Sectores Productivos Donde Se Ubica El Trabajo de La Mujer en Guatemala
Sectores Productivos Donde Se Ubica El Trabajo de La Mujer en Guatemala
Sectores Productivos Donde Se Ubica El Trabajo de La Mujer en Guatemala
Introducción..................................................................................1
Conclusión ....................................................................................7
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Sectores productivos donde se ubica el trabajo de la
mujer en Guatemala
Guatemala sigue teniendo una de las tasas de fecundidad más altas del
continente, con un promedio de 3.6 hijos por mujer. Las diferencias según
etnia, lugar de origen y nivel de escolaridad son impresionantes. Una mujer
indígena, que viva en el área rural y con un nivel de escolaridad casi nulo,
tiene un promedio de 4.6 hijos, mientras que una mujer ladina, del área
urbana y con educación secundaria, tiene apenas 2.7 hijos, según la última
Encuesta de Salud Materno Infantil.
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años. En el caso de las mujeres, sin importar su origen étnico, los años de
escuela son típicamente menos que los de los hombres. Esta brecha en la
educación desempeña un papel importante para la incorporación de la
mujer al mercado laboral, pues resulta en la obtención de empleos menos
estables y con menor remuneración.
A esto debe añadírsele que hasta el 73% de las mujeres trabajan en el sector
informal, lo que significa una situación económica aún más precaria.
Aunque la informalidad es una manera de agenciarse un ingreso muy
necesitado, este sector no provee ningún beneficio a las mujeres. No se
reciben licencias de maternidad, no hay protección social y las ganancias
fluctúan constantemente. Esta situación es compartida por las mujeres que
son empleadas en negocios familiares sin ninguna remuneración o
protección social.
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Aún cuando las mujeres se incorporan al mercado laboral, el patrón no
cambia, los hombres siguen sin contribuir en las tareas domésticas y el
trabajo de las mujeres recibe menores recompensas. La inserción de la mujer
en el mercado laboral resulta, entonces, en una doble carga de
responsabilidad, que a su vez lleva a su deterioro físico y emocional. Según
un estudio de la Cepal, en 15 países de América Latina se observa que 98.1%
de personas en zonas urbanas y 99.1% en zonas rurales dedicadas
exclusivamente a las tareas domésticas son mujeres.
Esto nos deja ver un sistema social donde predominan los patrones
patriarcales y donde los roles de género son claramente desiguales. En la
Encuesta Nacional de Salud Materno-Infantil del 2002, se revela una cara
más de este fenómeno: altos porcentajes de mujeres admitieron que debían
“pedir permiso” a su pareja para realizar ciertas actividades, como salir solas
de su casa, decidir cómo gastar el dinero, trabajar fuera del hogar,
continuar sus estudios e incluso para ir al médico. Las implicaciones de esto
son enormes, ya que perpetúa ese patrón tradicional que impide el mejor
desarrollo de la mujer como persona individual.
Desde el Estado
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En estos países, las mujeres que otorguen un aporte por una cierta cantidad
de tiempo tendrán derecho a una jubilación al cumplir la edad estipulada.
Este es un claro reconocimiento al aporte de la mujer al país, que
claramente es algo más que trabajar o no en un empleo asalariado.
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En el 2009, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), conjunto con el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentaron el
documento “Trabajo y Familia: hacia nuevas formas de conciliación con
corresponsabilidad social”, donde se concluye que la reproducción social
no debe ser una responsabilidad únicamente de la mujer, sino de las
sociedades. Para ello, los roles de género no deben ser discriminatorios y la
carga de tareas domésticas deberá ser equitativa.
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Conclusión
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Web grafía
https://www.plazapublica.com.gt/content/lo-que-se-ve-y-lo-que-no-se-ve-
el-aporte-de-las-mujeres-que-no-se-cuenta