con el protocolo nupcial.
— Estamos en problemas... si tiene que ser alguien de esta zona... ¿tal vez la
señora de la tienda?
— De ninguna manera... no podemos preguntar tan repentinamente. La
ceremonia es mañana.
— Entonces, Maestro, esto significa que tampoco ha pensado en su poema
de amor para la novia. Tiene que hacer eso también.
Era una costumbre tradicional que el novio recitara un poema escrito por él que
contuviera sus sentimientos hacia su ser querido en medio de la ceremonia.
— Acepto.
— ¿Eh?
— Acepto. Me ocuparé la oratoria y la escritura... como un favor de una noche.
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El traje nupcial de las afueras de Eucalypt Basin consistía en una túnica roja con
bordados dorados detallados. En la cabeza de la novia había una corona de
flores y un maquillaje de color rosa en sus párpados y labios. Por el contrario, el
novio estaba vestido con una túnica blanca. Llevaba un escudo que
representaba la protección de su hogar y una pequeña espada pintada en oro,
ya que era un símbolo de riqueza.
Una vez que comenzó la ceremonia, una orquesta comenzó a tocar y se sirvió la
comida. Luego, era hora de bailar. Inicialmente, las mujeres que recibieron
clases de baile mostraron una coreografía grupal. La gente se mezcló
gradualmente con eso, pero cuando el rubio cartero hizo su entrada, los vítores
de las aldeanas se levantaron. Benedict bailaba brillantemente con botas muy
parecidas a las que llevaban las mujeres, después de que terminara, en lugar de
tenerlas en ambos brazos, jóvenes aldeanas tan bonitas como flores lo
arrinconaron por todos lados y causaron un alboroto.
Violet Evergarden, que se había ofrecido a hacer la recitación, no hizo nada tan
llamativo como Benedict. Ella simplemente se quedó quieta y esperó su señal en
silencio. Quizás por su belleza casi mística, no se convirtió en el blanco de los
coqueteos de los hombres, y ni siquiera una sola persona tenía el suficiente
coraje como para hablar con ella.
Cuando finalmente fue su turno, hizo que los ojos de los asistentes se le
pegaran junto con la cantidad de telegramas. Ni siquiera había necesidad de
decir ―silencio‖ para acallar a los que estaban causando alboroto. Mientras haya
algo que deseen escuchar, la gente se callará por sí misma.
Aunque era su novia, se veía tan hermosa que se sobresaltó un poco cuando su
rostro se acercó.
Él había rezado constantemente para que ella se quedara quieta al menos ese
día, sin embargo, había comenzado a vagar sin rumbo hacia la mitad de la
ceremonia y comenzó a buscarlo en la segunda mitad, de modo que de acuerdo
a sus instrucciones, Delit la había llevado de vuelta a casa. Como los aldeanos
sabían de las circunstancias, no hubo conmoción de su parte; más bien, el que
se había desconcertado era Silene.
Tan embarazoso.
Sentía como si el día más importante de su vida hubiera sido arruinado por su
madre destrozada.
Silene tomó la mano de Misha, trazando el anillo de bodas que había puesto en
el dedo. Era una prueba de que ya no estaba solo. La forma en que ese anillo se
sentía le dio una sensación de realidad.
— Por último, aquí hay una carta de la preciosa madre del novio, que
contiene sus bendiciones para el matrimonio de su hijo, Sir Silene, que se
ha topado con el maravilloso día que es hoy.
¿No era mejor que la detuviera? No había forma de que las palabras dichas por
una persona con el corazón roto pudieran ser decentes. El lugar simplemente se
desaliñaría por su extraña forma de hablar y su conducta. Silene intentó
levantarse de su asiento.
Silene no podía recordar el color de ojos de su madre. Él había estado con ella
hoy y el día anterior.
— Silene.
Ser llamado por el nombre de otra persona cada vez que cerraba los ojos era
demasiado difícil para él. Fue doloroso que no tuviera lo que su madre buscaba.
No importaba lo que hiciera, no podía cumplir sus expectativas.
— Oye, Silene.
— Hey, cariño.
Tan embarazoso.
Tan embarazoso.
Tan embarazoso.
— Cariño, no llores.
Cuando Misha le limpió las lágrimas, se dio cuenta de que estaba llorando. Se
apresuró a girar hacia atrás. Más lágrimas derramadas.
— Ve.
Mientras pensaba que él era el peor novio por haber abandonado la ceremonia,
se paseó junto a los invitados. Incluso cuando se fue, los asistentes se habían
exaltado ya que el momento de bailar había llegado una vez más.
Pasó por el camino angosto, hacia la casa en la que había vivido con su madre.
Las piernas de Silene se apresuraron hacia la casa que él había dejado como si
huyera. Cuando llegó al frente, Violet Evergarden, que se suponía que estaba en
la sala de ceremonias, estaba allí. No podía ver la motocicleta de Benedict en
ningún lado. Las reparaciones probablemente habían terminado.
— Lo mismo aquí. Hum... muchas gracias. Tomé nota de mis fallas... con las
palabras que recibí. Mamá te dijo una especie de tonterías... y tú... lo
escribiste bellamente en una carta así, ¿verdad? Ella te hizo hacer algo tan
perturbador... Ella... a menudo hace pedidos egoístas. Era así incluso
cuando vivíamos juntos. Incluso hoy, cuando le dijeron que era el día de la
ceremonia, se mantuvo firme en que le diéramos un sombrero blanco que
había sido vendido hace siglos.
— Lo siento por haber hecho esto por mi propia cuenta.
— No, está bien…
— Mientras Sir Silene y Lady Misha estaban fuera, acepté una oferta de
trabajo de su madre. La oferta solo era que entregara la carta, pero
terminé haciendo algo intrusivo. Su madre dijo que es posible que no
hubiera leído la carta si solo se la hubiera dado a usted, Sir Silene... Yo
también elegí un método para definitivamente transmitir sus palabras a
usted. Como no hay carta... no es necesario que se entregue— dijo Violet.
— Me pregunto por qué mi madre diría eso... que podría no leer la carta.
— Ella dijo que era porque siempre le estaba causando problemas a Sir
Silene. Dado que, debido a la pérdida de parte de la familia, ella terminó
golpeándolo con recuerdos solitarios.
Eso es mentira.
— No se supone... que ella diga nada tan razonable. Ella dice cosas como
―quiero hacer esto‖ o ―quiero hacer eso‖. Pero... eso es extraño. Es casi
como... quiero decir...
No hay manera.
No hay manera.
Sin molestarse siquiera en darse la vuelta, subió las escaleras y se dirigió a una
habitación en el segundo piso. ¿Qué estaba haciendo su madre en esa
habitación que solo se podía cerrar desde afuera? Quitando el candado, hizo
girar el pomo de la puerta. La ventana probablemente estaba abierta. El viento
estaba circulando en la habitación.
Desde que su familia se vino abajo, no hubo una sola ocasión en la que lo
mirara con seriedad.
Ni siquiera uno.
Recordó que sus iris eran del mismo color que los suyos.
Su madre caminó hacia su lado, y con una mano con crecientes manchas
marrones, tocó su mejilla. Todo el tiempo, él estaba derramando lágrimas.
CAPÍTULO 10
Nota del Traductor en Inglés: una advertencia de antemano para evitar
confusión. En este capítulo los puntos de vista cambian por alguna razón. La
narración va de primera a tercera persona y viceversa dentro del capítulo.
Ese día, el cielo estaba nublado desde la mañana, las nubes blancas se
mezclaban con la oscuridad total. La lluvia golpeaba la tierra mientras el sol se
ponía, retumban truenos, en un clima lo suficientemente tormentoso como para
sacudir incluso las ventanas protegidas por barras de hierro.
A pesar de que era el comienzo del otoño, la temperatura había estado cálida.
Tal vez debido a que bajó bruscamente, la monja con la que había estado
leyendo las escrituras en voz alta se puso de pie y comenzó a preparar la
chimenea que no se había usado desde la primavera.
— Hey...
Como permanecer en silencio era terrible, traté de llamar a la monja, pero fue
eclipsado por un trueno retumbante. El sonido fue lo suficientemente
ensordecedor como para romper el suelo. Me envió escalofríos por todo el
cuerpo desde dentro de las túnicas de seda que vestía.
Las telas azul marino con bordados dorados de dichas túnicas eran adecuadas
para la austeridad del hijo de un dios, pero no me quedaban bien. Lo mismo
ocurría con la diadema del Sol envuelto por la Luna que descansaba sobre mi
cabeza, esta habitación, todo...
— Todo está bien, Lady Lux. Esta región siempre ha sido afectada por los
rayos, por lo que hay pararrayos instalados alrededor de Utopía. Además,
incluso si fuera a golpearnos, nada le pasaría, Lady Lux. Su honorable
cuerpo estará a salvo hasta el Día de la Orientación dentro de cuatro días.
Ante esas las palabras que llegaron con una sonrisa ligera, solo pude reír
amargamente. Eso fue porque no pude considerarlas buenas ni malas, ya que
eran simplemente palabras neutrales de consuelo.
Viendo que los ojos de la monja que traía las noticias brillaban de alegría, llegué
a la conclusión de que algo había sucedido.
Mi voz podría haber sido dura. Aunque era alabada y venerada como una
―semidiosa‖ en esta utopía, no tenía habilidades de comunicación. Sin embargo,
pensé que tenía que hacer lo que podía por el bien de esa viajera.
de que mi mirada haya sido notada era aterrador, pero más que nada, la razón
era que podía decir, incluso desde muy lejos, que la belleza de esa viajera era
un regalo de Dios.
Esa fue la primera reunión entre yo, Lux Sibyl, y Violet Evergarden.
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Esa isla aislada contenía algo misterioso. El nombre de esta isla rodeada por
mar y separada de otros continentes era Chevalier. Había alrededor de cien
isleños en ella.
La isla fue bendecida con recursos naturales, y no había contacto con el mundo
exterior a excepción de los buques que pasaban. Las principales características
de Chevalier son las cascadas y estanques que se encuentran en todo su
territorio. Y entre ellos, la más destacada era la gran cascada en la cima de una
montaña abismal en el centro de la isla. La distancia máxima de caída era de
unos cien metros, y no había nadie que pudiera salir si la cuenca de inmersión
se lo tragaba.
La hermana Lisbon, que había recibido la tarea de guiar a la viajera que había
vagado por Utopía, miraba fijamente la entrada de un amplio porche que servía
En sus manos cubiertas por guantes negros había una maleta con ruedas de
aspecto pesado. Debajo de la chaqueta azul prusia que ella se quitó había un
vestido blanco como la nieve. Tal vez debido a estar tan mojado, se adhirió al
contorno de su cuerpo perfectamente, e incluso aquellas del mismo sexo tenían
problemas para desviar sus ojos de esa vista.
La mujer era una persona hermosa con una mirada sombría, y su figura,
suavemente mojada por la lluvia, se veía tan pura y lustrosa como un hada. Sin
embargo, ella estaba envuelta en una atmósfera algo extravagante. A pesar de
su apariencia frágil, una fuerza intrínseca, estaba presente en algún lugar dentro
de ella.
Lisbon condujo a la mujer a una habitación utilizada cuando había visitas. Ella se
sentó en el sofá de la habitación junto a una mesa de mármol. Tal vez debido a
la temporada actual, o porque la construcción estaba hecha de piedras, el aire
en la habitación se sentía frío.
Aunque Violet no había dicho la palabra ―frío‖ ni una sola vez, su piel estaba
claramente azul. Siendo considerada, Lisbon puso más leña en la chimenea.
Probablemente había cosas muy importantes dentro para que ella secara
primero la maleta en vez de su propia ropa. Al abrir la maleta, Violet sacó un
libro envuelto en varias telas y pañuelos. Tras una mirada más cercana, parecía
ser un estuche en forma de libro. Había cartas dentro. Un suspiro escapó de los
labios de Violet.
Ella era una Auto-Memories Doll, y había venido a la isla por una petición. El
trabajo ya estaba hecho. Además de escribir la carta del cliente, también había
aceptado entregarla, y aunque todo lo que tenía que hacer era reunirse con el
cartero para darle la carta, la tormenta la había atrapado.
Como una toalla blanca que había sido preparada para ella fue colocada sobre
su cabeza, Violet parecía una novia con velo. Una vez que le dieron ropa de
monja como reemplazo y terminó de cambiarse, finalmente se sintió apaciguada
y pudo hablar en detalle.
— ¿Por qué no podía Roses dejar que los humanos supieran que era una
diosa?— Simplemente hizo una pregunta genuina que se le había ocurrido.
— Buen punto. Desde el pasado, los dioses y los seres que poseían el don de
la preeminencia fueron glorificados por las personas y sus existencias eran
temidas, pero al mismo tiempo, eran objeto de confianza. Además, el
poder de ser glorificado atrae la envidia. Ese fue el caso del hijo de Roses.
Aparte de esta leyenda, ella dejó atrás a otros hijos de hombres—.
Después de decir eso, Lisbon volvió a pasar las páginas—. Sin embargo,
los resultados de eso no fueron positivos... En realidad, se suponía que
Roses no debía dejar ir a sus hijos. Los semidioses son únicos tanto en los
Cielos como en la Tierra. Sin embargo, en el mundo de los humanos, se
destaca el poder que heredan de los dioses. Por su bien, es mejor para
ellos vivir en los Cielos. Por eso, cuando encontramos un semidiós, lo
escondemos y lo protegemos de la sociedad. Hasta que llegue el día de
devolverlos al cielo... Esto está fuera de tema, pero señorita Violet, ¿tu
nombre fue tomado de la diosa flor Violet?
— Sí, parece que sí—. Tal vez porque regresaron los recuerdos del padre
que le había dado un nombre, Violet desvió la mirada.
— Aun así, como pensé... realmente te pareces profundamente a la diosa del
combate, Garnet Spear—. Con el suave sonido del pasar de las páginas,
Lisbon puso la escritura delante de Violet y la abrió.
Desplegada ahí había una diosa con armadura blanca sosteniendo una espada.
Con su dorado cabello suelto, ella estaba mirando a lo lejos. Sus ojos eran
azules e impresionantes. Definitivamente era muy similar a Violet.
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Pasó un día después de que esa persona apareció ante mis ojos durante una
tormenta eléctrica. La lluvia continuó cayendo intensamente afuera, por lo que
salir al aire libre parecía muy poco probable. Después de que la oración de la
mañana había terminado, me dijeron que se suponía que tenía que comer en el
jardín interior en lugar de la prisión que era mi habitación, tuve que pensar un
poco sobre qué hacer. Eso era porque había intercambiado conversaciones con
otros candidatos a semidioses hasta ese momento.
— Lady Lux, esta es la señorita Violet, trabaja para una empresa postal.
Debido a este mal clima, ella está confiando en Utopía.
No había una fuente en el jardín interior, pero la hierba y las flores dispuestas en
cuencos se juntaron para formar un pequeño bosque, creando una atmósfera
pura. El lugar se usaba a menudo para entretener a las personas que venían del
mundo exterior a Utopía. Era abierto y acogedor, haciendo a Utopía
naturalmente más cómoda.
Era extraño. Mientras más hablábamos, más quería saber sobre ella.
— No tengo amigos.
— ¿Es así?
— Sí.
Violet comenzó lento pero seguro a hacerme preguntas, sobre lo que hacía
durante el día, si podía ver los colores de la misma manera con los dos ojos,
incluso si eran de diferente color y lo que hacía en vacaciones, justo como se lo
había preguntado. Respondí a eso solo de la manera en que pude.
— No.
— Entonces, ¿siempre estás aquí?
— Sí, hasta ahora y de ahora en adelante.
— ¿Es esta la misión que te fue encargada, Lady Lux?
— Podría ser mejor así. Después de todo, se supone que los semidioses no
deben descender a tierras humanas.
— Me dijeron... un poco sobre la mitología. Es porque puedes involucrarte
con sucesos desafortunados.
— Sí.
— Lady Lux, ¿fuiste desafortunada cuando estabas afuera?
— Era pobre y estaba sola... es cierto que necesitaba protección.
— Esta no es una tierra de humanos, pero hay muchos humanos aquí. Aun
así, ¿hay algo que prevenga los efectos de la desgracia?
— Eso… me pregunto.
— ¿No lo sabes?— Una simple pregunta. Una línea de pensamiento inocente.
— No, eso... eso... señorita Violet. ¿Por qué preguntas?
A veces, cosas así eran el comienzo de una confusión que arrojaría discordia
sobre los momentos de paz.
Era una situación en la que yo no pude arreglármelas, yo, que solo me pasaba
los días pensando en cuándo se acabarían los tiempos llenos de miedo, justo
cuando estaba esperando que termine la tormenta.
— Me dijeron que no podías irte de aquí por el resto de tu vida. Pero hablaste
de tu admiración por las ciudades.
— Es cierto... de hecho dije eso. Sin embargo... en cualquier caso, es
imposible.
— ¿Qué?
— No puedo irme de este lugar.
— ¿Por qué?
— No está permitido. Ya que soy una semidiosa.
— ¿No permitido por quién?
— ¿Eh?
— ¿Quién no lo permite?
— Eso…
Ah, no es bueno.
No lo exhibas.
— Porque…
— Lady Lux, señorita Violet, aquí hace frío. ¿Nos movemos a otro lugar?
Apresúrate y escapa. Una vez que la monja se dio vuelta, lo dije sin expresarlo.
Me preguntaba si ella lo entendía. Eso esperaba. Si era ahora, todavía podría
hacerlo.
Le propuse a la monja:
La boca de la monja parecía estar a punto rechazarlo, sin embargo, ella terminó
dando permiso,
Sabía que la monja tenía un lado suave en ella. Ella siempre me había cuidado
desde que me trajeron allí. Probablemente tenía un poco de afecto hacia mí.
Estaba agradecida por eso, pero al mismo tiempo, tenía mucho miedo.
— Cuando pienso en cómo el tiempo que tenemos para hablar así está
llegando a su fin, me siento muy sola.
Un mundo sereno esperaba más allá de la pesada puerta que se abrió. Solo lo
había visitado en algunas ocasiones, pero no importaba cuántas veces lo mirara,
tenía una sensación de pesadez. Una variedad de estatuas se colocaron
desordenadamente en la habitación, y se podían oír murmullos de agua a
medida que un número de pequeñas vías fluía por el suelo. Brillantes cuentas de
vidrio se extienden maravillosamente dentro de ellos. Desde el techo, las plantas
llamadas ―enredaderas oscuras‖, de las cuales se decía que crecían bien incluso
donde no llegaba la luz del sol, extendían sus ramas alrededor de las paredes y
el suelo, creando una atmósfera fantástica.
Fruncí el ceño. Qué situación. Esa hermosa chica que se parecía a Garnet
Spear no tenía padres. Ella era el tipo exacto de ―semidiós‖ que buscaba Utopía.
Tal vez porque mi tono era difícil de escuchar, Violet finalmente apartó sus ojos
de la escultura.
Aun así, tal vez sin tener miedo a la verdad de Utopía, Violet intervino
desapasionadamente.
— ¿Es así?
— Señorita Violet, no me digas ―¿es así?‖, simplemente escapa. Dijiste que la
hermana Lisbon te había llamado, ¿verdad? No debes ir. Seguramente te
darán un medicamento para controlar tu cuerpo.
— ¿Cómo me matarían?— Preguntó despreocupadamente sobre el método
de su propio asesinato.
— Te subirán a un pequeño bote que navegará a lo largo de la cascada más
grande de Chevalier y bajará desde allí. En este momento, hay muchas
aperturas para que puedas escapar. Por favor escapa—. Suplicantemente,
sacudí sus brazos. Un crujido mecánico resonó de ellos.
Ella era una persona con partes automatizadas y tan encantadora como una
muñeca. Realmente podría pensar en alguien como ella como un semidiós. Por
un instante, fui casi similar a la gente de Utopía por tener ese tipo de
razonamiento y me aterroricé.
Mientras soltaba lentamente los brazos de Violet, ella sostenía firmemente mis
manos.
— ¿Lady Lux?
Dejé de moverme cuando tenía una media sonrisa. No pude sacar mi voz
correctamente de mi garganta. Mi presión arterial bajó rápidamente y los
músculos de mi espalda se volvieron fríos. Esa fue una alarmante sensación de
aprensión que uno sentía al cometer un enorme fracaso. Comenzó a dominar mi
cuerpo. ¿De qué estaba tan asustada? Ser salvada por alguien fue un sueño
que tuve durante muchos años.
Aun así, no pude agarrar la mano que estaba estirada hacia mí.
Si me quedo aquí, sufriré una dolorosa muerte bajo el agua dentro de tres días.
Esa era una verdad definitiva. Las monjas que ahora me tratan tan gentilmente,
se olvidarán de mí una vez que yo no este y encontrarán un nuevo semidiós
para adorar. Después de todo, el suyo es un afecto falso. En realidad, nadie me
ama. No soy apreciada por nadie. No hay nada bueno en este lugar. No puedo
confiar en nadie. Todo es aterrador. Aun así…
— No... no es eso...
Lo sabía. Lo sabía.
— No quiero... morir.
... pero para mí, vivir era tan aterrador como morir. Sí, aterrador.
Desde que me trajeron del orfanato cuando tenía siete años, siempre fui un
pájaro enjaulado. Recibí educación, pero solo sabía lo que estaba en las
escrituras. Tampoco podía hacer artesanías como las monjas. Si fuera al mundo
exterior así, ¿cómo se supone que debo vivir? Otras chicas de mi edad
seguramente sabían todo tipo de cosas, y tenían familia, amigos y un lugar al
que pertenecer. Sin embargo, no tenía nada. Yo no era más que una niña
cobarde sumergida continuamente en la desesperación, en la oscuridad en la
que estaba confinada, había estado viendo a otras personas morir sin poder
intervenir. No, ni siquiera podría ser considerada una niña. Yo no era nada. Una
vez que alguien tan inútil como yo saliera, ¿qué debería hacer? ¿No estaba
claro que moriría como un perro? Si ese fuera el caso, entonces la invitación de
muerte que me dio este destino obligado...
— ¡Corre!
— ¡Por favor, vete! Yo... ¡No puedo vivir en el mundo exterior! ¡Por favor!
¡Apúrate y vete!
Realmente... no puedo.
Yo era estúpida. Fue una elección estúpida. Sin embargo, estar viva era
especialmente difícil para mí.
Era mucho más duro vivir en el mundo de los humanos, ser usada, mentir y
acumular recuerdos tristes.
— ¡Moriré aquí! ¡Eso es lo que quiero hacer! ¡No puedo vivir... en el mundo
exterior en este momento! Moriré así... en este lugar... ¡así que vete!
Podría ser que me había vuelto loca. Si bien dije que la gente de Utopia estaba
loca, podría ser que la más loca y la más rota haya sido yo misma.
— ¡No huyas! ¡Eres una semidiosa bajo nuestro control!— Gritó la monja.
Ahora yo fui la que fue empujada. Pero aun así, no perdí contra ella. Agarré su
pie con una mano y me aferré a la monja.
¡Ahora, ve!
— Lady Lux—. Era como si sus ojos dijeran ―ven, escapemos de este lugar
juntas‖.
Lo siento por la persona con esos fuertes ojos que me hizo pensar en estas
cosas.
La monja soltó un agudo grito. Después de ser maldecida por ella cuando se
levantó, me golpearon en la mejilla y caí en el acto. Mirando su rostro
distorsionado, me mofé.
------------------------
Con un arma apuntando hacia ella, Lux tenía sus muñecas atadas y fue puesta
en un pequeño bote lleno de flores. El ―razonablemente‖ que había dicho Lisbon
no estaba dirigido a quien estaba a punto de morir. La cara de Lux tenía una
clara evidencia de que había sido golpeada. Tenía la boca hinchada de color
púrpura, la esquina del ojo herida. Quizá porque no le habían dado ningún
descanso, su cabeza se tambaleó y su visión estaba fuera de foco.
Como Lux permaneció en silencio incluso con una cara tan agotada, Lisbon rió.
— Lady Lux, eras la semidiosa más dócil y fácil de manejar que había visto
en mi vida. No te hemos perdonado por ayudar a esa de Auto-Memories
Doll a escapar, pero... dejaremos de culparte, ya que estás a punto de
emprender el viaje a los Cielos. ¿Algunas últimas palabras?
Lux miró a Lisbon sin comprender. Ese mundo tenía un escenario tan
impresionante, ¿cómo es que la gente que vivía en él era tan fea? Como si
percibiera los sentimientos de Lux, una sonrisa distorsionada apareció en los
labios de Lisbon.
No podían soportar a los que no eran como ellos, a los que no eran similares a
ellos.
Y la más loca aquí soy yo, por pensar que ser asesinada por esta gente era lo
mejor.
Mientras lo hacía, las otras monjas, que estaban alineadas y las habían estado
mirando a los dos, comenzaron a cantar un réquiem. Aunque estaban intentando
un asesinato colectivo, sus voces mientras cantaban eran hermosas.
Para diluir su miedo a la muerte, Lux murmuró las palabras que había
memorizado una y otra vez en las Escrituras:
El sonido del agua que resonaba debajo del bote era el sonido de la tumba en la
que pronto fluiría.
— ―Ten piedad, ten piedad, ten piedad de mí‖—. Las raíces de sus dientes
temblaron de manera desigual—. ―Apiádate de mí, Dios‖—. La suya era
una voz llorosa. Lux constantemente derramó lágrimas por el miedo a su
viaje imparable hacia la muerte.
Aunque ella había elegido la muerte, el hecho de que era aterrador darle la
bienvenida no cambió. Aunque vivir era más aterrador, la agonía que la
aguardaba era insoportable.
Mamá, ¿me has dado a luz y me has abandonado solo para después actuar
como si no tuvieras nada que ver con esto?
— Lady Roses...
Cuando era pequeña, aunque era pobre, aunque era huérfana, no habría elegido
la muerte por mi propia voluntad. ¿Por qué las cosas salieron así?
— ¿Eh?
La monja que había cometido esas acciones se mantuvo con la cara inexpresiva.
— Eh, ¿eh?
Sosteniéndose de las cuerdas del bote, la monja extendió sus brazos hacia Lux
para empujarla a la fuerza hacia tierra. Empujó a Lux a su espalda de forma
protectora, y el pequeño bote fue llevado por la corriente como si no fuera
asunto de nadie.
— He estado…
Antes de que nadie se diera cuenta, Violet sostenía el arma que había estado en
manos de Lisbon. Sin piedad, disparó a los pies de las monjas. La tierra voló
como si explotara.
Las monjas vinieron en su dirección con la intención para chocar con ellas. Con
el impulso que obtuvo de la carrera, Violet saltó y pateó a varias de ellas como si
derribara piezas de dominó.
Siendo tratada como equipaje, Lux dejó escapar un grito poco convencional.
Violet la empujó hasta el final del camino que había abierto, girando de nuevo
hacia los enemigos. Con un balanceo amplio, arrojó el arma que se había
quedado sin munición a un oponente que sostenía a Lux a punta de pistola,
golpeándola en la cara y haciendo que se desmayara. Luego se lanzó hacia
arriba haciendo un salto mortal y pateando el estómago de alguien que corrió
hacia ella con un cuchillo. Robando dos pistolas de un enemigo caído, y
mientras disparaba con ambas, tomó el control la situación. A pesar de la
Violet declaró inusualmente en voz alta a las monjas caídas que la miraban
fijamente
— Mis brazos son prótesis de Estark Inc. Pueden aplastar fácilmente sus
cuerpos. Aquellas que están listas para ello, por favor continúen—. Su
valiente silueta mientras abría una mano frente a su pecho era la de una
bella luchadora, luego apretó un puño y soltó un grito.
Las monjas fruncieron el ceño como si vieran a la diosa del combate, Garnet
Spear, a quien habían reverenciado no pocas veces.
Había monjas con expresiones de asombro ante sus declaraciones, pero las que
estaban de acuerdo con ella, asentían y agarraron fuertemente sus armas de
nuevo.
Lisbon voló una gran distancia. Su cuerpo cayó al río y las otras monjas
acudieron en su ayuda en apuro extremo, ya que parecía que la corriente la
arrastraría.
Solo un golpe de uno de sus puños fue suficiente para enviar a alguien volando
por el aire como una muñeca. Al presenciar ese hecho, aquellas que habían
recuperado sus armas los soltaron de inmediato.
Al final, nadie intentó ir contra ella después de eso, y entonces, Lux y Violet
caminaron para salir del lugar.
----------------------
En algún lugar lejos del río, cuando el autocontrol de Lux desapareció, rompió en
llanto. El horror que había experimentado solo un momento antes de repente
volvió a surgir en ella.
Bajo la guía de Violet en medio del bosque que se dirigía hacia el puerto de la
isla, se detuvieron para tomar la valiosa maleta de Violet, que había sido
cuidadosamente suspendida en la rama de un árbol. ¿Tenía confianza en que
podían llegar tan lejos? se preguntó Lux mientras lloraba.
“¡Moriré aquí! ¡Eso es lo que quiero hacer! ¡No puedo vivir... en el mundo
exterior en este momento! Moriré así... en este lugar... ¡así que vete!”
Las dos chicas caminaban. El trayecto por delante era desafiante. Estaba
cubierto de barro, húmedo con densa hierba, y todo con lo que podían contar era
sus pies. Sin embargo, continuaron sin voltear atrás.
— Creí que Lady Lux era igual que yo. Que si elegías un nuevo camino,
estarías preocupada de lo que deberías hacer en ese punto, en ese
camino diferente. Tal vez pensabas, ―¿Me quieren en este lugar? Si no, no
vale la pena nada‖. O ―Si no me quieren aquí, debo ser una existencia
innecesaria‖. Eso es... extremadamente—... Probablemente no sabía qué
término usar. Su pronunciación era la de alguien que estaba tomando
prestadas las palabras de otro—: Es extremadamente... ―aterrador‖.
Lux pensó que era increíblemente extraño que esta joven tuviera miedo de algo.
Sin embargo, ella era igual que la propia Lux. Ella tenía un poco de miedo de
vivir.
— Sí, me ordenaron vivir, y... sentí que tenía muchas cosas para reflexionar.
Había realmente mucho que no sabía. Las muchas palabras que esa
persona me enseñó... y me dijo, como ―te a...‖— su voz se apagó. Violet
sujetó el broche de esmeralda en su pecho para aliviar sus martilleantes
latidos del corazón—. Empecé a pensar... que... quería aprender y
entender las palabras que me habían dicho, sobre un sentimiento que me
es ajeno. Entonces, Lady Lux, tu forma de pensar puede cambiar.
Puedes... morir en cualquier instante. Cuando llegue el momento en que
desees hacerlo, nadie podrá impedírtelo. Por eso, me preguntaba si no
estaría bien... que supieras hasta entonces un poco más sobre el mundo
exterior... y entonces me entrometí. Me disculpo. Tomaré la
responsabilidad. Todavía podemos cruzar en esta condición. Lady Lux, si
no tienes un destino, por favor solo ven conmigo. No te lastimaré de
ninguna manera—. Violet extendió su mano hacia Lux, quien dio unos
pasos detrás de ella.
Esta vez, Lux no dudó. El brazo mecánico estaba frío y duro, pero por alguna
razón, le pareció cálido.
Mientras Lux hablaba con una nariz que moqueaba, Violet le preguntó:
— ¿Qué estás diciendo? Lady Lux, ¿no fuiste tú quien me salvó primero? Te
agradezco por tener el coraje y advertirme.
---------------------
Lo que sucedió después es que fui llevada por Violet a su lugar de trabajo, el
Servicio Postal CH, y comencé a vivir allí. Al principio, solo estaba a cargo de las
llamadas telefónicas, pero al cabo de un año, al mismo tiempo que me convertí
en la secretaria personal del presidente, llevaba una vida cotidiana e inquieta.
Las únicas cosas que cambiaron en mí desde que llegué allí fueron que me
corté el pelo y cambié mi anillo por una beretta. Y me acerqué un poco a Violet,
hasta el punto en que pudimos hablarnos sin honoríficos.
Poder reunirme con la muy solicitada Violet era bastante difícil, pero ella
regresaba regularmente a la oficina, y durante esos momentos, la invitaba a
tomar el té. Sentadas en la terraza de un café cercano que da a la calle principal
de la ciudad, informábamos sobre nuestras situaciones recientes mientras
observamos el tráfico. Mis historias eran principalmente sobre nuestro jefe sin
precedentes, pero Violet hablaba de los diversos países en los que había
arrastrado los pies y de las personas que había conocido en ellos. Los
sentimientos de un escritor que vivía rodeado de hermosas montañas hacia su
querida hija. Las cartas al futuro de una madre que vivía en una casa anticuada
en una colina ligeramente elevada. Los tristes últimos momentos de un joven
que fue devuelto a su ciudad natal en el campo. La determinación apasionada
de un joven astrónomo a quien había conocido en una ciudad de cielos
estrellados.
Los que mueren no regresan. Los cuerpos físicos, el tiempo y los principios
nunca se pueden recuperar. Mis sentimientos de abrazar la sed de muerte
permanecían firmemente arraigados en mí, pero habían caído en el fondo de un
profundo, muy profundo sueño. ―No despierten todavía‖, les decía todas las
mañanas.
Hubo días en que pensé que vivir realmente era difícil, pero en esos momentos,
cerraba los ojos y recordaba con fuerza el instante en que se entremezclaban mi
mínimo y máximo. Que iba a perecer en un pequeño bote decorado con flores
CAPÍTULO 11
Pasar el final del verano era de lo más común: mirar los árboles por el alféizar de
la ventana durante la mañana, pasear con un paraguas por el vecindario al
mediodía, leer libros bajo la sombra de los árboles por la tarde y prepararse para
el próximo viaje en la noche. Cuando nadie miraba, desmontaba y reconstruía
armas y arrojaba cuchillos a las hojas que caían de los árboles para mantener
los brazos en forma. Pero esencialmente, ella estaba envuelta en serenidad. Ese
era el resultado de la influencia de su madre adoptiva al tratarla como a una niña.
producía un sonido alegre cada vez que se abrían las puertas para anunciar la
llegada de los clientes. Dentro del edificio, se podía ver un mostrador justo al
entrar, era el mostrador para la recepción de los artículos de entrega.
Había tres pisos; el primero era la recepción postal, el segundo era la oficina y el
chapitel del tercer piso era la residencia del presidente. Actualmente, en el
segundo piso, los empleados de la oficina se desafiaban entre ellos mientras
trabajaban desesperadamente.
En la compañía había una fecha llamada el ―día de cierre‖. Durante ese día,
todas las transacciones, informes relacionados con ellas, facturas,
comprobantes de pago y todo lo demás relacionado con el funcionamiento de la
empresa se resolvían cuidadosamente. Para los empleados, era un día de
dolorosas batallas, ya que el trabajo de cierre se agregaba a su trabajo habitual.
Era una mujer hermosa, con cabello largo y oscuro y llena de un atractivo
maduro. Llevaba un corsé abierto, que mostraba su rico pecho sin ningún tipo de
reserva y estaba conectado a su prenda interior gris carbón. También tenía una
gargantilla de cuentas, un colgante, brazaletes, pulseras de cadena de mano y
anillos hechos de metales preciosos. Sus pantalones de cuero estaban teñidos
de azul y tenían puntos de cruz dorados. Su liguero de hilo de bordado consistía
en diseños geométricos y decoraba solo la piel desnuda desde la mitad de sus
medias hasta sus botas que le llagaban a la rodilla. Ella era una persona cuyo
todo, desde su atuendo hasta su brillante belleza, era veneno para los ojos. Sin
embargo…
... sus acciones eran las de una niña. Ella estaba pateando con sus pies.
La que había llegado entre Cattleya y Hodgins era una niña con una cara
inocente. Tenía el pelo gris lavanda recortado hábilmente sobre sus hombros.
Aunque usaba anteojos, al mirar de cerca, uno podía ver que el color de sus ojos
era diferente en cada uno. Era un estereotipo conservador, pero el pañuelo
alrededor del cuello y la berretta dorada unida a un lado de su cabeza eran
rasgos sutiles de una dama profesional.
Lux Sibyl, la chica que solía ser adorada como semidiós por un grupo religioso
en una isla aislada, ahora trabajaba en el Servicio Postal CH.
Lux respondió con una expresión desesperada al guiño asesino de mujeres que
le disparó.
todas las cosas. De todos modos, era tan obvio que pronto romperían...
Esa vez... si solo yo...
— Que cruel. Solo lastimas aún más mi corazón destrozado, Pequeña Lux.
— Si tan solo le hubiera hecho hacer su trabajo incluso si tuviera que atarlo,
esto no hubiera…
— ¿Qué hay con eso? Poniéndose tan engreída solo porque eres la
secretaria. La secretaria del presidente... qué injusto. Yo también quiero
ser una secretaria.
— Cattleya, eres una Auto-Memories Doll, ¿verdad? ¿No es eso mejor?
―Engreída‖, dices... Solo estaba diciendo que, aunque es posible que estés
en tu día libre, estamos en medio del trabajo.
— Presidente, deje los refrigerios para cuando haya terminado con los
documentos.
La mano de Hodgins, que había intentado sacar algo del cajón de su escritorio,
se retrajo.
— ¿Qué hay con eso? ¿Qué hay con eso? ¡¿Qué hay con eso?! Los días
libres no están definidos para las Auto-Memories Dolls, así que no se
puede evitar, ¿verdad?
Cattleya estaba dispuesta a continuar la pelea, pero antes de darse cuenta, Lux
estaba contestando el teléfono. La mirada en los ojos de esta última dijo ―lo
siento‖.
— Lo entiendo.
Era obvio a primera vista que todos en la compañía estaban ocupados. Ella
también era consciente de que los estaba molestando.
Sin embargo, sin darse por vencida, la Auto-Memories Doll Cattleya mostró un
panfleto impreso a Hodgins, que se había convertido en la máquina de sellado
antes mencionada.
— Pero es solo una vez al año... que podemos participar en las ―Cartas
Voladoras‖. Yo... ya escribí una carta, y no invité a nadie más porque el
presidente dijo que me iba a llevar. No quiero ir sola. Asistir a un festival
sola... ¿no es como un castigo?
el festival había sido cancelado por algún tiempo debido a intensidad de las
guerras.
Acercó el panfleto como para hacer que Hodgins lo besara y lo hizo estornudar.
— Mira, yo también quiero ir, Cattleya. Pero había olvidado que hoy era el día
de cierre.
Cattleya arqueó las cejas. Sus orbes de amatista se desviaron con tristeza. Su
actitud era similar a la de un cachorro llorando abatido.
Hodgins sonrió. Fue porque había encontrado a alguien que parecía estar en
una condición conveniente.
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Debido a que Hodgins les había hablado por adelantado, el jardinero la había
acompañado desde la puerta hasta la mansión, y una vez que llegó al porche,
un mayordomo la recibió.
— ¿Cattleya?
No fue solo porque la gran y gruesa alfombra roja tendía a ocultar los pasos.
Violet se había mostrado sin hacer ruido, vestida de forma diferente a su
atuendo habitual de Auto-Memories Doll. Tenía el pelo suelto a un lado y un
adorno de flores colgaba junto a su cara. La palabra ―encantadora‖ era perfecta
para describir su pulcro vestido de color blanco con motivos de flores azules. Las
pequeñas flores no estaban simplemente dispersas, sino que habían sido
diseñadas para caer desde la parte superior de los hombros y la mitad de su
pecho. Como el clima de Leidenschaftlich todavía era cálido, aunque el verano
Gladheim Tranlations Página 138
Violet Evergarden Volumen 2
estaba llegando a su fin, parecía que uno estaría bien con solo un vestido,
aunque también llevaba un cárdigan azul oscuro. Probablemente era para
ocultar sus brazos artificiales. El mismo viejo broche estaba en su pecho.
— Heh, entonces normalmente te vistes así. ¿Es como una... joven señora?
Muy lindo. Que agradable.
Violet respondió:
“Escucha, si vas a persuadir a Pequeña Violet... tienes que decir que... es una
misión dada a ella por mí”.
Cattleya sabía que ella era una ex soldado. Ella había pertenecido al ejército de
Leidenschaftlich junto con Hodgins, el hombre que Cattleya amaba
profundamente. Entre los miembros que Hodgins, que ya era extraño de por sí,
había reunido para trabajar en Servicio Postal CH, no era tan raro alguien con un
pasado ex militar en su historia personal.
Sin embargo, incluso sin tener en cuenta su historia, Violet era sombría.
Ella nunca mostraba una sonrisa. Su discurso era educado, sin embargo, nunca
ni una vez aduló a nadie. Con eso, puso distancia entre ella y los demás, pero
no mostraba ningún signo de despreciar la soledad, y era casi como una
desalmada y hermosa entidad hecha de hielo. Así es como Cattleya la veía.
Por eso estaba ansiosa de que esas palabras mágicas tuvieran efecto. ¿Violet
escucharía la orden de alguien que no sea Hodgins? Incluso si ella escuchara,
¿pasarían un momento divertido?
— ¿Una... misión?
— Sí, una misión.
— ¿Es... realmente una misión?
Cattleya desvió la mirada del reflejo de su propia silueta nerviosa en las límpidas
esferas azules de Violet.
Eran preguntas bastante groseras, sin embargo, Violet las respondió seriamente
sin mostrar signos de preocuparse.
— Cattleya, ¿no se necesita nada más que el papel para escribir? ¿Tengo
permiso del presidente Hodgins para portar armas?
Violet no entendía los límites de las cosas, y a veces dejaba a Cattleya perpleja,
pero afortunadamente, las dos podían salir juntas.
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— Por favor, miren al frente. Seis cazas, los Sea Snakes, están haciendo una
incursión. Están cambiando de una sola fila a una formación de batalla en
forma de diamante. Presten atención a este vuelo bien coordinado.
Todos los asistentes miraron hacia el cielo y vitorearon. Una orquesta tocó
música junto con los acalorados comentarios, mejorando aún más la atmósfera
en el lugar.
Cattleya abrió el panfleto que había adquirido por adelantado y confirmó la hora
del espectáculo de las aeronaves actualmente en demostración. Las cosas
parecían progresar de acuerdo con el cronograma prescrito. Las Cartas
Voladoras debían ir después.
Ella agarró por el brazo a Violet, cuyos ojos habían sido robados por las
maniobras aéreas de los aviones de combate.
Sin mirar a Cattleya, Violet estaba moviendo su cuello para seguir a las unidades
en vuelo. Cattleya movió un dedo cerca de ella. Cuando Violet volvió la cabeza,
su mejilla fue apuñalada espontáneamente por el dedo. Se sentía blando.
— Violet, mírame.
Aunque el brazo que Cattleya había agarrado era duro, la mejilla era suave.
Sin embargo, Cattleya se sintió algo aliviada. Fue porque ella había llegado a
saber que esa chica también tenía partes suaves.
Ella se alegró de obtener una reacción de Violet, a pesar de que era reticente.
— ¿―Diversión‖?
— ¿No es verdad... que a veces parece que te diviertes con Lux? Como,
beber té y todo eso.
— Aah, sí. Tomamos el té juntas.
— Eso es. Vas a hacer eso conmigo. Vamos a comer, charlar y participar en
el festival. Parece que todos los miembros de la compañía terminarán el
trabajo dentro de poco, así que nos uniremos con ellos más tarde.
— Esto es... una misión, ¿no es así?
— Es una misión. Una gran misión. Una súper gran misión—. Cattleya hizo
que Violet, que hacía hincapié y buscaba confirmación, caminara en
dirección a los puestos.
— Me gustaría detalles de contenido tangible sobre exactamente qué tipo de
misión es ―divertirse‖.
— Estás hablando un poco difícil, no estás acostumbrada a divertirte,
¿verdad? Está bien, esta hermana mayor te lo enseñará.
Violet miró sus manos unidas como si fuera algo extraño. Aun así, ella no
sacudió ni desenredó su mano de la de ella, simplemente siguiendo detrás de
Cattleya como un pájaro bebé.
-------------------------
no podía entender, ella fue capaz de pensar en maneras de divertirse con esta
última debido a su característica forma amigable y su vivacidad.
Violet estaba escribiendo para las Cartas Voladoras. Los mensajes recolectados
serían entregados a los pilotos y dispersados por aviones desde arriba. Los
aviones ligeros tipo hélice que servirían como repartidores de cartas ya habían
comenzado a recogerlos. Las personas a cargo se convirtieron en el centro de
atención, las mujeres y los niños pululaban por todos lados a la vez. Eso era
posiblemente porque su fuselaje de un fuerte color amarillo brillaba
notablemente contra el cielo azul.
Sin nada que hacer al ya haber terminado de escribir su carta, Cattleya decidió
inmiscuirse en la de Violet. La otra gradualmente se estaba volviendo mejor
escribiendo correos.
— Oye, nadie sabrá quién lo escribió, así que puedes decir lo que quieras.
— Esto no está bien. Lo volveré a hacer—. Violet metió la carta que acababa
de escribir en un sobre. Sacó un nuevo papel para escribir, pero parecía
incapaz de escribir una sola letra.
— ¿Qué escribiste, Cattleya?
— ¿Qué~? ¿No escribes cartas fuera del trabajo o algo por el estilo? ¿Es
realmente tan preocupante?
— Hace mucho que dejé de escribir cartas personales. Solo escribo en el
trabajo.
Aunque solo sucedió por un instante, Cattleya se sintió atraída por el ligero
cambio en la expresión de Violet. Ella ya era alguien con una disposición para
acercarse a los demás, pero disminuía aún más la distancia entre ella y Violet.
Violet se alejó. Cattleya se acercó. Violet se alejó de nuevo. Al final, los dos
terminaron perfectamente pegadas la una a la otra en la esquina del banco.
— Entonces, ¿no hay otra opción que no sea gustar? No es... del tipo normal,
¿verdad? Eso no es lo que dice tu cara. No me subestimes. Gano dinero
por incluir consultas amorosas en mi trabajo de amanuense.
Violet abrió y cerró la boca, con los ojos en varias direcciones, lo que mostraba
que estaba perdida.
Estaba alienada por los efectos de sus acciones sobre Violet. Ella creía que lo
que había dentro de la caja que estaba intentando abrir era una piedra preciosa.
— ¿Cómo lo llamas?
— ―Mayor‖.
Ella había descrito cómo era antes como individuo, pero nunca había cavado
demasiado profundo. Aunque era alguien que tanto ella como Claudia Hodgins
tenían en común, los dos evitaron tocar el tema.
Violet desvió la mirada del papel en el que todavía no había escrito nada a la
multitud. Los soldados que vestían el uniforme negro purpúreo que ella también
usaba eran parte de ella. Aunque la guerra había terminado, los cielos se habían
despejado y ya no vivía en los días en que no sabía cómo escribir una sola
Gladheim Tranlations Página 150
Violet Evergarden Volumen 2
Por siempre y para siempre, la persona a la que persiguió era solo una.
— Estoy esperando.
... sobre la respuesta a las palabras de ese día, la cual ella no dio, resistiéndose
a esa respuesta mientras afirmaba que no la entendía.
“Te amo”.
“¿Estas escuchando?”
“Me gustas.”
““Amar” es... pensar que quieres proteger a alguien más que a nada en el
mundo”.
Ese fue el momento en que Violet mostró la expresión más humana que Cattleya
hubiera presenciado. Una pequeña transformación había ocurrido dentro de esa
chica torpe. Fue un movimiento silencioso, que las personas con abundantes
emociones no considerarían una manifestación de sentimientos.
Él tomó la mayoría de las partes felices de su corazón con él. ¿Es por eso que
ella no tiene muchas emociones? especuló Cattleya.
— ¿―Amor platónico‖?
La muñeca cuyo corazón le habían quitado, su colega que era más joven que
ella, no sabía qué era el enamoramiento.
— No, ya es amor.
— ¿―Amor‖?
Las parejas armoniosas que servían como ejemplos de ello estaban en todas
partes. El mundo se desbordó en romance de manera natural.
Sin embargo, Violet lo negó. Ella negó con la cabeza, frunciendo el ceño y
mordiéndose el labio.
— Incluso yo... no puedo decir con certeza lo que es algo así. El amor es
incierto, y no entiendo el romántico muy bien. Pero puedo decir cuando
sucede. La gente enamorada también lo podrían decir si te vieran. Incluso
si es hacia una persona que no puedes ver.
Una vez que las palabras ―una persona que no puedes ver‖ salieron de la boca
de Cattleya, los ojos azules de Violet temblaron con dolor. Si provienen de otra
persona pesaba mucho más que decírselo a sí misma. La expresión que a veces
tenía era una que causaría cualquiera le dijese: ―¿Ves?, estás haciendo una
cara como esa, entonces ¿por qué?‖
— El Mayor ha...
La aguja del reloj entre Cattleya y Violet se detuvo por una vez. Eso no sucedió
en realidad, pero las dos no hicieron un solo movimiento, como si el tiempo
realmente se hubiera detenido. Por un segundo sus parpadeos y su respiración
fueron cortados por el eje del tiempo del mundo.
Una vez que el tiempo finalmente comenzó a fluir de nuevo, Cattleya solo pudo
dar una respuesta tambaleante,
Su corazón fue robado... no por alguien que simplemente no está cerca, ¿sino
que está muerto?
Desde que Cattleya la había visto por primera vez, ese objeto había estado
brillando en su pecho. Ella había visto a Violet tocándolo con sus dedos
artificiales innumerables veces. Siempre se había preguntado si era algún tipo
de amuleto de protección.
Había mucho más de lo que había querido decir, pero su actitud era
involuntariamente precavida. Algo zumbaba dentro de ella.
— Yo…
¿Por cuánto tiempo había pensado continuamente sobre eso? Tal vez ella había
estado en este estado desde que fue informada de su muerte. Incluso mientras
— Tú... tú...
Cattleya se puso rígida con la boca abierta. Quizás porque una unidad muy
popular había pasado por el cielo, los vítores se elevaron a su alrededor.
Era como si Violet estuviera allí, pero a la vez no. Esa era la extraña sensación
que provocaban esos fuertes orbes azules.
¿Qué pasa... con esta chica? ¿Cómo puede hacer que la gente se sienta triste,
como si los cortara?
— Entiendo que esta conducta mía hace que la gente se sienta incómoda.
Incluso si fuera criticada como fútil y fuera estigmatizada como irracional durante
muchos años, lo más probable es que continúe creyéndolo. Incluso con alguien
diciéndole ―no sirve de nada; déjalo‖, ella simplemente se taparía los oídos.
Cattleya se dio una palmada en la frente con una mano y gruñó como un perro.
Pensar demasiado la había acalorado tremendamente, y su cabeza comenzó a
doler. En ese momento, ella estaba aún más febril que cuando pensaba frases
durante sus actividades de amanuense.
Esto es como amenazar con empujar a un niño que llora junto a un acantilado.
No puedo culparla.
— Incluso ahora, estoy viva. No puedo olvidarme del Mayor. Por eso... esto
no es amor.
Cattleya no sabía que Violet solía vivir sola en una isla desierta. Ella concluyó
que Violet estaba viviendo, incluso sin tener nada que ver con el período anterior
al encuentro con el Mayor.
— Violet, oye.
— Ese... no es mi caso. Soy una herramienta, así que para empezar, cosas
de ese tipo que son...
— Escúchame. Una ―herramienta‖... ¿qué estás diciendo? ¿Es... porque eres
una ex soldado? ¿Quieres decir que los guerreros son herramientas? ¿No
estás... siendo grosera con las personas que protegieron este país?
— Eso no es todo. Desde mucho antes, yo... era una herramienta, así que si
no... permanezco como una...
Quizás debido a que Violet no pudo expresarse muy bien, Cattleya se agarró
fuertemente de sus dedos autómatas.
La cabeza de Cattleya, aún inclinada, continuó inclinándose hacia los lados cada
vez más, hasta que pareció como si se cayera del banco.
— Pero te gusta y siempre lo has estado esperando. Tú crees que está vivo.
— Creo que él está vivo.
— Creo que es amor. También estás enamorada. Pero dices que no es eso...
porque de lo contrario podrías dejar de ser útil para el difunto Mayor.
— Sí.
— Te estás forzando a no conocer el amor... y quieres ser una herramienta...
porque es una forma de estar con él. No entiendo lo que estás... diciendo.
Tú, Violet... Quiero decir, ya no hay razón para que pelees, ¿verdad? El
Mayor falleció y ya no eres una soldado.
— Sí—. Tal vez debido a que esa realidad sea desfavorable para Violet, su
respuesta fue baja.
— Dejaste el ejército, y ahora estás trabajando aquí, ¿verdad? ¿Entiendes
que tu motivo para negarlo diciendo que no necesitas amor y que no es
amor ya no existe?
— Yo... estoy... consciente.
Violet se calló después de eso. Ella estaba reflexionando sobre qué decir.
Alejando sus orbes de los de ella y los dedos entrelazados de Cattleya, levantó
la cara después de mirar hacia abajo durante un rato. Cuando por fin estaba a
punto de abrir la boca, Violet de repente abrió mucho los ojos.
Lo que se reflejaba en sus grandes iris azules como joyas era un hombre alto. El
hombre apareció y desapareció continuamente entre la multitud. Su mano
naturalmente se estiró hacia él.
— ...yor—. Violet dijo algo en un tono terriblemente bajo, con los labios
temblando.
— No.
— En caso—... Violet dio uno, dos pasos alejándose del banco, actuando
como si su corazón no estuviera allí, atraída en la dirección de la
multitud—. ¿Violet?
Como su nombre fue dicho, Violet se volvió hacia Cattleya una vez.
¿A quién tenía que perseguir, incluso si eso significaba dejar a Cattleya atrás?
Cattleya se levantó a toda prisa también. Sin embargo, sus pertenencias y cartas
terminaron cayendo y rodando a sus pies.
Sin embargo, ya era demasiado tarde. Ella ya se había ido. Como era calmada y
delicada, sus pies no parecían tan rápidos, pero su agilidad era de hecho la de
una soldado.
Y…
Cattleya no lo había notado cuando Violet estaba escribiendo, pero una vez que
lo tomó en sus manos, pensó que era un objeto bastante encantador. Como
Auto-Memories Doll frecuentemente usaba papel y sobres para escribir en
nombre de las personas, a menudo los producían en masa las compañías a las
que pertenecían. Aun así, por supuesto, prepararían los más apropiados para
que sus clientes los tengan a mano, pero obviamente lo que Violet había traído
de casa era diferente en calidad. Un borde de rosas plateadas dibujado sobre un
papel blanco que se sentía bien al tacto. Lo más probable es que lo haya
comprado con sus propios ahorros.
Las personas que tenían la costumbre de escribir cartas podrían decir que esos
eran artículos atesorados. Fueron seleccionados de manera que la maravilla del
papel y el sobre ya sería suficiente para transmitir el respeto del remitente hacia
el destinatario. No podían ser garantizados como decentes simplemente por ser
costosos. Pero los que habían sido elegidos emanaban protagonismo solo con
mirar. Cattleya miró en la dirección en la que Violet había desaparecido. La
figura de una chica corriendo con su cabello dorado balanceándose ya no
estaba allí.
Luego, una vez que Violet regresara como ella había dicho, Cattleya se burlaría
de ella. Como esta última había dicho que no podía escribirla correctamente, el
contenido sería inconfundiblemente aburrido. Teniendo esto en cuenta, Cattleya
había hojeado el papel.
—Chica tonta.
El interior no era lo que Cattleya había esperado. Ella pronto terminó de leer, ya
que era solo una hoja. Lentamente trazó la letra de Violet con las yemas de sus
dedos.
... con palabras que... parecen desgarrar los corazones de las personas?
¿Está bien? ¿Ha cambiado algo? ¿Dónde está ahora mismo? ¿No tiene ningún
problema?
Estoy siguiendo mi orden Estoy viva. Vivo, vivo y vivo. ¿Qué hay después de
que la vida ha terminado? Aunque no lo sé, simplemente sigo viviendo. Aun así-
El hombre, que había dado media vuelta, poseía las esferas verdes esmeraldas
tan típicas de los Bougainvillea.
CAPÍTULO 12
En ciudades, pueblos e incluso bosques, los tocados por los vientos se reían por
su grandeza. Los ruidos del vendaval furioso eran una melodía de sonidos. Con
la gracia del Sol, cielos azules limpios bendijeron a la gente de abajo.
En ese medio, las siluetas de los miembros del Servicio Postal CH, dirigidos por
Claudia Hodgins, también estaban presentes. Desde empleados que habían
estado trabajando en la oficina hasta carteros que habían terminado con sus
entregas, todos caminaban con caras envueltas en un sentimiento de liberación.
Mientras todos los demás parecían estar divirtiéndose, solo Lux tenía una
expresión amarga. El presidente, que ahora tenía más de treinta años, intentó
desesperadamente hablar con ella para hacerla sonreír.
Pensando que ella misma era una niña, Lux escupió los sentimientos
incomprensibles de su corazón,
Hodgins había estado observando a Lux, quien estaba haciendo varias caras
cómicas, con preocupación al principio, pero gradualmente se convirtió en
diversión y terminó riendo. La actitud infantil de esta chica era adorable, ella que
todavía estaba alienada a las sutilezas de las relaciones humanas a pesar de
haber sido capaz de hacer un montón de trabajo, y por lo tanto seguía siendo
demasiado inocente.
— Te falta energía. Una vez más. ¿Las declaraciones del presidente son...?
— ¡A-Absolutas!
A diferencia de Violet y Lux, estas dos eran un par con una tasa de éxito
cuestionable para promover el crecimiento de una amistad. Sin embargo, como
Hodgins tenía a Gilbert y a sí mismo como un ejemplo de triunfo, quería apostar
a que las dos sorprendentemente podrían hacerse amigas. Estaba
desconectado de Gilbert por el momento, pero trató de no pensar en eso.
Se dio cuenta de que ser alto era útil en ese tipo de situación. No le llevó
demasiado tiempo encontrar a Cattleya. No había manera de que una mujer tan
sorprendentemente bella, que incluso podría considerarse fastuosa, no se
destacara.
Mientras intentaba llamarla con un ―heey‖, otro hombre fue a hablar con Cattleya
primero. Él la tomó del brazo para forzarla a ponerse de pie mientras ella lo
ignoraba intencionalmente. Probablemente la estaba invitando a caminar por el
festival con él.
— Esto es malo…
Cuando oyó el grito de una voz aguda, empujó a la gente sin detenerse. Sin
embargo, Hodgins estuvo un paso tarde para el rescate. Cattleya se había
levantado firmemente y había torcido el brazo por el que la habían agarrado,
liberándose rápidamente, luego agarró al hombre de su ropa por la zona del
pecho y le clavó una rodilla en la entrepierna. Sin duda fue un dolor inimaginable.
El hombre yacía en el suelo sin moverse.
La joven llamada Cattleya Baudelaire era de una belleza brillante que parecía
tener a muchos hombres en la palma de su mano con solo una mirada, pero por
dentro, era como un perrito. Ella era inocente e ingenua, así como vehemente,
ya que no había malas intenciones en lo que sea que ella hiciera. Quizás porque
tenía confianza en su fuerza física, tenía la costumbre de resolver cualquier cosa
por la fuerza.
— Tengo que quedarme aquí. Violet salió corriendo a alguna parte. Pero ella
dijo que volvería a este lugar. Si me voy, terminaremos no encontrándonos.
— ―Salió corriendo a alguna parte‖... ¿lo que significa que no sabes dónde?
— Sí. Creo que probablemente... fue a perseguir a esa persona a la que
llama ―Mayor‖.
Hodgins perdió la voz ante las palabras de Cattleya. Con cara de asombro, él la
agarró por los hombros con manos inquietas y temblorosas.
— ¿¡Un hombre de pelo negro con uniforme militar!?— Era raro de su parte
hablar tan alto.
— Yo-yo, no sé. No lo vi. Pero Violet dijo que él era su usuario en el pasado.
— ¿¡En qué dirección se fue!?
Inmovilizada por una actitud tan amenazante, Cattleya señaló hacia la multitud,
su dedo oscilando débilmente.
Agregó el hecho de que había logrado hablar un poco con Violet a la puntuación.
El hecho de que ella había dejado Cattleya obtuvo puntos menos. Pronto se
uniría a la gente de la agencia y ya no estaría sola. Puntos más. Sin embargo,
Hodgins poniendo a Violet antes que ella obtuvo puntos menos. Después de
evaluar exhaustivamente los altibajos de sus sentimientos, pudo decir que su
situación actual era tener un mal día.
La razón por la que no le gustaba estar sola era porque la hacía sentir como si
no tuviera encanto.
— Benedict…
... sus lágrimas volvieron a la frase irónica cuando la llamaron por detrás.
— Ha pasado un tiempo.
Cabello negro, Orbes verdes. El hombre miró a Violet con esas verdes órbitas
como si estuviera molesto. Aunque pareció que ella lo perdería en el mar de
gente muchas veces, desde el momento en que finalmente pudo agarrarlo del
brazo y detenerlo, se había mostrado hosco.
— No me toques.
Era muy parecido al hombre que Violet había recordado, pero un poco diferente.
Él la miró con disgusto ya que ella no se movió ni una pulgada incluso después
de haber sido empujada, su torso aceptó el impacto.
Violet parpadeó lentamente una vez ante esas palabras que la atravesaron.
Dietfriet era diferente a Edward Jones, con quien se había encontrado
previamente, pero aun así muy similar en el hecho de que intentaba exponer su
pasado.
Dietfriet llevaba el uniforme de cuello alto de la marina. Tal vez estaba aquí por
cuestiones relacionadas con el deber.
Los dos estaban tensos. Al igual que un herbívoro que se encuentra con un
carnívoro en medio de una pradera, ambos estaban perdidos en cuanto a quién
se movería primero.
— Suicídate.
La respiración de Violet se detuvo. Por uno, dos, tres segundos. Aunque el aire
pronto llenó su cuerpo otra vez, su cara permaneció pálida. Incluso el sonido de
los latidos de su corazón se sentía como si se detuviera ante las palabras que
recibió del hombre que recordaba, en su aspecto, vestigios de la persona que
respetaba y amaba.
El campo de visión de los ojos azules de Violet se volvió inestable. La yema del
dedo que se había retirado no extrajo sangre, pero esas palabras la impactaron
dolorosamente de la misma manera que la violencia física.
— Entonces ven conmigo de una manera que no se vea rara para los demás.
Vamos a otro lugar.
Una vez que la cantidad de personas había disminuido, Dietfriet soltó su brazo
como si lo arrojara.
— Sí.
— Cada vez que no sentía tu intención asesina, recibías un cierto grado de
tratamiento violento de mi parte. Cuando estoy contigo, también me
convierto en un monstruo... tú me haces así.
— Yo… ¿lo hago así?
— Correcto. Es tu culpa. Es así incluso ahora. Estar y hablar contigo me
enfurece. Mi corazón no puede descansar. Tú me haces eso. Mataste a
mis compañeros. Lo que sucedió en ese entonces aparece en mis sueños
una y otra vez. Pero aunque estoy asqueado por ti, no te desprecio. No, es
posible que simplemente te odie tanto que no puedo manejarlo, pero no se
siente como una ofensa. Está más cerca de darse por vencido. Creo que
no tengo más remedio que conformarme con el hecho de que un recurso
defectuoso como tú existe en este mundo... ¿tienes alguna idea de por
qué?— Dietfriet golpeó el árbol una vez más con su otro puño.
Violet no miró hacia otro lado. Ella miró seriamente a Dietfriet con esos ojos
azules. Tal vez porque eran demasiado azules y claros, terminaron provocando
una sensación de exposición a Dietfriet.
— Uno de mis camaradas al que mataste intentó violarte. Es por eso que lo
asesinaste. ¡Todo, todo, todo, todo va en círculos! ¡Es porque todo va en
círculos! Es por eso que no me molesta nada de eso— dijo Dietfriet.
— ¿Las cosas... que hice... y que me hizo?
— Cierto. ¿Nadie te lo ha dicho?
Había una razón por la que ella había elegido vivir como persona. Excepto, esa
era la única luz brillante en la vida de la monstruosa chica.
— Se convirtió en un completo desastre gracias a ti, pero ¿qué pasa con él?
— ¿Qué debería hacer?
— ¿Haah?
Las cosas que la gente le hizo a los demás regresaron a ellos a través del
tiempo.
El dolor y la gentileza volvieron a él. Era una mirada que parecía disparar en su
dirección. Una que estaba colgada sobre él, pero eso no lo decía. Esos eran los
mismos ojos que le había mostrado a Dietfriet cuando se separaba de él. Había
sido atravesado por esa mirada y la trajo consigo desde esa remota isla,
dejándola con su hermano menor, que era el único miembro de su familia con
quien tenía contacto.
¿Por qué la había entregado a Gilbert? Era como había dicho Violet.
Ella era una herramienta útil, pero Dietfriet la había considerado demasiado para
él. No creía que tuviera una prueba concreta de que su hermano menor podría
usarla adecuadamente cuando se la había confiado a él. El hecho de que él
podría haberla mantenido viva y venderla debe haberle pasado por la cabeza.
Daba la impresión de que Dietfriet presionó a Gilbert.
Quizás…
— Es mucho más difícil mantenerse con vida. Aun así, trágate todo y vive.
Simplemente sucede que aquellos que no pueden hacer esto terminan
muriendo. Si no vas a morir por tus propias manos, nunca culpes a otros
de tus pecados y sigue viviendo. Vive, vive, vive, vive, vive, vive, vive, vive,
vive, vive, vive, vive, vive, vive, vive, vive, vive, vive—... Dietfriet de repente
soltó cuello de Violet— y luego muere.
Violet le dio a Dietfriet una mirada diferente a la que le daría a Gilbert, pero sin
duda era de alguien que estaba mirando a su Señor.
Ante sus palabras, Violet respiró bruscamente. Ella podía ver algo brillante en el
cielo.
Dentro del campo de visión de Violet, algo cayó de los cielos azules sobre la
cabeza de Dietfriet, como la nieve, como flores.
Las Cartas Voladoras estaban lloviendo. Una ráfaga de viento barrió entre los
dos, soplando ferozmente con un estruendo. Las cartas fluyeron como una
ventisca.
Aviones amarillos volaban como si cortaran el cielo abierto. Esparcían las cartas
que llevaban los sentimientos de muchos, para entregarlos a la gente de abajo.
Era como si quisieran decir: ―Elige una de éstas. La carta que elijas después de
su caída alegrará tu destino‖.
La figura de Dietfriet se fue alejando cada vez más. Ella intentó susurrar su
nombre, pero ya no pudo alcanzarlo. Lo último que vio de él fue cuando de
repente giró sobre sus talones. Él no dedicó ni una sola mirada en su dirección.
— Presidente... Hodgins.
— ¡Mantén la cabeza abajo!
— Todo está bien, presidente Hodgins.
— ¡No lo está! ¿Por qué... estás con una persona tan peligrosa?
Violet comprobó una vez más el resplandor del objeto brillante que había
confirmado antes. Ya nada se podía ver allí.
— Realmente está bien. Ya había notado que estaba bajo el objetivo del rifle
del francotirador de su subordinado desde esa colina.
— ¿―Francotirador‖?
— Sus guardaespaldas no estaban con él, pero una vez que estuve cerca de
él, pude sentir el peligro. Esa persona... siempre ha caminado con
guardaespaldas... así que lo supe cuando no los vi. Pero esto fue solo para
observar. Él no tenía ninguna intención de dar alguna señal. Presidente
Hodgins, ¿el trabajo va bien?
— Pensaba que Cattleya lloraría, así que terminé lo más pronto posible... y
entonces, me enteré de que habías perseguido a un hombre con uniforme
militar. Me dieron escalofríos. Nunca vayas a ver al hermano mayor de
Gilbert, Pequeña Violet. Aunque esa persona está relacionada con Gilbert
por sangre, son completamente diferentes. Incluso si él es tu antiguo
Señor, no puedes. Él es alguien de temer. Él... te odia. Fui descuidado. A
partir de ahora, incluso si es un festival, no participaremos en esto. Pensé
que ibas a ser arrastrada de regreso al ejército. Te pediré que vuelvas a
casa por hoy. ¿Bien?
— Sí.
— ¿Dijo algo? ¿Estás bien?
Violet no respondió de inmediato. Ella extendió una mano hacia el cielo. Todavía
llevada por Hodgins, tomó una carta en sus manos.
“Vive”.
— ¿Qué es?
— Ánimo.
“Y luego muere”.
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Dietfriet caminó entre las cartas dispersas. Se distanció del centro del área de
maniobras, en la que la gente se volvía loca por las Cartas Voladoras, entrando
en la torre de control a la que nadie tenía acceso, excepto el personal. Él asintió
con la cabeza a los que vestían el mismo uniforme naval que él, así como a los
que llevaban el uniforme del ejército.
Su apariencia era diferente a la que Dietfriet conocía. Uno de sus ojos estaba
cubierto por un parche, y una laceración estaba medio oculta por él. Su cabello
era del color del crepúsculo. Sus iris verde esmeralda eran como verdaderas
gemas. Su perfil, bordeado de melancolía, plagado de frialdad. Su cuerpo alto
estaba vestido con el uniforme del ejército negro purpúreo de Leidenschaftlich, el
país de la costa tan famoso por ser una nación militar. No era el que cualquier
soldado podría usar. Una insignia dorada unida a su capa indicaba la escala de
su estatus.
Al ver cuánto había cambiado su hermano menor, con quien se encontraba por
primera vez en mucho tiempo, Dietfriet observó el cielo como si fuera demasiado
deslumbrante.
Los hermanos se contaban secretos. En voz baja, para que nadie más lo oyera.
— Lo sé.
— Realmente... entiendes, ¿eh? Incluso así, te amo... con todas mis fuerzas.
Te amo, Gilbert... Me pregunto por qué... es que... no puedo transmitir esto
a las personas a las que realmente amo.
— Lo sé, hermano.
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A medida que el velo de la noche descendía, las personas que habían ido a la
Exposición Aeronáutica confiaban en la luz de la luna y en las lámparas de sus
habitaciones para leer las palabras de aliento que les enviaba alguien
desconocido. ¿Sus propias cartas inspiraban a alguien? Con sus pensamientos
enloquecidos, reflexionaron a fondo ese día. Pudo haber sido bueno para
algunos. Puede que no sea así para otros. Sea lo que sea, la amabilidad que se
les dio redujo incondicionalmente la soledad de una larga noche y la ansiedad
hacia la mañana siguiente, otorgándoles un poco de esperanza.
Sola, de pie junto al alféizar de la ventana, Violet intentó abrir el único sobre que
había traído consigo de las Cartas Voladoras después de haber sido llevada de
vuelta a la mansión Evergarden.
— Sí.
Todo lo que contenía era la palabra ―Anímate‖, con una letra que parecía ser de
un niño.
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La mañana era simplemente una pequeña parte de todo un día. Sin embargo,
también era un momento importante en el que la conducta de las personas se
demarcaba. El color del cielo que veían, el aroma del aire, si habían comido,
cuánto habían dormido el día anterior, cada pequeño elemento era definitivo
para sus elecciones y de hecho dictaba sus destinos. Sin saber mucho, las
personas luego se arrepentían de las decisiones que habían tomado
casualmente. Después de todo, el amanecer llagaba por igual para todos, pero
eso se aplicaba únicamente a los vivos.
Una vez que algo comenzaba, lo único que quedaba por hacer era avanzar
hacia el final.
CAPÍTULO 13
VIOLET EVERGARDEN
Los medios públicos de transporte eran bastante útiles para viajar por un amplio
continente, así, los trenes en todo el continente contribuían en gran medida en
términos de logística no solo a las personas sino también a la sociedad. Podría
decirse que los resultados actuales se han logrado debido a que la Guerra
Continental Norte-Sur terminó de manera superficial.
La información de que una ceremonia se llevaría a cabo para la partida del tren
intercontinental se extendió rápidamente en la ciudad de Leiden, y la gente
corrió en busca de entradas para el primer viaje. Al día siguiente, el periódico de
la mañana anterior a la ceremonia de despedida, que estaba completamente
acaparado por esta última, fue hecho para ser entregado no solo a lo largo de
Leidenschaftlich sino también a los países vecinos.
Aunque era un artículo trivial para los que no estaban interesados en el tema, la
aparición de una mujer entre las fotografías publicadas de las personas que
buscaban las entradas instigó, para bien o para mal, un sentimiento subrepticio
en aquellos que la conocían. Lux Sibyl, que estaba en el Servicio Postal CH a
primera hora de la mañana, sonrió orgullosamente al ver la figura de su bella
amiga. Un novelista que silenciosamente recitaba palabras en medio de las
montañas estaba de buen humor como si hubiera encontrado un tesoro en
medio de las fotos del artículo, y lo colocó como decoración en su pared. Un
joven astrónomo en medio de un viaje compró dos copias más del mismo
periódico después de un momento de asombro, y Cattleya, que estaba en su
deber de amanuense en un lugar lejos de la oficina, le preguntó a su cliente
masculino, con el periódico en mano, quién era la más linda entre ella y la mujer
que aparecía en él. Alguien que no había visto su rostro durante mucho tiempo
se entregó a trazarlo con la punta de los dedos.
Era solo una imagen, pero en la mañana de ese día, una premonición de que
algo especial estaba por comenzar quedó grabada notablemente en las mentes
de aquellos que habían estado involucrados con Violet Evergarden.
El paisaje que pasaba afuera de las ventanas se teñía gradualmente de rojo más
intenso, y justo una hora después de la partida, el mundo comenzó a estar
rodeado por las señales de la noche. Una vez por hora, el tren debía ser
abastecido con agua.
Ese día se suponía que era genuinamente maravilloso para varias personas.
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A las cuatro y media, bajo las gruesas nubes que se extendían en un cielo otoñal,
se arrojó un cadáver a la vía del ferrocarril como si fuera tierra. Rodó sobre el
suelo y, antes de que los cuervos pudiesen devorarlo con avidez, lo encontró el
dueño de un prado cercano, que pasaba por allí. Al igual que la lluvia que cae
sobre la superficie de un lago, este acontecimiento dejaba entrever la magnitud
de algún tipo de gran incidente. La primera gota fue el cadáver. Una, dos gotas
más cayeron del cielo, lo que marcó el descubrimiento de un problema que
ahora estaba creciendo progresivamente.
La sede del Ministerio del Ejército Leidenschaftlich era, en una palabra, un fuerte.
Para ser un simple edificio, tenía una arquitectura difícil de describir. En primer
lugar, había una construcción similar a una torre de un castillo que albergaba el
Ministerio del Ejército, con paredes dobles de piedra rodeándola. Había un foso
seco afuera de las paredes, y los árboles y arbustos más allá de dicho foso
habían sido completamente cortados para despejar la vista. No había lugar para
que los enemigos se escondieran en caso de invasiones. La estructura parecía
intimidar con un ―si quieres vencerme, ven a intentarlo‖.
Ser capaz de tomar el sol en una constitución que estaba tan bien sintonizada
con la hostilidad probablemente era una prueba de que sus soldados habían
superado numerosas guerras. En ese contexto, por cortesía del sistema del país,
el proyecto de solicitud de refuerzos, ―Caso del secuestro del tren
intercontinental‖, debía iniciarse en el Ministerio del Ejército en una etapa
temprana, pero los oficiales reclutados aún no estaban al tanto de la extensión
de esa lluvia caótica.
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A las cinco y veinte minutos de ese día, en una de las habitaciones del Ministerio
del Ejército, Gilbert Bougainvillea estaba discutiendo el curso de acción de la
Fuerza Especial de Ataque de Leidenschaftlich, que él solía dirigir.
operar dentro del Ministerio del Ejército era básicamente su tarea principal. De
esta manera, su tropa había estado en marcha tanto dentro como fuera del país,
ya que las circunstancias habían requerido intervenciones armadas posteriores a
la guerra, pero se mantuvo a flote como resultado de su exitosa carrera.
Un hombre de pelo negro azulado estuvo de acuerdo con las palabras de Gilbert.
―Laurus Schwartzman‖ estaba escrito en la placa de identificación en su
escritorio.
Laurus mostró una reacción complacida y Gilbert suspiró un poco, con los
hombros caídos como si un peso se hubiera colocado sobre ellos.
Laurus era alguien cuya espalda solía observar como si la persiguiera cuando se
había unido al ejército, y ahora Gilbert finalmente estaba lado a lado con él.
Había muy pocos que podían lograr el ascenso de coronel a general de brigada
y de general de brigada a general de división. Como el propio Laurus no
mostraba interés en ser promovido, Gilbert creía que no pasaría de ser coronel.
Sus orígenes, a diferencia de Gilbert, tampoco lo dejaban en una condición
ventajosa para disputar con éxito.
— Esto depende de ustedes dos, pero por favor nunca ofendas a mi hermana,
ya que ella te aprecia profundamente. Prométemelo.
— Sé que ella lo hace. Después de todo, ella confesó su amor por un tipo
como yo. Tengo la intención de estar con ella incluso en mi tumba.
Al suavizar las arrugas entre sus cejas con las puntas de los dedos de su mano
izquierda, que se había convertido en una prótesis, Gilbert tomó un periódico no
relacionado con el trabajo que estaba sobre el escritorio. Desde que lo había
leído por la mañana después de despertarse, lo había llevado consigo mientras
estaba de servicio. Inconscientemente miró la parte que tenía fotos del tren
intercontinental.
— Has estado leyendo eso desde la mañana, eh. ¿Te gustan los trenes?
— Si llega la oportunidad de hacer un recorrido turístico, quiero probarlo—.
Con gestos que no podían ser percibidos como antinaturales, dobló el
costado con las imágenes y dejó el periódico.
Los dos hombres habían estado en una situación en la que incluso Laurus había
llegado a preguntarse por qué Gilbert había abandonado a la Doncella Guerrera
del ejército de Leidenschaftlich después de la Gran Guerra, y por lo tanto, no
deseaba entrar en el tema. Mientras charlaban sobre asuntos cotidianos triviales,
alguien llamó a la puerta.
Cuando el funcionario administrativo se los dijo, los dos se miraron a los ojos y
se pusieron de pie al mismo tiempo.
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Ante las palabras del general de división, todos empezaron a construir tácticas
mientras observaban el mapa. El tren estaba en movimiento. Si lo atacaran, su
única opción sería tomarlo. Atacar desde el exterior comprometería la vida de los
pasajeros en el interior. La opinión de que no había más remedio que esperarlo
en uno de los puntos de suministro de agua y emboscarlo se estableció sin
importar qué. Pero el enemigo probablemente anticiparía eso. Se enunció la
preocupación de que puedan matar a un rehén para permitir el paso de los
delincuentes, así como el hecho de que los pasajeros estarían en circunstancias
atormentadas, ya que no podrían hacer nada hasta que el tren se detuviera en el
punto de suministro de agua. Buscaban contacto urgente.
Había juzgado a Gilbert por haber dejado a Violet sin dejar rastro. En su última
conversación, él había dicho que cortaría su vínculo hasta que Gilbert lo
reconsiderara.
Gilbert asintió sin decir nada. Como el general de división también solicitó su
opinión, Gilbert se conformó con decir:
Sin embargo, es solo una cuestión de tiempo para que se manifieste una visión
antagónica. Tal como lo creía, lo que Gilbert temía pronto se convirtió en
realidad.
— Esta opinión fue dada hace un momento, pero si los atacamos en el punto
de suministro de agua y logran pasar, el número de muertes aumentaría,
¿no? Los perpetradores matarían a los rehenes por venganza, y sus
demandas con nosotros aumentarían. Mientras tanto, ya puedo ver que
usarían un rescate por sus requisiciones. Si ese es el caso, hacer que el
otro bando piense que las cosas continuarán tal como lo solicitaron y luego
eliminarlos de inmediato es una mejor idea. Lamento haber retrocedido la
discusión, pero si esto es una emergencia, creo que deberíamos elegir un
plan seguro.
— ¡No! Si piensas en los ciudadanos, ¡debemos actuar de inmediato! ¿Cómo
crees que se sienten las personas en ese tren en este momento? ¿Estás
diciendo eso mientras sabes cuánto tiempo lleva alcanzar la última
estación? ¡Sus familias también quieren que el ejército haga algo lo antes
posible!
— Laurus, siempre muestras tus principios con argumentos orientados a la
emoción, pero eso es innecesario para una estrategia. Los resultados son
todo, y podemos elaborar el proceso más adelante. ¿Estás dando esas
Era difícil imaginar que Violet Evergarden viajara dócilmente hasta la estación
final. Ella probablemente tomaría algún tipo de acción. El hecho de que estuviera
a bordo no sólo generaba grandes esperanzas, sino también una sensación de
inquietud.
La muerte de Violet.
Su seguridad.
Al asomarse a las discordancias de su corazón, lo que tenía que hacer era claro
como el agua.
Gilbert cerró los ojos una vez. Niveló su respiración. El rostro de la chica que
había abandonado resurgió en su mente. También lo hizo su apariencia en esa
fotografía, que demostró que había crecido mucho mientras no se habían visto.
Había dedicado muchos esfuerzos hasta lograr tomar ese asiento. El siguiente al
que apuntaría sería el asiento del general de división. Cuanto más ascendía,
más podía hacer a cambio de restringir su libre conducta.
En ese momento, mientras ocurría este incidente, podía sentir la guía de Dios
una vez más. Se había angustiado al preocuparse por Violet, pero podía
entender claramente lo que tenía que hacer al razonar con calma.
— Tengo una idea—. Su voz no era demasiado alta ni baja—. Primero, sobre
enviar soldados a la guarnición ubicada en la ruta del tren. Estoy de
acuerdo con eso. Simplemente no debemos dejarlo ir al Norte. Si, por
casualidad, llega al mar, la marina será la que se encargue. Hablaré con
Como citó a su superior, Ahmar se negó a retroceder con ―de ninguna manera‖,
su rostro se puso rojo brillante.
Tal como Ahmar había hecho con Laurus, Gilbert presentó una protesta,
Leiden—. Dijo en voz alta con una forma de hablar que tenía un toque de
compostura y elegancia.
Hubo un gran revuelo. Examinó la tez del General de División, pero este último
no encontró fallas en su propuesta.
debería ser yo quien comande dado mi rango, las tropas aún están bajo mi
cuidado, y mi estatus es de coronel recientemente nominado. Demostraré
mi eficacia. Por favor, piensen en mí como una pieza en el tablero. Un
tablero que movilizará a la marina y, si todo va bien, cumplirá con la
infiltración que traerá una resolución rápida a esto. Si mis tropas fallan, los
que están al acecho serán los soldados enviados del ejército de
Leidenschaftlich. Encuentro extremadamente difícil de creer que este
incidente simplemente provenga de la venganza del Norte. Debe haber...
algo más sucediendo detrás de escena. No hay solo una trampa. Siento
que... están buscando una victoria devastadora, para la cual tienen otra
maquinación que no podríamos aplastar junto con las trampas dobles y
triples que han establecido—. Después de detenerse una vez para tragar
saliva, Gilbert preguntó—: General de División, ¿qué dice? Desearía que
me permitiera hacerlo— Suplicó, pero el derecho a decidir no era suyo.
Manteniendo su postura, suplicó aún más con sus ojos y su propuesta.
Gilbert era consciente. Desde muy temprana edad, siempre había entendido
cómo debía comportarse cada vez que estaba en presencia de otros. Si
cometiera un error, la advertencia llegaría volando hacia él. Ese era el secreto
del triunfo para vivir como un Bougainvillea. Dependiendo de las actitudes que
tomara, sabía cuál podría ser el resultado de su oponente. Dentro del mundo
que entendía, él existía actualmente por el bien de la única persona que alguna
vez no sabía que amaba.
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Si había algo que pudiera ser considerado un brillante día en la vida de Samuel
LaBeouf, sería hoy. Había sido elegido ingeniero en jefe de la sala de máquinas
frontal del primer tren intercontinental, que permanecería en la historia del país.
Uno tenía que preguntarse cuántos besos de alegría había plantado en las
pulidas paredes negras del vagón. Se había jactado de ello ante su familia y
amigos innumerables veces. La gente que conocía sus esfuerzos lo elogió
sinceramente y observó la partida el primer servicio con una sonrisa.
Inicialmente, Samuel había planeado gastar su tiempo tarareando una melodía
mientras viajaba por el mundo mientras el Sol se ponía, reproduciendo ese
maravilloso día en su cabeza.
Eran exactamente las seis y cuarenta y tres minutos de la tarde. Samuel tenía
una pistola en su cuello desde atrás. El cuerpo inmóvil de uno de los ingenieros
y ayudantes de su colega yacía a sus pies, la cabeza colgando. Dicha persona,
que había saludado y hablado con él ese mismo día, ahora estaba inmóvil. El
tren cuya historia acababa de comenzar y cuyo nombre quedaría grabado en la
historia había sido secuestrado y ocupado por delincuentes.
Femme Fatale había sido invadida por secuestradores con armas ni siquiera una
hora después de partir de Leidenschaftlich. Los secuestradores se habían
dispersado en cada vagón al comienzo de la operación, tomando el tren del
vagón de carga. En el proceso, los asesinados fueron un conserje del Vagón de
Dormitorios Simple 1, un ingeniero de la Locomotora 3 y los compañeros de
Samuel, un total de tres ayudantes, de la Locomotora 1.
Tenían una tela con el emblema nacional de cierto país del norte envuelta en
sus brazos. ¿Cuál demonios era su objetivo? ¿Era para vengarse de su derrota?
¿Tenían planes aún más atroces? De cualquier manera, se podría suponer que
su grupo estaba lleno de personas que se comportaban con descuido y no
aceptaban órdenes. Después de todo, sin importar cuánto carecían de
conocimiento sobre cómo funcionaban los trenes, terminaron matando a
miembros del personal por obstaculizar la operación.
Había pensado que decir algo los irritaría y le darían una respuesta violenta. Por
lo tanto, estaba un poco sorprendido de poder hablar normalmente con ellos.
Pueden ser seres humanos como yo, pero no puedo pensar en ellos como tales.
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Habían pasado varias horas desde que el incidente había comenzado al llegar al
punto de suministro de agua. El número de delincuentes no era demasiado
grande, pero algunos de ellos estaban monitoreando a los rehenes turnándose
entre ellos. La información de que un ingeniero y algunos asistentes se habían
resistido y habían sido sacrificados en la sala de máquinas delantera, y que
estaban esperando al personal de reemplazo no había llegado hasta ellos. El
estado de tensión debido al miedo persistió por un largo tiempo, y la condición
mental de los pasajeros estaba llegando a su límite.
— Aah, realmente, ¿por qué tuvo que suceder esto?— En la parte trasera del
Vagón Restaurante 2, uno de los clientes, un anciano caballero, se
lamentó con su comida fría frente a él.
No había esperado que el viaje en tren, que había comenzado con un humor tan
feliz, se convirtiera en algo tan horrible. Los grandes incidentes que veía en los
periódicos y de los que oía hablar en rumores siempre se producían lejos de él y,
por lo tanto, nunca había imaginado que ocurriría un desastre de una proporción
similar.
Pertenecía a una excéntrica y atractiva mujer que solo miraba muda el cambio
de colores en el cielo sin dejar escapar un solo grito desde que el grupo
secuestrador tomó el control del tren. Como si una maquinaria o algo por el
estilo estuviera incrustada en su cabeza, ella hablaba calmadamente:
— Para construir este ferrocarril, parece que un castillo del norte, que solía
ser un monumento cultural, fue demolido. Además, he oído que los
operadores del Norte, el bando perdedor, han sufrido profundamente
debido al exceso de trabajo como consecuencia de la mano de obra barata.
Los caminos se abren con explosivos para que podamos atravesar las
montañas. La cantidad de accidentes con explosivos que ocurrieron en el
proceso no fue pequeña— Los ojos azules de la mujer observaron el
emblema del país del norte envuelto en el brazo de un secuestrador que
sostenía su arma.
El caballero se estremeció ante una chica tan frágil que pronunció la palabra
―asesinado‖.
Ella era una joven misteriosa que tenía una apariencia similar a una de esas
muñecas que las niñas pequeñas llevarían consigo. El miedo que lo había
estado envolviendo se calmó un poco debido a su curiosidad con respecto a ella.
— Aun así, eso no tiene nada que ver con nosotros. Simplemente... quería
asistir a la boda de mi distante sobrina.
— Sí. Sin embargo— Violet continuó—. Nuestras circunstancias tampoco les
importan. Cuando cada bando persiste en sus convicciones es de lo que
se trata la guerra. Este lugar ya puede considerarse un campo de batalla.
que contrastaba significativamente con una situación tan tensa. Los ojos azules
se fijaron en el estado de los procedimientos de suministro de agua en el exterior,
las lámparas del vagón y los hombres que gritaban a unos pocos pasajeros que
habían sido tomados como rehenes.
El caballero pudo ver que su mano agarraba una aguja de plata finamente
afilada. Era uno de sus dispositivos ocultos, que podía usarse tanto en combate
cercano como en combate a larga distancia, pero desde la vista de una persona
ordinaria, podía percibirse como nada más que una aguja gruesa.
Sin embargo, uno de los criminales sostuvo a Violet a punta de pistola ya que
ella había comenzado a actuar de forma extraña.
Al instante siguiente, solo las linternas del vagón estallaron bruscamente y las
luces se apagaron. Los gritos de los pasajeros se mezclaron con las voces
airadas de los secuestradores. Pero no hubo disparos. Los sonidos de algo
¿Qué le había pasado a los secuestradores? ¿Qué había sido de la chica que se
había levantado de repente? ¿Qué diablos estaba pasando en el vagón en ese
momento? Mientras las mentes de los pasajeros estaban llenas de preguntas, el
fuego se encendió dentro de una de las linternas destrozadas. Una hermosa
mujer sosteniendo un fósforo emergió de la oscuridad como un espíritu. Con un
dedo índice contra sus labios, ella susurró un ―shh‖. La mujer se destacaba
vívidamente contra los colores de la noche. Todos los pasajeros que se
percataron de ella guardaron silencio por compulsión.
El caballero se dio cuenta entonces de que había tomado un fósforo del bolsillo
de su chaqueta sin que él lo notara.
Dentro de ese mundo de oscuridad, los ruidos comenzaron a resonar una vez
más cuando se abrió una de las ventanas del lado izquierdo y alguien aterrizó
afuera. Los sonidos de alguien pisando grava y corriendo seguían. Después de
un momento, se pudo escuchar el gemido de un hombre. Unos segundos más
tarde, hubo un crujido de algo pesado siendo arrastrado.
— Disculpe.
— ¡Hih!— El caballero gritó secamente cuando la ventana fue golpeada
casualmente desde afuera.
Violet estaba en el mundo exterior con la luz de la luna contra su espalda, donde
uno podía confiar únicamente en el brillo de la luna.
Se podría decir sin ver directamente su pelea. Ella no era una persona común.
— Tengo algo que hacer aquí. Un incidente como este es el primero desde
que terminó la guerra. Lo más probable es que el ejército de
Leidenschaftlich haga su movimiento para lidiar con esta contienda. Es
extremadamente difícil detener un tren sin atacarlo desde el exterior... ya
que es como una caja con personas dentro. Si el interior está vacío, no
habrá necesidad de vacilar. Está claro que comenzará una batalla en una
de las siguientes estaciones de parada. Hasta entonces, tengo que hacer
lo que pueda.
— Eso... no es algo que tengas que hacer, ¿verdad? Vamos a huir todos
juntos.
— No…
Sus ojos azules miraban al caballero frente a ella, pero su conciencia estaba en
otra parte.
— No, es algo que debo hacer. Esto es... esto es... por el bien de alguien de
quien deseo convertirme en su fortaleza, aunque sea indirectamente.
Ella estaba mirando a Gilbert Bougainvillea, que estaba, en algún lugar lejano en
la distancia, seguramente prodigando esfuerzos en el rescate de los ciudadanos.
―Tomar el control‖ fueron las palabras que también ella había dicho un rato antes.
No fueron ni ―resistir‖ ni ―aprovechar‖. El punto de vista del que ella habló era
diferente. Ella estaba planeando forzar la batalla a una rendición. Esa hermosa
mujer no parecía temerosa ni nerviosa en lo más mínimo por ser superada en
número.
El caballero le agradeció por salvar a todos cuando volvió a subir y preguntó por
último:
La expresión de Violet se hizo aún más atractiva que antes mientras colocaba el
dedo índice sobre sus labios sin decir nada. Cuando el tren se fue, el caballero
no pudo escuchar su nombre.
----------------------
Silencio.
— ¿Hermano?
— No fue una broma. Ya veo... estaba seguro de que ―eso‖ iba a ir a verte lo
más pronto posible, pero estaba equivocado, ¿eh? Así que ―eso‖ mantiene
perfil bajo debido a esta situación... Como eres tan amable, te mantuviste
alejado para darle una vida pacífica a ―eso‖, así que seguramente te
preocupas porque ―eso‖ podría descubrirlo debido a este plan de rescate
de emergencia. No te preocupes, ―eso‖ ya lo sabe.
— ¿Qué... qué estás diciendo?— sudor frío lentamente descendió por su
espalda—. No hay forma de que ella lo sepa— Su voz era vacilante.
— Pero parece que sí. La última vez que te vi durante las Cartas Voladoras...
Te dije que había visto a ―eso‖, ¿verdad? En aquel entonces, ―eso‖ me
preguntó... si estabas vivo. Di una respuesta que ni afirmó ni negó nada. Y
entonces, ―eso‖... ella se convenció. Quiero decir, de que estabas vivo.
Aunque Gilbert no podía cambiar lo que ya había sucedido, sintió ganas de decir
―espera‖. Su visión se puso blanca. Estaba lo suficientemente mareado como
para estar a punto de vomitar. Con una mano en sus labios, se mantuvo en
silencio.
— Por favor, comunique... que llamé para ofrecer ayuda en el caso del
secuestro del tren intercontinental. Uno de sus miembros está en él,
¿verdad? Si dice que soy del ejército de Leidenschaftlich, él debería poder
saber quién soy...
— ¡Gilbert! Tú... ¡¿Dónde has estado y haciendo qué?!— Una voz claramente
cubierta de ira resonó en sus oídos estridentemente. De todos modos,
Gilbert terminó sintiéndose feliz. Realmente había pasado mucho tiempo
desde la última vez que habló con Claudia Hodgins.
— Hace un momento escuché de la secretaria que habías contactado al
ejército. Lo siento. Estaba en una reunión.
— ¡No tengas reuniones mientras uno de mis empleados está en un gran
problema! Tú... sabes lo que pasa, ¿no? El ejército está haciendo su
movimiento, ¿verdad? ¡En el caso del secuestro del tren intercontinental!
Ella está... ella está...
— Estoy enterado. Violet está a bordo, ¿no? Había una foto de ella en el
periódico.
— ¡No hables con tanta calma!— Perdió la compostura aún más, comenzó a
hacer extrañas afirmaciones— Yo soy de la manera en que soy, y se suponía
que tú también deberías ser como yo. Se suponía que deberías ser así todo el
tiempo.
eran solo vanidad, sino que también se fusionó con sus verdaderos
sentimientos:
— Hodgins.
— ¿Qué?
— Eres mi amigo número uno.
— ¿Qué pasa con eso, tan de repente?
— Hodgins. Un amigo como tú... no se presentará ante mí nunca más. Eres
tan importante, incluso si no quieres serlo. Soy lo mismo para ti, ¿verdad?
Es por eso que... pensé que estabas tomando mis pecados a la ligera. Me
preguntaste por qué dejé ir a Violet y me dijiste que fuera a verla, ¿verdad?
Y dijiste que no debería llamarte a menos que lo reconsiderara.
— Sí. Definitivamente lo hice.
— Yo... sentí profundamente que era la última persona que debería ver, así
que la dejé ir. Cuando nos conocimos, creí que era mejor para mí vigilarla
mientras la mantenía a distancia, pero esa era una fachada, y al final, la
usé como una herramienta.
Por lo que parece, Hodgins tampoco parecía saber la verdad. Eso significaba
que Violet realmente había llegado a la conclusión de que Gilbert había
sobrevivido y, como había dicho Dietfriet, simplemente lo estaba esperando. A
que su Maestro vaya a buscarla.
Silencio. Gilbert creía que la conversación se alargaría por mucho más tiempo si
revelaba que Violet aparentemente sabía de su supervivencia.
— Por cierto, eh, ¿eres... todavía un teniente coronel? ¿No hubo algún
acuerdo sobre que recibas otras dos promociones de rango?
— Estás lleno de preguntas... Esperaron a que mis heridas sanasen. Me
convertí en coronel hace unos días
— ¡¿Y sin embargo eres tú el que manda!? ¡Eso es aún más loco! ¡Los de
arriba hicieron una gran concesión!
— No más burlas, Hodgins. Te lo dije, ¿no? Si es por el bien de Violet, no
critico mis métodos. Por supuesto, nuestro objetivo es establecer la
situación actual, pero no hay manera de hacerlo sin que yo comande en el
campo. Antes, dijiste que harías todo lo que pudieras. Si esas palabras no
son una mentira, quiero que me muestres tus habilidades de adquisición
de datos. ¿Hay alguna información que el ejército no sepa?
— La tengo. Te diré. Pero déjame decir una cosa.
— ¿Qué es?
— Tú... te vuelves un gran idiota cuando se trata de Pequeña Violet, eh. Me
gusta mucho eso.
— Cállate.
¿Por qué era eso? Entre amigos, incluso si pasaban mucho tiempo sin hablarse,
una vez que eventualmente abrían la boca y se alcanzaban, terminaban
hablando como si el flujo de tiempo en esa brecha nunca hubiera existido. Los
dos se olvidaron cuando habían dejado de contactarse y comenzaron a parlotear.
Gilbert pasó un bolígrafo por su cuaderno. También habló sobre lo que había
escuchado durante la reunión, así como sobre las demandas de que un
delincuente político retenido en la prisión de Altair fuera entregado para emigrar
a otro continente a cambio de los pasajeros. Era consciente de que no eran con
quienes negociar en circunstancias normales.
Si fueras tú, tomarías una ruta más inteligente. Gilbert pensó, pero no lo expresó.
Quizás habiendo sido capaz de darse cuenta de algo del silencio de Gilbert,
Hodgins dijo rápidamente:
criminal de guerra del Norte podía emigrar con ellos a otro continente. Dos: ellos,
que eran de la nación derrotada, habían podido ejecutar el secuestro a través
del apoyo del otro continente.
Aquellos con buena intuición podrían decirlo. La situación actual había sido
inducida porque el desencadenante de una próxima guerra estaba a punto de
estallar. Justo cuando todos pensaban que los horrores de la guerra se habían
establecido en su continente, ahora había otros continentes que lo atacaban.
— Ya que eres tú, pensé que dirías eso. Las tierras de los puntos de paso se
dividen en dos tipos: las que pertenecen a Ferrocarriles Nacionales de
Leidenschaftlich y las que se alquilaron a los propietarios originales y están
en uso. Cuando miré el mapa, pude reducir los lugares donde podríamos
tener una batalla de emboscada llamativa hasta unas pocas paradas, en
las que apenas afectaría a otros territorios y en las que el tren, sin duda, se
detendría inmediatamente lejos del punto de suministro de agua. Y entre
ellos, solo hay un punto que es una propiedad privada. Quiero que la
compres con tu talento para los negocios. A partir de ahora, tan pronto
como sea posible.
Sin embargo, estaba seguro de que, si era su mejor amigo, este último
definitivamente lo manejaría.
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Eran precisamente las siete y dieciséis minutos de la noche. ¿Por qué no había
nadie alrededor?
El tren, que había estado haciendo una parada, finalmente había comenzado a
moverse nuevamente. Ferrocarriles Nacionales de Leidenschaftlich había
respondido a las demandas de los secuestradores y había enviado personal de
Las cosas se habían expandido hasta un punto en el que era imposible entender
muchos aspectos de los diversos sucesos. Uno de los aspectos era el vagón
restaurante vacío que el hombre estaba mirando. No solo no se encontraban los
pasajeros, sino tampoco sus compañeros, que habían tenido el control del vagón
restaurante 2.
Puso una mano en el marco de la única ventana que había quedado abierta.
…es que los que no son humanos son guiados por la luz de la luna y lo siguen.
Sin embargo, lo que persiguió al tren no era más que la luna flotando en el cielo
nocturno. El olor de las praderas durante la noche le otorgó al hombre atrapado
dentro de la caja, llamada tren, una leve frialdad en lugar de terror.
— Hah.
— Tomaré esto.
Las palabras que escuchó el hombre vinieron de una dirección que nunca
hubiera imaginado. En el momento en que las escuchó y entendió su significado,
su cuello fue agarrado simultáneamente y fue lanzado hacia afuera.
El tren estaba en movimiento. No iba demasiado rápido, pero nadie saldría sano
y salvo si cayeran. Antes de que el hombre colisionara con el suelo, lo que vio
fueron ojos azules que lo miraban desde lo alto del tren y una luz dorada
brillando contra la noche iluminada por la luna. Mientras aguantaba la
respiración ante tanta belleza, el hombre rebotó en el suelo como una pequeña
pelota.
Aunque los pasajeros del Vagón Restaurante 2 habían sido liberados durante la
parada del tren, no había nada que se pudiera hacer para rescatar a los del
Vagón Restaurante 1, incluso si pudiera evadir los ojos del guardia. Violet miró
hacia adelante como si estuviera deliberando. Decidió que su siguiente tarea era
tomar el control de la sala de máquinas y hacer que el tren se detuviera
nuevamente.
— Mayor.
Una bala atravesó el cielo nocturno. Un disparo resonó junto con la voz de un
hombre. Desde dentro de la locomotora, un arma fue dirigida hacia ella. Uno de
los secuestradores, que había estado en un frenesí mientras buscaba a los
pasajeros que no estaban a la vista, así como también a la persona que
probablemente había causado esa situación, finalmente encontró a Violet
corriendo en la parte superior del tren.
— ¡¿Quién eres?! Aquel que ayudó a los rehenes a escapar del vagón trasero
eres tú, ¿no?
El puño que venía de una mujer tan hermosa era mucho más pesado de lo que
parecía. El hombre cayó, llevando a algunos otros con él.
— ¿Quién... dijo algo sobre estar de acuerdo contigo?— Con su bajo gruñido,
la batalla comenzó.
Los hombres la atacaron desde atrás y por delante. En primer lugar, ella repelió
los ataques de cuchillo de un hombre que había venido desde atrás. Se defendió
con su mano izquierda, lo tomó de la cara y lo empujó hacia atrás. Mientras
titubeaba, ella lo levantó y así de simple, le dio una patada para dejarlo caer del
tren.
Un enemigo que corrió hacia ella desde el frente intentó golpearla con sus
manos desnudas. Era un hombre alto y ancho. Probablemente tenía confianza
en su fuerza física. Alegremente, se enfocó en la cara de Violet. Recibiendo una
serie de patadas en ambos brazos, Violet apuntó hacia una abertura, colocó una
mano sobre el casco y giró sus largas piernas. Mientras que él fue alcanzado por
su patada, ella hundió el puño de su mano libre en su estómago. Pero el hombre
parecía tener una dura tabla de protección escondida debajo de su ropa. Sintió
que algo se había doblado, pero no se escucharon sonidos de huesos que se
rompieran.
Violet lo aceptó con una mano, sacó una pistola de su funda y le disparó al
muslo a corta distancia.
Nada era cobarde acerca de Violet, que había sido criada en los campos de
batalla. Ella presionó suavemente el hombro del hombre que se derrumbaba, y
desapareció en la oscuridad con un grito. Mientras Violet se encontraba sola otra
vez, el traqueteo del tren resonaba en sus oídos.
Ese era el poder de la mujer llamada Violet Evergarden. Era una prueba real de
la fortaleza del arma cuyo nombre no figuraba en los registros del ejército de
Leidenschaftlich.
La luna en el cielo había sido encerrada por las nubes nocturnas y desapareció
temporalmente, pero el brillo de la luna lentamente comenzó a destellar sobre el
mundo otra vez. Cuando la luz de la luna se dirigió a Violet una vez más, había
un enemigo diferente frente a ella. Incluso sin haber sido conminada, Violet se
mostró ante ellos.
Se oía la voz seria de un hombre. Era una forma silenciosa de hablar. Tenía
características que daban una impresión de transparencia y firmeza. Aunque su
color era opaco en la oscuridad nocturna, estaba vestido con un abrigo azul. El
emblema nacional de Rohand estaba bordado en él. Por alguna razón, tenía un
estuche largo en las manos.
— No, ahora ya no soy una soldado. Tengo una pregunta también. ¿Es la
persona más fuerte entre los responsables de este secuestro? Si es
posible, me gustaría luchar con quien sea esa persona.
El aire furioso que emanaba del líder era diferente de los otros hombres con los
que había luchado.
— Lo siento, pero quiero preguntarte algo. ¿La guerra ha terminado para ti?
¿No creyó que alguna vez le harían semejante pregunta? Violet se puso rígida.
— No puedo leerte muy bien, ya que eres inexpresiva, pero el hecho de que
no respondas significa que tienes una pista, ¿verdad? De eso se tratan los
soldados. Siempre y para siempre... nuestros recuerdos de crueldad
permanecen con nosotros como remanentes de marcas de quemaduras
que nunca desaparecerán. Nunca terminará para mí.
Había profundas bolsas oscuras bajo los ojos del líder caballeresco.
—... aunque me despierto por la mañana, duermo por la noche y respiro, una
furia que no puedo suprimir arde dentro de mi cuerpo en momentos inesperados.
Para resolver esto, no tengo más remedio que matar a tu país, el cual me hizo
de esta manera. No solo el Sur, el Occidente, que también conspiró en eso. Esto
es solo un pequeño comienzo. A partir de este punto, nuestras vidas originales
comenzarán. ¿Estás satisfecha? Si tengo que hablar, dado que no soy tan
bueno en las conversaciones, lo haré con los puños.
Había una razón por la que él había dicho ―nuestras‖. Aparecieron una, dos, tres
personas más que vestían el mismo abrigo azul que él y sacaron una bayoneta
de sus largos estuches y apuntaron las armas hacia Violet. Sobre el tren en
movimiento, la antigua orden de caballería con sus bayonetas y una ex chica
soldado empuñando varios tipos de armas se colocaron en posición y se
enfrentaron.
— ¿Por qué... las cosas salieron así?— Fue una pregunta que surgía en la
mente de todos cuando ocurrían cosas crueles, pero no en la suya. Eso
era porque el que solía ser su Señor le había dicho, ―sin culpar nunca a
nadie, vive‖.
— Yo misma soy taciturna, así que eso sería de ayuda— Violet desenvainó el
sable y se inclinó como toda una dama.
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A las siete y treinta y cuatro minutos, Hodgins se había dirigido a una sucursal
de la Agencia Nacional de Compra de Bienes de Leidenschaftlich. Era el lugar
que se había seleccionado y en el que había confiado para la construcción de la
sede central del Servicio Postal CH. Al exclamar que tenía una negociación que
discutir con la persona a cargo, con quien estaba en estrecha relación, la
recepcionista le dio una respuesta inmediata. Separados por un escritorio en una
habitación privada a la que había sido conducido, los dos se miraban el uno al
otro.
Frente a él, la manera de hablar de Claudia Hodgins estaba de acuerdo con sus
edades, pero estaba uno o dos niveles por encima en ser un dandy. A menudo
se puede presenciar una actitud que burla viniendo de él hacia la gente, pero la
expresión de seriedad que muestra en momentos críticos podría conmover a las
personas, incluso si son del mismo sexo.
— La verdad es que solo su estación de tren está bien, pero nos permitirá
obtener más ganancias comprar toda la aldea ya que estamos en ello.
— La estación es propiedad pública de la aldea y no puede ser objeto de
negociaciones generales.
— No, eso está mal, ¿no? Me puse en contacto con la Oficina de Asuntos
Legales de Leidenschaftlich antes de venir aquí. La estación es una
propiedad privada. Es uno de los grandes pedazos de tierra que la jefa de
la aldea, Miss Ian, heredó de sus antepasados. La vía ferroviaria que se
estableció por el bien de la industria minera que se decía que los
antepasados habían comenzado, y la estación que se construyó por la
misma razón es la aldea Ritorno. El Ferrocarriles Nacionales de
Leidenschaftlich utiliza la estación como un punto de suministro de agua
para que los trenes hagan paradas, pero los pasajeros no pueden bajar.
Porque es una propiedad privada. Lo verás si revisas el registro de
sucesión. ¿Puedes abrir el archivo en tus manos?
Aunque a regañadientes, John abrió los documentos con respecto a los datos
territoriales de Ritorno. El propietario era el jefe de las minas de carbón de
Ritorno.
Hodgins hizo gestos y arrastró a John Wishaw a su propia historia, casi como un
actor de teatro. Sus ojos se estrecharon suavemente, pero no había bondad en
ellos.
Aunque había distancia entre los dos, era corta. El nerviosismo de John
aumentó, pero se sintió algo aliviado en comparación con cuando Hodgins
estaba frente a él.
Psicológicamente era menos amenazante hablar uno al lado del otro que tener
una conversación cara a cara. Cuanto menor tuviera que mirar la cara del otro,
más aliviaría la tensión. A Hodgins nunca le enseñó ese hecho nadie, en su
lugar actuó según su propia experiencia.
— ¿Qué te preocupa?
— ¿Hay algún agente de bienes raíces que pueda cerrar inmediatamente un
trato después de que le digan que la tierra que se va a comprar se
transformará en un campo de batalla?
— Ya veo... Hay resistencia... lo entiendo, lo entiendo. Lo entiendo a la
perfección. Por supuesto, no te forzaré— Repitió las palabras que
remarcaban empatía, luego redujo las condiciones ya presentadas— Si no
puedo comprar la aldea de Ritorno, compraré el sitio propuesto. Lo
compraré de todos modos. Expliqué la razón desde el principio. Quiero
resolver el incidente del secuestro que está sucediendo ahora más rápido
de lo que el ejército está tardando en hacer un movimiento. Para eso,
necesito un lugar donde pueda haber disparos. Quiero comprar no solo la
estación, sino toda la aldea e introducirle negocios como garantía. Ya
sabes, estoy en la misma posición— Luego, presentó las condiciones una
vez más en una dirección que apelaba a las emociones— Una chica que
es como una hija para mí y que fue dejada a mi cuidado por el amigo más
preciado en mi vida está en ese tren. Quiero salvarla. Tengo conexiones
con el ejército Leidenschaftlich. Intenté preguntar sobre eso, y tal como
están las cosas ahora, parece que será difícil ejecutar un rescate si el tren
no se detiene. La mejor idea es tener como blanco un punto de suministro
de agua, atacar, ayudar a los pasajeros a escapar y provocar un campo de
batalla, pero las fuerzas militares no pueden prepararse inmediatamente
solo con esto. No se convertiría en apoyo de nuestro propio país, sino en
un ataque de emboscada en una tierra ocupada por el ejército del norte.
Incidentes como ese están fuera del alcance del ejército, y la que se
movilizará es la Unidad Especial de Ataque de Armas de Fuego.
Hodgins sonrió.
Un olor que había sido desconocido para John durante toda su vida flotó desde
Hodgins hasta la punta de su nariz. Cuando miró a su lado, sus ojos se
encontraron. Los ojos azules grisáceos de Hodgins, buen físico, hombros
anchos y cálido pecho estaban a la vista.
— ¿No eres solo un intermediario? Solo hay una cosa que quiero que hagas.
— Quiero que propongas este trato al jefe de la aldea. Eso es todo, John—
Mientras John permanecía en silencio, Hodgins puso otra mano sobre su
rodilla—. Quiero conocer... tu candor humano.
Realmente lo siento por arrastrarte a algo como esto. Pero hay alguien que
quiere convertir ese lugar en un campo de batalla.
comerciante. Los dos somos expertos en hablar, pero si fuera yo, podría
obtener el acuerdo de un cliente en cinco minutos. Te mostraré esa
habilidad mía.
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Gilbert y Hodgins no eran los únicos angustiados por la lucha actual. Después
de un tono en el teléfono, Lux respondió.
— Puede que sea tarde para esto, pero, hum, incluso si es por el bien del
rescate... ¿las personas influyentes de este país no estarán enojadas con
nosotros o algo así?
— Está bien. Incluso si es de mi propiedad, la gente probablemente se enoje.
Después de todo, un negocio privado, nada menos que una compañía
postal, tomará medidas que causarán un gran daño a las actividades
económicas de la administración estatal.
— ¿Está bien con esto?
— Lo que haremos es destruir las vías y proteger a la gente que escapará del
tren cuando se detenga. No interferiremos con los militares... siempre y
cuando los tipos que están allí no enloquezcan... muy probablemente... sí.
Incluso si lo hacen, que me griten es mi trabajo. Tengo un conocido de una
compañía de periódicos. Si este incidente trae algo bueno, les pediré que
escriban un artículo que dificultará echarnos la culpa a nosotros. Todos los
involucrados estarán lívidos, pero las grandes organizaciones son débiles
en contra de la opinión pública con la que el ejército se une, y hay asuntos
que podrían ser utilizados en nuestra contra, y es por eso que haré algo al
respecto. No dejaré que nadie haga algo que termine contigo abandonada
en las calles, así que estate tranquila. De todos modos, solo diles a todos
que, una vez que la locomotora pare, deben concentrarse en rescatar a los
pasajeros, y huir si creen que las cosas son peligrosas. Eso es todo. Estoy
a punto de dirigirme al Nighthawk que mi amigo dispuso para mí.
— Presidente Hodgins.
— ¿Qué pasa, Pequeña Lux?
— Yo quiero ir también.
— Imposible. Necesito que alguien vigile la oficina en mi lugar. Confío y
cuento contigo.
— ¡Violet es mi primera amiga! Yo... quizás no pueda hacer nada, pero...
¡quiero ir a ayudarla incluso si no hago nada!— Dijo Lux con voz sollozante.
— Pequeña Lux. No es como si no pudieras hacer nada. Es porque puedes
que estoy dejando la compañía a tu cuidado. Lo que puedes hacer ahora
es dejarme libre. Hay mucho trabajo que se puede hacer a medida que me
muevo. Eso está relacionado con ayudar a Pequeña Violet.
Definitivamente la salvaré y regresaré, así que solo espera.
— ¿De Verdad?
Gladheim Tranlations Página 243
Violet Evergarden Volumen 2
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La nariz y las mejillas de Cattleya estaban teñidas de rojo. Esa situación ocurría
cuando se exponía al clima frío o a las peleas, pero se puso sonrosada hasta los
ojos como si estuvieran inyectados en sangre debido a la necesidad de contener
el impulso de llorar.
— ¿Lo sabes, cierto, que el tren intercontinental fue secuestrado? ¡Tengo que
ir ahí! Mi... mi... mi colega está... mi amiga... y yo... yo... tengo que saberlo,
y luego... y luego...
— ¡No digas cosas tan egoístas, jovencita! Solo muévete. El mundo no gira a
tu alrededor. Estás causando problemas a los clientes que realizaron los
procedimientos adecuados.
— ¡Haría los procedimientos si pudiera! ¡Pero Violet podría morir! ¡Yo... yo...
tengo que ir a ayudarla! Esa chica... es súper fuerte, pero ahora que las
cosas han llegado a esto, ¡no sé si ella está bien! Si ella muere, entonces...
¡Por eso quiero ir! Por favor, incluso podría ir agarrada al andamio, ¡así
que déjeme subir!
Las puertas del carruaje, que habían sido cerradas, se abrieron. Desde dentro,
un hombre de cabello oscuro y con un aura gentil asomó la cabeza.
— Oye, me bajaré. Déjala que tome mi lugar— Tenía un tono de voz distintivo.
— Maestro... pero... usted...
— No me importa. Me quedaré en esta ciudad por una noche más. ¿Puedes
preparar el primer carruaje de mañana por la mañana para mí?— El
hombre estalló en una sonrisa edificante.
El hombre dejó escapar una risita ante el aspecto de Cattleya y estiró su mano.
Él limpió las lágrimas que bajaban por sus mejillas con las yemas de sus dedos.
El acto fue tan natural que Cattleya no pudo reaccionar negativamente. Más bien,
ella abrazó una sensación de éxtasis que era casi cómo la que sentiría con
Hodgins.
— H-Hum... erm...
— No me importa, jovencita.
Los orbes del hombre de alguna manera tenían un poder cohesivo. El lunar bajo
su ojo avellana era encantador.
Mientras Cattleya decía eso, el hombre se dio vuelta y se rió. Su piel pálida lo
hacía parecer un fantasma en el camino nocturno.
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Al noroeste había un objeto brillante que se precipitaba por del terreno negro a
través de las grietas entre las nubes. Era el tren intercontinental ―Femme Fatale‖.
El piloto de la Unidad 1 soltó una risita. Fue porque Gilbert había dicho algo
fuera de su personaje.
— Rezo por nuestro éxito. Bien, la primera mitad, prepárense para descender.
Con un total de seis unidades -salvo la quinta, que se había retirado ahora- y un
personal de doce individuos, la tropa de Gilbert, la Fuerza Especial de Ataque de
Leidenschaftlich, estaba en formación y actualmente intentaba enfrentar al tren
intercontinental secuestrado. En primer lugar, las seis personas en los asientos
traseros aterrizarían en la parte superior del tren y comenzarían la supresión.
Las locomotoras 1, 2 y 3 del tren, que funcionaban conectadas, serían
controladas por dos personas. Divididos en aquellos que entrarían y aquellos
que se quedarían afuera, comenzarían su lucha contra los secuestradores.
Posteriormente, las seis personas del grupo del piloto se alojarían cerca del
lugar programado como la próxima parada del tren. Era un plan que les permitía
dar cobertura a las seis personas que se infiltraban en el tren y protegían a los
pasajeros desde el exterior.
Junto con los miembros del primer grupo, Gilbert saltó del Nighthawk y se lanzó
hacia la parte superior del tren. Los vuelos a baja altura no podían durar mucho.
Había apostado en el momento, saltó y, después de agarrar con desesperación
el casco, fijó su postura en el tren.
Uno de los miembros de la tropa de Gilbert, que saltó y aterrizó tras él, torció su
pequeño cuerpo y pateó a un secuestrador de la Locomotora 2 que tenía a
Gilbert en la mira de su pistola, introduciéndose al tren en el proceso. Gilbert
arrojó al hombre que derramaba sangre fuera de la locomotora y también se coló
en ella.
— ¡Por favor ayuda! ¡No me mates! ¡Si muero, también lo harán los pasajeros
y esta locomotora!— El que gritaba, llorando como rogando por su vida,
era el lastimoso Samuel LaBeouf.
— Pero, los pasajeros... y también... mis otros colegas—... Samuel miró los
cuerpos de sus antiguos compañeros de trabajo— Incluso si ya no están
vivos, quiero entregárselos a sus familias— Los dos dijeron al unísono.
— Todo estará bien. Se supone que debe llegar otra unidad del ejército
además de la nuestra. Una vez que todo haya terminado, los que han
fallecido y ustedes dos serán devueltos a nuestro país. Sin embargo,
quiero que aquellos que aún puedan mover sus piernas puedan evacuar
temporalmente por sí mismos. Las personas con pañuelos rojos en sus
brazos estarán supervisando la evacuación. Por favor, acompáñelos.
Quizá por sentirse consolado, Samuel exhaló un gran suspiro. Sin embargo,
como para sacudirse su alivio, se podían escuchar disparos desde algún lugar.
Cuando Samuel le dijo eso, Gilbert trató de asomar la cabeza por la ventana. Su
cara fue golpeada por las ramas de los árboles.
— Desde hace un tiempo, algo ha ido mal. He estado oyendo gritos. Yo... he
sido alabado desde que era pequeño por mis buenos oídos, así que
aunque sea desde muy lejos, puedo escuchar a la gente maldiciendo.
— Deberías estar más orgulloso de ti mismo. Si lo que dices es cierto,
debemos ayudar a quien no esté del lado de los criminales. Lo siento. Voy
a subir. De nuevo, no olvides tu misión.
Ante las palabras de Gilbert, Samuel asintió mientras mostraba una sonrisa que
denotaba tanto placer como nerviosismo.
A pesar de estar obstaculizado por la resistencia del aire, Gilbert subió a la cima
del tren una vez más. La tierra en la que se había construido el ferrocarril
probablemente solía tener una floresta en el pasado. A pesar de haber sido
pisoteados, los pétalos de las flores que todavía mantenían vida se dispersaron
en el viento que se oponía al curso del tren. Dentro del mundo de oscuridad pura,
volaron colores como el blanco, el azul, el amarillo, el rojo y el naranja que aún
no habían sido segados por el otoño. Aunque eventualmente serían reducidos a
polvo, crearon una vista deslumbrante que decoró parte del mundo. Más allá de
los ricos matices, Gilbert encontró a quién estaba buscando.
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Todavía alrededor de las ocho en punto, las balas volaban desde las bayonetas
de los caballeros. Aunque arañaron el cuerpo de Violet, ella esquivó los golpes
directos y cargó hacia adelante.
Violet arrojó la vaina a la cara del hombre y le propinó una patada voladora en
lugar de cortarlo. El caballero, cuyas piernas habían perdido el equilibrio, parecía
estar a punto de colapsar, pero logró detenerse. Él sonrió y tiró del gatillo de la
bayoneta.
Una bala fue disparada. Con los ojos muy abiertos, Violet la evitó simplemente
moviendo rápidamente el cuello. Sus listones volaron lejos. La sangre manaba
de su ramillete de trenzas y su cabello se soltó. Su oreja había sido rozada. La
hemorragia era profusa, pero no dejó escapar ningún sonido agonizante.
— ¡¿Qué pasó?!
— Esa mujer, ella entró…
Los caballeros restantes se dieron cuenta de que las luces del Vagón de
Pasajeros 2, que habían estado brillando debajo de sus pies, habían
desaparecido de repente. Los pasajeros estaban gritando.
Los otros dos hombres fueron silenciados por la orden del líder de los caballeros.
El líder de los caballeros estaba sumido en sus pensamientos. ¿Qué clase de lío
armaría la ex chica soldado que era como una bruja?
El líder de los caballeros sintió la piel de gallina bajo su capa azul ante
acontecimientos tan extraños e irreales.
— Líder, tal vez realmente deberíamos entrar—... intentó decir uno de los
caballeros, pero su rodilla se derrumbó y fue impulsado hacia abajo. Un
agujero había sido abierto
— ¡Abajo!
El caballero ileso extendió una mano al herido. La palma que se había extendido
para ayudar fue disparada.
— Pero, Líder-
— ¡Trae un arma de mayor calibre!
— ¿Así que han escapado? Los perseguiré más tarde. Bueno, entonces, una
vez más— ―Eso‖ cortésmente lo llamó y esperó a que se pusiera de pie.
... ella no dejó de pelear. El líder de los caballeros había llegado a entender
claramente por qué la apodaban la Doncella Guerrera de Leidenschaftlich.
Violet probablemente no tenía balas. Ella desechó el rifle que le había robado a
un enemigo abajo. Luego sacó una daga. El arma de su oponente, el líder de los
caballeros, era una bayoneta. El peso de su estocada era diferente.
Los dos chocaron sin decir nada. Ella le propinó golpes consecutivos con el filo
de su daga, pero al final, la daga perdió en peso con la bayoneta y se rompió.
Violet se deshizo del arma que no podía usar y la arrojó con su brazo artificial sin
siquiera mirarla. Rasguñó la cara del líder de los caballeros, pero él también,
indomablemente, sacó la bayoneta de un lado y golpeó el cuerpo de Violet con
ella. Cuando su postura se desmoronó por el impacto, más golpes sobrevinieron.
Mientras Violet esquivaba la punta de la hoja de la bayoneta, le cortaron el
pecho. Al instante extendió su mano, balanceando su peso así, girando su
cuerpo y tomando distancia. Quizá debido a que él era de hecho superior a los
demás, los ataques del líder eran diferentes en agilidad.
Violet buscó armas. Metió la mano a su falda y sacó un cuchillo balístico del
porta cuchillos sujeto alrededor de su muslo.
Las agujas una vez ocultas en su pelo habían desaparecido cuando su peinado
se había deshecho. El cuchillo balístico era la última arma. Después de eso, ella
solo tendría sus puños.
Con su aliento agitado como el de una bestia, Violet dio un paso atrás. Ella sabía
que el próximo ataque sería un golpe importante para determinar el resultado de
la batalla. A pesar de que estaba en contra de alguien inferior a ella en poder de
lucha, cualquiera estaría respirando pesadamente después de ponerse de pie
continuamente y luchar hasta ese punto. A pesar de todo, ella no tenía ni una
pizca de voluntad de perder.
Eso fue hasta que se dio cuenta de que algo que se suponía que estaba en su
cuello expuesto había desaparecido. Su respiración agitada se detuvo. Su línea
de visión se movió rápidamente cuando se retiró.
— No es... como si quisiera ganar. Al ganar esta pelea, no hay una sola cosa
que gane— Violet habló inconscientemente rápido. No debía dejar que se
diera cuenta de que estaba buscando algo.
— Entonces, ¿qué buscas a través de la lucha?
— Nada, es solo que se ha creado una situación en la que tengo que luchar.
Es por eso que lo hago. Para mí, luchar es vivir. Si pierdo, solo significa
que moriré.
— ¿Estás diciendo que no hay emociones en esto?
— No lo sé. Yo... no sé nada de mí misma. Soy una ex soldado, pero no
recuerdo nada de antes de convertirme en una. Puede que sea tarde en
este punto, pero me pregunto... si no es extraño que no recuerde algo
como esto. No sé dónde nací, de quién soy hija o cuál era mi nombre. Pero,
si algo de eso me ha preocupado o no, diría que nunca lo hizo. Eso...
Eso—... Mientras hablaba, Violet encontró el broche. Golpeó directamente
contra los pies del líder de los caballeros.
Él lo notó también.
¿Lo tiraría si ella asentía con la cabeza? ¿O lo devolvería? Violet no sabía. Sin
embargo, si ella estuviera en su lugar y tuviera a alguien a quien salvar y cosas
que debe hacer sin importar lo que ocurra después de esa batalla, sin duda,
tendría que intentar imaginarse en su posición para entender su pensamiento.
El broche fue lanzado al aire. Violet echó a correr de inmediato. La bayoneta del
líder de los caballeros la atacó. Violet apuntó a sus pies y arrojó el cuchillo
balístico. Tal vez había anticipado eso, ya que lo repelió como si lo superara.
Mientras tanto, Violet agarró el broche. La gema flotando en el cielo nocturno era
lo mismo que los ojos de su Señor, que ella había definido como la cosa más
bella del mundo.
— ¡¡Idiota!!
Ella evitó un ataque con su brazo izquierdo, que no era el que agarraba el
broche. Cuando perdió su centro de gravedad debido a golpes consecutivos,
cayó hacia atrás uno, dos o tres pasos. Y luego, finalmente, el brazo izquierdo
de Violet se rompió, volando en muchas partes. Estaban destrozadas y
separadas de ella de una manera que las hacía parecer como pétalos dispersos.
Thump, thump, thump Violet sintió que los latidos de su corazón resonaban
desagradablemente en sus oídos.
Por alguna razón, el tiempo fluía lentamente. El líder de los caballeros bajó el
sable mientras levantaba la voz y le lanzaba algún tipo de insulto. Su espalda
golpeó el andamio del tren. Cuando él le pisó su estómago con su zapato militar,
ella no pudo moverse. Unos segundos después, ella sería ensartada. Todo eso
estaba sucediendo, pero era como si todo estuviera en cámara lenta.
Mayor.
Mayor.
Ya no estarían separados.
El líder de los caballeros preguntó a gritos quién era la tercera persona, pero no
recibió respuesta. El otro desenvainó silenciosamente su sable y protegió a
Violet. Luego comenzó a atacar. Esa manera de manejar una cuchilla mientras
Gladheim Tranlations Página 260
Violet Evergarden Volumen 2
Esa voz era exacta a la que Violet repetía en su cabeza para no olvidarla. Los
latidos de su corazón reverberaban intensamente. Aunque forzadamente, ella
levantó su cuerpo.
El hombre cortó al líder del escuadrón con su sable y giró sobre sus talones
hacia ella con una expresión frenética. Delante de sus ojos había una persona
diferente a como solía ser en los días en que tuvo contacto con él. Su apariencia
había cambiado mucho desde cuando los dos se habían conocido por primera
vez. Sin embargo, había una cosa que permanecía intacta: el hecho de que una
vez que los orbes azules y verdes se encontraban entre sí, el tiempo se detenía
entre ellos por un momento. Era como si quisieran decir: ―Tiempo, quédate
quieto. Eres hermoso‖.
— ¡Mayor!
Desde el principio, los dos habían nacido para encontrarse por casualidad de
esa manera.
Sin embargo, el líder de los caballeros, que se suponía que estaba tumbado,
intentaba ponerse de pie. Apoyado por uno de sus subordinados heridos, les
apuntó con una escopeta de gran calibre.
Cualquiera de los dos bandos no podría luchar sin recibir ayuda. Era demasiado
tarde para convencer a la otra parte de que pusiera fin al conflicto. Ninguno de
los dos podía retroceder.
— Mayor, por favor déjeme atrás—, dijo Violet sin dudarlo. Si soltarla y dejarla
caer al suelo facilitaría las cosas, dado que era él, definitivamente sería
capaz de superar la situación. Eso era lo que ella creía.
— Te dije que no te soltaras— Gilbert negó con la cabeza. Su agarre en el
brazo y el torso de Violet se hizo aún más fuerte. Luego levantó su otra
mano artificial desde arriba del tren.
— Mayor... entonces, por favor— Violet miró a su Señor, que era mucho más
hermoso que la gema que había estado protegiendo incesantemente— no
vaya a ninguna parte.
La que estaba allí no era una Doll. Era una chica que anhelaba el amor de un
solo hombre.
Era porque algo más que una bala había volado en su línea de visión.
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A las ocho y veinte de la noche, Samuel LaBeouf, que trabajaba como ingeniero
en el desafortunado tren intercontinental, obedeció la orden del coronel de
Leidenschaftlich que se había presentado como una descarga eléctrica y
continuó su tarea mientras esperaba la señal. ¿Qué diablos sería dicha señal? A
pesar de que le habían dicho que lo sabría de inmediato una vez que la viera,
¿qué debería hacer si accidentalmente lo echaba a perder?
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A las siete y cincuenta minutos, un joven atractivo con cabello rubio arena y ojos
azul cielo colgaba el teléfono con: ―Entiendo‖. Su atuendo era ligeramente
diferente para el pequeño lugar de reunión en un pueblo desolado.
Durante la reunión con Lux, que estaba en la oficina central, ella había intentado
hacer que los empleados de CH que allí se congregaran tomaran armas. En
respuesta a eso, todos habían comenzado a retozar ruidosamente como si
estuvieran en un festival.
Cada uno de ellos tenía diferentes edades y colores de piel. Eran las personas
que Hodgins había reunido y descrito como ―todos los bichos raros con sus
propias circunstancias‖. Los que habían sido llamados y se apresuraron a ese
lugar de reunión eran ellos, los carteros que hacían entregas en todo el
continente. Era impensable que estuvieran a punto de participar en una
peligrosa operación de rescate por una orden de emergencia de su jefe. Su
actitud era más cercana a los borrachos en un bar.
En contraste con ellos, una atmósfera similar a un funeral se cernía sobre los
aldeanos de Ritorno. Era lo que cabía esperar, ya que una extraña agencia
postal que llevaba armas les había informado de repente que la estación de su
aldea sería destruida.
Benedict se acercó a la mujer más anciana que estaba en medio de ellos, la cual
estaba sentada en una silla.
Aunque estaba a punto de comenzar un gran incidente, el aire que los rodeaba
era ligero, y todos caminaban uno tras otro hacia la estación en una atmósfera
algo tranquila. A pesar de haber enfrentado el problema de cómo arrasar la
estación, la Jefa ofreció los explosivos restantes de las minas de carbón que ya
no se usaban.
Sin embargo, parecía haber varias personas con traumas provenientes de las
detonaciones, por lo que la mayoría de los aldeanos simplemente observaban
desde lejos y los carteros eran quienes instalaban los explosivos.
— Yo... cuando nací, la mina ya había sido cerrada, ¡así que es la primera
vez que veo una explosión!
Los niños que se divertían eran los únicos espectadores que se acercaban al
área.
— Sí.
— Esto es importuno de mi parte, pero su presidente realmente nos
compensará mucho por este asunto, ¿no? Me he preocupado. Aunque
esto salva vidas... nuestra estación podría ser solo uno de los puntos de
paso del tren, pero si se destruye, es muy probable que Leidenschaftlich
no se quede en silencio.
— Te estoy diciendo que no te preocupes, ¿verdad?— Benedict puso una
mano sobre su cadera, y después de un breve momento, se rió
burlonamente. Probablemente fue porque la persona en cuestión había
surgido en su mente— Es increíble. Cuando tiene que hacer algo, lo hace.
Él es un buen hombre. Así que cálmate— dijo tranquilizador.
— ¿Es eso cierto? Vendí el pueblo porque sobrevivir a nuestro invierno nos
costaría mucho... Quiero que los niños también se vayan de este lugar
como inmigrantes para hacer sus propias vidas. Tu trabajo será la última
gota de esperanza. Probablemente pueda ver a su presidente
eventualmente, pero también se lo diré a él.
— Está bien. También hablaré con él.
— Cuento contigo— Una sonrisa apareció en su rostro cubierto de arrugas.
Seguramente, había arrugas que ella había adquirido no solo por el
envejecimiento, sino por numerosas dificultades.
— Abuelita—, Benedict levantó el pulgar—, eres una mujer de las minas de
carbón, ¿verdad? No te asustes de algunos grandes fuegos artificiales. Me
gustan las mujeres fuertes.
— Los niños no deberían hablar tan altivamente— La Jefa de la aldea se rió.
Quizá por reírse demasiado, se le formaron lágrimas en las comisuras de
los ojos.
— Puede ser tarde para decir esto, pero eso no parece ser un trabajo que los
carteros deberían hacer.
— Bueno, está bien de vez en cuando, ¿verdad? Considerando mi ocupación
anterior, nunca rechazaría una solicitud del presidente, ya que me devolvió
a la decencia.
— ¿Somos decentes? Por cierto, ¿vamos a recibir bonificaciones por
atravesar este peligro?
— Es sofocante. ¿No deberíamos extinguir ese fuego antes del rescate?
Benedict, hey, Líder.
— Todos ustedes son ruidosos. Escuchen. Asegúrense de no ser
confundidos y disparados por el ejército. Sin disparos accidentales,
tampoco. Fuego amigo es lo peor. No se dejen llevar y hagan algo radical.
Además, pónganse el identificador. Si alguno de ustedes encuentra a V,
díganmelo inmediatamente. Ella recibirá un sermón por darnos este
problema. De todos modos, ¡nuestro principal objetivo es V!
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como flores dentro de la oscuridad. Una parte del techo de la estación, que
había estallado, salió volando y golpeó directamente las espaldas del líder de los
caballeros y su subordinado. El gatillo fue accionado, pero la bala desapareció
en la dirección incorrecta. Como los dos no habían estado preparados para
siquiera sostenerse en su lugar, con expresiones de sorpresa, golpearon el
marco del vagón y cayeron. Al instante, Violet intentó ofrecerles su mano
mientras cruzaban por su lado, pero ese brazo era el lastimado.
— ¡Violet, no te sueltes.
Gilbert soportó el impacto hasta que el tren se detuvo por completo mientras
apoyaba a Violet. Podía escuchar los gritos de los pasajeros. El tren se detuvo
sin girar, casi a punto de chocar con la estación.
Gilbert exhaló un suspiro al verlo. Lo mismo Violet. Parecía que todas las
medidas para proteger a los pasajeros funcionaban bien.
Gilbert se quitó el cinturón para la espada que había atado alrededor de Violet.
Luego se quitó la chaqueta de su uniforme de batalla y la puso sobre los
hombros de ella.
— Violet.
— Mayor.
— Violet, escucha.
―Te daré una mano, así que tienes que levantarte‖ era lo que estaba a punto de
decir, pero las palabras se retiraron a la parte posterior de su garganta mientras
la miraba.
Los ojos de Violet parpadearon. Las lágrimas que había acumulado parecían a
punto de derramarse incluso ahora.
Gilbert Bougainvillea estaba justo frente a sus ojos. Solo ese hecho hizo que el
sonido de los latidos de su corazón sonara de una manera que ni siquiera el
campo de batalla podía manejar.
— Si... no soy una herramienta, ¿por qué... dijo que no la dejaría ir?
— Violet.
Mientras se debatía por siempre entre ser una herramienta y una persona, en
ese momento, Gilbert intentó una vez más transmitir algo a la chica que no
conocía el amor.
Que su amor no se agotaría, sin importar lo que ella fuera, donde sea que ella
estuviese viviendo o incluso si fuera una tonta.
— Aun así, incluso ahora, te amo como persona. Para mí, no eres una
herramienta.
— ¿Incluso... si... no soy... una herramienta?
— Ahora tampoco soy tu Maestro. De todos modos, quiero que me dejes
estar a tu lado.
Silencio.
— ¿Violet?
Violet admitió algo que parecía quemarle ferozmente la garganta al pasar. Sus
lágrimas eran febriles. Eran una prueba de sus sentimientos, solo las había
derramado en su vida algunas veces, las cuales podían contarse con una sola
mano.
La primera vez que lloró fue cuando solía ser una niña soldado. Ella era una
joven herramienta con bellos ojos como gemas de iris azules y pestañas
doradas.
— Yo…
— Yo…
Después de unos años, ella finalmente había llegado al lugar donde podría
transmitir sus sentimientos.
— Me he vuelto capaz de sentir algo. Con esta nueva vida, que el Mayor me
concedió, fue solo poco a poco, pero he llegado a ser capaz de entender.
La tristeza y la alegría... orgullo, miedo, todo... lo que alguien puede sentir
hacia otra persona... Sin embargo, no los entiendo como propios. Pero al
escribir en nombre de otros y a través de la gente que conozco, puedo
sentirlos. Mayor, yo... gradualmente... también he llegado a entender... las
cosas que dice.
Las cosas que él había dicho. Las cosas sobre las que le había contado.
Si yo... hubiera hecho más por ti cuando eras más joven, me pregunto si
tendrías interés en estas cosas.
¿¡Por qué... piensas en todo como una orden sin importar qué?! ¿Realmente
crees que te veo como una herramienta? Si ese fuera el caso, ¡no habría
sostenido a la pequeña tú en mis brazos o me habría asegurado de que nadie se
metiera contigo mientras crecías! Independientemente de todo... no te das
cuenta... de cómo me siento... hacia ti. Normalmente... cualquiera...
seguramente entendería. La razón por la que estoy enojado y por qué estoy
sufriendo eres tú. Aun así, no comprendes ni una fracción de esto.
Eres importante... y preciosa. No quiero que estés herida. Quiero que seas feliz.
Quiero que estés bien. Por eso, Violet... debes vivir y ser libre. Escapa del
ejército y vive tu vida. Estarás bien incluso si no estoy cerca. Violet, te amo. Por
favor vive.
Ella aún no lo entendía del todo. Sin embargo, sin negar nada de eso, quería
entenderlo a partir de ese momento. El motivo detrás de su intención de hacer
esos esfuerzos era que Gilbert Bougainvillea la amara.
Violet Evergarden, un ser vivo, la única mujer que amaba en el mundo, estaba
allí. Era la primera vez que Gilbert amaba a alguien. Él no solía conocer las
complejidades de amar y ser amado.
Dentro del sonido de la batalla que les convenía a ambos, algo finalmente
estaba comenzando.
Ante esa petición, Violet ocultó su rostro con su mano aún más. Seguramente no
le gustaba que la vieran llorando. En su propio razonamiento, temía la
posibilidad de ser odiada por el hombre que tenía enfrente a través de todas y
cada una de sus acciones. Ella instintivamente asumió que, aunque el amor era
algo gentil, también era frágil.
— Violet, por favor. Muéstrame tu cara. No importa qué forma tomes, mis
sentimientos hacia ti no cambiarán— Como ella no miró en su dirección,
Gilbert dijo mientras se reía tímidamente—: Mira, estoy a punto de llorar
también.
— Violet.
— Yo... ya no robaré de ti nada más, y no deseo hacer nada más que dar. Si,
algún día, llegas a pensar que ―entendiste‖, quiero que aceptes mi amor.
Violet— El hombre le dijo a la chica que lloraba e intentaba reprimir sus
lágrimas con su brazo artificial: ―Te amo. Déjame secar tus lágrimas‖.
La que estaba detrás de la mano que él tomó y alejó no era una Auto-Memories
Doll taciturna, inexpresiva y verdaderamente mecánica. En cambio, era un niña
humana que lloraba de leve felicidad y miedo al recibir la forma de amor ―número
uno‖ de alguien por primera vez.
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―Auto-Memories Doll‖. Había pasado mucho tiempo desde que ese nombre se
popularizó.
Aunque solo tenía la intención de hacer una para su amada esposa, más tarde
se hizo famosa con el apoyo de una gran cantidad de personas. Actualmente,
las Auto-Memories Dolls se vendían a un precio razonablemente bajo, y había
algunos tipos que podían alquilarse o tomarse prestadas.
La compañía había publicado varias fotos de esta famosa persona, pero no era
como si tuvieran alguna conexión con su popularidad. En todo caso, decir que la
empresa era conocida porque ella era parte de la misma era más preciso. Las
estampillas con el nombre de la flor por la que la habían nombrado eran los
artículos de mayor venta de los producidos del Servicio Postal CH. De una
persona a otra, los rumores sobre ella no sabían dónde detenerse.
— Me apresuro hacia donde deseen mis clientes. Soy del servicio de Auto-
Memories Dolls, Violet Evergarden.
¿Has reflexionado sobre qué tipo de chica es Violet? Comparado con tu vida, ya
sea que haya muchas o pocas dificultades y las alegrías, la suya definitivamente
es diferente. Después de todo, es la vida de otra persona. No hay sola una cosa
que se pueda definir como correcta. Si me preguntas, ―Entonces, ¿qué es lo que
querías hacer? ¿Qué mensaje quisiste dar a través de ella?‖, Simplemente
quería decir: ―Te estoy animando‖. Este libro es simplemente uno de los muchos
otros con los que te has topado en la vida que protagonizas. Aun así, estoy
animando a todos, ―A pesar de todo, viviré‖.
Soy alguien que se lastima y llora a menudo, pero aquellos que me han
contrariado y a quienes he contrariado son personas. Del mismo modo, aquellos
que me sanan también son personas, así que no importa cuánto llore, no puedo
odiar a los humanos. Después de todo, comencé a escribir al pensar: ―Supongo
que me iré a vivir sola‖", pero al final, de alguna manera tuve éxito porque mucha
gente me prestó su ayuda. Incluso si llego a odiarme a mí misma, es difícil hacer
lo mismo con los demás.
No tengo idea de qué tipo de futuro viviré a partir de ahora, pero quiero ser
comprensiva incluso si estoy herida. Se dice que repetidamente herimos y
somos heridos y después gradualmente nos volvemos compasivos. No deseo
decir nada soberbio, sino ser más amable con alguien que no sea yo. Quiero ser
alguien un poco, aunque sea un poco mejor antes de morir. En mi día a día, sigo
pensando: ―¿No es eso algo muy importante?‖. Es por eso que estoy animando.
Pero también hay momentos en que nos cansamos y queremos cerrar los ojos
por la eternidad, ¿no? Muchas cosas en la vida pueden ser exasperantes.
Durante esos momentos, por favor descansa. Yo también lo hago.
¿Recuerdas lo que dije antes? ¡Si, eso! Juntos, hagamos lo mejor posible.
Por último, las innumerables personas que han apoyado a la chica de ojos
azules, Violet, tienen mi gratitud. Para el editor que me ayudó en la entrega de
este trabajo al mundo, los diversos empleados de Kyoto Animation, las librerías
que venden esta obra, mis amigos y familiares, y tú, el lector, muchas gracias.
Rezo para que descubras un poco de amabilidad cuando mires alrededor del
mundo después de cerrar este libro.