Sentido de Ayuda
Sentido de Ayuda
Sentido de Ayuda
aunque uno de los que más aportó a su conocimiento fue Carl Rogers, por lo que bebe
maneras dependiendo del autor y debido a que, como veremos más adelante, no existe un
único estilo de relación de ayuda. Rogers (1989), la define de la siguiente forma: “aquella
en la que uno de los participantes intenta hacer surgir, de una o de ambas partes, una
mejor apreciación y expresión de los recursos latentes del individuo y un uso más
funcional de éstos”
Y en tercer lugar, Madrid Soriano (2004) dice que la idea de la relación de ayuda:
Analizando las tres definiciones vemos que, con sus matices, todas colocan un papel
activo en la persona que solicita la ayuda. Por ello, lo habitual para referirse a esa persona
Finalidad y objetivos
siempre una finalidad. Las personas que participan en ella aportan diferentes elementos y
necesidad del demandante de ayuda de satisfacer sus necesidades alteradas. Por lo tanto,
A que aprenda nuevos comportamientos que le puedan ser útiles para solucionar sus
vida. A todos estos objetivos cabría sumar que el ayudante recibe como beneficio
secundario que, a su vez, aprende y es ayudado porque adquiere más experiencia relacional
y vive una situación que le permite autoanalizarse y aumentar su autoconocimiento. Lo que
Siguiendo a Rogers (1989), para que se dé una relación de ayuda de calidad y que
cumpla adecuadamente con los objetivos señalados anteriormente. Es necesario que haya
por parte del terapeuta tres elementos que son básicos en toda relación de ayuda:
su experiencia. Esto sin llegar a confundir nuestros sentimientos y percepciones con los de
la otra persona.
permitirá ofrecerle un ambiente seguro para que se exprese y pueda encontrar, si quiere,
mismo tal y como uno es. Se requiere una madurez personal y ser consciente de las
habilidades y debilidades.
problema o con la situación presentada por el cliente, sin tener en cuenta los aspectos
subjetivos con que el problema es vivido por éste. En el segundo caso, el terapeuta presta
individuo en su totalidad.
persuadir a la persona ayudada para que actúe como el ayudante indica. Si la relación es
que un buen profesional debería saber oscilar entre los diferentes estilos según la situación.
que, tal como indica Madrid Soriano (2004), es difícil definir el momento exacto en que
termina una fase y comienza la siguiente y que, además, no siempre se llevan a cabo en
una relación de ayuda todas las fases, puesto que pueden existir bloqueos por cualquiera de
las dos partes implicadas. A continuación, presentamos las cuatro fases de forma resumida:
Por parte del cliente se plantea qué espera de esa relación y se comienzan a establecer los
persona. Se evalúan sus problemas, se definen los límites y las posibles causas o la
atribución que hace de la misma. A partir de esta fase el cliente participa activamente.
problemas.
vida.
BIBLIOGRAFÍA
Brouwer.