Cartografias Infantiles. Metodologia PDF
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Los quilombolas son descendientes de los esclavos negros cuyos antepasados, en el perodo de
esclavitud, huyeron de sus amos, refugindose en poblados, convertidos en focos de resistencia,
denominados quilombos. (N. del T.)
mesetas: capitalismo y esquizofrenia (1980), en un intento de mapear y
acompaar los mltiples territorios que componen la vida y que se entrelazan a las
formas de vivir. El concepto, oriundo del campo geogrfico, es transpuesto al
campo de la filosofa y subjetividad, mostrndose como un dispositivo de anlisis y
creacin de realidad. Con la cartografa, lo que llamados realidad es algo a
construir, y no simplemente constatado. Se rompe, as, con la lgica positivista de
investigacin, ya que el investigador (tambin llamado cartgrafo) no es
nicamente el observador neutro y pasivo. El cartgrafo sabe que est interfiriendo
en el medio que cartografa, y su interferencia es vivida y denotada como algo
importante.
Ante esto, podemos pensar la cartografa como una estrategia de anlisis de este
mundo que nunca se detiene, que se encuentra siempre en vas de crearse y
destruirse, en lneas que traman paisajes y que a veces los desacomodan
tambin. Boaventura dos Santos (2002, p. 48) escribe: Cada mtodo es un
lenguaje, y la realidad responde en la lengua en que la pregunta fue formulada.
La cartografa aunque no sea un mtodo por excelencia coloca delante de la
realidad a cartografiar-investigar otra categora de pregunta. La primera pregunta,
segn Deleuze y Guattari (1995; 2004), recae sobre las lneas de invencin,
tambin denominadas lneas de fuga. El cartgrafo inicialmente se apoya en
estas lneas de creacin, a las que la cartografa formular sus primeras
interpelaciones. Cualquier territorio (afectivo, geogrfico, social, sentimental,
urbano, deseoso, etc.), por ms sobrecodificado y cristalizado que parezca, es
tejido por lneas de invencin. Por consiguiente, el cartgrafo debera poner su
mirada y cuerpo vibrtil (Rolnik, 2008) al servicio de estas fuerzas que fuerzan al
territorio a salir de su propio ensimismamiento, en movimientos que son, en su
mayor parte, minsculos y microscpicos. El cuerpo vibrtil del cartgrafo es un
cuerpo en vibracin, cuerpo que se contagia de otros cuerpos a su alrededor,
cuerpo sensible que captura y filtra sensibilidades, ms all y ms ac de aquello
que se ha concedido o que parece obvio.
(Parque Moinhos de Vento/Parco. Mirada fotogrfica de los nios de Areal.)
Una ciudad est conformada por lenguajes e imgenes. Est compuesta por
sensaciones huidizas que escapan a nuestras miradas, que no encuentran en la
boca de la ciencia y de la gramtica palabras que puedan describirlas. Ante ello,
cabe preguntar: Cules son las cuestiones que formulamos a nuestros
territorios? Diramos, haciendo uso del referencial cartogrfico, que nuestras
cuestiones no provienen sencillamente de nuestra cabeza, sino que nos
cuestionamos a medida que establecemos relaciones con los dems y con el
mundo.
Nosotros solamente indagamos acerca de una ciudad cuando algo de ella entra
en contacto con nosotros y nos hace cuestionarla. Es necesario, por tanto, el
contagio con el mundo para que el mundo nos haga pensar y salir de nuestro
lugar. No obstante, salir de este lugar no significa desplazarse mecnicamente: se
trata de otro tipo de desplazamiento. Estamos hablando del desplazamiento de las
ideas acabadas, de aquello que est naturalizado, que parece ser siempre as
mismo, ungido por obviedades, sin sorpresas o encantamientos. El ejercicio
cartogrfico necesita tener aquello que Nietzsche (1988, p.50) denomina mayor
beneficio de la vida, el placer por el valor del matiz y la sutileza, de aquello que
escapa a las categoras cerradas y absolutas (adems, el gusto por lo absoluto
sera, segn el filsofo, el peor de los gustos).
Ante los elementos ms endurecidos y cristalizados de una ciudad (sus
normas, estandarizacin, sentidos dados, todo aquello que es conocido y
naturalizado), es necesario desarrollar otra sensibilidad, prxima a aquello que
Nietzsche (1988, p. 28) denomina ojos de Coprnico, impulsado por la
sospecha y condenado a, sobre todo, inventar nuevas miradas.
El Areal da Baronesa
Tras este rescate conceptual, hablaremos ahora de una experiencia cartogrfica
que marc profundamente nuestro proyecto.
(Los nios de Areal. Mirada fotogrfica de observadora externa del proyecto.)
El Quilombo de Areal, situado en la avenida Lus Guaranha (frontera entre los barrios Menino Deus
y Cidade Baixa, prximos al centro de la ciudad), desafa la idea de que las relaciones sociales en
la ciudad deberan ser cada vez ms impersonales, homogneas e individualizadas. Nos
encontramos delante de un grupo que demuestra, en su prctica social, que las formaciones
tnicas e identidades territorializadas pueden permanecer y ser fortalecidas en el medio urbano. En
la avenida Lus Guaranha persiste una formacin identitaria territorializada, arraigada en el territorio
histrico, imaginario y mtico del Areal da Baronesa. La comunidad se identifica como una
reminiscencia viva de lo que fue un antiguo lugar de residencia de estratos pobres, ex esclavos y
esclavos libertos, paulatinamente descaracterizado durante el siglo XX. (Marques, 2005)
A partir de la Constitucin federal de 1988, cuando fue reconocido el derecho a la
propiedad de la tierra que ocupaban, los quilombos urbanos se convirtieron en
territorios de resistencia y espacio tnico que luchan por la manutencin de esas
comunidades en el tejido urbano. Entre las actividades promovidas por la
Asociacin Comunitaria del Quilombo de Areal, destaca un proyecto musical
denominado Bateria Mirim Areal do Futuro, formado por 70 nios y jvenes de 5 a
16 aos que ensayan regularmente la msica y ritmos carnavalescos. El encuentro
con esos nios ocurri en febrero del 2011 a travs de una invitacin colocada en
pginas web para el carnaval que se celebra en el barrio Cidade Baixa. Tras
contactos telefnicos con los representantes de la comunidad, fuimos invitados a
participar en los preparativos y a asistir al desfile en la calle Sofia Veloso (donde
se celebra el carnaval).
Zonas de intercambio-contaminacin-mezcla-intervencin
La superficie del rostro es tan extraa como la membrana que reviste el corazn. (Costa, 2010,
p.42)
(Los nios de Areal en el carnaval. Mirada fotogrfica de la fotgrafa que acompaa el proyecto.)
Bibliografa