Calvo Ospina, Hernando y Declercq, Katlijn - Disidentes o Mercenarios

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 255

¿DISIDENTES O

MERCENARIOS?
Hernando Calvo Ospina
Katlijn Declercq

Casa Editora Abril, La Habana, 2000


Hernando Calvo Ospina, periodista colombiano
residente en Europa, autor de varios libros
publicados, entre los que se destacan: Salsa, Don
Pablo Escobar, Perú: los senderos posibles, y
Bacardí: la guerra oculta.

Katlijn Declercq, periodista belga, trabajó como


responsable del área de Derechos Humanos en el
Secretariado Internacional de Pax Christi. Es
coautora, junto a Calvo Ospina, del libro: Perú: los
senderos posibles.

Nota: la reproducción de este libro en La Jiribilla, ha sido autorizada por el


autor (email: [email protected]), y también por la Editora Abril y
Editions Epo, Bélgica, propietaria de los derechos internacionales
([email protected]).
.
¿DISIDENTES O MERCENARIOS?
¿DISIDENTES O MERCENARIOS?
Hernando Calvo Ospina
Katlijn Declercq
Edición y corrección: Jacqueline Teillagorry Criado
Diseño de cubierta: Carlos Zamora Pardillo
Diseño y marcaje tipográfico: Eloy Barrios Alayón
Realización computarizada: Mayra Fuentes Mesa
y Gilma González Herrera

© EPO (Bélgica), Hernando Calvo Ospina


y Katlijn Declercq, 2000
© Sobre la presente edición:
Casa Editora Abril, 2000

ISBN: 959-210-170-1

Casa Editora Abril


Prado No. 553, entre Dragones y Teniente Rey,
La Habana Vieja, Ciudad de La Habana, Cuba.
C.P. 10200
Gracias por su apoyo y cariño:
Nabor Calvo, Elvia Ospina, Tijl Declercq, Paula Andrea Calvo, Sara, Menno y Jana
Steel, Koen Steel, Karine Álvarez, Annemie Verbruggen, Pedro y Odile, Manuel y
Alina, Antonio y Anita.
A Rosita, la abuela más linda de La Habana.
A Alfi, por su afecto en Miami.
NOTA A LA EDICIÓN CUBANA

Cuando con gran alegría comentamos a varias amistades que una editorial
cubana estaba interesada en publicar este trabajo, luego de felicitarnos nos
soltaron un “pero”. No podemos negar que nos hicieron sentir la espinita de la
duda al preguntarnos: “pero, ¿están seguros que no les van a pedir sacar algu-
nos apartes? ¿Qué no entrará la cuchilla de la censura?”
Y no podríamos decir que no le censuraron ni una coma. Pues algunos de estos
signos nos fueron propuestos para que desaparecieran del texto original, caprichos
de la editora, y fueron negociados. Pero fue todo. A pesar de que en buena parte de
las entrevistas que se encuentran en el interior existen ataques muy fuertes y hasta
vulgares contra el pueblo cubano, la dirigencia y su Revolución, primó la ética
profesional.
No nos sucedió como, por ejemplo, con una importante editora fran-
cesa quien nos propuso una interesante cantidad de dinero como dere-
chos de autor, pero con un “pero” de por medio. Para ayudar a las
ventas, debíamos incluir al menos cuatro páginas que criticaran, prin-
cipalmente, a Fidel Castro. La prensa basaría la promoción en esos
párrafos. Agradecimos el almuerzo a que nos invitaron y salimos de
ahí para entregarle los originales a una modesta editora en Bélgica.
Claro, entendemos la propuesta hecha por esa editora, porque son los medios de
comunicación masiva quienes mueven el mercado. Y para el noventa y ocho por ciento
de la prensa en el mundo decir algo que mínimamente favorezca o le dé la razón a la
Revolución cubana, es un pecado que llegan a sentir como traición a la conciencia.
Cuba es rentable por sus pecados, sean reales o no. Se puede comprobar fácilmente
que el periodista preferido de los jefes de redacción, en esos grandes medios de
información mundial, es aquél que logra montar circos con Cuba. Para ser objetivo
es obligatorio que en una cuartilla, como mínimo, exista alguna crítica. Y a veces
leyendo el texto, se nota que es forzada o fuera de contexto.

7
Y también es comprensible la actitud de ese tipo de periodistas que se prestan,
o se regalan, a esas prácticas: ellos tienen que comer.
Y no es que creamos que la Revolución cubana no tenga fallas. De
pronto le tenemos más críticas que una buena cantidad de colegas en
el mundo. Pero la miramos con respeto: no morboseamos con ella ni
queremos ganarnos un plato de lentejas a costa de sus problemas.
Sabemos que criticar es muy fácil y construir es bien difícil. Y aquí,
aunque con dificultad, se lucha por construir una sociedad que tenga
al ser humano como centro del proyecto.
Este libro ha recibido una gran censura en los medios informati-
vos europeos. Esto nos ha enorgullecido porque quiere decir que no
mentimos con la información y/o la documentación presentada, ni
tergiversamos las palabras de nuestros entrevistados: porque ni éstos
han podido decir algo en contra. La mayoría de ellos, acostumbra-
dos como están, tan solo se han atrevido a amenazar con demandas
judiciales. Ellos saben que casi toda la bibliografía proviene de las
propias organizaciones contrarrevolucionarias, así como de institu-
ciones del gobierno de Estados Unidos.
Vale la pena anotar que esta edición contiene alguna informa-
ción adicional, al igual que las versiones en inglés e italiano, aunque
no difiere mucho de la publicada en España. Tampoco es una actua-
lización porque si seguimos incluyendo lo que día a día se trama
contra Cuba dentro de la temática abordada, terminaríamos ha-
ciendo una enciclopedia. Y la esencia de “El complot” (como se titula
en lengua neerlandesa) está ahí, latente, viva y coleando.
Por último, a los lectores cubanos queremos pedirles disculpas por
el extravío del anexo fotográfico, y ser nosotros, extranjeros, quienes
toquemos un tema tan sensible. Mas no por ello nos consideramos
“especialistas” en Cuba, menos “cubanólogos”. Tan sólo quisimos re-
pasar un aspecto de la estrategia que Estados Unidos implementa en
su agresión contra la soberanía de Cuba. Estrategia que se enmarca
dentro de un plan global, que ese poderoso imperio desarrolla para
lacerar los procesos populares y liberadores en el mundo.

Los Autores

8
UN POCO DE HISTORIA: 1959-1979

“Es peligroso ser nuestro enemigo.


Es fatal ser nuestro aliado”
HENRY KISSINGER
ex Secretario de Estado estadounidense
Premio Nobel de la Paz

Antes del amanecer del primero de enero de 1959, el dictador


Fulgencio Batista salió huyendo de Cuba. Ya nadie lo quería, ni la
gran burguesía, ni la mafia, ni los estadounidenses:1 ya no servía. La
noticia tomó de sorpresa a buena parte de los cubanos. En La Haba-
na, el pueblo empezó a destrozar los parquímetros por ser símbolo
tributario de la dictadura, pero los “Barbudos” guerrilleros empeza-
ron a poner orden. Cuba se volvió un jolgorio. Aunque la minoría
privilegiada por la riqueza miraba con recelo ese frenesí. No era para
menos: el joven Fidel Castro, a quien el pueblo reconocía como
máximo líder, había prometido cambiar muchas cosas. Y con el
respaldo y participación de las mayorías empezaron a transformar-
se, rápidamente, las esenciales.
Es indiscutible que al triunfo de la Revolución, las estadísticas
mostraban un ingreso per cápita muy alto. Pero una cosa era el
ingreso y otra si cada cubano recibía su parte. Como se había
ofrecido al pueblo, las primeras leyes que se dictaron apuntaban
a que el per cápita pasara del papel a la realidad. Y que ese nuevo
gobierno empezara a dar alimentación, educación y salud, a par-
tes iguales, se consideró como una manipulación, pues se “jugaba
hábilmente con los sentimientos de las masas”, han dicho muchos

1
América es un continente, no un país. Es un error denominar americanos a los
ciudadanos de una nación cuyo nombre es Estados Unidos. De igual manera, es un
error llamarlos norteamericanos, pues a esa parte del continente también pertenece
Canadá y, según algunos, hasta México. Por ello nosotros emplearemos “estadouni-
dense” para todo aquello que pertenece o es relativo a este país y sus habitantes. Pero
respetaremos los términos utilizados por nuestros entrevistados, así como los en-
contrados en las citas. (Todas las notas, salvo indicación de lo contrario, son de los autores.)

9
enemigos de la Revolución.2 Los revolucionarios habían advertido
tempranamente: la distribución de riquezas y el significado de so-
beranía van a cambiar. La aristocracia cubana, urbana y rural, no lo
creyó. En Washington apenas se sospechó. Entonces sucedió lo
que debía suceder. “Para junio de 1959, el Instituto Nacional de
Reforma Agraria (INRA), había intervenido cuatrocientas fincas
privadas, y para diciembre del mismo año se habían establecido
cuatrocientas ‘tiendas del pueblo’ y cuatrocientas ochenta y cinco
cooperativas.”3 Y un año después se habían nacionalizado trescien-
tas ochenta industrias y corporaciones estadounidenses y del gran
capital cubano.
Un país subdesarrollado no podía tomarse ese derecho. Me-
nos, perteneciendo al patio estadounidense. Peor cuando los de-
signios del imperio habían decidido, desde siempre, que Cuba
era una extensión natural de su territorio. Se estaba atentando
contra intereses sagrados como, simple muestra, los de William
Pawley, dueño de la Compañía de Gas de La Habana, además de
asesor del presidente Dwight Eisenhower para los asuntos cuba-
nos; del coronel J.C. King, jefe de la División del Hemisferio
Occidental de la Agencia Central de Inteligencia (Central In-
telligence Agency, CIA, siglas en inglés), asociado de Pawley y
con bastantes inversiones en la Isla. Sin olvidar los inmensos ne-
gocios que poseía la mafia ítalo-estadounidense, conocida como
Cosa Nostra, encabezada por Meyer Lansky y Santos Trafficante.
Entonces había que actuar urgentemente. Y eso se estaba hacien-
do. El 10 de marzo de 1959, la agenda secreta del Consejo de
Seguridad Nacional (National Security Council, NSC, siglas en
inglés), tenía incluido como uno de sus puntos principales llevar
al poder a otro gobierno en Cuba. Hasta la revista Time, del 6 de
abril de 1959, se sintió ultrajada debido a la actitud independiente
asumida por los gobernantes de ese trozo de territorio caribeño:
“El neutralismo de Castro es un desafío a EE.UU..” Es entendible:
no suena bien un No, cuando la rutina ha sido “Yes, Sir”.
Cuba debía volver a su cauce normal, sin importar los medios. Y
éste era un anhelo compartido por aquellos cubanos que siempre habían
2
Enrique Encinosa: Cuba en guerra. Historia de la oposición anti-castrista, 1959-1993, Ed. El
Fondo de Estudios Cubanos de la Fundación Nacional Cubano Americana, Miami,
1995.
3
Ídem.

10
soñado ver a la que llamaban “patria”, como otra estrella de la ban-
dera estadounidense.

No se había instalado totalmente el gobierno revolucionario, y ya se


maquinaba en su contra. Desde la isla vecina, Dominicana, bajo el
auspicio del dictador Leónidas Trujillo, con la bendición de Washing-
ton, se organizó la “Legión Anticomunista del Caribe”. Eran como
ochocientos mercenarios: cubanos, franceses, españoles, belgas, y de
otras nacionalidades, que se preparaban a invadir Cuba. Para desgra-
cia de la “Conspiración Trujillista”, la primera avanzada conformada
por cubanos, lógicamente, fue capturada. Eran los meses finales de
1959 y el complot se fue a tierra, pero por la misma fecha ya se
preparaba la Operación 40, primer plan integral que la CIA organizó
para acabar con la germinal Revolución. Integral, porque se comple-
mentaban las operaciones militares y terroristas, con la guerra ideoló-
gica y psicológica; la presión diplomática con la económica.
Pero a pesar de contar con todos los recursos inimaginables, se
falló. Y principalmente porque Estados Unidos nunca logró or-
ganizar grupos contrarrevolucionarios consistentes en el interior
de Cuba. Por prepotencia se menospreció lo esencial: era la ma-
yoría del pueblo quien quería esa Revolución, y apoyaba a su
dirigencia. Además, el nuevo gobierno sabía a quien estaba en-
frentando, y sin tardanza organizó un escudo. Así nacieron, en
1960, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), que son
asociaciones de vecinos para la vigilancia: “Apoyaban a la Seguri-
dad del Estado proveyéndola con información constante sobre
toda actividad sospechosa a nivel de cuadra.”4 Poco a poco, pero
decididamente, la asonada fue siendo aislada y aniquilada, al
negársele los recursos para que se nutriera. Los cabecillas caían
uno tras otro. Todos esos reveses se han justificado de varias
maneras. La más triste dice así: “Desde el comienzo los conspira-
dores tuvieron mala suerte.”5
Y ante la imposibilidad de lograr un mínimo apoyo social, la
contrarrevolución decidió incrementar los ataques terroristas.
El 4 de marzo de 1960, el barco francés La Coubre, que conducía
4
Ídem.
5
Ídem.

11
armas desde Bélgica, hizo explosión en la Bahía de La Habana. Murie-
ron setenta y cinco personas y doscientas quedaron heridas. Avionetas
procedentes de la Florida lanzaban bombas incendiarias, que estallaban
contra ingenios, plantaciones y empresas. Desde lanchas rápidas
ametrallaban pueblos de la costa, hundían embarcaciones y secuestra-
ban pescadores. No había ningún respeto por la población civil. Algu-
nos, como Carlos Alberto Montaner y Armando Valladares, que hoy
se pasean con aureola, camuflaban entre paquetes de cigarrillos el ex-
plosivo plástico, entregado por la CIA, que hacía arder almacenes de la
capital.

C
Todos los informes le confirmaban al presidente Eisenhower que,
día a día, perdía estratégicamente el control sobre la Isla. El man-
datario, como primera medida, ordenó que se aumentara el apoyo
a los grupos contrarrevolucionarios. Y dio luz verde, en marzo de
1960, para que la CIA preparara un asalto militar a gran escala.
Disposición ratificada por su sucesor, John F. Kennedy. Pero Esta-
dos Unidos no quería figurar de nuevo como invasor. Si para im-
poner sus intereses se había visto “forzado” a enviar “marines” a
Nicaragua, República Dominicana, Guatemala, etc., en este caso
no lo creía necesario, para eso contaba con algunos miles de cuba-
nos mercenarios. Lo único necesario, como formalismo, era que
estos conformaran una especie de estructura política unitaria en el
exilio que, llegado el momento, fuera reconocida internacionalmente
como gobierno transitorio. Pero con todas las ambiciones grupistas
y personales en juego, a la CIA no le resultó fácil lograrlo. Aunque
al Consejo Revolucionario Cubano lo conformaron sólo cinco gru-
pos, Allen Foster Dulles, director de la CIA, le informó al presi-
dente Kennedy que sería una tarea bien difícil “establecer un go-
bierno cubano en el exilio que unificara a 184 organizaciones anti-
castristas”.6 Era que también las dádivas hacían que tres o cuatro
personas crearan su grupo, dentro y fuera de la Isla, aunque seme-
jando un fantasma: aparecían y desaparecían.
Al fin, el engendro de unidad tuvo su parto. Desde la presentación
en público, el Consejo contó con un exagerado espacio en la gran
6
Ídem.

12
prensa. Los medios informativos no podían actuar diferente ante lo
que se erigía como alternativa al insolente gobierno de La Habana.
Qué importaba si uno u otro de esos grupos apenas tenía una míni-
ma base social en el interior de Cuba: como máximo unas personas
y una sigla. Al fin y al cabo el Consejo era sólo una vitrina para
vender al exterior. Qué importaba si ninguno de los líderes del Con-
sejo tuviera voz ni voto en lo que preparaba el imperio contra su
patria. Si cuando se retomara el poder, de Washington recibirían un
pedazo de pastel gubernamental. Qué importaba si los dirigentes
del Consejo no se soportaban entre sí: “Nosotros nos desconfiá-
bamos los unos de los otros, pero teníamos una gran confianza en
los americanos.”7 Ciertamente. No era un simple caso de depen-
dencia militar o política. No: servilismo moral y psicológico.
Así se estableció en Miami una de las oficinas más grandes que ha
tenido la CIA en toda su historia, con la misión central de reclutar y
pagar, naturalmente, a los cubanos que quisieran ir a invadir su propio
país. Según lo demostraron investigaciones posteriores, un joven oficial
de la CIA, futuro presidente de la nación, George Bush, sería uno de
los enganchadores.8 Cada mercenario recibía un número de matrícula.
La lista comenzaba en el 2 500 para dar la idea de una gran fuerza
numérica. Para la preparación militar se establecieron campamentos en
la Florida y Centroamérica. Durante un entrenamiento la brigada tuvo
su primer muerto, el 2506, y en su memoria llevó ese nombre. Inicial-
mente se destinaron trece millones de dólares para financiar la opera-
ción invasora, parte de ellos procedentes del tráfico de opio que la
CIA tenía establecido a partir del Triángulo de Oro.9
Cuando el 3 de enero de 1961 Washington, unilateralmente, rom-
pe relaciones diplomáticas con Cuba, y el 17 prohíbe a sus ciudada-
nos visitar la Isla, es de imaginar que los enemigos de la Revolución
se sintieron extasiados. Pero el 16 de abril en Wa- shington, Miami,
Europa, y quién sabe donde más, la saliva debió de haber bajado
con dificultad por las gargantas de esos. Fidel Castro, al momento
que daba el último adiós a varios soldados muertos por bombar-
7
Haynes Johnson: La Baie des Cochons. L’invasión manquée de Cuba, Ed. Robert Laffont, París,
1965.
8
Debido a las investigaciones por el financiamiento ilícito de la Contra nicaragüense, el
Buró Federal de Investigaciones (Federal Bureau of Investigation, FBI, siglas en inglés),
debió hacer públicos estos documentos en 1988.
9
Martin Lee y Bruce Shlain: LSD et CIA. Quand l’Amérique était sous acide, Les Editions
du Lézard, París, 1994.
Se llama Triángulo de Oro a un inmenso territorio entre Laos, Birmania y Tailandia.

13
deos de la aviación estadounidense, proclamaba el carácter socialista
de la Revolución.
Pocas horas faltaban para que barcos y aviones, transportando
unos mil quinientos mercenarios, estuvieran rumbo a Playa
Girón.
Los estadounidenses, de Kennedy hacia abajo, estaban seguros
que los invasores contarían con el respaldo mayoritario del pueblo
cubano. Por intermedio del Consejo Revolucionario Cubano ha-
bían enviado tantos dólares para comprar almas en la Isla, que no
se podía fallar. El objetivo era que la brigada mercenaria se hiciera
fuerte en las zonas próximas al desembarco, desarrollando una
guerra de desgaste. Al empezar el levantamiento general, se procla-
maría el gobierno provisional, el cual sería reconocido interna-
cionalmente sin ningún problema. Pero lo que encontraron fue
un ejército, apoyado por las milicias, que en pocas horas tuvo la
fuerza invasora a las puertas del infierno. Estaban tan confiados,
todos, que ni siquiera calcularon un plan de evacuación en caso de
ser derrotados. Ni sirvió que, al desembarcar, el primer hombre
que tocara playa no fuera precisamente un mercenario cubano,
sino un veterano oficial estadounidense, William Rip Robertson.
“La suerte estaba echada. Al amanecer del día 19, las últimas unida-
des de la Brigada se desmoronaron ante la superioridad enemiga
[...] Casi un centenar de brigadistas había muerto en la invasión,
otro centenar fue herido y más de un millar capturado.”10 Los in-
vasores nada pudieron hacer contra el valor de un pueblo que de-
fendía, gratis, su soberanía recién conquistada.
Cuando los mercenarios cubanos comprendieron que los esta-
dounidenses no se arriesgarían a ir más lejos, olvidándose que
venían a “liberar” la patria, “se les quitaron en ese momento, las
ganas de combatir”.11 Pero eran tan sólo parte de la humillación
militar más grande recibida por el imperio hasta ese momento en
el continente.
Mientras tanto, Fidel Castro y sus “Barbudos” adquirían la imagen
del David que había golpeado a Goliat. “Un Castro super-macho,
audaz y rebelde, que podía derrotar a un imperio en su propia fron-
tera.”12

10
Enrique Encinosa: Ob. cit.
11
Ídem.

14
Días después, el 24 de abril, Kennedy reconoce la responsabilidad
de la agresión mercenaria. Pero al día siguiente da inicio a la verdadera
agresión, esa misma que persiste hasta hoy: el embargo comercial to-
tal.13 Aunque desde octubre de 1960 se venía produciendo. El 7 de
septiembre, el Congreso de Estados Unidos aprueba una medida que
privaría de ayuda a cualquier país que asistiera a Cuba, a menos que el
presidente determinara que dicha asistencia servía a sus intereses. Así el
gobierno estadounidense empezaba a inmiscuir a las naciones del mundo
en “su guerra” contra Cuba sin encontrar mayor resistencia.
¿Y los mercenarios? Cuando se creían en camino al paredón por ser
“parte de una invasión militar organizada y respaldada por una poten-
cia extranjera”,14 son liberados. Mejor, intercambiados por medicinas,
alimentos, y equipos agrícolas. Volvieron a casa, a Miami, en la navidad
de 1962. El 29 de diciembre se celebró un acto para homenajearlos.
En él estuvo presente el presidente Kennedy y su esposa Jacqueline.
Ésta se refirió a los mercenarios como “los hombres más valientes que
existen en el mundo”. Luego, cuando los jefes entregaron al mandata-
rio la bandera de la brigada, éste prometió devolverla “en una Habana
libre”. Los contrarrevolucionarios ovacionaron al presidente. Quince
años más tarde, la asociación de ex brigadistas pidió al Museo Kennedy
que le fuera reintegrada, pues la palabra no había sido cumplida.
Se la devolvieron por correo.

Luego de analizar el informe sobre el fracaso de la invasión mer-


cenaria y contrarrevolucionaria, el presidente Kennedy crea un
Comité Especial en el seno del Consejo de Seguridad Nacional. El
orgullo de la nación estaba herido, y las principales instancias debían
sanarlo. A tal punto, que el propio
D Fiscal general, Robert Kennedy,
participó del Comité. Según documentos desclasificados, en la re-
unión del 4 de noviembre de 1961, el hermano del presidente anotó
lo siguiente: “la idea mía es resolver las cosas mediante espionaje,
12
Ídem.
13
Es común la utilización del término embargo comercial que, por sus implicaciones de
dificultad e impedimento en el comercio y el transporte, es utilizado por Estados
Unidos para disfrazar su política hostil hacia Cuba. En realidad lo que funciona es un
bloqueo impuesto, por Estados Unidos, con el propósito de impedir todo tipo de
acciones que contribuyan al desarrollo de la Revolución cubana creando obstáculos
que favorezcan su paralización o estrangulamiento. (N. de la E.)
14
Luis Báez: Los que se fueron, Editora Política, La Habana, 1994.

15
sabotajes, desorden general, operados y dirigidos por los propios
cubanos de todos los grupos, excepto batistianos y comunistas...”.
Excepto batistianos, dada la mala imagen internacional, pero los
contrarrevolucionarios deberían seguir poniendo la cara, aunque to-
dos supieran que tan sólo eran un medio dentro de la estrategia glo-
bal estadounidense.
En este Comité fue aprobada la Operación Mongoose (Man-
gosta) encaminada, según anuncio del presidente el 30 de noviem-
bre, a “utilizar los medios disponibles [para] ayudar al pueblo de
Cuba a derrocar al régimen comunista, desde dentro del país, e ins-
taurar un nuevo gobierno con el cual EE.UU. pueda vivir en paz”.
Posiblemente era la primera vez que, en la naciente guerra contra el
gobierno cubano, Estados Unidos ponía el acento “desde dentro del
país”, lo que pasaría a convertirse en una constante hasta nuestros
días. Lo más importante ahora estaba en lograr un “desorden gene-
ral”, que desembocara en el levantamiento popular interno. Cuan-
do esto sucediera, los grupos de la contrarrevolución pedirían ayuda
internacional, con el pretexto de proteger a la población de una
masacre por parte del gobierno comunista. Ante ese clamor, acudi-
rían Estados Unidos y otras naciones del continente, pero bajo la
bandera de la Organización de Estados Americanos (OEA). Se iba
inventando lo que hoy se conoce como intervención humanitaria.
El inesperado desafío presentado por Cuba –más los brotes
insurgentes en varios países del continente– supuso para los
estrategas militares estadounidenses una inmediata revisión de la
guerra ideológica. “Hemos gastado millones de dólares preparán-
donos para la guerra de las armas, pero muy poco en la guerra de
las ideas”, se lamentaba John Foster, Secretario de Estado del
presidente Kennedy. Pero ya el director de la Agencia de Infor-
mación de Estados Unidos (United States Information Agency, USIA,
siglas en inglés), uno de los aparatos de propaganda ideológica más
poderoso de Estados Unidos,15 tenía en camino la solución: “La
simple introducción de la duda, dentro del cerebro de las personas, ya
significa un gran éxito.”16 Y en la Operación Mangosta se tuvo muy
en cuenta este aspecto como parte del conflicto. Citemos apartes de
lo que logró ser público:

15
Julien Claude: L’empire Américain, Ed. Le livre de Poche, París, 1972.

16
Primero, crear un clima patético y motivar a las fuerzas
para la liberación de Cuba; segundo [no legible en el texto
desclasificado]; tercero, demostrar la preocupación por la
situación de los refugiados [cubanos], particularmente los
niños huérfanos; cuarto, demostrar el fracaso del régimen
cubano para cumplir las promesas realizadas [...]; quinto,
poner de realce las condiciones intolerables en Cuba, y la
situación de los cubanos en la Isla; sexto [no legible]; sép-
timo, publicar que los ciudadanos comunes y no sólo los
ricos, han huido de Cuba [...] [Para ello] se deberán utilizar
todos los medios de comunicación masiva [...]. Retomar el
ideario de Martí [...] Popularizar canciones mediante co-
merciales que aludan a estas consignas [...] 17

Cambiando algunas palabras, esto podría ser un plan actual.


Pero la Operación Mangosta también incluía riegos químicos
contra las plantas de caña, y otros productos agrícolas. Atenta-
dos contra el Comandante Fidel Castro, que iban desde el asesi-
nato, hasta la caída de su barba, a la cual se achacaba su atracción
hacia el pueblo. Para estas y otras acciones terroristas, la CIA se
apoyó en el mundo del crimen, destacándose los poderosos
mafiosos John Rosselli, Santos Trafficante y Momo Salvatore
Giancana. 18
A fines de enero de 1962 Cuba fue expulsada de la OEA. Segui-
do, Estados Unidos pide a la Organización del Tratado del Atlántico
Norte (OTAN), que tome en cuenta la decisión de la OEA, para que
sus integrantes presionen al gobierno revolucionario. Igualmente, pide
a sus aliados que prohíban el comercio voluntario de materiales es-
tratégicos con Cuba y reduzcan el comercio en general con ese país.
16
Informe de la Comisión Especial del Senado estadounidense sobre conspiraciones para asesi-
nar a dirigentes de otros países (“Alleged Assassination Plots Involving Foreign Leaders”),
Washington, noviembre de 1975.
El lunes 17 de noviembre de 1977, el Pentágono desclasificó otras mil quinientas páginas
sobre Cuba. En ellas se encuentran muchísimas sugerencias –catalogadas por el diario
español El País como “surrealistas”–, que los distintos organismos de espionaje y seguri-
dad estadounidenses le propusieron al presidente Kennedy, para derribar o desacreditar
al gobierno revolucionario. Por ejemplo, si el primer vuelo orbital de la nave Mercury,
no hubiera podido regresar a tierra el 20 de febrero de 1962, Kennedy habría acusado
como culpables a “los comunistas de Cuba”, por haber provocado “interferencias elec-
trónicas”.
17
Ídem.
18
Ídem.

17
Casi todos los gobiernos del mundo aceptaron de buena gana la
petición.
Mientras tanto, la CIA infiltraba en Cuba varios equipos de
agentes para unificar y entrenar, en tácticas de sabotaje y siste-
mas de comunicación, a los focos contrarrevolucionarios.

Acababan de ser derrotados los últimos reductos de la fuerza


mercenaria, cuando Kennedy daba respuesta a una nota de ad-
vertencia soviética, en el sentido de que otra agresión militar a
Cuba podría poner en peligro la paz mundial. El presidente ne-
garía, nuevamente, que EstadosE Unidos tuviera la intención de
invadir a Cuba. Pero dejó claro que: “aunque se abstiene de una
intervención militar directa, el pueblo de EE.UU. no oculta su
admiración por los patriotas cubanos”.
En los comienzos de 1962, como parte de la Operación Man-
gosta, se inicia un reclutamiento masivo para conformar “Unida-
des cubanas” del Ejército estadounidense. Como reconocimiento
al favor prestado, a los vencidos de la Brigada 2506 se les ofrecía
ingresar con el grado de oficiales.
El gobierno revolucionario comprendió que se aproximaba
una nueva tentativa de invasión. Si Estados Unidos utilizaba de
verdad su poderío militar, sería difícil mantener viva la sobera-
nía. Pero por lo menos debería recibir contundentes golpes antes
de que se volviera a apropiar de la Isla. Se debía, entonces, encon-
trar armamento pesado. Y la Unión Soviética lo facilitó.
El 16 de octubre de 1962, el presidente Kennedy conoció que
se estaban instalando misiles con cabeza nuclear en Cuba, ante lo
cual aprueba un bloqueo naval a la Isla para detener los barcos
soviéticos que transportaran armas. Al mismo tiempo ordenaba
mantener en alerta máxima a miles de hombres, aviones y bar-
cos, pero una parte de esa fuerza militar ya estaba preparada desde
abril, como bastión de la Operación Mangosta. Se daba inicio a
la llamada “Crisis de los Misiles”, o “Crisis de Octubre”, que
tuvo al mundo a punto de una conflagración de alcances
apocalípticos. No es necesaria mucha imaginación para saber que
los contrarrevolucionarios que aún no se habían decidido a in-
gresar en el Ejército estadounidense, se enrolaron en ese momen-

18
to. El cerco naval, apoyado por la aviación, fue al milímetro. Lo que
“no fue óbice para que se continuaran los ataques comando a las
costas de Cuba”.19
Se llegó a la negociación. La Unión Soviética retiró los cohe-
tes, y Estados Unidos se comprometió a no invadir Cuba, ni a
permitir que los exiliados llevasen acciones ofensivas desde su
territorio. Esto ofendió gravemente el orgullo de los contrarre-
volucionarios al sentirse traicionados, relegados, desamparados.
El 22 de noviembre de 1963 fue asesinado el presidente Kennedy.
Las investigaciones no descartaron el hecho de que exiliados cu-
banos, como represalia, participaran en el crimen. Las mismas
sospechas transitaron ante la violenta muerte de Robert Kennedy
y el mafioso Giancana. No habían cumplido su palabra de ayu-
dar a “liberar” Cuba.
Al asumir Lyndon Jonhson la presidencia, entre sus inmediatas
declaraciones estuvo: “Nuestra primera tarea debe ser aislar a Cuba
del sistema Interamericano.” Y así sucedió. Todos los países del
continente, con excepción de México, le dieron la espalda al go-
bierno revolucionario. Pero la incomunicación no debía ser sólo a
nivel estatal. Bajo control de la CIA, se enviaron cubanos exiliados
a residir en países de América Latina. Su tarea consistía en organi-
zar delegaciones que hicieran propaganda contrarrevolucionaria.
Pero “Estábamos arando en el mar. La falsa imagen de Fidel Cas-
tro como un rebelde romántico era muy poderosa [...] el sentido
de antiamericanismo en Latinoamérica era muy fuerte, y nosotros
estábamos subvencionados por los Estados Unidos [...]”20
Para mala suerte de los contrarrevolucionarios que querían,
sin más tardanza, a Cuba en manos de Estados Unidos, la aten-
ción de Washington, se volcó gradualmente en el conflicto de
Viet Nam y el Sudeste asiático. Allá debieron ir a combatir mu-
chos estadounidenses de origen cubano. Pero con anterioridad,
la CIA había enviado unas docenas de ex brigadistas al Congo para
dar “caza” al Che Guevara. Este “Grupo Voluntario Cubano” estaría
activo hasta 1966, combatiendo contra las fuerzas rebeldes lideradas
por Pierre Mulele y Laurent-Désiré Kabila, como integrantes de una
gran fuerza mercenaria que incluía ingleses, belgas, sudafricanos, fran-
ceses y alemanes. Hasta hoy, los sobrevivientes de ese “Grupo” se
19
Miguel Talleda: Alpha 66 y su histórica tarea, Ediciones Universal, Miami, 1995.
20
Enrique Encinosa: Ob. cit.

19
ufanan por haber prestado cobertura aérea para la evacuación de
Leopoldville y frenado la ofensiva de Mulele, en un brutal bombardeo
al Valle de Kwilo.
En Viet Nam, su actividad militar central fue colaborar con la
tribu Meo de Laos. “Esta tribu era conocida anteriormente como
traficante de opio, una actividad que la CIA no trató de detener.
Por el contrario, la frontera entre armas y drogas era bastante
flexible en esta operación secreta. En este aspecto, los cubanos
con experiencia de la mafiosa Habana pre-revolucionaria, eran
unos buenos colaboradores.”21 El más destacado de ellos sería el
oficial de la CIA, Félix Rodríguez, especialista en operaciones
comando, quien acababa de “glorificarse” por haber asesorado al
ejército boliviano en la captura y asesinato del Che Guevara, en
octubre de 1967.
El focalizar los recursos militares y económicos en Viet Nam,
mutiló gravemente las acciones contrarrevolucionarias.

Hacia finales de los sesenta, el exilio estaba agotado.


Muchos movimientos habían desaparecido lentamente.
La situación era triste, dominada por el cansancio colec-
tivo de los combatientes. No había financiamiento eco-
nómico de los americanos para comprar equipo bélico y
lanchas rápidas. Los menos, los más tercos, se mante-
nían activos, agrupándose, dividiéndose, y agrupándose
de nuevo [...]22

El 4 de abril de 1972 estalló una potente bomba en el techo de la


Oficina de Asuntos Comerciales de Cuba en Montreal, Canadá. La
explosión del artefacto, fabricado con explosivo plástico, de uso fre-
cuente por la CIA, mató a un diplomático e hirió otros siete. El
Frente de Liberación Nacional de Cuba (FLNC) lo reivindicó. No
era la primera vez que se realizaba este tipo de acto terrorista contra
F

funcionarios o intereses del gobierno cubano. Pero lo que vendría a


partir de ese momento dejaba de ser suceso esporádico, para pasar a
21
Vegard Bye: La paz prohibida. El laberinto centroamericano en la década de los ochenta, Ed.
Departamento Ecuménico de Investigaciones, Costa Rica, 1991.
22
Enrique Encinosa: Ob. cit.

20
convertirse en la Guerra por los caminos del mundo. Una estrategia
de los contrarrevolucionarios basada en la conjugación de acciones
dinamiteras, con operaciones comando a Cuba. Las bombas se mul-
tiplicaron. Ya no sólo hacia objetivos cubanos, sino contra aquellas
dependencias gubernamentales o particulares que tuvieran relaciones
con el gobierno de la Isla. En Nueva York se lanzó una bomba al
auto del diplomático Ricardo Alarcón, sin pérdidas humanas. Ex-
plosivos estallaron en México, Argentina, Jamaica, Venezuela, Co-
lombia, Puerto Rico, etc. La mayoría de ellos reivindicados por el
Frente de Liberación Nacional de Cuba, organización terrorista que
contaba con un brazo legal para reclutamiento y logística, llamado
Abdala.23 Aunque las divisiones, por intereses personales y de grupo,
no faltaban, otros dos aparatos del exilio se entendieron con el Fren-
te de Liberación Nacional de Cuba en esta sangrienta estrategia. Uno
era Alpha 66, y la Representación Cubana en el Exilio (RECE), que
en esos momentos contaba entre sus dirigentes al ex brigadista Jorge
Mas Canosa.
Juan Felipe de la Cruz llegó a España y pasó a Francia ayudado
por Carlos Alberto Montaner, contacto de la CIA en Madrid, se-
gún la Seguridad cubana. Tenía como misión el colocar una bom-
ba en la Embajada de Cuba en París. Pero el 3 de agosto de 1973, el
explosivo le estalló mientras lo preparaba en un hotel de Avrainville,
cerca de París. Su entierro en Miami fue multitudinario. El Frente
de Liberación Nacional de Cuba y la Representación Cubana en el
Exilio anunciaron como suya la preparación del fallido atentado.
A mediados de los setenta el terrorismo arreciaría. Dos espe-
cialistas de la CIA en sabotajes salían libres, luego de pasar un
breve período en prisión, acusados de actos terroristas: Orlando Bosch
y Guillermo Novo. Éstos, en 1976, serían los animadores centrales
de la Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unitarias
(CORU). Posteriormente, a Novo y Bosch el FBI les adjudicaría más
de setenta acciones terroristas. Descontando su participación en el
tráfico de drogas junto a otros militantes contrarrevolucionarios, ac-

23
Enrique Encinosa: Ob. cit. El autor de este libro reconoce haber militado en Abdala.
Por lo tanto tiene plena autoridad para escribir que el Frente de Liberación Nacional de
Cuba fue estructurado por “varios veteranos de las operaciones de la CIA en los años
sesenta, algunos miembros de la Brigada 2506, y dirigentes de la Agrupación Abdala”.
Ésta “con sus centenares de miembros jóvenes, le daba al FLNC una base de apoyo más
amplia que a otros, tanto para la recaudación de dinero, como para el nivel operacional”.

21
tividad que servía para financiar las acciones terroristas y el provecho
personal.24
Pero las autoridades estadounidenses comenzaron a preocuparse.
Ya se les estaba escapando de las manos la situación; sabían qué clase
de elementos habían formado y hasta donde podían llegar si se les
dejaba. A ello se sumaba la presión que empezaron a ejercer muchos
gobiernos, en particular los de Francia y España. En París, los terroris-
tas lograron atentar contra la Embajada; mientras, el consulado en
Miami era sacudido por otra explosión. En Madrid, una bomba
destruyó todo el piso de la representación diplomática.
No quedó otra alternativa que perseguir y encarcelar algunos re-
calcitrantes actores. Y esto hirió al exilio:

Los americanos nos habían enseñado a usar explosivos,


nos habían entrenado en navegación, nos habían prepa-
rado militarmente y un día decidieron que ya no hacía-
mos falta. [...] Lo que hacíamos en 1963, con la venia de
la CIA, diez años más tarde era un acto criminal [...]25

Para rebosar la copa, a mediados de los años setenta, al firmar-


se el acuerdo de paz en Viet Nam, la CIA licenció en masa a
miles de sus agentes, la mayoría de origen cubano. Al ver el con-
junto, no es de extrañar que durante 1975 las oficinas del FBI y el
aeropuerto de Miami, recibieran nueve bombas.
Según miembros del propio exilio, al quedar sin el apoyo político
y financiero estadounidense se forzó el camino de la violencia ciega,
casi demente. “Si una misión comando podía costar cincuenta mil
dólares, involucrando a dos docenas de combatientes, el dinamitar
una embajada en un país extranjero se podía hacer con un par de
hombres y a un costo de menos diez mil dólares por acción.” 26
En agosto de 1976, en Washington, el ex ministro chileno del
gobierno de Salvador Allende, Orlando Letelier y su secretaria
24
Peter Dale Scott y Jonathan Marshall: Cocaine Politics. Drugs, Armies, and the CIA in Central
América, Ed. University of California Press, Los Ángeles, 1991.
En esa época, según investigaciones federales, la Coordinadora de Organizaciones Re-
volucionarias Unitarias y Abdala-Frente de Liberación Nacional de Cuba, entre otros,
se financiaban en parte con el tráfico de drogas que realizaban algunos militantes. Frank
Castro, ex brigadista y René Corvo fueron de los que más dinero ilícito aportaron a esas
organizaciones. Ambos estuvieron implicados en el Irán-Contragate.
25
Enrique Encinosa: Ob. cit.

22
estadounidense Ronni Moffitt, murieron cuando una bomba destro-
zó su vehículo. Esto desencadenó una de las más grandes investiga-
ciones federales. Durante cuatro años varios cientos de
contrarrevolucionarios fueron detenidos. Hasta que Michael
Townley, un estadounidense que trabajó como experto en explo-
sivos para el servicio de inteligencia del dictador chileno, Augusto
Pinochet, acusó directamente a los hermanos Ignacio y Guillermo
Novo. Lo habían hecho para recibir ayuda y porque, según ellos,
Letelier trabajaba para la Seguridad cubana. Casi por las mismas
fechas, un comando secuestró y desapareció dos diplomáticos cu-
banos, radicados en Buenos Aires. Los sectores más reacciona-
rios del exilio llamaron a tal acto “operación audaz”.
Pero no sólo eran bombas lo que utilizaban los contrarre-
volucionarios para mantener la zozobra contra el pueblo cubano,
su gobierno y aliados comerciales o políticos. Según un despacho
de la agencia de prensa UPI, del 9 de enero de 1977, “la CIA
rehusó comentar una información según la cual ella podría estar
implicada en una epidemia premeditada de peste porcina africa-
na en Cuba en 1971. [...] La introducción habría sido realizada
por agentes cubanos anti-castristas”. En septiembre de 1984 varias
agencias de prensa publicaron las declaraciones de Eduardo
Arocena, cubano-estadounidense, quien reconoció ante un tribu-
nal de Estados Unidos haber introducido en Cuba, en la década
del setenta, sustancias biológicas para propagar enfermedades en-
tre la población por orden de la CIA. Son tan sólo dos ejemplos,
de ello, existen muchísimos casos, probados ante instancias in-
ternacionales y producidos desde el momento que la Revolución
toma el poder, pero ningún acto terrorista fue tan trascendental
durante esa estrategia dinamitera como la voladura de una nave de
Cubana de Aviación, cerca a las costas de Barbados, el 6 de octubre
de 1976. Orlando Bosch y Luis Posada Carriles, ambos operarios de
la CIA, especializados en Fort Benning, fueron detenidos en Vene-
zuela acusados de la planificación del atentado. Setenta y tres perso-
nas murieron, entre ellas el equipo juvenil de esgrima cubano. “El
impacto de la acción fue brutal, tanto para Cuba como para el exi-
lio”.27 Fue el preludio para el fin de la Guerra por los caminos del
mundo.

26
Ídem.

23
Pero la agresión continuaría. Llegaban los años ochenta, y la es-
trategia estadounidense para acabar con el sistema socialista cuba-
no se iba a readaptar. Y los contrarrevolucionarios debían
reacomodarse a ella: así sucede cuando se es un simple colabo-
racionista.

27
Ídem.

24
“En Polonia se le impuso el marxismo a la gente.
Parece que en Cuba la Revolución fue más inteli-
gente y comprometió al pueblo”

MONSEÑOR AGUSTÍN ROMÁN


Obispo auxiliar de Miami

La Ermita de La Caridad es pequeña, no muy alta y de sencilla


arquitectura. Parte de los pocos metros que hay entre ella y el
mar están destinados para la meditación: así lo recuerdan varios
letreros. La decoración interior es igual de sobria. Al entrar, a la
derecha, hay una mesa con dos cajas medianas que contienen
pequeñas botellas plásticas que, suponemos, no deben tener una
capacidad mayor de ciento cincuenta mililitros. Un aviso ofrece
tomar la cantidad deseada, llevarla hasta la curia, donde las llenan
con agua bendecida. En las botellas están inscritas las indicacio-
nes de cómo usar el líquido. El precio del conjunto es accesible:
tres por un dólar.
Unos pocos minutos después de la hora propuesta llegó Mon-
señor Agustín Román todo vestido de negro –en medio de ese
ardiente sol– lo que contrastaba con su pelo blanquísimo. Luego
de cuatro o cinco preguntas sobre nuestra procedencia y el fin de
la entrevista, nos invitó a su oficina. A las cuatro de la tarde la sed
nos devoraba, y Monseñor Román sólo nos podía ofrecer café
caliente. No quedó más remedio que volver a salir. Por suerte a
dos metros de la puerta, protegidas del sol, había tres máquinas
distribuidoras de Pepsi Cola.
Monseñor Agustín Román fue ordenado sacerdote en 1959. Y
expulsado a España, junto con otros ciento treinta curas y un obis-
po, en septiembre de 1961. En mayo de ese año, el gobierno revo-
lucionario había anunciado que no permitiría la permanencia en el
país de religiosos contrarrevolucionarios, sin importar la nacio-
nalidad. Aunque le insistimos de varias formas, y le mencionamos
algunas fuentes, el obispo siempre negó que hubiera existido una
25
participación de eclesiásticos en grupos sediciosos. Es de los pocos que
en Miami desconoce esto: “A principios de la lucha clandestina, las
iglesias y sectas religiosas jugaron un papel destacado [...] Muchos sa-
cerdotes, entre ellos el Padre Ismael Testé, participaron activamente en
el clandestinaje.”1 También ignora, por ejemplo, que el grupo terrorista
de influencia católica, Movimiento 30 de Noviembre, escondió más
de una tonelada de explosivos aportados por la CIA “en el sótano de
una iglesia capitalina”.2
Monseñor Román nos negó muchas cosas que son tan reales
como las palmas de su país. Esto hacía que a cada minuto que
pasaba, su hablar pausado y ceremonioso nos molestara. ¿Acaso
no es cierto que recién los “Barbudos” tomaron el poder, se empe-
zó a fraguar la Conspiración Trujillista? Muchos textos cuentan
que el sacerdote Ricardo Velazco era el contacto para el ingreso de
las armas. Velazco fue detenido en agosto de 1959, cuando llegaba
clandestinamente a Cuba para ultimar detalles. También se sabe
que dos sacerdotes desembarcaron, y fueron capturados, junto a
los mercenarios de la invasión por Bahía de Cochinos. Que en ese
mismo año 1961 fueron arrestados tres prelados españoles y uno
cubano “por servir como capellanes de grupos armados”.3 Ni el
jefe contrarrevolucionario, Manuel Artime, llegó a negar que los
jesuitas le facilitaron el ingreso a la Embajada estadounidense dis-
frazado de jesuita. Y que estos clérigos, con agentes de la CIA, lo
sacaron clandestinamente hacia Estados Unidos en diciembre del
año 1959.4 Lógicamente, Monseñor Román es de los escasos que
ignoran cuánto fue golpeada la contrarrevolución durante la déca-
da del sesenta, al tener que partir esa cantidad de religiosos: “la
resistencia comenzó a perder uno de sus puntos de apoyo signifi-
cativos”. 5
En marzo de 1966, uno de los últimos “apoyos” lo brindó el
franciscano Miguel Ángel Loredo. Éste ocultó en el convento a
un contrarrevolucionario, quien al no poder secuestrar un avión,
asesinó al piloto y otro miembro de la tripulación.
1
Enrique Encinosa: Cuba en guerra. Historia de la oposición anti-castrista, 1959-1993, Ed. El
Fondo de Estudios Cubanos de la Fundación Nacional Cubano Americana, Miami,
1995.
2
Idem.
3
El Nuevo Herald, Miami, 21 de diciembre de 1997.
4
Haynes Johnson: “Testimonio de Manuel Artime Buesa”, en La Baie des Cochons.
L’invasión manquée de Cuba, Ed. Robert Laffont, París, 1965.
5
Enrique Encinosa: Ob.cit.

26
Y como Monseñor Román no sabía de lo anterior, decidimos no
preguntarle sobre la Operación Peter Pan. Pero luego, por un folleto
que nos regaló, supimos que sí sabía de ella. Para Monseñor Román
y otras autoridades eclesiásticas del exilio, Peter Pan fue “un ejemplo
notable de los frutos logrados gracias a la voluntad y organización de
la sociedad civil dentro de la Isla, y a la solidaridad humana y eclesial
fuera”.6 Aunque renglones después es más preciso, al reconocer que
“se hizo a través de una red de personas en la Isla, de la Iglesia
católica y del gobierno norteamericano [...]”
La Operación Peter Pan, si se da la versión correcta, ha sido una de
las acciones de guerra ideológica y sicológica más sucia que el gobierno
estadounidense ha realizado contra la Revolución cubana. Y donde la
participación de las diferentes iglesias, en particular la católica, fue fun-
damental. La historia es simple. En enero de 1961, se empezó una
gigantesca propaganda donde se aseguraba que el “comunismo” arre-
bataría los hijos a sus padres, al asumir la patria potestad, para enviarlos
a los países socialistas y adoctrinarlos. Entonces se da amplias facul-
tades a Monseñor Bryan Walsh para que concediera visas a cualquier
niño cubano entre los seis y dieciséis años. Aterrorizados, los padres
aceptaron la dura separación.
El Catholic Welfare Bureau se distinguió en dicho trabajo su-
cio. No sólo recibía a los niños en Miami, sino que vertebró una
red clandestina de ayuda interna, para facilitar la salida del país a
miles de ellos. El principal integrante de esa red era el movimien-
to terrorista Rescate Revolucionario, dirigido desde Miami por
el ex senador batistiano Antonio Tony Varona, miembro de la
CIA y socio del poderoso mafioso Santos Trafficante.7 La aristo-
crática familia del ex presidente cubano, Ramón Grau, se encar-
gó de la mayor parte de esas salidas, apoyándose en las embajadas
de Gran Bretaña y España, principalmente. A los Grau se suma-
ron “docenas de sacerdotes católicos y ministros protestantes...”.8
La red incluía a las aerolíneas estadounidense Pan Am y holandesa
KLM.

6
“Creced. Documento final”, en Conclusiones del Encuentro Internacional de las Comuni-
dades de Reflexión Eclesial Cubana en la Diáspora, Ed. Creced, Miami, 1993.
7
La relación entre Varona y Trafficante quedó clara en el Informe de la Comisión Especial
del Senado estadounidense sobre conspiraciones para asesinar a dirigentes de otros países,
(“Alleged Assassination Plots Involving Foreign Leaders”), Washington, noviembre de 1975.
8
Mignon Medrano: Todo lo dieron por Cuba, Ed. El Fondo de Estudios Cubanos de la
Fundación Nacional Cubano Americana, Miami, 1995.

27
Las visas se mandaban por centenares a Cuba. Pero cuando éstas
no alcanzaron, dada la ascendente demanda, entonces “el movimien-
to decidió falsificar sus propias visas dentro de la Isla”.9 Entre enero
de 1961 y octubre de 1962 fueron autorizados catorce mil ciento
cincuenta y seis visados. Niños y adolescentes, al llegar a Miami, eran
internados en centros especiales dentro de un programa llamado
“Niños sin acompañantes”, de la Diócesis de Miami. Esta operación
recibiría una impactante publicidad mundial cuando, en un acto cal-
culado, la primera dama Jacqueline Kennedy visitó los campamentos.10
A mediados de 1961 la Operación Peter Pan se enmarcaría dentro
de la Operación Mangosta, dirigida por la Agencia de Información
de Estados Unidos. El último de los campamentos fue cerrado en
1981. En el libro Contra viento y marea,11 escrito por algunos de los
jóvenes que vivieron la experiencia, se expresa: “La partida de los
niños se había utilizado principalmente como campaña propagan-
dística. Lo que saldría de los campamentos sería una generación he-
rida.”
Hubiéramos querido preguntarle muchas cosas a Monseñor
Román. Pero para qué, si de lo esencial daba señales de no tener
información, llegando al colmo de negar que buena parte del exi-
lio se ha caracterizado por violento e intransigente, porque los
asesinatos y actos terroristas no sólo se dieron durante la Guerra
por los caminos del mundo. Según el FBI, entre 1986 y 1990,
Miami se convirtió en la primera ciudad de Estados Unidos en
atentados anónimos, principalmente dirigidos contra aquellas
personas e instituciones que proponían un acercamiento y diálo-
go entre los gobiernos cubano y estadounidense.
Nos hemos arrepentido de no haberle preguntado a Monse-
ñor Román, el porqué fue uno de los que dio apoyo, y levantó
plegarias, buscando la libertad del terrorista Orlando Bosch. Y
por qué es parte de la directiva de Of Human Rights, ente creado
por la ya desaparecida organización terrorista Abdala.
Lo que sí dejó traslucir Monseñor Román, es que comparte el
ambiente pesimista que existe entre muchos, ante el posterior
resultado que pueda dar la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba,
porque ya pocos imaginan que el Pontífice tenga entre sus metas
9
Enrique Encinosa: Ob. cit.
10
Informe de la Comisión... ob. cit.
11
Grupo Areíto: Contra viento y marea, Ed. Casa de las Américas, La Habana, 1978.

28
el ayudar a desestabilizar al régimen. Saben que por Cuba han pasa-
do otros altos jerarcas religiosos, como el Gran Rabino de Israel, sin
que esto produjera repercusiones en el sistema político. Aunque es
cierto que no hay otro guía espiritual que tenga la proyección e in-
fluencia mundial del Papa. Se conocen investigaciones, desapasionadas
políticamente, donde se demuestra que la libertad de cultos siempre
ha sido permitida en Cuba. De otra forma no se puede explicar el
que existan cincuenta y cuatro religiones registradas oficialmente, has-
ta algunas que en Europa y Estados Unidos están caracterizadas como
sectas. No es un secreto que el ya fallecido sacerdote Guillermo
Sardiñas, aunque tenía grado de Comandante de la Revolución, nun-
ca dejó de oficiar misas, portando la sotana verde olivo. O sea, hay
una creencia espiritual que parece no haber sido incompatible con la
Revolución socialista.
Aunque llamamos varias veces, no logramos encontrar a Monse-
ñor Román. Queríamos preguntarle qué pensaba de ser uno de los
cuatro religiosos, en el mundo, que el gobierno cubano prohibiera su
ingreso durante la visita del Papa.12

—Monseñor Román, al leer varios libros escritos por personas que


se dicen anticastristas, es fácil concluir que buena parte del sacerdocio
católico participó y/o apoyó acciones contrarrevolucionarias durante
la década del sesenta. Que además los templos sirvieron para esconder
armas y explosivos, con los que se realizaron atentados terroristas.
—Hijos, eso no es cierto. No sé de donde los autores habrán
sacado esa información, pero no es cierto. Mostrar el camino del
Reino de Dios es suficiente para un sacerdote. Y en mi caso personal,
nunca tuve comunicación política con nadie.
12
A Monseñor Agustín Román y al también sacerdote de la Ermita de la Caridad, Francis-
co Santana, se les negó el permiso de entrada a Cuba por sus estrechas relaciones con la
extrema derecha del exilio cubano. El prelado Miguel Loredo y el cardenal de Nicara-
gua, Miguel Obando y Bravo, son los otros dos miembros eclesiales que no pudieron
tocar territorio cubano. Loredo, por haber sido cómplice de un asesino; el cardenal por
sus posiciones ultrarreaccionarias, además del apoyo que le brindó a la fuerza mercena-
ria de la Contra.
A manera de dato adicional sobre el viaje del Papa a Cuba, creemos que es importante
destacar algunas líneas de un artículo publicado por Giulio Girardi en el diario El País,
de España del 16 de febrero de 1998. Girardi, quien junto a otros tres teólogos dialogó
ampliamente con Fidel Castro sobre lo que había sido esa visita pastoral, escribió así:
[Fidel] “estaba convencido de que la mayoría de la población había sido involucrada en
las manifestaciones por las organizaciones de masas y por sus propias intervenciones en
la televisión”.
“A nosotros [los teólogos] nos pareció que al Papa no se le informó de este esfuerzo de
persuasión y de organización realizado por la revolución, por consiguiente se dirigió

29
—Pero se dice que cuando fueron expulsados unos ciento treinta sacerdotes, y
usted estaba entre ellos, la contrarrevolución perdió uno de sus mayores apoyos.
—Les repito que eso no es cierto. Aunque desde antes del triunfo
veíamos que la Revolución tenía una ideología marxista, contra-
ria a los principios de la Iglesia, además, teníamos tanto trabajo
pastoral que no había tiempo para estar apoyando a quienes no
estaban con la Revolución.
Y en lo que a mi respecta, todavía no sé por qué me expul-
saron. Creo que el gobierno quería que apenas quedaran unos
pocos sacerdotes, sobre todo aquellos que estaban revueltos con
el ideal de la Revolución. La Revolución quiso hacer una Iglesia
nacional, y para ello buscaron un obispo, pero ninguno se pres-
tó. Entonces, con unos pocos sacerdotes y un grupo de jóvenes
laicos, crearon lo que se llamó “Con la Cruz y con la Patria”.
Pero yo no supe que alguno de los expulsados se hubiera presta-
do para ayudar a los que ponían bombas. Eso fue un invento.
—Monseñor Román, a pesar de haber sido expulsado a España
¿por qué decidió venir a Miami?
—Mi decisión de venir a esta ciudad fue para ayudar a los
exiliados, esperando que el sistema cubano cayera. Pero aquí es-
tamos todavía.
—Es muy comentada, en Estados Unidos como en muchos otros
países, la intransigencia y violencia de este exilio. Un exilio que ade-
más está inmensamente dividido. Como guía espiritual, ¿cuál es su
opinión?
—Hijos, todo el exilio se unifica en la búsqueda de libertad.
Ahora, yo creo que la intransigencia del exilio es consecuencia
del marxismo. En Cuba la gente tiene que pedir permiso para
todo, hasta para bailar. Y cuando llegan aquí, a un país libre, se
dan cuenta que pueden hablar cuanto quieran. Entonces se des-
ahogan y discuten a gritos. Pero no más. Creo que se tiene una
mala imagen del exilio, porque los europeos y americanos no se dan
cuenta que esa fogosidad es parte del sol caribeño.
—Pero bueno, Monseñor, ¿la intransigencia es debido a la influencia
del marxismo o a la fogosidad del sol caribeño?

frecuentemente a los que estaban presentes en las distintas plazas como si todos fueran
católicos, cuando, en realidad, la mayoría no lo era. También es probable que la Iglesia
local haya intentado atribuirse, ante los ojos del Papa, el mérito principal de esta movi-
lización popular [...]”

30
—A ambos. Hijos, es una mezcla. Aquí discuten por cualquier
cosa, como si el mundo se fuera a acabar. Pero eso es parte de la
cultura del Caribe, del latino. Ahora, el que existan esa cantidad
de grupos, creo que es parte de la democracia. La democracia es
la libertad de pensar. Porque cada uno puede decidir el cómo
hacer a Cuba libre. Pero aquí no hay divisiones, hay diferentes
formas de pensar, a veces muy nerviosas, insisto, a lo caribeño.
—Disculpe que le repitamos la pregunta de una forma más direc-
ta: ¿es debido al sol caribeño, el que a usted lo hayan insultado e
intentado agredir físicamente en la calle, amenazado de muerte por
teléfono; y que la policía protegiera esta Ermita debido a las ame-
nazas de bombas, todo eso porque usted realizó una campaña para
enviar alimentos y medicinas a Cuba, cuando pasó el ciclón Lili, en
el año 1996?
—A mí no me parece que eso sea tan grave. No, no. Fueron
simples amenazas, y uno que otro grito. Ustedes saben que nun-
ca falta un loco en este mundo. Pero creo que es la manera como
se expresan algunos grupos. Son simples griterías que asustan a
los europeos. Hijos, somos latinos, siempre exageramos. Si me
amenazaron, fue algo emotivo. Nada más.
—Pero, Monseñor, no nos puede decir que son simples exageracio-
nes cuando aquí han asesinado a muchas personas, a tiros o con bom-
bas. Hasta las oficinas del FBI fueron atacadas por haber abierto inves-
tigaciones contra algunos líderes del exilio.
—Se han puesto algunas bombas, pero no tantas. Han sido
muy pocos los asesinatos políticos o por intransigencia... De pron-
to deberían buscar otra fuente de información, porque yo de eso
sé muy poco. Pero miren, cuando se han cometido esos delitos,
la gente ha protestado. Pero yo no conozco el nombre de un
grupo que haya atentado contra alguien. No creo que en este
exilio exista un grupo con corazón para hacerle daño a otro.
—Monseñor Román, en algunos sectores, tanto en Estados Uni-
dos como en Europa, se piensa que la visita del Papa a Cuba traerá
efectos desestabilizadores. Se ha llegado a decir que el Papa desempeñó
un importante rol en los cambios hacia el capitalismo que se dieron en
Polonia, por lo tanto igual podría suceder en Cuba. ¿Cuál es su
opinión?
—Hijos, el Santo Padre va a Cuba porque el pueblo lo espera
desde hace varios años. Ahora, no creo que el Papa vaya a cues-

31
tionar al sistema cubano. Y si lo hace, será para reafirmar lo que ya
han dicho y hecho los grupos de derechos humanos. Pero Cuba no
es Polonia. En América Latina las raíces de la evangelización sólo
tienen quinientos años, y en Polonia tenían un milenio. La evangeliza-
ción en Polonia ya tenía una edad adulta. Por eso el mensaje del Papa
en Polonia fue precioso, como una clase de historia, donde les fue
recordando muchas cosas.
—Pero es más fácil convencer a un niño que a un adulto.
—No se crean. Además, el pueblo cubano ha recibido más ideo-
logía marxista que el polaco. Según lo que he entendido del comu-
nismo, pues no soy especialista en ello, en Polonia se le impuso el
marxismo a la gente. Parece que en Cuba, la Revolución fue más
inteligente y comprometió al pueblo. Ahora, lamentablemente, la
visita del Santo Padre a Cuba no tendrá el mismo efecto, el impac-
to, como para ayudar a desestabilizar al gobierno. Eso lo podre-
mos ver en los años siguientes.
El discurso del Santo Padre no será novedoso para los cuba-
nos, porque ese pueblo ya ha escuchado muchos mensajes de la
Iglesia, a través de las radios en el exilio, y que sin duda los ha
puesto a pensar. El mensaje del Papa, como siempre, será de amor,
reconciliación, esperanza y caridad. Al pueblo cubano ya le ha
ido llegando otro tipo de mensaje para ayudarle a abrir los ojos.
Y eso lo ha hecho hasta la prensa europea cuando pasa por Cuba:
esos periodistas hablan con la gente para que no se sigan dejando
engañar por ese sistema marxista.
—Vamos a otro tema, Monseñor Román. Nos parece que la Igle-
sia católica apoya a los movimientos disidentes en Cuba.
—La Iglesia considera que esos grupos merecen respeto, sobre
todo los que se preocupan por los derechos humanos. Porque ese
tema es muy importante para la Iglesia. Pero la Iglesia como tal
no apoya ninguno.
—Pero hasta donde conocemos, usted y otros religiosos hacen trans-
misiones hacia Cuba, sea por Radio Martí o La Voz del CID, donde
apoyan a los grupos que se proclaman cristianos.
—Pero son cosas mínimas. Nuestra tarea fundamental es ha-
cer conocer el mensaje del Reino de Dios a todos.
—Monseñor Román, cuéntenos ¿cuál es la situación actual de la Iglesia cató-
lica en Cuba?
—La Iglesia ha pasado por ciertos procesos. Primero sufrió
una persecución, donde perdió colegios, hospitales, asilos, todas
32
las instituciones, quedando con los templos y el culto, pues todo pasó
a manos del Estado. Y esto dio un terror tremendo, pues la ilusión
de la Revolución era hacer el hombre nuevo, el marxista, el hombre
científico, como dicen ellos, haciendo olvidar lo espiritual. Por mu-
chos años la Iglesia quedó sin fuerzas. Pero desde finales de los ochenta
ha tenido un nuevo despertar, ha dado pasitos, y creo que ahora tiene
muchos fieles. Y es debido a que hace años no sufre represión. Pero
la Iglesia no tiene nada más que el templo, aunque puede publicar
folleticos para distribuir.
—Finalmente, Monseñor Román, ¿cómo ve usted el futuro de
Cuba?
—Puede ser... Hijos, en encuestas que hemos realizado entre
los creyentes y en reflexiones teológico-pastorales, se hicieron
patentes las analogías del exilio cubano con el Éxodo y la Diáspo-
ra narrados en la Biblia. Esto nos ha reafirmado la creencia que
tienen muchos cubanos, de que lo que ha ocurrido en Cuba no
ha sucedido por casualidad, sino que detrás de todo ello existe un
plan divino, de acuerdo con el cual Dios espera algo especial del
pueblo cubano.
Pero hijos, no es tan fácil. Tal vez hace algunos años atrás veía
el futuro más fácil. Yo sólo creo que el sistema debe caer, de un
momento a otro o lentamente, pero reconstruir a una sociedad
después que ha pasado el marxismo, no es fácil.
—Pero hasta en este mismo exilio de Miami, pocos se atreven a
negar que el actual sistema político cubano le ha dado cosas muy
positivas al pueblo.
—Pero, por ejemplo, el valor de la familia se ha perdido. Y
prueba de ello es la cantidad de matrimonios que se divorcian.
Hijos, en Cuba se casan, se divorcian, se vuelven a casar. Todo de
una manera muy fácil. O ni se casan, son simples uniones. Y eso
no puede ser así. Pero ellos no son culpables: es el marxismo.
—Monseñor Román, en Estados Unidos y Europa sucede igual.
—Sí, pero no con tanta facilidad. Aunque no por esto lo acep-
ta la Iglesia.
Otra cosa que se ha perdido en el pueblo cubano, debido al
marxismo, es la creatividad. Dios ha puesto en el hombre una gran
creatividad, que con el marxismo no se puede desarrollar. Y eso se
ve en los cubanos que llegan aquí. Por un tiempo les cuesta trabajo
acostumbrarse a este país: creen que el gobierno tiene que seguirles
dando todo. Son gente dependiente. Tienen el complejo estatal. Y
33
para que se de un cambio en Cuba, se debe comenzar a quitar esa
mentalidad de dependencia, porque el Estado no les debe seguir dan-
do desde el trabajo, hasta la comida, la educación y la salud.
Hijos, cuando yo era niño quería estudiar. Pero claro, tenía que
pasar bastante trabajo para hacerlo, porque debía ir del campo a un
pequeño pueblo, donde cogía el autobús para llegar a La Habana.
Yo hacía sacrificios, pues además tenía que volver a trabajar a mi
casa: nada me dieron gratis.
Pero en Cuba no: la Revolución todo te lo pone en las manos.
El pobre niño no se da cuenta que hay que merecerlo. Y esos
técnicos, científicos y deportistas que tiene Cuba se lo han gana-
do todo muy fácil. Y así se vuelven dependientes de ese sistema.

34
“Nosotros actuamos dentro de la Ley america-
na. En los campamentos lo máximo que tenemos
son armas semiautomáticas. Claro, de buen tiro”

ANDRÉS NAZARIO SARGÉN


Secretario General del grupo paramilitar Alpha 66

Eran las once de la mañana cuando llegamos a la sede de Alpha 66,


ubicada en el sector conocido como la Pequeña Habana. El amigo
cubano que nos había transportado se disculpó por dejarnos a tres
calles de allí. A pesar de estar contra Fidel Castro, no tuvo problemas
en reconocer el temor que le infunden la totalidad de las organizaciones
contrarrevolucionarias, a las que considera como bandas de locos. Tres
meses antes, a una casa del vecindario le tiraron una bomba Molotov,
por el único motivo aparente de que su propietario envió una carta a
un periódico criticando a algunos líderes del exilio. Entonces no quería
que, al dejarnos frente a Alpha 66, le tomaran el número de la placa al
carro; y si la entrevista que publicáramos no les gustaba, lo buscaran a
él para cobrársela. Nos pareció exagerado, pero respetamos su deci-
sión.
En la puerta había dos hombres charlando. Preguntamos por
el señor Nazario Sargén. Muy cortésmente nos dijeron que esta-
ba esperándonos. El lugar es muy modesto. La mayor parte de
las paredes del salón están tapizadas con fotografías que recogen
reuniones, entrenamientos militares, así como militantes “caídos
en combate” o presos en Cuba. Quien ejercía de recepcionista
anotó en un cuaderno nuestros nombres y la hora de llegada.
A los pocos minutos apareció un hombre pequeño, con lentes y
aspecto inofensivo, que sonriendo se presentó como Andrés Nazario
Sargén. Sin mayores preámbulos nos llevó hasta una estrecha pieza
repleta de papeles, donde nos sirvió una aromática tacita de café.
Pero en ningún momento dejó de hablar, a tal punto que debimos
pedirle que esperara a que tuviéramos en orden la grabadora: des-
pués de saludarnos ya estaba tratando de convencernos de las “vic-
torias” de su grupo en la “guerra” contra el gobierno de Fidel Cas-
tro. Con sus setenta y cinco años, sentado frente a nosotros, parece
un abuelo incapaz de hacerle daño a alguien. Sonriendo constan-

35
temente, es difícil pensar que sea el jefe del grupo paramilitar más
popular de Miami.
Nazario Sargén, al triunfo de la Revolución y luego de participar
del II Frente del Escambray, decide huir hacia Estados Unidos. Poco
después formó parte del núcleo fundador de Alpha 66. Nazario no
pierde oportunidad para recordar que su grupo nunca ha tenido que
ver con la CIA, y llega hasta negar documentos de la propia Agencia
que lo certifican. Ex militantes del grupo aseguran que Nazario y
otros dirigentes de Alpha recibían dinero de la Agencia para que sólo
se preocuparan de preparar ataques terroristas contra Cuba.1
Los principios neofascistas de Alpha 66 llevaron su militancia a en-
frentar los grupos que se oponían a la guerra en Viet Nam. En ciuda-
des como Los Ángeles, Nueva York y Washington, agredieron violen-
tamente a los manifestantes a quienes catalogaban como parte del
“Movimiento comunista internacional”. Sostenían que en Viet Nam
luchaban “americanos y también cubanos por algo tan sagrado como
es la libertad”.2 “Nazis y cubanos atacan a los pacifistas”, tituló en una
ocasión Los Ángeles Times.
Comenzando la década de los setenta, la fascista Liga Mundial
Anticomunista (WACL, siglas en inglés), acepta en su seno a Alpha
66, y en un ataque de delirio, durante el VI Congreso realizado en
México en 1972, se acordó “por unanimidad pedir a la OEA que el
puesto vacante de Cuba comunista fuera ocupado por Alpha 66”.3
Ni a ese Congreso ni al regional de Brasil, en 1974, pudo asistir
Nazario al negársele la salida, por existir “una orden de Washington
que señalaba que por RAZONES DE SEGURIDAD NACIO-
NAL [mayúsculas en el original] el gobierno de los Estados Uni-
dos prohibía entregar dicho permiso”.4 Pero después pudo estar
presente en otros eventos de esa organización.
La investigación realizada en 1975 por una Comisión Especial
del Senado estadounidense llegó a la conclusión que uno de los
grupos del exilio que tenía “los motivos, la capacidad y los recursos”
para asesinar al presidente Kennedy era Alpha 66. A pesar de ello –y
por citar un ejemplo– la Miami City Commission le entregó una
subvención de cien mil dólares en 1982. En la misma investigación
1
Roberto Orihuela: “Testimonio de Enoel Salas”, en Nunca fui un traidor. Retrato de un
farsante, Ed. Capitán San Luis, La Habana, 1991.
2
Miguel Talleda: Alpha 66 y su histórica tarea, Ediciones Universal, Miami, 1995.
3
Ídem.
4
Ídem.

36
quedó al descubierto que este grupo había participado, junto a la
CIA, en por lo menos dos atentados contra la vida de Fidel Castro.
Periodistas como Manuel Abadía, del Excelsior de México, y el esta-
dounidense Jack Anderson, señalaron a Alpha como utensilio de la
CIA. Abadía fue asesinado en 1984 cuando denunciaba a los “desalma-
dos matones” de Alpha, y sus relaciones con la extrema derecha mexica-
na. A finales de los ochenta, se rumoró en Miami que Alpha 66 tenía
previsto atentar contra la vida de Jorge Mas Canosa, debido al liderazgo
y control que el jefe de la Fundación Nacional Cubano Americana
(FNCA), quiso imponer sobre los demás grupos contrarrevolucionarios.
Pero el impase fue rápidamente solucionado. A pesar de que Nazario
siguió criticando a los socios de la Fundación, las relaciones son de
colaboración.
A Nazario le brillan los ojos y se enorgullece del “constante
accionar” que tienen contra el régimen de Fidel Castro. Una
operatividad que se traduce en muy esporádicos ametrallamien-
tos, desde veloces lanchas, contra indefensas embarcaciones
pesqueras. Luego, este criminal proceder es presentado como una
gran hazaña militar, logrando incentivar el sentimiento guerrerista
que los dirigentes del exilio han inculcado básicamente entre sus
compatriotas en Miami. Saben que los ingenuos trabajadores les
enviarán su aporte económico, lo que les permitirá seguir vivien-
do cómodamente y sin esfuerzo.
Aprovechando las facilidades que han brindado todas las
Administraciones estadounidenses desde los primeros días de la
Revolución, Alpha 66 y otros grupos paramilitares organiza-
ron campos de entrenamiento en varias regiones del país, espe-
cialmente en la Florida. En ellos se dio preparación militar a
grupos fascistas mexicanos, vietnamitas, sudcoreanos y contras
nicaragüenses. En las afueras de Miami armaron los campos más
visitados por la prensa en la última década. Nazario ofreció lle-
varnos a uno de ellos.
Al domingo siguiente, nos condujo hasta un lugar situado a unos
cuarenta y cinco minutos de Miami. Al bajarnos, lo primero que hici-
mos fue sacudirnos, pues parte del recorrido se hizo por un camino
destapado, y al modesto carro de Nazario se le colaba el polvo por
todas partes. A la entrada del campamento había tres hombres ar-
mados, paseándose bajo los mástiles de las banderas estadounidense
y cubana. Adentro, casi veinte individuos formaron y Nazario les
pasó revista. Seguidamente, dirigidos por un ex instructor de las Fuer-
37
zas Especiales estadounidenses, se ejercitaron durante escasos treinta
minutos. A primera vista no parece que de ahí pueda surgir ni un
comando capaz de darle temor a las Fuerzas de la Seguridad cubana.
La mayoría supera los cuarenta años, y no pocos la ven difícil para
trotar cien metros, tenderse al piso, disparar, levantarse, y volver a
correr con la mediana destreza necesaria para un asalto.
Eso sí, sin ninguna duda, el traqueteo de estas armas semi-
automáticas nos martillaron fuerte en el oído. Pero más nos pa-
reció un buen pretexto para encontrarse entre amigos un fin de
semana. Y, de paso, impresionarnos. Al finalizar la demostra-
ción, nos ofrecieron un gigante y delicioso sandwich. Mientras
lo consumíamos, no quitábamos los ojos de un niño de escasos
diez años, cuyo padre le enseñaba a disparar una pistola. Su herma-
no, un poco mayor, afinaba puntería accionando un fusil. Am-
bos vestían trajes de camuflaje.
Entre la ida y regreso a ese lugar, completamos la entrevista a
Andrés Nazario Sargén.

—Arranquemos con una pregunta elemental. ¿Cómo nació Alpha 66?


—Cuando yo y un grupo de doce oficiales nos dimos cuenta
de la entrega de Castro a la URSS, decidimos salir clandestina-
mente hacia Estados Unidos. Aquí fuimos internados en una insta-
lación militar pues no confiaban en nosotros. Unos meses después
llega el desastre de Bahía de Cochinos, y en ese momento nos de-
jan libres.
—Disculpe que le interrumpamos, pero ¿cuál era el ánimo de los
exiliados ante la derrota en Bahía de Cochinos?
—La gente no creía en nada, todos estaban en un estado depre-
sivo. Los cubanos, en su mayoría batistianos, decían que si con
todos los recursos que contaban los americanos no se había lo-
grado derrocar a Castro, los liquidados éramos todos nosotros.
Entonces decidimos organizar un movimiento nuevo. Por eso
el nombre de Alpha, que quiere decir principio. Lo de 66 fue por
la cantidad de personas que lo compusimos inicialmente, en Puerto
Rico, a fines de 1961. Nos dimos a la tarea de organizar, no una
invasión, que ya se había probado como ineficaz, sino algo con una
estrategia y un pensamiento nuevo, con un modo de lucha para no
ser derrotados nunca. Y podemos decir que en todos estos años
hemos perdido batallas, pero sin haber sido derrotados.

38
—No han sido derrotados, pero Fidel Castro, que es la pesadilla de ustedes,
todavía está ahí. Pero bueno, ¿qué fue lo que se plantearon en aquel momento?
—Pero oigan, Castro no se ha ido, pero nosotros tampoco he-
mos desaparecido.
En aquel entonces nos propusimos una guerra irregular, cuba-
na, sin pedir permiso a los americanos, con recursos económicos
y humanos propios. También estábamos seguros que en Cuba se
debía crear una organización para derrotar a Castro desde aden-
tro. Y no nosotros, sino el pueblo de Cuba. Nosotros éramos
factores, apoyo. Pero para ello debíamos hacer acciones militares
que crearan una mística, una leyenda, pues sin ella los pueblos no
se levantan.
—Señor Nazario, pero ya se acercan los cuarenta años de Revolu-
ción y el pueblo no se levanta. ¿No es una derrota?
—No. Sabemos que el pueblo cubano cree en Alpha. Que si-
gue haciendo pequeños sabotajes, siguiendo nuestras consignas,
preparando el terreno para el levantamiento.
—Suponemos que en esos años el gobierno estadounidense les ofre-
ció todo tipo de apoyo.
—Sí, pero no en los términos que ustedes se imaginan. Noso-
tros empezamos con acciones tipo comando. En los dos prime-
ros años hicimos catorce ataques. El gobierno norteamericano
empezó a intervenir en nuestro trabajo, seguramente porque nos
vieron muy independientes. Nos empezaron a detener gente, pero
sin condenarlos ni quitarles armas. Pero desaparece Kennedy y la
situación se empeora. Pero seguimos, y varios de nosotros fui-
mos a la cárcel. Además, conseguir los recursos necesarios no era
nada fácil.
—O sea que no tenían buenas relaciones con la CIA, que era la
que manejaba todas las acciones contrarrevolucionarias.
—Nosotros no hemos tenido malas relaciones con la CIA. Pero a
veces llegaban averiguando cosas y hasta metiéndonos miedo. En
todos estos años nos han hecho varias ofertas. Nos han propuesto
trabajar conjuntamente, pero les decimos que no queremos vínculos
con ningún gobierno. Eso sí, les hemos pedido que no nos persigan,
ni quiten las armas, ni los barcos, ni las instalaciones de radio. Siempre
les hemos propuesto que si en verdad tienen ganas de ayudarnos,
tiren unas armas por ahí y nosotros las vamos a recoger. Nos han
dicho que no hay problema por eso, pero que cuál era la nomina que

39
queríamos. Ellos sabían que con ese salario nos metían en un compro-
miso. Y en eso no había discusión.
—Se conoce que el gobierno cubano protestaba por las acciones que realizaban
los exiliados desde territorio estadounidense. ¿Eso les repercutía?
—Cuando Fidel ha protestado vienen el FBI, la CIA y hasta el
Servicio de Aduanas a revisar todo. Nos dicen que está prohibi-
do utilizar el territorio americano para agredir a un Estado con el
cual no se está en guerra. Y, oigan, ellos no estarán en guerra con
Castro, pero nosotros sí.
—Pero según sabemos, ustedes tienen transmisiones de radio ha-
cia Cuba. ¿Los siguen molestando por ello?
—No, eso se arregló. Vinieron aquí, y nos dijeron que si vol-
víamos a salir al aire clandestinamente nos metían en la cárcel.
Entonces ahora tenemos que pagar varios miles de dólares, para
que nos dejen transmitir unas horas hacia Cuba. ¿Se imaginan?
Ahora es una planta comercial.
—Además, ustedes se entrenan cerca de Miami con armas de ver-
dad, balas de verdad, uniformes de campaña. O sea, que sí cuentan
con la complicidad de Washington.
—¡Pero eso es legal! Nosotros actuamos dentro de la Ley ameri-
cana. En los campamentos lo máximo que tenemos son armas
semiautomáticas. Claro, de buen tiro.
—Además de operaciones comando, han realizado otro tipo de
acción militar, por ejemplo, ¿atentar contra Fidel Castro?
—Hemos hecho varios intentos para matarlo, hasta dentro de
la misma Cuba. Yo mismo participé de un atentado contra Cas-
tro en Nueva York, pero el FBI nos descubrió.
—Señor Nazario, el jefe del FBI encargado de la seguridad de Fidel
Castro en esa ocasión, dijo a una comisión del Congreso que la CIA
era quien había organizado el atentado.
—Eso no es cierto. Fuimos nosotros: todos cubanos.
Pero cuando más cerca se estuvo fue en Chile, en 1972. Monta-
mos una pistola en una cámara y registramos a un hombre nuestro
como periodista, pero llegado el momento no tiró, prefirió irse. Lo
que pasa es que matar a Castro es morir, y se necesita demasiado
coraje.
—Pero según documentos desclasificados de la CIA, fue ella tam-
bién quien organizó ese atentado.
—Les repito: no es cierto. Fue gente de Alpha. Pero es posible
que la CIA se haya querido robar la autoría.
40
—Ustedes formaron parte de la Liga Mundial Anticomunista, donde...
—Sí, es cierto. Participamos de la Liga Mundial Anticomunista,
pero siempre me parecieron muy reaccionarios; además hablaban
mucho y daban poco apoyo real. Por eso rompimos con ellos. Estu-
vimos porque se podían hacer denuncias. ¿Pero sabían ustedes que
allí participaban hasta altos jerarcas de la Iglesia católica y políticos
reconocidos mundialmente?
—Sí, lo sabemos, aunque no con la precisión suya. Pero pasemos a
otro tema. Señor Nazario, ¿qué debe hacer Fidel Castro para empe-
zar los cambios que ustedes quieren?
—En primer lugar, y sobre todo, debe organizar un gobierno
provisional e irse de Cuba. No hay otra solución. Él y su camarilla,
que son como ochenta o cien, tienen que desaparecer de la Isla...
Nosotros sólo tenemos una meta: acabar con Castro. Si hay que
matarlo, no importa. Pero tiene que desaparecer. Tampoco crean
que soy un criminal.
—¿Y actualmente realizan acciones militares contra el régimen
cubano?
—Nosotros hemos penetrado en Cuba, aunque siempre nos
han detectado, por lo cual tenemos muchos encarcelados y már-
tires. Pero logramos crear un movimiento espontáneo en el inte-
rior, porque el noventa y cinco por ciento de la población está
contra Castro. Sabemos que se han creado muchas células clan-
destinas de Alpha 66, constituidas por una sola persona, pues
cuando son más de tres los destruyen rápidamente. Es que el apa-
rato represivo de Castro es eficaz...
—Nos atrevemos a pensar que si los detectan con tanta facilidad,
es porque existe una colaboración estrecha entre la población y los
servicios de seguridad...
—Sí, también puede ser. Pero nosotros, a base de sabotajes,
hemos tratado de destruir la economía, no para hacerle pasar
hambre al pueblo, sino para acabar la base económica de donde
Fidel se sostiene. Y eso se está logrando. Hoy Fidel no puede ni
sostener su aparato militar, no se puede enfrentar con nadie, porque
está sin piezas de repuesto para el armamento.
—Y si saben que es así, si está tan limitada la defensa militar cu-
bana, ¿por qué ustedes no intensifican su accionar, o la Casa Blanca
no ordena una invasión?

41
—Ya les dije que los americanos nos mantienen vigilados. Y los
americanos no invaden, porque después de Playa Girón buscan soluci-
ones políticas.
—Si Fidel Castro se va, se muere o lo derrocan, ¿qué pasaría?
—Todo depende de quién tome el poder. Porque si lo toma un
grupo que está manchado de sangre, la guerra va a seguir. Si sigue
el comunismo, la guerra va a seguir. Pero si no es así, esperamos
que planteen pasos hacia un gobierno de transición que llame a
elecciones.
—Tenemos tres últimas preguntas muy precisas. Los enemigos de
Fidel Castro siguen afirmando que fue él quien hizo desaparecer, por
celos de poder, al Comandante Camilo Cienfuegos. Usted, que estu-
vo cerca de Cienfuegos, y que tiene a Fidel Castro como su mayor
enemigo, ¿qué opina?
—Les voy a ser sincero. Castro es mi enemigo pero estoy
seguro que nada tiene que ver con la muerte del Comandante
Camilo Cienfuegos. Camilo, a quien yo admiraba enormemen-
te, desapareció en el mar. Yo ayudé a buscar la avioneta por
varios días. Y nada. ¿Qué pasó? Ese día el tiempo no era bueno.
Y casi todos los pilotos con que contaba la Revolución eran
aprendices. Para mí, el mal tiempo y la inexperiencia del piloto
fueron los responsables.
—La penúltima. Suponemos que usted conoce las declaraciones
que hizo la hija del Che, Aleida, en agosto de 1996. Ella dijo que el
escritor francés, Regis Debray, había hablado demasiado cuando fue
capturado en Bolivia, y que por eso su padre fue ubicado...
—Es en lo único que podría coincidir con la hija del Che. Yo
nunca estuve de acuerdo con el Che, por ser igual que Castro,
pero no por eso hay que desconocer que Debray fue un persona-
je siniestro y peligroso. Se sabe que Debray delató por miedo, sin
que realmente lo torturaran. Y delató porque no creía en esa
Revolución; porque aunque se decía comunista era un simple
aventurero, un oportunista. Yo no conocí directamente a De-
bray, pero supe que tenía un ego inmenso, y se creía con el poder
suficiente para arreglar nuestros problemas... Les repito: nunca estu-
ve de acuerdo con el Che, pero los delatores como Debray no valen
nada, son los peores seres humanos...
—Y la última pregunta. Señor Nazario, quisiéramos que nos saca-
ra de una duda. Si puede, lógicamente. ¿Es verdad que el gobierno

42
estadounidense le pagaba, o le paga, a toda organización que dice luchar contra el
gobierno cubano?
—Miren, les repito: Alpha 66 nunca ha recibido dinero de los
americanos. Pero aquí, en los años sesenta, todos los demás esta-
ban pagados. Los americanos le daban dinero a cualquier organización
para que se mantuviera. Hoy ya no es tanto, aunque parece que por
Europa se están manejando algunas cosas. Pero hasta los años ochenta,
casi todas comían del pesebre americano.
—¿Qué se está manejando por Europa?
—¡Ah, qué pena! Ustedes dijeron que no tenían más tiempo.
“Y para esto, los americanos y nosotros, el
exilio, debemos buscar el apoyo de los europeos,
porque tienen una mejor imagen en Cuba”

43
Al día siguiente de haber llegado a Miami, nos encontramos un ven-
dedor de periódicos callejero. No había que pedirle la carta de iden-
tidad para saber que era un joven cubano. Se nos hizo extraño que en
un país que se ha jactado de darle todo lo necesario a los que llegan
desde la Isla, estuviera ejerciendo esa actividad propia de los sectores
más pobres de la sociedad estadounidense. Entonces así, sin más, se
nos ocurrió hacer un concurso: cuál de los dos encontraba más cu-
JOSÉ BASULTO
ex miembro de la Brigada 2506
Director de Hermanos al Rescate, HAR

banos expendiendo flores, maní, cigarrillos, pan, chicharrones, dul-


ces, en cualquier calle. Antes de los doce días desistimos al haber
perdido ambos la cuenta. No fue necesario caminar mucho en la
ciudad: la popular Calle Ocho –South West, 8th Street– es sufi-
ciente para saber que Miami dejó de ser el paraíso prometido para
los que salen de Cuba. Tampoco vamos a decir que son miles. Miles
y miles son aquellos que por cuatro dólares y cincuenta centavos la
hora se rompen la espalda en las fábricas. Cantidad de dinero que
sólo alcanza para sobrevivir. Como anotó el periodista cubano-esta-
dounidense Luis Orte-ga, en el periódico La Prensa de Nueva York:
“ese exilio cuya imagen era la de ricachones batistianos escapados de
Castro, ya no corresponde a la realidad. Hoy la mayoría es clase
obrera que vive en casas humildes en Hialeah”.
En Miami la gran mayoría de inmigrantes se sienten frustrados
porque Fidel Castro, a quien responsabilizan de todos los males, con-
tinúa en el poder. Pero no desean volver. Aunque añoran la Isla, más
les preocupa su futuro en un país que día a día les cierra las puertas y
niega oportunidades. La llamada Pequeña Habana, en el centro de la
ciudad, es el retrato de la actualidad. Hasta hace diez años era el sitio
ideal para vivir y recrearse. Hoy, los comercios tienen rejas y sistemas
de seguridad: la delincuencia ha crecido enormemente a causa de las
dificultades económicas. Es común encontrar andrajosos y demen-
tes. A buena parte de la clase media no le quedó más alternativa que
escoger otros sitios alejados para habitar y divertirse.
En 1961, a pocos minutos de dejar el aeropuerto de La Habana,
se escuchaba la voz del presidente Kennedy dando la bienvenida a
aquellos que huían, al tiempo que los animaba a que acogieran con fe
44
y entusiasmo esa oportunidad de comenzar una nueva vida en ese
país. 1 Se les dio categoría de luchadores por la libertad.
Automáticamente adquirían la residencia y sin mayor dificultad la
nacionalidad. Durante muchos años tuvieron las prerrogativas que
ninguna otra nacionalidad del continente. Era normal: el imperio
debía apoyar a quienes se ofrecían a ser enemigos de su enemigo.
Desde que el gobierno revolucionario hizo gala de soberanía, el
estadounidense empezó una campaña psicológica de difamación,
desinformación y provocación enorme. Y uno de los objetivos fue
el incentivar la salida de los cubanos, como forma de demostrar que
el sistema es incompatible con su población. Para ello se ha servido
de los medios de comunicación, principalmente la radio. Por las tan-
tas emisoras dedicadas a tal labor se entrevista a un tal “Pepito Pérez”,
que supuestamente llegó hace dos días y ya está trabajando en una
empresa con un salario de varios miles de dólares mensuales. En
Estados Unidos, alardean los locutores, con un “esfuercito” se pue-
de lograr fácilmente ser gerente de una gran industria o constituir la
propia. Qué pena, rezonga una al micrófono, que las cubanas en la
Isla no puedan disfrutar de los preciosos y finos vestidos que pode-
mos lucir nosotras en esta temporada.
El resultado conseguido fue que en 1980 se produjera la salida de
por lo menos doscientos mil cubanos por el puerto de Mariel. Cuan-
do los “marielitos” llegaron a Estados Unidos, Panamá o Perú, mu-
chos fueron enclaustrados en verdaderos campos de concentración,
lo que produjo revueltas apaciguadas a balas y muertos. Se aducía que
el gobierno cubano había aprovechado el éxodo para deshacerse de
una buena cantidad de delincuentes, pero “en realidad, en propor-
ción al número total, la cifra de los criminales era minoritaria”.2 En
Miami, “centenares de marielitos murieron en los primeros años des-
pués de su exilio, acuchillados en broncas, muertos en trifulcas, baleados
por la policía o por otros criminales. Centenares fueron encarcelados
por una variedad de actos delictivos que incluían hurtos, violaciones,
tráfico de estupefacientes y asaltos”.3 Desde Estados Unidos se les
había ofrecido tanto, que al llegar y no encontrar El Dorado, sino
unas limosnas, los “marielitos” tenían que explotar. Pero la explica-
ción que se ha dado ha sido un tanto simplista: “Existían serios pro-
blemas de adaptación a una nueva sociedad en un país extraño, cho-
ques culturales después de haber vivido décadas bajo dictadura.”4
1
Miguel Talleda: Alpha 66 y su histórica tarea, Ediciones Universal, Miami, 1995.

45
Habría que preguntarse si era debido a la “dictadura” o, como dijo
Monseñor Román, los cubanos de la Isla están acostumbrados a que
el Estado todo se los ponga en la mano.
Pero a pesar de toda la problemática social que creó esta fuga
masiva, las instigaciones ideológicas y psicológicas no se detuvieron,
por el contrario, aumentaron. Cuando en 1990 el gobierno de Cuba
declaró el Período Especial, desde Miami se bramaba que en Esta-
dos Unidos sobraba el agua, la electricidad, la carne, el pollo, la leche,
la ropa. Lo que no transmitían era que acceder a ello obligaba a más
de un “esfuercito” para comprarlo. Así crearon la llamada crisis de
los balseros. Esas pobres personas que se montaban en cualquier
cosa que flotara, con la intención de llegar a disfrutar de los privile-
gios que se ofrecían en el paraíso estadounidense, que para la época
existían solamente en las mentiras de los espoleadores. Los primeros
balseros fueron recibidos como héroes. Pero cuando en pocos me-
ses ascendían a cuatrocientos, en Washington se mostraron señales de
preocupación. Y a los cubanos de Miami los balseros empezaron a
molestarles, al punto que para desear el mal a alguien ya no se le
decía: “ojalá te parta un rayo”; sino: “ojalá te caiga en la casa un
balsero”.
Y el que supo sacar una buena tajada del pastel que significó la
desesperación de aquellos que huían, fue José Basulto. Éste, in-
gresaría a Cuba en 1960 como parte de las unidades de infiltración,
encargadas de los preparativos para la invasión por Bahía de Cochi-
nos. Su número de identificación en la Brigada fue el 2522. O sea que
había sido el cubano número 22 en reclutarse para la CIA. Semanas
antes y después de la frustrada operación, los mercenarios de las
unidades fueron detectados y capturados. Basulto alcanzó a escapar,
huyendo por la zona naval de Guantánamo, pero continuó con sus
actividades contrarrevolucionarias, incursionando por las costas cu-
banas para atacar objetivos civiles. Aunque él lo niega rotundamente,
parece que nunca se alejó totalmente de la CIA. Su participación en la
Contra antisandinista, fuerza mercenaria dirigida desde las altas instan-
cias del Pentágono, lo prueba. Andrés Nazario, de Alpha 66, nos dijo

2
Enrique Encinosa: Cuba en guerra. Historia de la oposición anti-castrista, 1959-1993, Ed. El
Fondo de Estudios Cubanos de la Fundación Nacional Cubano Americana, Miami,
1995.
3
Ídem.
4
Ídem.

46
que Basulto era un “mercenario voluntario, manejado por los ameri-
canos”.
Cuando empieza la crisis de los balseros, Basulto se une a otro
veterano de la CIA, Billy Schuss, especializado en infiltración y
ataques comando, concibiendo Hermanos al Rescate.5 Organización
compuesta por personas de varias nacionalidades, todas unidas “por
su deseo de aventura y por sus profundas convicciones anticomunis-
tas”,6 aparentemente creada para salvar a los balseros en las peligrosas
aguas del estrecho de la Florida. Y efectivamente rescató a varios, por
lo cual se le concedió título de “humanitaria” por la gran prensa mun-
dial e instituciones de derechos humanos. Pero atrás de esa acción ha-
bía unos propósitos que nada tenían de altruistas.
A fines de 1994, el gobierno estadounidense, preocupado ante la
dimensión que estaba tomando lo que había ayudado a provocar,
propone a su homólogo cubano la firma de un acuerdo migratorio.
Así, desde mayo de 1995, es prohibido el ingreso ilegal de cubanos a
Estados Unidos. Aunque la práctica seguiría demostrando que toda
aquella persona representando un interés político y publicitario con-
tra el gobierno cubano, sería bienvenida. De todas formas, desde ese
momento quienes no respondieran a esas necesidades, ya no serían
considerados como los “héroes de la libertad que huyen del comu-
nismo”, sino valorizados a nivel de “simples haitianos”, entregados
inmediatamente a las autoridades cubanas, o encerrados provisional-
mente en la Base Naval de Guantánamo en condiciones infrahumanas.
Esto sacudió a la dirigencia del exilio en Miami, al ser tomado como
un acercamiento de Clinton a Cuba, y el comienzo del fin de sus privile-
gios.
De manera urgente, una veintena de organizaciones, identificadas
por sus posiciones de extrema derecha, se reúnen. Entre ellas estaba la
Fundación Nacional Cubano Americana, Fundación Valladares, Alpha
66, Cuba Independiente y Democrática (CID), y Hermanos al Resca-
te. El encuentro tuvo lugar en la sede del grupo paramilitar Brigada
2506, que cuenta entre sus dirigentes a José Basulto. Como invitados
especiales figuraban el congresista Lincoln Díaz-Balart, colaborador en
la redacción de la Ley Helms-Burton, y el terrorista Orlando Bosch.7
Inicialmente, el objetivo central era aunar criterios y trazar una línea de

5
Ídem.
6
El País, Madrid, 1 de marzo de 1996.

47
acción para presionar a la Administración estadounidense de que echa-
ra marcha atrás con el pacto migratorio. Aunque una vez más “el mo-
tivo del encuentro era planear cómo derrocar a Fidel Castro”.8
Al detenerse el flujo de balseros, Hermanos al Rescate vio en pe-
ligro su existencia. Y como salvación le da un nuevo contenido a su
misión: “Ser los ojos del exilio sobre el estrecho de la Florida para
que EE.UU. y Cuba no violen los derechos humanos de los cuba-
nos.” 9 Pero realmente Basulto y Hermanos al Rescate continuaron
con lo que hacían, tras el pretendido rescate de balseros: incitar al
pueblo cubano a complotar contra su gobierno. Pero no sólo eso:
según el agente de la contrainteligencia cubana infiltrado en esa orga-
nización, Juan Pablo Roque, Hermanos al Rescate preparaba ataques
terroristas sobre objetivos civiles y militares en la Isla. Toda esa infor-
mación, más la que recolectó de otras organizaciones como la Fun-
dación Nacional Cubano Americana, la entregó al FBI, para quien
también trabajaba, y por lo cual recibió siete mil dólares de pago,
según reconoció la propia Agencia federal.10 Así, de manera repetida
y provocadora, las avionetas violaron el espacio aéreo de la Isla,
hasta que fueron derribadas dos de ellas, el 24 de febrero de 1996. El
agente Juan Pablo Roque había regresado a Cuba el día anterior. A me-
diados de ese año, cuando Hermanos al Rescate iniciaba otra campaña
para recolectar fondos, y así continuar las actividades ilegales, se
conoció en Miami que la residencia de Basulto costaba más de me-
dio millón de dólares. Y, como sucede con muchos de los líderes
contrarrevolucionarios, no se le ha conocido un empleo que le per-
mita tal lujo.
La sede de Hermanos al Rescate queda en uno de los sectores
más exclusivos de Miami. En la oficina de José Basulto resaltan
las imágenes de Cristo y Gandhi, así como recortes de la prensa
mundial donde se comenta, a grandes títulos, el derribo de las
avionetas. Lo acompañaba una humilde anciana, madre de uno
de los pilotos perecidos. Basulto insistió para que la entrevistára-
mos. Lo hicimos. Pero ella tenía muy poco que decir, fuera de
expresar su dolor. Con él hablamos poco. Sus respuestas las daba
con mucha seguridad y voz enérgica, como si portara uniforme.
7
El País, Madrid, mayo de 1995.
8
Ídem.
9
El País, Madrid, 3 de marzo de 1996.
10
Le Point, París, 27 de julio de 1996.

48
Desafortunadamente no se pudo concretar la invitación que nos
hizo Basulto, al atravesarse otro compromiso insalvable. Ese domin-
go volarían hasta cerca del Paralelo 24 y estaban dispuestos a llevar-
nos. Por supuesto que hubiéramos querido ir. Pero con una condi-
ción: Basulto debería estar con nosotros en la misma avioneta.

—Señor Basulto, cuéntenos cómo comenzó la actividad de Herma-


nos al Rescate.
—Ante todo, quiero aclarar que aunque digan que somos
políticos, Hermanos al Rescate ha sido una organización hu-
manitaria.
El primer vuelo de rescate a los balseros lo hicimos en 1991,
en mi propio avión. Pedimos ayuda a la comunidad y nadie nos
hizo caso. Pero fueron aumentando los balseros. Hasta que en
1994 llegamos a volar unas treinta y dos misiones por semana, a
un costo de casi un millón trescientos mil dólares al año. En esos
momentos era una operación ya financiada totalmente por el
exilio con aportes de personas ricas como la cantante Gloria
Estefan, quien donó un avión en el cual me estrellé. También
American Airlines hizo sus contribuciones.
—¿Cuál es su versión sobre el derribo de las avionetas el 24 de
febrero de 1996?
—Los americanos y el gobierno cubano, sabían que nosotros
íbamos a volar ese día y traspasar el Paralelo 24, porque Juan Pa-
blo Roque, un piloto cubano que se recibió aquí como disidente y
héroe, se los dio. Él nos había infiltrado, trabajando para el FBI y la
inteligencia castrista.
—Pero, señor Basulto, según algunos medios informativos, el FBI
sí les había advertido que en esa oportunidad los aviones iban a ser
derribados, porque el gobierno cubano ya no aguantaba tanta viola-
ción a su territorio. Además, varios medios informativos señalaron
que por eso usted se había quedado cinco millas atrás de los otros dos,
fuera de los límites jurisdiccionales cubanos, salvándose de que lo
derribaran. El piloto-espía, Roque, aseguró que usted había ganado
cuatro mártires...
—¡Falso! ¡Totalmente falso! ¡Veo que hay mucha gente que
está trabajando para los comunistas!
—Discúlpenos, pero es lo que hemos leído. También dicen otros informes que los
aviones de Hermanos al Rescate violaron por lo menos veinte veces el espacio aéreo
49
cubano, y en casi todas esas ocasiones dejaron caer propaganda antiguberna-
mental. ¿Es cierto?
—Es positivo. Una de ellas la realizamos el 13 de agosto de 1995,
cuando sobrevolamos La Habana. Pero fue para distraer al operati-
vo militar cubano que se tenía sobre varias embarcaciones del exilio.
También los días 9 y 13 de enero de 1996, aprovechando las condicio-
nes meteorológicas y de altura, dejamos caer medio millón de octa-
villas con mensajes simples...
—Espere un momento, señor Basulto. Esas embarcaciones estaban
violando la jurisdicción cubana. Así estuvieran tripuladas por
exiliados cubanos, tenían registro y bandera estadounidense. Usted
sabe muy bien que ellas se proponían provocar al gobierno de Cuba.
Intentaban medir su aguante...
—Sí, es positivo. Pero se quería hacer una celebración y una
demostración de apoyo al pueblo cubano.
—Y volviendo al tema. ¿Por qué no derribaron u obligaron a
descender sus avionetas en cualesquiera de las ocasiones anteriores?
En cualquier otro país lo hubieran hecho.
—¡No lo sé! No sé por qué no nos derribaron. Y en casi todas
esas oportunidades dejamos caer sobre La Habana unos pan-
fleticos, los mismos que tirábamos sobre los barcos de guerra
cubanos. El mensaje era sencillo, inofensivo, como por ejemplo:
“compañeros no, hermanos”, queriendo decir que no somos cama-
radas. También lanzamos otros que llamaban a la desobediencia
civil... Luego, a las radios de Miami llamaron opositores, disidentes
de Concilio Cubano, periodistas independientes, a quienes está-
bamos dando nuestro apoyo, para decir que habían recogido va-
rios y repartido a otras personas.
—Señor Basulto, a pesar de que violar repetidamente el espacio
aéreo de un país para incitar a la población contra su gobierno es
muy grave, ¿no cree que debió existir otro motivo para el derribo?
—Sí, positivo. Estoy seguro que también fue nuestro apoyo y
financiación a Concilio Cubano y otras organizaciones de resis-
tencia en el interior de Cuba. Porque queríamos, y queremos,
ayudar a crear una alternativa política al gobierno de Castro. Por
eso decidimos entregar varios miles de dólares a Sebastián Arcos,
como apoyo a Concilio Cubano, en un acto aquí en Miami. Sí,
lo más importante para el gobierno castrista es que Hermanos al

50
Rescate se había convertido en un factor desestabilizante. Esa debió
ser la razón principal para que derribaran las dos avionetas.
—Señor Basulto, vamos a otro tema. Discúlpenos la pregunta, pero se sostiene
que Hermanos al Rescate es financiada por la CIA.
—¡Nosotros queremos que nos traigan las pruebas! ¡Porque
nosotros sí tenemos pruebas de cómo estamos financiados!
—No sólo eso, sino que usted también es de la CIA.
—¡Esa es otra acusación que me hace el gobierno de Cuba!
¡Pero no sólo a mí, sino a los dirigentes del exilio para desacreditar-
nos! Y para ello han volcado toda su maquinaria de relaciones
públicas internacionales.
—¿O sea, que usted dejó las relaciones con la CIA después de Bahía
de Cochinos?
—En el año 1961, yo, como los otros participantes de la Briga-
da 2506, trabajamos con, no para la CIA. Jamás, ninguno de los
cubanos que representábamos los intereses de Cuba, trabajamos
para la CIA ni para el gobierno norteamericano. Pues eso hubiera
sido una bajeza de nuestra parte. Sí estuve con ellos hasta noviem-
bre de 1961. En ese momento les dije que se estaban burlando del
pueblo cubano, que no había una verdadera cooperación para
lograr el derrocamiento del régimen. Y que ellos estaban provo-
cando la muerte y la cárcel de mis compatriotas.
—Discúlpenos que insistamos, pero hay documentos donde se dice
que usted estuvo en Brasil y Centroamérica a cuenta de la CIA.
—Eso es negativo, es falso. Yo no he participado en ningún
tipo de actividad con los americanos, fuera de mi estancia de
trece meses en su Ejército.
—Señor Basulto, pero no puede negar que sí estuvo en Honduras con la
Contra nicaragüense. Y está probado que la Contra estaba bajo el control total de
la CIA...
—Yo, José Basulto, como persona individual, sin financia-
miento alguno norteamericano, ayudé a la Contra en Honduras,
durante un tiempo. Fui como parte de un operativo del exilio
cubano. Ahí participaron varias organizaciones; yo estuve con la
Brigada 2506, de la cual era su director militar.
—Disculpe, ¿dijo “director militar”?
—Sí, positivo. Mi permanencia en Honduras fue únicamente
por razones humanitarias, ayudando a armar hospitales de cam-
paña en la frontera con Nicaragua. Estuve ahí bajo las órdenes
del coronel nicaragüense Enrique Bermúdez.
51
—Pasemos a otro tema. ¿Cómo usted explica que Estados Unidos, primera
potencia mundial, no haya sido capaz de derrocar al gobierno de Fidel Castro?
—Estados Unidos tiene una gran responsabilidad en que aún exista
el sistema político cubano. En el año 1961, cuando por primera y única
vez el régimen castrista se vio agredido militarmente, en la invasión por
Bahía de Cochinos, Estados Unidos abandonó al pueblo cubano en su
búsqueda de libertad. Ahí se empezaron a crear las condiciones para
que ese régimen se consolidara en el poder. Al año siguiente, hubo la
Crisis de los Misiles que los soviéticos querían instalar en Cuba. Y sur-
gió una nueva posibilidad de enfrentamiento directo, pero los ameri-
canos, por temor a lo que pudiera hacer la URSS, negociaron algo que
no era de ellos: nuestra libertad. Y desde esa fecha los americanos se
comprometieron a no intervenir militarmente en Cuba. Pero tampo-
co dejaron que nosotros, los cubanos, independientemente, lo haga-
mos. Y así se terminó de consolidar el sistema castrista.
Estados Unidos sabe que una acción de envergadura contra Cas-
tro les puede salir cara: una inmigración masiva o una acción loca de
Castro. Porque Castro tiene equipos militares suficientes como para
bombardear la planta nuclear de la Florida, y otros objetivos estraté-
gicos americanos. Hoy, una invasión a Cuba, costaría miles de muer-
tos.
—Señor Basulto, entonces, ¿cuál es la alternativa que usted ve para
Cuba?
—Estamos tratando de derrocar ese régimen. El pueblo cuba-
no debe utilizar el desafío no violento, sin que se descarte el uso
de la violencia. Aunque sabemos que atacar militarmente a Castro es
suicida. Pero hay que cambiar ese régimen eliminando a Castro y su
camarilla de cualquier manera.
El cambio posible está en que la resistencia interna logre esta-
blecer el espacio necesario para funcionar en el orden político, y
sea una alternativa para Castro. Por eso se deben seguir apoyan-
do y fomentando los grupos de derechos humanos: es la mejor
arma contra ese régimen. Y para esto, los americanos y nosotros,
el exilio, debemos buscar el apoyo de los europeos, porque tie-
nen una mejor imagen en Cuba. Y eso se está haciendo, aunque
de manera muy lenta.
—Señor Basulto...

52
—Les propongo que continuemos en otra ocasión, porque ahora
debo ir donde la abogada que está llevando el caso de las avionetas
derribadas...

53
“¡Yo me maravillo de la hipocresía europea! Allá,
los políticos toman decisiones frente a otros
países según les convenga”
NINOSKA PÉREZ CASTELLÓN
Miembro del Directorio
de la Fundación Nacional Cubano Americana,
periodista y locutora en Radio La Cubanísima.
Directora de La Voz de la Fundación,
emisora de la Fundación Nacional Cubano Americana

“Estamos manejando la posibilidad de que Cas-


tro ya esté muerto”
ROBERTO MARTÍN PÉREZ
Miembro del Directorio
de la Fundación Nacional Cubano Americana

Por fin, a la sexta llamada, la señora Ninoska Pérez Castellón aceptó


recibirnos. Nos insistió para que no llegáramos tarde porque después
tenía que registrar una emisión de radio. Con quince minutos de ade-
lanto llegamos a la dirección que nos había indicado. Al taxista le
preguntamos que si ahí era la sede de La Cubanísima o La Voz de la
Fundación. Por el retrovisor nos miró, y a secas nos aclaró que era el
edificio de la Fundación Nacional Cubano Americana. ¿Sería posible?
Llevábamos más de una semana insistiendo a dos secretarias nos facilita-
ran una entrevista con uno de los altos dirigentes de la Fundación. Y
nada. Pero es que tampoco aceptaban que fuéramos hasta allí para
recoger algunas de sus publicaciones. Siempre nos pedían que les dijé-
ramos donde enviarlas en Miami. Y esto no era posible porque ningu-
no de nuestros conocidos, gentes alejadas de los histéricos y estériles
debates, deseaba que su dirección estuviera en esas manos.
Mientras una cámara vigilaba el gran parqueadero, otra se encargaba
de seguir los pasos de quien se acercaba por el frente. Llegamos a la
gran puerta de vidrio. Desde adentro, el acuerpado guardia la abrió.
Impasible, nos informó que la señora Ninoska aún no había llegado,
pero que aprovecháramos para anotar nuestros nombres en el cua-
derno de registro y nos sentáramos a esperar. Así lo hicimos, mientras
que de reojo veíamos como una tercera cámara nos observaba. La
señora Ninoska llegó con diez largos minutos de atraso. Saludó al
1
guardia. El hombre nos anunció. Ella volteó a mirarnos. Intentó una
sonrisa, nos saludó, e invitó a acompañarla. Cuando la puerta y la reja
se cerraron a nuestras espaldas, creímos encontrar un pasillo largo,
larguísimo, que al final nos tragaría. Pero apenas caminamos como
treinta metros, hasta la última puerta, a la izquierda. Ahí estaba la
oficina de la directora de La Voz de la Fundación. Grande, un tanto
robusta y con manos bien cuidadas, nos sirvió un oloroso café ins-
tantáneo.
Debemos reconocer que en nuestros planes no estaba el entrevis-
tarla. Pero cuando al comienzo de una tarde la escuchamos por La
Cubanísima, decidimos hacerlo. Es que nos dejó sorprendidos. Cada
palabra referida al gobierno cubano y, en particular, a Fidel Castro, le
salía repleta de odio. Utilizando un vocabulario tal, que uno se pregunta
como no está censurada y por el contrario, recibió el premio “Perio-
dista del año”, otorgado por el “Colegio Nacional de Periodistas de
Cuba”, con sede en Miami, en 1996. Lo cierto es que cuando uno
conoce cómo se mueven las cosas en Miami, no se vuelve a hacer
ningún cuestionamiento. ¿Qué autoridad se atrevería contra ella? Ni
nosotros siendo alcaldes de esa ciudad, al ser por ella y su entorno
que llegáramos a ocupar ese puesto.
Ratificamos nuestro deseo de encontrarla al escuchar la segunda
parte de su programa Aquí con Ninoska. Porque salen al aire las
llamadas de personas que se dicen disidentes del interior de Cuba.
Éstos, que precisaban ser defensores de los derechos humanos o
periodistas independientes, en las aproximadas trece emisiones que
escuchamos, tenían un temario idéntico y siempre negativo. Que en
la Isla no había jabón, ni carne, ni leche; que la electricidad y el gas
estaban racionados; que el gobierno esto, que los servicios de seguri-
dad lo otro. Ya para terminar, unánimemente, se soltaban en agrade-
cimientos y alabanzas para la señora Ninoska, para Mas Canosa y
otros líderes contrarrevolucionarios de Miami, “por todo lo que ha-
cen para la libertad de Cuba”. Sin dejar de asegurar que el exilio
podía contar con sus organizaciones para lo que se creyera necesario.
En ese momento ya habían repetido su nombre, y el de su grupo
varias veces, como para que los tuvieran muy en cuenta.
Posteriormente, estas emisiones son retransmitidas a Cuba por La
Voz de la Fundación.
Claro, como el cubano es tan apasionado y escandaloso para ha-
blar, imagínense. Y la señora Ninoska que le pone el toque
melodramático-incendiario. Ahora, no se puede negar que tener
2
la carne y el jabón racionados no debe ser agradable. Creerse perse-
guido por la policía o los vecinos, menos. Pero la locutora convierte
esas protestas en un show manipulador que hace crecer el odio, día a
día, dentro y fuera de la Isla, contra el gobierno cubano.
Antes de colgar, la señora Ninoska les aconseja que sumen más
vecinos a la cruzada; que practiquen la desobediencia civil; que
cada vez que puedan realicen un sabotaje o unas pintas antigu-
bernamentales. ¡Todo eso por la radio! ¡En directo! Pero no es todo.
La periodista ha llamado a La Habana al propio Ministerio del Interi-
or, al de Relaciones Exteriores, o al Comité Central del Partido Comu-
nista, para entrevistar y criticar, de manera provocadora, durante mu-
chos minutos, a funcionarios. Y ellos la escuchan y responden. Lo úni-
co que le piden es que sea decente en sus expresiones, o de lo contrario
se verán obligados a colgarle.
Ya llevábamos varios minutos dialogando con nuestra entre-
vistada, quien evitaba en lo posible utilizar los modales que la
caracterizan por la radio, cuando apareció su esposo, Roberto
Martín Pérez. Sin preámbulos, luego de saludarnos, sin pedírse-
lo, interviene. Hijo, como su esposa, de un oficial batistiano. Fue
capturado en 1959, cuando intentaba ingresar clandestinamente
a Cuba como avanzada de la Conspiración Trujillista. En el mis-
mo año, Martín Pérez había participado en un atentado contra el
embajador cubano en Santo Domingo. Después de cumplir die-
ciocho años de prisión, es liberado en virtud del diálogo y acerca-
miento entre un sector del exilio y el gobierno cubano, en 1978.
En Miami, hasta en medios contrarrevolucionarios le tienen te-
mor. Dicen que no ha tenido escrúpulos ante quienes se oponen
a los planes de la Fundación. Las autoridades estadounidenses
presumen que ha manejado el aparato paramilitar de la Funda-
ción Nacional Cubano Americana, el cual posiblemente realizó
un atentado contra el dirigente puertorriqueño Tom Cuevas,
quien pedía la distensión de las relaciones entre Cuba y Estados
Unidos. Según algunas investigaciones periodísticas, no desmentidas,
Pérez fue enlace importante de los dirigentes de la Fundación, en
particular Mas Canosa, con la fuerza mercenaria de la Contra
nicaragüense.
Cuando ya nos estábamos despidiendo de la señora Ninoska, su
asistente le informó que estaba al teléfono un disidente cubano. Ella
lo atendió, empezando a grabarle. En un momento nos dijo que
sería importante que habláramos con él. No tuvimos alternativas. El
señor nos contó que el día anterior la Seguridad del Estado había
3
detenido a un vecino suyo durante tres horas; que dos hombres vi-
nieron para preguntarle varias cosas sobre ese vecino; que en la esqui-
na de su casa había dos policías. Le pregun-tamos si lo habían agre-
dido; si habían registrado su casa; si al vecino lo habían golpeado.
No, nada de eso. Que si conocía los motivos de detención del veci-
no. Él se imaginaba que era debido a las frecuentes llamadas que
hacía con otros amigos a la señora Ninoska y a Radio Martí. “¿Señor,
es que nos puede decir desde donde nos está llamando con tanta
tranquilidad?” “De aquí, de la casa de mi vecino.”

—Señora Ninoska, la hemos escuchado en su programa radial y


nos ha sorprendido la forma de atacar al gobierno cubano por ser,
digamos, agresiva, casi virulenta.
—Es que ningún dictador tiene derecho a prohibirme vivir en
mi país, y no estoy dispuesta a aceptarlo. Pero más que eso. Cuan-
do cojo el teléfono y alguien en Cuba me cuenta una tragedia
cometida por ese dictador, miren, es imposible quedarse cruzada
de brazos, o tener un tono cordial.
Porque a pesar de que aquí en este país vivimos cómodamente
y con libertad, no nos olvidamos de lo que sucede en Cuba. Como
no lo han olvidado los congresistas cubano-americanos, aunque
han logrado el gran sueño de esta nación. Tampoco otros, quie-
nes han alcanzado una gran fortuna, y que pudieran vivir tran-
quilos, pero siguen trabajando por Cuba.
—Por documentos leídos y por lo que nos han contado otros cuba-
nos en Miami, se puede decir que la Fundación comparte y alienta la
política estadounidense hacia Cuba.
—Bueno, es que nosotros no somos antiamericanos y funciona-
mos con las posibilidades que nos brinda este sistema. Un ejemplo
de ello es la Ley Helms-Burton, la cual endurece el embargo con-
tra el gobierno de Castro, prohibiendo a todos esos inversionistas
europeos y canadienses traficar con las propiedades que esa dic-
tadura robó a sus originales dueños, cubanos y americanos. Y para
lograr esa Ley se necesitaba el respaldo de los políticos americanos
en el Congreso. A su vez, ellos necesitaban los votos de los cubanos
y nosotros se los podíamos ofrecer. Eso es utilizar el poder político
en este país. Así funciona este sistema.
Pero luego, ¿qué pasa? Que cuando el presidente Bill Clinton
estaba indeciso en firmar la Ley, el régimen castrista derriba dos
avionetas de Hermanos al Rescate, en febrero de 1996. Y, bueno,

4
eran aviones registrados en Estados Unidos, con cuatro personas a
bordo. Entonces la Fundación presiona, y ahí sí el presidente
Clinton se vio obligado a firmar la Ley.
—¿Tan simple?
—No se olviden que las elecciones se acercaban, y Clinton no se
podía quedar sin votos cubanos. Les repito, esa es la forma en que
la Fundación trabaja: con las posibilidades que da este sistema.
Además, no lo negamos, la Fundación ha tenido gran amistad con
presidentes como Reagan y Bush. El propio Clinton, antes de tomar
una decisión sobre Cuba ha llamado a Mas Canosa u otro director de
la Fundación. ¿Por qué? Porque conocen nuestra labor. Y porque los
directores de la Fundación han contribuido a financiar sus campañas.
—Ustedes han impulsado las leyes de embargo contra Cuba, como la Torricelli
y la Helms-Burton, seguros de que con ellas caerá el gobierno de Fidel Castro.
Pero los europeos dicen que invirtiendo en Cuba se logra más fácilmente cambiar el
sistema político.
—¿Cómo los europeos y canadienses pueden pensar que llevan-
do capitales a Cuba pueden cambiar esa dictadura? ¡No los en-
tiendo! ¡Si ese asesino siempre ha dicho que no habrá ningún
cambio político! ¡Yo me maravillo de la hipocresía europea! Allá,
los políticos toman decisiones frente a otros países según les con-
venga. Igual sucede con Canadá. Lo que pasa es que a todos estos
países los une un antiamericanismo ridículo. Pero bueno, ¿cuál
es la realidad? Que con la Ley Helms-Burton varias compañías
ya empezaron a salir de Cuba por miedo, porque saben que la
Ley existe para golpear a quienes apoyan esa dictadura asesina.
—A diario, en su programa, usted recibe llamadas de personas que
supuestamente hacen resistencia al gobierno en Cuba. ¿Cuál es la
realidad de esa oposición?
—La resistencia es muy difícil, pero existe. Nosotros hablamos
a diario con opositores dentro de Cuba quienes han organizado
diferentes grupos, cosa que era imposible antes, pues durante mu-
chos años la oposición estaba en las prisiones, para que no moles-
tara a Castro...

(Aquí ingresa Roberto Martín Pérez. Como interviene, quitándole


la palabra a su esposa, nos deja la sensación de que estaba
escuchando detrás de la puerta.)

Roberto: Es posible que ustedes, como otros periodistas europeos, no


entiendan lo que les voy a decir porque no viven en un régimen
policiaco como el cubano. Por eso cometen veinte mil errores al
5
escribir. En Cuba se han dado muchas formas de resistencia pacífica.
Por ejemplo, el hombre y la mujer cubana no han trabajado porque
no les ha interesado ese proceso comunista.
—Pero, señor Pérez, según lo que nos han contado aquí en Miami,
la resistencia en Cuba es mínima y sin apoyo real en la población.
Roberto: Es que ustedes ni se imaginan lo que sucede en Cuba. Por
ejemplo, tu tienes una hija estudiando y te la mandan al campo, supues-
tamente para ayudar a la producción. Allá le hacen todo tipo de
vejámenes, para meterte miedo a ti y a tu hija. Si tu hijo cae en la
cárcel, de que te lo violan, te lo violan. No les digo más... Imagínense,
existen unos presos llamados “leones”, que los tienen especialmente
encargados para realizar las violaciones. A esos los premian mejorán-
doles la comida. Los mantienen siempre drogados, como muertos.
—¿Y una persona en ese estado puede violar?
Roberto: Pero esperen les sigo contando otra anécdota de como
ese régimen criminal mete terror, para que no exista resistencia.
Si estás en una unidad militar, tienes que hacer trabajo en el cam-
po, y siempre cerca de una escuela de muchachas. Durante el día
están trabajando en el mismo lugar. El contacto del hombre y la
mujer, trae, naturalmente, actos. En la noche los muchachos se
fugan para verse con las muchachitas, que también se han fuga-
do. Consecuencia: que eso lo preparan los del régimen para
incentivar a esas muchachitas y muchachitos para que produzcan
más. Porque le deben aportar al Partido cinco millones de horas
de trabajo forzado al año.
—Y usted, señor Pérez, ¿cómo la pasó en la cárcel?
Roberto: Pasé dieciocho años solitario, en una celda minúscula,
en calzoncillos. Sobreviví porque creía en una causa y en Dios.
Todos estábamos mal alimentados, sin leche ni frutas. No nos
golpeaban pero nos tenían ahí vegetando. Resultado: que todos
salimos con traumas físicos y psíquicos tremendos. Claro que yo
fui una excepción pues no perdí ni un diente, ni me dieron hemor-
roides que es una cosa tan frecuente por la mala alimentación; ni me
dio úlcera, ni problemas para dormir...
—¿Y que hizo contra el gobierno cubano para recibir tal presidio?
Roberto: Creer en Dios y luchar por la libertad...
Ninoska: Y ese terror carcelario es una muestra del porqué no
hay gran oposición. Todo lo manipulan. Esa dictadura es un sis-
tema de represión espantoso...
6
Roberto: Pero ustedes deben saber que la maquinaria...
Ninoska: Roberto, espérate un momentico que ellos quieren
saber de la oposición actual...
Roberto: Espérate que les cuente. Yo conozco a Castro desde
niño y sé que es un hombre violento. Pues no creo que ustedes
sepan que Castro fue un gángster. Fue un delincuente que se asoció
a otros cubanos y extranjeros. Estos extranjeros habían participado
con los Aliados en la Segunda Guerra Mundial; o en la Guerra civil
española luchando contra Franco. Todos ellos querían vivir en Cuba
de las pistolas. Y el capitalista, que ha ganado sus millones con su traba-
jo, honradamente, que no sabe defender sus valores, entonces prefería
dar unos pesos que verse en las manos de esos bandidos.
—Pero si Fidel Castro, según nos dice usted, era prácticamente un delincuente,
¿cómo la mayoría de la población le dio el apoyo?
Roberto: Castro llegó al poder porque los comunistas, como
siempre, empezaron a lavarle la cabeza a la gente, diciendo que la
sociedad cubana estaba llena de deficiencias. En Cuba, como en
todo el mundo, había clases frustradas y marginadas, pero Castro
y el comunismo las manipularon para ponerlas de su lado.
—Señor Pérez, y ¿cómo ve usted el futuro de Cuba?
Roberto: Castro es un hombre gastado por el poder. Castro,
que ayer le podía prometer una libra de arroz al pueblo, hoy no
le puede dar un pan. Está peor que los esclavistas, pues hasta ellos
daban alimentación balanceada a los negros. Por eso Castro va a
caer. Y se lo digo con seguridad, no es una utopía, en la Fundación
estamos trabajando para eso; estamos organizados y sabemos lo
que queremos, por eso la importancia de la Ley Helms-Burton.
Es más, se lo digo a ustedes: estamos manejando la posibilidad
de que Castro ya esté muerto. Porque para mí, Castro ya no está
vivo. Nosotros sabemos que tiene tres dobles. Y si tú no conoces
a Castro y te dicen que ese hombre alto y barbudo es Castro, lo
crees. Pero él está muerto...
—Señor Pérez, ¿Fidel Castro muerto? Eso sí que...
Ninoska: Pero Roberto, tampoco se puede exagerar. Ellos po-
drán utilizar dobles, eso lo creo, por seguridad, pero las imáge-
nes que se ven en la televisión, ese es él... Y Roberto, disculpa,
pero ellos me están haciendo una entrevista para hablar de otros
temas...

7
(Al fin Roberto parte...)

—Señora Ninoska, sabemos que usted está en contra de cualquier


diálogo con el gobierno cubano. ¿Por qué?
—Bueno, me parece que los dialogueros son unos pobres inge-
nuos, que sueñan con sandeces. Porque a Fidel Castro se le puede
proponer un diálogo pero ¿para qué, si la reacción de Castro es
que no se harán cambios políticos?
—Entonces, ¿los encuentros que se han hecho en Cuba no han
conducido ni conducirán a algo positivo?
—Ese dictador armó una conferencia en Cuba con unos cuan-
tos exiliados que le creyeron sus idioteces. En ella, una abogada
de Miami, lamentablemente, la pobrecita, se derritió en los bra-
zos de Castro, dándole un beso, diciéndole que él era su maestro.
¡Payasadas! Por eso cuando volvió, la gente la recibió con huevos
y hasta sus empleados le renunciaron. Y luego otro exiliado, ex preso
político...
—¿El señor Menoyo?
—Todo el mundo sabe quién es... pero puede ser. Este hombre
se pone a hablar bien de ese dictador, porque se había tomado un
trago con él. ¡Sandeces! ¿Y cuál es el resultado de esas payasadas?
¿Se han respetado los derechos humanos? ¿Les han permitido a
ellos expresarse? No. Tan sólo los dejan viajar por donde quieran
en la Isla, y nada más.
—Permítanos una última pregunta. A nivel internacional Miami
es sinónimo de sol y playas, pero también de un exilio cubano violen-
to. ¿Cuál es su opinión?
—Miren, yo sé que la prensa europea y muchos políticos de
allá dicen que el exilio de Miami es violento. Pero yo no tengo
respeto por esos planteamientos. No se puede negar que ha habido
hechos violentos. Dicen que este exilio es reaccionario porque aquí
estalló una bomba en un museo, o le volaron las piernas a un
señor de la radio que proponía dialogar con Castro. Pero, ¿dón-
de está el que puso la bomba? ¿Algún grupo cubano del exilio
se la adjudicó?
Un día la prensa de aquí, la que sale en inglés, dijo que era
intolerable que el exilio hubiera puesto una bomba en un lugar
donde se envían paquetes a Cuba. O por otro atentado en el
Centro Vasco, donde iba a cantar la anciana Rosita Fornés. Pero

8
esa es una mujer que daba lo mismo oírla o no, pues es una pobre
anciana ridícula vestida de vedette. Si ella vino aquí fue a buscar-
se problemas, pues sigue apoyando al régimen tiránico de Castro.
—Ésta es la otra imagen del exilio, una intolerancia agresiva. Mire lo que le
pasó al pianista Rubalcaba, reconocido mundialmente.
—Miren, en principio nada se debe tener contra un pianista.
Pero ese señor es un cubano que vive en República Dominicana
haciendo publicidad, hablando maravillas de Cuba. Y eso es un
trabajo político, que sirve a los intereses castristas. Ese señor
Rubalcaba se fue a presentar aquí en Miami, y unas cuatro perso-
nas se pasaron de gritos, lo insultaron, trataron de escupirlo, se
iban a fajar con algunos de los espectadores. Pero ellos sólo protes-
taban por su presencia, y eso es legal en una verdadera democracia
como la americana. Entonces la prensa en inglés y la europea dicen
que los exiliados son provocadores y terroristas. Pero, ¿por qué no
se piensa que esos actos son hechos por gente de Castro? ¡Es al
tirano a quien más le convienen!
—Disculpe, ¿pero provocadores o terroristas pro gobierno cubano
en pleno Miami? Además si fueran uno o dos actos, pero parece que
son muchos...
—Bueno, todo es posible, Castro es muy astuto...

9
“El embajador francés en Washington nos dijo que
querían tener un pie ahí, a manera de adelanto.
Que por ahora eran pequeñas inversiones y, que
después, cuando cayera el gobierno castrista,
serían en grande”
Huber t Matos Benítez
esidente de Cuba Independiente y Democrática

Timbramos. Íbamos a insistir cuando escuchamos el sonido caracterís-


tico del seguro que se abre desde el interior. En pocos pasos atravesa-
mos el antejardín. Nos detuvimos frente a una de las puertas de la casa.
Mientras esperábamos que la abrieran, notamos que sobre nuestras
cabezas había una cámara de circuito cerrado. Era tan antigua como la
primera que vimos en el otro extremo de la casa. Un hombre abrió.
Luego de responderle tres o cuatro cosas, nos condujo hasta un am-
plio y modesto salón de reuniones. Las ventanas, que daban a la calle,
estaban bien protegidas con barrotes de hierro, a una altura que dificul-
taba la observación desde el exterior. Nos había citado a las once de la
mañana. Los minutos pasaban y el personaje requerido no aparecía.
Por lo tanto quien nos recibió se dispuso a entretenernos, dando rienda
suelta a sus conocimientos sobre las bondades del sistema capitalista en
América Latina. Ya iban como veinte minutos de espera, cuando apa-
reció el presidente de Cuba Independiente y Democrática: Muy delga-
do, canoso, con lentes y vestido con saco y corbata.
Hubert Matos Benítez cumplió dos décadas de cárcel, desde que un
tribunal revolucionario lo condenó en 1959 por conspiración. Él niega
que haya atentado contra los principios de la Revolución. Eso sí, reco-
noce categóricamente que se opuso al derrotero que empezó a mar-
car la mayoría en la dirigencia. Lo que era normal, al contrariar sus
intereses. Matos, pedagogo y pequeño terrateniente, se incorporó a la
lucha contra Batista durante el primer semestre de 1958, siendo apo-
yado por los terratenientes, burgueses y el clero reaccionario, quie-
nes lo promovieron como dirigente político en la provincia de
Oriente. Así escala hasta lograr grado de comandante, máximo títu-
lo en la jerarquía del movimiento revolucionario. El 19 de octubre de
10
1959, Matos, jefe del regimiento del Ejército Rebelde en la provincia
de Camagüey, se subleva con sus hombres, aduciendo la presencia
de comunistas en el gobierno. El Comandante Camilo Cienfuegos
logra su rendición. Días antes, cuando se había desbaratado la Cons-
piración Trujillista, entre los documentos capturados a los mercena-
rios se encontró una carta donde se recomendaba contactar a Matos.
En 1979 sale libre y parte hacia Costa Rica. Según el periodista ex
batistiano, Luis Manuel Martínez, desde ese momento Matos “estuvo
en manos de la CIA”.1 Al año siguiente se traslada a Venezuela con la
intención de fundar Cuba Independiente y Democrática, para lo cual
el gobierno estadounidense le entrega doscientos mil dólares.2 Entre
los objetivos centrales de ese aparato estaba el hacer proselitismo ante
gobiernos y partidos políticos de América Latina y Europa. Ello no
era nuevo: ya la CIA lo había intentado, infructuosamente, en la década
de los setenta con otros contrarrevolucionarios. Ahora podría dar re-
sultado dado el manto de ex comandante y ex preso político que
cubría al presidente de Cuba Independiente y Democrática. Por lo
menos, a su paso por el Viejo Continente la mayoría de los medios
informativos le ofrecieron buena publicidad.
Pero una de las labores que se convirtió en fundamental para Matos
fue el vertebrar La Voz del CID, una emisora en onda corta dirigida
hacia Cuba. Si bien es cierto que para fines de 1997 se desconocía el
lugar donde se encontraban sus transmisores, se sabe que poco tiem-
po atrás estuvieron ubicados en República Dominicana y Costa Rica.
Aunque Matos dice que las actividades de Cuba Independiente y
Democrática se financian con los aportes de sus miembros, es difícil
creerlo pues no son tantos ni tan adinerados. Las contribuciones que,
de forma legal y pública, le han brindado las agencias del gobierno
estadounidense, no deben alcanzar para cubrir los gastos de todo el
aparataje. Entre otros, Jeff Whitte, propietario de Radio Miami Inter-
nacional, antena comercial por donde emiten varios grupos con-
trarrevolucionarios hacia Cuba, ha dicho que buena parte del dinero
de Cuba Independiente y Democrática proviene de la CIA.
Pero las transmisiones hacia Cuba tampoco era algo novedoso. A
pesar de violar todos los convenios internacionales, desde el triunfo

1
Luis Báez: “Entrevista a Luis Manuel Martínez”, en Los que se fueron, Editora Política, La
Habana, 1994.
2
Ídem.

11
de la Revolución las diferentes administraciones estadounidenses pro-
dujeron, incentivaron o hicieron ojos ciegos a ese proceder. Aunque
ahora se tenía como fin el derrumbar un gobier-no, desde los años
veinte en Washington se comprendería que se debían utilizar los me-
dios de comunicación con fines políticos de propaganda y como
complemento a su política exterior. Llanamente, hacia Cuba la estra-
tegia debió adaptarse a una situación de guerra ideológica y psicoló-
gica. Por cierto inesperada.
En 1960, y como parte de la Operación 40, la Marina estadouni-
dense instaló Radio Swam. Transmitía veinticuatro horas diarias desde
una isla en el Atlántico hondureño. Su función era difamar sobre los
fines que se proponía el nuevo gobierno cubano con las nacionaliza-
ciones y expropiaciones. Al darse la Crisis de los Misiles se intensifica-
ron las emisiones desde antenas legales e ilegales, controladas o financia-
das por la CIA. Al pasar ese delicado episodio, y Estados Unidos
comprometerse cada vez más en las guerras del Sudeste asiático, se
disminuye la presión contra la Revolución. Lo que duraría hasta 1979,
cuando la Administración de Jimmy Carter reactiva la ofensiva. Y es a
partir de 1981, con la llegada de Ronald Reagan a la presidencia, que se
reincrementan las transmisiones radiales, a un promedio de doscientas
horas diarias, emitidas desde unas quince estaciones. En ese momento
surge La Voz del CID, que rápidamente encabeza la labor sediciosa,
aunque por muy poco tiempo al entrar en escena una competencia
todopoderosa.
En mayo de 1980, un grupo de neoconservadores del Partido
Republicano le entregaron al candidato Ronald Reagan el “Docu-
mento de Santa Fe”, donde estaban las bases de lo que sería la
política de ese gobierno hacia América Latina. En el capítulo
concerniente a Cuba se exponía: “Cuba ha sido un problema
para los artífices de la política norteamericana por más de dos
décadas. El problema no está más cerca de una solución ahora de
lo que estuviera en 1961, por el contrario, ha crecido hasta ad-
quirir verdaderamente peligrosas proporciones...” Una de las es-
tratagemas propuesta para el “problema” solucionar, era crear
una potente radio que ofreciera “información objetiva al pueblo
cubano”. La emisora debería contar con todos los recursos posibles
para cumplir el rol fundamental requerido, porque de lo contrario:
“si la propaganda fracasa, será necesario lanzar una guerra de libera-
ción contra Castro”.
12
Ya en la presidencia, Reagan crea una comisión encargada de darle
cuerpo a lo aconsejado. Entre sus integrantes estaban Charles Wick,
director de la Agencia de Información de Estados Unidos y el cuba-
no-estadounidense Jorge Mas Canosa.3 A fines de 1983 Reagan fir-
ma la Ley de Transmisiones Radiales hacia Cuba, dando vida a Radio
Martí, emisora que el 20 de mayo de 1985 inicia transmisiones. Para-
dójicamente, las señales de prueba fueron realizadas desde las ante-
nas que la CIA utilizaba en los sesenta para comunicarse con los
grupos de misiones especiales y agentes infiltrados en Cuba. Para el
gobierno y el pueblo cubano, Radio Martí fue una afrenta pues no
sólo era una forma de invadir su territorio, sino que utilizaba el nom-
bre del prócer que había luchado por la independencia y soberanía
de la Isla frente a España.
Como presidente de la Junta de Asesores Presidenciales de Radio
Martí fue nombrado Jorge Mas Canosa. Uno de los primeros direc-
tores del servicio de investigación de la emisora, Ramón Mestre,
venía de militar activamente en el grupo Abdala,4 ha sido oficial de
los servicios de inteligencia estadounidenses, y actualmente es parte
del consejo editorial de El Nuevo Herald.5 Pero Mestre no fue el único
ex abdalista que llegó a Radio Martí: “varios fueron directores de
departamento, investigadores y asesores”.6
Para darnos una idea del papel que le corresponde jugar a esta
emisora, leamos el texto a continuación:
Hilda Inclan, de la dirección de noticias, se fue de Radio
Martí acusando a los directores de violaciones de leyes fede-
rales y periodismo irresponsable. Inclan se quejó que el de-
partamento de investigaciones de la empresa radial era un
aparato de inteligencia.

3
Jean-Marc Pillas: Nos agents à La Havane. Comment les Cubains ont ridiculisé la CIA, Ed. Albin
Michel, París, 1995.
4
Enrique Encinosa: Cuba en guerra. Historia de la oposición anti-castrista 1959-1993, Ed.
El Fondo de Estudios Cubanos de la Fundación Nacional Cubano Americana, Miami,
1995.
5
En junio de 1991, el agente de la contrainteligencia cubana, José Fernández Brenes,
reingresó a Cuba. Desde 1988 había estado infiltrado en el proyecto de Tele-Martí.
Desde ahí conoció detalladamente, entre otros, la actividad sediciosa que se adelanta en
Radio Martí. Su superior era Ramón Mestre. Ni el gobierno estadounidense, ni ningu-
no de los encausados, desmintió las palabras de Fernández Brenes.
6
Enrique Encinosa: Ob. cit.

13
Precisamente, el departamento de investigaciones de Ra-
dio Martí se había convertido en la espina dorsal de la
radioemisora. Los veinte y tres [sic] empleados de in-
vestigación llegaron a entrevistar a cuatrocientos recién
llegados de la Isla mensualmente, analizando la infor-
mación recibida para actualizar constantemente las trans-
misiones [...]7

Para La Voz del CID, la competencia de Radio Martí fue demasia-


da. Sobre todo por la imposibilidad de obtener dieciséis millones de
dólares que, aproximadamente, es el presupuesto anual de la emisora
estatal. La Voz del CID había innovado con la programación y el
lenguaje. Ya el mensaje guerrerista y repleto de venganzas se controla-
ba. Si la profesionalidad dejaba que desear, se tocaban temas de actua-
lidad e interés general con un vocabulario popular que fue calando.
Indudablemente Cuba Independiente y Democrática había sido bien
asesorado por quienes conocían de cerca los pro y contras del trabajo
subversivo radial hacia Cuba. Pero la emisora oficial estadounidense le
copió y mejoró, al tiempo que incluía desde radionovelas, pasando
por la lectura del horóscopo, hasta consejos psicológicos. En su con-
junto de actividades, la estrategia para ambas ha sido idéntica: sentar
dudas sobre los beneficios de la Revolución, la gestión de sus líderes, la
capacidad del socialismo para resolver los problemas económicos y
sociales, y acabar con la autoridad moral de Fidel Castro y demás diri-
gentes.
Como parte de los fines, muy pronto el mensaje de la progra-
mación en La Voz del CID y Radio Martí tuvo un reacomodo, al
volverse imperiosa la necesidad de incentivar grupos contra-
rrevolucionarios en la Isla, los cuales empezaron a ser denomina-
dos disidentes o independientes. Los estrategas de la Administra-
ción Reagan estaban comprobando los buenos frutos que los tales
grupos estaban dando en la desestabilización a los países del Este.
Y parecía que iguales resultados se podrían recoger en Cuba. Ello
quedó implícito en “Santa Fe II. Una Estrategia para América Latina
en la década de 1990”, hecho público en agosto de 1988. El docu-
mento refería así en la “Propuesta N° 9”: “EE.UU. debe ampliar sus
transmisiones a Cuba por los medios de difusión como una vía de
7
Ídem.

14
educación cívica para crear un régimen democrático [...].” Líneas más
adelante, la misma propuesta afirmaba que la “oposición interna” cre-
cía al estar “alimentada por Radio Martí, la cual ha resquebrajado con
éxito el monopolio de Castro sobre la información y la propaganda”.
Desde 1989 se sumaría a la tarea sediciosa La Voz de la Funda-
ción, emisora de la Fundación Nacional Cubano Americana. Esta
contaría para el primer año con un presupuesto de millón y medio
de dólares, según sus propios directivos, pero no aclaran de dónde
provinieron y siguieron fluyendo esas cantidades. Así, el trío, cumplía
una única actuación: “Para los disidentes de la Isla, para los pequeños
grupos de derechos humanos que intentaban salir a la luz pública,
Radio Martí era el cordón umbilical, la línea directa de información
que podía dar legitimidad a los movimientos.”8 Más preciso lo escri-
bió la periodista Irene Selser en la revista mexicana Quehacer Político:

Radio Martí9 trata de fomentar un potencial opositor in-


terno que pueda dividir a la población y distanciarla de
sus líderes, mientras se prepara el terreno para crear una
situación de disturbios y acciones estridentes. Dicho de
otro modo, la función de Radio Martí es la de fomentar
un frente interno que justifique, desde el exterior, even-
tuales acciones militares, o de otra índole, por parte de
EE.UU., en defensa de la oposición.

A poco de estar instalado William Clinton10 en la Casa Blanca,


pone en marcha la Ley, provocadoramente llamada, Cuban
Democracy Act, introducida por el representante demócrata
Robert Torricelli, duplicándose la conjugación de intentar ma-
yor influencia ideológica con el recrudecimiento del embargo.
En 1997, Cuba recibía diariamente los programas de por lo menos
veinte emisoras y fonías, que dedicaron más de setenta mil horas
anuales de transmisiones ilegales. Caso único en la historia uni-
versal de guerras, declaradas o no.
Volviendo a Cuba Independiente y Democrática, podemos ano-
tar también que ha logrado acercar algunas altas personalidades del
aparato político estadounidense, como Elliot Abrams, ex subsecre-
tario de Estado para Asuntos Interamericanos. Hasta hace poco, Cuba
8
Ídem.
9
O léase La Voz del CID, o La Voz de la Fundación u otras.
10
Normalmente al presidente Clinton se le llama Bill. Pero nosotros utilizaremos su ver-
dadero nombre, William.

15
Independiente y Democrática decía tener un trabajo activo en algu-
nas ciudades de Estados Unidos y Venezuela, así como relaciones en
varios países del continente y Europa. Matos no deja de mencionar
que Cuba Independiente y Democrática fue la primera organización
contrarrevolucionaria que abrió una oficina en Polonia, en el momento
en que se tambaleaba el llamado bloque del Este. Como otros sectores
del exilio reaccionario plegado a la política delineada en Washington,
buscaba influir para que se detuvieran las relaciones comerciales con
Cuba, tal y como hasta ese momento estaban establecidas.
Pero, igualmente, varias personas han abandonado su militancia
aduciendo que es una organización manejada de manera inflexi-
ble y nepotista. Tal vez el problema más grave que ha enfrentado
Cuba Independiente y Democrática fue cuando la policía cana-
diense detuvo a varios de sus militantes, acusados por tráfico de
drogas. Jorge Roblejo, ex miembro de la CIA y de la Brigada
2506, aseguró que el hijo de Matos, también directivo de Cuba
Independiente y Democrática, ha estado comprometido con el
narcotráfico junto al locutor Armando Pérez Roura.11
Hubert Matos, además de haberse atrasado, nos dijo contar
apenas con una hora para la entrevista. Y se gastó hora y media
tratando de explicar la versión sobre el por qué de su arresto y
posterior juicio, en 1959. Nos costó bastante sacarlo del tema.
No estábamos ahí para eso. En tres cuartos de hora evacuó nuestras
preguntas, mientras que, de tiempo en tiempo, voluntaria o
involuntariamente, nos dejaba ver que portaba un revolver por
entre la cintura del pantalón.

—Señor Matos, ¿cuáles son las propuestas que Cuba Independiente


y Democrática, a través de su emisora, les hace a los cubanos de la
Isla? Y además, ¿ustedes saben si éstas tienen buena aceptación?
—Les puedo asegurar que tenemos muy buena aceptación. Nos
lo han comentado los propios cubanos que llegan de allá o nos lla-
man...
—Disculpe, pero los de la Fundación nos dijeron que ellos tam-
bién tienen una muy buena acogida.
—Pero los cubanos de allá nos han dicho que existe una gran
diferencia, porque con nosotros se identifican. A Radio Martí la
sienten como algo distante. Con La Voz de la Fundación tampo-
co se identifican mucho. Y es porque nosotros hablamos lo que
el
11 pueblo quiere escuchar. Nuestra propuesta, que es muy clara,
Luis Báez: Ob. cit.

16
es un mensaje sincero, sin odio ni venganza. Al pueblo cubano le
decimos que Fidel nunca va a ceder al cambio, pero que tampoco
va a dejar el poder. Entonces, lógicamente, hay que removerlo.
Pero no sólo a él, también a su hermano y unas doce personas
más. Porque ahí está el problema central para Cuba. ¿Cómo ha-
cerlo? Miren, utilizamos una consigna que resume nuestra propuesta:
el poder para el pueblo en alianza con los militares.
Por La Voz del CID les decimos a los cubanos de allá que el
modelo de sociedad comunista está fracasado. Y como no sirve,
hay que deshacerlo. ¿Entienden? Porque ese sistema niega la
libertad de expresión y religiosa, y así ha asfixiado al pueblo
cubano. Lo otro es desmoronar el actual sistema económico
porque el Estado no puede seguir teniendo el control total de la
economía.
—Pero no se puede negar que...
—Sí, ya sé lo que me van a decir. Sí, el sistema ha dado por
muchos años educación, medicina, techo, algo de comida, pero
eso ya se acabó por la crisis económica. Por eso hay que remo-
verlo. Ahora hay que buscar una libertad pluripartidista.
Y como les decía, de esos primeros pasos hacia la transición se
debe encargar la alianza entre militares y el pueblo. Será ésta la
que conforme una Junta de Salvación Nacional. Pero bien entendi-
do que en esta Junta los civiles serán prioritarios, empezando por
aquellos que han estado en la resistencia, tanto allá como en el
exilio.
—Dentro de esa Junta de Transición que propone, ¿cree que usted
tendrá un puesto?
—De pronto a mí me suponen como una de las personas que
puede tener aspiraciones dentro de un nuevo gobierno en Cuba.
Pero yo nunca me he querido montar en ese podio. Claro que si
a Cuba Independiente y Democrática, no necesariamente a Hubert
Matos, la llaman a participar de esa primera etapa, ahí debe de estar.
—Usted hablaba de “buscar una libertad pluripartidista”. Y siguiendo la
corriente a la actualidad política mundial, eso se ha convertido en un simple
sinónimo de elecciones. No cree, Señor Matos, que cuando se llegue a unos comicios
de ese tipo, ahora o en una Cuba pos revolucionaria, serán las organizaciones pro
estadounidenses quienes tendrán todo a su favor para ganar? ¿Esto es lo que se
busca para el futuro de Cuba? Mire lo que le sucedió a Nicaragua.
—Nosotros y otras organizaciones, decimos que la Cuba pos-
castrista no será una Cuba americana. Sí, tienen razón, aquí hay
17
gente que quiere una Cuba como Puerto Rico, o sea los anexio-nistas.
Eso lo rechazamos. Ellos podrán tener muchos millones de dólares,
pero nosotros también los podemos conseguir. En eso estamos.
Cuba Independiente y Democrática sabe que en el poscas-trismo
van a existir grandes pugnas, porque algunos pretenderán priorizar el
interés personal o de grupo, al público. Pero, ¿qué va a ocurrir? Que
allá no va a llegar una u otra organización que por tener más peso
económico y político, o relación con Estados Unidos, va a poder
imponer su voluntad. No somos anexionistas.
—No estábamos hablando de anexionismo.
—Claro que tampoco somos antinorteamericanos o antieu-
ropeos. Pero otra cosa es que nos interesa mucho el apoyo políti-
co y económico de Estados Unidos. Por eso aplaudimos la pro-
puesta que hizo el presidente Clinton, a comienzos de 1997, en
dar de cuatro a ocho mil millones de dólares dentro de lo que
llamó el “Plan de asistencia para la transición en Cuba”, lo cual
está inscrito dentro de la Ley Helms-Burton. Es una contribu-
ción a la transición que vendrá, lógicamente, cuando desaparezca el
castrismo y el comunismo. De ahí la urgencia de que desaparezcan.
Además, aplaudimos esta propuesta porque debió caer como una
bomba al corazón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
Pues por primera vez una administración norteamericana desta-
ca el papel positivo que los militares cubanos podrían desempe-
ñar en esa transición.
—¿No cree que si existiera descontento generalizado en las Fuer-
zas Armadas Cubanas, hace mucho se hubiera producido un golpe de
Estado, más cuando se sabe que Estados Unidos, y sin lugar a dudas Europa, lo
apoyarían inmediatamente?
—Es que los hermanos Castro y esa docena de personas han
manipulado, encarcelado y fusilado a los mandos militares que se
les oponen. Pero va a llegar el momento, no está lejos.
—Nos quedan dudas, pero preferimos volver al tema anterior. Cree-
mos que su planteamiento sobre la necesidad económica y política
que tienen de Estados Unidos, fundamentalmente...
—No. Déjenme explicarles. En esa primera etapa nosotros ne-
cesitamos el soporte de Estados Unidos, pero también de Euro-
pa. Porque una de las grandes preocupaciones mías, es con qué
dinero vamos a contar para reactivar la economía. Y aunque es-
tamos seguros que Estados Unidos nos va a apoyar, también he
ido a varios países de América Latina y Europa para hablar con
18
banqueros y gobiernos. Yo sé que de alguna parte va a venir el dine-
ro.
—Pero usted debe saber que préstamos o aportes económicos inevitablemente
traen compromisos políticos.
—Sí, yo sé que ese dinero, esas ayudas, pueden traer compro-
misos políticos. Claro, no se lo van a dar a un nuevo dictador.
Pero Estados Unidos y Europa nos van a apoyar, porque el siste-
ma que llegará a la Cuba poscastrista tendrá afinidad política con
esos gobiernos. Si nosotros estamos luchando por el mismo mo-
delo de sociedad libre, como la norteamericana, nos van a dar
apoyo. Pero no: un compromiso político donde se negocie la
soberanía, no se dará.
—Señor Matos, respetamos mucho su punto de vista, pero viendo
la dependencia económica, política y militar que la casi totalidad de
países latinoamericanos, africanos, asiáticos y hasta del ex bloque del
Este, tienen de Estados Unidos y Europa occidental, creemos que us-
tedes pecan de optimistas.
—Pero con nosotros no será así. Y díganme, ¿cuantos años
pasó Cuba bajo el dominio de la URSS?
—Pero siendo objetivos en el análisis, concluiremos que no se pue-
de comparar el tipo de relación que existió entre la URSS, Cuba y los
demás países del bloque del Este. Entre esos países existió un inter-
cambio económico más o menos justo.
—Lo que pasó entre la URSS y Cuba lo podemos discutir más
adelante. Pero pueden estar seguros que con nosotros Cuba no
va a perder su soberanía. Los americanos saben que allá van a
encontrar la resistencia del pueblo cubano, por ser altamente nacio-
nalista...
—Señor Matos, no va usted a negar que ese alto grado de naciona-
lismo, de sentimiento soberano, que tiene actualmente el pueblo cu-
bano fue obra de la Revolución...
—Bueno... Pero bueno, antes también existió un segmento de
población nacionalista...
Pero no se debe tener temor a los compromisos económicos
fuertes con Estados Unidos. Si va a proponer algo que choque
con el concepto de soberanía que tengo de mi nación, pues no
acepto. No. Vamos a tratar con los Estados Unidos de nación a
nación. La nueva Cuba no puede aceptar que cada dos o cinco
años los americanos den la calificación de si es democrática o no,
pues se perdería la soberanía.
19
—Señor Matos, si actualmente países como México, Irán, Irak, que tienen
más recursos estratégicos que Cuba, se deben someter a la vergonzante calificación
que anualmente concede Estados Unidos, así sea con el pretexto de la guerra al
narcotráfico, imagínese... Pero bueno, ¿usted piensa que los cubanos de dentro,
aceptaran sus planteamientos, sabiendo que esta nación siempre ha querido anexionar
su país?
—Ya les dije que no aceptaremos ninguna violación a nuestra so-
beranía, menos ser otro Puerto Rico.
Pero estoy seguro que la gente en Cuba, y en el exilio, está
convencida de que Estados Unidos es el mejor país del mundo; y
que sus instituciones son las mejores del planeta. Todos saben
que ésta es una sociedad exitosa, que da oportunidades a todos.
Aquí sólo hay que esforzarse para ir adelante. Claro que todo no
es bueno, que tiene cosas inaceptables... Por eso debemos lograr
algo fundamental: una alianza comercial con este país, llegar a un
tratado de libre comercio.
—Señor Matos, sigamos adelante. Entonces cae el actual gobierno
cubano, se conforma la Junta de Salvación y Cuba Independiente y
Democrática forma parte de ella. ¿Cuáles serían las primeras medi-
das que ustedes propondrían?
—Nosotros tenemos desde hace años un esquema programático
para esa etapa. Ahí nosotros establecemos que está prohibido
desalojar a alguien de su casa; pero sí se debe dar una compensa-
ción a los antiguos dueños. Las empresas deben ser devueltas a
sus antiguos propietarios. Esto es importante pues puede favorecer
la entrada de divisas y un refuerzo a la economía.
También se debe, en su presencia o no, enjuiciar a Fidel Cas-
tro, a su hermano, y a la docena de personas por los crímenes
cometidos contra la nación cubana.
Se deben intervenir las empresas extranjeras, asociadas al actual
Estado cubano, por estar en virtual complicidad con esa tiranía. Y
esas empresas quedarían sujetas al proceso de descentralización y
privatización de la economía nacional que nos proponemos.
—En esta transición, ¿qué papel debe jugar la Unión Europea?
—Nosotros quisiéramos que Europa jugara un papel muy im-
portante en la solución de los problemas cubanos. Yo siempre he
planteado que Europa deja hacer a Cuba lo que le da la gana. A
los países europeos se les olvida que Cuba fue su colonia, y por
tanto no asumen el papel que les corresponde históricamente,
principalmente España. Nos alegra la preocupación que ha asu-
20
mido Aznar, el presidente español, de buscarle una solución al pro-
blema cubano.
Aznar, antes de ser presidente, vino por aquí y conversó con la
Fundación, con nosotros y otros grupos. Nos dijo que si ganaba las
elecciones impulsaría una nueva política hacia Cuba en la Unión Eu-
ropea. También conversé con el eurodiputado del Partido Popular
español, José Salafranca, quien estuvo interesado en ayudarnos. Y fui
recibido por el ministro de Relaciones Exteriores de ese gobierno,
señor Abel Matutes. A todos les dijimos que derrocar la tiranía castrista
le convenía a los intereses nuestros, de los europeos y de los america-
nos. Y por la manera como han actuado, se ve que lo han com-
prendido.
—Sabemos que ustedes, otras organizaciones del exilio, así como
entidades de la Administración estadounidense, han sostenido re-
uniones con directivos de empresas que quieren invertir en Cuba.
—Es cierto. Nosotros les hemos dicho a todos esos señores
que nos oponemos a que inviertan en Cuba, en sociedad con
Fidel Castro. Que no damos ninguna seguridad a esas inversiones
cuando el régimen caiga; que no se van a respetar porque han
sido cómplices del régimen; que van a ser motivo de fricciones.
Ahora, si nos proponen dar una buena ayuda económica, se puede
negociar. A todos les hemos dejado claro que nuestra visita no
era para discutir sobre las inversiones, sino para dejar sentada
una advertencia.
He realizado visitas a varios gobiernos, o he conversado con sus
embajadores. Por ejemplo, el embajador francés en Washington nos
dijo que querían tener un pie ahí, a manera de adelanto. Que por
ahora eran pequeñas inversiones y, que después, cuando cayera el
gobierno castrista, serían en grande.
—Señor Matos, vamos a un último tema. ¿Cuáles son las rela-
ciones que ustedes tienen con la llamada disidencia interna? ¿Cuba
Independiente y Democrática forma parte de ella?
—Miren, nosotros le brindamos apoyo a esa disidencia. Lo hace-
mos independiente si coincidimos en los planteamientos que ellos
hacen. Cuando se agruparon en Concilio Cubano les dimos nuestro
respaldo. Además, esa vez pidieron que un dirigente de Cuba Inde-
pendiente y Democrática en Cuba se involucrara públicamente. Y les
dijimos que si aparecía como miembro de Cuba Independiente y
Democrática lo iban a meter en la cárcel. Pero estuvimos de acuer-

21
do en participar con el nombre que tiene nuestro movimiento allá,
que es el Partido Solidaridad Democrática.12
—¿Y cómo funciona Cuba Independiente y Democrática en el interior de
Cuba?
—Nuestro movimiento funciona como una organización de
derechos humanos. También mucha gente de Cuba Independiente
y Democrática milita en grupos de derechos humanos que ya son
muy conocidos fuera de Cuba... Y más detalles no les puedo dar...
Ellos forman células clandestinas de Cuba Independiente y De-
mocrática...
—Finalmente, señor Matos, según ustedes, ¿no hay nada que valga
de la Revolución cubana?
—La Revolución cubana ha dado algo. Pero no tanto. Claro, a
excepción de la educación, de la salud, y... bueno, el éxito en los
deportes. Pero para las familias no ha reportado nada importan-
te. Nosotros tenemos que sacarle provecho a toda esa cantidad
de técnicos, profesionales, científicos, y gente preparada que hay
en Cuba...

“Estados Unidos no les puede permitir a los europeos que le den


créditos al gobierno cubano, o que inviertan fácilmente allá. ¿Cómo
los americanos y nosotros vamos a permitir que eso suceda?”

Seis meses después de haber entrevistado a la señora Ninoska y su


esposo Roberto, nos encontrábamos otra vez en la sede de la Funda-
ción Nacional Cubano Americana. A pesar de la amable atención
que se nos brindaban, volvíamos a sentir ese ambiente enrarecido,
indescriptible. Debía ser porque, política y humana-mente, no acep-
tábamos las actividades que esa organización, la más poderosa del
reaccionario exilio, ha mantenido contra el gobierno y pueblo cuba-
nos como parte de la estrategia estadounidense. Pero nos habíamos
propuesto adelantar este trabajo, y ahí estábamos. Sensaciones idénti-
12
Héctor Palacio Ruiz, presidente del grupo denominado Partido Solidaridad Democráti-
ca, fue uno de los cuatro vicedelegados nacionales en la “estructura” de Concilio
Cubano. Así mismo, según la Lista de organizaciones disidentes, opositoras y de derechos humanos,
producida por organizaciones contrarrevolucionarias en Miami y distribuida por Internet,
los denominados periodistas independientes, Raúl Rivero y Héctor Peraza, son miem-
bros de dicho grupúsculo.

22
cas nos invadieron con la mayoría de los entrevistados. Y no sólo en
Miami.
Llegamos hasta la amplia y fresca oficina de Francisco José Pepe
Hernández, presidente de la Fundación Nacional Cubano Ameri-
cana. Debíamos hablar con él, al no poder entrevistar a Jorge
Mas Canosa quien por entonces era el director de directores, el
Chairman of the Board. Desde muchos años atrás, Canosa había
aprendido a casi nunca dar entrevistas a quienes no estuvieran en
FRANCISCO JOSÉ HERNÁNDEZ
Presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana

el círculo de su confianza: según él, terminaban distorsionando sus


palabras. Así se mantuvo hasta el día de su muerte.
Pues bien, desde que hicimos la primera pregunta a Hernández, y
negara que la Administración Reagan había sido padre y madre de la
Fundación Nacional Cubano Americana, supimos que con él la ver-
dad tampoco sería protagonista.
Cuando en enero de 1981 Ronald Reagan se instala en la Casa
Blanca, le devuelve a la CIA el protagonismo internacional que
el Congreso le había restado desde mediados de los setenta, por
haberse exagerado en atribuciones. Y como diseño estratégico de la
política hacia América Latina acoge el Documento de Santa Fe. Lo
que les va a la perfección al vicepresidente y ex jefe de la CIA, George
Bush, así como al nuevo director de la Agencia, William Casey, am-
bos obstinados por recuperar el poder en Cuba y Nicaragua.
En la lógica de ese gobierno, para derrumbar al recién instalado
gobierno popular sandinista, había que neutralizar al cubano, a quien
responsabilizaba de ser su soporte esencial. Se debía, entonces, mar-
char con fuerza en ese sentido. Pero a pesar de su mentalidad guerre-
rista, la Administración Reagan estaba preocupada por el despres-
tigio de la contrarrevolución cubana. Las bombas y muertes que
había producido la Guerra por los caminos del mundo estaban aún
ardiendo en la memoria de la ciudadanía.
Según diversos documentos1, fue Roger Fontaine, uno de los
ideólogos del Documento de Santa Fe, y responsable para América
Latina en el Consejo Nacional de Seguridad, quien planteara “la posi-
bilidad de crear un lobby ante el Congreso norteamericano, para
justificar la implementación de una política más agresiva contra Cuba”.
23
Acogida la idea, Casey presentó un proyecto donde proponía crear
una estructura de relaciones públicas, que convenciera a los miem-
bros del Congreso de la estrategia elaborada por los asesores de
Reagan. Ésta, como desde los tiempos de Kennedy, no debería figu-
rar relacionada con la Administración, sino como iniciativa e interés
de la contrarrevolución cubana.
Es Richard Allen, veterano de la CIA, asesor de seguridad na-
cional de Reagan, bajo la dirección del Consejo Nacional de Se-
guridad, quien se encarga de seleccionar a un reducido grupo de
millonarios de origen cubano para darle vida al plan. Coinciden-
temente, los catorce primeros escogidos tenían antecedentes o
pertenecían a la CIA. Entre ellos, el banquero y ex brigadista
Raúl Masvidal, y Carlos Salmán, ligado al Partido Republicano e
íntimo de la familia Bush. Su primer Presidente Ejecutivo fue
Frank Calzón, ex dirigente de las organizaciones terroristas Abda-
la y Frente de Liberación Nacional de Cuba. A pesar de estar
investigado por lavado de dólares, ingresa a la dirección de la
Fundación Nacional Cubano Americana Luis Botifoll, presiden-
te del Republic National Bank. Otro personaje de peso en esos
primeros años sería José Sorzano, ex miembro del Consejo Nacio-
1
Para agilizar la lectura, hemos decidido poner en una sola nota las principales fuentes
informativas utilizadas para la redacción de esta introducción.
Sobre cómo la Fundación Nacional Cubano Americana fue un proyecto de la Adminis-
tración Reagan: Directivas del National Security Council. A partir del escándalo Iran-
Contragate, la mayoría de ellas fueron desclasificadas.
Sobre el Proyecto Democracia, está el documento desclasificado: Directiva Ejecutiva
No. 77, de 1983.
Otras investigaciones particulares sobre el tema:
Jesús ArboLeya: La contrarrevolución cubana, Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 1997.
Reinaldo Taladrid y Lázaro Barredo: El chairman soy yo. La “verdadera” historia de Jorge
Mas Canosa, Ed. Trébol, 1994.
Gaeton Fonzi, quien trabajó como investigador en las Comisiones Especiales del Con-
greso de Estados Unidos, publicó amplios reportajes sobre Canosa y la Fundación Na-
cional Cubano Americana en varios medios periodísticos estadounidenses.
Ann Louise Bardach, publicó un amplio y documentado reportaje titulado “¿Quién es
Jorge Mas Canosa?”, The New Republic, Washington, octubre de 1994.
El periodista José Morales Suárez publicó varios reportajes sobre la Fundación Nacio-
nal Cubano Americana y su dirigente Mas Canosa, en la revista Interviú de Madrid.
Álvaro Vargas Llosa: El exilio indomable, Ed. Espasa Calpe, Madrid, 1998. La realiza-
ción de este trabajo, como su autor casi lo dice textualmente, es a pedido de Jorge Mas
Canosa, para entonces líder de la Fundación Nacional Cubano Americana. Su valor
radica en que por querer lavar el rostro de la Fundación y resaltar a algunos de sus
miembros, termina en un contundente e increíble autodesenmascaramiento.
El documento esencial que demuestra como parte de la financiación de la Contra nicara-
güense provino del tráfico de drogas; y qué papel jugaron muchos cubano-estadounidenses,

24
nal de Seguridad. Casi de inmediato, a petición de Allen, Jorge Mas
Canosa fue el director de directores. Su ininterrumpido activismo po-
lítico y la amistad –reconocida por Canosa mismo– que tenía con
Casey y Theodore Shackley, subdirector de Operaciones Especiales de
la CIA, lo hacían merecedor del cargo.
Así empezó la Fundación Nacional Cubano Americana. Hoy
es un monstruo “educacional” que no paga impuestos; con más
de cien acaudalados directores, todos de la extrema derecha, que
aportan cuotas anuales entre cinco mil y cincuenta mil dólares.
La Directiva Ejecutiva secreta No. 77, conocida internamente
como Proyecto Democracia y firmada por Reagan en enero de
1983, serviría de catapulta a los objetivos de la Fundación Na-
cional Cubano Americana. Veamos. Cuando a fines de 1986 se
destapa el escándalo Iran-Contragate, se conoce que el Proyec-
to tenía un brazo legal y otro clandestino. El primero, que con-
taba con el visto bueno del Congreso, se llamaba National
Endowment for Democracy (NED), supervisado por un oficial
de Operaciones Especiales de la CIA. Aunque se definió como
una corporación privada y no lucrativa, sus fondos han sido
aprobados en el presupuesto federal y canalizados a través de
las estructuras de los partidos Republicano y Demócrata, y Or-
ganizaciones No Gubernamentales, (ONGs), como Freedom

tanto para mantener la red clandestina, como para su beneficio personal, es la investi-
gación producida por la Comisión especial del Senado estadounidense (Comisión
Kerry): “Drugs, Law Enforcement and Foreign Policy”. Informe del Subcommittee on Terrorism,
Narcotics and International Operations of Foreign Relations, United States Senate, US
Government Printing Office, Washington. 1989.
Otras investigaciones particulares sobre el tema:
Peter Dale Scott y Jonathan Marshall: Cocaine Politics. Drugs, Armies, and the CIA in
Central América, Ed. University of California Press, Los Ángeles, 1991.
Marshall; Scott y Hunter: The Iran Contra Connection. Secret Themes and Covered
Operation in the Reagan Era, Ed. South End, Boston, 1985.
Leslie Cockburn: Out of Control. The Story of the Reagan Administration’s Secret War in
Nicaragua, The Illegal Arms Pipeline, and the Contra Drug Connection, Ed. Atlantic City
Monthly Press, New York, 1987.
Vegard Bye: La paz prohibida. El laberinto centroamericano en la década de los ochenta,
Ed. Departamento Ecuménico de Investigaciones, Costa Rica, 1991.
Christic Institute: “Campagne européenne d’information sur la drogue”, La Contragate
Connection, Mimeo, París, 1989.
Gary Webb realizó un reportaje en agosto de 1996 para el Mercury News, donde de-
muestra cómo los barrios pobres de Los Ángeles y otras ciudades de Estados Unidos se
inundaron de crack en la década de los ochenta, a partir de la cocaína que beneficiaba el
financiamiento ilegal de la Contra.

25
House, el Instituto Católico Puebla, y el Instituto Americano para el
Desarrollo de los Sindicatos Libres, entre otros. Como comple-
mento a su labor, se utilizan las actividades de la Agencia para el
Desarrollo Internacional, (AID, siglas en inglés), la Agencia de In-
formación de Estados Unidos, y demás mecanismos de diploma-
cia pública estadounidense.
La National Endowment for Democracy se institucionalizó
como un programa para entregar dinero a organizaciones que
“promueven el mejoramiento de la democracia” en el extranjero.
Pero por ella se fueron encausando cuantiosos recursos que antes
se suministraban a través de la CIA, u otras vías clandestinas, a
fuerzas políticas, de derechos humanos, humanitarias y de pren-
sa. Por Ley, la National Endowment for Democracy no podía
entregar ayudas para “labor de lobby o propaganda dirigida a
influir en las decisiones de política pública del gobierno de
EE.UU..” Pero desde siempre se ha realizado. En 1988 se descu-
brió, sin consecuencias jurídicas para los responsables, que había
donado trescientos noventa mil dólares a la Fundación Nacional
Cubano Americana, por extraña coincidencia, una cantidad idén-
tica fue “donada” por la Fundación Nacional Cubano America-
na a políticos que apoyaban la agresión al gobierno cubano.
Son varios los millones de dólares entregados por la National
Endowment for Democracy a los diversos proyectos de la Funda-
ción. Sin contar que, como socio privilegiado, la Fundación Nacional
Cubano Americana ha servido en muchas ocasiones de intermediaria
para hacer llegar altas sumas a otras organizaciones contrarrevolucio-
narias, no sólo en Miami, sino en Europa y Cuba. Y en casi todos los
casos, para financiar supuestas campañas pro derechos humanos.
Con semejante apoyo, en poco tiempo la Fundación se convirtió
en un monstruo que devoraba todo aquello que se opusiera a sus
intereses; haciendo suyo casi todo lo que se propusiera en el interior
de Estados Unidos. Según varios analistas, su éxito se basó en tres
aspectos. Uno, el ser un aparato al servicio de la política de Washing-
ton, en muchos casos trascendiendo el ámbito cubano, como suce-
dió con Angola y Nicaragua. Dos, porque aprendió de manera sagaz
el trabajo de lobby, que en el caso estadounidense es el arte de untar
las manos con dinero a políticos claves del Congreso. En esto los
miembros republicanos han sido los preferidos. Pero no se ha aho-
rrado cuando se necesita de los demócratas, tal y como sucedió con
aquellos que apoyaron la Ley Torricelli. El candidato William Clinton
26
recibió cerca de cuatrocientos mil dólares para su primera campaña,
al comprometerse a apoyar esa Ley. Y según posteriores declaracio-
nes de Mas Canosa, el presidente habría obtenido por lo menos dos
millones durante la reelección, aunque en los registros oficiales solo
figuran cuatrocientos mil. Y el tercer aspecto de su éxito: cuando el
dinero, los contactos políticos o personales no logran convencer,
llega el chantaje, la amenaza y... su aparataje paramilitar.
Pero veamos algunos casos tipo, que pueden develar una parte
del alma de la Fundación Nacional Cubano Americana.
En octubre de 1976 es dinamitada una nave de Cubana de Avia-
ción sobre las costas de Barbados. Orlando Bosch y Luis Posada
Carriles, son detenidos en Venezuela acusados de ser los respon-
sables intelectuales. Ambos desempeñaron un papel de primer or-
den en la Guerra por los caminos del mundo. En febrero de 1988
Orlando Bosch queda libre, e ingresa a Miami sin importarle que
existía una orden de arresto por parte del FBI. Luego de dos años
en prisión es dejado en libertad condicional. The New York Times
editorialisaría:
En el nombre de la lucha contra el terrorismo, EE.UU.
envió aviones para bombardear Libia, y al ejército para
invadir Panamá. Y ahora la Administración Bush deja
libre a uno de los terroristas más notorio del continente.
¿Y por cuáles razones? La única evidente es granjearse
el favor del sur de la Florida.

Según los informes del FBI, que se oponía a que lo dejaran en


libertad, Bosch no era un “notorio” más: era el peor. Estando en
prisión, se le quiso expulsar, pero sólo Cuba aceptó recibirlo para
juzgarlo. Varios medios informativos señalaron que el Secretario
de Justicia había dado la orden de libertad, debido a “presiones
políticas”. ¿Por dónde habían venido? Personas como Monseñor
Román, el congresista Lincoln Díaz-Balart y los directores de la
Fundación Nacional Cubano Americana utilizaron a sus contac-
tos políticos en beneficio del terrorista. Su principal defensora
fue la representante republicana cubana-estadounidense, Ileana
Ros-Lethinen, quien llegó hasta incluir la liberación como parte
de su campaña electoral. La política es de las que más ha recibido
contribuciones de la Fundación Nacional Cubano Americana;
su jefe en las campañas electorales ha sido Jeb Bush, hijo del entonces
27
presidente de Estados Unidos; Jeb no sólo ha presidido equipos de
trabajo en la Fundación Nacional Cubano Americana, sino que tiene
relaciones de negocios con sus miembros.
Miremos qué sucedió con Posada Carriles. En 1985, misteriosa-
mente, éste se evade. En 1994, siendo requerido por las autorida-
des venezolanas, cubanas y estadounidenses, se le publica en
Miami el libro Los Caminos del Guerrero. En esa especie de bio-
grafía, reconoce el inmenso apoyo “económico y moral” que los
directivos de la Fundación Nacional Cubano Americana le die-
ron en la cárcel, para su fuga y posterior traslado a El Salvador.
De manera directa, en este país centroamericano se incorpora al
trabajo secreto de apoyo a la Contra nicaragüense. En un aparte
de la publicación, dice que dos días después de estar ahí:

[...] recibí la visita del doctor Alberto Hernández [...]


Un grupo de Miami, de personas muy calificadas, entre
las cuales se encontraban Jorge Mas, Feliciano Foyo, Pepe
Hernández y otros, hicieron un “pool” para cubrir mis
necesidades económicas [...] Ellos me destinaron una canti-
dad de dinero suficiente, que me llegaba cada mes [...]

Es de aclarar que en la Fundación Nacional Cubano Americana


Alberto Hernández, ha sido el vicechairman; Foyo, el tesorero; y
Pepe Hernández, Presidente Ejecutivo.
Ahora, lo que el terrorista no narra es que, según los registros
de la policía venezolana, Mas Canosa estuvo negociando su libe-
ración junto a Gaspar Jiménez y Rolando Mendoza. Posterior-
mente, estos dos últimos debieron dejar la Fundación Nacional
Cubano Americana por sus casi públicos compromisos con el
tráfico de drogas, pasando a ser los guardas de Alberto Hernández.
En noviembre de 1996, también desde la clandestinidad, y en dos
emisiones, el Canal 23 entrevistó ampliamente a Posada Carriles.
Por ese medio informativo, de reconocida relación con la Funda-
ción Nacional Cubano Americana y los círculos más reacciona-
rios, llamaba a emprender nuevas acciones terroristas contra Cuba.
Y en esos mismos momentos él las estaba preparando: tuvo un
papel decisivo en la serie de bombas que explotaron en Cuba
entre abril y septiembre de 1997. Según lo anunciaron las autorida-
des de la Isla, y lo confirmó una extensa investigación publicada por
28
El Nuevo Herald el 16 de noviembre de 1997, Posada Carriles fue “el
eslabón clave” en la serie de atentados contra centros turísticos. Él
mismo reclutó al autor material y sus cómplices en El Salvador, y
logró que en Miami se recaudaran quince mil dólares para los gastos.
Según las declaraciones del terrorista salvadoreño, Raúl Ernesto Cruz
León, capturado por la policía cubana como responsable, la Funda-
ción Nacional Cubano Americana fue la principal contribuyente, y
sus máximos dirigentes tenían el contacto directo con Posada Carri-
les.
Pero volviendo un poco atrás, e intentando seguir cronológi-
camente, se debe decir que Posada Carriles no “salió” directamen-
te de la cárcel venezolana hacia El Salvador por una simple
coincidencia. Es que en ese país, principalmente, la Fundación
Nacional Cubano Americana y otras organizaciones contrarrevolu-
cionarias tenían un papel dentro del segundo brazo del Proyecto
Democracia, el cual era clandestino, que en Washington lo coordi-
naba el coronel Oliver North bajo el mando del Consejo Nacio-
nal de Seguridad. Este brazo estaba destinado a apoyar logística y
financieramente la guerra sucia contra el gobierno sandinista de Ni-
caragua. Félix Rodríguez era uno de los poderosos en Centroamérica,
teniendo como centro de operaciones la base militar salvadoreña de
Ilopango. Desde ahí la CIA coordinaba todo el suministro de armas
y demás pertrechos de guerra para la mercenaria Contra.
Pero también se usaba como paso de aviones cargados con cocaína
y marihuana hacia Estados Unidos. Droga que era negociada con los
llamados carteles de la mafia colombiana. Algo que puede resultar
irreal, extremadamente difícil de imaginar, cuando la casi totalidad de
los medios de comunicación en el mundo repetían día a día que la
Administración estaba en guerra total contra el narcotráfico. Pero en la
investigación que realizó el Senado estadounidense, conocida como
Comisión Kerry, no queda la menor duda de que Reagan y Bush esta-
ban al corriente del tráfico que empezaba en Bolivia y Colombia, pasa-
ba por Centroamérica, y llegaba a Miami donde la droga se distribuía
a las demás ciudades para ser vendida. Fue lo más grave del escándalo
Iran-Contragate, pero se relativizó: acababa de rodar la cabeza de
Richard Nixon, y que cayera la de otro presidente, o vicepresidente, de
la supuesta primera gran democracia del mundo era sencillamente im-
posible.
Ramón Milián Rodríguez, cubano-estadounidense, blanqueador
de dólares para la mafia colombiana, reconoció a la Comisión del
29
Senado haber entregado, entre 1983 y 1985, unos diez millones de
dólares a la Contra, distribuidos según las instrucciones de Félix
Rodríguez. Miembros de la Fundación Nacional Cubano Americana
han servido de contacto entre los dos hombres. Félix Rodríguez,
galardonado por Bush en 1976 con la distinción más alta de la CIA,
negó todo y se lo creyeron. A pesar de que Milián Rodríguez no era
un desconocido: fue invitado a la investidura de Reagan, al haber
donado ciento ochenta mil dólares a su primera campaña presiden-
cial, y entregados por “amigos” en Colombia.
También Jorge Mas Canosa debió declarar ante la Comisión Kerry:
sus teléfonos personales, fechas de citas y anotaciones con información
sobre sus desplazamientos por Centroamérica se encontraron en la
agenda del coronel North. En esa investigación, así como en otras
periodísticas, se demuestra que Canosa estuvo varias veces en Ilopango.
El jefe de jefes de la Fundación Nacional Cubano Americana aseguró
que sólo dio “ayuda humanitaria a los contras”. El Presidente Ejecu-
tivo de la Fundación, o sea nuestro entrevistado, también estuvo bas-
tante involucrado en la guerra mercenaria por la “libertad” de Nicara-
gua, acompañado de no muy santos amigos. Hasta en el libro Cuba en
guerra. Historia de la oposición anti-castrista, 1959-1993, se puede leer:
“El exilio cubano, en simpatía con las fuerzas de oposición, brinda-
ron amplia ayuda a los “contras” de Nicaragua [...]. Francisco
Hernández “Papito” y René Corvo [...] combatieron activamente en
el frente guerrillero.” Recordemos que Corvo, ex abdalista, fue acu-
sado por el FBI y la Comisión Kerry de tráfico de armas y drogas
para la Contra. Él admitió lo primero.
Todas las investigaciones dejan en evidencia que desde la insta-
lación del gobierno Reagan, muchos cubano-estadounidenses
fueron enviados por la CIA a El Salvador como asesores del na-
ciente aparato. Otros estuvieron asignados en Honduras para,
aparentemente, dar asistencia médica a los mercenarios. En esta
área y en la militar tuvo gran responsabilidad el vicechairman,
Alberto Hernández. En este tipo de apoyo ya contaban con expe-
riencia, al haberle servido a la fuerza reaccionaria de la UNITA,
en Angola, a mediados de los setenta.
De todas maneras el proceder delictivo del brazo clandestino
del Proyecto Democracia no era novedad. Simplemente fue co-
pia adaptada de las operaciones encubiertas que la CIA organizó en
el Sudeste asiático.
30
En enero de 1990 los miembros del Board of Directors de la
Fundación Nacional Cubano Americana reciben un documento
confidencial firmado por Jorge Mas Canosa, que traza:

[...] la táctica a seguir para garantizar que la FNCA reci-


ba el reconocimiento pleno de toda la comunidad en el
exilio, de los hermanos cautivos en la Isla, del gobierno
de los EE.UU. y del resto de gobiernos y pueblos del
Mundo Libre, lo que nos facilitará jugar el importante
rol protagónico que nos corresponde en la nueva Cuba.

A pesar de haberse filtrado su contenido, se ha podido consta-


tar que buena parte de sus directivas se han llevado a la práctica.
Veamos lo más ilustrativo:
Organizar giras por los países miembros de la Comunidad
Económica Europea (CEE), de Europa del Este y de Amé-
rica Latina y el Caribe con el propósito de presentarnos como
fuerza beligerante en el conflicto cubano [...]

Formar un Task Force que sistematice contactos con el


National Security Council (NSC), la Central Intelligence
Agency (CIA), el Federal Bureau of Investigation (FBI),
para garantizar, ahora más que nunca, la identificación
de la política y acciones a desarrollar contra el gobierno
stalinista de Cuba, un intercambio mayor de informa-
ción de inteligencia y el apoyo económico necesario para
llevar a vías de hecho nuestros planes [...]

Organizar un Task Force para que sistematice y profun-


dice las relaciones de trabajo establecidas con el State
Department para de forma conjunta confeccionar y desa-
rrollar nuevos planes de política internacional que respon-
dan a la actualidad [...]. El presidente y vicepresidente del
Task Force son los embajadores José Sorzano y Armando
Valladares respectivamente y como Asesora Especial esta-
rá la también Embajadora Jeanne Kirpatrick [...]2

31
Crear un Task Force cuya responsabilidad primaria es lograr
la salida al aire de nuestra televisión Martí. De forma paralela
realizará estudios y planes conjuntos con la USIA/VOA para,
en un futuro inmediato, integrar la programación de Radio y
TV Martí con las estaciones de radio y TV ya bajo nuestro
control junto a otras que adquiriremos próximamente [...].
Realizará estudios y propuestas para neutralizar o modificar
las posiciones de periodistas y medios de prensa que durante
estos años se han destacado como contrarios a la línea de la
FNCA [...]3

Se creará otra Task Force cuya responsabilidad es neutrali-


zar a aquellas personas u organizaciones que reclamen para
sí o traten de impedir que la Fundación Nacional Cubano
Americana asuma el liderazgo que se ha ganado [...]

La divisa a seguir será la compra de voluntades pero a


quienes no conozcan otro lenguaje que la violencia hay
que hablarles en su propio lenguaje.

No vacilaremos ante nada ni nadie, no lo deseamos


pero si tiene que correr la sangre, correrá.4

El 23 de noviembre de 1997 fallece Jorge Mas Canosa. Todos


los líderes del exilio, en Estados Unidos y Europa, que se vieron
confrontados a su arrogancia e intransigencia política, le recono-
cieron en ese momento el mérito de haber sabido navegar por
entre los mecanismos de la vida política estadounidense, y el ha-
ber hecho de la comunidad cubano-estadounidense “un podero-
so grupo de presión en Washington”. Hasta el presidente Clinton,
que días antes supo admitir en Argentina que la Fundación Na-
cional Cubano Americana era su guía en el tema cubano, expresó
que Canosa había sido una “poderosa voz a favor de la libertad
de Cuba”.
Se habla de la orfandad del exilio, al no verse un claro sucesor
“moral y político”. Unos creen que volverán las duras y violentas
pugnas por el liderazgo único. Otros, más optimistas, apuestan a que
2
Es muy posible que estas personas ya no estén al frente de estas funciones.
3
Entre los nombres que cita el documento, hay medios informativos y ciudadanos espa-
ñoles.

32
las posiciones moderadas, incluyendo las de los llamados dialogueros,
podrían ganar un inmenso terreno. La mayoría, que desconoce las
intimidades de la política implementada en Washington contra Cuba,
han colocado a la Fundación Nacional Cubano Americana como un
proyecto que nació, caminó y se encumbró debido al activismo de
Canosa. Es indiscutible que él impuso su dinámica autoritaria envuelta
en sagacidad. Pero lo esencial, como ya lo vimos en párrafos anterio-
res, está en que la Fundación Nacional Cubano Americana, así como
las otras organizaciones del recalcitrante exilio, han sido proyectos de la
dirigencia política estadounidense: esa que sueña anexarse Cuba. Por
algo Carlos Alberto Montaner aseguraría a la prensa española: “la des-
aparición de Mas Canosa no supondrá ningún cambio en la política
norteamericana porque ésta es irreductible frente al régimen castrista”.
Pero hablemos de nuestro entrevistado. Huyendo de la Revolu-
ción, Pepe Hernández salió de Cuba en 1960. De forma in- me-
diata se involucra en el Directorio Revolucionario Estudiantil (DRE),
organización de influencia católica que la CIA utilizaba para realizar
tareas de propaganda, sin descontar actos terroristas. Según lo narra
en El exilio indomable, antes de que la CIA lo infiltre en Cuba le da “un
entrenamiento muy rápido, de un par de semanas” en técnicas de
sabotaje y hasta en “cómo matar a un individuo con un alambre”. Ya
en la Isla “Hicimos varios ataques y actos contra el régimen. incluso el
secuestro de un profesor de la universidad, y cosas relacionadas con
atentados.” A su regreso es enviado a Guatemala, a uno de los cam-
pamentos donde la Agencia preparaba a los mercenarios que inten-
tarían la invasión por Bahía de Cochinos. Desembarca con la Brigada
2506, y a las pocas horas es capturado por el Ejército Rebelde. Al ser
liberado, se enrola en la Marina de Guerra del Ejército de Estados
Unidos, donde alcanzó el grado de capitán. Ahí, en Fort Benning, se
encuentra de nuevo con Mas Canosa. Terminado ese primer curso
lo mandan a Quantico, en Virginia, a la Escuela de Inteligencia de los
“Marines”. Por sus capacidades y dedicación es trasladado a trabajar
en el Pentágono en tareas de inteligencia bajo las ordenes de Alexander
Haig, quien por aquel entonces era teniente-coronel.
Durante la terrífica guerra que adelantaron Francia y, particular-
mente, Estados Unidos contra los pueblos de Indochina, es desplaza-
do a Camboya, donde lo ponen “a cargo de una unidad de interro-

4
Negritas en el original.

33
gación de prisioneros”. De nuevo en Estados Unidos y sin dejar sus
funciones de militar, reinicia su colaboración con los grupos
contrarrevolucionarios cubanos que realizaban actos terroristas con-
tra Cuba: “sobre todo podía ayudarlos con entrenamiento”. En 1965,
“durante la invasión americana a Santo Domingo yo también partici-
pé [...] Mi actividad estuvo sobre todo, como siempre, en la parte de
inteligencia”. Posteriormente, y sin dejar sus labores con los “Marines”,
ingresa en la universidad.
Al finalizar sus estudios, hacia 1973, conforma una compañía
de agroindustria, Agrotec Internacional, y se instala definitiva-
mente en Miami. Esta empresa empieza “a hacer labores en un
montón de países, incluyendo algunos de África”. Hernández no
especifica de dónde apareció el dinero para todo ello, aunque
precisa que sus socios eran un veterinario y un nutricionista. Se dice,
sin poderlo confirmar, que parte del dinero invertido provenía de
recaudaciones y oscuros negocios que, como otros dirigentes
contrarrevolucionarios, realizó.
Lo que sí le reconoce a Vargas Llosa el actual presidente de la
Fundación Nacional Cubano Americana, es que a pesar de sus
actividades como empresario, jamás dejó ciertos especiales con-
tactos en Washington.

Durante toda esa época de expansión del negocio mío


había tenido algunas relaciones también con los servi-
cios de inteligencia norteamericanos. Hay servicios que
los negocios independientes norteamericanos, las empre-
sas privadas, realizan voluntariamente para las agencias
de inteligencia de los Estados Unidos [...] El sistema fun-
ciona así: si tú vas a ir al África y tú tienes negocios en
Egipto, tienes negocios en Kenia o en Nigeria –y yo tenía
negocios en todos esos países– y los puedes ayudar, vas a
prestarles un buen servicio haciéndolo. Así que yo les daba
lo que en términos de inteligencia se llama “cobertura”.
Cobertura se les da a algunos individuos que trabajan por
su cuenta [para los servicios de inteligencia] pero que de
alguna manera están en las empresas [...] Hay cientos de
empresas en todo el mundo en esas condiciones, porque
es una labor realizada bastante frecuentemente.

34
Con las primeras luces de los ochenta llega la salida masiva de
cubanos por el puerto de Mariel, y el empresario Hernández tuvo
una activa participación en su acogida.

Yo personalmente estuve una vez más poniendo en prácti-


ca mi entrenamiento en asuntos de inteligencia al interro-
garlos [...] Entonces, yo que tenía un grupo de individuos
especializados, los interrogaba a fondo. En los interrogatorios
determinábamos quiénes eran esta gente [...] Esta labor la
realizábamos en coordinación con el FBI. Estuvimos como
dos o tres meses ahí [...]

Casi desde un inicio, desde que era un proyecto, Hernández


formó parte de la Fundación Nacional Cubano Americana. En el
libro referido describe, sin ahorrar nombres de personas, cómo altas
instancias del Departamento de Estado y de la CIA, incluidos impor-
tantes miembros del Congreso, durante el gobierno de Reagan, estu-
vieron involucradas en la creación y posterior desarrollo de la Funda-
ción Nacional Cubano Americana. Eso sí, Hernández intenta pecar de
ingenuo al momento de establecer quién fertilizó y parió el proyecto:
“La idea original yo no sé exactamente de quién sale, porque estas
cosas al comienzo todo es muy difuso y se producen muchas conver-
saciones muy inciertas”. Él posibilitó, indudablemente, aportar muchí-
simos granos de arena por intermedio de sus contactos: “Algunos de
mis mejores amigos durante todo este proceso son individuos que han
llegado a las posiciones más altas de la CIA.”
En 1991 es elegido presidente de la Fundación Nacional Cubano
Americana. Para el cargo que ocupa, Hernández no es una persona
de hablar fluido. Fue parco en las respuestas, y hasta daban ganas de
empujarle las palabras. Como decíamos, luego de su primera res-
puesta no quisimos profundizar en temas más candentes. Por ejem-
plo, nos mordimos la lengua para no preguntarle por qué se vinculó
a los hermanos Ignacio y Guillermo Novo, en la comisión de infor-
mación y relaciones públicas de la Fundación Nacional Cubano
Americana, tal como lo informó The New York Times el 27 de noviem-
bre de 1990. ¿Acaso no sabían sus antecedentes como terroristas y
traficantes de drogas? No, no nos atrevimos. Nos contentamos con
su versión sobre cosas más generales.
A pesar del aparente olvido de casi todos los medios de comuni-
cación en el mundo, sigue pesando sobre Pepe Hernández un pro-
35
blema judicial un tanto delicado. Es el adelantado por el FBI en
Puerto Rico, que lo involucra en la preparación de un atentando con-
tra la vida del presidente Fidel Castro. El asesinato se pensaba reali-
zar durante la reunión de jefes de Estado Iberoamericanos, a fines de
1997 en Venezuela. Aunque Hernández no ha sido detenido, sí lo
fueron otros seis contrarrevolucionarios cubanos, entre ellos José
Antonio Llama también directivo de la Fundación Nacional Cubano
Americana y de la española Fundación Hispano Cubana.5
En la actualidad, y después de la muerte de Jorge Mas Canosa, es el
gran jefe de la Fundación Nacional Cubano Americana. Y como tal
intentó entablar ante la justicia de España, en noviembre de 1998, “ac-
ciones legales, a nivel mundial, contra Fidel Castro y sus cómplices por
genocidio”. Esto se inspiraba en el sonado caso del dictador chileno
Augusto Pinochet. Ello fue totalmente denegado, quedándose sin re-
cursos para continuar los trámites.
Por último, es interesante saber cómo Pepe Hernández descri-
bía la personalidad de Mas Canosa, al que por entonces le falta-
ban pocos meses para morir: “Jorge es un hombre de un carácter
bien autoritario, no cabe duda de ninguna clase; o sea, un indivi-
duo al que le gusta hacer su voluntad.” Letras más adelante, tam-
bién en el libro El exilio indomable, reconoce de él mismo: “Yo
probablemente soy más autoritario que él.”
Al salir de la entrevista, de una mesita en la recepción, recogi-
mos el boletín No. 390 de la Representación Cubana en el Exi-
lio. Por lo menos se tiene la honestidad de no negar las raíces...

—Señor Hernández, ¿por qué se decide conformar la Fundación


Nacional Cubano Americana?
—Aunque se dice que la Fundación fue iniciativa de la Admi-
nistración Reagan, la verdad es otra. Miren, desde 1978 se estaba
viendo el interés de una serie de elementos, en el interior de Esta-
dos Unidos principalmente, para que se diera un acercamiento
entre los dos países. O sea, para que se levantara el embargo. Y
un grupo de personas del exilio decidimos oponernos a esa situa-
ción, pues no se le podía brindar legitimidad a ese régimen. Así
fue naciendo la Fundación, sin ninguna relación con Reagan o el
Departamento de Estado.

5
Como era de esperar, a inicios de diciembre de 1999 un tribunal federal declaró
inocentes a estas personas, a pesar de las pruebas en contra.

36
—Se puede decir que la Fundación Nacional Cubano Americana llega a este
mundo con un poder inmenso, al punto de hacer a un lado las otras organizaciones
del exilio. ¿Cómo explica usted esto?
—Uno no puede saber por qué una organización se desarrolla y
prevalece por encima de las otras. Posiblemente será por el genio
de sus fundadores, o por sus recursos económicos, o debido a la
claridad de sus principios. Pero la realidad es que la Fundación
nace con un conocimiento bastante efectivo de la mecánica del
sistema político norteamericano. Nosotros, en general, hemos
sido personas que por distintas razones habíamos estado en con-
tacto directo con la política de este país, y sabíamos cuán flexible
y dúctil es. Después de la comunidad judía, el exilio cubano ha sido la
minoría que más ha logrado penetrar este sistema como tal. Por eso
quisimos aprender de ella. Y por eso no negamos que fuimos, no
entrenados, sino alentados y dirigidos por activistas judío-america-
nos en los primeros años.
Ahora, los demás grupos cubanos del exilio nunca se habían es-
forzado en llevar las preocupaciones e intereses hasta Washington.
Todos creían que gritando y haciendo manifestaciones en Miami,
iban a lograr repercusiones en el Congreso o la Casa Blanca.
Nosotros nos organizamos para influir sobre la política america-
na, y allá era el lugar ideal para hacerlo.
Claro que no nos limitamos a esa ciudad. Por eso fuimos a
Moscú, antes que cayera la URSS, y trajimos a los rusos. Invita-
mos a Boris Yeltsin en 1989, cuando éste todavía era un proscri-
to. Y Mas Canosa fue con Armando Valladares a Polonia para
entrevistarse con Lesh Walesa. Y el resultado fue que se logró la
cancelación de la ayuda económica y militar de la URSS y del
bloque socialista al régimen castrista.
La influencia de la Fundación se la pueden atribuir a un modus
operandi que no se había utilizado anteriormente. Pero además, y
sobre todo, porque luchamos con la verdad. Hasta el reverendo
Jesse Jackson, congresista totalmente opuesto a nosotros, terminó
apoyándonos. Cuando en marzo de 1994 Mas Canosa testificó en
el Congreso norteamericano sobre la violación a los derechos hu-
manos en Cuba, el reverendo se le acercó y le dijo que quería ser
amigo de él y de los cubanos libres.
—Pero se dice que la Fundación Nacional Cubano Americana ha
logrado influir, tanto en el Congreso como en la Casa Blanca, por
ser un “club de millonarios” que saben repartir dinero a los políticos.
37
—Yo no voy a perder mi tiempo defendiendo a la Fundación de
esas tonterías. Esto no es un club de millonarios. Claro, y no lo he-
mos ocultado, que la Junta de directores está compuesta por hom-
bres sumamente exitosos económicamente, y que por serlo hacen
aportes extraordinarios. Pero es que difícilmente encontra-mos en
cualquier país de América Latina, y dentro del proceso histórico del
exilio cubano, hombres tan exitosos que dediquen su tiempo y su
dinero a tratar de recobrar la libertad de su país. Y creo que el pueblo
cubano, en un futuro no lejano, se sentirá orgulloso de ellos.
—Señor Hernández, uno de los señalamientos más comunes que se hace a los
directores de la Fundación Nacional Cubano Americana es que su mayor ambi-
ción está en liderar un gobierno posrevolucionario.
—Esa es otra gran tontería. Porque, primero que todo, nosotros
no somos un partido político; estamos interesados en buscar la liber-
tad de nuestro pueblo. Claro, si luego de expulsar al comunismo de
Cuba, alguno de nosotros llega a ser elegido para un puesto impor-
tante en el nuevo gobierno, es porque se lo merece como cualquier
otro...
—Disculpe que le interrumpa, pero parece que la Fundación Na-
cional Cubano Americana no excluye la posibilidad de entrar a Cuba
de la mano estadounidense...
—¡Qué tonterías! ¡Cómo se pierde el tiempo! Nosotros hemos
demostrado desde el principio, que le hemos dado voz al pueblo
cubano y no al gobierno norteamericano. Estamos seguros que si
no hubiera sido por la Fundación, el gobierno americano ya hu-
biera negociado con Castro. Si ustedes detallan nuestro Plan de
transición, preparado para cuando podamos volver, verán que
no proclamamos que Cuba será otro Puerto Rico. Pero lo que sí
es cierto, es que Cuba es una nación privilegiada por estar a no-
venta millas de Estados Unidos, y por eso pueden darse unas
relaciones económicas cordiales y amistosas, para una compene-
tración de mercados. Lo que decimos es que no puede haber una
normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, mien-
tras allá no exista democracia.
—Señor Hernández, utilizó el término “transición”...
—La transición en Cuba comenzó mentalmente hace rato. Des-
de que las esferas de poder, dentro del régimen, comprendieron
que no se iba a llegar a un acuerdo con Estados Unidos por la
intransigencia de Castro. Porque Castro quiere llegar a entenderse
38
con los americanos pero sin entregar poder ni libertades. Nosotros
sabemos que existe un círculo, hasta dentro de las Fuerzas Armadas,
consciente de que Castro no va a salvar Cuba. Y nosotros estamos
dispuestos a llegar a un entendimiento con aquellos que estén en el
poder y acepten devolver las libertades al pueblo cubano.
—Señor Hernández, ¿cuáles han sido los mayores logros de la Fundación
Nacional Cubano Americana en estos años de actividad?
—Fundamentalmente, llevar la realidad de Cuba y de los cubanos
por el mundo. Y para ello hemos tenido una cantidad de éxitos que
serían muy largo de enumerar. Pero entre los primeros están Radio
Martí y Tele-Martí. Esto le dio un gran impulso a la Fundación. Tam-
bién nos hemos movido en diferentes ámbitos como lo humanitario,
ayudando a los cubanos necesitados, lo que nos dio un gran impacto
entre el exilio. También tenemos una serie de proyectos como Misión
Martí, que está siendo preparada como un cuerpo de paz para cuando
llegue la liberación. Con Misión Martí hemos entrenado a más de dos
mil jóvenes cubanos, para que vayan y ayuden por un año o dos a la
reconstrucción del país. Tenemos la Fundación para los Derechos Hu-
manos en Cuba, con la cual hemos estado siete veces en la Comisión
de Derechos Humanos de Ginebra.
Como ven, la Fundación se ha movido en ámbitos diferentes,
pero sólo se escucha hablar de sus labores políticas, como las
Leyes Torricelli y Helms-Burton, donde, no lo vamos a negar,
hemos tenido una participación sustancial.
—Ahora que lo pronuncia. Debido a la posibilidad de que Estados
Unidos aplique definitivamente la Ley Helms-Burton, y que afecte
las relaciones con los países de la Unión Europea, Cuba se ha vuelto
tema de discusión...
—Sí, nosotros sabemos que en Europa ha aumentado el inte-
rés por el problema cubano. Y ese era uno de nuestros objetivos:
para eso era la Ley Helms-Burton. Pues si los inversionistas euro-
peos no entendían por las buenas maneras, había que enseñárselo
de otra forma. Porque los europeos no pueden seguir mandando
sus inversionistas para que disfruten y roben lo que no les perte-
nece. Ahora, si van a seguir haciendo eso, que paguen el costo.
Porque tendrán que afrontar las consecuencias: ahora ante los
americanos y después, en la Cuba liberada, con nosotros.
—Pero parece que el presidente Clinton quiere negociar con los
gobiernos europeos sobre los puntos más conflictivos.

39
—Puede ser que la Administración Clinton y los europeos nego-
cien. Pero no se puede olvidar que eso tendría que pasar por el Con-
greso norteamericano. Y ahí no van a tumbar esa Ley. Nosotros
hemos logrado sacar la política de Estados Unidos, con respecto a
Cuba, de las manos de las Administraciones que cambian cada cua-
tro años. Ya no es el presidente quien puede levantar el embargo, sino
los verdaderos representantes del pueblo norteamericano. Y eso es
un triunfo del exilio cubano, porque la realidad es que Europa ha
sido enfrentada a una disyuntiva: escogen a Estados Unidos o Cas-
tro. Pero ellos no se van a pelear con los americanos, y saben muy
bien que no pueden ser buenos amigos de ambos. Y esto nos lo
dijeron los ingleses. Estados Unidos no les puede permitir a los eu-
ropeos que le den créditos al gobierno cubano, o que inviertan fácil-
mente allá. ¿Cómo los americanos y nosotros vamos a permitir que
eso suceda?
—Señor Hernández, ¿es que la Fundación Nacional Cubano
Americana cuenta con una representación en algún país europeo?
—Tenemos una representación de delegación en Praga, Moscú
y España. Nuestra presencia en esos países, es para evitar que se
establezcan relaciones gubernamentales que favorezcan al régi-
men castrista. Además, ya hay una decisión de la Junta directiva
para establecer otra oficina en Bruselas. Estamos en ese proceso.
Sabemos que el trabajo en Europa es diferente, pero vamos apren-
diendo. Lo haremos bien y como Fundación. Porque en estos
momentos es muy importante estar en la Unión Europea para
guiar la atención de los europeos, en una oposición contra el
régimen cubano.
—De todas maneras ya han logrado poner pies firmes en España,
tanto por la proximidad con el Partido Popular, como por la Funda-
ción Hispano Cubana.
—Sí, hay muy buenas relaciones con el Partido Popular. No lo
negamos. Pero nosotros no tenemos nada que ver con la Fundación
Hispano Cubana. Claro que a título personal yo y otros directores de
la Fundación Nacional Cubano Americana somos parte de su Direc-
tiva, que ellos llaman Patronato. Pero eso está dirigido por españoles.
Es más, dentro de la Fundación Hispana hay personas con las cuales
no coincidimos en cuanto a los métodos de lucha, como Elizardo
Sánchez. Pero en general, todos estamos de acuerdo en que quere-
mos libertades para el pueblo cubano.

40
—Nos ha parecido que ustedes apoyan la labor que está haciendo el Embaja-
dor especial del presidente Clinton para asuntos cubanos...
—Saludamos y apoyamos su trabajo. Él ha realizado una muy
buena labor ante las Organizaciones No Gubernamentales de
Canadá y Europa. No ha dejado de insistirles en que no acepten
las condiciones que el gobierno cubano les pone para estar allá
presentes. Y sabemos que ha tenido buena acogida entre algunas
Organizaciones No Gubernamentales de España, Francia y Ho-
landa. Y nosotros vamos a complementar su labor: ya nos esta-
mos acercando, y dialogando con esas organizaciones, para que
nos apoyemos mutuamente.
—Señor Hernández, una última pregunta. ¿Qué relación tiene la
Fundación Nacional Cubano Americana con la denominada disi-
dencia interna cubana?
—Nosotros, a través de los años, hemos brindado apoyo y
alentado la disidencia. Sobre todo a partir del trabajo de derechos
humanos. Fuimos una de las primeras organizaciones que empe-
zamos ese trabajo allá, hasta convencerlos de que se debían orga-
nizar a partir de los derechos humanos, principalmente, por ser
una causa muy noble y bien recibida en todo el mundo. Lo han
hecho así, y vean los buenos resultados: por toda Europa se ha-
bla de los disidentes cubanos por los derechos humanos. Hay
que seguir insistiendo en ello, para que esos grupos y otro tipo de
disidentes, como los periodistas independientes, cumplan el pa-
pel central que tuvieron en su momento los de la URSS y Polo-
nia, para el derrumbe del régimen. Esto es primordial.
La Voz de la Fundación y Radio Martí han tenido una actua-
ción de primer orden para ayudar a organizarlos, y llevarles nues-
tras propuestas; para ayudarlos a buscar el camino de la libertad.
La disidencia sabe que estamos con ellos; que los europeos han
empezado a apoyarlos. Que en Holanda, Alemania y España hay
Organizaciones No Gubernamentales que sostienen su labor de
derechos humanos; que en España y París, Periodistas Sin Fron-
teras se ha volcado a dar la mano a los periodistas independientes.
De ahí que la disidencia en Cuba está cada día más envalen-
tonada y desafiando al régimen.

41
“Nosotros tenemos el criterio que en Cuba no se da una política
oficial de tortura”

RAMÓN CERNUDA
Coleccionista de obras de arte.
Representante en el exterior de la Coordinadora de
Organizaciones de Derechos Humanos en Cuba

La década de los ochenta “será recordada, en los anales de la oposi-


ción anticastrista, como la era de la lucha por los derechos humanos
y el uso efectivo de las telecomunicaciones para enfrentar al régi-
men”.1 Se tiene razón. Pero la historia parece ser más compleja.
Dando marcha atrás en el tiempo, y aunque no tenemos referen-
cias para asegurar que lo hizo por iniciativa propia, o instruida por la
CIA, es la agrupación terrorista Abdala la que empieza a marcar el
compás en la utilización del tema “derechos humano”, como ele-
mento ideológico de guerra. A fines de los setenta y comienzos de la
década siguiente, a pesar de haber sido “parte vital de la lucha arma-
da del FLNC”, fueron “los abdalistas quienes representaron al exilio
en foros internacionales, creando comités de derechos humanos”.2
Pero es la Administración Reagan que comienza la campaña
minuciosa y calculada en ese sentido. Todas las posibilidades se
fueron viabilizando y concentrando, para que en los grandes
foros mundiales se iniciara un cuestionamiento al gobierno cu-
bano, por presuntas violaciones a los derechos humanos. Posi-
blemente esto se enmarcaba dentro de la Directiva Ejecutiva
No. 77, que en otro de sus apartes pedía: “ir construyendo presio-
nes públicas contra Cuba para evitar que la opinión pública, y
en especial la estadounidense y Europea, limite la política de con-
frontación hacia el gobierno cubano”. Para tal fin, como ya se ex-

1
Enrique Encinosa: Cuba en guerra. Historia de la oposición anti-castrista 1959-1993. Ed. El
Fondo de Estudios Cubanos de la Fundación Nacional Cubano Americana, Miami,
1995.
2
Ídem.

1
plicó, la Directiva permitía al Consejo Nacional de Seguridad coor-
dinar esfuerzos interagenciales, apoyando pública y secretamente a
los grupos que, en cualquier lugar del planeta, fueran del agrado o
coincidieran con los objetivos delineados en Washington, en este
caso, de reventar al sistema cubano.
Pero a pesar de haber sido un plan del gobierno estadouniden-
se, es la Internacional Demócrata Cristiana (IDC), con sede en
Bruselas, quien se le adelanta al tener su grupo de Miami hacien-
do lobby. Con ese propósito aviva, entre otros, a José Ignacio
Rasco, ex dirigente del Consejo Cubano Revolucionario, ex miem-
bro de Alpha 66 y ex agente de la CIA, para que saque de las
cenizas al Movimiento Demócrata Cristiano, y lo ponga a figu-
rar en organismos internacionales. La campaña por la liberación
del ex policía batistiano Armando Valladares, serviría como prác-
tica. Muy pronto le secundarían otras organizaciones contra-
rrevolucionarias como Cuba Independiente y Democrática, la
Fundación Nacional Cubano Americana, y la Plataforma De-
mocrática Cubana, esta última en Madrid.
Como signo de buena prosperidad para su estrategia, con las
últimas luces de los ochenta se va a pique el bloque del Este. Todos
esperan que Cuba, al no poder contar con esos socios privilegiados,
aislada en el Caribe, naufrague en cuestión de semanas o meses.
Nada. Aunque dentro del proyecto desestabilizador, el incentivar
la creación de todo tipo de organizaciones opositoras al Estado ya
era parte fundamental, es en estos momentos que se triplica, guián-
dolas a que enarbolen prioritariamente la bandera de los derechos
humanos. Los estrategas estadounidenses y sus aliados ya tenían
probada su eficiencia: “El éxito obtenido por movimientos de dere-
chos humanos en países comunistas se había basado en su énfasis
puramente de derechos humanos, para no ser acusados de ser ele-
mentos beligerantes de oposición.”3
En la introducción a la entrevista del señor Hernández describi-
mos las intimidades políticas de la National Endowment for
Democracy. Veamos ahora unos pocos ejemplos de su apoyo fi-
nanciero a organizaciones contrarrevolucionarias que empezaron
a enarbolar la bandera pro derechos humanos y pro democracia en
Cuba, durante esa coyuntura particular surgida en los tres primeros
3
Ídem.

2
años de la década noventa. Las fuentes son los propios informes
de la National Endowment for Democracy. Como ya se ha dicho,
el principal receptor de la National Endowment for Democracy
ha sido la Fundación Nacional Cubano Americana.
Freedom House recibió treinta mil dólares para producir cuatro
libros, con tirada de cinco mil ejemplares cada uno. Ellos serían entre-
gados a sediciosos en Cuba, para su distribución entre la población.
El Comité Cubano Pro Derechos Humanos, representado en
Miami por Ricardo Bofill y dirigido en Cuba por los hermanos
Gustavo y Sebastián Arcos, recibió treinta mil dólares en 1990, a
través de la Fundación Nacional Cubano Americana. Al año
siguiente, obtiene cuarenta y cuatro mil dólares en forma direc-
ta. Este dinero sirvió para distribuir información contrarrevolu-
cionaria y cubrir desplazamientos de sus miembros a España,
Italia, Francia y Rusia.
El Instituto para Asuntos Internacionales del Partido Repu-
blicano recibió ochenta mil dólares para una conferencia auspi-
ciada por la Fundación Nacional Cubano Americana. Asistieron
funcionarios gubernamentales y académicos de la ex URSS, ex
Checoslovaquia, Hungría, Estados Unidos, así como exponen-
tes del sector más reaccionario del exilio. El tema central era el
cómo favorecer los cambios en Cuba, y la forma de canalizar el
apoyo sistemático a los grupos denominados disidentes. Parte
de la conferencia fue transmitida a Cuba por Radio Martí.
A fines de 1992 Carl Gershman, director de la National
Endowment for Democracy, informaba del aumento de fon-
dos para este tipo de actividades. Pero, sobre todo, se anunció
el incremento del apoyo a la contrarrevolución interna. Sin nin-
gún recato, sostuvo que se utilizaría el turismo como vía para
ingresar dinero y propaganda contrarrevolucionaria, tal cual se
había hecho en la URSS y Polonia.
Como ratificación a lo propuesto por el director de la National
Endowment for Democracy, el presidente William Clinton asu-
me las recomendaciones de Donald E. Schulz, del Instituto de Es-
tudios Estratégicos de la Escuela Superior de Guerra del Ejército
estadounidense, vinculándolas a lo dictado en la Ley Torricelli. Apar-
tes:

Promover los contactos interpersonales entre ciudadanos cu-


banos y norteamericanos mediante la correspondencia, el te-
3
léfono, los servicios de transporte y el turismo; así como in-
tercambios culturales y científicos; establecimiento de oficinas
de prensa, etc. [...] dando facilidades a los elementos disiden-
tes para que se comuniquen abiertamente y alienten una ma-
yor fragmentación [...]4

Con la Ley Helms-Burton sobre la mesa, el apoyo político y


económico para la contrarrevolución se vuelve abundante a par-
tir de fuentes oficiales y privadas. Por ejemplo, a comienzos de
diciembre de 1997, el propio Helms ejerció el poder de su cargo
como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del
Senado, para exigir que se entregara lo más pronto posible una
partida de casi dos millones de dólares a varias organizaciones
“promotoras de derechos humanos” que tienen como objetivos
el “fomentar la democracia” al interior de la Isla.
Es así como la ultraconservadora Asociación de Ex Hacendados
Cubanos recibirá ochocientos mil dólares para que su recién crea-
do Instituto por la Democracia de Cuba envíe materiales y otor-
gue “ayudas” a la contrarrevolución interna.
A Frank Calzón, mediante el Free Cuba Center, le entregan
quinientos mil dólares para que siga “promoviendo la sociedad
civil en Cuba”.
A la International Foundation of Electoral Systems le dan
ciento treinta y seis mil dólares para que produzca análisis so-
bre los retos técnicos de unas “elecciones libres en Cuba”.
Al ex director de Radio Martí, Ernesto Betancourt se le asig-
naron ciento diez mil dólares para que haga encuestas de opinión
con los viajeros cubanos que llegan a Estados Unidos.
Lo extremadamente ilógico de todo esto es que la Ley Helms-
Burton, en su Sección 109, refrenda el “derecho” estadounidense
de contribuir moral, financiera y materialmente al desempeño
de la contrarrevolución en Cuba. Pero debido al embargo, y aquí
está lo irracional, el Departamento del Tesoro tiene establecidas radi-
cales disposiciones para sancionar a cualquier ciudadano estadouni-
dense que reciba dinero proveniente de Cuba (del gobierno, entidad o

4
Donald E. Schulz: EE.UU. y Cuba: de la estrategia de conflicto al compromiso constructivo. Instituto
de Estudios Estratégicos de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de Estados
Unidos. 1993.

4
ciudadano cubano), con privación de libertad hasta por diez años y
una multa que puede llegar a los doscientos cincuenta mil dólares.
Pero existen otros aros importantes en la cadena. Es lo que se
puede percibir fácilmente de la lectura de ciertos documentos.
La casi totalidad de medios informativos del mundo, así como
varias organizaciones internacionales de derechos humanos y
políticas, vienen insistiendo en “la lucha heroica de un puñado
de hombres y mujeres disidentes e independientes” que, solos y
sin medios, afrontan al sistema cubano. Pero en marzo de 1994
las autoridades de la Isla hicieron público un documento firmado
por el Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La
Habana (SINA), Joseph Sullivan. El documento “Top Secret”,
que según dijo el gobierno cubano “manos amigas propiciaron”,
iba dirigido al Departamento de Estado, al Immigration and
Naturalization Service (INS), y la CIA. Clasificado bajo referencia
H 18422 693-4, y “Concerniente: Situación actual del programa
para los refugiados cubanos”. El documento fue entregado ofi-
cialmente a la ONU y medios de comunicación por el gobierno
cubano: ni una reacción. Ello, a pesar de que contradecía total-
mente el informe presentado en esos momentos por el Relator
Especial de la ONU, Carl-Johan Groth, sobre supuestas viola-
ciones a los derechos humanos en Cuba.
Creemos que el informe del diplomático Sullivan es revela-
dor, y por lo tanto puede conducir a serios cuestionamientos
sobre la realidad y honestidad de la disidencia. Dada su impor-
tancia, transcribimos la mayor parte del texto.

En el procesamiento de solicitudes de visas de refugia-


dos siguen presentándose casos poco sólidos. La mayo-
ría de las personas presentan las solicitudes, más que
por causas de un verdadero temor de persecución, por
el deterioro de la situación económica. A los funciona-
rios de la Sección de Intereses Norteamericana y del
Immigration and Naturalization Service les resultan
particularmente difíciles los casos presentados por los ac-
tivistas de derechos humanos. A pesar de que hemos he-
cho todo lo posible por trabajar con las organizaciones de
derechos humanos sobre las que se ejercemos un mayor
control en la identificación de los activistas verdadera-
5
mente perseguidos por el Gobierno, los casos de dere-
chos humanos representan la categoría menos sólida del
programa de refugiados.

Las solicitudes presentadas por los miembros de los gru-


pos de derechos humanos se caracterizan por ser descripcio-
nes generales e imprecisas sobre supuestas actividades de
derechos humanos, por la falta de pruebas fehacientes de
persecución y por no cumplir los parámetros de procesa-
miento fundamentales que establece el programa. En los
últimos meses han persistido las acusaciones de solicitu-
des fraudulentas por parte de activistas y venta de avales
testimoniales por parte de los líderes de derechos huma-
nos. Debido a la falta de pruebas documentales verificables,
como norma, los funcionarios de la Sección de Intereses
Norteamericana y los miembros del Immigration and
Naturalization Service han considerado los casos de dere-
chos humanos como los más susceptibles a fraude [...]
Aunque los funcionarios de la Sección de Intereses Nor-
teamericana han tratado de atender los casos que estén
acordes con los criterios del procesamiento, han seguido
siendo flexibles ante casos que no cumplen con algunos
de los aspectos, pero que resultan de interés para los Es-
tados Unidos.

Ya ha sido reconocido abiertamente por algunos de los ex


presos políticos, que se acogen al estatuto de refugiados
como vía para escapar de la cada vez más deteriorada eco-
nomía y no a causa de un verdadero temor de persecución
u hostigamiento [...] Lamentablemente, la calidad de mu-
chas de las solicitudes, en sentido general, es mala. Son
pocos los ex presos políticos aceptados como refugiados
en la actualidad comparado con los de dicho estatuto años
atrás. Como regla, han cumplido sentencias mucho más
cortas en comparación con los primeros que ingresaron al
programa. La mayoría ha desempeñado papeles de menor
peso en los grupos contrarrevolucionarios, se acogieron
al sistema de reeducación política para que les rebajaran

6
las condenas y, posteriormente abandonaron las activida-
des políticas para reintegrarse a la sociedad cubana [...]

Se ha registrado un aumento del número de casos de dere-


chos humanos desde 1992. A pesar de ello, este aumento
no parte de un mayor nivel en la actividad de derechos
humanos, del incremento en su composición ni de la re-
presión gubernamental. La mayoría de los casos raramen-
te plantean evidencias fehacientes de persecución y, con
frecuencia, sólo ofrecen pruebas mínimas, poco fiables de
participación en actividades de derechos humanos.

Los testimonios de los líderes de derechos humanos ge-


neralmente contienen descripciones vagas de actividades
de derechos humanos como el apoyo moral a las familias
de presos políticos. Estas descripciones demuestran con
exactitud el poco nivel de las actividades y la actitud de
no enfrentamiento de la mayoría de los grupos de dere-
chos humanos con el gobierno cubano [...]

La tendencia general ha sido la falta de elementos proba-


torios de que la persona es en realidad un activista, lo cual
deja esta categoría prácticamente abierta a todo el que la
solicite. Los jóvenes que han sido sorprendidos intentan-
do salir ilegalmente del país, a partir del colapso económi-
co en 1989, han comenzado a presentar sus solicitudes
como activistas de derechos humanos. Los líderes de los
derechos humanos le han informado a los funcionarios de
la Sección de Intereses Norteamericana que están cons-
cientes de que la mayoría de sus miembros sólo ingresan a
los grupos para lograr las ventajas que brinda el programa
de refugiados [...]

En los casos en que las pruebas testimoniales de los acti-


vistas resultan pobres, pero el nivel de compromiso con
Estados Unidos está bien definido, los funcionarios responsa-
bles de la evaluación preliminar, le conceden al solicitante el
beneficio de la duda.

7
El líder de uno de los grupos dijo que algunos abandona-
ban su organización cuando se percatan que ésta no les
daba aval a sus miembros. Se quejó de las presiones de
miembros que demandaban avales convincentes sobre
sus actividades de derechos humanos.

El INS en sus últimas visitas ha sido testigo de reiterados


incidentes de fraudes y presuntos fraudes cometidos por
activistas de derechos humanos [...] También se reunió
con jefes de organizaciones de derechos humanos para
determinar sus objetivos, el número de integrantes y otros
aspectos de los principales grupos. La Sección de Intere-
ses Norteamericana limitó la aceptación de testimonios
de grupos a los líderes en que confiamos [...]

Lamentablemente, estas medidas ni siquiera han impedi-


do los presuntos fraudes ni las amargas recriminaciones
entre los altos líderes de organizaciones de derechos hu-
manos. Poco antes de la visita en diciembre del INS,
Gustavo Arcos y Jesús Yanez del Comité Cubano Pro
Derechos Humanos, acusaron a Aída Valdés de vender
avales fraudulentos. Ella, a su vez, acusó a Arcos y Yanez
de cometer prácticas similares con fines lucrativos.

Esta situación exacerba la preocupación general con res-


pecto al peligro de confiar en la prestación de testimo-
nios. La profunda rivalidad y las luchas internas entre
grupos de derechos humanos hacen simplemente inevi-
tables las repetidas acusaciones de fraude vigentes [...]

Durante una reunión con la SINA y el INS, Félix Bonne,


jefe del grupo Corriente Cívica, calificó al programa para
refugiados de “el objetivo primario de muchos líderes de
organizaciones de derechos humanos” [...]
Si bien hicimos lo máximo por trabajar con los grupos de
derechos humanos para que presentaran los casos más só-
lidos, las entrevistas, en su mayoría, arrojaron casos no
contundentes [...] La mayoría de los activistas sólo logran

8
describir vagamente su participación en grupos de derechos
humanos [...]

Los problemas encontrados al procesar la mayoría de los


casos de derechos humanos indican que es necesario que
la Sección de Intereses Norteamericana continúe traba-
jando en estrecha coordinación con el INS para seleccio-
nar casos sólidos.

No obstante, la Sección de Intereses Norteamericana se-


guirá siendo flexible presentando casos que, si bien no
cumplen con todos los criterios, por su naturaleza pue-
den resultar útiles para los intereses de EE.UU.

Dado los intereses expresos de la CIA en el tema de los


derechos humanos, y su creciente participación y mayor
conocimiento de los distintos grupos de derechos huma-
nos, sugerimos una cooperación más estrecha con la Sec-
ción de Intereses Norteamericana en consonancia con
nuestros objetivos comunes.

Pero, aunque con un perfil muy bajo, el desestabilizar al siste-


ma apoyándose en personas o grupúsculos en el interior, no es
sólo una meta del gobierno estadounidense. También los europeos
participan de ello: “En la mayoría de Cancillerías de Europa
occidental, un consejero o secretario tiene, entre sus funciones,
el escuchar a los militantes de los derechos humanos [...]. Durante
mucho tiempo, esta discreta atención ha sido ofrecida por el con-
junto de las misiones diplomáticas.”5 Para ser un poco más preci-
sos, retomemos lo expuesto por William Claes en 1994. En ese
momento ocupaba el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores
de Bélgica, pasando de ahí a ocupar la Secretaría General de la
OTAN. Claes respondía a una pregunta del parlamentario Van
Nieuwenhuysen, sobre el por qué Bélgica tenía una Embajada en
Cuba. Respuesta:

La presencia de una Embajada belga en Cuba nos per-


mite el tratar de contribuir, junto con nuestros aliados
5
Jean-François Fogel y Bertrand Rosenthal: Fin de siècle à La Havane. Les secrets du pouvoir
cubain. Editions du Seuil, París, 1993.

9
de la Unión Europea, a una transición pacífica hacia la de-
mocracia [...] Igualmente, éste fue el motivo para la pre-
sencia belga en los diferentes países de la Europa del Este,
donde nuestras misiones diplomáticas pudieron reaccio-
nar rápidamente a los cambios políticos y económicos.6

Ahora sí vamos con Ramón Cernuda. Éste es un hombre


acaudalado, dedicado a la compra y venta de obras de arte, que de
un momento a otro se volvió popular en Miami. Todo comenzó
en 1989 cuando agentes de la aduana le invadieron su hogar, acu-
sándolo de traficar con obras de arte cubano, posterior al embar-
go. Pocos días después, Mas Canosa se jactó por la radio de haber
presionado al fiscal, Dexter Lethinen, esposo de la congresista
Ileana, para que realizara la acción. Cernuda había cometido el
grave error de cuestionar los procedimientos con que el ex jefe
de la Fundación Nacional Cubano Americana adelantaba sus
actividades contrarrevolucionarias. Al final la justicia federal dejó
sin efecto el caso.
Los medios informativos en esa ciudad hicieron de Ramón
Cernuda tema preferido, cuando se conoció que era el apodera-
do en el exterior de Elizardo Sánchez, quien dirige en La Habana
al grupúsculo Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación
Nacional.
Cernuda se convirtió en escándalo desde el momento en que
Sánchez propuso el diálogo como medio para socavar al sistema.
Porque ya sabemos que hablar de diálogo en Miami es algo deli-
cado. Sánchez, en las tantas conferencias que ha dado en el exte-
rior, y a pesar de repetir que es un apolítico luchador por los
derechos humanos, propone presionar a Fidel Castro para que
comience las transformaciones políticas y económicas necesarias
para la disolución del sistema socialista, al ser el único con el poder
necesario de adelantar una transición. Aunque en frases seguidas de-
clara que Castro es el principal obstáculo para esos cambios. Al ha-
cerlo caer en cuenta de esa contradicción, responde que “ésta es una
de las paradojas cubanas”.7

6
Cámara de Representantes de Bélgica: “Preguntas y Respuestas (GZ 1993-1994), pregun-
ta 314, del 23 noviembre de 1993”, DO 939400311.

10
Como representante, Cernuda realizó una activa promoción in-
ternacional de Sánchez, al punto de lograr que el 10 de diciembre de
1996 éste recibiera la más alta distinción que el gobierno francés
otorga a quienes desarrollan actividades pro derechos humanos en
el mundo. La placa y los casi veinte mil dólares le fueron confe-
ridos por “dar ayuda legal y asistencia humanitaria a las víctimas de
la represión gubernamental”. No se conoció públicamente qué tipo
de asistencia ha brindado, ni a cuáles víctimas, y menos a qué repre-
sión se hace referencia. Mientras que, exactamente un año atrás,
Amnistía Internacional decía en un boletín que varias personas, en-
tre ellas familiares de presos cubanos, se presentaron en el hogar de
Sánchez con el fin de reclamarle un dinero que, presuntamente,
había sido canalizado por su intermedio desde el Instituto Católico
Puebla,8 Organización No Gubernamental estadounidense financiada
por la National for Endowment Democracy.
El gobierno francés le entregó tal distinción, sin que tampoco se
cuestionara el hecho de que el galardonado hubiera sido uno de los
animadores, en el interior de Cuba, de la denominada Concertación
Democrática Cubana.9 Esa especie de grupo “federativo” se organi-
zó bajo las directrices de la Plataforma Democrática Cubana, de
dirigentes no menos reaccionarios y pro anexionistas como Ignacio
Rasco y Carlos Alberto Montaner, y de la cual Hubert Matos estaría
cercano.10 El premio le fue dado a pocos meses de haber integrado
la directiva central de la Fundación Hispano Cubana. Cargo que en-
tró a compartir con Mas Canosa, otros cuatro dirigentes de la Fun-
dación Nacional Cubano Americana, Carlos Alberto Montaner, y
conocidas figuras del conservatismo español.

7
Trazos de Cuba, No. 15, París, febrero de 1997.
8
Amnistía Internacional: Cuba, ofensiva del gobierno contra la disidencia, Versión castella-
na, abril de 1996.
9
Carlos Alberto Montaner: Cuba hoy. La lenta muerte del castrismo, Fundación para el
Análisis y los Estudios Sociales, Partido Popular español, No. 27, Madrid, 1995.
También: Lista de organizaciones disidentes, opositoras y de derechos humanos , Figurando
en Internet el 15 de octubre de 1997 y verificada en enero de 1998. En esa lista, el grupo
de Elizardo Sánchez forma parte del cuerpo directivo de Concertación Democrática
Cubana. En esa fecha Concertación estaba clasificada en el No. 106 de la lista. Los que
elaboraron la lista en Miami, sostienen que entre las “fuentes” para hacer esa “recopila-
ción” están “los informes de diferentes organizaciones internacionales de derechos Hu-
manos como Americas Watch y Amnistía Internacional [...]”

11
El ex preso político y dirigente de un grupo que respalda el diálo-
go con el gobierno cubano, Eloy Gutiérrez Menoyo, manifestó que
Sánchez “se había unido a la extrema derecha que le quiere arrancar
la cabeza a Fidel Castro”.11
La realidad es que Sánchez entra y sale regularmente de Cuba;
dice en el exterior lo que quiere contra el gobierno cubano, cons-
tantemente contradiciendo los planteamientos de Cernuda; y se
mantiene muy elegante y rebosante de salud. O sea, al contrario
de lo que dicen los comunicados de algunas organizaciones interna-
cionales de derechos humanos, en su vida no se refleja ningún
martirio.

—Señor Cernuda, a nivel internacional se tiene la idea de que el


exilio en Miami juega un papel de primer orden dentro de la situa-
ción política cubana. Además, que este exilio es básico para cambiar
el sistema actual. ¿Ello es correcto?
—Uno de los grandes problemas de este exilio es que ha queri-
do reclamar un papel protagónico en los procesos de cambio en
Cuba. Ha exigido siempre un papel principal que no le corres-
ponde porque, ni histórica ni políticamente, le es posible cum-
plir con ese papel.
Aún dentro de Cuba, aquellos que se oponen al gobierno
miran a menudo con cierta desconfianza a los que estamos en el
exterior, pues saben que vivimos otra realidad social, económi-
ca, política y cultural. Situación que se agrava ante los que vivi-
mos en Estados Unidos, ya que históricamente la nación cubana
ha tenido que lidiar con una corriente de pensamiento político
de corte anexionista. Desde finales del siglo XVIII y todo el
XIX, en Cuba existieron cubanos que plantearon que el destino
nuestro debía depender de los americanos. Y hasta hoy ello se ha
mantenido. Y ha sido un componente minoritario, pero que por po-
seer mucho poder ha puesto en peligro el proyecto de una nación
independiente. Esto ya se vio en 1898 cuando Estados Unidos ocupó
el país, y esos cubanos le dieron forma a una estructura republicana

10
Carlos Alberto Montaner: Ob. cit. Sobre la relación de Matos con la Plataforma
Democrática Cubana ver, del mismo autor: Víspera del final: Fidel Castro y la revolución
cubana, Ed. Globus, Madrid, 1994.
11
Entrevista realizada por los autores a Gutiérrez Menoyo, Miami, noviembre de 1996.

12
que puso a la Isla casi como un protectorado de los norteamerica-
nos.
En los años sesenta llegó a Miami mucha gente que hizo parte de
la Revolución, del proceso contra Batista. Pero también llegaron
muchos batistianos y gente de la alta burguesía. Unos y otros, en su
mayoría, desarrollaron una proclividad hacia la extrema derecha,
defendiendo la propuesta de ingerencia y hegemonismo norteameri-
cano. Pero no es la anexión formal, es la visión de que Estados Uni-
dos debe tener un papel ordenador y rector en el futuro de la nación
cubana. Hasta hoy, esa es la fuerza dominante de este exilio.
Por eso se puede ver como aquí se baten palmas por la Ley Helms-
Burton, la cual quiere imponer una política de extraterri-torialidad, que
en sus apartes más ofensivos le dice a la nación cubana el cómo debe
organizar su economía, su sistema pluripartidista, su libertad de pren-
sa y hasta la Constitución. Es una receta de orden socio-político-
económico que debe implantarse o de lo contrario Estados Unidos,
por Ley, no levanta el embargo. Las palmas se baten para que la
nación cubana comience el siglo XXI como comenzó el XX.
Nosotros tuvimos un presidente, nuestro primer presidente, don
Tomas Estrada Palma, ciudadano norteamericano que salió electo
en 1902, sin estar en Cuba. Y aquí hay gente que se ha planteado
como candidato a la presidencia de Cuba, con pasaporte america-
no en las manos, teniendo el apoyo de los norteamericanos.
Entonces a un exilio que de por sí está desconectado de los
procesos sociales internos de una nación, y está ubicado en la
nación que no deja sus pretensiones hegemónicas, es natural que
se le tenga reservas. Este exilio tiene un papel a jugar, pero no el
de protagónico esencial. Su papel debe ser el de estimular proce-
sos autóctonos internos sin determinarlos desde afuera. Un papel
de respaldo.
—Ante estos planteamientos, señor Cernuda, nos queda fácil enten-
der el por qué usted es una figura controversial en el exilio de Miami.
Pero ahora cuéntenos su visión sobre la situación política en Cuba.
—Nosotros pensamos que la sociedad cubana debe vivir un pro-
ceso de apertura, donde el gobierno acabe por comprender que su
modelo político no responde a la realidad actual cubana ni mun-
dial. La propuesta del gobierno cubano es totalitaria: nosotros, el
gobierno, vamos organizar y resolver todo en la sociedad. Alguien
dijo por ahí que el comunismo nunca llegó tan lejos como en Cuba:
todo lo organizaron a partir del Estado. Pero ese Estado comenzó
a confrontar crisis económicas que ya no les permitían resolver la
13
totalidad de los problemas de la nación, produciéndose vacíos y
necesidades. El problema cubano, de fondo, es el afán del Estado
por controlar el poder político en su totalidad.
—Señor Cernuda, pero no se puede ocultar que el estado cubano
ha demostrado que su sistema político ha producido resultados muy
positivos en pro del desarrollo social, cultural, de la salud...
—Yo no niego que Cuba tuvo excelentes resultados en la sa-
lud, la educación, el deporte. Pero no fueron los maestros ni los
médicos, ni los deportistas los responsables: fue el gobierno a
partir de una propuesta totalitaria estatal. Pero lo de ayer ya se
fue a la porra, pues ese modelo ya no responde a las necesida-
des. Y por eso el gobierno debe emprender ahora una transi-
ción pactada.
—¿Una transición pactada con quién?
—Entre el gobierno y toda la población. Porque les voy a de-
cir algo de manera honesta: la oposición en Cuba ni pincha ni
corta. No existe una oposición que ponga en peligro a ese Estado.
—Señor Cernuda, ¿cómo así que no existe una fuerte oposición
interna al sistema cubano? ¿No es lo que se grita a cuatro vientos?
—Existe una situación caótica, o con un potencial caótico, den-
tro de la sociedad cubana. Pero en ningún momento les he habla-
do de fuerzas reales que pongan en peligro al Estado, porque no
existen. Existe un puñado de gente que desde el activismo de
derechos humanos, ha creado una oposición.
—Esas transformaciones tan necesarias, según usted, ¿cómo deben
adelantarse?
—No se piden transformaciones inmediatas. Se puede ir lento.
Y es posible que se demoren diez años o más, pero que se vean
paso a paso.
—Leímos en alguna parte, que usted propone que el Partido Comu-
nista Cubano aprenda del PRI mexicano. Explíquenos eso, porque
sabemos que el PRI además de ser completamente corrupto, no supo ni respetar el
nacionalismo mexicano y fue entregando el país a los estadounidenses...
—Correcto. Pero el PRI mexicano transitó el camino de partido
único a partido dominante, y lleva cincuenta años en el poder. El
Partido Comunista Cubano y el gobierno tienen suficientes recur-
sos y arrastre dentro de la población, como para hacer esa transi-
ción, sin repetir los errores del PRI.

14
—Señor Cernuda, ¿y qué pasa si esas transformaciones que usted plantea no
las realiza el gobierno cubano?
—Existe el peligro que la extrema derecha, en Washington y
Miami, llegue al poder en un momento de anarquía ante la muerte
de Fidel Castro. Y digo de Washington porque, aunque ustedes no
me crean, en esa ciudad está la cabeza del perro. Washington no es
la cola. No se equivoquen. En Washington existe históricamente
una pretensión de dominio sobre Cuba, a la que nunca se ha re-
nunciado.
—Pero creemos que la “cola” que está en Miami no es un poder muy
despreciable. Por lo menos así lo tratan de demostrar.
—Miren, ustedes saben que la cola siempre sigue la cabeza del
perro. Los de la cola tienen un poder económico, pues sus compo-
nentes son multimillonarios, que lo transforman en poder políti-
co. Son poder político y social, pues aquí hay gente que toca la
puerta de la Casa Blanca y se la abren; o se pasean por los pasillos
del Congreso como Pedro por su casa. Imagínense, controlan casi
toda la Florida. Y están con la cabeza del perro, pues será ésta
quien les entregue el poder en Cuba.
—Señor Cernuda, al comienzo nos decía que en Cuba la población
miraba con desconfianza al exilio de Miami. Pero dado el caso, ¿cree
usted que toleraría que esa minoría pro estadounidense se tome el
poder?
—En Cuba, la población no está dispuesta a tolerar esa mino-
ría dominante del exilio. Pero, en mi opinión, si el Estado cubano
agota las reservas de patriotismo, insistiendo en un modelo caduco
y desespera a la población, en un momento determinado podría
aceptar cualquier otra cosa.
—Y aquí en Miami, ¿qué piensa la mayoría de la comunidad cubana?
—La mayoría del exilio se ha desconectado del debate políti-
co. En Miami hay cerca de un millón doscientos mil cubanos y,
¿cuántos hay activos en política? ¿Cincuenta mil? El resto está viviendo
su vida, su subsistencia diaria. Los que tienen familiares en la Isla, pre-
ocupados por enviarles algo de dinero.
—Señor Cernuda hablemos de otro tema candente. A nivel inter-
nacional no pocos estados e instituciones actúan frente al gobierno
cubano como si éste fuera de los más represivos. ¿Cuál es la realidad
que usted percibe?

15
—Miren, la más visible violación a los derechos humanos en Cuba,
es un presidio de tres mil a cinco mil personas. En un cincuenta por
ciento se trata de presos de opinión.12 Pero nosotros tenemos el crite-
rio que en Cuba no se da una política oficial de tortura. El gobierno
cubano no aplica la tortura. Se da una política de maltrato, porque no
hay atención medica y alimentación apropiada para los presos. En el
pasado sí existía la tortura psicológica. Pero en el pasado. Es más, la
población penal ha disminuido.
—¿Cómo así que la población carcelaria ha disminuido, cuando por todas
partes, sea en Miami, Washington, Madrid o Londres, se afirma que está en
constante aumento?
—Seamos honestos. Miren, el Estado se ha dado cuenta que no
necesita esa arma para controlar los pocos peligros políticos que
tiene dentro del país. Y son tres los motivos fundamentales.
Uno. Las leyes Torricelli y Helms-Burton han sido un regalo
importante para el régimen. ¿Por qué? Si vivo en Cuba y leo lo
que contienen, me horrorizo. Y de escoger entre el mal conoci-
do, que es Castro, y éste que me presentan como bueno desde
Estados Unidos, me quedo con el mal conocido y dejo de estar
en oposición.
Dos. Un sector importante de la sociedad cubana prioriza el
buscar la solución económica, antes que envolverse en problemas
de tipo político. Además, no se puede negar que la situación econó-
mica, aunque a poquitos, ha mejorado.
Y el tercer motivo importante, es el pacto migratorio firmado
en 1995 entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba. Pues en
La Habana, cada semana, ochenta personas se sacan la “lotería”.
O sea, que la Sección de Intereses rifa, otorga, esa cantidad de
visas. Entonces la gente dice, muy sabiamente, que en vez de
convertirse en opositor prefiere esperar a que salga su número y

12
Estas son las cifras que han manejado la mayoría de organizaciones
contrarrevolucionarias, así como varias instituciones internacionales de derechos hu-
manos. Curiosamente, desde la visita del Papa a Cuba hasta el propio Elizardo Sánchez
empezó a difundir otras cantidades bastante incoherentes: “más de 500 cubanos están
detenidos en la Isla por motivos políticos, y por lo menos 110 000 personas por delitos
de derecho común”. Le Monde, París, 27 de enero de 1998.
La realidad es que este tipo de cifras se maneja en el exterior de acuerdo a la coyuntura
internacional para presionar al gobierno cubano y ponerlo en la opinión pública mun-
dial. En determinados momentos se ha llegado a decir que en Cuba existe medio millón
de presos de toda índole, algo descabellado.

16
poder salir del país. Porque, además, no es que el gobierno cubano le
prohíba la salida a la gente, sino que las embajadas no dan visas.
Y les aseguro, que con estas tres cosas se ha neutralizado la oposi-
ción interna.
“Escuchen bien: ¡antes hace falta más reacción de los
exiliados y del gobierno americano contra esos
comunistas!”

“Personalidad confusa, capaz de repentinos arrebatos de cólera [...]


de manifestar una atracción inapagable por el poder y la publicidad
personal [...].”1 Fue la primera descripción que conocimos de Ricar-

17
do Bofill mientras preparábamos este trabajo. De todas maneras
mantuvimos nuestras reservas, porque en los informes que publica-
ron importantes organizaciones internacionales de derechos huma-
nos, a mediados de los años ochenta, su imagen era muy positiva.
Resumiendo, Bofill había sido para ellas el primer líder brillante, el
más carismático y audaz de la naciente disidencia interna, con el único
ideal de la libertad. RICARDO BOFILL
Comité Pro Derechos Humanos en Cuba. Miami

A los diez minutos de estar en su casa escuchándolo, nos cruzába-


mos miradas de incredulidad. ¿Éste era el personaje que Amnistía In-
ternacional paseó por Europa dando conferencias, y la gran prensa le
ofreciera páginas enteras?
En 1968 Bofill es condenado a cuatro años de prisión por partici-
par de una organización contrarrevolucionaria llamada la “micro-
fracción”. Se le acusa de espionaje y complot contra la Revolu-
ción. Según los cargos, Bofill producía y enviaba documentos al
exterior donde señalaba a la dirigencia cubana de poco confiable
por tener una “extracción burguesa”; de “no ser suficientemente
fiel a la URSS”; al tiempo que pedía a los gobernantes soviéticos y
de Alemania oriental “a que ejercieran presión político-económica
para forzar a Castro a estructurar un sistema marxista diferente”.2
Recordemos que cuando Ronald Reagan llega a la Casa Blanca y
reactiva la agresión contra Cuba, implementa la estrategia de aislar al
gobierno cubano jugando la carta de los derechos humanos. A la
par, Bofill, ya en libertad, renueva sus vínculos con viejos colegas de
la microfracción, así como con diplomáticos, ahora principalmente
de los países occidentales, y organiza un pequeño grupo que se rei-
vindica pro derechos humanos. Los informes que este grupo envia-
ba clandestinamente al exterior, terminaban siendo utilizados por la
delegación estadounidense en la ONU contra el gobierno cubano.
Según él mismo, los contactos iniciales para canalizar todo ello “eran
1
Jean-Francois Fogel y Bertrand Rosenthal: Fin de siècle à La Havane. Les secrets du pouvoir
cubain, Editions du Seuil, París, 1993.
2
Enrique Encinosa: Cuba en guerra. Historia de la opisición anti-castrista 1959-1993, Ed.
El Fondo de Estudios Cubanos de la Fundación Nacional Cubano Americana, Miami,
1995.

18
con Amnistía Internacional y la Comisión de Derechos Humanos de
la UNESCO”.3 Vale la pena comentar que en esos momentos la
embajadora de Cuba en la UNESCO era la señora Marta Frayde, la
cual fue posteriormente encarcelada en su país por mantener contac-
tos con agentes de la CIA, durante su permanencia en esa Institución.
Es justo decir que en estas actividades primarias de los ya denomina-
dos, en el exterior, disidentes pro derechos humanos, no sólo la se-
ñora Frayde acompañaba a Bofill. También lo hicieron Gustavo Ar-
cos, ex embajador en Bélgica; así como Elizardo Sánchez, ex funcio-
nario del Ministerio de Relaciones Exteriores.
En agosto de 1986, Bofill ingresa a la Embajada francesa, que-
dándose hasta enero de 1987. Cuando la abandona por propia
voluntad, se va caminando hasta su casa sin que alguien se fije en
él. A los pocos meses se fracciona el grupúsculo al disputarse
Sánchez con Bofill por celos de poder. Y como el dividir lo divi-
dido ha sido norma histórica de la contrarrevolución cubana, en
junio de 1988 una asociada a Sánchez, Tania Díaz, decide confor-
mar su propio grupo. A los cuatro meses la señora Díaz enviaba
el anuncio a Miami de que contaba con una organización de diez
mil quinientos ochenta y dos miembros, “cifra extravagante”. 4
Tiempo después la señora Díaz “hizo una declaración pública
arrepintiéndose de sus actividades anti-castristas y acusando a los
dirigentes de los comités en la Isla de trabajar para la CIA”.5
Poco antes, en marzo de 1988 los medios informativos cubanos
habían publicado un reportaje donde se probaban las relaciones
que Bofill mantenía con diplomáticos de la Sección de Intereses de
Estados Unidos en La Habana. La televisión lo muestra recibiendo
dinero de ellos, y hasta traicionando a otros contrarrevolucionarios.
Aunque las autoridades no lo encausaron jurídicamente, al quedarse
solo, sale de Cuba en octubre. Mientras que en su país Bofill era tan
sólo otro más que partía, en el exterior le daban la bienvenida, siendo
Amnistía Internacional una de las organizaciones que más espacio le
abriera en Europa. Pero, poco a poco, al cabo de varios meses fue
dejando de ser noticia. Así quedó, como otro contrarrevolucionario
más, en un rincón de Miami.

3
Ídem.
4
Jean-Francois Fogel y Bertrand Rosenthal: Ob. cit.
5
Enrique Encinosa: Ob. cit.

19
Según las listas que se manejan en el exterior, en Cuba existen
grupúsculos conformados hasta por una persona, pero con nom-
bres muy pomposos: Comité internacional de apoyo a la demo-
cracia Abraham Lincoln; Fraternidad de hombres de negocios
del evangelio negado. En 1992 se aseguraba la existencia de sesen-
ta y cinco; en enero de 1998, última vez que revisamos, el núme-
ro ya había aumentado a trescientos sesenta,6 o sea, aparentemente
surgieron doscientos noventa y cinco en cinco años. Lo que da,
más o menos, la producción de un grupúsculo cada seis días. Cu-
riosamente, en 1961, a dos años de Revolución, cuando también
Washington priorizó el incentivar la contrarrevolución interna,
el entonces jefe de la CIA, Allen Dulles, informaba a Kennedy
que existían ciento ochenta y cuatro grupúsculos. Lo que daba,
más o menos, el haber engendrado uno cada cuatro días.
Exactamente, como en 1961, hoy también estos grupúsculos
semejan un fantasma: aparecen y desaparecen. De ahí que quie-
nes en Miami han insertado la lista en Internet, tienen la cautela
de aclarar: “[...] puede ser también que algunas de las que aquí se
nombran hayan desaparecido [...]. Debido a que la situación en
Cuba es muy cambiante recomendamos a todos aquellos que utili-
cen esta lista que cada cierto tiempo la revisen y pongan al día”.7
Ahora, al leer algunos informes de entidades gubernamentales
estadounidenses –como el “Top Secret” de la Sección de Intereses
de Estados Unidos en La Habana– y otros estudios independientes, se
tiene la sensación que quienes figuran a nivel internacional como dirigen-
tes de la disidencia, son una especie de ficción en el interior de Cuba. A
pesar de los inmensos recursos destinados, desde Estados Unidos y
Europa, no ha podido surgir un líder contrarrevolucionario “inspirado
del modelo de Solidaridad en Polonia”.8

Y esto, aunque existe un interés muy amplio por erosio-


nar al sistema político cubano, tal y como lo sostienen
periodistas a los que no se les puede catalogar de ser sus

6
Lista de organizaciones disidentes, opositoras y de derechos humanos. Figurando en Internet,
15 de octubre de 1997 y confirmada en enero de 1998. Según los responsables en Miami,
entre las “fuentes” para hacer esa “recopilación”, están “los informes de diferentes orga-
nizaciones internacionales de derechos humanos como Americas Watch y Amnistía
Internacional [...]”.
7
Ídem.

20
amigos: “gobiernos extranjeros, prensa internacional y organi-
zaciones humanitarias, después de haber buscado “disi-
dentes” representativos de la comunidad, no han encontra-
do sino militantes de derechos humanos casi anónimos en la
sociedad [...] Pero estos mismos dirigentes nunca se han
pronunciado en público en Cuba, ni siquiera delante de al-
gunas decenas de personas. En una calle, fuera de su barrio,
nadie los reconoce [...] Su existencia es ante todo un argu-
mento para efectuar presiones internacionales sobre Cuba,
objeto de interés para los reporteros extranjeros. Como
nadie les hace caso en la Isla, ellos trabajan sobre todo para
la exportación.9

Parece ser que los casos fabricados para la exportación han sido
varios. Aunque tal vez el más conocido ha sido el de Armando
Valladares, un verdadero elefante blanco que dejó en vergonzante
ridículo a muchos importantes intelectuales europeos. Personajes
que muy tarde comprendieron cómo habían sido un simple uten-
silio del gobierno estadounidense y sus aparatos de la contrarrevo-
lución, así como de algunas organizaciones europeas.
Valladares, ex policía batistiano, fue detenido en La Habana
el 30 de diciembre de 1960 en el momento que se disponía a
colocar explosivos en lugares públicos. A finales de los setenta
se inicia una gran campaña internacional por la liberación del
preso, que en Europa lideraría Carlos Alberto Montaner. Ésta
estuvo acompañada por la edición del poemario. Desde mi silla de
ruedas. Luego se descubrió que era un plagio, pero ya había nacido
a la publicidad exterior “el poeta paralítico condenado por delito de
opinión”. Y así comenzó una campaña de presión contra el gobierno
de Cuba, de la cual participó hasta el propio presidente François
Mitterrand.
“Aquí vino Regis Debray de visita y transmitió que era insos-
tenible la situación del gobierno francés; casi plantea que se caía
el gobierno francés, era el gran drama”,10 describió Fidel Castro.
Organizaciones de intelectuales, de presos políticos; los partidos
social demócratas y demócrata cristianos europeos, todos se mo-
vilizaron por la libertad de Valladares. La International Pen
8
Jean-Francois Fogel y Bertrand Rosenthal: Ob. cit.
9
Ídem.

21
Society le da el premio Liberty; y Amnistía Internacional lo designa
como “prisionero de conciencia”. La sección de Amnistía Interna-
cional en Suecia le envió la silla de ruedas.
En 1982 es dejado en libertad y parte a Madrid. Allí lo recoge
un avión especial del gobierno francés. Pero ya Mitterrand y
Debray sabían que todo era una trama montada por los estado-
unidenses y sus aparatos del exilio cubano. Por lo tanto ninguna
autoridad esperaba al famoso ex prisionero. Entonces Valladares
prácticamente secuestra el avión, obligando a Debray a presen-
tarse. La multitud de periodistas y representantes de Organiza-
ciones No Gubernamentales quedan estupefactos al ver como el
poeta mártir desciende ágilmente las escalerillas, mientras su silla
de ruedas es discretamente sacada del área. Al día siguiente, Va-
lladares caminaba por las calles de la Ciudad Luz, en perfectas
condiciones.11
Las pruebas presentadas por los médicos cubanos habían sido
ahogadas o ignoradas por la bien aceitada campaña. Nadie le dio
credibilidad al video donde se veía a Valladares en la cárcel, ha-
ciendo fuertes ejercicios físicos diarios. Valladares da conferen-
cias por toda Europa, y los medios de comunicación magnifican
sus palabras. La National Endowment for Democracy le entrega
miles de dólares para organizar un trabajo pro derechos huma-
nos en Europa, basado en España, así como para publicar el libro
Contra toda esperanza. Especie de biografía distribuida por la Agen-
cia de Información de Estados Unidos en más de treinta países.
Era tan prioritario el seguir utilizando a Valladares, que la Admi-
nistración estadounidense le dio la nacionalidad sin haber cumplido
el mínimo de requisitos exigidos por la Ley e inmediatamente es
nombrado por Reagan embajador ante la ONU en Ginebra. Du-
rante dos años: él ponía la cara y su historia; otro ejercía las verda-
deras funciones diplomáticas. Después de 1993, del famoso Vallada-
res sólo quedaría una Fundación que lleva su nombre, aunque mejor
podría decirse que es un club de amigos. El gobierno estadounidense
y sus defensores en Europa lo tiraron como quien bota un chicle
después de sacarle todo el gusto.

10
Gianni Miná: Habla Fidel, Ed. Mondadori España, Madrid, 1988.
11
Jean-Marc Pillas: Nos agents à La Havane. Comment les Cubains ont ridiculisé la CIA,
Ed. Albin Michel, París, 1995.

22
Pero también debe rondar, por las cabezas de muchos políticos e
intelectuales europeos –no de todos–, la vergüenza de haberlo apo-
yado. Uno de ellos, Regis Debray escribiría en su libro Les Masques:
“El hombre no era poeta, el poeta no estaba paralítico y el cubano es
hoy un americano.”
Pero la elaboración internacional de líderes no se detuvo, aun-
que ya sin la misma respuesta por parte de la mayoría de las orga-
nizaciones y personalidades europeas, lo cual vino a dificultar la
faena. Uno de los últimos intentos fallidos ha sido Elizardo Sán-
chez, del cual ya hablamos.
El otro es Gustavo Arcos, al cual se unió su hermano Sebastián
para constituir el llamado Comité Cubano Pro Derechos Huma-
nos. Su tesis propone forzar al gobierno a un diálogo con la lla-
mada disidencia interna y todos los grupos del exilio, fuera de las
fronteras de Cuba. Pero ese posible diálogo “era una manera de
desprestigiar al sistema castrista a nivel internacional, si se nega-
ba a negociar. Si aceptaba la negociación, se podría plasmar una
solución sin sangre a la problemática nacional”.12 Según la misma
fuente, esta posición de Arcos, que además rechaza el levanta-
miento del embargo, estuvo influenciada por Carlos Alberto
Montaner y José Ignacio Rasco, a los cuales unificó su grupo.13
La ultraconservadora Organización No Gubernamental
Freedom House le cedió la palabra a Sebastián Arcos en Nacio-
nes Unidas. Su discurso fue de un corte tan contrarrevoluciona-
rio que Elliot Abrams, Secretario adjunto de Reagan, expresó:
“no es solamente un hombre valiente, es también un potencial
presidente para Cuba en caso de una transición democrática en la
Isla”.14
En noviembre de 1996 Gustavo Arcos figuraría en varios me-
dios periodísticos, principalmente españoles y de Miami, por
pertenecer a la directiva de la conservadora Fundación Hispano
Cubana.
Comenzando 1997, en el informativo de la Fundación Hispa-
no Cubana y de otras pocas ONGs europeas, se reproduce un
texto titulado “Los principios Arcos.” Éste, además de ser una
especie de código de conducta que deberían asumir las empresas
extranjeras que invierten, o piensan invertir en Cuba, prueba
12
Enrique Encinosa: Ob. cit.
13
Ídem.

23
que las relaciones de Gustavo Arcos con la extrema derecha pro-
anexionista sigue siendo latente: Of Human Rights y Freedom
House son las principales patrocinadoras. Elizardo Sánchez tam-
bién apoya estos “principios”. Las últimas frases del texto dicen:
Las compañías firmantes de los principios Arcos deberán proce-
der a:

a) La inspección de todos los apartados antes referidos por


una auditoria acreditada internacionalmente. Toda com-
pañía firmante, con más de 25 empleados cubanos, deberá
facilitar un informe escrito. b) La presentación anual de
este informe a una o más organizaciones de derechos hu-
manos en Cuba, preferiblemente al Comité Pro Derechos
Humanos (CCPDH), con una copia para Freedom House,
por medio de la Unidad Especial de Inversiones Especia-
les, domiciliada en Of Human Rights, 1319, 18th Street
NW, Washington DC. 200036, USA.15

Este denominado “código de conducta” es el que ha asumido


la organización Pax Christi Holanda en su campaña contra Cuba.
Y no es de extrañarse. Esta Organización No Gubernamental,
de manera pública, está trabajando desde fines de 1997 con Frank
Calzón, tal y como consta en los documentos de la segunda reu-
nión de la denominada Plataforma por los derechos humanos y
la libertad en Cuba, celebrada en forma semiclandestina en Roma.
En 1990, y sin ser una exageración, los líderes de la contrarrevolu-
ción en el exterior empezaron a preparar maletas, porque en cual-
quier momento se derrumbaba el régimen cubano, y segu-ramente
deberían asumir un puesto gubernamental. Por ello, de una u otra
manera, todos hacían hasta lo imposible para armar algún grupo en
el interior de la Isla, que probara su influencia entre la población. La
Fundación Nacional Cubano Americana y la Plataforma Democrá-
tica Cubana (PDC), cada una con sus asociados, se pusieron en la
delantera. Cuando llegaron a la cantidad aproximada de diez, hicie-
ron una especie de federación. La Fundación Nacional Cubano
Americana la llamó Coalición Democrática Cubana, y la Plataforma
14
Jean-Francois Fogel y Bertrand Rosenthal: Ob. cit.
15
Reproducido por la Fundación Hispano Cubana: Boletín informativo, No. 1, Madrid,
febrero de 1997.

24
Democrática Cubana tituló la suya Concertación Democrática Cu-
bana. Un boletín de la Fundación lo expresó así:

La oposición dentro de Cuba se caracteriza por estar


vinculada a dos grandes coaliciones organizativas: la
Coalición Democrática Cubana y la Concertación De-
mocrática Cubana [...] Podemos asegurar que, en
conjunto, están compuestas de miles de miembros que
abarcan todo el territorio nacional [...] 16

La Fundación Nacional Cubano Americana hizo públicos los


objetivos que perseguía:

Presión de los distintos disidentes sobre Castro para que


abandone el poder. La CDC se opondrá a cualquier es-
fuerzo para iniciar conversaciones con Castro con el fin
de provocar un cambio pacífico. La nueva Coalición se
comunicará con otros grupos disidentes mientras acep-
ten su prohibición a los contactos con Castro. Esta Coa-
lición estará [...] respaldada por la Fundación Nacional
Cubano Americana. 17

Por su parte, la Concertación estaba con el mismo objetivo de


derrocar al gobierno socialista, pero sin descartar el diálogo como
arma soterrada de lucha.18 Como lo decíamos anteriormente, Elizardo
Sánchez fue el principal responsable de la Concertación Democráti-
ca Cubana a quien posteriormente se unió Gustavo Arcos.19
La Fundación Nacional Cubano Americana instaló a Jorge Castañeda,
ex actor de televisión, como primer presidente de la Coalición Demo-
crática Cubana. El ex jefe de la Fundación Nacional Cubano America-
na le decía en una carta fechada el 24 de octubre de 1991: “Y, final-
mente, no perder bajo ningún concepto la comunicación con noso-
tros, de manera que podamos guiarlos de la mejor manera posible en
esta fase final de la lucha por la libertad de la Patria. Te reitero mi fe
absoluta en la próxima victoria y mi total confianza en ti [...]” Lamenta-

16
Fundación. Órgano oficial de la FNCA, año 2, No. 9, Miami, 1993.
17
Lista de organizaciones disidentes..., ob. cit. En esa fecha la Coalición Democrática Cu-
bana estaba clasificada en el No. 81 de la lista.

25
blemente para la Coalición, Castañeda era un agente de la con-
trainteligencia cubana.
A fines de 1995, los medios informativos hispanos de Miami
anuncian que en febrero de 1996 tendría lugar una reunión de
toda la disidencia, para lo cual se estaría conformando una supra-
organización denominada Concilio Cubano. En enero de 1996,
a nivel internacional, dentro de los círculos que incumbía, la reu-
nión era tema candente. Según un informe de Amnistía Interna-
cional, Concilio Cubano “englobaba a unos 140 grupos no oficiales”
de todo tipo. A la misma cantidad se refería la contrarrevolución en
el exterior. El gobierno cubano responde con el encarcelamiento a
varios de los comprometidos. Ante esto, Amnistía Internacional
deduce:

Que la razón de la nueva ofensiva contra unas actividades


que hasta ahora han sido totalmente pacíficas radica en
que se trata de la primera vez que el gobierno del presiden-
te Fidel Castro, que lleva en el poder desde la Revolución
cubana en 1959, debe hacer frente a cierto grado de oposi-
ción seria, de naturaleza organizada y pacífica. 20

Lo que resulta inentendible es que ni Amnistía Internacional, ni


otras Organizaciones No Gubernamentales internacionales, ni nin-
gún gran medio periodístico europeo, comentaran que los presuntos
conductores de Concilio Cubano en la Isla funcionaban bajo las orde-
nes y financiamiento de la Fundación Nacional Cubano Americana,
la Plataforma Democrática Cubana, Hermanos al Rescate y Cuba
Independiente y Democrática, entre otros grupos de la extrema dere-
cha del exilio. Es incomprensible el que se omitiera una información
tan importante, que permitía evaluar objetivamente a Concilio Cu-
bano, y no se puede decir que se debía a la falta de datos, porque los
comunicados producidos por los grupos contrarrevolucionarios en
Miami, Madrid, Londres o París, fueron públicos, y muchísimos hasta
18
Lista de organizaciones disidentes..., ob. cit. En esa fecha la Concertación Democrática
Cubana estaba con el No. 106 de la lista. También ver Enrique Encinosa: Ob. cit.
19
Sobre la relación de Sánchez y Arcos con la Concertación y la Plataforma Democrática
Cubana, ver Carlos Alberto Montaner: Cuba hoy, La lenta muerte del castrismo, Funda-
ción para el Análisis y los Estudios Sociales, Partido Popular español, No. 27, Madrid,
1995. Del mismo autor, sobre la relación de Matos con la Plataforma Democrática Cuba-
na, en Víspera del final: Fidel Castro y la revolución cubana, Ed. Globus, Madrid, 1994.
20
Amnistía Internacional: Cuba, ofensiva del gobierno contra la disidencia, versión castellana,
abril de 1996.

26
insertados en Internet. Además, El Nuevo Herald y The Miami Herald
dieron amplios detalles sobre la verdadera procedencia de esa orga-
nización.
El periodista Luis Ortega describió así el episodio de Concilio
Cubano:

[...] si existe la posibilidad de que hayan sido embarrados


[los dirigentes de Concilio] en forma deliberada para ha-
cerlos fracasar, ¿por qué no han protestado? ¿Por qué no
han denunciado la maniobra de Miami? ¿Por qué no se
han enfrentado al aparato de corrupción de Miami y
han marcado las distancias? El hecho de que Sebastián
Arcos Bergnes, en Miami, haya aceptado el cheque de
Hermanos al Rescate, ya indica que se sienten cómodos
y tranquilos al asociarse con las gentes de Miami. Eso,
ya, es el certificado de defunción del Concilio [...] Es un
ramal de los negocios de Miami.

[...] En Cuba no puede surgir un movimiento de oposi-


ción serio frente al gobierno de Castro mientras los que
están allá no entiendan que para combatir a una revolu-
ción que lleva 37 años, enfrentada a Estados Unidos y en
permanente estado de sitio, lo más importante, lo funda-
mental, es la moral política. Todo lo que se lance a comba-
tir al gobierno en Cuba y lo haga en complicidad con el
aparato de corrupción de Miami y recibiendo ayuda de
los americanos, está muerto de entrada. “Dead on arrival”,
como se dice en inglés. El gobierno en este momento, ya
está plenamente autorizado para cerrarle el paso [...]21

Por su parte Eloy Gutiérrez Menoyo afirmó que su grupo,


Cambio Cubano, había rechazado la invitación a participar de
Concilio “porque sabíamos que era una oposición manipulada,
que respondía a los intereses norteamericanos y de este exilio de
la extrema derecha”. El ex preso político también destacó:

Sabemos que en Europa y Estados Unidos existen orga-


nizaciones políticas y de derechos humanos que le die-
ron, y le siguen dando, credibilidad a Concilio. Que han
27
protestado porque el gobierno cubano reprimió a los diri-
gentes de Concilio. Pero, por favor, entiendan, nadie se pue-
de plantear como disidente independiente y honesto reci-
biendo cheques y directrices de los enemigos de tu nación.
Miren, no se puede ser tan ingenuo para creer que el gobier-
no cubano se iba a quedar con los brazos cruzados, cuando
sabía que atrás de Concilio estaban los poderosos enemigos
que buscan el gran estallido de la Isla. Por favor, señores, si
no se es realmente independiente, no se puede enfrentar a
un gobierno como el cubano que, históricamente, ha tenido
el acoso de los americanos.22

Finalmente, les presentamos unos pocos comunicados que al-


gunos de esos grupúsculos han hecho públicos. Se consiguen, sin
ninguna dificultad, en los informativos de la contrarrevolución
en el exterior o por intermedio de Internet. De seguro brindan
más rastros, creemos, para seguir reflexionando sobre la indepen-
dencia política de la denominada disidencia interna cubana.
El Partido Acción Nacionalista, el Movimiento Nacionalista
Democrático Máximo Gómez y el Frente Unido Patriótico tie-
nen como objetivos: “Apoyar la política de EE.UU. y la Unión
Europea hacia Cuba en función de mantener las sanciones a Cuba en
equidad con los cambios democráticos que necesita la Patria.”
Dijo el supuesto dirigente del Partido Pro Derechos Huma-
nos de Cuba: “Yo siempre he admirado al Sr. Jorge Mas Canosa.
Personalmente quería agradecerle a él todo lo que está haciendo
por nuestro pueblo... es el hombre que más necesitamos en este
país para que lleve adelante la libertad y la democracia que tanto
necesitamos.”
El Comité Cubano Pro Derechos Negados, en carta dirigida a
Canosa: “Hermano, queremos hacer llegar a ti en el día de hoy
nuestro sincero reconocimiento. Te enviamos el sentimiento de
los miembros de este Comité, quienes nos sentimos profunda-
mente agradecidos a ti por tu noble contribución a la causa de la
libertad de Cuba.”

21
Luis Ortega: “El Concilio perdió la virginidad”, La Prensa, Nueva York, febrero de
1996.
22
Entrevista de los autores a Eloy Gutiérrez Menoyo, Miami, noviembre de 1996.

28
El Partido Solidaridad Democrática, a pesar de estar ligado a
Hubert Matos escribió: “Nosotros aspiramos que un día, no muy
lejano, aquí en La Habana, lo podamos recibir con los brazos
abiertos [...] A nosotros que estamos forjados en la lucha, las
lágrimas se nos salen al oír las palabras de nuestro querido líder
Jorge Mas.”
Ángela Herrera, quien sustituyó al ex actor Castañeda como
presidenta de la Coalición, escribió: “Contamos con el apoyo de
nuestros hermanos del exilio. Ellos son como una luz que Dios
ha puesto en nuestro camino para ayudarnos a recuperar la verda-
dera libertad que nos han arrebatado.” Cuando en julio de 1994
llegó a Miami, expresó que la Fundación Nacional Cubano Ame-
ricana “es lo más sincero y lo más grande que Dios ha creado”.
La Central Sindical Cristiana de Cuba hizo llegar un:

Emotivo mensaje de felicitación a EE.UU. de América


y a todos sus ciudadanos en esta conmemoración del
Día de su Independencia, como una demostración de
respeto y cariño que el pueblo de Cuba siente por la
nación norteamericana, sentimientos que no han podido
ser eliminados pese a 38 años de sistemática campaña de
odio y difamación por parte del régimen comunista.

Pasemos, de una vez por todas, a leer la entrevista de Ricardo


Bofill, que nos entrega un preocupante y, por qué no, desolador
testimonio de lo que es la disidencia. Particularmente de aquella pro
derechos humanos.

—Señor Bofill, usted que fue uno de los primeros que organizó
grupos de derechos humanos, disidentes, opositores o como se les quiera
llamar, nos podría explicar ¿por qué existen tantos en Cuba? Parece
que fueran divisiones de divisiones.
—En la disidencia cubana no han existido divisiones. Se ha
dado una multiplicación de grupos. ¿Por qué tiene que haber
uno o dos grupos nada más?
—Pero es que no hay cinco o diez solamente. Por ejemplo, tenemos
un documento que menciona más de ¡trescientos sesenta presuntos
grupos disidentes!

29
—¿Y por qué no? Cada cual se organiza con quien le gusta, con sus
preferencias y amistades. Cada grupo surge de acuerdo con los mati-
ces que tiene la gente. En un grupo todos somos amigos o no lo
somos.
—Pero señor Bofill, ¿ese es un trabajo organizativo, político o sim-
plemente una reunión de buenos amigos?
—¡No señor! Es que la Declaración de Derechos Humanos me
permite trabajar con quien me da la gana. ¡A esta casa viene quien
me dé la gana!
—Está bien. No discutimos. Pero bueno, díganos, ¿a cuántas per-
sonas ha logrado unificar una organización opositora en Cuba?
—En el Comité Pro Derechos Humanos, que fue el que yo
fundé, y que era el más importante, éramos cinco personas. Y la
militancia, eso no se sabe... Es difícil saberlo, porque es un traba-
jo muy romántico. Pero no conocí ninguna que pasara de... ¡Ya
les dije es cosa de amigos!
—Pero si los dirigentes del exilio, la gran prensa mundial, Orga-
nizaciones No Gubernamentales, y no pocos gobiernos, se la pasan
diciendo que en Cuba hay un creciente sentimiento de rechazo al
sistema de gobierno, ¿por qué esos grupos no se llenan de verdaderos
opositores políticos?
—Ningún gobierno comunista ha tenido que lidiar con una
oposición interna considerable. Eso es un fenómeno a esperar
que suceda un día de estos en la historia universal. Es que en un
gobierno comunista, el gobierno es el empleador. En esos siste-
mas estar con el Partido, con el gobierno, es un gran beneficio.
Lo contrario es ser un muerto de hambre. En la Unión Soviética,
el Partido Comunista se desplomó debido a las contradicciones
que se desataron en la dirigencia, en la lucha por el poder. ¿Y
quiénes ganaron? Los reformistas, aquellos que querían ser repre-
sentantes de grandes compañías norteamericanas o europeas. Pero
allá no se cayó el sistema por una lucha mayoritaria del pueblo.
—Y siguiendo con Cuba, ¿Seguridad política no tiene infiltrados
a estos grupos?
—¿Infiltrados? ¿Qué van a infiltrar? ¿Qué quieren ustedes, oír
ese discurso sobre la infiltración? Debe haber... ¡Pero en Cuba lo
que hay son un poco de hombres y mujeres que vienen a la casa
y te la rompen porque defienden al gobierno! ¡Sí señor! En Cuba
hay millones de esos, jóvenes y viejos. ¡Es la verdad! ¡Millones
30
están de acuerdo con ese sistema, porque son unos comemierdas
que creen en el comunismo!
—Señor Bofill, se nos hace difícil creer lo que nos dice. No entende-
mos cómo tantos gobiernos y tantas Organizaciones No Guberna-
mentales han sostenido que esos grupos son una oposición válida al
gobierno cubano. Entonces, ¿qué es lo que realmente lideran perso-
nas como Gustavo Arcos, Leonel Morejón, Osvaldo Payá, o el mis-
mo señor Elizardo Sánchez, quien recibió en diciembre de 1996 el
máximo galardón del gobierno francés, por su presunto trabajo en
pro de los derechos humanos?
—¿Qué representan...? Les repito: es un trabajo voluntario,
mínimo, que no funciona. La situación de ellos es la misma de
todos los tiempos. Esas organizaciones sólo existen en el corazón
de sus integrantes. ¡Políticamente no representan nada! ¡No se-
ñor! ¡No hay ningún Comité Pro Derechos Humanos, el mismo
que hice, en ningún lugar de Cuba! Elizardo ha trabajado con
nosotros, y... ¡No señor! ¡Esa es una acción del espíritu!
—Se nos hace difícil entender...
—¿Entender qué? Hay poco que entender.
—Que teniendo en cuenta esa realidad que usted nos presenta,
entender, por ejemplo, cómo se les ha dado tanto valor en foros inter-
nacionales tan importantes como la Comisión de Derechos Huma-
nos de Naciones Unidas.
—Miren, yo fui invitado especial de Amnistía Internacional.
Sí señor, yo estuve en su oficina en Londres. Amnistía me prepa-
ró una gran gira, y dije lo que tenía que decir... Pero si Cuba ha
sido condenada en Ginebra, es por la falta de sagacidad política del
gobierno de Castro. Hay miles, digo, cientos, de Estados mucho más
violadores de los derechos humanos. Lo que sucede es que la repre-
sentación cubana va allá con una inmensa prepotencia. Los otros
gobiernos, los peores violadores, van ahí y negocian. Se salvan adop-
tando una posición diplomática. Pero la gente de Castro, con su
intransigencia, agrede a los otros gobiernos. Con su intransigencia
política hicieron disgustar hasta al gobierno sueco. ¡Imagínense!
—¿No le parece absurdo que se condene a un país por su intransigencia
política ante otras naciones, y no por lo que se dice condenar? ¿Entonces es por eso
que se siguen creyendo y utilizando los informes que presentan el gobierno estado-
unidense, algunos europeos, y Organizaciones No Gubernamentales? ¿Es que
usted recuerda alguna de las sesiones de la ONU, donde se hacía referencia a

31
varios asesinados y desaparecidos por el gobierno cubano? ¿Recuerda que esos
mismos desaparecidos y asesinados daban, días después, conferencias de prensa en
la propia ONU? Y si no nos equivocamos, su organización fue una de las que
ayudó a preparar esos informes.
—No... esa historia... No crean eso...
—Pero está en documentos oficiales...
—No, no... Yo no los conozco.
—Señor Bofill, cuéntenos ahora de las actividades que las organi-
zaciones como la suya realizan en Estados Unidos y Europa.
—Bueno, a veces hacemos campaña por los presos políticos.
Mandamos cartas a cualquier lugar... Esto es un trabajo volun-
tario, romántico. Cada uno hace lo que se le ocurre. Cada uno es
independiente.... O sea, mi programa de derechos humanos, es
lo que yo establezca en cada caso. Igual puede hacer la otra gente
que trabaja en lo mismo. Esto no es un trabajo formal. Es mino-
ritario, exiguo. Aquí en Miami, con más de un millón de exiliados,
no somos más de veinte personas que trabajamos por los dere-
chos humanos. ¡Qué va!
Y en Europa no hemos ganado nada. De pronto en España
un mínimo. Pero, ¿a quién le importa Cuba en Europa? Y yo no
me quiero poner aquí a hablarles de eso... Eso es una pérdida de
tiempo. Yo defiendo lo que me da la gana. Hago lo que puedo...
—Señor Bofill, ¿cómo fue recibido en Miami, teniendo en cuenta
que usted siempre se ha reivindicado como militante de izquierda, lo
cual es casi un pecado mortal aquí?
—Aunque yo provengo de una verdadera izquierda, de antes de
Fidel Castro, aquí me encontré con una buena acogida por parte de
un gran sector político de la ciudad. Y casi inmediatamente entré a
participar de varios proyectos. Por ejemplo, en 1990 nos reunimos
en Madrid para fundar la Plataforma Democrática Cubana, que
lideran exiliados anticomunistas como José Ignacio Rasco, católico,
de los jesuitas; y Carlos Alberto Mon-taner, quien desde 1960 ya
estaba en contra de la Revolución. También participé de otros pro-
yectos como el del Comandante Hubert Matos. En Radio Martí, que
es una emisora del gobierno norteamericano, todavía tengo un pro-
grama que se llama Tus derechos humanos, y que se transmite hacia
Cuba dos veces a la semana. En Miami nada entorpece mi proyecto
político, que es de derechos humanos...

32
—Disculpe que le interrumpamos, pero según tenemos entendido, la militancia
por los derechos humanos, tal y como está planteada en la actualidad, es una labor
neutra, apolítica, y usted habla de “proyecto político”.
—Tómenlo como quieran, pero ese es mi proyecto.
Y les iba a decir que, claro, hay sectores de la sociedad exiliada
que no me invitan a sus reuniones, pero eso a mí no me importa.
Aquí hay otras gentes que sí me atacan. Son los que deberían de
estar a favor del embargo, y no llamando al diálogo con el comu-
nismo, o realizando viajes charter a Cuba.
—Señor Bofill, esta cantidad de organizaciones que están fuera de
Cuba, sea en Estados Unidos, América Latina o Europa, ¿en reali-
dad tienen una alternativa válida para el pueblo cubano?
—Cada una tiene su discurso... Yo no tengo mucha informa-
ción. A lo mejor ustedes saben más que yo por ser periodistas.
Pero a mí ese asunto no me interesa: yo vivo mi vida con mi
gente. Como igual la viven los otros que tienen su proyecto de
derechos humanos, aquí o en Cuba. Pero a mí no me importa lo
que ellos planteen para el futuro de Cuba...
—Pero creemos que el futuro de Cuba es su problema.
—Bueno, puede ser... Ellos tienen su juego aquí, en el exte-
rior... Ya les dije, es romanticismo.
—Pero nos parece que con ese “romanticismo” muchos denomi-
nados anticastristas se llenaron de dólares...
—Yo no creo eso. Es nada más que propaganda del castrismo.
—A ver: y si los militares le dan un golpe de Estado a Fidel Castro, o se
muere, ¿qué va a pasar?
—Eso no se sabe. Todo lo que te estoy hablando aquí no tiene
efectividad. ¡Yo no sé ni lo que va a pasar en Cuba el próximo
año! Puede ser que exista una mejora en Cuba o un retroceso...
Ni con una bola de cristal... Posiblemente todo va a seguir su
camino. Pero, ¿qué puede pasar? No sé.
—Señor Bofill, no lo queremos molestar con más preguntas, por
eso ésta es la última. Si cae el sistema actual cubano y regresa este
exilio, ¿hay la posibilidad de una Guerra civil? Decimos eso porque
hay mucha gente aquí que habla de venganzas...
—¡Es muy posible! Porque el exilio y los americanos están
dolidos por muchas cosas con los comunistas. ¿Acaso Castro
no declaró la guerra cuando les quitó las propiedades a las gran-
des empresas y propietarios de tierras? Escuchen bien: ¡antes

33
hace falta más reacción de los exiliados y del gobierno norteameri-
cano contra esos comunistas! Y entonces, ¿qué creen que va a suce-
der si regresan?
—Sí, entonces, ¿qué va a suceder?
—¡Parece que ustedes no supieran que la política no es cosa de
soñadores!

34
“La Fundación Hispano Cubana es un com-
plemento a la acción del gobierno del PP, por-
que al dictador hay que darle el menor oxígeno
posible, para que se consuma solo”

GUILLERMO GORTÁZAR
Diputado y miembro del Comité Ejecutivo
del Partido Popular español. Responsable para asuntos cubanos
Secretario General de la Fundación Hispano Cubana

Por lógica, buscamos al diputado Guillermo Gortázar en la sede


nacional del Partido Popular en Madrid. Al explicar para qué lo re-
queríamos, nos dijeron que allí ya no atendía la Fundación Hispano
Cubana, que ahora tenía sede propia, a unos doscientos metros de
ahí. Nos dieron la dirección y números telefónicos.
A la hora y día convenidos estábamos frente al parlamentario
Gortázar, Secretario General de la Fundación Hispano Cubana,
asociación que el 14 de noviembre de 1996 hiciera su primera pre-
sentación pública. Inauguración un tanto accidentada ya que unas
trescientas personas pertenecientes a Organizaciones No Guberna-
mentales, y de solidaridad con Cuba, recibieron a los muy selectos
invitados con una lluvia de huevos y tomates. A los miembros del
gobierno español y demás ciudadanos de ese país les gritaban so-
cios de terroristas y mafiosos. A los cubano-estadounidenses y cu-
bano-españoles los trataban de fascistas, mafiosos, asesinos. Un
fuerte dispositivo policial debió intervenir para alejar a los manifes-
tantes algunos metros de la entrada principal, quienes además ha-
bían logrado obstaculizar el importante tráfico de la zona.
Ya adentro, luego de pasar el susto y a medio limpiarse, se sentaron
en la mesa las estrellas centrales de la jornada: el español Alberto Recarte,
presidente de la Fundación Hispano Cubana; Gui- llermo Gortázar; y
los tres principales miembros de la directiva, en este caso llamada Pa-
tronato, el escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa, Carlos Al-
berto Montaner, y Jorge Mas Canosa. Al momento de los discursos,
Montaner dijo que era injusta esa especie de recepción que se les había
ofrecido en el exterior, pues:
“al fin y al cabo, sólo somos un grupo de pacíficos ciudada-
nos”. A Vargas Llosa también le pareció improcedente la
35
actitud de los manifestantes, recordando que el cubano
“ha sido el exilio más calumniado, difamado y satanizado
del que yo tengo recuerdo [...]. Uno de los objetivos de la
FHC, es enfrentarse a esa labor de descalificación”.

La Fundación Hispano Cubana surge de una propuesta del


sector más reaccionario de la contrarrevolución cubana, e impul-
sada por un espectro de la derecha española, encabezada por el
Partido Popular. Sus principios son una extraña mezcla de los que
guían a la Fundación Nacional Cubano Americana en Miami, con
los de la Plataforma Democrática Cubana de Madrid, adaptados
a las condiciones propias del Estado español. Su labor básica es
el desarrollar un trabajo proselitista en esta nación; hostigar las
relaciones políticas y económicas del gobierno cubano; agriar las
relaciones entre estas naciones; y consolidar un lobby, no sólo en
España sino en otros países europeos. La ninguna intención de
establecer algún tipo de relación o diálogo con el Estado cubano,
queda asentada en un aparte de la introducción en sus estatutos:

La tarea de realizar la transición política a la democracia


en Cuba corresponde a los cubanos. Pero en España y
en América hay una amplia corriente de opinión que
desea apoyar iniciativas que sirvan a la defensa de los
derechos humanos y el restablecimiento de la libertad y
la democracia en la Isla.

La Fundación Hispano Cubana, entonces, “convoca, en torno


a estos objetivos, a los más diversos sectores y líderes del exilio y de
la disidencia interna en Cuba, conjuntamente con personalidades
españolas del mundo de la cultura, de la empresa y de la política”.
Las huellas más definidas de esa amalgama reunida en el Patro-
nato de la Fundación Hispano Cubana se encuentran desde fines
de 1995.
En noviembre de ese año el candidato a la presidencia del go-
bierno español, José María Aznar, visitó Miami. Según se rumoró,
el objetivo central de la visita era buscar aportes financieros para su
campaña electoral. En esa ocasión se reunió con la Fundación Na-
cional Cubano Americana, Cuba Independiente y Democrática, la
Plataforma Democrática Cubana, y Monseñor Román. Durante un
36
almuerzo público que le brindó la Fundación Nacional Cubano
Americana, y que los asistentes debían pagar a alto precio, expresó:
“Más temprano que tarde [...] en Cuba habrá transición, habrá liber-
tad y habrá democracia.”1 De esa ciudad, Aznar partió en gira por El
Salvador y Costa Rica, regresando una semana después “a bordo de
un avión de la Fundación Nacional Cubano Americana, acompaña-
do de Jorge Mas, hijo.”2
Días antes de las votaciones, demostrando que estaba al tanto
de las intenciones que se proponía el candidato, Canosa dijo: “no
esperamos que Aznar rompa relaciones con Cuba ni prohíba las
inversiones españolas en la Isla”. Aunque no dejó de expresar su
seguridad en que Aznar “introduzca un elemento moral en la
política española hacia Castro”.3 No dudando en afirmar: “la po-
lítica de Aznar es más consecuente con la promoción de un Gobier-
no democrático en Cuba”.
Aznar gana las elecciones. Ya posesionado, y antes que a cual-
quier otro representante oficial del gobierno cubano, recibe a Jor-
ge Mas Canosa. Igual hizo su ministro de Relaciones Exteriores,
Abel Matutes. Acto de descortesía diplomática nada usual, que
dejaba traslucir el nuevo rumbo de las relaciones con el gobierno
cubano. Más grave aún, le daba a la contrarrevolución una especie
de estatus de gobierno en el exilio. Muchos llegaron a pensar que a
Matutes, debido a las grandes inversiones turísticas que tiene en
República Dominicana, le convenía enlodar las relaciones con
Cuba. Ante las críticas que se dejaron escuchar, el Secretario de
Estado para Cooperación, Fernando Villalonga, expresó, luego de
haber recibido oficialmente al entonces jefe de la Fundación Na-
cional Cubano Americana: “¡Basta ya de satanizar al exilio cuba-
no! [...] Mas Canosa no es un gángster como le han acusado.”
Al día siguiente de esta increíble defensa oficial, la Casa Blanca,
haciendo uso de la Ley Helms-Burton, amenazó con sanciones a la
empresa española Sol-Meliá, por sus inversiones en Cuba. Y Canosa,
como sabemos, había sido uno de los grandes impulsores de tal Ley.
El nuevo gobierno español, en vez de salir a la defensa de esa empre-
sa, actuó casi con indiferencia. Es que su política hacia Cuba estaba

1
El Nuevo Herald, Miami, 28 de noviembre de 1995.
2
Ídem.
3
El País, Madrid, 2 de marzo de 1996.

37
marcada, y de ella el diputado Gortázar nos hizo un buen resumen:
“las empresas que se decidan a colaborar con Castro, deberán afron-
tar ellas solas los riesgos”. Era lo que desde 1992 estaba pidiendo la
extrema derecha del exilio, encabezada por la Fundación Nacional
Cubano Americana, la Unión Liberal Cubana de Montaner, y Cuba
Independiente y Democrá-tica, entre otros.4
Según los estatutos, el equipo fundador de la Fundación Hispano
Cubana tendrá un poder casi absoluto en las decisiones esenciales.
Y sus miembros, y sólo ellos, podrán decidir sus reemplazantes.
Conociendo lo que representan políticamente esas personas, no es
difícil imaginar cuál será la dinámica que le impondrán. En lo refe-
rente a ciudadanos españoles, que incluye al eurodiputado José
Ignacio Salafranca, el Partido Popular tiene el mando, pero la mayoría
en el Patronato forma parte de la extrema derecha cubana en el exte-
rior. De ellos, tres son a su vez directores de la Fundación Nacional
Cubano Americana: José Hernández, José Llama y Lombardo Pérez,
existía un cuarto que era Jorge Mas Canosa, quien murió en noviembre
de 1997. Otros miembros son Juan Suárez Rivas, ex directivo de la
Fundación Nacional Cubano Americana hasta 1992, quien ahora es
cercano a Carlos Alberto Montaner, también patrono, así como la
señora Marta Frayde.
Casi reconocido por el diputado Gortázar como un recluta-
miento táctico muy acertado, fue la vinculación de Elizardo
Sánchez, al poseer una imagen internacional de disidente de iz-
quierda. El otro contrarrevolucionario en la lista del Patronato
es Gustavo Arcos, representado en el Estado español por la se-
ñora Frayde, según nos lo dijo el propio diputado Gortázar.
Osvaldo Payá, otro denominado disidente, se retiró tan pronto
se involucró.
Tal y como nos lo había anunciado el diputado, dos personas se
vincularon en 1997. Félix Bonne Carcassés, residente en Cuba y
militante de la Coalición Democrática Cubana, que dirige desde
Miami la Fundación Nacional Cubano Americana;5 y el periodista
Raúl Rivero, también residente en Cuba, ligado políticamente a Cuba
Independiente y Democrática. 6
Hasta ahora la Fundación Hispana ha sido la cumbre de una
serie de tentativas por construir un aparato que pudiera lograr

4
“Carta abierta a los inversionistas extranjeros”, mayo de 1992.

38
cierto espacio en el medio español. Armando Valladares lo había
intentado, sin ningún resultado concreto, pero evaporando miles
de dólares aportados por la National Endowment for Democracy.
Luego, Montaner e Ignacio Rasco, con el apoyo del gobierno esta-
dounidense, y las internacionales Liberal y Demócrata Cristiana ar-
maron la Plataforma Democrática Cubana, con muy poco para
recoger hasta el momento.
Como actividades preparatorias al lanzamiento de la Fundación
Hispano Cubana, se hicieron algunas conferencias y seminarios.
El 9 de febrero de 1996, en Madrid, se reunió el “Grupo de Traba-
jo sobre Cuba”. El encuentro, realizado en plena campaña electo-
ral, fue promovido por la Internacional Demócrata Cristiana, y
auspiciado por el Partido Popular encabezado por el propio José María
Aznar. Según se manifestó en los comunicados, el propósito era “co-
ordinar iniciativas de respaldo a las fuerzas que luchan por democra-
tizar la Isla”. Al encuentro asistió Richard Nuccio, asesor en esos mo-
mentos del presidente William Clinton para “temas cubanos”. Tam-
bién estuvieron presentes miembros de la Fundación Nacional Cuba-
no Americana y la Plataforma.
Posteriormente, el 8 de octubre de 1996 y en la misma ciudad, la
denominada Universidad Latinoamericana de la Libertad Friedrich
Hayeck, con sede en Miami, organizó un seminario llamado “El
papel del Estado y la sociedad en Latinoamérica.” La ministra de
Educación y Cultura, Esperanza Aguirre, estuvo en el acto de
inauguración. Una de las sesiones tenía como tema “La transición
hacia una sociedad abierta y democrática. El papel de los cubanos
en el exilio y el futuro de Cuba.” Entre los exponentes estuvie-
ron Gortázar y Montaner, no pudieron llegar José Basulto y el
congresista Lincoln Díaz-Balart.

5
Lista de organizaciones disidentes, opositoras y de derechos humanos. Figurando en Internet
el 15 de octubre de 1997 y verificada en enero de 1998. En esa fecha Bonne Carcassés
estaba como dirigente del grupúsculo Corriente Cívica, No. 124 en la lista. También, en
Fundación, Órgano oficial de la FNCA, año 2, No. 9, p. 15 Miami, 1993. Corriente
Cívica está entre los grupúsculos de la Coalición Democrática Cubana.
6
Como aparece en la entrevista, el propio Hubert Matos le dijo a los autores que Cuba
Independiente y Democrática había organizado en el interior de Cuba, el Partido Soli-
daridad Democrática, y Raúl Rivero aparece como miembro de él, en la Lista de organi-
zaciones... ob. cit., ese grupo se encuentra clasificado con el No. 276.

39
Pero se debe precisar algo de esta “Universidad”. Para nosotros,
sus objetivos se pueden considerar como ultraderechistas y hasta ra-
cistas. Ustedes pueden juzgar:

Reeducar a la población cubana y demás de la América


Latina en los internacionales conceptos de libertad moder-
nos, como fundamento intelectual de una nueva socie-
dad basada en los tres grandes pilares de la civilización
contemporánea del Capitalismo Democrático: Economía
de mercado, democracia política y sistema de moral y
cultural judeocristiana, todo ello concatenado a los princi-
pios del comercio internacional.

Entre sus directivos están José Sorzano, José Pepe Hernández y


otros cinco directores de la Fundación Nacional Cubano America-
na, Mario Vargas Llosa, y como jefe de jefes figura el ya desapare-
cido Jorge Mas Canosa. Entre las “personalidades” que respaldan
las actividades de esta “Universidad” están la ex primera ministra
del Reino Unido, Margaret Thatcher, y el politólogo francés Jean-
François Revel, quien es considerado en su país como un progre-
sista en ideas. Hoy, según Le Monde Diplomatique de París, se le señala
como aliado de la CIA.
Pero ¿por qué la extrema derecha cubana, como instrumento
de la política estadounidense, ha puesto tanto esfuerzo y recur-
sos en la Fundación Hispano Cubana? La respuesta puede resul-
tar simple, además demostrada en la práctica: la política de la
Unión Europea hacia Cuba, pasa por Madrid, e ironías de la his-
toria: hace casi cien años, España se disputaba con Estados Uni-
dos el control sobre la Isla cubana. Hoy, el gobernante Partido
Popular le está sirviendo a Estados Unidos para volver a recupe-
rar el control que perdió sobre ella en 1959. Veamos.
Cuando el presidente William Clinton ratifica la Ley Helms-
Burton, en marzo de 1996, se ve confrontado a la reacción de los
gobiernos de Canadá y Europa, quienes no pueden aceptar que
leyes estadounidenses se involucren en sus relaciones comerciales
internacionales. Clinton queda abocado a darle gusto al Congreso
de su país, y a sus aliados. Es así como en pleno conflicto con la
Unión Europea, el presidente designa a Stuart Eizenstat, Emba-
jador Especial para Asuntos Cubanos. A pesar del título, la selec-
40
ción no se hacía por capricho: Eizenstat también ejercía como Sub-
secretario de Comercio para el Comercio Internacional.
Eizenstat comienza su periplo en el mes de septiembre de ese
año, entrevistándose con los gobiernos de Bélgica, Italia, España
e Irlanda. Para todos tenía el mismo mensaje y propuesta: que
coordinasen sus posturas con la de Washington, endureciendo su
relación con La Habana. Si estos cuatro países lo aceptaban, y se
encargaban de convencer a los demás miembros de la Unión Eu-
ropea, se rebajaría la tensión entre aliados. A modo de pago, les
prometía que esa acción conjunta y estrechamente coordinada,
permitiría suspender por tiempos, y posiblemente revalorar, la
aplicación de la Ley Helms-Burton.
Pocos días después, como si ya se hubiera estado trabajando en
ello, España presenta un documento a la Unión Europea. El texto
contenía puntos muy idénticos a los que Washington le exige a Cuba
para levantar el embargo y normalizar relaciones: todo o nada, ante
lo cual se debió readaptar y suavizar, para hacerlo digerible a los
miembros de la Unión Europea. La mayoría de los estados euro-
peos no creían que era necesario “ordenarle” a Cuba un inmediato
cambio global de su sistema político, para poder ofrecerle algún tipo
de apoyo económico. La propuesta final que presentó Aznar, y que
fue aceptada por la Unión Europea, tenía como objetivo el “aunar
voluntades para ejercer una presión política sobre Cuba que favo-
rezca su democratización”. O sea, buscar que el gobierno de la Isla se
comprometiera a pasar del socialismo al capitalismo de forma gra-
dual pero efectiva.
Con el compromiso sobre papel de la Unión Europea de “au-
nar voluntades”, se contentaron la Administración Clinton y el
Congreso estadounidense. Era la reciprocidad y la comprensión
que esperaba Washington, según lo expresó el portavoz del De-
partamento de Estado, Nicholas Burns. Poco antes de ser apro-
bada por la Unión Europea, el contenido fue comentado por un
importante medio informativo de Madrid: “La propuesta espa-
ñola a los Quince sobre Cuba calca las peticiones de Estados
Unidos a la UE.”7
Miremos cuáles fueron los puntos más importantes que el gobier-
no de Aznar prácticamente complotó con Eizenstat, e impuso a la
Unión Europea, en lo referente al tema que tratamos:
7
El País, Madrid, 17 de noviembre de 1996.

41
Actitud más ofensiva de las embajadas, mediante el nombramiento
de una persona especial para promover los derechos humanos.
Apoyo más decidido a la disidencia, estableciendo canales flexi-
bles de cooperación y ayuda.
Exigir al gobierno cubano que permita todo tipo de Organiza-
ciones No Gubernamentales y asociaciones, y que la ayuda hu-
manitaria se canalice por ellas. La Unión Europea deberá ejercer
un control estricto sobre las ayudas.
La Unión Europea precisa las condiciones que se imponen a
Fidel Castro para aumentar la cooperación: derechos humanos;
reforma al Código penal; poder judicial independiente; libertad a
presos políticos; libertad a las actividades de Organizaciones No
Gubernamentales nacionales y disidentes.
Según esto, sin lugar a dudas, los estados miembros de la Unión
Europea y las Organizaciones No Gubernamentales deben con-
vertirse en una especie de Caballo de Troya de los planes elabo-
rados en Washington.
Ya con el compromiso de la Unión Europea en las manos,
Eizenstat pudo informar al Congreso sobre su positiva labor. La
aplicación de la Ley Helms-Burton fue temporalmente suspendi-
da. El que no se volviera a colocar en marcha dependería de las
presiones que la Unión Europea hiciera al gobierno cubano, así
como el impulso a la denominada sociedad civil independiente,
que para el caso cubano es sencillamente la llamada disidencia.
En junio de 1997 la Fundación Hispano Cubana enfrentó su
primera gran dificultad. En un comunicado público, Gortázar in-
formaba de la renuncia de los dos más destacados miembros
contrarrevolucionarios, Carlos Alberto Montaner y Jorge Mas
Canosa. Montaner, primero en renunciar, explicaba que se mar-
chaba por sus diferencias con Mas Canosa, en la manera de adelan-
tar la lucha contra el gobierno de Fidel Castro. Inmediatamente
Canosa hizo lo propio, argumentando que no quería con su pre-
sencia trasladar a la Fundación Hispano Cubana sus diferencias
con otros miembros del exilio: “Es la hora de cerrar filas contra
la dictadura castrista y no la de abrir agujeros en las filas de la
oposición.” Gortázar, por su parte, señaló que estas bajas reducían
considerablemente la politización de la Fundación Hispano Cubana.
En noviembre del mismo año el partido Izquierda Unida presen-
tó, en el Congreso de los Diputados del Estado español, una propo-
42
sición No de Ley en la que pide al gobierno declarar ilegal la Funda-
ción Hispano Cubana. La petición se basaba en la participación de
uno de sus miembros, José Antonio Llama, también directivo de la
Fundación Nacional Cubano Americana, en un proyecto para asesi-
nar al presidente Fidel Castro durante la Cumbre Iberoamericana,
celebrada en Venezuela a fines de 1997. Izquierda Unida adjuntaba
que el FBI había confirmado la vinculación de Llama al frustrado
atentado, el cual fue desarticulado en Puerto Rico el 28 de octubre.
Así mismo, pidió la “expulsión de los extranjeros residentes en España
miembros de dicha Fundación que hayan intervenido en actividades
terroristas y denegar en el futuro su entrada en nuestro país a los mis-
mos”. Igualmente, en el texto de proposición se vincula a la Funda-
ción Nacional Cubano Americana “con los recientes atentados te-
rroristas que han tenido lugar en La Habana”. Declarando que mien-
tras la policía federal estadounidense sabía que la Fundación Nacio-
nal Cubano Americana era cómplice en dichos actos, el ministro
español de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, sólo acertaba a decir
que eran “meras presunciones”, como era de esperarse, la proposi-
ción de Izquierda Unida fue descartada por la mayoría parlamenta-
ria.
Sin embargo, y como ya lo exponíamos en capítulo anterior, en
el caso del intento de asesinato al presidente Fidel Castro durante
la Cumbre Iberoamericana en Venezuela, fueron detenidos por el
FBI, y conducidos a tribunales federales, siete contrarrevolucio-
narios cubanos, entre ellos José Antonio Llama, director de la Fun-
dación Nacional Cubano Americana y de la Fundación Hispano
Cubana. Pepe Hernández, actual presidente de la Fundación y di-
rectivo de la Fundación Hispano Cubana, también fue encausado
aunque sin ser arrestado. Finalmente a principos de diciembre de
1999, todos fueron absueltos a pesar de las pruebas en contra.
En lo concerniente a las bombas que explotaron en varios hoteles
cubanos, y que dejaron varios heridos y un ciudadano italiano muer-
to, el terrorista Luis Posada Carriles declaró al The New York Times
que la Fundación Nacional Cubano Americana, encabezada por sus
altos ejecutivos, tenía que ver en ello. Posada Carriles, quien había
sido el encargado de contratar a mercenarios centroamericanos para
la ejecución de los atentados, expuso con lujo de detalles los planes
que nacieron en Miami. Pocos días después el periódico debió hacer
una aclaración, precisando que Carriles jamás había dicho que la Fun-
43
dación Nacional Cubano Americana había pagado para que se realiza-
ran los actos terroristas, pero todas sus primeras declaraciones, repletas
de datos muy precisos, dejan un gran espacio a la duda, y la seguridad
de que en la Fundación se estaba de acuerdo con los actos criminales.
El FBI tampoco ha dejado de descartar la complicidad de la Funda-
ción Nacional Cubano Americana.
Posteriormente, los autores materiales de los actos criminales
fueron detenidos por las autoridades cubanas. Estos ciudadanos
centroamericanos, declararon que Posada Carriles los había contra-
tado. Durante el juicio quedó plenamente demostrada la responsa-
bilidad intelectual de la Fundación, pero también, la complicidad
de las autoridades estadounidenses.
Ahora comentemos algo sobre nuestro entrevistado. Cuando el
actual parlamentario Gortázar ingresa al Partido Popular, venía de
participar del ala más radical del Partido Comunista. Siendo un des-
tacado dirigente del sector más conservador del Partido Popular, un
cable internacional informaba sobre las reuniones que había sosteni-
do con “personalidades de la FNCA”, las cuales tenían como meta,
según las palabras de Gortázar, el “profundizar más nuestras relacio-
nes”.8 Casi un año después, el 27 de julio de 1996, Gortázar repre-
senta al Partido Popular en el congreso anual de la Fundación Nacio-
nal Cubano Americana, donde se le da la oportunidad de pronunciar
un encendido discurso anticastrista y contrarrevolucionario. Cuando
regresa a Madrid se dedica a darle vida a la Fundación Hispano
Cubana, por lo que ingresa un millón de pesetas al Banco de Vitoria,
necesarios para la inscripción oficial.
Durante la instalación de la Fundación Hispano Cubana expresó:
“El presidente Aznar, ha repetido que los españoles compartimos
los mismos valores de democracia y libertad que europeos y
norteamericanos y que el problema de Cuba está en la propia Isla y
se llama Castro. No es cierto que Castro sea David contra Goliat.”9
Y sobre la Fundación Hispano Cubana, la cual supuestamente no se
desea inmiscuir en los problemas cubanos: “Esta Fundación, es un
instrumento para prepararnos para antes, durante y después de la
inminente transición a la democracia en Cuba.”
Y en el momento en que se daban los primeros pasos públicos
encaminados al restablecimiento de relaciones diplomáticas entre

8
Cable de EFE, 21 de abril de 1995.

44
los gobiernos de España y Cuba, Gortázar hacía unas inquietantes
declaraciones al Diario de las Américas, uno de los periódicos más
reaccionarios de Miami. En la edición del 12 de junio de 1998, se
refería así a la nueva visita del presidente Aznar a Miami: “El gesto
del Presidente del Gobierno de España, José María Aznar, de ve-
nir a Florida, no a la Isla [Cuba] es en sí un gesto de encuentro y
apoyo al pueblo de Cuba, a diferencia de otros gobernantes que
prefieren visitar Cuba.” A pesar de que Gortázar figura como la
voz cantante en lo que respecta a Cuba, su anquilosada posición de
confrontación con el Estado cubano difiere, aparentemente, de
aquella establecida en las altas instancias. Así lo prueban las declaracio-
nes y hechos que realizan el presidente Aznar y, en particular, las decla-
raciones del rey Juan Carlos.

—Señor Gortázar, ¿cómo surge la idea de crear la Fundación His-


pano Cubana?
—La idea surge en Madrid de la cabeza de dos o tres personas,
entre las cuales yo me encontraba. Es el resultado de apreciar,
por parte de la oposición a Fidel Castro, de dentro y fuera, líneas
de confluencia que no se manifestaban en la Florida ni dentro de
Cuba. No se apreciaban por problemas de personalismo, pues
cada vez que un grupo llamaba a una confluencia, se interpretaba
como la búsqueda de un protagonismo excesivo. Creo que salvo
Concilio Cubano, que fue un movimiento muy general dentro
de la Isla, reunir al conjunto de las gentes que quieren, o quere-
mos, la libertad para Cuba, parecía muy difícil. A pesar de ser
gentes que piden lo mismo. Carlos Alberto Montaner pide para
Cuba libertad, democracia y elecciones; Jorge Mas Canosa está
pidiendo libertad, democracia y elecciones; Elizardo Sánchez pide
lo mismo, en consecuencia, parecía fácil que en Madrid un grupo
de diputados y empresarios convocáramos al conjunto de cubanos,
de dentro y fuera, para establecer la Fundación. Y así reunimos al
espectro más amplio de la oposición al castrismo.
—¿O sea, que es una Fundación para incidir en la política interna
cubana?
—No. Nosotros como españoles no podemos decir nada de
los problemas políticos internos cubanos. Pero sí nos queremos
preocupar de las relaciones hispano-cubanas. Sabemos que esas
9
Fundación Hispano Cubana: Boletín informativo, No. 1, Madrid, febrero de 1997.

45
relaciones dejan mucho que desear por haber en Cuba una dictadura.
Por ser una dictadura, queremos ayudar a las personas que la pade-
cen, particularmente a los disidentes; así como informar a la opinión
pública de lo que pasa en el interior.
—Con lo que acaba de decir, de manera automática, la Fundación
Hispano Cubana se mezcla profundamente en la política interna de
Cuba.
—No. No somos actores de la política cubana: somos perso-
nas preocupadas por esas relaciones.
Nos parecía que la política hacia Fidel Castro no era la adecuada.
Había que tener una política de principios y de gestos inequívocos en
favor de la libertad. Y eso sí que es un problema español.
—Señor Gortázar, ¿los planteamientos de la Fundación Hispano
Cubana inciden en el gobierno español?
—La Fundación Hispano Cubana es una organización cultu-
ral que tiene implicaciones políticas, porque nuestro referente,
Cuba, vive bajo una dictadura.
Ahora, como Fundación Hispano Cubana no podemos in-
fluir en el gobierno español ni en su Parlamento, pero es que
antes de que el PP llegara al gobierno, había un ambiente de
opinión en sectores liberales, conservadores y socialcristianos,
que no veíamos con simpatía la política de abrazos entre Fidel
Castro y Felipe González. Entonces, primero desde la oposi-
ción, y luego desde el gobierno, hemos valorado la política positi-
va de firmeza del gobierno de Aznar, en relación con el gobierno
de Cuba.
Igual que el PP, creemos que dar recursos a Castro, a cambio
de nada, no es adecuado. Nosotros creemos que se le deben en-
tregar a las organizaciones civiles en Cuba, que deben llegar a
sectores independientes de la población, a los medios de comuni-
cación independientes, etc. Y que sea de la manera más libre, sin
que el gobierno cubano tenga por qué canalizarlo. En esto la
Fundación Hispano Cubana concuerda con la política actual del go-
bierno español hacia Cuba, y se convierte en un complemento a la
acción del gobierno del PP, porque al dictador hay que darle el me-
nor oxígeno posible, para que se consuma solo.
—Han existido muchas críticas en el Estado español porque la Fun-
dación Hispano Cubana tiene en su interior reconocidos personajes
de la extrema derecha del exilio cubano...

46
—Es cierto. Pero lo que no se ve, es que nosotros tenemos el
honor de contar entre los miembros con personas como Elizardo
Sánchez y Gustavo Arcos. El señor Payá estuvo en un principio.
Pero se retiró. No por estar en desacuerdo con la Fundación His-
pano Cubana, si no porque le quedaba muy difícil atender su
funcionamiento.
Y fui yo quien la pasé justificando en la Florida, el porqué era
necesario tener un miembro de la izquierda en el Patronato de la
Fundación Hispano Cubana. No fue fácil que se aceptara al se-
ñor Elizardo Sánchez. Expliqué varias veces que a un proyecto
como el de la Fundación, una persona de la izquierda le daría una
imagen amplia. Hasta que lo entendieron. Pero aquí en España el
atacado fue Mas Canosa y los otros exiliados cubanos.
Porque la Fundación tiene un proyecto de libertad y demo-
cracia, donde la derecha puede sentarse en la misma mesa con la
izquierda. Estas personalidades le dan respeto a la Fundación, al
demostrarse que no tenemos una afiliación partidista definida,
pero en España se considera que la Fundación Hispano Cubana
es anticastrista, cuando en realidad sólo quiere la libertad para
Cuba. Nosotros queremos que la gente vea que impulsamos a
personas de izquierda en el interior de Cuba, como es el señor
Elizardo Sánchez.
—Señor Gortázar, en nuestro concepto personal, por su práctica
política, dudamos que el señor Elizardo Sánchez sea de izquierda, pues
además forma parte de la Plataforma del señor Montaner. Montaner,
aunque se dice liberal, en sus escritos deja traslucir el deseo de que Cuba
vuelva a la órbita estadounidense. Y mirando al resto de miembros,
además del señor Canosa, hay otros cuatro directores y un ex director
de la Fundación Cubano Americana de Miami. El señor Arcos recibe
aportes económicos de la extrema derecha de Miami y también forma
parte de la Plataforma. Vargas Llosa se convirtió en un defensor del
capitalismo. Y hasta donde conocemos, usted y demás miembros del
Patronato militan en la derecha española. Entonces, ¿dónde está la amplitud
política?
—Veo que se prepararon para la entrevista...
Pero nosotros invitamos a personas del Partido Socialista español,
pero no aceptaron. La Izquierda Unida nos ataca: debe ser porque
para nosotros Castro no cuenta. Pero la Fundación Hispano Cubana
está abierta para todo el que quiera luchar por la libertad y la demo-
47
cracia en Cuba. Y les digo que para los próximos meses, estaremos
en condiciones de informar sobre nuevas incorporaciones a la Fun-
dación Hispano Cubana, de residentes dentro de la Isla, también se
van a dar otras incorporaciones de españoles a nivel de asesoría y
operatividad. La Fundación Hispano Cubana está creciendo rápida-
mente. La verdad es que ha tenido una buena acogida. En Cuba el
boletín se distribuye muy bien, sabemos que allá tenemos un buen
nivel de prestigio.
—¿Y a qué le deben ese prestigio? Y también, ¿qué tipo de apoyo le
brindan a la llamada disidencia?
—Hemos ganado prestigio porque saben que estamos en una línea
de apoyo político a las organizaciones de derechos humanos. Y se lo
damos porque son nuestro punto de referencia. A esas organizaciones
tratamos de hacerles llegar alguna ayuda material a través de turistas. La
Fundación Hispano Cubana quiere enviar mucha ayuda económica al
pueblo de Cuba, también explicar la nueva posición española. Noso-
tros apoyamos esas organizaciones, sin preocuparnos de lo que piense
la Seguridad cubana, porque la Seguridad cubana se ha visto obligada
a tener una relativa tolerancia hacia esas personas. El gobierno no pue-
de hacer algo contra Elizardo Sánchez o el señor Arcos, pues esas dos
personas tienen un gran prestigio internacional. Tocarlos tendría un alto
costo.
—Disculpe, pero cuando dice “posición española”, ¿quiere decir la
del gobierno?
—Efectivamente, la del actual gobierno. Nosotros como Fun-
dación manifestamos nuestro apoyo a la posición del gobierno
del presidente Aznar, porque es muy digna.
—Señor Gortázar, ¿cuál es la posición de la Fundación Hispano
Cubana ante el embargo?
—Creo que es mejor que le conteste como diputado del PP. El
Partido Popular, como la Unión Europea, considera que la Ley
Helms-Burton no es aceptable. Nos parece que es una Ley que le
sirve de propaganda a Castro. Pero a pesar de ello, tenemos muy
buenas relaciones con la Fundación Cubano Americana de Miami
que está con el embargo, pero para el Partido Popular lo más
importante es la unión en los fines, y por eso podemos sortear
los desacuerdos.
—Señor Gortázar, ¿cuánto ha trascendido la posición del actual
gobierno español, sobre el caso Cuba, en la Unión Europea?
48
—No podría decir que el gobierno español ha logrado influir
totalmente a la Unión Europea. Pero la posición actual de la
Unión Europea, sí se debe en un buen porcentaje al liderazgo de
España. Y hoy, la Unión Europea dice lo mismo que España: si
Cuba quiere cooperación, debe mejorar los derechos humanos y
respetar la disidencia interna y las Organizaciones No Guberna-
mentales independientes.
—Pero esa actitud es como apoyar el embargo estadounidense. Es más,
si se revisa lo que el gobierno español presentó a la Unión Europea, se ve
que difiere muy poco de las exigencias que Estados Unidos le hace a Cuba
para levantar el embargo. Y hace poco, usted decía que España y la Unión Europea
estaban contra el embargo...
—Es posible que tengan razón. Pero la experiencia que se tiene
es que los aportes que se han dado al gobierno de Cuba, no se
sabe donde han terminado. Por eso ahora queremos hacer pro-
yectos concretos que beneficien directamente a la población.
—El gobierno del presidente Aznar lo que va a acabar es con el
estímulo que Felipe González le daba a las empresas españolas
para que invirtieran en Cuba. El mensaje que el gobierno ha dado
es claro: las empresas que se decidan a colaborar con Castro, de-
berán afrontar ellas solas los riesgos.
—Por último, señor Gortázar, ¿es que la Fundación Hispano Cu-
bana tiene contactos con Organizaciones No Gubernamentales en
Europa?
—No. Aún no. Hay que tener en cuenta que cada país europeo
tiene su propia dinámica en las relaciones con Cuba, pero uno de
los más destacados miembros del Patronato de la Fundación, el
señor José Ignacio Salafranca, es eurodiputado. Suponemos que él
tendrá en cuenta los principios de libertad y democracia, en los
asuntos que le correspondan sobre Cuba.
Pero sí nos parece muy inteligente lo que ha realizado la Pla-
taforma Democrática Cubana, liderada por el señor Montaner
aquí en España, de incidir en otros gobiernos y organizaciones de
Europa. Me parece que en Holanda ha tenido muy buenos resulta-
dos. Conozco muy poco, pero tengo entendido que han logrado
confluir en Europa con otras organizaciones y grupos, para ayudar a
establecer una Plataforma Europea por los Derechos Humanos en
Cuba.

49
Nosotros como Fundación Hispano Cubana tenemos ese trabajo
pendiente, pues convendría relacionarnos con Organizaciones No
Gubernamentales importantes de Europa. En España estamos co-
menzando un trabajo con Caritas, organización de la Iglesia católica,
pero apenas comienza. Yo tengo la responsabilidad de hacer un dise-
ño de las relaciones de trabajo con las Organizaciones No Guberna-
mentales que están en la misma área, para coordinar y apoyarnos
mutuamente.
Y cuando comencemos lo haremos con fuerza y en toda Europa.

50
“Nosotros les damos cincuenta dólares mensuales a unos
veinte periodistas para que puedan sobrevivir; para que se
queden en el país, pues cada vez que los encontramos lo
primero que nos proponen es que los ayudemos a salir de
Cuba, debido a problemas económicos”
ROBERT MÉNARD
Secretario General de Reporteros Sin Fronteras, RSF

JACQUES PERROT
Responsable Región Américas
Reporteros Sin Fronteras

Tres circunstancias nos convencieron de realizar la entrevista al Secre-


tariado General de Reporteros Sin Fronteras, con sede en Francia.
Una, que en Miami dirigentes de organizaciones contrarrevo-
lucionarias, como el señor Humberto Esteve, Secretario General del
Partido Demócrata Cristiano; la señora Janiset Rivero del Directorio
Revolucionario Democrático Cubano y el señor Pepe Hernández de
la Fundación Nacional Cubano Americana, exaltaron su labor de
apoyo a los denominados periodistas independientes del interior de
Cuba. La segunda, cuando en París dos de los asistentes a la reunión
citada, a fines de 1996, por el Embajador especial de la Administra-
ción Clinton para asuntos cubanos, Eizenstat, nos comentaron que el
delegado de Reporteros Sin Fronteras había sido el más cercano a las
posiciones del anfitrión. La última, fue al saber que Reporteros Sin
Fronteras estuvo junto a otras organizaciones europeas, en una reu-
nión semicerrada convocada por Pax Christi Holanda en La Haya, la
cual tenía como objetivo el crear un bloque de presión al gobierno
cubano, y brindar apoyo a la llamada disidencia.
Al entrevistar a Jacques Perrot, encargado de la Región Américas,
así como a Robert Ménard, Secretario General de Reporteros Sin Fron-
teras, no sólo entendimos por qué esos grupos de la extrema derecha
en Miami aprobaban su labor, sino que confirmamos el resto, algo
preocupante, teniendo en cuenta los objetivos, imagen y respetabilidad
de esta gran Asociación Internacional.
Y esta inquietud no nos ha asaltado gratis.

51
Fue a fines de los ochenta, que en Miami se conoció que en el
interior de Cuba existían periodistas independientes, aunque ello
se tomó con optimismo, no sorprendía. Es más: se esperaba. En
esos momentos el llamado bloque del Este se estaba derrumbando, y
las organizaciones denominadas independientes desempeñan un papel
de primer orden. Estando a la cabeza las pro derechos humanos y
agencias de prensa, las cuales tenían cada día más presencia en los me-
dios informativos del mundo. Hoy, cuando en esos países reina la
penuria para las mayorías y las mafias son el poder, existe una extensa
bibliografía que permite conocer cómo esas organizaciones fueron
asesoradas y pagadas por las potencias occidentales, en especial por los
Estados Unidos de Norteamérica.
Entonces el surgimiento en Cuba de agencias de prensa inde-
pendientes, que se sumaban a los grupúsculos pro derechos hu-
manos ya existentes, se tomaba como una simple reacción en
cadena, y como presagio del derrumbe del sistema. Pero podía
existir la duda: si en el caso de los países del Este lo de periodistas
independientes fue, en su casi totalidad, una fachada, ¿en Cuba sí
primaría la deontología profesional? ¿Lo de independiente se
podría concatenar a la definición hecha por El Pequeño Larousse
Ilustrado?: “Se dice del que tiene y mantiene sus propias opiniones y
no se deja influir por las de otros. Se aplica a la persona que no
pertenece a un partido determinado.”
A lo largo de este trabajo, se ha ido mostrando cómo las dife-
rentes administraciones estadounidenses, en especial de Reagan
en lo adelante, han utilizado los medios masivos de comunicación
para lacerar social, ideológica y políticamente al proceso revolu-
cionario cubano. En los diversos textos y ejemplos ofrecidos,
creemos que ha quedado expuesto el rol que desempeñan Radio
Martí, La Voz del CID, La Voz de la Fundación, etc., tanto para
dividir la sociedad cubana, como para procrear y alimentar gru-
púsculos contrarrevolucionarios. No olvidemos que Radio Martí,
y en general las emisiones hacia Cuba, fueron de las propuestas
establecidas, y asumidas en buena parte de su totalidad, como
prioritarias por el Documento de Santa Fe.
A pesar de que fue durante la Administración Bush que se dio a
conocer la tentativa de sembrar agencias de prensa independientes,
es con la presidencia de Clinton que en verdad se empiezan a
fertilizar. Y un hecho clave, imposible de desconocer dentro de
52
la estrategia, resultó la puesta en marcha de la Ley Torricelli. Ésta
ordenaba –quien se ha preocupado de leerla en su totalidad sabrá
que ese es el término exacto– incitar, crear y financiar, directa o indi-
rectamente, todo tipo de organización que implique desacreditar y
agredir al Estado cubano, e incluía, como algo esencial, las agencias
de prensa independientes.
A esta sutil táctica de sembrar grupúsculos, básica para la deses-
tabilización se le dio un nombre: “Track two”, Carril Dos. El
uno es el nefasto embargo.
Como si fuera poco, casi a la par, Clinton hace acompañar a
la Ley Torricelli de lo aconsejado por el estratega Donald E.
Schulz, en 1993, que decía: “Promover [...] el establecimiento
de oficinas de prensa [...] dando facilidades a los elementos
disidentes para que se comuniquen abiertamente y alienten una
mayor fragmentación [...].” 1
Pero bien, se puede decir que fomentar el derrumbe del siste-
ma político cubano es un viejo proyecto de Washington, apoya-
do tácitamente, insistimos, por sus aliados. Y que no todo el que
en el interior de la Isla se declare disidente o independiente, está
necesariamente de acuerdo con ello. Es posible, pero ya vimos
cómo varios de aquellos que a nivel internacional son reconocidos
como líderes pro derechos humanos, están inscritos en la estrategia.
Decíamos que nos inquieta el profundo compromiso, de defensa
y apoyo, que ha adquirido Reporteros Sin Fronteras con los llama-
dos periodistas independientes. Nos parece que lo ha asumido sin
hacer un frío y desapasionado análisis del contexto general en que se
desarrolla el proceso político cubano, tanto interno como externo.
Pensamos que debido a esto se insiste en el término “independien-
te”, que nos parece no corresponde a la realidad.
Conociendo nuestro interés por el tema, Reporteros Sin Fronte-
ras nos hizo llegar La otra voz cubana.2 En el prefacio a la edición
francesa, escrito por un profesional de la comunicación que ha publi-
cado algunos libros sobre Cuba, encontramos la que debe ser la
percepción que tiene Reporteros Sin Fronteras sobre el mundo de
los llamados periodistas independientes. En un aparte dice así:
1
Donald E. Schulz: EE.UU. y Cuba: de la estrategia de conflicto al compromiso constructivo,
Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de
Estados Unidos, 1993.
2
Jean-Pierre Clerc: “Prefacio”, L’autre voix cubaine. Des journalistes dissidentes tèmoignent,
Ed. Reporters Sans Frontières, París, 1997.

53
El método de trabajo de estas mujeres y estos hombres es
“la encuesta de proximidad”. ¿Qué quiere decir? Se trata
de buscar por aquí y por allá informaciones, hasta muy
vagas, de conocidos, amigos y de simpatizantes más o
menos declarados de la democratización. Sobra precisar
que de ninguna manera tienen acceso a una documenta-
ción o contactos oficiales [...]

Es difícil, también ir a la pesca de informaciones fuera de


la capital: en un país donde la desconfianza, la delación,
han estado durante casi cuarenta años erigidas como vir-
tudes nacionales, es necesario ser conocido, y reconocido,
para recoger fragmentos de lo que podría componer un
artículo [...]

Aquí vale la pena hacer un pequeño pero útil comentario.


Quienes hemos pasado por Cuba, sabemos que si algo caracteri-
za a este pueblo es su pasión por hablar: todo se cuenta, todo se
critica, todo se discute. Y a viva voz. Para saber si ese día hubo
pan y leche en las escuelas, sólo hay que pararse entre quienes esperan,
pacientemente, la “guagua”. O preguntar, a los que atienden en un
restaurante, cómo va la situación económica del país, para que se
extiendan en comentarios, y muy posiblemente se enciendan en un
apasionado debate, si una pausa lo permite. Lo hacen con extranje-
ros o nacionales, de la manera más natural: si natural es la actitud del
interesado. En La Habana, al frente del hotel Inglaterra, en el parque,
hay un lugar que se conoce como la “esquina caliente”. Vale la pena
mezclarse entre los que allí debaten, sin tener temor a la gritería, para
saber cómo se desarma y se arma el país; qué medidas gubernamen-
tales no son del agrado de unos; o si el mal rendimiento del equipo
nacional de béisbol se debe al entrenador, o a algún burócrata. Lo
sabemos muy bien: no hay otro país en América Latina que tenga esa
peculiaridad. Suponemos que debe ser un legado de la Revolución.
Sigamos.
El texto una vez escrito es telefoneado al extranjero, gene-
ralmente a Miami o Puerto Rico. De ahí es difundido por el
intermedio de boletines que circulan entre la diáspora, luego
enviados a Cuba a través de cartas privadas, y el texto tam-
bién es leído en Radio Martí.
54
Pues se debe precisar, que los textos de periodistas inde-
pendientes no son autorizados en la isla. Pero se ha crea-
do una especie de dialéctica [sic]: las informaciones de las
agencias independientes dan a conocer al exterior ele-
mentos de la situación cubana ocultados por el régimen;
y Radio Martí ofrece, no solamente a los disidentes pero
también a un sector amplio de la población, una apertu-
ra única sobre el mundo [...]

Honestamente, hemos tenido que leer varias veces la expre-


sión: “una apertura única sobre el mundo”. Queremos pensar
que el autor de ella se equivocó involuntariamente. Pues sa-
biendo para qué funciona Radio Martí, y quien está al frente de
ella, es fácil imaginar qué tipo de “apertura” puede ofrecer a los
habitantes de la Isla, y creemos que fue una equivocación, pues
unas páginas antes señalaba que esa radio, junto a Tele-Martí,
“han sido montadas y son sostenidas por los fondos de la CIA
americana”.
Reconocemos el no haber ingresado al hogar de ninguno de los que
a nivel internacional se les dice periodistas independientes. Y como en
algunos de ellos funcionan las sedes de sus agencias, entonces no pode-
mos saber de manera directa con cuales implementos desarrollan su
labor. El prefacio del libro de Reporteros Sin Fronteras dice de una
de ellas: “Algunas viejas máquinas de escribir y grabadoras antediluvia-
nas, un apartamento parcialmente organizado, dos teléfonos, y la bici-
cleta de cada uno puesta al servicio de la causa: ¡es todo el poder
disuasivo del BPCI!” No está demás aclarar que en Cuba la bicicleta
no es sinónimo de pobreza entre los habitantes, simplemente ha sido
un recurso ofrecido por el gobierno ante la escasez de transporte colecti-
vo, debido a la crisis económica general que se desató desde los co-
mienzos de la década. Ahora, esa descripción que se hace en el prefacio
contrasta con lo siguiente. Amnistía Internacional denunciaba que el 10
de julio de 1995, la Seguridad cubana le había quitado un fax al
periodista independiente Nestor Baguer, pero el 18 de agosto Baguer
ya tenía otro. Según la misma fuente, el 12 de julio le confiscaron a
José Rivero “un aparato de fax, una cámara de video y material
fotográfico”.3 Al recordar las intenciones tácticas y la estrategia
del gobierno estadounidense, que la Unión Europea aceptó apo-

55
yar desde enero de 1997, se le debe dar credibilidad a Amnistía. Ya
en capítulos anteriores demostramos cómo existe una buena canti-
dad de dólares destinados a apoyar la disidencia interna. Eso es un
secreto a voces: “Las agencias de prensa han cometido errores: algu-
nas han aceptado la ayuda material de la Sección de Intereses america-
nos de La Habana [...].”4
Reporteros Sin Fronteras los denomina “la otra voz”. Es cier-
to. Están en contradicción con el monopolio que ejerce el Estado
sobre los medios de información, pero por lo que se puede obser-
var en la praxis, es que ese acto de aparente rebeldía, de disiden-
cia, de insumisión, ha sido el justificativo para entregarse a otros
brazos. En los pocos apartes del prefacio que les presentamos, ya
se dan algunos datos importantes que muestran el camino que
escogieron. Aquí van otros pocos ejemplos.
Rafael Solano, exiliado en España, tiene su visión sobre la
neutralidad política: “La teoría plantea que el periodismo debe
ser imparcial. La práctica muestra todo lo contrario. El periodis-
mo oficial en Cuba toma partido a favor del Comité Central.”5
Esto es innegable, pero ello contrasta con lo que él aseguró unas
líneas después: “Radio Martí es una opción diferente. La prensa del
exilio, particularmente la de Miami, se nutre de la prensa indepen-
diente de Cuba.”6 Durante varios días el señor Solano estuvo preso
en su país. Uno de los motivos de su detención, junto a un colega, lo
explica Reporteros Sin Fronteras:

Ellos habían difundido al extranjero el contenido de unas


octavillas lanzadas desde el cielo de La Habana por un
avión de turismo venido de la Florida, el 13 de enero [de
1996]. Estas octavillas, llamando a la desobediencia civil,
habían sido lanzadas por la organización Hermanos al
Rescate, de Miami, que venían en ayuda de los “balseros”.7

3
Amnistía Internacional: Cuba, ofensiva del gobierno contra la disidencia, versión castellana,
abril de 1996.
Según las Leyes cubanas, estos implementos se confiscan por ser utilizados para difundir
“propaganda enemiga”. Estas Leyes se reajustaron cuando Estados Unidos instauró la
Ley Helms-Burton.
4
Le Figaro, París, 2 de febrero de 1996.
5
Trazos de Cuba, París, junio de 1996.
6
Ídem.

56
Una de las grandes preocupaciones que nos asaltan cada vez que
leemos informes de muchas Organizaciones No Gubernamentales,
como Reporteros Sin Fronteras, es que no le precisan al público
datos esenciales para comprender con exactitud un suceso. Es útil
decir que esas personas leyeron esas octavillas al pueblo cubano a
través de Radio Martí y La Voz de la Fundación. Y que esas octavillas
tenían una función auténticamente sediciosa, pues el flujo de balseros
se había detenido ocho meses atrás.
A Raúl Rivero, director de Cuba Press, lo encontramos como miem-
bro del Partido Solidaridad Democrática8, que dirige desde Miami el
ultrarreaccionario Hubert Matos, grupo que a su vez es políticamente
cercano a la Plataforma Democrática Cubana, en Madrid. Desde
mediados de 1997 es directivo de la conservadora Fundación Hispa-
no Cubana. Informa para Radio Martí, y La Cubanísima en Miami;
Caracol, la cadena de radio más derechista en Colombia; Radio Jeru-
salén, conocida por sus posiciones conservadoras; El Nuevo Herald,
influenciado por la extrema derecha de Miami; El Nuevo Día, informa-
tivo puertorriqueño de derecha; y Trazos de Cuba, boletín editado en
Francia por exiliados de extrema derecha. Estos son los medios, pri-
mordialmente, para los que informa.9 Sin olvidar sus regulares artícu-
los para el ultrareaccionario Diario de las Américas, en Miami. A pesar del
grado de compromiso político, claro y muy bien definido, se atreve a
expresar: “Yo soy periodista. Yo lo he demostrado durante muchos
años, y aspiro a hacer un trabajo “despolitizado”, de periodista pro-
fesional, sin tendencias, que se limita a la relación de los hechos”.10 El
10 de diciembre de 1997, Día Internacional por los Derechos Hu-
manos, se le concedió el premio Reporters Sans Frontières, recom-
pensando “a un periodista que por su actividad profesional, ha sabi-
do testimoniar su apego a la libertad de prensa”.11 Una devoción a la

7
Reporters Sans Frontières: Rapport 1997, París, 1997.
8
Como se puede leer en la antrevista a Hubert Matos, éste le dijo a los autores que su
grupo en Cuba se llamaba Partido Solidaridad Democrática. Este grupúsculo se encuen-
tra clasificado en el No. 276 dentro de la Lista de organizaciones disidentes, opositoras y de
derechos humanos; figurando en Internet, el 15 de octubre de 1997 y revisada en enero de
1998. El señor Rivero está ahí inscrito como uno de los miembros del Partido Solidari-
dad Democrática. Sobre el acercamiento político de Hubert Matos a la Plataforma De-
mocrática Cubana, se puede leer: Carlos Alberto Montaner: Vísperas del final: Fidel
Castro y la revolución cubana, Ed. Globus, Madrid, 1994.
9
La Libre Belgique, Bruselas, 30 de enero de 1998. La pertenencia política de esos medios
informativos es una precisión de los autores.

57
libertad informativa que, curiosamente, le sirve a uno de los actores
en el conflicto.
José Rivero, sin ser periodista, es vicepresidente de la agencia. Y en
el informe de Reporteros Sin Fronteras de 1997 se dice que él “par-
ticipa desde poco tiempo en el programa La semana en una hora, di-
fundido por Radio Martí”. Amnistía Internacional, en un informe de
julio de 1996, certifica lo anterior, precisando que el programa es
dirigido hacia Cuba, y que la emisora es “financiada por el gobierno
estadounidense”.
A mediados de 1997 Reporteros Sin Fronteras realizó una cam-
paña contra la detención provisional de Héctor Peraza. Varios
reconocidos intelectuales franceses la apoyaron. Peraza es miem-
bro del Partido Solidaridad Democrática,12 que dirige desde Miami
Hubert Matos. También colabora con Trazos de Cuba, grupúscu-
lo que en su informativo de septiembre de 1997 apoyaba tácita-
mente los actos terroristas que se estaban cometiendo en sitios
turísticos cubanos.13 Trazos de Cuba, según se dice en el prefacio
de La otra Voz cubana es una fuente importante de información
para Reporteros Sin Fronteras.
Nestor Baguer ha sido escogido por Reporteros Sin Fronteras
como su corresponsal en Cuba.14 Pero también es miembro del
Comité Martiano por los Derechos Humanos, y de la Corriente So-
cialista Democrática, ambos grupúsculos ligados a los aparatajes con-
trarrevolucionarios Concertación Democrática Cubana y Plataforma
Democrática Cubana,15 dirigidos desde el exterior por Carlos Alber-
to Montaner e Ignacio Rasco. Además sus informaciones aparecen
regularmente en los boletines de la Fundación Nacional Cubano Ame-
ricana y de la Representación Cubana en el Exilio.16
A Yndamiro Restano, Reporteros Sin Fronteras le publicó un bre-
vísimo poemario, producido durante los meses que estuvo en pri-
sión. Fue uno de los primeros, que a fines de los ochenta, intentó
10
La Libre Belgique, Bruselas, 10 de diciembre de 1998.
11
“Supplèment”, Le Monde, París 17 de enero de 1998.
12
Lista de organizaciones disidentes..., ob. cit.
13
“Así que ya saben, ¡en Cuba también revientan aguacates!”, Trazos de Cuba, París, sep-
tiembre de 1997.
14
Rapport 1997, ob. cit.
15
Lista de organizaciones disidentes..., ob. cit. En esa fecha, el denominado Comité Martiano se
encontraba clasificado con el No. 101 y Corriente Socialista Democrática en el No. 126.
A ambas las asumía la Concertación Democrática Cubana, clasificada en el No. 106.
Sobre el acercamiento político de Concertación Democrática Cubana a la Plataforma
Democrática, se puede leer: Carlos Alberto Montaner: Ob. cit.

58
organizar una agencia independiente de prensa. Poco después orga-
nizó y presidió un grupúsculo denominado Movimiento Armonía,17
que pasó a responder a las políticas de Concertación y Plataforma
Democrática Cubana. Restano era de los asiduos informantes de
Radio Martí, pero también de La Voz de la Fundación.18 Salió al
exterior y no regresó a Cuba, aparentemente porque las autoridades
le negaron el ingreso. El 17 de junio de 1997, utilizaba la línea de
Internet perteneciente a Hermanos al Rescate para difundir la infor-
mación. Vive actualmente en Miami.
Olance Nogueras residía en Cienfuegos y tenía el cargo de
directivo en una agencia independiente de prensa: “El 15 de agos-
to [de 1996], el periodista había recibido la visita de Robin Dayan
Meyers, diplomático norteamericano [acreditado en la Sección
de Intereses de Estados Unidos en La Habana].”19 Es posible que
no sólo nosotros nos preguntemos, ¿qué tiene de especial el se-
ñor Nogueras que hizo desplazar a tan importante funcionario
hasta esa ciudad? El 5 de septiembre de 1996, Nogueras, luego de
un debate televisado entre Jorge Mas Canosa y el dirigente cuba-
no Ricardo Alarcón, telefoneó a La Voz de la Fundación e hizo
el siguiente comentario: “El presidente de la Junta Directiva de la
Fundación Nacional Cubano Americana demostró una vez más ser
uno de los grandes líderes del exilio y una de las personas más capacita-
das para enfrentar al gobierno cubano.”20
En agosto de 1997 Nogueras salió para Miami, donde fue reci-
bido por los directivos de la Fundación.
El 8 de octubre de 1997, día en que se inauguró el V Congreso
del Partido Comunista de Cuba, Reporteros Sin Fronteras hizo

16
Boletín formativo e informativo de la Representación Cubana en el Exilio, año XXXIV ,
No. 390, Miami, abril de 1997.
17
Su pertenencia a ese grupúsculo lo confirman: Reporteros Sin Fronteras en su Rapport
1997, ob. cit. Igualmente Amnistía Internacional: Ob. cit., y también en el informativo
Fundación. Órgano oficial de la FNCA, año 2, No. 9, Miami, 1993.
18
Su nombre y el del grupúsculo, figuran dentro de una lista hecha pública por la Fundación
Nacional Cubano Americana, con la siguiente introducción: “La oposición dentro de
Cuba se caracteriza por estar vinculada a dos grandes coaliciones organizativas: la Coali-
ción Democrática Cubana y la Concertación Democrática Cubana [...]. A continuación
proporcionamos una lista de las organizaciones opositoras dentro de la Isla que transmi-
ten por La Voz de la Fundación [...].” El dicho Movimiento Armonía aparece pertene-
ciendo a Concertación Democrática Cubana, en Fundación..., ob. cit., p. 16.
19
Rapport 1997, ob. cit.

59
público un breve documento donde se pedía a las autoridades de
ese país liberar a Lorenzo Páez Nuñez, y poner fin a los arrestos de
los llamados periodistas independientes.21 Dice Reporteros Sin Fron-
teras que el señor Páez Nuñez es miembro de una agencia de pren-
sa, pero también “presidente del Centro No Gubernamental por
los Derechos Humanos ‘José de la Luz y Caballero’.” La denuncia
de Reporteros Sin Fronteras precisa que cuando fue arrestado. “El
periodista [cuya profesión real es matemático, según la fuente], tele-
foneaba a la representante de una asociación de cubanos exiliados
en EE.UU. [...].” Para que el lector comprenda objetivamente el
contexto de la detención, únicamente hubiera sido necesario agre-
gar que el “Centro No Gubernamental” está vinculado a la Coali-
ción Democrática Cubana, que desde Miami dirige la
ultrareaccionaria Fundación Nacional Cubano Americana,22 que en
esos momentos era cómplice de las bombas que estallaban en los
centros turísticos cubanos.23 Por tanto, el señor Páez no estaba tele-
foneando a cualquier asociación de exiliados: la policía llegó “mientras
la Fundación Nacional Cubano Americana grababa al portavoz del
grupo, Lorenzo Páez Nuñez”.24
Vamos a cerrar esta serie de ejemplos con un suceso ocurrido a
comienzos de 1997, pero antes debemos hacerle una breve intro-
ducción.
En marzo de 1996, el presidente Clinton firma la Ley Helms-
Burton, la cual sobresale por ser más prepotente, injerencista y pro
anexionista que la Torricelli. Ella “institucionaliza” el “derecho sobe-
rano” estadounidense de crear y apoyar moral y económicamente a la
disidencia interna cubana, incluidos los denominados periodistas
independientes.

20
“Desde Cuba: opiniones sobre el debate”, en Fundación. Órgano oficial de la FNCA, año
5, No. 16, p. 30, Miami, 1996.
21
“Cuba. Hors du Parti, point de salut”, Reporters Sans Frontières, París, octubre de
1997.
22
En Lista de organizaciones disidentes..., ob. cit. Clasificado en el No. 77. Dice textual-
mente: “Centro No Gubernamental para los Derechos Humanos y la Cultura de Paz
‘José de la Luz y Caballero’. Forma parte de la Coalición Democrática Cubana (CDC)
[...]” Se da el nombre de dos miembros, y el segundo es Páez Nuñez.
23
El Nuevo Herald, Miami, 10 de noviembre de 1997.
24
Fundación Nacional Cubano Americana: Noticias de Cuba, informativo vía Internet,
26 de julio de 1997.

60
En ese momento, como lo harían –y lo han hecho en épocas no
muy lejanas, ante agresiones exteriores– los gobiernos de Francia,
Inglaterra, España y el propio estadounidense, el cubano sentó en su
legislación que “toda colaboración” interna con las pretensiones de la
Ley Helms-Burton, sería considerada como un crimen contra la na-
ción.
Casi un año después, el 28 de enero de 1997, la Casa Blanca
anuncia la emisión de un documento titulado “Apoyo para una
transición democrática en Cuba.” Este, “redactado dentro del cua-
dro de la Ley Helms-Burton [y que] debía ser abundantemente
difundido por las ondas de Radio Martí”.25 Promete una ayuda
económica masiva a los cubanos, desde el momento en que los
hermanos Castro y parte de la actual dirigencia abandonen o pier-
dan el poder. Mientras ello sucede, el gobierno estadounidense “sien-
te la obligación” de estar al lado de los llamados grupos disidentes.
O sea, más y más de lo mismo.
Inmediatamente la Sección de Intereses de Estados Unidos en
La Habana, además de seguir brindando el apoyo material y eco-
nómico habitual, empieza a programar seminarios.
Dicho esto, les proponemos leer los comunicados realizados por
dos periodistas, denominados independientes, sobre un mismo
acontecimiento.26

La Habana, febrero de 1997. BPIC. -Al mediodía del 5


de febrero [de 1997], en la residencia de la señora Mary
[sic] Blocker, Primera Secretaria para Asuntos de Prensa
y Cultura de la Oficina de Intereses de los EE.UU. en
Cuba, se ofreció un programa televisivo, directo desde
Washington, sobre el periodismo cívico, donde participa-
ron un miembro del Filadelfia [sic] Square [sic] y William
Harrys [sic] del Departamento de Ciencias Políticas de la
Universidad de Pennsylvania.

Las agencias APIC, Habana Press, BPIC y Centro Norte


Press de Villa Clara estuvieron presentes [...]. De la prensa

25
Le Monde, París, 1 de febrero de 1997.
26
Comunicado del BPIC, Retomado de Internet. 4 de julio de 1997.

61
extranjera, sólo la Agaencia [sic] española, EFE, el Financial
Times y la BBC de Londres se personaron del local.

El segundo texto amplía y complementa el anterior, dando


más precisiones del suceso.

La Habana, 5 de febrero (BPIC).-Periodistas de cinco agen-


cias de prensa independientes fueron provocados el miér-
coles [sic] por un equipo fílmico del Noticiero Nacional
de Televisión durante la transmisión de un programa
televisado[sic] sobre periodismo cívico y público en la re-
sidencia de Merrie [sic] Blocker, primera secretaria [...]

“La intención es crear pánico entre los miembros de la


prensa independiente”, afirmó Raúl Rivero, presidente
de Cuba Press [...]

La reunión consistió en la presentación de un debate so-


bre las nuevas tendencias de un periodismo democrático,
nacido en Estados Unidos y con una amplia participación del
hombre comon [sic].

La transmisión del programa Periodismo Cívico y Pobli-


co [sic] se realizó a través del canal Worldnet de los
servicios poblicos [sic] del gobierno norteamericano con
la participación en Washington de la periodista Jan
Schaffer, del Filadelfia [sic] Inquirer y del profesor
William Harris [...]

“Esperaba este encontronazo [sic] entre las principales


[sic] fuentes de información desde Cuba”, dijo Lázaro
Lazo, director del Buró de Prensa Independiente de Cuba
(BPIC), quien cree que la provocación tiene aspectos
coyunturales, relacionados con el informe “Apoyo para una
Transición Democrática en Cuba”, emitido por el presiden-
te Clinton la semana pasada.

“Apoyo para una Transición” que Olance Nogueras, redactor


de la noticia, se preocupa en explicar seguidamente: “El Capítulo
62
II del informe puntualiza la necesidad [estadounidense] de fortalecer
los medios de comunicación independientes, proporcionando asisten-
cia para capacitar a los periodistas en métodos objetivos y responsa-
bles de informar a la ciudadanía.” Creemos que cualquier comentario
sobre la falta de independencia periodística, para no hablar de la polí-
tica, sobra.
El Secretario General de Reporteros Sin Fronteras, Robert
Ménard, no tiene ninguna duda: la prioridad de la Asociación en
América Latina es Cuba. Ello se traduce en apoyar la labor de los
denominados periodistas independientes. ¿Por qué tal grado de
importancia? Porque desde la óptica de Reporteros Sin Fronte-
ras, “es peligroso ser periodista en Colombia o Perú, pero hay
libertad de prensa”. En estos países existen periodistas “asesinados
y en la cárcel”, pero los familiares y colegas se pueden contentar
con “hacer denuncias”. Esto es preocupante. Porque no es el caso
aislado de esos dos países. En un continente donde la tasa de anal-
fabetismo es muy alta, y una mínima parte de sus habitantes tie-
nen acceso a los medios de comunicación, poner la libertad de
prensa por encima del derecho a la vida y la integridad física nos
parece que es muy grave.
Se puede alegar que la importante revista The Economist no es espe-
cialista en el tema. Lo cierto es que en abril de 1997 señaló a los doce
países en el mundo que más atentan contra la libertad de prensa y
expresión: a excepción de China, todos son estrechos aliados de Es-
tados Unidos y la Unión Europea. En América Latina, Colombia y
México son los primeros clasificados.
Según la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en los últi-
mos nueve años fueron asesinados “con absoluta impunidad”
ciento setenta y nueve periodistas en el continente, en su mayo-
ría por fuerzas represivas estatales. Prácticamente veinte por
año; o sea, más de uno y medio por mes. En Cuba no figura ni
un periodista agredido físicamente, ni torturado, ni asesinado
ni desaparecido. Sin mirar a quien sirven, o sin querer hacerlo,
la Sociedad Interamericana de Prensa le entregó un premio a las agen-
cias independientes de prensa, por su “valiente” contribución a la “de-
mocracia” informativa.
Ni Paraguay ni Argentina están en conflicto con algún país, como
lo está Cuba, y a pesar de ello Raquel Rojas, del diario La Nación de
Paraguay, dice que: “hacer periodismo de investigación hoy en mi

63
país es jugarse todos los días la vida”, y en el mismo artículo Oscar
Cardoso, de El Clarín de Buenos Aires, añade que el presidente Menen
“ha propuesto compensar la libertad de prensa con la libertad del
palo”.27
La entrevista se realizó en la sede del secretariado internacio-
nal de Reporteros Sin Fronteras, en París. Se comenzó con Jacques
Perrot y se terminó con Robert Ménard. El primero, joven, ama-
ble y de un carácter sosegado. El Secretario General nos pareció
impulsivo, al punto de no poder contener expresiones que deno-
tan la rabia sentida contra el gobierno cubano.
Repetimos, es inquietante la defensa asumida por Reporteros
Sin Fronteras a los que se denominan periodistas independientes,
porque esa independencia profesional es inexistente entre quie-
nes sobresalen internacionalmente. Eso sí, indiscutiblemente, es
cierto: la independencia de la cual se vanaglorian los puso en uno
de los campos. Porque esos corazones y plumas optaron por ser-
vir, directa o indirectamente, al poder que desea ver su nación
como la estrella número 51-bis de la bandera de Estados Unidos:
otro Puerto Rico.

—En su informe de 1997 ustedes dicen que existen cinco agencias de prensa
independientes en Cuba. Se refieren a ellas como si estuvieran integradas por una
gran cantidad de profesionales de la comunicación. Pero por lo que conocemos, no
son tantos. Creemos que no llegan a diez.
—Sí hay más periodistas. Pero es cierto que la mayoría son cola-
boradores.
—Yo quisiera centrarme en el papel que un periodista debe tener
cuando su nación está en guerra, así no sea militar, que es el caso de
Cuba. Quiero que se ponga en el lugar del Estado cubano: ¿aceptaría
usted que en medio de esa agresión que le tiene declarada Estados
Unidos desde hace casi cuarenta años, aceptaría, repito, que unos
ciudadanos, por ser periodistas, envíen la información que le conviene al enemigo?
—No creo que todos los artículos ataquen al gobierno cubano. Y
tampoco creo que pidan la cabeza de Fidel Castro. Pero, ¿por qué
alguien no puede criticar al gobierno y a Fidel Castro? ¿Por qué un
cubano no puede pedir que el dictador Castro deje el poder?
—Pero, en el periódico Granma, en el de los Trabajadores y en el de la
Juventud, regularmente se pueden leer críticas contra instituciones o funcionarios del
27
Felipe Sahagún: “Informativo Veraz”, El Mundo, Madrid, 9 de noviembre de 1997.

64
Estado. Por ejemplo, he leído varios artículos donde se habla con nombres propios
de cuadros políticos corruptos.
—Precisamente varios de esos periodistas han trabajado en me-
dios oficiales. Ellos fueron licenciados por indisciplina, desacato,
o por ofensa a las autoridades.
—Pero miremos. Cuando surge Concilio Cubano, a nivel inter-
nacional se decía que era una oposición independiente y válida al
sistema cubano. Pero, existen suficientes documentos probando que
Concilio fue organizado, financiado y dirigido, no sólo por la ex-
trema derecha del exilio, sino por el gobierno estadounidense. Y se
sabe que los llamados periodistas independientes tuvieron una par-
ticipación muy activa, sobre todo informando a los medios perio-
dísticos contrarrevolucionarios en el exterior. Muy en particular a
Radio Martí.
—Usted debe conocer mejor que yo, que en Concilio Cubano
debieron haber grupos financiados por la CIA. Nadie duda de
eso, pero también deben haber otros financiados por la Seguri-
dad del Estado cubano. Nosotros, Reporteros Sin Fronteras, apoya-
mos constantemente a los periodistas independientes. Pero, ¿por qué
Raúl Rivero fue amenazado, y a veces conducido en detención? ¿Por-
que escribió para El Nuevo Herald?
—Pero, usted debe saber que ese periódico está prácticamente contro-
lado por la extrema derecha del exilio cubano. Esa misma que quiere la
anexión de Cuba a Estados Unidos. ¿No cree que eso ya es suficiente para
estar tomando posición por una de las partes en conflicto? Además, el
señor Raúl Rivero transmite para Radio Martí, y tiene programas regu-
lares en ella. Y usted sabe que esa radio está controlada por el Depar-
tamento de Estado. ¿Cree que el gobierno francés soportaría esto si
estuviera en los zapatos del cubano? Pero bueno, ¿es la patria o el
oficio?
—Estoy completamente seguro que un periodista no puede
censurarse por defender la patria a todo precio.
—Le quiero reconocer que no creo en la neutralidad periodística. Por ejemplo,
desde el momento en que usted trató a Fidel Castro de dictador, ya asumió una
posición política. Como se dice, somos huma-nos y tenemos un corazoncito, pero es
que hay personas, periodistas, que en Cuba le están sirviendo, colaborando, a una
de las fuerzas en conflicto, y que es precisamente la enemiga histórica de su patria.
Sinceramente no comprendo esa independencia y neutralidad. Debe ser que ellos

65
tienen una concepción de independencia y neutralidad diferente a la manejada en los
diccionarios y enciclopedias.
—Escúcheme. Esos periodistas hablan en sus artículos de la
vida cotidiana en Cuba, de las dificultades que se viven.
—Es cierto. Aunque todos los que hemos leído son bastante negati-
vos. Sólo son ataques al gobierno cubano. ¿No se le hace extraño que
no exista ni una gota de positivismo? ¿Por qué cree que la extrema
derecha del exilio está feliz con ellos? Pero tratando de cambiar el tema,
dígame, ¿qué hace Reporteros Sin Fronteras por estas personas?
—Primero, tomar contacto con ellos. Intentar que sus textos
salgan publicados afuera, para que se conozcan...
Pero, yo quisiera saber en donde se dice que todos son finan-
ciados o apoyados por la CIA...
—Yo no dije eso. Pero leyendo algunos documentos del gobierno
estadounidense y de la extrema derecha del exilio, es fácil constatar
que por lo menos los más reconocidos reciben varios tipos de apoyo,
además, hay diversos y recientes informes del gobierno estadouniden-
se donde se establece el financiarlos o entregarles los implementos necesarios.
—Bueno, yo creo que son cosas que se deben probar.
—Nosotros no tenemos pruebas concretas de que les entreguen dine-
ro por no hacer nada. Pero usted sabe que reciben un pago por los
artículos que escriben y se publican en los medios de la extrema dere-
cha y Radio Martí. Ahora, por su praxis es fácil constatar que política-
mente forman parte, voluntaria o involuntariamente, de la estrategia
contrarrevolucionaria, y se nos hace difícil creer que personas tan inte-
ligentes no sepan cómo se está utilizando su trabajo en el exterior. Pero
díganos, estos periodistas ¿cómo hacen llegar sus textos al exterior?
—Ellos telefonean sus artículos a alguien en Miami. Y esta per-
sona los ingresa en Internet. Pero, lo seguro es que en Europa hay
una posición favorable al régimen de Fidel Castro. Y por el instante
hay poco eco a estos periodistas. Un poco en España. Y en Francia
casi nada... A veces Courrier International...
—¿Cómo es la relación de la gente en Cuba con estos periodistas?
—Regularmente les hacen actos de repudio. Según los perio-
distas, estas personas son miembros del Partido Comunista del
barrio. Vienen a sus casas para gritarles que son traidores a la
patria, etc. Son señalados como enemigos del pueblo. Su vida es
difícil, además la Seguridad del Estado los detiene por horas o
días.
66
—Y ustedes han hablado con gente del gobierno cubano para que les expli-
quen ¿el por qué lo hacen?
—No, realmente no. Pero, se debe hacer.
(En este momento pasamos a la oficina de Robert Ménard,
Secretario General de Reporteros Sin fronteras. Ahí, en la amplia
mesa redonda, tratamos de concretar el tema que más nos interesa.)
—Señor Ménard, ¿un periodista debe pensar antes en su patria, en
su nación, que en su oficio?
—Este no es un debate que le toca únicamente a Cuba. Este com-
prende a las democracias. Recuerde usted la Guerra del Golfo, esa
era la pregunta: ¿es usted periodista o ciudadano francés? Fue algo
contrario a la guerra de Viet Nam. En Viet Nam, un periodista
ejercía su profesión en total libertad, pero en la Guerra del Golfo los
americanos dijeron a la prensa –no explícitamente, pero recordándose
de la guerra en Viet Nam–: ustedes son ciudadanos americanos; no
pueden estar fuera de los intereses del Estado; no pueden informar
como ustedes quieran. Entonces seleccionaban algunos periodistas y los
llevaban donde les interesaba. Y la prensa mundial, aunque hubo algunas
protestas, aceptó este principio.
Entonces, ¿es que hay un límite para un periodista cuando su
país está en guerra? Yo entiendo el límite cuando de él depende la
vida de los soldados.
Pero en Cuba, el gobierno ha ido un poco más lejos, pues no se
puede decir una palabra que pueda servir a los americanos, dentro
de esa guerra que las autoridades de La Habana consideran que
existe desde hace casi cuarenta años. Y eso es inadmisible. ¡Inadmi-
sible! Yo creo que los periodistas tienen un rol, aunque éste sea
contra su propio país. La información puede ser contradictoria con
los intereses de su propio país.
En la Guerra del Golfo no existió la libertad, pero Cuba es
otra cosa.
—Y usted cree que el gobierno cubano debe quedarse cruzado de
brazos, dejando que sus enemigos financien a quienes, parece, no les
importa la soberanía de su nación?
—Ese es el problema. ¿Por qué cree que Reporteros Sin Fronteras
ayuda financieramente a esos periodistas independientes? Exactamente
por esa razón. Porque se debe asegurar que algunos de ellos puedan

67
existir sin el dinero del gobierno cubano, pues como son sus críticos,
no les dan dinero. Y que sobrevivan sin Miami y la CIA.
Si uno espera que mañana llegue una alternativa a Castro, que sea
diferente a los sanguinarios de Miami, esa vendrá de la implicación
de organizaciones, como nosotros, en Europa. Es por eso que cuan-
do las autoridades de la Unión Europea dicen que se debe reforzar
el embargo, nosotros decimos que en Cuba hay que hacer cosas a lo
positivo: ayudar a quienes son alternativa a Castro en el interior.
Cuando ayudamos a los periodistas independientes en Cuba, les
recordamos que ese dinero no viene de los americanos, ni siquiera de la
Unión Europea. Nosotros les damos cincuenta dólares mensuales a
unos veinte periodistas para que puedan sobrevivir; para que se queden
en el país, pues cada vez que los encontramos lo primero que nos
proponen es que los ayudemos a salir de Cuba, debido a problemas
económicos; para que así resistan a la presión; y para que no tengan
necesidad de Radio Martí.
—Reporteros Sin Fronteras estuvo en la reunión que invitó el embajador
especial del gobierno estadounidense, Eizenstat...
—Sí. Sí.
—Bueno, entonces saben que él ha pasado por Europa reunién-
dose con algunas Organizaciones No Gubernamentales que traba-
jan hacia Cuba. Saben que está proponiendo el apoyo a la llamada
disidencia interna. Suponemos que Reporteros Sin Fronteras cono-
ce que esa es una de las más importantes tácticas elaboradas en
Washington para desestabilizar al gobierno cubano. Y para ello las
Organizaciones No Gubernamentales europeas son muy importan-
tes, pues no inspiran la desconfianza que ya tienen la mayoría de
las estadounidenses. Pero ¿cuál fue la posición de Reporteros Sin Fronteras en esa
reunión?
M. Perrot: Nosotros les hemos dicho que este apoyo lo esta-
mos dando desde septiembre de 1995.
—Sabemos que en otros países algunas Organizaciones No Guber-
namentales han aceptado ese plan. Y estamos tratando de averiguar,
aunque será muy difícil, qué Organizaciones No Gubernamentales
aceptaron o estarían dispuestas a recibir los miles de dólares que el
gobierno estadounidense ofreció.
M. Ménard: Reporteros Sin Fronteras quiere ser preciso sobre
nuestro dinero: ¡es super limpio!

68
—En ningún momento he dicho que Reporteros Sin Fronteras ha recibido
dinero del gobierno estadounidense...
—¡Pero, es importante dejarlo en claro!
—Parece que en Francia el embajador Eizenstat no ofreció dinero a
las Organizaciones No Gubernamentales que apoyaran su plan. Pero,
para él, lo más importante es que se apoye a la disidencia interna. El
plan es que se consolide un grupo de Organizaciones No Guberna-
mentales europeas que presionen al gobierno cubano, y que apoyen a
la disidencia. Y nos parece que Reporteros Sin Fronteras está, incons-
cientemente, en esa línea.
—¡Ah, pero es que nosotros ya les dábamos el apoyo, y se lo
seguiremos dando!
—No importa si eso entra directamente en la estrategia deses-
tabilizadora de Washington hacia Cuba.
—¡Independiente de la estrategia de los americanos o de la
Unión Europea, nosotros lo seguiremos haciendo! ¡Para Repor-
teros Sin Fronteras la prioridad en América Latina es Cuba! Y las
tres razones para intervenir en Cuba son: una, denunciar lo que pasa
en Cuba, porque en Europa, particularmente en Francia, se piensa
que Castro no es un dictador como los otros. ¡Y esto es absurdo!
Segundo, dar asistencia material a los periodistas. Tres, dar a conocer
su trabajo.
—Y por qué es prioridad, si hay países donde ser periodista –un
periodista honesto– es muy peligroso. Yo no conozco que en Cuba se
torture o asesine a los llamados periodistas independientes.
—¿Por qué? ¡Porque es el único país en América Latina donde
no hay ninguna libertad de prensa! Es peligroso ser periodista en
Colombia o Perú, ¡pero hay libertad de prensa!
—Disculpe, pero es muy discutible la libertad de prensa que existe en Colom-
bia o Perú...
—Sí, ¡usted lo puede discutir! En Perú y en Colombia hay
límites a la libertad de prensa, hay periodistas asesinados y en la
cárcel, pero usted puede hacer denuncias. ¡Pero, en Cuba no pue-
de haber ninguna voz disidente! No hay radio, ni televisión, ni
periódico independientes. ¡Todo está controlado por ese Estado!
¡Lo único es el boletín de la Iglesia católica!
“Claro que los americanos están felices con nues-
tro Movimiento... Que digo, con lo que hemos lla-

69
mado Plataforma por los Derechos Humanos y la
Democracia en Cuba”

Cuando se llamó para pedirle una cita, la señora Lidwien Zumpolle


hizo una buena cantidad de preguntas, la mayoría centradas en cómo
sabíamos que Pax Christi Holanda estaba apoyando la llamada disi-
dencia cubana. Al aclararle las incógnitas rió de buena gana, comen-
tando que los europeos no aprendían a tener la boca cerrada. Para

70
“Nosotros les damos cincuenta dólares mensuales a unos veinte periodistas
para que puedan sobrevivir; para que se queden en el país, pues cada vez que los
encontramos lo primero que nos proponen es que los ayudemos a salir de
Cuba, debido a problemas económicos”

ROBERT MÉNARD
Secretario General de Reporteros Sin Fronteras, RSF
Tres circunstancias nos convencieron de realizar la entrevista al Secre-
tariado General de Reporteros Sin Fronteras, con sede en Francia.
JACQUES PERROT
Responsable Región Américas Re-
porteros Sin Fronteras

Una, que en Miami dirigentes de organizaciones contrarrevo-


lucionarias, como el señor Humberto Esteve, Secretario General
del Partido Demócrata Cristiano; la señora Janiset Rivero del
Directorio Revolucionario Democrático Cubano y el señor Pepe
Hernández de la Fundación Nacional Cubano Americana, exal-
taron su labor de apoyo a los denominados periodistas indepen-
dientes del interior de Cuba. La segunda, cuando en París dos de
los asistentes a la reunión citada, a fines de 1996, por el Embaja-
dor especial de la Administración Clinton para asuntos cubanos,
Eizenstat, nos comentaron que el delegado de Reporteros Sin
Fronteras había sido el más cercano a las posiciones del anfitrión.
La última, fue al saber que Reporteros Sin Fronteras estuvo jun-
to a otras organizaciones europeas, en una reunión semicerrada
convocada por Pax Christi Holanda en La Haya, la cual tenía
como objetivo el crear un bloque de presión al gobierno cubano,
y brindar apoyo a la llamada disidencia.
Al entrevistar a Jacques Perrot, encargado de la Región Améri-
cas, así como a Robert Ménard, Secretario General de Reporteros
Sin Fronteras, no sólo entendimos por qué esos grupos de la extre-
ma derecha en Miami aprobaban su labor, sino que confirmamos
el resto, algo preocupante, teniendo en cuenta los objetivos, ima-
gen y respetabilidad de esta gran Asociación Internacional.
Y esta inquietud no nos ha asaltado gratis.
Fue a fines de los ochenta, que en Miami se conoció que en el
interior de Cuba existían periodistas independientes, aunque ello

1
se tomó con optimismo, no sorprendía. Es más: se esperaba. En esos
momentos el llamado bloque del Este se estaba derrumbando, y las
organizaciones denominadas independientes desempeñan un papel de
primer orden. Estando a la cabeza las pro derechos humanos y agen-
cias de prensa, las cuales tenían cada día más presencia en los medios
informativos del mundo. Hoy, cuando en esos países reina la penuria
para las mayorías y las mafias son el poder, existe una extensa biblio-
grafía que permite conocer cómo esas organizaciones fueron asesora-
das y pagadas por las potencias occidentales, en especial por los Esta-
dos Unidos de Norteamérica.
Entonces el surgimiento en Cuba de agencias de prensa inde-
pendientes, que se sumaban a los grupúsculos pro derechos hu-
manos ya existentes, se tomaba como una simple reacción en
cadena, y como presagio del derrumbe del sistema. Pero podía
existir la duda: si en el caso de los países del Este lo de periodistas
independientes fue, en su casi totalidad, una fachada, ¿en Cuba sí
primaría la deontología profesional? ¿Lo de independiente se
podría concatenar a la definición hecha por El Pequeño Larousse
Ilustrado?: “Se dice del que tiene y mantiene sus propias opinio-
nes y no se deja influir por las de otros. Se aplica a la persona que
no pertenece a un partido determinado.”
A lo largo de este trabajo, se ha ido mostrando cómo las dife-
rentes administraciones estadounidenses, en especial de Reagan
en lo adelante, han utilizado los medios masivos de comunicación
para lacerar social, ideológica y políticamente al proceso revolu-
cionario cubano. En los diversos textos y ejemplos ofrecidos,
creemos que ha quedado expuesto el rol que desempeñan Radio
Martí, La Voz del CID, La Voz de la Fundación, etc., tanto para
dividir la sociedad cubana, como para procrear y alimentar gru-
púsculos contrarrevolucionarios. No olvidemos que Radio Martí,
y en general las emisiones hacia Cuba, fueron de las propuestas
establecidas, y asumidas en buena parte de su totalidad, como
prioritarias por el Documento de Santa Fe.
A pesar de que fue durante la Administración Bush que se dio a
conocer la tentativa de sembrar agencias de prensa independientes,
es con la presidencia de Clinton que en verdad se empiezan a
fertilizar. Y un hecho clave, imposible de desconocer dentro de
la estrategia, resultó la puesta en marcha de la Ley Torricelli.
Ésta ordenaba –quien se ha preocupado de leerla en su totalidad
2
sabrá que ese es el término exacto– incitar, crear y financiar, directa o
indirectamente, todo tipo de organización que implique desacreditar
y agredir al Estado cubano, e incluía, como algo esencial, las agencias
de prensa independientes.
A esta sutil táctica de sembrar grupúsculos, básica para la deses-
tabilización se le dio un nombre: “Track two”, Carril Dos. El
uno es el nefasto embargo.
Como si fuera poco, casi a la par, Clinton hace acompañar a
la Ley Torricelli de lo aconsejado por el estratega Donald E.
Schulz, en 1993, que decía: “Promover [...] el establecimiento
de oficinas de prensa [...] dando facilidades a los elementos
disidentes para que se comuniquen abiertamente y alienten una
mayor fragmentación [...].” 1
Pero bien, se puede decir que fomentar el derrumbe del siste-
ma político cubano es un viejo proyecto de Washington, apoya-
do tácitamente, insistimos, por sus aliados. Y que no todo el que
en el interior de la Isla se declare disidente o independiente, está
necesariamente de acuerdo con ello. Es posible, pero ya vimos
cómo varios de aquellos que a nivel internacional son reconoci-
dos como líderes pro derechos humanos, están inscritos en la
estrategia.
Decíamos que nos inquieta el profundo compromiso, de de-
fensa y apoyo, que ha adquirido Reporteros Sin Fronteras con
los llamados periodistas independientes. Nos parece que lo ha
asumido sin hacer un frío y desapasionado análisis del contexto
general en que se desarrolla el proceso político cubano, tanto
interno como externo. Pensamos que debido a esto se insiste en
el término “independiente”, que nos parece no corresponde a la
realidad.
Conociendo nuestro interés por el tema, Reporteros Sin Fron-
teras nos hizo llegar La otra voz cubana.2 En el prefacio a la edi-
ción francesa, escrito por un profesional de la comunicación que
ha publicado algunos libros sobre Cuba, encontramos la que debe
ser la percepción que tiene Reporteros Sin Fronteras sobre el mundo
de los llamados periodistas independientes. En un aparte dice así:
1
Donald E. Schulz: EE.UU. y Cuba: de la estrategia de conflicto al compromiso constructivo,
Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de
Estados Unidos, 1993.
2
Jean-Pierre Clerc: “Prefacio”, L’autre voix cubaine. Des journalistes dissidentes tèmoignent,
Ed. Reporters Sans Frontières, París, 1997.

3
El método de trabajo de estas mujeres y estos hombres es
“la encuesta de proximidad”. ¿Qué quiere decir? Se trata
de buscar por aquí y por allá informaciones, hasta muy
vagas, de conocidos, amigos y de simpatizantes más o
menos declarados de la democratización. Sobra precisar
que de ninguna manera tienen acceso a una documenta-
ción o contactos oficiales [...]

Es difícil, también ir a la pesca de informaciones fuera de


la capital: en un país donde la desconfianza, la delación,
han estado durante casi cuarenta años erigidas como vir-
tudes nacionales, es necesario ser conocido, y reconocido,
para recoger fragmentos de lo que podría componer un
artículo [...]

Aquí vale la pena hacer un pequeño pero útil comentario.


Quienes hemos pasado por Cuba, sabemos que si algo caracteri-
za a este pueblo es su pasión por hablar: todo se cuenta, todo se
critica, todo se discute. Y a viva voz. Para saber si ese día hubo
pan y leche en las escuelas, sólo hay que pararse entre quienes
esperan, pacientemente, la “guagua”. O preguntar, a los que atien-
den en un restaurante, cómo va la situación económica del país,
para que se extiendan en comentarios, y muy posiblemente se
enciendan en un apasionado debate, si una pausa lo permite. Lo
hacen con extranjeros o nacionales, de la manera más natural: si
natural es la actitud del interesado. En La Habana, al frente del
hotel Inglaterra, en el parque, hay un lugar que se conoce como
la “esquina caliente”. Vale la pena mezclarse entre los que allí
debaten, sin tener temor a la gritería, para saber cómo se desarma
y se arma el país; qué medidas gubernamentales no son del agra-
do de unos; o si el mal rendimiento del equipo nacional de béisbol
se debe al entrenador, o a algún burócrata. Lo sabemos muy bien:
no hay otro país en América Latina que tenga esa peculiaridad.
Suponemos que debe ser un legado de la Revolución.
Sigamos.
El texto una vez escrito es telefoneado al extranjero, gene-
ralmente a Miami o Puerto Rico. De ahí es difundido por el
intermedio de boletines que circulan entre la diáspora, luego

4
enviados a Cuba a través de cartas privadas, y el texto tam-
bién es leído en Radio Martí.

Pues se debe precisar, que los textos de periodistas inde-


pendientes no son autorizados en la isla. Pero se ha crea-
do una especie de dialéctica [sic]: las informaciones de las
agencias independientes dan a conocer al exterior ele-
mentos de la situación cubana ocultados por el régimen;
y Radio Martí ofrece, no solamente a los disidentes pero
también a un sector amplio de la población, una apertu-
ra única sobre el mundo [...]

Honestamente, hemos tenido que leer varias veces la expre-


sión: “una apertura única sobre el mundo”. Queremos pensar
que el autor de ella se equivocó involuntariamente. Pues sa-
biendo para qué funciona Radio Martí, y quien está al frente de
ella, es fácil imaginar qué tipo de “apertura” puede ofrecer a los
habitantes de la Isla, y creemos que fue una equivocación, pues
unas páginas antes señalaba que esa radio, junto a Tele-Martí,
“han sido montadas y son sostenidas por los fondos de la CIA
americana”.
Reconocemos el no haber ingresado al hogar de ninguno de los
que a nivel internacional se les dice periodistas independientes. Y
como en algunos de ellos funcionan las sedes de sus agencias, en-
tonces no podemos saber de manera directa con cuales implemen-
tos desarrollan su labor. El prefacio del libro de Reporteros Sin
Fronteras dice de una de ellas: “Algunas viejas máquinas de escri-
bir y grabadoras antediluvianas, un apartamento parcialmente
organizado, dos teléfonos, y la bicicleta de cada uno puesta al ser-
vicio de la causa: ¡es todo el poder disuasivo del BPCI!” No está
demás aclarar que en Cuba la bicicleta no es sinónimo de pobreza
entre los habitantes, simplemente ha sido un recurso ofrecido por
el gobierno ante la escasez de transporte colectivo, debido a la cri-
sis económica general que se desató desde los comienzos de la déca-
da. Ahora, esa descripción que se hace en el prefacio contrasta con
lo siguiente. Amnistía Internacional denunciaba que el 10 de julio
de 1995, la Seguridad cubana le había quitado un fax al periodista
independiente Nestor Baguer, pero el 18 de agosto Baguer ya
tenía otro. Según la misma fuente, el 12 de julio le confiscaron a

5
José Rivero “un aparato de fax, una cámara de video y material
fotográfico”.3 Al recordar las intenciones tácticas y la estrategia
del gobierno estadounidense, que la Unión Europea aceptó apo-
yar desde enero de 1997, se le debe dar credibilidad a Amnistía.
Ya en capítulos anteriores demostramos cómo existe una buena
cantidad de dólares destinados a apoyar la disidencia interna. Eso
es un secreto a voces: “Las agencias de prensa han cometido erro-
res: algunas han aceptado la ayuda material de la Sección de Intere-
ses americanos de La Habana [...].”4
Reporteros Sin Fronteras los denomina “la otra voz”. Es cier-
to. Están en contradicción con el monopolio que ejerce el Estado
sobre los medios de información, pero por lo que se puede obser-
var en la praxis, es que ese acto de aparente rebeldía, de disiden-
cia, de insumisión, ha sido el justificativo para entregarse a otros
brazos. En los pocos apartes del prefacio que les presentamos, ya
se dan algunos datos importantes que muestran el camino que
escogieron. Aquí van otros pocos ejemplos.
Rafael Solano, exiliado en España, tiene su visión sobre la
neutralidad política: “La teoría plantea que el periodismo debe
ser imparcial. La práctica muestra todo lo contrario. El periodis-
mo oficial en Cuba toma partido a favor del Comité Central.”5
Esto es innegable, pero ello contrasta con lo que él aseguró unas
líneas después: “Radio Martí es una opción diferente. La prensa
del exilio, particularmente la de Miami, se nutre de la prensa
independiente de Cuba.”6 Durante varios días el señor Solano
estuvo preso en su país. Uno de los motivos de su detención,
junto a un colega, lo explica Reporteros Sin Fronteras:

Ellos habían difundido al extranjero el contenido de unas


octavillas lanzadas desde el cielo de La Habana por un
avión de turismo venido de la Florida, el 13 de enero [de
1996]. Estas octavillas, llamando a la desobediencia civil,

3
Amnistía Internacional: Cuba, ofensiva del gobierno contra la disidencia, versión castellana,
abril de 1996.
Según las Leyes cubanas, estos implementos se confiscan por ser utilizados para difundir
“propaganda enemiga”. Estas Leyes se reajustaron cuando Estados Unidos instauró la
Ley Helms-Burton.
4
Le Figaro, París, 2 de febrero de 1996.
5
Trazos de Cuba, París, junio de 1996.
6
Ídem.

6
habían sido lanzadas por la organización Hermanos al Res-
cate, de Miami, que venían en ayuda de los “balseros”. 7

Una de las grandes preocupaciones que nos asaltan cada vez


que leemos informes de muchas Organizaciones No Guberna-
mentales, como Reporteros Sin Fronteras, es que no le precisan
al público datos esenciales para comprender con exactitud un
suceso. Es útil decir que esas personas leyeron esas octavillas al
pueblo cubano a través de Radio Martí y La Voz de la Funda-
ción. Y que esas octavillas tenían una función auténticamente
sediciosa, pues el flujo de balseros se había detenido ocho meses
atrás.
A Raúl Rivero, director de Cuba Press, lo encontramos como
miembro del Partido Solidaridad Democrática8, que dirige desde
Miami el ultrarreaccionario Hubert Matos, grupo que a su vez es
políticamente cercano a la Plataforma Democrática Cubana, en
Madrid. Desde mediados de 1997 es directivo de la conservadora
Fundación Hispano Cubana. Informa para Radio Martí, y La
Cubanísima en Miami; Caracol, la cadena de radio más derechista
en Colombia; Radio Jerusalén, conocida por sus posiciones con-
servadoras; El Nuevo Herald, influenciado por la extrema derecha
de Miami; El Nuevo Día, informativo puertorriqueño de derecha;
y Trazos de Cuba, boletín editado en Francia por exiliados de ex-
trema derecha. Estos son los medios, primordialmente, para los
que informa.9 Sin olvidar sus regulares artículos para el ultrareaccio-
nario Diario de las Américas, en Miami. A pesar del grado de com-
promiso político, claro y muy bien definido, se atreve a expresar:
“Yo soy periodista. Yo lo he demostrado durante muchos años, y
aspiro a hacer un trabajo “despolitizado”, de periodista profesional,
sin tendencias, que se limita a la relación de los hechos”.10 El 10 de

7
Reporters Sans Frontières: Rapport 1997, París, 1997.
8
Como se puede leer en la antrevista a Hubert Matos, éste le dijo a los autores que su
grupo en Cuba se llamaba Partido Solidaridad Democrática. Este grupúsculo se encuen-
tra clasificado en el No. 276 dentro de la Lista de organizaciones disidentes, opositoras y de
derechos humanos; figurando en Internet, el 15 de octubre de 1997 y revisada en enero de
1998. El señor Rivero está ahí inscrito como uno de los miembros del Partido Solidari-
dad Democrática. Sobre el acercamiento político de Hubert Matos a la Plataforma De-
mocrática Cubana, se puede leer: Carlos Alberto Montaner: Vísperas del final: Fidel
Castro y la revolución cubana, Ed. Globus, Madrid, 1994.
9
La Libre Belgique, Bruselas, 30 de enero de 1998. La pertenencia política de esos medios
informativos es una precisión de los autores.

7
diciembre de 1997, Día Internacional por los Derechos Humanos,
se le concedió el premio Reporters Sans Frontières, recompensando
“a un periodista que por su actividad profesional, ha sabido testimo-
niar su apego a la libertad de prensa”.11 Una devoción a la libertad
informativa que, curiosamente, le sirve a uno de los actores en el
conflicto.
José Rivero, sin ser periodista, es vicepresidente de la agencia.
Y en el informe de Reporteros Sin Fronteras de 1997 se dice que
él “participa desde poco tiempo en el programa La semana en una
hora, difundido por Radio Martí”. Amnistía Internacional, en un
informe de julio de 1996, certifica lo anterior, precisando que el
programa es dirigido hacia Cuba, y que la emisora es “financiada
por el gobierno estadounidense”.
A mediados de 1997 Reporteros Sin Fronteras realizó una cam-
paña contra la detención provisional de Héctor Peraza. Varios
reconocidos intelectuales franceses la apoyaron. Peraza es miem-
bro del Partido Solidaridad Democrática,12 que dirige desde Miami
Hubert Matos. También colabora con Trazos de Cuba, grupúscu-
lo que en su informativo de septiembre de 1997 apoyaba tácita-
mente los actos terroristas que se estaban cometiendo en sitios
turísticos cubanos.13 Trazos de Cuba, según se dice en el prefacio
de La otra Voz cubana es una fuente importante de información
para Reporteros Sin Fronteras.
Nestor Baguer ha sido escogido por Reporteros Sin Fronteras
como su corresponsal en Cuba.14 Pero también es miembro del
Comité Martiano por los Derechos Humanos, y de la Corriente
Socialista Democrática, ambos grupúsculos ligados a los apara-
tajes contrarrevolucionarios Concertación Democrática Cubana
y Plataforma Democrática Cubana,15 dirigidos desde el exterior
por Carlos Alberto Montaner e Ignacio Rasco. Además sus informa-

10
La Libre Belgique, Bruselas, 10 de diciembre de 1998.
11
“Supplèment”, Le Monde, París 17 de enero de 1998.
12
Lista de organizaciones disidentes..., ob. cit.
13
“Así que ya saben, ¡en Cuba también revientan aguacates!”, Trazos de Cuba, París, sep-
tiembre de 1997.
14
Rapport 1997, ob. cit.
15
Lista de organizaciones disidentes..., ob. cit. En esa fecha, el denominado Comité Martiano se
encontraba clasificado con el No. 101 y Corriente Socialista Democrática en el No. 126.
A ambas las asumía la Concertación Democrática Cubana, clasificada en el No. 106.
Sobre el acercamiento político de Concertación Democrática Cubana a la Plataforma
Democrática, se puede leer: Carlos Alberto Montaner: Ob. cit.

8
ciones aparecen regularmente en los boletines de la Fundación Nacio-
nal Cubano Americana y de la Representación Cubana en el Exilio.16
A Yndamiro Restano, Reporteros Sin Fronteras le publicó un bre-
vísimo poemario, producido durante los meses que estuvo en pri-
sión. Fue uno de los primeros, que a fines de los ochenta, intentó
organizar una agencia independiente de prensa. Poco después orga-
nizó y presidió un grupúsculo denominado Movimiento Armonía,17
que pasó a responder a las políticas de Concertación y Plataforma
Democrática Cubana. Restano era de los asiduos informantes de
Radio Martí, pero también de La Voz de la Fundación.18 Salió al
exterior y no regresó a Cuba, aparentemente porque las autoridades
le negaron el ingreso. El 17 de junio de 1997, utilizaba la línea de
Internet perteneciente a Hermanos al Rescate para difundir la infor-
mación. Vive actualmente en Miami.
Olance Nogueras residía en Cienfuegos y tenía el cargo de
directivo en una agencia independiente de prensa: “El 15 de agos-
to [de 1996], el periodista había recibido la visita de Robin Dayan
Meyers, diplomático norteamericano [acreditado en la Sección
de Intereses de Estados Unidos en La Habana].”19 Es posible que
no sólo nosotros nos preguntemos, ¿qué tiene de especial el se-
ñor Nogueras que hizo desplazar a tan importante funcionario
hasta esa ciudad? El 5 de septiembre de 1996, Nogueras, luego de
un debate televisado entre Jorge Mas Canosa y el dirigente cuba-
no Ricardo Alarcón, telefoneó a La Voz de la Fundación e hizo
el siguiente comentario: “El presidente de la Junta Directiva de la
Fundación Nacional Cubano Americana demostró una vez más

16
Boletín formativo e informativo de la Representación Cubana en el Exilio, año XXXIV ,
No. 390, Miami, abril de 1997.
17
Su pertenencia a ese grupúsculo lo confirman: Reporteros Sin Fronteras en su Rapport
1997, ob. cit. Igualmente Amnistía Internacional: Ob. cit., y también en el informativo
Fundación. Órgano oficial de la FNCA, año 2, No. 9, Miami, 1993.
18
Su nombre y el del grupúsculo, figuran dentro de una lista hecha pública por la Fundación
Nacional Cubano Americana, con la siguiente introducción: “La oposición dentro de
Cuba se caracteriza por estar vinculada a dos grandes coaliciones organizativas: la Coali-
ción Democrática Cubana y la Concertación Democrática Cubana [...]. A continuación
proporcionamos una lista de las organizaciones opositoras dentro de la Isla que transmi-
ten por La Voz de la Fundación [...].” El dicho Movimiento Armonía aparece pertene-
ciendo a Concertación Democrática Cubana, en Fundación..., ob. cit., p. 16.
19
Rapport 1997, ob. cit.

9
ser uno de los grandes líderes del exilio y una de las personas más
capacitadas para enfrentar al gobierno cubano.”20
En agosto de 1997 Nogueras salió para Miami, donde fue recibi-
do por los directivos de la Fundación.
El 8 de octubre de 1997, día en que se inauguró el V Congre-
so del Partido Comunista de Cuba, Reporteros Sin Fronteras
hizo público un breve documento donde se pedía a las autori-
dades de ese país liberar a Lorenzo Páez Nuñez, y poner fin a
los arrestos de los llamados periodistas independientes. 21 Dice
Reporteros Sin Fronteras que el señor Páez Nuñez es miembro
de una agencia de prensa, pero también “presidente del Centro
No Gubernamental por los Derechos Humanos ‘José de la Luz
y Caballero’.” La denuncia de Reporteros Sin Fronteras precisa
que cuando fue arrestado. “El periodista [cuya profesión real es
matemático, según la fuente], telefoneaba a la representante de
una asociación de cubanos exiliados en EE.UU. [...].” Para que
el lector comprenda objetivamente el contexto de la detención,
únicamente hubiera sido necesario agregar que el “Centro No
Gubernamental” está vinculado a la Coalición Democrática Cu-
bana, que desde Miami dirige la ultrareaccionaria Fundación
Nacional Cubano Americana,22 que en esos momentos era cóm-
plice de las bombas que estallaban en los centros turísticos cu-
banos.23 Por tanto, el señor Páez no estaba telefoneando a cual-
quier asociación de exiliados: la policía llegó “mientras la Fun-
dación Nacional Cubano Americana grababa al portavoz del
grupo, Lorenzo Páez Nuñez”.24
Vamos a cerrar esta serie de ejemplos con un suceso ocurrido
a comienzos de 1997, pero antes debemos hacerle una breve in-
troducción.

20
“Desde Cuba: opiniones sobre el debate”, en Fundación. Órgano oficial de la FNCA, año
5, No. 16, p. 30, Miami, 1996.
21
“Cuba. Hors du Parti, point de salut”, Reporters Sans Frontières, París, octubre de
1997.
22
En Lista de organizaciones disidentes..., ob. cit. Clasificado en el No. 77. Dice textual-
mente: “Centro No Gubernamental para los Derechos Humanos y la Cultura de Paz
‘José de la Luz y Caballero’. Forma parte de la Coalición Democrática Cubana (CDC)
[...]” Se da el nombre de dos miembros, y el segundo es Páez Nuñez.
23
El Nuevo Herald, Miami, 10 de noviembre de 1997.
24
Fundación Nacional Cubano Americana: Noticias de Cuba, informativo vía Internet,
26 de julio de 1997.

10
En marzo de 1996, el presidente Clinton firma la Ley Helms-
Burton, la cual sobresale por ser más prepotente, injerencista y
pro anexionista que la Torricelli. Ella “institucionaliza” el “dere-
cho soberano” estadounidense de crear y apoyar moral y económi-
camente a la disidencia interna cubana, incluidos los denominados
periodistas independientes.
En ese momento, como lo harían –y lo han hecho en épocas
no muy lejanas, ante agresiones exteriores– los gobiernos de Fran-
cia, Inglaterra, España y el propio estadounidense, el cubano sen-
tó en su legislación que “toda colaboración” interna con las
pretensiones de la Ley Helms-Burton, sería considerada como
un crimen contra la nación.
Casi un año después, el 28 de enero de 1997, la Casa Blanca
anuncia la emisión de un documento titulado “Apoyo para una
transición democrática en Cuba.” Este, “redactado dentro del cua-
dro de la Ley Helms-Burton [y que] debía ser abundantemente
difundido por las ondas de Radio Martí”.25 Promete una ayuda
económica masiva a los cubanos, desde el momento en que los
hermanos Castro y parte de la actual dirigencia abandonen o pier-
dan el poder. Mientras ello sucede, el gobierno estadounidense “sien-
te la obligación” de estar al lado de los llamados grupos disidentes.
O sea, más y más de lo mismo.
Inmediatamente la Sección de Intereses de Estados Unidos en
La Habana, además de seguir brindando el apoyo material y eco-
nómico habitual, empieza a programar seminarios.
Dicho esto, les proponemos leer los comunicados realizados
por dos periodistas, denominados independientes, sobre un mis-
mo acontecimiento.26

La Habana, febrero de 1997. BPIC. -Al mediodía del 5


de febrero [de 1997], en la residencia de la señora Mary
[sic] Blocker, Primera Secretaria para Asuntos de Prensa
y Cultura de la Oficina de Intereses de los EE.UU. en
Cuba, se ofreció un programa televisivo, directo desde
Washington, sobre el periodismo cívico, donde participa-
ron un miembro del Filadelfia [sic] Square [sic] y William

25
Le Monde, París, 1 de febrero de 1997.
26
Comunicado del BPIC, Retomado de Internet. 4 de julio de 1997.

11
Harrys [sic] del Departamento de Ciencias Políticas de la
Universidad de Pennsylvania.

Las agencias APIC, Habana Press, BPIC y Centro Nor-


te Press de Villa Clara estuvieron presentes [...]. De la
prensa extranjera, sólo la Agaencia [sic] española, EFE,
el Financial Times y la BBC de Londres se personaron
del local.

El segundo texto amplía y complementa el anterior, dando


más precisiones del suceso.

La Habana, 5 de febrero (BPIC).-Periodistas de cinco agen-


cias de prensa independientes fueron provocados el miér-
coles [sic] por un equipo fílmico del Noticiero Nacional
de Televisión durante la transmisión de un programa
televisado[sic] sobre periodismo cívico y público en la re-
sidencia de Merrie [sic] Blocker, primera secretaria [...]

“La intención es crear pánico entre los miembros de la


prensa independiente”, afirmó Raúl Rivero, presidente
de Cuba Press [...]

La reunión consistió en la presentación de un debate so-


bre las nuevas tendencias de un periodismo democrático,
nacido en Estados Unidos y con una amplia participación
del hombre comon [sic].

La transmisión del programa Periodismo Cívico y Pobli-


co [sic] se realizó a través del canal Worldnet de los
servicios poblicos [sic] del gobierno norteamericano con
la participación en Washington de la periodista Jan
Schaffer, del Filadelfia [sic] Inquirer y del profesor
William Harris [...]

“Esperaba este encontronazo [sic] entre las principales


[sic] fuentes de información desde Cuba”, dijo Lázaro
Lazo, director del Buró de Prensa Independiente de Cuba
(BPIC), quien cree que la provocación tiene aspectos
12
coyunturales, relacionados con el informe “Apoyo para una
Transición Democrática en Cuba”, emitido por el presiden-
te Clinton la semana pasada.

“Apoyo para una Transición” que Olance Nogueras, redactor


de la noticia, se preocupa en explicar seguidamente: “El Capítulo
II del informe puntualiza la necesidad [estadounidense] de forta-
lecer los medios de comunicación independientes, proporcionan-
do asistencia para capacitar a los periodistas en métodos objetivos
y responsables de informar a la ciudadanía.” Creemos que cual-
quier comentario sobre la falta de independencia periodística, para
no hablar de la política, sobra.
El Secretario General de Reporteros Sin Fronteras, Robert
Ménard, no tiene ninguna duda: la prioridad de la Asociación en
América Latina es Cuba. Ello se traduce en apoyar la labor de los
denominados periodistas independientes. ¿Por qué tal grado de
importancia? Porque desde la óptica de Reporteros Sin Fronte-
ras, “es peligroso ser periodista en Colombia o Perú, pero hay
libertad de prensa”. En estos países existen periodistas “asesinados
y en la cárcel”, pero los familiares y colegas se pueden contentar
con “hacer denuncias”. Esto es preocupante. Porque no es el caso
aislado de esos dos países. En un continente donde la tasa de anal-
fabetismo es muy alta, y una mínima parte de sus habitantes tie-
nen acceso a los medios de comunicación, poner la libertad de
prensa por encima del derecho a la vida y la integridad física nos
parece que es muy grave.
Se puede alegar que la importante revista The Economist no es
especialista en el tema. Lo cierto es que en abril de 1997 señaló a
los doce países en el mundo que más atentan contra la libertad de
prensa y expresión: a excepción de China, todos son estrechos
aliados de Estados Unidos y la Unión Europea. En América La-
tina, Colombia y México son los primeros clasificados.
Según la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en los últi-
mos nueve años fueron asesinados “con absoluta impunidad”
ciento setenta y nueve periodistas en el continente, en su mayo-
ría por fuerzas represivas estatales. Prácticamente veinte por
año; o sea, más de uno y medio por mes. En Cuba no figura ni
un periodista agredido físicamente, ni torturado, ni asesinado
ni desaparecido. Sin mirar a quien sirven, o sin querer hacerlo,
13
la Sociedad Interamericana de Prensa le entregó un premio a las agen-
cias independientes de prensa, por su “valiente” contribución a la “de-
mocracia” informativa.
Ni Paraguay ni Argentina están en conflicto con algún país,
como lo está Cuba, y a pesar de ello Raquel Rojas, del diario La
Nación de Paraguay, dice que: “hacer periodismo de investiga-
ción hoy en mi país es jugarse todos los días la vida”, y en el
mismo artículo Oscar Cardoso, de El Clarín de Buenos Aires,
añade que el presidente Menen “ha propuesto compensar la li-
bertad de prensa con la libertad del palo”.27
La entrevista se realizó en la sede del secretariado internacio-
nal de Reporteros Sin Fronteras, en París. Se comenzó con Jacques
Perrot y se terminó con Robert Ménard. El primero, joven, ama-
ble y de un carácter sosegado. El Secretario General nos pareció
impulsivo, al punto de no poder contener expresiones que deno-
tan la rabia sentida contra el gobierno cubano.
Repetimos, es inquietante la defensa asumida por Reporteros
Sin Fronteras a los que se denominan periodistas independientes,
porque esa independencia profesional es inexistente entre quie-
nes sobresalen internacionalmente. Eso sí, indiscutiblemente, es
cierto: la independencia de la cual se vanaglorian los puso en uno
de los campos. Porque esos corazones y plumas optaron por ser-
vir, directa o indirectamente, al poder que desea ver su nación
como la estrella número 51-bis de la bandera de Estados Unidos:
otro Puerto Rico.

—En su informe de 1997 ustedes dicen que existen cinco agencias


de prensa independientes en Cuba. Se refieren a ellas como si estuvie-
ran integradas por una gran cantidad de profesionales de la comuni-
cación. Pero por lo que conocemos, no son tantos. Creemos que no
llegan a diez.
—Sí hay más periodistas. Pero es cierto que la mayoría son
colaboradores.
—Yo quisiera centrarme en el papel que un periodista debe tener
cuando su nación está en guerra, así no sea militar, que es el caso de
Cuba. Quiero que se ponga en el lugar del Estado cubano: ¿aceptaría
usted que en medio de esa agresión que le tiene declarada Estados

27
Felipe Sahagún: “Informativo Veraz”, El Mundo, Madrid, 9 de noviembre de 1997.

14
Unidos desde hace casi cuarenta años, aceptaría, repito, que unos ciudadanos, por
ser periodistas, envíen la información que le conviene al enemigo?
—No creo que todos los artículos ataquen al gobierno cubano.
Y tampoco creo que pidan la cabeza de Fidel Castro. Pero, ¿por
qué alguien no puede criticar al gobierno y a Fidel Castro? ¿Por
qué un cubano no puede pedir que el dictador Castro deje el
poder?
—Pero, en el periódico Granma, en el de los Trabajadores y en el
de la Juventud, regularmente se pueden leer críticas contra institu-
ciones o funcionarios del Estado. Por ejemplo, he leído varios artícu-
los donde se habla con nombres propios de cuadros políticos corruptos.
—Precisamente varios de esos periodistas han trabajado en me-
dios oficiales. Ellos fueron licenciados por indisciplina, desacato,
o por ofensa a las autoridades.
—Pero miremos. Cuando surge Concilio Cubano, a nivel inter-
nacional se decía que era una oposición independiente y válida al
sistema cubano. Pero, existen suficientes documentos probando que
Concilio fue organizado, financiado y dirigido, no sólo por la ex-
trema derecha del exilio, sino por el gobierno estadounidense. Y se
sabe que los llamados periodistas independientes tuvieron una par-
ticipación muy activa, sobre todo informando a los medios perio-
dísticos contrarrevolucionarios en el exterior. Muy en particular a
Radio Martí.
—Usted debe conocer mejor que yo, que en Concilio Cubano
debieron haber grupos financiados por la CIA. Nadie duda de
eso, pero también deben haber otros financiados por la Seguri-
dad del Estado cubano. Nosotros, Reporteros Sin Fronteras, apo-
yamos constantemente a los periodistas independientes. Pero, ¿por
qué Raúl Rivero fue amenazado, y a veces conducido en deten-
ción? ¿Porque escribió para El Nuevo Herald?
—Pero, usted debe saber que ese periódico está prácticamente contro-
lado por la extrema derecha del exilio cubano. Esa misma que quiere la
anexión de Cuba a Estados Unidos. ¿No cree que eso ya es suficiente para
estar tomando posición por una de las partes en conflicto? Además, el
señor Raúl Rivero transmite para Radio Martí, y tiene programas regu-
lares en ella. Y usted sabe que esa radio está controlada por el Depar-
tamento de Estado. ¿Cree que el gobierno francés soportaría esto si
estuviera en los zapatos del cubano? Pero bueno, ¿es la patria o el
oficio?
15
—Estoy completamente seguro que un periodista no puede cen-
surarse por defender la patria a todo precio.
—Le quiero reconocer que no creo en la neutralidad periodística.
Por ejemplo, desde el momento en que usted trató a Fidel Castro de
dictador, ya asumió una posición política. Como se dice, somos huma-
nos y tenemos un corazoncito, pero es que hay personas, periodistas,
que en Cuba le están sirviendo, colaborando, a una de las fuerzas en
conflicto, y que es precisamente la enemiga histórica de su patria.
Sinceramente no comprendo esa independencia y neutralidad. Debe
ser que ellos tienen una concepción de independencia y neutralidad
diferente a la manejada en los diccionarios y enciclopedias.
—Escúcheme. Esos periodistas hablan en sus artículos de la
vida cotidiana en Cuba, de las dificultades que se viven.
—Es cierto. Aunque todos los que hemos leído son bastante negati-
vos. Sólo son ataques al gobierno cubano. ¿No se le hace extraño que
no exista ni una gota de positivismo? ¿Por qué cree que la extrema
derecha del exilio está feliz con ellos? Pero tratando de cambiar el tema,
dígame, ¿qué hace Reporteros Sin Fronteras por estas personas?
—Primero, tomar contacto con ellos. Intentar que sus textos
salgan publicados afuera, para que se conozcan...
Pero, yo quisiera saber en donde se dice que todos son finan-
ciados o apoyados por la CIA...
—Yo no dije eso. Pero leyendo algunos documentos del gobierno
estadounidense y de la extrema derecha del exilio, es fácil constatar
que por lo menos los más reconocidos reciben varios tipos de apoyo,
además, hay diversos y recientes informes del gobierno estadouniden-
se donde se establece el financiarlos o entregarles los implementos
necesarios.
—Bueno, yo creo que son cosas que se deben probar.
—Nosotros no tenemos pruebas concretas de que les entreguen dine-
ro por no hacer nada. Pero usted sabe que reciben un pago por los
artículos que escriben y se publican en los medios de la extrema dere-
cha y Radio Martí. Ahora, por su praxis es fácil constatar que política-
mente forman parte, voluntaria o involuntariamente, de la estrategia
contrarrevolucionaria, y se nos hace difícil creer que personas tan inte-
ligentes no sepan cómo se está utilizando su trabajo en el exterior. Pero
díganos, estos periodistas ¿cómo hacen llegar sus textos al exterior?
—Ellos telefonean sus artículos a alguien en Miami. Y esta per-
sona los ingresa en Internet. Pero, lo seguro es que en Europa hay
16
una posición favorable al régimen de Fidel Castro. Y por el instante
hay poco eco a estos periodistas. Un poco en España. Y en Francia
casi nada... A veces Courrier International...
—¿Cómo es la relación de la gente en Cuba con estos periodistas?
—Regularmente les hacen actos de repudio. Según los perio-
distas, estas personas son miembros del Partido Comunista del
barrio. Vienen a sus casas para gritarles que son traidores a la
patria, etc. Son señalados como enemigos del pueblo. Su vida es
difícil, además la Seguridad del Estado los detiene por horas o
días.
—Y ustedes han hablado con gente del gobierno cubano para que
les expliquen ¿el por qué lo hacen?
—No, realmente no. Pero, se debe hacer.
(En este momento pasamos a la oficina de Robert Ménard,
Secretario General de Reporteros Sin fronteras. Ahí, en la amplia
mesa redonda, tratamos de concretar el tema que más nos interesa.)
—Señor Ménard, ¿un periodista debe pensar antes en su patria, en
su nación, que en su oficio?
—Este no es un debate que le toca únicamente a Cuba. Este com-
prende a las democracias. Recuerde usted la Guerra del Golfo, esa
era la pregunta: ¿es usted periodista o ciudadano francés? Fue algo
contrario a la guerra de Viet Nam. En Viet Nam, un periodista
ejercía su profesión en total libertad, pero en la Guerra del Golfo los
americanos dijeron a la prensa –no explícitamente, pero recordándose
de la guerra en Viet Nam–: ustedes son ciudadanos americanos; no
pueden estar fuera de los intereses del Estado; no pueden informar
como ustedes quieran. Entonces seleccionaban algunos periodistas
y los llevaban donde les interesaba. Y la prensa mundial, aunque
hubo algunas protestas, aceptó este principio.
Entonces, ¿es que hay un límite para un periodista cuando su
país está en guerra? Yo entiendo el límite cuando de él depende la
vida de los soldados.
Pero en Cuba, el gobierno ha ido un poco más lejos, pues no se
puede decir una palabra que pueda servir a los americanos, dentro
de esa guerra que las autoridades de La Habana consideran que
existe desde hace casi cuarenta años. Y eso es inadmisible. ¡Inadmi-
sible! Yo creo que los periodistas tienen un rol, aunque éste sea
17
contra su propio país. La información puede ser contradictoria con
los intereses de su propio país.
En la Guerra del Golfo no existió la libertad, pero Cuba es
otra cosa.
—Y usted cree que el gobierno cubano debe quedarse cruzado de
brazos, dejando que sus enemigos financien a quienes, parece, no les
importa la soberanía de su nación?
—Ese es el problema. ¿Por qué cree que Reporteros Sin Fron-
teras ayuda financieramente a esos periodistas independientes?
Exactamente por esa razón. Porque se debe asegurar que algunos
de ellos puedan existir sin el dinero del gobierno cubano, pues
como son sus críticos, no les dan dinero. Y que sobrevivan sin
Miami y la CIA.
Si uno espera que mañana llegue una alternativa a Castro, que
sea diferente a los sanguinarios de Miami, esa vendrá de la impli-
cación de organizaciones, como nosotros, en Europa. Es por eso
que cuando las autoridades de la Unión Europea dicen que se
debe reforzar el embargo, nosotros decimos que en Cuba hay
que hacer cosas a lo positivo: ayudar a quienes son alternativa a
Castro en el interior.
Cuando ayudamos a los periodistas independientes en Cuba,
les recordamos que ese dinero no viene de los americanos, ni siquiera
de la Unión Europea. Nosotros les damos cincuenta dólares men-
suales a unos veinte periodistas para que puedan sobrevivir; para
que se queden en el país, pues cada vez que los encontramos lo
primero que nos proponen es que los ayudemos a salir de Cuba,
debido a problemas económicos; para que así resistan a la presión;
y para que no tengan necesidad de Radio Martí.
—Reporteros Sin Fronteras estuvo en la reunión que invitó el em-
bajador especial del gobierno estadounidense, Eizenstat...
—Sí. Sí.
—Bueno, entonces saben que él ha pasado por Europa reunién-
dose con algunas Organizaciones No Gubernamentales que traba-
jan hacia Cuba. Saben que está proponiendo el apoyo a la llamada
disidencia interna. Suponemos que Reporteros Sin Fronteras cono-
ce que esa es una de las más importantes tácticas elaboradas en
Washington para desestabilizar al gobierno cubano. Y para ello las
Organizaciones No Gubernamentales europeas son muy importan-
tes, pues no inspiran la desconfianza que ya tienen la mayoría de
18
las estadounidenses. Pero ¿cuál fue la posición de Reporteros Sin Fronteras en esa
reunión?
M. Perrot: Nosotros les hemos dicho que este apoyo lo esta-
mos dando desde septiembre de 1995.
—Sabemos que en otros países algunas Organizaciones No Guber-
namentales han aceptado ese plan. Y estamos tratando de averiguar,
aunque será muy difícil, qué Organizaciones No Gubernamentales
aceptaron o estarían dispuestas a recibir los miles de dólares que el
gobierno estadounidense ofreció.
M. Ménard: Reporteros Sin Fronteras quiere ser preciso sobre
nuestro dinero: ¡es super limpio!
—En ningún momento he dicho que Reporteros Sin Fronteras ha
recibido dinero del gobierno estadounidense...
—¡Pero, es importante dejarlo en claro!
—Parece que en Francia el embajador Eizenstat no ofreció dinero a
las Organizaciones No Gubernamentales que apoyaran su plan. Pero,
para él, lo más importante es que se apoye a la disidencia interna. El
plan es que se consolide un grupo de Organizaciones No Guberna-
mentales europeas que presionen al gobierno cubano, y que apoyen a
la disidencia. Y nos parece que Reporteros Sin Fronteras está, incons-
cientemente, en esa línea.
—¡Ah, pero es que nosotros ya les dábamos el apoyo, y se lo
seguiremos dando!
—No importa si eso entra directamente en la estrategia deses-
tabilizadora de Washington hacia Cuba.
—¡Independiente de la estrategia de los americanos o de la
Unión Europea, nosotros lo seguiremos haciendo! ¡Para Repor-
teros Sin Fronteras la prioridad en América Latina es Cuba! Y las
tres razones para intervenir en Cuba son: una, denunciar lo que
pasa en Cuba, porque en Europa, particularmente en Francia, se
piensa que Castro no es un dictador como los otros. ¡Y esto es
absurdo! Segundo, dar asistencia material a los periodistas. Tres,
dar a conocer su trabajo.
—Y por qué es prioridad, si hay países donde ser periodista –un
periodista honesto– es muy peligroso. Yo no conozco que en Cuba se
torture o asesine a los llamados periodistas independientes.
—¿Por qué? ¡Porque es el único país en América Latina donde
no hay ninguna libertad de prensa! Es peligroso ser periodista en
Colombia o Perú, ¡pero hay libertad de prensa!
19
—Disculpe, pero es muy discutible la libertad de prensa que existe en Colom-
bia o Perú...
—Sí, ¡usted lo puede discutir! En Perú y en Colombia hay
límites a la libertad de prensa, hay periodistas asesinados y en la
cárcel, pero usted puede hacer denuncias. ¡Pero, en Cuba no pue-
de haber ninguna voz disidente! No hay radio, ni televisión, ni
periódico independientes. ¡Todo está controlado por ese Estado!
¡Lo único es el boletín de la Iglesia católica!

20
“Claro que los americanos están felices con nues-
tro Movimiento... Que digo, con lo que hemos lla-
mado Plataforma por los Derechos Humanos y la
Democracia en Cuba”

LIDWIEN ZUMPOLLE
Coordinadora de la Sección América Latina en Pax Christi Holan-
da

Cuando se llamó para pedirle una cita, la señora Lidwien Zumpolle


hizo una buena cantidad de preguntas, la mayoría centradas en cómo
sabíamos que Pax Christi Holanda estaba apoyando la llamada disi-
dencia cubana. Al aclararle las incógnitas rió de buena gana, comen-
tando que los europeos no aprendían a tener la boca cerrada. Para
diversificarle nuestras fuentes informativas, se le dijo que teníamos
un artículo de la prensa estadounidense que situaba a su institución
afín a la estrategia de la Administración Clinton. 1 Volvió a reír, y
quedó convencida de que eran públicos los pasos en que andaba.
En diciembre de 1996 Pax Christi Holanda envió una convocatoria a
varias Organizaciones No Gubernamentales europeas, que trabajan en el
campo de los derechos humanos o desarrollo. Se les invitaba a confor-
mar la Plataforma Europea para la Democracia y los Derechos Huma-
nos en Cuba. Políticamente independiente, decía. Así, el 21 de febrero de
1997 se dio la primera reunión en La Haya, Holanda. Buena parte de las
organizaciones convocadas no asistieron, al no corresponder la pro-
puesta con los criterios que manejan frente al proceso cubano. Como el
programa de la reunión tenía carácter de “no público”, sólo se ha sabido
que Reporteros Sin Fronteras, Justicia y Paz de Italia y España, y H. Böll
Stiftung Alemania, estuvieron entre las presentes. Tampoco los acuerdos
finales han podido ser de nuestro conocimiento.
Revisando un poco la historia más reciente, nos ha parecido que
esta Plataforma es una continuidad de algo ya intentado por el go-
bierno estadounidense en 1995. Veamos. Fue Richard Nuccio, en ese
momento asesor del presidente Clinton para Centroamérica, el
1
The Miami Herald, Miami, 28 de diciembre de 1998.

21
encargado de impulsar el proyecto. La iniciativa tenía como fin el
involucrar a las Organizaciones No Gubernamentales de ese país,
que mantenían relación con homólogas en la Isla, para que coopera-
ran en la desestabilización del gobierno cubano. El plan debía adop-
tar medidas que influyeran no sólo en la población, sino en los miem-
bros “moderados” del gobierno, del Partido Comunista y las Fuer-
zas Armadas. Acercarse, poco a poco, a estas instancias hasta conven-
cerlas de que no existe otra alternativa que una transición hacia el
capitalismo.
Pero casi todas las Organizaciones No Gubernamentales esta-
dounidenses le rechazaron el plan al señor Nuccio. No obstante,
se pudo contar con Freedom House, a la cual se entregó un primer
medio millón de dólares, en octubre de 1995. Buena parte de esa
cantidad, se destinó inmediatamente para pagar el desplazamiento,
como turistas, de ex funcionarios o ciudadanos de Europa occi-
dental y del ex bloque del Este, que preferiblemente hubieran resi-
dido anteriormente en la Isla. Su tarea central era reclutar antiguas
amistades, con el propósito de organizar grupos disidentes.2 En
1996, al promulgarse la Ley Helms-Burton, Nuccio renuncia y es
nombrado en su lugar el señor Eizenstat. Como su antecesor, en-
tre las labores encargadas estaba el reunirse con Organizaciones
No Gubernamentales. Aunque ahora la operación sería desarrollada
en Canadá y Europa.
Por posteriores declaraciones del señor Eizenstat ante la
Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso estadouniden-
se, en enero de 1997, se concluye que Pax Christi Holanda no fue
la primera que recibió la propuesta en Holanda, menos en Euro-
pa, pero sí la que aceptó involucrarse en un proyecto que nada
tiene que ver con sus objetivos humanitarios de derechos huma-
nos. El señor Eizenstat, públicamente, sin reparos, afirmó: “Ya
se han dado varios pasos positivos para fomentar la sociedad civil
independiente en Cuba [...] Organizaciones no-gubernamentales, bajo
el liderazgo de la [sic] Pax Christi [con sede en Holanda] han aumenta-

2
El 15 de agosto de 1997, la Seguridad cubana detuvo, aparentemente con lujo de
pruebas, al ciudadano estadounidense David Norman Dorn mientras realizaba ese tipo
de actividades ilegales, por encargo directo de Frank Calzón, y financiamiento de
Freedom House. Dorn es director de Relaciones Internacionales de la American
Federation of Teachers (AFT), organización gremial vinculada a la American Federation
Labor-Congress of Industrial Organization (AFL-CIO).

22
do sus esfuerzos para reforzar al sector independiente [...].” 3 No es
gratuito, entonces, que Janiset Rivero, del Directorio Revolucionario
Democrático Cubano, o Humberto Esteve, Secretario General del
Partido Demócrata Cristiano, ambos en Miami, nos hayan expresado
su elogio por esta organización católica.
Por la entrevista realizada a la señora Zumpolle, se puede con-
cluir que Pax Christi Holanda tiene como meta el ayudar a romper
el actual sistema cubano. Entonces no es gratuito el que Holanda se
esté convirtiendo, después de España, en cabeza de playa para que
grupos de extrema derecha como los liderados por la Fundación
Nacional Cubano Americana, Hubert Matos, Carlos Alberto
Montaner e Ignacio Rasco, se sigan infiltrando por Europa.
El empecinamiento de Pax Christi Holanda en comprometerse
con la disidencia interna y la desestabilización del Estado cubano,
se comprobó entre el 28 y 29 de noviembre de 1997.
En esas fechas organizó en Roma la segunda reunión de la
Plataforma Europea para los Derechos Humanos y la Democra-
cia en Cuba. La agenda de discusión apenas tenía tres puntos:
insistir ante el Vaticano para que el Papa presionara al gobierno
cubano por los “derechos humanos y la democracia”; insistir ante
las empresas que invierten en Cuba, para que asuman el “código
de conducta” que se propone en los llamados “Principios Arcos”;4 y
“la prostitución infantil y el sexo-turismo en Cuba”.
Desde los primeros días de octubre, cuando Pax Christi Holan-
da lanzó la invitación, se vio confrontada con otras seccionales
en el mundo. Las de América Latina, Italia y Estados Unidos.
–que es una de las más fuertes– se opusieron rotundamente a la
agenda y al carácter complotista de la misma.
3
Stuart Einzenstat: “Enfoque multilateral a los derechos de propiedad”, diario Las
Américas, Miami, 27 de abril de 1997.
4
Los “Principios Arcos”, son una serie de exigencias que Gustavo Arcos cree que se le
deben aplicar a las empresas inversionistas en Cuba. En la introducción que le realizába-
mos a la entrevista del señor Bofill, mostrábamos que estos “principios” están respalda-
dos básicamente por las organizaciones que tienen como uno de sus dirigentes al ex
agente de la CIA, y ex miembro de la organización terrorista Abdala, Frank Calzón.
Recordemos que las Organizaciones No Gubernamentales, Freedom House y Of Human
Rights, reciben un gran financiamiento del gobierno estadounidense, a través de la NED.
Aunque ahora, como lo reconoció en un artículo publicado el 31 de octubre de 1998, en
El Nuevo Herald, Calzón está recibiendo dinero de la Agencia Norteamericana de Desa-
rrollo Internacional (AID, siglas en inglés). Y ello sucede a través de la organización
Free Cuba Center, de la cual también es director ejecutivo. Según él, en 1999 recibiría
cuatrocientos mil dólares para enviar principalmente, “libros y videos a la Isla”.

23
Según nos lo dijo la señora Zumpolle telefónicamente, unas quince
Organizaciones No Gubernamentales europeas asistieron al even-
to. Los nombres de ellas no “te los puedo decir. No son públicos.
Es que esas Organizaciones No Gubernamentales no quieren tener
tensiones con las otras”. La señora Lidwien confirmó que ninguna
organización especializada en prostitución infantil asistió, y que tan
sólo un documento, llegado de Inglaterra, cuya procedencia tam-
poco nos quiso decir, fue el aportado. Posteriormente conocimos
que era un documento realizado por dos sociólogas inglesas a cuenta
de la institución ECPAT International, en el año 1996. A pesar de
que la investigación se centra, básicamente, en mostrar el compor-
tamiento sexual de ciertos hombres que viajan a ese país –y que es
idéntico al que asumen en otros del mal denominado Tercer Mun-
do–, al leer los informes de Pax Christi Holanda queda la sensación
de que en Cuba la prostitución infantil y el turismo sexual son como
el vino a Francia o el tequila a México.
El único acto público de esa Plataforma fue una conferencia de
prensa que brindaron Dariel Alarcón, Benigno, y el sacerdote Mi-
guel Loredo. El primero estuvo con el Che en Bolivia en 1967, y
desertó hace pocos años de la Revolución. En esa ocasión Benigno
no dijo que desde septiembre de 1996 mantenía una constante rela-
ción personal con “un perro viejo de la CIA, Félix Rodríguez,
quien tiene sobre su espalda un impresionante número de misio-
nes a través de todos los continentes, realizadas durante treinta
años”. Así lo informó Le Monde. El importante diario francés, del
10 de octubre de 1998, precisó que Benigno hasta había pasado una
quincena de días en el bunquer de Rodríguez en Miami. O sea,
compartiendo el plato con uno de los hombres más temibles que
ha creado la Agencia. Es difícil que Pax Christi Holanda lo desco-
nociera, pues a fines de 1996 una cadena de televisión de Miami
había filmado y difundido el aparente primer encuentro, luego
fueron muchos los medios de prensa en el mundo que se hicieron
eco de ese y otros encuentros.
Loredo, invitado especial de Pax Christi Holanda, fue presen-
tado como muestra de la “represión del gobierno cubano contra
la Iglesia”. Cierto que el sacerdote cumplió diez años de prisión.
El motivo de tal condena fue el haber ocultado a Ángel Betancourt
en su convento durante dos semanas, y tratar de sacarlo clandestina-
mente de Cuba. Betancourt había asesinado a dos tripulantes, y heri-
do a otro, cuando intentaba secuestrar una nave de Cubana de Avia-
24
ción. El hecho ocurrió en marzo de 1966. Loredo, al salir de prisión,
se traslada a Nueva York donde se vinculó a los grupos de la extre-
ma derecha del exilio.
Un año después se editó un libro, en lengua italiana, que recogía
las ponencias del segundo encuentro de la Plataforma. En la cu-
bierta de Cuba, la realtà dietro il símbolo figura como autor simple-
mente Pax Christi, lo que a nuestro entender hace automáticamente
responsable de ese trabajo a todas las otras Secciones en el mundo.
A excepción del documento de las sociólogas inglesas y de la po-
nencia de la señora Lidwien Zumpolle, los otros trece textos son
de cubanos denominados disidentes. También está una ponencia
de Frank Calzón. Mientras que en la segunda página su organiza-
ción, Of Human Rights, recibe agradecimientos “por la preciosa
colaboración”.
En la tarde del 3 de diciembre de 1998, Pax Christi Holanda
invitó a una Mesa redonda en un local del Parlamento Europeo
en Bruselas. El tema era “Foreign investments in Cuba and human
and labor rights.” Algo tan importante y complejo sólo contó
con cuatro horas para ser estudiado, analizado y debatido. A pe-
sar de que Amnistía Internacional viene desde hace varios años
laborando en el tema a nivel mundial, tan solo la seccional holan-
desa apoyó tal actividad, como en los casos anteriores, la casi
totalidad de organizaciones asistentes se desconoce.
Uno de los ponentes era el cubano Ernesto Díaz Rodríguez.
Pax Christi Holanda lo presentó como representante de los sin-
dicatos independientes en Cuba, e investigador de los casos de
violación de los derechos laborales en su país, pero se olvidó agregar
un dato fundamental y preocupante: Ernesto Díaz Rodríguez
fue encarcelado en Cuba en 1967 por pertenecer a la agrupación
terrorista Alpha 66, en la cual militaba desde años atrás.5 Al salir
en libertad va a Miami, donde continúa su participación en esa
organización. En el libro que recoge la parte “menos sucia” del
historial de Alpha 66, aparece su fotografía. Por la bandera que
se distingue a sus espaldas, es posible concluir que la foto le fue
tomada cuando este grupo brindaba apoyo al sindicato “Solidari-
dad” de Polonia. El libro fue editado en 1995, entonces, cono-
5
Miguel Talleda: Alpha 66 y su histórica tarea, Ediciones Universal, Miami, 1995. Ver
también Enrique Encinosa: Cuba en guerra. Historia de la oposición anti-castrista,
1959-1994, Ed. El Fondo de Estudios Cubanos de la Fundación Nacional Cubano Ame-
ricana, Miami, 1995.

25
ciendo nosotros el grado de fidelidad y entrega que un militante le
debe a Alpha 66 para que le rinda un reconocimiento de ese tipo, casi
que se podría asegurar que en esa fecha Díaz Rodríguez todavía era
un consumado miembro.
A la hora acordada se tocó a la puerta. La señora Lidwien apare-
ció y luego de un breve saludo, nos instalamos en el pequeño patio
trasero de su casa. Ahí estuvimos casi tres horas, cuando el tema
Cuba estaba evacuado, empezamos a hablar de Colombia. Como
buena eurocentrista que es, está segura de ser una ficha clave para
lograr la paz en ese país. Y de todo lo que contó, lo más reprocha-
ble fue reconocer que sentía una gran admiración por el narco-
traficante y jefe paramilitar colombiano, Carlos Castaño, mano
derecha del Ejército en la estrategia contra el movimiento popular
y guerrillero, responsable de sembrar de cadáveres a Urabá, zona
bananera fronteriza con Panamá. Ella, con gran placer en los ojos
dijo: “podría contar muchas cosas buenas que está haciendo Casta-
ño en procesos de reintegración a los campesinos”.

—Señora Lidwien, ¿por qué Pax Christi Holanda comenzó a in-


teresarse en Cuba?
—Tú sabes que en 1990 la URSS ya estaba retirándose. Enton-
ces la economía empezó a ir muy mal, y a más pobreza, el gobier-
no de Castro dio más represión política. Y nada de apertura. Es
así como en 1991, se decidió mandar una pequeña delegación,
pero inicialmente nos negaron la visa. Supimos que el gobierno
había dicho: “que se vayan al carajo...”
—¿Lo dijeron de esa manera?
—No, no, no. Supimos que en La Habana no habían reacciona-
do bien cuando supieron que íbamos a hablar con la disidencia. Lo
que dijeron en esa ocasión fue que nos fuéramos, no al carajo, sino
a Miami, pero como llegó la Guerra del Golfo, debimos retrasar el
viaje seis meses, justo cuando Castro y sus aliados estaban reuni-
dos en el IV Congreso del Partido Comunista.
Luego allá nos empezamos a dar cuenta de la mentira que era
Cuba.
—¿Cuál era esa mentira?
—De que Cuba era un paraíso socialista. Encontramos que no
había educación ni salud. Que esa sociedad era una dictadura. Habla-

26
mos con mucha gente pero siempre encerrados en sus casas, con las
ventanas cerradas para que los vecinos no se dieran cuenta.
—Yo conozco mucha gente que pasa por Cuba regularmente y nunca han
tenido que vivir eso. Y es gente que no está siempre de acuerdo con el sistema
cubano. Además, yo también he estado en Cuba, hablé con mucha gente, y nunca
me creí perseguido. ¿O es que ustedes sentían que estaban complotando?
—No, no, nuestro trabajo era conocido.
—¿Y cómo lograron los contactos con la llamada disidencia?
—Por intermedio de contactos de contactos. Y gente que uno
encuentra allá, común y corriente. Claro que esa vez el único
disidente que encontramos fue a Osvaldo Payá, del Movimiento
Cristiano. ¡Y todo lo que nos contaba era espantoso! Yo conoz-
co la situación colombiana, que es terrible. Allá son treinta mil
asesinados por violencia política anual... ¡Pero en Cuba!
—Y en Cuba ¿cuántos asesinados políticos eran?
—En Cuba no hay asesinatos, pero es la dictadura psicológica,
esquizofrénica. Yo te confieso que prefiero vivir en Colombia y
no en Cuba.
—En Cuba no hay asesinatos políticos. Y en Colombia son trein-
ta mil por año, sin contar los miles de detenidos-desaparecidos...
—Mira, es muy difícil de explicar. En Cuba es una represión
muy sofisticada. Es algo que hacen los Comités de Barrio; el Par-
tido Comunista; los sindicatos reales, pues independientes no hay,
son tantas las formas de control público sobre el individuo que
uno se vuelve loco. Yo he conocido muchas sociedades de Amé-
rica Latina, y uno se da cuenta que la cubana es muy diferente.
—En eso estoy totalmente de acuerdo con usted: es otro sistema
político.
—Claro que el sistema ha dado mejoras en la educación, en el
campo, algo en la salud, en el deporte. Por eso digo que es otro
sistema, pero eso no es nada frente a la represión. Para mí, esas
mejoras sociales son cosméticos para mostrar al exterior.
—Usted que conoce la pobreza en América Latina, podrá saber
cuántos cientos de millones de personas quisieran tener acceso a esos
"cosméticos". Porque, además, en la totalidad de América Latina no
hay "cosméticos" pero sí mucha represión.
—Pero es que en Colombia, por ejemplo, la gente puede tomar
iniciativas. Tratar de hacer cosas para salir de su miseria. Es cierto, de
pronto las matan, pero por lo menos pueden intentar. En Cuba todo
está paralizado, y es mentira que esa situación sea por culpa de Rusia
que ya no les ayuda, ni tampoco del bloqueo de los americanos. Siem-
27
pre la situación ha sido mala. Yo he hablado miles y miles de horas con
cubanos. Digo, cientos de horas. Ha sido gente que la han tenido tan
encerrada, tan reprimida, que una vez que pueden hablar no terminan.
Hablan y hablan.
—Pero es que el cubano, por naturaleza, habla demasiado. Creo
que es una cualidad de casi todos los latinos, aunque creo que los
cubanos ganan.
—Sí, sí. Los colombianos también hablan bastante. Pero aquí,
en mi casa, hemos hecho terapia con algunos. Y han salido a
gritar por la ventana: “abajo Fidel”. Porque allá la gente tiene
que hablar pasito, pues se siente perseguida por la Seguridad cu-
bana. Eso es muy enfermizo. Nunca he visto un país donde la
gente tenga los gestos de su cara adaptada, como deformada, por
hablar pasito y con miedo; así, como de medio lado...
—Yo nunca he visto un cubano o cubana con la boca o los pómulos
deformados, ni por enfermedad. Es más, ni siquiera los que se dicen
disidentes. Nunca he encontrado que hagan muecas especiales al ha-
blar. Y en Colombia, ¿no se dio cuenta la cara que ponen millones de
campesinos y gente de la ciudad cuando ven al Ejército? ¿Y en Perú?
¿Y en Guatemala? ¿Y en El Salvador? Y los niños de la calle en el
Brasil?, ¿sigo? Disculpe que le diga. Pero, la está entrevistando alguien
que conoce la problemática política y social de América Latina.
—Pero, todos los cubanos sufren de neurosis por no poder
expresarse...
Y para volver al tema. Yo estoy segura que es una excusa del
régimen cubano de que todo el caos interno se debe a los ameri-
canos. Es ridículo. Yo estoy segura que Castro no está interesado
en que se levante el embargo, ni la Ley Helms-Burton. ¡El em-
bargo no existe, el régimen puede comprar en cualquier país!
—Pero, entiendo que el problema del Estado cubano no es que no
pueda comprar: es que no cuenta con divisas. La moneda cubana, el
peso, no es aceptada en el mercado internacional.
—Sí, puede ser cierto desde el año ochenta y nueve. Pero, ya el
boicot existía.
—Sí, pero Cuba tenía relaciones comerciales equitativas con los países del ex
bloque del Este.
—Cuando Castro tenía esa ayuda, decía que se reía del boicot.
¿Por qué no lo hace ahora?
—¿Y cómo va a sobrevivir un país sin divisas? No podemos negar
que a Cuba siempre le están poniendo trabas en el comercio inter-
28
nacional. No se puede negar que Estados Unidos presiona a todos los países y
ciudadanos que quieren hacer negocios con Cuba.
—Nosotros hemos hablado con muchos gobiernos y hasta con
el de Estados Unidos. Y a éste le hemos propuesto que deben
frenar a los radicalosos de Miami, para que no presionen más con
la aplicación de la Ley Helms-Burton, porque eso ayuda a Cas-
tro, para él, el embargo es un pretexto para no darle de comer a
ese pueblo.
—Señora Lidwien, ¿y cuáles fueron las actividades que ustedes rea-
lizaron al volver de aquella primera visita a Cuba?
—Hicimos un informe en diferentes idiomas y lo distribui-
mos; comenzamos a trabajar con Naciones Unidas y el Parlamen-
to Europeo; e iniciamos una campaña de apoyo por la gente sin
voz, por la disidencia interna como Osvaldo Payá, fue un trabajo
diplomático. Y al comienzo nos señalaron de ser parte de la polí-
tica de los americanos, pero nosotros dijimos que trabajábamos
por los derechos humanos, y que el Estado cubano era criminal.
Lo digo como lo he dicho del gobierno colombiano...
—Yo soy colombiano, y le insisto en que me parece demasiado
exagerado que usted compare al Estado colombiano, que está recono-
cido como asesino y terrorista, con el cubano.
—Yo considero a Castro como un criminal, y no tengo nin-
gún problema en decirlo. Él ha reprimido a un pueblo entero.
Vea la educación en Cuba: ¡es algo militar! Él es un loco, y no me
da miedo decirlo. ¡Que venga a mi casa si quiere! ¡No le tengo
miedo!
—Señora Lidwien, el trabajo pro derechos humanos es neutral o
forma parte del juego político mundial.
—¡Claro que es neutral...! ¿Por qué me lo preguntas? ¿Por lo
que digo de Fidel Castro?
—Puede ser. Pero me sorprende que una persona de tan alta res-
ponsabilidad en esta organización católica, se exprese así.
—Pero es que Fidel Castro ha tenido a ese pueblo encerrado.
Miren, ni los soviéticos sabían lo que pasaba en la calle. Cuando
ellos ya se estaban marchando de Cuba, tuvieron conversaciones con
nosotros, más bien secretas. Querían saber si la gente estaba dispues-
ta a levantarse contra Castro, porque esos soviéticos deseaban que en
Cuba se diera la apertura que se estaba dando en su país.
Cuba es un país feudal, medieval, en cuanto a relaciones de traba-
jo. Nosotros queremos que en Cuba haya sindicatos independientes.
29
Por eso ahora estamos en una campaña de “código de conducta,”
dirigida a los inversores que están en Cuba, porque estas empresas
internacionales deben apoyar al trabajador cubano para que se orga-
nice independientemente del gobierno.
—¿Y en esas campañas han encontrado apoyo de otras Organiza-
ciones No Gubernamentales europeas?
—No es fácil movilizar organizaciones internacionales europeas
contra el gobierno cubano, pero por lo menos estamos luchando
para que se conozca que existe una disidencia interna y crean en
ella.
—Si no me equivoco, Pax Christi Holanda ha regresado a Cuba
en tres ocasiones. ¿Lograron encontrar otras organizaciones disiden-
tes? ¿El gobierno cubano obstaculizó su labor?
—Volvimos con visa de turistas. Pero, ¿qué nos iba a obstaculi-
zar el gobierno? ¿Acaso no se puede hablar con la gente?
Y no hemos encontrado tantos grupos. Es que no se necesita,
cualquier persona en la calle te cuenta todo. Además es difícil
encontrar gentes de grupos organizados, porque no hay trans-
porte ni teléfonos. ¡Y hay tanta represión!
—Pero, a pesar de que usted dice que existe demasiada represión,
pudieron hablar con mucha gente. Me parece que igual hubieran po-
dido contactar a los llamados disidentes, porque según dicen parece
que existen muchos. Además el teléfono y el transporte sí existen: no
como en Europa, pero existen.
—¡Es que allá todo el mundo vigila a todo el mundo!
—¿Usted conoce que esos llamados grupos disidentes han recibido
dinero, o algún tipo de apoyo, del gobierno estadounidense y de la
extrema derecha del exilio?
—¿Cuáles?
—Por ejemplo, Gustavo Arcos, tan elogiado a nivel internacional.
Además, existen documentos oficiales del gobierno estadounidense,
donde se dice a qué grupos se ha financiado. Incluido Concilio Cuba-
no, que recibió directrices y dinero de la extrema derecha del exilio.
—Pero, es que también hay otros grupos, como el de Elizardo
Sánchez, que está apoyado, aunque muy modestamente, por algún
gobierno de Europa. Pero, ¿cuál es el problema? Eso no es justifi-
cación para reprimirlos. Yo no sabía lo que me dices, pero lo creo,
¿y cuál es el problema? Esos dólares le sirven a esa gente para vivir.
Y si les mandan otro tipo de apoyo, ¿cuál es el problema?

30
—Supongamos que usted es el gobierno cubano. Y yo, como disidente suyo,
estuviera financiado por agencias estadounidenses, ¿qué haría?
—Yo creo que ponerte en la cárcel. Hacer lo que está haciendo el
gobierno cubano.
—Entonces, ¿cuál es la diferencia?
—Pero, allá hay personas que reciben dinero del gobierno fran-
cés, belga, holandés..., ¿cuál es el problema? Yo estoy muy en
favor de la apertura.
—¿Y no importa si ese tipo de apertura sirve para desestabilizar su
nación?
—Espera. Concilio Cubano tenía algo básico: no era violen-
to... Claro que el gobierno cubano también ha debido financiar
varios de esos grupos... pero sí creo que los americanos no han
sido inteligentes.
—Los documentos y la práctica demuestran que el gobierno estado-
unidense ha cambiado de táctica desde hace algunos años. El lenguaje
guerrerista ha variado, hasta en los propios líderes de la extrema dere-
cha del exilio. Clinton ha nombrado embajadores especiales para tra-
tar los asuntos cubanos...
—Nosotros hablamos con Eizenstat. Él propone que se apoye a
la disidencia pacífica, nosotros también. Y yo creo que eso es muy
bueno, muy inteligente, porque además, es la primera vez que es-
cuchan a las organizaciones europeas. Clinton está haciendo esto
porque no quiere problemas con los empresarios europeos. Clinton
sabe que no se necesita de la Ley Helms-Burton para hacer caer al
gobierno de Castro. Espero que sigan así.
—Nos han comentado que el señor Eizenstat ha ofrecido dinero a
las Organizaciones No Gubernamentales europeas que se plieguen
a su proyecto.
—¿A cuáles organizaciones? A nosotros nada nos dijo. Porque
cuando comenzó a hablar de financiación, nosotros le dijimos
que Estados Unidos, de ninguna manera debía apoyar económica-
mente a grupos de derechos humanos en Europa, porque nos
iban a comparar con la gente de Miami. Eizenstat sí dijo que se podía
conseguir a través de órganos europeos en Bruselas. Le dije que la
plata no era problema, porque cuando hay convicción, la plata llega.
Yo siempre encontré dinero para mis cosas.
—¿Y hay convicción en Europa para ayudar a los llamados disi-
dentes?

31
—Se consigue. Se consigue. A comienzos de 1997 nos reunimos
unas quince Organizaciones No Gubernamentales y organismos
europeos, que de alguna manera tienen que ver con los derechos
humanos, para formar la Plataforma...
—Disculpe que le interrumpa, ¿pero por qué no llegaron más si
hay tantas en Europa?
—Hicimos muchas invitaciones, pero sólo estas aceptaron. De
pronto otras como Terre des Hommes-Francia, u Oxfam-Bélgi-
ca, no se atrevieron a venir porque tienen proyectos en Cuba y
no los quieren perder. Claro que Oxfam-Bélgica... ellos están en
la posición de apoyar al gobierno... no sé, no quieren denunciar
al gobierno cubano.
Entonces la reunión la hicimos para mirar qué podíamos hacer
conjuntamente para Cuba, y vamos a buscar apoyo para la disi-
dencia, no tanto financiero pues eso es de segunda importancia,
para buscarle reconocimiento internacional, para que la disidencia
sienta que tiene un respaldo político y moral.
La gente de Miami me llamó para protestar porque no se les
incluía; y porque creían que nos iban a dar muchos dólares. Dóla-
res que supuestamente nosotros los manejaríamos sin tenerlos en
cuenta. Pero aquí en Holanda, los grupos pro cubanos también
dijeron que la Plataforma estaba planeada, manejada y financiada
por los americanos...
—Creo que era fácil decir que ese encuentro era financiado o apo-
yado por el gobierno estadounidense, pues pocos días antes había pa-
sado el señor Eizenstat. Mucha coincidencia, ¿no cree?
—Con Eizenstat nos vimos como en noviembre, pero ya ha-
bía algunas Organizaciones No Gubernamentales que estába-
mos tratando de coordinarnos. Pero, sí creo que esa reunión
sirvió para que Clinton, también en enero, convenciera al Con-
greso norteamericano de aplazar la puesta en vigencia de la Ley
Helms-Burton. Clinton, a raíz del viaje de Eizenstat, pudo ar-
gumentar ante el Congreso que en Europa comenzaba un movi-
miento a favor de los derechos humanos y la democratización
en Cuba, que los europeos ya no estábamos dispuestos a darle tanto
apoyo a Fidel Castro. Nuestra reunión fue una de las cosas que influ-
yó. La declaración de la Unión Europea, impulsada por el gobierno
español, también sirvió muchísimo. ¿Conoces la declaración? ¡Es for-
tísima! ¡Muy buena! Todo eso se dio alrededor de la gira de Eizenstat,
pero no fue un resultado de ella. ¡Y yo estoy feliz!
32
—Entonces esta nueva táctica de la Casa Blanca, que usted ve como algo inteli-
gente, concuerda con el apoyo a la disidencia interna que Pax Christi Holanda, y
otras Organizaciones No Gubernamentales europeas, están adelantando?
—Claro que los americanos también están felices con nuestro Movi-
miento... Qué digo, con lo que hemos llamado Plataforma por los
Derechos Humanos y la Democracia en Cuba. Pues han visto que
ahora las Organizaciones No Gubernamentales empiezan a darse
cuenta de lo que está pasando en Cuba, porque ven que muchas de
aquellas personas, conocidas como progresistas, también se están
expresando en favor de los derechos humanos y la democratización
en Cuba.
—En la reunión que se dio también aquí en Holanda, en abril de
1997, ¿ustedes estuvieron entre los organizadores?
—No. Fueron tres partidos holandeses, pero el Partido Liberal
fue quien la impulsó, debe ser porque Carlos Alberto Montaner,
de Madrid, es de la Internacional Liberal. Los partidos holandeses
no pudieron organizarla: ellos no tienen idea de lo que está pasan-
do en Cuba.
A esa reunión vinieron cuatro partidos de cubanos en el exilio.
En la sala estaban otros políticos y varios empresarios holandeses.
Yo pedí la palabra, y me dirigí a los empresarios para criticarlos
por sus inversiones en Cuba. Les pedí que, por su poder econó-
mico, le exijan al gobierno cubano cambios democráticos. Montaner
y los otros cubanos estaban muy contentos con mi intervención.
—Se calcula que de Miami saldrá el nuevo presidente de Cuba si el
actual régimen cae, y si no es uno de ellos, será alguien al gusto del
gobierno estadounidense. Esto está escrito en la Ley Helms-Burton.
—Sí. Sí. Estoy totalmente de acuerdo, por eso es que Europa se
debe meter en Cuba, pero yo no sé... Creo que Estados Unidos ha
cambiado mucho... Ya no es como antes, cuando Estados Unidos
podía manipular todo. Europa debe meterse en Cuba para que
haya más actores.
—¿Usted cree que Europa tiene la posibilidad de hacerle contrapeso a Esta-
dos Unidos en América Latina? Observe cómo la están sacando hasta de África.
¿No piensa que los gobiernos de la Unión Europea, así como Pax Christi Holan-
da y las demás Organizaciones No Gubernamentales que están en plan de apo-
yar a la llamada disidencia, le hacen un gran favor a la política agresiva estado-
unidense?
—No lo sé... pero hay que tratar de tener presencia en Cuba.

33
¿Sabes qué le propusimos a Eizenstat? Que se fueran militarmente
de Guantánamo, para que la comunidad internacional, las Naciones
Unidas, entren como garantía de paz.
—¡Pero si la ONU está manejada por Estados Unidos! Eso quedó
superclaro desde la elección del último Secretario General.
—Bueno, la ONU tampoco lo haría porque no tiene dinero,
pero que lo haga entonces la comunidad internacional, los que
están a favor de una salida democrática para Cuba...
—Señora Lidwien, ¿sabía que congresistas cubano-estadounidenses
como Ileana Ros-Lethinen, Díaz-Balart y Bob Menéndez, están de acuer-
do en acercarse a Europa para lograr la desestabilización de Cuba?
¿Sabía que están trabajando junto a Eizenstat, que son políticos de la
extrema derecha, cercanos a la Fundación Nacional Cubano Ameri-
cana? ¿Conoce que esta Fundación piensa abrir una oficina de relacio-
nes públicas en Bruselas?
—No. Ni idea tenía, pero no me extraña.
Me parece importantísimo que los exiliados se acerquen. Es-
toy muy a favor de eso. ¡Es buenísimo! Se necesita que los exiliados
hablen aquí en Europa y no sólo en Miami. A mí me gustaría
mucho ir a Estados Unidos para conversar con esos congresistas
y los exiliados. Y creo que lo haré pronto.
—Por último, señora Lidwien, usted me decía que el gobierno de
Estados Unidos está feliz con la Plataforma de Organizaciones No
Gubernamentales que dirige Pax Christi Holanda, y feliz también
con la Unión Europea. ¿Usted ha conocido que Washington alguna
vez se ponga así, por algo que no convenga a sus intereses?
—Es verdad que está feliz con la posición de Aznar; con las
declaraciones de la Unión Europea; y por haber encontrado Or-
ganizaciones No Gubernamentales europeas, como nosotros, que
apoyamos la disidencia.

“El ser disidente se ha hecho un negocio, por los


dólares que llegan de afuera”

34
Apenas comenzando su carrera de contrarrevolucionario, Francisco
Aruca es detenido y condenado a treinta años de prisión. Empezaba
a cumplir condena cuando se evade, partiendo de Cuba en 1961.
Volvió a su patria en 1978, dentro de la iniciativa del gobierno cuba-
no conocida como Diálogo. Al regresar a Nueva York, donde
FRANCISCO resi-
ARUCA
día y tenía echadas raíces, se asocia a otros amigos que con seis mil
Empresario
dólares crean la compañía Marazul,Director
especializada en vuelos charter
y comentarista de radioa

Cuba. “La demanda fue tan inmensa, que vendíamos hoy para volar
dentro de tres meses.” En 1986 Marazul se traslada a Miami, encon-
trando que su publicidad no era aceptada por los medios de comu-
nicación hispanos. Es así como deciden alquilar un espacio en Radio
Unión. Y Aruca, además de empresario, se convierte en comentarista
político. “No fue sólo por la compañía. Es que vimos la necesidad
de crear opinión pública; que la gente recibiera un mensaje diferente
al odio.”
Llegan todo tipo de insultos y amenazas. “Desconocidos” asaltan
la emisora y golpean a un técnico. Atentan contra las cuatro oficinas
con que hoy cuenta Marazul. Aruca no se intimida y, por el contrario,
abre otra emisión en Radio Progreso. La realidad es que se ha gana-
do el cariño y respeto de un segmento de los migrantes, no sólo
cubanos. Hubo un tiempo en que andaba con guardaespaldas; ahora
sólo lo acompaña una pistola. “No puedo decir que han hecho algo
contra mí. Ah, sí, una vez un hombre se tropezó voluntariamente
conmigo y me derramó una cerveza. Sólo pensé en el reclamo que
me iba a hacer mi mujer por llegar a casa con ese olor.”
—Señor Aruca, aunque ya se nos ha vuelto un “cliché”, a usted también
queremos preguntarle su concepto sobre el exilio cubano.
—El exilio cubano es ficticio y antipatriota, porque desde que
llegamos aquí estamos esperando a que los americanos nos den la
solución. Aunque con diferentes enfoques, su historia es la nega-
ción para que los americanos nos dejen solos.
Miren, la intención que ellos han tenido con las leyes del em-
bargo, es crear una explosión social en Cuba, para que cuando
eso suceda, o esté cerca, llegue un oficial del Ejército y dé un
golpe de Estado, pero ese militar lo que tendrá en las manos es
35
una papa caliente. Peor, una olla a presión con los huequitos tapados.
Él no va a saber cómo diablos resolver ese problema. Es ahí cuando
aparecerán estos poderosos de Miami, con todo el respaldo del
gobierno americano. Sin alternativas, el general les preguntará qué
debe hacer para que Estados Unidos suspenda las leyes, y así lleguen
la normalización, las ayudas, el comercio. Porque el militar sabe que
sin eso va a durar poco en el poder. Y la respuesta que recibirá es:
“practica la democracia. Debes hacer unas elecciones donde noso-
tros ganemos”.
Ese es el esquema, a costa del pueblo y la soberanía de Cuba.
¿Muy bonito, no?
—Señor Aruca, en Europa ha tenido cierta resonancia la llamada
oposición interna. Hasta Amnistía Internacional denominó a Con-
cilio Cubano como “oposición seria, de naturaleza organizada”.
—Yo no sé hasta donde Amnistía conoce la realidad cubana.
Pero, quienes la conocemos, dijimos que Concilio Cubano iba a
quedar en nada, al estar influido por este exilio que no está aisla-
do de los planes americanos. Lamentablemente, muy temprano,
los de Concilio y, en general, la llamada disidencia, llegaron a la
conclusión de que sin Miami no pueden sobrevivir, sobre todo
económicamente.
Pero Concilio ya es historia. Se devoraron entre ellos por los
apetitos personales... Miren, el ser disidente se ha vuelto un ne-
gocio, por los dólares que llegan de afuera. Son muchos los que
llaman diariamente a las radios diciendo que tienen grupos orga-
nizados de derechos humanos. ¿Para qué? Preparando el terreno
que les ayude a salir del país, y luego los reciban como héroes en
Miami o España. O sea que el ser disidente también se convirtió
en una forma de salir del país, sin montar en una balsa. Pueden
haber opositores honestos: el problema es encontrarlos. Porque
lo que hay hasta ahora, son gentes que quieren resolver su problema
personal, o hacerle el juego a los enemigos de su nación. Y no sé si
todas estas cosas las conoce Amnistía Internacional.
—Señor Aruca, denos su versión del por qué Estados Unidos y sus
aliados no han logrado doblegar la Revolución cubana.
—Porque se ha ignorado, no se ha querido ver, que la Revo-
lución cubana, con todos sus defectos, ha sido un proceso autóc-
tono que se llevó en Cuba por el deseo de los cubanos. Una
Revolución que sí ha llevado a cabo una profunda labor social. Y
eso ha creado una lealtad entre un gran segmento de la pobla-
36
ción. El sistema le ha dado al cubano, de Cuba, en su historia, el
verdadero sentimiento de que allá mandan los cubanos. Eso es
algo que tiene mucho peso.
—Bueno, pero se dice que en Cuba sólo mandan Fidel y el Partido
Comunista...
—Pero son cubanos los que mandan. Hablo de nacionalismo,
no de si el pueblo manda o no. Estoy por conocer un país donde
el pueblo mande.
Pero miremos otros logros de ese sistema. La educación, exten-
sible a todo el pueblo. El derecho al trabajo, aunque ahora hay
desempleo debido a la situación económica, pero hay, y hubo
hasta hace poco para todo el mundo. Se acabó, aunque siempre
hay quien discrimina, el racismo como problema social. En Cuba
se trató, a veces de manera excesiva, en mi opinión, por error del
sistema, de ser demasiado equitativo. Llegó un momento en que
el igualitarismo era un objetivo por encima de todo, y considero
que eso no funciona mucho. ¿Y eso a qué llevó? A que realmente
los cubanos se sientan muy iguales el uno al otro. Inclusive, aquí
en Miami, a los pocos meses de haber llegado un balsero, empie-
za a quejarse porque en el trabajo no lo tratan de igual a igual. En
Cuba, el administrador de una fábrica no puede tratar al trabaja-
dor como le de la gana, porque se busca un lío.
—Creemos que ha sido una Revolución edificada por hombres y
mujeres, no por dioses, y deberá tener errores. Para usted, ¿cuáles
son?
—Bueno, creo que se ha perdido libertad de expresión... Cla-
ro, entiendo que se tiene que medir esa libertad en un momento
como el que vive Cuba, donde el enemigo no pierde oportuni-
dad para manipular, buscando la explosión social. Y es que se
nos olvida que cuando Estados Unidos y Europa han estado en
guerra, los ciudadanos no han podido expresar las ideas como en
tiempos de paz. La Guerra del Golfo fue el último ejemplo.
También a nivel económico cometió graves errores, que
repercutieron políticamente. Uno de ellos, es que el Estado ha
centralizado todo. Creo que se deben crear pequeñas empresas
privadas, para que se genere un sector autónomo de la población,
que compita con el Estado. Lo que enfatizo, y eso a mucha gente
no le gusta, es que si bien se han cometido errores, que se deben
corregir, no se puede pedir que se deje hacer lo que les dé la gana

37
a unos pocos llamados disidentes, porque se está esperando que el
sistema cubano dé un resbalón, para darle el trancazo final.
—Hablemos de Francisco Aruca. Usted es una de las poquísimas
voces disidentes en la comunidad cubana en Miami ¿Qué le sucedió
para que mirara a Cuba diferente?
—En Cuba yo fui un contrarrevolucionario de izquierda. Creía
que en Cuba se necesitaba una Revolución que hiciera transforma-
ciones profundas, pero fue estudiando economía en Washington,
donde me doy cuenta que a la Revolución cubana no le quedaron
muchas alternativas durante los primeros cuatro años. Simplemente
hizo lo que tenía que hacer. Cuba era un país que, en aquel mo-
mento, estaba cercado por los americanos y este exilio. Con una
Revolución que le había ofrecido avances en todos los campos al
pueblo, y se los tenía que cumplir. De ahí que si los soviéticos no
hubieran ayudado, el proceso perece. Así llegué a la conclusión de
que nunca debí haber conspirado, sino haberme quedado. Y segu-
ramente hoy estaría entre el grupo de reformistas.
—¿Qué motivos dio para que lo encarcelaran en aquellos prime-
ros tiempos de la Revolución?
—Porque conspiraba contra el comunismo. Yo era de izquier-
da, pero producto de una educación católica. A nosotros nos ense-
ñaron los jesuitas que el comunismo era intrínsecamente perverso.
Esa era la frase. Les voy a contar una anécdota para que les quede
más claro. Un día, conspirando en Cuba, conversaba con un ami-
go. Y éste era, más o menos, el diálogo. Yo le preguntaba:
—¿Oye, estamos en contra de la reforma agraria?
—No, aunque de pronto los detalles no nos gustan, pero es
necesario que el campesino tenga tierras.
—¿Estamos en contra de la nacionalización de empresas ame-
ricanas?
—No, los americanos tenían mucha influencia aquí y eso había
que pararlo.
—¿Estamos en contra de la reforma urbana?
—No, los alquileres no hay que pagarlos.
—¡¿Entonces... por qué estamos conspirando?!
—¡Porque esto es comunismo, chico!
—¡Coño, verdad, si no fueran comunistas estaríamos con esta
gente!
—¡Imagínense y casi nos cuesta el pellejo!

38
—Otra pregunta que se nos volvió “cliché”. ¿Qué pasaría en Cuba si hoy
desaparece Fidel Castro?
—Yo no sé que pueda pasar. Es un individuo muy difícil de
reemplazar. Ese es el problema con los grandes líderes que ha dado
la humanidad. Él tiene una autoridad que, después de que él hable,
habló él. Y eso ha dado cierto orden. Ninguno quiere que los ame-
ricanos ni la mafia se apoderen del país. Nadie quiere que suceda
como en los países del ex bloque del Este.
—¿Pero, es que no hay quienes tomen las riendas del poder? ¿No
hay nuevos cuadros bien formados?
—Al contrario de lo que se dice, existe toda una generación
joven muy bien formada, estructurada, y que son quienes cada
vez toman más decisiones. O sea, hace mucho rato que la genera-
ción de Castro no toma todas las decisiones en Cuba. Además, la
estructura de poder no es como la típica que ha existido en Amé-
rica Latina donde hay un dictador, o un civil, los políticos, los
generales y la tropa. La cubana es más parecida a la existente en
Europa, por ser muy cohesiva y desarrollada.
Y existe una verdadera participación del pueblo en la toma de
decisiones. En Cuba todo se discute, en cada cuadra, en cada ba-
rrio, a veces hasta de manera exagerada.
“Los países europeos temen hasta ser amistosos con
Cuba por no dañar las relaciones con Estados
Unidos”

Estrangular económicamente a Cuba ha sido la principal estrategia


estadounidense desde 1959. Y la mayoría de los estados del mun-

39
do le han servido de cómplices. Cuando se produce el derrumbe
del llamado bloque del Este, y Cuba no cae con ellos, Washington
aprieta más la cuerda, y muchos estados aplauden sádicamente, o
continúan de espectadores indiferentes: que es igual. Pero hay unos
cuantos inversionistas que, aceptando las condiciones del gobierno
cubano para establecer empresas mixtas, se han arriesgado
WILLEM C. VAN T’Wa OUT
ser
“castigados” por Estados Unidos.
Director de la compañía importadora de níquel, Fondel Ho-
landa

También exponiéndose a que se cumplan los designios que la con-


trarrevolución sentó en su “Carta abierta a los inversionistas extranje-
ros,” en mayo de 1992:

Mantenemos la postura que cualquier inversión hecha


en Cuba, en las actuales circunstancias, no merecerá el
apoyo de las leyes que formule un futuro gobierno cuba-
no para la protección de la propiedad privada. Sostene-
mos que esas inversiones deberán ser consideradas como
parte del patrimonio nacional, y como tales podrá dis-
ponerse de ellas libremente[...]1

Contactamos a cinco inversionistas europeos, dos dijeron que


no querían tocar temas políticos. Y de los tres restantes, nos
quedamos con las palabras de Willem C. van t’Wout, holandés,
importador de níquel y otros productos cubanos. Como los demás,
él y su compañía Fondel están en la “lista negra” del gobierno esta-
dounidense.

—Su compañía lleva muchos años invirtiendo en Cuba. ¿Ello no


ha sido muy complicado debido al embargo estadounidense?
—Al inicio de nuestra colaboración con Cuba, sentimos fuer-
temente las consecuencias del embargo norteamericano, pero con
el transcurso de los años encontramos soluciones adecuadas para
1
Entre los firmantes de esta especie de amenaza están: Coordinadores Social Demócrata
de Cuba, Cuba Independiente y Democrática, Fundación Nacional Cubano America-
na, Unión Liberal Cubana y hasta el Comité Cubano por los Derechos Humanos, y el
Partido Pro Derechos Humanos de Cuba.

40
burlarlo. No les voy a contar cuáles, porque me imagino que los
norteamericanos quisieran saber cómo lo hacemos. Pero el em-
bargo ha creado un clima de temor en el mundo comercial, por
las repercusiones y sanciones que pueden venir de los america-
nos. Y eso no ha mejorado en todos estos años: por el contrario,
ha empeorado. Y la Ley Helms-Burton es la última maniobra
que tienen para mantener esa actitud intransigente hacia Cuba.
—Desde hace pocos años el gobierno cubano empezó a elaborar
variantes en la política de inversiones extranjeras. ¿Cuál es su opi-
nión?
—Después de la caída del Muro de Berlín se empezaron a dar
algunos cambios en Cuba, los cuales vimos como algo positivo,
aunque no andan lo suficientemente rápidos. Las autoridades cu-
banas tienen argumentos muy buenos para sostener ese actuar. Y
es porque no quieren llegar a situaciones como las que se viven
en los países ex socialistas, donde reina la mafia.
El gobierno cubano tiene su propia visión, que es contradicto-
ria con la visión que los europeos quieren imponer. Pero, creo
que los cubanos saben muy bien lo que quieren y cómo lograrlo.
En todo caso, se diga lo que se diga, nuestra experiencia es que
Cuba es uno de los países más honestos para establecer negocios.
—Y según usted, ¿cuál ha sido la actitud de la Unión Europea?
—La verdad es que la Unión Europea no busca el diálogo con
Cuba: sólo presiones y muchas condiciones. Porque los países
europeos temen hasta ser amistosos con Cuba por no dañar las
relaciones con Estados Unidos. Y por eso, desafortunadamente,
se ha tratado a este país de una manera muy vergonzosa. No le
tienen respeto.
—Cuba no sólo tiene que estar “toreando” el embargo comercial, sino
también las presiones por presunta violación a los derechos humanos...
—Es cierto. En Holanda, y en general en la Unión Europea se está
utilizando el argumento de los derechos humanos para condicionar
las relaciones con Cuba. No hay respeto por Cuba. Como conviene,
se olvida que Estados Unidos le tiene declarada una guerra hace casi
cuarenta años. Cuba está amenazada por el mundo exterior. Yo no
soy un experto en el tema de derechos humanos, pero sí creo, como
lo deben saber también los gobiernos europeos, que la mayoría de
los presos políticos en Cuba son espías de la CIA.

41
Es que también se dan unas cosas absurdas, por ejemplo, en abril
de 1997 los cuatro partidos en el gobierno holandés, organizaron
una conferencia llamada “Cooperación o confrontación. ¿Cómo
promover la democracia en Cuba?” Ahí, la mayoría de los invitados
estaban contra el gobierno cubano. Pero lo peor es que, después de
escuchar los debates, un mediano conocedor de la situación en la
Isla, podía concluir que estaban mal informados. Que sus fuentes
eran las típicas del exilio. Absurdo.
—Ahora que habla del exilio, ¿no le parece que los sectores más
reaccionarios están buscando abrirse espacio en Europa?
—No hay duda. Bajo el argumento de los derechos humanos
está siendo aceptada en Europa gente cercana a la Fundación
Nacional Cubano Americana. En la conferencia de abril, esta-
ban invitados Carlos Alberto Montaner y otros cubanos de
Miami, lo que quiere decir que políticamente les están abriendo
los brazos. Ellos están tratando de bloquear todas las relaciones
que tiene el gobierno cubano, o las que pueda tener. Aunque
estoy seguro que quienes negociamos con Cuba no nos dejare-
mos influir.
Pero ellos y el gobierno americano están a la ofensiva en Euro-
pa, por ejemplo, el embajador especial norteamericano, Eizenstat,
me vino a buscar para intentar que yo modificara mi posición
frente a Cuba. Y sé que ha visitado a otros empresarios. Ya han
logrado influir algunas organizaciones como Pax Christi Holan-
da, porque a mediados de 1996 la señora Zumpolle me envió una
carta, proponiéndome que recibiera algunos disidentes cubanos
que estaban de gira.
Están buscando efectos políticos, y para mí es muy claro que
los derechos humanos es el último argumento que les queda para
atacar a Cuba.

42
“En la guerra que lleva Estados Unidos contra Cuba,
el involucrar a las Organizaciones No Guber-
namentales para infiltrar el proceso histórico y dividir la
sociedad, es parte importante de su estrategia”

XAVIER DECLERCQ
Responsable de Movilización y Acción Política,
Oxfam-Solidaridad. Bélgica

Los días 4 y 5 de marzo de 1996 se celebró en Bruselas la Tercera


Conferencia sobre Cooperación No Gubernamental Europa-Cuba.
A ella asistieron cuarenta y siete Organizaciones No Guber-
namentales de doce países europeos. Por la parte cubana estuvie-
ron presentes nueve Organizaciones No Gubernamentales, repre-
sentantes de la Asamblea Nacional del Poder Popular, del Ministe-
rio de la Inversión y del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Entre los objetivos de la conferencia estaba “facilitar el intercam-
bio entre las organizaciones participantes sobre las dinámicas, méto-
dos y concepción de trabajo, así como facilitar aún más la presencia
de las ONGs cubanas en el ámbito europeo”. El evento fue realiza-
do en el marco del Parlamento Europeo, dada la labor del intergrupo
parlamentario denominado “Contra el Bloqueo.” Esto, a su vez, te-
nía también como finalidad principal el mostrar a las instituciones y
representantes del Parlamento Europeo, “la existencia de la cada vez
más dinámica realidad social del movimiento de las ONGs cuba-
nas”, así como el apoyo que están recibiendo de tan importantes
contrapartes europeas.
En las conclusiones emanadas de la Conferencia, se lee:

Es precisamente la búsqueda de una nueva visión del mun-


do, anclada en la ética solidaria, lo que principalmente
une a las ONGs de Europa y Cuba. Cómo edificar socie-
dades con sistemas políticos que resulten participativos,
con economías democráticas e incluyentes, que desarrollen
culturas liberadoras y ecuménicas, y que promuevan estilos
1
de vida ecológicamente sostenibles; ese es el verdadero reto
que debe unirnos a todos, sea cual sea la latitud geográfica
en que desarrollamos nuestra actividad.

Juntos declaramos nuestro rechazo a la pretensión de im-


poner a Cuba o a cualquier otro país, modelos ya agota-
dos a fines de siglo, cuando todos, en el Norte y en el
Sur, exploramos caminos alternativos.

En concordancia con ello, más adelante se precisa:

Para las ONGs europeas, el fortalecimiento del espacio


no gubernamental no significa la consolidación de un
contrapoder dentro del Estado cubano, que tendría como
objetivo minarlo desde dentro, como proclama la actual
política de EE.UU. [...] Estamos convencidos que esa no
es la manera de apoyar los cambios económicos, sociales
y políticos impulsados desde el propio Estado y menos
aún la manera para oxigenar las iniciativas de organiza-
ciones sociales que están dirigidas a mejorar estructu-
ralmente las condiciones de vida del pueblo cubano [...]

Oxfam-Bélgica fue una de las primeras Organizaciones No


Gubernamentales europeas que llegó a Cuba para participar en
proyectos de desarrollo. Esto les trajo problemas, pues se vieron
enjuiciados por la política de la Unión Europea, que se tradujo
en la negativa de apoyar económicamente varios proyectos pre-
sentados. Y no sólo sobre el país caribeño.

—Señor Declercq, ¿cómo se percibe en el círculo de las Organiza-


ciones No Gubernamentales europeas la cooperación con Cuba?
—Aunque las condiciones han venido cambiando desde hace
unos ocho años, históricamente en Cuba han tenido muy poca
presencia las Organizaciones No Gubernamentales internacio-
nales. Una parte ha estimado que no es posible trabajar allí por
falta de contrapartes locales. Otras, plantearon que el nivel de
desarrollo es tan grande que Cuba no necesitaba apoyo. Algunas
llevan años estudiando si apoyan o no. Muchas, que han olvidado
el papel que le corresponde al Estado, estiman que todo tiene que
2
ser organizado por la llamada “sociedad civil”. Creen que la sociedad
casi que debe reemplazar al Estado; se olvidan que el Estado está
hecho para garantizar la distribución e inversión de las riquezas. Casi
desean que todo quede en manos de la empresa privada. Para estas
Organizaciones No Gubernamentales, que son muchas, la sociedad
civil es la fórmula mágica. Y manejando este concepto entran en
contradicción con el gobierno cubano, lo que les dificulta o imposibi-
lita trabajar en Cuba.
—Entonces ¿por qué Oxfam-Bélgica se decidió a trabajar en ese país?
—La visión de cooperar con el desarrollo que manejamos, es
algo diferente al de muchas otras Organizaciones No Guber-
namentales, por eso cambiamos hace poco nuestro nombre en
Oxfam-Solidaridad. Se debe hacer acento en la solidaridad para
poner énfasis en la justicia. No tanto en el de poner paños de agua
tibia a la pobreza, que es donde muchas Organizaciones No Gu-
bernamentales centran sus esfuerzos.
Son muchas las Organizaciones No Gubernamentales que han
perdido la visión, y ya no ven las estructuras políticas creadoras de
la pobreza, esas mismas que aumentan la injusticia. Se ha olvidado
muy fácilmente de trabajar sobre los orígenes de la pobreza. De-
masiadas Organizaciones No Gubernamentales se quedan en su
proyectico que, además, puede ser muy bueno y beneficioso para
el grupo al cual se dirige, pero que no aporta al cambio de las raíces
de la injusticia social y económica.
Nosotros, aplicando los conceptos de solidaridad dentro de la
actual problemática cubana, analizamos que existe mucha justicia
en ese país, la cual se traduce en un grado muy elevado de salud,
educación, de participación política, etc, para todo el pueblo. Y
esa justicia la ha organizado y distribuido el Estado. Oxfam-Solida-
ridad Bélgica está segura que se debe apoyar la continuidad de esa
justicia.
—Señor Declercq, pero es como ir un poco a contracorriente. Si
existe una crítica sobre el proceso cubano, es porque todo lo centraliza
el Estado.
—Es cierto que muchas Organizaciones No Gubernamentales
no aceptan que el Estado cubano haya asumido toda la responsa-
bilidad de atender a la sociedad. No ven que ese Estado ha reaccio-
nado de manera diferente frente a la crisis que atraviesa. En los demás
países la fórmula aplicada son las recomendaciones neoliberales del
3
Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Y todos hemos
podido constatar que los ajustes económicos aplicados han afectado
a las mayorías, dejándolas en una mayor pobreza. La minoría pode-
rosa no es afectada porque, al contrario de Cuba, los intereses políti-
cos son dependientes de sus intereses económicos. En Cuba, el go-
bierno trata de dividir la riqueza y la pobreza, y lo logra bien. Es una
sociedad bastante igualitaria, donde el Estado prioriza las necesida-
des básicas de la población.
—¿Entonces, no vale la pena ayudar a darle oxígeno a un experimento único
en este mundo?
—Nuestra intención, y la de algunas pocas Organizaciones No
Gubernamentales, es ayudar a los esfuerzos cubanos para salvar
los logros de su proceso histórico. Y para eso trabajamos con
Organizaciones No Gubernamentales locales, pero también con
organizaciones de masas y, por qué no, con instancias guberna-
mentales. A muchos no les parecerá lógico que se trabaje con
instancias del Estado, pero si éstas sirven a los intereses de las
mayorías, ¿por qué no se pueden tener como contrapartida?
—Pero, según hemos escuchado a algunas Organizaciones No Gu-
bernamentales...
—Hay muchas Organizaciones No Gubernamentales que
parecen no ver la injusticia que se comete contra ese país. La
principal, es la intención norteamericana de imponer al mundo
entero el bloqueo que tienen sobre Cuba. Y parece que los otros
estados del mundo no se dan cuenta, o no quisieran hacerlo. Ese
bloqueo está amenazando directamente el nivel de vida de toda la
población cubana. Además, mirando un poco más allá de Cuba,
se puede distinguir muy fácilmente que en las actuales relaciones
internacionales, crece una tendencia muy peligrosa: Estados Uni-
dos niega la existencia del derecho internacional. Lo novedoso es
que esa tendencia se está institucionalizando. Cuba es un ejem-
plo para ilustrar el cómo la superpotencia ha decidido consolidar
sus intereses: el derecho del más fuerte.
Creo que se necesita una política internacional más ética. Eso
también debe ser una tarea para las Organizaciones No Guber-
namentales. Y comprometerse con el proceso histórico cubano
es un buen comienzo.
—Oxfam-Bélgica tiene una gran experiencia de cooperación en varios países
del mundo. ¿Es que han notado alguna diferencia en la relación con Cuba?
4
—En cierta medida es diferente. La cooperación internacional es
algo nuevo para los cubanos. Ellos han tenido poca experiencia y eso
dificulta de vez en cuando las relaciones. Trabajar con ellos también es
diferente porque son muy orgullosos. Mejor dicho, más conscientes de
su proceso histórico, por lo cual gobierno y pueblo tienen mucha dig-
nidad, y no aceptan que se les imponga algo.
Para algunas Organizaciones No Gubernamentales internaciona-
les, el respetar las prioridades y los términos de la cooperación, ha
sido sólo cosa de palabras y papeles. Pero en Cuba uno tiene que
respetar las condiciones puestas por ellos, siendo muy valioso para
aprender a valorizar su proceso político. Eso sí, las relaciones con los
cubanos son transparentes.
Es importante mencionar que la comunidad de Organizaciones
No Gubernamentales internacional ha llegado, en tres reuniones,1
a un consenso con sus contrapartes cubanas, sobre los principios
de cooperación. Lo más importante, según mi opinión, es que las
Organizaciones No Gubernamentales internacionales apoyarán las
iniciativas tomadas por las contrapartes cubanas. No somos noso-
tros quienes debemos inventar cuál es el proyecto que los cubanos
necesitan.
—Disculpe que le interrumpamos. Pero, ¿cuál es su versión sobre
el incidente que existió, en 1993, entre Médicos Sin Fronteras y el go-
bierno cubano?
—Es que hay un problema muy grande con las Organizacio-
nes No Gubernamentales de los países desarrollados. Tenemos
la mentalidad de que podemos arreglar los problemas del Tercer
Mundo, que nuestra manera de organización es la mejor y única.
¿Acaso el Ministerio de Salud cubano no tenía razón cuando
prohibió a Médicos Sin Fronteras, el abrir su propio local para
entregar medicamentos? Si los cubanos han logrado tener uno de
los mejores sistemas de salud del mundo, hasta por encima del
estadounidense y europeo, ¿por qué se debe intentar cambiarlo?
Son los cubanos quienes deciden adonde van las ayudas médicas
que nosotros les entregamos. Y les aseguro que siempre tenemos la
posibilidad de controlar su buen destino. Es que allá, este tipo de

1
La primera reunión se efectuó en 1993, en La Habana; la segunda en 1995, en Madrid; y
la tercera en 1996, en el Parlamento Europeo.

5
cosas no las puede decidir una institución a su libre voluntad. Pero, lo
de Médicos Sin Fronteras creo que no fue tan grave.
Se dio el caso de una ONG estadounidense que ofrecía dos mi-
llones de dólares a otra cubana. La única condición que ponía, para
entregar tal cantidad, era que le dejaran entrar su propio personal
para distribuir gratuitamente Biblias. De pronto puede parecer algo
inofensivo, pero no lo es para nada. Son organizaciones que tienen
un trabajo muy sutil, pero con una agenda escondida. No se puede
olvidar que muchísimas Organizaciones No Gubernamentales son
utilizadas para intereses políticos de los países ricos. Y en el caso de
Cuba, Estados Unidos quiere que sirvan a los suyos.
—Esa es una afirmación un tanto delicada. ¿Nos la podría ampliar un poco?
¿No cree que el gobierno cubano tiene paranoia de infiltración?
—En la agresión que lleva Estados Unidos contra Cuba, el involu-
crar a las Organizaciones No Gubernamentales para infiltrar el
proceso histórico, y dividir la sociedad, es parte importante de su
estrategia. Y de infiltración los cubanos conocen demasiado, pues
desde 1959 les ha tocado afrontar, cada día, todas las tentativas
realizadas por los americanos y a las cuales parece que se quieren
sumar ciertas Organizaciones No Gubernamentales europeas.
Se debe saber que el gobierno estadounidense habla de dos carri-
les. El uno es el bloqueo. Y el dos es la infiltración por intermedio
de las Organizaciones No Gubernamentales. No lo estoy inven-
tando: está escrito en textos oficiales, y muchos expertos han ana-
lizado ampliamente el tema. Desde hace algunos años Estados
Unidos promueve una verdadera política de cooperación, que debe
ser asumida por Organizaciones No Gubernamentales de su país,
hacia la disidencia en Cuba. Pero estamos viendo que ello se está
extendiendo hacia Europa. El embajador especial de Clinton para
Cuba, Eizenstat, se ha reunido en Europa con varias Organizacio-
nes No Gubernamentales. Y en algunos casos, ha ofrecido otorgar
un fondo de millones de dólares para las que estén de acuerdo en
trabajar con la disidencia. Hasta ahora no conozco ninguna ONG
que haya aceptado ese dinero: sería bastante tonto de su parte.
Aunque en algunas ocasiones sí ha creado confusión.
—¿En su conocimiento, existen Organizaciones No Gubernamentales euro-
peas que estén de acuerdo en seguir la estrategia propuesta por la Casa Blanca?
—Por suerte de la Administración Clinton, es posible que existan
unas pocas Organizaciones No Gubernamentales europeas que es-
tén por apoyar a esa disidencia sin necesidad de recibir los dólares.
6
Pero por el momento sólo hay una ONG, en mi conocimiento,
que está trabajando según las instrucciones estadounidenses. Se trata
de Pax Christi Holanda. Y lo hace a pesar de que ello es fuertemente
cuestionado por las otras Pax Christi en los demás países del mundo.
Aunque las intenciones de esa ONG hacia Cuba están empezando, es
necesario tener mucho cuidado pues ha logrado entrar en coqueteos
con otras Organizaciones No Gubernamentales de Europa. Lo in-
creíble es que en documentos de esta ONG, uno puede leer textual-
mente muchas de las palabras de la Administración Clinton, en cuan-
to a las exigencias hechas a la empresa privada europea por ejemplo.
Además, tengo conocimiento de un texto oficial del gobierno norte-
americano, donde felicita a esta ONG holandesa por la iniciativa de
dar voz y apoyo a la disidencia cubana.
Creo que las Organizaciones No Gubernamentales europeas deben
estar al tanto de esos hechos. Si no tienen el cuadro general, es difícil
evaluar las diferentes iniciativas; de ver las verdaderas intenciones que
hay detrás. Y el tema de los derechos humanos es un tema delicado,
que está siendo bastante explotado por parte de los norteamericanos
para convencer a las Organizaciones No Gubernamentales europeas.
¿Quién no está de acuerdo con el respeto a los derechos huma-
nos? Pero desde el momento en que se utiliza el tema como arma
de guerra, para una campaña contra el sistema cubano, ya me
parece bastante sospechoso.
“Esos disidentes y grupos de derechos humanos en Cuba,
que simplemente son algunas personas, sólo importan en
la medida que nos sirvan en una sola causa: desestabi-
lizar al régimen de Fidel Castro”
Dentro de las contradicciones que se dan en el interior del estamento
estadounidense, dos políticos se distinguen por sus posiciones en
contra de la estrategia de su país frente a Cuba, así no compartan su

7
sistema político totalmente. Uno de ellos es el ex Fiscal General
Ramsey Clark. En una gran diversidad de foros ha repetido que:

Con su arrollador poderío económico y militar, EE.UU.


ha intentado derrocar al gobierno de la vecina Cuba, país

WAYNE SMITH
Académico, ex Jefe de la Sección de Intereses
de Estados Unidos en La Habana,

pequeño y comparativamente mucho más pobre, durante


cuatro décadas [...]

Enfrentando ese impresionante poderío y amenazas cons-


tantes, Cuba –que sólo cuarenta años atrás sufrió de una
pobreza extrema, analfabetismo, enfermedades, violencia,
corrupción y explotación extranjera– ha emergido como
líder internacional en casi todas las esferas del desarrollo
humano. El analfabetismo ha sido virtualmente eliminado,
se estableció un excelente sistema de educación superior, y
se ha creado un enorme caudal de técnicos y profesionales
altamente entrenados que ofrecen sus servicios en países
pobres. El sistema cubano de salud pública no es igualado
en el Tercer Mundo en lo que respecta a prevención, tra-
tamiento, asistencia e investigación, y se ha convertido en
modelo para todas las naciones.
En 30 años, Cuba ha reducido la mortalidad infantil desde
alrededor de 90 por 1 000 nacidos vivos hasta un nivel infe-
rior al de EE.UU. y de la mayoría de los países más ricos del
mundo. Ha desarrollado vacunas que se equiparan con los
parámetros internacionales. Los médicos, enfermeras, trabaja-
dores de la salud y medicinas cubanos han salvado millones
de vidas al servicio de los pobres en docenas de naciones. En
Cuba no existen vagabundos. Existen trabajos decorosos para
todos. El arte, la música, la danza, el cine, la poesía y la litera-
tura se desarrollan en toda Cuba. Las condiciones físicas de

8
su pueblo quedaron demostradas en Atlanta, donde los cu-
banos ganaron medallas de oro en boxeo y baseball, más allá
de lo logrado por naciones con niveles de población y condi-
ciones económicas semejantes[...]

El bloqueo norteamericano contra Cuba es un crimen


contra la humanidad. Estados Unidos tiene la intención
de dañar al pueblo cubano, y necesariamente los más
débiles y vulnerables son los niños, los ancianos y los
enfermos crónicos. Estados Unidos sabe qué puede su-
cederle a cerca de 200 000 diabéticos que existen en Cuba
si no tienen posibilidad de obtener insulina [...] 1

El otro político es Wayne Smith, Académico y ex Jefe de la


Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana. En su
cruzada ha perdido algunas batallas, por ejemplo, cuando los
congresistas influidos por la extrema derecha de Miami y Nueva
Jersey, impusieron Tele-Martí. Smith estaba en desacuerdo fron-
tal con ello. Tanto porque violaba todo tipo de convenio inter-
nacional, como por ser una inversión millonariamente costosa
que, como sucedió, el gobierno cubano bloquearía totalmente.
En esos momentos, los dos gobiernos sostenían diálogos sobre
migración y otros temas de interés común. Y Smith sabía que
Cuba se retiraría de la mesa de conversaciones si Tele-Martí em-
pezaba sus transmisiones. Así sucedió, y Smith renunció.
Smith también se opone a la Ley Helms-Burton. Está seguro de
su ineficacia como método para lograr una transición rápida al capi-
talismo. En sus escritos y conferencias, deja traslucir su opción por el
estilo adelantado en los países del ex bloque del Este, donde según él
no hubo necesidad de ningún tipo de agresión mayor para reinstalar
el capitalismo.
Desgraciadamente él no contaba con mucho tiempo para la
entrevista, pero las afirmaciones que nos entregó en esos po-
cos minutos son, creemos, de una gran importancia. Smith
reconoce cosas que difícilmente las expresa al público un polí-
tico estadounidense.
1
M. Ramsey Clark: “Un crimen contra la humanidad”, Aportes de la ponencia presen-
tada en el seminario Helms-Burton y Europa, Fundación Global Reflexión, Amsterdam,
1996.

9
—Señor Smith, explíquenos, ¿por qué usted no está de acuerdo con la Ley
Helms-Burton?
—Porque Estados Unidos está equivocado con la imple-
mentación de esa Ley. Si aumenta la presión hacia Cuba, el
régimen reacciona creciendo la disciplina interna y reuniendo
al pueblo alrededor de la bandera y la soberanía. A nivel inter-
nacional, esta Ley, analizada a partir de nuestros intereses, tiene
poco sentido. Mientras Cuba no nos representa ninguna amena-
za, estamos deteriorando los vínculos comerciales con los cana-
dienses y europeos, al estar violando leyes internacionales.
Y aunque los europeos y canadienses han reaccionado bien
frente a esta Ley, dejando entender a Estados Unidos que esa
política tiene un precio a pagar, sus posibilidades están limitadas.
Europa es muy legalista, y piensa que si le dice a Estados Unidos
que debe respetar los acuerdos internacionales, va a cambiar.
Olvídenlo. Estados Unidos no acepta ni la jurisdicción de una
Corte Internacional. La iniciativa de la Ley Helms-Burton la tomó
un grupo de personas, convencidas de que Estados Unidos no
puede estar restringido por el Derecho Internacional, al haber
quedado como única potencia mundial. Lo peligroso es que la
Ley Helms-Burton puede ser un primer paso, no contra Cuba,
sino para que Estados Unidos termine por imponer sus intereses
a la comunidad internacional, para forzar una Pax Americana al
resto del mundo.
—Nos parece que apoyándose en esa Ley, el gobierno estadouni-
dense ha comprometido a la Unión Europea para que aporte a la
desestabilización del Estado cubano. Es más, de una manera muy
táctica y sutil, ha logrado que algunas Organizaciones No Guberna-
mentales europeas se plieguen a su designio de apoyar a la llamada
disidencia.
—Sí, es cierto. Para ello no sólo hay un embajador especial,
sino que se está apoyando en ciertas organizaciones del exilio.
Porque ese exilio no es autónomo: funciona como instrumento
del gobierno norteamericano.
La Fundación Nacional Cubano Americana, la Plataforma
Democrática Cubana, que lidera Montaner en España, y otros
grupos de presión del exilio, están haciendo ya su labor por Eu-
ropa. Y van a trabajar como en Estados Unidos para lograr que
Europa adopte una línea intransigente hacia Cuba. Ellos cuentan

10
con mucho dinero; son poderosos y agresivos. Y no veo que se les
haga mucha resistencia en estos países. El gobierno español ya está
influido por la Fundación Nacional Cubano Americana y la Platafor-
ma Democrática. Allí ya lograron buena parte de sus metas. Y van a
seguir en otros países. Son artistas en infiltrar y entender el funciona-
miento del sistema político. Estudian, buscan información para sa-
ber a cuales políticos pueden comprar. A los que no quieran colabo-
rar, les investigan la vida privada para intimidar y chantajear.
Hasta ahora ese modus operandi les ha dado muy buenos resulta-
dos en Estados Unidos.
—Los cubano-estadounidenses...
—Déjenme decirles algo. Los cubano-americanos han tenido, y
tienen mucha influencia, sólo si sus intereses coordinan con los de
las Administraciones. Durante el gobierno Carter, yo trabajaba en
el Departamento de Estado. Existían muchas organizaciones de
exiliados, pero no la Fundación Nacional Cubano Americana. En
esa época a todas las manejábamos muy fácil. A mí me tocó ir
varias veces a Miami, para explicar a los líderes que nuestras
intenciones eran las de normalizar las relaciones con Cuba. Ellos
lo entendían, pero llegaron Reagan y Bush a la presidencia, quie-
nes querían una línea dura hacia Cuba, creándose la Fundación
Nacional Cubano Americana. Clinton se hizo amigo de los cu-
bano-americanos, comió con Canosa, ofreció una política dura
contra Cuba. Así recibió una buena cantidad de dólares para la
campaña electoral. En 1996 fue igual.
Hoy, Clinton se sigue apoyando en el sector más conservador
de los cubano-americanos. La actitud del presidente hacia ellos
nada tiene que ver con la política exterior norteamericana, ni con
derechos humanos, ni con democracia: todo son intereses electorales
y dinero.
—Señor Smith, después de casi cuarenta años de guerra contra la
Revolución cubana, ¿qué es al fin lo que persigue su gobierno?
—Los objetivos de Estados Unidos han cambiado con el trans-
curso de los años. Durante la Guerra Fría, lo principal era el
cambio de su política exterior. Desde 1975, se forzó para que
retirara sus tropas de África, y no ayudara a movimientos revo-
lucionarios en América Latina. También para que redujera sus
vínculos militares con la URSS. Aparentemente, durante la Gue-
rra Fría, la organización interna del sistema no nos interesaba:

11
Cuba podría tener un gobierno socialista si se sabía comportar
internacionalmente.
En 1988 Cuba retira sus tropas de África. Y desde 1990 le va
quitando el apoyo a los movimientos revolucionarios. En 1992
la URSS colapsa, y así acaba la alianza militar cubano-soviética.
Los objetivos de la política exterior norteamericana se cumplie-
ron, pero eso no dio ninguna mejora a las relaciones con la Isla.
Porque realmente nuestro objetivo principal ha sido la caída del
régimen de Castro. ¿Y por qué siendo una pequeña Isla sin ma-
yores recursos económicos? Porque Cuba causa el mismo efecto
en las administraciones norteamericanas, que la luna llena en los
lobos: es una obsesión. Primero, la personalidad de Fidel Castro:
retó al poder más grande del mundo y salió ganando; va sobrevi-
viendo a nueve presidentes nuestros;2 es aceptado y respetado en
todo foro internacional. Durante la Guerra Fría no creíamos que
era posible quitarnos esa piedrita del zapato. Ahora sí. Por eso
hemos tomado las políticas de presión económica, a través de la
Ley Helms-Burton, y la de democracia y derechos humanos.
—Y según usted, ¿cómo se está desarrollando la presión política
hacia Cuba a partir de los derechos humanos?
—La democracia y los derechos humanos nos importan muy poco.
Simplemente utilizamos esas palabras para ocultar la verdadera
razón. Si democracia y derechos humanos nos importaran, tendría-
mos como enemigos a Indonesia, Turquía, México, Perú o Colom-
bia, por ejemplo. Porque la situación en Cuba, comparada con estos
países, y la mayoría en el mundo, es un paraíso.
Y si desde 1985 estamos anunciando, públicamente, que esti-
mularemos y financiaremos, abiertamente, a los grupos disiden-
tes y de derechos humanos en Cuba, también es por nuestros
propios intereses. Aunque Estados Unidos tampoco está finan-
ciando a todo el mundo, sino aquellos que pueden lograr más
imagen internacional, pero esos disidentes y grupos de derechos
humanos en Cuba, que simplemente son algunas personas, sólo

2
Los nueve presidentes han sido: Dwight David Eisenhower, 1953-1961, republicano;
John Fitzgerald Kennedy, 1961-1963, demócrata; Lyndon Baynes Johnson, 1963-1969,
demócrata; Richard Milhous Nixon, 1969-1974, republicano; Gerald Ford, 1974-1977,
republicano; James Carter, 1977-1981, demócrata; Ronald Wilson Reagan, 1981-1989,
republicano; George Bush, 1989-1993, republicano; William Jefferson Clinton, 1993,
demócrata.

12
importan en la medida que nos sirvan en una sóla causa:
desestabilizar al régimen de Fidel Castro.
A través de esas dos políticas, la presión económica y los derechos
humanos, queremos forzar el derrocamiento de Fidel Castro para
instalar un gobierno de transición a nuestro gusto. Para reinstalar la
gente que queremos y, así, tener nuevamente el control de la Isla.
GLOSARIO

19
A

ABDALA. (Ver también Frente de Liberación Nacional de Cuba,


FLNC). Surgió en Nueva York, al final de los años sesenta, como
organización estudiantil para enfrentar los grupos que apoyaban
al gobierno cubano. Se convirtió en el brazo legal y base logística
del Frente de Liberación Nacional de Cuba, desempeñando un
papel de primer orden en la estrategia terrorista llamada Guerra
por los caminos del mundo. Muchos de sus militantes fueron
arrestados y/o condenados por actos terroristas y/o tráfico de
drogas. A pesar de ello, irónicamente, fue la primera organiza-
ción del recalcitrante exilio que comenzó a realizar campañas pro
derechos humanos en Cuba. En sus filas militaron personas que
hoy gozan de prestigio en el mundo político, intelectual y de los
derechos humanos en Estados Unidos, por ejemplo, el actual con-
gresista Lincoln Díaz-Balart, el ex director del servicio de investi-
gación de Radio Martí, Ramón Mestre, y el dirigente de Freedom
House y Of Human Rights, Frank Calzón, entre otros. Abdala
se diluyó a mediados de los ochenta.
AGENCIA DE INFORMACIÓN DE ESTADOS UNIDOS
(UNITED STATES INFORMATION AGENCY, USIA). Es
el aparato de propaganda ideológica más poderoso de Estados
Unidos. Depende directamente del Departamento de Estado.
Una de las primeras grandes tareas que adelantó contra la Revo-
lución cubana fue la Operación Peter Pan. Ha financiado, y
ayudado a distribuir a nivel mundial, un considerable número
de publicaciones contrarrevolucionarias. Radio Martí y Tele-Martí
están bajo su mandato.
ALLENDE, SALVADOR. (1908-1973). Fundador del Partido
Socialista chileno. El 24 de octubre de 1970 fue elegido presi-
dente. El 11 de septiembre de 1973 murió combatiendo a sus
golpistas, encabezados por el general Augusto Pinochet.
ANEXIONISMO. Política estadounidense que tuvo entre sus
primeros representantes a Thomas Jefferson, quien desde 1805
expresó la conveniencia de anexar Cuba, desde ese momento,
Estados Unidos siempre ha considerado que Cuba es una ex-
tensión natural de su territorio. La actual Ley Helms-Burton
es la última expresión de las ambiciones anexionistas. Por su
31
práctica política, aunque con diferentes matices, los dirigentes
contrarrevolucionarios cubanos la aceptan.
AZNAR, JOSÉ MARÍA. Jefe de Gobierno del Estado español
desde 1996. Dirigente del derechista Partido Popular. En no-
viembre de 1995, siendo candidato presidencial, visitó Miami
donde se reunió con varias organizaciones de la extrema dere-
cha del exilio cubano. Ya en el gobierno auspició en la Unión
Europea acciones que han favorecido la política estadouniden-
se contra Cuba. Su partido y la extrema derecha del exilio
cubano constituyen la base de la Fundación Hispano Cubana.

BASE NAVAL DE GUANTÁNAMO. En 1903 el gobierno cu-


bano firmó con Estados Unidos un convenio a través del cual
le arrendaba una porción del territorio en la bahía de Guan-
tánamo. Estados Unidos lo convirtió en un enclave militar. El
gobierno revolucionario nunca ha querido cobrar el pago por
el arriendo, pero siempre ha exigido que se le devuelva el terri-
torio. Desde esa base, Estados Unidos ha agredido y provoca-
do cientos de veces a Cuba.
BATISTA ZALDÍVAR, FULGENCIO (1901-1973). En 1952 en-
cabezó un golpe de Estado con el visto bueno del gobierno
estadounidense. Se le responsabiliza del asesinato de unos veinte
mil cubanos durante los años en que gobernó (1952-1958). Al
amanecer del 1ro. de enero de 1959 huye hacia República Do-
minicana; de ahí partiría para ir a morir a España.
BERMÚDEZ, ENRIQUE. Uno de los mandos militares más san-
guinario durante la dictadura de Anastasio Somoza en Nicaragua.
Cuando los sandinistas llegan al poder en 1979, Bermúdez ya es-
taba encargado por la Administración Carter de ayudar a confor-
mar la mercenaria Contra. Además de todos los crímenes de gue-
rra que cometió, estuvo involucrado en el Iran-Contragate.
BONNE, FÉLIX ANTONIO. Según documentos públicos de
la Fundación Nacional Cubano Americana, Bonne es uno de
sus principales militantes en el interior de Cuba, liderando el
grupúsculo Corriente Cívica. Cuando la extrema derecha cu-
bana en el exilio intentó organizar, con el aval de Washington,
al grupo sedicioso Concilio Cubano, Bonne fue ubicado entre los
32
dirigentes, y de él sigue siendo miembro. Desde 1997 forma parte
de la dirección –patronato– de la Fundación Hispano Cubana.
BOSCH ÁVILA, ORLANDO. En 1960 se traslada a Estados Uni-
dos donde es reclutado por la CIA, especializándose en operacio-
nes encubiertas. En 1968 fue condenado a doce años de prisión
por haber intentado hundir un carguero polaco en Miami. Sólo
cumplió cuatro años. Fue un gran activista durante la escalada terro-
rista denominada Guerra por los caminos del mundo. Sirvió como
asesor de los servicios represivos del general Pinochet en Chile. En
octubre de 1976 planificó, junto a Luis Posada Carriles, la voladura
de una nave de Cubana de Aviación sobre el territorio de Barba-
dos, por ello es encarcelado en Venezuela durante diez años. Al
salir, ingresa a Estados Unidos donde es detenido al estar requeri-
do por el FBI. Gracias a la acción de la extrema derecha cubana,
encabezada por la congresista Ileana Ros-Lethinen y la Fundación
Nacional Cubano Americana, el presidente Bush ordena su liber-
tad. El FBI lo ha considerado como el terrorista más sanguinario
del continente. Vive en Miami.
BUSH, GEORGE. Ex presidente estadounidense desde 1989
hasta 1993. Siendo oficial de la CIA fue uno de los responsa-
bles en el reclutamiento de los mercenarios de la Brigada 2506.
En 1976 fue nombrado director de la Agencia. Como
vicepresidente de Ronald Reagan, estuvo vinculado en el Iran-
Contragate. Las investigaciones de la Comisión Kerry del
Senado dejaron claro su conocimiento y aceptación en el tráfico
de drogas para financiar la Contra: a pesar de que Bush era el
jefe directo de la Task Force encargada de adelantar la llamada
Guerra a las drogas.

CALLE OCHO (South-West, 8th Street). Atraviesa el popular


sector conocido como la Pequeña Habana. Es símbolo de la
comunidad cubana en Miami.
CALZÓN, FRANK. Ex agente especial de la CIA. Hasta fines
de los setenta fue dirigente de las organizaciones terroristas
Abdala y Frente de Liberación Nacional de Cuba. Fue uno de
los primeros directores de la Fundación Nacional Cubano
Americana. Actualmente es dirigente de las organizaciones

33
Freedom House y Of Human Rights, sostenidas básicamente por
el gobierno estadounidense, en particular por la National
Endowment for Democracy. Es una fuente importante de
financiamiento a la contrarrevolución interna, en especial y
hasta hace poco, a Gustavo Arcos.
CLINTON, WILLIAM, BILL. Presidente estadounidense des-
de 1993. Recibió cerca de cuatrocientos mil dólares de la Fun-
dación Nacional Cubano Americana como aporte para su
primera campaña presidencial, al comprometerse en apoyar
la Ley Cuban Democracy Act, más conocida como Ley
Torricelli. Al ser reelegido por un segundo período, dio su
aprobación a la Ley Helms-Burton en 1996. A comienzos de
1997, Clinton ofreció dar hasta ocho mil millones de dólares
si desaparecía el actual sistema político cubano. En octubre
de 1997, en Argentina, expresó que la Fundación Nacional
Cubano Americana era su guía en el tema cubano.
COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS. Organismo de Na-
ciones Unidas con sede en Ginebra, Suiza. Forma parte del
Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas,
ECOSOC. Instancia más importante en materia de derechos
humanos dentro del sistema ONU. En 1997 Cuba fue reelegi-
da una vez más como miembro de esta comisión, siendo la
primera ocasión en 1976.
COMISIÓN KERRY. Comisión Especial del Senado estadouni-
dense, conocida así al ser encabezada por el senador John Kerry.
Presentó sus resultados en 1989, luego de dos años de investigar el
llamado escándalo Iran-Contragate. En ella están suficien-temente
documentadas las operaciones secretas de la CIA, orientadas des-
de el Consejo Nacional de Seguridad, para dar apoyo logístico y
financiar a la Contra a espaldas de la mayoría en el Congreso. La
investigación demuestra el rol fundamen-tal que tuvieron muchos
cubano-estadounidenses en ello.
COALICIÓN DEMOCRÁTICA CUBANA. En agosto de 1991,
la Fundación Nacional Cubano Americana decide crear en el
interior de Cuba una especie de aparato federativo que reuniera
a sus grupúsculos contrarrevolucionarios, al cual denominó Coa-
lición Democrática Cubana. El gobierno estadounidense, a tra-
vés de la National Endowment for Democracy, ha sido una de
las principales fuentes de financiación de la Coalición. Entre
los objetivos de dicho aparato está: “Aumentar la presión de
34
los distintos disidentes sobre Castro para que abandone el poder.
La Coalición se opondrá a cualquier esfuerzo para iniciar conversa-
ciones con Castro con el fin de provocar un cambio pacífico. La
nueva Coalición se comunicará con otros grupos disidentes mien-
tras acepten su prohibición a los contactos con Castro. Esta Coa-
lición estará [...] respaldada por la Fundación Nacional Cubano
Americana.” En 1995 su discurso varió, incluyendo los términos
“reconciliación”, “transición pacífica”, “diálogo entre todos los
disidentes”, etcétera.
CONCERTACIÓN DEMOCRÁTICA CUBANA. En septiem-
bre de 1991, siguiendo los pasos de la Fundación Nacional Cu-
bano Americana, los dirigentes de la Plataforma Democrática
Cubana, Carlos Alberto Montaner e Ignacio Rasco, deciden
crear en el interior de Cuba otra especie de aparato federativo
denominado Concertación Democrática Cubana, a la cual se
unió posteriormente, entre otros, Hubert Matos, aunque guar-
dando un bajo perfil. Entre los primeros responsables de orga-
nizarla en el interior de la Isla estuvieron Elizardo Sánchez
Santacruz y la poeta María Elena Cruz Varela, a quienes se
unió posteriormente Gustavo Arcos. Al igual que la Platafor-
ma fue creada para influir en los medios europeos. El discurso
de Concertación Democrática Cubana también ha debido ma-
nejar los términos mejor recibidos en el medio, como “diálo-
go”, “pacificación”, “reconciliación”, “derechos humanos”,
“transición pacífica”, etc. Concertación Democrática Cubana
al igual que la Plataforma, se presentan como la “oposición
moderada” al gobierno cubano. Su dirigente principal en el
exterior, Carlos Alberto Montaner, es uno de los abanderados
explícitos de la anexión de Cuba a Estados Unidos.
CONCILIO CUBANO. Coalición de grupúsculos denomina-
dos disidentes o independientes, que se creó en el interior de
Cuba en octubre de 1995, orientada y financiada por los diri-
gentes de la contrarrevolución en el exterior, y respaldada por
Washington. Por el aparente desconocimiento de sus raíces y
fines, organizaciones internacionales la declararon “oposición
seria y válida al gobierno cubano”. Ante la muerte del líder del
sector más reaccionario del exilio cubano, Mas Canosa, los
que aún figuran como dirigentes de Concilio Cubano hicie-
ron público un comunicado donde reconocían que era “un

35
grave golpe” porque había sido “un hombre que dedicó su vida
al empeño de la libertad del pueblo de Cuba”.
CONSEJO NACIONAL DE SEGURIDAD. (NATIONAL
SECURITY COUNCIL, NSC). Equipo de altos responsables
en temas de seguridad nacional e internacional, que se reúnen
semanalmente con el presidente de Estados Unidos. Tiene como
miembros permanentes al Secretario de Estado, al Secretario de
Defensa y al director de la CIA. A espaldas de la mayoría, en el
Congreso estadounidense, y por intermedio del coronel Oliver
North, dirigió a la Contra nicaragüense.
CONSEJO REVOLUCIONARIO CUBANO. Creado por la CIA
poco antes de la invasión por Playa Girón, con la intención de
darle legitimidad internacional a la operación mercenaria. Reunía
a varios grupos contrarrevolucionarios. Tenía como tareas: el
mostrarse como alternativa al gobierno revolucionario, y decla-
rarse gobierno provisional en caso de que triunfara la invasión.
Fue disuelto en 1964.
CONTRA NICARAGÜENSE. Aparato mercenario que em-
pezó a ser organizado a fines de los años setenta por la Admi-
nistración Carter, para agredir al gobierno popular sandinista,
que con la llegada de Ronald Reagan a la Casa Blanca se conso-
lidó. Bajo el control del Consejo Nacional de Seguridad, se
organizó toda una estructura a su servicio dirigida desde Wa-
shington por el coronel Oliver North, y en Centroamérica
por Félix Rodríguez. El informe de la Comisión Kerry muestra
como parte de esa guerra mercenaria se financió con el tráfico
de drogas. Los contrarrevolucionarios cubanos, trabajando para
la CIA, tuvieron un papel primordial a todos los niveles.
COORDINADORA DE ORGANIZACIONES REVO-
LUCIONARIAS UNIDAS, CORU. Creada a mediados de
los setenta por los líderes más reaccionarios del exilio en Miami,
encabezados por Orlando Bosch y los hermanos Novo. En los
primeros diez meses de actividades, la Coordinadora de Orga-
nizaciones Revolucionarias Unidas realizó más de cincuenta
acciones terroristas contra intereses cubanos en el exterior, así
como oficinas comerciales o representaciones diplomáticas de
países que comerciaban con la Isla. La organización también
reivindicó la explosión de una nave de Cubana de Aviación
sobre Barbados, en octubre de 1976. El FBI demostró que la

36
Coordinadora de Organizaciones Revolucionarias Unidas estaba
financiada por el tráfico de drogas.
CORVO, RENÉ. Agente especial de la CIA. Acusado por el
FBI y la Comisión Kerry de tráfico de armas y drogas para la
Contra nicaragüense. Admitió lo primero, y su declaración
dio inicio a una extensa investigación sobre la implicación de
grupos contrarrevolucionarios cubanos. Los hermanos Alber-
to y Pepe Hernández, directores de la Fundación Nacional
Cubano Americana, participaron con Corvo en varias activi-
dades para la Contra desde Miami, El Salvador y Honduras.

DEBRAY, REGIS. Escritor francés. Capturado en Bolivia cuan-


do colaboraba con la guerrilla del Che Guevara. De gran
simpatizante de la Revolución cubana, se convirtió en uno de
sus fervientes críticos. A pedido del ex presidente francés,
François Mitterrand, organizó una campaña para liberar al ex
policía batistiano Armando Valladares. En 1996 la hija del Che
lo acusó de haber entregado la información necesaria, sin estar
bajo tortura, que dio con la captura de su padre. Andrés
Nazario, dirigente de Alpha 66 y enemigo del Che, comparte
esa afirmación.
DIÁLOGO. En noviembre de 1978, por iniciativa del gobierno
cubano, se reunieron en La Habana setenta y cinco personas
representativas de la comunidad cubana en el exterior con altos
dirigentes de ese país. Además de empezar un acercamiento, se lo-
gró la liberación de unos tres mil contrarrevolucionarios, y la posibi-
lidad de la reunificación familiar. En este último punto se insistía,
pues el gobierno lo había ofrecido desde 1967. La extrema derecha
del exilio actuó violentamente contra esas personas. A pesar de ello,
los "dialogueros" fueron en aumento, participando en diversos
eventos realizados en la Isla, donde ha primado el intercambio de
ideas y experiencias.
DÍAZ-BALART, LINCOLN. Congresista republicano cubano-
estadounidense. Ex miembro de la organización terrorista
Abdala. Colaborador en la redacción, y ferviente defensor, de
la Ley Helms-Burton. Su campaña electoral ha recibido gran-
des aportes de la Fundación Nacional Cubano Americana. Jun-

37
to a la también congresista, Ileana Ros-Lethinen, se apersonó de la
defensa y excarcelación del terrorista Orlando Bosch.
DIRECTIVA EJECUTIVA No. 77. Firmada por el presidente
Reagan en enero de 1983, y conocida internamente como
Proyecto Democracia. Con un brazo legal, aprobado por el
Congreso, llamado National Endowment for Democracy,
quien suplantó en gran medida a la CIA en el financiamiento
a organizaciones sindicales, de prensa, de derechos humanos,
religiosas, etc. La National Endowment for Democracy ha
entregado millones de dólares a la contrarrevolución cuba-
na, tanto interna como externa. El brazo clandestino lo cons-
tituyó el apoyo logístico que se le dio a la fuerza mercenaria
de la Contra.

EISENHOWER, DWIGHT DAVID. Presidente estadounidense


entre 1953 y 1961. Desde 1959 esta Administración inició el
apoyo a los grupos contrarrevolucionarios en Cuba. El plan
original del gobierno Eisenhower para desestabilizar la naciente
Revolución, no consistía en una invasión militar convencio-
nal, sino en el enviar equipos de infiltración que reforzaran a
los grupos armados contrarrevolucionarios.
EIZENSTAT, STUART. Subsecretario de Comercio para Comer-
cio Internacional. Desde 1996, luego de ser promulgada la Ley
Helms-Burton, fue nombrado por el presidente Clinton como
embajador especial para asuntos cubanos. En septiembre de ese
año es enviado para negociar con la Unión Europea las fuertes
contradicciones que resultaron a partir de la Ley. Entre sus ta-
reas ha estado el reunirse con Organizaciones No Gubernamen-
tales, buscando que se comprometan a dar apoyo a la llamada
disidencia interna en Cuba. En su informe al Congreso esta-
dounidense, y luego de manera pública, dijo que Pax Christi
Holanda lideraba en Europa al grupo de Organizaciones No
Gubernamentales que estaban de acuerdo con el plan.
ENMIENDA PLATT. Apéndice de la primera Constitución cu-
bana, impuesta en 1901 por Estados Unidos a la naciente Re-
pública de Cuba. Ésta estipulaba el derecho a la intervención
estadounidense en los asuntos internos cubanos; limitaba el
derecho de Cuba a firmar acuerdos y tratados con otros paí-
38
ses; y reconocía el derecho de Estados Unidos para adquirir tie-
rras y bases navales en Cuba. Todo ello para “preservar la inde-
pendencia cubana”, además de implantar un gobierno para “pro-
teger la vida, la propiedad y las libertades individuales”. Fue de-
rogada en 1934.
ESTEFAN, GLORIA. Célebre cantante cubano-americana,
opuesta al sistema político cubano. Esta posición la ha lleva-
do a financiar organizaciones contrarrevolucionarias como
Hermanos al Rescate. A pesar de ello, se opone a que los
poderosos grupos de la extrema derecha en Miami veten la
actuación de agrupaciones musicales procedentes de Cuba.
Esto motivó que en septiembre de 1997 se llamara a boico-
tear sus discos y presentaciones.

FORT BENNING. Situado en Georgia, es la sede de la Escuela de


Infantería del Ejército estadounidense. También es centro espe-
cial de formación en comunicaciones clandestinas, propaganda,
operaciones encubiertas, inteligencia y contrainteligencia. Sólo
los contrarrevolucionarios que gozaban de total confianza de la
CIA recibieron allí instrucción, entre ellos Jorge Mas Canosa,
Félix Rodríguez y Luis Posada Carriles. Allí fue trasladada la
tristemente célebre Escuela de las Américas, donde han sido adies-
trados muchos de los mandos militares responsables de la gue-
rra sucia en América Latina.
FREEDOM HOUSE. Organización estadounidense. Su represen-
tante en Washington es Frank Calzón. Aunque en años pasados
existían rivalidades, actualmente mantiene buenas relaciones con
la Fundación Nacional Cubano Americana. Por su intermedio la
National Endowment for Democracy ha financiado varios gru-
pos contrarrevolucionarios, dentro y fuera de Cuba, para ade-
lantar presuntas campañas pro derechos humanos. En 1995, el
gobierno de Estados Unidos le entregó medio millón de dóla-
res, con el objetivo de alentar la llamada disidencia interna. En
1998 se le entregó idéntica cantidad para invertirla en los mismos
fines. A mediados de 1997 la Seguridad cubana detuvo y expulsó al
ciudadano estadounidense David Norman Dorn, dirigente de la
Federación de Profesores, quien estaba realizando esa tarea a nom-
bre de Calzón y Freedom House.
39
FRENTE DE LIBERACIÓN NACIONAL DE CUBA, FLNC.
(Ver también Abdala). Grupo terrorista estructurado en la déca-
da de los setenta por ex miembros de la CIA, de la Brigada
2506 y dirigentes de la agrupación Abdala. Esta última se con-
vertiría en su soporte logístico y de personal.
II FRENTE DEL ESCAMBRAY. Uno de los grupos guerrille-
ros de la etapa pre-revolucionaria. Sus dirigentes eran el esta-
dounidense William Morgan, Eloy Gutiérrez Menoyo y los
hermanos Sargén. Después de la victoria, se opusieron a la
línea que seguía la mayoría en la dirigencia revolucionaria. Casi
todos sus mandos partieron a Estados Unidos donde partici-
paron en grupos contrarrevolucionarios controlados y finan-
ciados por la CIA.

GRAU SAN MARTÍN, RAMÓN. Presidente de Cuba entre


1944 y 1948. Su gobierno se caracterizó por el alto grado de
corrupción, la proliferación de la mafia y el sometimiento a la
política de Washington.
GUTIÉRREZ MENOYO, ELOY. Se opuso a los lineamientos de la
mayoría en la dirigencia revolucionaria. Se desempeñó como do-
ble agente en la Conspiración Trujillista. En 1961 se asila en Esta-
dos Unidos, ingresando al grupo terrorista Alpha 66. En enero de
1965 fue capturado cuando intentaba ingresar clandestinamente a
Cuba, con el fin de organizar grupos contrarrevolucionarios. Por
gestiones del gobierno español, es dejado en libertad en 1986.
Desde su primer discurso planteó la necesidad de adelantar un
diálogo con el gobierno cubano. Para ese efecto, en Miami orga-
nizó un grupo denominado Cambio Cubano. Invitado por el go-
bierno, ha regresado a Cuba en varias ocasiones para participar en
debates políticos.

HELMS, JESSE. Senador republicano, conocido por sus relacio-


nes con la extrema derecha. Mantuvo buenos contactos con
los regímenes dictatoriales de América Latina. La Fundación
Nacional Cubano Americana aportó al financiamiento de su

40
campaña electoral. Es el ponente principal de la Ley Helms-Burton.
HERNÁNDEZ, ALBERTO. Uno de los primeros directivos de la
Fundación Nacional Cubano Americana. Fue miembro del gru-
po terrorista Alpha 66. Testificó a favor del terrorista Orlando
Bosch, apersonándose de las colectas que se hicieron para pagar
los gastos de su defensa y reclusión. Dio apoyo mo-ral y econó-
mico al también terrorista Luis Posada Carriles. Estuvo en Angola
apoyando a las fuerzas de la UNITA. También en Centroamérica
con la Contra.

INTERNACIONAL DEMÓCRATA CRISTIANA, IDC. En


octubre de 1978, el belga André Louis, miembro del Comité
Ejecutivo de la Internacional Demócrata Cristiana, propone
el documento titulado: “Para una estrategia mundial de la De-
mocracia Cristiana.” El plan, que fue aprobado, tenía entre
sus puntos más importantes el fortalecer la presencia en Amé-
rica Latina. A pesar de que se proponía, utópicamente, restar-
le presencia política a Estados Unidos en favor de los intereses
europeos, terminó aliándose a éste. El 14 de mayo de 1984, el
International Herald Tribune anunciaba que la CIA le había
entregado al Partido Demócrata Cristiano salvadoreño novecien-
tos sesenta mil dólares para sostener la candidatura presidencial
de Napoleón Duarte, hombre de confianza de la Internacional De-
mócrata Cristiana. Los ejecutivos de esta organización, principal-
mente en Bélgica, tampoco desestimaron recursos para los gru-
púsculos que en el interior de Nicaragua estaban con la Contra. A
comienzos de los años ochenta dieron su total apoyo al Movi-
miento Demócrata Cristiano cubano en Miami, para que se
reactivara y realizara una labor pro derechos humanos en las ins-
tancias internacionales. Su principal aliado ha sido José Ignacio
Rasco, quien es vicepresidente de la Internacional Demócrata Cris-
tiana.
IRÁN-CONTRAGATE. Así se llamó el escándalo que estalló a
fines de 1986, al salir a la luz pública la responsabilidad de la
Administración Reagan en el mantenimiento logístico y mili-
tar a la Contra nicaragüense, lo cual estaba prohibido por el
Congreso. A partir de ello se descubrió que ese gobierno le
había entregado armamento a Irán, por intermedio de Israel, y
41
que las ganancias de la venta habían ido a parar al financia-miento
de la Contra. Esto se hacía mientras que públicamente Reagan
satanizaba a las autoridades de Irán, y llamaba al conjunto de na-
ciones a romper todo tipo de relaciones con ese gobierno. Pero
esto logró mimetizar, en buena parte, lo más delicado del asunto
que fue la captación de millones de dólares, a partir del tráfico de
drogas, para la Contra. Según consta en la investigación realizada
por la Comisión Kerry, las altas instancias del gobierno aceptaron,
directa e indirectamente, tal proceder. Esto se hacía mientras el
presidente Reagan tenía declarada la “guerra total” al tráfico de
drogas. Las pruebas son tan contundentes, que sólo un pacto “se-
creto” entre los partidos Demócrata y Republicano, puede explicar
el que Reagan, o mínimamente el vicepresidente Bush, no renuncia-
ran.

KENNEDY, JOHN FITZGERALD. (1917-1963). Presidente de


Estados Unidos en 1961. Durante su Administración se realizó
el intento de invasión mercenaria por Bahía de Cochinos. Debió
negociar con Nikita Kruschev el retiro de los misiles que la
URSS estaba instalando en Cuba. Un gran sector contra-
rrevolucionario ha mantenido la versión de que Kennedy les
negó la posibilidad de “liberar” Cuba, por lo cual es al hombre
que más odian después de Fidel Castro. Algunas investigaciones
oficiales, no descartan la participación de contrarrevolucionarios
cubanos en el asesinato del presidente.
KENNEDY, ROBERT. Fiscal general durante la Administración
de su hermano John. Luego del desastre de Bahía de Cochinos,
el presidente lo nombró responsable político de la Operación
Mangosta. Fue asesinado en 1968 durante la campaña electoral
presidencial. Es muy probable que contrarrevolucionarios cu-
banos hayan participado en el crimen.
KRUSCHEV, NIKITA. (1894-1971). Dirigente soviético. Primer
Secretario del Comité Central del Partido Comunista de la
URSS, en 1953. Presidente del Consejo de Ministros en 1958.
Dimitió en 1964. Negoció con Kennedy el retiro de los misiles
del territorio cubano.

L
42
LETELIER, ORLANDO. Ex ministro del gobierno de Salvador
Allende. Fue asesinado en Washington junto con su asistente,
al ser dinamitado su vehículo. La acción fue realizada por los
hermanos Novo, a nombre de la Coordinadora de Organiza-
ciones Revolucionarias Unidas.
LEY HELMS-BURTON. Llamada oficialmente “Cuban Liberty
and Democratic Solidarity Act ,” fue aprobada por el Con-
greso en 1996. Legislación estadounidense que refuerza el em-
bargo comercial hacia Cuba. Esta Ley amenaza con aplicar
una diversidad de sanciones a países, personas o empresas,
estadounidenses o extranjeras, que tengan relaciones comer-
ciales con Cuba. Con esta Ley, el gobierno de Estados Uni-
dos establece mecanismos que obligan al resto de mundo a
respaldar su guerra contra Cuba. La Ley hasta incluye los
primeros pasos necesarios que debe realizar Cuba si desea
que se levante el embargo y demás sanciones: el actual go-
bierno debe cambiarse por otro de transición; durante el pri-
mer año se deben desmantelar el Ejército, el Ministerio del
Interior, los Comités de Defensa de la Revolución, y todas las
otras instituciones de control del Estado; privatizar el sector
público e introducir una economía de mercado; organizar elec-
ciones donde puedan participar los cubanos de dentro y fuera,
a excepción de los actuales dirigentes gubernamentales. Y además,
sobre esto último, quienes resulten elegidos, necesitarán del aval
del presidente estadounidense para poder empezar las negocia-
ciones de una posible suspensión del embargo.
LLAMA, JOSÉ ANTONIO. Cubano-estadounidense. Miem-
bro del cuerpo de directores de la Fundación Nacional Cu-
bano Americana en Miami, y del patronato de la Fundación
Hispano Cubana en Madrid. El partido español Izquierda
Unida lo denunció como terrorista, ante el Congreso de los
Diputados, por participar en un proyecto para atentar con-
tra la vida del presidente Fidel Castro. El crimen, según el
FBI, se iba a cometer durante el encuentro iberoamericano
celebrado en Venezuela, en noviembre de 1997.
LOREDO, MIGUEL. Sacerdote franciscano que en marzo de
1966 ocultó en un convento, y durante dos semanas, a Ángel
Betancourt Cueto. Betancourt había asesinado a dos miem-
bros de la tripulación de un avión de Cubana, e hirió a otro,
43
cuando éstos se opusieron al secuestro de la nave. Loredo, luego
de cumplir diez años de prisión salió para Estados Unidos. En
Nueva York se unió a las actividades de los grupos de la extrema
derecha cubana. En Roma, el 28 de noviembre de 1997, fue pre-
sentado por Pax Christi Holanda como testimonio de la “repre-
sión a la Iglesia en Cuba”.

MAS CANOSA, JORGE. (1940-1997). Formó parte de la Briga-


da 2506, aunque no llegó a desembarcar. Recibió entrenamiento
especial en Fort Benning. Según documentos del FBI, en 1964
la CIA lo incluyó en la dirección colectiva de la Representa-
ción Cubana en el Exilio. Junto a Pepe Hernández, entre otros,
pidió dinero al exilio para preparar otras invasiones a Cuba,
dándose tan sólo ataques comando contra fáciles objetivos ci-
viles en la costa, pero los millones recaudados se evaporaron.
Aunque él mismo aseguraba que fue lavando platos y vendien-
do leche que comenzó a hacer capital, no son pocos los que
certifican que de esas colectas provino el dinero para comprar,
en 1968, una empresa constructora. En 1980, instalando ca-
bles de teléfono, ya poseía una gran fortuna. Su cercanía al
Partido Republicano, más las estrechas relaciones que mantenía
con las agencias de inteligencia de ese país, le abrieron un gran
espacio empresarial y político, que aumentó enormemente con la
llegada de Ronald Reagan a la presidencia. Ello, sumado a su
activismo contrarrevolucionario, se tuvo en cuenta por el Consejo
Nacional de Seguridad al promoverlo como presidente de la Fun-
dación Nacional Cubano Americana. Su inclaudicable servicio a
los intereses estadounidenses le valió de apoyo para los planes
contrarrevolucionarios. Murió en noviembre de 1997, y desde el
presidente William Clinton hasta el Departamento de Estado se
hicieron presentes con emotivos mensajes de condolencias.
MONTANER, CARLOS ALBERTO. En 1961 fue condenado por
participar en una organización terrorista de la CIA que camuflaba
explosivos en paquetes de cigarrillos. Fue recluido en un centro
para menores de donde se fugó. Salió de Cuba como asilado. En
1962, durante la Crisis de los Misiles, se alistó en las fuerzas espe-
ciales cubanas del Ejército estadounidense. Posteriormente, sien-
44
do estudiante universitario; según la Seguridad cubana, fue reclutado
por la CIA. En 1970 se radica en España donde fundó la Edito-
rial Playor, especializada en obras contrarrevolucionarias. Creó tam-
bién la agencia de prensa Firmas Press, destinada al envío de in-
formación anticubana a varios medios de comunicación euro-
peos y en el continente americano. La financiación de todo ello
nunca ha sido clara, aunque el gobierno cubano siempre ha asegu-
rado que proviene de la CIA. La misma fuente señala que Montaner
fue encargado de facilitar el ingreso a Francia del terrorista Juan
Felipe de la Cruz, quien murió al estallársele la bomba. Durante la
década de los ochenta organizó muchos congresos, en Europa y
América Latina, varios de ellos financiados por la National
Endowment for Democracy. Su editorial publicó trabajos de
Armando Valladares, aunque no pocos aseguran que fue
Montaner quien los escribió. También editó una obra de Ri-
cardo Bofill que resultó un plagio demostrado públicamente
por el verdadero autor. Junto a Ignacio Rasco, fue muy acti-
vo en la campaña por la liberación de Valladares, lo que le
sirvió para ampliar sus contactos. Junto a algunos amigos
armó en 1990 la Unión Liberal Cubana, atrayendo a otros
contrarrevolucionarios de Miami organiza la Plataforma De-
mocrática Cubana. El objetivo principal de esta Plataforma ha
sido el organizar un trabajo de presión internacional que lleve al
gobierno cubano a negociar con sus representantes. En el interior
de Cuba, y siguiendo los pasos de la Fundación Nacional Cubano
Americana, logró que Elizardo Sánchez y otros denominados di-
sidentes le ayudaran en la creación de la Concertación Democráti-
ca Cubana. Montaner siempre ha querido dar la imagen de ser un
moderado del exilio. Aunque en sus escritos y conferencias insiste
en estar por una transición pacífica y por el diálogo, el centro de su
mensaje es la eliminación de la dirigencia del gobierno cubano,
principalmente de Fidel Castro. Como ha quedado ratificado en
documentos que ha firmado con otros miembros de la extrema
derecha, asegura que quienes invierten hoy en Cuba sufrirán repre-
salias cuando se derribe el actual sistema cubano, viendo como
imprescindible su aislamiento económico y político. En sus textos
deja traslucir la admiración por el neoliberalismo. Llena de elogios
al gobierno estadounidense, y ve a las mayorías latinoamericanas
como idiotas e incapaces de conducir su propio destino. Fue miem-
45
bro fundador de la Fundación Hispano Cubana, retirándose va-
rios meses después por disputas de poder con Jorge Mas Canosa.
Desde hace varios años cuenta con el total apoyo del derechista
Partido Popular, llegando José María Aznar, actual Presidente del
Estado español, a escribir el prefacio de uno de sus libros.

NORTH, OLIVER. Ex teniente coronel del Ejército estadouni-


dense. Veterano de las operaciones clandestinas en las guerras
del sudeste asiático. Desde el Consejo Nacional de Seguridad
ayudó a organizar y dirigir la Contra nicaragüense. Se hizo
responsable, salvando a Reagan y Bush, del asunto más delica-
do del escándalo Iran-Contragate que fue el tráfico de drogas.
Su castigo fue realizar “servicios sociales” en áreas pobres de
Washington. Pero tal sanción la recibió por haber mentido y
escondido información al Congreso. En la navidad de 1992, el
presidente Bush concedió una amnistía a North y demás
implicados, diciendo de ellos: “El común denominador de su mo-
tivación, al margen de si estaban acertados o equivocados, era el
patriotismo.”

OF HUMAN RIGHTS. Uno de los primeros grupos pro dere-


chos humanos que crearon las organizaciones terroristas Abdala
y Frente de Liberación Nacional de Cuba. Desde siempre su
director ha sido el ex agente de la CIA Frank Calzón. Es un
soporte económico importante para las actividades subversi-
vas de Ricardo Bofill, en Miami, y Gustavo Arcos, en Cuba.
Monseñor Agustín Román integra su directiva.

PÉREZ ROURA, ARMANDO. Gerente y locutor de Radio


Mambí en Miami. Se le considera el más importante “terroris-
ta” radial, dado el tipo de mensaje que transmite a diario. Hasta
hace pocos años logró incitar a sus oyentes para que cometie-
ran atentados contra aquellas personas que se oponían a la
política estadounidense hacia Cuba. Es usual escucharle que
46
de caer el actual gobierno cubano, “ahí estaremos para ver como
el pueblo arrastra por las calles los cuerpos del dictador y sus
miserables camarillas. Yo lo sé; ¡correrá sangre! ¡Preparémo-
nos!”. Es dirigente del grupo paramilitar Unidad Cubana.
PINOCHET, AUGUSTO. General chileno que llegó al poder
en 1973 después de un golpe de Estado, apoyado por la CIA,
al gobierno socialdemócrata del presidente Salvador Allende.
Aportó a las actividades terroristas de la contrarrevolución cu-
bana, por intermedio de los hermanos Novo y Orlando Bosch.
Impuso una de las dictaduras más sangrientas del continente.
PLATAFORMA DEMOCRÁTICA CUBANA. Sin tener dife-
rencias de fondo con las organizaciones de la extrema derecha
del exilio, la Plataforma se diferencia en la forma de adelantar
su trabajo contrarrevolucionario, con un lenguaje más apro-
piado a los tiempos actuales de “distensión” mundial. Es la
opción “dulce” para el derrumbe del sistema cubano, recogida
de las tácticas adelantadas en los países del ex bloque socialista.
Por tanto, es la fórmula de Washington para ser presentada y
desarrollada en Europa, para así lograr más fácilmente su apoyo.
La responsabilidad de crear esta “oposición moderada” al go-
bierno cubano recayó sobre Carlos Alberto Montaner, residente
en España, el cual aglutinó a otros contrarrevolu-cionarios. Estos
tenían la particularidad de haber sido, o ser, cercanos a la CIA, y
de liderar grupos, denominados partidos, que se decían afines a
las corrientes ideológicas internacionales como la socialdemocra-
cia, democracia cristiana y liberal. El principal de ellos fue José
Ignacio Rasco. Así se constituyó la Plataforma, en agosto de 1990.
Según lo decía la convocatoria a la reunión constitutiva en Madrid,
la Plataforma debía obligar al gobierno cubano a someterse a un
proceso electoral “semejante al que liquidó a las dictaduras del Cono
sur, Nicaragua y Europa Oriental”. Segura de que si se daban esas
elecciones “el comunismo sería barrido”. La Plataforma invitaría al
gobierno de Cuba a un diálogo con la “oposición” para evitar de-
rramamientos de sangre y, a que organizara una transición pacífica.
La propuesta ignoraba la agresión que el gobierno estadounidense
mantiene contra la Isla desde hace casi cuarenta años.
Formalizada la Plataforma, sus miembros se dedicaron a bus-
car aliados en el interior de Cuba. Elizardo Sánchez y la escri-
tora María Elena Cruz Varela estuvieron entre los primeros
que recogieron las banderas, uniéndoseles posteriormente Gus-
47
tavo Arcos. Éstos, por directriz de la Plataforma, organizarían la
Concertación Democrática Cubana, especie de aparato federati-
vo, que aglutinó a varios grupúsculos. La Plataforma Democráti-
ca Cubana se presenta en Cuba y a nivel internacional como la
representante de toda la oposición moderada, disimulando que
en ella participan personas como Hubert Matos. A nivel interna-
cional la Plataforma ha realizado un trabajo de lobby tratando de
comprometer a los gobiernos para que incrementen las presiones
políticas y económicas, y contribuyan al aislamiento de Cuba. En
España, Rusia, Polonia, y últimamente en Holanda, la Plataforma
Democrática Cubana ha logrado cierta incidencia sobre sectores
políticos y gubernamentales.
Actualmente, en la práctica, la Plataforma Democrática Cubana
es un aparato que maneja Carlos Alberto Montaner, contando
con menos miembros que cuando nació. El estilo unipersonal de
Montaner, que toma decisiones sin consultar, y el que sus miem-
bros no se pongan de acuerdo sobre el tema del bloqueo estado-
unidense le ha producido bajas. Montaner es un furibundo defen-
sor del bloqueo, pero el Partido Demócrata Cristiano se opone.
POSADA CARRILES, LUIS. Reclutado en La Habana por la CIA
en 1960. Veterano de Bahía de Cochinos. Recibió entre-namiento
en Fort Benning junto con Mas Canosa y Félix Rodríguez. Allí
alcanzó grado de capitán. En 1964 formó parte de la Representa-
ción Cubana en el Exilio. En 1969 se incorporó a los servicios de
inteligencia venezolanos, DISIP, siendo el enlace de ese organismo
con la CIA. Él y Orlando Bosch planificaron la voladura de una
nave de Cubana de Aviación, por lo que fue encarcelado en Vene-
zuela. La Fundación Nacional Cubano Americana organizó la fuga
y facilitó su incorporación a la estructura de la CIA en
Centroamérica, durante la guerra antisandinista. Organizó y buscó
el financiamiento para los atentados que se cometieron contra cen-
tros turísticos cubanos, entre abril y septiembre de 1997.

RASCO, JOSÉ IGNACIO. En 1959, junto a sectores conserva-


dores de la Iglesia católica cubana fundó el Movimiento De-
mócrata Cristiano. Poco después huye de Cuba, siendo
reclutado por la CIA. Fue parte del Consejo Revolucionario
Cubano, aparato de fachada que intentaba dar legalidad a la in-
48
vasión por Bahía de Cochinos. Posteriormente fue desapareciendo
de la escena política, aunque tenía estrechos vínculos con el grupo
terrorista Alpha 66. En la década de los setenta reaparece defen-
diendo el diálogo con el gobierno cubano, como medio táctico
para su derrumbe. A comienzos de los años ochenta, e impulsado
por la Internacional Demócrata Cristiana, se enfrentó y desplazó a
quienes se habían mantenido liderando al exiguo Movimiento De-
mócrata Cristiano, dedicándose al trabajo de lobby en las organiza-
ciones internacionales de derechos humanos. Se da a la tarea de
transformar el Movimiento en Partido, realizando un congreso en
1991. A pesar de tener una militancia extremadamente reducida, el
Partido Demócrata Cristiano fue aceptado en la Internacional. Jun-
to a Carlos Alberto Montaner, y animados por el estrepitoso de-
rrumbe del llamado bloque socialista, funda en España la Platafor-
ma Democrática Cubana. Rasco es vicepresidente de la Internacio-
nal Demócrata Cristiana.
REAGAN, RONALD. Presidente de Estados Unidos entre 1981 y
1989. Llamó “combatientes de la libertad” a los miembros de la
Contra. Aunque no se dijo en las conclusiones de la Comisión
Kerry, la investigación tiene las suficientes pruebas como para ase-
gurar que Reagan conocía la trama clandestina para financiar esa
fuerza mercenaria. Dentro de sus planes para desestabilizar al go-
bierno cubano, dio luz verde para la creación de la Fundación
Nacional Cubano Americana, Radio Martí, Tele-Martí, y al apoyo
estructurado y sistemático de los llamados grupos disidentes en el
interior de Cuba. Paradójicamente, instauró uno de los gobiernos
más reaccionarios y corruptos que ha tenido Estados Unidos en
toda su historia, se apersonó de la causa de los derechos humanos
para atacar al gobierno cubano y al gobierno sandinista.
REPRESENTACIÓN CUBANA EN EL EXILIO, RECE. Gru-
po contrarrevolucionario organizado por mandato de la CIA.
La financiación de la Representación Cubana en el Exilio, según
un memorando del FBI, provenía de la Agencia. Pero José Pepín
Bosch, quien fuera uno de los principales directivos de la em-
presa ronera Bacardí hasta 1994, asegura que él no sólo la orga-
nizó, sino que también la ayudó a financiar. Representación Cu-
bana en el Exilio fue la primera organización que pidió dinero
para una nueva invasión a Cuba, recaudando varios millones. Ape-
nas se dieron algunas pequeñas operaciones comando, todas neu-
tralizadas por el Ejército y las milicias cubanas, pero el grueso del
49
dinero se evaporó. Jorge Mas Canosa y José Pepe Hernández estu-
vieron entre sus dirigentes. Aún hoy, en la recepción de la Funda-
ción Nacional Cubano Americana se pueden obtener sus infor-
mativos mensuales.
RODRÍGUEZ, FÉLIX. Uno de los primeros reclutados por la CIA
en Miami. Antes de que la Brigada 2506 tocara las playas cubanas,
Rodríguez ya se había infiltrado. Al ser derrotada la fuerza merce-
naria, se asiló en la Embajada venezolana. Posteriormente, recibió
entrenamiento en Fort Benning. La CIA lo trasladó a Bolivia para
ayudar a la captura del Che Guevara. Se enorgullece de haber sido
el último cubano, y el último estadounidense en haber visto con
vida al Che. Luego pasa al sudeste asiático, como parte del coman-
do de operaciones especiales, normalmente financiadas con el tráfi-
co de opio. A su regreso, es condecorado con la más alta distinción
delaCIA,laquelefueimpuesta
por su director George Bush. Al despuntar la década de los ochen-
ta, es ubicado en El Salvador para asesorar y brindar apoyo
logístico a la Contra, llegando a ser una de las personas claves en
esa guerra mercenaria.
ROQUE, JUAN PABLO. En la madrugada del 23 de febrero de
1992 llegó nadando a la base naval de Guantánamo y pidió
asilo político. Repleto de admiración y publicidad, fue recibi-
do por la extrema derecha en Miami. Participó en actividades
con la Fundación Nacional Cubano Americana, pero se dedi-
có a trabajar con Hermanos al Rescate. El 20 de febrero de
1996 reingresó a Cuba: era un agente de contrainteligencia de
ese país. Antes de partir le entregó voluminosa información al
FBI a la que también había infiltrado. En ella se demostraba
que Hermanos al Rescate, la Fundación Nacional Cubano
Americana y otras organizaciones contrarrevolucionarias, pre-
paraban acciones terroristas contra Cuba.
ROS-LETHINEN, ILEANA. Congresista cubana-estadouni-
dense. Se apersonó de la defensa del terrorista Orlando Bosch.
Siendo pro anexionista, ha trabajado fervientemente en la
aplicación de la Ley Helms-Burton.

SAVIMBI, JONAS. Jefe de la UNITA de Angola. Su fracción mili-


tar, en cumplimiento de objetivos trazados por Estados Unidos y
Sudáfrica, sirvió para la división del Movimiento Patriótico
50
Angolano. Como el gobierno cubano estaba apoyando militar-
mente a este último, la Fundación Nacional Cubano Americana
hizo lobby para que el Congreso estadounidense le entregara
varios millones de dólares extras a la UNITA. En agradecimien-
to, Savimbi le ofreció a Mas Canosa un fusil esculpido en marfil.
SECCIÓN DE INTERESES DE ESTADOS UNIDOS EN LA
HABANA (UNITED STATES INTERESTS SECTION,
SINA). Fue el resultado de un acuerdo entre los gobiernos
de Fidel Castro y Jimmy Carter, con el fin de instaurar un canal
de comunicación directo y permanente. Debía también facilitar
la gestión de los problemas, e intercambios comerciales, científi-
cos, culturales y deportivos. Al inicio funcionaba en la Embajada
suiza. Aunque ahora tiene una inmensa edificación propia, sigue
bajo la “protección” de Suiza. Su labor, oficialmente, es eminen-
temente consular, aunque desde 1977 que comenzó funciones
ha albergado una buena cantidad de agentes de los servicios de
inteligencia. Debido a las labores de espionaje que realizan en
Cuba, el gobierno ha llegado a expulsar hasta veinte funciona-
rios de esa Sección al mismo tiempo. Por su intermedio se hacen
llegar pagos y documentos a los llamados disidentes.
SHACKLEY, THEODORE. Ex subdirector de Operaciones de la
CIA. Personaje clave en las guerras secretas de la Agencia en pla-
zas estratégicas como Berlín, Viet Nam y Laos. Shackley fue el jefe
de la Estación secreta de la CIA en Miami, conocida como JM/
S

WAVE, que preparaba una segunda invasión a Cuba luego del


fiasco de Bahía de Cochinos.
SERVICIO DE INFORMACIÓN DE ESTADOS UNIDOS
(UNITED STATES INFORMATION SERVICE, USIS).
Brinda servicios a la Agencia de Información estadounidense a ni-
vel internacional. También depende del Departamento de Estado.
SOCIEDAD CIVIL. Varios documentos del gobierno de Esta-
dos Unidos sobre Cuba, avalados y repetidos por diversos es-
tudiosos, hablan de “la necesidad de estimular una política para
fortalecer la sociedad civil cubana”. Ésta es asumida, dentro de
la estrategia estadounidense, como una contraparte natural al
Estado cubano, la cual debe ser representada por una diversidad
amplísima de Organizaciones No Gubernamentales y distintos
51
tipos de asociaciones. Se promueve el antagonismo y la insumisión
al Estado, así como la división total Estado sociedad. Para el caso
cubano, esta versión de sociedad civil es simplemente la contrarre-
volución, más conocida como disidencia, y susceptible de financia-
ción externa. En ella se pretende basar Estados Unidos, y demás
aliados, para romper el sistema político de Cuba, donde existe una
amplia y múltiple sociedad civil.
SORZANO, JOSÉ. Cubano-estadounidense. Uno de los prime-
ros directores de la Fundación Nacional Cubano Americana.
Ex miembro del Consejo Nacional de Seguridad de Estados
Unidos, y ex diplomático de esa nación. Se destaca por sus posi-
ciones conservadoras y pro anexionistas.

TORRICELLI, ROBERT. Congresista del Partido Demócrata.


Inicialmente se oponía a la política adelantada por Washington
contra Cuba. Desde el momento que la extrema derecha del
exilio le hace aportes financieros, pasa a ser uno de los grandes
enemigos de la nación isleña. Fue el ponente de la Ley Cuban
Democracy Act, más conocida como Torricelli, que reforzó el
embargo comercial y dio vía libre al apoyo, abierto y encubier-
to, de la llamada disidencia interna.

UNIÓN LIBERAL CUBANA, ULC. A pesar de tener un nú-


mero de afiliados que no alcanza los cien, sin una estructura
orgánica, ni programa político, Carlos Alberto Montaner la
declaró partido en 1990. Acto seguido, Montaner no sólo lo-
gró que la Internacional Liberal le diera reconocimiento, sino
que lo nombraran vicepresidente. La Unión Liberal Cubana
forma parte de la Plataforma Democrática Cubana.

VARGAS LLOSA, MARIO. Escritor. Peruano de nacimiento y


nacionalizado español. De radical militante de la izquierda, pasó
a conservador de la derecha. En el Perú, siendo responsable de
una investigación especial por la masacre de varios periodis-
tas, ocultó la responsabilidad de los mandos de las fuerzas mili-
tares. Amigo personal de varios dirigentes de la extrema derecha
del exilio cubano. Es miembro del patronato de la Fundación
Hispano Cubana.

53
ÍNDICE

Nota a la edición cubana /7


Un poco de historia: 1959-1979 /9
MONSEÑOR A GUSTÍN R OMÁN
Obispo auxiliar de Miami /25
ANDRÉS NAZARIO S ARGÉN
Secretario General del grupo paramilitar Alpha 66 /35
José Basulto
ex miembro de la Brigada 2506
Director de Hermanos al Rescate /44
NINOSKA PÉREZ CASTELLÓN
Miembro del Directorio de la Fundación Nacional Cubano
Americana, periodista y locutora en Radio La Cubanísima.
Directora de La Voz de la Fundación
ROBERTO MARTÍN PÉREZ
Miembro del Directorio de la Fundación Nacional Cubano
Americana /54
HUBERT MATOS BENÍTEZ
Presidente de Cuba Independiente y Democrática /63
FRANCISCO JOSÉ HERNÁNDEZ
Presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana /76
R AMÓN C ERNUDA
Coleccionista de obras de arte. Representante en el exterior de
la Coordinadora de Organizaciones de Derechos Humanos en
Cuba /96
RICARDO BOFILL
Comité Pro Derechos Humanos en Cuba. Miami /113
G UILLERMO G ORTÁZAR
Diputado y miembro del Comité Ejecutivo del Partido
Popular español. Responsable para asuntos cubanos. Secreta-
rio General de la Fundación Hispano Cubana /130
ROBERT MÉNARD
Secretario General de Reporteros Sin Fronteras
JACQUES P ERROT
Responsable Región Américas, Reporteros Sin Fronteras /146
LIDWIEN Z UMPOLLE
Coordinadora de la Sección América Latina en Pax Christi
Holanda /166
F RANCISCO A RUCA
Empresario. Director y comentarista de radio /180
WILLEM C. VAN T’WOUT
Director de la compañía importadora de níquel,
FONDEL. Holanda /185
XAVIER DECLERCQ
Responsable de Movilización y Acción Política,
Oxfam-Solidaridad. Bélgica /188
WAYNE SMITH
Académico,
ex Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en
La Habana /195
Unas últimas letras /201
ANEXO DOCUMENTAL Y GLOSARIO
Documentos /209
Glosario /218
El cuidado de la edición y la
impresión de este trabajo fue
responsabilidad de Víctor Hugo
López López ([email protected]).
Se elaboró con tipo arial 10/20
2
puntos, en papel bond de 75 gr/m .
Terminó de imprimirse el sábado
1° de septiembre de 2007.
Delegación Coyoacán, Ciudad de
México, Distrito Federal, Estados
Unidos Mexicanos. La portada es
del mismo papel y el tiraje fue de
prueba para mi esposa Laura
Muñoz Hernández, así como para
nuestro hijo Víctor Hugo y
nuestras hijas: Laura Viridiana y
Sayda Zeltzin López Muñoz.

También podría gustarte