El documento habla sobre la importancia de cómo reaccionamos ante la adversidad y cómo esto afecta nuestra felicidad y éxito. Cuenta una anécdota sobre el consejo que recibió de su madre de disfrutar lo que venga. Explica que enfrentar la adversidad sabiamente puede traer mayor crecimiento personal y felicidad.
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El documento habla sobre la importancia de cómo reaccionamos ante la adversidad y cómo esto afecta nuestra felicidad y éxito. Cuenta una anécdota sobre el consejo que recibió de su madre de disfrutar lo que venga. Explica que enfrentar la adversidad sabiamente puede traer mayor crecimiento personal y felicidad.
El documento habla sobre la importancia de cómo reaccionamos ante la adversidad y cómo esto afecta nuestra felicidad y éxito. Cuenta una anécdota sobre el consejo que recibió de su madre de disfrutar lo que venga. Explica que enfrentar la adversidad sabiamente puede traer mayor crecimiento personal y felicidad.
El documento habla sobre la importancia de cómo reaccionamos ante la adversidad y cómo esto afecta nuestra felicidad y éxito. Cuenta una anécdota sobre el consejo que recibió de su madre de disfrutar lo que venga. Explica que enfrentar la adversidad sabiamente puede traer mayor crecimiento personal y felicidad.
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La forma en que reaccionamos ante la adversidad es un factor importante
respecto a cun felices y exitosos seamos en la vida.
Cuando era joven me encantaba jugar deportes y tengo lindos recuerdos de esos das; pero no todos son agradables. Recuerdo que un da, despus de que mi equipo de ftbol americano perdi un partido difcil, llegu a casa desanimado. All estaba mi mam y escuch mi triste relato. Ella ense a sus hijos a confiar en s mismos y el uno en el otro, a no culpar a los dems por sus infortunios y a poner su mejor esfuerzo en todo lo que hicieran.
Cuando nos caamos, esperaba que nos levantramos
y que siguiramos adelante, as que no me sorprendi del todo el consejo que me dio; lo he recordado toda la vida.
Joseph, dijo, venga lo que venga, disfrtalo.
He reflexionado a menudo en ese consejo.
Creo que lo que quiso decir es que todos tenemos
altibajos y ocasiones en las que parece que los pjaros no cantan ni las campanas repican. Sin embargo, a pesar del desnimo y la adversidad, las personas ms felices parecen saber cmo aprender de los tiempos difciles y, como resultado, llegan a ser ms fuertes, sabias y felices.
Quizs haya quienes piensen que las Autoridades
Generales raras veces experimentan dolor, sufrimiento o angustia; si tan slo fuera verdad. Aunque todo hombre y mujer que est en este estrado hoy ha experimentado una gran medida de gozo, cada uno tambin ha bebido profundamente de la copa de la desilusin, del dolor y de la prdida. En Su sabidura, el Seor no protege a nadie del dolor ni de la tristeza.
En mi caso, el Seor ha abierto las ventanas de los
cielos y ha derramado bendiciones sobre mi familia ms all de mi capacidad de expresin. Sin embargo, al igual que todos, he tenido momentos en la vida en que pareca que el dolor de mi corazn fuera ms de lo que pudiera soportar. En esos momentos pienso en aquellos das de mi juventud cuando los pesares ms grandes eran por perder un partido de ftbol americano.
Qu poco saba yo de lo que me esperaba en aos
posteriores; pero cada vez que pasaba por temporadas de tristeza y dolor, recordaba a menudo las palabras de mi madre: Venga lo que venga, disfrtalo.
Cmo podemos disfrutar de los das llenos de pesar?
No podemos, por lo menos no en ese momento. No creo que mi madre estuviera sugiriendo que suprimiramos el desaliento ni negramos la realidad del dolor; no creo que sugiriera que encubrisemos las verdades desagradables bajo una capa de felicidad fingida; pero s creo que la forma en que reaccionamos ante la adversidad es un factor importante respecto a cun felices y exitosos seamos en la vida.
Si enfrentamos la adversidad sabiamente, los
momentos ms difciles pueden ser los de mayor crecimiento, lo que, a su vez, puede traer momentos de mayor felicidad. Con el correr de los aos he aprendido algunas cosas que me han ayudado en momentos de pruebas y adversidades, y me gustara compartirlas con ustedes.
Aprender a rer
Lo primero que podemos hacer es aprender a rer.
Alguna vez han visto a un conductor enojado que, cuando alguien comete un error, reacciona como si esa persona hubiera insultado su honor, su familia, su perro y sus antepasados remontndose hasta Adn? O han tenido un encuentro con la puerta de un gabinete que se dej abierta en el momento y el lugar precisos, la cual ha sido maldecida, condenada y maltratada por la vctima con la cabeza adolorida?
Hay un antdoto para momentos como esos: aprender a
rer.
Recuerdo cuando subimos a nuestros hijos a una
camioneta y manejamos hasta Los ngeles. Haba por lo menos nueve personas en el auto, e invariablemente nos perdamos. En lugar de enojarnos, nos reamos; cada vez que dbamos vuelta equivocadamente, nos reamos ms fuerte.
Perdernos no era algo raro para nosotros. Una vez,
cuando bamos hacia el sur, a Cedar City, nos equivocamos de camino y no nos dimos cuenta sino hasta dos horas despus cuando vimos los carteles que decan: Bienvenidos a Nevada. No nos enojbamos; nos reamos y, como resultado, raras veces haba enojo y resentimiento. Nuestra risa creaba recuerdos gratos para nosotros.
Recuerdo cuando una de nuestras hijas iba a salir en
una cita concertada por otros con alguien que no conoca. Estaba arreglada y esperando que llegara el joven cuando son el timbre. Al abrir la puerta, entr un hombre que era un poco mayor, pero ella trat de ser corts. Nos lo present a mi esposa, a m y a sus hermanos, se puso el abrigo y salieron. La observamos mientras se suba al auto, pero el auto no se movi. Finalmente, mi hija se baj y, sonrojada, entr corriendo a la casa. El hombre que ella pensaba que iba por ella en realidad iba a recoger a otra de nuestras hijas que haba aceptado cuidar a los nios de l y de su esposa por unas horas.
Todos nos remos bastante de eso; en realidad, no
podamos dejar de rer. Ms tarde, cuando lleg el joven que s tena una cita con nuestra hija, no pude salir a recibirlo porque todava estaba en la cocina rindome. Ahora me doy cuenta de que nuestra hija podra haberse sentido humillada y avergonzada, pero se ri con nosotros y, por ende, todava hoy nos remos de ello.
La prxima vez que se sientan tentados a quejarse,
ms bien intenten rerse; alargarn su vida y harn ms agradable la vida de todos los que los rodean.
Buscar lo que es eterno
La segunda cosa que podemos hacer es buscar lo que es eterno. Al pasar por adversidad, quizs sientan que slo a ustedes les sucede todo, quizs sacudan la cabeza y se pregunten: Por qu a m?.
Pero, tarde o temprano, el indicador de la rueda del
pesar seala a cada uno de nosotros. En un momento u otro, todos debemos sentir pesar. Nadie est exento.
Me encantan las Escrituras por-que nos dan ejemplos
de hombres y mujeres grandes y nobles como Abraham, Sara, Enoc, Moiss, Jos, Emma y Brigham. Cada uno de ellos sufri adversidad y pesar que puso a prueba, fortaleci y refin su carcter.
El aprender a sobrellevar los momentos de desilusin,
sufrimiento y pesar es parte de nuestra capacitacin sobre la marcha. Esas experiencias, aunque a menudo son difciles de soportar en el momento, son precisamente el tipo de experiencias que expanden nuestra comprensin, edifican nuestro carcter y aumentan nuestra compasin por los dems.
Debido a que Jesucristo sufri intensamente, l
comprende nuestro sufrimiento, comprende nuestro dolor. Experimentamos situaciones difciles para que tambin tengamos mayor compasin y comprensin hacia los dems.
Recuerden las palabras sublimes del Salvador al
profeta Jos Smith cuando ste sufra con sus compaeros en la agobiante oscuridad de la crcel de Liberty: Hijo mo, paz a tu alma; tu adversidad y tus aflicciones no sern ms que por un breve momento; y entonces, si lo sobrellevas bien, Dios te exaltar; triunfars sobre todos tus enemigos1.
Con esa perspectiva eterna, esas palabras consolaron
a Jos, y tambin pueden consolarnos a nosotros. A veces, los momentos que parecen abrumarnos de sufrimiento son los que, a la larga, nos permitirn triunfar.
El principio de la compensacin.
Lo tercero que podemos hacer es comprender el
principio de la compensacin. El Seor compensa a los fieles por toda prdida. Lo que sea quitado de los que amen al Seor les ser aadido, a la manera de l. Aunque quizs no llegue en el momento que deseemos, los fieles sabrn que toda lgrima de hoy, con el tiempo, ser compensada cien veces con lgrimas de regocijo y de gratitud.
Una de las bendiciones del Evangelio es el
conocimiento de que cuando la cortina de la muerte indique el final de la vida terrenal, la vida continuar del otro lado del velo, y all tendremos oportunidades nuevas. Ni siquiera la muerte puede quitarnos las bendiciones eternas prometidas por un amoroso Padre Celestial.
Debido a que el Padre Celestial es misericordioso,
prevalece el principio de la compensacin. Lo he visto en mi propia vida. Mi nieto Joseph tiene autismo. Ha sido muy doloroso para su madre y su padre aceptar las repercusiones de esa afliccin.
Saban que Joseph quizs nunca fuera como otros
nios; entendan lo que eso significaba no slo para Joseph sino tambin para la familia. Pero, qu gozo ha sido para nosotros. Los nios autistas con frecuencia tienen dificultad para mostrar sus emociones, pero cada vez que estoy con l, Joseph me da un fuerte abrazo. Aunque ha habido desafos, l ha llenado nuestra vida de regocijo.
Sus padres lo han motivado a participar en deportes.
Cuando comenz a jugar bisbol, lo pusieron en los jardines, pero creo que no entenda que deba correr tras la pelota. l se ide una forma mucho ms eficiente de jugar. Cuando bateaban una pelota hacia l, Joseph la miraba pasar, luego sacaba otra pelota de su bolsillo y se la tiraba al lanzador.
Cualquier reserva que haya tenido la familia en cuanto
a la crianza de Joseph, cualquier sacrificio que haya hecho, se ha compensado diez veces. Por causa de ese espritu escogido, sus padres han aprendido mucho acerca de los nios discapacitados; han sido testigos directos de la generosidad y la compasin de familiares, vecinos y amigos. Se han regocijado juntos con el progreso de Joseph y se han maravillado por su bondad.
Confiar en el Padre Celestial y en el Hijo
La cuarta cosa que podemos hacer es confiar en nuestro Padre Celestial y en Su Hijo Jesucristo.
Porque de tal manera am Dios al mundo, que ha dado
a su Hijo unignito2. El Seor Jesucristo es nuestro compaero, ayudante y defensor. l quiere que seamos felices y tengamos xito. Si hacemos nuestra parte, l har la Suya.
l, que descendi debajo de todas las cosas, vendr a
nuestro auxilio, nos consolar y nos sostendr; nos fortalecer en nuestra debilidad y en nuestra angustia; har que las cosas dbiles sean fuertes3.
Una de nuestras hijas, despus de tener un beb,
enferm de gravedad. Oramos por ella, la bendijimos y la apoyamos lo mejor que pudimos. Esperbamos que recibiera la bendicin de ser sanada, pero los das se volvieron meses y los meses aos. En cierto momento le dije que quizs tuviera que luchar con esa afliccin el resto de su vida.
Una maana recuerdo haber sacado una tarjetita y
haberla puesto en mi mquina de escribir. stas son algunas de las palabras que le escrib: El secreto sencillo es ste: pon tu confianza en Dios, haz lo mejor que puedas y luego djale el resto a l.
Ella confi en Dios, pero su afliccin no desapareci.
Sufri muchos aos, pero a su debido tiempo, el Seor la bendijo, y con el tiempo recuper la salud. Conociendo a mi hija, s que aunque nunca hubiera hallado alivio, habra seguido confiando en el Padre Celestial y le hubiera [dejado] el resto a l.
Conclusin
Aunque hace mucho tiempo que mi madre muri y
recibi su recompensa eterna, sus palabras siempre me acompaan. An recuerdo el consejo que me dio ese da hace mucho tiempo cuando mi equipo de ftbol americano perdi un partido: Venga lo que venga, disfrtalo.
S por qu debe existir una oposicin en todas las
cosas. La adversidad, si se maneja correctamente, puede ser una bendicin en la vida; podemos aprender a disfrutarla.
Al procurar tener sentido del humor, buscar la
perspectiva eterna, comprender el principio de la compensacin y acercarnos a nuestro Padre Celestial, podremos soportar las dificultades y las pruebas; podremos decir, como dijo mi madre: Venga lo que venga, disfrtalo. De ello testifico en el nombre de Jesucristo. Amn.