Guia 11
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MÁQUINAS MARINAS
GUÍA 1: CALDERAS
Accesorios de la caldera.
Se definen como accesorios de una caldera aquellos elementos y subsistemas que están íntimamente
conectados a la caldera y son imprescindibles para conseguir su correcto funcionamiento, afectando
principalmente a las características del vapor generado, a la seguridad de la caldera y a su economía de
funcionamiento. Se clasifican en:
Accesorios complementarios: exteriores a la caldera pero formando parte del circuito de los
fluidos principales, que elevan su rendimiento térmico y regulan la temperatura del vapor.
Accesorios internos.
Tubo perforado para introducir el tratamiento químico: similar al de alimentación, pero de mucho
menor diámetro. Su misión es la de distribuir lo más uniformemente posible en la masa de agua de la
caldera, el compuesto químico que precipitará las sales disueltas y mantendrá así su concentración por
debajo de los límites exigidos.
Separadores de vapor son accesorios con la misión de separar el agua arrastrada en el seno del
vapor generado en los haces vaporizadores. La velocidad a la que asciende la mezcla de agua y vapor por
los tubos de subida (punto 7 de la figura) está comprendida entre 0,3 y 1,5 m/s.
Accesorios externos.
Van conectados a la caldera y se prolongan hacia el exterior del recipiente sometido a presión.
Sistema de extracción de fondo y de superficie: a través del cual se evacua al exterior las sustancias
nocivas para el funcionamiento de la caldera y se extraen las muestras de agua para analizarla en el
laboratorio. En este servicio va también instalada una conexión de manguera utilizada para vaciar la
caldera a un tanque, principalmente cuando ha de procederse a la renovación total del agua o a la limpieza
interior de la caldera, o para llenarla después de realizada alguna de las faenas anteriores.
Los atmosféricos: son válvulas instaladas en la parte más alta del colector de vapor (tomas “a” de la
figura 1), cuya misión es la de admitir aire cuando hay que vaciar el agua de la caldera y permitir que
salga cuando se está llenando o cuando se empieza a formar vapor en el momento de encenderla.
Figura 1
Las purgas y ventilaciones del sobrecalentador: cuya misión es la de eliminar el agua condensada y dar
salida al vapor de protección al sobrecalentador y eliminar el aire al comienzo del encendido de las
calderas.
Los sopladores de hollín: constituidos por tubos perforados giratorios, que utilizan vapor ligeramente
sobrecalentado para evitar la humedad, con la misión de eliminar los depósitos de hollín de aquellas zonas
o rincones inaccesibles a la corriente de gases de la combustión. En la figura 2 se representa el soplador
correspondiente al economizador, en donde su conjunto de aletas para recoger el calor de los gases de
exhaustación es uno de los lugares más propicios para que se almacenen depósitos de hollín. Cada
soplador tiene un determinado sector activo dependiendo de su situación en la caldera.
Figura 2
Las válvulas de seguridad: están instaladas en la parte más alta del colector de vapor de todas las
calderas desde los inicios de su industrialización (figura 1 las tomas “c” y “d”), y tienen por objeto evitar
que la presión en la caldera se eleve por encima del límite admisible de resistencia de cualquiera de sus
componentes.
Presión de trabajo.
Se denomina presión de trabajo de una caldera la que es preciso mantener fija en el colector de vapor
para que éste, después de recorrer el sobrecalentador, las tuberías y accesorios, llegue a la entrada de la
máquina en las condiciones óptimas para desarrollar su trabajo.
Presión de timbre.
Accesorios complementarios
Los equipos destinados a la recuperación del calor transportado por los gases de exhaustación, como el
economizador y el precalentador de aire comburente. Ambos equipos van instalados a la salida de los
gases y están constituidos por conductos del diámetro adecuado para el flujo previsto. Para la mejor
absorción del calor los tubos del economizador van provistos de aletas de aluminio.
Los sobrecalentadores se clasifican en dos tipos diferentes, según la forma en que, preferentemente,
reciben el calor:
Sobrecalentadores de radiación.
La cantidad de calor transmitida por radiación sólo aumenta ligeramente con el incremento de la
intensidad de fuego, un sobrecalentador por radiación pura, recibe aproximadamente la misma cantidad
de calor para todas las cargas. Por lo tanto, el grado de sobrecalentamiento disminuye con el aumento del
flujo de vapor hacia la máquina, como se desprende de la figura 3.
Sobrecalentadores de convección.
Figura 3
Los recalentadores son intercambiadores de calor cuya misión es volver a calentar vapor, que durante su
expansión ha alcanzado un grado de humedad o calidad inadecuada para su trabajo en las turbinas.
Normalmente, el vapor se extrae de una etapa de la expansión en la que ya ha adquirido ese grado de
humedad incompatible con el trabajo en las últimas etapas de la turbina y vuelve al hogar de la caldera.
Los indicadores de humos son periscopios (instrumento para la observación desde una posición oculta) que
permiten ver desde el puesto de control de la caldera el color del humo que sale hacia la chimenea,
inmediatamente después del último intercambiador de calor dispuesto para el aprovechamiento del
transportado por los gases de escape (economizador y calentador de aire).
El sistema de combustible.
El suministro de combustible a las calderas se realiza a través de un sistema de tuberías que conectan el
tanque de servicio con la caldera. La figura 4 es un esquema de un servicio de combustible fuel, el cual
debe incorporar, además de los aparatos y equipos comunes con el gasóleo, un calentador de combustible
cuyo fin es conseguir la viscosidad óptima del fuel para que la pulverización y, por lo tanto, la
combustión en el hogar, sea óptima; además es imprescindible un servicio de vapor para la calefacción de
tanques, ya que la viscosidad a temperatura ambiente suele llegar a límites que hacen imposible el
bombeo y trasiego del fuel.
Como se ve, las bombas de servicio y de puerto, aspiran, en su caso, combustible del tanque de servicio,
situado en las inmediaciones de la cámara de calderas, al que, por su parte, llega el combustible
procedente de los tanques de almacenamiento, situados a lo largo de todo el doble fondo del buque,
mediante las bombas de trasiego.
Las bombas de servicio descargan a la presión adecuada para la atomización del combustible, según que
se trate de fuel o de gasóleo; en el segundo caso no existirá el calentador. Después de pasar por un
medidor de flujo que determina el consumo, sufre un filtrado que elimina las posibles impurezas que aún
pueda contener, incluida el agua, y llega a los atomizadores o mecheros.
La atomización se consigue mediante unas piezas puestas en serie en el extremo final de un tubo, cuya
longitud depende de la distancia entre la envolvente interior y la exterior de la caldera por donde circula
el aire comburente descargado por los ventiladores de tiro forzado.