El Reino de Los Cielos
El Reino de Los Cielos
El Reino de Los Cielos
Sin embargo, Juan y el Señor Jesús no pensaban de la misma manera. Ellos sabían que el mayor bien
que se le podía hacer a la gente era llamarlos al arrepentimiento. Cuando el Señor envió a los doce a
predicar también les encargó que predicasen el arrepentimiento. Pedro, en Pentecostés, dijo a los
judíos: "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los
pecados" (Hechos 2:38).
Pablo, cuando estuvo en el Areópago discutiendo con esos filósofos griegos -la élite de la
intelectualidad de su época-, tampoco cambió su mensaje. Dijo: "Pero Dios ahora manda a todos los
hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgara al
mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los
muertos" (Hechos 17:30-31).
Mateo 13:24-30 36-43 Esta es la razón por la que Jesús vino al mundo para salvarnos de la
condenación por causa de nuestros pecados, el no vino a condenarnos, si no para que seamos salvos
por medio de él. Por esa razón debe haber frutos dignos de arrepentimiento de nuestra parte.
Hay cristianos que piensan que luego que han sido perdonados de sus pecados, y han sido
restablecidos en su comunión con Dios, ya no necesitan arrepentirse más. Piensan que, como la
cuenta ya fue saldada en virtud del poder de la sangre de Jesús, de ahora en adelante los pecados que
cometan son limpiados automáticamente. Pero no es así. Es necesario -vez tras vez- un nuevo acto de
arrepentimiento y una nueva confesión. Tal vez lo que más le convenga saber a un hijo de Dios es que
cada vez que él peca entristece al Espíritu Santo. Y de ahí entonces la explicación de por qué las
lágrimas de arrepentimiento suelen ser tan profundas. Esas lágrimas parece que surgen de las
entrañas. Hemos ofendido a Dios, hemos contristado su Espíritu, hemos afectado su santidad, su
gloria, y también hemos afectado el cuerpo de Cristo, la iglesia.
Por lo tanto La causa del arrepentimiento, lo que lo motiva, lo que lo provoca debe ser la conciencia
de que el reino de los cielos, que es santo, que es digno de la más alta dignidad, que es noble, de la
más alta nobleza, cuyo Rey es el Justo, cuyo Rey es el Santo, ¡se ha acercado!
El llamado de arrepentimiento no solo es para quien no conoce a DIOS si no que Nosotros como
iglesia también debemos arrepentirnos si estamos actuando mal delante de Dios. 1 Pedro 4:17-18. El
juicio comienza por la casa de Dios. En apocalipsis contiene 5 mensajes de arrepentimiento a la
iglesia.