Soja 328-IIP-Boletin-No20 PDF
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Boletn 20
Soja en
Latinoamrica
Soja en Latinoamrica
Dr. Ricardo Melgar
Estacin Experimental de Pergamino, Buenos Aires
Instituto Nacional de Tecnologa Agropecuaria (INTA)
Argentina
2011
ISBN 978-3-9523243-7-0
DOI 10.3235/978-3-9523243-7-0
2
Contenidos
3
3.6. Calcio ................................................................................................. 60
3.7. Magnesio ............................................................................................ 63
3.8. Micronutrientes .................................................................................. 64
3.8.1. Boro............................................................................................ 64
3.8.2. Cobalto ....................................................................................... 65
3.8.3. Cobre .......................................................................................... 65
3.8.4. Cloro........................................................................................... 66
3.8.5. Hierro ......................................................................................... 66
3.8.6. Manganeso ................................................................................. 67
3.8.7. Molibdeno .................................................................................. 69
3.8.8. Zinc ............................................................................................ 70
3.9. Patrn de absorcin de nutrientes ....................................................... 70
3.10. Absorcin y exportacin de nutrientes ............................................... 72
4. Nutricin - Fertilizacin para mayor productividad y calidad ........ 75
4.1. Fertilizacin y manejo del suelo en regiones de Latinoamrica ......... 75
4.1.1. Prcticas de siembra directa ....................................................... 75
4.1.2. Cultivos de cobertura en sistemas de siembra directa ................ 80
4.1.3. Correccin de la acidez .............................................................. 83
4.1.4. Fertilizacin y manejo de suelos en Brasil ................................. 92
4.1.5. Fertilizacin y manejo de suelos en Argentina ......................... 103
4.1.6. Fertilizacin y manejo de suelos en Paraguay .......................... 113
4.1.7. Fertilizacin y manejo de suelos en Bolivia ............................. 116
4.1.8. Fertilizacin y manejo de suelos en Uruguay ........................... 117
4.2. Sntomas visuales de deficiencias nutricionales en soja ................... 118
4.2.1. Macro y meso nutrientes .......................................................... 119
4.2.2. Micronutrientes ........................................................................ 123
4.3. El uso de anlisis foliar .................................................................... 128
4.3.1. Muestreo ................................................................................... 128
4.3.2. Anlisis qumico ....................................................................... 129
4.3.3. Interpretacin de los resultados ................................................ 129
4.4. Fertilizacin con nitrgeno e inoculacin ........................................ 132
4.4.1. Demanda de N y FBN .............................................................. 133
4.4.2. Inoculacin y reinoculacin ..................................................... 133
4.4.3. Efecto de niveles de N en el suelo ............................................ 136
4.4.4. Efecto de la fertilizacin con N ................................................ 136
4.4.5. Efecto de los residuos y antecesores ........................................ 138
4.4.6. Efecto del stress ambiental sobre la FBN ................................. 139
4.5. Uso de fertilizantes ms comunes .................................................... 140
4.5.1. Fertilizantes fosfatados ............................................................. 140
4.5.2. Fertilizantes potsicos .............................................................. 141
4.5.3. Fertilizantes con azufre ............................................................ 142
4.5.4. Encalado y Fertilizante con magnesio ...................................... 143
4
4.5.5. Micronutrientes ........................................................................ 144
4.6. Fertilizantes y resistencia a enfermedades ....................................... 144
4.7. Fertilizacin foliar ............................................................................ 149
5. Conclusiones ....................................................................................... 152
5
1. Importancia econmica y agrcola de la soja en
Latinoamrica
1.1. Introduccin
6
Tabla 1.1. rea cultivada, produccin, consumo y exportacin de los
principales granos en el mundo (FAO, 2010). Datos de 2008 y de 2005 para
consumo de aceite.
Exportacin
Consumo
Cultivo rea Produccin humano Cantidad Valor
directo
ha x106 mt x106 mt x106 mt x106 US$ x106
Trigo 223.6 689.9 423.7 132.8 32.9
Maz 161.0 822.7 106.4 109.7 20.8
Arroz 159.0 685.0 512.3 1.7 0.5
Soja 96.9 231.0 24.0 (*) 74.4 22.9
7
Tabla 1.2. rea sembrada, produccin y exportacin de soja y derivados en el
Mercosur, EE.UU. y total mundial (FAO, 2010. Promedio 2005-2007).
Pas Siembra Exportaciones
Produccin Grano Harina Aceite
ha x 106 6
......................... mt x 10 ........................
Brasil 21.9 53.8 23.71 13.10 2.49
Argentina 15.0 42.1 9.89 23.60 5.67
Paraguay 2.1 4.5 2.91 0.80 0.19
Bolivia 0.9 1.6 0.09 1.10 0.21
Uruguay 0.3 0.6 0.00 0.41 0.00
Mercosur (*) 40.4 102.8 37.20 38.5 8.60
(54%) (66%) (74%)
EE.UU. 28.8 79.9 27.60 5.11 0.63
Total Mundial 92.5 217.7 69.22 58.60 11.51
(*) Las cifras entre parntesis indican el porcentaje de las exportaciones
respecto del total mundial.
8
Dentro del importante contexto del complejo soja para la regin y, a su vez, la
importancia de la regin en el mundo cuando se refiere a este cultivo, es
importante destacar algunos aspectos que hacen a su industrializacin e
integracin/coordinacin de la cadena internamente.
9
de soja prcticamente sin cambios (11-12%), evidenciando su poltica de
industrializacin local y posterior exportacin de los subproductos (Pinazza,
2007).
10
Argentina es el segundo pas productor del Mercosur con 46.2 millones de
toneladas en la campaa 2008. El complejo sojero que aporta la cuarta parte de
las divisas obtenidas por el pas en concepto de exportaciones, sumando las
exportaciones de biodiesel alcanz un valor de 13,800 millones de dlares,
siendo el primer rubro generador de divisas del pas. Adems, contribuy en
2007 a la recaudacin fiscal en concepto de derechos de exportacin por un
valor aproximado de 4,400 millones de dlares. La integracin con las cadenas
de carnes, as como el consumo interno de aceite son proporcionalmente
bastante menores que en Brasil, ya que el consumo interno de aceite de su gran
produccin es algo superior al 4% (240 mil mt). En cuanto a las harinas, la
situacin es similar, ya que sobre una produccin total de 22 millones de mt se
consumen menos del 10% (entre 1.5 y 2.5 millones) (ABIOVE, 2009).
Uruguay, en tanto, en los ltimos cinco aos pas de sembrar 5,000 hectreas de
la oleaginosa a unas 350,000 con rindes equivalentes a los de sus vecinos. Posee
una limitada industria de procesamiento con tecnologa relativamente atrasada,
ya que las inversiones necesarias requieren de una escala que supera las
posibilidades del mercado de consumo local. La capacidad de procesamiento de
oleaginosas instalada total, en Uruguay, alcanza a 450 mt da-1 y procesa
11
principalmente girasol. (MGAP, 2009). Esta capacidad contrasta con Argentina
donde son frecuentes plantas de 3,500 a 4,000 mt da-1.
12
Soja de segunda. Es una soja que se cultiva en sucesin con trigo,
normalmente algo ms tarde que la de poca, 1 de diciembre hasta el
10 de enero.
Los cultivos que conviven naturalmente con la soja en la regin son: el maz, el
trigo y el girasol y primaria y secundariamente, el algodn, el sorgo, el arroz y
otros cereales de grano fino.
Cada regin define su rotacin alrededor de la soja eligiendo los dems cultivos
segn ventajas agronmicas, econmicas o logsticas. Pero, en las principales
regiones de produccin, el maz y el trigo constituyen los principales cultivos de
grano en rotacin con la soja.
13
materia orgnica. Como ejemplo, podemos citar un estudio mostrado en la tabla
1.4 con datos de la regin sojera de Manfredi en la provincia de Crdoba
(Martellotto et al., 2001).
kg ha-1 mm kg mm-1
1.5.1. Intercultivo
14
En Argentina se ha ensayado sembrar soja, luego de algunas semanas de la
siembra de maz, cuando este cultivo est entre V-4/5 y V-7/8. Para ello, el maz
se siembra dejando una o ms lneas sin sembrar por cada una o dos de maz
sembradas, de forma de ocuparse con la soja ms tarde (p. ej. 1x1(M-S-M-S),
2x2 (M-M-S-S), 3x1(M-M-M-S) o 1x3 (M-S-S-S). Los resultados, expresados
como Equivalente de Uso de la Tierra (EUT), logrados en un primer ao de
evaluacin no detectan ventajas productivas claras del intercultivo maz-soja
sobre los cultivos puros (Daz, et al., 2008).
Harinas proteicas
15
cscara, de la composicin proteica del grano de soja. La industria produce
diferentes harinas, con tenores de protena que varan entre el 44 y 48%. El de
46% el ms usado en Brasil, mientras que en E.E.U.U. predomina el de 48%.
Aceite
El aceite de soja tiene muy bajo nivel de cidos grasos saturados, (ms de 81%
de cidos grasos insaturados) con un ndice de yodo de 125-140, caracterstica
que respecto de la salud humana, lo coloca en una posicin favorable respecto
de otros aceites (Tabla 1.6). Es una importante fuente de cidos grasos poli
insaturados (carcter asociado a la disminucin de colesterol en sangre) y de
cidos grasos mono insaturados. El aceite de soja contiene niveles medios de
Vitamina E (importante en la proteccin contra la accin de radicales libres,
poderosos agentes del envejecimiento y de la piel y la vista) en forma natural, de
todos los aceites.
16
Tabla 1.6. Composicin de cidos grasos de los principales aceites comestibles
(ASAGA, 2009).
cidos grasos Soja Girasol Man Oliva Palma Maz Colza
Saturados
(Palmtico y 17 11 20 16 51 15 7
Esterico), %
Mono in-
saturados 19 24 40 71 39 38 57
(Oleico), %
Poli in-
saturados
64 65 40 13 10 47 36
(Linoleico y
Linolnico), %
Vitamina E,
17 70 9 12 8 33 23
mg 100 g-1
17
Adems del biodiesel, que se comentar ms adelante, los dems subproductos
obtenibles de la cadena de la soja, son enanizados por las enormes cifras
implicadas en la produccin y comercio de las mencionadas presentemente. La
produccin de tintas, aceites teraputicos (surfactantes), adhesivos u otros
alimentos como nutracuticos, isoflavonas, lecitina, tofu, etc., representan
algunos productos industriales ,derivados de la soja, pero de mucha menor
importancia con relacin a las harinas, aceite y biodiesel.
18
Tabla 1.7. rea sembrada con soja y tasas de expansin anual en pases del Mercosur (FAO, 2010).
Pas 1970 1980 1990 2000 2007 1971-80 1981-90 1991-00 2001-07
......................ha x 1,000...................... ..............Tasa media anual % ..............
19
El primer factor que surge como respuesta a esta expansin, es la existencia y
disponibilidad de vastas regiones de suelos con aptitud agrcola, potencialmente
productivos. A diferencia de EE.UU., Europa o Asia, con muchsimo menos
potencial de expansin, pero similar en potencial a frica. Los nmeros de la
Tabla 1.8 (FAO, 2010) expresan el potencial de expansin de tierras en cada
pas, no considerando siquiera la conversin de tierras forestales y slo las reas
bajo pasturas permanentes o destinadas a la ganadera extensiva.
Un segundo plano del anlisis tiene que ver con el segundo factor de
productividad: el capital disponible, necesario para el desarrollo de las tierras y
para convertir las tierras vrgenes, sean bosques tropicales, subhmedos,
templados o semiridos o sabanas y sus denominaciones locales: Cerrado,
bosque chaqueo o espinillar, en tierras aptas para una agricultura mecanizada.
Realizar las obras de infraestructura necesarias, caminos, alambrados y
frecuentemente la fertilizacin y encalado, precisa de capital de riesgo. Muchas
veces se convierten tierras ganaderas en agrcolas, precisndose tambin
eliminar arbustos, levantar corrales y alambrados para convertirla en un rea
apta para la agricultura mecanizada. En algunos suelos, el capital necesario para
corregir los problemas de acidez y fertilidad fosfatada puede representar valores
superiores al valor de la tierra misma.
20
transaccin son los que han favorecido la expansin en algunos pases,
acelerndolo o hacindolo ms lento en aquellos adonde dichos costos son
mayores y por consecuencia el costo del capital es ms elevado.
La conjuncin de estos tres factores: tierra disponible con climas y suelos aptos,
capital prestable en estructuras financieras confiables ,con bajos costos de
transaccin, y productores con capacidad de organizacin y escalamiento, que
les da movilidad dentro y fuera de sus pases, fueron los responsables de
escuchar el llamado de la demanda.
21
Se cuestiona entre otros temas de impacto ambiental y efectos colaterales
derivados, la baja eficiencia de produccin por unidad de superficie, ya que
cultivos como la Palma aceitera (Elaeis guineensis L.), son mucho ms
eficientes o la Jatrofa (Jatropha curcas L. y otras sp.), que crece nativa a la vera
de los caminos y no restara tierras con capacidad para la produccin de
alimentos. Esta planta es promovida en Paraguay como fuente de biodiesel de
alto rendimiento, con rindes de 1.5 a 2 mt ha-1. En el mundo se la cultiva en
zonas tropicales y subtropicales, (Filipinas, Mali e India); es resistente a la
sequa y puede intercalarse con otros cultivos de renta como caf, caa de
azcar, frutales y otros. El rendimiento tpico, en litros de biodiesel por
hectrea, de algunos cultivos que pueden usarse como materia prima para
fabricar biodiesel es:
Palma: 4,826 l ha-1
Coco: 2,185 l ha-1
Colza: 969 l ha-1
Man: 855 l ha-1
Girasol: 779 l ha-1
Soja: 532 l ha-1
Fuente: Brown, 2006.
A pesar del debate, sin embargo, los principales actores econmicos, as como la
capacidad tecnolgica del mundo han puesto presupuestos y energa para el
avance de esta tecnologa, as como enormes inversiones para el desarrollo de
plantas de produccin de biodiesel y etanol.
22
Paraguay han privilegiado la produccin de etanol, mientras que Argentina, con
menor proporcin de caa de azcar y con una cartera energtica diferente, ha
privilegiado las inversiones en plantas de biodiesel. No obstante, debido al peso
considerable de las economas en la regin, la produccin de biodiesel de Brasil
y Argentina es la que cuenta. Por otra parte, a pesar de los incentivos fiscales
para la produccin de biodiesel, a partir de aceite de ricino o de palma, el aceite
de soja, seguido por el de algodn en Brasil y por el de girasol en Argentina, son
las opciones ms viables para la produccin a gran escala, dada la
infraestructura corriente y los volmenes de produccin. Se estima que,
actualmente, la soja representa ms del 90% de la materia prima usada en la
produccin de biodiesel en el Mercosur.
23
Tabla 1.9. Biodiesel. Produccin de Brasil y exportaciones de Argentina
(MAGyP, 2010; ABIOVE, 2009).
Ao Argentina Brasil
103 mt ...
2006 0.3 0.7
2007 316 155
2008 1,070 730
24
2. Condiciones edficas y climticas apropiadas para la soja
2.1. Introduccin
Fig. 2.1. Diagrama con los rangos de fechas de siembra y cosecha de la soja
sembrada en distintos sistemas de cultivo.
25
2.2. Caractersticas del crecimiento y desarrollo de la soja
26
Normalmente, las hojas que se forman primero son ms pequeas que las
posteriores. Cuando la planta tiene entre 2 y 3 hojas trifolios, los ndulos
indicadores de la infestacin con Rhizobios y vitales para la fijacin del N, son
ya visibles en las races.
Por definicin, la hoja desarrollada es aquella que tiene encima otra hoja, an
pequea, pero con bordes de fololos que ya no se tocan. Luego de la tercera
hoja desarrollada (V3), se definen los nudos arriba de la hoja unifoliada,
desaparecen los cotiledones y aparecen las yemas axilares, puntos de
crecimiento secundarios, que permiten la recuperacin de las plantas ante
posibles daos por defoliacin.
27
Races
El sistema radicular consta esencialmente de una raz principal, pivotante, un
importante nmero de races secundarias que se ramifican profusamente y races
adventicias muy ramificadas que salen de la base del hipoctilo.
Si bien el cultivo puede prosperar bien en suelos pesados, las races tienden a no
penetrar incluso ante capas moderadamente densificadas. Aunque las races se
concentren, en general, en los primeros 0.6 m o an, a veces, en los primeros 0.3
m, una cantidad considerable de agua puede extraerse de las capas ms
profundas por debajo de la zona radicular, particularmente durante los perodos
finales del crecimiento. Sin embargo, bajo condiciones normales, el 100% de la
absorcin de agua ocurre en los primeras capas del suelo, desde la superficie
hasta los 0.6 o hasta 1.3 m de profundidad. Ante condiciones de sequa sin
embargo, la soja no se adapta tan bien como otras especies, por ej. El garbanzo
o el poroto.
28
En general, la capacidad de exploracin del sistema radicular est estrechamente
relacionada con la densidad del suelo, el estado nutricional de la planta y el
largo del ciclo del cultivar (Andriani et al., 1991).
29
1973 y Summerfield y Wilcox, 1978). La temperatura, en general tiene su
influencia sobre la velocidad de desarrollo del cultivo. En cambio el fotoperiodo
modifica la respuesta de la soja a la temperatura, ya que como planta de da
corto, los das ms largos decrecen la velocidad de desarrollo. Los estreses
hdricos y de nutrientes pueden influir en la velocidad de desarrollo de la soja
(Brevedan y Egli, 2003, Brevedan et al., 1978, Sinclair y deWit, 1975 y Sinclair
y deWit, 1976).
Ciclos de madurez
La clasificacin de los grupos de madurez de los cultivares de soja ms
difundidas en zonas templadas como la Argentina o EE.UU. estn basados en la
respuesta del desarrollo al fotoperiodo (Heatherly y Elmore, 2004). Esta
clasificacin divide a los cultivares en grupos de madurez, comenzando con el
grupo ms tolerante a las bajas temperaturas (000) y casi indiferente al
fotoperiodo, luego se ubican las que poseen mayores requerimientos de das
cortos, (00, 0, I, II, etc.) hasta el grupo X o diez, siguiendo la numeracin en
nmeros romanos.
50
40
Grupo IV
30
20
10
0
10 12 14 16 18
Fig. 2.2. Efecto del largo del da sobre la induccin a la floracin de variedades
de soja de dos grupos de madurez (Jones et al., 1989).
30
Adems de la respuesta fotoperidica, la soja est caracterizada por una fase de
desarrollo a la que se le da el nombre de periodo juvenil. La caracterstica del
largo de ese periodo o juvenilidad, o fase inicial del crecimiento vegetativo,
durante la cual la planta no florece aun con caractersticas inductivas, es
manejable por el mejoramiento gentico. Hasta que sta fase no se complete, no
se induce la floracin, aun cuando la planta prospere en das cortos, por debajo
del mnimo critico de la variedad. Al final del periodo juvenil, la planta
responde a las variaciones de largo del da. As, con un largo periodo juvenil, a
la planta le lleva ms tiempo alcanzar la madurez fisiolgica, (Kiihl y Garca,
1989).
Cada cultivar tiene una duracin fotoperidica crtica, por debajo de la cual el
periodo vegetativo no aumenta su duracin. Ante periodos de luz ms largos
(das o fotoperiodos ms largos), la velocidad de desarrollo de los rganos
reproductivos se hace ms lenta y la floracin se retrasa. Por el contrario, ante
fotoperiodos ms cortos la floracin se acelera. Los distintos genotipos tienen
un amplio rango de sensibilidad al fotoperiodo, desde aquellos insensibles, a
otros con fotoperiodos crticos altos, adaptados a latitudes altas que florecen con
fotoperiodos muy largos y otros genotipos adaptados a bajas latitudes, que
florecen con fotoperiodos muy cortos y con mucha sensibilidad fotoperidica.
31
2.2.4. Formacin de flores y granos
Los granos dentro de los vainas, no comienzan a crecer hasta que la vaina se ha
desarrollado completamente en longitud. El periodo de llenado de la semilla es
crtico para la determinacin del rinde final. Los estreses hdricos o de N,
pueden afectar la madurez de la semilla, su tamao y el nmero de semillas por
vaina y nmero de vainas.
32
siembra, luego decrece durante la etapa final de crecimiento de las semillas y se
detiene poco despus. Durante este periodo el cultivo puede crecer entre 80 y
200 kg ha-1 da-1 de materia seca.
2.2.5. Madurez
Al acercarse el otoo y acortarse los das, la planta madura, las hojas mueren y
caen desde abajo hacia arriba de la planta. Con esta declinacin, en tasa
fotosinttica y de fijacin de N, la semilla contina creciendo y movilizando
nutrientes de otras partes de la planta. Las semillas alcanzan su mximo peso
seco y son fisiolgicamente maduras, cuando su contenido de humedad est
entre 40 y 45%. Luego de la madurez fisiolgica, es slo una cuestin de secado
para permitir la cosecha y trilla.
33
y ambiental, el primero tiene en general una pequea influencia en la variacin
del potencial de produccin, al contrario del segundo, ya que ste, comnmente,
es el factor ms limitante para que la planta exprese todo su potencial de
crecimiento.
2.3.2. Temperatura
34
1.0
0.6
0.4
0.2
0.0
0 10 20 30 40 50
Temperatura (C)
Fig. 2.3. Esquema de temperaturas cardinales asociadas a la velocidad de
aparicin de las hojas de soja.
2.3.3. Luminosidad
35
2.3.4. Duracin del da y precocidad
La soja florece cuando la duracin de los das se acorta, caracterstica del otoo
en zonas templadas. A pesar de que la temperatura ejerce una considerable
influencia en la floracin de la soja y en la interaccin con el fotoperiodo, ste
es el factor de mayor expresin.
Fecha de siembra
La fecha de siembra interacciona significativamente con el ciclo de la variedad,
determinando respuestas al crecimiento y desarrollo. A su vez, esta interaccin
determina tanto una diferente sincronizacin entre la mxima rea foliar
(intercepcin de luz solar) y la oferta ambiental de luz y agua. As tambin esta
interaccin determina la coincidencia de eventos clave como la germinacin,
floracin y cosecha, con condiciones climticas extremas, por ejemplo: heladas
tempranas y tardas, sequas cortas de verano (o veranitos) o periodos de
lluvias torrenciales. Por esta razn, la eleccin de la fecha de siembra y de sta
en relacin a un cultivar de un ciclo determinado, es el principal factor de
manejo que condiciona los rendimientos.
36
Sembrados en distintas fechas, los cultivares del mismo ciclo modifican la
duracin de su desarrollo, as como su estructura de cultivo. En las zonas
templadas, el atraso de la siembra resulta en un acortamiento del periodo
vegetativo, que es ms pronunciado cuanto ms largo es el ciclo del cultivar o
mayor el grupo de madurez y como, normalmente, se acortan los entrenudos, se
afecta la tendencia al vuelco, el hbito de crecimiento, su altura y
comportamiento frente a enfermedades y plagas.
Tambin, como regla general, los cultivares ms precoces con menor duracin
del periodo vegetativo, disponen de menor tiempo para la acumulacin de
biomasa y son ms sensibles a irregularidades de tipo edafo-climtico. Por esta
razn, la eleccin de estos cultivares requiere de mayor calidad de ambientes
para expresar su potencial de rinde. De otra manera, estreses climticos o
biticos que afecten su desarrollo vegetativo o reproductivo tendrn impacto en
el rendimiento, sin posibilidad que pueda compensar con ms nudos, ramas y
floraciones la prdida de rendimiento, debido a la limitada extensin de su ciclo
de cultivo.
180
160
Largo del Ciclo (Das)
140
120
100
80
01-sep 22-sep 13-oct 03-nov 24-nov 15-dic
GM III GM V GM VII
Fig. 2.4. Efecto de la fecha de siembra sobre el largo del ciclo de distintos
grupos de maduracin (GM) de soja a la latitud de 30 S (Baigorri, 1997).
37
2.3.5. Requerimientos de agua y precipitaciones
El requerimiento de agua (ETm) para una mxima produccin, vara entre 450 y
700 mm durante el ciclo, segn el clima y la longitud del perodo de crecimiento
(Smith, 1990). El rendimiento de soja aumenta con precipitaciones crecientes,
volvindose asinttico por encima de los 700 mm. En Argentina, el lmite oeste
de la produccin de soja se evidencia a lo largo de la isohieta de 750 mm
anuales.
1 -ETa.ETm-1
1 0.9 0.8 0.7 0.6 0.5 0.4 0.3 0.2 0.1 0
0
0.1
0.2
0.3
1- Ya.Ym-1
0.4
0.5
0.6
0.7
0.8
0.9
1
Fig. 2.5. Efecto del stress hdrico sobre el rendimiento de grano de soja en
distintos periodos de crecimiento (adaptado de Smith, 1990).
38
Para una optima produccin, agua suficiente debe estar disponible a la siembra
para la germinacin, equivalente al 15 y el 50% de la capacidad de retencin
hdrica del suelo. La deficiencia del agua durante el perodo vegetativo retardar
el crecimiento. Los perodos del crecimiento ms sensibles a los dficits
hdricos son durante la floracin y el periodo que sigue a la formacin del
rendimiento, particularmente al final del perodo de floracin e inicio del
perodo de desarrollo de la vainas, momentos en que los dficits hdricos pueden
provocar una abundante cada de flores y vainas.
Al principio, se evapora una mayor proporcin del agua recibida por lluvias, por
una menor cobertura del suelo. A medida que aumenta el agua disponible por
lluvias, la evaporacin del suelo se vuelve una fraccin menor de la
evapotranspiracin, dado que se produce una canopia mayor, que ensombrece el
suelo y una mayor proporcin del agua usada va a la transpiracin.
39
conductividad elctrica (CE) en el extracto de suelo menor a 5 mmhos cm-1, el
10% con CE de 5.55 mmhos cm-1, el 25% con CE de 6.25 mmhos cm-1, el 50%
con CE de 7.55 mmhos cm-1 y del 100% con ms de 10 mmhos cm-1 de CE.
Riego
Normalmente, la soja no se produce bajo riego, sin embargo, segn algunas
condiciones climticas, uno o ms riegos suplementarios durante los perodos
crticos de crecimiento, pueden aumentar substancialmente el rendimiento. Para
la programacin de un sistema bajo riego, en condiciones de evaporacin
medias (5 a 6 mm da-1 de ETm), puede asumirse un nivel de agotamiento de
55% del agua del suelo. Si fuera posible un riego, la mejor sincronizacin
debera ser durante el ltimo perodo de floracin, cuando las vainas pequeas
estn comenzando a aparecer. De ser factible dos riegos, uno debera incluirse al
comienzo del periodo vegetativo para asegurarse un rpido establecimiento de la
canopia. Un tercer riego, si fuera posible, dar el mejor resultado si se aporta al
principio del llenado de semillas.
Bajo tales variantes, es lgico que a veces el mximo rendimiento potencial sea
sacrificado en aras de cubrir el suelo con una determinada rotacin. Es decir, en
lugar de lograr un nico cultivo anual que rinda 4 mt ha-1, se prefiera sembrar la
soja, luego de cosechar el trigo, con un potencial de rinde de 3 mt ha-1 o menos,
como es comn en una de 4 hectreas sembradas en Argentina. De la misma
manera en Brasil y Paraguay, una proporcin similar del rea sembrada con soja
es rotada con maz, que sucede a la soja, conformando dos cultivos al ao.
Tambin vale mencionar que como cultivo anual, su rea de cultivo es variable
y sujeta al oportunismo de los productores, que ante mejoras de precios de los
mercados, a veces se siembran en suelos de bajo potencial, con limitaciones de
productividad por factores no corregibles de suelo o clima, pero donde el mayor
riesgo de produccin se compensa con la posibilidad de obtener una rentabilidad
adecuada y sostenida por un buen precio.
Otra situacin es que el rea potencialmente apta no se cultiva por otras razones.
El mapa de esta rea muestra el contraste de la zona densamente cultivada en el
este de Paraguay y centro-oeste de Brasil, con la ausencia de cultivo en el
40
extremo noroeste de Argentina, en la provincia de Misiones. Mientras que ste y
los estados de Santa Catarina en Brasil, o el Departamento de Alto Paran en
Paraguay, poseen suelos de similar aptitud para la produccin de soja, en
Misiones, Argentina, el rea se ha destinado a la produccin forestal, sin
vocacin, ni infraestructura para la produccin de granos.
2.4.1. Brasil
41
Fig. 2.6. rea sembrada de soja por municipio en los principales estados de
Brasil. Las cifras en cada Estado son millones de ha, (CONAB, 2009).
Los suelos son diferentes en las dos principales regiones, pero en su mayora
son suelos tropicales con arcillas de baja actividad (caolinitas, xidos de Fe y
Al), lo que les confiere baja fertilidad natural, pero buenas condiciones fsicas.
La baja fertilidad nativa de estos suelos, principalmente bajos niveles de fsforo
y potasio, hace que la demanda de la agricultura en estos suelos convierta a
Brasil en uno de los principales mercados del mundo de fertilizantes. De
acuerdo con el sistema de clasificacin de suelos de Brasil, (EMBRAPA, 1999),
en las tierras agrcolas del sur prevalecen los nitosoles como la Terra Roxa
estructurada (12 contra 1%) (Ultisoles) suelos originados de basalto con buena
saturacin de bases, mientras que en el centro-oeste dominan los Latossolos
(Oxisoles 52 contra 25%), suelos con muy baja saturacin de bases y a menudo
con severos problemas de acidez por aluminio (Coelho et al., 2002).
42
3,000
2,000
1,500
1,000
500
0
1976 1979 1982 1985 1988 1991 1994 1997 2000 2003 2006
Ao de Siembra
Fig. 2.7. Serie histrica de rendimientos en Brasil (CONAB, 2009).
43
2.4.2. Argentina
Fig. 2.8. rea sembrada de soja en Argentina. Las cifras en cada provincia son
millones de ha (MAGyP, 2010).
44
nivel de departamento o partido, oscilan entre 2.5 y 3.5 mt ha-1 para la soja de
primera y entre 2.0 y 2.4 mt ha-1 para los de soja de segunda. En los ltimos
aos se ha verificado un aumento sostenido de los rendimientos a escala
nacional, atribuido principalmente a avances tecnolgicos incluso al uso de
inoculantes, al avance gentico, al mejor control de malezas (uso de variedades
RG) y por supuesto al mayor uso de fertilizantes, que desde su ausencia en 1995
pas a un uso promedio de 100-120 kg ha-1 de fertilizantes en las ltimas
campaas (Fig. 2.9).
3,500
Rinde Nacional de soja (kg ha-1 )
3,000
2,500
2,000
1,500
1,000
500
0
1976 1979 1982 1985 1988 1991 1994 1997 2000 2003 2006 2009
Ao de siembra
45
En los ltimos aos, la expansin del cultivo se realiz fuera de la regin
pampeana, adonde comenz con fuerza en la dcada del setenta. El rea de
mayor tasa de difusin del cultivo fue en el noroeste, en las provincias de
Santiago del Estero, Chaco, Tucumn y Salta, que pas de 380 mil ha en el
trienio 1995-97 a 1.53 millones de ha, diez aos despus (2005-07). Los suelos
de estas regiones son muy frtiles en P y cationes, aunque no en materia
orgnica. Las mayores limitaciones de estas regiones son las lluvias ms
irregulares durante la poca estival, lo que no le resta potencial productivo pero
s, estabilidad a la produccin.
2.4.3. Paraguay
Fig. 2.10. rea sembrada de soja en Paraguay. Las cifras en cada departamento
son millones de hectreas (IICA, 2009).
46
Segn la variabilidad de texturas, que van desde arenosa hasta arcillosa, la
dotacin de nutrientes es variable. Asimismo, todos precisan de aplicaciones
regulares de fsforo y potasio debido a la pobreza intrnseca del material de
origen en fsforo. Muchos suelos del este se han originado a partir de basaltos,
lo que resulta en suelos medianamente saturados de bases, magnesio en
particular. Sin embargo, la importante pluviosidad de la regin lixivia los suelos
y hace preciso la fertilizacin regular con potasio.
2.4.4. Uruguay
47
Anteriormente hubo dos infructuosos impulsos para ampliar la frontera de
agricultura de granos en los aos ochenta y noventa, pero tan pronto los precios
no fueron estimulantes el cultivo desapareci como consecuencia de la
importante incidencia de plagas y limitaciones a la capacidad de almacenaje de
agua de los suelos. Estos factores explican que la productividad no llegue a los
valores promedios de pases de la regin. Pero, tambin es posible que esas
menores escalas de productividad sean consecuencia de la falta de ajustes
tecnolgicos a las condiciones locales en el proceso acelerado de expansin. Sin
embargo, el crecimiento de los rendimientos por adopcin de tecnologa es
similar al resto de la regin, lo que abre un horizonte de competitividad posible
de mejorar.
La soja se cultiva sobre una variabilidad de ambientes edficos y una gran parte
del rea se desarrolla sobre suelos con limitada capacidad de almacenaje de
agua. La intensificacin agrcola hacia sistemas de agricultura continua en
siembra directa, slo ser viable con mucha mayor participacin de los cereales
en las rotaciones. Para crecer el rea de siembra de cultivo, deber hacerlo sobre
suelos de cierta marginalidad o desplazando otros cultivos de la rotacin y en
ambos casos, se desafa la sostenibilidad productiva. Slo ciertas zonas del
noreste del pas presentan suelos de importante potencial agrcola actualmente
en uso ganadero, aunque se localizan a mayores distancias a puerto.
2.4.5. Bolivia
48
3. Nutrientes - Necesidades, funciones y patrones de absorcin
3.1. Introduccin
3.2. Nitrgeno
49
nacionales de Brasil, Argentina y el resto del MERCOSUR, indican que se
requeriran 280 millones de dlares para suplir las cantidades adicionales de N
fijado (Hungria et al., 2008).
La ecuacin nos dice que existe una dependencia total entre la reduccin del N 2
atmosfrico a N amoniacal dentro de los ndulos y el aprovisionamiento de
energa (fotosntesis - respiracin). As, la planta regula el numero de ndulos
que puede soportar debido a que la FBN es muy cara para ella.
Los ndulos de las leguminosas producen hasta diez veces su propio peso de N
por da. Para evitar la auto inhibicin necesitan eliminar el N asimilado de los
ndulos hacindolo va transporte rpido por el xilema, que lleva el agua desde
las races a la parte superior de la planta. En sentido contrario, por el floema, los
ndulos se nutren con los fotosintatos producidos en las partes verdes de la
planta. As los ndulos de los Rhizobios actan como simples bacteroides
productores de NH4, dejando a la planta pagar el costo de la asimilacin.
50
En la fijacin de N2 por las leguminosas, los principales productos de
asimilacin nitrogenada transportados en el xilema despus fijacin de N 2, son
los ureidos (78%) y aminocidos (20%) del total de N, siendo el cido alantoico,
la alantona y la asparagina, los aminocidos predominantes en ese orden
(Streeter, 1979); demostrando que estos ureidos juegan un rol dominante en el
transporte de N en soja nodulada, y que la sntesis de ureidos depende de la
nodulacin y la fijacin de N2. El nitrato est universalmente ausente en el
floema, independientemente de la forma de nutricin nitrogenada, siendo los
aminocidos el medio de transporte del N en la re-translocacin (Warembourg y
Fernndez, 2006).
51
sus amidas, tambin se acumulan cuando se aplican a las plantas altos niveles de
N inorgnico. Bajo tales condiciones, el N inorgnico, obviamente, est siendo
asimilado a una tasa ms alta que lo que se utiliza los aminocidos en la sntesis
proteica (Mengel y Kirkby, 1987). Adems de la funcin en la composicin de
aminocidos como los bloques de protenas, el nitrgeno es integrante de la
molcula de c1orofila. De esta forma, las plantas bien nutridas de nitrgeno
presentan crecimiento vegetativo intenso y coloracin verde oscura.
Almacenamiento en la semilla
Las protenas estn almacenadas en discretas partculas en el grano, llamadas
cuerpos proteicos, que se estima contienen al menos entre el 60 y 70% del total
de protenas. Las protenas de la soja pertenecen a la familia de las globulinas
protenas de almacenamiento, llamadas legumininas (11S) y vicilinas (7S) o
glicinina y beta-conglicinina. Los granos contienen un tercer tipo de protena de
reserva llamada gluten o prolaminas. La soja adems contiene protenas
52
metablicas biolgicamente activas tales como: enzimas, inhibidores de tripsina,
hemaglutininas y cistena proteasa (Egli y Tekrony, 1995). Adems del N en
forma proteica, 10% del N total se encuentra como cido maleico y un 5%
aproximadamente de aminas solubles (Mengel y Kirkby, 1987).
53
exhiben importantes valores de cistena y metionina. La aplicacin de nitrgeno
eleva el contenido de protena, pero disminuye los aminocidos azufrados.
(Mello Filho et al., 2004).
3.3. Fsforo
54
divisin celular, la organizacin de las clulas y la transferencia de la herencia.
Plantas en crecimiento presentan importantes valores de P en los tejidos
meristemticos. El grupo fosfato puentea en los cidos nucleicos, la ribosa (RNA)
o la desoxirribosa (ADN) con otra ribosa o desoxirribosa por dos enlaces ster. El
ADN es el transportador de informacin gentica y las diversas formas de RNA
funcionan en la sntesis proteica. Tales fosfatos orgnicos (azcares y alcoholes
fosforilatados) son principalmente compuestos intermediarios del metabolismo. El
fosfato est tambin unido a compuestos lipoflicos, en particular, en derivados
fosfatidil (fosfolpidos) como la lecitina.
Este resumen, sobre el rol del fsforo, es apenas una muestra del papel universal
y esencial del fosfato, no slo en la soja sino en las plantas, en general, as como
en todos los dems organismos vivos.
Almacenamiento en la semilla
El compuesto orgnico de P que ocurre, principalmente, en los granos de soja y
otras especies es la fitina. La fitina ocurre como sales de Ca y Mg del cido
ftico, un ster hexafosfrico de inositol y se forma durante la gnesis de las
semillas. Inmediatamente despus de la polinizacin, hay un aumento en el
transporte de P hacia las semillas jvenes en desarrollo. El fsforo de la fitina en
las semillas se considera una reserva, ste se moviliza y convierte a otras formas
de fosfatos necesarias para el metabolismo de las plantas jvenes durante la
germinacin.
55
3.4. Potasio
56
en el transporte del floema (Lang, 1983). El K + es el catin abundante presente
en el floema y por ello se transporta a larga distancia dentro de la planta, tanto
hacia los brotes en crecimiento como hacia la raz (Malek y Baker, 1977). Se
especula que en este proceso el K+ contrarresta la carga negativa del anin
malato como in de contracarga, que se transporta desde los puntos de
crecimiento hacia la raz adonde se metaboliza por respiracin. Durante sta, los
equivalentes aninicos del malato son transferidos al HCO3-, que se liberan
desde las races hacia la solucin de suelo, funcionando en la absorcin activa
de otros aniones como los nitratos, los que as se translocan hacia arriba por el
xilema junto con el in K+, que actu originalmente como el in de contracarga
para el movimiento hacia abajo del malato.
57
y as mantener un determinado potencial osmtico. El crecimiento de las clulas
y por extensin, de las plantas, es regulada parcialmente por iones K asociados a
los iones inorgnico y de cidos orgnicos (Mengel y Arneque, 1982).
58
Phomopsis, se encuentran en escenarios de baja disponibilidad potsica (Jeffers
et al., 1982), as como una menor incidencia de enfermedad en las semillas al
fertilizar con K (Franca Neto et al., 1985). Se piensa sin embargo, que una
buena disponibilidad de potasio por la fertilizacin, contribuye a la mejor
sanidad por un buen crecimiento de las plantas y a una interaccin positiva con
otras medidas de control, entre ellas las pulverizaciones de fungicidas, eleccin
de genotipos y sobre todo, a una fertilizacin balanceada (Huber y Arny, 1985).
En este sentido, Piccio y Franje (1980) indican que la severidad de roya sera
menor, luego de la fertilizacin combinada con P y KCl.
3.5. Azufre
59
conformacin de enzimo-protenas. Una funcin adicional esencial de los
grupos SH en el metabolismo, es su participacin directa en reacciones
enzimticas.
Almacenamiento en la semilla
A pesar del alto contenido de protenas del grano de soja, estas son normalmente
deficientes en los aminocidos azufrados, metionina y cistena. Por ello, la
extraccin de S del grano es relativamente baja. Las hojas alimentan las semillas
en desarrollo con un 20% del requerimiento total de S, mientras que las vainas
tienen un rol importante en el almacenamiento y movilizacin de S a los granos
y, en general, el S de las semillas depende fundamentalmente de aquel
absorbido en periodos previos, as vainas y semillas dependen del S movilizado.
(Sunarpi y Anderson, 1997; Naevea y Shiblesb, 2005). Los granos contienen
casi 90% del S absorbido durante el periodo reproductivo y la diferencia de
redistribucin interna del S de hojas.
3.6. Calcio
60
catinicos es generalmente menor. Este menor potencial de absorcin del Ca 2+
ocurre porque ste puede absorberse slo por las puntas nuevas de las races ms
jvenes, donde las paredes celulares de la endodermis estn an sin suberizar
(Clarkson y Sanderson, 1978). Segn estos autores, adems de esta
caracterstica, la absorcin de calcio sufre la competencia de otros cationes,
como NH4+, que tiene mayor velocidad de absorcin.
Se supone que los niveles extremadamente bajos de Ca2+ en la savia del floema
resultan de una acumulacin de Ca2+ en las clulas que lo rodean, formando
compuestos precipitados como fosfatos, pectatos y oxalatos de baja solubilidad,
lo que explica las bajas concentraciones de Ca2+ en el floema (Marschner,
1995).
61
crecimiento del polen, su germinacin y crecimiento del tubo polnico. En el
proceso metablico, el calcio afecta la actividad de hormonas y de enzimas,
como las que regulan la senescencia y abscisin de las hojas y frutos.
Estos compuestos con frecuencia ocurren como depsitos en las vacuolas de las
clulas. En los granos de soja y las semillas en general, el Ca est presente
predominantemente como sal del cido inositol hexafosfrico (cido ftico).
62
3.7. Magnesio
En los tejidos vegetales una gran proporcin del total del Mg, frecuentemente
ms de un 70%, es difusible y asociado con aniones inorgnicos y aniones de
cidos orgnicos, como el malato y citrato. El magnesio est tambin asociado
con aniones indifusibles incluyendo a aniones como oxalato y pectato (Kirkby y
Mengel, 1987). En los granos de soja, el Mg esta contenido como sales de cido
ftico.
63
3.8. Micronutrientes
3.8.1. Boro
Al igual que para una gran variedad de especies, el B es txico para la soja a
niveles apenas superiores a los necesarios para un crecimiento normal, los
efectos de la toxicidad pueden surgir ocasionalmente por un uso excesivo de
fertilizantes de B o en suelos con mucho contenido de B (Rossa et al., 2006). El
sntoma visible ms tpico es la quemadura de las puntas y bordes de las hojas,
64
con manchas clorticas o necrticas. Adicionalmente, tambin se ha observado
inhibicin del metabolismo de los ureidos en las hojas de soja (Nable et al.,
1997).
3.8.2. Cobalto
3.8.3. Cobre
65
son plastocianina, superxido dismutasa y amino-oxidasas. El Cu de las enzimas
participa en reacciones redox que son en su mayora dependiente del cambio de
valencia. En este aspecto es similar al hierro, aunque ste es mucho ms estable
que el Cu+ (Mengel y Kirkby, 1987).
Aunque muy rara, es posible observar tpicos sntomas de toxicidad por Cu,
observando las races, que se inhiben rpidamente ante niveles txicos.
3.8.4. Cloro
El cloro se absorbe como Cl- , que es la forma como est presente en la solucin
del suelo y el proceso es metablicamente activo. Su movilidad dentro de la
planta y su redistribucin desde las hojas maduras a los puntos de mayor
exigencia no tiene limitaciones. La funcin del Cl en la planta no es muy clara.
Se piensa que este micronutriente es esencial para la evolucin del agua en el
proceso fotosinttico. Otro proceso fisicoqumico, afectado por el cloro, es la
turgencia de las clulas, a travs de la presin osmtica (Mengel y Kirkby,
1987). La absorcin de nitrato y de sulfato puede reducirse por efecto
competitivo del cloro en exceso y, por lo tanto, la cantidad y calidad de las
protenas tambin son afectadas.
Se piensa tambin que por el carcter bioqumico inerte del Cl -, ste le permite
cubrir funciones osmticas y de neutralizacin de cationes, que podran tener
consecuencias bioqumicas o biofsicas importantes (Clarkson y Hanson, 1980).
3.8.5. Hierro
El hierro se absorbe por las races como catin divalente Fe ++ (Fe ferroso) o
como quelato, siendo irrelevante la absorcin en forma trivalente (Fe frrico)
debido a la baja solubilidad de este ltimo al pH normal de los suelos. La tasa de
reduccin de Fe es dependiente del pH, siendo mayor a menores pH (Mengel y
Kirkby, 1987).
66
estrs frrico, aumentando significativamente la disponibilidad y absorcin del
Fe por las races (Marschner, 1995).
En plantas verdes hay con frecuencia una buena correlacin entre el nivel de
suministro de Fe y el contenido de clorofila, teniendo las plantas bien
suministradas con Fe, mayores contenidos de clorofila (Mengel y Kirkby, 1987).
Las deficiencias de Fe y Mg son similares ya que ambas estn caracterizadas por
una falla en la produccin de clorofila. La deficiencia de hierro, sin embargo, a
diferencia de la deficiencia de Mg comienza siempre en las hojas ms jvenes.
(Adams et al., 2000).
3.8.6. Manganeso
67
el Ca2+ y el Mg2+, pero las tasas de absorcin son mucho menores que las de
estos ltimos y parecidas a stos, es un proceso metablicamente activo
(Mengel y Kirkby, 1987).
68
3.8.7. Molibdeno
Los suelos presentan tenores totales de molibdeno (Mo) entre 0.6 a 3.5 ppm y de
Mo disponible de alrededor de 0.2 ppm. Es el nutriente de menor concentracin
en el suelo y tambin el de menor exigencia por las plantas. El molibdato es un
cido dbil, con la disminucin de un pH de 6.5 a uno abajo de 4.5, la
disociacin disminuye y aumenta la formacin de poli-aniones. Aun cuando el
molibdeno sea un metal, ocurre en la solucin del suelo como un oxi-anion en la
forma de molibdato MoO4-, en su forma de valencia ms alta (Marschner, 1995).
Sus propiedades son semejantes a aquellas de los no metales y de otros aniones
inorgnicos divalentes. As, en suelos cidos, el fosfato y molibdato tienen un
comportamiento parecido en relacin a su fuerte adsorcin a los xidos
hidratados de hierro. En la absorcin, el molibdato compite con el sulfato.
El molibdeno se absorbe por las plantas como MoO42-. El sulfato hace disminuir
su absorcin y la elevacin del pH la hace aumentar. El molibdeno presenta
moderada movilidad dentro de la planta y su concentracin, en base a peso seco,
es inferior a 1.0 ppm. Al contrario de otros micronutrientes, el molibdeno puede
absorberse en cantidad mucho mayor que lo normal, pudiendo llegar hasta 100
veces ms, provocando toxicidad.
69
3.8.8. Zinc
Las curvas de absorcin de nutrientes del cultivo de soja son similares a las de
otros cultivos en su caracterstica forma sigmoidea. El desarrollo conceptual y
grafico fue largamente conocido por el trabajo de Hanway y Thompson (1967) y
Hanway y Weber (1971). Valores cuantitativos de absorcin y acumulacin de
nutrientes fueron establecidos hace ms de tres dcadas por Harper (1971) y
Legget y Frere (1971), en cultivos hidropnicos o a campo (Osaki et al., 1991).
70
La absorcin de los principales nutrientes es baja durante los primeros 30 das
despus de la emergencia. Al inicio de la floracin, la absorcin de nutrientes
aumenta drsticamente, alcanzando las tasas mximas entre la plena floracin y
el llenado de granos. En esta fase, la simbiosis tambin es mxima y coincide
con una importante actividad fotosinttica y demanda de agua y nutrientes,
resultando as una gran actividad biolgica.
Como cualquier otro cultivo anual, la soja presenta al comienzo una velocidad
reducida de acumulacin de materia seca, paralela a una menor absorcin de
nutrientes, en el siguiente periodo entre 30 a 60 das despus de la siembra, el
desarrollo y la absorcin de nutrientes aumenta exponencialmente o al menos
con una mxima velocidad, normalmente limitada por la concentracin de
nutrientes disponibles en el suelo.
Al final del estadio siguiente ocurre la segunda inflexin con una cada
considerable en la elaboracin de compuestos producidos por la fotosntesis.
Este estadio es coincidente con el llenado de granos en las vainas. En la fase
71
siguiente, ya para completar el ciclo y comienzo de la madurez, la velocidad de
todos los parmetros disminuye sensiblemente.
En un estudio, Sfredo, citado por Borkert et al. (1994), encontr que el orden
(decreciente) en las exigencias nutricionales de la soja es de N, K, Ca, Mg, P, la
mxima velocidad de acumulacin de los nutrientes se observ entre los 82 y 92
das desde la emergencia y el perodo de mayor tasa de absorcin de los
macronutrientes fue entre los 39 y 58 das, indicando que entre los 20 y 39 das,
se absorbe el 50% de la cantidad total de nutrientes.
Existe una gran diversidad de datos publicados sobre absorcin de nutrientes por
el cultivo y exportacin de estos en el grano de soja. Dado que las estimaciones
surgen de llevar a una hectrea las observaciones realizadas en unas pocas
plantas, es natural que las variaciones de densidad de plantas, el ndice de
cosecha (relacin entre la produccin de grano y la biomasa area total)
resultado de las condiciones ambientales del experimento, resulten en una gran
variacin entre las estimaciones de los autores. La tabla 3.2 muestra una breve
seleccin de datos.
72
Tabla 3.2. Absorcin de nutrientes para la produccin de una tonelada de soja.
Autores
Indicador Bataglia y Flannery Osaki et al. Tanaka et
Mascarenhas (1986) (1991) al. (1993)
(1982)
.mt ha-1...
MS total 5.6 18.6 11.5 18.8
Rinde de 2.4 6.8 5.3 3.1
granos
% .
ndice de 42.8 36.5 46 16.5
cosecha
.kg absorbidos mt granos -1.....
N 75.4 81.5 70 161.9
P 5.4 8.1 11.7 15.5
K 31.2 54.5 36.4 110.6
Ca 21.2 27.2 16.8 50
Mg 10.8 9.3 7.7 23.2
S 2.9 4.6 - 12.3
-1
....g absorbidos mt granos ....
B 78.7 - - -
Cu 26.7 - - 27.7
Fe 46.5 - - 1.470
Mn 130 - - 260
Mo 5.4 - - -
Zn 60.4 112.9
73
Tabla 3.3. Exportacin de nutrientes para la produccin de una tonelada de soja.
Melgar et Bundy y
Flannery, Yamada Tanaka et EMBRAPA,
al. Oplinger
Nutrientes (1989) (1)(1999) al. (1993) (1998)
(2)(2003) (1984)
74
4. Nutricin - Fertilizacin para mayor productividad y calidad
Avance en la regin
La siembra directa (SD) y en particular de la soja, es la prctica que revolucion
la agricultura de la regin en los ltimos veinte aos, junto con la liberacin de
las variedades de soja genticamente modificadas, resistentes al glifosato. La
soja es el cultivo que ms y ms tempranamente adopt la siembra directa en
Latinoamrica. Se propuso, desde el inicio, pensada como una prctica
conservacionista para disminuir la erosin en reas susceptibles, pero una gran
parte del impulso inicial en su adopcin fue motivada por razones econmicas,
para lograr un menor gasto de combustible en labranzas.
75
adonde se aplicaba la tecnologa en 2005, un 60% del rea cultivada y ms del
80% en el estado de Paran, (FEBRAPDP, 2009). En Argentina, la asociacin
de productores de siembra directa tambin da un 68% del rea agrcola de
adopcin, con casi 20 millones de hectreas en 2005 (Fig. 4.1) (AAPRESID,
2009). En Paraguay se registran porcentajes similares de adopcin con 65% del
rea sembrada (Derpsch, 2001).
25,000
Miles de ha sembradas
20,000
15,000
10,000
5,000
Fig. 4.1. Evolucin del rea con siembra directa en los principales cultivos en
Argentina (AAPRESID, 2009).
76
genticamente modificadas, no han parado de crecer, (Nill, 2005). En maz, en
el Corn Belt slo el 18% cultiva en SD, aunque un gran porcentaje aplica otro
tipo de labranza conservacionista y slo el 30% es labranza convencional
(Christensen, 2002).
77
sitios en la regin pampeana, con la totalidad en SD (Echeverra et al., 2003) los
valores crticos fueron respectivamente 9 y 11 ppm, para indicar el limite por
encima del cual se obtenan respuestas con alta probabilidad. Tambin para trigo
y maz se ha observado que los niveles crticos de P-Bray 1 en el suelo para
decidir la fertilizacin fosfatada de trigo y maz son similares bajo SD y LC en
Buenos Aires (Argentina) y en Uruguay (Calvio et al., 2000; Bordoli et al.,
2004; Zamuner et al., 2004).
78
conducir a resultados poco tiles o falsamente interpretados. Las
recomendaciones tcnicas sugieren realizar una gran cantidad de submuestras,
ms de 20 y totalmente al azar en relacin a la posicin del lneo viejo (Tyler y
Howard, 1991), pero tambin se dan detalladas recomendaciones (Anghinoni
et al., 2003).
79
4.1.2. Cultivos de cobertura en sistemas de siembra directa
Los cultivos de cobertura son sembrados entre dos cultivos de renta que se
cosechan, como maz (de segunda o de zafria) y soja, no son incorporados al
suelo (al contrario de los abonos verdes), pastoreados (a diferencia de los
verdeos) o cosechados. Los residuos de los cultivos de cobertura quedan en la
superficie del suelo, liberando los nutrientes contenidos en la biomasa vegetal al
descomponerse. Los cultivos de cobertura se han utilizados popularmente para
control de la erosin pero toman cada vez ms protagonismo en los sistemas de
produccin de regiones tropicales y subtropicales.
Especies utilizadas
Las especies ms utilizadas como cultivos de cobertura son gramneas y
leguminosas. Las gramneas ms utilizadas son centeno, trigo, cebada, avena,
triticale y raigrs. El centeno es la gramnea ms tolerante al fro y al estrs
hdrico y produce un abundante volumen de residuo que se descompone ms
80
lentamente que el de otras gramneas de invierno. La avena es otra alternativa
interesante como cultivo de cobertura por la disponibilidad de variedades
adaptadas a las diferentes zonas de la Regin Pampeana. Las leguminosas mejor
adaptadas como cultivo de cobertura son las vicias (V. villosa y V. sativa) y los
trboles (blanco, de olor, de Alejandra y encarnado). La vicia villosa es la
leguminosa ms resistente al fro mientras que el trbol encarnado acumula N
ms rpidamente que la vicia villosa y tolera mejor los suelos moderadamente
cidos.
Reciclaje de nutrientes
Uno de los objetivos del uso de las plantas de cubertura es por su gran capacidad
en la asimilacin de nutrientes y su liberacin ms adelante para los cultivos
subsiguientes. Este mecanismo es suficientemente importante para las
estrategias de fertilizacin, sobre todo para el potasio en el caso de la soja, y del
nitrgeno para otros cultivos. Las cantidades recicladas de nutriente por las
plantas de cobertura pueden variar desde unos pocos a ms de 400 kg ha-1,
segn la especie cultivada, el nivel de fertilidad del suelo, el nutriente y la
biomasa total producida (Tabla 4.1). Algunas gramneas, como el milheto y las
Brachiarias son capaces de reciclar, en un nico ciclo, cantidades muy
superiores a las requeridas para la mayora de los cultivos de inters econmico.
Las cantidades recicladas de K son normalmente superiores a las de Ca, y stas
a su vez, superiores a las de Mg. Esta relacin refleja la concentracin
proporcional de estos elementos en los tejidos vegetales. La relacin
(Ca+Mg)/K tambin vara entre las especies; las gramneas absorben
preferencialmente K en una relacin entre 0.2 y 0.4, mientras que las
leguminosas presentan en general una relacin entre 0.6 y 1.6 (Tabla 4.1).
Parte del potasio absorbido por las plantas de cobertura proviene de las capas
subsuperficiales del suelo y aun de formas no intercambiables. Como algunas
gramneas tienen sistemas radiculares ms profundos, la estrategia de uso de los
cultivos de cobertura, intercalndolos con los de renta, puede ser muy eficiente
81
para la recuperacin de nutrientes lixiviados a profundidades ms all del
alcance de las races.
Total absorbido
Cultivo de
Biomasa K Ca Mg Autores
cobertura
............................kg ha-1............................
Avena negra 4,390 94 Giacomini
et al.
Vicia 2,660 74 (2003)
Nabo
forrajero 3,720 89
Avena negra 10,334 241 81 24 Borkert et
al. (2003)
Vicia 5,328 122 56 14
Guand 6,105 164 50 16
Mucuna 5,097 86 60 15
Tremoo 10,094 194 120 27
Milheto 10,800 417 76 40 Boer et al.
(2007)
Amaranto 2,890 140 58 33
Eleusine sp. 8,753 176 78 51
Milheto 6,929 116 29 17 Benites et
al. (2009)
B. brizantha 2,624 65 6 7
82
As, a diferencia de lo que ocurre con el Ca y el Mg, la lixiviacin del K de los
residuos de las plantas de la cobertura no depende de la descomposicin de la
biomasa. La transferencia del K de los residuos al suelo depende bsicamente de
las lluvias luego de la muerte de la cobertura. En ausencia de suficientes lluvias
para promover la lixiviacin del K, no hay liberacin de K al suelo (Rosolem
et al., 2003). Sin embargo, Calonego et al. (2005) demostraron que cantidades
significativas de potasio vuelven al suelo por los exudados radicular luego de la
desecacin qumica de cobertura, en ausencia de lixiviacin por las lluvias.
83
CO32-+ H2O (suelo) HCO3-+ OH-
HCO3-+ H2O (suelo) HCO3 + OH-
De esa forma, los hidroxilos (OH-) reaccionan con los iones H+ de la solucin,
resultando en agua (H2O). El bicarbonato (HCO3-) tambin reacciona con el H+,
formando CO2 ms agua. As la reaccin contina en tanto existan iones de
hidrgeno en la solucin. La neutralizacin de la acidez del suelo se da
simultneamente con la precipitacin del aluminio en solucin (Al3+) que es
txico, transformndose en la forma inerte de hidrxido (Al(OH) 3), conforme a
las reacciones siguientes:
Al3+ + H2O [Al(OH)]2+ + H+
[Al(OH)]2+ + H2O [Al(OH)2]+ + H+
[Al(OH)2]+ + H2O Al(OH)3 + H+
84
Criterios para el clculo de la necesidad de calcreo (NC) con un PRNT de 100% para la capa de 0 - 20 cm de
profundidad.
1) Mtodo de neutralizacin del Al y elevacin de los tenores de Ca y Mg
1.a) Minas Gerais. NC (mt ha-1) = [(Y x cmolcAl dm-3) + (X cmolcCa + Mg dm-3)
Donde: Y=1.0 (suelos arenosos); 2.0 (suelos de textura media); 3.0 (suelos arcillosos); y 4.0 (suelos
arcillosos); X=2.0 (soja)
1.b) Suelos bajo vegetacin de Cerrado
Si: a) Arcilla >200 g kg-1 y Ca + Mg<2.0 cmolc dm-3 NC (mt ha-1) =2 x cmolc Al dm-3 +(2 cmolc Ca +
Mg dm-3)
Si: b) Arcilla >200 g kg-1 y Ca + Mg>2.0 cmolc dm-3 NC (mt ha-1) =2 x cmolc Al dm-3
Si: c) Arcilla <200 g kg-1 # NC (mt ha-1) =2 x cmolc Al dm-3 NC (mt ha-1) = 2 cmolcCa + Mg dm-3
Referencias: 1.a) CFSEMG, 1999; 1.b) Sousa et al., 1993; 2) CFS-RS/SC 1994; 3) Raij et al., 1996.
85
Tabla 4.2. Recomendaciones de calcreo para los Estados de Rio Grande do Sul
y Santa Catarina, a travs del mtodo SMP (CFS-RS/SC, 1994), para soja.
pH SMP pH deseado (agua) pH SMP pH deseado (agua)
5.5(1) 6.0 5.5(1) 6.0
-1
. mt ha . . mt ha-1.
>4.4 15.0 21.0 5.8 2.3 4.2
4.5 12.5 17.3 5.9 2.0 3.7
4.6 10.9 15.1 6.0 1.6 3.2
4.7 9.6 13.3 6.1 1.3 2.7
4.8 8.5 11.9 6.2 1.0 2.2
4.9 7.7 10.7 6.3 0.8 1.8
5.0 6.6 9.9 6.4 0.6 1.4
5.1 6.0 9.1 6.5 0.4 1.1
5.2 5.3 8.3 6.6 0.2 0.8
5.3 4.8 7.5 6.7 0.0 0.5
5.4 4.2 6.8 6.8 0.0 0.3
5.5 3.7 6.1 6.9 0.0 0.2
5.6 3.2 5.4 7.0 0.0 0.0
5.7 2.8 4.8
(1)
Recomendaciones de encalado para pH 5.5 para cultivos en Planossolo.
86
Cundo y cmo realizar el encalado?
87
(a) En suelos con elevada acidez (necesidad de encalado 7 mt ha-1) y no
corregidos, la prctica de aplicacin del calcreo en la lnea debe usarse
asociada a un encalado parcial: aplicar en toda el rea e incorporar al
suelo la mitad de la cantidad de correctivo recomendada ms el calcreo
filler en la lnea de siembra, la cantidad sugerida abajo en e);
88
5,000
4,000
Rinde de soja (kg ha-1 )
3,000
2,000
1,000
0
10 20 30 40 50 60 70 80
89
SiO32-+ H2O (suelo) HSiO3-+ OH-
HSiO3-+ H2O (suelo) H2SiO3 + OH-
90
Tabla 4.4. Clculo de la necesidad de yeso (NY) segn varios criterios.
Criterio Necesidad de Yeso Observaciones
Ca % CEC1 mt ha-1= (0.4xCECmeq Ca100 cm-3)x2.5 Malavolta
<40 o (1996)
saturacin de mt ha-1= (meq Al 100 cm-30.2CEC) x2.5 NY en mt ha-1
Al % >20 Mximo por
ao:1.5 mt ha-1
suelo arenoso
2.5 mt ha-1
suelo arcilloso
Ca % CEC = 17.2 + 8.123 arcilla % Sousa et al.
entre 60 y 40 (1993)
% o menor a = 5 x arcilla % Cultivos
45% anuales
saturacin de = 75 x arcilla % Cultivos
Al % ente 20 perenes
y 40% o Suelo arenoso = 700 kg ha-1 Cultivos
mayor anuales
Suelo textura media = 1,200 kg ha-1 Sousa et al.
(1993)
Suelo arcilloso = 2,200 kg ha-1
Suelo muy arcilloso = 3,200 kg ha-1
Ca 4 mmolc mt ha-1 = 0.00034 0.002445X0.5 + Ribeiro et al.
y Al% >30 0,033886X 0.00176366X1..5 (1999)
X = % arcilla
Ca <4 mmolc kg ha-1 = 6 x arcilla (en Raij et al.
y Al% >40 g kg-1) (1996)
1
CEC: Capacidad efectiva de cambio, se refiere a suma de bases ms aluminio, al pH
actual del suelo.
91
4.1.4. Fertilizacin y manejo de suelos en Brasil
92
predominan formulaciones con relacin P:K cercana a 1, por ejemplo los grados
2-20-18, 2-20-20 o 0-18-18. En algunas cooperativas la venta de formulaciones
con esa proporcin supera el 60% de todos los fertilizantes comercializado
(Fig. 4.3).
4-20-18
5-25-
4%
15
4-30-10 Otros 2-20-18
2%
3% 12% 50%
6-20-18
1%
8-16-
16
8-20-18
3%
19%
12-14-12
1% 2-0-20 2-18-18
2% 3%
93
4,500
4,000
3,500
K
No. de muestras
3,000
2,500
2,000
1,500
1,000
500
0
Bajo Medio Adecuado Alto
6,000
5,000 P
No. de Muestras
4,000
3,000
2,000
1,000
0
Muy bajo Bajo Medio Adecuado Alto
94
precisin, todava es ampliamente utilizada la aplicacin de formulas NPK al
voleo a dosis variables
Regin de Cerrados
En la Tabla 4.6 se presentan los parmetros utilizados para la interpretacin del
anlisis de suelo para fsforo en regiones bajo vegetacin de cerrado. La
recomendacin de fertilizacin correctora se basa en la concentracin del
elemento en el suelo y su tenor de arcilla (Tabla 4.7), usando fuentes solubles.
Cuando el tenor de P estuviera en el nivel considerado medio o bueno, se indica
la fertilizacin de manutencin de 20 kg de P 2O5 por cada tonelada de grano a
producir.
95
En la Tabla 4.8 se presentan los valores de referencia utilizados en la
interpretacin del anlisis de suelo para potasio y la recomendacin de
fertilizacin en regiones bajo vegetacin de cerrado. Cuando el nivel de K
extractable est por encima del valor crtico (50 mg dm-3), se indica la
fertilizacin de mantenimiento de 20 kg de K2O por cada tonelada de grano a
producir.
96
Tabla 4.10. Recomendacin de dosis de azufre y de micronutrientes en el suelo
para soja.
Clase S B Cu Mn Zn
-1
.. kg ha .
Bajo 60 1.5 2.5 6 6
Medio 45 1.0 1.5 4 5
Alto 30 0.5 0.5 2 4
Estado de So Paulo
Los valores de referencia utilizados para la interpretacin del anlisis de suelo y
la recomendacin de fertilizacin utilizada para el Estado de So Paulo estn
presentados en la Tabla 4.11 (Mascarenhas y Tanaka, 1996).
97
vez constatada la deficiencia, se puede aplicar, con la fertilizacin de la siembra,
las siguientes cantidades: 5 kg ha-1 de Zn o 2 kg ha-1 de Cu o 1 kg ha-1 de B. En
la Tabla 4.12 se presentan los contenidos y lmites de interpretacin de azufre y
micronutrientes con el extractante DTPA utilizado en el Estado de So Paulo
Raij et al. (1996).
98
Tabla 4.13. Interpretacin de fsforo Mehlich 1 para distintos tipos de suelos de Rio Grade do Sul y Santa Catarina.
99
Tabla 4.14. Recomendacin excede fertilizacin fosfatada de acuerdo con la clase de disponibilidad de P,
nmero de cultivos y tenor de arcilla.
Tipo de Suelo
1 2 3 4 5
Clases de interpreta-
cion de P-Mehlich 1 1 2 3 1 2 3 1 2 3 1 2 3 1 2 3
-1
............... kg P2O5 ha ................
Limitante 140 75 50 130 60 40 120 50 40 120 50 40 130 60 40
Muy bajo 105 60 40 95 40 R 85 R R 85 R R 95 R R
Bajo 75 50 R 65 R R 55 R R 55 R R 65 R R
Medio 50 R R 40 R R 30 R R 30 R R 40 R R
Suficiente 30 R R 20 R R 20 R R 20 R R 20 R R
Alto 20 R R 20 R R 10 R R 10 R R 20 R R
Valor R (reposicin): <2 mt ha-1 = 25 kg P2O5 ha-1; 2-3 mt ha-1= 40 kg P2O5 ha-1; >3 mt ha-1= 60 kg P2O5
ha-1.
100
Tabla 4.15. Recomendacin de fertilizacin potsica de acuerdo con la disponibilidad de K en el
suelo y nmero de cultivos.
Cultivo
Clase de
interpretacin K Mehlich 1 1 2 3
-3 -1
mg dm ..... kg K2O ha
Limitante (20) 120 70 50
Muy bajo (21-40) 90 60 R
Bajo (41-60) 70 50 R
Medio (61-80) 60 R R
Suficiente (81-120) 50 R R
Alto (>120) 40 R R
Valor R (reposicin): <2 mt ha-1 = 40 kg K2O ha-1; 2-3 mt ha-1 = 65 kg K2O ha-1; >3 mt ha-1 = 90
kg K2O ha-1.
101
Estado de Minas Gerais
La interpretacin de la disponibilidad de nutrientes en el anlisis de suelo utiliza
los valores de referencia compilados en la Tabla 4.16 y las dosis recomendadas
para fertilizacin fosfatada y potsica, segn la clase de interpretacin, se
presentan en la Tabla 4.17 (Ribeiro et al., 1999). Para la correccin de la
deficiencia de azufre se recomiendan 30 kg ha-1 de S, aplicados en la lnea de
siembra.
Interpretacin
Contenido
de arcilla Muy bajo Bajo Medio Bueno Muy bueno
-3
% . P- Mehlich 1- mg dm ..
60-100 2.7 2.8-5.4 5.5-8.0 8.1-12.0 >12.0
35-60 4.0 4.1-8.0 8.1-12.0 12.1-18.0 >18.0
15-35 6.6 6.7-12.0 12.1-20.0 20.1-30.0 >30.0
0-15 10.0 10.1-20.0 20.1-30.0 30.1-45.0 >45.0
(1) -3
.. P Rem. - mg dm ..
0-4 3.0 3.1-4.3 4.4-6.0 6.1-9.0 >9.0
4-10 4.0 4.1-6.0 6.1-8.3 8.4-12.5 >12.5
10-19 6.0 6.1-8.3 8.4-11.4 11.5-17.5 >17.5
19-30 8.0 8.1-11.4 11.5-15.8 15.9-24.0 >24.0
30-44 11.0 11.1-15.8 15.9-21.8 21.9-33.0 >33.0
44-60 15.0 15.1-21.8 21.9-30.0 30.1-45.0 >45.0
..K Mehlich 1 - mg dm-3.
15 16-40 41-70 71-120 >120
(1)
: Fsforo remanente, concentracin de fsforo de la solucin de equilibrio
despus de agitar durante 1 hora a TFSA con una solucin de CaCl2 10 mmol
L-1, conteniendo 60 mg L-1 de P, en una relacin 1:10.
102
Tabla 4.17. Recomendacin de fertilizacin fosfatada y potsica de acuerdo con
la clase de disponibilidad para el Estado de Minas Gerais.
103
fijndose su precio en un volumen fijo de produccin de soja. El productor
arrendatario normalmente siembra soja o trigo-soja de segunda, con bajo nivel
de insumos, de modo de maximizar el ingreso, generando as un escaso
compromiso con la sostenibilidad y la relacin con los propietarios, factores que
conducen en definitiva a la subutilizacin de fertilizantes.
Los niveles de uso promedio aludidos, que aun algo deficitarios son
satisfactorios teniendo en cuenta la larga historia de produccin agrcola del pas
sin usar fertilizantes. Estos han sido apenas rentables en los ltimos aos.
Considerando la relacin ilustrada por Garca (2005), quien recopilando una
gran cantidad de ensayos conducidos en la regin pampeana entre 1996 y 2004,
a los niveles medios de disponibilidad de P del suelo se obtienen entre 10 a 11
kg de soja por kg de P aplicado (Fig. 4.5). Si tomamos los precios corrientes del
periodo 2001-2007, en promedio estas relaciones de precios soja/fertilizante,
indican que se necesitaron 14 kg de soja para pagar un kg de P (Melgar, 2009).
La realidad es que normalmente los productores guan sus decisiones por los
anlisis de suelo en primer lugar y luego por las relaciones de precios, para
determinar las cantidades a utilizar en la fertilizacin de soja y as hacer ms
eficiente el proceso. En los relevamientos mencionados realizados entre 800
productores de la regin pampeana, 54% revelan que siempre hacen anlisis de
suelos de sus lotes y 34% lo hace espordicamente (Fertilizar, 2006).
Adems del valor del anlisis para definir la dosis, los productores toman en
cuenta su experiencia anterior, valores probables de residualidad, dosis de
costumbre que le han resultado desde hace tiempo y tambin las relaciones de
precios, con aplicaciones ms liberales ante precios de grano ms generosos o a
mejores expectativas a cosecha.
Fertilizacin fosfatada
Los criterios ms ampliamente usados son de dos clases, el de suficiencia y el de
reposicin. Con el primero, se procura fertilizar con la posibilidad de obtener
una respuesta econmica cuando el nivel de P disponible del suelo es inferior a
un denominado nivel crtico, que vara segn el extractante o el mtodo usado
para su determinacin. En Argentina, ste es casi extensivamente Bray 1, o
Bray-Kurtz, mientras que en Brasil y Paraguay es Mehlich 1 o doble cido o el
de resinas de intercambio, en el estado de So Paulo (Brasil).
104
Criterio de suficiencia y nivel crtico. La mayora de las investigaciones para
validar el anlisis de suelos como herramienta til para predecir las necesidades
nutricionales de los cultivos, ha sido sobre la base del concepto de suficiencia.
Este concepto interpreta los resultados de los anlisis y establece rangos para los
niveles bajo, medio y alto y los asocia a probabilidades de respuestas de los
cultivos a la aplicacin de fertilizantes, que pueden ser: segura, posible e
improbable.
60
Ef iciencia de uso de P (kg soja kg P-1)
50
40
20
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110 120
-10 13-14 mg kg-1 P Bray
-20
P Bray (mg kg -1)
105
fertilizacin fosforada sera recomendable fertilizar suelos que tengan menos de
13 ppm de P (Echeverria et al., 2003).
900
800
Buenos Aires
700
Santa Fe
600
Respuesta (kg ha-1)
300
200
100
-100
-200
-300
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
106
Tabla 4.18. Clases de disponibilidad de P de suelo (Bray 1) para la soja en
Argentina (Echeverria et al., 2003).
Clase de interpretacin
. mg kg-1.
107
Ha sido repetidamente demostrado que la continua extraccin sin reposicin de
un nutriente determinado, causa en el mediano plazo el descenso de la
disponibilidad de este nutriente. A modo de ejemplo citamos un trabajo de larga
duracin realizado en Molisoles franco arcillosos de Minnesota, adonde se
cultiv maz continuo por 8 aos y luego, alternadamente, soja y maz por 12
aos adicionales; stos fueron fertilizados anualmente durante los primeros doce
aos con 0, 20 y 40 kg ha-1 de P como SFT al voleo, y luego dejados por otros
ocho aos ms sin agregar fertilizantes. Como fue de esperar, los niveles
aumentaron durante los 12 primeros aos desde un nivel inicial de 22 ppm
(Bray 1) a razn de 0.4 y 1.9 ppm ao-1 en uno y 0.7 y 2.5 ppm ao-1 en el otro
suelo, ste ltimo ms arenoso, hasta alcanzar 40 ppm. Luego, con el avance del
tiempo y la extraccin por los sucesivos cultivos de soja y maz en el periodo de
8 aos sin fertilizar, comenzaron a decrecer los niveles de P. La rapidez de la
disminucin vari desde 3.3 ppm ao-1 hasta 0.4 ppm ao-1, segn fue el valor
inicial de P-Bray. Adems del efecto sobre el suelo, los cultivos respondieron a
los tratamientos de fertilizacin. Se observaron las mismas relaciones entre el
manejo y la dinmica del potasio del suelo (Randall et al., 1997).
108
entrada principal el valor de absorcin de cada nutriente por tonelada de rinde
esperado, puesto que se confeccionan sobre el principio de que los granos tienen
una composicin elemental, aproximadamente constante. En la tabla 3.3, el
promedio es de 5.2 kg de P por tonelada de grano (4.1 a 6.4). Estos valores se
combinan con un ndice de cosecha que tiene que ver con el porcentual
destinado al grano de todo el absorbido por el cultivo. De este modo, a mayor
rendimiento esperado es obvia una mayor extraccin y necesidad de reposicin.
Estas tablas se han confeccionado para todos los nutrientes de cada cultivo.
109
Fertilizacin azufrada
En Argentina, el azufre es un elemento infaltable en los programas de
fertilizacin de soja, desde que su deficiencia fue descubierta y su aplicacin
masivamente adoptada por los productores en la dcada pasada. En Brasil, en
cambio, dada la larga historia de uso de superfosfato simple, los aportes
regulares de S fueron determinantes para sostener un nivel suficiente de azufre.
Por otra parte, son comunes los suelos con niveles elevados de aluminio en
horizontes subsuperficiales. Los que exigen el uso de yeso como enmienda
(gessagem) es para corregir los niveles de acidez en profundidad supliendo de
esta forma los requerimientos de azufre.
110
A diferencia de lo que ocurre con el fsforo, no se ha podido establecer un
criterio nico en el cual basar las recomendaciones de fertilizacin. Si bien hay
claros indicios de cules son los ambientes de respuesta a la fertilizacin
azufrada, aun no se dispone de una metodologa confiable para predecir los
sitios con respuesta probable a S (Gentiletti y Gutirrez Boem, 2004).
Tabla 4.20. Sitios con respuesta a azufre (S) en distintas redes de ensayos
realizadas en los ltimos aos. (Garcia, 2006).
Zona y campaa Sitios Autores
respuesta/
Total
Centro-sur de Santa Fe, 2000/01 8/11 Martnez y Cordone, 2003
Regin pampeana, 2000/01 y 2001/02 10/47 Daz Zorita et al., 2002
Sur de Santa Fe y SE Crdoba 2001/02 1/6 CREA- S de Santa Fe
Crdoba, 2001/02 2/4 Rubione et al., 2002
S Santa Fe y N Buenos Aires, 2002/03 4/6 Ferraris et al., 2004
Centro-sur Santa Fe, 2003/04 13/19 Gentiletti y Gutierrez
Boem, 2004
Sur de Santa Fe y SE Crdoba, 2003/04 17/44 CREA Sur de Santa Fe
Sur de Santa Fe y SE Crdoba, 2003/04 2/5 CREA-sur de Santa Fe
111
es la presencia de sulfatos en el agua de napas superficiales. Algunas redes de
ensayos han permitido determinar umbrales crticos de S-sulfatos a 0-20 cm de
profundidad en presiembra, con valores generalmente cercanos a 10 ppm de S-
sulfatos, por debajo de los cuales la respuesta es muy probable.
Fertilizacin potsica
Considerando que en la mayor parte de la regin de cultivo de soja en Argentina
los niveles de K asimilable son por lejos muy superiores a los publicados en
distintas zonas de cultivo, este nutriente no forma parte de los programas de
fertilizacin. Es comn encontrar concentraciones de 500 y 600 ppm de K
disponible a la siembra en el suelo hasta 20 cm de profundidad. Los umbrales
utilizados para la recomendacin de fertilizacin de cultivos de granos varan
entre 40 y 270 ppm, dependiendo de la zona, suelo y cultivo (Haby et al., 1990).
Especficamente para el cultivo de soja, los servicios de extensin de varias
zonas de los Estados Unidos (Nebraska, Minnesota, Michigan, Ohio, Indiana,
Iowa, Kansas, Kentucky), no recomiendan fertilizar cuando el nivel de potasio
disponible es mayor que 120-200, dependiendo del Estado y del tipo de suelo
(Rehm et al., 1994; Vitosh et al., 1995; Voss et al., 1999; Whitney, 1997).
112
Fig. 4.7. Susceptibilidad al empobrecimiento de K en la regin pampeana, segn
el balance de los cultivos y el tipo de suelo (Cruzate y Rivero, 2008).
113
Tabla 4.22. Propuesta preliminar de recomendacin de fsforo para trigo, maz y soja en SD en Paraguay
segn la interpretacin de nivel de P-Mehlich (0-10 cm) en dos tipos de suelos (Cubilla Andrada, 2005).
Clase de Contenido de arcilla (%) Cultivo N
er
interpretacin 40 a 60 20 a 40 1 Cultivo 2do Cultivo 3er Cultivo
-1
..P Mehlich 1 - mg kg-1.. ..kg ha de P2O5..
Muy Bajo >4 >5 100 + M 70 + M 30 + M
Bajo 4-8 5-10 50 + M 30 + M 20 + M
Medio 8-12 10-15 25 + M M M
Alto 12-24 15-30 M M M
Muy alto <24 <30 R R R
-1 -1
M = Mantenimiento (Extraccin + prdidas): Soja 15 kg P 2O5 mt ; Maz: 12 kg de P2O5 mt de granos
R = Reposicin (Extraccin de cultivos) - Soja 12 kg P2O5 mt-1; Maz: 8 kg de P2O5 mt-1 de granos
114
Fertilizacin potsica
Al igual que con la fertilizacin fosfatada, los criterios que regulan la
fertilizacin con potasio son el de suficiencia o nivel crtico y el de reposicin.
Considerando que los suelos usados en la produccin de soja (Latosolos u
Oxisoles y Ultisoles), de las regiones de cultivo de Paraguay y Brasil son
naturalmente pobres en minerales de reserva de K, la necesidad de aplicaciones
regulares de fertilizantes es bsica para la economa de produccin.
115
Fig. 4.8. Rendimiento relativo de soja, trigo y maz en sistema de SD, en
funcin del tenor de K Mehlich-1, a la profundidad de a) 0-20 cm, b) 0-10 cm
(Schlindwein, 2003).
116
los altsimos costos de transaccin de la economa de Bolivia, que resultan en
los fertilizantes ms caros de Latinoamrica (FAO, 1999). No obstante se han
registrado respuestas similares a las habituales de otras regiones de cultivo,
tanto en soja de invierno como de verano en suelos cuyo contenidos de P y de K
oscilaron entre 1.8 y 7.8 (P-Olsen) y entre 0.15 y 0.36 cmolc kg-1 (K disponible)
(Fig. 4.9, Terrazas y Roca, 2007).
4000
3500
Rendimiento de Soja (kg ha-1 )
3000
2500
2000
1500
1000
500
0
Testigo PK PS KS PKS PKS Micros
La gran mayora de los cultivos de soja son extensamente fertilizados, dado que
los suelos son genticamente deficientes en fsforo y pobres en minerales de
potasio de reserva. El cultivo en el pas avanz de manera significativa desde el
2001, cuando productores provenientes de Argentina comenzaron a sembrarlo
extensivamente, motivados por la mejor ecuacin econmica de produccin y
aprovechando un desfase en el valor de las tierras agrcolas (Hirschy Ruiz,
2004).
117
con grados en proporcin P2O5: K2O igual a 2:1 (tipo 0-30-15) es generalizado
junto con el uso directo de superfosfato simple.
118
observan deficiencias de fsforo o potasio en todos los cultivos ya que el
sntoma es ms bien vago y no siempre tan bien definido como muestran las
fotos. Pero, muchas veces, ste existe y resulta en disminucin de rendimientos,
lo que ha merecido la expresin de hambre oculta. A pesar de generalmente
no puede ser identificada visualmente, el hambre oculta, que es el principio de
la deficiencia del nutriente, con tenores ligeramente abajo de su nivel crtico
inferior, causa cadas en los rendimientos de los cultivos. Los sntomas que se
describen en general, se presentan cuando las deficiencias son severas. Cuando
es leve, las plantas pueden no presentar sntomas pero sufrir una disminucin
del rendimiento o la calidad del producto.
119
La dinmica de la nodulacin implica que por una sequa en la mitad del ciclo
puedan perderse muchos ndulos y las plantas previamente bien suplidas con N,
se vuelvan deficientes durante el llenado de grano (Perticari, 2004). El cultivo
de soja con deficiencia de nitrgeno va perdiendo su color verde oscuro,
pasando a verde-plido con un leve amarillamiento. Posteriormente, todas las
hojas se vuelven amarillentas. Este sntoma aparece primero en las hojas
inferiores, pero se extiende rpidamente en las hojas superiores. El sntoma
aparece, por ltimo, en las hojas nuevas ya que el N es un elemento
extremadamente mvil en la planta, siendo translocado desde tejidos maduros a
las hojas nuevas. La necrosis de las hojas o partes de la hoja ocurren ms bien
en etapas tardas y ms severas de la deficiencia. En este detalle difieren de la de
K y Mg, donde si bien los sntomas tambin comienzan en las hojas ms viejas,
las manchas clorticas y necrticas se localizan y aparecen en una etapa ms
bien temprana. Los sntomas de deficiencia de Fe, Ca, S son tambin similares a
los de la deficiencia de N, con las hojas caracterizadas por colores amarillentos
y verde-plidos. Pero en estas deficiencias, sin embargo, los sntomas ocurren
primero en las hojas ms jvenes.
Fsforo
Los sntomas de deficiencia de fsforo no siempre son muy bien definidos.
Aparecen en hojas maduras, caracterizados por un color verde oscuro con
puntuaciones marrones en estadios post floracin (Vernetti, 1983). Pero el
sntoma principal es un crecimiento lento con plantas pequeas de hojas de
tamao menor al normal. El sistema radicular es bastante pobre tambin,
evidenciado por el pequeo porte de las plantas de soja debido a una deficiente
dotacin de fsforo en el suelo. La elevada movilidad del P en la planta, bajo
condiciones de deficiencia, provoca translocamiento del elemento desde las
hojas ms maduras hacia las ms jvenes, agotando las reservas de P de las
primeras adonde el sntoma aparece primero (Meurer et al., 1981). Sin embargo
la deficiencia de P tambin puede aparecer en etapas tardas (Rosolem y
Tavares, 2006). Al momento de llenado de semillas, las plantas deficientes en P
muestran hojas amarillentas con tonos anaranjados o rojizos en el limbo y en los
pecolos. Adems, del efecto sobre la planta, el suministro limitado de fsforo
reduce el nmero y la eficiencia de los ndulos y, como consecuencia, la
fijacin simbitica de nitrgeno (Sa e Israel, 1991).
120
Potasio
La deficiencia de K no da sntomas visibles en forma inmediata. Estos sntomas
comienzan, por lo general, en las hojas ms maduras, debido a que por la gran
movilidad del potasio, estas hojas lo suministran a las hojas ms jvenes ante
condiciones de deficiencia. Al igual que en la mayora de las especies vegetales
la clorosis y la necrosis comienzan en los mrgenes y puntas de las hojas. Las
plantas deficientes de K muestran una disminucin en el turgor y bajo estrs
hdrico se vuelven llamativamente flojas, con una baja resistencia a la sequa.
Las plantas afectadas muestran una mayor susceptibilidad al dao por heladas,
ataques fngicos y condiciones salinas (Rosolem et al., 1993).
Ante una deficiencia severa, los sntomas visuales comienzan con un moteado
amarillento en los pices y bordes de los fololos de las hojas adultas, ms
inferiores de la planta. Estas reas clorticas avanzan hacia el centro de las
hojas, cuyas reas ms amarillentas en los bordes se necrosan con el aumento
progresivo del sntoma. Con el avance del tiempo finalmente, se destruyen las
reas necrosadas, dejando los fololos con aspecto desflecado (Meurer et al.,
1981; Vernetti, 1983). Las plantas con deficiencia de potasio producen granos
pequeos, arrugados y deformados la madurez de la soja s atrasa, pudiendo
causar tambin tallos verde, retencin foliar e formacin de frutos
partenocrpicos (Mascarenhas et al., 1992).
Azufre
Los sntomas de deficiencia de azufre son semejantes a los de nitrgeno
difiriendo de este ltimo por darse slo en las hojas ms jvenes debido a su
movilidad en los tejidos. El sntoma es una clorosis general de las hojas
incluyendo las nervaduras, que de verde-plido pasan a verde amarillento. Los
sntomas comienzan en hojas nuevas, mientras que en la deficiencia de N estos
se inician en las hojas maduras. Las hojas nuevas son ms pequeas y tienden a
manifestarse con mayor intensidad en estadios avanzados del ciclo, durante el
llenado de granos.
121
cidos, con bajo contenido de materia orgnica o antecedentes de bajos
rendimientos. Asimismo, aun cuando no se presenten sntomas visuales, es
posible que el hambre oculta de esta deficiencia provoque importantes
disminuciones de rendimientos.
Calcio
Normalmente esta deficiencia est muy asociada a la acidez excesiva provocada
por la toxicidad de aluminio y de manganeso y por lo tanto generan la misma
sintomatologa, en particular en el sistema radicular. La deficiencia de calcio
afecta los puntos de crecimiento, como las yemas apicales de los tallos y races,
pudiendo provocar la muerte de ellos. La deficiencia normalmente aparece
primero en las hojas nuevas y en los puntos de crecimiento (meristema apical),
probablemente como consecuencia de la falta de movilidad del calcio en la
planta. Los pices terminales de las hojas primarias se vuelven necrticos y se
desarrollan franjas clorticas estrechas. Las hojas nuevas se enrollan y pueden
presentar colapso de los pecolos Las hojas primarias se vuelven blandas y
flexibles y se caen de la planta. El sistema radicular se presenta de coloracin
amarronada y poco desarrollado (Mascarenhas et al., 1992; Nelson y Barber,
1964).
Magnesio
De modo similar a la deficiencia de calcio, la de magnesio tiende a ocurrir con
ms frecuencia en suelos cidos y arenosos, con bajo tenor de materia orgnica.
La deficiencia de magnesio provoca inicialmente una clorosis marginal, bordes
de color verde-plido y luego pasa a una clorosis internerval en las hojas ms
maduras, que con el tiempo avanza hacia adentro, entre las nervaduras. El
amarillamiento comienza por las hojas basales y, con el aumento de los
sntomas de deficiencia, las hojas jvenes tambin son alcanzadas (baja
produccin de clorofila en la planta). La movilidad del Mg provoca este orden
ascendente de aparicin de los sntomas de deficiencia, de la misma forma que
el N y el P.
122
Acidez excesiva. Toxicidad por Aluminio
El exceso de aluminio en la solucin de suelo, inhibe tambin el crecimiento de
la raz principal y de las secundarias, dejndolas cortas y gruesas, con
coloracin amorronada. Si bien no es un elemento esencial para el desarrollo de
las plantas, la consideracin del aluminio en la nutricin es importante debido a
su efecto txico sobre las plantas en la mayora de los suelos cidos. Los
sntomas de toxicidad de aluminio en las hojas de soja parecen aquellos de
deficiencia de fsforo: las plantas quedan pequeas, no hay desarrollo normal,
las hojas son pequeas y de color verde-oscuro, amarillamiento y necrosis en las
puntas de los fololos y atraso en la maduracin.
4.2.2. Micronutrientes
Boro
La deficiencia de boro, normalmente, ocurre con mayor frecuencia en suelos
arenosos y de regiones ms hmedas, asimismo, se asocia a deficiencias de
calcio y situaciones de mucha acidez o alta pluviometra, ya que el B disponible
se lixivia fcilmente del suelo.
123
nervaduras laterales y centrales. Las hojas adquieren un aspecto de quemadas y
caen (Vernetti, 1983; Mascarenhas et al., 1988; Rossa et al., 2006).
Cloro
La deficiencia de cloro se caracteriza por plantas clorticas con fololos que
quedan flcidos en los bordes. Sin embargo la toxicidad de cloro es ms comn
que la deficiencia. La soja cultivada en suelos que frecuentemente reciben
grandes dosis de fertilizantes a base de cloruros, puede presentar acumulacin
de estas sales y presentar sntomas de toxicidad de cloro. Estos se manifiestan
como quemado de las puntas de las hojas o de sus mrgenes, lo que les confiere
un tono bronceado, con cada prematura. Cuando ocurren estos sntomas, la gran
concentracin de cloro en los tejidos foliares se asocia con altos tenores de
manganeso, especialmente cuando hay dficit hdricos o una seca antes de la
floracin (Borkert, et al., 1994).
Cobalto
No hay informes de sntomas de deficiencia de cobalto en cultivos a campo. En
plantas de sojas cultivadas en solucin nutritiva, los sntomas de deficiencia de
cobalto son descritos como clorosis y enrollamiento de las hojas. En cambio, la
toxicidad de cobalto fue observada en plntulas de soja al inicio de la
germinacin, cuando se aplicaron dosis muy altas de Co y Mo junto a las
semillas. Los sntomas de toxicidad son manchas necrticas en los cotiledones y
hojas con fololos clorticos. Este efecto del exceso de cobalto aplicado puede
inducir a una deficiencia de hierro. Los sntomas desaparecen despus de
algunos das, principalmente con buenas condiciones de humedad y con
condiciones de rpido desarrollo de las plantas (Borkert et al., 1994).
Cobre
La soja se considera un cultivo de baja respuesta al cobre (Malavolta y
Kliemann, 1985) y en general no se han descripto sntomas de deficiencias a
campo en Brasil (Tanaka et al., 1993), Argentina u otras regiones productoras,
pero se ha reproducido en experimentos en solucin nutritiva (Adams et al.,
2000). Una de las razones de su ausencia de sntomas es que no se cultiva
normalmente en suelos adonde se prevea restriccin en el suministro de Cu
como ser suelos alcalinos o con alto tenor de materia orgnica.
124
resultando en hojas con apariencia de prdida de turgidez y de agua, pareciendo
que se secaran. El crecimiento se retarda y el color de la planta cambia a verde
ceniza, verde-azulado u olivceo (Borkert et al., 1994). Tambin se ha descripto
clorosis, muerte apical e internudos cortos entre los sntomas de deficiencia de
cobre descriptos (Tanaka et al., 1993).
Entre los sntomas de toxicidad de cobre, provocados con una alta concentracin
de Cu en solucin nutritiva, se describe principalmente clorosis de las hojas,
muy semejante a la deficiencia de hierro.
Hierro
La deficiencia de hierro es un factor limitante muy comn para cultivos de soja
sobre suelos calcreos con altos pH. En Argentina es fcil encontrarla en reas
de suelos Vertisoles, en Entre Ros, adonde la inversin de horizontes levanta a
la superficie capas con alto contenido de carbonato de calcio o en las regiones
productoras del noroeste, con suelos de pH altos. Asimismo se reporta como de
comn ocurrencia en las Grandes Planicies y en los estados de Centro Norte de
EE.UU. (Clark, 1982). Por el contrario, dada la gran concentracin de hierro en
suelos tropicales (Latosolos, Ultisoles y Oxisoles), la deficiencia de hierro
normalmente no ocurre en estos, excepto en situaciones de encalado reciente o
con sobredosis de material calcreo. Tambin, altas concentraciones de aluminio
y manganeso en la planta pueden reducir la absorcin de hierro e inducir
deficiencia de este elemento. Existe una gran diversidad entre variedades en la
susceptibilidad a la deficiencia de Fe. Por ello, la seleccin de variedades
adaptadas es la prctica de manejo ms importante para productores en suelos
afectados.
125
la hoja se vuelve blanca. Manchas necrticas de color marrn pueden surgir en
los mrgenes de los fololos, prximo a los bordes. En estados ms avanzados,
el color verde se pierde completamente, inclusive en las nervaduras principales
(Meurer et al., 1981).
Manganeso
El sntoma tpico de la deficiencia de manganeso es una clorosis estriada de las
hojas ms jvenes. La clorosis es ms evidente en el espacio entre las
nervaduras. Excepto stas, las hojas se vuelven verde-plido y pasan a amarillo-
plido. reas necrticas marrones se desenvuelven en las hojas a medida que la
deficiencia se vuelve ms severa. La deficiencia de manganeso puede ocurrir en
suelos con bajos niveles de Mn extrable o con suelos de pH alto. El suministro
de Mn es bajo naturalmente en suelos arenosos o mal drenados. La
disponibilidad de Mn disminuye significativamente con el aumento de pH. En
general, la deficiencia del Mn en soja se espera cuando el suelo pH supera 6.2
en suelos mal drenados y ms de 6.5 en suelos mejor drenados. Por esa razn, la
deficiencia se observa con frecuencia en suelos encalados recientemente o con
dosis elevadas o mal incorporado.
126
de las mrgenes y por la presencia de puntos necrticos. Tambin se describe
una clorosis en las bordes de los fololos seguida de necrosis y clorosis de las
hojas nuevas (semejante a la deficiencia de hierro).
Molibdeno
Dado que la solubilidad y disponibilidad del Mo en el suelo disminuye con el
aumento de la acidez, la deficiencia puede ser eliminada por el encalado,
siempre que haya molibdeno en este suelo en forma inmovilizada por la acidez.
Tambin es posible tener sntomas de deficiencia, si las semillas de soja usadas
en la siembra fueron producidas en un suelo con baja disponibilidad de Mo. En
cambio. si estas semillas provienen de cultivos de soja pulverizada con abonos
foliares conteniendo Mo durante el llenado de granos, resultar en un suministro
suficiente de Mo en la semilla as producida para la prxima generacin.
Zinc
La deficiencia de zinc puede ocurrir bajo condiciones muy variadas del suelo.
Su ocurrencia es muy comn en suelos calcreos o con afloramientos de
calcreo como ocurre en suelos Vertisoles de Entre Ros. Tambin es frecuente
en aquellos suelos con baja disponibilidad natural de zinc como muchos suelos
derivados de areniscas. En regiones tropicales y subtropicales, la causa ms
comn, son aplicaciones muy elevadas de calcreo. La deficiencia de zinc
tambin es muy comn en regiones de baja cantidad de lluvias, donde parte de
la camada de suelo fue removida por erosin o para nivelamiento del terreno o
construccin de terrazas.
127
Los sntomas tpicos de la deficiencia de Zn son plantas pequeas, con clorosis
internerval y bronceado de las hojas inferiores (Vitosh et al., 1995). Los fololos
con deficiencia quedan de menor tamao, con reas clorticas entre las
nervaduras, siendo estos sntomas ms severos en las hojas basales. Los tejidos
clorticos tienden a quedar de color marrn o ceniza y mueren prematuramente.
La madurez se atrasa y se producen pocas vainas (Borkert et al., 1994).
4.3.1. Muestreo
128
recolectadas tambin hojas de plantas normales, que servirn para comparacin
(Jones et al., 1991).
Una vez que las muestras han sido recolectadas del campo, se envan al
laboratorio para proceder al anlisis qumico. Con anticipacin deben lavarse
con agua desmineralizada, secadas en estufa a aproximadamente 60C, hasta
peso constante por unas 48 horas y finalmente molidas a partculas menores de
0.25 mm. Para la determinacin de los distintos elementos en la muestra vegetal,
debe destruirse el material orgnico, por una de las dos vas: a) mineralizacin
seca (Mufla a 900C), o b) mineralizacin hmeda (Ataque con cidos,
normalmente una mezcla de ntrico y perclrico o con perxido de hidrogeno).
A continuacin se determinan los contenidos de cada nutriente en la muestra.
Los anlisis que detectan valores en los rangos de bajo a deficiente, pueden estar
asociados a sntomas visibles de deficiencias o a rendimientos reducidos. Por el
contrario, anlisis foliares en los rangos alto a exceso, se asocian a derroches en
la utilizacin de fertilizantes a situaciones de toxicidad que conducen en
potencia a bajos rendimientos o mala calidad del producto de cosecha.
129
Con los resultados del anlisis qumico de las hojas maduras, se realiza el
monitoreo del estado nutricional del cultivo. Los niveles de suficiencia
publicados por Jones, (1991) hace algunos aos son ampliamente usados en
Argentina y en Brasil (EMBRAPA, 1998) y se muestran en la Tablas 4.24 y
4.25 junto con los valores observados por Martins (comunicacin personal,
citado por Yamada, 1999) en cultivos con rindes superiores a 3.6 mt ha-1 y los
observados por Flannery (1989), en cultivos donde obtuvo 8 mt ha-1. Se incluye
adems valores ms frecuentes (mediana) y el desvo estndar de un
relevamiento de 154 muestras de la regin pampeana de Argentina con un
rendimiento promedio de 3.9 mt ha-1 (Melgar et al., 2003). Los niveles de
EMBRAPA coinciden con los de Jones et al. (1991) excepto para N, que indica
un lmite inferior menor como valor normal (40.1 en lugar de 45.1 g kg-1).
130
Tabla 4.25. Interpretacin de los resultados de anlisis de hojas de soja en
funcin de sus concentraciones de nutrientes (Jones et al., 1991).
Clase de Interpretacin
Elemento Bajo Suficiente Alto
..g kg-1..
N 31-40 40.1-55 55.1-7.0
P 1.6-2.5 2.6-5.0 5.1-8.0
K 12.6-17 17.1-25 25.1-27.5
S 1.6-2.0 2.1-4.0 >4.0
Ca 2.1-3.5 3.6-20.0 20.1-30.0
Mg 1.1-2.5 2.6-10.0 10.1-15.0
mg kg-1
B 10-20 21-55 56-80
Cu 5-9 10-30 31-50
Fe 31-50 51-350 350-500
Mn 15-20 21-100 101-250
Mo 0.4-0.9 1.0-5.0 5.1-10
Zn 10-20 21-50 51-75
131
falta de bases cientficas slidas que sustenten el mtodo de interpretacin.
Tiene la ventaja de ofrecer un rango de desbalances o desequilibrios.
Este tpico es controversial, ya que si bien est probado que existen evidencias
objetivas de respuestas al agregado de N, es difcil aceptar la prctica como tal.
Es tambin un frtil campo de discusin cientfica, el balance de N en los
sistemas adonde la soja es central en la rotacin. Es as, ya que el debate sobre
los biocombustibles trajo a consideracin que el N aplicado a las cereales
insume ingentes cantidades de energa, que la inclusin de la soja evita o mitiga.
Sin embargo, el monocultivo puede provocar importantes daos ambientales en
materia de sanidad vegetal, de extraccin y drenaje de otros nutrientes. Adems,
no necesariamente el balance de N en el suelo es positivo, es ms, se argumenta
que en general es negativo (lvarez et al., 1995).
Dada esta dependencia, general para todos los cultivos, sigue por saber cunto
de esta cantidad de N corresponde a la fijacin biolgica (FBN) y cunto es
aportado por el suelo y eventualmente cul es el potencial de aporte por los
fertilizantes. En promedio, se asume que entre el 50 y 60% de la demanda de N
por la soja N se resuelve por la fijacin biolgica, lo que implica que en una
gran mayora de situaciones, la cantidad de N fijada no es suficiente para
compensar la exportacin de N del predio con el grano cosechado. Dado que por
razones metodolgicas los autores miden el N de la parte area, la revisin
citada expresa que cuando se asume una contribucin de las races, en promedio
equivalente al 24% del total de N de la planta, los balances son cercanos a la
neutralidad (Salvagiotti et al., 2008).
132
4.4.1. Demanda de N y FBN
4.0
3.5
3.0
kg N ha-1 da-1
2.5
2.0
1.5
1.0
0.5
-
0-45 45-56 56-74 74-80 80-87 87-94 94-112
Nodulacin Suelo
133
menos eficientes en la FBN que las introducidas por la inoculacin (Fernndez
Caniggia y Daz Zorita, 2008).
134
mtodos de inoculacin apropiados, adonde se observ respuesta positiva en un
84% de los casos, con una respuesta promedio de aproximadamente 300 kg ha-1,
equivalentes al 11% del rendimiento de los cultivos, siendo las ms altas en el
norte y las ms bajas en el ncleo de la regin pampeana. (Perticari, 2004).
135
extremadamente brusca, de all la importancia de la tcnica de la operacin de
inoculacin.
Los niveles bajos de nitrgeno en los primeros estadios vegetativos en los que
todava los ndulos no son funcionales pueden ser beneficiosos. Pero, a medida
que el nitrgeno proveniente del suelo o del fertilizante aumenta, el nitrgeno
derivado de la fijacin biolgica y la nodulacin disminuye. Se ha cuantificado
la disminucin de los ndulos en aproximadamente 90 mg de MS de ndulos
por planta por cada ppm de N-NO3 del suelo (Cicore et al., 2004)
136
Las respuestas ms probables de soja a la fertilizacin con nitrgeno se esperan
en ambientes con condiciones de alta produccin, superiores a las 4.5 mt ha-1. Se
ha observado una relacin inversa entre la FBN y las dosis de N aplicado. La
colocacin profunda de fertilizantes de N de liberacin lenta debajo de la zona
de nodulacin o aplicado durante las ltimas etapas reproductivas, pueden ser
alternativas prometedoras para alcanzar respuesta de la produccin a la
fertilizacin al nitrgeno en ambientes de alto rendimiento.
5.00
LSD 5%: 269 kg ha-1
Rendimiento de Soja (mt ha-1)
4.00
3.00
2.00
Testigo N 200 - Inoculado Inoc.&Co+Mo N 30 - R3 N 30 - V4
Siembra
137
manejo que pudieron haber impedido alcanzar el potencial de rendimiento con
la FBN.
138
4.4.6. Efecto del stress ambiental sobre la FBN
Cada vez que el agua til disminuye por debajo del 60%, umbral crtico para la
soja durante el llenado de granos, se compromete tambin la fijacin de N, que
es mxima en esta etapa disminuyendo el rinde potencial. Normalmente la
capacidad de fijacin de los ndulos se restablecen si las condiciones de sequa
no son tan severas o duran muchos das, no obstante llega un punto (menos del
10% del agua til) que aunque los ndulos y el cultivo, recuperen su humedad al
llover o regarse, la capacidad de fijacin de los ndulos, medida por la actividad
de la nitrogenasa, no se recupera ms (Grahan, 1996; Racca, 2000).
139
Tabla 4.26. Efecto de la carencia de los principales micronutrientes en la
simbiosis Rhizobio-leguminosa y su funcin en la planta. Adaptado de Guiller
(2001).
Elemento Efecto (por carencia) Funcin
Boro Reduccin en el tamao Divisin celular
de los ndulos
Cobalto Reduccin y retraso en Presente en enzimas de los Rhizobios
la iniciacin nodular
Cobre Reduccin en la fijacin (No es claro)
de N
Hierro Reduccin en la Constituyente de protenas y
iniciacin nodular, leghemoglobina
desarrollo de los ndulos
y tasa de fijacin
Molibdeno Ndulos inefectivos. Constituyente de la nitrogenasa
Deficiencia de N
Nquel Retraso de la Presente en enzimas en la planta y en
nodulacin. Reduccin los Rhizobios
del crecimiento de la
planta
Selenio Reduccin de la Constituyente de la hidrogenasa de
actividad hidrogenasa y Bradyrhizobium
crecimiento en
Rhizobios libres
Zinc Reduccin en el nmero Posiblemente involucrado en la
y tamao nodular. sntesis de leghemoglobina
140
A su vez, la soja es el cultivo ms importante para la industria de los
fertilizantes fosfatados, tanto en Brasil como en Argentina, representando una
alta proporcin de los volmenes total consumidos de fertilizantes fosfatados
(Tabla. 4.27). Si bien no se dispone de estadsticas actualizadas de Paraguay, es
posible que su participacin sea mayor aun, dado el mayor peso de la soja en la
agricultura paraguaya.
Salvo en Brasil, que hace un importante uso de rocas fosfricas como uso
directo, el resto proviene de fertilizantes solubles como superfosfato simple,
triple y fosfatos mono y diamnico, en uso directo o en mezclas fsicas con
fertilizantes potsicos.
141
total es similar a la fsforo, alrededor de 1.7 sobre un total de 3.9 millones de mt
de K2O (44%).
142
Para suelos con 0.3 meq Ca 100 cm-3 o menos y /o 0.5 meq Al 100 cm-3 o ms o
ms de 30% de saturacin de Al sobre la capacidad de intercambio efectiva
(CEC)1 en las capas subsuperficiales, el uso de yeso agrcola en altas dosis se
recomienda para desplazar al Ca hacia estas capas o reducir la toxicidad de Al
en todo el perfil (Lopes Scheid, 1996).
El parmetro de suelo ms simple para evaluar las dosis de yeso bajo estas
condiciones es el porcentaje de arcilla. Se usan dos sistemas comnmente:
1. Dosis de yeso (kg ha-1) = 300 + (20 x % arcilla), desarrollado por Lopes
Scheid (1996), para mejorar la capa entre 20 y 40 cm.
2. Dosis de yeso (kg ha-1) = 50 x % arcilla, desarrollado por Sousa et al. (1993),
para mejorar la capa entre 20 y 60 cm de profundad. La mejora en rendimientos
a partir del uso de yeso en estos suelos, principalmente debido a la mayor
penetracin de las races y uso ms eficiente del agua y nutrientes del subsuelo,
se reportan como 14% para soja (Sousa et al., 2005). Estas dosis recomendadlas
de yeso se deben aplicar al voleo en superficie entre 60 y 90 das despus del
encalado y el efecto residual dura entre 5 y 15 aos.
1
Capacidad de intercambio efectiva es aquella determinada al pH actual del
suelo (Kamprath, 1970). En la practica es la suma de cationes Ca, Mg K y Al.
143
4.5.5. Micronutrientes
Existe una gran diferencia en el uso de micronutrientes entre los distintos pases.
Brasil es un gran consumidor de estos productos, mientras que en Argentina y
los dems pases ste es incipiente.
144
En el caso particular de la soja, con enormes extensiones sembradas, muchas
veces en monocultivo, ha dado sobradas muestras del riesgo de pandemias, la
ltima de ellas, con el avance meterico de la roya asitica de la soja
(Phakopsora pachyrhizi) (o ferrugem, en portugus) que en menos de 3 aos
desde la aparicin de los primeros focos en 2001 alanz todo el rea de
Sudamrica (Ivancovich, 2005). El impacto econmico del mayor incremento
del costo de proteccin del cultivo en los costos de produccin debido a esta
epidemia ha renovado las investigaciones en mejoramiento gentico y en
nutricin vinculada a aspectos de resistencia o tolerancia de enfermedades. Aun
cuando no en toda la regin la virulencia de la roya es igual, las prdidas
provocadas por el conjunto de patgenos de la soja, denominadas genricamente
enfermedades de fin de ciclo, ameritan un esfuerzo en la asignacin de recursos
para la proteccin de los cultivos.
145
Experimentos recientes en varias localidades de Argentina durante dos
campaas, adonde se evaluaron dosis de Cl de dos fuentes: potasio y amonio
aplicados a la siembra y cruzados por tratamientos de fungicidas en R1, se
encontr que el efecto del Cl, cualquiera sea la fuente result en aumentos
significativos de rendimientos en algunos sitios y de una tendencia positiva en el
promedio de todos los sitios. El efecto del K, en cambio, fue variable en relacin
al Cl, aumentando o deprimiendo los rendimientos. En ninguno de los casos se
encontr asociacin con el nivel de disponibilidad de uno u otro nutriente en el
suelo. El efecto del fungicida aparent mitigar la aplicacin de Cl, aportando
argumentos a la relacin entre suministro de Cl y severidad de enfermedades y
rendimiento de grano (Fig. 4.12).
3,250
2006-2008
Rinde Soja (kg ha-1)
3,000
2,750
2,500
2,250
0 12 24
Nivel de Cloruro (kg Cl ha-1)
3,000
2006-2008
Rinde Soja (kg ha-1)
2,750
2,500
2,250
0 12 24
Nivel de Cloruro (kg Cl ha-1)
KCl NH4Cl
146
(Fusarium solani f.sp. glycines), que causa sustanciales prdidas de rendimiento
en las reas sojeras del mundo han sido objeto de investigaciones recientes en
Illinois. En estos experimentos, para discernir el efecto del K o fuentes que lo
contenan, como el cloruro, fueron conducidos por tres aos evaluaciones de la
interaccin de aplicaciones crecientes de cloruro de varias fuentes en dos
momentos y algunas variedades. Como resultados de los tres aos de estudios,
el rinde promedio de soja aument entre 0.14 y 0.22 mt ha-1 a la dosis ms alta
de Cl a la siembra. No hubo, en cambio, efecto en aplicaciones durante V2 y las
fuentes no tuvieron resultados claros. Se prob que antecedentes genticos
especficos afectan la absorcin y translocacin de Cl. La asociacin ms fuerte
entre fertilizacin y menor incidencia del sndrome de la muerte sbita fue con
KCl (Tablas 4.28 y 4.29), (Ames et al., 2000).
Si bien hay, cada da ms, un cmulo de evidencias que ligan el estado del
potasio en las plantas y su susceptibilidad a los patgenos y ataque de insectos,
en especial en ensayos de campo, la identificacin de factores fisiolgicos y
metablicos que puedan explicar esa interaccin es ms bien escasa. En una
revisin reciente Amtmann et al. (2008), proveen evidencias de la entrada
facilitada para el desarrollo de patgenos en las plantas deficientes en potasio.
En el esquema se muestra como las concentraciones relativas de cidos
jasmnico y succnico responden ante situaciones de deficiencia, teniendo un rol
preeminente como sealadores hormonales para inducir la resistencia a
enfermedades (Fig. 4.13).
147
Tabla 4.28. Efecto de variedad, del cloruro (Cl) o fuente de potasio (K) y
momento de aplicacin en rendimiento de soja. Media de 2 sitios: Urbana y
Dixon, 1999 (Ames et al., 2000).
Momento de Variedad Media
Fuentes aplicacin P9363 P9395 P9451 Essex
. mt ha-1.
Testigo 3.56 4.54 4.57 2.55 3.80
CaCl2 Preemergencia 3.25 4.34 4.43 2.87 3.73
V-2 3.67 4.39 4.54 2.60 3.80
KCl Preemergencia 3.74 4.46 4.82 3.18 4.05
V-2 3.74 4.46 4.82 3.18 4.05
K2SO4 Preemergencia 3.86 4.69 4.36 2.96 3.97
V-2 3.62 4.80 4.81 3.12 4.09
Las dosis de aplicacin fueron 48 kg de CaCl2, 64 kg de KCl y 75 kg de K2SO4
ha-1.
148
Deficiencia
de K
AS AJ
Susceptibilidad/Sensibilidad basal Defensa inducida
Biotrfo Necrotrfo
Desarrollo del patgeno,
Infeccin/Ataque enfermedad
149
En principio, por las caractersticas del cultivo de la soja, frecuentemente
pulverizada con herbicidas, insecticidas y fungicidas, descuenta que los costos
de aplicacin no son tomados en cuenta al hacer el balance econmico. Por otra
parte, la pulverizacin es el medio ms idneo para aplicar con uniformidad
pequeas cantidades de un insumo como micronutrientes, que se necesitan
precisamente en dosis de pocos kg ha-1. Las oportunidades para aplicar
nutrientes por va foliar a la soja incluyen (1) Aplicacin temprana (V4 a V6) de
un fertilizante completo; (2) Aplicacin de N o multinutriente durante el llenado
de granos (R2 a R5); y (3) pulverizacin de micronutrientes durante la etapa
vegetativa.
Estas razones explican el hecho que la soja sea el principal cultivo, destino del
mercado de fertilizantes foliares, que en 2004 particip del 49% del total
comercializado en Brasil, de un total de 91 millones de litros. En el informe
presentado por Pozzan (Stipp y Prochnow, 2008) en un simposio reciente en
150
Piracicaba, Brasil, se especifica que el Manganeso (35%), es el micronutriente
ms consumido, seguido por las mezclas de varios microelementos (21%), por
el Zinc (19%) y por el Boro (9%). En Argentina, si bien no hay datos ms
especficos sobre tamao de mercado, la gran mayora son mezclas de NPK y
micronutrientes, con preponderancia del N y del S. (Melgar, 2006).
151
5. Conclusiones
152
mtodo de anlisis para P es distinto aun entre diferentes estados del mismo
Brasil.
Es coincidente esta revisin con las crisis de los comodities que est afectando
la ltima dcada de este nuevo siglo. Pases fuertemente dependientes de los
fertilizantes para su economa y sin espacio para derroches, impulsan la
investigacin agrcola buscando incrementar la eficiencia de aprovechamiento
de los nutrientes por los cultivos.
153
6. Referencias citadas y recomendadas
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Apndice 1: Fotografas
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Foto N 3. Deficiencia de Potasio en cultivos (Cortesia SCPA).
176
Foto N 5. Deficiencia de Magnesio en cultivos (Cortesia SCPA).
177
Foto N 7. Deficiencia de Hierro en cultivos en Entre Ros, Argentina
(Ricardo Melgar).
178
Foto N 9. Deficiencia de Molibdeno en Brasil (Cortesia SCPA).
179