Unidad II Oratoria 1
Unidad II Oratoria 1
Unidad II Oratoria 1
Tema 6.
Proceso de Comunicación
Elementos
Tema 8.
El ambiente:
Hablar sin conocer el tema a fondo o sin tener suficiente noticia de los
asuntos relacionados con la exposición es un motivo de muchas
frustraciones. Para transmitir las ideas en forma clara y ordenada, de modo
que el auditorio comprenda el mensaje es imprescindible dominar el tema.
Hay oradores que aprenden la presentación de memoria y ante la primera
pregunta pierden el hilo de lo que estaban diciendo. En esta situación es
habitual que se recurra inconscientemente a las palabras de relleno y que el
discurso quede plagado de muletillas.
Hablar por encima o por debajo del nivel de comprensión del grupo, usar un
tono dogmático o demasiado suficiente predispone mal al auditorio. Se
expone con sencillez, sin pedantería. En los puntos controvertidos, el
expositor no debe atacar tradiciones o sentimientos colectivos ni mostrar un
antagonismo ofensivo con la audiencia. Hay que buscar un punto de
equilibrio y exponer las ideas sin agresividad para que todos comprendan y
acepten el mensaje, aún cuando no compartan las ideas. Las teorías y los
conceptos abstractos deben relacionarse con ejemplos prácticos y vincularse
con el interés del auditorio. Cuando se desarrollan varios temas, se deben
ligar unos con otros, ya que si se salta de un asunto a otro sin pausa y sin
ilación, el discurso perderá coherencia.
Sean cuales fueran las tareas específicas que el orador deba realizar en una
disertación y aunque muchas de ellas puedan parecer mecánicas o rutinarias, no
puede pasarse por alto la importancia de la posición que ocupa como comunicador
social y/o líder de opinión. Por ello, en el orador no sólo se valora la aptitud para el
desempeño de las funciones como expositor sino también la idoneidad a través de
una serie de cualidades que a nuestro entender debe poseer un orador de éxito y
que a continuación presentamos.
Las Intelectuales, estas cualidades están relacionadas con la facultad para
conocer, comprender y razonar; implican un conjunto de características inherentes
que todo orador debe desarrollar y utilizar con eficacia. Estas cualidades propias de
la actividad mental, están al alcance de todos y sólo requieren de decisión para
aplicarlas.
Memoria: el poder recordar nombres, rostros, situaciones y la ubicación
exacta de documentos o cosas, constituye un requisito indispensable en la labor del
orador, ello le permite evocar con facilidad, información que se necesita en lo
inmediato. El llamar a las personas por su nombre, luego de haberlos reconocido,
constituye una muestra de especial deferencia hacia el público con el que tratamos.
Recordar la ubicación de documentos y cosas, nos permite realizar las labores con
mayor rapidez. La memoria se ejercita a través de la observación minuciosa, la
retención y la evocación.
Imaginación: consiste en la facultad de reproducir mentalmente objetos
ausentes; de crear y combinar imágenes mentales de algo no percibido antes o
inexistente. El término imaginación, incluye dos características básicas: la
renovación o "reexperimentación" de lo ya vivido (memoria), y la creación de
imágenes mentales que antes no existían (imaginación). Los psicólogos distinguen
entre imaginación pasiva, que recupera imágenes previamente percibidas por los
sentidos y la imaginación activa, constructiva o creativa, mediante la cual la mente
produce imágenes de sucesos o de objetos poco o nada relacionados.
Sensibilidad: es la facultad de sentir física o moralmente los sentimientos de
alegría, pena, dolor, compasión y ternura. Es una cualidad propia de los seres
humanos, pero no por ello todos los tienen desarrollados en la misma medida.
Existen algunos oradores que parecieran insensibles al dolor ajeno, dan la
impresión de no interesarles para nada los sentimientos de sus congéneres. A la
larga, estas personas se hacen odiar y son públicamente vilipendiadas. En cambio,
un orador que demuestre sensibilidad en su trato y en sus acciones se ganará el
cariño y estima de las personas con las que trata.
Iniciativa: es el ideal que nos mueve a realizar algo por voluntad propia sin
que nadie nos lo diga, ordene o motive. Involucra la acción de adelantarse a los
demás en hablar u obrar, es una cualidad personal que inclina a las personas a
realizar acciones para alcanzar una ventaja competitiva. En la mente de todo orador
debe estar presente siempre la frase: «la iniciativa es del interesado», si anhelamos
lograr un objetivo, no podemos confiar sólo en la voluntad divina o en la buena
voluntad de las personas; sino que, como interesados, debemos intervenir
directamente para su concretización.
Estructura Rapport con la Audiencia,