A970306 Informetria-FI-Inteligencia

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28(3):207-217; septiembre, 1997

Comunicaciones
La informetría y las fuentes de información
personales e institucionales: Su importancia en
relación con la información de inteligencia 1

Melvyn M. Morales-Morejón
Melvin Morales-Aguilera

Se aborda el alcance conceptual de la informetría, como


disciplina intrumental de la ciencia de la información, las
propiedades funcionales de las fuentes de información
personales y las institucionales. Se explica cómo la
informetría puede contribuir a potenciar dichas propiedades
funcionales, visto esto a través de la productividad científica,
la productividad documentaria y la productividad citacional,
que responden a la triada conceptual de conocimiento -
información -impacto, la taxonomía de las referencias
bibliográficas, la información de inteligencia y, por último, la
utilidad del análisis informétrico para la labor de inteligencia.

The conceptual scope of informetrics, as an instrumental


discipline of information science, the functional properties of
personal and institutional information sources are
approached. The way in which informetrics could contribute
to enhance these functional properties, specifically through
scientific productivity, documentary productivity and
citacional productivity, which respond to the conceptual triad
knowledge-information-impact, the taxonomy of bibliographic
references, intelligence information and finally, the
usefulness of informetric analysis for intelligence labor are
explained.

Este trabajo pretende abordar, de forma muy suscinta, el alcance conceptual


de la disciplina instrumental de la ciencia de la información —es decir: la
informetría—, las propiedades funcionales de las fuentes de información
personales y las institucionales (estas últimas divididas en comerciales,
educacionales, gubernamentales u oficiales y las profesionales y de
investigación). En relación con esto, se pretende explicar cómo la
informetría puede contribuir a potenciar dichas propiedades funcionales,
visto esto a través de la productividad científica, la productividad
documentaria y la productividad citacional, que responden a la triada
1
Versión de la ponencia presentada en el Encuentro Internacional de Investigadores y
Estudiosos de la Comunicación y la Información, ICOM’96, celebrado en la Facultad de
Comunicación de la Universidad de La Habana, entre los días 10 y 12 de octubre de 1996.
conceptual de conocimiento -información -impacto, la taxonomía de las
referencias bibliográficas, la información de inteligencia y, por último, la
utilidad del análisis informétrico para la labor de inteligencia.

Primeramente se presentará el objeto y el tema de estudio de la ciencia de


la información, que, a su vez, constituyen el objeto y tema de estudio de la
informetría, como disciplina instrumental de la primera. No obstante, es
menester definir los conceptos ‘objeto’ y ‘tema de estudio’ de una
disciplina, con el propósito de lograr una comunicación con el lector y evitar
ambigüedades en la interpretación, sin que se pretenda hacer una
exposición exhaustiva, pues el alcance conceptual de la bibliotecología, la
cienciología, la ciencia de la información y sus disciplinas instrumentales se
ha abordado en otros trabajos [1].

Por objeto de estudio de una ciencia se entiende “la cosa material o


fenómeno del mundo real, cuyas partes estudia una ciencia dada, a partir de
las tareas planteadas ante ella” [2, p. 11]. Por tema de estudio de una
ciencia se entiende “las regularidades del objeto estudiado que una ciencia
dada está llamada a revelar” [2, p. 11]. A modo de ejemplo: el libro se
manifiesta como objeto de estudio de una serie de disciplinas (poligrafía,
teoría y práctica de la redacción, archivología, bibliología, bibliotecología y
otras), pero cada una de estas tiene su propio tema de estudio.

El objeto de estudio de la ciencia de la información [1-9] contempla los


siguientes aspectos, aunque se debe destacar que es significativamente
amplio y diverso como su tema:

– los datos (información);


– la información social, obtenible y/o utilizable en todos los campos de la
actividad del hombre;
– los procesos del pensamiento creador en la generación y utilización de
la información social;
– los procesos de presentación, registro, procesamiento, conservación,
búsqueda, diseminación y percepción de la información;
– el papel y lugar de las fuentes de información en la sociedad
informacional;
– el desarrollo humano y el nivel de informatividad del hombre en la
sociedad informacional;
– los procesos sociotecnológicos de informatización de la sociedad;
– la orientación humanista de la informatización.

De esos aspectos del objeto de estudio de la ciencia de la información y, por


ende, de su disciplina instrumental, la informetría, los autores se
concentrarán en analizar más adelante las propiedades funcionales de las
fuentes de información, en particular, las de las fuentes personales e
institucionales. Pero, antes, es menester subrayar que se conviene con
Merta cuando critica a los autores que limitan el alcance conceptual de la
ciencia de la información a la recolección, el procesamiento y la
diseminación de la información o de fuentes de información. Él incluye como
partes integrantes de su objeto de estudio ‘...el acto de la generación de la
información, tanto la factual como la descriptiva, así como todas las
regularidades, medios y efectividad de movimiento de la información a
través de sus canales, entre el creador y el usuario’. Este ‘aspecto dinámico
y social’ [10, p. 33] invalida reducir a la ciencia de la información a una mera
colección de tecnologías.

Por ende, esa concepción de Merta cobra mayor relevancia para la creación
y el desarrollo de servicios de información con valor agregado, que
respondan, de forma sostenible, a la medida de las necesidades de
información de los usuarios.

De igual forma, los autores se adhieren a los puntos de vista de Ursul [2, 8,
9], Mikhailov [3-7] y de Morales-Morejón y Cruz-Paz [1] sobre el alcance del
tema de estudio de la ciencia de la información, que comprende los
siguientes aspectos principales:

– estructura de todos los tipos de información social;


– propiedades generales de la información social;
– propiedades generales de las fuentes de información y su papel y lugar
en la comunicación social;
– regularidades de todos los procesos de la comunicación social, tanto los
formales como los no formales;
– los procesos de la transmisión y del procesamiento de la información en
los sistemas naturales y artificiales;
– las investigaciones de la estructura lógica del conocimiento;
– las regularidades informacionales que contribuyen al desarrollo
humano, que llevan a un plano superior la calidad de la vida del
hombre;
– las regularidades de la orientación humanista (socialización) del proceso
de informatización;
– las regularidades generales de los procesos de informatización de la
sociedad;
– las regularidades de la interacción entre la sociedad y la ciencia de la
información; etc.

Los profesores cubanos Cruz-Paz y García-Suárez [11, 12], de forma muy


acertada y precisa, plantean que la función esencial de las fuentes es servir
de transmisión del conocimiento en forma tangible, entre contemporáneos,
de un punto geográfico a otro, de una generación a otra; o sea, son
vehículos en y para la comunicación. Si se parte de ese criterio, se podría
convenir que la informetría contribuiría a potenciar las propiedades
funcionales de las mismas y contribuir a diseñar servicios y productos que
satisfagan las necesidades de información de los usuarios en la medida que
identifique las fuentes de información más relevantes y el nivel de impacto,
influencia e importancia de las mismas en la sociedad o para segmentos de
la misma.

Por consiguiente, sería lamentable circunscribir parcialmente los estudios


métricos de los flujos de información a la sola determinación de las revistas
núcleo de una disciplina o sobre un problema dado y, por ende, desestimar
todos los demás aspectos que la informetría permite revelar sobre dichos
flujos —como a veces ocurre en algún segmento de los bibliotecarios e
informacionistas— y, por tanto, transferir esa visión limitada a los usuarios
de la información. Por supuesto, esto no significa subestimación alguna de
la importancia de la determinación del núcleo de revistas por disciplina o
problema ni de sus implicaciones sociales y financieras, cuando se lleva a
efecto una coordinación de su adquisición a nivel de un sistema de
información, sea este universitario, nacional, local, etc., con una concepción
de desarrollo de las colecciones hemerotecarias mediante un esfuerzo
cooperado interinstitucional.

Para el estudio de las propiedades funcionales de las fuentes de información


en el flujo conocimiento -información, se podría agrupar a las mismas en los
grupos siguientes [12]:

– personales;
– institucionales;
– materiales;
– documentales;
– servicios.

En el presente trabajo se abordarán los dos primeros tipos de fuentes de


información.

Si se parte del concepto de fuente de información, que se define como:


“todo sujeto u objeto que genere, contenga, transmita o transfiera
información” [13, p. 26] y si se analiza este agrupamiento de las mismas, se
nos revela que existen dos grupos esenciales de fuentes de información: el
hombre y su entorno. “Estos dos grupos esenciales proporcionan todas las
demás subdivisiones que se pudieran idear, por cuanto la naturaleza y el
hombre son los creadores y generadores por excelencia, que existen [12, p.
28].”

Propiedades funcionales de las fuentes de información


personales e institucionales

En relación con las fuentes de información personales, se pueden destacar


las siguientes propiedades funcionales:

– Tenencia de conocimiento-información que, a veces, no está registrada


o indizada en base de datos, ni tampoco disponible en la literatura.
– Capacidad de almacenar en su cerebro información captada en un
momento dado, transmitirla y transferirla ante el estímulo
correspondiente, sin que pierda su carácter de posesión personal (es
decir: capacidad de compartir conocimiento - información).
– Capacidad para aplicar conocimientos, para entender y solucionar
problemas.
– Capacidad de crear información lógica, (es decir: la información nueva
obtenida mediante la transformación lógica y/o la deducción lógica, que,
explícitamente, no forma parte de la información inicial).
– Capacidad de valorar y agregar valor al objeto de investigación dado.
– Capacidad de establecer una comunicación inmediata en dos sentidos.
– Capacidad de discernir, discriminar y seleccionar la información exacta,
transmitirla en la forma apropiada, para transferir a la persona indicada,
al costo razonable, en el momento preciso, en el lugar señalado para
tomar la acción acertada, que contribuya al cumplimiento de los
objetivos de la organización en el entorno socioeconómico circundante.

De acuerdo con lo planteado por Cruz-Paz, se puede convenir en que son


aquellas fuentes que, estando representadas por organizaciones o colectivos
de trabajo institucionalmente identificados, generan, contienen, suministran
o trasfieren información [11, 12, 14]. Estas constituyen una importante
fuente de información, que, atendiendo a sus funciones y carácter, se
pueden subdividir en:

a) comerciales;
b) educacionales;
c) gubernamentales u oficiales;
d) profesionales y de investigación.

Por supuesto, existen instituciones que, a tenor con sus funciones, clasifican
en dos o más de estos grupos y, en otras ocasiones, se solapan.

Por fuentes de información comerciales se entiende aquellas organizaciones


que ofrecen productos o servicios, generalmente, sobre bases, puramente,
de lucro: fabricantes, suministradores, inversionistas, consultores,
diseñadores, etc. [12]). Sus propiedades funcionales principales son:

– generación de información específica sobre productos o servicios,


incluyendo información sobre servicios postventa;
– generación y suministro de información sobre los logros científicos
económicamente materializados, divulgados, generalmente, a través de
su literatura técnico-comercial;
– realización de trabajos de desarrollo en su esfera de acción;
– transferencia de conocimiento -información relativa a su esfera de
acción, generados o representados legalmente por ellas, mediante
contrato.
– Estas fuentes de información no sólo son de gran valor para los estudios
e investigaciones de los comunicadores sociales en su quehacer
periodístico y la creación de colecciones de literatura técnico-comercial,
sino también para otros fines sociales, económicos, políticos, etc., por
ejemplo, para investigaciones sobre el desarrollo tecnológico y
económico de una nación y su influencia en la esfera del comercio
nacional e internacional.

Las fuentes de información organizaciones educacionales son muy


importantes en el proceso de trasferencia conocimiento - información. Las
universidades, los institutos politécnicos clasifican entre sus principales
tipos; en ellos, colateralmente a la enseñanza superior, se realizan trabajos
de investigación y desarrollo, consultoría, etc. Sus propiedades funcionales
principales, de interés informétrico y/o cienciométrico, son:

– realización de investigaciones científicas y trabajos de desarrollo en los


distintos campos del conocimiento;
– generación y suministro de información sobre campos relativos a las
especialidades de los frentes de investigación, (es decir: sobre
problemas específicos de avanzada);
– tenencia de grupos de expertos en distintos problemas y esferas del
conocimiento, que, generalmente, forman parte de colegios invisibles y,
por tanto, constituyen asesores idóneos para dar solución a problemas;
– organización de cursos educacionales, cursos de verano, cursos a
distancia y conferencias especiales, contentivos de información valiosa,
generalmente, con los últimos resultados de las investigaciones
científicas y trabajos de desarrollo realizados o en curso.

Las fuentes de información de organizaciones gubernamentales u oficiales


son las organizaciones vinculadas con el control, la administración y el
gobierno, incluidos los servicios de información y bibliotecas que se le
subordinan, las oficinas y los departamentos gubernamentales, regionales y
locales; algunas de ellas tienen carácter internacional 12]. Sus propiedades
funcionales principales son:

– generación y suministro de información oficial de todo tipo (legislativa,


parlamentaria, estadística, etc.);
– suministro de información relativa a la gestión gubernamental en todas
las actividades económicas de la nación, tanto la de acción interna
como externa;
– generación y suministro de información relativa a la regulación de la
actividad informacional y archivística, con el propósito de proteger los
patrimonios cultural, científico, tecnológico, y de otros tipos de la
nación;
– convocatoria de presentación de proyectos licitados para el desarrollo
socioeconómico de la nación;

Las fuentes de información organizaciones profesionales y de investigación


son aquellas que asisten a sus miembros en sus profesiones individuales,
negocios o recreación, así como promueven el conocimiento en los campos
del conocimiento en su esfera de acción. Cruz-Paz y García-Suárez [12]
afirman que este tipo de fuente de información incluye a la mayoría de las
asociaciones, sociedades e instituciones: órganos académicos, asociaciones
de profesionales, sindicatos, asociaciones de comerciantes u hombres de
negocios, grupos de interés, asociaciones de investigación. Entre estas
organizaciones, los citados autores no incluyen a las firmas profesionales
(ejemplo: las de consultores), que son tratadas como organizaciones
comerciales, y las divisiones de investigación de las organizaciones
educacionales y comerciales.

Las propiedades funcionales principales de las fuentes de información


organizaciones profesionales y de investigación son:

– agrupamiento de especialistas y científicos por campos del


conocimiento o problemas específicos;
– convocatoria, organización y coordinación de asistencia especializada
de sus miembros, para la investigación de problemas no resueltos;
– patrocinio o copatrocinio de proyectos de investigación, extensibles
también a países en vías de desarrollo;
– suministro de asistencia especializada en recursos de información y
bibliotecas y, en algunos casos, instalaciones de investigación [12];
– suministro de información experta en todos los aspectos específicos de
un campo temático, profesión, actividad comercial, etc. [12].

Después de exponer las propiedades funcionales de estos dos grandes


grupos de fuentes de información, las personales e institucionales, en
relación con el título del presente artículo, cabe preguntarse ¿cómo la
informetría puede contribuir a potenciar estas propiedades funcionales de
las fuentes de información personales e institucionales? El estudio
informétrico de los flujos de información documentales permite establecer:

– el núcleo de especialistas, científicos e instituciones relevantes en una


disciplina, atendiendo a su productividad documentaria, productividad
científica y productividad citacional:

– cuando los autores hablan de productividad documentaria, lo hacen


a la productividad relativa o perteneciente a la generación de
fuentes documentales en determinado período (es decir: el número
de documentos publicados por un científico —en calidad de autor o
de coautor—durante determinado período). Se utiliza este término
con el fin de distinguir dicha producción, propiamente documental,
de la productividad citacional -—referida al impacto (repercusión o
difusión) de los trabajos publicados por medio de las citas
recibidas-—, así como para contribuir a diferenciar la generación de
documentos de la creación (es decir: producción) propiamente de
los aportes científicos (nuevas teorías, nuevos métodos y
procedimientos de investigación, nuevos productos científicos, etc.)
que logran en su quehacer científico, los que pueden generar uno o
más artículos por cada uno de dichos aportes obtenidos. Esta
concepción abre nuevas posibilidades de medición en la actividad
de los científicos y tecnólogos, cuya productividad debiera ser
expresada en términos de ‘productividad científica’, tal como se ha
expresado aquí.
Es menester llamar la atención acerca de las consecuencias que
ambos tipos de fuentes de información (es decir: tanto las
personales como las institucionales) implican para su evaluación,
en lo concerniente a considerar el número de documentos
publicados por ellos en determinado período como su única
contribución netamente científica, y no el contenido de dichos
documentos. Existe la práctica, cada vez más usual entre los
autores, de subdividir un estudio en tantos artículos cortos como
sea posible, con el propósito de aumentar la cantidad de
publicaciones en sus curricula. Práctica que es conocida en los
estudios informétricos como la “mínima unidad publicable” y a la
que también se le denomina salame, por analogía con el corte en
fetas de un embutido.
Por otra parte, es menester traer a colación qué se entiende por
– productividad científica: en la literatura sobre informetría y
cienciometría se entiende por tal el rendimiento de una
«producción científica», considerado en términos de las cantidades
de citas bibliográficas que reciben los trabajos publicados. No
obstante, es menester considerar que esta concepción no
comprende otras formas para medir el rendimiento de los propios
científicos, desde el punto de vista de sus logros reales (es decir:
de sus aportes científicos en un campo del conocimiento o los
efectos socio-económicos de dichos aportes en la sociedad). Tal
restricción conceptual del término no contribuye a medir la
productividad de una comunidad científica, en términos
económicos, tecnológicos, sociales, etc.
Los autores se han referido ya a los conceptos productividad
documentaria, para designar el número de documentos producidos
por un científico —en calidad de autor o de coautor— en
determinado período, y al de productividad científica, para medir
el número de sus aportes cognoscitivos. Sin embargo, es necesario
introducir otro concepto que represente la tríada conocimiento
-información - impacto, con el propósito de establecer conceptos
bien definidos que estén terminológicamente representados de
forma adecuada, por lo que se propone el término ‘productividad
citacional’, para medir el impacto informacional (es decir: el
impacto de los trabajos publicados), medido en las cantidades de
citas bibliográficas que reciben los trabajos publicados. En otras
palabras: medir el rendimiento de una producción documentaria,
considerado en términos de las cantidades de citas bibliográficas
que obtienen los trabajos publicados en determinado período, lo
que permite establecer el impacto informacional de dichos
trabajos en la comunidad científica a los que van dirigidos, así
como medir el impacto de los aportes científicos (conocimiento
generado) por los científicos e instituciones. (Esto último, analizado
a través del prisma de la taxonomía de las referencias
bibliográficas, que, más adelante, se tratará de forma exhaustiva.)

Por consiguiente, los términos ‘productividad documentaria’, ‘productvidad


citacional’ y ‘productividad científica’, con el contenido semántico que
proponen los autores en este trabajo, permiten eliminar las imprecisiones y
ambigüedades conceptuales y terminológicas empleadas en el quehacer
bibliométrico, informétrico y cienciométrico, y, por ende, lograr mayor
precisión e integralidad sinergística en la evaluación y potenciación de las
propiedades funcionales de las fuentes de información personales e
institucionales.

Esta trilogía de la productividad se corresponde con la tríada conocimiento -


información - impacto y debe constituir un punto de partida para la
aplicación de los distintos índices citacionales y de otro tipo en su
evaluación. Esto contribuirá a disponer de información más exacta sobre
dichos recursos informativos al organizar servicios de orientación y
referencia, conocidos en la literatura en inglés bajo el término de referral
services, así como de los elementos necesarios para crear productos y
servicios de información con valor agregado (en particular, los servicios de
inteligencia).

De acuerdo con los objetivos que se planteen, las investigaciones


informétricas y cienciométricas pueden constituir elementos útiles para el
análisis de información, en función de los servicios de inteligencia (ejemplo:
en revelar información supracomunicada, aquella información no contenida
directamente en los textos). Pueden revelar elementos para la información
de inteligencia, sea esta científica, tecnológica, corporativa, etc.

Información de inteligencia

Una vez dicho todo esto, se debe explicar qué se entiende por información
de inteligencia. Según Platt, son datos razonados, hilvanados de forma tal,
que resulta claramente visible su importancia (significado) en la solución de
determinado problema concreto de la política social [15, p. 37]. Sobre esto,
Mikhailov y otros autores afirman que, en el período de desarrollo de la
revolución científico-tecnológica, la ciencia y la tecnología se convierten,
cada vez más, en objeto de la inteligencia [4, p. 288]. Por consiguiente, la
definición de Platt antes expuesta, se ajusta no sólo a la esfera de la política
y de los asuntos militares, sino también a la ciencia y a la tecnología. En la
obra de Platt se plantea, sin ambages, que, entre los objetos de la
inteligencia estratégica, figura la “información científica, contentiva de datos
acerca de las ciencias naturales y de la salubridad, de recursos humanos
científicos, de las posibilidades de la ciencia de influir en el desarrollo de la
industria y de la organización de la labor de investigación" [15, p. 38].

Por consiguiente, esto no significa que se deba sustentar el criterio,


compartido por algunos autores, de que la actividad científico-informativa
constituye una modalidad de la labor de inteligencia en ciencia y tecnología.
Semejante interpretación no resiste el menor de los análisis. La tarea del
analista, dedicado a la inteligencia en ciencia y tecnología, consiste en
extraer información supracomunicada del texto de una o varias fuentes de
información documental, parcialmente convertida en secreta (es decir:
aquella información que no constituye parte de las unidades de información
científica y tecnológica).

Cuando se está en presencia de una labor que obtiene información


supracomunicada, se está ante una labor de investigación científica y no
propiamente de información. Esto confirma, una vez más, que la ciencia de
la información no tiene por objeto y tema de estudio la información
propiamente dicha, que constituye responsabilidad de los diversos sectores
de la ciencia y la tecnología, salvo que se trate de un contenido relativo a la
misma.

Inteligencia social

Sin embargo, esto no niega el papel ni el lugar de las investigaciones


informétricas en el estudio de las regularidades de la comunicación científica
y de revelación de elementos informativos para la conducción del trabajo de
inteligencia científica u otro tipo de inteligencia informacional, así como el
estudio del papel y lugar de las fuentes de información en el proceso de
comunicación científica. Ejemplo: por actividad de la inteligencia social se
entiende todo proceso social complejo, constituido por cuatro aspectos
básicos: procesos cognoscitivos, contenido informativo, capacidad
informacional y procesos decisionales (acción inteligente), que tienen lugar
de forma holística, para permitir a los actores sociales (individuos, grupos,
comunidades y sociedad en su conjunto) sobrevivir y desarrollarse mediante
la acción, con conocimiento de causa (o acertadamente) a partir de la
comprensión del entorno natural y social (tanto propio como de otros con los
que se relacionan).

Esta inteligencia permite a los actores sociales adaptarse a la realidad y


transformarla, conservándola al mismo tiempo en sus elementos y aspectos
positivos en el momento oportuno y en el lugar y con los medios que
requieran para ello.

Las investigaciones informétricas y cienciométricas permiten revelar y


precisar la magnitud y el impacto de las propiedades funcionales de las
fuentes de información y, por ende, crear productos y servicios de
información con valor agregado en torno a las mismas.

Análisis de citas

Una de las técnicas usualmente utilizadas es la de análisis de citas. En


particular, el análisis de las referencias, a partir del criterio de clasificación
de las referencias bibliográficas (es decir: la taxonomía de las referencias en
cuatro dicotomías, atendiendo a su naturaleza y a la función que cumplen).

Dichas cuatro dicotomías referenciales abren nuevas posibilidades para los


métodos y técnicas aplicados a la labor de inteligencia científica,
tecnológica, etc.: ellas son las relativas a:

a) referencias conceptuales vs. referencias instrumentales;


b) referencias orgánicas vs. referencias marginales;
c) referencias dinámicas vs. referencias estáticas;
d) referencias aprobatorias vs. referencias denegatorias.

La combinación de estas cuatro dicotomías referenciales con los


procedimientos del análisis de contenido (los métodos cuantitativos de
análisis de los textos) permite revelar la magnitud y el impacto de las
propiedades funcionales no sólo de las fuentes de información personales e
institucionales, sino también las de los restantes grupos de fuentes de
información que no se han tratado en el presente artículo: las fuentes de
información materiales, documentales y de servicios.

Antes de que se analicen en detalle estas cuatro dicotomías, es menester


señalar que una misma referencia puede pertenecer a más de un grupo,
pero sólo a una de las dos categorías de cada grupo. La clasificación de las
mismas requiere que el informacionista posea conocimientos suficientes
sobre la materia tratada en los textos que se analizan, cierta experiencia en
el quehacer científico y, en cualquier caso, acceso a los textos citantes y
citados, completos.

Es válido subrayar la diferencia entre referencia y cita y su carácter


funcional. La referencia no es más que el reconocimiento que hace una
fuente de información a otra fuente de información, mientras que la cita o
citación es el reconocimiento que recibe una fuente de otra fuente de
información. La referencia se caracteriza por revelar el entorno (o
atmósfera) informacional en que se realiza la investigación, mientras la cita
la repercusión o impacto del trabajo publicado sobre la investigación
realizada. No obstante, es menester señalar que a veces en la literatura los
términos cita, citación y referencia se emplean como términos
intercambiables haciendo caso omiso a la importancia conceptual que
contiene la distinción que Price [14] propuso, no sólo para las relaciones
informétricas relativas a la repercusión de determinada literatura, sino para
la creación y el fortalecimiento del aparato conceptual de la ciencia de la
información como ciencia.

En relación con la primera dicotomía (referencias coceptuales vs. referencias


instrumentales), debe expresarse que las primeras reflejan la captación de
un concepto, o de una teoría, expuesta en el trabajo citado, con vistas a
fundamentar nuevos conceptos o a apoyar argumentos en el trabajo citante.
En consecuencia, este último hace suyas, más o menos modificadas, las
teorías del trabajo citado, subsumiéndolas en su propio texto. A su vez, las
referencias instrumentales son expresión de la simple utilización de un
concepto o de una teoría del autor citado, para definir el concepto o la teoría
del autor citante.

En la segunda dicotomía (referencias orgánicas o esenciales vs. referencias


marginales o no esenciales), las primeras son aquellas que citan trabajos,
cuyas técnicas o resultados de análisis han sido adoptados por el autor
citante, sin ser modificados. De esta manera, el trabajo citado “pervive” en
el citante. Las referencias marginales con las clásicas prescindibles u
ociosas. Las teorías, los conceptos, o los métodos del trabajo citado no son
utilizados en absoluto en el discurso del trabajo citante.

Respecto a la tercera dicotomía (referencias dinámicas vs. referencias


estáticas), las primeras son las que se hacen a trabajos cuyos conceptos o
teorías se utilizan para desarrollar el trabajo citante, que se “alimenta” así
del citado. Por el contrario, las referencias estáticas son obtenidas por
trabajos que no han servido de “alimento” al citante, el cual se limita a
identificar al primero como uno o más entre todos aquellos que han
adoptado el mismo punto de partida, aunque la orientación posterior de
todos ellos sea distinta en mayor o menor grado.

En la cuarta dicotomía (referencias aprobatorias vs. referencias


denegatorias) las primeras constituyen una muestra, a juicio del autor
citante, de la coincidencia del punto de vista ideológico del autor citante con
el del trabajo citado. Prácticamente, todas las referencias de esta clase son
dinámicas, puesto que los autores no basan sus trabajos en aquellos otros
que consideran incorrectos o no coincidan con sus puntos de vistas. Las
referencias denegatorias constituyen las pruebas documentales de la
existencia de dudas sobre la corrección del trabajo citado.

La taxonomía propuesta (Moravcsik, 1989) contribuye a distinguir:

a) las ideas y los procedimientos empleados en la fuente de información


documental (lo que puede contribuir a establecer el grado de
peculiaridad y creatividad del autor o autores en el trabajo publicado);
b) las referencias bibliográficas necesarias de las prescindibles;
c) el material similar a la fuente de información documental citante de
aquél que tiene líneas divergentes;
d) el material que se considera coincidente con los puntos de vista del
autor y los que son juzgados no coincidentes, algunas veces,
considerados malos; aunque no necesariamente el carácter de la no
coincidencia deba significar que sean malos.

Como es posible observar, los métodos y técnicas informétricas permiten


revelar elementos informativos muy importantes y valiosos para el
monitoreo y control de los recursos de información, que ameritan estar al
alcance de la actividad bibliotecaria y de información.

De un simple examen de los principios más importantes del trabajo


informativo en la labor de inteligencia, se puede colegir que la informetría
tiene gran relevancia para dicha labor. Tales principios son:

– definición del objeto y objetivo;


– definición de los conceptos;
– definición y utilización de las fuentes de información existentes,
internas y externas;
– descubrimiento del significado de los hechos (datos);
– establecimiento de las relaciones causales;
– caracterización integral de los actores sociales;
– determinación de la estructura normativa de los actores sociales en su
entorno;
– caracterización integral de la comunidad en la que se quiere influir o
penetrar;
– determinación de las tendencias de desarrollo;
– determinación del grado de confiabilidad de las fuentes de información
y de la información en sí;
– caracterización objetiva de las deducciones.

Es posible concluir que la interrelación de la informetría con las fuentes de


información es de gran utilidad en la labor de inteligencia, por cuanto
permite:

– identificar por tipo de fuentes de información, su núcleo, atendiendo a:


– comunidades científicas;
– áreas del conocimiento;
– regiones geográficas, países;
– lenguas, etc.;
– detectar y mapificar grupos de investigación estables por países, áreas
del conocimiento, instituciones, etc.;
– determinar las especialidades de los frentes de investigación, colegios
invisibles;
– determinar la estructura de los flujos de información y, por ende, las
tendencias de desarrollo;
– determinar el impacto y la visibilidad científica y tecnológica de las
distintas fuentes de información;
– determinar las líneas de investigación de los distintos actores sociales.

En el presente trabajo es imposible tratar toda el espectro de posibilidades


que ofrecen las técnicas informétricas y de inteligencia informacional que se
estudian en Cuba en distintos cursos de postgrado, organizados en el
Instituto de Información Científica y Tecnológica a través de su centro
especializado para la enseñanza de postgrado en Ciencias de la Información,
el Centro de Estudios y Desarrollo Profesional en Ciencias de la Información
(PROINFO). Entre los que se encuentran: “Fundamentos de la Bibliometría e
informetría”, “Bibliometría Aplicada a la Administración de Bibliotecas”,
“Fuentes y Recursos de Información”, “Métodos y Técnicas aplicados al
análisis de información para la labor de inteligencia corporativa”,
“Evaluación del Desarrollo de colecciones”, etc.

Referencias

1) Morales-Morejón, M., A. Cruz Paz. La bibliotecología, la cienciología y la


ciencia de la información y sus disciplinas instrumentales: Su alcance
conceptual. Ciencias de la información 26(2): , junio 1995.
2) Sokolov, A. V. Obekty i predmety bibliotekovedenija, bibliografovedenija i
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bibliograficheskikh disciplin s informatikojj: Sb. nauchnykh trudov LGIK
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3) Mikhailov, A. I. Sobre el futuro de la información científica. Actualidades
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4) Mikhailov, A. I., A. I. Chernyi y R. S. Gilyarevskii. Scientific communication
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Izdstvo. Nauka, Moscow, 1976. (Consultada la edición en ruso, existe
otra edición en inglés).
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Bibliografía

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Recibido: 15 de mayo de 1997.


Aprobado: 6 de junio de 1997.

Melvyn Morales-Morejón
BNCT/IDICT
Capitolio Nacional.
Industria entre Dragones y San José La Habana 10200, Cuba

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