Introduccion Al Urbanismo Bragos

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INTRODUCCION AL URBANISMO BRAGOS

CAPITULO 2: “La ciudad de la noche espantosa” (Peter Hall – Ciudades del mañana)

La ciudad de la noche espantosa de finales del siglo XIX, en la ciudad británica victoriana de la
década de 1880 donde se sitúan los inicios del urbanismo. En opinión de Hall fueron las pésimas
condiciones de los barrios obreros de las ciudades británicas las que impulsan a las atemorizadas
clases burguesas a hacer algo para solucionar el problema de la vivienda obrera, a hacer urbanismo
originariamente como política social. Fue el miedo a que una revuelta socialista brotase de entre las
capas de pobres y desempleados la causa del nacimiento de las instituciones británicas dedicadas al
ejercicio del planeamiento urbano. La ciudad gigante se había convertido en un problema en sí
misma, en ella vivían unos cuantos ricos y la clase media rodeada de millares de pobres. Nunca los
pobres habían sido tan conscientes de su pobreza, que en el bucólico campo se difuminaba. Nunca
los ricos fueron tan conscientes del riesgo que corrían o de las pésimas condiciones en que vivían
sus congéneres (los reclutamientos militares pusieron a la luz el declive físico del habitante urbano
que no era válido para el servicio militar). Era el momento de hacer algo, de encabezar propuestas.
El medio condicionaría al individuo. Un sistema de ciudades jardín proporcionaría habitantes
corteses y templados (controlados). No obstante, "la planificación urbana dependió sólo de la
alianza de los propietarios del suelo con el votante de clase media dueño de una casa, que no tenía
ningún tipo de interés en lo programas de viviendas para pobres". En estos primeros años
aparecieron las imaginativas propuestas de los anarquistas británicos encabezados por Howard, sus
ideas de reforma social que con los años se quedaron en nada. Pero a pesar de estas ideas
confiadas en el género humano, el urbanismo se consolidará como el substituto elegido por los
poderosos para no aplicar una política social más directa.

CAPITULO 3: “Etapas en la formación de la ciudad europea moderna partir de la revolución


industrial hasta 1950” (López De Lucio, R.-Ciudad y urbanismo a finales del siglo XX)
1. Introducción: el concepto de ciudad y características de lo urbano
En 1800: «en vísperas de su revolución industrial, Europa seguía siendo todavía una región casi
exclusivamente agrícola».
Sjoberg (1967)plantea que lo que diferencia a la ciudad de un poblado primitivo son dos
características básicas:

• La especialización del trabajo, que sólo es posible si existe un cierto excedente agrícola
que permita la supervivencia de personas no ligados a tareas de supervivencia física inmediata.
• Un cierto grado de jerarquización social que suponga la existencia de «clases»
diferenciadas.
En 1971 Castells resumía así la situación: «Las primeras ciudades han surgido allí donde la técnica
neolítica y las condiciones materiales permitieron a los agricultores producir más de lo que ellos
mismos necesitaban para consumir».
La existencia de un excedente permitió la especialización del trabajo y suscitó la estructura de
clases e hizo posible la aparición de «una élite dirigente que se encargue de ejercer su autoridad
sobre la sociedad y de encauzar la fuerza de trabajo hacia el desarrollo y conservación de sistemas
de irrigación intensiva.
La ciudad desarrolla, desde sus orígenes y hasta nuestros días, unas funciones claras:
• Absorción del excedente agrícola de un entorno.
• Foco de innovaciones técnicas y científicas al servicio de las actividades productivas
primarias (agricultura, etc.), de las funciones consuntivas internas (hilados y tejidos, joyería y
todo tipo de artesanías) y, finalmente, del propio mantenimiento y expansión del sistema de
dominación (industrias de la guerra, pariente siempre cercano de la ciudad).
• Lugar privilegiado de los intercambios y del comercio: mercados, puertos, etc.
• Sede de los poderes religioso, político y militar, con frecuencia íntimamente relacionados
en las teocracias primitivas.
Gordon Childe (1950) sugiere diez criterios para determinar la existencia de una ciudad:
• Existencia de especialistas a tiempo completo en funciones no productivas (funcionarios,
sacerdotes, artesanos).
• Población de dimensión y densidad suficiente.
• Existencia de un arte peculiar.
• Aparición y empleo de la escritura y los números.
• Actividad científica.
• Sistema tributario que concentra los excedentes de la producción.
• Aparición del Estado.
• Arquitectura pública monumental.
• Comercio a larga distancia.
• Existencia de clases sociales diferenciadas.

1.2 Tecnología y comienzos de la Revolución Industrial en Inglaterra a finales del XVIII.


La Revolución Industrial supone un período de prodigiosa aceleración del ritmo de las
investigaciones de base, los desarrollos tecnológicos y la producción de mercancías.
En la Inglaterra del siglo XVIII, en los comienzos de la gran transformación tecnológica y social, el
primer cambio consiste en comprobar el carácter primordialmente no urbano de tales inicios. Las
primeras innovaciones en el campo de los textiles o de la siderurgia, que se desarrollaron en
Inglaterra entre 1700 y 1780, parecían que más bien estaban dispersando la industria fuera de la
ciudad, en el campo abierto».
Las explicaciones de esta situación tienen un acento marcadamente técnico: hasta la invención de
la máquina de vapor (WATS, 1780), la única fuente de energía existente es la fuerza del agua; la
naciente industria textil está obligada a situarse junto a los ríos, en la inmediata proximidad de los
saltos de agua. Además, el transporte es todavía difícil y caro; el terrestre, carros arrastrados por
bestias sobre difíciles pistas pedregosas, es de escasa capacidad, lento y costoso. Hasta 1825 no
funcionará en Inglaterra el primer ferrocarril de vapor y no será hasta las décadas de los 40 y 50
cuando se generalicen las redes ferroviarias en los países europeos más evolucionados.
En estas condiciones la industria siderúrgica, por ejemplo, permanece fuertemente vinculada a la
localización de las principales materias primas (hierro y carbón).
El medio rural está todavía densamente poblado. Se asiste a la transformación de la estructura
social tradicional del campo inglés, iniciada en los siglos xvi-xvn con las enclosures, una de cuyas
consecuencias fue la movilización de gran cantidad de fuerza de trabajo, origen moderno de las
emigraciones del campo a la ciudad. Mientras que, sin embargo, el medio urbano está todavía
relativamente controlado por las organizaciones gremiales paleoindustriales. Éstas suponen, sin
duda, una seria traba a los nuevos métodos de organización que intenta implantar la nueva factoría
industrial.
Durante el primer periodo de industrialización los efectos sobre la ciudad son todavía escasos. La
industria no es libre de localizarse, estando ligada a la geografía de las materias primas y de las
fuentes de energía naturales, básicamente el agua y el carbón.
El resto de los «factores de localización» clásicos juega aún un papel marginal:
• Dadas las escasas y puntuales aplicaciones tecnológicas al transporte resulta más fácil y
barato trasladar los productos acabados a los mercados de consumo que mover hasta éstos
las materias primas.
• Las relaciones interindustriales son todavía escasas debido al bajo nivel de complejidad del
sistema productivo existente.
• Las economías externas que proporciona el medio urbano (infraestructuras, servicios, etc.)
resultan prácticamente irrelevantes en vista de las sólidas ligazones a las materias primas y
las fuentes de energía.

1.3. El comienzo de la «urbanización» de la industria a partir de 1820. La ciudad industrial en el xix


A partir de la tercera década del siglo xix comienza en Inglaterra la localización de la industria en las
ciudades. Los grandes crecimientos fueron producto de la doble aplicación de carbón, primero
como fuente de energía y desde 1825 con la implantación de los primeros tendidos ferroviarios.
Muchas antiguas ciudades medievales -bien por estar cerca de los campos carboníferos o por ser
portuarias, o porque se convirtieron en centros ferroviarios muy pronto- fueron capaces de
desarrollarse en grandes centros industriales.
Así Londres alcanzó ritmos de crecimiento tan altos, con tasas de mortalidad todavía elevadas, que
solo pueden explicarse por las corrientes migratorias del campo a la ciudad, debidas tanto a la
atracción ejercida por los nuevos puestos de trabajo en la industria como por la real transformación
y disolución del medio rural tradicional.
Se acrecientan las ventajas que ofrece el medio urbano:
1-Las economías externas que supone la utilización de infraestructuras ya existentes o de
reciente implantación.
2-La cercanía a mercados de consumo extensos y concentrados, tanto de productos finales
como semielaborados.
3-La creciente complejidad de las relaciones interindustriales, la cercanía a los focos de
innovación y desarrollo tecnológico y a los centros financieros y decisorios.
4-La amplia y creciente disponibilidad de mano de obra barata y concentrada.

2. Los orígenes de la urbanística y el planeamiento urbano moderno (1750-1950)


2.1. El comienzo de la «urbanización» de la industria a partir de 1820. La ciudad industrial en el xix
En la historia de la ciudad se alternan y superponen los momentos y los fragmentos planeados y los
desarrollados de manera espontánea u orgánica.
-Los primeros son producto de un diseño unitario y voluntarista que precede a la formación o
transformación de una determinada pieza urbana.
-Los segundos resultan por acumulación de iniciativas puntuales basadas en la lógica y geometría
de las preexistencias (topografía, caminos, parcelarios rústicos, etc.) y de las diferentes voluntades
e intereses privados.
No hay formas urbanas absolutamente casuales; la propia elección del sitio implica siempre un
proceso reflexivo más o menos explícito.
La urbanística entre ellas distingue momentos en que predomina el crecimiento «desordenado»,
espontáneo, escasamente sometido a reglas explícitas de trazado o a condiciones de edificación.
Los desarrollos planeados no surgen necesariamente como evolución histórica lineal de las etapas
de crecimiento orgánico.
Se podría afirmar que el desarrollo urbano planeado se produce en situaciones históricas de cambio
rápido o cuando se alcanzan determinados niveles de complejidad.
A partir de la «urbanización» de la actividad industrial en el segundo tercio del siglo XÍX en Europa,
se produce una transformación rapidísima de la ciudad, tanto en términos cualitativos (tipo de
actividades) como cuantitativos (tamaño y ritmos de crecimiento). A la vez que se produce una
profunda modificación del antiguo orden social y se asiste a la creciente complejidad que implica la
coexistencia, en un espacio limitado, de los antiguos componentes y estratos sociales urbanos
(mercantiles, gremiales) y las nuevas clases y grupos en ascenso (burguesías financieras e
industriales, proletariado, técnicos, etc.).

2.2. Precedentes: el perfil de la actividad urbanística en la Europa del Renacimiento


La actividad urbanística en la Europa renacentista se caracteriza por intervenciones puntuales
dentro de los cascos consolidados de las ciudades medievales heredadas.
Lo que es raro encontrar son ejemplos de nuevas ciudades trazadas según los cánones vitruvianos.
Ciudades de nuevo trazado en las que se pueden poner en práctica los principios compositivos y
organizativos de las numerosas propuestas de «ciudades ideales»
Todas ellas son ciudades militares en las que la función defensiva básica se adapta perfectamente a
la rigidez geométrica de los esquemas poligonales fortificados de la «ciudad ideal»
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CAPITULO 4: “Higienismo, urbanismo y política. Buenos aires, diario Página 12.” (Magnani, E.;
Martínez Fraga, J)
El Higienismo
En la primera mitad del siglo XIX, según una investigación de la UBA, la salud de la ciudad fue
cobrando cada vez más importancia para sus habitantes y el gobierno. La necesidad de mantener
determinadas condiciones de salubridad o de controlar las epidemias fueron moldeando distintas
concepciones acerca de cómo cuidar la salud ciudadana. El higienismo puede dividirse en tres
etapas:
1- Tareas individuales de médicos y químicos. Desde Rivadavia a 1850.
2- Organización institucional del país y la introducción del higienismo como practica
institucionalizada.
3- Las teorías pasteurianas dan una cuenta mas clara de las formas de contagio, cambiando
métodos y prácticas de prevención.
El primer higienismo
Personas con preparación científica buscaban el origen de las enfermedades en factores
ambientales. Era necesario proteger tres elementos: el aire, el agua y el sol, para asi alejar a las
“miasmas”.
Miasma: Emanación maloliente que se desprende de cuerpos enfermos, materias corruptas o aguas
estancadas y que se consideraba causante de epidemias e infecciones.
El primer higienismo se pone en practica en la primera parte del siglo XIX, a través de pocas
estrategias urbanas: tapar lodazales, alejar industrias, mercados, mataderos, cementerios u
hospitales. En la segunda mitad del siglo XIX, con la caída de Rosas, se produce un intento de
reorganización institucional, dentro del cual el higienismo encontraría su lugar.
Fiebre Institucional
En la segunda etapa del higienismo los higienistas intervienen en la vida privada de la gente.
-Hasta 1850 la salud publica se entendía como “conservación de la salud”.
-Desde 18520 el concepto se amplia a una vivienda salubre, recreación, trabajo, asistencia pública,
medidas de higiene sanitaria o infraestructura publica (redes de agua potable).
Además se siguen haciendo parques y plazas, se trasladan industrias, alejan los cementerios y
hacen hospitales.
La municipalidad de Buenos Aires, fundada en 1852, contaba con cinco departamentos entre los
cuales estaban el de Higiene y el de Obras Públicas. A través de la injerencia institucional en esta
problemática, Buenos Aires sufrirá una serie de medidas y reglamentos acordes a las concepciones
científicas de la época.
Ordenanzas de la salud
A partir de la peste de 1871 las ordenanzas se acumulan a mayor velocidad.
-En 1873 la “Ley de creación del cementerio de la Chacarita” legisla el uso del cementerio existente.
La ley regula una localización extraurbana e inhumación de acuerdo a los criterios del momento.
Además, se establece la necesidad de un cordón verde de árboles altos que contuviera a las
miasmas.
-Se crea la “Junta Inspectora de Muertos” en 1872 para controlar el cumplimiento de lo anterior.
-Se crea la “Comisión Ensenada” en 1872 realiza estudios sobre la contaminación del agua.
- Los industriales y mataderos debieron mudarse, gracias a un ordenanza de 1860 que los
clasificaba en "incómodos", "insalubres" o "peligrosos”.
-En cuanto a las viviendas se dictaron ordenanzas acerca de los materiales y la organización interna
de las casas y los nuevos conventillos, se obligó a asegurar la circulación del aire por medios
naturales o mecánicos, los techos se reglamentaron a una altura mínima de 4 metros.
-Los higienistas hicieron alejar basuras y excrementos, limpiar las piezas, correr letrinas y cocinas, y
vigilar la construcción de patios y sótanos.
Pasteur y Koch
En la tercera etapa la higiene cambia de pública a social. Esta última tiene dos puntos significativos:
-la revolución pasteuriana
-el cambio en la concepción de lo que debe ser la higiene.
A partir de ahora la higiene es social ya que se tienen en cuenta condiciones de vida del trabajador,
a causa de los crecientes enfrentamientos entre anarquistas y liberales.
Se continuó con el cuidado de los mismos elementos que antes (aire, agua y sol), pero desde la
concepción de la teoría de microorganismos de Koch y Pasteur. A partir de esto se tomaron
diferentes medidas asociadas al desarrollo del trabajo y a la calidad de vida de los trabajadores.
El Buenos Aires que vendrá
A fines de siglo pasado la Argentina encontraba su lugar en el mundo de la mano del modelo
agroexportador.
PALERMO, UN PANTANO ROSISTA
La apertura de los bosques de Palermo como parque público generó una gran discusión en materia
de higiene pública cuyas dos posiciones fueron representadas por Rawson y Wilde.
1-Rawson: Oposición a la creación de un parque en Palermo porque, según él, los terrenos,
pantanosos gracias a su proximidad al río y a su falta de declive, eran tierras insalubres que
contribuían a la generación de miasmas.
2-Wilde: Pensaba que Palermo, al ser totalmente permeable, secaría la humedad por el sol o
la filtraría en forma rápida.
Rosas ordena desecar pantanos, trazar canales, parquizar con especies autóctonas, lo que no era
común en aquel entonces, y la instalación de un Versalles en el Caserón. Cuando cae Rosas esos
terrenos son rápidamente confiscados junto con sus otros bienes. En su afán de borrar todo rastro
del antiguo gobernador porteño, el caserón fue destruido en 1899 y en su lugar se colocó el
monumento a Sarmiento.
BUENOS AIRES, UNA ALDEA
El Buenos Aires de la época de las fundaciones era sólo una aldea. Después de la llegada de los
españoles a Buenos Aires, más allá de las rudimentarias cuadrículas que comenzaban en la Plaza
Mayor, cuyo nombre apenas ha cambiado al de Plaza de Mayo, la ciudad fue prácticamente librada
a su propia suerte.
Hacia 1750 la única actividad más o menos importante de la ciudad era el contrabando de cereales
para los esclavos de Brasil y el Caribe, a través de los ingleses. Los habitantes de ese entonces
apenas llegaban a ser 20.000 vecinos. En 1776 la ciudad se transformó en la capital del flamante
Virreinato del Río de la Plata, en un intento de la corona por estimular la recolección de impuestos
y controlar el contrabando. Comenzó un crecimiento desorganizado, con el que Buenos Aires entró
al nuevo siglo. Apenas 34 años después de iniciarse como capital, en 1810, la población ya llegaba a
los 42.500 habitantes, unas 60 o 70 manzanas de un barrio promedio actual. En la actualidad sólo
queda un testigo de la arquitectura colonial: la casa de Liniers.

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