La Caja Negra

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NO ES COMO UNA RUBIA EN EL AVIÓN

NO ES COMO UNA RUBIA EN EL AVIÓN

#5
LA CAJA NEGRA

Rita González Hesaynes

Jotaele Andrade
Primera edición: Buenos Aires, 2017
Impreso en Buenos Aires

Publicado por:
NO ES COMO UNA RUBIA EN EL
AVIÓN

Colección: Sofía Enecoiz, Selva Oliver y


Lucía Cytryn

Diseño gráfico: Selva Oliver

Collage de tapa: Selva Oliver

Contacto:
[email protected]
RITA GONZÁLEZ
HESAYNES
Rita González Hesaynes

fb: /merov
ficcionnuclear.wordpress.com
UNA INTENSA HIERBA

a Luis Moon

en el río impetuoso brillaron y temblaron

tus facciones

la tinta de una bestia en lo profundo

dibujaba tu nombre milenario

de lejos lo escuchaste

tu sed incontenible siguió el rastro

no lejos de la orilla

una ventosa grácil

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destejía la música de un triunfo

las últimas tensiones de una ópera

¿era un dios que cantaba

o tu reflejo?

embravecido el río

y boquiabierto amante cabalgaste

el vaivén

el resplandor sexual de la caída

ya nada amanecía entre la noche

un cardumen de espectros contemplaba

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la corriente

la entrega

la hierba de la vida

un ojo único que nunca parpadea

te habló

el agua era salvaje pero la voz pacífica

ardoroso besaste tus orígenes

y de tu pecho abierto brotó

la perla planetaria

en el antiguo río donde las piedras sangran

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y el pescador ve sus horas extraviarse

brillaron

se aquietaron

tus facciones

algún día

el dócil pantanal de la memoria

las criaturas amadas que atendemos

como un dragón su oro

nuestra finita red de relaciones

no serán mucho más

que un cementerio

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y nos rodearán las voces

de los muertos

lo sabemos

sin duda lo sabemos

y es fulgurante

el halo de la tecnología

retorcida visión del paraíso

la promesa de un mundo

lejos del pasado

y sobre todo lejos

aún lejos

de la muerte

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que nos jadea en la nuca

no otra cosa buscamos

asterisco

distancia

escondite que la muerte aún no conoce

maravilloso

asombro!

realmente son espléndidas

las luces

que nos atan

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a la vida

y no les hemos dado las suficientes gracias

vamos migrando en el asombro

hasta pulverizarnos

como siempre hemos hecho

alrededor ondulan

mil estrellas fugaces

dice una de las voces:

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aprendan

de un espíritu que pasa

con una extraña melodía

que le es grata a su dios

gracias

amigo mío

te saludo de pie!

tras tu partida

se clausura un telón

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que me cuelga del pecho

hay una prima donna

un canario enjaulado

que dejó una nota suspendida en el aire

quizás hayas tramado

algo de esta aventura

si son cruces

y rosas

las que acunan ahora

tu cadáver joven y armonioso

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hay algo que sospechas

hermano

algo que no dices

algo que te antecede

otra vez te veo irte

al desorden orgánico

en busca de la vida

soñabas con la magia

como Fausto

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con el saber mundano

pero en tu historia varas y calderos

no abundan

y los diablos mezquinan

sus contratos de sangre

hay un ritual

es cierto

que se inicia entre gritos de tu madre

extenso ritual fúnebre

tu trayecto ha trazado

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sílabas de poder

en un idioma que ignorabas

como si nuestro gran arte

fuera la belleza en que danzamos por las horas

oficiando nuestras pequeñas artes

y solo de ese modo escribiéramos en el libro del


cosmos

nuestros nombres

a qué país oblicuo te has ido?

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te llamo a voces

extiendo los sensores en todas direcciones

y aquello que contesta no yace

fuera de la mente

usualmente se cree

que no es real

lo que responde a mi llamado

acaso no alucino de la misma manera

la existencia?

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soy la mano que guía

la mano que traza

la mina de grafito

y la caña que alimenta al papel

me saludo

constantemente por las calles

siempre me encuentro sola

y orbitándome

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estar solo

también es estar muerto?

por favor

que algo me responda

es una hermosa voz la que dejaste en mí

una expansión del ser

con mis nuevos vectores

puedo saborear las confituras del sueño

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*

me he enamorado

de algo así como un cedro

en todas partes crece

me toma de la mano

me acompaña

en sus conos se tejen

los códigos del mundo

una y otra vez me entrego a contemplarlo

e intento conversarle en una lengua franca

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aunque fracaso

insisto

es un gesto de amor y de conocimiento

cómo no enamorarse

del Precioso Organismo?

en qué otro árbol crece la madera

del laúd

que te acuna?

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hay tantas voces acá

que no logro escucharme

superpuestas declamamos

las antiguas líneas

acaso sí me escuche

sin lograr diferenciarme del resto

será esta habitación de la consciencia

también un cementerio?

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pasan los días como gaviotas

que graznan como cuervos

tu cuerpo

inmerso en las profundidades del panteón

empieza a doblegarse

pero no tan veloz como las flores

que se marchitan como si lo desearan

dejando tras de sí

un olor penetrante

una presencia

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a veces te sentí

moldearte el alma

a imagen de la rosa que soñabas

principito

qué admirable el amor

no es joven como es joven la muerte

pero sí igual de hermoso

y vive entre nosotros los pequeños

disfruta de aquello que nos hace

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nuestra energía en acción

es generoso y ávido

y no se posa solamente en la flor

que lo obsesiona

como nosotros que llevamos vidas

dignas

en una aristocracia del insecto

cómo embruja mi mente

la foto que elegiste para ser inmortal

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quebradizo tu cuerpo se asomaba

de un balcón en Versailles

debajo

en los jardines

no paseaban cortesanos ni carruajes

solo hierba

ligustros

y rosales

a juzgar por tu rostro embellecido

sus voces te aclamaban

con un fervor que nunca

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condesas y archiduques

conocieron

viajar hacia los límites del ser

y como Ripley

traer algo de allá

es lo mejor que puedo

no es lo mejor que hay

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amigo mío

acá y en los reinos del espectro

gracias!

qué horas fabulosas

y diarias

compartimos

la música del otro

el maullar de una gata

una taza de té en la madrugada

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ahora que eres uno con la noche

muéstrame

cómo entregar serenamente

mis vibrantes partículas

para que se reagrupen

en una sombra nueva

revélame

que allá algo me espera

una respiración de inexistencia despierta

un intenso suelo

para una intensa hierba

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JOTAELE ANDRADE
Jotaele Andrade

[email protected]
DOS VECES POLVO
a Dany

Orestes, mi hermano

duerme ahora.

Es vasta su muerte.

Y es pequeña.

Parece un corazón tapiado.

Remo cuyo golpe se ha invertido.

La hojarasca le pasa por el túmulo y baila

con sus voces

llenas de un cobre reseco,

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¿la escuchas,

Orestes?

No despiertes.

Déjate ir en el oleaje de lo que se desgasta.

Ya estás a salvo,

Orestes.

No te muevas.

No espantes las gallinas que revuelven en tu túmu-


lo,

como alguna vez nosotros

sobre un charco de sangre,

sobre la carcasa del asombro que roe

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a desgano

la luz.

Duerme, sí, sobre tu balsa inmóvil.

Apretó en su mano la piedra hasta hacerla polvo.

Acaso fue la vida

lo que iba dejando caer en todos

estos años.

Sobre tu piedra deshecha pasa el viento,

da la lluvia

su blanda reverencia.

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No quieras despertar con el ladrido

de la infancia.

¿Qué otra cosa fue la infancia que un ladrido

de perro

mientras el sol desvísceraba su oro por la tarde

y daba

al fin

en la lámpara tiznada de la casa?

Ya sé que te paseas desnudo,

que espantas los peces con tu alegría

llena de dientes todavía.

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¿Me escuchas?

Yo recuerdo que dabas un olor

dulzón,

de fruto tajado,

de tabaco precoz,

de animal que teme al amor o al fuego,

que trepa las interminables maderas

de la ira.

¿Ves mi puño

donde aprieto la piedra azul

de la memoria?

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Cada día lo abro y se esfuma

una voluta de humo,

una fina nieve azulada.

Orestes, mi hermano

duerme y ha dado dos veces su polvo.

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GALLINA CON UNA SOLA
PATA

Qué irreal

el sol

golpeando los ijares del día

para que marchara la luz

y la sombra,

y aquel idioma en común de animales

y niños.

Aquella pájara tullida

se avino sin más,

como nosotros,

a la existencia en nuestro patio

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junto con el cordero navideño

y el ciruelo maldecido

y muerto,

y el apedreamiento de todo lo alado.

Cada vez que saltaba

su cuerpo se inclinaba como una nave

que escora

y un ala trataba de restablecer el equilibrio;

se abría,

inútil para el vuelo,

inútil para el paso.

Mientras las otras

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rayaban la tierra,

la herían, buscando su alimento

ésta descorría una tierra imaginaria

y picoteaba

con el fervor agudo de su pico

Tan simple, tan cruel

es la fe.

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CONTEMPLACIÓN RITUAL
DEL DÍA
honda belleza de la catástrofe

y de la piel de cabra en el invierno

el fuego es un metal bueno

se parece a un niño que acaricia a un gato

al que hay que vigilar

pero es bueno el corazón del fuego

y busca su belleza en las cenizas

yo haré de él una catástrofe sólo para probarte su

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bondad

he de arrojar tus vestidos

los libros preciados

los hijos que perdimos a manos del encono o de las


fieras

arrojaré mi casa y el recuerdo de mi padre

entonces verás que este hombre ha desencadenado


la tragedia

que el agua es buena

y el aire

que he sacrificado una cabra en el sitio

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donde

la ausencia se empiedra

que contemplo el día del mismo modo en que veo


pudrirse una manzana

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LA JAULA OBLIGA AL
CANTO EN EL PÁJARO

te dicen los hombres:

tu existencia es un niño

disfrazado de pájaro

te vamos a meter

en una jaula

y la pondremos

en un patio

y te diremos

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es el mundo este patio

y la jaula

es tu libertad

ahora: canta

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HUMANUM EST
no hay un problema con la palabra

sabemos: es insuficiente y apenas alcanza a balbu-


cear

una imagen

un color

un nombre

atina a una referencia

un lugar

que

sin embargo

no es el lugar

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tampoco el problema es la poesía

porque ¿qué es la poesía?

¿un ojo?

¿una escopeta?

¿el llanto?

acaso el problema sea el caballo

y sin embargo después de atravesar a la poesía un


caballo

es otra cosa

una especie de inocencia asediada

una costumbre fuera de su estructura

acaso el problema es el poeta

ese hombre

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esa mujer

que insisten en buscar la belleza en un cadáver

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