Del Valle, José. La Lengua, Patria Comun (Selección)
Del Valle, José. La Lengua, Patria Comun (Selección)
Del Valle, José. La Lengua, Patria Comun (Selección)
JOSEDELVALLE
La lengua espanola se imagina de tantas maneras que para aIgunos ni espanol es,
esjcas_teUano. Y lo es, en cada caso, por distintas razones. Se habla (y se habla de
ella) en lugares distintos y de maneras varias, vive en comunidades muy dispares
donde asume valores materiales y simb61icos propios y coexiste con otros idio-
mas en espacios plurilingues que, con frecuencia, los hablantes saben negociar
con mucha mas serenidad que los guardianes del lenguaje. Ante esta complejidad,
no es de extranar que en la historia linguistica de las comunidades hispanicas nos
encontremos con muchos y muy variados discursos sobre el lenguaje, las lenguas
y el habla cuyo analisis casi siempre (y me inclino a pensar que el "casi" sobra)
revela continuidades con fen6menos que incuestionablemente pertenecen al ambi-
to de lo politico. Los ultimos treinta anos no han sido excepcionales y es probable
incluso que de haberlo sido su desvio haya ocurrido por exceso mas que por
defecto. En cualquier caso, es patente que, en decadas recientes, se ha manifesta-
do con llamativa frecuencia una voluntad de intervenir el lenguaje (quizas no mas
intensa que en otros tiempos pero si de mayor alcance) y una energica determina-
ci6n de proteger, promover y, muy especialmente, controlar el poder simb61ico de
las lenguas (del catalan, del espanol, del gallego, del quechua, del rapanui...).
Inevitablemente, esta viva conciencia de lo linguistico (y los discursos a menudo
contradictorios en los que se manifiesta) ha desembocado enuna proliferaci6n de
acciones institucionales destinadas a vigilar y ordenar la vida linguistica del
mundo hispanohablante y de las comunidades y zonas de contacto que lo consti-
tuyen,_y_conellas, ideologias (algunas de las cuales se remontan a tiempos bien
lejanos en la historia de la humanidad) a veces normalizadoras y a veces desesta-
bilizadoras, en el contexto del tan delicado mercado de la opini6n publica, de
aquellas instituciones y del orden cultural, politico o social que representan.
14 Jose del Valle
Este libro es, o al menos aspiramos a que sea, una modesta contribuci6n al estu- ,
dio de apenas un segmento de tan complejo panorama glotopolitico. N6tese que l
al usar este termino -con el cual, he de advertirlo, no necesariamente se identifi-
can mis colaboradores- pretendo encuadrar nuestros ensayos y los analisis que
contienen en un espacio disciplinario defmido por una concepci6n fundamental-
, mente contextual del lenguaje: es en este espacio donde se situan, por ejemplo,
/ las distintas encamaciones de la sociolinguistica, que lo conciben como hecho
| social, y por donde transitan las preocupaciones de la antropologia lingiiistica,
que lo estudia en su dimensi6n de hecho o proceso cultural. La etiqueta que aqui
adopto, glotopolitica^, afirma, obviamente, un interes por las dimensiones del
fenomeno^deTrehguaje) que se manifiestan (y por lo tanto se han de interpretar)
en el terreno de lo politico. En una de las primeras defmiciones programaticas del
termino, Guespin y Marcellesi lo justificaban asi:
I1 designe les diverses approches qu'une societe a de l'action sur le langage, qu'elle en
soit ou non consciente; [...] Glottopolitique est necessaire pour englober tous les faits
de langage ou l'action de la societe revet la forme du politique (Guespin y Marcellesi
1986: 5).
han manifestado en Ias ultimas decadas del siglo veinte y en lo que llevamos del
veintiuno. Comenzaba el capitulo senalando, e insisto en hacerlo, la extraordina-
ria complejidad cultural, econ6mica, politica y social de esa comunidad imagina-
da que es el mundohispanohablante -y que nadie se alarme, por favor, hasta leer,
mas adelante, en el capitulo 2, el sentido que aqui le doy al concepto andersonia-
no de comunidad imaginada (Anderson 1983)- y la consecuente diversidad de
visiones del lenguaje y de las lenguas que en ella se producen. Por ello debemos
acotar el objeto de analisis, proceso rigurosamente necesario si se aspira a hacer
unacontribuci6n atendible a un campo o campos reconocidos del saber, y necesa-
riamente ideol6gico, en tanto que uno (es decir, yo) ve y piensa desde una locali-
zaci6n politica, intelectual, y por supuesto, "geoacademica" especifica -y confio
en que no se me descalifique de entrada y sin rhatices, no todavia al menos, con
la socorrida pero basicamente insignificante etiqueta de relativista-.
Al iniciar las investigaciones que desembocaron en el presente proyecto (me
refiero, claro esta, a los primeros pasos dados por mi, en colaboraci6n con Luis
Gabriel-Stheeman, mientras se preparaba nuestro The battle over Spanish de
2002), mi interes se centr6 en los discursos que, desde finales de los ochenta,
habian ido surgiendo en tomo a las politicas de promoci6n de la lengua espanola
en un contexto carabiante definido por la transformaci6n politica de Espana tras
la entrada en vigor de la Constituci6n de 1978, el despegue econ6mico del pais a
finales de los ochenta y la proyecci6n internacional de empresas espaiiolas que
prestaban una atenci6n especial a los cada vez mas liberalizados mercados latino-
americanos (Bonet y de Gregorio 1999, Casilda Bejar 2001). Para un ojo que
observa a traves de las lentes de la glotopolitica -familiarizado por tanto con pro-
cesos, anteriores y contemporaneos, en los que se impulsaba la proyecci6n inter-
nacional del ingles o del frances en condiciones politicas y econ6micas muy con-
cretas'-, resultaba notable apreciar c6mo, en aquel contexto y precisamente en
virtud de aquellas condiciones, se iba produciendo en Espana una reconocible
moyilizaci6n de agencias culturales que -en colaboraci6n frecuente con el mundo
empresarial- ponian en marcha robustas politicas de autolegitimaci6n y, por
Vease Varela y Otero (2006). El breve perojugoso articulo contiene un componente hist6ri-
co y otro programatico.
En la actualidad, disponemos ya de un considerable archivo de textos producidos y publica-
dos bajo los auspicios de las agencias en cuesti6n. Pensamos, en primer lugar, en los infor-
mes anuales que desde 1998 publica el Instituto Cervantes -la instituci6n creada por el
gobiemo espanol en 1991 para liderar los esfuerzos de promoci6n intemacional de la len-
gua- bajo el titulo general de El espanol en el mundo (disponibles en http://cvc.cervantes.
es/obref/anuario/). Vistos conjuntamente, los anuarios constituyen una importantisima
fuente de informaci6n sobre los intereses de la instituci6n que los auspicia, y como tales los
hemos leido para la realizaci6n de este estudio. El Instituto Cervantes ba organizado ade-
mas tres congresos intemacionales de la lengua espanola (los CILE): el primero en 1997 en
Zacatecas, Mexico (http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/zacatecas^, en colaboraci6n
con la Secretaria de Educaci6n Publica de este pais; el segundo en 2001 en Valladolid,
Espana (http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/valladolid/default.htm), en colaboraci6n
con la Real Academia Espanola; y el tercero en 2004 en Rosario, Argentina (http://www.
congresodelalengua3.ar/), con laAcademiaArgentina de Letras, con la Comisi6n Ejecutiva
representante del pais anfitri6n y de nuevo con la RAE. La RAE es, por supuesto, el otro
pilar central de las politicas de promoci6n del espanol, El corpus de textos producidos por
la Academia es tambien notable e incluye, desde principios de los noventa, la nueva edici6n
de la Ortografla, nuevas ediciones del Diccionario, nuevos diccionarios como el Panhispa-
nico de duclas y otros documentos tales como el que describe la Nueva Politica Linguistica
Panhispdnica que se anaIizara en el capitulo 4. Con frecuencia, la presentaci6n de estos
nuevos textos -asi como los congresos de la lengua- ha recibido abundante cobertura
mediatica y por ello la prensa, espanola y latinoamericana, nos ha ofrecido tambien una
pletora de articulos que contribuyen grandemente a ensanchar ese corpus en tomo al cual
giran muchos de los analisis presentados en este libro. A la prensa y a estas agencias culru-
rales liabria que sumar otros organismos del Estado tales como SEACEX (Servicio Estatal
para laAcci6n Cultural Exterior, www.seacex.com), ICEX (Instituto de Comercio Exterior,
www.icex.es), y fundaciones creadas para Ia defensa y promoci6n del idioma tales como la
Fundaci6n San Millan de la Cogolla (www.fsanmillan.org), Fundeu (www.fundeu.es) o la
Fundaci6n Campus Comillas (www.campuscomillas.es).
Cjiotopolitica, ideologia y discurso 17
El ser yo el editor del libro y autor o coautor de la mitad de los capitulos hace que
este tenga un tono dominante creado por mi. Sin embargo, como advertia en el
Vease en Watts 1999 el concepto de comunidad discursiva y el uso que yo hago del mismo
en el capitul6 4. En cierto sentido, en el capitulo 3, Mauro Femandez estudia tambien la
formaci6n de esta misma comunidad a traves del analisis de lo que el llama la "convergen-
cia discursiva" en tomo a la idea de la lengua del mestizaje.
Cada uno de nosotros -de los que colaboramos en este proyecto- adoptamos terminos dis-
tintos, lo cual, en algunos casos, refleja una simple preferencia terminol6gica y, en otros,
sugiere una mayor conexi6n con ciertas tradiciones intelectuales y tiene por tanto incuestio-
nables ramificaciones te6ricas. Yo utilizo el termino "ideologema" en el sentido en que lo
defme Elvira Narvaja de Arnoux (2005): "Termino introducido por Marc Angenot (1982:
179-182) para referirse a un tipo de "lugares comunes" que integran los sistemas ideoI6gi-
cos. Son postulados o maximas que funcionan como presupuestos del discurso y que pue-
den realizarse o no en superficie".
18 Jose del Valle
' Sobre la teorizaci6n de la comunidad de habla vease, por ejemplo, Gumperz (1972) o Sil-
verstein (1998). Sobre el concepto de zona de contacto vease Pratt (1991) y la referencia
que hace a ese articulo Woolard en el capitulo 6.
'" El giro linguistico de la fdosofia se suele asociar con Ludwig Wittgenstein. Aqui pienso
mas concretamente en la contribuci6n sociol6gica al estudio del lenguaje de Pierre Bour-
dieu (1991) y las nociones de discurso que se presentan en la obia de Michel Foucault
(1966, 1969).
' Se pueden encontrar visiones panoramicas en Eagleton (1991, 1994), Hawkes (1996),
Williams (1977: 55-74).
'^ Todas las traducciones del capitulo son mias.
" i,Podriamos hablar aqui, quizas, de la emergencia de una comunidad discursiva en tomo al
concepto de ideologia linguistica, a una serie de posiciones politicas concretas v a nnn inc-
t n l n n r m rro^n^^^^. -' ''^
20 Jose deI Valle
de ideas que articulan nociones del lenguaje, las lenguas, el habla y/o la comuni-
caci6n con formaciones culturales, politicas y/o sociales especificas. Aunque per-
tenecen al ambito de las ideas y se pueden concebir como marcos cognitivos que
ligan coherentemente el lenguaje con un orden extralingiiistico, naturaIizandolo y
normalizandolo (van Dijk 1995), tambien hay que senalar que se producen y
reproducen en el ambito material de las practicas linguisticas y metalinguisticas,
de entre las cuales presentan para nosotros interes especial las que exhiben un
aIto grado de institucionalizaci6n. El analisis de las ideologias linguisticas, por lo
tanto, debe plantearse como objetivo la identificaci6n del contexto en que cobran
pleno significado, contexto que, como nos muestra la literatura existente, depen-
diendo de si se define en terminos predominantemente culturales, sociales o poli-
ticos, las construye como un objeto de estudio mas propio de la antropologia Iin-
giiistica, la sociolingiiistica o la glotopolitica respectivamente (por supuesto, no
niego sino que al contrario afirmo la necesidad de elaborar defmiciones hibridas
del contexto, ya sean de origen te6rico o practico, y consecuentemente de aproxi-
maciones interdisciplinarias). En suma, a partir de esta defmici6n, ^,que hace que,
en el contexto de un analisis glotopolitico, optemos por conceptualizar un siste-
ma de ideas sobre el lenguaje como ideologia lingiiistica? Fundamentalmente
tres condiciones: primera, su contextiialidad, es decir, su vinculacion_c.on.un
orden cultural, politico y/osocial; segunda, sufunci6n naturalizadora, es decir su
efecto normalizador de un orden extralingiiistico que queda apuntalado en el sen-
tido comun; y tercera, su institucionalidad, es decir, su producci6n y reproduc-
ci6n en practicas institucionalmente organizadas en beneficio de formas concre-
tas de poder y autoridad.
Las multiples conceptualizaciones de la ideologia se pueden clasificar, siguiendo
a Blommaert (2005: 158-202), en dos grandes categorias. Una se caracteriza por
la localizaci6n explicita tanto del conjunto de representaciones simb61icas que
constituyen la ideologia en cuesti6n como de sus funciones y de los agentes cul-
turales, politicos o sociales que las adoptan y promueven. Vendrian a ser los
"ismos": el socialismo, el neoliberalismo, el progresismo, el marxismo, el racis-
mo, el antisemitismo (^el panhispanismo?)'^. La segunda categoria entenderia la
ideologia como sistema cognitivo que normaliza y naturaliza una determinada
interpretacion de la experiencia. Para los autores que Blommaert incluye en este
grupd7*nardeologia es el sentido comun, las percepciones normales que tenemos
Esta visi6n de la ideologia como "ismo" coincide basicamente con la que adopta AngeI
L6pez Garcia en el capitulo 7 tomando como punto de referencia la definici6n del termino
que nos proporciona el Diccionario de la RealAcademia Espanola. En eI 8, Lara se aproxi-
ma tambien a la noci6n de ideologia como posici6n caracterizada por su parcialidad politica.
Glotopolitica, ideologia y discurso 21
del mundo como sistema, las actividades naturalizadas que sirven de soporte a las
relaciones sociales y estnicturas y patrones de poder que refuerzan ese sentido
comun" (159). La ideologia asi entendida se caracteriza por su ubicuidad, por su
aparente deslocalizaci6n, por un anonimato (vease la elaboraci6n del concepto
que hace Woolard en eI capitulo 6) que elide su conexi6n con un orden de cosas a
traves del cual se ejerce el poder y se estabIece la autoridad.
La noci6n de ideologia linguistica que se usa en este libro oscila por el continuo
conceptual que une (y separa) estasdos categorias. Partimos de la voluntad de
examinar la medida en que son ideol6gicas las visiones del espafiol que pueblan
los discursos de promoci6n de su estatus simb61ico (como patria comun sobre la
que descansa la hispanofonia y como activo estrategico en torno al que gira un
proyecto linguistico-mercantil), es decir, en que medida y de que manera estas
imagenes del idioma, estas ideas en torno al espanol, estan ligadas a un orden
externo y a unas practicas instimcionales en los que se afirma una forma concreta
de autoridad y una determinada estructura de poder. Pero nos interesa tambien
desvelar la medida en que, en la producci6n de estos sistemas de ideas ancladas
en un contexto concreto -de estas ideologias lingiiisticas-, se identifica de modo
explicito su localizaci6n politica o, por el contrario, se despliegan estrategias de
naturalizaci6n y normalizaci6n de la visi6n de la lengua con interes totalizador.
Completare la caracterizaci6n del concepto reproduciendo cuatro rasgos que
sefiala Paul V. Kroskrity (2000a):
las ideologias lingtiisticas representan una percepci6n del lenguaje y el discurso como
producto de los intereses de un grupo cu.ltural o social especifico (8); es beneficioso
concebir las ideologias lingtiisticas como multipIes debido a la multiplicidad, en el
seno de grupos sociocultiirales, de divisiones sociales relevantes (clase, genero, clan,
elites, generaciones y demas) que tienen el potencial de producir perspectivas diver-
gentes expresadas como indices de pertenencia al grupo (12); los miembros de un
grupo pueden exhibir diferentes grados de conciencia sobre las ideologias linguisticas
locales (18); las ideologias linguisticas [...] funcionan como mediadores entre las
estructuras sociales y los usos del lenguaje (21).
" Buenos ejemplos de este nuevo paradigma son Bex y Watts (1999), Joseph(1987) y Milroy
yMilroy(1999).
-" Esta es una clasificaci6n convencional propuesta ya por los pioneros de la disciplina: Heinz
Kloss (1969) y Einar Haugen (1972). Para una visi6n mas contemporanea deI asunto y de
las variaciones y elaboraciones que se han hecho mas alla del breve esquema que yo repro-
duzco Iease a Hornberger (2006) o a Kaplan y Baldauf(1997: 28-58).
Glotopolitica, ideologia y discurso 25
para persuadir a la poblaci6n de la bondad y conveniencia del plan. Una vez selec-
cionada Ia lengua o dialecto (o lenguas y dialectos) que ha de servir como base
para el desarrollo de la norma, una vez completada la codificaci6n y una vez dis-
puestos los mecanismos de elaboraci6n, es imprescindible conseguir que los
hablantes acepten la visi6n de la comunidad linguistica que se les propone y por
supuesto la legitimidad de las instituciones a las cuales se encomienda formular la
politica linguistica. Estariamos aqui ante un proceso que podriamos llamar depla-
nificaci6n del estatus simb6lico de la lengua. Cierto es que, como sefialan Kaptan
y Baldauf, el sistemaeducativo suele jugar un papel central como instrumento al
servicio de la implementaci6n. Ahora bien, no hay que olvidar la relevancia de
otros campos discursivos -y de las instituciones del aparato ideol6gico del Estado
(Althusser 1971) que los producen- en la difusi6n de ideas y practicas que, una
vez arraigadas en la opini6n publica y convertidas en sentido comun, faciliten la
realizaci6n de proyectos politicos y legitimen arreglos socioecon6micos concre-
tos. Esta dimensi6n persuasiva de la PPL, en la que se pretende condicionar las
) ideas y practicas linguisticas de los hablantes, no s61o esta poblada de ideologias
' lTnguistfcas sino que se realiza de manera fundamentalrriente discursiva.
Los capitulos 7 y 8 (de L6pez Garcia y Lara respectivamente) ofrecen un valioso contra-
punto. Por un lado, como ya dije antes, adoptan una visi6n deI concepto de ideologia distin-
ta de la que yo propongo; y por otro, se aproximan diacr6nicamente al estudio del estatus
simb61ico del espanol. Ambos llegan, por supuesto, a los debates contemporaneos en tomo
a su estatus y al papel quejuegan las agencias espaiiolas. Sus conclusiones son, claro esta,
Glotopolitica, ideologia y discurso 27
Aunque recuerdese que L6pez Garcia y Lara, en sus respectivos capitulos, revisan diacr6ni-
camente el desarroIlo de las ideas en tomo al espanol.
El tema ha dado lugar ya a la aparici6n de varios volumenes: ademas de Heller (1999 a y
b), Block y Cameron (2002), Gardt y Huppauf(2004), Mar-Molinero y Stewart (2006),
Maurais y Morris (2003), Wright (2004).
A pesar de lo util y extendido de estos conceptos, no quiero dejar descansar sin mas nues-
tros analisis sobre el c6modo binomio nacionalismo/gIobalizaci6n: ^sera que se trata no de
paradigmas sucesivos sino de categorias que, aunque sugieren modos de organizaci6n eco-
Glotopolitica, ideologia y discurso 29
n6mica y politica distintos, estan separadas por barreras conceptuales porosas?, i,sera que
las ideologias que llamamos propiamente nacionalistas son susceptibles de experimentar
mutaciones que Ias vuelven propiamente gIobales? (vease el capitulo 2).
LA LENGUA, PATRIA COMUN:
LAHISPANOFONIA Y ELNACIONALISMO PANHISPANICO
JOSEDELVALLE
Introducci6n
Como apuntaba en el capitulo 1, la nueva realidad glotopolitica espanola -que
situamos en el periodo que se inaugura con la Constituci6n de 1978- ha dado
nueva vida, en unos casos, a visiones de antano sobre el papel del espanol en
Espafia y en el resto del mundo, y ha producido, en otros, visiones del lenguaje
propias de las condiciones especificamente contemporaneas de las sociedades en
las que el espanol cumple una funci6n comunicativa, econ6mica y politica impor-
tante. En este capitulo, tras presentar esquematicamente esta nueva realidad y las
politicas linguisticas asociadas con ella, propondre un analisis de los discursos
que emergen de los espacios institucionales en los que se disena e implementa la
promoci6n del espanol. MecenTfare"principalmente en los procesos de elabora-
ci6n de una imagen especifica de la lengua -lo que en el capitulo anterior llame
la planificaci6n del estatus simb61ico de la lengua-, de un sistema lingiiistico-
ideol6gico que produce y reproduce un orden de relaciones culturales y econ6mi-
cas claramente dependiente, por un lado, de la vieja uni6n colonial entre Espafla
y la America hispanohablante, y por otro, de la dinamica de los mercados nacio-
nales e intemacionales en el contexto de la globalizaci6n. Una de las conclusio-
nes de mi analisis de los discursos institucionales en tomo al espanol apuntara
precisamente a la existencia de una tensi6n entre, por un lado, el rechazo explici-
to de la ideologia del nacionalismo linguistico, y por otro, la adopci6n implicita
de los esquemas conceptuales de esa misma ideologia.
La bibliografia sobre estos temas es extensisima. En lugar de intentar en vano crear una
Hsta "representativa" me limitare a dar tres referencias que estan entre mis lecturas mas
recientes y que por ello habran influido mas (en la direcci6n que sea) en mi actual percep-
ci6n de estos asuntos. En relaci6n con la elaboraci6n de la Constituci6n, vease De Esteban
(1987). Sobre el nacionalismo espanol, especialmente en el siglo diecinueve, el estudio de
Alvarez Junco (2001). El nacionalismo espanol y su relaci6n con el hispanoamericanismo
lo estudia Sepulveda (2005). Para una visi6n mas contemporanea y polemica de los nacio-
nalismos vasco y espanol, el libro de Edume Uriarte (2003).
Para saber mas (aunque no necesariamente mejor) sobre el embrollo de la nomenclatura,
vease el libro de Gregorio Salvador (1987). Y por supuesto, el clasico de Amado Alonso j
(1938) o el mas reciente y completo de Mondejar Cumpian (2002).
El articulo 3 dice asi: "1. El castellano es la lengua espaiiola oficial del Estado. Todos los
espanoles tienen el deber de conocerla y eI derecho a usarla. 2. Las demas lenguas espano-
las seran tambien oficiales en las respectivas Comunidades Aut6nomas de acuerdo con sus
Estatutos. 3. La riqueza de las distintas modalidades linguisticas de Espana es un patrimo-
nio cultural que sera objeto de especial respeto y protecci6n".
Sistema que, lejos de liaber alcanzado la estabilidad esperada, se encuentra en pleno proce-
so de reforma cuando se elabora el presente libro.
La lengua, patria comun 33
Aprincipios de 2007, La Voz de Galicia informaba de que el portavoz de lengua del Bloque
Nacionalista Galego le planteaba una pregunta al respecto a la Secretaria General de Politi-
ca Linguistica quejandose de que "S61o hablan espanol y reproducen un esquema linguisti-
ca impuesto" (5/l/2007).
Entre las visiones panoramicas se encuentran Bossong y Baez de Aguilar Gonzalez 2000,
Castillo Lluch y Kabatek 2006, Etxebarria 2002, Mar-Molinero 2000, Ridruejo 2004,
Siguan 1992, Sbhrman 1993, Turell 2001. Se puede seiialar ademas, como muestra del
caracter polemico de estos temas, los trabajos y criticas de estas politicas realizados por
ejemplo por Gregorio Salvador (1987, 1992), miembro y Secretario de la RAE, por Juan
Ram6n Lodares (2000, 2001, 2002) o por Angel L6pez Garcia (1985, 2004).
Aunque tenga s61o una relevancia tangencial para el prop6sito de este ensayo, merece la
pena apuntar algunas de las trampas que pueda encerrar el concepto de normalizaci6n. ^Es
la normalidad una noci6n estadistica o etica? iQue es la normalidad en materia linguistica?
^,En que sentido serian "anormales", por ejemplo, las comunidades crioUas? i,Es verdadera-
mente anormal, en el sentido estadistico, el caracter cambiante de la personalidad linguisti-
ca de un grupo humano? ^En que sentido es anormal la coexistencia en un territorio de dis-
tintas lenguas o normas de conducta linguistica distribuidas desigualmente por los dominios
de uso? Me conformare, por ahora, con plantear estas preguntas ret6ricas; pero en relaci6n
con este asunto aun hay mucha tela que cortar.
34 Jose del Valle
Se podria hablar aqui de Alex Grijelmo y sus apasionadas defensas del idioma espanol
(1998) o de la Fundeu: "fundaci6n sin animo de lucro que tiene como principal objetivo
colaborar con el buen uso deI idioma espanol, especialmente en los medios de comunica-
ci6n, cuya influencia en el desarrollo de nuestra lengua es cada vez mayor" (www.fun-
deu.es). Fue crcada en 2005 como resultado de un acuerdo entre la Agencia EFE y el Banco
Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA). Sin embargo, el que verdaderamente merece ser men-
cionado es Fernando Lazaro Carreter, quien, con sus dardos en la palabrajug6 hasta su
fallecimiento un papel central en la difusi6n de un tipo de cultura linguistica que fomenta
esa paranoia del mal hablar que tan bien sirve a los guardianes de la correcci6n linguistica.
Ademas de la Academia y del Cervantes, entre los agentes de la politica linguistica exterior
espanola se podrian incluir instituciones tales como el Instituto de Comercio Exterior
(ICEX), la Sociedad Espanola para la Acci6n Cultural Exterior (SEACEX) o la Fundaci6n
La lengua, patria comun 35
Siglo de la Junta de Castilla y Le6n, asi como grupos mediaticos y corporaciones (Telef6ni-
ca, por ejemplo) que, al menos en parte,financiany apoyan la implementaci6n de la politi-
ca en cuesti6n.
El IV Congreso Internacional de la Lengua Espanola, que tuvo lugar en Cartagena de Indias
en 2007, adopt6 precisamente este lema como titulo: "Presente y futuro de la lengua espa-
nola: unidad en la diversidad".
Al hablar aqui de ocultamiento me refiero al concepto de "erasure" propuesto por Judith T.
Irvine y Susan Gal (y al cual, en otras partes del libro, nos referimos como elisi6n ideol6gi-
ca): "Proceso en el cual la ideologia, al simplificar el campo sociolinguistico, hace que o
bien personas o bien actividades (o fen6menos sociolingiiisticos) resulten invisibles. Los
hechos que no son consistentes con el esquema ideol6gico o bien no son percibidos o bien
reciben una explicaci6n naturalizadora" (2000: 38).
36 Jose del Valle
Hay que matizar que la propiedad, catalana o espanola, de los Juegos fue intensamente
debatida en su momento. Vease DiGiacomo 1999,
La lengua, patria comun 37
(catalana, gallega o vasca, segun el caso) tal como estos movimientos politicos la
concebian. Asimismo, desde el gobierno de Madrid y desde las instituciones
investidas de poder linguistico se iba sintiendo la necesidad de proyectar una
imagen del espanol -de su relaci6n con la propia Espana, con los paises hispani-
cos, con la CFN y con el resto del mundo- que complementara no s61o los planes
de modemizaci6n, crecimiento econ6mico y ampliaci6n de la presencia politica y
econ6mica del pais en el mercado global sino tambien los esfuerzos para la cons-
trucci6n nacional de Espana.
La hispanofonia
Los esfuerzos realizados desde Espana por desarrollar una conciencia comunita-
ria compartida con las antiguas colonias, especialmente con las americanas, se
remontan al siglo diecinueve y se pueden identificar con el movimiento cultural
que aIgunos histori6grafos han denominado hispanismo o hispanoamericanis-
mcP. Se trata de un movimiento
Ante la frecuencia con que en las ciencias sociales aparece el concepto anderso-
niano de comunidad imaginada y ante las muchas (y en muchos casos muy justi-
ficadas) criticas que este (en cualquier caso importante) trabajo ha recibido, con-
viene introducir un inciso para aclarar el sentido en que yo lo interpreto y el uso
que de el hago en este analisis. En su ya clasico tratamiento del asunto, Anderson
describia la naci6n como
A1 senalar la centralidad de Espana coincido de nuevo con Sepulveda: "Se utiliza aqui Ia
denominaci6n hispanoamericanismo; no por ser un movimiento interesado en 'Hispanoa-
merica' -que lo era-, sino por constituir la mitad espanola de un movimiento mas amplio,
junto al unionismo americano, de promoci6n de una comunidad cultural en cuya consolida-
ci6n Espana obtendria considerables beneficios" (2005: 97).
De nuevo, las traducciones a lo largo del capitulo son mias.
La lengua, patria comun 39
Resulta obvio que, a lo largo de la mayor parte de los siglos diecinueve y veinte,
la capacidad de Espana para satisfacer sus deseos de preeminencia fue limitada:
por un lado, las proclamaciones igualitarias del hispanoamericanismo, con fre-
cuencia expresadas con 16gica y ret6rica esencialmente colonialistas, eran recibi-
das con profundo escepticismo (tema tratado en del Valle y Gabriel-Stheeman
2002 y 2004); por otro, las circunstancias materiales de la vida politica y del
desarrollo econ6mico de Espana limitaban la intensidad de estos esfuerzos y su
capacidad para comprometer los recursos que tal misi6n requeriria. Sin embargo,
a finales de los ochenta del siglo veinte el perfil de Espana cambi6 drasticamente
al darse nuevas condiciones culturales y econ6micas entre las cuales Se cuentan,
como ya se ha dicho, la consolidaci6n de la democracia, la incorporaci6n a la
OTAN y la UE, el crecimiento econ6mico, la extensi6n por America Latina de
corporaciones con capital espanol y el desarrollo de la CiN.
Seria bajo estas nuevas condiciones que los sucesivos gobiemos espanoles -en
colaboraci6n con una parte del sector empresarial (porejemplo, Telef6nica,
PRISA, Iberdrola, Banco de Santander, Repsol) y, desde luego, con la complici-
dad de ciertos sectores culturales, empresariales y gubernamentales de las socie-
dades latinoamericanas- habrian de movilizar instituciones lingiiisticas y cultura-
les (la Real Academia Espanola, la Asociacion de Academias de la Lengua
Espanola y el Instituto Cervantes, por ejemplo) con el fin de promover la hispa-
/ nofonia, una conceptualizaci6n de la comunidad hispanohablante que la consoli-
| dara como mercado donde la presencia del capital espanol fuera percibida como
' natural y legitima.
Este esfuerzo exigia, por supuesto, librar a Espana de la imagen y de las inc6mo-
das asociaciones que pudieran derivarse de su pasado imperial. Curiosamente, a
finales del siglo veinte, el espectro del imperio aun tenia encantada la casa con-
40 Jose del Valle
Mexico sabia mejor que nadie el valor de tener una lengua que unifique y que libere de
la miseria y del atraso a las comunidades indigenas [...] Salvar al indio, redimir al
indio, incorporaci6n del indio, como entonces gritaban, no es otra cosa que desindiani-
zar al indio. Incorporarlo a la idea de un estado modemo, para su utilizaci6n en unas
empresas de solidaridad nacional y para que reciba los beneficios de esa misma socie-
dad [...] El camino hacia la libertad transita por la hispanizaci6n (Alvar 1991: 17-18).
Un siglo despues del repliegue defmitivo de Espana al perder Cuba, se vuelve a un con-
tinente que de ninguna manera a nadie nos es ajeno: Iberoamerica. Ahora con otras ideas,
perspectivas e ilusiones que nos confieren las nuevas armas: las empresas espanolas, que
se han expandido con los nuevos vientos de la globalizaci6n (Casilda Bejar 2001).
Con todo, las cosas han cambiado. Ahora incluso los mismos agentes econ6mi-
cos qiie dan voz al discurso neocolonial son conscientes de sus peligros. El pro-
pio Casilda Bejar afirmaba en el mismo foro que: "[l]a transferencia de la propie-
dad de empresas importantes de manos nacionales a manos extranjeras puede
verse como un hecho que socava la soberania nacional y que es equiparable a una
'recolonizaci6n'" (2001). Pero esta preocupaci6n, continuaba Casilda Bejar,
podria ser aliviada: "adviertase que la extraordinaria posici6n alcanzada [por
Espana] en este continente, ha sido posible gracias a nuestro extraordinario alia-
do: el idioma, causa y efecto de nuestra afinidad cultural, psicol6gica y afectiva"
(2001).
En el quinto lugar del <<ranking>> del sector de las editoriales en todo el mundo, des-
pues de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y China, las espanolas, terceras en
Europa por delante de Francia, son lideres en casi todos los paises de lberoamerica, su
via natural de expansi6n, por lo que, segun los expertos, apremia salir a la conquista
de nuevos mercados (ABC 31/12/2006, el enfasis es mio).
Como ya queda dicho, desde las agencias a cargo de lapolitica lingiiistica espano-
la se ha ido mucho mas alla de la simple elaboraci6n de la norma culta del espa-
nol. La preservaci6n de la unidad del idioma, es decir, la garantia de la lealtad de
los hispanohablantes a la norma culta y a sus guardianes, y la promoci6n intema-
cional del espanol, es decir, el estimulo y explotacion de un interes por la lengua
espanola en el mundo, han sido declarados objetivos prioritarios por laAcademia
y el Cervantes respectivamente. Se ha desarrollado, en suma, una visi6n del espa-
nol y de su relaci6n con Espana, con la comunidad hispanica y con el mundo -una
hispanofonia-; y se han puesto en marcha medidas para alcanzar su aceptaci6n y
difusi6n. En otras palabras, se ha producido una ideologia linguistica, un sistema
de ideas formado por nociones linguisticas y visiones de la identidad colectiva
(espanola o hispanica) cuyo funcionamiento ha de ser entendido en el contexto
del desarrollo politico y econ6mico de la Espafia contemporanea.
La idea del espanol como lugar de encuentro es, como explicare mas adelante, un
elemento nuclear de la ideologia de la hispanofonia. No en vano el director de la
Espanola y muchos otros agentes de las politicas linguisticas con ella asociadas
insisten en senalar que el mayor peso del espanol se encuentra en America, y que
la Academia, siguiendo las recomendaciones del Rey de Espana, no da un paso
sin consultar con las otras Academias de la Lengua Espanola. El ideologema del
encuentro hizo su mas sonada aparici6n en un muy controvertido discurso pro-
nunciado justamente por el Rey de Espafla Juan Carlos I (tema al que volvere en
el capitulo 4):
Nunca fue la nuestra lengua de imposici6n, sino de encuentro; a nadie se le oblig6
nunca a hablar en castelIano: fueron los pueblos mas diversos quienes hicieron suyo
por voluntad liberrima, el idioma de Cervantes (Juan Carlos I, ceremonia de entrega
del Premio Cervantes, 23 de abril de 2001)'*.
La segunda idea que perfila la imagen del espanol en la politica linguistica a la
que aqui me refiero afirma el cavacterglobal de la lengua. Esta proyecci6n global
del idioma se deriva no s61o de su presencia en los paises que constituyen el
mundo hispanico sino, y muy especialmente, de su capacidad de expansi6n, una
capacidad de expansi6n que, se nos dice, queda demostrada por su presencia en
paises de la importancia de Brasil o Estados Unidos y por su constante creci-
miento como lengua extranjera en el sistema educativo de mas y mas paises. La
prensa espanola ha insistido en esta propiedad y los siguientes titulares resultan
reveladores de la euforia que acompana Ia promoci6n intemacional de la lengua:
"Los expertos llaman a los hispanohablantes a conquistar el ciberespacio" (El
Pais ll/4/1997); "El espanol conquistaBrasil" (ElPais 8/5/2000); "El Instituto
Cervantes alaconquistadeAmerica" (ElMundo 12/10/2000).Apesardel marca-
do tono militarista que las opciones lexicas de la prensa dan al asunto, hay que
senalar que la expansi6n del idioma se suele justiflcar mas bien invocando los
valores universales -el espanol, lengua universal, es de hecho otra versi6n de
este mismo ideologema- que se le atribuyen, tanto politico-culturales, como
hemos visto en el parrafo anterior, como econ6micos, como veremos en el que
sigue.
Para entender cabalmente las visiones del espanol como lugar de encuentro entre
hispanohabIantes y como valioso recurso econ6mico merece la pena detenerse un
poco en la discusi6n de la presencia de la lengua en Estados Unidos (del Valle
2006). En lineas generales, el tratamiento del asunto que en los discursos analiza-
dos encontramos parte de tres hechos: el creciente numero y porcentaje de hispa-
nos que forman parte de la poblaci6n del pais norteamericano, el creciente nume-
ro y porcentaje de estudiantes de espanol a todos los niveles de ensenanza y la
moda de "lo latino".
La subsecci6n titulada "La industria del espanol como lengua extranjera" incluy6 comuni-
caciones tales como las siguientes: "El espanol como recurso econ6mico: anatomia de un
nuevo sector" de 6scar Berdugo, "El espanol como recurso econ6mico en Francia (una
aproximaci6n desde el marketing)" de Jose Maria Dav6 Cabra. Se puede acceder a las
ponencias a traves de http://cvc.cervantes.es/obref/congresos/valladolid/.
ElAnuario se puede consultar en http://cvc.cervantes.es/obref/anuario/anuario_01/.
44 Jose del Valle
E1 tono es revelador de un enorme entusiasmo -no muy distinto del que caracteri-
za las discusiones del espanol en Brasil, como veremos en el capitulo 5-. Cuando
en el ano 2003 la Oficina del Censo Estadounidense hizo publicos datos que con-
firmaban que los hispanos ya eran la minoria con mas peso demografico en el
pals, la prensa espanola procedi6 en seguida a examinar e incluso celebrar el
fen6meno. En un extenso articulo titulado "President L6pez?", El Pais se referia
al asimto en los siguientes terminos:
Los hispanos, ademas de estar ya por encima de la minoria negra, son mas j6venes,
tienen mas hijos y empiezan a salir del pozo de la pobreza para atisbar su propia mane-
ra de realizar el sueno americano. Aun no son una cIase media poderosa, pero sus posi-
bilidades de crecimiento resultan cada vez mas atractivas para los mercados y para los
cazadores de votos (El Pais 20/7/2003).
Ademas del creciente valor estrategico de los latinos, la extensi6n del espanol a
nuevos dominios y el interes por su estudio como lengua extranjera sedujo tam-
bien, como vemos a continuaci6n, a los medios de comunicaci6n espafioles:
40 millones de hispanos forzaran a EE. UU. a apoyar la educaci6n bilingiie (El Pais
12/2/1997).
El castellano entra en politica. Por primera vez en la historia dos candidatos a gober-
nadores en EE. UU. debaten en espanol (El Pais 2/3/2002).
Los congresistas de EE. UU. estudian espanol en cursos intensivos de verano (ABC
22/8/2003).
Quizas las afirmaciones mas reveladoras del interes espanol en EE. UU. y en su
poblaci6n latina fueran las que hizo el por aquel entonces Presidente del Gobiemo
Jose MariaAznar L6pez durante la visita que realiz6 al pais norteamericano en
2003. Los siguientes titulares deprensa nos ayudaran a entender los terminos en los
que se planteaba la relaci6n entre Espana, Estados Unidos y su poblaci6n latina.
Aznar trata de afianzar en Estados Unidos un liderazgo entre la poblaci6n hispana (El
Pais 8/7/2003).
Aznar anima a los hispanos para que acerquen EE. UU. a Iberoamerica y Europa (El
Pais 14/7/2003, el enfasis es mio).
El acercamiento que pedia Aznar nos recuerda mucho al encuentro que propicia
el espanol y, desde luego, la pujanza que configura a los latinos como mercado
mucho tiene que ver con la visi6n del espanol como activo econ6mico. El peri6-
dico neoyorquino The WallStreetJournal (mas sensible en general, hay que
La lengua, patria comun 45
decirlo, a Ios devaneos intervencionistas de otros paises que a los del propio) en
un articulo en el que cubria la visita de Aznar, lo expresaba aun mas claramente.
El titular decia: "Su periodo en el gobiemo va llegando a su fin, y Aznar insiste
en los vinculos entre Espafia y las Americas" (16/9/2003). En el mismo articulo
se citaba al ex-presidente expresando lo siguiente: "Quiero que los hispanos de
Estados Unidos sepan que tienen raices europeas comunes y una herencia que
puede ser tan s61ida como la anglosajona". Y a rengl6n seguido, los periodistas
que redactaban la noticia comentaban: "Con raz6n. En apenas una decada las
companias espanoIas han invertido mas de 90 millones de d61ares en America
Latina y han hablado mas y mas de usar Mexico como plataforma para penetrar
en el mercado estadounidense".
Esta linea de pensamiento de la que se hacia eco Aznar no era nueva. En 2001,
durante el II Congreso Internacional de la Lengua Espanola, Enrique V. Iglesias,
habia afirmado en la ya citada conferencia plenaria la importancia estrategica de
los hispanos estadounidenses:
La poblaci6n hispana de los Estados Unidos constituye la tercera entidad econ6mica del
mundo latino; [...] el espanol tiene una importante y creciente impronta en la cultura, las
comunicaciones y en el volumen del consumo de los Estados Unidos (Iglesias 2001).
El elemento clave para el analisis que aqui nos ocupa es la importancia dada a la
lengua, al espanol, en la configuraci6n de ese mercado. Oscar Berdugo, presiden-
te de la Asociaci6n para el Progreso del Espanol como Recurso Econ6mico - y
hoy presidente de su sucesora Eduespana-, afirm6 lo siguiente durante su exposi-
ci6n en el mismo congreso:
Se ha de notar que la presencia del espanol en los Estados Unidos (la existencia de un
numero considerable de hispanohablantes, el deseo de los politicos de aprender espanol y el
interes de su poblaci6n escolar por adoptarlo como primera lengua extranjera) podria contri-
buir efectivamente a promover la imagen de esta lengua como verdadera lengua global y a
46 Jose del Valle
Hemos repasado hasta ahora tres de las propiedades que, desde las instituciones
investidas con poder lingiiistico, se le atribuyen al espanol: concordia (el espanol
como lengua de encuentro), universalismo (el espanol como lengua globaT) y
rentabilidad (el espanol como recurso econ6mico). Se trata de propiedades que se
le atribuyen para que, operando conjuntamente, contribuyan a articular su signifi-
cado, determinar su valor y servir de fundamento y de base de legitimidad para la
implementaci6n de determinadas politicas en varios frentes: Espana (frente a la
pujanza de otras lenguas que se defienden explicitamente en base a su funci6n
cultural e identificadora), la comunidad hispanica (como elemento constitutivo
de la hispanofonia) y los mercados lingiiisticos internacionales (frente a lenguas
tales como el frances y el aleman)^. En lo que resta de este capitulo, quiero sena-
lar la existencia de un cuarto elemento en la ideologia que sirve de apoyo a la
implementaci6n de la politica linguistica espanola: me refiero a la construcci6n
de una imagen del espanol basada en el rechazo, explicito en muchos casos, de
las premisas del nacionalismo lingiiistico^'.
Los modos de concebir la relaci6n entre lengua e identidad colectiva son cierta-
mente complejos y probablemente por eso han recibido - y aiin reciben- gran aten-
Vease, por ejemplo, Alvarez Junco (2001: 31-62), Dc Blas Guerrero (1994:38-46).
48 Jose del Valle
Teniendo en cuenta esta importante matizaci6n, podemos afirmar que las naciones
se definen discursivamente a partir de una Iista de elementos potencialmente cons-
titutivos de ]a misma, un menu de propiedades nacionales (lengua, religi6n, tradi-
ciones folcl6ricas, tradiciones sociales, narraciones hist6ricas, instituciones politi-
cas, sistemas de leyes, etc.) del cual cada movimiento nacionaIista seleccionara
los que le convengan segun las necesidades especificas del contexto politico con-
creto en que se desenvuelva. Si una colectividad humana percibe que para la con-
secuci6n de unos objetivos (culturales, econ6micos o politicos) ha de defmirse
como una naci6n, utilizara con tal fin los elementos que mejor sirvan al cumpli-
miento de aquellos objetivos. Finalmente, anadamos un ultimo elemento que no
falta en los discursos nacionalistas, ya tiendan estos hacia el lado civico o hacia el
lado etnico del espectro: la territorialidad, "el principal requisito - y el control del
territorio, el principal objetivo- de las naciones" (Alvarez Junco 2001:13).
Sean cuales sean los elementos que se seleccionan para la construcci6n discursi-
va de la naci6n, todo movimiento politico que se define como nacionaIista afirma
la existencia de una identidad grupal (mas o menos primordial) que legitima el
ejercicio de la soberania y las instituciones que la ejercen. Lo que distingue a los
nacionalismos linguisticos (frente a otros de caracter religioso o politico, por
ejemplo) es el situar la lengua en eI mismo centro de la identidad. De nuevo,
encontraremos diferencias al observar el papel que distintos movimientos nacio-
nalistas asignan a la lengua, el modo en que la integran en el proyecto de cons-
trucci6n identitaria. En versiones predominantemente etnicas/culturales/primor-
dialistas de la naci6n, se tiende a asumir un determinismo linguistico que implica
la identificaci6n de lengua y cultura y sugiere la existencia de un isomorfismo
entre la estructura gramatical de la lengua en cuesti6n y la percepci6n de la expe-
riencia en forma de categorias que constituye la cultura. Para este tipo de nacio-
nalismo linguistico, la perdida de la lengua, supone la desaparici6n de una forma
de ver el mundo, un peligroso e irreparabIe trastorno de la ecologia cultural de la
Tierra. Por ejemplo, el 10 de mayo de 2001 se celebraba en Galicia el "CorreLin-
gua 2001" carrera pedestre popular organizada (como acto simb61ico en defensa
de la lengua) por departamentos de gallego y equipos de normalizaci6n lingtusti-
ca de los institutos de la Comunidad. Al final de la misma se ley6 un manifiesto a
losj6venes participantes que decia lo siguiente:
Somos a voz dos sen-voz, a vangarda dos que rexeitan usar falas prestadas para non
ficaren orfos de pensamentos[...] N6s somos o futuro de Galiza. Somos galegas e gale-
gos e falamos galego. Porque s6 falando galego somos gaIegas, somos galegos.
Yo he tratado el asunto en del Valle (2003). El texto del manifiesto se puede consultar en
http://iespaz-andradecomeni.tripod.com/correlingua2001.htm.
La lengua, patria comun 49
No podria quedar expresada con mayor claridad que en estas palabras la cone-
xi6n que se supone entre pensamiento, lengua e identidad grupal.
En cambio, en versiones predominantemente civicas/politicas/voluntaristas, la
lengua tiende a ser concebida como instrumento de comunicaci6n propio de la
comunidad, instramento que posibilita la vida en comun y la articulaci6n de la
vida econ6mica y social del colectivo. Con todo, y aun cuando se acepte el carac-
ter relativamente arbitrario de la relaci6n entre gramatica y cultura, la lengua
suele verse investida de un caracter simb61ico que la convierte en elemento repre-
sentativo de la naci6n. En un contexto hist6rico y geografico en que la vida coti-
diana de los miembros de dos naciones distintas no presente mayores diferencias
salvo las lingiiisticas, seranjustamente estas las que legitimen la existencia de las
entidades nacionales diferenciadas (al margen, por supuesto, de la existencia de
hecho de estructuras administrativas y politicas separadas) y seria precisamente a
estas a las que se recurriria para aunar al pueblo si se diera, pongamos por caso,
un conflicto con la naci6n vecina. En estas situaciones, la desaparici6n de la len-
gua supone la eliminaci6n de la marca diferenciadora y con ella de la frontera
etnica que constituye la base de la soberania nacional.
En el mismo sentido, y en terminos mas firmes aun, rechaza Juan Ram6n Loda-
res la visi6n nacionalista de la relaci6n entre lengua y cultura:
El integrismo linguistico se presenta como un eficaz elemento nacionalizador, basan-
dose en la idea -falsa, por lo demas- de que la comunidad de lenguas es trasunto de la
comunidad racial y de la comunidad de ideas, creencias, sentimientos, asi como un
basti6n de fidelidad a los valores patri6ticos (2002: 21)^.
Al igual que ocurre con Ia idea de Iengua-encuentro, como ya hemos senalado Gabriel-
Stheeman y yo (2002, capitulo 9), el espanol como instrumento de la concordia aparece
tambien en otros autores: "No puede haber mayor concordia que el dialogo, el entendimien-
to, la comprensi6n para el respeto y la paz, y el instrumento fundamental, esencial, es la
lengua, y las entidades que representan la lengua desde una perspectiva digamos oficial son
las academias" (Ignacio Chavez cit. en El Pais 7/9/2000).
Vease la presentaci6n que hace E. J. Hobsbawm de la irrupci6n del nuevo nacionalismo de
base etnica a partir de 1870 (especialmente en el capitulo 4 de la segunda edici6n de su
libro de 1992), o la discusi6n del tema en el capitulo 1 de del Valle y Gabriel-Stheeman
(2002 o 2004).
52 Jose del Valle
Por supuesto, como ha quedado claro, los agentes de la politica lingiiistica espa-
nola han superado la concepci6n de la lengua como dep6sito de una cultura aso-
ciada a un territorio, como valor superior en tanto que garante de la existencia de
un pueblo, de una forma de ver el mundo. Pareceria, por lo tanto, que ante la
comunidad hispanohablante, espanola y latinoamericana, no se puede apelar
explicitamente a una hermandad de tipo nacional. ^0 si? A fin de cuentas la len-
gua "nos hace patria comun", dice Garcia de la Concha recurriendo al t6pico de
Camus ("Oui,j'ai une patrie, la langue francaise"). Efectivamente, en el elogio
del espaiiol desnacionalizado se produce un distanciamiento ret6rico del naciona-
lismo linguistico, pero no se abandona completamente el esquema conceptual en
que este se asienta. En la imagen que nos traza eI director de la RAE, se expande
el ambito de significaci6n del concepto "lengua", que pasa ahora, en el triangulo
en que se aloja la ideologia del nacionalismo linguistico (lengua, cultura y territo-
rio), a ocupar los espacios vacios desalojados por el descarte de las nociones de
cultura y territorio. El c6digo, el instrumento de comunicaci6n, se desdobla con-
virtiendose en lugar de armonioso encuentro. Queda asi espacializado, e investi-
do con el valor de la "concordia superior" que naturaliza y posibilita la coexisten-
cia de todos los que la hablan. El propio espanol sustituye al territorio (lugar de
encuentro) y a la cultura nacional (concordia superior) convirtiendose en la
"patria comun", en la imaginada comunidad panhispanica posnacional, a la cual,
por raz6n de sus virtudes (concordia, internacionalismo y rentabilidad), entrega-
remos nuestra lealtad^.
Conclusi6n
Por un lado, la coexistencia del espanol con otras lenguas en Espana se ha vivido,
en el periodo que aqui nos ocupa, en terminos conflictivos. Ya se senaI6 antes que
las politicas linguisticas de las Comunidades con lengua propia fueron disenadas
Esto separa, al menos a nivel ret6rico, el discurso del director de la RAE de visiones mas
puramente practicas de la superioridad del espanol, tales como la ultraeconomicista de
Lodares.
Un bonito ejemplo de la territorializaci6n discursiva de la lengua nos lo ofrece Antonio
Mufioz Molina -escritor, miembro de la RAE y director de la sede neoyorquina del Institu-
to Cervantes entre 2004 y 2006- quien con frecuencia afirma, en gesto de clara impronta
hispanoamericanista e "hispanof6nica", que Espana es s61o "una provincia de la lengua
espanola".
La lengua, patria comiin 53
Curiosamente, a pesar del titulo, La lengua espanola y sus problemas, la concIusi6n que
uno saca de la lectura del trabajo del profesor Lope Blanch es que el espanol no tiene pro-
blemas.
El 19 de agosto de 2003 se publicaban en ABC unas declaraciones de Jon Juaristi, en ese
momento director del Cervantes, en las cuales indicaba el poco interes en el mundo por el
estudio del gallego y el vasco (al catalan le va un poco mejor): "[...] se estan dando bastan-
tes clases de catalan [...] Ahora bien, la demanda disminuye [...] En el Instituto hemos sido
extraordinariamente generosos en la estimaci6n de la demanda. Hemos llegado a dar clases
de euskera con dos alumnos. La rentabilidad econ6mica no se sostiene". El dia 22 de agos-
to, quizas algo herida en su orgullo e imbuida de la misma ideologia que pretende valorar
una lengua en terminos rigurosamente cuantitativos, el diario corunes La Voz de Galicia
publicaba, en un ejercicio de entemecedora ingenuidad, un articulo con el siguiente titular:
"Arredor de 6000 personas [sic] aprenderon galego no estranxeiro no curso pasado".
En este contexto encaja un titular con que El Pais introducia una noticia sobre un viaje del
ex-Presidente del Gobierno Jose Maria Aznar a Estados Unidos: "Aznar pone a los hispa-
nos de EE. UU. como ejemplo frente al nacionalismo" (12/6/2003).
54 Jose del Valle
Por otro lado, la relaci6n con America Latina ha sido y es uno de los frentes que
definen la politica exterior de Espana. A lo largo de los anos noventa, crecieron las
inversiones espanolas en aquel continente, y con ellas, los programas y esruerzos
puntuales de cooperaci6n cultural (Varela y Otero 2006). La nueva presencia espa-
nola en las antiguas colonias ha dado lugar a una suerte de reedici6n del movi-
miento hispanoamericanista, al rescate del concepto de una comunidad hispanica
de intereses basada en la existencia de una afinidad cultural y en la elaboraci6n
discursiva de la misma como hispanofonia. Por supuesto, el rescate de este con-
cepto no es facil, sobre todo porque la comunidad hispanica, por muy arm6nica y
coherente que se quiera que sea, por muy unida que se quiera que este, ha de
enfrentarse al hecho de que esa voluntad de unidad carga con el peso de la con-
quista y colonizaci6n que se encuentran en su mismo origen^. Este lastre es, para
algunos, irrelevante en el presente, especialmente ante lo que perciben como el
prometedor fiituro de la comunidad panhispanica. Otros, en cambio, ven en el res-
cate de ese desgraciado pasado compartido una condici6n fundamental para la
construcci6n verdaderamente democratica y justa de proyectos culturales, econ6-
micos y politicos igualmente beneficiosos para espanoles y latinoamericanos.
El hecho es que en los ultimos anos se han producido situaciones que han pertur-
bado el armonioso encuentro entre Espana y sus antiguas colonias. Ya se mencio-
n6 arriba el discurso en el que el Rey Juan Carlos I afirmaba que el espafiol no fue
nunca "lengua de imposici6n sino de encuentro" y la consecuente controversia
que la metafora del encuentro provoc6 al ser interpretada como un intento de
esquivar la politicamente incorrecta simbologia del descubrimiento y por ocultar
la inc6moda historia de conquista y colonizaci6n". Pero ese componente de la
historia comun sigue vivo en el recuerdo de muchos y retorna como instrumento
de lectura de hechos presentes. ^C6mo si no interpretar el titulo del libro Los nue-
vos conquistadores de los periodistas argentinos Daniel Cecchini y Jorge Zicolillo
sobre la inmoral (si no ilegal) penetraci6n en su pais de algunas de las multinacio-
nales espanolas? ^C6mo interpretar si no la codificaci6n en terminos neocolonia-
les de conflictos laborales que han enfrentado a trabajadores latinoamericanos con
empresas espanolas? Asi se expresaba, por ejemplo, el presidente del sindicato de
Vease el desliz de Juan Luis Cebrian en eI congreso de Rosario que lee briIlantemente
Mauro Fernandez en la ultima secci6n del capitulo 3. Tratando de elogiar la condici6n mes-
tiza del espanol, Cebrian dice: "El destino de las lenguas, de todas las lenguas, es ser viola-
das, penetradas" (Cebrian 2004), revelando con sus singulares opciones linguisticas la bru-
talidad ineludible de los origenes de ese mestizaje.
Esta estrategia nos remite a las pugnas simb61icas que tuvieron lugar durante las celebra-
ciones en 1992 del Quinto Centenario. Vease en el capitulo 4 el analisis que hago del dis-
curso y especialmente de la polemica que provoc6.
La lengua, patria comi'm 55
trabajadores de la banca en Chile: "Cada vez que prendo la luz, llamo por telefo-
no, hago efectivo un cheque o tomo un vaso de agua, estoy poniendo dinero en los
bolsillos de alguien en Madrid ... Es como si fueramos una colonia de nuevo,
pagando impuestos a la Corona espanola" (cit. en The Washington Post
14/2/2000). Y de un modo similar, con una "ola de antiespanoIismo" (El Pais
21/6/2001), reaccionaban los trabajadores argentinos enjunio de 2001 ante la
posici6n del gobierno espanol en relaci6n con la crisis de Aerolineas Argentinas.
Por todo ello no cabe sino reconocer que la configuraci6n actual de la comunidad
hispanica es un proceso disputado en una dinamica que enfrenta visiones discre-
pantes sobre la naturaleza de la relaci6n, pasada, presente y futura, entre las dis-
tintas naciones del mundo hispanico. Y en esta dialectica ha intervenido con gran
presencia y apoyo institucional la politica lingiiistica espanola orientada hacia la
promoci6n del estatus del espaiiol como pilar central que sostiene a la comunidad
panhispanica, una comunidad basada en la "pura esencia lingiiistica" de la que
hablaba Gregorio Salvador, y que, segun el analisis que he venido proponiendo
en este ensayo, viene a cumplir una funci6n analoga a la desempefiada por la ya
clasica naci6n.
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