El Tribunal Supremo de Puerto Rico revisa una demanda por daños y perjuicios que surge de un incidente donde el demandado Rolando Granda le disparó e hirió de muerte al demandante Antonio Morales. El tribunal de primera instancia admitió como prueba la sentencia de convicción por homicidio involuntario de Granda y consideró esto como prueba concluyente de negligencia. El Tribunal Supremo revoca esta decisión y devuelve el caso al tribunal inferior, resolviendo que la sentencia penal es admisible pero no prueba concluyente de los hechos, y
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El Tribunal Supremo de Puerto Rico revisa una demanda por daños y perjuicios que surge de un incidente donde el demandado Rolando Granda le disparó e hirió de muerte al demandante Antonio Morales. El tribunal de primera instancia admitió como prueba la sentencia de convicción por homicidio involuntario de Granda y consideró esto como prueba concluyente de negligencia. El Tribunal Supremo revoca esta decisión y devuelve el caso al tribunal inferior, resolviendo que la sentencia penal es admisible pero no prueba concluyente de los hechos, y
El Tribunal Supremo de Puerto Rico revisa una demanda por daños y perjuicios que surge de un incidente donde el demandado Rolando Granda le disparó e hirió de muerte al demandante Antonio Morales. El tribunal de primera instancia admitió como prueba la sentencia de convicción por homicidio involuntario de Granda y consideró esto como prueba concluyente de negligencia. El Tribunal Supremo revoca esta decisión y devuelve el caso al tribunal inferior, resolviendo que la sentencia penal es admisible pero no prueba concluyente de los hechos, y
El Tribunal Supremo de Puerto Rico revisa una demanda por daños y perjuicios que surge de un incidente donde el demandado Rolando Granda le disparó e hirió de muerte al demandante Antonio Morales. El tribunal de primera instancia admitió como prueba la sentencia de convicción por homicidio involuntario de Granda y consideró esto como prueba concluyente de negligencia. El Tribunal Supremo revoca esta decisión y devuelve el caso al tribunal inferior, resolviendo que la sentencia penal es admisible pero no prueba concluyente de los hechos, y
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Maysonet v.
Granda 133 DPR 676 (1993)
By PopJuris On June 12, 2009 In Derecho Civil extracontractual, Jurisprudencia del Tribunal Supremo de Puerto Rico Leave a comment CARMEN MILAGROS MAYSONET, por s y en representacin de sus hijos LUIS JAVIER y MIGUEL ANGEL MORALES, ANTONIO MORALES SOLER y EMILIA SANTIAGO, demandantes y recurridos, v. ROLANDO GRANDA, OMELIA GRANDA, la SOCIEDAD DE GANANCIALES por ellos constituida y la CORPORACION GRANDA E HIJOS, INC., demandados y recurrentes. Nmero: RE-89-530 En El Tribunal Supremo De Puerto Rico. Resuelto: 23 de junio de 1993 SENTENCIA de ngel Gonzlez Romn, J. (Carolina), que declara con lugar cierta demanda sobre daos y perjuicios e impone el pago de honorarios de abogado. Revocada y se devuelve el caso al foro de instancia para la continuacin de los procedimientos en conformidad con la opinin. M. Martnez Umpierre, abogado de los recurrentes; Rafael Cardona Campos, abogado de los recurridos. EL JUEZ ASOCIADO SENOR ALONSO ALONSO emiti la opinin del Tribunal. El caso ante nos requiere que determinemos si en un pleito civil de daos y perjuicios es admisible, como prueba sustantiva, la sentencia de conviccin por homicidio involuntario dictada contra uno de los codemandados, producto sta de la alegacin de culpabilidad hecha por el codemandado. Resolvemos que la referida sentencia es admisible en el caso civil, mas no como prueba concluyente de los hechos. La parte contra la cual se admite dicha prueba tiene derecho a rebatirla y a explicar las razones que lo motivaron a hacer la alegacin de culpabilidad. I El seor Granda es accionista y presidente de la Corporacin Granda e Hijos, Inc., la cual opera un establecimiento dedicado a la venta de mercanca textil en general ubicado en el pueblo de Arecibo. El 27 de marzo de 1982, mientras el seor Granda se encontraba en el mencionado establecimiento, el seor Morales entr, se apropi de dos (2) pantalones y sali corriendo. El seor Granda lo sigui hasta alcanzarlo y ponerlo bajo arresto. Luego de recuperar los pantalones, el seor Granda le indic al seor Morales que caminara. Alegadamente este ltimo dio varios pasos cuando repentinamente se volte e intent atacar al seor Granda con una cuchilla. Este ltimo le dispar, ocasionndole la muerte al primero. [NOTA1] *680 NOTA1 Surge del informe de autopsia que el proyectil penetr la regin occipital izquierda. Por estos hechos el seor Granda fue acusado de asesinato en primer grado y violacin a la Ley de Armas. [NOTA2] Estando pendiente el juicio criminal, el cual finaliz mediante alegacin de culpabilidad hecha por el seor Granda en el delito de homicidio involuntario, [NOTA3] los padres, la ex esposa y los dos (2) hijos menores de edad del seor Morales instaron una accin en daos y perjuicios contra el seor Granda, la Corporacin Granda e Hijos, Inc., la sociedad de gananciales compuesta por el seor y la seora Granda, y la Cooperativa de Seguros Mltiples de Puerto Rico. NOTA2 La acusaci n por violacin a la Ley de Armas gener jurisprudencia de este Tribunal, especficamente Pueblo v. Granda, 113 D.P.R. 558 (1982). NOTA3 El se or Granda fue sentenciado a un (1) ao y tres (3) meses bajo los beneficios de sentencia suspendida. Posteriormente, los demandados presentaron una reconvencin en daos y perjuicios contra los herederos del occiso y una demanda contra coparte contra la Cooperativa de Seguros Mltiples, quien les neg la cubierta con relacin al incidente en controversia. En la vista del caso civil, previa objecin de la representacin legal de los demandados, el tribunal admiti como prueba de la parte demandante el testimonio del seor Granda, a los efectos de que por los mismos hechos que motivaron la accin civil ste haba formulado alegacin de culpabilidad por homicidio involuntario, delito del cual la negligencia es uno de sus elementos constitutivos. Se admiti, adems, la sentencia de conviccin dictada en el proceso penal. Lo anterior constituy la nica prueba de negligencia presentada por la parte demandante. El tribunal consider lo anterior como prueba concluyente de que el seor Granda actu negligentemente. [NOTA4] No obstante, reconoci que la parte demandada poda presentar prueba de que el occiso contribuy con su negligencia a la ocurrencia de su muerte (T.E., pg.16), y con este proposito *681 se permiti el testimonio del seor Granda, esta vez como testigo de la parte demandada, a los nicos efectos de que actu en legtima defensa. Sin embargo, no permiti su testimonio en torno a las razones por las cuales acept el acuerdo de alegacin preacordada. Esto ltimo qued como prueba ofrecida y no admitida. [NOTA5] NOTA4 A este respecto el tribunal por voz del Honorable ngel Gonzlez Romn expres lo siguiente: La alegacin de culpabilidad de Rolando Granda constituye una admisin de culpabilidad y por lo tanto la negligencia de ste ha quedado probada. T.E., pg. 16. NOTA5 A este respecto se hizo constar en la minuta correspondiente a la vista celebrada el 19 de octubre de 1988, que de declarar el recurrente declarara que aun cuando se considera inocente, hizo alegacin de culpabilidad en el delito de homicidio involuntario al considerar que: ambas modalidades del delito imputado (asesinato) estn excluidas del privilegio de sentencia suspendida, mientras que el delito por el cual hizo la alegacin de culpabilidad no; el delito de homicidio involuntario conlleva la imposicin de una pena mnima que puede borrarse del expediente, adems de que entenda que por ser el delito uno menos grave, la sentencia de conviccin no sera admisible en el caso civil; durante el proceso se desarroll un ambiente hostil en su contra por el hecho de ser cubano. A este respecto aadira que recibi insultos y llamadas telefnicas annimas, en una de las cuales le advirtieron que se cuidara que le estn hablando al jurado en su contra . Que lo anterior lo hizo sentirse intimidado y temeroso de que en su caso pudiera ocurrir un desvar[]o de la justicia por lo cual, luego de consultar con su familia y hacer un balance de los riesgos frente a la oferta, entendi que lo ms conveniente a su inters personal era aceptar una alegacin de culpabilidad, an siendo inocente . Apndice, pg. 23. Concluido el desfile de prueba y sometido el caso, el tribunal a quo dict sentencia en la que declar con lugar la demanda y desestim la reconvencin y demanda contra coparte presentada por los codemandados. Como parte de la sentencia, orden a los codemandados a pagar solidariamente la suma de sesenta y dos mil dlares ($62,000) a los codemandantes por sus sufrimientos y angustias mentales, ms ochenta y seis mil novecientos veinticuatro dlares con ochenta y cuatro centavos ($86,924.84) en concepto de lucro cesante a los hijos menores de edad del occiso. [NOTA6] NOTA6 A este respecto el foro de instancia determin que, a pesar de que hubo prueba de adiccin a drogas por parte del occiso y de que ste fue convicto y condenado por poseer sustancias controladas, tambin se demostr que mantuvo por diez (10) aos un empleo en la Union Carbide hasta el momento de su muerte. No conformes, los codemandados recurren ante nos y formulan los sealamientos de error siguientes: PRIMER ERROR: Err el Honorable Tribun[a]l de Instancia al admitir en evidencia una sentencia condenatoria por un delito menos grave, contrario a la letra de la Regla 65V de las de Evidencia de 1979. *682 SEGUNDO ERROR: Err el Honorable Tribunal de Instancia al no permitir que el demandado Rolando Granda declarase sobre las razones que tuvo para hacer las alegacines de culpabilidad por un delito menos grave, a pesar de que no admita responsabilidad por los hechos ocurridos. TERCER ERROR: Err el Honorable Tribunal de Instancia al dar un no ha lugar a una solicitud de Conclusiones de Hechos Adicionales, cuando todas la conclusiones solicitadas se basaban en prueba ofrecida y admitida y que no fue refutada ni contradicha en forma alguna. CUARTO ERROR: Err el Honorable Tribunal de Instancia al no resolver con base a la nica prueba de responsabilidad que fue presentada por la parte demandada, ya que la parte demandante no present prueba de cmo ocurrieron los hechos. QUINTO ERROR: Err el Honorable Tribunal de Instancia al llegar a conclusiones de derecho que no estn sostenidas por las conclusiones de hechos. SEXTO ERROR: Err el Honorable Tribunal de Instancia al declarar con lugar la demanda contra los co-demandados Omelia Granda, la Sociedad Legal de Gananciales compuesta por Rolando Granda y Omelia Granda[,] y la Corporacin Granda e Hijos, Inc., cuando la actuacin que dio base a la demanda fue una accin persona[l] (una agresin) del codemandado Rolando Granda, realizada en su legtima defensa propia y en la que no estuvo envuelta ni la Sociedad Legal de Gananciales, ni la Corporacin Granda e Hijos, [Inc.,] ni la seora Omelia Granda. SEPTIMO ERROR: Err el Honorable Tribunal de Instancia al permitir que testificara como perito el seor Uriel Candelas, Actuario, a pesar de ste haber admitido que nunca haba estudiado, ledo, analizado literatura o tabla de ndice de mortandad o de expectativa de vida til en un tipo de caso como el que nos ocupa. OCTAVO ERROR: Err el Honorable Tribunal de Instancia al conceder daos por lucro cesante cuando no poda determinarse ni la expectativa de vida, ni la expectativa de vida til, ni la probabilidad de retener un empleo del causante; basndose el Tribunal nica y exclusivamente en una tabla preparada por el testigo Uriel Candelas (tabla que contena un slo caso, el que nos ocup[a]) y tomando como fuente para la misma una alegada directriz de una compaa de seguros. Dicha directriz, que fue admitida en evidencia, no es una publicacin oficial y ni siquiera tiene el membrete de la compaa a que se refiere. NOVENO ERROR: Err el Honorable Tribunal de Instancia al no limitar el monto del lucro cesante a la cantidad de $50.00 semanales hasta que los menores hubieran cumplido los veintiun *683 aos de edad, por ser sta la pensin judicialmente fijada para los menores en un procedimiento de divorcio previo. DECIMO ERROR: Err el Honorable Tribunal de Instancia al declarar con lugar la demanda y conceder daos por la muerte de una persona que fallece en el acto de estar cometiendo varios delitos pblicos y su fallecimiento sobreviene cuando el demandado, en legtima defensa de su persona, se ve obligado a dispararle a su agresor. Peticin, pgs. 35. Expedido el recurso de revisin, la parte recurrente solicit que celebrramos una vista oral dado lo novel de la controversia presentada ante nos. Accedimos a dicha solicitud, por lo que la referida vista se llev a cabo el 22 de octubre de 1990. [NOTA7] NOTA7 En dicha ocasi n, este Tribunal estuvo constituido por el entonces Juez Presidente Seor Pons Nez, el hoy Juez Presidente Seor Andru Garca, los Jueces Asociados Seores Rebollo Lpez y Hernndez Denton, y el que suscribe. II Para disponer del recurso ante nos, basta con atender lo alegado por las partes en los primeros dos (2) sealamientos de error. El primer sealamiento va dirigido a cuestionar la admisibilidad en evidencia de una sentencia de conviccin por homicidio involuntario, y el segundo a cuestionar su valor probatorio de concluirse que es admisible. [1] En primer lugar, sostenemos que una sentencia de conviccin resultado de una alegacin preacordada constituye prueba de referencia sujeta a la norma general de exclusin segn provisto por nuestro ordenamiento evidenciario. Reglas 60 y 61 de Evidencia, 32 L.P.R.A. Ap. IV. [2] En virtud de lo dispuesto por la Regla 72 de Procedimiento Criminal, 34 L.P.R.A. Ap. II, una sentencia de conviccin, resultado de una alegacin preacordada, representa la aceptacin por parte del tribunal de la alegacin *684 de culpabilidad hecha por el imputado una vez el tribunal se ha cerciorado de que sta ha sido hecha con pleno conocimiento, conformidad y voluntariedad del imputado; que es conveniente a una sana administracin de la justicia, y que ha sido lograda conforme a derecho y a la tica. Regla 72(7) de Procedimiento Criminal, 34 L.P.R.A. Ap. II. Por ello, una sentencia ofrecida como prueba de los hechos a que sta se refiere es prueba de referencia, pues representa la opinin o creencia del tribunal en torno a la veracidad de la alegacin y de los hechos en que sta se fundamenta. Constituye, pues, la referida sentencia prueba de referencia inadmisible, salvo que exista una excepcin aplicable. E.L. Chiesa, Prctica Procesal Puertorriquea: Evidencia, San Juan, Pubs. J.T.S., 1985, Vol. I, Cap. VIII, pgs. 272 y ss. Apliquemos lo antes expuesto a los hechos del caso ante nos. [3] El demandado recurrente, como parte de un proceso de alegacin preacordada, formul una alegacin de culpabilidad y fue sentenciado y convicto por el delito de homicidio involuntario del cual uno de sus elementos constitutivos lo es la negligencia. Art. 86 del Cdigo Penal, 33 L.P.R.A. sec. 4005. Posteriormente, dicha sentencia fue ofrecida como prueba de negligencia en la accin civil en daos y perjuicios instada contra el aqu recurrente. Dado que la referida sentencia constituye prueba de referencia, que como regla general es inadmisible, su admisibilidad depende de que sta est comprendida dentro de una de las excepciones a dicha regla. [4] Al considerar que la alegacin de culpabilidad formulada por el demandado recurrente por el delito de homicidio involuntario constituye una admisin de haber cometido el mencionado delito, la admisibilidad de la sentencia en controversia ante nos est sujeta a lo dispuesto por las Reglas 62 y 65(V) de Evidencia, 32 L.P.R.A. Ap. IV, referentes respectivamente a la admisibilidad en evidencia de una *685 admisin de parte y de una sentencia por conviccin previa. [5] Especficamente, y en lo pertinente, la Regla 62 de Evidencia, supra, dispone que: Es admisible como excepcin a la regla de prueba de referencia una declaracin ofrecida contra una parte si la declaracin: (A) Es hecha por dicha parte, bien en su capacidad individual . Segn dispuesto por la citada regla, es admisible en evidencia contra una parte cualquier manifestacin o conducta suya que tienda a desacreditar o a contradecir alguna de sus contenciones. Resulta suficiente que la manifestacin o admisin sea contraria al inters del declarante al momento en que se ofrece contra l como prueba. Chiesa, op. cit., pgs. 292 a 312. [6] Ahora bien, cuando la admisin de una parte culmina en una sentencia de conviccin por delito, la admisibilidad como prueba sustantiva de la admisin y la sentencia resultante est condicionada a lo dispuesto por la Regla 65(V) de Evidencia, supra, que en lo pertinente establece que: Es admisible como excepcin a la regla de prueba de referencia aunque el declarante est disponible como testigo: (V) Sentencia por conviccin previa: Evidencia de una sentencia final, tras un juicio o declaracin de culpabilidad, declarando a una persona culpable de delito grave, ofrecida para probar cualquier hecho esencial para sostener la sentencia de conviccin. (nfasis suplido.) La regla antes citada limita la admisibilidad de una sentencia de conviccin a los casos de delitos graves. Se excluyen los delitos menos graves dado el poco incentivo econmico y libertario que tiene el imputado para litigar una denuncia por un delito menos grave. La falta de incentivo *686 a litigar est determinada por la severidad de la pena a la que se expone el imputado [NOTA8]. NOTA8 Para dar efectividad plena a las consideraciones de poltica pblica antes sealadas e informadas por la Regla 65(V) de Evidencia, 32 L.P.R.A. Ap. IV, no puede acudirse a la Regla 62, 32 L.P.R.A. Ap. IV, ni a otras excepciones a la norma de exclusin de prueba de referencia para lograr que se admita como prueba sustantiva una sentencia de conviccin por un delito menos grave, salvo lo que ms adelante se indica. E.L. Chiesa, Prctica Procesal Puertorriquea: Evidencia, San Juan, Pubs. J.T.S., 1985, Vol. I, pg. 440; Weinstein & Berger, 803355, 4 Weinsteins Evidence Sec. 803(22)[01]. La anterior conclusin no excluye la posibilidad de que una sentencia de conviccin por un delito menos grave se utilice a los fines de impugnar la credibilidad de un testigo conforme lo dispone la Regla 46 de Evidencia, 32 L.P.R.A. Ap. IV. En trminos de la Regla 65(V), supra, la exclusin de los delitos menos graves se concibi principalmente para considerar los casos por infraccin a la ley de trnsito, en la cual el ciudadano promedio, muchas veces sin consultar a un abogado prefiere, aun cuando considere que tiene la razn, pagar una multa y continuar con su rutina diaria. En estos casos la alegacin de culpabilidad resulta ser de escaso valor probatorio como prueba de los hechos que la motivaron, pues puede que slo refleje la percepcin del imputado de que pagar una multa es mucho ms conveniente que litigar y, por ejemplo, tener que ausentarse de su trabajo. Chiesa, op. cit., pg. 440; Comentarios del Secretariado de la Conferencia Judicial de 1979 y 1986; Pease v. Pease, 246 Cal. Rptr. 762 (1988); Arneson v. Fox, 170 Cal. Rptr. 778 (1980). Ahora bien, es una conviccin por el delito de homicidio involuntario admisible al amparo de las disposiciones de la Regla 65(V) de Evidencia, supra? [7][8] Como regla general, son delitos menos graves aquellos cuya pena no excede de quinientos dlares ($500) de multa y/o seis (6) meses de crcel. Art. 12 del Cdigo Penal de Puerto Rico, 33 L.P.R.A. sec. 3044. Sin embargo, el delito de homicidio involuntario, a pesar de ser menos grave, conlleva una pena fija de un (1) ao y ocho (8) meses, la cual puede ser reducida hasta un mnimo de un ao (1) y tres (3) meses de mediar circunstancias atenuantes, y *687 aumentada hasta un mximo de tres (3) aos de mediar circunstancias agravantes. Al ser la posibilidad de la pena el criterio determinante de la presencia o ausencia de incentivo a litigar, concluimos que una conviccin por homicidio involuntario es admisible al amparo de la Regla 65(V) de Evidencia, supra, en virtud de que puede conllevar una pena de hasta tres (3) aos de reclusin, lo que provee a una persona promedio incentivo suficiente para litigar en virtud del inters libertario implicado. [NOTA9] Chiesa, op. cit., pg. 440. NOTA9 A este respecto, en el informe sobre el Primer Examen de las Reglas de Evidencia de 1979, presentado por el Comit de Reglas de Evidencia de la Conferencia Judicial de Puerto Rico, se hizo constar que: El Comit estara a favor de enmendar nuestra regla para que se refiera a delitos con pena mayor de quinientos dlares ($500) de multa o ms de seis meses de prisin, lo que dara cuenta de delitos como el de homicidio involuntario. [9] En sntesis, al considerar que la pena que acarrea el delito de homicidio involuntario es en exceso de seis (6) meses, tpica de delito grave, resolvemos que una sentencia de conviccin por el referido delito ha de ser tratada como una conviccin por delito grave a los fines de la Regla 65(V) de Evidencia, supra, y es por lo tanto admisible al amparo de lo dispuesto por la citada regla. Siendo ello as, y dado que en el caso ante nos la sentencia tiene su origen en una alegacin de culpabilidad, tambin es admisible bajo la Regla 62 de Evidencia, supra, como admisin de parte. Esta conclusin no slo es compatible con lo dispuesto por nuestro ordenamiento evidenciario sino que, adems, es congruente con la poltica pblica que favorece la integracin de los procesos de naturaleza civil y penal, segn expresada en Toro Lugo v. Ortiz Martnez, 105 D.P.R. 229 (1976), y su progenie, y con el esfuerzo legislativo dirigido a proteger a las vctimas de delito. Reglas 62 y 65(V) de Evidencia, supra; Morales Garay v. Roldn Coss, 110 D.P.R. 701 (1981); Vda. de Morales v. De Jess Toro, 107 D.P.R. 826 (1978); Chiesa, op. cit.; Ley para la Proteccin de Testigos y *688 Vctimas, Ley Nm. 77 del 9 de julio de 1986 (25 L.P.R.A. secs. 972972j). III [10] Concluido ya que la sentencia de conviccin por homicidio involuntario es admisible en evidencia, corresponde expresarnos sobre el valor probatorio de dicha evidencia una vez admitida. Esto es, una vez trascendido el aspecto de admisibilidad correspondiente al ordenamiento evidenciario, debemos adentrarnos en materia sustantiva para determinar si err el tribunal sentenciador al admitir en el pleito civil la sentencia de conviccin por el delito de homicidio involuntario como prueba concluyente de negligencia y al no permitir al demandado recurrente testificar en torno a las razones que lo llevaron a aceptar el acuerdo de alegacin preacordada y formular alegacin de culpabilidad por el mencionado delito. Concluimos que s err. Veamos. [11] El aspecto sustantivo de la controversia hoy ante nos fue claramente resuelto en Toro Lugo v. Ortiz Martnez, supra. Especficamente, en el citado caso concluimos que: Los hechos probados en una causa penal, an cuando no son concluyentes al punto de excluir su relitigacin en la accin civil de daos y perjuicios originada de aqullos, constituyen evidencia prima facie de su existencia, admisible en el pleito civil. La parte para quien resulte adversa dicha prueba tiene derecho a alegar su insuficiencia o a controvertirla con otra evidencia y el juzgador har su propia estimacin de la prueba que podr o no coincidir con la apreciacin de la misma en el juicio criminal. [P]uede el juzgador de la causa civil hacer su propia apreciacin de toda la prueba dirigida por la premisa fundamental de la diversa naturaleza y finalidad de las acciones que se ejercitan en una causa criminal y en un juicio civil . (nfasis suplido y escolio omitido.) *689 [12] Sobre este extremo es importante destacar que aun cuando la norma de admisibilidad adoptada en Toro Lugo v. Ortiz Martnez, supra, fue modificada por la Regla 65(V) de Evidencia, supra, en la medida en que sta hace inadmisible en un pleito civil posterior una sentencia de conviccin por un delito que conlleve una pena menor de seis (6) meses de reclusin y/o quinientos dlares ($500) de multa, el aspecto sustantivo de la norma adoptada en Toro Lugo v. Ortiz Martnez, contina en pleno vigor e inalterada por el contenido de la Regla 65(V), supra, e incluso fue ratificada por este Tribunal con posterioridad a la aprobacin de las reglas de evidencia. [NOTA10] NOTA10 Morales Garay v. Rold n Coss, 110 D.P.R. 701 (1981). [13] En sntesis, al ratificar la norma adoptada en Toro Lugo v. Ortiz Martnez, supra, concluimos que err el tribunal de instancia al admitir la sentencia de conviccin por homicidio involuntario como prueba concluyente de negligencia y no permitirle al demandado recurrente presentar prueba en torno a las razones que lo motivaron a formular alegacin de culpabilidad por el mencionado delito. Tanto la sentencia como las razones por las cuales el demandado recurrente formul la alegacin de culpabilidad debieron ser consideradas en conjuncin con la otra prueba presentada en el caso para llegar a una conclusin en torno a si el demandado recurrente actu negligentemente, lo cual constituye un elemento esencial de la causa de accin en daos y perjuicios instada por los demandantes recurridos. Por los fundamentos antes expuestos, se revoca la sentencia recurrida y se devuelve el caso al tribunal de instancia para que continen los procedimientos en conformidad con lo aqu expuesto y se le permita a la parte demandada recurrente desfilar prueba sobre las razones por las cuales *690 formul la alegacin de culpabilidad por el delito de homicidio involuntario. [NOTA11] Se dictar sentencia de conformidad. NOTA11 En vista de la conclusi n anterior, no es necesario discutir lo alegado en los restantes sealamientos de error formulados por los recurrentes. Especficamente el tercer, cuarto, quinto, sptimo y octavo sealamiento estn dirigidos a cuestionar la suficiencia de la prueba y la apreciacin que de la misma hizo el tribunal de instancia. En el sexto y noveno sealamiento alegan que err el tribunal al admitir en evidencia contra la seora Granda, la sociedad legal de gananciales compuesta por el seor y la seora Granda, y la Corporacin Granda e Hijos, Inc., la alegacin de culpabilidad formulada por el seor Granda y al fijar una cuanta de lucro cesante mayor que la pensin alimentaria fijada por un tribunal a los menores demandantes. Con respecto a la procedencia de tales actuaciones por parte del tribunal, quaere. El Juez Presidente Seor Andru Garca disinti por considerar que la decisin mayoritaria infringe el elemental principio de hermenutica consagrado en el Art. 14 de nuestro Cdigo Civil, 31 L.P.R.A. sec. 14, al efecto de que [c]uando la ley es clara y libre de toda ambigedad, la letra de ella no debe ser menospreciada bajo el pretexto de cumplir su esprituD. El Juez Asociado Seor Negrn Garca disinti con una opinin escrita. O Opinin disidente del Juez Asociado Seor Negrn Garca. Diferimos. La sentencia penal fundada en la alegacin de culpabilidad de Rolando Granda por el delito menos grave de homicidio involuntario, es inadmisible en la demanda civil posterior en su contra. I El esquema probatorio vigente hace admisibles [NOTA1] algunas sentencias por convicciones anteriores en procedimientos ulteriores para diferentes propsitos, pero si se ofrece *691 como prueba de las alegaciones de la demanda o acusacin, el problema de prueba de referencia es grave. E.L. Chiesa, Prctica Procesal Puertorriquea: Evidencia, San Juan, Pubs. J.T.S., 1985, Vol. I, pg. 437. NOTA1 Coincidimos con los pronunciamientos en torno al valor probatorio de una sentencia criminal de conviccin por delito grave en el subsiguiente proceso civil por los mismos hechos. Estn a tono con nuestras decisiones en Morales Garay v. Roldn Coss, 110 D.P.R. 701 (1981); Vda. de Morales v. De Jess Toro, 107 D.P.R. 826 (1978); Toro Lugo v. Ortiz Martnez, 105 D.P.R. 229 (1976). Al respecto, la Regla 65(V) de Evidencia, 32 L.P.R.A. Ap. IV, dispone: Es admisible como excepcin a la regla de prueba de referencia aunque el declarante est disponible como testigo: (V) Sentencia por conviccin previa: Evidencia de una sentencia final, tras un juicio o declaracin de culpabilidad, declarando a una persona culpable de delito grave, ofrecida para probar cualquier hecho esencial para sostener la sentencia de conviccin. La pendencia de una apelacin no afectar la admisibilidad bajo esta regla, aunque podr traerse a la consideracin del tribunal el hecho de que la sentencia de conviccin an no es firme. Esta regla no permite al pueblo en una accin criminal ofrecer en evidencia la sentencia de conviccin de una persona que no sea el acusado, salvo para fines de impugnacin de un testigo. (nfasis suplido.) Por qu fueron excluidas las sentencias por delitos menos graves? Los principios probatorios tienen como propsito el descubrimiento de la verdad en todos los procedimientos judiciales. Regla 2 de Evidencia, 32 L.P.R.A. Ap. IV. Con esa visin en mente, se estima que las sentencias por delitos graves generalmente ofrecen garantas circunstanciales de confiabilidad. En tales casos, el acusado frecuentemente se expone a penas severas y, por ende, tiene un gran incentivo para litigar. Chiesa, op. cit., pg. 74. Segn este predicado, es razonable pensar que medi una defensa vigorosa y que el veredicto condenatorio fue obtenido a pesar de esos esfuerzos. No obstante, la situacin es distinta en los menos graves, pues falta el incentivo para litigar y la declaracin de culpabilidad o defensa mnima puede haber obedecido simplemente a preferir la conviccin a los sinsabores de una vigorosa defensa [y] se excluye de la excepcin la *692 sentencia de conviccin por delitos menos grave[s]. Chiesa, op. cit., pg. 438. [NOTA2] NOTA2 En torno a la regla federal (Regla 803(22)), equivalente a la Regla 65(V) nuestra, seala McCormick: Un nmero de Tribunales ha limitado esta regla a convicciones por delitos graves razonando que las convicciones por delitos menos graves no representan determinaciones suficientemente confiables para justificar el hacer una excepcin a la regla de prueba de referencia. (Traduccin nuestra.) E.W. Cleary, McCormick on Evidence, 3ra ed., Minnesota, Ed. West Publishing Co., 1984, Sec. 318, pg. 895. En sntesis, el sustrato de este razonamiento diferencial es la confiabilidad condicionada por el valor probatorio intrnseco del incentivo que tuvo un acusado para litigar o no su causa. II Tena Granda incentivos para hacerlo en el caso criminal? La opinin mayoritaria contesta en la afirmativa al equiparar el delito de homicidio involuntario menos grave con uno grave, en funcin a la pena mxima de tres (3) aos. Segn ese razonamiento resuelven que la sentencia es admisible. Es un error. La mayora pasa por alto que a Granda se le acus de asesinato en primer grado, por lo que estaba expuesto a una pena de noventa y nueve (99) aos sin derecho a los beneficios de sentencia suspendida. Arts. 8284 del Cdigo Penal, 33 L.P.R.A. secs. 40014003. Como resultado de unas negociaciones con el Ministerio Pblico, se le ofreci la alternativa de una alegacin de culpabilidad por homicidio involuntario. Art. 86 del Cdigo Penal, 33 L.P.R.A. sec. 4005. El acuerdo inclua recomendar la pena mnima de un (1) ao y tres (3) meses, y su elegibilidad para disfrutar una sentencia suspendida. Segn surge de su oferta, por varias razones, Granda tena temor a exponerse a un proceso contencioso que no fuera justo e imparcial. *693 Distinto a la lgica mayoritaria, es obvio que si Granda litigaba el caso de asesinato se expona a una condena de noventa y nueve (99) aos a ser cumplidos en prisin; mientras con la alegacin de culpabilidad por homicidio involuntario recibira, con gran posibilidad, una sentencia suspendida de un (1) ao y tres (3) meses. [NOTA3] NOTA3 En efecto, Granda fue sentenciado a una sentencia suspendida de un (1) ao y tres (3) meses. Ante este panorama, ciertamente Granda no tuvo incentivos para litigar el homicidio involuntario; de hecho, eran ms poderosas las razones para abstenerse. En estas circunstancias, la sentencia por homicidio involuntario carece de las garantas circunstanciales de confiabilidad que justifican su admisibilidad en la causa civil posterior al amparo de la Regla 65(V) de Evidencia, supra. No debi admitirse. Finalmente, resulta pertinente indicar que la inadmisibilidad de dicha sentencia criminal subsiste an bajo los criterios de admisinD al amparo de la Regla 62 y una declaracin contra intersD, Regla 64(B)(3). [NOTA4] NOTA4 Sobre el particular se ha aclarado: Puede admitirse una sentencia de conviccin por delito menos grave, a base de declaracin de culpabilidad, bajo los principios de admisiones de la regla 62 de declaraciones contra inters bajo la regla 64(B)(3)? Coincidimos totalmente en la respuesta negativa que hallamos en Weinteins Evidence, secin 803(22)[01], pg. 803276 (1979): Para poder lograr la poltica pblica expresa consignada en la regla 803(22) prohibiendo la admisin en evidencia de convicciones que conlleven penas de menos de un ao, evidencia de declaracin de culpabilidad en casos menos graves no deben ser admitidas como admisiones bajo la Regla 801(d)(2), ni como declaraciones contra inters bajo la regla 804(b)(3). (escolio omitido.) (Traduccin nuestra.) Chiesa, op. cit., pg. 440.