Manejo de Objeciones en Ventas
Manejo de Objeciones en Ventas
Manejo de Objeciones en Ventas
Conozco a muchos vendedores que, en cuanto el cliente les pone la primera objeción, se echan
a temblar.
A lo largo de todos mis años como vendedor puedo asegurar que no he hecho una sola venta
en la que no me pusieran objeciones.
Las objeciones de los clientes son una razón para no comprar que nace de la falta de
conocimiento por parte del cliente y se basa en una información insuficiente. Generalmente
cuando un cliente tiene dos tipos de objeciones en ventas:
Algunos vendedores consideran las objeciones como si de una amenaza se tratase y se sienten
obligados a luchar contra ellas. Esto es absurdo. Un buen vendedor debe saber que son las
objeciones de ventas, que tipos de objeciones existen y mentalizarse adecuadamente a este
respecto. Las objeciones son buenas y, como ya he dicho antes, si al cliente no le interesa lo
que le ofreces, no te las pondría.
Las objeciones expresadas por un cliente pueden estar comprendidas en una de estas ocho
razones o causas:
1. Por miedo a ceder ante la influencia del vendedor, es decir, por amor propio, autodefensa,
etc.
2. Para darse importancia, lo que es sinónimo de mostrarse competente, técnico, “enteradillo”
o difícil negociador. Generalmente esta actitud es adoptada por los que les falta poder
decisión o poseen un complejo de inferioridad.
Una objeción nace, en líneas generales, por un móvil de compra insatisfecho. Recordarás que,
hablando de los móviles o motivaciones que animan al cliente a actuar (MICASO),
generalmente se dan varios de ellos a la vez. Tu obligación es averiguar cuáles son esas
motivaciones de compra y enfocar la entrevista de ventas a satisfacerlos plenamente. Si no
consigues este objetivo, será entonces cuando surjan las objeciones.
Antes de proseguir con el tema de las objeciones, quiero hacer un alto para explicar qué es una
condición.
Una condición es una razón para no comprar que realmente existe. He aquí algunas
condiciones.
A. No hay dinero, ni capacidad para conseguir crédito de financiación. Si es cierta esta
condición, ni las mejores técnicas de venta lograrán que vendas.
C. No lo necesita.
Pero quiero prevenirte de algo; Cuando oigas una condición, no la aceptes sin un detenido
examen. Si el cliente te dice, por ejemplo, “No tengo bastante dinero”, no lo aceptes,
compruébalo. O si te dice “Esto a mí no me sirve” o “ya tengo bastante de eso”, NO LO
ACEPTES, COMPRUÉBALO.
Una excusa, por el contrario, es una táctica dilatoria que emplea el cliente para retrasar la
acción de compra o, en muchos casos, incluso para evitarla. Trátala exactamente igual como si
fuese una objeción.
Generalmente, las excusas suelen ser ambiguas, poco concretas, no definidas. Por ejemplo:
– No tengo dinero
A esta técnica se la denomina preventiva. Se usa cuando la respuesta puede ser de gran
efectividad. Generalmente la provoca el propio vendedor. Durante la entrevista conduce al
cliente a presentar una objeción concreta o es él mismo quien la plantea.
Lo que estamos haciendo realmente con esta técnica es brindar al cliente una objeción para
que la haga suya y poder darle una respuesta inmediata y de gran efectividad.
2. En el momento de plantearla.
Este caso es el más normal. La resolvemos y continuamos, a no ser que nos interese posponer
su respuesta.
3. Más adelante.
Si no le importa, Sr. Martínez, responderé a esta cuestión más adelante, cuando tratemos el
tema de…, y estoy convencido que le quedará perfectamente resuelta.
4. Jamás.
… el cliente no es cliente.
… no sabes la respuesta.
¿Cómo resolver las objeciones en ventas?
A continuación te voy a dar un sistema para resolver las objeciones y deseo que, siempre que
se te presente una, lo apliques paso a paso.
Te prevengo que no debes caer en la trampa que, a menudo, caen los vendedores. Oyen
cuatro palabras y piensan que ya saben lo que esa persona va a decir, se precipitan en sus
deducciones y trabajan sobre lo que creen que quería decir el cliente y, con frecuencia, se
equivocan. Pero, aunque no se equivoquen, esta actitud puede molestar a tu interlocutor. ¿Te
gusta que te interrumpan mientras estás exponiendo una idea?. De lo anteriormente expuesto
se deduce el primer paso.
Una objeción es como un globo gigante. ¿Cómo lo puedes convertir en un globo pequeñito y
manejable?.
¡¡¡ EXACTO !!!. Así es como se debe tratar y rebatir una objeción. Deja que el cliente hable
cuanto quiera, que él sólo la irá desinflando.
Es la mejor forma de hacer hablar al cliente, pero cuando preguntes hazlo como si tu tuvieras
la culpa. Algo así …
Disculpe pero no acabo de entender lo que quiere decirme. ¿Le importaría repetirlo, por
favor?.
1. Que el cliente, al responder, nos muestre la objeción real. Las personas tienen dos razones
para hacer algo, una que parece buena y otra la que realmente es.
Más adelante veremos algunos ejemplos de las objeciones de ventas más comunes y como se
resuelven, pero antes quiero que entiendas esta idea.
Lo que debes hacer no es darle al cliente una respuesta, sino conducirle a que la encuentre él
mismo.
El motivo para rebatir así es muy lógico y sencillo. Si eres tú quien se lo dice, el cliente podría
dudar de tu palabra, pero, si logras que sea él quien lo diga, ¿crees que dudará de su propia
palabra?.
Muchos vendedores tropiezan con este obstáculo porque no han entendido la idea. Oyen una
objeción, la toman como un reto y se lanzan a convencer al cliente de que está equivocado.
Esto no funciona. Si caes en esta trampa, el cliente te pondrá otra objeción y tú se la
resolverás. Planteará otra de nuevo y volverás a resolvérsela. El proceso de ventas degenera
entonces en ver quien tiene más capacidad de los dos, si tú en resolverlas y rebatirlas o él en
ponerlas. Caerás en el error de tener que demostrar continuamente que el cliente estaba
equivocado. Y, cuando se canse de estar equivocado, querrá demostrar que él también tiene
razón diciéndote NO.
Una vez resuelta la objeción, debes confirmar que ha quedado aclarada perfectamente. Lo
harás diciendo…
¿Qué sucedía cuando no se aplicaba este paso?. Pues que, pasados cinco minutos, el cliente
volvía a plantearte la misma objeción, la resolvías y continuabas con la entrevista. Al poco
tiempo, vuelta a escuchar la misma objeción. ¿Qué pasaba?. Sencillamente que no se habrá
confirmado la respuesta la primera vez. Que no habías remachado…
Hasta aquí los pasos a seguir para rebatir las objeciones en ventas. A continuación voy a
plasmar algunos ejemplos de objeciones de ventas que con más frecuencia se escuchan en la
calle. Antes de proseguir quiero volver a remarcar una vez más que no memorices las
respuestas que aquí leas, sino la técnica empleada en resolverlas.
A continuación se van a enumerar una serie de normas de conducta para poder hacer frente a
las objeciones.
1º.- Aceptarlas de buen grado. Piensa que quien más se beneficia al desvanecer la objeción es
el vendedor, es decir, tú. todo lo que se haga de positivo en este momento, revertirá en favor
de uno, ya que mejorará considerablemente su posición ante el cliente.
2º.- Admitir la lógica de las objeciones sinceras. Esto no significa actuar con hipocresía, sino
con cortesía, a la vez que predisponemos al cliente favorablemente para que acepte nuestros
argumentos.
3º.- Nunca eludir una objeción. Podemos posponer su respuesta para cuando nos convenga a
nosotros, pero jamás la eludiremos por completo. Hacerlo supondrían tanto como que el
cliente lo pudiera tomar como una puerta de salida para no cerrar la venta.
4º.- Tener calma y dominar la situación. Aún cuando el cliente adopte una postura
impertinente, injusta o incluso abusiva . . . es cuando más debemos dominarnos. Te recuerdo
que el papel del vendedor es el de persuadir sin imponer, convencer sin vencer, ganarse al
cliente sin discutir.
5º.- Busca puntos de acuerdo. Resalta los puntos más importantes en los que estéis de
acuerdo el cliente y tú antes de tratar las posibles diferencias. Enuméralos ante el cliente,
resáltalos conjuntamente con él. Este hecho puede predisponerle muy favorablemente.
6º.- Utiliza el nombre de tu empresa. Para desvanecer las objeciones utiliza el nombre de tu
empresa y apóyate en él . . .
7º.- Sé sincero. Si te falta experiencia sobre un determinado tema, o no puedes dar una
respuesta exacta, es preferible que se lo digas al cliente antes de improvisar, inventar y mucho
menos engañar. Di algo así como . . .
8º.- No manifiestes temor. Si el cliente se da cuenta de tu miedo a que tome una decisión
adversa a tus intereses, es decir, vender, intentará aprovecharse de esta situación intentando
sacarte condiciones especiales de pago, descuentos adicionales, etc.
9º.- Vigila tu actitud ante el cliente. Conozco a más de un vendedor que cuando el cliente le
dice . . . “Sólo vendo a ver…”, cambia su gesto y parece decirle al cliente . . . “pues suba en la
moto que le doy una vuelta rápida por la exposición”.
No hay que rebatir las objeciones. Deseo remarcar un hecho importantísimo. Las objeciones
hay que desvanecerlas en lugar de rebatirlas. Sinónimos de rebatir (batir dos veces) lo son
impugnar, refutar, contradecir, repeler, combatir , etc., implicando una connotación
psicológica de lucha y oposición incompatibles del todo con la venta. Mientras que de la
palabra desvanecer son sinónimos atenuar o disipar gradualmente, lo que supone una acción
suave de esfumar, aclarar, borrar suavemente.
ERA DE REA
Hace unos años compré un mueble en este establecimiento y resultó ser una porquería. No
pienso volver a comprarle nada a una Compañía que tiene muebles así.
¿Hay que abandonar por oír una respuesta así?. Claro que no. Hay que aplicar un proceso para
resolver objeciones que se llama “Poner el zapato en el pie”. Aplicando esta técnica, el
enfoque de la objeción anterior sería este…
Asunto resuelto. Le hemos “puesto el zapato en el pie” al cliente. Fíjate que si le intentas
rebatir la objeción con frases como “hemos cambiado de proveedor” o “esta nueva línea de
muebles no tiene nada que ver con la anterior”, el cliente no te creerá, pero si le preguntas
“qué haría Vd. si…”, la respuesta que él mismo te dé no la pondrá en duda, y a ella salo habrá
que responder…
Como norma general debemos tener la suficiente habilidad para conducir al cliente a que sea
él mismo quien nos dé la respuesta que nosotros le daríamos.
Para entender mejor lo que trato de decir, te pondré un ejemplo relacionado con las casas. La
objeción podría ser esta: El cuarto de baño es pequeño. Esta sería una objeción de las
denominadas de detalle menor. Enfócalo así . . .
Puedo hacerle una pregunta, Sr. Martínez?. ¿Las dimensiones del salón le parecen adecuadas?.
Y, con esta misma técnica, vas haciendo un resumen de beneficios. Sólo preguntarás por
aquello a lo que sabes que te van a responder positivamente.
¿Es grande el jardín?.¿Los armarios empotrados le parecen capaces?, ¿Le agrada las vistas
desde el salón?. Etc., etc.
Dígame, Sr. Martínez,¿está Vd. dispuesto a perder todas estas cosas que Vd. y su familia han
estado buscando durante tanto tiempo sólo porque el cuarto de baño le parece un poco
pequeño?.
¿Está Vd. dispuesto a perder todo esto por … este pequeño detalle?.
Si hiciese una votación a la objeción más oída, seguro que ésta se lleva el primer premio. Te
aconsejo que analices con detenimiento el capítulo dedicado al tema del precio. En esta frase
hay dos objeciones en una. Por un lado se nos dice que el precio es caro y por otra que la
competencia se lo da más barato. Digas lo que digas no caigas jamás en la trampa de sojuzgar
a la competencia y muchísimo menos criticarla. He aquí una de las muchas razones que puedo
darte para no hacerlo:
Al margen de todo, puedo decirte que, cada vez que sale a relucir esta objeción puede ser por
tres razones:
2º.- Que realmente le interese el producto y pretenda obtener algún beneficio adicional en su
compra, como un descuento, un regalo, un mayor aplazamiento del pago, etc.
3º.- Que el cliente crea que es el mismo artículo sin serlo. Si partimos de la premisa que el
cliente no es un experto en la materia, le puede resultar muy fácil confundir los artículos de un
proveedor con los de otro. Uno de los argumentos más repetido por los representantes de
muebles a la hora de ofertar un producto al responsable de compras suele ser: Este programa
es el mismo que el de … pero un 10% más económico. Y en muchas ocasiones es cierto.
Para esta objeción, más que una solución concreta, lo que sugiero son unas normas para poner
un poco de luz en el tema.
1º.- Sería interesante que los vendedores supiesen que artículos tienen en exclusiva y cuáles
están compartiendo con la competencia. Esta es una labor de la Dirección y cuya información
debe ser dada a conocer al equipo comercial.
2º.- Si realmente se trata de un artículo que puede tener la competencia, sacarle al cliente
dónde lo ha visto. Esta información no suelen darla el cliente con facilidad, pero al menos debe
intentarse obtenerla.
3º.- ¿Cuánto más barato?. Esta pregunta hecha justo a continuación de que haya puesto el
cliente la objeción es de lo más efectivo por dos razones:
Esta objeción “Lo he visto más barato en … ”, resulta muy ambigua y abstracta. Hay que
conseguir que el cliente la concrete al máximo tratando de obtener respuestas a preguntas
como . . – ¿Dónde lo ha visto? y ¿Cuánto más barato?.
Si el tipo de cliente trata de salir por la tangente y te sigue dando respuestas poco concretas,
entonces nos encontramos ante una excusa para eludir el compromiso final. Esta no es la
verdadera objeción. Hay otra escondida y es necesario hacerla aflorar.