BIOETICA

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BIOÉTICA

INTRODUCCIÓN

La bioética es la disciplina que busca aclarar problemas éticos que surgen en


relación a la salud: al hacer investigación con seres humanos, diseñar o
implementar una política de salud, y brindar atención médica. La bioética no es un
código de preceptos sino una actividad de análisis a la luz de principios y criterios
éticos, que guía la práctica en las distintas áreas de la salud.

Para la Comisión Nacional de Bioética, es la rama de la ética aplicada que


reflexiona, delibera y hace planteamientos normativos y de políticas públicas para
regular y resolver conflictos en la vida social, especialmente en las ciencias de la
vida, así como en la práctica y en la investigación médica que afectan la vida en el
planeta, tanto en la actualidad como en futuras generaciones. Consejo
CONBIOÉTICA 2014

Esta noción de Bioética, formulada con el apoyo y aval del Consejo de la


Comisión, deriva de dos aspectos: la necesidad de contar con una aproximación
conceptual en tanto no se cuenta con una definición como tal, de carácter
universal; y, por otra parte, se precisa de una noción que permita trasladarla al
terreno operativo y llevarla a la práctica.

En relación con otros datos históricos sobre el término Bioética y su aplicación, es


importante mencionar que fue acuñado por Fritz Jahr en 1927, quien lo definió
como la ética de las relaciones de los seres humanos con los animales y la
naturaleza; sin embargo, es Van Rensselaer Potter quien lo incorpora al discurso
académico contemporáneo en el artículo Bioética, la ciencia de la supervivencia,
publicado en 1970. En la década de los años setenta también sobresalen
instituciones dedicadas a estos temas como la Universidad de Georgetown, en
Washington, D.C., que centró sus esfuerzos en el ámbito de las ciencias de la
salud y los avances científico-tecnológicos. Asimismo, en el año de 1972, André
Hellegers crea el Instituto de Bioética Joseph and Ross Kennedy y en Europa -en
Barcelona, en 1975- se funda el Instituto Borja de Bioética

Otros referentes importantes en el desarrollo de la bioética aparecen en el año de


1978, cuando se presenta la primera edición de la Enciclopedia de Bioética,
editada por Warren T. Reich, en la que se define a la Bioética como El estudio
sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la vida y de la
salud, examinadas a la luz de los valores y de los principios morales. A esta
primera edición siguieron dos más en las que distintos conceptos fueron
actualizados y analizados a la luz de los cambios que la disciplina bioética
atravesaba. Las segundas y terceras ediciones, por disposiciones del propio Reich
fueron encomendadas a Stephen G. Post y todo un grupo de trabajo que en 2003
la concluyeron con la inclusión de más de 110 artículos nuevos, y nutridos de los
viejos estudios y los viejos dilemas.

Más adelante, en 1979, Tom L. Beauchamp y James F. Childress publican el libro


Principles of Biomedical Ethics, cuyo tema principal es el estudio de la ética
biomédica. Dicha publicación fue la más representativa de esa época y, aún en
nuestros días continúa siendo una de las más empleadas, ya que en ella se basa
una de las corrientes más extendidas en el ámbito de la bioética, mejor conocida
como Principialismo, a través del cual se pondera una tétrada clásica:
Beneficencia; no maleficencia; autonomía y justicia.

A lo largo de las tres últimas décadas del siglo XX, el desarrollo de la cultura
tecno-científica, por un lado, y el impacto de los movimientos de la sociedad civil
por el otro, suscitaron una serie de acontecimientos de indudable importancia para
el desarrollo de la bioética. Si bien en sus inicios la bioética fue de dominio
básicamente anglosajón, posteriormente, a partir de los años ochenta, se extendió
a los países europeos y ha tenido, desde los años noventa hasta la actualidad, un
desarrollo que incluye a la región latinoamericana y una gran parte de los países
del mundo, por lo que actualmente se puede hablar de una bioética internacional
con diferentes grupos, voces y análisis particulares. Ejemplo de ello son los
principios o postulados que establece la escuela europea: vulnerabilidad, dignidad,
integridad y autonomía.

ALCANCE DE LA BIOÉTICA
La bioética no sólo trata las cuestiones morales en el ámbito de la biomedicina,
sino que además incluye:
 Cuestiones epistemológicas: modelos explicativos sobre la conducta
humana (p.ej. debate entre el determinismo biológico y la influencia
ambiental), metáforas y modelos sobre el papel de los genes, etc.
 Cuestiones ontológicas (estatuto de lo humano al comienzo y al final de la
vida; estado vegetativo persistente; relación entre la dotación genética y la
identidad del individuo, etc.).
La bioética se desarrolla en el contexto de una sociedad pluralista, ajena a los
grandes relatos unificadores de tipo religioso o ideológico. Por lo tanto, la bioética
es una ética civil que se sustenta en la racionalidad humana secularizada, capaz
de ser compartida por todos, en un terreno filosófico neutro. Como dice Marciano
Vidal (1989) "más allá de un ordenamiento jurídico y deontológico, y más acá de
las convicciones religiosas".
 Es una ética laica, racional, que formula la dimensión moral de la vida
humana en cuanto ésta tiene de repercusión para la convivencia ciudadana
en general. Pero con la consciencia de las limitaciones de la razón, es
decir, evitando el racionalismo ingenuo.
 Es una ética pluralista: acepta la diversidad de enfoques, desde los que se
intenta construir un acuerdo moral en una unidad superior.
 Es una ética "mínima" (Adela Cortina), es decir, el mínimo común
denominador moral de una sociedad pluralista, que garantiza al mismo
tiempo la diversidad de proyectos humanos (culturales, religiosos, etc.). En
esta línea se situarían igualmente los intentos del teólogo Hans Küng de
una Ética Mundial por medio del diálogo de las distintas religiones, que
pudiera llegar a unos acuerdos sobre valores y fines vinculantes. En cuanto
ética mínima, no puede aspirar a ser totalizadora, y por lo tanto no se
identifica con la visión de ninguna religión, que plantea cosmovisiones
opcionales. En cuanto ética común, sus contenidos no pueden depender de
simples preferencias personales, sino que reflejarían cierto grado de
consenso social derivado de la racionalidad.
 Sus contenidos se van descubriendo tras evaluación y discusión crítica, por
sucesivas convergencias surgidas de la común racionalidad humana. Se
trata, pues, de una ética dinámica y enraizada en la historia, que acepta
moverse provisionalmente en la duda y en la perplejidad, pero que avanza
hacia niveles cada vez mayores de búsqueda del bien y de la justicia para
toda la humanidad, contrastando sus conclusiones continuamente con la
realidad de cada momento y de cada cultura.

ALGUNAS APORTACIONES DE LA BIOÉTICA AL DEBATE FILOSÓFICO


Según Miguel Moreno (1996), las principales aportaciones de la bioética al debate
filosófico son:
 Clarificación conceptual y epistemológica, suministrando elementos
(siquiera parciales y provisionales) que ayudan a resolver ciertos problemas
o a arrinconar ciertos pseudoproblemas o polémicas como triviales o
irrelevantes.
 Justificación de propuestas y alternativas, proponiendo procedimientos y
métodos de discusión racional e intersubjetiva, dando argumentos válidos al
menos en determinados contextos culturales y momentos históricos.
 Plantear nuevas cuestiones filosóficas (como p.ej., el rediseño tecnológico
de la naturaleza humana o la dirección de nuestra propia evolución).
 Aportar nueva luz o perspectivas renovadas a viejos problemas (como p.ej.,
el debate determinismo-libertad, el valor de la vida humana, valor y uso de
la naturaleza).

FUNDAMENTACIONES DE LA BIOÉTICA

Valor absoluto de la persona


Deriva de la idea kantiana de que las personas no son meros medios, sino fines
en sí mismas. Sin embargo, nos encontramos con problemas que no se han
resuelto de modo unánime: dependiendo del estatuto ontológico que se conceda a
los no nacidos (embrión, feto), se hace hace necesaria o no la misma
consideración que a la vida humana nacida. La determinación del estatuto del
embrión no depende solamente de datos biológicos, sino de consideraciones
sociales y culturales no compartidas por todos, aunque ello no debe dar pie al
relativismo, sino que debe animar a seguir buscando y debatiendo.

El valor de la persona humana es una intuición o "a priori" que sirve de marco
referencial para elaborar la bioética. Por lo tanto, el ser humano tiene dignidad, y
no precio. De aquí se deriva el que todas las personas merecen la misma y
absoluta consideración y respeto.

LOS CUATRO PRINCIPIOS DE LA BIOÉTICA


Pretenden dar contenido al esbozo moral que supone la declaración del valor y
dignidad de la persona.

Principio de no maleficencia
Este principio ya se formuló en la medicina hipocrática: Primum non nocere, es
decir, ante todo, no hacer daño al paciente. Se trata de respetar la integridad física
y psicológica de la vida humana. Es relevante ante el avance de la ciencia y la
tecnología, porque muchas técnicas pueden acarrear daños o riesgos. En la
evaluación del equilibrio entre daños-beneficios, se puede cometer la falacia de
creer que ambas magnitudes son equivalentes o reducibles a análisis cuantitativo.
Un ejemplo actual sería evaluar el posible daño que pudieran ocasionar
organismos genéticamente manipulados, o el intento de una terapia génica que
acarreara consecuencias negativas para el individuo.

Principio de beneficencia
Se trata de la obligación de hacer el bien. Es otro de los principios clásicos
hipocráticos. El problema es que hasta hace poco, el médico podía imponer su
propia manera de hacer el bien sin contar con el consentimiento del paciente
(modelo paternalista de relación médico-paciente). Por lo tanto, actualmente este
principio viene matizado por el respeto a la autonomía del paciente, a sus valores,
cosmovisiones y deseos. No es lícito imponer a otro nuestra propia idea del bien.

Este principio positivo de beneficencia no es tan fuerte como el negativo de evitar


hacer daño. No se puede buscar hacer un bien a costa de originar daños: por
ejemplo, el "bien" de la experimentación en humanos (para hacer avanzar la
medicina) no se puede hacer sin contar con el consentimiento de los sujetos, y
menos sometiéndolos a riesgos desmedidos o infligiéndoles daños. Como dice
Hans Jonas (1997 edición española), aunque la humanidad tiene un interés en el
avance de la ciencia, nadie puede imponer a otros que se sacrifiquen para tal fin.
Matizado de esta manera, el principio de beneficencia apoya el concepto de
innovar y experimentar para lograr beneficios futuros para la humanidad, y el de
ayudar a otros (especialmente a los más desprotegidos) a alcanzar mayores cotas
de bienestar, salud, cultura, etc., según sus propios intereses y valores.

También se puede usar este principio (junto con el de justicia) para reforzar la
obligación moral de transferir tecnologías a países desfavorecidos con objeto de
salvar vidas humanas y satistacer sus necesidades básicas.

Principio de autonomía o de libertad de decisión


Se puede definir como la obligación de respetar los valores y opciones personales
de cada individuo en aquellas decisiones básicas que le atañen vitalmente.
Supone el derecho incluso a equivocarse a la hora de hacer uno mismo su propia
elección. De aquí se deriva el consentimiento libre e informado de la ética médica
actual.

Principio de justicia
Consiste en el reparto equitativo de cargas y beneficios en el ámbito del bienestar
vital, evitando la discriminación en el acceso a los recursos sanitarios. Este
principio impone límites al de autonomía, ya que pretende que la autonomía de
cada individuo no atente a la vida, libertad y demás derechos básicos de las otras
personas.

Se pueden plantear conflictos no sólo entre miembros coetáneos de un mismo


país, sino entre miembros de países diferentes (p. ej., acceso desigual a recursos
naturales básicos), e incluso se habla de justicia para con las generaciones
futuras.

Nuestra cultura ha sido más sensible al principio de autonomía, a costa del


principio de justicia, pero es posible que la misma crisis ecológica nos obligue a
cambiar este énfasis. La justicia e igualdad de los derechos de los seres humanos
actuales y la preservación de condiciones viables y sostenibles para las
generaciones futuras pueden hacer aconsejable, e incluso obligatoria, una cierta
limitación del principio de autonomía, sobre todo en una sociedad de mercado que
espolea el deseo desmedido de nuevos servicios y bienes, y en la que el individuo
atomizado reclama ilimitadamente "derechos" de modo narcisista (H. Jonas: El
principio de responsabilidad).

Los países industrializados, con menos población que los países pobres,
contaminan más y derrochan más recursos. Las sociedades opulentas deberían
bajar del pedestal la autonomía desmedida que va en detrimento del desarrollo
justo y viable para todos.

ANTECEDENTES DE LA COMISIÓN NACIONAL DE BIOÉTICA EN MÉXICO

En 1989 el Consejo de Salubridad General instaura el Grupo de Estudio de la


Bioética y conforma un cuerpo colegiado, a cargo del Dr. Manuel Velasco Suárez.
En 1992 se instala la Comisión Nacional de Bioética en la Sala de Consejos de la
Secretaría de Salud. Su reglamento interno se presenta un año más tarde.

En 2000 se publica en el Diario oficial el Acuerdo Presidencial por lo que se crea


con carácter permanente la Comisión Nacional de Bioética. En 2002, a la muerte
del Dr. Velasco Suárez, se designa al Dr. Fernando Cano Valle como Secretario
Ejecutivo de la CONBIOÉTICA.

En 2003 se promueve la iniciativa de creación de las Comisiones de Bioética de


las Entidades Federativas. En 2004 se designa Presidente de la Comisión
Nacional de Bioética al Dr. Guillermo Soberón Acevedo.

En septiembre de 2005, por Decreto Presidencial, la Comisión Nacional de


Bioética se constituye como órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud,
con autonomía técnica y operativa.

A partir de octubre de 2009 el Dr. Manuel H Ruiz de Chávez, es nombrado


Presidente del Consejo de la Comisión Nacional de Bioética. Y más adelante en
octubre de 2013 es designado presidente del consejo por un nuevo periodo de 4
años.

REFERENCIAS
 Organización Mundial de la Salud
 Comisión Nacional de Bioética de México

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