012 Envejecimiento y Longevidad
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ENVEJECIMIENTO Y LONGEVIDAD
Autora: Dra. Ma. Eugenia Pulido Álvarez.
Virtualmente todos los acontecimientos biológicos, desde la concepción a la madurez, parecen tener un
propósito, pero el envejecimiento no parece tenerlo en modo alguno. Nos quedan las inevitables
consecuencias de un envejecimiento sin objetivo alguno, al que sigue la muerte. Sin embargo,
reflexionemos que cuando una hoja de árbol es tan vieja que no resulta competitivamente favorable a la
supervivencia del árbol entero, se inicia un proceso generalizado de apoptosis o suicidio celular que da
como resultado que la hoja vieja fenezca, en pro del nacimiento y crecimiento de nuevos retoños. Por lo
que se afirma que la evolución, que ha trabajado sin descanso para crear mejores organismos, necesita
del envejecimiento y de la muerte para hacer posible la continuidad y diversidad de la vida sobre la tierra.
En la obra poética de Lucrecio, “Sobre la Naturaleza de las cosas”, dice que es necesario que cada
generación envejezca y muera para dejar sitio a la siguiente.
En el corazón mismo del pensamiento humano primitivo, existen leyendas y mitos sobre el envejecimiento
y la prolongación de la vida. La literatura y la tradición oral han expresado a menudo ideas sobre la
existencia de una época o de un lugar en los que ciertas personas viven eternamente o por larguísimos
períodos de tiempo. Por ejemplo, en el libro de Génesis de la Biblia desde el capítulo 5 se menciona que
Adán vivió 930 años, Enoc, trescientos sesenta y cinco años, Matusalén su hijo, vivió más que cualquier
otro hombre, hasta los novecientos sesenta y nueve años. Hombres famosos de la antigüedad como Noé,
dicen las Escrituras que vivieron novecientos cincuenta años. Patriarcas como Abrahán ciento setenta y
cinco años, Isaac, ciento ochenta, Jacob, ciento cuarenta, José, ciento diez años, Aarón, ciento veintitrés
y
Moisés ciento veinte. En Génesis 6:3 se habla del límite de 120 años. No obstante en el Libro de Salmos
90:10, escrito cientos de años después menciona que “…los días de nuestros años son setenta años; y
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si debido a poderío especial son ochenta años, sin embargo, su insistencia está en penoso afán y cosas
perjudiciales.”
La mayoría de gerontólogos, no aceptan una duración máxima de la vida humana que exceda de los 115
años de edad porque no hay marcadores fiables para determinar la edad cronológica de los humanos. La
aceptación de las partidas de nacimiento en los casos de personas superlongevas descansa por lo
general más en la fe que en pruebas científicamente estandarizadas.
La palabra gerontología es introducida por Élie Metchnikoff en 1903 y significa estudio científico de los
procesos de envejecimiento en todos los seres vivos. Pero en cuanto al hombre, incluye también
aspectos sociológicos, psicológicos y otros. Hoy en día, el interés en el estudio científico de la biología del
envejecimiento es mayor que nunca en la mayoría de los países desarrollados.
En la actualidad, la mayoría de los biogerontólogos, creen que no hay una sola causa del envejecimiento,
sino muchas, y que es posible que varios mecanismos operen simultáneamente. Lo que sí es cierto, es
que ninguna otra área de la biología como la gerontología, se ha aplicado en dos debates, que hasta
ahora había sido terreno de la filosofía y de la teología. Una de ellas es, si los organismos vivos, en
especial los humanos, son potencialmente inmortales o inevitablemente mortales. Y la otra, aún más
subjetiva, si envejecer es bueno o malo.
Todos los seres humanos mueren y muchos llegan a edad avanzada antes de morir. En ello, los síntomas
de la senectud, varían de una persona a la otra, casi tanto como su temperamento, su posición social o
las circunstancias de su muerte. En cuanto a ello, hay investigadores que se han interesado en estudiar
cómo y porqué declina el sistema inmunitario en la vejez, causa que con frecuencia facilita la infección y
la muerte. Estudiosos como Macfarlane han reconocido el escaso valor que se ha dado a la genética en
los asuntos humanos y han mostrado gran interés en entender el proceso del envejecimiento y han
afirmado que la diversidad genética del hombre, está, más en relación que ningún otro factor, con sus
manifestaciones del envejecimiento, la duración de la vida y la patología de la muerte. En nuestros días,
la medicina previene o trata eficazmente las infecciones, las lesiones físicas o la malnutrición. Sin
embargo, lo que aún no puede tratarse clínicamente, depende casi por completo de la constitución
genética del individuo y de su reacción al medio social.
ancianas. La sociedad se está gerontizando y todas las profesiones deben conocer las dimensiones
básicas del envejecer. Además de que la gerontología es un asunto no sólo de profesionales sino de
cualquier persona relacionada con personas mayores, en su propia familia, en su profesión o
comprobando su propio envejecimiento, .y resulta difícil dar una definición universal del envejecimiento.
Los cambios ocurridos después de la maduración sexual, y antes de la longevidad son considerados
<debido a la edad>. Esos cambios son objeto de diferentes teorías del envejecimiento que pueden
dividirse en dos grandes grupos. Aquéllas que suponen un plan maestro preexistente, o sea la existencia
de un reloj biológico, y las que se basan en acontecimientos aleatorios y accidentales no programados
finalísticamente...
TEORÍA DE LA SUSTANCIA VITAL. Una idea antigua es que los animales comienzan su vida con una
cantidad limitada de cierta sustancia vital. A medida que se va consumiendo esta hipotética sustancia, se
producen con la edad cambios que llevan a una pérdida del vigor y cuando esa sustancia vital se agota,
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el animal se muere.
TEORÍA DE LA MUTACIÓN GENÉTICA Y DEL ERROR CATASTRÓFICO Las teorías genéticas son de
especial interés, pues relacionan al envejecimiento con la evolución. El enfoque genético afirma que el
envejecimiento está determinado por la expresión de los genes en su interacción con el entorno. En la
década de los cincuenta del Siglo XX, la genética comenzó a prevalecer en la manera de entender la
causa del envejecimiento y la determinación de la longevidad. Entonces se habló de las mutaciones o
cambios que ocurren en los genes, los cuales pueden o no ser benéficos y de que son el motor que
impulsa la evolución y la selección natural. Por ello se consideró a las mutaciones como un factor
importante en los fenómenos del envejecimiento y la longevidad.
Un concepto aceptado relativo al envejecimiento, es que se encuentra regulado por genes específicos y
que el DNA sufre cambios continuos en respuesta a agentes exógenos y a procesos intrínsecos, pero se
conserva la estabilidad gracias a la duplicidad de la cadena del DNA y a las enzimas reparadoras
específicas. El mayor interés en este momento, está puesto en uno de los ácidos nucleicos: el ácido
desoxirribonucleico o ADN, ya que en esta molécula se encuentra la información genética en forma
codificada. Una de las principales virtudes del planteamiento del error es su universalidad y la expectativa
es que sigan modificándose sus versiones para que sea capaz de explicar buena parte de los cambios
relacionados con la edad, como el porqué el ritmo con que se envejece difiere según las especies.
TELÓMEROS Y TELOMERASA
Un tema relacionado con el envejecimiento celular invitro es el hecho de que los telómeros o
secuencias repetidas de ADN y proteínas asociadas, presentes en los dos extremos de los
cromosomas, se acortan cada vez que una célula se divide y este acortamiento <cuenta> el número de
divisiones que ha experimentado una población celular. Los telómeros protegen a los cromosomas,
apoyan la trascripción exacta del ADN, y se acortan durante la división celular. Eventualmente, el
telómero es demasiado corto para permitir una nueva mitosis, lo que podría causar el fin de la capacidad
mitótica o límite de Hayflick. Por el contrario, hay células inmortales que previenen el acortamiento de los
telómeros gracias a la actividad de una enzima, la telomerasa. Se trata de las células cancerosas que son
inmortales. Esta telomerasa se encuentra en casi toda célula cancerosa humana, pero no en las células
humanas normales mortales. La capacidad finita para dividirse en cultivo es una característica de todas
las células normales. Se las cultive in vitro o in vivo son mortales mientras que las células cancerosas,
son inmortales en ambas circunstancias
Parece que las células anormales inmortales han hallado una forma de impedir el acortamiento de sus
telómeros en cada división, confiriéndoles de esta manera inmortalidad. Las células inmortales como ya
se ha dicho, producen la enzima llamada telomerasa, que fabrica más telómero.
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Muchas enfermedades son progresivas, intrínsecas y deletéreas, pero no son universales. Así que en
primer lugar debemos distinguir entre cambios normales debido a la edad y enfermedades del
anciano. Y en segundo lugar, debemos distinguir entre longevidad y envejecimiento.
LA TEORÍA ENDOCRINA
Las glándula endocrinas envían a la sangre unos mensajeros químicos, llamados hormonas, que luego
actúan sobre las células diana en el cuerpo, Las hormonas regulan muchas de las actividades
relacionadas con metabolismo, reproducción, síntesis de proteínas, función inmunitaria, desarrollo y
conducta. Su importancia es vital. Se sabe que las hormonas en grandes cantidades son capaces de
acelerar procesos de envejecimiento y también de lentificar otros. Hay un verdadero catálogo de cambios
relacionados con la edad asociados a las alteraciones de factores hormonales. La menopausia
proporciona un buen ejemplo de fenómenos relacionados con la edad que afecta a todo el cuerpo.
Algunos niveles de hormonas bajan también en los varones cuando envejecen, aunque los hombres
continúan siendo fértiles mientras envejecen. No obstante estas válidas observaciones, no hay pruebas
directas de que el sistema endocrino sea el origen de todos los cambios relacionados con la edad.
De estas teorías, se hablará someramente de algunas de ellas, las más interesantes y vigentes:
TEORÍA DEL DESGASTE NATURAL.- Establece que los animales envejecen porque sus sistemas
vitales acumulan daños por el desgaste o estrés de la vida de cada día, y erosionan las actividades
bioquímicas normales que acontecen células, tejidos y órganos. Puesto que el desgaste natural
molecular, afecta directamente a las mitocondrias o centrales eléctricas que aportan la energía para todas
las actividades celulares.
TEORÍA DE LOS RADICALES LIBRES. Se refiere a una reacción química compleja que se produce
cuando ciertas moléculas sensibles de las células, se encuentran con el oxígeno y se separan para
formar elementos sumamente reactivos. Estos fragmentos moleculares se llaman radicales libres, los
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cuales son inestables e intentan unirse con cualquier otra molécula que casualmente esté cerca, la cual
podría quedar desactivada u obligada a actuar defectuosamente. La teoría descansa en que los radicales
libres están involucrados tanto en la formación de los pigmentos de la edad, como en la formación de
entrecruzamientos en ciertas moléculas y dañan el ADN. Se han visto también implicados en la formación
de las placas neuríticas características de la demencia del tipo Alzheimer. La teoría de los radicales
libres, puede vincularse también a la teoría del ritmo de vida, a la teoría de la mutación y a la del desgaste
natural. Sobre esta teoría, hay evidencias experimentales que confirman que los radicales libres dañan la
función celular y que están relacionados con las enfermedades asociadas con la edad como la
aterosclerosis, artritis, distrofia muscular, cataratas, disfunción pulmonar desórdenes neurológicos,
declinación del sistema inmune e incluso el cáncer. Hoy en día, la teoría de los radicales libres ha sido
ampliamente aceptada y sirve como fundamento de numerosas hipótesis que sirven para explicar la
participación de ciertas substancias en la mutagénesis, cancerogénesis y en el envejecimiento.
La administración de antioxidantes a animales parece retrasar claramente la aparición del cáncer, las
enfermedades cardiovasculares, las enfermedades degenerativas del sistema nervioso central y la
depresión del sistema inmunitario. Es por ello que uno de los aspectos más interesantes del estudio de
los radicales libres, es lo que nos dicen no sólo sobre el envejecimiento sino sobre la prevención de las
enfermedades, ya que en nosotros reside un enemigo interno que conspira para nuestra muerte y que se
hace más patente con la edad
TEORÍA DEL ORDEN QUE SE DESORDENA. Los defensores de esta idea sostienen que el desorden
molecular creciente es producto de errores moleculares que a su vez causan la cascada de cambios en
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células, tejidos y órganos que llamamos envejecimiento. Las variaciones en la velocidad del desorden
creciente en las moléculas que componen nuestros tejidos puede ser la razón de que unos envejezcan
más rápidamente que otros y que la velocidad del envejecimiento varíe de individuo a individuo.
Hasta aquí hemos hablado en envejecimiento, y en relación a ello, se dirá algo sobre la longevidad:
Respecto a la longevidad y el género masculino o femenino, muchos gerontólogos opinan que las
mujeres viven más porque los varones son más vulnerables a casi todas las causas de muerte y en
especial a las enfermedades cardiovasculares. Pero aunque por lo general, se juzga deseable una mejor
esperanza de vida, vivir más, no significa necesariamente más años dedicados a vivir bien. La mayor
longevidad de las mujeres va acompañada de una mayor incidencia de muchas enfermedades no fatales,
como artritis reumática, depresión y osteoporosis. A menudo, una mayor longevidad significa más tiempo
para sufrir todos esos achaques
Relacionados con la longevidad, las compañías de seguros han llevado a cabo algunos estudios en un
esfuerzo por determinar si los miembros de ciertas profesiones viven más que la población general. y sus
resultados, nos orillan a suponer que un componente de la longevidad es la plenitud del trabajo y el
desarrollar una estrategia más exitosa para controlar el estrés y que con un status económico más
elevado la persona cuida mejor su salud, la dieta y la conducta.
Concepto interesante de algunos gerontólogos es que el vivir más, no es tanto un imperativo relacionado
en sí, con la evolución de las especies, sino con el tiempo adecuado para el equilibrio ecológico. Esta
afirmación conduce a considerar a cada individuo como un depredador, cuya longevidad va a incidir en el
equilibrio del ecosistema.
La vida es un continuo, y no empieza ni acaba en un punto arbitrario. Es por ello que toda vida, incluida la
vida humana, en realidad nunca acaba. Así, aunque las plantas originales mueran, las plantas hijas
representan una perpetuación o continuación física directa. Puede decirse que los linajes son en sí
inmortales. De los árboles y las plantas que se propagan sólo mediante semillas puede afirmarse lo
mismo, ya que aunque la semilla se separa de la planta, son una continuación física del progenitor y dan
origen a una progenie viva. Esta regla se aplica a humanos y otros animales, cuya semilla también se
separa de quien la produce y se unen a otras células para dar origen a un nuevo individuo. Los individuos
pueden morir, pero el plasma germinal es inmortal. De no ser así, la especie no duraría más allá de una
generación. La continuidad de la vida a través de las semillas y de las células germinales, se extienden
más allá de la vida de los individuos que las producen.
CONCLUSIONES
POR CONSIGUIENTE, ¿PORQUÉ ENVEJECEMOS?
Aquí se ha hablado sobre algunas de las teorías más importantes, que pueden explicar porqué
envejecemos, pero ¿cual de ellas pudiera ser la verdadera? Algunos biogerontólogos sugieren que cada
teoría tiene algo que vale la pena. Otros se adhieren a una de ellas. Sin embargo, quizá la posición más
razonable que pueda adoptarse por ahora, es que como la gerontología es todavía una ciencia tan joven,
no dispone aún de los conocimientos básicos requeridos para poder dar una exacta o buena explicación
de porqué hay envejecimiento.
BIBLIOGRAFÍA
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