La Revelacion Especial y La Palabra de Dios PDF
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ESPECIAL Y LA
PALABRA DE
DIOS
Bernard Ramm
A mi esposa
ALTA
quien tan maravillosamente ha cumplido
la palabra de verdad,
como coheredera de la gracia de la vida
(I Pedro 3:7)
BIBLIOTECA DE ESTUDIOS
TEOLOGICOS
LA REVELACIN
ESPECIAL
Y LA PALABRA
DE DIOS
Prefacio 5
EL CONCEPTO DE LA
REVELACION ESPECIAL
1 EL CONCEPTO DE LA
REVE LACIN ESPECIAL
LAS MODALIDADES
DE LA REVELACION
ESPECIAL
2 LA MODALIDAD DE
LA CONDESCEN DENCIA
DIVINA
1 Biblical Theology, p. 31
2 Principles of Sacred Theology, p. 258
La modalidad de la condescendencia divina 31
hombre como un Dios vivo y personal, que sale a su encuentro con voluntad
y con obras, que dirige a los hombres su propia voluntad y palabras, y que
se acerca a los hombres. Dios es el Dios vivo (Jer. 10: 10) (pp. 2425) (pp.
24-25).
38 La revelacin especial y la palabra de dios
25 Vase: Khler, op. cit., pp. 122.123; Knight, op. cit.; Heinisch, op.
cit., pp. 104106; Jacob, op. cit., pp. 7577; Vriezen, op. cit., pp. 247s.
46 La revelacin especial y la palabra de dios
13 Op. cit., p. 94. Las itlicas son del autor. Procksch afirma
que dabar vino a ser la ms pura expresin de la revelacin
(TWNT, IV, 94).
14 En TWNT, IV, 90-91.
La modalidad del habla divina 59
15 Vriezen (op. cit., pp. 94ss.) sigue la historia del trmino segn
iba amplindose su sentido. Vase tambin Warfield, The Inspira-
tion and Authority of the Bible, pp. 100ss. Procksch, concordando
con la extensa cita de Khler que ya hemos ofrecido, dice que el
concepto mismo de Palabra de Dios tiene un sentido de totali-
dad, de tal modo que el cuerpo total de los escritos de un profeta
es la Palabra de Dios (op. cit., p. 97). Vriezen menciona los modos
extremos de entender la expresin la Palabra de Dios. Algunos
afirman que todo lo que se refiere a la historia, la cronologa, la
ideologa, la naturaleza y la poltica ha sido dado por revelacin e
inspiracin. Vriezen cree que al decir que la Biblia es la palabra de
Dios debemos entender por ello que constituye la totalidad de las
revelaciones de Dios que se conservan, y que debamos contenta-
mos con esa afirmacin y abstenemos de definiciones ms detalla-
das.
16 Hemos desarrollado esta tesis en dos obras anteriores: The
Pattern of Religious Authority y The Witness of the Spirit.
17 Vase TWNT, IV, II: Jesus Christus, der logos tou theou,
pp. 126ss.
18 Vase TWNT, II, Jesus als didaskalos, pp. 155ss.
60 La revelacin especial y la palabra de dios
34 Ibid., p. 174.
35 Loc. cit. Segn el diccionario Webster, una leyenda es cualquier his-
toria procedente del pasado, especialmente una aceptada por la generalidad
de las personas como histrica, aunque imposible de verificar. La leyenda
no es necesariamente falsa desde el punto de vista histrico. Puede decirse
que la leyenda es historia deformada (EB, IX, 447). La principal dificultad
en lo que se refiere a la leyenda es el hecho de que sus aserciones histricas
no son verificables. y los elementos ficticios de la leyenda llevan al historia-
dor a la suspicacia acerca de la validez de todos sus elementos. Sin em-
bargo, en leyendas tales como las que rodean al Rey Arturo o Robin Hood
hay cierta mdula de verdad histrica. Existe una lnea entre la leyenda y la
historia, pero a veces es muy difcil de localizar.
Acerca del celo histrico de las Escrituras, es notable la firmeza con
que los autores del Nuevo Testamento rechazan los mitos. (Vase el
pasaje contundente de Sthlin: TWNT, IV, 772, 788, 793). Los escri-
tores del Nuevo Testamento oponen a los mitos de los hombres las ac-
ciones salvficas, histricas, reales y visibles de Dios, que constituyen
el centro del Evangelio y de la fe cristiana (ein giiufiches Faktum mit
dem ganzen Schwergewicht historischer Wirklichkeit Sthlin).
La modalidad del habla divina 67
Apocalipsis.36
Desde otro punto de vista, la revelacin especial es un libro
(biblos) o escritura (graphe).
Puesto que ms adelante discutiremos la naturaleza de
la revelacin y la historia, estudiaremos ahora slo lo que
se refiere al carcter literario de la revelacin especial. La
grandeza de las Escrituras no es fundamentalmente literaria.
Hay en ellas algunos pasajes excepcionales (v. g., la historia
del hijo prdigo o el himno al amor en I Cor. 13), pero su
grandeza no est en esta virtud. Las Escrituras son grandes
porque llevan la sustancia preciosa de la revelacin especial.
Las palabras de Cristo, por ejemplo, no sobrepasan la grandeza
literaria de Dante o Milton, pero su gran importancia est en
su revelacin difana de la verdad de Dios. Muestran sencilla,
directa y hermosamente, y con una autoridad perfecta, el
carcter, voluntad y naturaleza del Padre Celestial.
El problema para la comprensin de las Escrituras en
lo que a esto se refiere es la investigacin del modo en que
cada forma literaria sirve a la revelacin especial. Aqu slo
podemos trazar unos breves rasgos, ya que este tema requerira
un tratado aparte para hacerle justicia. Filemn lleva la forma
de una carta personal. Es una pieza literaria muy atractiva y
ciertamente es una de las cartas personales ms importantes de
la historia de la literatura. Pero la razn porque se encuentra
en las Escrituras es que sirve a la revelacin. Revela cmo el
Evangelio ya haba comenzado a transformar la vida familiar
del Imperio Romano con su principio de hombres nuevos en
Cristo viviendo juntos bajo la ley de Cristo, que es amor.
esta tarea se hace ms difcil por dos razones: (a) los eruditos
no concuerdan acerca del carcter preciso del conocimiento
histrico, ni tampoco en cuanto a las cuestiones de la
historiografa.30 Puede aun concebirse la posibilidad de que la
situacin cambie radicalmente, y que los historiadores busquen
la teora fundamental de la historiografa entre los historiadores
escriturarios. Por ejemplo, Vriezen afirma que la mayor parte
del Antiguo Testamento es historiografa. Es notable el hecho
de que el verdadero sentido histrico se desarroll tan temprano
en Israel. De todo el antiguo mundo oriental, fue slo aqu que
apareci una verdadera historiografa.31 En lo que a esto se
refiere, la opinin de Jacob es la misma.32
(b) La segunda dificultad se encuentra en la expresin revelacin
histrica. En qu sentido puede usarse dentro de este contexto el
trmino histrico? Si la revelacin no es en algn sentido histrica,
pierde su valor como hecho concreto. Pero si es histrica en el
mismo sentido en que lo son todos los sucesos de la historia, pierde
su importancia reveladora. Cmo puede la revelacin ser al mismo
tiempo verdadera historia e historia especial?33
Es aqu que encontramos entre los telogos contemporneos
ideas tan radicalmente distintas del cristianismo y la historia.
Cullman habla de la lnea redentora que comienza con el tiempo
primitivo
puesto que son grandes y maravillosas. Son obras del Seor Dios
Todopoderoso. Las acciones posibles al Seor Dios Todopoderoso
no estn limitadas por los axiomas de la historiografa cientfica.
En cierto modo, las obras maravillosas de Dios se
entremezclan con los hilos de la historia secular. Lucas, por
ejemplo, traza el marco de toda la historia, tanto universal
como local, al comienzo del ministerio de Juan el Bautista,
y luego seala: vino palabra de Dios a Juan (Luc. 3:1-3);
la historia est presente en esa palabra vino. Esta relacin
se encuentra tambin en los discursos profticos dirigidos a
las naciones alrededor de Israel. El caso ms notable es la
profeca de Daniel en que toda la historia del mundo (segn
se vea el mundo en esa poca) se bosqueja para servir de
teln de fondo a la aparicin del reino mesinico. Esto quiere
decir que no hay tal cosa como historia secular, una historia que
se desenvuelva como si no hubiese Dios. Las implicaciones de la
revelacin histrica, tanto en el segundo captulo de Daniel como
en la Gran Comisin (Mat. 28:18-20, donde el fundamento de la
evangelizacin del mundo es la autoridad de Jesucristo sobre
todo el mundo) son que toda la historia se desarrolla segn los
propsitos de Dios. El hecho de que el Mesas, por ejemplo, ha
de venir a este pueblo, en este lugar, en este momento, en estas
circunstancias histricas, se basa sobre la premisa de que el
Dios de Israel gobierna todos los pueblos, lugares y tiempos. 36
Por otra parte, es necesario afirmar que la realidad de la
revelacin histrica no coloca al cristiano en una posicin
superior para escribir la filosofa de la historia. Acerca
de la importancia de la mayora de los sucesos histricos,
un cristiano no tiene ms luz que un historiador secular. El
cristiano no puede dar una interpretacin especial del papel de
Bismarck-Schonhausen en la historia del pueblo alemn, ni
acerca de la historia china. Tampoco ha de pensarse que la
revelacin histrica capacita al cristiano para ofrecer acerca
de los sucesos polticos, econmicos o sociolgicos
36
Sabemos de esto a partir de la revelacin especial. Pero esto no da
a los cristianos el derecho de ver la historia del mundo con una actitud de
superioridad, puesto que el modo preciso del gobierno de Dios no nos ha
sido revelado.
100 La revelacin especial y la palabra de dios
38
Si los juicios morales forman o no parte de la historiografa cien-
tfica es algo que puede discutirse. Mientras
Acton lo afirma, Butter-
field lo niega (vase "Moral Judgments in History, The Philosophy
of History in our Times, pp. 228-247, ed. Meyerhoff). El historiador
puede expresar su juicio moral acerca de Hitler, pero el principio
moral no forma parte de las reglas de la historiografa. Butterfield
dice que slo Dios puede pronunciar sobre la historia los juicios mo-
rales adecuados.
102 La revelacin especial y la palabra de dios
41
La definicin de un organismo en el sentido filosfico que se
encuentra en el diccionario de Webster es: "dotado de una estruc-
tura compleja comparable a la de los seres vivientes; dotado de una
estructura, o constituyente de una totalidad, en la cual las relaciones
de las partes envuelven relaciones al todo que es independiente o
relativamente independiente de relaciones externas; constituyente de
una unidad compleja que se determina a s misma".
42
Hay una discusin de la unidad de las Escrituras, as como una
bibliografa que contiene los materiales pertinentes en la poca en
que fue hecha, en la obra de H. H. Rowley, The Unity of the Bible.
106 La revelacin especial y la palabra de dios
43
Este es un punto delicado en la interpretacin del Antiguo Testa-
mento. La interpretacin alegrica representa una vuelta atrs sin
norma alguna, mientras que el uso racionalista de la Biblia puede
negarse a volver atrs. Pablo ciertamente defenda este principio
retrospectivo, porque slo al regresar al Antiguo Testamento con Jesu-
cristo podemos ver su intencin divina. Vase II Cor. 3, especialmente
los versos 14-17.
108 La revelacin especial y la palabra de dios
manera que sta es vista por sus discpulos. Jesucristo era Dios
manifestado en carne.
Detenindonos por un instante en una cuestin crtica,
debemos notar que Cullmann se pregunta si el Nuevo Testamento
atribuye claramente la deidad a Jesucristo; es decir, es Jess
llamado Dios (theos)?5 Examinando todos los pasajes pertinentes,
Cullmann llega a la conclusin de que el Nuevo Testamento se
refiere a Jess como theos (v.g., Jn. 1:1; 20:28, 1:18; I Jn. 5:20,
Heb. 1:8 s., Heb. 1:10).6
Jesucristo es la Palabra hecha carne. El es el Seor del cielo
que toma la forma de siervo. Es el rico Seor del cielo que se
empobrece con nuestra humanidad para nuestra redencin. El
es el Hijo de Dios, procedente del palacio del Padre, que se nos
manifiesta como hijo de pobres padres judos.
En todas estas imgenes hay un elemento comn: una Persona
divina viene de un lugar de exaltacin suprema (representado
en el lenguaje humano por el cielo) y penetra nuestra esfera,
nuestro ambiente, nuestro universo y nuestra humanidad. La
encarnacin es una modalidad de la autorrevelacin divina, y por
ser encarnacin es una modalidad csmica. Pablo dice que esta
persona divina tom forma de siervo (Fil. 2:7). Juan afirma que
la Palabra se hizo carne (Jn. 1:14). El Padre enva al Hijo, y
el Hijo aparece en semejanza de carne de pecado (Rom. 8:3).
Este enviar y venir carece de sentido si no es un acontecimiento
csmico.7 El Hijo establece su campamento (sknos, una tienda;
skno, levantar una tienda; Jn. 1:14) entre nosotros y toma
sobre s las condiciones de nuestra existencia (Heb. 2:17). En
su naturaleza humana (cuerpo y alma), en estas condiciones
terrenas, y en el compaerismo
15
La expresin "recibir a Cristo" ha perdido su sentido en la jerga
evangelstica. Pero en el Nuevo Testamento es una frase muy vigo-
rosa en la que recibir representa la profunda respuesta humana y la
decisin ante las promesas de vida del Evangelio. Vase dechomai,
TWNT, II, 49-53.
120 La revelacin especial y la palabra de dios
16
"Cristo es la sustancia misma de la revelacin especial que se
halla documentada en las Escrituras, y el asirse de Cristo mediante
la fe presupone por lo tanto confianza en la revelacin cuya sustan-
cia El es" (Warfield, Calvin and Augustine, p. 106). Kuyper escribi:
"Slo de Cristo puede decirse en el sentido absoluto que la conciencia
La modalidad de la encarnacin 121
18
La dificultad del liberalismo religioso est en mostrar cmo una
iglesia (como cuerpo de Cristo) puede existir bajo sus presuposiciones
y no volverse una mera sociedad religiosa. Un grupo que se dedique
a cumplir las reglas ticas de Jess y a una imitacin de su piedad
religiosa no es el Templo de Dios y el Cuerpo de Cristo de la Epstola
a los Efesios.
La modalidad de la encarnacin 123
LOS PRODUCTOS DE LA
REVELACIN ESPECIAL
6 LOS PRODUCTOS
DE LA REVELACIN
ESPECIAL
4 Kuyper expres sus creencias acerca del habla como sigue: "El
habla en el hombre es el resultado del pensamiento, y en un esta-
do sin pecado este pensamiento es un fulgor del Espritu Santo. El
habla en una condicin sin pecado es por lo tanto el resultado de la
inspiracin del Espritu Santo. De aqu se sigue que en tal condi-
cin el lenguaje del hombre ha de haber sido el producto puro y
perfecto de una operacin del Espritu Santo" (The Work of the
Holy Spirit, p. 137).
132 La revelacin especial y la palabra de dios
5 Hay, sin embargo, dos comentarios acerca de este pasaje que son
interesantes. R. A. Wilson dice que sta es una historia "que el nio
moderno de diez aos aceptar generalmente, que el hombre de 20
que deja a un lado las cosas de nio rechazar, y que el filsofo de 40,
quien ha crecido en discernimiento tanto como en ciencia, volver a
aceptar algo sorprendido ante la magnitud de la verdad que en ella
se encuentra" (The Miraculous Birth of Language, p. 57).
Wheelwright comenta: "Quien dio nombre a las cosas no fue Dios,
sino el hombre. Es decir, que no hay una necesidad inherente de que
el nombre de cosa alguna sea lo que es; pero el hombre, la criatura
dotada de razn, las nombr por razn de su necesidad congnita
de hacer smbolos y de as referirse a cosas que ya no estn presentes
a sus sentidos. El acto primordial del hombre como ser contemplativo es
un acto de simbolizacin" (The Burning Fountain, p. 18).
Los productos de la revelacin especial 133
12
Naturalmente, es maravilloso lo que algunas culturas y algunos
hombres han logrado mediante el cultivo de la memoria. El precio
de la palabra escrita es que nos hace depender totalmente de ella y
debilita la memoria. Gilbert Highet seala que es posible componer
y transmitir sin la escritura obras de la extensin de la Riada y la
Odisea. (The Classical Tradition, p. 385). Tambin Nielsen ha notado
casos de un cultivo extraordinario de la memoria. El Koran fue pri-
meramente transmitido de manera oral; el rabino Johanan ben Zakkai
saba el Mishnah de memoria y saba tambin cunto tiempo tomaba
recitar cada prrafo; y miles de brahmanes aprenden de memoria las
152.826 palabras del Rigveda (Oral Tradition, 21 s s . ) .
140 La revelacin especial y la palabra de dios
13
En este punto, vanse las siguientes palabras del distinguido
filsofo britnico, H. J. Paton: "Es fcil para un grupo de hombres
inteligentes, si comparten las mismas presuposiciones, llegar a alguna
conclusin que les parece definitiva. Pero tales conclusiones no pue-
den influir en el mundo si no se desarrollan hasta formar un sistema
y se entregan al carcter permanente de la letra fra" ("Fifty Years
of British Philosophy", Contemporary British Philosophy, third
series, p. 344).
Los productos de la revelacin especial 141
10
En la filosofa el arquetipo es la verdad eterna, y el ectipo es su copia,
imagen, reproduccin o reflejo terrestre. En el arte, el arqueti-
po es la obra maestra y el ectipo es la copia del estudiante. En la
revelacin, el arquetipo es el conocimiento perfecto que Dios tiene
de s mismo y el ectipo es el conocimiento de Dios en la revelacin
especial.
152 La revelacin especial y la palabra de dios
21
Decimos esto sin olvidar el concepto hebreo de la verdad tal como
se le bosqueja frecuentemente en la teologa reciente. Vase: Hoskyns
y Davey. The Riddle of the New Testament, pp. 26ss.
22
El problema continuo de la revelacin (y de la inspiracin) puede
comprenderse mediante la historia del rey Midas. Todo lo que toca-
ba se converta en oro. Sucede tambin acaso que la revelacin y la
inspiracin transforman todo lo que tocan en oro (es decir, en la verdad
indubitable de Dios)? Si respondemos en la afirmativa, quiz vayamos
demasiado lejos, puesto que no querramos incluir dentro de esto, por
ejemplo, los sistemas de medidas de los judos, o algunas de las
costumbres judas practicadas por los cristianos en el Nuevo Testa-
mento. Si optamos por la negativa, nos har falta un genio que pueda
distinguir entre el oro y la materia que lo rodea. Quiz esto nunca
pueda hacerse bajo las condiciones de nuestra existencia histrica,
finita y pecaminosa; pero ciertamente podemos resolver en principio
esta cuestin si, como los reformadores, afirmamos que la esencia, el
clmax de la palabra de Dios es el Evangelio de Jesucristo, y a partir
de l nos dirigimos hacia todas las Escrituras.
Los productos de la revelacin especial 161
3 Los ejemplos que damos son casos en que cada verbo se emplea
con referencia a la revelacin. La mayora de ellos se discuten en el
TWNT.
4 Sealamos de paso que existen tambin personas reveladoras. As, el
profeta, el vidente, el apstol, el ngel (mensajero humano, Luc. 7:27)
y el discpulo son personas reveladoras, como lo son tambin el sabio
(Mat. 23:34) y el escriba (Mat. 23:34). Jesucristo como la Palabra de
Dios (TWNT, IV, 126ss.), Profeta (TWNT, VI, 842ss.), y Maestro
(TWNT, II, 155ss.) es la suprema Persona reveladora.
Los productos de la revelacin especial 171
5
En los versculos que se citan a continuacin aparece el sustanti-
vo dentro de un contexto de revelacin.
6 Nomos y el trmino hebreo torah, as como los trminos griegos
logos y rhema son palabras excepcionalmente ricas empleadas para la
revelacin especial. Acerca del nomos y torah, vase el extenso artculo
bajo nomos en TWNT, IV, 1016ss. Tambin pueden consultarse acerca
de torah las muchas obras recientes acerca de la teologa del Antiguo
Testamento. Vase tambin Procksch, TWNT, IV, 89-100. Acerca de
lego, lagos y rhema vase el extenso artculo del TWNT bajo lego.
7 Es grande el nfasis del Nuevo Testamento sobre la verdad. Bajo
una u otra forma, el trmino se emplea unas 170 veces. Acerca del
nfasis correspondiente en el Antiguo Testamento, vase Procksch,
TWNT, IV, 92. Procksch traduce el Salmo 119:160 como "Die Summa
des gottlichen Wortes ist Wahrheit" (prcticamente igual a la traduc-
cin espaola de Reina-Valera: "La suma de tu palabra es verdad".
Nota del Traductor).
172 La revelacin especial y la palabra de dios
12
"La importancia de la autoridad de los escritos del Antiguo Tes-
tamento, en cuanto nos comunican un conocimiento de la voluntad de
Dios, se afirma constan temente en el Nuevo Testamento" (Schrenk, op.
cit., p. 745).
13 Vase Schrenk, op. cit., p. 754.
Pablo no slo personifica el Anti-
guo Testamento sino que tambin lo hipostatiza. Hay un anlisis de
los modos en que el Nuevo Testamento cita al Antiguo en TWNT, IV,
110-111 .
Los productos de la revelacin especial 175
14
Esta estructura de promesa y cumplimiento puede verse tambin
en la estructura de sombra y substancia de Hebreos, y en la de hijo y
heredero de Glatas. Naturalmente, no se trata de un cumplimiento
mecnico, pero la Palabra de Jehov una vez pronunciada tiene una
energa y poder propios (segn la concepcin hebraica del dabar), de
tal modo que en el proceso temporal ella encuentra su propio cum-
plimiento. Merecen citarse aqu las palabras de Hans Engelland: "La
relacin entre el Antiguo y el Nuevo Testamento es, segn el testimo-
nio de este ltimo, una relacin de promesa y cumplimiento, de tal
modo que es necesario negar tanto la separacin de ambos Testamentos
como su equiparacin (Gleichsetzung) ("Schrift und Tradition", Theo-
logische Literaturzeitung, 85:19, enero, 1960).
176 La revelacin especial y la palabra de dios
17
La expresin "la Iglesia es la extensin de la encarnacin", an
cuando la defienden algunos bautistas (v.g., Carver), puede ser
peligrosa si opaca la divisin que aqu hemos establecido. Si da a la
Iglesia el poder de incluirse ella misma en la revelacin y la reden-
cin, se ha salido de sus lmites propios y se ha vuelto una influen-
cia corruptora en la vida de la Iglesia.
18 "Para Pablo, la doctrina cristiana es tradicin... y l requiere que
la Iglesia la retenga, pues de ello depende su salvacin (I Cor. 15:2)
(Engelland, op. cit., p. 175). Cullmann escribe: "En las Epstolas de
Pablo encontramos toda la terminologa juda referente a la tradicin.
Pero esto no es algo a lo que l se oponga. Por el contrario, Pablo
hace de la tradicin el objeto de sus exhortaciones"(op. cit., p. 12).
Puede verse un examen del papel de la tradicin oral en el mundo
antiguo, y de la capacidad de los hombres de memorizar grandes
cantidades de material y ensearlo a otros, as como un intento de
relacionar esto con las cuestiones bblicas, en Eduard Nielsen, Oral
Tradition, especialmente el captulo II, "Oral Tradition in the Near
East" .
180 La revelacin especial y la palabra de dios
20
Cullmann tiene razn cuando afirma que los judos pudieron haber
empleado contra Jess todos los argumentos que luego emplearon los
telogos catlicos (op. cit., p. 40).
182 La revelacin especial y la palabra de dios
31 Vase,
TWJNT,
V,
714-717.
192 La revelacin especial y la palabra de dios
32
Schrenk escribe: "La anttesis paulina nada tiene que ver con el
contraste entre la ley escrita y no escrita que era caracterstico del
pensamiento griego" (op. cit.,p. 769).
33 Vase Bultmann, thanatos, TWNT, III, p. 15, N 9 2, "Der Tod ist
Folge und Strafe der Snde.
34
El texto en que Pablo ms se acerca a una identificacin entre
gramma y graphe es II Timoteo 3:15 (hiera gramma), que parece
identificarse con la pasa graphe del versculo 16. Pero en el contexto
no existe afinidad alguna entre el modo en que Pablo utiliza aqu el
trmino gramma y el modo en que lo utiliza en los tres pasajes que
acabamos de discutir.
Los productos de la revelacin especial 193
(IV): La traduccin
Seccin 23 - La revelacin especial, las Escrituras y la traduccin
Las Escrituras fueron dadas originalmente en tres idiomas
hebreo, arameo y griego. Pero ahora la Iglesia se ha extendido a
todo el mundo, donde se hablan millares de idiomas. Se halla
la revelacin cristiana limitada a sus idiomas originales y a
las personas que pueden entenderlos, o es capaz de distribucin
universal? La respuesta es que la revelacin cristiana es
universal y que logra su universalidad de manera concreta
mediante la traduccin, de tal modo que las Escrituras
traducidas vienen a ser uno de los productos de la revelacin
especial.
(i) El carcter universal del cristianismo es la necesidad
que requiere la traduccin de la revelacin cristiana. Una de
las caractersticas notables del Nuevo Testamento es la
universalidad de su fe. Dios el Padre ama al mundo; Cristo el
Hijo muri por los pecados del mundo; el Evangelio es para
todo el mundo y para toda criatura; el Espritu Santo es
derramado sobre toda carne; y la Iglesia se compone de una
poblacin universal siervo y libre, judo y griego, rico y
pobre, etc. La Iglesia insisti en que no era un culto local o
una religin puramente nacional cuando se dio a s misma el
ttulo de universal, ecumnica, sinodal y
198 La revelacin especial y la palabra de dios
4 Whitaker ofrece seis razones por las que las Escrituras han de
traducirse: (i) Dios ha ordenado a todos sus hijos que lean las Es-
crituras, y esto slo es posible mediante la traduccin, (ii) El pueblo
de Dios debe estar armado contra el Diablo, y esto slo es posible si
las Escrituras estn traducidas a su propio idioma, (iii) Las Escritu-
ras han de leerse pblicamente para beneficio del pueblo, y esto slo
es posible mediante la traduccin, (iv) El Seor ha ordenado que
su pueblo ha de ser completamente instruido. En particular, han de
ensersele los grandes misterios de la salvacin. Esto es posible
slo si tiene las Escrituras en su propio idioma, (v) Cristo ense al
pueblo en su idioma, como lo hicieron tambin los apstoles en el da
de Pentecosts. Luego, la Iglesia tiene que instruir en el lenguaje de la
poblacin en que existe, (vi) La iglesia antigua seal el precedente
en el modo en que prontamente tradujo las Escrituras para beneficio
del pueblo (op. cit., c. xv, "Our Reasons for Vernacular Versions of the
Scripture", pp. 235-249).
Los productos de la revelacin especial 201
16
"Quienes tienen sensibilidad para la belleza del idioma ruso nos
dicen que es completamente ftil tratar de traducir la poesa de Push-
kin a cualquier otro idioma ftil, no ya para una computadora, sino
aun para el poeta ms hbil" (Locke and Booth, op. cit., p. v) .
17 Translation and Translations, p. 3.
Los productos de la revelacin especial 211
18
El ensayo ms completo hasta la fecha es la bibliografa anotada
de B. Q. Morgan, "A Critical Bibliography of Works on Translation", en
Interpretation, pp. 271-293. Puede verse el trasfondo general de la traduc-
cin en la cultura occidental en Gilbert Highet, op. cit., Captulo VI,
"The Renaissance: Translation" Una discusin seria de este problema es la
de W. F. Urban, Language and Reality. Si se desea una investigacin de
la traduccin bblica tanto antes como despus de la Reforma, vase W.
Schwarz, Principies and Problems of Biblical Translation. Julcs Moreau
trata de relacionar la lingstica moderna, la filosofa dirigida hacia ti
anlisis del lenguaje, y la traduccin en su obra, Language and Reli-
gious Language.
19 C. J. Cadoux, "The Revised Versin and After" (H. Wheeler Robin-
son, editor, The Bible in Its Ancient and English Versions, p. 251).
212 La revelacin especial y la palabra de dios
24
La expresin inglesa "retool" es utilizada por el Dr. R. E.
Longacre en un trabajo indito, "Items-in-Context and Translation
Theory".
25
Los antiguos telogos luteranos establecan una distincin
entre la autoridad "causativa" y la autoridad "cannica" de las
Escrituras. En su idioma original las Escrituras tienen ambas
autoridades; la traduccin slo tiene una "autoridad causativa".
Vase Heinrich Schmidt, The Doctrinal Theology of the Evangelical
Lutheran Church, p. 63.
216 La revelacin especial y la palabra de dios
INDICE DE NOMBRES
Acton, l0ln. Carnell, Edward John, 164.
Agustn, 6, 23, 10n., 120n., 131, Carver, William Owen, 179n.
137, 146. Cassirer, Ernst, 129,
Aristfanes, 14. 136, 195n.
Aristteles, 14. Clark, Gordon, 20n.
Arndt, Elmer J., 173n. Cleave, J. P., 204n.
Auln, G., 98n. Ayer, Alfred Coleridge, Samuel, 51n.
Jules, 146. Coprnico, Nicols, 203.
Baillie, John, 16n., 163n., 187n. Cullmann, Oscar, 78n., 94,
Barth, Karl, 5, 16, 20n., 21, 22n., 95, 108, 121n., 178n., 179,
23, 31, 34., 36n., 40n., 47n., 181n., 182n.
50, 51n., 68n., 74, 83, 93, Dante, Alighieri, 67, 163.
94, 95n., 96, 114n., 146, 150, Davey, Noel, 160n.
178n., 182, 184n., 187, 213n. Davies, T. W., 49n.
Bavinck, Hermn, 16, 16n., 19, Descartes, Rene, 85.
20n., 39n., 40n., 114n., 121n. De Wolf, Lotan Harold, 51n.
Beck, 94. Dillenberger, John, 20n., 21.
Becker, Cari, 95n. Dorner, August, 123.
Beek, M. A., 205n. Einstein, Albert, 203.
Behm, Johannes, 48n. Elliot, Elisabeth, 208n.
Berkeley, George, 85. Engelland, Hans, 175n., 178,
Berkouwer, G. C., 5, 16n., 34n., 179, 180, 182n.
42, 43n., 165, 178n. Engnell, Ivan, 143n.
Bernard, Thomas Dehany, 108. Erasmo, 193.
Bevan, Edwyn, 40n. Fairweather, A. M., 155n., 164n.
Bismarck, Otto, Prince von, 99. Fang, Achilles, 204n., 209n.
Booth, D. D., 204n., 210n. Fascher, Erich, 142n.
Brandwood, L., 204n. Fenton, J. C., 64n.
Brunner, Emil, o, 80, 83, 94n., Feuerbach, Ludwig A.,Sin., 146.
184n. Finlayson, R. A., 123n.
Buber, Martin, 159n. Foerster, Werner, 87.
Bchsel, Friedrich, 67n., ll0n., Foster, Michael, 39n.
178n., 179. Fox, James J., 40n.
Bultmann, Rudolf Karl, 94, 95n., Freud, Sigmund, 24n.
96, 192n. Frie drich, G e r h a r d, 173n.
Butler, Joseph, 34n. Gaebelein, Frank Ely,123n.
Butterfield, Herbert, lOln. Gaussen Louis, 206.
Buxtorf, Johannes, 56. Gingrich, 173n.
C a d o u x, Cecil John,211. Goethe, Johann Wolf-gang von,
Calvino, Juan, 8, 17,20, 29, 30, 208n.
31, 35, 59, 109, 110, 111, Gordon, George, 74.
120n., 131, 141, 146. 152, Greenleaf, Simn, 101.
153, 157, 183n., 193, 199. Grundmann, Walter, 86,88, 92n.
ndice de nombres 217
INDICE DE TEMAS
Encarnacin, 31, 192. transcripcin escrituraria,
Encuentro, 148, 149, 156, 157, 195.
159n., 161, 171. Iglesia, 102, 122, 135, 178;
Erudicin, 202. universal, 197s.
Espritu Santo, 42, 59, 60, 61s., Iglesia Ortodoxa Oriental,
62n., 79, 81, 101, 111, 112, 178.
122, 124, 138, 154, 189ss., Inspiracin, 81s., 120, 154,
193ss., 206; y Escrituras, 184ss., 213; concursiva, 60s.
175; y habla, 131n.; e inspi- Intelectualismo religioso, 12,
racin, 188; testimonio del, 152s.
146n., 147, 152, 154, 184n. Intencin de la revelacin, 121.
Espritu y letra, 189ss. Interpretacin, 202. 219
Evangelio, 117, 122, 153, 173, Jesucristo, 84, 85, 153, 170n.; y
191s.; e historia, 82; como el adopcionismo, 112n.; cru-
Sagrada Escritura, 194. cifixin, 79s.; su divinidad,
Exgesis, 213. llls.; su encarnacin, 109ss.;
Existencialismo, 24n., 159. su encarnacin y las Escri-
Experiencia religiosa, 145. turas, 118s.; y las formas
Falsos profetas, 48. de la Palabra de Dios, 154;
Fe, 152, 206; como asentimien- como mediador, ll0s.; como
to, 160, Mesas, 88; como Palabra de
164n. Dios, 58, 59; como poder de
Filosofa, 147. Filosofa de la Dios, 88; y los profetas, 60s.;
historia, 94. Forma externa, y el registro escriturario, 195;
204. Forma interna, 205s. resurreccin, 89.
Formas literarias, 63ss. Koran, 73, 82, 184n., 198,
Fundamentalismo, 56 s., 205.
101, 120, 153n., 184n. Lenguaje, 37s., 41; y comunidad,
Gloria, 46, 111. 134s.; y conocimiento, 136s.;
Habla divina como modalidad, y cultura, 133s.; y revelacin,
54. 129ss.; y vida eterna, 137s.
Habla proftica, 62. Lenguaje escrito, 173, 191s.; su
Habla y escritura, 139ss. durabilidad, 140s.; y habla,
Historia, 73ss., 78ss.; y creacin, 134ss.
86; sus caractersticas en el Lenguajes originales, 37, 206,
Antiguo Testamento, 100; y 208ss., 213.
la revelacin, 93ss.; secular, Lenguaje teolgico, 149, 150.
99, 100. Letra y espritu, 189ss.
Historia de la salvacin, 93s. Ley, 189ss., 194.
Hombre, su participacin en la Leyenda, 65s.
220 La revelacin especial y la palabra de dios