Trabajo Social en El Campo Gerontológico - Introd y Cap I
Trabajo Social en El Campo Gerontológico - Introd y Cap I
Trabajo Social en El Campo Gerontológico - Introd y Cap I
Espacio Editorial
ISBN 978-950-802-337-7
192 p.
1
Introduccin (p. 13-17)
1
Abraham Monk destacado trabajador social y socilogo argentino fue profesor de la Ctedra
Brookdale en Gerontologa y profesor en la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de
Columbia en Nueva York, EE.UU. Se desempe con anterioridad en la Argentina como
profesor en las Universidades de La Plata y Buenos Aires.
2
sociales, ms all de las discusiones tericas acerca de sus alcances, la cual
acordamos en conceptualizar como un campo interdisciplinar en el que los mltiples y
diversos aspectos del fenmeno del envejecimiento humano, biolgico, psicolgico,
social y cultural interactan ante nuestra mirada. Nosotros ponderaremos en este
trabajo los aspectos psicosociales de esa enmaraada realidad que el campo de la
gerontologa dispone para su anlisis.
Nos interesa destacar que para nuestra concepcin en la realidad social existe, ms
all de la gerontologa como especificidad, lo que denominamos la construccin de un
estilo o mirada criteriosa que designamos pensamiento gerontolgico, el cual
impregna los distintos campos disciplinares que componen la gerontologa y nos
brinda la posibilidad de desarrollar nuestra concepcin de trabajo social como
disciplina en el marco de las Ciencias Sociales.
3
relaciones sociales, donde se hace necesario definir determinado tipo de
investigacin e intervencin2. Este mbito de las relaciones sociales est
constituido por actores sociales que tienen lugar, que definen su participacin
en el problema social que origina la demanda de una prctica profesional.
(Garca Salord, 1991; 28).
Es decir, aspiramos a dar cuenta del trabajo social de hoy, con su pblico
compromiso de poner el acento de su intervencin en los sectores
pauperizados de nuestra sociedad. Esta vez bajo la perspectiva de la
gerontologa, con sus aportes, con sus agudas observaciones, que nos
posibilita contribuir a la posibilidad de sentar las bases de la construccin social
conjunta de una alternativa, de un mundo ms justo y posible para los mayores
de nuestra sociedad.
4
personas empobrecidas. Sin embargo no podemos dejar de contar con una
mirada crtica ante la inequidad e injusticia social que an se encuentra vigente.
5
revisar el sistema previsional y fortalecer los servicios del INSSJ y P- PAMI. La
emergencia de los pactos y tratados internacionales, y especialmente el Pacto
Internacional de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales (PIDESC) obliga
a la totalidad de los actores a repensar la necesidad de la instauracin de un
paradigma de derechos de los adultos mayores inclusivo hacia la totalidad del
campo problemtico, con lo cual el panorama de los diseos e intervenciones
se ve progresivamente modificado.
6
configuran los desarrollos de la preparacin para el retiro laboral y la necesidad
de brindar respuestas adecuadas en el plano de la vivienda, son algunos de los
tpicos seleccionados a la manera de puntualizar algunas acciones que se
visibilizan en el terreno de la prctica profesional concreta.
Por todo lo dicho expresamos que nos parece imprescindible escribir estas
pginas, dado que creemos que el trabajo social y la gerontologa, en
conjuncin, tienen posibilidades de mostrar trayectos, de arrojar luz y de poner
nfasis en aspectos que an se encuentran ocultos en un segundo plano.
Setiembre de 2010
7
Captulo I (p. 19-44)
La mirada del trabajo social acerca del
proceso de envejecimiento.
...No es conveniente hablar de viejos en plural; el viejo es una persona nica,
exclusiva e irrepetible...
4
Enrique Mar expresa que en Las leyes de Platn se describe a una institucin que
agrupaba a los tericos o theorei encargados de visitar el extranjero para observar los sistemas
educativos y jurdicos de las otras ciudades. A su regreso deban exponer los resultados a las
ms altas autoridades.
8
En la actualidad asistimos a un proceso de mercantilizacin de lo humano y
sacralizacin del mercado y, como plantea Margarita Rozas, se ha producido
una desarticulacin de la sociedad salarial y una ruptura de su integracin a
travs del trabajo. El actual contexto neoliberal, en el cual an nos movemos,
caracterizado por las ms altas tasas de desempleo y subempleo,
precarizacin de las condiciones laborales (con consecuencias futuras sobre
los sistemas de previsin social hasta hoy diseados), flexibilizacin laboral,
trabajo temporal, deterioro del salario real, etc., implica un fuerte embate,
centralmente a la identidad, cuyos efectos sobre los sujetos sociales no pasan
inadvertidos por la poblacin en general, manifestndose diversos sntomas,
como lo constituyen para nuestro campo problemtico del envejecimiento
humano, el aumento de la violencia contra los mayores, la desorganizacin
familiar, la desvalorizacin de la vejez y los viejos. Lo cual incide directamente
en los cdigos de la delincuencia y en la eliminacin fsica sin contemplaciones
de los mismos, debilitamiento y/o ruptura de los sistemas de salud para la
atencin de los mayores y aumento en la prevalencia de las enfermedades.
9
ciencia se han ido modificando segn el modelo cientfico dominante en cada poca.
Pero tambin cuando volvemos a pensar que nos debemos ciertas explicitaciones
desde dnde partimos, y ello nos hace resaltar la cuestin de los caminos del trabajo
social de hoy.
10
elaborar polticas consiste en ajustar y adaptar lo nuevo a las leyes y prcticas
existentes: los cimientos que ya han sido echados no se cuestionan. Huelga decir que,
como de costumbre, son los tcnicos, burcratas y abogados quienes terminan por
dominar la poltica. Esta reflexin la efecta bajo el ttulo Burcratas o Arquitectos?
Y la realiza pensando en la reconstruccin del Estado de Bienestar en Europa5. Nos
parece sumamente interesante y oportuna la apelacin a la estructuracin del edificio,
dado que a su vez Susana Cazzaniga ha publicado en Hilos y Nudos cierta similitud
con el planteo dado, que expresa que en la construccin del edificio del Trabajo Social
de hoy aparecen dos tendencias, sintetizando los posibles proyectos profesionales a
que hiciramos alusin anteriormente: Una visin arquitectnica del Trabajo Social ,
aquella que poniendo en juego la imaginacin proyecta un orden poltico en donde el
pensamiento y la accin se manifiesten combinados. Es en esta visin que, segn la
autora, se engloba la bsqueda de fundamentos tericos, la bsqueda de mediaciones
conceptuales que den cuenta de intervenciones como puesta en acto con sentido tico
y poltico en proyeccin, incorporando las dimensiones de investigacin e intervencin
como constitutivas del campo. El otro polo que contrapone la autora lo constituye la
visin ingenieril del Trabajo Social que transita los caminos del hacer y del cmo y
qu asimilamos a la visin gerenciadora, entre otras, que tanta difusin obtuviera
durante la dcada de 1990. (Cazzaniga, 2007; 69-70).
5
Es interesante tomar la metfora que emplea dado que desde esa metfora abre tres caminos
para la reformulacin edilicia asumiendo la tarea como arquitectos hacedores de lo nuevo: la
primera instancia parece acercarse a la tradicin paretiana en cuanto a la bsqueda de mayor
eficiencia sin prdidas para nadie. La segunda tiene que ver con el maximin de Rawls,
sintetizando entonces que el gran desafo para aquellos grupos que intenten este camino
consiste en aumentar la eficiencia de las polticas y las decisiones y, a su vez , de manera
conjunta, deben democratizarse las oportunidades de vida.
11
Y a partir de aqu nos parece importante manifestar que comenzamos a encontrar
algunos caminos que orientan la reflexin. La racionalidad cientfico-tecnolgica del
paradigma positivista supone, en trminos generales, que los hechos sociales
presentan rasgos de estabilidad y universalidad que les brindan una relativa
autonoma de los condicionantes histricos y sociales. El modelo positivista presenta dos
pilares en su formulacin social: el funcionalismo y el estructuralismo. Mediante la
combinacin de ambos enfoques (estructural funcionalismo) se han efectuado una
considerable multiplicidad de estudios en los campos ms diversos: el de la familia, la
burocracia, las profesiones y la poltica, entre otros. Desde la perspectiva funcionalista, para
estudiar cualquier sociedad hay que analizar de qu modo se combinan sus diversas
partes o instituciones, con el fin de garantizar la continuidad de esa sociedad en el
tiempo.
Bajo este paradigma el trabajo social se presenta como una tecnologa social en tanto
que su intervencin intenta disminuir el problema social de la vejez y atemperar los
desajustes y estados deficitarios que las personas mayores pueden presentar. El objetivo
central estara dado por el deber de ajustar a los mayores a los papeles socialmente
prescriptos para ellos. El carcter instrumental y tecnolgico de la intervencin social se
traduce en programas para el ajuste social (programas de preparacin para el
envejecimiento o para el aprendizaje de tecnologas). La vejez es interpretada como un
problema disfuncional que requiere ser corregido a travs de intervenciones puntuales. El
Trabajador/a social es un tecnlogo en la medida en que se limita a la aplicacin de tcnicas
pre-establecidas (enlatadas), que atiende a los viejos conceptualizados como individuos
que se encuentran transitando un perodo de involucin, declinacin, prdida de
capacidades, etc.
12
No tomaron en cuenta estos aspectos como posibles elementos que afecten el
funcionamiento del sistema.
6
El enfoque del ciclo vital o ciclo de la vida, fue establecido por la psicologa evolutiva y
presupone que todos pasamos por las mismas etapas de la vida. El ejemplo tpico es el de la
teora de Eric Erikson, donde pasamos de la infancia a la niez temprana, a la edad del juego,
a la edad escolar, a la adolescencia, etc. Progresivamente se fue abandonando este concepto
de etapa y se adopt, en cambio, el de curso de vida.
Este concepto es menos estandarizado y define las experiencias de cada vida de manera
singular y con un anclaje histrico personal
13
que en las ltimas dcadas ha logrado un notable grado de sistematizacin
conceptual. En tal sentido, las aportaciones de Habermas, Bourdieu y Giddens
representan los intentos ms relevantes para sistematizar una estructura terica (una
filosofa de lo social y una teora del paradigma): Estos autores critican el predominio
de la razn instrumental (basada en la relacin instrumental entre medios y fines)
como elemento fundamental de la ideologa del siglo XX derivada de la ciencia
positivista y plantean la creacin de una filosofa de la emancipacin a travs de un
proceso dialctico7.
7
Jos Yuni y Claudio Urbano desarrollan este tema en el Captulo Ciencia en movimiento
pg.47 del libro Investigacin etnogrfica e investigacin accin. Mapas y herramientas para
conocer la escuela.
14
desigual a los cdigos. La distribucin desigual del lenguaje implica desigualdad en la
distribucin de significados y por lo tanto construccin de categoras mentales
particulares, mundos de sentido diferentes y un uso diferenciado en los cdigos
lingsticos.
A diferencia del positivismo, que pretenda obtener una visin ahistrica del sujeto,
el paradigma crtico postula el compromiso socio-histrico de los actores. La
subjetividad, sostiene, es fruto de la experiencia, del influjo de las relaciones sociales y
del marco socio-cultural en el que se desenvuelven; y tambin de las interpretaciones
subjetivas sobre esas condiciones objetivas. La construccin de significados
individuales y la apropiacin del conocimiento son la resultante de la interaccin
sujeto-sujeto en un marco histrico y cultural dado. Por ello tanto el conocimiento
como el significado son de naturaleza esencialmente social. En resumen, el paradigma
crtico propone que toda accin social, todo significado social, supone una cuota de
reproduccin, de repeticin y de rutina y, a la vez, representa una posibilidad de
creacin y de reconstruccin de nuevos significados.
15
construyendo cuestiones que tienen que ver con el oficio del trabajo social, con el
oficio en la intervencin social que le otorgaron algn prestigio y fueron el fundamento
y sostn del espacio profesional conocido.
Pregunta: Cules son los aportes especficos que debera realizar el trabajo
social a la gerontologa?
Un 50% afirma que se debera orientar los esfuerzos hacia el plano educativo:
El trabajo social puede tener un fuerte impacto en el logro de obtener una
16
representacin distinta de la vejez en el imaginario social, sobre todo producir un
efecto educativo en otras generaciones, de corte preventivo social.
Las opiniones se encuentran divididas, podramos decir que hay cierta escisin
entre los criterios gerontolgicos como parte del momento vinculado al deber ser y la
realidad de la intervencin que tiene que ver con criterios, emergencias y contenidos
polticos que interfieren con su impronta de urgencias en el poder ser cotidiano.
17
Trabajamos con criterio gerontolgico pero atravesados por cuestiones polticas. Los
criterios del equipo tcnico se contraponen muchas veces con los intereses polticos.
Cualquier cosa que uno quiera hacer debe romper una estructura burocrtica
que dificulta la reflexin.
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Contamos con instituciones preponderantemente burocrticas. Depende del
trabajador social distanciase del estigma, pero tenemos una importante herencia
burocrtica.
19
Todava no se quebr la lgica del sujeto como beneficiario que no hace nada de
aportes, que siempre es carente.
El trabajo social no debe realizar una propuesta slo para los mayores,
porque sera un tipo de discriminacin. De todas formas, los cambios son una
cuestin ms coyuntural.
20
Distinguiremos distintos perodos en el tratamiento de la cuestin social aplicada a
la vejez en el captulo II. La prevalencia hegemnica por mucho tiempo de la
concepcin liberal, naturalizaba a la vejez subsumida en la pobreza, en la cual los
problemas de los viejos y del envejecimiento forman parte de la vida natural y su
resolucin y tratamiento debe encontrar alguna posible respuesta en el mbito
estrictamente individual familiar. Atemperados los primeros rigores del liberalismo
econmico se elaboran y ponen en marcha (desde la estructura del poder
hegemnico) sistemas de pensiones, cuyo origen es la concepcin bismarkiana del
seguro social. Otra cuestin la constituyen aquellos individuos que, por circunstancias
diversas y con toda seguridad fuera de sus posibilidades personales, que no han
logrado trabajar a lo largo de su vida y engrosan el ejrcito de reserva, y que por lo
tanto el liberalismo vigente considera no merecedor de una pensin: los pobres
estructurales constituyen el objeto fundamental de la poltica benfica para la vejez.
21
de intereses del proceso social donde se desenvuelve su intervencin es revalorizada
actualmente por el colectivo profesional. Y esto se vincula por una parte al
compromiso tico de la profesin con los sectores populares, insistiendo en la
necesidad de efectuar devoluciones sistematizadas a los fines de empoderar a los
copartcipes, y por otro lado a aquellos que la valorizan en dicho sentido pero suponen
que en paralelo debe ser convertida en objeto de produccin terica. Estas lneas de
preocupacin fueron abandonadas en las pocas de la dictadura y retomadas, luego,
sin demasiada profundidad, por lo que consideramos necesaria su reelaboracin,
profundizacin y actualizacin.
22
No identificar a las personas mayores como un problema social, ni
sobreprotegerlas.
Intentar generar sistemas de servicios y recursos comprensivos, accesibles y
capaces de autosostenerse.
Muy diversas son las causas de ese desencuentro entre las ideas del
pensamiento gerontolgico y el marco de las decisiones polticas. En un principio
observamos dificultades propias de nuestro campo como el hecho de no encontrar un
8
Metchnikov, sucesor de Luis Pasteur en la direccin del Instituto francs que lleva su nombre,
premio Nbel en 1908, fue el primero en denominar gerontologa a los estudios sobre el
envejecimiento, aportando a los mismos su teora de la autointoxicacin (1901). La
denominacin de Metchnikov pasar a la posteridad, por sus contribuciones fisiolgicas al
campo del envejecimiento, no por los contenidos actuales que la gerontologa ha abarcado,
ms relacionados con los aspectos socioeconmicos, psicosociales y culturales de la
construccin humana.
9
Se debe distinguir el envejecimiento poblacional o demogrfico del envejecimiento individual o
personal. Se denomina envejecimiento poblacional al proceso de transformacin de la
estructura etaria de la poblacin por el cual la poblacin en edades avanzadas aumenta. A los
efectos de lograr un lenguaje unificado para este trabajo hemos acordado seguir las
recomendaciones del INDEC (Instituto Nacional de estadsticas y Censos de la Argentina)
adoptando los 60 aos como el lmite inferior para hablar de la poblacin adulta mayor, la cual
identificaremos con la sigla PAM.
23
acuerdo certero para la denominacin de los mayores, nuestro sujeto - objeto de
preocupaciones cotidianas: Viejos?, adultos mayores?, gerontes?, ancianos?...
De todas las disponibles, una de las conceptualizaciones que puede dar alguna luz
acerca de estas formulaciones la encontramos, desde el punto de vista biolgico en
24
Birren y Renner (1977): El envejecimiento se refiere a cambios regulares, que ocurren
en organismos maduros, genticamente representativos, que viven bajo condiciones
ambientales representativas y que se presentan con el avance de la edad
cronolgica10. Esta conceptualizacin no agota el problema, pero permite otorgar
cierta universalidad al envejecimiento; deja abierto el considerar los temas sociales
que indican que cada sociedad produce su propio tipo de envejecimiento y a su vez
sustrae al mismo de los aspectos patolgicos. Lo ms significativo de esta
conceptualizacin es que no recurre a la edad cronolgica como un marcador al que
se debe recurrir permanentemente.
10
Esta referencia es obtenida de los comentarios efectuados por la Lic.Mara Julieta Oddone y
to
del Dr. Leopoldo Salvarezza en el Captulo 4 . Caracterizacin psicosocial de la vejez en el
Informe sobre tercera edad en la Argentina publicado en el ao 2.000 por la entonces
Secretara de Tercera Edad y Accin Social del Ministerio de Desarrollo Social y Medio
Ambiente.
25
imaginarnos a nosotros mismos en otros roles sociales, en este caso en el rol del viejo
que vamos a ser.
26
individualismo. Por su parte, la pobreza y la desigualdad social, producto de
estos hegemonismos, constituyen un severo riesgo para la humanidad
27
Es notable como el campo gerontolgico, que como refirisemos anteriormente
naci vinculado a la fisiologa, ha ido tornando en geriatra interdisciplinaria para
centrarse en trastocar sus preocupaciones biolgicas en biogrficas, dada la
incidencia de las ciencias psi y sociales en los ltimos aos.
11
La idea central que propone este autor es la construccin de una estructura conceptual
basada en las nociones de modo de mantenimiento societal y de profundidad del campo
histrico, en donde cada sociedad se articula sobre la base de una matriz de los cuatro
factores mencionados.
28
en las sociedades en las que prevalece la ley del ms fuerte. Un segundo
factor lo constituye el conocimiento y la experiencia que derivan de la duracin
de la vida: Las civilizaciones ms favorables a los ancianos sern las que se
basan en la tradicin oral y las costumbres, en ellas los viejos desempean el
papel de resolver los vnculos entre las generaciones y el rescate de la
memoria colectiva. Un tercer factor lo constituye la exaltacin a los rasgos
fsicos: Las sociedades que practican el culto a la belleza corporal, tienden a
menospreciar la vejez; esto fue especialmente evidente en Grecia y durante el
Renacimiento. Un cuarto factor, en este caso favorable hacia los mayores, lo
identifica con la posibilidad de los viejos de contar con aos y perdurar, dado
que ello aumenta el parentesco y por lo tanto las civilizaciones que conocieron
la familia amplia y patriarcal, que era capaz de hacerse cargo de los miembros
incapaces de trabajar, ayudaron ms a los viejos. Estas referencias nos
permiten afirmar, como lo efecturamos anteriormente que la cuestin de la
vejez es de larga data y que para asumir el trabajo con mayores en nuestra
sociedad hay que tener claridad respecto de la desventajosa posicin social de
los mayores, asumiendo que levantar los principios de reconocimiento y
respeto hacia los viejos de nuestra sociedad implica poseer la energa
suficiente como para entregarse a remar contra la corriente y persistir frente a
esta herencia cultural que impregna los constatables estilos de la poca.
12
El gerontopsiquiatra argentino Mario Strejilevich sola preguntar, en las distintas actividades
de capacitacin que realizaba, si la sociedad argentina era gerontofbica o gerontoflica,
poniendo la tensin en ambos polos del par contradictorio para luego posibilitar el avance sobre
los distintos matices y circunstancias de la vida cotidiana, que ubican la cuestin en otros
marcos de opciones no tan drsticos y terminantes.
29
influyen en los que toman decisiones, en profesionales, en jvenes, en adultos
y en los mismos mayores13.
13
Pochtar, Nora, "La tan temida ancianidad". Documento N 14. Centro de Documentacin en
Polticas Sociales, 1999.
30
Una tercera creencia o mito implica que el envejecimiento conlleva necesariamente
un deterioro continuo y progresivo. Sin embargo, gran parte de las funciones perdidas
pueden recuperarse y en algunas instancias lograr niveles superiores a los previos.
Un sexto mito se relaciona con la creencia de que los viejos son una carga para los
otros grupos etarios y que no participan en actividades productivas. Lo cierto es que,
una buena parte de los mayores estn preparados y dispuestos a trabajar, o trabajan;
lo que ocurre es que en el mercado laboral son discriminados, cuando se trata de
contrataciones o ascensos.
Por otra parte, debe considerarse el retiro como negacin del derecho al trabajo.
La expulsin de los sistemas de produccin se traduce en un cambio radical en el
estilo de vida de las personas. A una disminucin considerable de su poder adquisitivo
se le aade la prdida de los ambientes sociales en los que habitualmente se
desenvolvan, la disminucin de funciones y roles sociales, la obligada
reestructuracin de su tiempo, etc.
31
turbulento y rpidamente cambiante. Por otro lado, desde el anlisis de carcter
general, frente a la realidad de contar con una poblacin envejecida, los patrones de
enfermedad e incapacidad deben ser considerados con criterios totalmente distintos,
adquiriendo los correspondientes a la salud mental por ejemplo un papel relevante.
Los sistemas socioeconmicos diseados para una poblacin joven y en crecimiento
no podrn sobrevivir dado que su sustento aparecer paradojal y contradictorio.
32
constituirse en hacedores constructivos de su propia vida cotidiana en el marco de un
consenso generacional, tal como Jrgen Habermas lo sugiere 14.
Nosotros afirmamos que no hay poltica social sin un movimiento social que la
respalde (Pierre Bourdieu, 1998), en el sentido que no basta que la poltica social
14
Habermas ha planteado en lo que denomina la crisis de la legitimacin de la sociedad
industrial desarrollada la necesidad de lograr acuerdos intergeneracionales en bien de lo que
denomina mundo de la vida. Siguiendo la lnea de pensamiento vinculada a la tica del
medioambiente, argumenta en relacin a los debates en torno a la prolongacin de la vida: El
bien comn y las necesidades de las generaciones futuras son valores que sostienen la
limitacin de la longevidad en cualquier generacin. Una poltica de asignacin de recursos y
cuidados de la salud en la vejez deben incluir tales valores al favorecer programas sociales,
tales como cuidados de salud hospitalarios o domiciliarios, en contra de las intervenciones de
alta tecnologa mdica.
33
manifieste en su discurso que garantiza los derechos ciudadanos de los mayores,
dado que gran parte de las mismas no cumplen en los hechos con esa proclama. Por
el contrario, a partir del reconocimiento de que los mayores son actores sociales
imprescindibles en la construccin colectiva del reconocimiento de sus derechos,
deben hacerse cumplir con hechos concretos las acciones que sostengan el mundo
de la vida.
Se puede hablar hoy de una nueva vejez que debe afrontar nuevos desafos,
que podemos visualizar en la transicin de una poblacin que pierde progresivamente
la seguridad social, brindada por un sistema socioeconmico que, podramos decir,
se desarrollaba mediante condiciones relativamente favorables de empleabilidad, y
que produca un retiro jubilatorio que permita una vejez con un potencial ocio
productivo; a una realidad cuasi futura. Marcada por la creciente y sentida necesidad
de no perder el potencial de trabajo adquirido, dado que las personas mayores de
cincuenta aos se encuentran enfrentadas a la alternativa de sucumbir ante la
competencia de un mercado laboral achicado, en donde luchan por ubicarse en franca
desventaja frente a los prejuicios sociales negativos y los procesos de precarizacin
laboral vigentes; comenzndose en la actualidad a avizorar un nuevo panorama en el
cual uno de sus sntomas es el de aferrarse a la capacidad productiva que les fue
factible alcanzar.
A su vez nos encontramos ante una poblacin de adultos mayores que crece
ms rpido que la poblacin total y este hecho se observa acompaado por un
proceso simultneo de envejecimiento y feminizacin del colectivo. Ser necesaria una
extensin de la cobertura de las redes de seguridad social y se convertir en
necesidad social que las promesas de la cooperacin internacional pasen de las
recomendaciones a la convocatoria concreta para asistir con recursos financieros y
experiencia al colectivo de los adultos mayores, a la vez que debern articularse
aceitadamente los distintos sectores y jurisdicciones estatales con las posibles
acciones que emprenda la sociedad civil.
15
LaRed de Adultos Mayores desde 1999 posee una pgina, la cual es factible de consultar
http://www.redadultosmayores.com.ar
34
mayores, mediante acciones tendientes a soluciones intergeneracionales que tengan
en cuenta:
Si bien es cierto que desde hace aos los efectos de la feminizacin del
envejecimiento se han recordado en jornadas y encuentros, a la hora de definir planes
esas recomendaciones parecen no ser tenidas en cuenta, por ello se hace hoy
necesario:
35
Mejorar las condiciones de vida y de seguridad econmica de las mujeres
mayores, implementando programas para garantizar la continuidad laboral,
acceder a crditos, contar con derechos hereditarios igualitarios y eliminar las
discriminaciones en los planes de pensiones.
Mejorar el bienestar y la salud de las mujeres de edad, capacitando al personal
de salud para que reconozca y satisfaga las necesidades especficas de las
mujeres adultas mayores.
Fomentar la educacin permanente de las mujeres, como una forma de
mantener a la mujer mayor actualizada.
Mejorar las condiciones de bienestar de las mujeres que atienden a otras
personas, reconocer su trabajo y por tanto su asistencia en esa tarea como lo
constituyen: la ayuda domstica, el impulso a grupos de autoayuda, el
asesoramiento especializado y la capacitacin para el mejor uso del tiempo
liberado.
No hay dudas de que lograr una descripcin general de las lneas de accin
que proponemos desde el trabajo social no se agotan en estas pginas, sino
que simplemente nos encontramos llamando la atencin acerca de algunas
temticas que necesitan reflexin y profundizacin para su tratamiento
colectivo.
36
capacidad de lanzarse a prcticas innovadoras. La tarea ms urgente es la de
encontrar los medios materiales y tambin intelectuales para incitar a todos los
investigadores, a todos los cientistas sociales a ingresar a esta ptica del
anlisis de la situacin de los mayores y lograr su difusin e intentar una nueva
manera de incorporar esta percepcin casi fantica por el campo problemtico
de la vejez en la agenda pblica de las preocupaciones ciudadanas.
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