10 U3 Jay La Genesis de La Teoria Critica
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ba el matedalismo pasivo de los tericos de la Segunda quicrda fueron los sucesores inmediatos de los idealis
Internacional. Aqu pensadores no marxistas como Croce tas alemanes clsicos, la Escuela de Francfort estaba se
y Dilthey haban preparado el camino, al reavivar el parada de Kant y Hegel por Schopenhaucr, Nietzsche,
inters filosfico hacia Hegel antes de la guerra. Durante Dil they, Bcrgson, Weber, . Husserl v muchos otros, para
el mismo perodo, el nfasis de Sorel sobre la esponta no n1cncionar la sistcrnatiT.acin del propio marxismo.
neidad y la subjetividad tambin jug un papel al soca Como resultado, la Teora Crtica tuvo que afirmarse
var el materialismo mecanicista de los adherentes orto frente a un cierto nmero de competidores que haban
doxos a la Segunda Internacional . Dentro del cRmpo desalojado a Hegel del terreno. Y por supuesto, no pudo
marxista, Historia y conciencia de clase, de Georr Lu e:vitar ser influida por algunas de sus ideas. Pero todava
kcs, y Marxismo y filosofa, de Karl Korsch, fueron los rn.s irnpor tante, cambios vitales e-n las curalicioncs pol
estmulos que ms influyeron a principios de la dcada ticas, ccon{)micas y sociales entre los clos perodos tuvie
de 1 920 para recobrar la dimensin filosfica del mar ron reperc usiones inequvocas sobre l a renacida Teora
xismo '. Mucho de lo afirmado por ellos se corrobor Crtica. En verdad, segn sus propias premisas esto era
una dcada ms tarde, con las revelaciones producidas inevitable. Los hege lianos de izquierda escribieron en
por la circulacin de los manuscritos de Pars de Marx, una Alemania que justo corncnzaba a sentir los efectos
tanto tiempo olvidados. Cuando, por una u otra razn, de la modernizacin capitalista. En la poca de la Escuela
sus esfuerzos vacilaron, la tarea de revigorizar la teora de frandort, el capitalismo occidental, con Alemania
marxista fue asumida bsicamente por los jvenes pen como uno de sus representantes ms destacados, haba
sadores del Institut fr Sozialforschung. entrado en una etapa cualitativamente nuevaf donlina
En un cierto nivel, por consiguiente, puede decirse que da por monopolios en expansin y una creciente in ter
la Escuela de Francfort estaba retornando a las preocu vencin gubernamental en la economa. Los nicos ejem
paciones de los hegelianos de izquierda de 1 840. A seme plos rcaies de socialismo disponibles para los hegel ianos
janza de aquella primera generacin de tericos crticos, de (izquierda haban sido unas pocas comunidades uta
sus miembros estaban interesados en la integracin de pis/ as :tsbdas. La Escuela de Francfort, por otra parte,
filosofa y anlisis social. Se preocuparon igualmente por tena a la vista, para examinarla, la ambigua experiencia
el mtodo dialctico instrumentado por Hegel y trata Je In Unin Sovitica. Finalmente, y quiz era lo nts
ron, como sus predecesores, de orientarlo en una direccin fundrnncntat los primeros tericos crticos haban vivido
materialista. Y finalmente, como muchos de los hereJa .:'!D una poca cuando una nueva fuerza <(negativa)) (vale
nos de izquierda, estaban particularmente interesados decir, revolucionaria) estaba agitndose en la sockdad,
en explorar las posibilidades de transformar el orden so una fuerza que podla cons iderarse como el agente que
cial por medio de una praxis humana. rcalilara su filosofa. En l a dcada de 1930, sin embar
Sin embargo, el siglo intermedio haba trado cambios go, las seales de la in tegracin del p roletariado a la
enormes, que transformaron ampliamente las condicio sociedad eran cada vez ms visibk:s; esto fue espec ial
nes de su teorizar. Mientras que los hegelianos de iz- mente evidente para los m iembros del Institut despus
de su emigracin a EstadoB Unidos. As, de la primera
4 Para una discusin de Dilthey, Croce y Sorel, vase gcnerac in de tericos crticos en l a dcada de 1 84D
H. STUART HuGHES, Consciousness and Society (Nueva York, podra decirse que b suya era una crtica (dn manC'ntc))
1958), pp. 161-229. Lukcs fue muy influido por las actitudes so de la sociedad basada en la existencia de un sujeto
rdianas de Ervin Szabo, el maestro espiritual de la oposicin
de izquierda de los socialdemcratas hngaros. Vase el prlogo histrico reaL Hacia l a poca de su renacimiento en el
de Lukcs de 1967 a History and Class Consciousness, trad. de s i g l o XX, la Teora Crtica se vea cada vez ms forzada
Rodney Livingstone (Cambridge, Mass., 1971), p. X. hacb_ unn posici'n de trascendencia _por .1 debilitamien-
:. Para una discusin de su impacto, vase FURIO CERUTTI, .
to de la clase obrera revolucionari.a.c
Hegel, Lukcs, Korsch. Zum dialektischen SelbstversUindnis
des kritischen Marxismus, en Aktualitiit und Folgen-der Philoso En la dcada d 1920, no obstante, las seales torlava
phie Hegels, ed. por Oskar Negt ( Francfort, 1970). no eran claras. El mismo Lukcs recalc la funcin de
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la clase obrera como sujeto-objeto de la historia antes Sartre, Merleau-Ppnty- en una etapa inicial de sus ca
de decidir que era realmente el partido quien represen rreras fueron influidos por filosofas ms subjetivistas,
taba los verdaderos intereses de los trabajadores. Como incluso idealistas. Horkheimer, que fij el tono de toda
indicaba el pasaje de Diimmerung citado en el captulo la obra del Institut, antes de quedar fascinado por He
primero, Horkheimer crea que el proletariado alemn, gel y Marx se haba interesado por Schopenhauer y Kant.
aunque muy dividido, no estaba totalmente moribundo. Sus manifestaciones de inters por Schopenhauer en la
Los miembros ms jvenes del Institut podan compar dcada de 1960 ' , al contrario de lo que se ha supuesto
tir la conviccin de su direccin ms adulta y ortodoxa a menudo, marcaron as un retorno a una simpata ini
en el sentido de que el socialismo todava poda ser una cial, antes que una apostasa de un marxismo hege!ia
posibilidad real en los avanzados de Europa oc nizado de toda la vida. En efecto, el primer libro de
cidental. Esto se claramente en el persistente filosofa que Horkheimer ley realmente fue Aforismos
tono exhortatorio 'de la mayor parte de la obra del Ins sobre la Sabidura de la Vida ', de Schopenhauer, libro
titut en el perodo anteyior a la emigracin. que recibi de Pollock cuando estaban estudiando fran
Despus del establecimiento del Institut en Columbia cs juntos en Brusels antes de la guerra. En su noca
University, sin embargo, este tono sufri un cambio su estudiantil tanto l como Lowenthal fueron miembros de
til en una direccin pesimista. Los artculos de la Zeit la Schopenhauer Gesellschaft en Francfort. En aquella
schrift evitaron escrupulosamente emplear palabras como poca Horkheimer tambin estuvo muy interesado en
marxismo o comunismo, sustituyndolas por expre Kant; su primer trabajo publicado fue un anlisis de
siones como materialismo dialctico o la teora mate la Crtica de la Razn Pura escrito para su Habilitation
rialista de la sociedad>>. La cautela editorial impidi el bajo Hans Comelius en 1925 .
nfasis sobre las implicaciones revolucionarias de su Si Horkheimer tuvo un verdadero mentor, este fue
pensamiento. En la bibliografa americana del Institut Hans Cornelius. Como Pollock, que estudi tambin con
el ttulo del libm de Grossmann se redujo a The I.aw Cornelius, lo recuerda, su influencia sobre Horkheimer
of Accumu/ation in Capitalist Society, sin ninguna refe difcilmente podra ser sobreestimada 10 Esto parece
rencia a la ley del colapso, que haba aparecido en el verdad ms desde un punto de vista personal que terico.
original. Estos cambios sin duda se debieron parcial Aunque difcil de clasificar, la perspectiva filosfica de
mente a la delicada situacin en que se hallaban los Cornelius era antidogmtica, opuesta al idealismo kan
miembros del Institut en Columbia. Fueron tambin un tiano, e insista sobre la importancia de la experiencia.
reflejo de su aversin fundamental al tipo de marxismo Sus escritos iniciales mostraban la influencia de Avena
que el Institut equiparable con la ortodoxia del campo rius y Mach, pero en su obra posterior se distanci de su
sovitico. Pero adems expresaban una prdida progre empiriocriticismo para aproximarse a una especie de
siva de esa confianza bsica que los marxistas haban fenomenologa 1 1 Cuando Horkheimer se convirti en
sentido tradicionalmente en el potencial revolucionario
del proletariado. 1
Vase, por ejemplo, MAX HORKI-1EIMER, Schopenhauer To..
En su intento de alcanzar una nueva perspectiva que day en The Critica( Spirit: Essays in Honor of Herbert Mar
pudiera tornar la nueva situacin inteligible, en un mar cuse: ed. por Kurt H. Wolff y Barrington Moore, Jr. (Bos
co que fuera todava fundamentalmente marxista, los ton, 1967).
miembros de la Escuela de Francfort tuvieron la fortuna a Conversacin con Horkheimer en Montagnola, marzo de
1969.
de haberse formado filosficamente fuera de la tradicin 9 HORKH EIMER, Kant Kritik der Urteilskraft als Bindeglied
narxista. Igual que otros contribuyentes de este siglo a zwischen theoretischer und praktischer Philosophie (Stuttgart,
la revitalizacin del marxismo -Lukcs, Gramsci, Bloch, 1925).
lo
Carta de Pollock al autor, 24 de marzo de 1970.
u HANS CORNELIUS Leben und Lehre, en Die Philosophie
6 International lnstitute of Social Research: Report on Its der Gegenwart in Selbtdarstellungen, ed. por Raymund Schmidt,
History and Activities, 1933-1938 (Nueva York, 193!fj, p. 28. Vol. II (Leipzig, 1923), p. 6.
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estudiante suyo, Cornelius se hallaba en el apogeo de su su c ul t u ra cmllpartida est interiorn1entc vaca y
carrera, era un maestro apasionado . . . en muchos aspec sufrir un colapso porque n1ercce sufrir un colapso.
tos lo opuesto a la imagen corriente de un profesor uni Sin embargo, l a nueva religin que la humanidad
versitario alemn, y (estaba) en firme oposicin a la necesita eme rger inicialmente de las ruinas de
mayora de sus colegas ". esta c u l t ura .
En 1 908 public un estudio sobre Las leyes elementales conducira a una rcvol u'cin- culturaL-'De Kant, sin cm
del arte pictrico 13 , y durante la guerra dirigi escuelas ba rgo tom cie.rtas convicciones que ya nunca ab.:mdo
,
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Ll saber cog no s c i tivo y l os i m p erat i vos normativos, el t : J'_!u n n Jo c m icn1o es aultJCOllOt"m icntu J,:l llido i r d'i
<es}) y el <fdebi'-ra)>, con1o l ti n1 an1e n tc inseparables. n i t:} -en otras p:d ab ra s que existe un1 i(k' n 1 itbd e n t n
bres>) = " . Ms an, un s is te n1 a que admita cada O'!finin objvto de la h i st o r i l , rcd i;a ndo 1 ::-.. cf ob j e t ivo Lb c.; i Lo
contradictoria como parte de la verdad totah t e na de1 itk,aU srno alcmu de unir Ia 1ibcrlad como una rl' a l
incvi! ablen1ente implicaciones q uiet ista ) 1 "' . Un si s te ma (h\d cbj cti vn v como algo producido p o r el prop.io hom
omnicomprcnsivo corn o el de Hegel po d a muy hicn hrc. En aCws posteri ores el propio Lu k c s iba a J c !L'ctar
ervi r como una teodicea justificativa del statu quo. En la premisa m c t af slc a suh' a ce nt c en su su pos i ci n r.I CL'JT<t
cfccto, en la rr1edida en que el m arx i s mo se haba osifi de u n s u j e to-objeto i d t n t i c o en la h r s to r i n : << E l p ro l e t a
cado en un sisten1a que aseguraba poseer la clave de l a riado \'istu co m o el suj e t o-o bjeto idntico de l a h i "i t o r i a
verdad, tambin haba sucumbido vctima d e l a misma r__. n l de I a hun1ani(_bd e s una consumacin no matc r i a l i s t n
enfermedad. El verdadero objeto del marxismo, arga que :::.upcra a las construcciones dd i deali s mo . E s m{_-;
H or khc i m er .:o, no era la revelacin de verd a des inmu bien un i n t ent o (k: superar hcgcl ianamcntc a Hegel, se
tablcs, sino impulsar el cambio sociaL rata Jc un edificio kJnctarian1cntc eri gi d o sobre cual
En otro lugar, Horkhcimcr bosquej sus res ta n t e s ob q u ier p o si ble rca l i cbd y as intenta o b je t i v a me n te
jeciones a la metafsica de Hegel " . Su crtica n:ws . po pasZlr rt l propio Maestro)> 1 E s tas palabras fueron L:scri-
dcros a estuvo. quiz r es\' :v a 9;l . para el principio Eunda
1 a"i en 1 967 para un a nueva edicin de una ob ra e u vos
n1cn ta l en el pensamiento de Hgel: la suposicin de que an,c u mcn t os Lukcs haba considerado adec u ado rqlU
d t r l1act largo 1 i cmro . Sus razo n es para 1 \e\ar a cabo
17 As ha sido inte rpretada en un articulo annimo aparecido esta au t o critica haban dado luc:ar a considerable esnccu
en el Times Literary Supplement, <>f'rom Historicism to M;tr-xist
lacin y a una no menos considCrable c an t i dad de. censu
Hum;Jni:-;rnl> (5 de junio de 1 969), p. 598. Fi articulo es de Gcorge
Lchthcirn. Para una discusin de fa importancia de Hegel para ras. Sin embargo, al scaJar el n cle o metafsico en el
la TeOra Crtka, v-ase Fric drich \V. Schmidt, <>Hegel in der centro de su argumento, no h;) C<l ms que repetir In que
Kritis<..:hen Theoric Ller frnnkfurtcr SchuJe,,, in Akltwlitiit tmd llorkhcin1er haba dicho obre la teora de identidad .casi
Folgen ricr Pl1ilnsophie Jfegels.
cuatro dcadas antes .
HoRK H E I \fER (Hc:nrich Rcgiu.s), Diimmerung (Zurich, 1934),
r. sn. PC>ra Horkhcimcr, todos l o s nhsolutns, todas las tco- '
HORKTIEIMER, Zum P rob l c-m der \Vahrheit, Z{S IV, 3
-
., n as de identidad eran sospechosas Incluso el i de al de
( 1935 ), p. 333.
., HRKH EI.\tER, ((Ein neucr Ideologlebegriff?-, Griinherg:'o
Archiv XV, l ( 1930), p. 34. -- ldcm, p, 197.
1 HoRK II EL\-tER, <<Hegel und die en Festschrift - lde m, p. 192.
fiir Carl Grilnberg: Zw-n 70_ G-i!hurrstag 1932). C. Lr: K.,{rs. !lisl or_v awl C!a:, .) Consdon-., nc.;. p_ xxiii
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jn'-.!"c:-j; a b .so l u l a __-o t+:..' I I I d f J t' ! 1 lt 1 cl ,2 io n , afirmtria I ri <s dades heredades. Pero ms all de sto, reflejaba la in
1 ardc . t i t J tL' u n : l cualidad q u i m L riLa. La lmagcn ck u n u fluencia de sus lecturas de filosofa no marxista y no
i l l .'-. t i t " i :-t c u i n p l d t '< I H ) JHlL'de rc:d i:,rlr <.;;c n u n c a en la hi"> hegeliana. El cepticismo extremo de Schopenhauer so
t.nria. j)(.H'(JUL: a u 1 1 <..-uu!du U ll a so,:iLdad n1 c j o r IYl'l llPiace bre la posibilidad de reconciliar la razn con el mundo
el dt..'.'->01 den a c t u a l _v :-.t..' dcsarru l k>, l a m i s e r i a pasada no ciertamente tuvo su efecto. Ms importante todava fue
""-: t o r n a n a po-..,i f i \a v d sufrimiento de Ja natura l cl el impacto de tres pensadores de fines del siglo XIX,
c i rctr i H i a n t c ll(J scri1 t rnsc;.;ndidu'} i Corno resu l ta d o . la Nietzsche, Dilthey y Bergson, todos los cuales haban
fi]u..,ul a, t a l como ll la cornprc r r d it, L'x p rcsa ."l i c m p rl' u n a ubrayado la relacin del pensamiento con la vida hu
!lc\"ittbk n o t a de t risk;a, pero s i n su.c mnbir 1a l"L'sj.e- mana.
I'ara B:orkhemer ", la Lebensphi/osophie (filosofa de
PLTO lllllt llt.' HtJrk h c i mcr a l a ct) l a teora de idcntidncl la vida) que ellos ayudaron a crear haba expresado una
de l f Lcl . ;-, i n l i qrrc b LTt ica dccimonc n ica d e una n a protesta legtima contra la rigidez creciente de un racio
t ur<.dcia s i m i l ar hah'ia ido c'f,_, m a s i::tdo lejos. Al re-chaza r nalismo abstracto y la uniformacin concomitante de la
Lts :l f i n nacinJlt"s o J I ! o l ;c.ns lh.c has por H e ge l en su 1-i existencia individual que caracterizaba a la vida bajo el
lo\ofa del Esp r i l t r Absol u to, los p o s i l i v i sta s h a b a n dcs capitalismo avanzado. Haba levantado un dedo acusador
p() j:Hio ] i t l klcctu ck t o d lJ dcrLTho n jut.gar l o real como contra el abismo entre las promesas de la ideologa bur
l al o o n:aladcro Su v i .':i i hlc prc i u i c i o em p rico con y la realidad de la vida cotidiana en la sociedad
d u j u a b ttpo t.:'U.'-:oh de lus hL'l'hu\ en una lunna lu.;.d El desarrollo de la filosofa de la vida, arga,
nwntc u n i late ral . Dl:d-: _c_L p r i n c i p i o , Horkb.:ncr ,-con __ corresponda a un cambio fundamental en el capitalismo
_i s_t '::'.' l_cmcn te _, ce ] ;:_u-> la - Jisyun ti\ a entre sis te-n1a tLtac i n mismo. La optimista creencia anterior de ciertos idealis
l11t't;d'sic-a o cn1pi risnw ani inoruicJ. \1.-)(Jg, en ambiu, _ tas clsicos en la unidad de razn y realidad haba co
por [a p_c) :-:, i b i li J aJ de una Licncia :;ocJ;l d i akt,.:t ica que
__ rrespondido a la aceptacin del empresario individual
evitara una teora de iJt..:ntidaJ y, sin crubargo, prcscr de la armona entre sus propias actividades y el funcio
vara \-:l Q c rc h o d e l ub!::lt:.r \ador a ir n1j,s all (.k:. los
_ .- ____ __ namiento de la economa en su conjunto. La erosin de
datos de su eXp_t__:ril'nd(:L FuL en grH1 medida esta rcsis esa conviccin corresponda al crecimiento del capita
l.cr_' i a a sucurnbir a fas_ tcntacooc:s de cua]quiero -de lismo monopolista a fines del siglo XIX, en el cual el rol
csta_s a l l crnjJ_ti viJs Jo que dio n Ja Teora" crtica_ su del individuo se hallaba ms vencido por la totalidad
eficacia. que en armona con ella ". La Lebensphilosophie fue
bsicamente un grito de protesta contra este cambio.
A causa de este elemento crtico, Horkheimer tuvo la
La host J ! dad de HorkhcilltlT hacia fa rnctaflsil';-t fue precaucin de distinguir el irracionalismo " de los fi
en parle una rcaccin a n t e la esclerosis d e l mar:-.: i s rn o lsofos de la vida de aqul de sus vulgarizadores en el
p ro d L!Cida por s u t.rn n s forntacin e n u n cuerpo d e ver- siglo xx.
. ):l:n la dcada de 1930, afirmaba, los ataques contra
-, HoR K I I E! \tER, ,,(;cdanke 1.ur R:ligionn, Kritisc!w 1 !u;orie, la razn estaban destinados a reconciliar a los hombres
c.::d. p(Jr A lfred SchmidL (francfort, 1%8), 2 Yolrncnc..,, nri,!inai con la irracionalidad del orden La de
UH:.: n tc ,, Ntehbcmerkun..p), Z[S, v u l . IV, 1 ( 1 035). nominada visin trgica de la era en realidad una
,; hkm, p. 375. V(ase tambi'--'n IIOHKll E l \\EH (Rcgitc), Viim
merw:g, p. 55.
justificacin velada para la aceptacin de una miseria
-K A lo largo de tocb su historiJ la Escuela de Frand< Jrt em
ple el tt:rrnino <<poitivim 1.' 0 una forma amplia, para CJUL' 2T
HORKHEIMER, Zum Rationalismusstreit in der gegen
incluy:ra a todas esas corril'tl1cs l"i!o;/licas nominal:-.ws. kno wiirtigen Philosophie, ZfS III, 1 ( 1934), p. 9.
mcnalistas (es decir, <tll t i cst: n c b li:;ta:-.), empricas :V c.-., [ lvch:l 28
HORKHEIMER, Materialismus und Metaphysik, ZfS 11,
menlc litdas al lknominado m:todo cicntitico. Muchus dl' :-.u" 1 ( 1 933), pp. 3/4.
29
oponente" ' al nrs.-' arupado;:.; ha io e:-. le rt ul o, rcdwzaron la Zuro Rationalismusstreit, p. 36.
;ml iclhilid;:d del tl.;rm ino. Por -:_i t:rnplo, Karl Popptr. 30 ldem.
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innecesaria. Leben y Dienst (servicio) haban llegado a chazo de una aproximac10n puramente psicolgica a la
ser sinnimos. Lo que una vez fue crtico ahora se haba explicacin histrica. La nocin de Dilthey de una Vers
convertido en ideolgico. Esto tambin era verdad en tehende Geisteswissenschaft (una ciencia social basada
relacin al ataque contra la ciencia, que en manos de la en sus propios mtodos de comprensin y verificacin,
primera generacin de Lebensphilosophen haba sido un antes que en aquellos de las ciencias naturales) contena
correctivo justificado a las pretensiones de cientifismo, ciertamente un reconocimiento de la significacin de las
pero que hacia 1930 haba degenerado en un indiscrimi estructuras histricas que Horkheimer pod compartir.
nado ataque contra la validez del pensamiento cientfico Lo que rechaz fue la suposicin de que este significado
como tal. El rechazo filosfico de la ciencia, escribi poda ser aprehendido intuitivamente por el historiador
en 1937, en la vida privada es un consuelo, en la socie al repetir el proceso en su propia mente:'Por deba io de
dad una mentira 3 1 , esta nocin, arga, haba una creencia de i:ipo hegeliano
AL ver el irracionalismo de la dcada de 1930 bsica en la identidad de sujeto y objeto. Los datos de la vida
mente como una ideologa de la pasividad ", Horkheimer interior no bastaban para reflejar la estructura signifi
descuid sus aspectos dinmicos y destructivos, que los cante del pasado, porque el pasado no siempre haha
l}azis fueron capaces de explotar. Este fue un punto dbil sido hecho conscientemente por los hombres : En verdad,
en su anlisis. Pero en otro sentido l enriqueci la dis generalmente se lo haca tras las espadas y contra las
cusin de su desarrollo histrico. Al distinguir entre voluntades de los individuos, como haba sealado Marx.
diferentes tipos de irracionalismo. Horkheimer rompi Que ste no fuera siempre el caso era otro asunto. En
con la tradicin de hostilidad hacia la Lebensphilosophie efecto, Vico fue uno de los primeros hroes intelectuales
mantenida por casi todos los pensadores marxistas, in de Horkheimer ", y fue Vico el primero en afirmar que
cluido el Lukcs posterior ". Adems de aprobar su im los hombres podan comprender mejor la historia que la
pulso antisistemtico, Horkheimer tribut un limitado naturaleza, ya que los hombres hacan la historia, mien
elogio al nfasis sobre lo individual en la obra de Dilthey tras que a la naturaleza la haca Dios. Esto, sin embargo,
y Nietzsche. Como ellos, crea en la importancia de la era un objetivo, no una realidad. lEn todo caso, anot
psicologa individual para llegar a comprender la histo f{orkheimer pesimistamente, en la vida moderna haba
ria ". Aunque su obra en este rea fuera menos sutil que una tendencia a alejarse de la determinacin consciente
el psicoanlisis que esperaba poder integrar con la Teora de los acontecimientos histricos, y no a la inversa. La
Crtica, la consider mucho ms til que el utilitarismo historia, en consecuencia, no poda simplemente ser
insolvente que informaba al liberalismo y al marxismo comprendida, como afirmaba que Dilthey haba su
ortodoxo. puesto, sino que en cambio deba ser explicada,; Hork
Lo que qued claro, sin en la discusin de heimer, sin embargo, conserv alguna esperanza en la
Horkheimer sobre la metodologa Dilthey " fue su re- consecucin de las condiciones sociales que haran via
ble la visin metodolgica de Dilthey.
31 HoRKHEIMER, Der neueste Angriff auf die Metaphysik, La admiracin de Horkheimer hacia Nietzsche era
ZfS VI, 1 ( 1937), p. 9. igualmente contradictoria. En 1935 afirm que Nietzsche
32 I.RL MANNHEIM haba formulado la misma observacin
en su ensayo Conservative Thought, en From Karl Mannheim, era un genuino filsofo burgus, como demostraban su
ed. por Kurt H. Wolff (Nueva York, 1971), pp. 213f. Pero esto nfasis excesivo sobre el individualismo y su ceuera
fue escrito en 1925, mucho antes de la toma del poder por los frente a las cuestiones sociales ". No obstante, Horkhei-
nazis.
33 Vase LuKAcs, Die ZerstOrung der Vernunft, en Werke,
vol. IX (Neuwied, 1961). Aqul Lukcs repudiaba sus propios Sociology in the Work of Wilhelm Dilthey, Studies in Philosophy
orgenes en Dilthey, Simmel y otros, especialmente como stos and Social Science VIII, 3 (1939), passim. (En lo sucesivo, esta
se haban manifestado en Histor;a y conciencia de clase. publicacin se citar con la abreviatura SPSS.)
" HoRKHEIMER, Geschichte und Psychologie, ZfS I, 1/2 36 Para una discusin de Vico, vase HORKHEI MER, Anfiinge
( 1 932), passim. der brgerlichen Geschichtsphilosophie ( Stuttgart, 1930).
3 HoRKHEIMER, cThe Relations between Psychology and 37 Zum Problem der Wahrheit, p. 361.
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mer estaba dispuesto a defender a Nietzsche contra quie cratizacin inevitablemente significara un desleimiento
nes trataban de reconciliarlo con los irracionalistas de de la verdadera cultura. Tambin se mostr deficiente al
la dcada de 1930. En una extensa resea del estudio equivocar la naturaleza histrica del trabajo, al cual
de Karl Jaspers sobre Nietzsche " fustig al autor por absolutiz como inmutable a fin de poder j ustificar sus
tratar de domesticar a Nietzsche para un consumo re conclusiones elitistas. En suma, Horkheimer asegur que
ligioso y volkisch (nacionalista populista). t:o que ms Nietzsche, quien haba hecho tanto. para revelar las ra
valor en la obra de Nietzsche fue su cualidad crtica ces histricas de la moralidad burguesa, haba finalmen
inflexible. Sobre la cuestin del conocimiento positivo, te sucumbido vctima del pensamiento ahistrico.
por ejemplo, aplaudi la observacin de Nietzsche de Hacia Henri Bergson, tercer gran exponente de la
que una gran verdad quiere ser criticada, no idola Lebensphilosophie y uno de los verdaderos propulsores
trada 39 del Institut en Pars, Horkheimer se mostr algo ms
l;Iorkheimer tambin qued impresionado por la cr crtico ". Aunque reconociendo los argumentos eficaces
tica que Nietzsche hizo de 1 cualidad masoquista de la en la crtica que Bergson haba formulado al racionalis
moralidad occidental tradicional. Haba sido el primero mo abstracto, cuestion los anhelos metafsicos que
en observar, coment Horkheimer aprobatoriamente '", detect en su raz. Desech como una ideologa la fe de
cmo ,la miseria poda transformarse en una norma so Bergson en la intuicin como medio para descubrir la
cial, como en el caso del ascetismo, y cmo esa norma fuerza vital universal. <<La intuicin, escribi, de la
haba permeado la cultura occidental a travs de la mo cual Bergson espera derivar la salvacin tanto en la his
ralidad esclava de la tica cristiana ".1 Cuando lleg a toria como en el conocimiento, tiene uft objeto unificado:
los aspectos ms cuestionables del pensamiento de Nietzs vida, energa, duradn, desarrollo creativo. En realidad,
che, Horkheimer tendi a mitigar sus insuficiencias. sin embargo, la humanidad est dividida, y una intuicin
Desestim la ingenua glorificacin del superhombre que busca penetrar a travs de las contradicciones pierde
considerndola como el precio del aislamiento. Disculp de vista lo histricamente decisivo ". La hostilidad de
la hostilidad de Nietzsche frente al objetivo de una so Horklieirrier al uso no mediado de la intuicin como
ciedad sin clases sobre la base de que sus nicos cam medio para alcanzar un nivel oculto de la realidad, po
peones en tiempos de Nietzsche eran los socialdemcra dra agregarse, tambin se hizo extensiva a esfuerzos si
tas, cuya mentalidad era tan pedestre y vulgar- como milares de fenomenlogos como Scheler y Husserl.
Nietzsche haba afirmado. En efecto, argtly Horkhei En un artculo dedicado primordialmente a la meta
mer, Nietzsche se haba mostrado perceptivo al negarse fsica del tiempo de Bergson, que el propio Bergson
a dotar de una aureola romntica a las clases trabaja llam <<una seria profundizacin de mis trabajos y <<fi
doras, quienes ya en esa poca comenzaban a Ser apar losficamente muy penetrante ", Horkheimer apoy la
tadas de su rol revolucionario por la cultura de masas distincin de Bergson entre el tiempo <<experimentado
en desarrollo. Donde Nietzsche haba fracasado, sin em y el tiempo abstracto de los cientficos naturales. Pero,
bargo, era en su conviccin ahistrica de que la demo- agreg rpidamente como salvedad, Bergson se haba
equivocado al tratar de escribir una metafsica de la
. 38 HORKHEIMER, Bemerkungen zu Jaspers 'Nietzsche')), ZfS temporalidad. Al proceder as haba sido conducido hacia
VI, 2 ( 1937). una idea del tiempo como dure (duracin), que era casi
9 Zum Problem der Wahrheih, p. 357 .
.,\} Zum Rationalismusstreit, p. 44. tan abstracta y vaca como aquella de las ciencias natu-
41 Theodor Adorno formul una observacin similar en una
resea de la biografa de Wagner escrita por Ernest Newman 42 Vase HORKHEIMER, ZU Bergsons Metaphysik der Zeit,
(Kenvon Review, vol. IX, 1 [invierno de 1947]). El negativismo ZfS III, 3 ( 1934), y su resea de Les deux sources de la morale
de Nietzsche, escribi, expresaba lo humano en un mundo en et de la religion de Bergson en ZfS Il, 2 (1933).
el cual la humanidad se haba convertido en una impostura. 43 Resea de Les deux sources, p. 106.
Lo que lo separaba de Wagner era su demostracin nica del 44 Citado en HORKHEIMER, Kritische Theorie, vol. 1, p. 175,
carcter represivo de la cultura occidenta_b (p. 161):""" de una carta a Celestin Bougl (24 de enero de 1935).
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;des. Vr la real i d a d corno un flujo i n interrumpido c1on de Kant estaba ms prox1ma a una reflexin co
sinil caha i g no ra r la rc a ! j d a d de s u f ri r, enve je-cer v mo rrecta de las condiciones al iniciarse el siglo XIX; puesto
rir .. Fra obsolutizl' el pn'SL n t c y as l n consclcn 1crncntc que suponer que en esa poca poda existir una armona
rcpl'Lr los er ror es de l o s positvi s t 8 s . La vc nl ad cr a cx entre me>ralidad personal y tica pblica, o entre inters
j)t_'ri.....nci3, afirmaha Hork hcilncr, n_slsta u n a homoacnei personal y un cdigo moral universal, significaba ignorar
' .
zaci <'m scme _j:::t ntc. La tar{;a de] h i s toriDdor consisl a en la irracionalidad real del orden externo. Donde Kant se
p rcs.c v ar la me m or ia del sufrinicnto y p romo\'er la exi haba equivocado, sin embargo, fue al considerar estas
gencia de un cambio histrico cua l i L1tivo. contradicciones como inmutables. Al absolutizar la dis
tinCin entre el individuo y la sociedad, haba conver
tido lo que era slo histricamente vlido en una con
En todos los escr i t os de Horkhcimcr sobre los l,e dicin natural, afirmado as inconscientemente el statu
hcnsplzilosophcn se repiten tres objeciones fundan1en qua. Este fue tambin un fracaso de los Lebensphiloso
.w l c s E'<an1inando stas en detalle, podcrnos . (:Oillpren
. . phen. En aos posteriores, sin embargo, Horkheimer y
d c r mejor los fundan1t..'ntos de l a TcP r a C r t i c a ' P r i mero , los otros miembros de la Escuela de Francfort llegaron
aunque Jos l i lsofos de la vida h;:llJan estado en la c iert o a creer que el peligro real no estaba en quienes ponan
al tratar de r-escatar al individuo de las amenazas_ de la nfasis excesivo sobre la subjetividad y la individuali
::.ocicdaJ moderna, haban ido _ de m a si ad o lejos en su aad, sino ms bien en quienes trataban de eliminarlas
nfasis sobre la subjetividad y la i n t erio ri d ad _ Al hacer completamente bajo la bandera de un falso totalismo.
es to, hahn m inim i zado la itll pnrtanda de la accin en Este temor llegara tan lejos que, en una frase de Minima
\.. l _ n1u nd o h i s l<'nic o. S egu ndo , con alguna e xce pc i n oca Mocalia ci:ada con frecuencia, Adorno pudo escribir que
ional, tal como la crtica nic1 zscheana del ascctisn1o, el todo e" lo no verdadero "- Pero en la dcada de 1930
lcn d a n a olvidar la din1ensin .material de la realidad. Horkheimer y sus colegas estaban todava preocupados
Tercero, y quiz lo ms i m portante, al cri t i c a r la dege por el nfasis excesivo sobre la individualidad que ha
neracin de-1 racionalisn10 burgus t.::n sus aspectos for ban detectado en pensadores burgueses, desde Kant
D1_a l c s y abstractos, a v ec e s exageraban sus a t aqu es y hasta los filsofos de la vida.
parecan estar rechaz and o l a razn en s mis1na. Esto, Horkheimer cuestion tambin el imperativo moral
en f t i tn a instancia, co;dujo al directo e i ns e nsa t o irra postulado por Kant. Aunque de acuerdo con que en efec
cionalismo de sus vulgarizadores del si g lo xx_ to exista un impulso moral aparte del inters personal
Como era de prever, el i n t ers de Ho rk h e ime r en la egosta, afirm que su expresin haba cambiado desde
c ue s t i n del individualismo burgus lo condujo de re la poca de Kant. Mientras que a comienzos del siglo xix 1
greso a una consideracin de Kanl y los o r gen e s de la se haba manifestado como deber, ahora apareca como
lnner!ich keit ! i n ter i o ri d ad ) -. E n t re los elementos dua piedd o como preocupacin poltica. La piedad, deca
listas CP la fi losof a de Kant, o b serv " , estaba la divi Horkheimer, era producida por el reconocimiento de aue
sin entre deber e inters. La moralidad individual, des el hombre haba dejado de ser un sujeto libre y se ha
cubierta por la razn prctica, estaba i nt er i o ri zada y llaba en cambio reducido a objeto de fuerzas que esca
di v o rci<Ida de la tica p bl ic a _ Aqu la Sittlichkeit ( t i ca ) paban a su control ".'. Kant no haba experimentado e'to
de Hegel, con su nfasis sobre la necesidad de reconciliar p. r s mismo, ya que su tiempo brindaba una mayor
la oposicin pblico-privado. resultaba superior a la Mo lihertad individual, al menos para el empresario. La ac
ralit (mvralidad) de Kant. A pesar de esto, la conccp- cin poltica como forma de la moralidad fue menos
l'reciad"l tambin por -nt, quien subray exagerada-
b
Sn embargo, no ignor sw; orgenes en la Reforma, V3se,
por ejemplo, su discusin de Lutero en f l oRK I-IET\fF.R, !\<fontaignc
und Jie Funklion der Skepsis, ZfS V I l , 1 ( 1 938), PP- 10-13_ " ADORNO, Minima Moralia (Francfort, 1951), p. 80. (En pre
!'\ HORKll EL\tEH, tMatcri;:di srnus und Moral, ZfS_ 11, 2 ( 1 933), paracin en Taurus Ediciones,)
pgina 165. 48 Materialismus und Moral, pp. 183-184.
H LuKCS, History and Class Consciousness, p. 162 (de cur dc'">t\: t-' k P\lltto tk vist;.l, n:a ...;c- An!'>i:l{l, Socicll mrd Politicil
siva en el original). T/rJu!l.ill of .Har.-r, pp, 202L
conocer los ret rocesos de la sodcdad. Ost ent a va los 70 Marcuse iba a formular la misma observacin en su ar
rasgos tecnocrlicos que encontraren1os ms tarde_ en el tculo uThe Affirmative Character of Culture, Negations, p. 119
fasci smo . . . El t rabajo, tal y como ahora se le entiende, (originalmente ZfS VI, 1 [1937]).
7 1 HORKHEIMER, uEgoismus und Freiheitsbewegung, p. 171.
Marcuse iba ms tarde a ampliar esta idea en trminos psico
(;f AnERT, Socal wul Po!itir'al Tl;ought of 1Hars p. 85. analticos con su concepto de desublimacin represiva.
-'li' Dmmenmg, p. } g ] _ !' ldem, pp. 174-215', passim.
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mucho mayor que el del Institut a causa de la con dadero conocimiento aspiraba a la condicin de una
gruencia de sus ideas con las tradiciones bsicas de la conceptualizacin matemtica, cientfica, era caer en
filosofa americana. En aos posteriores Horkheimer se una metafsica tan perniciosa como aquella que los po
esforz para establecer las semejanzas entre escuelas sitivistas haban decidido refutar "-
nativas como el pragmatismo y el positivismo lgico ". Quiz lo peor de todo, en opinin de Horkheimer,
Su primera censura contra el positivismo lgico apa era la pretensin de los positivistas de haber diferen
reci en 1 937 en la Zeitschrift '0 Una vez ms puso de ciado los hechos de los valores. Aqu detect un aleja
manifiesto su sensibilidad ante las funciones cambian miento del uso original del empirismo por parte de la
tes de una escuela de pensamiento en diferentes contex Ilustracin como un arma partidaria contra las mis
tos histricos. Originalmente, arga, el empirismo, como tificaciones de- la supersticin y la tradicin. Una so
lo practicaban Locke y Hume, contena un elemento ciedad, arguy ", podra estar ella misma poseda>> y
dinmico, incluso crtico, en su insistencia sobe la as producir hechos que fueran en s insanos. Como
percepcin del individuo como fuente del conocimiento. careca de medios para evaluar esta posibilidad, el em
Los empiristas de la Ilustracin haban usado sus obser pirismo moderno capitulaba ante la autoridad del statu
vaciones para socavar el orden social prevaleciente. El qua, a pesar de sus intenciones. Los miembros del Crcu
positivismo lgico contemporneo, por otra parte, haba lo de Viena podran ser progresistas en su poltica, pero
perdido esta cualidad subversiva, a causa de su creencia esto no tena ninguna relacin con su filosofa. Su ren
de que el conocimiento, aunque inicialmente derivado dicin a la mstica de la realidad prevaleciente, sin em
de la percepcin, estaba realmente vinculado con los bargo, no era arbitraria; era ms bien una expresin de
juicios sobre esa percepcin contenidos en las denomi la contingencia de la existencia en una sociedad que ad
nadas frases de protocolo " . Al restringir la realidad ministraba y manipulaba las vidas de los hombres. As
a lo que poda expresarse por medio de tales frases, como el hombre debe restablecer su habilidad para con
lo indecible quedaba excluido del dominio del filsofo. trolar su propio destino, as debe la razn ser restaurada
Pero, ms fundamental todava, el nfasis emprico ge en su lugar apropiado como rbitro de los fines, no
neral sobre la percepcin ignoraba el elemento activo simplemente de los medios. La Vernunft deba recupe
en todo conocimiento. El positivismo, bajo cualquiera rar el terreno qu_e haba perdido con el triunfo del
de sus formas, significaba en ltima instancia la abdi Verstand.
cacin de la reflexin ". El resultado era la absolutiza Lo que hizo tan problemtico el nfasis de Horkhei
cin de los hechos y la reificacin del orden exis mer sobre la razn fue su prejuicio antimetafsico, igual
tente 93 mente fuerte. La realidad deba ser juzgada por el
Adems de este disgusto por el fetichismo de los tribunal de la razn>>, pero la razn no deba ser to
hechos, Horkheimer tambin objet la dependencia de mada como un ideal trascendente, existente fuera de la
los positivistas lgicos en relacin a la lgica formal y historia. La verdad, insistieron siempre Horkheimer y
la exclusin de una alternativa sustantiva. Ver a la l sus colegas, no era inmutable. Y, sin embargo, negar
gica como anloga a las matemticas, sostena, signifi el valor absoluto de la verdad no significaba sucumbir
caba reducirla a una serie de tautologas sin significa en un relativismo, epistemolgico, tico o de otra clase.
cin real en el mundo histrico. Creer que todo ver- En efecto, la dicotoma de absolutismo y relativismo
era falsa. Cada perodo de tiempo tiene su propia ver
s9 Vase Eclipse -of Reason, passim. dad, arga Horkheimer ", aunque no haya una verdad
00 Der neue Angriff auf die Metaphysik, ZfS VI, 1 ( 1937). por encima del tiempo. Verdadero es todo aquello que
91 ldem, p. 13. promueve un cambio social en la direccin de una so-
92 Para una ampliacin de esta observacin en un pensador
de la segunda generacin P.e la Escuela de Francfort, vase HA 94 /dem, p. 49.
BERMAS,Knmvledge and Human Interests, passim. 95 1 dem, p. 29.
93 Der neueste Angriff auf die Metaphysik, p. '27. "' Zum Problem der Wahrheit, pp. 337-338.
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nunca estuvo en duda. Como escribi Marcuse en Reason la experiencia poltica griega y los intentos subsiguien
and Revolution, hablando por toda la Escuela de Franc tes de los filsofos griegos para hallarle una explicacin.
fort, la teora preservar la verdad incluso si la prc De lo primero vino la identificacin de la libertad con
tica revolucionaria se aparta de su sendero correcto. los actos humanos y el discurs0 humano -en sntesis,
La prctica sigue a la verdad, no viceversa "'\ No obs con la praxis. De lo segundo, su equiparacin con ese ser
tante, la importancia de la actividad autodeterminada, autntico que era la razn. Desde entonces se han lle
de la antropognesis, fue constantemente realzada en vado a cabo muchos intentos de integracin. La sutileza
los primeros escritos del Institut. Aqu la influencia de y riqueza del esfuerzo del Institut lo marca como uno
la Lebensphilosophie sobre Horkheimer y sus colegas de los ms fructferos, aunque tambin l desembocara
fue crucial, aunque siempre entendieron a la verdadera en el fracaso.
praxis como un esfuerzo colectivo. El nfasis sobre la
praxis se acordaba bien con el rechazo, por parte de la
Escuela de Francfort, de la teora de identidad de Hegel. Antes de pasar a las implicaciones metodolgicas de
En los espacios creados por las mediaciones irreducti la Teora Crtica, debiera sealarse la contribucin de
bles entre sujeto y objeto, particular y universal, poda otros miembros del Institut para su formulacin. Aun
sustentarse la libertad humana. En efecto, lo que tanto que Lowenthal y Pollock estaban bsicamente interesa
alarm a la Escuela de Francfort en aos posteriores dos en otras cuestiones, tanto intelectual como institu
fue la liquidacin progresiva de estas verdaderas reas cionalmente, participaron no obstante activamente en
de espontaneidad humana en la sociedad occidental. la discusin de los artculos enviados para publicar en
El otro punto antpoda de la Teora Crtica, la recon la Zeitschrift. Ms influyentes, sin embargo, fueron Ador
ciliacin utpica de sujeto y objeto, esencia y aparien no y Marcuse, quienes escribieron por extenso sobre
cia, particular y universal, tena connotaciones muy di cuestiones tericas bajo sus propios nombres. Al exa
ferentes. La Vernunft implicaba una razn objetiva que minar su obra individualmente, quiz podamos clarifi
no estaba constituida solamente por los actos subjetivos car ms la actitud filosfica del Institut. Lo haremos,
de hombres individuales. Aunque se hubiera transfor sin embargo, sin comentar la validez de sus anlisis de
mado de ideal filosfico en un ideal social, todava guar otros pensadores; el objeto es iluminar la Teora Crtica,
daba huellas de sus orgenes metafsicos. El marxismo antes que bosquejar una interpretacin alternativa.
vulgar haba permitido que estas tendencias reaparecie En lo que hace a sus contribuciones para el Institut,
ran en el materialismo monista que el Institut nunca se en la dcada de 1930 Adorno estaba ocupado casi por
cans de atacar. Y, sin embargo, como se ha visto, in completo con la sociologa de la msica. Fuera de la
cluso en la Teora Crtica haba una metafsica negativa Zeitschrift, sin embargo, public un largo estudio filo
y una antropologa negativa implcitas -negativas en sfico y trabaj considerablemente en otro '". En am
el sentido de rehusar definirse en cualquier forma fija, bos se revel manifiestamente su proximidad a la po
adscribindose as a la sentencia de Nietzsche de que sicin de Horkheimer. Aunque los dos no escribieron
una gran verdad quiere ser criticada, no idolatrada . en colaboracin hasta la dcada de 1940, hubo una
Como pensadores en l a tradicin d e l a libertad po notable semejanza de criterios desde el principio. Hay
sitiva que inclua a Platn, Rousseau, Hegel y Marx, evidencia de esto en una carta escrita por Adorno a
fueron atrapados en el dilema bsico que ha acosado Lowenthal desde Londres en 1 934, discutiendo su res
la tradicin desde sus orgenes. Como ha sealado Han puesta a Diimmerung, recientemente publicado:
nah Arendt 1 ", la nocin de libertad positiva contena
un conflicto inherente, simbolizado por la tesin entre
1 02 l o-t
Reason and Revolution, p. 322. ADORNO, Kierkegaard: Konstruktion des Aesthetischen
toa HANNAH ARENDT, What is Authority?, Between Past and (Tubinga, 1933), y Zur Metakritik der Erkenntnistheorie (Stut
-
Future (Cieveland y Nueva York, 1961). tgart, 1956).
a las premisas teolgicas del pensamiento de Hegel, que a un examen d la rL3.lidad Clil t u ra l y so ci al Cmno In.
.
varios de sus crticos iban a sealar rpidamente "'. todo \]c in\.:stigcin 'sociaC sin en1bargO tendra que
En conjunto, sin embargo, Reason and Revolution ser n1uy d i s t i n t o a su co n t ra parti d a tradicional. Hor
era una adecuada despedida para Marcuse, cuya aso khcirn e r formul estas observaciones en 1937 en uno
ciacin con el Institut iba a disminuir en la dcada. del de sus artculos ms significativos para la Zeitschrift,
<{ Teora Crt ca y Tradkionab 1 . El ob j c t i\ o de ta t.c9-
'
WELLMER, Critica/ Theory of Socety (Nueva York, 1971). tes, que de s cri b an d mundo. Esto era verdad tanto si se
tso Reason and Revolution, p. 400. los gen eraba deductivamcntc1 con1o en la te ora carte
tst PAUL TrLLIC H seal en una resea en general favora siana, inJuc livanu:nte, como e n la obra e John Stuart
ble para los SPSS IX, 3 (1941 ), y KARL LowiTH en otra ms cr Mil!, o fenomenolgicamen te, como en la filoso fa d e
tica en Philosophy and Phenomenologcal Research II, 4 (1942).
Es un tema que contina reapareciendo en las evaluaciones del
1"2
libro; por ejemplo, LuciO COLLETTI, Von Hegel zu Marcuse, f i ORK HElMRR, T r;ditioncllc und kritisdw Thcorie, zs
Alternative 72!73 (junio-agosto de 1970). VL 2 {19.17).
ella, y, sin embargo, no son falsas>>- Las implicaciones clnd itTm d o rd e n act u a l . En efl'cto, la !l'nsi(Jn cn l re
del pragmatismo eran as ms conformistas que crticas, lll't.lcct tT:tJcs \' olJnrus l'J'a act u afmen l C lk'CCC) ri:t a r i n
a pesar de sus pretensiones; como el positivismo, care (\' unnh t l i r . las ter tckncias crmf or!ll is 1 as. d el p r ol c t a
.. .
ca de medios para ir ms all de los hechos existen rittlo 1 ) ' . Dt. t:stc n1odo, 1a Teora Crtica uo se vea s i m
tes. Al formular esta crtica, Horkheimer estaba llevando pk'mcn tt.' como la cxpresif)n d e la cuJH.:it"'lci;l de u n a da
a cabo un valioso servicio, ya que en la dcada de 1930 se, l o cual i n d icaba su d is l n 1 1 Cia en nb c i o n Innrx i s l a s
el marxismo haba sido incorrectamente reducido a una m ts ortodoxos como Luk't cs. quienes cons L J n tcmcnte po
variante del pragmatismo por Sidney Hook y otros. No nan c1 nfasis sobre la conci.__ncia d e c l a "l(', <"t l l r tqnc (( a l ri
obstante, como sealaran ms tarde Lowenthal y Ha bttlda)} desde lejos. Se mns.taban en c a m b io desco:-:.os
bermas, pa:s por alto el potencial dialctico de ciertos ck a l i a r se con todas l a s fuerzas {(progre -; i s t : t " ' d i s pu cs
razonamiento. En el deseo de unificar teora y praxis, sin se ha const..:rvJdo el legado de es t a filosofa (i deahstno
embargo, advirti Horkheimer, no debiera olvidarse apre ..:dtku), est rod-eado pr la inc<..:rtidun1brc ,., t:'7: C(HHO se
suradamente la distancia que las separa. Este abismo vc r:l, la inccrt idurnbn: con t i n u c rec ien d o sztlvo por u n
,
se vea ms claramente en la relacin entre la filosofa dranJ<il ico mon1ento durante l a guerra cuando H o r k hc
y el proletariado. Para Marx y Engels, la clase obrera nwr re to r n tcrnporariamcnte af o pt i m isn1 o de los afo
deba ser el nico catalizador del nuevo orden. La ca risnlos recogidos en su Dinnu!.nutg '' '.
beza de esta emancipacin es la filosofa; su corazn es En el in tcrn1 el Inst.itut come n z a d i r i f! i t' la rnaYor
el proletariado. La filosofa no puede convertirse en rea parte de su at e nc i n hacia u 1 1 esfuerzo para c o m p re nd er
lidad sin la abolicin del proletariado, el proletariado l u Uc:-;aparici6n de las fuerza crtica:-,, (nKg<:t ( i \ Ll )) , cu el
no puede ser abolido sin que la filosofa se convierta en n1tm do En efcc1o, cslo sicniflcaba un alejamiento de bs
.
una realidad. As escribi Marx en su Crtica de la Filo preocupaciones materiales ( en el sen tido de econmicas),
sofa del Derecho de Hegel. Pero en el siglo xx, arga au nqu e en la obra de Pollock, G ro ss mann v u t ros n u n c a
Horkheimer, las condiciones materiales eran tales que fueron olvidadas totalmente. El In st i tu t centr sus ener
las clases obreras en las sociedades industriales avan gas en ca mb io sobre aquello que los rnarxistas trad ico
zadas ya no estaban automticamente capacitadas para iralcs hnbian re fcg- a d o a una posicin secundara, la su
esta funcin. El intelectual que repeta rutinariamente pcn.:::; trucwra cultural de la sociedad modtTna. Esto sig-
todo aquello que el proletariado pareca desear estaba
)!; ((Trad i t.lonnell.: u nd kritische Thto1ie\', p. 26'),
193 Conversaciones con Lowenthal en Berkeley (agosto de
'
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