Síndrome Frontal Sintomatología y Subtipos

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Sndrome Frontal: Sintomatologa y Subtipos

Neurociencias - Psicobiologa

Esperanza Bausela Herreras


Universidad Autnoma de San Luis Potos
San Luis Potos, Mxico
RESUMEN
En el campo de la neuropsicologa ha existido un inters por el estudio de las funciones ejecutivas
dentro del "sndrome frontal", pero desde comienzos de la dcada de los sesenta, paralelamente
a los avances en el conocimiento de esa regin cortical, el inters se ha intensificado
considerablemente. Los lbulos frontales se encuentran implicados en las funciones cognitivas
ms complejas y evolucionadas del ser humano. Esta diversidad funcional es explicada por las
complejas conexiones aferentes y eferentes de esta zona crtex, funciones conocidas a partir del
estudio, fundamentalmente de pacientes con dao frontal. El objetivo de este artculo es analizar
la diversidad de la sintomatologa que acompaa a las lesiones y/o disfunciones que se relacionan
con este sustrato neurolgico, se profundizara en la disfuncin ejecutiva, y se analiza la
sintomatologa con relacin a una posible divisin estructural de esta zona del crtex tan
compleja.

Palabras clave: Lbulo frontal, funcin ejecutiva, Inhibicin, autorregulacin, flexibilidad


cognitiva.

Sintomatologa del lbulo frontal


Los diferentes especialistas que han tratado de estudiar el funcionamiento ejecutivo han
concluido que existe una relacin muy estrecha entre ste y las alteraciones que presentan los
pacientes con lesiones que se localizan en la zona del lbulo frontal cerebral (Barroso y Len
Carrin, 2002). Por esto, vamos a iniciar analizando los dficits ejecutivos que acompaan a la
lesin del lbulo frontal. Sin duda alguna, el caso ms famoso de la neuropsicologa, sobre el
estudio de la lesin del dao frontal es el caso de Phyneas Gage. J.M. Harlow, mdico de
profesin, en 1868 (Walsh, 1986) describe uno de los primeros casos sobre los cambios
producidos en la conducta despus de sufrir una lesin en la parte anterior del cerebro, que
ejemplifica claramente la relacin existente entre los lbulos frontales y los que con posterioridad
se relacionan. Dentro de la neuropsicologa moderna, esta idea se atribuy por primera vez a
Luria (1966), que propuso que los lbulos frontales eran responsables de programar y regular el
comportamiento, y de verificar si una actividad dada era apropiada para una situacin. Del mismo
modo, Stuss y Benson (1986) han sugerido que el sistema ejecutivo frontal comprende una serie
de procesos componentes, cada uno de los cuales puede influir en dos sistemas funcionales
bsicos: el impulso y la secuenciacin. Estos procesos, a su vez, alimentan y moderan una gama
de sistemas diversos que estn fuera de los lbulos frontales.

Las lesiones producidas en la zona prefrontal del cerebro determinan, en la mayor parte de los
casos, la aparicin de un conjunto de sntomas que se agrupan bajo el denominado sndrome
frontal, teniendo consecuencias sobre el crtex motor, el premotor y otras reas con las que
mantiene estrechas relaciones.

Esta sintomatologa cognitiva, tras la lesin en los lbulos frontales, es muy variada y se relaciona
con la localizacin, el tamao, la profundidad y la lateralidad de la lesin. En este sentido,
podemos hablar de trastornos en el razonamiento, en la capacidad de generar estrategias que
permitan solucionar problemas, el lenguaje, el control motor, la motivacin, la afectividad, la
personalidad, la atencin, la memoria, o incluso, la percepcin. A continuacin profundizamos
en esta diversidad:

Portellano (1998), Hernndez, Suaerwein, Jambaqe, de Guise, Lussier, Lortier, Dulac y


Lassonde (2002) y Pineda (2000), asocian las disfunciones de los lbulos frontales en adultos
con ciertos aspectos de la coordinacin motriz, trastornos motores, trastornos de los movimientos
oculares y de la programacin motriz.

En este sentido, las lesiones en los lbulos frontales van a implicar alteraciones en todas las
funciones cognitivas (Jdar, 2004). Tanto la investigacin bsica como la evidencia clnica
muestran que el dao frontal lleva consigo diversos y mltiples dficits cognitivos como
consecuencia de una lesin en esta zona de la corteza cerebral: dificultades en la planificacin,
en el razonamiento en la resolucin de problemas, en la formacin de conceptos y en el
ordenamiento temporal de los estmulos; aprendizaje asociativo, alteracin de algunas formas de
habilidades motoras, generacin de imgenes, manipulacin de las propiedades espaciales de un
estmulo, meta cognicin y cognicin social (Kertesz, 1994; Levin, 2001).

Lesiones en esta zona se asocian a problemas de la memoria y en concreto en la memoria de


trabajo (Golea, Pullara y Grafman, 2001). Ya el propio Luria (1980), en su obra Neuropsicologa
de la Memoria, dedic un captulo a analizar las alteraciones de la actividad mnsica en dos casos
de infeccin masiva de los lbulos frontales: un enfermo con tumor (aracnoidendotelioma) de los
sectores basales de los lbulos frontales y un caso de trauma masivo de esas formaciones. Las
lesiones en el crtex basal frontal interrumpen circuitos de memoria y pueden provocar amnesia,
pero indirectamente el lbulo frontal reduce la capacidad de aprendizaje en tanto est implicado
en la capacidad de planificacin y organizacin de la informacin. Por otro lado, permite la
organizacin espaciotemporal y contextual de la informacin aprendida: la memoria contextual
y temporal, la capacidad no slo de aprender una informacin, sino de relacionarla con un
contexto y ordenarla en el tiempo de una manera adecuada (Fuster, Bauer y Jervey, 1995). Luria
(1973) interpret las alteraciones de la memoria despus de una lesin frontal como una
alteracin de la capacidad de control de la inhibicin. Es decir, el dficit se encontrara en la
alteracin de inhibir respuestas irrelevantes. Y ms recientemente, Shimamura (1996) ha
insistido en esta misma idea, argumentando que estas personas no parecen poseer la capacidad
de controlar el procesamiento de la informacin que no se requiere en un momento determinado.
Luria (1979a) analizo las alteraciones que presentan estos pacientes en tres tipos de actividades
mnsicas:
1. As, en la curva de aprendizaje, se observa como en estos pacientes, existe una meseta
distintiva, caracterstica de un tipo inactivo de proceso mnsico. La curva de aprendizaje se
convierte, por tanto, en una meseta y se mantiene all, signo claro del carcter pasivo del
aprendizaje. Este carcter pasivo, tambin se refleja en el llamado nivel de pretensin
(sealando cuantos elementos recordara tras la presentacin siguiente de la misma serie), este
nivel no se eleva y se mantienen una y otra vez, como una repeticin inerte. Este resultado refleja
claramente la ausencia de un sistema mvil de intenciones que controla la actividad mnsica de
estos pacientes. En estos pacientes la curva de memoria que en condiciones normales entraa
un carcter netamente progresivo, deja de crecer en ellos, sigue mantenindose a un mismo nivel
y empieza a tener el carcter de meseta, expresiva de la inactividad en la funcin mnmica de
los mismos (Luria, 1986).

2. Adems, en estos pacientes se observan dficits en test que requieren la transicin de la


reproduccin de un grupo de huellas a otra. Por ejemplo, cuando se pide al paciente que
reproduzca una serie corta de palabras (por ejemplo, casa-bosque-gato), y despus una segunda
serie similar de palabras (por ejemplo, roble-noche-mesa), tras la cual se le pide que recuerde la
primera serie. Este test muestra que los trazos de la ltima serie de palabras (roble-noche-mesa)
estn tan inertes que el paciente no puede retornar a la primera serie y, en respuesta a la peticin
de recordarla, comienza inertemente a reproducir, sin ninguna duda, la ltima serie.

3. Este defecto se encuentra tambin en la reproduccin de frases. Por ejemplo, despus de que
un paciente haya repetido la frase la chica bebe t y a continuacin la frase el chico golpea el
perro, y se le pide recordar la primera frase, persiste en repetir el chico golpea al perro o el
chico bebe t. El nmero de esta forma de perseverar durante los intentos para reproducir la
primera estructura tras la presentacin de una segunda, es ms del doble en pacientes con lesiones
del lbulo frontal que en los pacientes con lesiones de las zonas posteriores del cerebro.

El papel relevante de los lbulos frontales en la inhibicin de respuestas a estmulos irrelevantes


y en la perseverancia de la conducta programada y orientada hacia un fin, permite explicar las
alteraciones que estos pacientes tienen en las formas superiores de atencin (Luria, 1979a). Una
lesin en los lbulos frontales altera slo las formas superiores corticales de actuacin producidas
con la ayuda del lenguaje o, en otras palabras, se alteran slo las formas superiores de atencin
voluntaria; Las formas elementales del reflejo orientador (o atencin voluntaria), provocadas por
el efecto directo de estmulos irrelevantes, no slo permanecen intactos, sino que pueden ser
verdaderamente intensificadas (Luria, 1979). En estos casos no se advierte ningn dficit del
reflejo de orientacin ante las seales externas, en ocasiones, hasta suele elevarse su atencin
involuntaria, y todo estmulo accesorio les distrae (Luria, 1986).

Algunos investigadores (Castao, 2002) han considerado los dficits en la inhibicin


comportamental como el ncleo de las dificultades ejecutivas de estas personas.

Se observan alteraciones en el lenguaje (Snchez, Lpez y Sayago, 1999) que se altera por dficit
en la capacidad de relacionar el conocimiento con la accin. Las capacidades lingsticas estn
conservadas, pero no se puede mantener la fluidez del lenguaje. Pueden contestar correctamente
a la pregunta: un elefante es un animal?, pero son incapaces de generar espontneamente listas
de animales. La emisin espontnea de palabras se altera hasta el punto de poder llegar a lo que
Luria denomin afasia dinmica comprenden, repiten, denominan y leen correctamente, pero
pierden la fluencia verbal, hasta el punto de recurrir a las respuestas monosilbicas, sin poder
organizar adecuadamente el discurso. Otra dificultad consiste en la imposibilidad de interpretar
frases de doble sentido o metforas y actan de acuerdo a las instrucciones literales (Alexander,
Benson y Stuss, 1989). Con la maduracin del lbulo frontal se desarrolla la irona y la capacidad
de interpretar proverbios o metforas, capacidad que en los nios pequeos no existe y que no
comienza a adquirirse sino hasta los 6, 8 y 10 aos, inclusive.

Las funciones visuoespaciales y visuoperceptivas, en las que el crtex asociativo parietal est
ms implicado, tambin se resienten tras lesiones frontales. Las capacidades bsicas de
discriminacin espacial no se alteran, pudiendo mantener un buen rendimiento en todas aquellas
tareas que implican valoracin espacial. Sin embargo, se ven alteradas aquellas tareas que
implican memoria de trabajo, como aquellas que requieren rotacin espacial de elementos. Al
mismo tiempo, el funcionamiento correcto de los lbulos frontales es imprescindible para
solucionar tareas que implican: la manipulacin del espacio, la planificacin, ordenacin y
secuenciacin temporales. De ah que los pacientes con disfuncin frontal tengan dificultades en
la resolucin de la prueba de Cubos del test WAIS o en la copia de la figura compleja de Rey.

Los pacientes con lesiones localizadas en el lbulo frontal presentan mayor deterioro ejecutivo,
de razonamiento (Snchez, Lpez y Sayago, 1999). Es posible que estas personas presenten
trastornos especficos que afectan el clculo, el razonamiento y la solucin de problemas. El
clculo es otra habilidad que se altera tras una lesin frontal. Las operaciones aritmticas bsicas
no se alteran, pero es manifiesta la alteracin en todas aquellas operaciones mentales que
impliquen secuenciacin o encadenamiento de pasos, as como en aquellas que requieren la
memoria de trabajo para mantener la informacin mientras se opera con ella (Fuster, 1999).

Pensamiento abstracto (Castao, 2002), fluencia verbal y no verbal y juicio (Perret, 1974). Segn
Luria (1966), el disturbio en la organizacin del acto intelectual que alcanza a pacientes con
sndrome frontal, demuestra ser particularmente distinto del proceso normal. No someten a
condiciones del problema a un anlisis preliminar y no confrontan sus partes separadas.

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