Los Comerciantes Mayas en Fuentes Coloniales, Flores y Lazaro
Los Comerciantes Mayas en Fuentes Coloniales, Flores y Lazaro
Los Comerciantes Mayas en Fuentes Coloniales, Flores y Lazaro
INTRODUCCION
En el mundo maya del Postclsico nos encontramos con la relevante figura
del comerciante. Son numerosos los cronistas que hacen referencia a este
peculiar grupo de hombres que realizaban viajes a travs de la selva o
bordeaban las costas mesoamericanas con productos exticos e utensilios
necesarios para la economia de su regin. Sin embargo, siempre nos hemos
referido a ellos de una manera superficial, anotando tan slo leves pinceladas
definitorias, y lo que es ms importante, sin una explicacin aproximada del
papel que jugaron tanto en la sociedad maya de la poca como en el contexto
general del mundo mesoamericano.
A la hora de referirnos al comercio en el mundo mesoamericano es obvia la
referencia a los Pochteca del Imperio Azteca; sin embargo, en esta ocasin la
referencia es puramente comparativa y como medio diferenciador. Feldman
(1978:14), opina que el comercio en las tierras Mayas, y ms concretamente en
la vecina Guatemala, no se caracterizaba por corporaciones oficiales o gre-
mios, sino por entidades privadas representadas por comerciantes con capital
abundante y frecuentemente relacionados con las elites gobernantes. En nin-
g n caso, los comerciantes eran representantes de una institucin gubernamen-
tal, y los propios dirigentes mayas desconfiaban de ellos, imponindoles ciertas
pautas para el desarrollo de su actividad.
Feldman piensa que los Pochteca tuvieron que organizar sus interacciones
comerciales con el mundo maya de otra manera, sobre todo tras la masacre
que realizaron los Seores de Guatemala con ellos a finales del reinado de
Ahuitzotl (Fuentes y Guzmn, 1932-34,1: 47-48).
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LOS COMERCIANTES: TIPOS
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ciantes citados anteriormente. Tenemos ejemplos de dos tipos de tratos; el
primero de ellos es la contratacin: trato comercial basado en una unidad
econmica y generalmente asociado a un ontexto de comercio a larga distan-
cia, definiendo en cierta medida el volumen econmico de la operacin
comercial, que no puede resolverse mediante un simple trueque. El trueque
puede hallarse bien definido en el trato que han hecho los indios de Acaln; se
ha trocado sal por ropa, pero a n as debemos pensar que las partes contratan-
tes deben reconocer un patrn mutuo que les sirviera de equivalencia para
saber cunta ropa es equivalente a una determinada cantidad de sal.
Landa (1985:112) dice que regulaban sus cuentas, tratos y negocios por su
calendario como nosotros lo hacemos con los nuestros, y que tenan palacio
en sus casas donde concertaban las cosas y negocios, principalmente de noche
(73). Es relevadora la cita de Cogolludo (1957, 4, III:180) respecto a que en sus
tratos no hay acuerdos escritos y no deban realizar promesas de pago; Landa
(1985:78) dice que realizaban prstamos sin usura. Todos estos datos nos
sugieren que el contrato comercial prehispnico conlleva una connotaciones de
garanta personal que se alejan de una burocracia centralizada que pudiera
dificultar las relaciones comerciales. El mismo Cogolludo nos relata una
ceremonia de validacin de contrato de venta de esclavos o sacos de cacao
mediante la pblica consumicin de bakh; esta bebida se realizaba a travs de
la fermentacin de la mezcla de agua, miel y las ralces del Lonchocarpus
Longystilus. Cogolludo relata que este tipo de validaciones se realizaron
posteriormente en la Colonia en los tratos de caballos (1957, 4, III:181). Al
parecer, la concepcin de una relacin comercial sin usura ni inters perdur
en la sociedad indgena colonial, chocando con la idea comercial espariola. En
las Relaciones Geogrficas de Yucatn (1983, XI:89) se cuenta el caso del
pueblo de Dzonot, donde los vecinos del lugar estn emperiados de deudas y
sus rentas, pocas o muchas, las que tienen se las llevan los mercaderes, y sera
gran remedio para la tierra los que en ella viven que su Majestad mandase no
vendiesen fiado sino de contado, que por fiarles largo a los vezinos estn todos
partidos y emperiados. En un mismo trmino avisan las Ordenanzas que
promulg Juan Maldonado, Oidor de la Real Audiencia de Guatemala, para la
Verapaz (Tovilla, 1985:691) en las que se especifica que no se ve venda de fiado
ni se adelante dinero a los indios.
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contratacin, y posteriormente delegaba la funcin en otra persona. Para
categorizar mejor este punto vamos a hacer una serie de divisiones.
1. LA INFRAESTRUCTURA HUMANA
Vamos a centrarnos fundamentalmente en el comercio terrestre. Al parecer,
en poca prehispnica, el comercio se desarrollaba mediante el sistema de
caravanas. Como dice Chapman (1978:180) estaban formadas por una serie de
esclavos fijos que transportaban las mercancas, y tan slo se aada un
nmero mayor que cumplian la doble funcin de porteadores-objeto de venta.
Una vez en el mercado se vendan los esclavos aadidos y la mercanca y el
producto de la venta lo transportaban los esclavos habituales. Hemos de
suponer que el nivel medio de los comerciantes dependia de su capacidad
adquisitiva para comprar algn esclavo porteador; los buhoneros se limitarian
al comercio que ellos mismos tuvieran la posibilidad de transportar, como se
ejemplifica en los comerciantes de Acaln que se encontr Corts.
Se sabe que los mercaderes, trabajadores y navegantes utilizaban un
alimento especial de maz que duraba algunos meses con slo acedarse
(Landa, 1985:V:73); tambin existia una bebida especial para los viajeros y
mercaderes, la chia (R. H.-G. Guat. 1982, 109-110, pregunta 24). Se sabe que
existia un blsamo para el cuerpo y pies llamado axin y que les protega del frio
y del calor asi como de las posibles heridas producidas durante el trayecto.
Sahagn (1988, II, libro IX cap. 4:554-6) menciona el rito de lavatorio de pies
que se haca a los Pochteca a la vuelta de sus expediciones y viajes. En Yucatn
a los sacerdotes y frailes esparioles tambin se les lavaban los pies a su llegada a
los pueblos indios; eso y el compartir una serie de elementos formales tales
como la cruz (muy similar al smbolo del crossroad, el cual se presenta con
unas huellas humanas, posibles marcas de axin). Pudo existir una asociacin
comerciante maya-fraile entre los nativos.
Existe un punto bastante importante y es el hecho de que los comerciantes
profesionales dispusieran de una figura como la del agente. Estas personas
vigilaran los intereses comerciales de su seor en los principales enclaves de
intercambio, y es muy posible que realizaran los viajes posteriores a la previa
contratacin personal que hara aqul, de la cual tan slo disponemos de
varias nociones (Landa, 1985:54; Ciudad Real, 1976, II:408). Es muy probable
que estos agentes pertenecieran al estamento ms alto de la sociedad maya
postclsica como serialan los cronistas, y que, paulatinamente, se fueran
introduciendo en ese estamento, lo que Rivera (1985:235) ha dado en llamar
patricios traficantes. El ejemplo ms claro lo hallamos en Nito, donde el
dirigente del barrio de los mercaderes de Acaln era el hermano de Apoxpaln,
Serior de esa provincia, y que al parecer tena varios agentes en los principales
mercados de la regin.
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2. INFRAESTRUCTURA TCNICA: CAMINOS, POSADAS Y PUEBLOS FRONTEROS
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As pues, nos encontramos con una completa red de posadas en la
Chontalpa que cuenta con un sistema de alerta, alojo y abastecimiento de
vveres. Estas posadas debieron pertenecer al Serior principal de la provincia, y
debieron de hallarse tanto en el n cleo de residencia del Serior como en las
poblaciones anejas:
El seor de un pueblo llamado Checan, de nombre Amohan, era propietario de
una gran casa y de otras dos o tres ms pequeas situadas a seis leguas de su
residencia, y destinadas a posadas o venta para servicio de muchos mercaderes
que por aquella ruta pasaban (Corts, 1986:207).
Para toda esta extensa zona, no existen apenas referencias en las fuentes a
un comercio indigena. La idea remarcada parece ser que el protagonismo en el
mundo econmico del Yucatn colonial fue asumido por los pobladores
esparioles desde un primer momento, y de que no hubo, antes ni en esos
momentos, comercio nativo de relevancia alguna en ese rea (exceptuando la
regin de la Chontalpa). La misma Farris hace suya esta evidencia al caracteri-
zarnos la Feria de Nuestra Seriora de Izamal como un evento comercial, social
384
y religioso de y para el mundo espariol, al que slo acudan indios de los -
alrededores adoptando el papel pasivo de espectadores (1984)
No obstante hay algunos fenmenos y referencias extrarias que intentare-
mos tratar en aras de cuestionar esa versin, hasta ahora com nmente acep-
tada.
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volumen importante del comercio entre indios mayas cristianizados y las reas
no pacificadas.
3 Todas las informaciones que manejamos sobre la Cofrada de Chicbul provienen de las
investigaciones de Farris (1984).
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nes, ,qu importancia simblica y religiosa para la articulacin de la regin
recorrida tenan estas procesiones?
Con la fractura de la articulacin poltico-religiosa del espacio maya que
supuso la colonia espariola, las peregrinaciones de que hay referencias a
centros o santuarios tales como Cozumel, Chichn Itz, u otros de menor
importancia, quedaron imposibilitadas. Farris resume bien la funcin de estas
procesiones: Estas expediciones de la cofrada son el nico equivalente
colonial de los extendidos cultos precolombinos que contribuan a la cohesin
de la regin mediante las peregrinaciones. En este caso nos encontramos con
una peregrinacin a la inversa (1984).
Si atendemos a la naturaleza de los objetos que los cofrades portaban para
el intercambio, descubrimos enseguida su carcter ritual, y aunque podemos
pensar en que las imgenes de santos pudieron ser adquiridas por los mayas de
estas reas, siempre y cuando tuvieran el excedente preciso de cacao, el
problema surge al determinar el uso de el objeto denominado escapulario 4 .
Si estos escapularios que intercambiaban eran similares a los portados por los
miembros de la Cofrada, es lgico pensar que los escapularios slo pudieron
ser comprados y ostentados por los miembros de las lites locales de las
poblaciones visitadas, como una vestimenta de prestigio y sentido ritual, esta
vez, procedente formalmente del mundo cristiano.
Quizs, adems de la importancia simblica-religiosa de los productos
intercambiados, importaba ms el mantener el flujo y trato directo de las lites
locales mayas dispersas en los poblados de la selva, con los descendientes del
gran emporio comercial y religioso que fue Alcaln (no olvidemos la fuerza de
los cultos de Ixchel y de Quetzalocatl, en poca postclsica) de la Cofrada, que
provean de elementos simblicos y una sancin religiosa y poltica a esas
lites, dndose una posible estructuracin y reconversin de grupos sociales
corporados tradicionalmente en unos determinados papeles, en los que el
comercio jug una importante baza 5.
Una temprana informacin del carcter ritualizado y del control que la
lite maya haca de estos de elementos (escapularios e imgenes de santos
cristianos), la encontramos en la expedicin contra los Lacandones del odor
Quirionez y del cacique don Juan en 1559, en que encuentran objetos del
dominico Vico y su compariero, muertos en 1555:
4 Las acepciones ms comunes en castellano son: Distintivo de algunas rdenes religiosas que
consiste en una tira de tela que cuelga sobre el pechola espalda y Conjunto de dos pedazos de
tela que se llevan por devocin colgados del pecho.
5 Estos escapularios y su comercio, bien pudieron tener su correlato y antecedente en tiempos
postclsicos, en los xicoles, palabra nahua referida a ropas de alto status, y tambin con funcin
ritual; especie de chaleco de tela con que oficiaban los tninistros del culto (Relaciones de
Yucatn, 1983: T. 11, Glosario de trminos indigenas, pp. 453-454).
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Tampoco se les hall otra cosa que pudiese haber sido del Padre Prior Vico y
de su compariero, a quien dieron muerto slo fue un escapulario y una capilla 6,
lo cual se supo despus, se ponia el Lacandn que guiaba los bailes que
ejercitaban en sus borracheras. Y tambin se les hallaron unas imgenes pe-
querias, y sin duda, que con lo dems que fue de los dos religiosos mrtires.
(Villagutierre, 1985:108.)
No parece lgico que los miembros de la lite maya yucateca dieran ropas y
mantas gratuitamente a la expedicin que iba a Tayasal, sin esperar poder
obtener algn tipo de compensacin econmica, en unos tiempos en que el
6. Capilla entendida como capuchn o capucha, siguiendo a Bernis (1978: T. II, p. 18).
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sistema de tributacin colonial estaba completamente instaurado y les estaba
demandando precisamente mantas y textiles. Aparte de la interpretacin de
una posible relacin politica, y por qu no, de parentesco, entre las lites
mayas de las zonas cristianizadas y no pacificadas, la referencia nos estara
aludiendo a entendimiento nativo de que los frailes comandaban una expedi-
cin que configuraba una gran ocasin de obtener beneficios comerciales
importantes. Probablemente, los regalos de la lite maya-yucateca a la
expedicin, se canalizarian en las figuras de indios comerciantes que viajaban
en ella y que funcionarian como sus agentes en territorio Itz.
Cuando la expedicin de estos frailes llega a Tip , se dan cuenta de la
riqueza que ostentaban los indios de alli, gracias a sus plantaciones de cacao,
vainilla y otras cosas de gnero noble, y al ofrecerse como sus guas a
Tayasal, van con la expedicin de los frailes el cacique del pueblo y de ms de
veinte indios principales, su Maestro de Capilla, cantores y sacristanes que
de la provincia se habian ofrecido a ir, vemos esta expedicin de intermedia-
rios del Tip formada por la lite poltica y religiosa de la comarca, llevando
adems su cacao a los itzes.
A la vuelta del viaje de los frailes de Tayasal, donde ya la expedicin
visitante ha entregado los objetos y productos que venian de Mrida y el cacao
del Tip, y:
... los itzes dieron a los religiosos algunas figuras de sus dolos, que los Ilevaron
a Yucatn para que se viesen, y algunas de las ropas de las que usaban
(Villagutierre, 1985:133);
389
En aquel mismo ario de 1695, tenemos informacin de las necesidades de
ese comercio de los Itzes con los esparioles, obtenida en la expedicin de
Ursa a Tayasal, en la regin de Chuntuqui y Bateab, en plena rea Quejache:
... en que daban noticias de que los itzas, sus convecinos, decan que estaban
aguardando que los espaoles llegasen a sus tierras, porque saban que era
llegado el tiempo de tener trato y amistad con ellos; y que as se los haban dicho,
seis meses antes, en ocasin que fueron a buscar herramientas entre estos
quehaches y que no tuviesen miedo a los esparioles, que ya haban de ser todos
uno. (Villagutierre, 1985:311.)
As, constatamos la relacin del rea Itz, con una de sus zonas colchn,
el rea Quejache, que gracias a su proximidad con el rea controlada por los
esparioles, y el ser ya sus poblaciones frontera de cristianizacin, tenan acceso
a machetes y otras herramientas manufacturadas por los esparioles, de los
que se provean los Itzes acudiendo a esos pueblos quejaches.
El motivo de este inters comercial es priorizado y reafirmado en el
interrogatorio que hace Urs a a Canek; tras la conquista de Tayasal (en 1697):
Y preguntndole que razn o motivo tuvo que enviar tal embajada y para
pedir a los padres. Si fue, acaso, por razn de miedo de los espaoles o por cual
otra razn.
Respondi que le haba movido la necesidad de comercio, de tener hachas y
machetes, que la pedida de los padres era para que los bautizasen y que para
recibirlos haba mandado hacer en Alain una casa grande que todava permane-
ca, que no tuvo otro fin ni motivo alguno. (Villagutierre, 1985:469.)
392
Tambin insisten sobre lo mismo los dominicos Viana, Gallego y Cadena
(1575):
Sin embargo, las fuentes del siglo xvII nos proporcionan una visin
bastante distinta, ya que mientras mantienen la insistencia en el carcter
apartado del control espariol de esta provincia, se cargan bastante las tintas en
su riqueza, el gran volumen de productos valiosos (cacao, achiote, tintes, etc.)
que es articulado desde all, y la intensa actividad intercambiadora de pueblos
tales como Cahabn y Cobn, todo ello sin fiscalizar por la Corona. Dice
Martn Alfonso Tovilla en 1625:
... que en el dia de hoy hay as en esta provincia como en otros muchos indios
arrieros y muy ricos. Y es en harto dafio de las rentas reales, porque como no
pagan alcabalas, les importan mucho sus mercaduras y ... as no necesita esta
provincia para los naturales de cosa alguna de fuera: antes muchos acuden a ella
por algunos gneros, y en particular uno que se coge en dos pueblos llamados
Chagbn 7 y San Agustn en Tierra Caliente, que es el achiote, con que hacen el
chocolate (1985:695 y 697).
7 Cahabn.
8 Por el Castillo de San Felipe, situado en la zona donde se estrecha el Golfo Dulce o Lago
Izabal.
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En el mismo sentido, el mismo Villagutierre nos da la informacin precisa
de la interaccin mantenida entre estos indios de Cahabn y Cobn, con los de
las zonas no pacificadas, aunque esa versin espariola no comprenda del todo
el tipo de relacin establecida o el porqu de los intercambios:
Y estas conveniencias les movan a ocultar a los indios choles y montaraces;
aconsejndoles que se escondiesen y metiesen la tierra adentro, de donde quiera
que fuesen los buscaran con lo que hubiesen menester. Y que adems de esto
difamaban a los sacerdotes y religiosos con aquellos gentiles, dicindoles y
ponderndoles: que eran muy codiciosos para sustentarse; y que las justicias del
rey eran tiranos, que azotaban y ponan grillos; y otras cosas, con que les
causaban horror. Y un machete, que en Guatemala costaba cuatro reales se le
vendan a aquellos indios gentiles en doce zontes de cacao, que cada zonte son
cuatrocientos granos.
Y yndose cualquier indio de Cobn a la montaria; y preguntndoles los de
ella: que qu buscaban. Les deca: ac me vengo; porque en mi pueblo me estn
esperando los grillos, la crcel, el zepo y los azotes por la paga de tributos. Y
entonces los indios montarieses, de lstima, le daban uno un zonte de cacao, y
otro otro, o libras de achiote; y de esta suerte haca su mochila y se volva a su
pueblo. (Villagutierre, 1985:179-180.)
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por otro, participan en las expediciones espaolas de entrada a estos
mismos indios, y recuperan esos mismos objetos manufacturados que luego
volvern a vender y comerciar por canales no sujetos a la mirada de la
Administracin espariola.
En los arios finales del siglo XVII empezamos a disponer de informaciones
que permiten fijar algunos lugares concretos donde tenan lugar los intercam-
bios entre mayas cristianizados-no pacificados; en ellas tenemos la mencin a
D. Diego Pacheco, Alcalde Mayor de la Verapaz como un protagonista y
beneficiado de excepcin de estas transacciones.
Por ejemplo, en 1697, el mismo pueblo de Cahabn era lugar de comer-
cio ' en la Fiesta de la Natividad de Nuestra Seriora (patrona del mismo):
... y con ocasin de hallarse all, fue informado por personas de aquel pueblo de
que los indios choles solan ir a l en semejante da a hallarse en la celebridad de
la fiesta... y con orden de que entrando a ellas "las montaas" y estando con los
principales de los choles, les convidase de su parte del alcalde mayor y en su
nombre para que fuesen asistir a la fiesta todos los que quisiesen como lo solan
hacer otros arios (Villagutierre, 1985: 493).
' Segn Jess M. Garca Aoveros, los Choles Manchs acudan a Cahabn a cambiar su
cacao por productos manufacturados (Villagutierre, 1985: 493, nota 205).
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2. El pueblo de Zocomo no estaba poblado en su totalidad por indios
choles no pacificados, ya que se hace una distincin entre .... los de Zocomo y
los Choles, con lo cual podemos inferir la presencia permanente de indios de
la Verapaz, probablemente actuando como agentes de las transacciones.
3. El otro pueblo, constituido por ... indios huidos del Lacandn..., que
tambin mantenan relaciones comerciales con los de la Verapaz, pudo consti-
tuir una avanzada de los Lacandones para comerciar con los indios de la
Verapaz.
Y reconociendo podan hacer gran falta los mand reclutar con toda
brevedad en aquel pueblo y en los de San Juan, San Pedro, San Mateo y otros y
se reclutaron 172, en todos; y a los ciento diez de ellos se les dieron pagas para
dos meses; y los sesenta y dos no quisieron recibir paga alguna, ofreciendo servir
de gracia, voluntariamente y sin sueldo alguno todo el tiempo que durase la
faccin.
Eran los sesenta y uno de ellos del pueblo de San Mateo Istatn y el otro era
el indio don Juan Basilio, natural de Santa Eulalia, y a estos indios fue a quien
ms se debi en lo que se obr en esta camparia por haber sido los que con ms
viveza y actividad se adelantaban en la ocupacin y trabajo en las montaas y
fuera de ellas, an en los tiempos de cumplidas sus remudas. (1985:242-243.)
... Y que la tierra de la Verapaz est de aquellos pueblos al sur y andando desde
ellos 16 dias de camino, los dos primeros por tierra y luego cuatro por agua, y
otros diez por tierra, hay unas salinas muy buenas donde ellos se proveen de sal,
y que en estas salinas hay un gran ro y ms abajo se le juntan tres o cuatro, y
lo hacen muy caudaloso, el cual tiene un gran salto, por lo cual no bajan canoas
por l.
Esta relacin me indio este dio y me pareci ser verdadera porque concluyo
diciendo que iba tres arios que estando l con otros 140 indios haciendo sal en las
salinas dichas (Tovilla, 1985: 750).
397
En el pueblo de Villa de los Dolores, en la expedicin del Presidente
Barrios de 1695, descubren el importante comercio de tintes que mantenan los
Lacandones con otras reas:
Y tambin las indias son muy trabajadoras y criaban gallinas y pavos, que
llaman gallinas de la tierra; y labraban y tenan algodn; y tejen con labores sus
parios, con habilidad y aplicacin, dndoles sus colores perfectos; el colorado con
abundancia, que tenan palo de brasil; y el negro con polvos, que en todas las
casas se hallaron, en barrilillos en gran cantidad, que se presuma que los
comerciaban con otros pueblos, a trueque de otras cosas. (Villagutierre, 1985:
301.)
399
Tiene que llegar la fecha de 1699, para que cambie la concepcin espariola
(o al menos en las fuentes) sobre el comercio nativo interregional clandestino.
El capitn Marcelo Flores descubre un camino real nativo, que conectaba
las reas no pacificadas, al sur de la laguna Petn-Itz, con pueblos claves en la
articulacin comercial de la frontera colonial guatemalteca. Dice Villagutierre:
Y con haber descubierto camino real de mucho trajin por donde comunica-
ban y comerciaban los indios de los ros de los Dolores y los de los Achiotales,
por donde iban los indios de Cobn y Sacapulas y los del pueblo de San Agustn
de la Verapaz, de que es una prueba haberse huido como se le huyeron en aquel
paraje, siete indios de San Agustn que llevaba consigo. (1985: 562.)
CONCLUSIONES
En relacin con la metodologa empleada, para el estudio y profundizacin
en la figura del comerciante maya, es necesario rastrear e investigar en los ms
variados items de la cultura maya (postclsica y colonial), puesto que este
papel social se hallaba perfectamente integrado en su tradicin cultural como
lo demuestra su conexin con la ejecucin de farsas y representaciones dram-
ticas, aspectos rituales y con las instancias de poder de esa sociedad.
En cuanto a la riqueza y locuacidad de las fuentes coloniales utilizadas para
las zonas mayas no cristianizadas podemos decir:
A) En la frontera colonial del sur eran conocidas y comentadas por la
gente de la poca las relaciones comerciales que mantenan algunos pueblos
mayas cristianizados con indios de las montarias del norte, conocimiento que
se subraya en las fuentes especificndose qu tipos de expediciones comerciales
se realizaban y dnde tenan lugar los intercambios.
B) En la frontera colonial norte, aunque las expediciones espariolas para
la evangelizacin de las reas no pacificadas fueron utilizadas sutilmente para
realizar transacciones comerciales con las lites de esas zonas, las fuentes
muestran un importante vaco en la interpretacin de este tema '2.
12
Resultan especialmente reveladores los textos de Acua (1978) y la crnica de Tovilla (ed.
400
Las conclusiones que podemos extraer del presente trabajo apuntan, en
gran medida, a nuevos interrogantes. Tenemos la certeza de que existi una
actividad comercial en la cual se integraban todos los estratos de la sociedad
postclsica maya, en la medida de sus posibilidades socioeoconmicas. En
conjunto, el comercio maya difiere mucho de los sistemas empleados en el
Altiplano mexicano, y al contrario que aqul, se ve influido en gran medida
por la inestabilidad politica de la poca; ello va a dar lugar a la creacin de
unas estructuras de apoyo muy distintas.
Si para el rea de la Chontalpa y de tierras bajas tenemos documentadas
una red de posadas para los comerciantes mayas, este panorama necesita
matizarse al referirnos a las tierras del altiplano guatemalteco, donde las
fuentes no nos hablan de la existencia de posadas, sino de una tradicin en la
que los comerciantes se alojaban y realizaban sus tratos en las casas de la lite
local, y de cmo durante la colonia, la administracin espariola intent
prohibirla, instaurando y favoreciendo la creacin de casas de comunidad y
mesones con el objetivo de fiscalizar esas transacciones.
Es evidente que el papel que jugaron los comerciantes en algunas zonas es
decisivo; lo que debemos plantearnos es la posibilidad de que existiera un
entendimiento com n a nivel poltico que permitiera el normal desarrollo del
comercio. Hay que tener en cuenta la impOrtancia ideolgica y politica que
adquirieron los mercaderes en su poca, ya que el comerciante prehispnico
est estableciendo algo ms que un vinculo comercial. Est llevando a cabo un
vinculo social que asegure el libre comercio de la regin, y que propiciar un
entendimiento en los momentos de inestabilidad. Varios autores (Chapman,
1976:165; Sabloff y Rathje, 1975:7) coinciden a la hora de serialar que los
enclaves comerciales se situaban en territorios con un dominio politico dbil,
lejos de los centros de poder. Asi, es mucho ms efectivo dominar las rutas
comerciales, asegurando su permanencia con una buena red de posadas y una
completa red de espias, que ejercer un domini directo. La dominacin
indirecta de las rutas comerciales propicia la atraccin de toda aquella persona
que quisiera comerciar, y permite un control mucho ms efectivo de todo lo
que circule por ellas. De esta manera, podemos comprender a los indios
comerciantes de la laguna Petn-Itz y territorios adyacentes, fuertemente
ligados al poder politico de Tayasal y que jugaron un papel importante en el
inicio de las hostilidades contra los espaoles, en un intento de seguir contro-
1985, pp 637-640) que nos proveen de una reconstruccin del procedimiento de comercio en los
primeros tiempos de la colonia, de asentamientos y ritos que tenan lugar cuando llegaban un
grupo de comerciantes a una poblacin importante del rea de las tierras altas mayas en poca
prehispnica. Tambin podemos valorarlo como una proyeccin de un modelo cortesano de pensar
e imaginar al comerciante o mercader que visita un espacio poltico controlado por un seor o rey,
anclado en la tradicin cultural mediterrnea.
401
lando las rutas de abastecimiento de productos vitales para este rea no
controlada por los esparioles.
En nuestra investigacin se remarca la figura del comerciante maya en sus
caractersticas y distribucin espacial heterognea. Durante la poca colonial,
la nica unidad politica consistente al norte de la frontera espaola, la zona
Tayasal-Itz, articul dos reas: Quejache y Belice como sus reas intercam-
biadoras y proveedoras de productos manufacturados esparioles y sal, reci-
biendo stas el impacto de la labor misional y frenando la penetracin espariola
en el mundo Itz.
El comercio de la frontera sur espariola no fue articulado ni aprovechado
por los Itzes, sino que revirti en beneficio de los pueblos de indios comercian-
tes de la Verapaz, de los grupos mayas situados entre esa frontera de cristiani-
zacin y el rea de la laguna Petn-Itz, y de alguna autoridad espariola
ambiciosa. Tenemos constatacin en esta frontera, del inters de indios cristia-
nizados de Cahabn, Cobn, San Mateo Ixtatn, etc., de mantener la relacin
de desigualdad indios cristianizados-indios no cristianizados, con el fin de
seguir obteniendo unos importantes beneficios comerciales.
Por ltimo, hemos de hacer notar que hubo numerosos elementos que
perduraron en la colonia del antiguo comercio prehispnico, e incluso, como
en el caso de los medianos y pequerios comerciantes, una vez sustituidos los
grandes mercaderes por los esparioles, constituyen el soporte fundamental del
abastecimiento econmico a los esparioles e indigenas durante este perodo. En
el siglo xvIII, las procesiones comerciales y rituales realizadas por la Cofradia
de Chicbul siguiendo la ruta de sus antepasados los comerciantes acalanes,
sirvieron para dar cohesin y articulacin poltico-religiosa a un rea que
aunque no estaba controlada de facto por los esparioles, ya haba perdido el
punto de referencia de Tayasal.
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402
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