INDICE de CONTENIDO Obras Teatrales de Andres Eloy Blanco
INDICE de CONTENIDO Obras Teatrales de Andres Eloy Blanco
INDICE de CONTENIDO Obras Teatrales de Andres Eloy Blanco
Abigail
Resumen
Repertorio de Personajes
Camina la copla
Resumen
Repertorio de personajes
El pie de la virgen
Resumen
Repertorio de personajes
Los muertos las prefieren negras
Resumen
Repertorio de personajes
PROLOGO
CLEOFES. ABILIO.
UNA SIERVA. UN BRBARO.
DOS PLAIDERAS. UN HOMBRE FUERTE.
ILUMINADO. UN TAEDOR.
EFRN. BRBAROS.
GERN. AMIGOS DE ILUMINADO.
NICODEMO
Prefiero aquel que dice:
Slvame, oh, Dios, porque las aguas
han entrado hasta el alma!...
SERENA
No. Que son salmos de pena,
que son salmos sin fe; escuchad:
Cantar aquel salmo que dice:
Cantad a Jehov cancin nueva
porque ha hecho maravillas;
Salmead a Jehov con arpa,
con arpa y voz de canto!
y estar alegre, porque estoy gozosa;
no pedir nada
y todo me lo dar.
Estar alegre porque maana
ver todas las cosas;
l pondr las manos
as, sobre mis ojos,
y ver todo lo que existe.
Sabis?... Cuando todos moran de sed,
Moiss toc la piedra
con la vara de Dios
y salt agua.
En la piedra oscura de mis ojos,
El impondr las manos
y saltar la luz y estar toda clara
y beber la vida de los campos
y bebern los campos el agua de mis miradas.
NICODEMO
Qu fiesta haremos! A la era
y a los establos, gritando;
vers de oro el polvo de los trigos,
la cabra manchada,
y vers el toro blanco,
que se deja tocar los cuernos
y vers el ternero tuyo,
que si ya te quiere, ciega y todo,
cmo ser cuando lo ests mirando!
AMS
Yo ir contigo. Estaremos
en el atrio de los gentiles
cuando El llegue; le hablar
y te llevar de la mano
para que te cure. A m
me llevaron en una cama
y esperamos... esperamos...
Estaba la sinagoga
llena de enfermos sin fe;
pero yo crea; yo esperaba
y El toc mis piernas muertas
y anduve.
Y tras El andar hasta que El mismo,
como me hizo marchar una vez,
diga a mis piernas: Deteneos!...
y all quedar sembrando hasta que quiera volver.
AMS
Serpiente!
Mucho tardaste en morder la esperanza!
Saduceo! Todo lo niegas
porque no tienes ojos para ver!
Ms luz tiene sta en las pupilas,
porque tiene la esperanza y la fe.
GERN
Yo veo con los ojos y toco con las manos.
AMS
Y muerdes con los dientes en la carne creyente
y la envenenas tambin.
GERN
Pretendes que te crea tus historias
y tus milagros? Quieres que vaya
como t, detrs de un hombre,
como carnero detrs de un pastor?
T crees en tus cuentos. Yo no creo.
Djame en paz.
Creo en la tierra que da trigo y da frutas
y en la nube que da agua
y en el sueo sobre las hojas
y en el vino de las vias prietas
y en el pan blanco
y en m, que me como el pan,
hasta que la muerte me quite el mendrugo
de la mano tiesa
y en la boca
me ponga tierra.
SERENA
Pero ahora tienes agua
y pan y hojas buenas de dormir en ellas
y vias y ojos
y todo te lo dan, mendigo,
porque pides o porque esperas.
Si t esperas en El y pides pan
te dar pan, y no te dar tierra.
GERN
A ti te engaan, dndote una esperanza
que no se cumplir. Ciega quedaste
y ciega quedars y morirs ciega.
Yo s ms que vosotros, porque no creo en nada.
NICODEMO
Negars que el Rab hace milagros?
Aqu est Ams. En una cama
le llevaron paraltico
y El toc sus piernas y le hizo andar.
GERN
Un pasmo que tena. Y ha de ser mdico el Rab,
porque su mano toc el cuerpo
en el sitio daado
y le cur.
AMS
Apenas me roz con los dedos,
y anduve.
Quin va a hablarte a ti de estas cosas!
NICODEMO
Y yo? Un demonio tena en el cuerpo
y ech a volar de m
con slo tocar mi frente.
GERN
Visiones que tuviste
y huyeron para volver otro da
cuando el Rab haya marchado
y acabe tu creencia que te da fortaleza.
SERENA
Ya ves, a una mujer le devolvi la vista
y a otra le devolvi la voz
y de un pez hizo mil peces
y de un pan mil hogazas, porque comieron todos,
que hartos quedaron de comer.
Oye. T crees en Jairo?
GERN
Creo en Jairo.
Creo en Jairo porque soy mendigo
y Jairo me da el pan todos los das.
Y en cambio yo le cuido las reses
y hago prosperar los almcigos
y a la hora del hambre
vengo aqu y como pan y creo en Jairo.
SERENA (riendo.)
Y Jairo cree en El, Jairo que te da el pan,
porque el pan de Jairo viene de El
y si crees en el que te da el pan
negaras al que te da la creencia?,
si crees en Jairo, porque esperas de l,
negaras al que te da la esperanza?
Entonces, t no crees en Jairo
ni en los campos de trigo ni en las nubes de agua.
(Todos ren.)
GERN (se levanta)
Djame en paz!
NICODEMO
Pedir al Rab que te saque
los demonios del cuerpo.
GERN
Y yo te sacar los ojos
para que el Rab te haga ver de nuevo.
SERENA
Amos... Dnde est ahora?
AMS
Sali al mar muy temprano.
Los pescadores lo siguieron
sobre la mar en sus barcas vacas
y las redes quedaron secas
pero todos pescaban la palabra.
Ya debe estar de vuelta
y de peces del mar rebosarn las barcas.
NICODEMO
Nadie sabe de dnde viene.
AMS
Viene del desierto, de hablar solo,
de aprender la lengua de las bestias
y de los pjaros
y hasta sabr la lengua de las cosas
y entender a la piedra y al arenal y al rbol.
NICODEMO
Nadie sabe cmo se llama.
SERENA
Se llama... el Seor...
Se llamar acaso Enmanuel;
El no ha dicho cmo se llama.
Pero todos le dan un nombre
y as se llama para todo el mundo;
y su nombre es hermoso, como si tuviera el sol adentro:
Se llama Iluminado.
NICODEMO
Iluminado no es un nombre.
SERENA
Iluminado es un nombre,
es el nombre del Rab,
como mi nombre es Serena.
Se llama Iluminado,
porque lo dicen los ciegos
y los oscuros de la Tierra.
SERENA
Quin es Nathn?
NICODEMO
El hijo de la viuda. S le he visto.
SERENA
El resucitado del Seor!...
GERN
No estuvo nunca muerto...
NICODEMO
Muerto estuvo; en el atrio lo dijo.
(GERN se encoge de hombros)
Escuch de sus labios el milagro.
SERENA
Cuenta!
NICODEMO
Muri.
Su madre fue en busca de Iluminado,
El fue hasta Nathn y le dijo: Levntate!--
y Nathn se alz de su lecho
y anduvo.
GERN
Un sncope sera.
AMS
Fariseo!
SERENA
Y qu me contabas, Nicodemo, ayer,
de ese Nathn y la hija de Jairo?
NICODEMO
Todos lo cuentan. El resucitado
vino con su madre, entre la muchedumbre
que segua al Rab; sus cnticos
se alzaban por encima de todos
para alabar la gloria de Iluminado.
Pero una tarde, en la playa,
Abigal, la hermosa hija de Jairo,
paseaba con Efrn y al verla
qued enfermo de amor el mozo resucitado.
La sigue a todas partes, pero ella
ama al joven Efrn, aunque su padre
se opone; y por las tardes
hablan junto a las piedras mojadas
y junto a los cedros, en el camino de las ruinas.
Lea (confidencial), la madre, protege esos amores
y ha disputado con Jairo,
que quiere a Nathn por yerno.
Pero todo acabar
en la boda de Efrn, porque la moza
le quiere y cualquier da, los mendigos
beberemos el vino y la miel de las bodas.
SERENA
Es buena Abigal, hija de Jairo,
y el novio es bueno, cuntas veces
me dio la mano para cruzar la calle!
Dios bendiga el amor de Efrn!
AMS
Dios bendice el buen amor
y Efrn y Abigal sern esposos.
NICODEMO
Pero Jairo quiere a Nathn.
SERENA
Y Lea quiere a Efrn.
AMS
Y Dios los quiere a todos.
A Nathn le devolvi la vida
y a Abigal la entregar a su novio.
Contra el amor no hace milagros
el que de tanto amar es milagroso.
SERENA
Ams... el hombre resucitado
no morir otra vez?
AMS
Dios lo sabe!
NICODEMO
Cuando el Seor resucit a Nathn
dijo a su madre: Aquel
a quien mi mano resucita
no morir jams,
que lo que mi mano levanta
mi Padre lo hace inmortal.
SERENA
Ya vis. Nathn es inmortal.
Por eso le amar Jairo,
que ama en la gloria del Seor.
GERN (riendo.)
Y querra
un yerno inmortal, un buen yerno
que trabajase para todos
sin cansarse, porque es eterno...
SERENA
Gern, por qu eres malo
en la casa de Jairo, que te da de comer?
AMS
Porque l es el perro sin dueo
que tiene mil dueos y come de todos
y los muerde a todos despus.
GERN
Y t, perro judo?
AMS
Perro judo de Jerusaln,
que lame la llama del llagoso
y tiene la cola fiel
para el buen amo compaero
y tiene los dientes largos,
Gern, para el mal perro
que come el mendrugo y muerde la mano.
(Quieren pelearse.)
(Entra LEA, de la casa.)
LEA
Vais a reir?
GERN
Iba a pegarle a se,
que tiene la mentira en la lengua.
LEA (les mira. AMS no habla).
Gern, eres audaz,
la mentira se te cae de los labios.
Ams es un santo y aqu le queremos,
como queremos a Gern, el malo.
Serena! Esperaste mucho!
SERENA
Dios te bendiga. Esperar en tu casa
es tan bueno! Y yo vivo esperando...
Quiero tocar tus manos, Lea.
LEA
Tmalas... Son mis manos...
SERENA
Maana las ver... Ver tus ojos
y los del buen varn, tu esposo Jairo
y los de Abigal, tu hermosa nia
y los de Efrn, el que me da la mano... (bajo).
LEA
Tu fe te ha de salvar.
SERENA
Ver maana.
Y me hartar de ver hasta que el llanto
me venga tan copioso
que me ciegue otra vez de mirar tanto
LEA
Ams, viste a mi hija?
AMS
No la he visto.
NICODEMO
Yo vi a Nathn hacia los cedros
y juzgo que muy cerca
estar Abigal.
LEA
Nathn... Es cierto.
la sigue a todas partes.
SERENA
S, la ama.
Pero ella no lo ama
ni lo amar, verdad?
LEA
Nathn es bueno
y es la obra de Dios. Resucitado,
sigue a mi hija, siempre,
como si la grandeza del Seor
la siguiera con el mejor de sus regalos.
SERENA
Nada como el amor!... (avergonzada). Yo no am nunca,
porque sin ojos no se ve al amado!
LEA
La angustia me devora;
Abigal est enferma y ya es tarde;
con el fro de los cedros
se agravar y su padre me dar a m las culpas.
Si la ves, Nicodemo, dile que venga pronto,
que est enferma y el aire
del cedral es tan fro!... Yo me acuerdo,
cuando a la misma hora iba con Jairo!
JAIRO
Dios os guarde.
TODOS
Salud!
LEA (inquieta)
Sali un instante;
ya debe estar de vuelta...
LEA
Jairo!
JAIRO
Dime,
dnde est Abigal?
LEA
Ya vuelve!
SERENA (interrumpindola)
Jairo!
Nicodemo y Amos la vieron
en el atrio de los gentiles;
esperaba la llegada de Iluminado
para darle las flores y la miel de su huerto.
Nicodemo la vio... y Ams tambin,
y Gern... Verdad, Gern, que la viste?...
GERN (duda)
Verdad...
SERENA
Y estaba con Nathn, el hijo de la viuda,
verdad?
GERN
Con Nathn (brusco.)
JAIRO
Bien sabes que est enferma y estos das
son malos... Ha llovido esta tarde...
nuestra hija enfermar...
y has de llorar entonces... Serena, Dios te guarde (la besa).
SERENA
Dios te bendiga, Jairo!
JAIRO
Volvi el Seor, esposa;
vino del mar y est alegre esta tarde.
Sobre las piedras de la playa
nos habl con palabras nuevas
y era su voz ms alta que la mar agitada.
LEA
Ya est en su punto el queso de tus cabras
y rebosa la miel de los panales;
dos cuencos tengo ya; con pan reciente
los llevar maana con la aurora
Abigal.
JAIRO
Y llevar manzanas
y peras y racimos de la via
y todo el huerto, si llevar pudiera
todo el huerto al Seor!
Ha de ser maana el pan que coma
y la harina de trigo en flor.
Nicodemo!
NICODEMO
Seor!
JAIRO
T de mi huerto
coge las peras ms lozanas
y del naranjo la fruta amarilla
y las mejores manzanas.
T, Gern, del alfol
coge el trigo de grano gordo
para el pan de maana.
Ams, con la segur ir a los campos
para que hagis el cesto con las yerbas que traiga,
ha de ser jugoso de queso y de frutas
y dulce de miel y jarifo de flores
y muelle de musgo y alfalfa.
AMS (a LEA)
Dame la segur...
GERN
Dame
el aventador.
NICODEMO
Dame la escala...
SERENA
Y yo, qu hago?
LEA
T pondrs las flores
en el cesto.
Ms, cmo hars para agruparlas?
SERENA
Lo har con la nariz y con los dedos,
las de ms espinas las pondr a los lados,
las de ms perfume las pondr en el medio.
JAIRO
Pero primero comeris,
qu estamos hablando, sin comer? Ms tarde
pensaremos en todo. Venid. Lea, mi esposa,
Abigal no vuelve!
Maana estar enferma para la hora
de llevar el presente.
LEA
No ha de tardar...
LEA
(Vanse los mendigos al interior.)
Jairo, espera...
Dnde irs a buscarla?
JAIRO
No decais
que est en la sinagoga?
LEA
Es cierto. Espera...
(Entran de la calle, ABIGAL y EFRN. Ella viene de manto y l la sostiene, como enferma.)
Ah!
JAIRO (a EFRN)
Mi hija! Est enferma!
De dnde vienes con ella?
EFRN
Acaso el fro de la calle
la ha puesto mala, que de pronto
la he visto vacilar y he venido
a acompaarla, a sostenerla.
JAIRO
Mientes!
Contigo estaba, hacia los cedros
o hacia las piedras del mar!
(Le toca las manos.)
Quema de fiebre! Abigal! Mi hija!
JAIRO (dulcemente)
Qu tienes, hija?...
ABIGAL
Fuimos a los cedros
y a las piedras del mar; fuimos
detrs de Iluminado;
estbamos oyndolo
cuando sent de pronto un fro en todas partes
un fro que me quema de fro
y el cuerpo todo se me va a la tierra,
como si no fuera mo.
Y aqu, en la frente, como si la punta
de un hierro entrara y lo torciera todo;
estoy junto a vosotros y no os veo...
Ay! Mis pobres polluelos! Los apret en la mano!
Estn vivos! Todava estn vivos!
(Saca del manto un nido.)
Por el cedral, hacia las ruinas, padre,
Efrn cogi este nido.
JAIRO
Yo te lo guardar. Descansa ahora.
ABIGAL
No, aqu, junto al Sol, cerca del aire,
all adentro hace fro.
Quiero curarme con azul, con nubes,
con voz de los que pasan por el prtico,
con canto de ave que va dando vueltas,
con cielo entre los ojos,
con la boca salada todava
del mar de donde vengo,
con las uas amargas de clavar tantas veces
el nombre de la dicha en el tronco del cedro.
Treme, Padre, una silla, que aqu reposar...
LEA
Dame el nido. Tendrn hambre los pichones.
ABIGAL
Qu miedo tuve! Cuando Efrn suba
por las ramas altsimas, yo estaba
temblando.
Y suba y suba... y yo le gritaba:
Hasta cundo!
Me pareca
que se me iba hasta el cielo y me dejaba llorando.
All arriba
se puso a hacer piruetas
y se me acab el miedo
y me puse a rer...
Pero detrs de los cedros
vi a Nathn, que vena,
a Nathn, que me persigue,
a Nathn, que no me deja vivir!
y ech a llorar de nuevo. Efrn, desde arriba
me miraba y suba... Cunto sube!
Si estaba ya ms alto que las ramas,
si estaba a un salto de una nube!
Nathn se me acercaba; entonces
grit, llor ms... y me dio fro;
Efrn baj... y el otro se perdi por los cedros;
Efrn con los polluelos vino.
Pero ya estaba enferma! Por qu subir tan alto,
si ests sin alas y no es tuyo el nido?
EFRN
La culpa es ma!
ABIGAL
No, la culpa es ma,
que te mand subir
yo quise los pichones y t fuiste a buscarlos
y el que va hacia arriba
es como los pjaros,
encuentra tantas ramas
que no sabe en cul de ellas
hincar las uas y doblar las alas.
La culpa es ma... y de Nathn...
LEA
Mi hija, Nathn es bueno... Te persigue, es cierto,
porque te ama.
ABIGAL
Pero yo no le amo!
LEA
Pero l no te har mal. Efrn, le has visto.
No te odia, verdad?
EFRN
Nathn es bueno.
ABIGAL
Hasta la misma historia
de su resurreccin me da ms miedo,
cuando me mira, me parece,
que son dos luces alumbrando a un muerto!
EFRN
Descansa.
ABIGAL
Y su misma eternidad
me hace temblar, Efrn, de angustia!
Un hombre que ser eterno,
ser eterno como una tumba!
EFRN
Vuelve los ojos hacia los ojos
del que ensea la alegra de la vida fugaz!
ABIGAL
Hacia tus ojos, eternos, que no irn a la tierra
porque la luz va a la luz.
EFRN
Hacia mis ojos que viven de la luz de los tuyos,
Abigal,
y que tienen la eternidad de tus miradas,
la eternidad que dejas en m;
cuando se me mueren los ojos
para dormir,
tu recuerdo me los resucita.
Milagro de los ojos muertos entre la noche
e inmortales de tu luz, Abigal!...
ABIGAL
Tus manos! Tengo fro!
LEA
Ests cansada.
Vamos adentro.
ABIGAL
Ya mi padre vuelve...
(Entra JAIRO, trae una larga silla en forma de lecho.)
Aqu, cerca del aire...
Cerca del sol me pasar este fro.
(Se tiende en la silla; luego se incorpora.)
Padre, en las ruinas, unos pescadores
han alzado una choza;
sobre las piedras, sobre los muros derruidos,
se levanta alegre y fresca,
como salida del limo de los aos,
como florecida en la ltima primavera.
JAIRO
La he visto. Le cubrieron el techo con palmas
y todava tiene palmas verdes.
ABIGAL
Es cierto. Me parece
que aquellas ruinas que tuvieron vida,
quisieran retoarse de su tronco,
con el ltimo aliento de sus vidas remotas,
que alz erizadas torres ayer
y hoy apenas le da para una choza.
O es que los hombres son as;
son combatientes contra el tiempo,
pelean por eternizar
y de las ruinas elegidas por la muerte
se empean en exprimir lo perdurable.
Pobres hombres! La palma verde
que hace infantil la choza de las ruinas,
maana estar negra
y caer la choza misma;
el hijo del pescador
alzar en sus cimientos, sobre las piedras carcomidas,
coronada por el triunfo de la palma verde,
su voluntad de ser eterno en su cabaa de tres das...
JAIRO
Es humano el anhelo de perdurar.
ABIGAL
Los hombres
van escarbando la tierra y llamndola: Hija ma!
el que tiene sed pide agua, pero despus que la bebe
cree que se bebi el agua y el paisaje que tena.
Mis polluelos!
LEA
En el tiesto
los puse. Descansa.
JAIRO
Hiciste bien. Maana ir por ellas.
EFRN
Quise traerte un cuenco de miel.
JAIRO
Dos cuencos tengo.
EFRN
Estaba el colmenar pobre de trabajarlo,
recin estuvo la segunda cra
y ya escap el jabardo.
JAIRO
Maana enviar miel y queso,
y frutas a Iluminado.
JAIRO
Qu tienes?
ABIGAL
Padre! Desfallezco!
LEA
Dios nos salve!
JAIRO
Qu tienes?
ABIGAL
El fro
me sube ya a la frente! Madre! Madre!
No te veo! Los ojos
se van de m al azul y all se funden
en la luz de los cielos...
con las nubes adentro!
Y no ven nada! Efrn, sube a las ramas
ms altas, ms ac, junto a las nubes!
Padre! Me muero!
JAIRO
Hija ma, mi hija!
EFRN
Escucha, Abigal!
ABIGAL
Efrn! No veo!
Tengo fro!
JAIRO
Cubridla!
EFRN
Toma.
(le da su manto.)
JAIRO
Llevmosla a la estancia.
LEA
Dios! Seor!
(Llora.)
JAIRO
Ams! Gern!
LEA
Venid! Llevmosla!
(Entran precipitadamente AMS, GERN Y NICODEMO.)
ABIGAL
No, Padre! Aqu, dejadme aqu;
dejadme morir llena de luz.
S, ya veo, ya os miro.
La muerte viene, pero me devuelve
la luz; el cielo
me devuelve los ojos.
Te veo, Efrn, tu manto
no est sobre tus hombros.
(SERENA ha avanzado hasta el grupo.)
Qu bueno es ver, despus que no se ha visto!
SERENA
Verdad?
ABIGAL
Serena! Te veo! Os veo a todos!
SERENA
Qu bueno es ver despus que no se ha visto!
Ni se querr dormir por no cerrar los ojos!
ABIGAL (desfalleciendo.)
Ya vers! Ya vers!
Cuando la luz te lo ilumine todo,
todo ser nuevo para ti!
Te diremos: Este es un rbol,
esta es el agua, ese es el cielo!
Esta eres t y te vers hermosa,
como temblando en el estanque.
Ya vers! Cuando te diga: Este es el mar!
Te dar miedo!
Y cuando llegue la noche
creers que vuelves a estar ciega,
pero te pasar el susto con las estrellas.
Padre! Efrn! El mal retorna!
Tengo fro! Estoy ciega!
Padre! Me muero!
LEA
Corred! Mi hija se muere!
Traed al cirujano!
JAIRO
Traed telas calientes, que le templen el cuerpo!
LEA
Venid! Seor! Seor Jehov! Tu gracia!
SERENA
Jairo! No morir! Corre; en el atrio
de los gentiles est El, que venga
y Abigal no morir,
corre a la sinagoga o a la playa del mar
y vendr Iluminado
y la curar! Y esta noche
estar buena.
LEA
Ve t, Efrn!
(EFRN va a salir.)
JAIRO
No, yo mismo,
yo ir a buscar a Iluminado;
cubrid sus manos, que el calor la tenga.
(A los mendigos.)
Unos irn al mar, otros al atrio.
ABIGAL
Padre, que vuelvas pronto,
con el Seor de la mano!
(Salen JAIRO y los mendigos. EFRN se acerca a ABIGAL. Le toma las manos. SERENA queda de pie,
detrs, y LEA sentada a los pies de ABIGAL.)
EFRN
Pide fuerzas
a tu misma esperanza.
Habla como hace rato,
y olvdate del mal, mientras regresa
tu padre con Iluminado.
ABIGAL
Efrn, quiero vivir!
Ya vuelve la luz; ya te veo,
ya retorna la vida y retorna el deseo!
No, amado, no quiero morir!
Como la choza de los pescadores
quiero retoar sobre mis ruinas,
quiero erigir de nuevo mi juventud
sobre estos muros negros que me caen en los ojos,
quiero vivir el tiempo de quererte,
y se sacuda al viento de una hora
sobre mi alma tu amor, mi palma verde!
EFRN
Vivirs; no una hora, Amada, el tiempo
de agotar las primaveras que vienen;
hasta que vayamos los dos
por los inviernos largos calentando las nieves.
Vivirs muchas horas para el siglo
de amor con que los dos iremos a la muerte.
Los dos iremos juntos, moriremos un da
sobre las ruinas de la choza, pero la palma estar verde;
con ella haremos cintas y en la hermosa agona
nos atar las manos, nos ceir las frentes.
ABIGAL
Oye, madre; oye, Serena:
(LEA llora en silencio. SERENA escucha.)
una tarde, en el campo,
por el camino de Nam, venamos
mi padre y yo. Nos detuvimos
en la casa de Efrn; era en el tiempo
del esquileo. Entramos y la madre
nos dio leche de cabra.
Cuando hablbamos, omos de repente
como un lamento, como un llorar de nio
y vimos que un esquilador llegaba
con una oveja en brazos, del espartal vecino.
Efrn quiso que viramos la labor de esquileo;
el hombre trabajaba de prisa y sin piedad
hasta dejar desnudo al corderuelo
que nos miraba como si nos quisiera hablar.
Despus, mi padre entr a la casa
y yo fui con Efrn; paseamos,
corrimos el huerto y las veredas
entre las yerbas olorosas,
fuimos al establo, donde estaban los mulos
y el alto potro rebeln,
y hasta el bardal llegamos, que da al camino ancho
y all a un lado del portal,
estaba el corderuelo, desnudo con el fro,
mirndonos como si nos quisiera hablar.
Efrn quitse el manto; cubri con l la bestia
y la llevamos hasta el hogar.
Y yo empec a querer a Efrn
y quin me hubiera dicho
que el mismo manto que le dio a la oveja
me lo iba a dar para quitarme el fro!
EFRN
Cordera ma,
cordera,
que el mal esquilador dej sin vello,
blanca ovejuela con las manos fras!
Cordera,
junto al bardal, temblando, como queriendo hablarme,
encontr mi mejor oveja;
el portal de los cedros, donde coga un nido,
me le quit el velln, y me le enfri las manos,
yo la alc de la tierra que mojaba sus plantas,
la traje al hogar, la arrop en mi manto,
y ya maana saltar
y correr mi oveja, delicia de mi campo!
ABIGAL
Nathn!
LEA
Dnde est? Hija ma,
no ha venido nadie, ser la sombra de un pino.
ABIGAL
No, madre, es Nathn, ya viene
siguindome! Le he visto!
LEA
Hija, no temas. Si Nathn te ama,
no te har mal. El hijo
de la viuda es piadoso como un santo
y manso como un nio.
ABIGAL
Pero me sigue siempre! Y me seguir siempre!
Aqu vendr, porque lo he visto!
Nathn, el Inmortal, sigue mis pasos
con el silencio de un destino.
Es el destino, s! El destino que llega
siempre, que no muere jams!
mientras vivimos nos sale adelante,
y cuando morimos se nos muere atrs!
Es el destino!
SERENA
Iluminado
le quitar el amor que te tiene
como le quit a Nicodemo los demonios.
ABIGAL
No, contra el amor no puede Iluminado!
Ah! Efrn! Madre!...
(Desfallece.)
LEA
Hija! Hija! Espera!
ABIGAL
Efrn!
EFRN
No!, que no mueras todava!
Que el Seor va a venir! Mrame, mrame!
ABIGAL (balbuciente.)
S... te veo... te veo... Pero voy a morir...
Bsame, Efrn... as... Despus de muerta...
Vuelve a besarme as, cuando haya muerto...
Un beso que se vaya conmigo...
Besar a un muerto es enterrar un beso...
Me voy, Efrn...
Me voy, Efrn... es hermoso el camino...
Te veo... todava te veo!... Todava...
(Entra NATHN.)
Ah! Nathn!... El destino!... (con un grito desgarrador.)
(Muere ABIGAL.)
EFRN
Abigal! Abigal!... Es muerta!
NATHN
Muerta!...
(Corre y se echa a los pies de la silla, llorando.)
LEA
S, es muerta! Dios de los mortales!
(tocndola.)
EFRN
Abigal! Abigal!
(Cae sobre ella llorando.)
SERENA (sonriente.)
Por qu lloris? Efrn, no llores,
Lea, no llores; Jairo ya debe estar de vuelta,
vendr Iluminado con l,
tocar la frente de la muerta
y la muerta hablar otra vez.
Yo estoy contenta porque El vendr,
tocar mis ojos y ver,
ver a Abigal resucitada
y la gloria de Dios por la primera vez.
EFRN (serenamente.)
Creo! La esperanza sonre en tu labio, Serena!
LEA (alzndose.)
Corre a buscar a Jairo!
EFRN
Qu dices?
NATHN
Yo iba
a casa de Simn, al entierro del hijo...
llevaba el taedor y las plaideras.
Yo vena con ellos, cuando entr aqu!
LEA
El taedor! La muerte! Oh, Nathn, el destino!
T traas la misma muerte que esperaba ella!
EFRN
Voy a buscar a Jairo...
(Sale.)
NATHN
Me voy...
LEA
No, qudate,
hijo mo, Nathn, gloria de Dios!
Vengan los que han de llorarla,
llama a las plaideras y al taedor...
(NATHN sale. Queda LEA en silencio. Entra NATHN con dos plaideras como las de Alfredo
Oackley y un taedor.)
(Las plaideras quedan en actitud compungida; inician su labor con un sollozo lento, tranquilo.
SERENA viene a buscar tanteando a la muerta y toca a NATHN.)
SERENA
Quin es?
NATHN
Soy yo, Nathn.
SERENA
Nathn! El nio resucitado!
T la amabas... No es cierto?
NATHN
Yo la amo.
SERENA
Y por qu no pides al Seor que te cure
de ese amor, Nathn, si te cur de la muerte?
NATHN
Serena, si el mismo Dios que me volvi a la vida
me viniera a quitar el amor,
yo huira hasta las montaas, huira de l
como de mi peor enemigo.
Este amor es la obra de l.
Cuando me sac de la muerte
algo qued en m de difunto,
no poda, no poda resucitarme de un todo
y me puso este amor en el alma,
este amor que es la muerte o un reflejo suyo,
para que me quedara siempre
un poco de su reino donde pas un minuto!
SERENA
Entonces t no te curars,
y tampoco podrs morir de amor!
NATHN
Ni yo quiero morir. Cuando se ama
es como cuando se ama a Dios;
queremos vivir mil siglos para amar a la que amamos.
SERENA
Qu hermoso amor, Nathn! Y t no tienes celos de Efrn?
NATHN
No. Yo lo amo,
yo llevar a sus hijos a la orilla del ro
y lavar sus pies y aromar sus manos...
SERENA
Quin viene?
NATHN
Oigo la voz de Jairo!
LEA
Seor, Seor, t me la diste!
(corriendo hacia la calle.)
SERENA
Es El, Nathn?
NATHN
Es El, Iluminado!
(Entra ILUMINADO; viene detrs de JAIRO y le siguen hombres y mujeres. Entra majestuoso, pero
sencillo. EFRN le toma del traje y dobla las rodillas; caen todos a sus pies.)
JAIRO
Seor, pondrs la mano sobre ella
y ser salva y vivir!
(Se oyen sollozos de LEA y las plaideras.)
ILUMINADO
Por qu alborotis y lloris?
La nia no es muerta. Duerme.
EL TAEDOR
Como las piedras est!
ILUMINADO
No es muerta, duerme.
(riendo.)
EL TAEDOR (re)
Si la despiertas,
mi ctara y dos vacas con ternero de un ao
te llevar maana a tu portal.
SERENA
Yo creo!
No es muerta; est dormida;
el Seor la despertar
y cantar la gloria de Iluminado
que hace ver a los ciegos y a los muertos hablar.
JAIRO
Milagro!
LEA
Gloria al Seor!
GRITOS
Milagro!
ABIGAL
Efrn, qu tienes?... Creo que he soado...
Estaba dormida?
NATHN
Estabas muerta...
ABIGAL
Muerta!
NATHN
Como yo...
ABIGAL
Y cmo os hablo?
EFRN
El Seor te ha resucitado!
ABIGAL
Obra tuya, marcada de tu marca,
ir, Seor,
y slo para tu alabanza
ser mi voz,
no mover los labios sino para alabarte,
no mover los pies de donde estoy
sino para seguirte; no mover los ojos
sino para mirarte,
no abrir mis odos sino para tu voz.
ILUMINADO
Tuerce por toda senda, toma cualquier atajo
y en todo estar yo;
sobre el hombre que veas o en la cosa que toques,
ama, y ten pies y manos y labios para el amor.
ABIGAL
Efrn!
(volvindose hacia l.)
(Se juntan.)
SERENA
Seor! No morir de nuevo?
ILUMINADO
Aqul a quien mi mano resucita
no morir jams,
que lo que mi mano levanta,
mi Padre lo hace inmortal.
SERENA
No morir jams, es la obra del Seor,
eterna, para gloria eterna!
Quin es?
(AMS la toca.)
AMS
Ams. Ven, aprovecha...
Iluminado curar tus ojos.
SERENA
S! Quiero ver! Vamos, ya es tiempo!
Seor!
ABIGAL
Mi nido, mis polluelos!
GERN
Oyeme t, que haces milagros:
yo, no creo.
Si resucitas de veras,
resucita el polluelo!
(GERN la aparta bruscamente. Ella queda sonreda. GERN contempla los polluelos.)
TELON
El desierto. Arena. Cielo por todas partes. Una palma larga. Un pozo. En el cielo, estrellas, luna,
cometas; decoracin en fantasa. NICODEMO (anciano), un BRBARO, ABILIO. Duermen.
ABILIO (incorporndose)
Nicodemo!
(Volviendo a los otros que duermen.)
Llegaron peregrinos!
Nicodemo!
NICODEMO (alzndose)
Todava es de noche.
ABILIO
No est lejos la maana.
Llegaron peregrinos; mrales cmo duermen!
NICODEMO
Yo les sent llegar.
ABILIO
De dnde vienen?
NICODEMO
De Alemania. Del norte;
son grandes hombres rubios
y dos mujeres, una galilea
a quien llaman Cleofes
y una hermosa muchacha de Galacia
esposa del jefe brbaro; aqu duermen los hombres;
las mujeres estn en la tienda
con Efrn y Abigal.
ABILIO
Y Serena?
NICODEMO
Le quitaron su lecho; esa es la vida,
estar ciego y no poder dormir!
ABILIO
Ya despiertan.
EL BRBARO (incorporndose)
Salud!
NICODEMO
Salud! Apenas dormiste.
EL BRBARO
Duermo poco. Los hombres de mi tierra
no duermen mucho, que es molicie.
BRBAROS (se incorporan)
Salud!
NICODEMO
Salud!
BRBARO
Llamad a las mujeres!
(Salen los BRBAROS.)
NICODEMO
Vienes de tierras muy lejanas!
ABILIO
De tierras fras, verdad?
BRBARO
As, como la arena del desierto
se ve la nieve all.
NICODEMO
Pero tu esposa es de la tierra nuestra.
BRBARO
En Galacia viv dos aos,
de all vine con Glata, mi esposa,
hasta Judea;
all, mi hermano conoci a Cleofes
y cas con ella.
NICODEMO
Para dnde vais?
BRBARO
A ninguna parte. Ya hemos llegado
NICODEMO
Buscabais esta tierra?
BRBARO
Esta tierra buscbamos.
NICODEMO
Mal sitio para vivir
BRBARO
Porque lo ves ahora,
dentro de algunos aos, no habr en estas regiones
una ciudad tan hermosa.
NICODEMO
Pensis fundar una ciudad?
BRBARO
La fundaremos.
Hoy llegar otra caravana
donde vienen dos arquitectos
y mujeres y soldados
de mi tierra, la tierra donde se mata el sueo.
ABILIO
Hacia la mar, a cuatro marchas
existi una ciudad.
NICODEMO
Yo viv en ella;
all tenan su casa mis dueos.
Jairo era rico, a su casa
bamos los mendigos a comer de su pan;
Lea, su esposa, cuidaba de todos
y nosotros cuidbamos el huerto...
Jairo muri; su esposa muri... cuntos han muerto!,
y muri el huerto y muri la ciudad!
Abigal, la hija de Jairo,
fue la esposa de Efrn, que es nuestro jefe...
De aquel tiempo quedamos, Gern, el Saduceo,
Serena, la ciega,
nuestros amos, Abigal y Efrn,
y yo que estoy todos los das
en un da antes de morir!
Una maana, el huracn
cubri de arena y piedras lo que rest de la ciudad
y nos qued el recuerdo bajo los cabellos blancos
as como el huerto bajo el arenal...
GERN
Todos duermen.
(Se sienta.)
SERENA
Nicodemo, vinieron peregrinos!
NICODEMO
Estn aqu los hombres, Serena.
Van a fundar una ciudad en este sitio.
SERENA (palmoteando)
Una ciudad! Hermosa como aquella!
Lo haris muy pronto?
BRBARO
Muy pronto.
Hoy llegarn los arquitectos con los planos
y hoy mismo nos pondremos a trabajar.
SERENA
Qu pena!
Nosotros marcharemos maana
y cuando cure de mis ojos ya estar lejos para verla!
NICODEMO
Cuando te cures volveremos...
GERN (riendo)
Pues volveris muy pronto.
SERENA
Gern, por qu te res?
si has de ver el milagro, por qu lo niegas?
GERN
En cualquier arenal te llegar la muerte
y caers sonreda, con tu milagro a cuestas!...
Vas a hacer una ciudad en el desierto?
BRBARO
S.
GERN
Tambin haces milagros?
BRBARO
No creo en milagros.
GERN
Eres mi amigo y soy tu amigo; vamos
a hacer una ciudad.
SERENA
Dime, extranjero, en la caravana que esperis,
no viene un hombre a quien le dicen Iluminado?
BRBARO
Por estas tierras anda. Viene de lejos,
muy cerca lo encontramos; iba a pie;
dicen que en otro tiempo le adoraron las gentes,
pero ahora le echan de todas partes
porque nadie le tiene fe.
Dicen que hizo milagros...
GERN
A Abigal, mi ama,
la resucit, que era muerta,
y ya su esposo Efrn se dobla con los aos,
pero ella est joven, porque es eterna,
porque el que Iluminado resucita,
no morir jams y vivir ms que la Tierra.
Ya vers a mi duea Abigal, es lo mismo que era,
y nosotros ya estamos viejos
y tenemos la misma edad que ella.
GERN
Todos la ven joven; yo la veo vieja.
SERENA
Gern no cree en nada; es infeliz
porque niega.
Dime, extranjero, t crees, verdad?
BRBARO
Yo creo en todo,
yo creo en todo, porque lo que haga ese hombre
lo har yo tambin con mi fuerza.
SERENA
Pero t no podrs resucitar!
BRBARO
Lo har. Resucitar una muerta,
levantar aqu una ciudad,
donde no hay ms que arena
y la ciudad que yo levante prosperar en los siglos,
tendr torres altsimas y murallas
y erizadas fortalezas
y todos los siglos dando golpes
se rompern contra sus piedras.
GERN
Eso creis vosotros,
pensis meter la eternidad en un puo,
tenis la mana de perdurar,
para morir cualquier da;
y la muerte, sa s que es la eternidad...
Yo te crea un hombre
y eres lo mismo: un gusano con fe.
No quiero nada contigo.
BRBARO
Qu importa morir, si dejamos la obra
en roca sobre nuestra tumba
y la marca del hombre queda sobre la tierra,
el zarpazo del hombre, que no se borra nunca?
GERN
No hay sino una sola verdad:
el hombre. Yo soy mendigo...
Eres otro idiota.
Ya ni en el desierto
se encuentra un hombre.
(Se va).
SERENA
No, todo eso morir
como nuestra ciudad vieja;
lo que queda es la otra obra,
Abigal y Nathn resucitados,
gloria de Dios y su obra maestra!
Orgullo de Iluminado ser yo
cuando emprenda la marcha sin tropezar!
BRBARO
Nathn es un joven de Isakar,
que viaja con Iluminado?
SERENA
S. Le has visto?
BRBARO
Viene en la caravana.
SERENA
Viene! Viene detrs
de nosotros! Abigal!,
por todo camino que tomes
Nathn ir detrs de ti.
BRBARO
Es un hermoso nio!
NICODEMO
Tiene ms de ochenta aos,
pero es resucitado tambin...
BRBARO
Y no envejece nunca...
SERENA
Nunca... Esta tarde... me ir por el desierto
cantando!
Esta tarde me ver reflejada en el pozo,
cuando l toque mis ojos.
Le cantar mi cancin nueva;
primero cantar un salmo
del rey David! Ahora os ver a todos
y no tendr luz entre las manos,
que de tanto tenderlas para no tropezar,
ya parecen dos ojos mirando!
BRBARO
All viene tu dueo...
SERENA
El pobre Efrn, ms triste que mis ojos!
(Entra EFRN; pasea sus miradas por el grupo; busca sitio y se sienta junto al pozo).
NICODEMO
Efrn, cundo marchamos?
EFRN
Descansaremos hoy y ya muy tarde
saldremos, con el fresco de la noche.
BRBARO
Dnde vais?
EFRN
Hacia el mar. Vuelvo a mi tierra,
para morir junto a las ruinas de mi casa.
BRBARO
Pero all no tendris ni abrigo ni sustento,
que arrasada qued aquella tierra.
Si no es agua del mar no hallaris agua.
EFRN
Pero hay cavernas en las ruinas
y sobre las piedras alzar una casa.
Recogeremos el agua que llueva
y comeremos de los peces que estn ms cerca de la playa
BRBARO
Y cmo haris hogar?
BRBARO
Mucho debiste sufrir.
EFRN
Por qu? Sobre la Tierra
nadie fue ms feliz que yo.
BRBARO
Ya eres viejo, pero ests fuerte.
Por qu no te quedas conmigo
y trabajamos aqu y haremos una ciudad y sers rico?
EFRN
Voy hacia el mar.
BRBARO
Ve que ests viejo y morirs de sed.
EFRN
Voy hacia el norte.
BRBARO
EFRN
Voy a mi tierra.
BRBARO
Ve que tu esposa es joven,
es hermosa y morir de tedio...
Llevarla a aquellas ruinas, sin frutas y sin agua,
sera cruel...
BRBARO
Seremos amigos.
SERENA
Nos quedamos, Efrn!
EFRN
Nos quedamos.
Vamos a fundar una ciudad.
SERENA
Qu alegra! El Seor est cerca
y curar mis ojos!
(Entran GLATA y CLEOFES).
GLATA
Ya se ve la caravana,
ya estn llegando nuestros hombres!
BRBARO
Efrn se queda con nosotros!
CLEOFES
Te quedas! Abigal ya es nuestra amiga;
haremos casa grande para vivir con ella.
GLATA
Con las mujeres que vienen
haremos esta noche danzas.
CLEOFES
Y con la aurora iremos todos
a ordear las camellas y las vacas.
GLATA
Los jinetes harn juegos de destreza.
Nosotros haremos juego de batalla.
BRBARO
Vamos a recibir la caravana...
BRBARO
Los nios de mi tierra son hombres.
NICODEMO
Pero este sueo... Abilio!
ABILIO
Marchamos?
NICODEMO
Ven, no marcharemos,
ni has de dormir jams como has dormido...
(Salen el BRBARO, NICODEMO y ABILIO. EFRN atraviesa la escena, por el fondo. En primer
trmino, SERENA, GLATA y CLEOFES).
CLEOFES
El buen anciano anda triste.
GLATA
Tristeza de sus aos, junto a su esposa joven.
SERENA
Vosotras, las que estis amando ahora,
si hubirais conocido sus amores!
An es gallardo el viejo!
GLATA
Dicen que ms hermoso
no lo tuvo mujer de sus entraas
y de ms caridad, eso s lo s yo!
antes de cada tropiezo siempre me lo tropezaba!
(Por el fondo, derecha, entra ABIGAL precipitadamente; al entrar mira hacia atrs. Un
hombre viene persiguindola y llega hasta ella. Ella se detiene y le mira imperiosa).
ABIGAL
Cobarde!
(El hombre sonre y se va).
GLATA
Qu te hizo ese hombre?
ABIGAL
Anoche despert
y vi su horrible cara que me estaba mirando;
hoy me ha seguido por el campamento
y ha intentado cogerme las manos;
cuando llegu a vosotras...se fue,
Pero con una risa llena de dientes largos!...
EFRN
Qu tienes?
ABIGAL
Nada.
SERENA
Nada, Efrn. Abigal vena hacia nosotras
cuando encontr dos camellos echados
(riendo.)
Y se levantaron de pronto...
Ella crea que era el mundo
que se pona a andar... y se ha asustado!
EFRN (acaricindola).
Ya acab nuestro viaje,
Abigal. Aqu nos quedamos.
EFRN
El amigo extranjero
fundar una ciudad aqu; la fundaremos
y alzaremos una casa como aquella
sobre las arenas del desierto.
ABIGAL
Ah! Qu gloria! Y estar con vosotros!
GLATA
En la misma casa viviremos!
CLEOFES
Hoy mismo comenzarn los trabajos
para abrir los canales de riego,
que est el pozo dulce y apretado de agua!
GLATA
Ya veris cunta agua metida en el huerto!
ABIGAL
Hasta un ro haramos si quisiramos.
EFRN
Y hasta un mar con piedras, si piedras hubiera
y hasta un cedral, si hubiera un cedro.
(ABIGAL queda pensativa).
EFRN
S, que hasta las piedras son fecundas
y de su limo y de sus restos
viven los pedruscos que les caen al lado.
GLATA
Vuestros hijos murieron, verdad?
EFRN (sordamente).
Nunca tuvimos hijos.
GLATA
Yo tengo dos; en dos aos de esposa
ya tengo dos muy fuertes, con el pelo de trigo.
Tambin Cleofes tiene dos...
CLEOFES
En un ao apenas, tengo dos mellizos.
EFRN
Para fundar ciudad, han de ser hombres fuertes,
hombres que tengan hijos.
ABIGAL
Tu brazo ha de levantar ms piedras
que el de muchos mozos... que eres muy fornido.
EFRN
Yo estoy viejo...
ABIGAL
Yo har trabajo de hombre;
Quien no tiene hijos que dar, da sus lomos...
(mirando a EFRN).
Yo no tuve hijos. Yo soy estril
porque mor una tarde y el Seor me abri los ojos.
Yo estoy tocada de la mano del Seor
y su obra ha de ser pura.
Soy el orgullo de Iluminado,
que me hizo inmortal y sin dolor de entraa;
soy la obra del conquistador
y soy estril como una batalla...
(Solloza).
GLATA
No llores...
EFRN
Abigal... tu vida empieza
y el Seor que te alz de la muerte
te multiplicar sobre la tierra...
SERENA
Iluminado llegar,
los extranjeros lo encontraron;
llegar hoy quizs y te traer en las manos
una semilla de hijo
y a m una gota de luz;
por la ciudad nueva
lo llevar en mis brazos
y crecer y ser tan fuerte
que l me llevar a m, de crecer tanto.
(Asoma NICODEMO).
NICODEMO
Ya estn aqu los arquitectos.
GLATA
Vamos!
ABIGAL
Esperadme en la tienda...
GLATA
Ven...Nuestros hijos ya habrn despertado.
SERENA
Nicodemo!
NICODEMO
Aqu estoy.
SERENA
Ensame otra vez el aire de aquel salmo;
que primero ha de ser un salmo de David.
Nicodemo, dame la mano...
ABIGAL
Por qu no seguimos nuestro viaje
hacia las ruinas, hacia el mar, hacia los cedros?
Yo vena contigo tan contenta!
bamos hacia nuestra juventud,
hacia los das de la palma verde!
EFRN
Para qu? Ya no hay nada entre las ruinas,
la palma se sec y los cedros
tendrn acaso nidos grandes
con pjaros de presa;
las grandes aves de combate
ya habrn tomado aquellas ramas.
ABIGAL
Yo quiero ir hacia el recuerdo...
EFRN
No. Tu puesto no est en las ruinas
sino en lo que renace...
Acurdate: T eres la resurreccin,
tu puesto est aqu, donde resucitan las cosas,
donde se alzar la ciudad sobre los arenales.
El recuerdo es para los viejos,
como a un bastn nos agarramos a l
y vamos caminando hasta que en un hueco se nos cae..
ABIGAL
Ir contigo, tomaremos de all
un cedro y unas palmas,
los traeremos a este sitio
y aqu haremos nuestra casa;
puede que subas tambin a los rboles
y encuentres un nido de pjaros pequeos...
y aqu viviremos en nuestra choza,
yo, con mi fardo de eternidad,
t con tu bastn de recuerdo...
EFRN
No, t debes quedarte... Sabes?... mejor sera
que yo marchara solo... S... yo ir ms aprisa...
Yo traer en los camellos
el cedro y las palmas
y unas piedras del mar, de aquellas ya redondas
ya aquellas erizadas de puntas,
deben estar muelles del golpe de ola
y estarn buenas de sentarse en ellas;
y traer acaso un nido... por qu no?
quiz en las ramas tiernas habr nidos pequeos...
ah! traer conchas de la playa,
caracoles rosados; acaso en uno de ellos
se habr quedado retorcido
uno de aquellos cantos nuestros...
Un caracol es un ave, es un ave
que cantaba y le torcieron el cuello...
Traer para una choza grande, con palmas verdes.
Traer...
EFRN
Por qu? Te digo...
ABIGAL
Te digo yo que t no volvers!
Efrn! Por qu me engaas, si ests llorando todo?
Si ests, Efrn, de lgrimas, que no te caben ms!
EFRN
No, Abigal!
ABIGAL
Si yo lo veo
desde hace tiempo! Tus ojos
huyen de m, buscas el sitio solitario;
en las caravanas te vas adelante,
se te cae la congoja al travs de las marchas,
no me ves ni me buscas; en la mano
tienes la boca siempre puesta,
como si no se acabara nunca
la retama que traes en ella!
A veces te sales del camino
y si no te llaman, te pierdes,
porque t no vas marchando, Efrn!
t te vas t mismo caminando siempre,
t has volcado los ojos
hacia ese camino hondo que por ti mismo desciende;
el pie te sangra entre la propia entraa
y te ratificas por dentro y te transitas
y tu planta no cesa de recorrerte;
hasta que salgas de ti y me mires
y como entraste en ti, entres en m,
me transites toda con la planta sangrada,
te laves la duda en mi sangre silvestre,
y hasta mi corazn llegues un da
y abras, Efrn y all te encuentres!
EFRN
No, Abigal! No eres t! Yo te amo!
Es que ya estoy acabando el viaje...
Es que estoy anciano...y comprendo...
ABIGAL
Qu comprendes?...
EFRN
Eso.
Acaso es poco comprender...
comprender que estoy viejo estando viejo!...
T eres joven. Recuerda...Ahora
hablbamos con las mujeres de la caravana...
Cuando te dije que nos quedbamos,
que no seguamos ya hacia nuestras ruinas,
el contento te salt a los ojos
y a los labios. Cmo reas!...
Despus comprendiste...Cuando dije que haramos
un mar con piedras, si piedras hubiera
y hasta un cedral, si hubiera un cedro,
comprendiste, pero yo tambin,
Abigal, yo comprendo
Yo te llevaba a las ruinas,
a apoyarte en las ruinas de un lado
al fastidio de una vida con el recuerdo,
y del otro lado en un viejo...
ABIGAL
Te segu a todas partes
y a todas partes te seguir...
EFRN
Como a un padre...
ABIGAL (sollozando.)
Como a un amante!
Como a un esposo! Como a Dios, Efrn!
como el agua del ro sigue al agua del ro
y al llegar a la mar se hace amarga como l.
EFRN
Pero cuando yo llegue a la muerte...
Entonces...t quedars en la playa,
agitars las manos, te perders de vista...
y quin sabe
hasta qu temporales navegar mi barca!
Yo no tengo derecho!
Cuando mis manos eran fuertes
y tena en la boca el fresco de mis uvas,
yo poda tenerte en las manos frutales
y apurarte como un vino.
Pero ya no tengo manos
sino una zarza en cada brazo
y el labio se me seca de saborear los aos.
El ave que no tiene alas para la fruta
y ya la boca tiene el freno sin espumas,
debe esperar la fruta al pie del rbol.
Abigal, mi amada, ya cuento casi un siglo
y de tu eternidad bastante me ha tocado!
ABIGAL
Cuando llegue la muerte yo quedar en la playa
y despus ir por el mundo;
ser el dolor eterno
y han de ver todos los hombres cmo camina una tumba!
EFRN
Te queda la vida!
ABIGAL (impetuosamente.)
Me queda la vida!
T no comprendes, no, t no comprendes!
Si t ests ciego, si t no ves sino tus propios pies,
si t no ves sino el hueco que tienen ya por delante!
Si t no ves sino tu pedazo de camino
y el mo no lo ves porque es interminable!
Si t no ves que eres feliz
al lado mo! No sabes, no sabes!
Eres el hombre de cabeza blanca,
eres la vida que declina,
maana estars ms viejo, tendrs una mansa vejez,
Vers el final de la vida
con todo lo que tiene de gracia y de recuerdo,
y ese grato sopor de irte sintiendo leve,
de irte sintiendo liviano sobre tu carne;
tendrs razn para gozarlo todo
porque vas a morir, exprimirs cada momento
y sonreirs, apoyado en mi brazo,
mientras te llega la hora de caminar por el cielo;
y morirs un da como quien se va jugando,
con esa gracia de nio con que se mueren los viejos!
Y yo ser eterna, yo no encontrar nada
en nada, no aprovechar ni un momento;
nada ser amado por m
porque todo ser eterno;
sufrir la vida perpetua, para gloria
del que toc mi frente y me sac del lecho,
y como no morir nunca,
quin sabe a quin van a darle lo que me toca en el cielo!
(Solloza.)
EFRN (implacable.)
Pero eres joven, Abigal,
joven y fiel, amada ma... Joven
con carne joven... y quin sabe
si tu suprema tortura
es que tu carne pide carne!
ABIGAL (espantada.)
Efrn!
EFRN
S!
ABIGAL
No, Efrn! Ests loco!
EFRN
S! Lo est diciendo tu angustia!
Lo estn diciendo tus ojos, esposa,
que se espantan de ver lo que nunca han mirado!
ABIGAL
No! Para la carne tengo uas
y tengo piedras y tengo ltigos;
tengo todas las espinas del mundo
para meterme por ellas!
EFRN
Y tienes el pecado,
que si no le temieras no buscaras espinas...
ABIGAL
Y tengo tu recuerdo, Efrn...
(Llora).
EFRN
Vamos!...
Para qu pensar en lo que viene?
Quin sabe si el destino nos estar escuchando!
No llores...
ABIGAL
Si no lloropero...me hace llorar
este poco de muerte que me regala el llanto...
(Entra SERENA.)
SERENA
Abigal!
ABIGAL
Qu quieres?
SERENA
Sabes lo que han trado
los hombres de la caravana?
Un gallo y unas gallinas.
Y unos gansos, que haremos corrales,
y cuidaremos la cra.
Tambin trajeron un pelcano
de esos que dicen que se abren el pecho
y le dan la sangre a sus hijos.
T crees eso?
ABIGAL
Yo creo...
SERENA
Pero dicen que es el macho el que se sacrifica.
La hembra pica a los pichones,
los desangra y se mueren los pobrecillos
y el macho entonces se hiere l mismo
y con su propia sangre los va resucitando.
Pero a la hembra no le hace dao;
l se muere y los otros quedan vivos,
hace como los palomos,
toma la vida y la da con el pico...
SERENA
Y quedan como yo?...
EFRN
Como nosotros,
bebiendo agua salada, abrindose el costado
y buscando la verdad del lado adentro de los ojos...
SERENA
La Verdad!
(Van saliendo juntos SERENA y EFRN.)
ABIGAL
La verdad de cada uno...
EFRN
Quiero ver el pelcano que trajo la caravana...
SERENA
Yo quiero ver a Iluminado.
ABIGAL
Espera un poco...Viene a pie...hoy mismo
llegar a nuestras tiendas.
EFRN
Ya vuelvo...
(Salen. Queda ABIGAL sola, una angustia secreta la sacude.)
ABIGAL
Seor! Aydame!
Escndeme, Seor, en el hueco de tu mirada!
ABIGAL (volvindose.)
Ah! Todava!
EL HOMBRE FUERTE
Todava. Te busco.
ABIGAL
Qu quieres?
EL HOMBRE FUERTE
Te quiero a ti. Marchar contigo
hacia los bosques, donde soy el dueo.
Sers feliz; mira qu fuerte soy.
Vamos.
ABIGAL
No quiero!
EL HOMBRE FUERTE
No importa. Quiero yo.
(Avanza.)
ABIGAL (retrocediendo.)
Pero no quiero yo. Cobarde!
EL HOMBRE FUERTE
No importa. Soy fuerte y te deseo,
lo que yo quiero lo tomo; soy fuerte.
ABIGAL
No te acerques! Llamar a mis hombres
y te matarn!
ABIGAL
Ah! Socorro! Efrn! Efrn!
No, perdn! Efrn! Seor!
(Luchan.)
A m, los hombres!
(Entra EFRN. Corre al grupo, toma al agresor de un hombro y le separa de ella. Pero el
agresor vuelve sobre l; luchan, lo derriba y quiere marchar sobre ella. En este momento
entra ILUMINADO. Al ver aquello se interpone, arremangando su brazo, musculoso, con el
bastn en alto. Al mismo tiempo. NATHN corre a ella, que vacila y la sostiene.)
ABIGAL
Nathn! El destino!
(Queda como desvanecida en sus brazos).
ILUMINADO
As es. T y yo; siempre juntos.
Somos lo nico que lucha.
ILUMINADO
Levntate, Efrn; tengo sed...
ILUMINADO
Gracias. Ahora
quiero descansar, que no he dormido.
ILUMINADO
Es dulce...Tanto sol a cuestas
se apaga con tu agua,
como si se ocultara tras los cerros.
(Sobre la palma cada, se sienta; a su lado, ABIGAL; en frente. en el suelo, EFRN. NATHN
queda de pie detrs de ella.)
ILUMINADO
Levantaris una ciudad.
Ser muy hermosa hasta que deba serlo.
Un da dormir en ella
y otro da dormir donde ella estuvo, en el desierto.
Pero lo que mi mano levant
no morir jams!
(con orgullo.)
Del agua del pozo
tomaris el agua,
hasta que la fuente comience a secarse
y empiecen las piedras a quemar los pies.
ABIGAL
La tierra se abrir otra herida, Seor
y viviremos de ella.
Como el pelcano se herir la tierra...
EFRN
Como el pelcano, que muere
para que los dems puedan vivir...
ILUMINADO
Nada ir muriendo, que no deje un poco
para que vivan los dems!
Todos son el rico que deja la hacienda
y todos toman la heredad.
Viva eternamente lo que tocaron mis manos,
lo que yo puse a andar
para que fuera la flor del Padre
sobre los caminos sin paz.
Horno de vida donde yo hice fuego
no deje nunca de dar pan.
EFRN
Todos irn muriendo y los que t levantaste
se irn quedando solos.
ILUMINADO
Conmigo se quedarn,
y los otros irn al Padre.
Yo mismo estoy quedando solo por mi camino
y voy hacia mi obra cuando quiero descansar,
mi perfecto imperio son los nios,
el que marcha junto a ellos no se cansa de marchar.
(Entra el BRBARO.)
(Poco a poco la aurora ha ido entrando.)
BRBARO
El sol! Al trabajo!
EFRN
Vamos.
ABIGAL
Espera.
Queda aqu junto a El, mientras yo traigo
las frutas y el queso
y la leche de vaca.
ILUMINADO
Espera. No tengo hambre.
Quiero dormir ahora.
(Va deslizndose del tronco hasta quedar con la cabeza apoyada en l. Habla
semidormido.)
GERN
Pero los hombres no dormimos de da.
ILUMINADO
Los hombres duermen de da y de noche
y se quedan dormidos por fin...
Yo tengo los ojos de Dios, Padre de todo
y ya lo ves...quiero dormir
GERN
Soy mendigo y no quiero que duerman
los que tienen qu dar.
ABIGAL
Callad...No lo despertis.
Id al trabajo... Yo velar su sueo...
EFRN
No vienes...?
NATHN
Qudate aqu...Yo ir al trabajo...
EFRN (lentamente)
No, yo ir al trabajo...Qudate...
(Quedan mirndose.)
(Entra SERENA.)
SERENA
Dnde est?... Dnde est?...Seor!
(Se detiene en el centro, como tendiendo las manos hacia alguien.)
Has llegado por fin! Has venido!
Seor, mis ojos te esperaban para verte!
SERENA
Tiene los ojos cerrados?
ABIGAL
S.
SERENA
Pobrecillo!
Tiene los ojos cerrados!
Cantar para que duerma mejor...
(se sienta al lado de ABIGAL; sonre.)
que con los ojos cerrados no me podr abrir los mos...
Maana,
ir a los campos, Seor,
con los ojos abiertos;
y los viejos caminos
volvern...
Ver de nuevo el sol
y las montaas
y cantar, Seor,
maana...
(Mientras ella canturrea, EFRN va saliendo y NATHN baja la cabeza. ABIGAL esconde la
cabeza en el regazo de SERENA y llora...Ella le toca la cara...)
Lloras!
ABIGAL
Llorar...es la mitad de un ciego;
es como abrir los ojos entre el agua.
GERN (entra)
Silencio! El hambre y el milagro trabajan...
ILUMINADO (despierta)
T y yo somos la nica fuerza del universo;
para tu fe en la duda toma un hambre y descansa.
(Vuelve a reclinarse.)
TELON
La azotea est cerrada por columnitas speras, retorcidas; al centro, en el fondo, se abre un
arco amplsimo, de curva sinuosa; cuelgan de l racimos de piedra. Por el arco se ve
anchamente la ciudad; torres bizantinas, torres de Gaud, rascacielos, cpulas del Sacr-
Cur, torres del palacio de la Seora, aglomeracin de grandes cestos de piedra,
entrecruzados, a la manera cubista o a la manera de aquellos palacios de Tipolo. Un haz de
reflectores hace en pleno da un ngulo ms poderoso que el Sol. Lo poco de cielo se
puntilliza de luces humanas, artificiales.
ABIGAL est sentada, casi echada en un ancho divn; a su lado, en el suelo, SERENA, la
joven ciega. Hay la actitud de contar un cuento. Visten ambas elegantemente: ltima moda.
Aos 1950 a 2000.
ABIGAL
Y se durmi con la cabeza
sobre el tronco de palma...
Yo estuve llorando
hasta que me dorm tambin;
la ciega,
quin sabe hasta cundo cantara!
que cuando abr los ojos,
ya con el sol en el copo del cielo,
ella cantaba todava.
SERENA
Pero, cuando Iluminado despert,
ella qu hizo?...
ABIGAL
Ella trajo agua del pozo,
lav sus pies y sus manos.
Despus, trajimos queso y frutas,
leche de vacas y camellas
y comi...
SERENA
Y luego?...
ABIGAL
Luego, Serena le dijo:
Seor! Mis ojos quieren verte
pero estn oscuros.
Tcalos con tus manos.
Pero cuando El le dijo:
Abre los ojos y mira.
Ella mir y qued encandilada,
como ms ciega que antes,
rea y lloraba
y corri a ver todas las cosas...
El primer da andaba buscndolo todo para verlo,
que tropezaba ms que ahora por andar tan aprisa...
Pero no vea sino cansancio,
hombres angulosos de cansancio,
sudor, viejos de ochenta aos,
brbaros que golpeaban los caballos flacos,
yo, que andaba triste,
y el desierto eterno de largo y de ancho,
el desierto amenazador
como la mitad de un camino
y tiendas desflecadas a un ventarrn caliente
y feos camellos monumentales...
y se vio ella misma en el pozo,
vieja, casi un hilo el cuerpo
y todava en los ojos ese mirar bisoo
del que recin estaba ciego.
Desde ese da se puso a morirse
y casi nunca estaba con los ojos abiertos...
La encontramos muerta con una mano sobre la frente
No poda con la luz..., estaba muy vieja...
SERENA
Cuntos aos hace?
ABIGAL
Ni yo s,
dos mil! Los que hicieron
esa ciudad, y sus hijos
y los nietos de sus biznietos
ya no quedan ni en polvo sobre la tierra.
Si abriramos sus tumbas no seran ms que huecos.
Todos se van...Yo recuerdo apenas
un poco de todo;
mi esposo Efrn, que march una tarde
y le encontraron muy lejos ya con tierra entre los ojos.
Abilio...y Nicodemo...
y despus...mil aos murindose todo...
(Evocadora.)
SERENA
Por qu me llamaste Serena?
ABIGAL
Por eso.
Te encontr y al verte,
me pareci que encontraba a Serena,
la de la casa de mis padres...
Te traje conmigo y conmigo te quedas.
T me dijiste que te llamas Egl,
pero yo te digo que te llamas Serena...
SERENA
Serena, s, quiero llamarme as,
ciega y junto a ti,
Serena!
ABIGAL
Y me ir pareciendo que comienzo a vivir...
SERENA
Oye.
ABIGAL
Di.
SERENA
Me ensears ese salmo
que la otra Serena le cant al Seor
cuando El hubo hecho el milagro?
Quiero cantrselo yo tambin,
porque El abrir mis ojos...
ABIGAL
T tambin?
SERENA
S; Iluminado
est en la ciudad y curar mis ojos;
cuanto yo vea ser nuevo,
ciudades y cielo, todo para m!
Yo ir abriendo los ojos poco a poco,
no vaya a encandilarme la luz!
Los abrir sin susto, como si todos los das
los abriera, as, muy natural,
y marchar poco a poco,
como indiferente,
que nadie sepa lo alegre que voy,
que no sepan lo que voy gozando,
porque si llegan a saberlo,
empezarn los hombres a golpear los caballos...
ABIGAL
Y se pondrn todos viejos
(acaricindola)
y el viento soplar sobre las tiendas
y vendr el desierto trayendo su pozo
lleno de agua triste parecida al llanto,
para que te estrenes los ojos...
(Entra NATHN. Va hacia ABIGAL y se sienta a su lado.)
NATHN
Hermana, descansaste?
ABIGAL
He dormido; ahora
contaba cuentos a Serena...
NATHN
Pobrecilla. Est esperando
como la otra.
ABIGAL
Y curar tambin. Yo le ensear un salmo...
para que alabe las manos milagrosas...
NATHN
Hermana, vine a buscarte.
ABIGAL
Dnde vas?
NATHN
Al estadio.
Hay juegos hoy; es muy hermoso;
hay un atleta que detiene un auto en su carrera,
otro que salta de un avin a un caballo,
otro que arroja el disco,
y una mujer que rompe la bayoneta de un soldado,
como si rompiera una espiga.
Hay un domador de leopardos
y corredores que silban como flechas,
un gran len uncido con una oveja a un carro.
Despus habr juegos de luces,
y una avispa elctrica
ms fuerte que diez elefantes...
Te distraers, hermana.
Quieres...?
ABIGAL
No, hermano, yo lo he visto todo,
yo he visto a los atletas,
a los corredores; he visto juegos de luces;
he visto a las ovejas con los leones...
Y he visto a los atletas despus, viejos;
los que detenan un caballo,
apenas si podan detener
un golpe de tos con una mano...
Ya estoy cansada de todo eso;
he visto morir tanta gente a mi lado,
que soy un campo de batalla
y estoy cubierta de soldados.
Nathn, t eres feliz,
y debes ir al estadio.
NATHN
Feliz...Yo iba a los juegos
para llevarte,
soy feliz de encontrarte una risa,
pero he visto tambin muchos muertos!
Yo no s para qu vivo!
Pero estoy contento de vivir
para andar completndote el paso.
Ya tengo una razn de no morir jams,
la razn de la sombra de rbol
donde te echas a descansar.
ABIGAL
Nathn, mi hermano!
Por qu nos dejaron as?
Por qu no te am a ti, si ibas a estar siempre
junto a m?
Si estoy hecha para la eternidad,
por qu no estoy hecha para ella?
Si el corazn no se ha de parar nunca,
por qu huye siempre de la cosa eterna?
Todo lo perecedero
me enamor;
el amor se me fue tras el hombre mortal
y sin embargo, sala de mi corazn;
as es, as es la mariposa,
un momento de ala en el nombre de Dios...
T, que debas ser
el amor, el amor, sin descanso,
ya t ves, a ti no te am,
y tu amor inmortal nunca se me quej;
me perseguas amante, pero no me alcanzaste hermano
t eres ms grande que yo,
t eres el orgullo del milagroso.
NATHN
Yo te disfrutar en la gracia
de tu futuro amor; Abigal,
vendr un hombre mortal
y lo amars.
Te dar un hijo el Seor
y lo llevar a la orilla del ro
y lavar sus pies y aromar sus manos.
Tendrs un hijo que andar conmigo;
por todas partes, siervo suyo,
caminar con tu hijo,
y tendr un hijo de tus manos
y as tendrs un hijo mo...
ABIGAL
Yo soy estril.
NATHN
No...No lo sers;
con fe se tiene un hijo y hasta un Dios.
Nada hay ms doloroso que el parto de las vrgenes,
pero no hay un hijo mejor.
ABIGAL
Yo tengo dos mil aos de piedra y arena;
en m no florecen sino pirmides,
en m no florecen sino tumbas
y una esfinge acaso,
la mitad fastidio, la mitad pregunta.
NATHN
Y un oasis...
ABIGAL
S, con dos palmas
que un recuerdo aleja y un recuerdo junta.
NATHN
No dudes, hermana, que es pecado...
ABIGAL
Dudar? Mil aos de certeza para la duda?
(Entra la SIERVA.)
SIERVA
Seor, tu amigo est esperando en el jardn...
ABIGAL
Tu amigo? Tienes un amigo?
NATHN
S, un amigo. Iba a los juegos con nosotros,
quiso acompaarme hasta aqu,
pero me aguarda en los jardines.
ABIGAL
Debes acompaarle al estadio.
NATHN
No ir al estadio; le dir que se vaya.
(sbitamente preocupado.)
ABIGAL
Sabr alguna historia tu amigo?
Trele aqu y nos la contar...
Cmo se llama?
NATHN
Mirza.
ABIGAL
Mirza! Hermoso nombre!
Llmalo.
NATHN
Mejor es que se vaya...
ABIGAL
Por qu? Tomaris un coctel
y luego os iris a los juegos.
Llmalo, no s por qu
me parece que tu amigo ha de saber historias...
NATHN
No sabe nada...Mejor es que se vaya...
ABIGAL
S, tu amigo sabe historias,
llmalo...
SERENA
Hablis de amor?
ABIGAL
Un poco.
Nathn estuvo siempre enamorado de m,
pero yo no le am nunca;
le quiero como a un hermano
SERENA
Pobre Nathn!
ABIGAL
Es verdad. Pobre Nathn!
Es el sediento que se hiri la mano
y fue bebiendo y calmaba la sed
porque no vea que era sangre suya
y que era l mismo el manantial.
SERENA
Pero cuando se agot la sangre,
el sediento muri de sed...
ABIGAL
Porque no era inmortal.
Sed la de los que no mueren nunca
y all se quedan sin sangre, secos como el desierto.
Sed la sed de morir
con un poco de agua en el labio mortal!
(Entra NATHN, triste.)
Dnde est tu amigo? Se ha marchado?
NATHN
No. Aqu est mi amigo. Mirza! Ven.
(Entra EFRN.)
ABIGAL
Tomaris un coctel y contaris historias.
EFRN
Soy Mirza, el amigo de Nathn.
ABIGAL
No..., no...T eres Efrn, mi novio...
Eres el mismo... Las piedras, los cedros...
Un nido cerca de las nubes...
T eres Efrn...
EFRN
Bueno, si t quieres,
ser Efrn...
ABIGAL
S, yo quiero...!
Mi novio, mi seor!
Con tierra entre los ojos te encontraron,
pero bajo la tierra estaba el pozo
y al tocarla con mis dedos dos manantiales saltaron!
Ah! Estoy loca! Perdn! Estoy loca!
(volviendo en s.)
Ven, tu rostro me ha recordado
el rostro de mi esposo que muri,
un muerto que tiene dos mil aos!
Ven, Mirza, contemos historias...
Mirza..., es hermoso el nombre.
ABIGAL
Es cierto; Efrn...es ms hermoso... Efrn,
verdad?
EFRN
Es mucho ms hermoso
y yo me llamo Efrn...Toda la vida
me llamar as...
ABIGAL
Nathn, hermano...Ven. Nuestro amigo
Efrn va a contar una historia.
Verdad que nuestro amigo se llama Efrn?
NATHN
S, hermana. Se llama as.
ABIGAL
Esta tarde iremos a la choza
que mand hacer en las vegas del ro;
es de palmas, Efrn, y siempre hay una,
una palma sola,
verde...Yo cuido de tenerla siempre
verde como la memoria...
O si queris iremos a los juegos...
EFRN
No, aqu estamos mejor...
SERENA
Abigal,
Por qu le cambias a todos el nombre?
Yo soy Serena y l Efrn...
ABIGAL
Serena,
Yo s ms vuestro nombre que vosotros.
Cuando se tienen mil aos, todos los nombres se saben,
se conoce la sombra donde dormimos un da
y se les pone a los muertos su nombre cuando renacen..
Cuenta una historia...
EFRN
La historia de los prncipes y la esmeralda?
ABIGAL
La conozco!
EFRN
La de la piscina y el pez enfermo?
ABIGAL
La conozco!
EFRN
La del colibr y la rosa envenenada?
ABIGAL (desesperada)
La conozco!
EFRN
La del resucitado?
ABIGAL
La conozco! Todas! Y esa del resucitado,
ms que todas!
Tanta ola de historia se me muri a los pies,
que la playa que tena me la cubrieron de rocas!
Cuenta una historia tuya.
EFRN
Yo estoy naciendo ahora,
hace un instante me pusiste el nombre.
ABIGAL
S..., es verdad, Efrn...Yo contar la historia
La de la ciudad destruida;
una ciudad hermosa;
desapareci,
pero los hombres levantaron otra...,
y cay tambin,
y los hombres siguieron levantando ciudades,
los pobres! Todo se les mora
al salrsele de las manos!
Pero haba una torre
que no caa nunca, desde la primera ciudad,
y ni siquiera tena un nido,
ni una yedra, ni un costado negro
de esos como sombras donde se echa el siglo,
como sombra de ojo cerrado del tiempo.
La torre era el encanto
de la ciudad,
pero viva all, sin hacer nada,
alta y sola, como una vanidad.
Pas un ave y se detuvo en ella;
ella se estremeci de amor;
hasta que un da le qued una pluma
no ms...y qued sola otra vez.
Pero pasaron mil aos y el pjaro volvi...
(lo mira golosamente.)
Con la pluma vieja que guard la torre
y otra que traa el pjaro,
ya haba para empezar un nido
y all est la pobre torre, sin saber todava
si ella es el final de un vuelo o la mitad de un camino!
EFRN
No encontrar el ave nido ms hermoso;
si yo fuera ella, me quedara.
ABIGAL
Toda la ciudad estar a sus pies
oyendo la torre armoniosa,
que tendr un canto arriba.
EFRN
Como un rbol...
ABIGAL
S, como un rbol,
como un cedro junto a las ruinas...
SERENA
Como los cedros, Abigal,
donde ibas con tu novio.
Nathn... viste a Iluminado?
NATHN
Hoy le he visto. Maana
marchar con l a las llanuras,
y luego, al mar.
SERENA
Hoy vendr a esta casa
Yo le estoy esperando
No es cierto que vendr?
NATHN
S. Vendr a buscarme
y a beber agua
en esta casa de su gloria.
ABIGAL
Y encontrar la obra glorificada!...
Vamos, Serena, a hacer el coctel
SERENA
Vamos...Hoy os ver a todos
y ver la gran ciudad. Han de ser altas las torres!
ABIGAL
S, todos dicen: Ms alto!, ms alto!,
pero no llegan al cielo,
vamos, Serena, vamos...
(Salen. Quedan NATHN y EFRN en silencio. EFRN mira algo lejano. Despus se miran los
dos.)
NATHN
S...
EFRN
S...
NATHN
Yo lo saba...
EFRN
Nathn, yo lo esperaba,
yo estaba en el jardn y a cada instante
alzaba los ojos hacia aqu,
como si de aqu me fueran a llamar;
no s, pero algo me deca,
que aqu haba algo.
NATHN
La torre con la pluma de un pjaro muerto.
EFRN
Y cierto cansancio en las alas para tenerme que quedar.
Nathn, apenas la he visto,
pero acaso la quiera de mucho tiempo atrs...
Y la amo, la amo!
NATHN
Y Ella te ama
desde hace dos mil aos...
(Se levanta, con una angustia que en vano quiere contener.)
Es hermoso, verdad?,
estarse amando, tanto tiempo
y terminar amndose y no olvidar jams.
No olvidar...es hermoso... es horrible!
Es horrible no olvidar!
EFRN
Qu tienes?...
NATHN
Nada... que es hermoso... muy hermoso...
yo estoy contento, Efrn!...Ya vers...
os amaris siempre morirs un da,
y dentro de mil aos, volvers!
(Va al fondo, vacilante.)
(Entra la SIERVA.)
SIERVA
Seor Nathn... Hay un hombre en los jardines
y quiere verlo.
NATHN
Un hombre?
SIERVA
S...Un hombre joven, rubio.
NATHN
Iluminado!
SIERVA
S, del cabello y los ojos, Iluminado parece
NATHN
Efrn, ya vuelvo...
EFRN
Espera. Abigal vendr pronto.
NATHN
Ya vuelvo Abigal y t
me esperaris, s... me esperaris... solos...
EFRN
Sali un momento...
Iluminado est en el jardn esperndole...
ABIGAL
Iluminado!
Voy a llamarlo, Efrn, beber un coctel
y descansar entre nosotros...
(Va a salir.)
EFRN
No, espera...
(La lleva hasta el divn.)
Despus... lo llamars despus...
el pjaro apenas arrib a la torre,
deja un momento a la torre con l...
ABIGAL
El ala cansada traers.
EFRN
Ya descans el ala.
Pero tengo adentro el canto
y el pecho donde lo tengo
se cansa de no cantarlo!
ABIGAL
Efrn, te esper mil vidas
y estoy comenzando!
Espiga sembrada en la arena
parece florecerte en las manos!
EFRN
Torre viva,
torre de carne, lirio de mrmol;
te llegu con alas, te ca en el cliz
y te libar cantando!
ABIGAL
Una tarde, mi novio subi a buscarme un nido,
se perdi cedro arriba, que mientras est ms alto
el nido da el pichn ms limpio,
tiene ms de cielo, acaso,
y acaso cante mejor
cuando el pichn sea pjaro.
Baj mi novio con un polluelo
que se me vol de las manos...
Se muri mi novio... Yo qued sembrada
y crec por sobre los cedros ms altos,
tanto crec, que aquel da ech a volar mi polluelo,
busc su nido en mi copa y ahora es que est llegando!...
EFRN
El ramo crece y el nido
va subiendo con el ramo.
ABIGAL
rbol o torre, no s,
pero estoy plantada
y voy creciendo...
Si no hay semillas de torre
yo no s cmo nacieron.
Ya ves cmo las siembran,
las van regando con sudor del cuerpo
y ya se sazonan
y alzan unos tallos que se ponen gruesos;
despus llega el pjaro de la veleta
y empieza a dar vueltas, clavada del pecho
si envuelves la torre en hojas,
ya tienes un cedro.
As me plantaron a m,
pero yo vine al revs, yo tuve hojas primero;
pero lo dems, no se sabe si el cedro nace en la tierra
o si es que cay clavado cuando lo echaron del cielo...
EFRN
Te tiembla la voz...
ABIGAL
Yo no s si tiemblo,
pero estoy pegada a la tierra
y es casi seguro que me mueva el viento.
Oye; es extrao,
a m me dejaron en la tierra y nada
me dejaron de terrenal,
si todo lo que hay conmigo se va muriendo,
es porque todo es terreno, menos yo,
y entonces, por qu soy yo lo nico
que se queda sobre la tierra?
S, soy como el cedro, tengo en el cielo la copa
y aunque viva de mi tronco
no vivo sino del canto que me viene de las hojas.
EFRN
Echa los ojos hacia el canto
del que te ensea la alegra de la vida fugaz!
ABIGAL
Hacia tus ojos, eternos, que no irn a la tierra,
porque la luz va a la luz...
Esto me lo dijiste hace dos mil aos...
La primera vendimia se nos viene a juntar.
De aquella vida y de esta, los haces
con el mismo vencejo estn atados.
De la correra llegaste rendido,
pero el nido lo encuentras igual;
yo estoy toda en el cielo ahora,
que de mi tronco no quiero nada;
un lentor me inclina sobre mis races
y me miro yo misma, antigua, arrugada,
y un gurbin amargo me brota
de tanta resina que se me rebalsa!
No quiero ver hacia la tierra.
Djame ver tus ojos!
(le toma la cabeza.)
As miraban!
As me cegaron ellos!
As eran de inmortales!
As me clavaban, como si detrs de ellos
hubiera un brazo que los disparara!
EFRN
As te han soado cuando estn cerrados!
As te vean!
Detrs de los prpados estaras t
y yo adentro estaba,
esperando el da para abrir los ojos,
como los huertos cerrados, esperando que los abran!
ABIGAL
No! Qu hacas?
Un beso, era un beso!
Ah!, ya eso es la tierra.
Ya se mueven las ramas hacia el suelo!
Un beso! Si te doy un beso, entonces
te me morirs un da, como todo el que da un beso!
Ya me haba olvidado de besar
y ahora recuerdo
que bes mil veces sobre la tierra
y no he besado nunca mientras viv en el cielo!
EFRN
Tan cerca estuve,
que no pude resistir.
ABIGAL
Tan cerca Espera,
cunto tiempo sin besar!
Pero besar es hacer otra vez
el amor que se va a morir;
me voy a quedar eterna
y t te pondrs viejo, ya ni besar podrs
y un da, en la boca del beso
tendrs tierra... El amor nos hace inmortales
si no besamos.
Mrame, no ms,
acerca los ojos y mrame!
EFRN
Abigal!
ABIGAL
Vete!
EFRN
Enloqueciste, amor mo!
ABIGAL
Vete!
T no sabes, vete, hombre de mi vida!
Agua de mis labios, sombra de mi cuerpo,
gloria de mi gloria!
Vete!
EFRN
No! Me quedo! Estoy contigo
como tu sombra
que no se quita de tus pies!
Si he de morir una tarde
con la boca mordiendo tierra,
bsame, sgueme besando
para que cuando est muerto
el terrn se me florezca!
No me voy!
ABIGAL
Efrn! Mi esposo! Cuando te curve la vida,
dnde esconder mi carne, que nunca se pone vieja?
(Entra SERENA.)
SERENA
La grulla, la grulla!
ABIGAL
Qu tienes?
SERENA
La grulla!
Los hijos del jardinero
han cazado una grulla!
Pero no est mansa, que nos pica a todos;
me han dicho que tiene un pico largo
y tira a los ojos!
Como yo no veo,
los nios me ponen a andar hacia ella
y me pica las manos,
y un da cualquiera
me picar los ojos, y quin va a devolverme
mis ojos para cuando vea?
Decid a los nios que maten la grulla!
ABIGAL
Es muy fcil matarla, Serena...
Es muy fcil matar una grulla!
Casi toda est en el cielo; tiene una pata en la tierra
encoge la otra...
Una grulla es medio vuelo,
y para volar de un todo, slo un hilo la sujeta!
SERENA
Pues que le corten el hilo!
ABIGAL
Pero es un ancla, hija ma!
Es un barco entre dos aires, anclado y no levar
hasta que deba llegar el filo
que corte la cuerda.
EFRN
Mientras tanto, quedan las alas,
ir anclando en cada puerto,
pero, entre tanto, navega.
ABIGAL
Ah, la grulla!
SERENA
Viene?
ABIGAL
No, hija ma,
all se quedar clavada,
all est su tallo con su lirio encima!
EFRN
Hasta que deba cortar la amarra,
aqu me quedo, Abigal!
ABIGAL
Marchar yo! Caminar como el tiempo!
Como el tiempo camina sobre m!
Seor!
(Entran ILUMINADO y NAHTN.)
ILUMINADO (muy elegante; traje deportivo, monculo.)
Anoche dorm en esta ciudad;
y un da vendr a dormir donde ella estuvo, en el desierto.
Abigal, mi hija,
slo mi obra vivir;
y ser mi compaa perpetua.
ABIGAL
Seor!, si no hubieras venido
(sordamente)
yo te habra buscado
hasta bajo las piedras de todo pedregal;
habra horadado los bosques
con una mirada de cuchillo,
habra roto las aguas
hasta donde flotan las nubes del mar;
habra subido a los rboles
y habra seguido toda luz en la tormenta;
cabra montaesa, gota de cascada,
por los precipicios ira a rodar,
y entre volcanes ira
quemndome un poco de cada volcn,
hasta encontrarte, Seor,
para que me dejes descansar!
ABIGAL
No me cans de la gracia, Seor!
Es que no tengo fuerzas para tu carga!
T me echaste encima la eternidad
y yo apenas puedo con tu mirada!
ILUMINADO
Entonces, no podrs morir.
Si la eternidad de la vida te cansa,
te cansar la eternidad del cielo.
ABIGAL
Pero sta no es aqulla,
sta es la tierra y se vive del barro!
Seor, en el amor de tu reino
vivira mil vidas
con una sola sonrisa.
Pero este es el amor, amor nuestro!
Mira, Seor, ste es Efrn!
Efrn ha vuelto...
Efrn, que marchar una tarde!
Comprendes?
ILUMINADO
Y volver...
ABIGAL
Si, como ha vuelto!
Con una eternidad caminando
y una vejez agarrado al recuerdo!
Seor! T eres Dios!
T puedes ser eterno,
y debes seguir tu oficio,
con fuerzas que yo no tengo!
Tu eternidad es tu dolor,
y t eres doloroso por eso.
Mira, Seor, la ciudad;
todos quieren perdurar,
todos trabajan por lo perpetuo,
pero yo, que s, yo, que estoy ya lograda,
yo no quiero!
ILUMINADO (tristemente)
T eras la obra perfecta...
ABIGAL
As es. Por eso
soy infecunda. Seor, ya puedo hablarte
de la infecundidad de lo perfecto.
Dame, Seor, la gracia del peligro,
dame la humana maravilla del riesgo,
dame la angustia, Seor, dame la angustia!
T me completars en tu reino...
esto me lo has dado todo,
dame tambin un poco de aquello!
Ah, Seor, devulveme
el amor de las cosas!
Yo no puedo quererlas
porque estoy condenada a vivir con todas!
Mira, la grulla est amarrada al suelo;
si le dijeras que all iba a quedarse,
qu hara con las alas?
Qutame el cansancio!,
este afn de amar lo fugitivo,
y esta palabra perenne
que se fastidia en el labio!
ILUMINADO
Yo no me canso jams,
porque yo amo todas las cosas del mundo,
cada nuevo sol que asoma
es gozado por m, como si fuera el ltimo.
Cada planta es la primera planta,
con cada oveja que cae me asusto del mismo susto
si t quisieras las cosas, bendeciras acaso
el amor de los dems, aunque te faltara el tuyo.
ABIGAL
Ya ves, t me diste a Nathn y
he debido amarle,
pero Nathn es tu obra maestra,
todos le amarn, le sentars junto a tu Padre,
pero a tu obra pequea,
a tu obra transitoria, a tu momento de carne,
No lo hemos de querer?, no es tu obra?...
no es la flor de una maana, que cae?,
yo la quise, esa cosa que pasa,
Efrn era tu instante
y yo tu eternidad; yo lo amo;
si t me lo hiciste todo, a m no me lo demandes!
ILUMINADO
El mal milagro...
ABIGAL
Seor! Ests triste.
ILUMINADO
Ya t lo has dicho. Yo soy triste, pero yo solo,
yo sonro en las cosas que hago,
sonro en los cielos cristalinos,
sonro en la flor, sonro en el campo,
y sonre en tus labios, Abigal,
desde que hice el mal milagro.
ABIGAL
El mal milagro!
ILUMINADO
S... el milagro mo.
No hice milagros para todos?
Pues, quise hacer uno para m,
el que me hiciera menos triste
el oficio de Dios;
el milagro mo,
el de querer compaero que me resistiera el paso.
El de hacer carne divina en la carne de la Muerte,
y quitarle al Padre su pedazo.
Ven, Abigal, ests cansada...
pero yo te doy el descanso!
ABIGAL
Padre!
ILUMINADO
Hija...Vivirs para el amor
un poco, y morirs en tu da...
(Se levanta. Toma a NATHN del brazo.)
Solo... T te quedas tambin?...
NATHN
Yo te sigo,
Seor...
ILUMINADO
S... el que puede caminar, camina...
Solos, estamos solos... y hay que andar...
(Sencillo, saborea su coctel.)
ABIGAL
Padre, no ests solo contigo,
yo te voy siguiendo tambin
hasta que me dejes en mi sitio...
Yo he de seguirte las leguas que quieras;
no digas que te quedas solo...
Ya ves, me devolviste el amor...
y el amor ir en nosotros lo mismo.
Y despus no digas que te dejo solo,
que aqu viene un hombre que me trae un hijo...
que te seguir tambin
como yo te sigo...
ILUMINADO
Dices bien... Los nios son mi imperio perfecto...
cuando ya te canses, echa a andar al nio...
ABIGAL
Este es el amor, Padre!
Este s es el amor, Efrn,
porque se puede morir
y se puede morir de l!
Porque se puede morir, este es el amor!
(Entra GERN.)
ABIGAL
Gern!
GERN
Cmo dice?
ABIGAL
Gern. T eres Gern!
GERN
Yo? No, Seora, soy el chofer del caballero.
(Seala a ILUMINADO.)
ILUMINADO
S, es mi chofer.
ABIGAL
Para m, eres Gern,
desde hace dos mil aos.
GERN
Perdn, seora,
pero da lstima ver
cmo las gentes ms sensatas
siguen creyendo en brujeras.
Debo manifestarle, caballero,
(A ILUMINADO.)
que mi sindicato protestar esta tarde
contra sus propagandas agitadoras.
ILUMINADO
Muy bien. Usted y yo
somos lo nico serio de este mundo.
Lo tomo por un mes.
Para su fe en la duda,
tome la duda de mi fe.
(le da un coctel.)
Vamos?
ILUMINADO (sonre)
Ten pies y manos para el amor
y muerde tu momento...
(Va a salir.)
ABIGAL
Seor, qu ms te da?...
Es para el amor... Una vida... es un vuelo
Dame un poco ms!
ILUMINADO
Corta tu mies... corta tu trigo
y amasa y come de tu pan...
yo te dejo el amor de tus das
y te devuelvo al Padre...
ABIGAL (arrastrndose)
Un poco ms!...
SERENA (entra)
La mat! La mat!... Se lleg a picarme
y le torc el cuello y la mat!
Tena que salvar mis ojos,
porque esta tarde voy a ver!...
ABIGAL
Bsame, Efrn, la tierra de la boca,
para que florezca despus!...
(Se besan.)
TELON
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ABIGAL
Resumen
La pieza teatral titulada Abigal de Andrs Eloy Blanco es una tragedia lrica escrita en el ao
1937. Est estructurada en tres pocas claramente definidas y especficamente tituladas con nombres de
aves que de algn modo guarda cierta relacin con los hechos contados.
La primera poca se denomina poca del fnix y corresponde a los tiempos de Jess. La historia se
desarrolla en la casa de Jairo (padre de Abigal) y hace referencia a los milagros hechos por el Ilumina-
do, especialmente a la resurreccin de Abigal, lo cual la convierte en una mujer inmortal temporalmen-
te.
La segunda poca lleva por ttulo poca del pelcano y se desarrolla en un desierto donde lo nico
cierto era la esperanza de construir una ciudad perdurable en el tiempo, una ciudad donde nada envejez-
ca segn la promesa del Iluminado. Aqu se evidencia el sacrificio del morir para que otros vivan tal
cual lo hace el pelicano segn lo refleja a una Abigal resucitada, pero sin la capacidad de amar lo perdu-
rable y la posibilidad de amar lo fugitivo.
La tercera poca es la de la grulla. Se desarrolla en una azotea, en la que Abigal y Serena conversan
sobre los milagros que hizo el Iluminado. All se refleja la eternidad celestial luego de la muerte, la in-
fluencia del amor y la fidelidad hacia l. Estas escenas fueron presentadas por Abigal, Lea, Serena, G-
latas, Cleofes, Una sierva, Dos plaidera, El Iluminado, Efrn, Gern, Nathn, Jairo, Ams, Nicodemo,
Abilio, Un brbaro, Un hombre fuerte, Un taedor, Brbaros y Amigos del Iluminado.
En sntesis, la trama da cuenta de la misin cclica de amor que tiene Abigal y de su renovacin en
cada encuentro con l, es decir, con el amor.
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ABIGAIL
PERSONAJES DE LA TRAGEDIA
CAMINA LA COPLA
Una casa en el Llano. A la derecha, rancho grande; corredor de portales; techo de palma con caballete
de zinc. Al fondo, se tiende la cerca de palo a pique. A la izquierda, rbol de matapalo, abrazando una
palma. Cielo palmas lejanas; a la izquierda, talanquera. Mozos llaneros. Tres sillas de cuero; en una de
ellas, recostada a un palo, un hombre tiempla un cuatro. En otra, uno afila un palo con su cuchillo para
hacer un mandador. En el suelo, aperos, sogas.
Estn los dos hombres sin hablar; uno afina su guitarra; otro, afila su mandador. Llega un tercero. El
Agente Viajero.
EL AGENTE VIAJERO. Estamos adelante. Dgame, viejo, no habr por aqu un cafecito?
EL DEL MANDADOR. Ahora es que hay cafecito. Hoy tenemos de t pa los amigos. De dnde viene?
EL AGENTE VIAJERO. Ahora de Calabozo. Antes, de Caracas. Malo est el camino! a Paula est
bien llena. Y Tapicito bien barrialoso.
EL DE LA GUITARRA. Aqu hay hoy de t. Tenemos gallos. De los Bancos de San Pedro de Camagun,
de toto eso por i van a ven. Tenemos carreras. Tenemos joropo y corro. Tenemos t.
EL DE LA GUITARRA. Por cualquier cosa. Por el musi ese que viene pa ac.
EL DEL MANDADOR. Riqueza? Pa los musis. En lo que empiecen a levant jierros se empieza a
ahuyent el ganao... Y el que pierde es el pobre llanero. Riqueza ej el toro y la vaca; riqueza ej la gar-
za que da su pluma; riqueza ej el llano, solo, con llaneros... riqueza!
EL AGENTE VIAJERO. Es que ust no conoce. Eso no tiene n que ver con el ganao. Esa es una explo-
tacin subterrnea. El suelo, la sabana, se queda lo mismo, con su ganao...
EL AGENTE VIAJERO. No seor, eso no tiene nada que ver. Cuando se vende una concesin de hidro-
carburos, lo que se vende es el derecho de explotar el subsuelo; pero la propiedad de la tierra sigue en
manos de sus dueos.
EL DE LA GUITARRA. Yo no s. Aqu tan dividas las opiniones Los propietarios tan entusiasmaos y
dicen que nos vamos a hac ts ricos. La fiesta de hoy es pa eso... pa hacenos ricos... pero, el que no
tiene n, sino su cobija y su caballo, tiene t el llano... y eso, el llano, es lo que se va a acab. Po aqu
el que se opone a t es araucano.
EL DE LA GUITARRA. Un muchacho que tiene unas tierritas por aqu. Buen tercio, guapo palante. Hasta
saca versos el hombre.
EL CARAQUEO. Dnde?
EL LARENSE. Pregunta si hay cocuy. Pregntalo vos, que sos caraqueo fresco.
EL ORIENTAL. No, cuao, yo tomo todo. Ya t sabes lo que dice el coroto: Cumans de un zapato saca
tres.
EL CARAQUEO. No baraje, viejo, que es verdad. Ustedes son capaces de mat un burro a pellicos.
EL DE LA GUITARRA.
EL DE LA GUITARRA. Ese es el que mayorea por aqu. Ese va a hac buen negocio, porque tiene bastan-
te tierra. Y les va a vend sus hidrocarburos a los musis.
(Traen sillas).
Grupo
Martina, Martina!
Grupo
(Van a bailar).
ARAUCANO. Servidor.
ARAUCANO. No seor.
ARAUCANO. Yo no soy enemigo de nadie, seor. Yo no quiero vender, porque estoy muy bien como
estoy.
AMERICANO. Usted no quiere que la civilizacin entre a estas tierras y el dinero corra por esto cam-
pos...
(Traen copas).
AMERICANO. Usted no quiere que la civilizacin entre a estas tierras y el dinero corra...
ARAUCANO. Por estos campos?... No seor; ust est equivocao. Yo lo que quiero es que me dejen
mi llano tranquilo. Yo quiero mi llano, mi llano rico y tranquilo, mi llano con ganao, con palme-
ras, con garcero, mi llano con mi caballo, mi llano sin torres y sin estrumentos de esos que ahuyen-
tan a la vaca por la maana cuando se acerca al corral.
AMERICANO. Oh, usted es romntico! Usted quiere el amoor!
Araucano. Aqu lo tiene. Mire, mister, le voy a decir una copla que dice eso que usted quiere decir...
El amor de ustedes y la sabana es ste.
AMERICANO. Qu es eso?
ARAUCANO. Eso es una palmera. Y ese otro rbol es un matapalo, que se le abraza y va viviendo de
ella hasta que la mata... Oiga la copla:
Amor el de la palmera
que se muere del abrazo
con que se la va comiendo
el amor del matapalo...
(Al AMERICANO). Ese es el amor verdad?
AMERICANO. No, seor. El amor es vida! Dinero, prosperidad, salud! Higiene! Amar, seor mo, es
baarse; amar es tomar quinina; amar es amar al prjimo y amar la tierra y mejorarla. Qu dice usted
de eso?
AMERICANO. Bueno, es igual. Hemos comprado todas estas tierras y usted tendr al lado suyo las to-
rres y los instrumentos. Qu le parece?
AMERICANO. S, seor...
ARAUCANO. No, mire, yo tengo mi abogao en San Femando. Entindase con l; que le venda... que yo
me voy...
AMERICANO. Ah! Usted se va? Por qu? Usted es un buen hombre, carrizo!
AMERICANO. Ah, es verdad, este es carrizo! (al ingls) Y por qu usted se va? Para dnde va us-
ted?
MARAQUERO.
Soy pjaro que en el agua,
soy pjaro que en el agua,
tengo formado mi nido,
y ya me muero de sed
siendo del agua nacido!
Arauca, Arauca, Araucano
que te vuelves a tu ro!
y ya te mueres de sed
siendo en Arauca nacido!
Grupo
Jipa!
MARAQUERO.
Compadre Venancio Laya,
dgale a Juan Pablo Pez
que me mande la muchacha
y ust mismo me la trae!
Grupo
Buena! Viva!
MARAQUERO.
Comandante Belisario,
no me toque la corneta,
porque a los primeros tiros
me voy a la bayoneta.
AMERICANO. Usted cuando quiere volver, encontrar aqu un amigo.
AMERICANO. Oh, muy bien. Aqu vamos a hacer una casa muy buena. Est a la orden Usted se va. Su
novia se queda aqu.
ARAUCANO. Cmo?
INGLS. Usted no entiende lo que dice mi compaero? Su novia se queda aqu. Su novia se queda
conmigo.
INGLS. Yo hago lo que hace mi compaero. Su novia se queda con mi compaero. Yo estoy con mi
compaero. Su novia se queda conmigo.
ARAUCANO (rindose). Mire, mister. Vamos a deja el negocio como est. Yo les vendo el terreno,
Sabe? Pero Martina no va a divert a nadie. Mi Novia es lo nico que queda del llano. Sabe? Y
se va conmigo. Sabe?
ARAUCANO. No, seor, De esos caballos grandes, de pescuezo largo? No, seor, muchas gracias. Yo
con mi mocho viejo ando mejor.
AMERICANO. Pero ese mocho viejo va a cansarse. Se va a quedar usted en la mit de la sabana, cuando
se le canse el mocho viejo... que estar mocho ms viejo...
ARAUCANO. Bueno, no importa. Mire mister, si yo tuviera ahora ganas de cantar, le cantara otra co-
pla... pa que ust vea que m no me importa que se me canse el caballo Se la voy dec:
No crean que me detengo
porque me quede parao...
Sigo corriendo en la copla
si se me cansa el Caballo...
INGLS. Muy bonito! Muy bonito! Quiero aprender esa copla!
ARAUCANO. Adis!
MARTINA. Vamos!
Mire, y oiga:
El oficio maraquero
es oficio condenao...
todos les brindan sillas
y el maraquero paro!...
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CAMINA LA COPLA
RESUMEN
La obra CAMINA LA COPLA es una produccin corta escrita en el ao por Andrs Eloy Blanco
quien refleja en la trama la poca en la que se rumoraba la existencia de petrleo en el subsuelo venezo-
lano.
La historia se desarrolla en una casa del llano, provista de corredor, techo de palma, mata palos y sillas
de cuero. El relato se materializa con la participacin de un agente viajero, el hombre del mandador, el
hombre de la guitarra, un oriental, un caraqueo, un larense, un grupo llanero, el mayoral, un ingls, un
americano, Martina, el pareja y el araucano. Ellos dan cuenta de la preocupacin de los llaneros por
creer perder sus tierras, el ganado, la belleza de sus campos, sabana y la naturaleza toda, tras la perfora-
cin de sus suelos en una bsqueda de petrleo desesperada por parte de los extranjeros, quienes preten-
dan aduearse de las grandes extensiones de tierra en los Estados llaneros con el fin de enriquecerse.
Este relato hace referencia aproximadamente al ao 1911, fecha en que comienza en Venezuela la pri-
mera cacera petrolera durante la dictadura vitalicia de Juan Vicente Gmez.
Ciertamente, aquello que era slo un rumor, tres aos ms tarde, en 1914 se perforo el primer pozo
petrolero en Mene Grande (Edo. Zulia), llamado Zumaque 1, y en 1917 se exporto el primer cargamento
de petrleo venezolano con 21,194 toneladas. Ms adelante, en 1922, el mundo reconoci la riqueza del
suelo venezolano con el reventn del pozo Barroso 2 en el campo La Rosa cerca de Cabimas Edo.
Zulia. Este pozo lanzo durante nueve das un chorro incontrolable de ms de 100.000 barriles diarios de
petrleo, hecho que propicio el surgimiento del boom petrolero, el cual provoco una competencia desen-
frenada entre las diversas compaas petroleras para adquirir concesiones en Venezuela.
En esta obra el autor denuncia la permanente injerencia extranjera en su afn de aduearse de las ri-
quezas venezolanas para su propio enriquecimiento. All, Andrs Eloy Blanco refleja un poco su poca,
es decir la poca Gomecista, en el sentido de que menciona las caceras petroleras, las cuales se produje-
ron en tiempos de Juan Vicente Gmez.
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CAMINA LA COPLA
Personajes:
EL AGENTE VIAJERO
EL DEL MANDADOR
EL DE LA GUITARRA
EL ORIENTAL
EL CARAQUEO
EL LARENSE
GRUPOS DE LLANO
EL MAYORAL
EN INGLS
EL MARAQUERO
EL AMERICANO
EL PAREJA
ARAUCANO
MARTINA
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Es un trozo de vida al final de la Gran Guerra. La escena se desarrolla en una de esas mansiones,
mezcla de granja y castillo, en el Berry, en medio a las planicies del Loire, ridas, cruzadas de
canales y estremecida en una vasta ternura de campanas de iglesia y esquilas de carneros.
Los hroes son el producto de ese tipo heterogneo, entre hidalgo, campesino y descamisado;
devotos de la aristocracia de su trabajo y de su fuero; residuo de las conmociones post-
revolucionarias; espcimen resultante de las tendencias ms contradictorias; corona y gorro frigio;
todos los antagonismos sociales y polticos unificados por obra de un sentimiento evolutivo de
fraternidad en estos hombres que son el nervio de la ltima Galia, ms fuerte que todas las
anteriores, no slo por obra de su victoria, sino en virtud de su espontneo sacrificio.
LA MADRE.
MAGDALENA, la Novia.
CRIADA.
ESCENA I
Sala en la casa de los Lecoeur, propietarios en el Berry. Decorado sin uniformidad. En conjunto, los
estilos mezclados de los tres penltimos Luises.
Todo el desorden resultante de la combinacin de esos estilos: sillas "a la reine; chimenea reducida;
mesas y vitrinas atestadas de miniaturas y bibelots; sillones de respaldo oval; predomina la curva de
atenuada inflexin; al centro de la chimenea, gran reloj; a los lados, nforas; arquimesa con busto al
centro y candelabros de un cirio a los lados; tapices; bizcochos de Svres; gran puerta practicable al
fondo y a la izquierda; frescas mitologas en el plafond; en las paredes, copias de Lebrun, retratos La
Tour y candelabros de brazo; en la sobrepuerta del fondo, un arquero de Boucher acecha. Al centro,
una mesa vaca...
Sentada junto a la chimenea, encorvada en un gesto de dolorosa atencin, la madre escucha; a su lado,
de rodillas, Magdalena, la novia, lee, plena de emocin.
MAGDALENA (lee). Subteniente Tristan Lecoeur, del 29 de infantera. Admirable oficial que desde
su entrada a la lnea de fuego se ha distinguido por sus cualidades de entusiasmo, disciplina y
acometividad; tipo del oficial de carga. En uno de los ltimos combates, diezmado su batalln tom
el mando de una compaa y se lanz al asalto de una batera alemana; a pesar de grandes prdidas se
mantuvo con un valor casi imprudente en el terreno conquistado, rechazando heroicamente todos los
contraataques enemigos, en el ltimo de los cuales cay gravemente herido en la cara por la
explosin de una granada. A consecuencia de sus heridas el subteniente Lecoeur est ciego, y sus
jefes le han prendido al pecho la cruz de los valientes. Recomendamos su ejemplo a la constancia de
nuestros soldados.
MADRE. Dios mo, ciego! Tres meses ya de ciego mi pobre hijo!- Magdalena, cmo sufrir,
cmo maldecir esta guerra que le arrebata su juventud!
MAGDALENA. No madre, no hable usted as. Tristn no maldecir nunca el momento en que le
hirieron.
MADRE. Y yo? Y yo qu puedo decir? Pensar en la vida que me espera, en la tortura de mirarlo, de
seguirlo en su lucha contra la sombra, en su impotencia, en su aislamiento... Sorprender en sus labios
el llanto contenido, y traducir siempre, siempre, en sus ojos abiertos lo imposible del sol!.. Oh, no...
MAGDALENA. Y sus ojos que no sabrn del da ni de la noche, y que ni llorar podrn...
ESCENA II
La CRIADA entra por el fondo.
CRIADA. Seora, Pedro ha ido hasta la curva de la carretera y dice que no se ve ningn automvil.
MADRE. Di a Pedro que vuelva, que espere en la curva y que al ver el auto corra a avisarme.
Necesito estar preparada para verle llegar; no s cmo estar de pie cuando le abrace. De algo le
servir estar ciego, para no ver mi dolor... (Pausa). Maldita guerra que le deja sin luz! Magdalena,
qu falta estoy de fuerzas para llevarle de la mano. Qu malos lazarillos somos las madres para el
hijo que lo ha perdido todo... (tomndola de una mano, alusiva y sonriente) todo...
MAGDALENA (vivaz). No diga usted eso, madre. Dudara Tristn de m? Cree usted que lo ha
perdido todo? Y nosotras? Si al apagarse sus ojos le quisiera yo menos, sera prueba de que antes no
le quise tampoco. Ahora le quiero ms. Al que se ha batido por su pueblo, por su casa, por usted y por
m, al que dej la luz cuando luchaba contra nuestros invasores; al intrpido; al que me ha
conquistado por amor a m le querr menos cuando se sacrifica por amor a Francia?...
MAGDALENA (exaltada). Y al soldado que fue a dejar su sangre en las piedras del Argonne y en los
viedos de Champagne y en los pantanos del Iser; al que bes, loco de alegra, el polvo redimido de
las ciudades de Alsacia, y escuch, sollozante de rabia, los ltimos ngeles de nuestras catedrales
profanadas; a Tristn, el poeta, a Tristn el valiente, a Tristn el libertador, qu menos podra hacer
yo que amarle, y qu menos podramos hacer las mujeres del mundo, que amar a los que luchan, a los
que marchan y a los que redimen, cuando sabemos que amarlos es una manera de vencer!
MAGDALENA. Y odiando, madre, odiando por sobre todas las cosas; juntando todos los odios en el
odio de los que profanan nuestro suelo, de los que insultan nuestra historia, de los que rompen nuestra
bandera, de los que hacen la guerra para incendiar y para asesinar y para violar... y para dejar sin ojos
a los soldados que tienen una novia a quien mirar... (Llora).
MAGDALENA (erguida ya e impetuosa). Pero no maldiga usted esta guerra, madre. Si la guerra de
nuestros enemigos es injusta, la nuestra es santa. Piense usted en cuntos ciegos como Tristn van
quedando en los campos; en los pobres que no tendrn lazarillos; en los padres con hijos sin amparo;
y en el labrador que perdi los brazos y en el campesino que perdi las piernas, y en las mujeres que
perdieron su belleza. Todos, todos han dejado algo, pero ninguno ha perdido el espritu, ninguno ha
reprochado la santidad de la herida que recibi, porque en todos esos pechos hay cruces; porque,
cojos y mancos, llevan a Alsacia y a Lorena en sus hombros, y porque en esta guerra, unos franceses
van ciegos para que los dems franceses puedan mirar libres el sol.
ESCENA III
LA MADRE. Ah!
CRIADA. Ya deben estar en la curva. Pedro vio el auto cuando sala de las encinas.
MAGDALENA. Vamos; anmese algo; demuestre ms valor del que tiene; ahorrmosle angustias; si
nos oye llorar llorar ms (mientras van hacia la puerta del fondo). Madres, novias! (Aparte).
Cuntas en este momento daran su vida por un poco de luz para los ciegos de Francia! (Salen, la
madre apoyada en el brazo de Magdalena).
ESCENA IV
La CRIADA sola va y viene por el saln, ordenando los muebles. Luego toma de la arquimesa un
candelabro de pie, de un solo cirio. Enciende; va a llevarlo a la mesa vaca situada frente al silln
que ocupar Tristn; sbita se detiene. En su mirada triste se refleja la inutilidad de la llama, que de
nada ha de servir al ciego. Devulvese y va a apagar la vela, pero en su rstica supersticin un
nuevo rumbo toma la piedad interior. Deja el cirio encendido sobre la mesa vaca.
LA CRIADA. Tambin los muertos tienen su cirio al lado... (sale por la izquierda).
ESCENA V
Por el fondo entra TRISTN; el brazo derecho cruzado sobre los hombros de la madre; de la
izquierda le lleva MAGDALENA. Ms atrs, el PADRE CLAIRON lleva un maletn. TRISTN viste el traje
de campaa, sobre el corazn abre sus brazos la Cruz de Guerra.
TRISTN (con urgencia, alegra, solicitud). Bravo, la guardia del Subteniente! La misma Magdalena
rezandera? Y t mam, hermosa y fuerte como siempre? Vamos, hblenme, cuntenme... Vamos a
sentarnos... o a sentarme (lentamente le acercan el silln y entretanto l aspira, reconoce y se llena
de su ambiente familiar). Mam, esto te quita veinte aos de encima; parece que me estuvieras
enseando otra vez a andar, verdad?
TRISTN se sienta; a su derecha, la madre acaricia sus cabellos; a su izquierda, la novia lucha con su
dolor.
TRISTN. Pues s, me siento nio... y habr que tratarme ahora como un muchacho. Qu carga para
ustedes! pero en cambio me tendris siempre aqu; ya no quedaris angustiadas en casa como antes
cuando me iba con amigos a escandalizar en Orleans. Ahora soy todo para ustedes... Casero como
una nia... Me ensears a tejer, Magdalena (re). Pero qu es eso? Qu tienen ustedes? Estn
mudas. Hblenme de mi casa, de lo que han hecho durante mi ausencia, de mi tierra del Berry, de los
carneros que llenbamos de cintas cuando la feria... Oh, quin hubiera podido ver las encinas!
Vamos, yo les contar tambin mi vida... Pero, qu pasa?
MAGDALENA. Nada, Tristn; te escuchamos; nos has hecho rer con eso de ensearte a tejer. Verdad,
madre, que es gracioso?
MAGDALENA. No, Tristn, haremos otra cosa... Y tus versos? Ya ves, t hars versos y me los
dictars a m; y yo los recitar y cantaremos. Acaso has dejado de ser lrico? Dejaste de ser el poeta
para ser el hroe... Ahora.
TRISTN. Tienes razn; ser otra vez el poeta. Hasta me haba olvidado de m mismo. T me
describirs el paisaje, me pintars las maanas y los ponientes; t me hars ver el sol. Aunque
nosotros tenemos tambin nuestro paisaje interior, y tal vez lo que ustedes ven nosotros lo suponemos
ms hermoso; nosotros no sufrimos nunca la decepcin de la belleza. Ya ves, t nunca sers vieja
para m; sers siempre la misma madre joven que me despeda con el pauelo en la curva de las
encinas... Oh, aquel pauelo parece que al despedirme me vend los ojos para ti! Y a ti (a
MAGDALENA) siempre te ver como antes; los aos no te daarn para mi recuerdo. Quiz te suee
mejor que el da de mi marcha, porque aquel da llorabas y ahora nunca te ver triste.
Verdaderamente, nunca he estado mejor para hacer versos. Y yo pensaba tejer... Un hroe de
encajes! (Re). (Su mano que se ha ido paseando por las trenzas de la madre, con un inconsciente
movimiento le acarician la cara, humedecida de llanto). Pero, t lloras! (MAGDALENA solloza). Y
t! (Intensa emocin en la que triunfa doliente, pero entusiasta el amor a la obra de patria).
Llorar!... Venga ac, Padre Clairon... Cuntos hijos le han matado a usted en la guerra? Cuente,
cuente...
PADRE CLAIRON. Dos... Yo soy del 70... Cuando los enemigos pasaron bajo el arco, yo estaba herido.
Despus fui a las barricadas y despus a los campos; en todas partes grit, llor ante todas las puertas
mi rabia, en todas partes fui sembrando el odio... Una vez encontr a un amigo que, rodeado de
campesinos hablaba de fraternidad universal y otras cosas as... Le part la cabeza; fui a la crcel; all,
entre los compaeros, no se puso el sol un solo da sin que yo preparara la revancha. Entonces me
pusieron Clairon. Me cas; tuve dos hijos y desde nios les prepar. Desde el comienzo de la guerra
se alistaron en el regimiento de zuavos de Sebastopol. En Blgica mataron al menor y el otro cay en
Verdn dos das despus que mi General Petain le diera la cruz y un beso. Entonces me alist yo. Y
soy un peludo viejo pero alegre, porque mi nietecita, que ha nacido en Alsacia, ya es francesa. Tengo
68 aos. Diecisiete apenas tena cuando nos tomaron a Pars; entonces hubiera dado a mi madre para
evitarlo... Ahora he dado dos hijos... Se hace lo que se puede.
LA MADRE. S, a las madres nos toca llorar... Yo he cumplido ya; he dado lo que tena.
TRISTN. No! Todava no lo hemos dado todo; ahora es preciso dar el espritu; alzar sobre todos los
gestos la alegra, el aliento para los dems, el orgullo de nuestras heridas y la conviccin de que
nuestra sangre es el sudor de la obra. Hay una frase que debe ser el nico husped en el alma
francesa; en esa frase est la victoria, y es esta: Todos tenemos que hacer algo! (Pausa). Y las
obras ms pequeas, los esfuerzos ms dbiles tienen tambin su grandeza. No conocis la historia
de los panaderillos de Exoudun? El sargento Daniau era panadero en la pequea aldea de Exoudun en
los Dos Svres; su comercio surta de pan a todos los habitantes del pueblo. Al llegar la guerra tuvo
que movilizarse, dejando solos en su casa sus dos pequeos hijos. Al cabo de cierto tiempo, ninguno
de los ciudadanos de aquel lugar haba sentido un solo da la escasez del pan. Y se supo entonces que
ella, la nia de trece aos, ayudada febrilmente por su hermanito, que apenas saba hablar, haca
diariamente los doscientos kilos de pan que se consuman en la aldea. Aquellos pequeos Daniau, que
desde las cuatro de la maana se desmayaban frente al horno, bajo el peso de las varillas de metal, y
amasaban la pasta y manchaban sus caritas de holln y tostaban sus bucles rubios en la boca del
horno, en lugar de ir a jugar con los otros muchachos de su edad y para que su padre caminara al
deber y para que a los labradores y a los ancianos y a las mujeres y a los soldados y a los nios no les
faltara el pan, habrn hecho menos que yo?
MAGDALENA. Qu cosas me recuerdas! Te acuerdas de los carneritos que traan a la madre enferma
los haces de heno entre los dientes?
PADRE CLAIRON. Vi un ave en los Vosgos que llevaba de comer a otra compaera enjaulada.
MAGDALENA. Y los dos mirlos de las encinas que dejaban a la madre en el nido para buscar ellos el
grano?
MADRE. Y aquel becerrito tuyo que embesta cuando golpeaban a la vaca. Todos son como los
panaderillos...
TRISTN. S, los recuerdo muy bien... y recuerdo tambin al pastorcito aquel que se empeaba
siempre en ir al lado del carnero ciego... Tienes que aprender a pastora, Magdalena...
La onda de alegra que flot un instante sobre el grupo, se va desvaneciendo, y de nuevo la realidad
cobra su sitio en las almas.
PADRE CLAIRON. Pero os ponis tristes de nuevo? Vamos, seora, todo ha de ser alegra en esta casa,
porque vuestro hijo ha llegado. Qu dira entonces el Padre Clairon, que ha dejado a los suyos
enterrados bajo unos rboles? Y ya veis, yo hice lo que deba y estoy alegre. Esos que venan hacia
Pars ya no llegarn; a estas horas van huyendo. Los muchachos del seor Mariscal les han dado una
buena fiesta... Ya tienen para bastante tiempo... No es para estar alegre?... Oiga usted, seorita: si
usted hubiera conocido a mis nios. El mayor era fuerte as, que me llevaba en los brazos; el otro era
alegre y menudo, una muchacha en fiesta; pero eran dos bravos. Si los hubiera usted visto en la
maniobra, saltar los alambrados, manejar el fusil como una caa y jugar a la bayoneta, ebrios de
entusiasmo, cantando, que pareca que los rboles que atacaban eran trincheras. Y luego venan a m
y se burlaban de mi torpeza y me gritaban: arre, derrotado!, y saltaba el menor a mis hombros
mientras el otro me amenazaba con la bayoneta para hacerme andar: Marcha, cobarde! A ver,
esas heridas del Sedn, cunto valen! Soldado de cartn!, y golpeaban con ramas mis hombros y
me tiraban de las barbas, hasta que yo caa desmayado de risa... Y cuando les llamaron a la lnea, se
fueron los dos cantando, cogidos del brazo, y yo gritaba; Bravos, mis soldados!, y lloraba de odio
y de revancha!... Ya ve usted, seorita, ahora lloro tambin... pero ahora es de orgullo...
PADRE CLAIRON. S, seor Tristn. S, seora, s, s, seorita. Cuando se tienen dos hijos muertos por
su pedazo de tierra, no hay tristeza que valga. Qu ms quera yo? Y usted, seor Tristn, no se
siente usted ms alegre que el da de la marcha?
MAGDALENA. Gracias, Tristn, porque lo has dicho, porque ahora entre sombras ves lo mismo que
antes. Y estamos alegres no es verdad que estamos alegres, madre?
MADRE. S, ya estoy alegre (porque es preciso)... (Aparte). Tus heridas son mi dolor, Tristn, pero
son tambin mi orgullo.
MAGDALENA. Ahora vers qu buenas horas pasaremos juntos. Primero, nos contars tu vida de
trincheras, luego te contaremos la nuestra. Oh, qu de cosas tenemos que contarte! Y qu de versos
tendrs! Pero ya tus versos deben ser cantos heroicos, llenos de fuego, de tambores, de asaltos. Uy!
Qu miedo! Siempre que de vez en cuando te hayas acordado de nosotras... Recitars esos himnos y
yo los aprender, y no creas, les pondr msica, pero esta vez ser msica ma... y los cantaremos en
coro, madre, t y yo y el Padre Clairon, porque usted se quedar, Padre Clairon y nos hablar de sus
hijos y de esa nietecita alsaciana. Ya ver usted qu pastillas de chocolate ms ricas le vamos a
mandar. Y reuniremos a los muchachos de la granja para dar asaltos al pesebre. T mandars, yo ser
Mangin; yo quiero ser Mangin!, y usted, Padre Clairon, ser el enemigo.
MAGDALENA. Y despus te leer tus memorias de guerra a ver si all encuentro alguna traicioncilla.
Ay Tristn, si te encuentro madrinas!...
PADRE CLAIRON (riendo). Bravo, General Mangin!, toma usted pesebres a la bayoneta y les tiene
miedo a las madrinas!
TRISTN. Ven ac, pillete. Has de saber que tengo unos versos en los que te trato muy mal.
TRISTN. Por la carta aquella en la que me decas que las mujeres de Pars no eran francesas.
Quieres mejores francesas que aquellas muchachas que llenaban de flores nuestras bayonetas y
cantaban a nuestro paso, y dirigan los tranvas y hacan el comercio para que los hombres luchasen, y
por las noches tejan vendas para los heridos, y enviaban tabaco a los soldados, y nos seguan
aclamndonos, y nos daban a sus hermanos y a sus padres con la risa en los labios, y nos alentaban,
y...
PADRE CLAIRON. Al contrario, seora, de esas discusiones resultar algo bueno para ellos...
MADRE. Qu?
TRISTN. Es decir, que son besos de... de otra cosa... son besos de hermanas. (Pausa). Sabes lo que
se me ocurre?
MAGDALENA. Qu?
TRISTN. Que si yo pudiera verte ahora te pondras encarada... Quin pudiera verte!
Pausa. Algo inevitable es la tristeza aquella que todos los esfuerzos no logran sino atenuar.
MAGDALENA. Tristn, bamos tan bien; para qu de nuevo la tristeza? Ciego del herosmo, ciego del
deber, ciego de Francia, as te quiero yo. Si pudieran verme ahora todas las mujeres del mundo,
cmo me envidiaran! Y cmo les gritara yo: Miradle, es mi seor y yo su gua; envidiadme la
suerte de poseerlo; tiene la grandeza de su sacrificio; es l, poeta, soldado, que anda a tientas para que
su pueblo vuele; est ciego, pero en su mano hay una antorcha; en sus ojos se hizo la noche, pero en
su pecho hay una estrella! (Oprimiendo entre sus manos la Cruz de Guerra).
TRISTN. Es la alegra que se va pero que vuelve. Vamos todos, hagamos fiesta; a gritar, a bendecir la
alegra! Llamad a las gentes de la aldea y decidles que quiero orles cantar, que armen escndalo, que
enciendan hogueras, que griten la alegra de Francia, porque un soldado ciego les escucha!
El PADRE CLAIRON ha sacado del maletn un envoltorio; cuidadosamente lo lleva en las manos.
PADRE CLAIRON. Seorita: cuando vaya usted al asalto del pesebre, dice usted que yo ser el
enemigo?
PADRE CLAIRON. Pues bien, seorita, yo me rindo de una vez. Entrego mi bandera (desenvuelve el
paquete y despliega ante ella una bandera alemana).
MADRE. Ah!......
MAGDALENA. Una bandera alemana!
TRISTN. Alemana?
PADRE CLAIRON. S, seor Tristn. Era mi regalo para su novia; mi regalo de bodas. Una noche,
entramos al asalto en una aldea del Norte. Andbamos a oscuras; nos guiaba el metrallazo enemigo...
Se sudaba fro all; los boches estaban duros, se defendan como bravos. Dejando muchos muertos
alcanzamos la primera lnea de casas. Ya en las calles el baile era en grande; sangre fresca
baratsima... A un lado de la calle, de una puerta sala un fuego endemoniado; aquello era un horno...
Ametralladoras, eh! Mi teniente grit: Vamos muchachos, a hacerle una visita a esos caballeros!
Y entramos. No dir que se estaba bien all; mucho calor, unas bayonetas alemanas con unos brazos
alemanes no muy torpes y unas moscas de plomo que sonaban mal... Pero qu Diablo!, haba que
hacer la visita y la hicimos. Yo les pas mi tarjeta a unos cuantos bvaros mal educados, y en el
mpetu del ataque llegu hasta un balcn; busqu en la oscuridad y mis manos tocaron una vara; a esa
vara estaba prendida esta bandera. En la precipitacin la dejaron... Yo la guard en el pecho para
llevarla a mi pequea de Alsacia. Pero ahora quiero que la guarde usted, seorita. Ya encontrar otra
para ella.
MAGDALENA. Gracias!
PADRE CLAIRON. Es verdad. Una vez tuve entre mis manos una bandera alemana; haba dado muchos
golpes para ganarla. Nada me daba miedo con tal de llegar a ella; y cuando ya la tocaba, un oficial
alemn, casi un nio, se me interpuso, gritando lloroso y decidido: Es ma!. Y aquello me hizo
retroceder... Era suya...
ESCENA VI
TRISTN. No es posible, no es posible la derrota as. Quin podr vencer este espritu de piedra,
quin podr tomar esta trinchera de corazones, esta alegra de todos en la compactacin, estos
millones de almas, conscientes en la unanimidad del sacrificio? No, no es posible...
ESCENA VII
MAGDALENA (algo confundida). Aqu est, Tristn, una bandera nuestra. La bord para ti. Verdad
que es hermosa, Padre Clairon? (Abre entre sus manos una bandera francesa).
TRISTN (tomando la bandera). Bendita seas! Mientras todos hicimos obra de sangre, t hiciste obra
de espritu; mientras yo persegu, t idealizaste; mientras yo haca patria, t la bordabas!
TRISTN. Bandera de mi casa, t eres smbolo, porque en ti estn la patria y la madre y la novia, la
que me dio la luz, la que me la quit y la que me la devuelve en ti! Bandera ma! Quin te viera!...
Mi Dios, por qu estoy ciego? (solloza, y al inclinarse a llorar, deja la bandera en la mesa, junto a
la otra. Pausa).
MADRE. Hijo!
MAGDALENA. Tristn!
Transicin lenta.
TRISTN. Pero no! Bendito seas, Dios, porque estoy ciego! Bendito seas porque la ceguera me
agiganta el amor. Venid todos los ciegos de mi patria, y los prisioneros, y los que en tierras de
Amrica sois desde hace tiempo en el regreso, venid y respondedme: No es cierto que cuando
dejamos de ver a Francia la queremos ms. (Pausa). S, ahora la quiero ms y ahora os quiero ms a
todos, porque en este vivir a vuestro lado estando ausente, y en esta sombra de mis ojos, no ver ms
que esa bandera donde hay amor de patria y de madre y de novia, tres amores, los nicos que valen
estar ciego! (Sus manos extendidas buscan en la mesa la bandera santa, pero en la torpeza de su
oscuridad toma la otra, la alemana y rpido la lleva a sus labios efusivo. Gesto de desesperacin de
las mujeres).
TRISTN. Ah!
Pero la lenta transicin que sucede derrama sobre el grupo la luz de una tortura inmortal...
TRISTN. Y este amor vale tambin estarlo. Para los ciegos, todas las banderas son de un solo color...
(Besa de nuevo la bandera y ante aquellos ojos intiles que hacan la paz, cae, lento, el teln como
una venda).
FIN
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Resumen
Corona y gorro frigio es el ttulo que escogi Andrs Eloy Blanco para identificar una pieza teatral
que pertenece al gnero comedia, la cual est constituida por siete escenas desarrolladas en una mansin
combinada entre granja y castillo.
Est composicin se remonta a la poca de la postguerra en Francia, es decir, al periodo que sigue
despus del final de la segunda guerra mundial que termin en el ao 1945 dejando innumerables prdi-
das humanas y materiales. Esto justifica el tipo de escenario que presenta Andrs Eloy Blanco en la obra
mencionada (Corona y Gorro Frigio), escenario caracterizado por la presencia del desorden, lo hetero-
gneo y las mezclas sin lgica, decoracin sta que permite presumir que el poeta se inspiro en este am-
biente para escribir la referida obra. Esto es, esta pieza teatral pudo haber sido escrita hacia el ao 1945,
fecha en que termino la segunda guerra mundial, conflicto en el que Francia fue invadida por Alemania
en el ao 1940. De all que los personajes La madre de Tristn, Lecoeur, Su novia Magdalena, El padre
Clairn, La Criada y Pedro, en sus conversaciones traigan a colacin los recuerdos tristes que les dejo la
gran guerra, la cual, les arrebato sus pertenencias como por ejemplo la vista al soldado Tristn, quien
batallo contra sus enemigos por amor a su patria. Ahora bien, Corona y Gorro Frigio relata una historia
corta en la que se pone al descubierto las tendencias contradictorias, es decir, todos los antagonismos
sociales y polticos unificados por un sentimiento de espontaneo sacrificio en estos hombres de lucha en
busca de la victoria.
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PERSONAJES:
La madre de Tristn
Lecoeur
Magdalena
El padre Clairn
La Criada
Pedro
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ESCENARIO CINEMATOGRAFICO
TTULOS: Los ttulos aparecen sobre la imagen de un gran escudo de armas de familia noble. En el
campo del escudo habr los siguientes elementos: un ngel con las alas desplegadas, picando un toro. A
los pies de ste, sombreros, puros y una americana de cuadritos. A ambos lados del escudo,
sostenindolo, dos leones campantes. Estos leones sern, en realidad, hombres disfrazados de leones.
Se apaga un poco el fondo del escudo y sobre l aparecen los ttulos. A medida que ellos avanzan, los
leones se mueven un poco, dando muestras de cansancio. Al borrarse el ltimo ttulo, el cansancio de
los leones aumenta; cambian de posicin, como para sobrellevar el peso del escudo. Al comps de sus
movimientos lentos, se escucha una voz que relata:
VOZ. Es la historia de un artista que, en sueos, pretendi separar el arte de la vida. Por un momento
quiso divorciarse de su propio destino, y concebir la dicha como cosa exclusivamente suya, separada
del mundo. Pero le salieron al paso sus mismos personajes. La obra es deber y responsabilidad. Si no
se hace de la vida el arte de ser til, el arte no es digno de la vida. Y as fue cmo el Creador, en
combate con su propia creacin, afirm la grandeza de su vida, que consiste en la alegra que su arte
lleva al corazn pequeo de los tristes y a la tristeza grande de los pueblos...
Al concluir la voz, ya los leones, en cambios sucesivos, se han puesto de espaldas al escudo, como
para sostenerlo con los lomos; luego se han deslizado lentamente, hasta quedar sealados de espaldas
al blasn. En seguida se transforman, de leones, en los dos tpicos indiecitos mexicanos que el escultor
Rozo representa con la cabeza entre los brazos. Mientras, en una nueva transformacin, los dos inditos
sentados van cambiando de traje, hasta quedar uno de ellos convertido en la PERSONA (trajeada de
smoking) y el otro en el PERSONAJE (trajeado de Cantinflas). El escudo mismo se va transformando en
un frontis de teatro o en el perfil de una carpa.
NOTA: Los fondos musicales debern escogerse de modo que cuando acte el PERSONAJE se use msica
tpica mexicana, y cuando acte la PERSONA, se emplee msica extica, elegantes minuetos, etc., si es
posible en son cmico, con buen empleo de escalas, stacatti, etc. Extinguida la VOZ IMPERSONAL, la
PERSONA (de smoking), levanta la cabeza, mira al pblico y habla con voz importante:
La PERSONA vuelve a meter la cabeza entre los brazos. PERSONAJE levanta a su vez la cabeza y
responde la sentencia:
PERSONAJE. Despus de Dios, Nos. Y despus, vaya ust con Dios, Genovevo de la Os.
Pronunciada esta ltima sentencia ambos quedarn de nuevo como dormidos. Se ir disolviendo y
esfumando el cuadro, con excepcin del PERSONAJE (trajeado de Cantinflas), quien permanecer un
instante inmvil. De seguida se ir ste tambin disolviendo y transformndose de nuevo en el indito de
Rozo, esto es, en un hombre pobre cualquiera, sin los arreos de Cantinflas. Primeramente aparecer
solo, de la cintura hacia arriba, para dar lugar a la mutacin de su posicin general. En CLOSE UP
aparecer con la cabeza entre los brazos y stos reposando sobre una tosca mesa. Una mano tocar el
hombro del durmiente y le sacudir con suavidad. Este levantar la cabeza. Ser un perfil duro pero
joven, de hombre amargo y fuerte. Mirar hacia donde debe estar la cara de quien le ha tocado el
hombro. Una voz, la voz inconfundible de Cantinflas, le hablar.
VOZ. Bueno, joven, no se desaflija. Me pagar el da ltimo, y si no puede, me pagar cuando tenga
trabajo, que total, el que tiene trabajo para que no le paguen soy yo.
Y si no puede, pues me pagar cuando pueda, pero eso s, sin falta y con puntualidad.
El hombre pobre se levanta. MEDIUM LONG SHOT. Su interlocutor no es Cantinflas, sino un dueo de
posada, con delantal. El hombre pobre le aprieta un brazo en seal de gratitud. Ambos van hacia la
puerta. En la pared miran, por un instante, un dibujo en el que aparece Cantinflas. Ambos se miran y
sonren.
DISOLVENCIA A: Nueva escena en la que aparece un nio en la misma posicin que el indito de Rozo. El
nio estar un instante inmvil y luego se sacudir, llorando. Levantar la cabeza y gritar.
Una mano de mujer pone al lado del nio una revista. El nio mira en ella el retrato de Cantinflas.
El nio sonre.
VOZ (de Cantinflas). Menos mal que es soltero, porque si nos llega a meter aqu una chamaca de su
tamao, de su apetito y de su escultura, estaramos todos de chicle.
El nio sonre viendo la estampa. MEDIUM LONG SHOT. Son un hombre y una mujer. El hombre no es
Cantinflas
DISOLVENCIA A: Una fila de gentes entre los que se encuentran, como haciendo cola frente a una
tortillera, un ciego, una anciana, una nia con aparato ortopdico, y por el estilo, tipos con aspecto de
desventurados. Todos tristes, mirando unos hacia adelante, otros hacia el suelo, con la mirada perdida
en la angustia, en la esperanza o en el simple olvido de la vida. Sbitamente una voz:
VOZ (de PERSONAJE). Qu, chatita? Lonchamos aqu o nos llegamos a Acapulco en mi B-29?
Toda la fila vuelve los ojos hacia el sitio de donde viene la voz. Todos ren.
DISOLVENCIA A: CLOSE UP. El INDITO con la cabeza entre los brazos. Por un momento se transformar
en el PERSONAJE. Luego volver a tomar el aspecto del indio. Una mano tocar su hombro y otra le
ofrecer una tortilla desplegada. La cmara recoger por un instante, en CLOSE UP, la naturaleza
muerta de un plato de barro y una cuchara tosca, luego volver al INDITO, quien levantar la cabeza y
recibir la tortilla. Enseguida una mano tomar del plato lo requerido para llenar el taco. La cmara
se alejar un poco hasta aparecer parte del cuerpo y brazo de una mujer pobre. Antes de comer el
INDITO cantar, pero con voz del PERSONAJE:
DISOLVENCIA A: CLOSE UP. La figura de un hombre vestido de smoking, en la posicin de los inditos,
con la cabeza entre los brazos. Aparecer slo de la cintura hacia arriba. Ante l, en una mesa, en la
que apoyar los brazos (mesa de club, lujosa) habr una botella y una copa vaca. Este hombre duerme.
De seguida la cmara recorrer en crculo la mesa misma, enfocando figuras de bebedores, hombres y
mujeres, todos en diversas actitudes melanclicas. MEDIUM SHOT: la mesa. LONG SHOT: el saln
lujossimo del club en el que podrn apreciarse mesas con gentes que beben, meseros recorriendo el
saln con charolas para servir. Al fondo, una orquesta de nueva msica que suena cansada. Como de
regreso de este recorrido, la cmara va a posarse en una figura tambin de smoking, con la cabeza
entre los dos puos y los codos apoyados en la mesa. Este personaje estar en un grupo de individuos,
hombres y mujeres. El Barn, la Baronesa, la Afrancesada, es la Persona. Primero la cmara abarcar
el grupo tomando de espaldas la Persona. Luego enfocar en CLOSE UP a la persona en la posicin
antedicha. Esta dormir. CLOSE UP: una mano discreta toca la rodilla de la Persona, por debajo de la
mesa. CLOSE UP: otra mano, distinta a la primera, toca la otra rodilla de la Persona. CLOSE UP: un pie
calzado de blanco, toca un pie de la Persona. CLOSE UP: otro pie, calzado de blanco, toca el otro pie de
la Persona. CLOSE UP: un zapato de hombre que da vuelta sin encontrar pie. CLOSE UP: dos pies de
mujer sobre los dos pies de la Persona y el gran pie de hombre enfrente, como una tertulia de gatos.
CLOSE UP: los cinco pies y las dos manos de mujer sobre las rodillas del hombre. En ese instante, una
voz se escucha.
VOZ (enftica, campanuda). Indudablemente se observa una progresiva corrupcin de las costumbres
sociales.
Los pies huyen y se recatan. La cmara recoge de arriba abajo al que habla. Es el BARN. Hombre de
edad, de empaque aristocrtico. Al recorrerlo, la cmara muestra que su pie es el que anda buscando
contactos bajo la mesa.
PERSONA. Pero no me negar usted que la liviandad es la madre de la buena vecindad. Y el lustre se
repone.
MEDIUM SHOT: Una dama entra en cuadro y ofrece a la PERSONA un lbum abierto.
Firma el lbum.
DAMA. Gracias.
Se va.
BARN. Tampoco me negar usted que el poco respeto al abolengo trae la decadencia y que los
hbitos estn en razn directa de la alcurnia de la estirpe. Eso no lo entiende la masa.
PERSONA. Sin duda alcurnia. Pero los monjes no hacen los hbitos y para que la estirpe no se extirpe,
hay que poner los pies ms arriba de la masa y ms abajo de la mesa.
Firma.
PERSONA. El reis es una moneda aristocrtica. La gracia es una moneda democrtica. En el Brasil
hace usted una gracia y le cobran un milln de reis. Aqu, le dan a usted un reis y usted da un milln
de gracias.
BARONESA. Pues yo no nac para esta poca. Mi espritu se ahoga en eso de la igualdad. Yo estoy
hecha para los tiempos de la corte. Para Maximiliano...
PERSONA. Si lo sabr yo. Hasta hace un poquito, yo crea que los niitos venan de Pars. Pues hace
dos das vena una seora en estado interesante bastante avanzado, que, despus de todo, no s por
qu lo llaman interesante, porque de interesante no tienen nada las seoras interesantes. Pues bien, un
muchachito de siete aos le pregunt: Seora, por qu est tan hinchada? La seora le dijo: Eso es
agua, nene, eso es agua. Y el pequeo va y le dice:
AFRANCESADA. Merc. Qu tiempos aquellos del Triann, del Vert Galant, de Fontainebleau, donde la
noblesse recoga la victuar y la pleb los mendrugs. La societ est fan.
PERSONA. G. Elle est descangall. Pero no recuerde usted sus tiempos felices, seora. Ahora, puede
que se arregle todo. Ya ve usted la cantidad de prncipes y princesas que estn viniendo a Mxico. No
principia un mes sin un prncipe. Ahora mismo parece que viene una princesa.
BARN. S; llegar de incgnito la princesa Otta de los Pases Altos. Y segn parece la polica ha
detenido a una aventurera que se quera hacer pasar por princesa. Est en la Penitenciara...
PERSONA. Y cmo sabe la polica la diferencia que hay entre una princesa verdadera y una princesa
falsa? Entre la princesa Otta y la otra princesa, por ejemplo?
BARN. Oh! eso se conoce muy bien. Prncipe se nace. Cuando yo nac...
PERSONA (galante). Desde luego, al poco rato se vio que era barn.
BARN. Gracias. Usted, por ejemplo, no puede negar el seoro. La estirpe azteca... o zapoteca.
AFRANCESADA. Me u, cher. La sangre azul late distinto. No ha sentido usted el pulso de su sangre?
PERSONA. U. En la pup.
BARN. Y podramos aprovechar la visita de la princesa Otta para que un gran artista como usted
ayudara a la recepcin.
BARONESA. Por las minoras selectas! Contra la plutocracia plebeya! Los mexicanos queremos
emperadores.
CLOSE UP: La PERSONA, adormecida, con la cabeza entre las manos, frente a una copa de champaa.
CLOSE UP: La copa que se va poniendo grande. Empiezan a salir burbujas cada vez ms grandes; en las
burbujas danzan damas y caballeros de corte. Una mano se posa en el hombro de la PERSONA.
DISOLVENCIA A: LONG SHOT: Aspecto del living en la casa de la PERSONA. Elegante, moderno.
Panormica en que la cmara recoge algunos detalles. En las paredes, en CLOSE UP, desfilan algunos
retratos del PERSONAJE caracterizado por la persona. Entra el ayuda de cmara con una bolsa de hielo.
ESCRITO: Rosas para Rosa, Dalias para Dalia, Margaritas para Margarita, Lupinos para Lupe, Nardos
para Reinarda.
El criado prende tarjetas a los diversos ramos y los deja colocados en jarrones.
SONIDO: Telfono.
El criado va al telfono.
SONIDO: Telfono.
CRIADO. Bueno. Todava duerme... S seor... Cmo? Ah! Perdn, seora... A usted, seora.
Vuelve a su tarea.
SONIDO: Telfono.
CRIADO. Todava duerme, seor o seora. Cmo? Ah! Perdn, seor cnsul... Luego lo llamar.
Bueno, s seor... A usted.
M. S: Puerta labrada de la alcoba en que duerme la PERSONA. El CRIADO llama a la puerta con los
nudillos. Repite la llamada. De adentro contestan unos ladridos.
SONIDO: Ladridos.
SONIDO: Ladridos.
SONIDO: Ladridos.
PERSONA incorporada, toma el caf, lo pone nuevamente en la charola, toma su bolsa de hielo, se la
encasqueta y se echa de nuevo en la cama.
CRIADO. Le llam un seor que dice ser cnsul de los Pases Altos, o algo as. Pide audiencia.
FUNDIDO con PERSONA levantndose como si fuera sonmbula. Algo nebuloso el corte.
M. S.: El CRIADO dando el telfono a la PERSONA, que toma el aparato, como sonmbulo.
PERSONA. Bueno? Hola, mamacita. Tu retrato? Pos s, aqu estoy con el telfono en una mano y tu
retrato en la otra. Qu no? A m se me hace que ests muy bien. Ese dormidito en los ojos, ese
aterciopelado...
SONIDO: Ladridos.
PERSONA. Pos si ests hablando... Yo? Descansando? No; la prxima semana comenzaremos a
rodar otra pelcula. Esa es mi vida, chata. La gelatina y t. Aj... aj... aj...
PERSONA (toma el telfono). Cmo dices, que no te oigo bien? Ah!... (mirando al CRIADO,). Luego
te lo explico... Y ten cuidado, que las tapias oyen... Bueno... Bay, bay... (Cierra el telfono y habla al
CRIADO): Conque intimidades, eh? Como lo vuelva yo a encontrar a usted hablando por telfono
con mujeres en mi casa solariega y cosas indignas de mi prosodia...
El criado huye.
SONIDO: Telfono.
PERSONA. Bueno? S, seor. El vicecnsul general? De los Pases Altos? De los Pases Altos,
dijo? Y quiere subir? Y en qu pas vivimos? Pues aqu abajo, pero ya usted lo dice, yo, muy
agradecido, aqu arriba. Sube o baja? Pos, aunque me est mal el decirlo, suba usted y, mejorando lo
presente, aqu arriba lo espero. ndele y gracias por su hipertensin.
L. S.: FUNDIDO con el Vicecnsul General de los Pases Altos, que entra. El CRIADO le da paso.
VICECNSUL. Pues s seor... Pues yo soy el vicecnsul general de los Pases Altos.
PERSONA. Muy alto honor para estos pases y para el que habla. Porque en los tiempos actuales, con
todo por las nubes, hay que levantar el estandarte de vida y hacen falta los elementos, cmo diramos,
aglutinantes. Total, por qu? Los artculos de primera necesidad elevados al cuadrpedo y la
colectividad? quejndose como un parto del Atlntico...
VICECNSUL. Ser breve, seor. Traigo para usted una invitacin y espero no tener un desaire. En la
prxima semana vendr a este pas... (se pone de pie)
La PERSONA se sienta.
Me he permitido formar un comit de recepcin encargado de acompaar a su alteza... (se pone de pie)
La PERSONA tambin.
...la princesa en sus paseos por esta hermosa tierra. (Se sienta).
Tambin la PERSONA.
Asimismo, en los actos a los que sea invitada. En el comit figuran eminentes personalidades, todas de
calidad ilustre. Ahora bien, el renombre de usted, que repercute de modo universal en el campo del
arte flmico y escnico, sus profundos conocimientos en arqueologa e historia y su indudable
distincin personal, pues salta a la vista su estirpe distinguida, han hecho que yo me tome la libertad
de incluirlo entre los miembros del comit, compuesto todo l por candidatos de pura sangre...
PERSONA (modesto). Gracias. Yo apenas he hecho ciento diez en la milla... Pero apenas soy un artista
que se ocupa del arte...
VICECNSUL. La vida tiene sus exigencias. La alta posicin que usted ocupa le reclama para funciones
ms nobles. Espero que no haya usted de desairarme...
PERSONA. Tanto como eso no. Si le falta aire, no ser yo quien se lo quite. Djeme usted reflexionar
hasta maana y sepa que si es un honor para m el atender a su alteza (ambos se ponen de pie) la
princesa, lo hara con la misma altivez caballeresca que si se tratara de una reina. Bajamos? (Seala
la silla). Para hablar de emperadores es tarde y el piso alto est ocupado. Perdn.
PERSONA. ndele.
DISOLVENCIA A: Misma escena, ms tarde. El cenicero est repleto de colillas. La PERSONA, con la
corbata rodada, hecho un asco.
L. S.: Se levanta.
M. S.: La PERSONA recorriendo su habitacin. Se detiene frente a la pared y mira los retratos y dibujos
de su caracterizacin. Contempla la figura del PERSONAJE harapiento, mira con hostilidad al
hombrecito desarrapado, con tipo de pelado trashumante, al pobre diablo que le contempla desde el
marco del retrato con la profunda ternura de su verdad humana. La PERSONA hace un gesto de asco y
desasosiego. Vuelve a su silla ante la mesa.
DISOLVENCIA A: CLOSE UP: Un gran cenicero con una montaa de colillas y una pajarita de papel en la
cumbre.
DISOLVENCIA A: INTERIOR: Despacho del director de los Estudios, quien se encuentra ante su escritorio.
DIRECTOR. Ya llevamos media hora de retardo. Siempre ha sido puntual para la hora de rodar.
Estar enfermo? No me lo explico de otro modo.
DISOLVENCIA A: Los Estudios, donde varios artistas, cmaras, etc., estn esperando.
M. S.: El DIRECTOR.
DIRECTOR (al telfono). Cmo? Pero qu le ha entrado a usted? Eso es imposible! Se sentir
enfermo... De otra manera, no me explico... Bueno, aplazar el comienzo de la filmacin. Pero usted
no responde por cunto tiempo estaremos aplazando esto? Qu hay que vivir la vida? Y cul es su
vida? Acaso su vida es suya sola? Y su obra? Y sus creaciones? Y su pblico? Y su mundo?
qu? Que su mundo es el gran mundo? Mire, lo voy a dejar unos das para que descanse y se le
quiten esas leperadas de la cabeza. Bueno? Diga... (Pausa). Cmo dice? S... Qu? (Pone cara de
idiota; se rasca la cabeza). Hasta luego. (Cierra). Qu dira?
EMPLEADO. Qu dijo?
DIRECTOR. Es lo que yo digo... (Como inspirado). Estoy harto de parecerme a todos y no quiero que
nadie se parezca a m... Si el arte es largo y la vida es breve y todo es cuestin de courtuas y
courtuasao y nos vamos a estar que si despus que era el sol sali de Antequera... (Da un puetazo en
la mesa y grita). Que hay que parar la pelcula por tiempo indefinido y que si quiero lo demando por
daos y por juicios!
DISOLVENCIA A: Puerta de los Estudios. Grupos conversan animadamente. En uno de esos grupos, una
actriz, un actor y un periodista.
ACTOR. Hasta all no llegan mis informaciones. Dice que se retira por tiempo indefinido.
CLOSE UP: Un obrero (curioso) que tiene de la mano a un nio. Estn en actitud de escuchar lo que dice
el grupo.
El Curioso es un obrero que lleva al hombro un trpode. Con su nio de la mano marcha hacia el
interior del Estudio.
MEDIUM LONG SHOT: Ambos en una habitacin del Estudio. Miran hacia la pared. All, de una percha
cuelga el traje del Persona.
CLOSE UP: El traje colgando. El obrero coloca el trpode en un rincn. El nio contempla el traje. El
traje pantalones, frazadas, sombrerito, bufanda, ruedan y caen hechos un montn a los pies del
nio. El nio arregla el sombrerito arriba del montn.
L. S.: La Calle.
M. S.: Otro obrero que trabaja con un perforador mecnico, rompiendo el pavimento de la calle.
SONIDO: Ruido del perforador. El perforador detiene su trabajo y se seca el sudor. Se vuelve hacia la
mujer que le espera.
PERFORADOR... Lstima...
MUJER. Lstima.
FUNDIDO CON: Escena del nio y el obrero en el Estudio. El obrero y el nio se miran como con
complicidad.
OBRERO. Pos claro. Pos a poco se figura que uno se figura que l se va figurar eso...
Se quita la chamarra.
FUNDIDO CON: Igual escena, pero ahora el obrero tiene puesto el traje del Personaje. Sale de la
habitacin con el nio. Al salir el cuadro tiene todava la cara del obrero.
FUNDIDO CON: El obrero saliendo por el patio del Estudio. Todos los grupos le miran asombrados.
Puerta del Estudio. Aparece el Obrero con el nio de la mano.
CLOSE UP: El obrero mirando hacia los dos lados de la calle. Ahora tiene la cara del Personaje. Es el
PERSONAJE.
DISOLVENCIA A: El living de la PERSONA. La cmara recorre las paredes donde se observa que los
retratos del personaje han sido sustituidos por un rbol genealgico, escudos nobiliarios y retratos de
seores con pelucas y damas con guardainfantes. Despus la cmara enfoca a la PERSONA, quien,
frente al CRIADO, ensayar pases, reverencias y modales distinguidos. Despus de una gran reverencia
se vuelve al CRIADO como consultndole.
CRIADO. Perfecto.
CRIADO. Bueno, los pardos son hijos del blanco y negro. Pero stos parece que se salvaron.
PERSONA (toma el folleto). Otra cosa... esos datos los encontraste realmente en el Archivo o los
compraste en la lagunilla?
PERSONA. Y con las cosas que t ignoras se podra hacer la Biblioteca de la Sorbona de Madrid...
PERSONA. Este perro da vergenza. Pero cmo es posible que ese perro haya estado tanto tiempo en
esta casa? A ver, bscame en el directorio el Conservatorio de Caninos Nobles, con pedicuro.
CRIADO (buscando en el directorio). Querr usted decir con pedigrs.
PERSONA. No. Pedigrs es una palabra compuesta de pedi, que significa perro, y gris, que significa
gris. Y pedicuro viene de pedi, que significa perro, y curo, que significa oscuro. Y yo lo quiero
oscuro, no lo quiero gris.
PERSONA. Diga? El conservatorio... Cmo dice? La academia de la qu? Perdone, seor, ha sido
un lapsus linge...
Mira al CRIADO mientras cierra la comunicacin. El CRIADO toma el aparato y disca de nuevo,
mientras la PERSONA habla:
PERSONA. La protocolizacin requiere ms cuidado. Necesito hombres que se pueda contar con ellos.
Hombres de contabilidad...
PERSONA. Por favor, no. No le pida favores a nadie, porque con lo que usted gana no va a poder
pagarlos.
PERSONA. Diga? Mire, necesito un perro de gran raza, de lujo. Mi criado ir por l si me conviene.
S? Grande, s, largo y elegante, no muy indiscreto. A ser posible cabizbajo. Educado para todo,
no? Claro. En este barrio luz y telfonos son subterrneos... cmo dice? Galgo ruso? Bueno, pero
ruso? Y no tendra algo parecido, pero del lado ac del paralelo? Ah! es blanco. Yo lo querra
oscuro, pero claro, en perros, la discriminacin es pueril. Cunto? Bueno, mi criado pasar con el
dinero. Ladra? Que ladre a sus horas, pero que sepa distinguir. Ladridos, bueno, mordidas, no. O
revuar, ch.
Mira al perro, que le est mirando y prosigue con emocin que quiere contener y se le transforma en
un desplante de mal humor:
CRIADO. S seor...
DISOLVENCIA A: Puerta de la residencia de la PERSONA. El CRIADO sale con el perro del collar. Al salir
tropieza con el PERSONAJE que llega con el nio de la mano.
CRIADO (humanizado). Lo lamento mucho, seor. El seorito me dio rdenes terminantes. Si fuera
por m...
PERSONAJE. Si fuera por ti t iras por m, pero si fuera por m, entrara sin ti... (transicin). Oye, qu
le pasa?
DISOLVENCIA A: La misma escena del PERSONAJE, CRIADO, NIO y perro. El CRIADO termina de
contarle lo que ocurre al PERSONAJE.
CRIADO. Luego, ha cambiado todos los retratos de usted por cuadros de la nobleza y por ltimo, ha
comprado un perro nuevo de sos con abuelos y me ha ordenado dejar ste por ah...
PERSONAJE. Conque eras de mala familia, eh? Ya te conozco avenedizio! Bueno (al criado), pos
ndale a buscarte a Perro el Grande de Rusia, que yo me quedo con Perro el Ermitao de Cuautla.
El CRIADO se va con el perro. El PERSONAJE y el NIO quedan solos, mirando hacia los que se
alejan. Luego el PERSONAJE da un silbido y el perro regresa en carrera, juntndose con ellos. Miran
hacia el CRIADO.
FUNDIDO CON: Puerta del apartamento de la PERSONA. El PERSONAJE, el NIO y el perro. El PERSONAJE
toca el timbre.
PERSONAJE. No abres?
PERSONA. No.
PERSONAJE. Quiere decir que hasta ahora t has sido la Persona que hace Personajes. Y desde ahora,
como t quieres ser Personaje, ya nosotros no somos Persona.
PERSONAJE. Pues yo prefiero una obrera con el cabello de oro a una Reina con el cabello de bastos. Y
esto lo firma Mxico City, Y te das cuenta de lo que significa la opinin que publica la opinin
pblica? Vas a cambiar un arte por una vida regalada. Regalada por m. Y el que cambia un arte por
un ttulo inmobiliario, pierde, y viene siendo un simple perdulario.
PERSONA. Lo siento, mano. Yo me la he pasado imitando a los dems y parecindome a todo el
mundo y ahora no quiero imitarme a m mismo ni que todo el mundo se parezca a m. Hay que tener
racionamiento.
PERSONA. Cupido? Desnudo en diciembre, en La Reforma? Amor por amor? Pobre, sin ttulos,
sin abolengo? Muy bonito. Con el pesebre alzado y el talle cado. Y es Cupido por aqu y escupido
por all? No. La prosapia, el linaje y la alcurnia no se concubinan con el amor al arte ni con el arte del
amor. Ser un idiota?
PERSONAJE. Eso ser ahora, porque antes era lo mismo. De manera que ya no te sirvo y si te sirvo no
me contestas. Como ya me hiciste y me usaste, ya comiste y ya te vaste, Blas, con tu blasn. Y yo me
morir de hambre porque se te ha metido en la cabeza casarte con una princesa o con una marquesa,
que no sabemos cmo te pondr la cabeza. Y cualquier da vendr yo a pedirle una limosna al
linajudo, al prosapiudo, alcurniudo. Me voy, mano? (tierno).
PERSONA (conmovido). Pos vyase mano, porque si no se va, pos no se va a ir. No ve que ya estoy en
un compromiso, mano?, que tengo la palabra empeada?
PERSONA (muy tierno). Vyase, manito, por lo que ms quiera, que me va a entrar el reumanticismo...
PERSONAJE (hace puchero). Mira, mano, te acuerdas de Jorge Washington y el hermoso cerezo?
Bueno, yo soy la voz de tu conciencia, mano. Aqu est Jorgito. Y el cerezo... Cmo va a ser eso?
Has pensado en que tu arte es una propiedad colectiva de la colectividad? Has pensado en que te
podramos demandar porque nos quitas la alegra, que es el consuelo de los afligidos, el tesoro de la
juventud, el refugio de los pecadores y la organizacin de los Estados Americanos?
Toca al NIO.
Toca al perro.
PERSONAJE. Bueno, mano, me voy... No deja ni siquiera al perro?... Yo puedo buscar trabajo. Pero
ste es un analfabeto, mano.
M. S.: SEORA que sale con un pesado bolso. Se le acerca el PERSONAJE seguido por el NIO y el perro.
SEORA (fastidiada). Vaya a buscar trabajo. Est muy grande para eso.
PERSONAJE (presentando al nio). Tenemos para todos los gustos, seora. La ayuda?
SEORA No.
La ayudo, seora?
PERSONAJE. Nuestra organizacin es una garanta para el cliente. El nio se encarga de los bultos
livianos. Yo llevo las cosas pesadas, delicadas o demasiado comestibles, carnes, dulces, etctera.
SEORA. Y el perro?
PERSONAJE. Es nuestra mayor ventaja, seora. Para los clientes de confianza, el perro selecciona
huesos en las carniceras y el caldo viene siendo un obsequio de la Empresa. Y ante el peligro de
ladrones, luchamos, corremos y ladramos; segn el peso del ladrn, el ladrido.
DISOLVENCIA A: L. S.: Puerta de hotel o Teatro. Se detiene un auto. El PERSONAJE abre la puerta. El
NIO acude tambin. Desciende del auto un caballero. Saca una moneda y la da al PERSONAJE.
PERSONAJE. Usted no abri, joven. Ahora, si el seor quiere hacerle un regalo espontneo, eso es cosa
suya. Pero est usted tan dbil que a lo mejor le voy a dar lo mo.
Hace ademn de darle la moneda. El caballero lo detiene y da otra moneda al NIO, mientras
sonre.
DISOLVENCIA A: Escaparate lujoso de gran tienda de juguetes. PERSONAJE, NIO y perro se detienen
ante el escaparate. El NIO se queda pasmado mirando un lindo avin de juguetera. El PERSONAJE
mira al NIO.
Ahora mira...
L. S.: El campo.
M. S.: Gentes bien vestidas entre las cuales est la PERSONA, el BARN, la BARONESA, etc., formando
filas. Algunas damas y algunos caballeros llevan flores.
M. S.: La escalera del avin. Aparece la PRINCESA en lo alto de la escalera. A su lado una damita
hermosa que es su secretaria. La PRINCESA es una rubia ya algo gastada, alta y nada hermosa. Saluda
desde la escalera.
C. U.: PERSONA y SECRETARIA en el momento en que se ofrece el ramo. La SECRETARIA niega con la
cabeza y seala a la verdadera PRINCESA.
L. S.: La multitud de curiosos. La cmara, a partir del grupo de recepcin har una panormica
recorriendo las dos filas de curiosos tendidas en la estacin, a la salida hacia la calle.
C. U.: El PERSONAJE con el NIO de la mano y el perro entre sus dos piernas, apretujados en la fila.
C. U.: El orador.
Antes de subir a la tribuna, la PERSONA saca del bolsillo unos papeles. Vuelve a guardarlos, pero se
le caen tres sin que l lo note.
No tengo ttulos pontificios que me autoricen a dirigiros mi parbola en el auto de recibir a Sociedad
Annima... (Rectifica). Perdn... a Su Alteza la Princesa Otta de los Pases Altos. Pero la... Junta de
Recepcin... que si vamos a ver no est junta, pero s muy poco separada, me ha encargado de
presentar su bienvenida a la Princesa bien llegada.
Empieza a buscarse en los bolsillos los dems papeles que se le han cado. Desesperado, resuelve
seguir hablando sin ellos.
(continuando). Bien llegada, seores, esta Princesa precedida de cuya fama llega hoy a esta tierra natal,
que no es natal, pero que natalmente la admira, que se podra hacer el sacrificio del natalicio para que
el pueblo que puebla a Puebla, a Mxico, pueda decir con orgullo: somos unos, o ninguno, pero
sabremos demostrar siempre que somos aquellos mismos caballeros que moran por su Dios, por su
Patria y por su dama y un minuto despus se paseaban despectivos, desnudos, con las manos en los
bolsillos y un cigarrillo entre los labios, silbando un aire suave de giros vencidos por la calle de la
amargura, como Su Majestad Alfonso Doce por las calles de Madrid, en busca de Mercedes que haba
abandonado el hogar desde ayer tarde, atrada por los cantos del jilguero y del ruiseor, que son por
qu no decirlo? para el pueblo mexicano, como la voz domesticada del Gero Gil y del seor Ruiz,
representativos de la firmeza de los principios y de la enteritis de la raza.
Y para hablar de la Patria cmo olvidar a los Pases Altos, ese pas misterioso, ms all de la
Holanda y de la Dinamarca, reclinando en las tierras antrticas de la Amazona trrida, entre la
Escandinavia, la Australia, la Noruega, la Suecia y la Laponia? Yo dira que Noruega es como un
cautivo beso enamorado de una mano de nieve; y a Australia le dira lirio desmayado; y a Laponia la
pona en su sitio. Y a Suecia?
Quin no conoce la historia fosforescente de Suecia y lo que el mundo le debe a los suizos? Porque
Suiza es el pueblo de la demagogia perfecta y cada vez que hay que hablar de su antonomasia
filosfica hay que gritar: Viva Escocia! Y en el hilo de Escocia del discurso hay que decir as, sin
miedo a la muerte: qu no?
Pues que salgan, que salten a la arena del Rhin. O del Orinoco. O del Usumacinta. Seores: el
hombre pasa por tres peridicos distintos en esta vida. Y por grfico y por no grfico que resulte el
smil, la alcurnia y el abolengo de las naciones son paralelogramos de los hombres. Y es lo que
ocurre con el rbol genealgico de los pueblos: su Alteza la Princesa emerge de la estirpe y sumerge
la antropologa hereditaria en el abismo generalgico. Por qu? Por eso. Y en la hora problemtica
del Descubrimiento de Amrica, Coln vacila, y ante el vaciln de Coln, Hernn Corts decide
pasar la Nia de la Pinta a la Santa Mara. Y desde el momento en que, montado en el mstil de la
carabela, Emiliano Zapata grita Tierra!, se afirma definitivamente el proceso de la generaloga
nacional.
De qu extraarse, pues, que hagamos al Dios de las Naciones Unidas un voto de confianza en esta
hora de saludar a la altiva Princesa que heredar la Corona de los Pases Altos cuando fallezca su
anciano Padre el Rey, acontecimiento ste que deseamos vivamente para la mayor gloria del trono
que ha de ser, por decirlo as, como el sustentculo de la Princesa. De esa Princesa que estamos
viendo, con su talle estreido y su altivez estilogrfica. Estilogrfica, seores, de calidad suprema,
porque no la ofrecemos sino para beneficio del consumidor, porque las tenemos de punto duro, de
punto mediano y de punto fino, para amoldarse a las necesidades de la caligrafa, de manera que,
como es desarmable y carga y descarga automticamente, usted, amable joven, puede obtener una
demostracin sin compromiso y as ver su calidad, amn Jess de las facilidades que le
proporcionamos para un enganche mnimo... Conciudadanos, tremolando en mis manos el pendn de
Aquiles, en nombre de la Junta declaro solemnemente inaugurada la estatua de su Majestad Carlos
Cuarto en la cumbre del Ixtaccihuatl...
Se entusiasma demasiado.
M. S.: La PERSONA abrazada al BARN, quien presentar una cara alarmada y trgica. Tratando de
retratarlos, un fotgrafo.
FOTGRAFO (al barn). Sonran, por favor. Por favor, caballero, sonra.
El BARN sonre.
El BARN ofrece una sonrisa que es ms bien una crispadura. El FOTGRAFO saca la foto.
TRAVELLING: El grupo marcha. Nadie del pblico aplaude pero la PERSONA va saludando de lado y
lado.
DISOLVENCIA A: Gentes que se desintegran. PERSONAJE, NIO, perro y algunas personas. Un hombre de
gesto desdeoso.
HOMBRE. Han visto cmo pas se? Parece un marqus y no conoce a nadie... Maldito sea... De
dnde habr sacado ese lpero la nobleza?... Un proletario como yo...
PERSONAJE. Como usted? y usted quin es? Y por qu lo llama lpero y duda de su abolengo
generalgico...
PERSONAJE (le da con el sombrerito). Se calla! Pues su alcurnia viene de Don Pedro de Puente de
Alvarado. Porque, habitantes de Mxico... Cuando Don Pedro de Alvarado desembarc en las costas
de Acapulco...
AMIGO. Aqu est mi influencia, pa encontrarle trabajo. Pero eso s, mano: puntualidad y respeto en el
trabajo.
DISOLVENCIA A: L. S.: Panorama que de la carretera se descubre sobre Amecameca, con la presencia
del Popo y el Ixta. Un grupo de personas mira el paisaje.
M. S.: La PRINCESA y sus acompaantes, entre los que se destaca la PERSONA explicndole.
PERSONA (modesto). No, mi discurso de anteayer fue apenas una pequea improvisacin.
Cuando la PERSONA, envanecida, mira en torno, encuentra los ojos de la SECRETARIA y se confunde
todo. Suspira.
DISOLVENCIA A: Estacin de gasolina, con trabajos de esa ndole y gentes que se mueven y autos que
salen y entran.
M. E.: El PERSONAJE lavando un coche. El perro echado junto a l. Un CABALLERO se le acerca y mira
lo que hace.
CABALLERO. Agua.
PERSONA (le mira y mira al chorro). Agua, claro. Pero no seas obtusio, mano; a poco crees que voy a
lavar un carro con Narciso Negro?
CABALLERO. Oiga, qu est usted hablando? Le estoy pidiendo agua para mi coche!
SONIDO: Ladridos.
PERSONAJE mira hacia el sonido.
PERSONAJE (interviene). Perdn, caballero. Sarnoso, no. Podemos hacerle una demostracin sin
compromiso. Ahora, si usted se siente oprimido porque un can de la clase media le haya ladrado,
podemos darle una carta de recomendacin y as tendr usted el honor de que le ladre el Aga Khan.
PERSONAJE. En tercer lugar no hay que darle importancia. Usted sabe que los perros estn
convencidos de que ellos son los que hacen correr a los automviles. De manera que un perro en una
gasolinera se cree un combustible.
PATRONO. En cuarto lugar vaya a hacer su oficio... cuarenta litros de gasolina para el caballero.
El PERSONAJE, siempre mirando hacia atrs, y olvidado de su oficio, abre la bomba de gasolina,
pone el medidor, mete la manguera en el orificio del agua y empieza a echar all gasolina, mientras
habla.
PERSONA. No. No es Patant. Es apenas una de las mejores muestras del estilo gtico...
PERSONA. Y lo sostengo en cualquier terreno, caballero, y estoy dispuesto a dar hasta la ltima gota de
mi sangre... por mi rey, por mi patria y por mi dama.
Al decir esto mira intensamente a la SECRETARIA, quien sonre y baja los ojos.
Como podr ver Su Alteza con una gtica y otra gtica se forma esta lactita y con una gtica y otra
gtica, se forma esta lagunita. Y as, gtica a gtica se forma el gtico precolombino, que llaman
flamboyn.
DISOLVENCIA A: Frente a una casa sobre cuya entrada se lee en grandes letras la palabra "Funerales".
Por un escaparate pueden observarse algunos ornamentos fnebres y varias urnas.
PERSONAJE. Es lo que yo digo, mano; pero ahora, con este trabajo me la paso nervioso. Cuando me
acuesto se me hace que no me voy a dormir, sino que me voy a morir. Y cuando me levanto, me doy
el psame. Entre estas urnas qu porvenir voy a tener yo, si cada vez que me llevo la mano a la cara,
me parece que voy a tocar las calaveras de Coln?
AMIGO. Pos yo me he hecho mi posicin a lo macho, por no tenerle miedo a los muertos ni a los
vivos.
DISOLVENCIA A: M. S.: El DUEO de la funeraria y un cliente, viejo, flaqusimo, con tipo de enfermo.
DUEO. Pues lamentando mucho el fallecimiento de la seora. Por aqu tenemos con casualidad un
fretro de esa medida, que devolvieron ayer. Eh, joven! Mustrele al caballero el fretro que
devolvieron ayer.
PERSONAJE. Este es muy bonito, seor. Lo haban encargado para una seora que tena fiebre aftosa y
le tocaba morirse anoche. Pero ya usted sabe cmo son las mujeres. Y en fin de cuentas que si me
muero, que si no me muero, pos una falta de puntualidad y que no usan la circunvalacin cerebral.
Total que ahora sale con que no se muere hasta el ltimo, porque tiene que hacer unas compras.
PERSONAJE. Descuide usted, seor. Esta casa es lo ms serio del gnero. Porque aqu no nos
ocupamos de un muerto cualquiera, de esos que da vergenza la manera de morirse y que va usted y
los quiere convencer y ni modo. Pos aqu no seor, nosotros enterramos verdaderos cadveres y no
esas porqueras que usted ve por all que si difuntos... Y dgame, seor, le mandamos la urna a la
casa o se la va a llevar puesta?
PERSONAJE. Pero cmo se le ocurre, seor? Soy incapaz. Slo que hay que ser prevenido y yo de
usted encargara la otra con tiempo, porque mejor es no tener que hacer cola. Y esto no me lo negar
usted ni como caballero ni como moribundo.
DISOLVENCIA A: Puerta de la funeraria. El NIO est haciendo pompas de jabn. El PERSONAJE mira al
NIO; le quita la tacita y el gancho de hacer pompas, sopla un montn de pompas, toma de la mano al
NIO y habla.
PERSONA. S, porque tuve que hacer nueve antes y me salieron malas. Esta es la dcima.
PRINCESA. Comprendo... Y estas Pirmides que cubren a Mxico, sern la base del turismo y una
fuente milagrosa de ganancias.
PERSONA. Es triste confesarlo... Pero aqu no hemos sabido aprovechar las grandes riquezas que
tenemos. En las esferas financistas hay poca visin visual de la economa agraria. Conservan los
dolos encerrados en escaparates y tiene usted los Museos convertidos en ideologas improductivas. Y
luego, aqu tiene usted las pirmides. Cuntas pirmides hay en Mxico, desde la piramidita hasta el
piramidn? Y qu hacen? All estn. Hablan de la plata, del petrleo y dems productos agrcolas y
tiene usted toda esta riqueza sin exportacin. Y es muy sencillo: a diez pesos el kilo de pirmide, hay
que ver la cantidad de dinero que le podra entrar a la economa nacional. Amn Jess de lo que pesa
un kilo de pirmide. Porque no me vengan a m conque es lo mismo un kilo de carne que un kilo de
pirmide. Y si no, vea usted, pide usted un kilo de pirmide y es un kilo y vaya usted al mercado y
compre un kilo de carne; y luego pselo usted. Y le pesar... le pesar haberlo comprado.
PERSONA. Pues el caf no est mal. Tinto, a cinco centavos y con leche a diez.
AMIGO. Ust es como es y no hay quien lo cambie. Y aqu est su amigo y su hermano pa lo que
ocurra. Si son influencias polticas, pos influencias polticas y si son diez centavos pa un taco, ya ust
sabe que nunca me faltan dos o tres pesos pa mis gastos de representacin. Y qu le pas con el
trabajo?
PERSONAJE. Pos que eso de pianista no me gusta. Despus que dej los petrleos por eso del perro, y
luego los funerales, he quedado delicado. Y ayer haba que llevar un piano a Coyoacn, y al subirlo al
camin, pos desafin un poco, porque estoy delicado, y el seor sali conque si le romp el sol o le
quit el fa o le di el s. Pos me salieron cuatro re... y perd el trabajo, porque estoy delicado... Pero
mire, yo lo que quera hablarle era de otra cosa. Ust conoce un dentista que es barn?
PERSONAJE. Pero ste es barn con B de vaca, de esos nobles, como si dijramos conde con Q.
PERSONAJE. Pos a m me interesara conseguir un trabajo con l, a ver si descubro algo feo como
detective de la polica. Me gustara ponrmele cerca.
AMIGO. Pos yo tengo alguna influencia con su sirvienta. Es un tipo lpero. No tiene plata y se las da
de sangre verde o no s qu... Me cae gordo. Maana le hablo a la muchacha...
PERSONAJE. Bueno, mano, y a propsito, tiene por ah una aguja y un hilo pa coserme aqu el
pantaln que el piano me lo rompi por falta de ejecucin?
PERSONAJE. Gracias... ah! mire... A poco cree que voy a encontrar una aguja en este suelo sucio?
A ver, pa que no se pierde clvela en algo, en un trozo de pan con mantequilla y la tira...
DISOLVENCIA A: L. S.: Playa de Acapulco. Echados en la arena, la PRINCESA y la PERSONA. Usan trajes
de bao cubiertos por bata. Ella, adems, gorrito de goma.
PERSONA. Es una dcima que voy a tener el honor de dedicar a Vuestra Alteza, si Vuestra Alteza lo
permite...
PERSONA.
Yo quisiera ser el Ixtas
y en la nieve de tu frente
caer de repentemente
despus de que te desvistas.
PRINCESA (le mira coqueta). Ay, los mexicanos son muy apasionados...
PERSONA. Los mexicanos aman la vida hasta la muerte; y aman la muerte hasta la otra vida.
PRINCESA (relamida). Ay, como deca el emperador de Austria: cuando un francs se pone verde y un
mexicano se pone colorado, la muerte...
PERSONA. El Emperador saba algo de historia. Cuando un francs se pone verde, se muere una
francesa; cuando un chino se pone rojo, se mueren mil chinos; cuando un negro se pone blanco, se
muere el negro. Y cuando un mexicano se pone verde, blanco y rojo, se mueren mil franceses y el
Emperador de Austria.
PERSONA. Corregidora!
Se levantan. Se quitan las batas. La PERSONA est vestida con un traje de bao estrafalario, de cuero
peludo.
BARONESA. Bikini?
CLOSE UP.
PERSONA (devorndola con los ojos). De aquellos versos anonimistas que dicen: Mariposa
primorosa, que vuelas de rosa en rosa; dime una cosa, mariposa: t como que ests tuberculosa?
Se sonren.
M. S.: Llegada de PERSONAJE con NIO y perro. Lleva una cesta. A la puerta da instrucciones al NIO.
Mientras l dialoga, el perro trabaja en el oficio de pescar huesos, etc.
CARNICERO. S, seor...
CARNICERO. Tambin.
PERSONAJE vuelve a mirar al perro.
CARNICERO. Tambin.
PERSONAJE. Pues amigo, no debe usted salir a la calle, porque est usted hecho un fenmeno...
M. S.: PERSONAJE conversando con CRIADA, interior del recibo del consultorio. Ambos hacen como que
limpian.
CRIADA. Pos s, me anda diciendo cosas. Y con tantas campanillas de Barn y de sangre azul es un
miserable y ni las campanillas respeta para ir hacindome proposiciones. Y a poco se cree que a m
me gusta que me ande chuleando.
CRIADA. Pos s hay un lo de esos. Que hay una Princesa que es verdad y otra que es mentira; que a
una la tienen presa y a otra la llevan en hombros. Y aqu han tenido unas reuniones que (misteriosa)
francamente, a m no me gustan... Porque en esas reuniones hasta he visto que viene un tipo que lo he
conocido de coyote de los peores.
PERSONAJE. As es la cosa...
Se abre la puerta del despacho. Sale la SECRETARIA. Al ver al PERSONAJE se detiene impresionada.
PERSONAJE. Me le parezco?
SECRETARIA. Mucho...
L. S.: Se abre la puerta del despacho. Entra en cuadro el BARN. La SECRETARIA disimula y se va.
M. S.
PERSONAJE. S, seor.
BARN. Ahora voy a decirle cul es el trabajo que le tengo, porque para el aseo basta con la criada.
Aqu vienen nios y hasta gentes grandes que tienen mucho miedo a sacarse una muela. Para que se
les quite el miedo, usted se sentar en una silla y yo le escarbar un dientecito picado con la pinza y
les dir: Ya ves como no duele? Mira al seor tan tranquilito A usted le doler un poquito, pero
nada importante...
PERSONAJE. Ni lo tomo ni no lo tomo. Ni tengo dientes picados ni permito que le saquen los dientes a
la infancia. Y le prohbo a usted que les siga diciendo con sus dientes picados cosas picantes a las
mujeres del proletariado.
A la CRIADA.
Al BARN.
M. S: Algunas personas pasan y le dan una moneda. El da las gracias (ad libitum). Otros pasan,
indiferentes. El AMIGO entra en cuadro y se acerca alarmado al CIEGO.
AMIGO. No me diga!
PERSONAJE. Pos lo que v, mano. Ya estoy cansado. Pianista, petrolero, pompero fnebre, muchacho
para todo; hasta de dolor de muelas me han empleado, gracias a usted. Pero yo no aguanto ms. No
hay como la independencia econmica. Hay que ver...
Pasa una mujer muy hermosa. El PERSONAJE la mira en redondo. La MUJER le mira asombrada, se
persigna y sigue.
Se ponen en fila.
Al NIO:
ndele, chamaco, poco a poco y con distancia.
L. S.: Desfile.
TRAVELLING: PERSONA, NIO, PERSONAJE y perro siguiendo por la banqueta entre las gentes.
DISOLVENCIA A: Serie de cortes rpidos en el siguiente orden: 1: La PERSONA, con una raqueta de
tennis en la mano, cerca de la red, en actitud de esperar una pelota difcil. 2: El PERSONAJE con un
guante de base ball todo roto, haciendo out al perro que corre. 3: La PERSONA, de frac, bailando con
una dama en sitio lujoso. 4: El PERSONAJE, con las dos manos agarrando las patitas delanteras del
perro y bailando ambos. 5: La PERSONA, en traje de bao, lanzndose a una alberca en un club
distinguido. 6: El PERSONAJE, con una manguera, echndose agua l mismo y con un pantalosito
estrafalario. 7: La PERSONA viene, trajeado de gentleman rider, sobre un caballo pura sangre.
Llegan a un alto obstculo, el caballo salta y en lo que se ve arriba, por un truco de cine, el PERSONAJE
se desmonta en el aire, se sienta en la valla y el caballo sigue el salto solo. 8: El PERSONAJE va en una
bicicleta con una enorme cesta de pan en la cabeza. 9: Dos manos, una con manga de smoking, de
hombre y otra con un lindo brazo de mujer, sostienen sendas copas de champaa y se aproximan; las
copas chocan, estallan y en el suelo aparecen vidrios y manchas de champaa. 10: La bicicleta y un
camin se aproximan y chocan. Luego quedan bolillos de pan saltando en el suelo.
DISOLVENCIA A: F. L. S.: Plaza en la que se alza el rbol de la Noche Triste. Primero el rbol de da;
despus se ir haciendo de noche hasta quedar el rbol y el paraje a oscuras.
M. S.: La banqueta y el PERSONAJE, casi de silueta, marcha lentamente, seguido del NIO y el perro en
fila india. Su paso es triste y lento.
TRAVELLING: La cmara le sigue hasta el banco que est cerca del rbol. Se sienta.
C. U.: PERSONAJE y NIO sentados en el banco, con aspecto de cansados. Frente a ellos el perro,
sentado. Una pausa de contemplacin.
DISOLVENCIA A: Ms tarde.
M. S.: El grupo durmiendo. Entra en cuadro un agente de polica. Se detiene ante el grupo. Apenas se
ven las caras. Es un GENDARME, en realidad, desconocido.
GENDARME (conminatorio). Aqu no se puede dormir. (Ms alto). Aqu no se puede dormir. (Silencio.
Gritando). Aqu no se puede dormir!
Despierta el PERSONAJE.
PERSONAJE. Claro. Deje la gritera que usted tiene y ver como s se puede dormir. Pero con ese
escndalo, no se puede dormir.
GENDARME. Pos procure que no lo vea nadie. Y si me habla dormido lo arresto... (Mirando el grupo).
No tienen fro?
DISOLVENCIA A:
De uno de los coches bajan gentes alegres que ren y cuchichean. De otro coche bajan los mariachis
que han cesado de tocar y siguen a los del primer coche, los que se dirigen a una casa. Una MUJER se
acerca a otro de los tres coches.
MUJER. Bajas?
GENDARME (suave). Aqu no se puede dormir. (Silencio). (Ms alto). Aqu no se puede dormir.
Silencio.
GENDARME. Ah! es ust patrn? Pos aqu no se puede dormir aunque no lo parezca. Esa es la regla.
GENDARME. Y de la gramtica.
PERSONA (con voz de ebrio). No. La regla de la gramtica es la conjugacin. Yo duermo, t duermes,
l duerme, nosotros dormimos, vosotros mords... dorms... ellos muerden.
Del sitio cercano en el que se han metido los compaeros de La PERSONA llega una msica lenta,
triste, evocadora. La PERSONA escucha, soadora, y habla al GENDARME.
GENDARME (confidencial). Yo? Pos mire que lo mejor es no hablar de eso. Porque cada cual tenemos
su cosa... Pero la verdad es que hay gentes que se venden mi patrn: y lo mo es el amor verdadero...
con mi familia, con una mujer buena y unos chamaquitos... Y nada de inters ni de eso que dicen que
cambian todo por ser marqueses y se olvidan de sus obligaciones con el proletariado...
PERSONA. Conmigo? No. Pero de todos modos eso lo dijo Platn. Vive como quieras y como quiere
el que te quiere...
PERSONA. No. Eso lo dijo Charola. Yo no soy vctima del amor platnico... Soy la vctima del amor
sensual, del amor internacional, del amor circunstancial y del amor... dida.
C. U: Los dos.
GENDARME. Pos mire, patrn, que ust es un hombre conocido y querido y va por un camino
retorcido...
Seala el rbol de la Noche Triste.
Sus voces van a despertar al PERSONAJE, que duerme al pie del banco.
C. U.: El PERSONAJE incorporndose. Se vuelve a ver quin habla. Le reconoce. Se levanta. La luna
empavona en dos c. s. sucesivos la cabeza del PERSONAJE y la de la PERSONA. La del PERSONAJE algo
triste.
PERSONA (algo ebrio, pero ms despejado). Verme? Pero ayer eras ciego.
PERSONAJE. Ciego de hambre. Pero ust, mano, est ciego de mrito ciego. Yo, ciego y todo, he
estado mirando muy bien al Barn y a la Princesa. Y les estoy siguiendo los pasos, porque en algo
malo se andan. Y la verdad es que ust debe reflexionar porque toditita la gente anda hablando
errores de ust.
PERSONA. Hay la gente y la gentelmn. Cuando se est con un gentelmn o una gentelmana se
procede por medio de la prosapia, que empieza por, cmo diremos, una persona que proviene por lo
menos, de una manera que, claro, que no todo el mundo podra venir con procedencia de un sistema
que, no hay manera, mano, son cosas reservadas, y es lo que uno no puede, porque si vamos a ver,
de cundo ac? O somos o no somos. Pos si no somos, por qu somos como somos?
PERSONAJE. Porque somos lo que somos. Y por qu no decirlo ms claro?, que si se empieza por
decirle a uno: Bueno si usted est de su lado y del otro lado, con esa indio-sin-gracia que tenemos,
ust me alega que si un da y otro da, pos, digamos que no, pero al fin de cuentas, pos s y ya me sale
ust con el principio de que adonde... y eso por qu?
PERSONA. Pos por eso, y es lo que me da coraje; pos muy claro lo ha dicho ust, pos con el principio
de que yo le alego y ust lo ve como lo ve y yo lo veo y a poco no lo veo, de manera que, cmo? Y
como lo dice ust, a qu vamos a discutir una cosa que cualquiera lo ve, hombre, y si no lo ve,
pongamos que cualquier da va ust y me pregunta, porque... no me diga!
PERSONAJE. Por lo mismo, anda uno trabaja y trabaja a ver si gana para comerse un taco y no tiene
uno ni lo necesario para comer y apenas consigue lo muy necesario para beber. Y de pronto llega el
pueblo mexicano, lo aplaude y lo levanta y empiezan a caer los billetes en la bolsa y venga el coche y
la buena casa. Y entonces, cuando el pueblo necesita de uno para alegrarse la vida va uno y se
encuentra al Baroncito ese y a la hembrita esa que es la Princesa y si te he visto no me acuerdo.
A medida que avanza la discusin, el GENDARME se sienta en un banco que queda entre los dos
contrincantes, algo esfumado y se va durmiendo, pero a ratos se despierta y oye con estupor lo que
dicen, sacude la cabeza como quien no entiende lo que hablan y vuelve a quedarse dormido.
PERSONA. Es que ust no entiende, mano. A poco va a saber ms que yo. Cuando un hombre llega,
como digamos a la pubertad, necesita ingerir una alegora distinta de la vida. Porque entonces? Si
como ust, por ejemplo, y sin ofender a nadie, porque no se me puede levantar, que uno necesita vivir
y a lo mejor llega un da en que, pues, Dios los cra y ellos se entrejuntan, pero, total, que uno tiene su
por-supuesto mensual.
PERSONAJE. Por eso, que ust va a tener su por supuesto mensual muy seguro, si sigue de manso.
PERSONA. Y qu se le va hacer? Si uno es gentelmn y le gusta una gentelmana, pos a qu venir con
leperadas del proletariado?
PERSONAJE. Leperadas? Y si ust es gentelmn y uno es gente-helmana, eso es lo que ust llama
proletariado? Mire, mano, si ust es gentelmn y le niega la mano a la gente-helmana, pos qudese
con su mano, mano, pero el purito pueblo mexicano tiene derecho a que los mexicanos de pupularid
cumplan con su deber con verdadera escrofulosidad.
PERSONA. Pos para que nada que uno le vea digamos el principio.
PERSONAJE. Y luego que a cualquiera se le ocurre que, bueno, ni modo de que lo atiendan a uno.
PERSONA. Pero no hay que preocuparse, mano, esta noche es muy bonita... Lo malo es el ahuehuete
ese... Quin va a llorar con un ahuehuete?
PERSONA. Y que traiga algo de eso que a lo mejor, pos no sabemos y se queda uno con la duda, pos
qu le costaba al seor Hernn Corts caminar un poco ms o un poco menos, pos un sauce llorn
no se le niega a nadie, mano...
Al decir esto el PERSONAJE seala algo al fondo. La PERSONA inquiere con la vista y quiere saber
qu es.
PERSONA. Qu pasa?
PERSONAJE. Eso... El rbol de su Noche Alegre... No me va a hablar ahora del rbol Generalgico?
PERSONA (despus de mirar un rato).El rbol de mi noche Alegre... El rbol de su Noche Triste...
Qu rechulos...
PERSONAJE. Maana?
DISOLVENCIA A: Estancia elegante en el Hotel que ocupa la PRINCESA. Alrededor de una mesa bien
servida de highballs se renen la PRINCESA el BARN, la BARONESA, el VICECNSUL, la AFRANCESADA
y la SECRETARIA. Esta ltima se limita a llevar con atencin lo que se dice, teniendo en sus manos una
pluma y sobre la mesa, frente a ella, un cuaderno.
L. S.: Todos.
BARN. Aqu traigo unas notas para facilitar el informe. Desde luego, las quemar al terminar.
BARN. El asunto marcha perfectamente. Pero es necesario apurarse un poco. La Princesa continuar
presa por algunos das. Pero eso no podr prolongarse mucho. La investigacin, aunque lentamente,
continuar hasta que se descubra la verdad; la Princesa lograr comprobar la validez de su ttulo y nos
caer la polica encima.
BARN. Ciertamente. Pudimos robarle los ttulos a bordo; pero ella ha pedido copias autnticas a su
pas y aunque he logrado retardar las diligencias, esas copias llegarn. Ella vena de incgnito, pero
se har oficial su presencia cuando vengan los tales ttulos... y entonces...
M. S.
Seala al VICECNSUL.
BARN. Lo siguiente:
Este logr formar un Comit de recepcin. Se hizo una colecta para los gastos. Algunos se mostraron
reacios pero todos dieron. Claro, al que ms dio no hay para qu nombrarlo. Logramos en esto treinta
mil pesos. La accin se ha concretado exclusivamente al tipo que ustedes saben. Est completamente
chiflado con la prosapia y la genealoga. Dispuesto a cualquier cosa. O uno de dos: o se le pide un
emprstito gordo para el fomento de la instruccin pblica en los Pases Altos, o se le lleva sin sentir
a que pida la mano de nuestra Princesa, claro que quitndole una buena suma para el ttulo... Pero lo
dicho, hay que andarse pronto, porque estamos en peligro y por ah anda un pelao inteligente que nos
est siguiendo los pasos. He dicho.
PRINCESA. Pues nada, hay que llamarlo al idilio y ya se ver. Vamos a hacer una cena a todo tren y
all le daremos la puntilla. Champaa, noviazgo y cheques... Pero antes, dos o tres das de paseos,
entrevistas, coqueteras, Estamos Barn?
BARN. De acuerdo.
PRINCESA (a la SECRETARIA). Escrbele a... a mi Prncipe Azul, una esquelita muy cariosa dicindole
que quiero ir de paseo con l y que estoy muy preocupada porque no ha venido a verme...
SECRETARIA. Y dnde puedo encontrarlo? Es algo muy urgente. Se trata de evitar un mal muy
grande.
Al AMIGO.
PERSONAJE. Por ust no hay cuidado. Oye, conoces bien al Kid Tepeyac? No vive cerca del Barn-
Dentista?
AMIGO. El boxeador Kid Tepeyac? Pos claro. Es un tipo animal, de un humor del diablo y siempre
dispuesto a darle una paliza a los indios verdes si le llevan la contraria. Vive cerquita del Barn.
A la SECRETARIA:
PERSONAJE. Bueno, ese nos va a ayudar. Seorita, tocante al VICECNSUL, es un chamaquito que se
sienta en el suelo y le quedan colgando los pies. A ese, cualquiera de nosotros le da un super-cut y se
muere de hambre en el aire. Si es nada. Para ponerse la corbata tiene que montarse en una silla
porque no se alcanza. Y en cuanto al otro que llaman el Barn, y es dentista, cuando se haya
entrevistado con el Kid Tepeyac, no doy por l ni un par de huaraches.
PERSONAJE. Quiere usted preguntar si soy natural? Pos ni natural ni ayudado... De pecho y
empapando mucho...
FUNDIDO CON: escena a la puerta del cine. Grupo que entra: la PRINCESA, la PERSONA, la SECRETARIA,
el BARN, la BARONESA, entran y dan sus tickets al PORTERO.
FUNDIDO CON: entrada del grupo a la sala de cine.
FUNDIDO CON: escena que se desarrolla en la pantalla. Se trata de una escena en la cual Cantinflas
declara su amor a una mujer. Si posible de rodillas.
Se aleja la Cmara de manera que a la vez que la pantalla se vea la sala y el grupo de la PRINCESA,
etc., acomodndose en las sillas. Hacen ruido. El pblico pide silencio
C. U.: La Pantalla: CANTINFLAS est hablando de amor. Se oye el ruido de las butacas y el pblico que
pide silencio. En medio de su efusin amorosa, CANTINFLAS se vuelve hacia el pblico, se da cuenta de
que estn all la PRINCESA y la PERSONA, detiene su parlamento, se pone de pie y pide silencio, de modo
que la escena se desarrolle conforme a lo que sigue, resultando que CANTINFLAS detiene el curso de la
pelcula para homenajear, en forma irnica, a los personajes que han llegado.
C. S.: Pantalla. CANTINFLAS ante DOA INS, quien estar reclinada en un sof.
olvida de tu convento
se olvida la Lagunil-lla
y se respira mejor?
PERSONAJE (al pblico). Alto la pelcula... por favor, camargrafo! (A DOA INS). Atencin, fir!
DOA INS se pone de pie. Ella y PERSONAJE, firmes, mientras entran el COMENDADOR, DON LUIS
Al terminar el coro salen los personajes, menos el PERSONAJE y DOA INS. Esta vuelve a echarse en
su divn y DON JUAN ataca, frentico de amor.
PERSONAJE. ...
el platillo volador
Se disuelve la pantalla; se funde esta DISOLVENCIA con la de la sala que se va entenebreciendo y toda la
DISOLVENCIA se funde con
PERSONAJE (tranquilo). El Seorito me dio cita para hoy a esta hora y me recibir.
CRIADO. El seor debe comprender que el Seorito me da una orden y yo debo cumplirla. Si el
Seorito le dijo al seor que viniera hoy, yo le avisar al Seorito para que reciba al seor.
PERSONAJE (airado). Avsele noms al Seorito. Pero lo que me da coraje es ese tono linftico en que
usted me habla.
Y qu es eso de Seorito y seor?, de modo, que l es Seorito y yo soy seor? Cmo lo sabe
usted?
PERSONAJE. Es que eso de que l sea Seorito y yo seor es como si uno hubiera dado algn mal paso
y, francamente, se siente uno embarazado...
L. S.: La estancia, apareciendo la puerta por donde entra en ese momento el PERSONAJE. Avanza hacia
el escritorio.
TRAVELLING: M. S.: PERSONA hablando por telfono y PERSONAJE de espaldas, en primer trmino.
Mientras habla, la PERSONA ofrece un asiento al PERSONAJE, con un gesto de la mano. Este se sienta, de
manera que quedan la PERSONA a la izquierda y el PERSONAJE a la derecha de la pantalla.
PERSONA (por telfono). Muy bien. Entonces me llamas maana. Perfectamente. ndale, bien...
El PERSONAJE se detiene.
SONIDO: Telfono.
PERSONA (haciendo al PERSONAJE seas de que espere y tomando el telfono).Bueno cmo est,
seor Licenciado? Bien. S... Pues claro. Eso no tiene importancia. A las cinco de la tarde? El
jueves? Muy bien. S, gracias. A sus rdenes, Licenciado...
SONIDO: telfono.
Se repite la escena anterior.
PERSONA. Diga... S seor, estoy enterado. Sobre eso lo mejor es que hable usted con mi apoderado.
Desde luego. Gracias. Adis...
PERSONA. Bueno... Hola, chata. Pues ah. Bueno, este domingo no voy a poder. No, ni el otro. Pues
claro, yo te llamo antes de que se acaben los domingos... ndale...
PERSONAJE. Yo tena...
SONIDO: telfono.
PERSONA (toma el aparato y hace seas al PERSONAJE de que espere). Diga Hola, qu tal?
M. S.: PERSONAJE y PERSONA, mientras ste habla por telfono y hace seas insistentes al PERSONAJE de
que lo espere. El PERSONAJE le hace tambin seas de que espere, que luego vuelve. Y sale hacia la
puerta.
FUNDIDO CON: M. S.: PERSONAJE en una trapalera, cuyos armarios se ven al fondo.
SONIDO: telfono.
PERSONA. Bueno...
PERSONAJE. Bueno... Pues, yo tena la intencin de acudir a la polica para denunciar la estafa que te
estn haciendo, pero prefer hablar primero contigo... Cmo? Pero si por telfono es el nico modo
de hablarte. El telfono es la voz de la conciencia. Slo que cuando est en huelga la conciencia no
tiene ms remedio que... cmo? Bueno, si te empeas voy. Hasta ahora.
Pone el auricular en una caja, sin cerrar la comunicacin.
FUNDIDO CON: puerta de entrada con PERSONAJE entrando al Despacho. Quedan uno a la derecha y
otro a la izquierda de la pantalla. Frente a frente.
PERSONAJE. Pos no es una estafa. Son tres estafas. Una estafa que te estn haciendo una banda de
gangsters extranjeros. Y una. Otra estafa que se la estn haciendo al pueblo, quitndole como
diramos un espejo, un espejito. Y van dos. Y otra estafa que te ests haciendo t mismo, creyendo
que ests enamorado de una Princesa, cuando la verdad es que ests enamorado de una Secretaria...
PERSONA. Vamos con la primera estafa. Cuando miramos las cosas con ojos de plebeyos, no podemos
apreciar a las personas superiores. Se necesita ser un negro-mntico para descubrir en una dama tan
noble como la Princesa de los Pases Altos condiciones de gangsters. Se trata de una mujer que no
naci para el populacho ni para la aldea, ni para la provincia, sino para metrpolis como Pars,
Copenjaguen o Fontainebl. Es mujer de grandes ubres... o urbes, como dice el vulgo...
PERSONAJE. De garza? S. No es gorda; es, como si dijramos, del-Gaona, con cierta elegancia
Arruza, con su esbeltez de Garza, su blancura de Armilla, su perfil de Silverio... Bueno, a poco me
vas a repetir lo que dijo el otro; que tiene la boquita tan chiquita, tan chiquita, que para decir seis
tiene que decir tres y tres. Pero la boca de esa seora es para decir cuatrocientos cuarenta y cuatro...
PERSONA (sin hacer caso). Tiene una cultura superior. Habla idiomas... Es una mujer muy ostruda...
PERSONAJE. De cul estado mexicano? Los intereses de Aguascalientes, de Baja California? Del
Estado de Mxico? Que lo arreglen en Toluca... Pero, qu tiene que ver eso con?... Es que no la
quieres y te engaas y nos engaas...
PERSONAJE. Pos es en lenguaje parablico y simblico. Que es como si fueras un espejo, donde se
mira la gente. Que el pueblo te mira como si se mirara en un espejo. No es bonito, mano?
PERSONAJE. Pero si es que le ests buscando sangre azul hasta a los perros. Y ah tienes tu perrito
pasando hambre. Que yo viva como un perro, est bien, pero que el perro viva como yo, no hay
derecho. Y adems, a los nicos que les interesa que la sangre de los perros sea azul o colorada es a
las pulgas.
La PERSONA se acerca al PERSONAJE en un momento incontenible. Le toma del brazo y le mira sin
rencor.
Pero eso s, aunque t seas la voz de mi conciencia, no acepto ni un mal pensamiento contra la
Princesa de los Pases Altos.
PERSONAJE. Bueno. Procederemos... Hasta muy pronto, mi cuate y mrate en ese espejo.
M. S.: La PERSONA. Vacila. Se dirige a un gran espejo. Se sita frente a l. Est trajeado con elegante
terno.
FUNDIDO CON: M. S.: El espejo, donde se refleja la PERSONA, pero con el traje del PERSONAJE; vuelve a
aparecer la cara de la PERSONA espantada; vuelve a aparecer el rostro del PERSONAJE en el espejo,
pero con una sonrisa profundamente humana y fraternal.
DISOLVENCIA A: Banqueta a la casa de la puerta de la PERSONA. Estn all sentados el NIO y el perro.
Por la puerta sale el PERSONAJE. Ambos se le unen. Quieren pasar la calle.
M. S.: PERSONAJE agachado ante el coche, recogiendo al perro, mientras ste gime.
El PERSONAJE trata de hacer algo violento contra el BARN, pero mira al perro y comprende que lo
primero que hay que hacer es salvarlo. Se detiene en su gesto.
PERSONAJE. Usted es dentista pero ahora va a ser veterinario. (Amenazante). Entre al coche!
PERSONAJE. Que no lo trate? Y quin le ha dicho a usted que el veterinario soy yo?
FUNDIDO CON: salida del grupo del Hospital. El perro en brazos hace caricias al PERSONAJE.
M. S.: Grupo en la banqueta. Sosteniendo al perro con un brazo, el PERSONAJE hace con la otra mano
seas para detener un vehculo.
M. S.: El vehculo. El vehculo que llega ante ellos es un carrito de nio llevado por una NIERA.
C. U.: El niito en el cochecito. Se detienen. La NIERA muestra asombro al ver al perro. Pero en dulce
transicin sonre.
M. S.: Un divn en el cual estn la PRINCESA y la PERSONA. Conversan en tono serio que luego se hace
confidencial.
C. U: PRINCESA y PERSONA.
PERSONA (melanclico). Unos le dicen el rbol de mi noche Triste y otros el rbol de mi Noche
Alegre... .
PRINCESA (suspira). Ay! Cuando uno piensa en sus abuelos y en el lustre que dieron a la patria...
PERSONA (mirando a sus zapatos). Hay que ver el lustre que dieron los mos...
PRINCESA. Mi estirpe se extiende por todo el Viejo Mundo. Pero qu hermosa estirpe la de usted, que
abarca dos mundos. Sangre del Viejo Continente y sangre de los Reyes indgenas!
PRINCESA. Es grato recordar a los antepasados que se distinguieron en el servicio de su rey y de su fe.
PERSONA. Claro. Y como mis antepasados tuvieron distintos reinados y distintas religiones, me
entusiasma recordar a los que se distinguieron en el servicio de sus reyes y de sus feces...
PRINCESA Mi tatarabuelo era un hombre muy alto; lo llamaban Alejandro el Grande... otros le decan
el Rey Sol. Su segundo hermano era muy galante; le decan Guillermo el Conquistador. El tercero era
muy guapo y le llamaban Felipe el Hermoso. Al cuarto, por sus grandes conocimientos le decan
Alfonso el Sabio. El quinto era violentsimo; le llamaban Ivn el Terrible.
PERSONA. Muy parecida a mi familia. Mi tatarabuelo fue capitn; era un tipo enorme. Lo llamaban el
Gran Capitn; lo segua una hermana, tambin enorme, Catalina la Grande; luego vena Ricardo,
corazn de Len de Guanajuato; despus, uno que no s por qu lo llamaban Enrique el Oliente;
segua Juana, loqusima la loca Juana, vaya ust a saber por qu. En seguida vena uno que era manco
de un dedo y seguramente muy pulquero, porque lo llamaban el Manco del Espanto. Y por ltimo,
Napolen, que era caporal de un rancho y unos le decan Napolen el Escuincle y la gente fina el Pet
Caporal.
PERSONA. La de Veracruz y la de Santiago Tlatelolco y la del Fuente de Alcntara. Una orden que es
un desorden.
PRINCESA. Mi escudo original trae en campo de gules y sinoples un len rampante y un guila que
dice Pica.
PERSONA. En el mo, en un campo de hules que tenamos por Yucatn, aparece un zenzontle
desplumado y un coyote rampante con una leyenda que dice: Muerde.
PRINCESA. Y sinoples?
PERSONA (apurado). Bueno, completamente sin oples no, pero con muy pocos oples.
Con reticencia.
PERSONA. Ya el BARN me ha hablado de eso varias veces. El BARN viene a comer a mi casa un da
s y otro tambin. En cuanto al Plan Schumann, no tiene importancia, aunque es muy bonito. Es,
como diramos, una rever de Schumann....
AFRANCESADA. Pero las naciones necesitan ayudarse. El tesoro real de las naciones ms conocidas
por su yantilless necesita ayuda de los pudientes y de los amigos de la noblesse... Estoy segura de
que la misma Princesa se ve en apuros para sostener los actuales compromisos con su Corte...
PRINCESA. Gracias... Es usted todo un noble... el barn podra hablar luego con usted, pero no nos
ocupemos nosotros de esas pequeeces prosaicas... Los intereses... Bah! El barn se encargar de
eso...
A la PERSONA:
AFRANCESADA. Pero hay que salvar el brillo de la corona. Oh! Monsieur, me parece que lo veo por lo
menos duque!...
PERSONA. Ese es un rayo de luz, Madame. Pero el barn lo avienta usted de una estrella a las dos de la
tarde y a las tres est tan chulito comiendo en mi casa...
Movimiento general.
AMIGO. Esta es mi humilde casa. Francamente, no estamos preparados... La casa es poco confortable
y est hecha un desorden. Ya saben lo que son los nios... Vea cmo tienen este living...
Entran.
L. S.: La estancia. La pobreza ms radical y pintoresca. En una sola habitacin, un camastro viejo, un
colchn en el suelo, una silla muy descalabrada. Sobre una mesa de venerable y maltrecha estampa, un
aparato de radio, que no es sino la cscara de un radio. En el curso de esta escena, el PERSONAJE
emplear artefactos y recursos que harn contrastar la miseria de esta estancia con la anterior de la
PERSONA. Como en la escena anterior, la SECRETARIA huronear en la radio, etc.
PERSONAJE (ofreciendo asiento). Yo soy enemigo de las casas modernas. Prefiero el estilo antiguo a
estas cosas que ahora llaman confortables. Pero la verdad es que desde el tiempo de los franceses no
hay ms Comonfort en Mxico.
Se sientan. La SECRETARIA saca del bolso unos papeles y los entrega al PERSONAJE.
SECRETARIA. Aqu est. Estos son los documentos personales de la Princesa Otta.
SECRETARIA. De la verdadera Princesa Otta. La historia es esta: yo soy mexicana. Fui contratada por
el tal barn para servir de secretaria a una tal princesa. Esto fue en Miami, donde me encontraba. Cre
de buena fe todo lo que me dijeron. Luego he descubierto que la verdadera princesa viajaba de
riguroso incgnito. Una banda de malhechores, entre los cuales est la que hoy se dice princesa, y que
es una aventurera internacional, rob los papeles de la princesa, sustituyndolos por otros
manifiestamente falsos. Al llegar a Mxico la verdadera princesa no pudo presentar papeles y fue
detenida. Mientras tanto se organiz la farsa y la aventurera, que no haba venido nunca a Mxico,
tom el papel de la otra. Trata de sacar dinero a algunas personas. Y yo estoy dispuesta a evitarlo
aunque me maten maana.
PERSONAJE. No. Si la han de matar maana, pos que la maten de una vez.
Mientras tanto, la SECRETARIA huronea en la falsa radio. Al dar vuelta a un botn de la radio, se le
queda en la mano. Entonces toma la radio y se le viene el cascarn, sin nada adentro. El AMIGO la
observa. El PERSONAJE sigue leyendo. Bajo la cscara hay una botella de tequila.
AMIGO (ante lo del botn). Si quiere or msica dgalo con confianza y le canto algo.
La SECRETARIA, o mejor, su mano, levanta la tapa de un viejo fongrafo. Aparece adentro un plato
lleno de tortillas.
AMIGO (toma una tortilla). Una tortilla? Un taquito? La tortilla es el disco donde estn grabadas la
alegra y la conformidad del alma mexicana. Gracias, pueblo.
Saluda.
AMIGO. Se me hace que le gusta la televisin. Ahora est un poco empaado. El tiempo no es
favorable.
PERSONAJE. Pos con esto basta para llenar la Peni de ttulos inmobiliarios...
SECRETARIA. Bien. Yo tengo que irme ya a juntarme con ellos para ir a un cabaret. Pero usted tiene
que hacer algo muy prontito, porque yo he robado estos papeles y me van a descubrir...
PERSONAJE. Se me hace que voy a ir al cabaret. Que del cabaret voy a ir a la polica y que en la polica
voy a entregar estos papeles a la otra Otta.
SECRETARIA. Pero no va usted a caer posiblemente en la misma Delegacin de Polica en que ella
est.
Al AMIGO.
No creo que nos falte como para pagarnos dos copitas en el cabaret.
Se levanta tongonendose.
L. S.: Abarca el conjunto de lujo y elegancia del establecimiento. Cortes de la orquesta, de otra
orquesta de mariachis, de mesas ocupadas por elegantes grupos. Esta escena puede ser aumentada con
algn espectculo de show.
Beben mientras hablan. A medida que avanza el dilogo ella est ms achispada.
PRINCESA. Y vizcondes?
PERSONA. Pero no somos nada de hidalgo. Amamos al Padre de mi Patria, pero lamentamos no
pertenecer a su sangre
PRINCESA. Oh! Era un grande hombre. Creo que era muy ingenioso, verdad?
PERSONA (irnico ante la ignorancia de la mujer). No... El Ingenioso Hidalgo era un pariente lejano.
PRINCESA. Y Madero? Aunque republicano, es una figura noble. No tiene usted parentesco con l?
Se confunde algo.
PERSONA. No. El perteneca a una rama muy distinguida de los Maderos... Era de San Pedro de
Coahuila. Luego, en Mxico, conforme usted llega a la Alameda, ve usted cmo sale Madero de San
Juan de Letrn y termina en el Zcalo. De manera que l es de los Maderos de San Pedro y de los
Maderos de San Juan.
PERSONA. El duodeno.
PRINCESA (ya bastante chispa). Ay! Sera un sueo maravilloso el poder juntar las coronas de
nuestros dos imperios!
Se inclina a l, quien se fija en lo apetitosamente descotada que est. No quita la vista del seno.
PERSONA. Lindavista!
Soadora.
PRINCESA. Soy nrdica, pero ardiente... A nosotras las princesas nrdicas, nos tratan de apagar el
fuego de la sangre. Nos ensean mucha ciencia. La historia, la trigonometra, la alquimia, la
hermenutica. Nos cubren nuestra pasin latente con miles de teoras del monometalismo y el
bimetalismo, del seno y el coseno, del flujo y reflujo... Luego, nos obligan a hacer deportes en forma
exagerada. La bicicleta es nuestro deporte nacional. Yo he ido en bicicleta desde Copenhagen hasta
Pompeya.
BARMAN. No seor.
PERSONAJE. Qu casualidad! Entonces somos parientes, porque yo tampoco soy Garca. Pero bueno,
amigo Garca, denos usted algo que beber, porque estamos ms secos que el desierto de Sara, Garca.
(Se vuelve hacia el amigo). Jaibol de giski o tequila sin jaibol?
BARMAN. S seor.
BARMAN. S seor.
FUNDIDO CON: la mesa en que est la PRINCESA. Todos estn mirando hacia el Bar.
BARN (furioso). Pero cmo han dejado entrar aqu a esos individuos indecentes?
FUNDIDO CON: PERSONAJE que les mira, dndose cuenta de que se ocupan de l. Mientras bebe su
tequila les mira arrogante.
PRINCESA. Bailamos?
FUNDIDO CON: La pareja que baila al pasar junto al PERSONAJE. En cuanto llegan a su lado, la
PERSONA dice a la PRINCESA:
L. S.: El baile. Se distingue a la PERSONA por su modo de bailar; msica extranjera que desentona con
sus maneras mexicanas: valse, por ejemplo.
La PRINCESA re a carcajadas.
PRINCESA (ya escandalosa). Quiero bailar con ese tipo que es como el doble de mi prncipe. Como el
subconsciente de mi emperador.
FUNDIDO CON: PERSONAJE ya algo achispado. Al or el grito, se seala con el dedo, como preguntando
si es con l. De seguida se dirige a la mesa.
Salen a bailar.
PERSONAJE. Y cmo fue que le dijo se a la princesa? Eres mrbida... molvidars, chatita?
SECRETARIA. No hay que perder la cabeza ni la oportunidad. Hay que portarse como un hombrecito
serio. Usted es bueno, verdad?
SECRETARIA Mujeriego?
PERSONAJE (la mira, tierno). Si me gusta una mujer como me gusta una mujer, soy mujeriego de esa
mujer... Pero los hay hombriegos, que es peor...
SECRETARIA. Bebe?
M. S.: Las dos parejas. Al fondo se advierten rostros de gentes que los miran atentos. El PERSONAJE se
soba el pie pisoteado.
BARN (excusndose, pero irnico). Ah! Perdn. Le he pisado a usted. Ha sido sin querer. bamos
distrados, abstrados en el baile. Dispnseme...
BARN. Adems, son cosas de la vida, tropiezos involuntarios e inevitables. Pequeos contratiempos
que a todos nos ocurren. Hoy por ti, maana por m. Ya usted ve... hoy le piso yo a usted, maana me
pisa usted a m... Amigo...
PERSONAJE (reflexionando). S, seor... Maana? Pos ahora que me acuerdo maana tengo que ir
muy temprano a Toluca. De manera que lo mejor es salir de eso ahora mismo...
Le da un terrible pisotn y sale muy campante por el Bar, entre el estupor de las miradas reilonas
que les rodean.
AMIGO (haciendo como que toca una guitarra con el gesto). De noche cuando pongo... De noche
cuando pongo... De noche cuando pongo...
PERSONAJE (llegndole al lado). Mira mano, no sigas poniendo, porque te vas a encluecar... Y ponte
bueno que se acercan los acontecimientos.
PERSONAJE. S, pero si te dilatas con el vaso, te pones pulqurrimo o tequilrrimo, que es igual.
M. S.: El PERSONAJE les contempla mientras se alejan los danzantes. Transicin de PERSONAJE
volvindose hacia el Bar.
FUNDIDO CON: PRINCESA borracha y PERSONAJE bailando en la forma espectacular y graciosa en que
suele hacerlo Cantinflas. Terminado el baile, el PERSONAJE vuelve al Bar.
PERSONAJE. A poco quiere usted que para mirar a la Alteza se levanten los ojos para abajo o se bajen
los ojos para arriba?...
BARN. Usted est provocando a un hombre que puede llegar a ser el novio de Su Alteza.
PERSONAJE Precisamente. Es el sonido trece, pero le dije treinta y uno para llevarle la contraria.
PERSONAJE. Yo he visto a una seora dando de mamar a un loro; y eso es mucho ms valiente...
PERSONAJE. Eso lo dice usted como barn o como dentista? Porque si me da un paso le voy a dar una
trompada que le voy a sacar noms que los dientes de arriba, para que se le est tropezando la enca
de arriba con los dientes de abajo y se acuerde de m toda su regalada vida...
FUNDIDO CON: M. S.: PERSONAJE y BARN, que llega a su lado arreglndose el pelo.
PERSONA (borrachsimo). Luego, luego arreglaremos eso del cheque... Pero bueno, eso del
matrimonio es de contado?
BARN. No entiendo.
Se estira.
DISOLVENCIA A: Sala de la Delegacin de Polica en el momento en que el PERSONAJE habla con un alto
funcionario.
M. S.: Sentado el Delegado o funcionario. Ante l, el PERSONAJE y el AMIGO, quien sujeta por un brazo
al PERSONAJE; al lado de ellos un polica custodindolos. El PERSONAJE, mientras el AMIGO le sostiene,
est inclinado ante el DELEGADO, quien lee los papeles de la PRINCESA. Estn cerca PERSONAJE y
DELEGADO, como en confidencia. El AMIGO escucha atentamente. El Polica vigila.
DELEGADO (al PERSONAJE). Bien. Y por eso, usted busc la manera de que le hicieran preso.
PERSONAJE. Precisamente.
Sealando al AMIGO.
Al AMIGO.
No me sujete, mano.
Al DELEGADO.
Es mi amigo y colaborador.
DELEGADO (al Polica). Acerque sillas y djeme hablar con los detenidos.
FUNDIDO CON: final de la misma escena. El DELEGADO hace gesto de asentimiento y se levanta. Los
otros le imitan.
Tiende la mano al PERSONAJE. Este la estrecha, se la agarra, toma la del AMIGO y hace que estreche
la del DELEGADO.
M. S.: Un lado del patio en el que aparece una reja a la que se asoma una mujer de aspecto distinguido,
quien est sentada en una silla mirando hacia afuera, con un libro en las manos. Mira con curiosidad a
los que llegan.
M. S.: El DELEGADO acercndose. El DELEGADO se descubre y le habla, respetuoso.
DELEGADO. Seora, para aclarar un grave delito, del que ha surgido un involuntario error nuestro, yo
le suplico un poco ms de tolerancia y escuchar lo que este hombre va a decirle. Yo puedo
anticiparle, seora, la gratitud de las autoridades.
La PRINCESA mira con curiosidad al PERSONAJE. Este la mira, pero es presa de una tremenda
timidez, de la que no escapa sino con un desplante ajeno a la materia.
Dirigindose a un guardia que est sentado a la puerta que comunica al patio de la Prevencin:
C. U.: PERSONAJE, quien ante la sonrisa acogedora de la gran dama, cobra aliento y sonre tambin. Se
quita el sombrero y saluda inclinndose. Se acerca a ella.
M. S.: PERSONAJE y PRINCESA. Ella a la reja, l del lado afuera. Una escena como caricatura de un
idilio andaluz.
La PRINCESA toma los papeles, los ve. Al reconocerlos demuestra una vivsima emocin.
PERSONAJE. Con un poco de buena vecindad. Ahora se trata de castigar a los culpables y de que usted
nos explique lo que usted sepa. Y lo que usted no sepa, para qu me lo va usted a explicar?
PERSONAJE. No. Todava hay que castigar a los culpables, que estn realizando toda una pequea
estafa... como dijramos, una estafeta con encantamiento, premeditacin y alegora. Han procurado
explotar la vanidad de gentes que quieren ser marqueses y duqueses. Personas que no tienen
conciencia del Trabajo y Previsin Social.
PRINCESA (muy dulce). Y usted se hizo poner preso para llegar hasta m... descuidando sus
ocupaciones, su trabajo...
PRINCESA. Pues mucho me apena que haya tenido que hacer todo ese trabajo por m. Y que inclusive
haya tenido que disfrazarse...
PERSONAJE (gesto antiguo y saludo de torero, alarmado). Disfrazarme? Pues no se preocupe. Los
culpables sern castigados. Lo juro por las cruces de su reja. Ahora, ya s la diferencia que hay entre
una princesa en gracia y una princesa en desgracia. La diferencia es la gracia.
PRINCESA. Gracias. Las princesas existen ms en el sueo que en la realidad. El sueo es Cenicienta...
PERSONAJE. Y despus de tanto buscar result que el zapatito slo serva al piececito de la
Cenicienta...
PRINCESA (lenta e incisiva, subrayaba con irona las palabras ''Emprstito'' y "Gobierno"). Maana
en la noche nos ofrecer un banquete en su casa. All, en la mesa, pedir mi mano oficialmente y te
entregar el cheque de Emprstito a nuestro gobierno. Hay que dormirlo un poco all y salir
pasado maana en la maana en el avin contratado.
BARN. Perfectamente...
PERSONAJE. Perfectamente. Maana en la tarde usted har que l la acompae a una cita en el bosque
de Chapultepec, junto al lago, cerca del puente...
SECRETARIA. Perfectamente...
Se miran largamente.
PERSONA. No faltes
L. S.: Una de las avenidas, por donde vienen, juntos, la PERSONA y la SECRETARIA. Todo en ellos revela
un plan de amantes felices. Muy juntos.
SECRETARIA (cantando con voz candorosa). Y entonces el prncipe hizo publicar un anuncio en todos
los diarios del reino, diciendo que aquella joven a quien le viniera bien el pequeo zapato de cristal
abandonado en el palacio, sera su esposa. Y despus de mucho buscar, el zapatito slo poda servir al
piececito de Cenicienta... Ay!
Mira alarmada hacia algo que ocurre lejos. La PERSONA sigue sus ojos y mira.
FUNDIDO CON: L. S.: Un hombre de pie sobre el muro a alguna distancia de la pareja.
M. S.: PERSONAJE de pie sobre el muro. Tiene un pauelo en la mano, con el que seca algunas lgrimas.
Hace gestos pintorescos que indican evidentemente la intencin de lanzarse al lago y suicidarse. Se
balancea para arrojarse.
M. S.: PERSONA llega ante el suicida y le detiene cuando se va a lanzar. La SECRETARIA se retira,
discreta...
PERSONA (ante el PERSONAJE, de espaldas sujetndole por el pantaln). Usted no sabe que est
prohibido tirarse al agua as, sin informalidades legales? (Reconoce al suicida). Ah! Eres t? Qu
te pasa? Ests loco?
PERSONAJE (con risa como de loco y con aire trgico). Loco? De locos estn llenos los pedestales.
De locos estn llenos los manicomios y no hay quien vaya a decirles que estn locos... Loco? Loco
estara si all abajo no hubiera agua... Loco...
Seala al agua.
PERSONAJE (de nuevo trgico). Pero es una falta de educacin... La muerte es la paz... me est
llamando a la Conferencia de la Paz... Djame... para qu vivir?... (Da una sacudida que le hace
vacilar y se asusta). Sujete bien, hombre, no ve lo que hace?
PERSONAJE (se sienta). Nos sentamos, mano? Tome asiento, con confianza.
PERSONAJE. Que por qu me quiero morir? Pero es que la vida vale la pena? La vida es una guerra
fra. Qu es mejor, la guerra o la paz?
PERSONAJE. Es que la vida es triste... Y usted, mano? Quiere ser prncipe... Todos los prncipes han
muerto principalmente tristes. Y algunos han perdido la cabeza. Muy bueno el matrimonio... El
prncipe. De un lado la princesa, del otro lado, el amor... porque la princesa y el amor no pueden estar
del mismo lado... Bueno... al principio muchas fiestas y mucho amor... Y despus... la ausencia de los
seres queridos... la patria lejana, no ver nunca ms las nieves de tus volcanes... El aplauso del pueblo
querido...
PERSONAJE. Maanitas de La Villa, tardes del Bajo, noches de Veracruz... (Ya la PERSONA tiene la
cabeza entre las manos).
PERSONAJE. Y luego... los hijos se enferman... La Parca del Pescador que espera cantando el da...
No es verdad?...
PERSONAJE. Y la poltica? La guerra declarada... Hay que marchar al frente de las tropas... Las
granadas de artillera, la bomba atnita...
SONIDO: La Cucaracha.
PERSONAJE. Y la riqueza... y los secuestradores que se llevan al prncipe, que se roban al delfn... Y en
una cena cualquiera, carnitas tiernas... un taco de prncipe heredero, una enchilada de delfn...
El PERSONAJE bajo el muro, se sacude los fondillos, se encoge de hombros y sale caminando tan
campante. Pero de pronto se detiene en seco, da un brinco y grita:
L. S.: Corre. La SECRETARIA sale de detrs de un rbol y corre hacia l. Juntos van al muro.
M. S.: PERSONAJE, SECRETARIA y AMIGO en la playa, junto al bote, sacando de ste a la PERSONA
desmayada.
DISOLVENCIA A: Alcoba de la casa de la PERSONA. En una cama muy hermosa est la PERSONA con los
ojos cerrados. En torno suyo la SECRETARIA, quien la tiene tomada una mano; el PERSONAJE, quien se
mueve de continuo, y el AMIGO.
M. S.: El PERSONAJE que se acerca a la cama. Se arrodilla ante el paciente; le toma el pulso, le abre la
boca. Toma el termmetro de manos de la SECRETARIA y se lo pone en la boca a la PERSONA. Luego, le
toca la frente, le toma el pulso, le saca el termmetro, lo examina, vuelve a tomarle el pulso y despus
de todo eso, se dirige al paciente para decirle, casi llorando:
PERSONAJE. Y ahogao?
PERSONAJE (llora. Mira al paciente). Pero est fro y no contesta... O est muerto o est ahogao... Y
no viene la enfermera... (A la PERSONA). No se muera, mano, que ust es muy remacho... (Al AMIGO).
Ta muerto... ta muerto... Esto se perdi, manito. a menos que lo salvemos en la autopsia!
M. S.: ENFERMERA ante el paciente. Todos a la expectativa. La ENFERMERA saca del bolso un pomo de
sales, despus de haber auscultado al enfermo. Le da a oler las sales. (La ENFERMERA tiene un aire
doctoral). Al aspirar las sales el enfermo se mueve y vuelve en s. Abre los ojos. Mira a su alrededor.
PERSONAJE. Est vivo! No le dije, mano, que ese era muy remacho? Y ust con esa lloradera.
Aprenda a dominarse
ENFERMERA. Djenlo solo. Est bien. Tres das de descanso. Voy a examinarlo y luego les dir lo que
hay que darle.
ENFERMERA. Desvstase.
PERSONA (con pena). Que me desvista? Bueno... pero, ay, francamente, me da vergenza.
Francamente... desvstase usted primero a ver si me animo...
M. S.: PERSONAJE, AMIGO y CRIADO, quienes salen muy diligentes de la casa. Se detienen a la puerta y
el PERSONAJE habla al CRIADO.
PERSONAJE. Ya usted sabe. No ha pasado nada. El seor quedar en su recmara, con la enfermera,
quien lo har dormir un poco. Si llaman por telfono, el seor ha salido. Pero el banquete se celebrar
esta noche como lo haba dispuesto el seor. Y el seor asistir para festejar a la princesa. Todo como
se ha resuelto. Comprende?
PERSONAJE. Seorito.
CRIADO. S seorito.
Saluda. Se van.
L. S.: PERSONAJE y AMIGO alejndose por la banqueta, muy diligentes, orondos, tongonendose.
M. S.: Los dos amigos leyendo el indicador o gua de la casa, que no ser ni mucho menos de lujo.
C. U.: Leyenda con la tarjeta que indica el nmero del apartamento buscado: 5 - Juan Prez, Kid
Tepeyac
M. S.: El descansillo en el que el AMIGO se quedar agazapado, como en espera de lo que va a ocurrir
y el PERSONAJE subiendo el segundo tramo.
FUNDIDO CON: Estancia o pequeo living por donde se pasea el Kid Tepeyac, gigantote, todo msculos,
nariz aplastada y cara de pocos amigos.
SONIDO: Timbre.
M. S: Kid Tepeyac yendo a la puerta y abriendo apenas una ventanilla pequea para preguntar.
PERSONAJE. Buenas tardes, seor Prez. Soy el dentista doctor Gonzlez. Me ha llamado usted por
telfono?
PERSONAJE. Pues me han dicho por telfono que tena usted un gran dolor de muelas, que viniera con
las pinzas porque usted no poda salir de casa. Aqu estoy a sus rdenes...
KID TEPEYAC. Ha debido ser una equivocacin. Yo no lo he mandado a llamar ni tengo dolor de
muelas...
Se retira.
FUNDIDO CON: Coloquio, abajo, en el descansillo. Ambos amigos sentados en un escaln esperan. Muy
serios, como si de algo importante se tratara. Tras breve pausa, el PERSONAJE se quitar el sombrero y
lo ofrecer al AMIGO.
PERSONAJE. Ya.
AMIGO. Seor Prez, es el doctor Gonzlez, el dentista. Me acaban de llamar para decirme que ahora
s tiene usted un terrible dolor de muelas y aqu vengo...
KID TEPEYAC (enojado). Diga usted, seor doctor, eso debe ser una broma, sabe? Ni me duele nada
ni lo he llamado a usted. De manera que ya lo sabe. No se deje tomar el pelo, porque yo por mi parte
no me lo dejo tomar.
FUNDIDO CON: Repeticin de la misma escena de los amigos sentados en la escalera. Devolucin del
sombrero al PERSONAJE.
AMIGO. Ya...
PERSONAJE. Es el dentista, seor Prez... Me dicen que ahora me ha vuelto usted a llamar...
KID TEPEYAC (con un rugido). Esprese que yo soy quien le va a sacar los dientes de una trompada, a
ver si me va usted a tomar el pelo, borrachn...
FUNDIDO CON: Llegada de los dos amigos frente a la puerta de vidrio que dice: Gonzlez - Dentista.
C. U.: Ambos ante la puerta. El PERSONAJE se retira o esconde. El AMIGO toca el timbre. Se abre la
puerta. Aparece la cara del BARN.
BARN. Qu hay?
AMIGO. Lo s, doctor. Pero se trata de un caso urgente. El seor Prez, el boxeador conocido con el
nombre de Kid Tepeyac, me enva a suplicar le vaya con las pinzas, porque tiene un gran dolor de
muelas y no puede levantarse, por estar algo malo. Yo le ensear la casa...
BARN (reflexiona). El Kid Tepeyac, el boxeador?... Bueno, voy en seguida... S donde vive...
FUNDIDO CON: Recmara en la casa de la PERSONA. El PERSONAJE est de pie ante una cama en la que
estn tendidos el smoking, camisa, etc., de la PERSONA.
FUNDIDO CON: M. S.: PERSONAJE terminando de vestirse. Se acicala, se cepilla el lustrado cabello, se
mira bien al espejo. Luego recoge su viejo traje, que est sobre la cama y lo guarda en un closet.
FUNDIDO CON: Escena a la puerta de la recmara donde est enfermo la PERSONA. PERSONAJE llega a
la puerta, la entreabre y mira hacia adentro.
FUNDIDO CON: Cama en la penumbra, en la que duerme la PERSONA. A su lado la ENFERMERA hace
seas hacia el PERSONAJE indicndole que la PERSONA est dormida.
M. S.: PERSONAJE, disfrazado de PERSONA, dando la mano a los que llegan: PRINCESA, AFRANCESADA,
VICECNSUL, SECRETARIA.
FUNDIDO CON: Grupo en que estarn acomodados ad libitum los invitados y el anfitrin con copas en la
mano.
PERSONAJE. Es un infrontus...
PRINCESA. Mi archiduque...
PERSONAJE. Mi archipilago...
PRINCESA. Oh!
M. S.: BARN y BARONESA llegando. El BARN aparece con un ojo hinchado y un gran moretn
alrededor del ojo.
Voces alegres.
Cortes de los diversos comensales, comiendo o charlando ad libitum. Corte en que se puede ver detrs
de la PRINCESA a un mesonero de aspecto corpulento, pues es slo un polica disfrazado.
C. U.: BARN.
C. U.: VICECNSUL.
C. U.: AFRANCESADA.
C. U.: BARONESA.
M. S.: PRINCESA y PERSONAJE, conversando mientras comen o beben. El PERSONAJE devora un muslo de
pollo y echa el hueso al suelo a su derecha.
C. U.: Perro el perro humilde sentado al lado de la silla del PERSONAJE, algo atrs, recibiendo el
hueso.
C. U.: El cuadro anterior, PRINCESA y PERSONAJE, quien ataca esta vez un ala de pollo con frenes
mientras hace gesto de atencin a lo que dice la PRINCESA.
PRINCESA (alegre). El vino es el licor de los dioses, como deca Erasmo de Rotterdam... Has visto
algo tan interesante como Erasmo de Rotterdam?
PRINCESA. La filosofa de Kant celebra el vino como la sangre de nuestros abuelos. Qu piensas t
de Kant?
PERSONAJE. De Kan? Con Kan, quin? Con Kan, los huesos de mis antepasados...
Mientras dice esto, su mano lleva el hueso de ala de pollo hacia su derecha y baja para darlo al
perro.
FUNDIDO CON: Cortes en que aparecen alertas los respectivos policas disfrazados de mesoneros, detrs
de PRINCESA, BARN, BARONESA, VICECNSUL y AFRANCESADA.
PERSONAJE (levantndose). Los esposos? Pos no seor. Ha llegado la hora de presentarse las
esposas.
C. U.: Manos de policas poniendo esposas en las muecas de la PRINCESA. Nuevos cortes o ngulos de
otras manos poniendo esposas en las otras muecas de los presos.
Mientras el barullo se desarrolla ad libitum CLOSE UP: El PERSONAJE, quieto, sereno, malicioso,
apurando su copa de champaa, mientras la SECRETARIA le acerca la suya para chocar.
PERSONAJE. Maana muy temprano telefonee a los estudios y diga que tengan todo preparado, porque
el lunes se comienza a filmar.
DISOLVENCIA A: L. S.: Sitio de despedida del Campo de Aviacin Balbuena. Mucha gente en filas.
L. S.: Grupo que avanza. Viene al centro la verdadera PRINCESA. A su lado un funcionario muy atento,
sombrero en mano; del otro lado la PERSONA, muy gentil y serio.
M. S.: La fila de gentes donde aparece el PERSONAJE, trajeado de PERSONAJE, quien tiene bajo sus
piernas al NIO y el perro. El PERSONAJE trata de salir de fila y logra acercarse al grupo: las gentes le
imitan.
M. S.: Algunos caballeros, la SECRETARIA con un ramo de flores y la PERSONA, en actitud de or lo que
va a decir la PRINCESA; en el extremo opuesto de la fila aparece la cara del PERSONAJE.
C. U.: La PRINCESA, al recibir el ramo de flores de la SECRETARIA. Levanta la mano y pide atencin.
PRINCESA. Seores, despus de tantas atenciones, esta despedida colma mi gratitud. Completamente
de incgnito como viajo, no est en mi mano otorgar galardones oficiales a quien ha sido mi
verdadero salvador en esta interesante aventura. Pero las mujeres siempre llevan con ellas la manera
de mostrar su gratitud eterna... Esta es mi mejor condecoracin...
M. S.: La PRINCESA avanza hacia el grupo; toma con delicadeza la cabeza de la PERSONA y le besa en
la frente.
C. U.: La cara del PERSONAJE mirando con cierta melancola, pero sin tristeza.
M. S.: PERSONA y SECRETARIA, saliendo. El la trae del brazo. Pasan al lado del PERSONAJE.
DISOLVENCIA A: Avenida importante de la ciudad. Por la banqueta van, muy orondos, el PERSONAJE, el
NIO y el perro.
TRAVELLING.
L. S.: Tropa de escolares que pasa con msica. Adelante va una hermosa muchacha con los muslos
descubiertos, lindo uniforme y bastn de tambor mayor. PERSONAJE, NIO y perro van marchando
emparejados con ella.
C. U.: Perrita muy coqueta, con lazo al cuello, a quien tiene la seora sostenida por una cadenita.
M. S.: Grupo que pasa junto a ella. Perro de PERSONAJE desva su camino hacia la perrita. PERSONAJE
se detiene y lo mira, mira luego hacia la hermosa muchacha, se inclina, agarra al perro y mira a la
perrita elegante.
VOZ DE LA SECRETARIA. Y despus de mucho buscar el zapatito, slo poda servir al piececito de
Cenicienta...
M. S.: Banco del parque. En el banco, dormido, el NIO. En el suelo, el perro y el PERSONAJE.
VOZ DE LA PRINCESA DE VERAS. Y despus de mucho buscar, el zapatito slo poda servir al piececito
de Cenicienta...
M. S.: Linda PRINCESA, con la cara de la SECRETARIA, bailando con PERSONAJE, muy acaramelados.
M. S.: PRINCESA detenida en la escalera, mirando hacia el suelo un zapato que ha dejado el PERSONAJE.
C. U.: El horrible zapato, grande, roto, en el escaln.
M. S.: PERSONAJE con el pie estirado mientras dos personajes, vestidos de pajes a la usanza antigua, le
prueban el viejo y enorme zapato.
SONIDO: Ladridos.
FUNDIDO CON: Puerta de la alcoba de la PERSONA, tal como en la escena en que el CRIADO viene a
despertarle. Se repite, pues, la primera escena.
VOZ IMPERSONAL. Y la historia termina como todas las farsas regocijadas de la poca; con que todo
era un sueo en cuyo final despiertan el PERSONAJE y la PERSONA.
SONIDO: Ladridos.
SONIDO: Ladridos.
FUNDIDO CON: Living. CRIADO entra de nuevo al living. En una charola trae una copa de jugo. Toca a
la puerta. La puerta se abre.
M. S.: PERSONA en el marco de la puerta. Trae en la cabeza, como una corona, la bolsa de hielo. Cara
de quien ha pasado noche de juerga. La bata algo abierta y gruesa (albornoz) deja ver un saco de
pijama bastante largo. Todo se har de manera que su aspecto sea parecido al de un rey de la baraja.
M. S.: CRIADO ofrecindole la copa de jugo. El la toma. Con la mano en alto y la copa en ella,
marchar hasta ponerse frente a un gran espejo.
PERSONA. Si me has despertado a m, est bien. Pero si has despertado al Rey de Copas, ensllame el
Caballo de Espadas.
Actitud.
FADE OUT
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Resumen
A diferencia de las otras obras, El rbol de la noche alegre es un libreto flmico, cuyo autor Andrs
Eloy Blanco, echando mano de su enorme capacidad artstica, quiso evidenciar una historia desarrollada
en un escenario complicado, caracterizado por figuras que se disuelven entre juegos de luz y sombras y
de voces que corresponden a personajes ausentes. Tal es el caso del propio Andrs Eloy Blanco quien
participa en la trama con el nombre de la Voz, ya que, su cuerpo estaba ausente.
Este libreto hace referencia a rasgos de la vida real del autor, especialmente aquellos que tienen que
ver con el hecho de que el poeta no tuvo como oficio nico el arte de escribir poemas, poesas u obras de
teatro. Contrario a esto, el escritor venezolano por temporadas descuido esta hermosa tarea para dedicar-
se a poltica, motivo que contribuy para que Andrs Eloy Blanco sea una figura importante pero poco
conocida, as como lo son tambin sus obras. Blanco plasma episodios tristes de su vida en este libreto
cuando dice: Es la historia de un artista que en sueos pretendi separar el arte de la vida. Sin duda se
refiere al artista (Andrs Eloy Blanco) quien se caracteriz por sus composiciones lricas de estilo sim-
bolista, debido a que no se poda escribir literatura de crtica social durante la tirana de Gmez.
Sin embargo, all se refleja el deseo del poeta de contribuir a la creacin de una nacin donde lo esen-
cial sea el bien comn. De all que en libreto mencione el querer divorciarse de su propio destino. De
esta manera, este gran hombre de letras que tambin incursion en el mundo de la poltica, quiso ser un
hombre pblico, amando a su pueblo, plasmndolo en el espejo de la lengua, en el alma de la poesa,
aunque esto para l no fue suficiente para sentirse conforme pues, el siempre quiso ir ms all. Este rela-
to es contado por los siguientes personajes: VOZ, NIO, VOZ DE MUJER, INDITO, MUJER, BARN,
PERSONA, DAMA, OTRA DAMA, BARONESA, NUEVA DAMA, AFRANCESADA, CRIADO, VICE-
CNSUL, DIRECTOR, EMPLEADO, PERIODISTA, ACTRIZ, PERFORADOR, OBRERO, SEORA, FO-
TGRAFO, HOMBRE, AMIGO, CABALLERO, PATRONO, PRINCESA, DUEO, CLIENTE y SECRETA-
RIA.
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PERSONAJES:
VOZ
NIO
VOZ DE MUJER
INDITO
MUJER
BARN
PERSONA
DAMA
OTRA DAMA
BARONESA
NUEVA DAMA
AFRANCESADA
CRIADO
VICECNSUL
DIRECTOR
EMPLEADO
PERIODISTA
ACTRIZ
PERFORADOR
OBRERO
SEORA
FOTGRAFO
HOMBRE
AMIGO
CABALLERO
PATRONO
PRINCESA
DUEO
CLIENTE
SECRETARIA
CARNICERO
CRIADA
CIEGO
GENDARME
NIERA
BERMAN
KID TEPEYAC
ENFERMERA
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La escena est sola. Entra Teresa; se vuelve para dar paso a las dems compaeras, que van entrando
una a una, mientras Teresa les indica silencio con el dedo en los labios. Entran de puntillas.
TERESA. Vamos a empezar. Sintense como puedan. Ah! Vamos a traer sillas!
(Salen todas. Escena sola. Regresan con las sillas. Se sientan en semicrculo y Teresa, de pie, habla).
ADA. Soy toda orejas!
BIMBA. Cllate!
ADA. Cllate t!
ADA. Se calla!
TERESA. Bien. Declaro abierta la sesin del Club de las Mil y una Noches.
TERESA. Ay! (Suspira). Me toca hoy hacer un resumen de lo que hemos hecho desde que fundamos
nuestro Club. Hace tiempo, cada una de nosotras, por su cuenta procuraba buscar en los libros, en el
Cine, en la soledad de los campos a la cada del sol, un alimento para nuestra sed romntica. Decepcio-
nadas y asqueadas de la vida social tan vaca y tan necia, ramos infinitamente desgraciadas. Odiamos al
pollo bien, ignorante y pegajoso; odiamos el tabaco del seor serio y la leontina gruesa del seor campe-
chano. Lamentamos la falta de un mundo hecho de almas generosas, capaz de gestos nobles. Cada una
de nosotras encontr en los libros su ideal. Su ideal de hombre capaz de merecer la consagracin de un
alma pura como la nuestra. Esos hombres han llegado a ser la representacin de nuestros anhelos ms
queridos. As nos fuimos conociendo. Cuando llegamos a comprendernos, decidimos juntar nuestros
cultos, formar grupo, un grupo de corazones sin mancha, que fuera una protesta perenne contrala vida
actual, pueril y brbara. As formamos el Club de las Romnticas. Nuestro fin espiritual es acercamos
ms y ms a nuestros dolos; reunirnos para hablar de ellos; invocarlos para compartir en cada sesin el
recuerdo de sus hazaas, de sus galanteras, de sus maravillosas vidas, llenas de misericordia. Los hemos
llamado nuestros novios. Y casi nos sentimos viudas de esos grandes muertos.
TERESA. Ay!... (Suspira) Apenas somos siete todava. Ya vendrn nuevas romnticas. Y de esas sie-
te, slo seis hemos logrado concretar nuestro romntico amor en hombres dignos de ellas. Todava hay
una entre nosotras que podemos considerar la hereje del grupo... Ya sabis quin es...
LEONOR. Silencio!
TERESA. Hereje, porque la mayora as lo ha decidido, con razn. Pero ella es buena y es romntica y
esperemos que pronto, los libros y la meditacin la hagan fijarse en un hombre ms digno de ella.
JOSEFINA. Qu brbara!
BEATRIZ. Qu atrevida!
TERESA. Hay que perdonarla. La pobre ha ledo muy poco. Pero nosotras debemos velar por ella. Y no
podemos permitir que siga enamorada de ese hombre.
TERESA. Oye, Bimba: Beatriz, la hermana Beatriz, aqu presente, adora la poesa; ella como todas no-
sotras, se ha cambiado su nombre. Todas hemos tomado el nombre de la herona que nos acerca a nues-
tro ideal: Por eso ella se llama hoy Beatriz; no queremos llamarla de otro modo, ni nos interesa su otro
nombre. Ella es Beatriz, porque ella quiere al Dante, el maravilloso poeta...
TERESA. Josefina, se ha querido llamar Josefina, para estar ms cerca de su novio, el hroe de la gue-
rra, Napolen, el divino conquistador...
TERESA. Leonora se llam Leonora, para poder amar a Poe, el triste Edgardo, el adorable loco de El
Cuervo...
TERESA. Ximena se ha bautizado con ese noble nombre, porque su hroe amado es el Cid, la flor de la
Caballera!...
TERESA. Ada quiso ser Ada, porque su espritu se ha hecho todo msica y vuela en busca de Rada-
ms, el amado caudillo de Menfis...
TERESA. Y t, Bimba, por qu no has querido ser Beatriz Enrquez o Gaselinda o Mara de Isaacs?...
LEONORA. No, no te has querido cambiar ese nombre de idiota que te ha dado la vulgaridad. Quieres
seguir siendo Bimba y encima pretendes que te aceptemos tu hroe, un cualquiera sin nombre, sin gesto,
sin hazaa, sin gloria... Imposible!...
BIMBA. En ninguno. Una noche, en un pueblo, estaba con mi madre. Empezaron a cerrar las puertas
porque venan unas tropas a pelear. Estuvieron toda la noche combatiendo. Unos triunfaron y otros hu-
yeron. A la maana siguiente sal a la puerta de mi casa y all estaba un soldadito muerto. Un pobre dia-
blo de alpargatas. Muy buen mozo. Nadie se ocupaba de l. Yo le rec y le enterr. En un bolsillo tena
una carterita con su nombre: Juan Bimba. Juan Bimba. Nadie. Yo me llamo Bimba. Me da la gana de
llamarme Bimba. Si no les gusta, me echan del Club y se acab el cuento.
BEATRIZ. Nadie te est echando. Pero debes comprender que tenemos que ocuparnos de tu porvenir y
no podemos convenir en que te vayas a enamorar de un pobre diablo que se llama Juan Bimba y no figu-
ra en la Historia... Con los partidos que puedes conseguir! Solamente en la Historia de Francia los tienes
por montones. Eres boba!
BEATRIZ. Djala quieta. Algn da se convencer. Adems, los tontos son felices con su tontera.
BIMBA. Eso mismo te digo yo a ti.
JOSEFINA. As es. Lo mejor es continuar nuestros trabajos y que cada cual piense como quiera.
TERESA. Contino: el 17 de octubre de 1931 nos reunimos por la primera vez. Fue la primera noche de
las Mil y una Noches. ramos tan nias que no pensamos en lo que esto vendra a ser para nosotras. Han
pasado dos aos, ocho meses y veintinueve das. Anoche fue la noche mil y uno, vividas todas fuera del
mundo. Mil y una noches de soar con ellos; mil y una noches de acercarnos a ellos, cada noche un poco
ms. Esta es la noche mil y dos. Y traigo lo que ofreci nuestra madrina regalarnos anoche.
TERESA. El Profesor de Historia, nuestra vieja amiga romntica, vino anoche, despus que ustedes se
haban ido a sus casas. Y me trajo este libro. (Muestra un libro).
TERESA. Voy a explicarlo. Este es el modo de llegar a nuestros hroes. Las palabras de mi madrina
han sido stas: Pasaron las mil y una noches de soar. Ahora viene la noche de vivir. Es preciso levantar
el manto del sueo y mirar de frente la ilusin. Para la noche mil y dos, veris la cara de vuestros muer-
tos queridos y les oiris hablar.
TODAS. Hablar!
LEONORA. No comprendo!
TERESA. Un momento. Aqu est el libro. Escuchen el ttulo: Modo de hablar con los espritus.
LEONORA. Seguramente.
BEATRIZ. Adems, el libro no dice que sea de espiritismo... Y como nosotras no sabemos de eso...
BIMBA. Leemos?
TERESA. No es preciso leerlo esta noche. Yo he estado todo el da leyndolo. Despus lo leeremos en
grupo. Por ahora lo que nos interesa es saber la manera de comunicarnos con nuestros muertos; la mane-
ra de llamarlos. Eso, yo lo s. Y ahora vamos a realizar nuestro sueo. Vamos a verles...
Ximena. De modo que van a venir, ellos mismos?
LEONORA. Fue por eso que nos dijiste que viniramos vestidas as?
TERESA. Por eso. Hace das esperaba ese regalo. Y quise que cada una estuviramos vestidas con su
traje histrico. Cada una con el traje que llev la herona. As les entraremos por los ojos...
BIMBA. Pues mi traje histrico sera un camisn de zaraza y un par de alpargatas, porque as sera la
novia de Juan...
LEONORA. Vendr?
BEATRIZ. Podr mirarlo y hablarle? Pero me voy a morir de vergenza. Qu puedo yo decirle al
Dante? Y lo lindo que hablar l!
JOSEFINA. Son idiotas. Los muertos hablan en todos los idiomas. Ay! Qu miedo me da! El Empe-
rador! El Emperador! Su voz ser como una orden de mando, como una arenga celestial!
LEONORA. La voz del mo ser un canto fnebre, la voz de los que no vuelven nunca ms!
ADA. La voz de Radams ser un canto religioso y guerrero de cara al sol que alumbra las pirmi-
des...
TERESA. La palabra de Bolvar llegar envuelta en la respiracin de Amrica, baada en la luz de los
Chimborazos despiertos...
BIMBA. La del mo ser una voz de arriero triste o de soldado cansado. Tal vez venga diciendo:
Qu calor, amigo, en ese Purgatorio!...
(Pausa).
TERESA. Vamos?
TODAS. Vamos!
TERESA. La mesa. En el centro (Ponen la mesa en el centro). Y las sillas alrededor. (Se sientan las
siete en torno a la mesa). Ahora, agarrmonos de las manos, as. (Hacen cadena). Recen un Padrenues-
tro, pero no pensando en ms nada; concentradas, invocando al muerto que ha de venir. Quin ser el
primero? A la suerte! El Cid?
TODAS. El Cid.
TERESA. Recemos. (Con las cabezas bajas, rezan). Ahora un Credo... (voz confidencial, grave y lenta.
Rezan)... Calma... recogimiento... voy a rezar la vocacin final... Cuando el Cid venga, nos retiraremos
todas, menos Ximena... (Se inclinan. Teresa ora Pausa. Suena la puerta. Todas se levantan aterrori-
zadas).
ADA. Esto no es conmigo!... (sale en carrera, mutis: la siguen todas menos Ximena, quien quiere
irse, pero Teresa la empuja hacia adentro).
TERESA. Qudate!
NAPOLEN. Hola! (Entra el Cid por la puerta del fondo Melenas, barba gris, traje de malla y ta-
lar. Habla ronco y spero. Pisa ruidosamente).
XIMENA. Yo...
EL CID. Ah... t eres Ximena! Bueno... y qu? Has olvidado lo que somos los caballeros castella-
nos? La mujer cuida el sueo del marido. Cuando el marido va a la guerra, la mujer reza y espera. Cuan-
do el marido vuelve, la mujer ordena silencio, porque el guerrero va a dormir. Manda a matar un corde-
ro. Al despertar, me lo voy a comer entero. Despus, hablaremos. Adems, Ximena, no leas novelas
modernas. Nos ponen a vivir una leyenda de agua de azcar insoportable. Has sido una buena esposa.
Cuida los nios. No leas la prensa. No comprenderas nada. Oye, Ximena... qu tiempos! Me voy volan-
do... (sale en carrera, dando carcajadas. Ximena, llora, pegada a la puerta. Pero al entrar las otras,
seca sus labios y disimula. Entran de puntillas y agrupadas).
ADA. Hablaron?
Ximena. S
XIMENA. Perfecto...
BEATRIZ. El Dante!
TERESA. Bien... (quedan en silencio pausa. Suena la puerta corren y queda Beatriz. Entra El
Dante. Como un sueo sonamblico).
DANTE (desdeoso). Eres como todas, como todas las florentinas... Estpida. Cmo quieres que ten-
ga aqu mi cuerpo? No sabes que me lo robaron? Primero quisieron quemar mis restos; despus profa-
naron mi sepulcro y robaron mi cadver. Dnde est? Yo no soy ms que alma... Los florentinos son
ingratos. No vuelvo a Florencia... Oye, todo el odio que he demostrado a Florencia, no es ms que
amor... Quise morir all... en mi tierra... Ellos no quisieron... Florencia! Qu haces t aqu?
DANTE. Beatriz? Je, je... Beatriz?... Bien... no sera raro... Y despus de todo, qu me importa a m
que t seas Beatriz?... A m Beatriz no me ha importado nunca nada.
BEATRIZ. De veras?
DANTE. De veras. Te lo voy a explicar. Beatriz, la mujer llamada Beatriz, hija de Folco Portinari, en
una palabra, t, no vales ni ms ni menos que cualquiera otra mujer. Ms bien menos que ms. Te casas-
te con Simn de Bardi... Nunca me diste importancia. Si no hubiera sido por m, nadie sabra que has
existido. Beatriz, la ma, es otra. Esa la hice yo. Beatriz es una creacin potica ma. Un ser extrarreal,
un ncleo lrico en torno al cual giran las rbitas de mis planes de creacin. Infierno, Paraso y Purgato-
rio, convergen a la armona central del amor y de la justicia que pongo yo en el cnit de mi mundo,
creado por m. Beatriz no es una sombra de mi Beatriz. Como mujer, ya no me interesa. Yo me cas con
Gemma Donati y tuve hijos. Despus, en Cosentino, am de nuevo. No conoces la cancin que le envi
a Moroello Malaspina? En cuerpo am a otras mujeres: en alma, hice una Beatriz para adorarla... Pero a
ti, en cuerpo y alma, no te he tomado sino como un modelo para hacer mi trasunto de amor mstico.
Ahora, quiero encontrar mi cuerpo. Y t pretendes encontrar mi alma...
BEATRIZ. En m...
BEATRIZ (rabiosa). Egosta! (Sale en carrera. Dante se dirige lentamente a la puerta y se va. Entran
las otras. Beatriz disimula su rabia).
BEATRIZ. Bien.
TERESA. Vamos. (Hacen cadena. Suena la puerta. Se van todas. Queda Josefina. Entra Napolen.
Nervioso, soldadsimo, gesticulante).
NAPOLEN. Hola. La petite creole! Menos mal que encuentro a esa austraca colorada y traidora!
JOSEFINA. Me conoce?
NAPOLEN. Claro que te conozco. Vales ms que la otra. No es que las mujeres valgan mucho. Pero
hay sus matices. La perra austraca con su to el Francisco y toda su politicalla asquerosa valen mil veces
menos que t. Pero era necesario, querida amiga, era necesario casarse con la hija del Hapsburgo y darle
un heredero al Imperio...
JOSEFINA. Y el amor?
NAPOLEN. El amor? Quin se ocupa de esas cosas? Los cadetes! Las costureras! Adems, no me
vengas con sentimentalismos. Tampoco has sido muy catlica (le tira de una oreja). Qu desastre! Pe-
rro ingls! Mis pobres franceses se han olvidado del zorro y del cuervo! Oye, Josefina, tengo que irme
ya, sabes? No puedo estarme mucho en la tierra. Al recobrar mi carne, me duele el estmago. La lce-
ra, sabes? Eso se lo debo a Marmont y a los ingleses. Pero, t ests viva verdad? Bueno; vas a ir in-
mediatamente y le dices a Petain lo que te voy a decir. A Petain! Al Mariscal Petain! Comprendes?
JOSEFINA. S...
NAPOLEN. Que vea claro. Alemania renace. Inglaterra se prepara. Amrica cobra. El Japn avanza.
No hay que pagar. Ni hay que dudar. Un buen golpe en Pars; un buen golpe de cuartel; un 18 brumario.
Y luego, a Italia, donde hay un hombre que se quiere parecer a m. La Saboya es necesaria. Toda la Sa-
boya. Ah! Y la alianza con Espaa. Que no se metan con Espaa! Ni con Rusia! Es fatal! Espaa es la
aliada necesaria. Al tenerla, amarla. Y a Gibraltar. Le daremos a Gibraltar. Y el Mediterrneo ser
nuestro! Ni Inglaterra ni Italia! Y mucha discrecin, Josefina, mira que las mujeres no sirven sino para
echar a perder las cosas. Me voy. Me duele el estmago! Malditos ingleses!... (Se va rpidamente. Jo-
sefina queda triste. Entran las dems. Ella, disimula).
POE. Leonora? No. Ella est all. Conmigo. Esto es una trampa. Los poetas, los artistas de todas
clases se han confabulado para molestarme. Antes, ni caso me hacan. Ahora me necesitan. Que me de-
jen en paz. Usted ser probablemente una vanguardista lela que pide preparacin? Veamos. Pero pron-
to. Odio este mundo y quiero volver al mo. Le extraa? Mi mundo! El que yo cre de mi realidad n-
tima para vivirlo en plenitud. Aqu abajo, qu puedo esperar? Cmo me hicieron vivir los mortales
vosotros! mi racin de vida terrenal? Eh? Miseria, desprecio, hambre, desnudez. Qu hermosa mi
vida nueva, en el reino de mi Eureka soada. Dame whisky. Es el nico modo de vivir aqu.
POE. Para qu? Temes que entre el cuervo? Ese estaba aqu adentro. Pero yo lo mat en la maana
de Eureka, en la hora de mi incorporacin a la dicha. Eres tonta. Qu quieres?
LEONORA. No tengo.
POE. Es lamentable. Voy a la esquina... (sale; Leonora, solloza; cuando entran las otras, disimula
tambin).
TERESA. Ahora me toca a m!... (mira hacia arriba). El Libertador. (Se sientan; hacen cadena. Pau-
sa. Suena la puerta, violentamente. Salen todas, menos TERESA. Entra BOLVAR, vivamente. Mira a to-
dos lados; al ver su retrato en la pared va y lo voltea de modo que quede de cara al muro)
BOLVAR. El mueco de siempre. Muecos! En todas partes, muecos! Muecos de trapo, muecos
de papel, muecos de bronce, muecos de mrmol! Eso es todo lo que saben hacer. Estatuas, bustos,
retratos! El Libertador, el Padre, el Genio, el Sol de Amrica... Muecos sentados, de pie, a caballo, en
toda forma! Eso es todo lo que saben. Pero de lo que yo quise ensearles, nada, nada! Adorar a los
muertos y dormir. Eso es todo! Pobres diablos! (Fijndose en TERESA).Ah, perdn, seorita! No sa-
ba...
BOLVAR. Pero es que se fastidia uno de estas cosas, sabe? Ahora me van a poner a caballo o a pie en
todas las esquinas del mundo. Voy a parecer un polica de trfico. Pero mi obra, nadie se acuerda de
continuarla! Algunos, algunos hacen lo que pueden. Pero no basta. La obra no est en tallar mrmoles;
mi obra ha de hacerse en la carne de los hombres, en la carne sagrada de los nios. Aqu no hay ms que
dos clases de hombres. O unos doctrinarios acostados o unos instintivos en marcha. Y hay que moverse.
Pero qu quieren de m? Podra usted decirme?...
TERESA. Todas?...
BOLVAR. Casi todas... Algunas son ms atrevidas... quieren ser Manuelita... Me llaman mucho las
romnticas... Las comprendo... No me molestan... Pero sera de desear otro modo de querer en Amrica.
Otro modo de quererme... Es curioso. A cada instante me llama una americana enamorada. En el amor
de las americanas por m hay mucho de fetichismo... Mucho de estatua... Mientras los hombres de
Amrica me hacen estatuas, las mujeres de Amrica me invocan... pero en muy pocas hay el sentido de
la invocacin americana. En todas hay un sentido personalista de ensueo romntico fuertemente
amoroso. Soy como una especie de novio ideal; las novias de Amrica engaan un poco a sus novios
conmigo... Quisieran haber vivido en mi poca para haber tenido amores conmigo... No todas, eh?...
pero casi todas. Y eso no es lo que necesita Amrica. El modo de amarme ha de ser un modo de amarme
en Amrica, en el alma y en la carne de los hombres de Amrica. No hay que ser Teresa. T eres t,
Josefita, Petra, Aurora, y amars a Bolvar en Juan o Pedro, en un hombre de Amrica, y le llevars por
un limpio camino para que l haga su Amrica. Y nacern hijos de Amrica en ese amor generoso y
natural. Eso es. Las Teresas sobran. Faltan madres. Perdname, Teresa... Sin embargo, eres linda...
Caramba, soy capaz de olvidarme de que estoy muerto... No tengo remedio... (Se acerca a ella). Sabes
que me recuerdas una marcha por los llanos, con una linda mujer en el anca de mi potro libertador? No
ests mal para Gloriosa... (quiere acariciarla, como un jovenzuelo enamoradizo).
TERESA. Grosero!...
BOLVAR. Grosero? Y qu quieres? Mira, Teresa, qudate con tu mueco. (Va al retrato y lo vuelve
a poner de frente). La historia no tiene remedio... Qu enfermedad tan horrible es el amor histrico!...
Adis, Teresa! Ah! Un consejo: No estrenes nunca tus vestidos en das de fiesta nacional. Es cursi,
Teresa. Muy cursi! (Sale). (TERESA mira al suelo, desfallecida. Entran las otras. TERESA finge soar,
mirando el retrato).
JOSEFINA. Lo mismo me pas a m... (sarcstica).Ahora vendr Radams... (Hacen rueda, silenciosas.
Suena la puerta. Se van todas, menos ADA, que queda asustada. Al abrirse la puerta entra un viejecillo
despeinado, con la ropa ajada y en desorden y una batuta en la mano).
VERDI (silba un trozo de pera, mientras dirige con la batuta). Piano!
VERDI. Cmo que qu deseo? Eso pregunto. (Marcado acento italiano). Quin es que mi ha chia-
mato?
VERDI. Ada? Qu cosa dice? Radams non esiste. Ada non esiste! Son personajes de una pera
ma, ma! (Se golpea el pecho). Radams e Verdi, Ada e Verdi! Io sono Giuseppe Verdi, il creatore!
T sei matta, buiarda, povera ignorante! T dice que t sei Ada? Prubalo! Canta!
VERDI. Claro! Canta! Ataca la romanza! Ataca Addio o terra, addio o val del pianto! Attaca! Oh,
dispreziabile criatura!
VERDI (la amenaza, pero se retira luego). Ah Morto, morto, sono morto e non posso strangulare
questa rata! (Se va).
TERESA. Bueno, vamos a salir de eso! (Rueda. Suena la puerta. Se van y dejan a BIMBA. Entra JUAN
BIMBA. Un hombrecito tmido, dulce, cadencioso).
JUAN. Se puede?
BIMBA. Pase.
JUAN. Mi novia? No tuve. No tuve tiempo. Todo fue tan ligero. Primero, becerrero... despus,
pen... despus, recluta... despus, muerto... no hubo tiempo...
JUAN. Y nos habramos levantado a las cinco, con ese fro en la sabana; una vaquita para usted y otra
para m...
BIMBA (gozosa). S!
JUAN. Sentados en el tranquero, llamando a las vacas: Bandera! Pisa Bonito! Polvo de Oro!
BIMBA. Qu lindo!
JUAN. Nunca. No tuve a quin. Fue llevar lea y llevar lea, toda la vida. Y ahora, que iba a cobrar la
lea... Muerto!
BIMBA. Con tus alpargatas. Con tus cuentos. Con tu vida que no viviste y que vas a vivir ahora. Si te
hubieran conocido, te habran querido. Nadie te quiso. Nadie te dej andar. Yo te habra enseado. Hu-
bieras sido Doctor y Ministro. Pero t eres verdad...
BIMBA. No tengas cuidado. Vinieron, pero ya se fueron. Adems, no eran verdad. Estn muertos.
JUAN. Y yo?
BIMBA. T, no. Ellos murieron. Son la gloria. Pero t vives y vivirs. Asmate a la calle, al camino, a
donde quieras. En todas partes te encontrars contigo... A ti es a quien hay que querer de lejos. A fin de
cerca.
TERESA. Qu viejito?
ADA. Nadie!
LEONOR. Qu miedo!
LANDR. Yo!
LANDR. Landr!
TODAS. Uy! (Quieren huir, pero JUAN se atraviesa).
JUAN. Un momento! (Todas se detienen, Juan va a LANDR, con una silla en la mano). Qu le due-
le?
TERESA. Gracias...
JUAN. De nada, seorita. Bueno, adis... (va a salir por la puerta del fondo. BIMBA le acompaa).
BIMBA. Maana?
JUAN. Qu maana?
JUAN. Qu?
BIMBA. Es Juan.
TERESA. Toma. (Le da el libro).
TELN
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Resumen
Pieza teatral correspondiente al gnero comedia, de estructura corta donde participan los siguientes
personajes: Teresa, Aida, Josefina, Beatriz, Ximena, Bimba, Leonora, Bolvar, Napolen, el Cid, Dante,
Verdi, Juan y Landro. Est produccin relata el enamoramiento de siete mujeres, quienes admiraban a
grande figuras histricas de gran relevancia a las que conocieron por medio de la lectura de libros, poe-
mas o cualquier otro que resaltaban las hazaas realizadas por aquellos hombres importantes para con-
cretar un objetivo. En esta pieza se observa el predominio de la espiritualidad y la creencia de que existe
la posibilidad de establecer comunin con el ms all y dialogar con los seres que han abandonado el
plano terrenal.
Asimismo, su autor Andrs Eloy Blanco critica fuertemente el poco inters del pueblo para seguir el
ejemplo dado por Bolvar, ya que, este pueblo se ha centrado en adorar las estatuas, fotos y hasta objetos
que le pertenecieron al Libertador (fetichismo) y no se ha ocupado en llevar a la prctica o la accin las
sugerencias dejadas por el padre de Amrica. Igualmente, pone en evidencia la sed romntica que pade-
can las mujeres de aquella poca.
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PERSONAJES:
TERESA
AIDA,
JOSEFINA,
BEATRIZ,
XIMENA
BIMBA
LEONORA
BOLVAR
NAPOLEN
EL CID
DANTE
VERDI
JUAN
LANDRO
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EL CRISTO DE LAS VIOLETAS
POEMA DRAMATICO EN UN ACTO
ACTO UNICO
Un patio de la casa de los Bolvar en Caracas. La escena se desarrolla en la esquina de uno de los corredo-
res. A la izquierda una pared blanca, en la que se apoya una mesita agobiada de flores, que enmarcan una
copia del Cristo de Guacara. Dos briseras para cirios le hacen guardia. Por el arco del fondo se ve un patio
con matas de granados. A la izquierda se prolonga el corredor; un grave tinajn pegado a una columna; los
personajes aparecen en la tertulia, en una rueda de sillas y mecedoras.
DOA MARA ANTONIA. Por Dios, qu silencio! Por qu hemos quedado as?
VALENTINA. Culpa de Gabriel. Hijo mo, tus cuentos son ms tristes que una urna. Hombre, no tiene gracia
eso de venir a contarnos cosas malas a estas horas.
GABRIEL CAMACHO. No, no es el cuento... Es el aire que est triste. Es que todo est preparado para el
quebranto. Ese cuento lo refiero yo en cualquier otro da y pasa sin hacer dao; pero hoy est lloviendo
pena.
MARA ANTONIA. Pena? Pena me da a m don Fernando que viene aqu a pasar un buen rato y se ha
quedado el pobre con una cara de enfermo...
DON FERNANDO. Tiene razn Gabriel. Hay momentos en que la melancola viene sin llamarla. Somos
como los rboles. Sombra y fruto tenemos, pero no siempre cantan los pjaros. Es el cielo quien nos
manda el ave que viene alegre y la que viene triste. No es culpa nuestra...
MARA ANTONIA. Pero hoy es un da en que han llegado los pjaros cantando. Las noticias que usted nos
ha trado son para estar de fiesta, don Fernando. Y quiera Nuestro Seor que no cambien.
DON FERNANDO. Dios querr que no cambien. Mis noticias son buenas. El est mejor. Mejor, no ms; no
podemos pedir ms por ahora...
DON FERNANDO (triste). Cansado de todo... Cansado deba estar desde hace tiempo. Cansado ha debido
quedar en la noche del 25 de setiembre; cansado ha debido quedar desde las canalladas de Valencia;
cansado ha debido quedar desde las traiciones de sus generales, cansado de Crdoba, cansado de Lara,
cansado de Santander; cansado de la incomprensin, cansado de su propia superioridad; s... debe estar
cansado... debe estar cansado hasta de no cansarse nunca...
GABRIEL. Pero no se cansa de soar y de predicar... Y todava dicen los traidores de aqu que lo necesi-
tan; todava le quieren dar la presidencia, esa presidencia que lo est matando.
DON FERNANDO. Pero ya no le tendrn. Su separacin de la poltica es irrevocable. Est enfermo, est
desilusionado. Ya no quiere vivir, sino dormir. Me dice que desde que sali de Bogot se prepar para
juntarse con el mar. Y all se est en Santa Marta como en un fondeadero. Su larga carrera tormentosa es
la de un ro claro y bravo. Ha repartido su caudal y ahora ha llegado al mar como a una mansa desembo-
cadura...
MARA ANTONIA. No, no... mi hermano se morir de pensar, mi hermano no descansar jams mientras
viva... Yo lo conozco... ese ro no entrar suavemente en el mar. Lo abrir como una tormenta en su l-
tima lucha por la justicia... Mi hermano morir como l quera morir, en una carga; s, su tristeza es muy
grande y muy rebelde y l morir junto al mar y como el mar, don Fernando...
VALENTINA. No volvamos a ponernos tristes. Ya ves, mam, que est mejor... Y el Cristo de las Violetas
lo salvar.
DON FERNANDO. Pobre Luisita! Parece mentira que unos ojos tan hermosos no tengan luz. Y dgame,
doa Mara Antonia, no se ha sabido nada de Avendao?
MARA ANTONIA. Nada. Cuando mi hermano sali para oriente, aquello era un desastre. Como todo el
pueblo hua, todo era confusin. Ay!, ese ao 14 fue un mal sueo! El capitn Avendao te acuer-
das, Gabriel?, qu guapo hombre, gallardo y un jinete estupendo; el capitn Avendao march de los
primeros. Yo les haba tomado ya cario a esas dos nias, y cuando l me las confi las recib con ale-
gra... Y no me he arrepentido hasta hoy. Y ve usted, son como mis hijas. Su padre, quin sabe dnde
habr cado de su caballo para no levantarse ms. Pobre patriota, que prob la peor parte de la patria en
el peor de los aos!...
DON FERNANDO. S recuerdo todo eso. Hicimos mil averiguaciones. El Libertador estaba desolado por la
desaparicin de su llanero.
VALENTINA. Y luego la desgracia de Luisa, tan rpida, tan inesperada, nos ha hecho quererla ms...
VALENTINA. No... Estaba muy bien, muy alegre... una noche se acost como siempre y al da siguiente
nos llam llorando; estaba ciega, ciega sin saber por qu. Lo nico que dice fue que tuvo un sueo raro,
as como de llamaradas, de relmpagos, no s; en fin, que qued ciega la pobrecita... Y es tan dulce, tan
piadosa, que ni se lamenta ya... vive sonreda... ms llora Margarita de verla a ella ciega.
DON FERNANDO. Es lamentable, pero hermoso verlas a las dos. Cuando Margarita le va sirviendo de
lazarillo, ms bien parece que fuera Luisa la que conduce a Margarita; porque la ciega va sonriente y la
otra lleva los ojos marcados de congoja...
DON FERNANDO. Hola, hola! Cmo que hay algo ms? Amorcitos?
VALENTINA. No, mam. Amorcitos, no; amor, acaso, pero honrado y paciente amor. Margarita nunca
har lo que t no apruebes.
GABRIEL. Eso es ms complicado... A ver, Valentina; explica eso; creo que don Fernando es de la casa.
GABRIEL. Total: la nia Margarita est enamorada. Mejor. La nia Margarita va a gozar por fin su pedazo
de tontera. No sabemos que somos tontos hasta que nos enamoramos.
MARA ANTONIA. Pues a ti te dura, porque lo que has dicho es una tontera.
GABRIEL. No lo niego. Pero quin es el galn?, porque no creo que la nia Margarita se haya enamorado
del cielo ni de las nubes...
VALENTINA. No hay nada todava. Ella sabe muy bien que a mam no le gusta.
MARA ANTONIA. Yo he soado siempre, don Fernando, en casar a las hijas de Avendao de acuerdo con
lo que hubiera querido Avendao para ellas. Usted cree que aquel hombre de los llanos, patriota enfu-
recido, que muri por su bandera, matado acaso por un espaol, habr visto con placer a su hija casada
con uno de sus enemigos? La hija del hombre que muri por Bolvar no puede salir de la casa de los
Bolvar de la mano de un realista.
MARA ANTONIA. No, es espaol; es un agitador de la colonia; es un hijo espiritual de Jos Domingo
Daz; es uno de los que gritaron por las calles celebrando la batalla del Calvario en el da de Carabobo.
Est tranquilo porque no lo han molestado; pero es un realista, es un hombre que odia a mi hermano y
yo no le doy a mi hija. De la mata de granados que hay en mi patio no comer un solo grano la boca que
pidi la muerte del hombre de mi casa.
MARA ANTONIA. Juan Antonio Velasco, el espaolito... Pobre hermano mo, tan grande y tan amargo!
DON FERNANDO. Por amor, doa Mara Antonia, grande por amor, amargo por amor... no lo olvide
usted... Cuando vea usted llorar a Margarita, procure usted no hacerla ni tan grande ni tan amarga...
VALENTINA. Silencio!
Entran, rindose, LUISA y MARGARITA, cogidas de las manos.
DON FERNANDO. Aqu est don Fernando, Luisita, mirndote esa cara de sol...
LUISA. No sea malo, don Fernando, que si yo pudiera verlo sabra que se est riendo de m...
DON FERNANDO. Si pudieras verte t misma, sabras que no me estoy riendo. A ver, qu les trajo
Pomarrosa?
POMARROSA. De caminar tanto lo encontr todo... De Anauco arriba, helechos para doa Mara Antonia.
Me ba. Ms fra que estaba lagua!, se me encalambraban las canillas, nia. Pa eso las camin bastante
hasta que revent por la Alcabala. Venan esos carros de Petare que botaban las frutas; naranjas, dicen que
de la Floresta, y unos mangos hermosos, nia! Y son pa la nia Margarita las naranjas y pa la nia Valen-
tina los mangos. Y por los laos del Rincn asina anduve! fue que jall las violetas pa la nia Luisi-
ta, que dan gusto. Me las quitaban por un tris. Por nada se me lleg uno y me quit un poco. .. uno que es
teniente...
LUISA. Ay Pomarrosa!, le diste mis violetas?
POMARROSA. Un poco, nia Luisita, un poco no ms... Fue porque me dio pena. Ust sabe que uno con los
patriotas se tie que port bien; gu, y el patriotismo? adems... que yo le deb algo... Como l me haba
dao unas violetas hacen das, y a m no me gusta quedarme con nada, fui y se las devolv ahora. No vaya a
cre el patriota...
GABRIEL. Claro! No vaya a creer el patriota que t te quedas con lo suyo, verdad?
POMARROSA. Asina es. Y yo soy asina. Ca vez que l me da algo no se pasa una semana sin que yo le d
aunque sea unas flores... No vaya a cre...
GABRIEL. Eso es... No vaya a creer que a ti te hacen falta sus regalos, verdad?
POMARROSA. Asina es. Ust ve: estos claveles que tengo en la cabeza me los dio ahoritica. Yo soy asina;
yo maana o pasado le doy unas flores e un vasito carato que yo hago muy bueno, no vaya a cre...
MARA ANTONIA. Cierto! Eres muy honrada, Pomarrosa. No quieres deberle nada al patriota, verdad?
POMARROSA. Tanto como nada no, doa Mara Antonia..., que l no da pa que yo le pague; l me da de su
espontneo; y es l muy patriota pa cobr; y hay cosas que no se pagan nunca; pero yo s cmo son los
patriotas, doa Mara Antonia, que en la guerra se acostumbraron a ersig y son muy ersigidores; por eso
es que yo soy asina, pago ligero pa que no cobren dems. Asina es...
VALENTINA. Mercedes, aqu est Mercedes! Pero qu te pasa?, vienes como si te hubieran regaado en
la calle
MERCEDES. Buenos das
GABRIEL. Otra que viene triste! Hombre!, no parece sino que todo el mundo hubiera escuchado hoy el
cuento que yo cont!
MERCEDES. Es que... hay un gento en la calle! Estaban gritando y el tumulto es espantoso. Me dio un
miedo...
GABRIEL. Cont el cuento de la india y el hijo de Vasconcelos. El hijo del capitn general se enamor de
una india, pero su padre lo persegua y declar un odio mortal a la muchacha. Era como un pleito de
razas... Un da la india dijo a su novio: Mira, cuentan las leyendas de mi pueblo que dos amantes no
llegan a ser completamente uno del otro sino cuando la muerte los une, y se tiraron los dos por la toma
del Anauco que est detrs de la casa de la Capitana... Ya ves, es un cuento bien tonto...
MARA ANTONIA. No, ahora vamos a adornar la mesa con los helechos de Pomarrosa. Ya ver usted, don
Fernando, qu tinajas me ha mandado el general Sucre. (LUISA, que iba a tomar las violetas, se detiene
con un leve grito al or estas palabras.)
LUISA. Nada, nada, don Fernando, parece que algo pincha en estas violetas.
DON FERNANDO. A ver... No, no hay nada que pinche, Luisita (bajo). No hay nada que pinche en las
violetas, hija ma..., pero hay algo en la voz que duele un poco...
LUISA. No..., nada..., nada duele... Pngame estas violetas en la mesita. Gracias...
DON FERNANDO (sin apartar la vista de LUISITA). Deca usted, doa Mara Antonia, que ha recibido unas
lindas tinajas de Guayaquil. Ha sabido usted algo del general Sucre?
MARA ANTONIA. S, ya debe haber llegado a Quito. Las noticias son malas; esas gentes de Pasto y esas
gentes de Bogot no pueden ver al mariscal. Y es claro. El mariscal es Bolvar. Los Azuero y los San-
tander y los Obando no pueden vivir la misma vida de los Bolvar, de los Sucre y de los Urdaneta...
Tengo un miedo a veces, don Fernando. Fuera de usted, Sucre y Urdaneta, no nos quedan diez amigos...
Pero venga usted a ver las tinajas...
DON FERNANDO. Nada, nia ma, nada. Pero estos ojos que han visto tan lejos y en tanta miseria oscura,
cmo no han de ver algo en tu vida tan clara y tan hermosa. Yo s muy bien, Luisita, que hay momentos
en que hasta las violetas tienen espinas...
VALENTINA. Pues nada, hija..., lo que habamos pensado. A mam no le gusta. Habl muy claro. Dice que
ella no le da su hija a un realista y que tu padre tampoco habra consentido y que...
LUISA. Mi padre s habra consentido. Y doa Mara Antonia consentir tambin. Yo que soy ciega lo veo
todo mejor que ustedes. Yo veo claro en el sentimiento de todos. Doa Mara Antonia es ms buena que
los santos y t vers, t vers. Cuando yo le hable no me negar nada...
MARGARITA. Qu sabes t?
LUISA. Mira, Margarita, t has visto nada ms triste que una mujer llorando? No, verdad? Pues figrate
lo triste que ser una ciega llorando. Por eso, por no entristecer a nadie, estoy siempre sonreda. Pero
cmo ser de doloroso ver unos ojos que parece que no tienen luz y de pronto empiezan a brotar de ellos
unos hilos luminosos de una luz que no ha servido para alumbrar, para ver, pero sirve para rogar, para
pedir y para decir a doa Mara Antonia: Margarita est enamorada y yo quiero que se case con su novio.
Y entonces ella tendr miedo de que se vacen mis ojos, como dos vasos que slo sirven para llenarse de
agua..., y entonces, sin vista y sin lgrimas, para qu van a servir... Ella har lo que yo le pida, porque no
querr quitar a mis ojos el llanto que les queda, que es lo nico que les queda...
MARGARITA. No, no... Que t vayas a estar llorando media vida para que yo... No... Yo le dir a Juan
Antonio que no venga, que se vaya lejos...
LUISA. T no le dirs nada de eso a Juan Antonio. Porque yo le dir entonces que todo eso es mentira tuya
y que doa Mara Antonia no quiere que l se vaya... Oye, Margarita, nadie ve mejor ciertas cosas que los
ciegos... Ustedes ven hacia afuera. Nosotros vemos hacia adentro...
DON FERNANDO (entrando. Ellas se callan al verlo). Por qu se callan? Por qu te callas, Luisita? No
vengan a decirle a un viejo romntico que est de ms aqu. Mira, Margarita, eso que te est diciendo
Luisa es lo cierto. No vayas a cometer la tontera de decirle a Juan Antonio que se vaya. Hoy no lo quieren
aqu. Mejor. As te querr ms maana; la guerra que hoy le hacen aumenta su afn, mientras ms le
cueste lograrte, ms te querr. As fuimos los patriotas; mucha pena y mucha sangre ha tenido que costa-
mos esta tierra para quererla como la queremos. As es mejor..., que te niegue un poco doa Mara Anto-
nia, te querr ms tu espaolito... Queremos ms a las mujeres por lo poco que nos niegan que por lo
mucho que nos dan...
DON FERNANDO. Mucho, Luisita, mucho... S ms que Margarita, verdad?..., y de ti s muchas cosas,
muchas, verdad?
DON FERNANDO. Quin sabe, hijita ma, quin sabe! Acaso haya sido yo buzo alguna vez y haya llegado
hasta el fondo de las tinajas que vinieron de Guayaquil...
DON FERNANDO. Nada, nada que no sea muy hermoso. Verdad, Luisita, que t no vas a contar a tus tres
amigos todo eso...? Vamos, t all sentada y el viejo amigo aqu... Valentina y Margarita all... Verdad
que la espina de las violetas te entr por un odo cuando doa Mara Antonia habl de las tinajas que le
haba enviado tu... mariscal?
LUISA. Por Dios, don Fernando, usted est loco!
LUISA. T te acuerdas, Margarita, del ao 20, en el Ingenio?... Cuntos oficiales, cunto lujo, cuntas
armas! El Libertador iba muy contento. Aquella noche de la fiesta fue. Un oficial rubio de patillas rizadas
me tom del brazo. Mientras bailbamos l hablaba. Yo no he escuchado jams una voz ms dulce y al
mismo tiempo ms fuerte. Era una voz metlica y apasionada. No creo que haya nadie ms noble que l en
la tierra... Aquello fue como un sueo bueno. Nos dijimos mil cosas. El prometi; l prometi que volve-
ra. Yo lo esper mucho tiempo; me impacientaba su tardanza. Supe que haba prosperado. Yo lo saba; yo
saba que l sera muy grande, el ms grande despus de El Libertador. Yo saba que l era el hijo, el ms
grande despus del padre... Cuando vino aquello de mis ojos, me acost pensando en l, me dorm pen-
sando en l. Pero tuve una pesadilla horrible. Le vea sobre un volcn, rodeado de fuego. Oa el ruido de
los caones; la muerte pasaba sobre l y l la saludaba sonriente y agitando una bandera. Le vi coronado
de llamas volar hasta una llanura ensangrentada... Y de pronto todo fue oscuro; era una selva, una selva
espantosa; l iba solo... De pronto una llamarada sali de los rboles y l cay desplomado... y todo qued
otra vez oscuro... Despert y todo segua oscuro... oscuro... y todo est oscuro todava... (Pausa.) Luego
supe que era glorioso, que haba salvado a Colombia en Ayacucho, que era el gran mariscal; el volcn
acaso era el Pichincha; y supe que era presidente de Bolivia... y supe que se haba casado con una marque-
sa... (Pausa.) Pero eso no me dola, porque ya yo no lo esperaba... Es ms... no quera que volviera... Para
qu, para no verle?... Y as est mejor... El es mo de todos modos... y hasta creo que va a venir algn da a
cumplir lo que me ofreci. A m no me importa esa marquesa! ... Es mo. (Re.) Me lo ha ofrecido el
Cristo de las Violetas... Si viene ms viejo o ms feo, no me importa, porque yo... yo no lo ver (Solloza.)
LUISA. Nadie... Fui yo quien cont el cuento... Fue a propsito de las tinajas que vinieron de Guayaquil.
Pensaba yo en la sed que podran apagar ellas a tantos que viven sin agua...
MARA ANTONIA. No quiero que llores, Luisa... Ya s, ya s que hay mucha sed en el mundo. Que se llenen
de agua todas las tinajas del mundo para la sed de todos los sedientos, pero que no se llenen de tus lgri-
mas mis tinajas de Guayaquil...
GABRIEL. Vaya, aqu hay agua para los sedientos. Se acab la tristeza.
LUISA. Es Valerio? Ven ac. Ya s que le robas los mangos a Pomarrosa, me lo dijo antier. Si le sigues
robando los mangos a Pomarrosa, le voy a pedir a Dios que te deje negrito para toda la vida.
Entre las risas ofrece MARGARITA los refrescos y en medio de la conversacin llega PEDRO, el criado,
algo agitado.
PEDRO. Seora...
PEDRO. Seora, la plaza del mercado est llena de gente... Parece que hay revuelta
Estn gritando los patriotas...
PEDRO. Por espaol, seora; dicen que han cometido un gran crimen y que los godos son los culpables.
Dicen que los granadinos y los godos se han juntado para matar a los patriotas y que hay que matarlos a
ellos... Anda todo revuelto y por esas calles estn trancando las puertas...
MARA ANTONIA. Algo habr cuando el pueblo se agita. Algo nuevo y muy malo habr cado sobre esta
tierra que no se cansa de sufrir.
GABRIEL. Qu quieres?
Entra JUAN ANTONIO VELASCO. MARGARITA va a correr haca l. MARA ANTONIA la detiene con la
mirada.
MARA ANTONIA. Yo dir?, yo dir que usted, si es espaol culpable, deba huir de esta casa, que es la
casa de los patriotas.
JUAN ANTONIO. No soy culpable. Soy espaol. Y vengo al lado de una mujer que me quiere.
MARA ANTONIA. Esa mujer es mi hija. Y es patriota. Las mujeres de mi casa no quieren a sus enemigos.
JUAN ANTONIO. Al llegar le dije a usted, seora, que yo deseaba lo que usted deseara. Buenos das.
MARGARITA. No!
DON FERNANDO. Espere usted un momento, Juan Antonio. Qu noticia es esa que todos saben y que yo
no s?
LUISA. Que... han asesinado... al... mariscal... de Ayacucho... Que... han asesinado... al... mariscal... de
Ayacucho...
JUAN ANTONIO. Es cierto, seora. .. Hay una comunicacin para don Fernando, pero al mismo tiempo la
noticia ha llegado por otros rganos. Es cierto. El 4 de junio fue asesinado el mariscal de Ayacucho en la
montaa de Berruecos.
MARGARITA. No! Perdn! Gabriel! Don Fernando! (Salen todos, menos las dos hermanas y JUAN
ANTONIO).
JUAN ANTONIO. Clmate. De aqu me ir; de aqu me llevarn. Pero no creas que he venido a esconderme,
a salvarme. No, he venido a saber lo que s; he venido a verte; he venido a preguntar si t eras posible
para m, a preguntarle a doa Mara Antonia si mi esperanza era justa. Si ella me hubiera dicho: all est
mi hija, te la doy, entonces me hubiera escondido para salvarme. Pero ahora, ahora ya s. Ahora ya no me
importa que me asesinen delante de tu misma casa... La guerra es as... Ganar la vida es una batalla intil
si con ella no se gana el amor. Yo gan mi mejor batalla contigo, la perd con doa Mara Antonia. Con
los Bolvar no podemos luchar los espaoles...
MARGARITA. T no te vas de aqu!
JUAN ANTONIO. No, si yo no me voy todava. Yo todava tengo que decirle a Luisita que t y yo somos dos
egostas. No pensamos sino en nosotros; pero yo he visto el efecto que le produjo a ella la noticia. Yo he
adivinado su dolor mucho ms grande que el nuestro Luisita, hoy es el da en que les matan los novios
a las Avendao.
LUISA. No, a ti no te matarn, Juan Antonio. T vers. Ese que est ah se llama el Cristo de las Violetas y
es patriota y espaol. A ti no te matarn.
LUISA. No, Juan Antonio, si ya no es dolor; ya estoy bien; no me ves sonreda?... Margarita, te acuerdas
de lo que contaba hace un momento? Te acuerdas? Te dije que l era mo, mo de todos modos; te dije
que l vendra a cumplir lo que me ofreci; y ya t ves, l ha venido. Ahora le han matado y ahora no
quedar de l sino el recuerdo; y el recuerdo es mo, Margarita, mo solo; ni su pueblo, ni su espada, ni su
marquesa me lo van a quitar ahora... Que venga la marquesa a quitrmelo! Es mo, mo, mo...
LUISA. S, bienaventurados los ciegos, porque ellos vern a Dios!; bienaventurados los ciegos, porque
ellos no perdern nunca el recuerdo; bienaventurados los ciegos, porque su amor no puede morir jams en
su universo de sombra; bienaventurados los que no podrn ver los ojos del amado porque as siempre los
llevarn consigo...
MARGARITA. Bienaventurados los ciegos, hermana, porque para ellos ni la muerte es distancia ni la patria
es abismo...
LUISA. S... Los novios de las ciegas pueden ser mariscales, patriotas o espaoles... Para nosotros todo es
negro... Para nosotros todas las banderas son de un solo color...
(MARA ANTONIA ha odo las ltimas frases desde el fondo. Entra con un cirio).
MARA ANTONIA. Margarita... Toma, ponle esta vela al Cristo, por el alma del gran Mariscal de Ayacu-
cho...
LUISA. Doa Mara Antonia, doa Mara Antonia..., no..., no le ponga usted la vela..., no..., velas no, que
yo no veo..., que yo no veo la luz... Tome..., pngale usted violetas al Cristo de las Violetas. Violetas...
Doa Mara Antonia, que yo pueda olerlas... pngale usted violetas por su alma, que huela un poco para
l que no tiene ojos...
Pausa. MARGARITA lleva las violetas al Cristo. LUISA queda en el centro, mirando hacia adelante, alta
la cabeza dolorosa, como buscando el cielo. JUAN ANTONIO, respetuoso y sereno. MARA ANTONIA
atraviesa lentamente la escena, viendo fijamente a JUAN ANTONIO.
TELON
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RESUMEN
La obra de Teatro El Cristo de las Violetas de Andrs Eloy Blanco, fue escrita para ser presentada
en un acto nico. Ella se ubica en la poca Colonial, perodo de larga duracin (500 aos aproximada-
mente) el cual comenz en el siglo XV (ao 1492) con la llegada de Cristbal Coln a Amrica, hecho
que propici la aparicin del Imperio Espaol en el Continente recin descubierto.
El Colonialismo fue una poca muy dura, fuerte, triste e injusta. All predomin siempre el someti-
miento de los indgenas a la voluntad de los espaoles, quienes los atropellaban de distintas formas, pa-
sando por el maltrato fsico, verbal, violento, el despojo de sus pertenencias y hasta la muerte sin causa.
sta situacin representa el escenario perfecto para que entre los criollos reinara la tristeza, la desespe-
ranza, la angustia y una enorme sed de justicia.
En esta obra teatral se pone en evidencia las principales caractersticas que marcaron la poca colo-
nial; de all que esta produccin est cargada de simbolismo. Por ejemplo; las Tinajas con agua repre-
sentan las soluciones anheladas por todos los sufridos, la invidencia de Luisita hace referencia a la igno-
rancia del pueblo sometido, que vea todo negro ya todo le daba igual, por eso se entreg a la resigna-
cin del vivir sumergido en el dolor. Asimismo, en esta produccin literaria se trabajan temas como la
injusticia, la muerte, el dolor, el sufrimiento, la tristeza, la impotencia, la religin, la supersticin, el
amor prohibido, la fe y el racismo entre otros temas.
La historia se desarrolla en la casa de Los Bolvar en Caracas, en la esquina de uno de los corredores
con la participacin de Doa Mara Antonia Clemente, Valentina, Don Fernando, Gabriel, Pomarrosa,
Margarita, Pedro, Juan Antonio y Luisa, quienes representan los personajes principales de esta historia
contada con un leguaje sencillo y coloquial, propio de aquella poca de los hombres de caballo, historia
en la que se prohben los amoros de Luisa y Juan Antonio debido a que ella es criolla y el era espaol o
realista como se les llamaba. Estos hechos pudieron conocerse gracias al ingenio de un narrador testigo
que utiliz este medio para denunciar hechos impugnables ocurridos durante la poca colonial, sin dejar
de elogiar o alabar las grandes hazaas realizadas por los ilustres venezolanos en la bsqueda de la liber-
tad de Amrica.
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REPERTORIO DE PERSONAJES:
LUISA
MARGARITA
POMARROSA
MARIA ANTONIA
DON FERNADO
VALENTINA
GABRIEL
PEDRO
JUAN ANTONIO
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EL PIE DE LA VIRGEN
CUADRO PRIMERO
En la intrincada selva. Arbolitos chinos; elefantes de cartn; fieras de palo. Un loro en un aro. Media
Luna enorme. Cabezas humanas; ahorcados. Decoracin fantstica. Poste con un cartel. Pinos
brillantes. Los nios han acampado, en su fuga de los hombres, que los amenazan con hacerles perder
el mundo. CARA DE COLMENA, CUNN, GRANITO DE ORO, PELOTICA. Las dos primeras sentadas sobre un
len dormido. Los otros dos inclinados sacndole los piojos a TUMUSA. CARA DE COLMENA cose una
paoleta; CUNN la ayuda.
(Canta)
(Habla)
(Habla)
Toma.
CARA DE COLMENA. Seor mo Jesucristo! Esto es imposible sin espejuelos! (Ensartada). Ya est.
Menos mal que sobra hilo.
CUNN. S? Pero duele el ovillo.
CARA DE COLMENA. Sin pecado original! Bueno, ya eso pasa de la cuenta. Lo que es a esa asquerosa
le voy a sacar los piojos con candela.
CUNN. Afitala
GRANO DE ORO. Adelante, seores! Nada menos que Barriguilla tiene una idea!
PELOTICA. Cierre el piano! Usted se llama Tomusa hasta que se muera. Venga aqu. Camine!
CARA DE COLMENA. Dnde vas?
PELOTICA. Llevar esta marrana al fondo del bosque y entregrsela al oso hormiguero, que se muera
por los piojos. Me la devolver nuevecita.
CUNN. Bravsimo!
CUNN. Viva!
CARA DE COLMENA. Hombre! Con el reloj en la mano y no me puedes decir: Las nueve y tantos
minutos? Qu es eso del pico?
GRANO DE ORO. Bueno, el pico ya no me he aprendido todava. Pero es un pico muy chiquito.
GRANO DE ORO. Las nueve y cuarenta y cinco! Si lo llego a saber empiezo por decir: Las diez. Y ya
est.
CUNN. Seguramente. Sali a las ocho. Y montado en su caballo que, segn l, vuela como un avin.
GRANO DE ORO. Segn l. Porque el caballito es una mona rayada. Le tiran un caonazo en una oreja y
no mueve la otra. Por algo lo habr puesto Telegrama. Mi caballo telegrama! Claro! Como no llega
nunca
CUNN. En fin, por poco que marche, seguir el paso de la Burriquita. Mara Santsima! Que lleguen
pronto!
CARA DE COLMENA (con gravedad). Bueno, hijos mos, hay que pensar en todo. No hay que olvidar
que hemos mandado llamar a la Burriquita para pedirle ayuda y proteccin. Si la Burriquita abandona a
su pesebre para atendernos, es justo que la agasajemos. Granito de Oro, tienes hierba?
GRANO DE ORO (habla de VALENTINO hacia afuera). Hombre, si lo quieres ms quieto, mtalo.
(Entra valentino; ms feo que un tiro; monta a Telegrama, caballo de madera, en el hueso. Baja, saluda
y se aparta para que entre la BURRIQUITA. Con sta entran PELOTICA, TOMUSA. La seorita CARA DE
COLMENA, la seorita CUNN CUNADO, el seor GRANITO DE ORO, mi caballo Telegrama. La seorita
BURRIQUITA. VALENTINO ha hecho las presentaciones y ex profeso elude presentar a PELOTICA a quien
mira, al terminar, con cierta sorna).
TOMUSA. Tomasa!
PELOTICA. Tomusa!
TOMUSA. Tomasa!
PELOTICA. Perdn, viejito. Pero cuando pusieron ese telegrama no haban inventado el telgrafo.
CARA DE COLMENA. Pst! Mi querida seorita; en nombre de mis compaeros, gracias! Es usted muy
buena; tal como me la haba pintado mi mam; la mam de nosotros, sabe? Usted es muy buena; la
misma del Carnaval.
BURRIQUITA. S, yo soy la amiga de todos ustedes. Lstima que no me hayan conocido antes. Sus
mams, claro! eran mis amiguitas. Entonces hablbamos con mucha frecuencia Ahora
BURRIQUITA. Ahora, ya nadie cree en la Burriquita. Los nios de ahora No los nios son los
mismos nios, s, los nios son iguales Pero en cambio, los viejos son distintos
CARA DE COLMENA. No, los viejos son los mismos. Viejos. Los que son viejos, aunque sean nios,
son los mismos viejos de siempre. Los que faltan son aquellos nios, aquellos viejos nios
BURRIQUITA. Los viejos, es cierto. Los hay de quince aos y los de setenta. Falta aquel gran chiquillo
de setenta aos, que era mi mejor amigo entre mis amigos de diez aos. Lo que pasa es eso; ahora hay
ms viejos que nios. Las burriquitas huyeron; les daban palos; llenas de mataduras vinimos a los
bosques, donde todava queda la inocencia de las fieras. Aqu, el viejo tigre y yo tenemos miedo de que
nos oigan de la ciudad. Ni l ruge ni yo rebuzno. Aqu, estn las buenas fieras; y all, los nios tristes se
van haciendo cada da ms tristes.
CARA DE COLMENA. Por eso nos vinimos a la selva. Empezaron por decirnos que entre cada burriquita
haba un hombre borracho y terminaron por hacer viejos a los nios. Algunos escapamos, por suerte
BURRIQUITA. Aqu se fueron refugiando todas las buenas bestias; aqu come conmigo la vieja burra
de la huda a Egipto. Aqu est el len de san Macario; y el dragn de San Romn
CUNN. Un dragn!
BURRIQUITA. Un dragn, un pobre dragn. Era feroz; pero San Romn, vestido de obispo, le toc con
su santa estola y el dragn le sigui como un perrito. Tambin est el lobo de San Francisco y la
golondrina del ermitao.
BURRIQUITA. Un ermitao oraba con los brazos tendidos y las manos abiertas y vino una golondrina y
puso un huevo en una de sus manos; y entonces el ermitao se qued as, mucho tiempo, con su mano
abierta y su brazo extendido, hasta que saliera el polluelo, para que no se enojara la golondrina
BURRIQUITA. Tambin est aqu la Tarasca; y la Mula Meneada y Ratn Prez Todos, todos Los
pobres, tienen miedo.
CARA DE COLMENA. Por eso nos vinimos. Por eso la hemos llamado a usted.
CARA DE COLMENA. Ver. Usted conoce a Doana, la linda seora, madre de los hombres que tienen
la cabeza azul?
BURRIQUITA. En su casa nac; en sus manos com; de sus lindos establos sala enjaezada todos los
das de fiesta para que me cabalgaran todos los que tuvieran la cabeza azul. Y eran muchos, muchos.
Ella fue mi duea, la madre de todos los nios. Yo la conoc hace mil y mil aos y es la gran nia de
Dios. Es la vieja Alegra de los mundos en marcha.
CARA DE COLMENA. As la llaman algunos, Alegra. Pero, diga usted, siempre fue as, como ahora?
CARA DE COLMENA. Una seora, hermosa, vestida de negro, plida, con una sonrisa que no acaba de
ser
BURRIQUITA. Qu esperanza! esa es la nueva vida que le han dado. Yo la conoc, desnuda; ni un
trapo. Y pura, pura; cruzaba los campos y al mirarla, los hombres cantaban sobre la faena. La amaban
as. Su risa no era sonrisa; era una gran risa que desembocaba en la risa de todos los seres. Esa fue la que
yo conoc. Su virtud dorma confiada en la mano de todos los hombres. Ahora la vistieron de leyes y
trapos para esconder los golpes que le han dado; la libertad que nos ofrecen hoy no es aquella de
cabellos de brisa; es una severa y triste mujer, armada de una falsa majestad y viuda de aquella majestad
verdadera que tiene la alegra del agua en las altas cataratas. La tienen envuelta en banderas franjeadas;
tres colores, dos colores, y los mismos colores de las banderas estn perfectamente deslindados. Cada
bandera tiene por lo menos dos fronteras. Los viejos viejos y los nios viejos han amortajado con
banderas la alegra del mundo.
CARA DE COLMENA. Pues aqu hemos venido, porque queremos salvar a nuestra seora. Vea usted
ese cartel!...
Ponen a precio una cabeza azul; es la cabeza del nio audaz y alegre; es la cabeza de Cabeza Azul, mi
novio
BURRIQUITA. Tu novio?
CARA DE COLMENA. S. Yo soy la novia del hombre de cabeza azul. El ha querido salvar todo esto; y
cree que la nica manera de salvarlo todo es conquistar la Risa. Lo persiguen, pero nosotros le
salvaremos para salvar con l a la madre de todos, a la vieja Alegra que tiene toda nuestra fuerza.
Nosotros andamos buscndolo para buscar a Doana.
CARA DE COLMENA. Doa Ana? Est en el vergel, cortando la rosa y sembrando el clavel Han
pisoteado el vergel; pero nosotros le devolveremos la rosa
BURRIQUITA. Ya haba olvidado su nombre Doa Ana Los viejos la llaman libertad, y la
esclavizan.
CARA DE COLMENA. Se le ha hecho de noche todo el traje. Lleva el velo roto y se le van cayendo las
estrellas de plata. Pero nunca amanece.
CARA DE COLMENA. Los Topones son los hijos de la Escuela sin Maestro. Porque en sus escuelas
unos Cabos de Presos armados de palmeta y viejos libros les hicieron creer que eran Maestros. Los
Topones son la poblacin de la vieja geografa.
BURRIQUITA. Ay, cuntas cosas han pasado desde que me echaron de la ciudad! Pero todava quedan
nios
CARA DE COLMENA. Y vea usted lo ltimo que han hecho: Han prohibido el azul en las cabezas. Por
eso la hemos llamado a usted. Hay que salvar a Cabeza Azul y a Doa Ana.
CARA DE COLMENA. Yo he pensado lo siguiente: Usted se fingir una Burriquita enferma que llevar
dos cestos; en los cestos iremos nosotros y entraremos a la ciudad; si encontramos a Cabeza Azul y a
Doa Ana, metemos a cada uno en un cesto; nosotros entonces le arrearemos a usted y fingiremos que le
damos de palos; eso les gustar a los Malucos y nos dejarn salir tranquilos; y los traeremos a la selva.
GRANO DE ORO. O haremos como que es yerba y usted har como que se lo come
PELOTICA. Tablas. Al grano, como los pollitos. Propongo que hagamos rugir a las fieras. Cabeza Azul
las oir donde ste y sabr de qu lado estn los Malucos y de qu lado estn las fieras; claro, vendr
hacia ac.
BURRIQUITA. Est muy mal, pero muy mal. Detrs de Cabeza Azul vendrn los Malucos y acabarn
con las fieras.
PELOTICA (la lleva hasta un tronco y la sienta de espaldas, alejada). Sintate! (Se sienta).
CARA DE COLMENA. Venga ac. Tengo una idea. (Todos acuden). Yo tengo aqu, en el seno, mi
manzana de olor. Iremos por las calles y cuando a l le d el olor de mi manzana, saldr; es tan goloso!
CARA DE COLMENA (saca del seno una manzanita). Aqu est. (En ese instante, el len sobre el que
estn sentados se desenrolla; caen todos patas arriba; de abajo surge Cabeza Azul, le quita la manzana
a CARA DE COLMENA y empieza tranquilamente a comrsela. Estupor general).
TODOS. Cabeza Azul! Viva! Viva! (El saluda desde su sitio, sin dejar de comer).
CARA DE COLMENA. Bueno, ahora nos contars como has llegado hasta aqu y porque no habas salido
antes de ese pellejo de len.
CABEZA AZUL. Muy sencillo. Me escap y corr hacia la selva. Encontr a To Conejo. El me present
a este caballero.
CABEZA AZUL. Hola, tomusa! Qu tal? (TOMUSA se re). Toma. (Se saca de la boca un pedacito de
manzana y se lo mete a TOMUSA en la suya). El len de Androcles. Estaba casi ciego y se resenta de la
pata; ya saben, la pata aqulla. (TOMUSA se re; CABEZA AZUL le da otro pedacito). Y as, ciego y todo,
se port como siempre; ya para morir me dijo: Cuando haya muerto, me sacars la piel; te la regalo;
despus de todo, te vendr lo mismo que a m. Yo no fui ms que un len manso, pero tengo una
hermosa piel de len bravo; y me han respetado; vstete de len; ser como si yo no hubiera muerto; la
gente te seguir agradeciendo a ti los muertos que yo no mate. El pobre, muri; le saque la piel; lo
enterr; me envolv en su pellejo y me quede dormido, hasta que viniste a despertarme con el olorcito
(TOMUSA se acerca rindose, con la boca abierta. CABEZA AZUL le cierra la boca). Bueno, ahora, a ver
qu hacemos.
CABEZA AZUL. Ante todo, vamos a salvar a Doana. Todo lo tengo arreglado.
CARA DE COLMENA. Somos muchos. El santo y sea ha cruzado ya veinte caminos; por todas partes
empiezan a azulear las cabezas! Topn la ha dado ahora por decir que l tiene pactos con la Virgen
Santsima! (Todos ren). Hasta dice que l mismo hace milagros.
CABEZA AZUL. Bueno, la ltima mana es ganar el cielo. Para eso ha edificado la Gruta Maravillosa;
ayer trasladaron a ella a la Virgen y el domingo inauguran la Ermita con bombos y platillos. Pues bien,
el domingo debe ser el gran da para nosotros
BURRIQUITA. Explquese.
CABEZA AZUL. Me explico. El domingo ser da de gran fiesta; es decir, de gran alegra de lo que
ellos llaman Alegra y claro, para vestirse de alegra llevarn a Doa Ana, que es el smbolo de la
alegra. La llevarn a rastras, a empujones, como sea, pero la hermosa Libertad estar all para que la
vean los turistas.
CABEZA AZUL. Es lo mismo. Pues bien, en los alrededores de la gruta he citado a todos los nuestros.
El bosque llega a la gruta y los cerros se juntan all con el bosque. Las ramas disimularn el azul. All
ser el milagro de la Virgen.
CUNN. Un milagro!
CABEZA AZUL. Claro! No cree Topn hacer milagros? Pero l, sin saberlo, nos ha dado el camino.
Esto me lo explic el viejo len de Androcles y me explic la manera de hablar con la Virgen!
CABEZA AZUL. Oye lo que me dijo: La Virgen es el milagro de un dolor; de siete dolores; slo el
dolor y el amor hacen milagros; de all naci la misma Virgen. Todo gran dolor deja un residuo de
pureza; todo Jess cuesta arriba deja una Mara cuesta abajo. Y slo ellas, las Vrgenes, heredan el
milagro. Slo nosotros, los azules de alma, podremos hablar con ellas. La mitad de nuestras obras somos
nosotros, pero la otra mitad es topn, que ha hecho bastante bien su papel de Cruz para que no le
olvidemos en la redencin. El, sin pensarlo, nos hizo pensar a nosotros. Al decir como un idiota, que l
conversaba con la Virgen, nos record que nosotros s podramos hacerlo. Y yo he hablado con la
Virgen.
CABEZA AZUL. Claro! fui a la gruta. Estaba sola. La Virgen estaba all con los cirios apagados; me
dio rabia y encend todas las velas. Entonces la Virgen fue y me dijo (Pausa, producida por la
ansiedad de todos). Muchas gracias, viejito
TODOS. La Virgen!
CABEZA AZUL. Claro. Oye, y lo peor es que me conoca como si hubiramos jugado cucamb alemn.
CARA DE COLMENA (lo sacude). Y esas son maneras de contestarle a la Virgen, desgraciado?
CABEZA AZUL. Un momento, chica, un momento! Luego me pregunt por ti con mucho cario; te
aprecia, sabes? Bueno, pues as es; yo le contest pues mire no s, a lo mejor se ha muerto la
pobrecita
CABEZA AZUL. Pens que haba que buscarte a ti. Y fui y le cont las cosas que estaban pasando. Y le
dije: Mire, seora, que las cosas ya no se pueden aguantar; que si usted no mete la mano, yo voy a tener
que tomar una determinacin. Le habl con carcter, sabes? Bueno, ella va y me dice: Pero qu es lo
que est pasando? Pero usted no sabe? y entonces, para qu es usted la Virgen? Y va y me dice: Los
que me cuidan no me cuentan nada! Pues, claro! le contest; los que la cuidan no creen en usted; ellos
qu le van a contar! Pero yo s se lo voy a contar y fui y le cont esa porcin de cosas! Y fui y le dije:
Mire, para que no crea que la estoy robando: Usted cree que dios est en todas partes? Claro! me
dijo ella . Pues mire, eso es mentira! El que est en todas partes, oyendo, robando y matando, es
Topn! Bueno, y se trata de salvar a Doana. Y si usted no la salva, le voy a pedir prestada su Virgen a
los chinos Y ltimamente le dije , si no me da una idea le apago las luces. Ah, entonces, me dijo,
a la carrera: No! No! que tengo mucho fro! Caramba, hijo, qu mal genio has trado hoy!... Y se
puso linda, con la cara brillante como una sortija y una risita ms pcara que su abuela, como si
furamos a jugar a la candelita. Y me puso la mano en la cabeza y me dijo: Mira, all abajo. A
dnde? All abajo, en mi pies! Y entonces vi ese piececito, pisando y apretando una serpientota, y la
apretaba y la apretaba y la serpiente sacaba una lengua como una lombriz y lloraba con esos ojos que se
le salan como si se hubiera puesto el cuello muy apretado. Y la virgen me dijo Cuenta conmigo! Y
dile a Cara de Colmena que venga por aqu. Cuidado como se te va a olvidar! Y le dije: Bueno, y
hablando de todo, cmo anda el cepillo por aqu? Pues mira me dijo. , ve a ver. Haba tres
centavos.
CABEZA AZUL. Ya t ves, yo hice lo mismo y se lo dej al pobre pulpero por tres puyas de caramelos.
CUNN. Y te dijo que le dijeras a sta que fuera por all? Ah, s se mete la Virgen, todo est
arreglado
BURRIQUITA. No.
BURRIQUITA. Digo que no. No basta con que se meta la Virgen. Hace falta que se metan las Vrgenes;
que se junten todas las almas puras y se hagan una sola seal. No es una Virgen que hace milagros. Son
muchas vrgenes.
CABEZA AZUL. De ti? Ah, s! Me dijo que te conformaras, viejo. (Risas). Bien, hay que proceder.
Reunin al centro. (Todos se agrupan). T (a CARA DE COLMENA) irs con sta a ver a la Virgen.
Valentino! T te montas en tu caballo Telegrama y te despachas urgente a buscar a To Conejo; que
rena a las fieras para esperar mi seal. Pelotica y Grano de Oro vigilarn las entradas de la selva, junto
a la gruta. Yo ir por la gente. El domingo, a la hora de fiesta, atacaremos la gruta. Doana estar all y
la pondremos a salvo; y si va Topn, pues tanto mejor, se arreglar todo. Conformes?
TODOs. S, s. Listos.
CARA DE COLMENA. Acurdense de que la Virgen est con nosotros porque ella es ese azul que
tenemos en la cabeza. Eso azul salv a rsula y a las once mil mujeres; eso se vuelve paloma y se mete
por las rejas y alimenta a los prisioneros
CUNN. Y el Diablo?
BURRIQUITA. El Diablo es la serpiente; el Diablo es un viejo que no cree en los nios. Es Topn el de
los ojos cerrados; maana los abrir hasta salrseles, bajo el pie de la Virgen. Al que ultraja a los nios y
a las vrgenes, la Virgen, tarde o temprano, lo cubrir de lepra.
TODOS. Amn.
CABEZA AZUL. Gracias. Bueno, a dormir, que hay que madrugar! (todos buscan su acomodo; unos
de persignan, otros se arrodillan; al fin se echan a dormir. Asoma un bulto entre las matas).
CUNN. Ay, ay, ay! Los malucos! Los malucos! Los Topones!
MALUCO 2. A ver, s, ste es. (Sale; llega hasta un bulto central que es TOPN). Ya tenemos al
hombre.
CUNN. Seor Topn, no se lo vaya a comer, porque est flaco y le puede caer mal (TOPN las
empuja).
CABEZA AZUL. T te callas. (A CARA DE COLMENA). Se acab el llanto. A ver, se acab el llanto,
oyes?
CARA DE COLMENA. S
CABEZA AZUL. Hasta maana, muchachos, hasta maana. (Va saliendo; del fondo, se vuelve,
encendido). Sgala y Balaj. Sacalapatalaj!
(TOPN hace gestos rabiosos, se llevan a CABEZA AZUL a rastras, mientras, siguen resonando,
alejndose con el grupo en que va el preso, los gritos misteriosos que la Revolucin sin cause,
reciennacida, todava sin palabras, pone en los labios milagrosos de los nios: Sacalapatalaj, Aj!
Aj!)
TELN
CUADRO SEGUNDO
Una jaula en medio del escenario. En la jaula, CABEZA AZUL. La escena son cuatro paredes con una
puerta al fondo y una a la derecha. En cada esquina de la jaula, un maluco.
MALUCO 1. Cuatro esquinas tiene mi jaula (en llanero), cuatro angelitos que me acompaan. (Con
sorna).
MALUCO 2. Habis visto vos un asna blanca, con tres patas blancas y otra no tan blanca, pero s
blanca tambin?... (con sorna, en tachirense).
MALUCO 2. No sera
MALUCO 2. No sera
MALUCO 2. Sera!
MALUCO 2. Caera!
MALUCO 2. Lo perdera!
MALUCO 2. Morira!
MALUCO 2. No le gustara.
MALUCO 4. No le gustara.
TODOS. No le gustara.
(Ren todos)
CABEZA AZUL. Cuando un pjaro est enjaulado, el que canta es el pjaro, si es pjaro cantador.
MALUCO 4. Y por qu no cantas?
CABEZA AZUL. Porque cuando el cochino tiene hambre el pjaro esconde el pico.
MALUCO 1. La abriramos.
MALUCO 1. Lo sacaramos.
CABEZA AZUL (riendo). Zacaras! el pajarito volara, comiendo de noche y durmiendo de da.
TODOS. Ja, ja, ja!... (Ren de veras, con gozosa risa, sin rencor y sin maldad).
CABEZA AZUL. Mentira! Djame verte la cara. Mentira! No eres ni siquiera malo! La culpa de todo
la tuvo tu abuela.
CABEZA AZUL. No han matado a nadie. Lo que ustedes tienen es miedo; miedo e ignorancia:
ignorancia y miedo. Les dicen que me digan que Cara de Colmena muri; pero es mentira. Ella se fue
muy tranquila y la Burriquita huy a la montaa... despus de haberle ofrecido dos patadas al que se
le acercara. Y fue una lstima que no se le acercara ste
CABEZA AZUL. Porque si te llega a dar un par en la nariz, hay muchas esperanzas de que te hubiera
favorecido el cambio.
CABEZA AZUL. Vengan ac, hganme el favor. Los cuatro. (Se agrupan). Sintense aqu. En el fondo,
ustedes creen que yo les guardo rencor No es as; a nadie. Ustedes no son ni malos. No. Son buenos,
pero ustedes no lo saben. Necesitan comer, divertirse; no saben ningn oficio; no les ensearon nada y
claro, cogen un oficio como ste, tan fcil y tan triste. Se disfrazan de malos; ese es el oficio. Lo que no
saben es que todos somos iguales Para hacerlos a ustedes malos nos visten de malos a nosotros.
Oye, t, por qu te ofendiste cuando te nombr a tu vieja?
CABEZA AZUL. Quiere decir que todos ustedes quieren a alguien, eh?
CABEZA AZUL. Y se acuerdan de cuando estaban chiquitos. Un patio grande, mucho sol, un estanque.
Por la maana, despus de calentarse el cuerpo estropeando los rboles, todo el mundo al estanque. Cada
cual lleva su barquito, con las velas izadas. Se hacen regatas. Despus, todos caen de cabeza al agua.
Naufragan tres barcos. Se salva la tripulacin. Oigan lo que me dijo un viejo que echaba barquitos en un
estanque: En el agua picada, los barcos van de pesca y cada muchacho es Dios que pone o quita su
temporal. Los dioses del agua llevan los barcos, y todos tienen el puerto de la mano para salvar las velas.
Los dioses del agua relinchan, pelean y por fin sacan sus barcos al sol y los llevan a guardar, alzando
todo el barco en una mano, con una fuerza de Dios. (Mucha atencin en todos). La calle, despus de
salir de la escuela, es bonita, eh? Hoyuelo y trompo, pie y medio, polica y ladrn. Se ponen los
muchachos colorados de sol. De vez en cuando hay que mover los puos, eh?
CABEZA AZUL. Y una que otra vez se le tiran dos o tres piedras al polica, eh?
CABEZA AZUL. Y se llega a la casa echando chispas. All, la mam lo besa a uno, lo limpia, le pone el
almuerzo Dios se sienta a la mesa.
CABEZA AZUL. En la tarde a llevar papagayos al cerro. Le brillan los hilos al papagayo, contra el sol.
Se nos aguan los ojos con el sol de frente; y no sabemos si es el sol lo que tenemos agarrado por un hi1o.
Dan ganas de apearlo, eh?
CABEZA AZUL. Y al llegar a la casa, la mam sirve a la mesa, Dios va a comer En la noche, en la
cocina o en el patio con luna, se echan cuentos to Tigre, to Conejo, la Burriquita
CABEZA AZUL. Con buena luna, con la luna arriba, que se le mete a una nube por la barriga y le sale
por la espalda; con la luna clueca y las estrellitas atrs, pica que pica, buscando el maz en los grandes
fardos blancos. Y despus, a la cama; lo persigna a uno la mam, agarrndole un racimito de dedos; y lo
acuesta y lo besa en la cabeza Dios va a dormir.
CABEZA AZUL. Y canta el sueo de Dios que suea con cometas y barquitos y nubes y to Conejo y la
Burriquita
MALUCO 4. As es, as es
CABEZA AZUL. Pero en sueo o despierto, lo que va y viene, la que hace cantar a la mam y rebuznar
a la Burriquita y la que hace soar y la que hace correr a Doana Dnde est Doana?...
(Sbitamente a uno de ellos).
MALUCO 3 (Sorprendido). Est en el vergel, sembrando la rosa y cortando el clavel
MALUCO 4. Est en el jardn! Te acuerdas, cuao? Eso donde es bonito es a la orilla del mar
CABEZA AZUL. Y si t entraras al vergel y encontraras a Doana, sembrando la rosa, seras capaz de
darle un planazo?
CABEZA AZUL. Pues eso es lo que ustedes estn haciendo sin darse cuenta. Lo nico que les ha
quedado de nios es una cosa: Matar a los pjaros (Quedan con las cabezas bajas. Pausa). Habis
visto vos una asna blanca, con tres patas blancas y otra no tan blanca, pero s blanca tambin?... No sera
la mam de ste, verdad? (Se levantan). Y entonces, por qu va a ser la grandsima perra de la madre
ma? No ven como no hay uno solo de ustedes que sepa lo que se llama ser malo? Por qu quieren
matar a Doana? Por nada, verdad? Porque les han dicho que la maten.
CABEZA AZUL. Que no es mam de nadie? Es la mam de las mams, la mam en lnea, la mam
para todo el mundoCuando vienen turistas, la sacamos a ella para ensersela y luego nos echamos
a un rincn. Cuando mueran las madres, queda ella. Cuando nos morimos todos, ella queda encargada
del mundo y hace saltar a los becerros en la sabana sin jinetes.
MALUCO 2. Es que uno tiene que hacer lo que le mandan. El superior es el superior.
CABEZA AZUL. Hasta que te convenzas de que el superior es muchas veces el inferior. Si Topn te
mandara que mataras a tu madre, la mataras?
MALUCO 3. S, s quisiera.
CABEZA AZUL. Y qu pensaras si al llegar all lo encontraras con un par de grillos en los pies?
CABEZA AZUL. No sabes que soy sabio? Yo nac sabio, porque No ves que siempre me estoy
riendo?...
CABEZA AZUL. Por eso. Todos mis abuelos, mis padres, mis hermanos se estuvieron toda la vida
llorando para que yo aprendiera a rerme. Yo soy sabio por lo que ellos lloraron y me ro siempre porque
tengo la cabeza azul.
MALUCO 2. Oye, este pjaro nos est llenando la cabeza de canciones y lo que quiere es marearnos
para fugarse. Hay que pelar los ojos!
MALUCO 3. Ya lo veo. A nosotros no nos venga con cuentos. Estamos muy amolados.
MALUCO 1. Cmo?
CABEZA AZUL. Eso no es posible Aqu donde me ves, estoy libre; canto, vuelo, y voy lejos, lejos...
En cambio, ustedes, s que estn bien encerrados... Y los cazaremos, los cazaremos... S... (Ren ellos).
S! es mucho ms fcil cazar un lobo que cazar un pjaro.
CABEZA AZUL. S, s, como lo oyen. Ya vern: El que sale a matar lobos, pues lleva una escopeta para
lobo y balas para lobos, gruesas, pesadas; y una malicia para lobos. Si le sale un pjaro, pues no le pasa
nada. Pero el que sale a matar pjaros saca una escopetica para pjaros y balines de pjaros... y... si le
sale un lobo... miau!
(Confusin. Todos corren a sus esquinas. Entra TOPN con una corte de comparsas).
TOPN (detenindose ante la jaula). Aqu lo tenemos. E1 enemigo del orden. Aqu tenemos a todos
los subversivos. Es lo que yo les deca: que el que no est con el orden est con el desorden.
EL DOCTOR (al PERIODISTA). Bueno, me parece que el que deca eso era yo, pero en fin
TOPN. Desde el momento en que a Napolen lo mataron era porque l no serva para lo que yo
sirvo. Si no, no lo hubieran matado en la batalla de Guatercls.
TOPN. Y Dios quiere que estn aqu. Y que yo no est aqu. Porque el que est aqu no est conmigo
y el que est conmigo no est aqu.
TOPN (sealando la jaula). Este es el ejemplo. Los malos adentro, como dije yo; los buenos, afuera.
(Por la puerta del fondo avanza una sombra. Es lenta en el andar, en el hablar, en el arduo sonrer)
TOPN. Maana se va a tener que vestir muy bonito para que la vean los seores de ajuera.
TOPN (la aparta bruscamente). Bueno, se acab! Ahora nos vamos! (Van saliendo; ella, casi
empujada por TOPN, se vuelve hacia l con una mano tendida y con una larga sonrisa; l, tiende los
brazos, feliz, rebosante de risa la cara).
CARA DE COLMENA. Cmela! (Le da un pescozn). Bueno, animales, no se propasen, eh? T vas a
echar los dos de vino por la nariz (al MALUCO 1), y t vas a ver dos estrellas. (Al MALUCO 2, alzando
la botella). Bueno, estense quietos. Vean lo que traigo... (Les ensea la cesta colmada).
CARA DE COLMENA. Para ti, pimpollo. (Le da una racin al MALUCO 1). Para ti, colibr. (Id., id., al
MALUCO 2). Para ti, pichn de monstruo. (id., id., al MALUCO 4). Para ti, nariz de tarjeta. (Id., id., al
MALUCO 3).
(Se va acercando a la jaula; tiende una rosa al prisionero y habla dulcemente). Para ti
MALUCO 4. S, eh?
CARA DE COLMENA. Pero si es muy conocido! Un compadre lleg a una pulpera y le dijo a su
compadre el pulpero: Compadre, gurdeme aqu esta jaula con esta paraulata. Bueno, compadre,
pngala ah. Tiene qu comer? No, compadre, no tiene. Entonces el pulpero llam al muchacho: Mire,
muchacho, qutele la comida al loro, que est muy gordo, y dsela a la paraulata del compadre. Y as
fue. Pero el loro se enfureci. Al rato se fue el compadre; y el pulpero se fue a almorzar y dej la
pulpera sola. Entr un seor. La paraulata cantaba alegre. El seor se asombr: Qu paraulata, mi
madre! Qu linda! Cmo canta! Y entonces el loro, imitando la voz del pulpero, dijo: Se vende! Se
vende? Por cunto? Por veinte reales! Por supuesto, una paraulata tan barata no hay quien no la
compre. Y el seor dijo: Aqu estn los veinte reales. El loro contest: Bueno, pngamelos en el
mostrador y llvese la paraulata; dispense que no salga, pero es que estoy trasegando un aceite... El
seor se llev la paraulata. Al rato volvi el compadre a buscar su paraulata. Y dnde est mi paraulata,
compadre? Y contest el loro: Gu, la paraulata se fue... Cmo! Se fue? Y la jaula?... Gu, ella se
llev su jaula. Y esa no era suya, pues? (Todos ren). Bueno, ya ven? Pues, cuando la cotorra quiera,
el lorito se ir con la jaula, y todo. Es ms, ustedes mismos harn como el loro. Cuando yo les corte las
frutas y el vino para drselos a l...
CARA DE COLMENA. Saldran perdiendo, porque no tendran quien les regalara. Ay, con mis
ahorritos, las cosas que podra yo comprar! Las cosas que les podra regalar a estos burros!
CARA DE COLMENA. A ti? La capa negra con vuelta nia de ojos del Prncipe Sin Remedio.
MALUCO 2. Y a m?
CARA DE COLMENA. A ti? La pluma azul mar adentro del pavo real degollado.
MALUCO 4. Y a m?
CARA DE COLMENA. A ti? Las zapatillas verde quebranto de la seorita Pie de Arroz.
MALUCO 3. Y a m?
CARA DE COLMENA. A ti, hijo, un salvavidas, porque con esas narices te vas a ahogar. (Todos ren).
TODOS. A m! A m!
CARA DE COLMENA. Ca1ma, hombres, a todos a todos, a todos!
MALUCO 3. Dulce?
MALUCO 4. Huele?
CARA DE COLMENA. Muy bien! Cada uno a su puesto. (Cada cual va a su esquina). As me gusta.
Ahora sabrn a qu huele mi manzanita de olor, la que quita frio y da calor! (Saca la manzana del seno
y les da a oler). Huele, pimpollo... Huele, colibr... Huele, pluma de cisne... huele, pichn de monstruo...
(A medida que van oliendo van quedando todos sumidos en un profundo sueo). A ver? (Va de uno en
uno y los tantea; luego corre a la jaula). Dormidos, dormidos, dormidos, dormidos, dormidos! (Se
quita la paoleta, salta, baila; CABEZA AZUL est atnito. Ella le saca la llave al MALUCO 1 y abre la
jaula. Salta adentro, porque CABEZA AZUL est engrillado y no puede salir).
CABEZA AZUL. Hasta a mi me engaaste! (Se abrazan y trata de bailar. De pronto ella se separa
furiosa).
CARA DE COLMENA. S, s! Me floreabas creyndome una cantinera! Engaarme con una cantinera!
Perro!
CABEZA AZUL. Era que... se pareca tanto a ti! Caray! Qu dir TOPN? Y estos cuatro marranos
cuando se despierten, qu dirn? Oye, los mataste?
CARA DE COLMENA. Aqu est... (El quiere darle un mordisco). Burro, animal, que te duermes! No
ves que tiene polvo de lechuga sembrada en Viernes Santo?
CARA DE COLMENA. Ay, chico, eres un antropfago! Aqu est, toma, pasteles, hombre! Ni siquiera
me preguntas nada, sino comer, comer! Come, pero, ligero, pronto, pronto! Y pregunta algo, chico!
CABEZA AZUL (abrazndola). Me matan de hambre esos cuatro znganos. Qu hambre, comadre!...
Je, je, no est mal el alpiste y el agua de la canal.
CARA DE COLMENA. Chiquillo! Y las ganas que tena de gritarte: Pero no seas buey! No ves que
soy yo?
CABEZA AZUL. Pero me decas unas cosas tan bonitas! Y aquel zarandajo te pellizc? Deja que le
saque un ojo.
CARA DE COLMENA. No, hombre, qu brbaro! Mejor es que comas pronto, que puede venir alguien.
CABEZA AZUL (come). Bueno, cuntame qu hiciste cuando me cogieron. Pobrecita ma, cmo
llorabas! Ya me estabas afligiendo a m, sabes?
CARA DE COLMENA. Ay, Cabeza Azul, t no sabes las mortificaciones que llevamos las mujeres con
estos malditos hombres! Que si se enferman, que si les duele la barriga, que si les rompieron la cabeza,
que se si los llevan presos! Ay, Cabeza Azul... Y despus?
CARA DE COLMENA. Ay, Cabeza Azul! T no sabes los dolores de cabeza que nos dan los hijos!
(Suspira con los ojos en blanco). Ay!
CARA DE COLMENA. Pues s, cuando te llevaban, si no me alcanzan los chicos me hubiera cado
muerta en el camino. Ay! (Suspira).
CARA DE COLMENA (suspira). Ay! Pues ech a andar y camina y camina y camina... Por la
madrugada llegamos a la ermita. Los nios se quedaron a la puerta, porque la Virgen a quien quera ver
era a m... (Dndose tono). Ay!, qu ganas de llorar me entraron cuando vi todas las luces encendidas y
pens: Estas las encendi Cabeza Azul! Y cuando vi una macetica de flores regadita y alegre y pens:
Esta la reg Cabeza Azul.
CARA DE COLMENA. Y cuando vi a la Virgen, linda, toda color de luz. Se parece a Doana, sabes?
CARA DE COLMENA. Ay! Gracias! Si t supieras, que a m se me haba ocurrido, pero como me daba
pena, esperaba a que t me lo dijeras. Y sabes?, se parece a ti tambin...
CARA DE COLMENA. Bueno, pues cuando la vi, entonces s que me ech a llorar. Ay! Es la Virgen y
habl con Cabeza Azul! Ay! Se me olvidaba! (Da un salto).
CARA DE COLMENA. La lima, la lima! Mientras estamos aqu hablando viene alguien y te encuentra
con esos grillos y muy bonito que lo hacemos. Espera, mientras hablo, te limpiar los grillos. A ver,
estira la pierna; as, eso es. (Ella lima, habla..., y l desconfa de la lima). Por dnde iba?
CABEZA AZUL. Por... ay!...
CARA DE COLMENA. Seguro. Pues me dijo: Acrcate, Cara de Colmena. Por qu te llaman Cara de
Colmena?... Pues ver, me dicen Cara de Colmena porque dicen que tengo la cara dulce y los ojos como
avispas.
CARA DE COLMENA. Ay! Gracias! Y as le contest yo: Gracias, Seora Virgen, es favor..., pero
es usted ms linda que Blanca Nieves en la Montaa de los Siete Enanos. Se ech a rer y me dijo:
Dnde est Cabeza Azul? Entonces le cont lo que te pasaba. Hijo; se puso furiosa! Dio un golpe tan
duro con el pie que a la serpiente le entr un dolor de cabeza tan grande que tuve que darle una aspirina.
Y deca la Virgen: No me dicen nada! No me cuentan nada! Van a ver lo que soy yo cuando me
suelto el pelo! Oye. me dijo entonces con mucha dulzura, oye... Ya est.
CARA DE COLMENA. No, que ya est listo esto. A ver, levntate. (Le saca los grillos. El se levanta,
estira los pies, va, viene y salta). Nos vamos?
CARA DE COLMENA. Claro! Queras que me diera la paliza? Le cort su piececito y me dijo: Vete,
lleva mi pie, camina con mi pie y quebranta con mi pie. Todo camino se allanar y de tus pisadas
florecern las tierras... Y aqu estoy.
CABEZA AZUL. El pie de la Virgen! Y vendr una mujer que aplastar la cabeza de la serpiente...
Todo camino se allanar y de sus pisadas florecern las tierras...
Qu pequeo! Qu liviano!
Ahora me explico
cmo puede pasar por todas partes
sin que nada le duela a lo que va pisando,
ahora me explico
cmo puede marchar sobre las nubes
sin exprimirles una lluvia;
ahora me explico
cmo el pie de su hijo le tom lo liviano
y pudo ir sobre el mar sin hundirse.
Ahora me explico
por qu se quedan en un solo tallo
las margaritas y las garzas.
Pero, cmo podr llevarla
que no la deje en el camino?
Cmo no se qued manca
cuando iba tropezando, detrs de su hijo?
Cmo podr apretarle tanto
la cabeza a la serpiente?
Cmo no cae, si va montada
en una gota de nieve?
Pero quebranta la cabeza de la bestia
porque el pie es un clavo de plata
y el corazn martillea.
Nia de cabeza azul,
alma de la casa en pena;
mujer de las tierras tristes,
madre de cien mil cabezas,
tienes la cabeza azul
y la cara de colmena,
tienes el pie de la Virgen,
que va a quebrantar la bestia.
De andar revolviendo azules,
la mano me hace horizonte
y arriba tu pie levanta
la esperanza de una vela.
Al hombre de cabeza azul,
tu bravura candorosa le navega.
Nia del novio enjaulado,
entre tu pie de Virgen y mi cabeza azul
cabe un Cristo adolescente
con una Tierra en las manos.
(Esto lo ha dicho suavemente, sin gestos casi. Pausa. Sus cabezas estn unidas y el pie est sobre la
mano de l).
CARA DE COLMENA. Bueno. Ves ese pie que te estoy poniendo en la punta de las narices? (Estira la
pierna y le pone su pie en las narices).
CABEZA AZUL. S.
CARA DE COLMENA. Bueno, coge el serrucho que traje en el canastillo y serrchame el pie. (El da un
salto).
CARA DE COLMENA. Mira, haz lo que te digo o te doy una paliza. Pero, animalito, no ves que es
preciso? No ves que la Virgen sabe lo que hace?
CABEZA AZUL. Qu piensas hacer?
CARA DE COLMENA. Lo que dijo la Virgen; marchar con su pie; me corto el mo y me pongo el suyo;
para eso tengo un tornillo, burro! A menos que quieras cortrtelo t. Sera lo mismo.
CABEZA AZUL. No. No. Debe ser una mujer, una mujer honrada, una mujer pura! No un hombre
corrompido como yo! Bueno, vamos a ver... (Toma el serrucho y empieza a serruchar como si tal cosa).
No ves como no duele? No ves que es de madera? (l le pisa un dedo de la mano). Ay, ay, ay!
Animal, caballo! No ves que me pisas un dedo? A ver, ya est, dame el pie; el de la Virgen. Aj, ya
est as; atornilla, as. Mira qu bien me queda. Aydame. (Se levanta. cojea un poco). Y mi pie?
CABEZA AZUL. Oye, si nos separamos, ya sabes que nos encontraremos maana en la gruta de la
Virgen. Maana ser la fiesta. Todos all, eh? Todos all. Comprendes?
CARA DE COLMENA. Salta t para que me recibas. (El salta la ventana y desaparece. En ese momento
gritan afuera y despiertan los cuatro MALUCOS).
MALUCO 2. Esta bruja lo ayud Ya vers cmo te asamos, condenada! Engrillmosla! (Sacan el
grillete y se lo pegan). A buscar el otro ahora! (Salen. Entonces ella se destornilla su pie, saca el
grillete, se vuelve a poner el pie y sale cojitranqueando).
TELN
CUADRO TERCERO
La gruta; colinas rojas, verdes, azules, doradas, grises. Un campo hacia el bosque; peascos. El primer
plano es tambin un camino. Silencio largo; un silbido; pausa; otro silbido. Entra GRANITO DE ORO por
la derecha, CARA DE COLMENA por la izquierda, cojita; dialogan en voz baja; se reparan y sale el
primero; pausa; entra CABEZA AZUL, dialoga con CARA DE COLMENA; se va sta. Silba CABEZA AZUL
de otro modo; entra la BURRIQUITA con PELOTICA encima; hablan bajo; entra VALENTINO con su
caballo; se va PELOTICA; dialogan CABEZA AZUL y VALENTINO, quien sale. Se va CABEZA AZUL hacia
los cerros. Pausa. Entran cuatro mendigos; se sientan. Es el alba.
MENDIGO DE LA CIUDAD. Oye, ordeaste las vacas?
MENDIGO DEL MAR. Hay chubasco. (Todos ren entre amargo y dulce).
MENDIGO DEL LLANO. El caf s es verdad que por poco lo hago. Al levantarme me puse a andar por
la habitacin (seala con un gesto las tierras descampadas a lo largo del camino) y encontr unas
piedrecitas que en la madrugada se vean negras. Me puse a mirarlas ponindole a Dios un milagro. Ya
estaba casi a punto el milagro y ya iba a meter las piedrecitas en el agua para que se disolvieran y se
convirtieran en caf. Pero vino otro milagro. Aclar un poco y las piedrecitas negras se convirtieron en
piedrecitas blancas; as ya no me convenan. A m la leche me deprime... Je, je.
MENDIGO DEL MAR. Alabado sea Dios. Tres das sin comer y sin poder dormir siquiera
MENDIGO DEL MAR. Qu iba a dormir! Con unas piedras apretndome los riones.
MENDIGO DE LA CIUDAD. Pero qu animal! Y usted no sabe que antes de acostarse hay que sacudir
las sbanas?
(Carcajada general).
MENDIGO DE LA CIUDAD. Cierto... (Ren con un pedazo de risa mal cortada en la boca. Silencio).
MENDIGO DE LA CIUDAD (Suspira). En fin, Dios ver lo que hace. Hoy es la fiesta de Su Santa Madre
y aqu han de venir los ricos. Algunos de ellos se acordarn de dejarnos algo.
MENDIGO DEL LLANO. Aunque sea un palo. Yo vengo porque ustedes vienen, pero no porque espere
nada.
MENDIGO DEL MAR. No digas as, paisano; el da de la Virgen siempre trae algo nuevo.
MENDIGO DE LA CORDILLERA. Por all viene algo... (Por la izquierda entran PELOTICA y TOMUSA).
MENDIGO DE LA CIUDAD. El caf con leche.
TODOS. Gracias.
MENDIGO DEL LLANO. Una nube se puso bajita, sabes? Tan bajita que pareca una vaca. Pero cuando
fui a ordearla...
PELOTICA. Esta noche yo les traer una piel de len; el len de Androcles. Ustedes conocen el len
de Androcles, no?
MENDIGO DEL LLANO. El len de quin?
PELOTICA. Bueno, el len de cualquiera. Uno de ustedes se viste de len, se va al campo y al llegar
junto a una vaca, va y le dice: La bolsa o la vida! Y claro! se deja ordear.
PELOTICA (con intencin). Un da siquiera tendrn ustedes que disfrazarse de leones, un solo da. Un
solo da. Despus, comern. (Los cuatro mendigos se agrupan).
PELOTICA. Pues hoy mismo, por ejemplo... (Juntan las cabezas y hablan en secreto).
TODOS. Amn. (De pronto, se levantan respetuosamente, pues llega DOANA, seguida por CARA DE
COLMENA y CUNN).
CARA DE COLMENA. No me duele, sabes? Es que, como me queda pequeo, pues, me aprieta. (Re
DOANA).
DOANA. Qu?
DOANA. Tienes miedo? Mi mujercita ms valiente tiene miedo? Ja, ja, ja..., miedo con este da!
Mira, esos cerros que parecen que van a cambiar de color!
CUNN. Es que, seora, es un miedo distinto, porque yo, yo tambin tengo miedo. Sabes?
CARA DE COLMENA. Pues, vea, hoy es el da de las fiestas. Topn va a venir con toda su comitiva y
habr una funcin aqu.
CARA DE COLMENA. Que cuando se den cuenta de que a la Virgen le falta un pie, van a poner el grito
en el cielo y empezarn a buscar y la encontrarn a usted y creern que fue usted quien le quit el pie...
DOANA. Y qu?
DOANA. No, no tengan miedo; ya estoy acostumbrada a los golpes. Y ahora, que s lo que s, menos
me dolern. A m no me pueden matar ya. Sera necesario que mataran a todos los nios del mundo. En
el fondo, ellos les importa muy poco que la Virgen tengan o no tenga pie. Les tiene sin cuidado la
Virgen. Sabes por qu le hacen fiestas? Te voy a decir: es para hacerse ellos mismos sus fiestas..., y,
oye bien, como ya lo tienen todo aqu, quieren hacer un esfuerzo a ver si cogen tambin lo de all arriba.
Comprendes?
CUNN. Ah, s!
DOANA. En la noche le sacan las tripas a un prjimo y en la maana siguiente, un mal cura les da la
comunin. Y el pobre mal curita les preguntar: Para qu? Y ellos dirn: Para ganar el cielo... Y en sus
adentros pensar el curita: Pero: tambin el cielo? (Ren todas).
DOANA. No, hijita, no me voy. Vamos a entrar all. Hoy es el da de las vrgenes, porque mis hijos
van a pelear. Debo estar aqu, cerca de Dios y el primer golpe debe ser para m. Quin podra quitarme
el derecho a la primera herida, a la primera sangre sobre la boca alegre de sangrarla? Vamos, hoy es el
da de mis nios, de mis nios y de mis viejos nios. De esos... (Va haca los mendigos). De stos..., t
eres de la calle. (AL MENDIGO DE LA CIUDAD). S, tienes ojos de calle, caminados! la mano hecha
grietas; una ciudad en ruinas. Fro de casa sin cocina en el suburbio del corazn. Se caen las casas, las
calles negrean de mendigos; las viejas estatuas de bronce doblan como campanas. El reloj de la torre
est dando siempre una ltima hora. Pero he llegado, ciudadano, y mis calles revientan de nios.
Charanga, cohetes; ferias. Y un sol de fogn se reconstruye las manos. Ven ac... (Al MENDIGO DE LA
CORDILLERA). Andes, profundos Andes, hondos hacia el cielo. Los Andes se quedan sin trigo, pura
nieve. Yo misma tena los pies helados anoche; apenas si el palpitar quebraba un tmpano y corra sin
ruido el raudal de los ojos. Cunta ventisca! Cunta espina de hielo atravesaba el lecho de dulces
frailejones! Cuesta arriba, cuesta arriba, ya la nieve me amenaz blanquear el fleco de la trenza. Estaba
yo desnuda, como un pico en la noche, con mis cabellos apagndose en la cabeza empavesada. Pero
aclar en la maana ma, sobre todas las nieves. Un labrador grit: Espigas! Espigas! (El mendigo
alegre)... El llano... (Al MENDIGO DEL LLANO) se me quedaba sin vacas; las hierbas tostadas, colgaban
vacas las ubres y las nubes. Sol, sol y plaga. Los llaneros iban sobre caballos moribundos. Tierra abajo,
al trote, los llaneros, el esqueleto de una caballera derrotada. Y fiebre! Cuntos becerros muertos junto
al jagey de estos ojos! Cuntos caballos rendidos juntos al palmar de esta trenza! Las garzas partan
encandiladas, rumbo al sol y dos que me quedaban, se me moran en el garcero del seno. Pero llovi mi
nube que llegaba al galope por mis yerbas azules. Las garzas regresaban del sol y hoy es da de
ordearles la luz... Ven ac. (Al MENDIGO DEL MAR). El mar! Se me quedaba sin barcos. Qu
temporales, hijo! Ya el costado me duele como una costa de arrecifes. Cuntos naufragios se me han
varado en estas playas! (Tiende sus manos). Cuntas lanchas vacas volvieron de la pesca! Proa a la
mar, proa a la mar, desnuda, como un mstil, silbando el gallardete de la trenza, cunto brisote malo me
deriv a la muerte. Las penltimas risas se iban a pique en golfos untados de terrores y la mar misma
amenaz zarpar al agua de mis ojos... Pero amain en el cabo florido, junto a la ensenada en que se
ensayan de olas las recin nacidas; asomando a mi risa marinera el lindo gaviero verde ha gritado: -Faro
a proa! Y cada risa de mis nios relumbra como un pez en el pico de una gaviota. (Pausa). En silencio
DOANA va y viene, llega a la puerta de la gruta y habla, lenta). Hoy es el da de las vrgenes. Maana
ser el da azul de florecer toda cosa azul. Con la primera luz de maana, vayamos a los surcos y
veremos abrirse las semillas.
MENDIGO DEL MAR. Que la Virgen la oiga.
DOANA (al entrar se vuelve). Ella me ha odo; la tierra es de su hijo y yo tengo la llave de todos los
rebaos.
TODOS LOS MALUCOS. Fuera de aqu, fuera, sinvergenzas, fuera!, vejestorios! (Los mendigos
huyen. Ya DOANA ha entrado a la gruta).
MALUCO 1. Vamos a ver cmo est esto por aqu. (Entran a la gruta. Un silbido. Por la izquierda
entra uno de los mendigos y por la derecha GRANO DE ORO. Dialogan y salen juntos hacia los rboles).
Salen de la gruta los MALUCOS con DOANA y las nias).
MALUCO 3. Maana ser. Ahora no se puede. El jefe va a llegar; y hay que quitar estorbos. Tngase
la bondad.
(Las empujan).
CABEZA AZUL. Contigo, nada. (Despectivo). Esperamos al jefe para saludarlo. Somos primos.
MALUCO 1. Ah! pasen los seores, pasen, tnganse la bondad. Si quieren entrar a la gruta...
PELOTICA. Se saluda.
MALUCO 2. Muy bien dicho; gentuza!; quieren meterse a la gruta a rezar y cuando el jefe venga no
van a hacer sino estorbar. Cuando el jefe anda con sus amigos quiere estar solo con ellos. Los dems
sobran.
MALUCO 3. Claro!
CABEZA AZUL. Ja, ja, ja! Tiene gracia, compadre. Ellas vienen buscando el cielo y las mandan para
el infierno. Es como pedir un fsforo y que le den a uno un vaso de agua. (Todos ren). Bueno, pero no
se les ha ocurrido nada mejor que mandarlas al infierno?
MALUCO 1. Y qu ms?
CABEZA AZUL. Hombre, echarlas as no ms, sin hacer sudar un poquito a esa gentuza! Caray! a m
se me hubiera ocurrido divertirme un poquito con ellas. Ese es el sistema del jefe!
DOANA. Espera.
MALUCO 3. Diga.
CABEZA AZUL. Vea. Las dejamos entrar a la gruta, nos cogemos el cepillo de los pobres y
compramos... caramelos y cuando venga el jefe las sacamos y le decimos que fueron ellas las que
robaron el cepillo.
MALUCO 1. Estupendo.
MALUCO 1. Conformes.
CABEZA AZUL (alto). Bueno, y hablando de todo, no hay por all algo que mascar mientras tanto?
TODOS (registrndose). No, nada.
PELOTICA. Bueno, al grano, como los pollitos. (CABEZA AZUL entra a la gruta).
MALUCO 1. Seoritas, ustedes dispensen, pero vindolo bien, lo mejor es que entren..., hay que
ponerse a bien con Dios, eh? (Muy amable).
CUNN (a MALUCO 3). Gracias, motocicleta. (Entran. De la gruta sale CABEZA AZUL; trae el
cepillo).
MALUCO 1. Estuvo bueno, eh? Caray! El jefe! (Se quedan firmes. Entra TOPN con un grupo de
amigos, sombreros en mano, abanicndose).
TOPN. Bueno, eso ser para otro da. Ahora me toca a m. Voy a decir un discurso que saqu de la
cabeza de ste. (Seala al periodista. Risas).
TOPN. Bueno, aqu est la Virgen y aqu estoy yo. Yo la tengo a ella all y ella me tiene a m aqu!
(Aplausos, vivas).
TOPN. Y el que se meta con ella se mete conmigo; y el que se mete conmigo se mete con ella.
DOCTOR (al BACHILLER). Pero bueno, usted ha visto en su vida un animal como ste? (El
BACHILLER no contesta nada).
TOPN. Y todo lo que piensan mis enemigos ella me lo dice. Y yo le digo a ella lo que piensan los
suyos.
DOCTOR (tira de la manga del BACHILLER). El hombre primitivo, amigo, el hombre primitivo! (el
BACHILLER le mira asombrado, se miran; luego las caras miran a TOPN, y no dicen pizca).
BACHILLER (al DOCTOR). Es inaguantable. Yo no s cmo puede tener tanto cinismo! (El DOCTOR le
mira, pero no contesta).
TOPN. S, seor! Y el que quiera pedirle algo a ella que... lo pida a mi Secretario... (Risas).
BACHILLER (tira de la manga al DOCTOR). Qu vergenza! Qu salvaje es este bicho! (el DOCTOR
no dice cu).
TOPN. Y los malos no tienen por qu rezarle a ella ni para qu rezarme a m.
BACHILLER (al DOCTOR). Esto es asqueroso! (El DOCTOR lo mira asombrado: se miran; luego,
vuelven las caras a TOPN, pero al momento se miran de nuevo y guian un ojo). Je, je, je!
DOCTOR. Je, je; somos dos guilas! (El GENERAL pasa junto a ellos y acercndose al DOCTOR le
habla).
GENERAL. Qu le parece? Qu brbaro! Hola, joven. (Al BACHILLER). Me alegro de verlo! Ya sabe
que siempre estoy con la juventud. (Se escurre).
DOCTOR. De bueno?
BACHILLER. De malo?
MISTER JOHNSON (al DOCTOR). De bueno! (Al odo del BACHILLER). De burro.
DOCTOR (salta al medio). Habis llegado, seor, al sitio consagrado en adelante al culto de la madre
de Dios y del Padre de esta tierra; a ella y a vos...
DOCTOR. Y a vos..., cuya grandiosa obra no habr palabra para ensalzar... (Se excita). Porque cuando
vibr en los campamentos la voz del caudillo elegido...
TOPN. Bueno, ahora vamos a ver a la Virgen... (Un cura ha salido de la iglesia, enloquecido,
espantado).
DOCTOR. Sacrilegio!
TOPN. Se callan todos! Bueno, esta es la obra de los eternos enemigos del bien
GENERAL (al DOCTOR). Hum! Esto como que lo he dicho yo alguna vez...
TOPN. Pero ya van a saber lo que es bueno! Ya van a saber si a m se me agua una fiesta as no
ms. A ver. Entren a la gruta a ver si el ladrn est all escondido! Unos por aqu y otros por all,
registren; si los cogen me los traen aqu. (Algunos entran a la gruta). Y usted, no sabe quin fue? (Al
CURA).
CURA. Yo seor, no soy sino un humilde siervo de Mara y un gran admirador de usted!
TOPN. Aqu no hay siervo de nadie! Aqu el que manda soy yo! Pgenle un cepo a este hombre
para que diga lo que sepa!
TOPN. A m no me jure nada! (Se lo llevan. Pasa GRANO DE ORO en la burriquita, silbando).
Prenme ese hombre. (Le traen, cabalgando). Apese! En que anda usted por aqu?
TOPN. Cmo?
TOPN. La qu...? Aqu como que amaneci todo el mundo hablando en latn? Qu es lo que usted
anda buscando? No ser el pie de la Virgen?
GRANO DE ORO. Eso es, precisamente. O decir que se haba perdido y entonces ensill a sta y sal a
buscar el pie de la Virgen.
TOPN. Cmo?
GRANO DE ORO. Claro! Yo voy para el monte, y como todos los ladrones se esconden all...
GRANO DE ORO. Algo conseguiremos. Si no encontramos el pie, pueda que encontremos tres pies.
GENERAL. Cules?
GRANO DE ORO. Los tres pies del gato. Arre! (Salen. De la gruta salen empujadas DOANA y las
nias).
DOANA. No s.
DOANA. No s. No s. No s ni dnde estn los mos. Dnde est el pie de la virgen? Ja, ja!
Dnde estn mis pies? Qu s yo, en algn camino se habrn quedado; en alguna piedra se habrn
hecho trizas; por alguna cuesta se habrn ido al fondo. Dnde est el pie de la Virgen? Qu s yo.
TOPN. Pues yo s s. Te lo has robado t. O algunos de esos ladroncitos que andan contigo. Alguna
cabeza azul, y t me vas a decir dnde estn esos ladrones.
DOANA. Yo? Qu s?
TOPN. T sabes. T los ves todos los das. Mis ojos llegan a todas partes. Mis orejas lo oyen todo.
DOANA. Eso ya lo s. (Despectiva). Pero, entonces, ya debes saber dnde est ese pie...
TOPN. Y t hace tiempo que te ests atravesando! Y t entre mis manos no eres nada, nada, un
trapo, una hoja, una pluma! Con apretar un puo, te ahogo!
TOPN. Eso creo yo? Ja, ja, ja, ja!... Mira, que s ahora quisiera te matara; te vendera, te alquilara.
(Ella va riendo nerviosa, cada vez ms alto). A este extranjero que quiere comprarte, te voy a vender
cuando no me sirvas para nada!
DOANA (con una larga risa salvaje). Eso crees t! Eso crees t! Eso era antes, pero, ahora, ahora...
ja, ja, ja...
DOANA (rpidamente erguida). No te acerques mucho. Mrame las manos. Todo me lo has quitado:
el huerto, la casa, la luz, la gracia..., todo me lo has quitado, menos el hambre... Ay! Y me has dejado
otra cosa! Ja, ja, ja, me has dejado mis nios, mis fieras, mis mendigos, alegre con las manos tendidas,
cambiando risa por pan. Me has dejado mis viudas y mis hurfanos; y me has dejado mis uas..., me has
dejado mis pechos sanos para alimentar ms nios, muchos nios, muchsimos nios. Ja, ja, ja vndeme
si puedes!
TOPN. Conque s! Muy bien! (Re). Palomita en la trampa! Cantinerita! A ver si nos dices dnde
est el ladroncito!
TOPN. Te hace gracia, eh? Ya veremos si te diviertes. Dnde est Cabeza Azul?
CARA DE COLMENA. No s
CARA DE COLMENA. S.
CARA DE COLMENA. No, creo que no; ah, s! Creo que me dijo algo.
TOPN. A ver, qu te dijo?
CARA DE COLMENA. Espere. S, creo que me dijo que le iba a robar el pie a la Virgen.
TOPN. Y qu ms?
CARA DE COLMENA. Pero si no me dijo nada ms! Por est, mire! (Besa sus dedos en cruz).
TOPN. Aqu. (Se acercan dos MALUCOS). Agrrenme a sta y se la llevan y le dan cuero hasta que
me diga dnde est el ladroncito se. (Van agarrarla y DOANA se interpone).
DOANA. A m, s, a m, todo! (Gozosa). Siempre me quedarn mis pechos para criar a mis hijos, y
esta risa inmortal para criar a los pjaros del cielo.
TOPN. Maldita sea! (Vuela sobre la nia y la agarra por los cabellos, sacudindola).
DOANA. Ah, ladrn! Eso no, eso s que no! Mi nia!, mi nia! Primero te mato, ladrn. (Le
empuja; l se tambalea salvajemente; los otros quieren avanzar y l los detiene de un gesto).
DOANA. Para creer que me matas! Mtame! Mtame, si es que puedes matar lo que mata a la
muerte! Pero, esto, no me lo toques! (Abraza a las dos nias). Mi carne nueva, mi espigar sobre el
abono viejo, mi florear sobre el estircol, sobre ti, sobre sos, sobre la escoria de los rboles cados
aplastando los campos. Asesino (dulcsima, acariciadora), mal hijo, mal hermano (le pasa las manos
por los cabellos), ladrn... hijo mo! Mal hombre, mal tigre, que hasta los tigres van huyendo de ti, mal
chacal, mala serpiente... t no tienes la culpa... Pero, no toques la carne del rebao nuevo, viejo lobo
infeliz! No te trajeron a m con los ojos abiertos... mata, mata, pero mata lo tuyo y no lo de las estrellas...
Oye! Oye! (Un lejano rumor). Ya estn rugiendo! Oye! Mal hijo, pobre viejo malo, pobre hijo mo!
(El rumor crece).
TOPN (deshacindose del encanto que lo sobrecoga, la rechaza). Ah! Traidores! (se lanza sobre
DOANA, pero CARA DE COLMENA le pisa un pie y l cae; la nia levanta su pie y lo pone sobre el
pecho del cado y aprieta. En tanto, el rumor se hace espantosa gritera; los amigos de TOPN se
retiran a un lado, temerosos). Aprtate, demonio, perra, qutate! Ah! Socorro! Me quema! Socorro!
Ya est, ya, ya (su voz se va haciendo ms dbil hasta ser un susurro), ya, ya...
CARA DE COLMENA. Es el pie de la Virgen... Y vendr una mujer que aplastar la cabeza de la
serpiente... y todo camino se allanar y de mis pisadas florecern las tierras... (Entretanto, se hace un
gran silencio. La lucha con los montes ha cesado. Y silenciosamente se ve a los nios, tocados de boinas
coronar los cerros; algunos bajan en silencio. TOPN va muriendo dulcemente. Su cabeza reposa en las
rodillas de DOANA, quien le acaricia la cabeza mientras CARA DE COLMENA se va alejando haca el
otro lado de la escena. CUNN tiene en sus manos una mano de TOPN).
DOANA. Hijo, mo, mo... Cuntas cabezas azules! Cuntos pozos de agua azul para viajar mis
velas! Mira, mira, hijo, hijo mo...
(CARA DE COLMENA va a salir haca la gruta. CABEZA AZUL, que ha bajado de los cerros, la detiene).
TELN
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EL PIE DE LA VIRGEN
RESUMEN
El pie de la Virgen es un texto dramtico escrito por Andrs Eloy Blanco en el ao 1929 durante el
segundo ao de reclusin en la crcel de La Rotunda, un ao despus de las protestas estudiantiles en
contra de la dictadura vitalicia de Juan Vicente Gmez.
Fue escrita como un prodigio de tres cuadros que representan un acto de subversin en el centro de
Caracas en protesta al rgimen dictatorial impuesto por aquel tirano que asalto el poder en el ao 1908.
Esta obra cuenta la historia dramtica de unos nios: CARA DE COLMENA, GRANITO DE ORO,
PELOTICA y TOMUSA; quienes huyeron hacia la selva para salvarse de los Malucos y para planear el
rescate de Doana, quien es el centro de la obra, ya que, ella representa la alegra, la libertad, la esperan-
za y ms exactamente representa a Venezuela, pas que fue vctima de Topn un tirano hijo de la igno-
rancia que prohbe el color azul en la cabeza, que se cree superior a todos y se ciega con sus propias
ideas sobre el mundo, tal como lo hiso Juan Vicente Gmez, periodo en el que las mentiras eran vistas
como verdades y las verdades como mentiras. Sin embargo, este tirano gozo de tener un grupo de segui-
dores, representados en la obra por los Malucos.
Igualmente, este texto recoge el folklor y la identidad nacional y la coloca en una visin de pas, en el
pas soado por el autor.
All Andrs Eloy Blanco conmemora las luchas estudiantiles de la generacin del 28 con un lengua-
je potico y personajes simblicos que ponen en evidencia las diversas dificultades por las que atravesa-
ba Venezuela en la poca de Gmez. La trama refleja la unidad, por eso al final buenos y malos son hi-
jos de Doana; la miseria, representada por los mendigos que eran de varios lugares del pas, as como
tambin la injusticia, el dolor, el sufrimiento, la f, la religiosidad, las creencias y la esperanza.
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EL PIE DE LA VIRGEN
Personajes:
CUNIN
CARA DE COLMENA
GRANO DE ORO
PELOTICA
TOMUSA
VALENTINO
BURRIQUITA
CABEZA AZUL
MALUCO 1
MALUCO 2
TOPN
MALUCO 3
MALUCO 4
EL DOCTOR
EL PERIODISTA
EL BACHILLER
EL ESCOLAR
DOANA
MENDIGO DE LA CIUDAD
MENDIGO DEL LLANO
MENDIGO DE LA CORDILLERA
MENDIGO DEL MAR
GENERAL
MISTER JOHNSON
CURA
UNA VOZ LEJANA
OTRAS VOCES
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LOS MUERTOS LAS
PREFIEREN NEGRAS
Venezuela-Mxico 1948-1950
EDICIONES
PERSONAJES
LA FEMME EL MDICO
EL DETECTIVE EL AGENTE
EL DIFUNTO UNA DAMA
LA VIUDA UN CABALLERO
LA PRIMA UNA MUJER CURIOSA
LA CRIADA UN HOMBRE CURIOSO
CADVER PRIMERO AGENTE SEGUNDO
CADVER SEGUNDO AGENTE TERCERO
CADVER TERCERO EL SERENO DEL OTRO MUNDO
EL JUEZ DE INSTRUCCIN TRES PERIODISTAS
EL COMANDANTE DE LA POLICA
Nota: Esta es la copia para publicacin del libro. Para representacin, los dilogos podrn ser recortados.
El final est hecho, de acuerdo con un hecho natural y no con un hecho teatral.
PRIMERA EDICION
Una calle. Frente al espectador, en primer trmino, ancha acera; reja o seto de una propiedad. Detrs de la
reja, rboles, jardn. Al fondo, el frontis de una hermosa casa. En el centro, la reja o barda tiene ancha puerta
practicable. Escena sola.
El DIFUNTO sale de la casa. Al llegar a la acera se detiene bruscamente. Se lleva una mano al corazn y lanza
un alarido prolongado. Se sujeta a la reja y va resbalando, hasta caer suavemente. Queda sentado y con la cabeza
colgante. Por la izquierda entran apresuradamente un caballero y una dama. Se acercan al DIFUNTO. El caballero
quiere tocarlo. La dama lo detiene.
DAMA. No!
(Por el otro lado llegan en fila y apresuradas, tres mujeres. Por el ladodel CABALLERO y la DAMA llegan dos
hombres y un nio.)
DIFUNTO. Me mataron.
(El DIFUNTO trata de responder, pero slo sale de sus labios un rumor ininteligible. Su cabeza cae
violentamente sobre el pecho. Rumor.)
AGENTE. Silencio seora. Mientras la autoridad no lo diga, aqu no hay ningn muerto. A ver, Quin fue el
primero que lleg aqu?
AGENTE (al CABALLERO que luego sale). Me hace el favor de telefonear a la comandancia para que vengan el juez
y el mdico. (Sale el CABALLERO). Quin lo mat?
UNA MUJER. Pero no haba dicho usted que aqu no hay ningn muerto?
AGENTE. La autoridad, seora, tiene hiptesis.
UN CURIOSO (sealando al DIFUNTO). Ese seor vive en esa casa. (seala la casa del fondo). Seguramente sala
de ella cuando...
MUJER. Usted sabe cmo es la gente. Adems, esa casa es un poco rara.
AGENTE. Seores, hagan el favor de no acercarse. Recuerden que cuando yo llegu, ya ustedes estaban aqu.
Todos son sospechosos. (Rumor de protesta.) Adems, mientras no llegue la autoridad, nadie puede tocar el
cuerpo.
AGENTE. Soy la autoridad, pero no para esto. Ahora les toca al juez y al mdico. Es la ley.
AGENTE. Yo estoy aqu para apoyarlos a ellos. Ellos son la ley y yo soy la autoridad protegiendo la ley. Cuando
la ley me diga quin mat, yo arrestar al que mat. Pero mientras llega la ley, al cuerpo no se le acerca nadie.
(Mientras el AGENTE dice esta ltima frase, ha entrado en escena el DETECTIVE. Sin ocuparse de las rdenes,
por obra de su propia osada, aparta a las gentes, resueltamente hace a un lado, con suavidad, al AGENTE y se
acerca al DIFUNTO; le observa, de pie. El AGENTE lo mira de arriba abajo, vacila y por fin le da paso con
respeto des-concertado. El DETECTIVE mira a todo el mundo y con gran desparpajo va a ir derechamente al
DIFUNTO, cuando se detiene por la frase que sigue.)
MUJER. Y el muerto?
DETECTIVE. Seora, el muerto es un elemento secundario, que no sirve sino para saber quin lo mat.
(Seguidamente, el DETECTIVE con toda la tranquilidad, se dirige al DIFUNTO, se inclina sobre l; le tantea.
Todos se retiran un poco, pero haciendo un semicrculo abierto hacia el pblico. El POLICA, tras alinearlos,
se sita al lado del DETECTIVE, protegindolo. El DETECTIVE se arrodilla, manosea el cadver, toma el pulso de
la mano izquierda, que tendr un reloj de pulsera. Ausculta el corazn. Se yergue, dando muestras de
asombro.)
DETECTIVE. Algo late. (Toca bien y saca un reloj del chaleco.) Otro reloj.
(El DETECTIVE, extraado, compara la hora del reloj del bolsillo con la del reloj de la mueca. Hay en el
grupo expectacin rumorosa. El DETECTIVE se levanta.)
AGENTE. Lo confundo?
AGENTE. Pues vea, yo no lo puedo decir. O que otro agente me llamaba con el pito Por cierto que Ustedes
no le han visto? Y con el pito sal para ac. Y aqu
DETECTIVE. Y aqu, como siempre, encontr varios ciudadanos vivos y un ciudadano muerto
AGENTE. En la hiptesis
DETECTIVE. Vive y mora. Mora y muere. Se realiza totalmente en esta casa. Y hablando de todo Quin lo
mat?
(Inicia el DETECTIVE una discreta evasin, que produce cierto movimiento, de manera que la puerta del fondo
quede libre, en cuyo estado permanecer hasta despus de las escenas siguientes. Una mujer esbelta, de
ademanes misteriosos e intrigantes, ha entrado por la izquierda. Sus actitudes, sin ser melodramticas,
conducen a hacerla sospechosa. Lenta se acerca, mira a el muerto, suspira largamente, pasea sus miradas
por el grupo, se aleja, regresa al muerto, le vuelve a contemplar, torna a alejarse, quieta y torva. Se detiene a
la extrema izquierda; all, mira al suelo; siempre misteriosa e indecisa, quiere irse. Todos, AGENTE, DETECTIVE
y curiosos, la observan y se miran unos a otros. DETECTIVE y AGENTE se consultan algo asombrados con la
mirada. El DETECTIVE, a medida que ella se aleja, la sigue resueltamente. Cuando ya van a estar fuera de
escena, irrumpen por la puerta del fondo tres mujeres. Adelante, la ESPOSA. Luego la PRIMA y en seguida, la
CRIADA. El grito de la ESPOSA detiene a los que salan. La ESPOSA ha de ser guapa, pero mulata bastante
oscura. Tanto la PRIMA como la CRIADA sern blancas y guapas. La mujer misteriosa continuar su actitud
haciendo entradas y salidas en el curso del acto. Es la Femme quon cherche.)
(Mientras la ESPOSA, llora la PRIMA y la CRIADA sollozan, erguidas en trgica actitud. El AGENTE las mira y
mira a la sollozante).
AGENTE(a la ESPOSA, tocndola en el hombro). Oiga, joven, haga el favor. Puede ir a llorar para adentro y deje
que la viuda est junto a su marido, porque ella es la nica que tiene autoridad para eso.
ESPOSA (se alza, le mira y habla firme y melanclica). La seora viuda soy yo.
AGENTE (confundido). Usted dispense. (Se vuelve hacia el DETECTIVE, que est junto a l.) Francamente
DETECTIVE. No tiene importancia. Pregntele a la seora quines son las damas que la acompaan en su
sentimiento.
DETECTIVE. La bonne a tout faire. Es una expresin francesa que significa la muchacha que sirve para todo.
VIUDA. Diga, seor, Le van a dejar tendido en la calle? All est su casa. All est su cama. Por qu no le
llevamos adentro?
MUJER CURIOSA. Es lo que digo! Pobrecito cristiano, Cmo lo van a tener all?
AGENTE. Esa es la ley, seora. Yo, por m, ya lo tendra en su cama Pero resulta que primero tienen que venir
el juez y el mdico.
DETECTIVE (tristemente). Es la autoridad de la ley, seora. Una ley de autoridad muy respetable y de eficacia muy
discutible. Lo primero que se debera hacer con un hombre que cae en la calle es llevarlo a una clnica a ver si
se salva. De cada mil veces, posiblemente quinientas, si se anda con rapidez, el paciente puede salvarse. Pero la
ley ordena que un herido se desangre en la calle. Y en muchas ocasiones hay un mdico entre los espectadores y
ese mdico no puede ofrecer sus auxilios, porque se lo prohbe la ley. El ciudadano se desangrar hasta que
llegue el otro mdico: el de la autoridad. El mdico de la muerte. Es la eutanasia constitucional.
VIUDA. Es un crimen
DETECTIVE. Es la investigacin. Un hombre con una pualada ya no le interesa a la autoridad. Pertenece al pasado
de la ley humana y al futuro de la ley divina. Si se le toca, se borrarn las huellas dactilares y cuanto se requiere
para descubrir al delincuente. El muerto es de Dios. El asesino es el objeto de los cuidados de la autoridad.
AGENTE(en secreto, a la VIUDA). Seora No conoce usted a esa seorita? (Le seala disimuladamente, a la
Femme quon cherche, que est abstrada.)
(Por la derecha entra precipitadamente el JUEZ, el MDICO, el COMANDANTE DE LA POLICA, dos agentes. Detrs
de ellos, secretario, periodistas y fotgrafos. Los periodistas empiezan a preguntar al grupo y tomar notas, el
fotgrafo toma vistas.)
AGENTE(al JUEZ). Yo estaba en la otra esquina. O un grito y luego un pitazo de polica. Acud y encontr a ese
caballero en la misma posicin en que se halla. Junto a l estaban varias personas aqu presentes.
AGENTE. No, seor juez. Le pregunt, pero la cabeza se le cay. Despus lleg el seor y dijo que ya estaba
muerto.
(Seala al DETECTIVE.)
(Violento y asustado)
DETECTIVE. Con su permiso, seor comandante. Yo soy un hombre serio. Vine aqu de buena fe. El seor agente
me permiti
DETECTIVE. Seor comandante, la aparicin, la apariencia y la resolucin son el origen de la autoridad. Para el
seor agente, yo fui la autoridad de la hiptesis. Pero, puedo ayudar. He observado algo.
MDICO (que ha estado examinando el cadver, regresa al grupo del JUEZ, etc.). Est muerto.
VIUDA. Pero aqu est su casa. El acaba de salir de aqu. por qu no llevarlo a su cama?
JUEZ. La seora?
JUEZ. Lamentndolo mucho, seora, estos casos producen formalidades duras, pero necesarias. Tratndose de las
posibilidades de una muerte violenta, el cadver deber ser llevado al hospital, a fin de que el mdico legista
practique la autopsia. En seguida ser trado a la casa. Mientras tanto, me permito suplicarle a usted que vuelva
a su hogar. Yo la seguir a fin de hacerle algunas preguntas de rutina, realmente imprescindibles para que el
asesino de su esposo, si este es el caso, sea alcanzado por la justa venganza de la sociedad.
DETECTIVE (con frescura respetuosa). Imposible, seora. La ida al hospital es una obligacin del cadver. Su
marido est cumpliendo con su deber. (La VIUDA y damas se retiran.)
JUEZ (ha mirado al DETECTIVE con asombro. Al marchar la VIUDA, PRIMA y CRIADA habla). Oiga, joven, usted me
dijo que podra ayudarme en la instruccin. Un momento. (Al COMANDANTE). Hgame el favor, Comandante, de
colocar dos agentes por aqu para que no dejen pasar a nadie por esta acera. Y usted (al AGENTE) tome los
nombres y los domicilios de todos los presentes para cuando pasen a declarar a esta misma casa en cuanto
terminemos aqu. Bueno, joven. (Al DETECTIVE.) Qu observaciones son esas que usted ha hecho? Empiezo por
suponerlo detective aficionado.
DETECTIVE. Gracias, seor JUEZ de Instruccin. Pues como le deca, nunca se sabe dnde est la autoridad. Est en
un pito de polica soplado por ese nio. (Seala al nio; el AGENTE se asombra.) A cada paso, el hombre va
creando mitologas
JUEZ. Bueno, no nos vaya a decir conferencias. Vamos al grano. Qu encontr usted?
DETECTIVE. Encontr un reloj de pulsera en la mueca del interfecto. Estaba parado en las cuatro. Y al auscultar
su pecho, encontr un reloj de bolsillo en el bolsillo izquierdo del chaleco. Este reloj andaba y marcaba las
cuatro y cuarto. Como principio de un misterio, no me parece mal.
DETECTIVE. Ninguno.
AGENTE. Con su permiso. El seor no est diciendo la verdad. Hay una seorita sospechosa. Viene, se va, tiene
un aspecto y unos movimientos que, con su permiso, me encocoran. Y el seor lo sabe Aqulla. (La Femme
quon cherche ha andado en entradas y salidas y est en un extremo del proscenio en actitud abstrada,
mirando al suelo.)
DETECTIVE. En realidad, no niego que es extraa Pudiera ser una asesina, una turista. Se parecen.
JUEZ. Bien. (Al AGENTE) Viglela. (Aparte, al COMANDANTE.) Y este aficionado, hgamelo vigilar tambin. (Seala
al DETECTIVE.)
MUJER CURIOSA (al grupo). La verdad es que el nico que sabe lo que hace es el detective.
MUJER CURIOSA. Seguro. Ese es el que va a descubrir Ay, a m me encantan los descubrimientos!
MUJER CURIOSA. Ya usted ve. Un juez, un mdico, un comandante de polica, un automvil. Y no saben lo que
hacen. Pero les dan los puestos. El otro estudia lo suyo y es el que garantiza al pueblo. Los dems, caballeros,
pura influencia.
HOMBRE CURIOSO. Verdaderamente que a m me contenta eso. Hasta soy capaz de alegrarme de que hayan matado
a ese seor. Por lo menos ha sido causa de que por fin haya aparecido un verdadero detective en este pas.
Porque aqu lo que tenemos hasta ahora son unos vagabunditos que no saben ms que molestar a la gente
honrada.
MUJER CURIOSA. Es que da gusto. Y no es por nada. Pero uno lo ve as y parece un detective de esos de las
novelas. Cuntos crmenes se irn a descubrir ahora, que los policas que tenemos no han hecho ms que
embrollar.
HOMBRE CURIOSO. As es. El mozo tiene cara de faculto. Este como que va a desenredar la cosa.
(El DIFUNTO se levanta. Va hacia el DETECTIVE. Se devuelve. Recoge su sombrero y regresa. Se sita detrs del
DETECTIVE y as le sigue como sombra hasta las escenas finales, en las que se sentar como se indique.)
AGENTE SEGUNDO (en la extrema izquierda. Dialoga con alguien que no se ve). Yo, qu voy a saber?
AGENTE SEGUNDO (como si le hubieran contestado). S. Parece que lo mataron. Pero mire, seora, mejor es que no
se meta en eso. (Pausa.) Quin? Yo? Yo soy la autoridad en esta esquina. Pero la cosa es de all. (Pausa.)
Cmo dice? Quin sabe! Bueno, retrese, seora. Hgale caso a la autoridad.
AGENTE TERCERO (en el otro extremo. Como si le hubieran preguntado). Eso es lo peor. Resulta que la seora es
la negra y la sirvienta es, bueno (Pausa.) Cmo? (Re). Es favor que usted me hace. (Pausa.) No, mi
punto fijo no es ste. (Muy zalamero.) Y si yo fuera el muerto, ni siquiera una lagrimita? Mi punto fijo? Los
Caobos. Yo siempre pido las casas de abastos. Eso de pulperas es para los reclutas.
(Mientras se desarrollan estos dilogos. el JUEZ, COMANDANTE, DETECTIVE, etc., forman grupos que gesticula. La
Femme quon cherche y el DETECTIVE se han mirado largamente varias veces. Se deja a los actores la faena.)
DETECTIVE. Algo sospechoso, dir usted, Comandante. Porque, por lo dems, es algo. Y algo es algo.
COMANDANTE. A lo mejor es lo que llaman una mujer pblica.
DETECTIVE. A lo mejor, no. Porque un hombre pblico es un hombre de quien no se sabe nada. Y una mujer
pblica es una mujer de quien se sabe todo.
JUEZ. Le parece?
DETECTIVE. Desde luego. Como base, ambos viven del pblico. Pero mientras a la mujer pblica le interesa el
pblico, al hombre pblico le interesa la publicidad. Luego, para la mujer pblica, el hombre es lo pblico, y
para el hombre pblico, la mujer es lo privado. Y lo pblico de la mujer es casi siempre ms decente que lo
privado del hombre pblico.
COMANDANTE. Usted, como detective, ser un aficionado, pero como fresco es un profesional.
DETECTIVE. Seor Comandante, no me negar usted que los periodistas necesitan un poco de frescura, como los
Comandantes un poco de campaa.
DETECTIVE. No hay chistes en el ingenio, seor Juez. Adems, un asesinato es un hecho militar. Una guerra es un
compuesto de un milln de asesinatos. El asesinato fue la expresin molecular de la guerra. As como la guerra
ha venido a ser la expresin atmica del asesinato.
(Mientras este dilogo se realiza, el AGENTE ha estado tomando los nombres de los presentes.)
JUEZ. Bueno, ya basta de filosofas. A ver si se van pasando a la casa para comenzar la instruccin.
COMANDANTE. Agente! (El AGENTE acude y saluda.) Ya tom los nombres?
COMANDANTE. Que vayan pasando todos a la casa, a medida que le den las seas.
(El AGENTE procede a cumplir la orden. Los curiosos van entrando a la casa. Quedan en escena el JUEZ,
COMANDANTE, DETECTIVE, un curioso, la Femme quon cherche, agentes. El AGENTE est interrogando a la
mujer curiosa y, al terminar, ella entrar a la casa. Durante todo lo que va del acto, la Femme quon
cherche har salidas y entradas, adoptando siempre la misma actitud intrigante. Finalmente, quedar a la
extrema izquierda como abstrada.)
JUEZ. Antes de levantar el cadver, podemos resumir lo que sabemos. Un caballero que, al decir del seor
(seala al CURIOSO) y de su viuda, habita en esta casa. Sale de ella y al llegar a la reja da un grito y cae. Pudo ser
un sncope, una angina de pecho o el final de un asesinato perpetrado antes, ya que no parece estar herido,
verdad, Doctor?
DOCTOR. As es. En el Hospital podremos ratificar o rectificar con un examen ms cuidadoso y detallado.
JUEZ. Bien. No tenemos ms razones para creer en un hecho delictuoso, que las ltimas palabras del occiso.
Segn el agente de polica, este hombre, antes de morir, dijo que lo haban matado. He all lo nico que hace
presumir un caso violento. Estamos de acuerdo?
JUEZ. Exactamente. Un reloj en las cuatro y otro en las cuatro y cuarto. Uno parado y otro andando. Fuera de
esto
COMANDANTE. Qu es eso?
CURIOSO. Era un hombre bueno con el servicio. Gastador. Eso que llaman un hombre abierto. Llegaba tarde a
veces. Me daba la impresin de un caballero parrandero y amigo de las mujeres.
MDICO. O de comedia
COMANDANTE. Un hombre con dos relojes; uno parado y otro andando. Uno a las cuatro y otro a las cuatro y
cuarto. Y qu hora era cuando el reloj marcaba las cuatro y cuarto?
DETECTIVE. Si ese hombre hubiera sabido la hora, seguramente hubiera salido a otra hora.
FEMME (voz reconcentrada). Le repito que ir a la casa y all dir mi nombre y lo que quieran.
(Movimiento. Dos hombres van hacia el sitio donde estaba el cadver, hacen como que lo levantan por
hombros y pies, con los debidos esfuerzos y desfilan con la imaginaria carga. Ya al salir, el DETECTIVE los
llama, sealando al suelo. El MDICO se va con los camilleros.)
DETECTIVE. Con su permiso. (Camina, lentamente, hacia la FEMME. El DIFUNTO le sigue. El AGENTE permanece a
distancia, vigilando. JUEZ, etc., entran a la casa, quedando slo DETECTIVE, FEMME, DIFUNTO y AGENTE.)
Seora
DETECTIVE (espantado). En las cuatro? (El AGENTE se rasca la cabeza. El DIFUNTO est desconcertado.)
FEMME (con iguales pausa y voz). No, no tena inters (Siempre mirando a lo lejos.)
DETECTIVE (no deja de mirarla como estimando su hermosura). Existe una relacin indudable entre su presencia
aqu y el acontecimiento que aqu se desarrolla. Cundo lleg la seorita aqu? (Al AGENTE.)
DETECTIVE (comindosela con los ojos). Ese hombre tena dos relojes. Uno de ellos estaba parado en las cuatro,
como el de usted
DETECTIVE. Ese hombre no supo a qu hora lo mataron. (Mirndola fijamente). Si se hubiera dado cuenta de la
hora, quiz hubiera dicho: Hombre..., ya son las cuatro y cuarto y no tengo tiempo y se hubiera quedado en
casa Y no tengo tiempo... de qu?
DETECTIVE (misterioso). Los muertos hablan y andan Yo lo siento aqu quiero saber quin lo mat. Por
favor, seorita, si usted lo mat, no me lo niegue
DETECTIVE (vuelve en s). Y hablando de todo Lo mat? Yo lo hubiera matado (El DIFUNTO se sobresalta.)
FEMME (insinuante). No es usted el detective? El primer detective que aparece en este pas de asesinados sin
descubrimiento? Pues investigue usted, indague, sgame, estdieme, sa es su obligacin. O pretende usted ser
un detective a quien le hagan todo el trabajo los asesinos?...
DETECTIVE. A m no me interesa que a ese seor lo haya matado cualquier otro. Lo que necesito saber es si lo
mat usted. Necesito un poco de complicidad. Me hace falta un rgimen de encubrimiento
DETECTIVE. Prefiero los conquistadores a los descubridores. Ya saben el camino. Pero as es mi suerte. En este
pas todo est por descubrir, hasta los asesinatos. A ese hombre lo mataron para que yo la encontrara a usted. Y
ahora es el inconveniente para que yo no vuelva a encontrarla. Es un perro sentado a la puerta de su casa, para
no dejarme entrar
DETECTIVE. A lo mejor no hay tal asesinato. O se trata de un suicidio. Sospecho que esto es el comienzo de una
tragedia o el principio de una comedia
FEMME (sonre). En cualquier caso, usted se cree el director de escena (Le mira cariosa.) Bueno, levante el
teln
DETECTIVE. Tengo tan mala suerte y tan poca autoridad, que a lo mejor mando a levantar el teln y lo bajan.
(Se miran.)
TELN LENTO
SEGUNDA EDCION
Escenario triple. Dos pisos. En el de abajo, dos pequeos salones separados por una pared. El de la derecha es
un despacho con mesa y silla como para la actuacin del JUEZ. Decorados apropiados. El de la izquierda es un
gabinetito de garonniere, elegante y discreto. Ambas estancias tienen telfono. El piso de arriba es la regin
de los fantasmas. O cielo o buhardilla. Es preferible una decoracin infantil de nubecillas y lienzos azules, como
un ingenuo rincn celestial. O mejor, la portera del cielo. Cada escenario se iluminar segn las acotaciones.
El JUEZ est presidiendo ante la mesa. A un lado, el SECRETARIO escribe. Est iluminado el escenario de la
derecha, abajo. Los dems, a oscuras. Ante el JUEZ est la VIUDA. Hay un momento de silencio antes del dilogo.
VIUDA (lentamente). S, seor, usted tiene sus razones, que son las razones de la ley. Yo no tengo ms que la
razn de mi muerto, que es la Ley de los que han perdido la razn.
JUEZ. De un peligro social. Usted ha perdido a su esposo. Es una horrible desgracia inevitable. Usted siente que
ese golpe rompe los hilos que la unen al mundo. Pero ese mundo en el que usted vive, est lleno de inocentes
que le piden a usted ayudarlos a salvarse de la desgracia que a usted misma le ha ocurrido. Que el que la hizo a
usted infeliz no pueda hacer infeliz a otros de sus semejantes.
VIUDA. Si yo pudiera salvar al mundo de sus peligros, lo hara, pero yo no s nada ni s hacer nada para salvarlo.
Ni siquiera para salvarme Me hablan del hilo de la ley, de la pista del criminal, del cuerpo del delito. Yo soy
un hilo roto y un cuerpo muerto.
VIUDA. No. Vivimos en la capital. Tenemos esta casa de campo y otra en la playa. Hemos venido por
temporadas. Traemos todo el servicio, con excepcin del jardinero, que es de aqu. No tenemos relaciones en
este sito, pero a l le gustaba cada vez ms para m.
JUEZ. Su actuacin poltica hubo de traerle enemigos. Cree usted en alguna relacin con su muerte? Alguna
amenaza reciente? Esperaba algo en su contra? Sospechaba de alguien?
JUEZ. Pero algo puede decirnos de su vida anterior algo de esos cinco aos de matrimonio algo, en fin, de lo
que pudiramos sacar elementos cualquier detalle podra ser el punto de partida de una enemistad, de un
odio
VUIDA. Todo eso servira para la accin de los tribunales de la tierra A m ya no me interesa nada de eso. Ya
no tengo ms oficio que rezar por l, que debe estar llegando ahora a presentar sus cuentas en el supremo
tribunal All, all arriba (Alza el brazo y con el ndice seala el cielo.)
(A ese gesto de la VIUDA, se oscurece el escenario bajo y se ilumina el de arriba. La portera del cielo. Un
seor de blancas barbas, con llavero a la cintura est sentado ante una mesa, anotando en un libro de
entradas. Ante l est el DIFUNTO, con su sombrero en la mano y bastante cansado.)
DIFUNTO. Venezuela
DIFUNTO. Asesinato
SERENO. Parece que por all no han tenido nunca un verdadero investigador criminal
DIFUNTO. No. Pero tenemos muchas autoridades Y, me hace el favor, tienen muchas formalidades aqu con
los muertos?...
SERENO. La aduana celestial no ha modificado ni su sistema policial ni un sistema arancelario. Tantos pecados
por kilo, tantos das de cuarentena. Pecados de prohibida importacin, al infierno No hay formalidades
sanitarias
SERENO. Pues claro. A un kilo de nio no se le puede aplicar la misma tarifa de responsabilidad que aun kilo de
sultn de Turqua, por ejemplo
SERENO. Se concede una semana de vacaciones a los recin llegados, mientras se alivian las penas de la agona.
Adems, los asesinatos gozan de atenuantes en vista de que les fue arrebatado el lapso de arrepentimiento.
Mientras dura su semana de vacaciones, ser instruido el sumario y confeccionado su expediente gremial y
penal.
SERENO. Menos de lo que usted se figura. En cambio, los donjuanes no estn bien, y usted dispense
SERENO. Claro que s. Siempre vienen de los diversos departamentos celestiales numerosos vagos a recibir a sus
compatriotas. Curiosos irredentos Y hasta podr usted mirar un poco hacia abajo
DIFUNTO. Hacia la tierra? Hacia mi casa?
SERENO. Si usted gusta... A ver (Se asoma al balconcito y mira hacia abajo.) Le interesa a usted su seora?...
(El DIFUNTO se asoma.)
(Se apaga la luz en el cielo. Se enciende abajo. La VIUDA acaba de levantarse y va saliendo de la escena. Se
cruza con ella la PRIMA. Se miran, con recelo.)
PRIMA. De la viuda.
JUEZ. Puede usted darme algn dato que ayude a la Justicia con respecto a la posible causa de la muerte?
PRIMA. Las mujeres le tienen mucho miedo a los jueces. El pecado original.
PRIMA. Pues era eso un primo poltico. Como poltico no era un primo, pero como primo era lo que era
Un poltico.
PRIMA. Hombre Sincero, falso, pleno y vaco, grande y mnimo Dictador por vocacin y socialista por
conveniencia Simptico
JUEZ. Seductor
PRIMA (duda y por fin se atreve). Seductor si usted no fuera Juez, sino un simple detective de novelas, podra
hacerle una pgina literaria sobre mi primo el Conquistador
PRIMA. Y de muchedumbres. Lo mismo engaaba a stas y aqullos. Y no se daba cuenta. No era, en realidad, un
hombre malo. No saba lo que haca. Disociaba, como un grito de miedo en un hotel.
PRIMA. Y Periodista
PRIMA (tras breve pausa). Un reportaje indiscreto y ahora una nota de sucesos
JUEZ. No parece que usted lamenta mucho su muerte
PRIMA. Lo cree usted as?... Volvamos al reportaje. Era egosta. Infantilmente egosta. Los dems le interesaron
como tornillos de su mquina. Y los aceitaba bien. Generoso, esplndido, afectuoso, fascinador. Era un buen
vivo.
PRIMA. No. Digo que era un buen vivo. Un vivo bueno. Para decir que tambin es un buen muerto. (Con rencor.)
JUEZ. Hable usted como si yo fuera un detective Aunque me est mal decirlo, soy un hombre bueno
PRIMA (ganada). Est bien muerto. No era un criminal y haca crmenes, como quien hace pompas de jabn
(Se pone de pie.) Con un alto concepto de su honor y un srdido olvido del corazn ajeno Una tarde lleg a
su garonniere una mujer muy poco
(Se oscurece este escenario y se ilumina el de al lado, abajo. En la garonniere, coqueta y discreta, el
DIFUNTO, de frente al pblico, abraza y besa a una mujer que acaba de entrar y est de espaldas. Hay
penumbra. El DIFUNTO le quita el abrigo y el sombrero. Vuelve a besarla, ella siempre de espaldas al pblico.
Ella resiste a las caricias. Algo molesto, l la aparta.)
DAMA. No. Para otra cosa. Ayer estuvo en este mismo sitio otra mujer.
DAMA. No interesa. Es intil discutir eso. Lo s. Me dijiste que este era nuestro nido. Tuyo, mo y no ms.
DIFUNTO. Y as es. Ciertamente, una muchacha entr aqu, por equivocacin. Acostumbro venir aqu a escribir, a
estudiar, a preparar mis discursos. La soledad de este rincn y tu recuerdo, me ayudan a trabajar
DAMA. Si? Y esa muchacha tard una hora en descubrir que estaba equivocada. Una hora pas aqu en tu
soledad y en mi recuerdo
DAMA. No. No sali de aqu. Y mira, esa muchacha es hija de uno de tus compaeros de partido, de un pobre
trabajador que te sigue, que te aclama, que te adora, que podra matarse por ti
DIFUNTO (conciliador). No discutamos. Una muchacha romntica, un poco envenenada por mis discursos.
Cometi la locura de venir de insinuarse Pero yo supe comportarme. Puedes estar segura. T eres nica
para mi sentimiento
DAMA (con quebranto). Soy muy dbil contigo (La besa. Pausa.)
DIFUNTO (despus de mirar el reloj). Espera Esta tarde ser nuestra. Y cenaremos juntos aqu. (Ella se sienta
en el brazo de una silla, siempre de espaldas. El marca un nmero en el telfono. Pausa.) Al? Si. Muy
ocupado. Estoy en las oficinas del partido. S, pero salgo dentro de un instante para una conferencia en la
seccional de San Jos. Por eso te llamo, nena. No puedo ir a cenar Las entradas para el cine? Ah, s!
Cunto lo lamento! Pues que se pierdan las entradas. Te llevar maana. Cena y te acuestas... Al cine?... Con
quin?... Ya sabes lo que te he dicho S, maana Un beso Duerme tranquila Hasta luego, nena
(Corta y suspira.)
DIFUNTO. No me gusta
DAMA. Pero procedes siempre como si la celaras. Y el que cela a una mujer es porque la quiere
DIFUNTO. O porque
DAMA. O porque se quiere demasiado a s mismo. Has visto El Abanico de Lady Windermere? O mejor El
nome del marito El nombre del marido, aquella comedia magnfica del italiano Giacosa? El hombre que
mantiene a su mujer encadenada por prejuicios, cuidando su honor, su nombre el nombre del marido!...
Mientras el marido disipa ese mismo nombre en todas las aventuras galantes O eres un egosta brutal o la
quieres
DIFUNTO (sonre cnicamente). La quiero?... La has visto bien?... Crees que podra inspirar una pasiny
menos un amor? Lo que pasa es que soy un hombre pblico y tengo que cuidarme. La poltica est llena de
acechanzas
DIFUNTO (mirando nuevamente al reloj). Un momento Vamos a escucharme un poco (Enciende la pequea
radio que habr sobre una mesilla. Pausa.)
VOZ DE LA RADIO. A numerosas peticiones, ofrecemos la grabacin del magnfico discurso pronunciado por el
distinguido orador poltico arquitecto Ramn Pino en la concentracin popular de anoche Con ustedes el
arquitecto Pino (Pausa.)
VOZ DEL DIFUNTO EN LA RADIO. Compatriotas Una vez ms vengo a decirlo. Nuestra lucha no es un simple y
mezquino pugilato por el poder. Nuestro combate sin tregua es una larga batalla por la decencia pblica, por la
derogacin de la injusticia, por la liquidacin de la inmoralidad. Nuestra lucha surge de los campos desolados,
donde el campesino suda, calla y sufre; de las tragedias del taller donde el obrero se encorva, enfermo y mal
pagado de los hogares mismos del compatriota sin fortuna, cuyo pan est a merced de las empresas voraces,
cuyos hijos viven frente al peligro del reclutamiento forzoso, cuyas hijas, esposas y hermanas estn, da tras da,
ante la acechanza de los apetitos bestiales del poderoso, del capataz, del comisario sin escrpulos
DAMA (violentamente apaga la radio). Cllate!... Tu poltica Todava huele aqu a la hija de un trabajador!...
(llora.)
(Se apaga el escenario de la garonniere. Se enciende el escenario del saloncito. La PRIMA est frente al
JUEZ.)
PRIMA. No un poco
JUEZ. Y Cmo sabe usted tantos detalles de una escena tan ntima?
PRIMA. Pues por casualidad (se levanta y sale. El JUEZ asiente malicioso.)
(Se apaga el escenario principal. Se ilumina el de arriba El DIFUNTO est como avergonzado. El SERENO le mira,
como reconvinindolo.)
SERENO. Eso le ayuda un poco. Pero sus puntos buenos en la defensa de las clases trabajadoras se encuentran a la
orilla de un colapso.
DIFUNTO. Tambin he dado buena parte de mi fortuna para obras filantrpicas. Y he colaborado personalmente
en numerosos actos benficos...
SERENO. De eso nos llega mucho por aqu. Polticos rapaces, comerciantes del quinientos por ciento, hombres y
mujeres que gozaron de una tremenda capacidad para enriquecerse, dejaban siempre un medio por ciento para la
caja de ahorros celestial. Prestaban un inters abominable o vendan con ganancia escalofriante o escamoteaban
los dineros pblicos con descaro inmutable. Pero compraban palcos para las funciones caritativas, presidan las
comisiones pro-vctimas, enviaban a sus niitas a tocar, a bailar, a hacer comedias, a vender churros y horchatas
en las tmbolas benficas; enviaban ropa vieja a los leprocomios y otros lugares de dolor y as iban llenando
la alcanca de la gracia celestial y pagando, sin enganche y por cuotas, su parcelita azul. No han sabido dar ms
y ni darse ms. Y hasta hubo un tipo que, al no ser recibido en la mansin de los justos a cambio de unos mil
pesos de limosna que haba dado en total durante su vida, pretenda que le devolvieran sus mil pesos.
(Un grupo de tres cadveres aparece por el fondo y se acerca a los dos personajes. Son dos hombres y una
mujer regordeta, entrada en aos. El personaje denominado CADVER PRIMERO estar interpretado por el mismo
actor del DETECTIVE y le ser exacto hasta en la ropa. El CADVER SEGUNDO ser la dama regordeta. El CADVER
TERCERO ser un hombre como de cincuenta y tantos aos, alto, de bigotes lacios y con todo el tipo de un
general emprico.)
CADVER PRIMERO . Con el permiso (Sus compaeros se acercan detrs de l.) Entiendo que es usted el nuevo
asesinado venezolano? Permtanos usted saludarlo en nombre de la colonia
DIFUNTO. Pero usted tambin ha muerto? Yo acabo de verlo a usted en la calle, al lado de mi cadver.
CADVER PRIMERO. Ah, ya se explica. Todos los periodistas de sucesos nos parecemos hasta en las ropas. Con algo
de poetas y de detectives. Soy poeta de Beatrices annimas
CADVER SEGUNDO. Pero De veras ha visto usted un detective en mi pas... un detective autntico?
DIFUNTO. Posiblemente
DIFUNTO. En qu sentido?
CADVER PRIMERO. Perdn. Nosotros, seor, somos asesinados venezolanos. Cuando le dije a usted que le
saludbamos en nombre de la colonia, no fui bastante explcito. En realidad slo representamos a los muertos
sin autor conocido, que es tambin una clase venezolana de las ms numerosas. As como hay la colonia gallega
y la colonia asturiana, hay la colonia, la independencia, la federacin y el proletariado de la epopeya. Ms de la
mitad de mis compatriotas son hijos naturales, sin padre conocido, por obra de la irresponsabilidad. Asimismo,
la mayora de mis compatriotas asesinados son muertos naturales, sin asesinos legtimos. Apenas uno que otro
muerto reconocido... por las guerras civiles. Aspiramos a que surja un detective que aclare nuestro origen
sobrenatural y nos diga a quin debemos la eternidad prematura.
CADVER PRIMERO. Cuando usted est aclimatado conocer, como nosotros, las formas de comunicacin entre el
mundo de los vivos y el mundo de los muertos. Usted es un caso; usted es un cliente. Hay modos de que usted
logre interesar a su detective en otros casos...
CADVER PRIMERO. Cuando llega alguien de all abajo, es casi un ser viviente. Cuando en la tierra matan a uno en
la calle, los vivos corren y se agrupan en torno al cadver, diciendo: Un muerto! Aqu corremos los muertos y
decimos: Un vivo!
CADVER PRIMERO. Imposible. Hay que estar junto a ellos... No se da usted cuenta de que estamos como del cielo
a la tierra?
(Se apaga el escenario celestial. Se enciende el de abajo, derecha. La CRIADA est ante el JUEZ.)
JUEZ. De manera que no sabe usted nada... Pero parece que no lamenta mucho la muerte de su patrono.
CRIADA. Pero... hay mucho cristiano que lo mismo es bautizarlos que echarle el agua al canario...
JUEZ (toma nota y asiente). Puede retirarse... y no se aleje de la casa...
(La CRIADA sale. Entra el AGENTE con el DETECTIVE. Detrs, el COMANDANTE DE LA POLICA.)
JUEZ. Nada en claro. Estamos llenos de sospechosos. (Al DETECTIVE.) Bueno, amigo, contra usted, me complace
decirle que no hay nada. Usted lleg, en realidad, cuando haba mucha gente all. Hasta ahora no es ms que un
caso de frescura.
JUEZ (por telfono). Qu hay?... El detective? Qu quiere usted con l?... Cmo?... Dgamelo en
castellano... Aj?... Oiga... Oiga... (Mirando al DETECTIVE.) Era una mujer con la voz algo forzada. Parece que
trabaja para usted.
JUEZ. All usted Me dijo: Dgale al DETECTIVE tres palabras: Cherchez la femme. Busque a la mujer. Esto
debe referirse a la mujer misteriosa que andaba rondando junto al cadver. (Al AGENTE.) Pero no la trajo usted?
DETECTIVE. Las sospechas de primera investigacin son como las noticias de primera edicin. Periodistas y
pblico se envuelven en el aire emocional y las cosas son lo que la sugestin emocionada quiere que sean. Vea
usted, seor Juez de Instruccin: la autoridad, en la mayora de los casos, se crea por catlisis. Autoridad de
Juez, de polica, de detective, y hasta la autoridad del sospechoso, porque se le supone dueo de un secreto. El
que tiene un secreto es casi un Dios. Tiene el secreto de los casos y de las cosas. El seor polica, aqu presente,
oy un silbatazo y crey que era un silbatazo con autoridad... y era un nio que tocaba un silbato. Crey que yo
era juez, porque fui un fresco; crey que la viuda era la ms blanca y la viuda era la ms negra... y as
sucesivamente, concibi la autoridad por sugestin cataltica, segn la forma y color de los cuerpos que se le
ponan al lado... Le traigo un ejemplo. Ahora he ido a casa y le he buscado una revista... Una revista (mientras
habla saca una revista del bolsillo) hecha por m. Una broma de confeccin casera, realizada en la imprenta
para dar broma a mis compaeros de trabajo. Vea usted. Son fotograbados y notas tomadas del archivo. He
realizado algunos cambios y ver usted el resultado. Aqu est un retrato: La nota dice: Van Zeeland, primer
ministro Belga, quien ha logrado formar gabinete. El retrato representa a un hombre de cabeza intelectual, de
lentes montados al aire, de reposado mirar de hombre profundo. Pues bien, la foto, en realidad es de un francs
que mat a nueve mujeres y las enterr en su jardn. Vea este otro: Dice la nota: En la mirada cnica, en el
mentn cado, en los pmulos salientes, se adivina la bestialidad del asesino. Basta mirar esa cara para sentir
todo el horror del crimen. Y la realidad, seor juez, es que este retrato es del premio Nobel de Literatura de
1947, Andr Gide.
JUEZ. Est muy bien. Pero tambin es cierto que en el caso que nos interesa, no hay nada claro. En la mayora de
las veces sobran muertos y faltan asesinos. Aqu parece que sobran asesinos...
COMANDANTE. Todava tenemos que conocer el informe del mdico. Si es un asesinato, tendr que ser por
envenenamiento
JUEZ. Claro est... Mire, amigo (al DETECTIVE), a pesar de su frescura, es usted un hombre inteligente y de
conocimientos. Le gusta la investigacin criminal y quiere ayudarnos. Yo le voy a dar una buena oportunidad.
Usted va a colaborar en este caso. Del sumario le dir lo que en realidad pueda decirle, en especial acerca de la
vida anterior del muerto. Ese hombre era un tipo lleno de aventuras galantes. Un egosta y un lder democrtico
sin un miligramo de sinceridad. Una vez...
(Se oscurece el escenario y se ilumina el de arriba. El PORTERO escribe; los CADVERES SEGUNDO y TERCERO estn
con el DIFUNTO. El CADVER TERCERO nunca dice nada. Sigue a los otros como un bobo y a veces asiente con la
cabeza y dice Aj o Uj.)
CADVER SEGUNDO. Usted podra hacerlo muy bien as. Tenemos maneras de comunicarnos. Usted mismo puede
proyectar su espritu detrs de l. Y poco a poco l ira sintiendo su presencia, hasta que, por un fenmeno de
encarnacin llegara a saber lo que deseamos...
DIFUNTO. Ya he hecho algo as. Estuve junto a l..., pero me canso... Lo raro en todo esto es la curiosidad. Ya nos
mataron, y sin embargo, estamos empeados en saber quin fue... como si eso pudiera resucitarnos.
CADVER SEGUNDO. Todos nacemos para querer saber algo y morirnos por querer tener algo...
DIFUNTO. La verdad... Esto es lo que mata y resucita... La bsqueda de la verdad. Lo que cada uno crea que era
la verdad. Para ste, la riqueza; para aqul, la gloria; para el otro, el amor, la honradez, la perfeccin... Por
buscar la verdad, murieron casi todos... Y ahora, todava quieren la verdad... All est el error. La perfecta virtud
est en el sueo...
CADVER SEGUNDO. Es igual a los de all abajo. All luchan por comunicarse con nosotros; aqu queremos
comunicarnos con ellos. Lo que pasa es que casi nunca coinciden en llamarse dos al mismo tiempo. Cuando yo
evoco a mi hermana, mi hermana est evocando a Chopin... Y as no puede ser. Se requiere la mutua
evocacin... Pero concntrese usted y lograr, por lo menos, aproximar su espritu al de l... aunque l, por
ahora, no le haga caso
DIFUNTO. Ms tarde... Para seguir a ese loco... hay que descansar mucho...
JUEZ. Bien. Estamos de acuerdo. (Entra el AGENTE con la .Femme quon cherche. A la FEMME.) Haga el favor
de sentarse. (Ella se sienta ante la mesa.) Deseamos que nos ayude a investigar este caso. (El DETECTIVE se
retira discretamente.)
FEMME. No veo de qu manera podra ayudarles... Llegu all y encontr un grupo de curiosos rodeando un
cadver. No s ms.
FEMME. Eso no quiere decir nada... Sospechosas pueden llegar a ser las misteriosas.
JUEZ. Bueno, seora, esto es un canasto de locos. Usted no mat a ese seor, verdad?
JUEZ. Mire, seora; por ahora hemos terminado. No se aleje de por aqu... y tome algo sabe?, tome algo
JUEZ. De lo que usted quiera... de whisky, de gasolina, de arsnico. O duermo, o declaro que mat a ese
desgraciado! (Sale, desesperado.)
FEMME. Se conspira...
DETECTIVE. En confianza... y perdneme la confianza... Estamos metidos en un lo que lo va a desenredar el
Padre Eterno... Porque yo me voy a casar con usted en el presidio. Estoy dispuesto a confesar que yo mat a ese
muerto.
DETECTIVE. Soy hijo nico. Pero soy capaz de inventar hermanas para lograr esposas.
DETECTIVE. Es que usted se figura que a m me interesa ese muerto? Mis sospechas son otras... Sospecho que
usted me va a matar... y sospecho que yo no voy a defender mi honor...
FEMME. Pero tiene usted que hacer algo por justificarse. Una pista, huellas dactilares... cualquier cosa. A ese
hombre parece que lo han envenenado. Investigue por all.
FEMME. Deje usted esos detalles para despus. Investigue la forma de la muerte.
DETECTIVE. Ciertamente... Muri a las cuatro de la maana. A esa hora se sale porque se va de viaje... y nadie se
desayuna... El caf.
FEMME. El caf.
DETECTIVE. Hay que buscar el caf... La tacita del caf. Pues ya la habrn lavado. Un momento. (Se asoma a una
puerta y llama.) Haga el favor. (Entra la CRIADA.)
DETECTIVE. Usted le dijo al seor Juez que el seor iba a viajar esta maana?
CRIADA. S, seor. Todos se lo hemos dicho desde antes de las declaraciones. El seor sala de viaje.
CRIADA. No. El seor estuvo anoche en una comida... en un banquete poltico. Lleg algo tarde y apenas durmi
dos o tres horas.
(Antes de retirarse la CRIADA, entra la VIUDA; al mirar a la CRIADA se detiene inmutada; detrs de ella viene la
PRIMA, quien tambin ha escuchado las ltimas palabras del DETECTIVE. Miran a la CRIADA en silencio.
Permanecen un momento mirndose las tres, con desconfianza. CRIADA sale. VIUDA y PRIMA se miran. La VIUDA
espera como queriendo que la PRIMA salga.)
VIUDA (arrebatndole la llave). T, no! Yo. (Al DETECTIVE.) Esta es la llave de su... oficina de la ciudad... (La
PRIMA mira largamente y se va.)
FEMME. Seora...
DETECTIVE. Si esto puede consolarla, puedo anunciarle que estamos sobre una pista interesante.
VIUDA. Ah, s?
DETECTIVE. S. La seorita aqu presente ha despertado fundadsimas sospechas. Pero necesitamos que usted nos
ayude...
VIUDA. He dicho todo lo que s. El banquete de anoche. Que lleg como a las doce... despert a las tres... sali a
las cuatro y cuarto ms o menos... Pero yo no deseo saber nada. Por qu ese deseo de descubrir? Es que van a
resucitarlo?
FEMME (levantndose). La sociedad... Los hombres son unos sinvergenzas. Se muere un padre de familia. Los
hijos varones se van a la sastrera y piden siete metros de dolor. Un traje negro, y ya est. En cambio a la hija, a
la ms necesitada de amparo, a la que perdi ms que la sociedad entera, a sa, la sociedad le dice, con cara de
juez: Seorita: su padre ha muerto; yo, la sociedad, en lugar de distraerla, llevarla al cine y darle un Martini
seco de vez en cuando, la condeno a usted a dos aos de prisin y a llevar un coleto de manera que cuando le d
el viento parezca usted un vapor. La sociedad.
DETECTIVE. Cierto. A los muertos los hace la sociedad. Ella se hace cargo del remordimiento y hace muertos
feudales que imponen tributos
DETECTIVE. Tiene usted razn. Yo siento a veces que su marido de usted me acompaa.
(Entra CRIADA.)
CRIADA. Seor...
DETECTIVE. Qu se le ofrece?
TELON LENTO
TERCERA EDICION
Contina la escena anterior, tal como qued en la Segunda Edicin. La CRIADA est de pie, ante el DETECTIVE.
La VIUDA la mira, inmutada.
DETECTIVE (con voz asustada). Quera usted hablar del veneno y del caf?
CRIADA. Precisamente.
DETECTIVE. Pero no es a m a quien usted debe hablar. Es al juez. Estamos en un sumario y yo no me meto en
eso...
VIUDA. Aqu la primera que ha de hablar soy yo... Y no quiero hablar al juez.
CRIADA. Yo tampoco quiero hablar al juez... Yo quiero hablar a un hombre, a una mujer... a un cristiano... a un
juez no.
DETECTIVE. Pues, miren ustedes; yo voy a hablar con los periodistas... Luego, las llamar... Que pasen los
muchachos... y usted y el Agente, sigan buscando a ver si encuentran la tacita del caf... (La VIUDA,
impresionada, sale. La CRIADA sale.) (A FEMME.) Yo no s cmo voy a salir de este lo...
PERIODISTA TERCERO. Vamos andando, que la tercera edicin apura. Quin mat al hombre?
PERIODISTA PRIMERO. Mi impresin (confidencial, mirando a la FEMME, quien estar en un divn abstrada) es que
sa es la candidata. Ese hombre viva de falda en falda...
DETECTIVE. Ese es nuestro oficio: la impresin. La impresin que sentimos a primera vista produce la primera
impresin del peridico. De nuestra segunda impresin nace la segunda del diario. Y de la tercera impresin
brota, al fin, la tercera impresin... la tercera edicin, donde, por fin, se va perfilando algo menos impresionable
o emocional: el camino de la verdad. Por eso, debemos cuidar ms la tercera impresin, para hacer mejor la
tercera edicin. De manera que lo mejor es que se estn por all, pues me parece que dentro de media hora o una
hora podremos llevar algo sustancioso.
PERIODISTA SEGUNDO. Te parece?
DETECTIVE. Okey. (Salen los periodistas. Mira al cielo.) nimas del Purgatorio, todava no llueve, pero me
estoy ahogando.
(Se oscurece abajo. Se ilumina arriba. Est sola la escena que da al balcn. Entra el DIFUNTO. Seguidamente
entran, deslizndose y como persiguindole, los CADVERES PRIMERO, SEGUNDO y TERCERO.)
DIFUNTO (se vuelve con disgusto). Pero bueno, seores, van a tener ustedes la bondad de dejarme a solas un
momento? Es que no se puede estar muerto en este lugar? Un poco de consideracin, seores!
DIFUNTO (la examina con los ojos). Dispense... no me haba fijado. Pues oiga usted, seorita, voy a decirle dos
cosas: Primera, usted debera considerar que yo soy un asesinado reciente, que las tripas me duelen todava, que
necesito descanso y asistencia mdica. Se presume que a usted la estrangularon y no sabe lo que es un veneno
en las tripas. Segundo, parece mentira que una muerta de su edad, seorita, ande todava preguntando quin la
mat para salir por all contndoselo a todo el mundo. Porque eso es lo que usted quiere. Hay que ver el tema
que tendran sus visitas!
CADVER SEGUNDO. Se conoce que usted es un muerto de ayer... o de esta maana. Usted no sabe lo que es tener
diez aos vagando, sin saber quin lo estrangul a uno y sin tener nada que contar... Todo se me ha agotado,
caballero...
DIFUNTO. Invente algo. Diga que la mat su amante, por celos. Pero djeme descansar un poco. Ya he bajado a
tierra dos veces... Maana... Yo har lo posible.
CADVER PRIMERO. La cosa es fcil para usted. Considere la situacin de los asesinados venezolanos. Nunca
hemos tenido un verdadero detective. De Coln ac, inventores nos sobran, pero descubridores, ninguno.
Considere usted, pues, que el asesinato de usted es, mejorando lo presente, un feliz acontecimiento...
DIFUNTO. S?
CADVER PRIMERO. En el sentido de que con tal motivo ha surgido el Detective. Y, desde luego, los fueros
inmanentes de la justicia reclaman reparaciones inaplazables. Precisa aprovechar las facultades de ese Detective
para que descubra tantos casos enredados en la historia del crimen venezolano. Nos negar usted su
influencia?
DIFUNTO. Y qu puedo hacer yo, ms de lo que hago? Quiere usted que le salga a ese hombre y le diga que se
encargue de los asuntos de ustedes? Y si ese hombre se muere del susto? Y lo que es peor, si ese hombre no
cree en los muertos?
CADVER PRIMERO. Los muertos nos comunicamos por irradiacin de nuestra fuerza espiritual. Desplazamos el
pensamiento del vivo...
CADVER SEGUNDO (como repitiendo una leccin). Y por un fenmeno de catlisis telrica despertamos nuestro
pensamiento en el pensamiento del ser vivo, encarnndonos en su mente hasta lograr un estado crnico de
mediumnidad...
CADVER TERCERO (idiotamente). Pues, como que parece que se lo sabe, no?
DIFUNTO. Y usted?
CADVER PRIMERO. En cuanto a m... usted quiz no lo comprenda. Yo... estoy incomunicado.
DIFUNTO. En qu sentido?
CADVER PRIMERO. Caballero, perdneme usted. Yo soy poeta. Le aseguro a usted que no tengo la culpa.
Reportero de sucesos y poeta. Fue culpa de la escuela, caballero... Nac a la vida del arte en la generacin
surrealista. Pero no comprend los postulados. Tom el continente por el contenido y me qued solo con la
vaguedad, creyendo que ella lo era todo. Ni una preocupacin social, ni un soplo de humanidad que me pusiera
en contacto con la tierra, con sus hombres y con sus angustias No supe ser un surrealista nuevo... Y por lo
que oigo... usted tampoco supo ser un socialista sincero...
CADVER PRIMERO. Pues lo que le deca a usted. No poda ver la tierra. No poda vivir sin el cielo. Ahora no puedo
vivir sin la tierra.
CADVER SEGUNDO (candoroso). Y si los que mueren en la tierra van al cielo, espero que los que se mueran en el
cielo irn a la tierra.
CADVER PRIMERO (despreciativo). Eso es... para seguir asomada a una ventana escarbndoles la vida a los
dems... Pues bien... Eso fui... Vine a caer en nefelibata, en ausente. Fui el poeta lmbico, digno de la
presidencia de una nube o de la secretara general del crepsculo. Me mataron y he muerto sin contactos. Por
eso estoy donde estoy.
DIFUNTO. Dnde est usted?
CADVER PRIMERO. En el limbo. Vengo aqu en los fines de semana. Soy vigilante del kindergarten. Hago
palomitas azules y traduzco al castellano el canto de los ruiseores holandeses y el mugido de las vacas
alemanas. Un fastidio.
CADVER SEGUNDO. Gracias, caballero. Es bueno que conozcan nuestros casos... Vea, me asom a la ventana por
casualidad...
CADVER PRIMERO. La verdad, seorita, la verdad. Usted se asom a la ventana desde que naci.
CADVER SEGUNDO. Bueno, eso no me interesa. Me asom a la ventana... Yo tena unas joyas muy lindas... y un
dinero ahorrado... Mi hermana estaba en su cuartito de msica... con Chopn... Un hombre entr a la casa..., me
lleg por detrs y me ech las manos al cuello... No pude gritar..., no pude ni verlo... El hombre lleg por
detrs...
CADVER PRIMERO. Oh tristeza de las vidas equivocadas! He aqu el fracaso de la condicin emocional, la
catstrofe de la impresin, el cataclismo del mundo adocenado y de las almas a primera vista! Caballero, yo soy
el filsofo de lo imprevisto. Vea usted a esta seorita. Estar da tras da asomada a una ventana, esperando a un
hombre que deba venir por delante y el hombre llego por detrs...
CADVER PRIMERO. Yo no tengo caso. Fui un caso perdido. No supe quin me mat, porque ya estaba
inconsciente. Y adems, casi muerto ya. Mor de hambre y el asesino slo me dio la puntilla. Agregue usted una
pequea complicacin del hgado, una cirrosis lrica que me ayud a bien morir. No tena con qu comer.
Apenas tena con qu beber.
DIFUNTO. Y est usted interesado en saber quin le mat?
CADVER PRIMERO. De ninguna manera. Despus de todo, no fue ms que un cmplice en mi suicidio.
CADVER PRIMERO. Ver usted. Como le dije, represento al limbo. Soy delegado de la vida pasmada. Se me ha
encomendado una misin confidencial, delicada; asuntos de familia. No ando detrs de un criminal odiado o
despreciado. Mi funcin es el descubrimiento de la honorabilidad criminal, del honrado asesino. Represento
millones de nios, matados por sus madres o por sus padres antes del parto. Los que han sido arrojados por los
puentes; los que se encontraron comidos por los marranos; los que murieron de fro en parques solitarios,
envueltos en un paal de buena calidad. Ellos fueron la solucin honorable del conflicto creado por un descuido
en las precauciones anticoncepcionales del amor que pide a cuenta. Su muerte es el cero mata cero del balance
de un mal negocio para el regreso y el ajuste del honor terrenal. Esas madres y esos padres son los mejores
clientes del limbo, los ms seguros fabricantes de ngeles. Estoy curioso por comprobar que asesinar a un ngel
hiere menos la dignidad social que matar a un pecador. Porque la muerte del ngel restablece el equilibrio de los
hogares con pedigr. Comerse al hijo del matrimonio regulariza la digestin del honor. Yo he venido en busca
del honor antropfago.
DIFUNTO. Ah, vamos! Usted fue matado en la guerra. Solicita usted a los criminales culpables de las guerras
civiles, a los grandes asesinos colectivos. Muy bien. Realiza usted funcin social de muerto preocupado. Su
caso no ser difcil.
CADVER TERCERO. La cosa no fue as.
CADVER PRIMERO. Muy bonito lo que dice usted. (Al DIFUNTO.) Pero ese no es el caso del seor. El seor no
muri en la guerra.
CADVER TERCERO. En mi cama. Con un cuchillo me mataron. Y limpiaron el cuchillo en el mosquitero. S, seor.
Yo estaba durmiendo en el palacio. S, seor. Y me mataron. Esa es la poltica... Cmo le parece?
CADVER PRIMERO. All tiene usted el error de la primera impresin. Un general debera morir en la guerra. Un
comandante o un capitn deberan saber lo que es un can de frente. Pues, as como hay abogados a los que yo
nunca les confiara un pleito, hay generales a los que yo nunca les confiara un can. Y menos una muerte
heroica. Por aqu hay varios comandantes que nunca vieron un combate. Pero ganaron sus ttulos soando con
los grandes guerreros libertadores o conquistadores. Pero como no tenan calidad para la pica, se dedicaron a la
profesin de librar batallitas contra constituciones lricas. Iban ganando estrellas y perdiendo cielo. Una
vergenza para el panten de los muertos, pero un negocio para el panten de los vivos. De una de esas
combinaciones muri el seor.
DIFUNTO (recriminatorio). Intentaba usted derribar el poder civil y la autoridad de las instituciones
democrticas?
DIFUNTO. Hombre, claro...! No lo recordaba. Est un poco cambiado... Pues, claro, s... Pues... lamentndolo
mucho..., lo noto delgado
CADVER PRIMERO. Yo... con el permiso... le he confeccionado una sntesis explicativa en consideracin a que sus
posibilidades de expresin se reducen a una serie de reminiscencias verbales del perodo aglutinante del
lenguaje. La combinacin era un tringulo rectngulo, para la explotacin de la geometra poltica y de la
geografa econmica del pas. l era el cateto acostado. En el tringulo feudal se mova la estlida proyeccin
de los catetos sobre el falso descuido de la maliciosa hipotenusa, que era el jefe. Y as fue como la sombra del
palacio, sobre el pizarrn de aquella noche, precipitada la solucin del teorema por el desajuste triangular, este
caballero qued formando un ngulo recto con el resto de los acontecimientos... A l le gusta mucho esta
explicacin. Y est muy clara, verdad?
DIFUNTO. Est clarsimo. Y dgame, no tienen por aqu un compatriota que haya sido detective, aunque lo fuera
emprico?
DIFUNTO. Pues no hay ms que hablar. Descansar un momentito y me dedicar a la catlisis espiritual...
(Se oscurece arriba. Se ilumina abajo. La FEMME se ha quedado dormida en un divn. La VIUDA la contempla y
sonre. Sale procurando no hacer ruido. La PRIMA, en apariencia vigilando a la VIUDA, desfila detrs, silenciosa
y cautelosa. En la misma forma la CRIADA. Pero antes de que sta haya salido, se presenta el DETECTIVE, seguido
del AGENTE)
(Sale.)
DETECTIVE. Efectivamente... (leyendo.) Sulfato de estricnina... Y faltan varias pastillas... (Sbitamente se vuelve a
la CRIADA.) Usted quera hablarme?
CRIADA. S, seor... (A la FEMME que quiere irse.) Prefiero que haya una mujer aqu...
(Se sientan, DETECTIVE en el sitio del JUEZ. CRIADA enfrente. FEMME en una silla cercana.)
DETECTIVE (vacila, pero luego se enmienda). Ellas...? Ah, s. Y usted qu tiene que responder a eso?
CRIADA. Yo... yo no tengo nada que esperar. Ya no me importa nada. Es verdad; ellas me acusan por rencor. Yo
me acuso, por desesperacin. S, lo mat.
CRIADA. Despus que me oiga, que entienda ciertas cosas, ya no me importa que lo sepa el juez. (Entra el
DIFUNTO, se sita detrs del DETECTIVE.)
DETECTIVE. Explquese.
CRIADA. Era un hombre malo. Mi padre me trajo a trabajar aqu, porque mi padre, que es hombre honrado y
trabajador, crea ciegamente en l... Aqu me enamor... Estoy embarazada.
CRIADA. Ayer al medioda lleg con ese frasquito de medicina. Dijo, al sentarse a la mesa, que dos pastillas de
esas podran matar a un caballo. Guard el frasquito en un armario del comedor. Esta madrugada, hice el caf
para l... y le ech dos pastillas.
CRIADA. Se lo entregu a la prima de la seora, quien se lo llev y lo entreg a la seora en la puerta del
dormitorio... (se levanta.) Al juez le dir lo que l quiera... Ahora... yo no quiero que mi padre me vuelva a
ver... Mi padre crea en l... y crea en m. (Sale, rgida.)
(La PRIMA ha entrado, silenciosa, lenta, pero resuelta. Los otros la miran, expectantes.)
PRIMA. Ya no me importa nada... Que me delate ella, que me delaten todos. Es verdad. Lo mat. (El DIFUNTO se
rasca la cabeza, asombrado.)
PRIMA. Le repito que ya nada me importa. No resisto ms este da espantoso... Me alegro de que haya una mujer
aqu..., una mujer que pueda comprender...
PRIMA. Yo fui una de las damas de la garonnire... Pero... muri por traidor..., por adltero...
DETECTIVE. Adltero?
PRIMA. Adltero. Ya me explicar. Usted, posiblemente, comprender mi criterio. Esta mujer, estoy segura de
que lo comprender... o por lo menos... lo excusar... Ese hombre fue mi novio. Estoy segura de que me quera.
Pero pudo ms su ambicin. Su ambicin social y poltica...
DETECTIVE. No lo entiendo.
PRIMA. Lo entender. Mi prima es hija de un trabajador que hizo su dinero luchando en los cacaotales de
Barlovento. Retirado del trabajo, era hombre rebelde e igualitario, a pesar de su riqueza. Mi novio fue buen
calculador. Me dej por ella. Yo tena clase y era pobre. Al casarse con ella adquira el dinero, imprescindible
para su vida de poltico elegante, para su vida de egosta, para su vida privada de hombre pblico, y adquira
otra cosa: la fama de demcrata. Su matrimonio era una demostracin resonante de su gran corazn igualitario.
Dejando a una de mi clase por una de... la otra... patentizaba su democracia y multiplicaba su prestigio entre los
proletarios que engaaba miserablemente. Al casarse, mi prima suba hacia arriba, hacia la clase superior. El...
suba... hacia abajo..., suba hacia el alma de los pueblos inocentes. Ascenda a demcrata.
DETECTIVE. Entiendo...
PRIMA. Despus... me busc de nuevo..., me volvi a engaar... Y yo volv a l. Nos enamoramos ms que
antes... El engaaba a su esposa conmigo. Era adltero, en el sentido meramente legal de la palabra. Tambin
nos engaaba con otras, de modo pasajero... Adulterios convencionales, que para m no valen nada... Pero a m
me quera... y ltimamente rompi conmigo.
PRIMA. Rompi conmigo... Pudo ms, otra vez, su clculo. Tema que su esposa lo estaba descubriendo, que se
vena abajo todo su armatoste poltico. . . Y se estaba entregando a ella... sin quererla, con asco..., pero con
absoluta resolucin. Si adulterio legal es traicionar a la esposa con la amante..., si adulterio convencional es
engaar al compromiso social con el compromiso vital..., si adulterio... formalista es burlar el documento por el
sentimiento, yo declaro que es adulterio sucio el aplastar el sentimiento por el documento y traicionar la verdad
por la ficcin legal... Los dos somos periodistas... (a la FEMME), las dos somos mujeres... A ver si nos
entendemos o no nos entendemos los tres.
(Pausa penosa.)
PRIMA. Con eso. Ayer en la maana tuvimos la ltima escena. Espantosa. Al medioda se present con ese
frasquito y dijo que dos de esas pastillas mataran a un caballo... Lo guard en un armario del comedor. Esta
madrugada, la criada me entreg el caf. Fui al comedor, ech dos pastillas en la taza y la entregu a mi prima
en la puerta de su habitacin... Ahora... (Levantndose) estoy dispuesta a hablar con el juez... (Sale,
lentamente.)
DETECTIVE (desesperado, a la FEMME). No me nota las pupilas dilatadas, los ojos extraviados?
DETECTIVE. Y qu vamos a hacer con usted como sospechosa? Y lo peor es que siento al difunto aqu, a mi
lado!
FEMME (sobresaltada). Todava tiene usted que investigar. Hay dos declaraciones contradictorias..., que pueden
ser falsas... Hay que buscar las razones de esa falsedad.
VIUDA. Sintense, por favor. (Se sientan). Ustedes son testigos de que yo quise hablar primero... Pero ellas
andaban espindome y espiando el momento. Ya lo han dicho todo, verdad?
VIUDA (suave). Bueno... Al seor juez de instruccin se le podrn suministrar los datos que la ley requiere. A
ustedes, porque me parecen gentes buenas, puedo decirles otras cosas... Me gusta que haya aqu una mujer... Y
ustedes son simpticos... Son ustedes unos tipos fantsticos... simpticos... Me gustara tenerlos de amigos...
cerca. Vivo tan sola, sin amigos... con mi muerto...
DETECTIVE. Con nuestro muerto, seora...
DETECTIVE. A veces, seora, porque a veces me parece que l la ha dejado a usted por m.
VIUDA. Ahora est ms conmigo que antes. Siento que me mira y me dice: Amor mo, soy tuyo, slo tuyo.
Ahora, ya no soy ms que tuyo...
DETECTIVE. Nuestro, seora, aunque me est mal el decirlo... Pero estando yo cerca de usted, su marido tendr
seguramente menos trabajo. Matar dos pjaros con una piedra.
VIUDA. Son muy simpticos... y comprensivos. Dgame: si usted llegara a descubrir que ella es la asesina, la
entregara a las autoridades?
DETECTVE (apurado). Yo... Yo soy aficionado noms, seora... Y vivo solo, como usted... Me falta calor...
DETECTIVE. S... comprendo. Pero la sociedad tiene ya muchos criminales. Con uno que yo le hubiera quitado, no
iba a perder gran cosa. Y, en resumen, seora, a m me interesa esta mujer mucho ms que a la polica...
VIUDA. Muy bien... Por eso, no me importa nada, si dos almas vivas y el alma de un muerto llegan a
comprenderme. Ya s que ellas me han espiado y despus han venido a delatarme. Lo mat porque lo adoraba.
(El DETECTIVE da un salto. El DIFUNTO queda aplastado con las dos manos apoya das en el suelo, a su espalda.
La FEMME se pone de pie violentamente y luego se va sentando poco a poco, como agotada.)
VIUDA. S... El era poltico ambicioso... arquitecto... y un poco relojero, por aficin. Creo que fue relojero antes
de arquitecto. Era novio de mi prima. Yo era rica. Me enamor. Dej a mi prima por m. Lo quera y no pude
resistir. Logr mi dinero y el prestigio democrtico que le daba el matrimonio conmigo. Despus... sigui su
vida atropellada de conquista.
VIUDA. Era contradictorio... y humano. Quera que su nombre fuera intocable. Me peda el recato ms estricto...
VIUDA (sonre). Ya lo sabe? Le hice leer esos dos libros. Le hicieron molestarse. As era, como esos modelos
del egosmo humano. Brillaba en los salones, en los cabarets, entre las multitudes. Proclamaba la defensa de
los pobres. Y se llenaba de mujeres como un borracho de aguardiente... Y el cuidado del hogar quedaba en
manos de la esposa... Dice muy bien Giacosa: el nombre del marido lo cuida la mujer. Y el nombre de la
mujer... lo cuida la mujer, verdad? Yo lo cuidaba. Y acaso mi cara fue lo nico que lo consol de haberse
casado conmigo...
DETECTIVE. Su cara?
DETECTIVE. S, seora.
VIUDA. Comprend que me tena repugnancia... Pero le ocurra una cosa extraa, en apariencia. Cuando me
dejaba sola, me recomendaba cuidarme mucho. Me vigilaba un poquitn. Creo que hasta me celaba algo. Pero
no me celaba a m, no. Celaba su nombre, ilustre nombre, su insigne dignidad, su limpio prestigio, su honor
glorioso... Y oiga usted (al DETECTIVE), para muchos, quizs todava soy... bella. Para l, para su concepto de la
belleza, era fea.
VIUDA. Yo senta que cuando estaba conmigo, en la alcoba, me hubiera querido hermossima, la ms bella de las
mujeres. Pero cuando sala de viaje, le gustaba que yo fuera... como soy... Creo que lo nico que lo consolaba
de mi fealdad era mi ausencia; o al revs. Sabindome fea, estaba seguro de que no me buscaran, de que su
buen nombre no sera manchado... Me saba fea, porque para l era fea.
VIUDA. Pero yo lo adoraba. Y crea que eso era lo natural, que todos los hombres eran as. Que cuando salen de
sus casas quisieran afear a sus mujeres para que nadie se las viera... y cuando regresan, embellecerlas para ellos
solos... Ausente, me quera fea. Presente, me hubiera querido linda. Por eso se ausentaba para buscarlas lindas,
estando seguro de su buen nombre con la fea... Hablando de los muertos dijo un da que si los muertos
pensaran, deban sufrir mucho los muertos que dejaron viudas bellas...
VIUDA. Junto a m... Y me dej pensando. Por eso, ayer, cuando trajo ese frasco de pastillas venenosas y dijo
que dos de ellas podran matar a un caballo, record sus palabras... Vivo es presente... muerto es ausente.
Presente, me quera hermosa; ausente, me prefera fea. Vivo, me hubiera deseado bella, blanca y rica. Muerto,
sin duda me prefiera negra y fea. Cuando guard las pastillas en el armario del comedor, conceb la idea de
matarlo. Sbitamente y resueltamente.
VIUDA. En la madrugada. La criada prepar el caf y lo entreg a mi prima en la cocina. Esta me lo trajo a la
alcoba y yo tena ya las dos pastillas en un bolsillo de mi bata... l estaba en el bao. All le llev el caf. (El
DIFUNTO se pasea agitado, secndose el sudor.)
FEMME. Si los muertos escuchan, ese hombre estar sintiendo el sudor de la muerte.
VIUDA. ltimamente quiso apegarse a m... como poltico que era... Pobrecito... Los muertos con viudas bonitas
sufren mucho. Las dejan solas demasiado tiempo... Ya no necesita a las mujeres... Es mo, slo mo...
Desvestido de la sensualidad, slo le queda cuidar su nombre ilustre. Y conmigo, est seguro. Su honrado
nombre est en mis manos, en mi recuerdo (solloza contenidamente) en mi alma hermosa, enamorada y blanca
que l no poda querer. Los muertos y los ausentes son la misma cosa. Los muertos... las prefieren negras... Y
yo soy la viuda ideal de un hombre honrado.
(Pausa.)
(Sale, lenta.)
DETECTIVE. Casado por inters y muerto por amor... O yo me vuelvo loco o me voy de esta casa...
FEMME. Espere...
DETECTIVE. Que espere? Yo no aguanto ms. (Saca el frasco y lo contempla.) Dos pastillas mataran un
caballo... Y por qu no mataran un caballo? (El DIFUNTO, deshecho, se reclina en la espalda de la silla del
DETECTIVE.) Es preciso que tome una determinacin inmediatamente. A ese hombre lo asesinaron las tres. Seis
pastillas! Tres caballos! (Se vuelve hacia ella.) Y usted? Qu ha hecho usted?
DETECTIVE. Por qu permanece usted en esta casa del crimen? Esas tres mujeres han mentido por algo... Algo
esconden. Si ese hombre se toma seis pastillas no llega a la puerta de la casa. Y usted est metida en esto. Usted
tena algo con ese hombre.
DETECTIVE. Y eso de los dos relojes, uno parado y el otro adelantado... Usted tena algo...
FEMME (ya serena). Permtame que le diga que me parece usted tan detective como yo.
FEMME. Tengo prctica en la materia. Conozco muchos policas, por lo menos. Ninguno procede como usted.
Usted no hace nada por el crimen. Parece usted un crucigramista ambulante que estuviera persiguiendo, no ya
una criminal, sino una vertical... o una horizontal...
DETECTIVE. Si lo dice por usted, le aseguro que mis intenciones son... pues... verticales...
FEMME (acariciadora). Me contenta... Y cmo va usted a resolver esto?
DETECTIVE. Yo? Marchndome. Tres asesinas, una sospechosa y un solo muerto. O sobran tres criminales o
faltan tres muertos. Bueno, de aqu no paso. Yo tambin voy a confesar.
DETECTIVE. No. Que todo esto es apariencia. Que yo me he metido en un lo del demonio sin ninguna necesidad.
Porque la verdad es que yo nunca he sido detective, ni aficionado siquiera a la investigacin. Que me acerqu
all por entrometido y curioso. Que yo soy un poeta, cronista de sucesos, aficionado a los toros, tercera base de
una novena de baseball de quinta categora, crucigramista especializado en horizontales fciles y fresco
profesional... Pero detective, nunca!... (el DIFUNTO levanta las manos al cielo.)
DETECTIVE. Un refresco! Veo un grupo de gentes trasnochadoras. Me abro paso. Encuentro un cadver y con la
misma naturalidad me le echo encima y empiezo a tocarlo. Desde ese instante, detective. Como base, eso es
falta de polica. El agente que estaba all, encantado de la vida.
FEMME (resignada). Conozco el fenmeno. Ese polica no poda suponer sino que usted tena derecho a hacer lo
que haca. Es el mito. Si usted llega con timidez, el polica lo echa, pero su audacia fue tomada por legalidad. Y
se form su autoridad. La frescura es uno de los fundamentos de la autoridad mitolgica. Una cosa audaz que se
mueve con la soltura de la ley, puede suplantar a la ley misma. Por m, usted es un fresco. Para el polica, usted
es un Cdigo. (El DIFUNTO est sentado, con la cabeza entre las manos.)
DETECTIVE. Y ahora, qu hago?, todos estn pendientes de m. Creen que ando detrs de una pista. Me tienen
miedo. Van a reunirse aqu. Hay tres confesiones, pero me temo que son imposibles, porque con seis pastillas
ese hombre no se hubiera movido tres metros. Soy la mayor vctima de eso mitolgico de la primera impresin,
de la autoridad por generacin espontnea, de la capacidad emocional del suceso periodstico... Y estoy resuelto
a declarar la verdad... que nunca he sido detective... que soy un fresco... Aunque me den una paliza.
FEMME. Imposible! (Se levanta alarmada.) Se lo prohbo a usted. Usted seguir siendo detective! (el DIFUNTO
levanta la cabeza, interesado.)
FEMME. Reflexione... Pueden sospechar de usted... Despus de todo, el asunto es curioso... En cada hombre hay
un detective fracasado... Y a lo mejor usted tiene condiciones...
DETECTIVE. En confianza, es interesante... y desesperante. Lo peor es que siento hasta cierta vergenza con el
muerto. Me parece que me he creado alguna responsabilidad para con el cadver... Estoy estorbando a la
justicia... Y me obsesiona el muerto, seorita... (se pasea. El DIFUNTO le sigue en su paseo.) Me obsesiona, me
sigue, me persigue. Aqu mismo lo siento, aqu atrs. (Seala al DIFUNTO y casi le toca.) Qu barbaridad! Estoy
tentado de falsificar una carta del muerto diciendo que se envenen...
DIFUNTO. No sea usted idiota. Si as fuera, el muerto no le hubiera dicho al polica: Me mataron.
DETECTIVE. Pero ya me parece que estoy oyendo al muerto: No sea usted idiota. Si as fuera, el muerto no le
hubiera dicho al polica: Me mataron.
DETECTIVE. Oh! Ya me parece que el muerto me dijera: Muy bien... cmo deca?
Y eso no sera nada. Es que ahora veo crmenes por todas partes. Todos los crmenes sin solucin me persiguen,
como pidindome que los descubra. Los nios matados al nacer... la solterona de La Pastora... el general de
palacio... Ando remolcando un cementerio... Soy la gra de los carros fnebres... No... yo no sigo en esto. Yo
digo la verdad...
FEMME (tras un silencio penoso). No me despreciar cuando sepa que no soy una asesina?
FEMME. La femme quon cherche... La mujer que se busca. Ya usted sabe que hay un proverbio francs que
dice que en todo crimen misterioso hay que buscar a la mujer... Cher-chez la femme
FEMME. Soy sola, con mi madre... muy pobres... un caso vulgar... como usted...
DETECTIVE. Gracias...
FEMME. De nada... Como usted, estoy haciendo el mito. Pero yo lo hago premeditadamente. Trabajo mucho. Mi
madre necesita mucho cuidado... Soy honrada... Quiero casarme...
DETECTIVE. Y as se va a casar?
FEMME. Espere. En esta poca fantstica, los hombres son escurridizos y tan estpidos como siempre; van detrs
de la misteriosa autoridad de la apariencia. Leyendo libros de crmenes me di cuenta de las grandes
posibilidades de la mujer en ese campo. Empec a ser la mujer sospechosa. Ensay varias veces. Perfeccion
mis facultades de misterio. Intervine en varios casos Ser sospechosa, ser seguida, ser acusada; ser absuelta;
vctima de la justicia!, aclamada... casada... pero eran detectives gordos y casados. Necesitaba hacerme seguir
por alguien que... me gustara... (l se le acerca ms) no se fijaban en m. Hasta me descubran. .. No eran
detectives... as...
FEMME. Perdname que no haya matado a ese seor... No fue culpa ma.
AGENTE (mirndolos). Conque sospechosa, eh? Y usted aficionado a la investigacin... (al DETECTIVE.) En la
hiptesis... Aqu est la taza... (trae una taza en la mano.) Metida en el armario del bao.
DETECTIVE (toma la taza de caf. La huele). Est llena. Ni siquiera la prob... Pues claro, si este caf huele a
drogas a diez metros de distancia... Est bien claro... Oli, sospech y la guard. Todo est como al principio.
JUEZ. No se ocupe de tazas de caf... (Entran VIUDA, PRIMA y CRIADA.) Seora, debo manifestarle que el mdico
ha practicado la autopsia. Se ha encontrado lo siguiente: restos de alguna droga excitante, capaz de congestionar
durante la digestin, pero no precisamente venenosa. Gran cantidad de materias alimenticias. Muchos pedacitos
de langosta... Huellas del banquete de anoche. .. Por lo dems, sncope cardaco...
DETECTIVE. Langosta?... Apopleja poltica. (El DIFUNTO sale, desesperado, con los brazos en alto.)
VIUDA. Buenas noches... (Salen AGENTE, CRIADA, PRIMA, JUEZ y COMANDANTE. Solos, VIUDA, FEMME y DETECTIVE.)
VIUDA. Era relojero aficionado. Le gustaba componer los relojes de sus amigos.
DETECTIVE. Nada... Todos queremos siempre matar a alguien. Y nos traiciona y se muere antes... En dos cosas se
ha equivocado usted, seora: ni mat a su marido ni es fea. Su marido muri y usted es una linda seora...
FEMME. Detective
DETECTIVE. Dime una cosa... T ests loca o cuerda?
FEMME. Cuerda.
FEMME (soando). Los muertos las prefieren negras... (La VIUDA se vuelve de la puerta a mirarlos, tristemente
sonre.) Hay amor y resignacin en eso... Voz de frica ntima, y resignada... Los muertos las prefieren negras.
DETECTIVE (ambos asidos, mirando lejos). Te recomiendo un frica superficial, costanera y colonizada. Con
ingleses, franceses, italianos, portugueses, que conozcan la vanidad... All los muertos las prefieren negras. ..
Porque en el frica ntima, profunda y original, pasa lo contrario... los negros las prefieren muertas... y asadas...
Resumen
El poeta venezolano Andrs Eloy Blanco escribi varias piezas teatrales, una de ellas es LOS
MUERTOS LAS PREFIEREN NEGRAS, escrita en el ao 1850 en un tabloide de tres ediciones, dada
la amplitud de la misma.
La primera edicin se desarrolla entre la calle y la casa del difunto, cuenta la misteriosa muerte de
Ramn Del Pino, quien fue un poltico, mujeriego y de actuaciones repudiables. All se evidencia la ar-
dua tarea de los funcionarios de la justicia y dems investigadores por descubrir el autor del crimen, lo
cual se convierte en un imposible a pesar de que desde el cielo el propio difunto hace todo lo posible
para dar con el nombre de su asesino, aunque esta labor implique para l un trabajo agotador.
La segunda edicin se desarrolla en un triple escenario (el despacho del juez, gabinete de garonniere)
relata el desarrollo del interrogatorio realizado por las autoridades a todas las personas vinculadas al
crimen del poltico para tratar de descubrir al asesino, tambin da a conocer los sucesos ocurridos en el
cielo y el esfuerzo realizado por el difunto para comunicarse con los vivos de la tierra.
La tercera edicin hace referencia a la confesin que hacen la criada, la prima y la esposa del difunto,
all ellas afirman haber asesinado a Ramn Del Pino por una venganza amorosa, sin embargo, la confe-
sin de estas mujeres no resulta convincente y el crimen contina siendo un misterio por resolver. Para
tal fin, al difunto se le practic la autopsia, cuyo resultado propici la conclusin de que Ramn Del
Pino fue envenenado en el banquete de la noche anterior para impedir que se fuera de viaje. Esta versin
es respaldada por el hecho de que la taza de caf con las pastillas venenosas que le coloc la criada, la
prima y la esposa no fue probada por el difunto.
En esta produccin intervienen los siguientes personajes: La Femme, Detective, El Difunto, La Viuda,
La Prima, La criada, Cadver primero, Cadver segundo, Cadver tercero, El Juez de Instruccin, El
Comandante de la Polica, El mdico, El agente, Una Dama, Un caballero, Una Mujer Curiosa, Un
Hombre Curioso, Agente segundo, Agente tercero, El Sereno del otro mundo y Tres Periodistas.
Estos personajes naturalizan una historia que refleja las injusticias predominantes en la sanguinaria
poca colonial en la que abundaban las muertes sin autor, las ansias de poder, la ambicin por el enri-
quecimiento fcil, la discriminacin por las personas de color y el riesgo que corren los que deciden in-
cursionar en el peligroso mundo de la poltica en una poca en la que el hablar compromete. Asimismo,
da cuenta de las consecuencias que pueden generar la infidelidad, la angustia que produce la impunidad
de los crmenes perpetrados y la preocupacin de los seres humanos por desconocer su destino al morir.
Igualmente, este relato denuncia la mala actuacin de los funcionarios policiales, judiciales y otros, lo
que acarrea el hecho de mentir y tambin la discriminacin por razas.
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PERSONAJES:
LA FEMME
EL DETECTIVE
EL DIFUNTO
LA VIUDA
LAPRIMA
LA CRIADA
CADVER PRIMERO
CADVER SEGUNDO
CADVER TERCERO
EL JUEZ DE INSTRUCCIN
EL COMANDANTE DE LA POLICA
EL MEDICO
EL AGENTE
UNA DAMA
UN CABALLERO
UNA MUJER CURIOSA
UN HOMBRE CURIOSO
AGENTE SEGUNDO
AGENTE TERCERO
EL SERENO DEL OTRO MUNDO
TRES PERIODISTAS
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TODO ESTA IGUAL
PRIMER ACTO
Despacho elegante. El CRIADO est arreglando cosas. Abre un libro y empieza a hojearlo. Entra COLN
con el sombrero puesto; se lo quita y lo tira en una silla. Cuando el CRIADO lo ve llegar, deja el libro,
azoradamente y se pone a mirar al recin llegado con extraeza. COLN obra como en su casa, sin
fijarse en el CRIADO.
CRIADO (despus que COLN se sienta). Puede sentarse. (Pausa. COLN se levanta y toma un peridico).
Puede leer algo, si quiere... (COLN ya sentado, lee. El CRIADO va a marcharse; COLN lo ve
disimuladamente).
CRIADO. A m?
COLN. S, a ti...
COLN. En la calle? Qu calle! En la calle yo no conozco a nadie. Yo te conozco a ti. En una casa,
no s dnde, pero yo te he visto a ti en otra parte.
COLN. En qu casa?
COLN. Aj! Yo iba all los sbados a buscar la contribucin... S seor. Bueno, y desde cundo
ests aqu?
COLN. Bueno, pero oye... qu te pasa? All, casa de las Aguirre, eras as... distinto... y ahora, ests
as... distinto...
COLN. Yo lo digo por el pelo... y por los pantalones y por el modo de andar y el modo de hablar y
todo... Cmo te curaron?
COLN. Cmo la necesidad? Qu necesidad tenas t de andar con aquellas ojeras y aquella voz de
mujer y aquellos andoneos?
CRIADO. Uno sabe su negocio. Ustedes no comprenden cuntas cosas tiene que hacer el pobre para
vivir.
COLN. Hombre me vas a explicar eso.
CRIADO. Esa es la vida del pobre. Yo... Yo soy un hombre macho, comprende?
CRIADO. Ah, mi amigo! Necesidades! Mire, cuando yo me fui a concertar en la primera casa, me
contestaron mal: No seor, no necesitamos hombres aqu!... Yo saba mi oficio y, francamente, no
comprenda bien eso de la gente. Cuando mi novia...
COLN. Tu novia?
CRIADO. S seor. Yo tengo mi novia. Ella est concertada en El Paraso; bueno, pues ella me dijo:
Ni que te mates vas a conseguir trabajo en esa casa. La moda es la moda. A una sirvienta hembra, le
pagan cincuenta bolvares. A un sirviente macho no le pagan nada. Ahora, a un sirviente entre macho
y hembra, le pagan cien.
COLN. Hombre...
CRIADO. Yo no conoca otro oficio. Como necesitaba trabajar, pues me pint mis ojeras y me puse
aquellos pantaloncitos y me ech mi melena sobre este ojo. Al otro da, concertado, con cien
bolvares mensuales y novia al voltear la esquina. Bueno, y qu me importaba a m lo que dijeran, si
mi novia saba lo que deba saber?
CRIADO. No, nada, que es la moda. Que las seoritas Aguirre decan que era mucha ventaja, era
libertad de ir a baarse y llamar al sirviente; Fulano, treme el tnico!.
CRIADO. S seor. Y les llevaba la ropa y se vestan delante de m, como si tal cosa...Es mucha
ventaja...
COLN. Y despus?
CRIADO. Despus, a mi novia no le gust el negocio porque yo y que les llevaba el desayuno a la cama
a las Aguirre. Busqu otro trabajo y encontr ste.
COLN. Y aqu?
CRIADO. No, aqu no quieren afeminados; quieren un criado. Adems, ya la moda de los sirvientes
afeminados, pas; todo era moda. Hoy los hombres pueden ser hombres y trabajar en las casas.
Menos mal...
COLN. S, menos mal, porque fuera de las casas, ya no se puede ser muy hombre para ganar bastante.
Bueno, aqu te pagan menos?
CRIADO. No seor, cien bolvares... y novia en El Paraso. Es la gente la que lo hace a uno.
COLN. La gente, s seor; es la gente la que lo hace a uno... Y cobran caro... (entra Elisa).
COLN. En Puerto Cabello. Tuve que ir yo mismo a recoger las contribuciones porque el amigo que
tena all no se ocupaba del asunto.
COLN. No creas. No alcanza para nada. Antes, bueno, dos mil bolvares mensuales eran una linda
suma para mi trabajo. Pero ahora, como base, he ensanchado el Asilo; y adems he organizado una
seccin de socorros a domicilio para aquellas mujeres que por mil circunstancias no pueden llevar sus
nios al asilo... Pero eso no sera nada.
ELISA. Se ha metido en otras cosas?
COLN. Cmo en otras cosas? Llamas otras cosas a otros dolores, a otras necesidades? No, hijita, es
la misma cosa. Yo no he abierto un asilo para estos o aquellos nios, sino para todos los nios, ni
para que mamen de esta o aquella leche, sino para que se alimenten de lo que necesiten. Los nios de
mi asilo, con dos o tres mil bolvares que me daban mis amigos, chupaban leche de vaca. Bien, ahora
resulta que hay mil nios grandes, perseguidos, desvalidos, acorralados. Quieren leche de libertad...
Yo se las doy...
COLN. En estos das he embarcado a cuatro. Dos estudiantes, de aquellos viejos chicos del 7 de abril;
y otros dos que fueron militares... fueron! Se fueron por La Guaira! Qu bien!
COLN. Eh? A m qu? Qu pueden hacer conmigo? Matarme? Para eso estoy. Es como agarrar
un lpiz y sacarle punta. Para eso estoy! Pegarme un par de grillos? Bueno, me quedar estirado
hasta que me los quiten.
ELISA. Ochenta!
COLN. Los pegan de ochenta, de setenta, de sesenta; le ponen a uno una cortina, le dan dos tazas de
caf, dos tazas de frijoles con gusanos al da. Y eso no es nada... Los interrogatorios...
COLN. Les pegan cepos ballesteros que les quebrantan los huesos; los ponen a pasar 50 100 horas
de hambre y sed. Y por ltimo, los cuelgan hasta que hablen.
COLN. Pero as no acabarn con nosotros! Triunfaremos. Por ahora, los nuestros padecen los
horrores ms grandes. Hay que estar a caza de noticias; as como ellos nos espan hay que espiarlos a
ellos; si se sabe que hay orden de prisin contra alguno, se esconde, se traslada, se juega con l un
extrao juego nocturno, hasta que se embarca... El trabajo es duro... pero ya somos muchos... No
estamos solos...
(La conversacin se envuelve en el rumor general. Cada actor puede hablar lo que quiera. De pronto
suenan dos disparos consecutivos. Silencio y alarma generales).
CRISTBAL (a ELISA). Ya ves, la intencin construye, destruye, premia y castiga. Yo estoy satisfecho de
haber matado en este momento a una mujer.
CRISTBAL. Por milagro de mi intencin, yo me apropio de esas dos detonaciones, hago de ellas dos
tiros de muser y acabo de matar a esa seorita de los impertinentes.
ELISA (riendo con gusto). Qu padrino este! Pero venga ac... (ya seria). Qu hacen las mujeres en
esa obra de ustedes?
CRISTBAL. Las mujeres... Son nuestros mejores soldados. Ponen en salvar a los perseguidos la misma
entraable pasin que pondran en darlos a luz. Cuando una de esas mujeres salva a un hombre de la
prisin, debe sentir el santo dolor de rehacerlo, de reparirlo.
ELISA (vagamente). Esa nueva Obra... Esa Obra pura, pura... no la veremos.
CRISTBAL. Qu importa? Es que t quieres verla? Es que no habr quien la vea? Tu prolongacin
en la vida la ver con los ojos de la vida; y ser como si t la vieras.
ELISA. Quiz... Es cierto... Algo de eso pienso continuamente... Porque... yo no hago ms que pensar...
Bueno, Padrino, pero usted no se cuida; hace un asilo, protege a los revolucionarios... y usted, de
qu vive?
CRISTBAL. Pues, vers. Me he convencido de que lo mejor es tomar un puesto como nio en mi asilo.
A veces como bien, y cuando no se puede, agarro un tetero y chupo... Eso me desarrolla...
ELISA (re). Qu horror! (Cambiando de tono): Usted tiene cosas que yo siento, pero no comprendo.
CRISTBAL. No les busques dificultades. Son cosas sin profundidad. Yo soy fuerte, como un buen
gobierno; o lo que es lo mismo, como un buen pueblo.
CRISTBAL (entusiasmado). Eso! Ya ves cmo sabes! Que alimente a los dems de cultura, de
ejemplo, de armona, de gracia. Pues bien, un Gobierno, como lo entiende mucha gente, es un seor
gordo sentado encima del lugar donde el pueblo debera tener el estmago. Hay unos cien o ciento
cincuenta seores apostando a quin pesa ms sobre la barriga de los pueblos.
ELISA. Y los llevan a la guerra. Y los pueblos van. Pero por qu los pueblos van? Ser por odio?
CRISTBAL. No. No van por odio; van por amor. No hay odio.
ELISA (violenta). Padrino! Padrino! Cunteme! Dgame qu se hace por los presos, por los
conspiradores, por los inconformes!
CRISTBAL. Ya te he dicho, hija. Se ayuda, se salva, se vigila, se atreve. Pero, t no sabes nada?
ELISA (amarga). Nada, nada. Yo estoy presa, presa, ms presa que un preso.
ELISA. No exagero. Qu quiere usted decirme? Que lo tengo todo? Ya s; lo tengo todo. Pero nadie
tiene nada de m.
CRISTBAL. Explcate.
ELISA. No s; no s explicarme. Oigo decir cosas. Siento que un gran dolor me rodea; oigo como olas
que se me rompen en los brazos, en el seno, en la vida! S que hay tempestades afuera. Quiero
encender un faro; acudir a donde van los otros. Y no s, no s! Me estoy aqu, sin darme cuenta,
islea, ciega. Aqu me trajeron unas amigas las noticias de la calle. Me trajeron despus unas telas
azules, amarillas, verdes; me dijeron que haba que hacer pijamas para los presos. Vivo haciendo
pijamas; todos los das, cuatro, cinco pijamas. Aqu vienen la madre y la esposa de un preso. Aqu
estn. Les doy pijamas. No s hacer ms nada; no s nada. Un da me dicen que le d una carta a mi
marido; all le dicen cosas extraas; all hay un gran dolor que pide auxilio. Yo no s nada. Estoy
como presa. No creo que querer hacer algo por algo sea mucho pedir. Creo que con hacer una cosa
pequea, pequeita, as, as, yo habra hecho algo que significara tanto como una cosa grande. Pero
soy una cmica. Me han puesto aqu a hacer un papel y lo represento como puedo, como un oficio,
como una mquina. Me s mi papel. Pero cuando pienso que ese no debe ser mi papel, sino otro, un
gran papel de amor, me asusto al adivinar que mi verdadero papel, el otro, no me lo s... no me lo he
aprendido.
CRISTBAL. Elisa!
ELISA. S! Muy bueno! Hasta la infamia! Aqu vive, entre sus libros, entre sus papeles; escribiendo,
escribiendo... He odo decir que es un gran escritor, un apstol... un maestro de filantropa. Pero
cuando yo me acerco a leer lo que escribe, levanta el hombro y me deja ver su espalda, slo su
espalda, ancha, incomprensiva... Su espalda... su derrota...
CRISTBAL. Egosta...
ELISA. Porque ellos, los apstoles, escriben mucho. Yo no creo que nada de lo que digan los liberales,
ni los comunistas, ni los espiritistas, ni los anarquistas, est probado. Pero ellos andan por su cuenta.
Me parece que lo primero que deberan hacer es contarle a uno el cuento. Que nos den de comer, que
nos hagan leer, que nos vean y se dejen ver por nosotros, as, claros, viviendo como liberales, como
comunistas o como verdugos, pero claros, claros, claros. Yo vengo a ser la parte de humanidad que
no hace nada, que no se ocupa de nada; es decir, esa parte de humanidad vaga e intil, burguesa y
salvaje, contra la que escribe mi marido tiene gracia! (Entra PABLO).
PABLO. Cmo?
CRISTBAL. S hombre! Tus artculos de hoy no son los mismos que los de hace un ao?
CRISTBAL. Nada de eso. Pienso que tu campaa debe ser la misma. En fuerza, en generosidad, en
grandeza de estilo y en integridad de ideas, no creo que hayas cambiado.
CRISTBAL. O imitaciones nuevas. La necesidad es una, vieja, incurable hasta hoy; ahora, las
necesidades crecen y se renuevan; son corolarios de la necesidad, creadas por la ley de la imitacin.
Es la gente la que te obliga a crear en tus artculos necesidades nuevas.
CRISTBAL. El que crea es la gente, el mundo, la vida, Dios, el microbio, nosotros, la Compaa
Annima de la Inmortalidad.
PABLO. Oye, que te ests colando. Hay un mundo de ciegos, atados a la cuerda de un rgimen de vida.
Llego yo, imagino un modo de ver, creo un instante luminoso. El mundo ve, tres mil millones de
ciegos ven. Quin lleva la luz? Quin cre?
CRISTBAL. T, es decir, ellos.
CRISTBAL. No, ellos, que vieron por ti, por tus ojos. Y la luz, que te cre para ver. Ellos te dieron la
necesidad, que es la mitad de la creacin. Gritaban sin hablar: Aqu hace falta algo! No le des
vueltas. Dirige tus tres mil millones de hombres por donde quieras y no irn. Van, porque les enseas
un camino que estaba en ellos, que transitaron ellos en s mismos y recobran en la maana de tu
palabra. Lo malo es que ustedes, los apstoles, les dicen: este es el camino: teocracia, monarqua,
repblica, colectivismo, comunismo; todo eso son frases. Hagan un hombre, puro, sin egosmo, capaz
de repartirse entre todos, de darse y ser lo que l quiere que sea la humanidad; hganse ustedes
mismos ese hombre para que los imiten.
CRISTBAL. Yo preferira, precisamente para hacer posible tu hermoso, nuestro hermoso sueo
socialista, yo preferira, antes que un repartidor de artculos oscuros, un repartidor de alfabetos.
PABLO. Oye, padrino, por qu te pones en la otra fila si eres nuestro? (palmotendole).
CRISTBAL. Quin ha dicho que yo me pongo en la otra fila, ni que soy de ustedes? No creo que nadie
quiera ser malo. Todo el mundo tiene razn. Es cuestin de ignorancia o sabidura.
CRISTBAL (grave). Pablo, la verdad es el Pueblo. La verdad es querer con todo su corazn. Cuando
empezaste a amar algo espontneamente, sin coaccin, por tu propio arrebato, eso era la verdad, y eso
es bueno siempre.
CRISTBAL. Claro. Porque todos te ayudan a serlo. Eres selecto porque eres sabio. Pero si yo te dijera:
Pablo, tu seleccin es una derivacin de esas diez mil selecciones; deja entrar a los otros aqu, breles
tus libros, hazlos selectos, t convinieras? que no lo creo, porque la seleccin crea un egosmo
glorioso bien, si t convinieras, a los cinco aos yo te metera diez mil selectos ms en tu tintero.
Pero yo tambin soy selecto. Lo soy sin libros. Lo soy porque amo sin escribir. Voy al grano; soy el
espritu familiar de los arrabales, el viejo del asilo, el amigo de las prostitutas y el padrino de tu
mujer. Tu pedagoga es fra, cruel, aspiras a hacer un hombre ideal para una humanidad futura; pero
mientras tanto, no alimentas con los medios de hoy, por imperfectos, al hombre de hoy, lo vas a
matar para hacerlo vivir? El no es perfecto porque no sabe. T eres demasiado perfecto para acercarte
a l sin cartula. Pablo, la seleccin se rinde por grados de amor y de buena fe. Lo dems es cartula.
CRISTBAL. Qu ocurrencia! Todo lo que has escrito es sumamente til. Pero yo te deseara ms cerca
de ti mismo, es decir, ms cerca de los dems. Desdeas tu propia obra despus que la has escrito.
Jurara que al que prefieres en esos tres mil millones de hombres ciegos a quienes pretendes haber
devuelto los ojos, es a aquel nefelibata que lleva tus libros en alto y no ve las puntas de las piedras.
PABLO. Me calumnias!
CRISTBAL. Yo preferira verte ms cerca de la accin que predicas. Corres el riesgo de congelarte
como una hermosa estatua de la Doctrina, t, que pides a gritos el movimiento. T ests preso.
PABLO. Cmo?
CRISTBAL. Yo s lo que digo. Antes me dijo alguien que estaba preso como un cmico. T tambin
ests preso, como un cmico a quien obligan a hacer su papel. Eres un hombre que haces el papel de
Mdico de la Humanidad. Has tomado en serio el diagnstico terico, pero no se te ve tomando el
pulso. Se te ha olvidado tu papel.
ELISA (al ver que se acerca un grupo). Madre ma, no le he atendido a nadie! Afortunadamente est
Carolina conmigo!
CAROLINA. No te preocupes. Todo el mundo est satisfecho. Adems, se ha formado el bridge y los
bridgistas lo nico que quieren es su whisky y que los dejen tranquilos.
ELISA. Pues aqu nos tienen. No deje de drmele mil carios a los chicos.
ELISA. Pues aqu nos tienen. No deje de drmeles mil carios a los chicos. (CRISTBAL la mira
asombrado). (Nuevo rumor y despedida).
(PABLO entra).
PABLO (buscando algo. A ELISA). T quitaste un libro que dej sobre mi mesa? Un libro azul? Tena
unas cuartillas adentro...
ELISA (turbada). Azul? Con unas cuartillas?... No... Espera... Yo estuve arreglndote la mesa...
PABLO. Ustedes como que se han reunido para hacerme quitar el hambre. Por ltima vez: No me toque
mis pinceles. No quiero mujeres en mi escritorio. Por ltima vez... (quiere salir).
ELISA. Pero oye! Pero hombre... (l se vuelve). Yo lo que he hecho es limpiar esto! Un libro azul
Aqu espera !Si es que esto estaba como un nido!
CRISTBAL. Todo. Fjate, todo eso que ests diciendo entra en el papel que yo, que cualquiera, te
pondra a representar. No te hagas la mrtir. La vida va haciendo en ti, tu propia protagonista. Eres
una mujer que, teniendo belleza y talento, quieres ponerlos al servicio de algo; no te resignas a darles
a esas cualidades un papel pequeo o insuficiente. Hay algo en ti que quiere ser til. Con la belleza se
sirve no slo al marido. Se sirve al mundo. El viejo pleito entre lo bello y lo til, est resuelto: Lo
bello es til; hay algo en ti que quiere lograrse: la eficacia. Y quiz te vayas por el punto de menor
resistencia y sirvas al mundo en algo mnimo, nfimo, pero que tendr la eficacia significativa de una
gran obra.
CRISTBAL. No hay otro mejor. All haba fuerza, amplitud, haba? No, hay amplitud!
ELISA. Me parezco a l?
CRISTBAL. No ha muerto. Est en ti. No muere nadie. Se cortan pedazos de humanidad como se cortan
uas, cabellos, pero el gran cuerpo sigue... y todo el morir es podar...
CRISTBAL. Era un loco admirable. A tu madre la llam siempre Comadre. Aquello no era un
matrimonio; era una comandita de piedad; se hicieron fuertes en libros de economa social;
predicaron y actuaron. Un da me encontraron en la casa de un borracho a quien tu padre le haba
dado una paliza despus de haberle regalado un litro de ron a fin de comprobarle que el ron lo haca
ms dbil para pelear. Estaban sudando, recin salidos de la lucha. Me pregunt mi nombre. Como yo
no tengo nombre, le di el que me puso la gente...
ELISA. Coln...
CRISTBAL. Se puso muy serio; me pregunt: Cmo se le ocurre a usted llamarse as? Le dije: Eso no
es cosa ma; es un nombre legal, confirmado por las fuerzas vivas de la nacin. Sonri; me pidi
explicaciones. Le cont mi vida...
CRISTBAL. S. Inmediatamente fuimos hermanos; su primera hija fue ahijada ma, del hombre de todas
partes. Y tu padre deca que eras la ahijada del mundo.
ELISA. Yo no me acuerdo de l.
CRISTBAL. Como no me acuerdo yo del mo. Pero ha debido ser algo que te empuj hasta m.
CRISTBAL. No importa. Ante todo, no odiaba. Amaba. Todo lo que sea afirmar algo, es amor. Los que,
como tu marido, para pedir el bienestar universal, se cuidan tanto de afirmar su individualidad
aislada, son personalistas. Aman; se aman a s mismos; aman una humanidad a su imagen y
semejanza; una humanidad resumida en ellos; es un modo de amarla. Napolen Bonaparte am en s
mismo un resumen deforme de la Humanidad. Yo amo a la humanidad en todo el mundo ms que en
m. Soy difuso; los personalistas son sintticos. Pero todos aman. No hay que creer a nadie enemigo.
Cuando ms, mi padre sera un hombre que no se saba su papel. Quiz, si odiaba, mientras ms crea
odiar, afirm, me afirm a m, en un receso de un segundo en que am para siempre. Hizo su papel de
una vez. Era tal vez el hombre del brazo cortado.
ELISA. Cmo?
ELISA. Explqueme!
CRISTBAL. Es difcil... Bueno, es algo parecido a eso del teatro, de que hablabas antes. Un hombre que
sabe hacer su propio papel, pero no sabe la parte del papel de los dems que le toca hacer a l; porque
tiene un brazo ajeno, o porque no sabe ver el suyo.
ELISA. No entiendo...
CRISTBAL. Recuerdas lo que te dije ahora? Tu padre no ha muerto. Se cortan pedazos de humanidad.
Todo el que va muriendo va dejando un pedazo de su cuerpo. As es. La parte de humanidad muerta
se prolonga en brazos en lo que va quedando. Y asimismo la humanidad viva se prolonga su cadver.
Es la solidaridad. A veces un hombre va a hacer el mal y hace el bien: O es que su brazo no pudo
obedecer a una decisin ajena o ejecut con un brazo ajeno. Fulano debi hacer esto; eso indica que
el pblico est deseando en Fulano. Y Fulano es una resultante de sus deseos y de los deseos de los
dems. Si Fulano hace algo por s, contra lo que quieren los dems, acta con su brazo; si hace algo
contra s, deseado por los dems, mueve el brazo ajeno que tiene. El que siempre, sistemticamente,
acta para s, carece de ese brazo ajeno que obra para todos. Es la personalidad personalista, no la
individualidad de sentido colectivo, que se hace grande para ser til a los otros, es el hombre con el
brazo cortado. El que niega todo tiene un brazo menos; porque en todo hombre humano al negar,
siente algo en ser brazo ajeno que est afirmando siempre.
ELISA. Y esa parte que hacemos por los dems...
CRISTBAL. Es la ms importante; es la que no llega a hacerse bien sino cuando nos damos por entero.
CRISTBAL. El que te estn enseando... (Entran dos seoras; la madre y la esposa de Juan Bimba).
ESPOSA. Mucho!
MADRE. Figrese!
ELISA. Se conocen?
CRISTBAL. S, claro. Esta seora es la madre de Juan Bimba. Esta es la esposa. (Las saluda).
MADRE. Cmo no! Un gran amigo!
MADRE. Se va?
MADRE. Mucho! Y rinde poco. Como no tengo ojos! Pero algo se hace.
ESPOSA. Es demasiado. Ella quiere hacer dos pijamas o tres sbanas al da. Y no es posible. Yo no creo
que por tres pijamas ms o menos se vayan a morir los presos.
ELISA. No es eso. Ellos no se van a morir por eso. Pero hay que hacer siempre ms ropa. Son mil
presos; necesitan ropa.
MADRE. Con los grillos se les deshilachan los pantalones en una semana.
ELISA. Como si lo fueran, seora. Y son los presos y los hijos de los presos, y las madres y las viudas y
los hijos de los muertos en la crcel y en las guerras... y tantos otros...
MADRE. Eso lo dicen todos los aos. Parece que todo el mundo se juntara para engaarme a m, a m!...
ELISA. Ellos saben todo eso. Y qu menos podramos hacer nosotras, mujeres intiles, que ayudarlos a
llevar la pena que se ganaron con su esfuerzo.
ELISA. Bendita locura. Eso mismo de estar sin armas, eso mismo de ser nios, ancianos y desvalidos,
es lo que los hace dignos de amor y lo que deba avergonzar a los que pudiendo y debiendo hacer, no
hicieron. Si todos hicieran de una vez nadie estara preso.
ESPOSA. Egostas!
ESPOSA. Egostas! Con qu derecho un marido, un hijo, un hermano, un padre, para echarse la gloria
de echar dos gritos, deja a su esposa, a su familia sin pan, sin sueo, sin sosiego?
ELISA. Diga ms bien: Con qu derecho el egosmo de esos hombres se va a anteponer a nuestro
egosmo? La lucha entre esos dos egosmos, seora, es infame.
ESPOSA. S, infame!
ELISA. S, infame! No hay nada ms infame que una incomprensin egosta, frente a frente de ese
santo egosmo de los hijos, de los padres, de los hermanos, que fueron a buscar sus grillos por el
amor del mundo. No hable as, seora!
ESPOSA. No, yo aguanto. No soy de las que van a gritar necedades a las manifestaciones.
ELISA. Tampoco son necedades. Son palabras que dicen lo que han podido decir hasta los muertos,
hace muchos aos. Hay que entender las cosas. Ud. querra a su hijo de cualquier modo?
CRISTBAL (que ha entrado, tomndola del brazo). Y lo tendr como debe tenerlo.
MADRE. A los tres aos, ya corra ms que yo y se me iba de las manos. Pero yo lo dej para que fuera
lo que fuera. Algn da me lo devolvern.
MADRE. Me dijeron que iba a haber una manifestacin pidiendo la libertad de los presos.
PABLO. Eso no conducir sino a empeorar la situacin. No hay que formar desrdenes...
PABLO. Peor.
MADRE. Pues no s qu van a hacer. Si los dems no hacen nada, quin va a hacer?, el gobierno?
ELISA. S, qu pasa?
CRISTBAL. El Dr. Pal lo encuentra a uno en la calle y le dice confidencialmente: Oye, el que se
port muy bien el 7 de abril fue Fernndez. Ha visto la protesta de ayer? Dicen que la escribi
Rodrguez. Es formidable. Oiga, el que es un cobarde es Martnez; no se present con sus
compaeros... Y as, como el Dr. Pal, casi todos. Parece que la Revolucin fuera un asunto de
teatro; en la escena, un grupo de actores peleando contra el gobierno y por las butacas y los palcos
una multitud elegante y cobarde que aplaude o critica, como si aquel asunto que se ventila en la
escena no les interesara directamente; es una sociedad para corridas de toros. Yo estoy obligado a
ser valiente y a quitarle de encima el gobierno al Dr. Pal; pero el Dr. Pal no hace ms que
juzgarme. No hagan imprudencias, no cometan tonteras. Esperen. A quin? A ellos? Mientras
crece la yerba, el caballo se muere de hambre. Nadie se sabe su papel. Y el pblico, menos que
nadie.
CRISTBAL. No, nadie es intil. Ellos contribuyen a crear un concepto sobre la necesidad de cambiarlos
a ellos. Son el sinapismo de la aspiracin. (Va hacia la ventana. Las seoras van a salir; la esposa de
JUAN BIMBA se queda atrs y al salir da la mano a PABLO. CRISTOBAL los ve).
CRISTBAL. Los que entienden el Deseo de un modo que se aproxima a la verdad. Tu deseo ni siquiera
se aproxima a tu mentira.
ELISA. El hombre del brazo cortado... (ha entrado ELISA hace poco).
PABLO. Qu hay?
ELISA. Nada. Cog al vuelo las ltimas palabras de mi padrino. Lo que no sabemos lo sospechamos.
PABLO. Bueno, qu quieres decir con lo del hombre del brazo cortado?
ELISA. Pero, hijo, hoy no has hecho sino preguntar. Ahora, parece que t, que lo sabes todo, no sabes
nada. Digo el hombre del brazo cortado, como podra decir el hombre isla. Yo no s nada. T dirs.
CRISTBAL. Amrica! Es palabra de moda. A eso aspiro yo tambin; a Amrica. Hacer Amrica, esto
es, hacer un continente; pero antes de hacer Amrica hay que hacer un americano, y luego otro.
Hazme un grupo de americanos y te har una Amrica. Pero cada americano ha de ser un hombre
continente. Mientras no lo seas, mientras seas un hombre isla y asimismo lo sea cada americano y
cada pas de Amrica, Amrica, espiritualmente, no ser sino Oceana: un archipilago: veinte pases
isleos, separados por un mar de preocupaciones pequeas y medievales; cada pas de Amrica tiene
un brazo para agarrarse al otro: ese brazo se llama Bolvar, San Martn, Ricaurte. Pero el otro brazo,
el de la conciencia de un destino comn, lo tienen cortado. Lo dems son diplomticos, uniones
panamericanas, champaa, declaraciones de amor, frente a rejas fronterizas, bajo el candil romntico
del bolivarianismo mal entendido; y veinte egostas repartidos en veinte nsulas pobladas por cien
millones de isleos.
PABLO. Sospecho la existencia de una liga entre ahijada y padrino. Ha habido clases de filosofa, eh?
ELISA. Figrate. El A.B.C. Filosofa de pequea burguesa; toda cabe en un libro de Cocina Social.
ELISA. Ya estoy muy adelantada. Te habra contestado as: Lo que me preocupa es lo que debe pensar
la vida de m. Me siento un dedo en la vida, un dedo con una sortija.
PABLO. Me interesa el caso. Me gustara enfocar un estado de alma femenina netamente americana.
ELISA. Ya era hora. Y pensaras que bajo tu objetivo se iba a mover un bicho raro, verdad? Hasta que
lo publicaras como una creacin tuya. Diras que me hiciste t.
PABLO. Te parece?
ELISA. Estoy segura. Tres aos hace que estoy pasando por delante de ti, bebindome tus manos que
trazaban all, en el papel, tantas hermosas verdades que en m nunca escribiste, que t creas descubrir
y que... perdona... la vanidad... estaban en m, probablemente.
PABLO. En...
ELISA. Espera. Te me ofrec durante tres aos. Tomaste una mujer. Yo era una mujer; pero he podido
ser como un hombre. Fui tu amor. Pero t no has querido ver el amor que yo pudiera tener por los
dems, te hubiera dado celos; su egosmo no hubiera podido ver con calma la parte ma que no te
perteneca. T, el apstol, el filntropo, que creas darlo todo a la humanidad, no le hubieras dado
nunca un pedazo de m. Y por eso me inutilizabas aqu, sin darme colaboracin ninguna, sin dar de
m ni lo que te sobraba. Todo lo que en m le pertenece a la multitud, t se lo negabas. Para ti todo,
todo. No lamento haberte dado mi amor. Lo que lamento es que me hayas monopolizado lo que no
era tuyo ni mo, la parte ma que te ha querido con ms humanidad, porque te quera sin egosmo, el
amor es al prjimo; te creste mi nico prjimo y robaste a los dems. Te daba con el alma mi amor
de pequea mujer; pero de mi amor de Hombre inmortal no has debido tomar sino tu parte razonable.
Has robado al Mundo y te has quedado manco. Eras el apstol; pero yo he podido ser la parte tuya
que, mientras t escribas llevaba la doctrina a las casas del mundo, el brazo que una tu bondad
inaccesible con la humanidad sollozante. Yo soy tu brazo cortado... Te quise tan grande que te quise
capaz de amar en m la nica forma honrada del adulterio: la que comparte con todos la parte ms
pura del amor; te cre capaz de darle a los desventurados el tesoro espiritual que tu mujer te daba. No
fuiste capaz y yo ahora, delante de ti me proclamo adltera de ese estupendo adulterio.
ELISA. Ah! Y la humanidad razona? No eres t el que razona por toda la humanidad?
PABLO. La mitad de la humanidad, la burguesa, razona y razona mal; la otra mitad la hicimos nosotros
y razona por ella.
CRISTBAL. Porque l no ha creado nada; crea y descrea; todos son creaciones que crean a su vez.
Solidaridad; eslabones. La mitad de la humanidad la crees lograda por ti, y la otra un golpe en falso.
Lo que dicen los dramaturgos. Esta es mi humanidad y esta es mi mujer. Mentira. Esta es la
humanidad que se va haciendo a s misma, siempre distinta y siempre igual; y esta no es mi mujer; mi
mujer es otra; pero la tengo porque no me s mi papel. En vez de crear a tu mujer pasmaste lo que
ella hubiera sido si la dejas crearse a s misma.
Soy quien soy y tal vez sea otro. Me hace gracia el personaje que se lamenta de no haberse podido
hacer a s mismo. Admirable. O imbcil. Quera verse vivir; y la cuestin consiste en vivir para los
dems, nacer por los dems y morir para los dems. No nacemos plenamente hasta que nacemos en
otro. Hago bien en llamarme Cristbal Coln porque Coln no naci hasta el 12 de Octubre de 1492,
da en que la mitad del mundo naca en l y l naca en la otra mitad.
ELISA. Pero ni eso tengo. Soy un camino sin salida. El hijo da rumbo. Por eso deseara querer a los
hijos de los dems.
ELISA. Y si los nios pudieran nacer cuando ellos quisieran, yo nacera hoy.
PABLO. Has descubierto a Amrica. Pero hoy que te estrenas en el amor a los hombres, te voy a dar un
consejo.
ELISA. A ver?
PABLO. Para amar a los hombres desde una isla, como yo, se puede estar sin armas, pero para amarlos
de cerca es bueno prevenirse.
ELISA. Gracias. No he necesitado revlver para vivir contigo en tu isla; menos lo necesitar para saltar
a tierra.
PABLO. Pobrecita.
CRISTBAL. Eso me provoca decir: pobre bicarbonato de soda, que lo consumen como si lo devoraran,
como si lo odiaran, como si lo destruyeran! La humanidad devorar a Elisa y al bicarbonato. Pero el
bicarbonato de soda es inmortal.
MADRE (entra). La espero?
MADRE. Pero...
PABLO. De qu se trata?
PABLO. De quin?
PABLO. En qu forma?
MADRE. Es una angustia. Hay un empleado de la Crcel; un hombre bueno. Me trajo un papelito. Le
quise dar unos centavos y no acept.
MADRE. Un mal? Si mi hijo me dice que le escriba! Me pide por favor unas palabritas. A m me da
mucho miedo, pero l quiere que le escriba. Qu hago?
PABLO. Y si descubren la correspondencia le pegan un par de grillos, una cortina y un mes de hambre.
Qu le parece?
MADRE. Yo s que de m no piensa eso. Pero es que... Me da pena. Bueno, usted que sabe tanto, usted
que es el amigo de los presos, me aconsejar. Usted ver... El sabe que yo... en fin, madre es madre...
Pero l se extraa de que ella... (seala afuera).
PABLO. Eh?
MADRE. Ella, pues... como es as... El se fija mucho... Los sbados, cuando le va la cesta, l lee las
etiquetas. Por todas partes ve mi letra, mi letrica fea; en los calcetines, mis letricas bordadas,
horribles. Ella no escribe las etiquetas ni marca los calcetines. El se extraa: quiere ver su letra; una
letra linda en las etiquetas. Una letra ms linda! Y borda! Un sueo! Pero, ella se ha puesto as. Y
es injusto. Porque ella era distinta, distinta... Usted que es el amigo de los presos, dgame: el que la ha
cambiado a ella, el que le roba a un preso el cario de su esposa, puede ser bueno? No, no, no puede
ser. Pero, qu hago? Yo, yo, no le escribo. Pero ella... qu me aconseja?
ELISA (con la carta). Oye: ...de mi viejita... la letra de mi viejita... la veo siempre... pero tu letra...
dnde est tu letra?... Ests enferma?... Esto me espanta... Por favor... escrbeme...
MADRE. No, para m, no. El sabe que no necesita... pero como ella...as... no se ocupa... yo quisiera...
ELISA. Usted quisiera escribir por ella.
ELISA. S, engaarlo. Qu importa? De los engaos que engaan, este es el que engaa menos. Oye:
...y yo no odio a nadie, no siento rencor por nadie... Ardo en amor por esa humanidad que he
reflejado en ti, esa humanidad que me ayud a formarte, a dibujarte, a decorarte... y espero tranquilo
en la obra que me espera, con los brazos abiertos, anchos como la Humanidad... S... a ste hay que
engaarlo.
ELISA. Has dicho la palabra. Camino. Es la primera vez que afirmas sin negar. Mi camino! Gracias,
Pablo, (trae pluma y papel). No podr imitar su letra. Pero escribir imitando la letra de imprenta. El
creer que lo hago por prudencia, para despistar al carcelero si cogen la carta.
ELISA. Qu le digo?
MADRE..Algo... algo bonito. Algo as, carioso. Cmo ser? Ay! Cuntas palabras bonitas no habr
en esos libros!
CRISTBAL. Venga.
(Ella, en voz alta, sonora, larga, lentsima. Como mirando lejos, como
en la recepcin de su propia luz que le regresa a los brazos tendidos).
ELISA. Mi vida...
TELON
2 de mayo 1930 - C. P. C.
SEGUNDO ACTO
La Rotunda de Caracas; sector semicircular del interior de la espantosa Crcel de Caracas, abarcando
del calabozo N17 hacia el buzn; todo conforme al dibujo. Dos pilares a un lado y otro, dan las
salidas. Dos calabozos estn encortinados. Son lienzos de "coleta" clavados en el muro de manera que
obstruyen completamente las puertas de los calabozos. Teln interior que ayuda a la mutacin de las
escenas. El pequeo teln es una tela blanca con una reja pintada.
PRIMER TRAMO
(La escena est sola. A un lado estn dos presos sentados en un cajoncito, dormitados. Todos los presos
llevan grillos de diversos tamaos). (Entran el CORONEL y NEREO, cabo de verga).
NEREO. Vamos a la formacin! (De los calabozos no encortinados y de todas partes salen presos en
lento desfile. Se supone que la lnea de formacin se prolonga en bastidores; de modo que los
primeros y ltimos nmeros vienen de adentro).
PRESOS. Uno, dos, tres, cuatro, cinco... (cada uno dice su nmero).
NEREO. Vaamonde! Tiene tres reales en el rancho. Bueno, vamos a dej las seas con los encortinaos.
Al que yo vea haciendo una seita pa las cortinas le clavo su coleta y le quito la coma! Ya lo saben.
Orden de la superiorid. Otra cosa; el que tenga escondi un lpiz, que lo suelte, porque al que se le
encuentre un lpiz en la requisa, se enzanjona. Otra cosa. Al que le jalle yo metindole un piazo e pan
o una poca de agua le doy ms palo que a una gata ladrona. Pueen retirase. Qu quiere ust?
PRESO (que se ha acercado). CORONEL, se podra conseguir un poquito de algodn para una lcera?
CORONEL. Qu tienes?
MUCHACHO. Catarro...
CORONEL. Qu es eso?
NEREO. No te metiste a subversivo? Come ladrillo! Nosotros somos los que jacemos hombres!
CORONEL. El que le pase un pedazo e pan a ese hombre es traidor al gobierno. Dgaselo a los presos.
TELON
SEGUNDO TRAMO
(Un grupo de presos haciendo seas hada arriba. JUAN BIMBA hace seas).
JUAN. Qu hay? (El DOCTOR le hace seas hacia el fondo; Juan se encoge de hombros).
GONZLEZ (a JUAN). Eso es muy peligroso, chico.
JUAN. Y qu es lo que no es peligroso? Hombre, no bebas agua, porque eso es muy peligroso aqu.
Cualquier da te dan vidrio molido.
GONZLEZ. Pero no es lo mismo. Cualquier da te ven hablando por seas con un soldado y nos
embromamos todos.
JUAN. Mientras no estemos dispuestos a embromamos todos, absolutamente todos, nos vamos
embromando uno a uno.
JUAN. Gracias, viejo, pero mientras haya aqu un preso, yo estar hablando con l.
GONZLEZ. Pero ese hombre que est en la azotea con un fusil al hombro no es un preso; es un soldado.
JUAN. Ese hombre que est en la azotea con un fusil al hombro, es un preso; un preso que tiene un par
de grillos en el hombro mientras yo los tengo en los pies.
GONZLEZ. Entonces, el polica que me prendi a m era un preso? Y la Guardia que est en la
prevencin est presa?
JUAN. Presa de mucha gente. Presa de sus jefes, de su miedo, de su ignorancia; y presa de nosotros. No
sabemos si ese guardia est all para que no nos vayamos o si nosotros estamos aqu para que no se
vaya la guardia. Somos el nudo que no los deja ir.
JUAN. Los fusiles se los han puesto en las manos como nos han puesto los grillos en los pies.
GONZLEZ. Entonces llegamos a la conclusin de que los nicos que no estn presos son los que
armaron a la guardia.
JUAN. Te equivocas. Estn ms presos que nadie. Presos en un principio.
JUAN. O de amor.
GONZLEZ. De amor?
JUAN. Quin sabe! De defensa propia. El amor es un estado defensivo. Esto lo dice mucho un amigo
mo, un hombre muy interesante.
GONZLEZ. Quin?
JUAN. Se llama Cristbal. Un viejo admirable; un revolucionario nato. Un regalo que les hizo Dios a
los hombres. No cree que el odio exista; cree en el altruismo. Para l, los que nos tienen presos son
hombres que aspiran, que aman; aman las riquezas, porque son slo instintivos; roban para tenerlas, y
nos sacrifican a nosotros, porque somos un peligro para sus tesoros, para su buen vivir... Nos
suprimen, no por odio a nosotros sino por amor a su bienestar personal.
JUAN. Claro! Pero en el concepto de Cristbal, no falta cierto altruismo all. Hay, sin que ellos lo
piensen, una colaboracin con el elemento de vida que labora en ellos y en nosotros para producir la
eternidad. Entre ellos y nosotros se establecen acciones y reacciones y eso es la vida. Son elementos
de un gran amor, haciendo cada uno su papel. La resultante de esos dos elementos, amor egosta a lo
suyo y amor altruista, es el afilamiento de la especie en un tipo, producido por su roce, tipo
comprensivo, que ser el altruista humano: hombre que se hace una gran individualidad para
ofrecerla a los dems, prolongarse en los dems y ser todo en ellos.
GONZLEZ. Es curioso.
JUAN. Y no es la igualdad boba de creer que el bruto es igual al sabio. Es hacerse sabio para procurar
el levantamiento de los otros. Lo curioso es que cuando el hombre nace al concepto de su eternidad,
pierde el aprecio de su propia vida parcial pero complicada, para entrar a apreciar la vida comn que
dura mil siglos y es sencilla como la luz. Es inmortalidad; satisface el orgullo personal y se realiza en
lo colectivo. Lo curioso es que, segn esa teora el hombre, al despertar y conocerse conoce su
verdadero camino y recobra su verdadero papel. Deja de ser lo que l llama el hombre del brazo
cortado.
JUAN. Es un hombre con el brazo cortado; otro acta por l. Y l, al hacernos la primera sea, a los
presos, recobra su brazo y empieza a moverlo.
NEREO. Vamos a dejar los chismes. Mire, Juan, djeme las guirizapas. Rolito!
NEREO. Sin sus corotos. Barra esto. (ROLITO pone la boina en el pico de la escoba y barre, cantando).
UNA VOZ. Pan! Tengo hambre! (ROLITO saca sigilosamente del bolsillo un pedazo de pan, lo tira al
suelo y en un descuido de NEREO lo barre hacia la cortina).
TELON
TERCER TRAMO
ESTUDIANTE 2 Aqu!
MILITAR. Aqu!
MILITAR. Antonino!
ANTONINO. Qu le duele?
MILITAR. Clementina!...
ANTONINO. Quin? Ah! Clementina! (Pausa).
ESTUDIANTE 2 Se comprometi.
ESTUDIANTE 1 S?
MILITAR. No pudiste?
JUAN. Imposible, viejo. He estado por pasarle siquiera un pocillo de caf, pero Nereo se ha plantado
enfrente de la cortina. Qu broma!
MILITAR. Lleva ciento sesenta horas sin comer y treinta y dos sin beber agua. Es fuerte.
JUAN. Un cepo. Le amarran los pulgares as... Y le empiezan a meter fusiles por aqu. Si no canta, lo
cuelgan.
JUAN. Una mquina. Un hombre que cumple con su deber, como l dice, o que hace el papel que le
dan, como dice mi amigo Cristbal. Cuelga un hombre y no sabe cmo se llama ese hombre. No sabe
ms que colgarlo. Lo mismo lo besara.
JUAN. No te preocupes. Dentro de unos das te pondrn tus grillos; dentro de un mes te acostumbrars.
En cambio hay muchos sin grillos, que los sienten. Son los que tienen esos grillos de aire que se
llaman prejuicios. Pueden llamarse tambin principios. Porque al ponernos los grillos en los pies, lo
que atacan es lo ardiente que tenemos en la cabeza. Ellos lo dicen: Para calor en la cabeza, fro en los
pies.
ESTUDIANTE 2. Vista!
JUAN. Qu pasa?
TELON
CUARTO TRAMO
JUAN. Como bien... Hoy me siento mal... por eso (la cortina).
CANOSO. Si supieran en la calle...
JUAN. Para qu? Nada haran con saberlo ahora. Deben saberlo un momento antes de actuar... para
que acten.
JUAN (se encoge de hombros). Eso no vale la pena. La obra est por encima de eso. Son detalles.
LA VOZ. Deme algo. (Saca la mano por un lado de la cortina. Un vergazo de NEREO. Cirrase la
mano).
CANOSO. Qu?
JUAN. Cerr la mano. Tendi la mano pidiendo algo; le dieron un latigazo en ella y cerr la mano.
Cmo se llama ese hombre?
TELON
QUINTO TRAMO
(Un grupo)
DOCTOR ALVAREZ. Bueno, pero hubo una mujer que se fug de aqu por la cloaca.
DOCTOR ALVAREZ. Con una combinacin afuera, la cosa es fcil. Un amago de asalto a la prevencin y
nos pondramos a esta gente en los cachos en diez minutos. Oye, cmo va eso?
JUAN. Por fin pude pasar un papelito. En esta semana tendremos seguetas y limas aqu. Mi mujer
recibi el papelito con la clave. Ya la comunicacin est al da.
GENERAL. Eso es lo esencial. Al quitarnos los grillos, quedaremos listos para todo.
JUAN. Algo muy curioso. Los que estn fuera de la Crcel quieren ver para adentro; y los de adentro
quieren ver para afuera. Y en el medio hay un tipo, el que deja entrar y no deja salir, que es el nico
que no sabe lo que quiere.
GENERAL. Quiere vivir; quiere que lo dejen vivir; como nosotros. Hacemos planes para salir a la vida;
l sigue su plan de esperar a alguien que lo haga salir para alguna parte.
MILITAR. Para m, lo mejor es esperar a que estemos en formacin. A esa hora se amarra al bigotudo
se.
ROLITO. Visita... (Silencio sbito. El preso espa se acerca; siente el vaco; est cortado).
ESPA. Tienes cigarro?
JUAN. No. T ests obligando a ese espa a que sea espa toda su vida. Es un desgraciado. Debe tener
ganas de hablar con alguien, de que le oigan algo para no tener que or tanto a los dems. (Se levanta.
Va hacia el ESPA). Enguayabado, viejo?
JUAN. Yo creo que esto no sea muy largo. No hay que perder la esperanza... (Suena el motor de un
avin; todos se arremolinan y siguen mirando hacia arriba, el vuelo del aparato. Pausa).
JUAN. Te parece? Ese hombre est en un calabocito entre cuatro precipicios... Adems; ese es un
aeroplano del Gobierno. Un hombre que pudiendo volar sigue siendo esclavo de un dueo malo,
bruto y anclado, tiene que ser ms esclavo que el centinela de aqu arriba...
JUAN. Pobrecito! Hace das que no tiene nada que ir a contarle al Alcaide...
TELON
SEXTO TRAMO
CANOSO. Fjate en esto: Das de recuerdo y de hambre. Los verdugos vern el da... Se borr lo
dems.
GENERAL. Esto est bien: Mara Teresa: te estoy consagrando la ltima hora de mi pensamiento -
Horacio. Ah! mira: Horacio Len; muri el 3 de febrero de 1919. De hambre. (Pausa). L. Torres
Abandero... El poeta. Muri envenenado.
ROLITO (lee). Veneno. Estn dando... veneno. Ser que tienen piedad de tan larga agona? Ser el
veneno una prueba de infamia o de piedad?... Eliseo Lpez.
MILITAR. Vean esto: Viva la libertad: Pnfilo Acosta. Pnfilo Acosta! El sinvergenza que sali de
Cnsul para Curazao hace dos meses!
JUAN. El mismo. Estuvo preso. Quera ser libre. Por eso grit: Viva la libertad. Ha debido gritar
Viva mi libertad!
CANOSO. Qu bien est esto! (Todos acuden). Hermano: He sufrido la delicia de todos los martirios.
Cuando pienso que toda la humanidad ha sido golpeada y ultrajada en m; cuando pienso que soy la
parte de ella que recibi los golpes por ella y salv el rostro de la muchedumbre, soy feliz. Tengo
hambre y sed; y desde lo alto de mi mejor momento de comprensin, te ordeno, hermano, que no
odies
GENERAL. La firma?
TELON
SEPTIMO TRAMO
PRESO 2. Y hambre.
PRESO 1. La s es ms pior (ambos estn vigilando al del pltano este tira las conchas. Los
otros se precipitan hacia ellas, luchan hasta que uno queda con las cscaras y empieza a
comrselas. El otro lo mira. El que ha vencido lo ve y le da la mitad. El vencedor es el
PRESO 1).
UNA VOZ (agonizante). Un poquito de comida!... (los dos presos se vuelven a or, con las conchas en
la mano. Se miran, miran sus conchas).
PRESO 2. Si se pudiera!...
UNA VOZ. Un poquito de agua!...
TELON
OCTAVO TRAMO
(Todos los calabozos estn encortinados. Entran JUAN B. y CANOSO enyugados con un solo grillo
grande).
JUAN. Bueno, pero si lo que quieren es matarlo a uno, por qu no le pegan dos tiros?
NEREO. Qu dice? Un cura? Ja, ja, ja! Y que un cura! Bonito sera traerle un cura a esta rata! Oye!
T no quieres que te traigan al arzobispo?
NEREO. Y qu vas hac con un cura? T crees que va a hab cura que te perdone? Pa al infierno no
se necesita cura! Ja, ja, ja!
UNA VOZ. No
UNA VOZ. No
UNA VOZ. No
JUAN. Entonces, perdname t, hermano, el oficio de perdonarte... Yo te perdono
TELON
NOVENO TRAMO
(JUAN B. y CANOSO)
JUAN (lee). Has visto nada ms hermoso que dos manos tendidas? Son como dos nios en una puerta.
Dos manos tendidas al mundo... eso seremos nosotros. T me has hecho, mi vida, t me has hecho; y
yo te espero para tenderme en tus manos como el don que t le haces a la tierra...
CANOSO. Pobrecita...
JUAN. Cuando se tiene una mujer como la ma, se puede decir que se ha ganado la partida.
JUAN. La misma. Una fortaleza, un optimismo, que refleja toda mi labor. Porque yo te digo: a esta
mujer la hice yo. S! Es como si hubiera pintado un cuadro. Tom un paisaje que tena en el corazn
y lo pint en un lienzo blanco; al separarme de l, el paisaje empez a vivir y los rboles a moverse;
el agua corri con la vida que le imprimi mi deseo. A esta mujer la hice yo.
JUAN. Tal vez. A ella, a m, a ti, nos hacen todos; giramos en una cooperacin de alfareros.
JUAN. Veramos algo planetario. Sera como ver esos hilitos que juntan a la luna con el mar. Tiran
desde la luna, el mar crece; sueltan de la luna, baja el mar. Es la marea. Hay entre la crcel y la vida
lo que hay entre el teatro y la vida. Una influencia de mutua atraccin que hace que suba o baje la
marea del recuerdo o de la ansiedad. Fjate, est perfumado. Este es su perfume.
JUAN. No puedo.
JUAN. No puedo.
NEREO. Se lo trag?
JUAN. S
NEREO. Felipe!
NEREO. Aydeme a darle una pela a este vagabundo! Toma pa que comas papel! (Le pegan ambos.
CANOSO le limpia con el pauelo la frente. Se van los cabos).
CANOSO. Te lo tragaste?
TELON
DECIMO TRAMO
(Patio del Castillo de Puerto Cabello. Fondo conforme al dibujo. Algunos presos echados en
cajones, en el suelo; harapientos. En un cajn el GENERAL MRQUEZ. Le rodean varios).
GENERAL MRQUEZ. Bueno, pues, un da, cuando menos pensamos: Formacin; y el jefe nos dijo:
Bueno, seores, arreglen sus corotos, que estn en libertad. Corrimos a arreglar lo que fuera; yo
regal hasta la almohada. Salimos. Y al llegar a la puerta me detuvo el jefe y me dijo: Usted no. Fue
una equivocacin. Ya me haban dejado ver un pedacito de mar y un retacito del puerto. Es todo el
mundo que he tenido durante dieciocho aos...
EL POETA. Una galleta; una galleta de mundo, para pasar dieciocho aos chupando.
GENERAL MRQUEZ. Por cierto que por all, por ese pedacito de playa, pas en ese momento una mujer;
no la puedo olvidar. Morena, alta, vestida de gris, una muchacha de tipo criollo, buensima. Muy
parecida a Laura Fernndez.
EL POETA. Ah, caray! Esa es la que usted llama Laura Fernndez? Hombre, esa es doa Laura Serra.
Tiene ocho hijos.
GENERAL MRQUEZ. Se cas Laurita?... (Pausa). Bueno, usted comprende... Me es igual. Yo la vi ese
da, jovencita y todo... Tiene ocho hijos? No importa. Era ella.
GENERAL MRQUEZ. Veintitrs aos. Primero pas diecinueve; ahora llevo cuatro. Pas en la calle
quince das.
GENERAL MRQUEZ. Pero valen ms de una vida, por lo que se exprimen. Es un limn.
GENERAL MRQUEZ. Y volver ahora ms que nunca. Vine la primera vez al Castillo; sal de aqu
siendo un mrtir. A los quince das cometi el Gobierno una arbitrariedad. Yo tena que ser el
primero en protestar. Si no lo hago, el pblico me hubiera despreciado profundamente. Cmo? Ese
a quien tenamos por el hombre ms digno del mundo, no ha protestado? Mi profesin de mrtir
honrado me obligaba. Los dems le eligen a uno un oficio y se lo dan. Soy un mrtir profesional al
servicio de la admiracin pblica. Si dejara de serlo, mi pas no me perdonara. Soy un preso del
pblico. El no hace nada; la vergenza nacional, el honor individual del ciudadano, como si no les
ataera; nadie cree tener un deber, pero tienen sus presos para que lleven los grillos que la cobarda
de ellos no quiere afrontar. Ha visto usted el orgullo con que hablan los compatriotas de los
caimanes de Apure y de los tigres de Guayana? Pero no se preocupan por ir a Guayana o a Apure; no
quieren nada con los caimanes. Pero si se murieran todos los caimanes, ellos haran unos de celuloide
para conservar el concepto varonil de la tierra tropical. Esos egostas se quieren demasiado a s
mismos y a su bienestar y a su vanidad, para renunciar a sus protomrtires.
GENERAL MRQUEZ. Figrese. Diecinueve aos sin ver ms que rejas, sables, cabos, sin probar ms que
esos frijoles con gusanos y esa agua con tierra. Plan, colgadas, cepos; suelo mojado, desnudez
absoluta; hambre, plaga, alacranes como esos; grillos como esos; veranos, fros de paludismo. Un da
me dieron mil palos; me los dieron al amanecer; mientras me pegaban, la banda tocaba La Pava y La
Juana Bautista... Me soltaron. Cuando me quitaron los grillos no saba andar; no saba ver... pero
viva, durante diecinueve aos, preparndome, ensayndome para ver. Me daba cuenta de que en mi
vida anterior, yo no haba visto bien el mundo, no lo haba aprovechado, no lo haba gozado bien. Y
me dispona a gozarlo... Sal.
GENERAL MRQUEZ. Mi esposa, un hijo que dej de tres aos y una hija de seis meses. Al llegar a la
puerta, vi un hombre calvo; mi cuado. Nos abrazamos. Empec a verlo todo; as veran los nios si
pensaran al nacer. Despus, el camino, la carretera; el automvil me espantaba; nunca los haba visto;
admiro profundamente al chofer. Perd el miedo porque comprend que aquella mquina en manos de
aquel hombre maravilloso deba ser algo lgico; aquel chofer era un hombre como yo, con la
diferencia de que yo me haba quedado dormido mientras l llegaba. Al cruzar las ciudades me
asombraron las mujeres con las piernas al aire. Pregunt. Y mi mujer y mi hija tambin andan as,
sin pelo en la cabeza y con las rodillas afuera? S me dijeron. No iban a quedarse atrs. Aquello
me pareci lgico. Lo que pasaba era que yo me haba quedado dormido mientras mi mujer y mi hija
se desnudaban.
EL POETA. Y la llegada?
GENERAL MRQUEZ. La llegada?... Una calle... Una ventana llena de mujeres; un zagun lleno de
gente. Me esperaban. Baj del auto. Qued en mitad de la calle, examinando aquel grupo. Todos
callados!... Cul es mi hija? Cul es mi hija? (Un grito, como si lo repitiera). Aquella... aquella
es mi esposa. Est vieja, pero la conozco. Una linda joven se acerc a m; la abrac, la abrac
dolorosamente. Y mientras la abrazaba, pensaba: Esta es mi hija. Y si no es mi hija?... Es igual...
Esta es mi hija!... Era mi hija! Vino luego un joven sacerdote, un sacerdote bonito. Le dije: La
bendicin, padre... Y me dijo: La bendicin, padre. Mi hijo! Mire qu cosa!
EL POETA. Y qu ms dijeron?
GENERAL MRQUEZ. Qu ms? Acaso saba yo? No saba qu hablar, y, qu cosa ms rara!, cada vez
que pensaba en que deba decir algo, preguntar algo, una pregunta estpida, ridcula, se me vena a la
cabeza; la rechazaba y deca para m: No seor!, debo preguntar algo! Y siempre volva aquella
cosa absurda que estuve a punto de preguntar, aquella pregunta de bobo, de loco, que preguntaba
siempre: Los gallos ponen? Los gallos ponen?...
TELON
UNDECIMO TRAMO
DOCTOR X. Y del escrutinio verificado han resultado elegidos para formar el Consejo de Instruccin
de la Escuela Cipriano Martnez, Primera Universidad Popular de Venezuela, los compaeros arriba
nombrados. Esta Primera Universidad Popular, fundada en la Crcel, no es ms que el primer
esfuerzo, que se prolongar en la Repblica desde el da mismo de nuestra libertad. Marchando al
lado de la Federacin de Estudiantes, de los gremios y Uniones Obreras, la Universidad Popular
llevar a los ltimos rincones de esta tierra el abecedario y el libro. No est adscrita a ninguna
ideologa, pero preparar a los hombres y a las mujeres para la formacin de su conciencia
ideolgica. Detrs de un libro se atrincherar el Pueblo del porvenir. Cuando todos nuestros obreros y
campesinos sepan leer y escribir, el soldado del Ejrcito Nacional dar el frente a vanguardia y
presentar armas frente al Destino nacional. El pueblo armado y desarmado ir a las fronteras a
llamar a los hombres de Amrica con las manos limpias y enteradas (Aplausos). Tiene la palabra el
compaero de Historia.
PROFESOR. La Historia de un hombre es muy sencilla. Saber cundo naci, dnde, cmo; quines son
sus padres; quin lo ense a leer; qu alimentacin le prest mejor para su desarrollo; qu ejercicios
haca; qu mtodos se emplearon para ensearlo; qu vocacin se observ en sus costumbres; en una
palabra, cul era el destino ms visible que presentaba en su infancia. Es la primera parte de la
Historia de un hombre. Exactamente lo mismo debe ser la primera parte de la Historia de un pueblo.
No nos importa saber quin le peg a ese hombre cuando era nio, ni a quin le peg l. Pero los
historiadores, en su mayor parte se empean en ensear a los discpulos la historia de las guerras, de
las hazaas, de las guapezas de los pueblos. De eso muy poco trataremos aqu. Las batallas, las
grandes hazaas, tendrn su puesto en esta clase; pero lo principal en ella ser la historia de la
formacin de nuestra cultura y el estudio de los esfuerzos hechos para lograr, al travs de mil luchas,
observar la vocacin del pueblo americano, derivada de sus condiciones especficas, de su
composicin racial, de sus posibilidades...
UNA VOZ. Gobierno! (Algunos corren a meterse en los calabozos. El PROFESOR queda con un grupo de
tres).
CAPITN (con dos cabos). Qu guachafita es esta? Vamos a disolver esta vagabundera. Ya les he
dicho mil veces que est prohibo habl e poltica.
TELON
DUODECIMO TRAMO
(EL POETA encienda un haz de fsforos y al apagarlos, escribe con ellos. Tiene al lado una
cajetilla. Dos estn jugando al lado).
EL POETA. Regular.
OTRO JUGADOR. Oye, no te olvides de pintar el momento en que nos apersogan con los criminales.
UN JUGADOR. Oye, si pudieras describir all los diez y siete granos de frijol que te pasaron ayer. (Llega
el CABO; ve lo que escribe por detrs; le arrebata el papel. No sabe leer).
EL POETA. Pero, puede que le sea til. Mire... Esta es una E. Est, as, con las dos barriguitas pa
adentro, una e. (Hace seas hacia atrs. Otro coje los fsforos y va escribiendo lo que l dicta).
Usted ve. Esta es una l. Fjese: Primero le voy a leer todo. Despus se lo explico: El guerrero
durmi despus de la batalla... . (Se han sentado el POETA y el CABO).
TELON
DECIMOTERCIO TRAMO
LA DEL NIO. Eso se te pasa. La primera noche que yo llegu me pas lo mismo. Y eso no es nada. T
siquiera eres bonita y tienes de dnde agarrarse. Pero ese se le mete a una rata vieja, con tal sea
nueva. Mira, no hay presa aqu que no tenga que aguantalo. Ese hombre es rico, tiene su seora en
Puerto Cabello. Yo la conozco. Una mujer bonita de verd. Y con tres hijitos as, catires. Tiene las
mujeres que le d la gana, con su plataje que tiene. Y ya ves, a las pobres presas que van llegando
aqu, se les mete a los calabozos, y quiera o no quiera, les pone un centinela ah enfrente y jace con
ellas lo que quiera. Seis hijos! Seis hijos nacidos aqu, en este infierno. Pa qu puen serv esas
criaturas... ? Eso se cuenta y no se cree. Ese perro jace nac a la gente presa; mira esto; (ensea al
nio). Naci preso; dende que naci ni la mar ha visto. Qu har esta criatura cuando vea la calle? Si
l es de aqu...
LA DEL NIO. No lo matas. Lo quieres ms que a nadie. A este inocente, lo voy a mat? Encima de
que lo tienen preso de antes de nac, lo voy a mat? Qu ha jecho este inocente pa est preso? Y
encima lo voy a mat? No juegue! Y quin sabe!, quin sabe si este va a s gente! Lo que soy yo
no lo suelto! Este va a s doctor! Y ministro! Este le va a quit los museres a estos murganos.
Mijo, mi vida, va a s ms bueno! No ves que no ha visto el mundo? Este no sabe lo que es la
mald.
TELON
DECIMOCUARTO TRAMO
(Trozo de carretera, en Palenque, el llano. Hombres jvenes, con palas, picos. Harapientos, flacos,
peludos. Un sargento, armado, vigila. Todos llevan grilletes en un pie. Sentados en rueda. A un lado,
uno envuelto en una cobija).
ESTUDIANTE 3 (tocndole la cabeza a un compaero). El parietal tiene dos caras, interna y externa;
cuatro bordes y cuatro ngulos. La cara externa es convexa y tiene en su parte media una eminencia
llamada protuberancia parietal... Las lneas temporales por debajo de la protuberancia...
(Suena una corneta de auto. Todos se interrumpen y arremolinan a ver qu pasa. Se oyen voces
destempladas y hasta un grito de mujer. Luego, una dama aparece; pero un CAPITN la detiene,
retrocediendo; ya en la escena, saca el sable y la amenaza con clavarla. Ella se detiene, con calma).
DAMA. Mteme.
CAPITN. No se pu pas!
DAMA. Pero yo vengo de Caracas y no me voy a devolver sin mirar lo que quiero mirar.
DAMA. Ver a mi hermano. A mi hermano, que est aqu, que es estudiante y lo estn matando aqu.
Usted no tiene hermana? Pues mi hermano tiene su hermana, comprende? y su hermana no se va de
aqu sin verlo o usted me clava esa espada como un cobarde que es usted.
DAMA. Yo le juro que no le hablo! Yo lo que quiero es verlo. Por su mamata!... Djeme verlo... (Un
preso flaqusimo, un fantasma, surge del grupo).
CLEMENTE. Leonor!
DAMA. T!... T!... (huye, despavorida; pero se devuelve y va sobre el CAPITN. Malvado! (El
CAPITN le presenta la espada. CLEMENTE le detiene el brazo y toma a su hermana, acaricindola).
DECIMOQUINTO TRAMO
ESTUDIANTE 3 El Rayao.
ESTUDIANTE 4 Por las costillas. Se le ven todas las costillas y parece rayao. No pasa de hoy.
ESTUDIANTE 3 Para qu? El General ni se acerca a uno; como que cree que lo vamos a asesinar. Ese
hombre nos tiene ms miedo que a la hematuria. Adems, dicen que est enfermo.
SARGENTO. Yo, como soy nuevo aqu, no s como son esas cosas...
ESTUDIANTE 3Qu?
ESTUDIANTE 4 Pobrecito. (Se acercan; vienen otros estudiantes. Se inclinan hacia el enfermo).
SARGENTO. Qu dice, viejo?
ESTUDIANTE 7 S, hace tiempo. Tres tablas que me pasaron a m; est aguadito, pero sabe a chocolate.
(Pausa; todos miran al enfermo. Vuelve ESTUDIANTE 1 con un pocillo; se lo da al enfermo; este
toma; pausa. El enfermo se tiende nuevamente, tras tomar el chocolate, se mueve un poco y
muere).
SARGENTO. Claro. Lo mat el chocolate... (pausa; todos se echan en los rincones. Aparece un CAPITN;
detrs, el GENERAL, que tiembla como un azogado).
ESTUDIANTE 5 Qu hay?
ESTUDIANTE 5. A ver. (Va al GENERAL, lo mira, lo examina bien). Corra, Capitn, llvelo a la casa
ligero y mande a buscar a toda carrera suero antitetnico. Corra, Capitn!
(Se llevan al hombre que va envarado).
ESTUDIANTE 3. Ttanos?
ESTUDIANTE 6. Ttanos.
SARGENTO. Algn pasmo. Pero a ste lo mat el chocolate.
TELON
DECIMOSEXTO TRAMO
(Otra vez La Rotunda. Un preso en un cajoncito. Se le acerca otro que le ve jugando con una
mosca).
MILITAR. Qu es eso?
JUAN. S. Desde esta maana la estoy tratando. Primero huyen; pero si le haces as con una pajita por
aqu, se van amansando y abren las alitas.
JUAN. Cuando yo estaba encortinado, las amansaba en dos horas. Un da amans una, me cans de
jugar con ella y la dej. Pues andaba buscndome.
JUAN. Claro. Yo he tenido amores con dos o tres moscas. Lo malo es que duran muy poco.
JUAN. Yo tambin tuve una rata. Me quera mucho. Cuando el Coronel Garca lo supo, t sabes lo que
me mand con la orden de que lo tuviera en el calabozo?
MILITAR. Qu?
MILITAR. Qu?
JUAN. Por haber engaado al tordo. Lo ense a caminar por su calabozo. Si hubiera querido al tordo,
le hubiera enseado el oficio de los tordos. Volar. Y Porras no hubiera podido quitarle el pescuezo.
Aquel tordo invada la jurisdiccin de Porras. (Llega NEREO, ve la mosca, se la arrebata, la estruja y
la tira al suelo. Se va. JUAN BIMBA lo mira, luego se vuelve hacia la pared y hace el gesto de cazar
otra mosca).
TELON
DECIMOSEPTIMO TRAMO
(Han levantado la cortina de Pablo Estulain. Los presos estn asomados al
NEREO. Yo no saba que estaba muerto. Se mueren como unos perros. Ni avisan esos condenaos pa
que la gente puea ayudalos.
JUAN. Yo. Fui yo. Entr hace un momento; lo envolv con la sbana y le puse esa medalla.
PORRAS. S, vamos a prob. (Saca una aguja larga y se la clava al muerto en la garganta).
TELON
DECIMOCTAVO TRAMO
ESPA. Pero, qu hago? Qu hago? Si nadie quiere habl junto a m... qu hago? Quieres que
invente? La nica manera de or es que me encortinen.
NEREO. Como yo. Me ofrecieron la libertad pa que matara y pegara y cuanto Dios cri. Y contims me
necesitan contimenos me sueltan. Quin te mand a metete en esto?
ESPA. El Coronel Garca. El a todos les propone... Uno piensa en su mujer, en sus hijos...
FELIPE. Y resulta que en tu casa creen que t ests preso. Y los presos no te creen preso. Y en fin de
cuentas te friegas con Dios y con el Diablo. Oye, viejo... (a JUAN BIMBA, que entra).
FELIPE. Yo soy de ustedes, viejo. A ese Porras, en lo que se presente una pelotera, me lo dejan a m.
FELIPE. Pa qu? Pa bajale la cabeza de un solo machetazo. Va a qued destapato como un frasco.
JUAN. Y el brazo?
TELON
DECIMONONO TRAMO
CANOSO. Y nada de esto, hermano, nada, ni los grillos, ni el hambre, ni la impunidad de los ultrajes, ni
las torturas, nada es comparable con el dolor de las madres. Yo la dej con los cabellos negros. Me
dicen que tiene la cabeza blanca. Es un fantasma.
JUAN. Y es que con lo espantoso de nuestra situacin, no llega a ser nunca lo que ellas se figuran.
Nuestras madres ven torturas superiores a las que realmente sufrimos. Nada hay comparable al horror
que ellas ven. Cuando los presos remos, las madres nos oyen llorar. Por eso es que este mundo
nuestro es una aspiracin en su desesperanza. Ellas aspirarn siquiera a que estemos como en realidad
estamos.
CANOSO. Y nosotros saldremos como ellas; viejos tal vez de treinta aos.
JUAN. No, hermano. Niego rotundamente el libro de Remarque. Ese libro que ha entrado aqu
clandestinamente vino a convencerme de mi verdad. Sin novedad en el frente... Aqu tampoco ha
pasado nada..., nada. Somos los primos pobres del mundo. Quin se va a ocupar de nosotros, pobres
indios de Amrica? Pero en cambio aqu hay unos indios que vieron en la crudeza de ese libro
sangrado en la guerra, no una leccin de derrota, como el escritor alemn, sino una maravillosa
leccin de esperanza. La guerra no mat la generacin de la guerra. La hizo nacer. Hizo nacer la
nueva humanidad. En esa generacin que presenci la derrota de la antigua fe, de los viejos tpicos,
del viejo sistema de vida, de las venerables mentiras en que se apoyaba el mundo, esa generacin
mat el viejo mundo. Sali ella, odiando la guerra, escribiendo un libro como ese, nueva,
reciennacida, con la vaguedad de un nio, despus de liquidar la humanidad carcomida. Y esta crcel
no es la guerra, es peor que la guerra. Son cinco aos de muerte, sin aire, sin armas, sin combate, sin
una bala que lo resuelve todo... Es la muerte espantosa, lenta, hedionda y sin embargo, aqu estamos,
olvidados de un viejo mundo que nos ech aqu. Nos quitan Venezuela y salimos de aqu con una
Venezuela grande como Amrica y con una Amrica grande, como la tierra. Lo malo es que se nos
mueren las viejitas...
JUAN. Si ellas lo perdonan, qu menos podramos hacer nosotros? Y adems, de quin vamos a
vengarnos o a quin vamos a perdonar?
JUAN. A nadie... y a todos. La humanidad que nos encerr aqu no es la que vamos a encontrar.
Adems, la humanidad somos nosotros, est herida en nosotros, con doble herida de miedo y de amor.
Fjate en que nosotros, los presos polticos, estamos peor tratados que los criminales. El ideal de un
preso es haber matado a alguien; est bien considerado, sin grillos, con pan. Pero el preso poltico es
un perro; porque el preso poltico es un estorbo; es un hombre entre otro hombre y su deseo; aqu se
hacen los grandes amores...
JUAN. Acaso. Y probarn que no hay ms que eso. Rete del argumentista que busca absurdos. Esto es
el teatro. El teatro y la crcel son tan parecidos! Un actor sale de la escena. Va a reunirse con el
pblico. Ha muerto o se ha ido. A los dems personajes no les interesa el hombre que hizo mutis. Un
preso sale de aqu. Ha muerto o est en libertad. Es igual; va a reunirse con el pblico. El autor, el
pblico, han hecho un hombre y lo han metido aqu, para que odie, para que ame. Est en la escena.
Aquel hombre ha hecho hombres y se los ha quitado a los hombres. Se va. Muri. Hizo mutis. Va a
fundirse con el pblico. A qu vino, pues, a la escena?
CANOSO. Acaso a lograr en s mismo un tipo ms perfecto. Para una vida mejor. El del ao dos mil,
comprensivo y total. Y el que nos mete a la crcel acaso colabora, hace su papel! Inconsciente?
Comprendo. Y l tambin har la vida mejor...
JUAN. Y acaso no. La vida y el hombre del ao dos mil tal vez sean iguales a stos. Pero el hombre
sabr amar mejor porque se habr encontrado su propio camino. Sabas que exista la libertad?
CANOSO. Claro.
JUAN. Pero ahora la quieres ms. Es bella desde que ests preso! Nadie es capaz de amar la tierra como
un preso. Luego, aqu no se viene a aprender odio sino amor; el instinto lo dice. Lo malo que hizo el
que nos envi aqu fue el colaborar con la humanidad en el papel de verdugo; hacerla prosperar
torturndola; pero l es ignorante, inconsciente. Es una cosa. Pero lograda la conciencia, nosotros no
podemos imitarle; ultrajar a la humanidad que es nosotros mismos. Lo que nos queda aqu despus de
los rencores pasajeros, es un amor nuevo por lo que perdimos o por lo que ayer no apreciamos
bastante. Se ven los aspectos nuevos de las cosas. Se da uno cuenta de que ni con su madre se haba
estado viviendo completamente; y soamos con la libertad como si furamos a descubrir el mundo,
como si lo furamos a hacer; el mundo, con todo lo que tiene de creacin nuestra y nosotros, con todo
lo que tenemos de creacin del mundo, saldremos de la crcel amndonos. Cuando yo salga de aqu
ser ms de los mos, ms sociable, mejor amigo, cmo te dir?... ms simptico... Poner a un
hombre en libertad es soltar al mundo para que ande... y de odio... qu queda?... Algo as como una
vaga impaciencia que se tuvo por amar ms pronto.
CANOSO. Esa forma del amor que tortura para amar l solo, es una cosa roja, que no entiendo bien.
JUAN. No quieras comprenderlo. Yo tampoco; pero afirmo que el que me cruza la cara de un latigazo
est afirmando en m la defensa de un amor; amor a la propiedad, amor propio, no s. A ellos les
dicen: se te odia; y castigan mi odio que estorba a su mezquino amor. El tirano, el dspota, el
usurpador, es un hombre que ama la vida hasta la cobarda. Su miedo es el retoo de su amor. Yo no
odio a ese pobre hombre que me hace querer tanto la libertad, y que me ha hecho comprender, al
quitarme las nubes y los campos, la utilidad final del paisaje. A la hora en que yo, actor de este
drama, salga a reunirme con el pblico, llevar un intenso deseo de saber de qu color exacto son los
ojos de mi hijo. (Una campana). A dormir! Silencio. (Van cayendo las cortinas detrs de los presos
que entran a sus calabozos. Al entrar JUAN, llega a escena un preso nuevo; derrengado por la tortura
reciente, dice).
PRESO. Ay... ay ay... (Se vuelve a NEREO, que le trae casi cargado). Deme un poquito de agua!...
PRESO. Agua!... Un poquito de agua!... (De la cortina de al lado sale JUAN B. con un pocillo; llega
ante el calabozo del nuevo y mete el pocillo).
(El Preso saca la mano. Pero NEREO, de un salto llega y de un latigazo derriba el pocillo que al caer
moja toda la entrada del calabozo. La mano del preso sale, se moja en el pocito que ha quedado en
el suelo y entra de nuevo; vuelve a salir, a humedecerse y entrar otra vez y as tres veces. NEREO le
mira, como sobrecogido. Lentamente, mira a JUAN, que, de pie, le observa a la puerta de su calabozo.
NEREO recoge el pocillo del suelo, sale de escena. JUAN le sigue con los ojos. Vuelve a aparecer
NEREO; trae el pocillo lleno de agua y va echando, vertida, el agua en el suelo, al alcance de la mano
que va y viene. JUAN y l se miran largamente. JUAN entra a su calabozo y deja caer la cortina).
(Un patio de Caracas. Sillas de junco. A la izquierda del fondo, puerta de zagun. Derecha, puerta
de la sala, que est iluminada y puede verse una ventana que da a la calle. Derecha lateral, puerta
del paraqu. Lmpara. Alguien est a la ventana. Un NIO est en el corredor dndole cuerda y
poniendo a andar un ferrocarril. Aparece PABLO, de la calle).
NIO. Bien.
NIO. S seor.
PABLO. Ah, s?
NIO. Claro. Si no me hubiera regalado el ferrocarril qu hubiera hecho con el ferrocarril? Iba a jug
con l? Ust est muy grande.
PABLO. A quin?
NIO. Mi mam? S.
ESPOSA. Ah!
ESPOSA (al NIO). Oye, mi amor, vete un momento a la cocina sabes? S, mi amorcito; hay unas
empanadas ricas.
PABLO. Hay que volar. Esta noche va a pasar algo. Y ser temprano.
PABLO. Quin me va a ocultar a m nada? No preguntes tanto. Esta noche habr una sublevacin. El
pueblo ser llamado a las armas, si no fracasa el plan en los cuarteles.
ESPOSA. Y si fracasa?
PABLO. Y entonces?...
ESPOSA. Si fracasaran!
PABLO. No. Lo que hacemos ahora no es criminal. Es fatal. Lo que hacemos se llama sencillamente: la
verdad.
ESPOSA. S... Ahora no nos queda ms remedio que ponerle un nombre bonito a lo que hacemos.
PABLO. Las cosas no tienen nombre. Se desean. Si se puede, se hacen, si no, se renuncia a ellas.
Quieres renunciar?
ESPOSA. Mi hijo?... Quiz... No s... Mi hijo!... Tal vez no. En fin, mi hijo es mi hijo... Yo no lo
perder nunca.
PABLO. Ya s lo que te detiene. Te detiene el deseo de combatir. Necesitas que alguien te diga aqu que
te quedes, para que te decidas a marchar.
ESPOSA. Acaso... Acaso sea un deseo de no irme sin vencer. Yndome as, no he vencido a nadie. Si
hubiera que luchar, no me ira con la idea de haber robado, sino orgullosa de haber ganado mi
libertad, como los dems presos...
ESPOSA. Qu diablura!
PABLO. A ver?
PABLO. No. Lo dice mi padrino, Cristbal. En la comedia que representamos, ese canario fue el
personaje que no cambi nadie. El nico que se supo su papel. Volar.
MADRE. Solt el canario y ahora pretende que le d la jaula para... a que no adivina?
PABLO. No se me ocurre...
MADRE. Para darle cuerda al ferrocarril y meterlo en la jaula. A ver si rompe la jaula y el ferrocarril.
(Pausa)
(gritos lejanos)
PABLO. Qu raro!
ESPOSA. Ah!
PABLO. S... se est hablando desde esta maana de que podra haber algo esta noche.
ESPOSA (adentro, gritando). Mire! Adnde? Pero, oiga seor! Y estn peleando? (Se oye una voz
lejana).
ESPOSA (regresa de la sala). No, basta de hipocresas. En la Crcel. Estn peleando en la Crcel.
ESPOSA. Por qu? Una sublevacin, comprende? Una sublevacin en los cuarteles. Y los presos
estn peleando en La Rotunda contra la guardia. Eso es.
MADRE. Usted, que sabe tanto! Usted! Los van a matar, verdad? Usted cree que los van a matar? Y
mi hijo! Mi hijo! Virgen del Valle, mi hijo!
PABLO. Vamos... vamos a buscar noticias, a ver... en fin, a ver qu se hace. (Duda. Pausa).
MADRE. Ah! Qu te pasa? Le dice como si fuera su esposo! Qu te pasa! Ah! Se van! Usted, el amigo
de los presos, usted se la roba! Pero no! Aqu estoy yo! Si me matan se van! Aqu estoy yo. (Se
atraviesa en la puerta). A mi hijo no lo matan, no! Se salvar y encontrar aqu a su mujer, a su
esposa!
ESPOSA. Aprtese.
MADRE. No! No! (Va de la rabia al llanto: forcejea). No! Perdn. Usted, (lo toma de la mano), usted,
el amigo, el amigo! Cmo va a hacer eso? Eso sera horrible. No! Mi hijo! Seor... mi hijo! Mire...
no se la lleve... no se vayan! Maana... se van maana... Mire... (sealndole al NIO que ha
entrado). Mire... su hijo, su hijo. Por l hgalo por l...
PABLO. Vamos.
MADRE. Por l, por l, por la criatura! Que se queda as, seor! (Suplicante).
ESPOSA. Aprate!
PABLO. Voy.
MADRE. Ay!... Bueno, pero... no se vayan... (Un gran clamor en la calle). Ay! (Un chillido de ella).
Mire que tengo miedo... Oiga, estn peleando. Cmo nos van a dejar solos!... Dos criaturas, dos
criaturas, que tenemos miedo!...
(Se van PABLO y ESPOSA. La vieja se refugia en el nio, se coge a l). Mi hijo! Mi hijo! (Se oye un tiro;
ella se aprieta al nio). Virgen santa! Virgen del Valle! (Quiere llevrselo atropelladamente. Pisa el
ferrocarril).
NIO. No ve? Ya me rompi mi ferrocarril! Perra, perra. (Patea y llora)... perra! que me rompi mi
ferrocarril!
MADRE. Espera... no est roto... Espera. (Clamor, tiros. Ella atiende al nio sin dejar de temblar y
mirar hacia la calle).
MADRE. No... no... (Clamor espantoso; descargas. El NIO corre a la ventana). Ven! Ven ac! No te
asomes!
NIO. Y la cuerda?
NIO. As... (le da cuerda, pero est rota). No ve! No ve. Le rompi la cuerda! Bicha, perra! me
rompi mi ferrocarril!
(Grita desesperado. El clamor aumenta).
MADRE. Mi hijito, no llores! No llores! Yo no fui! Yo no fui, yo no fui! ... Mi hijito! Ay! (Descarga
cercana). Ay, mi hijo! (El NIO corre tras ella). No vengas, no vengas! (Luchan en la sala). (Entran
violentamente el viejo CRISTBAL y ELISA).
ELISA. En cuanto empezaron los gritos en la calle, me inform. Al saber lo que era, llam a mi padrino
para que me acompaara aqu. Pero no me figuraba...
ELISA. Cmo?
ELISA. No es aquel amor que usted me deca que era el amor sin lmites... (Estn dialogando
lentamente, todos como aplanados). Aquel es el amor comn; el altruismo es el amor en su forma de
plenitud. Sin embargo... algo de eso hay en toda esta fuga de dos que se quieren querer. En ese
egosmo hay acaso el valor de afrontarlo todo. Cierta colaboracin, y al mismo tiempo, una admirable
comprensin final.
CRISTBAL. Son dos que encontraron su verdadero camino. Es el hombre que por fin encontr su
verdadera mujer; y la mujer que encontr su verdadero hombre. La vida, esa cosa inmortal, se
encarga de enmendarle la plana que no haban sabido escribir. Todo va a su nivel...
CRISTBAL. Juan se salvar... Es valiente, pero es cauto... Y en ltimo caso, si lo coge una bala... no
ser por nada intil...
CRISTBAL. Oiga, seora, yo le digo que Juan se salvar. Pero preprese a la idea peor. Si lo matan, lo
han matado ejerciendo una funcin de vida; quiere la libertad de los hombres; afirma la vida; se
muere y deja un grupo de hombres libres en quienes el concepto de vida se reafirma. Usted dijo que
usted esperara. Lo que se espera siempre, no muere nunca.
CRISTBAL. Y si usted espera, no es posible que lo maten... aunque pasen cien aos... En usted no
morir... Lo que usted ha entregado reciennacido, lo recibir siempre resucitado. (Clamor. Se vuelven
baca la sala. ELISA est en una gran angustia. Ya a la ventana y viene, silenciosa).
CRISTBAL. Mejor. Se fueron arrogantes, orgullosos de su triunfo. Lucharon. Lograron su amor libre a
costa de un pequeo esfuerzo. Muy bien. Los libertadores de s mismos. Egostas; pero claros. No
quisieron robar.
CRISTBAL. No fue l. Fueron los dos. Una fuerza que trabaja y que es la vida. Un solo hombre, no
roba. Dos personas, roban. Todo el mundo para robar necesita de alguien a quien darle. Es la
solidaridad. El robo es el nico vicio absolutamente social, de la sociedad de hoy. Piense usted en la
cantidad de fuerza que hubieran necesitado esos amantes para renunciar al vicio de su vida. Para tener
esa fuerza les hubiera sido preciso estar solos. Al vicio es ms difcil de renunciar que a la virtud. Es
ms amado y ms fiel; y para abandonarlo hay que estar absolutamente solo; pero para proclamarlo
se necesita la fuerza de dos en uno. Porque la fuerza que se necesita para renunciar al amor es la
fuerza de la debilidad. Dos no podan renunciar a ese vicio mutuo, de altruismo egosta. No nos
queda ms recurso que acercarnos a la ventana. (Tiros).
CRISTBAL. No tenga cuidado. Cuando Elisa me llam, yo vena del Cuartel San Carlos, de pelear. Fui
actor. Ahora ser espectador. Un muchacho me quit el fusil. Yo se lo di; le queda mejor.
CRISTBAL. Ahora, espectadores. En nuestra comedia vamos a verificar un pequeo cambio de escena.
Vamos a mirar con atencin. El pblico est trabajando. Vamos... (Tiros, vivas). (Viene a la MADRE)...
Supongamos que cuando usted le rompi el ferrocarril a su nieto, no se hubiera encontrado aqu...
supongamos que usted no le ha roto el ferrocarril... Algo ms. Supongamos que esto es un escenario y
que usted, como actriz, debe fingir que rompe el ferrocarril. Hace como que lo rompe; pero en ese
instante y por un descuido, el ferrocarril cae al pblico. Qu hubiera hecho el hombre del pblico
con ese juguete? Se hubiera sabido el papel de usted? No; no hubiera sabido qu hacer con el
ferrocarril. Lo tira aqu otra vez. Pero, de repente hay un desastre en el teatro; un deseo unnime de
salvacin, de vida, una afirmacin universal hubiera encrespado al pblico, que se habra levantado
clamando. Nosotros, desde el escenario, habramos presenciado aquella admirable tragedia en la que
cada personaje haca su papel con naturalidad magistral. Al fin habramos corrido con ellos, haciendo
lo que ellos hacen. Nuestro autor habra envidiado al autor de aquella obra, olvidando que aquellos
actores eran los autores de sus propias obras. Y en todo esto, qu habra hecho el hombre que
recogi el ferrocarril? Lo habra roto, deshecho, en mitad de su pnico. Lo mismo que ha hecho
usted, lo mismo que ha hecho el autor de nuestra comedia. Todo drama, toda comedia, debe ser, pues,
una afirmacin de vida, as sea de fuga. Ahora, vamos a ver a la ventana, qu hacen los hombres con
el amor que usted les entreg... Lo matan? Para salvar. Estn en su papel... (Va a la ventana). Epa,
amigo! Cmo va la cosa?
ELISA. Cuidado... madre! (La MADRE se vuelve, asombrada al orse llamar madre. ELISA baja los ojos.
La MADRE sonre y va a la ventana).
ELISA. Padrino!
MADRE. Mire! Oiga! S! Conoce a JUAN BIMBA? S! JUAN BIMBA! Qu? No sabe si lo hirieron?
Oiga!...
COLN. Elisa...
ELISA. Qu?
COLN. Y si no lo mataran?
ELISA. Padrino...
COLN. Qu?
ELISA. Tengo miedo, padrino.
COLN. De qu?
COLN. A quin?
ELISA. A l.
COLN. A tu marido?
ELISA. Engao? Lo que no es verdad. Hemos hecho que l crea una cosa que no es.
COLN. Cmo que no es? Cul es la verdad? La verdad es la que l cree que es y esa es la
verdad... Lo que t crees mentira, es la verdad. La verdad es que un hombre preso ama la humanidad
en una mujer. Y la verdad es que esa humanidad lo ama a l conforme a su creencia. Cul es el
engao?
COLN. El engao era el suyo, antes, cuando segua otro camino. La verdad es el amor, que lo salv en
la crcel.
COLN. No tengas miedo. (Toma una rosa del florero). Esta es una rosa, verdad?
ELISA. S.
COLN. Bueno, dentro de quinientos aos, un hombre como yo tendr en sus manos una rosa como
esta, verdad?
ELISA. S...
COLN. Y ser la misma rosa. La verdad es el hombre. La verdad es la rosa. Ahora, pinta una rosa, de
madera, de trapo. Dentro de quinientos aos podr un hombre tomar en su mano la misma rosa y
olerla, verdad?
ELISA. S.
COLN. No, si lo que l quera era una rosa. Si yo le digo: La rosa es sta, y l comprende, le he
engaado o le he salvado?
COLN. Oye, hija. El engao no es bueno. Cuando un nio nace en los Llanos y pasa all veinte aos
sin conocer el mundo, debemos decirle que el mar es de agua salada. Porque si le decimos que el mar
es dulce, algn da ese hombre vendr a la playa, meter las manos en el mar y beber; y nos
habremos hecho culpables de una doble amargura en el alma del hombre: la amargura del agua y la
del engao. Pero a ese hombre preso que crey que su mar era dulce, a la hora de beber, dale el agua
tuya, de tu fuente, verdaderamente dulce. Le salvars del engao.
MADRE. Entra, entra. Cuidado! Entra.
ELISA. Qu pasa?
(Se abre el portn y entra una NIA. Del paraqu sale el NIO).
NIO. Mi abuelita.
NIA. Ay! S?
NIO. Lo rompi.
NIA. Qu lstima!
NIO. Roto?
NIA. No seas pazguata; los dejamos juntos; yo sola no voy a jugar; juntos es mejor.
COLN. Claro; si van a jugar juntos, para qu van a tener los juguetes separados?
NIA. Claro!
MADRE. Oiga! A Juan Bimba! No ha visto a Juan Bimba? S, lo vio? Peleando? Diga, no lo
habrn herido? Oiga! Oyeron?
ELISA. Qu?
COLN. S; habr un momento en que la voz del amor hablar. En la multitud van algunos hombres
que le gritan al pueblo: Mata, mata! Son malos apuntadores; le estn apuntando mal su papel a
la multitud.
COLN. A nadie. A lo que ellos creen odiar. Amando, quieren aplastar a lo que haca dao a su amor.
Pero no caen en que los otros, por amar sin altruismo, los que se equivocaron, al quererse a s
mismos, no hacan al odiar sino salvarse. Cuando hayan matado encontrarn que no han matado a
nadie, que no odiaban a nadie, que lo que han hecho es cortar las yerbas en el camino de su deseo. No
han matado a nadie porque no han matado el asesinato. Estn haciendo mal su papel.
COLN. Tal vez no lo maten; tal vez ni mate l. Si persigue el amor y lo ha logrado; si sabe que el que
mata no es l sino un mal apuntador que lo desva, dejar de ser el hombre del brazo cortado.
ELISA. Un minuto... padrino... para conocerlo (La MADRE viene a ella, le acaricia la cabeza y poniendo
un gesto entre lloroso y sonredo, con cierta coquetera maternal).
MADRE. Es ms buenmozo! (Se abrazan sollozando).
MADRE. As ser.
COLN. As es. No nacemos ni morimos. Somos el retoo de un rbol que naci y no morir jams.
Nada valemos por nosotros ni por nuestras creaciones. Todo se hace en nosotros y todo lo hacemos
en nombre de la savia que nos viene de lejos. Somos a la vez mortales e infinitos. Mortales en
nosotros, infinitos en los dems. Lo infinito, amiga ma, es la aspiracin, y cuando ella florece en la
virtud por excelencia: la aspiracin para los dems, el deseo para los dems, entonces nos hemos
detenido para siempre en un gesto inmortal. Hemos hecho nuestra estatua y miramos con los ojos
de bronce. Juan Bimba volver despus que haya sembrado el campo de los otros.
(A estas palabras, una gran serenidad envuelve la escena. Todo discurre ya como en un sueo).
ELISA. S... Volver. (Abrazadas van a la ventana. Tumulto afuera. Ellas, corren para llegar antes).
COLN. Y vuelven! Lo que no volver, porque no puede, es el llanto de aquellos viejos que defendan
la vida creyendo que los soadores, los artistas, los apstoles, sacrificaban a un mito de eternidad el
encanto pasajero de sus vidas. Los viejos inmviles que se olvidaron de morirse para resucitar.
ELISA. Sin rabia. Vienen cantando un canto simple de paisanos contentos. Parece que vinieran del
trabajo.
COLN. Del trabajo vienen. Esto no fue guerra; fue sacudida. Son las gentes de la tierra, que van a
descansar.
MADRE. No parece que hayan matado a nadie...
COLN. A nadie. Es una vanidad que los hombres crean haber tenido nunca el poder de matar. Matar
es eliminar un principio. Y la vida es la misma que se estren en el mundo.
COLN. All tiene que venir. Vamos a verlo. (La NIA ha venido a esconderse detrs de una silla,
mientras hablaba ELISA. El NIO la encuentra).
NIO. Pgame.
NIA. Me da miedo...
NIO. No importa. (El NIO se acerca, malicioso. Ella estira el hociquito y se besan. ELISA y CRISTBAL
los ven).
ELISA. Ah!
COLN. Muy bien, amigo! Ya ve que no era tan necesario el ferrocarril. Te pareca muy difcil 'llegar
all, vendad? Y queras ir en ferrocarril. Ya ves, tu abuelita te rompi el pretexto. Y al perder el
ferrocarril quemaste las naves y te fuiste a pie. Y llegaste. Lo cerca que est todo! (Se van
avergonzados. En canto cercano). Qu bonito canto!
MADRE (de la ventana, da un grito desgarrador, espantoso). Hijo! Hijo! (Corren ELISA hacia adentro
y queda oculta en la sala, sostenindola. Entran dos hombres que traen a cuestas a JUAN. Lo van a
sentar, pero l se pone de pie).
JUAN. No quera perdonar. Algunos cayeron. Un grupo fue conmigo, nos atravesamos en el camino del
pueblo y le pedimos que perdonara. Nos atacaron; pero al herirme aqu, en la frente, al verse herido
en m, el pueblo comprendi y ha perdonado.
JUAN. Regreso a mi casa; la que hice yo, la que me esperaba al travs de las rejas Mi mujer?
MADRE. Hijo...
COLN. Juan...
JUAN. Seora... Pero... mi esposa. Pero... su ltima carta la recib ayer... Su ltima carta...
JUAN. De usted?...
ELISA. Ma...
ELISA. Mas... (JUAN ve a todos lados. Da un traspis y va a caer. ELISA le sostiene y le lleva a la silla).
(JUAN le toma la mano, le acaricia los cabellos, le besa la mano; luego, se incorpora y mira
largamente a ELISA, en los ojos, cerca de ella; toma su mano y cierra los ojos. Descansa).
TELON
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RESUMEN
Otra obra de teatro escrita por Andrs Eloy Blanco es la llamada TODO ESTA IGUAL que es una
composicin realizada con un lenguaje coloquial sencillo pero con ciertos rasgos de complejidad que
producen un llamado de atencin en el lector o espectador.
La estructura de esta obra se desarrolla en tres actos, de los cuales, el segundo acto est constituido en
tramos. Este desarrollo puede deberse al hecho de que Andrs Eloy Blanco por participar activamente
en las protestas estudiantiles contra el rgimen del tirano Juan Vicente Gmez fue encarcelado en una y
otra crcel, junto a sus compaeros de lucha es por ello que en TODO EST IGUAL se observa el
cambio de escenario. En consecuencia, el segundo acto se desarrolla en la carel La Rotunda en Cara-
cas, pero, el decimo tramo de este acto tiene lugar en el patio del castillo de la crcel de Puerto Cabello
mientras que el decimo cuarto tramo (del segundo acto) se produce en una carretera del llano. Como
puede verse este guion teatral, al principio hace referencia a la poca de las luchas independentistas
(1810) por parte de los revolucionarios.
Posteriormente, el guion cuenta la historia de un grupo de jvenes estudiantes que organizaron una
protesta contra la dictadura Gomecista y fueron encarcelados por esta causa. All, en las crceles estos
jvenes se encontraron de frente con el dolor, el sufrimiento, el maltrato, la injusticia, la impotencia de
no poder defenderse, el hambre, la miseria, la molestia de los grillos en los pies y la amargura de alejarse
sin querer de sus serse queridos(padre, madre, esposas, hijos, amigos). As, lo evidencian los personajes
que cuentan esta triste historia: Criado, Coln, Elisa, La Seorita De Impertinentes, Cristbal, Pablo,
Otra Seora, Un Seor, Esposa, Madre, Nereo, Presos, Coronel, Muchacho, Un Grito, Una Voz, Doctor
lvarez, Juan Bimba, Juan, Gonzlez, Rolito, Estudiante 1, Estudiante 2, Canoso, Militar, Antonino,
Preso Nuevo, Porras, La Voz, Espa, Preso 1, Preso 2, General Mrquez, El Poeta, Otro Preso, Doctor X,
Profesor, Capitn, Un Jugador, Primera Dama, La Del Nio, Estudiante 4, Estudiante 5, Estudiante 6,
Clemente, Otro Jugador, Cabo, Pablo, Nio y Dama.
Sin duda, el autor de esta obra quiso reflejar en ella las vivencias tristes y las mltiples vicisitudes
que produce el estar encarcelado pero, tambin pretendi demostrar que aunque todo parezca perdi-
do, jams debe perderse la esperanza porque en la vida nada dura para siempre, por eso dio a enten-
der que los momentos malos tienen tambin un final y luego de esto queda la satisfaccin de saber
que la lucha por amor a la patria tuvo una justificacin.
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TODO ESTA IGUAL
Personajes:
CRIADO
COLN
ELISA
LA SEORITA DE IMPERTINENTES
CRISTBAL
PABLO
OTRA SEORA
UN SEOR
ESPOSA
MADRE
NEREO
PRESOS
CORONEL
MUCHACHO
UN GRITO
UNA VOZ
DOCTOR ALVAREZ
JUAN BIMBA
JUAN
GONZLEZ
ROLITO
ESTUDIANTE 1
ESTUDIANTE 2
CANOSO
MILITAR
ANTONINO
PRESO NUEVO
PORRAS
LA VOZ
ESPA
PRESO 1
PRESO 2
GENERAL MRQUEZ
EL POETA
OTRO PRESO
DOCTOR X
PROFESOR
CAPITN
UN JUGADOR
PRIMERA DAMA
LA DEL NIO
ESTUDIANTE 4
ESTUDIANTE 5
ESTUDIANTE 6
CLEMENTE
OTRO JUGADOR
CABO
PABLO
NIO
DAMA