Codigo de Etica Profesional de Abogados y Notarios
Codigo de Etica Profesional de Abogados y Notarios
Codigo de Etica Profesional de Abogados y Notarios
NOTARIOS DE GUATEMALA,
CONSIDERANDO
Que las profesiones de abogado y notario comprenden múltiples actividades
que deben traducirse en leales, eficientes y honoríficos servicios prestados a la
Comunidad;
CONSIDERANDO
Que el abogado es un auxiliar de la administración de justicia, que además,
actúa en la sociedad como juez, asesor, magistrado, consultor, funcionario
público y docente, para la fiel comprensión y observancia del derecho;
CONSIDERANDO
Que el notario ejerce su función pública realizando el derecho en la sociedad lo
cual abarca integralmente el desenvolvimiento de la vida del hombre;
CONSIDERANDO
Que los servicios profesionales, en su diversidad de actividades, deben
dirigirse a conseguir la justa, pacífica, armónica y funcional convivencia, del
conglomerado social, y deben prestarse ajustados a claras normas éticas y
morales, que exigen de cada profesional honor, decoro, rectitud, respeto y
dignidad en todas y cada una de sus actuaciones, dignidad profesional que
exige de cada miembro una conducta recta y ejemplar, pues debe ser un
paradigma de honestidad.
POR TANTO
Con base en el inciso b) del artículo 11 del Decreto número 62-91 del Congreso
de la República. APRUEBA el siguiente CODIGO DE ETICA PROFESIONAL.
CAPITULO I
Postulados
1.- PROBIDAD. El abogado debe evidenciar siempre rectitud, honradez e
integridad de pensamiento y acción, lo que debe manifestarse especialmente
en la lucha contra los abusos y la corrupción en el ejercicio profesional.
2.- DECORO. El abogado debe vivir con dignidad y decencia. Se abstendrá de
llevar una vida licenciosa y evitará vicios y escándalos. A las audiencias y actos
de su ministerio, asistirá decorosamente, y, en toda oportunidad dará a su
profesión el brillo y honor que merece, observando una conducta honesta y
discreta.
3.- PRUDENCIA. El abogado debe actuar sin precipitaciones y con juicio
sereno en el ejercicio de su profesión.
4.- LEALTAD. El abogado debe guardar fidelidad a la justicia y a su cliente, lo
cual conlleva, además la observancia rigurosa del secreto profesional,
honorabilidad en el litigio, respeto y consideración al juez, a la autoridad y al
adversario.
5.- INDEPENDENCIA. Debe ser una cualidad esencial del abogado la
independencia, la cual debe entenderse en el sentido de que dispone de una
completa libertad en el ejercicio de su Ministerio. Debe estar libre ante el juez o
cualquier autoridad del Estado, así como ante su cliente y el adversario. Nada,
salvo el respeto a las leyes y el orden público, limitarán su libertad de
pensamiento y de acción.
6.- VERACIDAD. En el ejercicio de la profesión el abogado debe evitar
escrupulosamente toda alteración de la verdad.
7.- JURIDICIDAD. El abogado debe velar por la más rigurosa legitimidad y
justicia en el ejercicio profesional.
8.- EFICIENCIA. El ejercicio de la abogacía impone los deberes de preparación
y eficiencia. En mérito de ello, corresponde al abogado la obligación de
investigación y estudio permanente del Derecho, así como de toda disciplina
que contribuya a su mejor formación humanística y técnica.
9.- SOLIDARIDAD. En las relaciones con sus colegas, el abogado debe
guardar la mayor consideración y respeto. La fraternidad entre colegas,
fundada en la noble misión que los une y los hace partícipes de las mismas
preocupaciones e inquietudes, es una virtud que debe practicarse.
CAPITULO II
Normas Generales
ARTICULO 1.- Libertad de aceptación. El abogado tiene absoluta libertad de
aceptar o rechazar los asuntos en que se solicite su patrocinio, sin manifestar
los motivos de resolución salvo los casos de nombramiento de oficio, en que la
declinación debe ser justificada.
Para resolver, debe prescindir de su interés personal y cuidar de que no
influyan en su ánimo sino los intereses de la justicia. Por consiguiente, no
aceptará un asunto sino cuando tenga absoluta libertad moral para dirigirlo.
En el caso del abogado que preste sus servicios por contrato o ejerza la
profesión como funcionario público, debe excusarse en los asuntos concretos
que señale el párrafo anterior y, si no se admitiere su excusa, deberá sostener
enérgicamente su independencia.
ARTICULO 8.- Pacto de cuota-litis. Dadas las altas finalidades de justicia, que
persigue el abogado en el ejercicio de su profesión, debe abstenerse de
convenir participación alguna en el resultado de cualquier juicio o asunto, por lo
que es censurable el contrato de cuota-litis.
CAPITULO III
a) Es deber del abogado para con su cliente servirle con eficiencia y empeño,
sin temor a la antipatía del juzgador, ni a la impopularidad. No debe, empero,
supeditar su libertad, ni su conciencia, a los caprichos o pasiones de su cliente,
ni permitirle a éste un acto ilícito o incorrecto;
b) No debe asegurar a su cliente el éxito del asunto, sino limitarse a darle
opinión jurídica sobre el caso, con lealtad y honradez;
c) Si tuviere interés en el asunto, relaciones con las partes, o se encontrare
sujeto a influencias adversas a su cliente, se lo hará saber inmediatamente
para que, si insiste en su solicitud de servicios, lo haga con pleno conocimiento
de las circunstancias.
d) El abogado debe procurar la terminación de los asuntos mediante justa
transacción o arreglo;
e) Una vez aceptado el patrocinio de un asunto, no puede renunciar a el sino
por fuerza mayor o causa justificada sobreviniente que afecte su honor, su
dignidad o su conciencia; implique incumplimiento de las obligaciones morales
o materiales del cliente hacia el abogado, o que haga necesaria la intervención
exclusiva de profesionales especializados. A pesar de lo anterior, al renunciar
no debe dejar indefenso a su cliente;
f) Cuando el abogado descubra en el juicio una impostura o equivocación que
beneficie injustamente a su cliente, debe comunicarlo para que rectifique o
renuncie al provecho que de ella pudiere obtener. En el caso de que el cliente
no esté conforme, el abogado puede renunciar al patrocinio;
g) Las condiciones personales como filiación, sexo, raza, color, clase social,
nacionalidad, hábitos, costumbres, creencias religiosas o ideas políticas, nunca
pueden constituir motivo para negarle el patrocinio al cliente, porque el derecho
de defensa es sagrado;
h) El patrocinio de las personas jurídicas no compromete al abogado a
patrocinar a las personas físicas que actúan en ellas.
CAPITULO IV
ARTICULO 16.- Defensa del honor profesional. Para la defensa del honor
profesional, no sólo es un derecho, sino un deber, combatir la conducta
incorrecta de jueces, funcionarios y abogados por los medios lícitos de que
disponga.
CAPITULO V
a) Cobrar honorarios inferiores de los que fija el arancel, sin que exista motivo
que lo justifique;
b) Valerse de influencias de cualquier clase para obtener o lograr el éxito en los
asuntos;
c) Ejercer la profesión indirectamente, cuando se tiene incompatibilidad legal
para ello;
d) Prestar la firma o el nombre para que un profesional legalmente impedido
para intervenir o para el ejercicio de la profesión, la ejerza en esta forma;
e) Dar opinión desfavorable sobre la competencia profesional de un colega;
f) Gestionar directa o indirectamente para obtener la dirección de un asunto
patrocinado por otro colega o para obtener el cargo que desempeña;
g) Asegurar a los clientes que tiene influencias políticas o de otro género para
obtener el éxito en los asuntos.
CAPITULO VI
CAPITULO VII
Del Notario
ARTICULO 37.- Extensión de los postulados de la abogacía. Los postulados,
derechos, deberes y obligaciones que quedan explicitados anteriormente,
deben ser también observados por los notarios.
CAPITULO VIII
Deontología Jurídica
ARTICULO 41.- Conocimiento, observancia y difusión de los deberes éticos. El
abogado y el notario deben tener un claro concepto de la justicia. En esa virtud
se considera necesaria la observancia, divulgación y difusión de los deberes
morales de los abogados, notarios y, en general, de los servidores del derecho.