Análisis de La Obra Lazarillo de Tormes

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El Lazarillo de Tormes

Es la primera novela picaresca española y se llaman así porque narran la


vida de un pícaro con todas sus venturas y desventuras. La obra se incluye en el
movimiento artístico del siglo XVI, denominado Renacimiento, y está escrita
de forma autobiográfica. Cuenta la vida de un niño que pasa de amo en
mano y tiene que valerse de todo tipo de engaños para sobrevivir a la pobreza y
el hambre a que lo someten.
El Lazarillo de Tormes es un relato autobiográfico en el que Lázaro cuenta una
selección de episodios cruciales en su vida desde su infancia hasta su madurez.
Escribe este relato porque quiere presentar y aclarar a una persona,
representada por la expresión “vuestra merced”, su “caso”, es decir, la
situación en la que se encuentra el protagonista y que motiva la escritura del
relato. Este caso es en concreto: la deshonra que sufre porque su mujer
mantiene, con el consentimiento de Lázaro, relaciones con el
arcipreste de la catedral de San Salvador en Toledo. Entonces la
novela, la historia de su vida sería la respuesta que usa Lázaro para explicarle a
“vuestra merced” porque consiente esta relación de su mujer. Para que se
comprenda Lázaro considera necesario narrar su vida desde su infancia.
La novela comienza con un prólogo, en el que Lázaro expone los motivos que le
impulsan a relatar su historia. A continuación, el relato se estructura en
siete tratados. Recogen las aventuras y vivencias de Lázaro, que sirve a
varios amos de los que aprende a cómo sobrevivir. Finalmente se casa con la
criada de su último amo, el arcipreste, que es la amante del arcipreste y sigue
manteniendo relaciones con él después de casarse con Lázaro. Por fin
consigue un trabajo digno, pero a costa de perder su honra. Al final
de la obra, el protagonista conventra en una sola frase irónica toda su vida,
diciendo que ha llegado „a la cumbre de toda buena fortuna”.

Tratado I: Lázaro relata su nacimiento, explica quiénes fueron sus padres: un


molinero ladrón, ahora muerto, y una madre que vivía como amante con un
criado negro. Su madre lo pone al servicio de un ciego y el resto del capítulo
narra lo que aprendió con él a fuerza de golpes. El relato con el ciego contiene
los pasajes más recordados de la novela.
Tratado II: Lázaro sirve a un clérigo avaricioso que casi no le da de comer.
Cuando descubre que el muchacho le roba el pan para sobrevivir, lo despide.
Tratado III: Va a parar al servicio de un hidalgo pobre que sólo se ocupa de
las apariencias; Lázaro no sólo no tiene qué comer, sino que ha de buscar
comida para su amo.
Tratado IV: Sirve a un fraile de la Merced.
Tratado V: Entra al servicio de un buldero (persona que dice tener la
capacidad de hacer milagros. En realidad, un estafador que vende bulas:
documentos supuestamente milagrosos que protegen de los malos espíritus a
quien los tiene), y con el aprende las artes del engaño.
Tratado VI: Sirve por breve espacio a un pintor de panderos y después pasa
al servicio de un capellán que lo convirtió en repartidor de agua, su primer
trabajo, con el que gana algo de dinero y puede comprarse “dignas” ropas
usadas y sus primeros zapatos.
Tratado VII: Vive durante poco tiempo con un alguacil (encargado de la
seguridad en una población), pero pronto lo abandona por ser oficio peligroso.
Luego logra el oficio de pregonero (vendedor) de vinos de un
arcipreste en Toledo, lo que para él supone un ascenso en la sociedad. Ha
logrado un trabajo que le da dinero suficiente para vivir, se ha casado y vive
por primera vez en su vida como una persona honorable (aunque para
mantener este estatus tenga que aceptar el adulterio de su mujer con su “amo”
el arcipreste.)

3. Estructura
El lazarillo está compuesto por 7 tratados de muy desigual medida:
 Los 3 primeros son largos: se trata de la etapa de formación del niño y por
ello para el narrador-protagonista es importante narrar con detalle esta
etapa para que podamos comprender la manera de reaccionar al “caso” de
su situación actual (el adulterio de su mujer).
 Los tratados IV, VI y VII son mucho más breves pues una vez que
conocemos la dinámica de su vida, solo necesita seleccionar algunos
ejemplos más de los nuevos amos que va teniendo. En el último, relata
brevemente, el casomotivo de escritura de la obra
 El tratado V es más extenso y está entre tratados breves. Relata su
experiencia con el buldero. La astucia de su amo, capaz de engañarle
también a él, le demuestra que no está preparado para el arte del engaño y
es como si Lázaro llegase a la conclusión de que si quiere sobrevivir debe
buscarse un oficio.
4. Temas de la obra
Los tres grandes temas tratados en la obra son el hambre, la honra
y la crítica a las malas conductas religiosas:

 El hambre, que se observa especialmente en los tres primeros tratados y


provoca que el muchacho aprenda rápido y estimule su inteligencia para
sobrevivir.
 La honra es lo que quiere conseguir Lázaro al trabajar y casarse y,
paradójicamente, lo que no logra del todo pues su mujer lo engaña con el
arcipreste, hecho conocido por todos incluido Lázaro. Sin embargo, él lo
niega y dice que su mujer es decente. Sin duda no quiere perder la posición
que tiene, aunque para ello tiene que vivir sin honra.
 En cuanto a la religión, se crítica la desviación de la buenas costumbres
cristianas; en la novela se critica las “malas” conductas de clérigos y
arciprestes que se apartan de los preceptos de la iglesia y son
avaros, como el clérigo del tratado II, o farsantes como el vendedor de
bulas, o lujuriosos como el fraile de la merced del tratado IV y el arcipreste
de San Salvador.
5. Originalidad y sentido del Lazarillo
En el Lazarillo, por primera vez en la literatura europea, la
realidad contemporánea se convierte en la base de un relato. El libro
nos lleva al mundo cotidiano de Castilla, y por sus zonas sociales más
miserables. Y también por vez primera, se hace protagonista de un relato a un
personaje de condición humilde, que va creciendo luchando contra los
problemas. Lázaro de Tormes sufre hambre, engaños, burlas y
explotación. Todo lo contrario que los héroes de los relatos anteriores. Y lo
hace en plena época de esplendor imperial español y de heroicas hazañas.
El Lazarillo es también la denuncia del autor contra una sociedad que
impedía salir de su miseria a los pobres. Recordemos que el ideal de mejorar
de vida formaba parte de los ideales renacentistas. Y es como si el autor nos
dijera que ese ideal era difícilmente realizable. Por eso, aunque el tono de la
novela es ligero y hasta cómico a veces, hay en ella un gran inconformismo.
El tema de la honra es planteado con total ironía: después de toda una vida
de miseria y dificultades, Lázaro consigue casarse y tener un empleo decente,
pero a costa de vivir sin honra (consiente el adulterio de su mujer). Pero qué
hace Lázaro ante esta situación, pues decir que se encuentra en colmado de
fortuna y que vive con honra, y así se lo hace saber a todos, recordemos lo que
dice al final del tratado séptimo:
“Mira: si sois amigo, no me digáis cosa con que me pese, que no tengo por mi
amigo al que me hace pesar. Mayormente si me quieren meter mal con mi
mujer. Que es la cosa del mundo que yo más quiero, y la amo mas que a mí. Y
me hace Dios con ella mil mercedes y más bien que yo merezco. Que yo juraré
sobre la hostia consagrada que es tan buena mujer como vive dentro de las
puertas de Toledo. Quien otra cosa me dijere, yo me mataré con él.”
Desta manera no me dicen nada, y yo tengo paz en mi casa.
Lo que nos quiere decir el autor de el Lazarillo es que la honra no es un bien
real, no es algo que se gana con lo hechos, sino con las palabras y la apariencia.
Basta con decir que se tiene honra, para tenerla. Cuando Lázaro dice que es tan
buena mujer como vive dentro de las puertas de Toledo, la ironía no puede ser
más penetrante: lo que dice es que su mujer, si tiene un comportamiento
indecoroso, lo hace como el resto, incluyendo a las personas “honorables”,
ricos y nobles. O sea, para un pobre diablo como Lázaro no puede haber honra,
pero es que los que la tienen por derecho, los nobles, en realidad viven como lo
hace Lázaro.
El tema religioso es aún más crítico con la sociedad del momento, por eso la
Inquisición lo condenó en 1559 y lo publicó con pasajes censurados a partir de
1573. Recordemos que 5 de los amos de Lázaro son religiosos o están
relacionados con la religión como el buldero, y todos ellos viven alejados de la
espiritualidad que deberían practicar como miembros de la Iglesia. Pero no
nos engañemos, no se critica a la Iglesia ni a sus miembros, sino a los que se
desvían de sus preceptos. Esta idea, como la anterior de crítica del sentido del
honor, nace de planteamientos erasmistas que estaban en pleno combate con
la iglesia tradicional cuando se publica la obra.
6. El lenguaje del Lazarillo
Las novelas de carácter idealista se escribían con un estilo elevado o culto, lejos
del habla cotidiana. Y todos sus personajes emplean el mismo tono: hablan la
lengua literaria propia del género, y no la de su propio carácter. El Lazarillo,
que trata de realidades marginales, está escrito en un lenguaje llano, sin
artificios. Y cambia según la condición individual de cada personaje, y según lo
que pide cada situación. Es lo que llamamos polifonía lingüística, que será
característica de la novela moderna (sólo hay antecedentes de este hallazgo
expresivo en La Celestina, pero no era una novela). Cervantes, medio siglo
después, aprenderá del Lazarillo, junto a la lección del realismo, esta polifonía
y la desarrollara especialmente en el Quijote.
El lenguaje de la obra destaca por el empleo del decoro que conduce al
personaje a utilizar la lengua coloquial, con sus expresiones populares,
refranes y modismos, pero como se trata de un texto literario, el narrador
emplea vocablos figuras retóricas como el polisíndeton, la metáfora y el símil,
la paradoja, la antítesis y el paralelismo. Y, por supuesto, la ironía que está
presente en toda la obra.
En cuanto al estilo hay que destacar por encima de todo la ironía con la se
relatan los sucesos, ironía que deja al lector un poso de amargura.

La imagen de la sociedad presentada no es precisamente idílica. La situación vital del niño no


resulta nada envidiable: con frío, con hambre, (“entrábame entre las piernas del triste ciego
a calentarme en la pobrecilla lumbre que teníamos…”), con malos tratos (“me quebró los
dientes”) En la segunda mitad del siglo XVI había aumentado en España la mendicidad; estos
personajes de ficción reflejan la situación bien real en la que se encontraban muchos pobres.
CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE LA OBRA
1. El protagonista es el pícaro, de muy bajo rango social y descendiente
de padres sin honra o abiertamente marginados o delincuentes. A modo
de antihéroe, el pícaro resulta un contrapunto al ideal caballeresco. Su
aspiración es mejorar de condición social, pero para ello recurre a su
astucia y a procedimientos ilegítimos como el engaño y la estafa. Vive al
margen de los códigos de honra propios de las clases altas de la sociedad
de su época y su libertad es su gran bien, pero también tiene frecuente
mala conciencia.
2. Estructura de falsa autobiografía. La novela picaresca está
narrada en primera persona como si el protagonista narrara sus propias
aventuras, empezando por su genealogía, antagónica a lo que se supone
es la estirpe de un caballero. El pícaro aparece en la novela desde una
doble perspectiva: como autor y como actor. Como autor se sitúa en un
tiempo presente que mira hacia su pasado y narra una acción, cuyo
desenlace conoce de antemano.
3. Determinismo: aunque el pícaro intenta mejorar de condición
social, fracasa siempre y siempre será un pícaro. Por eso la estructura de
la novela picaresca es siempre abierta. Las aventuras que se narran
podrían continuarse indefinidamente, porque no hay evolución posible
que cambie la historia.
4. Ideología moralizante y pesimista. Cada novela picaresca
vendría a ser un gran "ejemplo" de conducta aberrante que,
sistemáticamente, resulta castigada. La picaresca está muy influida por la
retórica sacar de la época, basada en muchos casos, en la predicación de
"ejemplos", en los que se narra la conducta descarriada de un individuo
que, finalmente, es castigado o se arrepiente.
5. Intención satírica. La sociedad es criticada en todos sus capas, a
través de las cuales deambula el protagonista poniéndose como criado al
servicio de un elemento representativo de cada una. De ese modo el
pícaro asiste como espectador privilegiado a la hipocresía que representa
cada uno de sus poderosos dueños, a los que critica desde su condición
de desheredado porque no dan ejemplo de lo que deben ser.
6. Realismo, incluso naturalismo al describir algunos de los aspectos
más desagradables de la realidad, que nunca se presentará como
idealizada sino como burla o desengaño.

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