Vedanta Advaita - Sesha - Abril 2015
Vedanta Advaita - Sesha - Abril 2015
Vedanta Advaita - Sesha - Abril 2015
VEDANTA ADVAITA
—Comentarios al Dṛg Dṛśya Viveka de Śrī Śaṅkarācārya—
Śloka 1
Śloka 2
Śloka 3
Śloka 4
Śloka 5
Śloka 6
Śloka 7
Śloka 8
Śloka 9
Śloka 10
Śloka 11
Śloka 12
Śloka 13
Śloka 14
Śloka 15
Śloka 16
Śloka 17
Śloka 18
Śloka 19
Śloka 20
Śloka 21
Śloka 22
Śloka 23
Śloka 24
Śloka 25
Śloka 26
Śloka 27
Śloka 28
Śloka 29
Śloka 30
Śloka 31
Śloka 32
Śloka 33
Śloka 34
Śloka 35
Śloka 36
Śloka 37
Śloka 38
Śloka 39
Śloka 40
Śloka 41
Śloka 42
Śloka 43 - 44
Śloka 45
Śloka 46
APÉNDICES
Apéndice 1
Dṛg Dṛśya Viveka de Śrī Śaṅkarācārya (discriminación sobre la naturaleza
del perceptor y de lo percibido)
Apéndice 2
Pronunciación del sánscrito
FIGURAS
TABLAS
ŚLOKA 12
2 Para mayor rigor, se mantiene en las śloka un doble enunciado. En primer lugar y en cursiva-
negrita aparece la versión castellana que realizó la profesora argentina Silvia del Río, publicada
por Editorial Hastinapura, Buenos Aires, 1976, a partir de la traducción original al inglés de
Svami Nihilānanda. A continuación, se incluye la versión actualizada de Sesha (N.E.)
3 La solución a esta pregunta origina las escuelas positivistas, escépticas, empiristas,…
conocimiento o, en su defecto, es lo percibido4? ¿Es la percepción de
los objetos inmediata o secuencial5?
El modelo occidental tiene de base algunos dilemas cuando analiza
la teoría de Conocimiento. Uno de ellos es definir claramente que es
el perceptor (dṛg) y que lo percibido (dṛśya). Es decir: ¿Donde tiene
inicio la realidad del sujeto y termina la del objeto?; o lo que es lo
mismo: ¿Donde termina la realidad del objeto y se inicia la del sujeto?
En definitiva, la cuestión a resolver es: ¿Cual es la frontera estable que
dirime ambas realidades: objeto y sujeto?
¿Acaso es la piel del sujeto lo que determina la frontera física
respecto del objeto? ¿Acaso el sujeto tiene una connotación ideal y el
objeto una real?
Cada filósofo occidental realiza una interpretación personal
respecto a la naturaleza del perceptor y de lo percibido. Todas las
innumerables posturas filosóficas tienen razón en algunos puntos, pero
desvarían en otros.
Para el Vedanta el camino es otro: No basta representar la cognición
solamente entre objeto y sujeto, ni asumir que el conocimiento es la
aprehensión del objeto por parte del sujeto. Desde nuestra perspectiva,
es importante establecer claramente los diversos elementos a conocer
que se interrelacionan, y las fronteras que pueden establecerse entre
cada uno de ellos, con el fin de dar un orden sistemático al proceso de
la cognición.
Son cuatro los elementos que se interrelacionan en la cognición:
Objetos externos, órganos sensorios, mente y sus modificaciones y
Conciencia No-dual. Ahora ya podemos empezar a realizar ciertas
definiciones:
6 Ya sean éstos objetos externos u objetos internos (como son los pensamientos, emociones,
sentimientos o pasiones que habitan en la memoria).
Estado de Conciencia de Sueño: La conciencia asociada a la
mente adopta secuencialmente la condición de ser objeto y sujeto,
pues todos los objetos de un sueño son una prolongación del mismo
sujeto; es decir, en este estado de conciencia el sujeto es a la vez causa
del observador del sueño y de lo observado en el sueño.
Estado de Conciencia de Pensamiento: La conciencia asociada a
la mente percibe secuencialmente un objeto que acontece en el «aquí
y el ahora» e introduce en la cognición la intervención de información
proveniente de la memoria, es decir, introduce en la cognición la
historia (el pasado) sobreimponiéndose a aquello que está ocurriendo
en el Presente.
Estado de Conciencia de Observación: La conciencia asociada a
la mente percibe secuencialmente un objeto que está aconteciendo en
el «aquí y el ahora». No hay intervención histórica en la cognición,
pues la memoria se desactiva al no procesarse la información mediante
un acto dialéctico.
Estado de Conciencia de Concentración: La conciencia asociada
a la mente se percibe simultáneamente a sí misma como objeto de
percepción en un campo cerrado de cognición7, de tal forma que sujeto
y objeto se experimentan como no-diferentes.
Estado de Conciencia de Meditación: La conciencia No-dual
se convierte en información que conoce simultáneamente toda la
información potencialmente cognoscible asociada a un campo abierto
de cognición8.
En la tabla 1 recogemos resumidos estos cinco estados de conciencia.
9 Fundador de la filosofía dualista Yoga, a quien algunos orientalistas ubican en torno al año 200
antes de J.C. y otros entre el 600 y el 700 antes de nuestra era.
Figura 2
Estados de cognición y definiciones de Patañjali
Tabla 2
Estados de cognición y Agente de percepción correspondiente
ŚLOKA 3
FUNCIONES DE LA MENTE
CONTENIDOS DE LA MENTE
ŚLOKA 4
ŚLOKA 5
Tabla 3
Aspectos del Antaḥkaraṇa
15 A decir de la Filosofía Saṃkhya, la mente y los sentidos sutiles están constituidos por la mezcla
de los tanmātra (la esencia sutil de los cinco elementos) previos al proceso de quintuplicación,
es decir, a la combinación de los cinco elementos sutiles que posteriormente darán lugar a los
cinco elementos densos: éter, aire, fuego, agua y tierra densos. La contraparte física de los
sentidos sutiles se corresponde con cada uno de los cinco elementos posteriores al proceso de
quintuplicación: el éter con el oído, el aire con el tacto, el fuego con la vista, el agua con el gusto
y la tierra con el olfato.
16 Los guṇa son las cualidades de la materia; esto es, las condiciones implícitas que existen en
todo lo existente y que constituyen el instrumento material de toda potencial creación. Son tres:
Sattva: Cualidad de equilibrio.
Rājas: Cualidad de movimiento y actividad.
Tamas: Cualidad de densificación, cristalización e inercia.
El análisis cosmológico y cosmogónico oriental —esto es, la
descripción que oriente otorga al nacimiento del universo y del
hombre— posee apreciaciones que son inusuales es nuestra tradición
occidental. Sin embargo, muchas de las ideas expresadas a través de sus
teorías son francamente interesantes, aunque a primera vista nos resulten
completamente ajenas y aparentemente confusas. No obstante, la idea de
este libro no es ahondar en ellas17, sino mas bien dedicarnos a profundizar
en la representación de como opera el proceso de la cognición.
El antaḥkaraṇa, mediante su aspecto buddhi, es capaz de ser
consciente básicamente de dos cosas: «ser consciente de que soy» y
«ser consciente de no saber quien soy».
Mediante la primera opción, la conciencia individual es capaz de
representarse a sí misma como agente de cognición (ahaṃkāra), siendo
ello lo que permite a la conciencia identificarse existiendo como un
«alguien», como un «yo». De esta manera, el individuo es consciente
de existir como agente de percepción diferenciado, es decir, como ente
independiente de aquello que es capaz de conocer.
Mediante la segunda opción, la conciencia individual es proclive
a representarse a sí misma como ignorante (debido a «no saber quien
soy») y a permitirse ser consciente del acto de la duda que opera en un
raciocinio que no lleva a ninguna síntesis. La mente puede saber que
duda, es decir, puede ser consciente de la duda (manas), aparte de ser
consciente de que «yo» dudo (ahaṃkāra).
ŚLOKA 7
ŚLOKA 8
IDENTIFICACIÓN NATURAL
ŚLOKA 9
SUEÑO
PENSAMIENTO
OBSERVACIÓN
CONCENTRACIÓN
MEDITACIÓN
ŚLOKA 10
Tabla 7
Estados de Conciencia según Gauḍapāda y Govindapāda
Tabla 8
Estados de Conciencia según Patañjali
ŚLOKA 11
ŚLOKA 12
31 Nos referimos a los limitantes de frontera, espacialidad, causalidad e interpretación. Ellos han
sido profundamente desarrollados en La Paradoja Divina, Sesha, (www.sesha.info).
Denominamos avidyā (ignorancia) al acto mediante el cual la
estabilidad de la realidad No-dual se encuentra velada ante el hecho
de experimentarse mentalmente como una realidad diferenciada.
Denominamos māyā (ilusión) al hecho de asumir que la aparente
realidad diferenciada que se experimenta es una realidad única y
existente por sí misma.
Tabla 11
Estados de Conciencia producto de Māyā o Avidyā
ŚLOKA 13
ŚLOKA 14
Figura 4
Ciclo ininterrumpido de dualidad
SAT
CIT
ĀNANDA
Tabla 12
Desarrollo del universo a causa de los Factores de Limitancia
Tabla 13
Desarrollo del universo a causa de los estados de la materia
ŚLOKA 16
*Envoltura38
Figura 5
La Conciencia Individual como reflejo de la Conciencia Universal
ŚLOKA 17
40 Según alguna solución de la ecuación de estado de Einstein, el universo es finito pero ilimitado,
pues tiene un final aunque se expande ilimitadamente a semejanza de un globo que se infla.
de los números enteros, aunque infinito, está limitado precisamente
a la serie de los números enteros, quedando excluida la serie de los
fraccionarios, los imaginarios, etc. Así pues, el hecho de apreciar que
la información cognitiva adopta cinco posibles formas de relacionarse
en función de cinco agentes diversos de cognición —uno para cada
uno de los cinco estados de conciencia posibles— implica que un
estado de conciencia inhibe la representación mental de otro debido
a la condición secuencial de la mente. Así, cada estado de conciencia
se alterna secuencialmente con los restantes estados, de modo que
ningún agente —excepto el ātman— puede percibir todo ubicua y
simultáneamente.
En resumen: El Universo es infinito en cuanto a que pueden darse
infinitos eventos en cada estado de conciencia, pero es limitado en
cuanto a que la percepción del agente se encuentra delimitada por la
relación que se establece entre el perceptor y lo percibido en cada uno
de los cinco estados de conciencia que pueden manifestarse.
Veamos ahora la otra afirmación, referente a que el universo de
«nombres» y «formas» no tiene inicio en el tiempo, aunque, como
veremos, sí tiene un final.
Es imposible determinar la causalidad del universo, pues el agente
de percepción que pregunta por su propia génesis y la del universo sólo
existe en virtud de las específicas condiciones de los cuatro limitantes que
perduran en el momento de inquirir mentalmente respecto a su origen.
La condición limitante del tiempo tiene sentido en la medida
que existe sentido de causalidad en las informaciones. De no haber
sentido de causalidad, nadie tendría necesidad de pensar de dónde
vienen las cosas o a dónde van luego de conocerse. Imaginemos que
un sujeto onírico se preguntara acerca del origen del universo que
percibe durante sus instantes de ensueño. Para este sujeto, su universo
tiene infinidad de años de antigüedad y él lo contempla desde hace
tiempo, desde la referencia que ofrece su propia historia. Más cerca
de la realidad, sin embargo, está el hecho de que todo ello —el propio
agente onírico y la historia misma de ese universo que contempla— ha
sido creado en un instante en la mente ensoñadora del agente vigílico,
y que todo se desvanecerá al despertar.
En conclusión: La única realidad que abarca todos los niveles,
incluso aquellos previos al nivel espacio-temporal ligado a un agente
de percepción diferenciado, es la realidad No-dual.
La realidad No-dual implica la ausencia de «yoidad» en la
percepción, pero no niega la existencia misma de la «yoidad». Lo que
ocurre es, simplemente, que en la experiencia No-dual el «yo» adopta
una condición no-diferente respecto al ātman (agente de cognición del
estado No-dual que opera en la Meditación). Mientras se experimenta
el estado No-dual, la mente adopta una condición de potencialidad
de diferenciación que incluye al espacio y al tiempo; sin embargo,
la potencialidad de diferenciación es reconocida por el ātman sin
experimentarla como diferente de Sí Mismo.
Afirmamos que la realidad No-dual es la causa válida de la
existencia, y que en ella la información adopta un carácter no-
diferente. Sin embargo, es innegable la representación dual que la
mente precisa del mundo. En resumen, la información no puede ser
dual y No-dual simultáneamente, pues la experiencia que de ella se
tiene desde la lógica y desde la perspectiva mental no es esa. Como
salida al dilema propuesto, el Vedanta asume que la dualidad es sólo
aparente, mientras que la No-dualidad es permanente. La aparente
coexistencia de ambas realidades se valida gracias a māyā (la
ilusión), tal como una serpiente aparece como real ante la percepción
de un caminante distraído, cuando lo que hay en realidad es una soga
en el camino.
Como en el ejemplo de la soga y la serpiente, māyā debe operar
induciendo a que la actividad dialéctica del perceptor vele la realidad
de la información No-dual (la soga) y proyecte en su propia naturaleza
mental una representación ilusoria (la serpiente).
Sin embargo, el gran dilema de la cognición se resume en el hecho
de que el agente de percepción, mientras utiliza la actividad dialéctica,
presupone lo conocido como diferente de él mismo, es decir, diferente
del conocedor, de igual manera que una serpiente ilusoria parece
diferente de una soga real.
En virtud de lo anterior, el Vedanta asume que la salida a la
cualidad de la impermanencia que acontece en toda información
diferenciada —impermanencia que se da inclusive en la propia
condición del perceptor y en su relación con lo percibido— es una
correcta cognición. La solución estriba en conocer correctamente qué
somos realmente y qué no somos realmente, es decir, discernir entre
la naturaleza real e ilusoria de las cosas. La salida, por supuesto, no se
asocia jamás a desarrollar un tipo de actividad que por su naturaleza
intrínseca sea buena o divina; es decir, la acción no es en sí misma el
medio de liberación de la ignorancia o de la ilusión que māyā crea al
envolver a la mente y sus actividades.
Ante la imposibilidad de reconocer intelectivamente qué
somos mediante el proceso dialéctico, podemos mas bien afirmar
consecutivamente lo que no somos. A este ejercitamiento en la
constante disquisición en la negación de lo conocido lo denominamos
neti, neti (ni es, ni es), y al resultado final de este proceso lo llamamos
apavāda: desobreimposición de la dualidad sobre la No-dualidad.
Por otro lado, la acción, mientras sea realizada por un agente de
percepción que se experimente diferenciado de aquello que realiza,
imprime un sesgo de diferenciación en la cognición. ¿Quién realiza
la acción virtuosa? ¡Yo!, el sujeto; razón por la cual cualquier acción
virtuosa es sólo una manifestación de las infinitas probabilidades que
existen como representaciones en la memoria. Por ello, el Vedanta no
impulsa un rol ritualístico ni le otorga a la moral la importancia que
Occidente muestra. La moral es un juego peligrosamente relativo en
donde la religiosidad y la política tienen un factor determinante. De
no ser así, las guerras, el hambre y el dolor humano ya habrían sido
erradicados del planeta. Mientras sea el provecho propio la base del
actuar, el provecho general será de segundo término.
Es importante resaltar que el saber que busca el Vedanta no
es el desarrollo intelectual de una mente inteligente que procesa
eficientemente información diferenciada. El Vedanta sólo aprecia un
saber real cuando está asociado a cualquier condición de información
—un árbol, un perro, una nube, etcétera— en la que el perceptor,
mientras aborda el acto de la compresión cognitiva, se experimenta
no-diferente de aquello que conoce; es decir, cuando lo conocido
incluye al conocedor y el conocedor a lo conocido.
La Meditación es el medio a través del cual es posible imprimir
a la cognición una apreciación No-dual. Nótese que hay formas de
cognición cotidianas que, si bien no se acercan a la Meditación,
sirven para ejemplificar otras modalidades de cognición. Tal es el
caso de caminar por un bosque y difundirse momentáneamente en el
paisaje; o el hecho mismo de ver una película de cine y abstraerse
momentáneamente en la pantalla, situación en la que se experimenta
un mundo carente de observador diferenciado. Lo mismo ocurre
mientras acontece el acto del aprendizaje, momento preciso en que no
se advierte sentido de «yoidad». También en el hecho de concentrarse
en el trabajo que se realiza cotidianamente, donde el sujeto puede estar
incluso largos minutos sin tener noción de sí mismo y sin embargo
es innegable que existe una actividad consciente, pues la acción se
realiza igualmente de forma ordenada y eficiente.
ŚLOKA 18
Tabla 15
Instrumentos a disposición de la cognición
Figura 6
Modalidades de Objetos de Conocimiento
ŚLOKA 19
Tabla 16
Algunos términos similares asociados a No-dualidad y Dualidad
ŚLOKA 20
Tabla 17
Aspecto Sat de la realidad No-dual
**Concentración41
** Concentración42
ŚLOKA 21
43 Nos referimos a los estados de Concentración, Observación, Pensamiento y Sueño. Para
mayor aclaración consultar el pie de página 36.
44 Las relaciones entre los modelos aceptados por el Vedanta y sus correlaciones con la física
cuántica han sido estudiadas en el libro Cuántica y Meditación, escrito por Sesha
estas tres condiciones existentes en todo lo manifiesto se les denomina
guṇa (cualidades esenciales de la materia).
Figura 7
Desarrollo del universo a nivel Samaṣṭi (colectivo),
asociado a los tres grandes estados de Śaṅkara
45 La línea de evolución «humana» posee como sesgo característico una mente imbuida de
tamas y rajas, lo que impulsa al jīva a la experimentación continuada del sentido de egoísmo y
del sentido de realización de la acción.
46 Los devas, o entidades luminosas, y toda la gradación de su «línea evolutiva» poseen
como característica fundamental una mente imbuida de sattva y rajas, lo que les lleva a ser
entes incansables y equilibrados que rigen todas las funciones de la naturaleza, desde el brillo
que inunda el sol hasta la fuerza de gravedad, pasando por el crecimiento de los árboles y la
inteligencia que rige el aroma de las flores.
47 Nos referimos a las entidades que pertenecen a la «línea evolutiva» que conforma desde los
átomos a las grandes estrellas y constelaciones.
El ser humano es una minúscula congregación de información
entre todas las potenciales que existen. El ser humano no es dueño de
su cuerpo, pues no maneja las principales funciones orgánicas ni ejerce
un control voluntario sobre ellas; tampoco es dueño de su vitalidad
(prāṇa), pues ella deviene de la luminosidad solar y se repone a
diario fundamentalmente con el sueño; tampoco es dueño de su mente
(antaḥkaraṇa), pues no controla voluntariamente su actividad ni aun
por unos minutos.
ŚLOKA 22
Tabla 20
Sinónimos de información Ideal y Material
ŚLOKA 23
49 Las seis ciencias sagradas, accesorias de los Veda. Son, respectivamente, la ciencia de la
correcta pronunciación y articulación de los mantrams (śikṣā); la ciencia de los rituales y
ceremonias religiosas (kalpa); la ciencia de la prosodia en el lenguaje sánscrito (chandas);
el estudio de la gramática sánscrita (vyākaraṇa); la ciencia de la astrología y la astronomía
(jyotiṣa), y, finalmente, la explicación etimológica de las palabras de los veda (nirukta).
hecho de intentar explicar la experiencia final que todo estudiante
fervorosamente anhela. Las explicaciones no son para quienes
están firmemente establecidos en la No-dualidad, sino para aquellos
quienes, deseosos de infinito, intentan mediante el orden del intelecto
desmoronar las cíclopeas fronteras duales que la mente interpone
constantemente.
Es importante que el lector entienda que el uso sin calificativo
alguno de la palabra samādhi se refiere al estado supremo de
conciencia, y nunca a cualquiera de los estratos previos a los que
denominamos savikalpa o nirvikalpa samādhi. Cualquier referencia
que hagamos del término samādhi, a secas, sin calificativo, debe ser
entendido como el séptimo tipo de samādhi al que Śaṅkara se refiere
más adelante, es decir, a la cúspide de toda modalidad de cognición.
Existe profunda confusión en la mayoría de estudiantes sobre lo
que son los primeros seis tipos de samādhi, es decir, los asociados a
Observación, Concentración y Meditación, pues la No-dualidad —idea
necesaria para enfrentar metafísicamente la búsqueda interior— es
profundamente esquiva, por no decir confusa, debido a que la mente no
está educada al planteamiento No-dual de la realidad.
Para comenzar a aclarar estos términos, procederemos a
explicar que la palabra «samādhi» deriva de las voces sánscritas
sam-adha, que significan «posesión de sí mismo». El samādhi es,
pues, un estado de arrobamiento extático en el que el practicante
se ensimisma, es decir, se absorbe en su auténtica naturaleza. Sin
embargo esta autoabsorción presenta diversos grados. Los dos niveles
fundamentales de autoabsorción se denominan respectivamente
savikalpa y nirvikalpa samādhi.
En el savikalpa samādhi, también denominado saṃprajñata o
sabīja samādhi, la mente se haya temporalmente en reposo, sin estar
por completo absorbida o integrada en la Conciencia. El nirvikalpa
samādhi, también denominado asaṃprajñata o nirbīja samādhi50,
50 El término savikalpa deriva de las voces sa-vikalpa, que significan «con duda, error o
ignorancia»; saṃprajñata significa «con mente» y sabija, «con semilla o atributos». Igualmente,
nirvikalpa deriva de nir-vikalpa, es decir, «sin duda, error o ignorancia»; asaṃprajñata, «sin
mente» y nirbīja, «sin semilla o atributos».
es aquel en el que la mente, gracias a la ausencia de dualidad en la
cognición, se haya completamente absorbida en la Conciencia No-
dual. Brillando ésta ahora en toda su gloria natural, el yogui adquiere
la omnisciencia intuitiva. Aún así, el estado es todavía inestable y el
practicante suele retornar a un estado mental, aun cuando regresa con
cambios psicoenergéticos permanentes. Cuando la realización del
nirvikalpa se estabiliza y se torna permanente, ya sea porque ha sido
suficientemente profunda, ya sea porque se ha repetido un número
suficiente de veces, el yogui es susceptible entonces de alcanzar la
liberación total en vida del jīvanmukta, que es el estado definitivo No-
dual. Este estado es el que se denomina samādhi sin más calificativo,
o también mukti o nirvāṇa.
Con el fin de ahondar en los estados que Śaṅkara denomina
samādhi, hacemos en la tabla 21 un parangón entre diferentes autores
con el fin de aclarar el tema.
Tabla 21
Relación de Estados de Conciencia según diferentes autores
ŚLOKA 24
Tabla 22
El Savikalpa Samādhi asociado a Objeto
ŚLOKA 25
Tabla 23
El Savikalpa Samādhi asociado a Sonido
ŚLOKA 26
53 Meditación.
A su vez, el savikalpa externo asociado a sujeto-objeto tiene
tantas informaciones como la frontera sensoria incluya y delimite en
la cognición. Es decir, los objetos visuales no van más allá de lo que
el ojo ve; los auditivos no se experimentan más allá de lo que los
oídos escuchan, etcétera. La inercia en la Concentración externa, esto
es, la permanencia en el savikalpa externo asociado a sujeto-objeto,
procura de manera totalmente natural y espontánea la aparición del
nirvikalpa samādhi externo. Ahora la frontera final sensoria va en
aumento hasta el infinito; la mayor información que esta frontera acoge
llega finalmente hasta el punto de integrar todo lo potencialmente
cognoscible. A este tránsito de aumento de información en el campo
sensorio que se extiende hasta el infinito lo denominamos nirvikalpa
externo o Meditación externa.
El nirvikalpa es distintamente denominado según sea el estudioso
del tema en cuestión, dando como resultado la tabla 24.
De igual manera que el savikalpa asociado a objeto —o estado de
Observación— desemboca en el savikalpa asociado a sujeto-objeto
—o estado de Concentración—, así también puede éste desembocar
naturalmente en el nirvikalpa samādhi o estado de Meditación.
Tabla 24
El Nirvikalpa Samādhi
FRONTERA
LA CUALIDAD FUNDAMENTAL DE LA DIFERENCIACIÓN
INFORMACIÓN
LA ESENCIA DE LA COGNICIÓN
FRONTERA SENSORIA
LA FRONTERA POR EXCELENCIA
55 Ver figura 8.
material cuando es exterior a la frontera sensoria y, por tanto, cuando
se percibe mediante los cinco sentidos; es ideal cuando es interior a
la frontera sensoria y, por tanto, cuando lo conocido se percibe sin el
concurso de los cinco sentidos.
Ahora podemos concretar más nuestro campo de información, tal
como lo planteamos desde siempre a través del Vedanta y según lo
estipulado en la figura 10.
Figura 10
Campo de Información básico para la definición de la práctica de la Meditación
INFORMACIÓN DIFERENCIADA
Tabla 25
Campos duales y No-duales
Tabla 26
Los Campos de Cognición
Figura 12
Información No-diferenciada
CAMPO ABIERTO
OBSERVACIÓN
SAVIKALPA SAMĀDHI ASOCIADO A OBJETO
CONCENTRACIÓN
SAVIKALPA SAMĀDHI ASOCIADO A SUJETO-OBJETO
59 Conceptos como nirvāṇa (tradición del budismo), éxtasis místico (originario del
cristianismo), satori (con raíces en el Zen) son ejemplos de la universalidad del estado
fundamental que el Vedanta denomina samādhi.
acompañadas de música, actividad que frecuentemente
realizaban en grupo. Mi interés por este tipo de ejercicios en
particular era muy escaso. Aún así, acepté gracias a que se
reunían en un lugar lejano de la ciudad donde el paisaje, por
sí mismo, era un aliciente suficiente que superaba con creces
la pesadez de una tarde llena de prácticas que, a mi entender,
carecían de sentido.
La sala era realmente acogedora; el clima frío de aquella
región era sosegado por un tapete de lana virgen de oveja,
de espesor bastante generoso. Una de las paredes era un
inmenso ventanal que contrastaba en la cercanía con los
múltiples colores de algunas flores sembradas en los jardines
circundantes y con un espejo de agua en forma de laguna que
aparecía a la distancia. El cielo, intensamente azul, parecía
pregonar una tarde excepcional.
Todos nos sentamos en la sala donde realizaríamos la
práctica. Preferí tomar cierta distancia del grupo; eran ellos
unos seis. Permanecí unos metros alejado pues, en caso de ser
necesario y a causa de la posible inconformidad del tipo de
práctica realizada, podría levantarme sin hacer mucho ruido ni
molestarlos en exceso para salir a gozar de la majestuosidad de
tanta naturaleza bellamente reunida.
La música comenzó. Mozart era el primer invitado, luego
Beethoven. Mientras los compases iban y venían, quien dirigía
el grupo pedía que lleváramos las manos a diferentes lugares del
cuerpo donde supuestamente se encuentran los cakra y sitios con
algún tipo particular de energía. Allí, las manos rítmicamente
servían de guía a la energía que debía desprenderse de cada
lugar para dirigirse a otros sitios del cuerpo. Tras unos minutos
de seguir con las instrucciones comencé a sentirme incómodo,
pues los años previos de estudio y práctica de meditación
Vedanta Advaita —unos ocho, más o menos— allanaban el
camino de la búsqueda interior desde un camino diferente: La
autoobservación del proceso cognitivo. En aquella época el
camino de la autoobservación me era profundamente complejo
de realizar; y aunque era relativamente constante en la práctica
y mi corazón buscaba sanamente un resultado conducente a
una experiencia fundamental No-dual, tal como la tradición
la afirma, lo más que podía lograr en algunas ocasiones era
desconectarme del dolor corporal o aplacar momentáneamente
algunos sones externos que el oído no cesaba de escuchar.
Siempre, miles de pensamientos se arremolinaban intentando
cada uno sobresalir desesperadamente sobre los restantes a
la superficie consciente, como si fueran náufragos buscando
oxígeno mientras la tormenta los abate al fondo del mar.
Así, continuó la experiencia por algunos minutos en el
acostumbrado caos mental, siempre el desesperante, cotidiano
e incontrolable caos mental. Finalmente, tomé la decisión
de intentar conscientemente evitar escuchar la música y, por
ende, las instrucciones que se daban respecto a dónde localizar
la energía, sus colores o el lugar del cuerpo a donde debía
redirigirse.
De un momento a otro, y sin razón alguna, el espacio interior
tomó un tinte completamente oscuro. Me pareció extraño
pues siempre y en todo momento, durante todos los años de
práctica, había siempre presencia de alguna sombra o color; y
cuando ello no acontecía, de un sonido o una molestia física.
El panorama totalmente oscuro que se presentaba al frente, en
mi vista interior, se asemejaba a una inmensa bóveda celeste
carente de estrellas y de luminosidad. Era momentáneamente
perceptor de una realidad asombrosa, completamente quieta y
libre de los excesivos atributos que normalmente los sentidos
físicos hacen que la mente, mediante los procesos dialécticos,
advierta de los objetos externos.
Allí podía pensar aún. Mi natural capacidad inquisitiva
llevaba a intentar saber qué estaba pasando. Observaba a los
lados, arriba, abajo... No había nada, todo estaba carente de
formas. Permanecí allí investigando todo lo que podía sonsacar
al instante. Pasados unos minutos, el proceso cognitivo que
antes acompañaba a la oscuridad que en ciernes me cubría
empezó a ralentizarse; a cada momento era más difícil atribuir
características a lo que en mi mundo interior acontecía.
Finalmente, en la lejanía del universo oscuro que me
invadía y justo al frente, en una localización que podía
presumirse correspondiente al horizonte, emergió un pequeño
sol de color rojo. Rápidamente se acercaba, aumentando
considerablemente su tamaño. Advertía que mi proceso
pensante se hacía más lento a medida que aquel sol rojo se
acercaba; los «nombres» y las «formas» con las que podía
atribuir características a lo que acontecía eran cada vez más
escasos; la mente se dirigía a un tipo de experiencia en la que
paulatinamente se veía imposibilitada de pensar. Llegó el
momento de poder observar claramente la naturaleza luminosa
de aquella masa de color rojo que, instante a instante, buscaba
cubrir todo el espacio de mi vista interior. Por el carácter de
su luminosidad se asemejaba a un sol. En los extremos de su
circunferencia brotaban resplandores en forma de tentáculos,
que secuencialmente se reabsorbían nuevamente en la masa en
la cual se originaban; parecía con vida y mostraba una energía
más allá de cualquier contemplación.
Fue necesario tomar una última determinación: permanecer
a la expectativa de lo que podría ocurrir o abrir los ojos y
cortar de tajo el proceso que acontecía interiormente. Opté
por lo primero: permanecer impasible ante cualquier cosa que
pudiera pasar. Inclusive el irrefrenable temor a morir empezó
a invadirme, pues la inmensa masa luminosa tenía, al parecer,
el poder de arrastrar la vida que en mi cuerpo moraba. Sentir
la muerte tan cerca acrecentaba mi temor. Asumí realmente la
decisión: seguir, sin importar qué pudiera acontecer. En ese
mismo momento el sol rojo cubrió la totalidad de mi espectro
interior, chocó violentamente contra el pecho e hizo que el
corazón explotará en mil pedazos, igual que una botella de
cristal caída desde cientos de metros de altura.
Fui lanzado al espacio mismo. No sentía el cuerpo. Era
espectador de cómo la luna, los planetas, el sol y las estrellas
pasaban una a una o por millones, conformando un universo cada
vez más ilimitado. Podía advertir galaxias y nidos de galaxias,
cada uno con infinitos constituyentes; era testigo de mundos
conformados por cada partícula de polvo. Luces inenarrables,
fuerzas que por su furia son incomprensibles e ideas que jamás
mi mente podrá nunca explicar se arremolinaban en una danza
acompañada por la música de una felicidad indescriptible.
Era testigo no solamente de este universo, sino de todos los
restantes, de aquellos que existen más allá de nuestra limitada
comprensión mental. Tiempo y espacio se manifestaban, pero
no limitaban. Un inmenso manto de bienaventuranza cobijaba
la existencia. Luego, afianzado en el infinito mismo, me
convertí en infinito.
Mi corazón recuerda cosas que la mente está imposibilitada
a definir con palabras. Era el conocedor y lo conocido. La
fuerza de la comprensión habitaba en cada recodo de un
universo sin principio ni final. Un océano de conciencia
habitaba todo lo existente y más allá de lo existente. El amor
era tan enloquecedor como el brillo de mil soles juntos que
se mecen en una pompa de jabón. Allí, resguardado de toda
dualidad, fundido en el lugar de los secretos, el universo reveló
su esencia inmortal.
Durante horas el universo fluía en el universo mismo.
Ni el amanecer de universos ni la explosión de inmensas
estrellas eran capaces de enturbiar dicho estado. Es una
realidad sin comienzo ni final. Es imposible saber qué tiempo
duró aquello; sólo había eternidad. Finalmente, y después
de unas horas, apareció nuevamente el mundo objetivo.
Nuevamente los objetos aparecían ante mis ojos, los sonidos
magnificados creaban algo de confusión; sin embargo, era
imposible distinguir entre una forma y otra. Los objetos se
presentaban, según su índole esencial, dotados de color, olor,
sonido, etcétera, pero era incapaz de encontrar diferencia entre
ellos. Al igual, el perceptor se asemejaba a un inmenso cristal
transparente imposible de localizar.
Lo sucedido después, y el asombro suscitado en quienes
incrédulos me observaban, es parte de otra historia. Los gloriosos
días que posteriormente se sucedieron forjaron una comprensión
que solamente la experiencia misma puede otorgar.»
ŚLOKA 27
Figura 15
Savikalpa y Nirvikalpa Samādhi Externos
ŚLOKA 28
61 Ver Tabla 8.
Es la Bhagavad-gītā (el Canto del Señor) el texto que desde siempre
ha inspirado el camino de la práctica interior y exterior en la tradición
Vedanta. Las primeras seis estancias o capítulos del libro en cuestión
—específicamente del dos al seis— tienen como objeto desarrollar
pormenorizadamente las ideas que llevan a convertir el mundo externo
en objeto de práctica Meditativa mediante la realización continuada
del karma yoga62, a fin de lograr la libertad final (mokṣa).
Es común creer que el mundo externo, en vez de ser un objeto
de contemplación, se convierte en un objeto de distracción. Esta
concepción, tan frecuente en la tradición religiosa occidental y en
algunas otras, ha convertido la realidad material en símbolo de algo
innoble, erróneo e inclusive malvado. Tales apreciaciones, fruto de la
ignorancia, demuestran el pobre sentido que se da al mundo y a los
objetos materiales que lo constituyen. Inclusive, esta falaz apreciación
del mundo material ha generado una brecha del mundo interior respecto
al desarrollo científico que, basado en el realismo filosófico, intenta
describir a su manera la parcela de realidad de sus observaciones.
PERTENENCIA
CONTROL
64 Mokṣa-gītā1-2, 5, 6 y 7.
65 Māṇḍūkya Upaniṣad VI.
El que habita el ojo pero está dentro de él, a quien el ojo
no conoce, cuyo cuerpo es el ojo, y quien controla el ojo desde
adentro, es el Gobernador Interno. Él es tu inmortal Sí-Mismo.
El que habita la mente pero está dentro de ella, a quien la
mente no conoce, cuyo cuerpo es la mente, y quien controla
la mente desde adentro, es el Gobernador Interno. Él es tu
inmortal Sí-Mismo.
El que nunca es visto pero es el Testigo; el que nunca es
oído pero es el Oyente; el que nunca es pensado pero es el
Pensador; el que nunca es conocido pero es el Conocedor No
hay otro testigo sino Él, ni otro oyente sino Él, ni otro pensador
sino Él, ni otro conocedor sino Él. Este Gobernador Interno
es tu inmortal Sí-Mismo. Todo lo demás, salvo Él, es mortal»66
EL PROCESO DIALÉCTICO
EL PROCESO INTUITIVO
EL PROCESO DISCRIMINATIVO
ŚLOKA 30
Tabla 29
El Conocedor y lo Conocido
Tabla 30
Los Estados de Conciencia, Tipo de Campo, Tipo de Información y Frontera Sensoria
La Conciencia No-dual —el ātman, que es Brahman— asume
cinco formas de expresión mediante los cinco estados de conciencia,
cada uno con características que determinan una manera de relación
entre objeto y sujeto (véase la tabla 29). Lo único común entre todos
ellos es que son aparentemente reales, es decir, que existe conciencia
asociada a ellos. Cada agente asociado a cada estado asume que
su realidad es la válida; sin embargo, cuando emerge el siguiente
estado, el nuevo agente asume que el previo era ilusorio y que el de
ahora es el real.
Los cinco estados pueden resumirse asociándolos a la experiencia
que puede darse tanto «fuera» como «dentro» de la frontera sensoria
(véase la tabla 30).
ŚLOKA 31
67 Es decir, cuatro de los cinco kośa o envolturas que aparentemente limitan al Ātman. El quinto
es el ānandamaya-kośa o cuerpo causal, donde no hay sentido de yoidad y, por tanto, no hay
identificación posible.
y creador de la acción. De esta manera, el agente, cuando actúa,
no realiza la acción por la acción, pues está centrado en un entorno
temporal lejano al Presente y, además, cree ser agente ejecutor de los
actos que realiza.
La apetencia al fruto de la acción encadena al agente de cognición
con un futuro inexistente; la intencionalidad puesta en el resultado
de la acción se convierte en sed de prevalencia en el tiempo. Así, los
inacabados deseos por la obtención de innumerables frutos aún no
conseguidos se convierten en el estandarte que lanza al agente a nacer
y morir cíclicamente, mientras es presa de un grial que le es imposible
conseguir. El perceptor se asemeja a los galgos que, mientras persiguen
el señuelo en la pista de carreras, cada vez que creen tenerlo para sí
nuevamente lo ven a la distancia. Así, corriendo y dando una y otra
vuelta a la pista, convierten el anhelo de posesión del señuelo en objeto
de actividad y cambio.
69 En sánscrito viveka.
conforma cuando el individuo no realiza la acción de manera diestra y
que irá a nutrir interminablemente al sañcita (figura 17).
Figura 17
Tipos de Karma
ŚLOKA 32
70 Lo que aparentemente limita (upādhi) son los cinco kośa, con la salvedad de que el
Ānandamaya-kośa no genera una limitación de tipo individual o egoica Ver tablas 14 y 30.
Tabla 31
Los cinco kośa
** Śarīra71
Así como todos los individuos presentes en un sueño son tan sólo
la representación de una proyección ilusoria del soñante, así mismo
el individuo (jīva) y los restantes entes diferenciados no son más que
la conformación del sueño de Īśvara, el Señor creador, la inteligencia
que rige ordenadamente en el universo entero.
Así, entonces, el individuo no es más que una proyección mental
imaginativa cuyo poder se sostiene en que su creador es consciente, de
igual manera que todos los eventos del sueño parecen reales debido a que el
soñador los aviva con el propio fuego que su realidad consciente sostiene.
Desde esta perspectiva, el individuo y todo el universo son
fragmentos que van y vienen por la senda de la existencia consciente o
inconsciente, de acuerdo con las condiciones que el creador del sueño
imponga. Sin embargo, y debido al sentido de identificación con su
propia realidad ilusoria y también a la actividad dialéctica mental,
cada individuo asume el rol de experimentarse a sí mismo como real
e independiente, mientras que experimenta a los restantes individuos
como ajenos a su peculiar naturaleza.
Según esta extraña forma de representar la existencia del jīva, el
individuo no es más que parte de un sueño de quien lo crea, y su única
solución para descubrir su propia verdad es despertar reconociendo
que su naturaleza ya es, en sí misma, idéntica a quien lo crea.
ŚLOKA 33
ŚLOKA 34
72 Las cuatro grandes sentencias védicas o mahāvākya resumen toda la enseñanza de los
cuatro veda. Éstas son: Tat Tvam asi (Tú eres Aquello), Aham brahmāsmi (Yo soy Brahman),
Ayam ātmā brahma (Este Ātman es Brahman) y Prajñānam Brahma (Brahman es Conciencia).
73 El individuo (jīva) es idéntico al Absoluto No-dual (Brahman).
En resumen, asumimos que el individuo (jīva) posee una naturaleza
idéntica a Brahman (el Absoluto No-dual). La esencia primordial de
dicha identidad es la condición consciente que anida en el universo
y que permite, en cualquier estado de conciencia, comprender que,
mientras la cognición opere, lo percibido es real y el perceptor es real.
Para Occidente el concepto «conciencia» no pasa de ser una
idealización que sustenta la cognición. Ya sea la «conciencia» un
acto integrador de la información que opera en el cerebro o bien el
brillo de la mente que permite conocer, la «conciencia» no pasa de
ser una condición impalpable, un recurso teórico que sirve de apoyo
a la imposibilidad de entender cómo opera el proceso de la cognición
y, finalmente, el juicio sintético que de ella se extrae. Sin embargo,
la «conciencia» no es eso, no es sólo una abstracción teórica; es una
condición formal cuyo fuego enardece de vida todo lo existente.
Intente recordar algún suceso extraordinario en el cual se haya
producido una «tensa atención», como por ejemplo la intensidad que
ocurre en los instantes en que alguien va a lanzarle con fuerza un
objeto y, pasados unos segundos, aún no se decide a hacerlo. En la
«tensa atención» del compás de espera suele decirse que el ambiente
está tan denso que «puede cortarse con una cuchilla». En esos
instantes la atención permanece firme en la expectante presencia del
objeto que viene y, pasados unos segundos, pareciera que el espacio
que rodea el momento gana una densidad inusual; es como si el
ambiente se masificara adoptando una condición casi palpable. Pues
bien, de igual manera, mientras la atención se posa continuamente
sobre los contenidos que son parte del Presente sin advertir la
fastidiosa condición de definirlos, la cognición de dichos objetos
asume una intensidad inusual. De permanecer en dicha actitud atenta,
la Conciencia, como acto que promueve el saber, adopta una nueva
condición que sobresale sobre cualquier «nombre» o «forma» que
pueda aparecer en la mente. Si se logra afianzar esta nueva presencia
consciente durante unos segundos o minutos, la información conocida
revelará la mágica condición de no pertenecer a un género, clase o
condición especial con la que pueda ser definida, sino que emerge
de ella lo común a todos los eventos potencialmente existentes en el
universo, gracias al hecho de que existen y se conocen en virtud de
la condición activa e iluminadora de la «Conciencia». De tal manera,
la «Conciencia» se convierte en aquello común a todo lo existente,
en la fuerza que sostiene toda información. En ella nace y muere el
tiempo; en ella se resume lo minúsculo y lo infinito. La «Conciencia»
se convierte en lo único a ser conocido, a la vez que se convierte en el
agente que conoce todo lo conocido.
Evidentemente, la afirmación de la identidad entre jīva y Brahman
no debe tomarse como si dos entes diferentes pudieran llegar a ser
iguales alguna vez, o como que uno se convierte en otro para impedir
la diferenciación. Debe entenderse por identidad el hecho de que jīva
es esencialmente Brahman, y que Brahman es esencialmente jīva. Es
decir: Sin importar qué condición de información pueda estar siendo
conocida, la información tiene como sustento a la «Conciencia»;
cuando el individuo (jīva) finalmente aquieta la actividad dialéctica,
la conciencia individual se resume en la Conciencia No-dual, así como
una gota que, llevada por el viento, juguetonamente salpica sobre la
superficie para nuevamente posarse sobre el lecho del océano.
Figura 19
Las Tres Teorías sobre la Existencia del Jīva
ŚLOKA 35
Tabla 32
Cualidades de un Discípulo
ŚLOKA 37
74 La explicación del limitante Causal y la representación que tiene en la cognición han sido
estudiadas profundamente en el libro La Paradoja Divina, Sesha.
Los diversos constituyentes del universo tienen significancia
solamente por ser agrupación de información
Es por ello que el sentido de tiempo cobra validez exclusivamente
en el estado vigílico. En el estado de sueño no tiene sentido encontrar
una representación estable temporal para todos sus habitantes, ni leyes
que omniabarquen la suma de condiciones experimentables en las que
el tiempo se introduce. Sin embargo, definir el universo experimentable
o empírico como causal implica la impotencia de encontrar su génesis,
pues finalmente todo evento no es más que el resultado de alguno
previo. Por lo tanto, la definición causal lleva a una contradicción
insuperable: en caso de existir una génesis causal, ella también habría
de ser causada, pues el efecto no puede ser diferente a la causa que lo
alienta ni la causa diferente del efecto que genera.
ŚLOKA 38
Tabla 33
Los diferentes jīva (individuo)
ŚLOKA 39
ŚLOKA 40
ŚLOKA 41
ŚLOKA 43-44
Vocales
Las vocales con una raya encima (llamada macrón) son largas.
Hay que distinguir, pues, entre:
a/ā
i/ī
u/ū
Las vocales «e» y «o» son siempre largas. Dos vocales contiguas
forman siempre diptongo.
Las transcripciones ṛ y ṝ se pronuncian «ri» y «rī», respectivamente.
Consonantes
ṃ Nasaliza la vocal que le precede.
ḥ Se realiza con una suave expiración gutural sorda, cercana a
una «j» castellana suave.
g Es siempre suave, como en gota.
c Equivale a la «ch» castellana, como en el caso del conocido
término cakra, que se pronuncia chakra. Empleamos esta transcripción
debido a que existe otra letra sánscrita diferente que suena similar y
que se transcribe como «ch».
j Es similar a una «ll» castellana, como en llave, o una «j»
suave francesa, como en jour.
ṅ Marca una «n» gutural, como en angosto.
Todas las consonantes seguidas de «h» se pronuncian con una
ligera expiración en la misma sílaba, como una «j» suave castellana o
como suena la «h» en la expresión inglesa boathouse.
Las consonantes con un punto debajo (ṭ, ḍ, etc.) se pronuncian
golpeando el paladar con el ápice de la lengua.
La «v» tiene una pronunciación labiodental, similar a la «v»
alemana o una «f» suave castellana. Cuando está situada tras una
consonante se pronuncia como una «u» castellana o «w» inglesa,
como es el caso de svāmī , advaita o sattva.
Tanto ś como ṣ se pronuncian convencionalmente de forma similar
a la combinación inglesa «sh».
La letras «h» corresponde a una expiración sonora que hoy en día
también se pronuncia como sorda.
Las demás consonantes, incluida la «ñ», se pronuncian como en
castellano.
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