23 Verdugo
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Sergio Verdugo 1 2
Introducción
En el presente trabajo abordo una propuesta realizada por parte de la doctrina,
consistente en que todos los tratados internacionales sean sometidos al con-
trol preventivo y forzoso del Tribunal Constitucional (en adelante el TC), para
que se verifique la sujeción de dichos tratados a la Constitución Política.
1 Agradezco a los asistentes del décimo coloquio de Justicia Constitucional de la Universidad Diego Por-
tales, llevado a cabo el 16 de diciembre de 2009. Agradezco también los comentarios de José Francisco
García, Javier Couso, Sebastián Zárate y Andrea Rojas. Asimismo, agradezco la colaboración de Natalia
Fajardo, ayudante de la Dirección de Investigación de la Facultad de Derecho, de la Universidad del
Desarrollo.
2 Profesor-investigador de la Facultad de Derecho de la Universidad del Desarrollo.
3 Hoy los proyectos de acuerdo que aprueban tratados internacionales pueden ser objeto de requeri-
miento parlamentario, lo que da origen al control eventual (Artículo 93, N° 3 de la Constitución) y
también pueden ser objeto de control obligatorio si la materia que regulan es propia de LOC. Esto
último, si bien ya era una práctica normal, se introdujo en el texto expreso de la Constitución mediante
la reforma constitucional de la Ley 20.050, de 2005. Esto ya había sido discutida con anterioridad en
Tribunal Constitucional, rol N° 309-00, sentencia de fecha 4 de agosto de 2000.
4 También hago presente que mis críticas al control preventivo obligatorio no alteran mi posición rela-
tiva a la idea de defender un sistema legislativo que contenga quórums supermayoritarios para ciertas
materias, como ocurre con las LOC. Véase mi opinión en Verdugo R., Sergio, “Regla de mayoría y
democracia: el caso de las leyes orgánicas constitucionales”, en 20 Actualidad Jurídica, Año, tomo II,
597-633.
5 Ello debe entenderse sin perjuicio de las críticas u observaciones que se puedan realizar al diseño del
sistema represivo actual. En otras palabras, no me opongo a un perfeccionamiento del mismo. Ello, sin
embargo, escapa del objetivo de este trabajo.
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En la sección III, intentaré demostrar la razón de la inconveniencia del
establecimiento del control preventivo y obligatorio, indicando sus prin-
cipales defectos. Para ordenar esta sección, distinguiré tres niveles de
argumentación. En el primer nivel (III.1) se encuentran las condiciones
para que la propuesta opere de manera relativamente aceptable. En el
segundo nivel de argumentación (III.2), en el hipotético contexto de que
las condiciones se cumplan, se encuentra un contra argumento relativo
a la ineficacia relativa del control preventivo obligatorio. Finalmente, en
el tercer nivel (III.3), argumentaré específicamente en contra de este tipo
de control aplicado a los tratados internacionales.
8 Sobre esta materia, véanse los siguientes trabajos: Fernández González, Miguel Ángel, “La reforma al
artículo 5° de la Constitución”, en 3 Revista Chilena de Derecho, Vol. 16, 809-825; Cumplido Cereceda,
Francisco, “Alcances de la modificación del artículo 5° de la Constitución Política chilena en relación
a los tratados internacionales”, en 2 y 3 Revista Chilena de Derecho, Vol. 23, Tomo I, 255-258; Infante
Caffi, María Teresa, “Los tratados en el Derecho Interno Chileno: el efecto de la reforma constitucional
de 1989 visto por la jurisprudencia”, en 2 y 3 Revista Chilena de Derecho, Vol. 23, Tomo I, 277-297; Ríos
Álvarez, Lautaro, “Jerarquía normativa de los tratados internacionales de derechos humanos”, en 2 Ius
et Praxis, Año 2, 101-112; Andrade Geywitz, Carlos, “La Reforma Constitucional del Año 1989 al Inciso
2° del Artículo 5° de la Constitución. Sentido y alcance de la reforma. Doctrina y Jurisprudencia”, en 1
Ius et Praxis, Año 9, 375-401.
9 Tribunal Constitucional, rol N° 346-02, sentencia de fecha 8 de abril de 2002.
10 Sobre esta materia, véanse los siguientes trabajos: Cea Egaña, José Luis, “Mérito constitucional del
tratado que establece la Corte Penal Internacional”, en 2 Ius et Praxis, Año 5, 353-361; Calderón Vargas,
Mario, “Antecedentes históricos y normas básicas del proyecto de Tribunal Penal Internacional”, en 1 y
2 Temas de Derecho, Año XIV, 77-86; Bruna, Guillermo, “Algunas consideraciones sobre la constitucio-
nalidad de la Corte Penal Internacional”, en 2 Ius et Praxis, Año 6, 435-438; Mohor, Salvador y Varas,
Paulino, “Corte Penal Internacional: Evaluación crítica y cuestiones constitucionales”, en 1 y 2 Temas de
Derecho, Año XV, 97-124; Troncoso Repetto, Claudio, “La Corte Penal Internacional y el principio de la
complementariedad”, en 2 Ius et Praxis, Año 6, 407-417; Rojas Sepúlveda, Mario, “Corte Penal Interna-
452
reforma constitucional en 2009,11 la que permitió su posterior aprobación
parlamentaria y constitucional.12
cional y soberanía universal”, en 2 Actualidad Jurídica, Año I, 9-22; Arab Nessrallah, Juan, “Aplicación
de un tribunal internacional a la realidad chilena”, en 2 Actualidad Jurídica, Año I, 33-54; Cruz-Coke
Ossa, Carlos, “Inconstitucionalidad del Tribunal Penal Internacional”, en 6 Actualidad Jurídica, Año
III, 137-145; Monsálvez, op. cit.; Gamboa Serazzi, Fernando, “El fallo del Tribunal Constitucional sobre
la constitucionalidad o inconstitucionalidad del tratado que crea el Tribunal Penal Internacional”, en
6 Actualidad Jurídica, Año III, 155-160; Fermandois, op. cit.
11 Con una técnica legislativa cuestionable, véase la Ley de Reforma Constitucional N° 20.352, publicada
en el Diario Oficial el 30 de mayo de 2009, que introduce una disposición transitoria (vigésimo cuarta)
a la Constitución permitiendo la aprobación del Estatuto de Roma. Luego de ello, fue enviado nueva-
mente el tratado internacional para efectos del control preventivo obligatorio. El TC lo declaró consti-
tucional sin mayores consideraciones. Tribunal Constitucional, rol N° 1415-09, sentencia de fecha 24
de junio de 2009.
12 Véase Tribunal Constitucional, rol N° 1415-09, sentencia de fecha 24 de junio de 2009.
13 Se pronuncian expresamente, entre otros, los siguientes: Nogueira en Verdugo, Mario, Pfeffer, Emilio,
Nogueira, Humberto, Derecho Constitucional (Editorial Jurídica de Chile) 2002, Tomo I, 126-131; Tron-
coso, op. cit.; Gamboa Serazzi, Fernando, “Derecho Internacional y Derecho Interno”, en 2 Actualidad
Jurídica, Año I, 23-31; Pfeffer, op. cit., 4; Fernández, op. cit., 4. Este último autor rechaza el control
represivo en una perspectiva de conveniencia.
14 Cabe hacer presente que el llamado grupo de los 24, presidido por Patricio Aylwin, propuso establecer
expresamente el control constitucional de los tratados internacionales. Andrade Geywitz, Carlos, “Pro-
posiciones del grupo de estudios constitucionales sobre el Tribunal Constitucional”, en 2 y 3 Revista
Chilena de Derecho, Vol. 20, 362. Otros autores que se han pronunciado a favor del control constitucio-
nal sobre los tratados son: Saenger Gianoni, Fernando, “Consideraciones para estimar que los tratados
en materia de derechos humanos no forman parte de la Constitución”, en 2 y 3 Revista Chilena de De-
recho, Vol. 20, 661-664; Bertelsen Repetto, Raúl, “Rango jurídico de los tratados internacionales en el
Derecho Chileno”, en 2 y 3 Revista Chilena de Derecho, Vol. 23, Tomo I, 219; Ríos, op. cit., 111; Verdugo,
Mario, Pfeffer, Emilio, Nogueira, Humberto, Derecho Constitucional (Editorial Jurídica de Chile) 1999,
Tomo II (excepcionan expresamente los tratados sobre derechos humanos); Pfeffer Urquiaga, Emilio,
“Constitución Política de la República y Tratados Internacionales”, en 2 Ius et Praxis, Año 2, 63-72;
Rodríguez Grez, Pablo, “El tratado internacional frente a la Constitución y la Ley”, en 1 Actualidad
Jurídica, Año I, 47-53; Bruna, op. cit.; Silva Bascuñan, Alejandro, Tratado de Derecho Constitucional (Edi-
torial Jurídica de Chile) 2002, Tomo VIII, 183 (aunque este último autor reconoce que la naturaleza del
tratado es diferente a la de la ley); Cruz-Coke, op. cit.; Monsálvez, op. cit.; Fermandois, op. cit.
15 Además de todos los trabajos ya citados, pueden verse los siguientes: Fernández González, Miguel
Ángel, “Globalización: Rol del Derecho Público y transformación del Estado”, en 1 Revista Chilena de
Derecho, Vol. 25, 45-50; Fernández González, Miguel Ángel, “Consecuencias de la integración en la
institucionalidad vigente en Chile”, en Revista de Derecho (Valdivia), Vol. X, 103-109; Saenger, op. cit.;
Nogueira Alcalá, Humberto, “Constitución y Derecho Internacional de los derechos humanos”, en 2 y
3 Revista Chilena de Derecho, Vol. 20, 881-895; Troncoso, Claudio y Vial, Tomás, “Sobre los derechos hu-
manos reconocidos en tratados internacionales y en la Constitución”, en 2 Revista Chilena de Derecho,
Vol. 20, 695-704; Cumplido, op. cit.; Bertelsen, op. cit.; Irigoin Barrenne, Jeannette, “La Convención
Americana de derechos humanos como Derecho Interno Chileno”, en 2 y 3v Revista Chilena de Derecho,
Vol. 23, Tomo I, 299-307; Gaete González, Eugenio Alberto, “Derecho Internacional y Derecho de los
Estados. Incorporación de los Derechos Humanos”, en 2 y 3 Revista Chilena de Derecho, Vol. 23, Tomo
I, 259-275; Precht Pizarro, Jorge, “Vino nuevo en odres viejos: Derecho Internacional Convencional y
Derecho Interno Chileno”, en 2 y 3 Revista Chilena de Derecho, Vol. 23, Tomo I, 381-405; Ríos Álvarez,
Lautaro, “Jerarquía normativa de los tratados internacionales de derechos humanos”, en 215 Gaceta
Jurídica, 7-14; Calderón Vargas, Mario, “Los tratados internacionales sobre protección de la persona
humana, su jerarquía interna y externa”, en 1 y 2 Temas de Derecho, Año XIV, 135-141; Cea, op. cit.;
Arab, op. cit.; Andrade, op. cit. 6.
16 Silva Bascuñan, Alejandro, Tratado de Derecho Constitucional (Editorial Jurídica de Chile) 1997, Tomo
IV, 112-130; Nogueira en Verdugo, Mario, Pfeffer, Emilio, Nogueira, Humberto, Derecho Constitucional
(Editorial Jurídica de Chile) 2002, Tomo I, 126-131; Gamboa, Fernando y Fernández, Macarena, Tratado
de Derecho Internacional Público y Derecho de Integración (Lexis Nexis) 2005; Benadava, Santiago, Dere-
cho Internacional Público (Lexis Nexis) 2004.
17 Véanse también las actas de la Comisión de Estudios para la Nueva Constitución, entre otras, las si-
guientes sesiones: sesión 47, de 20 de junio de 1974; sesión 345, de 4 de abril de 1978; sesión 364, de
3 de mayo de 1978; sesión 368, de 1978; sesión 367, de 1978. Véanse también las siguientes sesiones
del Consejo de Estado: sesión 80, de 10 de julio de 1979; sesión 85, de 14 de agosto de 1979; sesión 99,
de 18 de diciembre de 1979; sesión 110, de 1 de julio de 1980. Véase una reproducción de las actas del
Consejo de Estado en Arancibia Mattar, Jaime, Brahm García, Enrique e Irarrázaval Gomien, Andrés
(editores), Actas del Consejo de Estado en Chile (1976-1990), tomo I, (Centro de Estudios Bicentenario,
Universidad de los Andes), 2008 .
18 Entre muchos otros, véanse Tribunal Constitucional, rol N° 46-87, sentencia de fecha 21 de diciembre
de 1987; Tribunal Constitucional, rol N° 288-99, sentencia de fecha 24 de junio de 1999; Tribunal
Constitucional, rol N° 309-00, sentencia de fecha 4 de agosto de 2000; Tribunal Constitucional, rol
N° 312-00, sentencia de fecha 3 octubre de 2000; Tribunal Constitucional, rol N° 346-02, sentencia de
fecha 8 de abril de 2002; Tribunal Constitucional, rol N° 383-03, sentencia de fecha 5 de septiembre de
2003.
19 Sobre un buen análisis de la jurisprudencia nacional de tribunales pertenecientes al Poder Judicial,
véase Henríquez Viñas, Miriam, “Jerarquía de los tratados de derechos humanos: análisis jurispruden-
cial desde el método de casos”, en Estudios Constitucionales, Año 6 N° 2, 2008, 73-119.
454
Después de 2005, la literatura que trata la relación entre la Constitución y los
tratados internacionales es menos nutrida. No obstante, no deja de llamar la
atención la polémica desatada y la manera en que ésta se está intensificando
progresivamente. Es posible conjeturar que esta polémica recién empieza,
sobre todo si se consideran los efectos de la discutida sentencia del TC del año
2009, que declara con disidencias y prevenciones la procedencia del recurso
de inaplicabilidad respecto de los tratados internacionales y al mismo tiempo
la improcedencia de la declaración de inconstitucionalidad con efectos gene-
rales respecto de los mismos.20 21
20 Tribunal Constitucional, rol N° 1288-08, sentencia de fecha 25 de agosto de 2009. En el período poste-
rior al año 2005, hay otras sentencias relevantes además de la ya citada. Véase Tribunal Constitucional,
rol N° 834-07, sentencia de fecha 13 de mayo de 2008; Tribunal Constitucional, rol N° 1340-09, sen-
tencia de fecha 29 de septiembre de 2009; Tribunal Constitucional, rol N° 1415-09, sentencia de fecha
24 de junio de 2009; Tribunal Constitucional, rol N° 1483-09, sentencia de fecha 29 de septiembre de
2009; Tribunal Constitucional, rol N° 1504-09, sentencia de fecha 27 de octubre de 2009.
21 Sobre la aplicación del Derecho Internacional de los Derechos Humanos por parte del TC, véase Peña
Torres, Marisol, “La aplicación del Derecho Internacional de los derechos humanos por el Tribunal
Constitucional Chileno”, en Estudios Constitucionales, Año 6 N° 1, 2008, 205-222.
22 Peña, op. cit., 4; Peña, op. cit., 19; Nogueira Alcalá, Humberto, “Aspectos fundamentales de la reforma
constitucional 2005 en materia de tratados internacionales”, en Nogueira Alcalá, Humberto (coordi-
nador) La Constitución Reformada de 2005 (Librotecnia) 2005; Nogueira Alcalá, Humberto, “Reforma
constitucional de 2005 y control de constitucionalidad de tratados internacionales”, en 1 Estudios Cons-
titucionales, Año 5, 59-88; Cruz Fuenzalida, Francisco, “El régimen de tratados internacionales promo-
vido por la reforma constitucional 20.050, alcances y desafíos”, en 121 Diplomacia, 97-108; Henríquez
Viñas, Miriam, “Improcedencia del control represivo de constitucionalidad de los tratados internacio-
nales”, en 1 Estudios Constitucionales, Año 5, 119-126; Henríquez, op. cit., 17; Henríquez Viñas, Miriam,
Las fuentes formales del Derecho (Legal Publishing) 2009. Esta última autora está en contra del control
represivo, pero acepta (y propone extender) el control preventivo.
23 Ribera Neumann, Teodoro, “Los tratados internacionales y su control a posteriori por el Tribunal
Constitucional”, en 1 Estudios Constitucionales, Año 5, 89-118.
24 Además de todos los trabajos ya citados, véanse, entre otros, los siguientes: Llanos Mansilla, Hugo,
“Los tratados y la reforma constitucional”, en Nogueira Alcalá, Humberto (coordinador) La Constitu-
ción Reformada de 2005 (Librotecnia) 2005; Campusano, raúl, “Tratados y el Derecho Internacional en
la reforma constitucional de 2005”, en 13 Actualidad Jurídica, Año VII, 25-41; Cea Egaña, José Luis, De-
recho Constitucional Chileno (Ediciones Universidad Católica de Chile) 2008, Tomo I; Aguilar Cavallo,
Gonzalo, “La internalización del Derecho Constitucional”, en 1 Estudios Constitucionales, Año 5, 223-
281; Ríos Álvarez, Lautaro, “La reforma de 2005 a la Constitución chilena”, en 7 Revista Iberoamericana
de Derecho Procesal Constitucional, 213-231; Aldunate Lizana, Eduardo, Derechos Fundamentales (Legal
Publishing) 2008.
25 Taller de Académicos, op. cit., 219 y 223. No obstante, no me referiré en profundidad a esta propuesta,
ya que no profundiza mayormente. Todo lo que expresa es lo siguiente: La modificación “(…) tiene por
objeto establecer el control preventivo obligatorio de los tratados internacionales antes de su ratificación por
el Presidente de la República, hecho que evita cualquier situación dudosa de conformidad del tratado con el
contenido y los procedimientos constitucionales, brindando seguridad jurídica al efecto”.
26 Nogueira Alcalá, Humberto, “Los tratados internacionales en el ordenamiento jurídico chileno”, en 2
y 3 Revista Chilena de Derecho, Vol. 23, Tomo I, 341-380; Nogueira Alcalá, Humberto, “Aspectos funda-
mentales de la reforma constitucional 2005 en materia de tratados internacionales”, en Nogueira Al-
calá, Humberto (coordinador) La Constitución Reformada de 2005 (Librotecnia) 2005; Nogueira Alcalá,
Humberto, “Reforma constitucional de 2005 y control de constitucionalidad de tratados internaciona-
les”, en 1 Estudios Constitucionales, Año 5, 59-88.
27 Henríquez Viñas, Miriam, “Improcedencia del control represivo de constitucionalidad de los tratados
internacionales”, en 1 Estudios Constitucionales, Año 5, 119-126; Henríquez Viñas, Miriam, Las fuentes
formales del Derecho (Legal Publishing) 2009.
28 Fernández, op. cit., 4.
456
Aldo Monsalvez,29 Fernando Gamboa,30 Arturo Fermandois31 y Emilio Pfe-
ffer.32 Todos ellos, con matices importantes que describiré, se muestran favo-
rables al establecimiento de un control preventivo y obligatorio para los trata-
dos internacionales. Antes de formular mi respuesta, es importante conocer
lo que propone cada uno y estudiar sus rasgos comunes.
1. Humberto Nogueira. Este es tal vez el autor nacional que más ha escrito so-
bre la relación entre la Constitución y los tratados internacionales. Entre sus
innumerables trabajos, me baso en cuatro que me parecen representativos de
su obra. Dos son anteriores a la reforma del año 200533 y otros dos son poste-
riores.34 En todos ellos este autor plantea que los tratados internacionales que
versan sobre derechos esenciales tienen rango constitucional y se incorporan
a la Constitución material.35 Esta idea deja fuera del control constitucional a
este tipo de tratados, ya que ellos formarían parte del denominado bloque de
constitucionalidad, el que es duramente criticado por Aldunate.36 Cabe señalar
que Nogueira estimaba, ya antes de la entrada en vigencia de la reforma cons-
titucional de 2005, que no procedía el control represivo de constitucionalidad.
Es en ese trabajo donde se plantea la idea de establecer el control preventivo
obligatorio para todos los tratados internacionales,37 idea que se reitera en sus
dos trabajos posteriores ya citados. Se fundamenta en que ello:
458
haya necesidad de llegar a ejercer el control represivo.45
Después agrega que el control previo es una “(…) función necesaria en el marco
de un Estado democrático de Derecho para asegurar la inviolabilidad de la Consti-
tución y la existencia y cumplimiento de los compromisos internacionales”.46 Estas
mismas ideas las reitera en su trabajo acerca de las fuentes formales del de-
recho.47
Sin embargo, el planteamiento que nos interesa para efectos de este traba-
jo fue realizado posteriormente.53 Sin perjuicio de que el mismo es bastante
breve en el punto que estudiamos y no desarrolla con profundidad sus ideas
—que califica de prospectivas pero no proféticas—, lo interesante del mismo
es el enfoque que desarrolla: no se trata de una interpretación acerca del ré-
gimen constitucional de los tratados, sino de un análisis propositivo que va
más allá de lo estrictamente jurídico. En lo que nos interesa, repasemos sus
palabras:
52 Fernández González, Miguel Ángel, “Globalización: Rol del Derecho Público y transformación del
Estado”, en 1 Revista Chilena de Derecho, Vol. 25, 45-50; Fernández González, Miguel Ángel, “Conse-
cuencias de la integración en la institucionalidad vigente en Chile”, en Revista de Derecho (Valdivia),
Vol. X, 103-109.
53 Fernández, op. cit., 4.
54 Fernández, op. cit., 4, 498.
55 Fernández, op. cit., 4, 498.
56 Monsálvez, op. cit., 148.
57 Monsálvez, op. cit., 149.
460
cho Internacional58 y que la Constitución se debiera modificar para disponer
de manera expresa esta idea. En este último sentido:
Este sistema consistiría en que los proyectos debieran ser aprobados con un
462
que éstos sean aprobados por el Congreso Nacional, y antes de que
aquellos sean remitidos al Presidente de la República para su posterior
ratificación67.
Todos los autores que proponen el establecimiento del control preventivo obli-
gatorio para los tratados internacionales deben admitir lógicamente que los
mismos se encuentran bajo la supremacía constitucional, ya que, de lo con-
trario, no tendría sentido controlar el cumplimiento de la misma. Por ello,
Nogueira se contradice al sostener, como vimos, que ciertos tratados tienen
rango constitucional y, al mismo tiempo, deben sujetarse a control constitu-
cional.71
Resumiendo lo dicho por todos los autores citados, puede decirse que las ra-
zones que justifican la idea que trato en este trabajo son las siguientes:
Hay, en síntesis, una doble preocupación: por una parte, el respeto por el
derecho constitucional nacional, que tiene como pilar la supremacía de la
Constitución, lo que denominaré argumento constitucional; y por otra parte el
respeto por el derecho internacional, que llamaré argumento internacional.
72 Nogueira, op. cit., 32, 393; Monsálvez, op. cit., 153-154; Pfeffer, op. cit., 12, 71; Gamboa, op. cit., 11, 31.
73 Henríquez, op. cit., 40, 125.
74 Nogueira, op. cit., 32, 393.
75 Henríquez, op. cit., 40, 120.
464
Por su parte, el argumento internacional debe relativizarse. En efecto, este ar-
gumento será parcialmente cierto en la medida en que se elimine el control
represivo. La verdad es que la mejor manera de respetar el derecho interna-
cional es dando un cumplimiento efectivo al argumento constitucional, lo que
identifica a ambos. En otras palabras, si el tratado internacional respeta la
Constitución, entonces no podrá ser declarado, en teoría, inconstitucional, lo
que eliminaría al argumento internacional. Por consiguiente, la mejor forma
de responder este segundo argumento es haciéndose cargo del primero.
466
Una primera condición para la procedencia de la idea –ya mencionada ante-
riormente– es la siguiente: debe aceptarse que la Constitución es suprema y
superior a los tratados internacionales. No podría concebirse, como ya lo in-
diqué, que existiera un control constitucional sobre una norma de idéntica o
incluso de superior jerarquía. Ello sería tan absurdo como proponer el control
de legalidad de la ley o de la norma suprema. Si una norma es de idéntica o
superior jerarquía, entonces su contraposición implica la derogación total o
parcial de la norma inferior (criterio de jerarquía) o anterior (criterio cronoló-
gico), salvo que se aplique un criterio de especialidad.
468
se la idea de que no se requiere reforma constitucional, ya que los tratados
internacionales no son preceptos legales. El problema de esta aceptación es su
carácter conflictivo y poco pacífico en la doctrina, lo que hace poco factible que
la misma sea exitosa. Además, con el mismo argumento podría decirse que
los tratados internacionales que regulan materias reglamentarias no son actos
administrativos reglamentarios y, por consiguiente, quedarían fuera del control
constitucional eliminando los contrapesos democráticos necesarios en la ac-
tividad del Jefe de Estado.76 En tercer lugar, para que esta propuesta resultara
operativa sin una reforma constitucional, debiera cambiarse la doctrina actual
del TC, sentada en la sentencia rol 1288. Según este fallo, procede el recurso
de inaplicabilidad respecto de los tratados internacionales. La mantención de
esta doctrina dependerá de cómo se ordenen las mayorías al interior del TC.
Una cuarta condición para que la propuesta sea factible pasa por la necesidad
de elegir entre dos alternativas difíciles: o no existe diferencia entre control
abstracto y control concreto; o se debe terminar con la existencia del control
concreto para los tratados internacionales.
Esta condición es muy importante ya que la naturaleza del control preventivo obli-
gatorio es esencialmente abstracta. No hay aplicación de la ley ni norma vigente.
Solo cabe hacer una comparación abstracta entre normas. En cambio, el control
represivo es un control concreto (me refiero a la inaplicabilidad del Artículo 93 N°
6 de la Constitución) o, a lo menos, requiere de un control concreto anterior para
ser ejercido (lo que ocurre con el control del Artículo 93 N° 7 de la Carta Funda-
mental). Este control concreto exige que la norma esté en vigencia, ya que busca
examinar un eventual resultado inconstitucional en la aplicación de la misma.
Por ello, el control preventivo obligatorio (abstracto) es sustancialmente diferente
del recurso de inaplicabilidad (concreto). Ello hace imposible, como ya dije, reem-
plazar al otro con todas sus cualidades. Así, es posible que un precepto legal sea
constitucional en abstracto e inconstitucional en ciertas hipótesis concretas. Por
eso, el reemplazo dejará a dichas hipótesis sin posibilidad de reparo constitucio-
nal, lo que podría significar un alto costo a la supremacía constitucional y a los
derechos fundamentales. Con ello, el argumento constitucional pierde sentido.
76 Cabe señalar que ya en la discusión del Consejo de Estado, el señor Carmona opinaba que si el acuer-
do internacional no altera la legislación interna, no debería requerir la aprobación del Congreso. Ello
representaba un problema, como dieron cuenta Philippi, Ibáñez y Ortúzar, ya que podrían vulnerarse
las atribuciones del Congreso. Véase la sesión 80, de 10 de julio de 1979 en Arancibia et al, op. cit.,
512-514.
77 Sobre un buen resumen de los argumentos a favor o en contra del control preventivo obligatorio, véase
el trabajo de BORDALI (2005). Además, véase la aguda crítica de Shapiro, Martin “Revisión judicial a
priori y a posteriori: los modelos norteamericano y europeo”, en Revista Chilena de Derecho, Vol. 20 N°
2-3, 1993, 475-479.
470
serán los efectos y consecuencias de la misma.78 Cualquier consideración al
respecto será solo hipotética y carecerá de comprobación empírica. Por todo
esto, las sentencias emanadas del control preventivo obligatorio normalmente
son poco fundamentadas y usualmente no realizan reparos de constituciona-
lidad.
Atendido todo lo anterior, los elementos del control represivo hacen que este
sea único e irremplazable. Dejar el mismo por un control abstracto y previo
es un riesgo para la supremacía constitucional. Esto nos lleva al siguiente
punto:
Volviendo a otro punto que ya esbocé, debe reconocerse que admitir que no
haya control represivo significa sostener que no pueden existir reformas cons-
titucionales sobrevinientes que modifiquen sus normas, alterando con ello el
sistema jerárquico de fuentes del derecho. Ello es parcialmente reconocido
por el propio Humberto Nogueira: “Una reforma constitucional sólo podría mo-
dificar las normas de un tratado en materia de derechos humanos, en la medida
que implicara una mayor protección y garantía de tales derechos, no pudiendo
desmejorar su situación jurídica”.80 Así, Nogueira admite que su tesis implica
dejar fuera de la supremacía constitucional aquellos tratados que no signifi-
quen una mayor protección.
472
del control posterior.82 Ello genera la siguiente circunstancia: las reformas
constitucionales sucesivas no tendrán valor alguno en el derecho internacio-
nal vinculante ya ratificado. Así, si se quisiera modificar nuestra Constitución,
y en dicha modificación se disponen normas contradictorias con las estable-
cidas en algún instrumento internacional aprobado en el control preventivo
obligatorio, estas reformas constitucionales no podrían ser aplicadas en toda
su plenitud. Ello implica disminuir la potestad constituyente derivada y, en
consecuencia, reducir el ámbito de la soberanía. Un ejemplo: imaginemos
que en Chile han sido declarados constitucionales ciertos tratados internacio-
nales que disponen un régimen laboral rígido a los trabajadores y que, años
después, se llegara a un consenso político unánime (es un caso hipotético) en
que la flexibilidad laboral es un derecho fundamental que debe reconocerse
constitucionalmente. Si la reforma constitucional se aprobara, ella no podría
producir efectos, ya que la norma del tratado internacional no estaría sujeta a
ningún tipo de control. A lo menos, se produciría una antinomia imposible
de resolver, generando incoherencia en nuestro sistema jurídico. Ello obliga-
ría a los jueces a elegir una norma u otra, sacrificando un precepto vigente de
manera poco predecible.
82 Sobre esta materia, véase mi trabajo en Verdugo R., Sergio, “El sello de constitucionalidad de los pre-
ceptos legales declarados constitucionales en el control preventivo”, en 13 Revista de Derecho y Ciencias
Penales, 57-82.
83 Para Shapiro, aunque no se refiere específicamente a los tratados internacionales sino que a cualquier
proyecto en revisión constitucional, los problemas podrían crecer debido a que el “lenguaje legal es vago
e incompleto, de modo que cada uno de los grupos negociadores puede decir que refleja sus preferencias, aunque
en sí mismo el lenguaje usado no tenga un compromiso definitivo con ninguna de las posiciones.” Shapiro, op.
cit., 478.
84 Sobre esta materia, véase entre otros, a Pfeffer Urquiaga, Emilio “Algunos problemas que se derivan
del Control Obligatorio de Constitucionalidad que ejerce el Tribunal Constitucional sobre las Leyes Or-
gánicas Constitucionales”, en 1 Ius Et Praxis, Año 4, 259-268; Aldunate Lizana, Eduardo, “Problemas
del Control Preventivo de Constitucionalidad de las Leyes”, en 1 Revista de Estudios Constitucionales,
Año 3, 119-126; Buchheister Rosas, Axel y Soto Velasco, Sebastián, “Criterios para la calificación de nor-
mas orgánico constitucionales en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”, en 2 Revista Chilena
de Derecho, Vol. 32, 253-275; Zapata Larraín, Patricio, Justicia Constitucional (Editorial Jurídica de Chile),
2008, 432-448.
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¿Qué sucedería con aquellos tratados que debieron ir al control preventivo
pero que no fueron enviados? Este problema existe hoy respecto de las LOC.
Imaginemos que la jurisprudencia es vacilante y que no hay señal clara res-
pecto de qué tipo de tratados corresponde a materias de ley y cuál a materias
reglamentarias. Cualquier error (que es probable en ese contexto) significa-
ría la inserción de una norma inconstitucional a lo menos en la forma, que
no podría ser reparada mediante un control represivo. Así, habría normas
exentas de la justicia constitucional. Esto sería una debilidad evidente para el
argumento constitucional.
Otro problema propio de los tratados internacionales dice relación con aquellos
tratados cuyas cláusulas no son autoejecutables (non self executive). Este tipo de
tratados han sido sometidos al control preventivo del TC cuando sus normas
versan sobre materias propias de LOC, para el ejercicio del control obligatorio.85
El TC, sin embargo, se ha negado a ejercer este control señalando que faltan
las normas que los hagan ejecutables para que ellos puedan ser considerados.86
Esto puede transformarse en un problema ya que, y sin perjuicio de que mu-
chas veces su implementación requiere de acuerdos de ejecución, muchas nor-
mas que hacen operativos dichos tratados dicen relación con reglas de derecho
interno, que no son necesariamente objeto del control constitucional preventi-
vo. ¿De qué manera el TC examinaría estos tratados en el futuro? Resulta que
no son operativos pero están vigentes y, cuando llega su operatividad, no cabe el
control represivo. Lo mismo podría decirse si su operatividad dependiera de un
tratado que es considerado equivalente a un reglamento de ejecución, ya que los
tratados que versan sobre materias reglamentarias no debieran, en principio,
ser sometidas al control preventivo obligatorio.87 El problema para el argumento
constitucional se hace evidente en ambos casos.
85 Véase Tribunal Constitucional, rol N° 309-00, sentencia de fecha 4 de agosto de 2000; Tribunal Cons-
titucional, rol N° 383-03, sentencia de fecha 5 de septiembre de 2003; Tribunal Constitucional, rol
N° 1483-09, sentencia de fecha 29 de septiembre de 2009; Tribunal Constitucional, rol N° 1504-09,
sentencia de fecha 27 de octubre de 2009.
86 Para una crítica a esta práctica del TC, véase Fermandois V., Arturo, Derecho Constitucional Económico
(Ediciones Universidad Católica de Chile) 2006 (2° edición), Tomo I, 209-210. En síntesis, la crítica
consiste, en primer lugar, en que la Constitución no distingue entre normas autoejecutables y no au-
toejecutables. En segundo lugar, la práctica del TC obedece a una premisa inadmisible: ve a este tipo
de tratados como normas cuasi jurídicas, como herramientas políticas y no como leyes vigentes. En
tercer lugar, dice el autor, en una opinión que comparto, las normas programáticas pueden resultar
inconstitucionales si se infringe la Constitución.
87 Sobre esta materia, puede verse la sesión 80, del Consejo de Estado, de 10 de julio de 1979 en Aranci-
bia et al, op. cit. 512-514.
V. Conclusiones
1. La discusión relativa a los tratados internacionales generó polémica antes
de la reforma constitucional del año 2005. La doctrina se encontraba divi-
dida en muchos puntos importantes que implicaban una incerteza para las
relaciones internacionales y para la supremacía constitucional. Este debate
se agudizó luego de la reforma constitucional de 2005 y está lejos de llegar
a término.
3. Esta idea es inconveniente y poco factible por diversas razones que pueden
agruparse como indico.
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6. Un tercer grupo de argumentos refuta la propuesta atendiendo a las carac-
terísticas propias de los tratados internacionales, las que agravan los proble-
mas a que me referí en el párrafo precedente.