Abolicionismo y Justificación de Derecho Penal.
Abolicionismo y Justificación de Derecho Penal.
Abolicionismo y Justificación de Derecho Penal.
FACULTAD DE DERECHO
Departamento de Ciencias Penales
ABOLICIONISMO Y JUSTIFICACIÓN
DEL DERECHO PENAL
2007
A mi madre, mi hermana y mis niños, por su
incondicional apoyo.
LORETO
ÍNDICE ......................................................................................................................................... 6
INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 10
PENAL ........................................................................................................................................ 18
DE FERRAJOLI ............................................................................................................................... 69
1. PRELIMINARES ........................................................................................................................ 92
ÍNDICE
BIENESTAR................................................................................................................................... 98
4.2.6. Algunas manifestaciones prácticas del Derecho penal del enemigo ............................ 222
7
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
5. UN SISTEMA PENAL LADRÓN, QUE LE EXPROPIA EL CONFLICTO A LAS PARTES ............... 294
CONCLUSIONES.................................................................................................................... 376
BIBLIOGRAFÍA...................................................................................................................... 399
8
INTRODUCCIÓN
que hoy por hoy el Derecho penal en general, tanto en sus aspectos sustantivos
cada vez más complejas, en donde el aumento de los riesgos y las necesidades
para la comunidad.
institutos del sistema social, siempre han presentado diferentes crisis, como
la medida en que también lo hacen los otros componentes del cuerpo social.
Bajo esta perspectiva, la situación actual no sería muy distinta de otras que se
medidas, como cada vez que algo precisa ser modificado o ajustado, ello no
sería sino dentro de los cauces propios que los mismos sistemas siempre
que hace excepción a otras crisis que el sistema penal ha debido enfrentar.
sobre las que se erige todo el sistema penal. Así por ejemplo, ante los nuevos
vez más altos y a una mejora general de las condiciones de vida, también se ha
11
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
también como una forma de limitar el poder desmesurado del Estado frente al
hombre común, hoy en día hay quienes están dispuestos a relativizar esos
principios que tienen por fin minimizar el poder punitivo estatal, en pos de
pueda, a la larga, significar una notoria merma de otros valores tan importantes
proceso inflacionario del ámbito penal, que pretende introducirse hasta en los
aspectos más íntimos de la vida de los ciudadanos, y todo ello en pos de una
aparente, dado que gran parte de esas medidas restrictivas que en el discurso
social no logran dar solución real a los problemas, sino que sólo los
enmascaran o incluso pueden hasta agravarlos, como por ejemplo ocurre con
esa vieja creencia de que basta con someter a encierro a todos los individuos
12
INTRODUCCIÓN
Ante esta notoria pérdida de sentido del Derecho penal moderno, frente
al cuestionamiento que se hace de las bases mismas sobre las que aquel
actual crisis del sistema penal, han surgido numerosas voces que pretenden
llenar los vacíos que la operatividad actual del sistema penal ha ido dejando.
signifique dejar de lado muchos de los fundamentos que hasta ahora le han
del Derecho penal del enemigo; para otros es menester retomar la senda
fijada por los teóricos de la Ilustración, y así devolver al sistema penal al cauce
internacionales.
13
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
Entre estas posturas que van desde aquellas que preconizan un Derecho
penal más amplio y autoritario, y aquellas que pueden identificarse con una
concepción más restrictiva del mismo, o si se quiere, más liberal, existe una
variada y tiene tantos matices como autores se han avocado a estudiar el tema.
que todas ellas tratan de dar respuesta a lo que se considera la crisis del
Derecho penal desde dentro mismo del sistema, sin cuestionar en el fondo su
decenios también otras, que desarrollan una crítica mucho más extrema, al
conocemos, tenga alguna utilidad, postulando incluso que dado que aquel en la
que actualmente caen bajo la órbita del sistema penal. Estas teorías son las
sistema penal en si, tanto sustantivo como adjetivo, restándole todo grado de
14
INTRODUCCIÓN
transformación social mayor, sino que muchos de ellos parecieran afirmar que
criminológica, lo cual le da a sus postulados un cariz distinto del que han tenido
jurídico, sino para toda la realidad social, toda vez que con ello se estaría
15
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
elementos que lo han hecho ser considerado una garantía para los individuos
crisis. Pese a sus falencias, el Derecho penal aún está llamado a cumplir
determinadas funciones sociales, que van más allá de la mera represión de las
conductas delictivas.
para escoger un modelo que nos permita decidir si, de acuerdo con éste,
efectivamente existe una crisis. En nuestro caso, optaremos por hacer uso del
16
INTRODUCCIÓN
una crisis del Derecho penal, de acuerdo a los parámetros de validez exigidos
por el garantismo.
con posterioridad a exponer lo que son los puntos centrales de las doctrinas
abolicionistas, para lo cual nos serviremos del análisis de lo dicho por sus
principales representantes.
Definida la salida que los abolicionistas dan a esta presunta crisis del
Derecho penal, intentaremos demostrar por qué esta resulta una respuesta
esbozar una teoría básica de lo que a nuestro entender debe ser el camino
necesario para salir de la presunta crisis del Derecho penal, y así arribar a una
relegitimación de éste.
17
CAPÍTULO I EL MODELO GARANTISTA DE
desarrollo de un proceso que llega a un estadio en que una etapa culmina para
dar paso a otra distinta, con sus propias y particulares problemáticas. Durante la
dándose entrada a una nueva fase, en que se opta por alguna de las salidas
resultados positivos o negativos, sin que sea posible realizar dicha valoración a
priori, sino sólo a posteriori, una vez que la crisis ha trascurrido y la nueva
1
FERRATER MORA, José, «Diccionario de Filosofía», 5ª edición, Buenos Aires: Editorial
Sudamericana, 1965
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
las condiciones para el advenimiento de una nueva crisis, de ahí la buena cuota
Aún cuando las crisis sean algo habitual, ellas no pueden entenderse
los fundamentos sobre los que se asentaba la situación que entra en crisis
subjetivo, que interactúe conjuntamente con las condiciones objetivas. Esto es,
19
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
Así entonces, para que se pueda decir que existe una crisis se hace
plantea.
sujeto tenga respecto de su enfermedad, puesto que aquello que éste sienta o
hablar que la enfermedad sea en sí una crisis, sino que será sólo una situación
problemática más que no requiere per se una toma de posición que haga variar
20
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
2
HABERMAS, Jürgen, «Problemas de Legitimación en el Capitalismo Tardío», Madrid:
Cátedra, 1999, p. 18.
3
HABERMAS, Jürgen, «Problemas de Legitimación en el Capitalismo Tardío», cit., p. 20.
21
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
fuerza objetiva del destino, frente al cual el hombre nada puede hacer; sin
embargo, éste no se mantiene ajeno al desenlace del nudo dramático, sino que
sucedido para cumplir su destino. Así por ejemplo ocurre en Edipo Rey de
su ignorancia, se han ido cumpliendo uno a uno los vaticinios del oráculo de
el esposo de su madre. Empero, ante la crisis que esto le provoca, Edipo, como
profundo dolor que el destino le ha deparado, opta por una salida distinta,
quedar ciego, para con ello evitar ver a su padre y a su madre en el Hades, y
también adquiere cierta autonomía, pues como expresa, si bien fue Apolo quién
4
HABERMAS, Jürgen, «Problemas de Legitimación en el Capitalismo Tardío», cit., p. 20.
22
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
que lo hizo optar por la ceguera, y el posterior destierro, antes que por la
tremendos, sí, tremendos, infortunios míos. Pero nadie los hirió con su
mano sino yo, desventurado. Pues ¿qué me quedaba por ver a mí, a
MARX el primero en introducir en ellas una noción de crisis sistémica5. Para este
forma que lo hacía hasta antes de la crisis, por lo que se le hace imperioso
5
HABERMAS, Jürgen, «Problemas de Legitimación en el Capitalismo Tardío», cit., p. 21.
23
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
este punto cobra relevancia el concepto de legitimidad, toda vez que a efectos
una situación revolucionaria, en los términos expresados por LENIN, de que las
actualmente existentes.
una crisis en los procesos históricos, sino que además ella nos brinda otros
elementos que son importantes para entender la crisis. En primer lugar, como
MARX planteaba, las crisis son connaturales al modelo capitalista sea este de
24
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
acápite, porque da término a una situación dando paso a una nueva etapa, con
meras turbulencias, por más acentuadas que ellas sean, son resueltas al
interior del proceso mismo, esto es, no necesariamente dan paso a una nueva
Por otra parte, también del concepto marxiano, se puede derivar que no
toda crisis debe ser entendida como una contingencia que termina con un
modelo social para dar paso a otro. Las crisis son esencialmente graduables, y
dependerá del grado de gravedad de ellas las salidas posibles y si estas dan
entendido que en este último caso se producirá una relegitimación, que hace
25
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
en el subsistema legal o político, sin que por ello afecte sustancialmente las
que rigen un modelo social, para dar un salto cualitativo hacia un estadio que
26
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
camino que históricamente se presente más adecuado, aún cuando con ello no
forma que se cree correcta para hacer frente a los desafíos del presente. Por
den a las disyuntivas planteadas por la crisis pueden significar una involución
frente a una situación de crisis opta por volver hacia respuestas y actitudes más
estima.
27
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
encuentra exento de sufrir estas crisis, y no podría ser de otro modo. Así como
en contra de su sistema normativo, sea cual sea éste. Así como en los distintos
6
YACOBUCCI, Guillermo, «El sentido de los Principios Penales. Su naturaleza y
funciones en la argumentación penal», Buenos Aires: Ábaco de Rodolfo Depalma, 2002, p. 28.
28
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
por una determinada forma de gobierno, así también los mecanismos de control
social han sido distintos dependiendo del tipo de sociedad que haya primado en
una determinada época. Sería impensable creer que, por ejemplo, el sistema
pudiera a su vez ser útil, sin modificación alguna, durante la primacía del
capitalismo y la vigencia del Estado liberal. Del mismo modo en que las
así también las respuestas que frente a ellas se han planteado no siempre han
sido las mismas. Tal vez para el ojo profano de hoy en día le resulte difícil
delito, y tal vez le cueste creer que la prisión, así como hoy la conocemos, es
una institución relativamente nueva, que nace casi a la par en que el sistema de
contemporáneos, también les sea difícil pensar en otro método punitivo distinto
sí, como plantean los abolicionistas, sin embargo, la historia nos enseña que no
7
Para un estudio de la evolución histórica de los mecanismo punitivos vid.: MELOSSI,
Darío & Massimo PAVARINI, «Cárcel y Fábrica, los Orígenes del Sistema Penitenciario: Siglos
XVI-XIX». México: Siglo XXI, 1980; y RUSCHE, Georg & Otto KIRCHHEIMER, «Pena y estructura
Social». Traducción de Emilio GARCÍA MÉNDEZ. Bogotá: Temis, 1984
29
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
ser objeto de mayor preocupación. Por el contrario, ello daría cuenta de que
estamos frente a un cuerpo vivo, que no se queda anquilosado en las redes del
evolución del Derecho penal. Una evolución que, a mi entender, muestra rasgos
de antítesis puedan llevar a pensar. Así, lo negativo, más que en esa realidad,
30
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
penal, si el Derecho penal siempre ha estado en crisis, así como ocurre con
muchas áreas de la estructura social, ¿por qué hoy en día el tema ha cobrado
tanta relevancia, por qué se habla con tanta insistencia de la crisis del Derecho
penal contemporáneo?
un tema complejo que excede con mucho los márgenes de esta investigación.
sería distinta de las que hemos caracterizado como crisis connaturales del
readecuar sus normas a las necesidades sociales nuevas que hubieran surgido,
8
SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María, «Aproximación al Derecho Penal Contemporáneo», 1ª
Edición. Barcelona: J.M. Bosch, 1992, pp. 13-14
31
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
señala SILVA SÁNCHEZ: «es cierto que el Derecho penal, entendido como
abarca los más diversos aspectos de éste, no obstante, puede afirmarse que
las más graves, toda vez que la discusión sobre ellas se mantienen dentro de
los cauces propios del Derecho penal, sin llegar a cuestionar sus bases o su
9
SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María, «Aproximación al Derecho Penal Contemporáneo», cit.,
p. 14
32
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
inserción filosófica, ética o política, sino que los planteos atienden a los títulos
legitimación del Derecho penal. En este caso nos estamos refiriendo a una
cual aspecto del Derecho penal, sino que lleva el debate al centro mismo de la
absoluta de toda respuesta penal, en tanto ésta se basa sobre principios falsos,
que causan más daño que el mal que pretenden mejorar. Esta postura radical
10
YACOBUCCI, Guillermo Jorge, «La Deslegitimación de la Potestad Penal», Buenos
Aires: Editorial Ábaco de Rodolfo Depalma, 1998, p. 112.
11
Para un estudio sobre el pensamiento abolicionista, vid: COHEN, Stan [Ed.],
«Abolicionismo Penal», Traducción de CIAFARDINI, Mariano y Mirta BONDANZA. Buenos Aires:
Ediar, 1989
33
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
conjunto, toda vez que responden a factores diversos sin necesaria relación
abolir el sistema penal. Es decir, romper el vínculo especial que une entre sí —
sobre un falso consenso— a los órganos de una máquina ciega cuyo objeto
social, y los problemas que está llamado a resolver —los cuales no resuelve en
absoluto, ya que nunca hace lo que se supone está llamado a hacer— deben
12
SARRULLE, Oscar Emilio, «La Crisis de Legitimidad del Sistema Jurídico Penal
(Abolicionismo o Justificación)». Buenos Aires: Editorial Universidad, 1998, p. 51
13
HULSMAN, Louk & BERNAT DE CELIS, Jacqueline, «Sistema Penal y Seguridad
Ciudadana: Hacia una Alternativa», Barcelona: Editorial Ariel, 1984, p. 7
34
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
sin llegar a negarle toda utilidad, sino más bien abogan por un Derecho penal
«distinto», mejor. Como afirma SILVA SÁNCHEZ, son posturas reformistas, «que
han adoptado o adoptan una postura crítica frente a la realidad del sistema
14
SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María, «Aproximación al Derecho Penal Contemporáneo», cit.,
p. 17.
35
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
punitivismo.
existencia, real o presunta, de una situación de crisis que vaya más allá de las
requiere para enfrentar los nuevos desafíos del devenir histórico. Esta labor
implica necesariamente una toma de postura por parte del observador, ya que
aséptica, sino que es menester inclinarse por alguno de los distintos modelos
36
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
alcanzarlo, por cuanto por muy loable que pueda aparecer un determinado fin
como podría ser la seguridad si los medios para lograrlo no son capaces de
optar por otros, aunque puedan parecer no tan efectivos para la consecución
37
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
legitimando.
deber ser, y por ello sobre sus proposiciones no caben los juicios de veracidad-
eficacia/ineficacia, justicia/injusticia.15
15
SERRANO, José Luis, «Validez y Vigencia. La aportación garantista a la teoría de la
norma jurídica», 1ª edición, Madrid: Editorial Trotta, 1999, p. 30.
38
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
los argumentos vertidos para que el juicio de legitimidad propuesto sea oponible
a terceros, esto es, para que adquiera cierto grado de validez universal,
independiente del origen que tengan los argumentos utilizados para realizar la
justificación en los términos antes explicitados, los criterios que se utilizan para
por un ordenamiento jurídico dado para que una norma se encuentre justificada.
16
SERRANO, José Luis, «Validez y Vigencia. La aportación garantista a la teoría de la
norma jurídica», cit., p. 18.
39
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
verdad/falsedad.
17
Sobre la distinción entre vigencia y validez, vid.: SERRANO, José Luis, «Validez y
Vigencia. La aportación garantista a la teoría de la norma jurídica», cit., pp. 51 y ss; y RUIZ
MIGUEL, Alfonso, «Validez y Vigencia: Un cruce de caminos en el modelo garantista», en
CARBONELL, Miguel & SALAZAR, Pedro, «Garantismo. Estudios sobre el pensamiento jurídico de
Luigi Ferrajoli», Madrid: Editorial Trotta, 2005, pp. 211-232.
18
SERRANO, José Luis, «Validez y Vigencia. La aportación garantista a la teoría de la
norma jurídica», cit., p. 51.
40
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
determinados por otras normas de mayor jerarquía19. Al igual que los juicios de
justicia, los juicios de validez son valorativos, por oposición a los juicios sobre
expone en este sentido SERRANO: «la validez está sometida a una dinámica de
19
SERRANO, José Luis, «Validez y Vigencia. La aportación garantista a la teoría de la
norma jurídica», cit., p. 51; RUIZ MIGUEL, Alfonso, «Validez y Vigencia: Un cruce de caminos en
el modelo garantista», cit., p., 213
20
SERRANO, José Luis, «Validez y Vigencia. La aportación garantista a la teoría de la
norma jurídica», cit., p. 53.
41
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
quienes va dirigida
sus fines de tal forma que el costo derivado de ello es menor que
De este modo, una norma podrá ser efectivamente cumplida y sancionada, y sin
pese a su general acatamiento puede que no sea adecuada para plasmar los
fines que se esperan de ella. Y también podrá ser eficaz porque se le cumple,
presupuestados, y sin embargo concluir que ella es ineficiente, por cuanto los
costes de materializar estos fines son superiores a los beneficios que ellos
producen.
Los juicios que se pueden hacer respecto de una norma han dado origen
Así por ejemplo, para los iusnaturalistas una norma será válida sólo si es justa,
que una norma es justa en la medida de que ella sea válida. Por su parte el
43
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
medida en que tenga una existencia real dentro del ordenamiento de acuerdo a
las exigencias que haga a este respecto una norma de rango superior.
reduccionismo en que cada una de ellas cae les lleva a obviar la importancia
sostienen las otras posturas. Así por ejemplo, iusnaturalismo y realismo jurídico
no logran ver la importancia que tienen los criterios de validez a la hora de dar
conocido como Ley de Hume, de acuerdo al cual del ser no puede derivarse el
viceversa. Por ello, estas teorías pueden ser caracterizadas como ideológicas,
en tanto confunden ser con deber ser, incurriendo en una falacia naturalista: en
el caso del iusnaturalismo, al sostener que una norma por el hecho de ser justa
44
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
es a la vez válida; y en el caso del formalismo ético, al proponer que una norma
sólo por el hecho de ser válida es por ello también justa21. En este caso, se
tiende a una confusión entre derecho y moral inaceptable en estos días, toda
vez que la separación entre los dos ámbitos ha sido un logro obtenido ya desde
los tiempos de la Ilustración, que tuvo como resultado una secularización del
positivo, todas las diversas definiciones sustancialistas del delito por medio de
meramente legales, así como las legitimaciones ideológicas del derecho penal
21
FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal», cit., p. 220;
GUIBOURG, Ricardo, «Luigi Ferrajoli y el Utilitarismo Penal Reformado», en «Analisi e Diritto,
Ricerche di Giurisprudenza Analitica», Facoltá di Giurisprudenza, Università degli studi di
Genova. Torino: Giappichelli Editore, 1999, p. 116; GASCÓN ABELLÁN, Marina, «La Teoría
General del Garantismo: Rasgos generales», en CARBONELL, Miguel & SALAZAR, Pedro,
«Garantismo. Estudios sobre el pensamiento jurídico de Luigi Ferrajoli», Madrid: Editorial
Trotta, 2005, p. 23
22
FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal», cit., pp. 221-222.
45
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
materialización que los fines del Derecho penal tienen en el Derecho positivo, o
entre ser y deber ser, separando claramente Derecho y moral, tiene a nuestro
dialécticamente su razón de ser, toda vez que por más que una norma cumpla
23
FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal», cit., p. 220.
46
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
Así entonces, no basta con la mera coherencia interna para entender que
y que por tanto basta con que se respeten estos para justificar la legitimidad de
24
ZAFFARONI, Eugenio Raúl, «En Busca de las Penas Perdidas. Deslegitimación y
dogmática jurídico-penal», 2ª reimpresión. Buenos Aires: Editorial Ediar, 1998, p. 24.
47
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
una norma. Es necesario además que el deber ser que explicitan las normas
tenga un correlato con el ser de la vida social, que ellas sirvan para realizar los
fines que se esperan del Derecho penal, cuestión que no puede evaluarse
que realiza el juicio de legitimidad del sistema penal en base a dos ámbitos bien
interno, que dice relación con principios intrajurídicos, propios del sistema
25
MARX, Carlos & ENGELS, Federico, «Manifiesto del Partido Comunista», en MARX,
Carlos & ENGELS, Federico, «Obras Escogidas», Moscú: Editorial Progreso, [s. f.], p. 50.
48
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
violencia legítima (es decir, de la que es vista como tal)»26. Si bien naturalmente
para cumplir sus objetivos, ésta constituye en sí el único medio que le es propio
Ahora bien, para que el Estado pueda ejercer su dominación, sin tener
quienes se ven dominados por éste, entiendan que la violencia que ejerce el
crisis, dado que como señalamos al dar nuestro concepto de crisis, para que
ella ocurra es menester no sólo que existan condiciones objetivas que parezcan
26
W EBER, Max, «El Político y el Científico», Madrid: Alianza Editorial, 1997, p. 84.
27
W EBER, Max, «El Político y el Científico», pp. 83-84.
49
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
expresara LENIN, para que exista una situación revolucionaria —que es la mayor
las capas altas no puedan seguir dominando como antes, sino que además las
capas bajas tampoco deben estar dispuestas a seguir viviendo como hasta
que estas le planteen. Así por ejemplo, en una situación de guerra externa, lo
28
LENIN, Vladimir I., «La Enfermedad Infantil del “Izquierdismo” en el Comunismo», 1ª
edición, 4ª reimpresión, Pekín: Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1975, pp. 89-90.
50
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
medio del cual el Estado está «autorizado» a ejercer violencia sobre sus
sus miembros, en el entendido de que las conductas que de este modo son
29
Además del sistema penal, el Estado puede servirse de otros mecanismos e
instituciones que importan una privación de derechos de sus miembros e incluso la posibilidad
de causarles «dolor», como por ejemplo ocurre con el caso del confinamiento de los sujetos
considerados «enfermos mentales» peligrosos; la reclusión de los menores, en principio
excluidos de ser sancionables penalmente por los actos desviados que pudieren cometer, pero
a los cuales igualmente se los somete a regímenes de privación de sus libertades a través de
medidas llamadas de «protección», pero que en el fondo no son sino otra forma de control
social, muy parecida al sistema penal formal; el sometimiento a cuarentenas de ciertos sectores
de la población en caso de que la salud pública así lo amerite, etc. Según señala NINO, «La
justificabilidad de estas medidas en casos particulares puede ser controvertible, pero ella es
raramente atacada como cuestión de principio general, siempre que ciertas condiciones
mínimas sean satisfechas. Puede ser discutible si un leproso, o los leprosos en general, deben
ser puestos en cuarentena, pero muy pocos pensarían que la institución de la cuarentena como
tal deba someterse a un escrutinio filosófico profundo. Hasta un escolar sostendría que tales
medidas son justificables en tanto en cuanto sean ellas necesarias y efectivas para la
protección de la sociedad en conjunto. Se tiene en cuenta que en tales casos esa protección en
concreto no envuelve una medida contra un enemigo externo de la sociedad, sino contra un
miembro de ella que tiene él mismo derecho de reclamar los beneficios de tal protección. Así,
pues, esta clase de protección supone causar un daño a lo mismo que se trata de proteger
contra daños mayores. Si decimos que la comunidad sufre un daño cuando uno de sus
miembros contrae una enfermedad, tenemos obviamente que decir lo mismo cuando a alguno
de sus miembros se lo priva de la libertad.» (NINO, Carlos Santiago, «Los Límites de la
Responsabilidad Penal. Una teoría liberal del delito», 1ª edición, Buenos Aires: Editorial Astrea,
1980, pp. 209-210)
51
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
precaver.30 De este modo, se sostiene que el ius puniendi en manos del Estado,
constituye una herramienta más por medio de la cual cumplir el fin general de
colectivas.
Ahora bien, dado que la pena constituye la carga más grave que se
puede imponer a un individuo, se entiende que no basta con ese fin general que
justificarse casi cualquier medida de parte del Estado que tienda a ello, incluso
aquellas que en el fondo importan negar parte de esa misma libertad que el
aceptar que se pueda imponer dolor a ciertos individuos, con el sólo objeto de
30
«La connotación de la indiscutible dañosidad social constituye la condición
indispensable para que, por un lado, la generalidad de los ciudadanos pueda aprobar la
incriminación de un hecho y, por otro lado, para que la persona concreta pueda, legítima y
eventualmente, ser encaminada de modo fructífero a la recuperación social: la acción de
resocialización, o el efecto de no-desocialización, requiere, ante todo, que el sujeto perciba con
claridad la antisocialidad de su comportamiento, o bien, el ataque significativo a un bien jurídico
merecedor de tutela penal.» (MOCCIA, Sergio, «De la Tutela de Bienes a la Tutela de Funciones:
entre ilusiones postmodernas y reflujos iliberales», en SILVA SÁNCHEZ, Jesús María [ed.],
«Política Criminal y Nuevo Derecho Penal. Libro homenaje a Claus Roxin», 1ª edición,
Barcelona: J.M. Bosch Editor, 1997, pp. 113-114
52
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
como algo cuestionable, razón por la que en los casos en que ello pudiera
esos fines, evitando en lo posible echar mano a ese recurso y reduciéndolo sólo
lo que son las llamadas teorías de la pena y las teorías sobre los fines del
afirmar que: «toda teoría de la pena es una teoría de la función que debe
justificación externa del sistema penal, por cuanto ellas hacen alusión a criterios
intervención punitiva del Estado y responder a la pregunta de: ¿Por qué y para
31
BUSTOS RAMÍREZ, Juan & HORMAZÁBAL MALARÉE, Hernán, «Lecciones de Derecho
Penal», Vol. I, 1ª edición, Valladolid: Editorial Trotta, 1997, p. 44.
32
BACIGALUPO, Enrique, «Derecho Penal. Parte General», 2ª edición, Buenos Aires:
Editorial Hammurabi, 1999, p. 29.
53
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
prácticamente desde la aparición del Derecho penal moderno, han intentado dar
satisfacción, y si bien puede decirse que en estricto rigor existen casi tantas
elaboradas por los autores modernos33, quienes sólo se encargan de darles una
«defensa social».34
33
SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María, «Aproximación al Derecho Penal Contemporáneo», 1ª
Edición. Barcelona: J.M. Bosch, 1992, p. 198.
34
ZAFFARONI, Eugenio; ALAGIA, Alejandro y SLOKAR, Alejandro, «Derecho penal. Parte
General», 2ª edición, Buenos Aires: Ediar, 2002, p. 56. Estos autores sostienen que incluso las
teorías absolutas, que en principio renuncian a todo contenido empírico o pragmático como
justificación de la pena, también en definitiva terminan por buscar su justificación en la Defensa
social. Sobre el particular agregan: «El mayor esfuerzo por negarle este contenido lo llevó a
cabo KANT, pero no pudo evitar que su concepto de pena estuviese impuesto por la necesidad
de conservar un estado ético en el ser humano: siendo la ética pauta de convivencia social,
cualquiera sea el nombre que se le quiera dar, también termina en su defensa.»
54
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
acuerdo con ella entonces, la pena se justifica únicamente por ser el merecido
mal, para que expíe su pecado, con independencia de toda otra consideración.
la pena puede tener. Sólo el acto en sí y como tal es juzgado, no otra cosa.36
35
MUÑOZ CONDE, Francisco, «Introducción al Derecho penal», 2ª edición, Buenos Aires:
Editorial B. de F., 2001, p. 71
36
SILVESTRONI, Mariano H., «Teoría Constitucional del Delito», Buenos Aires: Editores
del Puerto, 2004, p. 26. Los principales exponentes de esta forma de entender la pena, son los
filósofos idealistas: Immanuel KANT (1724-1802) y Georg Wilhelm Friedrich HEGEL (1770-1831).
Para KANT la pena es considerada como un imperativo categórico, como una exigencia
incondicionada de justicia, que hay que tratar en forma independiente de toda consideración
utilitaria. La pena no puede nunca fundamentarse en que ella sirva de medio para alcanzar otro
bien, ni aún en beneficio del culpable o de la sociedad; es decir, ella no puede
instrumentalizarse a favor de fines preventivos ajenos a la proporción con el mal causado. El
delito se presenta cuando un individuo viola el imperativo categórico, esto es, cuando usa a otro
como medio y no como un fin en sí mismo. Ante ello, el Estado puede y debe reaccionar, pero a
su vez debe hacerlo respetando al imperativo categórico. Es decir, el Estado para sancionar el
delito no puede usar al trasgresor como medio, sino que como fin en sí mismo, por cuanto en su
accionar también deber comportarse de acuerdo a las máximas morales, y por tanto le está
55
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
vedado violar, a su vez, el imperativo categórico. De ahí que la pena sólo puede fundamentarse
en la violación del imperativo categórico, y como impuesta ella misma por un imperativo
categórico, sin que pueda asignársele ningún otro fin ulterior, porque en caso contrario
respondería a un imperativo hipotético, y dejaría de ser moral. Así entones: «La pena jurídica no
puede aplicarse nunca como un simple medio de procurar otro bien, ni aún en beneficio del
culpable o de la sociedad; sino que debe siempre serlo contra el culpable por la sola razón de
que ha delinquido: porque jamás un hombre puede ser tomado por instrumento de los designios
de otro ni ser contado en el número de las cosas como objeto de derecho real; su personalidad
natural innata le garantiza contra tal ultraje, aún cuando pueda ser condenado a perder su
personalidad civil».( KANT, Immanuel, «Principios Metafísicos del Derecho», citado por
ZAFFARONI, Eugenio Raúl, «Tratado de Derecho Penal. Parte General», Tomo II, Buenos Aires:
Ediar, 1998, p. 146).
Respecto de la medida de la pena, KANT afirma que sólo la ley del talión puede ofrecer
la cualidad y la cantidad del castigo.( KANT, Immanuel, «La Metafísica de las Costumbres»,
Barcelona: Altaya, 1996, p. 167.) Así, en la Crítica de la Razón Pura, llega a establecer que la
pena de muerte es la única sanción justa para el asesino y sus cómplices, así como también lo
es para el autor de cualquier otro delito público que sólo la muerte puede expiar. (MOCCIA,
Sergio «El Derecho Penal, entre Ser y Valor. Función de la Pena y Sistemática Teleológica».
Buenos Aires: Editorial B. de F, 2003, p. 34.)
Por su parte HEGEL, quien también ve en el castigo penal un afán retributivo, aplica su
método dialéctico al análisis de la finalidad de la pena, llegando a establecer que ésta no es
sino la negación de la negación del Derecho.( BUSTOS RAMÍREZ, Juan, «Control Social y Sistema
Penal», Barcelona: Editorial Promociones Publicaciones Universitarias (PPU), 1987, p. 90.) Este
filósofo entendió que existe una voluntad general que está constituida por el Derecho abstracto,
y que frente a ella, a través del delito, se erige una voluntad particular que con su
comportamiento niega esa voluntad general. En este sentido, el fin de la pena se encuentra en
restablecer la voluntad general a través de una negación; es decir, de una negación de la
negación. Quien comete un delito expresa una particular concepción del mundo, porque para él
no rige el ordenamiento jurídico sino su voluntad individual (una negación). Con la pena, el
Estado manifiesta que esa concreta concepción no vale y que debe imperar la voluntad general
(negación de la negación). De esta manera se restablece la vigencia del derecho (síntesis)
(MONTEALEGRE LYNETT, Eduardo, «Estudio Introductorio a la Obra de Günther Jakobs», en VV.
AA. «El Funcionalismo en Derecho Penal», Eduardo Montealegre Lynett (coordinador), Bogotá:
Universidad Externado de Colombia, 2003, p. 24). HEGEL lo expresa en los siguientes términos:
«La vulneración del Derecho como tal es, ciertamente, una existencia positiva, exterior, que es
en sí nula. La manifestación de su nulidad es el anulamiento de la existencia de aquella
vulneración; es la realidad del Derecho como su necesidad que se concilia consigo misma
mediante la negación de su vulneración»; y más adelante agrega «La vulneración, para la
voluntad particular del ofendido y de los demás, es sólo algo negativo. La existencia positiva de
la vulneración es sólo en cuanto voluntad individual del delincuente. La vulneración de esta
voluntad en cuanto existente es la anulación del delito, que de otro modo sería válido; es el
restablecimiento del Derecho.» (HEGEL, Guillermo Federico, «Filosofía del Derecho», Editorial
Claridad, Buenos Aires, Argentina, 1968, p. 107.) Así entonces, para HEGEL la naturaleza
retributiva de la pena se justifica en la necesidad de restablecer la relación entre la «voluntad
general» representada por el ordenamiento jurídico y la «voluntad especial» del delincuente, la
cual ha sido quebrada por el delito, cuestión que sólo se consigue negando con la pena la
negación de la voluntad general por la voluntad especial del delincuente. Es decir, a la tesis,
56
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
prevención, si bien ellas son bastante heterogéneas entre si, tienen en común
el que, a diferencia de las teorías absolutas, no ven a la pena como un fin en sí,
aunque si bien ellas rara vez se dan «puras» en la realidad, con una finalidad
pena debe buscarse no tanto en los efectos que ésta pueda tener sobre el
social.39
38
MIR PUIG, Santiago, «Introducción a las Bases del Derecho Penal », cit., p. 53.
39
HASSEMER, Winfried, «Prevención General y Aplicación de la Pena», en
NAUCKE/HASSEMER/LÜDERSSEN, «Principales Problemas de la Prevención General», Buenos
Aires: Editorial B. de F., 2004,, p. 52. Los principales exponentes de esta teoría de la prevención
general son Jeremy BENTHAM (1748-1832) y Paul Johann Anselm von FEUERBACH (1775-1833).
Para la filosofía utilitarista de BENTHAM, el único fundamento legitimante de la pena es
que ella sea «útil». No se trata de que el delito sea algo intrínsecamente malo o moralmente
reprobable, sino que él debe ser perseguido fundamentalmente por el daño social que produce,
y no por otro motivo. Por ello las penas lo que buscan es evitar que el daño se materialice, de
ahí, por ejemplo, la importancia que se le otorga a que la aplicación de la pena de muerte se
efectúe con la mayor espectacularidad posible, para que el hecho cause una fuerte impresión
en la sociedad, ya que ello permitirá lograr una mayor efectividad de ésta en su capacidad
preventiva general. (BUSTOS RAMÍREZ, Juan, «Manual de Derecho Penal. Parte General», 3ª
edición, Barcelona: Ariel, 1989, p. 23.) De este modo, el destinatario último de los efectos de la
aplicación de una pena no es la persona misma del delincuente que es castigado, sino el resto
de la población, que observa el hecho y se abstiene de cometer nuevos ilícitos por temor a
correr la misma suerte.
En cuanto a FEUERBACH, quien es considerado el principal representante de esta
corriente, considera al Estado como una sociedad civil organizada constitucionalmente, a través
del sometimiento a una voluntad común, que tiene como principal objetivo la creación de las
condiciones necesarias para la convivencia de los hombres conforme a las leyes del Derecho,
razón por la que entiende que toda forma de lesión jurídica va directamente a contradecir el
objetivo del Estado. De ahí entonces que sea legítimo para el Estado contar con mecanismos
que le permitan impedir estas lesiones, entre los que se cuentan necesariamente las
instituciones coactivas, como la coacción física. Esta última busca terminar con las lesiones al
orden jurídico de dos maneras: «Con anterioridad, cuando impide una lesión aún no
consumada, lo que tanto puede tener lugar coerciendo con el fin de dar una garantía en favor
del amenazado como también doblegando en forma inmediata la fuerza física del injuriante
dirigida a la lesión jurídica. Con posterioridad a la injuria, obligando al injuriante a la reparación
o a la reposición». (FEUERBACH, Paul Johann Anselm von, «Tratado de Derecho Penal Común
Vigente en Alemania», citado por DONNA, Edgardo Alberto, «Teoría del Delito y de la Pena», cit.,
p. 68.) Ahora bien, aunque los anteriores mecanismos de coerción física, tanto en cuanto
58
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
Ahora bien, aunque la mayoría de las teorías que son entendidas como
abstienen de delinquir por temor a sufrir los males que trae aparejada la
actúen a priori o a posteriori, tienen una gran importancia para la labor del Estado, resultan
insuficientes para impedir la ocurrencia de las lesiones. Por ello FEUERBACH sostiene que
también es necesario contar con mecanismos de coacción sicológica, de modo que exista una
protección general anterior a la ocurrencia del delito.
Según señala ROXIN, FEUERBACH «se imaginaba el alma del delincuente potencial que
había caído en la tentación como un campo de batalla entre los motivos que le empujan hacia el
delito y los que se resisten a ello; opinaba que había que provocar en la psique del indeciso
unas sensaciones de desagrado, que hicieran prevalecer los esfuerzos por impedir la comisión
y; de esta manera, pudiesen ejercer una “coacción psíquica” para abstenerse de la comisión del
hecho.» (ROXIN, Claus, «Derecho Penal. Parte General», Tomo I, Madrid: Civitas, 1999, p. 90.)
Por ello sostiene que para evitar la comisión de delitos es menester aplicar una intimidación o
coacción sicológica sobre todos los ciudadanos, que los constriña a reprimir el impulso que los
lleva a delinquir, por cuanto el placer obtenido con la ejecución del hecho será considerado
menor que el desagrado obtenido por la reacción social que se impone a quien lleva a cabo esa
acción.
40
SILVESTRONI, Mariano H., «Teoría Constitucional del Delito», cit., p 35; FERRAJOLI,
Luigi, «Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal», 1ª edición, Madrid: Trotta, 1989. pp.
275 y ss.
59
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
Günther JAKOBS.
la legalidad frente al atentado que la norma ha sufrido por parte del delincuente,
41
SILVESTRONI, Mariano H., «Teoría Constitucional del Delito», cit., p. 35.
42
ROXIN, Claus, «Derecho Penal. Parte General», cit., p. 91.
43
FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal», cit., p. 275.
60
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
sean quebrantadas las normas jurídicas que dan sustento a la vida social, ellas
norma, que reafirma su vigencia, por cuanto «una norma también rige cuando
44
JAKOBS, Günther. «Derecho Penal. Parte General. Fundamentos y Teoría de la
Imputación». Madrid: Ed. Marcial Pons, 1995, p. 13
45
JAKOBS, Günther. «Sobre La Normativización de la Dogmática Jurídico-Penal. 1ª
edición, Madrid: Editorial Civitas, 2003, p. 54
61
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
teoría general de los fines de la pena, afirma que ésta, bajo la aplicación del
46
PEÑARANDA/SUÁREZ/CANCIO, «Consideraciones sobre la Teoría de la Imputación de
Günther Jakobs» en JAKOBS, Günther, «Estudios de Derecho Penal», Madrid: Editorial civitas,
1997, pp. 21-22.
47
JAKOBS, Günther, «Culpabilidad y Prevención», en JAKOBS, Estudios de Derecho
Penal, cit., pp. 77-99
62
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
que culpablemente con sus actos ha trasgredido la norma, defraudando con ello
a sufrir la consecuencia negativa que representa la pena, por los actos ilegales
al punto que la desvalorización puede ser tan evidente que traiga como
este caso la pena cumple una función sobre la psicología del individuo,
es aquel que lo mantiene dentro del camino trazado por la norma, y que toda
48
JAKOBS, Günther, «Culpabilidad y Prevención», cit., p. 79
63
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
manejado»49.
no son sólo algunas personas individuales en cuanto ellas puedan ser autores
potenciales, sino que lo son todos los miembros de la sociedad, respecto de los
49
PEÑARANDA/SUÁREZ/CANCIO, «Consideraciones sobre la Teoría de la Imputación de
Günther Jakobs», cit., p. 19.
50
JAKOBS, «Derecho Penal. Parte General», cit., p. 18.
64
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
establece.
51
JAKOBS, «Derecho Penal. Parte General», cit., p. 18.
52
MUÑOZ CONDE, Francisco, «Introducción al Derecho penal», cit., p. 72.
53
SILVESTRONI, Mariano H., «Teoría Constitucional del Delito», cit., p. 29; MIR PUIG,
Santiago, «Introducción a las Bases del Derecho Penal », cit., p. 72. El principal exponente
moderno de esta teoría es Franz v. LISZT, para quien la pena, en cuanto coacción, puede actuar
de 3 formas sobre la persona del delincuente:
Neutralizándolo. Sustrayendo al delincuente del medio social, expulsándolo o
aislándolo;
Intimidándolo, a través de la pena para que no cometa nuevos ilícitos;
Corrigiéndolo. Resocializando al delincuente para devolverlo al curso social normal, y
así evitar la reincidencia.
65
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
Sobre ella volveremos más adelante, por cuanto fue la que más
influencia tuvo sobre gran parte del siglo XX, durante la vigencia del welfare
state.
sustraído del medio social para que no pueda seguir causando daños con sus
55
ROXIN, Claus, «Derecho Penal. Parte General», cit., p. 87.
56
ROXIN, Claus, «Derecho Penal. Parte General», cit., p. 84; LISZT, Franz Von, «La Idea
de Fin en el Derecho Penal», Valparaíso: EDEVAL, 1984, cit., p. 112.
67
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
puede afirmar que es una de las teorías más sinceras y realistas, ya que
fondo de los razonamientos más populares sobre el por qué castigar subyace la
(aunque no sólo entre estos). Es una creencia altamente extendida pensar que
delitos que se cometan. De ahí que la masa tiende a exigir a la autoridad que
endurezca las normas y aplique la pena de cárcel a todos los ilícitos, incluso los
creer que con el castigo (y mientras más duro mejor) se pueden solucionar gran
parte de los males sociales, cuestión que en modo alguno es así. Esto muchas
beneficios políticos de corto plazo, sin pensar que para ello es necesario pasar
por encima de muchas de las libertades y derechos más básicos del ser
57
SILVESTRONI, Mariano H., «Teoría Constitucional del Delito», cit., p. 29
68
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
garantismo de FERRAJOLI
penal en razón a los fines sociales que éste debe cumplir. Quedan excluidas
realizar un mera fundamentación del Derecho por el Derecho, es decir, del ser
pretenden derivar el deber ser del Derecho penal, lo que trasgrede la ley de
práctica su idoneidad, sino que se considere que los fines que se persiguen son
penal no admiten su crítica sólo porque el fin por ellas indicado como
realizado aunque sea realizable es una crítica que debe dirigirse al derecho
69
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
aceptación de los medios penales en relación a los fines a ellos asignados. Los
justificadores.»58
meta-éticos:
alcanzar a través del Derecho penal sea entendido como un bien extrajurídico
como un costo humano y social que por eso mismo requiere justificación. De
como un mal en sí, ni la pena como un bien en sí. En este sentido: «La
58
FERRAJOLI, Luigi, «El Derecho Penal Mínimo», en BUSTOS RAMÍREZ, Juan [director],
«Prevención y Teoría de la Pena», 1ª edición, Santiago: Editorial Jurídica Conosur, 1995, p. 29.
70
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
penales, de forma que dicha justificación no puede ser ofrecida sin una
protección penal»59.
requisito meta-ético de que los medios sean congruentes con los fines, de
manera tal: «que las metas justificadoras del derecho penal puedan ser
Asimismo, también se requiere que los medios sean homogéneos con los fines,
con el bien que se persigue como fin, y que aquel constituya un costo menor en
con los anteriores dos requisitos, podrá actuar no sólo como modelo de
justificación de las penas y de los sistemas penales, sino que además podrá
59
FERRAJOLI, Luigi, «El Derecho Penal Mínimo», cit., p. 30.
60
FERRAJOLI, Luigi, «El Derecho Penal Mínimo», cit., p. 30.
71
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
especial son ideologías normativistas, dado que asignan a la pena un fin ético,
realice o quizá sea irrealizable; así es como estas doctrinas deducen el ser del
deber ser».61
en un valor intrínseco que pudiera tener la pena en sí, con lo que se excluyen
61
FERRAJOLI, Luigi, «El Derecho Penal Mínimo», cit., p. 32.
72
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
virtud de esto, puede afirmarse que las teorías utilitaristas tradicionales violan el
ser utilizado como medio para alcanzar objetivos sociales. Asimismo, dado que
reformado.
62
FERRAJOLI, Luigi, «El Derecho Penal Mínimo», cit., p. 37.
73
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
interviniendo como un tercero imparcial que tutele tanto los derechos de los
como el límite mínimo del Derecho penal. Pero así como es necesario cautelar
límite máximo para la intervención penal. Así entonces, el fin general del
resuelto por la fuerza; por la fuerza del delincuente en el primer caso, por la de
Entendido así, el Derecho penal se erige como la ley del más débil,
violencia arbitraria del más fuerte. Más débil será la víctima, a quien se protege
63
FERRAJOLI, Luigi, «El Derecho Penal Mínimo», cit., p. 39.
74
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
prevenidos y por las penas para ellos conminadas. La pena sólo se encontrará
poder punitivo exclusivo del Estado sólo estará justificado en tanto en cuanto
anarquía punitiva.
sistema penal, para que por este sólo hecho se entienda que además la normas
para que una norma sea aplicable, sino que importa también un nuevo análisis
75
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
sustantivos o materiales.
diferenciar los ámbitos entre los juicios de justicia sobre las normas (su
legitimación externa, los fines que debe cumplir), y los requisitos propios que el
ordenamiento jurídico fija para que estas se entiendan válidas. Esto resulta vital
otorgándoles seguridad de que el ejercicio del ius puniendi, la mayor arma con
esencialmente cambiantes.
76
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
cumplido todos los requisitos formales para nacer a la vida del Derecho, y se
mantendrá en esta situación hasta que otra norma venga a derogar o modificar
forma se pretende dejar fuera toda posibilidad de que pudiera existir una norma
por el sólo hecho de estimarse que responde a un ideal abstracto de justicia, sin
ético: ni una norma justa es, sólo por eso, jurídica; ni una norma jurídica es, sólo
64
GASCÓN ABELLÁN, Marina, «La Teoría General del Garantismo: Rasgos generales»,
cit., p. 23.
77
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
la medida en que estima que los juicios sobre validez no se agotan sólo en el
nacer a la vida jurídica, sino que extiende su observación a si, además, se han
positivismo al realizar la distinción entre ser y deber ser del Derecho, es que
una norma sería válida sólo en la medida de que exista, con lo cual se obvia
humana, los derechos civiles y políticos, y además casi todas las garantías
78
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
«naturales», que fueron teorizados como pre o meta o supra jurídicos en los
orígenes del Estado moderno, y que hoy en día han asumido como garantías,
deber ser del Derecho, expresado en la dicotomía: Ley positiva vs. Ley natural,
las cuales es que al adoptarse esta perspectiva es posible hacer juicios sobre la
65
FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal», cit., pp. 355-356.
79
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
decir, incongruencias entre las normas de rango inferior con los principios
referido a sus propios principios, «tal y como quedan garantizados por esas
tablas positivas de derecho natural que son los textos constitucionales»66. Dicha
valoración irá dirigida no a determinar la justicia de las normas —lo que sigue
formal de las normas («quién» y «cómo» debe decidir»), sino también las
66
FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal», cit., p. 357
67
GASCÓN ABELLÁN, Marina, «La Teoría General del Garantismo: Rasgos generales»,
cit., p. 26.
80
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
basada en la disociación entre vigencia (el Derecho como es) y validez (el
Derecho como debe ser), y en una nueva relación entre forma y sustancia de
importa una redefinición del rol del juez, toda vez que la realización de los
68
FERRAJOLI, Luigi, «Derechos y Garantías. La ley del más débil», Madrid: Editorial
Trotta, 1999, p. 20.
81
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
queda sólo dentro del marco de la valoración formal de la norma, sino que da
un paso más allá e incorpora también una valoración axiológica para determinar
la validez de la misma, pero ello siempre dentro del ámbito normativo general
con criterios extrajurídicos —más allá que a estos últimos en modo alguno les
69
FERRAJOLI, Luigi, «Derechos y Garantías. La ley del más débil», Madrid: Editorial
Trotta, 1999, p. 20
70
FERRAJOLI, Luigi, «Derechos y Garantías. La ley del más débil», cit.
82
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
Esto último se hace patente en cuanto para el jurista italiano —igual que
legalidad. Sobre este punto, distingue entre dos ámbitos o aspectos de este
ciudadanos, qué básicamente implica que ningún hecho puede ser juzgado
como delito si no existe una ley previa que lo establezca como tal, lo que se
expresa a través del axioma «nullum crimen, nulla poena sine lege». En virtud
de esto, se les da un mandato a los jueces para que sólo puedan fallar los
éstos en cuanto a su decisión, y a ningún otro poder: «el juez no puede calificar
como delitos todos (o sólo) los fenómenos que considera inmorales o, en todo
caso, merecedores de sanción, sino sólo (y todos) los que, con independencia
71
FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal», cit., pp. 34-35
83
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
con que se cumpla con las exigencias formales del principio de legalidad, es
decir, que sólo mediante «leyes», emanadas del órgano representativo, puedan
sólo a dar sus mandatos en la forma de «leyes», sino que también en éstas
debe recoger una determinada técnica legislativa que garantice que a través de
metalegal de formación del lenguaje penal que a tal fin prescribe al legislador el
72
FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal», cit., p. 378
84
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
extra jurídica. «Auctoritas, non veritas facit legem» es la máxima que expresa
este fundamento del derecho penal moderno, y que significa que «no es la
verdad, la justicia, la moral ni la naturaleza, sino sólo lo que con autoridad dice
sujeto».74
expresados en la ley, sin que su decisión se vea enturbiada por sus propias
apreciaciones personales. Es por ello que además exige del legislador una
73
FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal», cit., p. 35.
74
FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal», cit., pp. 35-36
85
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
se presenten lagunas que éste deba pretender llenar en base a criterios que no
Mientras por una parte sostiene la necesidad de limitar el rango de acción del
otorga un rol activo, diciendo que éste y la ciencia jurídica deben desempeñar
realidad no existe.
buscar fuera del Derecho positivo, sino que ellos derivan directamente de lo
si esta se encuentra vigente, sino que también a que ella sea respetuosa en
86
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
aspecto del juicio de legalidad. No por el hecho de que una ley haya sido
que en la concepción garantista le tocará al juez dirimir. Aunque una ley haya
integridad física de los ciudadanos, y en esos casos, por más que la ley pueda
relevante a objeto de nuestro estudio, por cuanto uno de los hechos que hace
antinomia entre las nuevas normas y las disposiciones de rango superior. Las
87
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
general de ilegitimidad, que tiende a ser mayor con el paso del tiempo. El
asunto se torna aún más complejo si se toma en consideración que hoy en día
normativa constitucional, sino que además debe atender a lo dispuesto por los
5. TOMA DE POSTURA
legitimación del Derecho penal. A este objeto, hemos distinguido entre dos
88
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
los fines que debe cumplir, y que entienda al castigo como un mal
necesario, pero que no por ello deja de ser mal, sin que pueda
lograrlo.
pena un valor en sí, confundiendo el ser con el deber ser, la teoría garantista
89
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
mal, y por ello sólo se justifica en tanto signifique un mal menor que la
Esto último resulta vital a la hora de limitar la actividad punitiva, y reducir el uso
Por otro lado, esta teoría es la única dentro de las utilitaristas que es
usado como medio sino sólo como un fin en sí mismo. Dado que el garantismo
satisfacer necesidades sociales, sino además para cautelar los derechos de los
individuos que delinquen, quienes de este modo evitan recibir sobre si los males
validez, hemos dicho que no basta con que una norma se encuentre vigente
para que a su vez se entienda válida, sino que además es necesario que ella de
90
EL MODELO GARANTISTA DE LEGITIMACIÓN
sobre su ser, en cambio que el segundo es un juicio sobre el deber ser, pero no
sino a principios intrajurídicos, que son los que sirven de fundamento al análisis
axiológico en el Derecho.
tanto de las víctimas de los delitos, como de quienes los cometen, por lo que
sucinta exposición del ser actual del Derecho penal, para contrastarlo con el
91
CAPÍTULO II SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL:
INTOLERANCIA
1. PRELIMINARES
Welfare State.
KEYNES analiza las condiciones que llevaron a la gran Depresión provocada por
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
pensaba, el simple juego de laissez faire era incapaz de lograr el pleno empleo,
que consideraba vital para estimular el consumo y así evitar las distorsiones
que la sola acción del mercado introduce en la economía, que hacían imposible
constantes crisis del modelo capitalista, tal y como MARX vaticinara años antes.
Por ello, este autor sostuvo que para evitar los desequilibrios era necesaria una
objeto de mantener niveles de demanda altos, haciendo para ello uso del déficit
Deal», fueron recibidas con beneplácito sobre todo por los partidos
93
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
evitar su posterior reaparición. Además, por esta vía se ponía un mayor acento
trabajo, a través del cual se procuró ocultar las contradicciones internas del
una transformación global del sistema, a un camino en que lo central era sólo
bregar por mejoras económicas y sociales, pero sin afectar en su base al modo
de producción capitalista.
94
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
solución a los conflictos sociales al interior del mismo sistema. Esta legitimación
por medio de una redistribución social, y por la otra, al realizar un pacto social
desarrollo del capital global. Tanto los aparatos estatales de valorización del
capitalismo.»75
Dado que la vieja teoría del contrato social, ya no resulta adecuada para
75
VILLEGAS, Myrna, «Terrorismo: Un Problema de Estado. Tratamiento jurídico en la
legislación comparada. Especial referencia a los delitos de terrorismo en las legislaciones de
Chile y España», Tesis Doctoral, Universidad de Castilla-La Mancha, 2001, Capítulo I, apartado
3.b.1. Edición electrónica disponible en: http://cybertesis.cl
95
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
No obstante, esto será sólo una apariencia, dado que en los hechos el modelo
práctica son los sectores dueños del capital quienes siguen sustentando el
ya no existen, sino que lo que ahora prima es un acuerdo entre capital y trabajo,
VILLEGAS, bajo esta nueva forma de organizar el Estado capitalista, «el aparato
76
BUSTOS RAMÍREZ, Juan, «Estado y Control: La ideología del control y el control de la
ideología», en BERGALLI, Roberto; BUSTOS, Juan; GONZÁLEZ ZORRILLA, Carlos, y otros,
«Pensamiento Criminológico Vol. II. Estado y Control», 1ª edición, Bogotá: Editorial Temis,
1983, p. 21; VILLEGAS, Myrna, «Terrorismo: Un Problema de Estado», cit.
96
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
individuales».77
Desde otro punto de vista, la idea de consenso abre el camino para una
forma de control social que define a los individuos de acuerdo a la posición que
ocupan respecto de aquel, así se entiende que aquellos que con sus
viola el consenso, realiza una negación de los valores generales aceptados por
la sociedad, y por ello requiere ser reeducado para que enmiende el camino
idea de desviación como vulneración del consenso también habrá de servir para
un más férreo control del disidente político, toda vez que como señala BUSTOS,
bajo esta concepción las barreras entre el disidente criminal y el disidente del
poder se vuelven vagas y fluidas, por cuanto la legitimación del poder y del
77
VILLEGAS, Myrna, «Terrorismo: Un Problema de Estado», cit., Capítulo I, apartado
3.b.1.
78
BUSTOS RAMÍREZ, Juan, «Estado y Control: La ideología del control y el control de la
ideología», cit., p. 20.
97
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
2.1. Antecedentes
nueva, sino que fue adquiriendo forma ya desde el último tercio del siglo XIX,
delincuente80. En cuanto a sus causas, puede señalarse que ellas son variadas
79
GARLAND, David, «La Cultura del Control. Crimen y Orden Social en la Sociedad
Contemporánea», cit., p. 82.
80
MIR PUIG, Santiago, «El Derecho Penal en el Estado Social y Democrático de
Derecho», Barcelona: Ariel, 1994, p. 141.
98
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
como castigo, pierde en esta época gran parte del apoyo social, político e
celular completo a que se sometía a los presos, lo que era considerado causal
impone una cierta clase de romanticismo filantrópico, que ante las graves
nuevos ricos industriales, las cuales reclaman para si, como nueva función de
81
MIRALLES, Teresa, «El Control Formal: La Cárcel», en BERGALLI, Roberto; BUSTOS,
Juan; GONZÁLEZ ZORRILLA, Carlos, y otros, «Pensamiento Criminológico Vol. II. Estado y
Control», Bogotá: Editorial Temis, 1983, p. 103.
82
PLATT, Anthony, «Los “Salvadores del Niño” o La Invención de la Delincuencia», 4ª
edición, México D. F.: Siglo XXI Editores, 2001, p. 25.
99
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
83
PLATT señala en este sentido que: «El clero incorporó los servicios sociales seculares
en sus actividades de rutina y movía sus influencias en favor de diversas reformas; la profesión
médica contribuyó a la ''nueva penología" y suministró personal facultativo para los
reformatorios y las clínicas de orientación del niño; los abogados proporcionaron experiencia
técnica para la redacción y el cumplimiento de las nuevas leyes; y los académicos descubrieron
un nuevo mercado que les pagaba en calidad de consultores y los elevó a puestos de prestigio
nacional, así como les proporcionó un material interminable para sus publicaciones y
conferencias. (PLATT, Anthony, «Los “Salvadores del Niño” o La Invención de la Delincuencia»,
cit., p. 26.
100
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
buscaba, por una parte, era instruir a los niños preferentemente en la disciplina
mercado laboral. Y por otro lado, los requerimientos propios del desarrollo
fuerza de trabajo.84
para que la clase que ostentaba el poder político y económico accediera a los
84
PLATT, Anthony, «Los “Salvadores del Niño” o La Invención de la Delincuencia», cit.,
pp. 22-23.
101
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
revolucionaria ocurrida a mediados del siglo XIX pudo ser sofocada a sangre y
entendía, como bien apuntara W EBER, que un sistema para ser realmente viable
legitimidad entre las masas, que haga que estas acepten su condición sin
precarias condiciones de vida de los obreros eran el ambiente propicio para que
transformación total, sino sólo hacia meras reformas, que mejoraran las
85
MIRALLES, Teresa, «El Control Formal: La Cárcel», cit., pp. 103-104
102
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
como el medio a través del cual ejercer la violencia para así garantizar la
pensar que el sólo uso de la fuerza a menudo agravaba los conflictos, minando
habría de perderlo, se entendió que el sistema penal además podía servir para
con el sistema penal formal, permitirían ejercer una mayor vigilancia sobre los
86
PLATT, Anthony, «Los “Salvadores del Niño” o La Invención de la Delincuencia», cit.,
p. 24
87
PLATT, Anthony, «Los “Salvadores del Niño” o La Invención de la Delincuencia», cit.,
p. 28.
103
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
individuos, que abarcaría todas las etapas de su vida, para precaver así la
aparición del delito y no tener que actuar sobre éste sólo cuando apareciera.
consumo.88
penal» serán echadas en este período, que va de fines del siglo XIX, dónde
88
MIRALLES, Teresa, «El Control Formal: La Cárcel», cit., p. 104.
104
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
una basta red de asistencia social, que al menos en el discurso, tenía por
instituciones que incluían: «leyes sobre las sentencias penales que permitían
105
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
a objeto de que cumplieran la función de llevar adelante las distintas tareas que
propicio para que florecieran los expertos sociales de la más diversa índole.
sido nullum poena sine crimen (no hay castigo sin delito), en el mundo del
89
GARLAND, David, «La Cultura del Control. Crimen y Orden Social en la Sociedad
Contemporánea», cit., p. 82.
90
GARLAND, David, «La Cultura del Control. Crimen y Orden Social en la Sociedad
Contemporánea», cit., p. 82
106
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
adelante tomarían las políticas sociales y penales, puesto que muchas de las
judicial.
las más diversas áreas, con sus particulares formas de enfocar el problema. El
91
GARLAND, David, «La Cultura del Control. Crimen y Orden Social en la Sociedad
Contemporánea», cit., p. 84.
107
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
más que en las causas individuales del acto desviado, en las condiciones
sociales que hacen posible que éste aparezca, con lo que se dará un giro
subsiguiente.
92
BARATTA, Alessandro, «Criminología Crítica y Crítica del Derecho Penal. Introducción
a la Sociología Jurídico Penal», p. 56.
93
El término «anomia», contrariamente a lo que a veces se cree, no fue inventado por
DURKHEIM, sino que él arranca desde la tradición griega, reconociéndose a Herodoto como el
primero en dejar constancia escrita de su uso. DURKHEIM lo recuperará para la sociología en su
libro de 1893 «La División del Trabajo Social», pero no será sino en otro trabajo de su autoría:
«El Suicidio», aparecido en 1897, en donde le dará un tratamiento más profundo fijando el
sentido que posteriormente se le ha dado al término. En este último, DURKHEIM se refiere a la
«anomia» como un estado de ausencia de normas sociales, de reglas adecuadas para
mantener dentro de límites apropiados el comportamiento del individuo, el cual de otra manera
caería en el desenfreno, bajo el empuje de fuertes apetitos, que le son naturales y los cuales
pueden ser reprimidos sólo mediante la acción de un elemento externo a él, como son este tipo
de normas. Por eso, en estados de crisis económica y social, en donde se manifiesta una
ausencia o desintegración de estas normas, es decir, cuando se produce la «anomia», el
aumento de los apetitos del hombre y la incapacidad de poder satisfacerlos trae como
consecuencia un aumento de los suicidios, debido a la imposibilidad de soportar la situación. En
este caso, por crisis económica y social debe entenderse no sólo los momentos de depresión
económica, en donde los esfuerzos dirigidos al éxito económico se ven frustrados, sino también
aquellos momentos de expansión súbita, porque la rapidez con la cual puede conseguirse el
éxito económico pone en crisis el equilibrio entre el fin y los modelos de comportamiento
adecuados a éste. (DURKHEIM, Emile, «El Suicidio», 3ª edición, México D.F.: Premia Editora,
1990, pp. 206 y ss.)
108
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
especial conformación biológica o psicológica del individuo, sino que ella debe
ser entendida como algo normal a toda estructura social, tan normal como el
propone al individuo una jerarquía de valores que constituyen las metas a las
cuales éste debe aspirar, y que habrán de erigirse como las motivaciones
prescribir, a través de las normas, cuáles son los medios legítimos para
contradicción surge, cuando los valores y los medios considerados lícitos para
antedichos valores, por lo que, ante la imposibilidad de acceder a ellos por los
94
Vid. DURKHEIM, Emile, «Las Reglas del Método Sociológico», Buenos Aires: Ediciones
Libertador, 2003, pp. 145 y ss.
95
BARATTA, Alessandro, «Criminología Crítica y Crítica del Derecho Penal. Introducción
a la Sociología Jurídico Penal», p. 59.
109
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
aparten del camino «recto» fijado por las normas, para intentar por otros medios
alcanzar los fines que la cultura les señala como norte y a que la estructura
medios necesarios para poder acceder a esos valores por los medios lícitos —
buena educación, contactos sociales en las altas esferas, trato con personas
contrario, dado que también acepta como propios los valores que la sociedad
110
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
camino deba negar las normas que a su vez fijan los medios lícitos para
cada vez más amplios a adherirse a los fines culturales sin el respeto a los
medios institucionalizados.»96
a la clásica tendencia patológica que por años había dejado sentir su influencia
96
PAVARINI, Massimo, «Control y Dominación. Teorías criminológicas burguesas y
proyecto hegemónico», 110.
111
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
criminalidad que superara las barreras y los errores en que incurría la teoría de
MERTON.
Como lo hiciera notar SUTHERLAND, esta era insuficiente para explicar los
actos desviados que surgen en los sectores sociales más acomodados, bajo la
forma de los llamados delitos de cuello blanco, que han sido definidos como
delitos comunes cometidos por las clases bajas, sino que ellos, en los casos en
que son perseguidos, lo son habitualmente por caminos distintos a los usuales
97
ELBERT, Carlos Alberto, «Manual Básico de Criminología», cit., p. 83.
112
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
fiscal, y sin que se imponga una nota infamante sobre los autores, quienes en la
mayoría de los casos no son objeto de una pena privativa de libertad como en
ilícitos no sólo no eran objeto de una repulsa pública, sino que en ciertos
maquinaria económica.
predispondría a los individuos a violar la ley, ya que por una parte los aleja de
98
ELBERT, Carlos Alberto, «Manual Básico de Criminología», cit., p. 85.
113
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
los acerca a aquellos que la ven como positiva, con lo que se predispone la
con ello la operatoria ilícita de las actividades económicas sería algo que se
el enfoque dado por MERTON en que la respuesta a la anomia surge como una
99
BARATTA, Alessandro, «Criminología Crítica y Crítica del Derecho Penal. Introducción
a la Sociología Jurídico Penal», cit., p. 70.
114
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
estructura social, en que lo que se erige como valores dominantes son los de la
clase media, choca con los valores de origen de los jóvenes provenientes de la
una cultura propia «caracterizada por los elementos del "no utilitarismo", de la
No obstante, como bien apunta PAVARINI, en este caso resulta propio hablar de
100
BARATTA, Alessandro, «Criminología Crítica y Crítica del Derecho Penal. Introducción
a la Sociología Jurídico Penal», cit., p. 70
101
PAVARINI, Massimo, «Control y Dominación. Teorías criminológicas burguesas y
proyecto hegemónico», 1ª edición argentina, traducción de Ignacio MUÑAGORRI. Buenos Aires:
Siglo XXI Editores, 2002, p. 111
115
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
reafirmándolos en los hechos, aunque por medios que no son los que esa
misma cultura determina como lícitos. Es decir, la subcultura acepta los fines,
conducta desviada. Las teorías que surgen a raíz de ello, ya sea como
que se encontraban en el origen del delito, éste siguió siendo considerado una
sociedad.
116
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
Estado a través del sistema penal. De hecho, las críticas en general iban
aspectos del sistema y rara vez apuntaban a las raíces del mismo. Se tenía
ahí que se viera al sistema penal como algo en permanente evolución, que
por venir.
RESOCIALIZADOR
habrá de entrar en crisis. Por este tiempo las principales economías del mundo
117
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
occidental se verán afectadas por una fuerte recesión, producto en buena parte
crudo, determinando en adelante una fijación autónoma de los precios por parte
países industrializados.
fiscal», producto del saldo negativo que presentaba el Estado, toda vez que si
bien el gasto iba en aumento, no ocurría lo mismo con los ingresos, los cuales
que esto necesariamente debía traer como consecuencia102. Todo ello estaba
102
RIVERA BEIRAS, Iñaki, «Forma-Estado, Mercado de Trabajo y Sistema Penal
(“Nuevas” Racionalidades Punitivas y Posibles Escenarios Penales)», en Iñaki RIVERA BEIRAS
[coord.], «Mitologías y Discursos sobre el Castigo. Historias del Presente y Posibles
Escenarios», 1ª edición. Barcelona: Anthropos, 2004, p. 294.
118
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
empujando a una virtual quiebra del Estado y a su vez tenía un fuerte efecto
salir de la crisis, por cuanto surgieron voces que argumentaban que justamente
era la intervención del Estado en la economía una de las principales causas por
119
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
inevitables de tal política serían tasas de inflación cada vez más elevadas.103
dentro del cual la única ley a regir debe ser la del juego sin cortapisas de la
103
BERGALLI, Roberto, «Las Funciones del Sistema Penal en el Estado Constitucional
de Derecho, Social y Democrático: Perspectivas Socio-Jurídicas», en BERGALLI, Roberto
[coord.], «Sistema Penal y Problemas Sociales», 1ª edición, Valencia: Tirant Lo Blanch, 2003, p.
69
104
BERGALLI, Roberto, «Las Funciones del Sistema Penal en el Estado Constitucional
de Derecho, Social y Democrático: Perspectivas Socio-Jurídicas», cit., pp. 69-70
120
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
inconveniente en cambiar una vez más de rostro, retornando cual hijo pródigo a
las manos del mercado y el laissez faire, sin con ello afectar en modo alguno su
estructura de clase, ni el poder que sustentan las clases más acomodadas. Por
de los agentes económicos que a la vez ostentan en sus manos toda la oferta
105
VILLEGAS, Myrna, «Terrorismo: Un Problema de Estado», cit., Capítulo I, apartado
3.b.2.
106
BERGALLI, Roberto, «Las Funciones del Sistema Penal en el Estado Constitucional
de Derecho, Social y Democrático: Perspectivas Socio-Jurídicas», cit., p. 71.
121
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
poder del capital en unas pocas manos, el mercado se vuelve cada vez menos
elástico, y más determinado sólo por unos pocos agentes que concurren a él,
dinero, el del capital, por ello no queda espacio para lo social. Sólo quienes
propia suerte.
fondos del Estado para poder funcionar. A ello había que sumar los elevados
mínimas requeridas para generar un ambiente que hiciera posible modificar las
resocializador, que como vimos inspiró gran parte de las políticas criminales
desde fines del siglo XIX en adelante, habría de caer en un profundo descrédito,
al punto de que las numerosas críticas de que fue objeto atraerían una drástica,
107
RIVERA BEIRAS, Iñaki, «Forma-Estado, Mercado de Trabajo y Sistema Penal
(“Nuevas” Racionalidades Punitivas y Posibles Escenarios Penales)», cit., p. 295.
108
ZYSMAN QUIRÓS, Diego, «La Crisis del Welfare y sus Repercusiones en la Cultura
Política Anglosajona», en Iñaki Rivera [coord.], «Política Criminal y Sistema Penal. Viejas y
Nuevas Racionalidades Punitivas», 1ª edición. Barcelona: Anthropos Editorial, 2005, p. 256.
123
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
considerado un acto distinto al resto, sino que quien le arroga tal carácter es la
establecer como desviado un acto frente a otro que no lo es, situación que no
trasladando la discusión desde las causas que provocan el delito a los llamados
109
MIR PUIG, Santiago, «El Derecho Penal en el Estado Social y Democrático de
Derecho», cit., p. 144.
124
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
único que hacen es actuar como guardianas del statu quo, pretendiendo
manos de la burguesía para ejercer su poder sobre el proletariado. Por esta vía,
criminalización no son asépticos, sino que ellos tienen por función perpetuar las
Resulta notorio ver que con sus discursos, tanto el labelling approach
125
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
del ideal rehabilitador, por cuanto, como señala MIR PUIG, en estas corrientes se
tener frente al delincuente una sociedad injusta, que lo ha hecho delincuente y/o
manera discriminatoria sobre los negros, los jóvenes, los pobres y las diversas
minorías culturales.
transformado en puro discurso, detrás del cual lo que en verdad se ocultaba era
110
MIR PUIG, Santiago, «El Derecho Penal en el Estado Social y Democrático de
Derecho», cit., p. 145.
126
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
quitaban toda suerte de seguridad a quien recibía el castigo, puesto que nunca
extensión era dejada al mero arbitrio del operador encargado de aplicarlo, que
excesivo, ya que su labor muchas veces ni siquiera era sujeto a control externo
alguno, ni aún judicial. Por eso en este punto proclaman una especie de
neoclasicismo, es decir, una vuelta a los principios sustentados por las teorías
llamada teoría del Just Desert, —Justo Merecimiento—, la cual, según acota
111
GARLAND, David, «La Cultura del Control. Crimen y Orden Social en la Sociedad
Contemporánea», cit., pp. 110 y ss; RIVERA BEIRAS, Iñaki, «Forma-Estado, Mercado de Trabajo
y Sistema Penal (“Nuevas” Racionalidades Punitivas y Posibles Escenarios Penales)», cit., p.
296; ZYSMAN QUIRÓS, Diego, «La Crisis del Welfare y sus Repercusiones en la Cultura Política
Anglosajona», cit., pp. 265 y ss.
127
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
cualquier persona de la calle diría que la gente debe ser castigada —o también
que medía el delito atribuyéndole una puntuación, mientras el otro eje hacía lo
mismo con los delitos previos. De esta manera se pretendía fijar una tabla de
112
ZYSMAN QUIRÓS, Diego, «El Castigo Penal en EE.UU. Teorías, Discursos y
Racionalidades Punitivas del Presente», cit., p. 257
128
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
distinto del previsto por el liberalismo neoclásico, puesto que en muchos de los
premisa los derechos del inculpado y un intento por reducir la coerción penal,
ámbito de acción.
129
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
que usamos anteriormente para definir a las «crisis». Por una parte, se hicieron
patentes las deficiencias objetivas del sistema para dar cumplimiento a los fines
que decía perseguir. Los estudios demostraban que en la mayoría de los casos
bien como muestras de que era necesario sólo realizar determinados ajustes al
113
GARLAND, David, «La Cultura del Control. Crimen y Orden Social en la Sociedad
Contemporánea», cit., p. 119.
130
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
trasuntando incluso el mero marco de los operadores jurídicos. Así por ejemplo,
en la misma época surgieron críticas que ya no provenían sólo del mundo del
Derecho, sino de ambientes tan distintos como podría ser el cine. Aquí
1971, dirigida por Stanley KUBRICK114. En esta se muestra con una mirada muy
irónica los efectos que un tratamiento experimental puede tener sobre un joven
que es incapaz de acogerlo, y que, por el contrario lo rechaza con una violencia
tan brutal como la que a él mismo se le ha inhibido de realizar, al punto que una
114
Se puede ver una ficha de la película en Internet Movie Database,
http://www.imdb.com/title/tt0066921/
131
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
atrapado por las garras del sistema— con el objeto de llevarlo hasta el suicidio.
de la sociedad en que vive, ya que por una parte de esta aprende la violencia
con la que se comporta, casi como una cuestión de sobrevivencia, y por otro lo
efectista ante la opinión pública, que en cierta medida ignora lo que realmente
ser víctima. Y sin embargo, pese a todo lo publicitado del tratamiento Ludovico,
vengativo que le pasa cumplida factura por sus pecados y excesos del pasado.
132
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
modelo correccional es «Atrapado sin Salida» (One Flew Over the Cuckoo's
Nest)115, rodada en 1975 por el director Milos FORMAN. En esta, a diferencia del
violento y peligroso, sino más bien del rebelde, del hombre que reafirma su
del hospital psiquiátrico, en donde a los enfermos por sobre todo se los trata de
alguna manera el poder (representado en este caso por una tiránica enfermera),
se arriesga a los más severos castigos, que incluyen por cierto también el
115
Se puede ver una ficha de la película en Internet Movie Database,
http://www.imdb.com/title/tt0073486/
133
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
también fuera del marco jurídico, las que iban enfocadas principalmente a
La crisis del welfarismo penal ocurrida entre los 70 y los 80, tuvo la
delito.
135
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
más represivo, que lejos de apuntar a combatir las causas que provocan la
sin que con ello se resuelva el problema de fondo, sino que sólo se lo esconde,
116
W ACQUANT, Loic, «Las Cárceles de la Miseria» 1ª ed., 2ª reimp., Buenos Aires:
Manantial, 2004.
136
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
refiere, sea el Manhattan Institute. Este organismo entre sus objetivos tenía el
familia, y eran la causa de todos los males de las sociedades modernas, entre
137
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
dólares y dos años de tranquilidad para escribir Losing Ground: American Social
torno del libro, junto con sus aliados en los campos periodístico y burocrático.
“honorarios” que llegaban hasta los mil quinientos dólares, además del
Estados Unidos.»117
117
W ACQUANT, Loic, «Las Cárceles de la Miseria», cit., p. 26.
138
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
and Class Structure in American Life», en que llevará mucho más allá sus
cognitiva».
debido a sus hijos o los descuida, y quién cumple a conciencia con sus deberes
cívicos (“en todas las clases sociales, aun las más pobres, los niños más
inteligentes aprenden con mayor rapidez cómo funciona el Estado y son más
y morales (depraved). “Mucha gente tiende a creer que los criminales son
139
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
Manhattan Institute había escogido para que elaborara las bases de lo que
estructura social, sino de sus condiciones biológicas, entonces todo intento por
limitadas impiden que sea capaz de adquirir una verdadera conciencia de sus
actos, para poder modificarlos. Entonces con él, lo único que queda es
neutralizarlo, sacarlo del contacto con la sociedad el mayor tiempo que sea
118
W ACQUANT, Loic, «Las Cárceles de la Miseria», cit., p. 27.
119
W ACQUANT, Loic, «Las Cárceles de la Miseria», cit., p. 27.
140
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
del cajón, para que no contamine al resto. Ante ello, no es extraño el curso que
que precisamente abogan por tratar con la mayor crudeza a estos individuos
revista City, estructurará un discurso en virtud del cual se entiende que los
imprescindible para la vida urbana, y que el desorden en que viven las clases
posteriormente.
141
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
utilizaron para graficar su tesis era el de las ventanas de un edificio —de ahí el
que en poco tiempo todo el resto de las ventanas también lo estarán, puesto
estable de familias que se preocupan por sus hogares, que ven por los hijos de
cuantos años o hasta en unos cuantos meses, y llegar a ser una selva inhóspita
que asusta. Un terreno está abandonado, la hierba crece, una ventana está
destrozada. Los adultos dejan de regañar a los niños traviesos, los chicos se
vecindario, gente sin arraigo llega a vivir ahí. Los jóvenes se juntan enfrente de
120
W ILSON, James Q. & KELLING, George L., «The Police and Neighbordhood Safety»,
The Atlantic, Marzo de 1982. Citado por KELLING, George L. & COLES, Catherine M., «¡No Más
Ventanas Rotas! Cómo restaurar el orden y reducir la delincuencia en nuestras comunidades»,
México D. F.: Instituto Cultural Ludwig von Mises, 2001, p. 56.
142
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
trabajar, y en general realizar todas aquellas tareas comunes que lleva a cabo
hace predecible, lo que permite a los extraños morar en paz juntos, en términos
evitar ciertos sitios y reducir sus actividades normales y sus relaciones con
graves. A juicio de KELLING Y W ILSON: «Los delitos graves en las calles florecen
sin vigilancia es, en efecto, la primera ventana rota. Los rufianes y ladrones, ya
121
KELLING, George L. & COLES, Catherine M., «¡No Más Ventanas Rotas!», cit., p. 48.
143
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
ejecuta.»122
como habitualmente hace la policía, sino que reprimir hasta las más mínimas
mayores que serán perseguidos con tanta o mayor mano dura que las faltas
122
W ILSON, James Q. & KELLING, George L., «The Police and Neighbordhood Safety».
Citado por KELLING, George L. & COLES, Catherine M., «¡No Más Ventanas Rotas!», cit., p. 57.
144
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
que hacía falta era aplicarles el máximo rigor del castigo a que se hacían
«three strikes and you’re out» —que en Chile se la ha intentado importar bajo la
diagnóstico de que gran parte de los delitos son cometidos por individuos
rehabilitación, por lo que lo único que queda para ellos es su total inocuización.
que hubiese sido condenado por tercera vez por ellos, sería condenado al
máximo de rigor que permitiera la ley, excluyendo la pena de muerte, esto es, al
por primera vez en 1993, se ha mantenido hasta nuestros días, aunque con
violentos, sino también de algunos más leves, como los relacionados con las
como California o Indiana, en que bastan dos condenas previas para que la
145
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
como «tolerancia cero», que gozará de una amplia popularidad desde mediados
esa que se ve, la que molesta, la que provoca incidentes y desagrados en los
las clases media y acomodada —que en definitiva son los que votan en Estados
hacia los sectores más pobres, a fin de desalojarlos de los espacios públicos
(calles, plazas, parques, metro, estaciones de buses, etc.). Para esto, se amplió
las personas sin techo», en los términos usados por KELLING. De ahí que
Más allá del aparente éxito que tuvieron, al menos en Nueva York, las
cuales están muy lejos de contar con datos empíricos indesmentibles que las
avalen, toda vez que según se ha expuesto por varios autores124 la reducción
en las tasas de criminalidad era un hecho que venía produciéndose aún antes
de que se llevaran adelante las nuevas políticas de control del delito (por lo
menos desde hacía tres años), y esta regresión también se produjo en Estados
y San Diego—, lo cierto es que ellas en la práctica lo que significaron fue una
123
W ACQUANT, Loic, «Las Cárceles de la Miseria», cit., p. 29.
124
Vid. ZYSMAN QUIRÓS, Diego, «La Crisis del Welfare y sus Repercusiones en la
Cultura Política Anglosajona», cit., p. 274; W ACQUANT, Loic, «Las Cárceles de la Miseria», cit., p.
31
147
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
de Lucha contra los Delitos Callejeros». Esta era una fuerza especial
de la policía de Nueva York , que nos hace recordar a lo peor de las policías
Fiscales federales, por ser sus miembros sospechosos de efectuar arrestos con
antes que cualquier otro indicio— el color de la piel. Más de 37.000 de esos
fueron considerados nulos e inválidos por los tribunales, lo que deja un resto de
148
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
realizada por el diario New York Daily News sugiere que cerca del ochenta por
vestíbulo del edificio donde vivía cuando fue ultimado por efectivos de la Unidad
tiros. La excusa que dieron los efectivos de seguridad para tamaño crimen, es
con él. Esto dio origen a numerosos disturbios y una prolongada jornada de
125
W ACQUANT, Loic, «Las Cárceles de la Miseria», cit., p. 37.
149
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
fueron los más golpeados por las prácticas represivas que se implementaron. Y
no sólo eso, sino que además instigaron la proliferación de los odios raciales,
126
W ACQUANT, Loic, «Las Cárceles de la Miseria», cit., p. 37
150
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
sometidos a una fuerte presión, que los ha llevado casi al punto del colapso, lo
que ver más del doble de causas que en el año anterior. Incluso un mismo juez
durante una jornada podía llegar a examinar hasta mil casos, sin que ninguno
trabajo. Una persona acusada por un simple delito —por ejemplo el hurto en
esperar hasta 284 días que se viera su causa. Esto, sin contar con el altísimo
permitido por la ley, las que se elevaron de 6.700 en 1993 a 12.000 en 1998.127
tribunales debían juzgar a diario, también se produjo una explosión en las cifras
sólo 10 años antes apenas superaba los 85.000. En el caso de los arrestos y
127
W ACQUANT, Loic, «Las Cárceles de la Miseria», cit., p. 39.
151
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
oficialmente por las autoridades ese mismo año, que ascendió a 326.130. De
motivo judicial: 18.000 de ellas se desestimaron por el Fiscal aún antes que el
una pretendida «seguridad», seguridad que ni siquiera es para todos igual sino
población. De más está decir que la mayoría de los casos que fueron
objeto personas provenientes de los sectores más bajos, las clases marginales,
128
W ACQUANT, Loic, «Las Cárceles de la Miseria», cit., p. 40.
152
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
agravada de recursos que los paraliza, por la otra, tiene todo el aspecto de una
para sus propios países el modelo norteamericano. Todas las críticas vertidas
Y como es de suponer, esta cruzada no sería sólo por el «amor al orden», sino
129
W ACQUANT, Loic, «Las Cárceles de la Miseria», cit., p. 40.
153
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
institutos. BRATTON por ejemplo, además de formar The Bratton Group, L.L.C.,
Thank al que ya nos hemos referido), y de Kroll Associates, una de las mayores
cuales reciben altas sumas de dinero. Así por ejemplo, el 2003 el Giuliani
Venezuela, Lima, Buenos Aires y Santiago, ciudades todas en que recibió altos
ingresos por realizar algunas charlas. En Caracas, la Alcaldía le pagó 180 mil
cancelaron 44.800 dólares por un informe sobre el control del delito. En Chile
154
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
personas, (737 personas detenidas por cada 100 mil habitantes) lo que
130
Diario La Nación, Domingo 23 de marzo de 2003.
155
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
que había 1.295.150 detenidos (eso sin contar las personas sujetas a otro tipo
que según datos del U.S. Bureau of Justice Statistics ascendían en total,
contando a estos últimos, por sobre los 7 millones de personas)131 Ante tamaña
las necesidades del sistema carcelario. Ahora bien, como parte de las políticas
sistema de justicia penal. Por eso ahora un alto porcentaje de las cárceles se
y la represión del delito un terreno fértil para hacer negocio. Esto a su vez ha
realizan un fuerte lobby para que se adopten cada vez normas más represivas
ingreso para las empresas, por tanto, mientras más haya, tanto mejor. Y eso sin
131
U.S. Bureau of Justice Statistics, http://www.ojp.usdoj.gov/bjs/
156
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
todo ese discurso sobre los riesgos de la sociedad moderna y las necesidades
esperanza de una mayor tranquilidad social, sino que también fuertes intereses
económicos, sobre los que no queda tan claro qué pensarían si el delito
permitido que esto ocurra. Cuál es la razón por la que al auge por la defensa de
los derechos civiles que primó durante los años 60 y parte de los 70, le haya
siempre las acoge con beneplácito, al menos guarda un silencio cómplice frente
a ellas.
como el medio para perseguir a quienes han cometido delitos, sino que
ciudadanía frente al poder omnímodo del Estado para ejercer violencia sobre
debe gestar la ley penal, sino también el contenido material que ésta debe
tener. De acuerdo con esto, sería entonces ilegítima por falta de validez toda
política criminal que violentara estos principios, y que tuviera por objeto
expandir el Derecho penal más allá de las fronteras que las normas
este Derecho que podría considerarse inválido?; ¿por qué no se multiplican los
penal, aún cuando no haya llegado nunca a delinquir? Sin duda buscar una
158
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
A nuestro juicio, una de las bases sobre las que se asienta el moderno
según la cual vivimos en una sociedad cada vez más peligrosa, y para hacer
ocurre en las situaciones de guerra externa. Es decir, una fuente importante del
sensación de inseguridad que presentan las personas, que las lleva a mirar con
temor la vida en sociedad. Por ello demandan del Estado medidas concretas y
efectivas, sin importar que estas se traduzcan en normativas cada vez más
libertades con el objeto de vivir en un medio más seguro, sin detenerse siquiera
159
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
globalización, etc.), uno de los aspectos que más destaca es el hecho de que,
cada vez una mayor protección, que redunda en la exigencia de aumentar los
delitos tipificados, endurecer las penas, y limitar los derechos procesales de los
imputados.
cierto, desde luego, que los “nuevos riesgos” existen. Asimismo, que la propia
efectiva de la sensación de inseguridad. Pero, aun así, resulta más que dudoso
160
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
Risikogesellschaft)».132
y la percepción que la gente tiene de ella, siendo la tendencia a que esta última
estadísticos.
en los últimos años, en especial el miedo o temor que presentan las personas
132
SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María, «La Expansión del Derecho Penal: Aspectos de la
Política Criminal en las Sociedades Postindustriales», Madrid: Editorial Civitas, 2ª edición, 2001,
pp. 24-25
133
Cfr. JARAMILLO MEDINA, Andrés, «Percepción Social de la Delincuencia y Seguridad
Ciudadana», Serie Análisis, Nº 2, División de Seguridad Ciudadana, Ministerio del Interior,
Gobierno de Chile, p. 7 y ss., disponible en el sitio web de la División de Seguridad Ciudadana,
http://www.seguridadciudadana.gob.cl/
161
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
sido victima de algún hecho delictual—, o conocer personas cercanas que han
sido objeto de la violencia ocasionada por éste. También existe un factor etario
y de género que influye, ya que por lo general las mujeres y las personas de
sensación de temor que tiene la sociedad chilena, ¿se condice realmente con
año 2006, si bien las denuncias por este tipo de delitos aumentaron en un 2,1%
respecto del trimestre anterior135 —esto es, de 596,5 a 608,5 por cada 100.000
134
MINISTERIO DEL INTERIOR, DIVISIÓN DE SEGURIDAD CIUDADANA, «Informe de
Estadísticas Nacionales sobre Denuncias y Detenciones por Delitos de Mayor Connotación
Social y Violencia Intrafamiliar», de agosto de 2006.
http://www.seguridadpublica.gov.cl/filesapp/01_Informe_NACIONAL_2do_trimestre_2006.pdf
135
MINISTERIO DEL INTERIOR, DIVISIÓN DE SEGURIDAD CIUDADANA, «Informe de
Estadísticas Nacionales sobre Denuncias y Detenciones por Delitos de Mayor Connotación
Social y Violencia Intrafamiliar», de mayo de 2006.
http://www.seguridadpublica.gov.cl/filesapp/01_Informe_NACIONAL_1er_trimestre_2006.pdf
162
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
25
19,4
20
15
10 7,1
5,9 5,3 5,2
5 2,1
0,5 0,4
-1,5
-2,7
-5
-10
1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006
136
MINISTERIO DEL INTERIOR, DIVISIÓN DE SEGURIDAD CIUDADANA, «Informe de
Estadísticas Nacionales sobre Denuncias y Detenciones por Delitos de Mayor Connotación
Social y Violencia Intrafamiliar», de agosto de 2005.
http://www.seguridadpublica.gov.cl/filesapp/01_Informe_NACIONAL_2do_trimestre_2005.pdf
163
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
35
30
26,1
25
20,8
19,6
20
15
10,8 10,3
10
4,2
5 2,5
0,1
0
-5 -4,1
-10
'97/'98 '98/'99 '99/'00 '00/'01 '01/'02 '02/'03 '03/'04 '04/'05 '05/'06
varios de ellos presentan una baja en relación al 2005. Así por ejemplo, un
39,7% de las denuncias correspondieron a robo con fuerza, con una baja de un
1,8% respecto de igual trimestre del año anterior; por su parte el hurto tuvo una
participación del 22,1% de las denuncias, con una baja de un 2,1%. Sin
violencia, que abarcó a un 4,2% de las denuncias, teniendo una baja de 7,7%
164
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
julio del 2006, ante la pregunta efectuada en los hogares de si algún miembro
de la familia había sido victima de robo o intento de robo dentro y fuera del
137
FUNDACIÓN PAZ CIUDADANA, «Encuesta sobre Victimización y Temor. Índice Paz
Ciudadana-Adimark», de 26 de Julio de 2006.
http://www.pazciudadana.cl/documentos/Indice260706.pdf
165
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
46,7%—.
disminuido en 4,5 puntos porcentuales entre los años 2003 y 2005 —de un
42,4% a un 37,9%—.
138
FUNDACIÓN PAZ CIUDADANA, «Encuesta sobre Victimización y Temor. Índice Paz
Ciudadana-Adimark», de 29 de Junio de 2005.
http://www.pazciudadana.cl/documentos/junio2005.pdf
139
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS, INE, «Encuesta Nacional Urbana de Seguridad
Ciudadana del año 2005 (ENUSC 2005)», de julio de 2006.
http://www.ine.cl/canales/chile_estadistico/encuestas_seguridadciudadana/seguridad.php
166
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
100%
90% 83%
78%
80%
70%
60%
SI
50%
NO
40%
30% 22%
17%
20%
10%
0%
1º Semestre 2006 2º Semestre 2006
140
INSTITUTO LIBERTAD Y DESARROLLO. Encuesta de Delincuencia «La Percepción de la
Gente», de julio de 2006.
http://164.77.202.58/LYD/Controls/Neochannels/Neo_CH4243/deploy/Encuesta%20Delincuenci
a.pdf
167
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
respecta a los delitos de mayor connotación social, que son los que en definitiva
han tendido a estabilizarse, sino que incluso han disminuido en algunos casos.
seguir una curva similar a aquella experimentada por los datos delictuales
creían poder ser victimas de un delito en los próximos 12 meses, los que
141
DIARIO LA NACIÓN, jueves 23 de julio de 2005.
168
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
70
61,6
60
57
50 43
38,3
40 SI
NO
30
20
10
0
2003 2005
142
No está demás advertir que la mayor variación se produjo respecto de los
encuestados del sexo masculino, que en el 2003 correspondió a un 47,9% y en el 2005 a un
49,9%. Respecto de la variación en el sexo femenino esta fue de un -0,1%, de un 47,5% a un
47,4%. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS, INE, «Encuesta Nacional Urbana de Seguridad
Ciudadana del año 2005 (ENUSC 2005)», cit.
169
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
ENUSC 2003-2005: ¿Cree usted que será victima de un delito en los próximos
doce meses?
60
47,7 48,6
50
39,1
40 36,8
SI
NO
30
No sabe
No responde
20
10
0
2003 2005
143
En cuanto al sexo de los encuestados nuevamente encontramos un alza notable
respecto del género masculino que ascendió en 4 puntos porcentuales respecto del año
anterior, y en cuanto a las mujeres ascendió en 2 puntos porcentuales. FUNDACIÓN PAZ
CIUDADANA, «Encuesta sobre Victimización y Temor. Índice Paz Ciudadana-Adimark», cit.
170
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
Ciudadana» realizada por el INE el 2005146. En ella, aún cuando el 79,3% de los
144
DIARIO EL MERCURIO, Sabado 1º de julio de 2006.
145
JARAMILLO MEDINA, Andrés, «Percepción Social de la Delincuencia y Seguridad
Ciudadana», Serie Análisis, Nº 2, División de Seguridad Ciudadana, Ministerio del Interior,
Gobierno de Chile, p. 7 y ss., disponible en el sitio web de la División de Seguridad Ciudadana,
p. 8, http://www.seguridadciudadana.gob.cl/
146
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS, INE, «Encuesta Nacional Urbana de Seguridad
Ciudadana del año 2005 (ENUSC 2005)», cit.
171
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
aumentado, sólo un 64,3% dijo pensar que esta era mayor en su comuna, y la
ENUSC 2003-2005: ¿Usted diría que durante los últimos doce meses la
delincuencia?
En el país En la comuna En su barrio
2003 2005 2003 2005 2003 2005
Aumentó 80,5 79,3 64,3 64,3 44,6 46,4
Se mantuvo 16,6 17,8 28,9 29,3 41,5 42
Disminuyó 1,7 1,8 3,7 3,5 9,9 8,1
No sabe 0,8 1 3 2,7 3,6 2,9
No responde 0,4 0,1 0,1 0,3 0,3 0,5
FUENTE: INSTITUTO NACIONAL DE Estadísticas, INE, «Encuesta Nacional Urbana de
Seguridad Ciudadana» años 2003 y 2005
Ahora bien, llegados a este punto cabe preguntarse: ¿Cómo influye esta
penal?
nivel socioeconómico bajo, mujeres, dueñas de casa, etc.). Así por ejemplo
172
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
la pregunta: «¿cuales son los tres problemas a los que debería dedicar el mayor
con un 37% cada una. Es decir, la delincuencia como tema central del interés
los encuestados respecto de los dos principales problemas que afectan al país,
pobreza.
147
CENTRO DE ESTUDIOS PÚBLICOS, «Estudio Nacional de Opinión Pública», de junio-julio
de 2006 y aparecida en julio de 2006. http://www.cepchile.cl/
148
CENTRO DE ESTUDIOS PÚBLICOS, «Estudio Nacional de Opinión Pública», de diciembre
de 2006 y aparecida en diciembre de 2006. http://www.cepchile.cl/
173
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
impresión de que el nuevo sistema procesal penal —que ha tenido por objeto
tiene la «mano dura» con estos como el público común espera. Por supuesto,
que las personas pasen años en prisión sin tener una sentencia condenatoria, y
174
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
33,5
La delincuencia 41,6
34,8
La pobreza 34,4
33,4
El desempleo 28,8
22,9
La situación económica 22
19,5
El tráfico de drogas 19,9 2003
16,5 2005
La salud 16,3
15,6
La educación 15,4
13,4
El consumo de drogas 13
6,1
La corrupción 3,8
La contaminación 3,1
ambiental 3
175
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
0 10 20 30 40 50 60
53,7
La falta de trabajo
48,6
32,2
El consumo de drogas
35,6
30,3
La falta de vigilancia policial
28,8 2003
2005
18,4
Las condiciones de extrema pobreza
20
del habitual alto rating obtenido con las informaciones policiales, dedican
estudios, durante octubre de 2004 entre las cinco primeras informaciones de los
149
RADIO COOPERATIVA, entrevista al Subsecretario del Interior Jorge Correa Sutil, de 12
de enero de 2005. Trascripción disponible en el sitio web de la radio: http://www.cooperativa.cl
150
CONSEJO NACIONAL DE TELEVISIÓN. «Seguridad Ciudadana en Noticiarios de TV
Abierta». Agosto 2006. http://www.cntv.cl/medios/Publicaciones/SeguridadCiudadana2006.pdf
151
Es decir, delincuencia común o de alta connotación social, delitos y hechos
asociados a desorden social, políticas y estudios sobre seguridad ciudadana o de instituciones
relacionadas con el tema, y delitos de cuello blanco.
177
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
0 5 10 15 20 25 30 35
Deportes 28,2
Seguridad ciudadana
24,3
asociada a delincuencia
Política/Economía/P.Públicas 13,1
Seguridad ciudadana NO
6,6
asociada a delincuencia
Otros 4,5
152
Diario La Nacion, articulo Chilevisión dedica el 51,3% de su noticiario central a la
violencia, Viernes 30 de Junio de 2006.
178
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
Teletrece con un 37,6%, y 24 horas con un 22,4%. A su vez este estudio indicó
—el canal estatal—, quien lideró en ratings durante el período analizado, pese a
Ahora bien, el hecho de que los sucesos criminales tengan una amplia
cobertura mediática no puede llevar a afirmar que es sólo culpa de los medios
delincuencia es un problema real, con víctimas reales, que no puede por esta
vía ser minimizado, toda vez que podría creerse que basta con quitar las
noticieros centrales que tiene cada canal. En estos, por un asunto de tiempo e
sino que sólo se reserva espacio para destacar aquellas noticias que pueden
153
Diario La Nacion, articulo El Mercado del Miedo, Domingo 2 de Julio 2006.
179
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
que alarmarse, sentir temor y comenzar a mirar con desconfianza todo lo que le
nadie se detiene a pensar que hay miles de personas que salen habitualmente
por la noche sin ser objeto de delito alguno, nadie se pregunta si efectivamente
las agresiones sexuales a menores han aumentado o sólo sucede que ahora
son conocidos los casos que antes la justicia trataba con más normalidad y en
154
HULSMAN, Louk & BERNAT DE CELIS, Jacqueline, «Sistema Penal y Seguridad
Ciudadana. Hacia una Alternativa», 1ª edición, Barcelona: Ariel Derecho, 1984, p. 108
180
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
económico y social es mucho mayor. Esos temas no son noticia, y por tanto no
salen en los medios informativos, sino que sólo aparecen aquellos que tienen
demostrando una ignorancia total del tema que se aborda, cuestión que
155
Diario La Nacion, 2 de Julio 2006.
181
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
medidas para evitar que otros crímenes lleguen a cometerse. En este punto,
puede decirse, como hemos venido exponiendo hasta ahora, que el hombre de
hoy está cada vez más dispuesto a hipotecar sus derechos y libertades
individuales con el fin de sentirse protegido. Como señala DÍEZ RIPOLLÉS: «En el
encargadas de prevenir los abusos de los poderes públicos contra los derechos
156
Diario La Nacion, 2 de julio de 2006.
182
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
concernidos por los excesos que con este fin puedan llevar a cabo. Y esto sí
extraño, ya que ha sido una tradición para los Estados de todas las épocas
tratar de mantener el mayor control posible sobre sus súbditos; lo que resulta
157
DIEZ RIPOLLÉS, José Luis, «El nuevo modelo penal de la seguridad ciudadana».
Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología (en línea). 2004, núm. 06-03, p. 03:1-
03:34., p. 17.
158
FOUCAULT, Michel, «Vigilar y Castigar. Nacimiento de la Prisión», Buenos Aires: Siglo
Veintiuno Editores, 2004, pp. 199 y ss.
183
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
casi sin reparos que se instalen sistemas electrónicos de video y escucha en las
importar mucho que las víctimas de ello sean personas inocentes, todo cuenta
aquellos más estigmatizados y que han sabido concitar sobre sí un fuerte grado
principalmente a las autoridades, muy por encima de las iniciativas por impulsar
no hace frente con prontitud a cualquier hecho que la sociedad considere como
grave, entonces se suceden las críticas afirmando que existe una «mano
pretende hacer valer el respeto que todo imputado merece, en cuanto persona
humana, más allá de los actos por él cometidos. Ejemplo de ello es que en la
encuesta ENUSC del 2005 del Ministerio del Interior se haya identificado como
184
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
sanciones que la justicia aplica a los criminales, con un 45,7%, y que otra de las
calles, con un 28,8%, es decir, la gente prefiere ver en cada esquina un policía,
plantear las más disímiles medidas, donde el primer lugar lo ocupan, sin duda,
competencia por ver quien hacía las propuestas más restrictivas y de más
aprobación de la ley conocida como “la tercera es la vencida”, que significa que
185
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
penas, contemplando una gama más amplia y adecuado control para quienes
159
reciban sanciones alternativas a la reclusión.» Incluso en un momento de la
campaña este candidato propuso la creación de una «cárcel isla» para los
las criticas del gobierno, que calificaban de verdadero «ofertón electoral» dicha
de la gente honrada y honesta. ¡Hasta ahora las medidas que ustedes han
hacerles difícil la vida a los delincuentes y fácil la vida a las personas honradas
y a las personas honestas. Lo que propongo es una cárcel en una isla donde
vayan los delincuentes que están condenados por violación, por pedofilia, por
arrancar».161
159
Paginas 41 y 42 de programa de gobierno,
http://www.bcn.cl/pags/planas/candidatos_pri.htm
160
Diario La Nación, domingo 9 de octubre de 2005
161
El Mostrador 10 de Octubre 2005
186
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
habilitando al Poder Legislativo para que pueda determinar, por ley, los casos
los delitos más graves (delitos sexuales, robo, hurto y secuestros de personas)
162
Págs. 60 a 68 programa http://www.emol.com/especiales/_elecciones_2005
187
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
las tesis que indican que actualmente una buena forma de captar votos es
importando si ello implica hasta tener que reformar la Constitución para poder
así disminuir los derechos de los inculpados, los cuales, no por el hecho de
por otro lado tiene el grave inconveniente de que muchas veces estas
cargo de expertos en los temas, que hagan las correcciones y adiciones que el
163
Pág. 67 MICHELLE BACHELET PROGRAMA DE GOBIERNO
188
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
penal Mínimo.
la población, como muestra de que «se toman las medidas», que «se escucha
la voz del pueblo», que las «instituciones funcionan», sin percatarse de que el
la población. Como señala CANCIO MELIÁ, en este caso al hablar en forma crítica
simbólicas naturales que posee el Derecho penal, sino a que por su medio
189
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
que haga su entrada en escena el llamado Derecho penal del enemigo. Con
con un temor que a veces parece más fuera de control que la propia
sociedad comienza a clamar por medidas más y más drásticas, sin importar que
con ello también vaya viendo restringidas sus propias libertades y derechos. Por
lugar de analizar fríamente las causas del aumento en las tasas de criminalidad,
para actuar sobre ellas, optan por responder positivamente a las exigencias del
verdadera efectividad. Como el hombre de la calle cree que sólo las medidas
164
JAKOBS, Günter & CANCIO MELIÁ, Manuel, «Derecho Penal del Enemigo», Editorial
Civitas, Madrid, España, 2003, p. 68
190
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
Así se adoptan numerosas normas para sancionar toda posible conducta que
y no es raro ver que, frente a cada hecho delictivo de impacto social, casi al
legislativas que tienen por misión coartar los derechos procesales de los
Además, como se estima que los procesos son largos (al menos en el viejo
191
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
gobierno»166. De acuerdo con esto, la emergencia penal no sería otra cosa que
jurídica, que serviría de criterio informador para las distintas áreas del
165
FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón», cit., p. 808
166
FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón», cit., p. 810
192
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
lex»167).
tanto se entiende que la legislación ordinaria para combatir los delitos comunes
167
FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón», cit., p. 808
193
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
toda vez que se entiende que el Estado necesita contar con poderes
veces se niega justamente a éste, toda vez que apelando a una supuesta
168
ZAFFARONI, p. 20.
194
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
jurídicos —como hace gran parte de la doctrina—, trae aparejado el que, en pos
Derecho penal hacia áreas que invadirían incluso el ámbito personal interno del
jurídico conduce sin duda al desbordamiento, porque con ello cae por completo
fuera de la perspectiva la esfera jurídica del autor. El autor viene definido tan
sólo por el hecho de que puede constituir un peligro para el bien jurídico, con el
169
JAKOBS, Günther. «Criminalización en el Estadio Previo a la Lesión de un Bien
Jurídico.» En Jakobs, Günther, «Estudios de Derecho Penal», Editorial civitas, Madrid, España,
1997, pp. 293-324
170
JAKOBS, Günther. «Criminalización en el Estadio Previo a la Lesión de un Bien
Jurídico.», p. 295
195
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
tal peligro. El autor no tiene ninguna esfera privada, ningún ámbito para una
potenciales, o más aún, las fuentes de las que surgen estos pensamientos
rudimentario signo de peligro que pudiera existir para éste, y por ello sería
menester no sólo acudir en la defensa del bien jurídico una vez que éste ha sido
dañado, sino que también habría que actuar preventivamente, para evitar
con lo cual nace el pretexto necesario para incidir en la esfera más íntima del
171
JAKOBS, Günther. «Criminalización en el Estadio Previo a la Lesión de un Bien
Jurídico.», p. 295
172
JAKOBS, Günther. «Criminalización en el Estadio Previo a la Lesión de un Bien
Jurídico.», p. 295
196
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
considerado un enemigo del bien jurídico y por ello ser perseguido en todos los
ámbitos en que aquel pueda dañar a éstos, inclusive aquellos de la esfera más
privada del autor, toda vez que de la sola idea de la protección de bienes no
arranca límite alguno para la acción del Derecho penal. Por el contrario, esta
salvaguarda de la esfera íntima del autor debe ser obtenida desde fuera, por
viene dado por la noción de ciudadano, en cuanto de acuerdo con ello el autor
bienes de la víctima, sino que además deberá ser definido previamente por su
173
JAKOBS, Günther. «Criminalización en el Estadio Previo a la Lesión de un Bien
Jurídico.», p. 295.
174
JAKOBS, Günther. «Criminalización en el Estadio Previo a la Lesión de un Bien
Jurídico.», p. 295
197
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
decir, la pura idea o la voluntad criminal no puede ser reprimida, sin el peligro
intromisión del Estado en el ámbito privado del sujeto acaba con la idea de éste
existe».176
ámbito de los puros pensamientos del sujeto, sin que lleguen a exteriorizarse,
sino que también abarca por entero su vida privada, es decir, también incluye
aquellas conductas que pese a salir del área netamente interna, se exteriorizan
sin por ello salir de la esfera privada. Esto, porque así como un acto
175
JAKOBS, Günther. «Criminalización en el Estadio Previo a la Lesión de un Bien
Jurídico.», pp. 296-297
176
JAKOBS, Günther. «Criminalización en el Estadio Previo a la Lesión de un Bien
Jurídico.»,, p. 297
198
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
cuando ella se relaciona con la anticipación de la tutela penal, toda vez que en
éste no podrá ser legítimamente perseguido sino por aquellos actos externos
que salgan de su esfera privada, puesto que en los demás casos el sujeto
Derecho penal de ciudadanos, sino que concurre lo que JAKOBS define como un
177
JAKOBS, Günther. «Criminalización en el Estadio Previo a la Lesión de un Bien
Jurídico.»,, p. 297
178
JAKOBS, Günther. «Criminalización en el Estadio Previo a la Lesión de un Bien
Jurídico.», p. 298
199
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
para la protección de bienes jurídicos, pero por esta protección tiene que ceder
Derecho penal de ciudadanos, sino que caen dentro de la órbita del Derecho
éstos no excedan la esfera privada. Así menciona todos aquellos casos en que
179
JAKOBS, Günther. «Criminalización en el Estadio Previo a la Lesión de un Bien
Jurídico.», p. 298.
200
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
como una conducta no privada, pero en ese caso ya no existiría motivo alguno
las bandas existiría de por si una exteriorización, que haría salir el asunto del
ámbito netamente privado, toda vez que en ese caso, por definición, los
común que así se genera queda, no obstante, cerrado para sujetos ajenos;
pues el hecho de que alguien trabe relación con otras personas no legitima
de abuso, del mismo modo que se puede hacer mal uso de otros elementos de
privada como cualquier otra relación y como cualquier otra conducta que
180
JAKOBS, Günther. «Criminalización en el Estadio Previo a la Lesión de un Bien
Jurídico.», p. 299
201
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
estatal el ámbito de las cogitationes, sino que también deben estarlo todas
aquellas conductas externas que caigan dentro de la esfera privada del autor.
Además JAKOBS agrega que tampoco puede ser penada cualquier otra conducta
externa que sea per se irrelevante, y serán relevantes sólo aquellas que sean
ajena181. Ahora bien, esto no significa que JAKOBS reste toda importancia a los
intentarse sólo para contextualizar los hechos, una vez que estos han ocurrido,
al autor cómo llegó a esta conducta y qué fin perseguía con ella, esto es, cómo
hay que interpretar, por tanto, su conducta a la luz de los factores internos.
trata de algo menos que de un dolus ex re o de una culpa ex re, pues todo lo
que podría significar una conducta es demasiado complejo para que se pudiese
181
JAKOBS, Günther. «Criminalización en el Estadio Previo a la Lesión de un Bien
Jurídico.», p. 323
202
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
entendida como enraizada en las viejas ideas liberales, de acuerdo a las cuales
el Derecho penal debe ser siempre limitado al mínimo necesario para conseguir
por parte del Estado para limitar las libertades de los individuos. En este
sólo la ultima ratio del edificio jurídico, cuya misión es actuar sólo ante aquellas
situaciones en donde las otras áreas del control social se presentan como
tanto debe ser erradicado, en sus más diversas manifestaciones, del Derecho
182
JAKOBS, Günther. «Criminalización en el Estadio Previo a la Lesión de un Bien
Jurídico.», p. 303
203
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
las cuales este Derecho penal de enemigos se hace necesario, producto de las
para que no exista peligro alguno de que se mezcle con las normas del Derecho
«enemigos», a los cuales se les niegan las garantías que sin embargo se les
183
JAKOBS, Günther. «Criminalización en el Estadio Previo a la Lesión de un Bien
Jurídico.», p. 323
204
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
existencia de estos casos en que las reglas generales del Derecho penal no son
con ciertos delitos graves; en la medida en que los actos preparatorios punibles
principio de proporcionalidad.
jurídicas como las descritas, entonces es evidente que no podría objetarse nada
contra él. Aquella expresión no tendría otro valor que el de una mera
205
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
Penal del Enemigo; y aún más, llega a afirmar que a los individuos en quienes
se configuren las conductas típicas que caen bajo tal denominación deben ser
jurídico social, razón por la que habrán de ser privados de todos los derechos
reconocidos para los ciudadanos, situación que en los hechos significa que
esto es, el titular de deberes y derechos, sólo puede ser tratada como persona
184
GRACIA MARTÍN, Luis. «Consideraciones Críticas Sobre el Actualmente Denominado
"Derecho Penal Del Enemigo".» Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología [en línea],
2005, pp. 21-22
185
JAKOBS, Günther. «Sobre La Normativización de la Dogmática Jurídico-Penal.
Traducción de Manuel CANCIO MELIÁ y Bernardo FEIJOÓ SÁNCHEZ. 1ª edición ed. Madrid:
Editorial Civitas, 2003, p. 54.
206
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
sufrido por ésta con el hecho antijurídico; en cambio, para el primero, reclama el
la función última del Derecho penal sería la protección de bienes jurídicos, toda
vez que según el mismo JAKOBS ha afirmado, sólo la concepción del Derecho
penal en este sentido permite adelantar las barreras de protección hasta llegar
negarle el status jurídico de ciudadano para reconocerlo como enemigo, así: «la
CANCIO MELIÁ, que en el caso del Derecho penal del enemigo no estamos frente
186
JAKOBS, Günther & Manuel CANCIO MELIÁ. «Derecho Penal del Enemigo» Madrid:
Editorial Civitas, Madrid, España, 2003, p. 40
187
JAKOBS, Günther & Manuel CANCIO MELIÁ. «Derecho Penal del Enemigo», cit. pp. 100
y ss.
207
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
Ahora bien, así como la teoría del fin del Derecho penal de JAKOBS tiene
obstante, no será sino hasta los teóricos del contrato social, particularmente con
filosófico-jurídica que adelantará las bases del discurso que se desarrolla hoy
en día.189
Según HOBBES, sólo la guerra faculta para romper las reglas establecidas
por las normatividad social para perseguir los ilícitos, por ello en el estado de
naturaleza, en que no existe el Estado, que limite las facultades de cada uno, y
en que todos los humanos tienen iguales derechos a todo, sin otras
delito sólo es posible una vez que se ha producido el pacto social, cuando los
188
Para una referencia histórica, vid. GRACIA MARTÍN, Luis. «Consideraciones Críticas
Sobre el Actualmente Denominado "Derecho Penal Del Enemigo".», cit, pp. 11 y ss.
189
GRACIA MARTÍN, Luis. «Consideraciones Críticas Sobre el Actualmente Denominado
"Derecho Penal Del Enemigo".», cit, p. 13; JAKOBS, Günther & Manuel CANCIO MELIÁ. «Derecho
Penal del Enemigo», cit., pp. 28 y ss; FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón», cit., p. 829.
208
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
individuos salen del estado natural para transformarse en súbditos del Estado
de las leyes sociales a las personas, toda vez que por el pacto social ellas se
han obligado a respetarlas190. Ahora bien, HOBBES reconoce que los hombres,
concurran aparejados a ellas los castigos, toda vez que una ley cuyo
de que una persona, en tanto ciudadano, infrinja una norma, no lo hace perder
respetar no sólo algunas, sino todas las leyes sociales. En este caso para
sino en virtud de las leyes de la guerra, que son las propias del estado de
190
HOBBES, Thomas, «Tratado sobre el Ciudadano», Editorial Trotta, Madrid, España,
1999, p. 54.
191
HOBBES, «Tratado sobre el ciudadano», p. 126.
209
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
sólo castigos, sino cualquier acción que sirva para defender al Estado, incluso
trasgresor, en cuanto contra este individuo ya no valen las reglas del Derecho,
diferenciados, y con reglas distintas: el del Derecho, propio del Estado social, y
que es aplicable a los ciudadanos; y las leyes de guerra (sea esta externa o
se tome en contra de ellos, por más cruel que pueda ser, no trasgredirá ninguna
cuando se trate de personas inocentes, puesto que entre los enemigos son
192
HOBBES, Thomas, «Leviatán, o la Materia, Forma y Poder de un Estado Eclesiástico
y Civil», Alianza Editorial, Madrid, España, 1999, pp. 267 y ss.
193
HOBBES, «Leviatán, ...», cit., p. 267
194
HOBBES, «Leviatán, ...», cit., pp. 270 y ss.
210
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
equilibrar la vigencia de ésta, aunque ello sea de modo coactivo, pero dicha
entiende que con su accionar una persona puede infringir las leyes de la
la recepción de una herencia. A juicio de JAKOBS en este caso queda claro que
195
JAKOBS, Günther & Manuel CANCIO MELIÁ. «Derecho Penal del Enemigo», cit. pp. 36
y ss.
211
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
de todo el entramado jurídico ni atacar la permanencia del estado, sino muy por
opere, asignándole una herencia que, de acuerdo a las leyes, le sería legítimo
un peligro serio para la sociedad que debe ser reprimido aún antes de que el
razón por la cual incluso se llegan a sancionar los actos preparatorios, que en el
196
JAKOBS, Günther & Manuel CANCIO MELIÁ. «Derecho Penal del Enemigo», cit., p. 35.
212
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
como tal se debe al menos poder esperar que su conducta esté de acuerdo a
de que toda normatividad necesita de una cimentación cognitiva para poder ser
real.»198
Como podemos ver, JAKOBS hace una notoria distinción entre individuos
homo phaenomenon, esto es, «el ser sensorial tal y como aparece en el mundo
197
JAKOBS, Günther & Manuel CANCIO MELIÁ. «Derecho Penal del Enemigo», cit., p. 37
198
JAKOBS, Günther & Manuel CANCIO MELIÁ. «Derecho Penal del Enemigo», cit., p. 51
199
JAKOBS, Günther. «Sobre La Normativización de la Dogmática Jurídico-Penal», cit.,
p. 16.
213
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
relaciones con otros individuos. En este punto, el individuo vendría a ser algo
persona no es algo que sea dado por la naturaleza, sino que ella responde a
una condición que se atribuye normativamente, y que por tanto también puede
teoría de JAKOBS, esta calidad no es algo que al ser humano, en sí, le venga
dado intrínsecamente, sino que es una atribución normativa que le viene dada
desde fuera. Dicho en palabras del mismo JAKOBS, persona «es el destino de
(de lo contrario nunca podría haber habido esclavos, y no podrían existir las
200
JAKOBS, Günther. «Sobre La Normativización de la Dogmática Jurídico-Penal», p. 21
214
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
expectativas normativas.»201 Es por esto que a juicio de JAKOBS solo puede ser
201
JAKOBS, Günther. «Sobre La Normativización de la Dogmática Jurídico-Penal», p. 21
215
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
exclusivamente individuales».202
Resulta claro que los enemigos, en la forma que los hemos caracterizado
idea que JAKOBS tiene de éstas, toda vez que de ellos es imposible esperar que
para con las personas. Sobre este particular el autor agrega: «Quien no presta
puede esperar ser tratado aún como persona, sino que el Estado no debe
demonizar aquello que aquí se ha denominado Derecho penal del enemigo; con
202
JAKOBS, Günther. «Sobre la Génesis de la Obligación Jurídica». En JAKOBS, Günther
& MANUEL CANCIO MELIÁ, «Conferencias sobre Temas Penales». Buenos Aires: Rubinzal
Culzoni Editores, 2000, p. 47
216
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
KANT exige la separación de ellos, lo que no significa otra cosa que hay que
exigir a éste204. De este modo, la reacción del ordenamiento jurídico frente a los
penal del enemigo, JAKOBS asegura que ellas son posible encontrarlas en los
ámbitos más variados de la vida jurídica, razón por la cual cree, que en pos de
203
JAKOBS, Günther & Manuel CANCIO MELIÁ. «Derecho Penal del Enemigo», cit., pp.
47-48
204
SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María, «La Expansión del Derecho Penal: Aspectos de la
Política Criminal en las Sociedades Postindustriales», Madrid: Editorial Civitas, 2001, 2ª edición,
pp. 164 y ss
205
JAKOBS, Günther & Manuel CANCIO MELIÁ. «Derecho Penal del Enemigo», cit., p. 40
217
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
persona.»206
206
JAKOBS, Günther & Manuel CANCIO MELIÁ. «Derecho Penal del Enemigo», cit., pp.
38-40
218
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
requiere de un tratamiento no dentro del Derecho penal común, sino como una
garantías sancionados para el Derecho penal del ciudadano. Así, «quien incluye
mezclan los conceptos “guerra” y “proceso penal” (…) quien no quiere privar al
modo aquello que hay que hacer contra los terroristas si no se quiere sucumbir,
variadas. En principio, habría que partir por diferenciar claramente las reglas
utilizadas para sancionar a los ciudadanos y aquellas destinadas a tratar con los
enemigos. Como explica JAKOBS: «el Estado puede proceder de dos modos con
los delincuentes: puede ver en ellos personas que delinquen, personas que han
207
JAKOBS, Günther & Manuel CANCIO MELIÁ. «Derecho Penal del Enemigo», cit., p. 42.
219
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
cometido un error, o individuos a los que hay que impedir mediante coacción
necesario que cumpla con ninguna de las exigencias prescritas para el derecho
determinados por los objetivos que se pretende cumplir en la lucha contra esta
sociedad. Con los enemigos lo único que vale es la guerra desatada, hasta
208
JAKOBS, Günther & Manuel CANCIO MELIÁ. «Derecho Penal del Enemigo», cit., p. 47
209
GRACIA MARTÍN, Luis. «Consideraciones Críticas Sobre el Actualmente Denominado
"Derecho Penal Del Enemigo".», p. 9
220
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
una parte, el Derecho penal del enemigo permitiría que la punición de los actos
intentados. Por otra, la sola pertenencia del autor a una organización es tomada
participación del individuo y el daño que pueda producir con sus actos. En este
democrático de Derecho.
210
GRACIA MARTÍN, Luis. «Consideraciones Críticas Sobre el Actualmente Denominado
"Derecho Penal Del Enemigo".», pp. 9-10
221
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
tortura.»211
Las teorías expuestas por JAKOBS, y que más arriba hemos reseñado, no
211
GRACIA MARTÍN, Luis. «Consideraciones Críticas Sobre el Actualmente Denominado
"Derecho Penal Del Enemigo".», p. 11. En este mismo sentido vid. RIQUERT, Fabián & PALACIOS,
Leonardo, «El Derecho Penal del Enemigo o las Excepciones Permanentes», en «La Ley,
Revista Universitaria», Nº 3, Junio de 2003, pp. 1-8; PORTILLA CONTRERAS, Guillermo,
«Fundamentos Teóricos del Derecho Penal y Procesal Penal del Enemigo», en Revista «Jueces
para la Democracia», Nº 49, Madrid: España, 2004, pp. 43-50; DEMETRIO CRESPO, Eduardo, «El
"Derecho Penal del enemigo" (Darf nicht sein!): sobre la ilegitimidad del llamado "derecho penal
del enemigo" y la idea de seguridad», en «Revista General de Derecho Penal», Nº 4, 2005, pp.
1-35.
222
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
objetivos. Como reza una máxima «lo que para unos es terrorismo, para otros
212
Para un estudio más acabado sobre la relación entre terrorismo y Derecho penal del
enemigo, vid.: MUÑOZ Conde, Francisco, «El Nuevo Derecho Penal Autoritario», en LOSANO,
Mario G. & MUÑOZ CONDE, Francisco, «El Derecho ante la Globalización y el Terrorismo. Actas
del Coloquio Internacional Humboldt, Montevideo abril 2003», Valencia: Tirant Lo Blanch, 2004,
pp. 161-183; CANCIO MELIÁ, Manuel, «”Derecho penal" del enemigo y delitos de terrorismo.
Algunas consideraciones sobre la regulación de las infracciones en materia de terrorismo en el
Código penal español después de la LO 7/2000», en Revista «Jueces para la Democracia», Nº
44, España, 2002, pp. 19-26; PORTILLA CONTRERAS, Guillermo, «"La legislación de lucha contra las no-
personas: represión legal del "enemigo" tras el atentado del 11 de septiembre de 2001», en Revista
«Mientras Tanto», Nº 83, Barcelona: España, 2002, pp. 77-91.
213
CAMPO MORENO, Juan Carlos, «Represión Penal del Terrorismo. Una Visión
Jurisprudencial», pág. 21. Editorial General de Derecho, S.L., Valencia, España, 1997.
214
RAMÓN CORCHET, Consuelo, «Terrorismo y Respuesta de Fuerza en el Marco del
Derecho Internacional», pág. 53. editorial Tirant Lo Blanch, Valencia, España, 1993.
223
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
tratadistas adoptan frente al tema, sino también para la opinión que un acto u
terrorismo. Es decir, lo que se define como terrorista son sólo las actividades
vez que como bien sabemos los latinoamericanos por nuestra historia reciente,
215
BASSIOUNI, Cherif, «International Terrorism», en «International Criminal Law», Vol. I,
2ª edición, Transnational Publishers, Inc., Estados Unidos, 1999, p. 776.
216
DIEZ DE VELASCO, Manuel, «Instituciones de Derecho Internacional Público», Editorial
Técnos, Decimotercera Edición, Madrid, España, 2001, pág. 747.
224
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
Estado y que entran en un proceso de confrontación con él, sino que también
que resulta útil en tanto en ella caben no sólo el terrorismo insurgente, sino
si, que en otras circunstancias podría configurarse solo como un delito común
(como ocurre en nuestra legislación) sino que además éste debe tener una
217
VILLEGAS, Myrna, «Terrorismo: Un Problema de Estado», cit., Capítulo VI, Apartado
3. 2.1
225
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
planteamientos de JAKOBS.218
entiende que el terrorista no puede pretender que éste le garantice los mismos
seguridad nacional. De ahí que el Estado pueda hacer uso entonces de todos
los mecanismos que tenga a mano, incluso aquellos que serían inaceptables si
por tanto como una no-persona, y en cuanto tal no puede exigir derechos. Si el
218
BUSTOS RAMÍREZ, Juan, «In-seguridad y lucha contra el terrorismo», en LOSANO,
Mario G. & MUÑOZ CONDE, Francisco, «El Derecho ante la Globalización y el Terrorismo. Actas
del Coloquio Internacional Humboldt, Montevideo abril 2003», Valencia: Tirant Lo Blanch, 2004,
p. 407.
226
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
afirma como una «decisión política» que todas las personas acusadas de
para estos efectos luego de los atentados del 11/S— deberían recibir un «trato
humano», incluidas aquellas que legalmente «no tienen derecho a recibir ese
trato humano no es algo que venga dado por el simple hecho de ser persona,
Estado puede dar y quitar según su parecer —lo cual a su vez está muy
relacionado con las ideas de JAKOBS, para quien el carácter de persona también
ontológico—.
219
AMNISTÍA INTERNACIONAL, «Guantánamo: Tortura y malos tratos», AMR 51/189/2006,
diciembre de 2006, disponible en el sitio web de la organización: http://www.amnesty.org.
227
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
común: los detenidos pueden estar sujetos a un tiempo de prisión indefinida, sin
testigos. A mayor abundamiento, en el 2005 se aprobó una ley especial (la Ley
del derecho para los recluidos en Guantánamo a presentar ante los tribunales
trato recibido.
228
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
sólo los principios penales y procesales básicos, sino incluso los Derechos
Humanos más fundamentales. Pero aún en este caso, alguna persona podría
decir —como se hacía durante las dictaduras latinoamericanas—, que esto sólo
220
AMNISTÍA INTERNACIONAL, «Guantánamo: Tortura y malos tratos», cit.
229
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
las nuevas medidas adoptadas luego del 11/S no lo afectan. Lo que a todas
luces es un error.
para que puedan violar el llamado secreto bancario, e investigar, aún sin
dinero que se realice. Y todo ello, sin considerar las numerosas restricciones a
230
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
terroristas sino que ellas pueden ser aplicadas respecto de cualquier persona,
sobre la que se presuma, aunque sea someramente, que puede tener algún tipo
fundamento plausible.221
las minorías —como podrían ser en este caso los terroristas—, debe saber que
221
Para un estudio sobre la relación entre la US Patriot Act, el Derecho penal del
enemigo y la legislación antiterrorista posterior a los atentados del 11 de septiembre de 2003 en
Nueva York, vid. VILLEGAS, Myrna & LAVIN, Michel, «Terrorismo e Intervención Penal en la Red.
Uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en la Represión Penal del
Terrorismo», Universidad ARCIS, Departamento de Investigación, junio de 2005, pp. .
Disponible edición electrónica en: http://derecho.universidadarcis.cl. Secc. Apuntes docentes.
231
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
inseguridad peor aún que la que pueda provenir de cualquier terrorismo. Eso lo
por actos imprudentes, por la mera abulia y apatía para defender también el
propios derechos.222
como los testigos secretos, los agentes encubiertos, normas especiales sobre
222
BUSTOS RAMÍREZ, Juan, «In-seguridad y lucha contra el terrorismo», cit., p. 410
223
Para un estudio sobre Derecho Penal del Enemigo y terrorismo en la legislación
chilena, especialmente referido al denominado Conflicto Mapuche, vid. VILLEGAS, Myrna, «El
Derecho Penal del Enemigo y la Criminalización del Pueblo Mapuche», en «Foro Norte para el
Estudio del Derecho y los derechos de los pueblos originarios», Universidad Católica del Norte,
Working Paper, enero de 2007, edición electrónica disponible en http://www.foronor.ucn.cl
232
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
proceso, en virtud del cual se exige que para que un juicio sea válido las
224
DELGADO MARTÍN, Joaquín, «El Proceso Penal ante la Criminalidad Organizada. El
Agente Encubierto», en Varios Autores, «Problemas Actuales de la Justicia Penal», J.M Bosch
Editor, Barcelona, España, 2001, p. 101
233
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
funcionario policial.225 Así, a través del agente encubierto el Estado realiza una
Código faculta al fiscal, en los casos en que existe riesgo para la seguridad de
225
DELGADO MARTÍN, Joaquín, «El Proceso Penal ante la Criminalidad Organizada», cit.,
p. 104
234
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
embargo, la ley antiterrorista, saliéndose una vez mas de las reglas generales, y
proceso sin dilaciones, faculta para que dicho secreto se mantenga por hasta 6
perjudicado por el secreto pueda hacer uso del derecho concedido por el
acerca de los hechos que fueren objeto de ella, y todo esto sin que estemos
sino que también lo hace en varias otras materias, entre las cuales existe como
son vistas con preocupación por la población, o que simplemente fueron noticia
ocurre con la ley 20.000 sobre tráfico de estupefaciente (que contempla normas
muy similares a las que vimos existen en la ley antiterrorista), la ley de violencia
en los estadios y la ley que sanciona la pornografía infantil. Esto por mencionar
235
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
como castigo a su acto desviado, sino que además están sujetos a condiciones
habitantes, que ubica a nuestro país entre los de más alto índice promedio de
236
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
como Brasil, que sólo tiene 193 detenidos por cada 100.000 habitantes. Esto es
aún más preocupante si se considera que sólo en los últimos 10 años hemos
penitenciarios.226
226
CENTRO DE ESTUDIOS DE JUSTICIA DE AMÉRICA (CEJA), información disponible en el
sitio web de la institución: http://www.cejamericas.org
237
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
incluso en los baños, ante la falta de otra ubicación más adecuada, situación
consideramos que en las celdas es donde transcurre la mayor parte del día de
los reclusos, a excepción de 5 o 6 horas diarias que pasan en los patios, para
227
UNIVERSIDAD DIEGO PORTALES, «Informe Anual sobre Derechos Humanos en Chile.
2005» (En adelante: Informe UDP 2005), p. 23.
238
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
implementos de aseo, que obtienen de las visitas que reciben, o bien deben
deficiente mantención230. Es así que tanto la limpieza de las celdas como de las
228
REGLAMENTO DE ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS. DECRETO Nº 518 DEL MINISTERIO
DE JUSTICIA, 1998.
229
«Negocio en el que los reclusos pueden adquirir alimentos u otros bienes o especies
para su consumo o uso personal, como cigarros, detergente, parafina, útiles de aseo y otros.»
Informe UDP 2005, p. 120
230
A modo de ejemplo, en el informe elaborado por la CONFAPRECO, el año 2004,
respecto de las condiciones del C.D.P Santiago Sur, se señala “Las condiciones sanitarias del
sector antiguo, son deplorables, de esta forma, como ya fue señalado para atender una
población de 4.392 personas, existen 67 tazas turcas, 67 duchas, y 63 lavamanos, es decir, 1
taza turca para cada 64 internos, 1 ducha cada 64 internos y un lavamanos cada 69 internos.
239
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
instalaciones sanitarias, es realizada por los internos, quienes deben asumir los
dentro de las cárceles y que establecen ambos informes, son los apremios
ilegítimos de que son objeto los reclusos, como una practica habitual por parte
puño, con las botas o bien objetos contundentes, inflingidos por los funcionarios
Cabe señalar que producto del uso intensivo, y la falta de mantención, alrededor de un
30% a un 50% de la infraestructura satinaría., se encuentra en malas condiciones.”
231
«Una de las principales consecuencias derivadas de las condiciones higiénicas
deficitarias de los baños y celdas consiste en la existencia de enfermedades, infecciones y
plagas, las que son percibidas como normales por la población recluida, casi como parte del
entorno natural del recinto.» Informe UDP 2005, p. 33
232
Faltas graves, menos graves y leves contenidas en los artículos 78, 79 y 80 del
Reglamento de Establecimientos Penitenciarios.
233
Informe UDP 2005, pp.52 y 53.
240
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
infractor solo en el caso de las faltas graves.237 Si se toma en cuenta que las
penal, lo que en este caso no ocurre. Así se infringen las reglas de la tipicidad y
234
Señala el informe del año 2005 “El problema, entonces, se configura toda vez que no
existe una vía idónea de control de la discrecionalidad del jefe del penal en la aplicación –
elección– de las sanciones, como consecuencia de la verificación de faltas disciplinarias".
Informe 2005, p. 43.
235
Informe UDP 2005, p. 42
236
“Se trata de celdas de mínimas dimensiones, con precarias condiciones de higiene,
sin luz, que en la mayoría de los casos albergan a numerosos internos. Las condiciones en que
se encuentran los reclusos en las celdas de aislamiento son, a todas luces, inhumanas y
degradantes." Informe UDP 2005, p. 49.
237
Articulo 82 del Reglamento.
238
Informe UDP 2006, pp. 105 y ss.
241
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
recurso.
muestra de superioridad de los gendarmes para con los reclusos y así poder
contra los internos con motivo de los allanamientos, que por regla general, son
reprimirlos. Sin embargo sucede en muchos casos que pagan «justos por
motín.240
239
"Si bien la regla general es que los allanamientos de las dependencias se realicen de
manera tranquila y sin violencia física, hemos constatado que en algunos casos específicos,
como cuando Gendarmería tiene la sospecha de existencia de túneles en las celdas, se
verificarían apremios ilegítimos en contra de los reclusos." Informe 2005, p. 84.
240
"En el caso de los motines, el uso de la violencia para reprimirlos es mucho más
usual y intensa que en los casos de allanamientos. La actividad posterior a los motines
constituye una de los escenarios donde se verifica una mayor afectación a la integridad física y
síquica de los internos ya que son objeto de verdaderas golpizas por parte de un gran número
de gendarmes. De acuerdo a los internos entrevistados, en la represión de los motines es
común que los golpeen con palos y les disparen balines de goma, entre otras técnicas para
reducirlos. Después de cada motín existe la mayoría de las veces un alto grupo de personas
heridas y a veces muertas." Informe 2005, p. 86.
242
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
malos tratos y tortura, en razón de las técnicas utilizadas por gendarmería, las
En el informe del año 2006, uno de los aspectos positivos que se hacen
contra del Alcalde del Centro Penitenciario de Lautaro, quien fue condenado en
150 A inciso 1º del Código Penal, en juicio oral el 8 de Octubre del 2005.241
Pero sin duda esto es un caso aislado. La generalidad sigue siendo que los
presos sean tratados como parias dentro de nuestra sociedad, que sus
derechos sean vulnerados hasta lo más básico y sin que nadie responda por
ello.242
241
Informe 2006, Pág. 29.
242
Uno de los mecanismos utilizados por el gobierno para solucionar el problema de la
sobrepoblación carcelaria es la construcción de cárceles concesionadas, siendo una de las
ultimas en inaugurarse el penal Santiago 1, que ha venido a descongestionar el CDP Santiago
Sur (ex-penitenciaria). Este ultimo, a la fecha de la inauguración de Santiago 1, albergaba una
población de alrededor de 5.700 reclusos, superando en mas de un 100% su capacidad real.
Ahora bien, las cárceles concesionadas -cuya construcción, mantención y prestación de
servicios básicos corresponde a los privados- presentan las siguientes características:
segregación total de acuerdo al grado delictual de los internos; penales divididos en modulo que
comparten servicios principales; celdas individuales con baño, ducha y lavamanos, o para tres
personas dependiendo de la peligrosidad de los reos, talleres de capacitación laboral y zonas
industriales, modernos equipos de seguridad y control, etc. No obstante, si bien estos recintos
mejoran las condiciones de vida, estos se rigen por los estándares de las cárceles de alta
243
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
PENAL?
sistema penal. Describimos cómo durante gran parte del siglo XX, lo que primó
sistema estaba muy lejos de cumplir las metas que se entendían como
contener el delito.
seguridad. Así podemos señalar que respecto de las visitas, los reclusos del penal Santiago 1,
en el mes de Marzo del año 2007 hicieron una huelga de hambre a fin de protestar en contra de
las forma en que se realizan estas, por cuanto se llevan a cabo en locutorios, sin que los
reclusos tengan contacto con sus familiares. Medida que, según lo señalado por gendarmería,
se toma para resguardar la seguridad dentro del penal y así evitar la entrega, por parte de las
visitas, de elementos prohibidos dentro del recinto. Por otro lado, no es difícil de ver, que con el
aumento que ha experimentado la población penal en los últimos años, estos recintos solo
vienen a ser una solución temporal al problema del hacinamiento, si consideramos que, en los
últimos años, ha aumentado la población penal un promedio de 10% por año. Finalmente no
debemos olvidar la experiencia de otros países, como Estados Unidos, en los cuales estos
sistemas concesionados traen aparejados problemas de corrupción en razón del subsidio que
las empresas reciben del Estado por el número de reclusos que alberguen.
244
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
delincuencia, y ante ello era preciso determinar cuales eran entonces los
245
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
sostienen que el Derecho penal debe ser sólo violencia social organizada para
Efectivamente lo que prima hoy en día es ante todo la idea de que el único
definitiva, transformarnos en un Estado policial. Pero esto está muy lejos del
modelo que hemos escogido como base para realizar el análisis acerca de la
del garantismo, pensamos que se hace evidente la crisis. Creemos que algo
mecanismo más adecuado —el mal menor— con el que hacer frente al delito.
246
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
repara en que el Derecho penal, a más de que debe servir para contener el
desviados frente a la arbitrariedad del ius puniendi. El Derecho penal actual sólo
se mira como límite mínimo del accionar estatal, y no como su límite máximo.
hoy en día. Ese doble fin preventivo de que habla FERRAJOLI, no se vislumbra
Así entonces, creemos que desde el punto de vista externo del modelo
situación grave, a la que hay que hacer frente de cualquier forma, se suceden
247
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
Las normas que hemos considerado como de Derecho penal de enemigos son
una clara muestra de ello. Situaciones como las que ocurren en Estados Unidos
requiere, el Estado no duda en hacer uso de medios ilegítimos, que violan los
interesa por los derechos de los inculpados, y aún más, no duda en violar hasta
respetan ni siquiera los mismos principios que los Estados han considerado
248
SOBRE EL SER DEL DERECHO PENAL
Ahora bien, lo que nos queda por ver es: dado que creemos que el
249
CAPÍTULO III EL ABOLICIONISMO COMO RESPUESTA
1. PRELIMINARES
situación del sistema penal en general, y de los principales aspectos que hacen
represiva, que provoca constantes antinomias entre las normas y los principios
la posición ideológica del observador. Toda valoración que se haga respecto del
sistema penal implica por tanto, primeramente un análisis político, en virtud del
EL ABOLICIONISMO
través del Derecho penal, para en base a ello y posteriormente, elaborar las
directrices de las medidas por medio de las cuales resulta más adecuado
objetiva que se haga de estos. Para algunos será una forma de control social
medio de proteger a los individuos de las arbitrariedades del poder estatal; otros
moderno. Las críticas que se dirigen a éste en general van orientadas más bien
estructura punitiva del Estado —la cual, insistimos, no se cuestiona que deba
251
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
existir. El quid del asunto se fija en para qué existe, no en si debe existir el
Derecho penal.
Estado deja de ser necesario para dar paso a una asociación de hombres
libres, en que no existe la explotación del hombre por el hombre, y por tanto
por mantener la dominación de una clase por sobre otra. A grandes rasgos,
que en modo alguno podría derivarse de las obras de los autores clásicos del
252
EL ABOLICIONISMO
social. Una correcta lectura de las obras de estos autores, teniendo presentes
deberán idearse nuevas formas de control, las que se diferenciarán del actual
(puesto que las clases no existirían), sino sólo instrumentos para mantener el
una sociedad en que todos los seres humanos serán iguales, y por tanto no se
llegar a ser muy distintos que los actuales, e implique en algunos casos la
253
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
XX, ¿qué es lo nuevo que surge entre las modernas teorías abolicionistas que
hace que se les preste mucha mayor atención desde el ámbito jurídico, al punto
que hay quienes afirman que ellas son uno de los principales síntomas de la
teóricos son personas que provienen directamente del ámbito jurídico. Los
sino también en el terreno práctico. Así entonces la crítica no surge desde fuera
dentro del mismo sistema quienes plantean que éste debe desaparecer.
Por otra parte, la abolición del Derecho penal moderno en las anteriores
mucho mayor. De ahí incluso que los tratamientos que se hacen del tema sólo
254
EL ABOLICIONISMO
económica y social mayor. Este es uno de los aspectos que les ha atraído
243
Es sabido que MARX y ENGELS no le dedican mayor esfuerzo al análisis del sistema
punitivo, y menos aún expresan de forma clara cómo habrán de ser las relaciones jurídicas en
la nueva sociedad comunista. Recién con LENIN es posible encontrar algunas referencias más
explícitas, pero tampoco ellas poseen un desarrollo demasiado acabado. LENIN en su libro «El
estado y la Revolución», se aboca al estudio del nuevo Estado revolucionario, el que habrá de
existir mientras se lleva adelante la dictadura del proletariado. Durante éste todos los individuos,
y especialmente los provenientes de la vieja burguesía derrotada, habrán de ser educados para
aprehender las reglas básicas de convivencia necesarias para la nueva sociedad. Aquí el
Derecho penal seguirá existiendo, como una herramienta del proletariado para cautelar el
desarrollo de la transformación social que se lleve adelante. Pero este sólo es un estadio
intermedio, puesto que la consecuencia que se espera del proceso revolucionario es que el
Estado finalmente desaparezca, y con él el Derecho penal como instrumento de dominación de
clase.
Respecto de los autores anarquistas, estos al igual que el marxismo-leninismo
entienden al Derecho penal, y particularmente a la cárcel, como una herramienta de dominación
de la burguesía para mantenerse en el poder, y por tanto, al destruir el aparato estatal burgués
consecuentemente también habrá de abolirse el sistema jurídico burgués. Pero a diferencia de
aquellos, los anarquistas entienden que la desaparición del Estado será un hecho inmediato a
producida la revolución, por tanto no existirá dictadura del proletariado y tampoco podrá
hablarse de un Estado proletario o de un Derecho penal proletario. Los autores anarquistas
clásicos, ven en gran medida en el delincuente a un rebelde que a través del delito se rebela
contra la autoridad por las condiciones precarias en que se ven obligados a vivir. Por tanto, una
vez desaparecidas las desigualdades sociales, el delito perderá también gran parte de su razón
de ser. Pero además, estos autores en sus planteamientos también se ven fuertemente
influenciados por el positivismo criminológico predominante en la época, y así aceptan la idea
del delincuente como un sujeto enfermo, con deficiencias físicas y fisiológicas, que requiere
tratamiento para poder resocializarlo. No obstante, proponen que debe ser la sociedad toda la
que se debe encargar de acogerlos y reorientarlos hacia un comportamiento ético acorde a los
requerimientos de la nueva sociedad. Kropotkin particularmente se niega a aceptar el
reemplazo de la cárcel por otro tipo de instituciones, como el manicomio, para llevar adelante
esta tarea. Es la sociedad quien debe vigilar a sus miembros para evitar que estos se desvíen, y
es ella en su conjunto la que debe acoger al hermano, no buscando la venganza sino su
curación.
255
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
medida con que bajo las condiciones históricas actuales se pueda, o incluso
consideración que las normas en éste contenidas no sólo están ahí en función
de reprimir a los individuos desviados, sino que ellas también dicen jugar un rol
por ejemplo, Stan COHEN se refiere a él como «una corriente teórica y práctica
que efectúa una crítica radical a todo el sistema de justicia penal y plantea su
256
EL ABOLICIONISMO
observar cómo las comunas urbanas tratan a los miembros que no cumplen con
sus deberes y a teorizar sobre la naturaleza del derecho medieval. Todo esto
mejor.»244
en un sentido más amplio, se habla de abolicionismo cuando «no sólo una parte
244
COHEN, Stan, «El Abolicionismo», en VV. AA., «Abolicionismo Penal», 1ª edición,
traducción de Mariano A. CIAFARDINI y Mirta L. BONDANZA. Buenos Aires: Editorial Ediar, 1989, p.
13.
245
De FOLTER, Rolf S., «Sobre la Fundamentación Metodológica del Enfoque
Abolicionista del Sistema de Justicia Penal. Una comparación de las ideas de Hulsman,
257
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
Límites del Dolor», también sostiene que existirían al menos dos formas de
confianza de que esas leyes "naturales" liberadas del poder estatal bastarían
reemplazo del sistema penal por otras formas de solución de conflictos, lo que a
247
ZAFFARONI, Eugenio Raúl, «En Busca de las Penas Perdidas. Deslegitimación y
dogmática jurídico-penal», 2ª reimpresión. Buenos Aires: Editorial Ediar, 1998, p. 102.
248
ELBERT, Carlos Alberto, «Manual Básico de Criminología», 1ª edición, Buenos Aires:
EUDEBA, 1998, p. 123.
259
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
bien porque no admiten moralmente ningún posible fin como justificador de los
postura sustentada por FERRAJOLI, y por otros, reservando el uso del término
249
FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal», 1ª edición,
Madrid: Trotta, 1989, p. 248.
260
EL ABOLICIONISMO
deslegitimante del sistema penal hasta el extremo de afirmar que éste debería
pero ello sin cuestionar en sí la existencia misma del Derecho penal, sino que
punitivas, pero más bien de manera excepcional y sólo para delitos de menor
connotación social, como por ejemplo hacen los sostenedores de las modernas
261
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
haremos para designar a la crítica más radical que se ha dirigido hasta ahora al
sistema penal, que pretende la deslegitimación total del conjunto del control
nuevas, toda vez que muchas de ellas ya habían sido enunciadas anteriormente
sociales ocurridas durante los años ’60 y ’70 en el pasado siglo, que siguiendo
la senda abierta por las teorías del labelling approach vino en criticar la
250
POQUET, Alejandro, «Temas de Derecho Penal y Criminología», 1ª edición, Buenos
Aires: Editorial Ediar, 2005, p. 123.
251
ANITUA, Gabriel Ignacio, «Historias de los Pensamientos Criminológicos», 1ª edición,
Buenos Aires: Editores del Puerto, 2005, p. 407.
262
EL ABOLICIONISMO
252
BARATTA, Alessandro, «Enfoque Crítico del Sistema Penal» en BARATTA, Alessandro,
«Criminología y Sistema Penal (Compilación in memoriam)», Buenos Aires: Editorial B. de F.,
2004, p. 90. En efecto, la base de lo que hasta ese momento se consideraba tradicionalmente
como criminología se encontraba en una fuerte matriz positivista, la cual pretendía aplicar las
reglas del método científico para explicar las razones y condiciones del comportamiento
humano, el cual era considerado no más que el resultado de las relaciones causa-efecto entre
los individuos y algunos aspectos de su ambiente. Dichas relaciones se presentaban como la
constante de verdaderas leyes de comportamiento, que podían ser aplicadas a todos los
hombres, es decir, que ante experiencias similares los individuos habrían de tener
comportamientos también similares (PAVARINI, Máximo, «Control y Dominación», cit., p. 96.).
Esta forma de aproximación a la criminalidad, llevó a los criminólogos positivistas a
centrar su punto de atención particularmente sobre la personalidad del delincuente, buscando
una explicación «científica» que diera cuenta de las causas de su comportamiento «anormal»
(RIVERA BEIRAS, Iñaki, «Historia y Legitimación del Castigo. ¿Hacia dónde vamos?», en
BERGALLI, Roberto [coord.], «Sistema Penal y Problemas Sociales», 1ª edición, Valencia: Tirant
Lo Blanch, 2003, p. 91). Como expone Teresa MIRALLES: «Desde sus inicios en el siglo XIX, la
explicación científica de la criminalidad ha elaborado sus planteamientos a partir del
presupuesto básico del carácter singular y distinto del comportamiento delincuente con relación
al comportamiento adaptado a las normas sociales y jurídicas. Y lo que es más, en este origen
singular del comportamiento delincuente está implícita una base patológica del individuo que lo
lleva a cabo. Y a partir del momento en que se convalida científicamente esta afirmación, el
científico se permite encauzar el estudio de la delincuencia a través de formulaciones que
evidencien el «por qué» y las causas de tal singularidad.» (MIRALLES, Teresa, «Patología
Criminal: Aspectos biológicos», en BERGALLI, Roberto, BUSTOS, Juan y MIRALLES, Teresa,
«Pensamiento Criminológico Vol. I. Un análisis crítico», 1ª edición, Bogotá: Editorial Temis, p.
51.)
Esta pretendida aproximación científica que hace el positivismo a la criminalidad,
considerada como un dato empírico, objetivo, estable y permanente, además supone una
supuesta asepsia y neutralidad de quien realiza el análisis. En este sentido se entiende que sus
opiniones no alteran en modo alguno el resultado de sus conclusiones, puesto que su única
labor será, como en las ciencias naturales, demostrar científicamente cierta hipótesis de trabajo
de acuerdo a los datos empíricos de la realidad, cuestión en que la ideología del investigador no
tiene ningún rol que cumplir, puesto que la comprobación científica no es «opinable» sino sólo
«demostrable». Además dado que se parte del supuesto que el delincuente es un «anormal», la
labor del criminólogo habrá de abocarse a determinar qué hace a éstos (que son una minoría)
263
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
decisión política que lleva a que un hecho sea considerado criminal, por
en todas las culturas ni en todos los países. De ahí entonces que la criminología
debería atender más que nada a determinar qué lleva a que en un momento
histórico determinado, se decida definir un acto como ilícito, cuales son las
razones que hay detrás de este acto de definición. Y en este sentido, el análisis
definición, y quien en definitiva sufre los efectos de esta definición, quien es por
caracteriza a los criminales es la manera con la que son definidos y por lo tanto
lo que está bien y lo que está mal, entre lo que es justo y lo que no lo es. Lo
único que existe es el proceso de interacción a través del cual las definiciones
254
PAVARINI, Massimo, «Control y Dominación. Teorías criminológicas burguesas y
proyecto hegemónico», cit., pp. 127-128.
265
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
socialmente se le han atribuido, con lo cual termina por postular que son estos
aparatos de control social de tipo institucional, puesto que si los sujetos tienden
través del encasillamiento, entonces todo lo que ésta pone en acción para
255
TAYLOR, Ian; W ALTON, Paul & YOUNG, Jock, «La Nueva Criminología. Contribución a
una teoría social de la conducta desviada», cit., p. 159. Según se destaca en esta obra, los
teóricos del etiquetamiento «se han esforzado por demostrar que ser definido o rotulado como
desviado puede ser una etapa importante de un proceso más amplio. Siguiendo la tradición de
George Herbert Mead, destacan que el yo es un producto social, que la forma en que actuamos
y nos vemos como individuos es en parte consecuencia de la forma en que otras personas
actúan con respecto a nosotros. Es obvio que si la gente nos ve extraños o diferentes del resto,
probablemente nosotros también nos consideremos diferentes. Bien puede suceder, asimismo,
que alguien considerado diferente sea tratado de manera diferente. Podemos tratar a la gente
en forma distinta por ignorancia o prejuicio, pero el resultado es el mismo que se obtendría si
las supuestas diferencias fuesen reales.»
266
EL ABOLICIONISMO
necesarias.256
que no cabían dentro de la teoría del mero etiquetamiento. Así por ejemplo, en
al desviado como un sujeto pasivo y que su situación sólo fuera producto del
labelling approach para el caso de los llamados delitos de cuello blanco, los
256
PAVARINI, Massimo, «Control y Dominación. Teorías criminológicas burguesas y
proyecto hegemónico», cit., pp. 128-129
257
LARRAURI, Elena, «La Herencia de la Criminología Crítica», 3ª edición. Madrid: Siglo
XXI Editores, 2000, pp. 101-102.
267
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
Tanto las ideas del labelling approach, como las críticas a ellas, surgidas
aparición en 1973 del libro de TAYLOR, W ALTON & YOUNG «La Nueva
258
TAYLOR, Ian; W ALTON, Paul & YOUNG, Jock, «La Nueva Criminología. Contribución a
una teoría social de la conducta desviada», Buenos Aires: Amorrortu, 1997.
259
YACOBUCCI, Guillermo, «La Deslegitimación de la Potestad Penal. La crítica al poder
sancionador del Estado», Buenos Aires: Editorial Ábaco de Rodolfo Depalma, 2000, p. 137.
260
LARRAURI, Elena, «La Herencia de la Criminología Crítica», cit., p. 111.
261
Un hecho que destaca de «La Nueva Criminología», es que en él sus autores
reivindican para realizar el análisis el recurso a los instrumentos ideológicos, filosóficos y
268
EL ABOLICIONISMO
aplicación del sistema penal, lo cual a su vez debía ser relacionado con las
Estado, las leyes y las instituciones legales son utilizadas para mantener el
approach262, la nueva criminología afirma que aquel debe ser un agente más
262
En lo que atañe al labbeling approach, la criminología crítica ha sostenido que este
tiene efectos mistificantes e idealistas, lo cual se manifiesta, por ejemplo, en que a través de
esta teoría se da la posibilidad de omitir la existencia de situaciones socialmente negativas y de
sufrimientos reales, que en muchos casos pueden ser un punto de partida objetivo. Según lo
expresa PAVARINI, en sus intentos por hacer frente al determinismo positivista, el labelling
approach llegó al extremo de que, en pos de negar una realidad fenoménica de la desviación
que no fuera producto de un proceso de encasillamiento, finalmente llegó también a negar toda
realidad estructural en la explicación del comportamiento desviado. De este modo, la
criminalidad en cuanto fenómeno se transforma por esta vía en pura apariencia de un juego
formal de recíprocas interacciones. «Afirmando que criminal es sólo quien ha sufrido un proceso
de criminalización se termina por perder de vista que la acción desviada es en primer lugar
expresión de un malestar social, de un conflicto social. Si no se explican pues las razones
políticas de por qué un cierto comportamiento es encasillado como desviado o de por qué un
cierto sujeto es criminalizado, la criminalidad, además de ser una apariencia, llega a ser
también un inexplicable accidente.» (PAVARINI, Máximo, «Control y Dominación. Teorías
criminológicas burguesas y proyecto hegemónico», cit., p. 130. En el mismo sentido, BARATTA,
Alessandro, «Enfoque Crítico del Sistema Penal», cit., p. 93.). Además, también se le ha
criticado al labelling approach el hecho de que centre fundamentalmente sus análisis sólo en
ciertos sectores, particularmente las capas más débiles y marginales del proletariado urbano, lo
cual puede derivar en la consolidación del estereotipo dominante del criminal, con lo cual se
olvida o subestima la criminalidad de los poderosos y la delincuencia de «cuello blanco»
(BARATTA, Alessandro, «Enfoque Crítico del Sistema Penal», cit., p. 93).
263
LARRAURI, Elena, «La Herencia de la Criminología Crítica», cit., p. 114
270
EL ABOLICIONISMO
tarea de desarrollar una teoría que, por una parte, les permitiera escapar del
más ortodoxa— y por otra, les siguiera proporcionando las bases de su discurso
también existen delitos cometidos por los «poderosos», como los delitos de
cuello blanco, que no sólo no van en contra del sistema, sino que sirven para
264
ANITUA, Gabriel Ignacio, «Historias de los Pensamientos Criminológicos», cit., p. 413.
271
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
respecto de los actos desviados cometidos por las capas más débiles, se hacía
265
Esto último también es destacado por autores marxistas, en cuanto no se debe
olvidar que para el marxismo clásico la actitud del delincuente —el lumpenproletariat que Marx
definiera en obras como «La Ideología Alemana» y «El 18 Brumario de Luis Bonaparte»— es
caracterizada más bien como reaccionaria, ya que habitualmente no cumple un papel coherente
dentro de la lucha de clases. Por el contrario, según afirmara Marx, el lumpenprolatariado en la
mayoría de los casos se alía con la burguesía, en contra del proletariado, por cuanto en gran
medida depende de ésta para su diaria subsistencia, y actuando como tal constituye una fuerza
contrarrevolucionaria.
272
EL ABOLICIONISMO
peligro de una guerra nuclear, los delitos económicos y ecológicos, etc., las
tradicionales.266
266
LARRAURI, Elena, «La Herencia de la Criminología Crítica», cit., p. 194.
267
Según señala YOUNG «La naturaleza de la crisis en la criminología podría ser,
llegados a este punto, un poco más clara: la criminología positivista de cuño socialdemócrata, el
paradigma principal de la criminología anglo-americana de los últimos cincuenta años, sufrió un
declive precipitado. Es verdad, por supuesto, que hay algunos positivistas, pero, simplemente
fallaron en escuchar el último llamado del clarín. En su lugar, una nueva criminología
273
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
en 1984 editaron un libro que lleva por título «¿Qué hacer con la ley y el
criminalidad, habían hecho perder de vista que ésta causa efectos perjudiciales
había dejado el terreno libre para que prosperaran las ideas conservadoras de
«ley y orden».
mera rebelión romántica contra el sistema, sino que lo ven como un medio a
que el delito perjudica a los pobres, que deben soportar no sólo los ilícitos de
los empresarios, sino también los de sus compañeros de clase, entienden que
es un deber de los socialistas verlo como un problema que debe ser abordado
sistema penal, elaborando a su vez un programa de control del delito que sea
269
LEA y YOUNG exponen su posición en la Introducción de su libro, escrita
especialmente para la edición latinoamericana, en los siguientes términos: « El realismo de
izquierda sostiene que sólo una política socialista puede resolver el problema del delito pero no
simplemente en el viejo sentido que le daba la democracia social, que consideraba que la
eliminación de la pobreza eliminaría las causas del delito, sino de un modo más complejo, al
reconocer que sólo un sistema de justicia penal democrático puede resolver con eficacia el
problema del delito. Los Estados autoritarios no lo resuelven. En primer lugar, no tienen interés
en el problema. Están demasiado ocupados reprimiendo a las masas. Si el delito debilita a las
masas, entonces debe tolerarse. La policía tiene otras ocupaciones: arrestar a los radicales y
hostigar a los sindicalistas. Tampoco tendrá una policía autoritaria ninguna posibilidad de
solucionar el problema del delito porque las masas serán reacias a proporcionar información a
una policía que las oprime. Las masas idearán su propia manera, imperfecta e ineficiente, de
encargarse de los peores delincuentes o, en su defecto, serán gobernadas por ellos, por los
señores de la droga y la delincuencia organizada. Sólo una policía democrática recibirá la
confianza y el apoyo de las masas; sólo una policía democrática recibirá información de la
sociedad que lleve a la aprehensión de los delincuentes. La democracia no es un obstáculo
para la eficiencia del sistema de justicia y el control del delito sino que es un requisito previo.»
LEA, John & YOUNG, Jock, «Qué Hacer con la Ley y el Orden», cit., pp. 3-4
275
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
inmovilidad, generando un tal rechazo social, que lo único que finalmente logran
represiva.270
denomina delito no son más que conflictos sociales, problemas, riesgos, etc.
intrínseca que pueda considerarse criminal, más allá de las propias definiciones
que el sistema da para dichas situaciones, las cuales tampoco son idénticas
sino que ellas varían dependiendo del contexto histórico y cultural, como se
penal, por cuanto a través de él nada se soluciona, sino que los problemas
270
CIAFARDINI, Mariano, «Sobre el Cambio de Paradigma», Epílogo a la edición
latinoamericana del libro de LEA, John & YOUNG, Jock, «Qué Hacer con la Ley y el Orden», cit.,
p. 277.
271
Citado por LARRAURI, Elena, «La Herencia de la Criminología Crítica»,cit., p. 198.
276
EL ABOLICIONISMO
los conflictos mediante la relación directa entre las partes involucradas. Esta es
cuando, como dice LARRAURI, sea difícil caracterizarla como corriente—, que ha
una teoría que si bien acepte la existencia y la necesidad del sistema penal, por
otro lado lo limite sólo al mínimo necesario, con el objeto de atenuar lo más
posible sus efectos negativos. Así, se aboga por un Derecho penal mínimo,
limitado por principios legales, funcionales y personales, que tengan ante todo
277
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
distintas posturas se ha perdido toda relación entre si. Por el contrario, muchas
veces entre ellas las diferencias son más bien de matices, y la separación que
para fines didácticos se hace entre estas tres corrientes principales también
puede resultar algo arbitraria, por cuanto incluso al interior de las corrientes
también existen diferencias, que acercan a algunos autores más o menos hacia
puede decirse que todos «militen» en alguna de ellas, sino que también los hay
muy a su pesar.
punitiva está muy relacionada con los reclamos teóricos y prácticos expresados
en Holanda.272
272
ANITUA, Gabriel Ignacio, «Historias de los Pensamientos Criminológicos», cit., p. 431.
278
EL ABOLICIONISMO
sido obra del trabajo teórico proveniente desde el mundo académico, sino que
grupos que, surgidos al fragor de las luchas políticas y sociales de los años ’60,
273
Mauricio MARTÍNEZ, sostiene que no obstante la importancia que estos movimientos
tuvieron en los años ’60 y ’70, hoy en día ellos se encontrarían en una franca decadencia, lo
cual iría de la mano con una política penal expansiva, donde la opinión pública en general exige
una política criminal más dura y más facultades para la policía. (MARTÍNEZ S., Mauricio, «La
Abolición del Sistema Penal. Inconvenientes en Latinoamérica», cit., p. 24). Una opinión similar
plantea Knut PAPENDORF, quien refiriéndose en particular a la organización KROM de Noruega,
reconoce que pese a su larga existencia, ha tenido que variar su discurso en la actualidad
debido a la situación poco favorable hacia una política criminal progresista, sobre todo si ella se
la compara con el ambiente existente en los años ’70 (PAPENDORF, Knut, «La Historia de la
Recepción del Libro de Mathiesen Superen los Muros y Qué Hace KROM Hoy en Día», en VV.
AA., «Criminología Crítica y Control Social 2. Orden o Justicia, el falso dilema de los
intolerantes», Rosario: Editorial Juris, 2000, p. 203). No obstante, Mathiesen sigue sosteniendo
que este tipo de organizaciones, principalmente por su carácter transversal —ya que KROM lo
conforman tanto académicos como expresos— tienen aún una función importante,
particularmente ayudando a crear lo que el llama un «espacio público alternativo», el cual
tendría como elemento distintivo el estar constituido por «una cultura en la cual la
argumentación, la crítica bien fundada y el pensamiento basado en principios sean valores
dominantes; un espacio público que, en definitiva, logre competir de alguna manera con el
espacio público superficial de los medios de comunicación». (MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la
Prisión. Una Evaluación Crítica» 1ª edición. Buenos Aires: Ediar, 2003. Traducción de Mario
Coroliano y Amanda Zamuner, p. 306).
279
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
de los ’80 que harán aparición los libros más representativos de la corriente:
forma en que, por ejemplo, ZAFFARONI se refiere a él274—, por cuanto si bien con
encuentran lejos de presentar una coordinación expresa o tácita que les permita
hay una única idea (…) la teoría abolicionista que abarque todas las
274
ZAFFARONI, Eugenio Raúl, «En Busca de las Penas Perdidas. Deslegitimación y
dogmática jurídico-penal», cit., p. 102
275
ELBERT, Carlos Alberto, «Abolicionismo: ¿Eclecticismo o Integración en la
Criminología», en MAIER, Julio y BINDER, Alberto [comp.], «El Derecho Penal Hoy. Homenaje al
profesor David Baigún», 1ª edición, Buenos Aires: Editores del Puerto, 1995, p. 477
280
EL ABOLICIONISMO
penal no existe»276. Es por ello que este autor prefiere referirse al abolicionismo
algo no puede separarse del acceso al mismo. Así, entre el método y el objeto
sistema de justicia penal en su totalidad. Esta lucha por la abolición nos da una
indicación directa del status filosófico del método. Los objetos del método
276
De FOLTER, Rolf S., «Sobre la Fundamentación Metodológica del Enfoque
Abolicionista del Sistema de Justicia Penal. Una comparación de las ideas de Hulsman,
Mathiesen y Foucault», cit., p. 59
277
De FOLTER, Rolf S., «Sobre la Fundamentación Metodológica del Enfoque
Abolicionista del Sistema de Justicia Penal. Una comparación de las ideas de Hulsman,
Mathiesen y Foucault», cit., p. 59.
281
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
fuera reconocida como una teoría en sentido estricto. Y por otra parte, tampoco
surgimiento de otra totalmente nueva», como para que pudiera pensarse en ella
como un nuevo paradigma. Es por ello que prefiere caracterizarlo como una
merece crédito por su esencia intelectual que a la larga tendrá que ponerse a la
278
SCHEERER, Sebastian, «Hacia el Abolicionismo», en VV. AA., «Abolicionismo Penal»,
1ª edición, traducción de Mariano A. CIAFARDINI y Mirta L. BONDANZA. Buenos Aires: Editorial
Ediar, 1989, p. 21
279
SCHEERER, Sebastian, «Hacia el Abolicionismo», cit., p. 22.
282
EL ABOLICIONISMO
de «Robin Hood», que con sus actos pretende demostrar una rebeldía frente al
sistema, una lucha en contra del orden establecido—. Para estos autores, el
los grupos oprimidos. Se considera que las causas del delito son obvias (por
justicia criminal (por ejemplo, la guerra contra las drogas) o, más radicalmente,
que son una quimera puesto que el delito no parece existir realmente fuera de
280
LEA, John & YOUNG, Jock, «¿Qué Hacer con la Ley y el Orden?», cit., p. 7.
283
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
punición, con relación a los cuales es el derecho penal —tal como ha sido
281
FERRAJOLI, Luigi, «Derecho y Razón. Teoría del garantismo penal», p.
282
FERRAJOLI, Luigi, «El Derecho Penal Mínimo», en BUSTOS RAMÍREZ, Juan [director],
«Prevención y Teoría de la Pena», 1ª edición, Santiago: Editorial Jurídica Conosur, 1995, p. 43.
Ante esta crítica que habitualmente se dirige al abolicionismo por su supuesto carácter
«utópico», YACOBUCCI sostiene que en este caso el término «utopía» debería utilizarse en el
carácter original que le dio Tomás Moro, y no en el que posteriormente utilizará Engels para
referirse a cierta clase de socialismo idealista. De acuerdo con éste «utopía» se entiende como
un «no lugar» o como «ningún lugar», es decir, como un sitio que no existe, planteándose
entonces como útil a la reflexión en el orden social, ya que implicaría observar desde fuera
nuestra realidad, de manera que el campo de lo posible queda abierto más allá de lo actual: es
un campo de otras maneras posibles de vivir. En este sentido, YACOBUCCI sostiene que son
injustas las críticas que se dirigen al abolicionismo criticándole su supuesto carácter utópico, al
no plantear respuestas posibles a los problemas que plantean, en tanto la crítica, incluida la
criminológica, es sobre todo denuncia y deslegitimación, sin necesidad de una propuesta
sustitutiva. Así entonces, el abolicionismo sería entendido por YACOBUCCI en términos muy
parecidos a los que expresa Zaffaroni, esto es, como un horizonte que sirva como norte a
seguir. (YACOBUCCI, Guillermo, «La Deslegitimación de la Potestad Penal. La crítica al poder
sancionador del Estado», pp. 276-277). Ver también ZAFFARONI, Eugenio Raúl, «En Busca de
las Penas Perdidas. Deslegitimación y dogmática jurídico-penal», p. 96, y POQUET, Alejandro,
«Temas de Derecho Penal y Criminología», p. 154.
284
EL ABOLICIONISMO
Aún cuando en cierta medida nos son atendibles las críticas antes
forma—, y lo heterogéneo de sus postulados —al punto que podría decirse que
hay quizá tantos abolicionismos como autores que adscriben a él—, en general
es menos cierto que con ellos comparte un punto central, cual es la crítica
crítica —que ha caracterizado a este sector del saber criminológico desde sus
283
MARTÍNEZ S., Mauricio, «La Abolición del Sistema Penal. Inconvenientes en
Latinoamérica», pp. VII y 4.
285
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
momento para que ello ocurra, y por eso, más realistamente, plantean que para
284
ZAFFARONI lo expresa en los siguientes términos: «Es incuestionable, a nuestro
juicio, que el derecho penal mínimo es una propuesta que debe ser apoyada por todos los que
deslegitiman el sistema penal, pero no como meta insuperable, sino como paso o tránsito hacia
el abolicionismo, por lejano que hoy parezca, como un momento del "unfinished" de Mathiesen,
y no como un objetivo "cerrado" o "acabado".» (ZAFFARONI, Eugenio Raúl, «En Busca de las
Penas Perdidas. Deslegitimación y dogmática jurídico-penal», pp. 110-111).
285
Como destaca ANITUA, es un rasgo común en varios de los principales autores
abolicionistas el hecho de haber sufrido en carne propia los efectos del régimen nazi. Así por
ejemplo, tanto Bianchi como Hulsman fueron arrestados durante la ocupación de Holanda.
Bianchi debió pasar un tiempo en el campo de concentración de Hamersfoort, mientras que
Hulsman sólo evitó seguir el mismo destino de BIANCHI gracias a que pudo escapar del tren que
lo conducía a Alemania para cumplir su condena. Por su parte CHRISTIE, si bien no fue sometido
a prisión, relata en sus libros la fuerte impresión que le produjo la ocupación de Noruega, y
también los estudios que posteriormente llevaría adelante con ex-guardias de campos de
concentración. Pensamos que no cabe duda, que el hecho de haberse visto enfrentados a una
de las mayores expansiones del sistema punitivo que ha conocido la historia moderna, explica
286
EL ABOLICIONISMO
menos los mueve un objetivo común: la abolición completa del sistema penal
que tiende a analizar por separado los planteamientos de cada uno de los
puntualizando cuando fuere necesario, las diferencias que pudieren existir entre
en buena parte la posición que subsecuentemente han adoptado estos estudiosos, que los ha
llevado a plantear que el sistema penal es uno de los mayores males que enfrenta la sociedad
contemporánea. Como el mismo Hulsman ha declarado: «Fue la ocupación, la resistencia y la
guerra lo que para mí desmitificó el Estado (...) Advertí entonces que las leyes y las estructuras,
hechas teóricamente para proteger al ciudadano, pueden, en ciertas circunstancias, volverse
contra él. Es decir, vi que era falsa la idea oficial que, por una parte, pretende que el Estado es
necesario para la supervivencia del individuo y, por otra parte, lo legitima dotándolo de la
representatividad popular». (HULSMAN, Louk & BERNAT DE CELIS, Jacqueline, «Sistema Penal y
Seguridad Ciudadana. Hacia una Alternativa», p. 11. Vid., además, ANITUA, Gabriel Ignacio,
«Historias de los Pensamientos Criminológicos», p. 432)
286
En el mismo sentido lo entiende BOVINO al señalar: «Cuando hablamos del
movimiento abolicionista nos estamos refiriendo a todos aquellos autores cuya propuesta es
eliminar el sistema de justicia penal. Cada uno de los autores esboza distintas justificaciones
para abolir el aparato punitivo estatal, y propone distintas estrategias para alcanzar dicho
resultado. También las alternativas que ofrecen presentan diferencias. Sin embargo, se los
denomina a todos ellos abolicionistas por compartir un mismo objetivo que los distancia de
quienes, estudiando el sistema criminal, encuentran soluciones manteniendo su existencia.
Para un abolicionista. entonces, el sistema penal en su conjunto es considerado como un
problema social en si mismo y, por lo tanto. la abolición de todo el sistema aparece como la
única solución adecuada.» (BOVINO, Alberto, «La Víctima como Preocupación del Abolicionismo
Penal», en MAIER, Julio [comp.], «De los Delitos y de las Víctimas», 1ª edición, Buenos Aires:
Editorial Ad Hoc, 1992, p. 263).
287
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
decir, no acepta que los hechos descritos por la norma jurídica penal tengan
construye sobre la creencia de que el núcleo central de los delitos que definen
humana, razón por la que se afirma que los intereses protegidos por el Derecho
A esto BARATTA lo denomina: Principio del interés social y del delito natural. En
virtud de este, en gran parte heredado del positivismo, se postula una idea
287
BARATTA, Alessandro, «Criminología Crítica y Crítica del Derecho Penal. Introducción
a la Sociología Jurídico Penal». 1ª edición, 1ª reimpresión. Buenos Aires: Siglo XXI Editores
Argentina, 2004. Traducción de Álvaro Bunster, p. 37.
288
EL ABOLICIONISMO
colectiva.
En los años ’60, comenzó a hacerse notar una fuerte crítica a aquella
algo que precede de las definiciones y las reacciones sociales, sino una
desviado, sino que tal adjetivo le será adscrito, no en función del acto, sino en
288
BARATTA, Alessandro, «Criminología Crítica y Crítica del Derecho Penal», cit., p. 121.
289
BARATTA, Alessandro, «Criminología Crítica y Crítica del Derecho Penal», cit., p. 121
289
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
función del status que los demás le atribuyan, hecho que acarreará que se
lo que, independiente del carácter del acto, éste sólo será desviado en la
medida en que los demás le den este carácter, es decir, en la medida que se lo
Aún cuando las teorías generales del labelling approach han sido objeto
(paradigma etiológico) a los órganos del control social, que tienen por función
290
BARATTA, Alessandro, «Problemas Sociales y Percepción de la Criminalidad», en
BARATTA, Alessandro, «Criminología y Sistema Penal (Compilación in memoriam)», Buenos
Aires: Editorial B. de F., 2004, p. 279.
291
LARRAURI, Elena, «La Herencia de la Criminología Crítica», 3ª edición. Madrid: Siglo
XXI Editores, 2000, pp. 28.
290
EL ABOLICIONISMO
una realidad ontológica: «lo que es llamado delito, existe no por naturaleza, sino
concepto que puede ser aplicado en ciertas situaciones sociales y cuando a una
o varias partes les interesa que se aplique.293 Por tanto, el delito como tal no
tiene una existencia independiente, sólo existen los actos, los cuales a menudo
significados puede ser definirlo como delito, pero siempre es factible arrogarle
algún otro294.
del tiempo y el espacio, sino que varía dependiendo de los distintos contextos.
292
MARTÍNEZ S., Mauricio, «La Abolición del Sistema Penal. Inconvenientes en
Latinoamérica». 1ª edición. Bogotá: Editorial Temis, 1990, p. 42.
293
CHRISTIE, Nils, «Los Límites del Dolor», cit., p. 101.
294
CHRISTIE, Nils, «Una Sensata Cantidad de Delito», 1ª edición. Buenos Aires: Editores
del Puerto, 2004. Traducción de Cecilia Espelata y Juan Iosa, p. 9.
295
HULSMAN, Louk & BERNAT DE CELIS, Jacqueline, «Sistema Penal y Seguridad
Ciudadana. Hacia una Alternativa», 1ª edición, Barcelona: Ariel Derecho, 1984. Traducción de
Sergio Politoff, pp. 51 y ss.
291
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
golpe de Estado, etc.? No hay ningún punto en común entre estos actos, salvo
justicia criminal respecto de ellos. El hecho de que estos actos, tan disímiles
frente al acto observado. Mientras más lejano, resulta más fácil atribuir a un
296
HULSMAN, Louk, «La Criminología Crítica y el Concepto de Delito», en VV. AA.,
«Abolicionismo Penal», 1ª edición. Buenos Aires: Ediar, 1989, p. 90.
297
CHRISTIE, Nils, «Una Sensata Cantidad de Delito», cit., p. 12.
292
EL ABOLICIONISMO
hecho un significado delictivo, es por ello que en ocasiones, pese a que muchos
podrían ser tomados por delitos e incluso ser denunciados a la autoridad como
tales, ello no llega a ocurrir porque al estar los involucrados cercanos al hecho,
tienen un mayor margen para comprender las múltiples variables que inciden en
o buscar una salida no punitiva para reparar su acto —«el delito es uno, pero
deplorables»298—.
problemáticas, de conflictos, los cuales deben ser tratados fuera del sistema
penal formal299.
298
CHRISTIE, Nils, «Una Sensata Cantidad de Delito», cit., p. 14
299
En este punto, entra en conflicto con otras corrientes de la criminología crítica,
particularmente con el llamado «realismo de izquierda». (completar)
300
HULSMAN, Louk, «La Criminología Crítica y el Concepto de Delito», cit., p. 91.
293
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
debe evitar.301
LAS PARTES
tiempos más primitivos, ésta tenía una participación muchísimo más relevante
extendido casi hasta nuestros días. Como ejemplo de ello se cita el sistema de
301
CHRISTIE, Nils, «Los Conflictos como Pertenencia», en MAIER, Julio [comp.], «De los
Delitos y de las Víctimas», 1ª edición. Buenos Aires: Editorial AD-HOC, 1992, pp. 169 y ss.
302
Sobre el sistema penal germánico, vid.: ZAFFARONI, Eugenio Raúl, «Tratado de
Derecho Penal. Parte General», Tomo I, Editorial Ediar, Buenos Aires, Argentina, 1998, pp. 341
y ss; VÁZQUEZ ROSSI, Jorge, «Derecho Procesal Penal», Tomo I, Rubinzal-Culzoni Editores,
Buenos Aires, Argentina, 1995, pp. 121 y ss; POLITOFF, Sergio; MATUS, Jean Pierre y RAMÍREZ,
María Cecilia, «Lecciones de Derecho Penal Chileno. Parte General», 2ª edición, Editorial
Jurídica de Chile, Santiago, Chile, 2003, pp. 20-21.
294
EL ABOLICIONISMO
que ella importaba una total humillación de éste y de su grupo, por lo que sus
303
VÁZQUEZ ROSSI, Jorge, «Derecho Procesal Penal», Tomo I, cit., p. 122.
304
ZAFFARONI, Eugenio Raúl, «Tratado de Derecho Penal. Parte General», Tomo I, cit.,
p. 342.
305
VÁZQUEZ ROSSI, Jorge, «Derecho Procesal Penal», Tomo I, cit., p. 123.
295
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
sistema penal como una herramienta de control social.306 Según señala BOVINO,
absoluto, debe ser perseguido en todos los casos y por cualquier método. Esta
la noción de infracción como lesión frente a Dios o a la persona del rey. »307
salus publica suprema lex est, aparece la figura del procurador del rey, que a la
larga dio origen al Ministerio Público308, el cual tenía por labor la persecución
306
MAIER, Julio, «La Víctima y el Sistema Penal», en VV.AA., «De los Delitos y de las
Víctimas», Editorial AD-HOC, Buenos Aires, Argentina, 1992, pp. 185 y ss.
307
BOVINO, Alberto, «Problemas del Derecho Procesal Contemporáneo», Editores del
Puerto, Buenos Aires, Argentina, 1998, p. 90.
308
MAIER, Julio, «Derecho Procesal Penal Argentino», Tomo I, Editorial Hammurabi,
Buenos Aires, Argentina, 1989, p. 296
296
EL ABOLICIONISMO
que surge en Europa hacia el siglo XII se presentará como representante del
soberano, del rey o del señor. Cada vez que hay un crimen, delito o pleito entre
procurador doblará a la víctima, pues estará detrás de aquél que debería haber
planteado la queja, diciendo: “Si es verdad que este hombre lesionó a este otro,
por este individuo. Así, yo también me coloco contra él”. De esta manera, el
309
FOUCAULT, Michel, «La Verdad y las Formas Jurídicas», Editorial Gedisa, Barcelona,
España, 1996, pp. 75-76.
297
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
castigo estatal311.
310
FOUCAULT, Michel, «La Verdad y las Formas Jurídicas», cit., p. 79.
311
BOVINO, Alberto, «Problemas del Derecho Procesal Contemporáneo», cit., p. 91
298
EL ABOLICIONISMO
un perdedor por partida doble, ya que, por una parte, debe sufrir la privación o
formulismo, a través del cual no es posible dar real cuenta de los hechos
ocurridos, sino que se tiende a tratar todas las situaciones de una manera
similar, sin considerar las particularidades de cada caso, las circunstancias que
312
PAVARINI, Massimo, «¿Abolir la Pena?, La paradoja del sistema penal», cit., p. 6
313
CHRISTIE, Nils, «Los Límites del Dolor», cit., p. 126 y CHRISTIE, Nils, «Los Conflictos
como Pertenencia», cit., p. 170.
314
HULSMAN, Louk & BERNAT DE CELIS, Jacqueline, «Sistema Penal y Seguridad
Ciudadana. Hacia una Alternativa», cit., pp. 126-127.
299
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
la forma en que ellos ocurrieron, sino como ellos los perciben— y el «personal
que vendrá después.316 El sistema está construido de manera tal que nadie se
315
CHRISTIE, Nils, «Los Conflictos como Pertenencia», cit., pp. 164-165. Refiriéndose a
los abogados, este autor expresamente asegura que ellos «son particularmente buenos
robando conflictos. Están entrenados para ello. Están entrenados para prevenir y resolver
conflictos. Están socializados con un elevado grado de conformidad, que resulta sorprendente,
en una sub-cultura cuyos contenidos están referidos a la interpretación de las normas y a la
clase de información que puede ser considerada relevante en cada caso. Muchos de nosotros
hemos experimentado, como legos, el triste momento de la verdad cuando nuestros abogados
nos informan que nuestros mejores argumentos para la disputa con un vecino no tienen ninguna
relevancia y que, por el amor de Dios, debemos mantenemos callados ante el tribunal. En su
lugar ellos eligen y utilizan argumentos que nosotros podemos considerar irrelevantes o aun
indebidos.» (CHRISTIE, Nils, «Los Conflictos como Pertenencia», cit., p. 164)
316
HULSMAN, Louk & BERNAT DE CELIS, Jacqueline, «Sistema Penal y Seguridad
Ciudadana. Hacia una Alternativa», cit., pp. 46 y ss.
300
EL ABOLICIONISMO
Cada órgano cree cumplir nada más que una función específica, y así el policía
acusador le solicite, mientras que este último sentirá que su labor se encuentra
sino que cumplen con el deber de hacer cumplir una pena en cuya
hemos dicho, los abolicionistas consideran valiosas en sí, dado que a partir de
317
HULSMAN, Louk & BERNAT DE CELIS, Jacqueline, «Sistema Penal y Seguridad
Ciudadana. Hacia una Alternativa», cit., p. 48.
301
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
ellas podría realizarse una labor pedagógica, que involucre una discusión
permitiendo a las partes introducir todos aquellos hechos que ellas consideren
que importa pasar por el filtro de los abogados, a quienes tal vez se les debería
318
En palabras de CHRISTIE: «el gran perdedor es cada uno de nosotros, en la medida
en que nosotros somos la sociedad. Esta pérdida es, en primer lugar y principalmente, una
pérdida de oportunidades para la clarificación de las normas. Es una pérdida de posibilidades
pedagógicas. Es una pérdida de oportunidades para una continua discusión de lo que
representa la ley de la tierra. ¿Cuán equivocado estaba el ladrón, cuán acertada la víctima? Los
abogados, como ya vimos. son entrenados para estar de acuerdo sobre qué es relevante en un
caso. Pero ello significa entrenamiento en la incapacidad para permitir a las partes decidir lo
que ellas creen que es relevante. Significa que es difícil poner en escena, en el tribunal —lo que
podríamos llamar—, un debate político. Cuando la víctima es pequeña y el delincuente grande
—en tamaño o poder— ¿cuán reprochable es, entonces, el delito? ¿Y qué sucede en el caso
inverso, el pequeño ladrón y el propietario de la gran casa? ¿Debería el delincuente, por estar
bien educado, sufrir más, o tal vez menos, por sus pecados? O si es negro, o si es joven, o si la
otra parte es una compañía de seguros, o si su mujer lo acaba de dejar, o si su fábrica irá a la
quiebra si tiene que ir a la cárcel, o si su hija perderá a su prometido, o si estaba borracho, o si
estaba triste, o si estaba loco? No hay fin para esto: Y tal vez no debería haber ninguno. Tal vez
la ley Barotse, tal como la describió Max Gluckman (1967), es un mejor instrumento para la
clarificación de normas, permitiendo a las partes en conflicto introducir cada vez, toda la cadena
de viejos lamentos y disputas. Tal vez la facultad de decidir sobre la importancia y el peso de lo
que se considera relevante debería serle vedada a los estudiosos de la ley, a los grandes
ideólogos del control penal, y recuperada para llegar a decisiones libres en las salas de los
tribunales.» (CHRISTIE, Nils, «Los Conflictos como Pertenencia», cit., pp. 170-171).
302
EL ABOLICIONISMO
los supuestos objetivos que a través de él se pretende cumplir. Es por ello que
critican una a una todas las teorías que han pretendido cubrir con un manto de
solucionar.
ella tan antigua como la existencia misma de estas instituciones, sin que el
319
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 64
320
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 67
303
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
321
Vid. FOUCAULT, Michel, «Vigilar y Castigar. Nacimiento de la Prisión», 1ª edición, 3ª
reimpresión, traducción de Aurelio GARZÓN DEL CAMINO Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 2004.,
p. 125.
322
Uno de los primeros objetivos perseguidos al establecer la casa correccional de
Ámsterdam (y no sólo de ésta, sino también de otras instituciones que le sucedieron siguiendo
su modelo, como el correccional de Gante) era lograr que los individuos desviados asumieran
una correcta internalización del valor que representa el trabajo; es por ello que, teóricamente, lo
que se pretendía era que el preso tuviera una vida sana desarrollada en condiciones materiales
adecuadas, que le permitieran acostumbrarse al trabajo, para que en el futuro anhelase poseer
un buen empleo que lo facultara para bastarse a sí mismo y ser útil a la sociedad. (MATHIESEN,
Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 67) Todo ello, en razón de que se sostenía que la ociosidad
era el origen de la mayoría de los delitos y por ello era necesario someter fundamentalmente a
mendigos, vagabundos y malhechores jóvenes, a un régimen que garantizase una especie de
«pedagogía universal del trabajo», dirigida a quienes eran refractarios al mismo, con el objeto
de colocarlos en un sistema de intereses donde el trabajo fuera visto como más ventajoso que
la pereza (FOUCAULT, «Vigilar y Castigar», p. 126.). Para alcanzar este objetivo, en un
memorando escrito por Jan SPIEGEL en 1589 se sostenía que era necesario que la casa contase
con un programa de trabajo diferenciado, el cual representara las principales industrias de la
ciudad, como la fabricación de calzado, producción de textiles, fabricación de objetos de
madera, etc. Asimismo, se reservaba para los presos más «rebeldes» el cepillado de madera,
que era visto como una especie de castigo, toda vez que constituía la labor más pesada de
aquellas ideadas originalmente. No obstante, este último oficio habría de transformarse con el
tiempo en el más importante y casi el único que debían desarrollar los presos, por cuanto era el
único verdaderamente rentable y la institución debía autosustentarse económicamente. Cabe
destacar que por el trabajo realizado los presos tenían el derecho a recibir un salario, lo cual
constituía toda una innovación para la época, no obstante, como señala MATHIESEN, en los
hechos esto no se reducía más que a un mero asiento contable, toda vez que de éste se le
deducía a los presos una suma por gastos y mantenimiento (MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la
Prisión», pp. 70-71.
323
El plan de rehabilitación de la casa correccional de Ámsterdam también se
sustentaba sobre la ideología de la escolarización. De ahí que a los presos, además de
inculcárseles el «amor» al trabajo, también se los debía enseñar a leer y escribir. Según
asevera MATHIESEN, uno de los motivos fundamentales que avalaba esta medida se hallaba en
que el analfabetismo no permitía que los presos fueren catequizados adecuadamente, lo cual
era de suyo importante, toda vez que así no se podía cumplir de buena manera con otro de los
304
EL ABOLICIONISMO
capitalista326—.
objetivos centrales de la rehabilitación, la edificación moral del preso. Esto se ve refrendado por
el hecho de que el lugar donde se desarrollaban las clases era la capilla del establecimiento, y
quien originalmente tenía a su cargo las labores de escolarización era el predicador. Asimismo,
los textos utilizados para las clases incluían fundamentalmente textos de contenido religioso,
como las epístolas de los apóstoles, los proverbios de Salomón y otros similares. MATHIESEN
advierte que esta ideología de la escolarización es sólo complementaria a la ideología del
trabajo, lo que se demuestra por el hecho de que, ya desde muy temprano se excluyó de los
afanes educacionales a los individuos considerados más rebeldes y peligrosos, condenados a
desempeñar el oficio de cepillado de madera. A estos sólo se les daba libros para que leyeran
en sus celdas, y en caso de ser analfabetos, otro interno debía leérselos en voz alta. En todos
aquellos casos en que entraba en conflicto la ideología de la escolaridad con los criterios de
seguridad interna, la primera cedía ante estos últimos. Así, ya para el siglo XVIII señala
Mathiesen que la escuela ya había desaparecido por completo, y a su juicio este conflicto entre
seguridad y educación habría sido una de sus causas (MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la
Prisión», pp. 72-73).
324
Además de para educarlo y entrenarlo en el trabajo, también se esperaba que el
encierro sirviera para reestructurar moralmente al preso, principalmente desde el punto de vista
de su cercanía y temor a Dios. Para ello, estos debían concurrir periódicamente a los oficios
religiosos que se efectuaban directamente en la casa correccional. Además, como ya dijimos,
originalmente era el predicador quien impartía las clases, y los textos utilizados eran
fundamentalmente de carácter religioso. Hay que destacar, que al igual que lo sucedido
respecto a la escuela, los presos destinados a trabajar en el cepillado de madera también se
encontraban excluidos de la asistencia a las actividades religiosas, por cuanto ellos eran
324
considerados «una masa de personas sin ley y furiosas» . Esto será paulatinamente cada vez
más relevante, por cuanto con el tiempo los internos dedicados a este tipo de labores fue
creciendo en porcentaje respecto de la población interna total (MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la
Prisión», p. 75).
325
En la Casa Correccional de Ámsterdam, con el objetivo de inculcar y mantener la
disciplina entre los presos se ideó una detallada lista de normas específicas, las cuales llevaban
adosadas penas para el caso de incumplimiento. Estas penas, iban desde la privación parcial
del alimento durante un período de tiempo determinado hasta la aplicación de otros castigos
corporales, como azotes y la reclusión en calabozos. Eso si, ninguna de estas penalidades
eximían al interno de realizar sus obligaciones de trabajo, y muy por el contrario, la negativa a
trabajar era especialmente sancionada (MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 77). Esta
ideología de la disciplina, a diferencia de lo que ocurrió con las tres primeras, que tuvieron una
escasa o al menos inestable aplicación práctica, si fue implementada de manera sistemática y
por un largo período de tiempo.
326
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 83.
305
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
ellos ha ido variando a través del tiempo. Así por ejemplo: «Durante la primera
todos ellos. En las nuevas cárceles europeas “Filadelfia”, a fines del s. XVIII y
débiles. Esta era al menos la realidad de los países escandinavos, aunque cabe
énfasis en el trabajo»327.
«idea de tratamiento».328
327
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 80
328
La cual de acuerdo a numerosos estudios ha sido desacreditada, puesto que en su
nombre el encierro podría verse prolongado indefinidamente, más allá de cualquier límite legal,
306
EL ABOLICIONISMO
uno u otro componente dice que hay que buscarlas en los intereses propios del
necesidades de la cárcel, siempre se optará por favorecer a esta última. Así por
desde fuera, y están por tanto determinados por las necesidades políticas,
esta fuera una unidad productivamente viable, y entonces el acento era puesto
con el elemento disciplinario, que era visto como fundamental para responder a
y además todo indica que, independientemente del tiempo que dure el tratamiento, los
resultados para el preso son siempre los mismos, y en la mayor parte de los casos magros.
307
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
que tuvo una buena cuota de relevancia durante la década de 1970-1980, como
cualquier crítica que se realice respecto a la forma en que se llevan adelante los
329
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 80
308
EL ABOLICIONISMO
330
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 91
309
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
cual cita una fuente sueca: «La investigación criminológica actual nos ha
310
EL ABOLICIONISMO
porque se hizo manifiesta la «hipocresía del sistema», toda vez que más allá de
los discursos, todos los estudios demostraban que los centros de tratamiento,
en los que se pretendía reformar a los individuos, en el fondo no eran más que
resultaba más doloroso para estos que el tradicional dolor inflingido a través de
la prisión clásica. Todo ello redundaba en que, salvo quizá la pena capital, la
eficiente que las demás, puesto que ninguna sirvió como medio para impedir la
331
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 91
311
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
los medios disponibles para llevarla adelante, dado que nunca se han hecho
investigación criminológica».332
ya que las dos tienen en común un elemento manipulativo: «El tratamiento tiene
332
CHRISTIE, Nils, «Los Límites del Dolor», 1ª edición en español, 1ª reimpresión.
México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1988, p. 34.
312
EL ABOLICIONISMO
los datos más contradictorios se dan como base de comprobación del patrón de
333
CHRISTIE, Nils, «Los Límites del Dolor», cit., p. 36.
313
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
efecto inhibitorio, sino que se aduce que las penas no son lo suficientemente
duras, por lo que se propone aumentarlas para que ellas sean capaces de
recaer sobre los hombros de quienes sustentan esta teoría, sino justamente de
quienes la critican: «se supone que la prevención general funciona; por tanto
sumamente motivador para evitar que estos lleguen a transgredir la ley, y ello
334
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 104; CHRISTIE, Nils, «Los Límites del
Dolor», cit., pp. 38 y ss.
314
EL ABOLICIONISMO
demostrar ese supuesto efecto intimidante sobre los individuos que los inhibiría
los resultados obtenidos de los estudios son demasiado magros como para
el caso de los delitos más graves, en que los índices de detección son
justicia penal, que incidirían en el aumento de este tipo de ilícitos, cuestión que
destruyendo las redes sociales que serían las únicas que permitirían ejercer un
efectivo control sobre este tipo de hechos. Así, de nada serviría destinar más
335
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 112
315
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
detección, debido a que el nivel de control tendría que aumentar tanto para
poder ser efectivo, que ante ello sería menester construir un verdadero Estado
idea de que a través del castigo el Estado puede comunicar a sus miembros
signos una vez transferidos necesitan ser decodificados por el receptor de ellos,
quien los interpreta, motivo por el cual estos sólo pueden operar dentro de un
336
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 113
337
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 119
316
EL ABOLICIONISMO
comunicar no dependerá sólo del carácter que adopte éste externamente, sino
para que el significado que se cree en éste último pueda ser común a las dos
una realidad externa —lo que llamamos hechos y objetos—; signos —la lengua
el signo en una estructura más amplia de signos—. Vale decir entonces que el
elementos.»338
338
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», pp. 120-121
317
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
práctica debe decidir entre sanciones que están bastante próximas entre si —
tres o seis meses de cárcel, condena con o sin beneficios, etc.—, mientras que
detalles.
339
CHRISTIE, Nils, «Los Límites del Dolor», cit., p. 41
318
EL ABOLICIONISMO
hay forma de detectar su comisión, el impacto obtenido sería nulo—, son del
319
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
340
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 125.
341
El proceso por medio del que se determina la información que habrá de llegar al
público responde a dos características. En un primer momento, se produce lo que en sociología
de la comunicación se denomina «filtración», en el que se deja fuera de la agenda noticiosa de
manera sistemática, y a veces total, todo lo que se refiera a los detalles de la legislación y la
práctica condenatoria, y las opciones entre sanciones que están cercanas entre si y
corresponden a la rutina cotidiana de la política criminal, por ser todo esto «poco atractivo» para
el gran público, es decir, no vende. Una vez realizada la filtración se pasa al siguiente momento,
el del «enfoque». Acá, entre aquellas informaciones que han sobrevivido a la filtración se
prioriza para determinar cuáles habrán de tener más preeminencia, aquellas que irán, por
ejemplo tratándose de un medio escrito, en la portada, cuáles en las páginas centrales, cuál
será el espacio dedicado a cada una etc. Asimismo, también se determina a qué noticias es
menester darle un tratamiento especial, sobre cuáles habrá que hacer entregas sucesivas, etc.,
y todo ello en función de analizar cuáles de las noticias disponibles pueden causar un mayor
impacto en la opinión pública, y que por tanto conciten una mayor atención. Como explica
MATHIESEN: «Tanto la diferencia como la relación entre filtración y enfoque son importantes.
Mediante la filtración se elimina el material no sensacionalista y no dramático, mientras que a
través del enfoque se pone de relieve el material sensacionalista y dramático. Esta es la
diferencia principal entre los dos conceptos. Pero como ya lo mencionamos, el enfoque
simultáneo sobre lo sensacionalista y lo dramático se lleva a cabo después de la filtración, vale
decir, luego de haber hecho la primera selección. He aquí pues la relación principal entre los
dos. El material no sensacionalista y no dramático que sobrevive a la filtración sigue siendo
parte de la noticia, sólo que ocupa un lugar relegado debido al enfoque realizado.» (MATHIESEN,
Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 126).
Si bien existen diferencias de matices entre los diversos medios —prensa escrita,
radio, TV—, el proceso en general es más o menos similar. Así entonces, el grueso de la
información «jurídica» resulta radicalmente distorsionada, creándose una sensación ambiente
de que hay una criminalidad mucho más grave y violenta que la que efectivamente existe. Y
320
EL ABOLICIONISMO
interpretación del mensaje que se pretende comunicar a través del castigo. Esté
habrá de ser entendido de muy diversa manera dependiendo del medio en que
«buen lado» del camino, el castigo, o su posibilidad, no signifique nada más que
cruzado por los problemas sociales, en que predominan el alcohol, la droga, las
todos los esfuerzos cotidianos por comunicar el discurso preventivo general, que se manifiesta
principalmente en la persecución diaria del delito masivo pierde todo sustento, por cuanto en la
mayoría de las ocasiones ni siquiera llega el público masivo, que se informa principalmente a
través de los grandes medios de comunicación.
342
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 129
321
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
fundamento moral para castigar a alguien —incluso con más dureza— a fin de
evitar que otras personas, totalmente distintas que aquel individuo, lleguen a
debería ser aplicable de igual forma para todas las personas, en los hechos ello
no ocurre de este modo, toda vez que la ley penal no amenaza ni al capital
ensaña sólo con las personas provenientes de las clases bajas que han
322
EL ABOLICIONISMO
sociedad, en los casos en que comete actos ilícitos, tiene mayores posibilidades
castigo mediante acuerdos a los que llega con la autoridad, como ocurre
último no es posible, al menos cuentan con los recursos para pagar una mejor
defensa.
Estado destina para perseguir el delito van enfocados a aquellos ilícitos de los
que habitualmente cometen los sectores más bajos, mientras que respecto de
aquellos que cometen los sectores altos, como los grandes delitos económicos,
ante los tribunales son, por lo general, aquellos delincuentes que han cometido
343
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 133.
323
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
que exista igualdad o no ante los tribunales, son precisamente estos últimos
vista de la prevención general, MATHIESEN asegura que si bien cada uno de los
derivar una base sólida para sostener que, así como la cárcel no es capaz de
cometerse.
344
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 135
345
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 135
324
EL ABOLICIONISMO
2. penas determinadas;
346
GARLAND, David, «La Cultura del Control. Crimen y Orden Social en la Sociedad
Contemporánea», 1ª edición. Barcelona: Editorial Gedisa, 2005. Traducción de Máximo Sozzo,
p. 110.
347
ZYSMAN QUIRÓS, Diego, «La Crisis del Welfare y sus Repercusiones en la Cultura
Política Anglosajona», en Iñaki Rivera [coord.], «Política Criminal y Sistema Penal. Viejas y
Nuevas Racionalidades Punitivas», 1ª edición. Barcelona: Anthropos Editorial, 2005.
348
ZYSMAN QUIRÓS, Diego, «La Crisis del Welfare y sus Repercusiones en la Cultura
Política Anglosajona», cit., p. 268.
325
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
carácter voluntario, y
349
En la concepción «clásica» del Derecho penal, una de las consignas centrales que
se enarbolaba era la exigencia de que se establecieran con claridad, y previamente, la sanción
que habría de aplicarse a cada delito, la cual debía ser en todo proporcional a la gravedad del
acto cometido. Enfocadas en su marco histórico, estas ideas habían surgido desde la
burguesía, como un intento para frenar las arbitrariedades existentes durante el régimen de
justicia feudal, en que enfrentados a idéntica situación, un noble habitualmente resultaba
absuelto o sólo debía pagar una multa, mientras que al burgués se lo condenaba, y debía sufrir
en su cuerpo las consecuencias de este castigo, que incluso podía consistir en la muerte del
culpable. Es por ello que la nueva clase que ascendía en el poder buscó establecer un freno
ante estas iniquidades, exigiendo igual castigo, no importa si quien era juzgado era noble o
plebeyo, para lo cual se sostuvo que la medida del castigo debía ser establecida firmemente de
antemano, de acuerdo con la gravedad del hecho, y no de acuerdo con el rango social del
culpable o la discreción del juez. Quien mejor expresara estas ideas fue BECCARIA en su célebre
Tratado, en el cual asevera que: «sólo las leyes pueden decretar las penas de los delitos; y esta
autoridad debe residir únicamente en el legislador, que representa toda la sociedad unida por el
contrato social. Ningún magistrado (que es parte de ella) puede con justicia decretar a su
voluntad penas contra otro individuo de la misma sociedad. Y como una pena extendida más
allá del límite señalado por las leyes contiene en sí la pena justa, y otra más en la extensión, se
sigue que, ningún magistrado bajo pretexto de celo o de bien público, puede aumentar la pena
establecida contra un ciudadano delincuente.» Y respecto a la proporcionalidad, más adelante
agrega: «No sólo es interés común que no se cometan delitos, pero aún lo es que sean menos
frecuentes, a proporción del daño que causan en la sociedad. Así, pues, más fuertes deben ser
los motivos que retraigan los hombres de los delitos, a medida que son contrarios al bien
público, y a medida de los estímulos que los inducen a cometerles. Debe por esto haber una
proporción entre los delitos y las penas.» (BECCARIA, César Bonesana, Marqués de, «Tratado
de los Delitos y de las Penas», Buenos Aires: Editorial Heliasta, 1993, pp. 61 y 68). En términos
generales, el movimiento «neoclásico» recoge lo central de estas ideas acrisoladas durante la
326
EL ABOLICIONISMO
neoclásica350, dos son las obras que se destacan como fundamentales por la
misma que anteriormente había introducido en ese país la idea del tratamiento,
la Cárcel de Pensilvania.352
derechos de los presos, el cual se consideraba parte de una lucha aún mayor
reprimir a los afroamericanos, los pobres, los jóvenes, y otras diversas minorías
352
CHRISTIE, Nils, «Los Límites del Dolor», cit., p. 51.
353
Citado por: GARLAND, David, «La Cultura del Control. Crimen y Orden Social en la
Sociedad Contemporánea», cit., p. 110.
328
EL ABOLICIONISMO
cometidos, mientras disimulaba la dura realidad del castigo con una retórica
Pero donde el Informe dirigió su ataque más feroz, fue hacia el poder
afirmaba que ello era utilizado de forma sistemática para discriminar y reprimir,
Con posterioridad, en 1976, vio la luz otro texto que, si bien no era tan
354
Cfr. GARLAND, David, «La Cultura del Control. Crimen y Orden Social en la Sociedad
Contemporánea», cit., pp. 110-111.
329
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
del estudio llevado adelante por un grupo heterogéneo de expertos del más alto
que fue Andrew VON HIRSCH quien dirigió al grupo y además fue el encargado
1993.
que él, a diferencia de lo ocurrido con el resto de los trabajos críticos aparecidos
época, las cuales habían sido ampliamente abandonadas por la mayoría de los
355
VON HIRSCH, Andrew, «Censurar y Castigar», 1ª edición. Madrid: Editorial Trotta,
1998. Traducción de Elena Larrauri.
356
GARLAND, David, «La Cultura del Control. Crimen y Orden Social en la Sociedad
Contemporánea», cit., p. 116.
357
ZYSMAN QUIRÓS, Diego, «El Castigo Penal en EE.UU. Teorías, Discursos y
Racionalidades Punitivas del Presente», cit., p. 253.
330
EL ABOLICIONISMO
moral de los castigos proporcionales que miraran hacia el pasado —la «pena
358
ZYSMAN QUIRÓS, Diego, «El Castigo Penal en EE.UU. Teorías, Discursos y
Racionalidades Punitivas del Presente», cit., pp. 255-256.
359
GARLAND, David, «La Cultura del Control. Crimen y Orden Social en la Sociedad
Contemporánea», cit., p. 116
331
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
cumpliría la función de otorgar a los jueces una guía a la hora de llevar adelante
su labor, cuestión que otras teorías raramente les ofrecen. De este modo,
aparece como una exigencia de justicia. La gente siente que los castigos que se
adecuan a la gravedad de los delitos son más equitativos que aquellos que no
lo hacen.»361
360
ZYSMAN QUIRÓS, Diego, «El Castigo Penal en EE.UU. Teorías, Discursos y
Racionalidades Punitivas del Presente», cit., p. 255.
361
VON HIRSCH, Andrew, «Censurar y Castigar», cit., p. 31.
332
EL ABOLICIONISMO
justicia, sino que en ello mira ciertos requerimientos de utilidad social, razón por
criterios utilitaristas, por cuanto la razón del uso de las escalas del castigo y la
equilibrio entre dos valores que pueden ser mirados como equivalentes, en este
objetabilidad o gravedad del delito, cuestiones ambas que dicen relación con la
362
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 184.
333
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
gravedad del delito, pues sólo en base a ella podría afirmarse que un
comparar ese delito con otros delitos, es decir, «se considera el delito individual
donde más acogida han tenido las ideas neoclásicas— la solución sería fijar la
habrá que fijarla en base al castigo merecido, con lo que no hacemos otra cosa
363
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 193.
364
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 194.
334
EL ABOLICIONISMO
se han inspirado, sino en general a todas las teorías absolutas, siendo aquel tan
neoclásicos hay una gran cuota de buena fe, que pretende reducir la aplicación
de castigo, en los hechos, ello también podría usarse para fundamentar una
útil. Por ello para que sea posible una proporcionalidad entre castigo y delito, es
delito, por un lado, y la severidad del castigo, por otro, aunque, en su opinión,
365
En este punto MATHIESEN reconoce que quien ha hecho los esfuerzos más grandes
por evitar caer en un razonamiento circular es von Hirsch, quien intenta establecer criterios
independientes de seriedad. No obstante, concluye que ni siquiera este último autor logra salir
bien parado de este asunto, toda vez que en definitiva, él recomienda, al menos en lo
concerniente a delitos básicos como el hurto, violencia y fraude, atenerse a la definición legal
del delito y el conocimiento común disponible de sus probables efectos. No obstante, apunta
Mathiesen, parece imposible evaluar la definición legal del delito, sin tener en cuenta el valor del
castigo, con lo que caeríamos nuevamente en el razonamiento circular. MATHIESEN, Thomas,
«Juicio a la Prisión», p. 196
366
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 197.
335
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
de un justo merecimiento.
cambia a través del tiempo, cuestión que puede producirse no sólo en períodos
históricos relativamente largos —como ha ocurrido, por ejemplo, con la idea que
336
EL ABOLICIONISMO
aún más compleja si se toma en cuenta que quienes se ven atrapados por las
redes del delito —al menos de los delitos más comunes— son generalmente
son los que acaban cumpliendo largas penas en las cárceles. Ante esto, cabe
otras circunstancias?
Greenberg y Humphries, este autor afirma: «una filosofía que trata de dar a
367
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», p. 201.
337
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
porque el Estado ha aprobado una legislación en contra del trabajo de los niños,
que reduce mis oportunidades) el modelo del castigo merecido indica que debo
ser castigado por mi acción indebida, aunque quizá no tan severamente como
manera en que adjudica beneficios y daños entre las clases, razas y sexos, y al
delincuente individual.»368
valoración.
368
CHRISTIE, Nils, «Los Límites del Dolor», cit., pp. 61-62.
338
EL ABOLICIONISMO
una posición aséptica, en que la aplicación de éste se vuelve una función casi
automática entre el delito y el castigo, en virtud de la cual una vez que un acto
sufrimiento, ya que, al ser el criminal quien actuó primero, fue él quien inició
castigo: «El dolor que sigue ha sido creado por él, no por aquellos que manejan
estudios que indicarían que mientras más cercano se encuentra, respecto del
acto y del individuo, quien debe decidir sobre el castigo, mayor es la cantidad
de matices y más liberal el punto de vista que frente al caso se adopta. Y que,
369
CHRISTIE, Nils, «Los Límites del Dolor», cit., p. 66.
339
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
parte de una falsa creencia de que el dolor producido con el castigo tiene el
mismo carácter que el producido en la víctima por medio del delito, y que por
preestablecidas en la norma penal, las que van más allá de la sola privación de
370
Cfr. MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», cit., pp. 204 y ss.
340
EL ABOLICIONISMO
toma en cuenta que habitualmente los presos viven al interior de las cárceles en
que compartir una vida en esas condiciones con otras personas. Entonces el
él es más bien tomado como una forma de castigo disciplinario para quienes
341
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
Por otro lado, a la anterior lista de padecimientos hay que sumar el poder
con que la cárcel ejerce el castigo. Las autoridades a cargo de los presos
controlan una serie de beneficios y cargas, tanto formales como informales, que
pueden llegar a ser muy relevantes para la vida del preso, o al menos mucho
más que para alguien que se encuentre en libertad —pensemos, por ejemplo,
propia el encierro—, hacen que el valor real del castigo sea muy difícil de
estas medidas no siempre son recibidas de igual forma por las distintas
personas que se ven sometidas a ellas. Así, mientras para alguien puede ser
otro puede tornarse en algo casi insoportable; y si esto ocurre con algo tan
pedestre, hay que imaginar lo que sucede con medidas muchos más aflictivas,
342
EL ABOLICIONISMO
recibido por haber perdido un televisor, con aquel sentido por quien es sometido
por ese hecho a un período de prisión; así como tampoco puede compararse
estar un tiempo en la cárcel, por más largo que éste sea, con el dolor de haber
perdido un ser querido. Los padecimientos en estos casos son tan diferentes
desmorona.»371
castigo, MATHIESEN termina por concluir que ella no es adecuada para justificar
371
MATHIESEN, Thomas, «Juicio a la Prisión», cit., p. 219.
343
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
adecuado comparar y decir que tal padecimiento es dos veces más doloroso
que otro, o que tal aplicación de poder es dos veces mayor que tal otra. Incluso,
de vital importancia: que el delito es una cuestión objetiva de tal magnitud, que
344
EL ABOLICIONISMO
más allá del acto en sí, sino que se inserta en un contexto, del cual la postura
afirma: «Es una afrenta a mis valores, y creo que también a los valores de
delitos que estos decidan, con una prioridad absoluta sobre todos los demás
7. LA PROPUESTA ABOLICIONISTA
ve ninguna salida para el actual sistema de justicia penal, por lo que éste no
totalmente.
372
CHRISTIE, Nils, «Los Límites del Dolor», cit., p. 60.
345
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
aparición de nuevos actos desviados, y por tanto causa un dolor inútil—; que
diferentes situaciones que hay detrás de cada acto que es definido como
situaciones problemáticas las crea o las agrava, provocando más dolor que
aquel que pretende evitar; que reprime las necesidades humanas —si el delito
ven más afectados por la deprivación económica, social y moral, con lo que se
fines recurre al uso de los mismos valores que pretende negar —la cárcel y la
pena no son sino formas de violencia con las que se pretende disminuir la
dolor que causa en quienes caen en sus redes —la cárcel es mucho más que
346
EL ABOLICIONISMO
autoritaria —las sanciones son impuestas por un ente extraño, poderoso, que
estigmatiza, causa dolor inútil, que generalmente usa al hombre como medio y
no como fin, que obliga e impone y no busca acuerdos, que olvida a la víctima y
¿cuáles son las propuestas que los abolicionistas hacen para llevar adelante la
347
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
penal, su desaparición, es algo que puede lograrse aquí y ahora, bajo las
posible abolir el sistema penal del Estado capitalista sin necesidad de hacer
caer a su vez el Estado capitalista, lo que como mínimo puede parecer utópico,
los cuales el Estado logra mantener su control por sobre los individuos. Al
cómo materializar la supresión del Derecho penal —sin que ello de paso a un
estadio de total anarquía que provoque una vuelta a un sistema en que impere
sistema, exponen todas sus debilidades, pero no son capaces de plantear una
alternativa en forma, que responda a una teoría social científica, que vaya más
allá del mero cuestionamiento moral. Además, enfocan casi todo su ataque en
sólo como el Derecho penal es, en su ser, sin abordar mayormente el deber ser,
348
EL ABOLICIONISMO
que al menos en teoría el Derecho penal está llamado a satisfacer, los que van
concepto que este implica y su significado debe ser extirpado de raíz. Por eso
para referirse a lo que, para ellos, no son más que situaciones problemáticas,
sustituyéndolas por otras que resten dramatismo al medio, que sean menos
rechaza el vocabulario que sirve de base a esta lógica. Las palabras crimen,
349
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
373
HULSMAN, Louk & BERNAT DE CELIS, Jacqueline, «Sistema Penal y Seguridad
Ciudadana. Hacia una Alternativa», cit., pp. 84-85.
350
EL ABOLICIONISMO
decir, lo que se pretende es desarrollar otro lenguaje «que permita discutir las
control"».374
conservan, bajo las palabras nuevas, las categorías antiguas. Si, por ejemplo,
legal de “crimen” —un solo acto puesto en la mira, una responsabilidad que se
374
HULSMAN, Louk, «La Criminología Crítica y el Concepto de Delito», cit., p. 106.
375
HULSMAN, Louk & BERNAT DE CELIS, Jacqueline, «Sistema Penal y Seguridad
Ciudadana. Hacia una Alternativa», cit., pp. 85-86.
351
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
La pregunta que surge entonces es: ¿por qué remplazar el sistema penal
cada vez más unas de otras, se han perdido los contactos, ya nadie conoce a
otro —en este caso al Estado—, sin que los sujetos tengan control alguno sobre
conoce al otro, resulta mucho más sencillo infligirle dolor, por ello la
organización institucional del Estado está también concebida para que nadie se
haga cargo del destino del sujeto a quien se habrá de castigar. Nadie se siente
culpable por los padecimientos del sujeto desviado. Por lo anterior los
implicancias reales que habrá de tener el encierro respecto de éste, tal vez no
352
EL ABOLICIONISMO
promueve el abolicionismo.
que aborden el tratamiento del conflicto que ha surgido entre ellos. La idea en
todos, por eso prefiere hablar de hacerse cargo del conflicto, de participar en él.
fuera todo interés social. Por el contrario, el Estado a través de sus agencias
376
CHRISTIE, Nils, «Los Conflictos como Pertenencia», cit., pp. 169 y ss.
353
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
habría de actuar en aquellos casos en que las partes así se lo solicitaran, sea
porque las vías intermedias de solución han fracasado, o porque las partes las
contra de cualquier pena, sino de aquella impuesta por un juez por completo
Pero si hay acuerdo de las partes, el dolor o la coerción que se imponga, dentro
naturales.»378
involucrados, en que sólo estos tengan el poder decisorio último sobre la forma
377
HULSMAN, Louk & BERNAT DE CELIS, Jacqueline, «Sistema Penal y Seguridad
Ciudadana. Hacia una Alternativa», cit., p. 125.
378
POQUET, Alejandro, «Temas de Derecho Penal y Criminología», cit., p. 137.
354
EL ABOLICIONISMO
en que habrá de dársele curso a su conflicto, en que las medidas se tomen por
dignidad pública, sino una persona común, llamada a guiar a las partes en la
decriminalización
abolición inmediata del sistema penal, ello, en cierta medida, resultaría como
ámbito civil y administrativo, de forma tal que se vaya reduciendo cada vez más
los cuales la “competencia” del sistema penal para aplicar sanciones, como una
379
CONSEJO DE EUROPA, «Decriminalización. Informe del Comité Europeo sobre
Problemas de Criminalidad, Estrasburgo, 1980», Buenos Aires: Ediar, 1987. En adelante «el
Reporte».
380
CONSEJO DE EUROPA, «Decriminalización. Informe del Comité Europeo sobre
Problemas de Criminalidad, Estrasburgo, 1980», p. 56.
356
EL ABOLICIONISMO
extraer del ámbito de acción del Derecho penal ciertos comportamientos que
381
CONSEJO DE EUROPA, «Decriminalización. Informe del Comité Europeo sobre
Problemas de Criminalidad, Estrasburgo, 1980», p. 19
382
CERVINI, Raúl, «Los Procesos de Decriminalización», 2ª edición, Montevideo:
Editorial Universidad, 1993, p. 61.
357
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
por otro tipo de sanciones, como podría ser una multa de carácter
383
CONSEJO DE EUROPA, «Decriminalización. Informe del Comité Europeo sobre
Problemas de Criminalidad, Estrasburgo, 1980», pp. 20-21; CERVINI, Raúl, «Los Procesos de
Decriminalización», pp. 61-62; MARTÍNEZ, Mauricio, «La Abolición del Sistema Penal.
Inconvenientes en Latinoamérica», Bogotá: Editorial Temis, 1990, p. 110.
358
EL ABOLICIONISMO
tránsito.384
más bien de depenalización, que abarca todas las formas de degradar la pena
de un delito sin que el hecho pierda su carácter de ilícito penal, o como lo define
sobrecarga del sistema penal o los criterios de policía, que constituyen el primer
384
CONSEJO DE EUROPA, «Decriminalización. Informe del Comité Europeo sobre
Problemas de Criminalidad, Estrasburgo, 1980», p. 20; MARTÍNEZ, Mauricio, «La Abolición del
Sistema Penal. Inconvenientes en Latinoamérica», p. 110.
385
CONSEJO DE EUROPA, «Decriminalización. Informe del Comité Europeo sobre
Problemas de Criminalidad, Estrasburgo, 1980», p. 23.
359
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
a la justicia. Asimismo, puede tener como base el neutralizar los efectos de una
cuello blanco».386
medida que implique la decriminalización de iure, por eso ambos no habría que
de facto las que han tenido un uso más extendido en la realidad social, el
como aquellos que tienen que ver con el poder de decisión de la policía o del
386
CERVINI, Raúl, «Los Procesos de Decriminalización», p. 63.
387
CONSEJO DE EUROPA, «Decriminalización. Informe del Comité Europeo sobre
Problemas de Criminalidad, Estrasburgo, 1980», p. 20
360
EL ABOLICIONISMO
sistema penal formal o la decisión que de motu proprio toman las partes
cuestiones ambas que pueden variar con el sólo cambio de las circunstancias.
388
Sobre los tipos de decriminalización y su nomenclatura en el Reporte vid. CONSEJO
DE EUROPA, «Decriminalización. Informe del Comité Europeo sobre Problemas de Criminalidad,
Estrasburgo, 1980» pp. 21 y 166-167.
361
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
bien, como señala Emilio GARCÍA MÉNDEZ389, son múltiples y de índole diversa,
todos aquellos casos en que sea posible. Para esto resulta además relevante
que los beneficios que se espera obtener con la medida, o si estos costos son
mayores en el caso de que se opte por una salida «tradicional» que aquellos
que podrían importar el recurso a medios ubicados fuera del sistema de justicia
penal formal. A este respecto, los autores del Reporte remarcan que
389
GARCÍA MÉNDEZ, Emilio, «De los Problemas Sociales y de la (De)criminalización. A
propósito del Report on decriminalisation, de 1980», en CONSEJO DE EUROPA,
«Decriminalización. Informe del Comité Europeo sobre Problemas de Criminalidad, Estrasburgo,
1980», pp. 277-283
362
EL ABOLICIONISMO
la propia doctrina penal y casi no tienen en cuenta las diferencias entre estas
con la crítica general dirigida desde el abolicionismo —aunque no sólo por parte
de éste— en torno a que el sistema penal rara vez cumple en la práctica los
390
CONSEJO DE EUROPA, «Decriminalización. Informe del Comité Europeo sobre
Problemas de Criminalidad, Estrasburgo, 1980» p. 62.
391
CONSEJO DE EUROPA, «Decriminalización. Informe del Comité Europeo sobre
Problemas de Criminalidad, Estrasburgo, 1980» p. 23.
392
GARCÍA MÉNDEZ, Emilio, «De los Problemas Sociales y de la (De)criminalización. A
propósito del Report on decriminalisation, de 1980», cit., p. 278.
363
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
una entidad ubicada fuera del sistema penal, con el objeto de ayudar al
algunos otros mecanismos por medio de los cuales hacer frente a las
atención desde los «sujetos» que lo han cometido a las «estructuras» que lo
han hecho posible o que han provocado que él llegue a ocurrir, con el objeto de
393
CONSEJO DE EUROPA, «Decriminalización. Informe del Comité Europeo sobre
Problemas de Criminalidad, Estrasburgo, 1980» p. 176.
364
EL ABOLICIONISMO
de cambios en el ambiente físico por medios técnicos influyendo con ello en las
frecuencia.
394
CONSEJO DE EUROPA, «Decriminalización. Informe del Comité Europeo sobre
Problemas de Criminalidad, Estrasburgo, 1980» p. 176
365
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
reacciones a la misma.
estos hechos no sólo abarca aspectos físicos y materiales, sino que también
víctima de uno de ellos, razón por la que resultaría beneficioso para evitar esto
social, reemplazando aquel que realiza el sistema penal formal por otros que
siempre aquellos que importan una relación más directa entre las partes
366
EL ABOLICIONISMO
por los sistemas legales más formales.395 Sólo en el caso de que estos
asistencia social. Los medios legales de control social sólo deben reservarse
adecuado.
trasladar gran parte de los hechos que actualmente se encuentran bajo la tutela
que éste se adapte con el fin de «cubrir las necesidades y cumplir con sus
y de jure».396
395
CONSEJO DE EUROPA, «Decriminalización. Informe del Comité Europeo sobre
Problemas de Criminalidad, Estrasburgo, 1980» p. 179
396
CONSEJO DE EUROPA, «Decriminalización. Informe del Comité Europeo sobre
Problemas de Criminalidad, Estrasburgo, 1980» p. 56.
367
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
parte de las críticas y las propuestas hechas por los autores abolicionistas.
cumplir los objetivos manifiestos que se le atribuyen, y que por tanto debe
alternativos siga perviviendo una parte del sistema penal tradicional, aunque
PLANTEAMIENTOS ABOLICIONISTAS
pretende negar todo valor al sistema penal, y por tanto sostiene la necesidad de
368
EL ABOLICIONISMO
es su capacidad para realizar una crítica externa al sistema penal, que devela
respecto, no podemos menos que compartir muchas de las críticas que realiza
esta corriente. También pensamos que el sistema penal actual, tal y como
opera en la práctica, está muy lejos de cumplir alguno de los roles que de él se
contrario, muchas veces quienes caen dentro de las redes del mecanismo penal
han cometido un delito, y por eso busca centrar en él todo el máximo rigor de su
quedado estigmatizado con la marca del delincuente, y resulta muy difícil que
logre borrarla y reinsertarse en una vida social normal, por lo que en gran parte
los distintos sujetos de igual manera dependiendo del sector social al que
pertenezcan. Muchas veces los crímenes de los poderosos —que resultan ser
aquellos cometidos por los más débiles. El sistema penal es una herramienta
369
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
todos los conflictos sociales, producidos en gran medida por las desigualdades
salidas punitivas. En lugar de buscar una solución a los problemas que causan
mueve la mera ambición y el dinero fácil, que le teme al trabajo honrado y por
eso delinque. Sin embargo no se piensa que ese trabajo honrado que tanto se
370
EL ABOLICIONISMO
alternativa de robar, sin duda a veces parece más atractivo esto último. En
responde a los estímulos que entrega la sociedad a través de los más diversos
ya habían sido planteados. Incluso antes existieron sectores que hicieron notar
que el derecho penal en general no es más que una herramienta para mantener
397
PAVARINI, Massimo, «¿Abolir la Pena?, La paradoja del sistema penal», cit.
371
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
frente a la barbarie del sistema penal, por eso recurre a todos los elementos
que muchas veces dichas herramientas pueden ser contradictorias entre si.
la mano del Estado moderno. No hay sociedad en que el Estado no cuente con
pretende eliminar el sistema penal, entonces no basta con ello, sino que
habrá de llevar adelante ese cambio. Pareciera que éste fuera posible solo por
372
EL ABOLICIONISMO
de los socialistas utópicos, que creían era posible cambiar la sociedad sólo
ideológica inaceptable.
los abolicionistas creen que basta la desaparición del sistema penal, para que
las personas cambien su actitud y sean capaces de acoger a los individuos que
398
FERRAJOLI sostiene que son cuatro los modelos alternativos a la existencia del
Derecho penal: a) Los sistemas de control social-salvajes; b) Los sistemas de control estatal-
salvajes; c) Los sistemas de control social-disciplinarios o autorregulados; y d) Los sistemas de
control estatal-disciplinarios (FERRAJOLI, Luigi, «El Derecho Penal Mínimo», cit., p. 41)
373
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
en que existe una diferencia notoria de fuerzas entre víctima y ofensor —que en
función de protección de los individuos desviados, para evitar que sean objeto
discrecional del Estado. Para los abolicionistas pareciera que basta con que
—si el Estado no puede hacer uso de la fuerza a través del sistema penal,
abolicionistas que para esto ellos proponen que se reserve al Estado la facultad
mismo dentro del sistema penal actual? ¿Por qué buscan la solución fuera del
éste?
374
EL ABOLICIONISMO
que el Derecho penal, tal y como está configurado hoy en día, trasgreda
muchos de los principios que supuestamente deberían inspirarlo. Pero que algo
tal vez la solución está en que precisamente se lleve al Derecho penal hacia el
llevara hasta sus últimas consecuencias sería del todo peligroso para la vida en
miembros y evitar que delincan, pero esto significaría vivir en un una sociedad
problemas que surjan, incluso los más privados, lo que a nuestro juicio es
inaceptable.
375
CONCLUSIONES
encuentra en crisis?
crisis?
penal para determinar si esa crisis era real o sólo un lugar común más de los
cuanto es quizá de las áreas del Derecho, aquella más influenciada por
CONCLUSIONES
autoritaria del Derecho —que lo entienda sólo como castigo y represión—, que
por cuanto consideramos que ella era la más completa y la que mejor
interpretaba nuestra propia opinión sobre lo que el sistema penal debe ser. De
relacionados entre sí: por una parte debe encontrar sustento en determinadas
sólo en ella.
377
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
Por su parte, desde el punto de vista interno, este sistema debía tener
normas mínimas de convivencia, como la que deriva del accionar estatal y que
sea capaz de disminuir la dañosidad social producida por el delito, sin a su vez
aumentar innecesariamente los males que pudieran derivar del control de éste,
los fines a que éste debe orientarse, sino también los medios para satisfacer
dichos fines, por cuanto, por mucho que se valore, por ejemplo, un ideal de
378
CONCLUSIONES
una sensación de seguridad a los ciudadanos, aunque ésta sólo sea aparente.
de legitimación profunda.
de los países, incluido el nuestro, son cada vez mayores, aún cuando se hayan
379
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
aplicando sólo violencia sobre los delincuentes —que no otra cosa son las tasas
desviado del recurso a la venganza privada, toda vez que hoy no resulta
ellos visualizan como inoperante, recurren a hacer justicia por sus propias
efectivamente aún son situaciones aisladas, pero no por ello dejan de ser
preocupantes.
Existe una hiperinflación punitiva, en una sociedad que ha llegado a creer que
380
CONCLUSIONES
amplio, no sólo respecto a que cada delito debe estar sancionado por una ley
anterior, sino que además esta ley que sanciona una conducta debe
incluso las de rango internacional—. Qué decir de otros principios como los de
principios más básicos del modelo garantista, sin duda está en crisis. Y ello no
sólo porque objetivamente sea así, sino porque además existe una sensación
delito de una manera irracional, que pretende actuar sólo sobre los síntomas del
problema y no sobre sus causas. Al paso que vamos podemos fácilmente llegar
más altos del mundo, y ni aún así ellos han sido capaces de dar una solución
381
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
real al problema. No tendría por qué ser distinto en nuestro caso—. De hecho,
El mayor inconveniente que vemos en esto, es que las personas han ido
perdiendo toda valoración de sus libertades —las mismas que tanto esfuerzo
costó ganar—, y reaccionan hasta con beneplácito cada vez que estas son
el pánico moral actual nos vaya a pasar la cuenta, y ni siquiera nos percatemos
en crisis, ¿resulta entonces legítimo pensar como hacen los abolicionistas que
original, expone gran parte de las falencias del actual sistema, y tal vez sea este
propuestas de solución.
382
CONCLUSIONES
resulta impracticable, sino también indeseable. Pretender que bajo las actuales
general de la coerción que sirva como alternativa a la pena y que explique, con
un mínimo de detalle que las haga viables, cuáles habrán de ser las
propiedad, sin embargo, ¿qué ocurre con aquellos crímenes que importan
acaso que todos los conflictos suscitados por ellos sean solucionados a través
Resulta difícil de creer, toda vez que en estos casos es factible pensar que
383
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
pena, aunque mucho más arcaica y peligrosa para la paz social. Además, en
estos casos ¿la sociedad deberá reaccionar de la misma forma ante un criminal
propiamente tal que frente a una víctima que busca venganza? ¿Se encuentran
ambos sujetos en la misma situación y deben, por tanto, recibir igual tratamiento
jurídico?
Por otra parte, existen determinados tipos de delitos frente a los cuales
no sólo se espera una reacción penal, sino que además se requiere que esta
sea lo más enérgica posible. Pensemos por ejemplo en los crímenes contra la
humanidad. ¿Bastaría que frente a ellos el inculpado pida perdón para que se
mayor dureza para evitar que este tipo de hechos vuelvan a repetirse en el
futuro. ¿Acaso se puede dar una solución civil al terrorismo de Estado? ¿Es
quienes detentan el poder, ¿quién habrá de hacerlo? ¿Se podría buscar acaso
384
CONCLUSIONES
un acuerdo entre víctima y victimario en este supuesto? ¿El criminal que toma
sus intereses, estaría dispuesto a buscar un acuerdo con sus víctimas? ¿Se les
Como bien apunta FERRAJOLI, las alternativas que hay entre la existencia
este caso, todos los modelos se caracterizan porque en ellos no existe garantía
alguna en contra del abuso y el arbitrio, siendo el más peligroso aquel que este
preventiva policial, sin embargo, el costo que esto acarrea a las libertades de
cometer delito alguno—, es demasiado alto. Se puede tratar de evitar que los
399
Sobre ellos dice este autor: «Son un producto típicamente moderno y sobre todo un
peligro en el futuro, los cuales se caracterizan por el desarrollo de las funciones preventivas de
policía y de seguridad pública a través de técnicas de vigilancia total, tales como aquellas
introducidas, además del espionaje sobre los ciudadanos por obra de potentes policías
secretas, por los actuales sistemas informáticos de registro generalizado y de control
audiovisivo» (FERRAJOLI, Luigi, «El Derecho Penal Mínimo», cit., p. 41).
385
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
vigilancia a distancia que hagan posible tener a los sujetos en todo momento
que el edificio carcelario diseñado por BENTHAM, cuyo riesgo es que sirva no
sólo para prevenir el delito, sino también llevar adelante el gobierno político de
la sociedad.
una técnica de control que garantiza incluso la libertad para delinquir, a costa de
que penda sobre los individuos la amenaza de sufrir una condena en el caso de
limitaciones a la libertad, éstas son mucho menores que las necesarias para el
Pese a sus falencias, sólo el Derecho penal bajo las condiciones actuales
contrario, el objetivo que han de perseguir quienes aboguen por la total vigencia
386
CONCLUSIONES
sólo ellos, sino en general el pensamiento crítico— no está tanto por el lado de
que es, a nuestro juicio, el primer paso para buscar soluciones reales a los
Quien diga que tiene una respuesta única y valedera a todo evento para
resolver las distintas problemáticas que aquejan al sistema penal sin duda
Las soluciones a las crisis no es algo que vaya a salir del cerebro de un
solo individuo, y tampoco se puede pretender que sea el sistema mismo el que
idee las bases necesarias para hacerlo. Creemos que el camino más adecuado
387
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
tiempos.
pasado ya desde que estos fueron formulados y las necesidades actuales del
muchos de ellos que hoy siguen manteniendo una plena vigencia, pero también
habrá otros que deban repensarse y muchos nuevos que se deberán elaborar y
consagrar positivamente.
sociedad para buscar las respuestas a la crisis, porque creemos que el tema es
tan complejo, que no bastará con sólo involucrar al aparato estatal y a los
sistema penal no es sino un síntoma más de una crisis aún mayor por la que
ésta transita. Por eso pretender resolver sólo las falencias del sistema penal sin
388
CONCLUSIONES
incidir a su vez sobre otros aspectos de la realidad nos parece por lo menos
ingenuo.
desde la lógica del Derecho penal del enemigo; o sólo debido a las
reducirse a tal o cual causa particular, sino que responde a un sustrato variado
considerarse a la hora del análisis. Y así como en la base del delito hay
389
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
sostener que bastaría con someter a prisión u otra forma de vigilancia extrema
vean disminuidos. Incluso en el caso de que ello sirviera para reducir las cifras
actuando sobre los síntomas de la enfermedad sin atacar sus causas más
resolverlo realmente.
como sociedad somos también culpables de que eso suceda. No basta con
hechos, y eso es algo que se debe hacer a todo nivel. Por ejemplo, si como
sectores a los que se les niega casi por completo el acceso a los beneficios de
acumulan cada vez más riquezas, mientras otros tienen dificultades hasta para
por querer acceder a los beneficios que sólo han sido reservados para una
390
CONCLUSIONES
como sociedad hemos aceptado que se instale una verdadera lógica del
negativos, así como en ciertos círculos empresariales las argucias para evadir
las cargas impositivas de origen fiscal muchas veces no son rechazadas, sino
emprendedor» que todo empresario debe tener para triunfar, aunque ello
signifique cometer delitos tan o más graves que los realizados por alguien que
roba por necesidad, toda vez que los daños económicos y sociales de la
entre quien roba para vivir y quien lo hace para aumentar su riqueza, ambos
391
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
tiene.
como hacen algunos desde una óptica muy populista. También en los sectores
marginales es posible encontrar antecedentes del por qué esto ocurre. Cuando
las personas en sus barrios se quejan de que los jóvenes se han vuelto una
qué hicieron ellos, en su momento, para evitar que esto ocurriera. ¿Se
preocuparon acaso cuando esos jóvenes eran niños, y sabiendo que vivían en
miraron para otro lado, sin pensar que también era un problema de ellos?
para evitarlo o actuaron como aquel personaje de DICKENS, que ante la solicitud
de dinero para obras sociales respondía que ya bastante hacía con pagar los
392
CONCLUSIONES
la actitud personal, y no esperando que las soluciones vengan desde fuera, que
A nuestro juicio todo intento por superar la crisis del sistema penal, y
concurrir a las urnas para emitir un voto cada tanto y luego esperar que otros,
habitualmente entre cuatro paredes, decidan lo que es mejor para nuestra vida.
de sus problemas y no esperar que todas las soluciones vengan desde arriba.
medida en que los sujetos tomen real conciencia de sus derechos y también de
vulnerar las bases de la vida en comunidad —provengan estos del sector social
que sea—. No basta con reaccionar cada vez que los problemas aparezcan,
393
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
instituciones, sino que es menester salir hacia la sociedad, para explicar el por
respeto más irrestricto a muchos de los derechos que se han ido conquistando
afectada nuestra libertad cuando ellos son vulnerados. No se puede dejar sólo
sobre todo si se considera que en la mayoría de los casos estos no sirven sino
394
CONCLUSIONES
mundo para educar, también es menester que dentro de sus muros se reciba a
aquellos que deben sufrirla día a día. Por eso, como señalaba el Defensor
funcionan las cárceles y cuáles son las medidas necesarias para resolver su
crisis, se necesita no sólo que concurran los expertos, que por más títulos y
diplomas que tengan, por mejores que sean sus intenciones, difícilmente
podrían saber en concreto cuáles son los verdaderos aspectos que hay que
nadie que conozca el sistema mejor que ellos. Y esto es válido para los
395
Juan Pablo Guevara — Loreto Paredes
para cierta clase de individuos. Aquellos que no aceptan que el respeto de los
Derechos Humanos debe ser la base y piedra angular sobre la que debe
sin «alma», en donde la calidad de persona no es nada más que una atribución
Sólo una vez que el debate se haya extendido, que hayamos escuchado
396
CONCLUSIONES
las reformas legislativas que se requieran. Primero hay que discutir, educar y
crear conciencia, luego pueden venir las leyes. Los problemas sociales y las
convicción de que basta con una ley para que las situaciones cambien, lo que
Sin duda llevar adelante procesos como los que antes hemos descrito no
será algo fácil y puede parecer utópico, pero no le tememos a soñar sociedades
mejores que en la que vivimos. Tenemos confianza que en algún futuro cercano
cada uno se involucren en la vida social, tal vez será posible pensar en la
de una sociedad más justa, en que todas las personas puedan desarrollarse de
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