García Bazan-GNOSIS ORIGINAL
García Bazan-GNOSIS ORIGINAL
García Bazan-GNOSIS ORIGINAL
orientaciones cristianas que surgieron entre los seguidores inmediatos de Jesús en Israel
adeptos con puntos de vista distintos: el grupo de los judeocristianos, el de los gnósticos
y el de los protocatólicos. A estos últimos se debe agregar Pablo de Tarso con cuya
año 32, redactada unos veinte años después, sobre el año 52, da la posibilidad de
plural de creyentes cristianos al escribir: «Luego de allí [desde Damasco en torno al año
35], a tres años subí a Jerusalén [alrededor del año 38] para conocer a Cefas y
hermano del Señor»1…«Luego al cabo de catorce años (año 52), subí nuevamente a
Jerusalén…Y reconociendo la gracía que me había sido concedida [la aparición del
Cristo Resucitado en el camino hacia Damasco], Santiago, Cefas y Juan [un pariente y
un representante de cada uno de las parejas más antiguas de discípulos: Pedro (de la
formada por Pedro y Andrés) y Juan (de la integrada por Santiago de Zebedeo --ya
católica nacida en el Asía Menor con centros en Antioquía de Siria y en Esmirna y con
cabezas visibles en Evodio, Ignacio, Papías y Policarpo. El relato incluye dos elementos
que crecerán con organización propia: A.) uno es la admisión de Santiago, el hermano
más antigua del cristianismo, la que residirá en Jerusalén. Ciudad que posteriormente
con Elio Adriano en el año 132 será denominada Aelia Capitolina. Y B), el otro aspecto,
según las palabras de la Primera Epístola a los Corintios: «Os recuerdo, hermanos, la
Buena Nueva que os prediqué, que habéis recibido y en la que permanecéis firmes y por
la que seréis también salvos, si la guardáis tal como os la prediqué. Si no, habréis creído
en vano. Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí». Una enseñanza,
pero lo que viene a continuación que tiene que ver con el contenido del mensaje es más
seguidores de Santiago y de buena memoria respecto del “homo inimicus” –es decir,
Saulo-- que ha estado entre los perseguidores de Jesús, no lo pueden admitir. Dicho de
pues ¿cómo es posible reconocer la identidad de una voz o figura personal que no se ha
conocido con anterioridad?3. Las tradiciones evangélicas más arcaicas no son anuladas
por esta polémica de los judeocristianos contra Pablo que estaba tratando de legitimar su
función de Apóstol. Aunque estas dudas, por otra parte, podrían explicar la exuberancia
del Nazareno de la primera hora, válidas para las tres corrientes y que los gnósticos
lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las
Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se
apareció a Cefas y luego a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos
a la vez, de los cuales todavía la mayor parte viven y otros murieron. Luego se apareció
a Santiago, más tarde a todos los apóstoles. Y en último término se me apareció también
a mí, como a un abortivo. Pues yo soy el último de los apóstoles, indigno del nombre de
apóstol, por haber perseguido a la Iglesia de Dios….Ahora bien, si se predica que Cristo
ha resucitado de entre los muertos ¿cómo andan diciendo algunos de entre vosotros que
resucitó. Y si no resucitó Cristo, vana es nuestra predicación, vana también vuestra fe»
(1Cor 15, 1-9; 12-14). Con estas críticas últimas el Pablo exotérico se ubicaba en una
Pastorales. De este modo escribe la I Epístola a Timoteo 6, 20: «Evita las palabrerías
profanas y las objeciones del conocimiento de falso nombre (tês pseudónymou gnosis),
algunos que lo profesaban se han apartado de la fe». Este presunto error condenado, lo
no y cuándo tiene lugar y los gnósticos son claros al respecto como lo dice el Tratado
la oscuridad, absorbiéndola»4.
Por eso el gnóstico es el que posee la gnosis y: «De esta manera el que posee el
llama para ascender hacia él. Y sabe cómo se llama. Poseyendo el conocimiento hace la
propio aparece. Quien llegue a poseer el conocimiento de este modo sabe de dónde
viene y adónde va. Sabe como una persona que habiendo estado embriagada ha salido
II GNOSIS VERDADERA
auténtica considerándola como falsa gnosis. Dicho con otras palabras. En términos
como errónea y perversa que hay que reemplazarla por la verdadera gnosis y de esta
Ascensión del Salvador Pedro, Santiago y Juan, aunque habían sido los predilectos del
Pedro, y éstos se lo trasmitieron a los demás apóstoles, y los demás apóstoles a los
heresiología que inicia Justino con el respaldo del episcopado romano (obispo Higinio
135-142) y que asume con oportunidad e intransigencia el obispo Ireneo de Lión, llega
Hegesipo y culmina con Hipólito, Tertuliano, Epifanio y Orígenes, aunque éste con sus
progresiva de la heresiología desde el último tercio del siglo II explica este nuevo
fenómeno cristiano, nacido en Jerusalén a mediados del siglo II, fortalecido en Roma y
alimentado en Lión desde el año 175 con el apoyo del flamante obispo Ireneo de Lión.
sostenimiento y difusión del cuidado o caridad (agape) para con los pobres).Se pueden
Eclesiástica.
a Jesús, pues su base son los parientes directos de Jesús manteniéndose con una
hermano Simón hijo de Cleofás, y así va a seguir su posteridad. Pero cuando a la muerte
de Santiago lo siguió legítimamente Simeón bar Clopás, hubo un rechazo frontal por
parte de Tibutis, sacerdote probablemente del grupo de los convertidos, algunos quizás
esenios, según cuentan los Hechos de los apóstoles9. Tibutis rechazó la elección del
ministerio de sacerdote. Eusebio aclara que este fue el origen de las herejías, o sea, un
en la línea de las epístolas católicas, como hemos visto, consideran que la “herejía” es
En resumen se han tratado de exponer tres tesis: 1º La gnosis auténtica ha surgido con
los orígenes mismos del cristianismo entre discípulos próximos emparentados con
Jesús: Santiago y Tomás y así lo han reconocido los apóstoles Pedro y Juan; 2º Pablo
que pertenece a una generación posterior de discípulos desde sus comienzos ha sido
1. 1. 16-19.
1966, p. 55-57 y con mayor amplitud, S. Vidal, Las Cartas originales de Pablo, Trotta,
Roman chrétien des premiers siècles, trad., intr. et notes par A. Schneider & L. Cirillo,
gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi III, Trotta, Madrid, 2000, p. 209). Ver al
respecto, Outi Lehtipuu, Debates over the Resurrection of the Dead, Oxford
University Press, 2015 y el resumen del prefacio en Vigiliae Chistianae LXIX/5 (2015),
New Translation with Introduction and Commentary by Joseph A. Fitzmyer, S.J., The
5. Cfr. Textos gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi II, 22, 2-20 (p. 150) y ver con
años del Congreso de Mesina», en Gerión 26/2 (2008), pp. 111-134, esp.118-119.
6. VII, 13, ver M. Merino Rodríguez, Clemente de Alejandría (Fuentes Patrísticas 24),
Ciudad Nueva, Madrid, 2010, p. 327, lo que ratifican las Stromata, cf. J. Daniélou, «La
18, esp. 7-10. Ver con mayor extensión: P.Th. Camelot, Foi et Gnose. Introduction a
Méhat, Étude sur les “Stromates” de Clément d’Alexandrie, Éditions du Seuil, París,
1966; ídem, «”Vraie” et “Fausse” Gnose d’après Clement d´Alexandrie», en B. Layton
(ed.), The Rediscovery og Gnosticism I. The School of Valentinus, Brill, Leiden, 1980,
426-433;
dans la literature grecque IIe-IIIe siècles, Études Augustiniennes, París 1985, II, 263-
Augustinienne, (édition établie par Carmelo Giuseppe Conticello), París, 2006, pp. 213-
Alexandria, Brill, Leiden , 2009 y el extenso comentario de esta obra por S. Lilla en
9. Hchos 6,7 y ver las explicaciones de. A. Fitzmyer, Los hechos de los apóstoles
10. Cfr. Ireneo, Adversus haereses, así como antes Justino, aunque sosteniendo
asimismo el sentido gentil general del vocablo “escuela”. Cfr. F. García Bazán,
«Haíresis/secta en los primeros tiempos cristianos», en Revista bíblica (1977) I, pp. 29-
35.
contemporánea del esoterismo judío y la Cábala (G. Scholem, Les grands courants de
la mystique juive, Payot, París, 1960), aspectos del esoterismo islámico (M. Cruz
Hernández, «Los precedentes gnósticos del ‘Irfan», Anales del Seminario de Historia
de la Filosofía 17 (2000), 15-36) y del esoterismo cristiano (R. Guénon, AperÇus sur
théologique d’une expatriation, Cerf, París, 2009 ). Cfr. Además, J. Daniélou, «Les
«Ideas sobre la tradición en la lucha antignóstica, ibídem, pp. 19-33; F. García Bazán,
cuarenta años del Congreso de Messina», en Gerión 26/2 (2008), 111-134; ídem, La