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Salmo 87, 88 y 89

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Sin, hogar de todos los pueblos

87 (86) 1Por
l est fundada entre las santas montaas,
2
el Seor prefiere las puertas de Sin
a todas las moradas de Jacob!
3
Maravillas se dicen de ti, Ciudad de
Dios.
4
Contar a Egipto y a
Babilonia entre los que
me reconocen;
tambin filisteos,
tirios y nubios han
nacido all. 5Y de Sin se
dir:
ste y el otro han nacido
en ella; el Altsimo en
persona la ha fundado.
6
El Seor escribir en el registro de los
pueblos: Tambin ste ha nacido all.
7
Y cantarn mientras danzan:
Todas mis fuentes estn en ti.

Sin es la ciudad de Dios (1-3) y la madre de todos los pueblos (4-6). El versculo
7 es la conclusin. Jerusaln, ciudad jebusea, en realidad ha sido fundada
personalmente por Dios. Es una lectura teolgica de la realidad histrica (cfr. Is
14,32). A continuacin el mismo Seor elogia a Jerusaln como metrpoli, como
ciudad-madre. Los enemigos tradicionales y prototipos de opresin, como son
Egipto y Babilonia, se hermanan entre s y con el pueblo de Dios. Dios mismo
inscribe a estos dos pueblos entre los nacidos en Jerusaln. La belicosa Filistea, la
opulenta Tiro y la aventurera Nubia, tambin son inscritos entre los nacidos en
Jerusaln. El registro es oficial. El nombre de todos esos pueblos ha sido escrito en
el registro de los pueblos (6a). Todos los pueblos hermanos en la misma ciudad!
Los humillados de otro tiempo celebran la fiesta de la fraternidad (7). La Iglesia es
nuestra metrpoli, madre de todos (cfr. Ef 2,12-19; Gl 4,26). Es ste un buen
salmo para celebrar la fraternidad universal o para poner en prctica el ecumenismo.

Seor Dios mo, de da te pido auxilio

88 (87)
2
Seor, Dios

salvador mo, da y noche clamo


a ti.
3
Llegue hasta ti mi
oracin, inclina el odo
a mi clamor.
4
Estoy harto de males
y mi vida, al borde
del Abismo.
5
Estoy censado entre los que bajan a la
fosa, soy como un hombre
acabado. 6Tengo mi lecho entre los
muertos, como los cadveres que
yacen en el sepulcro, a quienes ya
no recuerdas pues fueron
arrancados de tu mano. 7Me has
colocado en la fosa profunda, en las
tinieblas abismales. 8Tu enojo pesa
sobre m, me anegas en tus olas.
9
Alejaste de m a mis
allegados, me has hecho un
horror para ellos. Encerrado,
no puedo salir, 10mis ojos se
nublan de dolor. Te invoco
todo el da, Seor. tendiendo
las palmas hacia ti.
11
Acaso hars milagros por los
muertos?,
se levantarn ellos para
darte gracias? 12Se narrar en el
sepulcro tu amor o tu fidelidad
en la tumba?
13
Se conocern tus maravillas en las
tinieblas o tu justicia en el pas del
olvido?
14
Pero yo te pido auxilio, Seor:
con el alba ir a tu encuentro
mi splica. 15Por qu, Seor, me
rechazas y me ocultas tu rostro?
16
Soy un desdichado y muero
quejumbroso. He soportado
tus terrores y estoy
aturdido.
17
Tu incendio ha pasado sobre
m, tus espantos me
han aniquilado; 18me
envuelven como agua todo el
da, me cercan todos a
la vez.
19
Alejaste de m amigos y
compaeros, mi compaa son las
tinieblas.

La inminencia del sepulcro (4-8) y la soledad, es decir el silencio de la tumba y el


silencio de Dios (9-19), son los dos motivos de esta splica individual. El enfermo
dirige su clamor pattico a Dios salvador (2s). Como Job, es un varn de dolores,
que se encuentra en los umbrales de la muerte (4). Ms an ya ha sido inscrito en
el libro de los difuntos (5). Nada puede hacer, pero s recordar a Dios, ya que Dios
no se acuerda de l (6). Ha sido Dios precisamente quien ha llevado al enfermo a
tan lamentable situacin (7). Viene a ser Dios un mar embravecido, cuyas olas han
anegado al enfermo a punto de morir (8). La antfona, como sepulturero, nos
introduce en la total soledad de la muerte (9.19). Nada gana Dios con la muerte,
presente en splica con variedad de nombres: sombra, sepulcro, tumba, tiniebla,
pas del olvido... Dios no recuerda a los muertos (6b), y stos han bajado al pas del
olvido (13b). Pero antes de hundirse en el silencio absoluto de la muerte, el salmista
eleva su clamor esperanzado: Al alba ir a tu encuentro mi splica (14b). Suena
la terrible pregunta: Por qu? (15). La respuesta es el terror divino, que entrega
al hombre a la muerte (17b-18). Pese a todo, queda sonando la leve esperanza de
la estrofa anterior: Al Alba Este poema va dirigido al Dios salvador. El por
qu? del salmo se oye en la cruz (cfr. Mt 27,46). La respuesta llegar por la maana
(cfr. 1 Pe 3,18; 1 Cor 15,54). Esta splica de un moribundo puede ser entonada con
todos los moribundos o con quienes viven el silencio de Dios. No olvidemos que, al
alba, ir a tu encuentro mi splica.
Cantar eternamente la lealtad del Seor (44; 74; 2 Sm 7)

89 (88)
2
Cantar eternamente el amor del Seor,

anunciar su fidelidad por generaciones.


Con mi boca 3afirmo claramente:
Oh Eterno, tu amor edific los
cielos, ms estable que ellos
es tu fidelidad. 4Pact una alianza
con mi elegido, jurando a David
mi siervo: 5Afianzar tu linaje para
siempre y consolidar tu trono
por generaciones.
6
Celbrense tus maravillas en los
cielos, Seor, y tu fidelidad en la
asamblea de los Santos;
7
pues, quin sobre las
nubes es
comparable al Seor?
quin se asemeja al Seor entre
los dioses? 8Dios es temible en el
consejo de los santos, es grande y
terrible para toda su corte.
9
Seor Dios del universo, quin como
t?
Eres poderoso, Seor, y tus fieles te rodean.
10
T doblegas la soberbia del mar
y acallas su oleaje embravecido.
11
T trituraste a Rahab como a un
cadver con brazo potente
dispersaste al enemigo. 12Tuyos son
los cielos, tuya es la tierra; t
cimentaste el mundo y cuanto
contiene.
13
T creaste el Norte y el
Sur, el Tabor y el
Hermn saltan de gozo
en tu presencia. 14Tienes
un brazo poderoso;
triunfante es tu
izquierda,
sublime tu derecha.
15
Justicia y Derecho sostienen tu trono,
Bondad y Fidelidad marchan ante
ti.
16
Dichoso el pueblo que sabe
aclamarte,
que camina a la luz de tu
rostro, Seor. 17Tu Nombre ser
su gozo constante, y por tu
justicia se alegrar. 18S, t eres
nuestra fortaleza gloriosa
y con tu favor nos das la
victoria. 19En verdad el Seor es
nuestro Escudo, el Santo de
Israel nuestro rey.
20
Un da hablaste en visin
declarando a tus amigos:
He elegido a un muchacho y no a un
guerrero, he encumbrado a un soldado
de la tropa. 21Encontr a David, mi
siervo, y lo ung con leo sagrado.
22
Porque mi mano le dar firmeza,
y mi brazo lo fortalecer; 23no lo
engaar el enemigo ni los
criminales lo humillarn.
24
Triturar ante l a sus
adversarios, y herir a
los que lo odian. 25Mi
fidelidad y amor lo
acompaarn, y por mi
Nombre triunfar.
26
Extender su izquierda
hasta el Mar y su
derecha hasta el Ro.
l me invocar: T eres mi
27

padre, mi Dios, mi Roca


salvadora. 28Y yo lo
nombrar mi primognito,
excelso entre los reyes
de la tierra. 29Le guardar mi
amor eterno y mi
alianza con l ser estable.
30
Le dar un linaje perpetuo
y un trono duradero
como el cielo. 31Si sus hijos
abandonan mi ley y
no siguen mis
mandamientos, 32si violan
mis preceptos y no
guardan mis mandatos,
33
castigar a palos sus
delitos y a latigazos sus
culpas.
34
Pero no les retirar mi
lealtad ni desmentir mi
fidelidad; 35no violar mi
alianza, ni cambiar mis
promesas. 36Una vez jur por
mi santidad no faltar a
mi palabra con David. 37Su
linaje ser perpetuo y su
trono como el sol ante m;
38
se mantendr siempre como
la luna, testigo fidedigno
en las nubes.
39
Pero t, enojado con tu Ungido,
lo rechazaste y despreciaste;
40
anulaste la alianza con tu siervo,
profanaste por tierra su
diadema. 41Destruiste todas sus
murallas y derrocaste sus
fortalezas; 42lo saquearon todos los
viandantes, fue la irrisin de
sus vecinos. 43Enalteciste la diestra
de sus adversarios, y
ensalzaste las manos de sus
enemigos. 44En tu ira, embotaste el
filo de su espada, y no lo sostuviste
en el combate. 45Le quitaste su
esplndido cetro, y su trono por
tierra derribaste. 46Acortaste los
das de su juventud y lo
cubriste de ignominia.
47
Hasta cundo,
Seor, te
ocultars siempre?
Hasta cundo arder como fuego
tu enojo? 48Recuerda, Seor, que mi
vida es corta, creaste para nada
a los mortales?
49
Quin vivir sin ver la muerte?,
quin escapar de las garras del Abismo?
50
Dnde est, Dueo mo, tu amor de
antao, el amor fiel que juraste a
David? 51Recuerda, Seor, el ultraje de
tus siervos,
cmo aguanta mi
pecho las saetas
de los pueblos:
52
As como mis enemigos me insultan,
Seor, tambin insultan
alevosamente a tu Ungido.
*
** Bendito el Seor por siempre!
53

Amn, amn.

Por la primera palabra del salmo sabemos que estamos ante un himno, que es
csmico (6-19) e histrico (20-38), precedido de su introduccin (2-5). En el
versculo 39 registramos un giro lingstico (pero t...) y temtico: a partir de este
verso el salmo se torna splica que contina hasta el final (39-52). El versculo 53
es aadido, una doxologa con la que se cierra el tercer libro del salterio. Puede ser
que el momento presente, que es trgico para el rey y para la dinasta, motive la
composicin del himno. Es decir, aunque sea un ments a la lealtad de Dios, yo
canto y cantar por generaciones el amor de Dios y su fidelidad (2). En claro
contraste con el presente, el pasado motiva la presente splica. Este salmo es, por
tanto, un himno al amor fiel de Dios, pese a todo. El lector puede comprobar las
veces que se repiten las palabras amor y fidelidad. Forman paralelismo en los
versculos 2.3.15.25. 29.34.50. La fidelidad se repite tres veces ms ( 6b.9b.38b).
Han de relacionarse con la fidelidad: la alianza (4.29. 35.40) y el contenido de esa
alianza, que es el trono dinstico (5.15.30.37.45); ms concretamente an, el vasallo
beneficiario de esa alianza (4.29.35.40), que es David (4.21.36.50). Tambin la
estabilidad (3.5.22.28) y la perpetuidad (2.3.5. 29.37.38) han de interpretarse desde
la fidelidad. El Dios fiel nunca engaa (36.50). El ser humano, aunque sea rey,
puede ser infiel (31s). En este caso la reaccin de Dios es terrible (3946): en vez de
la eleccin, el rechazo; frente al amor, la clera; la alianza anulada; la diadema
profanada; en vez de honor, ultraje; Dios exalt antes a un muchacho, ahora
enaltece la diestra del enemigo... Basndose en el pasado, sin embargo, el poeta
suplica: la situacin actual est prolongndose demasiado (47), el ser humano es
caduco (48s), el amor de Dios es eterno y su fidelidad dura por siempre (50), los
siervos de Dios son ultrajados (51) y los enemigos ultrajan al Ungido de Dios (52).
Son los argumentos alegados para que Dios muestre tambin ahora su amor fiel.
Parte del versculo 21 se cita en Hch 13,22; el versculo 28b en Ap 1,5. El ttulo de
Mesas lo escuchamos en labios de Pedro (cfr. Mt 16,16). El ttulo de Elegido
suena en la transfiguracin (Lc 9,35); el ttulo de Siervo en Mt 12,18-21, y se hace
comn en Hechos (cfr. 3,13.26; 4,27.30). He aqu un buen salmo para orar en
tiempos de conflictos nacionales o internacionales. Si el ser humano es ultrajado,
Dios es ultrajado. El amor de Dios es fiel. Pese a todo, el amor de Dios no tiene
vuelta atrs.

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