Visión Trágica Del Mundo
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Espaola y Latinoamericana
Resumen
En este trabajo se clarifica la visin trgica del mundo de Federico Garca Lorca
mediante el anlisis de las obras inditas de teatro escritas en su juventud. Esta visin
es una de las caractersticas de su obra y, al mismo tiempo, uno de los elementos que
ms contribuyeron a su xito en Japn. En estas se puede apreciar el origen de esta
visin de manera descarnada y directa, aunque alcanza la mxima expresin en sus
tres obras rurales. En el fondo de la visin trgica aparece una gran desconfianza
hacia Dios, que en las ms tempranas se refleja en tres puntos: indicar la crueldad de
Dios y la ausencia de salvacin, negar su poder y sus atributos divinos, y presentar
a personajes que niegan o dudan de su existencia. Frente a ello, el poeta parece
reivindicar la figura de Cristo.
Palabras clave
Garca Lorca, obras inditas, teatro
Introduccin
El primitivo auto sentimental (Garca Lorca, 1996), pieza que estaba fuera
del archivo Federico Garca Lorca. Las Obras completas editadas por Miguel
Garca-Posada tambin lo recogieron un ao despus (Garca Lorca, 1997).
Con respecto a los estudios sobre estas obras juveniles, destacan sobre todo los
de Martn (1986, 2013), pero aparte de estos y quitando los prlogos y las notas
escritos por editores de las obras lorquianas como Soria Olmedo y Garca-Posada,
no existen tantas investigaciones importantes como las dedicadas al resto de su obra.
El objetivo de este trabajo es aclarar el origen de la visin trgica del mundo
de las obras de Federico Garca Lorca a travs del anlisis de sus obras inditas de
teatro del perodo 1917-1920. Esta visin trgica ya aparece en los primeros escritos
del poeta, quiz de un modo menos refinado pero ms directo, y ms tarde alcanza
su mxima expresin en Bodas de sangre. Por ello, un anlisis ms detallado de las
citadas obras nos permitir entender ms profundamente las tragedias lorquianas.
Como se ha mencionado previamente, no existen demasiados estudios sobre las
obras lorquianas de juventud, a excepcin de los citados de Martn. Este investigador
subraya la acusacin al Dios del Antiguo Testamento, la presentacin de un Jess en
oposicin a ese Dios, la presencia de un sincretismo pagano-cristiano y el componente
social del catolicismo en la obra del joven poeta. Por otro lado, sus obras juveniles
carecen aparentemente de una coherencia temtica, al tratarse de apuntes y fragmentos
sin intencin de publicarse (algunas de estas obras estn inacabadas), lo que dificulta
su lectura conjunta y la tarea de realizar sobre ellas algn anlisis clasificador. La
presente investigacin persigue precisamente encontrar una clasificacin de la visin
religiosa que el poeta nos transmite a travs de estas obras de juventud. Nuestra
hiptesis de partida sostiene que la visin trgica lorquiana no obedecera a otra
cosa ms que a una gran desconfianza hacia Dios. As, comprobaremos primero la
existencia de esta desconfianza para analizar despus cmo se expresa de forma
concreta en cada obra. Aunque a primera vista parece que cada una trata un tema
diferente, encontramos unas expresiones comunes de esta relacin conflictiva entre
el poeta y Dios que en obras posteriores a esta etapa de juventud tomarn formas
ms refinadas. Finalmente, observaremos cmo, a nuestro juicio, concluye con la
solucin con la que el poeta resuelve su desconfianza hacia Dios sin renunciar a lo
sagrado.
Las obras inditas de teatro que dej el poeta son las doce recogidas por Soria
Olmedo (1994), as como El primitivo auto sentimental, que se encontraba fuera
del archivo Federico Garca Lorca. Aqu mostramos una lista de las obras juveniles
de teatro: Comedieta ideal, Teatro de almas, y Dios, el Mal y el Hombre, de 1917;
El primitivo auto sentimental, de 1918; Del amor. Teatro de animales y La viudita
que se quera casar, de 1919; Cristo y Sombras, de 1920; Jehov y Seora M, de
1919-1920; Comedia de la Carbonerita y Elenita, de 1921; Ilusin, seguramente
de 1921-1922. Algunas de ellas, como Viudita que se quera casar, Comedia de la
Carbonerita, Elenita e Ilusin, estn inspiradas en canciones infantiles folclricas.
Al margen de estas obras se pueden observar claramente las meditaciones del Lorca
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joven sobre la vida, como por ejemplo, el dolor de la vida, su sinsentido o la crueldad
del hombre, que muchas veces coinciden con el contenido de las prosas de esa
misma etapa. Sobre ellas planea una nube de pesimismo basado en una visin trgica
del mundo, cuyo origen principal sera la desconfianza hacia el Dios del Antiguo
Testamento. Es posible reflexionar sobre el origen de este sentimiento estudiando los
datos biogrficos de Lorca. Puede que su origen sean los problemas normales de un
joven o sus preocupaciones por su sexualidad, pero en este trabajo nos interesa ms
demostrar la existencia de esta desconfianza y sealar cmo se expresa esta actitud
en las obras juveniles.
Sea como sea, una y otra vez el joven poeta expresa esta desconfianza en sus
obras de varias maneras. En una lectura detallada encontramos que las ideas ms
recurrentes son: indicar la crueldad de Dios y la ausencia de salvacin, negar su
poder y sus atributos divinos, y presentar a personajes que niegan o dudan de su
existencia. En cuanto a la primera idea, describe un Dios cruel, sin compasin hacia
la humanidad y, al mismo tiempo, nos insina que no hay posibilidad de salvacin
en l. En el caso de la segunda, para el joven Lorca el Dios del Antiguo Testamento
es una figura cruel que no le ofrece la salvacin al hombre. Su desesperacin le
conduce a criticar al Creador y burlarse de l negando sus atributos. En relacin con
la tercera, en estas obras juveniles no solamente se niegan las capacidades de Dios
sino que incluso aparecen varios personajes que niegan su existencia. Alguna de
estas expresiones de desconfianza hacia Dios estn presentes en casi todas sus obras
juveniles, excepto en las inspiradas por canciones populares y en Comedieta ideal
la primera de esta etapa. Parece obvio que esta relacin de desconfianza era una de
las principales preocupaciones del joven poeta. A continuacin pasamos a analizar
siguiendo un orden cronolgico si esta desconfianza aparece o no en cada una de las
obras y cmo la expresa el poeta.
Teatro de almas. Paisajes de una vida espiritual fue escrita en 1917. En total son
siete folios. Antes de esta obra el poeta escribi otra con el mismo ttulo pero con
una extensin de un folio. Se ve la similitud del tema con Mstica de nuestro mundo
interior desconocido (1917), prosa indita de la misma poca.
Toda la obra tiene un tono pesimista, y el Hombre, uno de los personajes, habla de
una vida llena de sufrimiento ya en la primera escena:
HOMBRE. [] Hay dentro de nosotros una esencia de alma desconocida que nos hace
sufrir y pensar, sin que nosotros sepamos porqu [sic] [] (Garca Lorca, 1994, p. 98).
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La felicidad de los hombres depende de los Sueos, que les hacen desfilar ante su
vista la comitiva del placer y del dolor (Garca Lorca, 1994, p. 102). Sin embargo,
los Sueos no son libres de obedecer a otros espritus, y dicen: [nosotros los
Sueos] estamos supeditados por otros espritus que nos poseen y nos mandan
(Garca Lorca, 1994, p. 102). En la obra el destino siempre es trgico, pues es el
sufrimiento, y se insina que no hay posibilidad de salvacin:
HOMBRE. Nunca los hombres podremos aspirar a la suprema bienaventuranza, al
supremo estado (Garca Lorca, 1994, p. 98).
De este modo se crea un ambiente trgico que nos recuerda al espacio donde se
desarrollan sus tres obras rurales.
El MONSTRUO. Son graciosos estos juguetes. Voy a darle cuerda a ste [sic]. Seguramente
me divertir. / (Va al armario y coge al hombre) / Qu gracia! Habla Aqu est el
centro del juguete, lo que le hace gritar; le pinchar (Garca Lorca, 1994, p. 109).
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El Len, que resulta ser el Mal, burla al hombre y, finalmente, lo tira a la oscuridad:
LEN. Oy qu imbcil eres! Mi amo te dio esta forma fea y ridcula para divertirse;
pues bien, yo para divertirme tambin te doy este beso que te quemar siempre, a ver
si acostumbras a rer y gritar. Vete con los tuyos y que ellos sean como t. En verdad
que eres extrao y gracioso. Hemos hecho muchos muecos antes de llegar a ti y has
resultado el ms feo y el ms pretencioso Fuera de aqu!
(Lo arroja al abismo.) [] (Garca Lorca, 1994, p. 110).
A pesar de todo eso, Dios sigue con su siesta roncando. En su actitud no se siente
amor hacia el hombre. Esto nos hace pensar que el hombre es un mero juguete
del destino, que es un fruto del capricho de Dios y que se ve obligado a vivir el
sufrimiento sin salida ni salvacin. Mientras tanto, a lo lejos, se oyen a las iglesias
que lo alaban y al poeta que busca un verdadero Dios, lo cual acenta la ausencia de
salvacin y la impresin de desesperanza:
(Las iglesias, a lo lejos.) / Gloria a Dios que existe nicamente por nosotros! (Garca
Lorca, 1994, p. 110).
Este Dios no ampara al hombre y deja que el Mal haga con l lo que quiera. Si en
Teatro de almas la Voz 1 habla del sinsentido de pedir la salvacin a Dios, en esta
obra Dios es ms cruel y no es el que ama al hombre y ofrece la salvacin.
En cuanto a la negacin del poder y los atributos de Dios, la intencin del autor est
muy clara desde el principio y est llena de insinuaciones irnicas que hacen perder
la autoridad de Dios. Eutimio Martn piensa que la obra gira alrededor del descanso
del sptimo da de la creacin, a juzgar por la aparicin de un armario que encierra
una reproduccin de un hombre hecho de barro y en las diversas tablas del estante
miniaturas de tipos con todas las caractersticas de las razas pasadas y presentes
(Garca Lorca, 1994, p. 107) (Martn, 1986, p. 223).
En la pieza se trasluce que la creacin del hombre no le result fcil a Dios. Martn
opina que Lorca niega los atributos divinos (el poder y la sabidura) precisamente
porque el Creador necesit varios intentos hasta encontrar una forma para el hombre:
En el suelo hay casi desmoronados por el polvo, una pierna enorme unida a una cabeza,
un mueco roto que tiene la cabeza en el ombligo, etc., etc., todo como indicando
tentativas intiles hasta conseguir el tipo de hombre que est encerrado en el armario
(Garca Lorca, 1994, p. 107).
Adems, ahora el propio Dios confiesa que no sabe qu hacer con los hombres:
DIOS. Ah, ya, mi ltima caja de juguetes! Cunto nos hemos redo hacindolos! Pero
aqu me estorbaban. Son tan feos! [] (Garca Lorca, 1994, p. 108)
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A pesar de que le cost mucho crear al hombre de hecho, tuvo que hacer varios intentos
no parece satisfecho con el resultado y considera que el hombre es feo. Adems, Dios
no sabe cmo tratar a su criatura ni qu hacer con l. El poeta niega as la sabidura de
Dios, imagen esta que no coincide con la del Dios todopoderoso del cristianismo. De
este modo, la obra nos transmite la intencin del poeta de ridiculizar a Dios.
En la obra, el ngel del Seor, que es un agente de Dios, tiene el papel de comunicar
y realizar la voluntad divina. l anuncia a los Fantasmas la salvacin de Dios:
MUCHOS FANTASMAS. Cmplase la voluntad de l. Esperamos que nos lleve a su luz
mientras el misterio marchita las rosas de nuestros pecados. Toda la ilusin de nuestra
vida ha sido esta que ahora vamos a gustar. Nuestro pensamiento est puesto en l.
NGEL. As os salvaris del misterio eterno (Garca Lorca, 1997, p. 894).
Sin embargo, El Bho crtica la actitud de Dios, que salva solamente a los que le
siguen:
En esta obra este animal tiene la funcin de acusar al Creador. Y lo hace una y otra
vez al cabo de la historia.
El Dios al que sirve el ngel es implacable y no perdona a los fantasmas que
intentan escaparse de l. El Fantasma 1 huye de Dios por la duda que tiene hacia l
y llega a creer que es superior a Dios. Y el ngel lo castiga sin piedad:
FANTASMA 1. Dud siempre y ahora dudo ms siendo parte del misterio. Y dudo de
todo porque estoy convencido, o quiero estarlo, que mi espectro es mo y nada ms
que mo. Dudando de todo voy al infinito superior. Yo soy ms que Dios.
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Otro fantasma, el Fantasma poeta, huye de Dios negando el Amor a Dios y diciendo
que su amor es el amor nico:
EL FANTASMA POETA. Porque el Amor a Dios no lo sent nunca, ni lo siento ahora
que estoy cerca de l. El hombre teme sus castigos como teme su grandeza. El amor
a Dios no ha sido sentido por nadie en la tierra. Los que lo ansiaban no lo deseaban
por l mismo sino por ellos. Y los que lo amaron no fue con amor puro y sin mancha,
que hubiera sido el verdadero amor. Fue por sufrimientos de la carne e imposibles
realizables del espritu o por el terror a lo inconmensurable. Adivinaron la muerte y
quisieron sobrevivir. El amor a Dios ha sido siempre el eterno recurso del que llora sin
consuelo El amor que yo cantaba sobre mi sendero era el amor nico, la primavera
del alma. El odiado por Dios. Es lo que est encima de todas las cosas [] (Garca
Lorca, 1997, p. 897).
EL NGEL. As sea.
El BHO NIO. Eso es injusto, injusto! (Garca Lorca, 1997, p. 899)
El Bho 1, que protestaba por la implacable justicia de Dios, es tambin el que niega
la sabidura de Dios:
El Bho declara que Dios no es superior a todo ser, sino la verdadera luz que est por
encima de l. Adems, antepone su maestro Bho a Dios y al Budha. De este modo,
en la obra el Bho, smbolo de sabidura, no solo acusa al Creador sino incluso
cuestiona su sabidura. La imagen de Dios ofrecida en la obra es otra vez cruel con
la sabidura cuestionable.
Son once folios. Tiene un paralelismo con Mstica del dolor humano [y de la]
sociedad horrible (1917). La historia gira alrededor de los animales que se dirigen a
una reunin cuyo fin es combatir al hombre.
CORO DE CIGARRAS. Luz, luz, no nos atormentes ms! Ah, dioses implacables,
libradnos del canto y del fuego del sol! Oh silencio admirable, danos tus mantos de
sombra! ... (Garca Lorca, 1994, p. 124)
Las cigarras piden la salvacin en vano a los dioses. Aunque no se trata de Dios sino
de los dioses, puede sentirse la desesperacin por la ausencia de la salvacin. Y este
coro se repite al final de la obra.
En la obra, el Cerdo, que est a favor del combate contra el hombre, niega claramente
la existencia de Dios:
CERDO. Mientes, ese Dios de los hombres no existe, lo han inventado ellos (Garca
Lorca, 1994, p. 125).
Lorca escribi dos obras que se titulan Cristo: Cristo. Poema dramtico, una obra de
cinco folios y Cristo. Tragedia religiosa, de treinta folios. Ambas obras tratan de un
Cristo de 19 aos. Aqu hablamos de la segunda obra. Sus personajes principales son
Jess, sus padres y Esther, hija del fariseo Daniel y enamorada del joven Salvador.
En esta obra plantea una cuestin alrededor de Dios que aparece en el Antiguo
Testamento. Jos, padre de Jess, piensa que Dios ha dejado de hablar con los
hombres, cuyas voces ya no le llegan:
JOS. Hace ya mucho tiempo que Dios no habla con los hombres. l est ms all de la
humanidad. Ya no hay voces como la de Moiss que levanten la arena de los desiertos
y hagan descender al Seor hasta las cumbres de las montaas. Nuestras voces son
ms dbiles que las brisas y las arenas pesan ms a medida que pasan las noches sobre
ellas (Garca Lorca, 1994, p. 236).
JESS. / (Levantndose, y con voz terrible que suena en los campos como una campana
enterrada.) / El Dios de las Escrituras no ha existido nunca. La crueldad no anida en
su pecho de misericordia (Garca Lorca, 1994, p. 289).
Jess es quien cuestiona la figura del Dios del que hablan los sacerdotes y las Iglesias,
y se postula como el autntico Dios.
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Es una pieza completa de quince folios. En ella, Lorca nos habla de las sombras
que se encarnan en vidas diferentes. Segn el hermano del poeta, entre 1917 y 1918
Lorca mostraba una cierta inclinacin al exotismo y lea libros de filosofa india
(Francisco Garca Lorca, 1980, p. 161), cuya influencia est presente en la obra.
En esta obra tambin hay varios personajes que intuyen, aunque con dudas, la
existencia de Dios. Sombra 3 confiesa que sigue creyendo en la existencia de Dios, y
Sombra 2 le aconseja que lo oculte como si fuera un tab mencionarlo:
Las palabras de la Sombra 2 dan a entender que ya no cree que pueda ver a Dios. En
otro momento salen las sombras indiferentes hacia el asunto:
SOMBRA 1. Yo ruego a todas las seoras sombras que tengan paciencia; yo les aseguro
que al fin daremos con el reino de Dios.
SOMBRA VIEJA. S, pero nunca lo encontramos! Y ya hemos recorrido muchas
veces el mismo camino!... (Garca Lorca, 1994, p. 311).
De esta manera, estos personajes, a pesar de que hay las sombras que siguen la
bsqueda de Dios, nos hacen dudar de su existencia.
Jehov tiene doce folios. El ttulo es de Eutimio Martn. Trata del mismo tema que
Dios, el Mal y el Hombre, pero aqu el tono irnico y la burla hacia el Dios del
Antiguo Testamento son todava ms agudos.
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Sus quejas no se diferencian tanto de las de los ancianos que critican a la juventud.
Aqu hay un contraste entre el Jehov viejo y los ngeles jvenes, lo cual nos hace
pensar sobre su incapacidad de poner el cielo en orden por su vejez. Por otro lado,
la imitacin de la moda humana nos insina la supremaca del hombre que causar
la prdida de la autoridad del Creador. Y Dios, incapaz de reinar en el cielo, deja
a sus ngeles vestirse de manera ridcula: los ngeles se perfuman con agua de
colonia, hasta con ter (Garca Lorca, 1994, p. 323); un grupo de ngeles llevaban
sombrero calas; alguno iba vestido de torero (Garca Lorca, 1994, p. 325); con
Venus juegan al foot-ball [sic] los ngeles atletas (Garca Lorca, 1994, p. 328).
Adems, los santos tambin tienen comportamientos raros: anteayer amaneci
el toro de San Lucas con un par de banderillas (p. 325); Santo Toms se haba
encargado un sombrero de copa (Garca Lorca, 1994, p. 326); San Cristbal boxea
y San Jorge juega al tennis [sic] (Garca Lorca, 1994, p. 326). Parece que Dios ya
ha perdido su autoridad y la decadencia de su reino es definitiva.
As, ante esta lamentable situacin, Jehov se queja de que ya se perdieron los
buenos tiempos del Antiguo Testamento, lo cual pone nfasis de nuevo en su vejez:
JEHOV. (Sollozando y tosiendo) / Ay, dnde se fueron los buenos tiempos del Sina!
Los das felices en que ardi la zarza de Horeb.
NGEL. (Triste.) / Es que entonces, Seor, los hombres no haban inventado las cerillas.
JEHOV. Ay roto misterio del fuego! / (Limpindose los ojos.) / Me fastidia llorar
perlas! He dado toda mi levadura! Toda mi levadura! Estoy relleno de ceniza! Ya
no puedo clavar estrellas! Llev el infinito sobre mis hombros, pero el infinito se ha
desmoronado! (Garca Lorca, 1994, pp. 326-327).
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Jehov es muy viejo y ya no tiene el poder de antes. Adems, resulta que los buenos
tiempos se perdieron por culpa de las invenciones humanas. As, otra vez se revela
la impotencia de Dios. No puede hacer nada ante inventos humanos y ya no tiene
otro remedio que reconocer la supremaca del hombre:
JEHOV. [] Sin embargo, he de reconocer muy a pesar mo la supremaca del
hombre Este caramelo de malvavisco que me has dado cort mi tos por completo.
NGEL. El hombre es grande, Seor! Agradcele tambin las camisetas de punto []
(Garca Lorca, 1994, p. 328).
JEHOV. [] Si no fuera por la telegrafa sin hilos! Nos hacen tanto dao las ondas
desde que me qued manco con la electricidad. / (Una onda de una fuerza horrible
lanza el plato de Jehov sobre su cara, que queda embadurnada de merengue.) /
Ay! Estas bromas no me gustan! Cundo habr en el cielo un inventor que nos
libre de estas molestias! (Garca Lorca, 1994, pp. 328-329).
En esta obra que ridiculiza a Dios se oyen las voces de los hombres que niegan a Dios:
CORO DE HOMBRES. (Alto.) / No existes! No existes! [] Que te crees t eso
(Garca Lorca, 1994, p. 331).
Jehov pierde su autoridad por culpa del hombre y de sus inventos, y adems los
hombres no creen en l. As, la supremaca del hombre es mayor en esta obra.
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Solamente quedan tres folios, siendo uno de ellos el reparto y los otros dos la
conversacin entre el Trasgo y el Martinico.
De este modo, se repite aqu otra vez el tema de la crueldad del Creador.
A modo de resumen de la aparicin de la desconfianza hacia Dios presentamos
la siguiente tabla:
En el apartado anterior hemos visto que el joven poeta tena un tipo de desconfianza
hacia Dios y que lo expresaba en sus obras de diferente manera: haciendo hincapi en
su crueldad, negando la salvacin por l y sus atributos, ridiculizndolo y haciendo
salir a personajes que cuestionan su existencia. Al mismo tiempo, Lorca buscaba una
salvacin. De hecho, en estas obras juveniles se repiten los personajes que buscan el
Dios verdadero. En Teatro de almas se oye la voz del Poeta que lo busca: (El poeta,
muy lejos.) / El verdadero Dios est por encima de todo. Yo le buscar (Garca Lorca,
1994, p. 110). El Bho de El primitivo auto sentimental dice: Mis plumas y mis ojos,
que saben de la sombra, se quedarn sobre la tierra pero mi alma volar hacia la luna
en busca del maestro que nos aguarda (Garca Lorca, 1997, p. 893). En Sombras,
las sombras, aunque algunos dudan de su existencia, continan la bsqueda de Dios.
El poeta encuentra la salvacin en la figura de Cristo. En Msticas, sus prosas
juveniles, se ve cmo la figura de Jess le fascina. Eutimio Martn opina que Lorca
se identificaba con l (Martn, 1986, p. 210), lo cual cuestiona Soria Olmedo por el
peligro de la falacia biogrfica que denunciaron los New Critics (Soria Olmedo,
1994, pp. 35-36). En todo caso, nuestra intencin no es buscar el origen de su
fascinacin por Cristo sino ver cmo describe al Salvador el poeta.
JESS. Porque Daniel, como todos los fariseos, tiene lepra en el espritu, y me
da terrible amargura contemplar las llagas purulentas de su alma (Garca Lorca,
1994, p. 254).
JESS. No, madre! Que tus labios santos no digan nunca una mentira. El hombre
que deja secarse los lirios y no los riega porque es sbado tiene perverso el corazn.
Daniel es malo (Garca Lorca, 1994, p. 254).
JESS. [Daniel] Sabr la letra de las escrituras, pero no lo que las escrituras quieren
decir [] (Garca Lorca, 1994, pp. 254-255).
En la obra, Daniel es el smbolo de los mandamientos que ya han perdido el sentido.
Y Jess est muy seguro de que est diciendo la verdad.
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JESS. Mis palabras son tristemente verdad. Oyendo a nuestros hombres he adivinado
que la raza de Israel se pierde para siempre (Garca Lorca, 1994, p. 255).
El Cristo lorquiano lucha por la verdad. Es una persona que niega los mandamientos
del Antiguo Testamento y la crueldad de Dios. Y lo que quiere hacer es predicar el
amor (Garca Lorca, 1994, p. 288) a pesar de todas las dificultades que le esperan:
JESS. Prefiero las piedras a los corazones dormidos que me rodean! (Garca Lorca,
1994, p. 287).
Aqu vemos su imagen como smbolo de sacrificio que se repite en varias obras
posteriores como El maleficio de la mariposa (1920), Mariana Pineda (1927), y
Bodas de sangre (1933).
3.2. Sombras
En Sombras, las palabras de Sombra 1 revelan que Cristo no conoce a Dios y lo busca:
SOMBRA 1. [] Acaba de descender de los otros espacios un mensajero diciendo
que ha encontrado a Cristo en un rincn apartado de la inmensidad y le ha dicho
formalmente que l no sabe qu camino conduce al reino del Padre. Que l no
conoce a su Padre ms que de nombre y nos ruega con insistencia que si nosotros
damos con el camino que lleva al Todopoderoso le mandemos inmediatamente
recado (Garca Lorca, 1994, p. 311).
Eutimio Martn (1986, pp. 240-241) piensa que Sueo de Jean-Paul inspir a Lorca,
quien lo ley a travs de una traduccin. En la obra aparece un Cristo que no conoce
a su padre. Sin embargo, Soria Olmedo (1994, p. 47) lo cuestiona porque no se sabe
si el joven poeta conoca la obra de verdad. En todo caso, aqu lo importante es el
hecho de que Cristo busca al verdadero Dios como otras sombras.
3.3. Jehov
4. Conclusiones
Financiacin
El presente estudio se llev a cabo gracias a la financiacin otorgada por el Ministerio de
Educacin y Ciencia de Japn (JSPS KAKENHI nmero 24720155).
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Perfil de la autora
Naoka Mori es licenciada en Estudios Hispnicos por la Universidad Nanzan (Japn, 1995).
Diplomada en Cursos de Estudios Hispnicos por la Universidad Complutense de Madrid
(1996) y en Estudios Hispnicos de postgrado por la Universidad de Estudios Extranjeros
38 Cuadernos CANELA, Vol. 28
Abstract
This paper attempts to shed some light on Federico Garca Lorcas tragic worldview through
the analysis of a number of unpublished plays written in his youth. Such a view constitutes one
of the distinctive features of his work, as well as a key element to explain its success in Japan.
Although it will reach its highest expression in his later rural trilogy, Lorcas early plays
already attest to an emerging state of this tragic vision of life. Underlying such an outlook
was a deep distrust of the Christian God, a feeling conveyed in his first works mainly by the
following expressive means: a) portrayal of God as a cruel entity bestowing no salvation;
b) overt denial of the power and attributes of God; c) introduction of characters proclaiming
complete or partial disbelief in God. On the other hand, Lorca decides to perceive the Christ
as a figure epitomizing salvation.
Keywords
Garca Lorca, unpublished works, theater plays
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