Daniel Giorgetti - Trabajo, Militancia y Juventud en Argentina. Una Perspectiva Histórica
Daniel Giorgetti - Trabajo, Militancia y Juventud en Argentina. Una Perspectiva Histórica
Daniel Giorgetti - Trabajo, Militancia y Juventud en Argentina. Una Perspectiva Histórica
RESUMEN
PALABRAS CLAVE
Introducción
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La investigación que me llevó a la tesis de Doctorado se denominó “Participación Juvenil en
Movimientos Sociales Urbanos de la Argentina Contemporánea.”, actualmente participo de un
proyecto de la UNLP sobre “Disputas en el espacio público: cultura, política y desigualdades
socio-urbanas” y de un Proyecto de Reconocimiento Institucional de Investigaciones (Sociales-
UBA) sobre “Identidades y estrategias de lucha de los sindicatos”.
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Al respecto se puede consultar Damin (2013).
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Revuelta populares que tuvieron lugar en 1969. La más extendida fue el Cordobazo, que
nació a partir de una protesta de trabajadores y estudiantes el 29 de mayo de 1969 y paralizó
la ciudad de Córdoba por tres días.
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que asegure una futura unidad de acción sin la cual todo puede diluirse en
esfuerzos aislados y divergentes que, en la acción, resultan negativos o, por lo
menos, inoperantes. La actual formación de un Frente Cívico de Liberación
Nacional, da a la juventud la oportunidad de actuar en conjunto, siempre que su
organización haya alcanzado un punto conveniente de organicidad” (Perón,
1972).
La segunda etapa histórica considerada es la de los gobiernos
kirchneristas, surgidos luego de que Argentina viviera una profunda crisis de
carácter económico, político y social (2001-2002). La participación juvenil
resultó evidente en organizaciones y nuevos movimientos sociales, en
particular, en agrupaciones de “piqueteros”, fábricas recuperadas y
movimientos de trabajadores desocupados. Nuevas formas de acción colectiva
y organización emergieron. Entre las Centrales sindicales, se consolidó la
Central de los Trabajadores Argentinos que incluía grupos y organizaciones
sociales en su seno y adoptaba estrategias análogas a las de los movimientos,
en lo que algunos autores veían una suerte de “movimiento social sindical”
(Waterman, 1991).
El triunfo de Néstor Kirchner en 2003 significó una interpelación para la
juventud, ya que el presidente Kirchner desarrolló un discurso directo que
llamaba a los sectores juveniles a que se “activen” y los convocaba a sumarse
al “proyecto nacional y popular” donde ellos, los y las jóvenes, debían “ser parte
de la historia”. En el discurso de asunción del presidente Néstor Kirchner
aparece la exaltación de los términos “militancia” y “compromiso” –así como un
repertorio de conceptos asociados– y el protagonismo de los jóvenes es
postulado en una relación de continuidad con aquella “generación diezmada” -
de los años 70- (Vázquez y Vommaro, 2013)4. Lentamente, se multiplicaron
espacios de la “Juventud” en partidos, sindicatos y movimientos sociales.
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Entre las producciones más recientes que relacionan la juventud y la política, hay algunos
trabajos que enfocaron el lugar de los jóvenes como actores y productores de sentidos
(Batallán, Campanini y equipo, 2007; Mayer, 2007; Bonvillani, 2007; Hupert, 2007; Kriger, 2007;
Poliszuk, Borobia y Cabral, 2007); investigaciones en torno a la clave de la edad (Nuñez, 2008;
Castro y Molinari, 2009; Zaffaroni, 2007); investigaciones de movimientos indígenas (Cañuqueo
y Kropff, 2007), agrupamientos juveniles organizados en torno a sus estilos (García, 2007;
Espinosa, 2007), estudios de movimientos de trabajadores desocupados (Vommaro, 2007) o
movimientos sociales (Giorgetti, 2011); estudios con anclaje en la estrategia política (Aringoli y
Cerros Jaramillo, 2009; Kropff y Nuñez, 2009; Vommaro y Vázquez 2012; Chaves y Nuñez,
2009; Natalucci, 2012; Pagliarone, 2012; Da Silva, 2012; Schuttenberg, 2012).
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En distintos trabajos de campo se utiliza el término juventud indistintamente. A los efectos de
las investigaciones realizadas, distinguimos el uso coloquial del término (asociado al rango
etario) del calificativo que lo asocia a ciertas características y, en especial, de la condición
juvenil como forma de identidad social que adopta un grupo.
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A efectos de resguardar la privacidad de las/os entrevistados/as se mantiene en resguardo su
nombre real.
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De la cartilla editada por el Espacio de Mujeres del Frente Popular Darío Santillán (2009).
“Feminismo, patriarcado, capitalismo. Cartilla de Formación de Géneros” 3ra edición ampliada.
http://www.frentedariosantillan.org Consulta Marzo 2010.
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Consultar James (2007).
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Los sectores cristianos populares publicaron revistas como “Cristianismo y Revolución” y
“Tierra Nueva”, se pueden consultar referencias al proceso en algunos autores que ya
constituyen clásicos como Vernazza (1989) y Dri (1987), y publicaciones recientes como
Revista sudestada (2013).
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De la entrevista con Karina, JCTA, Julio 2010
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Víctor, CTA, Julio 2014). Esto plantea diferencia respecto de los piquetes, los
cortes de rutas y calles que impusieron los trabajadores desocupados desde
los años 90 y asumieron numerosas agrupaciones sindicales y movimientos
sociales en la actualidad,
El tema de los barrios, incorporado luego de la crisis como “vuelta al
barrio” y como trabajo territorial, también tiene tradición histórica. En las
entrevistas a referentes sindicales de los años 70, también es un lugar de
referencia para la militancia. Señala un entrevistado que, después de la muerte
de Perón en 1974: “La universidad ya no daba, planeaba volver a trabajar en
las comunidades… no me incorporo a ninguna organización política, me voy a
trabajar al barrio” (Entrevista a Juan, UPCN, Julio 2014).
La relación con el cuerpo, la vida cotidiana y la militancia han cambiado.
Como se mencionó antes, hay actualmente una marcada referencia a un
vínculo festivo con la militancia, unido a reconocimiento de lo individual
traducido en el cuerpo, en los derechos e incluso en la crítica al patriarcado.
Hay una forma nueva que no aparece en los relatos de la etapa histórica
anterior y referencias a que se conservaba un modelo social de distribución de
roles entre hombres y mujeres (algo retomado por Oberti en su libro).
Sí parece haber similitudes en integrar toda la vida en este “ethos”
militante que describimos, nuevamente tomando los ejes que utiliza Hannerz,
(1986): familia, trabajo, ocio, vecindad, tránsito. Los militantes consideran que
el trabajo es parte de su militancia, incluso comparten el ocio y el espacio
doméstico: la vida familiar y el entorno hogareño están teñidos también de
“militancia”. Este lazo se advierte en ambos casos, si bien los modos y las
características han cambiado.
Hay una diferencia final que queremos señalar: al aumentar el nivel del
conflicto y frente a una coyuntura de fuerte represión en los años 70 las
organizaciones tienden a volverse más rígidas en su organización y las
acciones resultan más arriesgadas en término de la represión a la que se
exponían (que podía significar la cárcel o incluso la muerte). En el marco
democrático esta situación es diferente y también marca a los militantes y su
compromiso.
Un entrevistado menciona el compromiso con dos organizaciones
verticales y militarizadas de la época: “Dos organizaciones imprimaron
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fuertemente los jóvenes de esa época, una fue montoneros y otra fue guardia…
dos organizaciones de cuadros… te imprimaban en tu conciencia, en términos
de un compromiso de por vida con las organizaciones… teníamos convicciones
de dar la vida por la organización” (Entrevista a Guillermo, UPCN, Julio 2014).
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Bibliografía