Hitchcock, Alfred - Fue Un Crimen Maravilloso

Descargar como rtf, pdf o txt
Descargar como rtf, pdf o txt
Está en la página 1de 221

Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

ALFRED HITCHCOCK
PRESENTA

FUE UN
CRIMEN
MARAVILLOSO

2
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

ARGUMENTO

Cuando la mayora de la gente se va de vacaciones,


busca paz y tranquilidad. Otros prefieren esquiar,
pescar o jugar al tenis. Pero cuando Hitchcock se
marcha de vacaciones, se dirige a las exticas playas
del mal y se dedica a desenterrar siniestros secretos.
De modo que si ste es el tipo de viaje que usted
prefiere, el maestro de lo macabro le invita a que lo
acompae en sus diversiones diablicas y juegos
espeluznantes proporcionados por los mejores
narradores del gnero de terror.

3
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

RELATOS

1. UNA MIRADA A LA MADRE NATURALEZA


Frank Sisk
2. TRABAJO NOCTURNO
James Holding
3. CRUCERO DE LUNA DE MIEL
Richard Deming
4. UN ATAD PARA BERTHA STETTERSON
Donald Honig
5. EL DIABLO DE JERSEY
Edward Hoch
6. EL APARTAMENTO SOBRE EL GARAJE
Joyce Harrington
7. AGOTAMIENTO
Clayton Matthews
8. OTRA SOLUCIN
Robert Colby
9. EL CIENTFICO Y EL REMBRANDT ROBADO
Arthur Porges
10. ASESINATO EN LA LUNA DE MIEL
C. B. Gilford
11. UN GALN DE GASOLINA
William Brittain

4
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

12. EL TELFONO MORTAL


Henry Slesar
13. REFUERZO DE PERSONALIDAD
Richard O. Lewis
14. EN MEMORIA DE MARTHA
Richard Hardwick

5
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Prlogo

No hace mucho tiempo, cierto da que llegaba a un estudio


cinematogrfico para entrevistarme con uno de los directivos, me encontr
a un viejo amigo, un actor que se presentaba a una prueba de seleccin.
Ocultar su verdadera identidad, y eventualmente su reputacin. Me
referir a l como Fred, y agregar que el papel al que optaba corresponda
a la secuencia del Empire State Building, en una nueva versin de la
pelcula King Kong.
De cualquier manera, Fred estaba muy animado. Segn me cont, hace
meses que no trabajaba; pero tena plena confianza en conseguir este papel.
Su seguridad provena de lo que el horscopo le haba predicho para el da
de hoy. De acuerdo con los astros, durante esta jornada l iba a encontrar
la felicidad y el xito en todos los aspectos de su vida. Como crea a ciegas
en el hecho de que los cuerpos celestes podan determinar el curso de los
asuntos humanos, estaba convencido de que hoy sera el da ms
afortunado de toda su vida.
Debido a mi carcter escptico, intent que Fred fuera ms realista, con
la esperanza de ahorrarle una tremenda depresin si no consegua
participar en la pelcula. Le hice notar que con un solo par de ojos quiz le
resultara difcil representar a todas las ventanas del Empire State
Building. No se desanim lo ms mnimo. Tan convencido estaba de la
infalibilidad de su horscopo, que crea poder conseguir el papel aunque se
presentara a la audicin con los ojos vendados.
Durante el transcurso de mis visitas, pude comprobar que las entrevistas
se orientaban cada vez hacia una charla sobre astrologa que sobre
negocios. El primer directivo que me recibi, la persona encargada de elegir
el tipo de letra para la palabra fin, que apareca al final de las pelculas
producidas por el estudio, tambin crea en la influencia de los astros. Me
mostr una carta hecha por su astrlogo, en la cual le daba instrucciones

6
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

para cada da de ese ao. Aquella jornada, en particular, deba evitar todo
contacto con personas que hubiesen estado cerca de Columbus, en el
Estado de Ohio, el da seis de agosto de 1945, fecha en la que se bombarde
Hiroshima. Sin pensarlo, le confes que yo era una de aquellas personas.
Por supuesto, esto dio por finalizada nuestra entrevista. El directivo se
zambull debajo de su escritorio gritando fin, negndose a seguir
tratando conmigo.
Al abandonar su oficina, me pareca que todo esto de la astrologa no era
ms que una bobada. Sin embargo, pronto fui persuadido de que tambin
poda ser peligroso. Por un amigo de Fred me enter de que ste haba
sufrido una terrible tragedia personal. Por lo visto, su esposa, a quien l
adoraba, al sacar por la maana la basura resbal al pisar una hoja hmeda
y se cay dentro del compresor de los desperdicios, quedando reducida al
tamao de un disco de goma de los que se utilizan en hockey sobre hielo.
Me imagino lo que esto significara para Fred, quien esperaba tener el mejor
de los das. Con esta preocupacin, era muy posible que se olvidara de que
su cabeza y cuello representaban una torre con mirador y fracasara en su
interpretacin del Empire State Building.
Como suele ocurrir en estos casos, una coincidencia da pie a la otra. El
siguiente directivo con el cual me entrevist, un caballero encargado de las
estampidas de ganado para las pelculas de vaqueros, tambin era un
creyente de la omnipotencia de los astros. Su horscopo le adverta
guardarse de los desconocidos misteriosos. Sabedor de mi relacin con los
enigmas y considerando algunos de ellos lo suficientemente extraos,
decidi no correr ningn riesgo. Insisti en llevar a cabo nuestra reunin
desde la seguridad que le otorgaba su cuarto de bao privado, con la
puerta cerrada de por medio.
Este obstculo hizo que la conversacin fuera casi imposible. Mientras yo
intentaba explicarle que haba solicitado la entrevista para instarle a que
mantuviera sus estampidas de ganado lejos de mi plato, una reconstruccin
del tocador de Catalina de Mdicis, l no dejaba de prometerme ms toros
y menos vaquillas. Finalmente decidimos posponer la reunin hasta el da
siguiente, en que los astros le presagiaban que aquel misterioso
desconocido no sera para l una amenaza.
Cuando estaba saliendo de la oficina del directivo, me enter de otros
infortunios que haba sufrido Fred. Mientras su esposa se encontraba en el
quirfano, donde la estaban estirando para que volviese a su tamao

7
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

natural, al que tena antes del infeliz encuentro con el compresor de basura,
la casa comenz a incendiarse, y los bomberos, en un acceso de eficacia, la
redujeron a los cimientos. Encima de todo esto, su hija nica le telefone
informndole que se haba fugado con el percusionista de un grupo de
rock.
Al rato de enterarme de las nuevas, volv a tropezar con Fred. Sus ojos
tenan un aspecto vidrioso; pareca encontrarse en un estado de conmocin.
Me temo que yo actu como un crtico muy severo. En vez de consolarle, le
ech en cara el haber confiado su destino a los astros, hacindole ver que,
en lugar de hacerle encontrar la felicidad y el xito en cada aspecto de su
vida, como le haban predicho, aquel da slo haba padecido desgracia tras
desgracia.
Sin embargo, estaba en un error en cuanto a su estado. No era
conmocin, como me haba parecido, sino euforia.
Qu quieres decir con desgracia? me replic. Si he conseguido el
papel!
Fred era el hombre ms feliz de la Tierra.
Evidentemente, para los creyentes verdaderos, tanto la suerte como la
belleza se encontraban en una visin muy peculiar de la realidad. Para Fred
los astros le haban vaticinado con exactitud la suerte de aquel da.
Ahora, yo les propongo a todos los verdaderos creyentes y escpticos
que presten atencin a los siguientes relatos escalofriantes, con la seguridad
de que unos y otros se vern cautivados por su extraordinaria perfeccin.

ALFRED HITCHCOCK

8
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

1
UNA MIRADA A LA MADRE NATURALEZA

FRANK SISK

A Waxy Lustig le desagradaba todo de aquel alguacil. No le gustaba el


sucio sombrero panam que el pelmazo llevaba puesto y an menos su
forma de usarlo, en ngulo recto sobre la cabeza. Este polizonte era un
verdadero paleto, venido directamente da la Baja Slobovia.
Anmate un poco, cuesta arriba pasaremos por la laguna Spadefoot
dijo el alguacil, arrastrando las palabras. A la derecha de la carretera. Un
lago ms que una laguna.
De veras? dijo Waxy desde el asiento trasero, esposado a una barra
de acero fijada al suelo. Tampoco soportaba la montona pronunciacin del
alguacil ni su charla insustancial.
Salvo la vieja Spadefoot, no existe a menos de dos das en coche o de
dos semanas de marcha, otro espejo de agua en el que se pueda pescar una
autntica trucha moteada. Te lo puedo garantizar.
S, s repuso Waxy con irritacin.
El alguacil masc su asqueroso trozo de tabaco.
Bichos grandes, estas truchas. Prefieren las aguas fras; fras y rpidas.
Por eso, en la Spadefoot slo es posible encontrarlas muy al Sur. He odo
decir que se alimentan en aguas profundas, puro hielo, capaz de congelar
los nudillos de la mano de un hombre. Te lo aseguro.
Waxy tena ganas de que aquella maldita cantinela se acabara de una
vez.
Y eso es lo que hace que estas truchas crezcan tan grandes y
vivarachas continu el alguacil con lentitud. Aguas realmente heladas.

9
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Hace algunas semanas atrap un ejemplar magnfico, que limpio y sin


escamas pesaba ms de tres kilos. Jams he hincado el diente en una carne
tan fina. Tan cierto como el Evangelio.
No me agrada el pescado repuso Waxy.
T te lo pierdes coment el alguacil. All est la Spadefoot,
escondida al costado de aquel pequeo bosque de pinos. Tiene unos ocho
kilmetros de ancho y hasta el ltimo metro cbico de agua se conserva tan
limpio y puro como el da en que el buen Dios la cre. Lustig, es muy difcil
que vuelvas a ver un paisaje tan precioso como ste durante mucho tiempo.
Lo cual, en tu caso, significa ahora o nunca. S, seor, ahora o nunca.
Muchas gracias respondi Waxy con sarcasmo. Debe estar
intentando que le trasladen a la Cmara de Comercio del distrito.
El alguacil, con un gesto premeditado, volvi despacio hacia la izquierda
su rostro mal afeitado y escupi juego de tabaco por la ventanilla abierta,
en la refrescante brisa de la maana. sta era otra de las cosas que le
desagradaban a Waxy, su maldita mana de mascar y salivar. Cada vez que
el muy imbcil escupa, que era cada cuatro o cinco minutos, la brisa que
entraba por la ventanilla trasera traa un ligero roco que le salpicaba a l en
la mejilla izquierda. Si era hijo de puta!
Diablos, Lustig sigui hablando el alguacil, debieras estar muy
agradecido por una excursin como sta. No todos los presidiarios tienen la
oportunidad de disfrutar de la madre naturaleza en el traslado de una celda
a otra. Si yo estuviera en tu lugar, muchacho, me llenara los pulmones de
este aire puro y fijara mis ojos marchitos en toda cosa creada por Dios que
estuviera al alcance de mi vista. Mirara las cercas, los postes de telfono y
los edificios; alzara mis ojos cansados hacia el cielo para contar las nubes y
le dara una ltima ojeada al bosque de pinos, contando hasta el ltimo de
sus rboles y hasta la ms pequea brizna de hierba. S, seor, si yo
estuviera en tu lugar me saturara de este regalo de la madre Naturaleza,
antes de que la ley me encerrara de nuevo bajo llave entre cemento y rejas.
De lo que estoy saturado es de usted, Homer dijo Waxy.
Mi nombre no es Homer.
Bien, entonces Clyde.
Tampoco Clyde. Si hubieras sido slo la mitad de listo de lo que te
crees, Lustig, te habras dado cuenta de que cuando te estaba esposando en

10
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

la prisin estatal, llevaba escrito mi nombre en el bolsillo de la camisa. Y


estoy orgulloso de llevarlo. All deca Floyd T. Herrington. Y se ha sido mi
nombre desde que era tan pequeo como un gorgojo: Floyd T. Herrington.
Y la T qu significa? Temperamental?
Significa Thomas, eso es lo nico que quiere significar. Fui bautizado
con ese nombre en honor al hermano menor de mi papato, a quien hicieron
trizas en Francia durante la Primera Guerra Mundial.
El alguacil masc meditativo su trozo de tabaco. Al cabo de un rato dijo:
El to Thomas... Nunca lo vi. Ni siquiera en fotografa, y aqu me
tienen llevando su nombre. Es gracioso cmo los nombres se pasan de unos
a otros.
Tan gracioso como una muleta.
Por ejemplo, la vieja laguna Spadefoot. De chaval crea que le haban
puesto ese nombre por alguna tribu de indios. Por aqu, muchos lugares
llevaban nombres indios: Tallahatchie, Tangipahoa, Natchez, Yazoo... As
que un chaval estaba casi obligado a figurarse que todo pozo de agua que
no se llamara Smith o Jones deba de provenir de los indios. De cualquier
modo, as era como yo pensaba en aquel entonces.
Buen razonamiento, Floyd.
Mi papato era formidable contando cuentos de indios. En su juventud
vagabunde bastante y lleg a conocer todo tipo de personas, hasta indios
del Norte. Le o hablar de los Flathead y los Blackfoot antes de aprender a
disparar. Yo cre que los Spadefoot eran los primos sureos de los
Blackfoot. Pero la imaginacin de un chaval puede hacer que ste se aleje
mucho de la verdad. Ahora s que por esta regin nunca ha habido indios
Spadefoot. De hecho, esta porcin de agua fue llamada... El alguacil
masc y escupi. Fue llamada Spadefoot, debido a una pequea rana que
habita en ella. Joder con la ranita de la vieja laguna Spadefoot.
Floyd, el Estado le provee con algo de dinero para el almuerzo?
pregunt Waxy.
A la pequea y maldita verrugosa le gusta la arena; se acomoda debajo
de ella. Es feliz con un palmo de arena sobre su lomo. Slo saldr de all por
las noches para respirar, o para procrear; la unin no servir para nada, a
menos que est lloviendo como si fuera el mismsimo diluvio. Mi papato
sola decir que se poda distinguir en esta especie a las ras listas, cuando

11
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

demostraban tener el seso suficiente como para salir fuera los das de lluvia.
Mi papato tena una manera muy graciosa de ver el asunto.
S, tendra que haberse dedicado al cine observ Waxy.
El ingenio de mi papato era bastante parecido a un desierto explic
el alguacil.
Ya que menciona el desierto, Floyd dijo Waxy, desde esta maana
no he tomado ms que un vaso de agua, y tambin tengo hambre. Es que
no pararemos en ningn sitio para almorzar?
Tienes apetito? pregunt el alguacil. sa es una de las
condenadas cosas que todos los asesinos tenis en comn. Comis como
cerdos.
Quin dijo que yo soy un asesino?
Pienso en el caso de Stevie Harris. T te acuerdas de Stevie, no es as?
Nunca he odo hablar de l.
Quiz no. Sucedi en otros tiempos; cuando en el distrito todava se
ahorcaba a los asesinos. Bien, lo cierto es que durante una excursin
campestre que organiz la parroquia, el joven Stevie Harris sorprendi a su
chica, llamada Mary Jane Lukens, detrs de una de las tiendas, en una
situacin comprometedora con un lavaplatos de origen criollo. En su
arrebato, cogi una cuchilla de carnicero que estaba tirada por all, y raj
con ella a la bonita muchacha, casi en dos mitades. Luego le cort al criollo
casi todo el brazo izquierdo. Fue reducido por algunos miembros de la
congregacin justo cuando se dispona a atacar sus rganos vitales. El
criollo muri al rato, debido a la prdida de sangre. Stevie podra haber
recibido una pena de uno a dos aos de prisin si hubiera sido otra clase de
tipo; pero hizo algo ms que participar en borracheras, rias y juergas, as
que lo juzgaron por haber partido a la preciosa Mary Jane y lo encontraron
culpable de homicidio. Bien, desde el da en que le sentenciaron hasta aquel
en que le apretaron el cuello, el viejo Stevie Harris estuvo comiendo de
manera desenfrenada, como posedo por el propio Satans. En aquellos
sesenta das que pasaron entre el juez y la horca, Stevie engord cuarenta y
cinco kilos. Te lo puedo asegurar, cuarenta y cinco kilos. Yo fui uno de los
que le condujeron a pesarse la ltima noche de su vida. El verdugo tuvo
que cambiar, en el ltimo momento, la soga que tena preparada por otra
mucho ms resistente.

12
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Pero es que nunca se detiene? pregunt Waxy.


Es un hbito nervioso comer como lo haca Stevie Harris dijo el
alguacil. Al menos, eso es lo que dice el doctor Volney. Algunas personas,
cuando estn nerviosas, comen hasta reventar. En cambio, hay otras que ni
siquiera pueden tragar un vaso de agua.
Waxy profiri un gemido.
Durante los siguientes cinco minutos, el alguacil condujo en silencio. Era
un conductor bastante calmo, que avanzaba por aquella carretera
secundaria a menos de ochenta kilmetros por hora, velocidad indicada en
las seales como mxima. El trfico era escaso. Waxy contempl la coricea
nuca del alguacil y no pudo reprimir una sensacin de repugnancia. Tres
arrugas atravesaban aquella piel seca, picada de viruelas. Haba algo en
aquella nuca huesuda que hizo que el estmago de Waxy se revolviera an
ms.
Vamos a parar para comer o no? pregunt finalmente.
Dentro de poco prometi el alguacil. Yo tambin estoy
comenzando a tener hambre.
Qu quiere decir con dentro de poco?
Pues al medioda. Al menos, eso es lo que yo me imagino. Espero
llegar a medioda a la frontera interestatal. All hay un restaurante que no
est mal, el Calhoum. Se encuentra casi en la frontera. Hacen una carne a
la brasa muy sabrosa. Te apetecen unas chuletas a la parrilla, Lustig?
No rechazar nada que me ofrezcan. Cunto falta para llegar a ese
sitio?
Quince o veinte minutos... Por qu lo preguntas? T debes saberlo.
No eres forastero en estas regiones.
A qu se refiere?
Has estado aqu anteriormente.
Es posible.
Diablos, Lustig, es un hecho.
Si usted lo dice, Floyd admiti Waxy con cansancio.
Es lo que acabo de decir.

13
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Ustedes los granjeros podrn ser capaces de distinguir un arbusto de


otro; pero para m todos resultan iguales.
Podras aguzar la vista.
S, podra repuso Waxy irnicamente.
Ahora el camino daba a una amplia curva atravesando una zona de
marismas. Altos y frondosos, los cipreses se alzaban del pantano por
doquier. A su derecha, y en una zona ms elevada, floreca una vegetacin
contrastante: robles blancos y rboles gomferos negros. Pero Waxy, cuyas
nociones sobre la vegetacin regional se limitaban casi exclusivamente a los
cipreses, no tena idea de qu podan ser. Sin embargo, la escena pronto
comenz a serle remotamente familiar y de algn modo depresiva. S,
quizs haba estado ya aqu alguna vez; pero slo de pasada. Cuando haba
emigrado al Sur desde Cleveland, atraves docenas de campos lgubres
similares a ste, y todos eran fciles de olvidar. Waxy se removi incmodo.
Recuerdas alguna cosa? pregunt el alguacil.
Waxy no se dign responder. Escuchaba sombro los ruidos que
produca su estmago.
Hace unos aos, yo sola cazar en esta regin continu el alguacil.
All, en aquellas tierras ms elevadas, entre los robles blancos y los
gomferos negros. Mapaches y zarigeyas. En cierta ocasin llegu a cazar
un lince. Por all tambin se encuentran osos negros. No existe un bicho
ms pendenciero que un oso negro adulto. Pero en aquellos das tena un
buen perro, el sabueso ms fiel que jams se haya visto, y no me daban
miedo los osos negros ni los pardos. Me ayud a cazar aquel lince. Jess!
Yo le llamaba Raymond. Antes haba tenido otro galgo, que posea desde
mis aos mozos. Pero ste del cual estoy hablando ahora, Raymond, era de
los que encuentras una sola vez en tu condenada vida.
La montona charla del alguacil tena una leve cadencia de rapsodia.
En apariencia, no era gran cosa. A manchas marrones y de color
tostado, salpicado de negro y blanco. El viejo amigo tena ojos tristes y unas
largas orejas cadas. No era ni por asomo de pura raza. El viejo Raymond
tena una buena mezcla de perro vagabundo; pero lo que menos haca era
vagar por ah. Nunca en mi vida he visto un perro tan persistente. Una vez
que encontraba el rastro no haba nada sobre la Tierra que pudiera
disuadirlo de seguir adelante. Lo puedo jurar. Y cuando el viejo Raymond
ladraba se le poda escuchar en tres kilmetros a la redonda.

14
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Waxy estaba a punto de dormirse.


Bien, seguro que este sitio te ser muy familiar dijo el alguacil.
Waxy abri los ojos.
El coche estaba aminorando su marcha. A la izquierda de la carretera,
limitando parte de un sucio corral, se levantaba una cerca de estacas
puntiagudas, casi todas flojas, que iba a parar a una entrada sin puerta.
Detrs de la cerca, unas gallinas pequeas picoteaban el rido suelo. La
casa de madera de una sola planta, en otro tiempo blanca, era de un gris
desteido y tena en una esquina una ancha vena marrn, originada por el
oxidado canal para la lluvia. En la parte trasera de la casa, haba un
cobertizo sin pintar, un poco inclinado, y su puerta abierta estaba sostenida
por una sola bisagra. Dos cerdos enormes olfateaban sin cesar en un
comedero de madera. Un chico vestido con un descolorido mono azul, que
se diriga hacia ellos llevando un cubo, miraba cmo el coche pasaba a su
lado despacio.
Waxy reconoci el sitio de inmediato, a pesar de que se haba
deteriorado muchsimo desde la ltima y nica vez que estuvo all. Habran
pasado unos tres aos desde entonces.
El alguacil debi de observar la expresin de su rostro por el espejo
retrovisor, ya que dijo:
Me imagino que este lugar no te traer muy buenos recuerdos.
De repente, Waxy intuy, sin saber por qu, la presencia del peligro.
Estas chozas rurales me parecen todas iguales repuso el preso.
No, seor, esta pequea choza es algo diferente.
S? Cmo es eso?
Al menos a mi modo de ver, esta vieja choza es un poco distinta.
Perteneci a un caballero llamado Ormond Woodruff, hasta su muerte,
ocurrida unos pocos aos atrs. Mientras estuvo con vida, el seor Ormond
Woodruff mantuvo este sitio bien acondicionado. No como la gentuza que
vive ahora aqu. No, seor; Ormond Woodruff era un excelente caballero,
de los que ya quedan pocos en esta tierra. No creo que un asesino con tan
poca memoria como t pueda recordar su nombre.
sta es la segunda vez que me llama asesino observ Waxy. Corta
el rollo, hombre. Yo nunca asesin a nadie en toda mi vida.

15
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Eres un poco olvidadizo, Lustig. Por qu crees que te buscan en


Nueva Orlens si no es por asesinato?
Tengo que atestiguar en un juicio; soy un testigo de cargo.
Claro, seguro que lo eres, Y la razn por la que sers tan buen testigo,
Lustig, es porque formabas parte de la banda que atrac aquel Banco de
Nueva Orlens y mat al guardia.
Yo no apret el gatillo protest Waxy.
Quiz no esa vez admiti el alguacil; pero no hay duda de que lo
habrs hecho en muchas otras ocasiones, mientras nadie miraba. Eso s que
lo puedo asegurar.
Usted y sus afirmaciones se pueden ir...
Desatento a cualquier voz que no fuera la suya, el alguacil sigui con su
monlogo.
Aquella noche en que tu socio y t allanasteis su domicilio y le
tratasteis con rudeza, el seor Ormond Woodruff se dio muy bien cuenta
de quines erais vosotros. El hombre grab en su memoria vuestros
pervertidos rostros y no se olvid de ellos.
Apenas si tocamos a ese pobre viejo dijo Waxy, con voz lastimera.
Es verdad. El doctor Volney apenas tuvo que darle ms de diez puntos
en la cabeza al seor Ormond Woodruff.
l fue a buscar una escopeta, jefe.
Claro que lo hizo. Cualquier caballero que se precie buscar una
escopeta si un par de hijos de puta invaden su casa y se ponen a dar
rdenes, Lustig.
Todo lo que queramos era beber y comer algo. Haca tres das que
andbamos sin parar.
Debieron haber ido a la asistencia pblica, Lustig. De todos modos, el
seor Ormond Woodruff nos facilit una descripcin detallada de sus
agresores. Nos dio el dato de tu diente de oro, y tambin del mechn de
cabello blanco que llevas en tu cabeza morena, como si en tus venas hubiera
unas gotas de sangre albina. Por otra parte, escuch cmo tu socio te
llamaba Waxy y t a l Cosmo. As que supongo que se contra el cual vas a
declarar en Nueva Orlens no es otro que tu viejo socio Cosmo Sienna.

16
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Vosotros los asesinos os mantenis unidos como la paja durante un viento


fuerte.
Floyd, usted ve asesinos por todas partes.
Slo hablo de lo que s.
S, que no es mucho.
Lustig, slo s una maldita cosa, y es que fuiste t quien mat al perro.
El seor Ormond Woodruff te vio con la pistola en la mano.
El perro?
S, seor, el perro que comenz a ladrar tan pronto como vosotros,
basuras, pisasteis la propiedad del seor Ormond Woodruff. Mataste a ese
perro a sangre fra.
Waxy volvi a poner en funcionamiento su dbil memoria. Podra ver al
perro dar la vuelta a la casa como un tren expreso, ladrando como un
condenado. Luego, cuando dej de ladrar, vio reflejados en una ventana sus
largos y blancos colmillos.
Qu diablos! Mat a ese perro demente en defensa propia. Estaba
dispuesto a destrozarnos.
Estabas traspasando una propiedad, y no haba cosa que Raymond
odiara ms que a los intrusos.
Raymond?
S, seor, el animal que mataste era mi viejo galgo Raymond, Lustig. El
seor Woodruff haba tenido la gentileza de cuidar de Raymond mientras yo
me recuperaba de mi pierna rota; pero tuvo que venir un sopln como t y
matar a Raymond cuando ms utilidad estaba dando. Es como si hubieras
matado a mi mejor amigo.
Lo siento se disculp Waxy. Quiz tendra que haberme quedado
quieto y dejar que el perro me abriera la garganta.
Te tendras que haber quedado en el maldito sitio de donde has venido
dijo el alguacil con un tono de voz impasible.
Este to est mal de la cabeza, pens Waxy.
Momentos despus, vio delante de l una estructura irregular que
sostena un enorme cartel en el cual se lea: CALHOUM: Cada bocado un
recuerdo. Lanz un profundo suspiro de alivio.

17
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

El alguacil condujo el coche patrullero hacia el parque de


estacionamiento de grava y lo fren junto a un sedn color canela, de cuyo
maletero sobresala una gruesa antena. En el asiento delantero se hallaban
dos hombres de mediana edad con camisas floreadas y sombreros panam.
Waxy observ que estos sombreros estaban en mejores condiciones que el
que usaba el payaso del alguacil.
Los dos hombres se bajaron del sedn. Por sus revlveres enfundados se
evidenciaba que eran policas de paisano. Estrecharon la mano al alguacil.
Mientras intercambiaban algunos papeles hablaron un poco.
Finalmente, el alguacil abri la puerta del patrullero prxima a Waxy y le
quit la cadena que lo mantena sujeto a la barra fijada en el suelo.
Ahora irs atado en la cebadera dijo el alguacil. Luego, estos
detectives de Nueva Orlens te llevarn de aqu.
Es la mejor noticia que he escuchado en el da de hoy declar Waxy.
Asindolo con fuerza por el codo derecho, el alguacil le ayud a
incorporarse del asiento trasero, puesto que todava estaba esposado, y lo
condujo enrgicamente hacia la entrada del restaurante. Los dos detectives
cerraban la marcha.
Una vez dentro el alguacil le pidi a una mujer de cabello cano, a quien
se dirigi como Miz Ellen, una mesa lo ms solitaria posible, y sonriendo
con complicidad ella los acomod en un rincn apartado donde slo haba
unos cuantos comensales.
Mientras los detectives se disponan a sentarse, el alguacil le sugiri a
Waxy en tono grave:
Hombre, si tienes una demanda de la madre Naturaleza, ste es el
momento de decirlo.
En un principio, Waxy no comprendi qu quera decir aquel paleto.
El excusado aclar el alguacil.
Ah, s, por supuesto dijo Waxy. Quiero ir.
Para m una botella de cerveza encomend el alguacil a los
detectives.
Cuando estuvieron en los servicios, Waxy dijo:
Floyd, tengo que utilizar una de las tazas. Me podra arreglar mucho
mejor si me quita las esposas.

18
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

S, por supuesto asinti el alguacil sacando una llave, pero no


intentes ningn truco.
Una vez en el retrete, Waxy comenz a escuchar una serie de sonidos: el
chorro de orinar, agua que corra en un sumidero, el chasquido que
produce la mquina que contiene las toallas de papel al ser accionada.
Luego, percibi la montona voz del alguacil:
Lustig, te esperar fuera. No te demores demasiado. Entendido?
Tan pronto como escuch cerrarse la puerta, Waxy sali velozmente del
retrete y busc una forma de escaparse. En aquel cuarto, slo haba un
ventanuco, y tena barrotes. Waxy dedujo que muchos dueos de
restaurantes ponan hierros en las ventanas de los servicios para evitar que
los gorrones se escabullan despus de haber comido y bebido en
abundancia. Tambin se le cruz por la cabeza que, con el paso del tiempo,
estas barras sufran el proceso de oxidacin y la madera se pudra, debido a
lo cual se aflojaban de su encaje. A juzgar por la herrumbre, estos barrotes
tenan el aspecto de poder ser forzados con la mano.
Se encontraban a una distancia como de treinta centmetros. Con ambas
manos, Waxy agarr uno de ellos y tir con fuerza. Lo nico que logr fue
moverlo unos centmetros. Trat de torcerlo, pero a pesar de que se mova
sobre su eje, no pudo lograr nada ms.
Sin demasiadas esperanzas, tom la otra barra y repiti la misma
operacin. Con un fuerte chirrido, sta sali fcilmente de sus encajes.
Waxy contuvo la respiracin. Habra escuchado el ruido aquel estpido
alguacil? La puerta continu cerrada. Bien.
Waxy midi a ojo la abertura de la ventana, y se dijo que tendra
alrededor de sesenta centmetros. No era demasiado estrecha para que un
hombre que se jactaba tener ochenta centmetros de talle no pudiera pasar
de costado.
Antes de comenzar su sinuosa fuga dej la barra sobre el suelo, aunque
luego lo pens mejor y le pareci que podra servirle como arma. Le dio un
empujn a travs del antepecho de la ventana y dej que cayera del otro
lado sobre la tierra. En menos de un minuto l tambin estuvo fuera y en
libertad.
Recogi la barra e inmediatamente analiz su situacin. Se encontraba en
la parte de atrs del restaurante. Ms all haba malezas y pantanos. Sin

19
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

duda, se no era el mejor camino que tomar. Por la derecha, y si su sentido


de la orientacin no le fallaba, se llegaba al parque de estacionamiento. All
encontrara el medio para escapar. Era capaz de poner en marcha un coche
aunque no tuviera las llaves. Luego, record que el imbcil del alguacil no
se haba preocupado en sacar las del patrullero. Maravilloso. Perfecto.
Sonriendo astutamente por su buena suerte, Waxy comenz a caminar
con rapidez hacia la esquina trasera del restaurante. Al dar la vuelta, se
encontr cara a cara con el alguacil, que tambin estaba sonriendo.
Que me parta un rayo dijo el alguacil, si no he cogido a Waxy
Lustig en flagrante intento de escapar de la custodia oficial.
Waxy se detuvo en seco y mir temeroso al revlver que le apuntaba. Su
tambor era tan grande como el de un can.
S, seor dijo el alguacil, seguro que me alegra las entretelas del
corazn coger a un asesino hijo de puta como t con las manos en la masa.
No estoy tratando de escaparme dijo Waxy.
Por supuesto que no. Has salido a dar un largo paseo y mientras tanto
eres capaz de atacar con una barra de hierro a un alguacil que ha prestado
juramento. Eso es lo que ests haciendo, Lustig.
Mira, hombre, me rindo. Toma, llvate la maldita barra. Yo no la
necesito.
Pero yo quiero que t la tengas dijo el alguacil. Ayer estuve aqu y
personalmente cort con la sierra esta barra. As que quiero que la tengas,
como regalo de despedida mo y del viejo Raymond.
Los ojos del alguacil tenan un color gris acerado, parecido al del hielo en
los das nublados de invierno. A Waxy no le gustaron nada aquellos ojos.
Aunque no tuvo que mirarlos por mucho tiempo.

20
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

2
TRABAJO NOCTURNO

JAMES HOLDING

Resulta extrao comprobar cmo una palabra o un simple gesto pueden


hacernos recordar de repente un incidente de nuestro pasado que tenamos
olvidado desde haca aos. Eso fue lo que me sucedi al pagarle por mi
negroni al calvo y panzudo barman.
Como estaba de paso en esta ciudad y tena por delante una hora libre,
me acerqu a un bar cercano a la estacin de ferrocarril llamada
Gallagher. No haba un alma; eran las dos y media de la tarde y en aquel
sitio slo estbamos el barman calvo y yo. Me sent en uno de los taburetes
y ped un negroni.
Un negroni confirm el barman, con una entonacin que tena
bastante de desdeosa. Luego, comenz a mezclar los ingredientes con
suma pericia.
Supongo que el negroni no es la bebida ms comn del mundo, pero es
mi preferida desde que le escuch decir a alguien que era como un
martillo de terciopelo. A pesar de que su sabor no me enloquece, me gusta
la frase. Soy un aficionado a las frases. De hecho, prefiero la aliteracin al
alcohol, el ingls narrativo al escocs costoso. La mayora de mis amigos me
llaman por este motivo profesor Carmichael. Dicen que hablo como un
profesor. A m no me lo parece, pero ellos lo creen as. Es igual. Por
supuesto que no soy un autntico profesor; ms bien me asemejo a un
estudioso..., de cmo ganar dinero rpida y fcilmente.
Pero el barman no saba nada de todo esto y seguro que pensaba que yo
estaba un poco chiflado por pedir un negroni a las dos y media de la tarde.

21
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Tom un trago, mientras le echaba una mirada al bar. Se trataba de un


sitio de mala muerte, depresivo y en un estado ruinoso; pero yo slo quera
matar la hora que tena por delante.
Cuando me volv hacia el barman, ste me estaba mirando.
Me debe sesenta y cinco centavos dijo.
Me sorprendi.
Quiz quiera tomar otro le contest. Desea que le pague uno por
uno?
Si no le importa repuso. Es la norma de la casa. Con una clientela
como la ma no se puede andar con muchas vueltas.
Daba la casualidad de que dispona de dinero, as que le tend con
indiferencia un billete de veinte dlares.
Lo cogi y se fue hacia el fondo del bar, donde tena la caja registradora.
Luego, hizo uno de esos gestos inesperados que yo haba mencionado al
principio. Tom mi billete de veinte dlares y lo examin durante un buen
rato, por ambos lados, ante la lmpara porttil que se encontraba detrs del
mostrador. Esta operacin me trajo con intensidad a la memoria, a pesar de
que haban pasado quince aos, mis primeros e inseguros pasos en lo que
podramos llamar actividades criminales.
Qu sucede? pregunt divertido. sa es tambin una norma de
la casa? Le puedo garantizar que esos veinte son de los buenos.
El hombre asinti con la cabeza y accion la caja registradora.
Son autnticos aprob. Sin excusarse, deposit la vuelta frente a m,
sobre el mostrador.
Ahora, estimulados por aquel sujeto, los recuerdos fluan por mi cabeza
con una clida sensacin de nostalgia, similar a la que podra sentir un
libertino de mediana edad al acordarse de sus amores adolescentes. Le
pregunt al gordo barman:
Cul es su gracia?
Bothwell.
Por primera vez permita que su voz tuviera un dejo de emocin.
Curioso nombre para un barman, no es as? coment.

22
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

No del todo. A m me parece un nombre consistente y bastante


imaginativo. Quiz sus padres tenan simpata por la reina Mara de
Escocia?
Esta referencia erudita lo confundi un poco.
No sabra decirle repuso. Nunca les he conocido.
Emit un chasquido con la lengua. El barman comenz a frotar un
antiguo y bonito vaso con un trapo sucio.
Sabe una cosa, Bothwell? pregunt con vacilacin. Lo que acaba
de hacer con mi billete de veinte me ha recordado algo que le sucedi a un
amigo mo hace aos.
Ah, s? dijo, arqueando una ceja.
S. Un tipo llamado Hank. Ya ha muerto.
Sent una necesidad irrefrenable de hablar sobre ello. Aquel tipo no se
llamaba Hank y tampoco estaba muerto. En realidad se trataba de un
hombre llamado Carmichael, que actualmente mataba el tiempo en una
ciudad desconocida.
Le interesa escuchar su historia?
Bothwell no era un oyente demasiado ansioso.
Como usted quiera contest.
Bien, por su anterior reaccin con mi billete de veinte dlares, puedo
juzgar que usted es capaz de distinguir uno bueno de uno falsificado dije
decidido a alardear un poco. Pero sabe usted aproximadamente la
cantidad de billetes falsificados que se han emitido en los Estados Unidos
durante el ao 1945, es decir, al final de la Segunda Guerra Mundial?
Bothwell movi la cabeza con gesto negativo.
Solamente cincuenta y nueve mil dlares. Y saba usted que esta
modesta produccin de dinero falsificado aument en el ao 1961 a dos
millones doscientos mil dlares?
Bothwell gru. No saba si estaba aburrido o impresionado por mis
conocimientos.
Est enterado continu de que en la actualidad la produccin
total de billetes falsos asciende a la asombrosa cantidad de ms de cuatro
millones de dlares al ao? Ms de cuatro millones de dlares!

23
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Qu es usted? dijo Bothwell, mientras limpiaba la barra con el


mismo trapo sucio que haba utilizado para pulir el antiguo y bonito vaso
. Un agente federal?
Lo dijo con la actitud de un hombre a quien pareciera importarle poco el
que yo lo fuera o no.
Me re.
No. Lo que sucede es que mi trabajo me permite obtener una gran
cantidad de informacin extraoficial.
Esper que demostrara un poco de inters por el tipo de trabajo que yo
haca; pero no fue as. De modo que saqu a relucir otro tema para
aguijonear su curiosidad.
Saba que, durante la guerra civil, el treinta y tres por ciento del total
de los pagars emitidos por los Bancos estatales fueron falsificados?
Bothwell gru otra vez, as que di por iniciada la historia.
Bothwell, estaba enterado de que gracias a los avances tecnolgicos
en la industria grfica, hoy es muy fcil que un muchacho de veintids
aos, incluso un imberbe con algo de iniciativa y las oportunidades
necesarias, pueda tener xito en el negocio de la falsificacin?
Eso s que no lo saba declar Bothwell.
Tampoco mi amigo Hank repuse. Hasta que cierto da en que
viajaba en el Metro, lo ley en el Financial Journal que hojeaba su vecino.
Yo crea que sta era una introduccin al relato suficientemente
provocativa. Sin embargo, Bothwell permaneca impasible. Lo nico que
hizo fue arquear su otra ceja.
De cualquier forma, yo continu hablando.
En esos das, mi amigo Hank era muy joven, tena veintids aos.
Despus de haberse graduado en Dartmouth, segua conservando su
primer empleo, por cierto bastante servil; trabajaba en una imprenta
haciendo de mensajero, aprendiz de tipgrafo y de chico para todo. Daba la
casualidad de que la imprenta perteneca a una famosa Universidad. Hank
haba comenzado desde abajo, pero deseaba llegar a la cima lo ms pronto
posible; por eso lea mucho sobre todo lo que tena que ver con el campo de
las artes grficas y estudiaba con verdadero afn las variadas tcnicas de
impresin. Siempre que poda le preguntaba a su jefe, el director, un tipo

24
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

llamado Colbaugh, cosas sobre los procedimientos tipogrficos y el


funcionamiento de la imprenta, y observaba con agudeza cmo los
artesanos realizaban sus complejos trabajos. De este modo, y a pesar de que
su puesto era en realidad de poca responsabilidad, pronto se gan la
atencin y el reconocimiento de Colbaugh, el director de la imprenta.
Era de esperar dijo Bothwell.
Yo sonre. Al menos, ahora me estaba escuchando, y a m todava me
quedaba media hora por delante.
S dije. Hank se dio cuenta de ello una noche en que Colbaugh le
invit a su casa para mostrarle la coleccin de monedas, algo que nunca
haba hecho antes con un novato que slo llevaba trabajando all seis meses.
Colbaugh era un verdadero coleccionista. Se especializaba en centavos,
por alguna razn que Hank no llegaba a comprender del todo. Sin
embargo, Hank no haba dejado de observar el vnculo casi avuncular (no
hay otra palabra que pueda describir con mayor exactitud la relacin de
aquel hombre) con un lote de vulgares centavos, cuyo valor adquisitivo era
tan bajo que pasaba inadvertido para un joven ambicioso como Hank. A
pesar de eso, por cortesa, Hank fingi cierto inters en el pasatiempo de
Colbaugh, y ste le confi con bastantes detalles que andaba desesperado
por conseguir para su coleccin una extraa moneda; algo disparatado, un
centavo con un bfalo de tres patas. Hank no haba prestado demasiada
atencin, hasta que Colbaugh dijo, de pasada, que para conseguir aquel
centavo debera desembolsar trescientos sesenta dlares, ya que se trataba
de una verdadera rareza.
Hice una pausa, esperando que Bothwell dijera algo o que quiz se
sorprendiera por el alto valor de las monedas antiguas. l dej el trapo a un
lado, apoy sus fuertes brazos contra la barra y se qued mirndome. Por
lo visto estaba interesado, pero no realiz ningn comentario.
Trescientos sesenta dlares!, dijo sorprendido Hank a Colbaugh.
En verdad una moneda de cinco centavos puede valer tanto? Colbaugh
contest que s, y que a su proveedor de monedas, Goodblood & Co., le
haba pagado mucho ms por alguna de las piezas de su coleccin. Aquella
noche Hank se march muy impresionado a su casa, una habitacin
alquilada en la parte oeste de la ciudad. Y a la maana siguiente, cuando
iba en el Metro camino al trabajo, fue cuando Hank ley aquel artculo en el
Financial Journal del cual le he hablado.

25
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Luego de pedirme permiso con sus cejas, Bothwell encendi un


cigarrillo. Exhal una larga bocanada de humo y dijo:
Me estaba preguntando cundo iba usted a volver a ese punto.
En seguida logr que mi estima por l se acrecentara. Al menos, pareca
tener un conocimiento rudimentario de cmo un experimentado narrador
de historias construye la trama. Asent con la cabeza y beb otro sorbo de mi
negroni.
Como ya le he dicho, Bothwell, el artculo del Financial Journal se
refera a la falsificacin. Hank descubri en l que los falsificadores de
antao tenan que ser verdaderos artistas. Estaban obligados a grabar
manualmente al aguafuerte, sobre planchas de cero, los modelos de billetes
de diez o veinte dlares; un proceso delicado, cuidadoso y que exige mucho
tiempo. Despus, tenan que imprimir en una prensa plana unos pocos
billetes cada vez. Tardaban meses, y a veces aos, en producir unos cuantos
miles de dlares cuya imitacin fuera aceptable. Pero, segn el artculo, el
desarrollo de la fotolitografa haba hecho que todo eso cambiara. Ahora,
los rpidos y modernos equipos de impresin permitan que la falsificacin
se hiciera a un ritmo desenfrenado y tambin con un alto nivel de precisin.
El artculo continuaba diciendo que si uno quera ser un falsificador, todo lo
que tena que hacer era exponer unos cuantos billetes autnticos a unas
planchas qumicamente sensibles, algo tan simple como sacar una
fotografa, Bothwell, montar las planchas sobre una prensa, apretar el
botn, y dinero instantneo! Falsificado, por supuesto, pero al fin y al cabo,
dinero aceptable y gastable.
Bothwell se estaba animando cada vez ms.
No estar bromeando? pregunt. No estoy bromeando. Cuando
Hank ley esto por encima del hombro de su vecino, de repente se dio
cuenta de que all, en forma de planchas tipogrficas, como quien dice,
estaba la oportunidad de su vida. Y usted sabe por qu, Bothwell? El
barman se encogi de hombros.
No lo podr creer dije, recordando la intensa excitacin que me
acompa al descubrir este hecho quince aos atrs, pero la imprenta de
la Universidad en la cual Hank haba estado trabajando tan tenazmente
desde haca seis meses estaba equipada con mquinas de fotoimpresin!
Imagneselo, Bothwell, todo el equipo necesario para poder falsificar por
cuenta propia estaba a su alcance a diario!

26
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Vaya suerte.
Eso mismo pens Hank. Crea que, debido a una suerte increble, l
haba sido elegido y favorecido por el destino entre millares de jvenes
empresarios de la ciudad. En seguida le vinieron a la mente sueos dorados
de riqueza. Iba a producir millones de dlares falsificados y se convertira
en uno de los hombres ms ricos y poderosos del mundo. Estaba seguro de
ello. Sin perder el tiempo, aquel mismo da dio su primer paso en esa
direccin. Con un pretexto, logr que el director de la imprenta le diera la
llave de la puerta trasera, y durante la hora del almuerzo hizo un
duplicado. Aquella noche, Hank se convirti en uno de los primeros
profesionales de lo que hoy creo se denomina pluriempleo. Usted est
familiarizado con este trmino, Bothwell?
El hombre asinti con la cabeza.
Bien, con la ayuda del duplicado de la llave de la puerta trasera de la
imprenta, aquella misma noche, Hank estableci en la empresa un turno
nocturno para un nico trabajador. Encerrado solo en la imprenta y
haciendo uso de los conocimientos sobre fotolitografa que haba ido
acumulando, en unas cuantas noches Hank prob que el artculo del
Financial Journal deca la pura verdad. En su quinta noche de trabajo y en
solo seis minutos, cronometrados por reloj, Hank produjo cuatrocientos
dlares en billetes de veinte de muy buena calidad.
Hice una breve pausa. Bothwell repas la barra con su trapo sucio y ech
una mirada a mi vaso para ver si yo estaba preparado para otro trago. No lo
estaba. Bebo los negronis muy despacio, ya que su sabor no es lo que me
importa. Pero creo que eso ya lo he mencionado. Bothwell levant otra vez
una ceja, lo cual yo consider como una invitacin para proseguir con el
relato.
As que ah tenamos a Hank con cuatrocientos dlares en el bolsillo y
la perspectiva de producir muchos millones ms. Como todo joven de
veintids aos, se encontraba terriblemente impaciente por comenzar a
gastar aquel dinero tan fcil de ganar. Y en qu cree usted que pens Hank
como mejor forma de utilizar sus primeros billetes falsificados?
Con la apariencia de un hombre resignado que debe responder a las
preguntas tontas de un nio, Bothwell dijo complaciente:
En qu?

27
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Le he contado que Hank era un muchacho a quien le fascinaban las


pequeas ironas de la vida? No? Pues bien, lo era. Por este motivo decidi
gastarse el dinero falsificado en una de aquellas monedas con el bfalo de
tres patas que tan desesperadamente su jefe, Colbaugh, deseaba adquirir
para su coleccin. A Hank le pareca una hermosa irona pagar trescientos
sesenta dlares en billetes falsos de veinte por una moneda autntica cuyo
valor era slo de cinco centavos. Me comprende? Especialmente si la
moneda de cinco centavos, debido a su rareza, poda sin duda ser cambiada
en cualquier casa numismtica por trescientos sesenta dlares en autnticos
billetes de veinte, los cuales Hank gastara con mucho menos peligro que
los falsificados. Lo entiende, verdad?
Bothwell frunci la boca e hizo un gesto con la mano para que
continuara.
Ms tranquilo, prosegu con la historia.
Desde un punto de vista, la idea era bastante agradable. No le
parece? Y tambin realizable, como Hank pudo descubrir cuando fue a ver
a un negociante de monedas llamado Petrarch, cuya direccin obtuvo de las
Pginas Amarillas, ya que la tienda de Petrarch se hallaba en la zona oeste,
cerca de la pensin donde l viva. Haba algo en Petrarch, un hombre
delgado y de cabellos oscuros, que inmediatamente le inspir confianza; as
que le encarg que le consiguiera la moneda con el bfalo de tres patas. Le
entreg un depsito de veinte dlares, por supuesto no de los falsos, y
Petrarch le prometi que tendra la moneda en su poder de all a una
semana. Por lo visto, pareca que podra obtener aquella moneda del legado
de un coleccionista recientemente fallecido, la cual se estaba vendiendo
pieza por pieza para repartir la herencia.
Bothwell lanz otra mirada a mi vaso. Yo lo cubr con la palma de la
mano y continu hablando.
Hank retorn a su trabajo nocturno y, en aquella semana, lleg a
imprimir con facilidad un milln de dlares en perfectos billetes de veinte.
Pero, durante ese tiempo, tambin adquiri cierto sentido de cautela. Tom
la decisin de que, una vez hubiera cambiado la moneda del bfalo de tres
patas por dlares autnticos, utilizara este dinero para marcharse con su
falsa fortuna a otra ciudad en la cual fuera totalmente desconocido y de
esta manera poder idear un mtodo prctico y seguro para disponer de ella.

28
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Para mantener la intriga, dej de hablar y beb lo poco que me quedaba


de mi negroni.
Bothwell dijo de mala gana:
Muy astuto.
De forma ostentosa, mir mi reloj de pulsera.
S, efectivamente, cuando al cabo de una semana Hank volvi a la
tienda de Petrarch, la preciada moneda con el bfalo de tres patas le estaba
esperando dentro de un bonito sobre de papel cristal con el precio
estampado: trescientos sesenta dlares. Hank le tendi a Petrarch diecisiete
billetes falsificados de veinte, le dio las gracias y sali de la tienda. Se
encontraba muy alborozado; haba pasado con xito su bautismo de fuego.
Una sensacin de euforia le inund el cuerpo.
Qu es eso? pregunt Bothwell.
Me di cuenta de que l estaba atrapado, escuchando con suma atencin.
De bienestar, sin duda le expliqu. Comprende?
Bothwell frot con lentitud el mostrador limpiando una mancha
inexistente.
Supongo que usted podr deducir qu es lo que Hank hizo despus.
No es cierto? le pregunt.
Seguro. Tratar de vender el bfalo de tres patas a Goodblood & Co..
Le di vueltas a mi vaso vaco, dejando que la tensin fuera en aumento.
Cuando alc la vista, Bothwell me estaba mirando directamente a los ojos.
As es dije; pero le apuesto a que no puede imaginarse lo que
sucedi despus.
El trapo de Bothwell se detuvo en plena limpieza.
Quiere que lo intente?
Aprob con un movimiento de cabeza. Me temo que fue un gesto un
tanto condescendiente.
Muy bien acept Bothwell. Hank le ofrece a Goodblood & Co.
su moneda con el bfalo de tres patas por trescientos sesenta dlares, pero
ellos no se la compran. Correcto?

29
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Le mir con sorpresa. Es que poda ser ms inteligente de lo que


aparentaba?
Exacto tuve que admitir un poco molesto. Pero le apuesto seis a
que usted no es capaz de adivinar el porqu. se es el verdadero asunto de
la historia.
Acepto la apuesta dijo Bothwell sin titubear. La moneda de las
tres patas era una falsificacin. Petrarch se haba limitado a quitarle la
cuarta pata al bfalo de una vulgar moneda de cinco centavos y se la
vendi a un precio excesivo a un mamn llamado Hank.
Mir atnito a Bothwell, como si ste tuviera dos cabezas. Finalmente
consegu preguntarle:
Cmo es posible que usted supiera eso?
Me sonri irnico, mostrndome una fila de dientes brillantes.
Hablando de las pequeas ironas de la vida dijo, por qu cree
usted que me detuve a examinar con tanta minuciosidad el billete de veinte
con el cual me pag por su trago?
Podr haber perdido el cabello y haber engordado veinticinco kilos,
pero mi apellido an sigue siendo Petrarch. Qu me dices de otro negroni,
Hank? Invita la casa.

30
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

3
CRUCERO DE LUNA DE MIEL

RICHARD DEMING

Cuando la oficina de empleos me envi al Miami Yacht Club para


tener una entrevista con el dueo del Princesa II, yo no tena la menor idea
de que fuese la rica heredera Peggy Matthews. Me haban dicho que
preguntara por la seora Arden Trader.
El Princesa II se encontraba amarrado en el tercer embarcadero. Era un
yate de slo diez metros, pero su aspecto slido y estilizado daba la
impresin de que poda resistir toda clase de mares. No haba nadie sobre
la cubierta ni tampoco en la timonera.
Sub a cubierta e introduje la cabeza por la escotilla, gritando:
Hay alguien a bordo?
Desde abajo, una voz femenina me contest:
En seguida subo.
Unos instantes despus, una esbelta morena de unos veinticinco aos
emergi por la escalerilla. Vesta pantaloncitos blancos y una ceida blusa
del mismo color que permitan ver un cuerpo gil y femenino, calzaba
sandalias de tiritas de cuero que exhiban unos pies bien proporcionados
con las uas pintadas de carmn. Se tocaba con un canotier tambin blanco.
Sus facciones eran un poco irregulares; posea una nariz levemente
aguilea y la curva del mentn era quizs un poco corta; pero su rostro
transmita tanta vitalidad y emanaba de ella tal femineidad, que de
cualquier forma era hermosa. Sin duda, los adorables ojos oscuros, la
sensualidad de su boca y el suave bronceado ayudaban a que el efecto fuera
mayor.

31
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

La reconoc de inmediato por las fotografas de los peridicos. Haca


varios meses, el da de su cumpleaos, haba tomado posesin de una
fortuna estimada en veinte millones de dlares, dejada en fideicomiso hasta
los veinticinco aos por su padre viudo, el gran magnate Abel Matthews,
muerto diez aos atrs; pero debido a las clusulas de la herencia, hasta su
reciente cumpleaos Peggy tuvo que sobrevivir con la insignificante suma
de algunos cientos de miles de dlares al ao. Ahora era una de las mujeres
ms ricas del mundo.
No es usted Peggy Matthews? le pregunt.
Lo era dijo con una sonrisa que revel sus blancos y perfectos
dientes. Desde hace unos das soy la seora Arden Trader. Viene usted
de la oficina de empleos?
S, seora. Me llamo Dan Jackson.
Me mir de arriba abajo y, de pronto, se dibuj en su rostro una
expresin muy peculiar. Sigue siendo difcil describirla; pero si ustedes
pueden imaginarse una mezcla de sorpresa, regocijo y recelo, creo que
podrn comprenderme.
Me parece que la expresin de mi rostro fue bastante similar, excepto lo
del recelo, porque yo tambin experiment una extraa reaccin emocional.
Sin saber cmo, en este primer encuentro nuestros cuerpos recibieron una
corriente elctrica tan intensa que parecieron chisporrotear del mismo
modo que una pareja de rayos incandescentes.
An sigo sin creer que pueda existir el amor a primera vista; pero en
aquel momento comprend que era posible que entre un hombre y una
mujer surgiera una irresistible atraccin fsica al mirarse por primera vez.
Algo de esto haba experimentado ya en otras oportunidades; pero nunca
con un impacto tan fulminante.
Nos seguimos observando, mutuamente consternados; ella, sin duda por
la culpa, yo debido a que la joven ya estaba casada. Era increble que esto le
ocurriera a una mujer que se haba casado haca dos das; pero as estaba
sucediendo. A m no me caba la menor duda de que la impresin que yo le
haba causado era tan intensa como la que ella causaba en m.
Estuvimos mirndonos fijamente sin hablar durante un largo rato. Al fin,
ella dijo con voz temblorosa:

32
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Seor Jackson, le han explicado en la oficina de empleos en qu


consiste el trabajo?
Me vi obligado a desviar la mirada de su rostro para que las palabras
fluyeran de mi boca.
Tengo entendido que usted necesita a alguien con experiencia en
navegacin y motores marinos para conducir el Princesa II en un crucero
por el Caribe, y que tambin se haga cargo de la cocina.
Ella se volvi y mir hacia el agua.
As es dijo en voz baja. Se trata de un crucero de luna de miel. Mi
marido es capaz de pilotar el barco; pero no es navegante y no sabe nada de
motores. Tampoco ninguno de nosotros dos es buen cocinero. A propsito,
nuestro matrimonio debe permanecer en secreto hasta que haya terminado
la luna de miel, ya que no deseamos que los periodistas nos acosen en cada
puerto.
Muy bien admit, sin mirarla an.
No obstante, me arriesgu a echar un vistazo a su mano izquierda.
Llevaba puestos una alianza y un anillo de diamantes. Me preguntaba
cmo esperaba mantener en secreto su matrimonio, cuando en cada lugar
donde hiciera escala la gente sin duda la reconocera. Pero aquello era algo
que no me incumba.
De repente ella se volvi enrgica y prctica.
Mr. Jackson, me podra decir cules son sus habilidades y sus datos
personales?
En ese orden?
Como a usted le plazca.
Bien, comenzar por mis datos personales dije. Edad: treinta aos.
Estatura: un metro ochenta y seis. Peso: ochenta y cinco. Soltero. Dos aos
en la Universidad de Miami estudiando Humanidades con un promedio
relativamente bueno; luego lo dej para hacer algo de dinero. Mis aficiones
estn todas relacionadas con el agua: natacin, paseo en bote, pesca, y la
caza del whisky de centeno. Sin ningn enredo amoroso en la actualidad.
Me sorprende lo ltimo manifest ella. Usted es un hombre muy
guapo.

33
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Decid pasar por alto aquello. Si la situacin iba a resultar tan explosiva,
no me pareca buena idea verme implicado como tercer componente en un
crucero de luna de miel. Me hubiera gustado saber, en aquel mismo
momento, si podramos ser capaces de contener eso que haba surgido
entre nosotros apenas conocernos y mantener una relacin estrictamente de
patrn a empleado.
Por lo que se refiere a mis habilidades dije, serv dos aos en la
Marina, el segundo como jefe maquinista en un destructor. Hice un
prolongado curso de navegacin y cartografa, con la intencin de obtener
un grado en la reserva; pero cambi de opinin antes de terminar el
servicio. A pesar de ello, finalic el curso y soy muy buen navegante.
Tambin soy un excelente mecnico marino. Durante dos aos tuve mi
propia barca; pero la perd cuando azot el huracn Betsy y el seguro slo
cubri mis deudas, as que me fue imposible comprarme otra. Desde
entonces he estado haciendo trabajos ocasionales relacionados con el mar.
Mientras hablaba no apart los ojos de su rostro. Ella me devolvi la
mirada con indiferencia. Decepcionado, y a la vez ms tranquilo, me di
cuenta de que el impacto que nos haba sacudido mutuamente haba
desaparecido. Su actitud continu siendo enrgica, con esa cierta irritacin
que caracteriza a una mujer de negocios dirigiendo una entrevista personal.
Continuaba ejerciendo sobre m una intensa atraccin fsica; pero como
ahora no me transmita aquella corriente elctrica de un principio, yo
tambin dej de responderle del mismo modo.
Qu me puede decir de sus habilidades culinarias? pregunt
entonces.
No soy un chef; pero he estado cocinando para m durante unos
cuantos aos y me las he arreglado para seguir con buena salud.
Eso no es tan importante siempre que sea idneo dijo. Nosotros
probablemente comeremos en los puertos de la escala con amigos o en
restaurantes. Supongo que usted puede proporcionarme algunas
referencias.
Estn registradas en la oficina de empleos, que ya se encarg de
verificarlas. Lo nico que tiene que hacer usted es telefonearles.
Muy bien repuso ella. Me parece que no habr ningn problema,
seor Jackson. El sueldo es de quinientos dlares ms la comida por un mes
de navegacin. Le parece bien?

34
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

S, seora.
Partiremos maana temprano, alrededor de las diez. Nuestro primer
puerto ser el Southwest Point, en las Bahamas, adonde llegaremos en
cuatro horas, ya que la velocidad del Princesa II es de veintin nudos. Una
vez que estemos en nuestro camino le dar los detalles sobre el resto de la
travesa. Bueno. Le gustara examinar el barco?
Por supuesto. Dnde est Mr. Trader?
Comprando algunas provisiones que hacan falta. Comenzaremos por
abajo, por el motor.
La embarcacin pareca tener unos cuantos aos, pero estaba en
excelentes condiciones. Puse el motor en marcha y luego de haberlo
escuchado durante unos minutos me pareci que funcionaba
perfectamente. Haba un generador de electricidad auxiliar para cuando
estuvisemos en puerto, y el motor principal marchaba en vaco.
La cocina estaba limpia y ordenada, con un hornillo y una nevera que
funcionaban con electricidad. El frigorfico se hallaba bien abastecido de
comida. La despensa tambin se encontraba repleta de comida enlatada.
Haba un camarote con cuatro literas y, a un costado, una pequea letrina y
una ducha de agua salada.
Peggy Trader me explic que su marido y ella ocuparan el camarote. En
la timonera haba una banca recubierta de cuero que se desplegaba en una
quinta litera, y all dormira yo.
Durante el recorrido su conducta fue totalmente impersonal. Cuando en
un momento dado nos desplazbamos desde el camarote hacia la cocina,
accidentalmente se arrim a m en el estrecho pasillo, pero yo no percib en
ella ninguna reaccin debido al contacto fsico.
Se limit a murmurar con cortesa: Disclpeme. Y se dirigi hacia la
escotilla.
Yo saba que la inmediata atraccin fsica entre nosotros no era pura
imaginacin ma, aunque, al parecer, luego de su pequeo desliz, ella haba
decidido dar por finalizado el asunto. No pude evitar sentirme un poco
desilusionado; pero al mismo tiempo not alivio. Necesitaba el dinero con
urgencia, y por ms que ella se me hubiera arrojado a los brazos, yo
probablemente me arriesgara igual a coger el trabajo. Sin embargo, prefera

35
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

no destrozar un matrimonio antes de que ste no tuviera claros sntomas de


deterioro. Si ella poda contenerse, yo tambin.
A la maana siguiente me present a las nueve. Esta vez se encontraba
all el marido de Peggy. Arden Trader era un hombre de treinta y cinco
aos, delgado y bien parecido, cabello negro y rizado, y un fino bigote.
Hablaba con acento de Oxford y trataba a su esposa con la servil
indulgencia de un gigolo.
Ms tarde me enter de que era el menor de los hijos de un duque ingls
en la miseria, y que haba sobrevivido como uno de esos curiosos parsitos
del mundillo internacional, eternos invitados en las mansiones de la gente
rica.
En el mismo momento en que me sonri con sus dientes blancos y me
daba un apretn de manos viril, comprend que se trataba de un cazador
de fortunas. Me preguntaba el motivo por el cual Peggy se haba dejado
atrapar, casndose con l. Aquella tarde tuve la respuesta.
Durante el primer da navegaramos hacia el Este, para llegar a
Southwest Point, puerto a ciento sesenta kilmetros. Luego de una escala
de dos das, enfilaramos rumbo a Nassau, donde, tras una escala similar a
la anterior, zarparamos con destino al golfo del Gobernador. Desde all
saltaramos de isla en isla hasta Puerto Rico, pasando luego por la
Repblica Dominicana, Hait, Point Morant, en el extremo oriental de
Jamaica. Regresaramos por el Noreste a travs de Windward Passage hasta
Port-de-Paix, en la costa norte de Hait.
Este ltimo salto sera el ms largo de la travesa, ya que habra que
cubrir una distancia de trescientas millas. De cualquier forma, con una
velocidad de crucero de veintin nudos podramos hacerlo en casi diez
horas; as, durante toda la travesa no hara falta navegar de noche.
Despus de Port-de-Paix se tocara la isla Great Inagua; desde all vuelta
al golfo del Gobernador, parando en las islas intermedias, y luego el
regreso a Miami sin escalas. Con este programa de escalas de uno a tres
das, estaramos ms tiempo en los puertos que en alta mar.
Al medioda de nuestra primera jornada de viaje, le ped a Arden Trader
que se hiciera cargo del timn mientras yo bajaba a preparar el almuerzo.
Como no tenamos ninguna prisa, cuando estuvo lista la comida, apagamos
el motor, echamos el ancla y comimos todos juntos.

36
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Despus de comer, recog el ancla y retom el rumbo escogido. El mar


estaba un poco agitado pero sin demasiada fuerza y el sol brillaba con
claridad. Avanzbamos a velocidad de crucero cuando Peggy entr en la
timonera luciendo un bikini rojo.
Arden quiere dedicarse un rato a pescar dijo. Puede reducir por
algn tiempo la marcha?
Obediente, hice que la embarcacin pasara a velocidad de arrastre. Mir
a popa y all estaba Arden Trader sentado sobre la barandilla con una caa
de pescar en las manos. Despus de haberme dado las indicaciones, Peggy
sigui a mi lado sin intencin de volver junto a l.
Si en quince minutos no consigue que algo muerda el anzuelo,
probablemente dejar de pescar vaticin ella. Se aburre con mucha
facilidad.
Yo no dije nada.
Peggy se movi hacia donde estaba desplegada la carta de navegacin,
en un pequeo reborde entre el timn y la ventanilla de la timonera. La
cercana de su cuerpo escasamente cubierto hizo que mi pulso comenzara a
martillear tan fuerte que tem que ella lo escuchara.
Dnde estamos? pregunt.
Yo seal un punto a poco ms de medio camino entre Miami y
Southwest Point.
Entonces llegaremos para la hora del aperitivo, aunque Arden decida
pasarse una hora pescando, no es cierto?
S, seguro.
Ahora que ya haba visto la carta no haba ninguna razn para que se
quedara all; pero continuaba a mi lado tan cerca que nuestros brazos casi
se tocaban. Yo estaba sin camisa; pues slo tena puestos un par de viejos
pantalones de algodn y una gorra de marino con visera. Ni siquiera
llevaba zapatos. Ella estaba tan cerca que poda sentir en mi brazo desnudo
el calor que irradiaba su cuerpo.
A pesar de que el mar se encontraba calmo, nuestro lento avance haca
que el barco se meciese un poco. Una oleada ms grande que las anteriores
logr que a babor el balanceo fuera ms intenso. Instintivamente me lade
hacia aquel lado, y en ese mismo instante ella perdi el equilibrio.

37
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Al derribarse encima de m, su cuerpo dio media vuelta. Mientras ella se


agarraba a mis hombros, yo la sostuve por la cintura con el brazo derecho.
Sus senos, slo cubiertos por la minscula tira del bikini, se aplastaron
contra mi pecho desnudo. Los chispazos que saltaron entre nosotros esta
vez hicieron que los del da anterior fueran simples fuegos de artificio. Nos
quedamos inmviles durante unos cuantos segundos, mirndonos a la cara.
Sus labios separados y sus ojos reflejaban la misma mezcla de sorpresa,
regocijo y recelo que haba captado cuando nos miramos por primera vez.
Luego, se separ de m y ech un vistazo hacia popa; yo tambin mir por
encima del hombro. Su marido segua pescando dndonos la espalda.
No deb haberte empleado dijo ella con calma.
Yo mir hacia delante y empu el timn con ambas manos.
Cuando tom la decisin saba que no deba hacerlo continu. Y
no pretendas que no sabes de qu te estoy hablando.
Regresaremos maana a Miami dije. Puedes hacer que la oficina
de empleos te enve a otro hombre.
No, no quiero. Ahora ya es demasiado tarde.
Sin dejar de mirar a su marido, extendi el brazo y me estruj
suavemente el bceps. Yo me estremec hasta la punta de los pies.
Pero es ridculo dije por lo bajo. Te has casado hace slo tres das.
Debes estar enamorada de l.
Su mano continuaba masajeando mi bceps.
Dan, no pienso darte ninguna explicacin. Yo estaba enamorada de l
hasta que t apareciste ayer. Te mir slo una vez y todo se volvi patas
arriba. Tambin lo hice por ti. Lo poda leer en tus ojos; lo estoy sintiendo
ahora mismo en tus msculos.
Basta dije, manteniendo la mirada siempre al frente. Es imposible.
Por qu te has casado con l?
Porque an no te haba conocido repuso ella con sencillez.
sa no es una respuesta. Deberas estar enamorada.
Solt mi brazo y dej caer su mano a un costado.
Saba muy bien lo que haca cuando me cas repuso. Tena cientos
de propuestas de matrimonio. Las mujeres con mucho dinero siempre las
tienen. Pero hubiera sido capaz de renunciar a todo por el hombre con que

38
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

yo soaba. Los ricos eran todos tremendamente estpidos y los seductores


unos cazadores de fortunas. Tengo veinticinco aos, y ya estaba cansada de
seguir siendo soltera. Como de ninguna manera precisaba un marido rico,
me decid por un seductor. Arden me haba estado persiguiendo durante
un ao. La semana pasada me rend, durante una fiesta en la Ciudad de
Mxico. Nos casamos all y luego volamos a Miami para realizar un crucero
de luna de miel. Finalmente, durante el segundo da de casada, conoc al
hombre que haba estado buscando durante toda mi vida.
Yo continuaba aferrado al timn y con la vista dirigida a proa. La
situacin era inverosmil. Una serie de pensamientos alocados me pasaron
por la cabeza.
Siempre me cre un soltero irredento, pero la idea de tener a Peggy por
esposa me pareci de golpe tan apetecible, que no hubiese deseado otra
cosa en mi vida. No se trataba de que ella era rica; nunca me casara por el
dinero porque, segn he podido observar, los hombres que lo hacen
generalmente se lo ganan. Jams se me haba ocurrido que pudiera
enamorarme de una mujer millonaria.
No estaba seguro de que esto fuese amor, pero hasta ahora ninguna
mujer me haba hecho sentir una atraccin fsica tan fuerte, y adems yo
estaba seguro de querer casarme con ella. Que fuera una de las mujeres ms
ricas del mundo apenas era una desventaja. Sera sensato rechazarla slo
porque unas cuantas mansiones en diversos continentes, algunos yates y
autos importados acompaaban el trato?
Entonces la ilusin se desvaneci. Ella ya tena un marido.
Es que te vas a quedar callado? pregunt.
No... Piensas anular el matrimonio?
Con Arden? Imposible. Me exigira medio milln de dlares.
Puedes afrontar semejante gasto?
La mir con el rabillo del ojo y pude ver su desagrado.
Nadie puede permitirse el lujo de tirar medio milln de dlares en un
pozo. Mi padre se pas demasiados aos trabajando para conseguir su
fortuna, y no es cuestin que ahora la dilapide a capricho. No se trata de
que no pueda ser capaz de afrontar semejante gasto, sino de una cuestin
de principios.
Entonces supongo que tendrs que seguir casada con l conclu.

39
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Desde popa se escuch un grito:


Ha mordido!
Apagu el motor y mir por encima de mis hombros. Trader estaba tieso
en su sitio, mientras a noventa metros detrs de la embarcacin un pez vela
salt del agua.
Aplacemos nuestra conversacin para luego dijo Peggy, y se dirigi
apresurada a popa con el garfio.
Sin embargo, aquel da no hubo ninguna oportunidad para continuar
nuestro dilogo. Trader perdi su pez, lo cual le disuadi de seguir
pescando. Durante el resto del da dedic toda la atencin a su esposa.
Alrededor de las cinco de la tarde anclamos en Southwest Point. Trader
y Peggy se vistieron y decidieron ir a cenar al poblado. Trader me invit a ir
con ellos, pero yo rechac, ya que saba que lo haca por cortesa.
Com solo y luego me sent en la popa a fumar un cigarrillo. La noche
era lo bastante clida como para seguir con la ropa que tena puesta
durante el da. Ya haba terminado mi cigarrillo cuando ellos regresaron a
eso de las nueve, pero yo todava continuaba sentado all, sin camisa y
descalzo.
Arden Trader se haba puesto para cenar un traje de lino blanco. Peggy
slo llevaba un vestido y no se haba preocupado de ponerse medias. Luca
los pies desnudos dentro de unas sandalias de tiritas.
En la cubierta tenamos dos colchonetas inflables de lona con respaldos
mviles. Sin el respaldo desplegado, se poda tomar sol sobre ellas
completamente acostado; con el respaldo, hacan de meridiana. Peggy se
dej caer en la que se encontraba justo frente a m, se reclin sobre el
respaldo y de un par de sacudidas, se despoj de las sandalias.
Disfrutaremos un poco de la luz de la luna le dijo a su marido.
Me pasas un cigarrillo?
l se inclin junto a ella dndome la espalda, le coloc un pitillo en la
boca y se lo encendi. Luego de darle una chupada, se sac el cigarrillo de
la boca, puso los brazos alrededor de su cuello y le atrajo hacia ella.
Desde que Peggy abandon la timonera aquella tarde, yo me senta
inquieto por todo lo acontecido. Por ltimo decid que, aunque ella no
pensara dejar a su marido, lo nuestro no iba a ser una simple aventura
amorosa. Deseaba que fuera mi esposa ms que cualquier otra cosa en el

40
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

mundo, y aunque hubiera llevado casada diez aos, creo que igual habra
hecho todo lo posible por convertirla en mi amante. Pero no era tan canalla
como para hacer cornudo a un novio durante su luna de miel.
Por lo visto, mi examen de conciencia no sirvi para nada. No se me
ocurra ninguna otra razn para aquella deliberada muestra de afecto
delante de m, que la de darme a entender definitivamente que lo ocurrido
en la timonera haba sido un error. Mir hacia un lado para no ver cmo
besaba a Trader.
De pronto sent que algo me tocaba el pie izquierdo y mir hacia abajo.
Mi pulso comenz a latir con violencia cuando descubr que su pie derecho
se estaba frotando contra mi empeine. Las uas pintadas de carmn se
meneaban rpidamente exigiendo una inmediata respuesta.
Aquel gesto, teniendo en cuenta que estaba abrazando a su marido,
pareca la promesa de una aventura furtiva, ms que la seal de que
deseara una relacin permanente. Como yo haba decidido no entrar en ese
juego, mi conciencia me dict quitar el pie.
Pero mi deseo por ella era mucho ms fuerte que mi conciencia, as que
mov el pie presionndolo contra la planta del suyo. Los dedos de su pie
acariciaron con lascivia la planta de los mos mientras continuaba abrazada
al cuello de su marido, hasta que al fin l se separ interrumpiendo el beso.
Cuando se estaba levantando, el pie de Peggy se separ del mo, y yo lo
volv a apoyar en el suelo. Trader se sent sobre la otra colchoneta y
encendi un cigarrillo.
Me est comenzando a gustar la vida de casado me dijo con una
sonrisa. Es algo que deberas probar, Dan.
Lo hara si encontrara a la chica adecuada contest, incorporndome
. Creo que voy a entrar. Hoy ha sido un da de mucho cansancio.
Buenas noches, Dan me despidi Peggy suavemente.
Buenas noches contest sin mirarla, y me dirig hacia la timonera.
Cuando a la maana siguiente sub a cubierta, me encontr con Arden
Trader que estaba atornillando una especie de repisa al maderamen que
sala justo de la escotilla.
Buenos das dije. Qu es eso?

41
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Buenos das, Dan me salud afable. Estoy instalando un espejo


para afeitarse que compr la otra noche en la ciudad. El del aseo es muy
pequeo y no hay suficiente luz para lograr un afeitado decente.
De una bolsa de papel sac un espejo redondo y coloc los dos pequeos
topes que haba detrs en los agujeros que tena la repisa. Luego movi el
espejo de afuera hacia adentro para demostrar que era posible adaptarlo a
la altura del que lo usara.
Ahora lo que me hace falta es una jofaina con agua caliente y mi
equipo de afeitado dijo, dirigindose abajo. Si t quieres, puedes usarlo
cuando yo termine.
Desde entonces, me acostumbr a utilizarlo.
Durante los dos das que permanecimos en el puerto, no tuve ni una
ocasin de estar a solas con Peggy, ya que Trader se comportaba como un
marido muy atento. Pero, al segundo, no pude soportar ms aquellas
pequeas atenciones hacia ella y como no me necesitaban porque coman
en la ciudad, me tom el da libre y lo pas solo en la playa.
El tercer da zarpamos hacia Nassau. Como el viaje durara unas seis
horas, salimos del puerto a las ocho de la maana. Alrededor de las diez,
Peggy apareci en la timonera, otra vez luciendo un bikini.
Se ha echado a dormir un rato me inform, y sin ms prembulo se
arroj en mis brazos.
Asegur el timn con un palo para poder tener ambas manos libres. Ella
me rodeaba el cuello, y mientras nos besbamos, su cuerpo se apret al
mo. Los dos estbamos temblando cuando ella se liber de mis brazos y se
alej unos pasos. Ya no era tan temprano.
Peggy se mantuvo alejada de la puerta de la timonera. Nos hallbamos
tan descontrolados que si en ese instante hubiera aparecido su marido,
ninguno de los dos habra sido capaz de disimular la evidente excitacin.
Qu podemos hacer? me susurr ella.
Se me haban acabado las buenas ideas. No me importaba lo que
hicisemos con tal de que estuviramos juntos. Si ella se quera quitar de
encima a Trader para casarse conmigo, eso me hara feliz; pero ahora estaba
dispuesto incluso a que todo se quedara en una aventura, si eso era lo que
ella deseaba. Si ella me hubiera propuesto que para resolver nuestro

42
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

problema nos arrojsemos al agua agarrados de la mano, creo que por lo


menos antes lo pensara dos veces.
Saqu de un tirn el palo y me aferr al timn con las dos manos en un
intento de calmar mi excitacin.
Qu es lo que deseas hacer t? pregunt.
Me quieres?
Hace falta que lo preguntes? repuse.
Me apetece que me lo digas.
Hice una profunda inspiracin.
Te amo. Estoy completamente loco por ti.
Ella cerr los ojos.
Yo tambin te amo dijo en un susurro casi imperceptible. Nunca
he sentido un amor tan extraordinario. Quieres casarte conmigo?
Contstame la verdad, Dan.
No hay nada que desee ms en mi vida confes con voz ronca.
Cuando abri los ojos, pareca estar un poco ms tranquila. En un tono
de voz mucho ms natural me dijo:
Dan, yo no podra entregarme a una simple aventura. A pesar de mi
comportamiento, soy una persona demasiado virtuosa, aunque no sea una
puritana. Si yo fuese soltera y estuvisemos aqu solos planeando casarnos
apenas llegramos a algn puerto, no insistira en que espersemos hasta
despus de ese momento. Pero hay en m un residuo de puritanismo que no
me permite violar mis promesas matrimoniales.
De ningn modo seremos amantes. Ya te he dicho que quiero que seas
mi esposa.
Pero yo ya tengo marido.
No creo que encuentres ningn problema para conseguir la anulacin
luego de un matrimonio tan fugaz. Por qu crees que te costar medio
milln de dlares?
Porque conozco a Arden. Le conozco tan bien que, antes de casarnos,
hice que firmara un convenio por el cual l se comprometi a no exigir nada
de mi patrimonio a excepcin de aquello que yo quiera dejarle en mi

43
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

testamento. No me pareca muy prudente colocarle en una situacin en la


cual pudiera convertirse en rico con mi muerte.
Me volv y la mir fijamente.
Si le crees capaz de asesinarte, por qu diablos te has casado con l?
Cmo has tenido esa idea tan insensata?
Oh, en realidad no creo que l vaya a matarme. Pero se trata de un
cazador de fortunas, y es bien sabido que a los hombres como Arden no
hay que tentarles. Por la misma razn de que es un cazador de fortunas, s
que l se negar a la anulacin. Calcular que el precio por su cooperacin
ser de medio milln se basa en hechos reales. Eso es exactamente lo que
les cost a dos amigas mas quitarse de encima a sus maridos cazafortunas.
No te puedes amparar en el convenio prematrimonial?
Slo es aplicable en caso de mi muerte dijo. Claro que si yo le
llevo a juicio no tendr que pagarle un solo centavo. Ningn tribunal le
concedera ninguna clase de indemnizacin. Pero existe el recurso del
chantaje, que sin duda Arden usara. Si yo me niego a pagarle lo que exige,
l apelara ante los tribunales todas las sucias tcticas que conoce. Dejara
mi reputacin por los suelos iniciando pleitos de divorcio y acusndome de
haberle sido infiel con decenas de hombres. Los peridicos sensacionalistas
tendran de qu alimentarse.
T sabas todo eso antes de casarte con l dije con amargura.
Cmo diablos has podido dejarte atrapar de este modo?
Cre que iba a ser el ltimo, Dan. Cmo poda saber que t te ibas a
cruzar en mi camino?
Dej de mirarla y dirig la vista hacia popa.
Cmo nos casaremos si t no puedes deshacerte de l?
Oh, ya intentar deshacerme de l de algn modo repuso con
suavidad.
Dndole el dinero que exija?
Dan, hay una manera mucho ms simple. Quin sospechara algo si
un recin casado se cayera por la borda y se perdiera en el mar durante su
luna de miel? Su mujer podra ser sospechosa si estuviesen casados hace
diez aos, o incluso hace un ao, pero nunca despus de una semana, Dan.

44
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

De repente, un escalofro extingui el calor que todava conservaba de


haberla tenido en mis brazos.
Cometer un asesinato? dije vacilante.
Nadie sospechar nada. Quin va a sospechar que existe un tringulo
amoroso cuando yo estoy en mi luna de miel y nosotros dos slo nos
conocemos hace unos cuantos das? Incluso a m me resulta increble que
estemos enamorados. Cmo podra ocurrrsele esa idea a la Polica?
A pesar de que rechazaba totalmente el plan, sus razonamientos me
estaban convenciendo. En esas circunstancias, quin sera capaz de
sospechar algo? Tuve que aclararme la garganta, ya que de repente se me
haba quedado seca.
Cuando anunciemos nuestro matrimonio, la gente comenzar a
sospechar.
Por qu? Nadie sabe que t eres un empleado temporal. Dir que
trabajas para m en una ocupacin permanente, digamos como secretario
privado. Soy la nica mujer de mi posicin que nunca ha tenido uno, y ya
es hora de que lo consiga. T te compadecers de mi desgracia y yo
apreciar tu inters. Poco a poco, tu compasin y mi aprecio podrn
conducir al amor. No ser la primera vez que un hombre de alma
compasiva termine casndose con una viuda apenada. Creo que lo ms
seguro ser esperar por lo menos unos dos meses.
Otra vez sus argumentos eran tan lgicos que no tuve nada que decir,
salvo que se necesitaba algo ms que la simple certeza de que uno no sera
cogido para acondicionar nuestra mente al asesinato.
Tendr que ser de esta manera o no ser de ninguna otra concluy
ella de improviso en un tono terminante. Dejar que lo pienses.
Peggy dio la vuelta y abandon la timonera.
Todava lo estaba meditando cuando lleg la hora de almorzar. Para
entonces estbamos surcando el canal Northwest Providence.
Deliberadamente me mantuve en el centro del canal y ambas costas apenas
eran visibles en el horizonte. Haba calma chicha y el balanceo del barco era
casi imperceptible; el sol brillaba con intensidad. No apareca ninguna otra
embarcacin a la vista.
Arden Trader subi a eso de las once en traje de bao; Peggy y l se
hallaban tendidos sobre las colchonetas en popa, bronceando sus ya

45
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

morenos cuerpos. Le grit a Trader para que se hiciera cargo del timn
mientras yo preparaba la comida. l se levant, inclin su cuerpo sobre
Peggy y le dio un beso prolongado. Una oleada de celos se apoder de mi
cuerpo, y tuve que darles la espalda para poder contenerme. Cuando
apareci en la timonera, hice un verdadero esfuerzo para que mi voz sonara
natural mientras le daba el rumbo.
La visin de l besando a Peggy logr que me decidiera. Al momento de
haber entrado en la cocina, apareci ella y se qued mirndome
inexpresiva.
De acuerdo dije.
Las ventanillas de la nariz se le ensancharon.
Cundo? pregunt.
Ahora mismo, si lo deseas.
Cmo?
Por qu no sales y le propones nadar un poco antes del almuerzo? El
agua est lo suficientemente quieta. Yo har el resto.
Sin una sola palabra, se dio vuelta y abandon la cocina. Esper unos
instantes; luego la segu detenindome a popa mientras ella suba a la
timonera. Apenas entr, Trader apag el motor y ambos salieron.
Dan dijo Peggy, puedes lanzar el ancla al agua.
Yo ya estaba parado cerca de ella. La dej caer e hice lo mismo con la
escalerilla de madera atada con cuerda, as los baistas podran subir a
bordo con mayor facilidad.
Creo que tomar un bao con vosotros dije. Me pondr las trusas.
Cuando sal a cubierta, Trader y Peggy ya estaban en el agua. l flotaba
sobre su espalda a unos metros del yate, con los brazos extendidos y los
ojos cerrados. Peggy pedaleaba cerca de la escalerilla. Le indiqu con un
gesto que subiera a bordo. Discretamente, Peggy trep a cubierta. Trader
abri los ojos y se qued mirndola.
En seguida vuelvo, cario dijo ella, y corri abajo.
Trader volvi a cerrar sus ojos.
Mi intencin era acercarme a l por detrs nadando y hacerle una toma
de judo; su posicin horizontal le dejaba indefenso contra un ataque ms

46
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

seguro. Tomando distancia, me arroj sobre Trader con las rodillas


flexionadas contra el pecho, y mientras aterrizaba las extend dndole de
lleno en el estmago con suma brutalidad. Exhal todo el aire de sus
pulmones y fue arrastrado hacia abajo en una posicin encogida.
Deb de haberle dado con un taln en el plexo solar, causndole una
parlisis temporal, porque cuando me gir hacia l y le cog por los
hombros para empujarle ms hondo, apenas se defendi. Continu
arrastrndolo cada vez ms profundo, hasta que mis propios pulmones
estuvieron a punto de estallar. Luego, gir en sentido inverso, apoy mis
pies contra su cuerpo y le di un ltimo empujn que lo impuls hacia abajo
y a m me dispar hacia la superficie.
Sal un microsegundo antes de que yo tambin tuviera que comenzar a
respirar bajo el agua. Estaba seguro de que Trader no poda sobrevivir, ya
que se sumergi sin oxgeno en los pulmones. Pero una vez que hube
subido a bordo y recuperado mi aliento, me inclin sobre la barandilla y
observ con atencin el agua durante unos diez minutos para estar
completamente seguro. Despus llam a Peggy.
Cuando ella subi, con el rostro plido a pesar del bronceado, le dije con
voz apagada:
Ha habido un accidente. Creo que tuvo un calambre. Yo estaba sobre
cubierta dndole la espalda y no vi sus esfuerzos por mantenerse a flote
hasta que se me ocurri echar un vistazo alrededor. Intent alcanzarle; pero
se hundi antes de que yo llegara a su lado. Durante una hora estuve
buceando para tratar de localizarle. Por lo visto, fue a parar directamente al
fondo del mar. sa ser mi versin de los hechos. T dirs solamente que
cuando sucedi te encontrabas en el camarote.
Peggy se qued mirando fascinada la suave ondulacin del mar.
No saldr a la superficie? me susurr.
Con el tiempo, si antes algo no se lo come, lo cual es muy probable.
Tardar das en emerger.
Ella tuvo un ligero escalofro.
Vaymonos lejos de este lugar.
Debemos quedarnos aqu por lo menos una hora repuse.
Recuerdas que me he pasado una hora buceando sin xito para
encontrarlo? Si nos vamos ahora, alguien podr verificar cundo zarpamos

47
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

de Southwest Point y cundo llegamos a Nassau. Resultara dudoso que


entre un puerto y otro no existiese el intervalo de la hora que nos
demoramos.
Por qu dices que hay que esperar una hora? pregunt ella. En
diez minutos hemos podido comprobar que no ha salido a flote.
Escucha, t eres una mujer recin casada le record. No te
conformaras con slo diez minutos. Deja que lo hagamos a mi modo.
Pero es que tenemos que esperar justamente aqu? pregunt
nerviosa. No hay en el agua ninguna seal que indique el sitio donde se
ha ahogado. Aljate unos cuantos kilmetros y vuelve a echar el ancla.
Me encog de hombros y fui a izar el ancla, recog la escalerilla de cuerda
y despus puse el motor en marcha. Peggy se qued a mi lado, con su brazo
pegado al mo, mientras yo conduca el yate a toda marcha. Despus de
hacer unos diez kilmetros, reduje la velocidad hasta quedar casi parados.
Comprob que en las cercanas no hubiera ninguna otra embarcacin y por
ltimo apagu del todo el motor. Fui a la popa, desenganch el ancla y baj
otra vez la escalerilla, por si acaso se acercara algn barco durante la
siguiente hora y yo tuviera que zambullirme y comenzar a bucear.
Peggy me haba seguido desde la timonera. Lanz un profundo suspiro
de alivio y se arroj en mis brazos, asindose temblorosa.
Slo estbamos a tres horas de Nassau. Atracamos all alrededor de las
tres y media de la tarde.
A nadie le pareci sospechosa nuestra versin de los hechos. Como haba
imaginado Peggy, cuando la Polica supo que ella se haba casado haca
menos de una semana y que a m slo me conoca desde haca unos pocos
das, ni se les ocurri pensar que podra haber sido un crimen pasional. Su
nica reaccin fue de condolencia.
Como les dijimos que, despus de haberse hundido Trader, estuvimos
esperando una hora entera, ellos ni se molestaron en enviar barcos para ver
si podan localizarle. Durante algunos das, un par de helicpteros
rastrearon la zona con la esperanza de poder encontrar el cuerpo flotando,
pero todo fue en vano y finalmente Arden Trader fue inscrito como
desaparecido en el mar, supuestamente muerto.
Como el casamiento en secreto de Peggy no se haba dado a conocer
hasta la muerte del novio, ambas noticias merecieron gran difusin en la

48
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Prensa. Pero no hacan ni la ms mnima alusin de que aquello podra


haber sido algo ms que un trgico accidente.
Peggy era propietaria de media docena de villas dispersas en varios
puntos de la Tierra, y una de ellas se hallaba en San Juan. Una vez que la
Polica de Nassau nos permiti partir, continuamos hasta Puerto Rico,
donde la sufriente viuda se recluira. Los peridicos informaron que las
nicas personas que estaban con ella en la villa eran una dama de
compaa y su secretario personal, sin que sus nombres se dieran a conocer.
La dama de compaa era una ama de llaves de mediana edad, que
slo hablaba espaol. Yo, por supuesto, era el secretario personal.
La villa contaba con una playa privada, as que pasamos dos idlicos
meses en una especie de luna de miel prematrimonial. Mucho antes de que
sta finalizara, yo ya no tena ninguna duda de que estaba completamente
enamorado. La atraccin fsica segua siendo tan intensa como antes; pero
se ya no era el nico atractivo de Peggy. Yo estaba absurdamente
enamorado, como aquellos hroes de las novelas de amor de la poca
victoriana.
Cuando se cumplieron los dos meses, Peggy crey conveniente que
salisemos de nuestro retiro y nos casramos en secreto. Durante todo este
tiempo ella se haba estado escribiendo con uno de sus varios abogados, y
el da antes de que tuviera lugar la ceremonia, me dio para firmar un
documento legal por el cual yo renunciaba a cualquier derecho sobre su
patrimonio, con excepcin de lo que ella quisiera dejarme voluntariamente
en su testamento.
Crees que yo cometera un asesinato para quedarme con tu dinero?
expres entre gruidos, despus de haberlo ledo:
Es una idea de mi abogado dijo a modo de excusa. A pesar de que
no estoy obligada legalmente a cumplir con las exigencias de mi padre, ste
expres en su testamento el deseo de que, si yo no tena descendientes,
dejara gran parte de mi fortuna para la creacin de una institucin
cientfica. Naturalmente que si tenemos hijos, el grueso de la fortuna ser
para ellos, y por supuesto cuidar que a ti no te falte nada. Pero suponte
que me muera al da siguiente de casarnos? Como no tengo ningn
pariente vivo, t heredars todo. Crees que sera justo que el sueo de mi
padre de una Fundacin Matthews quedara en la nada?

49
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Yo no me caso contigo por tu dinero le dije. Si te mueres al da


siguiente de habernos casado, lo ms probable es que yo me mate. Pero no
creo que valga la pena discutir sobre ello.
As que firm el documento.
La ceremonia se llev a cabo en el juzgado civil de San Juan, con nuestra
ama de llaves y el empleado del juzgado de testigos. Peggy slo deseaba
una simple alianza de oro, la cual me cost unos veinticinco dlares.
Descubr que el diamante que llevaba puesto no era un regalo de Arden
Trader, sino el anillo de compromiso de su madre. Dijo que prefera seguir
usando aqul en lugar de que yo le ofreciera otro.
Al igual que en su anterior casamiento, Peggy no quera que la Prensa se
enterara hasta que no hubisemos terminado el crucero de luna de miel,
para no ser perseguidos en cada puerto por los periodistas. Yo le hice notar
que ella era demasiado conocida para poder escapar a la publicidad y que,
a menos que nos escondisemos en el ms oscuro de los anonimatos, la
gente pronto descubrira que estbamos de luna de miel. Ella respondi
que no planeaba ocultar la noticia a sus amigos y allegados; pero les pedira
que no se la transmitieran a los periodistas. De este modo tendramos
bastantes probabilidades de que el secreto no trascendiera a la opinin
pblica hasta que finalizramos el crucero.
No ser ninguna tragedia si los periodistas nos descubren le
tranquiliz ella. Pero quisiera que tuvisemos la oportunidad de estar
solos el mayor tiempo posible.
Decidimos continuar con el crucero por el Caribe que ya habamos
iniciado. Con la diferencia de que ya slo seramos nosotros dos a bordo.
Al llegar al puerto de la isla Great Inagua, nos llevamos por delante un
leo flotante, rompindose el eje del propulsor y perdiendo la hlice. En la
isla no fue posible conseguir las piezas de recambio, pero yo saba que
podra encontrarlas sin problemas en nuestra anterior parada, el Port-de-
Paix.
Todos los das sala de Great Inagua un buque correo con destino a Hait,
la Repblica Dominicana y finalmente Puerto Rico. Verifiqu los horarios y
descubr que, si coga el que sala el viernes, podra volver a Great Inagua el
mismo sbado en el buque que regresaba de Port-de-Paix.

50
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Peggy conoca a una familia, de apellido Jordn, que vivan en aquella


isla, en la que por fuerza nos habamos detenido, y como el viernes por la
noche iban a celebrar una fiesta, ella decidi quedarse.
Yo regres el sbado a las cuatro de la tarde, con la hlice y el eje nuevos.
El amarradero para las embarcaciones privadas se encontraba a slo
cincuenta metros del muelle principal, por lo que al entrar en l pude
divisar al Princesa II. Sobre la proa, una esbelta figura femenina con bikini
rojo agitaba su mano saludando al buque. Dudaba que ella me reconociera
desde esa distancia, y encontrndome mezclado entre los pasajeros que se
alineaban contra la barandilla; pero de todos modos le devolv el saludo.
Cuando descargu mis paquetes a bordo del Princesa II, Peggy ya no
estaba en la proa. Ahora se hallaba en la popa, reclinada sobre el respaldo
de una de las colchonetas. Un hombre bronceado y musculoso, en traje de
bao blanco, y de aproximadamente unos veinticinco aos, se encontraba
sentado encima de la barandilla frente a ella.
Mientras depositaba los paquetes sobre la cubierta, Peggy dijo:
Querido, ste es Bob Colvin, un invitado de Max y Susie Jordn. Bob,
mi marido Dan.
El joven se incorpor y me tendi la mano. Me pregunt cmo me
encontraba y yo le contest que encantado de conocerle.
Bob tena planeado tomar el lunes el buque correo hasta el golfo del
Gobernador y de all volar a Miami dijo Peggy. Yo le he sugerido que,
si no tena prisa, podra zarpar maana con nosotros y hacer todo el viaje
juntos. Puede dormir en la timonera.
Teniendo en cuenta el aislamiento de dos meses en San Juan, nuestra
luna de miel ya haba durado suficiente, y la necesidad de estar
completamente solos no era en cierto modo tan urgente. Lo que suceda era
que ambos estbamos ya preparados para salir de nuestra torre de cristal y
enfrentarnos al mundo circundante. Mi nica reaccin fue pensar que sera
agradable tener a alguien a quien de tanto en tanto podra dejar a cargo el
timn.
Por supuesto respond, y me inclin junto a mi esposa para darle un
beso.

51
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Ella me bes sonoramente y luego me oblig a que me sentara a su lado,


presionndome la cabeza sobre su espalda. Con rostro risueo comenz a
acariciarme el cabello.
Con mi rostro en aquella posicin invertida, poda mirar por encima de
su espalda hacia el espejo de afeitar que estaba sujeto al maderamen que
sobresala de la escotilla. Por pura casualidad, ste se encontraba levemente
inclinado hacia abajo, y reflejaba directamente la parte de la cubierta que
daba frente a la colchoneta inflable.
En el espejo pude observar cmo sobresala el pie descalzo de Bob
Colvin; y vi los dedos del pie de Peggy acariciando de un lado a otro con
lascivia la planta de aquel pie.

52
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

4
UN ATAD PARA BERTHA STETTERSON

DONALD HONIG

El asesinato databa del ao 1890, pero an se oa hablar de l a la gente


vieja, a quienes sus padres y abuelos les haban transmitido la historia con
frases entrecortadas o solemnes.
En aquellos tiempos, Capstone era una localidad con granjas, bosques y
suaves colinas, un paisaje que a no ser por algunos rboles centenarios ya
haba desaparecido; las granjas estaban ocultas bajo las fachadas de casas
familiares de dos plantas, las colinas pavimentadas y en algunos lugares
niveladas. Ya nadie las llamaba por su nombre. Capstone se encontraba
situada en la margen del East River opuesta a Manhattan y slo era posible
llegar en transbordador. Se consideraba un sitio bastante alejado, y eran
muchos los granjeros que en toda su vida apenas haban estado dos o tres
veces al otro lado del ro.
Jacob Vandermeer viva ms all de las granjas lecheras, casi al final del
pueblo. Descenda de una vieja familia de colonos holandeses, que se
haban instalado en Capstone all por el ao 1700.
Vandermeer era un hombre alto, robusto, de barba espesa y taciturno,
que finalmente se cas al cumplir los cuarenta aos. Esto caus una
verdadera sorpresa, no slo porque Vandermeer fuera un hombre solitario,
sino por la persona que haba elegido como esposa. Se trataba de la sobrina
del juez, Bertha Stetterson, una mujer que se encontraba en buena posicin
econmica ya que la reciente muerte de sus padres le haba dejado en
posesin de cierta fortuna. Era pequea, tmida y deba rondar los treinta
aos; como haba estudiado en un colegio de seoritas al norte de la regin,
se la consideraba una mujer culta, lo que sin duda deba cohibir a la
mayora de los toscos jvenes de Capstone.

53
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Nadie entenda por qu se haba casado con el grandote y meditativo


Vandermeer; pero se corra la voz de que era simplemente a causa de que
ella ya tena ms de treinta aos y se encontraba desesperanzada.
Poco despus de la boda, se hizo evidente que Vandermeer estaba
descuidando su granja. La maleza comenz a invadirlo todo, las vacas,
cerdos y gallinas del vecindario deambulaban por all sin que el sombro
granjero se molestara en echarlos. Lo nico que haca era sentarse en una
silla en el portal de su casa y observar. No cultivaba nada, no venda y no
tena ingresos; mas por lo visto aquello no le importaba. Estaba claro que
haba decidido convertirse en un caballero, en un petimetre, a costa del
dinero de Bertha. Nadie saba qu pensaba ella de todo aquello. Ahora, rara
vez se dejaba ver.
De vez en cuando, Vandermeer apareca con su carreta por el pueblo, el
cual se compona del Hotel Capstone, la pensin Dooley, unas cuantas
tiendas y herreras, un granero y una taberna. Se sentaba en el porche de la
pensin y se pona a fumar su pipa sin dirigirle nunca la palabra a ninguno
de los hombres, quienes ya se haban acostumbrado a su insociabilidad y
de tanto en tanto se guiaban el ojo unos a otros mientras l permaneca
all.
Hasta que una maana, uno de los hombres no pudo aguantar ms su
curiosidad y le pregunt a Vandermeer lo que todos ellos estaban deseando
saber desde haca tiempo.
Has abandonado tu granja, Vandermeer?
Vandermeer estaba sentado fumando, con las cenizas adheridas a su
barba, y miraba hacia el frente. Durante unos instantes pareci que no iba a
contestar, cosa que a veces haca; pero en esta ocasin se sac la pipa de la
boca y dijo:
La he abandonado para encontrarle un sentido a la vida.
Dejars que siga as?
Creo que s.
El can de la pipa volvi a deslizarse entre su barba, dando por
terminada la conversacin.
Cuando Vandermeer se fue, los dems sacaron sus propias conclusiones,
que fueron confirmadas ms tarde por Jonah Stetterson, el hermano menor
del juez, quince aos ms joven que ste.

54
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

No piensa trabajar nunca ms. Se sienta en el portal de su casa, fuma


su pipa y de vez en cuando se toma un trago de whisky.
Cunto tiempo continuar de esa forma?
Si un hombre puede estar sentado sin compaa durante tres horas y
no emitir ni una sola palabra sentenci Jonah, creo que podr pasarse
con facilidad el resto de su vida en una total indolencia.
Qu opina Bertha al respecto?
Por supuesto que a ella no le agrada esa actitud repuso Jonah.
Pero no se atreve a decrselo. Le tiene miedo.
De qu viven?
Jonah se sinti un poco incmodo. Eso es lo que ms nos molesta
coment. Parece ser que Bertha ha gastado casi todo su dinero y ha
vendido todas sus joyas.
Seguir con l?
A Bertha le ha costado treinta y un aos conseguir marido dijo
Jonah. T qu crees?
Unas semanas despus, Vandermeer volvi a aparecer por el pueblo,
pero esta vez a caballo.
Mi mujer est enferma dijo, anonadado.
Los hombres se miraron. Vandermeer compr algunas medicinas y luego
se march. Los hombres se sentaron en el porche de la pensin Dooley
preocupados, en un silencio acusador.
Al da siguiente vino Jonah Stetterson.
No deja que nadie la vea inform. Ni a m ni a mi mujer, ni
siquiera al juez. Dijo que est muy dbil. Sali a la puerta con un rifle.
No saba que posea uno dijo Dooley.
Pues lo tiene repuso Jonah, y no vacilar en usarlo. En sus ojos
haba una mirada muy extraa. El juez dice que es la mirada de un
demente, y el juez ha visto suficientes cosas como para saberlo.
Aquella noche, Jonah le dijo a su hermano:
Debemos entrar en esa casa y ver a Bertha. Dios sabe lo que le estar
haciendo, si es que no se lo ha hecho ya.

55
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Pero no podemos entrar a la fuerza advirti el juez.


Si a algo renda culto aquel hombre, al que nunca se le haba visto en la
iglesia, ni siquiera los domingos, era a la ley, a las inquebrantables
escrituras de sus creencias en la legalidad.
Es nuestra sobrina, Andrew, la que ha cado en sus manos
argument Jonah.
Ya lo s, y no me siento menos inquieto que t dijo el juez.
Maana intentar entrar en la casa. Si logro ver a Bertha, la persuadir
para que se venga conmigo.
El juez lanz un suspiro.
Ah, si fuese un poco ms joven.
Deja que yo me ocupe de ello.
Temo que seas demasiado impulsivo, Jonah.
Eso es lo que hace falta. Ese hombre es un insolente al no dejar que la
vea la familia.
El juez volvi a suspirar.
Haz lo que puedas, Jonah; pero que no sea nada que vaya en contra de
la ley.
Al atardecer del da siguiente, Jonah atraves los campos cultivados
hasta la casa de Vandermeer. Al entrar en la zona boscosa que circundaba a
la abandonada granja, continu por la senda que le conduca hasta la casa.
Estaba oscureciendo cuando se detuvo cerca de ella, justo al borde del
bosque. El atardecer era clido, sin viento; en el bosque nada se mova, y la
noche entrelazaba los rboles, las hojas y al cielo en una nica y profunda
bveda. Entonces comenz a or el ruido de martillazos. Los golpes del
martillo eran penetrantes y metdicos, y resonaban perentoriamente en el
bosque.
Jonah se dirigi a travs de los surcos sin cultivar, escuchando y tratando
de descifrar el ruido de los golpes de martillo como si stos transmitieran
una seal; se senta intrigado e inquieto. En el portal de la casa, la silla de
Vandermeer se encontraba vaca. El sonido de los martillazos vena desde el
fondo de la casa. Jonah pudo ver el fulgor amarillento de la luz de un farol
que parta de la vivienda y se proyectaba sobre la sombra de los rboles. La
puerta principal estaba entreabierta, con un aspecto misterioso, intrigante e

56
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

irresistible. Jonah penetr en la casa. Se hallaba en penumbra. Slo haba


estado una vez en ella, el da de la boda. Subi la escalera. All haba dos
habitaciones, una era el dormitorio y la otra era utilizada por Vandermeer
como depsito de herramientas.
Abri la puerta del dormitorio, empujndola despacio. Luego penetr en
la habitacin y pudo ver la cama.
Bertha susurr.
Pero all no haba nadie. No pudo creer lo que vea. Se dirigi hacia la
cama y la toc. Estaba fra y vaca, con el cobertor extendido ajustadamente.
Ech una ojeada a la habitacin. Luego mir por la ventana hacia donde se
escuchaban los ininterrumpidos martillazos, y desde donde provena la luz
amarillenta que iluminaba los rboles. Vio la espalda inclinada de
Vandermeer, sobre la cual se distinguan los tirantes del pantaln, y
contempl el martillo que oscilaba en el aire en lentos y precisos golpes.
En seguida Jonah se march. Descendi apresurado por la escalera,
cruz la puerta principal, dej atrs la silla vaca y se adentr en el bosque a
travs de la maleza, seguido por el inexorable golpear del martillo.
Ms tarde se encontraba frente a su hermano. El semblante del juez se
mostraba ahora serio, debido a su preocupacin e inters en el asunto.
Dices que ella no estaba all?
No contest Jonah, inclinado en su asiento, todava sin poder
recuperar el aliento despus de su precipitada fuga. La cama estaba
vaca.
Quiz se hallara en alguna otra parte de la casa.
Estaba a oscuras. Si ella hubiese estado all me habra odo.
Y l? Ests seguro de ello?
Lo vi. Vandermeer estaba martilleando sobre l.
No te habrs equivocado?
No dijo Jonah. He visto suficientes atades como para no
reconocerlos.
As que al otro da, al amanecer, salieron hacia all el juez, Jonah y un
granjero llamado Adamson. Hicieron el camino a pie. El juez iba vestido de
negro y llevaba puesto un sombrero hongo. En su rostro se revelaba el rigor
de la justicia y tambin la inquietud personal. No se hablaron durante el

57
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

largo trayecto, mientras atravesaban las granjas, las praderas y el sombro


bosque. Llegaron a la propiedad de Vandermeer y le vieron sentado en la
silla, pequeo y furioso con su barba negra, y a medida que se iban
acercando le vean ms grande y ms temible.
Antes de que pudieran decir nada, Jonah apoy la mano sobre el hombro
del juez. ste le mir a los ojos, luego dirigi su vista hacia una tabla que
sobresala verticalmente de la tierra al costado de la casa. El tabln
proyectaba su sombra sobre un montculo de tierra recientemente
removida. Ignorando a Vandermeer, fueron directamente hacia la tabla. En
ella pudieron leer, escrito en letra clara con lpiz negro, el nombre de su
sobrina y la fecha de su nacimiento y de su extincin, esta ltima acaecida
el da anterior. Durante unos instantes permanecieron en absoluto silencio;
luego, se encaminaron hacia el hosco granjero. l les estaba observando, les
haba estado observando sin mover siquiera la cabeza, sosteniendo sobre su
regazo el rifle.
Seor Vandermeer dijo el juez, con voz severa pero sin gritar.
Qu significa esto?
Esta tarde pensaba pasar a verlo y decrselo repuso Vandermeer.
Decirme qu?
Que mi esposa ha muerto.
Muerto? repiti el juez.
Ella nunca ha estado enferma dijo Jonah. Qu es lo que le has
hecho?
Estuvo enferma corrigi Vandermeer, con voz grave y paciente.
Ya la he enterrado.
Asesino! grit Adamson, dando un paso adelante. Nosotros ya
sospechbamos...
Con una mano en alto, el juez al mismo tiempo hizo callar y detenerse al
granjero, sin apartar los ojos del rostro de Vandermeer.
De qu ha muerto? pregunt.
Al parecer, de fiebre dijo Vandermeer, moviendo su pequea boca
entre la espesa barba negra.
Estuvo aqu el mdico? pregunt el juez. Consult usted a algn
mdico?

58
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

No pareca que iba a ser tan grave.


Por qu no llam a sus familiares?
No me dio tiempo.
Pero has tenido tiempo suficiente para construir un atad dijo
Jonah.
Los ojos de Vandermeer, que hasta entonces observaban indiferentes al
juez, se posaron rpida y hostilmente en Jonah, mirndole con intensidad
durante unos instantes, como si quisieran preguntarle: Cmo sabes eso?
Cmo ests tan seguro de ello? Luego dijo:
Despus de que hubo muerto, s.
La ha enterrado aqu? pregunt el juez.
S contest Vandermeer. Donde ella reposa ahora no ser vctima
de los ladrones de sepulturas.
Esta alusin se refera a la reciente profanacin de la tumba del poeta de
Capstone, Benjamn McKinley, la cual fue abierta con motivo de la
bsqueda de sus poemas, que segn el populacho, se encontraban
enterrados con l. Dos hombres haban sido recientemente sorprendidos
transportando un cadver en una carreta. Lo haban robado por encargo de
un mdico de la zona del Little Village de Capstone. El mdico y los dos
hombres fueron arrestados, juzgados y sentenciados por el juez Stetterson.
Pero uno no puede enterrar a la gente en el lugar que le plazca
advirti Jonah.
Si se ha hecho respondi Vandermeer, es porque se poda.
Juez, nosotros tenemos derecho a enterrarla en un lugar adecuado
dijo Adamson.
A ningn buen cristiano se le ocurrira eso en este momento dijo
Vandermeer. Ahora que ya se ha ido, dejadla descansar en paz.
Eso es lo que a ti te agradara, no? pregunt Jonah. Crees que
puedes...
El juez le hizo callar.
Ser mejor que venga con nosotros, seor Vandermeer.
Para qu?

59
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Tendremos que abrir el atad; pero de forma legal, y debe estar


presente cuando se firme la autorizacin.
Usted se preguntar qu hago aqu sentado con un rifle dijo
Vandermeer. Lo que sucede es que tengo miedo de que alguien profane
la sepultura. Los mdicos lo hacen, y los dementes, para aplicar su maldad
en los muertos.
Ests diciendo disparates afirm Jonah.
Seguro? pregunt Vandermeer desafiante. Antes de que vosotros
vinierais, he visto gente en el bosque. Qu es lo que estaban haciendo all?
De hecho, cuando os he visto salir del bosque, he estado a punto de hacer
fuego. Os habis arriesgado mucho al acercaros de este modo a un hombre
corto de vista.
De todas formas dijo el juez, le aconsejo que venga con nosotros.
Vandermeer se incorpor, sosteniendo su rifle.
Ir con vosotros acept. No tengo nada que temer. Pero la
responsabilidad ser vuestra.
Los cuatro se encaminaron hacia el pueblo. En la casa del juez, la
elegante casa blanca que quedaba en la Gran Avenida, obtuvieron la
autorizacin.
Todo esto es innecesario opin Vandermeer. Usted estaba all.
Podramos haberla desenterrado.
No dijo el juez. Tiene que hacerse legalmente.
Se dirigieron otra vez al lugar; pero en esta ocasin en la calesa del juez y
pasando antes a recoger al doctor Howell. Luego, la calesa condujo a los
cinco hombres hacia el lmite del bosque, haciendo a pie el camino restante.
Cuando salieron de la arboleda, Vandermeer se detuvo.
Alguien ha estado aqu dijo.
Qu quiere decir con eso? pregunt el juez.
La tumba no est como yo la he dejado.
A m me parece que se halla igual que antes manifest el juez.
Se encaminaron a travs de la granja.
Cuntas palas tienes? pregunt Jonah.

60
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Dos respondi Vandermeer.


Sac las palas del cobertizo, Jonah y Adamson comenzaron a cavar,
hundiendo las largas palas en el montculo y arrojando la tierra a un lado
con rpidas acometidas. El juez y el doctor Howell se alejaron unos pasos y
se quedaron observando. Vandermeer se paseaba alrededor de ellos
manoseando su pipa apagada, y miraba cavar a los hombres con bastante
nerviosismo. El juez se volvi varias veces para observarle.
Luego de haber cavado algo ms de un metro, chocaron contra madera.
Aquel sonido hizo que Vandermeer recapitulara.
Debo protestar dijo.
Pero no puede repuso el juez, que estaba parado en el borde de la
fosa. brelo le dijo a Jonah.
Ya ha sido manipulado con algo dijo Vandermeer. Lo puedo
asegurar.
Con la cuchara de su pala, Jonah empuj la tapa del atad. sta cedi
con facilidad. Y cuando Jonah la levant y la recost contra la pared de
tierra, el atad apareci vaco.
Vandermeer! grit el juez. Dnde est ella? Qu ha hecho con
su cuerpo?
Vandermeer observ con detenimiento la caja vaca. Luego dirigi su
mirada al juez.
Ya les he explicado que haba gente en los alrededores arguyo. Y
vosotros no sois mejores que ellos.

Creo que l ni la ha enterrado dijo Jonah, mientras morda su pipa


. Toda la historia es demasiado fantstica. Acaso los ladrones de
sepulturas actan a plena luz del da? Cmo puede un hombre mentir de
este modo? Te dir qu es lo que ha hecho: la enterr en algn lugar del
bosque.
Pero, entonces, para qu poner el atad? plante el juez
contemplando pensativo el hogar de la chimenea, donde los leos ya se
haban consumido por el fuego, y de vez en cuando un rojo intenso
emanaba de ellos, produciendo un chasquido. Por qu complicar tanto
las cosas?

61
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Porque saba que nosotros insistiramos en que la tumba fuese abierta.


Ahora podr decir que el cuerpo ha sido robado, e incluso echarnos en
parte la culpa por haberle obligado a abandonar el sitio durante un par de
horas. Se ha inventado esa historia sobre los ladrones de sepulturas ocultos
en el bosque, se va por unas horas y cuando vuelve les echa la culpa a ellos.
Yo pienso que l la ha asesinado; ha tomado su dinero y sus joyas, y enterr
a Bertha en algn lugar del campo. Si aquella noche hubiese mirado con
ms cuidado, si me hubiera quedado escondido...
Quiz la haya enterrado hace varios das sugiri el juez.
Pero, qu haremos con este asunto? No podemos dejar que se nos
escape. No dejaremos que se vaya sin su castigo! casi grit Jonah, de un
modo amenazador.
Con ese tono de voz dijo el juez, sin dejar de observar las brasas,
pareces un hombre que quisiera incitar al populacho a la violencia.
S lo que t sientes por ese tipo de cosas. Pero, vamos a permitir que
ese hombre se salga con la suya?
Te sentiras mejor si le vieras colgando de un rbol?
Considerndolo bien, s.
El juez exhal un suspiro.
Ah, Jonah dijo. Pero, supn que eso sucediera. Cmo haremos
para encontrar a nuestra pobre Bertha? Nos olvidaremos de ella as como
as?
Se est aprovechando de ti, Andrew dijo Jonah. Te conoce
demasiado bien. Se est aprovechando de tu debilidad.
En ese caso, defender la ley y el orden es una debilidad concluy el
juez, haciendo un comentario irnico. No, en primer lugar descubriremos
qu ha hecho con ella. Y despus se le aplicar la ley con todo su rigor.
Pero en el pueblo los nimos no eran tan moderados. El granjero
Adamson estuvo sentado todo el da en el porche de la pensin Dooley
contando lo sucedido. Poco a poco, a su alrededor se fue congregando un
grupo de hombres.
La ha matado deca Adamson a cada nuevo oyente que se acercaba,
y los que ya le haban escuchado decirlo, no parecan cansados de tantas
repeticiones. Luego cav una tumba falsa, enterr all un atad vaco, y

62
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

ahora pretende que los ladrones de sepulturas se la han llevado. Pero la


tumba nunca fue removida; diga lo que diga, estaba igual que cuando nos
habamos ido de all. Desde cundo los ladrones de sepulcros se toman
tanto trabajo para disimular lo que han hecho?
Se escucharon algunos murmullos entre la concurrencia.
Y ahora continu diciendo Adamson, est sendo ah fuera, con las
manos manchadas de sangre y el dinero de Bertha en su bolsillo.
Pero, dnde se halla el cuerpo? exclam alguien.
Pregntale a l dijo Adamson.
No se puede juzgar a un hombre si antes no se tiene un cadver.
Pues entonces vayamos en busca de su cadver grit finalmente
Adamson, cuando ya hubo all suficientes hombres y estuvieron dispuestos
a escuchar aquello.
Y as lo hicieron. Salieron atropelladamente del pueblo, atravesando los
campos oscuros y las praderas. Durante el camino se les unieron otros
hombres. Alguien dijo que sera mejor llamar al juez; pero en seguida le
hicieron callar a gritos. Adamson llevaba la soga. Mientras iba caminando,
tiraba del lazo corredizo.
Irrumpieron bruscamente en el bosque, cada uno tratando de estar al
frente; pero hacan demasiado ruido. Al salir de la espesura, vieron que el
enorme Vandermeer se alejaba corriendo. Con un clamor fueron en su
captura. El perseguido corra hacia las marismas. Se poda escuchar un
fuerte chapoteo mientras se precipitaban detrs de l. Aquello no dur
mucho rato. Vandermeer chapote en las turbias y poco profundas aguas
hasta que perdi pie y se estrell en el fango, desplazando una considerable
cantidad de agua. Cuando lo pusieron de pie, su barba chorreaba.
Adamson le puso la soga en el rostro; los hombres vociferaban
burlonamente. Vandermeer emiti un gruido y, soltndose unos instantes,
arroj a Adamson al agua. Pero inmediatamente fue otra vez aprisionado y
le condujeron a travs de la marisma hacia su granja.
Les digo la verdad responda enfurecido, mientras dos hombres le
tenan aferrado por los brazos, debajo de un rbol.
Tendrs que esforzarte en decir mucho ms le apremi Adamson.
Pero Vandermeer no volvi a abrir la boca. Se qued erguido en toda su
estatura, con el pecho hacia fuera y las gotas de agua adheridas a su barba.

63
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Sus pequeos ojos enrojecidos miraban a todos los presentes, como si


quisiera fijarlos en su memoria.
Antes de que tuvieran oportunidad de ponerle la soga al cuello, hizo su
aparicin el juez, pues alguien haba corrido a su casa para avisarle.
Irrumpi agitado en medio del grupo.
Desatad a ese nombre orden.
Todos miraron al juez, y luego a Adamson.
Pero, juez... comenz a decir Adamson.
Desatadlo volvi a exigir el juez.
Uno de ellos deshizo el nudo que sujetaba las muecas de Vandermeer.
Todos se quedaron a su alrededor en un hosco silencio, sin mirar al juez;
pero esperndole.
El representante de la justicia se dirigi hacia el centro del crculo.
Vandermeer dijo, un minuto ms y hubiera estado muerto.
E igual de inocente contest Vandermeer.
Qu es lo que ha hecho con ella?
Vandermeer se mantuvo en silencio.
Registremos la casa inform alguien.
Palmo a palmo agreg otro.
Vandermeer dijo el juez. Quiero que me d su autorizacin para
registrar la casa.
No se la dar replic Vandermeer.
Al diablo con l! grit uno de los hombres.
Juez, no le haga caso! exclam otro.
Vandermeer se frot las muecas en el lugar donde las cuerdas le haban
lastimado.
Quiero que estos hombres se vayan de mi propiedad le dijo al juez.
Al fin se marcharon. Lo hicieron despacio, en silencio, furiosos,
frustrados y avergonzados. Slo permaneci el juez. Se qued mirando
cmo el ltimo de los hombres se adentraba en el bosque. Luego se volvi
hacia Vandermeer.

64
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Usted la asesin dijo el juez. Y ha hecho algo con ella. La ha


ocultado en algn sitio.
La he sepultado dijo el interpelado.
Pero dnde?
Ya se lo he dicho.
Usted espera que me lo crea?
Vandermeer dio la vuelta y se encamin hacia la casa. Cuando el juez le
llam por su nombre, se detuvo. Pacientemente y en silencio le escuch.
La vamos a encontrar, Vandermeer. Es mejor que lo sepa. Usted ya ha
cometido algunos pequeos errores que nos darn la pista. Slo tenemos
que recordar todo lo que ha dicho y hecho, analizarlo con fra lgica, y as
llegaremos a deducir qu es lo que ha sido de ella. Y otra cosa dijo el juez
. Sabe por qu les he detenido? No ha sido por usted.
Entonces, Vandermeer habl.
Lo s. Segua mirando la casa y frotndose las muecas. Fue para
hacer justicia.

Unos das despus, el juez volvi con una autorizacin para registrar la
casa. Vandermeer no puso ninguna objecin; ni siquiera se molest en
mirar el papel cuando se lo tendi. Registraron la casa, cavaron en el
stano, en el corral y alrededor de la casa. Vandermeer se sent y les
contemplaba, flemtico e indiferente. El juez, a su vez, tambin observaba a
Vandermeer. A continuacin, inspeccionaron el bosque, buscando alguna
seal de tierra removida; rastrearon la marisma. Pero no pudieron hallar
nada.
Despus, la gente comentara que el mutuo conocimiento que se tenan el
juez y Vandermeer era muy misterioso, como si cada uno de ellos pudiese
leer los pensamientos del otro. Pareca como si Vandermeer hubiese
encontrado en la gran fortaleza del juez cierto punto dbil. Sin un cadver y
sin ninguna clase de evidencias, no poda hacer nada, por muy convencido
que estuviese. El argumento de Vandermeer de que el cuerpo haba sido
robado era demasiado sospechoso; pero no poda ser refutado. Estaban
claros los motivos por los que Vandermeer se haba tomado el trabajo de
construir y enterrar el atad vaco, y por qu estaba dispuesto a correr el

65
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

riesgo de que ste fuese desenterrado. Pero, cmo estaba tan seguro de
que el cuerpo no iba a ser hallado en ninguna otra parte?

Unas semanas ms tarde, al volver de un corto viaje por el Sur, Jonah fue
recibido por su hermano en el embarcadero. La vieja y destartalada calesa
les condujo calle arriba por la polvorienta Gran Avenida.
Qu ha sucedido? pregunt Jonah con ansiedad.
Poca cosa contest el juez, sosteniendo en sus manos las riendas
flojas. Hemos encerrado a Vandermeer en la prisin.
Lo habis hecho? exclam Jonah. Entonces la han encontrado.
As es, la han hallado dijo el juez con suavidad, observando el
caldeado y polvoriento camino.
Cmo? Dnde?
Debo decirte que reflexion mucho acerca de nuestro amigo
Vandermeer le confi el juez. Hice un repaso de todos los hechos.
Record la primera vez que fuimos a verle; t mencionaste algo acerca de
que haba tenido el tiempo suficiente para construir el atad. l te lanz
una curiosa mirada, como preguntndote cmo sabas t que l hubiese
construido algo. Luego hubo otra cosa. Vandermeer dijo que era tan corto
de vista que estuvo a punto de dispararnos cuando salamos del bosque;
pero cuando regresamos, l fue capaz de distinguir, desde la misma
distancia, que la tumba haba sido violada.
l saba perfectamente que el cuerpo no se encontraba all.
Correcto. Aunque l tena dificultades para ver desde lejos, asegur
que la tumba haba sido violada porque se encontraba ansioso por
continuar con su historia. Esto confirma, por si no estuvisemos seguros, y
nosotros siempre tenemos que estarlo, que su historia sobre los ladrones de
tumbas era pura invencin. Tambin analic su actitud. No te acuerdas de
que todo el tiempo se mostr demasiado seguro? Cuando estuvimos
registrando la casa, cavando en el corral, en el bosque y rastreando en la
marisma, cmo poda hallarse tan confiado, tan seguro de que no la
bamos a encontrar? Pero hubo un momento en que perdi la compostura,
y fue cuando cavamos por primera vez en la tumba. Se paseaba de un lado
a otro como un gato encerrado, nervioso y enfadado. En otras

66
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

circunstancias, siempre se mostr imperturbable; incluso cuando estaban a


punto de ponerle la soga al cuello. Y tena muy buenas razones para estar
tan seguro de que no la bamos a encontrar, ya que Bertha se encontraba
enterrada en el lugar que nosotros ya habamos registrado.
No comprendo.
l mismo se traicion, no por haberse puesto tan nervioso mientras
cavbamos en la tumba, sino por su indiferencia el resto del tiempo. Cuanto
ms pensaba en ello, menos sentido le encontraba. As que les orden que
cavaran nuevamente en la tumba. Vandermeer se puso furioso, pero de
todos modos lo hicimos. Esta vez subimos el atad y luego, una vez abierto,
lo rompimos; Vandermeer le haba construido un doble fondo. All es
donde la encontramos, y all es donde ella siempre estuvo.
Pero es increble dijo Jonah. Y sabes cmo muri Bertha?
De una fractura de crneo.
Qu clase de explicaciones dio Vandermeer?
Dijo que aquello se explicaba por s mismo.

67
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

5
EL DIABLO DE JERSEY

EDWARD HOCH

Ms de un pez se ha visto atrapado por un anzuelo escondido detrs de la luna.

El caso no se haba abierto debido a un asesinato, y si aquella noche el


capitn de Polica Leopold no se hubiese ofrecido para llevar a Fletcher a su
casa, ahora no se vera tan seriamente comprometido. Haban estado
trabajando hasta tarde en la jefatura, en una agresin con cuchillo
producida en un bar, y cuando finalmente el caso estuvo solucionado,
Fletcher record que su coche se encontraba en el taller para ser reparado.
Yo te llevar se ofreci Leopold. No me viene demasiado mal.
Saba que la mujer de Fletcher se pona nerviosa cuando l trabajaba
hasta tarde, as que intent hacer algo para que no tuviera tantos
problemas. Desde que Fletcher fue ascendido a teniente, trabajaba ms de
noche, y Leopold poda percibir que tena algunas dificultades en su hogar.
Gracias, capitn dijo Fletcher, subiendo al coche. Se lo agradezco.
Pero me parece que mi casa le queda muy a trasmano!
La persistente lluvia que haba cado en la ciudad durante toda aquella
fra tarde de marzo, era ahora una tenue llovizna, apenas perceptible por la
luz de los faros del coche. Haban avanzado unas pocas manzanas cuando,
de improviso, el radiorreceptor del coche emiti un mensaje chilln.
Todos los patrulleros! Atencin a todos los patrulleros que se
encuentren cerca de la interseccin de Park y Chesnut! Investigar la causa
de la alarma del domicilio situado en Park 322!

68
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Ser mejor que echemos un vistazo sugiri Fletcher. Es slo a una


manzana de aqu.
Leopold asinti con un gruido, conduciendo el coche hacia una calle
lateral.
De todos modos, cuntos hogares en esta zona tienen alarma contra
ladrones? se pregunt en voz alta.
A pesar de encontrarse cerca del centro comercial de la ciudad, aquella
zona de casas de clase media con sus cuidados jardines, tena un porcentaje
bastante bajo de delitos.
sa es la casa dijo Fletcher sealando, y Leopold clav los frenos.
Mire! All, al costado!
Dos figuras surgieron de las sombras y corran hacia el patio trasero.
Leopold ya estaba fuera del coche, gritando:
Alto! Somos agentes de la Polica!
Los individuos siguieron corriendo y se perdieron entre la oscuridad de
las dos casas. El capitn sali tras ellos; haba sacado su pistola, pero no iba
a utilizarla a menos que fuese muy necesario. Segn su parecer, slo se
trataba de un par de novatos.
Tenga cuidado, capitn le advirti Fletcher, apareciendo detrs de
l.
El patio estaba embarrado y resbaladizo a causa de la lluvia.
Leopold no poda ver a ninguno de los dos, pero perciba que se haban
ocultado cerca de all.
Fletcher, tienes una linterna?
Al pronunciar estas palabras, se escuch gritar a una chica:
Corre, Jimmy!
Una figura oscura sali de su refugio, a menos de metro y medio delante
de Leopold, y se lanz a toda velocidad hacia el lugar de donde haba
salido la voz.
Leopold dio un salto y trat de agarrar al hombre por el bolsillo de la
chaqueta; pero perdi el equilibrio y estuvo a punto de caerse. Al intentar
incorporarse, sus pies resbalaron en el barro y cay con violencia, mientras
pona la mano izquierda para apoyarse.

69
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Fletcher acudi en seguida, alumbrando con la linterna.


Capitn, se encuentra usted bien? dijo, ofrecindole una mano.
No te preocupes por m. Ve tras ellos!
Leopold saba que no se encontraba bien. Su mueca izquierda haba
soportado todo el peso de la cada, y aunque el dolor no era muy intenso,
no la poda mover. Estuvo sentado en el barro durante unos instantes,
sintindose muy mal, y luego se incorpor con cuidado.
Despus de unos cuantos minutos, Fletcher regres.
Un patrullero atrap al hombre en la otra calle; pero la chica se ha
escapado. Cmo se encuentra?
Creo que me he roto la mueca.
Diablos! Tendr que llevarle a un hospital.
Est bien dijo Leopold resignado, pues no se senta con nimos para
discutir.
Fletcher chasque sus dedos.
Espere un momento! En la otra manzana vive un traumatlogo muy
bueno. Una vez llev all a uno de mis hijos. Vamos!
Creo que a estas horas ser muy difcil que quiera atenderme repuso
Leopold, pues deban ser alrededor de las once.
No se preocupe.
Fletcher le ayud a entrar en el coche y condujo hasta la otra manzana,
buscando la direccin del doctor. Finalmente, se detuvo delante de una
casa antigua que tena el frente reconstruido.
Es sta.
Para ser un doctor, no posee una casa demasiado lujosa coment
Leopold.
Tiene que pasarle pensin a dos ex esposas. Vamos.
En la puerta haba un letrero que pona: Arnold Ranger, Doctor en
Medicina, Cirujano Ortopdico. El doctor Ranger result ser un hombre joven,
simptico y despierto.
Siempre estar encantado de ayudar a la Polica manifest en cuanto
ellos se hubieron identificado. Tendremos que hacer una radiografa de

70
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

ese brazo; pero a juzgar por la posicin de la mueca, estoy seguro de que
se trata de una fractura.
Leopold lo sigui hasta el cuarto de rayos X.
Es un brazo que no hace ms que causarme problemas. El ao pasado
me lo hirieron con una bala.
El doctor le limpi el barro seco y coloc con cuidado la mueca
lastimada sobre la mesa de rayos X.
Estaban persiguiendo a un asesino?
Era slo un ladrn. Cerca de aqu, en la otra manzana.
Debi ser en lo de Bailey. Ya le han robado en otras ocasiones. Al
cabo de unos minutos, regres con la radiografa. Bien, es una fractura.
Ambos huesos; el distal del radio y el cbito. En realidad, se trata de algo
poco complicado; pero tendr que mantenerla enyesada alrededor de
cuatro a seis semanas; estar recuperado totalmente en dos o tres meses.
Tanto tiempo?
El doctor Ranger asinti con la cabeza y le indic a Leopold que se
instalara sobre una estrecha camilla acolchonada.
Ahora le pondr una inyeccin. Esto no le dejar inconsciente, pero le
ayudar a relajarse mientras pongo en su sitio los huesos. Quiz su amigo
pueda venir a sostener la mueca mientras yo le pongo la escayola.
Fletcher entr y se mantuvo cerca, en tanto el doctor haca su trabajo. A
Leopold le pareci que toda aquella operacin se haba sucedido con
notable rapidez. Antes de que pudiera darse cuenta, el doctor ya le estaba
ayudando a incorporarse de la camilla y le conduca de nuevo al cuarto de
rayos X para un examen final.
Muy bien concluy. Le fabricar un cabestrillo, y tendr que venir
a verme dentro de cuatro semanas. En caso de que se le hinchara, mantenga
el brazo elevado durante un da o dos.
A Leopold, el vendaje de yeso en su brazo izquierdo le result incmodo
y pesado. Le abarcaba desde debajo del codo hasta los nudillos, con un
pequeo gancho a la altura de la mueca. Aunque deba pesar slo un par
de kilos, no lo senta nada liviano.
Gracias, doctor dijo refunfuando.

71
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Ah, una ltima cosa pidi el doctor Ranger. Me podra dar el


nmero de su seguro mdico? Es para mi secretaria. Siempre me reprocha
que atienda a las personas durante la noche y no me preocupe por el
papeleo.
El doctor les acompa hasta la puerta, y Fletcher intent ayudar a
Leopold a bajar la escalera.
Tenga cuidado aqu, capitn.
Maldicin, Fletcher! No soy un lisiado.
Mire, lisiado o no, esta noche no dejar que la pase solo en ese
apartamento. Vendr conmigo a casa y dormir en nuestra habitacin libre.
Leopold comenz a protestar, pero Fletcher se mantuvo firme.
Slo esta noche. Maana podr regresar a su domicilio.
Est bien accedi de mala gana. Y por la maana deseo ver a ese
sujeto que han arrestado. Quiero saber qu estaba robando, que me ha
tenido que costar un brazo roto.

La maana siguiente fue para Leopold una nueva experiencia penosa. El


hecho de haber dormido con el brazo escayolado y en una cama ajena no le
permiti conciliar el sueo, por lo que lleg a la Jefatura cansado y de
bastante mal humor. Luego de haberle explicado lo que le haba sucedido a
la primera docena de personas que encontr, se retir a su oficina y cerr la
puerta.
Una hora ms tarde, Fletcher se aventur a entrar con el caf de la
maana.
Cmo se siente? pregunt.
La mueca no est mal, pero lo que me est cansando es esta maldita
enyesadura. Creo que despus de llevarla un mes, necesitar un perodo de
descanso en algn sitio.
Haba examinado la escayola, dando golpes ligeros sobre su armazn y
manoseando la fina venda de algodn con la cual pareca estar hecha.
Quiere que le cuente algo sobre el sujeto que estaba persiguiendo?
dijo Fletcher, tras tomar un sorbo de su caf.

72
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Por supuesto. Quin es?


Un tipo llamado Jimmy Duke. Ya ha cumplido con anterioridad tres
condenas por robo, aqu en Nueva Jersey. Nada demasiado sorprendente.
Tiene treinta aos, y se ha pasado siete encerrado entre rejas.
Y qu me dices de la vctima? Bailey. La noche anterior, el doctor
Ranger me dijo que all ha habido varios asaltos.
Fletcher asinti con la cabeza.
Bailey es un coleccionista de sellos de todas clases! Trabaja fuera de su
casa y hace muy buenos negocios vendindoles a otros coleccionistas, lo
que explica la alarma contra ladrones.
El tal Duke, le pudo robar muchas cosas?
Lo suficiente. Por desgracia, se llev todos los sellos ms valiosos. Pero
usted recuper algunos de ellos.
Yo? De qu forma?
Cuando aferr al hombre y le arranc el bolsillo. All era donde llevaba
una parte del botn. Los muchachos estuvieron inspeccionando el patio con
sus linternas y encontraron los sellos esparcidos por el barro. Por suerte
estaban protegidos por unos sobrecitos de papel cristal, as que ninguno se
estrope. Creemos que la chica se ha debido llevar los sellos restantes.
Leopold suspir y trat de mover los dedos de su brazo accidentado.
Me parece que deber dejar estas persecuciones de ladrones a los ms
jvenes y dedicarme a los casos de asesinato.
Fletcher abri un sobre y extrajo una coleccin de sellos multicolores.
stos son los que usted recuper. Una magnfica coleccin.
Leopold, que saba poco o nada sobre el tema de las colecciones de
sellos, los examin con una mezcla de inters y desdn.
Quieres decir que esto vale mucho dinero?
He odo decir que los coleccionistas los consideran un buen resguardo
contra la inflacin, igual que las obras de arte. Me han dicho que este sello
de cinco centavos dijo sealando uno de color marrn rojizo se cotiza
en cincuenta y cinco dlares. Ese otro de va area cuesta alrededor de
quinientos dlares.
Existe un mercado para la venta de sellos robados?

73
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Aparentemente, entre los comerciantes y los coleccionistas. Por


desgracia an no se ha podido recuperar el sello ms valioso de la coleccin
de Bailey inform Fletcher, y consult los apuntes que acompaaban al
sobre con las pruebas. Se trata de un raro sello de dos centavos de las
islas Hawai, emitido en el ao 1851.
Cul es su valor? Mil dlares?
Bailey lo compr hace treinta aos por veinte mil dlares. Hoy en da
es probable que cueste el doble.
Leopold emiti un leve silbido y observ los sellos con mayor respeto.
No me sorprende que necesitara una alarma contra ladrones. Quizs
hubiese sido ms til una bveda de seguridad.
Capitn, a los coleccionistas no les agradan las bvedas de seguridad.
Les gusta tener sus colecciones al alcance de la mano y mirarlas en los
momentos ms extraos.
Qu es este sello? pregunt Leopold, sealando a uno grande de
color marrn, que se encontraba parcialmente tapado por los dems. Se
vea mal impreso y mostraba un tosco dibujo de un demonio alado que
volaba sobre una hilera de casas. En la parte superior se poda leer: El
Diablo de Jersey. Diez centavos.
Fletcher se encorv para examinarlo y luego se encogi de hombros.
No s qu pensar. Nunca haba visto algo parecido. Por cierto que no
debe ser muy valioso, a menos que provenga de los tiempos de la colonia.
No, esas casas son modernas. No es un sello de la poca colonial.
Bien, de todos modos habr que preguntrselo a Bailey. Vendr esta
maana para echarles una ojeada.
Cuando Fletcher se retir, Leopold intent mantenerse ocupado con los
informes matinales y con una pila de trabajo rutinario que se le haba
acumulado el da anterior; pero todava no estaba acostumbrado a la
pesada escayola, y su intrusa presencia era molesta y frustrante. Finalmente
se dio por vencido y se dirigi al cuarto de reunin para aliviar un poco su
ansiedad.

74
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Tan pronto como Fletcher lo vio, fue hacia l y le condujo hasta donde se
hallaba un caballero alto y entrado en aos.
Capitn Leopold, le presento a Oscar Bailey. Mr. Bailey, aqu tiene a la
persona que se ha roto la mueca al rescatar parte de su coleccin.
Se saludaron con un apretn de manos, y el viejo coleccionista dijo:
Quiero agradecerle todos sus esfuerzos, capitn. Lamento que no haya
podido recuperar el sello hawaiano de dos centavos.
An no tenemos ninguna pista de la chica? pregunt Leopold a
Fletcher.
Ninguna, aunque probablemente Duke pronto se afloje y nos diga de
quin se trata. Mr. Bailey, conseguiremos devolverle ese sello.
As lo espero. La compaa de seguros no cubrir su actual precio en el
mercado. Sacudi el sobre que contena sus sellos. Y creo entender que
no me ser posible llevrmelos hasta que este hombre, Duke, no sea
juzgado.
Me temo que est en lo cierto le confirm Leopold. Son la prueba
de que se ha cometido un delito. De todas formas, los guardaremos con
cuidado.
As lo espero.
Ya que est aqu, quisiera hacerle una pregunta sobre uno de los sellos
de su coleccin; se trata de El Diablo de Jersey. Leopold seal el sello mal
impreso. Qu significa?
Nada. Es una broma. No tiene ningn valor.
Repentinamente, Oscar Bailey pareci sentirse incmodo, sus ojos se
tornaron evasivos.
Es de Nueva Jersey? El tal Jimmy Duke, tiene antecedentes
criminales all?
No. Olvdese de ello.
Bailey se volvi hacia uno de los detectives y comenz a leerle la lista de
los sellos que faltaban. Leopold se qued ah parado durante unos
instantes, luego se encogi de hombros y se march. De todos modos, no se
trataba de su caso; l slo haba pasado por all por casualidad, justo a
tiempo para romperse un brazo.

75
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Sin embargo, el asunto le inquietaba, debido a que lo relacionaba con su


mueca fracturada. Al da siguiente, llam a la Biblioteca Pblica y
pregunt si le podan dar el nombre de algn coleccionista importante de la
zona. Le proporcionaron dos nombres: Oscar Bailey y un profesor auxiliar
de la Universidad, llamado Dexter Jones.
Aquella tarde, Leopold se dirigi al campus universitario, arreglndose
de la mejor forma posible para conducir con el cabestrillo que le sujetaba el
brazo. La ltima vez que haba estado por all fue hace algunos aos, para
investigar el asesinato de un estudiante por su compaero de cuarto; ahora,
el lugar se hallaba casi irreconocible. Por todas partes se alzaban edificios
nuevos, y las viejas paredes de la Universidad quedaban casi ocultas por
los obreros y el andamiaje metlico.
Su ltima visita fue durante un esplndido da de otoo; pero esta vez
era muy distinto. La intermitente llovizna que duraba ya varios das haba
comenzado otra vez, humedeciendo el suelo, y la vista de una lodosa
argamasa cerca de las construcciones fue suficiente para recordarle su cada
dos noches atrs. Entr en el edificio de Bellas Artes con el ceo fruncido y
busc la oficina de Dexter Jones.
Result ser un hombre de edad madura, de cabellos canos, con gafas, y
en la nariz algo que pareca un gran lunar. Observando a Leopold por
encima de sus gafas, le pregunt:
Qu le ha pasado en el brazo?
Me lo he roto persiguiendo a un ladrn.
Con un sonido ronco. Jones manifest su inters.
Yo tambin he tenido un accidente esta maana. La punta de una
cerilla me quem la nariz explic al tiempo que sealaba aquella mancha
parecida a un lunar. Tiene un aspecto terrible!
Profesor, me han dicho que es usted un experto en sellos de correo.
Se trata slo de un pasatiempo; pero desde que hace dos aos sali en
el peridico un artculo sobre m, la Biblioteca Pblica me recomienda como
si yo fuese una especie de perito. En qu puedo ayudarle?
Quisiera saber algo sobre un sello llamado El Diablo de Jersey.
Dexter Jones dej de jugar con sus dedos sobre el bloc de notas.
El Diablo de Jersey?

76
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Pudo ser recuperado despus de un robo que tuvo lugar en el


domicilio de Oscar Bailey.
Le ha preguntado a Bailey sobre ese sello?
Se mostr muy impreciso. Tena la esperanza de que usted fuera ms
explcito.
Se trata de un asunto oficial?
El ladrn es de Nueva Jersey. Si el sello tambin fuese de all, es
probable que hubiese una relacin.
Ya veo. Antes de responder, se tom unos minutos para pensarlo.
Muy bien, despus de todo, no tengo nada que ocultar. El Diablo de Jersey es
el nombre de un sistema postal semisecreto, en manos privadas, el cual le
hace la competencia al Gobierno.
Leopold no estaba seguro de haber escuchado correctamente.
Un sistema postal privado? Acaso eso no va contra la ley?
S. Por ese motivo es secreto.
Pero, quin querra utilizar algo semejante?
Ciertas corporaciones que necesitan llevar a cabo sus negocios sin el
temor a una inspeccin postal o a ser interceptados por parte del Gobierno.
Se sabe que algunos Bancos respetables lo han utilizado.
Eso que me cuenta es un poco difcil de creer.
No del todo. Hoy en da, el Gobierno ejerce un increble control sobre
la correspondencia. La considerada de segunda o tercera clase, slo puede
ser abierta en casos especiales, mientras que la correspondencia de primera
clase puede ser confiscada y archivada. Es lgico que quienes se dedican a
actividades delictivas, como los negociantes en pornografa, vendedores de
billetes de carreras de caballos, mercachifles de droga y otros por el estilo,
utilicen medios de comunicacin diferentes.
Pero quin est detrs del sistema El Diablo de Jersey? insisti
Leopold.
Dexter Jones se demor encendiendo su pipa.
Se trata de un hombre llamado Corflu, propietario de una Compaa
de camiones en Nueva Jersey. Yo nunca le he conocido, pero me han dicho
que es un personaje muy pintoresco.

77
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Leopold se incorpor. Por lo visto, all ya no haba nada ms que


averiguar sobre El Diablo de Jersey.
Muchas gracias por recibirme, profesor. Ha sido muy interesante.
Jones le ofreci una ltima sonrisa.
Ha sido un placer poder ayudar a la Polica.
Cuando se diriga hacia su coche, atravesando los charcos que haban
originado las lloviznas de marzo, Leopold pensaba en una cosa: en el
nombre Oscar Bailey, el cual vio garabateado sobre el bloc de notas con el
que Jones haba estado jugueteando.
Durante los dos das siguientes no hubo novedades; Leopold ya casi ni
se acordaba de El Diablo de Jersey, e intentaba mantenerse ocupado con la
mayor cantidad posible de trabajo de oficina.
Era viernes por la maana, cuando Fletcher entr en la oficina de
Leopold y le lanz aquella noticia inesperada.
Cmo se encuentra el brazo, capitn?
Pesado.
Si mal no recuerdo, usted dijo que haba hablado con un tal profesor
Dexter Jones, por el asunto de aquel extrao sello.
As es. Qu pasa con l?
Nada, excepto que fue asesinado anoche. Al parecer, Jones se haba
quedado a trabajar hasta tarde en el campus universitario. Se march a su
casa a eso de las once, y sobre su escritorio dej algunos papeles reactivos.
Tena el auto aparcado en el parque de estacionamiento, y por lo visto
alguien le estaba esperando all. Le dispararon dos veces en el pecho.
Robo?
No, a no ser que el sujeto se haya asustado.
Jones vivi lo suficiente como para decir algo?
Ni una palabra. Muri en el momento.
Qu hay de su vida privada?
Se divorci hace muchos aos. Su mujer y su hijo viven en algn lugar
de la Costa Oeste. Era bastante popular entre el cuerpo docente y los
estudiantes.

78
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Chicas?
Nada en ese aspecto. No era de los que se complican la vida con sus
alumnas, si es eso lo que usted est pensando.
Leopold record la conversacin con el simptico hombre de la pipa, y,
en cierto modo, se sinti algo responsable de lo ocurrido. Hubo algo que l
podra haber hecho? Le haba preguntado algo inconveniente, o dej de
hacerle las preguntas correctas?
Creo que trabajar contigo en este caso le dijo a Fletcher. Siento
que ya formo parte de l.
No creo que debiera, capitn, por su brazo.
Tonteras! No me quedar aqu sentado, pudrindome durante un
mes. Adems, es posible que tenga una pista que pueda ayudarnos. Y le
habl a Fletcher del nombre que estaba escrito en el bloc de apuntes.
Creo que es hora de que tenga una charla con Oscar Bailey.
Leopold ya haba adquirido bastante prctica en conducir con una sola
mano, a pesar de que en ese estado hubiera preferido no ir a ninguna parte.
Regresar al lugar de su percance, motiv en l una leve sensacin de temor,
por lo que puso gran cuidado al subir la escalera que haba frente a la casa
de Bailey.
El alto y maduro coleccionista le recibi en la puerta, bastante
sorprendido.
Leopold, no es as? Capitn Leopold? Qu lo trae por aqu,
caballero?
Vengo para hacerle unas cuantas preguntas, si usted dispone de
tiempo. Es probable que todava no se haya enterado; pero la noche pasada
asesinaron a uno de sus colegas filatlicos: Dexter Jones, en el campus
universitario.
Jones! Dice que ha sido asesinado?
Retrocedi unos pasos y se hundi en una silla. Leopold entr detrs de
l y cerr la puerta.
Era usted su amigo, Mr. Bailey?
En realidad no, pero a mi edad la muerte de cualquiera es una
conmocin, un aviso de nuestra propia mortalidad. Quin le mat?
No lo sabemos. Cre que usted quiz podra darnos alguna idea.

79
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Bailey agit su nudosa mano.


Casi no le conoca. Hace algunos aos coincidimos en exposiciones de
sellos, y luego me llam una o dos veces para discutir ciertos aspectos de
unos valores en particular; pero a decir verdad, nos hemos visto muy pocas
veces. Hasta cierto punto ramos rivales, y por lo general en este negocio es
conveniente que los rivales se mantengan alejados unos de otros.
Entonces no sabra decirme si tena enemigos?
No.
Por casualidad no le telefone estos ltimos das?
No me... Oscar Bailey pareci titubear, entre la incertidumbre y la
mentira. S, ahora que lo dice, recuerdo que llam para preguntarme
sobre el robo, quera saber qu haba desaparecido.
No fue algo inusual, teniendo en cuenta que no eran amigos ntimos?
Oh, slo tena curiosidad, eso era todo. Supongo que deseaba
regocijarse con mi prdida.
No existe ninguna posibilidad de que los ladrones hayan querido
venderle sus sellos? Tengo entendido que la chica se escap con uno
hawaiano de mucho valor.
Todo es posible; pero no creo que trataran de venderlo tan cerca de mi
casa. Lo ms lgico es que lo vendiesen en Nueva York.
Leopold asinti. Aquello confirmaba sus propias conclusiones.
Luego, tenemos el asunto de El Diablo de Jersey. Estoy enterado de todo
acerca de ello, Mr. Bailey, as que no hay necesidad de que se muestre
evasivo.
No s nada sobre El Diablo de Jersey repuso Bailey.
Es curioso, ya que antes de que lo hubieran asesinado, Jones me dijo
que se trataba de un servicio postal privado, utilizado para actividades
ilegales.
El rostro de Oscar Bailey se enrojeci un poco.
Quiz sea as. Pero yo slo me intereso por los sellos, matasellos y
sobres. El sello del cual usted me habla cay por casualidad en mi poder, y
yo lo inclu en mi coleccin.
Conoce a un hombre llamado Corflu, un camionero de Nueva Jersey?

80
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Me parece que lo he odo nombrar. No lo recuerdo.


Leopold se dio cuenta de que no iba a llegar a ninguna parte. Bailey no
estaba dispuesto a hablar sobre El Diablo de Jersey con un detective.
Muy bien dijo. Gracias por su ayuda.
Har algo para recuperar mi sello hawaiano de dos centavos?
Leopold apenas le dirigi la mirada.
En primer lugar, voy a descubrir quin asesin a Dexter Jones.
Jimmy Duke, el ladrn de sellos, estaba en libertad bajo fianza, y hasta el
da siguiente Leopold no pudo localizarle en su apartamento, situado en
una parte ruinosa de la ciudad. El capitn se senta animado, ya que a
diferencia de otros das, ste era soleado y se podan percibir en el aire los
primeros indicios de la primavera. Hasta la pesada escayola de su brazo
izquierdo le resultaba soportable.
Duke, un hombre joven, cargado de espaldas, cabello negro y fino bigote,
no le reconoci.
Usted es otro de la Polica que viene a controlarme? No me he
escapado de la ciudad. Lo puede comprobar con sus propios ojos, agente.
Vengo a hacerle unas cuantas preguntas.
Cuando vio su escayola, Duke arrug la frente.
No es usted el tipo que se rompi el brazo al tratar de capturarme?
S, se soy yo.
Duke se qued pensativo, deformando otra vez su rostro con una mueca
distinta. A Leopold le haca recordar el enorme hocico de una rata.
Y qu quiere ahora?
La chica que estaba contigo. Dnde la puedo encontrar?
Joder, to, me tuvieron despierto toda la noche preguntndome sobre
la chica! Yo no s nada de ninguna chica!
Leopold se acerc a Duke.
Mira, calandrajo, yo estaba all, recuerdas? Escuch la voz de una
chica que te llamaba por tu nombre. En caso de que no leas los peridicos,
te dir que se escap con unos sellos muy valiosos.
Jimmy Duke baj la cabeza y dijo de mal humor:

81
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Yo no la conozco. Me la encontr en un bar, y ella se vino conmigo.


Cmo se llama?
No se lo pregunt.
Quin pag tu fianza?
Mi hermano de St. Louis.
Leopold lanz un suspiro.
Escucha, Jimmy, estoy tratando de conseguir alguna informacin.
El rostro de Duke se transform en algo que se asemejaba a una sonrisa.
As que ahora quiere los nombres de pila, eh? El cordial agente! Lo
suyo es pura palabrera, nada ms!
Duke, estoy investigando un asesinato. Hace dos noches un
coleccionista de sellos fue asesinado, y quizs est vinculado con tu robo.
Entonces t ya estabas fuera bajo fianza. Te gustara tener que enfrentarte
con una acusacin por asesinato?
Usted sabe que yo no mat a nadie! Las palabras le salieron
espontneas. Estaba asustado.
Si t no lo has hecho, quizs haya sido la chica. Quin es ella, Duke?
No lo s.
Si es tan buena amiga, por qu no ha compartido contigo el resto del
botn? Fue un palo de ciego; pero Leopold tuvo la impresin de que era
verdad.
Jimmy Duke medit sobre aquello. Busc atolondrado un cigarrillo y
finalmente dijo:
Muy bien, agente. Se llama Bonnie Irish. Por lo menos, se es el
nombre que usa. Trabaja de chica go-go en algunos cabarets de la ciudad.
Dnde vive?
Comparte un piso con otras amigas; pero no pierda el tiempo, aquella
misma noche abandon la ciudad. Lo ms probable es que est en Nueva
York, tratando de vender el sello por treinta o cuarenta de los grandes; eso
es lo que vala, segn los peridicos.
Leopold asinti con la cabeza. Algo le deca que aquel hombre con cara
de rata estaba diciendo la verdad.

82
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

No desaparezcas. Quiz te necesitemos otra vez.


No se preocupe, agente. Estar aqu hasta el da del juicio.
Durante los siguientes tres das, detectives y policas buscaron en la zona
a una bailarina llamada Bonnie Irish. Pareca que se la haba tragado la
tierra. El sello hawaiano de dos centavos no apareci en ninguno de los
circuitos conocidos de Nueva York, y Oscar Bailey se mostraba cada vez
ms intranquilo.
Llama dos veces al da le coment Fletcher a Leopold el martes por
la maana. Aunque supongo que no podemos reprochrselo.
Fletcher, este caso hace que me sienta curiosamente frustrado.
Todava no tenemos ninguna pista sobre el asesinato de Jones?
No hay nada. S que a usted no le convence, capitn; pero yo creo que
el asesino era un atracador que se asust, dndose luego a la fuga. Es lo
nico que encaja. Jones no posea ninguna clase de enemigos.
Quiz tengas razn, Fletcher. Ojal lo pudiera saber.
El mircoles, el brazo escayolado de Leopold comenz a dolerle. Por tal
motivo se senta inquieto, irritable y con ansia de hacer algo. Por ltimo,
llam a Fletcher a su oficina y le dijo:
Ir hasta Jersey para hablar con ese Mr. Corflu sobre su sistema postal
privado.
Algo que haba visto en un informe sobre la compaa de telfonos, le
hizo recordar a Corflu.
Disclpeme, capitn; pero no debe hacerlo. Ya ha estado conduciendo
demasiado con un solo brazo. Fletcher baj las enrolladas mangas de su
camisa y se aboton los puos. No tengo ninguna pista que seguir, as
que creo que podr llevarle yo mismo. Est seguro de que la Polica de
Jersey no se molestar?
Leopold, accediendo de mala gana al ofrecimiento de Fletcher de
llevarle, le contest:
No vamos a arrestar a nadie. Si ese Corflu est violando las leyes
gubernamentales, los encargados de cogerle debern ser los del
Departamento de Correos. A m slo me interesa el asesinato de Dexter
Jones, y de ese asunto es del que quiero hablar.

83
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Cree realmente que Corflu mand matar a Jones, debido a que le


cont a usted lo de El Diablo de Jersey?
Admito que es algo trado por los pelos; pero lo cierto es que Bailey
tiene miedo a hablar de ello.
El trfico de aquella maana nublada era escaso, y por lo tanto, tuvieron
un rpido viaje. Las oficinas de la Compaa de Camiones Corflu se
encontraban en las afueras de Paterson, en un almacn bajo e irregular que
haba sido reformado para dar cabida a una moderna flota de camiones
diesel. Esto caus impresin en Leopold y Fletcher, pero se sintieron an
ms impresionados por el mismo Benedict Corflu.
Les salud desde debajo de una camioneta que estaba echando humo,
mientras el motor pareca ahogarse. Vesta una camisa y un pantaln
manchados de grasa.
Estar con vosotros en un minuto grit por encima del intermitente
ruido del motor. Si haban pensado encontrarse con un rey del crimen en su
lujosa oficina, sin duda se haban equivocado de sitio.
Cuando por fin sali, pasndole una llave a uno de los hombres,
demostr ser una persona madura, de cuya cabellera slo quedaban dos
mechones de pelo anaranjado sobre las orejas. Sobresalan como dos
cuernos, y Leopold tuvo la fugaz sensacin de que se encontraba frente al
mismsimo Diablo de Jersey.
En qu puedo serles til, colegas? pregunt, limpindose las manos
de grasa con un trapo sucio. Era difcil deducir su edad o identificarle con
precisin, pero a Leopold le pareci que deba andar por los cincuenta. Al
caminar ladeaba un poco el cuerpo hacia un lado, quiz debido a una
antigua lesin.
Hay algn sitio en el cual podamos hablar en privado, Mr. Corflu?
En mi despacho. Aqu arriba.
Les condujo por una escalera de caracol de madera hacia la planta de las
oficinas, que quedaba justo encima del garaje. Una docena de muchachas
estaban atareadas en su trabajo rutinario, y apenas alzaron la vista cuando
pas Benedict Corflu.
Su despacho, que daba al parque de estacionamiento de los camiones,
era pequeo y funcional, con estantes repletos de papeles y publicaciones
peridicas. Sobre la pared, detrs de su escritorio, haba un gran mapa del

84
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

rea metropolitana de Nueva York, que abarcaba desde el sur de


Newburgh hasta Trenton, y desde la frontera estatal de Pennsylvania hasta
el este de New Haven.
Es sa su rea de operaciones? pregunt Leopold, sealando hacia
el mapa.
Benedict Corflu asinti.
Todo lo que se encuentra a ochenta kilmetros de Manhattan, adems
de algunos puntos dispersos ms lejanos. Esboz una sonrisa. Aunque
creo que vosotros no habis venido para hablar de acarreos.
Es verdad reconoci Leopold. Cmo lo sabe?
El coche en el que habis venido tiene chapa de Connecticut. Tambin
lleva un radiorreceptor policial.
Yo soy el capitn Leopold y ste es el teniente Fletcher. Estamos
investigando un robo y un asesinato que quizs estn relacionados. Existe
la posibilidad de que usted nos ayude en la investigacin.
Oh, lo dudo.
Leopold se limit a sonrer, y adelantndose, coloc sobre el escritorio el
sello El Diablo de Jersey, protegido por un pequeo sobre de papel cristal.
Quisiramos hablar sobre esto.
Benedict Corflu alz despacio sus ojos, y los dos mechones de pelo
parecan ms erizados que nunca.
Y qu?
Tenemos entendido que usted maneja un servicio postal privado, que
compite ilegalmente con el Gobierno de los Estados Unidos.
Leopold esperaba que sus palabras le haran reaccionar de cualquier
manera, desde una total negativa hasta un estado de nerviosismo y
confusin. Pero no estaba preparado para la reaccin que obtuvo.
Corflu se recost en su silla y dijo:
Por supuesto! Se trata de algo que est en conocimiento de mucha
gente del Gobierno. Durante la gran huelga de Correos, incluso levantaron
temporalmente las restricciones para que yo pudiese operar legalmente. En
la actualidad, la Oficina de Correos alquila algunos de mis camiones para
hacer el reparto de correspondencia fuera de la ciudad de Nueva York.

85
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Todo eso puede ser posible; pero me cuesta creer que ellos toleren la
emisin de sellos postales privados como ste.
Corflu agit su grasienta mano, en desacuerdo.
Tonteras! Los sellos slo son un smbolo externo. Yo proporciono un
servicio; un servicio necesario. Acaso no sabis que en Amrica la
correspondencia, incluso la de primera clase, puede ser abierta y
confiscada? Sabais que una carta lacrada de primera clase puede ser
retenida por las autoridades durante ms de un da, mientras se espera una
orden de registro para poder abrirla? El Tribunal Supremo hasta ha
autorizado esta prctica por considerarla constitucional! Qu clase de
garantas le quedan al ciudadano corriente? Existe alguna proteccin para
la reserva privada ms elemental?
Quin la necesita? Los elementos del crimen? No es a ellos a
quienes sirve con su sistema postal?
Yo presto servicios a todos los que an creen en el derecho a la vida
privada. El Gobierno me permite actuar fuera del marco de la ley, por el
mismo motivo que hace la vista gorda a numerosas cuentas bancarias en
Suiza y a destileras ilegales. Nuestras operaciones slo suman un
porcentaje mnimo del volumen total, y creo que excluirnos del negocio
resultara mucho ms difcil de lo que parece. Las operaciones especficas
que yo dirijo estn planeadas con sumo cuidado, y se trata de llevarlas a
cabo de manera tal que pongan en tela de juicio a las leyes, antes que
violarlas abiertamente. Mi arresto significara penetrar en un laberinto de
problemas legales, el cual estoy dispuesto a aprovechar al mximo.
Leopold se senta desconcertado, escuchando a un hombre que se jactaba
de infringir la ley, y que casi estaba desafiando a que lo arrestaran.
No he venido por su sistema postal le dijo. Vengo a causa de un
asesinato.
Caracoles! Quin ha sido asesinado?
Un coleccionista de sellos llamado Dexter Jones la semana pasada, en
Connecticut. Algunas noches antes, otro coleccionista, Oscar Bailey, fue
vctima de un robo. Creo que ambos delitos estn vinculados. Uno de los
sellos robados de la casa de Bailey era El Diablo de Jersey.
Corflu asinti con la cabeza.

86
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Lo he ledo en alguna parte. Ahora que usted lo menciona, creo


recordarlo. Pero los peridicos no han dicho nada sobre El Diablo de Jersey,
lo que s mencionaban era que an no se haba recuperado un sello
hawaiano de dos centavos muy valioso.
As es.
Cul es su valor? pregunt Corflu.
Quizs unos treinta o cuarenta mil dlares.
Me temo, capitn, que mis pobres Diablos de Jersey nunca se cotizarn a
ese precio.
Queremos el sello de vuelta, Mr. Corflu, y tambin queremos al
asesino de Dexter Jones.
Y por qu vienen a m?
Porque segn el registro de la compaa de telfonos, Jones tuvo con
usted una conversacin telefnica el da antes de haber sido asesinado, y un
da despus de haberme revelado lo de El Diablo de Jersey.
Benedict Corflu se mantuvo en silencio, tal vez considerando las
posibilidades de su contestacin. Finalmente, dijo:
S, es cierto. Nunca conoc personalmente a Dexter Jones; pero hemos
hablado en algunas ocasiones por telfono. Me sent muy apenado al
enterarme de su muerte.
Por qu le llam ese da?
Como coleccionista. Jones estaba interesado en la emisin del sello El
Diablo de Jersey. Me haba llamado ya un par de veces; pero en esta ocasin
le preocupaban dos cosas. En primer lugar, quera ponerme sobre aviso
acerca de que un detective le haba hecho algunas preguntas sobre el sello
del El Diablo. Supongo que era usted.
Leopold asinti.
Qu ms dijo?
Que una persona le fue a ver para informarse sobre el sello hawaiano
de dos centavos. Esta persona aleg que quera saber cmo era exactamente
aquel sello, ya que en los peridicos no publicaban ninguna fotografa.
Sabe si esa persona era una muchacha?

87
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

No me lo dijo. Slo me coment que se senta envuelto en algn


asunto. Por lo visto, Jones le dijo a esa persona que necesitaba ver el sello
para tener seguridad y que no saba si deba llamar a Bailey para
prevenirle. Ambos eran rivales, ya lo sabis, y creo que Jones incluso se
deleitaba con el robo. No obstante, no quera complicarse la vida.
Le llam para pedirle consejo?
En cierto sentido, s. Corflu sonri al recordarlo. Jones era un
hombre honesto; pero hasta los hombres honestos pueden caer a veces en la
tentacin. En realidad, yo creo que l me estaba tanteando para saber si en
el mercado haba alguna posibilidad de colocar el sello robado. Hasta me
parece que tiene cierta lgica; un hombre que imprime sellos ilegales,
podra estar interesado en comprar sellos robados.
Se lo expuso con tanta claridad?
No, no. Pero era evidente la insinuacin. l se arriesgara a tener un
sello robado en su poder si estaba seguro de que haba un comprador.
Y usted qu le dijo?
Benedict Corflu volvi a sonrer.
Yo le suger que llamara a Bailey o a la Polica. Le advert que no se
comprometiera.
Un consejo de ciudadano observante de la ley.
Sin duda lo soy.
No tuvo ms noticias de Jones?
No. Pero vosotros ya lo sabis. Disponis de una lista con todas sus
llamadas.
Leopold se puso de pie. El brazo escayolado otra vez le estaba doliendo,
fastidindole al no dejar de recordar su presencia.
Quiz sea posible que tengamos ms preguntas, Mr. Corflu.
Mi puerta siempre est abierta.
Cuando regresaban por la carretera Garden Gate, les pareci que uno de
los camiones de Corflu llevaba un buen rato siguindoles. Esto puso
nervioso a Fletcher, quien sac su revlver de servicio calibre 38 y lo
mantuvo en su regazo hasta que el camin gir en la frontera estatal. Se
trataba de un da de sos...

88
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Durante una semana no hubo ninguna novedad.


Leopold nunca se haba enfrentado a un caso as, y cada da que pasaba,
su total frustracin iba en aumento. No haba ningn rastro de la chica, ni
del sello que faltaba. Tampoco tuvieron nueva informacin sobre El Diablo
de Jersey. Oscar Bailey continuaba llamando cada da, y Jimmy Duke segua
viviendo solo, en espera del juicio.
Para Leopold estaba claro que Dexter Jones haba sido asesinado por
Bonnie Irish, o por Jimmy Duke, cuando les dijo que seguira el consejo de
Corflu y que iba a llamar a la Polica; pero lo evidente no siempre
solucionaba un caso, y haba otra posibilidad que daba vueltas por la
cabeza de Leopold. Tenan slo la versin de Corflu para conocer el
contenido de aquella conversacin telefnica. En efecto, quiz Jones obtuvo
el sello hawaiano de dos centavos de Bonnie Irish y luego se lo envi a
Corflu. Un hombre como aqul bien poda haberle matado antes que
pagarle el precio del sello.
As que Leopold continu buscando una solucin a los hechos, o a su
carencia, mientras esperaba alguna oportunidad, que tarde o temprano
siempre apareca.
Esta coyuntura provino de la fuente ms inesperada: Benedict Corflu le
llamaba por telfono desde su oficina de Paterson.
Leopold, soy Corflu. Me recuerda?
Le recuerdo.
Tengo algunas noticias que quiz puedan interesarle.
No me diga.
Se trata de una cierta seorita llamada Bonnie Irish. An le estn
siguiendo la pista?
Leopold le indic a Fletcher que cogiera la extensin telefnica.
Por supuesto que s! Dnde se encuentra?
Se ha puesto en contacto con un amigo mo de Nueva York. Tiene
algunos sellos para vender.
Me lo supona! Quizs el sello hawaiano de dos centavos?
se en particular no fue mencionado; pero s los otros que le fueron
robados a Bailey. No hay duda de que es la chica que usted est buscando.

89
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Dnde se encuentra ahora?


Corflu suspir en el telfono.
Eso no se lo puedo decir. Pero pasado maana ella se encontrar con
mi amigo en Nueva York.
l est dispuesto a cooperar con la Polica?
Cuando le dije que mediaba un asesinato, pens que eso era lo mejor.
Tambin quiere que yo est all, cuando se encuentre con la muchacha.
Dgame usted dnde y cundo pidi Leopold, que por primera vez
en unas semanas, se haba olvidado por completo de su brazo roto.
Las oficinas de la Royal Stamp Sales se encontraban en pleno
Manhattan, en una sombra calle al lado de la Sexta Avenida, detrs de unos
escaparates atiborrados de sellos descoloridos de todo el mundo y
probablemente sin ningn valor. Era un sitio al que ningn transente le
podra prestar atencin, pero aquella maana en particular, haba bastante
actividad. El amigo de Corflu, alegando padecer del corazn, acept ser
remplazado detrs del mostrador por Corflu, quien sin rastros de grasa,
vesta inesperadamente una clsica camisa y corbata. Tambin estaban en
escena dos detectives de la ciudad de Nueva York, trabajando como
empleados detrs del mostrador. Si hubiera que hacer algn arresto, ellos
se encargaran de llevarlo a cabo.
Leopold haba quedado relegado a un puesto de observacin, en el
vestbulo de un hotel al otro lado de la calle, pero Fletcher desempeara un
papel principal en la redada. Vestido como un cartero, con un gorro
puntiagudo y una bolsa postal de cuero, entrara en la tienda de sellos
inmediatamente despus que la chica, obstruyndole de esta forma la va
de escape.
Me siento ridculo con este atuendo se quej Fletcher, parado junto a
Leopold en el vestbulo del miserable hotel.
Pero podrs seguirla sin que ella se alarme. Recuerdas lo que escribi
Chesterton en una de sus historias policiales del Padre Brown?: Por alguna
razn, nadie repara en el cartero. Se trata de una gran verdad, excepto
cuando estn de huelga. Con la mano sana, asi el brazo de Fletcher.
No ser aqulla?
Una muchacha de unos veinte aos, que sin duda tena un cuerpo de
bailarina, pasaba por la acera de enfrente, examinando la numeracin de las

90
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

tiendas. Fletcher se arregl la gorra y sali por la puerta del vestbulo. Al


llegar a la entrada de la Royal Stamp Sales, la muchacha se detuvo un
momento, por lo visto para tomar nimos, y luego entr. Fletcher se
encontraba a unos cuantos pasos de ella.
Leopold aguard con impaciencia, repasando con su mano derecha la
maciza escayola. Debi haber pasado menos de un minuto, pero a l le
parecieron cinco. Se maldijo por lo bajo, y despus ech a andar. Haba
bastante trfico en aquella noche, por lo que tard un poco en cruzarla. No
poda ver nada a travs de los sucios escaparates de la tienda de sellos, pero
en el mismo instante en que lleg all, la puerta se abri de golpe y la chica
sali corriendo, con una pequea pistola en su mano.
Al ver a Leopold quiso alzar el arma, pero ste la hizo volar de su mano
con un golpe de escayola, sintiendo instantneamente un terrible dolor en
su brazo roto debido a la fuerza del impacto. El pnico se apoder del
rostro de la chica y gir sobre s misma para salir corriendo, pero detrs de
ella se encontraba ya Fletcher, con cartera y todo, y la inmoviliz con un
fuerte abrazo de oso.
Nos cogi por sorpresa, capitn explic Fletcher. No me imagin
que pudiera ser tan hbil con la pistola.
Mientras recoga el arma del suelo, Leopold dijo entre gruidos:
Miss Bonnie Irish, supongo?
Ella trat de librarse del abrazo de Fletcher y dijo con desprecio:
Vyase al infierno!
En el interior de la tienda, Benedict Corflu y los dos detectives de Nueva
York, estaban clasificando la pequea pila de sobres de papel cristal que
ella haba dejado sobre el mostrador.
Estn todos? pregunt Leopold.
Todos, menos el de dos centavos hawaianos respondi Corflu. No
se halla aqu.
Leopold lanz un juramento y observ la pistola que tena en su mano.
Bien, tenemos a Bonnie Irish; pero eso es todo. Esta pistola es de
calibre veintids, y Dexter Jones fue asesinado con una del treinta y dos.
El caso volvi a estar otra vez en un callejn sin salida, slo que esta vez
pareca que nada iba a sacarlo de all. Bonnie Irish negaba toda relacin con

91
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

el asesinato de Jones, y nicamente la podan retener por haber participado


en el robo de la casa de Bailey. El sello hawaiano de dos centavos segua sin
aparecer, y Oscar Bailey continuaba exigiendo que lo recuperasen. Benedict
Corflu volvi a su negocio de camiones, y por lo visto tambin a su sistema
postal privado.
Finalmente, una soleada maana de abril, Fletcher pregunt:
Capitn, cree que tendremos que dar por cerrado el caso del asesinato
de Jones?
An no ha pasado siquiera un mes, Fletcher. Pronto se presentar
algo. Si al menos esa chica diera su brazo a torcer y nos dijera qu es lo que
hizo con ese condenado sello...
Es probable que nunca haya sido robado. Quiz Bailey lo incluy en el
botn para cobrar el seguro.
Crees que no lo he pensado? gru Leopold.
O quiz la muchacha se lo haya devuelto a Jimmy Duke y ste lo tenga
en su poder.
No, le hemos estado vigilando. Ella no se le ha acercado antes de que
la hubiramos arrestado, y tampoco ha sido capaz de conseguir el dinero
para salir bajo fianza.
As que a dnde nos conduce todo eso, capitn? inquiri Fletcher
fatigado.
A ninguna parte. Supongo que otra vez tendremos que considerar
nuestra teora del atracador.
Leopold revolvi algunos papeles y pareca bastante infeliz. Al cabo de
un rato, Fletcher pregunt:
Cmo se encuentra su brazo? No es ya hora de que le quiten la
escayola?
Espero que maana, pues tengo que ir a ver al doctor Ranger.
Al otro da, Leopold lleg al consultorio del doctor quince minutos ante
de lo previsto. Estaba ansioso por saber cmo estaba su brazo, ansioso por
liberarse del pesado yeso y volver a sentirse un hombre completo.
Cmo lo ha pasado? le pregunt al entrar el sonriente doctor
Ranger.

92
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Esta vez tena puesta una chaqueta blanca y su imagen se asemejaba


mucho ms a la de un doctor, en contraste con la que haba conocido
Leopold en su primera visita nocturna.
Me encontrar mejor cuando me haya quitado esta cosa.
Ya veremos.
Ranger cogi una pequea sierra elctrica y se puso a trabajar sobre la
escayola. Primero hizo una serie de pequeos cortes, para guiarse al
aserrar, y luego cort ms profundo. Leopold poda sentir la sierra sobre su
piel mientras sta rompa el yeso.
Ha habido algn asesinato interesante ltimamente?
Uno que me tiene bastante confuso. Desde la noche en que me romp
el brazo no hizo ms que complicarse.
No me diga. El doctor Ranger hizo otro corte del lado opuesto de la
escayola y comenz a separar las partes. No se tratar de aquel profesor
universitario que ha salido en los peridicos? Jones?
El mismo.
Tiene alguna pista de quin lo haya hecho? Le quit la moldura y
Leopold observ su delgada y horrible mueca. No la mueva le
advirti Ranger. Se trata slo de un examen. Debo hacerle otra
radiografa.
Ninguna pista continu Leopold, flexionando sus dedos.
Ranger se llev las dos partes desechadas de la escayoladura al cuarto
contiguo.
Ahora le har la radiografa. Coloc a Leopold debajo de la
mquina, cuidando de no moverle la mueca. Yo conoca a Jones un
poco, sabe? Aunque haca muchsimos aos que no lo vea.
A s?
Un hombre de cabellos grises, con gafas y una verruga en la nariz?
As era aquel tipo asinti Leopold.
Ya me pareca. Me lo encontr una vez en un congreso. Por eso le he
preguntado a usted sobre sus avances en el caso.
La mquina zumbaba mientras tomaba la radiografa.

93
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

No me lo poda haber mirado por el fluoroscopio?


Las radiografas sirven para su historial mdico, y adems, as se
expone a una menor cantidad de radiacin. Ranger regres en seguida
con las placas. Cree usted que es probable que Jones haya sido
asesinado por un asaltante?
Quiz. Cmo se ve ese brazo? Se han soldado bien los huesos?
El doctor sujet las radiografas en una vitrina iluminada.
La fractura an se nota mucho, pero todo esto es hueso que ha crecido.
Creo que tendremos que entablillarle por unas semanas. Ser para usted
mucho ms cmodo que una escayola.
Leopold le sigui hasta el cuarto de consultas.
Quiere decir que an no se ha soldado?
Todava no, pero no creo que deba desanimarse. Un entablillado para
mantener inmvil la mueca ser suficiente. Extrajo un trozo de yeso
cubierto por un pao y lo humedeci en agua caliente hasta que estuvo
maleable. Adaptaremos esto a la base de la mueca para que la sostenga.
Una vez que se enfre se pondr duro. Luego comenz a envolverlo con
una venda elstica.
Cuando termin, Leopold se incorpor y fue hacia el cuarto contiguo
antes de que el doctor Ranger pudiera decir nada.
Quera la escayola que acaba de quitarme manifest Leopold,
mientras iba en busca de las dos piezas. Deseo conservarla como
recuerdo.
El doctor Ranger continu sonriendo.
Me temo que eso ser imposible dijo, pasando por delante de
Leopold y abriendo con rapidez la gaveta del escritorio.
Leopold percibi el destello de una pistola con el rabillo del ojo, dio
media vuelta, golpeando con el pesado molde la mano de Ranger. El doctor
lanz un grito de dolor y la pistola se le cay al suelo.
Espero no habrsela roto, doctor dijo, poniendo el molde a un lado,
y extrayendo su propia pistola. Bien, ahora hablemos un poco sobre el
asesinato de Dexter Jones.

94
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

El teniente Fletcher trajo caf y lo coloc cuidadosamente sobre el


escritorio de Leopold.
Me lo puede explicar, por favor, capitn? Cmo diablos supo que el
doctor Ranger asesin a Jones?
Supongo que cuando intent sacar su pistola. Parece que ahora los
asesinos han perdido la costumbre de arrojar las armas al ro, Fletcher. Pero
supongo que se senta muy a salvo.
Pero, por qu mat a Jones?
T mismo me habas dicho que Ranger deba pasarle una pensin a
sus dos esposas. La perspectiva de poder obtener treinta o cuarenta mil
dlares le debi de parecer tentadora, y cuando Jones lo amenaz con
poner al descubierto el asunto del sello, Ranger tuvo que matarle.
El sello? Se refiere al hawaiano de dos centavos?
Leopold asinti.
Pero, dnde estaba?
Leopold levant la mitad de la pesada escayola y tir de un extremo de
la venda de algodn.
Aqu mismo, Fletcher. He estado llevando el sello de un lugar a otro
durante cuatro semanas sin enterarme de ello.
Dentro de la escayola! dijo, contemplando el antiguo y tosco sello.
Recuerdas cmo estaba de embarrada mi mueca la noche en que me
ca y me la fractur? Y te acuerdas cmo encontraron los sellos esparcidos
por el barro que se haban cado del bolsillo roto de Duke? Cuando me
apoy en el suelo, este sello, con su sobre protector, se adhiri con el barro a
la parte de abajo de mi mueca rota. Debido al dolor y a la tirantez no lo
pude percibir, y tampoco poda girar la mueca para ver si se encontraba
all. De todas formas, nunca lo hubiese distinguido en la oscuridad. El
doctor Ranger lo encontr cuando me estuvo limpiando el barro, antes de
arreglarme los huesos. Quiso la suerte que aquel sello fuera el ms valioso
de todos. Por supuesto, Ranger no lo saba entonces. Record cuando l dijo
que el robo tena que haber sido en casa de Bailey. Estaba muy seguro de
ello, y yo slo le dije que se haba producido en la otra manzana. Tena
tanta seguridad porque vio el sello de correos colgando de mi brazo.
Pero por qu lo puso dentro de tu escayola?

95
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Se trat de un acto impulsivo, por supuesto. Vio que el sello era un


hawaiano de dos centavos, y tambin su diseo y su color, pero no poda
saber que era tan cotizado. Quiz podra valer tan slo cinco dlares. No
quera quedarse con l, cometiendo as un robo, hasta que no supiera ms;
y se cuid muy bien de no entregrmelo, por si acaso fuera muy valioso.
As que lo escondi entre los vendajes de algodn para protegerlo y luego
lo cubri con el yeso. Saba que yo tendra que regresar para quitarme la
escayola, y para entonces l ya se habra informado mejor. Entonces elegira
si quedarse con el sello, destruirlo, o incluso pretender encontrarlo al
levantarme la escayola.
Y qu pas con Jones?
Llam a Jones para que le informara sobre el valor del sello porque
recordaba haberlo encontrado una vez en un congreso, o quiz porque la
Biblioteca Pblica le dio sus seas. Despus de lo sucedido no poda llamar
a Bailey. Pero Jones tuvo, por el peridico, noticia del sello perdido y
adivin que el buen doctor no le estaba haciendo una pregunta hipottica.
Al principio plane ayudar a Ranger a vender el sello, pero hubo dos cosas
que le hicieron cambiar de parecer. En primer lugar, yo fui a verle por
motivo de El Diablo de Jersey, cosa que lo atemoriz, y luego Corflu le
aconsej que contara todo a la Polica. Cuando le dijo a Ranger que iba a ir
a la Polica, el doctor vio que sus cuarenta mil dlares se le escapaban de las
manos. Al saber nosotros que Ranger estaba implicado en el asunto, de
algn modo hubiramos sospechado que el sello haba ido a parar a su
consultorio mediante mi brazo roto. As que fue a la Universidad y mat a
Dexter Jones.
As de simple?
As de simple. Sin embargo, yo no comenc a sospechar de l hasta
esta maana en su consultorio. Me cont que haba conocido a Jones
muchos aos atrs, y me lo describi. Dijo que Jones tena una verruga en la
nariz. Probablemente, en la oscuridad del parque de estacionamiento le
pareciera eso; pero en realidad se trataba de una quemadura que se haba
hecho la misma maana en que fui a visitarle. Por lo tanto me di cuenta de
que Ranger le haba conocido un poco antes de su muerte y que me estaba
mintiendo por alguna razn. Luego record su seguridad, cuando aquella
noche acert con lo del robo en la casa de Bailey, y cmo se apresur a
poner fuera de mi vista la escayola una vez que me la hubo quitado. Corr

96
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

el riesgo y le pregunt si poda quedrmela. En ese momento, perdi todo


su aplomo y sali en busca de la pistola.
Y todo por un simple sello de correos reflexion Fletcher. Vaya,
por lo menos el caso ha sido solucionado y a usted le han quitado la
escayola del brazo, capitn.
Leopold estir el brazo sobre el escritorio para tocarla.
Sabes, creo que la echo de menos. Hubo momentos en los que me fue
muy til.

97
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

6
EL APARTAMENTO SOBRE EL GARAJE
JOYCE HARRINGTON

Aunque no se aconseje de corazn, quiz sea sta


una manera de resolver un problema fastidioso.

No s por qu debo sentirme de este modo dijo Sylvia Hawkins


mirando absorta el resto del caf fro en su taza. Estos das he estado
tomando demasiado caf, y ahora me hablo a m misma concluy
lanzando un suspiro.
Sylvia se levant con fatiga de la mesa de la cocina y derram el amargo
brebaje en el fregadero. Enjuag la taza y abri el lavavajillas. La puerta se
le escap de los dedos mojados, dejando caer la taza, que se estrell contra
el suelo.
Otra ms, no exclam con voz quejumbrosa. Era la tercera taza de
caf que rompa en lo que iba del mes. Una se haba quebrado en el traslado
desde San Francisco. La semana pasada, misteriosamente, otra se separ de
su asa mientras se serva caf caliente. Y ahora sta. Las tazas deban tener
mal de ojo. Se imagin a Judy dndole un regalo aojado el da de su
mudanza. Sylvia suspir otra vez y fue a buscar la escoba y el recogedor.
Recordar a Judy, enfrascada en los tanteos de su primera maternidad, le
ocasion una punzada de arrepentimiento. A Sylvia le hubiera gustado
estar cerca de ella; no para entrometerse, sino simplemente estar all,
observando crecer a su nieto y ayudar a Judy en las tareas ms pesadas. En
cambio, se encontraba a ms de cuatro mil kilmetros de distancia, tratando
de establecerse en su nueva casa, orientndose en una comunidad
diferente, mientras John se enfrentaba al desafo de un puesto mucho ms
elevado en la Compaa.

98
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Qu se le iba a hacer, aquello haba sido la constante de sus vidas


durante ms de veinte aos. Siete ciudades distintas; siempre unos pocos
aos en cada lugar. No era de extraar que Judy se hubiese arraigado, se
hubiera casado con un residente de California, y no desease salir de all por
nada del mundo.
Jody, por otra parte, haba nacido nmada. El mundo era su patio
trasero. Eran un par de mellizos completamente distintos. En estos
momentos, Jody, que haba abandonado la Universidad de Stanford, se
encontraba en algn lugar de Sudamrica enseando a una tribu de indios
a alimentarse mejor, a cultivar la tierra ms productivamente, y a usar
zapatos.
Con un sobresalto, Sylvia se dio cuenta de que estaba apoyada sobre la
escoba, mientras la pala esperaba repleta con los fragmentos de la taza que
se haba escapado de sus torpes dedos.
Otra vez soando. A miles de kilmetros de distancia, pens.
A miles de kilmetros de distancia, pero con los ojos puestos en la
ventana de atrs, fijos en el garaje de ladrillos rojos que haba cruzando el
csped. O mejor dicho, en las ventanas superiores del garaje: las lisas
ventanas blancas con las persianas bajadas.
Me pregunto si Mrs. Pickens estar inventando alguna nueva queja.
Sylvia hizo una mueca de disgusto y vaci los restos de la taza rota en el
cubo de la basura.
Pon la escoba y el cogedor en su sitio, se dijo en tono meditativo.
Era curioso cmo constantemente tena que decirse lo que deba hacer a
continuacin.
Vagando por la planta baja de la casa, Sylvia se vio atrada por su imagen
reflejada en el alto espejo, colgado en la sala de estar sobre el hogar de la
chimenea. Se detuvo para observarse. Realmente tena tan mal aspecto? El
espejo era antiguo y distorsionaba ligeramente, pero con todo... Los viejos
pantalones marrones que vesta para trabajos diversos estaban arrugados y
sucios, y a su desteida blusa le faltaba un botn. Dejaba mucho que
desear. Tena en realidad los hombros tan cados? Estaba su rostro tan
avejentado? No avejentado exactamente, sino agriado. Se acerc un poco al
espejo y esboz una sonrisa vacilante.

99
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Oh, no! Es peor an. Falta maquillaje, sa es la razn. Ir a


maquillarme un poco.
En el piso superior, Sylvia se quit los arruinados pantalones y la vieja
blusa. Los dej amontonados en el suelo del dormitorio. Del ropero eligi
un vestido rosa brillante, pero pareca apretarle un poco en la cintura.
Estoy soando, o es que a mi edad me estoy convirtiendo en una
hippy?
La imagen reflejada de cuerpo entero en el espejo del ropero no menta.
Incluso se poda percibir una leve prominencia en el abdomen. Sylvia ech
los hombres hacia atrs y se par erguida.
Eso est mejor. No es perfecto, pero est mejor.
Sentada ante su tocador, cercano a la ventana, la intensa luz de la
maana le hizo descubrir las arrugas alrededor de sus ojos y las diminutas
bolsas debajo de su mentn. El vestido rosa le otorgaba color hasta su
garganta; pero el rostro no poda ocultar su aspecto amarillento y
atemorizado. Atemorizado?
Pero, de qu tengo miedo? De volverme vieja? Eso es absurdo. Soy
Sylvia Hawkins, tengo cuarenta y seis aos y estoy en buena forma. Lo que
sucede es que me encuentro un poco cansada, eso es todo.
Con rapidez introdujo sus dedos en un tarro de crema para la cara y se la
embadurn con aquella sustancia pegajosa y aromtica. Se masaje,
palmoteo y pellizc hasta que sinti su rostro estimulado debajo de la
mscara de pasta blanca. Con los dedos dibuj crculos sobre sus mejillas e
hizo algunas muecas grotescas ante el espejo, rindose fuertemente, casi en
un acceso de histeria.
El timbre invadi la silenciosa casa con un ruido agudo y penetrante.
Oh, maldicin! Espere un minuto.
Se limpi rpidamente la crema y corri a la puerta, sintiendo su rostro
brillante y grasiento.
Lamento molestarla dijo la desmaada criatura.
Aquel rostro parecido a un bollo masticado no demostraba ninguna
pesadumbre, y sus ojos como uvas pasas escudriaban con inters sobre el
hombro izquierdo de Sylvia. Vesta un abrigo de lana de mala calidad, color

100
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

rojo purpreo con tres botones chillones, y llevaba puesta una peluca negra
marca Dynel.
Oh, Mrs. Pickens. Buenos das. No quiere entrar?
No, no tengo tiempo. He de ir a trabajar. No puedo permitirme el lujo
de llegar tarde. Ni me es posible perder las maanas dedicndome a
tratamientos de belleza. Qu precioso vestido. Tan juvenil.
No. S. Gracias.
Sylvia se sinti disminuida ante la andanada de apreciaciones
envidiosas. Por lo general, saba defenderse en las agresiones sutiles; pero
el odio y la envidia de aquella mujer eran tan evidentes, y sus armas tan
pobres. Sylvia se comport con correccin y trat de demostrar un poco de
simpata hacia la enjuta criatura.
Qu puedo hacer por usted, Mrs. Pickens?
Oh, no cuento con que usted pueda solucionarlo. Pero quiz llegue a
ser capaz de conseguir que alguien lo arregle. Cuando Mr. Pickens viva,
nunca dejaba que las cosas se deterioraran tanto. Siempre las reparaba en
seguida. Se trata de la ventana del cuarto de bao. Ha estado trabada
durante todo el invierno, y ahora que ha llegado la primavera, quisiera que
se pudiera abrir.
S, por supuesto. Puedo ir a echarle un vistazo ahora mismo. O si
prefiere dejarme la llave, llamar a un operario para que le solucione su
problema mientras usted est en el trabajo.
La deforme figura se infl con indignacin.
No estoy dispuesta a ir dejando por ah las llaves de la casa. No me fo.
Adems, no quiero que nadie merodee por mi apartamento cuando yo no
me encuentro en l. Acaso no lee los peridicos? No ha odo hablar del
alto porcentaje de crmenes? Cree que deseo ser asesinada en mi propia
cama? No! Se lo agradezco.
Mire, lo siento... Yo no pensaba... Ver si puedo reparrsela esta tarde.
A qu hora regresa del trabajo?
Siempre llego a casa a las cuatro. No creo que usted se haya percatado
de ello. Por lo general, lo primero que hago es dormir la siesta. Mi trabajo
es muy agotador, termino exhausta. Pero si viene a arreglar la ventana,
tendr que pasar por alto mi siesta. No se olvide que regreso a casa a las
cuatro en punto.

101
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Hasta las cuatro, Mrs. Pickens. Que tenga un buen da.


Como es usual, tendr un da muy duro; y si no me doy prisa, llegar
tarde. Usted se podr permitir quedarse aqu parloteando, pero yo no.
Dicho esto, dio media vuelta bruscamente y descendi los escalones del
porche dando saltitos, como si los zapatos le apretasen. Al llegar al
ornamentado portn de hierro, se volvi diciendo:
Si usted no puede ocuparse de esa ventana, quiz su apuesto marido
pueda hacer algo para repararla.
Mrs. Pickens sonri. Su sonrisa era maliciosa, y los ojos oscuros miraban
desafiantes a Sylvia, la cual parpade y la mir otra vez; pero la figura
regordeta se alejaba pavonendose calle arriba, meneando sus rizos negros,
que brillaban artificialmente bajo la intensa luz del sol.
Sylvia cerr la puerta y se recost sobre el slido marco.
As que se trata de eso. Ella desea que John le repare su ventana.
Piensa que yo soy perezosa, frvola e incompetente. Prcticamente me ha
acusado de espiarla y de ignorarla al mismo tiempo. Ella quiere que John
suba a su apartamento.
Deba ser gracioso; pero por alguna razn no lo era. Pobre vieja. Sylvia se
pregunt qu edad tendra Mrs. Pickens. Cincuenta? Sesenta? Era difcil
de adivinar debido a aquella absurda peluca que siempre llevaba puesta.
De repente, Sylvia comenz a sentir un hmedo escalofro y not que el
vestido se le pegaba a la espalda, que debajo de las axilas el color se
oscureca, y que unas gotas fras le caan entre los pechos y en los flancos.
Oh, maldicin! Y ahora qu sucede?
Era como si todas las cosas que podra haberle dicho, o mejor, que
debera haberle dicho a la detestable Mrs. Pickens, salieran a borbotones de
su piel, empapndola con un fro y desagradable sudor. Se sinti mareada y
experiment una leve nusea.
Subi las escaleras, aferrndose a la baranda, y se desplom sobre su
cama deshecha.
Qu me est pasando? Quiz deba consultar a un mdico.
Record su ltima visita al sonriente y joven doctor Weng, en su
confortable consultorio situado cerca del parque Golden Gate. Se acord de
la mueca china que se hallaba recostada, tmidamente desnuda, sobre el

102
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

pulido escritorio de nogal. l le cont que en los viejos tiempos, las mujeres
chinas de buenas familias nunca se desvestan delante de sus doctores, sino
que sealaban delicadamente sus molestias y dolores en la plida blancura
del cuerpo de la mueca, que sonrea plcida e incansablemente desde su
canap de madera de teca. A partir de ah, todo se basaba en simples
conjeturas, y las delicadas damas con frecuencia moran, sonriendo
plcidamente.
El mareo cedi, y Sylvia se incorpor con cautela.
Nada de plcidas sonrisas para esta delicada dama. Tendr que buscar
un mdico y concretar una cita.
Sin embargo, la idea de molestarse en tratar de encontrar un doctor la
desanim. Habra que telefonear a personas que le eran casi desconocidas
para pedirles consejo en la eleccin; luego, tendra que explicar los sntomas
indefinidos a alguien que quiz fuese indiferente a su problema. Pero,
despus de todo, cules eran sus sntomas? Un leve aturdimiento y
malestar de vientre. Un poco de sudor fro. Ya se le haban pasado.
Probablemente era algo que comi. Nada por lo cual valiera la pena
molestar a un doctor atareado. No tena que darle importancia a aquella
leve aura de presentimiento que rondaba constantemente al borde de su
conciencia; la ligera, y no obstante firme sensacin, de que algo horrible iba
a suceder. Las pesadillas... No le haba contada nada a John sobre sus
pesadillas nocturnas. Estaba demasiado ocupado intentando organizar el
nuevo departamento, tratando de establecerse como vicepresidente y
candidato para dirigir una de las vastas empresas que posea la Compaa.
Sylvia se puso de pie y comprob su equilibrio. El vestido rosa, que una
hora atrs luca tan vistoso e incitante, estaba todo arrugado y an
ligeramente hmedo. Senta en la piel una comezn, como si sta no
acabara de adaptarse bien.
Me dar una ducha y comenzar el da otra vez.
Debajo del agua caliente que le quitaba el abatimiento matinal, Sylvia se
enjabonaba abundantemente su cabello corto, mientras haca un repaso de
todas las cosas que le pareca que debera hacer para dejar de sentirse tan
ajena a la comunidad. Algunas de las esposas abnegadas haban
organizado un club de bridge, y a ella la haban invitado para que se les
uniera. Las llamara y acudira a la prxima reunin. Se informara sobre la
posibilidad de jugar al tenis. Incluso este pequeo y feo pueblo industrial

103
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

del Este deba tener una pista de tenis. Organizara una cena. Tambin se
ofrecera para contribuir en algn trabajo voluntario. Estaba segura de que
podra ser til de alguna manera, y de paso conocer a ms gente. Pedira
hora en la peluquera. A pesar de que lo tena vivo y rizado, estaba
comenzando a desparejarse, y las canas se hacan cada vez ms evidentes.
Si sus hijos hubiesen sido ms jvenes y viviesen con ella, Sylvia
conocera a otros nios y a sus padres, asistira a las reuniones escolares, es
decir, tendra compromisos que cumplir. Cuando los chicos vivan en casa,
aquello suceda automticamente, sin que ella tuviera que preocuparse.
Pues bien, volvera a estar ocupada. Era la clave para no sentirse ajena en un
sitio nuevo. Y comenzara hoy mismo. Tan pronto como terminase de
colgar las cortinas.
Vestida por tercera vez en lo que iba de aquella maana y maquillada
con sumo cuidado, Sylvia se encamin hacia el garaje en busca de la
escalera. Cruz el csped, descubriendo con placer, en la parte trasera del
jardn, un amplio espacio cubierto de narcisos atrompetados que se
agitaban por la suave brisa de primavera.
Ms tarde cortar algunos se dijo. Quedarn preciosos en el cuarto
de estar. Quiz le lleve unos cuantos a Mrs. Pickens a las cuatro de la tarde.
Una compensacin por su siesta perdida.
Al volver, llevando cargada a la espalda la escalera de aluminio, Sylvia
se detuvo sobre el csped para contemplar la slida estructura de ladrillo
que ahora era su nuevo hogar. Se trataba de una casa antigua, pretenciosa
en su laboriosa elegancia victoriana. Desde la parte posterior, era posible
ver picos, gabletes y una simptica sucesin de tres pequeas ventanas
arqueadas que ocupaban el frente del tico. Pareca como si la mirasen
crticamente, debajo de sus cejas rococ.
Creo que ese desvn necesita una exploracin. Un da de stos me
dedicar a subir all. Me pregunto si no estar habitado por fantasmas.
Se volvi hacia el garaje; un rectngulo de ladrillo rojo sin ninguna clase
de ornamentacin. All no haba fantasmas. Slo estaba la desagradable
Mrs. Pickens. Las ventanas del apartamento sobre el garaje seguan
cerradas y blancas. Es que ella nunca suba las persianas?
Sylvia pas el resto de la maana en el cuarto de estar, encaramada en la
escalera colocando cuidadosamente las varillas para sus cortinas nuevas. Le
produca placer tocar la suntuosa tela, mientras insertaba las puntas de los

104
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

ganchos en lo alto del receptculo de cada panel. Cuando termin,


comprob que el resultado de su trabajo era mucho mejor de lo que
esperaba. La profunda ventana sobresaliente con sus asientos acojinados,
antes esquiva y amenazante, se haba convertido en un acogedor rincn
para leer o soar despierto. El plido dorado de las cortinas otorgaba al
cuarto mayor atractivo y disminuan el recargado y oscuro enmaderado
que revesta parcialmente las paredes. Sylvia estaba emocionada por el
resultado, y el disgusto de la maana se repleg hacia un secreto rincn de
su mente.
Despus de un frugal almuerzo compuesto de yogur y t sin endulzar,
Sylvia se puso a hojear el tomo de las Pginas Amarillas, sealando
direcciones de tenderos y almacenes que podran ser de utilidad. El
apartado Reparacin de Ventanas no figuraba, a pesar de que bastantes
limpiadores de ventanas anunciaban sus servicios. Quizs alguno de ellos
podra realizar el trabajo. De todos modos, antes deba echarle una mirada
a la ventana atascada de Mrs. Pickens para saber qu decirle al que le
pidiera que viniese a arreglarla. Tal vez pudiera hacerlo ella misma. Era
probable que lo nico que hiciera falta fuese un poco de ahnco. Mrs.
Pickens poda resultar desagradable y ofensiva; pero desde luego no
pareca ser muy fuerte.
Ahora que las cortinas ya estaban colgadas, la tarde se le presentaba
aburrida e interminable. A pesar de toda su buena voluntad, Sylvia se
senta incapaz de llamar al club de bridge, de pedir hora en la peluquera,
ni de pensar en organizar la famosa cena. Tampoco hizo ningn tipo de
averiguaciones para conseguir un mdico. El mareo ya se le haba pasado
desde haca varias horas.
Cuando a las tres en punto son el telfono, Sylvia no tena conciencia
del tiempo que haba transcurrido. El envase vaco de yogur con una
cuchara incrustada en su interior, yaca sobre la mesa de la cocina. Restos
de t fro haban teido el cuenco de su taza. El telfono son cinco veces
antes de que ella pudiera apartar los ojos de la ventana de atrs.
Sylvia, te encuentras bien? La voz de John denotaba bastante
preocupacin.
Claro que s. Qu podra pasarme? Y t cmo te encuentras?
Oh, es que pens..., como el telfono son tantas veces... S, me
encuentro perfectamente.

105
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Ahora su voz sonaba demasiado cordial. A Sylvia le pareci que John


tena que darle alguna mala noticia. El cmulo de presagios se haba
filtrado de alguna manera entre el yogur y la llamada telefnica. Se dio
cuenta de que tena los dientes firmemente apretados, como si quisiera
contener ciertos pensamientos demasiado terribles para ser expresados en
voz alta.
Estaba ocupada, John. He colgado las cortinas nuevas en la sala de
estar explic Sylvia y, al escuchar su propia voz, la hall quebradiza,
como el crujido de un hueso.
Muy bien. Y cmo han quedado?
Magnficas. Muy bonitas. Hizo una pausa e intent relajar su tensa
mandbula. John, esta maana ha estado aqu Mrs. Pickens. Dijo que la
ventana de su cuarto de bao se encuentra atascada.
Del otro lado de la lnea nadie respondi.
John, me has odo?
S. Y qu piensas hacer? Ahora su voz era cautelosa, penetrante.
Bien, he pensado que poda ir a echarle un vistazo. No me parece que
sea malo. Verdad?
Creo que no. Mira, Sylvia, te he llamado para decirte que esta noche
regresar un poco tarde. Crter ha convocado una reunin para ltima hora
y quiz se prolongue hasta despus de las seis. Yo no puedo dejar de asistir.
Bien, no hay ningn problema. Yo no he hecho planes para la noche.
Es gracioso continu diciendo, pero pareces tan preocupado que, por
un momento, pens que tenas que darme una mala noticia.
Oh, Sylvia, no deberas estar siempre a la expectativa de algo negativo
le aconsej John, el cual pareca fatigado, pero de repente cambi de
ritmo e impuso a su voz un tono ms enrgico. A propsito, Crter me
dijo que su esposa tena deseos de que te unieras al club de bridge. Por
qu no la llamas?
Lo har. Te lo prometo. La llamar esta misma tarde. Cuando haya
terminado con la ventana de Mrs. Pickens.
Ests segura de que podrs darte maa?

106
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

La pregunta estaba cargada con un nfasis de duda, y Sylvia se inflam


de resentimiento ante la insinuacin de que ella era incapaz de habrselas
con Mrs. Pickens, con la ventana o con cualquier otra cosa.
Claro que puedo darme maa. No se trata de nada difcil.
Probablemente sea como el resto de sus quejas, absoluta invencin con un
escaso fundamento en la realidad. Hasta un dbil mental podra ocuparse
de ello. Sylvia percibi que estaba chillando fuera de control. Por otra
parte, estoy segura de que ella preferira que se la reparases t. Prefieres
que sea de ese modo? Podemos dejarlo hasta el fin de semana, y entonces
podrs subir a reparar la ventana y la gotera del grifo y comprobar el
termostato y encontrar la filtracin de agua en el techo. Y luego podrs
sentarte a su lado, cogerle su pequea y regordeta mano y escuchar su
perorata sobre los buenos tiempos en que viva Mr. Pickens y lo duro que
es para una mujer estar sola.
Sylvia, Sylvia. Clmate. Ahora mismo salgo para ah en veinte
minutos. Quiz logre estar de vuelta para la reunin.
Sylvia no dijo nada. Qu estaba haciendo? Por qu se comportaba de
esa manera? Ella no poda contar con que John se precipitase en venir cada
vez que Mrs. Pickens tuviera una idea genial.
Sylvia! An ests ah?
S. Estoy aqu susurr. No te preocupes, John. No quiero que
vengas a casa. Busc desesperadamente algn argumento lgico para
tranquilizarle. Creo que me dedicar a limpiar el desvn. All arriba hay
acumulada una cantidad increble de trastos viejos. Quin sabe, quizs
encuentre algn tesoro oculto. O un fantasma. Ri, tratando de expresar
mayor hilaridad de la que en realidad senta.
De acuerdo, si ests segura de que te encuentras bien.
Estoy segura. Adis, John.
Adis. No te olvides de llamar a Mrs. Crter.
Sylvia colg el auricular y, como no tena nada mejor que hacer, subi
cansadamente las escaleras posteriores que conducan al desvn. Desde
dentro, las tres pequeas y arrogantes ventanas parecan exticas y
confortables. La luz del atardecer se filtraba a travs de ellas, imprimiendo
en el polvoriento suelo del desvn tres arcos dorados.

107
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

A lo largo de la pared haba estantes combados por el peso de pilas de


viejas revistas. Las publicaciones comerciales se mezclaban con figurines de
otros tiempos. Sylvia se sinti atrada por los lbumes de fotografas,
testimonios de aos apilados sin orden ni concierto. Se apoy en la pared y
comenz a manosear las pginas de su vida. Aqu estaban los das
estudiantiles reflejados en la sonrisa de Ike; su viaje de luna de miel a
Nassau contra el fondo del recluta hibernando en Corea; Judy y Jody
haciendo pinitos mientras Hillary y Tenzing se esforzaban por tocar el cielo
con los dedos. En aquel entonces no existan vagos presentimientos. Todo
era ms seguro. El da segua a la noche; la paz y la prosperidad se podan
encontrar a la vuelta de cada esquina. Las pesadillas y el sudor fro se
hallaban en un futuro inimaginable. Mrs. Pickens no la atormentaba con
sus insistentes quejas y su mezquina envidia.
Mrs. Pickens! Oh, no! Sylvia dej caer las revistas en el suelo. Su
reloj de pulsera indicaba despiadadamente las cuatro y media.
Se lanz escaleras abajo, y al pasar por la cocina cogi unas tijeras de
jardinero. La puerta se cerr con estrpito detrs de ella, mientras se
apresuraba al espacio cubierto de narcisos, de donde cort febrilmente seis
u ocho flores amarillas. Con ellas y el martillo en una mano, que formaban
un curioso ramo, y las tijeras en la otra, Sylvia corri hacia la puerta lateral
del garaje. Pas el pequeo vestbulo y subi la estrecha escalera jadeando,
para llegar al rellano, frente a la puerta del apartamento, preparando una
agona de disculpas por su tardanza.
Llam a la puerta. No hubo ninguna respuesta. Volvi a llamar, esta vez
ms fuerte, con las manos cargadas con las herramientas y las flores. La
puerta se estremeci con un desagradable chirrido de bisagras.
sa es otra cosa que habra que reparar. Esta puerta chilla como un
gato enfermo. Mrs. Pickens no se movi de su sitio, regordeta y malvola,
vestida con un vulgar e incoloro albornoz de felpilla. Imagin que ya no
iba a venir, as que decid comenzar mi siesta. Pens: Bien, se ha olvidado.
No vendr. Est tan ocupada con todas esas reuniones y tertulias de t, que
no se la puede culpar de que se haya olvidado de una cosa tan
insignificante como una ventana que no se quiere abrir. Me ha despertado,
as que no hay razn para que no entre.
Mrs. Pickens se hizo a un lado de mala gana y mantuvo la puerta abierta
slo lo necesario para que Sylvia se deslizara de lado en la habitacin, la
cual estaba dbilmente iluminada y ola a comida y a ropa lavada. Se

108
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

hallaba llena de muebles pesados y antiguos. Sylvia no quera mirar ms de


cerca por miedo a ser considerada entrometida y criticona. Mantuvo sus
ojos a una altura que abarcaba el techo y el tosco espaldar de un sof. Los
muebles se le aparecan por oleadas. Crey que iba a ahogarse en un mar
de viejas felpas y fundas protectoras de sillas.
Le he trado unos narcisos. Si lo desea, puede coger cuantos quiera sin
ningn reparo. Hay muchos... Ms de lo que yo misma pueda aprovechar.
Sylvia desenred las flores del martillo y se las ofreci a Mrs. Pickens.
Pero sta las rechaz.
Es usted muy amable, sin duda alguna. Pero por supuesto, usted no
poda saber que sufro de alergia. Tendr que llevrselas de aqu. Ni
siquiera puedo tenerlas en mis manos el tiempo preciso para tirarlas en el
cubo de basura, ya que ello me hara estornudar durante toda una semana.
Venga por aqu.
Sylvia sigui a su vecina hasta un estrecho cuarto de bao. La ventana se
encontraba en un extremo, tapada por una cuarteada cortina de plstico
rosa. Cubiertas de plstico rosa y baera blanca con patas. Sylvia pas con
dificultad entre Mrs. Pickens y la baera y apoy sus herramientas y las
flores sobre la pileta. Apart a un lado la cortina rosa y observ la ventana.
Descubri que la falleba estaba firmemente cerrada.
Mrs. Pickens, esta ventana est trabada con la barra dijo Sylvia
regocijndose con su victoria sobre la horrible mujer, una victoria pequea,
sin lugar a dudas, pero no obstante era un punto a su favor. No es de
extraar que no se pudiera abrir.
Por supuesto que est trabada le contest con voz petulante.
Todas mis ventanas estn trabadas con pestillo. Cree que me apetece que
un ladrn entre furtivamente por la noche? Pero no se abrir, aunque se
corra la traba.
La asombrosa falta de lgica de esta afirmacin dio vueltas en la mente
de Sylvia como una serpiente mordindose su propia cola. Aunque se corra
la traba no se abrir, pero est trabada as que nadie podr abrirla. Sylvia cogi el
martillo que estaba en el lavabo entre el amasijo de narcisos. Con una mano
corri el pestillo e intent levantar la ventana; pero sta se neg a moverse.
Le dije que estaba atascada. Es que no me cree?

109
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Sylvia lanz una mirada sobre su hombro. Mrs. Pickens se encontraba


emperejilndose frente al espejo del cuarto de bao; una duplicidad de
pelucas negras con unos regordetes dedos blancos a su alrededor, que
parecan babosas reptando a travs de la peluca. El vulgar albornoz se abri
y Sylvia pudo observar la fofa piel blanca en la cual las venas estallaban en
antiestticos retculos. Los odos comenzaron a zumbarle, y sinti que
desde algn lejano pozo de angustia le llegaban oleadas de vrtigo. Se
volvi hacia la ventana y comenz a martillear suavemente alrededor de
todo el marco.
No s cmo lograr arreglarla de esa manera. Piensa que yo ya no lo
intent? He estado aporreando esa ventana hasta casi romperme el brazo.
Lo nico que lograr ser dejar marcas de martillo por todas partes, y la
ventana continuar sin abrirse. Bien, de todas formas es su propiedad, as
que puede hacer lo que le plazca.
La voz sonaba sin parar mientras Sylvia martilleaba y forzaba la ventana,
rezando para que se abriese e hiciera callar de una vez a Mrs. Pickens.
Imploraba a Dios que entrara una limpia brisa de primavera y dispersase el
malestar que senta llegar, atrapada como estaba en aquel estrecho rincn
de azulejos blancos.
La ventana permaneci obstinadamente cerrada.
...le digo. Por qu no lo deja? Usted no lo est haciendo bien! le
grit en el odo Mrs. Pickens.
Sylvia no se haba dado cuenta de que la mujer se le hubiera acercado
tanto. Dio un salto y el martillo se torci en su mano. ste golpe el cristal,
rompindolo en miles de pedazos que salieron disparados en todas
direcciones.
Mrs. Pickens dijo con perversa satisfaccin:
Oh, ahora s que la ha hecho buena! Acaso no es una maravilla?
Pens que usted saba lo que haca, y lo nico que ha conseguido ha sido
empeorarlo. Supongo que tambin se creer capaz de colocar un cristal
nuevo.
Sylvia, inclinada sobre la ventana, slo poda pensar en cmo librarse de
aquella terrible voz.
Cllese murmur. Por favor, cllese.
A pesar de ello, la voz continu.

110
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Su marido se pondr muy contento por esto? Cree que pensar que
es usted la mujer ms lista del mundo? Nadie puede decir que ahora la
ventana no est abierta. Se encuentra bien abierta. Permanentemente
abierta.
Sylvia observ cmo su brazo derecho se elevaba sobre su cabeza. Lo vio
subir y subir, con el martillo en la mano. Contempl cmo ste se
desplazaba hacia abajo. Su cuerpo se movi a la par de su brazo, fuerte,
delgado y poderoso. Percibi cmo Mrs. Pickens tropezaba en la baera,
con la peluca torcida, y el tenue hilo rojo que comenzaba a gotear por su
negro y brillante flequillo. La voz ya haba dejado de decir cosas horribles e
hirientes, pero la esponjosa boca an emita sonidos desagradables,
entrecortados, flccidos. Aquello tena que parar. Sylvia se tap las orejas,
pero an poda ver los gesticulantes labios.
Basta suspir. Por favor, basta.
Escarb en la pileta. Los narcisos cayeron al suelo con los tallos rotos.
Sac su mano empuando las tijeras de jardinero.

John Hawkins condujo su coche hasta el garaje y luego cruz el csped,


percibiendo con deleite la tibieza de la noche primaveral. La reunin se
haba prolongado hasta tarde; pero result provechosa. El verdadero
trabajo de poner la nueva produccin en marcha recaera sobre sus
espaldas, por lo que esperaba que los prximos meses estuvieran plagados
de problemas y obstculos que habra que superar.
Mientras se acercaba a su hogar, el cielo se tornaba ms gris, con algunas
lneas rosas. Las luces de la casa estaban apagadas. Habra salido Sylvia?
Mejor para ella, si lo haba hecho; pero no, el coche se encontraba en el
garaje. Tal vez estuviese durmiendo. John mene la cabeza y abri la puerta
trasera. Sylvia estaba durmiendo demasiado estos ltimos das. El doctor
Weng haba dicho que ella se encontrara bien, pero aun as, John estaba
preocupado.
Deambul por la cocina y el comedor, encendiendo a su paso las luces.
Por lo visto, no haba nada dispuesto para la cena. Muy bien, la despertara
y la invitara a cenar fuera. Se encamin hacia el vestbulo; el trabajado
candelabro colgante, una vez encendido, no revel ningn indicio de ella.
La llam por el hueco de la escalera.

111
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Sylvia? Ests ah arriba?


Al subir, John pis con fuerza los escalones para que Sylvia se despertase
sin sobresaltarse por su sbita presencia. Fij la vista en el oscuro
dormitorio, pero no pudo ver nada ni or ningn sonido de respiracin.
Encendi la luz; la cama deshecha y la ropa apilada sobre el suelo provoc
en l una ligera sensacin de alarma. Sylvia no estaba durmiendo; al menos,
no aqu. Registr todas las dems habitaciones de la segunda planta. Las
luces surgan mientras buscaba por toda la casa. Record que ella le haba
dicho por telfono algo sobre limpiar el desvn. Subi aprisa la escalera
posterior, seguro de que la iba a encontrar all arriba. Un accidente, quizs.
O haban vuelto aquellos mareos que comenzaron a darle cuando Judy y
Jody se fueron de casa a vivir por su cuenta. Y aquel asunto con Mrs.
Pickens... Pero el doctor Weng haba dicho que ella se encontrara bien.
La mortecina luz del techo del desvn mostraba unas cuantas revistas
dispersas por el suelo, pero no haba ninguna seal de Sylvia.
Una vez abajo, se dirigi hacia la oscura sala de estar. Cuando hall el
interruptor de la luz, sufri una ligera desorientacin. La larga y
desproporcionada habitacin estaba cambiada; el techo ya no pareca
terriblemente alto ni las paredes conservaban aquella desigual perspectiva.
Record que Sylvia le haba comentado algo sobre las nuevas cortinas. Ellas
eran las que marcaban la diferencia. Ahora pareca una habitacin racional,
en la que podan vivir personas razonables, a excepcin de una cosa. John
susurr su nombre.
Sylvia.
Se hallaba acurrucada en el ancho asiento al pie de la ventana, mirando
con fijeza a la luz, probablemente del mismo modo que haba estado
observando la oscuridad. Se rodeaba con los brazos rgidos y se meca sin
parar. Se sent a su lado, sumando su brazo al protector ovillo.
Sylvia, qu ha sucedido?
Ella gimi profunda y guturalmente, sin abrir la boca. l se meci con
ella y le habl dulcemente, tratando de ayudarle a salir de su trance.
Sylvia, ya estoy aqu. Todo est bien. Estoy aqu y no tienes nada que
temer. Pero debes contarme qu ha ocurrido.
Finalmente sinti que el cuerpo de ella se apoyaba sobre el suyo. Sus
brazos se relajaron y se dej caer desmadejada sobre su regazo. Abri

112
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

mucho la boca, y l pudo escuchar cmo sonaban los huesos de su


mandbula al perder su tensin.
John! Ella est muerta, John. Mrs. Pickens. Yo la he asesinado.
La has asesinado?
S. La he asesinado, y est muerta. Nunca ms volver a molestarme.
Bien. sa es una buena noticia. Quizs un poco drstica; pero al fin y al
cabo buena. No te parece? John la acerc hacia l un poco ms y le
sonri a su plido y trastornado rostro. Quiz debamos celebrar una
pequea fiesta. O un velatorio.
Qu? Oh, s. Ya entiendo. Sylvia tembl ligeramente a pesar del
bienestar de su presencia. Pero, John, era algo tan horrible, que no me
pude contener. No poda soportar ms escuchar su voz.
Est bien. Cuntamelo todo. Cmo lo has hecho?
Con un martillo. Y las tijeras del jardn. En la parte de arriba del
garaje. Oh, John. La sangre. Salpic todo el cuarto de bao. Todo alrededor.
Los narcisos. Dirigi la mirada hacia su inmaculado vestido.
John lanz una carcajada.
Pero, Sylvia; debes acostumbrarte a hacer las cosas con ms cuidado.
No podas haber preparado un accidente refinado? O una delicada e
incurable enfermedad?
Sylvia sonri dbilmente.
Ahora ya se ha acabado, no es cierto? No existe ninguna posibilidad
de que ella vuelva a aparecer?
Me inclinara a pensar que as es. Pero no soy un especialista en esta
clase de cuestiones. Por qu no llamas al doctor Weng y le cuentas lo que
ha sucedido para saber qu es lo que l piensa de todo esto?
Es probable que lo haga. Maana. Sylvia se incorpor,
desperezndose. En estos momentos me siento totalmente libre. Un poco
temblorosa, pero libre. Trat de rerse, pero slo logr emitir unos
sollozos secos y sin aliento. Me parece que tienes razn, John. Debemos
celebrarlo. En la nevera tenemos una botella de champaa. Un aejo y buen
champaa de California. Yo traer las copas, y luego iremos a ese
apartamento sobre el garaje y beberemos por la oportuna muerte de la
horrible Mrs. Pickens.

113
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

La excitacin de Sylvia era contagiosa. John tena la botella en su mano


antes de que su natural prudencia le reafirmase. Tom a Sylvia del brazo
mientras ella abra la puerta trasera.
Sylvia..., crees que es una buena idea que subamos ah arriba para...,
eh..., regresar a la escena del crimen? Quiz debamos clausurar aquel sitio
por un tiempo, olvidar que existe un apartamento sobre el garaje.
John, querido, nunca lo podr olvidar. Necesito verlo otra vez, para
que se quede grabado en mi mente. No quiero vivir el resto de mi vida con
aquella ltima visin de Mrs. Pickens en la baera sobre un charco de
sangre. Me hace falta aclarar todo esto ahora mismo.
Si eso es lo que deseas, querida, yo no me opongo dijo John, y le
abri la puerta. Entremos para deshacernos de todo rastro de Mrs.
Pickens en nuestras vidas.
Mientras caminaban por el amplio y oscuro csped, Sylvia charlaba
alegremente.
Recuerdo la primera vez en que la vi. Era una dama de edad madura,
de estatura baja y carcter enrgico, ansiosa por contarle sus problemas a
quien fuera. Sola arrinconarme en algn pasillo desierto del supermercado
y hablar por los codos sobre su soledad. Senta pena por ella. John, si la
hubieses visto, tambin te habra sucedido lo mismo. Esto comenz al mes
de casarse Judy. Jody justo acababa de marcharse a Sudamrica, y a m me
aparecieron los accesos de jaqueca. De esto har ya un ao. Despus tom
la costumbre de venir a casa. La primera vez vino a que la ayudase a
rellenar unos formularios mdicos. Siempre tena alguna excusa para venir
y yo no poda negarme a atenderla. Cada vez que vena, era ms fea, y se
mostraba ms exigente y ms criticona, pero siempre necesitando compaa
y amor. Cuando me di cuenta de que ella nunca se dejaba ver cuando haba
alguien ms en la casa, y que yo era la nica que la conoca, comenc a
atemorizarme. Yo la odiaba; pero no poda evitar que siguiera visitndome.
Y los accesos de jaqueca se hicieron cada vez ms intensos. Eso fue cuando
yo..., cuando...
La atropellada voz de Sylvia se desvaneci. Alz los brazos y escudri a
travs de ellos la menguante luz que traspasaba con tenues lneas blancas el
interior de las dos muecas.
Bien continu, cuando sal del hospital y comenc a ver al doctor
Weng, ella dej de venir. No la haba vuelto a ver hasta que nos mudamos

114
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

aqu. Cre que en este lugar todo iba a ser diferente. Una nueva ciudad,
nueva gente que conocer y un ambiente distinto. El doctor Weng ya no
estaba, pero cre que podra arreglrmelas yo sola. Y all estaba ella,
viviendo en el apartamento sobre el garaje, como si hubiera estado
esperando meses a que yo llegase. Oh, John, intent que aquello no me
trastornara. Trat de que t no supieras que ella estaba de vuelta. Pero me
haba atemorizado y enfadado de tal forma que no lo pude evitar.
John abri la puerta lateral que comunicaba con el pequeo vestbulo del
garaje y la sujet para que Sylvia pudiera pasar.
Quizs ahora podamos limpiar a fondo este lugar y hallar un nuevo
inquilino. Un inquilino amigable.
Eso sera magnfico. S, creo que eso sera una buena idea.
Sylvia inspir profundamente y comenz a subir la estrecha escalera.
Una vez arriba, empuj la puerta del apartamento. sta chirri con
aspereza y qued abierta a medias.
Creo que no se abrir ms. Me parece que est combada dijo
volvindose hacia John. Dame la mano susurr. En realidad no estoy
asustada. S con exactitud qu es lo que vamos a encontrar. Pero, de todos
modos, cgeme la mano.
Tomados de la mano, entraron en la hmeda oscuridad, en lo alto del
garaje. La fra botella de champaa produca escalofros en el brazo libre de
John. Sylvia asa con fuerza las dos copas por sus espigas. Ambos entraron
de puntillas en la habitacin, como nios que transgrediesen alguna orden,
tropezando con mesas y sillas mientras intentaban orientarse.
Dnde se encuentra el interruptor? pregunt John.
En algn lugar debe haber un cordn de tiro.
John manote en el aire y tir con fuerza.
Sobre sus cabezas, una mortecina luz inund el lugar y se dispers sobre
los viejos y pesados muebles que ocupaban el apartamento.
Tenemos que deshacernos de todos estos trastos. Me gustara que se
pudieran vender como antigedades; pero me temo que son slo viejos.
El cuarto de bao est por aqu. Ven, John. Lo arrastr ansiosa hacia
la puerta de la oscura y estrecha caverna. Quiero que t lo veas. Yo
tambin quiero verlo.

115
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Al apretar Sylvia el interruptor, la luz fluorescente titil, para destellar


luego con un desapacible color azul. Una dbil brisa penetr por la ventana
rota, trayendo consigo la fragancia de la lluvia que se avecinaba. La cortina
de plstico rosa de la ducha ondeaba sus ajados volantes alrededor de la
baera. Los destrozados narcisos yacan sobre el suelo de azulejos blancos,
entre un reguero de vidrios rotos. Sylvia se inclin debajo del lavabo y
retir el martillo.
Lo ves? grit. Todo est igual que yo lo haba dejado.
Exactamente como sucedi. Ahora fjate dentro de la baera. Mira t
primero, John.
John apart la cortina de la ducha y observ la baera.
No me sentira muy seguro tenindote detrs de m con unas tijeras
en la mano! exclam. Deberemos colocar una nueva baera.
Ahora, descorcha la botella, John. Brindaremos por el final de Mrs.
Pickens, y echaremos una libacin sobre la pobre y vieja baera.
El corcho sali disparado, rebotando en la pared de azulejos blancos, y la
espumosa bebida roci el brillante agujero en el fondo de la baera. Las
tijeras de Sylvia yacan torcidas e inservibles sobre la agrietada porcelana
blanca. En la baera no haba nada ms. Ni sangre. Ni cadver. John llen
las copas de champaa.
Sylvia alz su copa y dirigi un saludo a la vaca baera.
Adis, Mrs. Pickens, o cualquier cosa que haya sido. Mi otro yo,
alucinacin, hermana de las tinieblas. Ya no le tengo miedo. Puedo
envejecer sin sentirme triste e intil. He acabado con mis temores. No me
transformar en alguien como usted.
Amn dijo John. Ambos bebieron con profusin. Ahora vayamos a
cenar. Estoy hambriento.
Yo tambin. Y maana... Bien, no falta mucho para que llegue maana,
verdad? Ya veremos qu sucede maana.

116
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

7
AGOTAMIENTO

CLAYTON MATTHEWS

Ward Roberts, soltero de cuarenta y cinco aos, consejero en sistemas


tributarios e inversiones, posea una pequea y prspera firma en la que
trabajaban cinco empleados. Estaba satisfecho con su vida. Le agradaban la
elegancia, la seguridad y la simetra de las operaciones aritmticas.
Si Carla Strong, que acababa de enviudar, hubiese elegido venir algunas
semanas antes para que la asesorasen en la devolucin del impuesto sobre
la renta, lo ms probable era que Ward nunca la hubiese conocido. Pero
Carla se present a mediados del mes de abril, y la firma se hallaba
colapsada por el trabajo. Ward tena algunos minutos libres entre dos citas,
y durante las prximas semanas crey que aquel encuentro haba sido obra
del destino.
Carla era rubia de nacimiento, con una belleza fresca, saludable e
impecable, y una verdadera cabeza de chorlito en los asuntos de dinero. Su
contabilidad era atroz. Para Carla, un recibo era algo parecido a una receta
de cocina. Haba en ella algo que no le permita seguir con exactitud ningn
tipo de instrucciones, impresas o de otra clase. Su apariencia era
inmaculada, lo que no suceda con el manejo de su casa, razn por la cual
siempre llegaba con retraso a las citas. Era quince aos menor que Ward;
pero pareca mucho ms joven. Su primer marido, fallecido tempranamente
de un ataque coronario, le haba dejado una pequea fortuna, la cual Ward
estaba seguro de que hubiese malgastado si no hubiera sido lo bastante
afortunada de acudir a su despacho.
Ella era, en resumen, todas las cosas que Ward no era; pero la hall
encantadora y cay enamorado con toda la conmocin propia de un primer
amor. Era su intencin proponerle matrimonio en un ambiente adecuado,

117
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

con luz de velas y vino, un ave en vajilla de cristal, e incluso msica de


violines de fondo. Pero en realidad nada sali como l esperaba.
Haba reservado ya una mesa en el restaurante ms conveniente, e
instruido al matre d'as de acuerdo a sus deseos. Pero Carla se retras. No
algunos minutos, que hubiera sido totalmente comprensible, sino una hora
y media; y el restaurante que Ward haba elegido vea con desaprobacin
las llegadas tardas. Nunca reservaban una mesa ms de treinta minutos.
Carla se disculp adecuadamente por su tardanza, y supo utilizar el
tiempo a su favor. Estuvo animada, brillante, y era magnfica, por lo que el
disgusto de Ward desapareci sin un solo reproche.
El restaurante en el cual cenaron al fin era limpio. La comida estaba bien,
y a Ward las palabras le salieron sin necesidad de luz de velas.
Carla, quieres casarte conmigo?
Por supuesto, Ward.
Ward se qued sin habla, sinti que se pona plido, y balbuce:
Lo dices en serio?
Querido, crees que no lo hara? Su mano se elev sobre la mesa y
fue a posarse sobre la de l. Pens que nunca me lo ibas a proponer.
Se dijeron ms cosas, se intercambiaron caricias, se juraron fidelidad
eterna, hicieron planes, pero Ward se encontraba en un estado tan exttico
que fue poco lo que pudo recordar.
Cuando el camarero trajo la cuenta, Ward verific las cifras, consultando
con la carta que haba pedido expresamente para tal finalidad.
Por qu siempre haces eso, querido?
Ward no levant la vista.
Hacer qu?
He observado que siempre verificas la cuenta. No confas en el
camarero?
Ward le mir con cierta irritacin. Tuvo que forzar una sonrisa.
Querida, esto no tiene nada que ver con la confianza. Cualquiera
puede cometer un error.
Tena curiosidad, eso es todo. Ya s que no eres un tacao.

118
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Quiz fue el ltimo comentario que impuls a Ward a dejar una propina
equivalente al veinte por ciento de la suma, en lugar del habitual quince.
Carla sugiri fijar la fecha de la boda para dentro de un mes. Ward
estuvo de acuerdo.
Tres noches antes de la boda salieron juntos por ltima vez. En esta
ocasin, Carla fue puntual, y cenaron en el restaurante que originariamente
haba elegido Ward para su declaracin de amor. Bebieron y comieron
copiosamente, y mientras suban en el ascensor hacia el piso de Clara,
estaban exultantes por el vino y la luna de miel anticipada.
Carla se haba olvidado de la llave. Volc el contenido de su bolso en el
suelo y se puso a buscar desordenadamente. Desde su postura a gatas mir
a Ward, dirigindole una sonrisa tonta.
Aqu no estn, querido. Simplemente, no estn.
Acaso no te fijas si llevas las llaves cada vez que sales? le pregunt,
con un leve tono de impaciencia.
Ella sonri con tranquilidad.
Y quin se fija?
Ward siempre lo haca; pero pens que quiz sera poco diplomtico
traerlo a colacin en aquel momento. En cambio, busc al encargado del
edificio, que no escondi su malhumor por haber sido sacado de la cama a
la una de la madrugada.
La luna de miel transcurri como una seda. Los das fueron gloriosos, y
las noches an ms. Ward adquiri un bronceado color caoba y le pareca
imposible amar a otra persona que no fuera su adorable Carla.
Un par de llamadas telefnicas desde su despacho se transformaron en
un pequeo incidente que estrope el encanto. Ward haba dejado un
nmero donde se le poda encontrar en caso de suma urgencia. Carla
pensaba que l hubiera debido no estar disponible para esa clase de asuntos
mundanos; pero un hombre no puede pretender que una mujer comprenda
estas cosas, y menos an tratndose de alguien como Carla.
Ward continuaba verificando el total de las cuentas y se cercioraba de
que no le cargaran nada de otras habitaciones. Carla hizo ciertos
comentarios al respecto, pero siempre de buen humor.

119
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Decidieron consolidar sus dos apartamentos en uno mucho ms grande,


ubicado en un edificio moderno de acero y cristal en Wilshire. Hicieron los
arreglos necesarios antes de comprar muebles nuevos, trajeron sus efectos
personales, e incluso su correspondencia les sigui.
Lo primero que llam la atencin de Ward a su regreso fue la pila de
cartas, algunas dirigidas a l, otras a Carla y unas cuantas a Mr. y Mrs.
Roberts.
brelas t, querido. De todos modos, las mas sern en su mayor parte
facturas. Dejo todo eso en tus hbiles manos dijo Carla con voz
quejumbrosa.
Ward se dedic a abrir la correspondencia muy animado, estado que
pronto se transform en consternacin. Pens que se trataba de facturas por
la ropa y dems cosas que Carla haba comprado para la boda y la luna de
miel. A Ward le espantaban las facturas impagadas. Su horror fue an
mayor cuando descubri que algunas de las que venan a nombre de Carla
estaban fechadas con anterioridad a haberla conocido. Casi todos los
acreedores amenazaban con terribles consecuencias si no se les satisfaca
puntualmente. Algunas de las amenazas iban dirigidas a la inmediata
atencin de Mr. Roberts. Con admirable moderacin, segn su parecer,
Ward le pidi a Carla que se explicase.
Ella frunci los labios en un atractivo gesto.
Querido, t sabes cmo soy con el dinero. No hace falta que te enfades
tanto.
El nuevo apartamento tena un cuarto de bao para l y otro para ella. A
Ward le agradaba tener dispuestos sus artculos de tocador en el armarito
de forma que l pudiese, si era necesario, encontrar a oscuras su maquinilla
de afeitar, la cual se encontraba en el lado derecho de la segunda repisa.
Dos semanas despus de su regreso, Ward entr una maana en el
cuarto de bao, extendi el brazo para coger la maquinilla y se encontr
con que sus dedos se cerraban en el vaco. Acab encontrndola en el
estante de ms abajo, detrs de una botella de elixir para enjuagarse la boca.
Le faltaba la cuchilla, y l tena la seguridad de que le haba puesto una
cuando la coloc all. Era muy cuidadoso en esas cosas. As que pregunt
como de una manera casual:
Carla, has estado usando mi maquinilla de afeitar?

120
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Tena la esperanza de que no lo hubiera hecho.


S, querido dijo con tono despreocupado. La ma se ha oxidado.
He cogido la tuya para afeitarme las piernas.
Ward disimul un temblor.
Me gusta que mis cosas, incluyendo la maquinilla de afeitar, se
encuentren en el lugar donde las he dejado.
Querido, no hay necesidad de que alces la voz repuso ella
arqueando las cejas. Una disputa por una vieja maquinilla de afeitar?
Despus de un momento peligroso, Ward dijo:
Quiz tengas razn. He vivido solo demasiado tiempo.
As es, querido. Ambos tenemos que adaptarnos un poco.
A Ward le pareca que slo l se estaba adaptando.
Carla era muy desordenada. Pasaba por las habitaciones como un
tornado. A veces, cuando llegaban a casa tarde despus de haber salido a
cenar, ella comenzaba a desvestirse al franquear la puerta de entrada,
dejando en el suelo un reguero de ropa que la segua hasta el cuarto de
bao.
Ward iba recogiendo y limpiando detrs de ella, e incluso vaciaba los
ceniceros. Haba llegado al extremo de vaciar ceniceros que slo contenan
una colilla. Carla le regaaba por ello, as que comenz a hacerlo a sus
espaldas. El hecho de no fumar le haca sentirse an ms culpable.
En vez de olvidarse las llaves y no poder entrar, ahora Carla haba
desarrollado el irritante hbito de salir sin cerrar con llave la puerta del
apartamento. Ward tena que comprobar la puerta, haciendo girar el tirador
dos veces para estar seguro de que se hallaba cerrada.
A menudo, Carla dejaba en el fregadero la vajilla sucia de la cena hasta el
da siguiente, especialmente si se haba tomado unos cuantos tragos. Una
maana, Ward se despert antes que Carla. Cuando ella entr en la cocina,
le encontr metido hasta los codos dentro del fregadero.
Ward, me quieres decir qu ests haciendo?
Lavando los platos de anoche.
Querido, pero si yo siempre lo hago despus de que te marchas al
despacho.

121
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

No me gusta levantarme por las maanas y encontrar el fregadero


repleto de cacharros sucios repuso afectadamente.
Ward... dijo ella, y luego suspir. Tenemos que hablar.
Carla enchuf la cafetera, le ayud a terminar de lavar los platos y
despus lo condujo hacia la mesa. Sirvi el caf y se sent frente a su
marido.
Ward, tenemos que llegar a un entendimiento. Me ests sacando de
quicio con tu mana de vaciar los ceniceros a mis espaldas...
l la estaba sacando de quicio a ella?
...comprobando las cerraduras de las puertas. Como la otra noche,
cuando salimos, que comenzaste a preocuparte tanto por si haba echado la
llave, que diste la vuelta y condujiste otra vez hasta casa. Ya s que soy
bastante descuidada en algunas cosas, y tambin s que t has desarrollado
ciertos hbitos viviendo solo; pero a veces te comportas como una vieja
criada rezongona!
Ward se enderez con indignacin.
Ella alarg el brazo y le dio unas palmaditas en la mano.
No hay ninguna razn para que discutamos. Tenemos que verlo con
sensatez. Somos personas inteligentes. Debemos adaptarnos. De lo
contrario, estaremos pelendonos a cada momento. Si yo hiciera un
verdadero esfuerzo por ser menos descuidada, t trataras de ser menos
exigente?
Ward se relaj poco a poco. Se encontr asintiendo con la cabeza. Ellos
eran adultos, eran inteligentes, y Ward era lo suficientemente honesto
consigo mismo para admitir que quizs estaba demasiado atado a sus
costumbres. No vea ninguna razn por la cual no pudiese cambiar. No se
trataba de ensearle a un perro viejo nuevos trucos; era un asunto que
requera olvidar antiguos hbitos.
Ambos se esforzaron a conciencia. Por parte de Ward, la cosa iba un
poco ms lejos. Se ingeni un sistema contable, a doble columna, una lista
de los malos hbitos de Carla y una lista de sus melindrosos esfuerzos por
contrarrestarlos. Pronto se enorgulleci por el hecho de haber tachado ms
tems en su columna que en la de Carla.
Por lo visto, aquello funcionaba. Ya no haba ms vajilla sucia por las
maanas, los ceniceros rara vez se hallaban llenos, y su maquinilla de

122
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

afeitar no volvi a desaparecer. Ward pagaba las facturas vencidas de Carla


sin chistar y se contena para no verificar dos veces si la puerta estaba
cerrada. Naturalmente, hubo unos cuantos lapsus. Carla se dejaba en
alguna ocasin una prenda de vestir en el suelo del living, y Ward vaciaba
de forma distrada un cenicero.
Cierta noche, nueve meses despus de Acapulco, Ward llev a Carla a
cenar y luego a ver un espectculo. Volvieron bastante tarde y encontraron
la puerta del apartamento completamente abierta. El abrigo de visn y las
joyas de Carla haban desaparecido, tambin faltaba la vajilla de plata, as
como los mejores trajes de Ward y cien dlares en efectivo.
Despus de un primer interrogatorio y el subsiguiente registro del
apartamento por la Polica, un joven inspector se reuni con Ward y Carla
en un rincn tranquilo, con una libreta sobre su rodilla.
Veamos, Mr. Roberts, ya tenemos la lista de los objetos que han
desaparecido. Sin embargo, hay una cosa desconcertante. Usted ha
declarado que al regresar con su esposa, encontraron la puerta del
apartamento completamente abierta. Pero resulta que no hay signos de que
la puerta haya sido forzada o que la cerradura hubiese sido abierta con una
ganza.
Ward, con la cabeza gacha y las manos entrelazadas sobre su regazo,
murmur:
Me temo que cuando salimos no cerr la puerta con llave, inspector.
Carla se qued boquiabierta.
Ward, has sido capaz de salir sin haber echado la llave a la puerta del
apartamento?
Fue en ese preciso instante cuando Ward decidi que deba matarla.
Por supuesto, inspector, depende de cmo se mire. En parte, yo tengo
la culpa dijo Carla, rindose por lo bajo.
Qu quiere decir, Mrs. Roberts?
Ver usted, yo tengo el mal hbito de no asegurar la puerta con llave
cada vez que salgo. Mi marido es justamente todo lo contrario; comprueba
dos veces si est cerrada. Se enfadaba tanto que me crispaba los nervios. As
que hicimos un pacto. Yo intentara cerrar la puerta con llave y l dejara de
hacer sus comprobaciones. Volvi a rerse. Por lo visto, esta noche se
han trastocado los papeles.

123
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

El inspector esboz una amplia sonrisa, dando a entender que l poda


perdonarla fcilmente por tan pequea transgresin.
No obstante, para Ward ya era demasiado tarde. Nunca podra hallar la
manera de perdonrselo. Podra, por supuesto, divorciarse de ella.
De modo automtico, su mente diagram una columna de partida doble.
No sera fcil conseguir el divorcio. No tena ningn argumento slido. En
apariencia, ellos formaban un matrimonio perfecto. Incluso a l le pareca
que todava la amaba. Un divorcio resultara muy caro. Estaba seguro de
que poda predecir con certeza la reaccin de Clara. La peticin de divorcio
le causara dao; ella no sera capaz de comprenderlo. Pero una vez que el
dolor inicial hubiese pasado, le demandara, y era probable que el precio de
su libertad le costase una buena suma de dinero.
En el otro espacio de la columna: la defuncin de Carla. Todo se poda
resolver de un plumazo. Y por supuesto que no le costara nada. Al
contrario, econmicamente saldra ganando. Carla no tena parientes. La
fortuna de su primer marido recaera sobre Ward, quien con una juiciosa
inversin podra duplicarla en pocos aos. El dinero de Carla no era de
ninguna manera un mvil para su asesinato; simplemente se trataba de un
aumento de dividendos, originado por la decisin de deshacerse de ella
antes de empezar a subirse por las paredes como un insecto asustado.
A su modo de ver, asesinarla no representaba un gran problema, ni
requera un plan demasiado elaborado o intrincado. l saba muy poco
sobre asesinatos, pero le pareca que cuanto ms complicado es el plan,
mayor posibilidad haba de que fuera descubierto.
Las mismas razones que pesaban en su contra para conseguir un
divorcio fcil estaban a su favor. Qu motivo podra tener l para
asesinarla? Constituan un matrimonio feliz. l no tena ninguna amiguita,
y Carla no posea un amante. A pesar de no ser rico, l no tena necesidad
del dinero de Carla, que de todas formas era ya suyo y poda disponer de l
como quisiera, mientras estuviesen casados. Carla se lo haba traspasado
para que l lo invirtiese. Ward controlaba su dinero y poda hacer con l lo
que le pareciera.
En algn sitio haba ledo que en un sospechoso de asesinato la Polica se
fijaba en tres cosas: motivos, oportunidad, recursos, en ese orden
ascendente.

124
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Motivos? En cuanto a los que podran interesarle a la Polica, ninguno.


En realidad, todo lo contrario.
Oportunidad? Sin duda, se necesitaba un momento oportuno; l no
podra matarla desde larga distancia a menos que utilizase algn mtodo
extravagante, cosa que no tena ninguna intencin de hacer. Saba que la
Polica consideraba sospechosa una coartada perfecta. Lo que tena que
hacer era crear esa oportunidad, que al mismo tiempo apareciese como algo
de lo cual l no quisiera valerse. Se acercaba el fin del plazo para la
declaracin de impuestos, y esto le ofreca una excusa razonable para
trabajar por las noches en su oficina. Lo haba hecho antes de casarse; no
exista razn alguna para no hacerlo ahora. En aquel entonces les deca a los
empleados que se marchasen y trabajaba sin compaa hasta la
medianoche. Esto es lo que comenz a hacer ahora; se quedaba trabajando
cada vez hasta ms tarde y siempre solo, despus de que todos se hubieran
ido. Carla fue comprensiva y se mostr muy dulce al respecto.
Dej pasar un poco ms de un mes, trabajando hasta tarde cuatro o cinco
noches a la semana. Casi siempre, cuando l regresaba Carla ya estaba
durmiendo. Durante ese tiempo, en dos oportunidades Ward encontr la
puerta del apartamento sin cerrar, al regresar a su casa.
Finalmente, eligi la noche. La cena se la trajeron de un restaurante que
se encontraba calle arriba. Comi con entusiasmo, se deshizo de los platos y
abandon el despacho por la puerta trasera, dejando las luces encendidas.
La posibilidad de que alguien fuera a verle o le telefonease a esas horas era
remota. Se trataba de un pequeo riesgo que se atreva a correr. Siempre
podra sostener que estaba muy ocupado para recibir visitas o contestar el
telfono. Sus empleados podran testificar que aquello no era para l nada
inusual.
El estacionamiento situado detrs del edificio se hallaba oscuro a esas
horas, lo mismo que el callejn, amurallado por las empresas comerciales.
A una manzana de distancia, desembocaba en una concurrida va.
Cuando estacion el coche a dos calles de distancia del edificio de
apartamentos, todava era temprano, un poco ms de las nueve; pero no se
poda arriesgar a una hora ms tarda. Para cuando hubiera terminado con
su cometido y vuelto a su despacho, seran las diez o ms. Utiliz su llave
para entrar por la puerta principal del edificio y subi las tres plantas por la
escalera en vez de utilizar el ascensor. Desde que viva all, slo se haba
encontrado ocasionalmente con alguna que otra persona. Si se encontraba

125
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

con cualquiera en las escaleras, le dira que los ascensores estaban


ocupados y pospondra su plan hasta otra noche.
No se encontr con nadie. En su planta haba cuatro apartamentos. El
corredor estaba desierto. La puerta de su vivienda se encontraba cerrada
con llave; Ward entr con mucho sigilo. En el vestbulo, estaba encendida
una tenue luz, que era suficiente para guiarlo hasta el dormitorio. Mientras
atravesaba el living se puso un par de guantes. No era que se preocupara
por no dejar sus huellas dactilares, pero un merodeador indudablemente
llevara guantes, lo cual se notara en los pomos de las puertas. La alcoba
estaba abierta y pasaba la luz. Ward escondi las manos en la espalda e
impuso a sus facciones una sonrisa. No haba ninguna necesidad. Carla
dorma.
Ward se acerc a la cama de puntillas. Al colocarse junto a ella, Carla se
agit, emitiendo un quejido como si su sombra le molestase, y Ward se
qued inmvil. El indicio de una suave respiracin con olor a martini, lleg
hasta l, y Ward supo que no haba por qu temer que se despertase.
Cogi la otra almohada, su almohada, una mano en cada extremo, y la
apoy sobre el rostro dormido. Al mismo tiempo, golpe bruscamente su
estmago con la rodilla, cayndole encima con todo su peso.
Carla se sacudi con violentos espasmos, mientras emita un sonido
apagado. Durante algo ms de un minuto luch furiosamente, pero sus
fuerzas pronto flaquearon. Ward mantuvo la almohada sobre su rostro
hasta que toda resistencia hubo cesado y sus brazos cayeron inertes.
Finalmente, se levant de la cama, dejando la almohada sobre su rostro.
Ech una mirada a la habitacin. Sobre la mesa de noche junto a la cama
haba un cenicero rebosante de colillas de cigarrillos, y sobre el tocador
haba otro igualmente repleto. Con un sentimiento de satisfaccin, verti el
contenido de los dos ceniceros en la papelera, restregndolos con una gasa
hasta dejarlos bien limpios. Gracias a Dios, ya no tendra que enfrentarse
con aquel problema nunca ms!
Luego volc la mesita de noche, ech la lmpara al suelo y desarregl un
poco ms la ropa de la cama. Verti todas las joyas de Carla en una bolsa de
papel marrn que haba trado con ese propsito. Su bolso estaba encima
del tocador. Ward lo abri, sacando todo el dinero que contena.
Iba a marcharse, pero se detuvo al lado de la cama, con la mirada fija en
la sortija de compromiso de diamantes que llevaba Carla. Por primera vez,

126
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

tuvo una sensacin de repugnancia. Se esforz por vencerla. Los anillos no


salan con mucha facilidad, si es que salan. Desde el da de la boda, Carla
haba aumentado de peso.
Al terminar, sali rpidamente, apagando todas las luces y tocando los
pomos con sus manos enguantadas. Dej la puerta del apartamento muy
abierta y se march a toda prisa.
Estaba de suerte. No se encontr con nadie en la escalera ni en el
callejn. Los cubos de basura se alineaban all. Por la maana pasaran los
camiones a hacer su recogida semanal, y por esa razn Ward haba elegido
aquella noche. Al final del callejn, se detuvo ante un cubo de basura,
levant la tapa y apison con fuerza la bolsa en los desperdicios. La
probabilidad de que los basureros inspeccionaran cada bolsa de papel que
se encontraba en los cubos era impensable.
Ahorrador como era, se qued con el dinero. No haba manera de que
fuese identificado.
A las diez y cuarto, Ward ya estaba de vuelta en su despacho. Hasta tuvo
tiempo de acabar algunos trabajos antes de que llamaran al telfono. Dej
que ste sonara seis veces antes de cogerlo y contestar con voz molesta:
Diga!
Una voz aguda le pregunt si era Ward Roberts y si viva en tal y tal
direccin de Wilshire. Cuando Ward reconoci que as era, la aguda voz
dijo:
Soy el teniente Crter del LAPD. Quiz sea mejor que venga en
seguida, Mr. Roberts. Algo le ha sucedido a su esposa.
Ward se haba imaginado que la noticia se la comunicara un oficial
golpeando en la puerta de su despacho y con el patrullero esperando al pie
de la acera. El hecho de que hubiera sido notificado por telfono le pareci
una buena seal.
El apartamento bulla de policas con uniforme y vestidos de paisano. El
teniente Crter era un hombre maduro, delgado, muy educado; pero con
una desconcertante mirada fija. Despus de que Ward, alegando que
prefera hacerlo ahora, hubiese identificado el cadver de Carla, el teniente
Crter le condujo hasta un rincn tranquilo del living, donde, mientras iba y
vena de la alcoba, le haca las preguntas pertinentes. En dos oportunidades
tard en volver. Ward trajo a colacin la vez en que fueron robados y el

127
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

hbito de Carla de dejar la puerta cerrada pero sin llave. El teniente Crter
dijo que se pondra en contacto con el oficial investigador.
Despus de ms de dos horas, la actividad ces de repente. A Carla se la
haban llevado, y todos los policas se marcharon, excepto el teniente Crter
y dos de sus hombres. El teniente se dej caer sobre el sof al lado de Ward.
Extrajo un paquete de cigarrillos, y le ofreci uno a Ward.
No fumo, teniente.
Es verdad, no fuma. Ya me he dado cuenta de eso. En su lugar, con
toda esta espera, yo me habra fumado ms de un paquete.
El teniente encendi su cigarrillo y se recost con un suspiro.
He hablado con el inspector que investig aquel robo, Mr. Roberts. Me
ha confirmado que en aquella ocasin su esposa admiti tener el hbito de
dejar las puertas sin cerrar con llave. A propsito, hoy la puerta de entrada
estaba abierta. As es como pudieron descubrir a su esposa. Una mujer que
vive en esta misma planta vio la puerta abierta, se aventur a entrar,
encontr a su mujer y luego nos telefone.
Ward pregunt con cautela:
Entonces, eso es lo que ha sucedido? Un merodeador encontr la
puerta abierta y...
S, sa podra ser una respuesta. El bolso de su mujer ha sido
saqueado, su caja de joyas est vaca. Supongo que ella haba repuesto gran
parte de los objetos robados despus de que el seguro los pagara. Fue as?
Creo que s. No estoy seguro de poder enumerar todas las cosas que
han desaparecido.
Mr. Roberts, no hace falta que lo haga en este mismo momento. El
teniente estaba observando su cigarrillo fumado hasta la mitad. Sabe, es
una cosa curiosa, el hecho de que usted no fume.
Qu hay de curioso en ello?
En la alcoba haba dos ceniceros. Ambos estaban vacos, y bien
limpios. Eso es lo curioso. Si me permite decrselo, me pareci que su
esposa no era una ejemplar ama de casa; sin embargo, ambos ceniceros
estaban limpios. Hoy, incluso una ama de casa melindrosa que fuma no se
ira a la cama sin antes fumarse su ltimo cigarrillo, hasta es probable que
lo hiciera en la cama. Como soy minucioso por naturaleza, he

128
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

inspeccionado y descubr bastantes colillas de cigarrillo en la papelera. De


dos marcas diferentes. Y unas cuantas no estaban manchadas con lpiz de
labios; sin lugar a dudas, fumados por un hombre...
Pero eso es imposible! Yo no fumo. Ya se lo he dicho!
El teniente Crter mir hacia arriba y dijo suavemente:
Entonces fue usted, seor Roberts. Teniendo este hecho en cuenta,
estuve dndole vuelta al asunto e hice algunas averiguaciones ms. Mire
usted, la seora que encontr la puerta de su apartamento abierta regresaba
a su casa, no se marchaba.
Creo que no le entiendo.
Haba ido una hora antes a dar un paseo. A esa hora, vio salir de su
apartamento a un hombre. Y lo que es ms, ella haba visto a ese hombre en
otras dos ocasiones recientes.
Ward se estaba sumiendo en un estado de indignacin.
Carla con otro hombre! No lo puedo creer! Eso no puede ser verdad!
Me temo que lo sea, Mr. Roberts. Revisando el bolso de su esposa,
encontr oculto un nmero de telfono. He estado hablando con el hombre
a quien pertenece el nmero. Cuando se dio cuenta de que podra estar bajo
sospecha de asesinato, habl con toda franqueza. Conoci a su esposa hace
un mes, y estuvo en su apartamento varias veces. No haban discutido, y el
hombre afirma que no se trataba de una aventura amorosa muy intensa.
Jura que l no la ha matado, y yo me inclino a creerle. Sabe lo que pienso,
Mr. Roberts?
Ward no le estaba escuchando. Que Carla tena un amante? Era algo
inconcebible!
En un principio, no pude hallar ningn motivo por el cual usted
hubiese matado a su esposa; pero ahora s que hay uno. Usted descubri
que ella tena un amante. Esta noche, esper hasta que l se fuera, la mat,
y luego dispuso las cosas para que pareciese haber sido hecho por un
ladrn. Usted admiti cndidamente no tener coartada alguna, ni pruebas
de que haba estado en la oficina toda la noche. Es slo una corazonada,
pero estoy seguro de que se ha deshecho de las joyas en algn lugar no
muy lejos de aqu. En estos momentos, tengo en la calle a mis muchachos
buscndolas.

129
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Pero, qu es lo que estaba diciendo aquel hombre? Que l haba


matado a Carla a causa de un amante? Ward no poda dejar que pensaran
eso de l. No importaba lo que sucediera, pero l no poda dejar que
pensaran eso.
Ward se inclin hacia delante.
Teniente, no fue as en absoluto. Djeme que le cuente cmo ha sido...

130
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

8
OTRA SOLUCIN

ROBERT COLBY

Allen Cutler haba regresado tan discretamente de sus dos semanas de


vacaciones anuales que yo no me percat de su presencia hasta que a media
maana hicimos la pausa para el caf. ramos compaeros en Whatley
Asociados, una gran agencia comercial de colocaciones, donde Allen se
encargaba de ubicar a tcnicos y profesionales, mientras yo buscaba
trabajos para personal corriente de oficina.
Al fondo de los despachos, se encontraba un saln en el cual haba una
cafetera y un suministro diario de donuts. Cuando me diriga a este saln, vi
a Cutler en su oficina y me detuve en la entrada. Estaba registrando tarjetas
en su archivo de empleos a la vez que hablaba por telfono. Era un hombre
alto, enjuto, cerca de la cuarentena, con una abundante cabellera blanca que
contrastaba llamativamente con el intenso bronceado que haba adquirido
durante sus vacaciones.
Allen colg el telfono y alz la vista. Me dispar una rpida sonrisa,
mientras se quitaba las gafas de gruesos cristales que presionaban su
prominente nariz. En ese mismo instante, un aspecto prfido de su persona
me provoc un recuerdo desagradable. Se trataba de una reaccin
enigmtica, infundada por completo. Allen era un sujeto simptico con
quien yo siempre mantuve una relacin amistosa, si bien no de mucha
confianza. Es posible, que sin sus negras y pesadas gafas que rara vez se
quitaba, me recordase a algn olvidado enemigo de remotos tiempos.
No te quedes ah parado, Don dijo. Aplaude, baila un poco. Cutler
ha regresado, trayendo orden al caos, esperanza a la desesperacin.

131
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Nos dimos la mano por encima del escritorio. Se puso las gafas, y al
instante desapareci la vaga impresin de que me haba hecho evocar a un
siniestro personaje de otros tiempos y en otro contexto.
Bienvenido al desempleo dije. Veo que haces gala de un bonito
bronceado. Acapulco, supongo. O la Riviera?
Allen solt una risotada desdeosa.
No. Alquil un cuarto en una playa cercana y as me ahorr una buena
suma de dinero. Cul es la diferencia? Uno va a Acapulco, a la Riviera, y
qu encuentra? Arena, agua, sol, chicas en bikini...
Es que eso es malo? le pregunt.
Es bueno contest con una sonrisa. Pero la arena de la Riviera es
igual a la que tenemos aqu. Y vayas donde vayas, la arena es arena, el agua
es agua.
Te olvidas de las chicas con sus bikinis le apunt.
No ests tan seguro! ri entre dientes. Sois vosotros, esclavos del
matrimonio, los que os habis olvidado hace tiempo de las chicas en bikini.
Yo no, colega; yo no.
Allen era libre, y su carcter se haba agriado, segn los rumores, debido
a un casamiento desastroso que termin cuando su mujer se divorci de l,
llevndose la mayor parte de sus ahorros y propiedades. Rara vez hablaba
de su vida personal, y su existencia privada fuera del trabajo era un
completo misterio.
Es la hora del caf anunci. Vienes?
Estoy con dos clientes que estn llenando sus formularios contest
. S un buen chico, quieres? Treme un caf solo, con un poco de azcar.
El resto del da fue una verdadera confusin. Los anuncios del domingo,
mayores de lo comn, haban atrado a clientes hambrientos de empleo,
quienes se apiaban en el cuarto de recepcin, mientras el telfono sonaba
sin cesar. La extraeza acerca de Allen Cutler rondaba por mi cabeza, pero
no se afianz hasta el anochecer, cuando me sent en mi silencioso cuarto
de estar con mi vaso en la mano. Mi mujer, Beverly, era enfermera
diplomada. Como trabajaba en el turno de noche, parti para el hospital
antes de que yo llegara, dejndome una notita.

132
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Es probable que hubiese descartado aquella repentina y sorprendente


imagen de Allen Cutler como una simple y absurda distorsin de la
realidad, algo parecido a un viejo conocido visto de repente en un espejo
loco del parque de atracciones, pero mi reconcentrado anlisis me
convenci de que Allen se pareca a la caracterizacin de un fugitivo que
haba salido en los peridicos, y que recientemente, durante su ausencia,
qued grabada en algn oscuro lugar de mi mente.
Hall al fin la respuesta en la pgina de un peridico fechado diez das
atrs. Haba guardado aquella pgina ya que la ilustracin que
acompaaba a cierto artculo me era sumamente familiar. No le prest
demasiada atencin porque el rostro estaba relacionado con un crimen;
pero se me ocurri pensar que quizs aquel hombre podra venir a mi mesa
en busca de trabajo, y por ello arranqu la pgina y la guard.
Ahora me encontraba sentado con aquel recorte de peridico y
examinaba aquella fisonoma bajo una potente luz, teniendo presente la de
Cutler sin gafas, ya que el criminal buscado no las llevaba. Adems, su
cabello estaba oculto debajo de una gorra de timonel.
No era una fotografa sino un retrato robot, y aqu radicaba el verdadero
dilema sobre su identidad. Hay tan pocos casos de retratos robots que se
asemejen al criminal buscado que en realidad son como pequeos milagros
de colaboracin entre el artista y el testigo. Por lo general, un retrato robot
no es mucho ms que un esbozo de las caractersticas faciales, un aspecto
parcial de la estructura y expresin del rostro.
Yo entiendo de estas cosas. En un tiempo me ganaba la vida pintando
retratos, haciendo bocetos y caricaturas al carbn. Saba que si a Allen
Cutler se le quitaban la gafas que usaba habitualmente por necesidad y se
le cubra el cabello blanco con una gorra con visera, el retrato robot del
peridico, aunque mecnico, sera una imagen fiel de mi compaero. Ahora
lo poda ver, me era posible verle claramente, a pesar de que estaba seguro
de que un ojo no entrenado, incluso el de un conocido, sera incapaz de
equiparar a Cutler con la imagen publicada.
Por supuesto, podra ser una mera similitud accidental, ya que no haba
ninguna razn para sospechar que el lado oculto de Allen fuera una vida
secreta dedicada al crimen. As que volv a leer el artculo del peridico,
buscando una pista en cada lnea.

133
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Dos hombres armados con pistolas automticas calibre cuarenta y cinco


haban atracado el Banco Merchants Security minutos despus de que un
camin blindado hubiese depositado ms de noventa mil dlares en
moneda corriente. Llevaban gorras de timonel y bufandas con dibujos. En
el momento de entrar, se colocaron las bufandas sobre el rostro, de modo
que slo fueron visibles sus ojos.
Todo podra haberles salido bien a los bandidos, si un cliente no les
hubiese visto desde la puerta principal antes de entrar y alertado a un
coche patrulla que acababa de aparecer por la esquina.
Uno de los atracadores haba sido abatido por la Polica cuando
intentaba huir. El otro tom como rehn a Miss Lynn Radford, pagadora
del Banco, y escap con todo el botn por la puerta lateral. Una vez afuera,
el ladrn la meti en un coche que tena estacionado en una calle adyacente
y se escabull.
Segn la versin que cont Lynn Radford, luego de haber sido liberada
ilesa, su capturador no poda conducir con la bufanda sobre su rostro, y se
la haba quitado de un tirn. De este modo, ella pudo echarle una mirada,
aunque la mayor parte del tiempo l mantuvo su cabeza vuelta y la gorra le
cubra todo el cabello. Miss Radford haba anotado el nmero del coche, un
Ford sedn de color beige; pero luego se descubri que las placas de
matrcula eran robadas.
El caso tena un aspecto secundario muy fascinante. El ladrn abatido,
Harley Beaumont, de treinta y ocho aos, trabajaba como programador de
computadoras en la seccin de procesamiento de datos del Banco
Merchants Security. Se haba divorciado haca poco y no tena ningn
antecedente criminal.
Cutler era un personaje de la misma calaa, y eso era lo ms intrigante.
Miss Radford describi al ladrn como un hombre alto y delgado, de unos
cuarenta aos, y esto se ajustaba a Cutler. Ella crea que el atracador tena
ojos de color azul plido, al igual que Cutler, segn creo recordar, a pesar
de que stos se vean bastante oscurecidos por sus potentes gafas. Cutler no
poda prescindir de ellas; pero durante el asalto quizs habra utilizado
lentes de contacto.
Por ltimo, el robo haba tenido lugar al tercer da de comenzadas sus
vacaciones. Harley Beaumont tambin estaba de vacaciones.

134
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Era muy excitante especular sobre todas estas posibilidades; pero mi


exaltacin fue pronto remplazada por una paulatina depresin. Qu
sucedera si Cutler era en verdad el asaltante del retrato robot? Si yo
pudiese probarlo, tendra las suficientes agallas como para entregarlo a la
Polica?
Con una sensacin de alivio, me dije a m mismo que slo se trataba de
un juego al cual yo estaba entregado. Todava poda dar otro paso antes de
verme comprometido.
A la maana siguiente, dispuesto a mantener el asunto en secreto, hasta
para Bev, la cual, de todos modos, se encontraba profundamente dormida
cuando sal para el trabajo, telefone a Miss Lynn Radford al Banco
Merchants Security. Despus de presentarme, aadiendo el dato de que
trabajaba para la Blaine Whatley Associates, le dije que tena razones
para creer que un compaero mo de trabajo podra ser el sobreviviente del
asalto al Banco, el mismo hombre que la haba hecho rehn, escapando con
ms de noventa mil dlares.
Me cost un poco, pero al final pude convencerla de que nos
encontrsemos en el restaurante en el cual mi sospechoso almorzaba
habitualmente, y de ese modo ella podra echarle una mirada. Puse la
condicin, ya que era un asunto extremadamente delicado acusar a un
hombre que podra ser considerado un tanto amigo, de que ella no ira a
ver a la Polica hasta que ambos no hubisemos intercambiado algunas
opiniones. Ella me garantiz su silencio.
Le pregunt si poda arreglrselas para salir del Banco media hora antes
del medioda y as poder hablar con tranquilidad, previa llegada del gento
que vena a almorzar. Me contest que volvera a llamarme y al cabo de
unos minutos lo hizo para confirmarme que saldra de all en taxi a las once
y media. Al haber averiguado que yo realmente trabajaba para Whatley
Associates, esta vez su voz sonaba mucho menos desconfiada.
Lynn Radford lleg justo detrs de m, vistiendo un sencillo vestido de
algodn amarillo y con una expresin de preocupacin en el rostro. Era una
mujer joven bastante baja de estatura, que sin duda estara cercana a la
treintena. Tal vez era un poco gruesa para su talla, y sus pequeas facciones
no posean gran belleza. Su peinado, fuera de moda y recargado de rizos,
era casi una maraa de cabellos negros.

135
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

A pesar de la descolorida fotografa que haba visto en el peridico, pude


reconocerla en seguida. Yo estaba sentado a la mesa que estaba ms cerca
de la puerta de entrada, y Miss Radford, con una vacilante sonrisa, se dej
caer en el asiento opuesto y me observ en un cauteloso silencio.
Tendr que disculparme por todo este misterio dije; pero creo que
es necesario, y le agradecera su cooperacin.
Se encogi de hombros sin decir nada. Yo le pregunt si deseaba tomar
alguna cosa.
Su rostro se ilumin.
Me gustara un cctel de crema de menta y brandy decidi con
rapidez. Me sentira ms relajada si antes me entono.
Sonri de una manera tal que en su corriente rostro se esboz el primer
indicio de personalidad.
Ped dos ccteles iguales y ella continu diciendo:
Mr. Stansbury, no puedo evitar sentirme un poco nerviosa. Desde el
da del robo, todo extrao se me representa como una especie de amenaza.
Es comprensible.
Pero usted me parece una persona agradable, y no tiene nada de
temible.
Las viejecitas me adoran.
Qu va! dijo con una risita entrecortada.
Un camarero nos trajo los ccteles y ella se bebi la mitad de su vaso de
un solo trago. Le expliqu que, durante un tiempo, haba desempeado una
labor artstica, y que, debido a que haba estudiado con ojo profesional las
caractersticas faciales, pude reconocer las similitudes fundamentales entre
mi sospechoso y el retrato robot, mientras la mayora de las personas no
podran notar el parecido.
Qu clase de hombre es l? me pregunt.
Es agradable, bien educado, y tiene un trabajo de responsabilidad. Por
lo que yo s, nunca ha tenido problemas. Pero no deje que esto la engae.
Cules son sus caractersticas?
Iba a decrselas. Es alto y delgado, de treinta y nueve aos y...

136
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Eso se ajusta perfectamente al ladrn dijo.


Y usa gafas de mucho aumento con una montura negra bastante
gruesa.
Entonces se ha equivocado de hombre dijo muy segura.
Suponga que para el asalto utiliz lentes de contacto. Se tratara de
algo opuesto a un disfraz.
Le indiqu al camarero que nos trajera otra ronda de lo mismo.
Miss Radford se acerc a m de forma conspiradora.
Quiere decir, que a pesar de estar habituado a utilizar gafas de alta
graduacin, se ha tomado la molestia de comprarse lentes de contacto slo
para el atraco?
S, porque si se trata del mismo hombre, no podra ver sin aumento.
Tal vez se trate de un pequeo detalle, ya que l nunca haba pensado en
mostrar el resto de su rostro. Pero los pequeos detalles han resuelto
cantidad de crmenes.
Qu astuto dijo, aprobando con la cabeza. El camarero trajo las
bebidas y ella se dedic a la suya.
As que est preparada para las gafas le advert, e intente
borrarlas de su mente. No se olvide que su hombre llevaba una gorra en la
cabeza, y que usted no le vio el cabello. Es totalmente blanco y muy
abundante.
Cabello blanco! Qued boquiabierta y movi su cabeza. No, no;
el asaltante tena cabello oscuro, le vi las cejas, y eran negras.
Entonces se las oscureci con lpiz de carbn.
Gafas gruesas y cabello blanco reflexion, alzando su cctel.
Usted pide mucho, pero me esforzar.
Concntrese en observar la nariz, la boca, la mandbula y la
configuracin de su rostro.
S. Pero cmo podr observar todo eso, con slo una mirada furtiva y
desde lejos?
Le ver de cerca. No podr dejar de vernos desde la puerta, y yo la
presentar como a una vieja amiga. Su reaccin nos dir mucho ms que su
aspecto.

137
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Cara a cara? inquiri con angustia. Mire, re, quiero decir, que
nunca me imagin que usted me dira que... Escuche, creo que necesito otro
trago.
Encargu el almuerzo y un tercer cctel para ella, penas prob bocado de
la comida. Miss Radford estaba bastante achispada y ya nos llambamos
por nuestros nombres de pila cuando Allen Cutler entr en el restaurante y
se qued parado cerca de la entrada, tratando de conseguir una mesa. Yo
me haba sentado a propsito de frente a la entrada, y le hice un gesto
informal para que se acercase.
A Lynn Radford le dirigi una rpida y meditada airada, y una corts
sonrisa. Si la haba reconocido en aquel primer momento, su compostura
deba estar revestida de acero puro. Les present de un modo improvisado.
Lynn es una vieja amiga de Beverly invent. La he visto salir de
una tienda y la he invitado a almorzar. Por qu no te unes a nosotros? No
creo que encuentres una mesa decente, y nos iremos dentro de nos minutos.
En ese caso... acept Cutler.
Me corr y le dej sitio junto a m. Llam al camarero, y mientras Allen
ordenaba su almuerzo, estuve endiente de cmo Lynn le observaba. A
pesar de encontrarse un poco ebria por los ccteles, pareca no haber
perdido el control.
Vive en la ciudad, o slo ha venido a hacer compras? le pregunt
Allen, dando pie a la conversacin.
Estaba de compras durante mi pausa para almorzar hasta que me
encontr con Don contest, y se qued contemplando a Allen con
atencin. Soy pagadora en el Banco Merchants Security.
Merchants Security repiti l, alzando sus cejas blancas por
encima de la montura color caoba de sus gafas. Lo conozco, hace un ao
tena all una cuenta corriente.
Estaba a punto de decirle que su rostro me resultaba familiar
manifest Lynn con gran osada; pero ahora no le encuentro sentido, ya
que estoy en Merchants desde hace nada ms que tres meses. Dgame,
siempre ha llevado gafas?
Me temo que s contest Allen con suavidad.
Su rostro y su voz no haban sido alterados por el ligero momento de
tensin. Levant su Tom Collins de la mesa y bebi delicadamente.

138
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Yo debera utilizar gafas confes Lynn. Mi trabajo me fuerza


mucho la vista, y la rutina me est desgastando. Supongo que slo es
coquetera femenina; pero he pensado en ponerme lentes de contacto. Los
ha usado alguna vez?
S dijo Allen sin vacilar. Y son una verdadera molestia. No me he
podido adaptar a ellos. Cierta noche, al llegar a casa bastante borracho,
cuando me los estaba quitando, una de las lentillas se me cay al suelo.
Algo diminuto. No la pude encontrar, as que me olvid de ellas y me
compr estas gafas concluy riendo entre dientes.
Parecen muy potentes dijo Lynn, sonriendo. Me las puedo
probar slo por diversin?
Por supuesto contest Allen.
Sin titubear, extendi el brazo velozmente, pero con tan mala suerte que
golpe con el codo uno de los vasos, derramando la bebida sobre la mesa y
en el regazo de Lynn Radford. Ella se incorpor para limpiarse con una
servilleta.
Me pareci una artimaa desesperada. Pero le haba estado observando
con atencin, y aquel accidente sucedi de un modo muy natural...
Disclpeme Lynn, qu torpe he sido rog Allen con aire contrito.
No es nada le contest ella con indiferencia, mientras observaba su
reloj de pulsera. Ser mejor que nos demos prisa dijo, y yo ped la
cuenta.
La acompa en taxi hasta el Banco en que ella trabajaba. Durante el
trayecto sacamos nuestras conclusiones.
Crees que lo ha hecho a propsito? me interrog. Toda aquella
escena de la bebida derramada.
Es probable contest. Y a ti qu te pareci? Se trata de nuestro
hombre?
Creo que es el asaltante pero no estoy del todo segura. Las gafas, el
cabello... Lo del cabello es increble. Me ha despistado por completo. Y
tambin hay otra cosa: la piel morena.
Qu tiene de raro?

139
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

El atracador llevaba puesta una bufanda azul oscuro con dibujos


vistosos. Cuando se la quit, en contraste su rostro me pareci plido. No
bronceado.
Allen dice que ha estado de vacaciones en la playa, y puesto que el
robo ocurri al tercer da de haberlas comenzado, creo que tuvo tiempo
suficiente para broncearse.
Debes admitir que todo esto es demasiado confuso dijo ella.
Qu piensas de la voz?
No ofrece ninguna ayuda. Aquel sujeto me mostr una gran pistola,
un calibre cuarenta y cinco, segn me han dicho, y pronunci dos palabras:
Sin trucos! Me condujo a la periferia, se detuvo en el bordillo de la acera
y ladr otra palabra: Fuera! Eso es todo lo que le o.
Y qu me dices del coche que conduca? Te fijaras en l.
S y no. Quiero decir, yo estaba asustadsima, y mi capacidad de
concentracin no se encontraba en su mejor momento. La nica cosa en que
me fij bien fue en la placa de su matrcula. Pero luego descubrieron que
haba sido robada.
Pero te habrs fijado en el coche. En el peridico dice que se trataba de
un Ford sedn de color beige.
Les dije a la Polica que me pareci beige, ya que la pintura estaba
cubierta de suciedad, y adems se trat de una impresin borrosa. No estoy
segura. Recuerdo que era un Ford sedn, de unos tres o cuatro aos; pero
por dentro era totalmente ordinario. En las calles debe haber montones de
coches as, y si ahora estuvisemos detrs del mismo coche, dudo que lo
reconociera.
Dejmonos del coche por ahora; volvamos a nuestro hombre. Slo dijo
unas cuantas palabras. Pero qu caractersticas tena, cmo se desenvolva?
Hizo algo que ahora pueda ayudarnos? No creo que se limitara a quedarse
sentado.
S, eso es lo que hizo. Durante todo el tiempo estuvo conduciendo
mirando hacia delante o atisbando por el espejo retrovisor.
Sucedi algo antes de que partieseis con el coche?
Lynn hizo un movimiento de asentimiento con la cabeza.

140
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Luego de forzarme a subir en el coche, tuvo que dar la vuelta para


sentarse en el asiento del conductor, y mientras lo haca, yo intent
escaparme. l me agarr del brazo y, tras unos forcejeos, volvi a
introducirme otra vez. Fue en ese momento cuando me ense la pistola y
dijo: Sin trucos!
Nada ms?
Frunci el entrecejo.
No me acuerdo de nada ms; es decir, de nada importante. Ese da
perd un pendiente; pero se me pudo haber cado en cualquier parte, as
que eso no lo mencion. Ms tarde, estuve tratando de acordarme si se me
haba cado dentro del coche o en la calle, cuando estuvimos forcejeando.
Crees que deba habrselo dicho a la Polica?
En este momento ya no tiene mucha importancia opin.
Quiz para ellos; pero no as para m dijo casi con un gemido. Ese
pendiente era muy especial ya que perteneca a un juego que me haba sido
regalado por una persona muy querida hace mucho tiempo y en un lugar
muy lejano.
Busc torpemente en su bolsa para sacar un pendiente, que mantuvo
sostenido ante mis ojos.
No es algo encantador, con este pequeo corazn y esta montura? Es
jade autntico; al menos, eso es lo que creo yo dijo con optimismo.
Para no mostrarme descorts, cog el pendiente que ella me ofreca y lo
sostuve en mi mano. Era un corazn verde de dudoso jade, engarzado a
una cadena de oro, y el corazn tena ensartada diagonalmente una flecha
tambin de oro. Fuera de su sentimentalismo, aquello no pareca tener
mucho valor.
Muy atractivo dije, y se lo devolv.
Supongo que ahora es un poco tonto conservarlo coment abstrada
, ya que quizs l est casado y me haya olvidado hace aos.
Dej caer el pendiente dentro del bolso con un gesto resignado.
Como nos estbamos acercando al Banco, le dije:
Bien, cul es tu veredicto? Aparentemente no tenemos otra
posibilidad que guiarnos por tu memoria. Es Allen el hombre, o debemos
desecharlo como sospechoso?

141
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Oh, no, nada de eso! exclam. Es slo que trato de ser cautelosa.
Si nos olvidamos de sus gafas y del cabello, el rostro de Allen Cutler es
muy similar. Muchsimo! Si le quitamos las gafas y le ponemos una gorra,
yo no dudara en decir: se es el atracador!
En tal caso...
Pero se apresur a aadir, eso no quiere decir que est de acuerdo
en denunciarlo a la Polica y al mundo entero. No, sera estpido actuar con
precipitacin. Muy peligroso. Te imaginas qu vergonzoso sera que nos
equivocsemos. Piensa en el dao que le causaramos. Hasta podra
demandarme. No, mejor esperemos un poco. Como t te encuentras tan
cerca de l, quiz podras hacer alguna averiguacin un poco ms concreta,
nada especial; pero que me convenza de que hago bien en acudir a la
Polica. Porque una vez que yo les diga que se es el hombre, ellos me
creern sin rechistar y le pondrn entre rejas.
Escucha dije, no tengo ninguna prisa en crucificar a un hombre
que puede ser inocente. As que meter un poco las narices, y ver qu
puedo averiguar. Entretanto, si es culpable, se dar cuenta de que sospecho
de l, y sin duda se traicionar.
Llmame me pidi cuando tengas alguna novedad. Espero que
sea pronto, ya que esta tensin me est destruyendo. La prxima semana
salgo de vacaciones, a menos que tengas una verdadera razn para que las
posponga.
Le dije que en los prximos das tendramos algo ms concreto. Pero
result que yo estaba equivocado. Allen no dej traslucir ni el ms mnimo
rastro de culpabilidad. Se mostraba amable, pero sin caer en el exceso.
Trabajaba las mismas horas y haca su tarea con igual actitud reflexiva, sin
abandonar su comportamiento sosegado. No evit mencionar el encuentro
con Lynn Radford; pero habl de l slo de pasada, como caba esperar.
Un da que sali a almorzar, trat de buscar en su escritorio alguna pista;
pero estaba cerrado con llave. Entonces hice planes para abrirlo de alguna
forma el lunes, que era cuando yo haca horas extra para ponerme al da en
el trabajo.
El viernes por la maana telefone a Lynn Radford y le dije que se
tomara las vacaciones, ya que Allen Cutler era, o el ms hbil de los
ladrones en plaza, o un dechado de inocencia.

142
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

El lunes le comuniqu a Blaine Whatley que me quedara a terminar


unos trabajos para la oficina. Naturalmente no le dije nada a Allen. A las
cinco, la gente comenz a marcharse, y a eso de las seis haba un silencio
desolador. Cuando me convenc de que estaba solo, me dirig al despacho
de Allen, con un artilugio en mi bolsillo que esperaba pusiera a mi
disposicin el cajn de su escritorio.
La puerta del despacho estaba cerrada. La abr y me introduje en l. Yo
haba visto salir a Allen, pero ah estaba l, sentado detrs de su mesa,
masticando un sndwich y repasando una pila de papeles. Por mi aspecto
debi ser obvio que su presencia me haba sorprendido y que yo iba all
slo para husmear.
Bien, bien dijo con entusiasmo. Supongo que te has enterado de
las noticias y vienes a despedirte de tu viejo camarada. Qu maravillosa
clarividencia que supieras que yo volvera para poner en orden mi
escritorio.
Qu noticias? pregunt aturdido.
Sintate, sintate me invit Allen.
Me sent, a pesar de que haba algo en su expresin que me deca que
deba salir corriendo.
Qu noticias? volv a decir.
Me voy contest en tono alegre. Acaso Whatley no te ha dado la
primicia? Bien, supongo que no he sido muy gentil al haber renunciado
esta tarde antes de cerrar, y Whatley deber estar demasiado afectado para
hablar.
Has dimitido?
Aj. Dentro de una hora me ir para siempre. Me ofrec a quedarme un
par de semanas hasta que Blaine encontrara un sustituto; pero estaba tan
furioso que no creo que hubiese soportado verme ni un da ms.
Perdona; pero es que no lo entiendo.
Allen dio un mordisco a su sndwich.
Durante aos dijo he estado viviendo en un apartamento de una
sola habitacin, ahorrando cada dlar que ganaba, a la espera de tener un
golpe de suerte. Hoy, durante el almuerzo, cerr un trato con Len Kaplan.
Le comprar su negocio.

143
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Kaplan? La Agencia de Colocaciones Peerless?


As es. No se trata de la ms grande de la ciudad; pero ser la mejor, y
quiz tambin la ms importante, una vez que la reorganice y comience a
funcionar con todas sus posibilidades. Me llevar a dos empleados de
Whatley: Sandra Thompson y Joe Briggs, para ser concreto. Por eso es
por lo que Blaine estn tan disgustado conmigo. Por supuesto que tuve que
ofrecerles ms pasta de la que ese tacao les paga. Pero necesito a gente en
la cual pueda confiar, que me sea leal. Qu me dices de ti, Don? S que
eres una persona de confianza. Sin duda puedo contar con tu absoluta
lealtad. Te agradara entrar en el negocio como mi brazo derecho?
No lo s, Allen dije, intentando poner una cara lo ms inexpresiva
posible. Me encuentro bastante arraigado a este trabajo. Aqu al menos
tengo una sensacin de seguridad, y yo no soy un aventurero que vaya en
busca de nuevas emociones.
Mal, mal canturre, creo que intentas decirme que ests de parte
de Whatley, Don. Quizs l te ha enviado aqu para que espes al enemigo,
eh? Mira, si hay algo que no soporto es ser traicionado por un amigo.
Pero eso es ridculo! respond. Debes de estar bromeando.
Allen comenz a abrir metdicamente los cajones, apilando objetos sobre
el escritorio, entre los cuales se encontraba una gran pistola automtica
calibre cuarenta y cinco, y aunque haba sido colocada al azar, apuntaba
precisamente en mi direccin.
Es curioso murmur, la cantidad de basura que un hombre puede
acumular en su escritorio, y que no tiene cabida en una oficina. Cogi la
pistola y la sostuvo inclinada descuidadamente hacia mi pecho. Don, no
s el motivo dijo, pero, en los ltimos tiempos he tenido la sensacin
de que tu actitud hacia m es un poco hostil.
Nada de eso dije a la ligera, desviando mis ojos de la pistola, como si
ignorndola pudiese disminuir su peligro. No s de dnde has sacado
esa idea. Allen.
Siempre cre que nosotros ramos muy buenos amigos continu
diciendo, reclinndose en su silla y elevando ligeramente el can de la
cuarenta y cinco. Pero ahora...

144
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Tonteras! le interrump. Nosotros somos buenos amigos, Allen.


No debes hacer suposiciones, ni llegar a conclusiones equivocadas slo
porque...
No me guo por conclusiones, sino por intuiciones dijo bruscamente,
y de repente se inclin hacia delante con firmeza y elev la pistola a la
altura de mi cabeza. Y mis intuiciones me dicen que t eres un enemigo,
una peligrosa amenaza para mi futuro.
Con el pulgar ech el disparador hacia atrs, amartillando el arma con
un sonido seco que repercuti en m en forma de un intenso escalofro por
la espalda.
Allen, baja esa pistola y hablemos con calma! le ped con un tono de
voz que no tena nada de tranquilo. Ahora, escucha Allen, era simple
curiosidad, se trataba de un juego inofensivo. Sabes? A m nunca se me
cruz por la cabeza entregarte.
Entregarme? se burl. Qu quieres decir con eso de entregarme?
Por qu motivo? Y a quin ibas t a entregarme? A Whatley? Emiti
una risa mordaz con los labios fruncidos, mientras acercaba lentamente el
dedo al gatillo.
Ya no tiene importancia, de todos modos no pienso creerte dijo,
mientras yo buscaba una respuesta.
Estir su brazo, y la malvola boca del can de la pistola pareci querer
tragarme. Detrs de las gafas un ojo se cerraba con perversidad, el otro
miraba atento.
Entonces apret el gatillo.
El percutor se dispar, produciendo un fogonazo. No provino del can,
sino de la recmara de balas, que se abri con un chasquido apagado.
Despus de esto, Allen Cutler se llev un cigarrillo a los labios con la mano
libre y lo encendi con la pequea llama que provena de su mechero
calibre cuarenta y cinco.
Volvi a pulsar el gatillo y la llama se desvaneci. Coloc la falsa pistola
sobre el escritorio y se reclin, cruzndose de brazos. Poco a poco su
sonrisa se fue transformando en una risa ahogada, hasta que finalmente se
convirti en una carcajada. Tras unos cuantos espasmos, la hilaridad fue
menguando y se extingui con un gorgoteo.

145
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Allen se quit las gafas y me observ con los ojos llenos de lgrimas
debidas a su risa. Quiz se debiera al alivio de mi tensin; pero en aquel
momento no le encontr ninguna semejanza con el retrato robot del
atracador del Banco. Lo vea como a un adulto inmaduro, con un perverso
sentido del humor.
Se limpi las lgrimas con los nudillos y se ajust de nuevo las gafas.
Palme con cario el mechero calibre cuarenta y cinco.
Copia exacta. La compr el otro da en una de esas tiendas de
novedades que venden desde polvos para estornudar hasta serpientes de
goma. Una magnfica broma, no te parece?
S, magnfica dije con fuerza. Muy graciosa.
Te hace rer con tantas ganas que crees que te morirs dijo, y la
sonrisa desapareci de su rostro. Mira Don, no estaba bromeando cuando
te ofrec el trabajo. Es difcil encontrar personas capaces, y adems te
necesito. Todo el mundo tiene su precio. Cul es el tuyo?
Escucha Allen, en este momento no estoy preparado para...
Qu te parecen cinco mil dlares ahora, a modo de compensacin?
Dilo y te har un taln ahora mismo.
Cinco mil dlares?
Cinco de los grandes, Don.
Vea por dnde iba Allen, y poda oler el soborno. Dinero a cambio de
silencio.
Tu oferta es muy tentadora reconoc. Pero soy una persona
cautelosa. Esperemos a que el negocio comience a funcionar, y entonces te
contestar.
Pinsalo, muchacho dijo. Y en el momento en que te hayas
decidido, me lo comunicas.
Cuando me fui de all, Allen sonrea con gran vehemencia, pero el brillo
de sus ojos era malvolo. Saba que al no aceptar su oferta de cinco mil
dlares, l se convertira en un enemigo peligroso.
Regres a mi despacho y esper nervioso a que se fuera a su casa. Por
suerte, llegaron los empleados de la limpieza y, como si hubiese esperado
la seal, Cutler se march, con un maletn debajo del brazo.

146
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

El gran susto que pas con la pistola falsa no hizo precisamente que me
congraciara con l, y ahora, ms decidido, volv a entrar en su despacho.
Como era de esperar, el escritorio estaba vaco, pero su papelera se
encontraba repleta de cosas que haba descartado. Me llev el canasto a mi
despacho y examin minuciosamente su contenido. Haba restos de lpices,
un bolgrafo sin tinta, grapas de papel torcidas, cartas comerciales rotas,
algunas tarjetas y recibos, ms los restos de su sndwich envueltos en papel
parafinado.
No descubr nada interesante hasta que un con celo los fragmentos de
un recibo roto correspondiente a un trabajo en la vlvula de su Mercury
descapotable, extendido por Hickman Motors, Inc., servicio de
reparacin y venta de Lincoln, Mercury y Ford.
No haba nada extrao en aquello, y no ofreca ninguna pista; hasta que
descubr la fecha en que haba sido reparada la vlvula. El motor fue
revisado el mismo da en que se produjo el atraco. Bien, y ese da, mientras
le reparaban su Mercury, qu clase de coche utiliz Cutler?
Una agencia bien equipada como "Hickman" pens, probablemente
le prestara uno. Por supuesto que nada esplndido, pero s algn coche
confortable que sacaran de su lote de usados; por ejemplo, un "Ford" sedn
de color beige.
Estaba seguro de que el departamento de venta y reparaciones de
Hickman estara cerrado, pero no dudaba que el de coches usados
permaneca abierto hasta las nueve. Llam por telfono, y al preguntarle a
un vendedor sobre los prstamos de coches, ste me contest que no
tendra ningn problema. Al dejar yo mi coche, el servicio de reparaciones
me proveera de otro medio de transporte similar.
Satisfecho, no hice ms preguntas. Maana me presentara all a las ocho,
hora en que abra el departamento de reparaciones, con una historia que sin
duda me permitira inspeccionar el Ford sedn de color beige. De no ser
as, cuando volviese Lynn Radford de sus vacaciones, la llevara para que
echara un vistazo al coche, y quizs ella podra identificar una o dos cosas
no recordadas en su momento, debido a la excitacin.
Ahora el asunto estaba ms que claro. Con toda la inocencia del mundo,
mandamos el viejo coche a reparar, aceptamos otro en prstamo, le
ponemos unas placas de matrcula robadas, atracamos un Banco, volvemos

147
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

a poner las placas autnticas, y devolvemos el coche prestado. As de


simple!
Con cierto orgullo por lo descubierto, me guard en el bolsillo el recibo
de la reparacin y fui en busca de mi coche.
A la maana siguiente, al abrir el departamento de reparaciones
Hickman, yo ya estaba all. Me dirig a la mesa de informaciones y le dije
a uno de los empleados que haba perdido mi cartera, y que quiz podra
estar en uno de los coches de prstamo, un Ford sedn de color beige. El
hombre me mir ceudamente y dijo que ellos no tenan en el servicio de
prstamos un coche de esas caractersticas. Me estaba refiriendo al Ford
sedn gris?
Le dije que no haba dedicado mucha atencin al color, y que
probablemente sera se. l me contest que no se haba encontrado
ninguna cartera, ya que de ser as sta tendra que estar en el cajn del
escritorio de la oficina, que es donde se guardaban los objetos perdidos.
Pero que haca unos minutos, cuando l deposit en el cajn una pluma
olvidada, ste no contena ninguna cartera.
Salimos del garaje y nos encaminamos a un parque de estacionamiento
donde el empleado seal un Ford sedn gris cubierto de polvo, que yo
calcul sera del sesenta y seis o del sesenta y siete. Me acerqu al coche,
abr la puerta y entr. El empleado me observaba, as que me dediqu a
revisar el suelo a conciencia, mientras prestaba atencin a las caractersticas
y al color del interior del coche. Luego me inclin para mirar debajo del
asiento y encontr papeles, restos de comida, colillas y otros desperdicios.
Cul no sera mi sorpresa cuando descubr un objeto brillante verde y oro.
Casi se me escap un grito!
Lo busqu a tientas, de forma furtiva me lo puse en el bolsillo, sal del
coche, cerr la puerta y me dirig hacia el empleado.
No hubo suerte farfull. Quizs haya quedado en el traje que he
mandado a la tintorera.
Estacion una manzana ms abajo y mir el objeto. Sin duda alguna, se
trataba del otro pendiente de Lynn, con su cadena de oro engarzada a un
corazn verde de jade, y una flecha dorada ensartada en diagonal. Si esto
no la convenca de que tenamos al verdadero atracador, qu lograra
hacerlo?

148
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Tuve que esperar mucho para revelar mi descubrimiento; pero al fin


lleg el lunes, da en que Lynn Radford regresaba a su trabajo, y lo primero
que hice fue llamarla al Banco. Las vacaciones parecan haberle otorgado
nueva vida; ya no se expresaba con aquel tono de voz temeroso. Lo nico
que le dije fue que tena para ella un pequeo y fascinante recuerdo que
deseaba que viera. Quera observar su reaccin espontnea cuando yo
sacara de mi bolsillo el pendiente y lo balancease delante de sus
asombrados ojos.
Lynn me pidi que pasara esa noche por su apartamento y me dio la
direccin. Alrededor de las siete llegu a un alto y moderno edificio, y
como ella me haba indicado, sub al piso doce D. Me abri la puerta al
instante, luciendo un vestido floreado rosa plido que no le ayudaba en
nada a disimular la abundancia de carnes oprimidas en aquel diminuto
pedazo de tela. Como siempre, sus facciones corrientes quedaban anuladas
por el estrafalario peinado.
Qu agradable que hayas venido dijo, y me hizo pasar con un
amplio gesto. El saln de estar era demasiado grande para su mobiliario,
que se compona de una mezcla incompatible de objetos viejos y pesados
con ostentosos muebles modernos.
Nos sentamos uno frente al otro, Lynn tiesa y con mucho decoro, las
manos entrelazadas sobre su regazo.
Sabes comenz a decir, antes de que yo tuviera oportunidad de abrir
la boca, estaba por llamarte, ya que me he convencido de que Allen es
inocente, del modo ms extrao que te puedas imaginar.
Lo dices en serio? contuve con esfuerzo mi sorpresa. Es muy
interesante en vista de...
Espera a orlo! me interrumpi . Ests dispuesto a escuchar una
historia loca?
Te escuchar; pero...
Gurdate todo lo que tengas que decirme hasta que yo termine de
contarte ciertos acontecimientos que no he mencionado con anterioridad ya
que te ataan, y a m..., bien, a m me avergonzaban.
Hum contest.
Allen me llam al Banco justo antes de que yo saliese de vacaciones.
Por supuesto que se haba dado cuenta de aquel horrible intento de

149
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

identificarlo durante el almuerzo, y se encontraba psimamente. Dijo que


todo comenz con una broma. Alguien de la oficina descubri su parecido
con el retrato robot y le empez a importunar. Aquello tuvo un carcter
inocente hasta que t te hiciste cargo. Estabas enfadado y celoso porque Mr.
Whatley le acababa de ascender a director general, un puesto al que t
aspirabas desde haca tiempo. As que planeaste convencerme de que deba
ir a la Polica continu diciendo, como si estuviese regaando a un nio a
quien se iba a perdonar magnnimamente de un momento a otro. Para
Allen, todo resida en que se creara alrededor de su persona una atmsfera
de desconfianza, y que los peridicos publicasen algunos artculos nada
agradables, para que Whatley le echara, culpable o inocente.
Fantstico! me burl. Director general! Ese hombre es un genio
para tergiversar...
Espera! exclam ella. Escucha el resto y vers. En realidad, yo no
le cre hasta que l me sugiri que para aclarar este asunto, lo mejor sera
tener una entrevista en la Comisara con el sargento McLean. Se trata del
oficial encargado del caso. Comprendes? Hizo una pausa para respirar
. Sin embargo, Allen pensaba que la noticia poda filtrarse a los
peridicos, y para cuando la Polica le declarase inocente, su reputacin y
su carrera ya estaran arruinadas. Pero estaba dispuesto a aceptar el riesgo
si yo crea que aqulla era la nica solucin.
Una obra maestra! dije. Ganadora del primer premio de ficcin.
Bien, yo no pude dejar de admirar su generosa valenta prosigui
efusivamente, sin prestarme atencin. Le dije que si era inocente, yo no
deseaba verle daado ni humillado, y que tena que existir alguna otra
salida. Allen me propuso que lo hablramos en cualquier lugar pblico que
yo eligiera, as que le propuse que nos encontrsemos en un pequeo bar
cerca de aqu donde conozco al barman, un tipo que hace sentirme
protegida. No era que tuviese miedo; quiero decir, un alto ejecutivo de una
gran agencia de colocaciones de la categora de Whatley, difcilmente poda
ser un criminal.
Oh, no. Ella estaba tan engaada, que casi me daba lstima tener que
pincharle su globo inflado con gas de Cutler. Justo cuando le iba a mostrar
el pendiente de jade, ella comenz de nuevo a parlotear.
Cuando llegu al bar. Allen ya estaba instalado. Iba muy elegante, con
un precioso traje azul y poda parecer cualquier cosa, menos un vulgar

150
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

matn. Lo que quiero decir es que debes admitir que, a pesar de que tengas
tus razones personales para odiarle, Allen es un verdadero caballero! As
que tomamos unos cuantos ccteles, y l me habl de un modo serio y
directo, pidindome consejo sobre los pros y los contras que existan en ir a
la Polica o en encontrar alguna otra solucin. De improviso, se interrumpi
para quitarse las gafas y me observ fijamente a los ojos. Entonces me dijo:
Mrame bien! Tengo cara de maleante, de criminal? Soy aquel atracador
de sangre fra que te tom como rehn? Si lo crees, ve al telfono y llama a
la Polica. Me quedar aqu sentado, esperndoles a que vengan a
buscarme. Era una situacin muy graciosa, los dos all sentados,
mirndonos severamente el uno al otro. Ambos nos dimos cuenta de la
humorada y pronto Allen comenz a sonrer, yo le devolv la sonrisa, total
que al rato nos estbamos desternillando de risa. Antes de que se hiciese de
da yo ya saba que no le haba visto jams en mi vida, y que Allen Cutler
era tan ladrn de Bancos como lo poda ser mi padre.
Interrumpi su monlogo con un suspiro. Busqu desesperado el
pendiente para sacudirlo ante su cara, y darle un informe completo sobre el
coche.
Un relato asombroso dije. Uno de los ms fantsticos que jams
haya escuchado. Pero ahora...
Ella no me haba escuchado.
Sin duda alguna no fue amor a primera vista comenz a decir;
pero acab siendo amor. Me he pasado casi todas mis vacaciones con Allen.
No te parece algo atrevido? Si eres tan amable, chale una mirada a esto.
Su pequea y regordeta mano sali disparada en mi direccin,
exhibiendo un anillo de compromiso que brillaba con bastante intensidad,
y una alianza de plata.
Nos hemos mudado aqu, y cada uno ha trado sus muebles dijo.
Por supuesto, los trastos viejos son mos. Pero es que no me pude separar
de ellos.
Toda persona tiene su precio, haba dicho Allen, y l tuvo que pagar uno
muy elevado. Me pregunt cunto tiempo debera pasar antes de que
estuviese suficientemente seguro como para divorciarse. Era probable que
tuviese que esperar hasta el da en que expirase la ley de prescripcin sobre
el robo. Un largo camino, viejo colega Allen.
Y dnde est el feliz novio? le pregunt.

151
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Se encuentra en la agencia Peerless. Por las noches y durante los


fines de semana la estn renovando. No me atrev a decirle que ibas a venir;
pero confo en que volvis a ser otra vez amigos.
Por unos instantes estuve dudando si mostrarle el pequeo pendiente de
jade con su vulgar corazn atravesado por la flecha le hara un favor o le
causara un perjuicio.
Considralo como una broma pesada que no has podido evitar me
aconsej. Perdona y olvida. Mira, en realidad ya no tiene ninguna
importancia. Aunque Allen fuera tan culpable como el peor de los
pecadores, yo lo perdonara y estara a su lado. Incluso mentira por l.
Quiero decir que, en este triste mundo, no es acaso el matrimonio lo ms
sagrado?
Contra ellos dos, no haba ninguna oportunidad. Acept el hecho,
pensando en el riesgo que corr al haber desenmascarado a un ladrn.
Luego, record el ofrecimiento que me haba hecho.
Los ojos lnguidos y enfermos de amor de Lynn se posaron en m.
A propsito, no tenas algo que deseabas ensearme? pregunt
abstrada.
No era nada, Lynn. Mira, probablemente ha sido como t dices.
Hemos estado a punto de cometer una terrible equivocacin. Te dir una
cosa, Lynn: lo primero que har maana ser llamar a Allen. En realidad,
creo que Whatley Associates se me ha quedado pequeo...

152
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

9
EL CIENTFICO Y EL REMBRANDT ROBADO

ARTHUR PORGES

La percepcin, una capacidad innata en algunos, ser


de muy poca utilidad si no va acompaada del don de la perspicacia.

Un confidente no es querido por nadie dijo el teniente Trask. Es


inherente a su oficio comportarse como un oportunista y un egosta,
viviendo con criminales, o cerca de ellos, para despus traicionarlos por
dinero. Siempre que he tenido que tratar con alguno de ellos me he sentido
sucio; pero, sin ellos, un departamento de Polica, al menos en una gran
ciudad con un elevado nmero de crmenes, sera de muy poca ayuda.
Tambin existen algunos problemas administrativos. Hay que pagarles por
una informacin correcta, y no est permitido que esto aparezca
abiertamente en los presupuestos, lo cual significa que hay que mentir y
quebrantar algunas disposiciones, con el comisario haciendo la vista gorda.
Cyriack Skinner Grey, enhiesto en su silla de ruedas, podra haber
pensado que Trask era una persona demasiado parcial. Alteraba su mente
metdica, que siempre buscaba el equilibrio de las partes. Darwin, pens
con irona, tena el hbito de anotar toda objecin que le surgiese
espontneamente en relacin a la seleccin natural de las especies, dndose
cuenta, mucho antes que Freud, de que este tipo de evidencias corran la
suerte de olvidarse al instante.
As y todo, deber tener el coraje de mezclarse con toda clase de
sujetos, muchas veces desesperados y violentos, a los que habr de
traicionar seal Grey.
Eso no se lo discuto respondi Trask de mala gana. Pero a
menudo no tiene otra manera de ganarse la vida, aunque, para ser honesto,

153
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

es muy probable que el riesgo que ello entraa, caminar en la cuerda floja,
ofrezca algn tipo de estmulo y objetivo a una vida sin motivaciones, que
es la que la mayora de esa gente lleva.
Grey movi la mano hacia un botn adosado al brazo de su silla; pero
luego se detuvo.
Iba a ofrecerle caf dijo; pero hoy es un da clido y quiz prefiera
algo fro.
Qu tiene a mano?
Limonada, hecha con limn verde.
Formidable. Soy capaz de beberme varios litros.
El cientfico dio una vuelta al pequeo grifo de su diminuta nevera y
llen un vaso con la bebida helada. Se lo tendi a Trask, quien le dio las
gracias con un movimiento de cabeza.
Deliciosa dijo, sorbiendo sediento el verde lquido.
Bien, qu me cuenta de Max Rudolph?
Es un perista consumado, uno de los mejores. Paga un precio justo y
nunca ha delatado a ningn cliente. Eso no es frecuente, crame. Segn el
informante, l es la persona que compr el dibujo de Rembrandt a un
ladrn, y el mismo que lo revender quin sabe a qu precio. Tengo
entendido que Rembrandt era un excelente dibujante, y que sus obras de
este tipo se cotizan al mismo precio que los leos de los artistas ms
consagrados. El boceto preliminar descubierto recientemente se titula La
ronda nocturna, una obra famosa, e iba a ser vendida de forma fraudulenta
al mejor postor. Todo lo que s es que para Rudolph representa una
ganancia de un milln de dlares. Los del museo dicen que no tiene precio.
Sucede que ya no se encuentran ms nuevos Rembrandt.
Me pregunto por qu un hombre compra algo que no puede vender,
exhibir, ni siquiera admitir que lo posee dijo Grey en voz alta, y al
instante, se contest a su propia duda. Slo un coleccionista consagrado:
un verdadero fantico. Alguien que se regocije con el objeto en privado.
De eso se trata convino el detective. Pero hay un lado curioso que
la mayora de las personas no comprende. Los coleccionistas ricos tienen
mentalidad de dinastas, y a menudo provienen de viejas familias. Piensan
con cien aos de anticipacin. Para entonces, todos los especialistas de los
museos habrn muerto y desaparecido; ellos no tienen el linaje suficiente

154
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

como para durar tanto. Lo mismo pasa con nosotros, los policas, y los
liquidadores de seguros. Pero sus tataranietos descubrirn un Rembrandt
perdido, y, si es necesario, podrn venderlo en su momento por muchos
millones de dlares. Qu extrao, no es cierto?
Para m, s, pero obviamente no lo es para esos compradores ilegales.
Est bien dijo Trask, alargndole a Grey su vaso vaco y aceptando
que se lo llenara otra vez. Conseguimos el soplo. Rudolph se llevar
consigo el Rembrandt a su yate y dar una vuelta por el mar con el mejor
postor. Se detuvo, mir al cientfico de modo pensativo. Lo crea o no,
unos das atrs yo era incapaz de distinguir un Rembrandt de un Da Vinci;
en poco tiempo he aprendido un montn de cosas.
El rostro de Grey se crisp.
No dudo que usted ha estudiado mucho en su casa le asegur al
teniente. Pero no se olvide de que usted me trajo aquel Fragonard de la
compaa de seguros y que con ese encargo adquiri cierta experiencia.
No se puede comparar con ste! protest Trask con vehemencia.
Sin embargo, tan pronto como obtuvimos el soplo, me comuniqu con la
guardia costera, y ellos salieron rpidamente para interceptarles. Rudolph
es condenadamente rico, listo y con suerte: nunca ha sido condenado. Posee
un gran yate capaz de alcanzar una velocidad de transatlntico, as que la
guardia costera tuvo que correr un buen trecho. Les evit astutamente en
bancos de niebla, cambiando el rumbo del yate, y con otros trucos que
haran palidecer de envidia a Hornblower; pero la guardia tena radar, as
que no pudo escaparse. Finalmente le hicieron ponerse al pairo, abordaron
su embarcacin y trajeron a Max de vuelta al puerto, donde yo le esperaba.
Bebi el resto de su limonada, dej el vaso sobre la mesa y continu
diciendo:
Ahora viene la mala noticia. Hasta ese momento, todo estaba sAllendo
a pedir de boca; la guardia costera y yo habamos trabajado como una
mquina de precisin. No exista ninguna duda de que el dibujo tena que
estar a bordo; dejando a un lado el soplo, haba otra razn para su
travesa? No era un buen da para andar con bromas, se lo aseguro; fro,
hmedo, brumoso, el mar picado y un viento persistente. Bien, registr el
barco. Soy un experto en eso; no dej nada sin revisar. Pero el Rembrandt
no apareci.
Arrojado al mar para recuperarlo despus sugiri Grey.

155
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Es posible; pero con escasas probabilidades. Por un motivo. Estoy


completamente seguro de que le sorprendimos; no tena ni la menor idea
de que se le iba a interceptar. Luego, segn explic el capitn de la guardia
costera, slo un navegante experto y con mucha suerte podra encontrar un
paquete pequeo, sin una radio de seales, con la niebla reinante, y
contando adems con recobrarlo al cabo de muchos das; corrientes, olas,
vientos, fondos irregulares. Para m, chino, pero algo muy simple para un
marino. Tuve que creer en su palabra. Ahora, no puedo evitar tener la
corazonada de que el Rembrandt an se halla a bordo del yate; aunque no
puedo encontrarlo, y por eso estoy aqu, degustando su limonada.
El cientfico pareci un poco desconcertado, una reaccin atpica en l.
Me parece que esto no es algo para m dijo. Por razones obvias,
registrar un barco desde una silla de ruedas es an ms impracticable que
hacerlo en una casa. Podra enviar a Edgar, pero...
Grey se encogi de hombros.
Creo que no he sabido explicarme dijo Trask. Por supuesto, un
reconocimiento fsico del barco est fuera de cuestin; por otra parte, yo ya
lo he hecho. No, lo que a m se me ocurre es una tentativa ms prxima a la
carta robada. Estoy tratando de localizar algn escondite que se distinga
por lo obvio. Rudolph es un sujeto muy ingenioso y con mucha experiencia.
Yo creo que cuando la guardia costera le persegua, l la estuvo
entreteniendo para poder ocultar el Rembrandt; y por lo visto ha hecho un
trabajo muy fino.
Veo que Edgar estaba equivocado observ Grey, y dej escapar de
sus ojos un profundo brillo. Despus de todo, ciertos detectives leen
relatos policacos. As que carta robada?
El detective sonri.
Edgar, el Prodigioso Enanito, tena razn; yo no los leo. Pero durante
el curso que hice en la Universidad sobre ciencia policial, el profesor haca
mucho hincapi en la literatura y cit unos cuantos relatos que consideraba
clsicos. se fue el primero de la lista, y nunca lo he olvidado. Una historia
muy ingeniosa.
Ah tiene un detalle acerca de Rudolph y el yate. l podra haber
ideado una solucin demasiado difcil, que quiz con un simple registro,
aun realizado por un profesional aqu Trask se ruboriz no descubrira
nada. Bien. Y qu es lo que quiere que haga?

156
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Esto dijo el teniente tajante alzando su maletn. Tengo planos


detallados del barco y fotografas: muchas fotos ampliadas, claras, de todos
los ngulos; del interior y del exterior. Usted conoce a mi fotgrafo; es muy
bueno. Ahora, si usted pudiera examinar todo este material y utilizar esa
gran imaginacin que posee...
Yo estoy dispuesto a colaborar explic Grey; pero no espere
ningn milagro. Si a usted le ha sido imposible descubrirlo en la escena del
crimen, por llamarle de algn modo, lo ms probable es que yo no tenga ni
el ms remoto xito a muchos kilmetros de distancia y slo con planos y
fotografas.
Es probable admiti Trask. Pero considerando sus antecedentes,
podra suceder que Mr. Max Rudolph encontrara un rival digno de ser
respetado. A propsito, se da la rara coincidencia de que l es un
coleccionista de los trabajos de Poe. Lo hace abiertamente, pero no me
extraara que tuviese unas cuantas piezas ocultas para su propio deleite. Si
es que todava existe algn Tamerlane perdido, que segn tengo entendido
es el ms curioso de los trabajos de Poe, y uno de los ejemplares ms
extraordinarios que se hayan publicado, no me cabra la menor duda de
quin podra tenerlo oculto en una habitacin bajo llave.
Ahora lrguese dijo el cientfico con una sonrisa. Ya est bien de
informacin esotrica. Por hoy no soy capaz de concentrarme escuchando
todas esas cosas.
Ya me marcho. Pero si es posible, trabaje aprisa. No podemos retener
por mucho ms tiempo a Max ni a su yate; ahora me estoy arriesgando
demasiado. Con la ayuda del capitn Haskill, de la guardia costera, he
tenido que inventar unos cargos idiotas, como la falta de cinturones de
seguridad adecuados a bordo, o arrojar agua sucia en el puerto, cualquier
cosa con tal de que no pudiese zarpar. Si no fuese por sus conocidos
antecedentes, y es una lstima que no tenga condenas, Rudolph podra
demandarnos, en el caso de que no encontrsemos el dibujo. Quiero decir
si usted no lo encuentra!
Con mucha sensatez, no esper una contestacin, y se march.
Grey emiti una risa ahogada, sacudi su cabeza maciza, y comenz a
examinar los planos y las fotografas, utilizando para ello un atril mvil que
estaba sujeto a uno de los brazos de su silla. Un yate es un pequeo mundo
en s mismo, muy limitado en cuanto a espacio, y los planos mostraban

157
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

cada centmetro cbico. Segn las notas que venan adjuntas, escritas a
mano por Trask con una clara letra de imprenta, el dibujo de Rembrandt
solo meda noventa por cincuenta centmetros. Si esto tena alguna relacin
con el escondite, de ninguna manera era explcito. El dibujo poda haber
sido enrollado y escondido en una abertura cilndrica de siete u ocho
centmetros de dimetro y no ms de cincuenta de profundidad. Por otra
parte, si lo mantena plano, y sin duda Rudolph no sera tan vndalo como
para doblar algo de un valor incalculable, el dibujo precisara un sitio
rectangular considerable, aunque no demasiado profundo. No era probable
que lo hubiese enrollado, salvo de una forma muy floja; un Rembrandt
daado se vendera por un precio mucho ms bajo. Pero no se poda
descartar la posibilidad de una cuidadosa plegadura; por ejemplo,
colocando el dibujo en algn pequeo recodo. En suma, muchos ngulos;
demasiados, reflexion irnicamente Grey.
Durante casi tres horas estuvo estudiando los datos, satisfecho, como
siempre, por el trabajo detallado que evidenciaban la capacidad y el
cuidado de Trask, pero as y todo no se le ocurra ninguna idea.
Presionando un botn del brazo derecho de su silla, obtuvo un frasco de
cristal con coac. Bebi despacio, a sorbos, paladeando la bebida con
placer, y se concentr todo lo que pudo, pero el teatro de su mente no tena
nada que mostrarle; el escenario estaba vaco...
Con un suspiro, coloc el informe a un lado, sabedor de la importancia
de un nuevo comienzo cuando el problema se presentaba hermtico. La
pequea radio FM que tena detrs de su cabeza se encendi; al or el
Concierto de Brandenburgo, se relaj, y se dispuso a escucharlo.
Media hora despus, lo intent de nuevo, esta vez utilizando sobre las
fotografas del barco una magnfica lente de aumento. Comenz por la
sentina, y fue avanzando poco a poco. Una raya detrs de otra; ningn
escondite que Trask pudiera haber pasado por alto se apareca a su ojo
interno, ni externo.
Luego pas a los aparejos, al mstil; era probable que fuese hueco; pero
el detective no haba descubierto hendidura alguna, as que el Rembrandt
no estaba dentro.
Su ojo se pos sobre la parte alta del mstil; el conjunto de tres lentes
acromticos revelaba cada mnimo detalle de la ntida fotografa. Al llegar a
la punta, su mirada se qued clavada. En el cientfico se reflej un atisbo de

158
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

duda; mas luego busc rpidamente entre las fotos otra que mostrara el
objeto de su atencin: lado izquierdo, lado derecho. Acerc y alej la lupa,
calculando... sus ojos brillaban como dos pequeos fuegos... Muy curioso, a
no ser que... una vez ms, alguna posibilidad... Diez minutos ms tarde se
puso en comunicacin telefnica con Trask.
Estaba en ese preciso lugar! le dijo el detective a la maana
siguiente. Dentro de la bandera. Quin diablos iba a adivinar que una
bandera poda ser doble? No es usual que estn hechas de esa forma.
Tiene razn reconoci Grey. Como usted bien supuso, Rudolph
debi hacer ese trabajito mientras se escabulla entre la niebla.
Es verdad, en eso acert admiti Trask con pesar; pero pas por
alto la bandera. Qu le hizo descubrirlo?
En primer lugar, me bas en una suposicin. Al igual que usted, di por
sentado que la bandera estaba hecha con una sencilla pieza de tela, as que
si el dibujo estaba all, nadie lo hubiese notado, ni si quiera desde el muelle.
Despus se me ocurri pensar en dos banderas cosidas una a la otra, y
examin con detenimiento ambos lados. Eso es lo que le ech a perder los
planes a Max. En su apresuramiento, no se percat de que obraba con
torpeza. Mire, una de las banderas estaba actualizada, con sus cincuenta
estrellas; pero el otro lado de la misma bandera, vista en una fotografa
tomada desde un ngulo distinto, presentaba slo cuarenta y ocho estrellas.
Eso me revel que mi sospecha de una bandera doble era acertada.
Tiene razn, cosi las banderas apresuradamente. Cuando arriamos la
bandera nacional, esto salt a la vista. Trask movi la cabeza con
curiosidad. Despus de todo, tena alguna relacin con el asunto de la
carta robada, no es as?
Ya lo creo asinti el cientfico. No hay muchas cosas en un barco
que sean tan evidentes como una bandera azotada por el viento.
S dijo el detective, sonriendo. Y nadie pensara en una bandera
de doble fondo. Slo usted!

159
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

10
ASESINATO EN LA LUNA DE MIEL

C. B. GILFORD

A veces ella senta deseos de matar a Tony, su marido. Y pensar que se


haba casado haca apenas una semana!
Mira, Carol le haba dicho, estos tres amigos me han invitado a
jugar al golf con ellos. Como s que t no juegas, y a m el golf me apasiona,
te importara mucho que fuera yo solo?
Todos los das tena alguna excusa, cualquier cosa con tal de desaparecer
por dos o tres horas, hasta que aquello se transform en un asunto
concerniente a su orgullo y ella dej de poner objeciones, de rogarle
compaa. Pero cualquier chica en su luna de miel se pondra a pensar...
Estar de vuelta aproximadamente a las siete dijo. Esprame en
nuestra mesa habitual. Si se me hace tarde, puedes ir andando hasta la
hostera y comenzar con los aperitivos.
Si se le haca tarde! Ya eran las ocho, o quiz ms. El sol se estaba
ocultando en el mar, transformando en prpura su color anaranjado. Los
faroles japoneses que colgaban por toda la terraza-comedor titilaban como
tempranas lucirnagas. Ella iba por el tercer cctel, y se hallaba enfadada e
inquieta.
Hasta que se cans de soportar las miradas curiosas de los otros
comensales y las compasivas ojeadas de aquel camarero: Oh-oh, a Mrs.
Linvale la han dejado plantada. La luna de miel no ha durado mucho tiempo.
Abandon la terraza-comedor y se dirigi hacia la playa. Estaba
oscureciendo con rapidez, y en la brisa se perciba un ligero aire fro; pero
era bienvenido despus del bochorno que sinti al salir de aquel lugar. Se
quit las sandalias y las llev en la mano para poder caminar descalza

160
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

sobre la arena fresca y mojada. Se encamin hacia el Norte, alejndose de la


hostera, sin saber bien hacia dnde iba, ni cun lejos pensaba llegar.
Caminaba ligera, dando grandes zancadas para tratar de ahuyentar su
malhumor, cuando de repente divis a un desconocido. Daba la impresin
de que vena desde las cabaas, o quizs habra bajado por uno de los
senderos de excursionistas que recorran la boscosa ladera de la montaa.
El sujeto se encaminaba hacia el agua, cruzando por delante de ella; pero
cuando la vio acercarse, se detuvo y la esper.
Carol se encontraba demasiado sorprendida para detenerse, dar un
rodeo, o regresar, as que continu caminando directamente hacia l. Se
trataba de un hombre joven, no tan alto como su marido ni tan corpulento.
Sus cabellos eran del color de la arena, no oscuros como los de Tony. Vesta
un pantaln de bao, como si hubiese bajado con la intencin de darse un
chapuzn en el ocano.
Se qued parado en el mismo sitio, esperando a que ella se le acercara.
Antes de que ella le dejara atrs, el hombre le pregunt suavemente:
Tiene fuego?
Por alguna razn, a pesar de su intencin de no hacerlo, ella se detuvo.
Le mir, notando por primera vez el blanco cigarrillo que colgaba de sus
labios. Fue todo lo que pudo ver de su rostro ya que la noche haba
descendido rpidamente, y l se apart un poco de su lado.
Se encontraba a solas con un desconocido en una playa vaca. De la
hostera la separaba una distancia de unos cien metros. A lo lejos, poda
observar el destello de las luces de las cabaas, diseminadas entre los
rboles, y de un modo vago percibi que aquel hombre, a pesar de no ser
corpulento, posea un cuerpo musculoso y bien formado.
No, lo siento le contest, y se dispuso a seguir caminando.
Aquello sucedi de un modo inesperado. El hombre se coloc detrs de
ella, y antes de que pudiese defenderse, la tena sujeta. Con la mano
derecha amordazaba fuertemente su boca, impidindole gritar, e incluso
respirar. El brazo izquierdo le rodeaba la cintura, aferrndole ambos brazos
a la altura de los codos, mientras la llevaba a rastras por el declive de la
playa que conduca al agua.
Carol luch denodadamente con pies y piernas, las nicas partes de su
cuerpo que poda mover, pero slo era carne golpeando carne, y la de ella

161
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

era mucho ms blanda que la de l. Sus talones aporrearon los tobillos del
hombre, hacindole moderar el paso, ya que casi dio un traspi; pero no fue
capaz de detenerle. En seguida se encontraron entre las olas. Ella pudo
sentir la turbulencia del mar en sus piernas, subiendo y retrocediendo.
Aquel hombre tena la intencin de ahogarla!
De pronto, el raptor se detuvo. Se qued parado, sujetndola an
indefensa; pero sin llevarla ms lejos. Una ola, un poco mayor que las
dems, les pas a la altura de la cintura. Ella pudo sentir cmo su cuerpo se
afirmaba contra la marea. Por el momento, dej de luchar y de resistirse,
esperando a que l se decidiera.
En el instante en qu l comenzara a arrastrarla de nuevo, iniciara el
combate. se era su nico pensamiento.
Entonces el hombre hizo algo inesperado. Puso los labios en su oreja y le
habl en voz alta para que ella pudiera orle sobre el ruido del oleaje.
Mrs. Linvale, ahora la voy a soltar. Por favor, no comience a gritar ni
salga corriendo, ya que tengo algo importante que decirle. Soy su amigo.
No la solt de inmediato. Ella sinti que la tensin del cuerpo del
hombre se relajaba muy lentamente. An la mantena sujeta, y si ella
optaba por seguir luchando o gritar, l no tena ms que volver a apretar
para inmovilizarla.
Podra haberla matado. Ahogado. Lo comprende? Pero no lo hice, ni
lo har. Soy su amigo. Promtame que no gritar cuando la suelte.
Ella asinti con la cabeza. Habra prometido lo que fuera.
Apart la mano que le tapaba la boca; pero con el brazo izquierdo an le
rodeaba ligeramente la cintura. Ella se gir para verle la cara, y se encontr
con un rostro sonriente, y no con el de un loco asesino.
Vayamos hacia la playa para descansar y hablar propuso el hombre.
No le solt la cintura. La mantena enlazada, guindola por entre el
oleaje, sostenindola con firmeza cuando se acercaba una ola. Era increble
cmo la presin de aquel brazo se haba modificado.
Aqu mismo dijo l, cuando llegaron a la arena seca. De todos
modos, su vestido est bastante mal, as que un poco de arena no le har
nada. Debe de hallarse cansada. Ha luchado de un modo formidable.

162
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

En efecto, estaba cansada. Dej caer todo su peso sobre la arena. Tena la
sensacin de que se le hubiesen agotado las fuerzas. Si el hombre planeaba
matarla all en vez de hacerlo en el agua, ella no podra ofrecer ninguna
resistencia.
Sin embargo, todo lo que hizo fue tenderse a su lado, apoyndose sobre
un codo.
Quiere que empiece por el principio, Mrs. Linvale? le pregunt,
despus de unos minutos. O quiz deba llamarte Carol?
Ella se senta demasiado extenuada para oponerse.
Muy bien continu. Te encuentras aqu de luna de miel con tu
marido, Tony Linvale. Antes de casarte, hace un par de semanas, eras Carol
Richmond, la heredera, apenas cumplidos los veintin aos. Voy bien
hasta aqu?
Carol no respondi.
T no sabas mucho acerca de Tony Linvale; pero te pareci apuesto y
seductor. Quiz se te ocurriera pensar que l podra ser un cazafortunas; sin
embargo, estabas locamente enamorada.
Tena ganas de decirle que no era verdad. Ella amaba a Tony.
Esto conduce a tu llegada a este paraso para recin casados con el
siempre amado Tony, quien, casi tan pronto como se instala aqu, comienza
a actuar de un modo curioso.
La vergenza le encendi las mejillas.
Qu quiere decir con eso? le ret.
Sabes muy bien lo que quiero decir, Carol. Eres una mujer chapada a
la antigua, y tu idea sobre la luna de miel es que la novia y el novio estn
juntos casi siempre. Y Tony desaparece todos los das unas cuantas horas,
sin que t sepas dnde se encuentra.
Carol haba vuelto a recuperar su aliento y su lucidez.
Slo quiero que me explique por qu me arrastr hasta el agua e
intent asesinarme. A eso quiero llegar.
Qu ha hecho Tony para que le mezcle en esto?
Todo.
Ella se sent, y el desconocido se apresur a imitarla.

163
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Est bien, cuntemelo.


Tu marido mencion alguna vez a una tal Diane Keith?
No, nunca.
Bien, se trata de la persona a la que tu esposo ve cuando logra
desembarazarse de ti.
No es verdad!
No eres nada original, Carol. Todas las esposas dicen lo mismo cuando
se enteran de la mala noticia. Pero si deseas seguir viviendo, querida, es
mejor que me creas.
Esta vez ella le respondi despacio, muy tranquila.
Est bien, hbleme de Diane Keith.
Diane Keith es la amiga, amante, o esposa, de Tony Linvale, no estoy
muy seguro. Ahora ella se hospeda en un albergue cercano, frente a la
playa, llamado Mar del Sur; pero se citan en cualquier sitio. Cuando tu
marido te dice que se va a jugar al golf con sus amigos, o cualquier otra
cosa, se dirige directamente a verla. Hizo una pausa, con su rostro casi
pegado al de ella. Por qu no me dices que no es verdad?
Ella no trataba de creer ni de desconfiar, se limitaba a escuchar para
enterarse.
Cul es el resto de la historia? le pregunt.
Ah es adonde quera llegar. A propsito, mi nombre es Gil Hannon.
Ella se limit a seguir mirndole.
No pretender aparentar ser lo que no soy. He tenido mis altibajos, y
ahora estoy en un momento malo; pero sin antecedentes penales. Sin
embargo, por alguna razn tu marido se imagin que yo era la persona
adecuada. l me contrat para matarte.
Luego de haber sobrevivido a la experiencia de sentir que se iba a morir,
aquello no le afect demasiado. No le crea, pero se lo tomaba con calma.
Eso es una mentira dijo ella.
El hombre se encogi de hombros con indiferencia.

164
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Me he tomado todo este trabajo para que pudieses ver cmo estuvo
planeado; pero supongo que ests tan loca por Tony Linvale que ni con los
hechos delante de tus ojos eres capaz de creer. No es as?
Por supuesto que amo a Tony.
Todava? Escucha, Tony no se atrevi a hacer el trabajo por su cuenta
porque pensaba que la repentina muerte de una esposa joven y rica
levantara demasiadas sospechas sobre el marido. As que esta tarde estuvo
realmente jugando al golf, y se quedar con sus compinches hasta entrada
la noche, ya que se trata de su coartada. Tony saba que cuando te
enfadabas tenas el hbito de dar una caminata para calmarte, e incluso
saba que lo hacas en esta direccin. Yo deba apresarte y ahogarte en el
ocano. Desapareceras por uno o dos das; luego, la marea te depositara
en alguna playa. O bien habas ido a nadar sola, ahogndote, o quiz se
tratase de un suicidio, debido a que pensabas que tu marido no te amaba.
Parecera cualquier cosa menos un asesinato.
Su mente estaba confusa. Todo sonaba muy lgico, pero as y todo no lo
era porque haca de Tony un asesino, y l no poda serlo.
No rechaz ella. No...
Si yo hubiese llamado a tu puerta y te hubiera contado todo esto,
naturalmente no me habras credo. Eleg este camino para mostrarte cmo
deba funcionar el plan.
Por qu no ha acudido a la Polica?
Me hubiesen credo ellos ms que t? Cuando tu marido me hizo esta
proposicin, mi primera reaccin fue rehusar pero luego, por algn motivo,
despert mi curiosidad. Cuando te vi por primera vez, el asunto me
interes ms. Digamos que por ti.
Por m? volvi a sentirse incmoda, recelosa de Hannon.
As es. No poda evitar preguntarme por qu alguien con una esposa
tan esplndida deseaba su muerte. Esa Diane Keith es de buen ver, pero no
puede compararse contigo. Adems es un poco mayor.
No haba nada repelente en Gil Hannon, pero ella no poda evitar tenerle
miedo. De repente sinti un escalofro, dndose cuenta de que estaba
empapada.
Me marcho dijo.

165
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Gil se incorpor de un salto, ayudndola a pararse. Incluso recorri la


playa para recoger su bolso y sus zapatos.
An no me crees, no es cierto? dijo alcanzndoselos.
No lo s... Pero ahora me tengo que ir...
Te acompaar.
La cogi del brazo, conducindola hasta un sendero de piedras que se
hallaba a mitad de camino, antes de llegar a la hostera. Pareca saber en
dnde viva ella. Finalmente se detuvieron ante la puerta de la cabaa
nmero ocho.
He aqu la suite nupcial anunci, y parece no haber nadie dentro.
Es probable que hoy Tony no regrese hasta tarde, quizs hasta la
medianoche. Luego traer a sus amigotes para beber un ltimo trago y
hacerles testigos de que su esposa ha desaparecido. Si esto no te convence,
cario, espera a ver su cara cuando l descubra que todava ests con vida.
Carol ya estaba introduciendo la llave en la cerradura.
Buenas noches, Mr. Hannon.
En el momento en que l la agarr de los hombros, la puerta ya estaba
abierta. Aquello le caus sorpresa; aunque no opuso resistencia. Saba lo
fuerte que era aquel hombre; pero ella poda gritar, y lo hara si hiciera
falta. La prxima cabaa se hallaba a slo quince metros.
Sulteme le dijo, o si no...
Escucha dijo, sin impresionarse, eres muy obstinada. Pero s
cautelosa, quieres? No le cuentes nada de lo ocurrido esta noche. Dile que
has estado aqu todo el tiempo. Eso lo pondr en guardia de cualquier
modo, y tal vez me d una oportunidad para probarte que no miento. Me
prometes que lo hars?
Su rostro se hallaba muy cerca del de ella, se haba parado justo debajo
de la pequea luz de la puerta de entrada. Tena los cabellos bastante lacios,
la tez bronceada, se vea un poco tosco, y desde luego no era apuesto, sus
ojos deban ser color pardos. Lo examin durante unos instantes.
Est bien dijo ella al final.
De acuerdo. Ya me pondr en contacto contigo.
La dej marchar de mala gana. Ella aprovech la oportunidad para
entrar aprisa en la cabaa y cerr la puerta con llave. Por la ventana

166
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

observ cmo l se alejaba por el sendero de lajas. Entonces encendi las


luces y registr la sala de estar, el dormitorio y el cuarto de bao. Tony no
estaba por ninguna parte, y ya eran ms de las nueve.
Se quit las ropas mojadas, se enjuag el cabello para quitarse la arena, y
se puso el pijama y un albornoz encima. An no haba podido sacar
ninguna conclusin. Las continuas ausencias de Tony le preocupaban.
A las diez y media apag todas las luces y se tendi en la cama en
completa oscuridad. Se dio cuenta de que, por algn motivo, aceptaba la
prediccin de Gil Hannon de que Tony no regresara hasta la medianoche.
No obstante, se resista a creer cualquier otra cosa.
Tony lleg a la cabaa pasadas las doce. Ella comprob la hora con las
manecillas luminosas de su pequeo reloj despertador. Fuera se
escuchaban algunas voces masculinas. Luego, sinti que alguien introduca
la llave en la cerradura y, por ultimo, el ruido de la puerta que se abra.
Entrad a tomar un trago invit Tony.
No, no; es demasiado tarde le contest alguien. Mira, ya te hemos
retenido lo suficiente. Recuerda que te encuentras en tu luna de miel.
se es precisamente el motivo por el cual quiero que entris insisti
Tony. Deseo que vosotros respaldis mi historia. Vamos entrad. Ver si
Carol est an despierta...
Ella le escuch atravesar el saln de estar, abrir la puerta del dormitorio,
y se imagin su atltica figura enmarcada en la entrada. Su mano busc el
interruptor, y la luz inund la habitacin.
Carol...
All estaba, alto, ojos oscuros, cabellos rizados, mostrando el magnfico
bronceado de sus brazos y pecho que resaltaba entre el cuello abierto de su
camisa de polo blanca. Ella se sent en la cama y le observ. Sus ojos se
encontraron, y Carol trat de descubrir en los de l la respuesta a sus
dudas.
Se haba sorprendido al encontrarla an viva? Daba la impresin de que
Tony le sonrea de un modo tmido y avergonzado. No era acaso eso lo
que se esperaba de l?
Tras un largo silencio, sin decir una sola palabra, sali del dormitorio,
cerrando la puerta. Ella escuch que les hablaba a sus amigos.

167
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Mirad chicos, Carol est dormida y creo que ser mejor no despertarla.
Por qu no dejamos ese trago para otra oportunidad?
Por supuesto, Tony...
Despus de unas silenciosas despedidas, las voces desaparecieron por
completo. La puerta de entrada fue cerrada con llave. Se escucharon los
pasos de Tony atravesando el saloncito, y volvi a abrir la puerta del
dormitorio.
Ahora la expresin de su cara era completamente distinta, sumisa y
arrepentida. Se dirigi despacio hacia la cama.
Ya no me dirigirs ms la palabra? le pregunt. No estoy del
todo segura le respondi ella con franqueza.
Tony se sent sobre el lecho, muy cerca de ella, pero sin tocarla.
Carol, supongo que podra inventar cualquier excusa, pero en realidad
no quiero mentirte.
Lentamente se inclin hacia ella. Carol no se movi. Su boca se pos
sobre la suya. ste era el idioma en que l se expresaba mejor, pens.
Tony la bes, sin que ella se lo impidiese.

Durmieron hasta bien entrada la maana. Lo primero que percibi Carol


fueron los labios de Tony restregndose suavemente contra sus mejillas. Sin
abrir los ojos, ella se gir para encontrarse con su beso. Era tan fcil
perdonar a Tony..., pero sus palabras le hicieron recordar instantneamente
todo lo ocurrido la noche anterior.
Cario, esta maana tenemos un compromiso para ir a pescar en alta
mar.
S, haba dicho tenemos. Carol abri los ojos y le observ. Estaba
sonriendo con entusiasmo. Como un nio grande, se dijo.
Pero si te he dicho que me da mucho miedo navegar por el ocano en
una barca pequea.
Su cara se ensombreci. Del entusiasmo pas a la decepcin.
Es cierto, me lo habas dicho. De pronto tuvo un plan. Un prfido y
deshonesto plan. Si eso era lo que l quera..., ella no tena ningn problema
en cooperar.

168
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Querido, no quiero echarte a perder la diversin. S que me he casado


con un hombre deportista, y que de vez en cuando deber resignarme.
Pero sta es nuestra luna de miel, Carol, y yo ya te he dejado sola
demasiadas veces.
Tony, insisto; la pesca en alta mar ser para ti una gran diversin.
Al final, viendo que tena que rendirse a su obstinacin, consinti en
marcharse solo. l no saba cunto iba a durar la pesca, pero le garantiz
que regresara mucho antes de la cena; a tiempo para nadar un poco. No se
repetira lo de la noche anterior. Tony pareca haberse olvidado de que no
haban desayunado.
Observ cmo se marchaba por el sendero de lajas, vestido con camisa,
pantalones y zapatos blancos. Luego, sin esperar a vestirse, telefone al
Mar del Sur y pregunt por Gil Hannon.
Soy Carol Linvale le dijo, al escuchar al otro lado del hilo su voz
adormilada.
l se despej al instante.
Bien, veo que comienzas a tener confianza en m. Eso quiere decir que
el honorable marido ha actuado de acuerdo a lo que predije.
Carol pas por alto la estocada.
Tony se acaba de marchar. Me ha dicho que va a pescar en alta mar.
Mr. Hannon, usted tiene que hacerme un favor.
No necesitas ms que pedirlo. Quiz deseas que te haga compaa?
Estaba pensando que tal vez se haya ido a ver a esa Diane Keith...
Apuesto a que s. Ha estado preguntando por m, para saber qu sali
mal anoche. No le habrs contado nada, verdad?
No, no se lo he contado. Si usted logra enterarse de dnde se
encontrar hoy con Diane Keith, espero que me lo comunique.
Ahora eres t quien precisa de mis servicios, no es eso?
Est bien, le emplear si es necesario.
No lo es. Estoy en esto por diversin. Quieres ver a Tony y a Diane
juntos? Mira, para m ser un placer mostrrtelos. Estars en tu cabaa?
S, estar all.

169
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Entonces, hasta la vista.


Apenas colg el receptor se pregunt si haba hecho lo correcto. Estaba
actuando como si confiara en Gil Hannon. Y no era as. Pero descubrir si
Diane Keith exista en realidad, tena su lado positivo, y vala la pena
intentarlo aunque tuviese que confiar en un desconocido.
Se puso una blusa verde y unos pantalones cortos blancos, y se at atrs
su cabello negro con una cinta, tambin verde.
Durante todo este proceso se estuvo examinando con ojo crtico en el
espejo, preguntndose si Tony slo quera su dinero o la quera a ella.
Acaso no tena una buena apariencia? Ojos bonitos, facciones armnicas,
una piel suave y figura agradable. Le gustaba Gil Hannon? O ella a l?
Tom el sol durante un rato delante de la cabaa. Luego volvi a entrar
en ella y la recorri a pasos regulares. Se hallaba enfadada. Gil Hannon
haba dicho que ella estaba locamente enamorada de Tony. Quizs sa
era la explicacin. Aunque se empeara en creer que Tony quera matarla,
le estaba permitiendo no obstante que la pusiera continuamente en ridculo.
Un fuerte golpe en la puerta interrumpi sus sombros pensamientos.
Era Gil Hannon, vestido con pantalones y una camisa con el cuello abierto.
A pesar de la ropa, le segua pareciendo tosco.
Quieres comprobar lo de Tony? le pregunt.
Dije que lo deseaba.
Est bien, vmonos.
Carol le sigui cuesta arriba hasta la carretera, donde l haba
estacionado su coche, un descapotable con tres aos de antigedad, sucio
por el polvo del camino. Se dirigieron hacia el Sur.
Acabo de hablar con Tony hace unos minutos le comunic Hannon
. Le dije que la pasada noche te estuve esperando, pero que t no
apareciste. Pareca muy decepcionado y me dijo que esperara a las
prximas instrucciones. Yo le contest que lo hara.
A los cinco minutos de estar viajando, el camino comenz a subir un
escarpado risco. Por un momento, los rboles ocultaron el panorama del
ocano. Hannon pareci haber encontrado al fin el sitio que buscaba. Hizo
girar el coche sobre el borde de grava, y fren.

170
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Diez a uno que se han citado aqu dijo. He escuchado en secreto


su conversacin telefnica, y adems se trata de un sitio al que una vez le
vine a ver.
Hannon fue adelante, a travs de rboles y matorrales, ayudando a Carol
en los lugares difciles. Hasta que se detuvo y seal hacia abajo para que
ella pudiese ver.
A unos ciento cincuenta metros debajo de ellos se hallaba el ocano, las
olas golpeando con fuerza las impresionantes rocas y salpicando espuma
blanca por todas partes. Entre las escarpaduras y fuera del alcance del
oleaje, haba una cala de arena rosa. La ocupaban un hombre y una mujer.
Carol reconoci al instante a Tony; pero era a la mujer a quien observaba.
Desde aquella posicin ventajosa era difcil apreciar si era bonita o no.
Tena puesto un traje de bao de dos piezas, y sus piernas lucan un
esplndido bronceado. Los cabellos y el rostro se ocultaban detrs de la
ancha ala de un sombrero de paja.
Tony y la mujer se encontraban hablando, sentados en la misma posicin
uno al lado del otro pero sin tocarse, con las rodillas flexionadas hasta la
mandbula, y ambos miraban en direccin al mar.
La dama se llama Diane Keith dijo Hannon.
Carol la mir con fijeza; no poda apartar sus ojos de la pareja. Tony le
minti, no haba ido a pescar en alta mar. Tena una cita secreta con aquella
mujer.
No estn haciendo el amor dijo Carol en voz alta.
Hannon se ri entre dientes.
As es, no creo que hagan el amor todo el tiempo que estn juntos.
Sbitamente, Carol se sinti furiosa con aquel hombre.
Mr. Hannon, quiero que me diga la verdad. Alguna vez ha visto a mi
marido hacindole el amor a esa mujer?
No; nunca lo he visto dijo con indiferencia.
Volvieron a subir hasta el coche. Hannon dio la vuelta y retorn por el
camin que haban venido. Durante todo el viaje se mantuvo en silencio.
Carol saba que estaba enfadado debido a la testarudez de ella; pero no le
importaba. Para creerle, tendra que tener ms pruebas.

171
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Cuando llegaron, ella se desliz del coche antes de que l pudiese abrirle
la puerta.
Muchas gracias, Mr. Hannon.
Y ahora qu piensas hacer?
No lo s.
No tienes celos, o miedo?
Un poco de cada cosa reconoci; pero me niego a desesperarme.
Si necesitas algo de m puedes llamarme ofreci Hannon, poniendo
en marcha el coche, y dejndola desconsolada.

Tony regres a la cabaa a las cuatro de la tarde. A pesar de su aspecto


jovial, se notaba que por dentro senta amargura. Carol supo en seguida
que las cosas no le haban ido bien aquel da.
Vamos al agua le dijo, a modo de saludo. Carol neg con la cabeza.
Tena puesto un simple vestido estampado, quizs un poco convencional
para el lugar y la hora.
Cmo te fue con la pesca? le pregunt.
No hubo suerte.
Pero has salido?
Por supuesto.
Minti con facilidad, aunque haba que decir que ya estaba
acostumbrado. Se acerc a ella tomndola por los hombros, y se inclin
para besarla. Carol se apart.
Qu te sucede?
sa es una pregunta tonta, no te parece? Ests disgustada porque te
he dejado sola todo el da.
Tony, mi problema no es tan simple como eso. Lo que sucede es que
no te creo que hayas ido a pescar.
l dio un paso atrs, observndola con suspicacia.
No me crees? Entonces qu supones que he hecho?
Dmelo t.

172
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

No se hallaba tan tranquila como aparentaba. Quera que l confesara su


mentira, sobre Diane Keith, y que se explicase. Quizs hubiera una
explicacin. Diane Keith poda ser un viejo amor que chantajeaba a Tony
ahora que l estaba casado con una mujer rica. Podan existir cientos de
explicaciones. Pero ella le comprendera.
Tony se qued mirndola durante largo rato sin decir una sola palabra, y
ella sinti que la invada una ligera sensacin de temor. En aquel momento
ni siquiera fingi que la quera; pareca enfadado, decepcionado,
impaciente. Por ltimo, sin decir nada se volvi y sali de la habitacin.
La haba dejado sin saber qu hacer ni qu pensar. Su acusacin le
sorprendi, pero no estaba seguro de lo que ella saba. Era probable que se
fuera con Diane Keith. Quiz no regresara ms. No, l volvera... si la
amaba... o si deseaba asesinarla. Esper, preguntndose si deba quedarse o
salir huyendo.
Eran casi las seis cuando llam Gil Hannon.
Carol, ests sola?
S.
Te importa si paso un momento? Ha surgido un nuevo imprevisto.
Estar aqu le asegur.
Lleg en seguida. Tena una expresin furtiva y preocupada, pero se
detuvo por un momento para admirarla.
Tu marido es un estpido. Cmo puede querer deshacerse de una
mujer tan hermosa como t?
Cul es el nuevo imprevisto? le interrumpi.
Hannon se sent en una silla y encendi un cigarrillo.
De qu habis estado hablando? le pregunt. Acaso le has dicho
que sabes algo acerca de Diane Keith?
No, lo nico que le dije fue que no le crea que hubiera ido a pescar.
Y qu te respondi?
Nada. Simplemente se march.
Si le pareci que no vala la pena seguir mintiendo, es que piensa que
t debes saber algo. De ah el motivo de su apresuramiento. Hannon se

173
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

reclin, dndole una larga chupada al cigarrillo. Acaba de llamarme. La


misma proposicin: quiere que yo te mate.
Carol hundi el rostro entre las manos, intentando hacer desaparecer
aquellas horribles imgenes: Tony en la playa con esa mujer... Tony
volviendo a la cabaa, mirndola con suspicacia, distante, como un extrao.
Ciertamente no era su Tony... Ella no poda haber estado tan ciega cuando
se cas con l.
Logr ganar algo de tiempo dijo Hannon, pero no puedo hacerlo
indefinidamente. Y t tampoco puedes seguir dndole largas al asunto,
Carol. Tienes que comprender que tu vida est en peligro. Si Tony ve que
yo no le hago el trabajo, conseguir a algn otro para que me sustituya.
Escucha, habis hecho alguna clase de arreglo legal por el cual Tony
pueda heredar a tu muerte?
Ella asinti con la cabeza. Ambos haban hecho testamento. Tony tena
unas propiedades en Nueva York. Le haba dicho que si algo le sucediese, l
quera que aquello fuese para ella. As que firm un testamento conjunto.
Toda la fortuna que ella hered de su padre, pasara a Tony.
Entonces, no estars segura dijo Hannon, hasta que no modifiques
eso.
Ella volvi a asentir.
Te llevar de regreso a tu casa. Iremos directamente a ver a tu
abogado.
Carol alz la vista. El hombre cruz la habitacin y puso una rodilla en
tierra frente a ella.
Pedirs el divorcio continu diciendo, y as Tony no podr sacar
ningn provecho con tu muerte. Despus, ya podrs tomarte el tiempo que
necesites para cavilar sobre todo ello. Vamos, iremos en mi coche.
Ella se dio cuenta de que estaba llorando.
Eres muy amable, Gil.
No es nada. Yo te amo, Carol.
Entonces, antes de que pudiera comprender lo que estaba sucediendo, l
se reclin hacia delante y pos sus labios sobre los de ella. De un modo
automtico e instintivo, Carol se ech hacia atrs.
Lo siento se apresur a decir Hannon.

174
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Pero entonces era ella la que lo senta. Gil Hannon estaba tratando de
ayudarla. Era un hombre bueno y agradable. Estir su brazo y le toc
ligeramente la mano.
Eres maravilloso, Gil dijo.
Pero me estoy apresurando un poco razon. T ests casada.
Supongo que an no me puedo hacer a la idea de que ests casada con un
sujeto que lo nico que quiere es deshacerse de ti. Deja que yo me haga
cargo de todo; lo primero que har ser alejarte de Tony.
Ella mene la cabeza.
Qu quieres decir? An amas a ese tipo?
Estoy casada con l.
Pero no le has mirado a los ojos? No tienes confianza en m?
Carol se qued pensando durante un buen rato, y finalmente dijo:
Es difcil para una mujer admitir que se ha equivocado. Escucha, an
no lo s.
Gil Hannon se incorpor, sin importarle demostrar su clera.
Entonces supongo que deber encargarme yo mismo de Tony.
Se fue sin dar ninguna explicacin a sus palabras.

Cuando Gil regres, ya haca tiempo que haba anochecido, y era tarde
para cenar; deban ser las diez y media pasadas. Durante su ausencia, Carol
apenas se movi de su lugar. Tony no dio seales de vida. Ella haba
encendido una sola lmpara, y estuvo pensando cmo poner en orden sus
confusas emociones.
Gil entr sin llamar. Se qued parado en medio de la habitacin, con el
rostro desencajado, reluciente por la transpiracin. Ella poda ver el
movimiento de su pecho debajo de la camisa empapada.
Me he encontrado con tu marido dijo. Tomamos juntos unas
cuantas copas y tuvimos una larga conversacin. Me ofreci un fajo de
billetes si me encargaba de liquidarte. Me habra gustado que pudieses
haber escuchado nuestra charla, Carol, pero yo le dije que se olvidara. Se
acerc unos pasos. Ir al pueblo para declarar ante la Polica.

175
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Carol asinti.
De acuerdo. Quiz sea sa la mejor solucin. Otra vez volvi a
arrodillarse ante ella. Ahora escchame con atencin, querida. Tu marido
est en estos momentos en el Mar del Sur con Diane Keith. Ha bebido
mucho. Quiz se le ocurra hacer el trabajo por su cuenta, as que te he
trado esto.
Meti la mano en el bolsillo y extrajo una pistola. Se la puso a Carol
sobre el regazo. Era negra, pequea, de aspecto mortfero.
Me la ha dado tu marido. No me preguntes cundo la adquiri. Dijo
que, si quera, poda usar la pistola para matarte, siempre y cuando l
tuviese su coartada. Ya lo ves, se encuentra prcticamente desesperado. Yo
le contest que no la usara; pero no se la quise devolver. Creo que eres t
quien la necesita.
Carol se encontraba aterrorizada.
Y qu piensas que debo hacer con ella?
Usarla sobre Tony Linvale, si esta noche regresa en su estado de
inconsciencia.
Pero es que yo no s cmo usar una pistola...
Quitas el seguro de un golpecito, y luego aprietas el gatillo.
Pero estoy segura de que no le dar a nada...
Dispara sin cesar. Nadie se acercar si le recibes con una lluvia de
balas por doquier.
Sin permitirle ninguna objecin, Hannon la bes; lo hizo casi a la fuerza,
con prepotencia, mientras Carol se encontraba demasiado aturdida para
resistirse.
Cierra con llave dijo Gil al salir.
Ella le sigui hasta la puerta e hizo lo que se le ordenaba. Luego, se
qued parada al lado de la puerta, y descubri que con la mano derecha
sostena la pistola.
Fue el arma lo que le produjo un miedo repentino y le hizo ver que crea
en Gil Hannon. Durante dos horas estuvo luchando con aquel pensamiento,
hasta que lo supo. La pistola era real. La pistola la haba convencido. Su
vida estaba en peligro. Tony Linvale, el hombre a quien ella haba amado,

176
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

con el cual se haba casado, quera asesinarla; por su dinero y por el amor
hacia otra mujer.
Aterrorizada, se vio actuar a s misma. Apag todas las luces. La
oscuridad era ms segura. Se sent en una silla frente a la puerta, aferrando
la pistola con la mano derecha. Quitar el seguro de un golpecito, haba
dicho Gil.
Por qu no le crey antes? Por qu no le acompa a ver a la Polica?
Gil la haba llamado obstinada; pero era peor que eso. Era una imbcil.
En ese momento comenz a escuchar aquel ruido. Un sonido dbil, que
apenas se distingua del lejano oleaje, que cada vez se haca ms audible.
Alguien se acercaba por el sendero de lajas, despacio, cauteloso. Aferr la
pistola entre sus manos con fuerza, y se fue haciendo mentalmente a la idea
de que tena que usarla, porque el sonido ya provena sin lugar a dudas de
la puerta de su cabaa; ahora pareca como si alguien se estuviese
apoyando o frotando contra la puerta. Trataba de derribarla? Le sigui el
sonido del tirador de la puerta girando. Por supuesto, con la llave echada
aquello era en vano. Por ltimo, un sonido que la petrific: una llave
introducindose en la cerradura.
Carol busc el seguro en la pistola, y le dio un golpe como Gil le haba
mostrado. Dispara..., dispara sin detenerte. Era lo nico que le quedaba por
hacer.
La llave gir una vez. Muy despacio, sin el menor ruido, qued
entreabierta. En la entrada, la plida luz del sendero dibuj la silueta de un
hombre. Alto, corpulento, pareca estar recostado sobre el marco de la
puerta, escrutando el interior en penumbra de la cabaa. Justo frente a ella.
No entres, Tony. Tengo una pistola, y la voy a usar.
Su voz discordante revel miedo.
No hubo ninguna respuesta desde la puerta, pero el hombre se inclin
an ms. Le pareci que se agazapaba. Para saltar sobre ella? S. Carol
dispar.
No cont los disparos. Slo saba que deba seguir disparando hasta que
la pistola estuviese vaca y apretar el gatillo produjera slo un sonido
apagado.

177
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Al parecer, ya era suficiente. La figura en la puerta de entrada se


tambale y cay hacia delante, golpeando el suelo con un desagradable
batacazo de cosa inerte.
Durante largo rato, estuvo mirando el sombro bulto.
Finalmente logr incorporarse. La pistola, ahora intil, se le cay de las
manos. Tante buscando el interruptor de la lmpara. Cuando lo encontr,
sus nerviosos dedos tuvieron dificultad para moverlo en la direccin
correcta. Pasaron algunos segundos antes de que se encendiera la luz. Y,
entonces, fuera de la cabaa ya se escuchaban voces.
La gente haba odo los disparos. Los rostros se apiaban en la puerta de
entrada. Ojos que la observaban a ella, al cuerpo tendido en el suelo, y otra
vez a ella.
Ha matado a su marido dijo alguien.

Al llegar la Polica, Gil Hannon se hizo cargo de la defensa. Cuando


aquello sucedi estaba en camino hacia el pueblo. Al llegar a la Jefatura se
enter de lo sucedido, dio media vuelta y regres. Lleg no mucho despus
que la ambulancia. Fue el portavoz de Carol durante la investigacin.
Aquella noche se hizo eterna. El teniente Wagner estaba a cargo de la
inspeccin rutinaria. Se le tomaron fotografas al cadver de Tony Linvale
tendido en el suelo. Un doctor certific que Tony haba muerto a causa de
una herida de bala en el corazn. Cuando retiraron el cadver, el teniente
Wagner trat de repasar los hechos.
Diane Keith era una testigo muy poco cooperadora. Se neg a confirmar
la historia de Gil Hannon sobre la intencin de Tony de matar a su mujer;
pero aquella muerte la haba dejado tan deshecha, que era evidente que
Tony Linvale y ella estaban comprometidos.
Al ver a Diane Keith ms de cerca, Carol se tranquiliz mucho. Tony
nunca la am, pens Carol. Slo quera su muerte y su dinero. Se arrepenta
de haberlo matado, pero l haba querido asesinarla. Se tena bien merecido
morir.
Gil habl con franqueza al teniente Wagner. En ningn momento se le
ocurri aceptar la oferta de Tony Linvale, pero le haba intrigado el hecho
de que un hombre en su luna de miel quisiera matar a su esposa. Luego, al

178
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

conocer a Carol, se enamor de ella. En primer lugar quiso alejarla de Tony


Linvale. Pero... l no poda culpar a Carol por haber sido tan desconfiada.
Todava la quera.
El teniente Wagner escuch con atencin todos los testimonios. Era un
hombre de baja estatura, con una mirada que recordaba a la de un terrier:
inquisidora, amigable y suspicaz al mismo tiempo.
Todo parece encajar perfectamente concluy.
Usted est de acuerdo en que Mrs. Linvale dispar en defensa propia
dijo Gil.
S. Por lo visto, no hay ningn otro motivo.
Entonces, teniente, podr cerrar ya el caso? Carol ha estado bajo tal
presin...
El teniente se dedic a caminar por la habitacin.
Hay una cosa que me inquieta observ con afabilidad. Mrs. Linvale
dice que nunca haba utilizado una pistola en su vida. Debido a su
excitacin, dispar hasta vaciar el cargador. Fueron disparos a mansalva.
Hemos hallado balas por todas partes, en el suelo, en el techo y en las
paredes. Pero resulta que una bala, slo una, alcanz a Mr. Linvale en el
corazn.
Carol mir desesperada a Gil.
Un accidente dijo Hannon. Una de esas casualidades.
Puede ser admiti el teniente.
En qu est pensando? pregunt Gil. En que la bala que mat a
Tony provino de otra pistola?
Wagner movi la cabeza.
Probablemente no fue as. Extraeremos la bala y lo comprobaremos,
pero no creo que fuera as.
Bien. Entonces, qu? pregunt con enfado.
No lo s repuso Wagner, y mene la cabeza buscando una solucin
. Simplemente no lo s. Hay algo en algn lugar que no encaja...
Fue Carol quien hall aquel algo. Habl sin pensar, sin ansiedad, y casi
sin conmoverse.

179
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Gil exclam, ests herido! Ests sangrando!


El teniente Wagner tambin lo vio. En la parte interna del pantaln de
Hannon, una mancha de sangre goteaba sobre su calcetn gris. Gil corri
hacia la puerta; pero el teniente ya se le haba adelantado.

A Carol le resultaba difcil creerlo; pero el teniente Wagner estaba


completamente seguro. En la jefatura, se sent en el despacho de Wagner e
intent comprenderlo y aceptarlo.
Tenemos las evidencias le asegur Wagner. Hannon se encontr
con su esposo en el Mar del Sur, y se dirigieron a su cabaa en el coche
de Gil. En algn recodo de aquel camino solitario, Hannon lo mat. Dej el
cuerpo en el coche, la fue a ver, le dej la pistola, intent asustarla, y lo
consigui. Despus carg el cadver hasta la cabaa, abri la puerta con la
llave de su esposo y coloc su cuerpo en la entrada. Usted dispar a
mansalva y alcanz a Hannon en la pierna a travs de la pared de la
cabaa. Pero l regres a su coche, se vend la herida y se cambi de
pantalones, para luego dirigirse a nuestra Jefatura como le haba dicho a
usted que hara.
Carol estaba aturdida.
Tony nunca quiso matarme?
Oh, creo que quiso. Ya sabe, tena a Diane Keith.
Entonces qu pensaba ganar Gil Hannon con todo esto?
A usted.
A m?
En primer lugar, trat de alejarla de su marido. Eso no funcion.
Entonces plane lo de los disparos. Usted se encontrara a salvo: defensa
propia. Y l sera el hroe. Se arriesg a cometer un asesinato, suponiendo
que usted se casara con l.
Carol se levant de su silla de un salto.
Ahora tengo que marcharme dijo. No hay ningn inconveniente
en que me marche? Se senta mareada. Yo nunca me habra casado con
Gil Hannon.

180
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

El teniente dio a entender con la cabeza que estaba de acuerdo con ella, y
dijo:
Ya lo creo que no.

181
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

11
UN GALN DE GASOLINA

WILLIAM BRITTAIN

Las patas de la silla de Sy Cottle rasparon el rstico suelo de maderos


cuando ste se incorpor para dirigirse hacia la estufa de hierro, en cuyo
vivo fuego arrojara otro leo. Aqulla sera una noche fra y ventosa. Ya se
senta ulular el viento del Norte entre los pinos de la montaa, y los
hmedos y pesados copos de nieve que se abatan contra la ventana de la
fachada.
Una noche infernal para quien estuviese a la intemperie. A pesar del
calor que emanaba de la estufa, Sy sinti un escalofro que le corra la
espina dorsal cuando retorn a la lectura cuidadosa del catlogo pedido
por correo, junto a la luz de una lmpara de queroseno.
No alcanz a or el primer dbil golpe en la puerta de la calle,
amortiguado por el penetrante viento. La segunda vez, los golpes se
hicieron ms fuertes y apremiantes. Sorprendido, Sy alz la vista del
anuncio a doble pgina de chaquetas de caza. A qu mentecato se le
ocurra aparecer por aquel alejado lugar entre las montaas en una noche
semejante?
Tard unos minutos en quitar el seguro del basto cerrojo de la puerta de
entrada, con lo cual los golpes se hicieron cada vez ms insistentes. Por fin
pudo entreabrir la puerta con un chirrido de bisagras, mientras un cuerpo
entraba precipitadamente trayendo consigo una rfaga de nieve.
Aquel hombre llevaba puesto un sombrero gris de ala estrecha y un
ligero impermeable. Sus zapatos, alguna vez elegantes y lustrosos, eran
ahora dos terrones de barro y cuero mojado. Se dirigi hacia la

182
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

resplandeciente estufa y comenz a frotarse las manos, absorbiendo el calor


con agrado.
Un sujeto de la ciudad, pens Sy.
Hace fro... ah afuera tartamude el hombre, castaetendole los
dientes.
S contest Sy, y se qued en silencio. No tena sentido gastar
palabras hasta que no supiera bien lo que quera aquel individuo.
El hombre comenz a quitarse el impermeable empapado.
Me llamo John Da... La pausa fue bastante larga. John Dace dijo
por ltimo.
Bien. Yo soy Sy Cottle. Qu puedo hacer por usted?
Gasolina. Necesito gasolina para mi coche. Se me acab a unos quince
kilmetros de aqu. Dace hizo un gesto con la mano, indicando la
direccin de donde haba venido. Tuve que andar mucho.
Ya veo. Tiene suerte al haberse encaminado en esta direccin. El sitio
ms cercano en la otra es Cedar Village, que est a cuarenta kilmetros de
aqu. Podra haber muerto congelado antes de llegar.
Lo s repuso Dace. Al venir, hicimos un alto en Cedar Village.
Acerca de la gasolina...
Qu le hace suponer que yo tenga gasolina?
Es que he visto fuera los surtidores y pens...
Lstima que no los haya visto a la luz del da repuso Sy, meneando
la cabeza. Ambos estn totalmente oxidados. En los ltimos siete aos no
he extrado ni un solo galn de gasolina. Cuando construyeron la autopista
de seis carriles all abajo en el valle, prcticamente acabaron con mi negocio.
Hay veces que no pasa un solo vehculo por este camino durante dos o tres
semanas, especialmente en invierno. Tengo que hacer milagros para
conseguir el dinero con que subsistir.
Pero... El rostro de Dace se sobrecogi de pnico. Pero yo tengo
que conseguir algo de gasolina.
Sy se rasc la barba estropajosa y sac un cigarrillo torcido del bolsillo de
su camisa.

183
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

se es el problema con los sujetos de la ciudad dijo, raspando un


fsforo de madera contra la mesa y encendiendo el pitillo. Siempre van
apurados. Mire, dentro de una semana pasarn por aqu los muchachos de
la carretera. Ellos le remolcarn.
No! Usted no comprende. Tengo que conseguir gasolina ahora. Esta
noche!
Ya veo. Sy mir a su visitante con agudeza. Qu problema tan
importante tiene que ha de poner en marcha su automvil esta misma
noche?
Mi esposa. Me espera en el coche. Podr morirse congelada si la dejo
all hasta maana.
Humm murmur Sy, considerando aquello durante unos cuantos
segundos. Eso cambia el asunto por completo admiti.
Mire, anciano le espet Dace. Si usted tiene aqu gasolina, necesito
que me venda unos galones. Y si no...
Fue en busca de su impermeable.
No le sentar bien salir con este tiempo le advirti Sy. Con la
cantidad de nieve que est cayendo. Ya se lo he dicho, Cedar Village se
encuentra a cuarenta kilmetros.
Entonces me pondr en marcha.
El sitio ms cercano es propiedad de Steve Sweeney dijo Sy
complaciente. Tiene un pequeo aerdromo, as que es probable que l
pueda venderle algo de gasolina. Chup despacio su cigarrillo. Claro
que se encuentra a veinte kilmetros...
Dace le mir como un animal atrapado.
Ir a recoger a Helen dijo con voz temblorosa, y la traer aqu.
Sy se levant de su silla y se pase hasta la ventana.
Eso quiere decir que tendr que caminar entre la ida y la vuelta casi
veinte kilmetros coment tranquilamente. Tiene alguna posibilidad
de llegar hasta el coche. Pero, podr volver? No estoy seguro. Y menos con
una mujer. Seor, ha visto alguna vez a alguien muerto por congelacin?
No me puedo quedar con los brazos cruzados!

184
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Es verdad admiti Sy. Bien, quiz pueda conseguir algo de


gasolina de los bidones que tengo en la parte posterior de la casa. Estoy
dispuesto a venderle una poca, considerando que mi camioneta se
encuentra inmovilizada por falta de neumticos y con el radiador averiado.
Usted tiene gasolina? Dace emiti un largo suspiro y la tensin de
su cuerpo comenz a desaparecer. Se la comprar. Creo que con dos
galones me basta dijo sacando la cartera.
No tan de prisa, seor.
Ahora qu sucede?
Ha pensado en cmo transportar la gasolina hasta su coche? No creo
que se la pueda llevar en los bolsillos.
Es qu usted no podra prestarme algn envase?
No poseo demasiado equipo debido a que lo he ido prestando
respondi Sy. Pero quizs est dispuesto a venderle una vasija. Por
ejemplo, aqu hay una.
Se agach y cogi un recipiente de vidrio de debajo de la mesa.
Dace sonri con una mueca.
Est bien, anciano dijo. Me parece lgico que quiera sacar algn
provecho de esto. Cunto por el recipiente?
Cinco dlares.
Escuche, me parece un poco caro, un galn de gasolina por cinco
dlares; si adems se tiene en cuenta que necesito dos. Supongo que
cuando alguien se encuentra perdido en un lugar inhspito como ste,
usted se aprovecha de la oportunidad y despluma limpiamente a los
turistas. Aqu tiene, viejo ladrn.
Dace extrajo un billete de diez dlares de su cartera y se lo ofreci a Sy,
el cual ignor el dinero y mir a Dace a los ojos.
Me parece que no ha comprendido lo que le he dicho. Los cinco
dlares son por el recipiente. No incluyen la gasolina.
Qu! Cinco dlares por esa cosa, y sin gasolina? Escuche, en
cualquier almacn del mundo me lo venderan por veinticinco centavos.
Tiene razn. Qu almacn piensa visitar esta noche?

185
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Dace fij su vista en la ventana, sobre cuyo cristal ya se haba formado


una capa de nieve. Apret los puos en un rapto de furia impotente.
Cunto..., cunto quiere por la gasolina? le pregunt finalmente.
Sy ech una mirada a la cartera de Dace.
Oh, considerando que usted ha sido tan simptico, y como se trata de
un caso de urgencia... Digamos que cincuenta dlares el galn.
Cincuenta dlares! Diablos, eso es un asalto!
Recuerde que el precio de la gasolina sube cada da dijo Sy con
calma.
Eso no tiene ninguna gracia replic Dace.
No pretenda que la tuviera. Slo le planteaba la realidad.
Desesperado, Dace revis los billetes de su cartera.
Maldicin! Slo me quedan sesenta dlares.
Bien, con eso puede comprar un galn de gasolina, y si descontamos el
precio del envase, le quedarn cinco dlares Sy sonri. No le cobrar
nada por calentarse en la estufa.
Eso es muy honesto de su parte gru Dace. Pero yo necesito dos
galones.
Sin embargo, no parece que usted pueda pagar por ellos dijo Sy. A
no ser que su esposa lleve algo de dinero consigo. A propsito, se debe
estar enfriando dentro de ese coche.
Mire, dos galones. Por favor. Le... dar mi... reloj. Dace comenz a
tirar de la correa que lo sujetaba a su mueca.
No necesito un reloj. Por estos lugares el tiempo no significa gran cosa.
Pero si yo estuviese en su lugar, me ira ya mismo hasta el coche con esa
gasolina. Parece que cada vez est nevando con mayor intensidad. Cuando
pase despus por aqu, decidir si quiere comprar ms o quedarse hasta
que alguien pase por casualidad. Le puedo hacer un buen precio por una
habitacin, con rancho incluido. Tarifas diarias o semanales.
Sin esperar una respuesta, Sy se llev el recipiente hasta el fondo de la
casa y lo llen con gasolina que tena almacenada en un gran bidn. Al
volver, Dace ya se haba colocado su impermeable.

186
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Aqu tiene el dinero gru Dace, tendindole un puado de billetes


. Y espero que se atragante con ellos.
sa no es forma de hablarle a un hombre que le ha salvado a uno la
vida replic Sy con una sonrisa. Tom el dinero y lo cont
cuidadosamente. Cincuenta y cinco dlares. Ha sido un placer hacer
negocios con usted. Me hubiera gustado acercarle; pero, como ya le he
dicho, mi camioneta no est en condiciones. Supongo que regresar dentro
de dos o tres horas. No es as, Mr. Dace?
Con un juramento, Dace abri la puerta de par en par y se intern en la
tremenda tormenta.
Seran casi las doce de la noche, el viento y la nieve ya haban parado,
cuando Sy oy afuera el sonido crujiente de unos neumticos. Se acerc a
abrir la puerta, y vio salir del coche a Dace, seguido por una delgada mujer
cuyas prendas livianas no ofrecan ninguna proteccin contra el aire glido.
Cuando entraron en la casa, acercndose a la estufa, Sy pudo observar que
ambos tenan los labios morados a causa del fro.
sta es Helen, mi mujer present Dace a modo de introduccin.
Le he contado lo... amable que ha sido al venderme la gasolina.
Me alegra poder ser til dijo Sy, sonriente. Ya han decidido si
quieren comprar otro galn?
Yo tengo algo de dinero manifest Helen con voz suave. As que
llevaremos la gasolina.
Muy bien. Lo nico que ocurre es que el precio ha subido otra vez.
Ahora un galn cuesta sesenta y cinco dlares. Por supuesto, pueden dejar
como parte del pago su recipiente, y con ello se ahorrarn algo.
Helen abri su bolso.
Creo que esto alcanzar para pagar la gasolina dijo, arrojndole a Sy
un pequeo fajo, que cay al suelo produciendo un dbil sonido.
Sy se agach para examinar el paquete, y Dace le escuch murmurar con
sorpresa:
Toma! Esto es un pastn!
Era eso lo que quera, no es as?
S, pero... Espere un minuto. En esta etiqueta dice...

187
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Sy alz la mirada sorprendido, fijando la vista en el can del revlver


con el cual Dace le apuntaba.
Dice Banco de Cedar Village. Es correcto, anciano? pregunt
Dace. Y tenemos muchos fajos como se en el portaequipajes del coche.
Le dije que habamos estado en Cedar Village, pero no le cont para qu.
Ustedes..., ustedes han robado all el Banco alcanz a decir Sy,
comprendiendo al instante. Pero usted me dijo antes que no tena ms
dinero le acus.
Cree que soy tan loco como para llevar todo el dinero encima? se
burl Dace. Nadie sabe con qu clase de tipos se puede encontrar uno
por estos caminos.
Escuche, Mr. Dace dijo Sy, contemplando el arma con los ojos muy
abiertos. Nadie tiene por qu enterarse que ustedes estuvieron aqu. Yo
puedo mantener la boca cerrada por...
Por cunto tiempo, anciano? Lo siento; pero sus precios son
demasiado altos. Tengo una idea mucho mejor para que se est callado.
Helen, coge un poco de aquel alambre que est colgado en la pared y talo.
Le pongo una mordaza?
Dace neg con la cabeza.
Djalo que grite. Por lo que me ha contado, creo que por estos parajes
no aparecer nadie hasta dentro de un par de das. Tendremos tiempo
suficiente para alejarnos de aqu.
En pocos instantes, Sy haba sido atado firmemente a la silla. Poda sentir
cmo el alambre de cobre le lastimaba las muecas, y supo que sera
imposible liberarse sin ayuda. Le ataron los pies a los travesaos de la silla,
para impedir que cambiara de posicin.
Y ahora nos llevaremos la gasolina dijo Dace, mirndole desde
arriba. Toda la que necesitemos.
Sy se mantuvo en silencio.
Dos galones musit Dace. Era todo lo que precisaba.
Qu quiere decir con eso? pregunt Sy.
Cuando planeamos este robo, conocamos la existencia del aerdromo
que usted mencion le explic Dace. A slo veinte kilmetros de aqu
por este camino. Calculamos que si cogamos un camino secundario,

188
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

despistaramos a la Polica que seguramente nos buscara por la autopista.


Un piloto amigo mo deba aterrizar en el aerdromo con una avioneta, con
la cual saldramos de estas montaas antes de que a alguien se le ocurriese
perseguirnos.
Pero te habas olvidado de poner gasolina antes del atraco observ
Helen.
As es. Por eso se nos acab a la mitad del camino. Si usted me hubiera
vendido slo dos galones, anciano, nosotros podramos haber llegado al
aerdromo sin tener necesidad de parar otra vez aqu. Pero debido a su
codicia tuvimos que traer el coche a este lugar, o nos arriesgbamos a
congelarnos. Y entretanto, cmo podamos estar seguros de que usted no
haba escuchado por la radio la noticia del robo?
Le juro que yo no me haba enterado de nada jade Sy. La verdad
es que ni siquiera tengo radio.
Disculpe, anciano; pero nosotros no podamos saberlo. Y ahora ya es
un poco tarde para que eso importe.
Llenaron rpidamente el depsito del coche con gasolina. Mientras
Helen esperaba fuera, Dace se tom un momento para examinar los
alambres que aferraban a su prisionero.
Mr. Dace dijo Sy, con un susurro vacilante.
Qu?
En estas montaas, despus de una tormenta de nieve suele hacer un
fro horroroso.
Eso me han dicho.
A veces la temperatura desciende bajo cero. Y el fuego de esa estufa
slo calentar unas pocas horas. Probablemente tenga razn. Me
morir congelado, Mr. Dace. A usted no pareci importarle mucho
cuando era mi esposa la que estaba soportando el fro.
La muerte es un precio demasiado elevado para pagar por slo
haberme negado a darle un galn ms de gasolina.
Mire, es como deca usted, anciano.
A qu se refiere?
El precio de la gasolina sube cada da.

189
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

190
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

12
EL TELFONO MORTAL

HENRY SLESAR

Cuando son el telfono, Mrs. Parch se hallaba etiquetando frascos de


confitura en el comedor, pero detuvo su labor para contar los repiqueteos
establecidos: uno, Mrs. Nubbin; dos, Mrs. Giles; tres, Mrs. Kalkbrenner;
cuatro... se era el suyo, y suspirando con una reaccin cercana a la
decepcin, Mrs. Parch se limpi los dedos pegajosos en los amplios
pliegues de su delantal, dirigindose hacia el cuarto de estar. Slo haba
nueve metros de distancia, pero cuando descolg el receptor ya estaba
jadeando. Mrs. Parch era una mujer robusta, con una figura que
acampanaba su vestido gris sin forma que usaba todos los das de la
semana.
Diga repuso en voz alta por el micrfono del telfono.
Hablo con Mrs. Helen Parch? pregunt una voz masculina, nada
familiar para ella.
Su respuesta sali casi con enfado:
S, soy Mrs. Parch. Quin habla? Me llamo Atkins, y la llamo desde
la oficina del alguacil del Condado. Tiene algn inconveniente en que yo
pasase por su casa esta tarde? Hay un asunto muy importante sobre el que
quiero hablar con usted.
Importante? Est seguro de que no se equivoca de persona?
Estoy seguro, Mrs. Parch. No le har perder mucho tiempo. En este
momento me encuentro en Milford, y no tardar ms de cinco minutos en
llegar en coche a su casa.
Mire, no s qu decirle.

191
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Se encontraba confundida. Incluso las visitas de conocidos eran escasas


en las extensas tierras del Condado, y la idea de que un desconocido...
Mr. Atkins, no podra usted decrmelo por telfono? Hoy me
encuentro bastante atareada.
Me temo que no, Mrs. Parch. Lo siento...
En tal caso, de acuerdo. Ahora es el mejor momento, as que le espero.
Muy amable repuso Atkins con voz seria, esperando cortsmente a
que la mujer cortara la comunicacin. Lo hizo, para quedarse luego
observando sorprendida el silencioso aparato. No iba a volver a sus
conservas porque saba que de un momento a otro el telfono sonara de
nuevo, tan pronto como sus furtivos escuchas pensaran que haba pasado
un tiempo prudencial. Como era de esperar, acert. Ocho minutos ms
tarde, el telfono repiquete cuatro veces seguidas, y ella pudo escuchar la
voz insulsa y nasal de Mrs. Giles.
Helen? Cmo ests? Se me ocurri llamarte para ver cmo
marchaban las cosas.
Ah dijo Mrs. Parch con cierta intencin, pero sin cinismo.
Comparta la lnea colectiva desde haca quince aos, y era de
conocimiento general que sus abonados participaban en todas las llamadas.
Una acusacin abierta les ofendera; sin embargo era verdad.
Cmo se encuentra, Jacob? pregunt con indiferencia Mrs. Parch,
observando las normas de cortesa. Tengo entendido que los ltimos das
ha estado rehaciendo el granero.
As es, ha permanecido muy ocupado dijo Mrs. Giles con desgana.
Pero cuntame algo de ti, Helen. Tienes alguna novedad interesante?
Mrs. Parch frunci los labios, sintiendo una ligera provocacin. Saba
que Mrs. Giles se mora de curiosidad por saber algo de Atkins; pero ella no
le iba a dar el gusto de contrselo.
No, ninguna novedad repuso con satisfaccin. Estoy terminando
de etiquetar las conservas, eso es todo. Es la parte que ms odio. Con mi
artritis se me hace muy difcil sostener el lpiz.
Ests segura de que eso es todo? pregunt su vecina. Hace unos
minutos he odo que sonaba tu telfono...

192
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Se trataba de Mr. Hastings explic la mujer con frialdad. Llamaba


por mi segadora. El otro da se la llev para afilarla.
Oh respondi Mrs. Giles.
La seora Parch se regocij en algn lugar de su vasta intimidad. Saba
que Mrs. Giles estaba al tanto de que era una mentira; pero nadie se lo
poda echar en cara. Mrs. Giles aspir por la nariz, dijo unas cuantas
palabras corteses para darle a la conversacin apariencia de normalidad, y
colg.
Mrs. Parch volvi al comedor sonriendo con verdadero deleite. Cinco
minutos despus el telfono son tres veces, y ella atraves la habitacin
con sus diminutos pies casi al trote para descolgar silenciosamente el
receptor, cubriendo la bocina con la mano. Era Mrs. Giles que llamaba a
Mrs. Kalkbrenner para hablarle del desconocido que aquella misma tarde
haba estado hablando con Mrs. Parch. Estuvieron especulando sobre l;
pero nada pareca satisfacer su curiosidad.
Mrs. Parch colg antes que lo hicieran ellas y fue a la alcoba para
arreglarse un poco y estar presentable ante su visitante. Unos minutos
despus, lleg un hombre flaco y huesudo, cuyas costillas se apreciaban a
travs de la camisa transpirada. Llevaba la americana doblada sobre el
brazo, y se estaba secando la calva con un pauelo arrugado.
Mrs. Parch? pregunt. Yo soy Daryl Atkins, de la oficina del fiscal
del distrito.
Adelante, Mr. Atkins. Veo que ha venido bastante de prisa.
He tratado de llegar lo ms pronto posible. En esta clase de asuntos,
unos cuantos minutos pueden ser importantes. Lanz una mirada
entorno y observ el pequeo y agradable recibidor, con las persianas
bajadas para que no pasara el sol. Sin duda, aqu se est mucho ms
fresco. En el camino debe haber por lo menos treinta y cinco grados.
Quiz le apetezca una bebida fra.
Por supuesto, seora; pero despus de que hayamos hablado.
Se sent en el sof, teniendo cuidado de no apoyar su camisa empapada
contra la funda que protega el respaldo. Mrs. Parch se acomod en la
mecedora y entrelaz sus rollizas manos sobre el regazo, aguardando con
paciencia.

193
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Mrs. Parch, recuerda a un hombre llamado Heyward Miller?


pregunt.
Miller? repiti la mujer torciendo los labios pensativa. No, el
nombre no me es familiar. Claro que hay un Mr. Miller en la oficina de
Correos; pero supongo que no debe haber ninguna relacin.
No, ninguna relacin aclar frunciendo el entrecejo y observando a
sus pies la alfombra adornada con borlas. Hace unos ocho o nueve aos,
Heyward Miller y su esposa vivan en el viejo Yunker. A los seis meses de
estar viviendo all falleci la mujer, y Miller le vendi la propiedad a los
Kalkbrenner. No le ayuda eso a recordar nada, Mrs. Parch?
Ella se rasc la mejilla con suavidad.
Recuerdo algo sobre l. Ahora s. Su respiracin se hizo menos
pausada y se llev una mano al pecho. Por supuesto, Miller! Aquel
hombre tan desagradable! Cmo pude olvidarme de aquello?
Ya me pareca que tena que recordarlo, seora. Quiero decir despus
de las cosas que dijo sobre usted. Por lo que he escuchado, se trataba de un
sujeto bastante desequilibrado. Pero en realidad no conozco toda la verdad
sobre el asunto; no estoy en una posicin en la cual pueda opinar...
Mrs. Parch se irgui en su asiento.
Ese hombre era un necio dijo severa. Pregntele a quien sea sobre
l. No perteneca a este lugar.
Mire, se lo digo por su bien, seora. Podemos hablar acerca de lo que
sucedi? Slo para el informe.
No tengo nada que decir al respecto.
Atkins suspir.
Por lo que yo s sobre esta historia, Miller y su esposa llevaban un ao
de casados cuando compraron la propiedad en Yunker. A ella le faltaban
tres meses para dar a luz. Pero una noche sucedi algo; ella comenz a
sentirse mal, y Miller intent comunicarse con el doctor...
Helen Parch cerr los ojos, mientras apretaba los puos contra el regazo.
Escuche, en aquel entonces yo no estaba en el Condado. Me
comprende? As que me limito a decirle lo que me han contado. Pero tengo
entendido que cuando Miller intent llamar, usted y otra mujer estaban
hablando. Dndose recetas de cocina o algo por el estilo.

194
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Era Mrs. Anderson inform ella con calma. Yo estaba hablando


con Mrs. Anderson.
An vive en el vecindario?
No. Su marido y ella se trasladaron a California hace cinco aos, y all
falleci.
De todos modos dijo Atkins con un gesto, Miller le pidi que le
dejase la lnea libre para poder llamar al doctor para su esposa. Segn la
historia que me han contado, ambas se negaron.
Fue grosero dijo la seora Parch. Directamente nos insult.
S. No obstante las dos continuaron hablando y Miller no pudo hacer
su llamada. Las acusa de que ambas permanecieron ocupando la lnea
deliberadamente para que l no pudiese hablar.
Eso es mentira! protest Helen Parch con vehemencia. No
hablamos ms que lo necesario.
Pero el asunto es que Miller no se pudo comunicar con el doctor a
tiempo. No fue as? Y su esposa muri.
Esccheme, Mr. Atkins...
El delgado hombre alz una mano huesuda.
Por favor, Mrs. Parch, no he venido a remover el pasado. Todo eso le
concierne a usted y no a m. A no ser porque esta maana ha sucedido algo
que, por sus caractersticas, compete a la oficina del alguacil del Condado.
Qu quiere decir?
Supongo que usted no est enterada de lo que le ocurri a Miller
despus que le vendi la propiedad a los Kalkbrenner. Se encontraba
completamente desmoralizado por haber perdido a su esposa, as que fue a
probar suerte en Nueva York. Seis meses despus se meti en problemas
por robar en una tienda. Lo nico que se llev fueron unas cuantas cajas de
clavos y cosas por el estilo. Le condenaron a seis meses de prisin. All
diagnosticaron que tena una deficiencia mental, por lo que se le traslad a
una institucin mental. Ha estado en ella casi ocho aos. Slo que ahora se
ha marchado, Mrs. Parch, y por eso es por lo que estamos un poco
preocupados.
Marchado? se extra la mujer y estruj el dobladillo del delantal
. Cmo es eso de que se ha marchado?

195
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Se fug. Recibimos la noticia la pasada noche; pero aquello ocurri


hace casi una semana. Una persona de la institucin nos lo notific, ya que
Miller sola disparatar sobre..., bueno, sobre lo que haba ocurrido.
Cosas que nos dejan intranquilos, Mrs. Parch. Espero que usted pueda
comprenderlo. Por el momento no sabemos a ciencia cierta si l pretende
traerle problemas; pero no nos parece que debamos correr riesgos.
Comprende lo que le digo?
Helen Parch se incorpor, balanceando ligeramente la campana de su
vestido. Con voz temblorosa dijo:
Quiere decir que usted piensa que Miller me est buscando? Por
algo que sucedi hace ocho aos?
No nos podemos fiar de l dijo Atkins con calma. De eso se trata.
La institucin est a ms de doscientos kilmetros de aqu; pero si el
hombre en verdad se ha fugado para... vengarse, por llamarlo de algn
modo, no es una distancia muy larga. Lo que quiero es advertirla acerca de
esa posibilidad. Eso es todo.
Helen se llev las manos a la cara.
Pero yo me encuentro sola aqu! exclam. Me puede asesinar
mientras estoy durmiendo!
Mrs. Parch, en realidad no estamos seguros de nada. No quisiera que
usted se quedara con esa impresin. Pero si puede conseguir que una
vecina o cualquier otra persona se quede con usted durante unos cuantos
das, o irse a visitar a algn familiar, creo que no ser mala idea.
Pero el alguacil no puede darme proteccin? pregunt, reteniendo
un sollozo en su garganta.
Me temo que eso no sea posible mientras no podamos confirmar que
Miller merodea por los alrededores. Hasta ahora se trata de una simple
conjetura. Comprende?
S, s dijo aturdida. Quiz pueda ir a casa de mi hermana. En
Cedar Fall...
Eso me parece una buena idea.
Hace diez aos que no nos vemos. Mi hermana y yo nunca nos hemos
entendido.
Atkins sonri.

196
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Puede ser una oportunidad para reconciliarse. No le parece, seora?


se levant. Mire, no he venido aqu para alarmarla. Todava no hay
nada claro sobre esto, nada de nada. Si nos enteramos de alguna cosa, se lo
haremos saber tan pronto como podamos. Y si por algn motivo usted
precisa comunicarse con nosotros, llame a la oficina del alguacil del
Condado. Hable conmigo personalmente. Recuerda mi nombre?
Atkins susurr Helen Parch.
Daryl Atkins concret el hombre con una amplia sonrisa. Y creo
que ahora s aceptar esa bebida fra, Mrs. Parch.
No haban pasado ms de cinco minutos desde que el vehculo de Atkins
se alejara por su camino particular, cuando el telfono son cuatro veces.
Lo cogi, y pudo escuchar a Mrs. Giles que le deca:
Helen? Es posible que haya visto un coche estacionado frente a tu
casa?
No contest irritada. No has visto ningn coche.
Pero estoy segura de que...
Ocpate de tus propios asuntos! replic la mujer con clera.
Acaso no te han enseado a no meter las narices en las vidas ajenas?
Vaya! repuso Mrs. Giles, y colg.
Helen Parch se maldijo por no haberlo hecho antes. Unos minutos ms
tarde, el telfono repiquete tres veces, pero ella lo ignor. En cambio,
subi la escalera todo lo rpido que su peso y su aliento entrecortado le
permitan, para buscar en los cajones del escritorio el nmero de telfono
de su hermana en Cedar Falls. Lo hall entre las amarillentas fotografas de
un viejo lbum. Con el pedazo de papel en la mano, baj otra vez al cuarto
de estar y asi el receptor, sin ningn intento de pasar inadvertida; pero
Mrs. Giles y Mrs. Kalkbrenner ya haban terminado la conversacin
concerniente a su psima educacin. Marc el nmero de la operadora y
tuvo que esperar casi diez minutos antes de que la lnea a Cedar Falls
estuviese libre. De todos modos no pudo hablar, ya que la operadora de
Cedar Falls le comunic que el nmero telefnico de su hermana haba sido
desconectado para todo el verano. Era algo tpico de Margaret, que
probablemente estaba en su casa de la playa, desconectar el servicio
telefnico para ahorrar unos cuantos dlares. Gru con enfado al escuchar
la novedad y, durante un rato, sus poco amables pensamientos para con su

197
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

hermana le hicieron olvidar los temores sobre Miller. Incluso se recuper


tan bien que hasta pudo terminar de etiquetar las conservas y ocuparse
toda la tarde de apilarlas en el stano. Se hallaba tan abstrada, que cuando
el telfono son cinco veces (era para Mrs. Ammons, una vecina nueva), a
pesar de su curiosidad innata, ni se dio por enterada. Al anochecer, aunque
no haba olvidado la advertencia de Atkins, sus nervios se hallaban bastante
calmados.
Fue un da pesado. El sol desapareci detrs de los montes marrones
alrededor de las ocho y media, permitiendo que el aire fresco invadiera la
noche. Se hizo una cena simple con las sobras de la noche anterior, cosi
alguna que otra cosa, y decidi terminar la jornada leyendo una novela que
le haban prestado en la biblioteca. El telfono son dos veces; pero ella no
le hizo caso. Unos instantes despus, escuch cerca los ladridos de un
perro. Se trataba del viejo collie de los Giles, un perro no demasiado
propenso a los arranques del temperamento canino. Esto le extra un
poco, por lo que dej de leer. Como los ladridos continuaron, ella se quit
las gafas, e incorporndose del asiento fue a la ventana. La repentina idea
de que quizs estuviese en peligro le fustig el cuerpo con una oleada de
temor. Fue a la puerta de entrada, levant el picaporte y observ la
uniforme oscuridad. Volvi a cerrar echando el cerrojo, dirigindose luego
al recibidor, donde encendi otra lmpara adicional. El perro de los Giles
dej de ladrar para comenzar con un montono aullido, hasta que alguien
hizo que se callara aplicando en su trasero un peridico enrollado. Del
stano, provino un fuerte ruido, como si se hubiera cado algo en el suelo
de cemento, y Mrs. Parch supo que ya no era la nica ocupante de la casa.
Al dirigirse al telfono estuvo a punto de tropezar. Cuando alz el
receptor y escuch la voz nasal de Mrs. Giles, le dijo jadeando:
Por favor! Necesito que desocupis la lnea!
Quin es? pregunt Mrs. Giles.
Helen dijo. Soy Helen! Por el amor de Dios, Emma, cuelga el
telfono! Tengo que llamar a la Polica...
A la Polica? Por qu razn?
No tengo tiempo para explicrtelo! He de llamar a la oficina del
alguacil! Cuelga el telfono! Cuelga el telfono, o me matarn!
Mrs. Kalkbrenner se ech a rer.

198
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Y quin quiere matarte, Helen? Debes de haber tenido una pesadilla.


Pens que habas dicho que estabas guardando conservas. Mrs. Giles
ri con disimulo. Ests segura de que no se encontraban un poco
fermentadas, Helen?
Por Dios! chill Mrs. Parch. Soltad el telfono!
Ve a lo que me refera? dijo significativamente Mrs. Giles a Mrs.
Kalkbrenner. Se da cuenta ahora?
S dijo Mrs. Kalkbrenner. Claro que me doy cuenta.
Algunas personas desconocen lo que es la cortesa coment Mrs.
Giles. Me alegra mucho saber cmo son en verdad los vecinos de uno.
No es as, June?
Sin lugar a dudas, Emma.
Por favor, por favor llorique Helen Parch. Tengo que
comunicarme. Tengo que utilizar el telfono...
Dej caer el receptor al or crujir la escalera de abajo. Corri a la cocina,
cerrando de un portazo la entrada del stano. Como el cerrojo no se corra,
puso contra la puerta una silla y regres rpidamente al receptor oscilante.
Pudo escuchar la voz de Mrs. Giles otra vez y le grit con una mezcla de
odio y terror. An continuaba chillando cuando una mano le quit el
receptor y lo volvi a depositar sobre la horquilla. Era una mano grande,
velluda, y posea una fuerza terrible.

199
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

13
REFUERZO DE PERSONALIDAD

RICHARD O. LEWIS

Por lo general, nuestra capacidad para enfrentarnos


con el destino est condicionada por la seguridad en
uno mismo. Y ocasionalmente por el autodominio.

Poco despus de las ocho de la tarde recib una llamada del teniente de
Polica DeWitt.
Doctor Harper dijo, tengo un cliente para usted. Lo he recogido
hace media hora en el puente. Le interesa?
Puente? De pronto record uno de los puntos sobre el que discutimos la
ltima vez que nos encontramos.
Oh, por supuesto! dije. Claro que estoy interesado! Esta noche?
Tiene que ser antes dijo el teniente, o me ver obligado a acusarle
formalmente y dejarlo encerrado hasta maana. Eso podra empeorar el
asunto, usted ya sabe cmo es.
Indudablemente! convine. Mejor que lo traiga en seguida.
No he descubierto gran cosa sobre l continu diciendo el teniente
, pero le pasar lo que s para que usted se pueda hacer una idea. Treinta
y cinco aos, contable, casado y sin hijos, vive en la periferia, no ha querido
decirnos el motivo por el cual iba a saltar desde el puente. No puedo decirle
ms.
Es suficiente repuse. Les estar esperando.
Despus de colgar el receptor del telfono, me reclin en mi silla para
reflexionar un momento. Durante el pasado ao, el ndice de suicidios e

200
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

intentos de suicidio haba aumentado considerablemente. Por alguna


razn, saltar desde las vigas de un puente elevado pareca ser el mtodo
favorito para acabar con todo; quiz se debiera a que, una vez dado el salto,
se alcanzaba de inmediato el punto sin retorno, y si la persona cambiaba de
opinin mientras caa, no haba nada que pudiese modificar su rumbo. Y
era de los sistemas menos srdidos.
En los ltimos aos, el teniente DeWitt y yo nos habamos encontrado en
algunas reuniones sociales y nos hicimos amigos. Durante la ltima de
ellas, sali en la conversacin el tema del aumento de los intentos de
suicidio, y ambos estuvimos de acuerdo en que el procedimiento actual
para tratar ese tipo de casos era completamente inadecuado. Si un hombre
se encontraba tan deprimido emocionalmente que tena que atentar contra
su propia vida, una amonestacin por parte de los oficiales de Polica y la
privacin de su libertad slo empeoraran su situacin; y una crcel o una
comisara sin duda no eran el mejor lugar para dirigir una terapia de ndole
psicolgica.
Saba, como mdico psiclogo, que una conversacin privada y en un
ambiente placentero con la persona angustiada poda ofrecer cierta
solucin al problema. Empleando mis aos de experiencia profesional
dedicados a los caprichos de la mente humana, no sera para m una tarea
tan difcil averiguar el motivo que se ocultaba detrs del intento de
suicidio, sacarlo a la luz en toda su magnitud y aprisionarlo para siempre.
Por lo menos, era el mejor recurso del que uno poda echar mano.
As que ofrec mis servicios, con el escptico beneplcito del teniente,
pero desde una perspectiva completamente experimental.
Cuando llegaron a mi consultorio el teniente y el hombre que estaba
destinado a ser el primer caso experimental, yo tena ya todas las cosas
preparadas: la tenue iluminacin que apenas si llegaba hasta la estantera
con libros empotrada en la pared, una pequea pero reconfortante llama en
la chimenea, msica discreta. En una palabra, un ambiente creado para
inducir a la relajacin.
El teniente DeWitt me present al hombre y dijo que se llamaba Bertram
Brunell. Mientras daba un amistoso apretn a su mano inerte, observ que
su actitud era la de una persona absolutamente derrotada. Tena los ojos
muy irritados, y la piel de su rostro, demacrado y macilento por falta de sol
o ejercicio, colgaba flccida como si le costase trabajo mantenerla en su sitio.

201
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Encantado de conocerle le dije, sealndole una confortable silla


frente al sof grande tapizado. Pngase cmodo mientras acompao al
teniente DeWitt a la puerta. En seguida estar con usted.
Antes de salir, el teniente se detuvo un momento.
Llmeme en cuanto haya terminado me sugiri. Es por si debo
avisar a alguien para que venga a buscarle.
Entendido.
Al volver a mi consultorio, entr frotndome las palmas de las manos y
me sent, sonriendo con afabilidad al hombre que se hallaba al otro lado de
la mesita de caf.
Bien, Mr. Brunell comenc a decir, yendo directamente al grano,
parece que tenemos un ligero problema.
Brunell contempl vagamente las manos que descansaban sobre su
regazo, los dedos movindose nerviosos, pero no dijo nada.
A veces, cuando podemos sacar nuestro problema al exterior y hablar
acerca de l, su gravedad parece que disminuye mucho dije. No tiene
ganas de contarme lo que le pasa?
Brunell dej de observar sus dedos inquietos, para mover los ojos de
izquierda a derecha como si buscase una va de escape.
Un introvertido? Sin duda alguna. Se trataba de un hombre que
mantena ocultos sus problemas con obstinacin, dejando que stos
presionasen hasta el punto de estallar sin remedio. Aquel punto lo haba
alcanzado la noche anterior, y a pesar de que no le fue permitido saltar
desde el puente, la presin an estaba all e iba acumulndose de modo
peligroso.
Me levant de un salto dirigindome al armario con licores y serv dos
martinis que haba dejado preparados para la ocasin, en caso de que la
situacin lo requiriera.
Aqu tiene dije, alargndole uno de los altos vasos. No dudo que
le ayudar a relajarse.
Se solt las manos, cogi el vaso, me mir indeciso, y bebi un poco.
Al parecer, la bebida le gust y el segundo trago fue ms largo.
Yo no bebo mucho dijo, depositando con mano temblorosa el vaso
medio vaco sobre la mesa de caf. Nunca lo he hecho.

202
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Era de esperar. Algunos hombres podan recurrir al alcohol en los


momentos de tensin, ir de parranda, perder el control, y as aliviar su
angustia al menos, por un tiempo, pero Brunell no. Simplemente no
era sa su personalidad.
Tom un sorbo de mi bebida y volv a ocupar mi sitio frente a l.
A veces dije, dejamos que se nos junten los problemas, los
mantenemos encerrados, y de este modo se agrandan hasta tal punto que
despus de un tiempo nos parecen insuperables.
Brunell contemplaba ausente su vaso.
Esper que al menos prestara alguna atencin a lo que le deca.
Si somos capaces de hablar sobre ello con alguien, sacarlo a la luz en
toda su magnitud, podremos acercarnos a l de una manera ms analtica
que emocional.
Brunell cogi su vaso y despus de tomarse el resto de la bebida lo
volvi a depositar sobre la mesa. Asinti con la cabeza como si estuviera de
acuerdo; pero segua en silencio.
Por otros intentos, saba que ciertas personas se mostraban renuentes a
revelar su alma a extraos, e incluso a los amigos. Pero tena que hallar la
manera de comunicarme con l si deseaba salvarle de s mismo.
A menudo, un problema es de carcter tan personal que resulta casi
imposible hablar de l abiertamente con un desconocido le dije,
volviendo a llenar su vaso con martini. Aun as, una simple conversacin,
un entendimiento favorable, puede ayudar a enfocar las dificultades desde
un punto de vista ms racional.
A pesar de que Brunell continuaba en silencio, por la manera en que
acomod su cabeza hacia un lado, frunciendo las cejas de un modo
pensativo, pude ver que mis palabras le haban tocado y estaba tratando de
poner en orden sus ideas.
Finalmente, comenz a asentir moviendo despacio la cabeza, como si
hubiese llegado a una comprensin parcial de su interioridad.
Me parece que no soy ms que un cobarde dijo de forma
entrecortada.
sa no era la contestacin que yo estaba esperando, pero me pareci
mejor que nada. Ahora poda ver que la mayor parte de su problema

203
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

radicaba en un profundo complejo de inferioridad. Le faltaba seguridad en


s mismo, y necesitaba con urgencia un refuerzo de su personalidad.
De una manera o de otra, todos somos cobardes sentenci. En
todos nosotros anida alguna clase de temor: claustrofobia, cardiofobia,
agorafobia, felinofobia, por nombrar algunos. Si dejamos que nos dominen,
nos metemos en un problema.
A continuacin, proced a suministrarle diez minutos de disertacin de
caractersticas teraputicas, acentuando la importancia de la dignidad
humana, la confianza en uno mismo y la capacidad de controlar nuestro
destino. Termin citndole algunos casos en los que mis pacientes haban
obtenido mejoras notables bajo mi direccin.
Al finalizar, Brunell asinti, bebiendo otro gran sorbo.
Creo que tiene razn admiti.
Era evidente que se encontraba ms relajado, quiz porque las ideas se le
haban aclarado un poco, o debido al martini. Incluso por una combinacin
de ambas cosas.
De todas formas, me di cuenta de que mis esfuerzos comenzaban a dar
algn fruto.
He cometido el error de dejar que durante los ltimos aos los
problemas se me acumularan continu diciendo, hasta esta noche en
que alcanzaron su punto culminante...
Exacto corrobor. Fue la ltima gota que colm la vasija. Y como
no se crey capaz de vencer su dificultad decidi eliminarse.
Brunell, con los ojos apretados, fij su vista en el vaso.
Me pareci el momento oportuno para continuar indagando.
Si tiene algn problema grave que quiera compartir conmigo suger
, o algo que le gustara sacar a relucir, quizs...
El hombre movi la cabeza con lentitud.
No... dijo. Usted..., ya me ha ayudado a ver las cosas de otro
modo. Creo que tal vez sea mejor que le cuente que saqu todos mis
ahorros, vend todas mis posesiones, y me dispona a viajar a lugares
desconocidos. Pero me di cuenta de que, de todas maneras, llevara el
problema conmigo fuera donde fuera, y continuara sin poder dormir.

204
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Desesperado. Hasta que decid optar por la va de escape definitiva, usted


ya sabe...
Sobre todas las cosas le record un hombre debe tener confianza
en s mismo!
De improviso, Brunell se termin lo que le quedaba de la bebida y se
puso de pie. En su plido y alargado rostro se dibujaron algunas arrugas,
mientras posaba sus ojos en los mos por primera vez desde que haba
entrado en aquella habitacin.
Ha hecho mucho por m dijo, tendindome la mano y quiero
agradecrselo. Tengo la sensacin de que, a partir de ahora, ser capaz de
regir mi propio destino.
Si en realidad le he servido de ayuda le dije, deleitndome con su
fuerte apretn de manos, eso ya es para m una recompensa. Y nada de
saltos desde el puente. De acuerdo?
De acuerdo.
Despus de que Brunell se hubiera marchado, llam por telfono al
teniente DeWitt.
Le habla el doctor Harper dije. Tengo que informarle con sumo
placer que nuestro primer caso experimental ha concluido de un modo
muy satisfactorio.
Quiere que pase a recogerle?
No es necesario. Hace unos cuantos minutos le he dejado ir en un taxi,
tras haberle dado de beber unos tragos y haberle proporcionado un
refuerzo de personalidad, es decir, una gran dosis de autoconfianza.
Ya veo. Tengo que admitir que en un principio era un poco escptico
hizo una pausa. Est seguro de que no tendr problemas?
Lo puedo garantizar personalmente. No habr ms saltos desde el
puente. Sali de aqu hecho otro hombre!
Despus de colgar el telfono, me dediqu a leer el libro desde la pgina
en que haba quedado antes de venir Brunell. Deba estar leyendo casi dos
horas, y me dispona a ir a la cama cuando de pronto son el telfono.
Levant el receptor.
Habla el doctor Harper dije.

205
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Debe haberle reforzado demasiado la personalidad a su paciente


reconoc la voz del teniente DeWitt. Quiz le dio demasiado alcohol. O
pueden ser ambas cosas.
Por qu? pregunt con ansiedad. No me diga que Brunell ha
vuelto al puente y ha saltado.
An no lo sabemos. No le podemos localizar. Le hemos estado
buscando por todas partes durante la ltima hora, incluso en el ro.
No comprendo...
Hace ms de una hora, el gerente de un motel situado casi en las
afueras de la ciudad, nos notific que haba escuchado disparos en una de
sus unidades. Cuando fuimos a investigar, hallamos el cuerpo lleno de
balas de Mrs. Brunell junto al cadver mutilado del que sin lugar a dudas
era su amante. Por supuesto, ahora buscamos a Mr. Brunell.
Aquella noticia me dej de piedra por unos instantes. Despus record
que Brunell haba dicho algo acerca de la venta de sus posesiones, y la
respuesta vino automticamente.
Escuche, no tiene por qu seguir buscando en el ro dije. En estos
momentos, Brunell debe estar viajando hacia algn lugar desconocido con
los ahorros de toda su vida en el bolsillo.
Un milln de gracias!
Del otro lado de la lnea un fuerte clic me hizo saber que el teniente
DeWitt haba colgado.
Durante unos segundos observ pensativo el silencioso aparato. Bien,
razon, despus de todo, mi acercamiento psicolgico al paciente no fue un
fracaso total. Al parecer, Brunell fue capaz de resolver el problema de un
modo muy directo y decisivo, por decirlo de alguna manera.

206
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

14
EN MEMORIA DE MARTHA

RICHARD HARDWICK

Todo comenz en julio, durante la fiesta que dieron los Dunbar. Yo haba
tenido la intencin de no asistir, e ir en cambio al cine a una sesin
temprana; pero Martha me llam a las seis y me pidi que la llevara.
Iba a ir con Tommy dijo con su acostumbrada franqueza; pero le
ha salido un negocio y le es imposible acompaarme. Norman, tengo tantos
deseos de ir. Verdad que eres un encanto?
Le dije que estaba dispuesto a ser un encanto o cualquier cosa que ella
quisiera. Yo amaba a Martha de un modo fiel, servil, ntegro y sin
esperanza. Martha lo saba; de hecho, todo el mundo lo saba. Sin embargo
para Martha yo no era ms que una cabeza que aprobaba y unos ojos
comprensivos a los que ella contaba sus problemas, el recambio para
cuando los Tommy, Joey o Bill fallaban. No me gustaba el papel; no
obstante era preferible a no ver a Martha nunca.
Ya era ms tarde de las siete cuando hice sonar el timbre de su
apartamento. Ella acudi a abrir la puerta y yo me qued all parado
observndola. Era hermosa. La mujer ms hermosa que jams haba visto, y
cada vez que la vea era como contemplarla por primera vez, tan adorable
que me quitaba el aliento, tan inasequible que me encoga el corazn.
Eres un encanto dijo, besndome en la mejilla.
Csate conmigo. Nos iremos de aqu y tendremos una docena de
nios, todos tan hermosos como t y tan encantadores como yo.
Se ri.
Ya casi estoy lista dijo, y se agach para estirarse las medias.

207
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Me sonre. Viejo Norman, pens, slo es una de tantas chicas.


La fiesta de los Dunbar era una copia exacta de cualquier otro cctel de
aquel verano. O de cualquier otro verano. Las mismas caras de siempre, las
mismas charlas convencionales subiendo de tono a medida que los vasos
vacos se apilaban sobre la barra. Pero aquella noche hubo una excepcin.
All se encontraba Ed Pollard.
El anfitrin, Carl Dunbar, se acerc a nosotros en cuanto llegamos.
Norm, tenemos a un invitado que dice ser colega tuyo me inform:
Nos detuvimos frente a un grupo que rea a causa de un chiste. Reconoc
a Ed de inmediato, parado al otro lado del corro de invitados jocosos. Era el
mismo Ed que yo haba conocido haca quince aos; alto, apuesto, seguro
de s mismo, con algunas canas en las sienes pero sin barriga ni papada.
Norm! exclam separndose del grupo y acercndose a m con la
mano tendida, al tiempo que mostraba sus dientes en una sonrisa. Norm
Grundy, viejo cabrn!
Su mano aferr la ma con un fuerte apretn, pero tena los ojos fijos en
Martha.
Hola, Ed. Ha pasado mucho tiempo me volv hacia Martha.
Quiero presentarte a Martha Young. Martha, ste es Ed Pollard.
Cofrades, compaeros de cuarto y viejos amigos agreg Ed.
Encantado de conocerte, Martha.
Tena que haberme puesto en guardia en aquel mismo momento, pero no
me di cuenta, ya que todo el mundo miraba a Martha de la misma manera.
Hay cosas que se nos escapan.
Despus del cctel fuimos con Ed y otros amigos a cenar. l se sent al
lado de Martha y se dispuso a contarnos su vida. Estaba en la ciudad para
poner en marcha una nueva planta perteneciente a su compaa, y cuando
ya estuviese en funcionamiento, se quedara como director regional. Debo
decir que Ed se haba casado con la hija de B. J. Ashwell, de Productos
Farmacuticos Ashwell, una empresa que se llevaba una buena tajada de
la industria de medicamentos del pas. Ed, que siempre tena xito en todo,
escal rpidamente dentro de la compaa.
Dijo que se alojaba en el Imperial y me pregunt si quera almorzar un
da con l. Despus me vino a la mente el hecho de que Ed no haba
mencionado a su esposa aquella noche.

208
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Nunca me habra enterado de la aventura amorosa entre Martha y Ed


Pollard si ella no me lo hubiese dicho. Me utilizaba como una especie de
caja de resonancia, como un eco de su propia persona. Un par de semanas
despus, estbamos una tarde tomando unos tragos en el pequeo bar de
Joe, un local alejado de la calle Broad. Martha me haba llamado por
telfono al despacho y me pidi que nos encontrramos all; ahora ella me
miraba desde el otro lado de la mesa, con los labios sonrientes y los ojos
llenos de felicidad.
No te sientes as slo porque ests tomando unas copas conmigo le
dije. Qu sucede?
Lanz una risa corta y puso su mano sobre la ma.
Luego la retir, apoyando cuidadosamente su vaso en la mesa.
Norman, estoy enamorada. Estoy enamorada del hombre ms
maravilloso de la tierra.
Yo siempre escuchaba todo lo que Martha me contaba; pero tambin era
sincero en todo lo que le deca.
Me apena escucharte decir eso porque s que no soy el hombre ms
maravilloso de la tierra. Quin es el perro indigno?
Norman! dijo con severidad, aunque luego el rostro se le abland.
Lo lamento, Norm. S lo que sientes...
Nada de flores ni compasin. Quin es l?
Cog mi vaso, dndome cuenta de que me temblaban las manos. Siempre
haba sentido pavor de perder a Martha, y eso tambin era absurdo, ya que
nunca la tuve. Con ella no perda nada. Martha tena veintiocho aos y
permaneca soltera por eleccin. No exagerara en nada si dijera que todos
los hombres que la haban conocido, de un modo o de otro le haban
propuesto matrimonio. Yo saba que una mujer tan irresistible como ella
tarde o temprano acabara casndose. Algn da tendra que llegar el
elegido.
Su rostro adquiri otra vez aquella mirada soadora.
Ed dijo. Ed Pollard.

209
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Me qued boquiabierto. Al querer depositar el vaso en la mesa, derram


la mitad de su contenido sobre mis piernas.
Ed... Pollard? Pero... si est casado, Martha. Lo tienes que saber! En
qu diablos te has metido?
De repente, ella se enfad.
Norman, t no eres mi guardin! No necesitas ser tan virtuoso!
Martha no era una nia inocente y soadora; pero yo supona que tena
ms sentido comn.
No soy virtuoso, sino realista. Qu crees que har? Pedir el divorcio?
Eso es exactamente lo que har. Tan pronto como la situacin sea
favorable.
Ja! Le ped a la camarera que me trajera otro trago. Ed Pollard no
ha cambiado un pice. El mismo experto de siempre.
Martha se incorpor de un salto y cogi su bolso.
Ya he escuchado demasiado, Norman. Adis.
La as de la mueca.
No, no te vayas. Disculpa. Es slo que...
Martha volvi a sentarse, y mientras la camarera limpiaba la bebida
derramada y depositaba un nuevo vaso delante de m, permanecimos en
silencio. Cuando la camarera se march, cog la mano de Martha.
Lo digo en serio. Conozco a Ed! Es vanidoso, egosta. No es sincero...
Me parece mejor que cambiemos de tema. No tendra que haberte
dicho nada sobre esto. Pens que lo ibas a comprender.
Te har sufrir. Te har sufrir mucho, y yo no quiero que eso te suceda.
Crees que le conoces dijo Martha casi con aires de superioridad
porque habis estado juntos en la Universidad. Acaso t eres el mismo que
entonces? Por supuesto que no! Tampoco lo es Ed. No sabes nada de l.
S que se cas con la fortuna de Ashwell y que no est dispuesto a
perderla. No, ni siquiera por ti.
Ella sac de su bolso un lpiz de labios y comenz a pintarse con sumo
cuidado. Era un hbito de Martha cuando algo no le agradaba.
Tienes idea de a cunto asciende la fortuna de los Ashwell? le dije.

210
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Me mir con odio.


Me he equivocado contigo. Ests celoso! Aquello me hiri, y supongo
que no pude ocultarlo. Martha se mordi el labio.
Por favor, perdname Norman. No deba haberte dicho eso.
Oh, claro que s, ya que ests en lo cierto. Soy celoso! Tengo celos de
todo hombre que te mira; pero tambin conozco a Ed Pollard!
Esta vez no pude detenerla. Cogi su bolso y dijo adis. La vi atravesar
el lugar por entre las mesas, y las cabezas girar a su paso, hasta que sali a
la calle iluminada por el sol.
Estaba convencido de que esta vez Martha haba cometido un error. Un
error muy grave.

Despus de aquello no volv a verla durante un tiempo. No porque yo no


lo hubiese intentado. La llamaba todos los das al sitio donde trabajaba
como ilustradora de anuncios, y por las noches a su apartamento. Estaba
enfadada por el modo en que yo haba actuado; o quizs estaba
descubriendo que lo que le haba dicho acerca de Pollard era verdad.
Se haca casi insoportable ser tratado del modo en que lo era yo. Los
ccteles que haba compartido con Martha, los espectculos y las fiestas a
las que la haba llevado, era todo lo que posea, y aun as, eran slo una
forma de autotortura. Por lo visto, todos tenemos en nosotros una veta
masoquista; la ma operaba de esta manera.
A veces, me encontraba con Ed Pollard en el club de golf o en alguna
reunin social. Debido a que la planta Ashwell progresaba, la influencia de
Ed se hizo cada vez ms importante. Estaba trayendo dinero y trabajo a una
ciudad que deseaba crecer. A travs de un conocido comn pude enterarme
(Ed ya no me trataba desde que descubri que yo era un personaje al
margen de toda posicin influyente) que Ed haba comprado una gran casa
en Valley Road y que su esposa e hijos, quienes se encontraban de
vacaciones en el extranjero, se le uniran dentro de seis u ocho semanas. Me
preguntaba cmo encajara Martha en todo esto. Sin duda, no era el paso de
un hombre que planeaba divorciarse.
Por ltimo, Martha acept que nos viramos una tarde. Me di cuenta por
su voz de que se encontraba de mal humor. Nos sentamos en un

211
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

compartimiento del bar de Joe, y mientras yo encargaba la consumicin


Martha permaneci en silencio. Nos trajeron las bebidas. Ella se tom de
una vez casi la mitad de la suya. Luego se qued observndome.
Lo has visto ltimamente? Has hablado con l? me pregunt.
A veces lo encuentro en el club. Sin embargo, ya sabes que l no se
codea con las personas de mi clase.
Pero... pero has hablado con l. Sobre qu habis hablado?
No sobre ti, si es eso lo que te preocupa.
Ella se molest.
Sabes a qu me refiero. Cules son sus planes?
Cre que t sabas cules eran sus planes repuse. Me dijiste que
iba a pedir el divorcio. Juguete con mi vaso. La vivienda que ha
comprado en Valley Road no es exactamente una cabaa de luna de miel,
Martha. Su familia vendr a unrsele dentro de pocas semanas.
Pero si me ha asegurado!
Te ha asegurado? Pero qu eres, Martha, una chica boba de la
escuela de segunda enseanza? Qu te ha asegurado? Que estaba loco
por ti? Que las salidas furtivas no eran suficientes y que se iba a divorciar
de su mujer, perdiendo Dios sabe cuntos millones? Me detuve para
tomar un trago. Creo que has perdido el sentido comn.
Ella estaba llorando en silencio con la cabeza inclinada, agarrando el
vaso con ambas manos como si ste fuera un asidero que le impidiera
caerse.
No quera verte sufrir continu; pero veo que ya ests sufriendo.
Extend los brazos, colocando mis manos sobre las suyas. Por qu no
rompes con l? Mi ltima docena de propuestas an estn en pie.
Yo le amo, Norman. No puedo remediarlo.
Entonces contina con l. Si te ha prometido esas cosas, dile que se
ponga en movimiento.
Dice que estara arruinado si ahora alguien se enterase de lo nuestro.
Nadie lo sabe; t eres el nico.
Tena que contrtelo.
Cmo ests tan segura de que es algo secreto? le pregunt.

212
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Me mir alarmada.
Es que has escuchado alguna cosa?
Mov la cabeza.
No.
Nunca nos hemos citado en la ciudad dijo. Siempre ha sido en las
afueras, en algn motel o en hoteles de otras ciudades.
se no es tu estilo.
Martha sonri.
No seas anticuado, Norman. No hay nada srdido en ello. La
diferencia es que nos amamos.
Ed Pollard slo ama a Ed Pollard y al dinero.
Ella estaba pensando en otra cosa y no prest atencin a lo que le dije. Al
cabo de unos minutos mir su reloj, se retoc los labios con el lpiz de
carmn, e incorporndose me dijo:
Hablar con l. Ya vers. Estoy en mis cabales. S que lo estoy.

Aquella misma noche, pasadas las doce, el telfono comenz a sonar


junto a mi cama. Era Martha.
Norman... Norman, necesitaba hablar con alguien...
Me sent en el borde de la cama, tirando al suelo casi la mitad de los
cigarrillos al querer sacar uno de la cajetilla.
Qu sucede? Algo anda mal?
Podra... podra pasar por tu apartamento?
Por su voz me daba cuenta de que haba estado llorando.
Pasar a recogerte dije. Dnde ests? No... Tomar un taxi. No
te importa? Te estar esperando. Y sea lo que sea, Martha, no te
preocupes. De acuerdo?
Ella dijo algo ininteligible, y la lnea qued muerta.
Estuve all sentado durante unos segundos, escuchando el zumbido del
telfono, con el cigarrillo apagado en la mano.

213
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Cuando sal a la puerta a recibirla, hall su rostro alterado.


Te preparar algo de beber. Mientras tanto, ve a lavarte la cara. Ests
hecha una pena.
Ella intent sonrer. Yo le bes la frente y me fui al bar porttil. Mezcl
dos bebidas fuertes.
Martha se sent casi en el borde del sof, con decoro, y el vaso giraba
entre sus nerviosas manos.
Estabas en lo cierto, Norman. Todo lo que dijiste era verdad. Ed no
tena ninguna intencin de divorciarse. No la tuvo desde el principio.
Alz la vista con los ojos casi en blanco, como si hubiese sufrido un
sobresalto. Dijo... dijo que si yo no dejaba de molestarle me matara.
Me puse rgido.
Eso dijo?
Martha asinti rpidamente con la cabeza, sonri vacilante y se pas la
mano por el cabello.
Lo ms gracioso, lo verdaderamente cmico, es que todava le amo. Y
es probable que ahora ms an.
Termin de tomarse su bebida y fue a prepararse otra. La estuve
observando hasta que se volvi a sentar.
Ahora eres una amenaza para Ed le dije. Representas algo que
puede malograr sus planes perfectamente calculados. Lo que debes hacer es
no volver a pensar en l, olvidarlo para siempre. Vete fuera de la ciudad si
tienes oportunidad, aljate del rea de Ed Pollard.
No lo puedo comprender dijo con calma. Me doy cuenta de que es
tal y como t lo has descrito; pero no puedo dejar de quererle. Qu
explicacin le encuentras a eso?
No le hallo ninguna explicacin! Simplemente digo que has llegado al
final de una tragicomedia en tu vida, concebida de un modo psimo.
Nuestra conversacin se prolong por espacio de una hora en este
mismo tono. Martha bebi ms de lo acostumbrado. Por lo que poda ver,
nada en ella haba cambiado. No estaba all para pedir consejo sino para
que alguien la escuchara, como una cinta magntica que registrara sus
palabras. Ella continu sirvindose ms tragos, hasta que acab tendida en
el sof. La llev a la alcoba y yo me prepar para pasar la noche en el divn.

214
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Cuando me despert a la maana siguiente, Martha ya se haba


marchado. Me dej una escueta y rpida nota en la cual se disculpaba, y en
la posdata me deca que ms tarde se comunicara conmigo.
Pero aquella misma tarde yo tena que salir de la ciudad en viaje de
negocios y no volvera hasta pasada una semana. Al regresar, llam por
telfono a Martha. Me dijeron que haca cuatro das que no apareca por su
trabajo y que no tenan ninguna noticia de ella. La llam a su apartamento
pero sin obtener respuesta, as que me comuniqu con el encargado del
edificio, que me conoca, y me inform que desde haca varios das notaba
su ausencia. Luego, llam a unos cuantos amigos comunes, y todos me
dijeron que no la haban visto en bastantes das.
Me sorprend. Quiz Martha y Pollard se haban marchado juntos. Tal
vez ella tena razn. Cog el receptor y marqu despacio el nmero de
telfono de las oficinas provisionales que Ed alquilaba mientras construan
la planta. Me contest una secretaria. S, dijo, el seor Pollard estaba. De
parte de quin? Con suavidad, colgu el receptor. Me invadi una profunda
sensacin de temor. Conoca a Martha, quiz mejor que nadie, y no era
comn en ella marcharse sin ninguna explicacin. Aquello me ola muy
mal. Record la amenaza de Pollard, pero en seguida la descart de mis
pensamientos.
Conduje hasta su apartamento y le ped al encargado que me dejara
entrar. Todas sus ropas parecan estar all, aunque no estaba muy seguro. El
apartamento daba la impresin de que su ocupante slo haba salido a
comprar un paquete de cigarrillos o al cine.
Si vuelve le ped al encargado, por favor, llmeme en seguida.
Ahora me hallaba seriamente preocupado. Regres a mi apartamento y
llam por telfono a los hospitales, e incluso a la prisin y a la morgue; pero
no haba rastro de Martha.
Estaba a punto de llamar a la oficina de personas desaparecidas, cuando
record otra vez la amenaza de Ed Pollard. La ltima vez que vi a Martha,
su determinacin de no romper con Pollard era bastante fuerte. Supongo
que tena mucho que ver con su orgullo, ya que Martha no estaba
habituada a los rechazos. Probablemente fue a verle otra vez, le presion
con revelar sus relaciones, y no era muy difcil que Pollard se hubiese
asustado y hubiera cumplido su amenaza.

215
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Esper una semana ms. Tena que estar seguro. Comenc a tener
dificultades para poder dormir. Mi peso baj tres o cuatro kilos. Me decid
una noche mientras miraba el techo en la penumbra, viendo el rostro de
Martha, escuchando su voz. Ira a ver a Pollard y le exigira que me dijese
qu le haba hecho.
Al da siguiente, estando en otra ciudad por negocios, compr
impulsivamente una pequea pistola de tiro al blanco, calibre veintids. En
mi vida haba disparado un arma. Adquir unas cuantas cajas de balas, y al
volver a casa estuve practicando en un bosque cercano a la autopista.
Tena planeado utilizar el arma para persuadir a Pollard de que hablaba
en serio. Por supuesto, necesitaba encontrarme con l a solas y de un modo
imprevisto.
Saba que Pollard, cuando terminaba de trabajar, haca a pie el trayecto
desde sus oficinas al hotel en el cual se hospedaba. Tambin estaba
enterado de que se mudara a su casa de Valley Road tan pronto como los
decoradores hubiesen terminado, probablemente dentro de una semana, y
mi mejor oportunidad sera antes de que se trasladase.
Abandonaba su despacho todas las tardes a las cinco, as que estacion
mi coche frente al edificio donde tena las oficinas. El primer da, alguien le
acompaaba. Al segundo, sali l solo, y se encamin hacia su hotel.
El corazn me lata con fuerza mientras me acercaba por la cuneta hasta
correr parejo a l. Le sonre a travs de la ventanilla abierta del coche.
Hola, Ed! Sube, que te llevar!
Pareci dudar unos instantes; luego se acerc a mi coche.
Hola Norm. Hace tiempo que no te veo.
Subi, cerr la puerta con fuerza y yo puse el automvil en movimiento.
He odo decir que pronto viene tu familia dije, preguntndome si a
Ed mi voz le haba sonado tan afectada como a m.
As es.
Me gustara conocerla manifest.
Introduje la mano dentro de mi chaqueta y pude sentir la pistola sujeta
debajo del cinturn.
Magnfico respondi.

216
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Estaba claro que no tena ganas de hablar.


A propsito, Ed dije, percibiendo el temblor en mi voz. Has visto
ltimamente a Martha?
Volv la cabeza para apreciar su reaccin. Tena un cigarrillo en la boca.
Su mano se detuvo, slo por un breve instante, al tratar de encender el
mechero. Pero se recobr con rapidez. Me sonri con esa gracia de hombre
que sabe dominar una situacin en el momento preciso.
Martha? pregunt. Qu Martha?
Gir por una calle adyacente que conduca a las afueras de la ciudad.
Martha Young. No intentars decirme que no la conoces?
A duras penas poda pronunciar las palabras. Qu hombre tan
desvergonzado! Qu Martha!
Se volvi directamente hacia m. Ahora su rostro no estaba nada
sonriente, sino que me escrutaba con astucia.
Es esa chica que me presentaste hace algunos meses en una fiesta?
No, no la he visto, Norm. Y me desconcierta que me preguntes...
Te desconcierta! No me jodas, carroa...
Debi haber notado mi mano dentro de la chaqueta, o yo me lo imagin.
De cualquier forma, en mi estado completamente agraviado, saqu de un
tirn la pistola. Ed coloc una mano a modo de escudo para protegerse del
disparo. La bala le atraves la mano entre la parte carnosa del pulgar y el
dedo ndice y fue a alojarse en su pecho.
Norm...?
Ed alz la mano y la contempl con incredulidad. Volv a apretar el
gatillo, con el can casi tocndole, y mientras haca esto, sus ojos de nio
grande me miraron de una manera tan pattica e interrogativa, sin
comprender nada, que por un momento me arrepent de lo que haba
hecho.
Pero l haba asesinado a Martha, de eso estaba seguro, y lo que haca era
en memoria de ella, como quien dice. As que vaci el cargador en el cuerpo
de Ed Pollard.

217
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Cuando fue descubierto el asesinato, para todos result un misterio. Por


algn milagro, nadie me haba visto con Ed, y me deshice de su cadver en
un solitario camino de tierra en las afueras de la ciudad, volviendo despus
a mi apartamento. Limpi la sangre de Pollard del tapizado de plstico y
arroj la pistola en un ro. Nadie poda aducir motivo alguno que explicase
la muerte de un hombre como Ed Pollard. Los peridicos le alabaron por su
preocupacin ciudadana y por la industria que haba representado. Al
finalizar la semana, la opinin general era que fue secuestrado y asesinado
por una o varias personas desconocidas.
Lo que realmente ocurri slo estaba grabado en mi memoria y en el
tiempo, e incluso yo crea que aquello desaparecera para siempre ya que
haba hecho algo que se deba de hacer. Mi accin era correcta. Entretanto,
los jefes de Martha hicieron un informe sobre su desaparicin.
Me encontraba en mi despacho, deshaciendo mi maleta tras un corto
viaje fuera del Estado. Escuch que alguien abra la puerta. Ech una ojeada
y all estaba Martha. Alta, muy bronceada, inefablemente hermosa. Una
sonrisa de arrepentimiento jugueteaba en sus labios.
Hola, Norman. Estoy de regreso.
Me qued mudo. Slo poda observarla.
Martha sonri.
Qu sucede? Te noto un poco raro. Pens que te alegraras de verme.
T... estabas... Tuve que sentarme; era incapaz de seguir; Martha se
acerc y se apoy en la esquina del escritorio, hasta que al fin consegu
decir: Nadie saba dnde estabas... Ed... pens que l...
Lo siento, Norman. No fue mi intencin preocuparte, en serio; pero
tena que marcharme para poner en orden mi cabeza. Segu tu consejo,
Norman. Creo que ya siempre lo har. Me fui a un pequeo pueblo de
pescadores en Mxico. Pint y le. Sonri. Me lo he quitado de encima.
He sido una tonta. Al fin he podido olvidarme de Ed.
Pero yo... yo pens que l...
Qu te ocurre? Sucede algo malo? se inquiet Martha.
No te has enterado de que l ha muerto?
Martha se levant despacio.
Ed?

218
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

Asent, observando su rostro con detenimiento. Se acerc a la ventana y


contempl las calles a sus pies. Al fin, dijo:
Cmo muri?
Fue asesinado a tiros. Alguien le dispar siete veces con una pistola.
Ed... asesinado a tiros? Quin diablos iba a querer matar a Ed?
Me incorpor, poniendo en orden algunos papeles sobre mi escritorio.
La Polica... Nadie parece saberlo.
Me daba la espalda, pues an continuaba mirando por la ventana. De
pronto el ruido de la calle pareci aumentar. Sobre la ciudad poda
escuchar el sonido de los aviones. Martha irgui la cabeza y dijo:
Cuando entr, t comenzaste a decir algo sobre l.
Me invadi una sensacin punzante. Haba algo en su voz que antes no
tena, un cambio de tono. Sus manos colgaban rgidas.
Ests segura? Es que..., es que estaba sorprendido de verte. Pens...
T habas dicho que l te amenaz...
Volvi la cabeza con rapidez, fijando su vista en mi rostro. Nunca antes
la haba visto mirar de esa forma tan fra y distante.
S dijo. S, es verdad. O me equivoco?
Lentamente se fue aproximando, y de repente me pareci una persona
diferente, una completa extraa. No poda apartar mis ojos de ella; haba
algo apremiante, hipntico, en su modo de mirarme, mientras se hallaba
cada vez ms cerca. Entonces, con su rostro a pocos centmetros del mo,
levant la mano y con las yemas de los dedos dibuj el contorno de mi
barbilla, de mi boca.
Creo haberte contado que l me amenaz dijo suavemente. No es
verdad?
Dio un paso hacia atrs, volviendo la cabeza. Sac el lpiz de labios de su
bolso y se pint con sumo cuidado, expertamente.
Se volvi de nuevo y me sonri.
Me invitas a un trago? He echado de menos a Joe, y tambin a ti,
Norman.

219
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

No supe qu hacer. Saba que tendra que haberle respondido que yo


tambin la haba echado de menos; pero no pude decrselo.
Pobre Norman. Me asi del brazo. Ahora aquello ya ha pasado.
Ahora todo ser como en los viejos tiempos. No es as?
Martha me miraba con una sonrisa. No haba manera de explicar lo que
acababa de hacer. Ella no podra habrmelo dicho de un modo ms claro.
Por supuesto me escuch decir, como en los viejos tiempos.

FIN

220
Alfred Hitchcock presenta Fue un crimen maravilloso

***
Ttulo original: Having a wonderful crime
Traduccin: Jorge M. Lech
Primera edicin: Marzo, 1988
1977, Davis Publications, Inc.
Copyright de la traduccin espaola: 1988, Plaza & Janes Editores,
S. A.
ISBN: 84-01-49104-5 (Col. Jet)
ISBN: 84-01-49842-2 (Vol. 104/2)

25-04-2013

221

También podría gustarte