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Si no vas al Senado, no te eligen magistrado.

Instituciones informales y criterios de seleccin de los


magistrados de la Corte Constitucional colombiana en el
Senado (1992-2009)
Resumen
Los nombramientos judiciales son procesos polticos que no slo se definen por las reglas formales,
sino tambin por los desarrollos y prcticas informales. Este artculo se pregunta por qu se
eligen ciertos candidatos, y no otros, como magistrados de la Corte Constitucional en el Senado,
desde 1992 hasta 2009. Con base en la triangulacin de diferentes fuentes de informacin, se
pudo identificar que, tal como sucede en Estados Unidos, los nombramientos de los jueces estn
dominados por consideraciones ideolgicas y polticas, y en algunos casos, por otros criterios,
tales como caractersticas sociodemogrficas y cualificaciones profesionales. El hallazgo central es
que el cabildeo directo realizado por los candidatos, e indirecto, mediante el padrinazgo poltico,
son los factores con mayor incidencia. A partir del anlisis cuantitativo y cualitativo, se argumenta
que el cabildeo es una institucin informal determinante en la eleccin de los magistrados de la
Corte Constitucional porque es una condicin necesaria, la regla de entrada, para que los dems
criterios interacten en la decisin final de los senadores.

Palabras clave
nombramiento judicial seleccin de jueces Corte Constitucional lobby instituciones informales

If You Do Not Go to the Senate, You Will Never Be a Judge


Informal Institutions and Selection Criteria for Judges of the
Constitutional Court in the Colombian Senate (1992-2009)
Abstract
Judicial appointments are political processes shaped by both formal and informal practices. This
article asks why certain candidates are elected as judges to the High Courts while others are
not. More specifically, what have been the criteria in the election of judges to the Colombian
Constitutional Court in the Senate, from 1992 to 2009. Using qualitative and quantitative
analysis, I argue that, like in the United States, ideological and political considerations guide
the appointment of these Judges. Other criteria, like their demographic characteristics or their
professional qualifications, also play a role. Nonetheless, the main finding is that lobbying
directly by candidates or through a political promoter is a determinant informal institution in
the selection of the Judges of the Constitutional Court. It is a necessary condition for the other
aspects to come together in the final senatorial choice.

Keywords
judicial appointments judicial selection Constitutional Court lobby informal institutions

Colombia Internacional 79, septiembre a diciembre de 2013, 316 pp. ISSN 0121-5612, pp. 155-190 155
Ana Mara Montoya es politloga y magster en Ciencia Poltica de la
Universidad de los Andes. Actualmente se desempea como asistente de
investigacin del Proyecto de Opinin Pblica de Amrica Latina (LAPOP)
de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville (TN).

Recibido: 18 de enero de 2013


Modificado: 19 de agosto de 2013
Aprobado: 28 de agosto de 2013

DOI: http://dx.doi.org/10.7440/colombiaint79.2013.06

Este artculo presenta los principales hallazgos de mi tesis de grado para optar
al ttulo de magster en Ciencia Poltica de la Universidad de los Andes. En 2012
recibi el premio de la Fundacin Kettering al estudio de la democracia. La idea
de investigar los nombramientos judiciales de la Corte Constitucional naci a partir
de conversaciones con Ftima Esparza, que aprovecho para decir que su claridad y
agudeza no dejan de asombrarme. Despus se nutri de discusiones del Grupo de
Cortes y Poltica dirigido por Juan Carlos Rodrguez Raga. A l, mi director y mentor,
le agradezco muy especialmente a mis lectores Antonio Barreto y Julio Ros Figueroa.
A todos ellos mi enorme agradecimiento por sus valiosos aportes y agudas obser-
vaciones, que sin duda contribuyeron a afinar el argumento que aqu se presenta.
Tambin agradezco a los evaluadores annimos y a los editores de la revista por sus
oportunos comentarios y sugerencias. Los errores y omisiones que pueda presentar
el texto son responsabilidad ma.
Si no vas al Senado,
no te eligen magistrado.
Instituciones informales
y criterios de seleccin de
los magistrados de la Corte
Constitucional colombiana
en el Senado (1992-2009)
Ana Mara Montoya
Universidad de Vanderbilt

Introduccin
Hasta hace poco el nombramiento de los jueces raramente era objeto de
debate poltico. A excepcin de Estados Unidos (Dahl 1957), los jueces se
conceban como funcionarios pblicos expertos en asuntos jurdicos, ms
que como pertenecientes a una rama del poder pblico. Sin embargo, en
los ltimos aos, la expansin global del poder judicial ha aumentado el
inters pblico en quines y cmo se escogen los jueces (Tate y Vallinder
1995; Malleson y Russell 2006). Esto se debe a que hoy el poder judicial
ocupa un papel central en la poltica y en la toma de decisiones. Cada
vez es ms frecuente que los jueces controlen el ejercicio del poder de los
funcionarios de eleccin popular y decidan sobre los principales asuntos
polticos. Esta judicializacin de la poltica, como tambin se le ha llama-
do, entraa una politizacin de la justicia que puede terminar afectando
su independencia (Uprimny 2004). Es decir, si los jueces tratan de limitar
el alcance de las acciones de los polticos, esos mismos polticos buscarn

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limitar el poder de las Cortes, mediante reformas a la justicia o el nombra-


miento de los jueces (Ferejohn 2002; Domingo 2004). As, la independen-
cia judicial, pilar fundamental de la democracia y el Estado de derecho, se
puede ver amenazada (Epstein, Knight y Shvetsova 2001).
Colombia se inscribe dentro de esta tendencia global del surgi-
miento del poder judicial como unas de las instituciones con mayor
importancia. La Constitucin colombiana, promulgada en 1991, ha
sido definida como una constitucin progresista y expansiva (Teitel
1997, 214), por el alcance de su rica carta de derechos. Adems, provee
dos importantes mecanismos judiciales para su proteccin: la tutela 1
y una Corte Constitucional separada de la Corte Suprema de Justicia 2
(Thushnet 2008; Uprimny y Garca 2004). La Corte Constitucional se
cre con el mandato de velar por la supremaca de la Constitucin y la
densa carta de derechos. La Corte Constitucional es una de las altas
Cortes de la rama judicial, junto con la Corte Suprema de Justicia y el
Consejo de Estado.3 Aunque en la prctica es la cabeza de un sistema
mixto de revisin judicial (Cepeda 2007, 215). Con el nuevo diseo

1 La accin de tutela es el mecanismo que le otorga un verdadero alcance a la


aplicacin de la revisin judicial constitucional, en casos individuales especficos,
para la proteccin de los derechos individuales. Este mecanismo de amparo puede
ser presentado por cualquier persona, sin necesidad de un abogado, ante cualquier
juez del pas, para impedir o detener la violacin de los derechos protegidos cons-
titucionalmente (Cepeda 2007). Las decisiones de los jueces sobre estos casos de
revisin concreta se dan a conocer de forma rpida, en un plazo mximo de diez
das, en primera instancia. Esta decisin de tutela individual puede ser apelada
ante un juez superior y, en todo caso, revisada por la Corte Constitucional.
2 Crear una corte constitucional separada de la Corte Suprema es una tendencia mundial
que hace parte de la expansin de la revisin constitucional, por cuanto permite que
se seleccionen jueces con perfiles ms diversos, no necesariamente de carrera judicial,
que tengan una visin ms proactiva en la defensa de los derechos humanos. Esta
separacin reconoce el carcter poltico de la revisin constitucional y justifica que
los jueces de la Corte Constitucional sean seleccionados por actores polticos, para
otorgarle legitimidad a sta. De esta forma, esto implica que es ms probable que los
jueces, al no ser escogidos por los mismos jueces cooptacin, se involucren en los
nuevos modelos de adjudicacin constitucional (Ros Figueroa, Julio 2011).
3 El Consejo de Estado es la versin francesa de la corte administrativa. Se ocupa de
los casos entre el Estado y los ciudadanos relacionados con la responsabilidad estatal.

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institucional, la Corte se impuso como un superpoder dentro de la


rama judicial (Uprimny 2004) y, en general, frente a las dems ramas
del poder pblico.
En primer lugar, en su calidad de rgano de cierre de la jurisdiccin
constitucional, la Corte puede anular las decisiones de los otros jueces
(Cepeda 2007). Adems, en virtud de la accin pblica de inconstitu-
cionalidad y la tutela, cualquier ciudadano puede acceder a la Corte sin
necesidad de ser abogado y sin ningn formalismo jurdico.4 Con lo cual
se ha facilitado el activismo de la Corte Constitucional, y sus decisiones
progresistas se han blindado con la legitimidad de amplios sectores de la
ciudadana (Uprimny 2004; Jacob et al. 1996).
En segundo trmino, muchos estudios la destacan como un jugador
poltico de peso frente al Legislativo y el Ejecutivo, no slo por su fuerte
contrapeso a las decisiones del Ejecutivo, como el control de estados de
excepcin (Uprimny 2004), sino tambin por su activo rol en el diseo
de polticas pblicas (Clavijo 2001; Amaya 2001; Crdenas, Junguito y
Pachn 2008). Pese a que en muchas oportunidades algunos sectores
del Congreso y todos los gobiernos han intentado, hasta ahora sin xito,
reformas constitucionales para limitar el poder de la Corte (Rodrguez
Raga 2011), Colombia se considera como un caso atpico de independencia
judicial en Amrica Latina (Couso 2004).
Entonces, si el nombramiento de los jueces es una de las caracte-
rsticas institucionales que asegura la independencia y Colombia es un
caso atpico de independencia, vale la pena preguntarse: por qu es
importante estudiar el proceso de seleccin judicial, particularmente
en el caso colombiano? Aunque se conocen las reglas formales que re-
gulan el nombramiento, poco sabemos de las dinmicas y los criterios
informales con los que se escogen los jueces. Y en ltimas, la legitimi-
dad poltica de los tribunales constitucionales, creados por fuera de
la rama judicial, depende en parte del mecanismo de eleccin de sus

4 Y, como se ha demostrado en estudios judiciales comparados, a mayores posibi-


lidades de acceso a las Cortes, mayor influencia de los tribunales en la poltica
nacional (Jacob et al. 1996, 396).

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jueces (Gibson y Caldeira 2009); de este modo, el nombramiento de los


jueces va ms all de la independencia judicial.
Como se ha demostrado en estudios comparativos, en los diseos institu-
cionales relacionados con la seleccin de los jueces existe una tensin entre
independencia judicial y rendicin de cuentas (Epstein, Knight y Shvetsova
2001). As, por un lado, en los pases en los que las altas Cortes son nombra-
das por medio de un sistema de cooptacin, la independencia judicial se for-
talece minando la rendicin de cuentas. Por otro lado, en los pases en los que
participan rganos polticos se fortalece la rendicin de cuentas debilitando la
independencia judicial (Garoupa y Ginsburg 2009). En el caso colombiano, la
Corte Constitucional es elegida por el Senado de la Repblica, de ternas que
envan el Presidente, la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado.5
Cada rgano enva tres ternas. Como se puede observar, el mecanismo de
eleccin de los magistrados6 de la Corte Constitucional busca fortalecer la le-
gitimidad poltica de la Corte mediante una eleccin democrtica indirecta, es
decir, a travs de los senadores, elegidos popularmente por votacin nacional,
en contraste con el perodo anterior, en el que la Corte Suprema de Justicia,
encargada de la revisin judicial, era elegida por cooptacin y con un requisito
de paridad poltica heredado del Frente Nacional.
Cada vez ms aumentan las presiones por lograr un balance entre estos
dos ideales normativos. La naturaleza de estas presiones vara de acuerdo
con el alcance de la judicializacin poltica de cada contexto (Malleson y
Russell 2006). Las democracias en transicin estn interesadas en forta-
lecer la independencia judicial, mientras que en las democracias liberales

5 Este mecanismo de seleccin est consagrado en el artculo 239 de la


Constitucin, el artculo 44 de la Ley Estatutaria de la Administracin de Justicia
(270 de 1996) y el artculo 317 de la Ley 5 de 1992,
6 Para ser magistrado de la Corte Constitucional, segn lo dispuesto por el artculo
231 de la Constitucin. Poltica, se requiere: 1) ser ciudadano de nacimiento y en
ejercicio; 2) ser abogado; 3) no haber sido condenado, por sentencia judicial, a
pena privativa de la libertad, salvo por delitos culposos o polticos, y 4) haber de-
sempeado por 10 aos cargos en la rama judicial, sin que se requiera pertenecer
a ella, o en el Ministerio Pblico, o haber ejercido por dicho lapso y con buen
crdito la profesin de abogado o la ctedra en universidades reconocidas oficial-
mente, en disciplinas jurdicas.

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consolidadas y con un activismo judicial ampliamente desarrollado, las


demandas sociales se inclinan por una mayor rendicin de cuentas. El
caso de la Corte Constitucional colombiana se inscribe en esta ltima
descripcin. Por cuanto dados su bien merecida reputacin de Corte
independiente y su activismo progresista (Rodrguez Raga 2011; Uprimny
y Garca 2004) las crticas al mecanismo de seleccin se han desplazado
hacia una mayor transparencia y rendicin de cuentas.
As, en las ltimas elecciones de magistrados en 2008 y en 2009, una
organizacin no gubernamental Eleccin Visible, conformada por una
alianza de varias organizaciones condujo un proceso de observacin
y transparencia ante los rganos nominadores y el Senado, para que
rindieran cuentas sobre los procesos de preseleccin y los criterios de
eleccin. Aunque este inters por una mayor transparencia del proceso
tambin respondi a una preocupacin por la independencia judicial
ante un posible tercer mandato del presidente lvaro Uribe Vlez y la
excesiva influencia tanto por su poder nominador como por el respaldo
de su coalicin en el Senado para elegir magistrados de otras ternas
afines polticamente a su gobierno. En este contexto se enmarcan los
nicos estudios sobre el proceso de seleccin de los jueces de la Corte
Constitucional (Lamprea 2010; Rubiano 2009).
Este artculo pretende contribuir a la subdisciplina de la ciencia
poltica que estudia el poder judicial, describiendo el proceso poltico
de laseleccin de los jueces en el Senado para explicar por qu se selec-
cionan ciertos candidatos como magistrados de las altas Cortes, y no
otros. De una forma exploratoria, esta investigacin intenta establecer
cules son los criterios que inciden en el proceso de eleccin de los
magistrados de la Corte Constitucional, desde sus primeras elecciones
en 1992 hasta las elecciones en 2009.7

7 Esta investigacin excluy a la Corte de transicin que sesion de 1991 a 1992,


por cuanto fue elegida con otro procedimiento. Tambin es importante notar
que este trabajo se llev a cabo antes de la eleccin del magistrado de la Corte
Constitucional para reemplazar a Juan Carlos Henao en 2012, ante su renuncia
anticipada al cumplimiento del perodo fijo de ocho aos.

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Despus de explicar brevemente la metodologa y la naturaleza de los


datos, se expone la teora de los factores que han influido en la eleccin
de los magistrados en la Corte Suprema de Justicia en Estados Unidos.
Seguidamente, se presentan los resultados, y se profundiza en el principal
hallazgo, a la luz de la teora de las instituciones informales. Por ltimo,
el artculo cierra con algunas consideraciones finales.

1. Datos y metodologa
Este trabajo se basa en la triangulacin de diferentes fuentes pri-
marias (Bericat, 1998). Se hicieron entrevistas semiestructuradas8 a los
candidatos a la Corte Constitucional, a 14 candidatos no elegidos y a 6
candidatos elegidos; entrevistas a senadores que participaron en varias
elecciones; una revisin de prensa de varios medios escritos desde 1992
hasta 2009; y el anlisis de contenido de fuentes primarias oficiales, co-
mo las de la Gaceta del Congreso, concretamente las Actas de Plenaria de
cada una de las elecciones. A partir de las hojas de vidas publicadas en
esta Gaceta, se construy una base de datos original9 sobre el perfil de los
candidatos a magistrados de la Corte Constitucional. Adems, se intent

8 Resulta pertinente aclarar que en la presentacin de los resultados, para cumplir con
el compromiso de la confidencialidad, despus de cada cita se pondr una notacin
convencional con la que se identifique si es un candidato elegido (CE1) o un candi-
dato no elegido como magistrado (CNE1), seguida de nmeros. Ahora bien, tambin
utilizar los adjetivos en masculino, para que el gnero no sea una de las caractersti-
cas que pueda revelar la identidad del entrevistado, con la excepcin de lo utilizado
en la explicacin de la influencia del gnero como criterio de eleccin.
9 Se tom como modelo el libro de cdigos diseado por el grupo de investigacin de
la Universidad de los Andes, Cortes y Poltica, sobre los perfiles de los magistrados de
la Corte Constitucional, con informacin relacionada con la experiencia profesional
previa. Y se ampli a todos los candidatos a magistrados, se incluyeron nuevas cate-
goras de anlisis, as como la evidencia obtenida de las fuentes explicadas arriba,
especialmente de las hojas de vida contenidas en la Gaceta. Las variables que se
codificaron estn relacionadas con la informacin correspondiente al nivel de estudios,
los diferentes cargos laborales en su experiencia profesional, el ltimo cargo en el
momento de la eleccin, las reas de especializacin del derecho, la edad, el muni-
cipio y departamento de nacimiento. Asimismo, se incluye informacin que describe
cada uno de los procesos de eleccin, tales como las fechas de nominacin y eleccin
en el Senado, el nominador, los votos obtenidos, si present una audiencia pblica
ante el Senado, si su hoja de vida se encuentra en una fuente oficial.

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codificar a partir de la revisin de prensa la informacin por candidato,


con respecto a su afiliacin partidista y su ideologa. En definitiva, la base
de datos tiene un total de 82 observaciones, que corresponden a los 82
candidatos a magistrados de las 27 ternas que hasta ahora se han presen-
tado para conformar la Corte Constitucional.

2. La poltica de los nombramientos judiciales


Desde la dcada de los noventa, los estudios sobre el poder judicial
han aumentado significativamente en Amrica Latina (Kapiszewski
y Taylor 2008).10 A excepcin de Estados Unidos, esta rama del poder
pblico no se perciba como parte de la arena propiamente poltica;
al contrario, los jueces se consideraban como actores irrelevantes, sin
poder, provincianos, dependientes (Hemlke y Ros Figueroa 2011, 4).
En contraste, el nombramiento de los magistrados de la Corte Suprema
de Justicia estadounidense siempre se ha reconocido como un proceso
poltico contencioso, en el que el rol de la ideologa y el partidismo es
determinante (Epstein y Segal 2005). Esto no slo se debe a la partici-
pacin de actores polticos clave como el Presidente y el Senado en la
nominacin y confirmacin de los candidatos, respectivamente; se debe
sobre todo al reconocimiento de los jueces como actores polticos. Si las
decisiones de los jueces reflejaran slo la imparcialidad de la ley o princi-
pio neutrales, los presidentes no estaran tan interesados en determinar
quin se sienta en la rama judicial (Epstein y Segal 2005, 3).

3. Criterios de seleccin de los jueces


de la Corte Suprema de Estados Unidos
De esta manera, la seleccin de los jueces ha sido un objeto de es-
tudio central dentro de la agenda de investigacin sobre el poder

10 En el juicioso estado del arte de los estudios sobre el poder judicial en Amrica
Latina realizado por Kapiszewski y Taylor se muestra el reciente inters en este
campo de estudio. Tambin se muestra cmo la agenda de investigacin en la
regin ha estado dominada por la preocupacin respecto a la independencia
judicial. Los escasos estudios que incluyen la seleccin judicial lo hacen como un
factor independiente, y no como el objeto de estudio central.

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judicial en la ciencia poltica norteamericana. 11 En el comienzo, los


primeros estudios que buscaron establecer cules eran los criterios
que determinaban la seleccin de los jueces se limitaron al proceso
de nominacin, mostrando cmo todos los presidentes han intentado
influir en la composicin de la Corte Suprema de Justicia mediante
el nombramiento de jueces afines a su ideologa y sus intereses par-
tidistas (Hulbary y Walker 1980; Goldman 1997). No obstante, las
investigaciones ms recientes han reivindicado el papel del Senado
norteamericano en la seleccin de los jueces, por cuanto el Presidente
anticipa y tiene en cuenta las preferencias del Senado para hacer sus
nominaciones (Morasky y Shipan 1999; Segal et al. 2000; Rohde y
Shepsle 2007). Adems, para los senadores tambin es importante la
seleccin de los jueces, ya que, al igual que el Presidente, ellos tienen
sus propias consideraciones polticas, como mantener las posibilida-
des de reeleccin (Epstein y Segal 2005, 21).
Dentro de la extensa literatura sobre la seleccin de jueces en
Estados Unidos, se puede identificar un consenso en los criterios
que influyen tanto en la nominacin como en la confirmacin de
los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (Segal 1987; Segal
y Cameron 1992; Ruckman 1993; Morasky y Shipan 1999; Yalof
1999; Rohde y Shepsle 2007; Shipan 2008). De acuerdo con William
Hulbary y Thomas Walker (1980), las consideraciones que los presi-
dentes han tenido en la seleccin de los jueces se pueden agrupar en
tres grandes categoras: criterio tradicional, criterio poltico y cua-
lificaciones profesionales. El criterio tradicional se refiere a que los
presidentes escogen sus nominados a la Corte Suprema de Justicia

11 Esta investigacin centra su atencin en el caso de la Corte Suprema de


Justicia, no slo por el desarrollo avanzado de la literatura del poder judicial
desde 1950 en la ciencia poltica americana, sino tambin porque parte del
supuesto de que se puede comparar con el caso colombiano, por cuanto en
ambos pases la eleccin de los magistrados consta de dos etapas: 1) nomi-
nacin por parte del Presidente y 2) confirmacin en el Senado. Sin embargo,
para estudios sobre el proceso de eleccin de jueces en otros pases, vese
Malleson y Russell (2006).

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con base en una representacin de los diferentes estados dentro de


la Corte, as como una representacin de confesiones religiosas y, por
ltimo, la edad del candidato. El criterio poltico est relacionado
con el hecho de que el candidato pertenezca o no al mismo partido
poltico del Presidente, si con su seleccin el Presidente paga algu-
na deuda poltica con sus electores o si puede mejorar el ambiente
poltico con la nominacin. Por ltimo, el tercer criterio tiene que
ver con las cualificaciones profesionales. stas se miden observando
los perfiles de los candidatos, sus credenciales como acadmicos, su
rcord en el servicio pblico y su experiencia anterior en la rama
judicial (Hulbary y Walker 1980, 185-186). Aunque este trabajo es
uno de los ms sistemticos en organizar los factores que inciden
en categoras grandes de criterios, todava parte de la idea de que la
figura central en el proceso de seleccin es el Presidente, por cuanto
determina qu intereses logran representacin dentro de la Corte
(Hulbary y Walker 1980, 196).
Por el contrario, investigaciones ms recientes muestran que existe
una correspondencia entre los criterios que utilizan los presidentes para
nominar sus candidatos y los que utiliza el Senado para confirmarlos. As,
de acuerdo con Epstein y Segal (2005), tambin en la confirmacin inciden
criterios que apuntan a lograr una representacin en cuanto a religin,
regin, gnero, y una edad aceptable, y adems, la influencia de criterios
polticos, ideolgicos, y las cualificaciones profesionales de los candida-
tos.12 Como se puede observar, los autores separan la afiliacin partidista

12 A partir de los editoriales de los peridicos y los reportes de evaluacin de


grupos de inters, los americanos se forman percepciones sobre las cualifica-
ciones de los nominados a la Corte Suprema de Justicia. Esas percepciones
tambin afectan la opinin sobre si los senadores deberan votar o no por
determinados candidatos. Epstein y Segal (2005) recolectaron las votaciones
de cada senador para las confirmaciones de los jueces de la Corte Suprema de
Justicia (en total, 2.451 votos), y luego analizaron los editoriales de peridi-
cos donde se evaluaban los mritos de los nominados. Con esto, los autores
comprobaron que los senadores casi siempre votan por candidatos percibidos
como altamente calificados (2005, 102-103).

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de la ideologa, en la medida en que advierten que en muchos casos el


partidismo no se traduce en una compatibilidad ideolgica.13

4. Instituciones informales en los nombramientos judiciales


La mayora de los estudios se han concentrado en el resultado, ms
que en el proceso (Guliuzza, Reagan y Barrett 1994). As, el foco se ha
dado sobre el resultado final, es decir, si el candidato nominado por el
Presidente fue confirmado o rechazado por el Senado, y sus implica-
ciones para comprender la relaciones entre el Ejecutivo y Legislativo,
y hasta qu punto la rama judicial es independiente de stos. En
contraste, este artculo asume los nombramientos judiciales como
procesos polticos que deben ser analizados en su dinmica interna, y
no solamente los resultados finales que conllevan. Esta aproximacin
permite ir ms all de las instituciones formales e incluir los desarro-
llos y prcticas informales como determinantes de la seleccin judicial
(Kahn 1993; Epstein y Segal 2005).
Recientemente se ha comprobado en la literatura especializada, tanto
en Estados Unidos como en Amrica Latina, que la brecha entre las reglas
formales e informales en los nombramientos judiciales afecta el grado de
independencia judicial de un pas. Rebecca Bill Chvez (2003) muestra
cmo en sistemas ultrapresidencialistas como el argentino, los vacos que
dejan las reglas formales como falta de precisin del nmero de jueces
se llenan con prcticas informales que le permiten al Ejecutivo controlar
las Cortes minando las garantas formales de independencia judicial.
A diferencia de esta perspectiva, una lnea de investigacin re-
ciente ha mostrado que los efectos de las instituciones informales no
necesariamente tienen que ser negativos en la democracia. Aunque

13 De hecho, en muchas elecciones la ideologa ha prevalecido sobre el partidismo.


En 1968, los demcratas conservadores hicieron al lado la lealtad con su partido
y se unieron con los republicanos para bloquear el nombramiento del juez liberal
Abe Fortas para el cargo de Presidente de la Corte Suprema de Justicia. Del mismo
modo, ocurri con el rechazo del candidato conservador Robert H. Bork, nominado
por Ronald Reagan, despus de que los republicanos ms liberales votaran en
contra (Epstein y Segal 2005, 2).

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normalmente, cuando se habla de instituciones informales, se suelen


asociar con fenmenos ilegales y particularistas como la corrupcin
o el clientelismo, Steve Levitsky y Gretchen Helmke desarrollaron
una tipologa de instituciones informales en la que explican cmo
las instituciones informales interactan de diversas maneras con las
instituciones formales, y, por lo tanto, tienen efectos diferentes en
la calidad de la democracia. As, las primeras pueden reforzar, sub-
vertir, competir e incluso reemplazar las reglas y los procedimientos
de las democracias.14
Con base en los trabajos de Guillermo ODonnell y Douglas North, los
autores definen las instituciones informales como reglas y procedimien-
tos creados, comunicados y reforzados fuera de los canales sancionados
oficialmente, y con frecuencia son igual de importantes que sus con-
trapartes formales en la estructuracin de las reglas de juego (Helmke
y Levitsky 2006, 9). Para estos autores, el anlisis de las instituciones
democrticas que se focaliza exclusivamente en reglas formales tiene una
imagen incompleta sobre cmo funciona la poltica.
Aunque, en principio, cuando se habla de instituciones informales,
se corre el riesgo de no poderlo detectar rpidamente porque es un con-
cepto ambiguo, los autores trataron de ofrecer una definicin que cap-
te el universo de las reglas informales tanto como sea posible, pero que
tambin sea lo suficientemente estrecha como para distinguir reglas
formales de otras, de la cultura y de otros fenmenos informales. Una
distincin clave es que, aunque son reglas socialmente compartidas,
usualmente no estn escritas y son sancionadas fuera de los canales
oficiales. Este ltimo punto introduce el elemento clave, y es que las

14 La interaccin entre las instituciones formales e informales se clasifica de


acuerdo con el grado de convergencia y divergencia. Es decir, si las reglas
informales producen un resultado sustantivamente similar o diferente del es-
perado a uno que estrictamente se adhiera a las reglas formales. Este artculo
tiene como objeto identificar las instituciones informales en los nombramien-
tos de los magistrados de la Corte Constitucional, a partir de la conceptualiza-
cin de las instituciones informales; por tanto, no pretende evaluar los efectos
de stas con respecto a las instituciones formales.

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Si no vas al Senado, no te eligen magistrado

instituciones informales deben hacerse cumplir de alguna manera, y,


por tanto, generan alguna sancin por su incumplimiento. En otras
palabras, los actores deben creer que romper las reglas conlleva alguna
forma de sancin creble.
Ahora bien, frente a qu no son las instituciones informales, es
importante tener en cuenta que stas no necesariamente son ilegales.
Adems, aunque en muchas ocasiones muchas instituciones formales
no son efectivas, la debilidad institucional no implica la presencia de
instituciones informales. Por otro lado, los autores explican que aun-
que el lmite en el que la cultura termina y las instituciones informales
empiezan puede ser difcil de discernir, las instituciones informales se
tienen que distinguir como expectativas compartidas, ms que como
valores compartidos.
Hasta aqu se presentaron los criterios de seleccin de jueces que la
literatura especializada en el estudio del poder judicial ha identificado
para el caso de Estados Unidos. Adems de estos criterios, tambin se
tuvo en cuenta la reciente lnea terica de la poltica latinoamericana
sobre instituciones informales, con el fin de entender el proceso de
nombramiento de los jueces constitucionales en Colombia. Con base en
ambas perspectivas, se presentan los siguientes resultados.

5. Resultados

a. Criterios de seleccin de los magistrados de la Corte


Constitucional colombiana en el Senado (1992-2009)
Sin duda, los nombramientos judiciales son procesos polticos de
gran relevancia que no slo estn definidos por reglas escritas y pro-
cedimientos establecidos, sino tambin por reglas informales que se
crean con el tiempo y al final terminan definindolos. A partir de es-
tos desarrollos y prcticas informales tambin se pueden identificar
los determinantes de la seleccin de los jueces (Kahn 1993; Epstein
y Segal 2005). Por esta razn, el objetivo de esta investigacin fue
intentar establecer los criterios de seleccin que influyen para que un
candidato sea elegido como magistrado de la Corte Constitucional,

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Ana Mara Montoya

desde 1992 hasta 2009. A partir de la literatura especializada de


seleccin judicial, en su mayora producida para el caso de Estados
Unidos, esta investigacin explor cules de los criterios de selec-
cin de los jueces de la Cortes Suprema de Justicia estadounidense
viajaban y se podan exportar para la explicacin de la seleccin de
los jueces constitucionales en Colombia. Con base en la triangulacin
de diferentes fuentes de informacin, se pudo identificar que, de la
misma forma como sucede en Estados Unidos, los nombramientos de
los jueces tambin estn dominados por preocupaciones ideolgicas
y polticas, e incluso, en algunos casos inciden otras consideraciones
como las caractersticas sociodemogrficas, y por supuesto, las cua-
lificaciones y mritos profesionales.

b. Criterios sociodemogrficos15
Tanto en la nominacin de las ternas como en el proceso de elec-
cin de los magistrados en el Senado, se puede identificar que las
caractersticas de los candidatos, tales como la edad, la religin, el
gnero y la regin de procedencia, son criterios que influyen en la
seleccin de los jueces.

Edad
Como se pudo observar en los requisitos para ser magistrado, la
Constitucin no establece una edad mnima para ser nombrado juez
de la Repblica. Adems, como slo se exigen diez aos de experien-
cia profesional, se pueden nominar sin problema candidatos jvenes.
Este trabajo no encontr en la evidencia cualitativa que la edad sea
un criterio determinante en la eleccin. Probablemente, esto se po-
dra relacionar con que la duracin del cargo de los magistrados de la
Corte Constitucional slo es de ocho aos, y al no ser vitalicio, como

15 Aunque en la literatura, para el caso estadounidense, a esta gran categora de


criterios se ha llamado criterio tradicional (Hulbary y Walker 1980), en este tra-
bajo se prefiri nombrarla como criterio sociodemogrfico, porque es un ttulo ms
intuitivo que describe mejor los criterios que el adjetivo tradicional.

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Si no vas al Senado, no te eligen magistrado

en Estados Unidos, no hay un mayor inters en asegurar una suerte


de legado ideolgico dentro de la Corte. Sin embargo, cuando se les
pregunt a los entrevistados qu cambios sera pertinente introducir
al mecanismo de seleccin, la mayora de candidatos, tanto elegidos
como no elegidos, indicaron que pondran un mnimo de edad, bajo
el entendido de que una magistratura de una alta Corte debe ser la
culminacin de la carrera profesional, y no el inicio. A partir de la
informacin de la base de datos, se calcul la edad de 66 candidatos16
en el momento de su eleccin, para mostrar la distribucin segn la
edad. La media de edad para los elegidos es de 49,7, y la de los no
elegidos es de 52,4, y para toda la muestra es de 51,38. As, los can-
didatos elegidos son ligeramente ms jvenes que los no elegidos, y
su dispersin es muy similar. Para comprobar si la diferencia de la
edad entre los elegidos y los no elegidos es estadsticamente signifi-
cativa se utiliz una prueba t de diferencia de medias, para probar la
hiptesis de que la media de edad de los elegidos es menor que la de
los no elegidos. Usando un nivel de confianza del 95%, la prueba t de
una cola no permite rechazar la hiptesis nula, por lo que no existen
diferencias en la edad.

Religin
Con respecto a la importancia de la religin como criterio de
eleccin de los magistrados de la Corte Constitucional, no se puede
determinar qu tanto influye, en la medida en que no hay variacin
suficiente entre los candidatos; se parte del supuesto de que son catli-
cos, al menos en su origen, dado que el catolicismo es la religin predo-
minante de Colombia. Dentro de los perfiles construidos por la prensa
en las elecciones, normalmente no se ha enfatizado en la religin de
los candidatos. Sin embargo, en las elecciones de 2000, y en las ms
recientes en 2008, existe evidencia en la prensa de que la Iglesia ca-
tlica intent hacer cabildeo por unos candidatos con posturas afines

16 No fue posible conseguir los datos de los candidatos restantes.

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respecto a temas como el aborto o la eutanasia. En el ao 2000, por


ejemplo, algunos congresistas, como Jos Renn Trujillo, solicitaron a
sus colegas votar por la abogada Myriam Hoyos, quien, segn los mis-
mos senadores, tena el respaldo de varios jerarcas de la Iglesia, entre
ellos monseor Pedro Rubiano.17

Gnero
Ahora bien, el gnero es otra consideracin dentro de los criterios
sociodemogrficos que incide negativamente en la seleccin de jue-
ces en el caso colombiano. A partir de la informacin recolectada, se
evidencia que ser mujer es un factor que disminuye las posibilidades
de ser elegido como juez constitucional. Como lo muestra la tabla 1,
slo el 7% del total de los candidatos elegidos como magistrados de la
Corte Constitucional han sido mujeres. En toda la historia de la Corte
Constitucional, desde 1992, apenas se han escogido 2 mujeres, de 27
magistrados en total.

Tabla 1. Distribucin por gnero de los candidatos a magistrados de la Corte


Constitucional, 1992-2009

GNERO NO ELEGIDO ELEGIDO TOTAL

Hombre 74,07% 92,59% 80,25%

Mujer 25,93% 7,41% 19,75%

Fuente: elaboracin propia a partir de la base de datos original de esta investigacin.

17 Ver Liberales definen posicin, en: Archivo El Tiempo, 28 de noviembre de 2000.


http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1285058
Del mismo modo, de acuerdo con la investigacin de Sebastin Rubiano, para
las elecciones de 2007 y 2009, Luis Murillo fue enviado por la Presidencia de la
Repblica y perteneca a la curia papal. Este sujeto se dedic a indagar sobre las
posturas morales y polticas de los candidatos en temas como aborto o derechos
para parejas del mismo sexo, e incluso promovi campaas desfavorables contra
aquellos que no representaban la fe catlica (Rubiano 2009, 130).

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Si no vas al Senado, no te eligen magistrado

Regin
Finalmente, el ltimo subcriterio es la regin de procedencia de los can-
didatos. ste definitivamente s es un criterio que influye en el proceso de
eleccin de los magistrados de la Corte Constitucional dentro del Senado. Sin
duda, esta incidencia se debe a la naturaleza regional del Senado colombiano.
Pues aunque el Senado es elegido por circunscripcin nacional, se ha demos-
trado que incluso despus de la Constitucin de 1991 sigue siendo un rgano
poltico en el que las facciones regionales tienen un peso importante, al punto
que se le ha llamado un Congreso parroquial (Archer y Shugart 1997). De he-
cho, algunos candidatos entrevistados indicaron que en algunas ternas este
criterio regional influy desde la nominacin y, por ende, tambin determin
el proceso de eleccin en el Senado. Si se comparan las percepciones entre los
candidatos elegidos y no elegidos, la influencia de la regin como criterio de
eleccin dentro del Senado nunca se puso en duda. Particularmente para los
candidatos elegidos, la regin s haba jugado a su favor en sus elecciones. Uno
de los entrevistados indic que los lazos sociales originados alrededor del ori-
gen regional fueron determinantes para que hubiera resultado magistrado de
la Corte Constitucional: naturalmente, el nombre mo tena mucha resonan-
cia en el sur de Colombia; fue el senador X, de mi misma regin y amigo de
la familia, el que digamos fue muy activo, hablando con otros parlamentarios
para apoyar mi nombre (CE1).
La tabla 2 muestra la distribucin regional entre elegidos y no elegidos.
La regin con una mayor proporcin de elegidos es la del interior. Aun as,
el interior es la mayor proporcin de no elegidos.

Tabla 2. La distribucin regional entre elegidos y no elegidos

REGIN NO ELEGIDO ELEGIDO TOTAL

Paisa 11,11% 14,81% 12,35%

Caribe 16,67% 18,52% 17,28%

Pacfica 11,11% 7,41% 9,88%

Interior 61,11% 59,26% 60,49%

Fuente: elaboracin propia a partir de la base de datos original de esta investigacin.

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Criterio poltico
En el caso colombiano, como se ha demostrado en estudios anteriores
sobre la eleccin de los magistrados de la Corte Constitucional (Lamprea
2010; Rubiano 2009), los factores polticos como la afiliacin partidista del
candidato tienen un papel clave en la eleccin de los jueces del alto tribunal
constitucional. En las primeras elecciones, en 1992, la identificacin partidista
del candidato fue determinante, especialmente en la etapa de la nominacin,
para la eleccin de los magistrados de la primera Corte, por cuanto se deba
cumplir con el mandato expreso en la Asamblea Nacional Constituyente de que
la Corte Constitucional deba reflejar la composicin partidista del Senado. As,
se nominaron ternas liberales, conservadoras y mixtas.18 Recientemente, ante
la crisis de representacin, manifestada por el debilitamiento de los partidos
tradicionales, la incidencia de este criterio se ha desdibujado en gran medida
en las elecciones de los magistrados constitucionales (Mainwaring et al. 2006).

Criterio ideolgico
La ideologa19 s desempea un papel central en los resultados del proce-
so poltico de la eleccin de jueces. Es importante por cuanto cada vez, por

18 Esta informacin se encuentra explcita en los perfiles de la Gaceta. A partir de la base


de datos que se construy en esta investigacin, se pudo identificar que si bien esta
regla informal acordada en la Asamblea Nacional Constituyente se fue desdibujando
despus de la eleccin de la primera Corte, el Consejo de Estado es el nico nominador
que ha cumplido con esta regla informal desde 1992 hasta las elecciones de 2009.
19 Este artculo parte de la ideologa como una definicin multidimensional que se puede
dividir entre una dimensin econmica y una dimensin social/moral. La primera va
desde una postura de izquierda a favor del intervencionismo del Estado en la actividad
econmica hasta la postura de derecha ms liberal en materia econmica que apoya el
retiro del Estado. La segunda dimensin incluye actitudes relacionadas con aspectos
sociales o morales, que va desde posiciones conservadoras hasta progresistas o liberales
a favor de temas como el aborto, la eutanasia, etctera. Adems de estas dimensiones,
para el caso de los jueces y los abogados en general, es importante incluir la filosofa
judicial con respecto al tipo de interpretacin judicial y el papel del juez en la socie-
dad. De acuerdo con Snchez et al., existe una segmentacin ideolgica entre los jueces
que estn a favor del interpretativismo legal o que se ubican en el otro extremo
del legalismo judicial; en otras palabras, el grado en que consideran que las Cortes
deberan hacer leyes a la par de las otras ramas del Gobierno, en oposicin al grado en
que evitan resolver de acuerdo con una estricta interpretacin de la Constitucin y de
las leyes (2011, 188). En las entrevistas se incluyeron preguntas que intentaron indagar
sobre posiciones ideolgicas respecto a estas tres dimensiones.

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Si no vas al Senado, no te eligen magistrado

la trascendencia de sus decisiones, se reconoce que los jueces son actores


polticos, y por ende, sus posiciones ideolgicas y valores polticos influyen
en stas (Segal y Spaeth 2002). Por esta razn, ste es un criterio que se
utiliza tanto para elegir como para descartar candidatos de las ternas.
En trmino generales, cuando se les pregunt a los candidatos, sin
importar si fueron elegidos o no, la mayora estuvo de acuerdo en que la
ideologa fue determinante en alguna medida. Los candidatos que consi-
deraron que s era muy importante lo sealaron sobre todo en casos en los
que al menos fue importante para descartar o para oponerse radicalmente
a algunos de los candidatos. Al respecto, un candidato no elegido seal:
En la terna ma quedaron dos personas marcadamente conservadoras.
Luego, en el Senado, ese fue especialmente el principal caballito de ba-
talla, que yo era comunista, y era comunista particularmente porque era
profesor de una universidad pblica. Entonces era un comunista anticle-
rical, antirreligioso, abortista (CNE10).
Ante este escenario de predominancia del criterio ideolgico, este
candidato explic que tuvo que preparar estratgicamente las respuestas
del cuestionario de la audiencia pblica: [] Preparando la respuesta
trataba de hacer una combinacin entre teora y estrategia. Pero creo
que uno trata de estar en el centro como candidato; si quiere realmente
tomrselo en serio y tratar de ganar, trata de estar en el centro. Digamos,
un conservador muy heterodoxo y un liberal muy godo20 (CNE10). Aunque
de todas formas sus contradictores distribuyeron algunas columnas de
opinin para mostrar que no era tan conservador como se presentaba:
En mi caso concreto, lo que hicieron fue pasar unos escritos que yo haba
hecho en el peridico X, en contra, digamos, del tema de tierras. Miren el
conservador que ustedes tienen ah, decan (CNE10).
De igual forma, en las entrevistas, distintos candidatos no slo sealaron
que utilizaron estrategias definidas para ubicarse en el centro del espectro

20 Expresin utilizada desde mediados del siglo XX para denominar a las personas
del Partido Conservador en los tiempos de la Violencia partidista. Actualmente,
todava se utiliza para llamar despectivamente a una persona ubicada ideolgica-
mente en la derecha.

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ideolgico, sino que tambin indicaron que haba temas lgidos en los que
senadores estaban muy interesados en conocer la posicin de los candidatos,
adems de la presin de los medios de comunicacin y grupos de inters co-
mo la Iglesia en definir ideolgicamente los candidatos. Uno de los temas
de inters que varios candidatos mencionaron era la opinin sobre las tutelas
contra sentencias judiciales: Por ejemplo, ellos preguntaban y se asegura-
ban mucho: Usted est de acuerdo con la tutela contra sentencias?. En mi
opinin, ellos queran que la persona que estuviera all estuviera de acuerdo
con las sentencias. A ellos polticamente les interesaba que la Corte revise la
tutela contra las sentencias,21 digamos, por los procesos de parapoltica que
estaban en la CSJ [Corte Suprema de Justicia], en los procesos de prdida de
investidura, cosas de ese estilo (CNE8).

Criterio meritocrtico
Siguiendo a Epstein y Segal (2005), si bien los criterios ideolgicos y
polticos son los que desempean el papel ms importante en los nombra-
mientos judiciales, esto no implica que se pueda trivializar el peso que los
senadores les dan a las cualificaciones y a los mritos de los candidatos.
Cuando se les pregunt a los tres senadores22 entrevistados sobre cmo
elegan los magistrados de la Corte Constitucional, siempre la primera

21 La tutela contra sentencias judiciales ha sido un tema lgido en el Senado,


sobre todo en el proceso de nominacin. Este hallazgo concuerda con la tesis de
Lamprea (2010), respecto a que los magistrados de la CSJ eligen sus candidatos
con el criterio de fidelidad, es decir que cuando llegue el magistrado a la Corte
Constitucional (CC) represente a la CSJ en este tema, que ha producido desde el
inicio un fuerte choque de trenes entre las altas Cortes (Uprimny y Garca 2004).
Este argumento tambin fue confirmado por algunos candidatos a la CC nominados
por la CSJ que se entrevistaron en este trabajo de campo.
22 Se decidi entrevistar los senadores ms antiguos, preferiblemente lderes
dentro de sus respectivos partidos. El criterio de seleccin de los entrevistados,
dentro de la gran cantidad de senadores desde 1992 hasta el 2009, fue el mayor
nmero de elecciones de magistrados en las que participaron. As, con base en
la asistencia de los senadores registrada en la Gaceta se escogieron los senadores
que haban estado en ms de seis elecciones de magistrados de la Corte. De
esta forma, se entrevistaron un senador del Partido Conservador, un senador del
Partido Liberal y un senador del reciente Partido de la Unidad Nacional.

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Si no vas al Senado, no te eligen magistrado

respuesta estuvo relacionada con las cualificaciones profesionales y los


mritos personales. As, el senador conservador respondi: El ms im-
portante es su transparencia. Que no haya prevaricadores. Que haya gente
que haya ejercido con una gran transparencia su profesin.
Por su parte, el senador del Partido de la Unidad Nacional 23 se refiri
ms a la trayectoria profesional reflejada en la hoja de vida de los candida-
tos, mostrando una preferencia por perfiles amplios: He tenido la suerte
y el orgullo de haber participado en todas las elecciones de la Corte, desde
la primera hasta hoy. Obviamente que es muy importante que esas pre-
candidaturas, que son las ternas, tengan ese gran comn denominador de
escoger los mejores en todos los campos, en todas las reas. Obviamente,
el punto primigenio para que pueda llegar una muy buena gente. Que
tenga un perfil amplio. Los acadmicos son muy buenos. Y obviamente,
gente que haya hecho la carrera judicial.
Finalmente, el senador del Partido Liberal fue quien ms recalc,
de principio a fin de la entrevista, que la formacin integral, no slo
como abogado sino como persona, era el criterio ms importante que l
tena en cuenta: Primero, formacin. La Corte Constitucional es, por
la misma definicin de la Constitucin, el guardin de ese pacto social.
Entonces, uno necesita que quien tenga esa responsabilidad sea una
persona muy formada, y formacin no significa que sean abogados.
Sino que sean muy formados. Por ejemplo, a m me ha dado lstima
que no lleguen ms filsofos del derecho. [] Y sabe qu? Yo tambin
averiguo que sea una buena persona, socialmente entendido. Que sea
una persona sin tachas.
Es importante notar que este senador no slo habl a ttulo per-
sonal, sino a nombre de su partido, y seal que, en particular, el
Partido Liberal ha tenido un rol muy activo en las elecciones de los
magistrados de la Corte Constitucional: [] para nosotros los liberales
s es muy importante quin llega a la magistratura. Para nosotros pesa

23 Aunque el Partido de la Unidad Nacional se constituy en 2005, es bien sabido


que varios polticos de partidos tradicionales migraron hacia este nuevo partido.

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mucho la formacin del futuro magistrado y lo qu piensa. De acuerdo


con lo anterior, para este senador liberal los criterios determinantes
son las cualificaciones y la posicin ideolgica. Adems, cuando se le
pregunt cmo evaluaban los mritos de los candidatos, agreg: No,
uno sabe. Es que, mira, cuando uno va a votar por un magistrado de
la Corte Constitucional, uno a la gente la conoce por lo que escribe.
Y generalmente los candidatos han escrito, han producido fallos, han
producido artculos de opinin.
Sin embargo, el senador, mientras aclaraba que no todos los senadores
se toman el trabajo de informarse por quin votar, explic la dinmica
interna del Senado, y cmo los senadores expertos terminan teniendo
mayor influencia: Aunque la mayora no lo hace. Ah hay un elemento
interesante; en esas campaas, los senadores juiciosos terminan jalonan-
do las votaciones de los senadores no juiciosos. La gente le pregunta a
uno: Y t qu opinas?. Lo mismo ocurre con las dems decisiones del
Congreso. A no ser algo muy fuerte, los expertos en un tema terminan
direccionando el debate.
A pesar de que esta investigacin no puede establecer hasta qu punto
influyen los mritos en la eleccin de los magistrados, s puede sugerir
cmo los procedimientos que definen el proceso de nombramiento de la
Corte en Colombia determinan el tipo de perfil profesional de los candi-
datos en general y, sobre todo, de quienes quedaron elegidos.

Descripcin de perfiles de los candidatos


a magistrados de la Corte Constitucional
La literatura especializada muestra claramente que el diseo ins-
titucional de los procedimientos de nombramiento judicial es impor-
tante porque puede impactar no slo la independencia de los jueces,
sino tambin los tipos de jueces que llegan a las Cortes (Segal y
Spaeth 2002; Epstein y Segal 2005). En este sentido, se entiende la
tendencia mundial de crear cortes constitucionales ubicadas por fuera
del poder judicial, por cuanto se puede disear un procedimiento de
nombramiento de los jueces constitucionales completamente diferente
al de los jueces ordinarios (Ros Figueroa 2011). De esta manera, es

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Si no vas al Senado, no te eligen magistrado

ms fcil nombrar candidatos que no necesariamente tengan carreras


judiciales previas, elegirlos con perfiles profesionales ms amplios,
que incluyan acadmicos, profesores de Derecho y polticos (Ferejohn
2002, 251) Esto forzosamente incentiva que los jueces estn ms dis-
puestos a expandir el papel judicial por encima de su funcin clsica
de rbitro neutral autorrestringido, y, por tanto, se involucren en un
defensa activa de derechos humanos y creacin de polticas pblicas
(Ros Figueroa 2011).
Teniendo en cuenta este diseo institucional, se consider relevan-
te evaluar el efecto de ste en el tipo de perfiles de los candidatos. A
partir de las hojas de vida, se defini si cada uno de los candidatos
haba trabajado en la rama judicial, en el sector pblico (en cargos en
el poder ejecutivo o como poltico), en el sector privado y/o en la aca-
demia. La tabla 3 muestra la distribucin de candidatos elegidos y no
elegidos, segn la cantidad de sectores en los que han trabajado. Esta
tabla indica que la mayora de elegidos han tenido un perfil amplio,
dadas sus experiencias profesionales en los distintos sectores clasifica-
dos. As, entre los elegidos, por ejemplo, hay una menor proporcin de
individuos con slo dos sectores, mientras que los que han trabajado
en ms de tres sectores suman el 85% del total de elegidos.

Tabla 3. Candidatos elegidos y no elegidos, segn nmero de perfiles profesionales

N. DE PERFILES NO ELEGIDO ELEGIDO TOTAL

2 9,62% 14,81% 11,39%

3 40,38% 51,85% 44,30%

4 50% 33,33% 44,30%

Fuente: elaboracin propia a partir de la base de datos original de esta investigacin.

Como se puede observar hasta aqu, con base en el anlisis de la infor-


macin cualitativa, se pudo identificar la incidencia de criterios sociode-
mogrficos, polticos, ideolgicos, y de las cualificaciones profesionales de

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los candidatos a magistrados de la Corte Constitucional. Sin embargo, el


peso de cada uno de estos criterios vara de terna a terna y entre eleccin y
eleccin (Montoya 2011).24 Por esta razn, vale la pena preguntarse si ms
all de estos criterios contingentes a la coyuntura poltica en el momento
de la eleccin, se pueden identificar instituciones informales a lo largo del
tiempo, y que los actores del juego las reconozcan como determinantes
en cada una o en la mayora de las elecciones a magistrados de la Corte
Constitucional en el Senado colombiano.

c. El lobby como institucin informal en la eleccin


de los magistrados de la Corte Constitucional

El lobby directo
Desde las primeras elecciones de magistrados de la Corte Constitucional,
en 1992, se ha visibilizado en los medios de comunicacin que los candi-
datos utilizan el cabildeo como una de las principales estrategias para
ser elegidos. Sin embargo, cada vez ms aumentan las crticas sobre esta
etapa de cabildeo, por la falta de regulacin. Esta etapa tambin ha sido
criticada porque este lobby desregulado conlleva la poca credibilidad que
tienen las audiencias pblicas en las que los candidatos se presentan for-
malmente ante el Senado; desafortunadamente, para muchos stas son
una simple formalidad que no define los votos de los senadores (Rubiano
2009). De acuerdo con las entrevistas realizadas en esta investigacin,
todos, sin excepcin, tanto los candidatos elegidos como los no elegidos
y los senadores, reconocen la importancia del cabildeo en el Senado para
ser elegidos magistrados de la Corte Constitucional. Sin embargo, las per-
cepciones sobre su uso y las diferentes formas de ejercerlo varan entre
quienes resultaron elegidos o no.

24 Aunque en trminos generales se puede identificar el rol de cada de unos de los


criterios en las elecciones de los magistrados a la Corte Constitucional, defini-
tivamente algunos criterios tuvieron un rol determinante en ternas particulares.
Para profundizar en los casos de ternas que ilustran la influencia determinante de
cada criterio, y para ampliar la descripcin detallada de las distintas elecciones a
partir de las diferentes fuentes de informacin, ver Montoya (2011).

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En primer lugar, en las entrevistas realizadas a los candidatos


no elegidos, las explicaciones que dieron stos sobre su fracaso en
el proceso de eleccin son diversas. En un extremo se ubicaron los
candidatos que no utilizaron el cabildeo como forma de promover
su candidatura, y en el otro extremo se encuentran quienes lo uti-
lizaron pero no fueron exitosos y, por tanto, no fueron elegidos. En
este ltimo grupo, los candidatos no elegidos sealaron que, aunque
no resultaron elegidos, las entrevistas personales con los senadores
fueron claves para obtener los pocos votos que lograron. Ahora bien,
a estos candidatos conscientes de la efectividad del lobby, y que recu-
rrieron a esta prctica como una estrategia, se les pregunt por qu
fracasaron en el proceso de eleccin. Entre las respuestas ms comu-
nes se encontr que el poco inters en promocionarse produjo que se
conformaran con las pocas citas obtenidas; otros indicaron que estar
detrs de senador por senador era muy desgastante, no slo porque
no eran atendidos, sino tambin porque en muchas ocasiones las elec-
ciones estaban definidas desde el principio, y por ende, les resultaba
intil continuar con sus respectivas candidaturas. Sin embargo, otros
candidatos no elegidos, a pesar de estar en situacin de desventaja,
porque sus nombres no fueron pblicos al mismo tiempo que los de
sus compaeros de terna, asumieron otra actitud y continuaron pro-
movindose hasta el final; en parte, esto se explica a partir de sus
respuestas, porque no se sentan incmodos con el cabildeo: Tocar
una puerta tras otra y que le digan: No, es que yo ya tengo un com-
promiso con el doctor X, no era nada fcil. Era como para sentarse y
decir: Esta vaina ya est lista (CNE7).
Como se puede observar, la experiencia est relacionada con la
percepcin o, ms bien, la definicin que se tenga del lobby. En otras
palabras, depende de la definicin de lobby de cada uno de los candi-
datos, para que decidan utilizarlo como una estrategia para ganar las
elecciones. As, quienes no tenan una percepcin normativa negativa,
sino que simplemente lo vean como el medio para hacerse conocer en
el Senado, no tuvieron problema en buscar entrevistarse personalmen-
te con cada uno de los senadores.

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En el otro extremo se encuentran los candidatos no elegidos que


no hicieron lobby para promoverse ante el Senado. Las explicaciones
varan desde candidatos que no estaban interesados ms all del honor
de la postulacin hasta argumentos moralistas o normativos en torno
al lobby. Quienes tuvieron una postura normativa muy radical frente
al lobby afirmaron que no lo hicieron ante el Senado por razones mo-
rales en contra de esta prctica, pues sta se asocia como un medio no
meritocrtico para pedir un puesto: El mensaje que yo quera dar era:
yo no me voy a poner a lagartear eso, ni mucho menos. Ni a buscar ni
un voto ni nada (CNE12).
Ahora bien, al contrario de los candidatos no elegidos, todos los can-
didatos que resultaron elegidos magistrados de la Corte Constitucional
s utilizaron el cabildeo poltico como parte de su estrategia. Hasta
los candidatos de la primera Corte que hicieron parte de la Corte de
transicin dijeron que, aunque ellos personalmente no se hubieran
presentado ante el Senado por su condicin en ese momento de magis-
trados, s tuvieron padrinos polticos que los promovieron. Todos los
candidatos entrevistados que fueron elegidos reconocieron el cabildeo
como una de sus estrategias para hacerse conocer dentro del Senado. Y,
a diferencia de los argumentos normativos que dieron algunos candi-
datos no elegidos apelando a que la dignidad que representa la magis-
tratura les debe impedir exponerse a prcticas polticas en el Senado,
los candidatos que fueron elegidos asumieron el cabildeo como una
prctica necesaria en la que se reconoce la importancia de los senado-
res, y como un proceso que se debe hacer con humildad: Yo creo que es
importante que los senadores sientan que ellos son definitivamente los
que representan la democracia. Uno tiene que ser humilde, darle a cada
quien su importancia, y un poco es que ellos sientan que de verdad
representan una democracia. Eso me parece que es definitivo, y yo no
dej de visitar a ninguno; ni liberales, ni uribistas, ni conservadores,
ni del Polo. A todos los visit, con todos hice contacto (CE6). En este
mismo sentido, este argumento de humildad tambin fue utilizado por
uno de los candidatos elegidos para explicar por qu, de los magistra-
dos de la Corte de transicin, Ciro Angarita fue el nico no reelegido

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en la primera eleccin del Senado: Ciro no fue elegido por una razn
muy sencilla. El Senado no elige al que no va al Senado. Porque un
senador siente que hay arrogancia, que se ni se junta con nosotros, se
cree de mejor familia; sos son los comentarios (CE3).

El lobby indirecto: padrinazgo poltico


Como parte del proceso de lobby, la mayora de los candidatos ele-
gidos coincidieron en que la primera parte de su estrategia consisti
en presentarse primero ante los jefes polticos o senadores con mayor
fuerza poltica. De esta manera, la unin entre cabildeo personal ante
cada senador y tener un padrino poltico es sin duda la estrategia ms
exitosa. As, de acuerdo con un candidato: Hay que hacer una visita
personal a cada senador; uno empieza por los senadores que tienen
mayor incidencia en las bancadas, tambin por los presidentes de los
partidos, y tiene que hablar con cada uno de esos senadores (CE4). En
esa misma direccin, uno de los entrevistados asegur: Es un proceso
en donde los partidos, o mejor, las bancadas, van perfilando sus prefe-
rencias por un determinado candidato. Por supuesto, creo que es muy
importante contar con los apoyos de personas de renombre, para que
esas bancadas vayan tomando sus preferencias (CNE11).
Tanto los candidatos no elegidos como los que resultaron elegidos
magistrados de la Corte Constitucional reconocen la importancia
de los padrinos polticos dentro del Senado, para que los presenten
y los promuevan ante los dems senadores. Aunque la coincidencia
en este punto no implica que los candidatos elegidos y no elegidos
tengan la misma percepcin del proceso; al contrario, se distancian
radicalmente. As, un candidato no elegido destac la importancia de
los padrinos polticos como el punto de partida, que en su caso fue
su principal limitante: Una lucha imposible. Uno puede ser pcaro,
puede ser incompetente, pero si tiene quin lo meta Uno lo que
necesita es apoyo poltico (CNE2). Por el contrario, un candidato ele-
gido que cont con el apoyo de varios jefes polticos tiene una buena
percepcin del proceso dentro del Senado: La verdad, en mi caso yo
estuve muy de buenas. Cont con el apoyo de dirigentes como Carlos

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Holgun, como Germn Vargas Lleras, como el actual presidente de la


Repblica, Juan Manuel Santos, que, respectivamente por el Partido
Conservador, por el Partido Cambio Radical, por el Partido de la U,
me dieron su apoyo (CE5).
Ahora bien, el padrinazgo poltico se puede dar como parte de la
estrategia de contactar primero con los senadores de mayor peso o
fuerza poltica dentro de sus partidos, o por la iniciativa de los sena-
dores de realizar campaa por los candidatos de su preferencia. Pero
tambin, como vimos anteriormente, adems del contacto con los
senadores de mayor peso, el padrinazgo poltico tambin se puede dar
por apoyos regionales. Este tipo de padrinazgo regional fue muy co-
mn en las elecciones de los magistrados de la primera Corte. Muchos
candidatos entrevistados, sobre todo los candidatos elegidos, recono-
cieron que, aunque no hicieron cabildeo personalmente, s recibieron
apoyos regionales: Fue el senador X, amigo de la familia pero desde
antes, el que digamos fue muy activo, seguramente hablando con otros
parlamentarios para apoyar mi nombre. Pero eso fue lo nico (CE1).
De esas mismas elecciones, un candidato no elegido recalc que, as
muchos nieguen haber ido al Congreso, de todas formas el cabildeo s
es determinante, as lo hayan hecho a travs de los padrinos polticos:
Si no hacen la vuelta, tampoco el Congreso se compromete con ellos.
Puede que no hayan ido personalmente, pero sus padrinos tuvieron
que ir (CNE10).
De esta manera, a partir de la triangulacin de diferentes fuentes de
informacin, el hallazgo principal de esta investigacin es que el cabildeo
se constituye en una institucin informal, ms que en un criterio de elec-
cin. La poltica en forma de cabildeo directo realizado por los candida-
tos, e indirecto mediante el padrinazgo poltico, es el criterio con mayor
incidencia en la eleccin de los magistrados de la Corte Constitucional.
Con base en las percepciones de los candidatos a magistrados, se pudo
establecer que para ser magistrado de la Corte, los ternados tienen que
dedicarse casi de tiempo completo a la tarea de presentar su candidatura
ante cada senador, en las reuniones de partidos y ante las posibles coa-
liciones de partidos. Sumado a esta estrategia, los casos de candidatos

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exitosos han mostrado que tener un padrino poltico, como un jefe pol-
tico de algn partido o un expresidente, fue clave para resultar elegido.
Por esta razn, la tesis de este trabajo es que el cabildeo se constituye en
una institucin informal en la eleccin de los magistrados, ms que en un
criterio de seleccin.
Siguiendo la definicin de institucin informal de Levistky y Helmke
(2006), el cabildeo es una institucin informal porque es creada y re-
forzada por fuera de los canales oficiales; y porque es el factor poltico
determinante en la estructuracin de las reglas de juego de la eleccin
de los magistrados. As, el cabildeo es la regla de entrada para que los
dems criterios interacten en la decisin final de los senadores. El ca-
bildeo es una institucin reconocida por todos los actores en juego. Por
un lado, independientemente de su posicin normativa con respecto
a la legitimidad de esta prctica, todos los candidatos, tanto elegidos
como no elegidos, perciben el cabildeo directo e indirecto como la
estrategia ms eficaz. Por otro lado, los senadores conciben el cabil-
deo como la oportunidad de conocer mejor los candidatos y darle un
voto de confianza. Por ltimo, la ltima prueba terica para definir
el cabildeo como una institucin informal, es que se puede reconocer
fcilmente una sancin si se incumple. Definitivamente, si los candi-
datos no hacen cabildeo, como una estrategia para hacerse conocer en
el Senado, esto es interpretado por los senadores como una muestra
de indiferencia y desprecio; en palabras de algn senador: Se creen de
mejor familia que nosotros. Por consiguiente, la sancin inminente es
no ser elegido magistrado de la Corte Constitucional.

Discusin y consideraciones finales


Esta investigacin no slo se concentr en los resultados de las eleccio-
nes de magistrados, sino tambin en el proceso dentro del Senado. Esto
permiti ilustrar el funcionamiento de las instituciones polticas y su
interaccin con las instituciones informales.
A partir de literatura producida para el caso de Estados Unidos, esta
investigacin explor cules de los criterios de seleccin de los jueces
de la Corte Suprema de Justicia estadounidense viajaban y se podan

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exportar para la explicacin de la seleccin de jueces constitucionales


en Colombia. Con base en la triangulacin de diferentes fuentes de in-
formacin, se pudo identificar que, tal como sucede en Estados Unidos,
los nombramientos de los jueces estn dominados por preocupaciones
ideolgicas y polticas, y en algunos casos, por otras consideraciones
como las caractersticas sociodemogrficas y las cualificaciones profe-
sionales. As, se mostr que dentro de la categora general relacionada
con caractersticas sociodemogrficas de los candidatos, no se encon-
tr evidencia slida que indicara la influencia de la religin, la raza y
la edad de los candidatos para ser elegidos. No obstante, se encontr
que en muchos casos la regin de pertenencia del candidato contribuy
al xito de sus elecciones, gracias a la naturaleza regional del Senado y
a la importancia de sumar apoyos por esa va. Asimismo, se encontr
que el gnero es un factor importante: una mujer tiene menor proba-
bilidad de ser elegida como magistrada de la Corte. La influencia y el
peso relativo de cada uno de estos criterios varan de eleccin a elec-
cin y dentro de las ternas.
Si bien la prevalencia de unos criterios respecto a otros es contingen-
te, a lo largo de las elecciones se pudo identificar el cabildeo realizado
directamente por los candidatos o por padrinos polticos como un patrn
que ha estado presente en todas elecciones de los magistrados a la Corte
Constitucional. El argumento de este trabajo es que el cabildeo es una
institucin informal porque es creada y reforzada por fuera de los canales
oficiales; y porque es el factor poltico determinante en la estructuracin
de las reglas de juego de la eleccin de los magistrados. En otras palabras,
el cabildeo es la regla de entrada para que los dems criterios interacten
en la decisin final de los senadores.
Finalmente, resulta importante llamar la atencin en relacin con el
carcter poltico del proceso de eleccin de los magistrados de la Corte
Constitucional. En los debates en la Asamblea Nacional Constituyente
se argumentaba que los magistrados de la Corte deban ser escogidos
por los mismos jueces mediante cooptacin, porque se pona en peli-
gro la independencia judicial si participaban rganos polticos como
la Presidencia y el Legislativo (Gaceta Constitucional 85, 5/29/1991).

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Sin embargo, la evidencia recolectada en esta investigacin confirma


los principales resultados de estudios comparados en Amrica Latina,
que demuestran que la participacin del Presidente o del Congreso no
est asociada con un declive de la autonoma judicial (Prez-Lin y
Castagnola 2011). Al contrario, los nombramientos polticos, en vez de
minar la independencia judicial, pueden incluso fortalecerla, ya que
mientras ms actores participen en el proceso de eleccin, menor es el
riesgo de control poltico por un determinado actor sobre las Cortes.
Esto se confirm en algunas entrevistas, donde los candidatos no slo
rectificaron la hiptesis de Lamprea (2010) en relacin con que la CSJ
escoge sus candidatos para que representen la ideologa de sta en la
Corte en materia de las tutelas contra sentencias, sino que adems
reconocieron en las otras altas Cortes, ms que en el Presidente o el
Congreso, una amenaza para la Corte Constitucional: La Corte ha
tenido suerte. Pero desde el punto de vista del sistema constitucional
existente, s es peligroso que se llegue a una Corte muy retardataria,
muy formalista, no dira por va de las ternas del Presidente, sino por
va de las ternas de las dems ternas de las Cortes (CE4).
En sintona con los estudios globales, el caso de la Corte Constitucional
colombiana es una muestra ms de que la naturaleza poltica de los nom-
bramientos judiciales es inevitable, entre otras razones, porque los jueces
son actores polticos. Y cuanto ms pronto se reconozca su carcter pol-
tico, ms rpido aumentarn las demandas por transparencia y rendicin
de cuentas, para que haga parte del debate pblico la informacin sobre
a quines se elige, cmo y con qu criterios. sta es la nica forma de
blindar con legitimidad las instituciones polticas.

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