Las Tentaciones de La Catequesis Popular
Las Tentaciones de La Catequesis Popular
Las Tentaciones de La Catequesis Popular
CATEQUESIS POPULAR
Bill Ameche, Catequista y escritor
Voy a abordar este tema con toda la sencillez y espontaneidad de un catequista que platica con otros
catequistas.
Quisiera hablar sobre unos aspectos claves de la catequesis popular de una manera indirecta, hablando
de ciertas tentaciones que todos tenemos cuando tratamos de catequizar al pueblo al cual
pertenecemos.
PRIMERA TENTACIN:
Ensear a la gente muchas "ideas de Dios" ms que propiciar que ellos mismos experimenten y
descubran a Dios en vida.
Nos dejamos seducir fcilmente por esta tentacin por varias razones:
Porque creemos que ya conocen a Dios, y que slo les falta fundamentar o ampliar sus
conocimientos.
Porque percibimos una gran ignorancia doctrinal en el pueblo.
Porque el pueblo necesita saber "ciertas cosas" para poder defenderse ante los ataques de las
sectas.
Porque pensamos que la experiencia de Dios les toca a los evangelizadores y que a nosotros
slo nos toca la enseanza doctrinal.
O tristemente, porque nosotros mismos slo tenemos unas "ideas de Dios" y nunca hemos
tenido una verdadera experiencia del Dios Vivo; por lo tanto, compartimos de lo que tenemos.
Nuestra experiencia como catequistas y como parte de un pueblo de Dios comienza igual como el
Pueblo de Dios en la Biblia: empieza una vez que hemos sentido que Dios nos ha liberado...que nos ha
sacado de nuestra esclavitud...que se mete en nuestras vidas...que nos hace revivir.
Cmo lograr esta experiencia? Con un curso para formar nuevos catequistas? No tanto. NO es un
asunto de ideas (por ms buenas que sean). Esta experiencia surge a partir de acciones an las ms
pequeas que nos van llevando de menos a ms vida. Y estas acciones deben ser el centro y el alma
de toda nuestra actividad como catequistas.
Un ejemplo: Cmo ayudarle a un nio a comprender que Dios es Amor, que lo quiere y que es su
Padre?...si el nio nunca ha sentido realmente amado por nadie en toda su vida...y mucho menos por
su pap! Estas ideas de Dios por estupendas que sean son in tiles si no van acompaadas por
unas experiencias de amor que puedan calar hondamente al nio. Propiciar estas experiencias es el
trabajo principal de nosotros como catequistas. A partir de stas, el nio puede fcilmente comprender
lo dems; sin stas, el nio jams ser catequizado. Qu tipo de acciones podemos hacer para
propiciar estas experiencias? Esto depende de la edad y de las necesidades de los catequizados y de las
circunstancias de su medio ambiente.
Por ejemplo:
Normalmente los nios de 8 a 10 aos empiezan a sentir una necesidad de estar con los
amigos en vez de estar en casa con su mam. En esta edad toda accin que favorezca la
experiencia de vivir en comunidad les dar mucha vida.
He visto que las familias que llegan del campo a la ciudad siempre sienten un vaco: su
seguridad se acaba; ya no tiene las mismas costumbres ni las mismas amistades. Ahora tienen
que afrontar un mundo confuso y agresivo. En esta situacin cualquier accin de solidaridad
autntica les ayuda a echar sus races y a comenzar a vivir otra vez.
Y estas acciones solidarias pueden ser tan distintos como son hacer faenas para poner agua potable,
construir una capilla, ingresar a los A.A., organizarse para defender sus derechos o visitar y apoyar a
los enfermos. (Por cierto, el modelo de las CEBs r esponde muy bien a este tipo de situacin).
Ahora trabajo en un pueblo estancado en sus costumbres, donde se afirma: "No se puede hacer ningn
cambio" y donde reina la apata. Pero estoy viendo cmo un pequeo proyecto de vivienda popular
est rompiendo este letargo. Unas personas que antes se sentan condenadas a vivir arrimadas porque
no tenan el dinero suficiente para construir su propia casa, ahora estn descubriendo que pueden
hacerlo y ser libres y ms dueos de su vida...y les estn gustando! Ahora con ellos puedo hablar de
la Buena Nueva de Jess. Ahora empiezan a entender la parbola de la semilla de mostaza y que s es
posible mover montaas si uno tiene fe.
Cada vez que experimentemos ms vida, espontneamente reformulamos nuestras ideas, incluyendo
nuestra idea de Dios. Mientras ms vivos nos sentimos, mejor comprendemos al Dios Vivo quien se
manifiesta plenamente en nuestra vida. Pero, mientras menos vivos os sentimos, ms nos
conformamos con un "Dios en el cielo" cuya lejana nos frustra y nos desespera...y ante quien, a fin y
a cabo, nos volvemos o indiferentes o neurticos. Si slo pensamos en transmitir nuestras ideas a los
dems, lo ms seguro es que nuestra catequesis lo va a deformar. Por qu? Sencillamente porque
muchas de nuestras ideas ya estn bastante deformadas.
Por ejemplo:
No hemos hablado alguna vez de un Dios que premia a los buenos y castiga a los malos?...
As con esta idea, qu tipo de creyente estamos formando?... uno que hace buenas obras y
cumple todo por miedo de irse al infierno; es decir, hablando en plata, un egosta que se
preocupa slo por "salvar su pellejo" y que en la prctica le vale lo que le pasa a los dems.
Uno que nunca est en paz ni con Dios ni consigo mismo.
No hemos hablado alguna vez de un Dios que exige una perfeccin que ni nosotros
podemos cumplir?... Con esta idea destruimos a los creyentes: uno se hacen fariseos, critican a
los dems y se sienten frustrados por no lograr su meta, mientras que otros ya no se atreven a
acercarse a la Iglesia y mucho menos a recibir los sacramentos porque no son dignos.
No hemos hablado de un Dios que est "por encima" de nuestros pleitos humanos?... Y as,
hemos colaborado en propagar la enfermedad espiritual ms grave de todos los tiempos: separar
nuestra fe de nuestra vida, y as quedarnos condenados a cumplir con una "mera religin" en
vez de construir hoy mismo el Reino junto con el Amigo, Jess Vivo.
No hemos hablado tambin de un Dios que piensa como nosotros y exige nuestras ideas
para todos los dems?... Y as hemos formado a creyentes intolerantes que aplastan a los dems
con "sus verdades".
En esta misma lnea quiero compartir una experiencia que tuve como catequista. Segn el programa,
me tocaba dar el tema de la Santsima Trinidad a un grupo de nios que estaba preparndose para
hacer su Primera Comunin. Ya tena toda la catequesis preparada. Iba a preguntarles a los nios si
saban cmo viva Dios. Claro... ellos me iban a decir que no lo saban... y yo les iba a contestar que
era imposible que lo supieran porque eso era un misterio de nuestra fe y que nadie lo podra entender.
Pero, al hacerles la pregunta, un nio me dijo que s saba cmo viva Dios. Me qued sorprendido.
Me pic la curiosidad y le dije que me lo explicara. Me contest que Dios "viva en familia". Me lo
dijo con tanta sencillez y seguridad. Recuerdo que le ped que me explicara ms. Y me dijo: "S, Dios
vive en familia; el Padre y el Hijo y el Espritu Santo se quieren mucho y viven en una sola familia".
Sin duda, la experiencia positiva de vida familiar que tena este nio le ayud a comprender aquella
catequesis. y le ayud al catequista para que la comprendiera tambin!
La catequesis verdadera debe iluminar la experiencia del Dios Vivo que cada persona o grupo est
experimentando. Y si no la est experimentando... qu la propicie! No hay catequesis si el
catequizado no est experimentando ms vida.
SEGUNDA TENTACIN:
Descuidar el ambiente de amistad de los catequizados por dar ms importancia a la realizacin
de las metas del programa de la catequesis.
Pero cuando nosotros los catequistas junto con nuestros grupos de catequizados vamos hacindonos
amigos entre s y con Dios, entonces dejamos de cumplir y empezamos a realizar nuestras actividades
con gusto y satisfaccin: A poco no es cierto? Es ms, hasta preparamos mejor los temas y metemos
ms ganas en las actividades. Es que entre amigos se descubre ms fcilmente los deseos y las
necesidades del otro y se siente ms motivado para responderles. Cuando los amigos actan juntos,
espontneamente "se hace vida". La amistad es una verdadera experiencia de Dios.
A travs de la amistad hemos experimentado al Dios que nos ha liberado... que nos ha hecho revivir.
Gracias a eso hemos descubierto "el secreto" de Dios: que l es sobre todo Amigo. Claro que l
es el Todopoderoso, pero ante nosotros no quiere presentar se ah. Escoge encarnarse a nuestra
condicin humana y presentarse ante nosotros sencillamente como Jess (de Nazareth, el hijo de
Mara, el carpintero, el amigo). Y como amigo, lo que le interesa somos nosotros. Como amigo, lo que
quiere es que estemos b ien. y la relacin con l nos vivifica.
Este mismo Jess Vivo nos invita personalmente a ser sus amigos. Nos invita a "amarnos los unos a
los otros" como l nos ama (A fin y cabo, esto es ser discpulo de Jess). Nos acompaa y acta junto
con nosotros. Con nosotros l va construyendo su Reino de Ms vida para todos.
Esta experiencia de Jess Amigo slo se da en un grupo de amigos... Y no en cualquier grupo; slo en
uno donde todos quieren conocer a Jess... para amarlo y seguirlo.
No podemos catequizar si primero no estamos propiciando tanto de actitud como de acciones que
seamos ms amigos. Si lo pensamos, esto es lo ms obvio. No se trata de formar a cristianos y despus
buscar cmo integrarlos a la Iglesia. La formacin catequtica debe realizarse dentro de una
experiencia viva de una Iglesia abierta a los dems y dispuesta a servirles; es decir, dentro de un
ambiente de amigos en el Seor.
El catequizado es como una semilla que, aunque tenga vida en s, no puede crecer si no est en un
ambiente que le permita crecer. La semilla necesita sol, aire, agua y buena tierra; el catequizado
necesita la fe, la esperanza y sobre todo la amistad. Tanto para la semilla como para el
catequizado, si falta un slo elemento de su ambiente, no puede crecer y dar fruto. La catequesis
verdadera debe partir de una comunidad de amigos en el Seor. Si la hay, tenemos que cuidarla; y si
no la hay... tenemos que hacer algo para propiciarla! No hay catequesis sin amistad.
TERCERA TENTACIN:
Fijarnos ms en una catequesis para los "momentos puntuales" que en el seguimiento de
nuestro propio programa de catequesis.
Qu pasa con casi todos los nios que hacen su Primera Comunin?... o con los adolescentes y
jvenes que reciben la Confirmacin?... o con las parejas despus de casarse por la Iglesia o despus
del bautismo de su hijo? La respuesta ya la sabemos muy bien: ya no se presentan a casi ninguna
reunin de la Iglesia; ni a Misa llegan.
En el decanato donde ahora trabajo, hicimos una encuesta sobre la situacin actual de la catequesis
infantil; contestaron 8 parroquias. Durante este ao hemos preparado a ms de 2,000 nios para su
Primera Comunin y, de stos, slo 89 han quedado en algn "grupo de perseverancia". Ms
desanimante que estas cifras fue el siguiente comentario. "No podemos hacer nada porque eso es el
mismo problemas en todo el pas".
Ante esto, nosotros catequistas solemos echar la culpa a los paps por no mandar a sus hijos al
catecismo... o a los sacerdotes por no apoyarnos... o a la tele por tener programas de caricaturas a la
misma hora de la catequesis o a los dems por no ofrecerse como catequistas para atender a los nuevos
grupos de nios... o a "la costumbre" de no tener nada despus de la Primera Comunin. Le echamos
la culpa a todos, menos a nosotros mismos. Pero cada vez estoy ms convencido de que la causa
principal de esta situacin tienen que ver con nosotros, los catequistas. Nuestros programas no
incluyen el futuro; hacemos "bonitos trabajos de catequesis" para la necesidad del momento, pero no
estamos impulsando o apoyando un proceso de fe en la vida de los catequizados. El rbol se conoce
por su fruto. Nuestras catequesis no suelen tener seguimiento; son "rboles que dan fruto slo una vez
en su vida y despus se vuelven estriles".
La catequesis siempre debe partir de las necesidades del presente; pero, para ellas, hay que hacer
programas con miras al futuro.
Ejemplos:
Ya que la gente pide el catecismo para que sus hijos hagan la Primera Comunin, hay que
aprovechar este momento. hay que hacer un programa dinmico que les gusta a los nios.
Durante el poco tiempo que dura el catecismo, hay que fomentar que el grup o logre a ser una
verdadera comunidad de "amigos en el Seor"...con ganas de seguir despus de la Primera
Comunin! Hay que escoger bien a los nios para esta experiencia (porque los que viven muy
lejos unos de otros no van a poder seguir por falta de pe rmiso de sus paps o por flojera de
caminar tanto; los que son demasiado chicos no sienten todava fuertemente la necesidad de
andar "con los amigos" y, por lo tanto, no van a tener inters en seguir). No podemos como
catequistas terminar nuestro programa de catequesis sin tener otro programa de seguimiento ya
listo para poner en la prctica (aunque sea con otros catequistas).
Ya que el catecismo de Primera Comunin puede ser un "trampoln" para seguir un proceso
de fe de los nios en lo que les queda su niez, se puede aprovechar del mismo modo el
Sacramento de la Confirmacin como trampoln para comenzar en serio una pa storal de
adolescentes o de jvenes.
En una parroquia donde estuve hacamos misiones durante la Cuaresma y la Semana Santa
con la intencin adems de dar un servicio a todo el mundo de detectar a las personas
adultas que quisieran entrar en una experiencia comunitaria ms comprometid a en la fe. As es
cmo logrbamos a formar cada ao nuevas CEBs. Lo que ayudaba es que la misma gente
esperaba y peda que hubieran algunas actividades especiales durante este tiempo. Hay que
saber cmo aprovechar estos momentos "con miras al futuro". No hay que confundir "el
seguimiento de nuestro programa catequtico" con las exigencias de la escuela o de los temas
prefabricados de algn movimiento eclesial. Por cierto, los "catecismos para cada ao escolar",
en vez de impulsar un proceso de fe, la r educen a un mero aprendizaje escolar.
La catequesis siempre parte de... y responde a... las necesidades e inquietudes sentidas por un grupo
concreto de personas. Como catequistas, tenemos que fijarnos en lo que es LO MS IMPORTANTE
en la vida de estas personas; lo vital de su etapa actual de vida. Una vez que captemos esto, entonces
podemos empezar a buscar (o inventar) un programa catequtico adecuado a sus necesidades. Cuando
no hacemos esto, nos desviamos de nuestra meta. un ejemplo: Hace mucho tiempo un sacerdote me
coment que era imposi ble trabajar con los adolescentes. El haba conseguido una de las mejores
pelculas del momento y les haba ofrecido gratis el cine para atraer a todos los adolescentes. Pero
ellos haban preferido ir aquella misma noche a ver al "Grupo Menudo". Aquel sac erdote no cay en
la cuenta de que "el gusto del padre" no era lo mismo que "el gusto de los adolescentes". Por este
mismo tiempo un equipo y yo habamos tambin dado comienzo a unos grupos de adolescentes. Les
animamos para que imitaran a "Menudo" y a su s otras estrellas favoritas. Fu todo un xito e iban
creciendo los grupos. Despus de un rato, se cansaron de "Menudo" y empezamos otras actividades
segn su nuevo inters. Con el tiempo estos grupos fueron capaces de cambiar socialmente sus
barrios; no continuaron la costumbre de "los esquineros drogadictos" porque haban encontrado un
modo ms agradable de convivir sanamente y sin una presin negativa de sus compaeros. y todo esto
comenz con "Menudo".
Hablando de adolescentes, me tiene impactado un nuevo grupo donde ahora trabajo. Estn haciendo
algo que ningn pueblo en la zona tiene: una parada de camin con techo y bancas para el uso de toda
la gente del pueblo. Siento que eso fue posible porque su catequista, una seora del pueblo, tom en
cuenta lo vital de los adolescentes: ellos no quieren que los traten como nios y s quieren que los
adultos los tomaran en cuenta como adultos. Cuando platicaron en grupo sobre qu actividad iban a
hacer, vieron un problema real del pueblo que estaba a su alcance para resolver, y lo estn resolviendo
con gran entusiasmo. Claro, ahora se sienten ms adultos por su accin, ms contentos y ms
motivados para seguir con su grupo. En este contexto quiero aadir que tambin debemos propiciar
que los catequizados expresen su fe libremente a su manera. "El hombre no est hecho para la Ley
(liturgia), sino que la Ley (liturgia) est hecho para el hombre". A veces no hacemos caso a esta frase
y tratamos de forzar las coas. Por ejemplo: Utilizamos unas "Misas de nios" (demasiado
estructuradas y rgidas ) cuando lo que realmente necesitan los nios son ms bien unas sencillas
liturgias repletas de cantos, tteres o teatro, oraciones espo ntneas y, claro, mucha amistad y
actividad. La catequesis verdadera impulsa un proceso de fe. Por eso, nuestros programas catequticos
deben partir de las necesidades sentidas de cada grupo y realizarse con miras al futuro.
CUARTA TENTACIN:
Manejar la Biblia como lo hacen las sectas y los protestantes fundamentalistas.
En esta tentacin hemos cado alguna vez casi todos nosotros, los catequistas; me incluyo tambin. Y,
desgraciadamente, siento que hemos hecho un grave dao a la Iglesia y a su misin.
Pero, nosotros creemos que Dios Vivo se encuentra en la vida. Todos hemos tenido experiencias
fuertes de l; y, sin duda, hemos contado nuestras experiencias a otros con mucho provecho para
todos. Por eso, nuestra manera de leer la Biblia es distinta.
El mtodo catlico es leer las experiencias de Dios que tuvieron otras personas para ms fcil y
atinadamente encontrar a Dios en nuestra vida hoy da. Este fue el mtodo de Jess: no hizo caso a
todo lo que estaba escrito en la Biblia. Al encontrarse con la mujer adltera, no cumpli con la Ley de
Moiss, pero s puso en prctica la compasin de que habl el profeta Oseas.
Nuestra seguridad no est en ningn libro: Est en Jess Vivo! No nos preocupemos por "estar entre
los escogidos" porque l ya nos escogi desde antes. No esperamos el paraso en el futuro; junto con
Jess Vivo lo estamos tratando de construir ahora mismo.
Pero, cuando usamos el mtodo fundamentalista, los catequizados se hacen bolas y piensan que "todas
las religiones son iguales". Curiosamente... Estamos preparando a la gente para las sectas!