Menendez Pelayo Estudios Teatro de Lope II
Menendez Pelayo Estudios Teatro de Lope II
Menendez Pelayo Estudios Teatro de Lope II
ESTUDIOS
SOBRE EL TEATRO DE
LOPE DE VEGA
POR EL DOCTOR
TOMO II
MADRID
LIBRERA GENERAL DE VICTORIANO SIREZ
CAI.I.E DE PRECIADOS, 48
I 92 I
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1
OBRAS COMPLETAS
DKL EXCMO. SEOR
LOPE DE VEGA
\
1 Ob^as c A^^dTls. 11
ESTUDIOS
SOBRE EL TEATRO DE
LOPE DE VEGA
POR EL DOCTOR
TOMO II
MADRID
LIBRERA GENERAL DE VICTORIANO SUREZ
CALLE DE PRECIADOS, 48
I 92 I
si
s
ES PROPIEDAD
Un mancebo mercader
Quiso casarse en su tierra
En su lengua portuguesa
Dijo al otro: *Fa sol la.
Sol fa>, respondi tambin,
Y as el cantar se invent,
Y en Portugal se qued,
Por siempre jams, amn.
y oraba con tanta devocin y atencin, que se dize haber visto, aun
siendo mozo y orando en la iglesia, a Christo nuestro Seor con los
ojos corporales, y como yba creciendo en edad, yba creciendo tam-
bin en virtud y ciencia. Hizironle cannigo de una iglesia de San
Salvador, y aunque viva loablemente, no estaba contento, porque
siempre anhelaba a otro estado de mayor perfeccin. Y ass ha
biendo oydo un sermn de un famoso predicador de la Orden de
San Agustn del menosprecio del mundo, como el corazn estaba
dispuesto y seca la lea, la centella de la palabra de Dios que cay
en ella, la encendi de manera que Nicols, abrasado del amor di-
vino, se determin dar libelo de repudio a todas las cosas de la tie-
ci, fu una, que una noche le apareci una estrella de gran clari-
dad, la qual vena de la aldea de San ngel, donde l haba nacido,
padre fray Lorenzo Surio en el quinto tomo de las vidas de los San-
tos, y el Martirologio Romano haze mencin del.
Increble parece que de tal hagiografa haya podido salir una
comedia. Pero es cierto que la comedia (o, si se quiere, farsa a lo
(seltsamkeiten).
pg. 207.
(2) Studien zum Spanischen Iheatir (Grillparzers Sammtliche Werke),
tomo XVII, pg. 192.
La sagrada elega,
no, hay que confesar que este poema, no olvidado enteramente por
(1) Le mencionan con elogio los traductores de Ticknor en una nota del
tomo III (pginas 4S2 y 484) y fray Conrado Muios Senz en su estudio sobre
la Influencia de los agustinos en la poesa castellana, publicado en el lbum
del XV Centenar/o de la conversin de San Agusti?i, pg. 184.
jj ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
liberales.
gedad se pone
XI. Prosigue laReligin, y muestra al glorioso San Nicols
(El santo milagroso augus l interno San Nicols de Tolentino. Sus excelen-
i
)
mente, puesto que slo tres de las doce piezas del tomo son del F-
x de los Ingenios. La de Rosambuco tiene por ttulo en la lista
\\\ texto est muy estragado, como en todas las Partes que Lope no
public por s mismo.
En esta comedia, como en otras muchas de las llamadas, de
<antos, lo profano vale ms que lo sagrado. Mientras el santo Negro
es pirata y cautivo, interesa ms que despus de su conversin. Las
escenas de amor del primer acto entre el capitn Molina y Laura,
D. Pedro y Niseya, parecen el principio de una bizarra comedia de
capa y espada. Luego todo se echa a perder, y la pieza resulta de
las ms informes y rudas. Hasta la parte cmica es trivial y plebe-
ya, e intolerable el tipo de la negra con su media lengua y sus pala-
Menkndez y Pki avo. -Estudios sobre el Teatro de Lope de Vega. ?
I g ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
vida del santo en seguidillas (2), sin duda para que se cantase al son
de la bandurria en las barberas y a la puerta de las tabernas. En
esta singular produccin, que, tanto por el metro como por la pro-
fusin de equvocos y chocarreras, parece una parodia de los poe-
mas de santos (aunque fu escrita sin duda con la ms candorosa
intencin del mundo), dice Benegasi:
No libre de comedias
Que le esclavicen.
De un tal Portocarrero
Le hacen esclavo,
Pero es una comedia
Todo aquel paso;
(1) Vid. sobre esta comedia de Lope, Grillparzer (pg. 78), Schaeffer,
1.
1, pg. 206.
(2) Vida del portentoso negro San Benito de Pahrmo, descripta en seis
cantos jocoserios del reducidssimo metro de seguidillas, con los argumentos en
octavas. Por D. Joseph Joachin B:negassi y Luxan. Madrid, por Juan de San
Martn, 1750, 4. Hay otra edicin de 1763.
. . 9
Espadachn le fingen
Guapo y tremendo;
Que a mucho ms obligan
Los mosqueteros,
Oh vulgo, vulgo,
Que de ficciones causa
Tu necio gusto!
(1) De la de Mira de Mescua hay todava ediciones sueltas del siglo pasa-
do. Tengo presente la de Antonio Sanz, 1755.
20 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
mentir su origen. Don Alberto Lista, mal juez, en general, del tea-
elde El dichoso parricida, ni con el de San Julin. El nico San Julin que
aparece es el de Cuenca, comedia que no ha llegado a nuestros das.
COMEDIAS DE VIDAS DE SANIOS 2
patris et matris tui occisor eris. Quod Ule audiens vehementer exti-
muit, ne forte sibi contigerit quod a cervo audierat. Relictis mnibus
clam decessit et cid regionem va/de remotam pervenit, ibique cuidam
principi adhesit. lili vero tam strenue ubique tam in bello quam in
di. Et ecce impletum est verbum cervi quod, dum vitare volui, mis-
rrimas adimplevi. Iam nunc vale, dulcissima sror, quia de cetero
non quiescam, doee sciam quod Deus penitentiam meam acceperit.
Cui illa: absit, dulcs sime frater ut , me deseras et sine me abeas, sed
quae fui tecum particeps gaudii, ero particeps et doloris. Tune insi-
Ule disparuit, et Julianus cun uxore sua post modicum plenus operi-
y en todas aparece una cruz entre los cuernos del animal, pero en
ninguna se encuentra el terrible anuncio hecho a San Julin.
Otra fuente de ficciones (y por cierto no poco livianas) ha sido
el carcter de hospitalario que la leyenda asigna al Santo, y se co-
rrobora con el bello cuadro de la aparicin del leproso. El espritu
materialista y epicreo, que andaba en la Edad Media ms suelto de
lo que se cree (sin que por eso implicase las ms veces escepticismo
religioso), supuso que el Santo bendito proporcionaba a sus devotos,
especialmente si recitaban el Pater noster llamado de San Julin, un
gnero de hospitalidad sobremanera amplia y regocijada, que poda
consolar, y no con goces msticos, a quien anduviese perdido y en
(i) Posies populaires latines du Moy en- Age. Pars, 1847, pginas 3 5*335-
De los trabajos posteriores hay una indicacin en el estudio de A. Graf: La
credenza nella fatalit (Miti, leggende e superstizioni ), t. I, pg. 306.
(2) Trata largamente de este asunto Alfredo Maury en su muy erudito,
aunque nada ortodoxo, Essai sur les lgendes pienses du Moyen-Age. Pa-
rs, 1843, pginas 169-178.
24 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
sua (i). Derivaciones de esta novela son la comedia inglesa The Wi-
dow, de Johnson, Fletcher y Middleton, y el cuento picaresco de La
Fontaine L'oraison de Saint Julien (2).
(1) Vid. A. Graf, San Giuliano nel Decamero?ie e altrove (pginas 202-
219 del tomo II de sus Miti leggende
', e superstizioni del Medio Evo. Tu-
rn, 1893).
Ha de trasladar tu cuerpo,
Haciendo que fiestas hagan,
A la catedral insigne
Que en lugar digno te aguarda.
Ser en el dichoso tiempo
De un re} r luz
,
y gloria de Austria,
Coluna, amparo y defensa
De la Iglesia y fe cristiana ....
da a principios del siglo xvi con torpe imitacin del lenguaje anti-
guo, y escudada con el nombre del obispo de Oviedo D. Pelayo, a
quien su bien ganada fama de escritor fabuloso haca digno patrn
de tal engendro, donde se contienen, por cierto, cosas muy poste-
riores al ao 1 1 53, en que aquel prelido pas de esta vida. El texto
del manuscrito G.-II2 de la Biblioteca Nacional, ms completo que
y San Pablo desde Roma, y adonde estn los seis. Prosigue el autor los dems
obispos que ha tenido Avila y los cuerpos santos que tiene, y cmo fu hallado
Sa?i Segundo y su traslacin con las fundaciones de sus iglesias. En Alcal de
Henares, por Luis Martnez Grande, ano de 1607. Folio.
Sobre las sucesivas falsificaciones de la historia de Avila, discurri D. Vi-
cente de la Fuente en su opsculo Las Hervencias de Avila (1867), reimpreso
en parte en el t. I (pginas 236-279) de sus Estudios crticos sobre la Historia
y el Derecho de Aragn.
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS 2J
cogerle.
niendo con excelente ritmo y meloda los oficios de los Santos Cos-
me y Damin, bajo cuya advocacin estaba su monasterio.
Por nueve aos y diez meses ocup San Ildefonso la ctedra
episcopal de Toledo (i), desde el ao nono de Recesvinto, hasta el
tiempo de Elipando.
Menkxdez y Pflavo. Estudios sobre el Teatro de Lope de Vega.
3
;4 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
so, y l cort para reliquia una leve porcin con la daga del rey
que dejaron caer las antorchas que traan en las manos y, dejando
solo al metropolitano entre coros de ngeles, se volvieron, ms
rr.uertos que vivos, a contar a sus compaeros el extrao caso. Le-
giones celestiales circundaban a San Ildefonso, y sobre la misma
ebrnea ctedra episcopal de donde l sola predicar al pueblo, y a
nes patrsticas.
Llmase comnmente Libro de los sinnimos, por haberse com-
placido San Ildefonso en acumularlos a modo de granizada o torren-
te, como queriendo sepultar bajo lluvia de piedras a sus adversarios.
Era esta forma oratoria, aunque de dudoso gusto, muy usada y ce-
lebrada en aquella edad de decadencia, y ya San Isidoro haba
dado muestra de ella en la alegora semidramtica (imitada de la
Higuera (poeta nada infeliz), aunque Nicols Antonio, con menos se-
(1) Alcuni Appunti su la Chiesa di Toledo fiel seclo xm. Turn, 1893. (En
los Atti delta R. Accademia delle Scienze di Torino, vol. 28.)
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS 4
r. itor del libro de caballeras que lleva por ttulo Crnica de Don
Rodrigo, y que ms comnmente se designa con el ttulo de Crnica
irracina. Como Lope explot esta novela de Pedro del Corral para
j comedia de El postrer godo de Espaa, entonces ser ocasin de
f-studiar las vicisitudes de esta leyenda, que aqu, por raro capricho,
42 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
llama.
cipales escenas, aunque tratadas por cada uno de los dos grandes
poetas en su peculiar estilo.
Santo Oficio hizo de esta comedia (quiz por algn error teolgico
que en ella vertiera el judaizante Enrquez Gmez) ha sido causa de
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS 43
Pero debo advertir que, aunque en esta edicin van colocadas segn
el orden de los hechos que en ellas se dramatizan, no fu este el or-
ienz o que confina con la torre nueva, donde estaban los carros, que
con las casas que sirven de vestuarios, invenciones y apariencias,
guarnecan el theatro que los divide, y en parte eminente al con-
curso del pueblo las chirimas y trompetas (i).
que tantas veces volviera a l, desde que muy joven public, en l$99i
el Isidro, poema castellano (en que hay mucho frrago y broza, pero
del cual pueden entresacarse fragmentos admirables); hasta que
en 1622, entusiasmado con la canonizacin del Santo, fu el alma
amo, y cmo dio vida al caballo que se le muri (i). Pero repito
que la composicin de la leyenda original, con la forma potica que
la dio Lope, tiene su lugar indicado en la ilustracin del Isidro, que
precedi a las tres piezas dramticas y fu el fondo comn de todas
ellas.
grotesca, como la del sacristn que se queja de que con el poder que
isidro tiene con el cielo no gana nada en los entierros, pues nadie
se muere, y el Santo parece haber vencido y desterrado a la muer-
te. Pero en medio de esta variedad predomina el carcter amable y
devoto del Santo, que da una especie de unidad y fuerza potica al
Al villano se la dan
La cebolla con el pan,
Para que el tosco villano,
Cuando quiere alborear,
Salga con su par de bueyes
Y su arado, otro que tal!
Ro Verde, Ro Verde,
Ms negro vas que la tinta,
ejemplo, algunos versos del baile rstico que hay en la primera jor-
nada:
Ya camina, ya se acerca,
Ya llega, ya empieza a arar.
Los surcos lleva derechos;
Qu buena la tierra est!
El villano va a sembrar;
Saca el trigo del alforja,
Ya comienzan a aventar.
Qu presto la cernern!
Oh, qu bien cierne el villano!
El horno caliente est.
Qu bien masa! Qu bien hie!
Ya pone en la tabla el pan
cha, que tiene que ser posterior a 1621. Sali a luz en la Veintids
dad de juicio, reduce a muy pocas lneas lo que puede tenerse por
averiguado y exento de toda controversia (lib. II, cap. VII de sus
Anales).
<En este ao (I2i8),segn algunos autores escriben, tuvo princi-
pio la Orden de Nuestra Seora de la Merced, que fu una muy
sancta institucin para la redempcin de los cautivos christianos que
estn en poder de infieles; y afirman haber dado favor el Rey a
vna tan santa obra como sta por la devocin e industria de un no-
table varn natural de Francia, llamado Pedro Nolasco, al qual se
dio el hbito que hoy traen los desta Orden, por fray Ramn de
Peafort, que fu religioso del convento de los frayles predicadores
cudo de las devisas reales, que fueron las armas antiguas de los con-
des de Barcelona, con Ja cruz de plata en el campo rojo, por me-
moria de la Iglesia Catedral de Barcelona, que trae aquella insignia.
Ksta Orden, segn se afirma por algunos autores, se confirm des-
pus por el Papa Gregorio Nono, aunque no parece que sufra la
de medio da, y en ella vio a la Reina del Cielo Mara que le dixo la
estima que Dios haca de su celo, y que por eso se haba de insti-
tuir una Orden, que tratara de redimir captivos y se dira Nuestra
Sobre este asunto versa la ltima de las tres novelas (El bando-
lero) que insert Tirso de Molina en su Deleitar aprovechando (1635 ).
XVIII. San Diego de Alcal. No mencionada en ninguna de
las dos listas de El peregrino. Se public por primera vez en la Parte
tercera de comedias de los mejores ingenios de Espaa Ao 1653
(Madrid, por Melchor Snchez), ocupando el ltimo (*) lugar. Este
tomo es de los ms raros de la gran coleccin de comedias escogidas,
en 48 volmenes. El texto no es de los ms correctos, y empeor en
las ediciones sueltas del siglo pasado. Hartzenbusch la reimprimi
en el tomo IV de la coleccin selecta de Lope que forma parte de la
Biblioteca de Rivadeneyra.
Aunque existan biografas particulares de este bienaventurado
lego franciscano, como la de fray Gabriel de Mata (Alcal, 1589), en
(1) El cano'fgo Francisco Agustn Trrega, poeta dramtico del siglo xvr.
Estudio biogrfico-bibliogrfico por D. Joaqun Serrano Caete (Valen
,
San Francisco, sino, como buen hijo, procuraba con todas sus fuer-
zas imitarle y sacar un perfectssimo retrato de su vida celestial. Era
humildssimo sobre manera y, como buen frayle Menor, tenase por
menor y ponase debaxo de los pies de todos, y de aqu le naca una
Seor. Traa en sus manos una cruz de palo, para que nunca se
5S ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
regalado de Dios este siervo suyo, que muchas vezes sala del una
fragancia y olor tan suave, que en gran manera recreaba y elevaba
a los otros frayles. De la Sacratsima Virgen Mara Nuestra Seora
fu devotsimo: ayunaba todos los sbados y las vigilias de sus fies-
tas a pan y agua, y con gran confianza recurra a ella en todos sus
trabajos y en los de los prjimos. Acostumbraba con el aceite de su
lampara ungir los enfermos que venan a l, haciendo sobre ellos la
santo fray Diego, aun en el tiempo que viva, porque partiendo una
vez para Sanlcar de Barrameda con su compaero, y faltndoles la
provisin necesaria para aquel camino, que era largo y despoblado,
y hallndose el compaero muy flaco y descaecido, l le consol,
asegurndole que Dios los proveera en aquella necesidad. Y as fu,
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS 59
beneficio que por su mano haba recibido del Seor. Por este mila-
gro tan notorio, y por otros muchos que el Santo obr, a instancia
del Rey Don Felipe, la Santidad del Papa Sixto V canoniz al santo
fray Diego, da de la Visitacin de Nuestra Seora, a dos de julio
aunque disminuida por los trozos que la piedad del vulgo la robaba.
Habiendo tomado de este modo el Santo Guardin la posesin
de su prelacia, sin que los sacerdotes manifestasen repugnancia en
someterse a un fraile lego, empez a ser el bienhechor de la comu-
nidad y del vecindario. El coro, que pudiera no parecer de su ins-
peccin, las rejas y un dormitorio entero, son piezas todava vene-
rables en aquella casa por haber sido obras de su desvelo. Pero tres
sura del convento, donde hay una capilla, era uno de los parajes a
glo XV, rencillas entre labradores e hidalgos, pullas contra los cris-
del Santo, sin que a nadie pareciese una profanacin tal escena;
pero no se ha de olvidar que Lope escriba para espectadores ave-
zados a vivir en trato continuo y franco con lo maravilloso y a ha-
cerle intervenir en todos los actos de su vida.
Esta comedia, que es de las ms irregulares, pero tambin de
Este observa, con razn, que el episodio del pan convertido en ro-
sas se hallatambin en San Nicols de Tolentino, y en la leyenda
de Santa Isabel de Hungra, a las cuales puede aadirse la espaola
de Santa Casilda.
Grillparzer conjetura con fundamento que esta comedia hubo de
ser representada en alguna fiesta religiosa. Pudo serlo en las mis-
mas fiestas de la canonizacin de San Diego, lograda en 1588 por
Felipe II (3), devotsimo del Santo desde que a la aplicacin de sus
reliquias se atribuy la curacin del prncipe D. Carlos cuando en
1 562 estuvo a punto de muerte, a consecuencia de la cada que dio
en Alcal; hecho de que largamente hablan sus bigrafos. El estilo
XIX.
El Nio Inocente de La Guardia. Conocida tambin con
los ttulos de El Santo Nio de La Guardia y El segundo Cristo.
Garca cardador, vio este testigo quel dicho Alonso Franco mos-
tr ende delante de todos los susodichos un corazn de nio, e dixo
que era de nio christiano. Este qual corazn este testigo vio, e
dise que paresca que non ava muchos das que lo avan vido. E
dixo que eso mismo, luego all delante de todos los otros susodi -
chos, este dicho Alonso Franco mostr una hostia, la qual dixo que
era consagrada. E la dicha hostia e el dicho corazn vio este testi-
con una carta escripta en judiego; la qual carta supo este testigo
commo despus la avan trasladado en romance, porque caresciese
de suspicin. E disieron al dicho Benito Garca que la llevase a Za-
mora, e la diese a un judo que se dise Mos Abenamias, e que en
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS 6j
chos Francos
brazos amos a dos al dicho nio, e le dex estar asun buen rato ms
de media hora desangrndose; e que coga la sangre del un brazo
en un caldero de alambre, e la sangre del otro brazo coga en una
altama amarilla, de las que se fasen en Ocaa toscas. E que Johan
Franco susodicho, estando as el dicho nio en los dichos palos
puesto, le finc un cochillo por el costado al dicho nio; e que era
cochillo de un palmo destos bohemios. E el dicho Lope Franco le
dicho corazn del dicho nio quedara en poder del dicho Alonso
Franco, fasta que otra ves este testigo e todos los susodichos se
bolvieron a ayuntar en la dicha cueva, commo de suso se ha dicho;
e estonces dio el dicho corazn e la hostia consagrada al dicho
Maestre Yuz Tazarte para lser el dicho conjuro E el dicho
Lope Franco levaba un azadn, quando salieron de la dicha cueva
para enterrar al dicho nio; e ms levaba la sangre del dicho nio
que estava en la dicha caldera. Repreguntado si lo susodicho fu
de da o de noche, dixo que de noche, e que tenan candelas de
cera blanca ascondidas en la dicha cueva, e atapada la puerta de
la dicha cueva con una capa, porque la lus non saliese fuera. Re-
preguntado en qu tiempo era esto, dise que cree que era en
quaresma o antes de Pascua Florida; e que agora non se acuerda
cos iban e venan a Murcia, e que podra ser que de all o del
camino podran traer algund nio, e que ninguno lo supiese, por-
>E dixo mas este testigo (i), que quando crucificaron al dicho
nio.... el dicho Benito Garca sali de la cueva e busc unas
Dios e contra la ley de Moysn; e agora pagars aqu las cosas que
desas en aquel tiempo.
Este es el primer testigo que declara la patria y padres del nio.
< Dixo que Mos Franco judo, defunto, le traxo al dicho nio del
<
Juintanar fasta Tembleque encima de un asno. El qual nio era fijo
(1) Esta puerta era la llamada del Perdn en la catedral de Toledo, se-
gn declaracin del mismo Juan Franco en 14 de noviembre.
(2) Especie de torta hecha con harina, miel y nueces.
yo ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
interval between the two confessions, and there is no reason why it should
not have been applied if needed, as it had been at the first in the case of
Benito Garca. But it may not have been needed. The infernal patience of
the Inquisition knew how to reach its ends, not only by torture, but by the
wearing delays of the dungeon, by hints or assertions as to what accompli-
ces had revealed, by promises of merey which were never intended to be
fulfied.
(2) Indirectamente lo demuestra la carta de seguridad que en 16 de di-
ciembre de 1 49 dieron en Crdoba los Reyes
1 Catlicos a los.judos de vila,
que estaban consternados por el peligro que corran sus vidas y haciendas
ante la ira popular excitada por el martirio del Santo Nio. {Boletn de la
Acad. dla Hist., t. XI, pg. 420.)
El suplicio de los reos antecedi slo en cuatro meses y quince das al
hizo que del presente slo se divulgase la sentencia (i), y que, poco
conocidas las circunstancias del martirio, se alterasen prontamente
en la tradicin oral, como lo prueban las relaciones escritas desde
mediados del siglo xvi, nicas que Lope de Vega pudo consultar.
Es la primera, y la fuente de todas, una cierta Memoria muy
verdadera Je la pasin y martirio que el glorioso mrtir, inocente
nio, llamado Cristbal, padesci en los palacios o cuevas que estn e
lasdems de Espaa), se hizo de ella una traduccin catalana, que puede verse
en el tomo II de los Opsculos de Carbonell, publicados por D. Manuel de
Bofarull (tomo XXVIII de la Coleccin de documentos inditos del Archivo d
a Corona de Aragn, pginas 68-75).
y ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
no, y dixo: cNunca Dios quiera que yo mate hijo ninguno de cuan-
> tos yo tengo ni tal crueldad cometa, que, aunque soy pobre, yo
determino de pasar mi miseria, pues Dios es de ello servido. Des-
pidindose de ellos, parece ser que este buen hombre dio quenta de
todo esto a su mujer, contndole el caso y dizindole de qu le pares-
ca} La mujer, como astuta, y tambin porque las mujeres, segn se
ve por experiencia o por su natural, suelen dar consejos muy deter-
minados, de presto y casi sin pensar respondi: Seor, no tengis
pena, que yo os dir cmo engaemos a esos judos sin que ma-
tis a nuestro hijo y sin que lo sientan, y darnos han ese dinero que
dezis que darn. El pobre hidalgo alegrse mucho creyendo que
la mujer le dara algn tal consuelo como se hiziese, y dxole: Pues
que todos los puercos y puercas que de las aguas bebieron, reven-
taban y moran. Viendo esta maravilla, no pensando ni sabiendo
qu cosa fuese aqulla tal, estando la gente escandalizada, vino aquel
hidalgo pobre a quien haban pedido los judos el corazn, y des-
cubri lo que haba pasado con los dichos judos, y as vinieron en
conocimiento de la maldad (I).
do, o por mejor decir gran hechizero, al qual iban estos malos chris-
tianos y herejes, llamados los Francos, que eran cuatro hermanos o
parientes, con otros acompaados, que todos eran onze, y con ellos
Posteriores ala comedia de Lope hay otros libros sobre el mismo argu-
mento; por ejemplo:
El Nio Inocente, hijo de Toledo y mrtir de La Guardia, por el licenciado
Sebastin de Nieva Calvo, notario y comisario del Santo Oficio de la Inqui -
sicin y natural de la villa de Tembleque. Toledo, 1628.
Historia del Inocente Trinitario, el Sa?icto Nio de La Guardia, natural di
la ciudad de Toledo y oriundo del Reyno de Aragn. Escr/vela el Antonio P .
con todo, este drama, que tan penosamente nos aflige, est lleno de
originalidad y de fuerza, y hay en todo l una siniestra y terrible
tro de la madre del nio con la ciega que cantaba la oracin del
glo xvn por Gerardo Lobo, con el ttulo de Los mrtires de Toledo
v tejedor Palomeque.
XXI. Juan de Dios y Antn Martn. Con el ttulo de San
Juan de Dios est citada en la segunda lista de El peregrino y, por
consiguiente, es anterior a 1618. Aquel mismo ao fu impresa
comedia, pero s escenas de gran color histrico, como las del cam-
pamento y el hospital, y lo que nunca falta en las obras ms inferio-
res de Lope, pedazos de la vida humana llevados a las tablas con
asombroso poder de realidad.
Hubo de servir de fondo principal a esta comedia de Lope, la
Santo, Miraculosa vida y santas obras del beato Juan de Dios, fun-
dador de la religin que cura enfermos (Granada, 1588, 8.; Grana-
da, 161 3, 8.; Burgos, 162 1, 4. ), traducida al italiano por Juan Fran-
cisco Bordini (Florencia, 1589, y Turn, 1611). La biografa, mucho
ms extensa, del portugus fray Antonio de Govea, de la Orden de
San Agustn, obispo de Cirene, Historia de la vida y mtierte v mi-
lagros del glorioso Patriarcha y Padre de los pobres San Juan de
Dios, fundador de la Orden de la Hospitalidad (Madrid, 1624), es
posterior a la comedia de Lope y tambin a la beatificacin del
Santo. Todava lo es ms la Vida de San Juan de Dios, de fray An-
tonio de Moura (Madrid, 1632). De lo que no queda ms noticia
que la que da Lope en los ltimos versos de esta comedia, es del
discurso potico de Gabriel Lobo y Laso de la Vega:
Y todas en un discurso
Que en versos heroicos hace
Gabriel Lasso de la Vega,
Vega frtil y admirable.
I
82 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
mera vez hizo el papel del protagonista, del xito popular y aun
piadoso que la obra obtuvo y, finalmente, del inusitado obsequio con
que reyes tan poco favorecedores del teatro como Felipe III y su
mujer Doa Margarita de Austria, honraron esta representacin
como haban honrado en vida al humilde sujeto de ella. La fecha
del estreno puede fijarse aproximadamente por algunos conceptos
de la mismo Lope de Vega se introduce
tercera jornada, en que el
bajo el nombre potico de Belardo y habla como de cosa reciente,
con prolijas y minuciosas alusiones, de las fiestas de Valencia en las
Patriarca de Ass llamaba frate al sol y a todas las obras del Crea-
dor, incluso las bestias mortferas. Lo que es sublime en la leyenda
(1) ..Pamente se cree algo de lo que aqu escribe Lope de Vega, dice el
palma.
No es del caso amontonar fcil erudicin sobre este punto. Quien
est versado en los libros de ejemplos y leyendas piadosas, y tam-
bin en la moderna literatura romntica, encontrar en su memoria,
sin gran esfuerzo, muchas variantes de este tema. Pero de algunas
conviene hacer mrito, ya por muy primitivas, ya por espaolas, ya,
finalmente, por su celebridad y raro mrito. No se cita texto ante-
rior al de Cesreo de Heisterbach, monje cisterciense fallecido
(1) Este fu monje de Cster, del monasterio del valle de San Pedro o
Heisterbace, y muy docto para en aquellos tiempos. Floreci en los aos de
mil y doscientos y veinticinco, siendo Sumo Pontfice Honorio III y Empera-
dor Federico II. Escribi unos dilogos de mucha erudicin y la Vida de San
Engelberto, arzobispo de Colonia, y la dirigi a Henrco, su sucesor en el Ar
zobispado, y un libro de exemplos. Todo lo que escribe es dulce y propio
para convertir a Dios a cualquier pecador, y hazer al perfeto ms perfeto; y
por esto entre los de su religin ha sido y es en mucho tenido y alabado.
As el doctor Juan Basilio Santoro, en el proemio de la segunda parte de
su Prado espiritual (Lrida, 16 19), que es una de las colecciones de ejemplos
ms copiosas que tenemos. Entre los que traduce del abad Cesreo, con el
foi do moesterio.
E gurda-nos de falir,
Et ar quer-nos encobrir
Ouando en erro caemos;
Des' faz-nos repentir
t
Et a emenda vijr
(1) Edicin del abate Poquet, 1857. Este y otros milagros de Gautier de
Coincy haban sido publicados ya en las colecciones de fiabliaux, de Barba
zan y Mon.
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
Emostrou y maravillas;
Que a vida estrannar
Segundo no semellar
De quen a via
De vergonna nos guardar
Mais pois que ss'arrepenti
A monia et se parti
Do mui cedo,
cavaleiro
Nunca comeu nen dormi
Tro o moesteyro vi.
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS 89
Et entrou en i a medo,
Et fillou' ss' a preguntar
Os que conoca
Do estado do logar
Que saber quera.
De vergomia nos guardar
Dissron 11' enton sen l:
Et priol' e tesoureira;
U postas ava,
Et seus panos oi filiar
Con esta Cantiga tienen analoga otras varias; pero ninguna tan
directamente como
cuya accin est localizada en Espaa y
la 55>
ra, hubo de leerla una seora destos reinos, la cual quiso que Lope
escribiese una comedia sobre este asunto, dilatndole con lo veros-
(1) Tomo II del original, pg. 388; tomo III de la traduccin castellana,
pg. 170.
(2) Geschichte des Drama' s, X, 505.
(3) Memorias de la Academ/a Espaola (Madrid, 1870), pg. 398.
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS 97
Y pdamelo despus.
Pastor, y dice:
tro de seis das; cosa de tan pocos exemplos, y por ventura vista en
Salamanca. Representla la compaa de Baltasar de Pinedo.
Parece extrao que Barrera diese esta comedia por perdida, y
no cayese en la cuenta de que no poda ser otra que La Limpieza
no manchada, en cuya dedicatoria a la marquesa de Toral se lee lo
que sigue:
De mi poder te cercan?
CONTEMPLACIN
Qu dlcela requiebra!
ASUERO
Y crdenas violetas,
Hasta que caiga el da,
para llevadas a las tablas. Todava con menos xito que Lope o Luis
Vlez lo intent a unes de aquel siglo D. Juan Bautista Diamante en
su comedia de Santa Teresa de Jess que est en % el tomo II de las
suyas (1674).
XXX. Los primeros mrtires del Japn. Comedia indita que
lleva el nombre de Lope de Vega en un manuscrito de la biblioteca
Un cuidado y un pesar,
Que la quisiera matar
Cuando adorarla quisiera.
No s qu es esto: me inclino
Con impulsos impacientes
A matarla con los dientes
Osuna).
Por lo tocante a obras literarias que reproducen los datos funda-
mentales de leyenda de Barlaam y Josaphat, sin mencionar expre-
la
presente.
En cuanto a las parbolas que forman parte tan importante del
Barlaam, y requieren especial comparacin con los dems aplogos
indios, especialmente con los del Hitopadesa, y los del Sendibad,
bien puede decirse que se encuentran por todas partes, lo mismo
en los tratados piadososy de ejemplos ascticos, que en las colec-
ciones de cuentos y en otros libros de recreacin y pasatiempo.
Aqu lo difcil, o mas bien imposible, es el agotar !a materia.
Sobre todo, el ya aludido aplogo de las mujeres y el de la prueba
de los amigos, pertenecen a un fondo comn, de los que han sido
ms explotados por los antiguos narradores. A los libros ya indica-
dos por Kuhn, aade Haan nuevas comparaciones con el Libro de
los Enxemplos, de Clemente Snchez de Verdal; con los Coloquios
quince das, echando en la caldera los pollos con pluma y los hue-
vos con cascara. El no haber repetido aqu Lope estos dos episo-
dios tan cmicos y populares, puede inducir a creer que conside-
raba El Truhn del cielo como una segunda parte de El Serafn hu-
mano; pero contradice esta presuncin el hecho de figurar como
incidente en ambas obras, aunque con muy desigual extensin y
desarrollo, el peligro que fray Junpero corri de ser ahorcado en
anunci en su catlogo.)
San Antonio de Padua. (Citada tambin en el catlogo de Medel.)
San Martn. (Est en el catlogo de Medel.)
Santo Toms de Aquino. (dem id.)
COMEDIAS PASTORILES
Aunque, segn el orden y clasificacin que establecimos al co-
mienzo de esta publicacin del Teatro de Lope, correspondera este
lugar a las comedias mitolgicas, hemos preferido reservar ntegra
esta seccin para abrir con ella el tomo siguiente, y completar ste
con un grupo de los ms breves que en su repertorio pueden hallar-
y pestilente versificacin.
la fbula misma, imperfecta sin duda, pero no tan mal hilada como
da a entender Moratn. Hay un germen de conflicto dramtico en la
El nio que a los trece aos era capaz de imaginar tales escenas y de
adivinar tales efectos, perteneca indudablemente a una casta potica
llas que en esta pieza infantil y flojsima dej caer de su pluma Lope
cuando sala de la escuela de primeras letras.
II. La pastoral de Jacinto. Esta comedia, con el ttulo de Los
Jacintos y Celoso de s mismo, fu impresa por primera vez en un
tomo muy raro, que lleva por ttulo Cuatro comedias famosas de
. Luis de Gngoray Lope de Vega Carpi, recopiladas por Antonio
Snchez (Madrid, en la imprenta de Luis Snchez, 1617). Lope la in-
Excede el ganado mo
Por esa sierra nevada.
donde, juntamente con felices imitaciones del Cclope, de Tecrito, y del pas-
tor Coridn,de Virgilio, se encuentran versos de tanta novedad de expresin
como stos:
Arandelas, gargantillas,
Botn y calzas de grana;
Cofres, camas, espetera
cias del pastor Crdenlo, que ensea a las aves parleras a publicar su
El ms verdadero hechizo
Fu su hermosura y belleza;
Prended la Naturaleza
Porque hechicera la hizo.
Se ve que la ungida Jacinta era afecta a los poetas y, quiz, poetisa ella
misma. Tambin a Dorotea se atribuye singular destreza en la poesa y en el
canto.
COMEDIAS PASTORILES 12;
dicha piel puesta en los hombros, de modo que las patas de delante
le cubran los brazos, las patas traseras se extendan desde los mus-
los a los talones y el hocico le tapaba la cabeza como casco de gue-
rrero. Disfrazado as en fiera, lo menos mal que pudo, se fu a la
fuente donde beban cabras y ovejas despus de pacer. Estaba la
(1) Dafnis y Cloe o Las pastorales de Longo. Traduccin directa del grie-
go, con i?itroduccio'n y notas. (Madrid, iS8o, pg. 19.)
128 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
gado. stos mitigaron pronto el furor de los perros con las voces
que tenan de costumbre. Despus llevaron a la fuente a Dorcn,
que haba sido herido en los muslos y en las espaldas. Le lavaron las
heridas.
Pero aparte de esta y otras reminiscencias de diversos originales,
La Arcadia, comedia de Lope, tiene el mismo argumento que La
Arcadia, novela pastoril, compuesta en su juventud y publicada
en 1602. Cuando llegue el turno a esta obra en nuestra coleccin,
insistiremos en su carcter rigurosamente histrico, y en parte auto-
ran (Jarla para iguales discursos, si como yo fui testigo de ellos, algu-
alegre.
Las alusiones de la novela son, en efecto, bien transparentes.
Asunto de la fbula son unos amores desgaciados del duque de
Alba D. Antonio, nieto. del Gran Duque D. Fernando (cel pastor
en la Biblioteca de Rivadeneyra.
Menndsz y Pki.wo. Estudios sobre el Teatro de Lope de Vega. t
130 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA.
verdes prados.
(1) Tomo II del original, 3S1; III de la traduccin castellana, 160. Cf.
Klein, 558-561.
(2) Sirve de prlogo a la Crnica de la pera Italiana en Madrid desde e!
.io 17j' hasta nuestros das, por D. Luis Carmena y Milln (Madrid, Minu*
sa, 1878), pginas X
y siguientes.
(3) Y aqu aade Barbieri: Traslado a los que ponderan la novedad in-
troducida por "Wagner el ao 1876 en la colocacin de su orquesta para la re-
presentacin de la triloga El anillo de tos Nitbelungos*.
Va veremos que ni aun en 1629 era novedad esto.
^2 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
de esta obra, sino que suponen, los unos, que se represent al vol-
tiene fundamento slido, pues basta pasar la vista por el libreto para
Martnez Verdugo.
Me he detenido mucho en todos esos detalles, no slo por lo
que importan a la historia del arte lrico-dramtico espaol, sino por
giosos de mediados del siglo xvi, los Palestrinas y Victorias, son pre-
del siglo xvn, pero nada nos autoriza para suponer que en dicho
siglo existiese aqu otra forma de drama musical que una imitacin
del estilo recitativo italiano. Eso debi de ser La selva sin amor, y
eso las peras o zarzuelas (El laurel de Apolo, La prpura de la
rosa J,
cuyo texto literario encontramos en las obras de Caldern
COMEDIAS MITOLGICAS
1 *). Adonis y Venus. Esta tragedia, como la llam Lope, es
anterior a 1604, puesto que est mencionada en la primera lista de
El Peregrino en su patria. Pero no fu impresa hasta 1621, en la
teca de Rivadeneyra.
En la dedicatoria a D. Rodrigo de Silva, duque de Pastrana, da
a entender Lope que el Adonis haba sido fiesta palaciega, lo mismo
que el El Premio de la hermosura, que inmediatamente la antecede
en el tomo: Encarecime tanto Yuesa Excelencia, el da de aquel
insigne torneo, la gallarda, destreza y gala con que se represent
El Premio de la hermosura por lo mejor del mundo, que habiendo
de salir a luz esta tragedia, que tuvo en otra ocasin las mismas ca-
lidades, he querido ofrecerla a su entendimiento
teca (III, 14, 4), extracta en prosa lo que el poeta cclico Panyasis
haba escrito de Adonis, hijo incestuoso de Smirna (Mirra) y de su
padre el rey de Asira, Tiante. Naci del rbol en que su madre
haba sido transformada por castigo de los dioses; fu amado de
Afrodite, que para ocultarle de los ojos de todo el mundo le encerr
en un arca, cuya custodia confi a Persefone (Proserpina), que, en-
cendida tambin en sus amores, no quiso entregar el depsito. So-
metida la cuestin al fallo de Zeus, el monarca de los dioses decidi
na y en el de Venus, es smbolo del paso del sol por los signos zo-
diacales. Adonis ostenta siempre los atributos de una divinidad solar,
sin que por eso deje de simbolizar en ocasiones los frutos de la tierra
Por otra parte, el nimo menos severo llega a hastiarse de tan em-
palagosa molicie. El poeta napolitano reproduce y exagera lo peor
de los defectos del estilo de Ovidio, su licenciosa y negligente flui -
Vase por final esta hermosa octava, en que pinta D. Diego con
colores virgilianos el encuentro de Venus con el moribundo Ado-
nis; y abandonando a Ovidio, hace suyos aquellos patticos versos
del episodio de Eurialo (Eneida IX, 435-7):
abismos del mal gusto, pero que, a veces, le sugiere poticas imagi-
Lope contaba el Adonis entre las cinco comedias suyas que tena
ptor.
por mejores (I). Estn de suerte escritas deca, que parece que
el poeta se detuvo en ellas. Esta decisin puede parecer capricho-
sa, pero no lo es del todo, porque principalmente se funda en el ma-
yor alio del estilo y en la correccin sostenida, cualidades que es
imposible dejar de reconocer en el Adonis, pieza de pobre invencin
y fio'a contextura dramtica, como tena que serlo por su asunto,
que era capaz de hacer cuando quera concentrar sus fuerzas. Es una
obra tan deliciosa, escrita con tal excelencia y tan magistralmente
desde el principio al fin; es tan ingenioso el desarrollo potico y el
oles.
Aunque, como indica Grillparzer, en toda la tragedia son nota-
coliseo del Buen Retiro para celebrar la publicacin de las paces con
Francia y las bodas de la infanta de Espaa Mara Teresa con
Luis XIV, en 1659. Precede a la zarzuela una loa, en que persona-
jes alegricos, tales como la Alegra, la Tristeza y el Vulgo en h-
bito de loco, se van arrancando las palabras unos a otros en la acos-
tumbrada forma de versos simtricamente cortados:
que hasta ahora tenemos sobre ninguno de nuestros grandes dramticos. {Die
Schauspiele Cahi.ron's dargestellt und erlatert Elberfeld, 1S57. Pginas
325-328).
cicios guerreros.
crea derivado de los ritos iranios, asirios y babilonios, hay que re-
conocer en la fbula de las Amazonas un cierto fondo histrico, en
que pretenden descubrir algunos las huellas de un primitivo estado
ginecocrtiar. y adems, los restos de una tradicin potica y ce
una geografa entre positiva y fantstica, basada en las relaciones
miga de los hombres, slo poda ser desatado por hroes tales como
Teseo y Hrcules, domadores y extirpadores de monstruos. Los ca-
ballos blancos en que montaban aqullas vrgenes terribles, slo
zado en los grandes libros de mitologa cientfica que son gala y or-
gullo de la erudicin de nuestro siglo, prefiero tomar por gua al mis-
mo Lope, que en su donosa carta-dedicatoria nos indica, burla burlan-
do, sus fuentes, las cuales, como se ver, no fueron pocas ni vulga-
res, a no ser que las encontrase reunidas en alguna compilacin de
segunda mano, por ejemplo, en la Officina, de Juan Ravisio Textor,
que manejaba mucho, o en el libro de mitologa de Natal Comes.
De todos modos, se ver con qu fondo de erudicin y cultura pre-
paraba este maravilloso improvisador aun las obras suyas que pare-
cen ms ligeras.
De las scticas hace mencin Diodoro, que stas fueron las que
mataron a sus maridos, y que jams fueran vencidas de Hrcules si
Antiopa, en Temiscira, no se enamorase de Teseo; claro estaba que
el valor de mujeres determinadas slo con la blandura del amor po-
da ser vencido.
Diodoro Sculo, en efecto, es, de todos los historiadores antiguos,
(
i
) Apud Libvcam Hyarbas cum
Palladiis fceminis belligerans, non ficit in
Quare donis occnrrens se ac regnum illarumpermis.it potestati. (Anli-
lilis par.
quitatum Variarwn Auclorcs, Lugdutti, apud harcdes Seb. Cryphii, pg. 44.)
COMEDIAS MITOLGICAS l6$
man t.mropolos. Llevando sus armas al otro lado del Tnais, someti
meras fbulas.
En el libro IV, captulo XXVIII, vuelve Diodoro a hablar de las
de todos los varones aptos para manejar las armas; el pacto de Miri-
nan celos, ni las maltrataban sus maridos, y de diez a diez aos eran
sus partos, que no es lo que menos acaba sus vidas y consume sus
hermosuras.
La visita de Thalestris a Alejandro es fbula consignada por mu-
chos antiguos (entre ellos el mismo Diodoro, tantas veces citado),
cual es una variante bastante notable (1). Pero en los Justinos que
corran en tiempo de Lope se lea 300.000, y as lo interpreta el an-
tiguo traductor castellano Jorge de Bustamante: En esta tierra le
las Amazonas, con trezientas mili mujeres, que haba venido veynte
y cinco jornadas por entre gentes muy speras y enemigas, slo por
gran desseo que esta seora haba tenido de aquel concbito o ayun-
tamiento, pues que tanto trabajo por l haba pasado. Por esta causa
holgaron los unos y los otros treynta das; y quando a ella le pares-
Arriano y Jenofonte contina Lope se ren de tal fbula.
Arriano, el ms grave y verdico de los historiadores de Alejan-
dro, rechaza, en efecto, la fbula de Thalestris, pero no niega la exis-
tencia de las Amazonas. En el libro VII, captulo XIII, de su Adase
advierte, adems, que ni en Tolomeo, ni en Aristbulo, ni en otro
(1) Ibi ei occurrit Thalestris (sive Minithya) Amazonum regina, cum CCC
mulieribus, XXV dierum nter injestissimas gentes itinere confecto, ex rege li-
poetas de la Edad Media. Recurdense, por ejemplo, las quejas que pone
nuestro Marqus de Santillana en boca de la reina de las Amazonas, enamo-
rada de Hctor.
I /O ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
por Lope, consigna de este modo las noticias que Orellana recibi
de un indio, y que seguramente fueron transformadas en su imagi-
nacin por la influencia del mito clsico, con el cual casi en todo
concuerdan:
El Capitn (Orellana) le pregunt qu mujeres eran aquellas
que haban venido a les ayudar y darnos guerra: el indio dijo que
eran unas mujeres que residan la tierra adentro siete jornadas de la
y que l haba estado muchas veces all, y haba visto su trato y vi-
tiempo que se les antoja, y despus que se hallan preadas les tornan
a enviar a su tierra sin les hacer otro mal; y despus, cuando viene el
tiempo que han de parir, que si paren hijo le matan y le envan a
sus padres, y si hija, la cran con muy gran solemnidad y la impo-
nen en las cosas de la guerra. Dijo ms: que entre todas estas muje-
res hay una seora que subjeta y tiene todas las dems debajo de su
mano y jurisdiccin Dijo que hay muy grandsima riqueza de oro
butar y que les sirvan, y otras hay con quien tienen guerra, y espe-
cial con la que ya dijimos, y los traen para tener qu hacer con
ellos: stos dicen que son muy grandes de cuerpo y blancos Y
todo lo que este indio dijo, y ms, nos haban dicho a nosotros a seis
leguas de Quito, porque de estas mujeres haba all muy gran noti-
I?2 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
ca, y por las ver vienen muchos indios el ro abajo mil y cuatro-
cientas leguas, y as nos decan arriba los indios que el que hubiese
de bajar a la tierra de estas mujeres haba de ir muchacho y volver
viejo.
ni creo que maten o destruyan sus propios hijos, ni que vivan sin
marido, siendo lujuriossimas. Otros, sin Orellana, han levantado
semejante hablilla de Amazonas despus que se descubrieron las-
nes modernas:
Ms ha de trescientos siglos
Oue de las Scitias remotas,
La asitica y la europea,
Salieron, dejada Europa,
A apoderarse de la Asia
Las naciones belicosas.
De cuyos troncos y lincas,
Y el Termodonte corona:
Sin hombres, pues, nuestra patria,
Quedaron en su custodia
Las mujeres, bien seguras
De que ajenas plantas pongan
En sus lmites sus sellos;
Porque a la fama le consta
Que slo distingui el sexo
Sus hombres de sus matronas.
Aqullos, pues, divididos
Por el Asia en varias copias,
Sujetaron, desde Armenia
Hasta la India y sus aromas,
Cuantas naciones osaron
Resistirse a las hei <
Violencias de su milicia,
Tiranizando coronas
Y despoblando ciudades,
Siendo contra sus victorias
Lo que a las llamas la cera,
Un ejrcito, en la flota
Que al Archipilago hurtaron,
Llena de presas y joyas.
Al imperio de su gusto,
Exentas de las argollas
Estableciendo preceptos
(Que hasta hoy ninguna deroga)
De no admitir en sus tierras
Hombre que sus leyes rompa
COMEDIAS MITOLGICAS 175
Y su libertad oprima.
Slo en los meses que adorna
De flor Amaltea los campos,
Y el sol al Gminis dora,
De la nacin ms cercana
Tantos varones convocan,
Cuantos basten a suplir
Lo que la muerte nos roba.
Y conquistando provincias
Comarcanas, las remotas,
Siempre invencibles, debelan,
Hasta que el solio colocan
De su imperio formidable
En la ciudad que ambiciosa
Al orbe leyes impuso
Y el cielo escalar blasona.
Si antigedades leiste,
Quedaron, y al elemento
De sal, una armada arrojan...
Juzgrnse venturosas
A tus pies estas provincias;
Diamantes que al sol se opongan,
Te rendirn estos cerros,
Perlas el mar de sus conchas;
A montes la plata pura,
con poca fortuna en una tragedia con msica, Marthesia (3), y tam-
bin ha dado tema ms de una vez a la pera cmica y a la parodia (4).
de La bella Andrmeda.
Las empresas de Perseo son una de las ms clebres fbulas he-
roicas de los griegos. Creuzer, segn su constante sistema, la consi-
deraba como enlazada con el simbolismo de los antiguos cultos orien-
dad de My cenas.
Gorres, mitlogo de la misma escuela que Creuzer, admita tam-
bin el origen persa del semidis arglico, identificndole con Feri-
dun, el hroe nacional de los iranios, que es tambin un hroe so-
lar, vencedor de Zohak, prncipe de las tinieblas.
mente divinidad helnica sin parentesco alguno con las asiticas. Tal
fu, en ste como en todos los casos anlogos, la tesis de Ottfried
Mller, que slo vea en Perseo el numen tutelar de Argos.
De todos modos, es remotsima la antigedad de su leyenda en
Grecia; su nombre est ya en la Ilada (lib. XIV, v. 319 y siguien-
tes), y aunque en su origen fuese un smbolo de la fuerza vegetativa
Lope contaba El Perseo entre las cinco piezas que trabaj con
ms cuidado; predileccin muy natural si se atiende a la belleza de
los versos y no a la fbula misma, en que no introdujo novedad al-
que los arrojan a las costas de Acaya; hasta que Perseo, ya adulto,
y enterado por Diana de su origen celeste, acomete la empresa del
castillo de Medusa, para la cual Mercurio le presta la espada, y Pa-
co, como ya la hizo D. Alberto Lista (2), puesto que no hay en ella
(1) Juan de la Cueva tiene en el Coro Febeo un romance, tan malo como
casi todos los suyos, contando cmo Perseo libr de la muerte a Andrme-
da (nm. 457 de Duran).
(2) Lecciones de Literatura Espaola (Madrid, 1836), t. I, pginas 197-
201.
comedias mitolgicas 183
antigua. Por eso hace comenzar la accin antes que el hroe nazca;
hace apresurar nueve meses la carrera del tiempo; y se atreve a
Un cazador os pisa
Criado en las ciudades,
Y en su confuso estruendo,
De donde viene huyendo
A vuestras siempre alegres soledades:
Dadme tierna acogida,
Pues os doy la ms parte de la vida.
Mi descansado sueo,
Mi libertad sin dueo,
Que nunca vio de amor el arco armado.
Dichoso yo que puedo,
Libre de su rigor, dormir sin miedo!
Llore el celoso ausente
Los temidos agravios,
Y celebre el presente los favores,
Al amigo los cuente,
Si fu de amantes sabios,
Y yo mi libertad a vuestras flores;
Oue slo los amores
De las parleras aves
Me causan alegra,
Cuando aparece el da,
vencin del suave coro y danza de las Nereidas, que vienen a conso-
lar a Andrmeda atada a la roca, como las Ocenidas a Prometeo
en la tragedia de Esquilo, bastan para dar altsimo valor a esta fiesta
de Palacio, que si no fu una buena tragedia, fu, por lo menos, una
pera maravillosa, que era lo nico que cuadraba al intento del poe-
ta. Caldern peca por sobra de artificio, como Lope, quiz, por
ausencia de l. Si ste se contenta con los motivos que la leyenda le
ofrece, aqul los inventa, a veces, quimricos y sutiles, como los ce-
(i) Rolland, Les origines du Thtre lyrique modtrue (Pars, 1895), pgi-
na 85.
COMEDIAS MITOLGICAS I 87
se todo el edficio>.
bertad del tica, vencedor del Minotauro y de los rodeos del labe-
rinto de Creta con ayuda del hilo de Ariadna. Largo sera, y no
propio de este lugar, resumir las opiniones de los mitlogos sobre
los diversos elementos que entraron en la composicin de esta le-
civilizador que somete los toros al yugo y les hace abrir el fecundo
seno de la tierra, habra empezado por ser un smbolo astronmico
enlazado con los misterios de Creta y con la propagacin del pri-
crita, y, sin duda, por eso la cont Lope entre las cinco predilectas
i
Sin que a uno falte, a otro sobre,
Al que es rico y al que es pobre
Se reparte el bien y el mal.
Estos Gobiernos difieren
De otros injustos y odiosos,
COMEDIAS MITOLGICAS 1 93
y Jasn, que slo aparecen reunidos en la loa y al final del acto ter-
cero, en que se juntan los tres teatros. I lrcules quiere rescatar a su
ficial, otra cosa que lo que el autor quiso poner, es decir, sonoros
versos y mucho de decoraciones y pompas teatrales. Era un
lujo
espectculo ms bien para los ojos y para el odo que para el enten-
dimiento, y el desarrollo es tan superficial, que Schmidt llega a com-
pararle con las piezas de los teatros de muecos. Sin embargo, cuen-
hicieron da
zer una fiesta como suya, con las Damas de su palacio, en recuer-
do del dichoso nacimiento del Rey nuestro seor, que fuera ocho
das del mes de abril, que por gozar ms de aqul regalado sitio se
con sus reveses ordinarios. Era de noche, y proseguanse con gran aplauso
las comedias, cuando su propia admiracin, entre el silencio divertida, dio
tiempo y causa a que una luz, cayendo encima de un dosel, con emprender-
le, y assi mesnid algunos ramos del teatro, pusiesse en riesgo su auditorio, y
con tan grande turbacin que apenas pudo preservarle de la violencia de las
llamas la ms prevista diligencia, mezclando entonces un temor las aguijadas,
y los cetros, y las personas ms supremas con las ms nfimas y bajas. Tal
dexo tuvo el regozijo de Aranjuez. (Cspedes y Meneses: Historia de Fe-
Upe IV. Barcelona, 1634, fol. 101.)
(1) Obras de D. Juan de Tarsis, conde de Villamediana y correo mayor
de Su Majestad, recogidas por el licenciado Dionisio Hiplito de los Valles
Madrid, por Diego Daz de la Carrera. Ano 1634, fol. 2 y siguientes.
Ig8 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
cendieron las luzes, con que qued dudosa la noche; tomaron sus
puestos los que tuvieron permisin de verla, que fu limitada; por-
que, a dar licencia general, fuera mucho el embaraco con la gente
que acudiera de Madrid, y la que camina con sus Magestades y Al-
tezas era bastante para que no le faltasse grande auditorio Ocu-
paron los dos estrados las seoras y damas que se hallaron en Aran-
juez: el uno la condessa de Olivares y doa Francisca Clarut, mujer
de D. Baltasar de Ziga; la marquesa de Castel-Rodrigo y doa
Margarita de Mel, su hija, y la condesa de Barajas; y el otro las
nar; que para acabar de perder era ley que la Reyna atinasse en su
En lo hermoso y peregrino
De los trajes, descubrieron
Su demasa el poder
Y su eleccin el ingenio.
Qu lastimeros gemidos
Suenan en el mar, que el centro
Assalta en azules ondas
Del Sol los dorados cercos!
Favor, Neptuno divino!,
El vellocino le ofrecen,
Que ser blasn al cuello
De tantos grandes Filipes,
El Quarto, en todos primero.
De su querida Medea
Sale quexoso Fineo;
Que desdichadas finezas
Labran desdenes de hielo.
A lo dulce de un soneto:
.Sirenas halia en la tierra,
Y en la luga y el aprieto,
Del remedio que procura
Se compone todo el riesgo.
Quitando a la admiracin
Lo que ser pudo escarmiento.
Mereci ser competencia
Y sirvi con el suceso
De luminaria que tuvo
Hasta en lisonjas extremos.
Dex engaarse la faina
De relaciones; fingiendo
La novedad desalios,
Y la ignorancia mysterios:
Hasta el accidente mismo
Nos dex alegra, haziendo
Los donayres experiencias
De los engaos d ti pueblo
Altamente celebrados;
Ans los aos Febeos
Del Sol quedan inmortales,
Ya que no pueden eternos (i).
verismil, pero que seguramente tuvo origen en alguna voz que co-
rri muy acreditada entre los contemporneos (como lo indica el
bula de Lope.
Con estas explicaciones podr entenderse la loafaniosa que pre-
este reino*.
COMEDIAS MITOLGICAS 20Q
(1) Hallo esta noticia en un escrito reciente sobre Lope, que contiene
muchas indicaciones eruditas y tiles a pesar de su brevedad:
Studien zu Lope de Vega, von Professor Engelbert Gnthner. (Program
des Knigl. Gymnasiums in Rottwfil zum Schlusse des Schuljahrs, 1S04-05) .
(2) Pudo ser la misma que corre impresa en italiano y castellano, for-
mando parte de la serie, ya rara, de las peras cantadas en el teatro del Buen
Retiro en tiempo de Fernando VI.
El velln de oro conquistado. Composicin dramtica para representarse en
el Real Coliseo del Buen Retiro, festejndose el Jeliz da ?iatalicio de Su
ms profundo.
Pero lo ms digno de recordarse en un estudio acerca de Lope, es
la triloga sobre El Vellocino de Oro, que compuso el ms grande ad-
mirador y profundo crtico de nuestro poeta, Grillparzer, tratando en
piezas diversas los tres momentos de la leyenda: el asesinato de Frixo,
la expedicin de los Argonautas, el abandono y la venganza de Medea;
animndolo todo con el potico e interesante contraste entre las cos-
(1) Grillparzer und Lope de Vega, von Arturo Farinelli. Berln, 1894.
(*) comedia annima: Triunfos de Jasan, el auto de Cal-
Restori cita la
tinos, que fueron los nicos de que Lope se vali; como no la hay,
en general, en la literatura moderna, hasta la aparicin del poema
simblico que en prosa compuso Ballanche por los aos de 1830,
obra algo nebulosa, pero pensada con rara elevacin y nobleza y con
gran sentido de las cosas divinas de la antigedad, en lo que tienen
de ms profundo.
El Orfeo de que aqu tratamos es un personaje mucho ms hu-
mano, y no esconde su cabeza en la penumbra del smbolo. Es el
(
i
) El Orfeo en lengua castellana. A la dcima musa doa Bernarda Fe-
rreira de la Cerda Madrid, 1624. (Reimpresa al fin de los Sucesos y Prodi-
dar su nombre
COMEDIAS MITOLGICAS 217"
Eurdice se minora con or a Orfeo, que intenta bajar por ella al In-
la luz.
Y con esto,
-que huye a las selvas, donde, vctima del funesto error producido
por la palabra au?a, muere herida por el mismo dardo que ella ha-
ba donado en prenda de amores al gallardo cazador, de quien se
despide en versos suavsimos:
Divina Diana,
Gloria de las selvas ,
pides. Por lo que toca a Celos, aun del aire, matan, es, sin disputa,
constante.
Y aqu,
Divino planeta cuarto,
Luna, madre de otro sol,
(1) Otro soneto muy endeble, de Salas Barbadillo, sobre el mismo asun-
to, puede verse en sus Rimas castellanas (Madrid, 1618, fol. 13 vto.).
(2) Est en el segundo libro de sus Obras (Edicin de Granada de 1599).
(3) Dafne y Apolo, en 8., 36 pginas, sin lugar ni ao.
COMEDIAS MITOLGICAS 231
lidad de aquel grande ingenio, nacido para dominar con igual seo-
ro los tonos ms diversos. La. fbula burlesca de Apolo y Dafne,' de
Salvador Jacinto Polo de Medina, composicin aguda y chistosa,
aunque no exenta de chocarreras, logr mucha popularidad a me-
diados del siglo xvii, y sirvi de tipo a otras innumerables parodias
.mitolgicas, ninguna de las cuales tiene el picante desenfado y ame-
no estilo de la primera. Uno de los ltimos cultivadores de este g-
conocemos.
El laurel de Apolo, de Caldern, es una zarzuela en dos jornadas.,
que su autor caracteriza muy exactamente en estos trminos:
Se canta y se representa.
pginas 55-07.
23$ ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
tamente que este nio perezca; pero conviene que sea el matador
alguno de la familia de Astyages y no de la ma.>
Dicho esto, envi sin dilacin un propio a uno de los pastores
parte que mira al Ponto Euxino, y confina con los Sappires. Este
> cosas que pluguiese al cielo jams hubiese visto ni odo, y que
> nunca ellas pudiesen suceder a nuestros amos. La casa de Harpago
estaba sumergida en llanto; entro asustado en ella, y me veo en
> medio a un nio recin nacido, que, con vestidos de oro y de va-
> rios colores, y lloraba. Luego que Harpago me ve,
palpitaba al
ejecutaba.
>La mujer entonces, no pudiendo vencer a su marido, le dice de
nuevo: Ya que es indispensable que le vean espuesto, haz, por lo
> menos, lo que voy a decirte. Sabe que yo tambin he parido y que
238 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
los que entre todos tena por ms fieles, y cerciorado del hecho dio
sepultura al hijo del pastor. El otro nio, a quien con el tiempo se
dio el nombre de Cyro, luego que le hubo tomado la pastora, fu-
criado por ella, ponindole un nombre cualquiera, pero no el de-
Cyro.
1
Cuando lleg a los diez aos, una casualidad hizo que se des-
cubriese quin era. En aquella aldea, donde estaban los rebaos,
sucedi que Cyro se pusiese a jugar en la calle con otros mucha-
chos de su edad. Estos, en el juego, escogieron por rey al hijo del
ces, ojo del rey); hizo al otro su gentilhombre, para que le entrase
los recados, y, por fin, a cada uno distribuy su empleo, jugaba
con los otros muchachos uno que era hijo de Artmbares, hombre
principal entre los Medos, y como este nio no obedeciese a lo que
Cyro le mandaba, dio orden a los otros para que le prendiesen;,
y lamentndose del atroz insulto que se les haba hecho. Mirad, se-
1 or deca ,cmo nos ha tratado el hijo del vaquero, vuestro es-
clavo; y al decir esto descubra las espaldas lastimadas de su hijo.
>Astyages, que tal oa y vea, queriendo vengar la insolencia
usada con aquel nio y volver por el honor ultrajado de su padre,
hizo comparecer en su presencia al vaquero juntamente con su hijo.
que, sin hacerme caso, no quera obedecer, hasta que, por ltimo,.
recibi la pena merecida. Si por ello soy yo tambin digno de cas-
> tigo, aqu me tenis dispuesto a todo.
Mientras Cyro hablaba de esta suerte, quiso reconocerle As-
tyages, parecindole que las facciones de su rostro eran semejantes
a las suyas, que se descubra en sus ademanes cierto aire de noble-
za,y que el tiempo en que le mand esponer convena perfecta-
mente con la edad de aquel muchacho. Embebido en estas ideas,
estuvo largo rato sin hablar palabra, hasta que, vuelto en s, trat
el otro que era hijo suyo, y que la mujer de quien le haba tenido
240 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
diciendo que, puesto que el nio viva, lo daba todo por bien he-
cho. Porque, a la verdad aadi , me pesaba en extremo lo que
haba mandado ejecutar con aquella criatura inocente, y no poda
sufrir la idea de la ofensa cometida contra mi hija. Pero ya que
la fortuna se ha convertido de mala en buena, quiero que enves
> a tu hijo para que haga compaa al recin llegado, y que t mis-
luego que lleg el nio, le mand degollar, y dispuso que, hecho pe-
dazos, se asase una parte de su carne y otra se hirviese y que todo
estuviese pronto y bien condimentado. Llegada ya la hora de comer
y reunidos los convidados, se pusieron para el rey y los dems sus
respectivas mesas llenas de platos de carnero, y a Harpago se le
puso tambin la suya, pero con la carne de su mismo hijo, sin fal-
canasta y vio los restos de su hijo, pero todo sin consternarse, per-
maneciendo dueo de s mismo y conservando serenidad. Astyages
le pregunt si conoca de qu especie de caza era la carne que haba
comido: l respondi que
y que daba por bien hecho cuanto dis-
s,
ganarse un compaero tan til para sus planes, supuesto que las
que Ciro tuvo para levantar a los persas contra los medos, y orga-
nizar y aprestar un ejrcito contra su abuelo, de quien triunfa ayu-
que Lope, cuya lectura, como ya hemos visto, era muy extensa y
variada, dejase de consultar tambin a Justino. El germen, por ejem-
plo, del sueo de Ciro, de que Lope sac tan admirable partido dra-
mtico, est en Justino (I).
sobre cules son las tres cosas ms fuertes. Este enigma se halla en
los captulos III y IV del libro III de Esdras (llamado tambin de
Zorobabel), libro excluido hoy del canon de las Sagradas Escrituras,
pero que todava sigui estampndose en muchas Biblias del si-
El mismo rigor literal que en estas lneas, se observa en todo lo dems del
romance.
(i) Lectis Ule epistolis eadem somnio adgredijussus est: sed pmmonitus
ut qucm primum pstera die obvium habuisset, socium cozptis adsumcret. (Jus-
tino, I, 5.)
se juzga eme los Castigos e documentos no son obra de Sancho IV, sino de
un annimo que utiliz la versin castellana del tratado De regimine princi-
fum de Egidio Colonna, hecha entre 1345 y 1350 por Juan Garca de Castro-
^eriz. (Cons. J. Fitzmaurice-Kelly: Historia de la Literatura aspaola; ed. de
Madrid, 1916, pg. 34). (A. B.)
No parecer superflua tan larga cita, si se reflexiona que, por no in-
(2)
cluirse en las Biblias modernas los libros III y IV de Esdras, son tan poco
conocidos estos apcrifos, que persona tan docta como el Sr. Amador de los
Ros, al tratar del libro de Don Sancho, no acert a identificar el Zorobabel,
perdindose en intiles conjeturas por creer que se trataba de un libro de
aplogos al modo de Calila y Dina o del Scndcbar.
COMEDIAS MITOLGICAS 245
Captulo III:
I. Siendo Daro rey hizo una gran cena a todas sus gentes y
criados.
l6. Entonces el rey dixo: < Llamad a esos mancebos para que
246 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
lentos.
s padas.
23. Y despus que son libres del vino, nadie tiene memoria
de lo que ha hecho.
>24. Por ventura, oh varones, no es potentsima cosa el vino,
que fuerza a hazer todo esto? Y desque ste hubo dicho, call.
Captulo IV:
I. Entonces el segundo, que haba dicho de la potencia del
rey, comenz a hablar:
2. Oh varones, por ventura los hombres no son los ms po-
derosos, pues que se enseorean de la tierra y de la mar, y de
. todas las cosas que hay en ellas?
l/. Ellas hazen las ropas de los hombres; ellas hazen lo que
haze a los hombres honrados, y los hombres no pueden vivir sin
as mujeres.
lS. Si ellos han allegado oro o plata, o qualquiera otra cosa
* hermosa, en viendo una mujer hermosa y bien aderezada,
1 19. Xo ponen los ojos en ella, dexando todo lo dems, y la
s>
y otros, por causa dellas, fueron vueltos siervos.
(i) La Biblia, que es los Sacros Libros del Viejo y Nuevo Testamento.
Segunda edicin revi si a y conferida con los textos Hebreos y Griegos y con di-
versas translaciones. Por Cypriano de 'alera En Awsterdatn, en casa de
Lorenzo Jacob i, 1602.
25O ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
Y yo tambin en mi aldea
Soy rey de los labradores ,
Eso no;
Que ningn hombre venci
Si no supo perdonar.
De perdonarte vencido,
Que hasta este punto no ha sido
Verdadera la victoria.
quello
Di Mitridate il glio?
ARPAGO
Appunto.
ASTIAGE
Oh Dei,
Che nobil volto! II portamento altero
Poco s'accorda alia natia caparina
Arpago, e pur
In quel sembiante un no so che ritrovo
Che non distinguo, e non mi giunge novo.
(1) Opere del signor Abate Ptetro Metastasio, t. V, In Parigi, presso la ve-
El candido natern,
Miel virgen en su alcornoque,
Blanco pan, que all naci;
cual puso trmino a la primera, sin duda para darla una especie de
.conclusin religiosa.
XI. El Honrado Hermano. Public Lope esta tragkotnedia
COMEDIAS MITOLGICAS 2$7
Baudry.
La tuente de esta comedia de Lope est indicada por l mismo
.en la dedicatoria al contador Juan Muoz de Escobar: Esta roma-
na historia de los Horacios y Albanos, que en su primer libro es-
cribe el prncipe de ella, Tito Livio, ofrezco a v. m No quise que
fuese fbula, sino verdadera historia, y tan calificada que no se des-
de San Agustn de escribirla en el lib. III de su Ciudad de Dios,
en el cap. XIV, disculpando las lgrimas de Horacio con el ejemplo
de Eneas y de Marcelo en Sicilia; que cuando no tuviera esta cali-
dad y la que le dan los principios de la sagrada Roma, haberla de-
dicado a v. m. y honrado de su nombre era calificacin bastante.
El texto de Tito Livio (captulos XII y XIII del lib. I de la I*
Dcada) dice as en la vetusta traduccin de fray Pedro de Vega,
corregida por Francisco de Encinas, que era la que corra con ms
crdito en tiempo de Lope:
XII. Muerto el Rey Xuma, torn el regimiento del Reyno a
ciudad se envejeca con ocio, buscaba todas las causas que poda
para despertar guerra. E acaesci que los labradores Romanos roba-
ron los campos de los Albanos, y los labradores de Alba tambin
se entregaron en los campos de los Romanos. E tena el Reino de
Alba entonces Gayo Civilio. En un tiempo vinieron los legados de
estas dos ciudades a repetir (i) las cosas tomadas. E Tulo mand a
los suyos que no hiciesen cosa sin su mandamiento (2), porque crea
que los Albanos negaran, et as tendra l ocasin para les hacer
(2) Mal traducido. El texto dice: Ne quid prius quam mandato, agerent,
esto es, que no tratasen de nada antes de cumplir el mandato que llevaban.
Mksnbbz y Pri ayo. Estudios sobre el Teatro (te Lope de Yegn. j
258 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
cosa, y que venan a pedir las cosas que los Romanos haban to-
cndolo con grandes cavas. En este real muri Civilio, Rey de Alba r
y los suyos hicieron dictador a Meci Sufecio. Entretanto, Tulo,
feroz Rey de los Romanos, con deseo de castigar bien a los Albanos
por la guerra injusta que le haban movido, pas de noche al real
(1) El texto latino aade pie, esto es, piadosa, religiosamente, sin faltar
a la santidad de los juramentos y de los tratados.
COMEDIAS MITOLGICAS 259
> sas que a los Romanos haban sido tomadas, se movi a ella. E
no dudo que t, Tulo, tengas el mismo achaque. Mas si la verdad
> se ha de hablar, ms creo yo que la causa de esta guerra entre dos
y pueblos vecinos y conjuntos por sangre, es la codicia del imperio,
> que no la del tornar a demandar las cosas tomadas. Yo no s si
> acierto que esta haya sido la intencin del Rey de los Albanos,
mas esto es cierto, que yo, despus que la guerra es comenzada,.
> soy hecho Capitn. E a m me paresce que ser mejor que nos-
otros nos ayuntemos contra los Hetruscos y Yolscos, los cuales
> no esperan otra cosa sino que nosotros peleemos en uno, para que
ellos puedan despus acometernos ms a salvo. Pues si los Dioses
nos aman, no miramos que, no contentos con la cierta libertad
medio de las dos haces. E tocada la seal para se combatir, los man-
cebos tiernos que tenan en sus corazones el esfuerzo de dos gran-
> ste que queda, porque los Romanos se enseoreen de los i\lba-
nos>. E diciendo esto, arremetise contra l, et dile una lanzada
por la garganta, que cay luego en tierra muerto. Et tomndole los
despojos, sali con gozo del campo, resabindolo los Romanos con
COMEDIAS MITOLGICAS 26
nando la espada la mat con ella, diciendo: Vete, pues, agora con
> tu desordenado amor, pues que, olvidando la muerte de tus her-
> manos, y la victoria del vivo, y el bien de a patria, lloras el ene-
migo Romano. Muy feo paresci este caso a los Padres y a todo
Estos varones, recibiendo este podero del Rey, como quiera que lo
quisieran dar por libre, no osaron, mas antes condenndolo a muer-
te, uno de ellos pronunci la sentencia, diciendo: Yo juzgo que
1 oracio sea muerto. Por ende t, verdugo, tale las manos> E como.
pocos dan antes, vindose con tres hijos tan nobles, agora le que-
ran dexar sin ninguno. E llegndose al hijo, besbalo mostrando a
todo el pueblo los despojos de los Curiados. E volvindose a los
duunviros: Cmo podis ver debaxo de la horca, azotado y llaga
do, al que poco antes vistes entrar con victoria? cmo? Aun los
(i) Tedas tas Dcadas de Tito Livio Padvano, que hasta el presente se
hallaron y fueron impressas en latn, traducidas en Romance castellano, agora
nuevamente reconoscidas y emendadas, y aadidas de ms libros sobre la vieja
translacio'n. Vndese la presente obra en Anvers, en casa de Amoldo Dy reman,
a la ensea de la Gallina gorda. (Impreso en Colonia Agrippina, 1553.)
Juan de la Cueva, en el Coro Febeo de romances historiales (Sevilla, 1587),
trae uno de los Horacios y Curiados, poniendo en malos versos la prosa de
Tito Livio (nm. 515 en Duran).
COMEDIAS MITOLGICAS 263
del argumento, puesto que slo en el ltimo acto, y eso del modo
ms atropellado, pone en escena a!go de lo que cuenta Tito Livio.
Hay en esta parte versos buenos, pero todo est estropeado con
novelescas y pueriles invenciones, como la de hacer que Julia, por
el deseo de salvar la vida de su novio, embote y melle los los de
la espada de su hermano Horacio. El combate de los hermanos est
presentado con el ceremonial caballeresco propio de un juicio de
Dios:
colli, e voi sacre ruin \ tantas veces imitado en seio y en burlas por nues-
tros poetas (Cetina, Artieda y el mismo Lope con el seudnimo de Tom de
Burguillos):
paol, entre ellos el ya citado Ochoa, que, por mal entendido pa-
triotismo, haya querido ver en El Honrado hermano el germen de
el Horacio de Corneille, opinin que han patrocinado, en odio a los
franceses (1639), algunos crticos alemanes (i). Lo ms singular es
que algn crtico francs, ligero ciertamente, pero no despreciable,,
y cuya obra alcanz el alto honor de ser premiada por la Acade-
mia Francesa (2), haya patrocinado tal especie, que no resiste a la
ms superficial comparacin entre ambos textos, de los cuales bien
puede asegurarse que casi nada tienen de comn ms que el argu-
mento histrico y la fuente clsica, que para uno y otro autor fu
lito Livio (3). El paralelo debe rechazarse en absoluto, porque es
fue su tesis no es la ma, creo que deben ser pesadas maduramente sus ra-
zones. Si quisiramos emular la impertinencia con que los lrancest-s suelen
tratar de nuestras cosas, bastara con traducir lo que de Corneille se dice en
esa disertacin.
(2) Hisloire compare des littcratures espagnole el francaise. Par Adolphe
de Puibusque. Pars, 1863, t. II, pginas 120 y siguientes.
(3) Por esta fuente comn se explican siempre las coincidencias aparen-
tes, pero a veces muy especiosas, que se encuentran en el texto de ambo-
poetas, y que han deslumhrado a algunos crticos, incluso a Klein (Geschick-
te des Drama' s, X, 325V
y Lope:
Deudos somos, vecinos y parientes:
Determinemos cul de los dos pueblos
Vendr, sin tanta sangre derramada,
Desta suerte a quedar seor del otro.
Pero uno y otro poeta lo que hacen es parafrasear las palabras del emba-
jador albano en Tito Livio: Cupido impert dos cognatos vicinosque populos ad
arma stimulat..... Elrusca res, quantum circa nos tequt mxime sit, quo pro-
prior es, hoc magis seis Mentor esto, jam quum signum pugna
has dabis,
duas acies spectaculo /ore; ut fessos confectosque, simal victorem ac victum
aggrediantur Ineamus aliquam viam qua utri utris imperejit, sine magna
clade, sine multo sanguiue uti iusque populi decerni possii*
Klein abusa mucho de estas similitudes aparentes. Burlndose, por ejem-
plo, no sin algn motivo, de la admiracin algo afectada que los franceses
manifiestan por el famoso qu'il mourt, se le ocurre decir que esta frase, te-
nida por sublime, procede de una comedia de D. Guillen de Castro, Los
fyfalcasados de Valencia, donde un amante dice a su dama:
y ella contesta:
Morir y callar.
(
i
) Teatro scelto spagnuolo antico e moderno. Raccolta dei migliori dramou,
commedie e tragedie. Versione italiana. Con discorsi preliminari di Angen
Brofferio, Stefano e Leandro Moratin. 8 ts. 12.
Arago Torino, Unione tipo-
grfico editrice, 1857-59. El Honrado hermano est en el t. V, pginas 235-
291. La traduccin es en prosa, como todas las dems de esa coleccin.
COMEDIAS MITOLGICAS 2Q
Lope y a Corneille:
Lope imit este pasaje, aunque slo per summa capiia, en los siguientes
versos:
COMEDIAS MITOLGICAS 2/1
banos.
Convienen todos los crticos, aun los ms admiradores de Cor-
neiile (y sabido es en qu trminos admiran los franceses a sus cla-
(1) Camila. Tragedia en cinco actos. Por Dionisio Sols. Madrid, impren-
ta de Sancha, 1828. El mismo Sols haba traducido antes una pera ita-
I.
manos de Horacio, sino que ella misma se arroje sobre una espada.
De este modo, por no incurrir en una falta puramente tcnica, y que
lo es tan slo dentro de los principios de cierta escuela, se pierden
-todas las grandiosas escenas del proceso de Horacio, y se desvirta
la obra con un desenlace fro y hasta ridculo, que no puede menos
de impacientar al espectador, por ser contrario al que l esperaba
-en virtud de la historia que lleva aprendida. Si es lcito comparar
las cosas pequeas con las grandes, de un defecto anlogo adolece
el final de la Juana de Arco de Schiller, aunque trado por la ra-
y en Madrid (Teatro del Prncipe) en 1S17. Sobre el mismo asunto hay una
tragedia lrica de Mercadante.
Adems de la Camila de D. Dionisio Sols, conozco otras dos piezas es-
paolas relativas alasunto de los Horacios, entrambas de muy corto mrito.
Tragedia original en cinco actos, El Primer Horacio hroe. Su autor don
Joseph Antonio del Lamas En Madrid, en la imprenta de D. Benito Cano,
1790.
El Padre Romano. Tragedia por D. Pedro Ocronley, ex projesor de Elo-
cuencia en el Real Colrgio de San Fernando de Sevilla. Barcelona, librera de
Saur y C. a 1S31.
,
do de todo ello una especie de mascarada potica, que, con ser tan
absurda, divierte por lo que tiene de parodia. La rapidez desafora-
da de la accin, y la mezcolanza de costumbres antiguas y moder-
nas, contribuyen al efecto cmico de sta, que, con llamarse trage-
dia, es una de las cosas menos trgicas del mundo, a pesar de los
tinto que en estas cosas tena, se apodera slo de los primeros ver-
sos, que quiz pertenecieron a una cancin ms antigua, y desarro-
lla el motivo en forma lrica, resultando poeta ms popular que ei
geros en luengo, e delante una albuhera tan grande que semejava mar, e
(*)
guientes:
Sneca y Paulina. Drama trgico en un acto, por D. Luciano Francisco
Cornelia. Representada en 1790.
El Honor ms combatido y crueldades de Nern (del cmico Jos Concha).
Ao de 1791.
El Silano, Tragedia en cinco actos. Barcelona, 1797. Es el argumento de
Octavia y Popea.
Merece citarse la moderna tragedia de La Muerte de Nern, publicada
(*) Millas.
COMEDIAS DE HISTORIA CLSICA ,2/7
cap. VIII, y por Aulio Gelio en sus Noches ticas, lib. V, cap. XIV,
refirindose a las Egipciacas del gramtico Apin, que se daba por
distante del Andr des de Eliano y Aulo Gelio; el personaje del cn-
sul Entulo, que no suena en ninguno de los dos textos antiguos,
pero corresponde al cnsul Daco, inventado por el obispo de Mon-
doedo; el tiempo que Andronio vivi en la cueva del len, que en
Eliano y Aulo Gelio son tres aos, mientras que Guevara los redu-
ce a cuatro das enteros con sus noches, y Lope, buscando un tr-
mino medio, a tres meses, y algn otro indicio de menos importan-
cia. Por ser tan comn el libro de las Epstolas familiares, a l re-
por caso estaba entre ellas el mismo len, que haba sido cazado y
trado all para aquel espectculo; y viendo el len a su amigo,
puso en l los ojos y estuvo un rato mirando, y luego, poco a poco,
se fu acercando hacia l, y cuando pensaba que le hiciera peda-
zos, bajando la cabeza y arrastrando el pecho en el suelo, lleg a
Andronio, que, falto de aliento y temblando, haba comenzado a
sentir en el alma la cruel muerte que esperaba recebir su cuerpo;
y lamindole las manos, y hacindole muchos halagos, le dio a co-
nocer su amistad, y puesto a su lado, le defendi de una onza (pan-
tera) que estaba puesta en el circo (I).
COMEDIAS DE HISTORIA
EXTRANJERA
I. La Imperial de Otn. Impresa en la Octava parte de
las comedias de Lope (1617). Es edicin muy incorrecta, como la
lapsburg y de Hassa
> Luego que fu publicada la eleccin de Rodulfo por Empera-
dor, fu grande el alegra que las ciudades y pueblos de Alemania
recibieron,y aquellos que deseaban paz y justicia, as por el deseo
oue tenan de verse con Emperador, como porque de Rodulfo se
tena grande estimacin y esperanza que sera buen Prncipe; por-
que era tenido por y muy esforzado, habiendo de am-
de. gran seso
pes presentes hubieron tanto enojo, que, sin dexarle acabar su fabla,
fu mandado salir de las Corles y de la ciudad, y as se partieron l
que contaremos
E1 Emperador pas adelante, y entr en Austria, que Otn
Caro tena ocupada y tomada toda, en todas las fuerzas de la cual
y ejrcito que l tena, que ella cobrara por guerra y batalla lo que
l por huirla haba perdido. Estas palabras de la mujer, y otras se-
mejantes que otros das pasaron, juntndose con el dolor que el Rey
traa de lo perdido, le movieron tanto, que, arrepentido de lo hecho,
se determin tornar a rebelar y llevar el negocio por armas. Para lo
cual luego torn a juntar sus gentes, y si algo le quedaba por entre-
gar, lo fortific y repar, y parti para Austria a cobrar lo entre-
do ve su poquedad de nimo:
(i) Aprovecho esta nota para corregir una errata grave, no advertida a
tiempo en el texto de esta comedia, pg. 488, columna segunda, lnea 12:
dice: Otn conmigo otros cinco.* Debe decir: Votan conmigo, etc.i>
COMEDIAS DE HISTORIA EXTRAs'JERA 287
Pero aparte de que sus palabras tocan muchas veces en los lin-
Creo
Que habais tenido deseo
De mi venida, seor.
ALBERTO
OTN
ALBERTO
No, seor.
COMEDIAS DE HISTORIA EXTRANJERA 289
ETELFRIDA
O dadme la gente a m:
Yo ir a la guerra por vos
suadirle:
A las mujeres,
Ninguna cosa ms nos enamora
Que el valor de los hombres, como el tuyo:
T ests agora gentilhombre y bravo!
ETELFRIDA
De un ngel la compaa,
Si l me faltase, podra
La vuestra suplir su falta.
ETELFRIDA
Alegre la chirima
El caballo castellano,
Que abra el suelo con la mano,.
Viendo la silla vaca.
ETELFRIDA
As yo con invencin
Os quiero mirar brioso,
Para veros ms hermoso
Sin que entendis la razn.
OTN
ETELFRIDA
ETELFRIDA
Adis, caballeros;
Servid al Rey mi seor.
cedor:
Caiga (1), pues cay en el suelo
Tu palabra, fama y ley;
Que no es palabra de rey
La que no se guarda al cielo.
(1) La tienda.
294 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
El Rey vuelve.
ETELFRIDA
Qu? Vencido?
ATALFO
Pluguiera a Dios!
ETELFRIDA
Ay de m!
Si vive y hablas ans
Sin duda que viene herido.
COMEDIAS DE HISTORIA EXTRANJERA 295
ATALFO
Ms valiera!
ETELFR1DA
Qu me dices?
ETELFRIDA
ATALFO
No.
ETELFRIDA
;Libre?
ATALFO
S.
ETELFRIDA
Llmale infame.
Qu descuidado venas
Que ignoraba tu bajeza,
Pues tocaste, por grandeza,
Trompetas y chirimas!
A tu pblico desprecio
No s qu nombre le llame;
No basta venir infame;
Que tambin viniste necio.
Rodulfo:
Este drama, que en todo espritu sincero tiene que dejar una
profunda emocin potica; este drama, tan grandiosamente pensa-
do, ejecutado con tanta fuerza y lozana; este drama, en que compite
el nervio de la diccin con el inters de y que por
las situaciones,
(1) Klaar, Knig Ottokars Gliick und Ende. Eine Untersuchung ber die
Quellen der Grillparzeschen Tragodie (Leipzig, 1885).
COMEDIAS DE HISTORIA EXTRANJERA 299
vida (I).
(1) Istoria cive del regno di Napoli, di Pietro Giannonc Tomo terzo:
In Venezia, 17 , presso Gianbatista Pasquali, pg. 172.
COMEDIAS DZ HISTORIA EXTRANJERA JOI
(i) Tomo III de la traduccin castellana, pg. 89; tomo II del original
alemn, pg. 327.
302 ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
Pero aun con estos vicios radicales, que relegan a muy secun-
dario lugar esta comedia de Lope, es forzoso reconocer en algunos-
nasos de ella la mano del gran poeta. Las escenas nocturnas del jar-
dn en el acto primero constituyen un delicioso idilio, en que los
versos se deslizan suave y lnguidamente, llenos de poesa y de mis-
terio, hacindonos respirar la atmsfera tibia y embalsamada de Ios-
rento, dormido.
Si te quisiere matar
Algn enemigo fiero,
De estos ingenios slo podemos afirmar con certeza que uno de ellos
fu Rojas, puesto que su nombre consta en los ltimos versos:
Al galn la bigotera,
A Prez la lavandera
Sebeto.
Esta comedia es, sin duda, una imitacin de La Reina Juana de
aples; pero en el intermedio de una a otra haba aparecido un
libro del cual tomaron muchas cosas los tres autores. En 1625, Juan
Pablo Mrtyr Rizo puso en lengua castellana un libro semihistrico,
l
\ f Nace con belleza suma
El ave, al hielo temblando,
Y apenas mira al sol, cuando
Se halla vestida de pluma;
Antes que el hambre presuma,
Sustento llega atener etc. ,
y honra el talento de los tres poetas que le crearon, entre los cua-
les tuvo probablemente la direccin Rojas, tan apto para manejar
dignamente el pual de Melpmene. El estilo es noble y sentencio-
so, pero frecuentemente afectado. Lo ms dbil de la obra es, sin
relacin que Lope tuvo presente, entre las varias que corrieron por
(1) Los cuatro primeros tomos estn consagrados a Lope. Forma parte
de la Bibliothck auslandischer Klassiker in deutscher Uebcrtragung (Hildburg-
hausen, 1868;.
(2) A la segunda jornada, que escribi Moreto, pertenece aquella sala-
forme es la del italiano Barezzo Barezzi (1606) (I), y quiz hubo otra
castellana por el mismo estilo. Pero seguramente no se vali de la
uno y otro autor, los principales hechos que pueden servir de ilus-
tasa de los poetas dramticos. Lope fu, sin duda, el primero que
lo llev a la escena, si no en vida del protagonista mismo, porque
apenas hubo tiempo para esto dado lo efmero de su reinado, a lo-
COMEDIAS DE HISTORIA EXTRANJERA 313
lo, y no se llama Ivn el Terrible, sino Basilio. Sus dos hijos son
Teodoro (en Fedoro) y Juan. Teodoro est pintado como
la historia
Blanca me era yo
Cuando entr en la siega;
Rmulo y Remo.
El rey de Frisia.
Gelfos y gibelinos.
COMEDIAS DE HISTORIA EXTRANJERA 317
pesar del famoso captulo del libro De Rege, del P. Mariana, se hu-
grandezas de Alejandro.
El principe Escanderbeg, que Fajardo atribuye a Lope sobre el
(*) A. Restori advierte que Mesonero Romanos hizo notar, con funda-
mento, la identidad de El primero Mdicis y La quinta de Florencia, editada
en la parte II de Lope. (A. B.)
ADICIONES AL TOMO I
Mundo.
Pgina 114, lnea 9.
a
Este auto consta igualmente en
un antiguo manuscrito parmense, citado por Restori.
320 APNDICE
A. B.
CORRECCIONES
ran en las pginas 234, 255 y 256, han de ser, por consiguiente, I, II y III.
Apndice 319
Correcciones 321
ndice 323
OBRAS COMPLETAS
DE
TOMOS PUBLICADOS
Tomo I. Historia de los Heterodoxos espaoles. Tomo I. Madrid, 1911.
> II. Historia de la Poesa hispano-americana. Tomo I. Madrid, 191 1.
> VIII. Historia de los Heterodoxos espaoles. Tomo III. Madrid, 1918.
IX. Ensayos de crtica Madrid, 19
filosfica. 18.
EN PRENSA
Estudios sobre el Teatro de Lope de Vega. Tomo III.
Historia de los Heterodoxos espaoles. Tomo IV.
Tratado de los romances viejos.
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