Nietzsche Memoria
Nietzsche Memoria
Nietzsche Memoria
Contempla al rebao que pasta junto a ti: no sabe lo que es el ayer o el hoy;
retoza, come, descansa, digiere, vuelve a retozar y, as, de la maana a la noche,
de da en da, vinculado fugazmente con su gusto y con su disgusto, es decir,
con el estmulo del instante y, por lo tanto, ni triste ni aburrido. Contemplar
esto afecta mucho al hombre, porque ste se ufana de su humanidad frente a
los animales y, sin embargo, observa con envidia su dicha porque slo es
eso lo que desea: no estar triste ni vivir con dolor, como los animales; pero lo
desea en vano, porque no lo desea como el animal. En algn momento el
hombre le pregunta al animal: por qu slo me miras y no me hablas de tu
dicha? El animal quiere responder y decir que ello se debe a que siempre
olvido inmediatamente lo que quera decir; pero al instante tambin olvida
esa respuesta y calla, ante lo cual el hombre se admira [Nietzsche 1980: 248].
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Aunque sin duda la Segunda consideracin intempestiva es la que ms ha atrado la
atencin de todos los intrpretes interesados en la teora de la historia de Nietzsche,
puede empero apreciarse un nmero relativamente mayor de aquellos especialistas
que corresponden al mbito del habla alemana. La investigacin ms profunda sobre
Nietzsche: la memoria, la historia: la Segunda intempestiva 273
Tenemos un pasado, pero nos damos una Historia. Y nos la damos a la luz de
un diseo un diseo de lo que somos y lo que queremos ser: de ello depen-
deloque hemos sido. No es el pasado el que nos determina y define, sino que,
en tanto le conferimos al pasado que tenemos una estructura significante y
a travs de ella lo convertimos en nuestra historia, en nuestro haber-sido
[] nos definimos a nosotros mismos mediante nuestra propia historia [Burger
2007: 36].
La genealoga de la moral.
para esta tarea; se trata de una fuerza artstica a la que realmente se pueda
calificar como objetiva. Slo que no hay que reivindicarla, si no se
estrealmente consagrado a esta formidable vocacin de ser imparcial
[Nietzsche 1980: 292].
En este punto se ha dado muy claramante una sustitucin de razn
por arte. Ello podra adems respaldarse con el planteamiento general
de Nietzsche de ver a la ciencia bajo la ptica del artista, pero al arte bajo
la ptica de la vida [Nietzsche 1980: 14]. Se trata de la experiencia que se
insina en esta sustitucin. Pero, qu es lo que ha experimentado este
artista de la historia como para poder reivindicar para s la mxima fuerza
del presente?
Si uno se cuestiona sobre el contenido de esta experiencia, se llega a
la conclusin de que una experiencia digna de este nombre siempre es
una experiencia que se tiene; una correccin negativa del conocimien-
to,un viraje de la conciencia. Pero como esta experiencia ya no puede ser
reflexionada junto con Hegel sino slo a partir de Hegel ya no puede
ser superada con el conocimiento absoluto. El movimiento de la expe-
riencia negativa permanece y nos muestra que no somos dueos ni del
tiempo ni del futuro [Gadamer 1965: 335-339]. Este razonamiento, re-
dactado en la segunda mitad del siglo xx, puede muy bien aplicarse a
Nietzsche. Para entender su respuesta a Hegel, uno debe adentrarse en
la relacin entre recuerdo y olvido, a la que Nietzsche propone como
untercer tipo de historiografa, una que est al servicio de la vida, y es
la escritura crtica de la historia que, al mismo tiempo, explica esta expe-
riencia especfica.
La historiografa crtica, que apenas cobra forma durante la redaccin
de la Segunda intempestiva, acaba con la obtusa dicotoma entre la interpre-
tacin monumental y la interpretacin anticuaria de la historia. Ella misma nmero 64, septiembre-diciembre, 2015
De cuando en cuando, empero, esta misma vida que requiere del pasado exige
simultneamente su destruccin; y es entonces cuando se hace patente cun
injusta es la existencia de algn objeto, un privilegio, un mapa o una dinasta,
por ejemplo, y de cunto este objeto merece ser destruido. Es cuando se observa
el pasado en forma crtica, cuando el cuchillo llega hasta sus races, cuando
se avanza cruelmente por encima de cualquiera piedad [Nietzsche 1980: 269].
Se trata de un intento, por as decirlo, de darse un pasado del que uno procede
a posteriori un intento siempre peligroso, por lo difcil que es trazar un
lmite en la negacin del pasado, y porque las segundas naturalezas casi siem-
pre son ms dbiles que las primeras [Nietzsche 1980: 270].
Este filsofo crey que el mundo era conocido cuando lo remiti a la idea:
vaya, no sera porque la idea le era ya muy conocida, porque ya estaba
habituado a ella? Porque ya no le tena tanto miedo a la idea? [Nietzsche
1980: 594].
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