Justo Maeso, "El General Artigas y Su Época"
Justo Maeso, "El General Artigas y Su Época"
Justo Maeso, "El General Artigas y Su Época"
POR EL AUTOR
D. MAXIMO SANTOS
MAXIMO SANTOS.
INTRODUCCION
Como es sabido de todos los que siguen de cerca 'y con interés
el movimiento literario en Montevideo, una de las anteriores Co-
misiones Directivas del Meneo del Uruguay llamó á un concurso
público, proponiendo con elevada ilustracion algunos excelentes
temas científicos y literarios.
Solo tuvimos conocimiento de ese concurso muy pocos días
ántes del de la fecha de su réaliaacíon. Resolvímosnos así mismo,
á última hora, á tomar parte en él, presentando la disertacion
que vá á leerse,elaborada en pocos días, apesar de una penosa en-
fermedad, cuya reagravacion ponía muy poco despues en peligro
inminente nuestra existencia, y de la que apenas recien salimos
ahora en una lenta convalecencia.
Los valiosos documentos y las consideraciones con que com-
pletamos ese trabajo, debían formar parte de nuevos capítulos de
este nuestro ESTUDI0 SOBRE ARTIGAS Y SU ÉPOCA.
Pero asimismo, dando preferencia al patriótico llamado del
Ateneo, y comprendiendo todo el vivo y permaneute interés que
debe inspirar el interesantísimo tema sobre el cual disertamos,
creímos que podíamos abordarlo separadamente como un peque-
ño Estudio histórico, si bien muy reducido en su texto, no por
eso ménos interesante, debido sobre todo á los muy valiosos docu-
mentos que poi, primera vez se publican en él, más que á los co-
mentarios y consideraciones con que los exponemos. .
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Justo Maeso.
DICTÁMEN DEL D .r D. JOSE SIENRA CARRANZA
J.SIENRRA CARRANZA.
LA INSURRECCION EMANCIPADORA
INTRODUCCION
tro juicio muy accesoria, y la parte histórica (que puede ser sim-
plemente narrativa 6 deductiva de hechos 6 afirmaciones más 6
ménos discutibles y mal definidas, expresion de confusas y con-
tradictorias tradiciones), sinó principalmente la parte comproba-
toria, diremos así, destinada á llevar al ánimo del oyente 6 del
lector, una absoluta evidencia y un testimonio irrecusable de los
hechos que se narran ó se comentan.
La vívida imaginacion del poeta, las descripciones con que el
' historiador resucita en el presente las generaciones del pasado, á
fin de juzgarlas se,-un sus méritos en el Josafat de la Historia, no
pueden llevar consigo el noble sello de la verdad y la autoridad
de la justicia póstuma, sinó se fundan en la verdad misma, y si no
consagran en cada uno de sus juicios, rasgos y accidentes, un
pleito homenaje á la exactitud histórica, investigando y exploran-
do asiduamente en el vasto campo de la documentacion.
medio siglo, ignoradas del mismo pueblo que más debía intere
sarse en conocerlas, y más legítimo orgullo debía tener en divul-
garlas.
Reducida nuestra mision á tan modestas pretensiones, al er-
humar del. polvo del olvido hechos y nombres preclaros, concu-
rrimos así mismo vacilantes y retraídos á este honorable certa-
men, no como el historiador ó el literato confiado en su compe-
tencia y en su valor, sinó simplemente como el cronista ó como
el revelador de grandes y nobles hechos consumados por los
orientales en 1811; hechos que por si solos bastarían para la
gloria y engrandecimiento de la más viril nacionalidad.
A fin de asegurar una más metódica y comprensiva distribucion
de las materias que vamos á tratar en este ligero Estudio, hemos
creido conveniente dividirlo en dos partes. A1 efecto, hemos des-
tinado la primera á indicar, más que con nuestrs exposicion, con
algunas documentos inéditos, los incidentes más importantes que
tuvieron lugar inmediatamente despues de la revolucion del 25
de Mayo de 1810 en Búenos Aires, con relacion á las autoridades
que funcionaban á la sazgn en Montevideo, así como á las nego-
ciaciones que se plantearon, y correspondencia que se cambió
entre unas y otras autoridades, hasta el definitivo rompimiento
entre ambas.
T la segunda parte la hemos destinado exclusivamente á hacer
resaltar tambien eón pruebas y documentos desconocidos hasta
ahora, el espítitu de ardoroso y espontáneo patriotismo que im-
pulsó á los orientales á dar el grito de Independencia, tres meses
ántes de recibir refuerzos de ninguna clase desde Buenos Aires,
no contando entónces; en su imprudente precipitacion, sinó coi
sus propios recursos y con las débiles y bisoñas fuerzas con que el
vecindario rura inicio sus hostilidades contra el fuerte poder es-
pañol.
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MISIONES
un
revolu-
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(1) Circular del Brigadier Soria á los Cabildos del Uragnay, imponiendo el
desconocimiento de la Junta Gubernativa da Buenos Aires
Jorge Pacheco, don Pedro Pablo y don Juan Perez, don Santiago
y don Ventura Vazquez, don Gabriel Pereira, el doctor don Lúcas
.José Obes, don Félix Rivera, hermano del General, el eminente
sacerdote don José Benito Lamas, don Pablo Zufriategai y algu-
nos otros jóvenes que formaron los cimientos del que más tarde,
pudo llamarse partido nacional.
Muchos de esos patriotas pagaron su amor á la Independen-
cia teniendo que soportar toda clase de persecuciones, destierros
y vejámenes, que no pocas veces pusieron en peligro su misma
vida.
Fueron ellos los verdaderos precursores del gran movimiento
insurreccional que estalló poco despues, y sus nombres merecen
inscribirse en letras de oro en el santuario de la Patria!
BANDO
cía lentamente, lo que con el auxilio del Gobierno podía ser obra
de pocos años. La población se aumentaba, las campañas se po-
blaban de todo género de ganados y un territorio cubierto de
arroyos y pastos permanentes, incitaba la cultura de unos campos
que pagaban pródigamente el trabajo que se imponía en ellos.
Fné una felicidad para aquel pueblo la colocacion del Ministro
de Real Hacienda don Rafael Perez del Puerto; pues extendién-
dose este sujeto á más de los precisos limites de su empleo, con-
sagró todo género de sacrificios y fatigas al adelantamiento y
prosperidad de aquel pueblo. El coacepto público de la honradez,
probidad y conocimiento de este ilfinistro, preparaba á los Vire-
yes una acogidafavorable á todos sus informes y como en ellos
se procuraba conciliar los auxilios de la poblacion con la ecouo-
mia del Erario, se franquearon aquellos sin embarazo, y Maldo-
nado recibí& un engrandecimiento, que lo constituyó uno de los
primeros pueblos de esta Provincia.
Florecería hoy día en muy alto aquella preciosa pobla,cion, sí la
última guerra de la Gran Bretaña no hubiese causado en ella una
disolución general. Tres días estuvo ha ciudad entregada á un
continuado saqueo; y la dominacion enemiga de muchos meses,
redujo á los moradores á una lastimosa miseria. La enérgica re.
sistencia que opusieron á lá invasion de fuerzas superiores, redo -
bla los títulos á la consideracíon dé la Capital y el mejor premio
que puede proporcionarse á un pueblo leal, es proponer los a rbi-
trios de su engrandecimiento.
En el actual estado de decadencia á que está reducida aquella
poblacion ofrece tadavia considerables ventajas, que seguirían
inmediatamente á la habílitacion de su puerto. Más de quinien-
tos mil cabezas de ganado forman hoy día la fortuna de aquello s.
hacendados que sin embargo quedan privados de tan grande ri-
queza por las dificultades y costos de las conducciones. Apenas
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se presente una extracion de frutos por su propio puerto, el ín-
terés redoblará los trabajos; y aquel territorio que es segura-
mente el más fértil de todos los preciosos campos de la Banda
Oriental, sustentará dentro de poco tiempo el inmenso número
de ganados, que por un cálculo geométrico corresponde á las
guas cuadradas que comprende.
Al interés particular de aquella poblacion se agregan miras
politicas de inmediata trascendencia en la seguridad y bien ge-
n eral del Estado. Socorridas las necesidades de aquellos habitan-
tes por la facilidad y baratura de las importaciones; excitados al
trabajo por el lucro y ventajas de una exportacion activa se
aumentará la poblacion que sigue naturalmente á la riqueza; y
formada tina barrera en los limites del territorio español,
quedará éste seguro. de invasion por aquella parte, y cesará
el ignominioso abandono con que hasta hora se ha mirado el
fomento y prosperidad de pueblos confinantes con un Reino
extrangero, dejando sus fortunas expuestas á cualquiera invasion,
y destruyendo el estimulo del trabajo por la poca seguridad de'
su producto.
Por'estas consideraciones ha resuelto la Junta que el puerto
de Maldonado quede desde hoy habilitado en clase de puerto ma
yor-paiálás importáciones y extracciones relativas á el territo-
rio dé sa jürisdiccíoáycampañasdeáquellas inmediaciones; que
rijan en él los mismos reglamentos últimamente establecidos pá.
ra la Aduana de la Capital en órden á la exaccion de derechos
sóbre todo género de frutos y mercaderias; que don Rafael Pe-
rez del Puerto continúe en -el cargo de derechos de aquella Po
bláéion desplegando todo su celo, honradez y acreditado patrio-
tisino=en el establecimiento de una, obra que debe ,producir la
felicidad de'una:poblacion á que ha consagrado tantos sacrificios;
que.` para ccjicentrár todas las relaciones y dar á las províden-
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cías el carácter de unidad indispensable para la exactitud en la
ejecucion reuna dicho Perez del Puerto la Administracion de la
Aduana á los demás cargos privativos de sus anteriores empleos;
que para el entable y arreglo de los nuevos objetos que se le
confían á más de su sustituto y oficiales establecidos hasta hoy
se agregue en calidad de Interventor don Felipe Cabaíia,de cuya
inteligencia y probidad está satisfecha esta Junta: y que proce-
diendo con la prudencia que siempre ha distinguido los procedi-
mientos de dicho Ministro proponga lo conveniente á la conso-
lidacion y firmeza de este establecimimiento, segun la misma
experiencia fuese manifestando embarazos.y medios de allanar-
los.-Buenos Aires 2 de Julio de 1810--Doctor Mariano Mo-
reno, Secretario.
Tomo III
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burú-D. de da Peña-L. Pérer-J. Mas de Ayada-J. VidaZ y
Benavides› ,
Tomo lli 6
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:ROLES" 1811