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Real Sociedad Econmica Extremea de Amigos del Pas de Badajoz

Depsito Legal: BA: 000351/2017


Imprime: Grcas Diputacin de Badajoz
ISBN: 978-84-697-4889-3

2
Real Sociedad Econmica Extremea
de Amigos del Pas

In Memoria
Augusto Rebollo Snchez
(1931-2017)

Apuntes para la historia

de la ciudad de Badajoz

Tomo XII

Ao 2017
3
4
NDICE

Presentacin del Tomo XII de los Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz ....... 7
NARANJO SANGUINO, MIGUEL NGEL (COORDINADOR)

Trabajos:
Semblanza de D. Augusto Rebollo Snchez.............................. 11
NARANJO SANGUINO, MIGUEL NGEL
Apuntes sobre el obispo de Badajoz D. Juan Marn Rodezno .......................................... 21
CABANILLAS ENTRENA. MARIANO
Poblacin y urbanismo de Badajoz en el trnsito del siglo XX al XXI ............................ 39
CAYETANO ROSADO, MOISS
La ciudad histrica perdida y su recuperacin como imperativo social ............................ 61
GARCA CALDERN, JESS M.
Badajoz en tiempos de Manuel Godoy (1767-1851)... .......................... 83
GONZLEZ GONZLEZ, JOS MANUEL
Godoy y la Cultura del Libro............................................................................................. 93
GONZLEZ MANZANARES, JOAQUN
Felipe Trigo (1864-1916), datos sobre su infancia y primera juventud ............................ 105
GUERRERO CABANILLAS, VCTOR
El Dr. Fuertes, socio de la Econmica (s.XIX), y su dedicacin a Badajoz,
a la meteorologa y al clima............................................... 129
MARROQUN MARTNEZ, LAURA Y MARROQUN SANTOA, ADOLFO
Medios siglo de estudios universitarios en la ciudad de Badajoz, 1967-2017 .................. 155
RAMIRO GONZLEZ, ANTONIO
1917, el ao de la crisis, en Badajoz ................................................................................. 183
REY VELASCO, FERMN
Profesorado de Fsica y Qumica del Instituto de Badajoz. Incorporaciones
en el siglo XIX................................................................................................................... 205
ZAMORO MADERA, NGEL
Homenaje a Augusto.......................................................................................................... 247
Currculos de los autores ................................................................................................... 259
Para publicar en los Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz ............................. 263

5
6
MIGUEL NGEL NARANJO SANGUINO

PRESENTACIN DEL TOMO XII

Muchos son los aniversarios que han coincidido en este ao de 2017 y algunos de ellos, de
excepcional importancia para la historia de la humanidad, de Espaa o de Extremadura. Por nuestra
parte hemos intentado homenajear a los ms representativos en las pginas de este nuevo ejemplar
que ahora hacemos llegar a los lectores, el Tomo XII de la coleccin Apunte para la historia de la
ciudad de Badajoz.
En este ao se cumple el 250 aniversario del nacimiento del poltico badajocense que ms poder
ha alcanzado nunca, Manuel Godoy. Mucho y muy recientemente se ha escrito sobre este personaje
de tanta repercusin para Extremadura y Espaa, por lo que hemos intentado homenajearle con dos
colaboraciones de temtica poco usual. Joaqun Gonzlez Manzanares, fundador y presidente de
honor de la Unin de Biblilos Extremeos, versar sobre la relacin, tan estrecha e importante, de
Godoy con los libros, en un trabajo en donde, el gran biblilo que es Joaqun, no se poda resistir a
ofrecernos una perla con ese aroma, como es la proclama, indita hasta ahora, del 14 de mayo de 1801
con que areng Manuel Godoy a las tropas espaolas que invadieron Portugal en la llamada Guerra de
las Naranjas. La otra colaboracin viene de la mano de Jos Manuel Gonzlez Gonzlez, profesor y
cronista de la ciudad de e Badajoz, que nos ilustra sobre el urbanismo de la ciudad de Badajoz durante
lo que fue la larga vida de Godoy (1767-1851). Y ello le permite ofrecernos un contundente anlisis
urbanstico de lo que fue la ciudad de Badajoz a nales del Antiguo Rgimen y la ciudad en que se
transform con la revolucin liberal burguesa.
Tambin hace ya cien aos (en 1917), que triunf la revolucin bolchevique en Rusia, trans-
formando la historia de la humanidad en el siglo XX; mientras que Espaa se debata aquel mismo
ao en medio de una grave y triple crisis (militar, institucional y social, con otra econmica de fondo
debido a la Gran Guerra). En recuerdo de aquellos hitos histricos el profesor e investigador Fermn
Rey Velasco nos ofrece una colaboracin muy que interesante y cercana: lo que fue ese ao mtico de
1917 en la ciudad de Badajoz, buceando en los ecos que pudo tener en nuestra ciudad la triple crisis
nacional y la revolucin rusa.
Antonio Ramiro Gonzlez, catedrtico jubilado de la UEX, nos ofrece un documentado traba-
jo sobre los estudios universitarios en la ciudad de Badajoz, que en el 2018 cumplirn los 50 aos.
Deseamos que esta aportacin sea la primera de las muchas con que la Universidad de Extremadura
debiera festejar este hito de la cultura regional.
Cualquiera de los anteriores aniversarios tiene la categora suciente para dedicarles este Tomo
XII de los Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz. Sin embargo a comienzos de este ao
la Econmica y su Seccin de Historia sufrieron una gran prdida. Falleci D. Augusto Rebollo
Snchez, socio de nmero y gura seera de la Econmica que fue tambin el fundador y alma de la
Seccin de Historia durante muchos aos. Adems D. Augusto Rebollo Snchez fue el creador de los
Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, de los que fue el coordinador en 8 de los 12 ejem-
plares que tiene esta coleccin. Lgicamente este Tomo XII est dedicado a su gura. Y en su home-
naje la Seccin de Historia decidi que se iniciaran los artculos de este ejemplar con uno a modo de
Semblanza de este gran amigo y maestro que fue Augusto para todos nosotros. Igualmente se decidi
que se cerraran los artculos de este ejemplar con un apartado denominado Homenaje a Augusto,
en que se han recogido todas intervenciones del acto que en su memoria celebr la Econmica poco
despus de su fallecimiento. Descanse en paz.
Adems de todas las colaboraciones consignadas hasta ahora aparecen en este Tomo XII otros
seis artculos ms. A saber.
El catedrtico jubilado Mariano Cabanillas Entrena profundiza en la vida de Juan Marn Rodez-
no y en su extraordinaria labor como uno de los ms sobresalientes obispos que ha tenido la dicesis
de Badajoz.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 7


SEMBLAZA DE D. AUGUSTO REBOLLO SNCHEZ

El doctor y destacado demgrafo Moiss Cayetano Rosado, estudia la evolucin de la pobla-


cin de Extremadura y de la ciudad de Badajoz desde nales del siglo XX hasta la actualidad. Y, ade-
ms, realiza un detallado y agudo anlisis de los sucesivos Planes Generales de Ordenacin Urbana
(PGOU) habidos en la ciudad de Badajoz desde el ao 1989.
Jess M Garca Caldern, gran jurista y experto en patrimonio histrico, en un artculo muy
fundamentado nos ofrece su ptica sobre lo que tiene que ser la preservacin de la ciudad histrica,
teniendo siempre en su pensamiento la ciudad que le vio nacer, Badajoz.
Vctor Guerrero Cabanillas, mdico jubilado y escritor solvente, nos revela en un trabajo muy
ameno algunas claves fundamentales de la personalidad de Felipe Trigo, analizando su evolucin
psicolgica en lo que fue su infancia y adolescencia en la ciudad de Badajoz.
Laura Marroqun Martnez, licenciada y funcionaria de la Econmica, junto con su padre, Adol-
fo Marroqun Santoa, doctor y meteorlogo, llevan a cabo en su colaboracin un denso y amplio
anlisis profesional e intelectual de Mximo Fuertes Acevedo, eximio catedrtico de Fsica y Qu-
mica que desarroll su labor docente en el Instituto de la ciudad de Badajoz a nales del siglo XIX.
Curiosamente, este relevante personaje de la vida cultural e intelectual pacense de la poca ser ana-
lizado tambin, de forma parcial, en el trabajo que presento a continuacin.
El doctor y catedrtico jubilado ngel Zamoro Madera nos traza una amplia y pormenorizada
panormica del elenco de profesores de Fsica y Qumica que impartieron docencia en el Instituto de
la ciudad de Badajoz a lo largo del siglo XIX. Este centro de enseanza fue una pieza fundamental de
la cultura badajocense del siglo XIX y su profesorado de Fsica y Qumica constituy un referente en
el pensamiento de aquel tiempo.
Todos los artculos aparecern en este Tomo XII por orden alfabtico segn el apellido de sus
autores, excepto la semblanza de D. Augusto Rebollo Snchez, que ir situada en primer lugar.
Hasta aqu, las colaboraciones. Pero tambin es de nuestro inters dar a conocer algunas nove-
dades, relevantes unas y menos trascendentes otras, que afectan a nuestra coleccin de los Apuntes
para la historia de la ciudad de Badajoz. En primer lugar queremos informar que por n estamos en
Internet. Esto signica que esta publicacin de la RSEEAP pasa a tener la doble condicin de publi-
cacin impresa y on line, con todo lo que ello puede repercutir en su difusin.
De principio, todos los usuarios que lo deseen tendrn acceso en PDF a los contenidos de los
Tomos X, XI y XII de los Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, en la pgina web de la
RSEEAP: <<htpps://www.rseeap.org>>, dentro de la pestaa Actos y Publicaciones de su men
principal. Aunque desde fuentes solventes de la Junta Directiva nos han asegurado que esta publica-
cin tendr pronto una pestaa propia en el men principal de la web de la Econmica. Tambin es
un propsito rme de la Seccin de Historia de esta Sociedad, colgar en un futuro los contenidos del
resto de los Tomos de esta coleccin, desde el Tomo I al Tomo IX.
Hay algunos otros cambios de menor entidad, pero tambin destacables. Se ha procedido a un
ajuste en la extensin de los currculos de los colaboradores de la coleccin para que resulten escuetos
a la vez que signicativos. Igualmente se ha mejorado la presentacin de este Tomo XII dotndole
de encabezado, con el nombre y apellidos del autor de cada artculo en las pginas pares y el ttulo
del mismo en las impares. Tambin en los pies de todas las pginas se hacen constar datos bsicos:
nombre de la coleccin, nmero del tomo correspondiente y su ao de publicacin.
Otra novedad ha sido la de indicar al nal de este Tomo XII las direcciones de correo electr-
nico y los telfonos de la Secretara de la RSEEAP, as como el correo electrnico del director de
la Seccin de Historia para conocimiento de todo aquel que quiera colaborar en los Apuntes para la
historia de la ciudad de Badajoz.
Ya solo nos queda esperar que este nuevo ejemplar de la coleccin sea del agrado de todos
nuestros lectores.
Miguel ngel Naranjo Sanguino
Coordinador de la Coleccin
Director de la Seccin de Historia

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


8
Trabajos

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 9


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MIGUEL NGEL NARANJO SANGUINO

SEMBLANZA DE DON AUGUSTO REBOLLO SNCHEZ

MIGUEL NGEL NARANJO SANGUINO

En estas pginas no se pretende trazar una biografa de don Augusto Rebollo Snchez, porque
an es demasiado pronto. Solamente se ha intentado hacer una semblanza de su vida, que sirva de
homenaje a este hombre extraordinario, de recordatorio para los que le conocieron y de informacin
para los que no han tenido la gran suerte de tratarle.1

Foto reciente de don Augusto Rebollo Snchez

Don Augusto Rebollo Snchez2 naci el 2 de febrero de 1931 en el pueblo de La Parra (Bada-
joz), en la calle Feria, nmero 9. Falleci en la ciudad de Badajoz, a la edad de 85 aos, el 29 de enero
de 2017.
Su padre fue Csar Rebollo Mximo, natural de aquella localidad, con 44 aos de edad en
el momento de su nacimiento y Secretario del juzgado de la localidad. Su madre fue Concepcin
Snchez Rodrguez, natural de La Albuera, con 38 aos de edad en el momento de su nacimiento y
Maestra Nacional de profesin.

1
Agradecemos las informaciones que nos han brindado los que conocieron a Don Augusto, especialmente a su viuda
M Carmen Jimnez Hernndez y al hermano de sta, Fernando Jimnez Hernndez. Tambin nos han resultado muy
tiles las abundantes referencias a su vida y a su persona contenidas en el artculo nal de este Tomo XII titulado
Homenaje a Augusto. En bastantes de esta pginas hemos seguido casi literalmente lo que unos y otros amigos suyos
nos han contado.
2
Augusto Rebollo Snchez, Expedientes de Bachillerato, Caja 677, Expediente 24.240, cursos 1943-1953. Archivo
Histrico Provincial de Badajoz.
Florindo Rebollo Mximo, Expedientes de Bachillerato, Caja 190, Expediente 8.921, cursos 1905-1912. Archivo
Histrico Provincial de Badajoz. Este individuo era to carnal de Augusto; es decir, hermano de su padre.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 11


SEMBLAZA DE D. AUGUSTO REBOLLO SNCHEZ

Su abuelo paterno fue Leopoldo Rebollo Amado, natural de Calera de Len y Maestro de Ins-
truccin Primaria, que se cas en segundas nupcias con su abuela paterna Julia Mximo Gonzlez (ya
difunta cuando tuvo lugar el alumbramiento de don Augusto), natural de La Parra. Sus abuelos ma-
ternos (ambos fallecidos a su nacimiento) fueron Mximo Snchez Carrillo, natural de Benquerencia
y Amalia Rodrguez Zamora, natural de Puebla de Alcocer.
Don Augusto form parte de una familia numerosa de 7 hermanos, sobrevivindoles a todos:3
Csar, Julia, Amalia, Concha, Carmen, Augusto y Marco Antonio. El deseo de sus padres de darles
estudios es ms que maniesto, con la intencin, en aquella poca, de proporcionarles una vida me-
jor. Csar4 aprob el Ingreso5 de Bachillerato en el Instituto Nacional de 2 Enseanza de Zafra, pues
an segua la familia en La Parra y el instituto ms cercano a esta localidad era el de Zafra. Julia,6
aprob el Ingreso en el Bachillerato igualmente en el Instituto Nacional de 2 Enseanza de Zafra y
curs 1 de Bachillerato en el Instituto Nacional de 2 Enseanza de Badajoz. Marco Antonio,7 el me-
nor de los hermanos, aprob el Ingreso en el Instituto Nacional de 2 Enseanza de Badajoz en 1945
y curs al menos 1 de Bachillerato en dicho Centro. Ya resida la familia en la capital de la provincia.
De todo lo dicho se puede deducir que don Augusto naci en un contexto familiar culto y fun-
cionarial, marcado por las profesiones de maestro (su madre y su abuelo) y de secretario judicial (su
padre), y por los estudios de Bachillerato (sus hermanos). Con arreglo a todos estos datos, podramos
catalogar a su familia como perteneciente a las clases medias.
Con su madre ya viuda, Concepcin Snchez Rodrguez, la familia aparece viviendo en 1945
en la ciudad de Badajoz, en el principal del nmero 49 de la calle Joaqun Sama.
Su madre segua ejerciendo su profesin de Maestra Nacional de nias en la ciudad de Badajoz
con un sueldo anual de 9.600 pesetas. Y precisamente en Badajoz empez don Augusto8 sus estudios
reglados ocialmente en el Instituto Nacional de 2 Enseanza. Aprob con 13 aos el Ingreso de
Bachillerato el 5 de junio de 1944. En el ao 1950, teniendo don Augusto 19 aos y cursando 7 de
Bachillerato, su familia traslad su domicilio a una casa de las que se hicieron para los maestros en
la avenida de Santa Marina n 4.

3
HOY, lunes 30 de enero de 2017. Esquela.
4
Csar Rebollo Snchez, Expedientes de Bachillerato, Caja 433, Expediente 16.911, cursos 1932-1933. Archivo
Histrico Provincial de Badajoz.
5
Era la prueba necesaria para cursar el Bachillerato y deba realizarse en un Instituto Nacional de 2 Enseanza. Consista
en un dictado y en una cuenta de dividir.
6
Julia Rebollo Snchez, Expedientes de Bachillerato, Caja 433, Expediente 16.912, cursos 1932-1934. Archivo
Histrico Provincial de Badajoz.
7
Marco Antonio Rebollo Snchez, Expedientes de Bachillerato, Caja 697, Expediente 24.827, cursos 1944-1946.
Archivo Histrico Provincial de Badajoz.
8
Augusto Rebollo Snchez, Expedientes de Bachillerato, Caja 677, Expediente 24.210, cursos 1943-1953. Archivo
Histrico Provincial de Badajoz.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


12
MIGUEL NGEL NARANJO SANGUINO

Don Augusto a los 17 aos en 5 de Bachillerato

Don Augusto fue un magnco estudiante de Bachillerato que sac unas notas extraordinarias,
como se deduce de su expediente acadmico: 10 puntos de media en 1 de Bachillerato, 10 puntos en
2, 9 puntos en 3, 10 puntos en 4, 9 puntos de 5, 9 puntos en 6 y 8 puntos de media en 7.
Tan brillante fue su trayectoria estudiantil en el instituto que su madre solicit para l en el
ao 1945, y en otros posteriores, matrcula gratuita por sus buenas notas y por ser ella viuda con una
familia numerosa a su cargo.
Don Augusto, con 22 aos, obtuvo el ttulo de Bachillerato el 26 de septiembre de 1953 y el
28 de enero de 1953 solicit que se le expidiese el ttulo de Grado de Bachiller teniendo aprobadas
todas las asignaturas que prescriben las disposiciones vigentes. El 26 de enero de 1954 se le hizo
entrega del ttulo.
Pese a esta ms que notable aplicacin, no fue el clsico empolln metido estrictamente en
sus libros. No. Sus amigos le describen9 como un muchacho de gran inquietud intelectual, pero muy
socializado y abierto, con un punto de socarronera y agudeza mental destacable.
De su socarronera y guasa nos ilustra la ancdota que cuenta Enrique Snchez de Len, cuando
el bueno de don Augusto ret a sus compaeros de aula en el instituto, entre clase y clase, a averi-
guar quin era un personaje italiano llamado Giovanni Arnaldo. Y ante la ignorancia de todos ellos,
se descolg diciendo que era un magnco heladero de la calle de de San Juan. Nos imaginamos
tambin otros divertimentos, ya fuera de clase, en la plaza de Portugal o el parque de Castelar, que
frecuentaron don Augusto y sus amigos.
Don Augusto se curti tambin en la Ciudad Juvenil del Frente de Juventudes, situada en la
memoria de Menacho. All coincidi con su futuro cuado Jess Jimnez Hernndez, con Alberto

9
Consultar el ltimo artculo de este Tomo XII titulado Homenaje a Augusto.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 13


SEMBLAZA DE D. AUGUSTO REBOLLO SNCHEZ

Gonzlez, con Enrique Snchez de Len y con muchos otros ms. All ejerci su liderazgo sin li-
derazgo, segn palabras de Alberto Gonzlez, y all se imbuy, como nos dice Enrique Snchez de
Len, de conceptos como el afn de servicio, el sacricio, la Patria y la justicia social. Aunque aade
Enrique: Ni a Augusto ni a m nos ensearon casi nada. Y es que el Frente de Juventudes fue para
muchos adolescentes y jvenes de la poca un espacio de convivencia y diversin donde ir creciendo
como personas. Y don Augusto pronto sinti esa vocacin de maestro, de gua intelectual y cultural,
que ejerci sana y desinteresadamente, como nos cuentan Alberto Gonzlez y Fernando Jimnez, que
ejercit con ellos mismos.
Una vez terminado el Bachillerato, parece ser que don Augusto dedic un tiempo (1954-1956)
a prepararse para la carrera de derecho en el Centro de Estudios Extremeos, una academia que por
entonces preparaba para estudios universitarios en la ciudad de Badajoz. Sin embargo, pronto se en-
cauz hacia el magisterio, que haba sido la vocacin preferida de su familia. Y as curs en los aos
1957 y 1958 la carrera de Magisterio en la Escuela Normal de Maestro de Badajoz obteniendo el
ttulo de Maestro de Educacin Nacional el 29 de noviembre de 1958.
Aprob la oposicin de maestro en aquel mismo 1958 en Badajoz e inici as su currculo pro-
fesional por las escuelas de la provincia de Badajoz. Ejerci como maestro volante seis meses en el
curso 1958-1959, el ltimo trimestre del curso 1959-1960 ejerci en Bodonal de la Sierra y desde el
curso 1960-1961 hasta el curso 1963-1964 inclusive dio clases en el pueblo de Cristina.10
En el curso 1964-1965 obtuvo plaza en la ciudad de Badajoz, en el Colegio San Pedro de Alcn-
tara, gracias a la oposicin de mbito nacional que aprob en Sevilla con el nmero uno para los des-
tinos en localidades de ms de 10.000 habitantes; lo que pona nuevamente de maniesto sus grandes
cualidades como estudiante. En el Colegio San Pedro de Alcntara permaneci hasta que se traslad
al Colegio Luis de Morales, de la misma localidad, en el curso 1978-1979, en donde permaneci 17
aos hasta que se jubil al cumplir los 65 aos en el curso 1995-1996. Aunque a disgusto, porque l
hubiera deseado jubilarse a los 70 aos de edad, como permiti una ley que entr en vigencia pocos
meses despus de jubilarse l. As la docencia perdi un gran profesional con ilusiones y ganas de
continuar enseando.
Sin embargo, su labor docente no fue, ni con mucho, lo nico fundamental en la vida de una
persona con tanta vitalidad e inquietudes como don Augusto. Hubo otras experiencias igual de im-
portantes y entre ellas, descoll una de carcter muy personal. Obtenida la condicin de funcionario y
con ella un modus vivendi estable, se cas con su novia de toda la vida el 2 de febrero de 1960 en la
capilla del Sagrario de la catedral de Badajoz, que era la sede de la parroquia a la que pertenecan, San
Juan Bautista, que entonces no tena iglesia propia. Su esposa fue M Carmen Jimnez Hernndez,
nacida en vila, pero ancada con su familia a temprana edad en la ciudad de Badajoz. Junto a ella
vivi los siguientes 56 aos que le restaron de vida, en un matrimonio unido y ejemplar.
Enrique Snchez de Len nos habla de sus aspiraciones deportivas, especialmente, de su acin
a la prctica del baloncesto. Pero tambin nos dice, cariosamente, que don Augusto no estaba muy
dotado fsicamente para los deportes. Sin embargo su espritu de superacin y su ms que notable
voluntad le llev a conseguir el ttulo de Profesor de Educacin Fsica el 1 de diciembre de 1962 en
la Escuela Superior de Deportes en Madrid (despus INEF). No contento con ello, el 20 de agosto de
1984 obtuvo tambin el ttulo de Entrenador de Baloncesto, que le fue otorgado por la Federacin Es-
paola de aquel ramo. Y para rearmar si cabe ms sus preferencias ejerci muchos aos de profesor
de Educacin Fsica en su plaza de maestro en el Colegio Luis de Morales.
Sin embargo su notable inquietud intelectual no se agot con todas estas actividades, sino que
decidi, a semejanza de su padre que fue secretario de juzgado, interesarse por las leyes y curs en la
universidad de Valladolid la Licenciatura en Derecho, cuyo ttulo se le expidi el 2 de abril de 1970.
Pero nunca lleg a ejercer en el campo de la actividad judicial.

10
Durante este perodo residi en Guarea con su esposa.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


14
MIGUEL NGEL NARANJO SANGUINO

Su cuado, Fernando Jimnez Hernndez, nos indica acertadamente que don Augusto fue un
autntico animador profesional y social, como prueban las referencias que me dio de sus numerosas
actividades. Si es que no eran sucientes las que llevamos enumeradas hasta ahora.
Don Augusto fue activo colaborador, en su juventud, en las actividades deportivas y culturales
del Frente de Juventudes, temtica a la que ya hemos aludido anteriormente.
Fue fundador y primer presidente en Badajoz del sindicato de docentes ANPE, al que estuvo
aliado y con el que colabor hasta su fallecimiento.
Muy destacada fue su labor en el conocimiento y la divulgacin de la historia y la cultura ex-
tremea, con la publicacin de numerosos trabajos en el diario regional HOY y con la celebracin
de concursos y certmenes entre los colegios e institutos de la provincia; as como con una intensa
participacin en lo que fue La Semana de Extremadura en la Escuela. Importante fue tambin su par-
ticipacin en las actividades y publicaciones del Centro de Profesores de Badajoz, como muestra de
su compromiso con la pedagoga y la docencia.
Tambin fue muy activa y continuada su participacin en asociaciones culturales vinculadas a
la promocin de lo extremeo, lo badajocense y lo vecinal. Una prueba ms de su compromiso con la
tierra, la cultura y la ciudadana. Fue miembro de la Asociacin Vecinal Santa Marina, en cuya revis-
ta, ncora, colabor notablemente. Esta asociacin le proclam su Vecino del ao 2001. Igualmente
form parte de la Asociacin Extremeo-Alentejana y de la Asociacin de Amigos de Badajoz. Esta
ltima el honr con la distincin de Amigo de Badajoz del Ao 2010.
Desde su asentamiento domiciliario en la barriada de Badajoz conocida como el Polgono de la
Paz, desarroll una activa participacin en la parroquia de San Juan Macas, especialmente dentro de
la seccin cultural de su Consejo Parroquial, desde donde promovi, entre otras actividades, concier-
tos, conferencias y viajes. De su estrecha amistad con el cura prroco de San Juan Macas, Manuel
Santos Durn, y con el profesor de Historia (IES Zurbarn) Jos Morigo Rebollo naci la publica-
cin Historia de una ilusin compartida, con ocasin del 25 aniversario de la creacin de aquella
parroquia. Este sacerdote, Manuel Santos, que le conoca bien, dijo en su sepelio unas palabras que
describen perfectamente a don Augusto: Ha pasado por nuestro barrio de la Paz dejando huella de
hombre bueno, de esposo ejemplar, de ciudadano honesto y responsable. Era lo que se dice un buen
cristiano, porque se le conoca bsicamente por sus obras.
Y al hilo de la cita que acabamos de hacer de su libro Historia de una ilusin compartida,
vamos a adentrarnos en las labores de publicacin y coordinacin de don Augusto, que fueron muchas
y sustanciosas.
Para empezar, he aqu un listado representativo de su obra como escritor, fuera del mbito de
las publicaciones de la RSEEAP de Badajoz.

25 aos de una ilusin compartida, Diputacin de Badajoz, Badajoz, 2000.


Callejero de Santa Marina, Asociacin de vecinos de Santa Marina, Badajoz, 2002.
Badajoz: la vida de una ciudad fronteriza, Ayuntamiento de Badajoz, Badajoz, 2005.
Homenaje al CD Badajoz en su centenario, en Boletn de la Asociacin Cultural Extremeo Alente-
jana, n 2, 2006, pp. 33-36.
Notas para la historia del Gran Gimnasio de Badajoz (1868-1936), en Revista de Estudios Extreme-
os, 2009, Tomo LV, Nmero II, pp. 865-932.
Viaje por las escuelas de Espaa. Luis Bello (1916-1929), en Sharia, n 70, 2011, pp. 6-7.
Apuntes inditos para la historia del Club Deportivo Badajoz, Autoedicin, Badajoz, 2012.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 15


SEMBLAZA DE D. AUGUSTO REBOLLO SNCHEZ

Hemos dejado para el nal sus mltiples actividades dentro de la Real Sociedad Econmica
Extremea de Amigos del Pas de Badajoz. En el acta de la sesin de la Junta Directiva de la RSEEAP
de Badajoz del 11 de marzo de 1988, en el segundo punto del orden del da, se sealaba la admisin
como Socios Electos de varios individuos que, tambin se indicaba, ya antes haban venido colabo-
rando con la Econmica. De todos y cada uno de ellos se deca que se haba emitido previamente un
informe favorable por parte de la Sociedad. Entre los mismos estaba don Augusto Rebollo Snchez
con el nmero de ingreso 113. En el acta de 4 de Octubre del ao 2000, se indicaba que el discurso
pronunciado por don Augusto para llegar a ser Socio Electo fue en realidad su condicin de ponente
en el coloquio titulado Libros extremeos hoy.
As inici su andadura en la Econmica, en donde, ya de entrada, podemos decir que ocup
responsabilidades directivas durante mucho tiempo y adems demostr un tesn y una autodisciplina
frrea, pues asisti con una asiduidad plena a las reuniones y convocatorias referidas a sus responsa-
bilidades a lo largo de tantos aos.
Don Augusto era vocal de la Junta Directiva11 ya a nales del ao 199012 hasta su cese el 7 de
febrero de 1994.13 A continuacin ser elegido vicebibliotecario desde el 8 de febrero de 1944 hasta
1997, en que fue elegido para otro cargo, el de tesorero14. En diciembre del 2003 ces como tesorero15
y a partir de entonces fue elegido de forma ininterrumpida vocal hasta noviembre de 2013, en que
a su cese ya no se present para ningn cargo ms, cuando sus condiciones fsicas iban mermando;
aunque no su claridad intelectual, sus bros y su voluntad de ser til. La Econmica le reconoci su
importante contribucin con un sentido homenaje a su persona an en vida.

Don Augusto homenajeado por la RSEEAP de Badajoz

11
Todos sus cargos eran y son renovables (por mitad) y elegidos por sufragio universal entre los socios de la entidad.
12
Acta reunin Junta Directiva RSEEAP 29 diciembre 1990.
13
Acta reunin Junta Directiva RSEEAP 7 febrero 1994.
14
Su condicin de vicebibliotecario y de tesorero, viene reejada en diversos listados de socios en las actas de la Junta
Directiva de la RSEEAP de los aos de sus mandatos. En concreto, en el listado que acompaa al acta de la Junta
Directiva de la RSEEAP de 21 de marzo de 1998 se indica que don Augusto era tesorero de la Sociedad desde 1997.
15
Acta reunin Junta Directiva RSEEAP 1 diciembre 2003.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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MIGUEL NGEL NARANJO SANGUINO

Con independencia de su labor como cargo directivo en la Econmica, don Augusto tambin
desempe un papel decisivo como director de la Seccin/Comisin de Historia de Badajoz en el
seno de la RSEEAP, para la que fue elegido en junio de 1997 como fecha ms tarda.16 En el desem-
peo de esta responsabilidad estuvo hasta que lo dej en el ao 2012. Fue el alma de esa Seccin en
el seno de la Econmica; Seccin que se ha caracterizado por contar con numerosos miembros y por
su notable dinamismo.
En ntima relacin con la Comisin de Historia, se debe entender su responsabilidad como
Coordinador de los Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz. Fue su creador y tambin su
mantenedor hasta hace pocos aos. Siendo vocal de la Junta Directiva, en el ao 1991 ya propuso l
en el seno de la misma la celebracin de un curso sobre la historia de la ciudad de Badajoz.17 Este fue
el origen de los cursos titulados Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, que se iniciaron al
ao siguiente, en noviembre de 1992,18 coordinados por el propio don Augusto.
Esos cursos fueron una feliz mezcla de teora y prctica: con ponencias y comunicaciones sobre
el devenir histrico de Badajoz organizadas en sesiones, junto a deliciosas visitas a lugares de inters
cultural en la provincia de Badajoz y en Portugal. Estos cursos constituyeron un completo xito de
aceptacin y de pblico.19
Pero la na perspicacia de Don Augusto le llev a la conclusin de que todas esas conferencias,
todas esas ponencias y comunicaciones que, curso tras curso, se iban desgranando en el saln de actos
de la Econmica se podan quedar solo en meras palabras y en puro divertimento si no se pasaban al
papel y se publicaban. As que en el ao 1999 don Augusto puso en marcha la coleccin de los Apun-
tes para la historia de la ciudad de Badajoz, que plasm sistemticamente, en letra impresa, todo
el caudal de conocimientos que decenas de investigadores y amantes de la cultura en general fueron
vertiendo en aquellos cursos desde el mismsimo ao de 1992. Coordin 8 de los 12 tomos con que
actualmente cuenta esta coleccin. Lo hizo hasta que las fuerzas fsicas le empezaron a faltar.
Los dos primeros tomos se publicaron en la Editora Regional de Extremadura, pero el resto,
hasta el actual Tomo XII inclusive, han salido de la Imprenta de la Diputacin Provincial de Badajoz.
Don Augusto fue el Coordinador de 8 tomos.20 Carmen Araya se encarg de Tomo VIII (ao 2011) y
quien escribe estas lneas se ha encargado de los Tomos X, XI y XII (aos 2015, 2016 y 2017).

16
En el Acta de la reunin de la Junta Directiva de la RSEEAP de 3 de junio de 1997 se le nombraba responsable de la
Seccin/Comisin de Historia de Badajoz en el reparto de cargos responsables de las distintas Secciones/Comisiones
que tena y tiene en su seno la Econmica. Pero anteriormente aparece en las Actas de la Junta Directiva de la
RSEEAP una convocatoria de la Comisin de Historia de Badajoz rmada por don Augusto como Coordinador de la
misma con fecha de 12 de marzo de 1997.
17
Acta reunin Junta Directiva RSEEAP 11 noviembre 1991.
18
Augusto Rebollo Snchez: Presentacin, en Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz. Ponencia y
comunicaciones, Editora Regional Extremea, 1999, p. 11.
19
Para ms informacin se pueden consultar los dos trabajos que se citan a continuacin. Augusto Rebollo Snchez:
Curso Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, en Augusto Rebollo Snchez (Coord.): Los 190 aos de la
Real Sociedad Econmica Extremea de Amigos del Pas de Badajoz, RSEEAP, Badajoz, 207, pp. 171-184.
Rebollo Snchez, Augusto: Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, en C. Araya Iglesias y M. . Naranjo
Sanguino (Coord.): Real Sociedad Extremea de Amigos del Pas de Badajoz. 1816-2016 Bicentenario, RSEEAP,
Badajoz, 2016, pp. 293-296.
20
Tomos I, ao 1999; Tomo II, ao 2002; Tomo III, ao 2001; Tomo IV, aos 2003; Tomo V, ao 2004; Tomo VI, ao
2006); Tomo VII, ao 2008; Tomo IX, ao 2012.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 17


SEMBLAZA DE D. AUGUSTO REBOLLO SNCHEZ

En total, excluyendo este Tomo XII,21 los otros 11 tomos anteriores ofrecieron a sus lectores en
conjunto 2.084 pginas sobre la historia de la ciudad de Badajoz, con 145 artculos22 que escribieron
84 autores.23 As pues se trata de un fondo bibliogrco sobre la temtica de la ciudad de Badajoz
difcilmente igualable en esta regin.24

Don Augusto con un Tomo de los Apuntes.

Pero la labor de don Augusto no se limit a ser el Coordinador, que no era ya de por s poca
25
cosa, sino que tambin contribuy con algunos artculos de su propia autora dentro de la coleccin
de los Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz:

Badajoz en el nuevo mundo. Sntesis histrica de badajocenses en Indias desde el descubrimiento hasta
nales del siglo XVI. Tomo I, ao 1999.
Puentes sobre el Guadiana a si paso por Badajoz. Tomo III, ao 2001.
Fernando Castn Durn, cannigo, archivero y bibliotecario. Tomo IV, ao 2003.
Los primeros vuelos sobre Badajoz. Tomo V, ao 2004.
Menacho, el hroe reconocido. Tomo V, ao 2004.
Cronologa de Badajoz. As se denomin todo el Tomo IX (ao 2012), que fue obra ntegramente de
don Augusto. Con esta ltima contribucin quiso despedirse de los Apuntes para la historia de la ciudad
de Badajoz, que han sido sin duda una de sus obras intelectuales ms valiosa y brillante.

21
En este Tomo XII han participado 12 autores con 11 artculos. A la nalizacin de este artculo, an desconocemos el
nmero de pginas que va a tener este tomo, aunque superar las doscientas seguramente.
22
Se han obviado en este recuento las presentaciones, prlogos e introducciones.
23
Tambin se han obviado en este recuento los autores de las presentaciones, prlogos e introducciones. Tambin se
han deducido las repeticiones de autores, pues hubo varios que escribieron dos artculos en el mismo tomo e incluso
algunos escribieron en varios tomos tambin. De ah el nmero tan bajo de autores (84) con respecto a los artculos
escritos (145).
24
Agradecemos la cortesa de la funcionaria de la biblioteca de la RSEEAP de Badajoz Remedios Seplveda Magas que
nos han dado el listado de artculos y autores.
25
Por Coordinador nos referimos a una ardua labor que iba desde la solicitud de los artculos a los colaboradores hasta
la organizacin de esos trabajos y el ponerlo a disposicin de la Imprenta para su publicacin.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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MIGUEL NGEL NARANJO SANGUINO

Don Augusto tambin colabor como coordinador y articulista en publicaciones dedicadas a


conmemorar efemrides importantes de la RSEEAP de Badajoz:

La Exposicin Regional Extremea de 1892 y las estas con ocasin del IV Centenario del Descubri-
miento de Amrica, en Augusto Rebollo Snchez (Coord.): Los 190 aos de la Real Sociedad Econ-
mica Extremea de Amigos del Pas de Badajoz, RSEEAP, Badajoz, 2007, pp.129-151.
Curso Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, en Augusto Rebollo Snchez (Coord.): Los
190 aos de la Real Sociedad Econmica Extremea de Amigos del Pas de Badajoz, RSEEAP, Badajoz,
2007, pp.171-184.
Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, en Carmen Araya Iglesias y Miguel ngel Naranjo
Sanguino (Coord.) Real Sociedad Econmica Extremea de Amigos del Pas de Badajoz. 1816-2016
Bicentenario, RSEEAP, Badajoz, 2016, pp. 293-296.

Y qu mejor forma de terminar esta semblanza sobre don Augusto que hacer partcipes a los
lectores de los rasgos ms acusados de su personalidad? Sus amigos y conocidos dicen que era ir-
nico, muy agudo, con gran capacidad de liderazgo que ejerci siempre con humildad, disciplinado,
persistente, trabajador y gran amigo de la educacin y la cultura. Pero en estas ltimas lneas quere-
mos resaltar el amor que sinti por su ciudad de adopcin, Badajoz, por su historia y por sus gentes.
Don Augusto, descanse en paz.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 19


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MARIANO CABANILLAS ENTRENA

APUNTES SOBRE EL OBISPO DE BADAJOZ


D. JUAN MARN RODEZNO

MARIANO CABANILLAS ENTRENA


Prefacio

Para m nunca resulta fcil la labor de sntesis tanto en mi


expresin oral como escrita, pero, sobre todo, cuando se trata de
resumir la vida y obra de un personaje tan polifactico como el
que me reero en esta colaboracin. A esto se une la auctoritas de
los que me han precedido en el tratamiento de este tema que son
la base de la bibliografa utilizada. Hago referencia sobre todo a
don Juan Solano y a mi amigo Don Teodoro que en estas mismas
pginas en el tomo X nos hace un documentadsimo estudio sobre
el legado del personaje.
Estos condicionantes iniciales de concepto se unen a mi
personal martirio mecanogrco que, en muchas ocasiones, me
apartan de sentarme ante el ordenador para expresar mis pensa-
mientos y compartirlos. Es verdad me lo he pensado mucho.
Sin embargo me ha ayudado a decidirme el recuerdo de una
frase de Ovidio Audentes Deus ipse iuvat. Pens, como cristia-
no y miembro de la misma Iglesia particular de la que fue Pastor
Don Juan, que yo estaba llamado tambin a escribir, con la ayuda
de Dios, sobre este personaje que me ha cautivado con su accin
pastoral cuando tuve la oportunidad de estudiarla.

I.- Datos bibliogrcos

Don Juan, como nuestro Arzobispo actual, era de naturaleza


riojana. Naci el 6 de enero de 1628 en Njera. Hijo de don Pedro
Marn de Rodezno y de doa Catalina Senz Ibez, seores de
Rodezno, y dueos del Mayorazgo, que llaman Viejo, en Briones.
Su padre era hermano del Abad de Roncesvalles y Presidente en
la Real Chancillera de Granada.
Su bautizo, como reejo de su noble abolengo, se celebr en la Capilla Real de Santa Cruz.
Estudi la jurisprudencia en Salamanca y
con poco de 14 aos le asign su to la Maes-
trescola y Canonicato de Plasencia, de la que
tom posesin el 30 de abril de de 1646.Visti
beca del Colegio Mayor de Cuenca en 1653. Por
Bulas del 5 de diciembre de 1657 se le asign
el Canonicato de Toledo, y posteriormente se le
promovi a Inquisidor de la Suprema.
Finalmente el Rey Don Carlos II lo pre-
sent para Obispo de Badajoz. El cabildo re-

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 21


APUNTES SOBRE EL OBISPO DE BADAJOZ D. JUAN MARN RODEZNO

cibi la noticia de haber aceptado el Obispado el 10 de enero de 1681. El nuevo Obispo visita a sus
Majestades en Madrid y permanece all hasta pasado el verano. Hizo su entrada en Badajoz el 4 de
noviembre. Fue recibido con una solemne y cariosa acogida, como recoge Don Teodoro en su art-
culo mencionado. En l nos describe perfectamente el rito de la entrada. El ritual, que termin con el
Juramento del nuevo Obispo y cerrndose con el canto del Te Deum laudamus.
Despus de un cuarto de siglo al frente de nuestra Dicesis, muri el 12 de enero de 1706 entre
las tres y cuatro de la maana.

II.- Accin Pastoral

Los apuntes sobre su accin pastoral lo dividir en dos bloques: la accin ad intra o de gobier-
no de la Iglesia y su proyeccin poltico-social.

2.1.- Gobierno de la Iglesia

Como buen gobernante tuvo presente el adagio chino que yo repito con frecuencia es mejor
hacer trabajar a once que trabajar como once. Conaba siempre para su gobierno en la ayuda del
cabildo catedral.
La primera visita al Cabildo fue a los cuatro das de jurar su cargo. Supo ganarse al Cabildo des-
de el primer encuentro colegial porque sus primeras palabras fueron de agradecimiento por su labor
en el gobierno, por parte del Cabildo, durante su primera estancia en Madrid y por el recibimiento tan
entraable. El Den Don Juan Ramos de Lorenzana le respondi con un agradecimiento recproco.
Su propsito era una direccin colegiada. Para ello, un hombre intelectual y con gran currcu-
lum debera exigir a sus cannigos tambin una preparacin adecuada al servicio que deban prestar
a la Iglesia. De aqu que Don Juan Solano nos hable en varias ocasiones de las competidas, serias y
duras oposiciones para vacantes en el Cabildo.
Como referencia de los procesos electorales he decidido recoger dos convocatorias.
En primer lugar referir la primera oposicin celebrada, que nos relata el seor Solano de
Figueroa, realizadas en 1687, donde se pone la talla intelectual y el currculo de los aspirantes y el
nivel de la contienda. La segunda eleccin la escojo porque uno de los opositores era el Doctor don
Andrs Jos Murillo Velarde, cuyos apellidos, de gran raigambre extremea, forman parte de familias
contemporneas con las que he mantenido una verdadera amistad.

Oposicin de 1687.-

El 10 de enero de este ao se mandaron poner edictos para la Canonja Lectoral vacante por el
ascenso del ilustrsimo seor Don Pedro Lepe. Estos edictos cumplieron el 9 de marzo. Tambin se
pusieron edictos para la Penitenciara, vacante por muerte del seor don Juan Solano.
Concurrieron a la oposicin el Doctor don Francisco Cisneros, Colegial Mayor de Cuenca y el
Doctor don Gonzalo de Navas y Quintana, Colegial de Santa Mara de Jess de Sevilla, llamado el de
Maese Rodrigo. Se celebraron las oposiciones en la que cumplieron uno y otro de forma sobresalien-
te. El Cabildo estaba dividido, y la ciudad: unos se inclinaban por uno y otros por el otro. (Es curioso
ver como participaba la ciudad con su asistencia en el proceso de seleccin).
El seor Obispo y sus parciales eran partidarios de Cisneros y los contrarios de Don Gonzalo.
Don Gonzalo tuvo ms partidarios porque adems de su literatura era de hermosa estatura y presen-
cia, voz sonora para el plpito y de gran lucimiento. El da 21 de abril se juntaron para deliberar y
sali por dos veces empatado el resultado. Se traslad el fallo a los opositores. De nuevo el 26 de abril
Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017
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MARIANO CABANILLAS ENTRENA

se reuni el cabildo y no concordndose los votos, se puso en ejecucin la Bula del seor Alejandro
VII de 10 de octubre de 1656 en la que se dispone que se d en este caso al de mayor en edad. Era
Don Francisco Cisneros y as se declar para l la prebenda.
Don Gonzalo, ante esta resolucin, pidi al Cabildo, dado que ya haba superado la oposicin y
que a la plaza de Penitenciara no haba venido ningn otro opositor, que se le concediese esta preben-
da sin hacer para ella nuevos actos. El prelado y todos los vocales, conociendo las relevantes prendas
del pretendiente, concurrieron gustosos a este n el da 29 de abril y se la asignaron por unanimidad.
Toda la ciudad se alegr mucho, pues no podan negar las bellas prendas que le acompaaban, por lo
que todo termin paccamente.

Oposicin de 1692.-

Este es el proceso de dicha oposicin. El 21 de octubre de1692 se pusieron los edictos para la
plaza de Lectoral, que cumplieron en 20 de enero.
Vinieron a la oposicin Don Andrs Murillo Velarde, Colegial de Santa Catalina de Cuenca y
el Doctor don Alonso Lagunas y Montoya, Colegial de Santa Catalina de Granada, natural de esta
ciudad. Vinieron Comisarios al Cabildo a interceder por l, pero, sin embargo, habiendo visto los
ejercicios, los electores dieron la prebenda al Doctor Murillo el 19 de febrero y de aqu surgieron en
la ciudad muchas desazones, pero el electo fue tal y de tan relevantes dotes como lo dicen sus pos-
teriores ascensos. De aqu pas, en el ao 1700 a oponerse en Murcia. El 1705 a Toledo y, aunque
aqu no la ley, Su Excelencia el seor Arzobispo Portocarrero le dio prebenda de gracia, en abril del
mismo ao. Posteriormente en el 1724 lo present Su Majestad para Obispo de Pamplona. Sac sus
Bulas por marzo del 25 y se consagr el 1 de mayo. Su perodo de Obispo no lleg a los 4 aos, por
fallecimiento
De su vala, ejemplo de la altura intelectual del cabildo, nos dice Don Juan Solano, que su
muerte impidi que lograra ms ascensos porque las prendas que tena tan relevantes le hacan ser
conocido por todas partes.

Gobierno colegiado:

El gobierno de la Dicesis que tena al frente un Prelado de una extraordinaria talla humana e
intelectual y con unas dotes relevantes como Pastor con un Cabildo con una gran preparacin, como
hemos podido observar en los dos ejemplos que hemos relatado en el punto anterior, necesariamente
tena que dar fruto rico en su gestin.
El Prelado siempre presentaba sus propuestas de gestin al Cabildo para buscar su asesoramien-
to, su debate y, en su caso, aprobacin. Casi siempre las propuestas eran aceptadas dada la autoridad
moral del Obispo. Para poner de maniesta esta armacin voy a presentar un ejemplo.
Corra el ao1697 y se trataba la disposicin nal de reforma de la Capilla Mayor. El asenti-
miento del Cabildo fue unnime. As nos lo relata Solano de Figueroa: en 16 de marzo envi otro
papel a su Cabildo dndole noticia de lo que pasaba y su deseo suplicndole que le hiciese el favor
de su asentimiento en este punto El Cabildo respondi a su prelado QUE EN TODO ERA DUEO
DE SUS VOLUNTADES Y QUE SE LE OBEDECERA COMO LO MANDABA.
Qued muy gustoso y agradecido y llegado, el da 27, se adorn toda la Iglesia y; al medioda,
hubo repique general y a la noche se continuaron con luminarias.
A pesar de que se pudiera pensar sobre la sumisin del Cabildo al liderazgo del Prelado, que nos
hara dudar de la talla de sus componentes, estaramos en un error. Tambin encontramos fuertes de-
bates en las reuniones, sobre todo cuando el tema se trataba sobre reformas en el culto. Como ejemplo
pongo el siguiente texto referido a la Cuaresma.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 23


APUNTES SOBRE EL OBISPO DE BADAJOZ D. JUAN MARN RODEZNO

En nuestra Iglesia era costumbre predicar los Sermones de Cuaresma acabada la misa del Apa-
rador, despus de prima. Repar el Prelado en ello y le pareci temprano.
En 1699 cay ceniza en 4 de marzo y para que con tiempo se determinase sobre este punto,
escribi una nota, en 6 de febrero, de cuyo contenido hago un extracto a continuacin:

Aunque considero la mucha fuerza que tienen los estilos y costumbres que tienen las Santas Iglesias, especial-
mente practicadas por dilatado tiempo, no obstante puede haber algunos que por opuestos a la razn y buena regla
sean dignos de que se reformen. Como siempre me ha parecido serlo el que se observa en esta Santa Iglesia de
predicar los sermones de las Ferias de Cuaresma despus de la misa del Aparador y responso que se cantan y aca-
ban a las nueve de la maana ,(lo razona)de aade el inconveniente de que por ser temprano no pueda concurrir
mucha parte del pueblo a or los sermones; siendo como son stos explicacin del Evangelio de la misa de feria,
es consiguiente que el sermn se deba predicar despus de cantado el mismo Evangelio, segn buena ceremonia y
regla, como se practica en la Santa Iglesia de Toledo Y no resultando (como no resulta) de esta nueva formalidad
mayor embarazo ni ocupacin de ms tiempo para VS., estimar mucho que conrindolo V.S. se conforme con
ella para que se pueda poner en ejecucin y prctica esta Cuaresma prxima y consiguientemente en las dems para
siempre, pues de esta disposicin y providencia se puede asegurar que resultar mayor conveniencia al pueblo y
no menos alivio a V.S. y sus individuos para poder asistir a estos sermones, como lo ser tambin para m y tener
muchas ocasiones del servicio de V.S. en que se ejercite y obligacin y verdadero afecto.

En la forma de redactar su escrito se pone de maniesto el talante cordial, sencillo y abierto del
Obispo junto a la argumentacin detallada.
Pero, cul fue la res puesta del Cabildo?
Recibido el 2 de marzo el escrito, el Cabildo se reuni y en esta ocasin no dieron su benepl-
cito. Expusieron los siguientes reparos: que as (en la normativa vigente) haba hora cierta y deter-
minada para que se predicase y la gente del pueblo asistiese, lo que no sucedera si se mudase, porque
unas veces sera a la misa mayor y otras despus de nona, lo que ocasionara a muchas personas del
pueblo perder el sermn por ignorar estas el gobierno de la Iglesia. (Reeren a continuacin para
mantener esta hora las tareas domsticas de las mujeres) que las mujeres se despachan con bastante
tiempo para tenerlo despus para composicin de sus comidas cuaresmales que regularmente se ha-
cen poco antes del medioda y si fueran ms tarde muchas dejaran de venir a los sermones por estar
ocupadas en su ministerio. Por otra parte, que los hombres asisten muchos a ellos y despus van a sus
vias y haciendas. Que en otras Iglesias se predica en la misa conventual o de la Feria porque en ellas
se dice cantada, pero que en sta se dice rezada.( A continuacin citan una nota del Obispo Don
Gabriel Ortiz sobre las reformas) y que consta de 1638 que de mudarse las costumbres legtimamente
introducidas en las Iglesias se ofrecen siempre graves reparos que no todos se pueden tener presentes
en la mutacin pero el mismo tiempo los viene a descubrir
Como veis el Cabildo tambin tena una autoridad colegiada para poner sus reparos a la pro-
puesta del Prelado.

2.2.- La vida consagrada

Con este ttulo quiero referirme a la preocupacin por los conventos.

Convento de Santo Domingo

Coloco en primer lugar a este convento por razn de afecto personal, ya que soy feligrs de su
Parroquia que en la actualidad est regentada por los Padres Pales.
El Convento, en el ao 1688, se hallaba falto de religiosos. El motivo se pensaba en que casi
todos los religiosos eran andaluces y que a estos no les probaba bien esta tierra y no se atrevan a ve-
nir a este convento. Esta carencia era importante por los servicios de los religiosos en la predicacin.
Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017
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MARIANO CABANILLAS ENTRENA

Se tom la decisin de convertir el convento en Casa de Estudios y Noviciado, pues as entra-


ran personas de la provincia. Esta propuesta se la presentaron al Obispo, Cabildo y Ciudad para que
se interesasen en este asunto por el bien que supona para este pueblo y provincia. Dirigieron escritos
al general de la Orden Rvdmo. Padre P.M. Fray Antonio de Monroy. La decisin tuvo que esperar
porque este Padre General fue nombrado Arzobispo de Santiago.
Para su sucesin se celebr un Capitulo General en que sali nombrado General el Rvdmo.
P.M. Fray Antonio Aloche. Este concedi el asunto solicitado como consta en el acta, fol.27&,4:
Concedimus ad Provinciae petitionem instantiam utriusque Senatus simul cum Episcopo Civitatis
Pacensis Hispaniae dicta Badajoz erectionem Studii generalis el Novitiatus, agravantes superiorum
contientias quod invigilent ut ibidem promoveatur obsevantia regulario.
Lleg a Espaa este Decreto el ao 1689.
Este Convento por este Decreto qued erigido siendo el primer Prior el reverendo Padre Pref.
Fray Francisco Mateos de los Hijuelos. Fue acompaado en la Direccin como Lector de primera, por
Fray Francisco Ibarra y como Lector de Vsperas por Fray Pedro Ponce. Tambin aparece el nombra-
miento de Fray Juan Castellanos, como primer Maestro de Novicios.
Don Juan Solano nos cita tambin los nombres de los nueve primeros novicios.

Convento de las Descalzas.

Este convento de religiosas de clausura durante siglos ha sido emblema religioso de nuestra
Ciudad y foco de espiritualidad.
Nuestro Prelado con la accin de reforma da su apoyo, en este caso, no a una accin de misin
apostlica sino de carcter material, de obras. Las obras de este convento no fueron del relieve de las
realizadas en la Catedral, de las que hablaremos en otro apartado, pero, como nos seala Don Juan
Solano, tambin las monjas de las Descalzas participaron de la liberalidad de su Prelado. Su iglesia
y torre estaban muy maltratadas. Hzolo de nuevo con su Coro alto y bajo, su capilla mayor y una
tribuna junto al altar desde donde algunas religiosas podan or misa. Hizo un refectorio adems de
algunas ocinas y celdas. Terminadas las obras el 19 de noviembre de 1698, quiso que se colocase
el Santsimo en su Capilla y altar mayor. Para darle solemnidad el 19 de noviembre pidi al Cabildo
para que asistiese al acto. El Cabildo acept la invitacin. El acto tuvo lugar el da 21. Hubo repiques
y luminarias la vspera y acabadas las horas sali el Cabildo de su Iglesia procesionalmente y fue al
convento, donde ya estaba el Prelado. Predic el P. M. Martn de Rojas, jesuita, y a todos los seores
del Cabildo dio velas de a libra que dejaron a las religiosas de limosna y concluida la funcin, volvi
el Cabildo a su Iglesia.

2.3.- Apoyo del Pastor a las manifestaciones de Piedad Popular

La sintona del Prelado con el pueblo se nota de forma evidente en estos actos piadosos.
La mayora de estas manifestaciones se encuadran en la conanza del pueblo en su Padre Dios
Misericordioso, sobre todo cuando las situaciones eran ms perentorias, como vamos a ver a conti-
nuacin.

Rogativas

En estas adversidades siempre imploraban la Misericordia de Dios a travs de su Madre, su


patrona la Virgen de Botoa.
En el ao 1681, por la falta de agua que se experimentaba, los hermanos de Nuestra Seora de
Botoa pidieron al Cabildo su oracin. El Cabildo realiz un novenario de misas. Despus hizo el suyo
Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 25
APUNTES SOBRE EL OBISPO DE BADAJOZ D. JUAN MARN RODEZNO

la Hermandad y fue tanto lo que llovi que se remediaron los campos, por lo que en accin de gracias
se cant una misa solemne por el benecio recibido.
La concesin de la gracia implorada no siempre encontr respuesta tan rpida, como vemos a
continuacin
El ao 1683 fue muy seco. De nuevo se recurri a la Patrona. Se trajo a Nuestra Seora de
Botoa y se le hizo un novenario, y lo mismo hizo la Hermandad. Pero en esta ocasin tambin se
recurri a otro patrn de la ciudad. Procesionaron juntos, a primeros de marzo el Seor San Jos, con
la imagen de Nuestra Seora.
El cielo cada da pareca ms cerrado y se intensicaban las rogativas. Ante esta situacin se
dispuso sacar el Santo Cristo del Claustro, Sali en procesin general el da de la Anunciacin por la
tarde y fue por la calle de San Juan, Aduana vieja, Plazuela, Soledad, Santa Ana, Santa Luca, Calle de
Santo Domingo hasta llegar a su Convento, calle del Pozo, San Onofre, Descalzas, Calle de Fernando,
Becerra por donde subi a su Iglesia.
La situacin segua siendo preocupante y hasta el Obispo, ya en abril, celebr de Pontical y
encabez otra procesin.
Por qu Dios no escuchaba las splicas?
Buscaron la razn. No surten efecto las splicas porque nuestros pecados no lo merecan. De
aqu la reaccin inmediata. Todo eran clamores y suspiros. En los Conventos estaban continuamente
pidiendo a Dios Misericordia.
Se dispuso una nueva procesin general a Santa Mara que se hizo el 16 de mayo llevando en
ella a Nuestra Seora de Botoa y al Seor San Jos.
No se relata el efecto que tuvo, pero al nal de la crnica anual se recoge el siguiente prrafo.
Fue este el ao de la seca: muri mucho ganado menor como el mayor en el ao siguiente, llamado
el de las aguas.
Estas rogativas a la Virgen eran frecuentes, casi todos los aos, pero pasemos las splicas por
otras desgracias.

Otras rogativas

La langosta

El ao 1695 hubo una plaga de langosta. Para luchar contra ella primero se procedi a organi-
zar los recursos humanos. La Ciudad mand que se cogiese por los vecinos todas las que se pudiese.
Tambin se recurri a nuestro Prelado para que se implicasen en esta tarea todos los eclesisticos. El
Obispo lo particip a su Cabildo que el 15 de abril mand coger por su cuenta 50 fanegas de ella y
mientras ms se cogan, ms aparecan. Ante la inecacia de la accin humana, se dispuso recurrir a
la accin divina. Se suplic al Prelado que se sirviese salir a conjurarla. El 18 de mayo, por la noche
hubo repique y al da siguiente, acabadas las horas en la Iglesia se sali en procesin general y se
llev la imagen del Patrn principal de la Ciudad, San Juan Bautista, al Fuerte de San Cristbal. All
hizo su Ilustrsima sus conjuros como tena ordenado la Iglesia, y regresaron. Asistieron el General,
Ciudad y todo el pueblo. Dios fue servido. Aunque la plaga fue tan grande, en las mieses o heredades
no se experiment dao alguno.

Una tormenta

El 18 de junio de 1685, cerca del medioda se levant una tormenta de relmpagos y truenos
desmedidos y continuos, con culebrinas repetidas y dio tan gran trueno que amedrent a todos los
moradores de la ciudad, fue provocado por un rayo que cay en el Almacn Real. Todos se contur-
Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017
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MARIANO CABANILLAS ENTRENA

baron y ms cuando supieron donde haba cado, que se reconoci por el humo que sala. Todos co-
rran despavoridos. A la Catedral fueron muchos. All fueron atendidos por Don Pedro Lepe y otros
prebendados y, sobre todo, muchos confesores, porque en una situacin tan trgica, todos deseaban
limpiar sus conciencias.
Tambin el seor Obispo fue presa del mismo pavor, porque adems su Palacio estaba muy cer-
cano al Almacn Real. Sali de su palacio con toda su familia y algunos prebendados y fueron a San
Gabriel. Tambin all haba concurrido un gran gento. Todos miraron a ponerse en salvo. Salan a la
calle como la noticia les cogi: unos medio vestidos, las mujeres sin mantos ni mantillas, los enfer-
mos que podan levantarse salan desnudos, liados en lo que podan y los que no pudieron clamaban
y pedan a Dios misericordia. No se oan ms que lamentos y suspiros.
Tambin el Gobernador de la plaza, Teniente General de Artillera don Alonso Vivero, acudi
a solicitar remedio, para cortar y apagar el inmenso fuego, que se haba producido.
En la lucha contra el fuego se distingui Isabel la Sangunea, que ayud y trabaj por muchos,
alentando a todos para que entraran en el mayor peligro, por lo que despus, informado S.M. le dio
el privilegio de hacerla libre de derechos de todo lo que vendiese (era una pobre vendedora) cuyo
benecio logr ms de treinta aos para su sustento.
Tambin se expusieron al mayor riesgo dos mozos que a todos alentaban y trabajaban por mu-
chos. Nadie los conoca ni los encontraron despus de haber acabado todo.
Al no encontrarlos, ni vivos ni muertos, muchos los identicaron con los santos mrtires Marco
y Marceliano, cuya festividad se celebraba en ese da. A estos mrtires todos atribuyeron el milagro
del nal feliz de la horrorosa tormenta. Como reconocimiento a esta ayuda sobrenatural el 30 de julio
de 1689 se solicita a Roma el ocio litrgico para estos santos mrtires como patronos menos princi-
pales de la Ciudad.

Procesin del Corpus

He dejado para el nal de las manifestaciones


de la piedad popular la procesin del Corpus. Proce-
sin en la que el pueblo cristiano hace una manifesta-
cin pblica de su fe en Cristo Sacramentado, centro
de su cristiandad. De aqu que desde nios aprendi-
mos que el da del Corpus, antes en jueves, brillaba
ms que el sol. Esta brillantez y solemnidad fue un
objetivo que se propuso nuestro Prelado.
En el ao 1697 cay el da del Corpus, jueves,
el 6 de junio. La procesin de la octava se haca por el
Claustro, pero nuestro Obispo, deseoso de que saliese
por fuera de la Iglesia y que en ella sirviese el palio
rico que l mismo haba dado, que no poda llevarse
por el claustro por no caber por la puerta con el basti-
dor de madera que se pone para ir extendido Pidi al
Cabildo que saliese la procesin fuera de la Iglesia. El
Cabildo, que en todo deseaba darle el gusto cumplido
as lo hizo el da 13 y de esta forma sigui todo su
Ponticado hasta el del seor Balderas.
Para dar importancia y el relieve a la Procesin
el Prelado, suprimi todos los actos colaterales que
tenan lugar en esta festividad eucarstica y que, se-

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 27


APUNTES SOBRE EL OBISPO DE BADAJOZ D. JUAN MARN RODEZNO

gn las crnicas del ao 1699, eran los siguiente. Con ocasin de las Fiestas y actos Sacramentales
que se hacan el da del Corpus, se construa un tablado grande en el Campo de San Juan, al pie de la
torre, en el cual se pona un altar en el que se colocaba el Santsimo luego que la procesin sala de la
Iglesia; en l se sentaba el Prelado y Cabildo y en otro de frente, la Ciudad. Aqu corran las danzas
prevenidas y hacan sus habilidades; despus se representaban tres autos sacramentales y, acabados
muy tarde, de all sala la procesin.
A instancias del Obispo, el ao 1693 se quit el tablado y autos sacramentales, lo que no haban
podido conseguir algunos de sus antecesores. Otra innovacin que pretendi el Obispo era que los
Padres Agustinos se incorporaron a la Procesin desde el inicio, para no quebrantarla posteriormente,
como se haca tradicionalmente. As se lo pidi al Padre Prior Fray Jos lvarez.
Esta decisin supuso un litigio inesperado.
Los Agustinos se entrevistaron con el Obispo para continuar con su costumbre anterior. Se ne-
garon a obedecer y el prelado le record que obedeciesen como se le tena mandado y a lo que estaban
obligados segn las disposiciones del Concilio de Trento. Este enfrentamiento fue de gran resonancia
eclesial, llegando a declararse al Padre Prior por excomulgado. El asunto lleg hasta Roma. El Nun-
cio se pronunci por sentencia que les obligaba a que viniesen a la Iglesia para la procesin y a ella
volviesen, una vez nalizada. As el Prelado logr su objetivo.

Nuevas devociones

El carcter piadoso de nuestro Prelado estuvo siempre


abierto a introducir nuevas prcticas piadosas a las que referi-
r brevemente.
Santa Mara Magdalena.-
Fue erigido este culto a propuesta del mismo Obispo que
aprob el Cabildo. Tanta era la devocin hacia esta santa que
como veremos ms adelante mand erigir en la Catedral una
Capilla en su honor donde reposan sus restos. La crnica de
1701 nos relata que en este ao se celebr la primera esta de
la Magdalena. Hubo aquella noche, nos dice, repiques y lumi-
narias, Su Ilustrsima celebr de Pontical, Concurri todo el
pueblo y, nos seala la emocin del Obispo con estas palabra,
lloraba de gozo que no le caba en el pecho.

La Virgen del Pilar.-

El ao 1692 el Conde de Montijo, que haba continuado la nueva muralla, concluida su puerta,
coloc una capilla en la que quiso colocar una imagen de Nuestra Seora del Pilar, de la que era muy
devoto. Solicit a su Ilma y Cabildo que la colocacin de la imagen se hiciera con toda solemnidad.
As se acept. El da 9 de abril, celebr la misa nuestro Prelado, de Pontical, asistiendo a ella el
propio Conde de Montijo y la Ciudad. Por la tarde se llev en procesin general por el Campo de San
Francisco hasta la Puerta del Pilar donde se coloc en su Capilla. El Conde qued muy agradecido y
la puerta se qued con el nombre de puerta de Nuestra Seora del Pilar.

Santa Teresa de Jess.-

En 1702, por otra propuesta, en este caso de D. Francis Camacho y vila, Racionero y hermano
del Ilmo. Seor D. Diego Camacho, Arzobispo de Manila, se fund en nuestra Iglesia la esta de
Santa Teresa de quien era el seor Camacho en gran manera su devoto. Ofreci para ella doce mil
reales. Se hizo su primera esta el quince de octubre del mismo ao.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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MARIANO CABANILLAS ENTRENA

San Roque.-

No quiero terminar este apartado de piedad popular sin citar, al menos, un santo tan querido en
nuestra ciudad como San Roque.
La crnica de 1693 nos seala que el culto de San Roque ya se mantena en la Iglesia haca
muchos aos. La Ciudad estaba deseosa de verlo en su Ermita y pidi al Cabildo que le llevase. El 8
de julio se acord que el da del Santo se le pusiese en el altar mayor, se le cantase su misa con toda
solemnidad y que por la tarde se llevase en procesin general. En todos los actos estuvo presente su
Ilustrsima. Tambin asisti casi todo el pueblo.

2.4.- Pastoral de servicio a los pobres

Los nios expsitos

Por el mes de septiembre de1688 dej el Cabildo prestar el cuidado de la crianza de los nios
expsitos, que haba mantenido ms de 50 aos. El motivo fue que S.M. haba suspendido la limosna
que les sola hacer sobre alcabalas y otras rentas provinciales, y adems la Ciudad no quera contribuir
con los cuatrocientos ducados anuales para este n .Por ello, la Mesa Capitular tuvo que suplir ms
de veinte mil reales.
Hicieron diligencias con su Majestad y con la Ciudad para que continuasen con su ayuda. Nada
pudieron conseguir por lo que el Cabildo se vio precisado a tomar la resolucin apuntada aunque con
grande dolor y compasin.
Pero el problema estaba ah. No bastaba slo con los sentimientos de dolor y compasin. La
situacin creada de pobreza y abandono era mayscula y no afectaba slo a los nios expsitos. Las
amas que los criaban clamaban por sus salarios; las nios que de nuevo caan y no haba donde llevar-
los ni quienes las recogiesen. De andar de casa en casa algunos murieron, otros se hallaron comidos
por cerdos (horroroso) que andaban por las calles y los encontraban en alguna puerta por la noche.
Ante esta situacin tan calamitosa, nuestro Prelado, por la mucha piedad que tena, aunque ha-
ba comprendido las razones de la decisin del Cabildo, decidi l personalmente buscar la solucin.
Mand poner un torno en la Casa de San Antonio donde estaban recogidas algunas pobres mujeres,
y donde pudiesen ser recogidos los nios. A frente de este menester puso a una mujer que buscase
amas que los criase. Hizo consultas sobre el tema al Consejo y no pudo lograr ms que concediese
facultad a la Ciudad para que de los millares de pie de hierro diesen cuatrocientos ducados para este
n. Solicit de nuevo al Cabildo que volviese con este cargo y no lo pudo conseguir. En agosto de
1691 celebr en su propia casa una Junta de Comisarios de Cabildo y de Ciudad para ver si hallaban
medios de establecer planta ja, permanente y estable. No consigui su propsito volvi a reunirlo
en septiembre del 93, con el mismo resultado. Pero no se desmay. De nuevo volvi a consultar al
Consejo y ste propuso nueva consulta al Cabildo. Por n convinieron hacer un copatronato. As,
ante Alonso Pabn Guerrero, Escribano, su Ilustrsima y el Cabildo y la Ciudad, se comprometieron
por escritura que todos se hacan miembros del Patronato. Su Ilustrsima destin la Casa de San An-
tonio donde se haba puesto el torno. Se acord que los tres componentes del acuerdo haban de tener
voto igual decisivo en las juntas y que todas se celebraran en el Palacio del Prelado. Que se hiciera
un arca de cuatro llaves, que haban de tener los compatronos y administrador. En ese arca se haba
de poner el dinero que tenga la Obra Pa. El reparto de aportaciones fue el siguiente: su Ilustrsima
cuatrocientos ducados, la Ciudad, seiscientos ducados.
Omito varias normas, de menor importancia, por razones de brevedad.
Lo importante es que gracias al esfuerzo de su benefactor el problema tan tremendo de los Ni-
os Expsitos qued resuelto.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 29


APUNTES SOBRE EL OBISPO DE BADAJOZ D. JUAN MARN RODEZNO

2.5.- Pastoral urbanstica

Aunque no se limit su programa de obras a los templos, con este ttulo que encabeza el prrafo
quiero referirme a las que se hicieron en el mbito eclesial. Las obras realizadas en la ciudad las en-
cuadro en el punto dedicado a su proyeccin social.

Reformas en la Catedral

Cuando apenas se haba cumplido poco ms de un decenio de su mandato. Comenz su profun-


da reforma del templo catedralicio. Fue en mayo de 1692. El prelado haba observado que la Iglesia
tena muchos altos y bajos con ocasin de las sepulturas que albergaba, y dese solar de buena piedra
toda la Iglesia.
Puesto que eran un obstculo para llevar a cabo estas obras las losas de algunos sepulcros, se
comision a los seores Don Juan Ramrez y Don Diego de Osuna, para que acordasen con los due-
os su traslado a donde mejor les pareciere. As lo hicieron y pusieron unas, las que cupieron, en el
Sagrario y las restantes en el Claustro.
Ms adelante, en junio, quiso hacer un panten para entierros de los Prelados y Prebendados
debajo del Coro. Todos agradecieron la iniciativa y se comenz la obra del panten el 19 de junio.
Siguieron las obras. Se propuso que la Iglesia fuera de una nave, quitando los postes echando
las bvedas de capillas a capillas.
Aunque estas reformas al Cabildo le parecieron muy bien, le dijo que su Ilustrsima deba contar
previamente con los medios, sobre todo, teniendo en cuenta que si el Obispo faltase no tendra dinero
la Fbrica ni el Cabildo para concluirla y se encontraran en un callejn sin salida. El Prelado se hizo
cargo de la dicultad y cambi de proyecto.
Determin hacer capilla mayor, presbiterio y sacrista. El Panten, sin embargo, por San Miguel
ya estaba concluido, ya que el 28 de septiembre muri el Den Don Juan de Ramos de Lorenzana y
mand el Cabildo que se enterrase su cuerpo en nicho correspondiente a su dignidad, y, aunque no
estaba terminado del todo, fue el primero que lo estren.
Pasados los aos, las ideas de reforma ms amplia de la Catedral ocuparon la cabeza de su Ilus-
trsima. As en la Crnica de 1697 se nos dice que la obra de la Capilla mayor, colaterales y sacrista
estaban casi perfectamente acabadas.
Las obras continuaron. Puso una hermosa reja en toda la Capilla mayor, con puertas en medio
y a los lados. Hizo dos tribunas grandes a los lados del Altar Mayor (quitadas por el seor Lebanto).
Hizo tambin reja para el Coro y puertas de hierro para la Sacrista y Capilla de la Magdalena. Mand
hacer en honor del Santsimo Sacramento un palio de tela rica, de ores de plata y oro con adorno de
ecos y alamares y muchas campanillas y diez varas de plata con armadura de madera.
Como no puedo detenerme a escribir sobre todas las obras, que se hicieron en la Catedral, copio
el resumen de las mismas, que recoge mi amigo Don Teodoro en su artculo:

El Ilmo. Sr. Don Juan Marn de Rodezno, Obispo de este Obispado, a sus expensas, mand hacer en esta Iglesia
la Capilla Mayor, Presbiterio, colaterales, Sacrista principal con sus cajones, Oratorio, la Capilla de Santa Mara
Magdalena con su entierro. La Sacrista copiosamente adornada, el Panten y entierro de los Seores Prebendados,
la Capilla del Santo Cristo con otro panten en ella; dos salas capitulares, osario, graneros, cuartos para sacris-
tanes, bvedas y ocinas; la egie del Sr. San Juan Bautista colocada sobre la puerta principal, enlosada toda la
Iglesia y Sacrista. Las rejas doradas del Coro, cruja, Capilla Mayor, plpito, tribunas, puertas del Panten, de la
capilla de la Magdalena y Sacristas. Un palio de tela pasada con diez varas de plata. Item los canceles de las tres
puertas de esta Santa Iglesia y otras menores en ella; de lo que es agradecido su Cabildo. Le dot su mesa capitular
la esta de la Magdalena y un aniversario doble el da de su fallecimiento y mand poner esta memoria para que
sea perpetua la de tan Magnco prelado

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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MARIANO CABANILLAS ENTRENA

Una vez terminadas las obras, se institucionaliz la Fiesta de la Magdalena. La primera esta de
la Magdalena fue el ao 1701. Hubo aquella noche repiques y luminaria y el Obispo celebr de Pon-
tical. Todo el pueblo concurri y el Santo Prelado estuvo tan gozoso que derram lgrimas. Mostr
de forma extraordinaria su agradecimiento al Cabildo.
El Cabildo escritur el acto para la perpetuidad. En el altar de la Magdalena hay dos tarjetas:
en la del lado del evangelio est el retrato de nuestro Prelado y en el de la epstola este soneto que
compuso el Doctor don Diego Surez de Figueroa. (Tambin lo transcriba Teodoro en su Artculo)

Este ilustre Cabildo generoso


esta a la Magdalena le ha dotado
y aniversario fnebre al Prelado
al Marn, al Rodezno ms glorioso;
con culto corresponde suntuoso.
grato a su amor de ddivas colmado
queriendo que elevo dilatado
mida espacios su afecto carioso.
Si el tiempo losas, rejas y capilla,
sacristas, el palacio, panteones,
monumentos y salas no vio iguales
y si en sta abrevi las maravillas
bien es le den por tales perfecciones
gracias la Iglesia, memoria los anales.

Precioso poema que canta la gran labor realizada en nuestra ciudad por el Excmo. Sr. Don Juan
Marn de Rodezno.

III.- Proyeccin Social y poltica

Si es de admirar nuestro personaje a nivel eclesial, no es menor su proyeccin social y poltica.


Tal vez su linaje de abolengo le dio una relevancia extraordinaria en este campo no slo a nivel
de la Ciudad, sino tambin con las mximas jerarquas de la nacin.
En cuanto se reere al mbito de la Ciudad hemos visto en las pginas anteriores sus contactos
con el Consejo de la Ciudad y los Gobernadores.
En cuanto a su accin en la Poltica municipal, me limitar a tratar slo el tema de la Plaza Alta.

Reforma de la Plaza y su entorno.

La situacin del entorno de la Plaza, desde el punto de vista urbanstico estaba en tan mal estado
que necesitaba de una accin inmediata.
En 1701, cuando la Ciudad celebraba el casamiento del Rey con Doa Mara Gabriela Luisa de
Saboya, la plaza, que era el sitio para las celebraciones populares y las aclamaciones a los Reyes, se
encontraba en estado ruinoso.
Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 31
APUNTES SOBRE EL OBISPO DE BADAJOZ D. JUAN MARN RODEZNO

Para su rehabilitacin la Ciudad


ya haba hecho diligencias mltiples
pero sin efecto. Por ello, conociendo
la personalidad del Obispo, acudie-
ron a l. La respuesta no se hizo es-
perar. Les ofreci por su parte mucho
apoyo para la obra y que su Cabildo
hara otra parte con caudal de obras
pas, con la condicin que la Ciudad
dejase para s el franco y fachada que
hay desde el n de las Casas Consis-
toriales hacia la crcel, hasta la calle
el Burro y con la de obligarse a que
all se pusiera el comercio para que se
habiten las casas que se deban edi-
car y a tener cada ao dos corridas de toros. La Ciudad se comprometi a todo lo que pidi el Obispo.
El Cabildo pidi licencia al Ordinario para gastar el dinero de las obras pas en la obra.
Al Cabildo se le asign la fachada que corre la calle de Arjona hacia el peso; a su Ilma, la facha-
da desde el principio de la obra del Cabildo hasta toda la Calleja del Toril y, desde ella, a los Jesuitas.
Haba tambin comprado ya nuestro Obispo unas casas en la calle Fernando Becerra (hoy
Melndez Valds), y con los benecios, cre tambin una fundacin pa.

3.1.- Relaciones con la Monarqua

Son tantos los contactos que mantiene con su Majestad que me limitar a datar y sintetizar el
contenido de los que considero ms importantes.
28/2/89.- Su Majestad escribi al Cabildo y pidi medios econmicos para ayudar a su to el
Emperador en su lucha contra el turco. Se ofrecieron a S.M. 200 fanegas de cebada que lo agradeci.
19/5/89.- Se recibe una carta de Su Majestad en la que da cuenta de la muerte de su esposa doa
Mara Luisa de Orlens para que hagan los honores fnebres.
27/11/1700.- Se recibi carta de la Reina dando noticia de la muerte del Rey su marido, para
que hicieran las honras y sufragios acostumbrados. Se pidi que pasasen dos Comisarios a la Ciudad
a darle noticia y sealar el da que les pareciese bien. Lo hicieron as y se seal los das 5 y 6 de
diciembre. Predic en estas honras nuestro Penitenciario el doctor Don Juan Snchez Pajares.
29/11/ del mismo ao. Llegaron unos Comisarios de la Ciudad a dar noticia al Cabildo de que
se haba recibido una carta de la Reina para que se aclamase por Rey de Espaa al seor Duque de
Anjou, nieto segundo del seor Luis XIV, Rey de Francia. El Duque reinara con el nombre de Felipe
V. La Ciudad, el Obispo y el Cabildo aceptaron con gran regocijo la subida al trono del Nuevo Mo-
narca. Como veremos ms adelante este hecho implic mucho a la Ciudad en la Guerra de Sucesin.
4/2/01.- En esta fecha lleg la noticia de que el nuevo Rey Don Felipe V haba llegado a sus
estados y dominios como legtimo Rey de Espaa. Hubo tres noches de celebracin con repique gene-
ral, luminarias, salva de artillera y el 16, domingo, por la tarde se hizo una procesin general a Santa
Mara en accin de gracias a la que asisti nuestro Prelado y Ciudad.
A continuacin se expresa el deseo del Monarca para que estuviesen prevenidos y disponibles
para el enfrentamiento que se avecinaba. La carta del Cabildo que ponemos a continuacin da muestra
del vasallaje y es premonitoria del futuro blico de Sucesin, en la que qued inmersa nuestra Ciudad.
El Cabildo respondi con la siguiente carta:

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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MARIANO CABANILLAS ENTRENA

Seor. Todos quisiramos pasar a ponernos a los Reales Pies de Vuestra Majestad, pero nos lo impide nuestra
indispensable residencia del Coro; lo hacemos por Don Gaspar Antonio de Pedrosa y Don Francisco Camacho y
vila , Maestreescuela y Cannigos de esta Santa Iglesia para que en nombre de ella y nuestro rindan a V.M. la
obediencia y expresen las demostraciones religiosas pblicas y particulares con que hemos celebrado y celebramos
la felicidad de esta Monarqua en haber sucedido a V.M. en su corona; y porque desde el da que logramos esta di-
cha sus vasallos experimentamos gloriosas y apacibles resoluciones en benecio pblico y las esperamos mayores
con la asistencia de Dis a quien incesablemente suplicamos nos guarde y prospere la Catlica Real Persona de
V.M., por los muchos aos que la Cristiandad necesita y todos hemos menester. Badajoz, de este Cabildo y abril
de 1701.

3.2. Implicacin en la Guerra de Sucesin

Estado de la cuestin

La titulacin de este epgrafe es como una herencia intelectual de mis estudios de la losofa
escolstica en el Seminario como primer punto de las tesis. Es un criterio que tengo siempre presente
para estudiar cualquier problema y, en esta ocasin, me pareci acertado para resumir la situacin de
esta etapa histrica en que se encontraba Espaa y concretamente nuestra Ciudad.
Esta Guerra de Sucesin tuvo como causa fundamental la muerte de Carlos II de Espaa, ltimo
descendiente de la Casa de Habsburgo, en 1700, y que permiti la instauracin de la Casa de Borbn.
El casus belli, pues, fue la subida al trono de Felipe V, nieto del Rey francs Luis XIV, a cuyo
trono tambin hizo valer sus derechos sucesorios el Archiduque austriaco Carlos.
Este conicto en su inicio prcticamente fue una guerra civil entre los borbnicos, apoyados en
la Corona de Castilla, y los austracistas, mayoritarios en la Corona de Aragn. Pero pronto se convir-
ti en un gran conicto internacional.
Francia, como era lgico, siempre estuvo al lado de los Borbnicos, al lado de nuestro Rey
Felipe V. Los partidarios del Archiduque se vieron apoyados por la Gran Alianza (Sacro Imperio,
Inglaterra, Pases Bajos, Prusia y gran parte de Estados alemanes), ms tarde entr a forma parte de
este grupo Portugal.
Naturalmente la incorporacin de Portugal, como veremos, a continuacin nos arrastr a los
pacenses al escenario blico.

Desarrollo del conicto en nuestra Ciudad

El rey Felipe V en 1704 decidi intervenir personalmente en la guerra de Portugal, tomando


Monsanto y Salvatierra. Para esta expedicin blica el Prncipe Tilly, Capitn general de Extremadu-
ra, junt en Badajoz diez mil hombres, de la provincia y tambin andaluces.

Sospecha de traicin al Rey

Tilly, segn recoge la Crnica de 1703, tena ya a una buena parte de la Ciudad, bajo sospecha
de traicin. Puso espas entre el pueblo y sus tropas. Fue un tiempo lamentable porque para vengarse
de los considerados enemigos slo haca falta decir que su contrario era desafecto al Rey o a Francia.
Entre los denunciados metieron a tres prebendados y a un buen sacerdote de la ciudad. Estos
fueron los denunciados: Don Juan Ramrez de la Pioscina, Arcediano de Jerez y Cannigo. Decan de
l en la crnica que era un sacerdote ejemplar que a nadie jams hizo mal. El segundo fue Don Juan
Tuba, Tesorero de la Santa Iglesia y Secretario del seor Obispo, al parecer era amigo de Don Pedro

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 33


APUNTES SOBRE EL OBISPO DE BADAJOZ D. JUAN MARN RODEZNO

Amasa y de Don Juan Galvn. Se les denunciaba por las relaciones con amigos en Portugal y de ayu-
dar al Almirante en su fuga, declarndoles desafectos a nuestro Rey y a Francia. El otro era don Gins
Surez de Zayas, Cannigo Lector; de ste dijeron (estaba recin venido de Madrid) que haba dicho
que nuestro Rey Felipe V era solo Rey de papeln o comedia, que estaba a toda prisa forticando el
castillo de Pamplona para retirarse a Francia.
Tambin se hablaba de un convite en casa de Amasa, donde haban acudido varios eclesisticos.
Lleg el rumor a nuestro Obispo, y, previniendo el suceso, el 7 de diciembre promocion un acto de
ocio sobre el asunto de la concurrencia de eclesisticos y otras personas a este banquete.
Al da siguiente aparecieron pasquines en diferente sitios que decan:

Tengan por traidores al Rey a Don Juan Galvn, a Don Marcos Alba y a Don Juan de Tuba Ruiz.

Se convocaron, el mismo da 10, testigos para que informasen sobre el asunto de la denuncia
planteada. Escuchados cinco testigos nuestro Obispo descubri que fue todo bagatela y mala vo-
luntad de algunos sujetos y con la novedad de haber llamado a Madrid a los tres Prebendados, se
suspendi la averiguacin.
Visto en Madrid que el Obispo estaba haciendo averiguacin jurdica, por la conanza en l, se
enviaron rdenes al General para que entregase todas las delaciones al Prelado. Todo termin feliz-
mente para los tres Prebendados segn se coteja por el escrito recibido de Madrid, que dice as:

Su Majestad ha sido servido de dar permiso para que puedan volverse a sus casas Don Juan Ramrez de la Piscina,
Don Juan de Tuba Ruiz y al Dr. Don Gins Snchez Zayas, Capitulares de V., a quien doy la enhorabuena como
tan interesado estaba en el lustre y consuelo de tan buenos hermanos, cuya morticacin me tena muy contristado
por considerar su inocencia y el dolor con que les tena el discurrir que pudiese dudarse de ella y a esta proporcin
es el consuelo con que doy esta noticia a V.S. cuya vida prospere Nuestro Seor muchos aos . Madrid y febrero
13 de 1704.- B. L. M. de V.S. su servidor.- El Duque de Montellano.

Tambin aparece el siguiente escrito:

Ilmo. Sr. Recibo la carta de V.S. de 8 del corriente con la informacin que la acompaa y habiendo visto su con-
tenido, doy a V.S. las gracias por el celo con que ha ejecutado estas diligencias y en cuanto a los tres Cannigos
que estaban aqu de la Iglesia de V.S., habiendo ya logrado permiso de V.M. para volverse a sus casa, de que he
tenido complacencia, creo llegarn a esta ciudad con brevedad. Nuestro Seor guarde a V.S. muchos aos como
deseo. Madrid y febrero 15 de 1704. B.L.M. de V.S su mayor servidor el Don de Montellano. Ilmo Sr. Obispo de
Badajoz.

En accin de gracias por la vuelta de los Prebendados que salieron de Madrid el da 15, en la
noche del 24 el Cabildo orden el repique de campanas y luminarias y que el da siguiente se cantase
el Te Deum y una misa en accin de gracias.

La ciudad de Badajoz, campo de batalla

El 4 de marzo de 1704 sali el Rey de la Corte y el da 9 escribi de Talavera de la Reina dando


cuenta de su salida, y pidiendo que se hicieran rogativas por su salud y por los buenos sucesos de la
campaa. As se hizo durante nueve das continuos.
Posteriormente, Su Majestad pas a Plasencia, y desde all se dirigi a Portugal y entr con su
ejrcito de espaoles y franceses por Salvatierra. Aqu nuestro General Tilly reuni un ejrcito de seis
mil infantes y dos mil caballos, que entr en Portugal por Arronces. Se tom Salvatierra, Monsanto y
las Idaas Nueva y Vieja, rebas el Tajo y se lleg a Portalegre y Casteldavid. Otro ejrcito, de seis
mil hombres, su uni al mando del General Villadarias al de Su Majestad en Portalegre.
Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017
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MARIANO CABANILLAS ENTRENA

El da 30 de junio se recibi carta del General Tilly dando noticia de haber tomado nuestras
armas la plaza de Casteldavid. Esta noticia se celebr con repique de campanas y un Te Deum.
En 1705, del 22 de mayo, aparece una carta del Marqus de Mejorada y de la Brea, dirigida al
seor Den y Cabildo de la Santa Iglesia de Badajoz, dando respuesta de las disculpas presentadas por
Dr. Don Juan Casas, y que S.M. haba aceptado y reconocido por las circunstancias que viva Badajoz
que no les permita enviar mayor apoyo.
El ejrcito portugus, coincidiendo con esta fecha, march sobre Alburquerque y lo siti. El si-
tio en principio se consider que sera fcil de defender con la guarnicin del Castillo. Al frente de l
se hallaba Don Domingo Losada, llamado de apodo Cara de Perro. Sin embargo se vieron obligados
a capitular y entraron en l los portugueses.
La situacin para Badajoz se complicaba y el Cabildo tom una extraa decisin.

Militarizacin del Clero

El Cabildo mand recado al Gobernador ofrecindolo toda la ayuda, y que para el caso de arri-
marse los enemigos a la plaza, se sirviese de dar armas a los eclesisticos, porque segn la necesidad
y falta de gente que haba, llegaba el caso de ser necesario su defensa. Estim el Gobernador la oferta
y ofreci valerse del ofrecimiento en caso que fuese menester y que dara las armas necesarias. Se
nombr por Cabo al Den y al Arcediano de Badajoz por teniente, para que recibiesen las rdenes y
las distribuyesen al Clero, si llegase la ocasin.
Tambin, considerando que pudieran ser insucientes los recursos humanos para la defensa, se
recurri a Dios. Se dispuso que el da 27 de mayo se hiciesen rogativas con el Santsimo maniesto,
y que el domingo, primero de junio, se hiciese procesin general a Santa Mara.
Se dio comisin a dos seores para que en el caso de que el enemigo sitiase la plaza, guardasen
toda la plata y caudales de la Iglesia en un lugar seguro.

Sitio de la ciudad

Sucedi lo que se tema. El 2 de octubre comenzaron las estrategias de sitio. Por la noche, co-
menzaron a abrir sus ataques desde el Cerro de la Picuria, en cuya cabeza pusieron una batera de 8
morteros de bombas y granadas reales y tiraba en direccin al camino de Talavera, llegando a l por
frente de San Roque y aqu construyeron una batera de 30 caones, despus formaron otra de 12 para
quitar los fuegos de la Trinidad y otros que les daaban. Su ejrcito se calculaba en 25.000 infantes
y 5.000 caballos. El da 11 de octubre, por la maana, comenzaron a batir el fuerte del baluarte que
estaba entre las puertas de Mrida y Trinidad.
En la Ciudad haba 13 regimientos, de gran valor y experiencia, pero con pocos soldados, pues
el que ms no pasaba de 100 hombres. Aunque por la noche se sumaron a la defensa muchos hombres
procedentes de la provincia.
Nuestro General con los Jefes mayores montaron su ejrcito en la dehesa de Aldea del Conde,
junto a Talavera. El ejrcito se compona de 14.000 hombres, los 6.000 franceses que mandaba el
Mariscal de Tes, los 5.000 espaoles de tropas regulares, y los 3.000 de paisanos de la provincia.
El General trat con el Mariscal de que se socorriese la plaza. Pero ste le preocupaba ms el re-
sultado nal que la plaza concreta, respondindole que, si se perda, en otra campaa se poda tomar.
El General volvi a insistir con Tes, dicindole que, si la plaza se perda, tendra como enemi-
gos a toda la provincia. Se convenci al Mariscal y trataron de socorrer la plaza el da 13 por la tarde.
Nuestro ejrcito pas al anochecer el ro y vino por el monte a tomar el puente de Gvora. Esta
noche estuvieron puestos en armas, temiendo alguna salida y determinaron levantar el sitio. As el da
15 slo dispararon con cuatro caones, tambin lanzaron algunas bombas hasta las cuatro de la tarde.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 35


APUNTES SOBRE EL OBISPO DE BADAJOZ D. JUAN MARN RODEZNO

Levantado el sitio, se recorri el campo donde se hallaron 42 cureas buenas, ms de 9.000 ba-
las de artillera , ms de 500 bombas y granadas reales, ms de 50 carros y carretas, tablones, caballos,
cuerdas, maromas, palas, picos y otros muchos pertrechos de guerra.

A Dios Rogando

La situacin era tan crtica, que se intensicaron las preces suplicando la ayuda divina.
En nuestra Iglesia se comenzaron rogativas de letanas por el Claustro despus de tercia y, aca-
badas, se expona el Santsimo. . Dur hasta el da 10 y el 11, cuando se suspendieron hasta las horas
por el bombardeo y falta de seguridad.

La Catedral, blanco principal del ataque enemigo

Los enemigos en 5 das lanzaron 609 bombas y granadas reales unas pocas y morterazos de
piedras a las brechas. En nuestra Iglesia, al segundo da del sitio, metieron la plvora en el Panten
del Santo Cristo. Algn desertor dio cuenta de esta noticia, por lo que menudeaban las bombas para
la Iglesia y fue milagro que no se volase. Posteriormente cayeron otras 5 bombas: 2 en la Contadura,
otra en el Claustro que hizo un hoyo donde se podran enterrar veinte cuerpos, otra en la bveda junto
al altar de San Blas y otra en las gradas de San Blas.
El da trece cayeron otras cinco: una en la misma Contadura, otras dos sobre la pared de la
bveda de San Blas, otra en el Claustro y otra en la torre.
El da 14 cay una en los Remedios y mat a la madre San Luis.
Este hecho justic la alarma en los conventos. Las monjas de Madre de Dios dejaron su Con-
vento y se fueron a Santa Luca. Las de los Remedios pasaron a Santana y muchas de San Onofre se
alojaron en la Sacrista de Santo Domingo.

Fin del sitio

As nos cuenta la crnica:

Acabado todo, el da 18 volvimos a nuestra Iglesia y Coro y el domingo 25 de noviembre se cant una misa en
accin de gracias de habernos librado de caer en manos del enemigo.

El Rey, el 28 del mismo mes, escribi pidiendo rogativas porque pasaba a Aragn a ponerse
a la cabeza de su ejrcito. Se dispuso un novenario de letanas por el Claustro y, el ltimo da, misa
solemne con el Santsimo expuesto y, por la tarde, procesin general a Santa Mara. De todo esto se
dio cuenta a nuestro Prelado y a la Ciudad .El Obispo no pudo asistir por encontrarse muy enfermo.

IV.- Enfermedad y Muerte del obispo

Nuestro Obispo tena en un ojo una concavidad tan profunda que produca gran compasin a
los que le curaban. A primeros de enero de enero de 1706 el humor lleg a un grado de desenfreno,
que se fue agravando de da en da. Dispuso sus cosas y recibi los Santos Sacramentos. Entreg su
espritu al Seor el da 12 de enero.
El sentimiento que caus su muerte fue general en toda la Ciudad y ms en los de su Iglesia,
que perdieron un padre, pastor y amigo y tambin un bienhechor, piadoso, caritativo y muy celoso del
culto y honor de Dios.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


36
MARIANO CABANILLAS ENTRENA

Fue enterrado el 13 de enero, recibiendo sepultura al lado de la Epstola en la Capilla de la


Magdalena, que l haba hecho. En ella consta el siguiente epitao, que sintetiza los sentimientos de
todos los que lloraron su muerte.

Hic virtute Joannes stirpe Marinque Rodezno


Operibus meriris maximus ille iacet
Vir pius et sapiens hic praesulum honorque parentum:
Omnia qui templis , pauperibusque dedit,
Iamque carens auro i Coelum partitur humumque
Ad Coelos subit.
Obiit Prid. id. Jannuarii Anno 1706.
Comparto para todos la traduccin realizada por D. Teodoro.
Este por la virtud es Juan y por la estirpe es Martn Rodezno
Aqu yace, el mayor de los prelados en obras meritorias,
Hombre piadoso y sabio y honor de sus padres,
Y ya sin oro, se reparte entre el cielo y la tierra.
Subi a los cielos.
Muri el 12 de enero del ao 1706.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 37


APUNTES SOBRE EL OBISPO DE BADAJOZ D. JUAN MARN RODEZNO

En este Epitao se destaca su personalidad. As se le consider por sus obras como el mayor de
los prelados, un hombre piadoso, sabio y honra de sus padres.

BIBLIOGRAFIA

1.- Historia eclesistica de la Ciudad y Obispado de Badajoz .Continuacin de la escrita por


Don Juan Solano de Figueroa.- Prembulo de Antonio del Solar y Tabeada. Publicacin de
la Caja Rural de Badajoz.- 1945.
2.- Historia de la Ciudad de Badajoz. Don Diego Surez de Figueroa. Impresa en 1727 y ree-
ditada en 1916.
3.- Un importante legado del Obispo Juan Marn de Rodezno Artculo publicado por Don
Teodoro A. Lpez Lpez en Apuntes para la Historia de Badajoz (Tomo X) de 2015. Real
Sociedad Econmica Extremea de Amigos del Pas.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


38
MOISS CAYETANO ROSADO

POBLACIN Y URBANISMO DE BADAJOZ

EN EL TRNSITO DEL SIGLO XX AL XXI

MOISS CAYETANO ROSADO

1.- La poblacin en el trnsito del siglo XX al XXI

La poblacin espaola, a lo largo del siglo XX, haba mantenido un ritmo de crecimiento in-
tercensal (en periodos de diez aos) de entre 15 y 35 millones de habitantes, incluso en los tiempos
duros de la posguerra y los de intensa emigracin de la dcada de los sesenta, especialmente debido
al fuerte impulso de la natalidad y la creciente esperanza de vida.1
El comportamiento demogrco al terminar el siglo XX ralentizar el modelo, cuando la tasa
de natalidad espaola experimenta una progresiva cada en las dos ltimas dcadas con respecto a la
dinmica de las dcadas anteriores,2 por lo que entre 1991 y 2001 el crecimiento poblacional ser ni-
camente de un milln de personas, habiendo sido entre 1981 y 1990 de poco ms de milln y medio.
Con todo, Espaa salta en el cambio de siglo de 395 millones de habitantes a 405, o sea, supera
esa especie de barrera psicolgica de los cuarenta millones de habitantes.
Sin embargo, en el decenio siguiente (2001-2011) se produce un aumento espectacular de la
poblacin, que pasa de 40.499.791 personas a 47.190.493. Es decir, en ese decenio el aumento es casi
siete veces superior al del anterior, en un aumento espectacular sin precedentes.

Poblacin de Espaa. INE

Ao Poblacin Variacin

1991 39.433.942 %

2001 40.499.791 270

2011 47.190.493 1652

2016 46.468.102 -150

Cuadro 1.- Poblacin de Espaa. 1991-2016

1
Instituto Nacional de Estadstica (INE). Indicadores demogrcos bsicos.
2
INE. Indicadores de natalidad.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 39


POBLACIN Y URBANISMO DE BADAJOZ EN EL TRNSITO DEL SIGLO XX AL XXI

A qu es debido este comportamiento? Al intenso ujo de inmigrantes, que en esos diez aos
alcanzan la extraordinaria cifra de cuatro millones y medio de incorporaciones, con especial inci-
dencia de los inmigrantes marroques (890.000 residentes en 2011), rumanos (780.000), britnicos
(397.000), ecuatorianos (306.000) y colombianos (273.000).3
Este ujo sera notable desde el comienzo de siglo hasta la crisis mundial de 2008, en que em-
pieza a retenerse, pasndose en la dcada actual a una dinmica de retorno de muchos inmigrantes
que se fueron quedando sin trabajo. A ello se une el que incluso jvenes espaoles estn realizando el
mismo proceso de bsqueda de trabajo fuera de nuestras fronteras, como haba ocurrido en los aos
sesenta, si bien ahora con un grado de formacin profesional mucho mayor.4
De esta forma, en el Padrn de 2016 la poblacin espaola experimenta una cada con respecto
al Censo de 2011 de ms de 700.000 habitantes, dependiendo el futuro poblacional de la evolucin del
mercado laboral en los prximos aos, pues su impulso puede retener a la poblacin extranjera asen-
tada y evitar la continuacin de salidas por parte de los jvenes espaoles que no encuentran salidas
profesionales; en caso contrario, la tendencia negativa podra continuar.
En cuanto al comportamiento demogrco de Extremadura, la evolucin es ms desfavora-
ble, vinindose arrastrando una situacin de despoblamiento bastante acentuada desde la emigracin
masiva de la regin entre 1960 y 1975, en que se baja de una poblacin de ms de un milln cuatro-
cientos mil habitantes a poco ms de un milln cincuenta mil,5 siendo la prdida neta de trescientos
cincuenta mil personas, con el agravante de ser activos en edad laboral y reproductiva, quedando atrs
los de ms edad. Hasta entonces, la evolucin poblacional haba sido positiva durante todo el siglo,
pero a partir de ese momento, y una vez cortado el ujo migratorio por la crisis mundial del 1973
(que se acenta en 1979 y lastrar la economa de la dcada siguiente),6 la curva poblacional discurre
prcticamente plana en el resto del siglo XX, experimentando en la ltima dcada un ligero descenso,
propio de una sociedad envejecida, sin remplazo poblacional, estancada y con escasa perspectivas de
desarrollo.
No obstante, tambin el eco de la auencia de emigrantes extranjeros llegar a la regin en
los primeros aos del siglo XXI, lo que se traduce en un aumento poblacional de casi 50.000 habi-
tantes entre 2001 y 2011: prcticamente el mismo nmero que el de extranjeros que nos llegan, como
veremos ms adelante.

Poblacin de Extremadura. INE

Ao Poblacin Variacin

1991 1.062.196 %

2001 1.058.363 -036

2011 1.103.514 +427

2016 1.082.063 -194

Cuadro 2.- Poblacin de Extremadura. 1991-2016.

3
INE. Poblacin extranjera por sexo, pas de nacionalidad y edad.
4
GONZLEZ FERRER, AMPARO: La emigracin espaola. Lo que sabemos y lo que no.
5
INE. Estadsticas regionales.
6
CAYETANO ROSADO, MOISS: Emigracin extremea en el siglo XX. Del subdesarrollo heredado a los retos del futuro
transfronterizo.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


40
MOISS CAYETANO ROSADO

Eso s, como ocurre con el comportamiento demogrco general de Espaa, una vez que se
instala la crisis mundial de 2008, esa auencia de extranjeros se corta e incluso se producirn retornos
de los mismos, junto a emigracin de jvenes extremeos, al extranjero. Por ello, en 2016 observa-
mos un nuevo recorte en la poblacin, que en el futuro se acentuar o estabilizar dependiendo de la
dinmica econmica general. En tanto, el nmero de habitantes se mantiene similar al que tena en los
aos veinte del siglo pasado, cuando la poblacin espaola en su conjunto se haba ms que duplicado
en ese periodo.
El municipio de Badajoz, en cambio, va a seguir un proceso demogrco ms parecido al
conjunto espaol que al fenmeno extremeo. O sea, su evolucin, progresiva a lo largo de todo el
siglo (que comienza con 30.899 habitantes y alcanza al nal los 136.000), no acusa el zarpazo de
la emigracin de los aos sesenta7 y casi duplica el porcentaje de crecimiento nacional de la ltima
dcada (466 frente al 27), entrando en el siglo XXI con un importante aumento poblacional en el
que tambin inuye la entrada de emigrantes extranjeros, aunque no en la espectacular medida de la
media espaola (como veremos).
Badajoz, en el trnsito del siglo XX al XXI se convirti en un foco de atraccin regional,
como capital econmica de la misma, como ciudad comercial transfronteriza y como importante
ncleo universitario.8 Ello contribuye a explicar este comportamiento demogrco, tan distinto del
conjunto regional, si bien dentro de unas cifras moderadas. Eso s, la crisis de 2008 tambin repercu-
tir en la dinmica del municipio, que en el censo de 2011 alcanza su mximo poblacional: 151.565
habitantes, y ya quedar casi estancado; en 2016 se sita la poblacin en 149.946 personas, pero no
podemos hablar de un descenso pues se independiza una de sus entidades locales menores dependien-
tes, Guadiana, con 2.544 habitantes.9
De no haberse segregado, estaramos hablando de 154.000 habitantes, una ligera progresin
dentro de la tendencia negativa nacional y regional, aunque en ningn caso podramos hablar de
explosin demogrca sino contemplar estas oscilaciones como de equilibrio demogrco, ex-
pectante ante el futuro socio-econmico general.

Poblacin de Badajoz. INE

Ao Poblacin Variacin

1991 130.347 -----

2001 136.319 +466%

2011 151.565 +1118%

2016 149.946 -107%

N:En 2012 se independiza la endad menor de Guadiana, con 2.544 habitantes, lo que repercute en
la poblacin de 2016. Antes lo hizo Pueblonuevo, en 1999, con 2.100 habitantes, repercuendo en
la poblacin de 2001 y posteriores.

Cuadro 3.- Poblacin de Badajoz. 1991-2016

7
CAYETANO ROSADO, MOISS: La poblacin badajocense durante el siglo XX.
8
MACORRA Y CANO, LUIS FERNANDO DE LA (Coord.). Treinta aos de economa y sociedad extremea (1983-2013).
9
Antes, en 1999, se haba independizado Pueblonuevo, con 2.100 habitantes, y an as el censo de 2001 presenta una
clara subida con respecto al de 1991: de 130.247 a 136.319 habitantes.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 41


POBLACIN Y URBANISMO DE BADAJOZ EN EL TRNSITO DEL SIGLO XX AL XXI

2.- La incidencia de la Emigracin Extranjera en el cambio de Siglo.

Como qued dicho, la incidencia de la inmigracin en nuestro pas, regin y municipio ha sido
signicativa en el cambio de siglo XX al XXI. Un fenmeno sin precedentes, pues siempre fuimos
zonas de emisin de emigrantes y no de recepcin. En las grandes oleadas migratorias de nales del
siglo XIX y principios del XX, nuestros destinos fundamentales fueron Argentina, Brasil, Cuba y
Venezuela. En el boom migratorio de los aos sesenta: Francia, Alemania y Suiza.
As, al nalizar este largo proceso, en 1973, residan en Argentina 1.245.461 espaoles (solo en
Buenos Aires, 1.014.121); en Brasil, 302.000; en Venezuela, 254.349, y en Cuba 30.000 (algo ms en
Mjico, producto del exilio republicano: 51.352); en Francia, 587.200; en Alemania, 287.021, y en
Suiza, 119.072. El total de espaoles por el mundo ascenda a 3.421.572.10
La presencia de extranjeros en Espaa resultaba poco signicativa en estos aos iniciales del
ltimo cuarto del siglo XX. As, en 1981estaban registrados 198.042, un 052% de la poblacin es-
paola. El salto por encima del 1% poblacional se dar en 1996, con 542.314 inmigrantes, lo que
constituira el 1375 de la poblacin total. A partir de ah las cifras se disparan, superando el milln
en 2001, con 1.370.657 inmigrantes (333% de la poblacin) y alcanzando el pico ms alto en 2011,
con 5.730.667 residentes extranjeros, el 122% del total.
El fenmeno tendra su reejo en Extremadura y Badajoz, si bien en ningn momento alcanza
el volumen y porcentaje del nacional, resultando muy poco signicativo en los primeros aos del ujo
inmigratorio. Extremadura no llega a superar en ningn momento el 5% de residentes extranjeros y el
municipio de Badajoz lo rebasa ligeramente en 2011, con 8.300 inmigrantes, el 55% de su poblacin.

Distribucin de la poblacin total y nmero inmigrantes. 2011


En 20001 Total % Inmigrante (2011) Tasa (En 2006) (En 2001) (En 1996)
Espaa 46.815.916 10 5.730.667 12,2 % 4.581.926 1.370.657 542.314
Extremadura 1.107.000 2,4 50.300 4,5% 33.686 12.535 5.218
Badajoz 151.565 0,3 8.300 5,5% 4.833 1.700 837
Fuente: INE

CUADRO 4.- Inmigrantes 1996-2011.

Con esos datos (que Espaa los rebaja en los siguientes cinco aos en setecientos mil, a causa
de la crisis, con porcentaje similar para Extremadura y Badajoz) podemos comprender que la inmi-
gracin supuso un importante aporte demogrco. No solo hizo evolucionar positivamente el nmero
de habitantes sino que rejuveneci la pirmide de edades, pues esta emigracin laboral siempre trae
consigo personas en edad de trabajar y reproducirse, lo que a la vez supone las expectativas de creci-
miento futuro, por los hijos que nacern y crecern en el lugar de acogida.
El pas en su conjunto se beneciara ampliamente de este fenmeno, con una repercusin ms
modesta en Extremadura y una importancia moderada para Badajoz.
En nuestro municipio, de los 1.700 inmigrantes que tena en 2001, procedan de Portugal, 397
(234%); de Marruecos, 333 (195%), y de Colombia, 230 (135%). De los 8.300 extranjeros re-
gistrados en 2011, 2.643 eran portugueses (3185%), 1.078 brasileos (1298%), 734 marroques
(884%) y 728 rumanos (877%).11 Importante presencia de marroques y rumanos, como en el resto

10
Fuente: Instituto Espaol de Emigracin, con datos censales de los pases respectivos
11
Padrn Municipal. Badajoz.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


42
MOISS CAYETANO ROSADO

de Espaa y Extremadura, orientados hacia la agricultura y el comercio los primeros, y hacia la agri-
cultura y el servicio domstico los segundos (mujeres fundamentalmente). La presencia mayoritaria
de portugueses se explica por la cercana rayana y la tradicin migratoria de frontera, con dedicacin
variada e incidencia mayoritaria en el sector primario; la de los segundos, tiene un efecto rebote
desde Portugal y llamada (muy corriente en la emigracin, por otra parte) de primeros asentados,
con dedicacin fundamental al sector servicios y domstico en la mayoritaria presencia femenina.

3.- Zonicacin de la poblacin en Badajoz.

Badajoz, como le ocurre a todas las ciudades en general, ha ido viviendo en los ltimos aos un
despoblamiento del Casco Antiguo a favor de las barriadas perifricas. Tngase en cuenta que de los
30.899 habitantes que tena en total en 1900, 25.012 habitaban en el Casco Intramuros: el 809%. En
1930, eran 29.650 de un total de 43.726, el 678%. Treinta aos despus, en 1960, seran 23.715 de
un total de 96.317, o sea bajan nada menos que al 2462%.12
Otros treinta aos ms tarde, en 1990, van a ser nicamente 12.584 de los 130.247 residentes
en el municipio, el 966%%,13 un ao despus de aprobarse el Plan General de Ordenacin Urbana
(PGOU), que ya en el AVANCE presentado en 1986 mostraba como un objetivo prioritario recuperar
la capacidad habitacional del conjunto.14 El resto de la poblacin se distribuye a lo ancho de esas dos
alas de mariposa que forman el plano urbano, con eje en el ro Guadiana, si bien solo el 1654%
estara censado en la margen derecha, mientras que el 7065% lo estaba en la izquierda, y el 1343%
restante en los poblados dependientes y barriadas y ncleos perifricos variados en formacin. El ba-
rrio de Santa Marina (expansin burguesa de postguerra) y el de Pardaleras, ms proletario, sern
los ms populosos y dinmicos, poblacionalmente, en las dos ltimas dcadas del siglo XX.

GRFICO 1.- Poblacin por barriadas. Badajoz 1990.

12
INE. Estadsticas Provinciales.
13
CAYETANO ROSADO, MOISS: Bases documentales y bibliogrcas para el estudio de la rehabilitacin del Casco
Antiguo de Badajoz. BAIGORRI, Artemio (Director): Estudio socioeconmico del municipio de Badajoz. PAGS
MADRIGAL, JOS MANUEL, CAMPESINO FERNNDEZ, ANTONIO JOS Y OTROS: Memoria Informativa del Plan
Especial de Proteccin del Patrimonio Urbano de Badajoz. Caso Intramuros.
14
AVANCE Badajoz roto. El Plan, una alternativa a debate. Pg. 6.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 43


POBLACIN Y URBANISMO DE BADAJOZ EN EL TRNSITO DEL SIGLO XX AL XXI

Al comenzar el siglo XXI habitaran dicho Casco Histrico 10.864 personas, el 797%% de la
poblacin total, que alcanza los 136.319 habitantes. En 2011 seran 10.223 personas, que suponen el
674 % del total municipal.15 Claro declive, a pesar de los objetivos de proteccin, rehabilitacin y
revitalizacin (poco efectivos por otra parte) del Plan General de Ordenacin Urbana de 1989, el Plan
URBAN con fondos europeos de 1995 o del Plan General Municipal de 2007.
La poblacin municipal ha tendido a dispersarse por sus barriadas perifricas. La primera ex-
pansin extramuros seran a poco de iniciado el siglo XX, en las barriadas obreras de San Roque
y La Estacin-Gurug, para seguir posteriormente ocupando espacios intermedios, inmediatamente
alrededor de las murallas (de ocupacin ms acomodada) con importante actividad urbanstica en los
aos cincuenta y sesenta, que se aceleraran a un lado y otro del Guadiana.
El Plan General de Ordenacin Urbana de 1976 potenci el crecimiento urbano extramuros,
basado en un modelo de crecimiento urbano expansionista e irreal, que trata de recomponer el PGOU
de 1989.16 En cualquier caso, uno y otro plan se elaboran con unas previsiones de crecimiento pobla-
cional por encima de lo razonable, lo que llevar consigo a una recalicacin de suelo para urbanizar
superior a las necesidades, y ms teniendo en cuenta los vacos o solares urbanos existentes. Algo
que superar con creces en ensoacin desarrollista el PGM de 2007 (como veremos ms adelante).
Con el PGOU de 1989 se impulsar la actuacin inmobiliaria en la margen izquierda del ro
Guadiana y la paralela Carretera de Olivenza, por las barriadas de Los Ordenandos y Valdepasillas,
prolongndose por la del Perpetuo Socorro-Huerta Rosales (a continuacin de la anterior), que van a
resultar las ms favorecidas en los aos nales del siglo XX y comienzos del XXI en cuanto a nuevos
espacios residenciales y dotacionales. Algo similar ocurrir en la zona sur, con el auge constructivo
en la barriada de Ciudad Jardn y Las Vaguadas. Tambin se benecia de las recalicaciones de este
Plan, acertadamente, la prolongacin hacia el Este del barrio de San Roque, con lo que se logra cierta
expansin del semicrculo urbano conformado a la izquierda del Guadiana (con el 7617% del cen-
so), en tanto el margen derecho (con el 1479% de los habitantes) no adquiere desarrollo ms all del
industrial en una amplia zona al norte de la misma, por encima de la barriada de San Fernando y al
oeste de UVA-Gurug.
Los poblados y entidades locales menores apenas experimentan variacin, aunque uno de ellos,
Pueblonuevo del Guadiana, logra su independencia municipal, lo que detrae al municipio 2.000 ha-
bitantes en su censo.
De otro lado, las veintiocho urbanizaciones rsticas de admisibilidad residencial (AR) van ad-
quiriendo en buena medida carcter residencial permanente para muchos vecinos, con lo que la peri-
feria de la ciudad se van nutriendo de viviendas regularizadas y regularizables, pero tambin clandes-
tinas, que absorben progresivamente ms cantidad de residentes: el 220% del total ocial.

15
Padrn Municipal de Badajoz, 2001 y 2011.
16
PAGS MADRIGAL, JOS MANUEL, CAMPESINO FERNNDEZ, ANTONIO JOS Y OTROS: Memoria Informativa del Plan Especial
de Proteccin del Patrimonio Urbano de Badajoz. Caso Intramuros. Obra citada, pg. 117.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


44
MOISS CAYETANO ROSADO

GRFICO 2.- Poblacin por barriadas. Badajoz 2001

Las expectativas creadas por las amplias recalicaciones de suelo rstico perimetral del AVAN-
CE de la Revisin del Plan en el 2001, conrmadas y ampliadas en las sucesivas aprobaciones
del Plan General Municipal (PGM) en 2003 (Aprobacin Inicial), 2005 (Aprobacin Provisional) y
2007 (Aprobacin Denitiva), animarn la tendencia del mercado inmobiliario a ocupar espacios
exteriores al Casco Histrico y tambin a su primera expansin a ambas orillas del vial de unin del
Puente de la Universidad y borde sur de San Roque. O sea, la superacin urbanstica de las barriadas
de Santa Marina y Pardaleras (oeste y sur de la ciudad) por Los Ordenandos-Valdepasillas (ms al
suroeste), Cerro del Viento, Vaguadas y Ciudad Jardn (sur), y expansin este de San Roque. En la
orilla derecha del Guadiana: ampliacin de la barriada de San Fernando y urbanizacin Guadiana (al
oeste) en detrimento de Estacin-Gurug (del norte). Todo ello an dentro de las recalicaciones del
PGOU de 1989.
En 2011, cuando la crisis econmica mundial de 2008 estaba totalmente extendida y haba con-
gelado la actividad inmobiliaria en su prctica totalidad (lo que se conrmar en todo el quinquenio
siguiente), las barriadas de la margen derecha del Guadiana absorban al 1484% de la poblacin,
mantenindose por tanto en la dinmica de los decenios anteriores. Igual ocurrir con el resto, pues
la margen derecha agrupa al 7426% y poblados ms ncleos secundarios y dispersos suponen el
1090%.

GRFICO 3.- Poblacin por barriadas. Badajoz 2011

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 45


POBLACIN Y URBANISMO DE BADAJOZ EN EL TRNSITO DEL SIGLO XX AL XXI

4.- A planicacin urbana en Badajoz.

Es curioso como las previsiones poblacionales siempre fueron erradas en los Planes urbansti-
cos de la ciudad. As, el Plan de Ordenacin Urbana de 1976 haca una previsin de habitantes para
1990 de 180.000: se quedaron en 130.000; el Plan General de Ordenacin Urbana de 1989 estimaba
200.000 habitantes para 2000: apenas subieron de 136.000. Otra vez el Avance del Plan en el ao
2000 vuelve a estimar la poblacin en 200.000 habitantes para 2011, cuando la realidad nos situ en
poco ms de 151.000, que se estabilizara en el quinquenio posterior, para el que ni siquiera hacan
previsiones en el PGM de 2007, pero recalicaban para aadir una poblacin de casi 250.000 habi-
tantes y una reserva de suelo urbanizable sin condiciones (SUB-SC) no menos espectacular, aunque
sin ms denicin que sealarlo en los planos de ordenacin, en los alrededores de los anteriores, de
suelos urbanizables con condiciones (SUB-CC), o sea dispuestos para actuacin.17

- AVANCE de la Revisin del Plan General de Ordenacin Urbana


(Aprobacin: abril 1986).

Con el objeto de revisar el Plan en vigor de 1976, se inician los trabajos de redaccin en junio
de 1981, adaptndolo a los nuevos Reglamentos de la Ley del Suelo, con tres objetivos bsicos: re-
cuperar nuestro centro histrico, la integracin del ro Guadiana en la vida ciudadana y // recuperar
la tradicin de nuestras calles, jardines y plazas.18
Expresa igualmente una intencionalidad no especulativa del suelo, y as maniesta: sustituir
el actual modelo de crecimiento urbano expansionista por criterios de desarrollo cualitativo, orienta-
dos a la terminacin de la Ciudad, dirigiendo la escasa dinmica de crecimiento a la complecin y
relleno de los vacos intersticiales existentes en su tejido y a la articulacin y remate de sus bordes.19
En los planos del AVANCE queda de maniesto esa intencionalidad vertebradora, actuando
sobre los huecos de los contornos, para cerrar la ciudad, dndole un sentido de controlada ex-
pansin radial, con centro de la imaginaria circunferencia en la Alcazaba musulmana, respetando las
vegas y mrgenes del ro Guadiana como zona de proteccin paisajstica (SNU-PP).

PLANO 1.- AVANCE del PGOU de 1989

17
Archivo personal (1996-20016).
18
Ayuntamiento de Badajoz. AVANCE Badajoz roto. El Plan, una alternativa a debate. Pg. 1.
19
Ayuntamiento de Badajoz. AVANCE Badajoz roto. El Plan, una alternativa a debate. Pg 4.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


46
MOISS CAYETANO ROSADO

- PLAN GENERAL DE ORDENACIN URBANA (PGOU)


de Badajoz (Redaccin-Aprobacin: 1986-1989).

Abundando en la intencionalidad del AVANCE, se subrayan como objetivos del Plan para la
Imagen de la Ciudad: Reidenticar Badajoz mediante la preservacin y dignicacin de sus reas
histricas y espacios naturales; enriquecer y recuperar los espacios pblicos tradicionales; sustituir
el actual modelo urbano expansionista por criterios de desarrollo urbano cualitativo, orientados a la
terminacin de la Ciudad; recomponer la estructura y la morfologa de la ciudad, posibilitando la
interconexin de sus distintos sectores y barriadas.20
De ah que se encargue la redaccin de un Plan Especial de Proteccin del Patrimonio Urbano
de Badajoz. Caso Intramuros, que elaboran el arquitecto Jos Manuel Pags y el catedrtico de An-
lisis Urbano y Regional de la Universidad de Extremadura Antonio Jos Campesino, presentado en
1992, pero que no lleg a ser aprobado por desavenencias del equipo redactor con el Grupo Municipal
de Gobierno (PSOE) en el Ayuntamiento, llegando los primeros a los tribunales de Justicia para
cobrar al menos sus emolumentos profesionales. En tanto, el Casco Histrico sigui en su situacin
de despoblacin y abandono material.
En cuanto a los espacios pblicos tradicionales, va ligado a lo anterior, pues se trata de es-
pacios de dicho Casco Histrico, y por tanto una asignatura pendiente de nuevo en el planeamiento.
Por lo que se reere a sustituir el actual modelo urbano expansionista por criterios de desa-
rrollo urbano cualitativo, recomponiendo la ciudad e interconectando sus sectores y barriadas, el
acierto es ms signicativo, pues se protege el amplio espacio de las vegas (al norte y este) y orillas
(al oeste) del Guadiana: Suelo No Urbanizable-Proteccin Paisajstica (SNU-PP); se completan las
zonas urbanizables en todo el contorno de la ciudad construida, estudiando los huecos urbanos
para su ocupacin (reas de Planeamiento a Desarrollar, APD), y se apuesta por la expansin del rea
universitaria, a la derecha de la Avenida de Elvas.

PLANO 2.- Plan General de Ordenacin Urbana de 1989

20
Ayuntamiento de Badajoz. MEMORIA DE ORDENACIN del PGOU. Pgs. 5 y 6.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 47


POBLACIN Y URBANISMO DE BADAJOZ EN EL TRNSITO DEL SIGLO XX AL XXI

La recalicacin de suelo para nuevas zonas residenciales se mantiene en mrgenes moderados,


pues a las 41.451 viviendas existentes en suelo urbano se le aaden 12.961, distribuidas por toda la
circunferencia urbana, con el objetivo de cerrar espacios vacos, completar rondas circulares, equi-
librar el conjunto urbano en todas las direcciones y consolidar las zonas industriales fundamentales:
al este en la prolongacin de San Roque y al noroeste en la prolongacin de San Fernando, que ya
tenan iniciado con anterioridad su calicacin y desarrollo.
Las viviendas existentes evidencian una cantidad de inmuebles vacos superiores a los 5.000,
pues la poblacin del momento rondaba los 130.000 habitantes (35.000 viviendas, a una ocupacin de
37 personas por vivienda21). Con la nueva recalicacin se ponan a disposicin de los demandantes
esos 12.961 nuevos hogares, que sumados a los 5.000 citados alcanzan los 17.961, sucientes para
66.500 nuevos habitantes, con lo que la ciudad podra albergar 196.500 personas. A ello hay que unir
los residentes en los poblados del municipio, con 3.267 viviendas (que no se amplan en el Plan):
12.000 vecinos ms. O sea, se podra cubrir cmodamente en el decenio previsto para el desarrollo
del PGOU la demanda de esa generosa ampliacin de poblacin prevista en esos aos de optimismo
demogrco, al tiempo que se cumpla el deseo de cerrar los vacos creados por actuaciones urba-
nsticas anteriores, de escaso miramiento para con la morfologa urbana.

PLANO 3.- Viviendas Suelo Urbanizable PGOU 1989

21
BAIGORRI, ARTEMIO (Director): Estudio socioeconmico del municipio de Badajoz. Pgs. 51-52.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


48
MOISS CAYETANO ROSADO

- AVANCE de la Revisin del Plan General de Ordenacin Urbana


(Redaccin-Aprobacin: 1996-2001).

Perdidas las elecciones municipales por el PSOE en mayo de 1995, el nuevo Gobierno del PP
se dispone a revisar el Plan General sin demora. En el AVANCE (cuya estudio se inici en 1996 y no
va a Pleno hasta el 5 de enero de 2001), el Plan estaba previsto desarrollarlo entre 2001 y 2011.
Parte de la premisa de que Badajoz es el municipio ms poblado de la Comunidad /extremea/
con 133.954 en el padrn del 96.22 A partir de ah, se traza la Concrecin de objetivos. Poblacin:
Crecimiento poblacional para situarse en el entorno del nmero de habitantes propio de las ciudades
medias de mayor tamao que podra situarse en el entorno de los 200.000 habitantes.23 Otra vez la
cifra mgica deseada!
Pero ms adelante se hace una reexin aventurada en el sentido de que la oferta de suelo
urbanizable considerado como objetivo, es la de dotar a cada periodo de desarrollo contemplado
una dotacin de 2,5 veces las necesidades previstas en cada periodo de tiempo establecido,24 con la
justicacin de que se ha de obrar as para evitar la especulacin del suelo, por escasez del mismo:
recalicar como urbanizable dos veces y media el suelo que se necesita actuara como antdoto contra
los agentes inmobiliarios responsables del precio de salida de los inmuebles a construir.
O sea, como prevn un aumento de 66.000 habitantes entre 1996 y 2011, haran falta unas
16.500 viviendas reales (una vivienda para cada grupo familiar integrado por cuatro personas como
media), que multiplicadas por 25 veces esa necesidad dan 41.250 viviendas a planicar.
A ello se restan en el AVANCE 4.182 por renovacin o nueva planta en solares existentes y
9.321 de capacidad residencial sobrante del anterior Plan General de Ordenacin Urbana de 1989,
lo que dara una recalicacin de suelo para 27.747 viviendas, que nalmente rebajan a 22.789 sin
mayor explicacin. As, se concluye: Viviendas existentes: 41.821.25 Capacidad de incremento por
renovacin o nueva planta en solares aislados: 4.182. Capacidad residencial en reas especcas de
suelo en desarrollo: 9.321. Zona nueva propuesta: 22.78926 para el periodo 1999-2011.
Esta expansin de nuevo suelo urbanizable residencial primar especialmente la prolongacin
de la Avenida de Elvas por su lado izquierdo hasta la frontera con Portugal y la prolongacin de las
barriadas de La Paz-Los Ordenandos, en la orilla izquierda del Guadiana (la anterior es en la ori-
lla derecha del ro) hasta las instalaciones deportivas municipales de La Granadilla, extendiendo la
mancha recalicadora por ambos mrgenes de la Carretera de Olivenza, al sur de lo anterior.
Los nuevos espacios urbanizables para viviendas, de ambas orillas del Guadiana en franja lon-
gitudinal al oeste de la ciudad y al suroeste signicaran, aproximadamente, el 72% del total. Si a
ello unimos los terrenos de la zona sur, por encima y al oeste de Las Vaguadas, que suponen el 15%,
llegaramos con ese cuadrante suroccidental al 87% del suelo urbanizable residencial propuesto.

22
AVANCE de la Revisin del Plan General de Ordenacin Urbana de Badajoz. Ao 2000. Pg. 18.
23
AVANCE, pg. 25.
24
AVANCE, pg. 75.
25
En el PGOU de 1989 se relacionaban 41.451 viviendas existentes; ahora, en el AVANCE de 2001 se indican 41.821.
Segn estos estudios, en doce aos solamente haba aumentado el parque de viviendas en 370, lo que no cuadra con
la actividad real constructiva ni con el remanente existente de viviendas que el propio AVANCE anota respecto del
PGOU de 1989: 9.321, de las 12.961 viviendas programadas, que daran 3.640 nuevas viviendas construidas.
26
AVANCE, pg. 144.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 49


POBLACIN Y URBANISMO DE BADAJOZ EN EL TRNSITO DEL SIGLO XX AL XXI

PLANO 4.- AVANCE de la Revisin del Plan General de Ordenacin Urbana de Badajoz. Ao 2000.
Proyecto de Recalicacin de Suelo

El propio COADE (Colegio Ocial de Arquitectos de Extremadura) en las Sugerencias presen-


tadas ante el Ayuntamiento a este AVANCE, expona: No hay necesidad de una ciudad del tamao
de la propuesta que natural y espontneamente nos llevar a ahogar denitivamente a la ciudad de
siempre y lo que nadie discute, a dar alimento a la insaciable sed de ocupacin del territorio de la
industria de la construccin y ms adelante: La nueva trama propuesta responde a unas necesidades
numricas (discutibles, en cualquier caso) que se extraen directamente del anlisis previo realizado,
as como de unas previsiones de crecimiento intencionadamente sobredimensionadas.27 Algo que
caera en saco roto, como ocurrira con la de otros colectivos que mostraban la misma oposicin a tan-
ta recalicacin innecesaria de suelo urbanizable, cual es el caso del Colegio de Caminos, Canales y
Puertos o los dos grupos de la oposicin al gobierno del Partido Popular: el PSOE e Izquierda Unida.
Sin embargo, estamos hablando nicamente de recalicacin de suelo para 22.789 nuevas
viviendas lo que se quedar corto cuando se redacte el Plan General Municipal, cuya tramitacin
sera larga y controvertida. Si el AVANCE cost 5 aos, el PGM estar en redaccin y trmites hasta
su aprobacin denitiva casi siete aos: doce aos para sacar todo adelante, en medio de mltiples po-
lmicas, sugerencias en el primero y alegaciones en el segundo (llegando hasta 10.000 en su trmite
de Aprobacin Provisional), que fueron retrasando su confeccin en la que nuevas incorporaciones de
suelo recalicado en cada trmite legal contaban con oposicin ciudadana, poltica y tcnica.

27
Sugerencias al AVANCE, Colegio Ocial de Arquitectos de Extremadura.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


50
MOISS CAYETANO ROSADO

- PLAN GENERAL MUNICIPAL de Badajoz. (Redaccin-Aprobacin: 2001-2007)

El Plan General Municipal pasa a preverse una vez aprobado el AVANCE el 5 de enero de
2001 e iniciada su redaccin, para el decenio 2004-2014; en el AVANCE se proyectaba, con cierto
grado de optimismo, para 2001-2011. Sin embargo, la Aprobacin Inicial se efecta el 22 de diciem-
bre de 2003, la Aprobacin Provisional el 25 de febrero de 2005. El Texto Refundido (recogiendo
modicaciones acordadas en los acuerdos plenarios) no se aprueba hasta el 10 de junio de 2005 y
la Aprobacin Denitiva no se produce hasta el 7 de noviembre de 2007, publicndose en el Diario
Ocial de Extremadura el 24 de noviembre de 2007.
Esto ltimo pistoletazo denitivo para comenzar la actuacin inmobiliaria ocurre a un
paso del estallido de la burbuja inmobiliaria, que comienza a nales de este ao, como reconoca
la Asociacin de Promotores Constructores de Espaa.28 El repunte en la construccin no se notar
hasta 2014 (ao nal de las previsiones del Plan General Municipal), si bien con un crecimiento lento,
y con un nmero de viviendas construidas y no vendidas o sometidas a desahucio por impago an
signicativas.29
Las numerosas alegaciones de la oposicin poltica, ciudadanas, asociativas y de Colegios Pro-
fesionales que tuvo el Plan en cada una de sus etapas y las Observaciones de la Agencia Extremea
de la Vivienda de la Junta de Extremadura, que hubo de contestar el equipo redactor, ocasionaron esta
dilatacin temporal en la tramitacin.
El PGM de 2007 rompe con los objetivos del PGOU de 1989, en cuanto a equilibrar la ciudad
y sustituir el modelo de crecimiento urbano expansionista por criterios de desarrollo cualitativo. Muy
al contrario, prima la recalicacin residencial en las expansiones del oeste urbano; elimina las zonas
preservadas con proteccin paisajstica aguas abajo del Guadiana, densicando el espacio al mximo
permitido por la Ley del Suelo (65 viviendas por hectreas); estrangula el crecimiento de la Univer-
sidad, colocando suelo residencial de la ms alta densidad edicatoria en todos sus alrededores; no
da ms que desarrollo industrial al este de la barriada de San Roque, que junto al sureste queda con-
gelado en desarrollo residencial, y apuesta por un modelo constructivo alejado del modelo de ciudad
mediterrnea atravesada por ro, colocando en su orilla izquierda urbanizaciones con edicaciones de
18 alturas, de alarmante impacto visual, ambiental y ecolgico.30

28
Peridico EL PAS, 22 de mayo de 2008.
http://economia.elpais.com/economia/2008/05/22/actualidad/1211441577_850215.html#EnlaceComentarios.
29
Peridico VEINTE MINUTOS, 29 DE MARZO DE 2017 http://www.20minutos.es/opiniones/jose-moises-martin-
carretero-tribuna-vuelve-burbuja-inmobiliaria-2997735/.
30
Revisin del PLAN GENERAL MUNICIPAL de Badajoz. MEMORIA DE LA ORDENACIN. Noviembre 2007.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 51


POBLACIN Y URBANISMO DE BADAJOZ EN EL TRNSITO DEL SIGLO XX AL XXI

PLANO 5.- Plan General Municipal de Badajoz. Ao 2007.


Recalicacin de Suelo

En la MEMORIA DE LA ORDENACIN (noviembre de 2007) volvemos a leer: La oferta de


suelo urbanizable considerado como objetivo, es la de dotar a cada periodo de desarrollo contemplado
una dotacin de 2,5 veces las necesidades previstas en cada periodo de tiempo establecido.31
Ms adelante: El Suelo Urbanizable que nalmente se proyecta, asciende a una previsin
superior de viviendas (unas 36.754), que excede de las requeridas, pero que se hacen precisas para
disear una ordenacin coherente, y atender a las necesidades de implantacin del Sistema General
Viario. Dicho Suelo Urbanizable se adscribe a la categora de Suelo Urbanizable con Condiciones,
el cual se divide en Sectores de desarrollo para su paulatina incorporacin al proceso de urbaniza-
cin de conformidad con un orden y secuencia bsico que el plan propone en atencin a criterios de
racionalidad de su incorporacin al desarrollo urbano y de ejecucin de las obras de urbanizacin de
los Sistemas Generales.32 No obstante, en el detalle de viviendas programadas en el ncleo principal
ascender a 38.385.
A ello hay que unir la oferta que surge de la renovacin y los solares en suelo ya urbano (4.485),
ms el suelo calicado del PGOU de 1989 pendiente de ejecucin (9.321), ms la novedosa recalica-
cin de suelo residencial en Poblados: 1.496, y el suelo para viviendas disponible en Ncleos Urbanos
Secundarios NUS (lo que antes se denominabas reas de Admisibilidad Residencia AR): 4.485.
Todo ello hace un total recalicado para 57.869 viviendas.

31
Revisin del PLAN GENERAL MUNICIPAL de Badajoz. MEMORIA DE LA ORDENACIN. Noviembre 2007.
Pg. 20.
32
Revisin del PLAN GENERAL MUNICIPAL de Badajoz. MEMORIA DE LA ORDENACIN. Noviembre 2007.
Pg. 21.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


52
MOISS CAYETANO ROSADO

Por si fuera poco, la Ley del Suelo de la Junta de Extremadura propicia el desarrollo de Pro-
yectos de Inters Regional (PIR),33 a desarrollarse en cualquier clase de suelo, con la excepcin de
la de suelo no urbanizable protegido, 34 elaborados y promovidos por Administraciones Pblicas, o
personas privadas, fsicas o jurdicas,35 a cuyo amparo se presentaron esencialmente dos proyectos:
uno en Cerro Gordo (al este de San Roque) para 2.750 viviendas, y otro en La Granadilla, al oeste de
las instalaciones deportivas municipales, para 715.
El total ofertado entre todas estas modalidades subira a 61.334, que podran acoger a una po-
blacin nueva de 230.000 personas, que se uniran a los 150.000 habitantes ya establecidos. Cundo
el municipio podr llegar no a esos 380.000 habitantes, sino a tan solo la mitad: 190.000? Hay con
ello Plan para todo lo que resta de siglo: ms de ochenta aos, como mnimo, con lo que le hemos
hecho el trabajo a las tres generaciones futuras que no podrn elegir su modelo de ciudad a no
ser que cambie la ley, se indemnice a los propietarios de suelo perjudicados, etc.

PLANO 6.- Viviendas Suelo Urbanizable Programado con Condiciones. 2007.

33
Ley 15/2001, de 14 de diciembre, del Suelo y Ordenacin Territorial de Extremadura. Artculos 60 al 65.
34
Ley 15/2001, de 14 de diciembre, del Suelo y Ordenacin Territorial de Extremadura. Artculos 60 al 65. Art. 60.
35
Ley 15/2001, de 14 de diciembre, del Suelo y Ordenacin Territorial de Extremadura. Artculos 60 al 65. Art. 62.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 53


POBLACIN Y URBANISMO DE BADAJOZ EN EL TRNSITO DEL SIGLO XX AL XXI

Pero ocurre que la Ley del Suelo y Ordenacin Territorial de Extremadura obliga a jar las di-
rectrices del Plan General Municipal previendo la expansin urbana a medio plazo () sobre la base
de criterios explcitos de sostenibilidad que garanticen su equilibrio y calidad.36 Y se indica que la
Memoria justicar el anlisis y las consecuencias demogrcas, sociolgicas y ambientales de las
determinaciones establecidas.37
Por eso, la Observacin nmero 6 de la Agencia Extremea de la Vivienda (tras la presentacin
a la Junta de Extremadura del Texto Refundido aprobado el 25 de febrero de 2005) oblig al Ayunta-
miento a justicar la demanda inmobiliaria a corto y medio plazo.
A ello el Ayuntamiento contesta indicando la oferta de suelo residencial para los primeros cin-
co aos de vigencia del Plan estara en torno a las 7.000 viviendas. No indica nada con respecto a los
otros cinco aos (para completar as el corto y medio plazo), pero ningn indicador poblacional
les permitira estimar una cifra superior, a la ya aleatoria e inada anterior, con lo que hablaramos
de un mximo de 14.000 viviendas. El propio Ayuntamiento especica a continuacin que en Suelo
Urbano (de anteriores planes) quedan por ejecutar 6.094 viviendas; tambin reconoce que en Suelo
Urbanizable Programado del Plan de 1989 an resta suelo para 5.361 viviendas; igualmente indica
que existe la oferta aprobada por la Junta de Extremadura de Proyectos de Inters Regional (2.750
viviendas del PIR de Cerro Gordo y 715 viviendas del PIR de La Granadilla). Todo ello hace un total
de 14.920 nuevas viviendas, que cubriran su abultada previsin de demanda sin necesidad de
ninguna nueva recalicacin de suelo!, sino solamente temporalizando el existente e instando a los
propietarios del mismo a cumplir con la Ley del Suelo que obliga a edicar lo ya calicado urbans-
ticamente, evitando la especulacin de espacios privilegiados, reservndolos estratgicamente para
jugar con la oferta y demanda especulativa.38
Caso omiso hizo el Ayuntamiento del artculo 75.1. atrs citado (anlisis y consecuencias de-
mogrcas, sociolgicas y ambientales de las determinaciones establecidas), pues en la Memoria
del Plan General Municipal nicamente estudiaba las posibilidades de crecimiento demogrco y
necesidades de hogares hasta 2006, quedando demostrado que haba remanente de suelo suciente
para ms que duplicar la demanda, con lo que nada se dice de la necesidad de programar unas 45.000
nuevas viviendas y su repercusin en la disgregacin de asentamientos poblacionales; repercusin en
la ordenacin racional del territorio urbano y a urbanizar; asuncin de gastos de planeamiento, ges-
tin, infraestructura de servicios (redes de saneamiento, agua, viales, puentes); justicacin de mo-
delo urbanizador disonante, con ocupacin de zonas cercanas a la orilla izquierda del ro Guadiana
por torres de 18 pisos, llegando a 64 viviendas por hectrea, y densidad edicatoria de alta densidad
residencial en la orilla izquierda (superando aquellas 64 viviendas por hectreas y coexistiendo con
el Campus Universitario y nuevas macro zonas comerciales), entre otras consideraciones que fueron
presentadas como Alegaciones por numerosos ciudadanos, colectivos y por los Grupos Municipales
Socialista y de Izquierda Unida, y no tenidas en cuenta por el Grupo de Gobierno Municipal, con
mayora absoluta del Partido Popular.
Pero, contra lo que pareca razonable, no rechaza la Junta de Extremadura el Plan General Mu-
nicipal de Badajoz al incumplir agrantemente los Artculo 70 (Contenido de los Planes Generales
Municipales) y 75 (Contenido documental mnimo de los planes de ordenacin urbanstica) de la Ley
15/2001, de 14 de diciembre, del Suelo y Ordenacin Territorial de Extremadura, y reconocer la con-
testacin municipal a la Observacin nmero 6 de la Agencia Extremea de la Vivienda la suciencia
de suelo ya calicado para las demandas del siguiente decenio. Su Consejera de Fomento lo aprueba
denitivamente el 7 de noviembre de 2007, indicando en la Resolucin que Sus determinaciones se
han adaptado a la ordenacin y previsiones del art. 70 de la LSOTEX -Ley del Suelo y Ordenacin

36
Ley 15/2001, de 14 de diciembre, del Suelo y Ordenacin Territorial de Extremadura. Art. 70.1.1.a
37
Ley 15/2001, de 14 de diciembre, del Suelo y Ordenacin Territorial de Extremadura. Art. 75.1.
38
Ayuntamiento de Badajoz. Actas de Plenos Municipales de 2005 y 2006.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


54
MOISS CAYETANO ROSADO

Territorial de Extremadura, que Su contenido documental mnimo se encuentra previsto en el art. 75


de la LSOTEX y que A la vista de las alegaciones manifestadas por el Ayuntamiento de Badajoz
respecto de las deciencias sealadas por la CUOTEX Comisin de Urbanismo y Ordenacin Te-
rritorial de Extremadura en su sesin de 9-10-07, procede la estimacin de todas ellas, y entender
que han sido debidamente subsanadas y/o completadas.39
As se entr en el ao 2008, comienzo de la enorme y generalizada crisis econmica mundial de
2008-2017 (parece que se est saliendo ya de ella), que afect gravemente al mundo del sector nan-
ciero, bancario e inmobiliario fundamentalmente. Y a resultas de l al mundo laboral, con quiebras
generalizadas en el sector de la construccin, paralizacin de proyectos de urbanizacin, paros obre-
ros en todos los sectores empezando por el constructivo, y contencin de la inmigracin a pases que
basaron su desarrollo de principio del siglo XXI en la actividad inmobiliaria y derivados de la misma,
cual es el caso de Espaa, y de rebote Extremadura, con amplio eco en el municipio de Badajoz, que
haba sucumbido al mundo fantasioso del desarrollismo especulativo (contra el que intent luchar el
PGOU de 1989, presumi hacerlo el PGM de 2007), paralizando la actividad urbanstica por esos 10
aos de los que ahora parece que se podra, tmidamente, comenzar a salir.

39
DOE nm. 136, de 24 de noviembre de 2007. http://www.aytobadajoz.es/~pgou/documentacion_escrita/publicacion_
doe.pdf

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 55


POBLACIN Y URBANISMO DE BADAJOZ EN EL TRNSITO DEL SIGLO XX AL XXI

RESOLUCIN. Aprobacin del PGM de Badajoz por la Junta de Extremadura.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


56
MOISS CAYETANO ROSADO

CONCLUSIONES.

La dinmica poblacional del trnsito del siglo XX al XXI es de crecimiento moderado en el l-


timo decenio del siglo XX, tanto en el contexto espaol (27 %) como en el del municipio de Badajoz
(466 %), que se nutre en el caso de este ltimo en buena medida del ujo intrarregional, pues la
ciudad se convierte en un lugar de atraccin de poblacin extremea universitaria y demandante de
empleo en el sector servicios (especialmente comercio y domstico). En tanto, la poblacin regional
experimenta un moderado descenso del 036 %.
No obstante, las expectativas de crecimiento expresadas en los estudios del Plan General de
Ordenacin Urbana de Badajoz de 1989 no se cubrirn, pues los 200.000 habitantes soados para
2001 se quedarn en 136.000.
El espectacular aumento de la poblacin en el decenio siguiente viene dado por la auencia de
inmigrantes extranjeros, que disparan la poblacin nacional a un aumento del 165 %, a la regional
a un 43 % (nada despreciable, dado el declive demogrco extremeo del cambio de siglo) y a la
local a un 112 %. Esto anima a los redactores de los planes de urbanismo del momento a especular
de nuevo con espectaculares crecimientos, que en el caso de Badajoz hace que se multipliquen sus
recalicaciones de suelo en su Plan General Municipal de 2007, pensando en una poblacin superior
a 250.000 habitantes para 2016: la realidad nos sita en 150.000.
Sin embargo, el padrn de 2016 signica un revs a todos los niveles. La crisis generalizada a
partir de 2008 hace que en los aos siguientes haya un retorno de emigrantes a sus pases de origen,
que nos deja en porcentajes negativos.
El ujo de inmigrantes fue un canto de sirena propio del desarrollismo sin n que suele acom-
paar a estas oleadas de recepcin poblacional. Que se asienten casi 5.000.000 de extranjeros en el te-
rritorio nacional en diez aos (de 2001 a 2011), con repercusin regional y local (aunque moderada),
hace pensar en un aumento progresivo, con la consiguiente necesidad de vivienda y servicios a ella
ligado que potencia el mbito inmobiliario, el trabajo en el sector de la construccin, la planicacin
y recalicaciones de suelo urbanizable y la especulacin del ladrillo. La crnica de una crisis
anunciada por el desplome nanciero de 2008 no tard en hacer su efecto en todo lo anterior, que no
supo forjar las previsiones necesarias, ni aprender de lo que fueron las crisis generales anteriores, en
especial la de 1929 y la de 1973.
La dcada de 2011 a 2021 est siendo de importantes cadas poblacionales y graves problemas
inmobiliarios, a pesar de la contencin iniciada en 2017, que se alterna con los sobresalto de quiebras
bancarias, pagadas por los ciudadanos con sus impuestos y precariedades en la cesta de la compra y
en el empleo.
De otro lado, en el trnsito del siglo XX al XXI se mantiene una situacin urbanstica de con-
tinuo vaciamiento del Casco Antiguo; crecimiento de la densidad poblacional en la margen izquierda
del Guadiana (Valdepasillas-Ordenandos-Perpetuo Socorro) de dos tercios a tres cuartos del total y
congelacin en la margen derecha y poblados. Se potencian particularmente las barriadas del oeste
y sur de la ciudad, seguidas accidentalmente por la prolongacin longitudinal de la zona este (San
Roque), primada por la creacin de una nueva barriada perifrica al amparo de los Proyectos de In-
ters Regional PIR, legislados por la Junta al margen del ordenamiento municipal: Cerro Gordo.
La situacin podr verse agravada en el futuro por el PGM de 2007, cuando comience a eje-
cutarse, ya que hasta 2017 no se empieza a desarrollar de manera clara, al irse despejando la crisis
inmobiliaria iniciada en 2008. Este nuevo Plan refuerza la tendencia anterior de prolongar la ciudad
residencial hacia el oeste, a ambas orillas del Guadiana, y al sur, con el 915% de las viviendas po-
sibles del nuevo suelo recalicado. Los laterales de la Avenida de Elvas, mrgenes del ro y de la
Carretera de Olivenza se llevaran ms del 50% de esa cantidad.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 57


POBLACIN Y URBANISMO DE BADAJOZ EN EL TRNSITO DEL SIGLO XX AL XXI

Las viviendas programadas en el ncleo principal ascienden a 38.385. nase la oferta que surge
de los solares en suelo ya urbano (4.485), el suelo calicado del PGOU de 1989 pendiente de ejecu-
cin (9.321), ms suelo residencial en Poblados: 1.496, y suelo para viviendas disponible en Ncleos
Urbanos Secundarios: 4.485. Todo ello hace un total recalicado para 57.869 viviendas.
Adems, como Proyectos de Inters Regional (PIR), se autorizan en Cerro Gordo (al este de
San Roque) 2.750 viviendas, y en La Granadilla, al oeste de las instalaciones deportivas municipales,
715. El total ofertado entre todas estas modalidades subira a 61.334. Casi doblando a las existentes!
Contra lo que pareca previsible: rechazo del Plan General Municipal de Badajoz por parte de
la Junta de Extremadura, por incumplir los Artculo 70 (prever la expansin urbana a medio plaza
sobre la base de criterios explcitos de sostenibilidad que garanticen su equilibrio y calidad) y 75
(anlisis y consecuencias demogrcas, sociolgicas y ambientales de las determinaciones estable-
cidas) de la Ley del Suelo de Extremadura, se aprueba el 7 de noviembre de 2007 subrayando la Junta
que las deciencias han sido debidamente subsanadas y/o completadas40.
La crisis econmica mundial de 2008 se encarg de paralizar un proceso especulativo que pa-
rece poder reanudarse en 2017, tras pasar lo peor de la misma. Ahora toca desarrollar un Plan, demo-
rado, pero cuya realizacin podra durar ms que todo el siglo, dado que desde los 150.000 habitantes
actuales pasar a 380.000 sera dar un salto sin precedentes en nuestro lento ascenso demogrco.
Ascenso lastrado ahora por el crecimiento vegetativo que, a diferencia de los anteriores tiempos, co-
mienza a dar resultados negativos, en tanto que el saldo migratorio arroja ya tambin cifras negativas
por la cantidad de jvenes que buscan fuera el porvenir laboral que aqu no pueden encontrar.

Fuentes:

Ayuntamiento de Badajoz. Actas de Comisiones de Urbanismo y de Plenos Municipales de


1996 a 2007.
Ayuntamiento de Badajoz. AVANCE Badajoz roto. El Plan, una alternativa a debate. Ao
1984.
Ayuntamiento de Badajoz. MEMORIA DE LA ORDENACIN de la Revisin del Plan
General de Ordenacin Urbana (Texto refundido). 1989.
Ayuntamiento de Badajoz. PLANOS DE ORDENACIN de la Revisin del PGOU. 1989.
Ayuntamiento de Badajoz. AVANCE de la Revisin del Plan General de Ordenacin Urbana
de Badajoz. Ao 2000.
Ley 15/2001, de 14 de diciembre, del Suelo y Ordenacin Territorial de Extremadura. Dia-
rio Ocial de Extremadura (DOE), 3 de enero de 2002, pp. 2-100. https://www.boe.es/bus-
car/pdf/2002/BOE-A-2002-2286-consolidado.pdf
PLAN GENERAL MUNICIPAL de Badajoz. CAJA 1. INFORMACIN URBANSTICA.
A) Memoria de la Informacin. B) Estudio Socio-Econmico. 2007.
Revisin del PLAN GENERAL MUNICIPAL de Badajoz. MEMORIA DE LA ORDENA-
CIN. Noviembre 2007.

40
Curiosamente el Grupo Municipal Socialista (del mismo signo poltico de la Junta de Extremadura) mantuvo y
demostr, con las argumentaciones que aqu han sido expuestas, en sus Alegaciones de diciembre de 2006 y en el
debate en Pleno Municipal de febrero de 2007, todo lo contrario. (Registro Ocial del Ayuntamiento de Badajoz,
diciembre 2006, y Actas del Pleno Municipal de febrero de 2007).

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


58
MOISS CAYETANO ROSADO

Instituto Nacional de Estadsticas (INE). Espaa.


Instituto Espaol de Emigracin. IEE.
Ocina de Estadstica. Padrones Municipales. Ayuntamiento de Badajoz.
Archivo personal (1996-20016).

Hemeroteca:

Peridico Extremadura.
Peridico HOY. Badajoz.
Peridico EL PAS.
Peridico VEINTE MINUTOS.

Bibliografa:

BAIGORRI, ARTEMIO (Director): Estudio socioeconmico del municipio de Badajoz. Ayunta-


miento de Badajoz, 1995.
CAYETANO ROSADO, MOISS: Movimientos migratorios extremeos en el Desarrollismo es-
paol (1960-1975). Universidad Nacional de Educacin a Distancia. Mrida, 1986. 269
pgs.
CAYETANO ROSADO, MOISS: Bases documentales y bibliogrcas para el estudio de la re-
habilitacin del Casco Antiguo de Badajoz. Grupo Municipal de IU, Ayuntamiento de Ba-
dajoz, 1993.
CAYETANO ROSADO, Moiss: La poblacin badajocense durante el siglo XX. Apuntes para
la historia de la ciudad de Badajoz, pp. 45-63. Real Sociedad Econmica de Amigos del
Pas, 2001.
CAYETANO ROSADO, MOISS: Emigracin extremea en el siglo XX. Del subdesarrollo here-
dado a los retos del futuro transfronterizo. Consejera de Bienestar Social, Junta de Extre-
madura. 2007. 191 pgs.
CAYETANO ROSADO, MOISS: Cuanticacin de la emigracin extremea desde la posguerra
a los comienzos del siglo XXI. Revista de Estudios Extremeos, pp. 1261-1273. Vol. 63,
nm. 3. 2007.
CASTRO SERRANO, JOS: La inmigracin en Extremadura. Anlisis demogrco y distribu-
cin territorial. Revista de Estudios Extremeos, pp. 1451-1520. Vol. 63, nm. 3. 2007.
GONZLEZ FERRER, AMPARO: La emigracin espaola. Lo que sabemos y lo que no. Zoom
poltico. Laboratorio de Alternativas. Digital CSIC, 2013.
MACORRA Y CANO, LUIS FERNANDO DE LA (Coord.). Treinta aos de economa y sociedad ex-
tremea (1983-2013). Badajoz, Grcas Diputacin de Badajoz, 2014.
PAGS MADRIGAL, JOS MANUEL, CAMPESINO FERNNDEZ, ANTONIO JOS Y OTROS: Memoria
Informativa del Plan Especial de Proteccin del Patrimonio Urbano de Badajoz. Caso
Intramuros. Ayuntamiento de Badajoz, 1992 (indito).
VARIOS: La poblacin de Badajoz. Cuadernos Fundacin BBVA, 2007.
VARIOS: Plan estratgico. Anlisis de la ciudad de Badajoz. Ayuntamiento de Badajoz. Di-
ciembre, 2014. 164 pgs.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 59


POBLACIN Y URBANISMO DE BADAJOZ EN EL TRNSITO DEL SIGLO XX AL XXI

VARIOS: Informe demogrco de Badajoz. Diputacin de Badajoz. rea de Desarrollo Lo-


cal. Badajoz, 2016. 15 pgs.

WEB:

- http://www.aytobadajoz.es
- http://www.aytobadajoz.es/es/ayto/pgm
- http://www.aytobadajoz.es/~pgou/documentacion_escrita/publicacion_doe.pdf

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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JESS M. GARCA CALDERN

LA CIUDAD HISTRICA PERDIDA Y SU RECUPERACIN


COMO IMPERATIVO SOCIAL

JESS M. GARCA CALDERN

La ciudad de Badajoz fotograada desde un globo en 1914

1.- El derecho al futuro de la ciudad histrica1

La conciencia social para preservar la ciudad histrica, entendida como un concepto redundan-
te2, resulta bastante reciente. Nunca ha sido fcil la relacin que inevitablemente sostiene la ciudad

1
Conferencia dictada por el autor el 21 de marzo de 2017 en el saln de actos de la RSEEAP de Badajoz dentro del
Ciclo de Conferencias de Personajes Ilustres, coordinado por D Maruja Antnez Trigo, Socia de Nmero de la
RSEEAP de Badajoz.
2
En cuanto a una posible denicin o intento de acotacin de qu deba entenderse, desde una perspectiva jurdica, por
ciudad histrica, como ya he tenido oportunidad de sealar, [] es aquella que atesora monumentos y vestigios de
un valor tan incuestionable que debe ser reconocido y amparado por el Derecho para su incremento y preservacin
y para ser transmitido en su integridad a las generaciones futuras. Es cierto que hablar de ciudad histrica es una
redundancia porque incluso aquella que acaba de fundarse y siembra el hito que inicia el recuento de sus das ya
muestra su vocacin de permanencia. No ha existido ni existe ciudad que no pretenda sentir el paso caudaloso de
muchas generaciones. Pero tambin nos ensea la gramtica que la redundancia encierra, en ocasiones, la recuperacin
de un contenido casi olvidado. Ciudad histrica es tambin aquella que redunda junto a nosotros, que vuelve una y
otra vez en nuestro auxilio, aquella que encontramos y tiene una especial capacidad de transmitirnos valores estticos
y sociales que deben ser conocidos y conservados, es aquella que tiene, desde el sonoro silencio de sus monumentos
y sus calles, la capacidad de mantener un enriquecedor dilogo con sus habitantes, es aquel lugar armnico que

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 61


LA CIUDAD HISTRICA PERDIDA Y SU RECUPERACIN COMO IMPERATIVO SOCIAL

con su pasado. Los ciudadanos han considerado a lo largo del tiempo que los elementos monumenta-
les ms sobresalientes de la ciudad deban permanecer inclumes pero su entorno, incluso su entorno
monumental, ms all de los elementos arquitectnicos directa o materialmente vinculados al monu-
mento mismo, no tenan por qu permanecer inclumes sacricando el progreso. Debemos recordar
que, en ocasiones, en las ciudades europeas de una mayor tradicin monumental incluso se han rodea-
do estos edicios de elementos historicistas prximos a la impostura a modo de justicacin, quiz de
manera no tan ingenua, sin apenas limitaciones y con la intencin de procurar un espacio armnico
que intentara subrayar su valor3 pero destruyendo su entorno prximo como una especie de necesidad
social. Esta limitada preservacin de lo esencial y su integracin exible en el desarrollo urbano ha
sido, en denitiva, el lmite ms alto del compromiso tradicional sostenido desde la administracin
cultural.
Precisamente ha sido esta nefasta percepcin la que ha propiciado que aquellas ciudades hist-
ricas armnicas pero en las que no descollaban grandes monumentos individuales, como era el caso
del recinto abaluartado de Badajoz, espacios de un tono ms discreto pero de un inmenso inters
histrico que deban ser valorados en su conjunto y conforme a una nalidad determinada (la ciudad
fronteriza, la plaza fuerte, el apartado emporio comercial), se hayan visto completamente destruidas
con una mayor facilidad que otras, ante procesos ferozmente especulativos que han terminado por
empobrecerlas e hipotecar severamente su futuro.
Salvo en situaciones excepcionales, por tanto, no ha sido ese desarrollo urbano el que ha teni-
do que adaptarse a cada entorno histrico, sino que ha sido el entorno histrico el que ha tenido que
realizar ese esfuerzo e incluso mutilarse o anularse por completo a favor de un discutible progreso
reclamado por la ciudad para garantizar su desordenada expansin, una malsana comodidad muy
arraigada en Espaa y basada en la inmediata proximidad al gora y su futuro material ms inmediato.
Principios tan elementales como la existencia, por ejemplo, de un espacio o permetro de proteccin
alrededor de los monumentos o de los vestigios histricos de gran valor que aparecen en zonas urba-
nas de cualquier tipo, es una frmula legal relativamente reciente y muy poco respetada.4
A pesar de los cambios operados en la legislacin cultural en los ltimos aos, el ciudadano
de nuestro tiempo, como regla general y salvo contadas excepciones, sigue sin comprender que una
ciudad albergue en su trama urbana ruinas histricas, mxime cuando no tienen entidad o un empaque
monumental suciente y sostiene criterios completamente anacrnicos que promueven la musealiza-
cin de algunas piezas de acreditado valor, como suele ocurrir con los mosaicos romanos que apare-
cen en obras de construccin de todo tipo, que se extraen de su ubicacin natural para que las obras

nuestro espritu siente e identica sin que lo advierta nuestra razn y que nos desarrolla mejor porque nos transmite
un caudal enorme de sabia experiencia y destreza que se imprime involuntariamente en nuestra memoria. Garca
Caldern, Jess; El derecho al futuro de la ciudad histrica; discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes
de Granada, Granada, 2010, pgina 15.
3
Esta prctica ya era duramente criticada por la Carta de Atenas de 1933 cuando sealaba: La utilizacin de los estilos
del pasado, con pretextos estticos en las nuevas construcciones alzadas en las zonas histricas tiene consecuencias
nefastas. El mantenimiento de semejantes usos o la introduccin de tales iniciativas no ser tolerado en forma alguna.
Seguidamente adverta: Estos mtodos son contrarios a la gran leccin de la historia [] Copiar servilmente el
pasado es condenarse a s mismo a la mentira; es convertir la falsedad en principio, pues recomponer las antiguas
condiciones de trabajo es imposible y la aplicacin de la tcnica moderna a un ideal que ha llegado a su ocaso slo
puede dar de s un simulacro completamente desprovisto de vida. Al mezclar lo falso con lo verdadero, lejos de
llegar a dar una impresin de conjunto y de suscitar la impresin de pureza de estilo, se llega slo a una recomposicin
cticia, apenas capaz de desacreditar los testimonios autnticos que tan vivamente se deseaba preservar.
4
Estas zonas o reas de proteccin, diferentes segn la naturaleza del bien cultural y normalmente desarrolladas
por disposiciones autonmicas, parten de lo sealado en el apartado segundo del artculo 11 de la Ley 16/1985,
del Patrimonio Histrico Espaol que establece que la resolucin del expediente que declare un Bien de Inters
Cultural deber describirlo claramente y aade que, en el supuesto de inmuebles, delimitar el entorno afectado
por la declaracin y, en su caso, se denirn y enumerarn las partes integrantes, las pertenencias y los accesorios
comprendidos en la declaracin. Adems, el artculo 18 del texto legal citado establece como principio general que un
inmueble declarado Bien de Inters Cultural es inseparable de su entorno.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


62
JESS M. GARCA CALDERN

puedan continuar y se cierre cuanto antes el engorroso parntesis de la actuacin de la administracin


que exige el hallazgo de los restos arqueolgicos. En realidad y por extrao que parezca, todava
subsiste en la sociedad de masas de nuestro tiempo un gusto sentimental por las ruinas que deben
albergarse en un paraje apropiado y casi construido o manipulado por su descubridor para promover
una fuerte impresin esttica. La ruina debe exiliarse de la ciudad o, en todo caso, aparecer como
un decorado que no debe entorpecer su desarrollo y que, al margen de la informacin cientca que
pueda transmitir, debe promover en la imaginacin de los ciudadanos un simple placer esttico o un
pequeo caudal de emociones.
Cabra recordar en este punto, en la vieja controversia sostenida entre arquelogos y arquitec-
tos, la vieja distincin que el estudioso del siglo XIX haca entre los monumentos vivos o muertos
segn mantuvieran o no alguna utilidad en el presente. Conforme a las ideas recogidas por autores
como Jos lvarez Lopera,5 el monumento vivo podra ser reconstruido para que siguiera cumpliendo
su misin y esa reconstruccin permitira todas aquellas modicaciones impuestas por la necesidad.
El monumento muerto, sin embargo, habra dejado de cumplir su funcin, circunstancia siempre
harto discutible en su vocacin esttica, de manera que podra ser abandonado a su suerte o incluso
desmantelado, derruido para que el espacio urbano pudiera adquirir un nuevo vigor en su servicio a
los ciudadanos.
El monumento muerto solo en casos completamente excepcionales podra mantenerse como
exponente o testimonio de un pasado colectivo. Esta mentalidad puede explicar la abundancia de
exponentes monumentales del siglo XVIII que aparecen en muchas ciudades histricas de la Europa
meridional porque, hasta entonces, muchos monumentos propios de la Edad Moderna o hasta me-
dievales mantenan una vitalidad basada en la persistencia precaria de determinados usos sociales.
Viejos cuarteles, salas colectivas de fros hospitales, lonjas, mercados de piedra, edicios civiles o
incluso complejos administrativos fueron restaurados con relativo acierto en esta poca e inuyeron
decisivamente en el trazado urbano de numerosas ciudades perifricas europeas que ha llegado, como
un valioso exponente de su tiempo, hasta nuestros das.
La prdida de justicacin de lo reconstruido y otras percepciones han convertido, a comienzos
del siglo XXI, numerosas ciudades histricas en espacios annimos en los que aoran, como simples
islotes, grandes o pequeos monumentos que demuestran la importancia del espacio que los rodeaba
y que serva para explicarlos y comunicarlos a lo largo de un extenso tejido urbano adaptado a las
circunstancias. Salvo en contadas excepciones, la percepcin que ahora tenemos al contemplar la
ciudad histrica es la de un cuerpo mutilado que ha sustituido sus carencias por miembros llenos de
desproporcin y faltos de armona; una realidad urbana que otorga a los bienes culturales la falsa per-
cepcin de aparecer como intrusos en un presente que ya nos les pertenece y en el que muchas veces,
cuando su valor es relativo, han aparecido y aparecen como una especie de inconveniente o engorro
para el desarrollo socio econmico y la prosperidad.
La ciudad molesta al hombre, nos deca la famosa Carta de Atenas en 1933.6 Es cierto que las
ideas de comunicacin, habitacin, trabajo y ocio se aunaban para compensar las incomodidades que
las grandes urbes y la acumulacin de residencias y servicios proporcionan al ciudadano medio. Pero
la bsqueda de situaciones de equilibrio que permitan una vida desahogada y productiva afrontaban
la cuestin del Patrimonio Histrico, casi como una cuestin secundaria o hasta menor. Si repasamos
sus postulados en lo que respecta a la preservacin de la ciudad histrica, comprobaremos que conte-
nan diversos condicionantes que han operado como una pequea espita que, con el paso del tiempo,
ha determinado, en buena medida, que ncleos histricos de inmenso valor hayan encontrado cierta
justicacin social para su completa destruccin.

5
LVAREZ LOPERA, JOS; La Alhambra entre la conservacin y la restauracin (1905-1915); Cuadernos de Arte de la
Universidad de Granada, nmeros 29-31, Granada, 1974; pginas 13 y siguientes.
6
Maniesto urbanstico redactado con motivo del IV Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM)
celebrado en 1933 a bordo del Patris II que cubra la ruta Marsella-Atenas-Marsella y publicado por Jos Lus Sert y
LE CORBUSIER en 1942.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 63


LA CIUDAD HISTRICA PERDIDA Y SU RECUPERACIN COMO IMPERATIVO SOCIAL

Recordemos que este documento, trascendental para comprender los rigores arquitectnicos de
nuestro tiempo, siempre de manera muy resumida, se expresaba en los siguientes trminos:

En trminos generales, aquellos valores arquitectnicos que atesoren edicios o conjuntos urbanos deben ser
salvaguardados. Los testimonios preciosos del pasado sern respetados por su valor histrico o sentimental y
porque algunos contienen en s una virtud plstica pero esta preservacin solo debe tener lugar si son expresin
de una cultura anterior y si responden a un inters general. Expresivamente sealaba la Carta que la muerte, que
no perdona a ser vivo alguno, alcanza tambin a las obras de los hombres, aadiendo que no todo el pasado
tiene derecho a ser perenne por denicin; hay que escoger sabiamente lo que se debe respetar.
En la Carta se diferenciaban distintas situaciones: Si los intereses de la ciudad resultan lesionados por la per-
sistencia de alguna presencia insigne, majestuosa, de una era que ya ha tocado a su n, se buscar la solucin
capaz de conciliar dos puntos de vista opuestos. Por el contrario, cuando se trate de construcciones repetidas
en numerosos ejemplares, se conservarn algunos a ttulo documental, derribndose los dems. Se estimaba
pertinente que pudiera aislarse solamente la parte que constituya un recuerdo o un valor real, modicndose
el resto de manera til. Por ltimo, en ciertos casos y contrariando la legislacin internacional desarrollada con
posterioridad respecto a los bienes arqueolgicos, se permita, por razones puramente pragmticas, el traslado
total de elementos que causan dicultades por su emplazamiento pero que merecen ser conservados por su
elevada signicacin esttica o histrica.
La conservacin deba ceder ante las condiciones malsanas de vida. No puede permitirse que por un culto
mezquino del pasado, se ignoren las reglas de la justicia social. El documento refera que algunas personas,
a las que preocupan ms el esteticismo que la solidaridad, militan en favor de la conservacin de algunos
viejos barrios pintorescos, sin preocuparse de la miseria, de la promiscuidad y de las enfermedades que stos
albergan. Eso es cargar con una grave responsabilidad. El problema debe ser estudiado, y a veces resuelto
mediante una solucin ingeniosa, pero el culto por lo pintoresco y por la historia no debe tener en ningn caso
la primaca sobre la salubridad de las viviendas, de la que tan estrechamente dependen el bienestar y la salud
moral del individuo.
La demolicin poda congurarse como un sacricio en pos del crecimiento de la ciudad. Solo cuando esta
medida entrae la destruccin de autnticos valores arquitectnicos, histricos o espirituales, sin duda ser
preferible buscar una solucin distinta. En tales casos, en vez de suprimir el obstculo opuesto a la circula-
cin, se desviar la circulacin misma, o, si las condiciones lo permiten, se le impondr el paso por un tnel.
Tales intervenciones, han provocado numerosos ejemplos en ciudades europeas que conservan monumentos
completamente aislados entre el trco de circunvalaciones o avenidas de manera casi angustiosa y anti natural.
Se debe aprovechar la destruccin de tugurios en los alrededores de los monumentos histricos porque esta ac-
tividad dar ocasin a la creacin de supercies verdes. De manera muy expresiva se consideraba posible que,
en algunos casos, la demolicin de casas y tugurios insalubres en los alrededores de un monumento de valor
histrico destruya un ambiente secular. Se armaba: Eso es lamentable, pero inevitable. Podr aprovecharse la
ocasin se aada- para introducir espacios verdes.

Tales postulados que, como acabamos de ver, estaban llenos de ambigedad y hasta justicaban
la completa destruccin de algn ambiente secular, propiciaron un relativismo urbano que, al margen
de guerras o tragedias naturales, result letal para el Patrimonio Histrico. Analizados estos textos
desde una perspectiva actual, resulta difcil de creer que fueran un avance respecto a los postulados
urbanos de su tiempo.
Quiz convenga, antes de abandonar el presente epgrafe, realizar una reexin aadida. Sabe-
mos que el ciudadano medio siempre acoge con una asombrosa facilidad el progreso tecnolgico y el
desarrollo urbano: Se acostumbra a l con una docilidad casi perversa que, a veces, hasta le arrebata
el alma de algunas saludables tradiciones y debilita los cimientos ms sutiles de la vida social. As,
convierte en natural el ms sosticado de los inventos a los pocos aos de nacer, aunque luego lo
estanque y le otorgue durante demasiado tiempo una condicin de novedad que ya no merece. En
ocasiones, con la misma ereza que se engulle lo novedoso se olvida la destruccin monumental. La

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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JESS M. GARCA CALDERN

crtica popular se sostiene en el tiempo pero la nostalgia de los espacios histricos perdidos y convivi-
dos es demasiado dolorosa para que la sociedad la recuerde de forma recurrente. No debemos olvidar
que la idea jurdica de Patrimonio Histrico no se acote en la dimensin fsica o espiritual de los bie-
nes culturales, aadindose una visin documental que incluya su estudio cientco, su descripcin
o su reejo, su valoracin en el curso del tiempo, su imagen y el poder de su reconstruccin fsica o
incluso de su proyeccin virtual desde el pasado y hacia el futuro, al modo de la conocida crtica na-
rrativista del derecho que, desde los famosos estudios del profesor de la Universidad de Yale Robert
Cover,7 considera que no solo debe distinguirse entre lo que fue y lo que debe ser conforme a la ley,
sino que aade en el anlisis jurdico otra valiosa magnitud de todo aquello que podra haber sido.

2.- La ciudad histrica destruida: su defensa por el Derecho Penal.

Desde que tuvo lugar, en la segunda mitad del siglo XX, el desarrollo de la famosa teora de
los bienes culturales, la ciudad histrica tiene que ser gestionada, denida o interpretada de manera
distinta, con un protagonismo creciente no ya del derecho administrativo sancionador o de las nor-
mas de planeamiento urbanstico sino, incluso, del derecho penal.8 Esta necesidad deriva de un hecho
incontestable: La proteccin administrativa o urbanstica del entorno monumental de las ciudades o
de su riqueza arqueolgica oculta ha resultado, desde una perspectiva histrica, completamente insu-
ciente. La demostracin de los hechos viene determinada por la simple observacin de la realidad.
Los intereses especulativos o la corrupcin poltica y nanciera encuentran discutibles frmulas de
compromiso que terminan por imponerse a la legislacin urbanstica y cultural, que apenas cuenta
con medios coercitivos para imponer su aplicacin. La normativa cultural diculta la obra privada de
escasa entidad pero apenas combate los grandes atentados al Patrimonio Monumental o Arqueolgi-
co que han producido las grandes obras pblicas, las macro urbanizaciones o hasta la construccin
de grandes supercies y centros comerciales. La administracin competente suele encontrar en tales
casos soluciones parciales e incompletas, soluciones de compromiso que impiden comprender la ver-
dadera dimensin de los hallazgos arqueolgicos o conseguir una conservacin adecuada del entorno
monumental reiteradamente agredido.
Para comprender adecuadamente esta necesidad hay que recordar que la formulacin de la
teora de los bienes culturales es la que marca verdaderamente un punto de inexin para la protec-
cin del Patrimonio Histrico, sobre la base de la funcin social y econmica que debe cumplir en

7
COVER, ROBERT; Derecho, narracin y violencia; Coleccin Biblioteca Yale de Estudios Jurdicos; Editorial Gedisa,
2002.
8
El origen de la teora de los bienes culturales se encuentra en los trabajos desarrollados por la llamada Comisin
Franceschini creada mediante la Ley 310 de 26 de mayo de 1964 en la Repblica Italiana como una Comisin de
Estado para llevar a cabo una profunda reexin acerca del deterioro de los bienes culturales y una reordenacin
de todo el sistema legal de proteccin del Patrimonio Histrico y en la que se propone llevar a cabo, entre otras
nalidades, la formacin de propuestas concretas que comprendan todo campo de la tutela y la valorizacin de las
cosas de inters histrico, arqueolgico, artstico y del paisaje. Esta comisin, presidida por el poltico demcrata
cristiano FRANCESCO FRANCESCHINI (1908-1987), desarroll su trabajo hasta el ao 1967, llevando a cabo la redaccin
de un amplio Informe dirigido al Ministerio de Instruccin Pblica que contena una larga serie de consideraciones
que permitieron alumbrar esta nueva dimensin de los bienes culturales al incorporar su valor ms importante y
trascendente para el derecho, un inters difuso que integraba el valor de su dimensin cientca, colectiva e inmaterial,
su relacin interna con el entorno y su aspiracin a congurarse como bienes de disfrute que deben asociarse con el
desarrollo de algunos derechos fundamentales de los ciudadanos y con el futuro de la comunidad. Su nalidad estaba
dirigida a la elaboracin de un texto legal y en su composicin, con un total de 27 miembros nombrados por el Consejo
de Ministros, se distinguan miembros del parlamento y expertos de reconocido prestigio entre los que destacaba el
catedrtico de derecho administrativo MASSIMO SEVERO GIANNINI. Sobre las circunstancias de trabajo y conclusiones
de esta Comisin, puede consultarse el trabajo, relativamente reciente, publicado por MARTNEZ PINO, JOAQUN; La
comisin Franceschini para la salvaguardia del patrimonio italiano. Riesgo, oportunidad y tradicin de una propuesta
innovadora, publicado en la revista Patrimonio Cultural y Derecho, nmero 16, Madrid, 2012.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 65


LA CIUDAD HISTRICA PERDIDA Y SU RECUPERACIN COMO IMPERATIVO SOCIAL

cualquiera de sus manifestaciones. Desde su formulacin en Italia en la segunda mitad del siglo XX
y en el curso de pocos aos, ha tenido un amplio reejo en la normativa internacional, en diversas
constituciones europeas y en diversas disciplinas cientcas que comenzaron a entender el papel que
los bienes culturales deban desempear en el futuro, otorgando un especial protagonismo a la cultura
tanto en la vida social como en la vida econmica, formulando una generacin de nuevos derechos
fundamentales vinculados con el entorno y elevando las aspiraciones individuales de manera que
superaran el concepto tradicional de medio ambiente, convirtindolo en un elemento decisivo en la
calidad de vida de los ciudadanos.
Recordemos que la locucin Bien Cultural es denida por el profesor Giannini como aquellos
testimonios materiales dotados de un valor de civilizacin.9 Para alcanzar esta afortunada denicin,
en estos bienes se observa un desdoblamiento entre su valor puramente material, que sigue vinculado
con su posesin o con la titularidad de quien es su propietario y otro valor de signo inmaterial que
emanara del mismo y que nos proporciona una valiosa informacin que lo relaciona con el entorno.
Este valor operara como una especie de reejo que brotara hacia el exterior y lo iluminara. Es aqu
donde el bien cultural encuentra el verdadero fundamento de su proteccin legal y de su carcter emi-
nentemente colectivo en lo que sera ese reejo que acabamos de citar o su valor de civilizacin.
La falta de compromiso ocial resulta, cuando menos, curiosa o paradjica ya que es muy fre-
cuente que los habitantes de cualquier ciudad del mundo recuerden con emocin los monumentos o
edicios que fueron sustituidos por otros elementos urbanos de escaso o nulo valor y sostengan una
posicin crtica sobre su destruccin de edicios histricos y monumentos durante generaciones. Esta
forma de sustitucin del entorno monumental ha seguido a lo largo de la historia un proceso natural y,
al margen de algunos brillantes ejemplos espordicos desarrollados desde la antigedad, no comienza
a convertirse en un intenso sentimiento colectivo hasta que aoran las ideas de Alois Riegl en la Viena
imperial de comienzos del siglo XX. Nos referimos al trascendental informe que fue suscrito en 1903
por el famoso historiador del arte para la mejora de la proteccin legal de los monumentos pblicos
de Austria y que se conoce en la historiografa actual como El culto moderno a los monumentos, su
carcter y sus orgenes.10 Es evidente que este prodigioso documento, aunque no tuvo excesiva difu-
sin fuera de los pases germnicos, marca un trascendental cambio de tendencia en la percepcin
social de los monumentos pblicos y en toda la cultura europea,11 inuyendo con lentitud pero deci-
sivamente en distintas leyes del continente, como las francesas de 1913 y 1926, las espaolas de 1927
y 1933 y la ley italiana de 193912. El documento es un texto multidisciplinar que estima especialmente
necesaria, entre otras consideraciones acerca de la nalidad y de los distintos valores que guardan
los bienes culturales (incluidas las ruinas y los vestigios arqueolgicos), la promulgacin de una ley
protectora que los tutele adecuadamente.
Volviendo a la cuestin anterior, no cabe duda que la ciudad histrica prdida debe intentar
recuperarse al otorgar, como prioridad, una especial atencin a su riqueza arqueolgica que podra
liberar espacios y propiciar cierta reconstruccin. En buena medida el futuro de la ciudad histrica

9
GIANNINI, MASSIMO SEVERO; l beni culturali, Rivista trimestrale di diritto pbblico, (1) 1976. Pginas 3 y siguientes.
10
ALOIS RIEGL (1858-1905), El culto moderno de los monumentos, su carcter y sus orgenes primer captulo del
Proyecto para la reorganizacin administrativa de la tutela de los monumentos en Austria que realizara en 1903
y como Presidente de la Comisin Imperial de los Monumentos del Imperio Austro-Hngaro. Primera edicin
antolgica y comentada en espaol por ARJONES FERNNDEZ, AURORA; Consejera de Cultura de la Junta de Andaluca,
Instituto Andaluz del Patrimonio Histrico, Sevilla, 2007. Tambin, en ediciones anteriores; El culto moderno a los
monumentos: Caracteres y orgenes; traduccin de PREZ LPEZ, ANA; editorial Antonio Machado Libros, coleccin
La Balsa de Medusa, Madrid, 2008 o El culto moderno a los monumentos. Caracteres y origen (1903), traduccin de
PREZ LPEZ, ANA; Editorial Visor, Madrid, 1987.
11
GARCA CALDERN, JESS; La defensa penal del Patrimonio arqueolgico; Editorial Dykinson, Coleccin Monografas
de Derecho Penal, Madrid, 2016, pgina 19.
12
GARCA FERNNDEZ, JAVIER; en Estudios sobre el Derecho del Patrimonio Histrico, La funcin del derecho en la
proteccin de los bienes culturales; Madrid, 2008, pgina 69.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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JESS M. GARCA CALDERN

y su recuperacin depender de la especial disposicin que sostengan sus autoridades frente a la


arqueologa. Se ha puesto de maniesto13 que las conductas con una posible trascendencia penal vin-
culadas con esta clase de expolio, al margen de las que pueden tener lugar en situaciones de conicto
armado, lamentablemente han sido, en su mayor parte, las que derivan de actuaciones pblicas de
naturaleza urbanstica, al margen de actos de vandalismo, excavaciones ilegales o expolios en zonas
apartadas para la sustraccin de algunas piezas valiosas, adems del llamado detectorismo de metales,
que podran tener un carcter casi residual.14
Hay que recordar que los postulados consagrados en la normativa internacional para la pro-
teccin de bienes arqueolgicos, en algn caso, coinciden plenamente en su planteamiento con la
necesidad de esta extensin racional de la proteccin penal partiendo de un nuevo concepto social del
yacimiento arqueolgico o, dicho de otra manera, de la especial relacin que deba sostener la ciudad
histrica con el subsuelo sobre el que se asienta. El Convenio Europeo para la Proteccin del Patri-
monio Arqueolgico que fue aprobado en Londres el 6 de mayo de 1969,15 ya se centraba en el control
de las excavaciones pero apenas tuvo en cuenta la importancia del impacto de las obras pblicas en
la conservacin o destruccin del Patrimonio Arqueolgico, obras que inmediatamente despus, en
el desarrollismo de los aos 70, se multiplicaron de una forma casi imprevisible. Habr que esperar
a que la Unin Europea imponga la necesidad de los estudios sobre el impacto ambiental causado
por las obras pblicas, para que se comprenda la importancia de este punto en el tema de la gestin
del Patrimonio Arqueolgico. Mientras tanto, un porcentaje difcil de evaluar pero en todo caso im-
presionante de restos arqueolgicos, se perdieron para siempre.16
Los postulados y principios de la Convencin de Londres, que tena su precedente en el artculo
5 del Convenio Cultural Europeo rmado en Pars el 19 de diciembre de 1954,17 en un principio solo
obligaban de una manera genrica y conforme a su artculo 3, a la conservacin y el control de los bie-
nes arqueolgicos frente a las excavaciones clandestinas y a la persecucin ecaz del trco ilcito.
La revisin del Convenio tuvo lugar a travs de la rma de un nuevo texto en la ciudad de La Valeta
con fecha 19 de enero de 1992 (Convencin de Malta) y esta vez s podemos asegurar que supuso un
paso trascendental en la proteccin los bienes arqueolgicos al establecer una serie de postulados o

13
NEZ SNCHEZ, NGEL; El expolio de los yacimientos arqueolgicos, publicado en el trabajo colectivo La lucha
contra el trco ilcito de Bienes Culturales, Ministerio de Cultura, Madrid, 2006. Textualmente seala, casi al
comienzo de su trabajo: En un sentido ms estricto, ya centrado en las agresiones que se perpetran sobre los propios
yacimientos arqueolgicos, suele considerarse que las conductas ms frecuentes de expolio son las derivadas de
actuaciones urbansticas y de obras pblicas, los actos vandlicos, las excavaciones ilegales, la remocin de tierras y
el uso de detectores de metal. De manera que, en todos estos casos, el dao ms importante a veces, por lo que tiene
de irreparable, no es tanto la extraccin y consiguiente prdida para la sociedad- de valiosas piezas y objetos, sino la
destruccin de los contextos donde se encontraban depositados dichos elementos.
14
Sobre este grave problema pueden consultarse los siguientes trabajos: RODRGUEZ TEMIO, IGNACIO; Indiana
Jones sin futuro. La lucha contra el expolio del patrimonio arqueolgico, JAS ARQUEOLOGA Editorial, Madrid,
2012. RODRGUEZ TEMIO, IGNACIO Y MATAS ADAMUZ, FRANCISCO JAVIER; Arquelogos contra piteros:
Superar una incomprensin, trabajo publicado en Arqueologa Pblica Espaola, JAS Arqueologa, Madrid, 2013
y RODRGUEZ TEMIO, Ignacio; YAEZ VEGA, ANA y ORTIZ SNCHEZ, MNICA; Arqueologa y el uso de
detectores en Espaa: El caso de Andaluca. La linde, revista digital de arqueologa profesional, 2015, pginas 53 a
73.
15
Raticado por Espaa en 1975. Boletn Ocial del Estado nm. 160, de 5 de julio de 1975, pginas 14599 a 14600
(2 pginas).
16
MARTNEZ DAZ, BELN y QUEROL FERNNDEZ, MARA NGELES en El Patrimonio Arqueolgico en la normativa
internacional, artculo publicado en la Revista Complutum Extra, nmero 6, Madrid, 1996, pg. 297.
17
El artculo 5 del Convenio Cultural Europeo estableca lo siguiente: Cada parte contratante considerar los objetos
que tengan un valor cultural europeo que se encontraren colocados bajo su vigilancia como parte integrante del
patrimonio cultural comn de Europa, tomar las medidas necesarias para conservarlos y facilitar el acceso a los
mismos

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 67


LA CIUDAD HISTRICA PERDIDA Y SU RECUPERACIN COMO IMPERATIVO SOCIAL

principios de un gran valor y que, en algunos casos, pueden incidir de manera notable en el mbito
jurdico penal y proyectarse sobre la correcta planicacin de la ciudad. Podamos recordarlos, sin
nimo exhaustivo y como ya hemos sealado en otras ocasiones,18 en los siguientes trminos:

1) Como nos ocurre con el concepto de Patrimonio Histrico, se ampla notablemente el concepto de Patrimonio
Arqueolgico al englobar aquellos restos, objetos y cualquier otra huella de la humanidad que, en el territorio
de cada uno de los Estados rmantes, ayuden a reconstruir la historia de la humanidad y su relacin con el
entorno natural a travs de excavaciones o descubrimientos. Expresamente se integran (artculo 1.3) en el
concepto las estructuras, construcciones, grupos de edicios, obras de ingeniera civil, objetos transportables
y monumentos de cualquier otro tipo, as como su contexto, sea sobre tierra o bajo el agua. Estas ideas ya se
encontraban presentes en las teoras sobre restauracin defendidas en Europa a comienzos del siglo XX y que
haba introducido en Espaa, entre otros, el arquitecto y arquelogo Leopoldo Torres Balbs.19
2) Los daos ms graves a los bienes culturales proceden, en la mayor parte de las ocasiones, de la propia Ad-
ministracin Pblica. El Convenio reconoce en su Prembulo que el patrimonio arqueolgico europeo est
gravemente amenazado por el deterioro debido a un nmero cada vez mayor de grandes planes urbansticos,
adems de los riesgos naturales, las excavaciones clandestinas o no cientcas y la insuciente sensibiliza-
cin del pblico. Estimaba necesario establecer procedimientos adecuados administrativos y de supervisin
cientca, asegurando que la necesidad de proteger el patrimonio arqueolgico debera quedar reejada en
las polticas de planicacin urbanstica y rural y de desarrollo cultural.
3) La responsabilidad de la proteccin del patrimonio arqueolgico europeo no corresponde solo al Estado direc-
tamente implicado, sino a todos los pases europeos, siendo el objetivo reducir el riesgo de deterioro y promo-
ver la conservacin mediante el intercambio de expertos y la comparacin de experiencias. Esta situacin, en
la actualidad, habra que referirla igualmente al Patrimonio Arqueolgico Subacutico y a la Convencin que
lo protege20 ya que, aunque no afecte de manera directa a la reconstruccin de ciudades histricas, las aguas
forman parte del paisaje que circunda algunos espacios de incalculable valor de manera que la recuperacin
y anlisis de estos yacimientos casi se congura como una nueva lectura de la ciudad portuaria y su historia.
4) Se establecen a lo largo de su articulado, numerosas medidas para su identicacin, proteccin, control y
supervisin de los elementos arqueolgicos descubiertos, que comportaran una larga serie de obligaciones
activas de las autoridades competentes y de los responsables de su gestin. Sin nimo exhaustivo, podramos
recordar el almacenamiento en lugares adecuados, la formacin cientca exigible de los responsables de las
excavaciones, la necesidad de realizar inventarios, la exhibicin y explicacin pblica de los hallazgos, el
intercambio de informacin cientca, las adquisiciones de piezas en el mercado de antigedades solo bajo
control estatal, etc.
5) Tiene una especial relevancia la llamada conservacin integrada del patrimonio arqueolgico que establece
su artculo 5 y que podramos resumir en los siguientes puntos:
1. Es necesario reconciliar los intereses de la arqueologa y los planes de desarrollo urbanstico, permitiendo a
los arquelogos participar en las polticas de planicacin que se elaboren con el n de establecer estrategias
bien equilibradas para la proteccin, la conservacin y el fomento de lugares de inters arqueolgico y en las
distintas fases de los planes de desarrollo.
2. Conseguir que arquelogos, municipios y planicadores se consulten sistemticamente entre s con el n de
permitir la modicacin de los planes de desarrollo que puedan tener efectos negativos sobre el patrimonio
arqueolgico; as como la asignacin de tiempo y recursos sucientes para el estudio cientco apropiado de

18
GARCA CALDERN, JESS; La defensa penal del Patrimonio arqueolgico, Coleccin de Monografas de Derecho
Penal, editorial Dykinson, Madrid, 2016, pginas 177 y siguientes.
19
TORRES BALBS, LEOPOLDO; Granada: La ciudad que desaparece, publicado en la Revista Arquitectura, V, Madrid,
1923, pgina 305.
20
Fue aprobada por la 31 Asamblea Plenaria de la Conferencia General del UNESCO, celebrada en Pars del 15 de
octubre al 3 de noviembre de 2001, con la rbrica Convencin sobre la proteccin del patrimonio cultural subacutico.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


68
JESS M. GARCA CALDERN

la excavacin y la publicacin de los hallazgos que tengan lugar.


3. Tomar las medidas necesarias para que los estudios de impacto medioambiental y las decisiones resultantes
tengan totalmente en cuenta los lugares de excavacin arqueolgica y su entorno.
4. Como regla general, tomar medidas para la conservacin, in situ cuando sea posible, de los elementos del
patrimonio arqueolgico que se descubran durante la realizacin de cualquier tipo de obras. Las situaciones
excepcionales deben valorar la importancia cientca de los hallazgos.
5. Asegurar que la apertura de excavaciones arqueolgicas al pblico, especialmente las obras estructurales que
se realicen para la recepcin de grandes cantidades de visitantes, no perjudique el carcter arqueolgico y
cientco de dichas excavaciones y su entorno.

Alguno de estos principios chocaron frontalmente con la aparicin de hallazgos que, conforme
a sus previsiones, debieran haber paralizado grandes obras pblicas y toda clase de intervenciones en
centros urbanos de ciudades histricas. La proteccin internacional va marcando, durante aos ca-
racterizados por un desarrollo urbano completamente desordenado, una especie de punto de inexin
en la proteccin de los hallazgos arqueolgicos que procura soluciones administrativas adecuadas
en su difcil tensin con el urbanismo y con la ordenacin territorial.21 De ah que no resulte extrao
que esta valiosa Convencin de Malta de 1992 ha estado casi veinte aos pendiente de raticacin
por Espaa y ello a pesar de que algunas reputadas voces aseguraban en 1996 que la raticacin por
Espaa de Convencin de Malta, tendra lugar en un plazo de tiempo breve, sobre todo teniendo en
cuenta que fue uno de los pases que ms apoyaron la idea inicial con la presentacin de informes es-
peccos.22 Resulta grave, como nos demuestra la experiencia cotidiana en Espaa en tantas ciudades
histricas, que esta raticacin no haya producido algunos cambios de criterio en el anlisis jurdico
de los descubrimientos arqueolgicos y su tratamiento por las autoridades competentes.23

21
NEZ SNCHEZ, NGEL; El expolio .., ob. cit., pgina 191, donde textualmente seala: A partir de aqu, en lo que ahora
nos interesa, el Convenio establece un rgimen jurdico con referencias al trco comercial y cientco de objetos
arqueolgicos, con la necesidad de adoptar medidas para la delimitacin y proteccin de zonas arqueolgicas, as
como a la represin de las excavaciones clandestinas y el control de los resultados de las autorizadas. El Convenio
Europeo Sobre la Proteccin del Patrimonio Arqueolgico (Revisado), hecho en La Valetta (Malta) el 16 de enero
de 1992, es consecuencia de lo que antes apuntbamos, esto es, la necesidad ineluctable de imbricar la proteccin
del patrimonio arqueolgico con el urbanismo y la ordenacin del territorio en la medida en que el desorden en
uno u otro de estos dos ltimos elementos se constituye en importantsimo factor de destruccin. Sus precedentes se
encuentran en Florencia en 1984 (Planicacin y Arqueologa) y en Niza en 1987 (Arqueologa y Grandes Obras
Pblicas). Tambin en la Recomendacin para la Conservacin Integrada del Patrimonio Histrico relativa a la
proteccin y puesta en valor del Patrimonio Arqueolgico en el contexto de las operaciones urbansticas de mbito
urbano y rural, presentada en 1989 como resultado de los trabajos realizados en 1984 y 1987. En el convenio,
frente a textos anteriores, se justica la necesidad de proteccin del patrimonio arqueolgico por su carcter de
fuente de la memoria colectiva europea e instrumento para el estudio histrico y cientco. Se consideran elementos
del patrimonio arqueolgico todos los restos y objetos y cualquier otra huella dejada por la humanidad en pocas
pasadas siempre que cumplan los requisitos de que su conservacin y estudio ayuden a reconstruir la historia
de la humanidad y su relacin con el entorno natural, as como que las principales fuentes de informacin sobre
dichos restos y huellas sean la realizacin de excavaciones o descubrimientos y otros mtodos de investigacin de la
humanidad y su entorno. Por otra parte, estructuras, construcciones, grupos de edicios, obras de ingeniera civil,
objetos transportables y monumentos de cualquier otro tipo, as como su contexto, sea sobre tierra o bajo el agua se
considera que integran el patrimonio arqueolgico.
22
MARTNEZ DAZ, BELN Y QUEROL FERNNDEZ, MARA DE LOS NGELES, en El Patrimonio Arqueolgico , ob. cit.,
pgina 298.
23
Mediante Nota Verbal dirigida al Secretario General del Consejo de Europa, Espaa ha denunciado el Convenio
Europeo para la proteccin del patrimonio arqueolgico, hecho en Londres el 6 de mayo de 1969. Este Convenio
estaba en vigor para Espaa desde el 1 de junio de 1975. La Nota Verbal tuvo entrada en el Consejo de Europa el 31
de marzo de 2011 y la denuncia ha surtido efecto para Espaa desde el 1 de octubre de 2011, de conformidad con lo
establecido en el artculo 13.3 del Convenio (BOE n 172, de 19 de julio de 2011).

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 69


LA CIUDAD HISTRICA PERDIDA Y SU RECUPERACIN COMO IMPERATIVO SOCIAL

Esta posicin, ciertamente anmala en un pas caracterizado desde hace tiempo por la extensin
de la defensa de los bienes culturales en el concierto internacional, solo puede obedecer a las exi-
gencias administrativas que puede comportar, en ocasiones, el cumplimiento estricto de la Conven-
cin para una proteccin adecuada del Patrimonio Arqueolgico en la realizacin de grandes obras
pblicas. Es evidente que a consecuencia de ciertos hallazgos, deben adoptarse decisiones por la
Administracin competente que podran chocar con las obligaciones bsicas que impone la Conven-
cin de Malta y tales resoluciones correran el riesgo de congurarse, cuando menos tericamente y
en algunos supuestos de suciente entidad, como una forma de prevaricacin especial conforme a lo
establecido en el artculo 322 del Cdigo Penal.
Solo as puede explicarse que, por el contrario, Espaa raticara con toda rapidez la Conven-
cin de la Unesco sobre la Proteccin del Patrimonio Arqueolgico Subacutico aprobada en Pars el
dos de noviembre de 2001 y reclame en distintos foros internacionales su aplicacin. Es evidente que
los intereses econmicos y la presin especulativa en el territorio, no es comparable a la que pueda
existir sobre cualquier territorio sumergido.
En cualquier caso, la posicin de la Administracin espaola debe cambiar y debe hacerlo pron-
to para dotar de virtualidad y ecacia a la Convencin de Malta y para que tenga lugar de forma gene-
ralizada la conservacin in situ de los hallazgos arqueolgicos, as como una proteccin general e in-
tegrada del extraordinario Patrimonio Arqueolgico Espaol, coherente con su lectura constitucional.
No cabe duda que el respeto a los postulados de la Convencin de Malta permitir una recuperacin
paulatina o natural de la ciudad histrica perdida descubriendo aquello que el paso del tiempo pudo
preservar de la destruccin meditada del hombre. La bsqueda de espacios interiores olvidados, la
recuperacin del volumen adecuado de construccin, el aprovechamiento de grandes obras pblicas y
la documentada recreacin histrica puede permitir que recuperemos de manera parcial pero tambin
esencial buena parte del Patrimonio destruido.

3.- La posicin del Cdigo Penal Espaol. El derrribo o alteracin grave de edicios
singlares protegidos.

La proteccin penal de los bienes monumentales ha sido introducida como una categora au-
tnoma, en el Cdigo Penal espaol de 1995.24 Con anterioridad, solo operaba la defensa de estos
bienes en el mbito administrativo, como agravante en delitos contra la propiedad o como apndice
de una desdibujada delincuencia medio ambiental o urbanstica. Este tradicional olvido del legislador
espaol explica parcialmente la destruccin sufrida en nuestras ciudades histricas, de perles cier-
tamente devastadores, en la segunda mitad del siglo XX, una vez que gran nmero de monumentos
muertos dejan de prestar servicio a la ciudadana y son objeto de un expolio sistemtico promovido
por la voracidad especulativa, una planicacin urbanstica equivocada y la corrupcin.
El Captulo contiene solamente cuatro preceptos que, con una penalidad relativamente reduci-
da, al margen de las distintas penas de multa e inhabilitacin especial para profesin u ocio, estaran
referidos a distintas conductas todas ellas generadoras de daos a bienes muebles o inmuebles inte-

24
El Cdigo Penal de 1995 fue el primero que introdujo un captulo especco, el Captulo II del Ttulo XVI del
Libro II del Cdigo Penal, especcamente referido a los delitos sobre el Patrimonio Histrico. El captulo citado se
integra por cuatro artculos que describen, en trminos generales, formas especiales de daos dolosos y culposos o
de prevaricacin administrativa. La doctrina penal ha resaltado que existen numerosas tipologas penales ubicadas
desordenadamente en otros ttulos del Cdigo Penal y referidos a otras categoras de proteccin tan extensas como
los delitos contra el orden socioeconmico o contra la administracin pblica o, incluso, en la legislacin penal
especial como ocurre con el trco ilcito de bienes culturales y la Ley 12/1995, de 12 de diciembre, de represin
del Contrabando. Este profundo desorden sistemtico, muy negativo para la interpretacin de estos preceptos,
ha determinado una crtica generalizada y desde el momento mismo de la promulgacin del Cdigo Penal se ha
comentado expresivamente que nos encontrbamos ante un verdadero fraude de etiquetas. En este sentido; Prez
Alonso, Esteban; Los delitos contra el Patrimonio Histrico, en Actualidad penal, n 33, Madrid, 1998.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


70
JESS M. GARCA CALDERN

grados en el Patrimonio Histrico Espaol. Es evidente que la idea del dao producido debe englobar,
en todos los casos, tanto la dimensin material como la inmaterial de los bienes afectados, especial-
mente en el caso de los yacimientos arqueolgicos que deben ser concebidos, al margen de su riqueza
material, como una fuente de informacin cientca.
Los cuatros preceptos estn referidos a las siguientes tipologas:

El derribo o alteracin grave de edicios singularmente protegidos por su inters histrico, artstico, cultural o
monumental contemplado en el artculo 321 del Cdigo Penal, precepto en cuya virtud se imponen penas de
prisin de seis meses a tres aos, multa de doce a veinticuatro meses y, en todo caso, la pena de inhabilitacin
especial para profesin u ocio por tiempo de uno a cinco aos. Este mismo artculo, en su prrafo segundo,
establece que puede ordenarse de forma motivada en la sentencia y siempre con cargo al autor o autores de los
hechos, la reconstruccin o restauracin de la obra, sin perjuicio de las indemnizaciones que puedan corres-
ponder a terceros de buena fe.
La adopcin de acuerdos en organismos administrativos o la emisin de informes favorables para llevar a
cabo estos derribos o alteraciones como una forma de prevaricacin especial del artculo 322 del mismo texto
legal. Concretamente, el precepto anteriormente citado se reere a la autoridad o funcionario pblico que, a
sabiendas de su injusticia, haya informado favorablemente proyectos de derribo o alteracin (debe entenderse
alteracin grave aunque el precepto no la cita), de edicios singularmente protegidos imponiendo, adems de
la pena establecida en el artculo 404 del Cdigo Penal para las formas genricas de prevaricacin administra-
tiva,25 la pena de prisin de seis meses a dos aos o la pena de multa de doce a veinticuatro meses. El prrafo
segundo del precepto aclara que con las mismas penas se castigar a la autoridad o funcionario pblico que
por s mismo o como miembro de un organismo colegiado haya resuelto o votado a favor de su concesin a
sabiendas de su injusticia.
Los daos dolosos del artculo 323 en bienes de valor histrico, artstico, cientco, cultural o monumental
son castigados con la pena de seis meses a tres aos de prisin y con una pena de multa de doce a veinticuatro
meses. De manera explcita, se castigan con la misma pena los actos de expolio en yacimientos arqueolgicos,
terrestres o subacuticos,26 aunque no se denen y ello puede generar, como veremos a continuacin, algunas
dicultades interpretativas en las que no podemos detenernos por su especial complejidad y extensin. El pre-
cepto contiene un segundo apartado con una reclamada agravacin especca que permite la imposicin de la
pena superior en grado si se hubieran causado daos de especial gravedad o que hubieran afectado a bienes
cuyo valor histrico, artstico, cientco, cultural o monumental fuera especialmente relevante. El apartado
tercero del artculo establece la facultad potestativa del tribunal para ordenar con cargo del autor del dao, la
adopcin de medidas encaminadas a restaurar, en lo posible, el bien daado. Este precepto sera el nico que ha
sido modicado desde la promulgacin del nuevo Captulo en 1995 y en virtud, como veremos posteriormente,
de la Ley Orgnica 1/2015, de 30 de marzo.
Los daos por imprudencia grave del artculo 324 del Cdigo Penal, en cuanta superior a 400 euros, en un ar-
chivo, registro, museo, biblioteca, centro docente, gabinete cientco, institucin anloga o en bienes de valor
artstico, histrico, cultural, cientco o monumental, as como en yacimientos arqueolgicos son castigados
con la pena de multa de tres a 18 meses, atendiendo a la importancia de los mismos. De acuerdo con esta

25
El artculo 404 del Cdigo Penal se expresa en los siguientes trminos: A la autoridad o funcionario pblico que, a
sabiendas de su injusticia, dictare una resolucin arbitraria en un asunto administrativo se le castigar con la pena
de inhabilitacin especial para empleo o cargo pblico y para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo por tiempo
de nueve a quince aos. Este precepto fue modicado por el nmero doscientos seis del artculo nico de la Ley
Orgnica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modica la Ley Orgnica 10/1995, de 23 de noviembre, del Cdigo
Penal (B.O.E. 31 marzo).
26
Tal y como aparecen congurados en la Convencin de Pars de 2001 sobre la Proteccin del Patrimonio Cultural
Subacutico.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 71


LA CIUDAD HISTRICA PERDIDA Y SU RECUPERACIN COMO IMPERATIVO SOCIAL

modalidad delictiva, los daos culposos por cuanta inferior a la sealada seran impunes y estaran, en todo
caso, contemplados en el rgimen administrativo sancionador que establece el artculo 76 de la LPHE o en las
distintas leyes protectoras de bienes culturales que han sido promulgadas por las Comunidades Autnomas
como ocurre, a ttulo de ejemplo, con la Ley 14/2007 del Patrimonio Histrico de Andaluca y el rgimen san-
cionador previsto en sus artculos 106 y siguientes.

Cabra aadir, por ltimo y como complemento a los preceptos que han sido brevemente re-
seados, la Disposicin Comn a los Captulos que estn referidos a las distintas formas de delin-
cuencia medioambiental que est contemplada en el artculo 340 del Cdigo Penal y que establece la
imposicin de la pena inferior en grado si el culpable hubiera procedido voluntariamente a reparar el
dao causado; disposicin que puede plantear algunas dudas interpretativas con respecto a la rehabi-
litacin de bienes culturales ordenada de forma motivada en la sentencia condenatoria por el tribunal
competente, de acuerdo con lo establecido en los artculos 321 y 323 del Cdigo Penal.
Desde la promulgacin del Cdigo Penal en 1995, la doctrina ha reiterado la existencia de una
serie de graves defectos tcnicos en este Captulo que an no han sido corregidos.27 Incluso la propia
Memoria de la Fiscala General del Estado correspondiente al ao 1998, ya estableca una serie de re-
formas que se estimaban necesarias, aadiendo la necesidad de llevar a cabo la oportuna reforma sis-
temtica incluyendo en el captulo de los delitos sobre el Patrimonio Histrico el resto de tipologas
protectoras dispersas a lo largo de su articulado.28 Estos defectos, que tendran una especial incidencia
en la proteccin de los elementos arqueolgicos, podran resumirse en los cinco puntos siguientes:

El problema sistemtico, anteriormente citado, ya que existen ms tipologas referidas a la proteccin de los
bienes culturales que se encuentran fuera del Captulo dedicado a los Delitos sobre el Patrimonio Histrico,
integrado por solo cuatro preceptos. Se habra incumplido, adems, una de las razones expresamente alegada
para incluir en el Cdigo Penal un captulo especco dedicado a los bienes culturales ya que, como puede
comprobarse en las sesiones del debate parlamentario, una de las nalidades perseguidas por el legislador
espaol era la sistematizacin de las tipologas dispersas a lo largo de su articulado.
La falta de correspondencia entre los conceptos jurdicos de la legislacin administrativa y los delitos descritos
en la ley penal resulta extremadamente perturbadora. Como ejemplo, el uso de la expresin edicio singular-
mente protegido no puede ser interpretado con garantas ante la falta de concordancia con la Ley 16/1985, del

27
Por todos y por su exhaustivo anlisis recopilatorio, RODRGUEZ MORO, LUIS; Algunas crticas e incongruencias en
la regulacin penal de los delitos sobre el patrimonio histrico, publicado en la Revista Patrimonio, Cultural y
Derecho. N 15, 2011, pgs. 267-291. Seala el autor citado, a modo de conclusin: La regulacin de los delitos de
daos sobre el patrimonio histrico, en el Captulo II del Ttulo XVI del Libro II, no ha sufrido cambio sustancial
alguno desde su entrada en vigor con el Cdigo Penal de 1995. Y ello no deja de ser sorprendente, si se atiende a
las no pocas deciencias e incongruencias de las que adolece [] como se ha podido comprobar, la regulacin
constituye un pequeo caos que no sigue criterios claros ni razonables a la hora de estructurar los tipos, valorar
los bienes que integran el patrimonio histrico y establecer las penas. Igualmente, en trminos generales, por su
proximidad temporal con la promulgacin del Cdigo Penal de 1995; En trminos generales, PRE ALONSO, ESTEBAN;
Los delitos contra el Patrimonio Histrico, en Actualidad penal, n 33, Madrid, 1998, donde plantea una propuesta
de reordenacin sistemtica llevando a cabo una clasicacin tripartita de esta clase de delitos y distinguiendo entre
delitos relacionados con la adquisicin ilegal de bienes culturales, delitos relacionados con la destruccin, deterioro
e inutilizacin de bienes culturales y delitos relacionados con el trco de bienes culturales. En trminos anlogos,
GARCA CALDERN, JESS M; El problema sistemtico de los delitos sobre el Patrimonio Histrico y la utilizacin de
los conceptos contenidos en la Ley del Patrimonio Histrico Espaol. Propuesta de reforma legislativa de la Memoria
de la Fiscala General del Estado, Madrid, 1998.
28
Memoria de la Fiscala General del Estado correspondiente al ao 1997, Ministerio de Justicia, Madrid, 1998 (Fiscal
General Sr. CARDENAL FERNNDEZ), pgs. 575 y siguientes bajo la rbrica El problema sistemtico de los
delitos sobre el Patrimonio Histrico y la utilizacin de los conceptos contenidos en la Ley del Patrimonio Histrico
Espaol.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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JESS M. GARCA CALDERN

Patrimonio Histrico Espaol, que utiliza el concepto, mucho ms amplio y profusamente reglado, de Bien de
Inters Cultural que, adems, no tiene que estar necesariamente referido a un bien inmueble.
La falta de uniformidad terminolgica interna en la relacin de bienes que deben ser protegidos, tal y como apa-
recen descritos en los distintos preceptos del Cdigo Penal conforme a una desafortunada tcnica enumerativa
que suele resultar o redundante o incompleta y que, en su deseo de alcanzar mayores niveles de proteccin,
puede acabar generando inseguridad jurdica y una fuerte dosis de impunidad.
La ausencia de algunas tipologas especialmente reclamadas por la doctrina para la adecuada tutela de los bie-
nes culturales como ocurre con la excavacin ilegal o el expolio arqueolgico como delito autnomo29 o con
la receptacin de bienes culturales, con independencia de la naturaleza del delito inicial y como una forma
especialmente efectiva para el desarrollo de una actividad criminal de la importancia del blanqueo de capitales.
Recientes actuaciones policiales desarrolladas en Espaa para combatir la corrupcin urbanstica demuestran
esta urgente necesidad.
El sistema de penas resulta defectuoso y ambiguo ya que debera elevarse en algunos supuestos y aclararse o
desaparecer la pena de inhabilitacin especial para profesin u ocio. De otra parte, las medidas de reparacin
ordenadas judicialmente deberan extenderse en todo caso a los daos imprudentes.

4.- Un concepto jurdico de Patrimonio Histrico como creacin colectiva.


La incompatibilidad de las nuevas apuestas urbanas con los espacios histricos.
La ciudad histrica documentada.

El conservacionismo cultural lleva camino de convertirse en una ciencia propia. Cuando habla-
mos de conservacionismo no recogemos toda la riqueza del concepto de Patrimonio Histrico porque
la tutela que deben ejercer los Estados sobre los bienes culturales no se limita a su conservacin sino
que se extiende a su incremento y disfrute por todos los ciudadanos. Hablamos de un concepto din-
mico que debe proyectarse desde el presente con enorme vigor y dirigido hacia el futuro, un concepto
que incluye entre sus fundamentos la necesidad de la reconstruccin, la reparacin y hasta la recrea-
cin de los espacios histricos perdidos. Se ha puesto reiteradamente de maniesto que el Patrimonio
Histrico es una creacin colectiva.30 Podramos aadir que es una creacin colectiva pero creada
para el desarrollo social y el disfrute individual de la cultura. sta furiosa dicotoma entre lo colectivo
y lo singular es una constante a la hora de elaborar un concepto en formacin como el del Patrimonio
Histrico, concepto que sigue modelndose con el paso del tiempo al descubrir nuevas categoras o
aspectos merecedores de proteccin y que alcanza una importancia creciente en la vida cotidiana de
las sociedades democrticas ms avanzadas de nuestro tiempo.
El Diccionario de la Real Academia Espaola de la Lengua, en su vigsima tercera edicin
incluye la expresin Patrimonio Histrico para referirse al conjunto de bienes de una nacin acumu-
lado a lo largo de los siglos, que por su signicado artstico, arqueolgico, etc., son objeto de protec-
cin especial por la legislacin. Esta denicin gramatical no cabe duda que se reere explcitamente
a la dimensin jurdica del Patrimonio Histrico pero nuestro diccionario, sin embargo, no considera
esta denicin como una voz tcnica. Es decir, conforme a sus tradicionales normas de uso,31 entiende
que no se trata de una voz o acepcin procedente de los distintos campos del saber y de las actividades

29
ROMA VALDS, ANTONIO; Las excavaciones ilegales y la proteccin penal del Patrimonio Histrico, Revista de
Derecho Ambiental, nmero 17, 1996, pgs. 59 a72. GARCA CALDERN, JESS M, La proteccin penal del Patrimonio
Arqueolgico, nmero 4 de la Revista Patrimonio Cultural y Derecho, Madrid, 2004, pgs. 99 a 123.
30
Garca Cuetos, Pilar; El Patrimonio Cultural. Conceptos bsicos, Prensas Universitarias de Zaragoza, Zaragoza,
20011, pgina 13.
31
Diccionario de la Lengua Espaola; Real Academia Espaola, vigsima segunda edicin, quinta tirada, Madrid, 2006,
pgina XXXIV.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 73


LA CIUDAD HISTRICA PERDIDA Y SU RECUPERACIN COMO IMPERATIVO SOCIAL

profesionales cuyo empleo actual [] ha desbordado su mbito de origen y se ha extendido al uso,


frecuente u ocasional, de la lengua comn y culta. Cuando estos trminos no se han generalizado y
se mantienen, en mayor o en menor medida, dentro de la ciencia que los ha creado, el diccionario los
seala con una abreviatura32 que les sirve como una marca individualizadora que solo acompaa a las
llamadas voces tcnicas, situacin que no tiene lugar con la voz Patrimonio Histrico que no se asocia
con abreviatura alguna. Nos encontramos con una acepcin, en denitiva, que se entiende usada de
una forma general por todos los hablantes de manera que su uso no puede constreirse a un campo
determinado del saber.
Denir, por tanto, el Patrimonio Histrico, por su extraordinaria amplitud, no es tarea fcil,
mxime si acudimos a tediosas formas enumerativas que siempre resultan incompletas y no consi-
guen arraigar en la doctrina. A primera vista sorprende, por su ecacia, la denicin gramatical que
nos ofrece el diccionario, pero si profundizamos en su contenido, enseguida comprobaremos que
resulta incompleta. En primer lugar, bastara introducir un matiz que alude al carcter informalista
del Patrimonio Histrico declarado por nuestra jurisprudencia constitucional,33 ya que no debemos
nicamente considerar como tal aquel que es objeto de una especial proteccin por la legislacin, sino
aquel conjunto de bienes que debiera ser objeto de esa especial proteccin legal por su valor y signi-
cacin, al margen de que se encuentre formalmente reconocida esa proteccin por una disposicin
legal.
En segundo lugar, podramos considerar otra sutileza lingstica y es que el concepto gramatical
de Patrimonio se reere, como acabamos de ver, a un conjunto de bienes y aqu el trmino conjunto
debe operar no como una simple acumulacin de inmuebles u objetos sino como un sustantivo que
indica una totalidad de elementos o cosas poseedores de una propiedad comn que los distingue de
otros. Esta idea no es desdeable porque nos seala que el Patrimonio Histrico debe ser concebido
como un conjunto dotado de una coherencia interior, de una proporcin, de una condicin armnica
que explique su contenido no slo en trminos evolutivos sino en la constatacin de ese amplio sus-
trato comn que permita a los bienes que lo integran reconocerse en alguna de las cualidades de los
dems.
En tercer lugar, a modo de conclusin, podramos aventurar un concepto de Patrimonio Histri-
co aclarando que no olvida su dimensin inmaterial ya que los bienes, en la voz jurdica de su deni-
cin gramatical, se reere a cosas materiales o inmateriales en cuanto objetos de derecho. Hablamos,
por tanto, de Patrimonio Histrico para referirnos al conjunto de bienes que, en atencin a su valor
cultural o signicado, son o deben ser objeto de una especial proteccin legal para su conservacin
y disfrute por los ciudadanos.
Cuando establecemos los perles bsicos del concepto de Patrimonio Histrico comprendemos
muy pronto que este trmino, en realidad, no alude simplemente a los objetos, cosas o bienes cultu-
rales en s mismos sino a la tutela jurdica que debe proyectarse sobre ellos y esa especial actividad
protectora determina que no solo lo entendamos como un mero recuento de objetos o una tarea de
conservacin de un catlogo ms o menos extenso de bienes materiales o incluso inmateriales. Lo
esencial es dirigir esa proyeccin normativa, como una magnitud que convierte al Patrimonio Hist-

32
A ttulo de ejemplo, Der. por derecho; Estad. por estadstica o Fil. por losofa.
33
La cuestin pudo ser resuelta, cuando menos en sus perles ms bsicos, al pronunciarse el Tribunal Constitucional
en la Sentencia nmero 181/1998, de 17 de septiembre, sentencia referida a diversos hallazgos arqueolgicos
destruidos con ocasin de una obra que tena lugar sobre un solar de la Isla de Mallorca. En la resolucin se arma
que no constituye -conforme a la lnea jurisprudencial marcada por el Tribunal Supremo- requisito integrante del
tipo penal el de que proceda la declaracin del inters cultural de los bienes daados, pues la proteccin penal se
dispensa respecto de los que, con calicacin formal o sin ella, integran el mbito objetivo del Patrimonio Histrico
Espaol, conforme este es congurado por la Ley 16/1985 del Patrimonio Histrico Espaol. Para la sentencia que
comentamos, el hecho de que no exista respecto de algunos bienes arqueolgicos su declaracin como Bienes de
Inters Cultural no signica que queden extramuros del concepto de Patrimonio Histrico Espaol.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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JESS M. GARCA CALDERN

rico en un conjunto relacionado de bienes, en una magnitud de signo colectivo que pertenece a la so-
ciedad en su conjunto y, al mismo tiempo, al ciudadano individual porque se debe facilitar su disfrute
de manera habitual, exigir la necesidad de incrementarlo y procurar un estado cultural en cuya virtud
el ciudadano mejore su conocimiento del entorno y su propia calidad de vida.34
Hablamos, adems, de un concepto que debe proyectarse hacia el futuro, de un concepto propio
del presente que exige un planteamiento integral que incluya en la actuacin pblica como principio
de actuacin bsico la necesidad, dentro de ciertos lmites racionales, de reconstruir los espacios his-
tricos agredidos. Nadie en su sano juicio pretende que se construya un decorado. Esta consideracin
exige el respeto escrupuloso a un presupuesto bsico que es la necesidad de documentar continua-
mente, mejorando la situacin actual, a travs de la palabra y la imagen y en distintos soportes, la
realidad urbana de cada ciudad histrica, una actividad que histricamente ha quedado al margen de
la funcin pblica pero que debiera convertirse en un imperativo legal asociado a las obligaciones de
la Administracin Cultural o de los servicios municipales.
Esta necesidad de contar con una Ciudad Documentada nos permitira llevar a cabo, en primer
lugar, una revisin crtica de las decisiones urbansticas adoptadas en el pasado y adems posibili-
tara, en caso de ser necesario, una intervencin arquitectnica adecuada en todos aquellos espacios
histricos agredidos o degradados en los que han recado sentencias condenatorias por delitos sobre el
Patrimonio Histrico o resoluciones que plasmen graves irregularidades urbansticas. No cabe duda
que la primera labor reconstructiva sera devolver al espacio su volumen de edicacin y, en cada
caso concreto, el anlisis de la realidad social alterada y la importancia de los testimonios monumen-
tales perdidos, sern las magnitudes que nos permitirn tomar decisiones que permitan adoptar la
solucin ms adecuada a las circunstancias, sin omitir una completa reconstruccin.
Hablamos en todo caso de una actividad que, al margen del nivel de reconstruccin nalmente
adoptado, incrementara sustancialmente el Patrimonio Monumental y muy probablemente el Patri-
monio Arqueolgico, incrementara la importancia y valor de algunas profesiones minusvaloradas y
hasta enriquecera extraordinariamente el Patrimonio Documental, como ocurri con la afortunada
idea del Ayuntamiento de Pars de encargar al famoso fotgrafo Eugne Atget (1857-1927) la docu-
mentacin grca de aquellos viejos edicios que iban a ser derribados de manera inminente.35 A mi
juicio, la reconstruccin de la ciudad histrica y de algunos conjuntos monumentales supera el mbito
propio del urbanismo, de la arquitectura o de la historia del arte para integrarse en una dimensin
multidisciplinar y vinculada con una lectura constitucional de los bienes culturales y de su disfrute
pacco por parte de la ciudadana como ejercicio cotidiano de un derecho fundamental.

5.- El miedo a reconstruir. La necesidad de la demolicin.

Lo reconstruido no pretende falsicar la realidad sino, en aquellos casos en los que ley ha
sido quebrantada y existe una realidad sucientemente documentada, reponer el orden jurdico y la
disposicin urbana destruida. En ocasiones, se ha reclamado la subsistencia de las construcciones
irregulares sobre espacios histricos con argumentos de ndole puramente material. Se trata de una
pretensin lgica y muchas veces razonable, aunque puede servir de acicate para que el infractor
aproveche la peligrosa mecnica de una poltica de hechos consumados o la bsqueda de la afectacin

34
GARCA CALDERN, JESS; La defensa penal del Patrimonio arqueolgico, ob. cit., pginas 112 y siguientes.
35
La ausencia de personas en las fotografas de EUGENE ATGET y el hecho de que se tomaran en las primeras horas del
da, se entendi durante mucho tiempo como una condicin deliberada que otorgaba un mayor dramatismo a los
rincones que eran fotograados. Las fotografas de Atget, se deca, parece que han sido tomadas en el lugar en el que
acaba de cometerse un crimen. Con el tiempo ha podido conocerse que era una condicin del contrato exigida por el
Ayuntamiento de Pars para aceptar las fotografas que obligaba al gran fotgrafo a madrugar antes de que comenzara
la actividad cotidiana de la ciudad.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 75


LA CIUDAD HISTRICA PERDIDA Y SU RECUPERACIN COMO IMPERATIVO SOCIAL

a los derechos de terceros de buena fe. Pero ese no es realmente el problema. No se trata de discutir
la oportunidad o justicacin para demoler: Este problema no tendra que producirse si aplicamos el
citado principio de incompatibilidad de los espacios histricos con las nuevas apuestas urbanas. El
verdadero problema donde radica es en esa negativa frrea para reconstruir los grandes o pequeos
espacios histricos que han sido mutilados por la incompetencia, la corrupcin o la codicia.
No existe ninguna impostura en aquella reconstruccin able que lo expresa sin ningn rubor
y se ajusta a una realidad documentada y controlada por la Administracin Cultural. Igual que nadie
dudara, si pudiera hacerse, en reconstruir el miembro amputado del cuerpo humano, nada debiera
impedir la reconstruccin fsica del tejido urbano que atesora aquellos valores de civilizacin a los
que se refera el profesor Giannini al construir la llamada teora de los bienes culturales. Es evidente
que la obra o el paisaje reconstruidos pueden aproximarse mucho mejor al orden jurdico alterado
cuando hablamos de infracciones delictivas contra la ordenacin territorial o el Patrimonio Histrico.
Una voz tan autorizada como la de Fernando Chueca Goitia nos sealaba hace algunos aos
que la arquitectura que hacemos desde el nal del periodo eclctico no produce placer.36 Esta negativa
percepcin parte de la deshumanizacin de los espacios construidos desde la eclosin del racionalis-
mo, de la creacin de una arquitectura ajena al hombre y que se encuentra, a su juicio, pervertida por
una idea absoluta de funcionalidad, parte de la conguracin de los espacios habitados como espacios
fros que no han sido capaces de generar un lenguaje o, mejor dicho, que solo proponen con su cons-
truccin el silencio en su relacin con los ciudadanos.
Muchos historiadores de la arquitectura han compartido esta visin crtica y se han referido al
punto muerto en el que se encuentra como consecuencia de su rechazo al corpus de la teora clsica
y de lo que fue efectivamente el destronamiento de los principios fundamentales de la arquitectura.37
Con ello nos referimos a los tres principios que fueron formulados en la antigedad como la famosa
Triada de Vitruvio cuando armaba que los edicios tenan que ser slidos, tiles y hermosos. El
principio de la Firmitas, estaba referido a la resolucin constructiva y material del edicio; el de la
Venustas se refera a la necesidad de su belleza y armona y el principio de la Utilitas que es el que,
desde una perspectiva jurdica, ms nos interesa, debemos ponerse en relacin con la idea constitu-
cional del Patrimonio Histrico.
Efectivamente y al margen de la siempre encendida controversia arquitectnica, parece que es
imprescindible recuperar ese dilogo con la ciudadana y para ello tenemos que recuperar la Utilitas
de la construccin. En nuestros das, este principio signica que cada edicio debe construirse segn
sus necesidades y conforme al uso al que se destina, debiendo obedecer a un programa o conjunto
de funciones que el edicio tiene obligacin de satisfacer. Y estas obligaciones legales o funciones,
conforme a la dimensin constitucional del concepto de Patrimonio Histrico, inciden en la conser-
vacin, acceso y disfrute de los bienes culturales como un derecho fundamental. Es necesario perder
el miedo a reconstruir porque la reconstruccin, completa o parcial, siempre racional, rigurosa y per-
fectamente documentada, de algunos inmuebles histricos puede ser, en ocasiones, la solucin ms
razonable para dar cumplimiento al artculo 46 de la Constitucin Espaola de 1978.
Podemos volver para ilustrar este debate, una vez ms, al caso concreto de la ciudad de Bada-
joz y su bellsima Alcazaba que tanto valorara, en alguna de sus visitas fugaces a la ciudad, el gran
conservador de la ciudad palatina de la Alhambra, Leopoldo Torres Balbs.38 La controvertida Sen-

36
CHUECA GOITIA, FERNANDO; La arquitectura placer del espritu. Ensayo de sociologa esttica. Fundacin Cultural
Santa Teresa, vila, 1993, pgina 17.
37
MARTNEZ ROJAS, FRANCISCO JUAN; Consideraciones sobre la arquitectura religiosa contempornea; Discurso de
Ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de Granada, Granada, 2014, pgina 30.
38
Hace ms de dos siglos y medio que los habitantes de Badajoz vienen viviendo de espaldas al cabezo que domina la
ciudad, sin subir a su cumbre a gozar de las esplndidas vistas de la vega del Guadiana, para recomendar en trminos
generales, el retorno hacia las acrpolis desiertas y abandonadas [] hacia los lugares altos, soleados y expuestos a
todos los vientos, desde los que el cielo parece ms prximo y el hombre ms cercano a Dios. As, en TORRES BALBS,

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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JESS M. GARCA CALDERN

tencia 282/2003 de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura y la


Sentencia 2.340/2003 de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo que la conrma, tras la in-
terposicin del correspondiente y controvertido Recurso de Casacin, abordan el ingrato problema de
la demolicin de una nueva y ambiciosa obra realizada en las dependencias del viejo Hospital Militar
del siglo XIX y del recinto de la Alcazaba almohade del siglo XII, tras la aportacin de un meditado
informe sobre el particular que fue realizado por la Seccin de Arquitectura de la Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando. La cuestin esencial en esta agria polmica, no es la demolicin obli-
gada por la aplicacin correcta de la ley (ms la ley reguladora de la planicacin urbanstica que
la protectora de los bienes culturales) sino la necesidad de evitar conictos de esta naturaleza con la
aplicacin del principio de incompatibilidad de los grandes espacios histricos con las nuevas apues-
tas urbanas. Esta tensin suele tener una especial intensidad, adems, con la frecuente aparicin de
yacimientos arqueolgicos.
Efectivamente y para concluir el presente epgrafe conviene recordar, como ya hemos sea-
lado, que en esta especial relacin de los bienes culturales con la ciudad cobran un especial protago-
nismo los bienes arqueolgicos, pero esta condicin relevante debe proyectarse sobre el yacimiento
y la posible recuperacin del entorno monumental perdido. Una de las caractersticas ms singulares
de esta clase de bienes, radica en la importancia de una ingente y relevante riqueza oculta en el sus-
trato de las ciudades, principalmente europeas, que debera, conforme a los principios recogidos en la
Constitucin Espaola de 1978, determinar la planicacin urbanstica y convertirse en un elemento
bsico y dinamizador de la llamada economa de la cultura.
La aparicin de restos arqueolgicos en lugares densamente poblados en los que se acometen
grandes obras pblicas permiten dar cumplimiento a una de las funciones ms valiosas de los bie-
nes culturales como elemento dinamizador de la vida social y favorecedor de la igualdad, como un
verdadero elemento de cohesin social. Por eso tales bienes no deben trasladarse, como una simple
muestra del hallazgo, al interior de un museo sino que deben, conforme a las previsiones contenidas
en la Convencin de La Valeta de 1992, permanecer en el lugar donde fueron descubiertos adaptando
el planeamiento a las necesidades del yacimiento.
Esta sera una manera lgica para favorecer espacios degradados donde puede promoverse,
de una parte, la excavacin pblica y la creacin de Parques Arqueolgicos para su exposicin y su
disfrute por el pblico en general y de otra, la necesidad de invertir en nuevos elementos urbanos
alejados de los centros histricos. Resulta necesario incluir este nuevo principio en la normativa ur-
banstica y administrativa y promover su defensa, cuando resulte indispensable, a travs del concurso
del derecho penal. Como ya tuve oportunidad de sealar, el territorio, en denitiva, tiene que ser
respetado, conforme a su consolidacin histrica, si esta consolidacin se convierte en el testimonio
virtuoso de otra poca, generando un dilogo desde el silencio sonoro que tantas veces nos propor-
ciona la cultura.39 Quiz fue este valor, el de la beneciosa inuencia del entorno, el que permite
alumbrar un trascendental documento que se hace pblico en enero de 1953 en Espaa, el conocido
como Maniesto de la Alhambra40, un texto renueva la arquitectura espaola contempornea y que

LEOPOLDO; Paseos arqueolgicos por la Espaa musulmana. La Alcazaba de Badajoz; Revista del Centro de Estudios
Extremeos, Tomo XII, 1938, pgina 277. Posteriormente, publicara este mismo autor una edicin corregida en la
revista Al Andalus, volumen VI, Madrid, 1941, con el ttulo La alcazaba almohade de Badajoz. Por ltimo, en 1943 y
en la misma revista Al Andalus, VIII, 1943, a consecuencia del hallazgo de un plano desconocido en la Comandancia
de Ingenieros Militares de la ciudad, el mismo autor publicara La mezquita en la Alcazaba de Badajoz; paginas 466
y siguientes.
39
GARCA CALDERN, JESS M; Sobre la libertad de los monumentos, Real Academia de Jurisprudencia y Legislacin de
Granada, publicacin corporativa, Granada, 2011.
40
CHUECA GOITA, FERNANDO; Maniesto de la Alhambra, Colegio Ocial de Arquitectos de Granada, Granada, 2004,
edicin de GIJN DAZ, NGEL LUIS Y CASADO DE AMEZA VZQUEZ, JOAQUN. La edicin cuenta con imgenes del gran
fotgrafo FERNNDEZ SNCHEZ, FRANCISCO.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 77


LA CIUDAD HISTRICA PERDIDA Y SU RECUPERACIN COMO IMPERATIVO SOCIAL

constituye un ejemplo histrico que demuestra la importancia de contemplar como un interlocutor


real a los ms valiosos conjuntos monumentales para encontrar as soluciones que sean reveladas
como una especie de logos sumergido41 que aora hasta nuestro entendimiento, tras un enriquecedor
dilogo que demuestra esa permanente condicin de presente del Patrimonio Histrico.

6.- La impunidad ante situaciones de abandono negligente o culpable42

En la destruccin de los espacios histricos juega un papel decisivo el abandono de la trama ur-
bana de las ciudades histricas. En realidad, en tales situaciones encontramos una aplicacin prctica
de la llamada teora de las ventanas rotas o, desde una perspectiva jurdica, una situacin de expolio
administrativo, tal y como aparece denida en el artculo 4 de la Ley 16/1985, del Patrimonio His-
trico Espaol.43 Ciertamente, la ausencia de una conciencia pblica suciente en la necesidad de
transmisin y la preservacin integral de los bienes culturales, la falta de aplicacin estricta tanto de la
ley penal como de la ley administrativa sancionadora y la confusin generalizada de algunos concep-
tos bsicos propios del conservacionismo cultural, son circunstancias que generan una lectura ocial
francamente sesgada en la actividad institucional que resulta necesaria para la proteccin del Patrimo-
nio Histrico, una actividad muchas veces interpretada de forma errnea por la propia Administracin
y que termina por no ser comprendida, precisamente a consecuencia de ello, entre la opinin pblica.
La realizacin de gratos no autorizados o actos de exhibicionismo grco, por ejemplo, puede
consumar numerosas tipologas penales e incrementar una situacin de abandono, suciedad y peligro
que abona la idea de necesidad de destruccin del Patrimonio Histrico por razones de salubridad y
seguridad pblica.
Por eso, desde un punto de vista criminolgico, es importante, a la hora de reclamar la relevante
dimensin penal de estas acciones, recordar la vinculacin evidente que puede darse entre espacios
histricos continuamente degradados por actos de vandalismo y la famosa teora de las ventanas
rotas. Formulada por los socilogos norteamericanos James Wilson y George L. Kelling en 1982,
plantea la necesidad de sostener una mayor ecacia en la lucha contra distintas formas de crimina-
lidad asociadas al vandalismo urbano ya que nos pueden conducir, si no se resuelven con rapidez, a
situaciones de una mayor gravedad. La teora est basada en el experimento que fue realizado por el
profesor de psicologa de la Universidad de Stanford Philip Zimbardo, quien habra abandonado dos
automviles similares con las ventanillas rotas en el conictivo barrio del Bronx neoyorquino y en
Palo Alto, un barrio residencial de alto nivel en California. Mientras el primero de los vehculos em-
pez a ser desguazado en diez minutos y en poco tiempo fue completamente destrozado, el segundo
no sufri dao alguno durante una semana. Pero llegado ese momento, sin embargo, se realizaron por
el psiclogo algunos nuevos daos aparentes en la carrocera del coche con un martillo y a partir de
entonces corri la misma suerte que el automvil aparcado en el Bronx. La experiencia anterior de-
muestra que si no se repara pronto la ventana rota de un edicio, el resto de ventanas acaban siendo

41
ZAMBRANO, MARA; Notas a un mtodo, Editorial Mondadori, Madrid, 1989. En este caso referido a la razn potica.
42
Garca Caldern, Jess; La defensa penal del Patrimonio arqueolgico, ob. cit., pginas 356 y siguientes.
43
El artculo 4 de la Ley 16/1985 del Patrimonio Histrico Espaol establece lo siguiente: A los efectos de la presente
Ley se entiende por expoliacin toda accin u omisin que ponga en peligro de prdida o destruccin todos o algunos
de los valores de los bienes que integran el Patrimonio Histrico Espaol o perturbe el cumplimiento de su funcin
social. En tales casos, la Administracin del Estado, con independencia de las competencias que correspondan a
las Comunidades Autnomas, en cualquier momento podr interesar del Departamento competente del Consejo de
Gobierno de la Comunidad Autnoma correspondiente la adopcin con urgencia de las medidas conducentes a evitar
la expoliacin. Si se desatendiere el requerimiento, la Administracin del Estado dispondr lo necesario para la
recuperacin y proteccin, tanto legal como tcnica, del bien expoliado.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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JESS M. GARCA CALDERN

destrozadas por los vndalos Por qu? [] porque la ventana rota enva un mensaje: aqu no hay
nadie que cuide de esto.44
Esta teora de las ventanas rotas sera perfectamente aplicable en grandes espacios histricos,
no siempre urbanos, degradados por actos continuos de vandalismo que resultan completamente im-
punes. En algunos casos, la tibieza o pasividad, tanto policial como judicial, se convierte en la mejor
alianza para sostener intereses especulativos que permitan la reordenacin urbanstica, la demolicin
parcial, el expolio o la alteracin grave de edicios, conjuntos urbanos o terrenos protegidos y su
consiguiente destruccin para la satisfaccin de intereses materiales.

7.- La reconstruccin del paisaje45

No hace mucho tiempo tuve oportunidad de exponer mi opinin sobre la destruccin monu-
mental de mi ciudad natal, Badajoz, en un breve ensayo que recordaba la indiferencia ocial y hasta
social vivida en Espaa en la segunda mitad del siglo XX, con la impune destruccin de un legado
histrico incomparable de incalculable valor.46 El caso de Badajoz es paradigmtico. La urbe fron-
teriza que soporta toda clase de peligros y asedios desde su fundacin sobrevive mil aos en los que
conserva e incrementa todos sus valores de civilizacin pero sucumbe al movimiento especulativo y
salvaje, de raz local y escaso recorrido econmico, que se instala en Espaa en la segunda mitad del
siglo XX y conocemos como desarrollismo.
No hay ciudad espaola que no cuente en su imaginario colectivo con un largo memorial de
agravios que, con el discurrir de las generaciones, van cayendo lentamente en el olvido. Los factores
que desencadenan esta tragedia cultural, de dimensiones an no acotadas, son diferentes pero podran
resumirse, de una parte, en el incumplimiento generalizado e impune de la escasa legalidad adminis-
trativa referida a los bienes culturales y, de otro, en la falta de desarrollo de los derechos fundamen-
tales en una sociedad autoritaria y no democrtica. Los ciudadanos ya reprobaron estas conductas
desde su origen, pero no pudieron o no supieron articular una defensa ecaz de los bienes culturales
basada en instrumentos jurdicos internacionales, normativa interna o principios que ya existan en el
momento de produccin de los hechos.
No cabe duda que todas las ideas sucintamente expresadas deben apuntar a la reconstruccin
de la ciudad y complementarse con la reconstruccin del paisaje; pero no solo del paisaje que la cir-
cunda sino tambin del paisaje que atesoraba con cierta frecuencia la ciudad histrica en su interior
al aprovechar los accidentes naturales del terreno en su trama. Esta propuesta no debera ser difcil
en urbes pequeas que mantienen un alfoz escasamente intoxicado por la inuencia suburbana. De
hecho, algunos nuevos instrumentos jurdicos abundan en ideas similares como ocurre con las llama-
das zonas patrimoniales que recogen algunas legislaciones autonmicas. Estas nuevas aportaciones
vienen congurando lo que podramos llamar un nuevo concepto de Patrimonio Histrico Mltiple.
Desde hace tiempo la doctrina ha puesto de maniesto la vinculacin entre la ordenacin terri-
torial, el medio ambiente y el Patrimonio Histrico. No solo se deduce de la proximidad de los artcu-
los 46 y 47 de la Constitucin Espaola, sino de la superacin de los lmites conceptuales bsicos de
estos bienes jurdicos para construir nuevas categoras de proteccin en su relacin con un concepto
amplio del entorno.

44
La teora de las ventanas rotas; tribuna de la edicin impresa del diario El Pas de Catalua que fue publicada el
18 de octubre de 2004, por el economista ARGANDOA RAMIZ, ANTONIO. Sobre la teora anterior; puede consultarse el
libro Fixing Broken Windows, DE GEORGE L. KELLING Y CATHERINE M. CCOOLES; Touchstone Press; 1st Ed. Touchstone,
New York, 1998.
45
GARCA CALDERN, JESS; La defensa penal del Patrimonio arqueolgico, ob. cit., pginas 331 y siguientes.
46
GARCA CALDERN, JESS; Una ciudad traicionada. La ciudad de Badajoz como temperamento. Coleccin ensayo,
Editorial nfora Nova, Crdoba, Rute, 2016.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 79


LA CIUDAD HISTRICA PERDIDA Y SU RECUPERACIN COMO IMPERATIVO SOCIAL

No es posible reconducir la riqueza cultural que atesoran amplios espacios histricos como
ocurre con La Vega de Granada a cualquiera de las categoras conceptuales que permiten denir los
bienes que integran el Patrimonio Histrico espaol. Su importancia no viene determinada por el
valor de algn inmueble o conjunto monumental, por la vieja red de acequias histricas que continua
usndose, por un yacimiento arqueolgico delimitado o por el paisaje de antiguos cultivos o frescas
alamedas, su valor est congurado por la totalidad del territorio en su conjunto, por su persistencia
o coherencia productiva y por su aplicacin continua y armnica a la vida social. El conjunto de todo
ello sostiene una valoracin mucho mayor que la que pueda ser otorgada de manera individual a cada
uno de sus elementos materiales.
Adems, en estos casos hablamos de un Patrimonio Histrico relacionado que no puede re-
ducirse al territorio especco que se contiene en el permetro de proteccin. Nadie debe pensar
que protegiendo estos amplios espacios productivos nicamente protegemos un enclave natural. Su
grandeza y valor vienen determinados por la labor conjunta y continuada del hombre y la naturaleza.
No defendemos exclusivamente el valor intrnseco de la explotacin, la fbrica o el paisaje, tambin
defendemos el fruto y su transformacin, la fbrica que se erige para aprovechar la produccin y
la ruta comercial o el comercio mismo que abre los caminos de la tierra labrada y del agua que nos
regala la naturaleza. Todas estas ideas de afeccin de la labor humana sobre la naturaleza, se encuen-
tran presentes con una especial intensidad en la conguracin social de estos bienes y ello se puede
traducir en distintas disposiciones legales que vinculen su proteccin con la evolucin de su entorno.
Nuestra legislacin cultural se ha caracterizado desde su primera sistematizacin por mantener
criterios expansivos en la consideracin de los bienes culturales y permitir la conguracin de nuevas
categoras de proteccin que hubieran sido impensables pocos aos antes.47 Al mismo tiempo, la doc-
trina ha puesto de maniesto que la nocin de bien cultural debe ser una nocin abierta y no una no-
cin lastrada por una cierta indenicin y por la reiterada torpeza, quiz evitable, de sostener, guras
enumerativas siempre incompletas. Debe tratarse de una denicin abierta para que pueda respirar
y desarrollarse, un concepto jurdico indeterminado que debe ser individualizado por las autoridades
culturales a travs de distintas herramientas legales que sirvan para preservarlo dando cumplimiento,
adems, al principio de seguridad jurdica. Esta formulacin general de los bienes culturales, con el
paso del tiempo y la mayor conciencia social, ha ido complicndose para mejorar, dando lugar a la
aparicin de nuevas frmulas protectoras en las que se encuentra presente, de una forma esencial, la
idea de multiplicidad.48
Al margen de lo anterior y de la importancia que el entorno ha tenido siempre en la conside-
racin de los inmuebles protegidos, lo cierto es que son meros atisbos o escasas las referencias de la
legislacin estatal a situaciones en las que pueda apreciarse lo que podramos llamar un Patrimonio
Histrico de naturaleza mltiple. Slo la legislacin autonmica ha podido crear recientemente una
nueva categora, como luego veremos, que podra encajar en esta idea de la multiplicidad de valores
culturales que son dignos de proteccin y que aparecen cuando puede llevarse a cabo una lectura co-
rrecta de un determinado espacio geogrco y de su devenir histrico.
Cabra, en principio, entender que este carcter mltiple del Patrimonio Histrico tiene lugar
cuando un mismo valor material produce distintas categoras de proteccin. Pero no nos referimos a
conjuntos monumentales o sitios histricos, ms o menos extensos y vinculados en mayor o menor
medida con distintas manifestaciones de la cultura o de la historia, en los que se acumulan material-

47
Al margen de nuevas categoras de proteccin, hemos puesto como ejemplo en ocasiones el Informe del Defensor
del Pueblo Andaluz (Sr. Chamizo de la Rubia) sobre La contaminacin visual del Patrimonio Histrico Andaluz. El
impacto visual en los bienes del patrimonio histrico-artstico, causado por el cableado, antenas y otras instalaciones.
Publicado por la Ocina del Defensor del Pueblo Andaluz, Sevilla, marzo de 1998. Boletn Ocial del Parlamento de
Andaluca nmero 224, de 18 de junio de 1998.
48
BARRERO RODRGUEZ, CONCEPCIN, en Patrimonio Cultural y Derecho. La legislacin espaola y andaluza, Instituto
Andaluz de la Funcin Pblica, Sevilla, 2009.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


80
JESS M. GARCA CALDERN

mente una serie de bienes culturales. Tampoco hablamos de edicios o de espacios que tengan la
virtud de atesorar distintas razones histricas de proteccin, como un establecimiento fabril determi-
nado puede contener ingenios mecnicos que marcaron, en su momento, un hito industrial y al propio
tiempo contiene elementos estticos u ornamentales tambin merecedores de proteccin. El carcter
mltiple del Patrimonio tiene lugar cuando, en un mismo entorno, se suceden bienes ambientales o
culturales de diversa naturaleza y generan, por su coherencia histrica, por su unidad referencial,
un valor superior que est claramente diferenciado de sus elementos individuales, que resulta ms
valioso que la suma de cada elemento y que debe ser, justamente por ello, generosamente protegido
por el derecho
El artculo 25 de la Ley 14/2007, de 26 de noviembre, del Patrimonio Histrico de Andaluca,
clasica entre aquellos bienes inmuebles que, por su indudable importancia y valor, pueden ser decla-
rados como Bienes de Inters Cultural a las llamadas Zonas Patrimoniales. El artculo siguiente nos
proporciona una denicin legal al conceptuarlas como aquellos territorios o espacios que constitu-
yen un conjunto patrimonial, diverso y complementario, integrado por bienes diacrnicos represen-
tativos de la evolucin humana, que poseen un valor de uso y disfrute para la colectividad y, en su
caso, valores paisajsticos y ambientales.
No cabe duda que esta aportacin legal, que no tiene equivalencia en la normativa estatal, ha
sido muy afortunada porque ofrece una mnima respuesta a situaciones como la que nos plantea
la preservacin y futuro de algunos espacios llenos de signicacin histrica. En la Exposicin de
Motivos de la nueva ley andaluza se nos recuerda la fuerte relacin del patrimonio inmueble con el
territorio sobre el que se asienta, as como las inuencias recprocas existentes que tienen lugar y que
merecen toda la atencin del jurista y estn presentes en las distintas guras que permiten la declara-
cin de estos bienes como Bienes de Inters Cultural. Esta relacin, siempre presente, se hace patente
de un modo mucho ms intenso en el nuevo concepto de Zona Patrimonial. Textualmente seala la
citada Exposicin de Motivos que aqu el territorio articula un sistema patrimonial integrado, en el
que coexisten bienes de distinta naturaleza y cronologa, unidos indisolublemente a los valores pai-
sajsticos y ambientales existentes. Es curioso que resulte ms afortunada la descripcin realizada en
el prtico de la norma que en la extensa denicin legal de su articulado, ms imprecisa y sometida
a variadas interpretaciones.
Conforme a lo que venimos sealando, en la conguracin de las nuevas Zonas Patrimoniales,
la legislacin andaluza procura responder a la necesidad de contar con una nueva gura de proteccin
donde el territorio, en tanto que mbito en el que se produce la evolucin humana, tenga un papel
central.49 Se elabora con ello un nuevo concepto caracterizado por su dinamismo, por su carcter
profundamente temporal, por su sentido diacrnico, ya que no solo protege lo que se asienta sobre el
territorio o el territorio mismo, sino la transformacin que opera a consecuencia de la accin del hom-
bre y del curso de la historia, proyectando esta consideracin hacia el futuro conforme a una serie de
directrices que deben quedar reejadas en un instrumento normativo elaborado por la Administracin
Pblica.

49
En tal sentido, GUILLERMO LPEZ RECHE, en texto de la Ley 14/2007, de 26 de noviembre de Patrimonio Histrico de
Andaluca. Primera aproximacin, Consejera de Cultura de la Junta de Andaluca, Sevilla, 2008.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 81


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JOS MANUEL GONZLEZ GONZLEZ

BADAJOZ EN TIEMPOS DE MANUEL GODOY (1767-1851)

JOS MANUEL GONZLEZ

Yo nac en Badajoz, capital de Extremadura1

Introduccin: la ciudad que conoci Godoy

Por encargo del coordinador de este libro, abordo el estudio de la ciudad de Badajoz en el trn-
sito de los siglos XVIII y XIX, para intentar reejar en breves lneas el aspecto urbano de este periodo
crucial de la historia, que vio deambular entre sus calles y plazas al joven que llegara a ser primer
ministro de nuestra nacin. Se trata de una empresa complicada, pues aunque conocemos bastantes
datos y existen numerosas fuentes, otras se han perdido, y hay todava lagunas histricas por abordar.
Si bien Manuel Godoy vivi una larga vida de 84 aos, a caballo entre los siglos XVIII y XIX,
slo residi en Badajoz entre 1767 y 1784, en su infancia y adolescencia, volviendo puntualmente
y de manera ocial en dos ocasiones ms en 1796 y 1801. Fue, por tanto, un ejemplo de emigracin
evidente, primero por las oportunidades que se le abrieron en la Corte, y ms tarde obligado por el
destierro en Italia y Francia. A pesar de ello queremos estudiar todo el periodo, porque comprobare-
mos que la ciudad no entr plenamente en el nuevo rgimen, o en la modernidad en su urbanismo y
arquitectura, hasta la segunda mitad del siglo XIX. Esta transformacin es clave para denir la histo-
ria urbana y su evolucin. Fue un cambio lento pero constante, no traumtico.
El barrio en el que vivi Godoy era fundamentalmente de clase media.2 Situado en la periferia,
aunque cercano a una de las principales puertas de entrada y salida de la ciudad, su cercana al ro y
a la muralla no haca de este sector un barrio especialmente atractivo, aunque s transitado. El centro
poblacional y los lugares ms agradables se encontraban entre las dos principales plazas o campos de
la ciudad, Plaza Alta y Campo de San Juan, si bien el primer foro estaba perdiendo preponderancia
desde principios del s. XVIII.
Segn el cronista Alberto Gonzlez,3 la casa natal de nuestro protagonista, la ltima entonces
de la calle Santa Luca, sealada con unas cadenas debido a la presencia de sus majestades en 1796, se
vendi antes de morir aqul desde su destierro parisino y se dividi posteriormente en varias moradas;
ya entonces se haba desamortizado el convento que daba nombre a la calle y que se situaba en el ex-
tremo opuesto. En dicha calle hubo en tiempos de Godoy un horno de cocer loza, y una taberna donde
se venda vino. La otra propiedad asociada a aqul, el llamado Palacio de Godoy, suntuosa casona

1
Godoy, Manuel: Memorias, Universidad de Alicante, 2008, edicin crtica de Emilio La Parra y Elisabel Larriba. As
comienza su relato. Destaca la cuidada prosa y rico vocabulario de nuestro paisano, su inteligencia y laboriosidad, en
unas memorias de ms de mil pginas y bien organizadas. De las numerosas biografas de Godoy, una de las mejores
es la publicada por Enrique Ruspoli en 2004 por la editorial Temas de Hoy. Algunas noticias de la relacin de Godoy
y Badajoz pueden encontrarse en artculos de Arcadio Guerra Guerra y Lino Duarte Insa.
2
Segn resulta del anlisis econmico efectuado por Rodrguez Carrasco, Jos Jernimo: La actividad socioeconmica
de la ciudad de Badajoz hacia 1852, Apuntes para la Historia de la Ciudad de Badajoz, tomo X, RSEEAP, Badajoz,
2015, pp. 57-77. En ese ao los propietarios ms ricos se concentraban en las calles San Juan, Granado y de la Sal; los
ms pobres en las calles Cspedes, Chapn y San Agustn y alrededores (p. 66). Haba 1.322 contribuyentes por tierras
y 916 por industrias y comercios, casi un 41 % de la poblacin activa se dedicaba a los sectores secundario y terciario.
3
Gonzlez Rodrguez, Alberto: Badajoz y Godoy, Ayuntamiento de Badajoz, Badajoz, 2006.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 83


BADAJOZ EN TIEMPOS DE MANUEL GODOY (1767-1851)

solariega de los Caldera regalada por el Ayuntamiento en 1807 y que no lleg a estrenar, tambin se
conserva y acoge la Escuela de Bellas Artes y la Escuela Ocial de Idiomas con entrada por la calle
Porrina de Badajoz.4

Fachadas casa natal y palacio de Godoy, tomadas de goo.gl/x6QkHV y goo.gl/h87fR5

La arquitectura culta de esa poca, de la segunda mitad del XVIII, gusta de fachadas amplias,
decoradas con falsa sillera pintada o esgraada, amplios vanos espaciados y alineados, con portadas
ptreas sencillas o adornadas todava con elementos barrocos (columnas dobles o de orden gigante,
frontones partidos mixtilneos o curvos, cornisas complejas con volutas, escudos recargados). En los
palacios5 suelen aparecer fachadas enmarcadas por falsas pilastras en sus extremos o medianeras, con
un alero saliente, y uso de balcones metlicos de forja de gran elaboracin.
Queda todava por abordar un estudio pormenorizado de los bienes inmuebles de nueva planta
realizados en el siglo XVIII en la ciudad por los vecinos de Badajoz, pues resulta difcil determinar
su datacin, a veces por desconocimiento de las licencias de obra concedidas, y otras por las modi-
caciones posteriores realizadas o por los derribos, que desvirtuaron el estilo o impiden hoy su con-
templacin. Entre las edicaciones civiles ms destacadas de esta etapa, que recoge el catlogo6 de
la reciente revisin del Plan General de 2003, sealamos las casas siguientes, por orden alfabtico:
calle Arias Montano 24, calle Concepcin Arenal 2 y 4, calle Duque de San Germn 12, calle Lpez
Prudencio 6, calle Martn Cansado 30, calle Morales 1, calle San Blas 2, calle San Juan 29, calle
San Pedro de Alcntara 21 y calle Trinidad 5. Un palacio un poco anterior, pero que puede ilustrar
el aspecto de algunos de estos inmuebles en su poca es el de Benazuza o Prez Laguna, en la calle
Muoz Torrero 31.
La representacin de Badajoz en los planos militares de la poca nos da informaciones muy
valiosas del callejero y de los edicios pblicos de la poca, lo que junto a los datos proporcionados
por los catastros y los censos del momento, completan el panorama de un modo bastante completo.

4
Garca Blanco, Julin: El Palacio de Godoy (Badajoz). Propietarios y usos, Revista de Estudios Extremeos, vol.
72-1, 2016, pp. 333-390.
5
Sobre su distribucin interior, prestancia y habitaciones vase un ejemplo cercano estudiado por Rubio Velasco,
Pamela: El hbitat de la nobleza provinciana en la Edad Moderna: el caso de Ciudad Rodrigo a mediados del siglo
XVIII, Tiempos modernos: revista electrnica de Historia Moderna, vol. 8, n. 28, 2014, 42 pp., disponible en: http://
www.tiemposmodernos.org/tm3/index.php/tm/article/view/371/415 [consulta junio 2017]. Y tambin Ollero Lobato,
Francisco: Arquitectura domstica en Sevilla durante la segunda mitad del siglo XVIII, Atrio, n 10-11, 2005, pp.
113-124, disponible en https://www.upo.es/revistas/index.php/atrio/article/view/303/294 [consulta junio 2017].
6
Disponible en http://www.aytobadajoz.es/es/ayto/pgm/catalogo [consulta mayo 2017].

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


84
JOS MANUEL GONZLEZ GONZLEZ

A estas fuentes hay que unir las noticias dadas por las actas de organismos como el Ayuntamiento o
el Cabildo catedralicio, as como algunos manuscritos del XVIII que reeren o describen la ciudad.7
Nos valdremos de ellas para el desarrollo de este trabajo, junto con otras fuentes secundarias de ca-
rcter cientco, dadas recientemente por historiadores y cronistas.
Los planos que existen de Badajoz nos indican el tipo de ciudad.8 Existen muchos, pero selec-
cionamos. Nos centraremos primero en el de 1771 de Pedro Ruz de Olano, en el que apreciamos una
ciudad colmatada de edicaciones, con pocas plazas y manzanas amplias y apiadas, que se adaptan
al ligero desnivel y que se dirigen a las salidas principales o puertas de su permetro amurallado; se
nota un desplazamiento poblacional de las zonas ms altas a zonas medias, y un complejo forticado
poderoso, avanzado y reciente, que no evitara los asedios de principios de la Guerra de la Indepen-
dencia, a principios del s. XIX, como demuestran otras representaciones. El plano de 1812 de Domin-
go Lus del Valle muestra algunas de las consecuencias y destrozos, proponiendo las reparaciones.
Las vistas que poseemos de la ciudad son menores en cantidad y miran muchas veces desde
lejos, pero el nuevo siglo trajo algunos artistas extranjeros que reejaron la belleza de una ciudad
uvial en cuyo perl sobresalan, aparte de su extenso puente, edicios religiosos principalmente,
sus murallas, y lo ameno del lugar. Destacamos por su verosimilitud las realizadas desde la margen
derecha del Guadiana por Lager hacia 1800, cuyo grabado publicara Laborde, y la de Henry Smith
hacia 1812, que editara Daubeny. Esta visin sigue siendo la ms sugerente y representativa tambin
de Badajoz en la actualidad. Desde el arroyo Rivillas existen otras vistas menos conocidas pero igual-
mente interesantes, de la poca, que permiten ver la ciudad desde este otro sector.

Detalle de la vista de Badajoz dibujada por Lager hacia 1800, tomada de goo.gl/LneyBu

7
Entre las descripciones de los cronistas de la poca descuella el libro de Leonardo Hernndez Tolosa, titulado Badajoz
en el siglo XVIII, que comienza en 1760 y termina hacia 1785, editado por la Real Academia de Extremadura de las
Letras y las Artes en 1992. Tambin son interesantes las ordenanzas urbanas: Las de 1767 de Pano estn publicadas:
Ordenanzas de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Badajoz, Ayuntamiento de Badajoz, Badajoz, 1999. Tambin
se conocen las de 1842, del ingeniero Valentn Falcato, que son aprobadas al ao siguiente. Otras fuentes son los
protocolos notariales, pero, por la naturaleza de este artculo, no han sido utilizadas.
8
Dos estudios muy conocidos sobre los mapas y planos son los libros de MARICHALAR, JAVIER: Cartografa Histrica de
Extremadura (siglos XVI-XIX), Biblioteca de Extremadura, Badajoz 2011 y CRUZ VILLALN, MARA: Badajoz ciudad
amurallada, Junta de Extremadura, Madrid, 1999. Tambin sobre la imagen de Godoy, que incluye alguna visin de la
ciudad est el de Rose-de, LA PARRA Y GIMNEZ: La imagen de Manuel Godoy, Junta de Extremadura, 2001

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 85


BADAJOZ EN TIEMPOS DE MANUEL GODOY (1767-1851)

Badajoz era la principal ciudad fronteriza con Portugal, la ms poblada, y la que una las dos
capitales de las dos monarquas peninsulares de una manera ms directa y segura, y eso marcaba su
importancia estratgica. Junto a ella, en un segundo escaln, haba otras poblaciones de frontera, ciu-
dades o villas destacadas eran tambin Ciudad Rodrigo (Salamanca), Tuy (Pontevedra) y Ayamonte
(Huelva), estas ltimas en los extremos del connante reino.
La ciudad que Godoy conoci fue, pues, la vetusta y eclesistica, militar, ganadera y labriega,
plaza fuerte orgullosa y bisagra de las dos monarquas peninsulares. Una ciudad que continuaba sien-
do una ciudad del antiguo rgimen, consciente de sus limitaciones y su destino, y que apenas evo-
lucionara posteriormente en sus aos de vida, salvo algunos equipamientos novedosos y puntuales.
Aun as, era la ciudad ms poblada de Extremadura, la nica que superaba los 10.000 habitantes9 y,
segn los estudios de historiadores econmicos, una de las cuatro que poda considerarse como urba-
na claramente, en la que ya entonces era la segunda regin ms ruralizada de Espaa.10 La condicin
de urbana se le otorgaba por tener ms de un 50 % de su poblacin activa supuestamente dedicada a
los sectores secundario y terciario. La poblacin aumentara ligeramente en el periodo, de los 10.000
a los 13.000 habitantes aproximadamente.

Ao 1754-61 1787-91 1799 1813 1836 1850 1860

Habitantes
10.771 11.090 10.976 11.742 12.628 11.480 21.000
(estimados)

Vecinos 2.323 3.230 2.728 2.864 2.286

Tabla de poblacin de Badajoz, tomada de diversas fuentes, elaboracin propia

Para que podamos comparar, la ciudad de Madrid tendra en 1787 unos 157.000 habitantes,
aproximadamente. Aunque los datos son poco ables hasta la segunda mitad del s. XIX, Badajoz a
nales del XVIII sera una ciudad con una poblacin similar a Burgos o Cuenca, y un poco menor que
Toledo y Valladolid. Cceres tena unos 6.800 habitantes en 1787, en 1842 eran 8.800. En cuanto al
modo del vestir parece, por estudios peninsulares, que despus de un periodo de inuencia francesa,
desde nales del XVIII est extendido el uso del traje de majo o maja de las clases populares madri-
leas, aunque pervivieran otras modas tambin.11
Para conocer un poco ms la ciudad de la segunda mitad del XVIII, queremos contrastar las
respuestas generales del Catastro de Ensenada de 1752 y el Interrogatorio de la Real Audiencia de
Extremadura de 1791.12 El dato ms curioso que da la primera de las fuentes es que haba 2.150 casas
habitables y 20 arruinadas, a lo que habra que aadir 13 conventos (5 masculinos y 8 femeninos, con
casi 500 clrigos), 1 seminario, 7 compaas militares y 4 hospitales. En 1791 ya haban desaparecido
2 hospitales (Piedad y de la Cruz), y 1 convento masculino (el de los franciscanos de la Trinidad). En

9
JORDI NADAL, La poblacin espaola, siglos XVI al XX, Barcelona, 1984; en Extremadura haba 417.000 habitantes
en total, segn el censo de 1787 de Floridablanca. Vase tambin: ROMN TLLEZ, SEBASTIN: La ciudad de Badajoz:
demografa y sociedad en el siglo XVIII, Diputacin de Badajoz, Badajoz, 2005.
10
LLOPIS AGELN, ENRIQUE Y GONZLEZ MARISCAL, MANUEL: La tasa de urbanizacin en Espaa a nales del siglo XVIII:
El problema de las Agrociudades, en Documentos de trabajo de la Asociacin Espaola de Historia Econmica, n
2, 2006, disponible en http://www.aehe.es/wp-content/uploads/2015/04/dt-aehe-0602.pdf [consulta febrero de 2017].
11
ROSILLO FAIREN, BRBARA: La moda en la sociedad sevillana del siglo XVIII, tesis doctoral, Universidad de Sevilla,
2016. Vase https://idus.us.es/xmlui/handle/11441/36494 [consulta junio 2017].
12
Introduccin de FRANCISCO AGUILAR PIAL. Badajoz 1752 segn las respuestas generales del Catastro de Ensenada,
Tabacalera, Madrid, 1995.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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JOS MANUEL GONZLEZ GONZLEZ

todo caso, abundaba ms el alquiler que la propiedad, y era comn una vivienda por familia, aunque
algunas familias tuvieran que compartir casa.
Las puertas de la muralla se cerraban al ponerse el sol. No se celebraban ni ferias ni mercados,
segn ambos documentos. Segn los datos haba poca pobreza, bastantes asalariados, escasa burgue-
sa, y una nobleza absentista; la delincuencia era escasa, aunque algunas ejecuciones se produjeran
en la Plaza Alta.13 No haba muchos espacios para la cultura, y tampoco se fomentaba en exceso: slo
dos aulas de primeras letras y la presencia del Colegio de los Jesuitas, pronto expulsados. Segn se
armaba: [] el estado de las calles en el interior de la ciudad es regular y lo mismo su limpieza.14
Otros datos. Existan 5 molinos harineros, 17 hornos para cocer pan, 16 tahonas, 3 molinos de
aceite, 6 hornos de cal de la ciudad y otros 4 particulares, 3 hornos de ladrillo de la ciudad y otros 4
particulares, 5 hornos de cocer loza, 6 posadas mal asistidas y poco aseadas en 1791, 2 fbricas
de sombreros de calidad, 2 psitos y 16 cofradas. No tena cementerio. A nales del XVIII, segn
el Interrogatorio haba 352 comerciantes, sobre todo dedicados a la zapatera, carpintera, barbera y
albailera, por este orden. Como nota curiosa, tambin haba algunos conteros y 13 chocolateros.
El aspecto general urbano era el de casas humildes, encaladas, de dos alturas, entre medianeras,
de mediana supercie, con patio o corral en ocasiones, y en torno a edicios religiosos o militares.15
Las zonas ms relevantes eran cuatro de sus plazas: Alta, San Juan, San Francisco y Soledad. Las
calles eran por lo general cmodas, estrechas para nuestra mentalidad actual del s. XXI pero anchas
para los ojos de entonces, y haba algunas empedradas. Era una ciudad tranquila y segura, con el
puente como principal elemento de admiracin. As la describen los viajeros. Ponz en el tomo VIII
de su Viage de Espaa, publicado en 1784, resaltaba la magnicencia del puente, diciendo que era
obra moderna que poda competir con las obras de los romanos. Otras fuentes archivsticas, libros
de cuentas sobre todo de inmuebles en la Plaza Alta, nos hablan de un ligero resurgimiento en esta
segunda mitad del XVIII.
En cuanto a periodizaciones, podemos decir que la Guerra de la Independencia, cuyas prin-
cipales batallas y asedios en la zona se dieron en los aos 1811 y 1812 (rendicin de la ciudad a los
franceses y toma de la ciudad por los ingleses), marcaron un antes y un despus para Badajoz,16
aunque algunas cosas no cambiaron en exceso hasta superar la posguerra posterior.

Badajoz antes de 1812: la ciudad del antiguo rgimen

Los cambios se produjeron lentamente, al igual que en otras ciudades. Muchas de las localida-
des espaolas eran todava herederas de una impronta medieval muy marcada, tanto en su urbanismo
como en sus principales edicios, aunque en el caso de Badajoz la impronta en esta poca era ms

13
Vanse dos artculos de ARAGN MATEOS, SANTIAGO: Delincuentes y patbulos en Badajoz a travs de fuentes literarias
y periodsticas (siglos XVIII-XIX), Revista de Estudios Extremeos, vol. 71-3, 2015, pp. 2069-2095. Y: La nobleza
provincial extremea en el siglo XVIII: los caminos de la ambicin, El Siglo de las Luces: III Centenario del
Nacimiento de Jos de Hermosilla (1715-1776) coord. por LORENZANA DE LA PUENTE Y MATEOS ASCACBAR, 2016,
actas, pp. 41-76.
14
RODRGUEZ CANCHO, MIGUEL Y BARRIENTOS ALFAGEME, GONZALO (coords.): Interrogatorio de la Real Audiencia de
Extremadura, Partido de Badajoz, Asamblea de Extremadura, Badajoz, 1993, p. 39. El documento sobre la ciudad
de Badajoz fue recogido primero por AGNDEZ FERNNDEZ, ANTONIO: Notas para la historia de la ciudad de Badajoz
a nales del siglo XVIII, Revista de Estudios Extremeos, vol. XV (1), Badajoz, 1959, pp. 133-197.
15
Puede verse ms informacin en un caso cercano en BALLESTEROS DEZ, JOS ANTONIO: La propiedad inmobiliaria
urbana, su distribucin y rentas en Mrida a mediados del siglo XVIII, Revista de Estudios Extremeos, vol. 61-2,
2005, pp. 559-590. Aqu las casas eran mayoritariamente de una planta y una supercie inferior a 100 m2.
16
GIL MUOZ, MARGARITA: La tragedia de una ciudad. Los tres sitios de Badajoz en la Guerra de la Independencia
(1811-1812), CERSA, Madrid, 2012. Y VV. AA. (Rodrguez Cancho ed.): La Guerra de la Independencia en Badajoz
(1808-1814), Ayuntamiento de Badajoz, 2008.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 87


BADAJOZ EN TIEMPOS DE MANUEL GODOY (1767-1851)

bien la de la edad moderna, pues el momento de conguracin urbana anterior se haba superado
ampliamente. Badajoz, y Espaa en su conjunto, presentaban una imagen todava no adaptada a la
contemporaneidad, y propia del antiguo rgimen, de la que tardaramos en desprendernos, como ve-
nimos diciendo.
Los elementos que denan a las ciudades del viejo rgimen, y por ende tambin a Badajoz,
eran:

a) Carencia de una adecuada polica urbana, en lo referente a limpieza, seguridad, suministros, etc.
b) Existencia de murallas defensivas que cercaban a la poblacin.
c) Presencia eclesistica importante.
d) Uso de antiguos edicios para las sedes administrativas.
e) Enterramientos dentro de la poblacin, tanto en el interior como en el exterior de las parroquias.
f) Celebraciones de recreo pblicas en plazas y sitios al aire libre.
g) Calles estrechas y sin alinear; carencia de ensanche.
h) Ausencia o escasez de zonas verdes.

A lo que habra que aadir la presencia militar, una caracterstica propia de Badajoz como pla-
za fuerte, que supona aproximadamente un 10 % de la poblacin, y que urbansticamente se plasma-
ba en todo el sistema defensivo y en los cuarteles, almacenes, arsenales y puestos de mando de la tro-
pa. Alrededor de la muralla un amplio camino de ronda interior permita los movimientos necesarios,
siendo sta una zona de poco aprecio para los ciudadanos, como se muestra en numerosos planos, al
ser lugar de asiento de numerosas huertas y patios traseros de los predios cercanos. En la zona alta de
la ciudad, la antigua zona noble medieval, la Alcazaba, se realizan rellenos de tierra con anterioridad
para situar las bateras y caones artilleros, impulsando el abandono de numerosos inmuebles.
La renovacin de los alojamientos militares tiene un fuerte impulso a nales del s. XVIII, es
entonces cuando se acta no slo en las murallas,17 sino tambin en los cuarteles (como en el de la
Bomba en 1793, o en los de la Artillera o Parque de Ingenieros, stos ltimos de 1798 y 1799); tam-
bin se construye el Hospital del Rey (1798) en la Alcazaba.
Hay que sealar a nivel civil que periodos de gobierno como el del Intendente Larumbe, a me-
diados del XVIII, o el Alcalde-Corregidor Whitte, a comienzos del XIX, fueron determinantes para
establecer algunas mejoras ms propias del nuevo que del viejo rgimen (limpieza, numeracin de
viviendas y rotulacin de las calles con azulejos, nueva sede municipal neoclsica que inuy en la
arquitectura del momento, nuevo teatro de comedias, fomento del comercio, plantacin de alamedas,
entre otras).18
Entre los acontecimientos de renovacin urbana y acontecimientos ms destacados en esta eta-
pa, y que nos reere entre otros el cronista actual,19 est por ejemplo la enorme riada que derrib en

17
Vase sobre las obras de la segunda mitad del XVIII en las murallas los escritos e investigaciones de JULIN GARCA
BLANCO en el blog: https://laepocadelosgrandesproyectos.wordpress.com/ [consulta mayo 2017]. Y los artculos de
JAVIER TEIJEIRO FUENTES en el Boletn de Informacin Municipal de 1986 y 1987, junto al libro que public con LVARO
MELNDEZ TEODORO: La forticacin abaluartada de Badajoz en los siglos XVII y XVIII, autoedicin, Badajoz, 2000.
18
LOZANO BARTOLOZZI, MARA DEL MAR: Imagen y actividad urbana de la ciudad de Badajoz en torno a 1808, en VV.
AA. (Rodrguez Cancho ed.), La Guerra de la Independencia en Badajoz (1808-1814), Ayuntamiento de Badajoz,
2008, pp. 277-316. Sobre otros aspectos ms generales del urbanismo de la Edad Moderna puede verse: LOZANO
BARTOLOZZI, MARA DEL MAR: Historia del Urbanismo en Espaa II, siglos XVI, XVII y XVIII, Ctedra, Madrid, 2011.
19
GONZLEZ RODRGUEZ, ALBERTO: Badajoz y Godoy, Ayuntamiento de Badajoz, 2006, 2 captulo.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


88
JOS MANUEL GONZLEZ GONZLEZ

parte el Puente de Palmas en 1796, justo cuando Godoy y los reyes se alojaban en la ciudad. De los
nuevos edicios que se erigieron antes de 1812 en tiempos de nuestro ilustre badajocense, hay que
comenzar por la apertura de las Carniceras Reales (1767), la clausura del Convento de los Jesuitas
(1767, en 1770 se transform en parroquia de Santa Mara la Real y en escuela de nios20), el cierre
del Convento de los franciscanos de la Trinidad (1770), la construccin del Hospicio Viejo (1774),
iglesia y Convento de los franciscanos de San Gabriel o de la Concepcin (1782), el nuevo Hospital
del Rey (1798) en la Alcazaba, y la renovacin de varios lienzos y baluartes en las murallas y la aper-
tura de los cuarteles, ya referidos. Aunque el Concejo se vena reuniendo en unas casas de la Plaza
de San Juan desde muchos aos antes, casi con el cambio de siglo se procede a adecentar la fachada
de las nuevas Casas Consistoriales (1799), con seis columnas dricas, lo que, segn dicen las actas
municipales, inuy en la renovacin de otras mltiples fachadas de la ciudad;21 se abre asimismo en
este mismo foro y junto a la calle del Obispo un nuevo teatro de comedias (1801-1803, nuevamente
reformado en 1830), y en 1804 se pone en funcionamiento la Casa de los Ordenandos, en el Campo
de San Francisco, ampliando las capacidades del Seminario donde estudi Godoy.

Badajoz 1853, plano de Coello, tomado de goo.gl/cLp7h5.


En gris oscuro y claro, actuaciones urbanas relevantes antes y despus de 1812

20
GONZLEZ RODRGUEZ, ALBERTO: Historia de Badajoz, Universitas, Badajoz, 1999, p. 307.
21
LOZANO BARTOLOZZI, MARA DEL MAR: Imagen y actividad urbana de la ciudad de Badajoz en torno a 1808, en VV.
AA. (Rodrguez Cancho ed.), La Guerra de la Independencia en Badajoz (1808-1814), Ayuntamiento de Badajoz,
2008, pp. 277-316, con la colaboracin de MARA DOLORES GMEZ-TEJEDOR CNOVAS, en las notas de las actas de
sesiones.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 89


BADAJOZ EN TIEMPOS DE MANUEL GODOY (1767-1851)

Badajoz despus de 1812: la ciudad se encamina a la contemporaneidad

El intenso pillaje y saqueo de ambos bandos, y el temor que infundi la guerra, hizo que la ciu-
dad tardara en recuperar la tranquilidad y su dinamismo. El viajero Samuel Edward Cook relata, en
1831, que la ciudad se hallaba sumida en el abandono y que se haba [] convertido en una ciudad
de provincia de cuarta clase en vez de en la capital de esta magnca provincia a la que representa.22
Sin embargo Madoz, en su Diccionario Geogrco Estadstico Histrico de Espaa en 1846,
aporta una imagen mucho ms positiva. Constata 2.172 casas de habitacin, cifra muy similar a la
dada un siglo antes, pero ms capaces y elegantes al haber muchas de 3 pisos. Por otro lado, resalta
que muchas calles tenan ya acerado, una novedad reciente que haca ms cmodo y seguro el trnsito
a pie. La plaza de San Juan es la protagonista de la vida urbana, de un modo mucho ms notorio que
antes, con varios cafs y comercios lujosos, y un paseo lateral arbolado y ajardinado, que invitaba al
reposo y a la charla, aunque otras plazas y paseos cercanos iban cobrando protagonismo. En contraste
con las informaciones del XVIII, Madoz arma que slo quedaban 4 conventos abiertos, si bien haba
ya una escuela normal de maestros y 8 escuelas de educacin primaria (7 de nios y 1 de nias).23
La limpieza, una cierta preocupacin por las infraestructuras, el dinamismo ciudadano, muestran una
ciudad acomodada y en progreso.
En los aos 1830 y siguientes, sobre todo tras el fallecimiento del rey Fernando VII en 1833 y
el n de la regencia de Mara Cristina en 1840, aparecen mltiples novedades y cambios, antecedi-
dos por la implantacin de la Sociedad Econmica de Amigos del Pas, creada en Badajoz en 1816,
a la que seguira la tambin elitista y muy activa sociedad Casino, que arranc su andadura en 1839;
haba tambin varios cafs para tertulia y solaz de los burgueses. La actividad comercial e industrial
se pone en marcha, aunque sea tmidamente; por ejemplo, en 1830 se abri una fbrica de deos y en
1847 una de cervezas. Y junto a ello, resurge el inters por la cultura, como hemos dicho; as a me-
diados del s. XIX se constata no slo el aumento escolar sino la apertura del primer instituto pblico
de enseanzas medias.24 Lo que disminuye es la presencia religiosa, por el cierre de muchas casas de
religiosos o monasterios, ya referido.

22
Marn Calvarro, Jess A.: Viajeros Ingleses por Extremadura, Diputacin de Badajoz, Badajoz 2004, vol. II, p. 8.
Y Araya Iglesias, Carmen: El Badajoz del Ochocientos. Un recorrido por el novecentismo pacense, Revista de
estudios extremeos, vol. 54-3, 1998, pp. 833-876.
23
Para ahondar ms en este tema de la educacin, vase Corts Corts, Fernando: La escuela en la Extremadura
meridional del siglo XIX, Diputacin de Badajoz, Badajoz, 2016.
24
Gonzlez Rodrguez, Alberto: Historia de Badajoz, Universitas, Badajoz, 1999, pp. 374-375.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


90
JOS MANUEL GONZLEZ GONZLEZ

A
ACONTECIMIENTOS BIOGRFICOS DE MANUEL GODOY

A
Generalsimo

A
Prncipe de la Paz

Badajoz le regala un palacio


A
Se casa

A
PrimerA
ministro Destitucin
Exilio en Francia

A
Nace A
Godoy abandona Badajoz Exilio A
en Italia A
Muere

1767 1770 1780 1790 1800 1810 1820 1830 1840 1851

A A 1799, Ayuntamiento 1834, SeAderriba


1770, primera piedra 1788, Cuartel
en la iglesia de la de la Bomba y Hospital Militar la Iglesia de San
Concepcin Andrs

AHospicio
1780, Real 1840, paseo en
A principal,
1803, Teatro 1830,
San Francisco
A reformado 1830 fbrica
1767, nuevas Carniceras
de deos
Reales y clausura de los A 1839, Casino y
1815, Nace la
jesuitas cementerio Cerro
RSEAP
del Viento

A
ACONTECIMIENTOS EN LA CIUDAD DE BADAJOZ

Lnea del tiempo de los principales acontecimientos acaecidos a Godoy y a Badajoz

El plano de Badajoz de 1844, levantado con teodolito a color, muestra la recuperacin de la


vitalidad de la entonces capital provincial (nuevos paseos y alamedas, y nuevos edicios pblicos).
El conocido plano de Coello hacia 1853 recoge con ms detalle estas mudanzas (puestos comerciales
jos en la Plaza Alta, nuevos cuarteles militares ocupando los conventos desacralizados, Plaza de
Toros, nuevo Ayuntamiento, etc.), completando la visin de la capital provincial.
Muy importante tambin en esta poca, aunque un poco anterior, y una consecuencia ms de la
llegada de los aires renovadores en la ideologa del antiguo rgimen, fue el proceso desamortizador
de bienes inmuebles al clero. Una de las ms importantes desamortizaciones se acometi en tiempos
de Godoy, aunque no sera l su impulsor. En Badajoz, segn arma Roso Daz,25 la medida afect a
casi 500 viviendas (de las 2.200 existentes en total, ms de un 20 %), y se efectuaron importantes y
rpidas pujas, lo que segn el autor prueba el inters por este tipo de bienes, en una ciudad en la que
adquirirlos fue difcil durante mucho tiempo.

25
ROSO DAZ, MANUEL: La desamortizacin de Godoy en la ciudad de Badajoz. Fincas y censos, pp. 79-117, Apuntes
para la Historia de la ciudad de Badajoz, tomo X, edita RSEEAP, Badajoz, 2015. Y ROSO DAZ, M. Y NARANJO
SANGUINO, M.A.: Fuentes y metodologa para el estudio de la desamortizacin de Godoy (1798-1808). Aproximacin
al caso extremeo, Revista de Estudios Extremeos, vol. LXV-2, 2009, pp. 989-1010.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 91


BADAJOZ EN TIEMPOS DE MANUEL GODOY (1767-1851)

Otros autores, como Naranjo Sanguino,26 han estudiado el proceso posterior que seala tres
momentos principales: con los reales decretos de 19-02-1836 (se ponen en venta los bienes del clero
regular, Desamortizacin de Mendizabal), de 02-09-1841 (venta de los bienes del clero secular, Des-
amortizacin de Espartero) y de 01-05-1855 (bienes de los municipios y del Estado, Desamortizacin
de Madoz). Casi todos los lotes se vendieron tambin muy bien, segn su estudio, en poco tiempo y
a buen precio. Afect a 244 ncas urbanas (un 10 % del casero de la ciudad), de las cuales 227 eran
viviendas, las ms caras en la parte baja de la ciudad, en los alrededores de la Plaza de San Juan. Hubo
tambin conventos, posadas, enfermeras, corrales, molinos de aceite y harina, y carboneras afecta-
dos. La mayora de los compradores eran grandes contribuyentes, de profesiones liberales, relaciona-
dos con la poltica, rentistas y propietarios. Podemos decir que la ciudad se volvi ms militarizada y
ms burguesa en este periodo, y que los rentistas particulares seglares se hicieron con las propiedades
de casi el 30 %, que hasta entonces posean los eclesisticos.
Se inicia pues, tras 1812, una etapa de mudanzas, aunque debido a la posguerra habr que es-
perar casi dos dcadas para encontrarlas, impulsadas en parte por la declaracin de Badajoz como
capital provincial en 1833 y por el cambio hacia mentalidades ms liberales. En ese ao se procedi
a una restauracin del Puente de Palmas, que se hallaba daado tras la riada acaecida diez aos antes.
Entre 1839 y 1842 se derrib la iglesia parroquial de San Andrs que ocupaba buena parte de dicha
plaza, dejando un amplio espacio rectangular que sera urbanizado al principio de modo provisional.
En una esquina del permetro, donde se encontraba la iglesia del desamortizado Convento de la Ma-
dre de Dios, se comenzara a instalar poco despus el nuevo templo, si bien las obras de adaptacin y
reforma no estuvieron concluidas hasta 1860.27 El cementerio se cre en 1839, en el Cerro del Viento,
aunque sigui usndose el de la Alcazaba durante un tiempo. En 1840 se transform en paseo la huer-
ta del antiguo Convento de San Francisco, convirtindose en el ms apreciado por la sociedad.28 Y en
1843 se abri el Puente sobre el ro Caya, en la frontera, lo que parece indicar un acercamiento con el
pas vecino que se incrementara posteriormente. Entre 1843 y 1851 se dispusieron puestos jos para
el mercado en la Plaza Alta, y se abrieron algunas tiendas, revitalizando el comercio.29 En la ciudad
resultaba habitual la publicacin de prensa peridica.
Al nal del periodo analizado, Badajoz se encamina hacia un modelo de ciudad contempornea.
Se han solucionado algunas de las carencias de la etapa anterior; as, estaba en proceso una adecua-
da polica urbana (nuevas redes de alcantarillado, implantacin del agua corriente en las viviendas,
control de la recogida de basuras, etc.), la presencia de un nuevo cementerio a 2 km. de la poblacin
hablaba de una poblacin culta. Por otra parte, se haba reducido la presencia eclesistica, que haba
sido sustituida en parte por nuevos cuarteles en las viejas sedes monsticas, y se mantenan las mura-
llas, aunque pronto llegara el ferrocarril. Las viejas sedes de las instituciones en parte se renovaban,
y las celebraciones de recreo se solan realizar en edicios al efecto, de nueva planta. Por ltimo,
aunque la presencia de zonas verdes haba aumentado bastante, todava no exista un plan general
de alineaciones ni tampoco de ensanche, aspectos que tardaran bastante ms en llegar. Ya casi nadie
recordaba en la ciudad a Manuel Godoy, en aqulla fecha de 1851.

26
NARANJO SANGUINO, MIGUEL NGEL: La desamortizacin eclesistica y la ciudad de Badajoz, pp. 187-193, Apuntes
para la Historia de la ciudad de Badajoz, tomo I, Editora Regional de Extremadura, Badajoz 1999.
27
GMEZ-TEJEDOR CNOVAS, MARA DOLORES: Reviviendo el pasado de Badajoz, numerosos relatos hacen historia,
Ayuntamiento de Badajoz, 2013.
28
REBOLLO SNCHEZ, AUGUSTO: Cronologa histrica de la ciudad de Badajoz, en VV.AA.: Apuntes para la historia de
la ciudad de Badajoz, tomo IX.
29
GONZLEZ GONZLEZ, JOS-MANUEL: La Plaza Alta de Badajoz, estudio histrico artstico, Junta de Extremadura,
Badajoz, 2006.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


92
JOAQUN GONZLEZ MANZANARES

GODOY Y LA CULTURA DEL LIBRO

JOAQUN GONZLEZ MANZANARES

El Prncipe de la Paz, Manuel Godoy, naci en Badajoz el 12 de mayo de 1767, hace 250 aos,
cuando esta ciudad era la mayor plaza fuerte en la frontera con Portugal. Para conmemorar esta efe-
mrides La Real Sociedad Econmica Extremea de Amigos del Pas de Badajoz me ha solicitado
una colaboracin para incluir a este badajocense en el tomo XII de Apuntes para la historia de la
ciudad de Badajoz que edita esta institucin.
Recordemos que en Badajoz, Castuera y Olivenza se celebr en octubre de 2001 el Congreso
Internacional Manuel Godoy (1767-1851) cuyas actas Manuel Godoy y su tiempo, se publicaron por
la Editora Regional de Extremadura, 2003 coordinado por Miguel ngel Meln Jimnez, Emilio La
Parra Lpez y Fernando Toms Prez Gonzlez. Mi participacin est en el volumen II, pgs. 236-
264. Tambin he publicado diversos artculos sobre la biblioflia de Godoy. Con motivo del centena-
rio de la Guerra de Independencia en 2008 en el peridico HOY, Crnica de una vuelta anunciada,
Manuel Godoy, silln en la Academia y De Godoy a Gallardo en la Biblioteca de Extremadura,
Ese mismo ao, en la Feria del libro de Badajoz, pronunci la conferencia Los libros hablan: Ma-
nuel Godoy, patrocinada por el Aula Hoy. Por ltimo, La pasin biblioflica de Manuel Godoy,
publicada en La pasin libresca extremea. Retazos de bibliografa, biblioflia y bibliotecas, BIEx,
Alborayque Libros, 2009. Todas y cada una de estas publicaciones tratan de la obsesin por la cultura
y sentimientos sobre la tierra que le vio nacer. Como novedad, he aadido aqu como anexo el texto
manuscrito de la proclama que dio Godoy a los ejrcitos en Badajoz el 14 de mayo de 1801 documen-
to totalmente desconocido a los investigadores.

Badajoz y Godoy

Manuel Godoy lvarez de Faria Ros Snchez Zarzosa, naci el 12 de mayo de 1767 en el n-
mero 18 de la calle del convento Sta. Luca, fundado en 1505, situado cerca de la Puerta de Palmas,
intramuros de Badajoz. La ciudad hace 250 aos presuma de ser una plaza fuerte en la frontera
con Portugal. Es decir, que aquel Badajoz, del Siglo XVIII encerrado entre sus murallas, hoy sera
Patrimonio de la Humanidad si no se hubiera destrozado por el desarrollismo imperante del siglo XX.
Su padre, Jos Godoy era coronel del ejrcito y alcalde de la Santa Hermandad por el esta-
mento nobiliario y[] Regidor perpetuo de Badajoz. Su madre, Mara Antonia Justa lvarez de Faria
y Snchez Zarzosa,[] de origen portugus pero nacida en Badajoz. Ambos pertenecan a la nobleza
de provincias, lo que les permita el acceso a cargos que nicamente podan ocupar los nobles en
aquellos tiempos, y ambos se preocuparon cuanto pudieron de la instruccin de sus hijos, tanto en
el aspecto intelectual como militar. Manuel Godoy estudi en el Seminario de San Atn de Badajoz
donde adquiri los conocimientos sucientes de matemticas, humanidades y losofa. Combinando
con la prctica de la equitacin y la esgrima imprescindibles en la carrera militar.
Despus de acabar los estudios elementales, como tantos otros, con 17 aos lleg a la Corte de
Madrid y fue admitido en el cuerpo de lite Guardias de Corps, donde serva su hermano mayor Luis.
Aprendi, con clases particulares francs e italiano, idiomas muy necesarios en el estamento militar.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 93


GODOY Y LA CULTURA DEL LIBRO

Un seor batacazo

A Godoy, segn Luciano Taxone1 debido a un conjunto de circunstancias favorables -azar, for-
tuna, audacia y oportunidad- le conocieron los prncipes de Asturias una tarde de septiembre de 1788,
(21 aos). Esa tarde, Godoy, que serva como escolta de la princesa de Asturias de camino hacia La
Granja (Segovia), sali despedido del caballo y se dio un seor batacazo. Mara Luisa, que no pudo
contener su preocupacin, la exterioriz con un grito. El derribado jinete, aunque con una ligera coje-
ra, se levant, volvi a montar, y prosigui la marcha. La princesa y sus acompaantes -las condesas
de Pizarro y Matallanas- quedaron deslumbradas por su gallarda.
Cuando Mara Luisa cont el suceso a su marido y lo mucho que le sorprendi ver salir a aquel
hombre de debajo de los cascos de tantos caballos y despus montar y proseguir el camino, don Car-
los, que subi al trono ese mismo ao, quiso que le fuera presentado.
Los informes recibidos acerca de Godoy eran inmejorables, por lo que Su Alteza se hallaba
predispuesto a agradar al escolta. Habl con l y observ lo ilustrado e inteligente que era. A raz de
esta audiencia, Godoy fue siempre el a los prncipes y luego Reyes de Espaa (1788-1808) que le
entregaron su conanza y otorgaron los mayores honores y las ms altas distinciones precisamente
para que los estamentos de la nobleza y militar, no pudieran decir que no proceda de la nobleza o de
la carrera militar.
Desde el punto de vista militar, en pocos aos, tuvo un ascenso fulminante, desde simple cade-
te hasta ayudante general, brigadier, mariscal de campo y sargento mayor de la Guardia de Corps y
capitn general de los Reales Ejrcitos. Carlos IV por la rma del tratado de Basilea le nombr Prn-
cipe de la Paz en 1795, el ttulo de Generalsimo en 1801 y el ttulo de Gran Almirante en 1807, con
tratamiento de Alteza Serensima.

Guerra de las Naranjas, 1801

En 1801 Napolen conmin a Portugal para que rompiera su alianza tradicional con Inglaterra
y cerrara sus puertos a los barcos ingleses. En esta pretensin inmiscuy a Espaa, mediante la rma
del tratado de Madrid de 1801. Segn este tratado, Espaa se comprometa a declarar la guerra a Por-
tugal si la nacin vecina mantena su apoyo a los ingleses. Ante la negativa portuguesa a someterse
a las pretensiones franco-espaolas, se desencaden la llamada Guerra de las Naranjas que recibi
este nombre debido al ramo de naranjas que Godoy hizo llegar a la reina Mara Luisa cuando sitiaba
la ciudad de lvas.
Carlos IV nombr al Prncipe de la Paz con el nuevo ttulo de Generalsimo para dirigir la gue-
rra de Portugal en 1801 al mando del ejrcito espaol y un cuerpo auxiliar de quince mil franceses que
situ en Ciudad-Rodrigo, la fuerza espaola con sesenta mil hombres, se distribuy en tres ejrcitos;
uno de veinte mil en Galicia sobre el Mio, otro de diez mil en Andaluca sobre los Algarves, y otro
de treinta mil en Extremadura sobre el Alentejo.
El Prncipe de la Paz se traslad a principios de mayo a Badajoz, centro principal de las ope-
raciones, donde exalt a las tropas con una proclama el 14 de mayo 1801 documento descubierto
recientemente que saco a la luz como anexo, sealando aqu los primeros y ltimos prrafos.
Razonamiento del Sor Prncipe de la Paz a los Ejrcitos a Portugal. Ya estoy al frente de nues-
tras Banderas, bizarros Espaoles, para conduciros a la gloria de las Victorias. Un pueblo tenaz,
aunque dbil, es el obstculo al bien comn; buscamos la paz que este enemigo nos aleja.Llevad
pues honrados Espaoles al seno de vuestro Generalsimo que os ama. Badajoz 14 de Mayo de 1801.
El Prncipe de la Paz.

1
Godoy. Prncipe de la Paz y de Bassano Barcelona, 1946.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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JOAQUN GONZLEZ MANZANARES

La campaa militar apenas dur dieciocho das entre el 14 de mayo y junio de 1801. En ella, un
ejrcito espaol al mando de Godoy ocup sucesivamente una docena y media de poblaciones portu-
guesas, entre ellas Arronches, Castelo de Vide, Campo Maior, Portalegre, Olivenza y Juromenha. La
resistencia portuguesa fue mnima, en la creencia de que Espaa no tena pretensiones territoriales. La
paz se rm con el Tratado de Badajoz el 6 de junio 1801 devolvindose todas las plazas conquistadas
a Portugal con la excepcin de Olivenza y Villareal. La lnea divisoria entre Espaa y Portugal se j
utilizando el curso del ro Guadiana.

Secretario del Estado

Y desde el punto de vista poltico, los Reyes de Espaa siguieron las formas de gobernar de las
grandes monarquas europeas como Rusia, o Inglaterra, poniendo al frente del gobierno un valido
joven que mediara con los poderes fcticos que controlaban e impedan modernizar el pas. El propio
Napolen fue nombrado primer Cnsul a los 30 aos de edad y gobern Francia. Manuel Godoy,
desde el 15 de noviembre de 1792 (25 aos), fue elevado al cargo de primer secretario de Estado o del
Despacho, es decir, primer ministro o ministro universal.
Godoy rm el 25 de mayo de 1793 en Aranjuez el convenio provisional de alianza defensiva
contra Gran Bretaa con los ttulos de duque de la Alcudia, Grande de Espaa y de primera clase,
regidor perpetuo de la ciudad de Santiago de Compostela, caballero del Toisn de Oro, gran Cruz de
la Orden de Carlos III, comendador de Valencia del Ventoso y de Aceuchal. El ttulo de Prncipe de la
Paz, consejero de Estado, primer secretario, secretario de la reina, superintendente general de Correos
y Caminos. Relacionados con la cultura y las ciencias, Godoy fue nombrado, entre otros, protector
de la Real Academia de Nobles Artes y de los Reales Institutos de Historia Natural, Jardn Botnico,
Laboratorio Qumico y Observatorio. Todos estos nombramientos tenan sus correspondientes pre-
bendas y su ambicin le perdi.
Como todos conocemos, en 1808, tras el motn de Aranjuez, Godoy, que contaba 41 aos, cay
ruidosamente del poder, y comenz un exilio que se prolongara otros 43 aos, hasta su muerte en
Pars. Fue despojado de todo su patrimonio, libros incluidos, y vivi an media vida en el exilio,
sin conseguir nunca recuperar sus bienes, que quedaron nalmente adscritos al Estado. Mientras su
personalidad y su obra se tergiversaban y falseaban. Godoy con 69 aos de edad y 28 aos de exilio
al morir su feroz enemigo Fernando VII, public sus Memorias en 1836, cumpliendo la promesa rea-
lizada a Carlos IV de que no atacara a su hijo en vida.
Godoy escribe sus Memorias y se deende pblicamente por primera vez de las insidias ver-
tidas sobre su vida y obra Sobre, las especies derramadas en el vulgo y tambin Se dio suelta a
muchas especies calumniosas y se atribuyeron al galanteo y a las tonadas los favores que deb a mis
Reyes. Yo dir pocas cosas sobre esto, y observar el decoro que requiere su memoria, como conviene
entre espaoles. y nada ms. De este silencio han pretendido los cortesanos del rey Fernando VII y
de su hija la reina Isabel II sacar todo tipo de deducciones, suposiciones y rumores sobre las indeli-
dades de la reina Mara Luisa con Godoy y hoy parece demostrado que nunca fueron amantes.
Hasta tal punto que Taxonera, nos cuenta que siete aos despus de la muerte de la reina,
cuando el fraile fray Juan de Almaraz, confesor de la soberana, cansado de esperar que el sucesor de
sta, su hijo Fernando VII, ya rey de Espaa, le abonase la herencia que Mara Luisa le haba dejado,
al no recibirla, ni corto ni perezoso, testimoni en una carta dirigida al rey que ninguno de los hijos
que la reina haba tenido lo eran de su marido Carlos IV, incluido inevitablemente l. Segn eso la
dinasta Borbn debera ser tratada como algo pretrito, ya que, si la armacin era cierta, se habra
extinguido en Espaa. Ni que decir tiene la importancia que ello adquira para los partidos opuestos
al soberano. La carta continuaba informando que doa Mara Luisa le dio permiso para hacer pblico
lo acabado de exponer una vez ella hubiese fallecido.
La reaccin de Fernando VII no se hizo esperar. Indignado, como puede suponerse, orden
apresar al fraile confesor y enviarlo a un calabozo de Pescola, donde fue encerrado e incomunicado.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 95


GODOY Y LA CULTURA DEL LIBRO

Tres aos despus, Fernando VII hizo que fray Juan se retractara por escrito de sus acusaciones
hacia Mara Luisa, su madre. A cambio de esto, el rey le prometi que lo dejara en libertad. Fernando
VII no cumpli nunca esta promesa, y el religioso no sali de su prisin hasta 1834, un ao despus de
la muerte del monarca y muri al mes siguiente de conseguir la libertad, debido al lamentable estado
fsico en que se hallaba.
Pasaron los Reyes Carlos IV y Mara Luisa, acompaados de Godoy y su esposa Mara Teresa
de Borbn, los ltimos aos de su vida en Roma donde Napolen los envi exiliados. Solicitaron en
repetidas ocasiones la ayuda de su hijo, Fernando VII, para poder regresar a Espaa, pero este deneg
siempre su permiso.
Godoy y su esposa Mara Teresa de Borbn permanecen al cuidado de Mara Luisa que fallece
de pulmona el 2 de enero de 1819 lejos de su marido, que se encontraba en Npoles por motivos
de salud. Carlos IV enferm gravemente en Npoles y falleci unos das despus de enterrar a Mara
Luisa. Por orden expresa de Fernando VII, los cadveres fueron repatriados y sepultados en San Lo-
renzo de El Escorial.
Godoy, el hombre que lo tuvo todo en Espaa con Carlos IV, muri en la ms absoluta pobreza,
el 4 de octubre de 1851 con 87 aos en Pars. El extremeo Juan Donoso Corts asisti al funeral en
representacin del Gobierno.

Godoy y la Cultura del Libro

Pasados los eventos de 2008, la gura de Godoy est ya sucientemente reivindicada. Poco a
poco se va realizando en la Biblioteca Nacional la relacin de los libros que pertenecieron al Prncipe
de la Paz. Queda pendiente la demostracin palpable, libro a libro, de que Godoy era un biblilo
ilustrado, cuyos fondos, requisados sin compensacin alguna, se guardan en la BNE, como veremos,
sin el menor reconocimiento a quien los reuni. Esta tarea aportar luz a su biografa, a su labor de
gobierno, y a un periodo controvertido y complejo de la historia de nuestro pas.
Godoy fue ms all de la obligacin de todo gobernante de atender el mundo de la cultura.
Tena una sensibilidad especial, nos armaba el profesor Miguel ngel Lama en el Congreso Inter-
nacional Manuel Godoy (1767-1801) celebrado en Badajoz, Castuera y Olivenza.
Las colecciones que reuni el Prncipe de la Paz reejan un inters genuinamente biblioflico.
Se conoce el nmero total de volmenes que formaron su biblioteca, y sabemos el esmero con el que
trataba cada una de sus piezas, encuadernadas en talete rojo o azul real con las guardas de seda o
papel azul, en las que destacaba su grandioso exlibris, todas ellas caractersticas de las bibliotecas
reales. Ese sentimiento de coleccionista se trasmite a sus polticas culturales, educativas y militares,
en las que se aprecia su cuo o sello de ilustracin, como si el Godoy biblilo pusiera su exlibris
ilustrado en cada realizacin.
Las Memorias de Godoy, subjetivas y autoexculpatorias, estn plagadas de ese sello personal
y caracterstico. Por ejemplo, Godoy se atribuye la paternidad (no el patrocinio o padrinazgo) de
ms de 40 obras, a las que describe como si fuera su propio autor y stos sus propios hijos. Mi so-
licitud fue igual en la procuracin de buenos libros, estimulando y protegiendo la traduccin de las
mayores obras emprendidas y publicadas en mi tiempo... El Gabinete Geogrco no fue un nombre
solamente, sino un hermoso monumento de la ciencia, con sus luces, y con la ayuda que me dieron,
dentro y fuera del reino, fund el Museo Hidrogrco y logr enriquecerla con un verdadero tesoro de
mapas, planos, diseos, instrumentos, manuscritos y libros raros y preciosos recogidos de todas partes
sin perdonar ningn dispendio... El Gabinete de Historia Natural aumentaba sus ricas colecciones;
el sabio Izquierdo2 y doctsimo Clavijo prestaban su cuidado al Gabinete Mientras tanto nuestro

2
Eugenio Izquierdo de Ribera y Lezana, Bibliotecario de Godoy. Segundo Director del Real gabinete (desde 1786 a
1800) y poseedor l mismo de una buena biblioteca.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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JOAQUN GONZLEZ MANZANARES

inmortal Cavanilles publicaba sus descripciones de las plantas nativas de Espaa y Clavijo segua
hasta el n su traduccin de Buffon y Lacepeda.

Tres escritores ilustrados


En la poca de Godoy tres escritores ilustrados sobresalieron, Jovellanos y los extremeos
Melndez Valds y Forner. A los tres hombres les une su cultura de ilustrados y los tres encarnaron
con muy notables diferencias el saber y la cultura de su tiempo, o sea la modernidad del siglo XVIII.
Sus muy estudiadas bibliotecas dan buena prueba de ello.

La Biblioteca de Jovellanos

Gracias a la Bibliografa de autores espaoles del siglo XVIII. CSIC,1981 de Aguilar Pial co-
nocemos la biblioteca del escritor, jurista y poltico ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos, (Gijn,
1744 - Puerto de Vega, Navia, 1811), cuyo inventario realizado en 1778, cuando Jovellanos tena 34
aos, contaba con 1.300 volmenes correspondientes a 857 ttulos de impresos, unos veinte manus-
critos preciosos y algunos tomos de papeles varios no especicados. La mayora de esos libros
vienen impresos en latn y castellano, pero tambin hay obras de la misma poca en francs, italiano y
portugus. La Encyclopdie en la edicin de Ginebra y numerosos los libros de derecho civil, natural,
la historia eclesistica y civil, sin los cuales no podra un jurista estar bien pertrechado para apoyar
los derechos de la Corona. Notable es ya tambin el inters de Jovellanos por la economa poltica.
Jovellanos era enemigo personal de Godoy al que acusaba de conducta poco tica y de una vida
libertina, segn las insidias de la poca. Y Godoy persegua a Jovellanos acusndole de jefe de una
secta que apostataba de la Iglesia, de la moral cristiana y de la Monarqua. Godoy en sus Memorias
atribuye el destierro de Jovellanos a Mallorca a su Ministro Caballero.

Biblioteca de Melndez Valds3

Juan Melndez Valds (Ribera del Fresno, 1754-Monpellier, 1817). Biblilo, poeta, jurista y
poltico. Este ao se celebra en Ribera del Fresno el doscientos aniversario de su muerte como home-
naje al extremeo que naci por casualidad en esa localidad, pero Melndez siempre estuvo orgulloso
de ser extremeo.
Fue estudiante y profesor de letras en Salamanca, tena una biblioteca de 1.237 volmenes y
352 ttulos. Profesor de griego, entre otras disciplinas, los autores de la Antigedad representen el
63% de los volmenes posedos y el 17,6% de los ttulos. Lo que s llama la atencin es que el total de
libros en francs alcance, contando por ttulos, el total de 199, mientras que las obras en espaol slo
suman 45 ttulos. Otra cosa notable es que a Melndez le interesan ms las bellas letras que las obras
de economa y poltica. Y desde luego los libros de derecho ponen a la vista que el joven Melndez,
sin abandonar jams el griego y las letras, la poesa sobre todo, no descuida la preparacin jurdica
del que aspira a un nombramiento en la magistratura.
Melndez amigo de Jovellanos y este enemigo de Godoy. Motiv que el ministro Caballero lo
desterrara a Medina del Campo y posteriormente a Zamora, quizs el motivo principal fue, la Epstola
I. Al Excmo. Sr. Prncipe de la Paz, exhortando a Su Excelencia a que en la paz contine su protec-
cin a las ciencias y las artes (1795). Pero en realidad era Mara Luisa quien tema a los ilustrados.

3
Georges Demerson. D. Juan Melndez Valds y su tiempo, Madrid, Taurus, 1971, 2 volumenes y Antonio Astorgano
Abajo, Don Juan Melndez Valds. El ilustrado, Diputacin de Badajoz, 2007.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 97


GODOY Y LA CULTURA DEL LIBRO

Biblioteca de Forner

Juan Pablo Forner, (Mrida, 1756 - Madrid, 1797) De su biblioteca no se hizo jams inventario,
pero colocaba a pie de pgina abundantes notas para dar a conocer sus fuentes con sucientes referen-
cias bibliogrcas y numerosas citas, no slo en castellano, sino tambin en latn, en griego, en ita-
liano y en francs. Siendo estudiante en Salamanca compuso la Stira contra los vicios introducidos
en la poesa castellana, que fue premiada por la Real Academia (1782). Fue scal de la Audiencia
de Sevilla y enemigo acrrimo de Iriarte, contra quien public la stira El asno erudito. Enemigo de
casi todo el Madrid literario, excepto de Moratn y de Iglesias. Adems de libelos polmicos y de una
Oracin apologtica por la Espaa y su mrito literario (1786), escribi comedias y tragedias. Su
obra maestra es Exequias de la lengua castellana (1782).
El muy erudito escritor extremeo Juan Pablo Forner estudi leyes en Salamanca y ejerci
como scal en la Audiencia de Sevilla (1790) y en el Consejo de Castilla (1796). La Real Academia
Espaola lo premi en 1782 por su Stira contra los vicios introducidos en la poesa castellana. El
ministro Floridablanca le encarg responder a los ataques en la Enciclopdie Mthodique (1782) que
negaba la contribucin de Espaa al desarrollo de la cultura europea. El resultado fue la Oracin apo-
logtica por la Espaa y su mrito literario (1786), apasionada defensa de la orientacin cristiana de
la cultura espaola y feroz ataque contra el racionalismo materialista de los enciclopedistas. Su faceta
erudita se maniesta en dos obras publicadas pstumamente, el Discurso sobre el modo de escribir y
mejorar la Historia de Espaa, que es un autntico tratado de historiografa ilustrada, y las Exequias
de la lengua castellana, considerada uno de los textos de crtica ms sobresalientes del siglo XVIII.
Todas estas obras y otras, fueron regaladas en siete volmenes manuscritos a Godoy en tama-
o folio y encuadernados en talete rojo, con cada una de sus pginas enmarcadas y letras capitales
adornadas; el tomo primero se inicia con un excelente retrato del autor realizado con tinta china, todo
de una belleza y nura digna de una biblioteca real. BNE (MSS/9582)
La Universidad de Extremadura en el bicentenario de su fallecimiento organiz el Congreso
Internacional Juan Pablo Forner y su poca (1756-1797) con exposicin bibliogrca y catlogo de
UBEx, 1997 donde se expusieron los apuntes manuscritos de Forner, que en su da, pertenecieron a su
pariente Luis Villanueva y Caedo (Higuera de Vargas, 1824- Madrid, 1902) apuntes para el primer
libro sobre su vida y obra: Las obras de Don Juan Pablo Forner (1756-1797), Madrid, 1844. BIEx.
(FA-4388)

Lujosas Ediciones Ilustradas

El Biblilo Godoy era un promotor de cultura libresca e impresa. Aparte de su biblioteca


particular, su sello personal se puede palpar en otras bibliotecas, ediciones e impresiones realizadas
durante su mandato.
Otro dato que denota esa impronta o sello de distincin es que cuando creaba o transformaba
un organismo o institucin cultural, militar o cientca, lo primero eran los cimientos: una biblioteca
y utilizaba como pilares los libros. Adems de coleccionista, fue Godoy impulsor de importantes em-
presas editoriales. Su posicin poltica lo haca acreedor de numerosas atenciones por parte de autores
y editores que buscaban su apoyo para sacar adelante sus obras.

Biblioteca de Godoy

El bibligrafo ilustrado y Censor de Teatro en el reinado de Carlos IV, Casiano Pellicer le


dedic a la biblioteca de Godoy sta obra: El templo / del Buen Justo / o breve descripcin / de la
Biblioteca / del Escmo. Seor / Prncipe de la Paz, por... Con licencia en Madrid / en la imprenta de

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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JOAQUN GONZLEZ MANZANARES

la administracin del Real Arbitrio de Benecencia / ao de 1803. BN. (VE.513/10), 252 versos, que
comienzan En lo interior de soledad amena / y sobre el csped de la verde orilla , y terminan y
yo quedme atnito, / contemplando tan altas maravillas.4
Gracias al apoyo de Godoy sali adelante la magnca edicin francesa, realizada en la imprenta
Didot, del Voyage Pinttoresque et Historique de LEspagne de Alexandre de Laborde, obra en cuatro
tomos publicados en formato folio mayor con varias ediciones, la primera de 1806 en el primer tomo
aparece un grabado de cuerpo entero de Godoy,5 presentado como patrocinador y mecenas de la obra.
Este grabado desaparece en el resto de los tomos, publicados tras la cada de Godoy del gobierno.
Esta obra recoge una magnica descripcin de Espaa a nales del siglo XVIII e ilustrada con
272 lminas y dos mapas grabados por renombrados artistas de la poca. El mayor catlogo monu-
mental de Espaa. En la segunda parte del tomo primero se encuentran los 34 grabados histricos
dedicados a Extremadura que gozan de tan merecida fama. Y que la UBEx publicar con motivo del
25 aniversario.
Tambin se le debe el patrocinio de la esplndida y lujosa edicin de los Quatro libros de Arqui-
tectura de Palladio (Madrid, 1797), cuya dedicatoria va dirigida a Godoy tanto por la predileccin
con que V.E mir este noble Arte, quanto por ceder en utilidad pblica que V.E. promueve y fomenta
con el mayor desvelo. A estos encomios, dispuestos en forma epistolar y tipograados en cursiva
caligrca, se acompaan sendos retratos de Godoy y Palladio grabados por Enguindanos, al igual
que las 94 lminas calcogrcas que ilustran al estudio de Joseph Francisco Ortiz y Sanz.
No podemos dejar de citar al valenciano Antonio Jos Cavanilles,6 que fue encargado ocial-
mente por Godoy de estudiar la ora espaola. Su obra Icones et descriptiones plantarum. VI T. gran
formato, Madrid 1791-1801, incluy especies americanas, lipinas y de diferentes zonas del Pacco
procedentes principalmente de las expediciones cientcas de Martn de Sess y Malaspina que con
601 calcogrcas a toda pgina que dibuj el propio Cavanilles y fueron grabadas por las mejores
rmas de la Real Calcografa (Sellier, Gamborrino, los Enguindanos, Fonseca y Blanco).
Estas obras representan la cima del arte editorial espaol del siglo XVIII, y fueron el resultado
de la colaboracin entre la Real Calcografa y la Imprenta Real. Ambas instituciones llevan el sello
inequvoco del Godoy Ilustrado, que impuls y consigui elevar a la categora de Arte Grco lo que
hasta entonces haba sido trabajo manual de taller.
La Imprenta Real y Calcografa imprimieron y disearon obras menores de literatura diecio-
chesca como las Memorias de las Sociedades Econmicas de Amigos del Pas, disposiciones legales,
guas de forasteros, guas de la cartografa, como el Atlas de Too o el libro Direccin de corres-
pondencia para las ciudades, villas, lugares, aldeas, alqueras, monasterios, conventos, santuarios,
cotos, cortijos, molinos, granjas, ventas, fbricas, encomiendas, dehesas y casas de posta en des-
poblado, comprehendidos en la provincia de Extremadura, incluyendo varios pueblos y otros sitios
correspondientes las provincias adyacentes, que por su inmediacin recibirn de aquella la corres-
pondencia con ms prontitud : acompaa a este diccionario un mapa instructivo del territorio de
Extremadura ... / por Francisco Pedro de Soto Madrid : en la Imprenta Real, 1807 Descripcin fsica:
XV, 227 p., [3] h. pleg., [1] h. de map. pleg. ; 22 cm Notas: La h. de map. calc. C Mar le grab
que pueden consultar en la Biblioteca de Extremadura. (Sig. FA-847)
Por ltimo, como procedente de la Biblioteca de Godoy se le atribuye el manuscrito de la BN
con la signatura MSS, 1873 que es una Carpeta con formato libro que comprende treinta y dos al-
fabetos maysculos regalo realizado por un calgrafo que desconocemos an, por estar pendiente de
estudio, que realiz su catlogo para mostrar a los clientes y que fueran ellos quienes seleccionaran el
modelo de letras que ms les gustaba para sus escritos.

4
VICENTE BARRANTES, Aparato bibliogrco para la historia de Extremadura, tomo II, pp. 562-563.
5
ISADORA ROS DE VIEJO, La imagen de Manuel Godoy. Junta de Extremadura. Consejera de Cultura, 2001.
6
EDUARDO REYES PRSPER, Dos noticias histricas de Antonio Jos Cavanilles 1917.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 99


GODOY Y LA CULTURA DEL LIBRO

Biblioteca Real

La Historia de la Biblioteca Real7 debe de vincularse a la de los reyes Felipe V, Carlos III y
Carlos IV, cuyos nombres quedan unidos, respectivamente, a las Constituciones de 1716, 1761 y a la
Reforma de 1802. Segn la Constitucin de 1716 la direccin de la Real Biblioteca queda vinculada
al confesor del Rey y presupuestariamente queda adscrita al Secretario de Despacho Universal que
corriera con el negociado de la casas reales....
Cuando Godoy es nombrado Secretario de Estado decide, dentro de su plan de reformas, me-
jorar la gestin de la Biblioteca Real (como buen biblilo).Tan pronto se le presenta la ocasin, en
1800, nombra como Bibliotecario Mayor a un gestor, que por primera vez es un civil. Este gestor sera
su amigo protegido y posterior cuado (1816), el pacense Vargas-Laguna (1763-1824), que se mantu-
vo en el cargo hasta que lo necesit cerca de la Santa Sede (1801). Durante el corto plazo que asume
el cargo de Bibliotecario Mayor, Vargas Laguna present a Godoy un informe, que segn Carrin
Gtiez fue el ms detenido y desinteresado de cuantos hayan redactados los Bibliotecarios Mayores,
lleno de sinceridad o de clarividencia sobre la situacin de la Biblioteca Real.... Este informe, apo-
yado por el de su sucesor, Pedro de Silva Sarmiento8 servira para la reforma aprobada por Carlos IV.
R.O. de 31 de marzo de 1802, resolviendo en gran medida la situacin econmica, reformas de las
instalaciones, conseguir una plantilla de bibliotecarios y ayudantes especializados adscritos a la Casa
Real y sobre todo una biblioteca atenta a los progresos de la ciencia en Europa. Se da preferencia a
los manuscritos y se asignan recursos para adquirir libros extranjeros. Con esta reforma la Biblioteca
Real asume las funciones de preservar la memoria histrica nacional y ser fuente del conocimiento.

Biblioteca de la Secretara del Estado

Godoy es elegido el 18 de noviembre de 1792 primer Secretario de Estado y hasta su cada en


1808 llevar el timn de la Monarqua Hispana tanto en el interior como en el exterior. Por su aliento
se crea la Biblioteca de la Primera Secretara de Estado y Despacho Universal que junto al Gabinete
Geogrco y la Secretara de la Interpretacin de Lenguas imprimen un caracterstico sello ilustrado
a una Secretara eminentemente poltica. Como director de la Secretara de Interpretacin de lenguas
fue nombrado Leandro Fernndez de Moratn, el 4 de octubre de 1796.
Mucho se quejaba Moratn de su trabajo, pues debe ocupar su valioso tiempo en traducir en
lugar de asesorar, aunque por carta solicita desde Bolonia (28-11-1793) a Manuel Godoy, que lo nom-
bre bibliotecario de la Real.9 La mayor parte de estas valiossimas obras proceden de la Biblioteca
particular de Manuel Godoy quien reuni colecciones de mapas y obras de geografa y viajes, entre
ellas gran cantidad de manuscritos ya que Godoy no escatima en medios y esfuerzos para reunir en
ella cuanto interesante hall en su tiempo.10
La Biblioteca del actual Ministerio de Asuntos Exteriores conserva manuscritos valiossimos
que con toda seguridad pertenecieron a la biblioteca particular de Godoy. Algunos incluso le estn
dedicados, demostrando, en rasgo caracterstico, que Godoy no diferenciaba bien entre lo pblico y
lo privado. Es el caso del pergamino manuscrito con diversas grafas, alguna autgrafa. 463 folios.
Ao 1797. Signatura Ms-84. Varones Ilustres de la provincia de Extremadura (1794), del funcionario
Jacinto Durn y Cceres, natural de la Villa de Alcntara y vecino de la ciudad de Badajoz, del que
apenas conocemos ms datos. Vicente Barrantes, que estudi otra copia de este manuscrito cuenta en

7
MANUEL CARRIN GTIEZ, La Biblioteca Nacional, 1996
8
LUIS GARCA EJARQUE, La Biblioteca Real de S.M. y su personal. 1997.
9
M.AA.EE (Ms. 244-246).
10
Garca Ejarque, obra cit.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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el Aparato Bibliogrco para la Historia de Extremadura, UBEx, 1998, cmo se enter de la exis-
tencia de este manuscrito en la British Museum de Londres. Como slo conoca su ttulo, lo mando
copiar, pensando que sera de enorme inters para la historia extremea. La carsima copia defraud
profundamente al bibligrafo extremeo, que se sinti estafado.
La BIEX-FCM posee otra copia de la obra (slo se conocen tres en todo el mundo), con una
dedicatoria del autor a Manuel Godoy. Nos extraa que Barrantes no indicara la existencia de la dedi-
catoria, que gura en los dos manuscritos que conocemos. En esta copia, despus de la palabra De-
dicatoria est escrito: trabajada de otra mano, lo que indica que este ejemplar est copiando otro,
no sabemos si el que se conserva en la British o el perteneciente al Ministerio de Asuntos Exteriores.

Estampas Grabadas

La difusin de estampas grabadas fue instrumentalizada por el poder como medio de propagan-
da y Godoy no se qued al margen del medio. La Biblioteca Nacional tiene catalogadas treinta y tres
estampas iconogrcas suyas, desde su primer retrato de 1793. La coleccin de estampas del Prncipe
de la Paz tuvo que ser muy importante, dado el orecimiento de los grabadores-ilustradores entre los
cuales destacaba el badajocense Pedro Gonzlez de Seplveda (1704-1815) que lleg a ser grabador
de Cmara para Carlos III, Carlos IV y Jos I. Goya, genial pintor y grabador, fue amigo personal de
Godoy, y fue nombrado por su apoyo Pintor de Cmara. Godoy aprendi el lenguaje de signos de sor-
domudos para comunicarse con el pintor. La coleccin de estampas formada por Eugenio Izquierdo
de Ribera y Lezama, bibliotecario de Godoy, que se encontraba en el Museo de Ciencias Naturales,
pas en 1904 a la Biblioteca Nacional al igual que los fondos del Gabinete Geogrco, adscrito a la
Primera Secretara de Estado y Despacho Universal, que Godoy encarg organizar a los gegrafos
Toms Lpez e hijo. Estos fondos estn depositados en la Biblioteca Nacional desde 1913.

Majestuosa Biblioteca

Poco sabemos del proceso de formacin de la Biblioteca de Godoy, aunque estamos seguros
de que muchos libros los reciba como obsequio por pasados o futuros favores, y algunos de ellos
eran ejemplares nicos, expresamente realizados para l. Otro modo de enriquecer su biblioteca era
a travs de veedores que compraban libros en su nombre fuera de nuestras fronteras como Eugenio
Izquierdo de Ribera y Lezama, segundo director del Real Gabinete (desde 1786 a 1800) y poseedor
l mismo de una buena biblioteca, algunos de cuyos libros se compr a s mismo, con destino a la
coleccin de Godoy.
Una vez cado en desgracia nuestro personaje, las primeras rdenes emanadas de Palacio fueron
exonerar a D. Manuel Godoy, Prncipe de la Paz, de los empleos de Generalsimo y Almirante...
y ... que se realice un inventario general de los bienes que se hallaren en sus casas y los del Almi-
rantazgo, avisando para disponer de ellos (18/3/1808). Por la acusacin de desfalco de Estado se le
incautaron, secuestraron y embargaron los bienes con la pretensin de hacer frente a las deudas acu-
ciantes del Estado. Godoy fue expoliado de su patrimonio para intentar urgentemente hacer liquidez,
ocasin que aprovecharon compradores extranjeros para adquirir algunas de las joyas pictricas que
hoy disfrutan otras galeras.
Otro extremeo, Pedro Ceballos, Secretario de Estado, primo poltico del Prncipe de la Paz, pa-
raliza aquella ebre liquidadora para cuadros y pinturas clsicas existentes en las casas de D. Manuel
Godoy y dems juzgados, cuyos bienes estn secuestrados y que se escojan las que sean dignas de
reservarse para la galera de la nacin. Esta orden ocio se extendi a los libros y efectos de escritu-
ra, grabados, Historia Natural y monetario. Los inventarios realizados en su da, se encuentran en el

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 101


GODOY Y LA CULTURA DEL LIBRO

Archivo Histrico Nacional11 [Ministerio de Hacienda. leg.2557]. Son 28 folios donde se relacionan
todos los Ttulos de propiedad, nobiliarios, nombramientos y genealoga, relacionando un total de
558 (libros, legajos, pergaminos y taletes) que conformaba un noble y aristocrtico archivo personal,
que suponemos pieza separada de su biblioteca personal.
La Biblioteca de Godoy, semiabandonada desde su incautacin (1808) en el Museo de Ar-
tillera, se traslad a la Nacional en 1842, a cambio de un lote de objetos militares existentes entre
las antigedades de sta.12 En el archivo de la Biblioteca Nacional existe un pequeo legajo13 do-
cumentando la permuta. En la Biblioteca se encontraban depositadas una maqueta que representaba
un polgono forticado-tipo Vauban-en bronce y plata; modelos de caones (15); mosquetones (2);
arcabuces; arcos de echas y otros objetos que no entraron en el intercambio, que procedan de la re-
sidencia que Godoy, Generalsimo y Almirante de los ejrcitos, tena en el Palacio del Almirantazgo14
(hoy Senado).
Este Palacio, acogi la Biblioteca Real (hoy Nacional) durante el periodo 1823-1826, cuando se
traslad de la sede provisional en el Convento de la Trinidad (Calle Atocha), al Palacio de Alcaices,
siendo bibliotecario mayor, Francisco Antonio Gonzlez.15 Posiblemente, la Biblioteca y librera de
Godoy se encontraba en el Palacio de Buenavista, donde fue trasladado el Museo Militar fundado en
1803 por Godoy entre 1817 y 1840. En 1841 se trasladara de forma denitiva al Palacio del Retiro,
hoy Museo del Ejrcito.
Ha resuelto el Rey que de la librera del Prncipe de la Paz se saquen los mapas y planos de
forticaciones que indicar el Duque del Infantado. A quien se lo entregarn Palacio, 1 de Abril de
1808. Fdo. Marqus de Caballero [A.H.N. leg. 2557]
En este legajo existe una relacin de ms de 500 documentos de archivo que pertenecieron a
Godoy: escrituras de propiedad, papeles de administracin, y descripciones de ejecutorias y nombra-
mientos. Pero cuando se habla de libros, encontramos una lacnica descripcin: estantes llenos de
libros impresos.
En el legajo antes citado de la B.N. encontramos el siguiente recibo que transcribimos ntegra-
mente: En cumplimiento de la orden de S.A. el regente del reyno comunicada por el Sr. Ministro de
la Governacion y remitida por V.E con fecha 29 de Diciembre de 1841 para que se trasladasen esa
Biblioteca Nacional los libros que existan en este Museo de Artillera, que pertenecieron al Prncipe
de la Paz: y en vista igualmente del Ocio que con igual fecha me pas V.E. autorizando al Bibliote-
cario D. perpetuo Garca para que se le hiciese la entrega de dichos libros; debo manifestarle que hoy
DIA de la fecha han sido entregados a dicho Bibliotecario, y remitidos esa Nacional Biblioteca cin-
co mil cuarenta y seis volmenes: En folio, quinientos veinte y cinco; en cuarto, dos cientos sesenta y
cinco, y en octavo dos mil cientos cincuenta y seis, que componen la suma espresada de volmenes:
de cuyo recibo en ese Establecimiento del digno cargo de V.E. se servir darme aviso para mi resguar-
do y para manifestar al Govierno hallanse cumplimentada la ya mencionada Real Orden. En Madrid
a 15 de Abril de 1842. Fdo. El Director Gil Palacios. Dios g. Excmo. Sr. Director de la Biblioteca
Nacional. [Al margen] Madrid, 18 de abril de 1842. Contestada haber recivido en esta Biblioteca los
libros de que se trata y que se hace para su conocimiento.
Los volmenes que llevaron a la Biblioteca Nacional formaban, pues, un lote de unos 3.000
5.000 volmenes. All se mezclaron con el fondo General, y an hoy carecemos de un catlogo que
singularice esta coleccin, que merecera un estudio ms detallado, tanto para establecer el nmero de

11
A.H.N. Hacienda: legs. 1982; 2557-3580-3581-3630-3752-3824-6.
12
MANUEL CARRIN GTIEZ, La Biblioteca Nacional, cit.
13
Secretara general. [Ms. 0442-113. B.N.] Informacin facilitada por Juan Guerrero Acosta, del Instituto de Historia y
Cultura Militar.
14
M DEL CARMEN MAUECO SANTURTUM. De Gabinete a Museo (tres siglos de historia). M.A.N. 1993.
15
Hiplito Escolar. Historia de la Biblioteca Nacional. Fundacin Germn Snchez Ruprez, 1990.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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JOAQUN GONZLEZ MANZANARES

volmenes de Godoy que se conservan, como, sobre todo, para saber cules son, y si pueden aportar
informacin biogrca de inters.
Actualmente y desde hace varias dcadas la BN, tom en consideracin que la procedencia de
los volmenes all depositados es un dato fundamental para los investigadores de forma que cuando
aparece un volumen con las signaturas antiguas que se utilizaban en la segunda mitad del siglo XIX
poca en que se catalogaron los libros que pertenecieron a Manuel Godoy, se estudian las seas de
identidad del ejemplar. Primero fecha, despus cualquier signo de distincin que exista sobre la
biblioteca de Godoy ya sea por su ex-libris, por su encuadernacin o por intuicin y conocimiento.
Cuando coinciden todos o algunos de los datos conocidos y estudiados se incluye en la cha biblio-
grca un apartado especial para indicar la procedencia Manuel Godoy y hasta la fecha se han locali-
zado ms de 500 ejemplares, de estos que estn localizados la mayora son ejemplares franceses, ale-
manes o italianos que Godoy adquira para conocer los avances cientcos de la ilustracin europea.
Como recordaran, los grandes ejemplares manuscritos o impresos dedicados a Godoy estaban
perfectamente localizados anteriormente.16
Es inverosmil que un biblilo de la categora de Godoy, con bibliotecarios a su servicio como
Eugenio Izquierdo y otros, no hiciera nunca siquiera una lista de los ttulos de su coleccin. Incluso
cuando los libros se contaron para la permuta, alguien debi de redactar una somera relacin de los
fondos.17

Librera de Manuel Godoy

Posiblemente, junto a los libros fue trasladada a la Nacional la librera que los acoga, unos
magncos muebles de caoba con adornos de talla dorada y decorados con bronces aplicados. Des-
taca el cuerpo central, con columnas en relieve y rematada por un esplndido medalln en mrmol y
oreros.
Otro cuerpo, que suponemos situado en la pared opuesta, acoge un inmenso reloj; otros son
esquinados. El conjunto mide unos 70 metros de largo por 3,20 metros de alto y 0,45 m. de ancho, lo
que da como resultado ms de 750 metros de estanteras, sucientes para albergar holgadamente, al
menos, los 7.258 volmenes que anota la cuenta ms alta de los libros incautados a Godoy.
Esta magnca librera est incomprensiblemente dividida: el cuerpo central (medalln), ms
cuatro cuerpos de estantes (unos 20 m.) pueden verse actualmente en la Sala del Patronato de la Bi-
blioteca Nacional y el resto de la librera, cuerpo del reloj, ms cuerpos esquinados y cuerpos de
estantes (unos 50 m.) cumple similar funcin en la Salas Nobles del Museo Arqueolgico Nacional,
parte de ella adaptada para vitrinas del Monetario.
La recuperacin de la gura pblica del extremeo Manuel Godoy es ya un hecho. En 2008,
coincidiendo con el bicentenario del motn de Aranjuez, que signic su cada del poder, su Badajoz
natal le ha rendido homenaje, con la publicacin de diversos estudios,18 y la colocacin de una esta-

16
Segn Manuel Snchez Mariana, el grueso de los libros que pertenecieron de Godoy estn ubicados en el piso segundo
de la Biblioteca Nacional, donde comienza la signatura 2, y se distinguen por la encuadernacin en talete rojo y su
ex-libris.
17
En El Estado del ejrcito y la armada de Ordovs, de JESS M ALA PLANA Y JOS MANUEL GUERRERO ACOSTA,
Ministerio de Defensa, 2008, p. 37, n. 23, se trascribe as el recibo: 5046 volmenes en folio, 525 en cuarto y 2256
en octavo, lo que hara un total de 8827 volmenes. Se trata de un error en la trascripcin del recibo.
18
Entre ellos, Godoy vuelve a casa, de Alberto Gonzlez, editado por el Ayuntamiento de Badajoz dentro de las
publicaciones del Bicentenario de la Guerra de Independencia. Una reivindicacin de Godoy se contiene tambin
en La guerra de las naranjas (Luciano Bonaparte en Badajoz), de Andr Fugier. Diputacin de Badajoz, 2007. La
edicin, a cargo de Lus Alfonso Limpo Priz, cuenta con una importante Revisin crtica de los hechos.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 103


GODOY Y LA CULTURA DEL LIBRO

tua, aprobada por el Ayuntamiento badajocense el 26 de enero de 1807, hace 200 aos. Sus Memorias
han sido reeditadas,19 y su gura y actuacin poltica se han estudiado y reivindicado en las conme-
moraciones del comienzo de la Guerra de la Independencia, el 2 de mayo de 1808.20

19
Memorias, en edicin de EMILIO LA PARRA E ISABEL LARRIBA, Publicaciones de la Universidad de Alicante, 2008; y
Memorias de Godoy, seleccin del texto completo y edicin de Enrique Rspoli. Madrid, La esfera de los libros,
2008.
20
Se ha celebrado en el Palacio Real de Madrid la exposicin Ilustracin y Liberalismo (1788-1814), comisariada por
EMILIO LA PARRA, CARLOS SAMBRICIO Y JOS LUS SANCHO, en la que la gura y la poltica de Godoy vuelven a revisarse.
El catlogo se ha publicado en Madrid, 2008.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


104
VCTOR GUERRERO CABANILLAS

FELIPE TRIGO (1864-1916), DATOS SOBRE SU INFANCIA


Y PRIMERA JUVENTUD

VCTOR GUERRERO CABANILLAS

I.- Felipe Trigo, hurfano en Badajoz

Buena parte de su infancia y juventud hasta nales


de 1881 transcurri primeramente, durante breve tiempo, en
una aldea prxima a la capital. En su trmino municipal la
familia posea un notable patrimonio rstico en tierras de
labor, vias y olivado. Finalmente jaron su residencia en
Badajoz en un amplio inmueble de dos plantas situado en
la calle de San Juan, junto a la iglesia de la Concepcin,
propiedad de las titas de Felipe Trigo, y en frente de una
conocidsima farmacia de la que dara cuenta en su novela
En Camisa Rosa. En esta ccin novelesca, la hija del boti-
cario, Florencia, formaba parte del grupo de iguales al que
perteneca el trasunto literario de Felipe Trigo. Mantuvo con
Florencia una especial relacin de amistad a la que aludira
en su narrativa autorreferencial en alguna otra ocasin.1 En
la calle de San Juan, n 37, en efecto, abri botica el da 16
de marzo de 1873 don Ramiro Estvez Verdejo quien, sin Foto n 1: Acuarela de Eduardo Acero.
Autorretrato de Trigo
embargo, no pudo ser el padre de aquella nia amiga de la
infancia de Felipe Trigo. Los hijos o hijas que tuviera don
Ramiro Estvez nacieron a partir de 1873, es decir, cuando Trigo ya tena nueve aos lo que hace
inverosmil que pudieran llegar a tener relacin alguna en ellos.
Al comienzo de la misma calle, en la esquina con la calle Muoz Torrero en la plaza de San
Juan, tena farmacia abierta don Ricardo Camacho.2 Entre ambos boticarios hubo siempre una rela-
cin muy tirante con frecuentes enfrentamientos. En la misma calle, cerca de la plaza Alta hubo otra
botica en el mismo tiempo, regentada por don Pedro Soriano. Haba, pues, tres farmacias abiertas
en la principal arteria urbana de la ciudad. Hubo otra ms, sta situada en la cercana calle Aduana
que estaba a cargo de don Valeriano Ordez. Ramiro Estvez particip muy activamente en la vida
social, cientca, poltica y cultural de la ciudad.
Fue subdelegado de farmacia en Badajoz, vicepresidente de la Asociacin Mdico-farmacuti-
ca, miembro y contador de la Real Sociedad Econmica de Badajoz, miembro y fundador del Colegio
de Farmacuticos de la provincia, del que fue presidente, y del Consejo General de Colegios Farma-
cuticos de Espaa. Amigo y colaborador del que fuera presidente del Colegio de Mdicos, Narciso

1
TRIGO, FELIPE, En camisa rosa, Biblioteca Felipe Trigo, Vol. I, Edicin Luis Sez Delgado, Diputacin de Badajoz, pp.
115 y ss.
2
Ricardo Camacho Algaba cre el Laboratorio Espaol Dr Camacho, que alcanz cierta nombrada gracias a dos
productos, la pldora del mosquito, un antimalrico, y el purgante Camacho. Ver ms en VENEGAS SITO, CECILIO Y
RAMOS CARRILLO, ANTONIO (2016), <<Dios, Patria y Farmacia. El doctor Camacho y los laboratorios farmacuticos
pacenses en la primera mitad del siglo XX>>, Revista de Estudios Extremeos, LXXII (III), pp.2079-2124.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 105


FELIPE TRIGO (1864-1916), DATOS SOBRE SU INFANCIA Y PRIMERA JUVENTUD

Vzquez Lemus, con quien redact una monografa


de un Proyecto de saneamiento y embellecimiento de
la ciudad de Badajoz, aplicado en varias partes a los
pueblos de la Provincia,3 en el que planteaban abierta-
mente la necesidad del derribo del amurallamiento de
la ciudad.
En cuanto a las dicultades que surgen por la cir-
cunstancia de ser nuestra ciudad plaza de guerra, cree-
mos que debe esperarse sea fcilmente vencida, si se lo
propone el vecindario con empeo.
1.- Porque la salud es la suprema ley de un pue-
blo, y no se debe condenar a un pueblo a que sea en la
paz vctima de la guerra.
2.- Porque en el presente momento histrico, es
perfectamente intil la defensa de las murallas como
la nuestra.
3.- Porque en plazas de ms inters militar se ha
concedido por el Gobierno el derribo de las mismas,
teniendo en cuenta la salud de la poblacin.
Ramiro Estvez fue tambin arquelogo acio-
nado, sicrata, director honorario de los jardines de
Badajoz, a l se debe la plantacin de palmeras was- Foto n 2: Fachada de la iglesia
hingtonianas en el parque de Castelar.4 de la Concepcin.

El cambio de residencia de Villanueva de la Se-


rena a un villorrio prximo a Badajoz, primeramente, y despus a la capital de esta provincia extre-
mea, vino sobrevenido por la muerte en 1869 de su padre, ingeniero de Obras Pblicas, empleado en
los trabajos de construccin del ferrocarril Ciudad Real-Badajoz. La desaparicin del padre supuso
un empobrecimiento no slo socioeconmico, sino tambin sociocultural. En ausencia del padre, la
madre form una unidad narcisista con el hijo como respuesta a la falta del padre. El hijo pas a ser
en trminos psicopatolgicos una posesin hiperprotegida, circunstancia que interri negativamente
en la socializacin, autonoma personal y desarrollo de su personalidad.5
Entonces no existan polticas sociales diferenciadas destinadas a la infancia. La infancia no
estaba institucionalizada. El nio, como constructo sociolgico, no rebasaba el marco familiar ni
gozaba de entidad propia. Qu duda cabe que la ausencia paterna y la superproteccin materna con
una marcada presencia en el grupo familiar, ambas circunstancias, contribuyeron a la crianza de ado-
lescentes que, como el joven Felipe Trigo, se mostraran menos seguros de s mismo, ms indecisos
y con ms problemas para su futura emancipacin y socializacin.

3
Folleto impreso, Tomo 16, RSEEAP de Badajoz. Tomado de VENEGAS SITO, CECILIO y RAMOS CARRILLO, ANTONIO,
<<Ramiro Estvez Verdejo (1851-1911), un farmacutico..>>, Opus cit, p.124
4
Mi agradecimiento a VENEGAS SITO, CECILIO, que amablemente me ha facilitado esta informacin contenida en su
trabajo, junto con RAMOS CARRILLO, ANTONIO, (2015), <<Ramiro Estvez Verdejo (1851-1911): un farmacutico
comprometido con su tiempo>>, De la botica de El Escorial a la industria farmacutica en torno al medicamento,
Madrid, Universidad de Alcal, Servicio de Publicaciones, Editores Antonio Gomis Blanco y Ral Rodrguez Nozal,
pp.105-127.
5
SNCHEZ PARGA, JOS, Orfandades infantiles y adolescentes, U. Salesiana, Ecuador, 2004. Consultado en internet el 20-
I-2017. Este libro ha aportado a mi exposicin valiosa ideas y perspectivas sobre la gura de F. Trigo, su maduracin
psquica, su orfandad, socializacin y emancipacin, el grupo de iguales y las rebeldas y transgresiones juveniles
como muestra de su individuacin.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


106
VCTOR GUERRERO CABANILLAS

El gran revs familiar coincidi con los primeros tiempos de los acontecimientos revoluciona-
rios de 1868, a los que sucedera un dilatado periodo de gran malestar social. En 1866 ya se haba
generalizado en toda Espaa una nueva crisis de subsistencia con escasez de cereales y de otros
alimentos, alza desorbitante de los precios y una hambruna generalizada, que desemboc en el alza-
miento de Topete en Cdiz. Secundado por Prim y Serrano dio al traste con el reinado de Isabel II.
La estancia de Trigo en Badajoz concluy cuando, ya bien entrado el ltimo trimestre de 1881,
Felipe Trigo traslad su residencia a Madrid para cursar en su Universidad Complutense los estudios
de la licenciatura de Medicina y Ciruga.6 Los convalidara en la Universidad de Sevilla, tiempo
despus, cuando decidi rmar las oposiciones de Sanidad Militar. Aunque, al comienzo de jar
su residencia en Madrid, regres algn tiempo durante los veranos, estas estancias temporales se
interrumpieron en 1884, a raz de producirse, por una cuestin de faldas, un cierto distanciamiento
familiar, junto al hecho de que su matrimonio temprano con una compaera de estudios, Consuelo
Seco de Herrera, le restara tiempo e inters. Era hermana del mdico de Castilblanco, Manuel Seco
de Herrera, pariente del tesofo Rosso de Luna y amigo de Mariano de Cavia, de quien se deca ser
<<el ms literato de todos los periodista y el mejor periodista de todos los literatos>>.
Castilblanco, en plena Siberia extremea, pas a ser el destino de sus huidas al campo, que Tri-
go prodig contando con la ayuda profesional de su cuado durante las frecuentes fases depresivas de
su desorden mental bipolar a partir de 1910. En la dehesa Moheda de la Cruz, en la margen izquierda
del ro Guadalupejo, escribi alguna de sus obras ms representativas como El mdico rural, en cuya
ccin el experimentado doctor Pea es trasunto literario de su cuado Manuel Seco, y Los abismos.
Resulta de inters detenerse de manera muy especial en la infancia de Felipe Trigo porque en
ella se labr su perl caracterolgico que tan decididamente inuira en su conducta adulta y en su
literatura. El conocimiento de su biografa personal y social, que incluye en buena medida la psicopa-
tobiografa de su infancia y adolescencia, constituye un instrumento valioso para poder penetrar en el
mundo novelesco y ensaystico del escritor. Cabra pensar que la insistente presencia de este substrato
biogrco tan autorreferencial, que, una y otra vez, aora en su narrativa novelesca, pudiera tenerse
como un indicador de una imaginacin tasada o poco despierta. Watkins7 saldra bien pronto al paso
de este juicio cicatero, haciendo especial hincapi en sus especiales dotes de observador de su entorno
como principal fuente de inventiva. Otros crticos, sin embargo, como Jan Pieter Ton, le tacharon de
falto de creatividad.8 Pero l mismo nos sacara de dudas al respecto, confesando que
Carezco de la facultad de invencin, y si la tuviera renunciara a ella. Lo nico que hago es
componer, dando forma novelesca a recuerdos y detalles dispersos []9
Se ha cumplido ahora el primer centenario de su muerte, acaecida el sbado 2 de septiembre
de 1916 por la maana, durante esas horas en que suelen tener lugar esos actos tan dramticos e im-
penetrables. En realidad, cuando muere, el escritor postnaturalista ya haba dejado de existir, vencido
por una enfermedad mental invalidante. Ciertamente llevaba razn Stendhal cuando arm que todo
el que se suicida, se suicida por falta de imaginacin.
Digamos un poco de paso, que esta obra pblica espectacular de la implantacin del primer
ferrocarril en Extremadura fue realizada gracias a la mediacin interesada del que fuera ministro de
Fomento durante el Bienio Progresista 1854-56, Francisco de Luxn Miguel Romero, hijo del dipu-
tado liberal doceaista Manuel Lujn Ruiz, natural de Castuera, y de doa Mara del Carmen Miguel
Romero Moreno, natural de Villanueva de la Serena. Francisco de Luxn era cuado de Antonio Gon-

6
AHN (pares), Signatura Universidades, 6236, Expediente 5. Curso preparatorio 1881-82.
7
TAYLOR WATKINS, Alma, El erotirmo en las novelas de Felipe Trigo, Renacimiento, 2005.
8
PIETER TON, JAN, Felipe Trigo. Estudio crtico de su obra, Amsterdam, 1952.
9
MARCO, JOAQUN, <<Felipe Trigo y su novela socialista y de clave: Jarrapellejos>>, Archivum, Revista de la F. de
Filologa de la U. de Oviedo, Tomo 29-30, 1979-1980, pp.145-166.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 107


FELIPE TRIGO (1864-1916), DATOS SOBRE SU INFANCIA Y PRIMERA JUVENTUD

zlez, de Valencia del Mombuey, dos veces presidente de gobierno con Isabel II. Su mediacin fue
determinante para la construccin por Ciudad Real-Cabeza del Buey-Mrida-Badajoz del ferrocarril
Madrid-Lisboa, el primer tren de Extremadura. La Real Sociedad Econmica de Badajoz que haba
solicitado y defendido este trazado viario agrarista e iberista otorg en 1863 a Francisco Luxn el
nombramiento de socio de honor como reconocimiento a su favorable arbitraje y colaboracin. Lu-
xn hizo valer las ventajas de estar construido el tramo de Madrid a Ciudad Real por Alczar de San
Juan para proseguir desde la capital manchega a Cabeza del Buey, Castuera, Villanueva, Mrida y
Badajoz, un trayecto sealadamente ms corto que los proyectados por Cceres.
A peticin de la Real Sociedad Econmica de Badajoz, Luxn medi tambin favorablemente
en el mantenimiento del emplazamiento inicial de la estacin del ferrocarril en Badajoz para lo que la
Asociacin de Ganaderos del Reino haba cedido unos terrenos.10 Este trayecto ferroviario primitivo
de Ciudad Real, Cabeza del Buey, Villanueva de la Serena, Mrida a Badajoz y Lisboa, atravesaba
una Extremadura agroganadera pero con escasa relevancia demogrca, industrial o minera. Badajoz
capital contaba entonces con unos escasos 20.000 habitantes, de manera que bien pronto sera cali-
cado como un proyecto ferroviario agrarista e iberista. Sin embargo, los tardos agraristas ilustrados
como Francisco de Luxn, pusieron todo su empeo en el logro de la integracin de una parte de
Portugal en el proyecto de ferrocarril Ciudad Real-Badajoz. El recorrido transversal por la provincia
de Badajoz garantiz el transporte rpido, seguro y econmico de cereales, aceites, ganado destinado
al sacricio, abonos, carbn vegetal y otros productos agroganaderos satisfaciendo as los intereses
de la gran burguesa agraria.
Como ya se dijo al comienzo, la muerte del padre de Trigo supuso un grave revs econmico
para la familia, obligada a buscar el amparo de las hermanas de la madre residentes en Badajoz en
posesin de una cierta holganza econmica. Poco sabemos, hasta el presente, relativo a estos anclajes
familiares de Felipe Trigo ms all de su condicin de labradores acaudalados.
La reconstruccin de la infancia de Felipe Trigo se ha visto facilitada gracias al hecho de tra-
tarse de un escritor muy autorreferencial. l mismo lo confesara sin rubor alguno. Esta circunstancia
nos permite rastrear con bastante xito el discurrir de su infancia y juventud, en torno al domicilio
familiar establecido en la calle de San Juan.

Foto n 3: Manzana en que estaba la vivienda del Felipe Trigo, en la actual calle de San Juan.

10
Actas Junta Directiva RSEEAP de Badajoz, 1863.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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VCTOR GUERRERO CABANILLAS

La novela Los invencibles es, de todas sus narraciones, la que ms referencias contiene a su
infancia y juventud. Pude vericarlo revisando un ejemplar de la primera edicin, por cierto, inton-
so, virginalmente conservado, una joya para biblilos, que me fue facilitado en la Biblioteca de
Extremadura y que tuve el privilegio de deshojar, algo que puede darnos una idea acerca del limita-
do inters que ha despertado Trigo en Extremadura en todos los tiempos. Junto a esta novela corta,
existe otra, Las reveladoras, ms dedicada a narrar episodios de su adolescencia, cuyas protagonistas
participantes en los primeros escarceos sexuales son las criadas de la nueva casa familiar. Otra ms,
En camisa rosa, una novela pstuma tambin nos acerca a sus recuerdos de la infancia y juventud
hasta que en 1881 se trasladara a Madrid, como sabemos, para cursar los estudios de Medicina en la
Universidad Central.
<<Mi niez insulsa y tormentosa>>, <<yo no tena padres como ellos; viv recogido por mis
parientes, cuntas calladas amarguras!>>,11 confesaba Trigo, rerindose a esa primera etapa de su
vida, sus aos de soledad y de privaciones afectivas, consciente ya de una realidad personal poco ha-
lagea. Existe una palabra en nuestra lengua que viene muy a cuento con la situacin de aquel nio
preadolescente que haba perdido todo, alcanzando a ver que el regreso a aquel mundo desaparecido
de su primera infancia era de todo punto imposible. La palabra que reejaba el estado de nimo de
aquel nio era nostalgia. Nostalgia viene de nostos, regreso, y algos, dolor, es decir el dolor ntimo,
abrumador, relacionado con el no regreso y la aoranza de su mundo primigenio. Es decir, la tristeza
de hallarse alejado, contra su voluntad, de su mundo original y de su verdadera patria. Y, tambin,
el dolor por la ausencia de sus seres ms queridos y de los tiempos y las cosas que ya no regresaran
jams.
Sobrevenida en su niez, tuvo para l un gran coste no slo en trminos de status socio-econ-
mico, sino tambin en el plano emocional y afectivo: <<la orfandad del padre y una medio disfrazada
miseria me han tenido siempre soledoso y triste>>, confesara l mismo tiempo despus en aquel
ambiente escolar, criticando ya tempranamente la educacin recibida y el miedo inculcado.12
Hoy sabemos que una educacin sobreprotectora, como la que l recibi, propici sus miedos
infundados y las inhibiciones ejerciendo una negativa inuencia en el desarrollo de un estable estilo
emocional. Poco a poco, Felipe Trigo ira labrndose una imagen muy negativa de la sociedad de su
tiempo, a la que fustigar en cuanto pueda. Poco tiempo despus de la muerte del padre, se produjo
la especialmente dolorosa, ya viviendo en Badajoz, de Julia, su hermana, la ms querida, con la que
mantena la ms estrecha relacin. Y poco tiempo despus, nalmente, la de su madre. Las prdidas
encadenadas de ambos progenitores y de su hermana, todas sobrevenidas en tan breve tiempo, cuando
estaba prximo a cumplir diez aos, convirtieron a Trigo en un hurfano ansioso y estresado cuyo
espacio vital se vio modicado inopinadamente. Fue la suya una larga infancia infeliz sin padre ni
madre porque el nio es ante todo un hijo. <<No podra destacar una necesidad tan fuerte por parte
del nio como la proteccin del padre>>, dijo Freud.13
En las sociedades modernas el periodo de la infancia est siendo recortado y la presencia del
padre no es tan maniesta como en el ltimo tercio del siglo XIX. Por otro lado, un hurfano no es so-
lamente un nio sin padres, sino tambin sin un pasado ni una historia familiar y personal. De no dar-
se, como en su caso, una respuesta familiar amplia de acogida, el nio, en esas condiciones, hubiera
quedado en riesgo de exclusin social. Una caracterstica de la sociedad de entonces era precisamente
la existencia de un modelo familiar ms extenso y ms interrelacionado afectiva, social y econmica-
mente, mejor dotado, en consecuencia, para solventar de manera satisfactoria la desaparicin de uno
o de ambos progenitores sin que se resintiese la socializacin de los hijos.

11
Biblioteca Felipe Trigo. Edicin de Luis Sez Delgado, 2016, En camisa rosa, p.100.
12
TRIGO, FELIPE, En los andamios, Renacimiento, p.17.
13
FREUD, S., El malestar en la cultura, Alianza Editorial, 2006, p.204.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 109


FELIPE TRIGO (1864-1916), DATOS SOBRE SU INFANCIA Y PRIMERA JUVENTUD

La sociedad de entonces, una sociedad tradicional, tenda a sobreproteger y cobijar a los miem-
bros que precarizaban por alguna razn, particularmente en el caso de los nios. Un dcit de segu-
ridad y cuidados durante la primera infancia no dotar al nio de suciente conanza a la hora de
enfrentarse a los riesgos futuros. Por el contrario, un exceso de proteccin no le preparar bien para
saber ser libre y autnomo.
Si, como le sucedi a Felipe Trigo, el nio, por falta del padre, representante de la autoridad
disciplinaria y smbolo de la legalidad, goz prematuramente de un exceso de autonoma y de liber-
tad, se convertir en un adolescente inseguro, indeciso y errtico. La familia con notables rasgos de
cohesin debe ser tenida como un bien social, un gran capital social. Precisamente, una de las mani-
festaciones de pobreza de una sociedad determinada es la falta de familia y la precarizacin de las
relaciones familiares derivada del distanciamiento.
Y algo as veremos cmo planea sobre la vida de Felipe Trigo, por fortuna sin que acarreara
nalmente complicaciones graves. Estos nios, en unas circunstancias tan negativas, tras vivir en
la orfandad y el aislamiento, involucionan hacia una adolescencia eterna. Crecen fsicamente, pero
no maduran ni evolucionan en las dimensiones psquicas, emocionales y espirituales. Slo sern
salvados, como en cierta medida fuera su caso, si encuentran otras fuentes alternativas de cuidados,
proteccin y afectos.
Debi tener de su progenitor un recuerdo un poco confuso, incluso de su propia edad real, cuan-
do muri. Cuando falleci el padre, Felipe Trigo no tena incorporada an la idea del no retorno. No
entenda todava aquella prdida como algo irreparable y denitivo.
A la muerte de mi padre llegaban mis recuerdos vagamente. Una confusa nocin la que puede
quedar a los poco ms de cuatro aos- de un lgubre desle al que asisti gran nmero de damas en-
lutadas y de seores con sombrero de copa y con levita; sobre el atad iba el kempis de ingeniero []
Y, cuando volvi del camposanto aquella gente y le fue entregada a mi madre una cinta y una llave,
ella volvi a sollozar como una loca! No habra de sobrevivir mucho, a pesar de que por mi hubo de
ansiarlo, al que tanto en vida la ador!14
A juzgar por los mltiples recuerdos de su niez, la madre del escritor, herida y sitiada por el
luto y habitada por el gran dolor de un prdida afectiva que nadie conseguira aliviar, debi ser por
fuerza una mujer escasamente dispuesta a dispensar afectos maternales, probablemente sumida en un
duelo patolgico, incapaz de asumir correctamente la prdida del marido ni el rol de madre. Aquella
madre de Felipe Trigo sera una madre que segua viva pero estaba psquicamente invalidada para
dispensar cuidados a sus hijos.
De la madre recibimos la vida y la palabra, pero de la madre que ha sufrido estos desgraciados
percances de las prdidas afectivas del esposo y de una hija, que se deende malamente del duelo,
incapaz de gestionar su tragedia, no se puede recibir nada placentero. En realidad fue como la <<ma-
dre muerta>> de Green, el clebre psicoanalista francs, una madre que sigui viva vegetativamente,
durante un breve tiempo en su caso, pero muerta anmica, afectiva y psicolgicamente, inhabilitada
para superar la prdida parental del esposo y de la hija. Sumida en un duelo cronicado, patolgico
mantuvo un luto estricto durante ocho aos,15 fue incapaz de ejercer a satisfaccin el papel de madre.
Los acontecimientos ms estresante en la vida de cualquier persona, que son comnmente las
prdidas parentales ms cercanas, pueden resultar complicados o nocivos si el contexto es muy des-
favorable circunstancias de la muerte, impacto econmico o si el progenitor superviviente carece
de habilidades sociales o se encuentra al borde de la exclusin social. En cualquier caso, ms morti-
cante resulta la prdida de la madre a los 10 aos que la del padre a los 5 aos. Muy duro golpe, pues,
para el infante Felipe Trigo la prdida de la madre que le sumira en una completa orfandad.

14
Biblioteca Felipe Trigo, Edicin Luis Sez Delgado, Opus cit., pp.101-102.
15
<<Hace ocho aos que muri pap y hemos estado de luto>>, confesaba un joven Trigo a alguien de su entorno,
segn se seala en GUERRERO CABANILLAS, VCTOR, Felipe Trigo, desorden mental y creatividad literaria, Diputacin
de Badajoz, 2007, p.85.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


110
VCTOR GUERRERO CABANILLAS

El complejo de la <<madre muerta>> determina nalmente una patologa disfuncional que


comporta una dilacin en el desarrollo y en la maduracin psquica del hijo. Pero lo que se pierde, en
realidad, no es la persona a quien se ama, sino el amor y la entrega material que le vena dispensando
la madre amada. Dicho de otra manera, la persona, en este caso nuestro, su madre, sigue all, pero no
su amor ni su disponibilidad. Los lazos afectivos y de apego han desaparecido. Qu consecuencias
tiene ser hijo de una madre depresiva por un duelo cronicado? El hijo, desaparecido el padre y au-
sente la madre, hurfano de la familia y de la sociedad, queda desprovisto incluso de su propia infan-
cia y adolescencia. En su caso, la posicin superprotectora de la madre ante su orfandad le infantiliza
an ms. Rerindose a esta madre, Consuelo Trigo de Azuola, hija del escritor, escribira muchos
aos despus <<que su avasalladora y poderosa ternura la haca, llena de temores, dormir con todos
los hijos en un solo cuarto hasta que no fueron mayores>>.16

Foto n 4: El Teatro Principal, ubicado en el Campo de San Juan

La quiebra de los referentes existenciales capitales, que a esas edades tempranas, encarnaban
los padres en representacin de la sociedad, interrumpi el proceso madurativo de su psiquismo. Vino
a representar una prdida de los asideros que le permitan sentirse seguro en la vida y no un nufrago
en el sentido de Gonzalo Bueno.17 Cuando las relaciones de parentesco son extensas, vinculantes, el
nio hurfano dispondr de un capital lial muy denso capaz de amortiguar los efectos negativos de
la prdida de uno o ambos progenitores. En este contexto sociofamiliar, el riesgo de quedar desprote-
gido y expuesto a la soledad ser mucho menor.
Felipe Trigo, introvertido, tmido, elabora una imagen devaluada de s mismo. Aunque es un
chico despierto, vive distanciado de la vida social, rehuyendo el trato con desconocidos, bastante
retrado socialmente, sin rebasar el limitado entorno familiar de hermanos y primas. Nunca asista a
espectculos como los que, a menudo, se celebraban frecuentemente en el teatro del Campo de San
Juan o en el saln de la Orquesta Espaola.

16
TRIGO DE AZUOLA, CONSUELO, Felipe Trigo, su vida y su obra (Tesis doctoral indita presentada en Madrid en 1960),
p. 10.
17
Sujeto reexivo de Gidens frente al otante soteriolgico de Gustavo Bueno. Ver en BUENO, Gustavo, <<Psicoanalistas
y epicreos>>, El Basilisco, primera poca, n 13, 1981, pp. 12-30.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 111


FELIPE TRIGO (1864-1916), DATOS SOBRE SU INFANCIA Y PRIMERA JUVENTUD

Se convirti en un ser enclenque, quinqu le apodara el profesor de Retrica y Potica del


Instituto, en su primer da de clase. << Quin es ese nio que se parece a un quinqu? Oye, dile a
tu madre que te alargue los pantalones! Aqu no viene nadie as; y como la tomen contigo los otros,
te has cado. De verdad que resultas un quinqu, con el bombacho y ese cinturn sobre el vuelo de la
blusa, que parece la pantalla>>, tronaba el profesor entre jocoso y mordaz. El segundo disgusto del
primer da de clase le sucedera en clase de Aritmtica. El profesor, gordo, con lentes, que haba sido
gobernador civil de Lrida, y que se daba un cierto aire a Cnovas, intentaba hacer una evaluacin
colectiva con poco rigor, sealando con el dedo al alumno a quien iba correspondiendo cada pregunta.
Al verse sealado directamente, los nervios le jugaron una mala pasada. Se confundi. El profesor
le solt como si se tratara de dos disparos seguidos: Peln, camueso! Y toda la clase prorrumpi en
ruidosas carcajadas. Quizs compadecido, le hizo salir a la pizarra con la pretensin de que se des-
quitase de su primera picia. No sucedera as. <<Con mi azoramiento y mis pantorrillas desnudas no
consegu sino indignarle an ms. Y entonces me llam banderillero! En todo el curso pude quitarme
el remoquete>>.18
Padeci durante la infancia de terrores nocturnos y de nictofobia o miedo a la oscuridad, que
segn la explicacin freudiana, una ms de las diversas hiptesis, se tiene como una manifestacin de
un desorden de ansiedad por separacin, como era su caso. Un irracional miedo a la oscuridad atena-
zaba sus miembros en las largas y oscuras noches de insomnio. Los primeros hombres no sufrieron
de este temor, a veces aterrador, pero a medida que ms y ms generaciones se fueron sucediendo
se index en nuestros ADN la asociacin a la noche de acontecimientos perversos provocados por
animales salvajes, reptiles venenosos, asesinos y ladrones sanguinarios que aprovechaban las horas
nocturnas para cometer sus fechoras. Lo que nos ha quedado en nuestro mundo actual es el temor
atvico que nos obligaba a permanecer alerta para poder enfrentarnos a los peligros de la oscuridad.
Asustadizo y ansioso, con miedo a la oscuridad y a los terrores nocturnos, inseguro, tmido,
retrado, sensible y con una autoestima bastante devaluada, no gozaba de empata, era poco asertivo.
Al carecer de modelo paterno tuvo muchas dicultades para alcanzar un sentido maduro de identidad
masculina. Exhibi en su vida adulta apreciables rasgos de inmadurez que entraban en juego, por
ejemplo, en sus relaciones con la mujer, un estilo relacional que traslad a sus narcisistas protagonis-
tas masculinos.
Este puede ser su retrato psicolgico cuando contaba con 10-11 aos e iniciaba los estudios de
bachillerato. Un nio inseguro, muy vulnerable, que en la adolescencia tendr problemas relaciona-
dos causalmente con las presiones del grupo de iguales. Veremos cmo su inseguridad le obliga a
integrarse en el grupo de iguales mediante la adopcin de comportamientos iniciticos de consumo
de tabaco y alcohol, los tpicos ritos de entrada como, ms tarde, las primeras experiencias frustrantes
y displacenteras con prostitutas.
Tampoco Badajoz era entonces ningn paraso social, por desgracia. Con una poblacin en
torno a los 23.000/25.000 habitantes, mortalidad infantil, general y natalidad elevadas, expectativas
de vida en torno a 29/30 aos, higiene y salubridad pblicas decientes, brotes de clera, crisis de
subsistencia, desde 1866 arrastraba una penosa situacin social al haberse agudizado el malestar, el
clamor social, por la inestabilidad poltica, la crisis econmica, el desabastecimiento y el desempleo,
a lo que se ve un mal endmico en Extremadura. La crisis econmica profunda, generadora de gran
malestar social, movilizaciones populares, asonadas, y otras manifestaciones de protesta, a veces
violentas, con agresiones y muertes. Algunas noches tenan que refugiarse en los stanos de la casa.
Aquel contexto social adusto e inhspito, -manifestaciones callejeras, motines, asonadas- contribuye-
ron a moldear su carcter lo mismo que el bosque moldea las copas de los rboles. Badajoz, cuartele-
ra, amurallada, una ciudad contra las cuerdas de la frontera, albergaba un gran nmero de tropas, una

18
Biblioteca Felipe Trigo, Edicin Luis Sez Delgado, Volumen I, En Camisa rosa, p.140.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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VCTOR GUERRERO CABANILLAS

gran fraccin social que contribua notablemente al sostenimiento econmico de aquella comunidad.
Mucha de esta poblacin otante, venida de otros lugares, ejerca un cierto papel cosmopolita dina-
mizador de la vida cultural local.
En 1876 una gran riada destruy siete arcos del puente de Palmas, incomunicando la ciudad con
el ferrocarril y Portugal. Hasta el 10 de octubre de 1880 no concluyeron las obras de reconstruccin
del puente, un acontecimiento que se celebr por
todo lo alto con una funcin en el Liceo de Arte-
sanos, un baile en el Casino y el reparto de 1.000
panes entre los pobres. Pero en la prensa de Ba-
dajoz,19 se denunciaba que las calles continuaban
siendo depsitos de inmundicias y el alumbrado
pblico era muy deciente. Las denuncias se re-
petiran un ao despus. Los faroles que haban
permanecido encendidos hasta las 2 de la madru-
gada se comenzaron a apagar a las 12, de manera
que para ir al teatro haba que proveerse de lin-
ternas o contratar a un hombre provisto de una
lucerna apropiada.
Aunque en el plano econmico la situacin
no era nada bonancible, Badajoz tena un nota-
ble dinamismo intelectual, cultural y artstico. La
Econmica, el Liceo, el Ateneo, la Escuela Nor-
mal, el Instituto Provincial de 2 Enseanza, el
Teatro Principal del Campo de San Juan y otras
instituciones, ms una notable diversidad de pren-
sa peridica mantenan una animosa actividad.
Los escenarios del Casino, del Liceo de Artesa-
nos, del teatro Principal y del conservatorio de la
Orquesta Espaola, a los que se sum la plaza de
toros con espectculos nocturnos parateatrales,
equitacin y otros, tuvieron una programacin es-
pecialmente densa en el periodo de 1860 a 1886 Foto n 5: Una de las calles de acceso a la Plaza Alta.
con eventos de todo tipo.20
Trigo escribira muchos aos despus sobre estas protestas callejeras que relacionaba con un
clima ciudadano de gran crispacin social. Mientras sucedan estas algaradas nocturnas, en la oscuri-
dad de la noche, en su cuarto, a la hora de dormir, escuchaba horrorizado cuentos de lobos, ladrones
y fantasmas, que le contaban criadas lenguaraces para infundirle miedo y rerse del nio aterrorizado.
Insomne por la dicultad para poder conciliar el sueo, oa desde la cama la voz ronca y apretada del
sereno: Ave Mara Pursima,las dos y media y nublado!
La revolucin de 1868 no colmara las aspiraciones de paz y de prosperidad de la poblacin. Se
sucedieron gobiernos interinos o en funciones hasta encontrar un nuevo rey no Borbn en la persona
del duque catlico y masn Amadeo I de Saboya, recibido framente. Poco despus de su coronacin,
Prim, su principal valedor, fue asesinado. Amadeo tuvo la extraa habilidad de concitar contra l un
menosprecio universal. Fue dimitido poco ms de dos aos despus, el 11 de febrero de 1873, cuando
aguardaba a que le sirvieran la comida en el caf de Fornos. Acept con alivio el cese y se march
fuera de Espaa por Badajoz precisamente, donde fue despedido con honores y msica.

19
Hemeroteca de la RSEEAP de Badajoz, Crnica de Badajoz, 13-II-1878.
20
SUREZ MUOZ, . y SUREZ RAMREZ, S-, <<Teatro, parateatro y prensa en el Badajoz del siglo XIX>>, Revista de
Estudios Extremeos, LVII, 2001, mayo-agosto, pp.755 y ss.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 113


FELIPE TRIGO (1864-1916), DATOS SOBRE SU INFANCIA Y PRIMERA JUVENTUD

Foto n 6: Ayuntamiento de Badajoz.

Dio paso a la I Repblica espaola, de corta vida, pues tan slo un ao despus vendra la
restauracin monrquica en la persona de Alfonso XII. La gobernacin de Espaa fue un hervidero,
constantes cambios, incapacidad de hacer frente a las necesidades ms inmediatas de la ciudadana.
Con la restauracin se produce un movimiento de involucin que trajo en Badajoz consecuencias
negativas en el mbito de la enseanza.
Un nio es altamente creativo hasta que comienza a ir a la escuela. Felipe Trigo fue escolariza-
do a temprana edad. l lo recordara como una experiencia poco graticante
Environme a una escuela oscura y triste, donde a m y a otros treinta muchachuelos nos hacan
contar nueve horas al da, los carteles y la salve. Mientras tanto los pjaros volaban al sol bajo los
cielos, pero yo, nio, aspirante a hombre, a rey de la creacin, tena que vivir considerando siempre
mi destino []21
Su casa tena un gran patio interior, con galeras acristaladas en las dos plantas superiores,
donde residan sus dos tas con sus familias respectivas. Al fondo, haba una gran fachada de ladrillos,
contaba Trigo; el muro sin revocar lindaba con las ruinas del viejo convento de San Gabriel. En los
mechinales de los grandes muros anidaban los pjaros. Tras la siesta todos los nios de la casa baja-
ban al gran patio que dispona de un aljibe central provisto de un arco de hierro y algunos naranjos.
Todos superaban a Felipe en habilidades fsicas para trepar a los naranjos, balancearse asidos al
arco superior del pozo, saltar y subir a las cubiertas. Esas limitaciones orgnicas, la falta de destreza
fsica, le relegaban a la compaa de sus primas con las que jugaba a los altares, lonjas y comercios
de trueque, un comportamiento tpicamente regresivo, que poco a poco fue abandonando no sin di-
cultades.
Comenz a conocer otros amigos y amigas en los paseos del jueves por la tarde y del domingo
en que no tenan clases. A veces caminaban hasta la carretera de Crdoba, escoltada entonces por una
esplndida hilada de lamos. Todava a principios de los 70 y tiempo despus, Felipe Trigo frecuen-
taba sin compaas los tejados de las cubiertas de la iglesia de la Concepcin, contiguos a la terraza

21
Trigo, Felipe, Opus cit., p. 285.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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VCTOR GUERRERO CABANILLAS

de su casa. Estuvo siempre fascinado por su colosal cpula. En el crucero de la iglesia se alzaba,
apoyado sobre pechinas, el cuerpo octogonal, casi cilndrico que serva de base a la colosal cpula
cuyas dimensiones se le antojaban inabarcables. En Reveladoras, Trigo cuenta cmo ascenda por una
escalerilla, volada sobre el paredn exterior, que conduca a una terraza superior.

Foto n 7: Cpula de la iglesia de la Concepcin

Andar a su aire, perderse en los tejados y explorar con completa libertad el espacio en el que
vive con unos lmites lasos de la supervisin parental, se convirti en una prctica habitual en el prea-
dolescente Trigo. De ah viene la capacidad, aprendida con la experiencia propia, de saber exponerse
por s mismo a los miedos y desafos como forma de aprendizaje y superacin. Aquel Felipe Trigo
infantil gozaba de algo que nuestra sociedad sobreprotectora ha perdido: la libertad de arriesgarse, de
hacerse dao, de descubrir las cosas por s mismo, de equivocarse, de exponerse, de superarse.
Otras veces, encumbrndose sobre las ruinas del convento, situado tras de la iglesia, alcanzaban
las cubiertas hasta situarse bajo el campanario. El ruido de las campanas espantaba a una numerosa
colonia de aves que anidaban en las grietas, pilastras, tejadillos y mechinales de los muros. Ya a media
primavera, bastante adelantada, cazaba cerncalos y gorriones que mantena durante el verano ali-
mentndoles con lombrices, semillas y langostas. Por las noches, durante el buen tiempo, participaba
en juegos en la calle. A veces cuando oscureca, hacan la gamberrada de cruzar una cuerda de reja a
reja para tirar al suelo el sombrero o, en alguna ocasin, el cuerpo de los viandantes. Ya ms mayor,
cuando se senta aigido, trepaba hasta aquella cpula nica, singular de los altos de la Iglesia de la
Concepcin. Desde all arriba escuchaba cantar a sus primas y a otras nias de la vecindad: <<Me
cas mi madre, me cas mi madre, chiquita y bonita>>. O la cancin de Mambr o la del Cami-
nito de tomate. Subir, trepar, elevarse, como si ya entonces fuera una pulsin interior que le empujaba
a sobresalir, que habra de acompaarle de por vida.
Una criada semidesnuda que sola asearse en el patio, si adverta su presencia, se le insinuaba
an ms, al tiempo que rindose le gritaba: << Indecente, nio. Vete de ah! >>. Tambin otra seora,
Adaida o Alaida, amiga de su ta, pero slo siempre que se encontraran solos, le suba sobre sus ro-
dillas al tiempo que le abrazaba y le besaba en la boca. Felipe se mostraba confuso pues en presencia
de alguien nunca mostraba esos arrebatos. Y Felipe se preguntaba por qu con sus hmedos labios
Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 115
FELIPE TRIGO (1864-1916), DATOS SOBRE SU INFANCIA Y PRIMERA JUVENTUD

tan rojos pareca que me besaba con la lengua? Viva el despertar sexual, un despertar tormentoso,
turbulento, desasosegante de la pubertad, con muchas incgnitas, con muchos interrogantes del que
reciba una informacin confusa y prejuiciosa.
Para Felipe Trigo, cuando ya de bien adulto describe estas situaciones, insistira en que los
jvenes de ambos sexos deberan comenzar sus relaciones sexuales bien tempranamente, cuando la
inocencia y la naturalidad fuesen los sentimientos ms preponderantes. No deberan posponerse dila-
tadamente lo que obligaba a las jvenes a una espera antinatural (?) hasta que su prometido o novio
pudiera casarse. Hasta tanto, el novio dispondra del prostbulo como solucin temporal.
De una sanda hicieron, en una ocasin, una calavera de grandes ojos redondos, narices trian-
gulares y una boca desdentada que colocaron en la sacrista de la Iglesia con un cabo de vela encen-
dido dentro. Asustaron a beatas y sacristn que gritaban mientras abandonaban el lugar corriendo y
tropezndose: Satans, Satans! Las puertas de la farmacia situada frente a la vivienda se abrieron
precipitadamente para dejar salir al boticario, alarmado por el gritero. En los accesos a la sacrista
la comitiva arroll en un pasillo sin luz a una pareja, Berta, la criada y su novio, que, tendidos en el
suelo, hacan el amor.
Para Felipe Trigo, aquel ambiente de su crucial adolescencia fue hostil y deformante. Demetrio,
el protagonista de Los invencibles, juzgaba en trminos muy duros las enseanzas recibidas en su
niez:

Mi niez insulsa y temerosa [] fue as, porque tuve la fatalidad de pertenecer a una generacin que oreci []
en tiempos excepcionales de descuido, de estupidez, de incapacidad de atencin social para la educacin de los
nios [] la vida de ayer y de hoy fue y contina siendo para todos los nios del mismo abandono idiota []22

Por aquella edad ya iban al paseo de San Andrs que, junto a los de San Juan y San Francisco,
eran los espacios urbanos ms frecuentados de la ciudad.

Foto n 8: Plaza de San Andrs

22
TRIGO, FELIPE, Los invencibles, Madrid, 1931, p.164.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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VCTOR GUERRERO CABANILLAS

All jugaban y correteaban con las primas y amigas, pero ellos, sus amigos, el grupo de sus
iguales, ya no llevaban las pantorrillas al aire. La atraccin grupal, la integracin en un grupo de
iguales le proporcionaba a Trigo una cierta seguridad corporativa. Vendra a ser un modelo asociativo
integrador con desarrollo de nuevos vnculos intermedios entre lo familiar y lo social abierto. En bue-
na medida privaba al adolecente de tener que asumir su propia individualidad adoptando responsabi-
lidades y decisiones autnomas. Slo cuando fuese capaz de romper con esa situacin de dependencia
que le prestaba seguridad, a veces muy diferidamente, sera capaz de asumir su autonoma personal
y su individuacin.
Ya entonces Felipe Trigo se hallaba inmerso en el proceso no siempre atraumtico de devenir
en joven adulto adolescens, el que est creciendo, frente al adultus, el que est crecido-. Era la suya
esa condicin de trnsito, de estado que est por venir, que est inacabado, en estado de indenicin
an entre el nio que est dejando de serlo y el adulto que no lo es todava, y que empuja muchas ve-
ces al adolescente a transgredir las convenciones sociales como una manera de aanzar su identidad.
Todas estas experiencias son las que le servirn en el proceso de socializacin. Desde antes de nacer,
la persona del nio se halla incardinada en un complejo sistema de relaciones sociofamiliares que
condicionarn su desarrollo y maduracin psquica.23
Una joven titiritera que trabajaba en un circo ambulante habit un tiempo en una casa de hus-
pedes, el hotel de las Colonias le llamaba Felipe Trigo24, lindante con su casa, cuyas cubiertas se
comunicaban con facilidad. Tocaba el violn, el arpa y, haciendo percusin sobre ellas con unos pali-
llos, arrancaba sonidos meldicos de botellas y copas con distinta cantidad de agua. En el circo haca
exhibiciones de monta a caballo. Sera su primer contacto con la msica, con la interpretacin musical
que durante el bachillerato, retom como educando gracias a las enseanzas de un compaero de
curso, que acuda regularmente al local-conservatorio de la Orquesta Espaola. Trigo le acompaaba

Foto n 9: Trigo, al fondo, junto a su familia, a la que inculc su acin a la msica

23
Al contrario que Zola y los naturalistas franceses de la segunda mitad del siglo XIX, defensores del determinismo
social y del positivismo cientco, Trigo crea, por el contrario, en la poderosa inuencia del medio social y la
educacin en la conformacin nal de las personas. Por esta razn, a pesar de que su novelstica siga las huellas del
naturalismo decimonnico, debe integrarse en un naturalismo tardo, rezagado, extemporneo o postnaturalismo.
24
Como Hotel Dos Naciones aparece sealado por Simn Viola como residencia ocasional de Francisco Villaespesa
cuando en 1904 acudi a Badajoz a visitar al poeta modernista Manuel Monterrey.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 117


FELIPE TRIGO (1864-1916), DATOS SOBRE SU INFANCIA Y PRIMERA JUVENTUD

espordicamente mostrndose muy interesado en el aprendizaje musical. De manera casi autodidacta


y no reglada, aprendera nalmente el manejo del violn y la bandurria.
Ya de mayor, casado, residiendo en Madrid, en su Villa Luisiana se hizo construir un amplio
auditorio.
Sus hijas Julia y Luisa tocaban el piano mientras que Felipe Trigo utilizaba el violn. All cal-
mara muchas veces su espritu enfebrecido, su euforia psictica con sonatas y nocturnos de Grieg,
Chopn y Liszt. Sobre todo, el polaco Chopn, su preferido, el encanto casi enfermizo de sus noctur-
nos, de su 5 nocturno, en especial.25 Claro es que l acab encontrando en la msica el blsamo capaz
de aplacar sus turbaciones. Pero, como no poda ser de otra manera, tuvo una clara predileccin por
aquellos msicos que cultivaron un estilo meldico acorde con su mente frecuentemente enfebrecida
y turbada.
A la chica del circo con la que coincida en las terrazas de cubierta de sus casas le confesara que
nunca antes haba ido al circo ni a ningn otro espectculo debido al luto familiar. La madre lastrada
por un luto interminable trunc la vida social y de ocio de todo el grupo familiar. Entonces..Ah!
Cuntas calladas amarguras! Yo no tena padres como ellos. Estaba <<recogido>>, se lamentaba un
joven Trigo perplejo y apesadumbrado.26
Algunas tardes caminaban hasta el paso de la va del tren, donde hacan tijeras y alleres y pe-
queos sables, aplastando vstagos de metal al paso del tren. Otras, con el grupo de amigos, llegaban
hasta el baluarte de San Juan, ya desaparecido, o al fuerte de San Romn para recolectar lirios, muy
apreciados, la or del amor y de la vida eternos, que Felipe Checa pintara tan primorosamente.

Foto n 10: Baluarte de Puerta Palmas

25
TRIGO, FELIPE, Miss Keis, Imprenta Alrededor del Mundo, p.60.
26
TRIGO, FELIPE, En camisa rosa, Biblioteca Felipe Trigo, Vol. I, Edicin Luis Sez Delgado, p.100.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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VCTOR GUERRERO CABANILLAS

En el camino pasaban por delante de la casa de una prostituta mayor de edad, habitualmente
apoyada de bruces en la poyata de la ventana, entre macetas de geranios.
Cont tambin en Reveladoras, otro relato corto muy autorreferencial que, a comienzos y a
nales del esto, sola subir alguna vez que otra hasta la plaza Alta para comprar cerezas y, al nal del
verano, azofaifas, una fruta extica de carne verde amarillenta, dulzona y harinosa, conocida como la
fruta de la inmortalidad. Maduraban en septiembre para despedir el esto.

Foto n 11: Plaza Alta

Iban despus a comrselas a la actual plaza de San Andrs o, mejor dicho, de Cervantes. Este
recoleto paseo o plaza, construido sobre el solar de una antigua iglesia, haba sido remodelado a
partir de 1870, aunque hasta 1888, siendo alcalde Cayetano Rodrguez Medina, no se paviment al
estilo portugus con losetas de mrmol blanco y negro procedentes de Borba y Estremoz, dispuestas
en forma de estrellas. All, en aquella plazuela recoleta, llena de vida, siempre animada de gente, sola
ver aquellos curas prebendados que inmortalizara tiempo despus el genial Felipe Checa.
All naci en 1877 Manuel Monterrey, el autor del poemario Mariposas azules (1907), el genui-
no y gran poeta modernista extremeo, no regionalista, que no comparti la invencin literaria de una
identidad regional extremea, un poeta menor, si se quiere as, pero un poeta muy representativo, muy
signicativo de los nuevos tiempos en la literatura, en la poesa, en las artes, cuyo padre regentaba en
aquella plazuela una barbera.
Tuvo Trigo una adolescencia crtica con transgresiones frecuentes vehiculadas a travs del gru-
po de iguales. De vez en cuando, en ocasiones, iban, franqueando las <<puertas de la ciudad>> y
cruzando el puente, hasta un ventorrillo prximo a la orilla opuesta del ro donde beban hasta em-
briagarse. En este estado regresaban hasta la casa de la Jurracha, una prostituta mayor que viva en

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 119


FELIPE TRIGO (1864-1916), DATOS SOBRE SU INFANCIA Y PRIMERA JUVENTUD

una especie de chamizo contra las murallas. Bebidos, tarareaban la cancin de siempre: <<De Los
Mimbrales venimos/ del corazn de Jess/ y traigo una borrachera/ que a Dios le llamo de t>>. Estas
experiencias sexuales tempranas las vivan de manera muy infantil e insatisfactoria, poco gratican-
tes, sin duda alguna. No les importaba, sin embargo. Todos accedan ante la presin del grupo. Ade-
ms, en realidad, les importaban poco los resultados. Lo que le interesaba, tanto a l como al resto del
grupo, era poder contarlo a los dems, ms que vivir una experiencia satisfactoria.
Despus de haber gozado plenamente de cuidados, seguridades y conanzas les llegaba la hora
de dar pruebas de su valor y de su atrevimiento como manifestacin de una incipiente mayora de
edad. Aquellas prcticas sexuales iniciales de los miembros del grupo de iguales de Felipe Trigo
tenan un carcter instrumental para adelantar o anticipar la condicin adulta, desvinculado de las
dependencias normativas familiares. Sustraerse a las normas, rebasar las fronteras de las conven-
ciones sociales, utilizar la transgresin de cualquier modelo prescriptivo como un requisito para la
armacin personal.
La Jurracha tena establecida una minuta profesional de dos, cuatro y seis reales segn que la
relacin fuese vestida, con una camiseta o desnuda. All cerca, junto a las murallas alquilaron los inte-
grantes de la pandilla de Felipe Trigo un cuartucho a cambio de una modesta cantidad de dinero. All
instalaron una sociedad vincola y una mesa de redaccin para escribir notas de prensa para cuyo
n proyectaron crear una gacetilla. En el verano, los nios pudientes se marchaban a las playas de
Portugal. En cambio l, con sus amigos bajaba al Guadiana por las tardes donde se baaban, al tiempo
que enfriaban una sanda de Villanueva, su ciudad natal.

Foto n 12: Ro Guadiana a su paso por Badajoz.

II.- Felipe Trigo, bachiller

A los diez aos haba iniciado los estudios de bachillerato en el Instituto Provincial de Segunda
Enseanza. Todava aparece este nombre en el dintel de la puerta de acceso al interior del edicio,
situado en la actual calle del Obispo, contiguo al que ocupa en la actualidad la Diputacin Provincial.
Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017
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VCTOR GUERRERO CABANILLAS

Foto n 13: Instituto Provincial de Segunda Enseanza

El Instituto haba nacido en 1545 al amparo del plan Pidal, gracias a la mediacin de la Real
Sociedad Econmica de Badajoz. Haba funcionado primeramente en San Atn, en el Hospicio y en
el Exconvento de la Trinidad antes de establecerse en Santa Catalina. El 13-XI-1845 se rm en Ma-
drid el escrito de su creacin, acogindose al plan Pidal.
Las clases comenzaban a las 8 de la maana. El fro en las aulas y pasillos era insufrible du-
rante los inviernos, de manera que haba das, nos cuenta en su novela corta Los invencibles, que los
amigos, en lugar de entrar en clase, si no llova, se iban todos a tomar el sol al paseo de San Fran-
cisco, cerca del matadero viejo, donde vean pasar por la poterna de la muralla el ganado destinado a
sacricio o a jugar al billar en el caf de Rivas o a cazar lagartijas en el paseo de San Andrs, donde
se rean de los cannigos lustrosos que lucan sus ostentosas gafas de oro. Tambin all cerca de la po-
terna del matadero se situaban para espiar la casa de la Paca, famosa prostituta, observando cmo los
sargentos entraban y salan del burdel. En el Badajoz de entonces, cerca de cada uno de los grandes
cuarteles era regla habitual la presencia de una casa de prostitutas. Algunos catedrticos dispensaban
las faltas de asistencia y elevaban la nota nal si se ponan al repaso de la asignatura a cambio de una
compensacin econmica pactada. Este procedimiento tan irregular permita a los alumnos maquillar
las consecuencias del absentismo.
Antonio Sabater, su trasunto literario en la novela En camisa rosa, recordaba as su experiencia
de estudiante de bachillerato en el Instituto:

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 121


FELIPE TRIGO (1864-1916), DATOS SOBRE SU INFANCIA Y PRIMERA JUVENTUD

Iba dndome cuenta de que lo que importaba en el Instituto no era aprender y estudiar, que lo que otorgaba prepon-
derancia y respetos en el Instituto no era saber latn y matemticas [] sino saber travesuras, pilleras, engaos,
granujadas, []27

En los primeros aos de bachiller se inici en el consumo de tabaco y poco despus en el del
vino y aguardiente mezclado con rabanitos, presionado siempre por el grupo. Nos cont que en sus
inicios de consumo de tabaco lo hacan grupalmente escondindose en los angostos tneles de des-
age que horadaban los muros del recinto amurallado de la ciudad. Al principio, aspiraban el humo
con fruicin. La consecuencia sola ser las intoxicaciones por inhalacin con cuadros de mareos,
nuseas y vmitos. La penosa iniciacin en el consumo de tabaco, que l mismo nos dejara escrita,
muestra cuantas dicultades encontr el joven Trigo en su proceso de aceptacin e integracin en el
grupo de iguales:

Mis compaeros de latn se burlaban de m porque no fumaba. Resolv gastar diariamente dos cuartos de pitillos,
que luego consuma seguidos, tras un can de la muralla. Cre morirme en mis tremendas borracheras, arroj
cien veces las entraas por la boca, pero fum! Casi arroj las entraas por la boca. Eso me cost mi primer acto
heroico de adaptacin social.28

De idntico o parecido tenor se recogen referencias en otros relatos suyos como en la novela
En la carrera, en la que llama la atencin de una manera especial una confesin del trasunto literario
de Trigo.

Sus amigos, l, todos, tomaban, pues, la mujer lo mismo que tomaban la cerveza, sin gustarles y min-
tiendo lo contrario, por entrar en las costumbres. Fumar, habales costado, asimismo, borracheras es-
pantosas. Y Esteban, en verdad, segn le haba cobrado acin al tabaco, comprendi que acabara por
tenrselo a la cerveza y a las mujeres.29

La adquisicin de tabaco absorbera el montante destinado a la compra de membrillos asados


para calentarse las manos a primeras horas de la maana en el Instituto. Otras veces se calentaban y
desinhiban consumiendo alcohol hasta embriagarse.30 Pero no todo eran transgresiones y absentismo
escolar. Inuenciado por las enseanzas de Romero de Castilla, a quien Felipe Trigo dedic notables
alabanzas en algunas de sus obras, fueron sus primeros pinitos literarios. Lea el promasnico Diario
de Badajoz, un peridico republicano del que era co-fundador y redactor su catedrtico de Geografa
e Historia, Anselmo Arenas Lpez, fundador tambin del Autonomista Extremeo, rgano de propa-
ganda del republicanismo federal iberista, que diriga el mdico Narciso Vzquez Lemus, republicano
y masn, introductor del socialismo en Extremadura.
Anselmo Arenas fue uno de los profesores del Instituto que ms inuyeron, ms huella dejaron,
en su formacin intelectual. Ramn Gmez de la Serna dira mucho tiempo despus, rerindose
al escritor Felipe Trigo: <<no tuvo, en realidad, vocacin de novelista, sino darwinista, anticlerical,

27
TRIGO, FELIPE, En camisa rosa, Madrid, p.126.
28
TRIGO, FELIPE, En los andamios, Madrid, Renacimiento, 1924, p.285.
29
TRIGO, FELIPE, En la carrera, Renacimiento, Madrid, 1930, p.63.
30
ABRIL, MANUEL, Felipe Trigo. Exposicin y Glosa de su vida, su losofa, su moral, su arte, su estilo, Renacimiento.1917,
p.6.

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nietzscheana y liberadora>>, sealando de pasada el notable doctrinarismo del profesorado del Ins-
tituto.31
Su to y tutor habra de tomar cartas en el asunto para corregir las transgresiones y el absentismo
de Felipe Trigo. Sobre todo a raz de que el profesor de Aritmtica pasara a su ta una nota acerca de
su desaplicacin. La relacin con aquel grupo de iguales amenazaba seriamente la continuidad de
sus estudios. Por fortuna, tras un distanciamiento temporal de aquellos amigos, Felipe Trigo volvi
a ser el alumno aplicado, responsable y brillante que lograba buenas calicaciones. Un ao verane
en Portugal como premio, en otro le regalaron un reloj, en otro un carric.Superada la crisis de la
adolescencia y alejado del grupo inicial de amigos, Felipe Trigo volvi a ser un alumno disciplinado
con excelentes calicaciones. A los 17 aos, todava alumno de bachillerato en Badajoz, Felipe Trigo
fund un peridico.32
Pero creo que en su infancia y primera juventud, inmersas en un mundo cerrado, frgil y vulne-
rable, indefenso ante un mundo desabrido, sobrevol una especie de maldicin imposible de superar
que hizo del joven Trigo una persona secretamente desdichada. Hoy da, aun partiendo de la inmanen-
cia de cualquier obra literaria, parece estar fuera de cualquier duda el valor que puede llegar a tener el
estudio de la biografa y psicopatologa asociada, en su caso, y el entorno social y cultural en los que
se hall inmerso nuestro autor. No es que entre la vida privada del autor y su obra exista una simple
relacin de causa a efecto; pero resultara imperdonable hacer abstraccin tanto de la biografa como
de los desrdenes mentales de autores como Felipe Trigo en quienes con tanta frecuencia ccin y
realidad autorreferencial caminaron tan de la mano. La crtica debe abarcar desde el plano del examen
tcnico hasta el de la experiencia humana. Gonzlez-Blanco insisti una y otra vez en el hecho de
que hay detenerse muy singularmente en su vida, porque ello explica gran parte de su obra literaria.33
En 1880, cuando an faltaba algo ms de un ao para abandonar Badajoz, El Magisterio Extre-
meo, dirigido entonces por Manuel Pimentel Donaire, republicano y masn, defensor de la ensean-
za laica, daba a conocer, mediante una amplia resea, la aparicin de la obra de Spencer La Educacin
intelectual, moral y fsica, cuyos postulados pedaggicos mantenan un estrecho parentesco con las
tesis darwinistas. As entrara en contacto Felipe Trigo con el evolucionismo spenceriano tan presente
en su obra literaria y en sus libros tericos.34
Para tratar de analizar las inuencias ms relevantes recibidas en sus aos de alumno de ba-
chiller en el Instituto, hemos revisado la cuantiosa produccin bibliogrca, literatura cientca o
ensaystica, publicada por el profesorado, la participacin de los profesores en la vida pblica, bus-
cando referencias escritas, conducta social e integracin en entes sociales, instituciones culturales o
cientcas o polticas signicativas, incluyendo los juicios personales del propio Felipe Trigo sobre
la ascendencia docente de sus profesores ms sealados. Lo que exponemos a continuacin es el re-
sultado de tan ardua tarea. En cuanto a sus maestros, sealamos su categora profesional docente, las
anidades y preferencias ideolgicas y polticas y, en tercer lugar, el periodo temporal de docencia de
cada uno de ellos.
Profesor suyo fue Garca de Meneses, catedrtico de Fsica y Qumica de 1869 hasta 1877,
tenido como demcrata liberal, incorporado a la docencia durante el Sexenio hasta el comienzo de la
dcada de los ochenta, la de mayor esplendor docente del Instituto. Mayor inuencia en la formacin
del alumno Felipe Trigo debieron tener las lecciones de Carlos Botello del Castillo, liberal progresis-
ta y republicano, ligado a la I.L.E., catedrtico de Matemticas y de Manuel Mara Sa Maldonado,
catedrtico de Retrica y Potica, liberal tambin que ejerci la docencia desde 1849 hasta 1890.

31
PREZ GONZLEZ, FERNANDO T., <<El pensamiento en Extremadura durante el trnsito del siglo XIX al XX>>, Revista
de Estudios Extremeos, 1998, LIV, enero-abril, p.160.
32
ABRIL, MANUEL, Felipe Trigo. Exposicin y glosa de su vida, su losofa, su moral, su arte y su estilo, Madrid,
Renacimiento, 1917, p.17.
33
GONZLEZ-BLANCO, ANDRS, Felipe Trigo. Antologa crtica de sus obras, La novela corta, Madrid, 1921, p.2.
34
PREZ GONZLEZ, FERNANDO T., Opus cit., pp.160-161.

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FELIPE TRIGO (1864-1916), DATOS SOBRE SU INFANCIA Y PRIMERA JUVENTUD

Su catedrtico del idioma francs, lengua que lleg a dominar con soltura, fue Carlos Soler
Arqus que ocup la ctedra en Badajoz desde 1870 hasta 1881. Durante su presencia en Badajoz fue
director de peridicos y revistas locales, acadmico correspondiente de la de Historia, vocal de la Co-
misin de Monumentos y socio de la Real Sociedad Econmica de Badajoz en la que particip como
miembro en comisiones, vocalas y programas. De ideas polticas moderadas, fue un personaje p-
blico muy reconocido e inuyente en la sociedad de Badajoz que goz de un notable prestigio social.

NOMBRE MATERIA IDEOLOGA POLTICA

Gregorio Garca de Meneses Fsica y Qumica Liberal

Carlos Botello del Castillo Matemticas Progresista, republicano y ligado a la ILE

Manuel M. Sa Maldonado Retrica y Potica Liberal

Moderado, Miembro de la RSEEAP


Carlos Soler Arqus Francs
de Badajoz

Toms Romero de Castilla Psicologa, Lgica y tica Krausista

Mximo Fuerte Acevedo Fsica y Qumica Darwinista

Masn, librepensador. Cofundador del


Anselmo Arenas Lpez Geografa e Historia
Diario de Badajoz

Foto n 14: Profesores ms inuyentes en la formacin del escritor.

De Romero de Castilla, Fuertes Acevedo, Anselmo Arenas y de su profesor de francs, Carlos


Soler Arqus, recibira unas enseanzas, una inuencia y un legado intelectual que le marcaran de
por vida. El positivismo evolucionista de Fuertes Acevedo, el krausismo de Romero de Castilla, su
profesor preferido, no lo olvidemos, segn confesin propia, el masn y republicano federal Anselmo
Arenas, fundador del Diario de Badajoz y del Autonomista Extremeo, rgano de propaganda del
republicanismo federal e iberista,35 y el profesor Carlos Soler, su profesor de francs, fueron quienes
inuyeron de manera determinante en su formacin intelectual. Ellos, cuatro grandes intelectuales
de ideas avanzadas batallaron por la modernizacin y secularizacin de la sociedad de su tiempo en
Badajoz y Extremadura.
Cuando en 1881 emprendi su viaje en tren a Madrid llevaba consigo un importante bagaje
intelectual y doctrinario, procedente de las corrientes de pensamiento ms actualizadas y seculariza-
das. No poda ser de otro modo en aquella vorgine de tendencias cientcas y loscas que inund
Espaa y Badajoz tambin en el ltimo tercio del siglo XIX.
Resulta ineludible recoger, aunque sea brevemente, parece una obviedad, un retrato global de la
sociedad de Badajoz en aquellos aos. De una manera algo articiosa y simplista, en la segunda mitad
del siglo XIX lo que podramos entender como la sociedad culta de Badajoz estaba integrada en dos
grandes grupos rectores antagnicos, tradicionales e innovadores, con marcadas diferencias entre s
en lo religioso, lo poltico y lo losco e ideolgico. Estos ltimos, los innovadores o reformistas,

35
Felipe Trigo debi conocer estas publicaciones y compartir sus ideas. Bajo la etiqueta del iberismo, defendan la
constitucin de una estado federal peninsular. En 1904 Felipe Trigo viaja a Lisboa con Francisco Villaespesa y el
periodista Morote del Heraldo de Madrid para ampliar y consolidar relaciones con los iberistas protugueses.

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VCTOR GUERRERO CABANILLAS

abiertos a las nuevas ideas y doctrinas venidas de Europa se agrupaban en torno a la gura de Sanz
del Ro, el krausismo y la Institucin Libre de Enseanza, pero nunca llegaran a constituirse como
un movimiento o corriente intelectual compacta y homognea. Al contrario, all haba fervorosos
krausistas unos, positivistas, kantianos y racionalistas agnsticos otros. Convivan en aquel tiempo
en Badajoz personajes y colectivos dotados de una cultura muy actualizada, con probada capacidad
discursiva, autoridad intelectual y un peso o prestigio sobresaliente. Constituan un minoritario sector
social pero de gran consistencia y mucha inuencia en la sociedad que les permita afrontar con sol-
vencia enfrentamientos con el sector conservador antidarwinista. Badajoz, que haba sido la puerta de
entrada del darwinismo en Extremadura, fue tambin el principal campo de batalla en el que conten-
dieron dialcticamente darwinistas y antidarwinista, los primeros de ellos miembros de una burguesa
progresista muy dinmica e innovadora.
Una caracterstica comn de todos ellos, que les serva de nexo de unin, adems, era, sin em-
bargo, su oposicin radical al tomismo y la escolstica, al oscurantismo de la sociedad tradicional. En
lo poltico estos intelectuales eran hombres demcratas y republicanos, aunque militasen en distintos
estancos ideolgicos. En el aspecto religioso gozaban de una vasta disparidad. Haba reformistas que
no renunciaban a ser tenidos como cristianos, se sentan espritus profundamente religiosos, aunque
para ellos la religiosidad era un asunto de absoluta privacidad y, por lo tanto, nada transferible. Mo-
ralmente, eran intachables, paradigmticos, rigurosos, austeros y honestos, es decir expresin plena
de virtudes morales y cvicas.
El grupo de sus opositores tradicionales, los conservadores, integristas eclesisticos algunos,
como Fernndez Valbuena, el clebre cannigo penitenciario, en el orden losco, se mostraban to-
mistas, aunque haba pensadores cristianos que no seguan el escolasticismo. Polticamente, tambin
constituan un grupo heterogneo, pero con un denominador comn llevado a gala: su antiliberalismo
categrico.
En lo religioso se mostraban como fervientes catlicos que proclamaban pblicamente su fe,
frente al tono discreto y reservado con que se comportaban los liberales innovadores y aperturistas en
estas cuestiones. Los tradicionales y conservadores rechazaban, sin embargo, la etiqueta de neocatli-
cos con la que eran sealados por los liberales. Unos y otros tenan presencia en el Badajoz del ltimo
tercio del siglo XIX, presencia muy activa, debates abiertos en los peridicos de la poca, algunos de
gran virulencia que tendra repercusin nacional, como el suscitado entre Orti Lara y Toms Romero
de Castilla, a propsito de las diferencias y la armonizacin del krausismo y el tomismo.
En la dcada de los ochenta del siglo XIX, el Instituto reuni el mejor plantel de profesores,
todos ellos muy prestigiosos en la ctedra, en la vida pblica en la ciudad de Badajoz y en toda Espa-
a. Me reero a don Toms Romero de Castilla, don Anselmo Arenas Lpez y don Mximo Fuertes
Acevedo, a quienes aunque sea brevemente he de dedicar un tiempo aparte. Aunque la poca de su
mayor esplendor fue la dcada de 1880 a 1890, iniciada cuando a Trigo le restaba muy poco para
marcharse a Madrid, casualmente estos tres profesores dieron comienzo a la docencia en el Instituto
de Secundaria de Badajoz muchos aos antes de 1880, de manera que cubrieron casi plenamente el
periodo de estudios de Felipe Trigo que transcurri de 1874 a 1881.
As, Toms Romero de Castilla tom posesin de la ctedra de Psicologa, Lgica y tica en
1862, despus de superar la oposicin en Madrid donde conocera y establecera una estrecha relacin
con Sanz del Ro. Antes durante su etapa estudiantil en Sevilla fue discpulo de Federico de Castro.
Con una formacin eclctica teolgico-krausista emprendera Romero de Castilla sus tareas de c-
tedra, que mantuvo prcticamente hasta su muerte en 1910. Gran acionado a la Arqueologa fue
nombrado acadmico de nmero de la de Historia.
Su obra Elementos de Psicologa Experimental, en la que pretende armonizar el krausismo y
el tomismo, suscit una encendida crtica de Ort y Lara que acusaba al autor, <<ese profesor de Ba-
dajoz, el menos krausista de los seguidores de Sanz del Ro>>, de querer identicar la razn humana
con la divina. Sin embargo, Romero de Castilla mantuvo siempre que no existan dos escuelas o co-
rrientes de pensamiento tan anes como el tomismo y el armonicismo de Krausse.

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FELIPE TRIGO (1864-1916), DATOS SOBRE SU INFANCIA Y PRIMERA JUVENTUD

Precisamente este krausismo personalsimo de Romero de Castilla le veremos uir en las obras
tericas y ensaysticas de Felipe Trigo. R. Fernndez Valbuena, cannigo penitenciario del cabildo
catedralicio de Badajoz, terciara en la polmica previniendo a los catlicos contra la doctrina krau-
sista del profesor, que, siendo cristiano, se mostraba, sin embargo, abierto al pensamiento masn y
krausista, pues para l la masonera no era una asociacin abiertamente anticatlica.
Ejerceran una notabilsima inuencia otros dos profesores relacionados con la Institucin Li-
bre de Enseanza, Anselmo Arenas Lpez, catedrtico de Geografa e Historia, federalista, republi-
cano, anticlerical, agnstico, libertario y masn, y Mximo Fuertes Acevedo, catedrtico de Fsica y
Qumica, darwinista, gran divulgador de las ideas evolucionistas, tan signicado polticamente que
cada vez que, en cualquier lugar de Espaa, haba un pronunciamiento republicano, acababa con sus
huesos en la crcel.
Segn las nuevas tesis darwinistas, el hombre se vea desplazado del centro de la Creacin y
reducido a la modesta condicin de un mero eslabn de la cadena evolutiva. La idea entr en conicto
con las propuestas religiosas de la poca. Exiga un talante ms abierto y receptivo del que exista en
el seno de aquella sociedad. En consecuencia, se produjo una colosal polmica entre los conservado-
res antidarwinistas y el otro sector social mucho ms favorable a las nuevas ideas. Badajoz, en menor
medida Plasencia, protagonizaron un encendido debate.

Foto n 15: Felipe Trigo en el jardn de Villa Luisiana.

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VCTOR GUERRERO CABANILLAS

En los tiempos actuales, cuando el viento parece haberse llevado de una vez por todas las hojas
de parra, poco cuesta entender que el padrinazgo que ejerci Trigo en la novela ertica espaola y
europea fue una etiqueta que encontr fcil acomodo en una sociedad tan puritana como la nisecular,
cuando Felipe Trigo tan slo reclamaba otra visin y otro tratamiento de la sexualidad humana. En
sus visiones de la mujer y de su papel social y, tambin, de la realidad social de su tiempo hay inuen-
cias notorias del naturalismo de Zola y de Flaubert, del positivismo evolucionista de H. Spencer y sus
teoras sobre la educacin y la evolucin social, del vitalismo de Nietzsche, del utilitarismo liberal de
S. Mill, de los anlisis crticos del matrimonio burgus de Engells, del socialismo utpico e indivi-
dualista de Charles Fourier y de las ideas de Bebel sobre el papel femenino en la nueva sociedad, pre-
sentes en su famosa obra La mujer ante el socialismo, que haba sido traducida al espaol por Emilia
Pardo Bazn. Todos estos pensadores deslaron por sus libros tericos, novelas, cartas y artculos de
prensa. Se arm por algunos crticos suyos, el propio Manuel Abril, Jos Luis Medrano, entre otros,
que Felipe Trigo <<lea poco o, mejor dicho, prcticamente nada>>. Sin embargo, Gonzlez-Ruano,
que conoca la casa de Trigo, a quien haba visitado acompaado de su padre, contaba que:

Viva muy cmo se entenda entonces que era vivir a lo artista, pero a lo artista ya situado y famoso, con muchos
objetos exticos, grandes divanes con telas antiguas, retratos y bastantes libros []36

Por esta y otras fuentes y testimonios, como el Ramn Gmez de la Serna, su amigo, se sabe
que Felipe Trigo dispona de una bien surtida biblioteca, aunque obviamente este hecho por s solo no
basta para acreditarle como buen lector. Desde luego, en sus cclicos episodios hipomaniacos de su
enfermedad bipolar, carente del sosiego y del entendimiento necesarios, Felipe Trigo no poda leer, es
evidente. De ah a negarle en todo tiempo la acin y la capacidad de la lectura comprensiva dista un
abismo. Jos Bergamn, nada sospechoso de parcialidad, contaba que, desde bien joven:

Felipe Trigo mostr su gusto por las lecturas serias [] enamorado de la Sociologa, lee a Spencer y a Darwin; y
tardara muy poco en desechar las ideas morales y religiosas recibidas de su familia.37

Conde Gargallo seal que, antes de su llegada a Madrid para cursar los estudios de Medicina,
o sea, en plena juventud, cuando an resida en Badajoz, Trigo ya haba ledo a Spencer y Darwin y
era ya un entusiasta de la Sociologa.38
Gmez de la Serna, por encima de su condicin de escritor y de excelente novelista, hara hinca-
pi en su condicin de hombre intelectual y cientco con una vasta formacin, al corriente de todo el
pensamiento de su poca, que evolucion desde posicionamientos radicales y quimricos a posturas
compatibles con el reformismo progresista.
Aquel bagaje intelectual le permiti precisamente una nueva manera de ver, entender y rela-
cionarse con la realidad social, que inclua una crtica reformista de aquel mundo oscuro y atrasado
y una voluntad decidida de buscar un cambio ideolgico global, rompiendo con los moldes literarios
decimonnicos.

36
GONZLEZ-RUANO, CSAR, Memorias: mi medio siglo se conesa a medias, Renacimiento, Madrid, 2004, p.76.
37
BERGAMN, JOS, Prlogo a TRIGO, F.: El mdico rural, Madrid, Turner, 1974, p.XI.
38
CONDE GARGALLO, ENRIQUE, <<Encuentro con Felipe Trigo>>, nsula, XXXI, 352, MARZO, 1976, p.3. Tomado de
MARTNEZ SAN MARTN, NGEL, La narrativa de Felipe Trigo, CSIC, Madrid, 1983, pp. 30-31.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 127


FELIPE TRIGO (1864-1916), DATOS SOBRE SU INFANCIA Y PRIMERA JUVENTUD

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En la carrera (1909), Las ingenuas (1901), Los abismos (1913), Si s por qu (1916) y El
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Badajoz, supuesta de Ventura Rodrguez.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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LAURA MARROQUN MARTNEZ Y ADOLFO MARROQUN SANTOA

EL DR. FUERTES, SOCIO DE LA ECONMICA (s. XIX),


Y SU DEDICACIN A BADAJOZ, A LA METEOROLOGA
Y AL CLIMA

LAURA MARROQUN MARTNEZ Y ADOLFO MARROQUN SANTOA

Las Sociedades Econmicas, con sedes en muchas de las regiones de Espaa, e incluso del ex-
tranjero, fueron asociaciones privadas, nacidas a nales del siglo XVIII con el auspicio y proteccin
del rey Carlos III, que tenan como nalidad promover y fomentar el desarrollo, sobre todo de la
economa, partiendo de bases culturales.
Cada una de estas Sociedades adoptaba un lema que a modo de consigna comprometa a los
socios en pro del hombre como ser individual y por extensin a toda la sociedad. En el caso de la que
tiene su sede en Badajoz, el lema que preside las actividades de esta Econmica, como popularmente
se la conoce, es Enseando fomenta.
Esta Sociedad, en cuanto se reere a Extremadura, se fund en 1816 por una Real Orden, de
ah su apelativo, reunindose para ello un grupo de personas preocupadas por desarrollar la cultura
popular como motor principal del progreso del pas. En los dos siglos transcurridos desde su funda-
cin han sido numerosos los socios de la Econmica que han hecho honor al lema de esta Sociedad,
cumpliendo su mandato al mximo nivel.

Foto n 1: Sede histrica, en Badajoz, de la Real Sociedad Econmica Extremea de Amigos del Pas
(RSEEAP) y retrato de Don Mximo Fuertes Acevedo

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EL DR. FUERTES, SOCIO DE LA ECONMICA (S. XIX) Y SU DEDICACIN A BADAJOZ, A LA METEOROLOGA Y AL CLIMA

Mencin aparte merece, en nuestra opinin, Don Mximo Fuertes Acevedo,1 socio de nmero
de las Econmicas de Oviedo, Len, Badajoz y Mrida, doctor en ciencias, catedrtico del Instituto
de Badajoz y director del mismo desde 1881, hasta su fallecimiento en 1890, con un pequeo vaco
temporal en 1884 que fue consecuencia de algunos malentendidos relacionados con una de sus publi-
caciones, como comentaremos ms adelante, en este mismo artculo. El Dr. Fuertes, tanto por su for-
macin como por su dedicacin a la enseanza, cuyo mbito extendi a aspectos multidisciplinares
que l consideraba de inters para el bien comn, fue un paradigma de las dos partes que conforman el
lema de la RSEEAP, el enseando queda claro a la vista del extenso catlogo de sus publicaciones
y de sus muchos aos dedicados a la enseanza, y el fomentando lo llev a la prctica, animando a
personas y entidades, tanto pblicas como privadas, a acometer cuantas acciones l estimaba bene-
ciosas para el mejor servicio a la sociedad.
Trataremos de repasar someramente cules fueron sus orgenes y cules las principales acti-
vidades y publicaciones, por las que consigui diversos premios y honores. Y una vez conocidos
el origen y andanzas previas del Dr. Fuertes, nos plantearemos en concreto tratar de conocer mejor
el pensamiento de este hombre, eminentemente de ciencia, pero que tambin result ser un notable
hombre de letras; revisaremos cmo transcurri su etapa en Badajoz, ltimo destino profesional que
ejerci activamente, desde su llegada a esta capital en 1878 y hasta su muerte en 1890, as como
cuntas y cules fueros las actuaciones de Fuertes en relacin con su notable inters por la agricultura
extremea, as como por la meteorologa como ciencia y por su observacin, para un mejor conoci-
miento del clima de Badajoz y su provincia.
Como ejemplo, puede citarse su preocupacin por la enseanza de la Agricultura, que analiza y
critica desde el punto de vista del docente, remarcando los fallos de las rdenes sobre dicha ensean-
za, procedentes de las instancias ociales, lo que daba lugar, al menos en Badajoz, al poco inters de
la pretendida audiencia.
Una breve visin de algunas de sus actividades profesionales se encuentra en un artculo publi-
cado en La Nueva Espaa, el 3 de agosto de 2004, rmado por el prolco escritor asturiano, D. Jos
Ignacio Gracia Noriega, en que se relata parte de la vida, incluyendo algunas peripecias acaecidas
al Dr. Fuertes, sealndonos que Mximo Fuertes Acevedo, erudito y docto biblilo, catedrtico de
instituto, en la asignatura de Fsica y Qumica, desarroll a lo largo de su vida una obra extensa y
multifactica, con frecuencia alejada de su profesin como profesor de ciencias.
El Sr. Gracia, presenta su artculo en forma de entrevista, entrevista que, segn parece, se ha-
bra hecho al propio Dr. Fuertes, en 1890, poco antes de su fallecimiento, sin que conste quin fue el
entrevistador. En el citado artculo se dice que en 1888, diez aos despus de la llegada de Fuertes a
Badajoz, el conjunto de su obra fue reconocido con una medalla de oro en la Exposicin Universal de
Barcelona, y al preguntrsele si, en su opinin, aquel reconocimiento le compensaba de los agravios
administrativos que haba padecido Fuertes contest, segn parece, que De esos agravios que usted
dice no me compensa nadie, porque aunque mi destitucin como director del Instituto de Badajoz,2
cargo para el que haba sido nombrado en 1881, pero donde top con la iglesia, he procurado olvidar-
la; la ltima jugada que se me ha hecho, por ser ms reciente, todava me disgusta.

1
En algunas citas, e incluso publicaciones impresas, nos hemos encontrado con que gura su segundo apellido como
Acebedo; no obstante, nosotros manejaremos el de Acevedo, puesto que adems de ser el ms frecuentemente (Como
dato, simplemente orientativo, en una bsqueda, va internet, hecha con Google, aparecen 458.000 resultados para
Fuertes Acevedo y 44.200 para Fuertes Acebedo, incluso muchos de estos ltimos incluyen tambin el Acevedo).
Pero, sobre todo, mantendremos el Acevedo, por ser el apellido que aparece junto a su rma, en varios de sus propios
escritos.
2
El Dr. Fuertes tom posesin de la Direccin del Instituto el 4 de abril de 1881 y fue cesado el 13 de febrero de
1884. Este cese fue, con toda probabilidad, consecuencia del enfrentamiento que tuvo lugar entre algunas autoridades,
tanto civiles como eclesisticas, y el propio Dr. Fuertes, tras la publicacin por ste, en 1883, de una obra sobre el
darwinismo, que, a criterio del autor, fue malinterpretada por algunos. Comentaremos despus algunos aspectos de
dicha publicacin y sus controversias.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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LAURA MARROQUN MARTNEZ Y ADOLFO MARROQUN SANTOA

Esa ltima jugada a la que aluda Fuertes, era que habiendo concursado a una ctedra de Qu-
mica vacante en el Instituto de San Isidro de Madrid, y compitiendo para esa plaza con un excelen-
tsimo seor diputado a Cortes, result que se la concedieron al diputado. Por lo que el Dr. Fuertes,
muy dolido, armaba que en este pas ser diputado vale ms que ser un qumico competente, y las
propias autoridades acadmicas, e incluso el mismsimo Ministerio debieron entenderlo as a la hora
de decidir.
Nuevamente, en este caso, como ya haba ocurrido en su destitucin como director del Instituto
de Badajoz, se produjeron algunas protestas por parte de sus amigos, aunque en esta ocasin ms so-
tto voce que, en el caso de Badajoz, porque como deca el propio profesor, en esta ocasin al cervan-
tino con la Iglesia hemos topado se deba aadir ahora con la partidocracia hemos topado (sic).
En aquella supuesta entrevista de 1890, el mismo Dr. Fuertes resuma su trayectoria, diciendo:

Nac en Oviedo el 9 de diciembre de 1832, y en Oviedo hice el Bachillerato y despus, en la universidad, parte
de los estudios de Ciencias y Derecho, hasta 1851, que obtengo una plaza de alumno pensionado de la Escuela
Normal de Filosofa de Madrid, que acababa de crearse. Esto me permiti seguir estudios de investigacin literaria
simultneamente a los estudios cientcos, licencindome en Ciencias Naturales en 1856, y ese mismo ao me
doctoro con premio extraordinario. A partir de este momento, comienzo a trabajar como ayudante en la Escuela de
Fsica, hasta el ao siguiente, 1857, que obtengo por oposicin una plaza de profesor ayudante en la Universidad
de Oviedo, en la que permanec poco tiempo, pues fui sucesivamente trasladado a las universidades de Santiago de
Compostela y Valladolid. En 1865 obtengo por oposicin la ctedra de Fsica y Qumica en el Instituto de Santan-
der, donde permanezco casi trece aos, y despus de haber estado destinado por muy poco tiempo en el Instituto
de Figueras, en Gerona, paso al de Badajoz en 1878, siendo nombrado director del mismo en 1881.

Las actividades y publicaciones del Dr. Fuertes, a lo largo de toda su prolca vida profesio-
nal, fueron claramente multidisciplinares, y si tratramos de encajarlas en la simplista divisin cien-
cias-letras, podramos armar que su obra evolucion con marcada alternancia, atendiendo tanto a las
ciencias, su profesin, como a las letras, probablemente su vocacin. Focalizando esta alternancia a
sus aos nales, es decir a los vividos en Badajoz, son destacables dos lneas, una en la rama de las
ciencias, con particular nfasis en la agricultura, la meteorologa y el clima de esta provincia, con
intervenciones y obras de inters en esos campos, en las que cosech algunos agradecimientos y ho-
nores. Y, como antes decamos, nalmente acomete otra lnea dirigida al darwinismo, teora segn la
cual la evolucin de las especies se produce por seleccin natural de los individuos y se perpeta por
la herencia, campo ste que le dio ms disgustos que alegras.
Tras su llegada a Badajoz, en 1878, una vez tomada posesin de su plaza como profesor del Ins-
tituto, y tal vez a la vista de la instrumentacin del Observatorio Meteorolgico Ocial de Badajoz,3
que por aquel entonces estaba instalado en el mismo edicio que el Instituto, repartidos sus equipos
entre la terraza de la cubierta superior y una parte del rea destinada a Gabinete de Ciencias, debi
sentirse tentado al recordar el inters que haba mostrado, en sus orgenes docentes, por la meteoro-
loga, cuando comenz como profesor ayudante de la Universidad de Oviedo, donde colabor en la
creacin del Gabinete de Ciencias y del propio Observatorio Meteorolgico de aquella Universidad.

3
El observatorio meteorolgico ocial de Badajoz, tiene su origen en el Real Decreto de 5 de marzo de 1860, dado por
Isabel II, por el que se crearon 22 Estaciones Meteorolgicas en Espaa, entre ellas la de Badajoz, mantenindose
desde entonces en l la continuidad en las observaciones, durante ms de un siglo, con algunas pequeas lagunas, pero
sin incidencias destacables, excepto una semana durante el mes de agosto de 1936, debido a la entrada de las tropas
en Badajoz durante nuestra Guerra Civil. Desde la fecha de su creacin, el Observatorio Ocial de Badajoz estuvo
instalado en una terraza del antiguo edicio ocupado entonces por el Instituto Brbara de Braganza, en la Calle Obispo
Juan de Rivera.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 131


EL DR. FUERTES, SOCIO DE LA ECONMICA (S. XIX) Y SU DEDICACIN A BADAJOZ, A LA METEOROLOGA Y AL CLIMA

Observatorio de Badajoz

Foto n 2: Observatorio Meteorolgico Ocial en Badajoz, creado en 1860, instalado en la terraza del Instituto.

Lo cierto es que se despert de nuevo su acin a la observacin de la meteorologa y sus


aplicaciones, por lo que, al ir conociendo la gran importancia que la agricultura presentaba en el de-
sarrollo de la provincia de Badajoz, se plante algunos objetivos; uno el profundizar en la enseanza
dirigida a la agricultura en Extremadura, tratando de mejorar el rendimiento de los resultados, en base
a los conocimientos adquiridos, y teniendo en cuenta la meteorologa y el clima, local y regional, para
lo cual resultaba esencial, en su opinin, ampliar las observaciones meteorolgicas, aadiendo ms
puntos de observacin que completaran las que ya se hacan en la capital, para nalmente tratar de
conocer mejor el clima de la Regin.
Por todo ello, dada su condicin de docente y los objetivos comentados, no poda pasarle des-
apercibido, ni serle indiferente, el contenido de la Ley sobre Enseanza Agrcola, del 1 de agosto
de 1876, decretada por las Cortes, siendo Don Francisco de Borja Queipo de Llano el Ministro de
Fomento, y sancionada por el Rey Alfonso XII, de forma que, tras analizar el estado de la cuestin
en aquellos momentos, se lanz a editar un breve folleto, titulado Las conferencias agrcolas, pu-
blicado en Badajoz el ao 1879, en el que, a lo largo de 18 pginas, analiza crticamente el contenido
de la Ley.
El articulado de esta Ley, publicada en la Gaceta de Madrid, el 3 de agosto de 1876, que provo-
c no pocas crticas, entre ellas las del propio Dr. Fuertes, estableca:

Artculo 1.- Se establece como obligatoria en todas las Escuelas del Reino la enseanza de una Cartilla agraria.
Art. 2.- Se crea una ctedra de Agricultura elemental, cuya enseanza es obligatoria en los estudios generales para
el Bachillerato en cada uno de los Institutos del Reino, as provinciales cmo locales. Estas ctedras sern costea-
das por los mismos medios y con los mismos fondos que las dems.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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LAURA MARROQUN MARTNEZ Y ADOLFO MARROQUN SANTOA

Art. 3.- Quedan suprimidas las ctedras de Agricultura en los Institutos en que existen como estudio de aplicacin.
Art. 4.- El Ministro de Fomento y la Direccin general de Agricultura, Industria y Comercio, oyendo al Consejo
superior del ramo, propondrn inmediatamente por medio de certmenes los programas, y designarn los libros
que hayan de servir de texto para la enseanza agrcola.
Art. 5.- Se reorganizarn los estudios de la Escuela superior de Agricultura con arreglo al plan que establece el
Gobierno, oyendo al Consejo superior de Agricultura, Industria y Comercio.
Art. 6.- Todas las provincias de Espaa tendrn derecho establecer granjas-modelo experimentales y estaciones
agronmicas, de acuerdo con el Ministerio de Fomento y la Direccin general de Agricultura, pudiendo ser auxilia-
das por el Gobierno aquellas que a juicio del mismo lo necesiten y por su importancia y condiciones lo merezcan.
Art. 7.- En los gabinetes de Fsica y en los laboratorios de Qumica de todas las Universidades, Institutos y dems
establecimientos pblicos costeados con fondos genrales, provinciales y municipales, se practicarn los experi-
mentos, los ensayos y los anlisis que los agricultores soliciten sin otra retribucin que la de satisfacer los gastos
que en cada caso particular se ocasionen.
Art. 8.- Todos los domingos habr una conferencia agrcola en cada capital de las provincias de Espaa sobre los
temas que je de antemano la Junta provincial de Agricultura. Los Catedrticos, los Ingenieros y los funcionarios
pblicos que cobran sueldo del Estado y puedan por la especialidad de su profesin explicar una conferencia,
quedan obligados a prestar este servicio.
Art. 9.- Del mismo modo y en los mismos das se explicar en todos los pueblos de la Monarqua, por las personas
que se presten a hacerlo, una cuestin referente a la industria agrcola que ms interese a la localidad. A falta de
otras personas el Maestro de primera enseanza leer un captulo de la obra, que le designe, la Junta de Agricul-
tura, Industria y Comercio de la respectiva provincia. El Ministro de Fomento propondr a S. M. cada ao las
recompensas a que las mencionadas personas se hayan hecho acreedoras por su asiduidad y celo en el desempeo
de este servicio.
Art. 10.- La Direccin general de Agricultura publicar bajo su proteccin, y dirigida por una Comisin especial
del Consejo superior del ramo, un peridico con el ttulo de Gaceta agrcola del Ministerio de Fomento, cuya
adquisicin ser obligatoria para todos los Ayuntamientos, Diputaciones provinciales y Juntas de Agricultura del
Reino, destinado a popularizar los conocimientos agrcolas y publicar los actos y decretos del propio Ministerio.
Ser Director de esta Gaceta un Consejero de Agricultura, y Redactor en Jefe un Ingeniero agrnomo nombrado
por el Gobierno.
Art. 11.- Los Ingenieros agrnomos que disfruten sueldo del Gobierno tendrn la obligacin de colaborar en esta
Gaceta sobre los puntos que el Consejo de redaccin determine, el cual examinar y revisar los dems trabajos
que en la misma se publiquen.
Art. 12.- Las estaciones agronmicas publicarn en la Gaceta agrcola, y en la forma que el Consejero Director
establezca, el resultado de sus observaciones y de los trabajos que en las mismas se practiquen.
Art. 13.- Se crea una Biblioteca agrcola, bajo la proteccin del Ministerio de Fomento e inspeccin de la Direccin
general de Agricultura, Industria y Comercio.
Art. 14.- Por el Ministerio de Fomento se dictarn las oportunas rdenes y reglamentos para que tenga inmediato
efecto cuanto se dispone en la presente ley.
Dado en San Lorenzo a primero de agosto de mil ochocientos setenta y seis.

Su crtico folleto lo encabeza el Dr. Fuertes citando las palabras de Jovellanos: Ridcula es la
esperanza de difundir entre los labradores los conocimientos rsticos por medio de lecciones tericas
y mucho ms por el de disertaciones acadmicas.
Inicia Fuertes su escrito calicando de laudable y digno del mayor elogio el pensamiento que
inspir la citada Ley sobre Enseanza Agrcola, en lo que se refera a los artculos que disponan la
celebracin en las capitales de provincia de conferencias con el n de fomentar la agricultura, primera

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EL DR. FUERTES, SOCIO DE LA ECONMICA (S. XIX) Y SU DEDICACIN A BADAJOZ, A LA METEOROLOGA Y AL CLIMA

fuente de riqueza de los pueblos, para que el labrador pueda apreciar los adelantos y perfeccionamien-
tos que en su benecio viene haciendo constantemente la ciencia.
Pero, dando una de cal y una de arena, expone despus su opinin contraria a los medios y
procedimientos con los que esa Ley pretende alcanzar los resultados buscados, calicndolos de ser
una perfecta inutilidad y augurando a las conferencias agrcolas, que se programan en las capitales de
provincia, una inecacia que provocar escassimos resultados. Armaba Fuertes que la agricultura
es una disciplina eminentemente prctica, por lo que pretender obtener resultados positivos a partir
de una conferencia acadmica, sin presentar las experiencias en que se apoyan los razonamientos que
se expongan, sera totalmente intil.
A las consideraciones anteriores, aade Fuertes que la experiencia demuestra la inecacia de
esas conferencias, a las que en la prctica suelen asistir un reducidsimo nmero de personas, que, por
otra parte, o bien conocen de antemano lo que se les va a decir, o bien asisten para adquirir unos co-
nocimientos que no van a aplicar. Arma el autor que estas conclusiones no son slo suyas, sino que
son compartidas por personas de juicioso criterio, gran saber y notoria ilustracin. Y, como prueba
de la validez de estas conclusiones, cita que, en un caso similar, la Revista Extremea informaba que
en Badajoz no lleg a celebrarse la segunda conferencia loxrica, por falta de auditorio.
Deende sin embargo la celebracin de esas conferencias agrcolas, pero proponiendo alterna-
tivas a las disposiciones legales del Ministerio en cuanto a dnde, cmo y por quin deberan ser
impartidas. En cuanto al dnde?, seala Fuertes que no debe ser en las capitales de provincia, sino
en las propias poblaciones rurales, donde se encuentran los que han de recoger el fruto de lo que se
diga, dirigido siempre a inculcar los verdaderos principios y las buenas mximas del cultivo de las
tierras, hacindoles conocer los mejores y ms modernos aperos de labranza, y demostrando de forma
prctica sus ventajas.
En cuanto al cmo?, considera que el lenguaje debe ser sencillo, lejos de tecnicismos, y dirigi-
do hacia las experiencias prcticas, teniendo siempre presente que probablemente, en principio y con
carcter general, la audiencia va a ser refractaria a las innovaciones en todo aquello que no coincida
con lo que ya conocen, o con lo que la tradicin les ha enseado. Y el por quin?, lo enfoca Fuertes
en cada pueblo hacia el Sacerdote o el Maestro; el primero por ser, segn l, persona revestida de
altsimas funciones, cuya palabra, siempre persuasiva, es escuchada por las gentes del campo con el
mayor respeto y atencin; y el segundo, el Maestro, al que Fuertes denomina modesto sacerdote de
la ciencia que vive entre los obreros de la tierra, y cuyo delicado trabajo ejerce inuencia en quienes,
desde los primeros aos, escuchan su palabra y sus consejos.
Admite Fuertes que en el Art. 9 de la Ley, ya se dice que A falta de otras personas el Maes-
tro de primera enseanza leer un captulo de la obra, que se le designe, pero opina que resulta un
escaso recurso la lectura de un captulo de una obra agrcola, llena de tecnicismos, y que lo que los
labradores necesitan son explicaciones claras y sencillas. Maniesta, de acuerdo con Jovellanos,4 que
la agricultura no necesita discpulos adoctrinados en los bancos de las aulas, sino hombres prcticos y
pacientes que sepan desarrollar las labores del campo, que no se aprenden en las escuelas, ni pueden
ser enseadas con el aparataje cientco.
Segn l, las conclusiones son que, para alcanzar los nes beneciosos de la Ley, sera de gran
utilidad que las Juntas de Agricultura y las Reales Sociedades Econmicas, hicieran un minucioso y
exacto estudio del estado de la agricultura en las respectivas provincias, consignando los resultados
de estos estudios en breves Memorias o Cartillas agrarias, que representen la agricultura de la provin-
cia de que se trate; debiendo estos documentos ser conocidos y estudiados por el Prroco y el Maestro
de cada pueblo, haciendo llegar da a da sus contenidos a aquellos a los que aconsejan y ensean. Es
partidario tambin de la creacin e implantacin de Granjas Modelos, si bien no slo provinciales,

4
En su famoso Informe sobre la Ley Agraria, elaborado por Gaspar Melchor de Jovellanos, por encargo de la Real
Sociedad Econmica de Madrid, y publicado en 1795.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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LAURA MARROQUN MARTNEZ Y ADOLFO MARROQUN SANTOA

sino municipales, remarcando que en provincias como la de Badajoz, esencialmente agrcolas y ga-
naderas, el ejemplo prctico difundido desde estas Granjas y las comunicaciones hechas a partir de
las citadas Cartillas agrarias, tendran muy beneciosas consecuencias.
Termina Fuertes su folleto sobre las Conferencias agrcolas informando que, de acuerdo con lo
que l mismo haba advertido en cuanto al riesgo de desinters por parte de los potenciales asistentes,
se haba suspendido de nuevo la conferencia sobre la loxera de Portugal, prevista para la semana
anterior a aquella en que estaba escribiendo, dado que slo asisti a ella un amigo y compaero del
disertante, pese a haberse anunciado profusamente la celebracin de dicha conferencia. Por ello con-
cluye el autor que, al menos en la provincia de Badajoz, era necesario dar otro giro a los medios y
mtodos de formacin que la Ley sobre Enseanza Agrcola propugnaba.
En varias ocasiones, a lo largo de sus publicaciones, relaciona Fuertes Acevedo la importante
correlacin existente entre los conceptos de agricultura, meteorologa y clima, de forma que cohe-
rentemente con esa idea, dirige su inters cientco hacia el apoyo a la mejora del conocimiento y
aplicacin prctica de esas tres componentes en Badajoz y su entorno.

Foto n 3: Dedicatoria a La Econmica, por parte del autor, de una de sus mejores publicaciones.

En el prlogo de su obra Estudios sobre astronoma, fsica y meteorologa, editada por la


Diputacin Provincial y publicada en Badajoz el ao 1880, dice el Dr. Fuertes: La ciencia no es
patrimonio de los individuos, ni de las razas: es universal y cosmopolita; todos pueden alcanzarla y
poseerla cuando a sus umbrales se llega con fe y con verdadero y noble entusiasmo.
En la misma obra, en el captulo dedicado al Sol, el autor incluye un enigmtico comentario,
que citar puesto que pone de maniesto, por una parte, el enorme desarrollo que desde aquel lejano
1880 hasta la actualidad ha tenido la astrofsica en general y la fsica solar en particular, y por otra
parte la visin potica de un hombre de ciencia, al enfrentarse al enigma que para l supona la fsica
Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 135
EL DR. FUERTES, SOCIO DE LA ECONMICA (S. XIX) Y SU DEDICACIN A BADAJOZ, A LA METEOROLOGA Y AL CLIMA

de aquel reactor nuclear de fusin, por connamiento gravitatorio, al que llamamos Sol. Dice el autor:
El Sol podra contar en la supercie de su extenso y extraordinario suelo, habitantes o seres que,
cualquiera que fuera su naturaleza y sus condiciones de vida, estaran continuamente rodeados de luz
y de calor, siendo perpetuos en aquel mundo el da y la primavera5
La segunda edicin de otra de sus obras, en concreto la que titula Elementos de fsica y nocio-
nes de qumica, editada por la Diputacin Provincial y publicada en Badajoz el ao 1882, la dedica
Fuertes en testimonio de alta consideracin y afecto al Ilmo. Sr. Don Cecilio de Lora y Castro, al
que presenta como:

Coronel Capitn de fragata de la Armada, condecorado con la cruz de tercera, segunda y primera clase del Mrito
naval, con distintivo blanco, y de segunda clase con distintivo rojo; cruz y placa de la Orden militar de San Herme-
negildo; Comendador de nmero de la Real Orden americana de Isabel la Catlica; Comendador de la Legin de
Honor de Francia; Comendador de la Orden de San Mauricio y San Lzaro de Italia; condecorado con las medallas
del Callao y otras; benemrito de la patria, diputado a Cortes, Vocal del Consejo Superior de Agricultura, Industria
y Comercio, del de pesca e industrias martimas, del de Exposiciones agrcolas, etc., etc.

Merece citarse que las referencias del Dr. Fuertes al Sr. De Lora, siempre acompaadas de res-
peto, admiracin y agradecimiento son muy frecuentes en las publicaciones de Fuertes, a partir de su
llegada a Badajoz, de lo que podemos deducir que el profesor encontr en De Lora un notable apoyo
en las numerosas y variadas empresas que acometi, como veremos ms adelante.
Dentro del apartado sobre meteorologa de las citadas obras de Fuertes Acevedo, se plantean
una serie de valiosas consideraciones, de las que es destacable por una parte el habitual rigor cient-
co del Dr. Fuertes, y por otra la visin potica que antes mencionbamos, que el autor incluye en mu-
chos de los apartados de sus publicaciones, y que queremos destacar aqu, por ser una caracterstica
muy raramente presente en las publicaciones cientcas, pero no as en las de Fuertes.
Algunas de las citadas consideraciones parecen ciertamente premonitorias, como la idea de un
cambio climtico antrpico (producido o modicado por la actividad humana), cuando dice que el
clima de las diversas comarcas del globo terrestre continuar siendo el mismo, salvo las alteraciones
que en l pueda producir el trabajo constante del hombre. Hay que tener en cuenta que, en la segunda
mitad del siglo XIX, cuando Fuertes Acevedo public su obra, la realidad del calentamiento global
planetario que hoy, en el siglo XXI, es generalmente bien conocido y prcticamente admitido, estaba
apenas en ciernes.
En nuestra opinin merece la pena citar tambin sus palabras, cuando tras considerar la posi-
bilidad de un calentamiento global a medio plazo, contempla a ms largo plazo, un enfriamiento del
planeta, consecuencia de la tendencia milenaria hacia la siguiente glaciacin que deber afectar al
planeta dentro de varios miles de aos, durante los cuales la ausencia de calor en la cima de las al-
tas montaas o en las regiones circumpolares, paralizara todo y las aguas de los mares y los ros slo
seran dura roca de hielo y nuestro mundo una masa fra e inerte que navegara triste por el espacio.
Si bien en sus obras el autor no menciona explcitamente ni el cambio climtico, ni el calenta-
miento global, que son trminos surgidos en debates muy posteriores a sus escritos, como tampoco
cita la siguiente glaciacin, que inevitablemente llegar; sus consideraciones con respecto al balance
radiativo terrestre, a poco que se lea entre lneas, encajan perfectamente con nuestro actual devenir
climtico.

5
En nuestra opinin, aparte de la visin potica que Fuertes inclua en muchos de sus escritos cientcos, en este caso
particular, al mencionar la posibilidad de que habitantes, o seres de otra naturaleza, pudieran poblar la supercie del
Sol, lo que haca el autor, tal vez traicionado por su subconsciente, era anticipar algo que tres aos ms tarde, en 1883,
incluira en su obra sobre el darwinismo, donde, en el propio Prlogo de la publicacin, admita la existencia de seres
en todos los planetas y hasta en todos los astros.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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LAURA MARROQUN MARTNEZ Y ADOLFO MARROQUN SANTOA

Introduce Fuertes el concepto y contenido de la Fsica, indicando que la propia palabra procede
del griego phisis, que signica naturaleza, por lo que en la antigedad se entenda por Fsica
el estudio y examen de toda la naturaleza, de forma que incluso se llamaban Fsicos a todos los que
estudiaban la naturaleza, en cualquiera de sus manifestaciones, incluida la naturaleza del hombre,
particularmente en lo que se refera a las alteraciones que experimentaba y a los medios de evitarlas
o combatirlas, cuyo estudio pas despus a corresponder a la Medicina. En las fechas en las que
Fuertes publica sus obras, l presenta la frontera entre la Fsica y la Qumica, citando que la Fsica es
el estudio de las propiedades generales que presentan los cuerpos y de los fenmenos que en ellos se
verican, sin que su naturaleza se altere, cambie o vare; mientras que si al producirse un fenmeno
en un cuerpo, la naturaleza de ste vara o cambia, su estudio pasara a corresponder a la Qumica.
Cuando Fuertes presenta las fuentes energticas que, en la fsica atmosfrica, alimentan la ma-
quinaria climtica terrestre, seala que en esencia es exclusivamente la radiacin solar, puesto que la
geotermia, procedente del interior del planeta Tierra, apenas interviene en los procesos meteorolgi-
cos. En cuanto al calor recibido del Sol, lo presenta el autor diciendo que impregna nuestra atmsfera
y es el elemento vivicador de todos los organismos que se mueven en la Tierra, calicndolo de
uido misterioso que hace crecer las plantas, causando que se multipliquen de modo admirable seres
cubiertos de magnco ropaje, al aportarles la temperatura adecuada.
En cuanto a cual sea el origen y la causa de la ingente cantidad de energa que el Sol lanza hacia
el espacio que le rodea, as como cunto podra ser el tiempo de vida que le quedara a ese astro, dice
Fuentes, de acuerdo con alguna de las teoras circulantes en su poca, que el Sol es una inmensa masa
de materia csmica, reunida bajo las leyes generales de la atraccin, cuyo calor se gener en la fase
de la gran condensacin inicial de la materia de la que se form el astro, dando lugar a una masa de
materia fundida que desprende gran cantidad de gases, que continuamente se estn quemando en su
supercie y que esencialmente estaran constituidos por los mismos elementos que se hallan en la
Tierra y en el resto de los planetas del sistema solar, dado que todos debieron tener el mismo origen.
Algunos pensaban entonces que esa masa gaseosa, permanentemente ardiente en la supercie
del Sol, estara constituida por hidrgeno, hierro, cobalto, cobre, zinc, magnesio, calcio, bario, etc.;
todos ellos ardiendo y consumindose, camino del agotamiento, que en cualquier caso tardara mi-
llares de millares de aos en producirse, para despus desaparecer disipada en la inmensidad del
innito, salvo que, deca Fuertes, el conjunto de nuestro sistema solar reciba una nueva organizacin
y una nueva vida.
Fue precisamente a nales del siglo XIX, coincidiendo con algunas de las publicaciones del Dr.
Fuertes, cuando se promovi una amplia polmica sobre los verdaderos orgenes de la energa genera-
da por el Sol y de la posible duracin de la vida de ste. Las ideas sobre la produccin de energa del
Sol por la contraccin gravitacional, del britnico Lord Kelvin (1824-1907) y del alemn Hermann
von Helmholtz (1821-1894) no explicaban satisfactoriamente que el Sol mantuviera su actividad ms
all de unos pocos millones de aos. Concretamente Lord Kelvin publicaba en 1889 su conclusin de
que sera aventurado considerar que el Sol llevara ms de 20 millones de aos iluminando la Tierra,
o que pudiera seguir hacindolo durante ms de cinco o seis millones de aos ms.
Posteriormente el desarrollo de la Fsica y en concreto los trabajos de Ernest Rutherford (1871-
1937) y de Arthur Eddington (1882-1944) llevaron al descubrimiento de que la produccin de energa
en el Sol se basaba en el proceso de fusin nuclear en el que la conversin de hidrgeno en helio, en
el interior del astro radiante, con una prdida de masa, que se transforma en energa radiante de acuer-
do con la hoy universalmente conocida frmula E=mc2, que relaciona masa y energa, a travs de la
constante c, que es la velocidad de la luz. Con ello resultaba que en el Sol habra bastante hidrgeno
como para mantener el suministro de energa durante otros 4.500 millones de aos ms.
Lamentablemente estos descubrimientos de la Fsica y todo lo que conllevan en relacin con el
balance radiativo terrestre, que tanto tiene que ver con el conocimiento del clima y sus cambios, no
le llegaron a tiempo al Dr. Fuertes, que sin duda los hubiera absorbido e integrado con xito en sus
enseanzas, disfrutando adems con ello, con toda seguridad. En todo caso, garantizado el suministro
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EL DR. FUERTES, SOCIO DE LA ECONMICA (S. XIX) Y SU DEDICACIN A BADAJOZ, A LA METEOROLOGA Y AL CLIMA

de energa, por parte del Sol, al sistema climtico terrestre, Fuertes Acevedo estimaba que la Meteo-
rologa, como ciencia que estudia los meteoros, es decir, los fenmenos que se producen en la atms-
fera, estaba adquiriendo, a nales del siglo XIX, un volumen y una importancia tales que requera ser
estudiada aparte de los tratados de Fsica, remarcando que su conocimiento se estaba convirtiendo en
esencial, tanto para el agricultor, como para marino, el mdico y el hombre en general, puesto que la
variedad de sus fenmenos de calor, humedad y luz, modican y alteran las condiciones en las que se
desarrollan la vida y las actividades de la mayora de las personas.
Remarca cmo las observaciones meteorolgicas son de gran importancia para los marinos, por
lo que los pases avanzados, entre los que cita explcitamente a Inglaterra, Francia y Estados Unidos
de Amrica, en los que se observan con especial cuidado las indicaciones baromtricas, de las que
se deducen la marcha de las grandes perturbaciones atmosfricas, como son los ciclones, huracanes,
borrascas, etc., que causan tantos desastres en el mar y en sus costas. Resulta curioso un comentario
de Fuertes en que apunta a los posibles fallos en la prediccin, cuando seala que un servicio de avi-
sos telegrcos a los diferentes puertos anunciara la probabilidad de la aproximacin a ellos de la
tempestad si es que, por circunstancias, no siempre conocidas, sta no cambia de direccin o se
disipa.
Asegura tambin que no menor es el inters que la Meteorologa tiene para el mdico en sus re-
laciones con la higiene, pues el exacto conocimiento de los fenmenos meteorolgicos puede contri-
buir a mejorar mucho la salubridad pblica, no menos que la salud privada. Y as mismo, el agricultor
ha de conocer la inuencia que los meteoros ejercen sobre las plantas y apreciar anticipadamente su
accin, para poder practicar con acierto las procedentes faenas y labores del campo. En este punto,
nuevamente Fuertes da un toque a la prediccin meteorolgica, indicado que ciertamente las in-
dicaciones meteorolgicas no siempre corresponden a los resultados que se observan en la prctica.
Pero, tras sus comentarios en relacin con la imprecisin de las predicciones, rpidamente les
encuentra una explicacin en la variedad de los fenmenos que se producen al mismo tiempo y la
dicultad que, hasta ahora, se ha encontrado para estudiarlos en todos sus detalles, como consecuen-
cia de la escasez de observatorios meteorolgicos, lo que dicultaba poder disponer de los numerosos
datos necesarios, de gran inters cientco y de aplicacin inmediata.
Ya desde las primeras ocasiones en las que Fuertes cita a la Meteorologa como ciencia, suele
referirse a dos aspectos que l consideraba esenciales para el desarrollo de esa ciencia, un aspecto po-
sitivo era el progreso de las comunicaciones, en concreto de las telecomunicaciones, que permitiran
difundir los datos de las observaciones meteorolgicas a todos los usuarios, en tiempo casi instant-
neo, y otro aspecto, que l consideraba como negativo, pero que podra transformarse en positivo, era
la escasez de puntos de observacin. Pues bien, a este segundo aspecto dedic el Dr. Fuertes buena
parte de sus esfuerzos, en concreto en lo relativo a la observacin meteorolgica en la capital de
Badajoz y en su entorno, consiguiendo, como veremos, algunos xitos, que no fueron mayores, no
por falta de inters por su parte, sino por una cierta carencia de eco y apoyo en su entorno, excepcin
hecha del prcer Don Cecilio de Lora, que antes mencionbamos, y al que volveremos a referirnos.
Al hablar de la nieve y del granizo, menciona Fuertes una ancdota ocurrida en San Petersbur-
go, donde al abrirse casualmente la ventana de un saln, en el que se hallaban reunidas varias perso-
nas, penetr en la habitacin una corriente de aire muy frio, que hel instantneamente el vapor de
agua que haba en aqul recinto y cay, en forma de nieve, sobre las personas all reunidas. Al hilo de
la nieve, cita el conocido refrn que asegura ao de nieves ao de bienes, lo que se explica porque
fertilizan admirablemente las tierras por los elementos que condensan y arrastran de la atmsfera, que
al fundirse proporciona una humedad muy saludable a los vegetales, al tiempo que el manto de nieve
impide el enfriamiento del terreno por irradiacin nocturna, protegiendo as a las semillas.
En cuanto al granizo, cita Fuertes una terrible tempestad que descarg en Cazorla, provincia de
Jan, el 15 de julio de 1829, que rpidamente se desplaz hacia la provincia de Badajoz, llegando a
inundar muchas comarcas de la provincia de Cceres. Cita que, en el punto en que se inici la tem-
pestad, los granizos pequeos eran de una pulgada de dimetro (1 pulgada = 23,22 cm) y los mayores

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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LAURA MARROQUN MARTNEZ Y ADOLFO MARROQUN SANTOA

alcanzaron un peso de 3 y 4 libras (1 libra = 0,460 Kg). En Badajoz cay una cantidad tal que lleg a
alcanzar media vara (1 vara = 83,6 cm) de altura, causando grandes estragos en los campos. Reere
tambin que no menos destrozo caus la granizada del 21 de junio de 1849, notable tambin por la
extensin de terreno que cubri, en toda la comarca de Badajoz.6
Resultan curiosos los comentarios que hace en relacin con los daos considerables que pude
ocasionar el granizo a los rboles frutales y las cosechas en general, de forma que un temporal de
granizo puede destruir en pocos momentos la riqueza agrcola de extensas comarcas; en relacin con
estos riesgos plantea una aproximacin a lo que hoy da se conoce como modicacin articial del
tiempo, mencionando que, para evitar los indeseables efectos del pedrisco, se han propuesto varios
mtodos, entre los que cita los para-granizos, que describe como postes bastante elevados, colocados
de trecho en trecho en los campos, para descargar algn tanto el estado elctrico de la atmsfera. El
mtodo tratara de convertir los postes que se citan en sondas que facilitaran la salida hacia la nube de
tormenta de las cargas positivas que se acumulan en el terreno bajo dicha nube, actuando en su con-
junto como una red de pararrayos, con objeto de facilitar los caminos ionizados de mnima resistencia
para la descarga elctrica nube-tierra-nube, tratando de conseguir, supuestamente, rebajar la tensin
de las nubes y con ello los riesgos asociados.
Sabemos hoy da que la pretendida modicacin articial del tiempo es algo con muchas ms
dudas que certezas en sus resultados, y lo mismo pareca saberse en el tiempo en que el Dr. Fuertes
lo relataba, puesto que l mismo indica que el mtodo de los postes descrito y cualquier otro de los
conocidos entonces, son completamente inecaces.
Hablando de las leyes y fundamentos de la fsica, conviene explicar que las descargas elctricas
no son simples exhibiciones de fuerza por parte de la naturaleza, sino que el resultado que se busca es
restablecer las condiciones de equilibrio elctrico entre la nube, el suelo y la atmsfera de su entor-
no. El camino preparatorio de la descarga entre la nube y la tierra, comienza dentro de la nube; con
chorros de cargas negativas (electrones), que saliendo de la nube se van acercando hacia tierra, dando
lugar a la llamada gua escalonada, que va trazando potenciales caminos de descarga, con tramos de
entre 2 y 50 metros que se van acercando a su objetivo, el suelo.
Estos tramos sucesivos en zigzag, van preparando el camino de mnima resistencia para la co-
rriente elctrica. Al mismo tiempo, en el suelo, bajo la nube, se ha producido la acumulacin de cargas
positivas (iones), que han sido atradas por las negativas de la base de la nube. Desde la tierra, esas
cargas positivas intentan tambin cerrar el circuito elctrico, alzndose hacia la nube, dando lugar a
las sondas de conexin que van subiendo, aunque con mucha ms lentitud y torpeza que las cargas
negativas que estn bajando.
Cuando la gua descendente enlaza con la sonda ascendente, tiene lugar el contacto y se produce
la primera descarga de retorno, que va de suelo a nube, descarga que es mucho ms potente, intensa y
brillante que los tramos en zigzag descendentes. Posteriormente se repetirn varias rplicas, descen-
diendo de nube a suelo las cargas negativas y ascendiendo de suelo a nube las positivas. Con lo que de
paso queda contestada una pregunta que se hace con frecuencia: La descarga elctrica, el rayo para
entendernos, baja de la nube hacia el suelo, o sube del suelo hacia la nube? Pues, como queda dicho,
la respuesta es las dos cosas, pero siendo mucho ms potente la segunda, la que sube.
En el captulo dedicado a la iluminacin de la atmsfera, el profesor Fuertes Acevedo se ma-
ravilla por los colores y hermosos reejos de luz purpurea o rosada que baan nuestro cielo en la
maana y en la tarde, preguntndose si es debido al vapor de agua contenido en la atmsfera, o si es
consecuencia de una componente especial, que estara presente en el aire que descompondra la luz
solar, originando el azul de fondo y todas las variedades cromticas que podemos ver, sobre todo en

6
En este episodio, el Ayuntamiento de la capital celebr al da siguiente, el 22 de junio de 1849, sesin extraordinaria
para ocuparse de remediar los siniestros causados por la tormenta en los faroles del alumbrado pblico, en las mieses,
en los ganados, etc.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 139


EL DR. FUERTES, SOCIO DE LA ECONMICA (S. XIX) Y SU DEDICACIN A BADAJOZ, A LA METEOROLOGA Y AL CLIMA

las horas del orto y el ocaso. Fuertes supone, siguiendo al profesor John Tyndall, del Instituto Real de
Londres, que existe esa componente especial, a la que denomina clica (poticamente algo celeste
o celestial), que, junto a otras sustancias, lquidas o gaseosas presentes en la atmsfera, son la causa
de los diferentes abanicos de colores.
En el caso de Extremadura, estos atardeceres/anocheceres estn presididos muy frecuentemente
por los colores amarillentos y rojizos, o por preciosas combinaciones de ellos, aderezados a veces con
azules, naranjas y grises, con resultados tanto ms atractivos cuando existen nubes hacia el oeste y el
disco solar es visible entre ellas.
Llegados a este punto conviene aclarar algo respecto a esos bellos colores; sabemos que la luz
solar es del tipo conocido como luz blanca, resultado de la suma de sus colores componentes, que,
de mayor a menor longitud de onda, van del rojo al violeta. Ahora bien, resulta que cada uno de estos
colores es afectado de diferente manera a lo largo de su camino ptico a travs de la atmsfera.
El fenmeno fsico conocido como efecto Tyndall o la difusin de Rayleigh, hace que cuando
la luz blanca pasa a travs de un rea que contiene aerosoles, es decir partculas en suspensin, como
ocurre en la atmsfera terrestre, las longitudes de onda ms cortas, como es el caso de las radiaciones
violetas y azules, se dispersan fuertemente, por lo que, en ausencia de nubes y cuando el Sol est en
lo alto, ese es el color que llega a nuestros ojos, desde todas las direcciones, lo que hace que veamos
el cielo de color azul.
Por el contrario, a medida que se acerca la hora del ocaso, el Sol de acerca ms y ms al hori-
zonte, con lo que los rayos solares que nos llegan lo hacen atravesando mucha ms masa de aire que
al medioda, cuando el Sol est en lo alto; en esta situacin podramos decir que la componente de
ondas ms cortas, como el azul, se reeja y dispersa antes, en la primera parte del recorrido, dejando
que continen su camino los colores con las longitudes de onda ms largas como el amarillo, naranja
y rojo, que sern los que bsicamente lleguen a nuestros ojos al ocaso.
Cuando al atardecer el cielo est despejado y con escasos aerosoles, el color predominante ser
el amarillo, porque la luz azul no ha desaparecido del todo en la radiacin que llega al observador,
y la mezcla de esa pequea parte de azul con la componente naranja, amarilla y roja da lugar a un
atardecer amarillento, muy frecuente en la raya con Portugal.
Por el contrario, cuando existen abundantes aerosoles en suspensin en la atmsfera, es cuando
se producen los atardeceres en los que predomina el naranja e incluso el color rojo profundo. En el
caso de las puestas de sol observadas desde Extremadura y en concreto desde la Raya, estas partculas
en suspensin proceden normalmente de los suelos de Portugal y ms en concreto del Alentejo, tanto
de sus tierras como de sus costas, donde es fcil que los vientos dominantes levanten gran cantidad
de partculas de su rido suelo e incluso, ms lejanas, pero pticamente muy ecaces, de la sal del
Atlntico.
En estas circunstancias, con una gran cantidad de partculas en el cielo, gracias a los aerosoles
portugueses, las radiaciones de longitudes de onda ms corta, como las azules tienen mucha ms pro-
babilidad de dispersarse y debilitarse, hasta casi desaparecer antes de llegar a Extremadura, quedando
slo el rojo, el naranja y el amarillo para adornar el atardecer del cielo extremeo, con lo que la puesta
de sol lucir con colores que van del naranja al rojo profundo.
Ya hemos mencionado antes que en las obras de Mximo Fuertes de Acevedo nos haba llamado
la atencin la visin potica que mostraba con gran frecuencia un hombre de ciencia como l; pues
bien, en el captulo que dedica al arco iris, comenta como, en ocasiones, se ha dicho que la ciencia es
el enemigo ms cruel de la poesa, porque al explicar los fenmenos que se observan en la naturaleza
y dar a conocer las causas que los originan, borra todos los encantos y hace desaparecer las risueas
ilusiones de la imaginacin. Pero, acto seguido, arma que tal creencia es un error, y para conrmarlo
se reere al arco iris como hermoso meteoro luminoso, presagio feliz de paz y smbolo de esperanza,
en el que la mitologa crea ver a Isis, la mensajera del Olimpo, a quien Juno, que la amaba tiernamen-
te, haba colocado en el cielo, transformndola en hermoso arco de luz.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


140
LAURA MARROQUN MARTNEZ Y ADOLFO MARROQUN SANTOA

Los rayos de la luz del sol, luz blanca compuesta por la suma de todas las longitudes de onda
componentes (los siete colores del espectro visible: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, ail y violeta),
se encuentran con las gotitas de agua presentes en la atmsfera, procedentes fundamentalmente de
las precipitaciones habidas; cada rayo de sol sufre entonces tres procesos pticos, una refraccin, una
reexin y otra nueva refraccin, que provocan que los rayos de sol no slo cambien de direccin,
sino que adems se separen las distintas longitudes de onda (los siete colores).
La consecuencia es que al observador que se encuentra con el sol a su espalda el rayo de luz
que le llega est a 42 (grados de ngulo) por debajo del que llegaba del sol y con todos los colores
componentes desplegados. Y esto para todo el arco que el ojo es capaz de ver, bajo el mismo ngulo,
desde su posicin de observacin, lo que hace reaccionar poticamente a Fuertes, asegurando que, en
consecuencia, cada arco iris es nico y privado para cada observador, puesto que para cualquier otro
punto de observacin, aunque sea inmediatamente prximo, los rayos solares y las gotitas de agua
en que se refractan y reejan sern otros; es ms, la imagen que ve cada uno no es una imagen ja,
puesto que las gotas de agua, van cayendo hacia la Tierra y son sustituidas por otras, aunque nuestro
ojo no lo note al ser rapidsimos los cambios y permanecer cada imagen en nuestros ojos una dcima
de segundo.
Las fuertes tormentas, acompaadas a veces de gran aparato elctrico, han sido frecuentes a
lo largo de los aos en Badajoz, y en general en toda Extremadura, donde sus efectos han sido espe-
cialmente dainos, al vivir gran parte de la poblacin en zonas rurales, dedicndose en gran nmero
a labores agrcolas y de pastoreo, producindose daos en cosechas y, lo que es peor, en personas, a
veces por efecto de las riadas e inundaciones y otras por descargas elctricas, ya que, aunque la pro-
babilidad de que a una persona le caiga un rayo a lo largo de su vida es bastante pequea, resulta ser
mayor en esta Regin dado el mayor contacto con la naturaleza al aire libre que supone el trabajo en
el medio rural.
En relacin con los indeseables efectos de las descargas elctricas, cita el Dr. Fuertes la cos-
tumbre existente en muchos pases, y especialmente en Espaa, de tocar las campanas cuando se
aproximaba una gran tormenta, tanto para ahuyentarla o conjurarla, como para avisar a las personas
que se encontraran alejadas de su localidad de residencia; este tipo de actuaciones era reconocido, al
parecer, por la Iglesia, puesto que al bendecir las campanas se deca, traducido del latn: Bendecid,
Seor y siempre que suene esta campana sean rechazados la invasin de los torbellinos, el golpe
del rayo, los males del trueno, el mpetu de la piedra y los males de la tempestad.
Calicaba Fuertes este sistema como a todas luces perjudicial, aun cuando en aquellos das
haba aun quien lo defenda, puesto que se pona en riesgo a la persona o personas que tocaban las
campanas, en primer lugar por ser casi siempre las torres de los campanarios donde impactaban los
rayos con mayor frecuencia, y adems porque la cuerda, ya fuera metlica o de camo, probable-
mente humedecido, utilizada para voltear las campanas, sera causa de fcil trayectoria para las des-
cargas elctricas, sealando el autor que se haban producido algunos fallecimientos, aunque no los
cuantica.
Lo que s cuantica es el nmero de das de tormenta registrados en Badajoz, a lo largo del
quinquenio que l sola utilizar como de referencia, es decir el de 1875 a 1879, armando que fue de
10 das como promedio anual; lo que no coincide, aunque no existe gran diferencia, con los registros
ociales, en los que, para los cinco aos citados guran 10, 12, 6, 8 y 8 tormentas respectivamente,
lo que nos dara un total de 44 casos en el quinquenio y por tanto un promedio de 8,8 tormentas por
ao, que podra redondearse a 9, pero no a 10. De todas maneras, de estas diferencias entre los va-
lores manejados por el profesor Fuertes Acevedo y los que guran en los registros del Observatorio
meteorolgico ocial de Badajoz, trataremos al analizar, a continuacin, los datos de las temperaturas
y las precipitaciones.
En su obra, cita Fuertes, como temperaturas correspondientes a la ciudad de Badajoz, en el ci-
tado quinquenio de 1875 a 1879, una Temperatura media (TM) de 17,0 C, una Temperatura mxima
absoluta (TXA) de 39,7 C, y una Temperatura mnima absoluta (TNA) de -2,5 C. Valores que, por
Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 141
EL DR. FUERTES, SOCIO DE LA ECONMICA (S. XIX) Y SU DEDICACIN A BADAJOZ, A LA METEOROLOGA Y AL CLIMA

cierto, no coinciden con los registrados en el Observatorio ocial de Badajoz, que fueron, respectiva-
mente, TXA = 44,5 C en julio de 1878 y TNA = -5,2 C en diciembre de 1875.

TXA Enero Feb. Mar. Abril Mayo Junio Julio Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. Anual
1875 16,9 17,2 26,8 32,0 32,0 36,0 38,0 40,0 42,1 27,0 23,0 11,0 42,1
1876 11,5 17,0 18,4 25,0 27,0 29,0 40,0 37,0 32,2 28,0 20,0 17,0 40,0
1977 18,0 15,0 18,1 26,0 26,2 30,0 33,4 34,0 30,3 21,2 21,0 14,0 34,0
1878 12,0 15,2 19,8 23,0 28,5 36,5 44,5 41,0 40,0 34,4 24,3 17,0 44,5
1879 15,9 16,0 19,0 21,2 27,5 35,0 38,5 37,9 34,5 28,5 21,0 16,5 38,5
TXA 18,0 17,2 26,8 32,0 32,0 36,5 44,5 41,0 42,1 434,4 24,3 17,0 44,5

TNA Enero Feb. Mar. Abril Mayo Junio Julio Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. Anual
1875 0,0 0,0 -1,9 7,0 11,7 12,0 14,0 16,0 13,1 9,0 1,0 -5,2 -5,2
1876 2,0 4,0 8,0 7,2 12,9 10,0 16,1 22,8 19,8 13,0 5,2 6,0 2,0
1977 5,0 5,0 7,0 10,0 12,0 16,1 20,0 19,4 17,0 13,3 7,2 2,4 2,4
1878 1,0 2,0 5,5 7,5 11,2 13,5 15,0 14,0 12,5 7,0 2,0 -1,0 -1,0
1879 3,0 1,5 4,0 5,0 8,0 10,8 15,0 16,0 10,5 8,4 4,0 -2,5 -2,5
TNA 0,0 0,0 -1,9 5,0 8,0 10,0 14,0 14,0 10,5 7,0 1,0 -5,2 -5,2

TM Enero Feb. Mar. Abril Mayo Junio Julio Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. Anual
1875 7,7 7,5 13,0 16,9 22,0 24,1 25,4 28,3 26,7 19,3 13,1 3,7 17,3
1876 6,0 10,3 12,5 14,0 17,4 21,0 30,2 28,8 26,0 19,0 14,2 10,8 17,5
1977 10,4 9,8 11,8 15,1 18,8 22,6 26,3 27,0 22,6 17,8 13,0 8,4 17,0
1878 6,5 9,2 12,8 15,3 18,7 22,1 27,4 25,8 26,4 19,6 10,6 8,6 16,9
1879 9,4 10,3 11,4 12,4 17,4 21,6 26,4 26,8 20,1 18,0 14,3 5,9 16,2
TM 8,0 9,4 12,3 14,7 18,9 22,3 27,1 27,3 24,4 18,7 13,0 7,5 17,0

Foto n 4: Temperaturas registradas, desde 1875 a 1879, en el Observatorio Ocial de Badajoz

Se adjuntan las tablas con los valores de TXA (Temperatura Mxima Absoluta), TNA (Tempe-
ratura Mnima Absoluta) y TM (Temperatura Media) registrados en el Observatorio ocial de Bada-
joz, durante el quinquenio 1875 a 1879:
Al hablar de la lluvia, dice Fuertes que se trata de un meteoro singular de gran atractivo, que
desciende a veces tranquilamente en forma de pequesimas gotas, o cae con gran fuerza en nume-
rosas y gruesas gotas, precipitndose en ocasiones a torrentes, llevada en alas de impetuosos vientos.
El autor asegura que la lluvia es un meteoro admirable, que, si bien a veces lleva el espanto y la de-
solacin por las comarcas que atraviesa, en general derrama la alegra y la abundancia en los campos
y en los bosques, puricando el aire, y aportando vida a plantas y animales, que viven y se alientan
mejor bajo su benca inuencia.
Considera esencial la medida de la lluvia, tanto en su cantidad como en su duracin, y al des-
cribir el instrumento con que se mide, el pluvimetro, dice Fuertes que se trata de un vaso cbico de

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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LAURA MARROQUN MARTNEZ Y ADOLFO MARROQUN SANTOA

metal barnizado, cuya arista mide 25 cm, cubierto de una tapadera de lados inclinados a manera de
embudo, con un oricio en su centro, para evitar en lo posible la evaporacin del agua recogida en l;
describe tambin el instrumento, conocido como atmmetro, evapormetro o tanque evaporimtrico,
que mide el proceso contrario a la precipitacin, es decir la evaporacin.
Nuevamente aqu, al hablar de las precipitaciones, menciona el autor los orgenes y causas de lo
que, casi siglo y medio despus, ha dado lugar a algunas de las consecuencias del cambio climtico,
como son la deforestacin y la desertizacin, a las que nos han llevado, como cita Fuertes, las nefastas
actuaciones sobre los bosques y selvas, que eran garantes de lluvias, evaporaciones y condensaciones
que mantenan el esplendor de la vegetacin. En efecto, esa absorcin del agua que ejercen las hojas
y partes verdes de los vegetales, desaparece cuando la mano del hombre, por inters o por otros m-
viles, ha talado bosques, haciendo desaparecer frondosas arboledas, convirtiendo aquel territorio en
zonas ridas, afectadas por pertinaces sequas, como ha ocurrido en no pocas regiones de Sudamrica
o frica Central; mientras que en otras reas del planeta, como fue el caso de Egipto, reaparecieron
las lluvias, desde que se practic de forma notable la reforestacin de grandes supercies.
Como hizo con la temperatura, tambin con las precipitaciones presenta Fuertes los valores
registrados en Badajoz, durante el quinquenio de referencia 1875 a 1879, que son Precipitacin Me-
dia Anual (PMA) = 411 mm o litros por metro cuadrado y Nmero Medio de Das de Precipitacin
(NMDP) = 79 das/ao. Valores que nuevamente, como ocurra con la temperatura, no coinciden con
los registrados en el Observatorio ocial de Badajoz para el citado quinquenio, que fueron, respecti-
vamente, PMA = 399,6 mm y NMDP = 80 das/ao.

PMES Enero Feb. Mar. Abril Mayo Junio Julio Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. Anual
1875 9,9 31,9 11,0 44,2 90,3 14,5 2,4 0,0 0,0 84,9 18,0 35,6 342,7
1876 22,0 19,0 11,4 10,3 47,9 4,3 1,5 0,0 4,5 8,3 89,0 193,2 411,4
1977 44,8 0,0 18,9 62,2 45,3 22,9 21,0 2,4 97,5 5,8 25,7 21,9 368,4
1878 22,3 33,4 32,2 45,1 41,1 0,0 0,0 6,9 4,5 55,6 87,9 82,0 411,0
1879 48,5 49,6 48,2 61,1 0,0 8,2 0,0 0,0 28,8 89,7 66,9 63,7 464,7
PMES 29,5 26,8 24,3 44,6 44,9 10,0 5,0 1,9 27,1 48,9 57,5 79,3 399,6

NDP Enero Feb. Mar. Abril Mayo Junio Julio Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. Anual
1875 7 3 8 9 10 5 3 1 7 7 12 7 79
1876 5 6 9 4 9 2 1 0 2 9 16 20 83
1977 8 0 7 14 11 8 4 2 12 4 7 9 86
1878 2 4 5 13 12 0 0 5 4 10 11 9 75
1879 12 10 9 13 0 2 0 0 4 8 15 6 79
NDP 6,8 4,6 7,6 10,6 8,4 3,4 1,6 1,6 5,8 7,6 12,2 10,2 80,4

Foto n 5: Precipitaciones registradas, desde 1875 a 1879, en el Observatorio Ocial de Badajoz.

Se adjuntan las tablas con los valores de PMES (Precipitacin Mensual) y NDP (Nmero de
Das de Precipitacin) registrados en el Observatorio ocial de Badajoz, durante el quinquenio 1875
a 1879:
Destaca el Dr. Fuertes, como suceso meteorolgico extraordinario en aquel quinquenio, el tem-
poral que afect a la provincia de Badajoz, en diciembre de 1876, recogindose en la capital, segn
Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 143
EL DR. FUERTES, SOCIO DE LA ECONMICA (S. XIX) Y SU DEDICACIN A BADAJOZ, A LA METEOROLOGA Y AL CLIMA

reere el autor, un total de 219,0 litros/m2, durante los breves das que dur el temporal, lo que dio
lugar a una gran inundacin.
El autor se reere a este temporal y sus efectos, diciendo: lluvias que hicieron crecer de
una manera espantosa los ros y arroyos ms insignicantes, desbordndose con mpetu el sosegado
y tortuoso Guadiana, cuyo escondido curso puso entonces bien de maniesto, arrollando slidos y
antiqusimos puentes y penetrando impetuoso por los campos y por la misma capital, con gran fuerza
y elevado nivel, causando en toda la provincia daos y desastres considerables.
Sin embargo, la precipitacin registrada en el Observatorio meteorolgico ocial de Badajoz,
durante todo el mes de diciembre de 1876, fue de 193,2 l/m2, cantidad sin duda importante, que su-
mada a los 89,0 l/m2 que se haban recogido durante el mes de noviembre anterior, pudo dar lugar al
desastre referido por el Dr. Fuertes en su obra, puesto que, como suele decirse, llova sobre mojado.
En denitiva, las diferencias encontradas entre los valores presentados en su obra por el Dr.
Fuertes y los que guran en los registros histricos del Observatorio meteorolgico ocial de Bada-
joz, junto con las diferencias entre la instrumentacin descrita por el autor en alguno de los apartados
y la ocial, nos llevan a pensar que ambas series de observaciones muy probablemente fueron hechas
en dos puntos de observacin, prximos pero diferentes.
Algunos comentarios en su obra, por parte del autor, reejan su inters por completar y mejorar
las observaciones meteorolgicas, tanto locales como regionales; sirvan como ejemplo unas lneas de
su obra, en las que, con muy buen criterio, recomienda que, para conocer el clima de una regin, e in-
cluso para una poblacin concreta, se debe disponer de observaciones efectuadas en ms de un punto:

a los observatorios ociales hay que agregar algunos particulares, como el que en estos momentos, junio de
1880,7 acaba de instalar en la Dehesa de Valdesevilla, en la provincia de Badajoz, su propietario el capitn de fra-
gata de la armada D. Cecilio de Lora.
Esta estacin situada a los 384130 latitud norte, y 3830 longitud oeste, respecto a Madrid, ha sido enlazada
a la red meteorolgica de Espaa y por lo mismo del extranjero, por Real orden de 8 de mayo de este ao y sus
observaciones han de publicarse, como todas, en la Gaceta de Madrid y en el Boletn demogrco sanitario que
publica la Direccin General de Benecencia y Sanidad del Ministerio de la Gobernacin. Digno del mayor elogio
es el inters y la solicitud que por los progresos de la ciencia muestran las personas ilustradas, que, como el dis-
tinguido Jefe de la Armada Sr. de Lora, emplean su inteligencia y sus capitales en servicios de tanta importancia
como el que nos ocupa.

Foto n 6: Portadas de las publicaciones de los Aos Meteorolgicos 1879 a 1881 en Badajoz.

7
Fecha sealada por el Dr. Fuertes en la pgina 9 de su obra El ao meteorolgico de 1880 en Badajoz, publicada en
Badajoz, en 1881, disponible entre los fondos bibliogrcos de la RSEEAP de Badajoz. Este punto de observacin
citado frecuentemente por Fuertes, Valdesevilla (384130 N y 065039 O, respecto a Greewich), debi estar
situado a unos 3 km al SW de la poblacin de La Albuera, en una dehesa prxima al arroyo de Valdesevilla.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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LAURA MARROQUN MARTNEZ Y ADOLFO MARROQUN SANTOA

En tres publicaciones de Fuertes, que forman la serie El ao meteorolgico en Badajoz, con-


cretamente las relativas a los aos 1879, 1880 y 1881, el autor incluye los datos de las observaciones
de esos aos, aadiendo en ellas comentarios, en los que se plasma su particular inters por el campo
de la observacin meteorolgica; se interesaba por ejemplo en cmo, cundo y dnde deben efec-
tuarse esas observaciones para que su aplicacin en el conocimiento del clima, tanto de los puntos de
observacin como de la regin en la que estos se enclavan, sea lo ms completa y til posible.
As en El ao meteorolgico de 1879 en Badajoz, publicado en 1880, remarca Fuertes, con
muy acertado criterio, que, si se quiere conocer la meteorologa y el clima de una comarca, las ob-
servaciones no deben limitarse a un punto determinado, sino que deben extenderse a todas aquellas
zonas de esa comarca cuya situacin topogrca presente caracteres signicativamente diferentes. Y,
rerindose al caso concreto de que esa comarca sea toda una provincia, como la de Badajoz, cuya
extensin y orografa no permite en modo alguno que las observaciones realizadas en la capital sean
indicativas del resto del territorio, propone para resolverlo el instalar varias estaciones meteorol-
gicas, para lo cual el Dr. Fuertes solicita recurrir a la cooperacin entre la Diputacin Provincial de
Badajoz y la Real Sociedad Econmica Extremea de Amigos del Pas (RSEEAP).
Para favorecer la cooperacin que l propone y llevado de su espritu de facilitar el camino,
recomienda dividir la provincia de Badajoz en cuatro grandes regiones, de forma que al observatorio
que ya exista en la capital, se le aadan otras estaciones; una en Albuquerque, como punto situado
cerca de la Sierra de San Pedro, sealando el propio Fuertes que aconseja ese emplazamiento dado
que las variaciones de temperatura parece que son bastante notables para el invierno y el verano.
Recomienda instalar otra estacin de observacin en Zafra, como punto intermedio entre Jerez de
los Caballeros y Llerena, cerca de las estribaciones de Sierra Morena; una ms en Villanueva de la
Serena, y la cuarta en Herrera del Duque, como punto de referencia entre las cuencas del Tajo y el
Guadiana.
El Dr. Fuertes estim el coste de la instrumentacin requerida para cada una de las nuevas
estaciones, en 1.260 reales de la poca, lo que en su opinin era una cifra perfectamente asumible
para una corporacin como la Diputacin provincial de Badajoz, a la que propona adems ampliar el
nmero de puntos de observacin, a medida que fuera posible. Incluso aconsejaba, como solucin a
la dicultad relativa al personal que deba efectuar las observaciones, encargrselas a los profesores
de Fsica en aquellas localidades que contaran con Colegios de segunda enseanza, o a los Maestros
de primera enseanza en su caso; compensando a estas personas mediante la oportuna retribucin.
En estas ideas y propuestas de Fuertes subyace el modelo de la observacin meteorolgica me-
diante Colaboradores, que ha sido el fundamento del funcionamiento de las redes de observacin en
Espaa, de acuerdo con las instrucciones dimanadas, a lo largo de la historia de la meteorologa en
Espaa, de aquellos Organismos ociales, con competencias en la materia, como:8

1841.- Obs. Meteorolgico de Madrid. 1851.- Obs. Astronmico y Meteorolgico.


1887.- Instituto Central Meteorolgico. 1911.- Observatorio Central Meteorolgico.
1920.- Servicio Meteorolgico Espaol. 1933.- Servicio Meteorolgico Nacional.
1978.- Instituto Nacional de Meteorologa. 2008.- Agencia Estatal de Meteorologa

En sus recomendaciones, dirigidas fundamentalmente a la Diputacin y a la Real Sociedad


Econmica, expresa Fuertes su convencimiento de que los datos de puntos aislados tendrn escaso
inters si no se les compara entre s, con otros recogidos en comarcas ms o menos distantes, de for-

8
Segn referencias obtenidas de la publicacin Notas para la Historia de la Meteorologa en Espaa, Madrid 1985, 144
pgs., publicacin del Instituto Nacional de Meteorologa.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 145


EL DR. FUERTES, SOCIO DE LA ECONMICA (S. XIX) Y SU DEDICACIN A BADAJOZ, A LA METEOROLOGA Y AL CLIMA

ma que el conjunto, una vez analizado y extradas las oportunas conclusiones, sea una base esencial
para la ciencia en general y para la Agricultura en particular. Remarca tambin que todos estos datos
y las conclusiones obtenidas deben ser difundidas, dndoles la mayor publicidad posible, puesto que,
en caso contrario, el resultado sera similar al de la generalidad de los numismticos, que guardan y
conservan con el mayor afn cuantas monedas y medallas recogen con incansable celo, sin que sirvan
para otra cosa que satisfacer la pueril vanidad o el capricho de sus poseedores, pero sin que la ciencia,
ni la historia saquen de ello provecho alguno.
En su obra dedicada al ao meteorolgico de 1879 en Badajoz, remarca que si esta provincia
tomara la iniciativa en el asunto de ampliar en nmero de puntos de observacin meteorolgica a va-
rias localidades del entorno provincial prestara un gran servicio a la ciencia y a la Agricultura, mien-
tras que, por el contrario, la lista de datos correspondientes al ao 1879 tomados en la capital, datos
que el autor incluye en su publicacin, segn sus propias palabras de ningn modo dan idea cabal
de las condiciones climatolgicas de Badajoz. El autor est remarcando aqu la evidente diferencia
entre meteorologa y clima, de forma que los 365 datos diarios de las observaciones hechas en 1879
en la ciudad de Badajoz, nos informan de cmo ha sido, da a da, la meteorologa de ese ao en esa
localidad, pero muy poco nos dice de cmo es el clima de la capital y mucho menos an el clima de
la provincia de Badajoz.
Sin embargo, reuniendo los datos meteorolgicos del quinquenio 1875 a 1879, que inclua
tambin en aquella obra, se aventura el Dr. Fuertes a presentar una orientacin de cmo podra ser
el clima de Badajoz, aunque, como l mismo advierte, no pasa de ser una idea general, con el esca-
so nivel de detalle que el corto perodo de datos le permite contemplar. A la vista de aquellos datos,
avanza el autor que:

Este clima se halla caracterizado por un excesivo calor en el verano, que no modera, ni refresca vegetacin algu-
na, porque es muy poca la que aqu de desarrolla, a causa de la escasez de lluvias y de la falta absoluta de agua en la
misma poblacin, que no cuenta en su recinto ni una sola fuente. Gracias al agua recogida del cielo por las canales
de los tejados, conservadas en cisternas y algunos pozos, muy pocos, extramuros de la ciudad, porque las aguas del
Guadiana no son de las mejores condiciones, es como puede sostenerse la vida en esta comarca.
Consuela sin embargo el que, dentro de muy pocos meses, en 1880, Badajoz recibir la caera ya colocada en la
poblacin, las abundantes aguas del Gvora.
En el invierno la humedad es en ocasiones excesiva, humedad que, en el verano, al descender notablemente el nivel
del Guadiana, da cierto carcter paldico a las enfermedades propias de esta localidad; carcter que es posible que
aumente, si pronto no se emprenden las obras de alcantarillado que recoja el exceso de agua que ha de traer consigo
el nuevo abastecimiento.
Salvo estos extremos, la temperatura es deliciosa, aunque siempre pronunciada, las lluvias escasas y el cielo puro
y despejado.

Creemos que resultara difcil resumir ms y mejor los fundamentos descriptivos del clima de
Badajoz, que como lo hizo el Dr. Fuertes en la ltima lnea, con poco ms de docena y media de pa-
labras. El hecho de calicar como deliciosa la temperatura de Badajoz, aunque siempre pronuncia-
da, nos record mis propias palabras9 en algunas de las entrevistas que los medios de comunicacin
tuvieron a bien hacerme, durante los 47 aos que dediqu profesionalmente a la meteorologa y el
clima en Extremadura; en los que mi respuesta a las cuestiones sobre nuestro clima fue siempre que

9
Se hace referencia a las entrevistas de los medios a uno de los autores de este artculo, entrevistas disponibles en la
completa y bien conservada hemeroteca de la RSEEAP, y en particular a las palabras pronunciadas en la entrega del
premio Extremeo de Hoy, ao 2010, siendo el coautor Delegado Territorial de Meteorologa en Extremadura.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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LAURA MARROQUN MARTNEZ Y ADOLFO MARROQUN SANTOA

de Extremadura me gusta hasta el clima, lo que, dicho por un climatlogo, obliga a admitir que, no
obstante, los extremos de sus temperaturas son a veces excesivos.
En la publicacin del ao siguiente, la titulada El ao meteorolgico de 1880 en Badajoz, se-
ala Fuertes que el ao se comport, meteorolgicamente hablando, de forma muy similar al anterior,
de forma que reitera su opinin de que la temperatura, salvo excesos, fue deliciosa; remarcando
para ese ao, como fenmeno geofsico destacado, si bien ajeno a la meteorologa, la ocurrencia de
un ligero terremoto, a las 6h 50m de la maana del 21 de octubre, temblor que se not no slo en la
capital, sino en otros puntos de la provincia, como Olivenza y Valdesevilla.
Las citas a Valdesevilla, que son relativamente frecuentes en las publicaciones de Fuertes, se
deben a que en junio de 1880, como ya indicaba el mismo autor en su Anuario de 1879, comenzaron
las observaciones meteorolgicas en aquella estacin, de acuerdo con su idea de que, para poder
conocer el clima de Badajoz eran necesarios ms puntos de observacin, aparte del de la capital. De
hecho, junto a los datos meteorolgicos del 1880, el autor anuncia ya que, para el siguiente ao, el de
1881, se incluirn tambin los de la nueva estacin instalada en Valdesevilla.
En efecto, en el tercer ejemplar de la serie dedicada por el Dr. Fuertes a los Aos Meteorolgi-
cos en Badajoz, el correspondiente al ao 1881, informa que los datos meteorolgicos de la anunciada
nueva estacin meteorolgica estn disponibles; aunque lo cierto es que dichos datos fueron publica-
dos en folleto aparte. Encontrndonos por tanto con dos publicaciones, una El Ao Meteorolgico
de 1881 en Badajoz, rmada por Don Mximo Fuertes Acevedo, como Director del Instituto y de la
Estacin Meteorolgica de Badajoz; y otra El Ao Meteorolgico de 1881 en Valdesevilla (Bada-
joz), rmada por Don Antonio Montes, como Encargado de esta Estacin.
Como hemos dicho, en sus Anuarios Meteorolgicos anteriores, Fuertes solicitaba la coopera-
cin entre la Diputacin Provincial de Badajoz y la RSEEAP, para instalar en la provincia de Badajoz
cuatro nuevas estaciones meteorolgicas, adems de la que ya exista en la capital y la mencionada de
Valdesevilla, con objeto de conocer ms y mejor el clima de la regin.
Pues bien, en este Anuario del 1881, informaba Fuertes que a partir del 1 de enero de 1882
se pondran en marcha en la provincia, no cuatro, sino hasta siete nuevas estaciones de observacin
meteorolgica, constituyendo lo que l llam Red Meteorolgica de Valdesevilla. El motivo de esta
curiosa y especca denominacin para una red que trataba de ser provincial, junto con las frecuentes
citas de Valdesevilla hay que buscarlo, en nuestra opinin, en que, si bien la solicitud de Fuertes de
montar una red provincial, fue dirigida a la Diputacin de Badajoz y a la RSEEAP, lo cierto es que
quien se hizo cargo de atender su solicitud fue Don Cecilio de Lora, comenzando con la estacin de
Valdesevilla, montada a expensas de este rico propietario, diputado a Cortes por esta provincia e
inteligente marino segn dice de l el Dr. Fuertes en este Anuario.
Llama la atencin que de las nuevas estaciones (Albuquerque, Zafra, Villanueva de la Serena y
Herrera del Duque) que propona Fuertes para completar las observaciones en la provincia, se montan
siete (Zafra, Fregenal, Olivenza, Cabeza la Vaca, Barcarrota, Valencia del Ventoso y Los Frailes) de
las que slo Zafra guraba entre las propuestas previamente por Fuertes, quien abunda en su elogio
al Sr. De Lora, sealando que estas siete nuevas estaciones se han establecido tambin, como la de
Valdesevilla, con el peculio del Sr. De Lora, acreditando con ello una conducta digna del ms alto
elogio, que muestra bien lo mucho que por esta provincia se afana e interesa el distinguido Jefe de la
Armada.
Pese a lo interesado, e incluso ilusionado, que estaba Fuertes con la marcha de los objetivos que
se haba propuesto, lo cierto es que no hemos encontrado constancia de la publicacin, por parte del
Dr. Fuertes, de nuevos Anuarios Meteorolgicos de Badajoz, posteriores al de 1881, lo que nos lleva
a pensar que o bien se enfri su inters por la meteorologa y el clima local y regional, cosa que duda-
mos mucho, o bien que simplemente traslad la continuidad en aquellas materias a otras personas que
l mismo haba ido enseando y adoctrinando, cumpliendo as, por otra parte, el lema de la Sociedad
Econmica enseando-fomenta.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 147


EL DR. FUERTES, SOCIO DE LA ECONMICA (S. XIX) Y SU DEDICACIN A BADAJOZ, A LA METEOROLOGA Y AL CLIMA

En su obra dedica tambin Fuertes un captulo a los aerolitos, es decir a los meteoritos, o frag-
mentos de ellos, que caen sobre la Tierra, de los que dice que con frecuencia han sido negados o
cuando menos puestos en duda, pero de los que arma que en realidad son relativamente frecuentes,
en apoyo de lo cual cita una serie de los casos ms notables, registrados en todo el planeta en general y
en Espaa en particular. Citaremos aqu algunos datos recogidos sobre los meteoritos extremeos, de
nal del siglo XIX y primer cuarto del XX, como los ms conocidos y de los que quedan fsicamente
recuerdos, en forma de fragmentos, depositados en algunos organismos regionales, incluido el propio
Laboratorio de Fsica del Instituto de Badajoz, que con tanto esmero cuid y mantuvo el Dr. Fuertes.
Del cado en Guarea, en la provincia de Badajoz, que fue visto a las 10:30 horas del da 20
de julio de 1892, algunas fuentes apuntan que fueron al menos dos piezas, una de 29 Kg y otra de 7,
que cayeron despus de detonar a unos 8 Km de altura, sealando como se oy un intenso ruido con
la cada del objeto a apenas 50 metros de distancia de unos labradores, levantndose tras el impacto
una espesa nube de polvo.
Del cado en Olivenza, tambin en la provincia de Badajoz, que fue observado alrededor de
las 9 horas del 19 de junio de 1924, las Notas10 del gelogo Lucas Fernndez Navarro (1869-1930),
disponibles en la Biblioteca de la RSEEAP, nos informan que se observ el fenmeno desde varios
pueblos de la provincia (Montijo, Talavera, Mrida, etc.), y desde el mismo Badajoz. Se describe la
cada de un cuerpo brillante a unos 2 km de la poblacin de Olivenza y a menos de 8 metros de cuatro
hermanos que estaban trabajando en el campo.
Al tocar al suelo explot, destrozando la raz de un olivo, levantando una gran nube de polvo
y hundindose medio metro en el suelo. Los hermanos pudieron recoger la piedra cuando ya estaba
fra, sobre todo por dentro segn dijeron, y que pesaba unos 70 kg, a estima de los testigos. Sin em-
bargo, se estima que el peso total de este meteorito deba ser inicialmente del orden de 150 kg, pero
la curiosidad de los numerosos visitantes que se acercaron nada ms conocerse la noticia, les llev a
romperla, no se sabe bien en cuantos trozos, aunque debieron ser muchos, por lo que parece ser que
hay fragmentos de este meteorito repartidos por muchos museos y muchas colecciones privadas de
todo el mundo.
En otro orden de cosas, entre las acciones relacionadas con Badajoz emprendidas, o para ser
ms exactos que intent emprender, Fuertes Acevedo fue la propuesta de acometer la creacin de un
diccionario provincial, propuesta que materializ el 20 de febrero de 1881, mediante un escrito, pre-
sentando a la Real Sociedad Econmica Extremea de Amigos del Pas (RSEEAP) de Badajoz, que
titulaba Proyecto de un Diccionario geogrco-histrico de la Provincia de Badajoz.11 En su escrito
deca Fuertes que tal diccionario sera obra de gran inters, no slo para la provincia, sino para toda
la nacin y para la ciencia en general, al tiempo que admita que la empresa sera difcil de llevar a
trmino dado el gran trabajo que exigira la acumulacin de datos, noticias y trabajos, que formaran
el alma del Diccionario.
Remarcaba Fuertes que una obra como la que propona no era posible ms que distribuyendo el
trabajo entre los socios de La Econmica, cuyas altas dotes de saber e ilustracin, segn el autor, en
sus respectivos estudios y aciones, haran posible llevar a feliz trmino el Proyecto, en un tiempo ra-
zonable. Los apartados que, en su criterio, debera contener la obra pretendida, comenzaran con una
introduccin conteniendo una resea histrica de la provincia de Badajoz, seguida de una descripcin
geogrca de la provincia y la historia fsica y natural de la misma, comprendiendo clima, fauna, ora
y mineraloga. Tras lo cual guraran los estudios mdicos referidos a todo el territorio, con el anlisis
de las enfermedades endmicas de cada comarca y despus la agricultura, aportando los medios que
se estimaran adecuados para elevar su desarrollo y rendimientos. Finalmente se presentara un estu-

10
Noticia del meteorito de Olivenza (Badajoz). Extracto del Boletn de la Real Sociedad Espaola de Historia Natural.
Tomo XXIV, 1924 (pginas 339 a 341).
11
El manuscrito original de este Proyecto se conserva en el archivo histrico de la RSEEAP.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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LAURA MARROQUN MARTNEZ Y ADOLFO MARROQUN SANTOA

dio de la industria y el comercio en la provincia, explicado las causas de su escaso desarrollo hasta
aquellas fechas, y aportando soluciones para llevarlos a estados orecientes.
Todo lo anterior, segn propona Fuertes, estara enfocado con carcter general a toda la pro-
vincia, para despus pasar a la descripcin detallada de todos los apartados anteriores, referidos a
todos y cada uno, por orden alfabtico, de los pueblos, ciudades, villas, lugares y sitios donde haya
una sola vivienda. (sic).
Sin duda el trabajo que entraaba para los socios el Proyecto que, el tambin socio, Fuertes
Acevedo presentaba a La Econmica de Badajoz, no era peccata minuta, calicndolo el propio
peticionario como sealadsimo servicio a la provincia y a La Econmica, que pasara con ello a
ser la primera de las Sociedades Econmicas que ofreciera una obra semejante, legando a los socios
venideros un alto ejemplo de laboriosidad e inters por el fomento y la enseanza que nuestro lema
establece.
Lamentablemente, la magna obra propuesta por el Dr. Fuertes no se materializ, de forma que,
poco despus, su imparable actividad le llev a cambiar de rumbo, optando por repescar, repensar
y refrescar algunos temas, que ya haba tratado antes, y a orientarse hacia otros, como el del darwi-
nismo. As, en 1883, la publicacin por parte de Dr. Fuertes de su Estudio biogrco-crtico de los
jurisconsultos ms notables de Asturias recibi el premio de la Sociedad Econmica Asturiana de
Amigos del Pas, y La mineraloga asturiana fue premiada en la Exposicin nacional de minera de
1883.
Tambin en 1883 public un estudio sobre El darwinismo: sus adversarios y sus defensores,
obra que fue el primer trabajo sobre el evolucionismo que se publicaba en Extremadura y que le oca-
sion no pocos problemas en el plano profesional, e incluso en el personal.
Sin embargo, en las primeras pginas de esta obra, el profesor Fuertes Acevedo expresa cla-
ramente que su publicacin pretende slo exponer la teora de Darwin, para difundir y popularizar
conocimientos, que nunca deben ocultarse. Probablemente temindose lo peor, deja claro que en esta
obra no hay nada original suyo y que ninguna de las ideas o pensamientos que guran, le pertenecen
a l, pero que los incluye simplemente con la voluntad de darlos a conocer, como parte de la ciencia
moderna correspondiente a aquel entonces, sin ocultacin alguna.
Como el autor deca en la publicacin, las cuestiones cientcas merecen siempre respeto y no
deben ser despreciadas, ni tratadas de falsas, al menos hasta que estudios y observaciones cientcas
posteriores no demuestren fehacientemente el posible error de la cuestin de que se trate.
Conocedor de las ideas, visceralmente opuestas a las teoras de Darwin, que tenan caldo de
cultivo entre los radicales ms inuyentes de la poca, escribe Fuertes:

En el actual momento histrico, y creemos que suceder en mayor grado en los tiempos sucesivos, la discusin
cientca reviste grandes caracteres de seriedad y ya no es permitido, que a hechos ms o menos verosmiles, pero
expuestos con severa ingenuidad y mejor buena fe, se los combata con las armas del desprecio o del ridculo. En
la lucha noble y leal se deben usar armas del mismo temple; a los razonamientos cientcos y a los hechos de
observacin deben oponerse otros razonamientos y otras experiencias de ndole anloga, aunque opuesta, pues la
opinin pblica, o el mundo inteligente, que hoy no se extrava con gran facilidad, juzgarn del valor, y la verdad
de lo que digan partidarios y contradictores de cualquiera teora cientca.

La publicacin, comienza con unas lneas del autor, en las que, para algunos radicales de la
poca, otaba un aire de la locucin latina Excusatio non petita, accusatio manifesta, al manifestar:

La moderna teora sobre el Transformismo de las especies, entraa cuestiones cuya gravedad ningn hombre de
ciencia desconoce: el asunto es pues, delicado y de suma trascendencia. Ms nosotros al publicar este libro, ex-

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EL DR. FUERTES, SOCIO DE LA ECONMICA (S. XIX) Y SU DEDICACIN A BADAJOZ, A LA METEOROLOGA Y AL CLIMA

posicin del sistema Darwinista y nada ms, prescindiremos de toda deduccin y huiremos de las consecuencias
a que inevitablemente da lugar la doctrina transformista, y slo consideraremos el principio y la teora de Darwin
en su concepto cientco
sin que en nuestros escritos pueda verse otra cosa que el noble objeto de generalizar la ciencia y la instruccin.
Nada hay en este libro original nuestro, ms que la forma de los conceptos: si en l aparecen en ocasiones ideas o
pensamientos de gran alcance, ninguno nos pertenece: son consecuencia del modo de pensar de los Darwinistas,
pero que nuestra conciencia de escritores o simplemente expositores de la ciencia moderna, nos obliga a dar a
conocer y por lo tanto no ocultar.

En el Diario HOY de Extremadura, del 14 de julio de 2009, el profesor Lpez Casimiro, Doc-
tor en Historia Contempornea, publicaba un artculo titulado El darwinismo en Extremadura, en
el que, al tratar de la estancia y actividades del Dr. Fuertes, durante los doce aos que dur su etapa
como vecino de Badajoz y profesor del Instituto, seala que al frente del centro realiz una importante
labor cultural para reavivar la adormecida sociedad badajocense.
Explica Lpez Casimiro que, durante su estancia en Extremadura, Fuertes desarroll una fe-
cunda tarea como conferenciante, articulista, erudito, bibligrafo y folklorista. Con Anselmo Arenas
y Toms Romero de Castilla form un grupo de intelectuales de ideas avanzadas, que lucharon por la
modernizacin y la secularizacin de Extremadura. Con su libro pretenda Fuertes Acevedo divulgar
el evolucionismo y presentar al pblico extremeo las polmicas que las obras de Darwin haban
levantado en Espaa.
La reaccin de la Iglesia diocesana no se hizo esperar. En 1883 inici el peridico El Avisador
de Badajoz una segunda poca con una lnea ferozmente antiliberal. Fue un semanario reaccionario,
ultramontano e integrista. Estuvo El Avisador ayudado e inspirado por el obispo Ramrez y Vz-
quez y algunas dignidades del cabildo catedralicio. El alma del semanario fue el cannigo lectoral
Ramiro Fernndez Valbuena. Era culto, brillante, de ideologa carlista e integrista. Aos ms tarde
sera penitenciario de Toledo, obispo auxiliar de Santiago y senador del Reino. Hbil polemista, se
enfrent a Romero de Castilla negando la posibilidad de ser, a la vez, catlico y krausista.

Foto n 7: Darwin entre las publicaciones de M. Fuertes y R. Fernndez, a l referidas.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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LAURA MARROQUN MARTNEZ Y ADOLFO MARROQUN SANTOA

Bajo el seudnimo de D Clara de Sintemores critic y ridiculiz, en las pginas de El Avisa-


dor, en la seccin Varapalos, las teoras evolucionistas explicadas por Fuertes Acevedo. El primer
varapalo se public el 12 de julio de 1883. La coleccin de artculos fue publicada, en 1887, como
libro, bajo el ttulo de El Darwinismo en solfa. Pero la bestia negra de El Avisador y de Fernndez
Valbuena fue Anselmo Arenas a quien satiriz por su libro Curso de Historia de Espaa con otra
serie de artculos. Segn Romero de Castilla, catlico practicante, el diablo se tiraba de los cuernos,
desesperado y corrido de no haber dado antes con la treta de crear Avisadores, uno tan siquiera en
cada dicesis, para descatolizar al mundo, o mejor dicho para convertirlo en imposible de catolizar.
En su artculo, Francisco Lpez Casimiro, haca constar que de Mximo Fuertes ya se haba
ocupado, dos dcadas antes, Fernando Toms Prez Gonzlez en su libro La introduccin del darwi-
nismo en la Extremadura decimonnica,12 comentando que no se deba olvidar que Fuertes Acevedo,
fue el primer divulgador en Extremadura de una teora (el mecanismo de la evolucin), que considera
al ser humano el resultado de un largo proceso evolutivo y sita al mono no como un antecesor, sino
como descendiente de un antepasado comn.
En la citada obra de Fernando T. Prez, en nuestra opinin una magnca revisin sobre el
darwinismo en Extremadura, se presentan diversos aspectos, bien documentados sobre el tema, por
lo que parece una obra de obligada consulta para todos los interesados en ello. Por nuestra parte, nos
jaremos en particular en las referencias a la polmica mantenida en 1883 entre Fuertes Acevedo
y su contrincante Fernndez Valbuena, con ocasin de la publicacin del libro de Fuertes sobre el
darwinismo.
La exposicin, desde una presunta neutralidad cientca de la teora evolucionista, neutralidad
que el propio Dr. Fuertes reitera en varias partes de su obra El darwinismo, sus adversarios y sus
defensores, desencaden las iras del sector reaccionario, que cerr las en torno al atacante Fernn-
dez Valbuena, que desde las pginas de El Avisador de Badajoz y bajo el pseudnimo de Clara de
Sintemores, despleg una campaa de desprestigio, plagada de expresiones y descalicaciones del
peor gusto, no slo contra la teora de Darwin, que tambin, sino sobre todo sobre la persona y los
conocimientos del profesor Fuertes Acevedo, con expresiones que Fernando T. Prez calica como
amenazas, delaciones y acusaciones infamantes, que contribuyeron a crear un ambiente inquisitorial
que retras en Badajoz el orecimiento de la losofa positivista y el evolucionismo.
En aquel ambiente se prepar el caldo de cultivo que provoc el cese, en febrero de 1884, del
profesor Fuertes como Director del Instituto de Badajoz. La reaccin de Fuertes, fue la publicacin de
un folleto de 17 pginas, que rma como Catedrtico del Instituto de Badajoz y Director del mismo,
con fecha 1 de febrero de 1884, con el que trata de poner las cosas en su sitio.
La publicacin se titula Instituto de Badajoz: Estado en que se encuentra esta Escuela Literaria
en 1 de febrero de 1884 (nmero XII) y de su contenido resaltaremos como el autor, desde las pri-
meras lneas, remarca el hecho de que nunca solicit la Direccin del Centro a cuyo frente le coloca-
ron, pero que quiere dejar constancia de lo hecho durante el tiempo en el que ocup dicho cargo, que
nunca tuvo signicacin poltica, sino puramente administrativa y que nunca pretendi, ni directa ni
indirectamente, ocupar.
A lo largo del contenido de esta publicacin, resulta evidente que est dolido por el trato reci-
bido con el cese, que considera injusticable a todas luces, por lo que recurre a relatar lo hecho por
l a lo largo del perodo en que ocup la Direccin, dejando entender que este relato de hechos se
hace para que quede constancia de los mismos, ya que el Inspector General de Instruccin Pblica
del distrito universitario de Sevilla, el Ilmo. Sr. D. Jos Alcaide, Decano de la Facultad de Letras de
la Universidad de Sevilla y Diputado a Cortes, no haba tenido a bien efectuar una visita al Centro,
como hubiera sido reglamentario, para comprobar el estado de dicho Centro, tanto en su parte cient-
ca como en la administrativa.

12
Edit. Institucin Cultural El Brocense. Excma. Diputacin provincial. Cceres, 1987

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 151


EL DR. FUERTES, SOCIO DE LA ECONMICA (S. XIX) Y SU DEDICACIN A BADAJOZ, A LA METEOROLOGA Y AL CLIMA

Interpretando el Dr. Fuertes que el motivo por el que el sabio Catedrtico no haba hecho
dicha visita era porque sin duda tena noticias del estado prspero en que este Instituto se encon-
traba, pas a dejar constancia de los hechos relevantes durante su mandato; a lo largo de trece apar-
tados, titulados por el autor como: I.- Premios. II.- El Peridico. III.- La Secretara. IV.- La Direccin.
V.- El Paraninfo. VI.- La Biblioteca. VII.- El Gabinete de Fsica. VIII.- La Ctedra de Dibujo. IX.- La
Ctedra de Geografa. X.- El Gabinete de Agricultura. XI.- El Laboratorio de Qumica. XII.- El Ga-
binete de Historia Natural. XIII.- La Torre y el Observatorio Meteorolgico.
Probablemente fue esta detallada, razonada y por otra parte evidente, exposicin de los logros
conseguidos para el Instituto, por parte de Fuertes Acevedo, a lo largo de su mandato, lo que consi-
gui que fuera anulado su cese, siendo repuesto en el cargo de Director del Instituto el 17 de diciem-
bre de 1884, retomando posesin el 30 del mismo mes, y manteniendo su desempe durante el resto
de sus das.
El fallecimiento de este hombre singular tuvo lugar a sus 57 aos de vida, el 2 de julio de 1890,
y la Nota Necrolgica publicada el 5 de julio, en la revista literaria ilustrada El Iris, que se reproduce
adjunta, contiene algunas frases y eptetos laudatorios, que sin duda alguna hubieran sido del agrado
del profesor Fuertes Acevedo, en el caso, claro est, de haberse publicado en fechas y ocasiones
anteriores, y con motivo diferente.

Foto n 8: Sentida necrolgica publicada a la muerte del autor D. Mximo Fuertes Acevedo

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


152
LAURA MARROQUN MARTNEZ Y ADOLFO MARROQUN SANTOA

BIBLIOGRAFA

FUERTE ACEVEDO, MXIMO (1879): Curso de Fsica elemental y nociones de Qumica, Ovie-
do, Imp. y Lit. de V.Brid.
FUERTE ACEVEDO, MXIMO (1880): Estudios sobre Astronoma, Fsica y Meteorologa. Bada-
joz, Imprenta de la Viuda de Arteaga.
FUERTE ACEVEDO, MXIMO (1882): Elementos de Fsica y nociones de Qumica. Badajoz,
Imprenta La Minerva Extremea.
FUERTE ACEVEDO, MXIMO (1883): El Darwinismo. Badajoz, Tipografa La Industria.
FUERTE ACEVEDO, MXIMO (1887): El Darwinismo en solfa. Madrid, Imprenta de la Viuda e
hijo de Aguado.
PREZ GONZLEZ, FERNANDO TOMS (1987): La introduccin del Darwinismo en la Extrema-
dura Decimonnica. Cceres, Institucin Cultural El Brocense.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 153


154
ANTONIO RAMIRO GONZLEZ

MEDIO SIGLO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS


EN LA CIUDAD DE BADAJOZ, 1967-2017

ANTONIO RAMIRO GONZLEZ

Badajoz dispone en la actualidad de siete centros de enseanza superior (cinco Facultades Uni-
versitarias y dos Escuelas de Ingeniera) que imparten 59 titulaciones (33 de grado y 26 de postgrado)
a casi 10.000 alumnos (9.745 en el presente curso 2016-2017). El nmero de alumnos que terminaron
sus estudios de grado y mster el pasado curso 2015-2016 en Badajoz asciende a 1.829. En los cen-
tros universitarios de Badajoz imparten docencia 879 profesores, apoyados por 225 administrativos,
tcnicos y personal de administracin y servicios.

Fig. 1.- Campus universitario de Badajoz.

De acuerdo con los datos que aparecen en la ltima memoria de investigacin publicada, co-
rrespondiente al ao 2014,1 en estos centros tienen su sede 23 Departamentos Universitarios y 117
Grupos de Investigacin en los que se han dirigido durante este ao 60 Tesis Doctorales y 183 Traba-
jos de Fin de Grado y Proyectos Fin de Carrera. El nmero de artculos publicados por los investiga-
dores de la UEx que desarrollan su labor en centros de Badajoz fue de 339 en revistas incluidas en el
JCR (Journal Citation Reports) y de 101 en otras bases internacionales. El nmero de libros publica-
dos por estos grupos de investigacin fue de 11 de edicin internacional y 36 de edicin nacional. Se

1
Memoria de Investigacin. Anualidad 2014. Vicerrectorado de Investigacin, Transferencia e Innovacin. Universidad
de Extremadura.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 155


MEDIO SIGLO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS EN LA CIUDAD DE BADAJOZ (1967-2017)

publicaron, as mismo, 49 captulos de libros de edicin internacional y 98 de edicin nacional. En


Congresos Internacionales se presentaron 166 comunicaciones y 338 en Congresos Nacionales. En
este mismo ao 2014, se registraron 9 patentes. Para llevar a cabo estas labores de investigacin los
distintos grupos han captado un total de 4.359.391,47 con cargo a proyectos, convenios y contratos
de investigacin.
En el Edicio Contenedor de Institutos Universitarios (Fig.2), ubicado en el Campus de Ba-
dajoz, tienen su sede cuatro Institutos Universitarios dedicados a la investigacin relacionada con la
ciencia, la tcnica y tecnologa. Estos institutos son el Instituto Universitario de Investigacin del
Agua, Cambio Climtico y Sostenibilidad (IACYS), en el que participa cerca de un centenar de in-
vestigadores y personal de administracin y servicios de 12 grupos de investigacin diferentes de la
UEx; el Instituto de Computacin Cientca Avanzada (ICCAEx), que cuenta con un equipo de 23
investigadores; el Instituto Universitario de Investigacin de Recursos Agrarios (INURA), con 108
investigadores y el Instituto Universitario de la Dehesa (INDEHESA), con 47 investigadores.

Fig. 2.- Contenedor de Institutos Universitarios2

En el campus universitario de Badajoz se encuentra, tambin, el Parque Cientco y Tecnolgi-


co de Extremadura (Fig. 3), creado por iniciativa de la Universidad de Extremadura y de la Junta de
Extremadura, que acoge a 74 empresas y a 1.200 trabajadores.

2
Diario HOY, 16 de mayo de 2016. Foto Pakopi.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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ANTONIO RAMIRO GONZLEZ

Fig.3.- Parque Cientco y Tecnolgico de la UEx3

Otros edicios que se encuentran en el campus de Badajoz son, adems de los que alojan a los
centros docentes, el Edicio de Rectorado y Servicios Centrales, la Biblioteca Central, el edicio de
Servicios Mltiples, el de Servicio de Gestin y Transferencia de Resultados de la Investigacin (SG-
TRI), dos edicios del Servicios de Apoyo a la Investigacin y al Desarrollo Empresarial (SAIUEX),
la Torre de Ascensores, el edicio de Servicios de Taller y Mantenimiento Cientco-Tecnolgico, el
Edicio Metlico y las Instalaciones Deportivas de la Universidad.
El actual Rector de la Universidad de Extremadura, D. Segundo Priz Durn, es tambin Presi-
dente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Espaolas (CRUE), de la que forman parte
76 universidades espaolas (50 pblicas y 26 privadas).
En palabras de Csar Chaparro, Rector de la UEx de 1991 a 1999:

Echar una mirada a la geografa extremea nos pone de maniesto la riqueza que ha supuesto para
esta tierra la formacin adquirida por muchos de los jvenes extremeos en las aulas de esta joven Uni-
versidad; la emigracin de estos estudiantes a otras Universidades del Estado espaol se ha reducido
considerablemente y con ello las posibilidades de abandonar, tras los estudios, estos lares.4

Esto, sin embargo, no siempre fue as. Hace 50 aos, en 1967, Badajoz no contaba con ningn
centro universitario. Existan solamente dos escuelas de las llamadas de Grado Medio: la Escuela
Normal de Magisterio5 y la Escuela Pericial de Comercio.

3
Diario HOY, 13 de abril de 2015.
4
CHAPARRO GMEZ, CSAR (2005). La Universidad de Extremadura y Extremadura: Crnica esperanzada de un anhelo
hecho realidad. Revista de Estudios Extremeos. Vol. 61, N 3, pgs. 985-1008.
5
En realidad eran dos escuelas, una masculina, Arias Montano, creada en 1844 y otra femenina, Ntra. Sra. De
Guadalupe que nace once aos despus, en 1855.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 157


MEDIO SIGLO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS EN LA CIUDAD DE BADAJOZ (1967-2017)

Aos 1960. El comienzo de los estudios universitarios en Badajoz.

Hay que esperar hasta mediados del ao siguiente, 1968, para que, como consecuencia de la
publicacin en el BOE del Decreto que desarrollaba medidas de reestructuracin de Universidades
(Decreto 1774/68 de 27 de julio), se cree el primer centro universitario de nuestra ciudad y tambin
de la regin, la Facultad de Ciencias de Badajoz. La ciudad de Badajoz dispone por n de un centro
universitario, dependiente de la Universidad de Sevilla, en el que se imparte una sola titulacin de
grado superior, la Licenciatura de Ciencias Qumicas, y el primer curso de las titulaciones de Cien-
cias, Farmacia y Escuela Tcnica Superior.
La inauguracin de este primer centro universitario tuvo una enorme repercusin en la prensa
local (Fig.4). En la portada del diario HOY del da 5 de noviembre de 1968, da de la inauguracin de
la Facultad, apareca este texto grandilocuente, al estilo de la poca:

Extremadura no ha conocido en los largos aos de la paz de Franco, da de ms trascendencia hist-


rica que el de hoy. El centro universitario por el que luch con tanto anhelo la generacin presente...
abre sus puertas para ser el instrumento redentor de la regin y palanca que impulse su promocin
material y cultural.

Fig. 4.- Noticia en el diario HOY de 5 de noviembre de 1968

El acto de la inauguracin del curso tuvo lugar en el laboratorio central del Colegio Salesiano
Ramn Izquierdo (Fig. 5) que se haba habilitado para impartir provisionalmente el primer curso
de las titulaciones antes citadas y que fue sede de la Facultad hasta el curso 1972-73. En este curso
se traslad a su actual edicio en el Campus Universitario de Badajoz, construido sobre los terrenos
donados por la Diputacin Provincial y el Ayuntamiento de Badajoz. La donacin de estos terrenos
fue ampliamente generosa.

Fig. 5.- Colegio Ramn Izquierdo. Sede provisional de la Facultad de Ciencias

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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ANTONIO RAMIRO GONZLEZ

El diario regional HOY recoga este solemne acto un da despus de la inauguracin en un


artculo de cuatro pginas, con toda clase de detalles, que titulaba Ya tenemos una Facultad en la
regin. En l publicaba una fotografa (Fig. 6) en la que aparecan, adems del decano comisario de
la Facultad que se inauguraba, Profesor Dr. D. Jos Mara Viguera Lobo (que sera tambin el primer
presidente de la Comisin Gestora de la Universidad de Extremadura), algunos profesores del recin
creado centro como D. Antn Cvit Breu (segundo presidente de la Comisin Gestora de la UEx), D.
Benito Mahedero Balsera, D. Roberto Daz Franco, D Mara Jess Liso Rubio, D Blanca Morenas
Aydillo as como otras conocidas personalidades de la poca como D. ngel Liso Prsper, Qumico y
Farmacutico,6 y D. Antonio Zoido Daz, crtico de arte, escritor e Inspector de Educacin.

Fig. 6.- Solemne acto de Inauguracin del primer curso de la Facultad de Ciencias

Asistan, adems, los rectores de las Universidades de Sevilla (distrito al que perteneca la Fa-
cultad de Badajoz) y Santiago y los Decanos de las Facultades de Medicina de Sevilla y Cdiz, de
la de Veterinaria de Crdoba y otros representantes de distintas Facultades espaolas, el arzobispo
dimisionario de Pamplona, D. Enrique Delgado Gmez, natural de la poblacin pacense de Berlanga,
as como las autoridades locales y provinciales que, en palabras del Ministro, haban trabajado mu-
cho y bien por conseguir este primer centro universitario para nuestra regin. Comenz el acto con la
imposicin de la medalla de Alfonso X el Sabio a la maestra nacional doa Maravillas Garrido, madre
del rector de la Universidad de Santiago, Dr. Garca Garrido.
Y tambin asistan muchos de los alumnos que, en un nmero prximo a cien, comenzaran sus
clases el lunes siguiente, 11 de noviembre. Muchos de estos alumnos, entre los que tengo el honor
de encontrarme, ramos ya mayores y tenamos otros estudios y una ilusin enorme de completarlos
con otros de rango universitario. Pisar por vez primera el suelo de un edicio universitario colmaba

6
D. ngel Liso Prsper era tambin Secretario del Patronato de la Universidad y colabor, unos aos antes, en la
creacin del Instituto Superior de Estudios Universitarios (ISEDE), adscrito a la Universidad de Sevilla que, a pesar de
su vida efmera, sembr la inquietud por los estudios universitarios entre las primeras autoridades de nuestra ciudad.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 159


MEDIO SIGLO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS EN LA CIUDAD DE BADAJOZ (1967-2017)

la ilusin, mucho tiempo esperada, de culminar unos estudios que algn tiempo atrs nos haban pa-
recido muy lejanos.
La presentacin en sociedad de la Facultad de Ciencias se retras hasta el da 14 de diciembre
con una esta en el Hotel Zurbarn que, como deca el diario HOY de esa fecha, era la primera esta
universitaria en la historia de Extremadura.
La Facultad de Ciencias, inaugurada en 1968, seguir siendo el nico centro universitario de
nuestra ciudad hasta 1972 y en ella cursan sus estudios un nmero de alumnos que va desde los 84
que comienzan en el curso 68-69 a los 244 que se matriculan en el curso 72-73 (Fig. 7).

Fig. 7.- Alumnos matriculados en la Facultad de Ciencias de Badajoz de 1968 a 1972.7

Para cumplir con las tareas docentes e investigadoras en estos primeros aos, la Facultad dis-
pone de un profesorado totalmente entregado a ambas labores que pas de los 15 iniciales (Tabla 1)
entre los cuales se encontraban tres Catedrticos de Universidad (D. Jos M Viguera Lobo, Cate-
drtico de Qumica Orgnica de la Universidad de Valencia, en comisin de servicio, D. Antn Cvit
Breu, Catedrtico de Electricidad y Magnetismo de la Universidad de Sevilla, en comisin de servicio
y D. Luis Josafat Alas Prez por concurso de traslado de la Universidad de Santiago de Compostela)
a los 29 del curso 72-73.

Tabla 1.- Primer profesorado de la Facultad de Ciencias

D. Jos Mara Viguera Lobo (Decano Comisario)


D. Antn Cvit Breu D. Vicente Montero de Espinosa
D. Luis J. Alas Prez D. Federico Surez Caballero
D. Juan Remn Camacho8 D. ngel Prez-Corts Rodrgue

7
OLIVARES DEL VALLE, F.J. (1995). Memoria Histrica de la Facultad de Ciencias. XXV Aniversario. Facultad de
Ciencias. UEx.
8
D. Juan Remn Camacho jug un papel fundamental en la creacin de la Facultad de Ciencias y de la Universidad de
Extremadura por las que luch desde su Centro de Investigaciones Agrcolas, dependiente del Consejo Superior de
Investigaciones Cientcas.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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ANTONIO RAMIRO GONZLEZ

D. Benito Mahedero Balsera D. Jos Luis Doncel Pascua


D. Jos Mara Ayala Hernndez D. Javier Viguera Lobo
D. Roberto Daz Franco D. Guadalupe Ruiz Macas
D. Jos Luis Mesas Iglesias D. Carmen lvarez-Arenas Rui
D. Mara Jess Liso Rubio D. Blanca Morenas Aydillo

A pesar del reducido nmero de centros, profesores y alumnos universitarios existentes durante
estos aos en nuestra ciudad, su presencia se hizo notar inmediatamente en la vida cultural y festiva
de la sociedad pacense con la imparticin de conferencias en la Cmara de Comercio, en el Colegio
Salesianos (primera sede de la Facultad) y en la Sociedad Econmica de Amigos del Pas. Tambin
con la celebracin de las tpicas estas estudiantiles.
Y como muestra de lo novedoso de estos acontecimientos en nuestra ciudad, la prensa local re-
coge en sus pginas todas estas noticias, incluso la lectura de alguna tesina (se defendieron cuatro en
el curso 72-73) y, no digamos, de una tesis doctoral. As ocurre con la lectura de las tesinas y primera
tesis doctoral celebrada en la Facultad de Ciencias, el 15 de julio de 1972, que ocupa media pgina
del diario HOY (Fig. 8) en la que se relata con todo detalle, tanto el comienzo del acto: A la una de
la tarde de ayer, se veric en el aula nmero uno de la Facultad de Ciencias de Badajoz, hasta
la constitucin del tribunal: A la una y diez se form el tribunal que estuvo compuesto por el presi-
dente del mismo, don Jos Mara Viguera Lobo, decano de la Facultad de Ciencias No falta, por
supuesto, la foto del doctorando, Lucas Hernndez, y del tribunal durante la exposicin de las tesinas.
Ni la relacin de asistentes: La Asociacin de Amigos de la Universidad estuvo representada en el
acto por el presidente de la misma don Juan Salinero.

Fig. 8.- Lectura de primera tesis doctoral en la Facultad de Ciencias de Badajoz.9

Tampoco pasa desapercibida la inauguracin del nuevo edicio de la Facultad de Ciencias en el


actual campus universitario. El diario regional HOY de 23 de febrero de 1973 (Fig. 9) publicaba: La
Facultad de Ciencias de Badajoz, Modelo en Espaa y en pies de fotos: Impresionante aspecto de
uno de los veintids laboratorios con que cuenta la Facultad de Ciencias de Badajoz, Espectr-
metro por infrarrojos. Uno de los modernos aparatos con que cuentan los laboratorios de nuestra
Facultad. Vale nada ms que medio milln de pesetas.

9
Diario HOY. 16 de julio de 1972. Pgina 9.

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MEDIO SIGLO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS EN LA CIUDAD DE BADAJOZ (1967-2017)

Fig. 9.- Inauguracin del nuevo edicio de la Facultad de Ciencias de Badajoz

Otras noticias se referan a las primeras estas universitarias que se celebraban en estos aos:
celebraciones del paso del ecuador, esta del patrn de la Facultad, San Alberto Magno, (Fig. 10),
esta de n de curso por la nalizacin de estudios de la primera promocin, pero tambin, como no
puede ser de otra forma, manifestaciones de protesta por el precio del autobs o por la falta de infraes-
tructuras. Y no slo estas, tambin plante de profesores no numerarios por sus precarias condiciones
de contratacin. La vida universitaria va calando en la sociedad pacense y modicando su actitud ante
situaciones de carencias o reivindicaciones laborales, posturas impensables apenas unos aos antes.

Fig. 10.- Damas de Honor de la esta de San Alberto Magno de 197210

Todo estaba empezando. No haba medios, pero haba un grupo unido por un enorme entusiasmo
y dispuesto a echar horas de trabajo sin lmites para que el proyecto de la Facultad de Ciencias saliese
adelante. Si hay una palabra que reeje lo que supuso el comienzo de este primer centro universitario

10
Diario HOY. 9 de noviembre de 1972. Pgina 9.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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ANTONIO RAMIRO GONZLEZ

en nuestra regin y, muy particularmente, en nuestra ciudad creo que esa palabra es ilusin. Ilusin
de muchos jvenes que podan comenzar estudios superiores o completar los que haban realizado
en otros centros e ilusin tambin en las autoridades locales y provinciales, medios de comunicacin
y algunas asociaciones que se crearon para apoyar el centro recin creado y para conseguir una Uni-
versidad para nuestra regin. Sirvan como muestra de esta colaboracin el acuerdo del Consejo de
Administracin del Monte de Piedad y Caja General de Ahorros de Badajoz de costear los ttulos a los
licenciados de la primera promocin de la Facultad de Ciencias y la creacin de un premio al alumno
con mejor expediente de su promocin por parte de la Compaa Sevillana de Electricidad.

Aos 1970. Creacin de la Universidad de Extremadura.

1972.- Nuevos centros universitarios.

En el curso 1972-73 se produce un cambio importante. Como consecuencia de la entrada en vi-


gor de la Ley de Educacin, la Escuela Normal de Magisterio se convierte en Escuela Universitaria
de Formacin del Profesorado de Educacin General Bsica (Decreto 1.381/72 de 25 de mayo) y
la Escuela de Ingeniera Tcnica Agrcola, creada en 1968, en Escuela Universitaria de Ingeniera
Tcnica Agrcola (Decreto 1.377/72 de 10 de mayo). No corri la misma suerte la Escuela Pericial de
Comercio de Badajoz que, a causa del apellido pericial, no se transform en Escuela Universitaria
de Estudios Empresariales como se contemplaba en la Ley General de Educacin y dej de existir en
1973.
Las dos escuelas universitarias citadas se integran en la Universidad de Sevilla, al igual que
la Facultad de Ciencias de Badajoz, con lo cual en el curso 1972-73 Badajoz pasa a disponer de tres
centros universitarios. En uno de ellos, en la Facultad, se puede obtener una titulacin de lo que hoy
llamamos de segundo ciclo, la Licenciatura en Ciencias Qumicas, en tanto que en las escuelas uni-
versitarias recin creadas se imparten los estudios conducentes a la obtencin de titulaciones de pri-
mer ciclo, Profesor de Educacin General Bsica e Ingeniero Tcnico Agrcola, respectivamente.

1973.- Creacin de la Universidad de Extremadura.

El verdadero cambio, no obstante, se produce en el curso siguiente, 1973-74, como consecuen-


cia de la creacin de la Universidad de Extremadura en mayo de 1973 por Decreto 991/1973, en
virtud de la autorizacin concedida por la disposicin nal cuarta de la Ley 22/1972, que aprob el
III Plan de Desarrollo Econmico Social.
El nacimiento de nuestra Universidad supuso la consecucin de una meta por la que la sociedad
extremea vena luchando desde haca muchos aos. Extremadura era la nica regin de Espaa que
careca de universidad y nuestros estudiantes se vean forzados a abandonar su tierra si queran cursar
una carrera universitaria. Y, si bien es cierto que la demanda de estos estudios vena de antiguo, nunca
hasta ahora se hizo con tanta intensidad. Las autoridades provinciales y locales, Colegios Profesio-
nales, Cmaras de Comercio, Cajas de Ahorro, as como asociaciones culturales y sociales como la
Real Sociedad Econmica Extremea de Amigos del Pas y, sobre todo, los Amigos de la Univer-
sidad Extremea, organizan multitud de actos reivindicativos en solicitud de la anhelada universidad
para Extremadura. La consulta a los diarios regionales, de nuevo, as lo pone de maniesto.
La alarma surgida en 1972 como consecuencia de los rumores de una posible supresin de la
decisin de crear la Universidad de Extremadura, provoc una reaccin inmediata de los estudiantes
extremeos que se manifestaron paccamente en Badajoz recogiendo rmas para presentar al Mi-
nistro de Educacin y Ciencia y proponiendo una marcha a Madrid (El Peridico Extremadura, 3 de

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 163


MEDIO SIGLO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS EN LA CIUDAD DE BADAJOZ (1967-2017)

marzo de 1972 y HOY, 9 de marzo de 1972). La reaccin de la Asociacin de Amigos de la Univer-


sidad tampoco se hizo esperar e inmediatamente enviaron cientos de telegramas al Jefe del Estado,
al Prncipe de Espaa, a los ministros de Educacin y Ciencia y de Asuntos Exteriores y Plan de
Desarrollo e incluso a Mara del Carmen, la nieta del Caudillo, a la que, al mismo tiempo que se
felicitaba por su reciente boda, se le solicitaba colaboracin a favor de nuestra Universidad (HOY, 9
de noviembre de 1972).
Por n, en el BOE del da 18 de mayo de 1973 se publica el Decreto 991/1973, de 10 de mayo,
por el que se crea la Universidad de Extremadura. Su distrito estara constituido por las provincias de
Cceres y Badajoz y en ella se integraban la Facultad de Ciencias de Badajoz, las Escuelas Universi-
tarias del Profesorado de EGB de Cceres y Badajoz y la Escuela de Ingeniera Tcnica Agrcola de
Badajoz. Se adscriba, as mismo, el Colegio Universitario de Cceres.
De acuerdo con el Decreto de creacin, la Universidad se rige en esta primera etapa por una
Comisin Gestora, presidida por un Catedrtico Numerario nombrado por el Ministerio de Educacin
y Ciencia. El primer nombramiento recae en D. Jos Mara Viguera Lobo, que haba sido tambin
el primer Decano Comisario de la Facultad de Ciencias. Todo parta de cero. La carencia de medios
e infraestructura era casi total. La administracin funcionaba con un Gerente, D. Jos Luis Masot
Fernndez, dos funcionarios cedidos por el Ayuntamiento de Badajoz, dos mquinas de escribir y
dos funcionarios interinos cedidos por la Diputacin. La aprobacin del llamado Calendario Julia-
no que se implant slo durante ese curso dio un alivio, ya que las clases comenzaron en el mes de
Enero, con lo cual se dispuso de tres meses para la contratacin de los profesores de la recin creada
Facultad de Medicina y para la construccin de un Aula de Anatoma gracias a una subvencin de la
Diputacin. De los apuros econmicos de este primer ao de funcionamiento de la Universidad sirva
como ejemplo que los haberes del personal docente y no docente correspondiente al cuarto trimestre
de 1973, incluido el del Rector, corrieron a cargo de las Universidades de Salamanca y Sevilla. Para
los dos cursos siguientes, gracias al apoyo moral, entusiasta y constante de los Amigos de la Uni-
versidad se consigui una ayuda importante de la Diputacin de Badajoz para encargos de curso del
personal contratado.
En febrero de 1974, el Prof. Viguera es relevado por D. Antn Cvit Breu, que desempear el
cargo de Presidente de la Comisin Gestora hasta septiembre de 1977, fecha en la que se aprueba el
Reglamento de Rgimen Interior de la Universidad y se procede a la eleccin del primer Rec-
tor de la Universidad de Extremadura, cargo para el que resulta elegido D. Andrs Chordi Corbo
(Tabla 2). En palabras de D. Jos Luis Masot, D. Antn Cvit fue el primer motor de la Universidad
de Extremadura que en slo tres aos la impuls y la coloc en una rampa de salida que posibilit su
despegue posterior.

Tabla 2.- Rectores de la Universidad de Extremadura

Pte. Comisin Gestor D. Jos M Viguera Lobo 1973-1974


Pte. Comisin Gestor D. Antn Cvit Breu 1974-1977
Rector D. Andrs Chordi Corbo 1977-1981
Rector D. Guillermo Rodrguez-Izquierdo Gavala 1981-1984
Rector D. Antonio Snchez Misiego 1984-1991
Rector D. Csar Chaparro Gmez 1991-1999
Rector D. Gins Salido Ruiz 1999-2004
Rector D. Juan Francisco Duque Carrillo 2004-2011
Rector D. Segundo Priz Durn 2011-

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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ANTONIO RAMIRO GONZLEZ

La creacin de la Universidad de Extremadura supuso un estallido de gratitud y de ilusin en


toda la regin extremea. Los diarios regionales de esa poca as lo recogan.

Fig. 11.- Creacin de la Universidad de Extremadura11

Sin duda, ha sido en esta etapa de su vida cuando nuestra universidad ha recibido ms apoyo
por parte de todas las instituciones, tanto polticas como sociales (como no poda ser de otra forma,
por otra parte). De alguna manera, la Universidad se haba convertido para muchos extremeos en un
ideal por el que mereca la pena trabajar. La sociedad extremea puede que despertara, gracias a su
Universidad, de un largo letargo y decidi en esos aos dar muestra de su existencia participando ac-
tivamente en su crecimiento de muy distintas maneras: mediante subvenciones o ayudas para resolver
problemas de infraestructuras (cediendo edicios, mejorando los accesos o ajardinando sus alrededo-
res), organizando actos culturales en distintas localidades de la regin, manifestndose en las calles o,
simplemente matriculndose en los centros para incrementar el nmero de estudiantes de los mismos.
El primer crecimiento del nmero de centros universitarios en nuestra ciudad (tambin en la
regin) se produce en 1973, el mismo ao del nacimiento de la Universidad de Extremadura. En julio
se crea la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales, que viene a reemplazar a la desapa-
recida Escuela Pericial de Comercio y, en octubre, la Facultad de Medicina. Estos nuevos centros
comienzan sus actividades en el prximo curso 1973-74. Como consecuencia del comienzo de las
actividades de estos nuevos centros, el nmero total de alumnos universitarios que cursan estudios en
Badajoz en 1973 alcanza ya la cifra de 1.873 (frente a los 1.325 que cursan sus estudios en Cceres).
La creacin en 1975 de la Escuela Universitaria de Ingeniera Tcnica Industrial en Bada-
joz (en cuya puesta en marcha tuvo una intervencin decisiva D. Benito Mahedero Balsera, su primer
director) y la autorizacin en 1977 a la Facultad de Ciencias para que imparta, adems de la titulacin
de Qumicas y Primer Curso de Escuela Tcnica Superior, las correspondientes a Biolgicas, Fsicas
y Matemticas, provoca un nuevo incremento del alumnado que llega en el curso 1978-79 a 4.346
alumnos en los centros universitarios de Badajoz (3.010 en el semidistrito cacereo). En la portada
del diario HOY del mircoles 19 de octubre de 1977 (Fig. 12), adems de dar cuenta de la creacin
de estas tres secciones de la Facultad de Ciencias, se deca textualmente Ahora se hacen realidad
todas las aspiraciones expuestas, al tiempo que en adelante sern menos los estudiantes que habrn
de marchar fuera de la regin para cursar estudios superiores no impartidos en su regin de origen.
Esta emigracin de nuestros estudiantes a otras universidades constitua, como se ve, una preocupa-
cin latente en la sociedad extremea a lo largo de todos estos aos.

11
Diario HOY de 19 de mayo de 1973. Pgina 3.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 165


MEDIO SIGLO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS EN LA CIUDAD DE BADAJOZ (1967-2017)

Fig. 12.- Creacin de nuevas secciones en la Facultad de Ciencias

A mediados de esta dcada se produce el traslado del Edicio Metlico desde la Plaza Alta al
Campus (Fig. 13). Este edicio, declarado Bien de Inters Cultural por el Consejo de Gobierno de Ex-
tremadura, fue originalmente un mercado de abastos que estuvo situado en la Plaza Alta de Badajoz,
donde se inaugur el 17 de diciembre de 1899.

Fig. 13.- Edicio Metlico de la Universidad de Extremadura

Entre 1975 y 1977 el edicio se desmont y recompuso en el campus de la UEx dejndolo


difano y elevndolo. Desde entonces ha sido utilizado como sala de usos mltiples y sede de otras
dependencias de la Universidad. En 1987 se utiliz para dar la bienvenida a los Ex Presidentes His-
panoamericanos en su visita a Extremadura. Tambin para la investidura del primer Doctor Honoris
Causa por la Universidad de Extremadura, Profesor Dr. Lefevre.
Al nal de la dcada, en 1979, se inaugura tambin el nuevo edicio de Rectorado y Servicios
Centrales.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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ANTONIO RAMIRO GONZLEZ

Aos 1980.- La UEx alcanza su mayora de edad: Claustro, Estatutos y Consejo Social
de la Universidad de Extremadura.

En 1982 se produce una nueva ampliacin de titulaciones y centros con la creacin de la Facul-
tad de Ciencias Econmicas y Empresariales (Seccin de Empresariales) en Badajoz.
Esta nueva ampliacin supone (adems de nuevas titulaciones, nuevos profesionales, nueva
oferta a los alumnos de nuestra regin) un incremento importante de alumnos matriculados en los
centros de la Universidad en Badajoz que alcanza la cifra de 4.257 en el curso 1983-84 (Fig. 14).

Fig. 14.- Alumnos matriculados en los centros universitarios de Badajoz en los aos 1970-8012

Pero es en 1984 y 1985, cuando se producen dos hechos transcendentales para el gobierno de
nuestra Universidad que la convierten en un organismo autnomo e integrado en la Sociedad extre-
mea.
El primero de ellos tuvo lugar el 23 de enero de 1984. En esta fecha se constituy el Claustro
Universitario Constituyente que habra de elaborar los primeros Estatutos de la Universidad, de
acuerdo con lo establecido en la Ley Orgnica 11/1983 de Reforma Universitaria. Esto supone que,
a partir de entonces, la Universidad se rige con carcter autnomo por sus propios Estatutos (publi-
cados en el B.O.E. de 30 de julio de 1985, complementados con lo publicado en el B.O.E. de 13 de
junio de 1986). De acuerdo con lo establecido en estos Estatutos se constituyen las respectivas Juntas
de Centro y de Gobierno, se crean los Departamentos y se constituye, asimismo, el Claustro de la
Universidad el 21 de mayo de 1987.
El segundo de ellos, que merece mencin aparte, es el nombramiento y constitucin del Conse-
jo Social de nuestra Universidad (creado por la Ley 5/1985 de 21 de marzo), que se rene por primera
vez el da 6 de mayo de 1986, bajo la presidencia de D. Diego Hidalgo Schnur, asistido por quien
esto escribe, que a la sazn era Secretario General de la Universidad.
Desde el punto de vista de la integracin de la Universidad en la Sociedad, la creacin de este
rgano colegiado supona, como se contempla en la exposicin de motivos de la ley citada, la supera-

12
Guas Acadmicas Cursos 1970-1980. Universidad de Extremadura.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 167


MEDIO SIGLO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS EN LA CIUDAD DE BADAJOZ (1967-2017)

cin de un problema ancestral de la universidad: su aislamiento de la sociedad en la que se desarrolla


y crece. As, en dicha exposicin de motivos se reconoce que la Universidad debe estar al servicio
de los intereses generales de la comunidad nacional y de sus Comunidades Autnomas, siendo cauce
para la satisfaccin de necesidades educativas, cientcas, culturales y profesionales de la sociedad
y de ah la importancia de las funciones que la Ley de Reforma Universitaria atribuye al Consejo
Social: Promover la colaboracin de la sociedad en la actividad universitaria, aprobar el presupuesto
y elaborar la programacin plurianual de la Universidad y, en general, supervisar las actividades de
carcter econmico y el rendimiento de sus servicios contribuyendo as directamente al ejercicio de
la autonoma econmica y nanciera de las Universidades. Ms brevemente, el Consejo Social es el
rgano de participacin de la sociedad en la Universidad.
Por primera vez en su historia, la Universidad abre sus puertas a representantes del Ministerio
de Educacin y Ciencia, de la Comunidad Autnoma (designados por la Asamblea y el Consejo de
Gobierno) y de los Sindicatos ms representativos, que van a intervenir en los asuntos que les enco-
miendan la Ley del Consejo Social y los propios Estatutos de la Universidad (Tabla 3). Esto supone,
sin lugar a dudas, un reto tanto para la Universidad como para la Sociedad que, de alguna forma, se
ve implicada en la resolucin, tambin, de algunos de los problemas de la propia Universidad.

Tabla 3.- Primeros miembros del Consejo Social de la Universidad de Extremadura

Presidente:
D. Diego Hidalgo Schnur
Vocales:
A) Representantes de la Junta de Gobierno
D. Antonio Snchez Misiego
D. Eustaquio Snchez Salor
D. Antonio Ramiro Gonzlez
D. Jos Luis Canal Macas
D. Jos Luis Rodrguez Agull
D. Eduardo Alvarado Corrales
D. Luciano Cordero Saavedra
D. Esteban Toms Navarro Mulas
B) Representantes de los Intereses Sociales
D. ngel de Juanes Peces
D. Manuel Fernndez Meleno
D. Ramn Surez Hurtado
D. Manuel Nieto Ledo
D. Jos Luis Poveda Bentez
D. Juan Iglesias Marcelo
D. Pablo Muoz Durn
D. Antonio Zapata Llerena
D. Miguel ngel Rubio Ramos
D. Jos Orantos Gonzlez
D. Fernando Contreras Valiente
Secretario:
D. Julio Yuste Gonzlez

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


168
ANTONIO RAMIRO GONZLEZ

Esta composicin se vera modicada ms tarde, en 1998, por la Ley del Consejo Social de la
Universidad de Extremadura, incorporando en representacin de los intereses sociales a representan-
tes de las Asociaciones Empresariales ms representativas de Extremadura, de la Federacin Extre-
mea de Cajas de Ahorro y de la Federacin Extremea de Municipios y Provincias, adems de los
designados por el Consejo de Gobierno y la Asamblea de Extremadura.
Desde su creacin, han ocupado la Presidencia del Consejo Social de la UEx las cuatro personas
de reconocido prestigio que aparecen en la Tabla siguiente

Tabla 4.- Presidentes del Consejo Social de la UEx

D. Diego Hidalgo Schnur 1986-1999


D. Alberto Oliart Saussol 1999-2007
D. ngel Snchez Trancn 2007-2012
D. Antonio Zoido Martnez 2012-

Otro hecho resaltable tambin que se produce al nal de esta dcada es el nombramiento, como
ya se ha citado, del primer Doctor Honoris Causa por la Universidad de Extremadura que recay
en el Profesor Dr. Lefevre, de la Universidad de Lieja y cuya investidura tuvo lugar en el Edicio
Metlico del Campus Universitario de Badajoz, el da 8 de abril de 1987.
En cuanto a nuevos edicios del campus, en 1981 se inauguran las Instalaciones Deportivas de
la Universidad, dotadas de pabelln polideportivo, pistas de tenis, pdel, polideportivas exteriores y
atletismo, frontn, campos de csped articial y de tierra ftbol-rugby y piscina al aire libre.

Aos 1990.- El Proyecto UEX y el nuevo mapa de titulaciones de la Universidad de Extre-


madura. Transferencia de competencias a la Junta de Extremadura

En abril de 1992, el pleno del Consejo Social aprueba un ambicioso proyecto de planica-
cin de los futuros estudios: Proyecto UEx. El resultado de la propuesta se materializa en un mapa
de 43 titulaciones para la Universidad extremea, ampliables en funcin de las Directrices Generales
Propias de cada titulacin. De estas nuevas titulaciones, en Badajoz se implantan las de Ingeniera
Industrial en la Escuela Universitaria de Ingeniera Tcnica Industrial que se transforma en Escuela
de Ingenieras Industriales un ao despus, y las conducentes a la obtencin del ttulo de Maestro
(especialidades de Educacin Primaria, Educacin Fsica y Educacin Especial) en la Escuela Uni-
versitaria de EGB.
En el curso siguiente, la Escuela de Ingeniera Tcnica Agrcola se transforma en Escuela de
Ingenieras Agrarias, se autoriza la imparticin del ttulo de Maestro en Educacin Infantil en la
Escuela de EGB y, as mismo, se autoriza que la Facultad de Ciencias Empresariales organice las en-
seanzas de Diplomado en Ciencias Empresariales que se venan impartiendo en la Escuela Univer-
sitaria de Estudios Empresariales, as como las enseanzas conducentes a la obtencin de los ttulos
de Licenciado en Administracin y Direccin de Empresas.
La propuesta pretende, por una parte, una economa de medios humanos y materiales al tener en
cuenta los recursos ya existentes en la Universidad. Se pretende, adems, implantar aquellos ttulos
relacionados con el entorno regional y sus necesidades y, por ltimo, potenciar las reas de excelen-
cia de la Universidad de Extremadura y evitar las redundancias de titulaciones en los campus, que
encarecen el coste total del ttulo.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 169


MEDIO SIGLO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS EN LA CIUDAD DE BADAJOZ (1967-2017)

En 1994 se crea la Facultad de Biblioteconoma y Documentacin en Badajoz y se autoriza


la implantacin de las enseanzas conducentes a la obtencin del ttulo de Ingeniero Agrnomo en la
Escuela de Ingenieras Agrarias.

1995.- Transferencia de competencias en materia de Universidad a la Junta de Extremadura.

El 4 de abril de 1995 el ministro de Administraciones Pblicas, Jernimo Saavedra, y el de


Educacin y Ciencia, Gustavo Surez Pertierra, presiden la reunin de la Comisin Mixta de Trans-
ferencias Administracin Estado-Extremadura y rman el traspaso de competencias en materia de
Universidad a la Junta de Extremadura. A partir de ahora, y de acuerdo con lo establecido en los
Estatutos de la Universidad, corresponde al Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura la apro-
bacin de las enseanzas conducentes a la obtencin de los ttulos de la Universidad de Extremadura.
En funcin de esta competencia, entre 1995 y 2000 se autoriza elevar la oferta de titulaciones
de la UEx hasta 85 en Centros Propios (35 de las cuales se van a impartir en centros de Badajoz) y 6
titulaciones en Centros Adscritos. La Universidad debati este tema y la ampliacin de titulaciones
propuesta en el Proyecto UEx fue aprobada en el Claustro celebrado el 25 de febrero de 1997 (Tabla 5).

Tabla 5.- Centros y titulaciones aprobadas para Badajoz, ciudad

Centro Titulacin
Licenciado en Qumicas
Licenciado en Biologa
Licenciado en Fsica
Facultad de Ciencias Licenciado en Matemticas
Licenciado en Ciencias y Tcnicas Estadsticas
Licenciado en Enologa
Ingeniero Qumico
Licenciado en Medicina
Facultad de Medicina Diplomado en Fisioterapia
Diplomado en Enfermera
Licenciado en Administracin y Direccin de Empresa
Licenciado en Economa
Facultad de Ciencias Econmicas y Empresariales
Licenciado en Investigacin y Tcnicas de Mercado
Diplomado en Relaciones Laborales
Licenciado en Psicopedagoga
Maestro en Educacin Especial
Maestro en Educacin Fsica
Facultad de Educacin
Maestro en Educacin Primaria
Maestro en Lenguas Extranjeras
Maestro en Audicin y Lenguaje

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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ANTONIO RAMIRO GONZLEZ

Licenciado en Comunicacin Audiovisual


Facultad de Biblioteconoma y Documentacin Licenciado en Documentacin
Diplomado en Biblioteconoma y Documentacin
Ingeniero Agrnomo
Ingeniero Tcnico en Explotaciones Agropecuarias
Escuela de Ingenieras Agrarias Ingeniero Tcnico en Hortofruticultura y Jardinera
Ingeniero Tcnico Agrcola
Licenciado en Ciencias y Tecnologa de los Alimentos
Ingeniero Industrial
Ingeniero Tcnico Industrial en Electricidad
Ingeniero Tcnico Industrial en Electrnica Industrial
Escuela de Ingenieras Industriales
Ingeniero Tcnico Industrial en Mecnica
Ingeniero en Electrnica
Ingeniero de Materiales

Este incremento en el nmero de titulaciones produce, como era de esperar, un muy importante
aumento en el nmero de estudiantes matriculados en los distintos centros de la Universidad, alcan-
zndose en el curso 1999-2000 la cifra de 11.828 alumnos de primero y segundo ciclo en Badajoz
(Fig. 15).

Fig. 15.- Alumnos matriculados en los centros universitarios de Badajoz en los aos 9013

Pero no slo ha aumentado el nmero de centros, titulaciones, profesores, alumnos y perso-


nal universitario a lo largo de estos aos, sino que, como era de esperar, se organizan otras muchas
actividades en una Universidad ya consolidada, entre las que destacamos por su mayor inuencia

13
Guas Acadmicas aos 1990-1999. Universidad de Extremadura.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 171


MEDIO SIGLO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS EN LA CIUDAD DE BADAJOZ (1967-2017)

en la sociedad pacense la Universidad de Mayores, los programas de cooperacin y movilidad de


estudiantes y docentes, los Convenios con empresas e instituciones pblicas estatales, autonmicas
y locales para la realizacin de trabajos de carcter cientco, tcnico o artstico, as como para el
desarrollo de cursos de especializacin, y las actividades deportivas, culturales y asistenciales.

Aos 2000.- Consolidacin del Proyecto UEx y transicin hacia el Espacio Europeo de
Educacin Superior (EEES).

La estructura de centros y titulaciones aprobadas en 1997 para el campus universitario de Ba-


dajoz se mantiene a lo largo de los aos 2000 hasta el curso 2009-10 en el que empiezan a impartirse
las primeras titulaciones de Grado para su adaptacin al Plan Bolonia. Por lo tanto, desde este punto
de vista, se puede armar que a lo largo de esta dcada se consolida la ampliacin de ttulos contem-
plada en el Proyecto UEx.
A pesar de los progresos realizados en los ltimos aos en dotaciones de capital humano, se
inicia en esta dcada una cada continuada del nmero de matriculaciones de alumnos en todas las
universidades espaolas. La UEx no escapa a este hecho, como se pone de maniesto en la Fig. 16,
aunque esta disminucin le afecta en menor medida que a las denominadas universidades histricas,
de mayores dimensiones. Esta situacin se prolongar varios aos ms como se ver en la evolucin
del alumnado matriculado en la prxima dcada.

Fig. 16.- Alumnos matriculados en los centros universitarios de Badajoz en los aos 200014

Por otra parte, la necesidad de adecuar la oferta formativa de la UEx al Espacio Europeo de
Educacin Superior (EEES), aprobado en 1999 en Bolonia, obliga a las autoridades acadmicas a
llevar a cabo pronto una serie de medidas que faciliten esta transformacin de las titulaciones tradi-
cionales en las que se contemplan en el nuevo espacio educativo: ttulos ociales de grado, mster y
doctorado. Por lo tanto, tambin esta dcada de los 2000, es al mismo tiempo que de consolidacin
del Proyecto UEx, de transicin hacia el Espacio Europeo de Educacin Superior.
A este proceso de adaptacin, que se lleva a cabo entre los aos 2004 y 2009, van dedicadas,
entre otras, las siguientes acciones: creacin de la Ocina de Convergencia Europea y del Campus

14
Observatorio de indicadores de la UEx. OBIN 14-02-17. http://www.unex.es/conoce-la-uex/la-uex-en-cifras.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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ANTONIO RAMIRO GONZLEZ

Virtual (CVUEx) en 2004 as como del Servicio de Apoyo a la Docencia Virtual (SADV) en 2008;
creacin, igualmente, de una Comisin, presidida por el Rector, encargada de elaborar un informe
para la adecuacin de la oferta formativa de la UEx al EEES, programacin de Planes de Formacin
del Profesorado, experiencias pilotos encaminadas a la imparticin de las enseanzas tradicionales en
coordenadas ECTS (crditos europeos) e intercambio de experiencias de implantacin de metodolo-
gas ECTS con profesorado de otras universidades en los aos 2006 y 2007, preparacin de propues-
tas de nuevos planes de estudio, diseo de titulaciones ociales de posgrado, promocin de convenios
entre la UEx y otras universidades para la obtencin de ttulos conjuntos y, por ltimo, adecuacin,
mejora e innovacin en infraestructuras docentes.
Pero, quiz las dos obras ms ambiciosas (y ms visibles) de esta dcada son las que se llevan a
cabo en el campus pacense en los aos 2006 y 2007 y que suponen la creacin de un espacio natural
representativo de los distintos ecosistemas extremeos (un verdadero jardn botnico que va a cambiar
radicalmente el lamentable aspecto que hasta entonces vena ofreciendo) y su posterior cerramiento.
La primera de ellas, que se realiza gracias al convenio entre la Confederacin Hidrogrca del
Guadiana y la UEx, supone la plantacin de 7.600 plantas representativas de hasta cuatro ecosistemas
extremeos (del bosque mediterrneo, ribereos, acuticos y bosques monoespeccos), de las cuales
3.000 sern de gran porte (rboles) as como la realizacin de tratamientos selvcolas sobre la vege-
tacin existente en aproximadamente 4 hectreas con la creacin de casi 4 kilmetros de itinerarios
interpretativos, instalacin de mobiliario y construccin de un auditorio al aire libre (Fig. 17) como
espacio de comunicacin y reunin.

Fig. 17.- Auditorio al aire libre en el campus de Badajoz

La segunda es el levantamiento de una valla muy transparente (Fig. 18) de dos metros de altura
y una longitud de 1.700 metros para controlar el acceso al campus durante las noches y los nes de
semana.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 173


MEDIO SIGLO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS EN LA CIUDAD DE BADAJOZ (1967-2017)

Fig. 18.- Cerramiento del campus de Badajoz

En este renovado campus se construyen varios edicios a lo largo de estos aos 2000. A co-
mienzos de la dcada se inaugura la Biblioteca Central y el edicio de Servicios Mltiples y en 2009,
el edicio del Servicio de Gestin y Transferencia de Resultados de Investigacin (SGTRI), el de
Servicios de Taller y Mantenimiento Cientco-Tcnico y dos edicios de Apoyo a la Investigacin
y al Desarrollo Empresarial (SAIUEX): el Centro de Biodiversidad y Cambio Global, y el de Desa-
rrollo Tecnolgico.

Aos 2010.- Proceso Bolonia, Espacio Europeo de Educacin Superior. Desaparicin


de las titulaciones universitarias tradicionales.

La adaptacin de los planes de estudio de la Universidad al Espacio Europeo de Educacin Su-


perior (EEES) supuso una verdadera revolucin de las titulaciones tradicionales que se haban venido
impartiendo en los centros universitarios espaoles.
Con el llamado Proceso Bolonia desaparece la divisin actual entre diplomaturas, licencia-
turas e ingenieras que quedan sustituidas por los Grados, mantenindose el nivel de formacin que
se ofreca en las mismas. El objetivo de la implantacin denitiva del EEES es el de conseguir la
convergencia de los diferentes sistemas de educacin superior europeos a un sistema ms homogneo
y compatible, que favorezca una movilidad real entre los estudiantes y futuros profesionales en toda
Europa.
Los ttulos ociales pasan a estructurarse en tres ciclos: Grado, Mster y Doctorado.
Los ttulos de Grado suponen el primer ciclo de la nueva estructura y capacitan al estudiante
para el ejercicio profesional.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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ANTONIO RAMIRO GONZLEZ

Nuestra universidad comenz a impartir las primeras titulaciones de Grado en el curso 2009-
2010 y a partir del curso 2010-2011, toda su oferta de plazas se encuentra en estas enseanzas, que
van sustituyendo a las diplomaturas, ingenieras y licenciaturas tradicionales. De esta oferta de pla-
zas, en la Tabla 6 se muestran los centros y titulaciones de Grado que se imparten actualmente en los
centros de Badajoz.

Tabla 6.- Titulaciones de Grado de la Universidad de Extremadura en los centros de Badajoz

Facultad de Ciencias
Grado en biologa
Grado en biotecnologa
Grado en ciencias ambientales
Grado en enologa
Grado en estadstica
Grado en fsica
Grado en ingeniera qumica
Grado en ingeniera qumica industrial
Grado en matemticas
Grado en qumica
Facultad de Medicina
Grado en enfermera
Grado en sioterapia
Grado en medicina
Facultad de Educacin
Grado en educacin infantil
Grado en educacin primaria
Grado en psicologa
Facultad Ciencias Econmicas y Empresariales
Grado en administracin y direccin de empresas
Grado en economa
Grado en relaciones laborales y recursos humanos
P.C.E.O. ADE / Relaciones laborales y recursos humanos
P.C.E.O. Administracin y direccin de empresas / derecho
P.C.E.O. Administracin y direccin de empresas / economa
Facultad de Ciencias de la Documentacin y Comunicacin
Grado en comunicacin audiovisual
Grado en informacin y documentacin
P.C.E.O. Comunicacin audiovisual/ informacin y documentacin
Escuela de Ingenieras Agrarias
Grado en ciencia y tecnologa de los alimentos

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 175


MEDIO SIGLO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS EN LA CIUDAD DE BADAJOZ (1967-2017)

Grado en ingeniera de las explotaciones agropecuarias


Grado en ingeniera de las industrias agrarias y alimentarias
Grado en ingeniera hortofrutcola y jardinera
Escuela de Ingenieras Industriales
Grado en ingeniera de materiales
Grado en ingeniera elctrica (rama industrial)
Grado en ingeniera electrnica y automtica (rama industrial)
Grado en ingeniera mecnica (rama industrial)

Los msteres por primera vez tienen carcter ocial y siguen un plan de estudios aprobado por
el Ministerio de Educacin y Ciencia. Algunos de estos msteres habilitan para una profesin regu-
lada, como por ejemplo los de Ingeniera Industrial o Ingeniera Agronmica que habilitan para la
profesin de Ingeniero Industrial o Ingeniero Agrnomo, respectivamente. Otro, como el Mster
en Abogaca, est vinculado con la profesin regulada de Abogado.15
En la tabla siguiente aparecen los msteres que se imparten en los distintos centros universita-
rios de Badajoz.

Tabla 7.- Msteres que se imparten actualmente en los centros universitarios de Badajoz

Facultad de Ciencias
Mster Universitario en Investigacin (MUI) en Ciencias
- Especialidad Matemticas
- Especialidad Qumica
- Especialidad Fsica
- Especialidad Biologa
Mster Universitario en Qumica Terica y Modelizacin Computacional
Mster Universitario en Formacin del Profesorado de Educacin Secundaria:
- Especialidad Biologa y Geologa
- Especialidad Fsica y Qumica
- Especialidad Matemtica
Mster Universitario en Qumica Sostenible
Mster Universitario en Biotecnologa Avanzada
Mster Universitario en Ingeniera Biomdica
Facultad de Medicina
Mster Universitario en Ingeniera Biomdica
Mster Universitario (MUI) en Investigacin en Biomedicina y Salud.

15
El mster de Abogaca, dependiente de la Facultad de Derecho de Cceres, puede cursarse tambin en el Ilustre
Colegio Ocial de Abogados de Badajoz.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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ANTONIO RAMIRO GONZLEZ

Facultad de Educacin
Mster Universitario en Formacin del Profesorado de Educacin Secundaria:
- Especialidad Tecnologa
- Especialidad Economa y Empresa
- Especialidad Educacin Plstica y Musical
- Especialidad Orientacin Educativa
Mster Universitario en Investigacin (MUI) en Ciencias Sociales y Jurdicas:
- Especialidad Psicologa
- Especialidad Ciencias de la Educacin
Mster Universitario en Enseanza Bilinge para la Educacin Primaria y Secundaria
- Especialidad Francs
- Especialidad Ingls
Mster Universitario en Investigacin (MUI) en Formacin del Profesorado y TIC
Mster Universitario en Investigacin en la Enseanza y el Aprendizaje de las Ciencias Experimentales, Sociales y
Matemticas
Facultad de Ciencias Econmicas y Empresariales
Mster Universitario en Investigacin (MUI) en Ciencias Sociales y Jurdicas:
- Especialidad Economa, Empresa y Trabajo
Mster Universitario en Investigacin (MUI) en Economa, Gestin y Comercio Internacional
Mster Universitario en Direccin de Marketing
Mster en Creacin de Empresas e Innovacin
Facultad de Ciencias de la Documentacin y la Comunicacin
Mster Universitario en Investigacin (MUI) en Ciencias Sociales y Jurdicas:
- Especialidad Documentacin y Comunicacin
Mster Universitario en Gestin de la Informacin en Redes Sociales y de los Productos Digitales en Internet
Escuela de Ingenieras Agrarias
Mster Universitario en Investigacin (MUI) en Ingeniera y Arquitectura:
- Especialidad Ingenieras Agrarias
Mster Universitario en Gestin de la Calidad y Trazabilidad de Alimentos de Origen Vegetal
Mster Universitario en Ingeniera Agronmica.
Escuela de Ingenieras Industriales
Mster Universitario en Investigacin (MUI) en Ingeniera y Arquitectura:
- Especialidad Ingenieras Industriales
Mster Universitario en Seguridad y Salud Laboral
Mster Universitario en Ingeniera Industrial
Mster Universitario en Ingeniera Biomdica

Por ltimo, el Doctorado supone el aprendizaje y uso apropiado de procedimientos y tcnicas


de investigacin. La presentacin de una Tesis doctoral (consistente en un trabajo cientco con re-
sultados de investigacin originales) es obligatoria para obtener el ttulo de Doctor.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 177


MEDIO SIGLO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS EN LA CIUDAD DE BADAJOZ (1967-2017)

En esta dcada se contina la tendencia decreciente de alumnos matriculados en la UEx, de


forma anloga a lo que ocurre en otras universidades espaolas (Fig. 19).

Fig. 19.- Alumnos matriculados en los centros universitarios de Badajoz en los aos 201016

En opinin del Rector de la UEx, Prof. Priz Durn, la disminucin del nmero de estudiantes
que se est produciendo en los ltimos aos est ligada a la cada de la poblacin joven y al cambio en
la duracin de los estudios universitarios como consecuencia de la adaptacin al Espacio Europeo de
Educacin Superior.17 Los sindicatos han hecho otra lectura de estos datos y as UGT considera que
el argumento demogrco no es suciente para justicar esta fuerte cada y arma que el descenso de
estudiantes es una prueba de que el acceso a los estudios superiores ya no es para todos y se debe
principalmente al incremento de las tasas universitarias18.
La disminucin del nmero de alumnos ha ido acompaada de la del nmero de profesores que
desarrollan su labor docente e investigadora en los centros de Badajoz, tal como se reeja en la Fig. 20.

Fig. 20.- Evolucin del profesorado universitario de los centros de Badajoz en los aos 201019

16
Observatorio de indicadores de la UEx. OBIN 14-02-17. http://www.unex.es/conoce-la-uex/la-uex-en-cifras.
17
Segundo Priz Durn. Discurso de apertura del curso 2016-2017.
18
El Peridico Extremadura. 12 de julio de 2015.
19
Observatorio de indicadores de la UEx. OBIN 14-02-17. http://www.unex.es/conoce-la-uex/la-uex-en-cifras.Op.cit.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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ANTONIO RAMIRO GONZLEZ

En mayo de 2013 se cumplen 40 aos de la creacin de la Universidad de Extremadura. Los


actos conmemorativos de este 40 Aniversario se inician el 14 del mismo mes de 2013 con una con-
ferencia que pronuncia Javier Solana sobre El mundo que vivimos. La conferencia tiene lugar en
el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Econmica y Empresariales del campus pacense (Fig. 21).

Fig. 21.- Javier Solana impartiendo la conferencia inaugural del 40 Aniversario de la UEx20

Los edicios que se construyen e inauguran en esta dcada son, el Parque Cientco y Tecno-
lgico, en 2011, y en 2014, la Torre de Ascensores y el Edicio Contenedor de Institutos de Investi-
gacin.

Balance global de 50 aos de estudios universitarios en Badajoz.

A pesar de la disminucin del nmero de alumnos y profesores que se ha producido en los


ltimos aos, el anlisis de los datos globales a lo largo de los cincuenta aos transcurridos de 1967
a 2017, pone de maniesto la importancia que, sin lugar a dudas, ha tenido la implantacin de los
estudios universitarios en Badajoz. As, si el nmero de alumnos que entraron por primera vez en un
centro universitario de nuestra ciudad, la Facultad de Ciencias de Badajoz, en 1968 fue de 84, los
alumnos que hicieron lo mismo en los siete centros universitarios existentes en la actualidad el pasado
ao 2016 fueron 9.745 (Fig. 22).

Fig. 22.- Evolucin del nmero de alumnos universitarios matriculados en centros de Badajoz21

20
Diario HOY. 14 de mayo de 2013. (Foto PAKOPI).
21
Observatorio de indicadores de la UEx. OBIN 14-02-17. http://www.unex.es/conoce-la-uex/la-uex-en-cifras y guas
acadmicas de la UEx..Op.cit.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 179


MEDIO SIGLO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS EN LA CIUDAD DE BADAJOZ (1967-2017)

Tambin, como era de esperar, ha aumentado el nmero de alumnos que han obtenido su titu-
lacin universitaria en los centros de Badajoz. Si en el curso 1972 acabaron sus estudios 32 alumnos
en la Facultad de Ciencias de Badajoz, en el ao 2014 fueron 1.604 alumnos los que salieron de los
distintos centros del Campus de Badajoz (Fig. 23).

Fig. 23.- Evolucin del nmero de alumnos titulados en centros de Badajoz22

Y todo ello ha sido posible gracias al incremento paralelo que se ha experimentado en el nme-
ro de profesores, personal de administracin y servicios, centros, departamentos, servicios e infraes-
tructura universitaria.

EL FUTURO.

Deca irnicamente el fsico dans Niels Bohr, autor del conocido modelo atmico que lleva su
nombre, que hacer predicciones nunca ha sido una tarea fcil, especialmente cuando stas ataen al
futuro. Por ello, y con el n de errar lo menos posible, he preferido recurrir a las opiniones de quie-
nes estn ms en contacto con la realidad actual de nuestra Universidad y que ocupan, o han ocupado,
cargos de mxima responsabilidad en la misma.
As, en opinin del Prof. Duque Carrillo, que fue Rector de la UEx de 2004 a 2011, parece
necesario que se denan cules son las necesidades sociales a las que, desde este servicio pblico
llamado Universidad, se les debe proporcionar una adecuada respuesta acorde con la realidad que
vive nuestra sociedad. Si con anterioridad la exigencia que se le reclamaba a las instituciones de
educacin superior era la formacin de intelectuales, hoy da lo que se exige es que acten como un
motor de desarrollo social y econmico, a travs de las actividades que le son propias: la formacin,
la investigacin y la innovacin.
En cuanto a investigacin, segn Duque, la Universidad de Extremadura dispone de grupos de
investigacin consolidados y relevantes que deberan empezar a acometer tareas de investigacin de
las que se denominan de xito incierto o investigacin con riesgo. Los pases ms avanzados publican
menos pero mejor y ello es debido en parte al fomento de la investigacin con riesgo, que no olvide-

22
Observatorio de indicadores de la UEx. OBIN 14-02-17. http://www.unex.es/conoce-la-uex/la-uex-en-cifras y guas
acadmicas de la UEx..Op.cit.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


180
ANTONIO RAMIRO GONZLEZ

mos que en general apasiona bastante ms que la investigacin motivada slo por la publicacin. En
la Universidad de Extremadura hay reas con la calidad suciente para fomentar la investigacin con
riesgo y acometerla en coordinacin con las instituciones pblicas y privadas, dispuestas a nanciar
la creacin de empresas de alto riesgo surgidas de los centros pblicos de investigacin.23
Tambin el rector actual, Prof. Priz Durn, ha intentado recoger en sus discursos institucio-
nales las preocupaciones y los objetivos de nuestra Universidad. En su opinin, la Universidad de
Extremadura debe hacer todo lo posible para superar los dos retos ms importantes a los que se en-
frenta la sociedad espaola en general y la extremea en particular: incrementar la competitividad de
nuestra economa para hacer frente al desafo de la globalizacin y del consiguiente aumento de la
competencia internacional y, a su vez, reducir drsticamente la tasa de desempleo, en especial la de
los jvenes.24
En otro de sus discursos institucionales25 se preguntaba el Prof. Priz: qu debemos hacer
desde las Universidades para ser una parte importante de la solucin? Cmo podemos aumentar la
necesaria transferencia de los resultados de la investigacin a la sociedad como fuente generadora de
empleos de calidad, de cambios del tejido productivo y de creacin de la riqueza basada en el cono-
cimiento?

Hay que crear ciencia original, en todos los rdenes del pensamiento: losofa, matemticas, qumica,
biologa, sociologa, etctera. Tras la ciencia original vendr la aplicacin industrial de los principios
cientcos, pues siempre brota al lado del hecho nuevo la aplicacin al aumento y a la comodidad de la
vida. Al n, el fruto de la ciencia aplicada a todos los rdenes de la actividad humana, es la riqueza, el
bienestar, el aumento de la poblacin y la fuerza militar y poltica.

En opinin de D. Segundo Priz, estas palabras, que forman parte del artculo publicado por
don Santiago Ramn y Cajal el 26 de octubre de 1898 en el peridico El Liberal, se pueden suscribir
literalmente 118 aos despus.
En conclusin, necesitamos un sistema educativo que forme a personas creativas e innovadoras,
preparadas para el cambio y abiertas a procesos de aprendizaje permanente que den respuesta a las
necesidades de una sociedad en pleno proceso de transformacin. La universidad espaola, y tambin
la extremea, ha de convertirse en un motor fundamental de la economa. Es imprescindible contar
con un sistema universitario que se dena por tener: una formacin de alta calidad, excelencia cien-
tca, transferencia del conocimiento al sector productivo, proximidad al mercado laboral, y por ser
una buena cantera de emprendedores.

23
J. Francisco Duque Carrillo. La Universidad y el Futuro de Extremadura.
24
Segundo Priz Durn. Discurso de apertura del curso 2015-1016.
25
Segundo Priz Durn. Discurso de apertura del curso 2016-2017 Op. cit.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 181


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FERMN REY VELASCO

1917, EL AO DE LA CRISIS, EN BADAJOZ

FERMN REY VELASCO

Estamos en uno de los momentos ms difciles que ha atravesado la vida de nuestra


nacin en la historia contempornea La crisis planteada, late desde que el pas
entero, el pueblo en las calles, los parlamentarios en sus reuniones y el ejrcito en sus
juntas formularon la protesta formidable contra el desbarajuste del turno corruptor de
las oligarquas, que durante cuarenta aos, los famosos cuarenta aos, han venido re-
partindose las vestiduras del pas (La crisis total, Correo de la Maana, 20-10-1917)

La historia mundial presenta un punto de inexin en la segunda dcada del siglo XX que ha
llevado a Eric Hobsbawm1 a armar que, entonces, se produce el inicio de esta corta centuria por las
profundas transformaciones que acontecen: la I Guerra Mundial (1914-1918), las revoluciones rusas
de 1917 y la crisis de los sistemas liberales decimonnicos son los motores de la transformacin, que
tambin va a suceder en nuestro pas. Como pone de maniesto Romero Salvad, la Gran Guerra
represent el crepsculo de una era: la violenta irrupcin de un nuevo siglo marcado por el protago-
nismo de las masas y el n del universo elitista que haba gobernado Europa hasta 1914. El impacto
devastador del conicto aceler el proceso de trasformacin socio-econmica e impuls a amplios
sectores sociales en direccin a la democracia reformista o la revolucin socialista2 o, aadimos, la
contrarrevolucin fascista.
La inuencia de la contienda blica provoca la convergencia en Espaa de la triple crisis de
19173 que pone en jaque al sistema poltico de la Restauracin, ya con problemas desde el inicio del
siglo. La cuestin militar y el desafo de las juntas de defensa, la Asamblea de parlamentarios y la des-
composicin de los partidos dinsticos, y el problema obrero con la huelga general de agosto, forman
el conjunto de procesos que abren la crisis denitiva del sistema liberal canovista fundado en 1875. A
ese tro de circunstancias cabra aadir el problema marroqu para entender por qu, en 1923, se llega
a la va autoritaria de la Dictadura de Primo de Rivera.
Conocer el impacto que los acontecimientos de hace cien aos tuvieron en la ciudad de Ba-
dajoz es el objetivo primordial de este estudio, para el que nos hemos servido, principalmente, de las
informaciones de la prensa.

La situacin de partida

Consideramos de inters realizar un esbozo sobre la sociedad de Badajoz en aquella poca, que
ayude a entender los acontecimientos posteriores.

1
HOBSBAWM, E. J. (1998): Historia del siglo XX. Editorial Crtica, Buenos Aires. El siglo para l comienza en 1914 y
terminal con el nal de la era sovitica en 1991.
2
J. ROMERO SALVAD, F. J. (2017), Espaa no era Rusia. La revolucin espaola de 1917: anatoma de un fracaso.
Hispania Nova, 15, p. 419. https://doi.org/10.20318/hn.2017.3496.
3
Seguimos en este anlisis el esquema clsico formulado por Lacomba Abelln, J. A. (1968): Espaa en 1917. Ensayo
de morfologa de una crisis histrica. Saitabi, Revista de la Facultad de Geografa e Historia, 18, 145-162.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 183


1017, EL AO DE LA CRISIS, EN BADAJOZ

Contaba la ciudad, segn el censo de 1920, con 37.697 habitantes, en su mayora encorsetados
an por el cinturn de la muralla, y una poblacin en crecimiento debido a altas tasas de natalidad y a
la inmigracin intraprovincial, procedente principalmente de los pueblos de alrededor.4 Ello da como
resultado una poblacin joven, propia de sociedades atrasadas, pues la alta natalidad se compensa en
parte con una mortalidad elevada por la incidencia que tienen todava las enfermedades infecciosas.
En junio de 1917, la aparicin de una epidemia de viruela en esta capital, donde se ha hecho endmi-
ca la difteria y otras enfermedades infectocontagiosas, que arrebatan muchas vidas anualmente, ha
puesto sobre el tapete algunos urgentes problemas de higiene pblica, tan descuidada en Badajoz.5 Y
todava no haba aparecido la epidemia de gripe de 1918.
Faltaban establecimientos sanitarios, pues como en el Hospital provincial no se podan admi-
tir los enfermos, la Corporacin municipal deba decidir dnde alojarlos interinamente, barajando
lugares como el edicio de la benecencia, las escuelas de San Roque o el alquiler de locales a par-
ticulares. Por falta de fondos, al nal establece que se queden en sus casas y que no salgan a la calle.
Tambin hay decientes condiciones higinicas provocadas por la ausencia de recursos y de
atencin por parte de las autoridades: en este pueblo no se barre, no se riega. No se corrigen, ni se
castigan las infracciones a las ordenanzas municipales Cada uno hace lo que le viene en gana.6
La cantidad de habitantes y su distribucin socioeconmica nos permite pensar en una pobla-
cin de carcter urbano, aunque la poblacin activa sea todava baja, un 36% de la poblacin total.7
Como muestra el siguiente grco, el sector primario emplea a un 33,72% de dicha poblacin activa,
cifra todava importante, pero bastante inferior al 75% de trabajadores en agricultura y ganadera del
conjunto de la regin. Lgicamente, en Badajoz, esa disminucin en el sector primario se compensa
con un mayor nmero de ocupados en la industria (24,32%) y, sobre todo, en los servicios (41,97%).

4
Gurra, J. L.; Jurado, C.; Granados, M. (1999): La poblacin extremea en el trnsito del siglo XIX al XX. Revista
de Estudios Extremeos, vol. LV, 1, p. 271.
5
Correo de la Maana, 21-7-1917.
6
Correo de la Maana, 20-11-1917.
7
Hemos tenido en cuenta, para la distribucin de los sectores de actividad, las consideraciones que sobre los datos del
censo realizan Erdozin, P., y Mikelarena, F. (1999): Las cifras de los activos agrarios de los censos de poblacin
espaoles del perodo 1877-1991. Un anlisis crtico. Boletn de la Asociacin de Demografa Histrica, XVII, I,
89-113.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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FERMN REY VELASCO

Si analizamos la estructura econmica de los distintos sectores, la agricultura y la ganadera


se caracterizan por el predominio de la gran propiedad, que ocupa el 70% de las tierras catastradas
del trmino municipal.8 Estos latifundios, en manos de la nobleza y la alta burguesa, autctonos o
forneos y en muchos casos absentistas, dan lugar a una polarizacin social entre el grupo reducido
de grandes propietarios y la masa de pequeos campesinos, arrendatarios y, sobre todo, jornaleros,
que tendr, como veremos, importantes consecuencias polticas. La disponibilidad de una abundante
mano de obra barata explica, en parte, el atraso en la modernizacin del sector.
Por lo que respecta al sector secundario, no se puede hablar en sentido pleno de industria, pues
entre las pequeas y poco numerosas fbricas existentes (madera, electricidad, jabones, materiales
de construccin, harinas y panaderas), predominan las de carcter artesanal, de tal forma que el
proletariado urbano, con la signicacin de obrero industrial, apenas est presente. En ello incide,
adems, el que casi un 30% del sector est formado por lo que el censo llama industria del vestido, es
decir, modistas y sastres.

El rasgo ms destacado en el sector servicios es que en su mayora est formado por el contin-
gente de militares, especialmente, y de las fuerzas de seguridad (Guardia civil y polica).
De los datos anteriores podemos extraer algunas conclusiones signicativas. En la cumbre de la
estructura social, tenemos a la poco numerosa, pero poderosa, oligarqua agraria de grandes propieta-
rios y de arrendatarios de grandes propiedades, que controla durante la poca de la Restauracin las
instituciones provinciales y locales, as como la representacin poltica a nivel nacional. Dependiente
de ella se encuentra el resto de los grupos sociales, pues a su hegemona poltica une su fuerza econ-
mica y su preeminencia social.

8
Mndez Mellado, H. (2015): Por la tierra y el trabajo. La conictividad campesina en la provincia de Badajoz durante
la II Repblica (1931-1936). Cceres, Universidad de Extremadura, Tesis doctoral, p. 84.

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1017, EL AO DE LA CRISIS, EN BADAJOZ

Por otro lado, encontramos el conjunto de comerciantes, transportistas, industriales y dueos de


talleres cuya relevancia econmica y social ha crecido al comps que lo haca la economa en general.
Pero esta burguesa propiamente urbana no muestra, salvo en ejemplos aislados, deseos de cambiar
la situacin establecida, es decir, de apoyar opciones que transformen el sistema canovista, proba-
blemente porque estn en exceso subordinados a la demanda de la agricultura, la administracin o el
ejrcito, porque determinadas familias se encuentran emparentadas con la oligarqua agraria y porque
su mxima aspiracin es, si no lo son ya, convertirse tambin en propietarios rsticos. A ello podra-
mos aadir los espacios y actividades de sociabilidad que comparten con los grandes propietarios,
escenarios idneos para la inuencia de los grupos sociales superiores: casino, caceras
Entre las clases medias exista un nmero poco signicativo de profesiones liberales y de in-
telectuales (mdicos, abogados, profesores de instituto y de la Normal de Magisterio, periodistas)
que tienen cierta inuencia social, pero limitada precisamente por sus reducidas proporciones.
Mayor ascendiente sobre la colectividad tenan el ejrcito y las fuerzas de polica, pues sus
efectivos rondaban los tres mil individuos. Aunque sus miembros no posean el derecho al sufragio
segn la ley electoral vigente, es conocido que los mandos y ociales han decantado sus posiciones
ideolgicas y polticas hacia el conservadurismo, hacia la defensa del orden establecido contra todos
los que quieran transformarlo, llmense republicanos, socialistas o nacionalistas.9
En la parte inferior de la pirmide social tendramos a los trabajadores, llammosles urbanos,
en los que poco a poco se van abriendo paso nuevas ideologas (republicanismo, socialismo), pero a
los que su subordinacin econmica con respecto a los grupos sociales superiores les impide todava
plasmarlo en el mbito poltico. Finalmente, hay que hablar del numeroso grupo de jornaleros del
campo, de unas dos mil doscientas personas aproximadamente, cuyas precarias condiciones de vida y
trabajo han sido reiteradamente estudiadas10 y que, por su posicin en las actividades de produccin,
son los ms dependientes de los grandes propietarios.

9
De Luis Martn, F. (2009): La crisis nal de la monarqua liberal (1917-1923), en Paredes, J. (dir.): Historia de
Espaa Contempornea. Barcelona, Sello Editorial, p. 631.
10
Baumeister, M. (1996): Campesinos sin tierra. Supervivencia y resistencia en Extremadura (1880-1923). Madrid,
Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentacin.

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FERMN REY VELASCO

Paro obrero y pobreza.

Una manifestacin de la situacin de estos trabajadores agrcolas es el paro estacional y en-


dmico, que tambin hace acto de presencia en el invierno de 1917: durante la maana de ayer se
aglomeraron en la plaza de la Constitucin una multitud de obreros sin trabajo que deseaban se les
diera ocupacin por cuenta del Ayuntamiento. La crisis obrera que existe en Badajoz, adquiere en
s alguna intensidad, mucho ms, porque debido a los rigores del tiempo, los obreros agrcolas no
pueden dedicarse a sus faenas11. Segn los clculos extrados de la prensa podran llegar a ocho-
cientos los desempleados hasta marzo en que empieza a remitir el problema. Pero lo sorprendente no
es la presencia de ese paro crnico, sino que se produce con reiteracin sin que las autoridades sean
capaces de prevenirlo con remedios ecaces.
Por parte de la Alcalda se emprendan obras pblicas, consistentes en la mejora de calles y
caminos, y en amontonar piedras en determinados sitios, pudiendo tambin machacarlas,12 en las
cuales se daba trabajo a los obreros por un jornal de seis reales diarios, cual si fuera un socorro o li-
mosna deca la prensa, pero el presupuesto para ello, cuando exista, se esfumaba rpidamente, como
sucedi ese ao, pues la situacin monetaria porque atraviesa la Corporacin municipal, no es para
nadie un secreto que desgraciadamente no puede ser ms precaria, registrndose hoy el hecho de
no haber ni un cntimo.13 Sin embargo, no faltan voces crticas sobre el reparto de los fondos muni-
cipales, que apuntan a las prioridades de las autoridades: nosotros protestamos de que se consume el
acuerdo de dar subvencin para una corrida de toros en las actuales circunstancias, cuando en las
arcas municipales no hay un cntimo, cuando es necesario abonar con retraso las mensualidades de
los empleados del Ayuntamiento, cuando recordamos an los estragos de la ltima crisis obrera. Ya
saben los obreros, la clase necesitada, lo que hacen sus representantes mirando al porvenir, presu-
puestar pesetas que no hay para una corrida de toros14
Consumidos los fondos municipales, se solicitaba de los propietarios que acogieran a los traba-
jadores en sus ncas, aspecto este que, adems de controvertido, era inviable por la reticencia de los
patronos. Finalmente, se recurra a la generosidad de los mayores contribuyentes para que, de buena
fe, donaran el 2% de los impuestos que satisfacan, pero lo recaudado no llegaba ni siquiera a la mitad
de lo previsto.
Sobre este problema, no queremos dejar de insertar una cita, aunque corresponda al ao ante-
rior, con la repuesta del Gobernador Civil a los trabajadores, que muestra su escaso inters por resol-
ver la cuestin obrera: una comisin de obreros visit a la primera autoridad gubernativa, para
rogarle gestionase la baja de los artculos de primera necesidad, pues esto, unido a la escasez de
trabajo hacen la vida cada vez ms imposible, y entonces el Sr. de Llanos, con una calma inaudita,
como quien pronuncia una frase lapidaria contest: En mi pueblo, cuando los obreros no encuen-
tran trabajo, se marchan a otro sitio.15
Sin censo de parados, el empleo de trabajadores por el Ayuntamiento estaba sujeto a los inte-
reses polticos; es decir, representa otra forma ms de clientelismo, y en el ao que venimos rela-
tando, donde llegan al cargo hasta tres alcaldes y hay unas elecciones municipales de por medio, las
acusaciones sobre el uso de esta treta son constantes. As, dos das antes de las elecciones han sido
apuntados para los trabajos, segn hemos odo, cuatrocientos veintitantos hombres, de los cuales
cuatrocientos no han hecho ms que presentarse para que los apunten. Al entrar en mquinas el
peridico se nos da la noticia de que al pasar lista hoy a los obreros, se ha prevenido que maana, a
las ocho, se presenten en el corraln del seor Albarrn.16

11
Correo de la Maana, 6-2-1917.
12
La Regin Extremea, 13-2-1917.
13
Correo de la Maana, 6-2-1917.
14
Correo de la Maana, 1-8-1917.
15
Extremadura, 13-2-1916.
16
La Regin Extremea, 9-11-1917.

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1017, EL AO DE LA CRISIS, EN BADAJOZ

Por tanto, la pobreza se extenda por una parte importante de la poblacin, lo cual se pone en
evidencia incluso con las actuaciones de las autoridades. En el verano, el Gobernador civil informaba
que dentro de unos das reunir la Junta de Proteccin a la infancia y Represin de la mendicidad,
pues tiene el empeo decidido de llevar a efecto una campaa activa sobre la mendicidad. Para ello
el seor Creus ha dado instrucciones a la Alcalda presidencial, con objeto de que se empiece a hacer
una recogida de mendigos. Lamentase el seor Creus de la plaga de vagabundos que en su mayora no
son hijos de la capital, y que nicamente vienen a hacer ms difcil la vida a los de aqu y a empeorar
el problema.17
Como conclusin podemos decir que, a pesar de estar ante una sociedad ms diversicada que
la del medio rural, donde la polarizacin entre oligarqua agraria y jornaleros es ms acusada,18 en Ba-
dajoz todava el patronazgo del grupo de grandes propietarios es abrumador, pues, a las condiciones
econmicas descritas, debemos aadir que casi la mitad de la poblacin no sabe leer ni escribir, segn
los datos del censo de 1920, y, por ello, la suponemos ms fcilmente manejable.

La inuencia de los episodios internacionales

En 1917 el impacto en la ciudad de las revoluciones rusas es todava imperceptible. Si bien es


cierto que los peridicos se hacen eco de la evolucin de los acontecimientos desde febrero, con no-
ticias de la primera oleada revolucionaria, la abdicacin del zar Nicols II y la sucesin de gobiernos
de corte liberal, su principal preocupacin fue siempre la actitud de los nuevos gobernantes ante la
guerra. No se divis con toda nitidez el profundo cambio que supuso el triunfo de los bolcheviques
(nombrados en la prensa como lenilistas y bolchevikistas) en octubre. Probablemente, la lejana y el
desconocimiento real de la situacin en Rusia, as como las fechas en las que se produce la revolucin
comunista, hacen que todava no deje la huella en las clases altas, ni en las organizaciones obreras que
se observa en aos posteriores, con la radicalizacin de posturas de unas y otras.
Ms determinante fue la I Guerra Mundial. En un primer aspecto, y rerindonos al conjunto
del pas, la guerra civil de palabras19 entre los que apoyan a cada uno de los bandos contendientes,
aliadlos y germanlos, tiene su reejo tambin en la sociedad pacense. El motivo es la nota de
Alemania y Austria en la que se informaba al Gobierno espaol que, a partir del 1 de febrero, seran
bloqueadas Inglaterra, Francia y el Mediterrneo Oriental y declaraba zonas prohibidas para el trasie-
go de barcos las aguas que baan esos pases.20
Ya desde los primeros momentos se observ la gravedad que para nuestra economa tendra la
medida, adems de exasperar los nimos y las discusiones entre los partidarios de una u otra alianza
blica, pues no se necesita ser muy lince para adivinar que las consecuencias de la nota alemana van
a ser desastrosas para nuestra economa social. El problema de las subsistencias llegar a lmites
muy graves, las huelgas aumentarn en extensin y potencialidad, se paralizarn las industrias.21
Una derivacin de la situacin creada por el bloqueo fue la formacin de la Junta de seccin de
la Liga antigermanla espaola en la que adems de los republicanos, ya que estaba presidida por
Narciso Vzquez Lemus, haba reformistas y socialistas, con sus respectivos rganos de prensa.22 Con
ello, se pona de relieve la defensa de los partidos antidinsticos, la clase media y el proletariado, de

17
Correo de la Maana, 27-7-1917.
18
Snchez Marroyo, F. (2001): Extremadura. En Valera Ortega, J. (dir.): El poder de la inuencia: geografa del
caciquismo en Espaa (1875-1923). Madrid, Marcial Pons. p. 326.
19
De Luis Martn, F., op. cit., p. 630.
20
Correo de la Maana, 1-2-1917.
21
Correo de la Maana, 2-2-1917.
22
La Regin Extremea, 28-4-1917.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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FERMN REY VELASCO

las posiciones de los pases democrticos (Francia, Inglaterra), mientras las derechas se inclinaban
hacia el autoritarismo germnico.23
Donde mayor incidencia tuvo la guerra fue sobre la economa y la sociedad, pues vino a agra-
var la deciente estructura productiva de Extremadura. En la agricultura, favoreci un aumento de
la produccin, estimulada por la reduccin de las importaciones y el consiguiente encarecimiento de
los precios, pero no se realiz sobre la base de la modernizacin de las explotaciones, sino sobre la
extensin de la supercie cultivada.24
La industria regional tambin se vio favorecida por la coyuntura que se present para las re-
giones interiores espaolas cuando, con el estallido de las hostilidades, los productores catalanes y
vascos orientaron la produccin hacia los pases europeos en conicto y, fruto de ello, dejaron du-
rante algn tiempo prcticamente desabastecido el mercado interno.25 Sin embargo, fue ms bien un
espejismo, pues la oportunidad no fue aprovechada para mejorar la dotacin industrial de la regin.
Los principales beneciados por la situacin creada durante el perodo blico fueron los gran-
des propietarios y tambin, lgicamente, los comerciantes y transportistas, tanto por el incremento
de los precios de los productos agrcolas regionales, esencialmente los cereales, como por la subida
generalizada en todos los bienes.
La inacin no supuso, a la par, una elevacin de los salarios de los trabajadores, en especial en
las zonas agrcolas, como ponen de maniesto las estadsticas a nivel nacional,26 por lo cual la caresta
complic an ms las condiciones de vida de las clases populares.
A lo largo del ao, sobre todo en su segunda mitad, aparecen en la prensa las noticias sobre el
alza de los precios de los productos bsicos, los ms consumidos por los pobres, cerca de un 50%
desde el inicio de la contienda: los artculos de primera necesidad alcanzan hoy precios altsimos.
El pan est caro y la carne ms cara aun; el tocino se vende a doble precio que antes de comenzar la
guerra; con el chorizo y la morcilla sucede lo propio; el bacalao slo est ya al alcance de la gente
rica; ha subido el precio del arroz, el del aceite, el de las judas, el del azcar27
Pero el aumento de precios no slo es atribuible a la guerra, a las dicultades para la impor-
tacin y a un descenso de la cosecha que se vio afectada por las excesivas lluvias y por la plaga de
langosta. Es ms responsable la estructura del mercado y la maquinacin de los que lo controlan,
como reconoce el propio Gobernador civil de la provincia, la codicia de los acaparadores, que trata-
rn de aprovechar para sus medros excesivos el menor rendimiento de la cosecha de este ao,28 los
revendedores y el comercio fraudulento de productos con el extranjero, va Portugal. Las referencias
a la especulacin y al contrabando son una constante, sin que el gobierno fuera capaz, o al menos
pretendiera, controlarlos.
A todo ello hay que sumar las dicultades en unos transportes que no dan abasto para las ne-
cesidades de la poblacin por su utilizacin primordial en el aprovisionamiento de los pases belige-
rantes, los continuos conictos en los ferrocarriles y las decientes condiciones de la red viaria en las
regiones del interior y particularmente en Extremadura. Finalmente, el crecimiento de las exportacio-
nes hace disminuir la oferta de determinados productos en el mercado interior con su consiguiente
encarecimiento.

23
Lacomba Abelln, J. A. (1968), art. cit., p. 126.
24
Garca Delgado, J. L. (1981): La economa espaola entre 1900 y 1923. En Tun de Lara, M. (dir.): Revolucin
Burguesa, Oligarqua y Constitucionalismo (1834-1923). Historia de Espaa, Barcelona, Editorial Labor.
25
Garca Prez, J. (2004): La industria extremea en el siglo XX: del avance moderado a la crisis y el distanciamiento
de las pautas nacionales. Revista de Estudios Extremeos, T. LX, n. 2, p. 823.
26
Garca Delgado, J. L., op. cit., p. 448.
27
La Regin Extremea, 19-3-1917.
28
La Regin Extremea, 25-8-1917.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 189


1017, EL AO DE LA CRISIS, EN BADAJOZ

Al excesivo coste de las mercancas hay que unir la escasez, que afecta tanto a los consumidores
como a las pocas industrias existentes. Es el caso del carbn, cuya inexistencia al nal del verano
amenazaba con dejar sin electricidad a la ciudad; lo mismo ocurre con la negativa de Portugal a
vender madera, en respuesta a la prohibicin de exportacin de carbn por parte de Espaa, que hizo
sentir sus efectos sobre las fbricas de aserrar y todas las industrias de carpintera amenaza con
quedar paradas las obras de edicacin y la minera.29 Tambin hubo desabastecimiento de sal,
empleada en la conservacin de alimentos, y de gasolina.
Las medidas de las autoridades ante la inacin y la caresta fueron inecaces. En todas sus
actuaciones se observa, por una parte, lentitud en la toma de decisiones y, por otra, la contradiccin
de congeniar los intereses contrapuestos de los consumidores, los comerciantes y los productores. En
la mayora de las ocasiones, a pesar de sus bienintencionados propsitos iniciales, ser a estos dos
grupos a los que benecien, por accin o por omisin, en perjuicio de las capas ms desfavorecidas
de la poblacin.30
Las dos leyes y las otras muchas normas de menor rango aprobadas por el Gobierno tenan la
nalidad de controlar las exportaciones e importaciones y prevean la formacin de Juntas de Sub-
sistencias a nivel estatal, provincial y local, encargadas de mejorar las condiciones de los mercados.
La Junta Central31 acord la incautacin de trigo, en realidad prohibicin de exportacin, en toda la
provincia de Badajoz en enero por el elevado precio del pan.32 Por su parte, el Ayuntamiento, avalado
por particulares, solicit prstamos para la adquisicin de carbn y de trigo a nales del ao.
En el segundo semestre, inicia la Junta provincial los trmites para el establecimiento de la
tasa de los productos de primera necesidad, que nalmente se aprueba el 2 de noviembre para los hue-
vos, alubias, pescado de ro, arroz, azcar y aceite. Sin embargo, la informacin indica, adems, que
no se ha podido llegar a la tasa del bacalao, pescado de mar, jabones y carnes porque el Gobernador
Civil considera que su encarecimiento, entre otras causas, obedece a la falta de medios de transporte,
a la exportacin, los derechos arancelarios y el acaparamiento. El contrasentido de la medida es que
la tasa es superior al precio al que ya se vendan los productos y por ello el redactor naliza con un
lacnico ya termin su labor la Junta provincial de subsistencias y ahora que el pueblo muera de
hambre con la tasa.33
Martn Baumeister seala sobre el tema que los productores de cereales, a la cabeza de ellos
el presidente de la Cmara agraria de Badajoz, comienzan una campaa permanente en la prensa
contra los precios mximos y contra la prohibicin de exportacin del trigo. Por otro lado, no faltan
informaciones sobre el no cumplimiento de las normas legales Los productores de cereales falsi-
can, a pesar de las fuertes penalizaciones, las declaraciones sobre las cosechas y las existencias que
el Estado exige a los labradores, con las que la administracin intenta manejar las reservas locales
y el campo de maniobra de la exportacin.34 Sera, pues, la presin de los propietarios la que hiciera
inviable cualquier medida administrativa para mejorar la situacin.

29
Correo de la Maana, 30-6-1917.
30
Ramos, M. D. (1983): Crisis de subsistencias y conictividad social en Mlaga: los sucesos de enero de 1918.
Batica: Estudios de Arte, Geografa e Historia, n. 6, p. 447.
31
De dicha junta formaba parte el diputado por la circunscripcin de Badajoz Francisco Marn y Bertrn de Lis, marqus
de la Frontera, y otras personalidades. Como recoge Mara Dolores Ramos (p. 447) de la prensa de la poca, muchas
de ellas interesadas en que los precios no bajen.
32
La Regin Extremea, 24-1-1917.
33
Correo de la Maana, 3-11-1917.
34
Op. cit, p. 286.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


190
FERMN REY VELASCO

Motn de subsistencias.

Lgicamente, los problemas econmicos provocan el aumento de la conictividad social.


Aparte de las disputas entre propietarios, fabricantes de harinas y panaderos, acusndose mutuamente
de la responsabilidad de la subida en el pan, los movimientos con mayor eco son protagonizados por
los grupos sociales ms desfavorecidos.
Ya en octubre y en noviembre de 1916 se haban producido manifestaciones en favor del aba-
ratamiento de las subsistencias y de la solucin al paro obrero, y el 18 de diciembre tiene lugar una
huelga convocada a nivel nacional por la Unin General de Trabajadores y la Confederacin Nacional
del Trabajo. El xito de la misma es reconocido por la prensa conservadora, pues todos los comercios,
hasta los cafs y tabernas, cerrados, la ausencia de pregones callejeros, el silencio de las calles soli-
tarias, daba a la ciudad un aspecto de abandono y desolacin slo comparable con las desenterradas
ruinas de Pompeya. La manifestacin sorda de protesta contra el estado actual de cosas, fue ayer
unnime en Badajoz.35
Estas acciones culminan en enero de 1917 con un motn, en el que se observan todava algu-
nas caractersticas de los movimientos sociales tradicionales, junto a otros rasgos ms acordes con
la contemporaneidad. Aunque las razones de la revuelta son las mismas que en las manifestaciones
de meses anteriores, la inacin y el paro obrero, el objetivo concreto en este caso es el denostado
impuesto de consumos, que deben pagar las mercancas en las entradas a la ciudad y que contribuye
al incremento de su precio. El detonante de los acontecimientos es el problema que tiene el Ayunta-
miento con el administrador de consumos, que se niega a pagar la anza para hacerse cargo de la ges-
tin, tras haber obtenido su adjudicacin. Entonces, el concejal republicano Ramn Durn, formula
a la Corporacin la propuesta de hacer esa labor sin obtener benecio alguno, eliminando la tasa de
determinados productos. Pero la iniciativa fue rechazada por los concejales conservadores que, segn
Durn, slo desean favorecer al seor Abad el empresario adjudicatario, utilizando la mayora
compacta de este Ayuntamiento, compuesta de polticos que se limitan a obedecer las rdenes del
cacique, deseosa de favorecer a sus paniaguados.36
Al da siguiente, informa Correo de la Maana, la situacin provocara una primera manifes-
tacin que hubo de ser recibida por el Gobernador civil, Llano y Valds, que posteriormente fue a la
casa del alcalde, Rodrguez Machn, para llevarlo al Ayuntamiento y dialogar con l y que, nalmen-
te, se traslad al Crculo conservador para hablar, sin que fuera posible, con su lder en el municipio,
Martnez de la Riva, y convencerle para que cambiara de postura. Igual que sucedi en los motines de
1898, era una marcha espontnea en la que el protagonismo fue de las mujeres.
El rasgo novedoso es que la protesta trat de ser encauzada por la Federacin local de socie-
dades obreras mediante la convocatoria de una segunda manifestacin para el once de enero, ms
numerosa que la anterior. Tras su nalizacin, Narciso Vzquez Torres, entonces presidente de la
Agrupacin socialista pacense y de las organizaciones de trabajadores ugetistas, hace entrega de un
escrito al alcalde con las reivindicaciones y ruega a la muchedumbre que se disuelva de forma pac-
ca. Pero los manifestantes no hicieron caso y se dirigieron hacia las puertas de la ciudad para prohibir
que se siguiera cobrando el impuesto, apedrearon el elato y permitieron la entrada libre de los carros
con las mercancas. Ello provoc la intervencin de la Guardia civil, que realiz tres detenciones.37
Las opiniones recogidas de los medios conservadores muestran hasta qu punto la situacin
era conictiva. Nuevo Diario de Badajoz hace culpable al Alcalde, nombrado por el Gobierno central
(presidido entonces por el conde de Romanones, del Partido Liberal), de no cumplir la ley con el

35
Correo de la Maana, 19-12-1916.
36
Correo de la Maana, 4-1-1917.
37
La Regin Extremea, 12-1-1917.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 191


1017, EL AO DE LA CRISIS, EN BADAJOZ

administrador de consumos y de los primeros incidentes, y posteriormente carga contra la inuencia


de las sociedades obreras, tanto por la convocatoria del mitin como por los sucesos acaecidos en la
marcha posterior, advirtiendo de la gravedad de sus consecuencias con una alusin a hechos ocurri-
dos a principios de siglo: recuerden los alborotadores de ayer lo ocurrido en este pueblo cuando La
Germinal y srvale aquello de ejemplo para recticar su conducta; en aquella luctuosa jornada hubo
muertos y heridos y varias docenas de trabajadores fueron a presidio donde purgaron hechos delic-
tivos que cometieron por induccin.38
La cuestin de los consumos volvi a resurgir a nales del ao, con el debate del proyecto de
presupuesto municipal, una atribucin de la Junta de asociados (reunin de concejales y representan-
tes de los distintos gremios de la ciudad). Tras intensas discusiones, la votacin dio como resultado
un empate que fue roto por el voto de calidad del alcalde conservador Jos Clavel a favor del mante-
nimiento del impuesto.39

La triple crisis nacional y su reejo en Badajoz.

Si la inuencia de la guerra mundial en los aspectos econmicos y sociales sirve para exasperar
los nimos y el descontento de la poblacin, tambin tiene su incidencia en el devenir poltico. La
crisis del sistema de la Restauracin a partir de 1917 podemos enmarcarla, teniendo en cuenta las
peculiaridades propias de nuestro pas, en la crisis de los sistemas liberales del mundo occidental.
Se produjeron entonces, como hemos mencionado anteriormente, tres crisis interrelacionadas,
que son resueltas mal que bien por el sistema y que denotan la incapacidad del rgimen poltico para
integrar los nuevos movimientos polticos y sociales, entindase a las clases medias, los regionalis-
mos perifricos y los partidos y organizaciones obreras, dentro del sistema, y su cerrazn a cualquier
tipo de reforma que haga peligrar la hegemona de la oligarqua en el poder.

La cuestin militar.

La presencia de un notable nmero de militares en Badajoz propicia que tenga eco la formacin
de juntas de defensa, si bien desconocemos su verdadero alcance. Slo sabemos que fueron detenidos
en el Fuerte de San Cristbal un jefe y tres ociales del arma de infantera y liberados pocos das
despus.40 La prensa no daba crdito a la noticia porque nos extraaba que en Badajoz, donde la o-
cialidad, gran parte de ella hijos de la ciudad, y toda muy querida y respetada por su gran prestigio,
de todos los extremeos, se hubieran desarrollado sucesos de esta ndole.41
El problema fue ms importante a nivel nacional, pues con l resurge el pretorianismo, es decir,
la intromisin del ejrcito en la vida poltica, que tendr su plasmacin en los sucesivos cambios de
gobierno, ahondando en la crisis del sistema.
Al comps de este problema se forma tambin en la ciudad la Junta de defensa de los empleados
de la Delegacin de Hacienda, dependiente de la Junta Central constituida en Madrid, cuyo principal
propsito es la mejora de sus condiciones laborales, del escalafn de empleados y del rgimen interior
de las ocinas.42 Con cierto mimetismo con respecto a las de los militares, representan, como arma

38
Nuevo Diario de Badajoz, 13-1-1917.
39
La Regin Extremea, 20-12-1917.
40
Lacomba Abelln, J. A. (1965): La crisis militar de 1917: Maura y las Juntas de defensa. Saitabi, Revista de la
Facultad de Geografa e Historia, 15, p. 79.
41
Correo de la Maana, 1-6-1917.
42
La Regin Extremea, 18-6-1917.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


192
FERMN REY VELASCO

Tun de Lara, la protesta de las clases medias a la situacin econmica y social creada por el dete-
rioro de sus condiciones de vida provocado por la guerra mundial.43

La crisis poltica.

El segundo proceso que pone en cuestin el sistema est representado por la Asamblea de Par-
lamentarios que permanecer activa desde julio hasta que la Lliga Regionalista decida entrar en el
gobierno de concentracin nacional de Garca Prieto a nales de octubre. En un contexto general, este
proceso es un sntoma ms de la descomposicin del sistema liberal y de los deseos de los represen-
tantes de los grupos sociales emergentes de democratizarlo. La Asamblea fue convocada por los re-
gionalistas catalanes y acudieron miembros del Partido Reformista (Melquades lvarez), republica-
nos y el socialista Pablo Iglesias, con la pretensin de regenerar la vida poltica solicitando elecciones
para unas Cortes Constituyentes. A la reunin de Barcelona en el mes de julio los nicos diputados
extremeos que acuden son de la provincia de Badajoz (Mario Baselga y Carlos Pacheco, liberales, y
Juan Ua, reformista), y tienen un papel testimonial en el desarrollo de los acontecimientos.
Por otro lado, la crisis poltica, que como dijimos estaba provocada principalmente por el inter-
vencionismo de los militares, se plasm en la sucesin de cuatro gobiernos a lo largo del ao: Roma-
nones, Garca Prieto, Dato y, de nuevo, Garca Prieto. Ello tuvo consecuencias en la administracin
provincial y local, pues signic el nombramiento de cuatro gobernadores civiles y de tres alcaldes
en Badajoz, que por entonces eran designados por el poder central hasta que se permiti su eleccin
por los concejales a nales de 1917.
Para el municipio comport, en los primeros nueve meses del ao, que la mayora de los con-
cejales fueran de un signo poltico y el alcalde de otro, haciendo la toma de decisiones complicada.
Como sealaba La Regin Extremea, siempre que hay un alcalde liberal cuando los presupuestos
se confeccionan, los conservadores contando con que suelen tener mayora en la Junta municipal,
consignan, para los gastos, cantidades insucientes; y, como es natural, el alcalde pasa mil apuros,
sobre todo en el caso de que surjan crisis obreras, cual ha sucedido en el corriente ao.44 Igualmen-
te, con tanto cambio, se impeda una mnima planicacin y que las medidas adoptadas tuvieran su
tiempo de ejecucin adecuado y, por si fuera poco, la designacin de nuevo alcalde pona en marcha
el mecanismo de las cesantas, que dejaba en la calle a los funcionarios que venan trabajando con el
anterior regidor, entre ellos los guardias municipales o los bomberos, y los sustitua por amigos del
nuevo mandatario.
Por lo que respecta a la evolucin poltica, desde nales del siglo XIX, la vida pblica provin-
cial y local haba estado dominada por dos familias, una en el campo conservador y otra en el campo
liberal, representantes ambas de la oligarqua agraria. Sus principales lderes eran Manuel Mara
Albarrn en el Partido Conservador y Casimiro Lopo en el Liberal.45 Ambos, veteranos ya en 1917,
tuvieron como colofn a su carrera el nombramiento de senadores vitalicios por estos aos; Casimiro
en el mismo 1917 y Manuel Mara en 1921.
En realidad, ms que partidos polticos nos encontramos con lderes adscritos a un partido, que
disponan de su propia clientela: albarranista signica compenetracin absoluta a las determinacio-
nes, cualquiera que ellas sean, del jefe que a la poltica nos trajo, y dentro de la poltica, al partido
conservador; albarranistas, que supone incondicionalidad, acatamiento, cario, abnegacin y entu-
siasmo por un hombre, por don Manuel Mara Albarrn ; los albarranistas creados por la gratitud,

43
Tun de Lara, M. (1972): El movimiento obrero en la Historia de Espaa. Madrid, Taurus, p. 104.
44
La Regin Extremea, 20-6-1917.
45
Para conocer los entresijos de estos clanes caciquiles y del funcionamiento del sistema poltico desde una ptica
regional es muy recomendable el artculo citado de Snchez Marroyo, F. (2001): pp. 345-348.

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1017, EL AO DE LA CRISIS, EN BADAJOZ

sostenidos por la prodigalidad y acariciados por el afecto paternal de nuestro jefe, podemos tener,
sin que nos importe, cualquier denominacin poltica.46 Esta situacin es caracterstica de los partidos
dinsticos a lo largo de la Restauracin: sin una organizacin slida, se estructuran en torno a notables
locales que, en muchas ocasiones, actuaban sin tener en cuenta el mandato de la cpula nacional.47
De cualquier manera, albarranes y lopos ejercan un poder caciquil repartindose los cargos
representativos eleccin tras eleccin, sin que hubiera posibilidad de que otros partidos rompieran su
hegemona en el Ayuntamiento, la Diputacin o en los comicios generales de diputados al Congreso.
Este dominio absoluto del poder, turnndose entre ambos, no signica que faltara representa-
cin en el Ayuntamiento, aunque de manera testimonial, de los partidos antidinsticos. Digamos que
la presencia de estos grupos daba una apariencia democrtica al rgimen.
En el ao que nos entretiene, la derecha catlica,48 prxima al tradicionalismo carlista detentaba
dos concejalas, pero segn la prensa contraria, los titulados regionalistas no son, realmente, ms que
ayalistas; pero a ellos les satisface el gurar con aquella denominacin y al seor Albarrn le tiene
sin cuidado el que se llamen de una o de otra manera, porque sabe que cuenta con ellos para cuando
le convenga.49 Eran, pues, como una muleta para fortalecer la hegemona caciquil en la ciudad.
Por la izquierda, los republicanos tenan otros dos concejales. Liderados por Narciso Vzquez
Lemus e Isidoro Osorio, este ltimo, ya en el nal de su vida pues fallece en 1918, no era visto por
las derechas como un peligro debido a que su republicanismo era templado y tolerante, permitindole
convivir en inteligencias polticas con los monrquicos demcratas unas veces y otras con los mo-
nrquicos liberales.50 Desde principios de siglo tenan representacin en el Ayuntamiento, llegando
incluso a los 11 concejales en 1906, pero en este caso a raz a una coalicin con los liberales, que
repetiran en 1915 con los denominados pachequistas, de los que hablaremos ms adelante.
Dentro de este orden poltico casi inalterable, la situacin en esencia no cambi ni con la divi-
sin en corrientes de los conservadores y los liberales. En el primero de los partidos, la irrupcin en
la circunscripcin de Badajoz en 1913 del marqus de la Frontera (Francisco Marn Bertrn de Lis),51
que disputara el liderazgo a Manuel Mara Albarrn, produjo una divergencia durante aos. Cada
uno tena su propio rgano de prensa, Correo de la Maana y Nuevo Diario de Badajoz, respectiva-
mente, desde los cuales se lanzaban mutuas acusaciones sobre la responsabilidad de la ruptura. Pero
en realidad se trataba de una pugna por el poder ms personal que ideolgica. El pleito conservador
provoc la intervencin del lder nacional Eduardo Dato, nombrando al exministro Burgos Mazo
rbitro de la situacin, para reorganizar el partido y que el enfrentamiento no fuera a mayores. Pero,
incapaz de ponerlos de acuerdo, la decisin nal de Dato fue apoyar a Albarrn con el nombramiento
como alcalde de uno de sus allegados, Manuel Gimnez, a principios de septiembre. El marqus de la
Frontera arremeti duramente contra Dato y el ministro de Gobernacin Snchez Guerra en la prensa
madrilea, porque consideraba que con esa designacin haba comenzado la labor del encasillado
para las prximas elecciones generales a favor de la otra faccin, dejndolo fuera de la circunscrip-

46
Nuevo Diario de Badajoz, 20-6-1917.
47
Para un conocimiento ms en profundidad a nivel nacional, vase Martorel, M.; Del Rey, F. (2006): El parlamentarismo
liberal y sus impugnadores. Ayer, 63, pp. 23-52.
48
Segn La Regin Extremea (18-10-1910), Eduardo Ayala recluta personas para un mitin carlista celebrado en
Mrida en contra de la poltica anticlerical de Canalejas, y acude a l con 40 de sus empleados. La denominacin
regionalista la debemos poner en relacin al pensamiento de Vzquez de Mella. En otras informaciones se les llama
jaimistas, por el pretendiente carlista Jaime de Borbn. De cualquier manera, no tenemos claro an en qu corriente
del tradicionalismo incluir a este grupo, si en el carlismo o en el integrismo.
49
La Regin Extremea, 14-11-1917.
50
Lpez Casimiro, F. (2003): El Liceo de Artesanos, un espacio de la menestrala badajocense. Revista de Estudios
Extremeos, Tomo LIX, 899-910.
51
Snchez Marroyo, F. (2001): p. 342.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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FERMN REY VELASCO

cin de Badajoz.52 Finalmente, se pas al grupo maurista dentro del conservadurismo y en 1918 se
present en una candidatura de coalicin monrquica con los lopistas.
En el campo liberal la lucha se dirima entre lopistas (seguidores a nivel estatal de Garca Prie-
to), autodenominados demcratas, y los pachequistas. Estos ltimos, partidarios del conde de Roma-
nones, deban su nombre a Carlos Pacheco y Lerdo de Tejada, rico propietario agrario que procedente
de Mrida haba irrumpido en la circunscripcin pacense quitando el escao en 1916 a Jess Lopo.
El resultado de la fragmentacin en los partidos del turno fue una lucha enconada en los proce-
sos electorales y la formacin de alianzas antinaturales. Para las elecciones a diputados provinciales,
celebradas en el mes de marzo, se presentaron coaligados los liberales pachequistas, los conservado-
res fronteristas y los republicanos, y en los comicios municipales de noviembre, a los grupos mencio-
nados se une el Partido Socialista Obrero Espaol y el Reformista. En la participacin de republica-
nos y socialistas en estas alianzas encontramos una motivacin tctica, pues era la nica forma para
ellos de obtener representacin, y lo justicaban en que deban ir contra el enemigo comn (coalicin
contra el caciquismo la llaman), que representaba el conservadurismo albarranista. La candidatura
anticacique consigui la victoria.
Sin embargo, la desavenencia entre las organizaciones monrquicas no otorg ninguna ventaja
a los partidos de izquierdas (republicanos, reformistas y socialistas) para incrementar su representa-
cin ni en la Diputacin ni en el Ayuntamiento, y mucho menos en el Congreso de Diputados, ms
bien al contrario, pues, a ms candidatos, mayores eran las maquinaciones para conseguir ms poder.
A n de cuentas, y a pesar del sufragio universal masculino, el sistema electoral estaba adul-
terado por el clientelismo y la corrupcin, con lo cual la decisin de los votantes siempre se vea
perturbada. Las acusaciones de fraude fueron una constante en los peridicos de la ciudad,53 siendo
los medios utilizados para el falseamiento de muy distinta naturaleza, como sucedi en las elecciones
locales de noviembre de 1917.
Todo comenz con la designacin para la Alcalda de un partidario del albarranismo, una de
cuyas primeras decisiones fue cambiar a una parte de los guardias municipales.54 stos, a decir de la
prensa opositora, se dedicaban a visitar establecimientos comerciales y artesanales aconsejando el
sentido del voto y a detener a los contrarios polticos. Por otro lado, la Corporacin municipal contra-
taba, como ya vimos, en los das anteriores a la eleccin, a un gran nmero de trabajadores para que
votaran a las candidaturas de su tendencia.55 Adems, hay acusaciones de la alteracin del censo me-
diante la desaparicin de opositores de las listas electorales o del empleo de grandes sumas de dinero
para la compra del voto, de gran ecacia en una poca de crisis como aquella.
Finalmente, otra artimaa era la utilizacin de los denominados alquilones;56 es decir, personas
que se contrataban para que votaran con nombres supuestos y en diferentes colegios electorales, in-
cluso disfrazndose, suplantando el sufragio de los ausentes o de los muertos.

52
Correo de la Maana, 20-10-1917.
53
Cada partido y cada tendencia tena su propio rgano de prensa. Conocemos la publicacin de al menos ocho peridicos
en la ciudad: La Regin Extremea (republicano dirigido por Isidoro Osorio), La Verdad Social (socialista), Correo
de la Maana (conservador fronterista); Noticiero Extremeo (diario catlico, ayalista); Nuevo Diario de Badajoz
(conservador albarranista), El Liberal Extremeo (demcrata lopista). La Coalicin, es tambin republicano, siendo
su director Antonio Arqueros, probablemente en esta fecha estaba cercano a las ideas del Partido Republicano
Radical de Alejandro Lerroux; haba, adems, un semanario de tinte conservador, aunque sin adscripcin aparente:
La Correspondencia Extremea. No disponemos de informacin de que los liberales pachequistas tuvieran un medio
de comunicacin en la ciudad.
54
Correo de la Maana, 4-9-1917.
55
La Regin Extremea, 5-11-1917.
56
Snchez Marroyo, F. (2001), art. cit., p. 339.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 195


1017, EL AO DE LA CRISIS, EN BADAJOZ

No obstante, en las elecciones locales mencionadas, los resultados supusieron una derrota de
los candidatos albarranistas, que slo obtuvieron nueve concejales de los veinte en juego, mientras
que de la denominada candidatura contra el caciquismo salieron elegidos once, quedando fuera el
republicano Isidoro Osorio. No obstante, no hubo cambios en el reparto de las mayoras en la Corpo-
racin, pues se renovaba slo la mitad de los concejales y los albarranistas siguieron detentando la
Alcalda.57

El regionalismo.

La Asamblea de parlamentarios estableci entre sus aspiraciones la necesidad de solucionar el


problema cataln dentro de la articulacin territorial del Estado, de acuerdo a las aspiraciones de la
Lliga Regionalista de Francesc Camb, uno de los impulsores de la reunin. En la efervescencia pol-
tica de estos aos, el regionalismo resurge en distintas zonas del pas y en Extremadura tiene tambin
una aparicin circunstancial en las ciudades de Badajoz y Cceres.58
Hay que tener presente que, desde el surgimiento de los nacionalismos perifricos en la ltima
parte del siglo XIX, se haban producido iniciativas que reivindican la mejora de las condiciones
de Extremadura y el reconocimiento de su personalidad, aunque con un carcter ms cultural que
propiamente poltico. En general, se trataba de propuestas aisladas, sin ms respaldo social que una
intelectualidad poco numerosa y dentro de los lmites del sistema de la Restauracin, es decir, dentro
del orden establecido. Quiz las iniciativas ms interesantes desde inicios del siglo fueron la creacin
de la Revista de Extremadura y las obras de Jos Lpez Prudencio, que adems fund el semanario
Extremadura en 1900, de corta existencia.
Pero sera a partir de 1917 y hasta 1919, como arma Snchez Marroyo, cuando el regionalismo
extremeo alcanz ms presencia pblica. Desde principios de ao se vena gestando la necesidad de
defender los intereses comunes de la regin, y en febrero tuvo lugar una reunin de parlamentarios
extremeos, con el objetivo de modicar artculos de la ley de plagas del campo y con el acuerdo de
constituir el grupo extremeo para ejercer una accin comn en todo lo que afecte a Extremadu-
ra.59 Con una nalidad similar aparecen en la prensa distintos escritos como los de Enrique Segura
y Jos Lpez Prudencio, que abogaban por crear o fortalecer el alma extremea.
La culminacin de estas actividades es la aparicin a nales de ao de distintas asociaciones:
Unin Regional Extremea en Badajoz, Jvenes Regionalistas y Amigos de la Regin en Cceres. Por
lo que respecta a la surgida en la capital pacense, su primera reunin tiene lugar en 21 de diciembre
convocada por Regino de Miguel y Ricardo Carapeto Zambrano y, segn la prensa, asisten repre-
sentantes de la propiedad, del comercio, mdicos, abogados y catedrticos, para estudiar, ante la
proximidad de las anunciadas reformas de carcter autonmico, la mejor manera de defender los
intereses de Extremadura, dentro de la siempre intangible unidad de Espaa.60 Entre los presentes
se nombra una comisin para que redacte las bases de actuacin y, nalmente, el 20 de enero de 1918

57
La Regin Extremea, 12-11-1917.
58
Entre los estudios sobre el regionalismo extremeo destacamos los siguientes: Snchez Marroyo, F. (1981):
Regionalismo y cuestin agraria. Norba. Revista de arte, geografa e historia, 2, pp. 281-292.; Garca Prez,
J. (1983): El fenmeno regionalista en Extremadura. Las dicultades de una autonoma. Revista de estudios
econmicos y empresariales, 3, pp. 23-46; Garca Prez, J. (1991): Entre la frustracin y la esperanza. Una historia
del movimiento regionalista en Extremadura (1830-1983). Mrida, Ayuntamiento de Mrida; Snchez Marroyo, F.
(2004): La crtica del centralismo liberal en los siglos XIX y XX. Los esfuerzos de movilizacin de las clases medias
a la bsqueda de una nueva reordenacin poltico-administrativa de Espaa. Anales de Historia Contempornea, 20,
pp. 123-140. Snchez Gonzlez, J. (1997): Jos Lpez Prudencio. Ideal e identidad de Extremadura. Mrida, Junta
de Extremadura.
59
Correo de la Maana, 4-2-1917.
60
Correo de la Maana, 23-12-1917.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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FERMN REY VELASCO

queda constituida con la eleccin de un directorio compuesto por personajes notables de la localidad:
Regino de Miguel, Eduardo Ayala, Evaristo Olleros, Salvador Nez, Jess Rincn, Luis Ramallo,
Ricardo Carapeto, Domingo Olgado y Genaro Pajuelo. Tambin se aprob constituir con urgencia un
importante fondo con el que sufragar sus nes y las primeras obras econmico-sociales.61
Los principios por los que se rega la asociacin, aprobados en enero de 1918, son los siguien-
tes:

Polticos. Aspira a la autonoma de los municipios y al reconocimiento de la personalidad jurdica de


la regin, entablando relaciones con las agrupaciones anes de Cceres, para llegar en su da a la
mancomunidad con la provincia hermana. Se opondr a que perduren las prcticas que vician la ad-
ministracin de los Ayuntamientos y de las Diputaciones provinciales, constituyndose en scal para
denunciar los actos de esas corporaciones que se aparten de la rectitud y no redunden en provecho
comn. La Monarqua es la mejor salvaguarda de los intereses supremos de la Patria y se opondr
a toda medida o reforma de ndole constitucional, que pugne con la Religin del Estado, que es la
Catlica.62
Bases econmicas: la mejora de los transportes y de las vas de comunicacin, creacin de un Banco
Agrcola, federacin de las Cajas Rurales y organizacin del crdito agrcola. Por ltimo, en cuanto
al comercio, se pide la revisin de los tratados internacionales, incluyendo el intercambio de produc-
tos con Portugal y el rgimen arancelario, procurando encontrar mercados a que puedan acudir con
ventaja los productos extremeo.63
Entre los objetivos sociales se propone la fundacin de escuelas gratuitas y de sindicatos agrcolas,
mixtos para obreros y patronos, para casos de vejez, enfermedad, etc.64

Los estudios realizados sobre esta asociacin sealan sus similitudes con las que aparecen en
Cceres, principalmente en dos aspectos: el ideario comn en el que se inspiran y en las reivindica-
ciones que plantean, y, en segundo lugar, en la extraccin social y poltica de los individuos que la
forman. Sin embargo, segn nuestro punto de vista, esas semejanzas no estn tan claras.
Hay, eso s, cierta coincidencia en que se trata de un regionalismo doliente, reivindicativo con
la mejora de la situacin de nuestra regin, que busca una salida al estado de marginacin/subdesarro-
llo en que se encontraba sumida, con cierta crtica al centralismo y al Gobierno de la nacin, que ha
discriminado a nuestra regin.65 Tambin aparece cierto deseo de regenerar la vida pblica, tratando
de conseguir una mejora en la gestin en las instituciones locales y provinciales, y el reconocimiento
de la entidad regional extremea mediante la creacin de la mancomunidad, que ya haba conseguido
Catalua en 1914.
No obstante, si en la primera reunin de la organizacin pacense hay una crtica al caciquismo
que ha prevalecido hasta ahora, posteriormente, en las bases denitivas, no aparece ninguna mencin
a este tema, ni tampoco al deseo de regionalizar la representacin poltica enfrentndose al encasilla-
do, como es patente en las sociedades cacereas.
Por su parte, aunque en ambas capitales se decantan por la no participacin en la vida poltica,
Unin Regional Extremea de Badajoz toma como referente un ideario ms conservador, al consi-
derar intocables las prerrogativas de la monarqua, en contra de las pretensiones de los partidos anti-
dinsticos, y la confesionalidad del Estado en favor de la religin catlica, en oposicin a la aconfe-

61
Correo de la Maana, 22-1-1918.
62
Correo de Cdiz, 22-2-1918.
63
El Debate, 23-1-1918.
64
La Accin, 23-1-1917.
65
Garca Prez, J. (1983): art. cit., p. 39.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 197


1017, EL AO DE LA CRISIS, EN BADAJOZ

sionalidad que preconizaba la Lliga de Camb. As, distintos peridicos nacionales de signo catlico
contraponen las asociaciones de ambas provincias: resulta, pues, que funcionan en Extremadura dos
organizaciones regionalistas aconfesionales o calcadas en el patrn de la Lliga: Amigos de la Regin
y Jvenes Regionalistas, y que contra esta tendencia se levanta la Unin Regional Extremea, la
cual no slo diere de la Lliga en este punto esencialsimo de la confesionalidad o carcter religioso
catlico del regionalismo, sino en tres puntos polticos de suma importancia.66
Por otro lado, observamos que las principales reivindicaciones econmicas de los regionalistas
pacenses tienen relacin con la mejora de la agricultura, ya sea en la comercializacin o en el crdito,
pero en ningn momento se pone en entredicho la estructura de la propiedad de la tierra, el latifun-
dismo o el absentismo, como cuestiones relevantes del atraso de nuestra economa, aspectos que s
aparecen en las asociaciones de la Alta Extremadura.
Finalmente, los objetivos sociales son un reejo ms del conservadurismo, prximo al pensa-
miento social catlico de la poca. Ese deseo de fundar organizaciones mixtas de patronos y obreros
para congeniar contradictorios intereses tiene la nalidad de alejar a los trabajadores de las asocia-
ciones de corte socialista entonces en expansin. La fundacin del Sindicato Regional Extremeo en
marzo de 1918 fue una de las pocas actividades de las que tenemos constancia que pusiera en marcha
la asociacin pacense. Fundado y regido por los mismos personajes de la Unin Regional Extremea,
tiene un sentido paternalista de las relaciones contractuales.67
Otro tema a dilucidar es la composicin social de sus miembros, que nos permita aclarar sus
posiciones polticas. Para Fernando Snchez Marroyo68 estaba integrada por individuos de las clases
medias de la ciudad (comerciantes, industriales, profesiones liberales, profesores). Sin embargo, tras
el rastreo por la prensa de la poca, y a falta de un anlisis ms exhaustivo, la cuestin no es tan sen-
cilla.
Sabemos que a varios de los componentes del directorio les unan relaciones de amistad y acti-
vidades conjuntas en la Real Sociedad Econmica del Pas, la Cmara Agraria y Ganadera o la Caja
de Ahorros de Badajoz. Cuatro, al menos, eran propietarios agrarios, adems de realizar otras labores
profesionales: Ricardo Carapeto, catedrtico del Instituto Provincial y Tcnico, Regino de Miguel,
mdico, Jess Rincn, historiador y publicista, y, nalmente, a Eduardo Ayala se le seala como pro-
pietario y fabricante de panadera, gestiona el alumbrado de la ciudad y edita Noticiero Extremeo,
diario catlico proclive a las posiciones regionalistas del tradicionalismo de Vzquez de Mella. De
los otros miembros, Evaristo Ollero era abogado, banquero y representante de la Compaa arrenda-
taria de tabacos en la provincia; Luis Ramallo era comerciante, propietario de Las Tres Campanas y
otros negocios, que contaba con 120 empleados y Domingo Olgado era propietario de la nica fbrica
de mosaicos y baldosines en Badajoz.
As pues, slo restaran Salvador Nez, catedrtico de Lgica y tica del Instituto Provin-
cial, del que no conocemos ms datos, y Genaro Pajuelo, el obrero de la junta directiva, que form
parte de la Sociedad de resistencia de carpinteros fundada en 191369 y que en 1925 es miembro del
Consejo Provincial de la Unin Patritica, el partido del dictador Primo de Rivera, junto a Ricardo
Carapeto.70
De todo ello deducimos que, aunque prcticamente ninguno haba tenido una signicacin
poltica destacada hasta entonces, la gran mayora de los fundadores de la asociacin71 pertenecen a

66
El Correo de Cdiz, 22-2-1918.
67
Correo de la Maana, 2-4-1918.
68
Snchez Marroyo, F. (2004): art. cit., p. 132.
69
La Regin Extremea, 16-12-1913.
70
Correo de la Maana, 8-9-1925.
71
Juan Garca Prez (1991) incluye a Marcial Gmez Castao, conservador albarranista y gran propietario de Olivenza,
como defensor del regionalismo en Badajoz; sin embargo, no hemos encontrado referencias a que formara parte

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


198
FERMN REY VELASCO

la clase alta de la ciudad, y de ah su conservadurismo poltico e ideolgico. Es ms, pensamos que


fue creada como respuesta a la entrada en el Gobierno de concentracin de Garca Prieto, a primeros
de noviembre, de dos ministros de la Lliga y ante la inminencia de los cambios que parecan vislum-
brarse en el horizonte poltico por presiones del catalanismo, como indica Snchez Marroyo.72 En
este sentido, se tiene la impresin de que estamos ante una ofensiva del bloque de poder, en el caso
extremeo de la burguesa agraria y los catlicos tradicionalistas, por temor a una ruptura del orden
poltico y religioso establecido. La presencia de Eduardo Ayala y de Jess Rincn, que se present a
las elecciones locales por los regionalistas, abunda en la idea de defensa del catolicismo.
En esta lnea, la decisin de crear sindicatos mixtos sera una respuesta de esos mismos grupos
para frenar el avance de la ola roja, que pretende anegarnos en el cieno de sus impdicas prcticas.73
De hecho, la mayora de ellos participar en la constitucin, ya en 1919, del Sindicato Catlico Agra-
rio, que se integra en la Confederacin Nacional Catlico Agraria.74
Ahondando un poco ms, resulta extraa la ausencia del adalid del extremeismo, Jos Lpez
Prudencio, entonces director de Correo de la Maana que, como sabemos, era rgano de difusin
del conservadurismo maurista del marqus de la Frontera, enfrentado con el albarranismo y con los
regionalistas. En los primeros momentos, Nuevo Diario de Badajoz expres ciertas reticencias y
crticas a la aparicin de la asociacin, probablemente porque vea en ella a un competidor poltico,
y hacia una parte de las personalidades asistentes: algunas de ellas muy conocidas y de no muy en-
vidiable conceptuacin por sus andanzas polticas.75 Sin embargo, pocos das despus, como bien
arma Francisca Rosique,76 se produce un acercamiento a la sociedad: Cabe dudar que el programa
establecido por la Unin Regional Extremea es el nuestro?77
Por tanto, ese supuesto interclasismo y ese no querer intervenir en la poltica, es ms bien un
velo que esconde sus verdaderos objetivos. De hecho, la prensa republicana, ataca duramente a la
organizacin: se ha constituido en Badajoz un partido poltico catlico, monrquico y plutocrtico
Por de pronto se observa una notable contradiccin entre el ttulo y las bases fundamentales. El ttulo
es una invocacin a la convivencia de los extremeos Pero las bases plantean una divisin irre-
ductible. A esa unin no pueden contribuir los protestantes, los librepensadores, ni an los catlicos
que entienden que no hay razn para hacer profesin de fe religiosa, para pertenecer a una sociedad
civil. Luego se entendern excluidos los no monrquicos o los que pretendan que la forma de gobier-
no no empece a las inteligencias societarias78
De todas maneras, como bien seala Snchez Marroyo, su vida fue efmera por las dicultades
de difusin ms all de grupos reducidos de ambientes urbanos, pues en el mundo rural el discurso
regionalista no penetr en las masas, que, luchando arduamente por sobrevivir en una coyuntura
econmica adversa, se mantenan ajenas a estas disquisiciones.79 Por ello, a nales de 1918, Correo
de la Maana se quejaba amargamente: vemos con disgusto que las generosas iniciativas de la
Unin Regional Extremea, en lo que al orden social y econmico se reeren, no encuentran en el

de la Unin Regional Extremea. Como bien seala el autor, public artculos en El Noticiero de Cceres sobre
regionalismo, que luego recopil en la obra El problema regional. p. 78.
72
Snchez Marroyo, F. (2004): art. cit., p. 132.
73
Nuevo Diario de Badajoz, 30-12-1917.
74
Correo de la Maana, 10-4-1919. El mismo medio seala que el 17 de marzo ofrece una conferencia en el Lpez de
Ayala el secretario nacional de los sindicatos catolicoagrarios, Daz del Corral, tras la cual se organiza en la Cmara
Agraria el sindicato en Badajoz, en el que estn como gestores Regino de Miguel, Eduardo Ayala y Ricardo Carapeto.
75
Nuevo Diario de Badajoz, 21-12-1917.
76
Rosique Navarro, F. (1986): Historia civil y procesos sociales (1900-1936). Terrn Albarrn, M. (dir.): Historia de
la Baja Extremadura, Badajoz, Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, T. 2, p. 1278.
77
Nuevo Diario de Badajoz, 24-12-1917
78
La Regin Extremea, 25-12-1917.
79
Snchez Marroyo, F. (2004), art. cit., p. 130.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 199


1017, EL AO DE LA CRISIS, EN BADAJOZ

elemento patronal aquel calor de adhesin y de cooperacin que deba esperarse del alto y transcen-
dental y urgente n a que tienden. Y decimos en el elemento patronal, no porque el elemento obrero
preste ms calor, sino porque ste, dado el recelo con que mira toda iniciativa patronal y la actitud
de franca hostilidad a que van conduciendo sus directores a las agrupaciones que nacen a diario80
No obstante, las iniciativas regionalistas continuaron durante algn tiempo, esta vez lideradas
por las Diputaciones provinciales, con la reunin conjunta en Mrida de las Comisiones de Fomento
a nales de 1918.

El movimiento obrero y la huelga general de agosto de 1917.

Desde principios del siglo XX, cuando se produce la represin y desaparicin de la sociedad
Germinal Obrera y del conjunto de sociedades que se adhirieron a ella en distintas localidades de la
provincia, el movimiento obrero apenas tiene presencia en Badajoz. Eso s, se mantiene lnguidamen-
te la actividad del Centro obrero fundado en 1892, ms como entidad de recreo que como instrumento
de socorro y de lucha de los trabajadores, y hay algunos intentos de reconstruccin de las sociedades,
pero tuvieron una actividad fugaz.
Sin embargo, en la segunda dcada del siglo las organizaciones obreras conocen un crecimiento
notable, favorecido por las duras condiciones de vida de las clases trabajadoras. Ahora bien, su orien-
tacin ideolgica va a ser completamente distinta, pues si en la Germinal Obrera81 se intua cierta
inclinacin hacia el anarquismo con su activismo radical, ahora va a ser el socialismo el que ocupe
su lugar.
Las primeras informaciones de la Agrupacin socialista en la ciudad proceden de 1910, poco
despus de la inauguracin de la Casa del Pueblo por parte de los republicanos pacenses.82 Ser pre-
cisamente de las las republicanas de donde surjan las iniciativas para la organizacin del socialismo.
Luis Montalbn aparece como el primer promotor de la agrupacin, pero sin que sepamos las razones,
deja de tener actividad a partir de octubre de 1910. Habr que esperar a agosto 1913 para que surja
de manera denitiva. Su origen est en la creacin en abril de 1913 de la sociedad de trabajadores
de todos los ocios de La Unin,83 de la que formaban parte algunos de los que luego dirigiran a los
socialistas como Antonio Gonzlez o Fernando Barrio, si bien la organizacin la presida el dentista
Narciso Vzquez Torres,84 hijo de Narciso Vzquez Lemus, que tambin proceda del republicanismo.
Un mes ms tarde, Pablo Iglesias realiza un viaje por la provincia y aunque su objetivo era la
propaganda contra la guerra de Marruecos, no perdi la ocasin para expandir la aliacin. Poco des-
pus, los socialistas inauguran su propia Casa del pueblo en la calle Donoso Corts.85
La propagacin de las sociedades obreras anes a la Unin General de Trabajadores fue ms
rpida, de tal forma que en enero de 1915 celebran el primer aniversario de la Federacin Local de
sociedades obreras, bajo la direccin tambin de Narciso Vzquez Torres. Si haba iniciado su anda-
dura con 390 asociados, en un ao consiguieron llegar hasta 1.204, tanto por la creacin de nuevas
sociedades, como por el ingreso de otras que ya existan con anterioridad. Las entidades que forman

80
Correo de la Maana, 8-9-1918.
81
Sobre la Germinal Obrera puede verse el artculo de Rey Velasco, F. (1998): El movimiento obrero en Extremadura
en el trnsito del siglo XIX al XX. Revista de Estudios Extremeos, Tomo LIV, nmero II, pp. 675-700.
82
La Regin Extremea, 15-2-1910. La expansin del socialismo en Badajoz ha sido estudiada por Rodrguez Hermosell,
J. I. (2015): De la Sociedad Obrera al Partido: creacin de la Federacin Provincial Socialista de Badajoz (27-2-
1932). Revista de Estudios Extremeos, Tomo LXXI, Nmero Extraordinario, pp. 231-258.
83
La Regin Extremea, 26-4-1913.
84
La Regin Extremea, 9-3-1913.
85
La Regin Extremea, 23-1-1914.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


200
FERMN REY VELASCO

la federacin dan idea de que su expansin tiene lugar predominantemente entre los ocios de carc-
ter artesanal: tipgrafos, marmolistas, mosaistas, carpinteros, albailes, herreros, pintores, panaderos,
barberos y obreros agrcolas.86
De estos primeros tiempos del socialismo nos interesa destacar dos aspectos. El primero de
ellos es el mando en la misma persona, Vzquez Torres, tanto de la rama poltica del Partido Socia-
lista como de las organizaciones sindicales y, en segundo lugar, la pronta formacin de una sociedad
de obreros agrcolas, lo cual muestra la preocupacin de los socialistas pacenses de contar con ellos
desde fechas tempranas, dado su elevado nmero, aunque su nivel de aliacin era todava muy
pequeo. Por ello, la Federacin, para el mitin de la celebracin de su primer aniversario, los llama
expresamente: vosotros, trabajadores del campo esclavos del terruo, que sois los ms brbaramente
explotados por la codicia capitalista, no debis faltar, sois los ms necesitados de mejoramiento.87
Tambin dispona, como es propio de aquella poca, un rgano de prensa que serva de alta-
voz del movimiento. Segn seala Mercedes Pulido, El Defensor del Obrero inicia su andadura en
octubre de 1915 y contina publicndose, tres veces al mes, hasta julio de 1916.88 Probablemente, su
desaparicin tenga que ver con el inicio de la publicacin en Badajoz de La Verdad Social a partir
febrero de 1916, dirigido por Vzquez Torres, que se subtitula rgano de las sociedades obreras.
As pues, a comienzos del ao de nuestro estudio, tenemos una serie de sociedades obreras
asentadas en la ciudad, que han protagonizado desde su fundacin varias huelgas y otras acciones
de protesta, y una agrupacin del Partido Socialista Obrero Espaol que, como hemos visto, se ha
preocupado de los ms desfavorecidos dirigiendo las demandas contra la caresta de los productos, el
creciente paro y el impuesto de consumos.
El aumento de la inuencia de estas organizaciones le va a permitir al socialismo pacense, no
sin disputas, hacerse con el control del Centro obrero, como ocurre en otros lugares del pas. En ve-
rano de 1917, con motivo de la renovacin de distintos cargos de la junta directiva, la prensa conser-
vadora representada en este caso por Nuevo Diario de Badajoz y Liberal Extremeo acusa a la Casa
del Pueblo de pretender aduearse del Centro Obrero, para utilizar su saln como propaganda; en
respuesta, el secretario de la agrupacin socialista, Fernando Barrio, seala que no es esto cierto y
prueba de ello es que han sido lanzados de la Directiva por los mismos que los encumbraron: por
los amigos de los seores Ramallo y Cienfuegos a los que tilda de albarranista y republicano o li-
beral, respectivamente y no por los socialistas y prosigue criticando a los regidores de la sociedad
porque han sido unos malos administradores del Centro Obrero fue objeto de discusin entre esos
austeros societarios de cartn, con ribetes de papel de estraza, el dejar sin socorro a los enfermos
durante dos meses y celebrar ms bailes; es decir, llevar a la cabecera del enfermo palabras de
consuelo a cambio de beneciar al repostero con el producto de una mayor venta.89 Con todo ello
se pona en evidencia la pugna entre dos visiones del centro y de sus objetivos (sociedad recreativa o
de socorros), siendo nalmente ganadora la candidatura cercana a los socialistas.90
Lgicamente, los llamamientos a la movilizacin realizados a nivel nacional por los partidos
y organizaciones sindicales tuvieron tambin resonancia en la capital pacense. La huelga general
revolucionaria, a la que con escaso entusiasmo y notable pesimismo se haban sumado la UGT y el
PSOE,91 tena no slo objetivos sociales y econmicos, sino tambin polticos. Iniciada el 13 agosto,
fracasa, entre otros factores, por la actuacin contundente del gobierno conservador de Eduardo Dato

86
La Regin Extremea, 19-1-1915.
87
La Regin Extremea, 16-1-1915.
88
Pulido, M.; Nogales, T. (1989): Publicaciones peridicas extremeas. 1808-1988. Badajoz, Diputacin Provincial,
p. 128.
89
La Regin Extremea, 17-7-1917.
90
Correo de la Maana, 19-7-1917.
91
De Luis Martn, F. (2009): art. cit., p. 637.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 201


1017, EL AO DE LA CRISIS, EN BADAJOZ

en la represin del movimiento. Si ya con ocasin del maniesto conjunto de UGT-CNT de nales de
marzo, el gabinete del conde de Romanones haba suspendido las garantas constituciones, impuesto
la censura a la prensa y clausurado Casa del Pueblo de Badajoz, en agosto la represin alcanzara
cotas mayores, al ordenar Dato al ejrcito hacerse cargo de la situacin.
Asumido el poder por el Gobernador Militar, Francisco Villaln publica un bando con el que
declara el estado de guerra en toda la provincia, instaura la censura previa, cierra la sede de las or-
ganizaciones obreras, establece que ser dispersado cualquier grupo con el uso de las armas cuando
se renan ms de tres personas y considera reos de rebelin o sedicin y sometidos a un consejo de
guerra por la justicia militar, todos los que de una manera u otra realicen actos que alteren el orden
pblico, o sea, que realicen actos en favor de la huelga.92
No conocemos el alcance real de la huelga en la ciudad, aunque la prensa favorable al rgimen
habla de total tranquilidad, presentando la poblacin un aspecto normal, pero s sabemos que se desa-
rroll paccamente y que en determinados sectores debi ser importante, como entre los tipgrafos,
con nueve encarcelados, que provocaron que no se publicaran peridicos durante algunos das, los
albailes y los panaderos. Sin embargo, como en otras partes de Espaa, la participacin de los obre-
ros del campo fue muy escasa en nuestra ciudad.93 En cuanto al nmero de detenidos, hemos podido
constatar una cifra cercana a cuarenta, entre los cuales haba, adems de socialistas y miembros de las
organizaciones obreras, un republicano y un reformista. Finalmente, tres meses despus, y dos das
antes de las elecciones municipales, fueron puestos en libertad nueve dirigentes del Partido Socialista
y fue reabierta la Casa del Pueblo.
Todo parece indicar que la respuesta al desafo obrero por las autoridades y los grupos que apo-
yaban al rgimen estaba bien preparada.94 Por las informaciones se constata la presencia de personas
que ofrecieron sus servicios al Jefe del Estado mayor para aminorar los perjuicios de los huelguistas y
el socialista Manuel Surez, en un mitin, declara que le produce vergenza el que compaeros suyos
se hayan convertido en policas para denunciarlos unidos al infame caciquismo de Badajoz.95
La crisis social se haba resuelto a favor de los poderes establecidos, pero ello no supuso un
freno para la expansin de las organizaciones socialistas, que protagonizarn numerosos conictos
entre 1918 y 1920 y alcanzarn un nmero notable de aliados.96
Ahora bien, la creciente inuencia social del movimiento obrero no tuvo, en estos aos, su
correlacin en el mbito poltico. Nos referimos a que, en los distintos procesos electorales, los re-
sultados obtenidos por el PSOE fueron raquticos para el nmero de aliados de las organizaciones
obreras anes a sus ideas.
Ya en las elecciones municipales de 1915, formando parte de la conjuncin republicano-so-
cialista, el nmero de votos de los candidatos socialistas no lleg al 15% de los votos emitidos y no
pudieron conseguir ningn acta de concejal.
En las elecciones provinciales a la Diputacin de Badajoz de marzo 1917, por el distrito de
Badajoz-Olivenza, los socialistas se presentaron con su propia candidatura solamente para hacer un
recuento de votos, pero Fernando Barrio nicamente obtuvo 173 votos en la capital pacense.97

92
Correo de la Maana, 14-8-1917.
93
Tun de Lara, M. (1972): Op. cit., p. 111.
94
Romero Salvad hace hincapi en las maniobras del Gobierno de Eduardo Dato para provocar la huelga general y su
fracaso; art. cit., p. 437.
95
Correo de la Maana, 9-11-1917.
96
Llegaron a contar con 81 secciones y 10.608 aliados, segn Rosique Navarro, F. (1988): La Reforma Agraria en
Badajoz durante la II Repblica. La respuesta patronal. Badajoz, Diputacin Provincial, p. 35.
97
La Regin Extremea, 28-2 y 12-3-1917.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


202
FERMN REY VELASCO

Finalmente, el acta de concejal conseguida por el presidente de la Agrupacin socialista, Vz-


quez Torres, en las elecciones municipales de noviembre de 1917 slo es producto, como hemos vis-
to, de una coalicin extraa que inclua a los conservadores fronteristas. El dirigente socialista, recin
salido de la crcel, explica en un mitin preelectoral que dicha alianza tiene por objetivo combatir el
caciquismo en la ciudad y que slo durara hasta el da de las elecciones, pues el elemento obrero tie-
ne forzosamente que destruir esa partida facciosa del albarranismo, porque ella se propuso acabar
con las organizaciones obreras, en referencia a su actuacin en la huelga de agosto.98
De lo expuesto podemos colegir que para los socialistas era muy difcil romper el techo del ca-
ciquismo, es decir, de la dependencia de una gran mayora de los votantes de aqullos que detentaban
el poder.

************

Al nalizar 1917 pareca que todo segua igual en la poltica municipal, con el dominio de los
clanes caciquiles, unidos a los ricos comerciantes e industriales; el regionalismo tena un alcance
limitado y las organizaciones obreras haban vuelto a la prctica de las acciones locales, dejando de
lado movimientos de carcter nacional. Pero esta situacin slo era un receso en la crisis general del
sistema poltico a nivel nacional que se agravara en aos posteriores, hasta su nal en 1923.

98
Correo de la Maana, 11-11-1917.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 203


204
NGEL ZAMORO MADERA

PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO


DE BADAJOZ INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

NGEL ZAMORO MADERA

Restituye, regresa / las sombras a su reino. / Dales vida. / Recobren la verdad que tuvieron.1

Introduccin.

Estos apuntes son un extracto (si no un recorta y pega) de un trabajo mucho ms amplio y
detallado que con similar ttulo se pretende dar a conocer, y que trata de rescatar del olvido al que
conduce el inexorable paso de tiempo, a los profesores de Fsica y Qumica del que fuera nico Ins-
tituto en la ciudad de Badajoz entre 1845 y 1962. Razones de espacio han determinado que en lo que
sigue, slo nos hayamos ocupado de aquellos que se incorporaron al Instituto durante el siglo XIX,
aunque en algunos casos, naturalmente, su ejercicio docente se extendiera hasta bien entrado el XX.
Nuestro inters por ese Instituto ya ha quedado acreditado por sendos trabajos2, poco distan-
ciados3 relativos a los objetos que en l se utilizaron durante las ctedras de diferentes materias.
Tan importantes, a nuestro juicio, fueron esos objetos, verdadera memoria material de la segunda
enseanza, que, aparcando otros aspectos del Instituto de Badajoz, derivamos nuestra atencin hacia
un muy notable profesor espaol4, que ide y construy algunas de las piezas ms didcticas que an
conservamos.
Hecho esto, cremos de justicia tratar de averiguar quines fueron, y qu hicieron, algunos pro-
fesores del Instituto de Badajoz que pudieron haber allegado y utilizado los referidos objetos. Slo
algunos, pues la nmina completa hubiera sido excesiva; de ah que, como ha quedado dicho, nos
hayamos limitado a los profesores de Fsica y Qumica, limitacin decidida no slo porque no fueron
demasiados, sino porque pensamos que si haba que comentar sus posibles publicaciones, podran
resultarnos ms asequibles (pensamiento que se revelara como poco acertado).

Primer curso en el Instituto de Badajoz: sin Fsica y Qumica.

El Instituto de Badajoz comienza su andadura en virtud de la Real orden de 13 de noviembre de


1845 por la que se aprueba la creacin de un Instituto de segunda clase en dicha ciudad (y provincia),
no alcanzando la condicin de primera clase hasta el ao 1850, tal como se recoge en el art. 1 del
Real decreto de 4 de septiembre de dicho ao.

1
Aunque fuera de su contexto original, sera perseguible lo que dicen estos versos. Jos Hierro (2009). Poesas completas
(1947-2002), p. 652. Madrid. VISOR LIBROS.
2
ngel Zamoro Madera (2010). Patrimonio histrico remanente (cientco-tcnico-didctico) del Instituto de Badajoz
(1845-1962). Badajoz. Diputacin de Badajoz.
3
ngel Zamoro Madera (2012). Aproximacin a las prdidas instrumentales del Instituto de Badajoz (1845-1962).
Badajoz. Diputacin de Badajoz.
4
ngel Zamoro Madera (2015). Don Toms Escriche y Mieg (1844-1935). Profesor de segunda enseanza (1869-
1918). Badajoz. Diputacin de Badajoz.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 205


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

A pesar de que el Real decreto de 17 de septiembre de 1845,5 establece en su art. 3 que la


[segunda] enseanza elemental se dar en cinco aos, y que, en el quinto, se impartir la materia
Elementos de fsica con algunas nociones de qumica, lo cierto es que en el curso 1845-1846 no se
imparti tal materia en el Instituto de Badajoz.
As lo recoge el escrito que dirigido al Rector de la Universidad de Sevilla,6 se encabeza como
sigue:

En el presente ao acadmico [1845-1846] se cursarn en el Instituto de esta Capital, las materias que el
nuevo plan previene en la segunda enseanza elemental en el tiempo y modo que marca la Real orden de
29 de septiembre ltimo, y el artculo 147 del Reglamento.

En concreto, el citado escrito dice que en Quinto ao [se cursaran]:

1.- Traduccin de clsicos latinos. Elementos de Retrica y Potica.


2.- Principios de moral y religin en vez de fsica y qumica.
3.- Nociones de historia natural.

Al nal del escrito se puntualiza: Nota En la citada Real orden se previene que en el presente
curso se estudien Mitologa y principios de historia general en el segundo ao; moral y religin en
el tercero; geografa en el cuarto, y moral de religin en vez de fsica y nociones de qumica en el
quinto.
A la luz de la Lista de los alumnos matriculados en el Instituto de 2 enseanza establecido en
la capital de Badajoz, con sus nombres, apellidos, pueblo de su naturaleza, Dicesis a que pertene-
cen y ao que cada uno estudia,7 parece claro, lgicamente, que los 9 alumnos matriculados en el
quinto ao provienen de planes de estudio anteriores. Y a ellos se reere la mencionada Real orden,
que comienza diciendo:

A n de que los cursantes que llevan ya ciertos aos en las diferentes facultades no queden perjudicados
en su carrera, y puedan continuarla conciliando las asignaturas del nuevo plan decretado por S.M. en
17 del corriente con las que han estudiado segn los anteriores arreglos, la Reina se ha servido dictar
las disposiciones siguientes.

Y la 9 de ellas dice:

Los que hubieren probado los aos primero y segundo de losofa, hechos segn el plan anterior, sern
admitidos a la matrcula de quinto curso del nuevo. Asistirn a la ctedra de latinidad, retrica y poti-
ca correspondiente al mismo curso, y a la de moral y religin por la maana en vez de la de fsica. Por
la tarde concurrirn a la ctedra de elementos de historia natural. Los elementos de historia podrn
estudiarlos privadamente.

5
Gaceta de Madrid de 25 de Septiembre de 1845.
6
Archivo Histrico de la Universidad de Sevilla (AHUSE). Badajoz, Expedientes, aos 1845-1850, libro 453.
7
AHUSE-ibidem

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


206
NGEL ZAMORO MADERA

De don Florencio Marn y Castro a don Jos Joaqun Martnez Cuesta.


Hacia la estabilidad.

Don Florencio Marn y Castro, farmacutico, natural de Baos de Montemayor, fue el primer
Catedrtico de Fsica y Qumica del Instituto de Badajoz. Su nombramiento aparece en la Gaceta de
Madrid de 21 de septiembre de 1846, en el apartado Direccin general de Instruccin pblica, donde
se dice:

Habindose dignado la Reina (Q.D.G.) proveer interinamente con arreglo a la Real orden de 2 del
prximo pasado junio, las ctedras que se hallan vacantes en los institutos de segunda enseanza, esta
direccin anuncia al pblico los nombres de los que han sido agraciados, a n de que para 1 del inme-
diato Octubre, en que ha de principiar el venidero curso acadmico, se hallen en los respectivos puntos
a que han sido destinados. Madrid, 18 de Setiembre de 1846. Antonio gil de Zrate. // Badajoz //, Don
Florencio Martn y Castro para la [asignatura] de fsica y qumica.

Pero su dedicacin al Instituto fue cuando menos irregular, pues diversas licencias le mantu-
vieron alejado del mismo. Sus ausencias fueron cubiertas sucesivamente por Don Francisco Delgado
(de Historia Natural), Don Jos Virgilio Fuertes (de Latn y Castellano) y Don Pedro Romero Torrado
(Catedrtico de Historia Natural). El Sr. Martn Castro renunci a su ctedra con fecha 8 de julio de
1947, siendo admitida su renuncia por Real orden de 26 de agosto de 1847.
La poca vinculacin de Don Florencio al Instituto, quiz debida a otros intereses profesionales,
debi ser lamentable, pues, de haber sido ms regular, podra haber contribuido a su consolidacin
y progreso. Y que poda haberlo hecho, que poda haber sido un profesor importante, lo acredita el
haber publicado en 1947 dos libros: Nociones elementales de qumica para el uso de los aspirantes
al grado de Bachiller en losofa,8 y una traduccin de otro de Auguste Pinaud (profesor de Fsica
en la Facultad de Ciencias de Toulouse) titulado Programme dun course elementaire de Physique.9
Del primero (en cuya portada el autor deja constancia de sus ttulos :Doctor, Acadmico en la
facultad de Farmacia, subdelegado de la misma en el partido de esta capital, Regente de segunda clase
en la asignatura de qumica general, y Profesor de fsica con nociones de Qumica en el Instituto de
segunda enseanza de Badajoz) cabe decir que es un libro elemental, que escribe por la necesidad de
tener que dar a sus discpulos un extracto de sus lecciones, y que estructura en cuatro partes o libros.
En el primero (pp. 1-27) se ocupa de los principios generales, en tanto los segundo (pp. 28-66) y
tercero (pp. 67-108) los dedica a la Qumica inorgnica descriptiva (a los cincuenta y cuatro elemen-
tos entonces conocidos y los compuestos, respectivamente); nalmente, el libro cuarto lo reserva para
la Qumica orgnica (pp.109-120) donde, tras sealar que el estado actual de la ciencia no puede
dar cuenta ni del cmo ni del por qu un limitado nmero de elementos (C, O, H y N) puede originar
tan elevada cantidad de compuestos hecho que despacha aludiendo a la inuencia vital, sin hacer
la menor alusin a la sntesis de la urea por Whler en 1828)-, se limitar a dar una sucinta idea de

8
Florencio Martn y Castro (1847). Nociones elementales de qumica para el uso de los aspirantes al grado de Bachiller
en losofa. Cceres, Imprenta de Concha y Compaa [Biblioteca digital hispnica]. (En la ltima pgina del Boletn
Ocial de [la provincia de] Badajoz del da 19 de mayo de 1847, aparece un anuncio de esta obra escrita con
arreglo al programa mandado observar por el gobierno, consta de 16 pliegos de bonita y esmerada impresin, letra
compacta pero clara, acompaada de una hermosa y elegante lmina litograada que contiene ms de 18 guras
Indica los puntos de venta en Madrid, Cceres y Badajoz, y el precio de la misma: 16 reales).
9
Florencio Martn y Castro (1847). Programa de un curso elemental de Fsica. Cceres, Imprenta de Concha y
Compaa [Biblioteca Digital Hispnica].

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 207


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

los principales compuestos orgnicos: cidos orgnicos; lcalis vegetales; aceites, resinas y cuerpos
grasos; cuerpos neutros (hidratos de carbono) y productos animales. Acaba el libro considerando el
fenmeno de las fermentaciones, que cierra con un breve comentario acerca las diferentes maneras
de conservar las sustancias orgnicas.
Al no tratarse de una obra de su autora, no nos parece oportuno realizar aqu ningn comentario
de su traduccin del libro de Pinaud, salvo indicar que muestra su buen dominio del francs.
Tras una larga vida dedicada a su profesin de farmacutico, y participacin en la vida pblica
de Cceres, sin que volviera a ejercer la enseanza, al menos ocial, el Sr. Marn y Castro falleci el
20 de diciembre de 1884.
La vacante producida por la renuncia de Don Florencio, fue cubierta por Don Policarpo de
Miguel [Prez], nombrado sustituto por la Junta Inspectora en 15 de septiembre de 1847. Pero esta
sustitucin del Sr de Miguel, natural de Len y doctor en farmacia, fue ms que fugaz, pues ces por
renuncia el 12 de octubre de 1847. La inestabilidad segua afectando a la ctedra de Fsica y Qumica.
Otro farmacutico vino a ocuparla, Don Francisco Silva Duque, natural de Zafra, nombrado
sustituto por el Director de la Escuela en orden de 7 de diciembre de 1847. Pero tambin fue breve
su desempeo, pues ces por renuncia en 30 de junio de 1848.
Tuvo algo que ver en su renuncia el hecho de haber sido reprobado en dos ocasiones (una an-
terior a ella octubre de 1847 y otra posterior julio de 1848 ) en su intento de acceder al grado de
Regente de 2 clase en Fsica y nociones de Qumica? O fue simplemente desinters? No podemos
saberlo, aunque el hecho de realizar una segunda prueba tras su renuncia, parece descartar la segunda
pregunta.
O quiz fuera, simplemente, que su ejercicio docente no resultara satisfactorio, como parece
desprenderse de un escrito que el Director del Instituto eleva al Director general de Instruccin pbli-
ca el 9 de Septiembre de 1848, en el que le comunica que, prximo el comienzo de curso, faltan cuatro
profesores, y dice: , el [profesor] 3, de Fsica, cuyo desempeo estuvo a cargo de un sustituto en
todo el curso anterior, el cual no es apto para la enseanza.10 Aprovecha el Director su escrito
para recordar haber remitido la solicitud de Don Juan de Mata Castao?, Licenciado en Farmacia y
Regente de 2 clase en Fsica y Qumica, con acreditada experiencia docente, a quien considera que
sera a propsito para el desempeo de dichas asignaturas nombrndosele interino en Fsica y Qu-
mica y sustituto en Historia Natural.
El desistimiento del Sr. de Mata pareci que iba a prolongar la inestabilidad en la ctedra, pero
pronto comenz a estabilizarse. As fue, pues el 31 de octubre de 1848, el Director [Muntada] eleva
otro escrito en el que da cuenta de haber nombrado a Don Jos Joaqun Martnez Cuesta [nacido en
Cceres el 7 de abril de 1820]. El escrito dice:

En su consecuencia me he visto en la precisin de desempear por m mismo las referidas Ctedras


hasta el 15 del actual, en cuyo da las encargu a Don Jos Joaqun Martnez cuesta, Regente de 2
clase en ambas asignaturas, cuyos ttulos he examinado, expedidos por V.S.I. con fecha 21 de junio del
presente ao.// Los informes que he recibido de los conocimientos de este interesado convienen en que
es sujeto muy apto para el referido encargo, que ya ha desempeado anteriormente en el Instituto de
Cceres;11 y en este concepto ruego a VSI se sirva conrmar este nombramiento.

El Sr. Martnez Cuesta, seguramente farmacutico pues tenemos constancia de que fue alum-
no de farmacia, comenz a servir, como sustituto, las ctedras de Fsica y nociones de Qumica e

10
El subrayado es nuestro.
11
No hemos encontrado conrmacin documental alguna de este hecho.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


208
NGEL ZAMORO MADERA

Historia Natural el 14 de octubre de 1848, siendo nombrado Catedrtico interino Fsica, con encargo
de la Historia Natural, el 7 de mayo de 1849. Por Real orden de 21 de febrero de 1851 se dividieron
las ctedras, dejando al Sr. Martnez la de Fsica y nociones de Qumica, lo cual tuvo efecto en 2 de
Marzo. El 17 de marzo de 1952 le fue expedido el ttulo de catedrtico interino, concedindosele la
propiedad el 25 de diciembre.
La progresin administrativa del Sr. Martnez Cuesta da cuenta de su buen hacer, buen hacer
que se vio complementado con el desempeo gratuito de una ctedra de Qumica general para arte-
sanos, y la aclimatacin de algunas plantas para el estudio de la Botnica en un pequeo trozo de
tierra de jardn del paseo de San Francisco. Al menos por la primera de estas acciones, el gobierno le
manifest su satisfaccin mediante una disposicin del 28 de junio de 1959.
En la madrugada del 25 al 26 de junio de 1856 se traslad de Badajoz a Cceres por disposicin
del Capitn General, disposicin que no hemos logrado localizar, por lo que desconocemos la razn
de la misma. Estando en Cceres, falleci en la madrugada del 21 de agosto de 1856.

Don Valeriano Ordez de Adrin. Un Catedrtico de Historia natural en funciones


de sustituto.

La muerte del primer catedrtico propietario de Fsica del Instituto, el Sr. Martnez Cuesta,
determin que hubiera de nombrarse un sustituto que desempeara la ctedra que dej vacante. El
nombramiento, como veremos ms adelantes, recay en Don Valeriano Ordez de Adrin, Cate-
drtico propietario de la ctedra de Historia Natural del Instituto desde el 29 de noviembre de 1852.
Nacido en Borrenes, provincia de Len, el 9 de abril de 1821, curs asignaturas conducentes a
la obtencin del ttulo de Bachiller en Filosofa en el Seminario Conciliar de Badajoz, segn acreditan
tres certicaciones,12 expedidas por el Srio [Secretario?] de Estudios de dicha institucin. Conviene
sealar que estos estudios, realizados entre 1835 y 1837, indican la presencia del Sr. Ordez en Ba-
dajoz desde una edad temprana (14 aos), hecho sin duda debido a que su padre, Don Mariano, ejerca
como Boticario Mayor del Hospital militar.
Obtenido el grado de Bachiller en Filosofa (1941), y el de Farmacia (1845), Don Valeriano
solicita al Rector que, dada su condicin de alumno de la Escuela Normal superior de Ciencias,13 se
le conceda el ttulo de Licenciado en la seccin correspondiente. El 30 de septiembre de 1949, recibi
la solemne investidura del grado de Licenciado en la Facultad de Filosofa.
El 20 de agosto de 1854 (ya catedrtico en el Instituto de Badajoz) el Sr. Ordez dice al Rector
de la Universidad Central que habiendo obtenido el grado de Bachiller en Farmacia en el curso de
1844 a 1845, y no siendo posible entonces obtener el grado de Licenciado en dicha Facultad, solicita
ser admitido al grado de Licenciado en Farmacia, amparndose en la R.O. de 30 de noviembre de
1845.14 Algo debi ocurrir, pues hubo de reiterar su peticin el 2 de enero de 1856. Admitido a los
ejercicios, y aprobado por unanimidad, el 10 de enero de 1856 recibi la investidura del grado de
Licenciado en Farmacia.

12
(AHN) UNIVERSIDADES, 1122, Exp. 12
13
El art. 99 (ttulo III.- De la escuela Normal) del Plan de estudios de 8 de Julio de 1847, dice: El alumno de la Escuela
Normal que fuere aprobado, gozar de las ventajas siguientes://1.- Ser, sin ms ejercicios, Licenciado en su Seccin
respectiva y Regente de primera clase, entregndosele los ttulos con exencin de derechos.
14
Viene a decir que a quienes cursaron sus estudios con anterioridad a la Ley de 17 de septiembre de 1845 (Plan Pidal),
se les conceda el grado de licenciado en la forma que prescriban los Reglamentos bajo los que estudiaron, salvo en
que los ejercicios y la investidura se realizarn segn el Reglamento del 22 de octubre.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 209


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

Aunque no hemos logrado acceder a ms documentos del expediente acadmico de Don Vale-
riano, sabemos que alcanz el grado de Doctor en ciencias Fsico-matemticas, pues as consta en la
portada de la Memoria leda en el acto de la apertura del curso acadmico de 1864 a 1865 en el Insti-
tuto Provincial de segunda enseanza de Badajoz por su Director. Don Valeriano Ordez de Adrin.
Respecto a los servicios profesionales prestados en el Instituto de Badajoz, el Libro de Catedr-
15
ticos nos dice que, con fecha de 21 de febrero de 1851, fue nombrado de Real orden Catedrtico
interino de Nociones de Historia Natural, sindole concedida la propiedad de la ctedra el 29 de
noviembre de 1852.
Como tal, y por diversos motivos, sustituy a don Jos Joaqun Martnez Cuesta en diferentes
ocasiones, hasta que tras la muerte de ste, fue nombrado sustituto de la ctedra [de Fsica] por el
director de la escuela el 15 de octubre de 1856.
Y en esta fecha inicia un prologado ejercicio como profesor de Fsica y Qumica que, salvo un
breve parntesis del que daremos cuenta ms adelante, se prolong hasta el 1 de abril de 1867. As
pues, Don Valeriano Ordez Adrin, catedrtico propietario de Historia Natural, ense la asignatu-
ra de Fsica y Qumica durante ONCE cursos, periodo signicativo pues durante l compatibiliz esa
enseanza con la de la asignatura de la que era propietario. Sealemos que adems de las ctedras,
desempe la actividad de Encargado de la Estacin Meteorolgica del Instituto, establecida16 en
Badajoz en el ao 1860 (de hecho, comenz a funcionar en 1861).
Creemos que no public nada relacionado con la Fsica y qumica, pero s nos consta el libro de
texto de utiliz en sus clases: el de Valledor y Chvarri,17 texto cuyo contenido recibe un tratamiento
propio de la poca: muy descriptivo y bien escrito, falto de sistematizacin, con escaso tratamiento
matemtico y anclado en concepciones an no superadas, pero en el que se atisba una aproximacin
a corrientes ms modernas.
Sealemos, por ltimo, que Don Valeriano fue Director del Instituto en dos ocasiones. Para la
primera de ellas, fue nombrado por S.M. el da 14 de marzo de 1862, cesando en el cargo el 30 de sep-
tiembre de 1868, por acuerdo de la Junta de Gobierno de la provincia; para la segunda, fue nombrado
con fecha 20 de diciembre de 1873, y ces el 4 de abril de 1881.
El Sr. Ordez falleci en Badajoz, el 30 de Marzo de 1883.

Don Juan Valdelvira y Ruiz. Primer catedrtico por oposicin.

El breve parntesis en el ejercicio que como profesor sustituto de Fsica y Qumica, tuvo Don
Valeriano Ordez, fue motivado por la llegada al Instituto del que sera el primer catedrtico por
oposicin de dicha asignatura: Don Juan Valdelvira y Ruiz, natural de Cabra (Crdoba), Licenciado
en Farmacia y Regente de 2 clase en Fsica y Qumica.
En la Memoria acerca del estado del Instituto en el curso 1862-63, leda en la apertura del 63-
64, puede leerse:

15
AIZBA.
16
El Real Decreto de 5 de Marzo de 1860 (Gaceta del 8 de Marzo) determina la creacin de 22 estaciones de observacin
para los estudios meteorolgicos en diversas ciudades, entre ellas la de Badajoz. En ella se indica que se instalarn
en edicios ocupados por Universidades e Institutos, que la Comisin de Estadstica proveer a las estaciones de los
instrumentos y dems tiles necesarios para su funcionamiento y que, Art 6, los encargados de las observaciones
sern, generalmente, los Catedrticos de fsica de las Universidades e Institutos, con un ayudante.
17
GONZLEZ VALLEDOR, V Y CHVARRI, J (1857). Programa de un curso elemental de Fsica y nociones de Qumica.
Madrid, Imprenta del Colegio de sordo-mudos.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


210
NGEL ZAMORO MADERA

En 13 de agosto de 1862 sali a oposicin la ctedra de Fsica y qumica de este Instituto, y con fecha
20 de diciembre fue nombrado Don Juan Valdevira (sic) y Ruiz, propuesto en primer lugar de la prime-
ra terna por el Tribunal de oposicin, el que obtuvo de la superioridad dos licencias improrrogables
(sic) la ltima, hasta el 25 de mayo [de 1863] en cuyo da le di posesin de su cargo.

En la relacin de integrantes de la Ctedra de Fsica y Qumica del Libro de personal facul-


tativo,18 se da cuenta de que Fue trasladado en comisin a Cabra por Real orden de 16 de Sete de
1863, traslado que conrma la Memoria del curso 1878-79: Ces por pase al Instituto de Cabra
en 16 de septiembre de 1863.
La inexistencia del habitual expediente personal (AIZBA), nos impide ofrecer ms datos sobre
su estancia en el Centro, si bien la brevedad de la presencia del Sr. Valdelvira en el Instituto de Ba-
dajoz (no superior a ciento catorce das, periodo vacacional incluido), nos permite suponer que nada
pudo hacer en l durante la misma.
De modo que para acercarnos a su persona, hemos de recurrir a parte de lo que, con motivo de
su fallecimiento el 23 de junio de 1868, se dice en la Memoria del Instituto local de 2 enseanza de
Cabra, correspondiente al curso 1867-68:

Ilustre alumno de esta casa de estudios, gloria de su Profesorado despus, y una de las inteligencias
ms preclaras y ms nutridas de ciencia, a la que consagr todos sus esfuerzos logrando adquirir una
brillante reputacin, ha sido una prdida tan sentida como irreparable para este Instituto.

Don Rafael Zambrano Rubio, Don Gregorio Garca de Meneses


y Don Vicente Membrillera. Despus de los farmacuticos, tres ingenieros:

Don Rafael Zambrano Rubio, tambin en calidad de sustituto, sucedi a D. Valeriano Ordez,
y no por demasiado tiempo, en la ctedra de Fsica y Qumica.
El Sr. Zambrano naci en Sevilla el 20 de octubre de 1941, y falleci el 31 de julio de 1901.19
Carentes de mayor informacin, y porque nos acerca a la persona de Don Rafael, reproducimos unas
palabras que Don Manuel Cano y Cueto20 le dedica en la carta-prlogo de la obra Cuentos morales y
cientcos21, dirigida a la instruccin y recreo de la niez:

Para m, ostenta su libro un mrito superior a cuantos he ledo de su gnero. El perfecto, el exacto
conocimiento que tiene V del corazn del nio. // Cmo se ve tras el autor al catedrtico laborioso, al
profesor querido y respetado, al hombre consagrado al sacerdocio venerable de educar e instruir a la
juventud.

Curs la carrera de ingeniero industrial, hecho que acreditan J.M. Cano Pavn,22 diversas cer-
ticaciones contenidas en el Expediente de la Escuela Industrial Sevillana de Don Rafael Zambrano

18
AIZBA
19
MARIO MNDEZ BEJARANO (1925). Diccionario de escritores, maestros y oradores naturales de Sevilla y su actual
provincia. T-III, p-128.Sevilla, Tipografa Girons.
20
Novelista y poeta nacido en Sevilla el ao de 1849. Falleci en Madrid en 1916. Fue presidente del Ateneo y de la
Academia de buenas Letras de Sevilla.
21
RAFAEL ZAMBRANO Y RUBIO (1887). Cuentos morales y cientcos. Sevilla. Imprenta de Daz y Carballo.
22
CANO PAVN, J.M. (1996). La escuela industrial sevillana (1850-1866). Historia de una experiencia frustrada.
Universidad de Sevilla.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 211


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

y Rubio23 y, entre otros, un documento conservado en el Archivo General de la Administracin24


fechado en Badajoz el 18 de febrero de mil ochocientos sesenta y ocho, en el que el Secretario del
Instituto de Badajoz (Don Toms Romero de Castilla) certica haber copiado a la letra de su original,
lo siguiente:

Hay un sello que dice= Sello cuarto.6. Escudos=Ao de 1867= El Ministro de fomento= Por cuanto
Don Rafael Zambrano y Rubio, natural de Sevilla, provincia de dem, de edad de veinticinco aos,
alumno de la Escuela industrial superior de Sevilla, ha acreditado en debida forma que rene los re-
quisitos que la legislacin actual exige para obtener el Ttulo de Ingeniero industrial en la especialidad
qumica. Por tanto, de orden de S.M. la Reina expido este Ttulo a su favor, para que pueda gozar de las
ventajas que como tal Ingeniero industrial le corresponden. Dado en Madrid a seis de Setiembre de mil
ochocientos sesenta y siete. En nombre del Sr. Ministro, el Director general int,Ttulo de Ingeniero
industrial en la especialidad qumica a favor de Don Rafael Zambrano y Rubio.

Al no haber podido localizar su expediente personal en al Archivo del Instituto Zurbarn (AIZ-
BA), ni tampoco las Memorias del Instituto de los cursos en que permaneci en la ciudad, la nica
constancia documental de su presencia en el mismo se encuentra en el Libro del personal facultativo
del Instituto de Badajoz (AIZBA) y en un acta de Claustro.
En este libro, en la relacin de quienes haban desempeado sucesivamente la ctedra de Fsica
y Nociones de Qumica (desde Don Florencio Martn y Castro hasta Don Mximo Fuertes Acevedo),
existe una anotacin que dice:

Don Rafael Zambrano, nombrado por la Direccin general en 6 de marzo de 1867 sustituto con el suel-
do anual de 533 escudos con 333 milsimas. Tom posesin en 1 de Abril del mismo ao.25 Ces, por
acuerdo de la Junta de Gobierno, en 30 de septiembre de 1868. En 1 de octubre del mismo ao fue re-
puesto por acuerdo de la referida Junta26// Ces el Sr. Zambrano [en esta ocasin denitivamente] el 11
de Septiembre27 de 1869 en que se recibi el ocio del Rector trasladando la orden de S. A comunicada
por el E. S. Ministro de fomento en 14 del mismo, y en la cual se da conocimiento del nombramiento
para esta Ctedra de [D. Gregorio Garca de Meneses]

23
(AHUS). Legajo 577-37. http://fondosdigitales.us.es/fondos/libros/10853/1/expediente-de-la-escuela-industrial-
sevillana-de-rafael-zambrano-y-rubio/
24
AGA IDD (05)017.000, caja 32/08594, exp. 5954-40: Expediente personal de Rafael Zambrano Rubio, catedrtico
de Instituto.
25
Del nombramiento efectuado por Don Severo Catalina del Amo,, Director general de Instruccin pblica: Ttulo
de Sustituto de la ctedra de Elementos de Fsica y nociones de Qumica, expedido a favor de Don Rafael Zambrano-
y de la toma de posesin dada por Don Valeriano Ordez de Adrin, Director del Instituto-existe constancia en
el AGA (vase nota 5), precisamente en la certicacin del Sr. Romero de Castilla que hemos reseado (pgina
INDICARLA)
26
Este cese y reposicin consecutivos, estn recogido en el Acta de la Sesin [de Claustro] del da 1 de Octubre de
1868, acta que, por su inters histrico, reproducimos: Reunidos los Srs. que al margen se expresan en el saln
de actos de este Instituto, bajo la presidencia del Sr. Director Don Carlos Botello del Castillo y con asistencia
del infrascripto Secretario, se dio lectura por mandato del Sr. Presidente, de una comunicacin de la Junta de
Gobierno de esta Provincia, fecha de ayer, disponiendo cesasen en sus cargos el Director, Profesores y dems
empleados de este Instituto; y de otras varias de fecha de hoy, por las que la misma Junta nombra Director de este
Establecimiento y repone en su ctedra al mencionado Don Carlos Botello del Castillo, y en las que respectivamente
venan desempeando los Srs. Don Juan Gonzlez Quevedo, Don Toms Romero de Castilla, Don Ildefonso Prez,
Don Rafael Zambrano y Don Francisco de Paula Cacharrn. Dichos Srs. tomaron posesin de sus cargos y sin otro
incidente se dio por terminada la sesin.
27
Hay cierta incertidumbre, en esta fecha, pues la toma de posesin de su sucesor se dice que fue el 12 de Setre en
que ces Zambrano. Y en la p-46 de la memoria del curso 1878-79, en el apartado de Directores y catedrticos que

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


212
NGEL ZAMORO MADERA

De acuerdo con los datos anteriores, el Sr. Zambrano enseo Fsica y Qumica en el Instituto de
Badajoz durante los meses nales del curso 1866-67, y los dos siguientes cursos completos, 1867-68
y 1868-69. En verdad, no demasiado tiempo, durante el cual, adems, estuvo encargado de la estacin
meteorolgica del Instituto y, aunque sin relacin directa con la enseanza, fue nombrado el almo-
tacn de la provincia de Badajoz para el planteamiento del sistema mtrico-decimal.
Con posterioridad a su cese en Badajoz, su ejercicio profesional tuvo lugar en un colegio de
Utrera y en el Instituto de Sevilla, primero como auxiliar y despus, a partir del 2 de enero de 1879,
como Catedrtico supernumerario.
Logrado el nombramiento de catedrtico numerario de Fsica y Qumica del instituto de Baeza
el 6 de diciembre de 1881, es simultneamente declarado en situacin de excedente en virtud de la
nueva organizacin dada a dicho Instituto, por lo que habra de continuar como supernumerario en
el Instituto de Sevilla hasta que lograra colocacin en el profesorado [como Catedrtico numerario].
Breve fue la situacin de excedencia, pues el 3 de febrero de 1882, fue nombrado Catedrtico
numerario del Fsica y Qumica del instituto del Cardenal Cisneros de Madrid, instituto en el que casi
no puso los pies, pues el 24 de febrrero de 1882, el Ministro ocia al Director general lo siguiente:

Accediendo el Rey (q.D.g.) a la permuta solicitada por los Catedrticos numerarios Don
Rafael Zambrano y Rubio y D. Rodrigo Sanjurjo e Izquierdo, se ha servido nombrar a este
ltimo interesado para la ctedra de Fsica y Qumica del Instituto del Cardenal cisneros,con
el sueldo de tres mil pesetas y mil anuales por residencia, y para la de Matemticas que este
desempea en el de Sevilla, con el sueldo de tres mil pesetas anuales, a Don Rafael Zambrano
y Rubio. De Real orden

Tomada posesin del cargo de Catedrtico de Matemticas del Instituto de Sevilla, el 9 de mar-
zo de 1882, en este Centro permaneci hasta su fallecimiento en 1901.
El Sr. Zambrano Rubio desarroll una nada desdeable labor literaria de carcter didctico-edu-
cativo, tanto en sus libros de texto de Matemticas, como en los que componen sus Cuentos morales
y cientcos.
Estos ltimos, de instruccin y recreo para la niez, narran una historia cticia, muy sencilla,
enaltecedora de los valores paternos-liales, de la amistad, de la solidaridad, de la superacin, del
reencuentro, sobre cuyo contenido moralizante y al hilo de la narracin, el autor informa a sus
pequeos lectores acerca de algn fenmeno o hecho relacionado con la ciencia. Esta informacin es
sucinta y, vista desde hoy, digamos que no muy rigurosa.
Sus textos de Matemticas, muy detallados y de exigente lectura, fueron:

l Rafael Zambrano y Rubio (1884). Compendio de Aritmtica para la enseanza primaria, elemental
y superior. Sevilla, Imp. Y Lit. Girons y Ordua. Localizado en la Biblioteca Digital Hispnica
l Rafael Zambrano y Rubio (1883). Elementos de Aritmtica para uso de los alumnos de Segunda
Enseanza y de las Escuelas Normales. Sevilla, Imp. de Girons y Ordua. Localizado en la Biblio-
teca Digital Hispnica
l Rafael Zambrano y Rubio (1884). Problemas de Geometra y ejercicios prcticos de dicha asigna-
tura, adaptados y dispuestos para uso de los alumnos de 2 enseanza. Sevilla, Imp de Girons y
Ordua (BDH)

han sido de este Instituto con expresin de la fecha en que cesaron en sus respectivos cargos, encontramos que: Don
Rafael Zambrano, de Fsica y Qumica. Ces en 17 de septiembre de 1869 por orden del Regente del Reino de 14 del
mismo mes y ao.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 213


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

l Rafael Zambrano y Rubio (1886). Elementos de geometra y nociones de trigonometra. Sevilla,


Est. Tip. de Jos M Areiza.
l Rafael Zambrano y Rubio (1889). Elementos de lgebra. Sevilla, Imp. de Girons y Ordua.

Don Gregorio Garca de Meneses, naci en Sevilla el 25 de junio de 1839. Tambin ingeniero
por la Escuela Industrial Sevillana, su llegada como Catedrtico de Fsica y Qumica al Instituto de
Badajoz,28 supuso el desplazamiento del Sr. Zambrano.
El Sr. Garca de Meneses lleg al Instituto de Badajoz, por traslado, desde el Instituto de Huel-
va, Instituto para el que fue nombrado Catedrtico de Fsica y Qumica y encargado de la ctedra de
Historia Natural, en virtud de oposicin, por Real orden de 16 de junio de 1865.
Adelantamos este dato para, en nuestro afn de acercarnos a su persona ms all de lo mera-
mente acadmico, dar cuenta de algo que reere Eloy Arias Castan29 en su trabajo Huelva en la
revolucin de septiembre de 1868. Entre otras cosas, dice: ...se repuso a profesores destituidos por
sus ideas polticas, como fue el caso de Gregorio Garca de Meneses, Catedrtico del Instituto pro-
vincial separado en 1866 por haber suscrito un manisto democrtico.
En lo que a sus datos acadmicos se reere, con 14 aos ingres en la Escuela Industrial Sevi-
llana donde curs los estudios de ingeniero industrial,30 documentados por partida doble,31 alcanzando
la doble especialidad Mecnica y Qumica32. Los ejercicios para la obtencin del grado de ingeniero
debi realizarlos dentro del ao acadmico 1863-64, en el que curs 5 de la carrera, o a comienzos
del 1864-65, pues como se ha indicado, gan la oposicin en junio de 1865.
La formacin acadmica de Don Gregorio no concluy con la obtencin del ttulo de Ingeniero,
sino que continu hasta obtener los de Licenciado y Doctor, ejerciendo ya en Badajoz.
En efecto, el Archivo Histrico Nacional conserva el expediente relativo a la obtencin del
grado de Doctor,33 de cuyos documentos reproducimos lo siguiente:

D. Diego Prez Martn, Secretario general de esta Universidad Literaria [de Sevilla]// Certico: que
Dn Gregorio Garca de Meneses y Menacho, natural de Sevilla, provincia del mismo nombre, practic
en esta universidad el da veinte y uno de Noviembre de mil ochocientos setenta y uno los ejercicios del
grado de Licenciado en Ciencias, seccin de Ciencias fsicas, en los que fue Aprobado ,34

El 17 de junio de 1873, el Sr. Garca de Meneses se dirige al Rector de la Universidad Central,


dicindole:

Ilmo. Sr.: Don Gregorio Garca de Meneses y Menacho, que tiene aprobados los ejercicios del grado de
Licenciado en Ciencias, seccin de ciencias Fsicas, as como las asignaturas necesarias para el doc-
torado en dicha facultad y seccin segn consta en los adjuntos documentos// Suplica a V.S.I. se sirva

28
El peridico La Crnica de Badajoz, en su edicin del 3 de septiembre de 1869, insert la nota siguiente: La ctedra
de Fsica y Qumica en el Instituto de esta provincia, que estaba vacante desde 1856 [el redactor deba ignorar la
breve e irrelevante presencia del Catedrtico Sr. Valdelvira a nales del curso 1862-63], ha sido provista ahora,
habiendo sido nombrado para desempearla D. Gregorio Garca.
29
Eloy Arias Castan (1990), Huelva en la revolucin de septiembre de 1868. Revista Huelva en su historia, 3, 1990,
pp 421-448. Editores Diputacin provincial de Hueva, Instituto de Estudios Onubenses.
30
AHUS-Legajo 571-55 [http://fondosdigitales.us.es/fondos/libros/10971/1/Expediente/]
31
AHUS-Legajo 574-28 -1859 [http://fondosdigitales.us.es/fondos/libros/10969]
32
Cano Pavn, obra citada.
33
AHN-UNIVERSIDADES, 5620, Exp. 4.
34
El subrayado es nuestro.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


214
NGEL ZAMORO MADERA

decretar su admisin a los ejercicios del grado de doctor en la mencionada facultad y seccin que se
propone practicar el exponente.// Gracia que espera.

Admitido a los expresados ejercicios, present un discurso relativo a tema n 7 del Cuestiona-
rio, con el ttulo Estado actual de la Meteorologa y porvenir reservado a la misma. Ledo que fue el
referido discurso, en otro documento de su expediente, se dice:

D. Gregorio Garca de Meneses y Menacho, natural de Sevilla, provincia de dem, de edad de treinta y
cuatro aos, habiendo hecho constar los estudios que expresa la certicacin del margen [no est cum-
plimentada],y sufrido en el da de la fecha el ejercicio del Grado de Doctor en la Facultad de Ciencias,
seccin de las Fsicas, ante los jueces que suscriben, y que han suscrito igual acta adjunta al expediente,
ha obtenido la calicacin de Aprobado.// Madrid, treinta de Junio de mil ochocientos setenta y cuatro.

De sus datos profesionales ya hemos mencionado su acceso a la condicin de catedrtico del


Instituto de Huelva. En cuanto a su incorporacin al Instituto de Badajoz, en el Libro del personal
facultativo del mismo,35 en la relacin de los catedrticos de Fsica y Qumica, aparece la siguiente
anotacin:

D. Gregorio Garca de Meneses, trasladado a solicitud suya de el de Huelva: orn [orden] 14


de agosto 69 de S. A. el Regente. Tom posesin el 1236 de Sete en que ces Zambrano. Ces en
[no aparece fecha37] por R.O. de 9 de julio de 1877 por haber sido trasladado al Instituto de
Sevilla para desempear la ctedra de Agricultura.

Esos casi ocho aos de pertenencia a la plantilla del Instituto de Badajoz se vieron interrumpi-
dos por una licencia de dos aos,38 que debi iniciarse a comienzos del curso 1872-73 y que se exten-
di al 73-74. As, en la Memoria de este curso, p. 6, aparece:

he de consignar que ha vuelto a sentarse entre nosotros, despus de dos aos de licencia para dedi-
carse a estudios cosmolgicos,39 el Catedrtico numerario de Fsica y Qumica D. Gregorio Garca de
Meneses, habiendo cesado por consiguiente, desde el da 31 de agosto [de 1874], su sustituto el Inge-
niero de Minas D. Vicente Membrillera.

Trasladado, como se ha dicho, al Instituto de Sevilla para desempear la Ctedra de Agricultura,


en ella centr su atencin de modo preferente,40 si no exclusivo, pues no tenemos constancia de que
volviera a ensear Fsica y Qumica.

35
AIZBA
36
Existe una ligera discrepancia entre esta fecha y aquella en la que el Instituto de Huelva dice que se produjo el
traslado: 14 de septiembre.
37
Segn la Memoria del Instituto de Badajoz del curso 1878/79 (Cuadro nm. 20, p. 47: Relacin de Directores y
Catedrticos que han sido de este Instituto con expresin de las fechas en que cesaron en sus respectivos cargos) el
cese se produjo en la misma fecha de la R. O., es decir, el 9 de julio.
38
Memoria del Instituto, curso 1872-73.
39
Fuera para estos estudios u otros, lo cierto es que emple ese tiempo para doctorarse.
40
En el diario ABC de Sevilla, edicin del domingo 12 de marzo de 1978, en la seccin HACE 100 AOS, se dice:
El catedrtico de Agricultura Gregorio Garca de Meneses pronunciara (sic) una conferencia sobre el tema Abonos
de la tierra.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 215


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

Que centr su atencin en la agricultura lo prueban sus numerosas publicaciones, todas rela-
cionadas con su formacin de ingeniero y con su condicin de catedrtico de aquella. De entre ellas
hemos ledo y comentado las que siguen:

(1877). Elementos de agricultura terico-prctica. Sevilla, Lpez y Comp Editores


(1878). Breve manual de las industrias rurales ms importantes para Andaluca y Extremadura. Se-
villa, Imp. De Jos M Ariza.
(1898). Principios de agricultura para uso de los alumnos de segunda enseanza (6 ed.). Sevilla.
Tipografa de Rodrguez y Lpez.

Eludiendo aqu el comentario pormenorizado, digamos que son eruditas, densas, de difcil lec-
tura y con evidentes analogas entre ellas.
No nos resistimos a decir que la ltima, la destinada a los alumnos de segunda enseanza, nos
ha parecido excesiva para tales destinatarios, aunque quiz esta impresin derive de nuestro limitado
conocimiento de los temas que aborda, pues seis ediciones parecen acreditar (o no?) su utilidad.
Cerraremos nuestras referencias al Sr. Garca de Meneses con dos que tiene que ver con la du-
racin de su carrera docente:
La primera de ellas es la contenida en la R.O. de 28 de octubre de 1910, de la que da cuenta la
Gaceta de Instruccin Pblica y Bellas Artes del 15 de noviembre, por la que, acreditado su perfecto
estado de salud a pesar de su avanzada edad [setenta y un aos cumplidos], y vistos los informes de
las autoridades acadmicas correspondientes, se dispone contine en el desempeo de su Ctedra.
La segunda es que su jubilacin fue declarada con fecha 3 de diciembre de 1915 [a los setenta
y seis aos cumplidos] en la Gaceta de Madrid de 4 de diciembre de 1915.
No hemos podido averiguar la fecha ni el lugar de su fallecimiento.
Don Vicente Membrillera [Gutierrez], tercero de los ingenieros de este apartado, natural de
Barcarrota, fue quien sustituy a Don Gregorio Garca de Meneses durante la licencia de dos aos
que se le concedi.
El Sr. Membrillera realiz sus estudios de ingeniera en la entonces denominada Escuela Espe-
cial de Minas, entre los curso 1866-67 y 1870-71, ao acadmico en que termin la carrera ingresan-
do en la clase de ingenieros 2.
De la actividad profesional, como docente, del Sr Membrillera, da cuenta la Memoria del Ins-
tituto del curso 1872/1873, leda en la apertura del de 1873/1874. En su apartado de Personal, p. 4,
se dice:

Una licencia de dos aos, obtenida por el Catedrticos de Elementos de Fsica y Nociones de qumica,
Don Gregorio Garca de Meneses, hizo sin embargo que el Claustro, deseoso de que aquella asig-
natura siguiese ensendose en nuestra escuela con la lucidez que requiere, conase dicha ctedra
al Ingeniero de Minas Don Vicente Membrillera, que durante todo el curso prximo pasado ha dado
constantes pruebas de sus profundos conocimientos y verdadero amor a la enseanza.

La docencia de Don Vicente, iniciada a comienzos del curso 1872/1873, se extendi al curso
1873/1874, pues [como se ha indicado anteriormente y repetimos] en la p. 6 de la Memoria corres-
pondiente al mismo, leda el 1 de octubre de 1874, leemos:

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


216
NGEL ZAMORO MADERA

he de consignar que ha vuelto a sentarse entre nosotros, despus de dos aos de licencia para
dedicarse a estudios cosmolgicos, el Catedrtico numerario de Fsica y Qumica, D. Grego-
rio Garca de Meneses, habiendo cesado por consiguiente, desde el 31 de agosto [de 1874], su
sustituto el Ingeniero de Minas, Don Vicente Membrillera.

Pese a un ejercicio temporal no desdeable, pues fue bastante ms largo que el de algunos de
sus predecesores en la ctedra, el carcter de sustituto, sin nombramiento Real, de Don Vicente Mem-
brillera, determin su no aparicin en las Relaciones de Directores y Catedrticos que ha sido en este
Instituto con expresin de la fecha en que cesaron en sus respectivos cargo, relaciones que aparecen
en Memorias posteriores41 a su estancia en el Instituto.
Al margen de su eventual dedicacin a la enseanza, el Sr. Membrillera debi ocuparse prefe-
rentemente en labores relacionadas con su condicin de Ingeniero de minas. Al respecto, en la edicin
de la tarde del martes 24 de junio de 1919 del diario ABC, p. 13, se da cuenta el homenaje tributado
por la Escuela Especial de Ingenieros de Minas, a la memoria de los Ingenieros que fueron su alum-
nos y fallecieron en el cumplimiento de su deber. Con tal motivo se descubri una lpida en la que,
entre otras inscripciones, se dice, gura la siguiente: Don Vicente Membrillera, Castuera, 31 de Julio
de 1886.
Este ltimo dato nos ha permitido pensar que, posiblemente, trabaj como ingeniero en la in-
dustria que existi en Castuera para la extraccin y fundicin de minerales de plomo, desde 1867
hasta 1892, en que tuvo que cerrarse por no poder resistir la crisis plomera. Y que probablemente,
dada la peligrosidad de los metales pesados, el Sr. Membrillera muriese a causa de una enfermedad
profesional.

Don Marino Dvila Fgueroa. Primer Auxiliar de ciencias del Instituto,


y primer Catedrtico numerario de Agricultura.

Nacido el 26 de diciembre de 1849 en Herencia (Ciudad Real), el Sr. Dvila Figueroa que dice
ser,42 fue el primer auxiliar de ciencias del Instituto de Badajoz, en virtud del nombramiento siguiente:

l Licenciado en la Facultad de ciencias, Seccin de Ciencias Naturales, con ttulo dado en Madrid a
6 de mayo de 1876.
l Aprobado en los ejercicios del grado de Licenciado en la Facultad de Ciencias, Seccin de Fsicas,
en el da 22 de junio de 1874.
l Aprobado en el ao del Doctorado en la Facultad de Ciencias, Seccin de Fsicas, en el curso de
1872 a 1873.

Don Joaqun Maldonado Macanz = Director general de Instruccin pblica = Por cuanto atendiendo
a las circunstancias que concurren en Don Mariano (sic) Dvila, ha sido nombrado por Real Orden de
esta fecha, auxiliar de la seccin de Ciencias del Instituto de Badajoz, con la graticacin de mil pese-
tas anuales.==Dado en Madrid a veinte y cinco de Febrero de mil ochocientos setenta y seis.

41
No habiendo logrado localizar las de los cursos1876/77 y 1877/78, hemos podido examinar estas relaciones a partir
de la del 1878/79.
42
Hoja de servicios. Expediente personal (AIZBA).

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 217


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

De las diversas funciones que como auxiliar tuvo que realizar, sealamos las siguientes:

l Desde el da 1 de Octubre de 1877 al 20 de mayo de 1878, desempe la Ctedra de Fsica y


Qumica, vacante,43 y con fecha 11 de diciembre de 1877 fue nombrado Encargado de la Estacin
Meteorolgica, tomando posesin el da 13 de enero de 1878, desempeando este cargo hasta el
da 20 de junio de 1878.

lo que ya justica su inclusin en estos apuntes. Aunque no sera extrao que desempeara
algn servicio ms (sustituciones, suplencias, desdobles), durante los 4 aos, 10 meses y 1 da, que
ejerci como auxiliar hasta que logr la Ctedra de Agricultura del Instituto.
El acceso a esta Ctedra y la correspondiente toma de posesin, estn recogidos en un docu-
mento de su expediente personal. En l se lee:

Don Pascual de Gayangos, Director general de Instruccin pblica = Por cuanto atendiendo a las cir-
cunstancias que concurren en D. Marino Dvila y Figueroa ha sido nombrado por real Orden de esta
fecha y en virtud de oposicin Catedrtico numerario de Agricultura del Instituto de Badajoz, con el
sueldo de tres mil pesetas anuales.= expido al referido D Marino Dvila y Figueroa el presente,
Dado en Madrid a siete de Marzo de mil ochocientos ochenta y uno.

Y desempeando esta Ctedra permaneci en el Instituto, hasta su fallecimiento el 27 de agosto


de 1902.
No parece ocioso sealar que, al margen de su actividad acadmica, particip activamente en la
vida cultural de Badajoz, pues no slo fue socio de nmero de la Econmica de Amigos del Pas de
Badajoz, sino que ejerci como Bibliotecario de la misma durante bastante tiempo.
Esta labor, muy valorada (p.e, en la edicin del 7 de julio de 1894, y en la del da siguiente a su
muerte, del Nuevo Diario de Badajoz), se reeja en el acta de la sesin de la Sociedad Econmica,
celebrada el 16 de Septiembre de 1902, en la que se dice:

Y en atencin a los mritos extraordinarios contrados por Don Marino Dvila, Bibliotecario que fue de
esta Sociedad, a propuesta del Sr. Merino y por aclamacin, se acord colocar su retrato con expresiva
dedicatoria en la Sala de Sesiones.

Don Mximo Fuertes Acevedo. Un catedrtico relevante.

Don Mximo Fuertes Acevedo, naci en Oviedo el 9 de diciembre de 1832. Casado con doa
Eudosia Arias, con quien tuvo cuatro hijos, su vida no estuvo exenta de dolor, como el que le produ-
jera la muerte de su hija Rosario en plena adolescencia. A ella, en su libro Vida y Escritos del marqus
de Santa Cruz de Marcenado,44 le dedica las sentidas palabras que siguen:

43
Efectivamente. El Catedrtico Don Gregorio Garca de Meneses, ces el 9 de julio de 1877. La ctedra estuvo vacante
hasta que Don Mximo Fuertes Acevedo tom posesin de ella el 20 de mayo de 1878.
44
MXIMO FUERTES ACEVEDO (1886), Vida y escritos del Marqus de Santa Cruz de Marcenado. (Obra premiada en el
certamen convocado en 1885 por la junta directiva del centenario del dicho Marqus de Santa Cruz de Marcenado).
Madrid, Est. Tip de Enrique Rubio.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


218
NGEL ZAMORO MADERA

En la madrugada del 2 de julio de 1892, D. Mximo falleci en Badajoz.


Sus estudios primarios y de segunda enseanza debi realizarlos en su ciudad natal, pues con
fecha 1 de mayo de 1849, el Rector interino de la Universidad Literaria de Oviedo expide un ttulo
de Bachiller45 en la facultad de Filosofa a favor de D. Mximo Fuertes Acevedo.
De los datos consultados se sigue que D. Mximo fue alumno de la Escuela normal de Filoso-
46
fa. Debi aprobar la oposicin de ingreso convocada el 24 de julio de 1851, obteniendo plaza en la
seccin de Literatura.47 Quiz la pronta supresin de esta Escuela por R.D. de 17 de septiembre de
1852, determinara la reorientacin del Sr. Fuertes en sus estudios.
Superados los cursos de Ciencias Naturales, ciertamente de trayectoria complicada, es admiti-
do para realizar los ejercicios conducentes a la obtencin del grado de Licenciado en la Universidad
Central, proceso recogido en diversos documentos.48 En ellos se recogen las Diligencias del grado de
Licenciado en Ciencias, seccin de las naturales de D. Mximo Fuertes Acevedo, reejndose que,
con fecha veintinueve de octubre de mil ochocientos cincuenta y nueve, ha sufrido el 1er ejercicio,
habiendo sido Aprobado por los jueces que suscriben; que el tres de noviembre de mil ochocientos
cincuenta y nueve, se han entregado al graduando los objetos siguientes: de Zoologa el Canis lago-
pus [perro o zorro rtico], de Mineraloga Estronciana sulfatada [sulfato de estroncio o celestina], y
de Botnica la Zinna elegans [rosa mstica] (objetos que haba de identicar segn lo dispuesto en
el Reglamento de estudios de 1852); que realizado el 2 ejercicio ese mismo tres de noviembre, ha
sido calicado con la nota de Aprobado. Finalmente se dice que, el nueve de noviembre de 1859, D.
Mximo Fuertes Acevedo ha recibido la investidura del grado de Licenciado en Ciencias, seccin
de naturales.

45
AHN, UNIVERSIDADES, 5571. Exp. 12
46
La Escuela normal de losofa se constituy al aprobarse su reglamento el 26 de abril de 1851, con arreglo a lo
dispuesto en los artculos 126 a 133 del plan de estudios de 1850. El primero de estos, dice: Habr en Madrid una
Escuela normal de losofa con el n de formar profesores para los Institutos y tambin para las Escuelas especiales
cuyos reglamentos lo exijan.
47
AHN, UNIVERSIDADES, 5571, Exp. 12. Imgenes 190 y 192.
48
AHN, UNIVERSIDADES, 5571, Exp. 12. Imgenes 170 a 173

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 219


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

Aunque trat de matricularse con anterioridad, en escrito dirigido al Rector de la Universidad


Central el 14 de octubre de 1876, el Sr. Fuertes solicita ser matriculado en las asignaturas correspon-
dientes al Doctorado de Ciencias (Anatoma comparada, Geologa y Paleontologa), asignaturas que
supera con la calicacin de Sobresaliente.
Con fecha 12 de mayo de 1877, en instancia49 elevada al Rector de la Universidad Central, Don
Mximo expone: que hallndose matriculado en el ao de Doctorado, de la Seccin de Ciencias
Naturales, y como Catedrtico de Instituto encontrarse accidentalmente en esta Corte, como Juez de
las oposiciones a varias ctedras vacantes en diversos Institutos, deseando aprovechar esta ocasin
para presentarse a examen: Suplica a V. E. que haciendo uso de las facultades que le conceden las
disposiciones vigentes, se digne disponer que el que suscribe sea examinado algunos das antes de
los sealados para los exmenes ordinarios
Concedido lo solicitado, en documento perteneciente al Libro Matriz del Grado de Doctor, de
la Universidad Central, Facultad de Ciencias Exactas, Fsicas y Naturales, curso de 1877 a 1878,50 en
el cajetn Acta del grado de Doctor en Ciencias puede leerse: El aspirante [Don Mximo Fuertes
Acevedo] ha elegido en esta fecha, del Cuestionario aprobado al efecto, el tema que dice as Volca-
nismo [como discurso de Investidura], fechado en Madrid el 6 de Diciembre de 1878 y rmado por
el Secretario del Tribunal, Jos Mara Solano.
A continuacin, se dice: Reunidos los Jueces que suscriben, a la hora sealada por el Sr. De-
cano de la Facultad, el aspirante ha vericado la lectura de su discurso, y despus de las observacio-
nes hechas por los Jueces y contestadas por l, ha obtenido la calicacin de Aprobado. Adems del
lugar y fecha anteriores (6 de diciembre de 1878), aparecen las rmas de los miembros del tribunal y
del graduando Mximo Fuertes. [No consta que recibiera la Investidura, ni el ttulo de Doctor,51 pues
los cajetines correspondientes aparecen sin cumplimentar].
Su incorporacin a la segunda enseanza se realiza en el Instituto de Santander. Del libro El
Instituto de Santander. Estudio y documentos52 (en el que se le cita como Profesor que juzg ejerci-
cios para optar al Premio de Fisiologa e Higiene y Fsica y Qumica, de alumnos como Marcelino
Menndez y Pelayo) copiamos el texto (pp. 185-186) siguiente:

DON MXIMO FUERTES ACEVEDO

Fue nombrado por Real Orden de 14 de octubre de 1863 para servir en comisin la ctedra de Fsica
y Qumica de este Instituto, con el haber anual de 8.000 reales, y tom posesin de su destino en 1. de
noviembre siguiente. En 23 de este mismo mes le fue encomendada la ctedra de Nociones de Historia
Natural, por haber obtenido licencia de la Superioridad para ausentarse, por motivos de salud, el Cate-
drtico don Julin Hernndez. Ces en su desempeo a nal de febrero de 1864 por haberse presentado
el propietario. En 29 de abril de 1865 se le dio posesin de la ctedra de Fsica y Qumica en propie-
dad, en virtud de haber sido nombrado para la del Instituto de Segovia por Real Orden de 20 de abril,
y trasladado a ste, por otra del 21 del mismo. En 16 de septiembre de dicho ao se le encomend de

49
AHN, UNIVERSIDADES, 5571, Exp. 12. Imagen 163
50
AHN, UNIVERSIDADES, 5571, Exp. 12. Imagen 116
51
De hecho, en las portadas interiores de sus libros de texto, publicados respectivamente en 1879, en Oviedo, y 1882,
en Badajoz, entre otros ttulos, dice ser Licenciado en Ciencias con los ejercicios aprobados del grado de Doctor.
Quiz, a pesar de que aprob el discurso, por razones que desconocemos no se someti a la formalidad del acto de
Investidura y, en consecuencia no se le expidi el ttulo de Doctor.
52
BENITO MADARIAGA Y CELIA VALVUENA (1970), El Instituto de Santander. Estudio y documentos. Editado por la
Exma Diputacin provincial de Santander [http://centrodeestudiosmontaneses.com/wp-content/uploads/2015/04/
el_instituto_de_santander_1971.pdf].
http://centrodeestudiosmontaneses.com/wp-content/uploads/2015/04/el_instituto_de_santander_1971.pdf

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


220
NGEL ZAMORO MADERA

nuevo la Ctedra de Historia Natural por renuncia del propietario, y la desempe hasta el da 19 de
junio de 1867, en que ces por haber sido nombrado Sustituto de ella por la Direccin General, D. Luis
Ortun y Garrido. Por nombramiento de la Direccin General de 23 de octubre de dicho ao ha sido
encargado de la referida ctedra, vacante por renuncia de Don Luis Ortun y Garrido y tom posesin
de ella el da 2 de noviembre.

Ms adelante, dentro del apartado Catedrticos de los estudios de Bachillerato, en la p. 322,


aparece:

Don Mximo Fuertes de Acebedo (sic), de Fsica y Qumica. Tom posesin en 1 de noviembre de 1863.
Ces en 18 de septiembre de 1876, por permuta con el doctor don Andrs Montalvo, catedrtico del Ins-
tituto de Figueras.53 En este centro ces, por traslacin al Instituto de Badajoz, el 20 de mayo de 1878.54

En el Archivo del Instituto Zurbarn de Badajoz (AIZBA) hemos localizado un documento55 en


el que literalmente se lee:

Don Mximo Fuertes Acebedo (sic) nombrado por R.O de 1 de mayo de 1878 en virtud de concurso
y por haber obtenido el 1er lugar en la terna formada por el Consejo superior de Instruccin pblica,
tom posesin del cargo de Catedrtico de esta asignatura en 20 de mayo del mismo ao. Ces por
fallecimiento el dos de julio de 1890.

Tales circunstancias se repiten en la Memoria del curso 1877-1878,56 p. 5, donde se dice:

don Mximo Fuertes Acebedo (sic), propuesto por sus mritos y servicios en primer lugar de la
terna formada en el concurso de provisin por el Consejo Superior de Instruccin pblica; y la dispo-
sicin administrativa es la Real orden de 1 de mayo, en virtud de la cual el Sr. Fuertes tom posesin
el da 20 de mismo mes de la Ctedra de Fsica y Qumica que tan dignamente ocupa.

Al quehacer estrictamente docente, en el aula, del Sr. Fuertes nos hemos acercado a travs del
libro de texto del que fue autor.
De este libro hemos analizado sus dos ediciones,57-58 conservadas ambas en la Biblioteca de la
Real Sociedad Econmica Extremea de Amigos del Pas. Casi idnticas en su contenido, su dife-
rencia ms notable, adems de en el ttulo, estriba que en la primera (1879), las guras y grabados
se recogen en 17 bien elaboradas lminas situadas al nal de la obra; en la segunda (1882), estas
ilustraciones aparecen insertadas a lo largo del texto. Por lo dems, tanto las referencias etimolgicas
(castellanizadas en su escritura, toda vez que los alumnos no conocen el griego), como las breves

53
El ao de incorporacin a este Instituto se conrma en el anexo del libro Crnica interna del primer institut de lEstat
que, con motivo del 175 aniversario de aquel escribi el profesor jubilado del mismo Joan Ferrers.
54
Memoria acerca de la situacin del Instituto Ocial de 2 enseanza de la ciudad de Figueras durante el ao acadmico
de 1885 a 1886. Cuadro n 15. (conservada en la Biblioteca Nacional de Catalunya).
55
Archivo del Instituto Zurbarn de Badajoz (AIZBA). Libro de Catedrticos. Relacin de Fsica y Qumica.
56
Biblioteca Bartolom J. Gallardo] Resumen del estado del Instituto provincial de Badajoz durante el ao acadmico
de 1877 a 1878. Badajoz. Imprenta de la Viuda de Arteaga.
57
MXIMO FUERTES ACEVEDO (1879), Curso de Fsica elemental y nociones de Qumica. Oviedo, Imp y Lit de V. Brid.
58
MXIMO FUERTES ACEVEDO (1882), Elementos de Fsica y nociones de Qumica. 2 Ed. Badajoz, Imprenta La Minerva
Extremea.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 221


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

referencias biogrcas relativas a guras relevantes de la Fsica que, a pie de pgina va desgranando
a lo largo del libro, son en todo similares en las dos ediciones.
Obra voluminosa de casi 600 pginas, presenta una estructura clsica en lo que a la distribucin
de contenidos se reere, con enumeracin de hechos poco o nada ligados. Y ello a pesar de que, cuan-
do habla de los Mtodos seguidos en el estudio de la Fsica, dice:

Unida a la experiencia la demostracin cientca de los fenmenos observados o experimentados, y


deduciendo de su anlisis diversidad de hechos para reunirlos o sintetizarlos, han dado a la Fsica un
carcter eminentemente losco de la ms alta importancia.

Y tambin:

La Fsica moderna al buscar la relacin entre todas las leyes ms o menos empricas que presiden a
la gran variedad de fenmenos para llegar a la unidad, no rechaza ningn mtodo, ni el del raciocinio,
ni el de la observacin, ni el de la experimentacin, si con cualquiera de ellos puede llegar al cono-
cimiento de un hecho o de una ley fsica; pero da preferencia al mtodo matemtico, merced al que la
ciencia ha progresado maravillosamente.

Y, efectivamente, aunque se echa de menos un mayor encadenamiento de las leyes, un trata-


miento ms generalizado, ms panormico, que facilitase el establecimiento de relaciones, analogas,
etc, el aprendizaje en suma, se atisban conocimientos que van en esa direccin.
As, cuando al hablar de las hiptesis acerca de la naturaleza del calor, descarta la del udo ma-
terial e imponderable llamado calrico, y opta por la de las vibraciones (es resultado del movimiento
vibratorio rapidsimo de las molculas de los cuerpos que se transmite merced a una materia sutil-
sima, perfectamente elstica, esparcida por todo el universo, el vaco y en interior de los cuerpos: el
ter), apunta hacerlo porque, adems de explicar todos los efectos del calor, tiene la ventaja de que
tambin da razn de los fenmenos de la luz y de la electricidad, y con ella desaparece esa fuerza
llamada accin a distancia que nada signica.
Y en ello se percibe que es conocedor de los pasos unicadores de la Fsica, intentos generali-
zadores que no se reejan en el texto. En cualquier caso, la exposicin de los fenmenos es clara y,
en no pocos casos, bastante puesta al da y erudita.
Si notable fue su actividad como profesor, no menos lo fue su papel como Director del Instituto,
cargo que desempe en dos periodos no consecutivos.
Su labor durante el primer periodo (4 de abril de 1881 hasta el 21 de febrero de 1884) se recoge
en la memoria que public a principios de febrero de 1884.59 En ella da cuenta del establecimiento
de un premio, a su costa y consistente en un ejemplar bien encuadernado de una obra cientca o
literaria, para todos los alumnos sobresalientes que no lograran el reglamentariamente establecido;
de la fundacin del Boletn Revista del Instituto de Badajoz, creado para establecer ms y ms las
relaciones que deben existir entre los cuerpos docentes y los padres que encomiendan a sus hijos a
estos centros; de mejoras y adecuacin de dependencias del centro; de adecuacin y aumento de los
tiles de los distintos gabinetes; y de sesiones o veladas literarias abiertas a la ciudad, potenciadoras
del papel divulgador del Instituto.

59
MXIMO FUERTES DE ACEVEDO (1884). Estado en que se encuentra esta Escuela Literaria el da 1 de Febrero de 1884.
Badajoz. Imprenta y Estereotipia La Minerva Extremea.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


222
NGEL ZAMORO MADERA

Lamentablemente su cese (si no motivado, quiz inuido por la hostilidad de cierta prensa
hacia su persona con motivo de una publicacin suya sobre el darwinismo) interrumpi tan brillante
gestin.
De su actividad durante el segundo periodo (desde su toma de posesin el 30 de diciembre de
188560 hasta su fallecimiento del 2 de julio de 1890), no hemos podido encontrar referencia documen-
tal alguna, quiz porque su muerte le impidi dejar constancia de ella. En cualquier caso, no es osado
presumir que sera similar a la del primero.
Antes de realizar algn comentario sobre una faceta muy importante de Don Mximo, la de pu-
blicista, nos permitimos dar cuenta de una iniciativa que revela, tambin, sus inquietudes socio-cul-
turales. Se trata del Proyecto de un Diccionario geogrco - historico61 que, en su calidad de socio,
present a la Sociedad Econmica Extremea de Amigos del Pas de Badajoz, el 20 de febrero de
1881. Quiz debiramos detallar los contenidos que, segn l, habra de albergar el Diccionario, pero
dado que no hemos podido conrmar si se elabor, nos limitamos a dejar contancia de su propuesta.
La labor como publicista del Sr. Fuertes Acevedo, ya fuera colaborando en peridicos o revistas
de Asturias, Santander y Badajoz, ya publicando distintos trabajos en forma de libros o folletos, ha de
calicarse, con mucha contencin, de fecunda y diversa. Vase, si no, la siguiente muestra de ttulos:

Breve bosquejo acerca del estado que alcanz en todas las pocas la literatura en Asturias, Ensayo
de una biblioteca de escritores asturianos, Vida y escritos del Marqus de Santa Cruz de Marcenado,
Estudio biogrco-crtico de los jurisconsultos ms ilustres de Asturias, Unos malos apuntes sobre los
buenos de Cervantes, Campoamor ante la crtica,.

De stos slo hemos ojeado alguno; pero hemos ledo con detenimiento los que a continuacin
se relacionan, lectura que ha posibilitado comentarios que, por su extensin, omitimos detallar en
estos apuntes.

l (187962) Las conferencias agrcolas.-Folleto de 12 pginas que, tal como indica su subttulo, re-
coge unas breves observaciones acerca de estos medios de propagacin de los conocimientos agr-
colas.
l (188063) El ao meteorolgico de 1879 en Badajoz.- Folleto en el que resalta la importancia de los
conocimientos cientcos en cuanto a su aplicacin, propone el establecimiento de tres estaciones
meteorolgicas que complementen a la existente en la capital, y recoge los datos relativos a pre-
sin, temperatura, humedad, evaporacin, pluviometra, velocidad de viento y estado general de la
atmsfera.
l (188064) Estudios sobre Astronoma, Fsica y Meteorologa, al alcance de toda clase de perso-
nas.- El espritu que impregna esta obra queda recogido en lo que al comienzo de ella dice su autor.
Es evidente la inuencia que en la instruccin de los pueblos ejerce la ciencia, cuando sus conoci-
mientos se generalizan y extienden. Y es que la ciencia no es patrimonio de los individuos ni de
las razas, es universal y cosmopolita; todos pueden alcanzarla y poseerla cuando a sus umbrales

60
Memoria acerca del estado del Instituto provincial de Badajoz, durante el curso 1885-1886, p. 10.
61
Archivo de la RSEEAP.
62
MXIMO FUERTES ACEVEDO (1879). Las conferencias agrcolas. Badajoz. Imprenta de la Viuda de Arteaga.
63
MXIMO FUERTES ACEVEDO (1880, El ao meteorolgico de 1879 en Badajoz. Badajoz, Imprenta de la Viuda de Arteaga.
64
MXIMO FUERTES ACEVEDO (1880) Bosquejos cientcos- Estudios sobre astronoma, Fsica y Meteorologa al alcance
de toda clase de personas. Badajoz. Imprenta de la viuda de Arteaga. (La RSEEAP custodia cuatro ejemplares, uno
de los cuales le dedica el autor).

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 223


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

se llega con fe y verdadero y noble entusiasmo, en virtud de lo cual, D. Mximo maniesta su


intencin de contribuir a popularizar los conocimientos y adelantos cientcos con lenguaje com-
prensible, extrao en lo posible al tecnicismo de la ciencia. Y en esta importante tarea se afana para
exponer aquellos saberes que considera constituyen una Astronoma, una Fsica y una Meteorologa
populares.
l (188065) Mineraloga asturiana. Catlogo descriptivo de las sustancias as metlicas como lap-
deas de la provincia de Asturias, seguido de breves consideraciones de su importancia industrial.-
Libro en el que el Sr. Fuertes habla de la antigedad geolgica de las zonas occidental, media y
oriental de Asturias, as como sus minerales y rocas preponderantes, de la historia de su minera y
de los obstculos que limitan su desarrollo, y ofrece un detallado Catlogo de todos los minerales
y rocas observados y recogidos hasta el da y tal cual se presentan en el pas.

Unas Consideraciones sobre la importancia industrial de los minerales de Asturias, en las


que seala sus dicultades y la necesidad prioritaria del estudio y conocimiento de minerales y rocas,
da paso a una abundante informacin relativa a la historia y dicultades de su explotacin, lugares
donde se encuentran, riqueza, abundancia actual, empresas y lugares que los aprovechan y comer-
cializan,,..y metales ms relevantes en Asturias, dedicndole especial atencin por su importancia
al hierro que, junto al carbn de piedra, tan abundante en Asturias, puede elevar la industria del
Principado a la altura de los ms adelantados pases. Finalmente, unas referencias a los criaderos de
carbn de piedra, al coque, y a unos nales productos lapdeos, dan paso a un resumen de lo expuestos
y a pedir se reexione sobre lo apuntado.

l (188366) El Darwinismo. Sus adversarios y sus defensores.- Consciente del impacto que poda
suponer tratar de un asunto tan delicado como la Teora del transformismo de las especies, Don
Mximo avisa de que slo considerar la teora de Darwin en su dimensin cientca, y que slo
mueve su pluma el deseo de generalizar la ciencia y la instruccin, pues es obligado expandir y no
ocultar el conocimiento. Aunque es consciente de la prevencin, cuando no el rechazo, con que
siempre se han acogido las ideas nuevas, se rearma en que a los razonamientos cientcos y a
los hechos de observacin, deben oponerse otros razonamientos y experiencias de anloga ndole,
y reitera su condicin de expositor cuyo objeto es examinar cuanto se ha dicho por escrito, princi-
palmente en Espaa, sobre una doctrina que hoy preocupa al mundo sabio y llama tan seriamente
su atencin.

Y a ello se dedica, a exponer las ideas evolucionistas de Darwin, sin ocultar algunas de las ms
importantes objeciones que se le hicieron. Lo que le lleva a decir:

Quiz esta doctrina desaparezca para ser reemplazada por otra ms perfecta o ms verosmil, porque
la ciencia no se detiene en sus exploraciones y descubrimientos, y el notable impulso que ha recibido
desde hace un siglo, la hace caminar a paso de gigante; pero si el sistema Darwinista puede no pasar,
pasarn seguramente los hechos que con tan solcito cuidado ha recogido el laborioso e infatigable
naturalista; esos quedarn y los conservar la ciencia como datos preciosos que podrn servir de fun-
damento a una nueva hiptesis, semejante o distinta de la de Darwin.

Un amplio captulo, dedicado a los adversario y defensores del darwinismo en Espaa (captulo
que, salvo error, ofrece 14 referencias de autores prodarwinistas, 23 de antidarwinistas, 10 de aquellos
que no se decantan, y 5 ttulos no comentados), seguido de una noticia biogrca de Darwin pone n
a la obra.

66
MXIMO FUERTES ACEVEDO (1883), El Darwinismo. Sus adversarios y sus defensores. Badajoz, Tipografa La Industria.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


224
NGEL ZAMORO MADERA

Quiz porque, como literalmente se dice en el prlogo de La introduccin del Darwinismo en


la Extremadura decimonnica,67 la implantacin social e ideolgica de una teora cientca no
se debe a sus creadores, sino (en palabras de Fernando Toms Prez) a escritores y cientcos di-
vulgadores, poco originales y con un conocimiento supercial de la materia, pero que saben llegar
perfectamente al gran pblico no especializado y levantar en l una estela de intereses, la discre-
pancia con el evolucionismo y particularmente con su introductor en Badajoz fue de aquella que se
maniesta en forma caricaturesca o de stira harto cruel.
No cabra calicar de extrao que ante el Darwinismo. Sus Adversarios y defensores, se alza-
sen voces en Badajoz que repudiasen las teoras transformistas, sobre todo en su extensin hasta el
hombre, pues se escucharon no slo en Espaa sino en Europa. Pero la de Don Ramiro Fernndez
Valbuena, manifestada en El Avisador de Badajoz peridico catlico de la ciudad bajo el seudni-
mo de doa Clara de Sintemores, sobrepasa los argumentos cientcos ms o menos fundados, para
caer en la descalicacin inmisericorde.
Los artculos de D Clara de Sintemores, que se jacta de haber hecho desaparecer de la venta,
antes del quinto de ellos, el libro de Don Mximo, fueron reunidos, corregidos y adicionados, aos
despus en un libro de elocuente ttulo,68 al que puede accederse en la Biblioteca Digital Hispnica.
En l, en sus artculos, el Sr. Fernndez Valbuena deja constancia de su absoluta discrepancia con la
teora de Darwin utilizando argumentos histricos, opiniones de destacados naturalistas, gelogos y
paleontlogos europeos, doctrina de Santo Toms, estudios de anatoma comparada y, naturalmente,
en relacin con el hombre, en el repudio del carcter materialista que, en su percepcin y de otros,
supone el evolucionismo. Pero no es una argumentacin sosegada, sino agresiva, ya que se adereza
con versos tales como:

Mas qu es la ciencia ya? No hollis su nombre / Plegad el bandern propagandista/ Que el origen del
hombre/ No es una nueva racional conquista./ Si os estorba el autor, ya es otra cosa:/Abajo la careta
mentirosa!

Y lo que es peor, con numerosas descalicaciones ridiculizantes del Sr. Fuertes Acevedo a
quien, como muestra, dedica cosas como la siguiente:

El amibo o amiba / que del agua naci con alma viva, / cuando le dio la gana /En pez se transform si
no fue en rana. / Ensanchando ms tarde su pellejos / Formvarios bichejos. / De estas transforma-
ciones como fruto / Result el Director de un Instituto. / Si este sigue la norma / Veremos en qu bicho
se transforma/.

Don Manuel Paz y Sabugo.


Un auxiliar de ciencias que volvi como Catedrtico de Agricultura.

Don Manuel Paz y Sabugo (Madrid, 1851; Badajoz, 1904), debi ser una persona de acusada
personalidad, pues por alguna razn que no hemos podido ms que intuir, el 29 de mayo de 1889
(ostentando la condicin de auxiliar en el Instituto, y Director del Colegio-Casa-Pensin de la ciu-

67
Fernando Toms Prez Gonzlez (1987), La introduccin de Darwinismo en la Extremadura decimonnica. Cceres.
Institucin Cultural El Brocense. Exma Diputacin provincial.
68
D Clara de Sintemores (1887), El darwinismo en solfa. Madrid, Imprenta de la viuda e hijo de Aguado.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 225


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

dad) elev al del Instituto un escrito69 en el que maniesta una protesta y solicita medidas contra un
ms que acreditado Catedrtico de Matemticas de este Centro que, adems, haba desempeado su
direccin.
Durante su estancia en Badajoz no se limit a las labores docentes que a ella le trajeron, sino
que actu como Perito Qumico a requerimiento de las Audiencias de Llerena y Badajoz, fue socio
de la Econmica de Amigos del Pas de Badajoz, y representante y Director tcnico de la Fbrica de
Alumbrado de la ciudad.
De su dimensin personal ms ntima, slo hemos podido saber70 que sufri el desagarro de la
prdida de un hijo de dos aos de edad.
Su trayectoria acadmica est contenida en dos expedientes que conserva el Archivo Histrico
Nacional, uno relativo a sus estudios de Fsica,71 y otro a los de Farmacia.72
En ellos hemos podido saber que el Sr. Paz aprob en el Instituto San Isidro los ejercicios del
grado de Bachiller el 28 de junio de 1869, y que, tras cursar las asignaturas prescritas para obtener la
licenciatura en Fsica (adems de la de doctorado, Anlisis Qumica), se someti a los ejercicios de
grado. Sobre la realizacin de los mismos, extraemos de su expediente lo siguiente:

Ha sufrido en el da de la fecha el primer ejercicio de Licenciado en la Seccin de Ciencias fsicas Don


Manuel Paz y Sabugo, habindole sido aprobado por los jueces que suscriben. Madrid, veintiuno de
Setiembre de mil ochocientos setenta y cuatro.
En el da de la fecha y hora de las cuatro de la tarde, ha tenido lugar la preparacin para el segundo
y ltimo ejercicio, habiendo recado ste sobre la preparacin de trescientos gramos de cido oxlico
qumicamente puro / Transcurrido el tiempo jado en el Reglamento y vericado cuanto en el mismo
se previene, el graduando Don Manuel Paz y Sabugo ha obtenido la calicacin de Aprobado por los
Jueces que suscriben estas diligencias as como el acta adjunta que se remite al Ilmo. Sr. Rector a los
efectos prevenidos en el citado Reglamento. Madrid, veinte y seis de octubre de mil ochocientos setenta
y cuatro.

Superados los trmites exigidos, y habiendo sido agraciado por S.M el Rey con el pago para la
expedicin del Ttulo [decreto de 12 de junio de 187573], el 2 de agosto de 1875 se declara la proce-
dencia de la expedicin del mismo, expedicin que tiene lugar el da siguiente.
Respecto a su expediente de la Facultad de Farmacia, en el curso 1871-72, como A. [alumno]
libre, se matricula en las asignaturas siguientes: Materia farmacutica animal y mineral/ Id. vegetal/
Farmacia qumico inorgnica/ Id. orgnica. Y en el 1872-73, en: Ejercicios prcticos/ Prctica de
operaciones farmacuticas/ Anlisis qumica/ Historia de las Ciencias mdicas.
Pero no deja de sorprender que la columna de Notas que ha obtenido en los exmenes, aparece
sin cumplimentar!. Es un defecto del expediente que no se rellen como era exigible? O se matri-
cul y no se examin?

69
AIZBA, Exp. Personal.
70
Diario de Badajoz, edicin del 7 de diciembre de 1890.
71
AHN. UNIVERSIDADES, 5992, Exp. 8
72
AHN. UNIVERSIDADES, 1126, Exp. 68.
73
No es un decreto, es una Real orden que aplica a D Manuel Paz, y otros, lo dispuesto en la de 24 de Marzo. En sta,
con motivo de la reciente visita del Rey a la Universidad Central, se dispone se abra concurso entre los alumnos de
enseanza ocial de la misma para la concesin del ttulo de Licenciado con exencin de derechos [gratuitamente]
habiendo de justicar los agraciados las mejores notas y calicaciones de conducta en los estudios, y carecer de
medios para la terminacin de su carrera.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


226
NGEL ZAMORO MADERA

No podemos saberlo con los datos disponibles. Pero no deja de ser extrao que en una de las
Hojas de servicio de Don Manuel Paz Sabugo, conservadas en el Archivo del Instituto Zurbarn de
Badajoz (AIZBA), solo consten los siguientes datos de su Carrera Literaria (en los que no hace refe-
rencia alguna a sus hipotticos? estudios de Farmacia):

l Licenciado en la Facultad de Ciencias, seccin de Fsica, segn el ttulo expedido por el Claustro de
la Facultad de Madrid a 3 de agosto de 1875, cuyo ttulo obtuvo como premio concedido por S. M
el Rey D. Alfonso XII, segn decreto de 12 de junio de 1875.
l En el curso 1871-72 curs en la Universidad Central, las asignaturas del Doctorado con la calica-
cin de Notable

Profesionalmente, el Sr. Paz que ya haba desempeado con xito envidiable en varios Cole-
gios,74 todas las asignaturas de la Seccin de Ciencias- accede al Instituto como Auxiliar de la sec-
cin Ciencias (cargo del que toma posesin el 25 de junio de 1884) y permanece en el hasta que cesa
20 de junio de 1992, al trasladarse al Instituto de Casariego de Tapia al haber obtenido por oposicin
la Ctedra de Agricultura del mismo.
Durante ese lago periodo de permanencia como Auxiliar, Don Manuel realiza numerosas sus-
tituciones en diversas Ctedras, bien por estar vacante o por enfermedad de su titular. Al margen de
estas espordicas sustituciones, existe constancia documental de que desempe la Ctedra de
Fsica y Qumica durante dos aos, once meses y veintin das, habindolo hecho de manera conti-
nuada, desde el 1 de octubre de 1890 (estaba vacante por el fallecimiento del Sr. Fuertes Acevedo)
hasta el 19 de junio de 1892 (fecha en que tom posesin el nuevo catedrtico, Sr. Iglesias Ejarque).
Del Instituto de Casariego de Tapia, donde ejerca como Catedrtico de Agricultura y fue Secre-
tario, se traslada al de Reus como Catedrtico de Fsica y Qumica y su agregada de Historia Natural,
y de ste al de Huelva como Catedrtico de Historia Natural (R.O. de 5 de julio de 1895).
En este ltimo Instituto, por R.O. de 14 de abril de 1902, cambia de asignatura pasando a des-
empear la de Agricultura y tcnica agrcola e industrial, desempeo que fue breve, pues en la Me-
moria del curso 1902-1903 del Instituto de Huelva aparece lo siguiente:

Por R.O. de 19 de noviembre [de 1902] fue trasladado por concurso Don Manuel Paz, catedrtico de
Agricultura y Tcnica agrcola, a igual ctedra del Instituto de Badajoz, de la que tom posesin en 1
de Enero del corriente ao [1903].

Lamentablemente, corta fue la segunda etapa en Badajoz del Sr Paz, pues naliz el 14 de abril
de 1904, fecha en la que, a los 52 aos, falleci.
Respecto a la vertiente divulgativa de Don Manuel, sealemos que en 1892 publica una obra75
con el ttulo de Deniciones, principios y leyes de la Fsica [que consta de 185 pginas (muchas de
ellas rmadas en su esquina inferior derecha), ms dos lminas nales desplegables en las que se ex-

74
Todava el 29 de Mayo de 1889,compatibilizndolo con su condicin de Auxiliar del Instituto, seguira vinculado a la
enseanza colegial, pues en escrito dirigido en esa fecha al Director, lo encabeza del modo siguiente: D. Manuel Paz
y Sabugo, auxiliar en el Instituto de su digno cargo y Director del Colegio-Casa-Pensin, a V.I. En la fecha citada
el Iris, peridico de Badajoz, acoge un anuncio con la siguiente cabecera: Colegio-Casa-Pensin// 1 y 2 enseanza
y Preparatorio para carreras especiales// Clases de adorno y gimnasia higinica// Incorporado al Instituto//San Blas,
10, Badajoz// cuarto ao de su existencia en esta capital.
75
MANUEL PAZ Y SABUGO (1892. Deniciones, principios y leyes de la Fsica. Badajoz, La Econmica de Pimentel,
Bureo, Arenas y Cia [examinada en la Biblioteca del Estado Bartolom J Gallardo de Badajoz].

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 227


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

ponen, respectivamente, Unidades y abreviaturas del Sistema Mtrico Decimal adoptado en Espaa
por Real Orden de 16 de diciembre de 1888 y Unidades fsicas].
El libro responde literalmente a su ttulo; es decir, no es, a mi juicio, lo que suele entenderse
por libro de texto, ya que se limita a denir caractersticas, propiedades y fenmenos; y a exponer,
enumerar, principios y leyes, sin soporte didctico alguno, aunque con referencias a sus respectivos
y numerosos creadores.
Es en verdad un libro denso, de esforzada lectura, sin descripciones ni soporte grco alguno, y
con ausencia total de demostraciones y deducciones matemticas, siquiera elementales, que pudieran
justicar, no ya las escasas frmulas que inserta en algn caso, sino aquello a que se reere. Ms bien
parece una minuciosa gua a la que asomarse desde las explicaciones, seguramente detalladas, que
pudieran darse en clase. Y es, quiz, este carcter de gua, el que explica la poca extensin de la obra,
sobre todo si se la compara con la que alcanza el comn de los libros de texto de la poca.
Signica lo anterior que carece de mrito o utilidad? Nada ms lejos de la realidad. Me atrevo
a decir que, cuando fue editado, cualquier alumno podra encontrar informacin acerca de casi, o sin
casi, todos los fenmenos fsicos conocidos hasta entonces.
Adems de la obra comentada, en las Hojas de Servicio (AIZBA) consultadas cita estas otras
publicaciones, a las que no hemos tenido acceso:

l Una nia como hay muchas 32 pginas (juguete cmico en un acto y en verso, en colaboracin
con Don Ambrosio Fernndez Carpizo), 1971. Madrid, Imp. de Julin Pea.
l Varios artculos cientcos (1877), publicados en el peridico Revista del personal de Ferro-carri-
les. Madrid
l Varios artculos cientcos, en el Diario de Badajoz (1891), el Alcance y la Provincia (Huelva).
l Memoria del Instituto de Casariego de Tapia del curso 1892-93.
l Programa de Fsica y Qumica 30 pginas (1892). Badajoz, Imp. Gaspar
l Programas de Fsica y Qumica, cuadros de Historia Natural, Organografa, Fisiologa e Higiene
(1894). Reus, Imp. Hijos de Sanjun.

Don Pedro Vicente Cros y Uriondo. Una vida demasiado corta.

Don Pedro Vicente Cros y Uriondo, nacido en Vitoria en 1869, inici sus estudios de Bachille-
rato en el Instituto de su ciudad natal, los continu en el de Barcelona y en el San Isidro de Madrid y,
procedente de ste, lleg al de Badajoz en el que alcanz el grado de Bachiller en junio de 1886, tras
haber conseguido el premio ordinario en la asignatura de Francs.
De sus estudios universitarios, el propio Sr. Cros dice en su Hoja de servicios76 ser Licenciado
en Ciencias fsico-qumicas, segn ttulo expedido en Madrid el 27 de Diciembre de 1890.
Respecto a las calicaciones que pudo haber obtenido en la Facultad, debieron ser muy satis-
factorias, pues en la Memoria del Instituto de Badajoz del curso 1890/1891, al darle la bienvenida por
su incorporacin al mismo, se dice:que acaba de terminar su carrera, habiendo obtenido durante
toda ella las ms altas calicaciones,.
Su incorporacin como profesor Auxiliar supernumerario gratuito, se produce en virtud del
siguiente nombramiento:77

76
AIZBA. Exp. Personal.
77
Ibidem.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


228
NGEL ZAMORO MADERA

Don Jos Dez Macuso, Director general de Instruccin pblica. = Por cuanto por orden de esta fe-
cha se ha nombrado a Don Pedro Vicente Cros, en virtud de concurso y propuesta en primer lugar del
Claustro de Profesores en el Instituto de Badajoz, y del Rectorado, Profesor Auxiliar supernumerario
gratuito de la Seccin de ciencias de dicho Instituto.== Dado en Madrid a diez y seis de Abril de mil
ochocientos noventa y uno. = = Ministerio de Fomento.= Ttulo de Profesor Auxiliar supernumerario
gratuito de la Seccin de Ciencias del Instituto de Badajoz a favor de Don Pedro Vicente Cros.

Aunque debi haber algn nombramiento para el curso 1892/93, no se conserva otro que el
siguiente, con su correspondiente toma de posesin:

Don Eduardo Vicente y Reguera? = Director general de Instruccin pblica = Por cuanto por orden
de esta fecha se ha nombrado a Don Pedro Vicente Cros, en virtud de concurso, Profesor Auxiliar de la
Seccin de Ciencias del Instituto de Badajoz, con la retribucin de mil pesetas anuales. == Dado en
Madrid a veintisis de Febrero de mil ochocientos noventa y cuatro = Ministerio de Fomento = Ttulo
de Profesor Auxiliar de la Seccin de Ciencias del Instituto de Badajoz a favor de Don Pedro Vicente
Cros.=// Don Manuel Portillo y Jochmann, Catedrtico y Secretario accidental de este Instituto =
Certico: que Don Pedro Cros Uriondo ha tomado posesin en el da de hoy, del cargo de Profesor Au-
xiliar de la Seccin de Ciencias de este Instituto, con la retribucin de mil pesetas anuales, en virtudY
para que conste, rmoveintids de Marzo de mil ochocientos noventa y cuatro

La actividad que el Sr. Cros desarroll en el Instituto, la describe l mismo en una inconclusa
Hoja de servicios, cuyo correspondiente apartado insertamos a continuacin:

El hecho de haberse ocupado de la enseanza de la Fsica y Qumica, por sustitucin,78 durante


3 meses y 28 das en el curso 1891/92, y 6 das en el 1892/93, justica su inclusin entre los profeso-
res de dicha asignatura en el Instituto de Badajoz.
Su pronto fallecimiento (el 6 de julio de 1894, segn Memorias del Instituto; el 8, segn Nuevo
Diario de Badajoz), frustr una carrera que prometa ser brillante. As creemos se desprende de las
palabras que le dedica79 el Secretario del Instituto:

78
En el curso 1891/92, debi de sustituir a Don Manuel Paz Sabugo, posiblemente durante el tiempo que ste dedicara
a la realizacin de sus oposiciones. La sustitucin del 92/93, dada su brevedad, debi de ser por alguna indisposicin
de Don Enrique Iglesias Ejarque.
79
Memoria del Instituto de 2 enseanza de Badajoz, curso 1893-94, p. 6, Movimiento de personal.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 229


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

Forzoso me es dar principio a esta seccin evocando un triste recuerdo: el de la prematura muerte del
malogrado joven Don Pedro Cros y Uriondo, auxiliar numerario de la Seccin de Ciencias de este Ins-
tituto, cuya actividad, ilustracin e inteligencia eran sobradamente conocidas. El claustro, que tantas
ocasiones tuvo de apreciar las bellas cualidades que le adornaban, lamenta como el que ms tan sensi-
ble prdida, y rinde a su memoria este ltimo tributo de su cario y su pena.

Don Enrique Iglesias Ejarque.


Un Catedrtico que pudo haberlo sido de la Universidad de la Habana.

Don Enrique Iglesias Ejarque naci en Zaragoza el 9 de septiembre de 1868. Comenz sus
estudios de Bachillerato en el Instituto de Zaragoza, los continu en el de Huesca80 y los termin en
el primero de los citados, pues en un documento81 de la Universidad Central, que contiene el Extracto
del expediente acadmico del Sr Iglesias, se dice:

BACHILLERATO: Veric los ejercicios de este Grado en el Instituto de Zaragoza el 23 de junio de


1884 con la calicacin de Aprobado en el primero y Aprobado en el segundo, habindosele expedido
el ttulo correspondiente con fecha 16 de septiembre de 1884, autorizado con la rma del Sr Rector y
Srio gral (sic) de la U (sic) de Zaragoza.

La licenciatura en Ciencias, seccin fsico-qumicas, la obtiene en la Facultad de Ciencias de


la Universidad de Zaragoza, hecho que acredita la certicacin ocial82 expedida el treinta de sep-
tiembre de mil ochocientos ochenta y ocho, que, a peticin del interesado, se remite al Rector de la
Universidad de Madrid
Cursadas las asignaturas del doctorado en el curso 1888-89 [Anlisis qumica, sobresaliente;
Prcticas de anlisis qumica, ganada por asistencia], realiza los ejercicios de grado, leyndose en el
acta:

El aspirante ha elegido con esta fecha [11 de marzo de 1891] del cuestionario aprobado al efecto, el
tema que dice as: Dos aplicaciones de la luz a la anlisis qumica, y a continuacin: Reunidos los
Jueces que suscriben, a la hora sealada por el Sr. Decano de la Facultad, el aspirante ha vericado la
lectura de su discurso, y despus de las observaciones hechas por los Jueces y contestadas por l, ha
obtenido la calicacin de Aprobado. Madrid, 11 de abril de 1891.

Conseguido el doctorado, Don Enrique an contina sus estudios, en este caso por libre, en el
curso 1890-91.
En efecto, existen dos instancias83 elevadas al Ilmo Sr. Rector de la Universidad Central, una
con fecha de 9 de mayo de 1891 y la otra fechada el 11 de agosto, en las que, respectivamente dice
que deseando ser examinado en esa Universidad para dar validez acadmica en el presente curso a
los estudios que tiene hechos libremente para la Facultad de Ciencias [naturales], Suplica se sirva
admitirle a los exmenes de la asignatura Anatoma y siologa vegetal [en la primera] y las de Cris-

80
AHPHU_I_00713_0018_0001.jpg
81
(AHN)UNIVERSIDADES, 5726, Exp.10_073
82
(AHN)UNIVERSIDADES, 5726, Exp.10_089
83
(AHN)UNIVERSIDADES, 5726, Exp.10_080

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


230
NGEL ZAMORO MADERA

talografa y Mineraloga [en la segunda]. Realizado el examen de la primera en la convocatoria de


Junio, obtuvo la calicacin84 de Sobresaliente; en tanto que en las siguientes logr85 las de Bueno, en
la convocatoria de Septiembre.
Con anterioridad a realizar los ejercicios de doctorado y las asignaturas de ciencias naturales
referidas, Don Enrique rma unas oposiciones a Ctedras de Fsica y qumica de Instituto, pero antes
de que se nombrara el tribunal correspondiente, trata de acceder a una Ctedra de qumica General de
la Universidad de la Habana, hecho que consta en su expediente personal conservado en el Archivo
del Instituto Zurbarn (AIZBA).
En su Hoja de servicios, contenida en dicho expediente, y cerrada el 3 de agosto de 1896, en el
apartado servicios prestados con anterioridad al nombramiento de Catedrtico numerario de Instituto,
puede leerse:

Veric en diciembre de 1891 oposiciones a la Ctedra de Qumica general de la Universidad de la


Habana, habiendo sido calicado por unanimidad en primer lugar (el subrayado es nuestro) en el orden
de mrito relativo, segn acredita la certicacin expedida por el Ministerio de Ultramar.

No hay concordancia entre lo que, respecto al lugar asignado, aparece en la Hoja de Servicios
y la siguiente certicacin86 del Ministerio de Ultramar:

Don Eduardo Bustillos, Jefe de Negociado de primera clase y del Archivo del Ministerio de Ultramar//
Certico: que Don Enrique Iglesias y Ejarque tom parte en los ejercicios de oposicin a la Ctedra de
Qumica general de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la Habana, que tuvieron lugar en el
mes de diciembre de mil ochocientos noventa y uno; que aprob dichos ejercicios y obtuvo por votacin
unnime el segundo lugar (el subrayado es nuestro) en la calicacin en el orden de mrito relativo.//
As resulta del expediente de oposicin a la mencionada Ctedra, que se custodia en el Archivo de mi
cargo al que me remito.// Y para que conste, Madrid dos de Marzo de mil ochocientos noventa y
cuatro.

Debi ser, por tanto, un error inadvertido la referencia al lugar ocupado que gura en la Hoja de
Servicios, pues, obviamente, el Secretario que la cierra, comprobara la documentacin acreditativa.
Adems, si hubiera obtenido el primer lugar habra renunciado a tomar posesin?
En lo que no hay duda es en que el Sr Iglesias Ejarque gan por oposicin la Ctedra de Fsica
y Qumica del Instituto de Badajoz, pues en su expediente personal (AIZBA), adems de la pertinente
referencia en su Hoja de servicios, se encuentra (copia) del correspondiente ttulo y de su toma de
posesin.

Don Jos Dez Macuso?, Director general de Instruccin pblica. Por cuanto por Real orden de esta
fecha se ha nombrado a Don Enrique Iglesias y Ejarque, en virtud de oposicin, Catedrtico numerario
de Fsica y Qumica del Instituto de Badajoz, con el sueldo de tres mil pesetas anuales -=Por tanto, y
con arreglo a lo prevenido en la disposicin primera de la Instruccin de 10 de diciembre de 1851, ex-
pido al referido Don Enrique Iglesias y Ejarque el presente ttulo para que desde luego, y previos los re-
quisitos expresado en dicha Instruccin y Real decreto de 28 de noviembre del mismo ao, pueda entrar
en el ejercicio del citado destino,Dado en Madrid a nueve de junio de mil ochocientos noventa y dos.

84
( (AHN)UNIVERSIDADES, 5726, Exp.10_080
85
(AHN)UNIVERSIDADES, 5726, Exp.10_063 y 065
86
(AIZBA)

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 231


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

D. Anselmo Arenas y Lpez, Catedrtico y Secretario accidental del Instituto de 2 enseanza de Bada-
joz = Certico: Que Don Enrique Iglesias y Ejarque ha tomado posesin en el da de hoy de la Ctedra
de Fsica y Qumica de este Instituto con el sueldo de tres mil pesetas anuales, concedido, en virtud
de oposicin, por Real orden de nueve del actual,Badajoz, a diecinueve de Junio de mil ochocientos
noventa y dos.

El Sr. Iglesias, que tuvo a su cargo la Estacin Meteorolgica del Instituto y el laboratorio
qumico establecido en el Ayuntamiento87 (laboratorio que habra de ocuparse de detectar posibles
adulteraciones en alimentos y bebidas), permaneci en Badajoz algo ms de cuatro aos, periodo
tras el cual se traslad al Instituto de Jerez de la Frontera. La Memoria del curso 1896-1897, p. 6, lo
recoge as:

D Enrique Iglesias y Ejarque, Catedrtico de Fsica y Qumica, ces en 31 de diciembre de 1896, en


este Instituto, por traslado al de Jerez de la Frontera, tambin por concurso, por R.O. de 30 de noviem-
bre de 1896.

Tras una permanencia algo mayor en el Instituto de Jerez que la que tuvo en el de Badajoz, se
traslada a la Ctedra de Fsica y Qumica del Instituto de Jan por Real orden de 24 de enero de 1902
(Gaceta de 30 de enero). En la Memoria del Instituto General y Tcnico de Jerez de la Frontera, del
curso 1903-1904, p-55- se dice:

Ces por pase al Instituto de Jan en 1 de Marzo de 1902.

Y desde aqu, por Real orden de 1 de diciembre de 1902 (Gaceta de 7 de diciembre) es tras-
ladado a la Ctedra que desempeara hasta su muerte, la del Instituto de Vitoria. En este Instituto
tambin ejerci como Secretario desde el 27 de mayo de 1907, sin que hayamos podido determinar
hasta qu fecha.
Don Enrique, adems de en la enseanza fue servidor pblico en otros mbitos, pues no slo
fue alcalde de Vitoria en el periodo 1926-1928, sino, adems, Asamblesta en la Asamblea Nacional.88
En el Departamento de Archivo del Congreso de los Diputados se conserva el Acta de la sesin
celebrada para nombramiento de la representacin municipal de la provincia de lava en la Asam-
blea Nacional, celebrada en la ciudad de Vitoria a las doce horas del da 2 de octubre de 1927, en la
que se acredita que, realizada la pertinente votacin, en la que participaron 75 representantes de un
total de 79 Ayuntamientos de la provincia, qued elegido como representante municipal de la provin-
cia, el compromisario Don Enrique Iglesias y Ejarque, Alcalde de la Capital, que obtuvo sesenta y dos
votos [el siguiente, obtuvo siete].
Consecuentemente, participa en la Sesin plenaria de la Asamblea Nacional, celebrada el 10 de
octubre de 1927,89 gurando en primer lugar de la lista de los Seores Asamblestas Representantes
de los Ayuntamientos, y quedando asignado, junto a otros diecisis de ellos tres mujeres a la sec-
cin 10: Educacin e Instruccin.

87
El Correo de Extremadura, edicin del 11 de febrero de 1893.
88
La Asamblea Nacional fue un organismo creado por Primo de Rivera por RD Ley de 12 de septiembre de 1927. Sus
sesiones, que se celebran en el Palacio del Congreso de los Diputados, al que se cambia el nombre por el del nuevo
organismo, se inician el 10 de octubre de 1927 y concluyen el 6 de julio de 1929.
89
http://www.congreso.es/docu/PHist/docs/06asam/D%20S%2010-10-1927.pdf

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


232
NGEL ZAMORO MADERA

Falleci el 9 de marzo de 1934, a los 65 aos, en la ciudad de Vitoria, en cuyo Instituto an


ejerca como Catedrtico de Fsica y Qumica.
En cuanto a sus publicaciones, en su Hoja de Servicios -fechada en Badajoz en agosto de 1896-
el Sr Iglesias cita las siguientes obras:

Elementos de electricidad y magnetismo (presentada al Real consejo de Instruccin pblica en septiem-


bre de 1894, y pendiente de informe del mismo) y Elementos de qumica mineral y orgnica, para uso
de los alumnos de 2 enseanza.

A estas dos obras, que vuelven a citarse en el apartado de Mritos de la R.O. por la que se le
traslada al Instituto de Jerez, se une otra sobre Elementos de Fsica, en los apartados homnimos de
sus traslados a Jan y Vitoria. Habra de sumarse, aunque no gure en tales apartados, su Programa
de elementos de Fsica y Nociones de Qumica.
A todas ellas, salvo a los Elementos de electricidad y magnetismo hemos podido tener acceso
en la biblioteca de la Real Sociedad Econmica Extremea de Amigos del Pas (RSEEAP) y en la
Biblioteca Digital Hispnica (BDH).
En la RSEEAP se custodia, de modo conjunto en un solo volumen, la nica obra publicada en
1895, mientras ejerca en Badajoz, Elementos de qumica mineral y orgnica,90 junto a Elementos de
Fsica,91 que apareci en 1897 cuando ya ejerca en Jerez. En la BDH, hemos podido acceder a la
ltima de las citadas.92
Sus Elementos de Qumica mineral y orgnica es un texto de 98 pginas, sin ndice ni guras,
dividido en tres partes. La primera trata de asuntos bsicos ((Nociones fundamentales fenmenos
qumicos, combinacin, mezcla,.., Leyes de la combinacin de los cuerpos conservacin de la
masa, proporciones simples y mltiples, de Gay-Lussac,, Teora atmica,); la segunda parte, pu-
ramente descriptiva, acoge la Qumica mineral, estudiando en primer lugar los metaloides agrupados
por familias mono, di, tri y tetraatmicos y a continuacin los metales con similar agrupacin; la
ltima parte de la obra, la tercera, dedica sus 32 pginas a la Qumica orgnica, comenzando por unas
Nociones preliminares (objeto de su estudio, principales elementos que forman los compuestos org-
nicos, series orgnicas, Isomera, ...) continuadas por una clasicacin de las sustancias orgnicas (en
la que se aprecia cierta confusin en lo que denomina teres) y por un tratamiento descriptivo de los
compuestos orgnicos, que estudia agrupndolos en familias.
Elementos de Fsica, es una obra de 238 pginas, dividida en una Introduccin, tres Libros (I:
Nociones de Mecnica, II: Formas Fsicas de la Materia y III: Formas de la Energa) y un Apndice
(dedicado a la Meteorologa), e ilustrada con 114 guras o grabados de buena calidad. Tras sealar
que la norma que se ha impuesto al escribirla se fundamenta en la brevedad, la claridad y el mtodo,
indica que pocas novedades ofrece frente a otros buenos tratados,93 pero que tampoco lo pretende
pues se dirige a los que aprenden y, en modo alguno, a los que saben.
El Programa de elementos de Fsica y Nociones de Qumica, del Sr Iglesias Ejarque, es eso, un
sistema y distribucin de las materias de un curso o asignatura, que forman y publican los profesores

90
Iglesias Ejarque, Enrique (1895), Elementos de Qumica mineral y orgnica para uso de los alumnos de 2 enseanza,
Madrid, Imprenta de la REVISTA DE NAVE- GACIN Y COMERCIO.
91
Iglesias Ejarque, Enrique (1897), Elementos de Fsica para uso de los alumnos de 2 enseanza, Jerez, Imprenta de
Crespo Hermanos.
92
Iglesias Ejarque, Enrique (1897), Programa de Elementos de Fsica y Nociones de Qumica, Jerez, Imprenta de
Crespo Hermanos.
93
Explcitamente nos dice que para escribir estos Elementos de Fsica ha consultado a los siguientes autores: espaoles
.- Escriche, Feli, Muoz, Rojas y Rodrguez Largo; extranjeros.- Ganot, Jamin, Joubert, Maxwell y Tyndall.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 233


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

encargados de explicarlas (DRAE, 4 acepcin). De ah que el programa no sea ms que un mero


enunciado de contenidos, sin referencia alguna a objetivos, metodologa ni temporalizacin.

Don Ricardo Carapeto Zambrano.


Un Auxiliar supernumerario de ciencias que logr una Ctedra de Matemticas,
y fue alcalde de Badajoz.

Don Ricardo Carapeto Zambrano, natural de Olivenza, nacido el 3 de noviembre de 1868, fue
una persona que al margen de su dilatado e importante ejercicio docente, desarroll una gran activi-
dad en el mbito agrcola (Presidente de la Cmara Agrcola, de la Caja rural, del Consejo Provincial
de Fomento y fundador de la comunidad de labradores) y en la gestin municipal (Alcalde de Bada-
joz, 1928/1930),94 cargos que desempe con rectitud, honradez y ponderacin, segn atestigua su
nieta, Doa Guadalupe Carapeto Mrquez de Prado95 en la pgina 247 del catlogo de la exposicin
Extremadura, tierra de libros.96 Sus atenciones orientadas a mejorar la barriada de San Roque deter-
minaron que el Ayuntamiento diera su nombre a la que hoy es la principal avenida de la misma.
Don Ricardo falleci el 20 de enero de 1941, hecho del que se hizo eco el diario HOY, edicin
del da 21, con la insercin de una nota necrolgica en la que se ponderaban sus facetas pblicas,
docentes y personales.
De los estudios que realiz, nos basta con sealar que, tras estudiar sus primeras letras en
Olivenza, su expediente97 de Bachillerato no hace saber que en 1881 se matricul en el Instituto de
Badajoz para cursarlo, estudios que llev a cabo en diferentes regmenes de enseanza. Realizados
los ejercicios dispuestos para alcanzar el grado de Bachiller, los supera en las convocatorias de junio
y septiembre de1866.
De los estudios universitarios de Don Ricardo, l mismo nos dice98 ser Licenciado en ciencias
Fisico-Qumicas,99 cuyo ttulo le fue expedido el 17 de agosto de 1893.
El ejercicio profesional de Don Ricardo Carapeto en la enseanza pblica se inicia el 3 de julio
de 1893, fecha en la que toma posesin como profesor auxiliar supernumerario del Instituto de 2
enseanza de Badajoz mediante concurso, segn nombramiento de la Direccin general de fecha 24
de junio de 1893.100 Del nombramiento tambin hay constancia del la Memoria del Instituto del cur-
so 1892 a 1893 que, en el apartado Variaciones en el personal, p.7, dice:

Por la Direccin general de Instruccin pblica han sido nombrados en 24 de junio y 28 de julio lti-
mos, auxiliares supermumerarios en Ciencias y Letras, respectivamente, Don Ricardo Carapeto Zam-
brano y Don Juan Bautista Cruzado. En nombre del Claustro tengo el gusto de darles la ms cordial
enhorabuena.

94
Tambin fue Vicepresidente de la Diputacin de Badajoz desde el 18-6-1927 hasta el 17-5-1928.
95
Catedrtica jubilada de Geografa e Historia, y amiga y compaera en el Instituto Zurbarn.
96
Badajoz, 2007. Edicin: Biblioteca de Extremadura. Impresin, Indugrac.
97
AHPBA. Caja 69, Exp. n 4122
98
Hoja de servicios. Expediente personal (AIZBA).
99
El Archivo Histrico Nacional custodia dos expedientes de Don Ricardo. Uno, UNIVERSIDADES, 1029. Exp, 65,
relativo a su condicin de alumno de la Facultad de Farmacia de la Universidad Central, y otro, UNIVERSIDADES,
5395, Exp. 27. Como Licenciado en Ciencias Fsico-Qumicas.
100
Hoja de servicios de fecha 25 de Octubre de 1912. Expediente personal (AIZBA).

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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NGEL ZAMORO MADERA

El 16 de febrero de 1895, toma posesin como Profesor auxiliar numerario de ciencias del
Instituto de 2 enseanza de Badajoz.101 El pertinente nombramiento lo comunica el Rector de la
Universidad de Sevilla al Director del Instituto mediante un escrito,102 fechado el 14 de febrero de
1895, que literalmente dice:

La Direccin general de Instruccin pblica, con fecha 4 del actual, dice a este Rectorado lo siguien-
te: //Esta Direccin general ha tenido a bien nombrar en virtud de concurso y previa la oportuna pro-
puesta, a D. Ricardo Carapeto Zambrano, profesor auxiliar numerario de la seccin de ciencias del Ins-
tituto de Badajoz, con la retribucin anual de mil pesetas.// Y lo traslado a V. S. para su conocimiento,
el del interesado y dems efectos,siendo adjunto el respectivo ttulo administrativo.103//Dios guarde

Dada la condicin de profesor auxiliar de ciencias del Sr. Carapeto, es natural que tuviera que
encargarse de las asignaturas de esta seccin cuando las circunstancias lo requiriesen (ausencia del
catedrtico por diversas razones, prcticas, desdoblamientos de clases, etc), y de ello nos da cuenta
pormenorizada en su Hoja de servicios.104
Pero antes de reproducir lo que l nos dice, conviene sealar que la Ctedra de Fsica y Qumica
del Instituto, que desempeaba desde el 19 de junio de 1892 Don Enrique Iglesias Ejarque, qued
vacante el 31 de diciembre de 1896 al ser trasladado el Sr. Iglesias al Instituto de Jerez de la Frontera;
y que no volvi a cubrirse hasta que tom posesin de ella Don Saturnino Liso y Torres, el 16 de abril
de 1898.
Lo anterior explica que el Sr. Carapeto fuese nombrado Director interino del Observatorio me-
teorolgico del Instituto el 2 de febrero de 1896105 y que tuviera que responsabilizarse de la ctedra
vacante, tal como acredita el cuadro de asignaturas y profesores de la Memoria del Instituto corres-
pondiente al curso 1896 a 1897 (p. 50).
Es, sin embargo, en la mencionada Hoja de servicios donde Don Ricardo deja constancia de su
ejercicio como Profesor de Fsica y Qumica. De su apartado Servicios prestados con anterioridad
al nombramiento de Catedrtico numerario extraemos lo que nos dice en relacin con esta materia:

Ha explicado dos cursos completos de Fsica y Qumica, y dieciocho meses y veinticinco dias en dife-
rentes veces, que hacen un total de cuatro cursos completos, dos meses y veinticienco das. Ha explica-
do un curso completo de Qumica.// // Desempe la Ctedra de Qumica mes y medio por haber sido
nombrado juez de oposiciones el Catedrtico de dicha asignatura.106

Queda pues acreditado que el Sr. Carapeto, a pesar de no haber tenido nunca un nombramiento
especco como profesor de Fsica y Qumica, ejerci como tal en el Instituto de Badajoz durante un
tiempo que super, en algunos casos, al de quienes s ostentaron tal nombramiento.
Mas lo cierto es que su dedicacin principal fue la de profesor de Matemticas, primero en su
condicin de profesor auxiliar y, posteriormente como catedrtico. El mencionado apartado Servi-

101
Ibide
102
Ibidem
103
No se conserva en su expediente personal.
104
Hoja de servicios de fecha 25 de Octubre de 1912. Expediente personal (AIZBA).
105
Aunque as gura en su Hoja de servicios, pensamos que la fecha correcta debe ser 2 de febrero de 1897.
106
Con autorizacin de Rector, tambin explic esta materia, adems de las otras de ciencias, en el Colegio del Carmen
de Badajoz durante los cursos 93/94, 94/95 y 95/96.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 235


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

cios prestados con anterioridad al nombramiento de Catedrtico numerario la reeja tan extensa y
minuciosamente, que renunciamos a reproducirla.
Su nombramiento como Catedrtico numerario de Matemticas se produce por Real orden de
30 de marzo de 1911 (Gaceta del 5 de abril):

Ilmo. Sr.: Examinado el expediente de oposiciones para proveer una Ctedra de Matemticas vacante
en el Instituto general y tcnico de Badajoz, y teniendo en cuenta que se han observado las prescrip-
ciones reglamentarias, sin que conste se haya presentado protesta ni reclamacin alguna,// S.M. el Rey
(q.D.g.) ha tenido a bien aprobar dichas oposiciones, disponiendo se expida el nombramiento en la for-
ma correspondiente a favor del opositor propuesto por el Tribunal, Don Ricardo Carapeto Zambrano.//
De Real orden lo digo a V.I. para su conocimiento y efectos procedentes. Dios

Adems de ejercer como docente en el Instituto hasta su jubilacin, Don Ricardo asumi res-
ponsabilidades administrativas.
As, por el Ilmo. Sr Rector de la Universidad Literaria de Sevilla, fue nombrado con fecha 28
de Agosto de 1909, Vicesecretario y Bibliotecario de ese Instituto107 cargos que an desempeaba en
el curso 1916/1917, segn la Memoria del mismo.
Por ocupar el primer lugar de la terna reglamentaria, por Real orden de 28 de julio de 1917 fue
nombrado Vicedirector del Instituto general y tcnico de Badajoz, cargo del que tom posesin el 5
de agosto, segn certica el Secretario del Instituto Don Sergio Luna y Gmez.108
Finalmente, alcanz el ms alto cargo del Instituto. La Gaceta del 22 de julio de 1931, literal-
mente dice:

Vistos los dictmenes de los Claustros de los Institutos nacionales de Segunda enseanza elevados a
este Ministerio en cumplimiento de la Orden ministerial fecha 30 de abril prximo pasado, el Gobierno
provisional de la Repblica, a propuesta del Ministro de Instruccin pblica y Bellas Artes, ha tenido
a bien hacer los siguientes nombramientos:// Badajoz.- Director, Don Ricardo Carapeto Zambrano;
Vicedirector, don Salvador Nez y Gonzlez.

Su ejercicio como Director se extendi hasta marzo de 1939. De su cese da cuenta el acta de
la sesin de Claustro celebrada el da 24 de marzo de 1939, acta que, entre otras cosas, recoge la
propuesta, aprobada por aclamacin, de pedir a la Superioridad que el Sr. Carapeto Zambrano sea
nombrado Director Honorario de este Instituto.
Don Ricardo continu ejerciendo la enseanza hasta que, por haber cumplido la edad reglamen-
taria, fue jubilado por Orden de 29 de septiembre de 1939 (BOE de 9 de octubre), hecho del que se
hizo eco el diario HOY en su edicin del jueves 12 de octubre del citado ao.
Aunque, como se ha sealado, el tiempo durante el que el Sr. Carapeto ense Fsica y Qumi-
ca fue ms que apreciable, resulta obvio que la asignatura que marc de modo especial su ejercicio
profesional fue la de Matemticas. Y prueba de ello, adems de su dedicacin y de la condicin que
obtuvo de Catedrtico de la misma, son sus publicaciones, de las que no conocemos otras que las que
a continuacin indicamos.

107
Hoja de servicios de fecha 25 de octubre de 1912. Expediente personal (AIZBA).
108
Ibidem. Copia del ttulo y de la certicacin.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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NGEL ZAMORO MADERA

La Biblioteca de Extremadura custodia dos libros de texto, uno de lgebra109 y otro de geome-
110
tra escritos por Don Ricardo, que, aunque el autor no lo explicita, estn destinados a los alumnos
de segunda enseanza.
Renunciando a realizar, aqu, un comentario detallado sobre los mismos, es preciso sealar que
se trata de dos libros de texto bien estructurados, en los que sus respectivas materias son tratadas con
claridad, rigor, buena exposicin y sentido didctico, si bien la cantidad de asuntos de los que se ocu-
pan hace que resulten densos y de esforzada lectura, sobre todo el de lgebra. La lgica y adecuada
inclusin de guras en el texto de geometra, alivia las ltimas caractersticas citadas.

Don Rogelio Fernndez y Snchez Alcobendas. De Ayudante a Auxiliar numerario.

Don Rogelio Fernndez y Snchez Alcobendas, naci en Badajoz el da 25 de enero de 1864.


Todo el Bachillerato lo curs en el Instituto de Badajoz111 de un modo que cabra calicar de
poco brillante, pues sus calicaciones no fueron altas y, adems, se vi obligado a repetir cinco asig-
naturas. Sin embargo, los ejercicios del grado de Bachiller los super al primer intento en la convo-
catoria ordinaria (junio de 1881), aprobando el primero por unanimidad y por mayora el segundo.
El hecho de que no abonase los derechos para la expedicin del ttulo correspondiente hasta el
4 de febrero de 1891, casi una dcada despus de haber superado los ejercicios de grado!, as como
el que, segn certicacin del Secretario del Instituto Don Antonio Gonzlez Cuadrado, expedida el
5 de enero de 1903,112 su ttulo de Licenciado en Ciencias fsico-qumicas le fuera expedido por el
Ministerio de Fomento el 15 de junio de 1897, casi tres aos despus de su primera incorporacin al
Instituto! nos genera preguntas para las que no hemos obtenido respuestas.
Sea como fuere, lo cierto es que el Don Rogelio, en la Hoja de servicios existente en su expe-
diente personal, dice ser Licenciado en Ciencias fsico-qumicas [por la Facultad de ciencias de la
Universidad Central], tener aprobados en la Escuela general preparatoria de Ingenieros y Arquitectos
los dibujos de gura y lineal y otras varias asignaturas, y haber sido Premio de segunda clase por el
dibujo de una cabeza en la ltima Exposicin de Artes e Industrias celebrada por el Liceo de Artesa-
nos de Badajoz, y premio extraordinario en la asignatura de Dibujo en el Instituto de Badajoz.
Sobre sus actividades profesionales, la anteriormente mencionada certicacin del Secretario
del Instituto da cuenta de las que, en la enseanza privada, ejerci el Sr. Fernndez y Sanchez Al-
cobendas (profesor de la Escuela Municipal de Artes y Ocios, del colegio de Nuestra Seora del
Carmen, del colegio de Nuestra Seora de la Piedad) en periodos de tiempo que, en conjunto, abarcan
desde julio de 1894 hasta la fecha del certicado.
Mas siendo de nuestro inters las que ejerci en el Instituto, nos limitaremos a dar cuenta de
una que tambin menciona, as como de las que cita el propio Sr. Fernndez en su Hoja de servicios,
cerrada el 7 de octubre de 1912, con indicacin de las fechas de nombramiento y posesin.

109
Ricardo Carapeto y Zambrano (1916). Elementos de lgebra. Badajoz, Tipografa y Librera de Antonio Arqueros.
110
Ricardo Carapeto y Zambrano (1922). Elementos de geometra plana y del espacio. Segunda edicin. Badajoz,
Tipografa y Librera de Antonio Arqueros.
111
AHPBA. Caja 55. Exp. 3147
112
AIZBA. Exp. Personal.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 237


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

l Profesor ayudante de Fsica y Qumica de este Instituto, nombrado por el Sr. Director a propuesta
del Catedrtico de dicha asignatura (9-oct-1894; 10-oct-1894). 113
l Auxiliar supernumerario interino, nombrado en virtud de concurso por el Ilmo. Sr. Rector a pro-
puesta del Claustro de este Instituto (5-mar-1903; 6-mar-1903).114
l Ayudante de la seccin de Ciencias115 de este Instituto, nombrado en virtud de concurso por la Sub-
secretara (26-nov-1903; 9-dic-1903).
l Profesor suplente de Dibujo nombrado por el Sr. Director, con cuyo cargo desempe dos cursos
completos la ctedra vacante de este Instituto, y otros dos la de la Escuela Normal de maestros (30-
sep- 1904; 10-oct-1904).
l Auxiliar numerario de la seccin de Ciencias116 de este Centro nombrado por R.O. de 15-abril-1911
(24-abril-1911).

Qu ocurri entre su nombramiento de Ayudante en octubre de 1894, y el de Auxiliar super-


numerario, en marzo de 1903? Lo ignoramos, pues no hemos encontrado documentacin alguna al
respecto.
Y, aunque de su actividad como docente nuestro inters se centraba en vericar si ejerci, como
as fue, de profesor de Fsica y Qumica en el Instituto de Badajoz, creemos de justicia resear algu-
nas otras actividades de las que da cuenta en su Hoja de servicios.

l En oposiciones a ctedras de Fsica y Qumica117 fue uno de los que vericaron todos los ejercicios.
l Estuvo encargado del Observatorio Meteorolgico del Instituto.
l Desempe como Ayudante todas las Ctedras correspondientes a su seccin [de Ciencias].
l Estuvo encargado en este Instituto de una Ctedra vacante de Matemticas.
l Desempeo la Ctedra de Agricultura, vacante en este Instituto por defuncin del propietario, desde
el 15 de marzo de 1912 hasta el 20 de diciembre de 1913.
l Estuvo encargado de la Ctedra de Ciencias fsicas y naturales del Magisterio, durante tres cursos
completos.
l Ha sido juez de exmenes en Institutos, Escuelas de Artes y Ocios y Escuela Normal de Maestras.

113
La certicacin mencionada del Secretario, dice: Profesor ayudante de este Instituto nombrado con fecha 9 de
Octubre de 1894, habiendo desempeada por enfermedad de los Profesores las Ctedras de Agricultura, Fsica y
Qumica en varias ocasiones.
114
En el Exp. personal (AIZBA) se conserva copia del nombramiento (de Auxiliar supernumerario interino gratuito de
la seccin de ciencias del Instituto general y tcnico de Badajoz) y de la toma de posesin en las fechas indicadas.
115
No hemos logrado localizar la Memoria del curso 1903-1904, pero en la del curso 1904-1905, gura como tal.
116
En el Exp. personal (AIZBA) se conserva copia del nombramiento: Don Jos Ma Zorita y Dez, Subsecretario del
Ministerio de Instruccin pblica y Bellas Artes= Por cuanto por R.O de esta fecha S.M. el Rey (q.D.g.) ha tenido
a bien nombrar Auxiliar numerario de la seccin de Ciencias del Instituto de Badajoz, con la graticacin anual
de mil quinientas pesetas a Don Rogelio Fernndez y Snchez, ayudante ms antiguo de dicho Instituto, y con
arreglo a lo preceptuado en el Art 7 del Real Decreto de 13 de marzo de 1903.==..expido al referido Don Rogelio
Fernndez y Snchez el presente Ttulo=Dado en Madrid a quince de Abril de mil novecientos once. El mismo
documento recoge que la toma de posesin tuvo lugar el veinticuatro de abril del ao citado.
117
En la Gaceta de Instruccin Pblica, de 7 de abril de 1897, gura en la lista de opositores a las ctedras de Fsica y
Qumica de los Institutos de Reus y Soria.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


238
NGEL ZAMORO MADERA

l Fue Profesor de Matemticas de la Academia de Artes e Industrias, creada por la Diputacin Provin-
cial de Badajoz (31-oct-1910; 1-nov-1910) y Director de la misma (21-enero-1911; 25-enero-1911),
nombrado por el Gobernador Presidente.

En una fecha indeterminada del curso 1932-33, o quiz de principios del de 1933-34, Don
Rogelio Fernandez y Snchez Alcobendas ces como profesor del Instituto de Badajoz, sin que nos
conste nada acerca de hipotticas publicaciones que pudiera haber realizado.

Don Saturnino Liso y Torres.


ltimo catedrtico de Fsica y Qumica incorporado al Instituto en el siglo XIX.

Don Saturnino Liso y Torres, naci en la villa de Magalln (Zaragoza), el da 28 de noviembre


de 1865.
Un documento118 de la Universidad Central, Secretara general, Facultad de Ciencias, recoge de
modo sucinto el expediente del alumno Liso y Torres, Don Saturnino.

En la cabecera se dice que:

Recibi el grado de Bachiller en el Instituto de Zaragoza el da 30 de junio de 1882, con la calicacin


de Sobresaliente, habindosele expedido el correspondiente ttulo por el Rectorado de la Universidad
de Zaragoza en 30 de abril de 1883.

En el cuerpo del documento, se lee:

Hizo los estudios de Licenciatura en Ciencias fsico-qumicas en la Universidad de Zaragoza. Licencia-


do en ciencias fsico-qumicas en 30 de junio de 1887 con nota de Sobresaliente, y en 22 de agosto de
1888 le fue expedido el oportuno ttulo rmado por el Ilmo. Sr Director general interino de Instruccin
pblica Don Carlos Testor y el Jefe del Negociado.

Otros documentos119 acreditan que en el curso 1888-1889, se matricul en la Universidad Cen-


tral en las asignaturas que el Plan de Estudios de 13 de agosto de 1880 estableca para el periodo de
Doctorado en Ciencias Fsico-qumicas. Super ambas asignaturas en junio de 1889, con las calica-
ciones siguientes:

l Anlisis Qumica Sobresaliente


l Prcticas de anlisis qumica- Ganada por asistencia.

No debi realizar, o superar, los ejercicios que estuvieran vigentes para la obtencin del ttulo
de doctor, pues en fecha muy posterior, concretamente el 20 de marzo de 1917, se dirige120 al Ilmo. Sr.
Decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central en los siguientes trminos:

118
AHN-UNIVERSIDADES, 5772. Exp.10_001.
119
AHN-UNIVERSIDADES, 5772. Exp.10_016 y 017.
120
AHN-UNIVERSIDADES, 5772. Exp.10_003.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 239


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

Ilmo. Sr. // D. Saturnino Liso y Torres, Licenciado en Ciencias Fsico-Qumicas y Catedrtico de Fsica
y Qumica del Instituto general y tcnico de Badajoz, a V.I. respetuosamente expone: Que teniendo aprobadas
en el curso de 1888 a 89 las asignaturas de Anlisis qumico y Prcticas de Anlisis qumico, que constituan
el periodo de Doctorado correspondiente a dicha Seccin, y deseando se le expida el Ttulo de Doctor, confor-
me a lo preceptuado en el R.D. de 10 del actual121 y R.O. aclaratoria del 17 de este mismo mes.122// Suplica a
V.I. se digne ordenar la expedicin del Ttulo correspondiente de Doctor en ciencias para lo cual acompaa
el que suscribe lo que se precepta en las disposiciones vigentes. Badajoz.

En el margen de la instancia, una anotacin dice as:

Facultad de Ciencias, 27 de marzo de 1917// Hallndose este alumno comprendido en lo dispuesto por
el R.D de 10 de marzo de 1917, acuerdo se admita el pago de los derechos para la expedicin del ttulo
correspondiente// El Decano// Luis Octavio de Toledo.

La tramitacin fue rpida, pues en el pertinente impreso123 de Grado de Doctor en la Facultad de


Ciencias, se da cuenta de la rma del ttulo de Doctor por el Exmo. Sr. Ministro de Instruccin pblica
y Bellas Arte, el 3 de abril de 1917, y de la entrega de dicho ttulo al interesado, el 19 de Julio de 1917.
Profesionalmente, los sucesivos cargos y destinos de Don Saturnino124 en la enseanza ocial
[adems de haber sido con anterioridad profesor durante cinco aos en Colegios incorporados a los
Instituto de Zaragoza y Madrid] fueron: Auxiliar supernumerario de la seccin de Ciencias del Ins-
tituto de 2 enseanza de Segovia, Catedrtico numerario de Fsica y Qumica, con su agregada de
Historia Natural del Instituto de Casariego de Tapia, en virtud de oposicin, y Catedrtico de Fsica
y Qumica del Instituto de Badajoz, [R.O. de 7 de marzo de 1898 por la que se le traslada en virtud de
concurso; Gaceta del 18], cargo del que toma posesin el 16 de abril de 1898.125
Desde el da de su toma de posesin hasta el de su jubilacin el 28 de noviembre de 1935, es
decir, durante ms de 37 aos, permanecera desempeando la Ctedra de Fsica y Qumica del Ins-
tituto de Badajoz.
Fue nombrado Director126 del Instituto en 1904, hecho que se recoge en la pgina 5 de la Me-
moria del curso 1904-1905, en la que, literalmente, se dice:

Vacante la direccin de este Centro [producida por el cese como Director del Catedrtico de Matem-
ticas Don Manuel Portillo Jochmann, el 20 de agosto de 1904, al trasladarse al Instituto de Jerez de la
Frontera] y en virtud de propuesta elevada por el Claustro del mismo, por R.O de 25 de noviembre de

121
El R.D de 10 de marzo de 1917 (Gaceta del 15) , en su Art. 1, dice: Todas las enseanzas que se estudian en los
Establecimientos de todo gnero dependientes del Ministerio de Instruccin pblica y Bellas Artes, se considerarn
denitivamente terminadas con la aprobacin de las asignaturas correspondientes establecidas en el plan por el
cual hubiere comenzado o seguido el alumno sus estudios. No se exigir revlida ni ejercicio alguno especial para
la obtencin del ttulo que corresponda a cada grado. Aprobadas las asignaturas del plan, ser expedido el ttulo a
solicitud del alumno o de sus representantes legales.
122
La R.O. de 17 de marzo de 1917 (Gaceta del 18), aunque dice que tiene suciente claridad, aclara el Art. 1 anterior
del siguiente modo: ; es decir, que cualquiera que est aprobado en el nmero de asignaturas exigido hasta que
termin sus estudios, o en el declarado preciso por disposiciones posteriores, a cuyo amparo se acogiera, obtendr
el ttulo sin otra formalidad que la instancia oportuna y los pagos legalmente establecidos.
123
AHN-UNIVERSIDADES, 5772. Exp.10_005.
124
AIZBA. Exp. personal. Hoja de servicios.
125
Memoria del Instituto de Badajoz del curso 1897-98.
126
Existe constancia documental del correspondiente ttulo en el Expediente de Don Saturnino, conservado en el AIZBA.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


240
NGEL ZAMORO MADERA

1904, fue nombrado Director el ilustrado Catedrtico Don Saturnino Liso y Torres, quien seguramente,
dadas sus grandes dotes de competencia y su probado amor a la enseanza, beneciar durante su
gestin la marcha regular del Instituto.

Durante casi 27 aos, desde el 16 de noviembre de 1904 en que tom posesin, hasta el 24 de
julio de 1931 [fecha en la que Don Sergio Luna y Lpez, Secretario del Instituto, certica su cese al
haber sido nombrado Don Ricardo Carapeto y Zambrano por Decreto de 21 de julio] ejerci como
Director del Instituto de Badajoz.
Es posible que Don Saturnino hubiese presentado previamente su dimisin [tenemos noticia
-sesin de Claustro de 11/V/1931- de que padeca algn problema de salud visual], quiz propiciada
por la Orden de 30 de abril de 1931 en la que se apoyaba el nombramiento citado.127
Tan larga vida profesional dio lugar a la realizacin de numerosas actividades. l mismo nos
relata varias de ellas (algunas sin relacin con la enseanza) en su Hoja de servicios (nota 120):

l Vocal Secretario de las oposiciones de Fsica y Qumica de los Institutos de Soria y Reus.
l Vocal de los Tribunales de oposicin a las Ctedras de procedimientos Industriales y Nociones de
Armamentos de Buques de las Escuelas Superiores de Comercio de Alicante, de los de Sevilla y
Corua.
l Vocal de los Tribunales de oposiciones a las Ctedras de Fsica y Qumica de los Institutos de Cas-
telln, Gerona, Cabra y Mahn
l Vicepresidente de la Junta provincial del censo electoral
l Vicepresidente de la Junta provincial de Instruccin pblica y Vocal de la de Sanidad.
l Encargado de la Estacin Meteorolgica de Badajoz
l Explica, con carcter voluntario y gratuito, en el Instituto de Badajoz, desde el curso 1908/1909
hasta el 191 ilegible una clase de repaso de Fsica a los alumnos del 6 ao para los ejercicios del
Grado de Bachiller.
l En diferentes sesiones del Claustro de ese Instituto se le han concedido votos de conanza y gracias
por su gestin en el cargo de Director, habindosele donado por suscripcin una placa de plata, con
expresiva dedicatoria, como recuerdo de gratitud por sus acertadas iniciativas en la ejecucin de las
obras de este Centro.128
l Iniciador de excursiones escolares de alumnos y profesores de este Instituto a Cceres,
Mrida y otras.

127
Esta Orden [Gaceta del 3 de mayo] deca: Recibidas en este Departamento las dimisiones presentadas por las
Autoridades Acadmicas de los Establecimientos docentes con el n de facilitar la accin del Gobierno provisional
de la Repblica, y deseando ste or la opinin de los Claustros// Este Ministerio ha acordado que los Claustros
de todos los centros docentes se renan para formular aquellas propuestas que consideren ms adecuadas para la
provisin de dichos cargos y que expresen a la vez el criterio de las mayoras, y el de las minoras de los mismos,
caso de no haber unanimidad. El D. de 21 de julio [Gaceta del 22] dice: Vistos los dictmenes de los Claustros de los
Institutos nacionales de segunda enseanza, elevados a este Ministerio en cumplimiento de la Orden de 30 de abril
prximo pasado, el gobierno provisional de la repblica, a propuesta del Ministerio de Instruccin pblica y Bellas
Artes, ha tenido a bien hacer los siguientes nombramientos: Badajoz: Director, Don Ricardo Carapeto y Zambrano;
Vicedirector, Don Salvador Nez y Gonzlez.
128
Aunque en la sesin de Claustro del 25 de enero de 1905 se nombra una Junta - de la que formaba parte el Director-
para gestionar la construccin del nuevo edicio para el Instituto, lo cierto es que lo que se acometi fue la reforma
del existente. Hay constancia en Actas de distintas sesiones de Claustros, de las vicisitudes sufridas durante las
obras. Tanto se alargaron, que no es hasta la sesin de Claustro de 2 de junio de 1912, que se da cuenta de la entrega
provisional de las obras. Y en la de 27 de septiembre, de la aprobacin de las obras de reforma ejecutadas.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 241


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

Respecto a esta ltima actividad, tambin propici la visita de alumnos de otros Centros al Ins-
tituto, hecho que queda reejado en distintas actas de Claustro. Por ejemplo:

l Sesin del 30 de abril de 1920:

Los alumnos de Fsica y Qumica del Colegio de Olivenza visitan el Instituto para conocer los
aparatos ms importantes de aquellas asignaturas. Durante tres das se han dedicado varias horas a
experiencias y manejos de aparatos. Otros Colegios han solicitado acudir tambin a estos Gabinetes
y sern atendidos en su demanda.
l Sesin del 15 de mayo de 1920:
Alumnos y Catedrticos del Instituto de Cceres visitan el Instituto empleando toda una tarde en
visitar los Gabinetes de este Centre, practicndose por el Director [Sr. Liso] multitud de experien-
cias con aparatos de los que aquel Centro carece. Tambin han visitado los Gabinetes los alumnos
de 5 y 6 del Colegio de Don Benito.
l Sesin del 28 de abril de 1922:
Visita al Gabinete de Fsica de los alumnos del Seminario Conciliar para conocer y experimentar
con los aparatos del mismo. El Director [Sr. Liso] realiz para ellos distintas experiencias.

Lo anterior es una muestra de que Don Saturnino conoca y utilizaba cabe pensar que no slo
con los visitantes la importante instrumentacin cientca existente en los Gabinetes de su respon-
sabilidad. Instrumentacin que cuid y acrecent, como consta en diferentes Memorias de curso,
incorporando numerosos y diversos aparatos.
Aunque tenemos noticia imprecisa de la existencia de un Programa de Elementos de Fsica, no
tenemos constancia cierta ni de sta ni de ninguna otra publicacin de Don Saturnio Liso.
Como penltima observacin, sealemos que con motivo de su jubilacin, el acta de la sesin
de Claustro del 26 de noviembre de 1935, adems de las lgicas loas, dice:

Tambin se acuerda, a propuesta del Sr. Director, hacer constar en el acta de esta sesin que, el Claustro
del Instituto de Badajoz, siempre considerar al Sr, Liso Torres como su Director Honorario, ya que
durante tantos aos lo fue efectivo, con notable acierto y equidad, y a entera satisfaccin de todo el
Profesorado.

Digamos nalmente que el Sr. Liso no se desvincul del Instituto tras su jubilacin, pues, como
permita la legislacin vigente,129 sigui asistiendo a las sesiones de Claustro. En el acta de una de
ellas, al tratarse de un premio establecido a su costa, para la expedicin del ttulo de Bachiller a un
alumno distinguido, se dice:

El Catedrtico jubilado Sr. Liso Torres, recuerda que procede adjudicar el ttulo de Bachiller que para
cada ao tiene ofrecido a algn alumno distinguido de este Centro, siendo de su cuenta los gastos de ex-
pedicin. Se proceder al ejercicio de oposicin con temas de Fsica y Qumica, al referir? importante
premio (sic), debiendo formar el Tribunal para su adjudicacin los Srs. Director, titular de la asigna-
tura de Fsica y Qumica, y un Catedrtico de ciencias designado por el Sr. Director, o en su defecto
un profesor de Ciencias. Los opositores sern alumnos ociales sobresalientes en Fsica y Qumica.

129
El R.D. de 2 de mayo de 1918 (Gaceta del 4), relativo a jubilaciones de Catedrticos, en su Art 2, prrafo 1, dice:
El Catedrtico jubilado seguir formando parte del Claustro a que pertenezca, y en el continuar teniendo voz y voto.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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NGEL ZAMORO MADERA

FUENTES DOCUMENTALES

Archivos:

l Archivo del IES Zurbarn de Badajoz (AIZBA).


l Archivo de la Real Sociedad Econmica Extremea de Amigos de Pas (RSEEAP) de Ba-
dajoz.
l Archivo Histrico Provincial de Badajoz (AHPBA).
l Archivo Histrico Municipal de Badajoz (AHMBA).
l Archivo Diocesano de Mrida-Badajoz.
l Archivo Histrico Provincial de Cceres (AHPCA).
l Archivo Histrico Municipal de Cceres (AHMCA).
l Archivo Histrico Diocesano de Coria- Cceres.
l Archivo Histrico de la Universidad de Sevilla (AHUS).
l Archivo Histrico Nacional (AHN).
l Archivo General de la Administracin (AGA).

Bibliotecas:

l Biblioteca de la Real Sociedad Econmica Extremea de Amigos del Pas (RSEEAP) de


Badajoz.
l Biblioteca Pblica del Estado Bartolom J. Gallardo de Badajoz.
l Biblioteca de Extremadura.
l Biblioteca Pblica del Estado de Burgos.
l Biblioteca Virtual de Prensa Histrica.
l Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliogrco.
l Biblioteca Digital Hispnica.
l Biblioteca de Educacin.
l Biblioteca de Historia Familiar (FamilySearch).

Prensa peridica (cabeceras):

l HOY (diario de Extremadura).


l Crnica de Badajoz (BVPH).
l El Iris.
l Diario de Badajoz.
l Nuevo Diario de Badajoz.
l El Correo de Extremadura.
l Pensamiento Alavs.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 243


PROFESORADO DE FSICA Y QUMICA DEL INSTITUTO DE BADAJOZ. INCORPORACIONES EN EL SIGLO XIX

Publicaciones ociales (y asimiladas):

l Boletn Ocial de Instruccin Pblica.


l Boletn Ocial del Ministerio de Fomento.
l Boletn Ocial del Ministerio de Instruccin Pblica y Bellas Artes.
l Gaceta de Madrid.
l Gaceta de la Repblica.
l Boletn Ocial de Estado.
l Gaceta de Instruccin Pblica.
l Gaceta de Instruccin Pblica y Bellas Artes.
l Boletn Ocial de Badajoz.
l Boletn Ocial de Cceres.

Memorias (del):

l Instituto de Badajoz.
l Instituto de Cceres.
l Instituto de Cabra.
l Instituto de Huelva.
l Instituto de Santander.
l Instituto de Jerez de la Frontera.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


244
NGEL ZAMORO MADERA

BIBLIOGRAFA

ARIAS CASTAN, E (1990), Huelva en la revolucin de septiembre de 1868. Revista Huelva


en su historia, 3, 1990, pp. 421-448. Editores Diputacin provincial de Hueva, Instituto de
Estudios Onubenses.
BIBLIOTECA DE EXTREMADURA -Ed- (2007). Extremadura: tierra de libros [catlogo de la expo-
sicin]. Badajoz. INDUGRAFIC.
CANO PAVN, J.M. (1996). La escuela Industrial Sevillana (1850-1866). Historia de una ex-
periencia frustrada. Sevilla. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla.
INSTITUTO DE ENSEANZA MEDIA CARDENAL CISNEROS (1846). I Centenario (1845-1945). Ma-
drid. Diana, artes grcas.
MADARIAGA, B. Y VALVUENA, C. (1970), El Instituto de Santander. Estudio y documentos.
Editado por la Exma Diputacin provincial de Santander.
MNDEZ BEJARANO, M. (1925). Diccionario de escritores, maestros y oradores de Sevilla y su
actual provincia. T-III. Sevilla. Tipografa Girons.
PREZ GONZLEZ, F. T. (1987). La introduccin del darwinismo en la Extremadura decimon-
nica. Cceres. Institucin cultural El Brocense. Diputacin provincial.
SNCHEZ PASCUA, F. (1985). El instituto de segunda enseanza de Badajoz (1845-1900). Ba-
dajoz. Diputacin provincial. Departamento de publicaciones.
FELICIDAD SNCHEZ PASCUA (2014). Afanes por expandir la cultura en Badajoz: la formacin
eclesistica pilar de la segunda enseanza pblica (1600-1900). Revista de Estudios Ex-
tremeos, Tomo LXX, n extraordinario, pp. 477-510.
SINTEMORES, D CLARA DE (1887). El darwinismo en solfa. Madrid. Imprenta de la viuda e hijo
de Aguado.
SOLAR Y TABOADA, A. DEL, Y EL MARQUS DE CIADONCHA. (1946). El instituto de 2 enseanza
de Badajoz. Apuntes histricos. Badajoz. Tipografa viuda de Antonio Arqueros.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 245


246
HOMENAJE A AUGUSTO

HOMENAJE A AUGUSTO

La Real Sociedad Econmica de Amigos del Pas de Badajoz organiz un homenaje a Augusto
Rebollo el lunes da 20 de febrero de 2017 a las 8 de la tarde en el saln de actos de la sede nueva la
calle de San Juan n 6.
En la mesa presidencial estuvieron su viuda Mari Carmen Jimnez Hernndez y el Secretario
de la Econmica Luis Carlos Fajardo. Hubo un total de 11 intervinientes, que hablaron de Augusto,
cada uno desde la ptica de su relacin con l. A continuacin se ofrecen todas sus intervenciones por
orden alfabtico de apellidos, como es habitual en esta coleccin.

ARAYA IGLESIAS, CARMEN (amiga personal)

Queridos Augusto y Mari Carmen:

Es todo un honor para m estar hoy aqu en el homenaje-recuerdo de agradecimiento a tantos


aos de cario a esta Sociedad Econmica. Son ya muchos aos de amistad de mi familia con voso-
tros, que yo hered gustosa y segu cultivando con gran admiracin hacia el maestro, historiador e
investigador del que tanto aprend.
En las salas de la vieja Biblioteca de Hernn Corts, conoc a un grupo de hombres entusiastas
que me ensearon a conocer lo que signicaba La Econmica, sera el ao 90 91, all estaba Augus-
to y siempre Mari Carmen. Compartimos nuestro amor por los libros, por la historia de la ciudad de
Badajoz, muchas horas para aprender, con la cercana de un hombre amable, con mucho sentido del
humor, que haca falta en aquellas tardes a veces largas, pero muy provechosas para la recin llegada.
El nacimiento del Boletn, las Tertulias, las reuniones de los consejeros de Caja Badajoz, las presen-
taciones de libros y nuestro cario a Portugal. All junto a Jos Luis Escaso, ngel Bernal y tantos
otros, disfrutamos de nuestras excursiones de la Alentejana siempre didcticas y magncamente
organizadas por nuestros directivos.
Pero t principal tarea fue la puesta en marcha de Apuntes para la historia de la ciudad de
Badajoz, sin duda el mayor compromiso con la ciudad y con la historiografa .Con grandes dosis de
humildad y de buen hacer del maestro que solo quiere ensear, sin pretensiones comunes en este tipo
de empresas, iniciaste las sesiones con su lenguaje cronolgico, con sus carpetas de documentacin,
con sus visitas y excursiones. Todo un xito de pblico, de anlisis y de cercana, lentamente tus se-
guidores acudan a la cita con ilusin y con deseos de seguir aprendiendo algo muy difcil para los
conocemos el mundo de las aulas. El listado de colaboradores, requiere ms de una tarde de estudio y
anlisis, que habr que hacer, pasados ya 25 aos, con una Comisin de Historia con ms de 57 socios;
nunca esta Sociedad Econmica, ha conseguido entusiasmar tanto, pero el xito est en la sencillez,
en el cario, en la labor callada y solo con la sonrisa y con saber desdramatizar a veces lo ms simple
e inteligente. Fuiste pionero en acercar Badajoz a la Econmica. Hoy muchas asociaciones continan
tu tarea, y como alumnos de un buen maestro, queremos seguir mejor o peor tus enseanzas. Desde el
10 de noviembre del 92, estas salas nos han visto envejecer muy dignamente, orgullosos de la labor
bien hecha y nunca queriendo ser protagonista. Pues s lo fuiste Augusto, junto a Mari Carmen, junto
a las nias, Laura, Remedios y Ana. Tu asiento estar siempre lleno de tu sonrisa, de tu sentido del
humor, de tus caramelos, de tus complicidades ante los que queran ser nuevos conversos.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 247


HOMENAJE A AUGUSTO

Muy orgullosos nos sentimos los que compartimos vuestra amistad y como escribi nuestro
gran amigo el poeta ngel Campos Pmpano:

mientras pueda pensarte, no habr olvido.


S que mientras pueda decirte,
no habr olvido,
que del espacio de tu nombre ha de brotar,
abierta sus dos slabas,
la semilla en la nieve.

(Poema La Dignidad de su libro La Semilla en la Nieve. Pre-Textos Valencia, abril de


2004).
Gracias Augusto. Gracias Mari Carmen por vuestra sincera amistad y por dejarnos compartir
vuestro cario.

BJAR GARCA, ANTONIO (amigo personal)

Augusto nace en La Parra (1.931) Hurfano de padre desde muy pequeo. Se traslada toda su
familia a Badajoz donde su madre D Concha, ejercer como Maestra. Una excelente Maestra. Son
seis hermanos.
Realiza sus estudios de Bachiller en el nico Instituto que haba entonces en Badajoz con bri-
llantes notas. Despus cursa los estudios de Magisterio tambin en Badajoz y en el ao 1958 aprueba
con el nmero uno las Oposiciones a Maestro Nacional. En el ao 1963 aprueba otra oposicin, deno-
minada Oposicin a 10.000 habitantes, con uno de los primeros nmeros, lo que le permite elegir una
plaza como Maestro Titular en la ciudad de Badajoz, de donde ya no se movera hasta su jubilacin
a los 65 aos. Antes de llegar a Badajoz, ejerci como Maestro en Bodonal de la Sierra y Cristina,
pueblos de Badajoz. En el ao 1970 obtiene la titulacin de Licenciado en Derecho. Ya en Badajoz
es destinado al Colegio San Pedro Alcntara situado en la Plaza Alta, donde ejerce durante 14 cur-
sos formando parte de un Claustro de Profesores de gran nivel. Entre otros Maestros estaban Juan
Gutirrez, Felipe Prez Checa, Jess Gonzlez o Arsenio Muoz de la Pea. De ah pasa al Colegio
Luis de Morales donde ejercera 17 aos, hasta su jubilacin. All coincide tambin con un grupo de
excelentes maestros: Jos Gordillo, Antonio Mena, Adolfo Nicols, Pepita Marcos, Rosa Lucas y
Marilena Snchez entre otros.
En estos tiempos en que tanto se habla de Reformas y Pactos educativos lo que de verdad se ne-
cesitan son Maestros como fue Augusto. Ejemplo para muchos de los que vinimos despus y recono-
cido por todo el cuerpo de Magisterio como un excelente profesional. Cuando nos encontrbamos con
alumnos suyos todos coincidan en que Augusto fue un maestro con gran nivel intelectual, de trato
amable y siempre dispuesto a ayudar a todos sus alumnos. Hoy ms que nunca se necesitan maestros
que renan las dos cualidades principales que hicieron de l un magnico enseante: VOCACIN
Y PREPARACIN. Augusto ha dejado muy alto el listn profesional. D. Manuel Santos, Sacerdote,
en su misa funeral destac en Augusto cualidades que lo distinguieron a lo largo de su vida: era un
hombre culto, honrado, sereno y con buen sentido del humor.Su mujer aadi algunas ms: fue
paciente, apasionado y carioso. Fue un gran hombre, un excelente profesional y un el amigo.
Para Mari Carmen, su compaera durante casi 60 aos y su asesora en muchas ocasiones un
abrazo muy fuerte y para Augusto mi reconocimiento y mi gratitud por su amistad de tantos aos. l

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HOMENAJE A AUGUSTO

estar ya arriba con los grandes como se merece, aunque nos estar viendo y dir sin duda vaya la
que habis organizado!

GONZLEZ RODRGUEZ, ALBERTO (amigo personal)

Conoc a Augusto Rebollo cuando yo tena siete u ocho aos. Hacia 1948. Hace, pues, setenta.
No s si entre los presentes habr muchos que puedan igualar esa marca, incluida su mujer, Mary
Carmen, y Enrique Snchez de Len, que son de sus conocedores ms antiguos.
Fue porque por aquel tiempo, aunque no por mucho ms, los dos vivamos en la misma casa,
en la Calle del Ro nmero 37. Yo, con mi familia, en el bajo. l, con su madre, Doa Concha, amiga
de los mos, y sus hermanos, en el principal. Una buena gente de La Parra, segn escuchaba yo a los
mayores.
Aunque por entonces yo no supe bien quin era Augusto. Mejor recuerdo a su hermano Marcos,
empleado de Galeras Preciados en sus primeros locales de Badajoz, calles de la Soledad y Francisco
Pizarro, y luego con altos cargos en diversos lugares de Espaa.
De quin era Augusto me enter algo despus, ya con catorce o quince aos. Y no por razones
de vecindad o amistad familiar, sino en un lugar en que, por imperativo de una ley inicua y sectaria,
hoy no se puede hablar. La Ciudad Juvenil del Frente de Juventudes situada en la memoria de Mena-
cho. Una verdadera escuela de convivencia en la que tuve la suerte de topar con l. Y con su luego
cuado, Jess Jimnez Hernndez. Otra excepcional persona. Y con Enrique Snchez de Len, y
alguno ms de los aqu presentes esta noche.
Un encuentro que habra de resultar decisivo para mi formacin. Pues, adems de darme otras
muchas lecciones y ejemplos de comportamiento y estilo Augusto fue, junto con mi abuela, Luz Gon-
zlez Willemenot; la Doa Luz que dio lecciones de francs a varias generaciones de badajocenses;
la culta dama francesa con la que siempre habl en su idioma, quien encarrill mis estudios, foment
mi vocacin intelectual, y oriento mis primeras lecturas. A ellos debo el afn por saber, y el conocer,
entender y asimilar, desde edad muy temprana, a los autores clsicos y modernos de la literatura es-
paola y universal.
Lo que hoy sea como persona, a ellos dos lo debo en gran medida. A mi abuela Luz y a Augusto
Rebollo. Y soy consciente de ello. De ah el cario y respeto que siempre profes a los dos, y que a
Augusto le manifestaba siempre pblicamente. Nobleza obliga, me ense.
De mano de Augusto Rebollo, que enseguida capt que lo mo era lo que entonces se llamaba
Cultura y Arte, particip en seminarios y cursos de formacin, clubs de debate, grupos de teatro,
fundacin y redaccin de peridicos y revistas juveniles Aquel querido Queremos y otras mil
actividades de ese tipo.
Menudo, enteco, calmo, inteligente, agudsimo, pero sencillo y modesto; lector impenitente, so-
carrn; algo escptico como buen hombre de pensamiento; idealista; escritor de aguda pluma; maes-
tro de la irona y los juegos intelectuales, era lo que Chesterton llamaba un personaje de combustin
interna. Fue hombre de mtodo y estudio que ley mucho, pens mucho, ense mucho y escribi
mucho. Durante una poca rm sus escritos como Augusto de la Parra. Con el tiempo, por la sola
razn del afecto que me profesaba, tuve el honor de que me encargar prologar dos libros suyos.
De profundas convicciones y rigurosos esquemas ticos, cuando vio que el tren en que viajaba
por la vida no iba a donde l quera, se baj en una estacin en medio del campo, situada en ninguna
parte, y reinici el viaje por su cuenta, a partir del kilmetro cero, casi sin equipaje, para llegar a
donde de verdad quera ir. Y se hizo maestro, estudio derecho, y reinici su andadura, satisfecho por
haberse encontrado consigo mismo.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 249


HOMENAJE A AUGUSTO

Por su sonoma, de tan peculiar perl, lo rubio de su apariencia, y sus ojos claros, hubiera pa-
sado por ingls si su espaolismo no hubiera quedado de maniesto de inmediato en sus actitudes y
sus palabras. Porque como a Don Quijote el gozo, en su primera salida al campo, a Augusto, Espaa
le reventaba por las cinchas del caballo.
Gran maestro, en lo educativo; gran gua, en el dirigentismo juvenil; y sobre todo, gran perso-
na, en lo humano. Dotado ms que para la hazaa para la empresa, porque era hombre de horizontes
largos, siempre estuvo involucrado en proyectos de todo tipo, de los que era el alma, pero en los que
rechazaba el protagonismo. Tras el Frente de Juventudes, la escuela, y sus libros, la Econmica fue el
barco en el que realiz sus mejores singladuras.
Un ser verdaderamente Augusto. Menudo por fuera, pero enorme por dentro, es difcil entender
cmo un hombre tan grande caba dentro de s mismo.
Con su prdida hace unos meses la Econmica se qued en un poco menos, pues perdi a uno
de sus mejores. Aunque desde hoy es un poco ms. Pues al evocarlo en este acto, la Econmica se
hace ms grande.

JIMNEZ HERNNDEZ, FERNANDO (hermano de su viuda)

Mis primeras palabras no pueden ser si no de agradecimiento, primero a esta Institucin, La


Real Sociedad Econmica Extremea de Amigos del Pas, que tan generosamente honra la memoria
todava reciente de quin le dedic durante aos una esencial parte de sus inquietudes, de sus afanes
y de su trabajo intelectual. No menor es el agradecimiento que merecen todas las personas cuyas
palabras hemos escuchado esta tarde, que prueban sin que quepa duda el afecto, la consideracin y
la estima que profesan en vida y en ausencia, a Augusto. Gracias, pues, a todas ellas y a la casa que
nos acoge.
Por voluntad de Mari Carmen, aceptada por los responsables de la Econmica como cariosa
y ordinariamente se refera Augusto me ha correspondido intervenir a ttulo de parte, parte muy
prxima de su entorno familiar, por lo dems bien extenso y cercano y hoy bien presente en esta sala.
A este ttulo, pues, tengo que decir que no voy a referirme a los distintos aspectos de la rica e intensa
vida profesional, docente, intelectual, asociativa, ciudadana, de Augusto, que con tanto acierto como
cario han sido expuestas esta tarde, y que no precisan de ms glosa que la intencin y la expresividad
de quienes han intervenido.
Yo voy, pues, a referirme a aspectos ms ntimos y cercanos; en denitiva y sin pretenciosidad,
a la pura dimensin humana del Augusto que yo conoc; de la persona que desde muy chico estuvo en
mi vida, primero como gura fraternal nueva y llamativa por su cercana y su trato alegre y abierto, y
por la simpata casi unnime que yo apreci que se produca en lo que entonces era mi entorno fami-
liar y el de aquellas juveniles amistades, las de las tardes de Castelar o de San Francisco alternando
con las de la Ciudad Juvenil; luego por ser el hombre, que sin sermones ni adoctrinamientos, supo
hacerme despertar al valor de la cultura, y en especial, al hbito de la lectura como fuente esencial, a
la vez de conocimiento y de disfrute; y casi sin solucin de continuidad, superando la etapa adoles-
cente, y aprovechando estancias no por ocasionales menos intensas en un Badajoz al que volva cada
vez ms con sensacin de ir a lo que senta como mis races vitales, empezar, si no a participar, s a
asistir como espectador curioso a lo que es verdaderamente la vida cultural e intelectual de una ciudad
que segua considerando ma: lecturas poticas, alguna conferencia literaria, en el antiguo edicio
de Hernn Corts, o en otras salas de la ciudad, ricas y aleccionadoras conversaciones sobre libros
recientemente ledos o por leer, conversaciones en que yo podra gozar, adems de la palabra de Au-
gusto, de los compaeros y amigos, algunos de los cuales han sido aqu mencionados; y tambin las
primeras visitas individuales a museos y el conocimiento sobre el terreno de la extensin y la belleza
de la tierra extremea.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


250
HOMENAJE A AUGUSTO

Aunque nunca interrumpida del todo nuestra comunicacin, las circunstancias de mi vida pro-
fesional hicieron que durante unos aos esta fuera menos asidua. Pero muy afortunadamente se res-
tableci y me permiti, que en los ltimos quince aos, disfrutar, y an muy modestamente participar,
de la actividad creadora y recopiladora de Augusto; y de apreciar, ya de un modo maduro, su vala,
no solo intelectual, sino esencialmente humana. Su bondad profunda, su tolerancia, su disponibilidad
para asumir tareas y responsabilidades, la incondicionalidad de su sentido de la amistad y conviven-
cia..Y tambin el respeto intelectual, el cario y la adhesin que su persona y su talante suscitaba
por igual entre sus compaeros en empresas histricas y literarias, como entre sus antiguos alumnos
de los colegios en que ejerci como Maestro, como entre los amigos con que comparta asiduamente
ocios y costumbres.
No s si conscientemente, creo que ms bien por su forma de ser, se cea al aforismo de Balta-
sar Gracin queriendo siempre tratar con quien se pueda aprender, de modo que sea la conversa-
cin ocasin amena de enseanza culta.
Pero adems, en la vida diaria, esa conversacin se expresaba siempre con sencillez, sin pre-
tenciosidad, y con la disposicin de escuchar y de razonar, sin ecos de intolerancia ni de alecciona-
miento.
De su proyeccin en la Econmica, y en otros mbitos asociativos, como los Amigos de Ba-
dajoz, los vecinos de Santa Marina, la Extremeo-Alentejana, y otras iniciativas, y de su labor como
Maestro y su participacin en las tareas de desarrollo y perfeccionamiento docente, adems de lo que
aqu se ha dicho esta tarde, hay suciente constancia pblica en el mbito de las respectivas insti-
tuciones. Quiz es menos conocida su implicacin en la vida de su Parroquia, San Juan Macas, y a
travs de ella, en la promocin de actividades sociales y culturales en su entorno vecinal. Pero traigo a
colacin esta referencia, precisamente, para no dejar de recoger otro de sus aspectos ntimos: Augusto
era un cristiano templado, prcticamente sin bateras, ejerciente de la caridad sin dar parte a su mano
izquierda, convencido de la importancia y transcendencia de la fe en el plano individual y estricto de
la conciencia, y de hacerla instrumento de vertebracin de la comunidad. Todos recordis que uno
de los primeros libros en cuya redaccin y publicacin intervino, es precisamente una historia de su
Parroquia, una ilusin compartida.
Y Mari Carmen. La que ha compartido con el cincuenta y siete aos de vida que se hubieran
cumplido cuatro das despus de su muerte Mari Carmen, as, sin ms apelativos, que nunca fue la
seora de Rebollo. Fiel, leal, callada. He dicho cincuenta y siete aos, y he dicho poco, porque entre
mis recuerdos infantiles est el paseo de muchas tardes de la Plaza de Portugal a Correos, para echar
la carta para Augusto, entonces cursando estudios en Madrid. Siempre juntos, la cita familiar, y por lo
que yo he podido apreciar, ms que familiar, es sucientemente expresiva; Augusto y Mari Carmen,
as sin ms precisin, como un tanto monta entraable y sencillo. Y as hasta el nal, y tal vez ms
all.
Estoy seguro que, desde la luz que creemos los cristianos, Augusto nos quera decir que para
qu esta reunin. Yo solo sabra decirle que, como no es formularia mi retrica, sino sincera expresin
de afecto, de consideracin, y de memoria, es justo que la reciba.
Sobre su mesa de trabajo, intacto todo desde que emprendi su viaje, las mejores pruebas de su
talante y su dedicacin; un libro nuevo, recin empezado, El Laberinto de los espritus, de Carlos
Ruiz Zafn; un texto recin elaborado, que lleva por ttulo Los primeros carnavales del siglo XX;
y un libro antiguo, casi un clsico, El malvado Carabel, de Wenceslao Fernndez Flrez, precisa-
mente con el separador en la pgina en la que el Seor Aznar (en la novela, un banquero), explica
a su empleado, Amaro Carabel, que los bancos no estn para ayudar a los clientes, sino para que los
dueos ganen el mximo. No deja de ser una coincidencia con lo que hoy conocemos.
Augusto fue pues, para quienes hemos tenido la oportunidad de compartir alguna parte de su
vida, un maestro, en el ms amplio sentido de la palabra, en el sentido que el Mairena machadiano
expona la labor del maestro de la paz.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 251


HOMENAJE A AUGUSTO

Yo os enseo, en n, o pretendo ensearos, a amar al prximo y al distante, y al semejante y


al diferente, y con un amor que exceda un poco al que os profesis a vosotros mismos, que pudiera
ser insuciente
En denitiva, un hombre bueno en el buen sentido de la palabra.

LIN CORROCHANO, ALFREDO (Presidente RSEEAP)

Saludo

Dijo D. Miguel de Cervantes en boca del ingenioso hidalgo que las tristezas no se hicieron
para las bestias, sino para los hombres. Y hoy estamos tristes, muy tristes y hasta un poco hurfanos
porque Augusto Rebollo, nuestro compaero, nuestro amigo, cumpli su carrera vital y ya no est
entre nosotros. Y, a partir de ahora, cada vez que tenga que subir a esta tribuna perder, an sin querer,
la mirada all al fondo, a la izquierda, el lugar preferido de Augusto -siempre acompaado de Mari
Carmen, porque Augusto y Mari Carmen son como el misterio de la santsima dualidad- Desde all
asista con una delidad ejemplar a cuantos actos, conferencias o actividades le era posible. Pero:
desde all; casi como si no estuviera, con la modestia y la humildad de las personas verdaderamente
grandes.
A continuacin tomarn la palabra personas que conocieron a Augusto mucho mejor que yo y
que trabajaron codo con codo con l, incluso que compartieron pupitre en la escuela como nuestro
Delegado en Corte Enrique Snchez de Len. Y ellos sabrn glosar como es de justicia su gura.
Yo slo quiero jarme en dos facetas: su humildad, rara avis en esta sociedad de petimetres
que se creen los mejores sin que nadie entienda por qu y su curiosidad, su ansia innita de apren-
der, con la mente abierta a todo lo que fuera conocimiento. Porque aquella vieja mxima de Terencio
hombre soy, nada humano me es ajeno, parecera haber sido dictada pensada en l.
Hace poco tiempo acordamos organizar unas clases de portugus para socios, pues bien, ah
estaban Augusto y Mari Carmen, ilusionados en aprender la lengua de Camoens y, como siempre,
con un cumplimiento exacto, de forma que, mientras algunos ratebamos cuando podamos sin tomar
demasiado en serio el asunto, ellos siempre acudan con los deberes hechos y esforzndose en apren-
derlo todo, como si fueran chiquillos de escuela. Y esa imagen emocionante de un hombre empeado
en aprender sin importarle edad ni circunstancia me acompaar siempre y, cuando recuerde a Au-
gusto ser balbuceando portugus y poniendo cara de contrariedad si, algn da, no sala bien la cosa.
Augusto pudo ser muchas cosas. Pero quiso ser maestro, todo maestro, solo maestro, nada me-
nos que maestro, la profesin ms reconocida socialmente en los pases que lideran nuestra civiliza-
cin y la ms, si no denostada al menos considerada como menor, en las que ocupamos el furgn de
cola. Maestro, historiador riguroso, hombre que encarn en su propia vida el Enseando Fomenta
que es nuestra razn de ser.
Gracias a hombres como Augusto Rebollo esta Real Sociedad se ha mantenido viva los lti-
mos doscientos aos, a veces en circunstancias extremadamente difciles. Y si hoy somos optimistas
imaginando el futuro, es porque sabemos que su ejemplo no ha de ser baldo y han surgido y surgirn
hombres y mujeres que tenindolos como ejemplo continuarn su obra. Y esta Sociedad, cada da ms
joven, continuar hacindoles honor con su entrega ilusionada a este rincn entraable de Espaa que
llamamos Extremadura.
Muchas gracias.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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HOMENAJE A AUGUSTO

MARROQUN MARTNEZ, LAURA (encargada Biblioteca RSEEAP)

Buenas noches, M Carmen, buenas noches amigos todos de D. Augusto:

Las despedidas siempre son tristes, y ms cuando se trata de un hombre excepcional como lo
fue nuestro querido amigo, es inevitable sentir pena por su ausencia.
Pero a pesar de la tristeza, no puedo evitar tener sentimientos encontrados cuando pienso en l.
Sentimiento de dolor y pena porque ya no est con nosotros pero, cuando lo recuerdo, no puedo
evitar una sonrisa por recuerdos y ancdotas vividas a su lado en estos 16 aos en los que he tenido la
suerte de tenerlo cerca, de conversar con l, de aprender de l como buen maestro que fue Siempre
dispuesto a compartir su tiempo y sus conocimientos. Un hombre digno de admirar.
De D. Augusto seran destacables muchas buenas cualidades, que ya algunos de los amigos que
han hablado anteriormente han comentado, pero a m me gustara destacar, entre otras muchas cuali-
dades, su gran sentido del humor.
Siempre me recordar a l la poesa de la Cancin del Pirata de Espronceda, porque cuando
estbamos en el edicio antiguo de la C/ Hernn Corts y se colocaba el saln para algn acto, l se
sentaba en los micrfonos y para probar el sonido, recitaba Con diez caones por banda, viento en
popa a toda vela no corta el mar sino vuela, un velero bergantn siempre la misma poesa y siem-
pre con una sonrisa pcara porque saba que los que lo escuchbamos en ese momento, nos reamos.
Siempre fue un hombre bueno, muy bueno, educado, discreto y afectuoso con todos. He pre-
parado esta proyeccin con sus fotografas, con todo mi cario, recordando momentos vividos en la
Econmica: Sentado en una de las mesas de la antigua biblioteca investigando y trabajando, en con-
ferencias en las que particip, homenajes, reuniones, comidas y celebraciones varias
Recuerdo con especial cario la comida de navidad del ao 2013 en la que, la Junta Directiva
de la Econmica, le hizo entrega de una placa por todos esos aos de dedicacin, colaboracin y
participacin en actividades de la Sociedad, como miembro de la Junta Directiva que fue y princi-
palmente por los 16 aos en los que fue coordinador y alma del Curso apuntes para la historia de la
ciudad de Badajoz, fue un momento muy bonito y emotivo. Estuvo acompaado, como siempre, por
su compaera de viaje M. Carmen, siempre con una sonrisa, siempre cariosa. Me sumo a tu dolor
querida M Carmen.
Era un hombre sencillo, humilde y trabajador. Despus del trabajo y gran esfuerzo que supuso
para l la realizacin de la cronologa de Badajoz, publicada en el tomo IX, deca textualmente en su
presentacin A todos, mi agradecimiento, pues en virtud de su colaboracin, hemos logrado una obra
colectiva y no individual Podemos ver en sus palabras la humildad que siempre le caracteriz. La
recopilacin de todos los datos le llev casi dos aos de trabajo aunque me consta, por su pasin
por la historia de Badajoz, que disfrut con esa investigacin.
Extraar mucho a D. Augusto, siempre lo recordar y tendr un hueco en mi corazn.

NARANJO SANGUINO, MIGUEL NGEL (Director Seccin H RSEEAP)

Querida Mari Carmen, seoras y seores:

En representacin de los miembros de la Seccin de Historia de esta Sociedad Econmica quie-


ro expresar el gran pesar que todos sentimos por el fallecimiento de nuestro consocio y compaero de
Seccin, Augusto Rebollo Snchez.
Fue Augusto nieto de maestro, hijo de maestra y l mismo, maestro nacional. Vivi su vida
entregado a la docencia y a la actividad cultural. Otros nos podrn informar aqu con mucho ms

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 253


HOMENAJE A AUGUSTO

conocimiento de causa que ste que les habla, sobre su labor docente; pero yo quiero decir unas bre-
ves palabras acerca de su proyeccin como hombre de cultura, en lo que a la Seccin de Historia se
reere; porque esa fue solo una faceta ms de su intenso activismo intelectual.
Pero antes, tampoco voy dejar pasar la ocasin de manifestar pblicamente mi agradecimiento
personal hacia l; porque fue l quien me trajo a la Econmica y tambin fue l, quien gui mis pri-
meros pasos dentro de ella.
Digo, que fue Augusto el impulsor y gestor de la Seccin de Historia durante muchsimos aos
y, en su seno, puso en marcha los elogiados Cursos sobre la historia de la ciudad de Badajoz, all
por el lejano ao de 1992. Esos cursos fueron una feliz mezcla de teora y prctica: con ponencias y
comunicaciones sobre el devenir histrico de Badajoz, junto a deliciosas visitas a lugares de inters
cultural.
Pero pronto se dio cuenta Augusto de que las palabras se las lleva el viento, y en el ao de
1999 puso en marcha la coleccin de Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, que plasm
sistemticamente, en letra impresa, todo el caudal de conocimientos que, decenas de investigadores
y amantes de la cultura en general, iban vertiendo en aquellos cursos. Coordin 8 de los 11 tomos
con que actualmente cuenta esta coleccin. Lo hizo hasta que las fuerzas le fallaron. Y por esa gran
entrega que siempre demostr, sus continuadores en esta labor queremos dedicar el Tomo XII de los
Apuntes a su memoria, incluyendo en el mismo una semblanza de su persona en lugar preferente.
Por ltimo quiero recoger en esta breve alocucin las iniciativas de dos miembros de la Seccin
de Historia: por una parte, la de Teodoro Lpez, que ha ociado una misa por el eterno descanso de
Augusto y por otra, la de Jos Manuel Gonzlez, cronista de Badajoz, que ha solicitado al ayunta-
miento que ponga su nombre a una de las calles de nuestra ciudad.
Y para terminar, solo me resta decir una cosa: amigo Augusto, descansa en paz; porque bien
ganado te lo tienes.
Hasta siempre, compaero.

PEDRAJA MUOZ, FRANCISCO (Presidente de Honor RSEEAP)1

Augusto amigo; te fuiste silenciosamente por el camino azul, a morar en el jardn de las estre-
llas; donde no hay tiempo, ni dolor, ni nostalgia.
Te recuerdo metdico y ecaz, en la solitaria biblioteca de la Econmica, poco antes de las
once, preparando tus excelentes artculos sobre Badajoz, en todos los temas imaginables, de su pasa-
do o presente, incluso del futuro.
Cuando te marchabas, a la una menos cuarto, para coger el autobs en la esquina de la calle del
Obispo, recuerdo tu andar pausado, no por los aos, sino por una buena forma de vivir y de sentir la
vida.
Fuiste autor y director de una de las actividades ms interesantes que se hicieron en la Econ-
mica, los Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz.
He visto nacer muchos de tus artculos, logrados gracias a una minuciosa investigacin, pacien-
temente realizada en la hemeroteca de la Econmica. Todos con una prosa sobria, prueba de un buen
maestro, trabajador, sabio y culto.
Fue maestro de primaria y profesor de educacin fsica, cumpliendo la frase del templo griego
de Delfos Mens sana in corpore sano.

1
No pudo asistir al acto y su intervencin fue leda por el Presidente de la RSEEAP.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


254
HOMENAJE A AUGUSTO

Tambin realiz la licenciatura de Derecho, lo que rearma su sentido innato de la justicia, y el


amor a la verdad.
Asombra la cantidad de trabajos histricos sobre la ciudad de Badajoz que has realizado, entre
ellos:
Badajoz la vida de una ciudad fronteriza (Crnicas badajocenses del primer tercio del siglo
XX); Notas para la historia del Gran Gimnasio de Badajoz (1868-1936); 25 aos de una ilusin
compartida; Apuntes inditos para la historia del Club Deportivo Badajoz.
Otra publicacin curiosa e interesante, as como muy prctica en la que tuviste una importante
participacin es Cronologa de la ciudad de Badajoz, de la coleccin Apuntes para la historia de la
ciudad de Badajoz.
Como vecino del barrio de Santa Marina, tuvo la cariosa y feliz idea de escribir Callejero del
barrio de Santa Marina.
Todos ellos exaltando y dando a conocer la historia de nuestra ciudad, tan rica en acontecimien-
tos importantes y en personalidades que fueron decisivos en la historia de Espaa.
Recuerdas Augusto la ltima vez que hablamos por telfono, quedando de acuerdo en ir a to-
mar una copa juntos y hablar de nuestras cosas? Debimos haberlo hecho al da siguiente practicando
la sentencia clsica Carpe diem (aprovecha el momento).
Como ya no es posible, querido Augusto, con estas palabras te agradezco tu desinteresada y
fecunda labor y entrega a esta Sociedad durante tantos aos.

SNCHEZ DE LEN, PREZ, ENRIQUE (amigo personal)

Querida M. Carmen, Sr. Presidente y Sres. Socios de la Econmica, Sras. y Sres., queridos amigos.

Hoy, ahora mismo, la Econmica exhibe sus mejores galas de sensibilidad y se muestra, una
vez ms, como un oasis de ejemplaridad en el pramo sumiso e indigente en que se aletarga nuestra
sociedad civil. Hoy es faro, gua, luz que orienta en medio de una notoria vulgaridad en la que se
ahoga cualquier excelsitud. Con este sentido y sencillo homenaje a Augusto Rebollo la Econmica
quiere alumbrar una de las personalidades ms evidentes en Badajoz, en el mbito humano y ejem-
plar. La ensea y se enorgullece de l. Gracias.
Es cierto que la Econmica aparece como un oasis, repito, en que vivaquea un ecosistema
difcil de encontrar en otro lugar. Lo compone un conjunto de vivencias singulares en trance de extin-
cin. Son gentes del pensamiento, fauna de la duda intelectual, laboriosos del saber, practicantes del
anlisis y la crtica objetiva. Son gentes del equilibrio, amantes de lo suyo, y de los suyos. Son gentes
singulares del tronco ms noble de nuestra encina. Un trozo entraable de ella es Augusto Rebollo, y
nos corresponde ahora pregonarlo y proclamarlo.
Augusto fue un clsico, y no un modernista. Tena nombre de Emperador, pero alma de militan-
te de a pi; aunque, raramente, fue Centurin, le gustaba defenderse en falange; puso ser dux o cnsul,
pero quiso ser magister; le gust ser domus, aunque le tent el gora. Le sentara bien la toga blanca
de senator, pero no lleg a utilizarla.
Yo pudiera intentar explicar el genotipo de esa especie a extinguir que representa una lite de
esta sala. Lo he visto repetido en muchos ejemplares, algunos muy prximos a m mismo: Cienfue-
gos, Surez, Rebollo. Todos participaron de una caracterstica personal comn: la bonhoma. Todos
fueron solidarios, generosos, altruistas, dadivosos de su tiempo y sus capacidades. Tambin participa-
ron de caractersticas comunes, en mayor o menor medida, de ciertas especicaciones del extremeo
notorio: cierta querencia al amurallamiento, una evidente autolimitacin de sus ambiciones; algn
fatalismo indolente; y un contagio martirizante del gran fracaso de lo extremeo. Tampoco hay que

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 255


HOMENAJE A AUGUSTO

negar cierto hedonismo contagiado de la sumisin, generalizada e invalidante, a todo tipo de poder
poltico. Todos dejaron huellas de un testimonio personal de amor a lo regional y a lo local.
Pudiera contar cientos de cosas singulares de Augusto Rebollo. Compart con l cuatro aos de
Bachiller, codo con codo. Y compartimos juntos, muchos aos tambin, utopas y propsitos en el
Frente de Juventudes. Somos hijos del cuerpo: del Magisterio (pendiente est de crear una Asocia-
cin de Hijos de Maestros). Vinimos de la raz del pueblo: La Parra y Campillo de Llerena; vivimos
y supimos ms que nadie del tardofranquismo; nos alimentamos de becas. Lo que fuimos slo se lo
debemos a nuestros padres y a nuestro esfuerzo. Yo dira, si me permits la exageracin, fuimos almas
gemelas.
Seguro que todos los que hoy participamos en este acto destacaremos las mismas virtudes de
Augusto, por lo que quizs me corresponda ms contar algunos ejemplos de las mismas.
Fue un amante de su tierra, y slo con 15 o 16 aos, sentados ambos en la bancada del Instituto,
yo dibujaba un mapa de la Pennsula Ibrica, con una sola divisin interior: unas lneas irregulares
que arrancaban, ms o menos, de Oporto, corran hacia Coria, pasaban por Talavera de la Reina y,
desde all, se prolongaban hacia algn punto entre la desembocadura del Guadiana y del Guadalqui-
vir. Augusto observaba:

El mapa de Lusitania , le dije.


No. Ms parece el reino aftsida, corrigi con precisin.

Es el territorio de la REI. Estoy redactando sus Estatutos, le anunci entre burln


y trascendente.

Y qu es la REI?, pregunt.
La Repblica Extremea Independiente, contest muy serio. Su primer acto po-
ltico ser declarar la independencia de esa regin. Estoy buscando dnde poner la capital. Qu te
parece Lisboa?.
No, mejor Estremoz, respondi, muy serio y, entonces, supe que ya se haba ledo,
antes que yo, la historia de Portugal, y los libros de la Biblioteca Bartolom J. Gallardo.

Lo he contado tantas veces, que ya no s si eso ocurri en sueos o constituimos la correspon-


diente Asociacin, con otros cuantos ilusos ms.
Y, como esa, tuvimos decenas de conversaciones, entre la utopa y la nostalgia, sobre regiona-
lismo, regionalistas, territorios, historias locales, etc., en una incipiente y desorientada bsqueda en
comn de una identidad grandiosa para nuestra tierra: Extremadura.
Paralelamente, vivimos la experiencia del Frente de Juventudes. Ese es un relato que haba que
insertarlo dentro de la historia, por hacer, de esa Institucin. En ella se aliment nuestra ms sana uto-
pa. All aprendimos conceptos que nos han acompaado siempre: el servicio y el sacricio, la Patria,
la justicia social. Ni a Augusto ni a m nos ensearon casi nada. Sobre unos apuntes idealistas noso-
tros mismos forjamos ilusiones. Eso s, nunca descubrimos ni odio, ni revancha, ni contraposiciones
extremas, con nada ni con nadie. Quizs ramos unos ingenuos, pero fue as.
Permitidme, para terminar, contar una ancdota del sentido del humor de Augusto, porque to-
dos recordamos su gracejo. Estudibamos Literatura, en 4 o 5, con un interesante profesor, D. Juan
Alsina, que nos excitaba a recordar ttulos y autores de distintos pases. Un da competamos, en
un descanso entre clases, a ver quin recordaba ms casos. Augusto dijo: A ver, Italia. Y todos
nos apresuramos a resear lo ms caracterstico, Dante y La Divina Comedia, Maquiavelo y El
Prncipe, Boccaccio y el Decamern.. De pronto, Augusto dijo: Eso es fcil. A ver, Giovanni
Arnaldo. A todos nos sonaba, pero nadie lo encajaba. Al cabo de un rato, Augusto chance: No es
ningn literato. Es el dueo de la Heladera Italiana, de la calle San Juan. La carcajada fue festiva
y generalizada.
Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017
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HOMENAJE A AUGUSTO

Augusto tambin tena sus frustraciones. Por ejemplo, su fsico le impeda ser deportista des-
tacado. Pero nunca se conform con ello. Fue Juez de Lnea en Ftbol y rbitro de Baloncesto. Par-
ticipar era para l ms importante que protagonizar. Una muestra ms de su humildad caracterstica.
Sera interminable contar cosas de Augusto, en aquellos tiempos de formacin, an inmadura.
Luego, tuvimos caminos diferentes, pero unidos siempre por el respeto, la amistad, la admiracin y
el cario mutuo y sincero.
Sr. Presidente: Sera bueno Declarar en la Econmica a Augusto Rebollo como especie a
proteger. Y pregonad su ejemplo.
Gracias por todo.

SANTOS DURN, MANUEL (antiguo prroco San Juan Macas)

Ha fallecido, ya maduro, D. Augusto, as llamado por sus muchsimos alumnos. Un hombre con
ansias de saber, culto, sereno, dominador de s mismo. Siempre supo estar sin querer sobresalir, pero
dando su opinin. Educado y prudente; alegre y sereno. Ya en vida hablaban muchos muy bien de l.
Estos das post mortem, mucho ms. Elegante y correcto, nunca se haca notar, su sencillez era signo
de su domino personal. Creo que vivi el consejo de San Pablo a los de Roma: No tengis grandes
pretensiones antes poneos al nivel de la gente humilde. Esto observ en el Consejo Pastoral Parro-
quial de nuestra Parroquia de San Juan Macas en apartado de Cultura al que perteneci durante aos.
Escuchaba, propona y callaba.
Ha pasado por nuestro barrio de la Paz dejando huella de hombre bueno, de esposo ejemplar,
de ciudadano honesto y responsable. Y todo ello junto a su querida esposa Mari Carmen: Siempre uni-
dos hasta el nal en los ltimos das en la Clnica Clideba. Cuando llegue el da, ambos vivirn en
una feliz eternidad, sin las necesidades perentorias de esta vida, porque all sern como los ngeles
de Dios que ni se casan ni se casarn.
Me toc celebrar su funeral en el que particip un numeroso grupo de familiares, amigos, com-
paeros de colegios, personal de la cultura de nuestra Ciudad y vecinos. Un pensamiento unnime:
Ha muerto un hombre bueno.
Paisano, amigo y feligrs: descansa en paz.

SEPLVEDA MANGAS, REMEDIOS (auxiliar Biblioteca RSEEAP)

Nos hemos reunido hoy aqu para despedir y homenajear a D. Augusto Rebollo querido amigo,
compaero leal y un ejemplo de persona.
Son siempre tristes las despedidas, cuanto ms si el que se va ha tenido en vida la dimensin
humana de los grandes hombres: la sencillez de los sabios y la generosidad de los elegidos por Dios.
En estos ltimos 16 aos de trabajo en la Econmica y en el devenir diario de tantos aos,
fuimos permanentemente testigos y, damos fe de ello, de su compaerismo y su elevado y honroso
sentido de la amistad y del trabajo.
Vimos como convirti siempre nuestro espacio laboral en un grato y placentero lugar de trabajo
y de estudio, pero tambin de charlas, bromas, alegras y reexiones.
Nada nos fue difcil tenindolo cerca como profesor, compaero o simplemente como amigo.
Siempre estuvo cerca con sus consejos, enseanzas y sus palabras amables, las cuales las recordare-
mos siempre.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 257


HOMENAJE A AUGUSTO

Le recordaremos siempre acompaado de su ms el compaera Maricarmen, a la cual nos


unimos en su dolor y tristeza y esperemos que nunca pierda su sonrisa que tanto le caracteriza. Nos
honr con su amistad y nos sentimos orgullosos de ello.
Permanecer en nuestras memorias y en nuestros corazones, y reviviremos da a da cada una
de las ancdotas e historias compartidas durante tantos aos, sobre todo de los momentos vividos en
la antigua sede de la Econmica de donde tengo recuerdos muy entraables, con todos los miembros
de la directiva de esa poca.
Desgraciadamente, a veces tenemos que aceptar que hay gente que se queda en nuestro corazn,
aunque no se quede en nuestra vida.
Hasta siempre Don Augusto, Dios te tenga siempre en su gloria.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017


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CURRCULOS DE LOS COLABORADORES DEL TOMO XII

CURRICULOS DE LOS COLABORADORES


DEL TOMO XII

En ejemplares anteriores de esta coleccin de Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz


se public en este apartado el currculo completo o extenso de cada uno de los colaboradores en el
Tomo correspondiente.
Sin embargo la Seccin de Historia de la Real Sociedad Econmica Extremea de Amigos del
Pas, que es la responsable de esta coleccin, ha acordado recientemente ofrecer solo unas breves
referencias curriculares de los colaboradores, intentado que resulten escuetas pero a la vez signica-
tivas de sus perles intelectuales y profesionales.
La estructura de este apartado seguir siendo la misma que en nmeros anteriores, y presenta-
remos las referencias curriculares de todos los autores de los artculos de este Tomo XII por orden
alfabtico de apellidos.

CABANILLAS ENTRENA, MARIANO

Nacido en Campillo de Llerena. Maestro y Catedrtico de Bachillerato de Latn. Director


General de Educacin y Asuntos Sociales de la Junta Regional de Extremadura. Miembro
de la Comisin de transferencia de competencias del Estado a la Junta. Escritor de dos
libros sobre la Historia de Campillo y colaboraciones en prensa. Delegado diocesano del
Arzobispo para Peregrinaciones, Santuarios y Turismo y para la Pastoral de Carretera.

CAYETANO ROSADO, MOISS

Licenciado en Filosofa y Ciencias de la Educacin. Licenciado y doctor en Geografa e


Historia (especialidad: Historia Contempornea). Ensayista e investigador, con dos dece-
nas de libros editados, destacando: La emigracin extremea en el siglo XX (Junta de
Extremadura, 2007); La tierra devastada. Historia contempornea en la Raya extreme-
o-alentejana (O Pelourinho. Diputacin de Badajoz, 2009). [email protected]

GARCA CALDERN, JESS M.

Licenciado y Doctor en Derecho, Fiscal y Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia de
Anadaluca, Acadmico de la Real Academia de Bellas Artes de Granada y de la de Juris-
prudencia y Legislacin de Extremadura, Medalla de Honor de la facultad de Derecho de
Granada. Director y ponente en numerosos cursos y congresos. Publicaciones: 2 libros, 46
colaboraciones en obras colectivas y revistas. Creador y poeta, con 12 libros en su haber.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 259


CURRCULOS DE LOS COLABORADORES DEL TOMO XII

GONZLERZ GONZLEZ, JOS MANUEL

Doctor en Historia del Arte, becario posdoctoral en la Universidade de Coimbra, profesor


de la Universidad de Granada y actualmente profesor de Didctica de las Ciencias Socia-
les en la Facultad de Educacin de la UEx, tcnico superior de la Junta de Extremadura,
profesor de Enseanza Secundaria, y cronista ocial de la ciudad de Badajoz. Publicacio-
nes: 6 libros y ms de 30 artculos en revistas. Lneas de investigacin: urbanismo, arqui-
tectura y didctica. E-mail: [email protected]

GONZLEZ MANZANARES, JOAQUN

Presidente de honor de la Unin de Biblilos Extremeos (UBEx), entidad que fund en


1991. Sus obras, Extremadura: Tierra de Libros, la pasin bibliogrca de toda una regin
(2007) y La Pasin libresca extremea: Retazos de bibliografa, biblioflia y bibliotecas
(2009) fueron publicadas por la BIEx, de la que ha sido director (2011-2015). Medalla de
Extremadura (2010) y patrono fundador de la Fundacin Amigos de la Biblioteca Nacio-
nal de Espaa (FABNE).

GUERRERO CABANILLAS, VCTOR

Mdico y escritor, natural de Esparragosa de Lares (Badajoz), de donde es Cronista O-


cial. Ha sido galardonado, entre otras distinciones, con la Medalla de Extremadura (2010)
por sus trabajos altruistas en el campo de las drogodependencias, con la Medalla del M-
rito Colegial (2010), con el Premio Nacional Mdico de Rebotica y con el Premio a la Tra-
yectoria Social de la Siberia extremea. Autor de numerosos libros, artculos y ensayos.

MARROQUN MARTNEZ, LAURA

En la actualidad est desarrollando el TFM del Mster de Gestin de la Informacin Digi-


tal de la Facultad de Ciencias de la Documentacin y la Comunicacin de la UEx. Mster
de Experto en Gestin de RRHH organizado por FOREM-ITAE, Badajoz. Licenciada
en Documentacin, Diplomada en Biblioteconoma y Documentacin por la Facultad de
Ciencias de la Documentacin y la Comunicacin de la Universidad de Extremadura.

MARROQUN SANTOA, ADOLFO

Licenciado en Geofsica. Meteorlogo. Ingeniero. Doctor en Fsica. Diplomado en Agro-


meteorology and Crop-weather Modelling, por la Ben-Gurion University de Israel. Prof.
de UEX, Extremadura (1968-2012). Prof. de UNED. Prof. de UIMP, Santander. De 1966
a 2012 fue responsable en Extremadura del SMN, INM y Aemet. Dos Expediciones Espa-
olas a la Antrtida. Miembro de la Comisin Espaola de Geodesia y Geofsica.

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CURRCULOS DE LOS COLABORADORES DEL TOMO XII

NARANJO SANGUINO, MIGUEL NGEL

Doctor en H. Fue catedrtico de instituto y profesor asociado de la UEX. Publicaciones:


3 libros, 29 colaboraciones en obras colectivas, 14 artculos en revistas especializadas.
Ponencias y comunicaciones en congresos y jornadas. Ha impartido conferencias, cursos
y charlas. Asesor cientco de 2 revistas de H. Miembro del GEHCEx, socio de n de la
RSEEAP y director de su Seccin de H. Coordinador de los Apuntes para la historia de
la ciudad de Badajoz.

RAMIRO GONZLEZ, ANTONIO

Maestro Nacional, Licenciado y Doctor en Ciencias Qumicas. Ha ejercido como maestro


en distintas localidades de la provincia de Badajoz y ha impartido docencia en la Facultad
de Ciencias, E.U. de Formacin del Profesorado de E.G.B. y en la E.U. de Ingeniera Tc-
nica Industrial (hoy E.I.I.), en donde se jubil como Catedrtico de Escuela Universitaria.
Ha sido, tambin, Secretario General de la Universidad de Extremadura de 1983 a 1988.

REY VELASCO, FERMN

Profesor de Enseanza Secundaria (IES Brbara de Braganza de Badajoz) y premio Joa-


qun Sama a la Innovacin Educativa en 1996 y 2000. Ha colaborado en las publicaciones
didcticas de la Editorial Ecir. En cuanto a la investigacin histrica, es autor de Historia
econmica y social de Extremadura a nales del Antiguo Rgimen y de Nicols Daz y
Prez. Ha trabajado sobre el movimiento obrero en Extremadura en el trnsito entre los
siglos XIX y XX.

ZAMORA MADERA, NGEL

Licenciado en Ciencias (Univ. de Salamanca), Doctor en Ciencias (Univ. de Extremadura).


Secretario, vicedirector y director del Instituto Zurbarn, donde se jubil de Catedrtico
de Fsica y Qumica en 2008. Profesor asociado (1992-1998) (Univ. de Extremadura).
Con sus alumnos recibi el Primer premio del I Concurso de Jvenes Investigadores (Fa-
cultad de Ciencias, UEX). Coautor de diversas publicaciones didcticas, cientcas, y de
historia de la ciencia.

Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo XII, Ao 2017 261


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PARA PUBLICAR en los Apunte para la.

Los Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz nacieron con el objetivo de investigar
y esclarecer la historia de esta ciudad en sus ms variados aspectos. Por lo tanto la nica condicin
exigible, de principio, para colaborar en esta coleccin es que el artculo que se pretenda publicar en
ella est relacionado con la historia, el arte, los personajes y las gentes, las instituciones, el urbanis-
mo, la literatura, la sociedad, la economa, la educacin, el pensamiento, etc. vinculados a la ciudad
de Badajoz.
Tambin hay que ajustarse a las Normas de Publicacin de esta coleccin, que se proporciona-
rn a los interesados, cuando contacten con nosotros.
Esta coleccin est permanentemente abierta a todos los socios de la RSEEAP de Badajoz y a
aquellos investigadores externos que lo deseen. Para contactar con nosotros ha de hacerse en Enero
de cada ao, para participar en el Tomo de dicho ao, pues esta coleccin tiene una periodicidad
anual.
Los interesados en colaborar se pueden dirigir a la Secretara administrativa de la Real Sociedad
Econmica Extremea de Amigos del Pas de Badajoz:
Telfono: 924 207205
E- mail: [email protected]
Tambin se pueden dirigir al correo electrnico del Coordinador de la coleccin, Miguel ngel
Naranjo Sanguino:
E-mail: [email protected]

La Editora de esta coleccin, la Real Sociedad Econmica de Amigos del Pas de Badajoz, no
se hace responsable de las informaciones, opiniones y comentarios vertidos por los colaboradores en
sus respectivos artculos.
Para terminar les recordamos que esta coleccin se publica en papel, pero tambin se puede
consultar y bajar de la pgina web de la RSEEAP de Badajoz en formato de PDF:
<<htpps://www.rseeap.org>>, pestaa Actos y Publicaciones del men principal de la web.

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