España Defendida PDF
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ESPAÑA DEFENDIDA
INSTITUTO DE ESTUDIOS AURISECULARES (IDEA)
COLECCIÓN «BATIHOJA»
CONSEJO EDITOR:
CONSEJO ASESOR:
ISBN: 978-1-938795-87-9
New York, IDEA/IGAS, 2012
FRANCISCO DE QUEVEDO
ESPAÑA DEFENDIDA
Índice
Introducción .......................................................................................................... 9
Cinoth.
Jeremías en los Threnos, alfabeto iii, letra p = ph
.Wnyb´y]aoA~lK: µh`,ypI Wnyle[; Wxp;
«Abrieron sobre nosotros sus bocas todos nuestros enemigos»; o mejor:
«desbocáronse contra nosotros los que nos persiguen».
Al Letor
La poca ambición de España, bien que sean culpados los ingenios de ella,
tiene en manos del olvido las cosas que merecieron más clara voz de la fama.
Tal fue la ingratitud de sus escritores y el descuido, que pareció desprecio a los
extraños, juzgando faltaba qué escribir y quién escribiese; y así padeció la re-
putación de todos, y sin duda hubieran //(2v) perdido la memoria como la voz,
si fuera en su mano el olvido como el silencio. Poco lugar dio la edad pasada,
embarazada en armas, a más de curiosos deseos del ocio que hoy alcanzamos
para que, agradecidos y deudores dél, en pago demos a la eternidad los peligros
con que nos compraron la paz, amiga de buenas letras. Hijo de España escribo
sus glorias. Sea el referirlas religiosa lástima de verlas escuras, y no a ningunos
ojos sea la satisfación en divulgarlas; pues del trabajo que un extraño pidiera
nombre de curioso y docto, quiero //(3r) sólo el de reconocido y piadoso. Bien
sé a cuantos contradigo, y reconozco los que se han de armar contra mí; mas
14 ESPAÑA DEFENDIDA
ellos, porque los criaste, y los extraños, porque ven que los consientes, tienen
razón de decir mal de ti. Demos que se halle un libro u dos u tres que digan
que no hubo Cid ni Bernardo, ¿por qué causa han de ser creídos antes que
los muchos que dicen que los hubo?; si no es que la malicia añada autoridad,
no sé cuál tengan más; y cuando la tuvieran para el extraño, para nosotros no
había de ser así: que el enemigo no es mucho que se muestre curioso, que es
lo mismo que malévolo. Así lo dijo el poeta: «curiosus nisi malevolus»; //(7r) pero
el hijo de la república, lo que le toca es ser propicio a su patria.
No nos basta ser tan aborrecidos en todas las naciones, que todo el mundo
nos sea cárcel y castigo y peregrinación, siendo nuestra España para todos patria
igual y hospedaje. ¿Quién no nos llama bárbaros?, ¿quién no dice que somos
locos, inorantes y soberbios, no teniendo nosotros vicio que no le debamos a su
comunicación de ellos? ¿Supieran en España qué ley había para el que lascivo
ofendía las leyes de la naturaleza, si Italia no se lo hubiera enseñado?, ¿hubiera
el brindis //(7v) repetido aumentado el gasto a las mesas castellanas, si los tudes-
cos no lo hubieran traído? Y, al fin, nada nos pueden decir por oprobio, si no
es lo que ellos tienen por honra, y averiguado, es en nosotros imitación suya.
Ociosa hubiera estado la Santa Inquisición si sus Melantones, Calvinos, Luteros
y Zuinglios y Besas no hubieran atrevídose a nuestra fe.
Ya pues es razón que despertemos y logremos parte del ocio que alcanza-
mos en mostrar lo que es España, y lo que ha sido siempre, y juntamente que
nunca tan gloriosa triunfó de letras y armas como hoy, gobernada por don
Filipe III, nuestro señor. //(8r) Pues dos cosas tenemos que llorar los españoles:
la una, lo que de nuestras cosas no se ha escrito, y lo otro, que hasta ahora lo
que se ha escrito ha sido tan malo, que viven contentas con su olvido las cosas
a que no se han atrevido nuestros coronistas, //(8v) escarmentadas de que las
profanan y no las celebran. Y así, por castigo, ha permitido Dios todas estas
calamidades, para que con nosotros acabe nuestra memoria. Pues aun lo que
tan dichosamente se ha descubierto y conquistado y reducido por nosotros
en Indias, está disfamado con un libro impreso en Ginebra, cuyo autor fue un
milanés, Jerónimo Benzon, y cuyo título porque convenga con la libertad del
lugar y con la insolencia del autor, dice: Nuevas historias del Nuevo Mundo, de las
cosas que los españoles han hecho en las Indias occidentales hasta ahora y de su cruel
tiranía entre aquellas gentes, añadiendo: la traición y crueldad que en la Florida usaron
con los franceses los españoles.
Causas son bastantes todas para tomar la defensa de España a cargo, u de
lástima u de amor, quien la viere así afligida.
Capítulo i
(9r)
es frecuente en ella, se permite coger el oro como dádiva de Dios. Las mujeres
tratan los campos y labranzas y sirven a las casas, y los hombres se divierten en
armas y robos».
No sé yo de cuál de las provincias que contra noso //(12r) tros y nuestra
España toman la pluma, ellos mismos podrán escribir lo que del más escondi-
do rincón nuestro escribe Justino.
No refiero las grandezas de todas tres coronas, Aragón y Portugal y Castilla,
específicamente, porque de todas en común se dice con el nombre de España.
Sólo se ha de advertir que es tal la tierra, fertilidad, sitio y clima de España, que
tenemos en ella por güéspedes, olvidados de sus patrias, a todas las naciones,
haciéndose con nuestra comunicación ricos, y dejándonos con la suya pobres
y engañados, que, como dice Marcial, semper bonus tiro es.
//(12v) Esto blanco se deja para enmendar y añadir el capítulo pasado con-
forme a las letras del abecé correspondientes aquí y en el texto -----------
(15r)
Capítulo 2
Antigüedad de España y estima acerca de los
extranjeros y antiguos escritores
de los príncipes d’ Este lo mismo que de Homero, que, no sabiendo los griegos
donde había //(16v) nacido, le atribuyeron al cielo por patria».
Hasta aquí Giraldi, y bien sabían los griegos, como Aristóteles y Plutarco,
cuyo hijo era; sino que, por encarecer más sus cosas, le llamaban hijo del cielo.
Y los romanos también sabían cúyos hijos eran Rémulo y Rómulo, pues,
aun dorándolo mucho, confiesan que de una lavandera de Vesta: sacra lavaturas
mane petebat aquas, la cual llaman sacerdotisa, y de un desconocido que llaman
Marte. Y Sempronio contradice que Roma tomase el nombre de Rómulo,
antes él le tomó de //(17r) Roma, pequeño lugar, y dice que antes se llamaban
Romon y Rumen, voces etruscas, ora sean deducidas del hebreo hm; %Wr, nom-
bre femenino, ‘exaltación’ o ‘elevación’, porque, aunque no fueron fundadores
de Roma, la ampliaron y la levantaron y se levantaron así. Y µmewOr sinifica ‘le-
vantar a otro’, Psl. ciento y siete, 25: vte romem galav, ventum elevare vndas. Dice
Beroso Caldeo q[ue] Italo tuvo dos hijas: la primera Eletra, y la segunda Romi;
y este Italo, según Sempronio, fue mucho antes que Rómulo. Conviene esto
con la deducción hebrea de romen, ‘ampliar’, pues no la fundó, sino la engran-
deció; y conviene con el nombre de la //(17v) hija de Ítalo segunda, llamada
Romy, porque Rwmh quiere decir en griego ‘fortaleza’, ‘poderío’, ‘sanidad’,
‘valentía’, ‘fama’: de aquí la ciudad de Roma [tomó] el nombre. La cual, Solino
dice que primero fue llamada de los latinos Valentia, porque era fuerte y válida;
otros deducen, mirando a los ampliadores, el nombre de Rómulo y Remo.
Así se ha de entender que no el de Roma de Ruma, que quiere decir ‘teta de
loba’; y bien leído, Tito Livio y Lucio Floro no dicen que fundaron el pueblo
de Roma, dándole nombre, sino que fueron fundadores de la ciudad y del
imperio, sacando a Roma de triste aldea y miserable.Y al fin, revuelta //(18r) su
antigüedad, se halla que fue poblada de facinoros[os], haciendo asilo o sagrado
un bosque, donde poblaron los muros nuevos, señalados con un arado, latinos
y tuscos pastores, y unos marineros de Frigia que quedaron de Eneas y otros
arcades que trujo Evandro. Gocen su antigüedad y principios los romanos
fabulosos, indignos de crédito y verdaderos dignos de desprecio y burla.
Pero vamos ya con que, como dice Josefo Escalígero en el prólogo al
Coronicon de Eusebio, hasta los herejes se arman de antigüedad contra los ca-
tólicos y la hacen inviolable, y burlan de lo que les parece fue ayer.Y así, para
que en nada les demos ventaja, diremos //(18v) uno y otro en la antigüedad
de España.Y porque no digan que yo me he atrevido a profanar malicioso el
primero los principios de Roma, llamándolos indignos de crédito y ridículos,
Justino de Trogo, tratando [de] Gargaris, que primero halló el uso de la miel en
una parte de España, y tratando de Habido, criado con leche de varias fieras,
dice: «fabuloso pareciera este caso, si los fundadores de Roma no fueran cria-
dos por una loba, y Ciro, rey de los persas, por un perro».Y como siempre se
fundaron sobre alguna verdad las fábulas, //(19r) y sea cierto que los más de los
nombres con que hicieron los antiguos sus fábulas los tomaron de las sagradas
letras, como se ve en el diluvio de Pirra y Deucalión, me pareció mirar qué luz
hay en la Sagrada Escritura deste Gargaris o en la lengua hebrea, y sólo hallo
yvig;r]gi nombre de un pueblo tomado de Girgasio (ve et hagirgaschi); pero gar rgi;;
significa ‘torrente’ o ‘flujo’, quizá porque Gargaris reinó en la parte de España
EDICIÓN DE «ESPAÑA DEFENDIDA» 19
de más aguas. Sucediole Habido en esta parte de Tartesia que habitaron los
curetes, //(19v) rg;r]g,æ ‘grano’, y verbal siriaco rg· rg,‘granar’; garger, lo mesmo es en
la lengua siriaca que ‘traer tras sí’, lo cual deduce bien el nombre de Gargaris,
porque juntó los pueblos con alguna policía y dio luz a la sementera, aunque
después lo perficionó Habido con los arados. En griego, Gargaro Gargarw es
‘resplandecer’ y Gargara se pone por ‘multitud excelente’, como la tuvo de
pueblo Gargoris.
En otra parte de España dice Justino que reinó Gerión, al cual llamaron
triplex y gigante, donde es //(20r) de notar con Dionisio sobre Sulpitio, Chus
Nembrot gigantem genui donde givga~ no sinifica ‘gigante’, sino ‘poderoso’. No
negamos que hubo gigantes. En el Lexicon de Hesichieo givga~, dunavsth~,
ijscurov~, ‘poderoso’ y ‘robusto’; conviene a saber que en el caldaísmo los gi-
gantes se dicen myriBæg,I cuyo origen es rwbg, lo cual se declara ‘robusto’ y ‘pode-
roso’, y nunca sinifica ‘gigante’, y eso se ha de entender de Gerión en cuanto a
llamarle gigante contra la fábula.Y mejor entendió esto Justino de Trogo, que
dijo que le llamaban triplicado, no porque tuviese tres cabezas, sino porque
eran tres hermanos concordes en una voluntad, a quien Hércules, //(20v) cudi-
cioso de sus ganados, venció y robó. No concierta Palefatio, De non credendis
historiis, en esto, y todo lo tengo por sueño, aunque el padre Mariana no lo
pone en el capítulo de los fabulosos reyes de España; pues aunque Justino lo
refiere, refiere también lo de Gargaris y Habido, y me espanto que, teniendo
por fabuloso lo de Tubal, tuviese esto por verdadero y lo de Hércules, ha-
biendo sido tantas las fábulas que acompañan u desacreditan este nombre de
Hércules, //(21r) tan vario en los autores.
Lastimoso es el crédito que Florián de Ocampo, Mosén Diego de Valera y
otros de España han dado al mentido Beroso u a los sueños de Anio, pues ni
aquel es el Beroso a quien llamaron Crusoglwttovn, al cual, viviendo en tiem-
po de Alejandro Magno, le eran ocultas las cosas que escribe de caldeos y espa-
ñoles, que aun mucho tiempo después no hallaron luz, si no le hacen segundo
Mosche, profeta de presente, pretérito y futuro. Lo otro, a noticia de otro nin-
guno llegaron tales reyes y historias de cuantos escribieron, pues es posible que,
a ser verdad, burlaran, aunque remotas, la fatiga //(21v) dichosa y el cuidado de
Eusebio. No es posible, y es de advertir que los fragmentos que de Beroso citan
antiguos escritores, no están así en el que hoy tenemos; así que, por ser ninguna
la autoridad del Beroso, como por no acompañarse de ninguna posibilidad el
dar a Tubal por poblador de España, tenemos por fabuloso este principio, pues
solas las alusiones del vocablo hacen por esta opinión como decir que, porque
hay un pueblo que se llama Setúbal, le pobló Tubal, y Tudela también.
Con estos disparates dan licencia a las conjeturas para afirmar que Noé
vino después a España, porque //(22r) hay un lugar que se llama Noela en
Galicia, y otro que se llama Noega en Asturias. Seguirse ía aquí que Odom,
una triste y moderna aldea tres leguas de Madrid, tiene el nombre hebreo, y
que la fundó Adam, porque µd;a,; Adam hebreo, en siriaco muda el camez T
en holem, y dice y se escribe , Odom.Y con la misma lengua hebrea y
sira se probará esta conjetura aún mejor que las de Tubal y Noé, porque dicen
que por eso el primer padre se llamó Adam, porque fue hecho de tierra rubia,
20 ESPAÑA DEFENDIDA
(32r)
Capítulo tercero
Del nombre de España y su origen y etimología
No porque conmigo puedan algo las etimologías, que las más veces son
obra del ingenio y no testimonios de la verdad, gasto en la razón del nombre
22 ESPAÑA DEFENDIDA
uno por otro, pues es no entender el autor, sino hacerle decir a su pesar lo que
no quiere; y aunque en algunas sea bueno, con ejemplares de otra suerte, es
huir la dificultad y levantar testimonios a los autores.
//(36r) Lo que hay que dudar acerca desta opinión es que no consta de
forzosa autoridad que Dionisio viniese a España, sino es de Silio Itálico, adon-
de dice: «Tempore quo Bacchus populos dominabat iberos». Y aunque el doctor
Bernardo de Alderete en su Origen de la lengua castellana no lo desprecia, se ha
de advertir que no consta qué iberos, si nosotros, si los de Asia, porque, como
dice y nota Josefo Escalígero sobre Eusebio, sabida cosa es que en los griegos
escritores hay dos Ibhriav~: la una, España; la otra, región que está en el Ponto.
//(36v) Y así san Jerónimo que, donde significa España, vuelve Iberia. También
causa confusión, porque en un mismo tiempo, Iberia del río Ibero y Iberia
del Ponto eran combatidas de los romanos. Así que no está aún expreso en el
poeta que viniese a España; y cuando lo expresara por nebride o ‘piel de cer-
vatilla’, no importaba, cuanto y más que yo no lo entiendo de Nebrija la de
España, aunque sé que en los Himnos de Orfeo, título Trieteriçi, dice así: e[rw~
nebridostovle ajmfiethre, «amor traes estola de pieles de ciervos».
Basta por autoridad la etimología y ocasión //(37r) que hallan en el nombre
Plutarco y Plinio, venerables autores. Arcadia también se llamó Pania; y eso
tiene más claridad u ocasión de ser así, pues fue Pan siempre llamado dios de
Arcadia; y si allí dicen que estuvo por los muchos ganados que hay, bien pudo
por lo mismo reinar en España, pues en tiempo de los Geriones tanto celebró
la antigüedad la copia de ganados suya, que ahora es la propia, por la mucha
y buena hierba.
Mas ¿cómo averiguaremos estas historias con los que hacen fábula moral al
mismo Pan, que en griego es lo mismo que ‘todo’ o ‘copia’, y por eso preside
al campo? //(37v) Dion Crisóstomo, De Fortuna, dice: «Con muchos nombres
ha sido nombrada la Fortuna. Su nombre igual es Nemesis, el incierto, espe-
ranza, el necesario, hado, el justo, fas o ‘licito’, diosa de muchos nombres y
muchas costumbres. A esta llamaron los labradores Ceres y los pastores Panos
y los navegantes Leucotea, etc.». Así que la Fortuna, según esto, fue la que pasó
a España, o la fábula en hábito de historia. Dirán que fue otro Pan, y no el
de Arcadia, el que vino con Dionisio, y no les quito que lo digan. Mas no lo
creo yo sin más razón que decirlo. //(38r) El dotor Bernardo de Alderete, en su
Origen de la lengua castellana, dice que a Pania que se llamaba, la añadieron la s,
diciéndola Spania, porque a muchas palabras la añadieron, no por letra, sino por
acento sonoro, que es propiamente y en el efeto silbido; faxio dijeron sfaxio;
mw\, smw\. Otros varios ejemplos trai doctamente en su libro el dotor Alderete.
Hállase en la Antigüedad escrita Hispania con h y con s. Hispania con h es
vulgar; mucho consta de las piedras que sobre los Comentarios de César juntó
Otomano //(38v) con ese; s consta de una piedra de Roma que refiere Alderete:
dis manibus
t. larci
cerinthi
t. larcivs
spanivs
24 ESPAÑA DEFENDIDA
destas palabras y en disculpa destas locuras no dan razón ninguna, sino hacen
ley su voluntad y dan autoridad a sus imaginaciones.Y con esto desprecian a los
españoles, que sola de la verdad desnuda hacemos pompa y aun la adelgazamos
en nuestro favor, de manera que deja de ser cuidado y pasa a rigor. Y nosotros
no parece que averiguamos, sino que contradecimos, y ellos no parece que es-
criben, sino que sueñan. //(41v)
Carece nuestra gloria de la ostentación con que ellos crecen sus mal fun-
dados principios, pues si, como dijo Aristóteles, ideo in antiquis novilitas, quia
in antiquis antiqua fuit virtus, «por eso hay en los antiguos nobleza, porque es
antigua en los antiguos la virtud», por eso mismo hay propia, no mendigada,
nobleza en España, porque hubo antiguos españoles en quien la virtud lo fue,
que, cuando los godos vinieron a España, gente había española valerosa y no-
ble, a la cual trujeron trabajo y guerra, y no virtud y nobleza, aquellas gentes
sobradas, mez //(42r) clando con nuestra santa y valerosa simplicidad sus robos
y tiranías. Calamidad han sido en España godos y cartagineses. No fueron
gloria ni nobleza suya, que, como tierra tan rica, tan fértil, tan favorecida de la
naturaleza y del cielo, a todos dio cudicia de vivirla, y a muchos invidia para
ultrajarla. Así llamó las gentes remotas y los pueblos bárbaros; y valerosa, los
que no venció los supo zufrir.
Y porque el dotor Bernardo de Alderete esfuerza en favor nuestro que
no tenemos el nombre de iberos de los asiáticos, sino que antes le tienen de
nosotros, //(42v) me es fuerza detenerme algo en apurar la verdad o la opinión
que más lo pareciere; porque, quien a un hijo tan docto de España como
el dotor Alderete le viere hacer tanto caso desta opinión, juzgará que es de
importancia al honor de España, que es tanto mayor cuanto más escuro. En
su antigüedad tiene menos certeza, bien que sea en parte agravio del tiempo.
En los autores que de ella han tratado cita a Avieno, que cita a otros. Luego
esfuerza con palabras de Plinio que se llamó Iberia del río. Son estas palabras:
«Ibero, por el cual a toda España llamaron los griegos Iberia». Y no se colige
de aquí que ella se llamase Iberia, sino //(43r) que los griegos la llamaron así
del río. Cita también, sobre un verso de Virgilio, a Servio.Virgilio en el verso
sólo nombró al mar Ibérico, y él declaró por España.Ya hemos concedido que
se llamaba así como los asiáticos, y el añadir Servio del río no hace fuerza,
pues es tradición creída la que se lo hizo decir. Cita luego a S. Isidro, a Trogo,
a Quinto Curtio, a Solino, Nicéforo, que todos dicen que se llama así del río;
y luego a su parecer concluye con que Amiano Marcelino dio así la causa por
todos: «Como se llamó Egipto de los grandes ríos, y la India y la Eufratrea, y de
Ibero Iberia, que ahora es España, así del Betis se llamó Bética». //(43v) Pero ni
Amiano Marcelino lo miró bien, de dos o tres particulares ejemplos en hacer
proposición general ni en escribirlo así, porque Egipto no se llamó así de los
grandes ríos, antes el Nilo se llamó de ella en su primer voz, como yo pruebo
en mi libro que intitulo Homeri Achilles adversus imposturas Maronianas Ludovici
de la Cerda (redivivi Tersitis), con estas palabras: el Nilo, Josué, 13, 3. rWOjVE, Sichor,
se llama el Nilo, porque sichor quiere dezir ‘negro’, porque trai aguas negras,
por el mucho limo que trae. Otros dicen que de una fuente de donde sale el
Nilo, que se llama //(44r) Nigrim. Otros llamaron al Nilo Mela, que en griego
26 ESPAÑA DEFENDIDA
quiere decir ‘negro’, y añade Eustatio, sobre Dionisio, que a Egipto la llamaban
Melambolon, tierra negra. Y si al Nilo llaman negro por la negra tierra que
trai, y la de Egipto es negra, o por serlo o por fértil, que a la que lo era llama-
ban así los griegos (véase en Anacreón), claro es que el río tomó el nombre
de la tierra, y no Egipto del río. Esto confirma Heliodoro en sus Amantes, en
su segundo libro, Oráculo: «¡Oh tú extranjero, que la fértil tierra que el grande
Nilo riega vas dejando, pensando huir el hado inevitable! ¡Ten corazón y sufre,
que muy presto verás de Egipto los morenos campos!». Con que se ve que
eran negros por fértiles y por negros. //(44v)
Vamos a que dice que Andalucía se llama Bética de Betis el río, que es,
aun no dando más razón de decirlo, tanto disparate creérselo u mayor que
escribirle él, porque el que lo miente créese a sí mismo, y yo creo al mentiroso.
Véase lo que escribe en la Historia de Sivilla Alonso Morgado que, aunque él
se llamó indigno sacerdote, lo debía de ser bueno, sino que el epíteto se le
quitó al nombre de escritor, donde encajara con propiedad. Dice así, después
de haber dicho mil disparates de la venida del patriarca Noé, Tubal y Jafet,
como si aquello no fuera de Beroso y de el embustidor y burlador //(45r) Anio.
Dice luego, y concuerda bien Juan Anio, cuando dice que del rey Beto se dice
Bética; quizá mudando poco del rey leyeron río los críticos, que más son des-
pedazadores de libros y roedores de palabras. Añade Anio que, según los talmu-
distas, se debe escribir este nombre Beto con ditongo, desta suerte: Baeto, que
sinifica lo mismo que Bechim entre los hebreos y los siros, y entre los latinos es
lo mismo que ‘región o provincia de la vida’, y que lo aprueba San Hierónimo
en la declaración hebrea, y añade que los aramenos dicen que Beto quiere
decir ‘provincia dichosa y bien aventurada’.//(45v) Y de ninguna manera dice
que se diga Bética del río, antes demuestra decirse del rey y de la palabra he-
brea. Apiano ni niega ni afirma; refiere que hubo quien dijo que los iberos de
Asia eran de allí naturales, otros que los de Europa fueron allá. Hacen fuerza
en que no refiere que ninguno dijo que los de allá viniesen acá. Y dejando a
Marco Varrón que, como confiesan, lo dice, tomemos de propósito esto para
desconfiar un poco de su opinión al dotor Alderete ya que no le reduzgamos.
Los que dicen que Tubal vino a España lo fundan en estas palabras de
Josefo: «Fundó los Tobelos Tobelo que ahora se llaman iberos»; en el tiempo del
//(46r) mismo Josefo. De donde san Hierónimo coligió que Tubal había sido
primer poblador de España.Ya Josefo Escalígero notó arriba sobre Eusebio esta
confusión en san Hierónimo de llamar iberos a los españoles y a los iberos; mas
en el tiempo de Vespasiano no se llamaban iberos los del occidental Océano
en Europa. De las gentes con quien trataba Josefo, llamábanse los que, cerrados
con el Cáucaso, habitan el mar Caspio y el Eugino. Aquellos llamábanse en-
tonces españoles, lo cual no pudo esconderse de ningún modo a Josefo, como
a quien era tan familiar con el emperador y la cohorte; de donde se colige que,
de aquellos que se llamaban antes iberos, //(46v) es lo más cierto que tomamos
el nombre de iberos, antes nosotros de los de Asia que ellos de nosotros: cosa
que ni nos quita gloria ni nos ofende la antigüedad con que nacimos, que es
igual con el tiempo, bien que borre la que nos finge el miserable Tarafa, entre
EDICIÓN DE «ESPAÑA DEFENDIDA» 27
quias, sin razón despreciadas, apenas guarda la antigüedad, pues solas tenemos
las que perdonó el tiempo en algunos libros; y aun esas no sabemos si son
ciertas, porque las que refiere Plinio, como fue después su testimonio que los
cartagineses habían fatigado a España (bien que se llamase lengua española la
propia que hablamos), no hay noticia de si aquella voz era prestada de penos
u vándalos u godos.
Gregorio López Madera, fiel imitador de Tarafa, siguiendo al Beroso, dice
que fue una de las lenguas primitivas de la confusión, porque, como dice san
Agustín, cada hijo de Noé llevó a diversa provincia nueva lengua, y él, cre-
yendo que Tubal vino a España cre[e] que trujo una de las de la confusión;
mejor creyera en que trujo la confusión a nuestra lengua la multitud de otras
peregrinas. //(54v)
Plinio y Plutarco refieren muchas voces de la lengua propia que los espa-
ñoles tenían; y doctamente Bernardo de Alderete, en el libro 2 del Origen de
la lengua castellana, capítulo 4, pone estas voces por minas de la lengua propia
nuestra ya desconocida, no perdida en las nuevas voces: «aspalato, planta que
dicen llaman hoy ‘alarguez’; briga, ‘ciudad’; bubaciones, ciertas venas de piedra
imán»; buteo, «canthus, el hierro que cerca la rueda; cetra, escudo como adar-
ga, que era de cuero; celia o ceria, un género de bebida; cocolobis, un género de
vidueño; cusculium, la ‘coscoja’; dureta, una suerte de silla que Augusto llevó
de España; falarica, arma enastada, como partesana o alabarda; gurdus, ‘necio’;
lancea, ‘lanza’»; //(55r) «laurices, ‘gazapos’; leberides, ‘conejos’»; melancrenas, juncos de
que los mallorquines hacían sus ondas; Neci o, como otros dicen, Neton, el dios
Marte (Macrobio: «Los acitanos, gente española, con grande religión celebran el
simulacro de Marte adornado con rayos; llámanle Necin»); «esparto, vipio, zaída.
También al vino llaman bacha, dícelo Varrón: “Al vino llaman en España bacha”
. Al ofrecerse a la muerte por amigos, parientes o señores, que en latín se dice
devoción, llamaron cataspisi».
Estos son los vocablos que Bernardo de Alderete conoce por propios de la
lengua española antes que la turbasen, que eso fue, y no aumentarla, penos ni
romanos, aunque, a mi juicio, //(55v) no todos son de la propia lengua castella-
na los referidos, aunque sienta otra cosa Alderete; porque bacha, que dijimos
llamaban al vino, bien se ve que es deducido de Bacho, que es el dios del vino,
y en latín se usurpa por el vino, y no hay alguna corruptión, pues los latinos
las fiestas del dios en que se dejaban poseer del vino, como entregándose a
su deidad, las llamaban desta misma palabra Bacanalia, donde Baca significa
el vino y el dios dél, y esto es sin ninguna duda. Neci es la voz con que dice
Aldere[te] en su propia lengua llamaban a Marte; aquí sí tiene algún lugar la
conjetura. Podríamos decir, //(56r) y no sin causa, que es voz del latín, significa-
tiva del dios, pues nex, necis significa ‘muerte’, y hace neci el dativo, que es sin
corruptión el mismo nombre, y las muertes es entre los atributos deste dios el
primero. Orfeo:
«Marte, que con las armas te entretienes, indómito homicida, que deshaces
los muros. Marte, que engañosamente matas, siempre con muertes espantoso,
tú que de manchas de la humana sangre haces gala con muertes rigurosas». //
(56v)
Como cosa más significativa de la condición del dios la repite Orfeo tan-
tas veces; y más esfuerza la conjetura la voz griega Nhkvew, que quiere decir
‘contender’, ‘inquietar’, u de Nhko~, ew~, ‘riña’, ‘pendencia’, ‘concertación’ u
‘certamen’, ‘ardor de pelear’; y de aquí la voz latina y la española, y el nombre
del dios. Busqué si hallaba esta voz en la antigüedad en algún nombre y halléla
en el Tesoro de los tiempos, Heródoto, Euterpe, libro iii, en estas palabras: «In qua
fodienda sub reje Neco centum viginti millia egiptiorum periere»: «En cavar la cual,
sirviendo al rey Neco, cien //(57r) to y veinte mil hombres perecieron». Fue
valerosísimo rey, cuenta Heródoto vitorias y atrevimientos gloriosos suyos.
Y así, pues, este nombre Neco no es heredado de su padre, el cual se llamó
Psammiticho. No es fuera de razón pensar que se llamó por su valor así, de
Neci o Neco, Marte, para honrarse con el nombre de dios, si bien por valeroso
no se le pusieron.
Cataspisi, que dice Plutarco que llaman los españoles el ofrecerse a la
muerte por sus amigos o parientes o señores, lo cual llaman los latinos devoción.
De aquí, fiado en el traductor, Gregorio López Madera, en su libro del Monte
Santo, dice que devoción es pro //(57v) pia palabra española, movido de que
el traductor, como doctamente advierte Alderete, la palabra griega o española
antigua, la volvió en latín para que se entendiera, porque si dijera: «lo cual
llamaban los españoles cataspisi» no se entendiera. No advirtió Gregorio López
Madera, cudicioso de autorizar sus piadosas imaginaciones, que devoción es
de devobe latino y de bobeo. Vamos más adelante. Yo tampoco tengo a cataspisi
por palabra propia española, sino por voz griega, pues kataspoudazw quiere
decir en griego ‘hacer algo con vehemencia y ambición’; y el decir Plutar //
(58r)
co: «lo cual llaman los españoles cataspisi», no lo dijo porque la voz era es-
pañola, sino por la frasi de llamar devoción el ofrecerse por deudos o amigos
a la muerte, siendo sola palabra y acto debido a los dioses o al bien público,
pues los que se matan por otra causa más parece desesperación que devoción.
Y así merece nombre profano y no religioso; y sin duda Plutarco, admirando
la bárbara fiereza de los españoles, dijo que llamaban y tenían por religión el
morir por los amigos o parientes, siendo locura y bestialidad, y el intérprete,
para declarar sentido y palabras de Plutarco, //(58v) puso la palabra devoción, que
en latín engañó a Gregorio López Madera y en griego al cuidadoso Aldere[te],
si no es que en todas lenguas me ha engañado a mí, que es lo más posible.
Chantus, en español propio y primero, dice Aldere[te] que significa «el hie-
rro que cerca la rueda», mas es voz griega y sin alteración. Significa lo mismo
kanqo~, el hierro con que se atan las extremidades de las ruedas. También se
llama cantus el hirguus o el ángulo del ojo; y de aquí se llama en español canto
cualquiera extremidad: ‘canto de real’, al canto de la mesa; ‘cantón’ //(59r) se
llama de aquí, y ‘cantero’, por ser la extremidad del pan.
Y porque haya en la voz cataspisi más claridad y tenga más autoridad mi
opinión, veamos las propias palabras de Plutarco en la vida de Sertorio, que
EDICIÓN DE «ESPAÑA DEFENDIDA» 31
son estas: «Erat autem in Hispania mos vt cohors pretoria, vna cum cadente impe-
ratore, mortem obiret, quod vocabant ilius rejionis barbari devozionem»; «Era, pues,
en España costumbre que con el emperador muerto se daba muerte toda la
cohorte pretoria, lo cual llamaban los bárbaros de aquella región devoción».
Aquí ni dice que era costumbre más de la cohorte, ni que lo hacían por otro
que por el emperador. Añadió Alderete a Plutarco «amigos y parientes», y el
decir: «los bár //(59v) baros de aquella provincia», confirma mi declaración de
cataspisi y la hace inviolable, con la cual se da luz al lugar no entendido de
Alderete ni Madera.
Tratando desta voz esparto, dice Alderete así: «En lo que toca al nombre
del esparto, inclino más a que sea español, porque sólo le hay en España; del
de África no se hace caso, porque no es bueno, como dice Plinio, el cual
dice que se comenzó a usar después de la primera guerra púnica». Yo no me
quieto en estas palabras, y tengo por cierto que esparto, en el significado del
esparto que hoy usamos, que es español; mas la voz esparto fue tomada de los
griegos, en quien sinifica genéricamente ‘cuerda’, ‘maroma’ u ‘soga’; y como
desta hierba que estaba baldía //(60r) se hicieron comúnmente sogas y cuerdas,
pusieron al nuevo uso nombre griego, significativo, no de la cosa, sino del uso
de ella.Vese esta voz en Homero antiquís[im]amente y fuera de toda memoria
significar sogas y cuerdas de navío en género; sólo añadieron los españoles el
especificarla en la hierba de que hacen las suyas. El lugar de Homero dice así:
«kai; dh; dow`ma seshph new`n kai sparta leluntai»: «los leños de la nave
y los espartos se pudrieron», donde esparto sinifica cuerdas, sin notar materia
particular. Sparton, ‘soga’ en Homero; Spartoploko~, ‘soguero’; y el que las
vende, Spartopwlh~.
Capítulo 2 de Josué: spartion to kokkinon, ‘soga coccínea’, en que
se conoce que esparto antiguamente significó ‘soga de cualquiera cosa’. //(60v)
Julio Pólux, lib. postrero, cap.: «peri; stomwvmato~ kai spavrton kai sisu-
vra~», lo cual se interpreta así: «De acial y junco et sisira», del junco acial y de
sisira. Y más abajo, en el mismo capítulo: «Tun si bimen quodam iuncum apelare
libuerit»: «Pero si quisieres llamar junco a un mimbre». El mismo Pólux, capí-
tulo De choreae magistro etc, del libro 33, cap. 20: «Scirpum plicans cirpi uenditor;
scirpus, iuncus»: «El que dobla el cirpo, se llama cirpivendedor, y el cirpo es
junco». Añade: «et spartina pro laqueo»: «y espartina por lazo». Y porque no
engañe la versión, dice así en griego: «Spartoplovko~, spartopwvlh~, spa-
vrta, spavrth, spavrto~, spartivna, hJ mhvrinqo~».Y todo lo llama esparta, y
donde vuelve Gualtero espartina por ‘lazo’, se vuelve primitivamente por soga
y cordel, que es lo mismo, y algunas veces significa //(61r) el de los pescadores,
digamos sedal, y eso y el lazo lo sinifica, porque significa soga de la cual se
hacen los lazos. Y aun acá usurpamos soga por lazo; «muerte de soga» es por
muerte de lazo, y cuando dicen «soga a un perro», lazo quieren decir. Así que
esparto no es voz griega, como hemos probado, que española, ni aun de los
moros es, los cuales llaman al esparto halfe, y llámanle propia hierba de España;
al espartero hazçar; hazçarin, esparteña, calzado deste esparto; Parga mi halfe, y
de ahí, añadiendo la al acostumbrada, alpargate, en castellano.
32 ESPAÑA DEFENDIDA
Otra infinidad de voces hay con que se conoce la mezcla en nuestra lengua
de la hebrea, y vese en las traducciones mejor lo mucho que tiene la española
en la gramática de la hebrea, pues casi las locuciones y frases son unas, sin
haber lengua que tan bien con el propio idioma exprese sus dialectos. Verase,
aunque rudamente, //(63v) en mis Trenos de Hieremías castellanos, en la versión
literal. Las voces hebreas no son tan antiguas en el español como la gramática,
la cual estuvo con la lengua propia, que éstas en la lengua antigua introduje-
ron los judíos que mancharon a España. ¡Maldita inundación! Estos borraron
lengua, palabras y obras y nobleza en gran parte, y tuvieron asistencia principal
en Toledo. Conócese del Fuero Juzgo de Toledo, que está en mi poder manus-
cripto en pergamino, donde dice así de la constitución que enviaron los judíos
al rey: // «Al nuestro señor muy piadoso el Rey don Rescicindo: Nos, todos
los judíos de la ciudad de Toledo, etc.»; los cuales, como cabezas y superiores y
asistentes en la imperial ciudad, prometen por todos los otros judíos.Y si estos
estuvieron en Toledo tantos y desde tan antiguo tiempo, siendo Toledo la corte
de nuestro lenguaje y lo más elegante siempre, ¿qué mucho que mezclasen
muchas palabras con nuestro idioma y lo turbasen?
Y si se mira en el alfabeto o abecé que llamamos, muchas letras hay se-
mejantes a las hebreas en la forma: la a es una alef defectuosa, y se forma de la
misma suerte; //(64v) la aleph se forma así a, y la a nuestra de redondo es casi la
misma; fórmase así: a, a quien para, diferenciarla de la hebrea, sólo quitaron la
pierna superior. Otros escriben la a desta suerte: , que es aún más parecida
a la aleph.
Nuestra be tiene en sí incluida la bet hebrea, así .b hebreo, que, añadido
un palo, es be castellana, b, y el uso la hizo aovada, que antiguamente todas
las letras estaban esquinadas, hasta la o, como se ve en las piedras y sepulcros
antiguos.
La h es la h sólo que, como en hebreo está cubierta, a diferencia está aquí
atravesada.
La iod es la i, iod hebrea, y sólo //(65r) diferencian en empezar al revés; y aun
significar la i con el punto es de los hebreos, para diferenciar la i de la r líquida,
que se escribe k, así como la i; y el punto en los hebreos significa i puesto
debajo de la dicción, y para diferenciar de ellos se puso encima, donde en los
hebreos significa o, holem.
La çeda, que llaman zain los hebreos, es nuestra en la cedilla que ponemos
debajo de la ç desta manera.
La caf es la c, si no que, como escribimos al revés, diferencia de la suya, que
se escribe l.
La ele de medio abajo pierde la forma, l nuestra ele, hebrea l, //(65v) aunque
en la letra rabínica la l nuestra es más semejante, pues sólo diferencia en estar
vuelta del revés, por ser así n.Y la l nuestra mayúscula es la misma que esta, por
lamed o ele; así en el alfabeto vaticano como en el de R. Azaria, desta suerte L,
de donde sin duda se tomó en castellano.
La m nuestra es imitada del alfabeto vaticano, del de las monedas y del de
Rabí Azaria, pues son así sus caracteres: vaticano, Rabí Azaria, el de las
monedas .Vuelta del revés es nuestra m.
34 ESPAÑA DEFENDIDA
glosa de Isidoro; catax, claudus, coxus. En las antiguas glosas de los griegos, coxo,
lolo~, lee cwlo~. Los españoles guardan este nombre; al claudo latino llaman
cojo y cojear, y prosigue Josefo.
Todas las demás voces y frases y refranes castellanos, en su libro que llama
Origen de la lengua castellana, declara en sus raíces el dotor Rosal; a él remito lo
particular en esto. Sólo advertiré que, entre las voces godas que pone en Italia
hoy por uso, y dice que acá las conservamos, es perla una, la cual es voz clara-
mente de perula o perilla, y ‘pera’ en castellano es del latín pyramis, y porque
es piramidal, y en latín piramis y pira, la ‘hoguera’, son del griego piros, que es
‘fuego’, porque siempre se ve en forma piramidal, y en griego es margarites la
perla.
//(71v) Y algunas de las palabras arábigas que dice Alderete que tomaron
de nosotros los moros, movido de que las refieren antes que pasasen acá en la
pérdida general algunos autores, sospecho que son suyas con todo eso, pues
hubo gente de África en España antes de la pérdida mucho, y las palabras, que
es forzoso argumento, si fueran tomadas de España, tuvieran en lo arábigo
algo españolizado.Y vemos en las voces nuestras, que antes están españolizadas
las arábigas con adiciones de nuestra lengua para excusar las aspiraciones de
la arábiga.Y dificulta mal en que lo refieren antes de la pérdida de España al-
gunos autores, pues antes de la pérdida de España vinieron a España fenices y
hebreos //(72r) y siros, y luego penos; todos gente de esa lengua.
Ahora resta tratar de la corrupción que los moros hicieron con la pérdi-
da de España en nuestra lengua. Y no quiero aumentar las voces que pone
Navarrete; sólo advertir que a todas las voces que tenemos de moros que
empiezan con al, como almohada, alguacil, y otras muchas, tienen junto bárba-
ramente con el nombre este artículo hal, siendo diverso, y los nombres mohada
y guacir, alférez, feriz, alfinique, finid, y otros muchos. Adviértase que la palabra
alcuza, aunque tiene al y es palabra gutural y con z, que no me determino
a que sea arábiga, porque en griego //(72v) Lhkuqo~ es ‘vaso de olio’, alcuza,
aunque también significa lo que llamamos bujeta cuando tiene ungüentos.
Lhkuqion, parva lecytus, parva ampulla, pequeño vaso.
Padeció antes que de los moros ni los romanos la lengua española detri-
mento de los penos o cartagineses, y poseyeron toda España, mezclando su
lengua; y por esto los latinos que después escribieron no pudieron determina-
damente saber ya cuál era voz propia española. Desta lengua pena aun ruinas
no han quedado; sólo escondió Plauto al tiempo y a la antigüedad en el Penulo
unas pocas, las cuales hasta hoy no han sido toca //(73r) das de comentador
ninguno. Sólo Escalígero, el hijo, vanaglorioso, amenazó las gentes con pro-
mesas de esa aventura, y después de su muerte Frederico Taubmano, adulando
a Isaaco Casaubon, dice que a él le aguarda esta cifra nunca entendida.Y creo,
según los dos son doctos, tuviera claridad esta duda a haber merecido su cui-
dado, que justamente poseen hombres mayores.
Son, pues, las palabras tales, que aun leerse no pueden; y como cosa que
no entendida de nadie se ha escrito y impreso tantas veces, a mi ver está men-
tirosísimo. Sólo advierto que, a mi parecer, le intro //(73v) duce Plauto a este
peno hablando el lenguaje peno corrompido con el latino por donaire, como
EDICIÓN DE «ESPAÑA DEFENDIDA» 37
Leyera yo aquí de mejor gana et fratri filium, porque ya dijo //(75r) que ve-
nía a buscar sus hijas y el hijo de su hermano, y ahora dice que las hijas se las
quitaron a él y a su hermano el hijo, conforme a lo cual está bien al sujeto la
voz talonim, declarada por muchachos, restituyéndola a la voz hebrea thaholulim.
Que hable latín corrompido con peno vese donde dice: Canet hith bimithii ad
aedin, donde canet y ad i edin, poco corrompido, son latinos y más adelante
homalonyn vbi, el vbi es latino; ythe, manet, son latinos; el ythe es el yte sin la h
de la tau suya; //(75v) manet es latino; syth, naso son voces latinas; el syth es del
verbo sum, es, fuit: syt, quitando la h con que acostumbran a acompañar la tau.
Succurratim misti atticum esse: todo es latino algo corrompido.Y luego prosi-
gue: «Concubitum a bello cotimbeant», que es puro latín. Más abajo at enim, y lue-
go et te se, partículas latinas. Aodeanec //(76r) es querer pronunciar la lengua y
no acertar; yo lo leo aodeanec, adeo nec. Así, cuando los españoles quieren hablar
italiano, por decir testa: «io ti rompiro lo tiesta, inara vedini»; y por decir iorno dicen
qualque jorno. Acaba con estas palabras: «Lictor bodes iussum»; lictor y iussum lati-
nas voce[s] son. Así que se colige que introdujo un peno hablando latín púnico
mezclado con su lengua, como el que introdujo un flamenco hablando en una
comedia, y por decir: «¿Quiérese apear aquí su señoría?», //(76v) decía, llevado
de su lengua precipitada y de sus erres: «¿Se quierr piarr qui su sangría?». Esto
es lo que yo he podido advertir y sacar del acto v de Plauto, donde nadie ha
puesto la pluma. Si errare en lugar tan escuro no es mucho, pues no llevo nadie
delante. Y como quiera que de la lengua púnica no tengamos otro escrito, y
éste no se entienda, mal podemos ver qué voces debemos a los cartagineses,
38 ESPAÑA DEFENDIDA
pues de todas estas aun no aluden confusamente a voces nuestras sino dos o
tres: thalonim a ‘talón’, valon a ‘valón’, sillo a ‘silo’, //(77r) motyn a ‘motín’, ni a ‘ni’;
y esto es sólo aludir por lo escrito, no sabiendo en las más su significación, que
sin duda será diversísima.
Que los penos tengan la lengua de siros y fenices, que esta fuese la tiria y
que la hablasen, consta //(110r) destas palabras de Josefo Escalígero sobre Sesto:
«Sarra prius insula que nun Epiros est, ita plane scripsit Festus. Sicnificat, prius insula
cum esset, postea cum ab Alexand[r]o obsideretur hjspeirwsqai. Nota hac çelebris
historia, nomen hoc incognitum fuit grecis. Nam vt Syri ipsi vocabant Kyron (sic). At
Phenyzes antiquitus Sor dicebant, eorum colones Cartaginienses eadem lingua vtentes
Sar vocarunt. Ab illis didiçerunt Romani. Vnde Ennius Penos Sarra oriundos dixit,
hoc est, Tyro, obsolecente hebraismo quod fuerat idioma Phenicum Syri pro Sor. Tur
dixerunt, primum quia Sade, et Sin literas mutant in Tau, deinde quia ipsi non
vtuntur o, set pro ea v solent vsurpare. Qui vtriusque lingue operan dederunt, sciunt
me verum loqui». Añada a esto el que más supiere, que yo haré tan buen reci-
bimiento a mi enmienda, como Plauto a la luz y declaración de sus tinieblas.
Ahora nos resta la parte que en nuestra lengua tomaron con su imperio los
romanos; y esta es tan grande, que se puede hacer un libro entero que sea latín
y sea romance, con gramática y voces propias, como le hizo el dotor Aguiar, y
el dotor Hierónimo de Oliva hizo una oración en prosa latín y romance; anda
en sus obras al principio. Viziana, //(77v) valenciano, escribe también otras dos
oraciones. No pongamos ejemplos largamente. Sólo se ha de advertir que el
lenguaje latino más limpio se habló antiguamente y más llegado a su fuente
que ahora, como se ve en las voces: home, más tiene de homo que hombre; fijo,
más tiene de filius que hijo. Ahora Gregorio López Madera dice, de parecer de
Angelo Rocha, que esta palabra hijo la tomamos más nosotros de iios griego
que del filius latino; y no es así, que el hijos es corrompido de fijos, que antes
//(78r) decíamos, como de fembra, ‘hembra’, de facer, ‘hacer’, volviendo los mo-
dernos las f en h; y el fijos antiguo se deduce claramente de filius latino; y filius
latino, de parecer del doctísimo Dante en el Convivio amoroso, se dice de filos
griego, que quiere decir ‘amor’, porque los hijos son amor de los padres.
Piérdense unas voces, y otras se corrompen, y otras se conservan. Las que se
pierden son como frontispicio, pues de una oración latina entera, a fronte aspizio,
hacemos una voz determinada a una cosa, confundiendo los casos. Las que //
(78v)
se conservan son como amo, flamante, reciente y otras muchas. Los que se
corrompen, o se corrompen por mudar letras, como la t en d (materia decimos
madera, y otros); o por dejar letras, como ronco, voz propia griega de bragco~,
branchos, que significa enfermedad de la garganta, y en Tucídides significa la
ronquera: «kai bragco~ evpegigneto», «y llegábaseles ronquera». Según la
antigua voz, esta palabra roncos en castellano está corrompida de entrambas
maneras, trocando la a en o y dejando la b; mas conforme la lición mo //(79r)
derna, solamente dejando la primera letra en este significado, porque escriben
bronco~, que, quitando la be, es ‘roncos’. La misma voz tenemos sin corrup-
ción en broncos, ‘toscos’, que decimos. Así que es fuerza que, habiendo sido la
lengua romana la que, después de los penos hasta los moros, poseyó a España,
y como Navarrete prueba, hizo vulgar su lengua en ella que hasta hoy se
EDICIÓN DE «ESPAÑA DEFENDIDA» 39
E esta ley que fiziemos por amor de piedat e de religión, por guarda nuestro
regno e de nuestro pueblo, que vala por siempre por el ayuda de Dios e de todos
nuestros su //(82r) cesores que estos establecimientos de la ley guardaren. Jesucristo,
que vence, los faga vencedores e confirme su regno de aquellos que sopiere que
han voluntad de lo guardar, e maguer que nos non queremos que la sentencia desta
ley sea corrompida en ningún tiempo, todavía aquel que la pasare e non la guar-
dare, sea en este siglo más disfamado de todos los otros omes, e su vida desperesca
en aquel tiempo que él asmare de venir contra esta nuestra ley, e haya tan grand
carga de pecados en cuanto él //(82v) pasare el mandado desta ley, y en aquel tiempo
espantoso que ha de venir el Juicio, e Nuestro Señor que ha de venir temeroso, sea
departido de la grey de los fieles de Cristo, e sea puesto a la siniestra parte con los
judíos, e sea quemado en las llamas del fuego, e haya al diablo por compañero, y
40 ESPAÑA DEFENDIDA
esto mandamos porque la pena sea venganza daquellos que pasan los mandamien-
tos de la ley, e aquellos que la guardaren, que hayan buen gualardón por siempre.
Jerusalén era de judíos por ser el presidio de Roma y estar por Ro //(86r) ma,
y decir que le entregaron a los soldados, colegimos que fueron romanos, y por
no entender la palabra Eli, Eli, que si fueran hebreos, la entendieran.
Así que Gregorio López Madera no entendió el lugar; y luego, por últi-
ma fuerza, dice estas palabras: «Y como llamaban romanos a los naturales, en
consecuencia necesaria, a su lengua decían romana». Esto es otro disparate,
porque llamar romance así nuestra lengua es cosa moderna más que piensa el
dicho Gregorio López. Prosigue así: «Pero nunca daban que se hubiese //(86v)
llamado latina, porque siempre fue idioma propio y distante del latín». ¡Miren
si lo enmendó! Aquí nos ha cogido. Menester es un adivino etrusco para esto.
Espántome que un hombre tan honrado dijese tal cosa, sin advertir que, si los
romanos eran latinos y la lengua latina era la romana, que es lo mismo decir
lengua romana que lengua latina. Latina se llama la de Roma, porque Roma
la tomó en su fundación del Latio para el imperio, y la misma se llama romana
en España, tomada de Roma.
Pongamos este caso: //(87r) dos nombres tiene nuestra lengua, romance y
castellano. ¿No sería lo mismo decir: «Ya los aragoneses hablan romance?»,
que decir: «Ya los aragoneses hablan castellano»? Pues lo mismo es en España:
hablan romance o hablan latín, hablan lengua romana u lengua latina, siendo
una misma. Dice luego: «El sexto engaño y equivocación es pensar que nues-
tra lengua tuvo en sus principios la barbarie y grosería que muestran algunas
escrituras». Barbarie y grosería llama las voces más semejantes a su original y
menos ofendidas del pueblo. Adelante así: //(87v) «La cual equivocación consis-
te en no considerar que es muy cierto lo que dijo Horacio que los lenguajes
tienen sus mudanzas, de manera que se hablan en un tiempo bien y en otro
se corrompen y mudan, y después vuelven a su pureza primera, que es lo que
él dijo:
No pudo entenderse peor este lugar tan claro. Dice Horacio así en la sátira
postrera contra los malos poetas:
Esto Horacio, donde no trata de las lenguas, ni dice que la que en tiempo
de Cicerón se habló bien y ahora se habla mal, se ha de tornar a hablar tan bien
como en el tiempo de Cicerón, siendo fuerza que se hable perdida siempre
peor. Sólo trata de la poca seguridad que tienen, si se les atreve el uso, las voces
más hermosas, porque, en tomándolas el vulgo, el mismo Horacio las reprueba.
Desto se quejó Cicerón //(88v) en una epístola a Ático; y desto nos que-
jamos los españoles, pues el modo de hablar del vulgo, usurpando las voces a
sus significados, nos las quita; como se ve, verificado el lugar de Horacio, en
esta palabra natura, que tuvo tanta dignidad en la lengua antigua y ahora, por
haberla usurpado a parte obscena, no podemos sin vergüenza usar de ella, y,
bárbaros, somos forzados a usar del abstracto naturaleza por el concreto, no
siendo lo que se quiere decir; meter nos es vedado por lo mismo, y otras voces
sin número que tuvieron honor //(89r) hasta que la boca del pueblo las profanó
con torpes equivocaciones. Y tornarán a cobrar su honor cuando, dejando
éstas el vulgo, para las mismas cosas infame novelero, usurpare a la lengua o
cautivare otras palabras.
Así que, entendiéndose así este lugar, aun costruido por un muchacho, de
palabras se entiende, y de ellas en este caso.Y es lo mejor y más cierto, si todo
aquel volumen se hizo para defender las reliquias de Granada, decir que, pues
es milagro mayor la certeza de la profecía, que, quien entonces supo las cosas
//(89v) que ahora son, sabía el lenguaje, y para que fuese más clara la profecía
y careciese de dificultad, o por la aspereza de la lengua fuese inútil, comunicó
Dios con el don de la profecía el de la lengua. Y con esto no será necesario
esforzar la verdad con fábulas y sueños, como lo han sido todos los referidos.Y
más el decir que acabamiento es palabra propia del idioma español, y que está en
la //(90r) profecía de Granada, y que no es del latín como fin de fin, siendo cierto
que acabamiento se dice de cabo, y que cabo en romance se dice de caput co-
rrupto, como se ve en los mapas, pues donde allá dice Caput Bone Spei, decimos
siempre Cabo de Buena Esperanza, y sólo se muda una letra de caput; capo dice
el italiano, la p b; cabo, nosotros.Y aún acá lo usurpan vulgarmente: «Fulano va
por cabo de tantas compañías», es ‘va por cabeza’; y «de cabo a cabo» decimos,
‘de cabeza a cabeza’. Esto afirma Angelo Caninio, en las Instituçiones syriacas, de
la mudanza de las letras: p en b se muda, y pone este ejemplo: caput, cabo.
//(90v) Respondamos ahora a Gerardo Mercator. Si la lengua castellana tie-
ne casi todas las voces griegas así como los griegos las pronunciaron y es toda
latín en los idiomas diferentes sólo casi en la pronunciación, como valenciano,
portugués y castellano, si tiene casi todas las voces más propias del hebreo,
como acerca de los lugares nota Arias Montano sobre Josué, y de la lengua
de África antigua que hablaban los penos lo mejor, y de la tiria suya, porque
hablaban estas dos lenguas los penos, y por eso Plauto dice en el Poenulo: //(91r)
Bilingues quia Tyria et Africa lingua utebantur; bilingües, porque usaban de dos
lenguas, la africana y la tiria. De la arábiga, quitado el cansancio y molestia,
muchas voces de que refiere parte Navarrete; //(91v) así que, o has de decir,
Gerardo Mercador, mal de todas las lenguas originales, o no le has de decir
de la española en cuanto a las voces y palabras, pues son las mismas que en sus
originales.
Pues de la gramática de ella, ¿cómo puedes tú blasfemar inconsiderada-
mente, si en la elegancia, conjugación y declinación es el mejor retrato que la
lengua hebrea tiene? Dices que por defecto de ella no damos a luz los partos
de nuestro ingenio, ni los comunicamos a los extranjeros. Échase de ver tu //
(92r)
invidia si has visto nuestros libros, y tu inocencia si no los has leído, pues
son casi inumerables en todas ciencias los que en lengua castellana hay o en
romance, que es lengua española, pues hablas en común de toda España.
No quiero competir con tu lengua propia, con la griega y latina, en el pro-
pio idioma. ¿Qué Tito Livio iguala a Jerónimo de Zurita, cuya historia es fe
en todo el mundo, autenticada con su nombre? ¿Qué estudio se iguala ni qué
cuidado a sus //(92v) Anales de Aragón, donde, por hacer puntuales dos descrip-
ciones, hizo dos jornadas a Italia? Obra grande y escrita sin socorro de prime-
ras historias ni relaciones trabajadas de otros. ¿Qué comentarios igualan a los
de Alburquerque y de don Bernardino de Mendoza el ciego? ¿Qué décadas
a las de Barros? ¿Qué historia a la de Mármol de Granada? Ilustre escritor es
Pero Mejía, no le excede Suetonio. ¿Cuál fue más cuidadoso que Ambrosio de
Morales? //(93r) Copiosos escriptores son Florián de Ocampo y Garibay. ¿Qué
alabanza no merece la verdad de Perantón Beuter? ¿Cuál es más limado estilo
que el de Mosquera en la Conquista de las Azores y Herrera en la Batalla naval?
¿A qué cosa excelente no es igual la Vida de Pío Quinto por Reinoso? ¿Qué
dejó por escribir Gómara en la Historia general de las Indias, Cieça(r), Zárate,
Gonzalo Fernández de Oviedo y Álvar Núñez Cabeza de Vaca? //(93v) ¿Con
qué valiente escrito no presume el padre Roa, español, de varia dotrina en el
libro de la Vida de la condesa de Feria? ¿Dónde menos adulterada de lisonjas
resplandeció la verdad que en los Comentarios de las guerras de Alemania, de don
Luis de Ávila? ¿Cuál es más dichoso trabajo, ni más estimado estudio, que el
de Illescas en la Pontifical? ¿Quién juntó más que Pineda? ¿Qué se le escondió
en las tinieblas de la antigüedad al dotor Jerónimo Gudiel en el Compendio //
(94r)
de historias y antigüedades de España? ¿Qué cosa tuvo reservada el tiempo en
sus anales ni la memoria escura con los días al trabajo de Argote de Molina?
¿Quién de todas las naciones en la lengua propia y latina osa competir el nom-
bre a Juan de Mariana? ¿Quién por desconocido camino y nunca intentado de
nadie escribió tan sutiles discursos como el Presentado fray Gregorio García,
en el Origen de los indios? ¿A qué sublime escritor no da invidia //(94v) fray
Hernando del Castillo, en la Historia de su orden?
No hay número para contar los gloriosos escritores de España, aunque los
más que he referido son de Castilla solamente. ¿Sonó por ventura, Gerardo
Mercador, la elegancia griega mejor en los labios de Demóstenes, Esquines o
44 ESPAÑA DEFENDIDA
sois los que ponéis miedo con los títulos de los libros y con los epítetos; mira
tu Atlante mayor, siendo un pobre remendón de Ortelio.
Añades: «Aman los españoles las mal fundadas cavilaciones de los sofistas».
Todo lo dices al revés. ¿Por ventura en España halló aplauso vuestro Pedro
de Ramos, perturbador de toda la filosofía y apóstata de las letras? ¿Cuándo
abrió en España nadie los labios contra la verdad de Aristóteles? //(102v) ¿Turbó
las academias de España Bernardino Tilesio, o halló cátredas como en Italia?
¿Tiene acá secuaces la perdida ignorancia del infame hechicero y fabulador
Teofrasto Paracelso, que se atrevió a la medicina de Hipócrates y Galeno, fun-
dado en pullas y cuentos de viejas y en supersticiones aprendidas de mujer-
cillas y pícaros vagamundos? ¿Han manchado nuestro papel vuestros mágicos
engañosos Abanos, Agripas y Tritemios a quien veda la Inquisición, no porque
sea verdad //(103r) lo que escriben, sino porque no desperdicien y mal logren
el tiempo a los que los leyeren? ¿Cuál fue tan rematada locura que no hallase
impresión entre vosotros? ¿Qué desechó España por falso y vil que no hallase
estima en vuestra superstición y precio en vuestros libreros? ¿Qué sagrado
libro no manchó Melanton? ¿Qué ánimo no llevó tras sí la cavilosa adulación
de Lutero? ¿Qué no creístes a Calvino? ¿En qué negastes crédito a Besa?
Y siendo todos estos, no sólo sofistas, sino enemigos públicos de la verdad,
//(103v) dices que seguimos a las mentiras de los sofistas, nosotros, que nunca
los oímos ni comunicamos con quien los oyese, observadores de la Escritura
y de los primitivos padres griegos y siros, de la filosofía de Aristóteles y de la
medicina de Hipócrates y Galeno, hombres a quien nadie que sea partícipe de
razón dejará de llamar padres del saber, cuanto y más sofistas.
Última calumnia en esta orden es: «Así hablan en las universidades de me-
jor gana español //(104r) que latín».
En las cosas que no son tocantes al argumento o ciencia o lección, sino en
el corro y de cosas familiares, dice[s] la verdad, que hablan castellano; y eso es
razón, porque hablar latín vulgarmente, sólo aprovecha para vulgarizar el estilo
y deprimir el espíritu para en ofreciéndose escribir o hablar en cosas mayores,
no tratar las materias con iguales palabras. Esto se verá mejor defendido en
las Paradojas de Sánchez el Brocense, cuidadoso y docto español. //(104v) Mas
si lo dices por los argumentos y actos y licciones, te engañas, o te engañó la
relación, antes la malicia, porque no se permite hablar sino en latín en ningu-
na de todas las universidades de España, cuya grandeza y dotrina, maestros y
dicípulos, tendrán su lugar adelante más largamente.
Y cuando todo esto no hubiera, Gerardo, contra ti, y no tuvieran histo-
rias copiosas y elegantes todos los reyes de España, era para nosotros gloriosa
respuesta que los españoles más se precian de hacer //(105r) cosas dignas de ser
escritas, que no de escribir sueños o lo que otros hicieron, lo cual, como dice
en Dion, 2 oración De Recno, Alejandro, es ser pregoneros, y en estas palabras
da por sin comparación aventajada nuestra virtud a la vuestra. «Pues si tanto
admiras a Homero (dice Filipe a Alejandro), ¿por qué tienes en menos su
virtud?» Y respondió: «Porque en los juegos olímpicos de buena gana oiría el
pregonero divulgando los hechos con voz grande y clara, pero aun entonces
más quisiera ser pregonado que pregonar a otros».Y en España hay entrambas
EDICIÓN DE «ESPAÑA DEFENDIDA» 47
cosas, pues han sido los //(105v) españoles fama de sí mismos; y el parecer que
no hay mucho escrito de ellos, es el haber hecho tantas cosas dignas de ser
escritas, que nunca las igualarán con alabanzas los virtuosos y doctos, ni con
invidia los extraños enemigos suyos.
Y la comparación de la lengua española en escritos y autores no la he
hecho hasta ahora, sino sólo en la propia lengua, en la cual compite con la
griega y latina, y de las vulgares no con otra si no con la francesa, noble en
escritores, que, en las vuestras, del latín se sirven hasta los ofi //(106r) cios viles,
por defecto de la propia. No se me esconde que Erasmo en el diálogo De
pronunciación, burla del afecto con que los españoles repetidamente usamos de
la ese; y fúndalo mal Erasmo con cuentecillos y chistes; y aun para ofendernos
en sola la pronunciación de una letra, nos alaba en lo que más importa. Bien
sé que, como alemán, irónicamente dice: «At mihi videntur viri iusti pariter ac
prudentes Hispani, qui quod Galli peccant in S, abunde pensant nihil sine hac litera
pronunciantes, ac sepius eam in eandem dicçionem infulcientes».Y adelante así: //(106v)
«Si ludere vacaret, diceren Gallos, quoniam non asueverunt sibillis ob serpentium illic
raritatem, metu ac religione vitare literam, ne provocatum cognato sibilo noxium animal
frequentius eo demigret. Contra hispanos, ut viros fortes, et serpentium sibilis asuetos,
adeo contempuere illos, vt etiam obsibilent, quo absterreant». «Mucho encarecimiento
de miedo es en los franceses no silbar de miedo de culebras, que son tan raras
allá, y mucha osadía de los españoles silbar donde hay tantas». Pase esto por
chocarrería en el doctísimo Erasmo, //(107r) que tal vez se dejó llevar de la pa-
sión de extranjero.Y para fundarlo con alguna autoridad dice: «Magis me movet
quod priscis illis tantopere displicuerit, qui parce literam hanc admiscuerint in tantum
vt quidam totas odas conscripserint asigmw~, hoc est, nunquam admixto s. Quin et
Pindarus legitur hanc literam infamase versu».Y no hay otra cosa en los himnos de
Píndaro y de Anacreón sino ss. ¿Qué s rehusó Virgilio de poner en sus versos,
aun en los que quiso que fuesen más sonoros, como este, que es todo s?
Tampoco rehusó que colidiesen, que, si fuera tan notable falta o tan abo-
rrecible letra, quien tanto limó sus //(107v) versos, no dijera:
Y en las Geórgicas:
Y más abajo:
donde no hay palabra que no tenga una s, y una dos. Y destos versos son
infinitos en todos los autores latinos, por lo cual en ellos y en los griegos lo
consideró mal Erasmo, y en los hebreos.
Pero es de notar que la voz del hombre es diferente de la de las bestias en
los acentos sólo cuando la forma del aliento con la lengua en los labios, en el
cual género de pronunciación es frecuente el silbo o la s; y en esotras guturales
u del paladar, como la alemana, es pronunciación //(108r) de bestias, como el
gruñido de los animales, que le forman en la garganta, y las voces de los grajos,
que, vibrando la lengua en sus paladares, despedazando el aire, repiten la rr de
los alemanes. Las aves regaladas y blandas con el silbo cantan la pronunciación
de la s; articulan como el ruiseñor. Esto dice Terenciano Mauro, pues, tratando
de la r, dice:
koko~ jpwx si cartaginensium ars. bursa per methatesin quasi bursa, nan sine
dubio hrxwb; hoc est munitus locus, akra, quo nomine idumeorum metropolis ita dicta
qui eadem lingua cum carthaginensibus loquebantur nugaçes qraecis quidquid ad eorum
linguam aludit statim Graecum esse çensent, nam cum pro bursa quod eorum lingua
non patiebatur. bursan dixerunt, dictum factum pro Graeco publicatur, atque proscrip-
serunt. Hoc quod hic notamus. Scribimus iis qui si vel primis hebraicis literis tincti sunt
me verum dicere, non negabunt in vtroque autem jpwx gram jrxwb schurek pro holem
effertur more Syrorum».
//(110v) Sexto Pompeyo: «“Supparus” dicebatur puelare vestimentum lineum,
quod es subulca appelabatur». Pomponius infulonia. De aquí subucula poco muda-
do. Prosigue: «Velum omne quod ex lino est supparum dicitur Puniceum vestimentum
ita vocat Nevi. De Belo punico. ettc.».
Sobre este lugar, así el desvergonzado Escalígero en sus notas: «Supparum
camisiam vsurpat Paulus verbum suae aetatis, ac suorum hominum elegantia dignum.
“Cama” est barbarum vocabulum. Id significat ‘lectum’. Hodieque in idiotismo suo
retinent Hispani, “camas” enim lectos vocant, ab eo tunicam ligneam nocturnan cami-
siam. Autor Isidorus, et ipse Homo hispanus».
Dido entre los penos significa virago, ‘varonil matrona’, nombre que a Elisa
pusieron después de muerta por el valor con que se dio muerte.
//(111r) Sufes: no entiende esta voz Josefo Escalígero en nada de lo que sueña
sobre Sexto Pompeyo. Es voz pena, y por eso hebrea; porque con la mescla
de los fenices la lengua púnica es hebrea. Los fenices, vecinos de los hebreos,
hebreo hablaban. Añado población. Y estos fenices compañeros de Elisa tru-
jeron con ella la filosofía a Karthadam, o Cartago, ‘media ciudad’. Probarse
ha más despacio esto en otra parte, siguiendo a Othon Heurnio, en su libro
intitulado Barbarice philosophiae. Su f es por f, o por p, que es letra hebrea π.p,
phe; quiere decir en hebreo ‘rubio’. Así en el Psalmo cvi: πWsAmyæb,] en el mar,
suf, que se interpreta en latín rubrum //(111v) o ‘bermejo’, la voz supf.Y de ahí
a los magistrados los penos los llamaron sufes, quia purpurati incidebant, «porque
andaban vestidos de púrpura». Y los romanos, a quien vinieron derivadas por
los griegos y latinos las costumbres y letras de los hebreos, llamaban purpuratos
a los Padres conscriptos.
No se me huye que pWs sinifica ‘las algas’ o ‘lugar juncoso’ o ‘el junco’ o ‘el
papiro’, de que hay gran copia en la orilla; y también significa ‘la tempestad’ y
‘la tormenta’. Mas todos le vuelven por ‘mar rubro o bermejo’; y aun alegori-
zan algo de la sangre de Cristo. Fuera desto, Aben Ezra quiere que sea nombre
del lugar.Y sea así; mas porque es el lugar san //(112r) guino y rubro o rojo, sea
nombre de tal lugar. La raíz es pWs finire, deficere, desinere, ‘acabar’, ‘dejar’; y lo
más cierto es que se dice de la raíz que sinifica finire, porque el sumo magistra-
do difine las cosas.Y adviértase que la voz sup no significa más ‘bermejo’ que
‘papiros’ que ‘junco’, sino que, viendo los intérpretes llamar en la Escritura a
aquel mar Sup, unos, viendo que es juncoso, dijeron que significaba el junco,
y otros, viéndole bermejo, que rufo.
Desmazalado es voz hebrea, siríaca por mejor decir; quiere decir ‘desdicha-
do’, porque lz;m; dice ‘fortuna’ y ‘estrellas’, ‘planetas’, por lo errantes y
varias: mazal tob, ‘buena fortuna’; mazal ra, ‘mala fortuna’.
50 ESPAÑA DEFENDIDA
//(112v) Plutarcus simposiacan. Decados 8 cap 6: kai mhvsan men th;n ett.
Probando que muchas voces latinas se dicen de las griegas como «mensa quod
in medio aponatur: panem eo quod plaçet; famem coronam a capite quemadmodum
galeam coronam dixit Homerus; quos nos odontas vocamus illi dentes.Y los españoles
dientes: et labra nos labios quod illis esca aprehendatur.
Actuarium, abado, aditamentum, hispanice: ‘añadidura’.
Bonaventura Vulcanius in glosario latino greco, sic Aginare strateuesqai, et
aginat strateuvein docuit notis in Festum, Josepus Scaliger legendum trakteues-
qai, et trakteuein quod sicnificat ‘negociare’». Es palabra que los griegos toma-
ron de los latinos y que en las constituciones de los emperadores griegos se ve
cada día. Los españoles la //(113r) guardan y llaman tratantes a los negociantes,
y a la casa de negocios en Sevilla, Contratación.
Hasta aquí Bulcanio confirmando las enmiendas de Josefo Burdon. Y es
de notar que con el hispanismo se defiende la lección griega antigua aginare,
o latina, aunque más antigua que tractare, pues decimos los españoles, juntando
la una voz y la otra, trajinar al negociar, donde se ven juntas entrambas voces,
la una adición de la otra, como declarando o apadrinando al nuevo uso la más
antigua o escondida.
Aegiptium, faiovn, ‘negro’ y de aquí: «feo como la noche», id est, «negro
como la noche». Ni malis, latino, fedus, id est, [t]urpe.
//(113v) Barus. Burrus, PurjrJov~, Burrus etiam est Rubellus rufus. De aquí sospe-
cho que dijeron borrachos los españoles, y Burro al asno y burro al vizcaíno por
la color del beber colorada.
Bauar, lege Baccar, Hispani Buccaro.
Chico, que decimos en español, se dice de cico, grukokko~. Legendum for-
tase: Gru, vnde proberbium, negri quidem ciccum mali gramati membrana. Hesychius
interpretatur kikko~ diacwrhsi~ credo legi apud Hesichium et Isidorum vnico. C.
kikko~ diacwrhsi~.
Alvi excrementum eiestio alvi sanguinea.
Ioanes Meursi «Glosario».
Kaltza, caliga. Codinus, «De officiis aulae Constantinopolitanae», et sepissime
ilic.
Illoustrio~, illustres dicnitatis nota, Basilic Egloga vii, et Suidas, prokopio~
illoustrio~, ettc.
//(114r) Harbar se puede deducir del hebreo, porque harbe y arbar quiere
decir ‘mucho’; y al que en cualquiera cosa hace mucho muy aprisa le dicen
que lo harba. Vese esto en aquellas palabras de Samaeo hbrh hc[w f[m rwma
emormeatvaaseharbe: «habla poco y haz mucho».
Ganta, crwalwvthx dícese ganza, género de ánsar a quien los teutones
llaman gans, y nosotros, de ellos y del latino, ánsar, ganso.
Gras. cqon, lee cqwn, gras, cui vozi respondit teutonica vox gras, quod gramen
significat. Los españo[le]s, del latín, grama o alcacel, voz nuestra del arábigo.
Hittus fwnhv kunov~, inde, Hittio ijcneuw, propio de los perros notó Josefo
Burdon knizontwn, et. Vestigia indagantium Hispani Belgae vocem sic quatientium,
exprimunt voçea uict aciones canum siue Hitto.
//(114v) Mannis boueivcoi~, ‘burro’, ‘asno’.
EDICIÓN DE «ESPAÑA DEFENDIDA» 51
Como sea verdad asegurada por los filósofos que de la buena o mala tem-
planza de los humores resultan las complexiones en los cuerpos, y de ellas
las costumbres, las cuales, aunque suele corregir la razón, por la mayor parte
muestran, o en las obras o en la intención, imperiosamente su malicia, es sin
duda que España, teniendo tierra templada y cielo sereno, causará semejantes
efetos en humores y condiciones; como se ve, pues ni la frial //(122v) dad nos
hace flemáticos y perezosos como a los alemanes, ni el mucho calor inútiles
para el trabajo como a los negros y a los indios; pues, templada la una calidad
con la otra, produce bien castigadas costumbres.
Es natural de España la lealtad a los príncipes, y religiosa la obediencia
a las leyes y el amor a los generales y capitanes. Siempre en todos los reyes
que han tenido, buenos u malos, han sabido amar los unos y zufrir los otros,
comprando siempre la libertad de sus patrias con generoso desprecio de sus
vidas.Y hanles dado ocasión a tantas glorias la infi[ni]dad de calamidades que,
eslabonadas, la han turbado el sosiego, que, como España //(123r) con la riqueza
trujo así cudiciosos los siros y fenices, los griegos y los romanos y los sarra-
cenos, de quien el mar defendió sus puertos hasta que los trujo un traidor (o
sea lo que otros quieren, ocupados en acreditar lo menos común, aunque sea
menos verdadero) sin duda ha ejercitado más las armas y la virtud militar que
las demás naciones, que por la pobreza y poco abrigo de sus tierras sólo saben
de peregrinaciones, y arrimados a la industria, se hacen ricos en España del
precio que ponen a su afán y solicitud.
Y estas costumbres son hijas de su necesidad. Así lo dijo Cicerón, el que
todo lo dijo mejor que todos; lo que tomó de otros, mejorándolo, y lo que no,
de suerte que nadie lo pudiese mejorar. //(123v) Tomo 2, oración xv, De la ley
agraria contra P. Servilio Rullo, al fin: «No se engendran en los hombres las cos-
tumbres tanto de la estirpe y linaje o generación, como de aquellas cosas que
les son administradas de la naturaleza del lugar y de la costumbre de la vida
con que nos criamos y vivimos». Los cartagineses no los llaman mentirosos y
engañadores por su nacimiento, sino por la naturaleza del lugar, porque por
sus muchos puertos, con muchas y varias lenguas de mercaderes y advenedizos,
52 ESPAÑA DEFENDIDA
por el logro, son dados al estudio de engañar; a los ginoveses, montaraces, du-
ros y rústicos, enseñó su misma tierra, con no llevar nada, si no es con mucho
trabajo y labor (añado yo), //(124r) a buscarlo en las tierras ajenas; los campanos,
siempre soberbios con la bondad de sus campos, con la abundancia de sus
frutos, con la salud de la ciudad, fábrica y hermosura.
Mientras tuvo Roma a quien temer y enemigos, ¡qué diferentes costum-
bres tuvo! ¡Cómo se ejercitó en las armas! ¡Qué pechos tan valerosos ostentó
al mundo! Mas luego que honraron sus deseos perezos[os] al otio bestial con
nombre de paz santa, ¡qué vicio no se apoderó de ella! Y ¡qué torpeza no em-
barazó los ánimos que antes bastaron a sujetar el mundo! Viose entonces que la
prudencia de los hombres sobra para vencer el mundo; mas no sabe vencerse a
sí.Y si es verdad que //(124v) a la invidia de los enemigos y al miedo precioso que
se les tiene (llámole así por el efeto que hace) se debe el cuidado y diciplina de
los perseguidos y invidiados, largo es sin duda en España este fruto, pues como
tierra que por todas partes se ve advertida de ojos enemigos de sus principios,
a que se ejercita toda en defensas de su virtud; y así en esta poca paz que alcan-
zamos, en parte maliciosa, el largo hábito a las santas costumbres de la guerra la
sustenta en ellas, aunque a mi opinión España nunca goza de paz: sólo descansa,
como ahora, del peso de las armas, //(125r) para tornar a ellas con mayor fuerza
y nuevo aliento.Y son a todos como a ella importantes las armas suyas, pues, a
no haberlas, corriera sin límites la soberbia de los turcos y la insolencia de los
herejes, y gozaran en las Indias seguros los ídolos su adoración, de suerte que es
orilla deste mar, cuya gloria es la obediencia destas olas que solamente la tocan
para deshacerse.
//(125v) Así que concluimos que las costumbres propias y primeras de España
fueron en todo hijas de la templanza de su cielo y de la naturaleza del lugar, y
por eso modestas, moderadas y según justa ley y diciplina.
Las antiguas, de que hay alguna aunque pobre memoria, fueron en medio
de sus desdichas tales; y con nacer entre tantos diferentes bárbaros, en todo
medidas con la razón, honrosas y dignas de alabanza, más encaminadas a la
virtud robusta y a las armas, que a la paz y sosiego y regalo. Todos los antiguos
escritores nombran a los españoles entre las naciones más belicosas, como
Platón en el De las leyes, aunque Cicerón en lo De Responsis Auruspicum nos
hace insignes por el número y muchedumbre //(126r) de gente, cosa en que
hoy somos vencidos de todas las naciones. Salustio refiere que era costumbre
en España que las madres, a los hijos que iban a la guerra, les contasen las ha-
zañas de sus padres; cosa más conforme con la naturaleza de la tierra que de
las madres, pues de sí son vencidas del amor de sus hijos, de manera que antes
los detienen con lágrimas, y, blandas y temerosas, los ponen miedos con los
peligros de la guerra.
Por esto en España no hicieron las corónicas mucha falta en la parte que
tocaba a mover con el ejemplo, pues las madres eran corónicas a sus hijos para
darles qué imitar en sus padres. Aristóteles, Politicorum, lib. vii, cap. 2: «Entre los
españoles, gente belicosa, tantos verúculos, obeliscos los llaman, ponen alrede-
dor de sus sepulcros, cuantos enemigos ha muerto cada uno; //(126v) honrosos
túmulos, adornados con los vencimientos de los contrarios». El sepulcro que
EDICIÓN DE «ESPAÑA DEFENDIDA» 53
con la fama y memoria del valor y virtud propia se vuelve cuna, es digno de
invidia. ¡Cuánto mejor epitafio era este y más digno de que le respetara el
caminante y de que le buscara el peregrino, que los que ahora, hechos lenguas
de un bulto dorado, lisonjean al muerto y entretienen al vivo!
Vense reliquias deste modo de sepulcro en España; y en los edificios an-
tiguos estos obeliscos son frecuentes. Cayó ya todo esto en manos del regalo
demasiado, pues ya por los bultos y los sepulcros y retratos, no diferenciará na-
die al soldado del mercader, ni al capitán del médico, ni al general del abogado.
Común mortaja de los di //(127r) funtos han hecho las armas. Ni hay bulto de
mármol que no pise leones, que no abrace espada y que no esté con peto y
morrión. Tiénelos la piedra, y no los tuvo el que guarda. Gala son las armas
ahora, que entonces fueron defensa. Valiérale mucho a España que sus hijos
fueran como se pintan y no como son; mas refrán nuestro es, preciándonos de
leones, que «no es tan bravo el león como le pintan».
Pues si bajamos los ojos a las costumbres de los buenos hombres de Castilla,
de quinientos y de cuatrocientos años a esta parte, ¡qué santidad y qué virtud
y qué verdad veremos, que no imitamos ni heredamos, contentándonos con
lo menos, que es el nombre! ¡Qué leyes tan lícitamente nacidas de las divinas,
tan cuiidadosamente veneradas de ellos! //(127v) ¿Qué cosas no advirtieron con
castigos en los Fueros Juzgos castellanos, donde se ven con rigurosas penas co-
sas que por nuestros pecados nos han persuadido los tiempos a que merecen
premio? La calumnia de palabras leves, aun como llamar corcovado o tiñoso
a uno, se vio sujeta a graves castigos. Y así, con pocas y mal limadas palabras,
aunque más propias, tuvieron gloriosos pensamientos; y de pobres centellas de
un godo perdido, se esforzaron de suerte, que dieron pueblo a Dios, y libertad
a su tierra y gloria a sus nombres. ¡Qué leales fueron con Ferrant Gonzales!
Los mismos fueron con su sombra que con él. ¡Cómo amaron los santos reyes
y buenos, y cómo zufrieron muchos malos y crueles! Y si algunos castigaron
fue, no por su libertad, sino por la de su patria y religión.Y así Dios, cuyo //
(128r)
favor es premio justo de los buenos y castigo de los malos, peleó con
algunos capitanes y dio sus ángeles a otros. Él vence en todos los que vencen.
Como Dios de los ejércitos, unas veces nos amparó, y éstas fueron muchas,
con nuestro patrón Santiago; otras con la cruz, que, hecha a vencer la misma
muerte, sabe dar vida a todos los que, como estandarte de Dios, acaudilla.
Milicia fuimos suya en las Navas de Tolosa. La diestra de Dios venció en el
Cid, y la misma tomó a Gama y a Pacheco y a Alburquerque por instrumen-
to en las Indias Orientales para quitar la paz a los ídolos. ¿Quién sino Dios,
cuya mano es miedo sobre todas las cosas, amparó a Cortés para que lograse
dichosos atrevimientos, cuyo premio fue todo un Nuevo Mundo? Voz fue de
Dios, la cual halla obediencia en todas las cosas, aquella con que Jiménez de
Cisneros detuvo el día en la batalla de Orán, //(128v) donde un cordón fue por
todas las armas del mundo.
Prolijo fuera y vanaglorioso en querer contar por menudo todas las cosas
que nos sucedieron a los españoles gloriosamente en los días que han pasado,
sin callar que ha habido hijo suyo que llora estos tiempos y el verla viuda en
54 ESPAÑA DEFENDIDA
parte del antiguo vigor, y osa decir que la confianza de haberle tenido intro-
duce descuido de conservarle.
Han empezado a contentarse los hombres de España con heredar de sus
padres virtud, sin procurar tenerla para que se la hereden sus hijos. Alcanzan
a todas partes las fuerzas del dinero, o, por lo menos, se atreven, bien que el
oro nació con tal imperio en la cudicia de los hombres; pobres, conquistamos
riquezas ajenas; ricos, las mismas riquezas nos conquistan. ¿A qué vicio no ha
abierto la puerta con llave de oro la avaricia? Muchos en este tiempo //(129r)
entierra la gula. ¡Qué cosa más fea y más contra naturaleza, guisar muerte para
sí del sustento natural! Otros, del juego, que fue a moderados ánimos entre-
tenimiento, hicieron oficio.Viose alimenta[r] la fortuna en ellos de ciudades y
estados.Y si aún es perdición jugar lo que sobra, ¿qué será jugar lo necesario?
Grandezas hay que son dádivas del naipe y dado.Y así, en España heredan hoy
a los más sus desórdenes y sus vicios antes que sus hijos, mujeres ni hermanos.
Llegaran estas cosas a desesperar de remedio a España, si la modestia y
virtud y cristiandad de don Filipe 3, nuestro señor, no diera freno a estas cosas
con su ejemplo. Hay valerosos capitanes, doctos prelados y algunos hombres
buenos, a quien común devoción y novelero pueblo anticipó el nombre de
santos. Las ciencias que se aprendieron para vivir bien, por la mayor parte se
estudian para sólo vivir; //(129v) pero eso con eminencia notable y invidiada de
todas las naciones, pues en las ciencias sólidas, como filosofía, teulugía, leyes,
cánones y medicina y escritura, todas las naciones nos son inferiores, si bien
nos tratan de bárbaros porque no gastamos el cuidado en gramática y huma-
nidad; las cuales cosas por inferiores no las ignoran, sino que las desprecian los
españoles.Y aun en eso y lenguas, que es su profesión, hay ya españoles que les
dan cuidado y invidia a todos. Y así, se ven hoy muchos pobres virtuosos en
altos lugares, más por cuerda advertencia de don Filipe 3 que por costumbre
que hubiese de premiar beneméritos.
Las mujeres inventaron excesivo gasto a su adorno, y así la hacienda de la
república sirve a su vanidad.Y su hermosura es tan costosa y de tanto daño //
(130r)
a España, que sus galas nos han puesto necesidad de naciones extranjeras
para comprar, a precio de oro y plata, galas y bujerías, a quien sola su locura y
devaneo pone precio; de suerte que nos dejan los extranjeros el Reino lleno
de sartas y invenciones y cambray y hilo y dijes, y se llevan el dinero todo, que
es el niervo y sustancia del reino.Y lo que más es de sentir es de la manera que
los hombres las imitan en las galas y lo afeminado, pues es de suerte, que no
es un hombre ahora más apetecible a una mujer que una mujer a otra.Y esto
de suerte, que las galas en algunos parecen arrepentimiento de haber nacido
hombres, y otros pretenden enseñar a la naturaleza cómo sepa hacer de un
hombre mujer.
Al fin hacen dudoso el sexo, lo cual ha dado ocasión a nuevas premáticas,
por haber introducido vicios desconocidos de naturaleza. Hase profanado //
(130v)
de suerte la religiosa vergüenza de las matronas, que disimulan con el
nombre de cortesía la desenvoltura; hacen gala del adulterio, y algunos hom-
bres tienen por oficio el ser maridos; y es en algunos renta la disimulación
y hacienda grande la ausencia. Al fin se ve en estado España, por nuestros
EDICIÓN DE «ESPAÑA DEFENDIDA» 55
pecados, que a no intervenir rey tan santo y tan justo y honesto, y ministros
tan conformes a su virtud y tan celosos de su opinión y del servicio de Dios
y del aumento del reino, desesperara a las vueltas del tiempo de poderla traer
a peor estado.
Esto dice de España un hijo suyo, ingrato, con poca verdad, de mi propia
tierra, con tener el referido nombre de madre la patria, así lo que es en su
abono como lo que no lo es, para poder con más libertad decir de las demás
naciones la verdad, no habiéndome perdonado a mí mismo, después de haber
respondido a las calumnias arriba referidas, que son epílogo de las muchas que
escribió su autor.
//(133r) En las fiestas hay antiquísimas costumbres, como las danzas y mata-
chines y gigantes, y principalmente la que hoy llamamos tarasca, de la cual dice
Sex. Ponpe. Festo: «Manducus efigies im pompa antiquorum inter ceteras ridiculas,
formidolosasque ire solebat, magnis malis, ac late dehiscens, et ingentem dentibus soni-
tum faciens»: «El tragón, figura, solía ir en las pompas de los antiguos entre las
demás ridículas y espantosas, con grandes quijadas, engullendo por todas par-
tes y haciendo grande ruido con los dientes». Así se ve hoy. Plauto se acordó
desta en el Rudente; cítalo el mismo Festo P.:
//(136r) Capítulo 6
Del falso origen de las gentes
Claro es, según estas palabras, que el Oriente fue la primera fundación del
mundo. Resta de averiguar cuál Oriente sea, si el respectivo al mundo descu-
bierto entonces, si el Oriente considerado como lo es en razón del mundo
universal. No dudo que fuese este segundo, porque es cierto que a Adán ni a
la primera generación no hubo cosa oculta en ninguna ciencia, y menos en la
cosmografía; así que, hasta el diluvio, lo más habitado tengo que fue el Oriente,
y que de allí dimanaron habitadores al resto del mundo.
//(137v) El padre Maluenda, en su libro De Paraiso, cap. xxiii, dice que el
Paraíso fue en el oriente del mundo.Y fue razón, porque si Dios en sus obras
todas concurre con las causas naturales, no habiendo necesidad de milagro, en
el Oriente había de hacer el Güerto del Deleite, por ser el lugar naturalmente
más dispuesto para todas las generaciones de las cosas preciosas y de virtud.
No obste a esto los que dicen que Ghedem es un lugar en Mesopotamia
donde se ven los ríos, que esta voz en la Escritura Sagrada significa ‘deleite’ y
‘placer’, ni los que la palabra md,Q≤ quiere decir ‘antigüedad’ y ‘antes de antes’
y ‘principio’, que por esa razón se llama Oriente, porque es lo primero, y fue
providencia de Dios que, habiendo pocos hombres, fuesen criados en la tierra
más virtuosa y más fértil, para que, con el clima y man //(138r) tenimientos,
fuesen más largas las vidas y pudiesen engendrar y poblar el mundo.
Y así, soy de opinión que la población primera después del diluvio fue en
todo imitación de la primera, y que comenzó por el Oriente, por la misma
razón que los mantenimientos y climas de más o menos virtud en mejores
tierras o peores sean causa de vida o muerte, de salud o enfermedad. Vese en
los lugares aun poco distantes, y es experiencia que hacen cada día los que pe-
regrinan el mundo. En un lugar hay muchos viejos y en aun malsana juventud.
Desto unos dan causa el sitio del lugar, otros el clima, otros los mantenimien-
tos o las aguas.
Así que tengo por cierto que tienen más antigüedad, y es sin duda, las
monarquías del Oriente, antes y después del diluvio, que las demás; y así es
que las partes occidentales destempladas, como Francia, por los grandes aires,
Alemania, Flandes, Dina //(138v) marca y Noruega, por los grandes fríos, no se
habitaron por elección, sino después de habitadas las partes orientales y tem-
EDICIÓN DE «ESPAÑA DEFENDIDA» 57
Anejo
En las comedias de Plauto. Praeco era el que pedía el silencio. Grex, los que
al fin de la comedia decían al auditorio lo que del fin de la fábula no se repre-
sentaba. Llamábase grex, porque uno de todos los que hablaban en la última
escena decía lo que faltaba para el fin de la fábula.
58 ESPAÑA DEFENDIDA
(164r)
Reyes así verdaderos como fabulosos
y dudosos de España
Iberos
Palato
Noé Ceco Licinio echado del reino
Jafet Palatoo 2
Tubal A 1800 murió en Mauritania Eritro
Ibero Gargoris de la miel
Brigo de los posteros de Semi Habis o Habido
Togorma o Tago Celtíberos
Beto Celteas
Gerión - o Deabo Sicolo menor Lidios
Conmimio o los hermanos Geriones. 3 Traces
Hispalo Rodios
Hispano Friges
Hércules líbico Cipros
Hespero Fenices
Kithim o Atlante P. Sempronio
Sicoro P. Manlio
Sicano P. Postumio
Sicelo T. Fonteyo Capito
Luso Milesios
Testa Cares
Romo Lesbios
EDICIÓN DE «ESPAÑA DEFENDIDA» 59
(175r)
Judith, Cap. xiiii
Ecce enim Holofernes iacet in terra, et caput eius non est in eo.
(189v)
Plautus im penulo
qui huc venisti nos captatum Micdilips bisulca lingua quasi proserpens vestia.
micdilips soboccius quasi mintus lips. ad cartajiniensis aludens quos vilingues etiam
vocat virgilius primo Aeneidos
quippe domum timet ambiguam Tyriosque Bilingues lingua enim africa et Tyrian
vtebantur.
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