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Materiales pedaggicos

para los jvenes espectadores


de Educacin Secundaria Obligatoria
y Bachillerato

IGNACIO ARANGUREN
El avaro
de Molire

Direccin: Alexander Herold

Materiales pedaggicos
para los jvenes espectadores
de Educacin Secundaria Obligatoria
y Bachillerato

Ignacio Aranguren
ndice
1 MOLIRE, EL MAESTRO DE LA COMEDIA MODERNA 1
1.1.Biografa
Molire, entre la historia y la leyenda 2
Actividades 3
1.2.El teatro de Molire 4
1.2.1. Clasificacin de sus obras
1.2.2. La renovacin de la comedia 5
Caractersticas del teatro de Molire
- Una comedia para todos
- Una comedia retrato de la sociedad
- Personajes vivos, prototipos universales
- Defensa del sentido comn y de la razn
- El humor de Molire 6
- Lenguaje y estilo
- Situaciones recurrentes
Actividades 7

2 EL AVARO
2.1.Anlisis dramtico 9
2.1.1. Antecedentes
El avaro, segn Plauto
Actividades
El avaro, segn Molire
Actividades 10
2.1.2. Temas 11
Actividades
2.1.3. Estructura 12
Actividades
2.1.4. Personajes
Harpagn, un arquetipo universal
Actividades 13
2.2.Anlisis escnico 14
2.2.1. Introduccin
2.2.2. Escenografa
Actividades 16
2.2.3. Vestuario
Actividades 17
2.2.4. Maquillaje y caracterizacin 18
Actividades
2.2.5. Msica
Actividades
2.2.6. Interpretacin 19
Actividades 22
2.2.7. Direccin 24
Actividades 25
Bibliografa 27

3 HARPAGN, HOY. HABLANDO CON JOSE MARI ASN 29

4 LIBRETO: EL AVARO 33
El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

1 MOLIRE, EL MAESTRO
DE LA COMEDIA MODERNA
1.1.- BIOGRAFA
Jean-Baptiste Poquelin nace en Pars en 1622. Su padre, prspero tapicero, es proveedor
del rey y puede darle una esmerada educacin en un colegio de los jesuitas, donde lee
en latn a los autores clsicos Plauto y Terencio.

Aos ms tarde, Molire recordar su infancia feliz con un abuelo que le llevaba a pasear
por el Puente Nuevo, en Pars, lleno de cmicos ambulantes, de saltimbanquis y de
charlatanes.

A los veinte aos decide dedicar su vida al teatro, saltando por encima de los prejuicios
de una poca en la que la profesin de actor estaba excomulgada por la Iglesia francesa.
En 1643 funda una compaa con la familia Bjart y, para no deshonrar a su familia, adopta
el nombre de Molire.

Tras unos fracasos en Pars recorre durante quince aos las provincias francesas. Estos
aos se consideran los aos de formacin en los que el joven Molire adquiere sabidura
teatral y experiencia en su contacto con pblicos muy diferentes. A lo largo de esta etapa
de nomadismo teatral, Molire tendr ocasin de cruzarse muchas veces con las compaas
italianas que recorren Francia con la commedia dell arte, que l admirar profundamente,
hasta el punto de que sus primeras obras son bufonadas al estilo italiano. Tambin en
El avaro, aunque la obra sea posterior a esta poca de iniciacin, tendremos oportunidad
de percibir esta influencia del teatro popular italiano.

En 1658 regresa a Pars y, al ao siguiente, obtiene su primer gran xito con Las preciosas
ridculas, una divertida farsa en la que ya se apunta la comedia de caracteres que crear
ms adelante.

En 1662 Molire tiene cuarenta aos. Con La escuela de las mujeres aparece ya establecida
su comedia de caracteres basada en la observacin crtica de la realidad y en la defensa
de la tolerancia y la libertad en la educacin de los jvenes.

Instalado en Pars, escribe para la corte y para el pblico en general. Tambin en 1662,
Molire se casa con Armande Bjart, hija de Madeleine, veintids aos ms joven que el
dramaturgo.

Sus xitos y la crtica de costumbres de sus obras le acarrean envidias y poderosos


enemigos. Alguna de sus obras se acompaan de grandes escndalos.

En 1664 Molire escribe por encargo de Luis XIV una primera versin de Tartufo o El
impostor. En esta obra critica a los falsos devotos que se valen de la religin para
aprovecharse de la fortuna de algunos incautos. El escndalo resulta sorprendente y, ante
las considerables presiones, el rey juzga prudente prohibir la obra. Algunos nobles promueven
representaciones privadas y lecturas de la comedia en sus salones, a pesar de las amenazas
de excomunin del arzobispo de Pars. Por fin, Luis XIV utiliza toda su autoridad frente a
otros poderes y autoriza la obra que, con modificaciones, se estrena en 1669.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Molire consigue librarse de los continuos ataques gracias a la amistad y proteccin de


Luis XIV, que le hace comediante titular del rey e intendente de los espectculos reales.
Esta dcada de los 60 ser para Molire sus aos de madurez con las obras que lo han
convertido en un maestro del teatro universal: Tartufo, Don Juan, El misntropo, El
avaro

En sus ltimos aos, Molire se inclina de nuevo hacia la comedia ms ligera, retornando
en cierto modo a las alegres farsas de juventud, ahora ms elaboradas. De esta poca
son ttulos como El burgus gentilhombre o El enfermo de aprensin.

El enfermo de aprensin (Le malade imaginaire) se estrena en 1673. Molire interviene


interpretando el papel protagonista, pero est enfermo de verdad. Un da, durante la
tercera representacin de esta obra, sufre un ataque. Morir en su domicilio, a los 51
aos, pocas horas despus, tras una vida consagrada al teatro como actor, autor y director
de escena.

Su esposa top con dificultades para encontrar un mdico que quisiera atender a un
moribundo que tanto se haba complacido en ridiculizar en escena la ignorancia de los
galenos. El cura de su parroquia tambin le neg una sepultura cristiana, ya que la Iglesia
excomulgaba a los actores. Por esta razn, Armande Bjart tuvo que implorar ante el rey
que el arzobispo de Pars autorizara que Molire fuera enterrado, aunque de noche y sin
exequias solemnes, en el cementerio de San Jos.

Tras la muerte de Molire, su compaa estuvo a punto de dispersarse. En 1680 una orden
del rey la unific con la compaa del Hotel de Bourgogne y se constituy la Comedia
Francesa en un local que pronto pasara a llamarse Maison de Molire

MOLIRE, ENTRE LA HISTORIA Y LA LEYENDA


La figura de Molire como hombre de teatro de intensa y apasionante
biografa ha dado pie en los tiempos actuales a otras obras de teatro,
novelas e incluso alguna interesante pelcula. Su azarosa vida sentimental
con las Bejrt, sus relaciones con su propia familia o con los poderes
dominantes, su talante crtico no exento de altibajos conformistas, sus
triunfos y sus prohibiciones o las circunstancias de su muerte hacen
de Jean Baptiste Poquelin una figura atractiva para analizar las complejas
relaciones entre el artista y la sociedad.

Molire ha dado tambin lugar a no pocas ancdotas y leyendas.


Seguramente la leyenda ms difundida es la que nos presenta la muerte
del comediante sobre el escenario, vestido todava con el ropn amarillo
de su personaje de Argan en El enfermo imaginario.
Sin duda las circunstancias de una muerte as son apropiadas para construir
una ancdota de gran sabor teatral. Hoy se sabe que no fue as, ya que,
si bien es cierto que Molire se sinti enfermo durante la representacin,
el actor muri en su cama algunas horas despus.
No obstante, todava subsiste entre las gentes del teatro una curiosa
supersticin que rechaza el color amarillo, color proscrito en muchos
espectculos, ya sea en los decorados o el vestuario, e incluso en el papel
de las entradas.

2
El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Aunque hoy se tiende a dar los avisos al pblico de que un espectculo va


a comenzar mediante una voz grabada o unos acordes musicales, hasta
hace bien poco esos avisos se daban con unos toques de timbre.

Pues bien, el antecedente de estos avisos estara en la compaa de Molire


que sola advertir al pblico del comienzo de la representacin mediante
unos sonoros martillazos dados en el escenario. En algunos pases, como
Portugal, a estos avisos se les llama todava los golpes de Molire. La
representacin de El avaro que presenciaremos y analizaremos mantiene
esa tradicional costumbre

Otras muchas ancdotas podran referirse sobre el padre de la comedia


de caracteres. Por ejemplo, la historia de cmo surgi una de sus comedias
ms divertidas, El burgus gentilhombre.

En 1669 una embajada turca lleg a Pars. Toda la corte se dispuso a


competir con el lujo oriental intentando deslumbrar a los embajadores con
la grandeur de Luis XIV. Pero los embajadores mostraron en todo momento
una desdeosa indiferencia ante los derroches de opulencia del Rey Sol
y sus cortesanos.

La corte vivi aquella altivez de los embajadores turcos como un agravio.


Por eso encargaron a Molire y al compositor favorito del rey, Lully, que
escenificaran una obra con unas bufonadas en las que se ridiculizara cuanto
sonase a turco. Pero este proyecto de turquerie o mascarada turca se
convirti en las manos de Molire en una de sus mejores obras. En El burgus
gentilhombre, adems de contenerse unas hilarantes escenas con turcos
de pacotilla, se retrata en su protagonista Monsieur Jourdain la figura ridcula
del burgus enriquecido que carece de cultura y tiene su mxima aspiracin
en codearse con la aristocracia. Molire cumpli con el encargo de la corte
y aport al teatro otro arquetipo universal: el nuevo rico.

ACTIVIDADES
1.- A qu llamamos un hombre de teatro? Conoces algn caso similar en el teatro
o el cine de hoy?
La expresin hombre de teatro es un elogio que designa a aquellas personas capaces de
desarrollar con solvencia los principales oficios teatrales. Son capaces de interpretar un
personaje, dirigir la obra y escribir su texto. En nuestros das y en nuestro pas, gozan de
gran prestigio y merecen tal denominacin gentes como Adolfo Marsillach o Fernando
Fernn-Gmez. Es posible que estas dos figuras de la escena espaola sean para nuestros
alumnos unos perfectos desconocidos, por lo que tal vez haya que recurrir a ejemplos
tomados del mundo del cine. Por ejemplo, Antonio Banderas.

2.- Existe la expresin elogiosa hombre de teatro. No obstante, no existe la expresin


simtrica mujer de teatro. A qu crees que puede deberse?
La historia del teatro ha sido muy discriminadora con respecto a la participacin de las
mujeres. En muchos momentos estuvo prohibida incluso su participacin como actrices.

3
El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Aunque, una vez que se autoriz su participacin, su contribucin a la historia de la escena


ha sido brillante, sobre todo como intrpretes, los casos en los que desempearon los
tres cometidos actriz, directora y autora- son raros. Y ms rara todava resulta su
aceptacin social. S que existen casos de grandes actrices que fueron adems directoras
y empresarias en algunos de sus espectculos. Por ejemplo, Mara Guerrero.

1.- Despus de documentarte, seala los rasgos comunes entre la vida y obra de
Molire y la de Shakespeare
Ambos coinciden en
Su origen burgus
Su renuncia a lo que por su origen social les estaba sealado para dedicarse al teatro
son hombres de teatro, es decir, actores, autores y directores
Ambos son grandes renovadores de la escena
Mueren a una edad similar ( en torno a los 50 aos)
Crean personajes que sern arquetipos universales en la comedia y el drama

2.- No obstante las sorprendentes coincidencias que existen entre ambos autores,
tambin pueden encontrarse diferencias. Seala las que encuentres.
La visin del ser humano es ms limitada en Molire, quien ridiculiza sus vicios en la
comedia y reivindica el respeto por el sentido comn y por las leyes de la naturaleza.
Molire tiende a la moraleja explcita propia del teatro burgus. En cambio, Shakesperare
tiene una visin mucho ms compleja y conflictiva del ser humano, sometido a unas
pasiones que escapan a su control. Sus comedias y dramas resultan de mayor profundidad
y sus personajes se expresan con un lenguaje a menudo desmesurado y con mayor
elevacin lrica. Podra decirse, an hoy, que el teatro de Molire es un teatro de respuestas
frente al de Shakespeare, que sigue siendo un teatro de preguntas.

1.2.- EL TEATRO DE MOLIRE


1.2.1.- CLASIFICACIN DE SUS OBRAS
Molire escribi unas treinta comedias que se suelen clasificar en dos grupos:

* FARSAS
Se incluyen aqu las obras de su primera poca con claras influencias de la comedia del
arte italiana. Otras farsas pertenecen a su poca de madurez, como El mdico a palos.
Y tambin deben incluirse las farsas ms elaboradas de su ltima poca, con ttulos como
El burgus gentilhombre o El enfermo imaginario. Estas dos ltimas se clasifican como
comedias-ballet, ya que son espectculos pensados para la corte, por lo que incluyen
tambin msica y danza.

* ALTA COMEDIA
Molire depur la comedia sacndola de su superficialidad e introduciendo en ella una
pintura crtica de su tiempo que, a la vez que hace rer, hace pensar.
Ttulos significativos:
1662.- La escuela de las mujeres, sobre los peligros de una educacin gazmoa
y los matrimonios impuestos.
1665.- Don Juan, adaptacin al racionalismo francs del personaje creado por Tirso
de Molina.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

1666.- El misntropo, sobre la difcil supervivencia de la honestidad en los salones


mundanos.
1668.- El avaro, retrato de Harpagn, arquetipo del viejo avaro incapaz de ser feliz.
1664-1669.- Tartufo o El impostor, crtica de los falsos devotos.

1.2.2.- LA RENOVACIN DE LA COMEDIA


CARACTERSTICAS DEL TEATRO DE MOLIRE
UNA COMEDIA PARA TODOS
Molire se propuso realizar una comedia que pudiera satisfacer los gustos del gran pblico
(pblico popular) y tambin de los discretos (minora ms culta).

Para ello respeta las tres unidades de Aristteles, aunque recuerda que la gran regla de
todas las reglas es gustar.

Pero, frente a los argumentos inverosmiles, las situaciones exageradas y los personajes
elementales, Molire buscar la verosimilitud, la naturalidad y el anlisis sicolgico. Quiere
pintar del natural, es decir, basarse en la observacin de sus contemporneos.

UNA COMEDIA RETRATO DE LA SOCIEDAD


Molire se propuso corregir a los hombres, divirtindolos. Para ello traza un completo
retrato de su poca haciendo que por su escenario desfilen los ms diversos tipos,
profesiones y estamentos: cortesanos, mdicos, profesores, usureros, comerciantes, ricos
provincianos, criadas, malhechores

Los vicios y deformidades de cada uno aparecen puestos en evidencia: la pedantera de


los que pretenden pasar por cultos, la ignorancia de algunas profesiones, la depravacin
de ciertos nobles, la hipocresa

Pero, aunque su teatro est muy ligado a la sociedad cuyos defectos describe y ridiculiza,
el anlisis sicolgico de muchos de sus personajes hace que su teatro siga teniendo
vigencia ms all del tiempo y la poca que le dieron origen. Esta es una de las razones
fundamentales por las que Molire sigue siendo un clsico.

PERSONAJES VIVOS, PROTOTIPOS UNIVERSALES


Molire nos ha dejado algunos prototipos universales de un defecto, aunque, como
corresponde a la comedia, sus modelos aparecen ridiculizados. Su avaro, su misntropo,
su hipcrita, sus pedantes, sus burgueses pretenciosos constituyen caracterizaciones
risibles, pero de validez general.

El autor utiliza con maestra los diferentes procedimientos que existen para caracterizar a sus
personajes: lo que hace, lo que dice y lo que los dems dicen de l. En El avaro podrn
comprobarse los resultados de una caracterizacin tan compleja y rica en perspectivas.

DEFENSA DEL SENTIDO COMN Y DE LA RAZN


El teatro de Molire defiende una concepcin de la vida basada en el sometimiento a las
leyes de la naturaleza y a los dictados de la razn. La moderacin, la tolerancia y el sentido

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El avaro
de Jean baptiste Poqueln
Molire

comn deben formar parte de una moral social basada en lo natural y lo razonable.

Lo natural debe imponerse al rigorismo religioso, a los padres autoritarios, a la pedantera,


al parasitismo. En suma, a cualquier exceso que conduzca al ridculo.

No obstante esta defensa del buen sentido como norma general de vida, en algunas obras
de Molire late cierto conformismo con una defensa de lo natural tambin en la estructuracin
de la sociedad. Aristocracia, burgueses y pueblo tienen asignados sus papeles en una
jerarqua social que no se cuestiona. Solo se ridiculiza a quien no cumple con su papel
en la sociedad estamental.

EL HUMOR EN EL TEATRO DE MOLIRE


Molire domina la amplia gama de la risa, desde la carcajada franca a la irona sutil. En
l vamos a encontrar el dominio de los tres grandes tipos de recursos de comicidad en
el teatro:

Comicidad de gestos y movimientos: muecas, cadas, piruetas, bastonadas


Comicidad verbal: juegos de palabras, ironas, rplicas, repeticiones
Comicidad de situaciones: encuentros inesperados, malentendidos, sorpresas

No debe olvidarse al analizar El avaro que el gusto por la farsa popular, la influencia de
los personajes de la comedia del arte italiana que tan hondo cal en el gusto francs,
sigue presente en las mejores obras del autor.

LENGUAJE Y ESTILO
Molire, cuyo teatro se inscribe en la poca del clasicismo francs, respeta las reglas
aristotlicas de lugar, tiempo y accin. Estructura sus obras ms largas en cinco actos y
utiliza generalmente el verso.

No obstante, aunque no es una excepcin, El avaro est escrito en prosa. Una prosa de
gran expresividad que destaca por su viveza y su naturalidad conversacional.

SITUACIONES RECURRENTES EN EL TEATRO DE MOLIRE


Se ha sealado con frecuencia en el teatro de Molire la existencia de una trama bsica,
un esqueleto comn que con algunas variaciones aparece en varias de sus comedias ms
logradas. Habr de verse si se cumple tambin en El avaro. Este esquema, que se da por
ejemplo en El Tartufo y El burgus gentilhombre, es el siguiente:

PLANTEAMIENTO: Dos jvenes se aman y desean casarse.


NUDO: El padre de ella, protagonista caracterizado con algn rasgo negativo, se
opone a la boda, a menudo apoyado por otros, y prepara un matrimonio
descabellado.
DESENLACE: Algunas personas sensatas parientes o criados- apoyan a los
jvenes y con su ingenio consiguen hacer que se imponga la sensatez y triunfe
el amor.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

ACTIVIDADES
1.- La comedia es uno de los gneros teatrales. Dnde nace? Qu caractersticas
tiene? Qu autores importantes han escrito comedias?
Repaso de la definicin de comedia y de su gnesis en la Grecia clsica con Aristfanes.

2.- La farsa es uno de los subgneros de la comedia. Qu caractersticas tiene?


La farsa se caracteriza por la exageracin con fines humorsticos o satricos de personajes
y situaciones, as como de los elementos de la puesta en escena (decorados, vestuario,
maquillaje). La farsa es para la comedia lo mismo que la caricatura es para el retrato.

3.- Molire crea en su teatro prototipos o arquetipos universales. A qu nos referimos


con esta denominacin? Cules son los que aporta? Qu otros arquetipos de
otros autores son famosos?
Se denominan arquetipos universales a aquellos personajes que encarnan en alto grado
una caracterstica sicolgica del ser humano propia de cualquier poca o lugar. Molire
nos ha dejado varios modelos con los protagonistas de sus comedias: Tartufo o el hipcrita
religioso (Tartufo), Monsieur Jourdain o el nuevo rico (El burgus gentilhombre), Harpagn
o el avaro (El avaro), Alcestes o el misntropo (El misntropo).

En cambio, los arquetipos universales ms clebres del teatro de Shakesperare se dan


en la tragedia o el drama: Macbeth o la ambicin de poder, Hamlet o la duda constante,
Otelo o los celos

4.- Qu es un clsico? Por qu se dice que Molire es un clsico?


Porque sus obras, desde que se escribieron hasta nuestros das, siguen interesando al
pblico de diferentes pocas y lugares que encuentra en ellas algo vlido en la presentacin
en escena de los seres humanos.

5.- Si tuvieras que hacer una comedia para ridiculizar un tipo de la sociedad actual
que se encuentre muy extendido Qu tipo elegiras? Ests seguro de que ese
personaje, con su defecto, no tiene ningn precedente en el teatro anterior?
Respuesta libre
6.- Aplica ahora al personaje arquetpico que has elegido la trama que se repite en
algunas obras de Molire y resume en unas cuantas lneas cmo quedara el argumento.

Respuesta libre
7.- Hemos dicho que Molire en algunas de sus obras sigue una plantilla o modelo
que hace que las tramas de estas piezas resulten muy parecidas, con excepcin del
personaje principal que da ttulo a la obra Qu opinas de estas repeticiones? A
que crees que pueden deberse?

Es frecuente en la historia del teatro que un dramaturgo encuentre un modelo de obra que
complazca los gustos del pblico y lo exprima hasta su agotamiento. As ocurre con algunas
comedias de Molire, cuyas tramas secundarias resultan perfectamente intercambiables.

Por otro lado, tambin ocurre que cierto pblico obtiene satisfaccin con lo reconocible,
con lo sabido, por mucho que se repita. Va al teatro justamente para ver eso. Recordemos
a Lina Morgan o a algunos humoristas televisivos. Recordemos tambin las situaciones
tan recurrentes en diferentes series televisivas: la aparente traicin del amigo fiel; el
personaje que finge detestar a su pareja para no causarle dao; el polica que parece
pasarse al otro lado; el nio que rechaza al adulto que acabar por ser su mejor amigo y

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

confidente, etctera. Hgase un inventario de situaciones repetidas en las series de


televisin de mayor xito.

Tambin podra aventurarse, aunque no se sabe con certeza, que Molire dispusiera en
su compaa, como ocurra con los cmicos italianos, con eficaces y atractivos intrpretes
especializados en estos papeles de amantes jvenes que llevaban con distincin sus
elegantes trajes y eran admirados por el pblico.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

2 EL AVARO
2.1.- ANLISIS DRAMTICO
2.1.1.- ANTECEDENTES
El primer viejo avaro del que tenemos constancia es Euclin, protagonista de la Aulularia
(Comedia de la olla) de Plauto (S.III a. de J.C.).

Molire sinti una gran admiracin por el padre de la comedia latina y recurri a l como
fuente de inspiracin en varias ocasiones (Anfitrin es de 1668, el mismo ao de El avaro).

No obstante, Molire insert al viejo avaro como protagonista de la trama habitual de sus
comedias y lo rode de enamorados desgraciados, criados astutos y finales felices de
ltima hora que, aunque procedieran de la tradicin teatral que se remonta hasta Plauto,
respondan al retrato de la sociedad francesa y a los gustos del pblico de su tiempo.

EL AVARO, SEGN PLAUTO


Argumento
La escena de la obra de Plauto se desarrolla en Atenas, ante las casas del rico soltern
Megadoro y del anciano Euclin, prximas al tempo de la Buena Fe. Euclin, viejo avaro
que no confa en nadie, ha encontrado enterrada en su casa una olla llena de oro, la ha
escondido ms, y desazonado y plido, la vigila constantemente.

Su hija, Fedria, ha sido seducida por el joven Licnides; pero el rico soltern Megadoro
aspira a casarse con ella sin dote, y Euclin consiente. Temeroso este de que se descubra
la olla, la esconde fuera de su casa, pero se da cuenta de ello Estrbilo, criado de Licnides
y se apodera de ella; y as el joven al devolvrsela al viejo avaro consigue la mano de su
hija Fedria.

ACTIVIDADES
1.- En muchas obras de teatro clsico aparece la cuestin de la dote como un
obstculo o una ventaja de cara al casamiento de una pareja. Documntate y explica
qu es la dote y cual era su finalidad. Da tu opinin al respecto.

2.- Sin duda tus padres o abuelos conocen alguna ancdota relacionada con la dote.
Investiga y resmela. Tambin puedes recoger alguna noticia sacada de otras culturas
en las que la costumbre de la dote perviva en la actualidad.

EL AVARO, SEGN MOLIRE


Argumento
El viejo avaro Harpagn tiene un hijo, Cleante, y una hija, Elisa. En la casa, disimulado como
mayordomo, est Valerio, joven enamorado de Elisa. Cleante, por su parte, est enamorado
de Mariana, una muchacha empobrecida que vive en la vecindad. Harpagn quiere casar
a su hija con un viejo rico, Anselmo, y a su hijo con una viuda rica. El mismo, en cambio
quiere casarse con la joven Mariana, para lo que recurre a los manejos de Frosine, una
alcahueta con la que espera conseguir la aprobacin de la madre de la muchacha.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Al conocer tales proyectos, mientras el falso mayordomo Valerio finge aprobarlos para
ganar tiempo, Cleante trata de obtener un prstamo que le haga independiente de su
padre Harpagn y le permita casarse con Mariana. Cuando parece que un intermediario
le encuentra quien le preste el dinero, el usurero resulta ser su propio padre Harpagn.
Este, alarmado por tal descubrimiento, siente temor por una caja con diez mil escudos
que ha enterrado en su jardn.

Harpagn invita a comer a su casa a Mariana y a su madre. Entonces Cleante comunica


a su padre que est enamorado de Mariana y no piensa renunciar a ella. A la vez le dice
a su padre que su caja ha sido robada, y cuando l sospecha de su mayordomo Valerio,
este le revela que su hija Elisa y l se han comprometido en matrimonio.

La solucin la da el viejo Anselmo, a quien Harpagn destinaba su hija, porque, al hablar


con los presentes se descubre que es padre de Valerio y de Mariana, quienes tampoco
se conocan entre s. Todo se arregla. La caja, que solo estaba escondida, aparece y cada
cual se casa con quien debe. Harpagn se queda solo, pero se consuela pensando en el
ahorro que le permitir el viejo Anselmo, al asumir los gastos de las dos bodas.

ACTIVIDADES
1.- Realiza un esquema de la trama en el que se vean con claridad el orden de los
sucesos y la relacin lgica entre los mismos. Despus, redacta una sntesis en
unas quince lneas del argumento.

2.- Para el desenlace, Molire recurre a un viejo procedimiento que ya utilizaban los
griegos en su teatro . Se llama deus ex machina. Consiste en solucionar la trama
con un desenlace feliz haciendo que algo exterior al conflicto aparezca por sorpresa
y resuelva todos los problemas. Debe su nombre a que en el teatro grecolatino a
menudo era un dios quien apareca en escena por medio de un artefacto a modo de
gra y, con su poder, impona un final feliz. Explica cmo se aplica en el desenlace
de El avaro este viejo recurso y qu opinin te merece.
Aqu deber analizarse el personaje de Anselmo y su funcin en la trama, as como los
convencionalismos de la comedia y las exigencias de final feliz por parte del pblico.

3.- Inventa otros desenlaces ms verosmiles respetando las caractersticas de la


comedia. Como terminara la obra si fuera un drama? Qu crees que gustara ms
al pblico?

4.- Seguramente estaremos de acuerdo en que el recurso del deus ex machina resulta
faciln e inverosmil. Crees que ha desaparecido del cine y de las series de televisin
de hoy?
Aunque no sea un recurso bien visto entre los crticos, sigue bien vivo, como siempre lo
ha estado en la historia del teatro. Pensemos en la pistola del malo que se encasquilla
en el ltimo momento, la lotera que toca y facilita el desenlace, la herencia inesperada,
los parentescos sorprendentes, los accidentes de trficoque acaban con los personajes
malvados, las fortunas arruinadas, la carta que todo lo aclara, la revelacin antes de fallecer,
etc.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

2.1.2.- TEMAS
El tema central de la obra, como ocurre en otras de Molire, (Tartufo o El impostor, El
burgus gentilhombre, El misntropo) aparece enunciado en el mismo ttulo. El
protagonista Harpagn es un avaro que encarna de manera superlativa el vicio de la
avaricia.

Como tema secundario, pero muy ligado al tema central, aparece otro tema muy querido
por Molire. Este tema figura de manera constante como tema secundario en otras
comedias. Se trata de la crtica de los matrimonios impuestos por los padres sin tener en
cuenta la voluntad de los jvenes. En el caso de El avaro este tema aparece claramente
subrayado, ya que Harpagn quiere casar a sus dos hijos, e incluso casarse l mismo,
atendiendo solo a sus intereses econmicos.

Tambin podran verse otros temas de inters, aunque menos desarrollados en la comedia:
La astucia y la constancia para luchar por su amor (Valerio).
El peligro de los intermediarios interesados en su propio beneficio (Frosine).
Los derroches de los jvenes a la moda (Cleante)

ACTIVIDADES
1.- Define con claridad qu es la avaricia. Qu razones puede haber para que
Harpagn sea tan avaro? Aunque en la comedia no se explique, trata de imaginar
qu biografa puede haber tenido un personaje tan obsesivo con el dinero.
En el DRAE, la avaricia se define como afn desordenado de poseer y adquirir riquezas
para atesorarlas. En Harpagn la avaricia adquiere tintes claramente patolgicos, por lo
que la comprensin del personaje se presta a un debate de tipo sicoanaltico ms o
menos freudiano.

2.- La crtica de los matrimonios impuestos a los jvenes en contra de sus sentimientos
es un tema que han tratado muchos autores de diferentes pocas en la literatura
europea. Qu otras obras conoces con este mismo tema?
El tema suele plantearse mediante un padre autoritario que impone sus deseos a una hija
que parece eterna menor de edad, por lo que sus deseos y opiniones no merecen tenerse
en cuenta. Sobre este planteamiento pueden darse variantes. Aqu puede analizarse el
tema en Romeo y Julieta, El s de las nias, Don Juan Tenorio, el teatro barroco, la
novela romntica, etc.

3.- A los jvenes de hoy este tema de los matrimonios impuestos sin tener en cuenta
los deseos de los contrayentes suele parecerles algo raro, exagerado y propio de la
literatura folletinesca. Los jvenes de todo el mundo pensarn como nuestros
jvenes occidentales del siglo XXI?
En occidente este tema, adems de ser un filn de situaciones dramticas para la literatura,
ha sido una realidad social. Recurdese que en muchos momentos histricos amor y
matrimonio no eran conceptos que se asociaran siempre, ya que la presin social haca
primar otros intereses, como las fortunas, los linajes, los reinos, las honras, los estamentos
o, ms tarde, las clases sociales. En El avaro se afirma que el amor es el fruto del matrimonio.
Analcese tal afirmacin.

En la sociedad occidental de hoy este problema parece algo arcaico que solo aparece de
cuando en cuando como una excepcin escandalosa. Pero, fuera de nuestro inmediato

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

mbito sociocultural, los matrimonios comprometidos desde la infancia por las familias,
las bodas de jvenes que apenas se conocen y el sometimiento de los novios en especial
de la novia- a la voluntad ajena siguen siendo una realidad. Reflexinese sobre ello a partir
de noticias de la prensa.

4.- El personaje de Frosine tiene amplios antecedentes en la literatura. Seala a quin


te recuerda.
Al mismo personaje que da nombre a su oficio: la Celestina. Aqu puede analizarse su
modo de actuar, que tanto nos recuerda a la alcahueta de Fernando de Rojas. Tambin
puede relacionarse la existencia de esta figura como personaje real en una sociedad
concreta a partir de lo expuesto en la pregunta anterior acerca de la falta de trato natural
entre hombres y mujeres.

5.- Si Cleante existiera en nuestro das, cmo sera?


El hijo de Harpagn sera un hijo de pap bastante pijo, muy obsesionado con su imagen,
en contraste con la sencillez de su hermana Elisa. La direccin del espectculo ha marcado
un estilo interpretativo que el figurinista subraya con el traje que le han asignado al personaje.
Su propio padre le llamar el doncellito.

2.1.3.- ESTRUCTURA
El texto original, segn era costumbre en la poca de Molire, se estructura en cinco actos
y respeta las unidades aristotlicas.

En las representaciones modernas se tiende a un nico entreacto o descanso, por lo que


los entreactos del texto original se suplen por breves transiciones musicales sin necesidad
de bajar el teln.

ACTIVIDADES
1.- Explica con claridad qu son las tres unidades y cmo se cumplen en El avaro.

2.- A partir del resumen elaborado antes, divide el argumento en planteamiento. nudo
y desenlace.

2.1.4.- PERSONAJES: HARPAGN, UN ARQUETIPO UNIVERSAL


Torquemada no era de esos usureros que se pasan la vida multiplicando
caudales por el gustazo platnico de poseerlos, que viven srdidamente
para no gastarlos y al morirse quisieran, o bien llevrselos consigo a la
tierra, o esconderlos donde alma viviente no los pudiera encontrar. No;
don Francisco habra sido as en otra poca; pero no pudo eximirse de
la influencia de esta segunda mitad del siglo XIX, que casi ha hecho una
religin de las materialidades decorosas de la existencia. Aquellos avaros
de antiguo cuo, que afanaban riquezas y vivan como mendigos y se
moran como perros en un camastro lleno de pulgas y de billetes de

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

banco metidos entre la paja, eran los msticos o metafsicos de la usura;


su egosmo se sutilizaba en la idea pura del negocio, adoraban la santsima,
la inefable cantidad, sacrificando a ella su material existencia, las
necesidades del cuerpo y de la vida, como el mstico lo pospone todo a
la absorvente idea de salvarse. Viviendo el Peor (Torquemada) en una
poca que arranca de la desamortizacin, sufri, sin comprenderlo, la
metamorfosis que ha desnaturalizado la usura metafsica, convirtindolo
en positivista.
BENITO PEREZ GALDS,
Torquemada en la hoguera, (Captulo dos), 1889

Harpagn, como personaje central de la obra y como arquetipo del avaro puede entenderse
mejor si lo comparamos con el avaro Torquemada, ms propio de la sociedad burguesa
de la segunda mitad del siglo XIX.

Harpagn sera un arquetipo de lo que la irona de Galds llama en el texto la usura


metafsica, mientras que Torquemada lo sera de la usura positivista.

Veamos las diferencias. Aunque ambos son usureros sin entraas, Torquemada, cuyo
ascenso social s vemos en las novelas de la serie, va mejorando sus condiciones de vida
y las de su familia a medida que sus negocios basados en la explotacin del prjimo
progresan. Torquemada, aunque siga siendo un gran tacao, sabe ir disfrutando poco a
poco de las riquezas que acumula y se alimenta y viste cada vez mejor. Es un usurero
prctico, materialista, positivista.

En cambio Harpagn, heredero del viejo Euclin de la comedia plautina, es un metafsico,


ya que el placer que obtiene de sus riquezas es de naturaleza ms esttica, ya que se
centra en poseerlas y admirarlas. Sabe que estn ah, llenas de potencialidades de disfrute,
y admirar todas las posibilidades infinitas de su oro es para l una fuente de placer y de
seguridad. Su oro es un valor en s mismo, algo abstracto, metafsico, un poder que lo
eleva sobre el resto de los mortales.

ACTIVIDADES
1.- Qu es la usura? Despus de leer el texto de Galds, seala los diferentes tipos
de avaros que establece el novelista. Explica las diferencias entre la usura metafsica
y la usura positivista.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

2.2.- ANLISIS ESCENICO


2.2.1.- INTRODUCCIN
Cada una de las actividades que se proponen aqu para ser realizadas con el alumnado
de secundaria que asista a las representaciones de El avaro incluye dos fases o momentos
con planteamientos diferentes.

En un primer momento conviene que los alumnos describan lo que han visto o lo que ellos
creen haber visto. Los jvenes espectadores de teatro, por su inexperiencia, tienden a
juzgar los espectculos teatrales desde sus referencias cinematogrficas o televisivas. Las
ficciones en estos medios manejan casi siempre cdigos muy realistas, por lo que la
estilizacin y la convencin consciente del juego teatral con frecuencia les pasan
desapercibidas o son juzgadas por ellos como puras limitaciones del teatro frente a los
dems lenguajes de cine y televisin. Conviene, por consiguiente, comenzar por la
descripcin de cada aspecto de la puesta en escena. A partir del conocimiento de su
recepcin del espectculo podremos realizar las actividades que ms se ajusten a sus
necesidades e intereses.

En el segundo momento, una vez que sepamos qu han visto y hayamos podido aclarar
todo aquello que pas desapercibido o fue comprendido errneamente, podremos insistir
en la comprensin de los lenguajes teatrales utilizados en el espectculo e intentaremos
entonces que realicen una valoracin crtica de lo presenciado.

Antes de pasar a describir y valorar en estas pginas los diferentes aspectos de la


representacin, conviene sealar una caracterstica general de toda la puesta en escena.
Se trata de algo que resulta habitual en las representaciones actuales de las obras de
Molire, sobre todo cuando las producciones son realizadas por instituciones pblicas.
Hablamos de un tono predominante de idealizacin esteticista, de lujo en decorados,
vestuario, mobiliario o msica que nos remiten a un mbito aristocrtico, aunque, como
aqu, la accin se desarrolle entre burgueses. Se trata de esta manera de obtener mayor
espectacularidad evocando el ambiente de las representaciones que el propio Molire
preparaba para la corte de Luis XIV.

2.2.2 .- ESCENOGRAFA
La puesta en escena respeta la unidad de lugar que exige la esttica del clasicismo francs
imperante en le poca en la que escribe Molire. Toda la accin transcurre en casa del
avaro Harpagn, en Pars. El espacio escnico, por consiguiente, debe representar un
saln propio de una casa de la burguesa urbana. Este tipo de salones o recibidores, que
son tambin lugares de paso, son muy frecuentes en las obras de Molire. Dan lugar a
continuas entradas y salidas de personajes muy diferentes en un espacio de uso comn
dentro de la casa.

El escengrafo del espectculo, Carlos Montesinos, ha mantenido la unidad de lugar y


ha creado, en efecto, un saloncito de inspiracin burguesa y urbana:
El espacio es semicircular, con dos puertas que comunican con otras
dependencias de la casa, ms otra puerta acristalada que comunica con el jardn
en el que Harpagn esconde su tesoro. En este jardn se adivina una estatua
ecuestre que no tiene ninguna relevancia en la accin.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

La decoracin de la estancia muestra una posicin social elevada, propia de la alta


burguesa e incluso de la aristocracia. La parte superior del muro incluye unos
bajorrelieves clasicistas; bajo ellos se ven pinturas murales al gusto de la poca. En
los entrepaos, candelabros. En el suelo, elegantes mrmoles palaciegos.
El mobiliario tambin remite al siglo XVII francs, si bien se cie a los muebles
imprescindibles para el juego escnico: mesa de comedor, algunos sillones y un sof
circular sin respaldo que servir para amortiguar tropezones y cadas de los personajes
populares.

No obstante, este realismo ilusionista, esa sensacin de habernos colado en un saln


parisino del XVII, ha sido contrarrestada por el escengrafo mediante un tratamiento que
juega con el paso del tiempo.

Describamos lo que percibe el espectador cuando se levanta el teln. Toda la escenografa


aparece degradada por el tiempo, como si sus efectos devastadores hubieran cruzado la
escena de un lado a otro. En efecto, en el decorado la parte izquierda del espectador
aparece ntegra, totalmente nueva, en el estado de conservacin que correspondera a
esa mansin en el tiempo en que fue construida. Pero, a medida que el espectador pasea
su vista de izquierda a derecha por el decorado, una bien pensada gradacin va borrando
relieves y pinturas de los muros hasta llegar a la columna que cierra el decorado por la
derecha. Esta columna, simtrica de la que comienza el espacio escnico por la izquierda,
muestra en contraste con ella, un deterioro considerable, ya que aparece carcomida por
el tiempo.

Significado? Parece claro que el escengrafo ha querido jugar con la idea de paso del
tiempo y establecer en el espacio que ha creado una dialctica entre el tiempo de Molire
y el tiempo de los espectadores de hoy. El saln que vemos evidencia los ms de trescientos
aos transcurridos desde que se estren la obra. Lo hace, adems, de manera elegante
y expresiva, ya que dirase que el tiempo ha actuado como un pincel mojado que cruzara
de lado a lado la acuarela del boceto y lo diluyera gradualmente.

El escengrafo, en sintona con el director, parece jugar con los conceptos de pasado y
presente, con lo que El avaro debe a su tiempo, el siglo XVII, y con lo que la obra puede
transmitirnos todava a los espectadores de hoy.

En cualquier caso, si optamos por esta interpretacin del espacio escnico, siempre
podremos elegir entre mirar el decorado de derecha a izquierda o de izquierda a derecha.
Con este recorrido obtendremos resultados diferentes, que dependern de la valoracin
que nos merezcan texto y espectculo.

Si preferimos empezar a mirar a partir de la columna entera de nuestra izquierda para


terminar en la columna carcomida de la derecha, tal vez nuestra opinin se aproxime a
la de quienes creen que esta obra es una pieza de museo que ha envejecido mal con el
paso del tiempo. Si optamos por el recorrido visual inverso, seguramente estaremos ms
cerca de quienes creen que a pesar de los trescientos aos transcurridos, Molire y su
avaro mantienen valores formales y de contenido que resultan de inters para el espectador
actual.

Otro detalle de inters completa el espacio escnico. El decorado, cuyas paredes resultan
poco elevadas para las proporciones del escenario del Teatro Gayarre, gana altura con
un cortinaje rojo con pliegues elegantes de evocacin teatral y cortesana que cuelga de
las alturas y viene a morir en un lateral del proscenio. Con este elemento tan teatral, a la

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

vez que se ambienta el tono del espectculo, se solventa la dificultad esttica de una
escenografa que en el Teatro Gayarre queda con poca altura, ya que ha sido pensada
para ser montada tambin en escenarios ms reducidos de otras localidades de Navarra.

El autor de esta descripcin e interpretacin no es su creador, el escengrafo Carlos


Montesinos. Cuanto se ha analizado en este apartado corresponde a la visin de un
espectador.

Pero existen otras muchas posibilidades de interpretacin de un espacio escnico concebido


desde un expresionismo actual. Para enriquecer el debate vendr bien recordar las
palabras de Carlos Montesinos en un reportaje de prensa surgido con motivo del estreno
de la obra. Segn estas declaraciones, el escengrafo ha buscado reflejar en el decorado
cierta decadencia que afecta al protagonista.

UN ESPACIO ADECUADO. Y para que esta propuesta resulte redonda, no


hay que olvidar la escenografa y el vestuario. En el primer apartado, Carlos
Montesinos ha creado unos decorado que, en un primer vistazo, pueden
parecer clsicos, pero que contienen una cierta deformacin del espacio
que acompaa a la decadencia que va experimentando el personaje principal.
(Diario de Noticias, 25 de marzo de 2006, pg. 77)

La exigencia de unidad de tiempo propia del clasicismo francs, aunque prcticamente


pasa desapercibida para el espectador, por no ser relevante en el argumento, se consigue
en el espectculo mediante los juegos de iluminacin o los candelabros que se encienden
para sugerir el paso del tiempo.

ACTIVIDADES
Como ya se ha apuntado en la introduccin, es conveniente hacer en primer lugar
una puesta en comn con el alumnado hasta tener una descripcin lo ms ajustada
posible de todos los detalles de la escenografa.

En el segundo momento, puede procurarse un animado debate para la interpretacin


del enfoque expresionista de la degradacin de la escenografa y sus posibles
significados.

2.2.3.- VESTUARIO
En una puesta en escena todos los cdigos estticos deben contribuir a reforzar con
coherencia el mismo mensaje, la misma intencin comunicativa que persigue el director
que pone en pie el texto dramtico.

Esta coherencia se advierte muy bien al analizar el vestuario de los personajes. Tres criterios
que ya han aparecido en el anlisis de la escenografa vuelven a plantearse ahora con
total nitidez. Tambin serviran para analizar la direccin del espectculo, ya que se dan
en prcticamente todos los aspectos del mismo.
Inspiracin: historicismo esteticista
Estilo: idealizacin aristocratizante
Resultado: espectacularidad teatral.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Javier Saz, el responsable del diseo y realizacin del vestuario ha conjugado estos tres
criterios con gran habilidad hasta conseguir unos resultados de gran brillantez.

En cuanto a la inspiracin de los diseos del vestuario, para la creacin de los figurines
teatrales sobre el papel, Javier Saz se ha documentado en profundidad con la moda y
la historia del traje en la poca de Molire consultando grabados y pinturas del siglo XVII
francs. Tambin se advierte con claridad como fuente de inspiracin la esttica de algunos
clebres espectculos de la Comedie Franaise, el teatro que se considera heredero de
la tradicin teatral de Molire. As se percibe con claridad, por ejemplo, en el diseo del
vestuario de Clante, el joven enamorado hijo de Harpagn.

El estilo de la realizacin de los figurines marca con nitidez la categora social de los
personajes y refuerza visualmente alguno de sus principales rasgos sicolgicos. Recordemos
a Harpagn con sus ropas ajadas y sus remiendos, a Frosine con su mantn, al Comisario
con su elegancia petulante, a Anselmo con su acomodada dignidad, a los diferentes
criados, etctera. Y, como ya hemos sealado, todos los trajes excepto el de Harpagn,
claro est- se han realizado con una riqueza en los tejidos que evoca ms los ambientes
palaciegos que lo que correspondera al ambiente de un recibidor burgus. De nuevo
tendramos aqu como rasgo omnipresente en todos los aspectos de la puesta en escena
esa idealizacin aristocratizante tan caracterstica en muchas de las puestas en escena
de Molire llevadas a cabo por compaas institucionales.

El resultado es brillante. El vestuario deslumbra al espectador y contribuye de manera


notable a dar a El avaro una espectacularidad pensada como un placer de los sentidos.
A veces los tejidos, los dibujos o el color no se corresponden con las modas de la poca.
Pensemos, por ejemplo, en el traje del criado Valre. No importa. El figurinista ha preferido
jugar con los materiales y ha conseguido un resultado es de gran luminosidad y elegante
riqueza cromtica. No cabe duda de que el vestuario ha sido meditado desde el tacn del
zapato hasta los rizos de la peluca de cada personaje.

En cuanto a la caracterizacin del viejo Harpagn Javier Saz ha optado por la iconografa
clsica del arquetipo universal del avaro de Molire. As como existe en la historia del
teatro un traje de Hamlet con sus leotardos, su melena de paje medieval y su calavera,
existe tambin un traje de Harpagn, sacado de la tradicin francesa, con sus remiendos,
su bonete y su cofrecillo. Por cierto, que en esa caracterizacin clsica del personaje
avariento con su barbita puntiaguda se advierten ciertas reminiscencias de toda una larga
tradicin antisemita.

ACTIVIDADES
1.- La manera de vestir de cada persona proporciona siempre alguna informacin
acerca de su personalidad. Lo mismo ocurre con los personajes de una obra de
teatro. Analiza la forma de ser de los personajes de El avaro a partir de la informacin
que nos da su vestuario.
Los personajes en los que se advierte con mayor claridad que su vestuario refleja su
personalidad son, en violento contraste, el viejo Harpagn y su hijo Cleante. En otros
personajes, como por ejemplo en los criados, el vestuario informa claramente de su oficio
y clase social.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

2.2.4.- MAQUILLAJE Y CARACTERIZACIN


Al igual que ocurre con el vestuario, el maquillaje y la caracterizacin ayudan a comprender
algunos rasgos sicolgicos del personaje. As se advierte con claridad que el maquillaje
destaca el aspecto repulsivo del avaro Harpagn. En el caso de su hijo Cleante, la peluca
rizada y el maquillaje subrayan su carcter de joven que ha sucumbido a los encantos de
la moda.
En otros personajes, especialmente en los femeninos, el maquillaje y la peluquera siguen
la moda de la poca y buscan destacar los rasgos del rostro de las actrices.

ACTIVIDADES
1.- Qu finalidades tiene el maquillaje teatral?
En el terreno artstico, sirve para subrayar en el rostro del actor ciertas caractersticas de
su personaje, como la edad, la clase social o el temperamento. El maquillaje, cuando es
realista, hace ms creble al personaje. Cuando no es realista, por ejemplo en la farsa,
sirve para expresar de manera exagerada algn rasgo relevante de su personalidad.

Desde un enfoque puramente prctico, el maquillaje sirve tambin para acentuar los rasgos
faciales y permitir que los espectadores perciban desde la distancia con mayor nitidez la
expresividad del rostro de los actores sin que, adems, aparezcan muy plidos por efecto
de la iluminacin escnica.

2.- Seala los personajes en los que el maquillaje y la caracterizacin contribuyen


con mayor importancia a definir una poca y una manera de ser.
Descrbanse y comntense los maquillajes y la caracterizacin del viejo Harpagn y de
su hijo Cleante, al que su propio padre llama de manera despectiva el doncellito.

2.2.5.- MSICA

Molire, como encargado de los espectculos de la corte, compuso varias comedias-


ballet con msica de Charpentier (El enfermo imaginario) o de Lully (El burgus
gentilhombre), que Jean Baptiste Poquelin represent ante su amigo y valedor Luis XIV.

En consonancia con los criterios generales de la puesta en escena, las ilustraciones


musicales que acompaan algunas escenas participan tambin del aire cortesano y barroco
del espectculo.

La msica se utiliza en El avaro para marcar las diferentes partes del espectculo, evocando
su escritura original en cinco actos. Al comienzo de la obra y al final de cada uno de los dos
actos de este montaje, la msica acompaa unas sencillas pantomimas que introducen o cierran
la accin de cada parte. Se trata de otra reminiscencia de las comedias-ballet de Molire.

ACTIVIDADES
1.- Qu significa la palabra pantomima? En qu momentos se utiliza la pantomima
en El avaro y con qu finalidad?
La pantomima es una tcnica teatral en la que todo se expresa a travs del gesto.
Como no interviene la palabra, la pantomima se relaciona con el mimo; como se suele
realizar siguiendo una msica, guarda cierta relacin con el ballet. Sera un cruce entre

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

ambos, con predominio del mimo o del ballet segn los casos.

En el comienzo de El avaro, nada ms alzarse el teln, vemos a los enamorados Mariane


y Valere cortejndose en pantomima, con lo que se presenta unos de los temas de la
obra -el amor- tratado con la esttica teatral molieresca.

2.2.6.- INTERPRETACIN
El teatro no existira sin actores. Todo lo anterior - decorados, vestuario, msicas-
no tendra inters y fracasara si los actores del espectculo no fueran capaces de
atrapar nuestra inteligencia, nuestra sensibilidad y nuestros sentidos.

Para valorar un trabajo de interpretacin se debe valorar en primer lugar la complejidad


del personaje. Una interpretacin ser ms valiosa cuantas ms emociones y sentimientos
sea capaz de transmitir al pblico el actor o la actriz utilizando su voz, su rostro y todo
su cuerpo.

La extensin del personaje, la cantidad de escenas en las que participa, es tambin un


criterio de valoracin. No obstante, en el teatro ocurre con frecuencia que algn personaje
que en la lectura consideraramos secundario cobra en la representacin una humanidad
sorprendente gracias al talento del intrprete que lo encarna.

En el caso de El avaro el espectculo gira en torno al desarrollo en escena de la


personalidad de este arquetipo universal. l es el personaje de mayor complejidad
sicolgica, ya que los dems personajes aparecen caracterizados de manera mucho
ms esquemtica y en muchos momentos son el pretexto para que veamos al viejo
Harpagn ejerciendo su incurable avaricia.
No obstante, no debe pensarse que los personajes del reparto son algo muy sencillo
deinterpretar. Cada uno de ellos tiene su dificultad, ya que, como dice el viejo adagio
teatral, no existen papeles malos, pero s existen actores malos.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

HARPAGN
Es frecuente en Molire que la comedia se estructure en funcin del desarrollo sicolgico
de un personaje que encarna en grado sumo una deformacin moral. El autor, adems,
suele indicarlo en el ttulo: Tartufo o El impostor, El enfermo imaginario, El burgus
gentilhombre, Las mujeres sabias, El misntropo.

En el caso de Harpagn el gran reto para el actor es interpretar a un personaje con tan
gran tradicin en la historia del teatro, pero que resulta tan excesivo en su conducta. El
actor, con oficio y sensibilidad, deber evitar convertirlo en una mscara vaca, en una
pura caricatura que solo busque la carcajada fcil del pblico.

Harpagn en escena re, llora, se muestra airado, intenta combatir su soledad mediante
un matrimonio disparatado, se siente perseguido e incomprendido y cree ser vctima de
las continuas maquinaciones secretas e imaginarias- que los dems parecen crear contra
l para hacerse con sus bienes.

Lase este clebre monlogo del personaje y hgase la lista de emociones por las que
atraviesa el pobre viejo cuando cree que su cofre ha desaparecido.

HARPAGN.- Al ladrn! Al ladrn! Al asesino! Al criminal! Justicia! Que


el cielo haga justicia! Estoy perdido! Me han asesinado! Me han rebanado
la garganta! Me han robado mi dinero! Quin ha sido? Dnde se lo han
llevado? Dnde lo han escondido? Qu puedo hacer para encontrarlo
Dnde puedo ir? Dnde puedo no ir? No est aqu? No est all? Quin
va? Devulveme mi dinero, bastardo! (se coge a s mismo por el brazo) Ah,
soy yo! Me estoy volviendo loco. No s quin soy, dnde estoy, ni lo que
hago. Ay, mi pobre dinero! Mi querido dinero! Mi mejor amigo! Nos han
separado! Y sin ti, sin tu ayuda, me quedo sin consuelo y sin alegra ya
no puedo seguir viviendo. As sea, ya no puedo ms. Me muero, estoy muerto,
enterrado. No hay nadie que me quiera resucitar devolvindome mi querido
dinero? O dicindome quin me lo ha robado? Eh? Qu me decs? No
hay nadie. Sea quien sea el que ha llevado a cabo el golpe, debe haber
estado espindome cuidadosamente, y ha escogido justo el momento en
que hablaba con el traidor de mi hijo. Salgamos. Pedir ayuda a la justicia
y har que registren de arriba a bajo la casa: a los criados, a los sirvientes,
a mi hijo, a mi hija, incluso a m mismo. Cunta gente! Miro a mi alrededor
y no veo ms que sospechosos. Todos me parecen culpables. Eh! De qu
estis hablando? Del que me ha robado? Qu son esos ruidos all arriba?
Es el ladrn? Por favor, si os enteris de algo relacionado con el robo, os
suplico que me lo digis. No estar escondido ah, entre vosotros? Todos
me miran y se ren. Sin duda han participado en el golpe. Deprisa, a m los
comisarios, los alguaciles, los prebostes, los jueces, las torturas, la horca y
los verdugos! Que lo cuelguen a todos! Y si no encuentro mi dinero, me
ahorcar yo despus.

El avaro. Escena 7, acto IV.


Traduccin-adaptacin de Juli Leal e Ignacio Ramos.

Esta avaricia del personaje, al resultar tan desmesurada, provoca la continua risa del
pblico. Molire es un maestro de la comedia y sabe crear personajes que, a travs del
humor verbal, gestual y situacional, complacen las aspiraciones a la risa de los pblicos
ms variados.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

LOS ENAMORADOS
En contraste con un desarrollo sicolgico ms individualizado del protagonista de la
comedia, los dems personajes quedan en un segundo plano con una personalidad mucho
ms elemental. Esto es algo habitual, ya se dijo, en las comedias de Molire.

Es posible que el autor contara en su compaa con intrpretes especializados en estos


personajes galantes y que estos actores y actrices, hoy por completo olvidados, gozaran
del favor de un pblico que buscaba en el teatro el placer de lo sabido. Lo cierto es que
los enamorados de Molire resultan intercambiables, an entre los ttulos de mayor xito.
Son un simple pretexto convencional para las salidas de tono del verdadero protagonista.

Nada de esto desvaloriza el trabajo de los actores que los interpretan. Ms bien este
anlisis busca resaltar justamente lo contrario. En el argot teatral, con terminologa prestada
por la tauromaquia se habla de personajes-embolado. Los enamorados de Molire, al
margen de cualquier hiptesis sobre cmo eran entendidos en su tiempo, hoy resultan
convencionales, artificiosos y un tanto cursis. Con frecuencia ocurre en los autores clsicos
que hay algunos aspectos que, por muy clsicos que sean, han envejecido mal.

Nuestros espectadores escolares deberan valorar el trabajo de actores y actrices para dar
presencia escnica con credibilidad, aqu y ahora, a unas relaciones entre enamorados
que ya en la poca de Molire deban resultar artificiosas y, no en el mejor de los sentidos
del trmino, teatrales.

Las dos actrices y los dos actores que encarnan a las dos parejas de enamorados
resuelven sus cometidos, tan ingratos, con gran profesionalidad. La direccin, siguiendo
el texto de Molire de la manera ms tradicional, les ha sealado un estilo interpretativo,
que por una parte parodia la tragedia clasicista francesa y por otra recuerda el estilo
heredado de una poca los aos cincuenta y los sesenta - de la Comedie Franaise. El
resultado es en todo caso de cierta afectacin antinatural que evoca de nuevo las comedias-
ballet cortesanas de Molire.

Los actores, es justo que se seale, luchan por aadir a sus personajes algo de verdad
emocional al tono artificioso que el autor les concede para la expresin de los sentimientos
amorosos de sus personajes. Unos personajes que nunca alcanzarn la tragedia, puesto
que, el pblico que pagaba lo saba muy bien, Molire ha de ser siempre garanta de risa
y de comedia.

En cuanto a papel subordinado al desarrollo de la trama de algunos personajes de El


avaro, hay que analizar tambin la presencia de algunos personajes-comodn. Son el
Comisario y Anselmo. El autor los necesita para conducirnos al final feliz inevitable de
su comedia. El Comisario sirve nicamente para propiciar un falso desenlace, una pista
falsa que busca desorientar al pblico. El director, el figurinista y el actor lo saben; por algo
su aparicin se resuelve con gran teatralidad.

En cuanto a Anselme, las leyes de la comedia molieresca exigen la presencia apresurada


de un deus ex machina que, a golpe de infortunio relatado a toda prisa y resuelto a como
quede, allane las dificultades en el desenlace de comedia de unas bodas teatrales que,
de no plantearse, hubieran podido entrar en contradiccin con las expectativas teatrales
y los cdigos morales de un espectador burgus o aristocrtico. Aqu se precisa valorar
el trabajo de un actor solvente que nos procura con dignidad, aunque sea con calzador
y dentro de un vestuario suntuoso, un final feliz cogido con alfileres.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

LOS CRIADOS
Antes se hablaba de personajes que resultan ingratos para el actor, ya que su mundo
interior contiene una sicologa tan elemental y proporcionan tan pocos datos para
construirse, que parece que el autor solo ha pensado en ellos para hacer avanzar la intriga.
Se les llamaba personajes-embolado, porque, como sucede en el mbito taurino, aunque
no tienen peligro de muerte, s pueden zarandear al actor y dejarlo en situacin comprometida.

Pero, siguiendo con las metforas interpretativas, tambin existen en el teatro los personajes-
bombn. En esta puesta en escena de El avaro estos personajes seran los criados.

Si para los intrpretes de los enamorados, el director Alexander Herold ha tomado como
referente esttico la parodia y la evocacin de la etapa de Molire como autor cortesano,
para el trabajo actoral de los criados el director ha preferido potenciar la frescura del
Molire de sus aos jvenes con el Ilustre Teatro.

En sus aos de iniciacin como actor y dramaturgo, Molire recorri Francia durante
casi quince aos en competencia con los comediantes italianos. Estos cmicos hicieron
triunfar primero en Francia, y despus en Europa, la commedia dell arte. Molire, que
siempre ambicion gustar tanto a los espectadores populares como a los discretos o
entendidos, asimil a conciencia sus recursos. Con los italianos, Molire descubri una
sabidura escnica que hace, que aun para el pblico de hoy, una persecucin acrobtica
o una bastonade oportuna puedan salvar un acto.

El director, en efecto, con la colaboracin de Andrs Beraza como responsable del


movimiento de los actores, ha equilibrado tanto almbar burgus y cortesano con las
cabriolas, cadas y volatines de los criados. Ha suprimido alguno de los personajes
secundarios del texto original y ha concentrado el humor popular de los que s hace
aparecer en escena.

El desventurado Flche y el pluriempleado Jacques recrean en el espectculo al Molire


ms comediante e intemporal. De manera especial, Jacques se encarga en la obra de dar
carcter a algunos de los momentos de mayor comicidad, cuando se ve obligado a actuar
como cochero deslenguado o como cocinero con mayores ambiciones que presupuesto.

ACTIVIDADES
1.- En la interpretacin de los actores se advierte con claridad la presencia de trabajos
con estilos diferentes. Conviene ahora sealarlos y valorarlos.
Por un lado ira el viejo Harpagn, con su trabajo actoral en bsqueda de un equilibrio
entre lo patolgico, lo humano y la comicidad. En otro grupo iran las interpretaciones con
un trabajo medido de composicin de personajes dentro de un estilo de poca: enamorados,
Frosine, Comisario y Anselme. En tercer lugar figuran los criados que utilizan tcnicas
de clown y de farsa popular muy depurada.

2.- Seala algunos momentos representativos de los diferentes tipos de humor que
pueden darse en la comedia y que Molere utiliza en El avaro.
Conviene detenerse con detalle en este aspecto para analizar por qu el espectador de
hoy, ms de trescientos aos despus de que fueran escritas, acude complacido a las
representaciones de las obras de Molire. En El avaro hay momentos antolgicos de
humor teatral.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

El humor gestual, tan fcil de captar hasta por los pblicos ms alejados del teatro, se
percibe con nitidez en el trabajo corporal de los criados.

El humor verbal est presente en las abundantes rplicas ingeniosas y juegos de palabras
de los dilogos. Por ejemplo, cuando la alcahueta Frosine pondera ante Harpagn las
cualidades de Mariane como esposa ejemplar que procurar riquezas al viejo, ya que
gastar muy poco. O cuando el viejo avaro da instrucciones a su cocinero sobre el men
ms conveniente -por econmico y empachante- para obsequiar a sus invitados.

En cuanto al humor de situacin, el espectculo est lleno de momentos regocijantes para


el pblico. Recordemos que este tipo de humor se crea en escena mediante los equvocos
-en retrica, quid pro quo- entre varios personajes que, pareciendo hablar de lo mismo,
hablan cada uno de cosas diferentes. Recordemos que las chanzas de Cleante por haber
conseguido un prstamo de un usurero repugnante al que solo quedan ocho meses de
vida se terminarn cuando se descubra que el usurero es su propio padre. Tambin tiene
gran comicidad la escena en la que el enamorado Valre debe seguir la corriente a Harpagn,
hablando a su enamorada Elise en contra de sus intereses.

En fin, en la comedia los momentos de humor ms memorables dependern en cada caso del
sentido del humor del espectador, de su sutileza y de su experiencia como espectador de teatro.

Un momento que no debera pasar sin anlisis, por lo que tiene de juego teatral cmplice
con el espectador, aparece en la escena del monlogo que pginas atrs se reprodujo
ntegro. Cuando Harpagn aparece desconsolado interrogndose sobre quin habr podido
robarle su cofrecillo enterrado en el jardn, en sus suposiciones se incluye a s mismo
como culpable y digno de castigo. Este rasgo de humor verbal, se completa con la
expresividad tragicmica del actor humor gestual- y alcanza su cima cuando el personaje,
siguiendo las huellas del sabio Plauto, interroga a los propios espectadores sobre el
paradero de sus diez mil escudos. Se produce aqu el momento de mxima hilaridad de
la escena y de mayor humor situacional- cuando la avaricia del personaje le lleva a desafiar
las leyes de la comedia clsica e irrumpir en el mundo real de los espectadores, aunque
para ello deba romper lo que en teatro se denomina la cuarta pared. Esa pared imaginaria
es la del teln de boca, que, al alzarse, nos procura a los espectadores un lugar privilegiado
para ver sin ser vistos cuanto ocurre en escena.

3.- A propsito del concepto teatral de cuarta pared, puede hacerse en este momento
alguna reflexin sobre las estticas teatrales que otorgan al espectador el papel de
observador silencioso de la escena, como si la boca del escenario fuera un inmenso
ojo de la cerradura, en contraste con aquellas otras corrientes teatrales que parten
del concepto de teatro como un juego con el pblico que puede hacer explcitas
en cualquier momento sus reglas y convenciones.
Pueden contrastarse aqu, para crear espectadores jvenes crticos y sensibles, las
representaciones de obras dentro del realismo-naturalismo, simulando ignorar la presencia
de los espectadores, con aquellas otras representaciones en las que los actores parten
del hecho explcito de que actan ante un pblico fsicamente presente. As ocurre con
las representaciones clsicas de espectculos infantiles en las que el hroe pregunta al
pblico qu camino debe tomar para llegar al castillo de la princesa sin encontrarse con
el ogro. Tambin se rompe el naturalismo y se traspasa la cuarta pared cuando se utiliza
el artificio del aparte y el personaje expresa un pensamiento en voz alta que los dems
personajes en escena no escuchan. Y, en el ejemplo ms evidente, en el teatro actual la
cuarta pared se rompe, sobre todo en la comedia, cuando el actor establece un dilogo
real con los espectadores para buscar su complicidad.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

2.2.7.- DIRECCIN
El director de la obra es el ingls
Alexander Harold, quien ya dirigi hace
algn tiempo con algunos de estos
actores otra comedia contempornea
titulada Por delante y por detrs. Ahora,
como entonces, vuelve a demostrar su
dominio de las leyes de la comedia y su
capacidad de construir un trabajo
homogneo y compacto con actores y
a c t r i c e s d e d i f e re n t e s e d a d e s ,
formaciones y trayectoria.

Al plantearse en el ao 2006 un texto


concebido para los espectadores de
1668, el director ha resuelto el dilema de
traerse a Harpagn a la actualidad o
llevarnos a los espectadores del tercer
milenio a la Francia de Luis XIV eligiendo
sobre todo esta ltima posibilidad.

Ya se ha sealado antes que la esttica


de evocacin cortesana con toques
versallescos e influencia del teatro popular
italiano ha presidido tanto el estilo
interpretativo de los actores como cada
aspecto de la puesta en escena.
En este sentido, Alexander Harold, como
Molire en su tiempo, ha buscado gustar
a todo tipo de pblicos. El director ha
realizado un ejercicio de estilo dentro de
la tradicin ms consolidada de los
espectculos de Molire representados
con patrocinio institucional. El modelo establecido es el de la Comedie Franaise, tambin
llamada la Maison de Moliere, cuyos espectculos suelen considerarse herederos del
legado teatral del autor que cre las bases de la comedia moderna.

Desde este planteamiento, el resultado es sin duda esplndido. Todo el espectculo rebosa
calidad y buen gusto. Pero, cmo espectadores de hoy, nuestro viaje al teatro de Molire
propiciado por El avaro nos evoca alguna visita turstica a Versalles en la que encontramos
un edificio suntuoso, pero sin vida. Un viaje a un museo repleto de objetos bellos del
pasado, pero inservibles para el hombre de hoy.

Cuantos han colaborado en este proyecto teatral que ha sido coordinado por Alexander
Harold tienen motivos sobrados para sentirse orgullosos de un espectculo que resulta
un verdadero placer de los sentidos. No debe resultar tarea sencilla realizar una produccin
as de un clsico en estilo de poca en una ciudad como Pamplona.

La crtica en la prensa de Pamplona, cuando el espectculo se estren a finales de marzo


de 2006, tambin seal, junto a los innegables mritos del impecable acabado artstico
de la puesta en escena y del excelente trabajo actoral de Jose Mari Asn con todo el elenco,

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

la lejana del texto y del espectculo respecto a las inquietudes y valores del hombre actual.

Tal vez Alexander Harold, sin dejar de rendir tributo a la herencia cultural y teatral que une
toda una genealoga de avaros -Euclin, Pantalone, Harpagn- hubiera debido seguir
la herencia de un Molire que tambin pretenda con sus comedias ensear a los hombres,
divirtndolos. Porque el director, aunque en las entrevistas hablara de la actualidad de
la comedia, no ha explicado nunca -ni desde la escena ni desde la presentacin del
espectculo que realiza en el programa de mano- cul es en su opinin sobre la vigencia
del contenido de este texto.

Los valores formales del espectculo son innegables y dignos de elogio. En cuanto al
contenido, tambin amar, sufrir o ambicionar son sentimientos universales en los que, con
mayor o menor cercana, el espectador puede reconocerse. El trabajo de todos los que
realizan el espectculo merece y ya lo ha conseguido el aplauso unnime.

No obstante lo dicho, la intencin, el porqu de El avaro aqu y ahora, se nos queda un


tanto lejos. No se trata de que el director recurra al truco manido de vestir a Cleante de
Armani para que podamos sentirlo contemporneo. Pero s que hubiera redondeado su
excelente trabajo si nos diera una pista de por qu ha elegido este ttulo entre otros posibles
de Molire que conservan mayor frescura en su crtica. Pero, si ha optado por este, a
algunos espectadores nos hubiera gustado saber, qu secretos esconden en su cofrecillo
minsculo los harpagones de hoy.

ACTIVIDADES
1.- Qu es un director de teatro? Qu cometidos tiene?
En principio, el director de una obra de teatro se ocupa de supervisar e integrar en el
espectculo el trabajo de todos los responsables de la puesta en escena que estn bajo
sus rdenes: escengrafo, figurinista, iluminador, etctera. Pero su tarea ms importante
consiste en la direccin de los actores, creando junto con ellos los personajes, diseando
sus movimientos en escena, cuidando el ritmo de la representacin, integrando los
diferentes trabajos de cada equipo en un estilo unitario, etctera. En tercer lugar, el director
es quien decide qu es lo que quiere transmitir el espectculo, adems de entretenimiento.
El decide, por ejemplo, si quiere insistir ms o menos en la intencin de crtica social que
puede haber en la obra; puede decidir si quiere ante todo hacer un espectculo que d
mucho dinero, incluso a costa de la calidad, recurriendo a actores populares ms que
prestigiosos; si quiere innovar, experimentar, arriesgarse, y sorprender al pblico o darle
sin ms lo que el pblico que paga su entrada espera ver; si quiere, en fin, erigirse en la
estrella del espectculo o hacer que destaque el trabajo en equipo. Hay casi tantas
posibilidades como directores.

2.- Qu finalidades puede perseguir un director de teatro? Para qu va la gente al


teatro?
La finalidad del teatro ha sido siempre divertir al pblico. Ahora bien, dentro de esa diversin
de los seres humanos pueden caber la risa ingeniosa, la emocin, incluso la lgrima, y
la reflexin. Si el teatro consigue algo de esto, tendr sentido su existencia, ya que
contribuir, adems de a divertirnos, a hacernos mejores, ms felices y ms humanos.

3.- El director hace lo que quiere con el espectculo?


No siempre. O, mejor dicho, casi nunca. El director suele depender de aquellos que le
contratan para dirigir el espectculo. Son los productores, los que ponen el dinero para

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

contratar a todos los que intervienen en l. A veces existe una gran confianza con el
productor o el director tiene un gran prestigio, por lo que puede trabajar con libertad y
ser escuchado. Otras veces se le contrata para que haga solo lo que los productores
quieren. As puede suceder cuando quien contrata al director es el actor protagonista y
busca ante todo su propio xito personal. Por eso se habla, tanto entre directores de cine
como de teatro o actores o artistas en general, de trabajos artsticos y de trabajos
alimenticios. Estos ltimos son los que algunos artistas se ven precisados a aceptar para
poder sobrevivir en su profesin.

4.- En estas pginas casi no se ha hablado de la produccin. Qu es la produccin?


Qu importancia tiene en el resultado final de este espectculo?
En primer lugar est el productor que aporta el dinero que se calcula que ser necesario
para poder hacer el espectculo. En el caso de El avaro, se trata de la Fundacin Municipal
Teatro Gayarre del Ayuntamiento de Pamplona y del Gobierno de Navarra. El espectculo
es posible gracias a las aportaciones econmicas de estas instituciones, con la colaboracin
de la Caja de Ahorros de Navarra y de la Universidad Pblica de Navarra.

En un segundo paso est la oficina de produccin que se encarga de proporcionar al


director cuanto solicite haciendo que las cuentas cuadren. Su trabajo es oscuro, pero
importantsimo, ya que se ocupan de coordinar a todas las personas y equipos, solventar
dificultades e imprevistos y controlar la ejecucin del presupuesto.

Existe tambin la oficina de distribucin. Su importancia radica en que es la encargada


de contratar nuevas actuaciones para que el espectculo estrenado pueda difundirse y
el dinero empleado pueda recuperarse. En el caso de El avaro, al tratarse de un espectculo
realizado con fondos pblicos, la rentabilidad ha de ser ms social que econmica. Es
decir, se buscar que lo disfrute el mayor nmero posible de personas, aunque lo recaudado
no alcance para cubrir los gastos.

Esto resulta especialmente evidente en las representaciones destinadas a los pblicos


jvenes. La Fundacin Municipal Teatro Gayarre ha realizado un considerable esfuerzo,
no solo econmico, aunque tambin, para que estas actuaciones resulten gratuitas y
estn al alcance de cuantos estudiantes de ESO y Bachillerato deseen disfrutarlas. Disfrutar
con el teatro es un placer que muchos jvenes ya han descubierto. Por qu esperar
ms?

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

BIBLIOGRAFA
El lector sabr comprender que una publicacin de estas caractersticas divulgativas, que
se dirige ante todo a los estudiantes de Secundaria y Bachillerato, haya debido prescindir,
especialmente en la parte histrica del comienzo, de los entrecomillados, las notas y las
citas a pie de pgina.

No obstante, por respeto a la autora de las fuentes generales sobre la comedia de Molire,
y tambin para quien desee saber ms, sealamos la siguiente bibliografa:

LZARO, Fernando y Vicente TUSN, Literatura Espaola, Tercero de Bachillerato,


Madrid, Anaya, 1988.

FERNNDEZ DE SEVILLA, Victoria y otros, Literatura Espaola y Universal, Madrid,


McGraw-Hill, 1999.

RIQUER, Martn de y Jos Mara VALVERDE, Literatura Universal, Vol. 6, Barcelona,


Planeta, 1984.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

3 Entrevista a Jos Mari Asn,


El avaro Harpagn
Jos Mari Asn interpreta al protagonista de El avaro de Molire.
Se trata de un actor navarro muy conocido y reconocido por
su capacidad de afrontar personajes muy diferentes.

A Jos Mari Asn le hemos visto en nuestros escenarios


haciendo tanto dramas y comedias como teatro musical.
Tambin le hemos visto en la gran pantalla, en muchas
de las pelculas de Montxo Armendriz.

Su manera de interpretar destaca por la humanidad


que sabe imprimir a sus personajes. Asn tiene esa
magia y esa frescura que hace siempre que cada
espectador sienta que el trabajo del actor le est
siendo dedicado a l en exclusiva. Consigue algo
tan difcil en el teatro como que toda la complejidad
de su trabajo quede oculta bajo la apariencia de
una sencillez sin esfuerzo.

Ahora vamos a verle interpretando a Harpagn. Su


personaje, el viejo avaro, tiene un lugar destacado
dentro de la historia del teatro, ya que ha sido llevado
a escena por diferentes autores en distintas pocas.
De entre todos estos avaros, el de Molire es, sin
duda, uno de los ms importantes. El personaje de
Harpagn ha sido interpretado por grandes actores
en la culminacin de su carrera.
Mientras Jos Mari Asn retoca en su camerino
la caracterizacin de su personaje antes de salir
a escena, queremos hacerle llegar estas preguntas
que le formulan un grupo de estudiantes de
secundaria.

Qu es lo que decide a una persona querer


ser actor? Por qu eres actor?
Hay a quienes les influye su familia (ser hijo o hija
de actor), a otras personas la popularidad (algunos
incluso llegan a ser populares sin conseguir ser
actores), otros, como es mi caso, por una
casualidad: tena 17 aos cuando fui al teatro por
primera vez y all en el "gallinero" del Teatro
Gayarre, vi representar "Terror y miserias del
III Reich". A la semana siguiente entraba a formar
parte de un grupo de teatro. Despus de 33 aos en esto, os
puedo decir que el ser actor resulta para m una necesidad.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Qu cualidades, en tu opinin, debe tener un buen actor? Hace falta ser muy
lanzado?
Creo que un buen actor debe dominar la tcnica actoral y a la vez ser intuitivo sobre
el escenario, ha de ser disciplinado en el proceso para poder ser creativo a la hora de
interpretar.

Muchos espectadores jvenes suelen valorar la dificultad de interpretacin de un


personaje, as como su importancia en el espectculo, a partir de la extensin del
papel, es decir, de la extensin de los dilogos que el actor debe memorizar Qu
opinas t? Te parece que sto es as?
Dice un amigo mo, y excelente actor, Miguel Munrriz que en el Teatro "no hay pequeos
papeles, sino actores pequeos". Y tiene razn. La dificultad no est tanto en la
extensin del texto, como en dar con las claves de cmo interpretar ese personaje. Y
os puedo decir que se puede disfrutar de igual manera actuando t solo en un monlogo
de hora y media ("Misterio bufo") que haciendo un personaje mudo en una pera ("La
serva padrona"). En definitiva de lo que se trata es de comunicar, bien con la palabra,
bien con el cuerpo.

De cual de tus trabajos estas ms satisfecho?


El otro da le hacan esta pregunta a otro actor y responda: "siempre del ltimo que
he hecho". Y lo justificaba en el sentido de que el actor est en continuo proceso de
crecimiento, por eso lo ltimo que hace es lo mejor. Algo de esto yo creo que hay,
porque lo bonito de esta profesin es que en cada montaje descubres algo nuevo o
distinto, vives situaciones novedosas, es decir, aprendes...nunca terminas de aprender.

Qu sientes antes de hacer un papel por primera vez?Te sueles poner nervioso?
Lo que siento cuando voy a interpretar a un nuevo personaje, tiene que ver con varias
sensaciones, como la curiosidad: descubrir quin es, por qu hace lo que hace...,
tambin un gran respeto y una gran responsabilidad: no hay que olvidar que el personaje
est ah, indefenso, escrito en un libro, para que el actor lo defienda. El autor lo escribi,
pero el actor debe darle vida. Nunca debes traicionarle, por muy lejos que est de ti.
Y claro, todo esto hace que el da del estreno ests nervioso. Y, si no,...algo va mal.
El actor debe canalizar eso que llamamos nervios en energa, el combustible del que
nos vamos a nutrir para nuestro trabajo. Y cada da necesitas cargar este combustible,
porque daros cuenta de que los actores de teatro en cada nueva representacin
acudimos a emprender un viaje maravilloso, que siempre es distinto.

Como has hecho para preparar tu personaje?


Bueno, pues he ido aplicando lo que comentaba en la anterior pregunta. Me he
documentado, tanto sobre el personaje, como sobre el autor, Molire. Es importante
analizar la poca, sus costumbres... Luego, conocer la obra, no slo el personaje que
interpreto, sino todos los personajes.

Habis ensayado mucho? Cunto ensayan los actores profesionales?


Vamos a ver, "El avaro" lo montamos en cinco semanas. Por supuesto, el primer da
de ensayo con el texto aprendido. Ensayamos cinco horas al da, con un da de descanso
semanal.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Cual es el cometido del director? Es el que le dice al actor todo lo que tiene que hacer?
En esta aventura del teatro necesitas un compaero, con el que hables de tus
sentimientos, a quien plantees tus dudas... por supuesto alguien de confianza, que te
entienda: ese es para mi el director, alguien que me acompaa y me orienta.

Harpagn, el viejo avaro que interpretas en esta obra, es un personaje que ha sido
interpretado antes por grandes actores de otros pases Te has inspirado en alguna
de estas interpretaciones?
No recuerdo haber visto un montaje de "El avaro". Ya s que es un contradiccin, pero
a veces los actores no podemos ver todo el teatro que quisiramos, precisamente
porque trabajamos en l. S me suena haber visto, hace muchos aos, una pelcula,
seguramente con actores de la Comdie Franaise. Pues bien, por muy excelentes que
fueran esos actores, cuando estoy a punto de salir a escena, Harpagn slo me tiene
a m y yo tengo el privilegio poder ser l, y en esos momentos os prometo que me
siento el actor que mejor puede interpretar Harpagn.

Qu personajes que no has hecho te gustara hacer?


Hombre, veamos...he interpretado a reyes, a mendigos, he sido obispo y general, ladrn
y polica, juez y criminal, galn apasionado y viejo tacao, mamporrero franquista y
ltimamente, he accedido a la santidad interpretando a San Ignacio de Loyola. Brecht, Fo
y Molire, son mis autores preferidos, pero he disfrutado mucho con Chejov, Lorca, Wilde,
o con autores contemporneos como Chris Dolan, Paco Mir o nuestro Patxi Larrinzar.

Cmo te parece que est el teatro en Navarra?


Si dijera que bien, mentira y si dijera que mal, no estara diciendo la verdad. Yo definira
la situacin del teatro en Navarra como precaria, donde, a veces, ocurren ciertas cosas
interesantes. Me gustara que fuera al revs: que en Navarra hubiera propuestas
escnicas interesantes, aunque se dieran algunas situaciones de precariedad. Dira que
en el momento actual se da una coyuntura interesante para crear un circuito teatral en
Navarra, por la apertura de nuevos espacios escnicos. Pero tenemos un problema de
endogamia: un grupo profesional no puede vivir con una produccin en exclusiva para
Navarra, sino que se deben buscar otros mercados. Siendo consciente de la saturacin
de oferta en el mercado estatal, soy de los que piensa que en Navarra, como en otros
sitios, slo hacen falta dos cosas: disponer de un buen producto y saber venderlo.
Creo que existe la suficiente estructura profesional capaz de crear un buen producto.
Necesitamos gente que sepa venderlo.

Por ltimo, qu es lo que te gustara que el pblico joven valorara de tu trabajo?


Lo que ms deseara es que despus de ver nuestro trabajo, el pblico joven tuviera
ganas de volver al teatro, porque eso querra decir que los actores hemos logrado
trasmitirles algo de emocin. Y si alguien llega a sentir, aunque sea desde el gallinero
del Gayarre, la llamada de las tablas, no me queda sino decirle: bienvenido al maravilloso
mundo de la ilusin.

Un mundo de la ilusin que est a punto de crearse. Slo falta que


Jose Mari Asn d ante el espejo los ltimos retoques a su
caracterizacin. Surge el viejo Harpagn y todo el pblico, con sus
sentidos alerta, enmudece. Es el teatro.

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EL AVARO
MOLIRE

TRADUCCIN- ADAPTACIN
Juli LEAL- Ignacio RAMOS

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de Jean Baptiste Poqueln
Molire

4 EL AVARO
MOLIRE

TRADUCCIN- ADAPTACIN
Juli LEAL- Ignacio RAMOS

ACTO I
ESCENA 1
VALRE y LISE
Valre: Elisa, queridsima, te veo melanclica y eso no encaja con las pruebas que me
has dado de tu fidelidad. Yo me siento dichoso, y t, en cambio no dejas de suspirar. Te
arrepientes de haberme hecho tan feliz? De haber firmado los papeles de compromiso
matrimonial por culpa de mi mpetu?
lise: No, Valre. Nunca me arrepentir de nada de lo que haga por ti. Es ms, lo hago
empujada por una ternura muy fuerte y slo quiero que suceda lo que queramos. Pero
tengo miedo de lo que pueda pasar y de quererte ms de lo que debiera
Valre: Pero qu temor encuentras en quererme?
LISE: Mil cosas a la vez. De la ira de mi padre, de los reproches de mi familia, de las
crticas de la gente. Pero sobre todo, de que tus sentimientos cambien, de la frialdad
cnica con que vosotros, hombres, hacis pagar a las que, inocentes, manifestamos
nuestro amor con demasiado ardor.
Valre: Me juzgas mal si crees que soy como los dems. Sospecha de todo, Elisa, menos
de mis obligaciones contigo. Te quiero demasiado como para decepcionarte. Y pienso
quererte toda mi vida.
lise: Valerio, al principio todos decs lo mismo... Todos los hombres os parecis en las
palabras... Y al final, vuestras acciones descubren que sois diferentes...
Valre: De acuerdo. Ya que las acciones son lo nico que nos diferencia a unos de otros,
espera pues a verme actuar. Y no te precipites y no me juzgues mal por tus miedos y por
tu prevencin. Dame tiempo para convencerte de la sinceridad de mi pasin.
lise: !Ay !Qu fcil resulta dejarse persuadir por el hombre que amas! Valre, ya s que
seras incapaz de engaarme. S que amas de verdad y que me sers fiel. Lo nico que
me aterra es pensar en la prdida de mi reputacin.
Valre: Pero a qu se debe esa inquietud?
lise: No tendra nada que temer si todos te vieran con mis ojos, y cuanto ms te miro,
ms razones encuentro para reafirmarme. Evoco constantemente aquel extrao accidente

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

que nos hizo mirarnos por primera vez el uno al otro. La sorprendente generosidad con
que arriesgaste tu vida para salvar la ma rescatndome del furor de las olas. Los cuidados
llenos de ternura que me dedicaste y las pruebas de amor ardiente que ni el tiempo ni las
dificultades han hecho disminuir, y que, hacindote olvidar a tu familia y a tu pas , han
detenido tus pasos en esta casa. Para suerte ma, has consentido disfrazar tu condicin
y hacerte pasar por sirviente de mi padre. Todo ello es un cmulo maravilloso de cosas
que justifican de sobre el compromiso que he adquirido contigo. pero no es suficiente para
explicrselo a los dems. Estoy segura que no entenderan mis sentimientos... (Se oye un
ruido.) ...pero, viene mi hermano.
Valre, mirando por si alguien les escucha: Porqu no intentas ganarte el apoyo de l,
por si tu sirvienta se fuera de la lengua y nos delatara?
Valre sale
lise: No s si tendra fuerzas para hacerle esta confidencia.
Por el lado opuesto entra Clante, hermano de Elise.
Clante: Me alegro de encontrarte a solas, hermana. Ardo en deseos de hablarte, de
confiarte un secreto.
lise: Te escucho, hermano. qu tienes que decirme?
Clante: Muhcas cosas, compredidas en una sola palabra: Amo.
lise: Amas?
Clante: Si, amo.. Pero antes de ir ms lejos, s de sobra que dependo de un padre, y
que su apellido me somete a su voluntad. Que no debemos comprometer nuestra palabra
sin el consentimiento de quienes nos dieron la vida. Que el cielo les ha hecho dueos de
nuestros deseos, y que se nos obliga a no usarlos libremente si no es con su aprobacin.
Que por estar prevenidos contra los arrebatos amorosos, se equivocan mucho menos que
nosotros, y saben mejor lo que nos conviene...Que debemos creer en la luz de su sensatez
antes que en la ceguera de nuestras pasiones, que nos arrastran siempre a los peores
peligros. O sea que ya que ves que s muy bien todo esto, no te tomes la molestia de
repetrmelo t. Adems, mi amor me volvera sordo, as que no me sermonees.
lise: Te has comprometido por escrito con quien amas, hermano?
Clante: No, pero estoy dispuesto a hacerlo. Y punto. No quiero or ningn argumento en
contra.
lise: Acaso te resulto una extraa, hermano?
Clante: No. Pero t no ests enamorada. No conoces la dulce violencia que un tierno
amor puede ejercer sobre nuestros corazones. As que me prevengo contra tu sensatez.
lise: Mi sensatez? ..A todo el mundo le falta, por lo menos una vez en la vida....Si me
confiara yo a ti, veramos quien es el menos sensato de los dos. Pero acaba de una vez
y dime quien es esa a la que amas.
Clante: Una joven que vive en este barrio desde hace poco tiempo y que parece estar
hecha para enamorar a cuantos la ven. La naturaleza nunca estuvo tan generosa. Me

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

enamor de ella al primer instante. Se llama Mariane y vive bajo la tutela de su anciana
madre que est casi siempre enferma, y por quien su hija sufre los mayores desvelos. La
cuida, la sirve, y la consuela con una ternura que te conmovera. Se entrega a cuanto hace
con el mayor cario, y en todo lo que hace centellean mil encantos. Es dulce... Toda
bondad... Toda... Me gustara que la hubieses visto.
lise: Tal como lo dices, es como si ya lo hubiera visto. Y para comprender como es, me
basta con la quieras t.
Clante: He descubierto a escondidas que no estn en muy buena situacin y que su
sobria vida y sus limitados recursos, a duras penas satisfacen todas sus necesidades
cotidianas. Imagnate qu alegra supondra para m poder mejorar la vida de la persona
que amo. Dar una pequea ayuda para contribuir a mejorar las penurias de una familia tan
honesta. Y ahora imagnate que con un padre como el nuestro, resulta imposible que yo
pueda disfrutar de ese placer. Y que yo pueda manifestarle a mi amada esa prueba de mis
sentimientos....
lise: Si,hermano. Ya veo en qu situacin tan triste te encuentras..
Clante: Peor de lo que te imaginas.. Se ha visto nunca algo ms cruel que esta espantosa
tacaera que se nos impone, esta horrible sequa donde se nos deja consumir? De qu
nos servir nuestra herencia si nos llega cuando ya no podamos disfrutarla? Si ahora
tengo deudas por todas partes slo para sobrevivir al da a da... He tenido que recurrir a
la generosidad de los comerciantes para poder llevar una ropa mnimamente decente. He
querido contrtelo todo para que intercedas con nuestro padre de cara a mi situacin...
Si ves que no est dispuesto a ayudarme, estoy decidido: me fugar con mi amada a
cualquier otro pas y buscar nuestra suerte del modo que sea. Ya estoy buscando dinero
prestado en todas partes con ese fin. Si nuestro padre se opone a mi destino y tambin
al tuyo, hermana ma, le dejaremos aqu y nos libraremos de l y de esa tirana a la que
nos somete su increble avaricia.
lise: Oigo una voz: apartmonos. Luego acabaremos nuestras confidencias y uniremos
nuestras fuerzas para atacarle.
Clante sale rpido y entra por el lado opuesto Valre.
Valre: Has tenido suerte? (lise no contesta) Cierto, no se puede manejar a un padre
y a un hijo tan opuestos. Pero, en cuanto a los escrpulos que me demuestras, tu padre
ya se toma la molestia de disculparte de cara a todo el mundo, porque su exagerada
avaricia, y la miseria con la que obliga a vivir a sus hijos, a vosotros dos, justificara
cualquier cosa por parte vuestra. Y perdona si hablo as, ya sabes que en este rema no
puedo ser indulgente. Pero si puedo volver a ver pronto a mis padres, ya no tendremos
ningn problema, seguro que estarn de acuerdo con nosotros. Ya les he escrito y espero
su respuesta con impaciencia. Si la respuesta tarda en llegar, ir yo mismo a buscarles.
lise: Por lo que ms quieras, Valre, por el momento, no te muevas de aqu. Piensa tan
slo en ganarte la simpata de mi padre...

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El avaro
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Molire

Se oyen voces fuera de gente que llega.


lise: Ya le oigo....(Valre la besa y se va de escena. lise titubea y habla al pblico ) La
verdad es que el da a da nos da cada vez ms razones para lamentar la muerte de nuestra
madre. Y para lamentar...Todo. (Sale de escena)

ESCENA 2
HARPAGON y FLCHE
Harpagon: Fuera de aqu inmediatamente y sin rechistar! Largo de mi casa pitando,
maestro de bribones! Carne de horca!
Flche, al pblico: No he visto nunca a nadie tan malvado como este maldito vejestorio,
y, que Dios me perdone, creo que est posedo por el diablo!
Harpagon: Qu ests rumiando?
Flche: Por qu he de irme?
Harpagon: Y eres t el que se atreve a preguntarme por qu , carroa? Lrgate antes
de que te mate a palos!
Flche: Pero...qu os he hecho?
Harpagon: Me has hecho que quiero que te largues .
Flche: Mi amo, Clante, vuestro hijo, me ha dicho que le espere.
Harpagon: Pues esprale en la calle, y no te quedes ah, plantado como un pino, mirando
todo lo que pasa y para aprovecharte luego. No quiero tener todo el tiempo un espa
delante de mis narices, cotilleando todos mis movimientos, devorando todo lo que tengo,
y fisgando para ver donde hay algo para poder robarme.
Flche: Qu demonios podra hacer para robaros nada? Es que acaso sois un hombre
robable? Si encerris a cal y canto todo lo que tenis y encima montis guardia da y
noche por si acaso!
Harpagon: Encierro lo que me da la gana como me da la gana, y monto en guardia cuando
me da la gana! Slo me faltaban estos chivatos que meten las narices en lo que es de
uno! (Aparte) Tiemblo de pensar que se sepa algo de mi dinero.(A Flche) No sers t
uno de esos que va haciendo correr el rumor de que tengo una fortuna escondida en mi
casa?
Flche: Ah! Pero es que tenis una fortuna escondida en casa?
Harpagon: No, golfo, no he dicho eso.(Aparte) Me va dar un ataque (Alto) Me pregunto si
con toda tu mala idea no irs por ah diciendo que si tengo tanto y cuanto...
Flche: Y qu me importa lo que tengis o dejis de tener si para los dems siempre es
igual.
Harpagon: (Levantando la mano para pegarle) Encima respondn! !Te voy a dar respuestas
hasta por las orejas! Sal de aqu en seguida.
Flche: Pues salgo.(Se va)

38
El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Harpagon: Espera...No habrs cogido algo?


Flche: Algo?Cmo? Qu?
Harpagon: Ven ac que te mire bien.. Ensame las manos.
Flche: Aqu estn
Harpagon: Las otras.
Flche: Aqu estn. (Le ensea los pies)
Harpagon: (Sealando las calzas de Flche) No te habr escondido nada ah dentro?
Flche: Miradlo vos mismo.
(Harpagon cachea a Flche con ansia.)
Harpagon: Estas calzas tan anchas son ideales para disimular lo que se roba en las casas
decentes. Ojal colgara a ms de uno de los que lo hacen.
Flche: (Aparte) Ah! Cmo se merecera un hombre as morir por lo que tanto teme! Y
qu a gusto le robara yo mismo, si pudiera!
Harpagon: Cmo?
Flche: Qu?
Harpagon: Qu mascullas de robar?
Flche: Digo que palpeis bien por todas partes para ver si os he robado o no.
Harpagon: Ahora mismo
Harpagon registra a fondo todos los bolsillos de Flche.
Flche: Qu peste acabe con la avaricia y con todos los avaros!
Harpagon: Cmo? Qu dices?
Flche: Que qu digo?
Harpagon: Si...Qu dices de la avaricia y de los avaros?
Flche: Digo que ojal la peste acabara con la avaricia y con todos los avaros.
Harpagon: Y a quin te refieres?
Flche: A los avaros.
Harpagon: Y quines son esos avaros?
Flche: Unos miserables y unos tacaos.
Harpagon: Y qu quieres decir con so?
Flche: Creis que me refiero a vos?
Harpagon: Creo en lo que me da la gana. Pero quiero que me digas a quien hablas cuando
dices esas cosas.
Flche: Hablo con mi gorro...
Harpagon: Pues yo podra darte hasta por el forro...
Flche: Es que se me impide maldecir a los avaros?
Harpagon: No. Pero se te impedir que murmures y que seas un insolente. Cierra la boca.
Flche: Pero si no he nombrado a nadie...
Harpagon: Si la abres, te doy una somanta de palos.
Flche: El que se pica, ajos come.

39
El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Harpagon: Te callas o no?


Flche: Me callo. Pero no por gusto.
Harpagon: !Ja, ja, ja!
Flche: (Sacndose un bolsillo de su justillo) Mirad...Otro bolsillo. Satisfecho ?
Harpagon: Vamos, devulvemelo sin que tenga que registrarte.
Flche: El qu?
Harpagon: Lo que me has cogido.
Flche: Yo no he cogido absolutamente nada.
Harpagon: Seguro?
Flche: Seguro.
Harpagon: Pues adis. !Y vete al infierno!
Flche: Ahora si que me ha despedido de todas todas.
Harpagon: Que caiga el pecado sobre tu conciencia! Vaya un granuja de criado que no
para de importunarme.

ESCENA 3
HARPAGON, LISE, CLEANTE
Harpagon: Lo cierto es que resulta un peligro guardar en casa una cantidad importante
de dinero. Que feliz es el que tiene su fortuna bien colocada y solo dispone de lo que
necesita para el momento. Si no, uno pasa el da desnortado, como yo, buscando un
escondrijo bueno por toda la casa, pues para m, las cajas fuertes no son de fiar, siempre
son sospechosas. Son un cebo perfecto para los rateros ya que es lo primero que en que
piensan al robar una casa.... Pero ahora... Habr hecho bien enterrando en mi huerto los
diez mil escudos que me devolvieron ayer? Diez mil escudos en casa es una cantidad
bastante... (viendo llegar a lise y Clante) A que me han odo?...Me habr delatado a
m mismo? El arrebato me ha trastocado y he empezado hablar en voz alta... Qu pasa?
Clante: Nada, padre.
Harpagon: Hace cunto que estis ah?
lise: Si acabamos de llegar...
Harpagon: Habis oido algo...
Clante: El qu, padre?
Harpagon: Lo que estaba diciendo.
lise: El qu?
Harpagon: Ya veo que habis odo algo...Estaba comentando conmigo mismo lo difcil
que resulta hoy da encontrar dinero, y me deca cun feliz debe ser el que puede guardar
diez mil escudos en su casa.
Clante: Temamos si hablaros o no por miedo a interrumpiros...
Harpagon: Me quedo tranquilo dicindoos esto, no sea que me entendis mal, y vayis

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

a pensar que soy yo el que guarda los diez mil escudos en casa.
Clante: Nosotros no nos metemos en vuestros asuntos.
Harpagon: Ojal tuviera yo diez mil escudos, Dios mo!
lise: Eso son cosas que...
Harpagon: Que me solucionaran la vida.
lise: Padre...Sois...
Harpagon: Y no me quejara, como ahora hago, de lo miserables que son estos tiempos...
Clante: Por dios, padre...No tenis de qu lamentaros...Todos saben que tenis una
fortuna considerable.
Harpagon: Cmo? Considerable? Todos mienten. Todo eso es una patraa. Y los que
difunden esas chismorreos, son unos canallas.
lise: Pero no os pongis tan furioso.
Harpagon: Cmo que no, si hasta mis propios hijos se convierten en mis enemigos?
Clante: Es ser enemigo vuestro decir que tenis una fortuna considerable?
Harpagon: S. Esas habladuras y lo que derrochis por ah, harn que cualquier da vengan
a degollarme pensando que estoy forrado de dinero.
Clante: Y en qu derrochamos, si puede saberse?
Harpagon: Hay algo ms escandaloso que la lujosa ropa que exhibs por toda la ciudad?
Ayer re a tu hermana, pero esto es an peor. Esto clama venganza del cielo, ya te he
dicho, hijo mo, lo mucho que me disgustan tus modales. Pareces un marqus, y para
llegar a eso, sin duda, has tenido que robarme.
Clante: Y cmo?
Harpagon: Yo qu s! Y si no, de donde sacis para vestiros as?
Clante: Yo, padre? Pues veris, resulta que juego. Y como tengo mucha suerte, me
pongo encima todo lo que gano.
Harpagon: Pues muy mal hecho. Si tienes suerte en el juego, deberas sacar provecho y
colocar ese dinero a un inters adecuado, para que un da lo tengas para ti. Pero ya hay
que gastarse dinero en tantas cintas, calzas y pelucas. Es que no tienes pelo tuyo, que
es gratis? Apuesto a que todo lo que llevas ahora debe valer ms de veinte doblones.
Veinte doblones colocados al doce por cien rentaran dieciocho libras, seis suldos y ocho
dineros al ao.
Clante: Cierto.
Harpagon: Dejemos eso ahora y pasemos a otro tema. Qu? (En voz baja) Me parece
que se estn haciendo seas para robarme la bolsa. (Alto) Que significan esos gestos?
lise: Estamos decidiendo mi hermano y yo quien se atrever a hablar primero, porque
los dos tenemos algo que decir.
Harpagon: Y yo tambin tengo algo que deciros a los dos.
Clante: De lo que queremos hablaros es de matrimonio, padre.
Harpagon: Y yo tambin. De matrimonio.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

lise: Ay, padre!


Harpagon: A qu viene esa exclamacin? Qu es lo que te da miedo, la palabra o el
hecho en s?
Clante: El matrimonio puede darnos miedo a ambos de la manera en que vos lo entendis...
Tememos que no estaremos de acuerdo con vuestra decisin.
Harpagon: Un poco de paciencia. Que nadie se alarme. S lo que os conviene a los dos,
y no tendris ningn motivo de queja con mi eleccin. Para empezar... Has visto alguna
vez a una joven llamada Mariane que vive cerca de aqu?
Clante: Si, padre.
Harpagon, (a lise): Y t?
lise: He oido hablar de ella.
Harpagon: (a Clante) Y qu te parece, hijo mo?
Clante: Una persona encantadora como ninguna.
Harpagon: Y su fsico?
Clante: Muy honesta , inteligente y graciosa.
Harpagon: Su aspecto, sus modales?
Clante: Admirables, sin duda.
Harpagon: Y no crees que una joven as merece que se piense en ella?
Clante: Si, padre.
Harpagon: Que sera un buen partido muy deseable?
Clante: Mucho, padre.
Harpagon: Que tiene la apariencia de ser una buena ama de casa?
Clante: Seguro.
Harpagon: Y que cualquier marido sera feliz con ella?
Clante: Claro.
Harpagon: Slo hay un pequeo problema. Y es que intuyo que no debe de tener la dote
necesaria para aportarla al matrimonio.
Clante: Padre, cuando uno va a casarse con una persona tan honesta, no repara en esas
cosas.
Harpagon: Perdn, perdn... Pero si puede reparar, cuando la fortuna no est al nivel
requerido, que se le recompense de otro modo.
Clante: Por supuesto.
Harpagon: En fin...Me alegro de ver que estis de mi parte... Porque su discrecin y su
dulzura me han robado el alma...Y estoy dispuesto a casarme con ella, sin dote y con
alguna compensacin.
Clante: Cmo?
Harpagon: Cmo que cmo?:
Clante: Que habeis decidido...
Harpagon: Casarme con Mariane...

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Clante: Vos? Mi padre?


Harpagon: Yo! Tu padre!Qu te ocurre?
Clante: Nada...Me ha dado un mareo......Me voy...(Sale de escena)
Harpagon: Con un vaso de agua clara se te pasar. Pues vaya con estos Monsieuritos
de mantequilla! Tienen menos aguante que una gallina! (A lise) Bien, hija ma...Eso es
lo que he resuelto para mi futuro. En cuanto a tu hermano, le he encontrado una viuda de
la que han hablado esta maana. Y para ti... Te destino al Monsieur Anselme.
lise: El Monsieur Anselme?
Harpagon: S. Un hombre maduro, prudente y sensato. que no aun no ha cumplido ni
cincuenta aos, y de cuya fortuna todos hablan maravillas.
lise, haciendo una reverencia: Padre, no quiero casarme, por favor.
Harpagon, parodiando la reverencia.: Y yo, hijita ma, quiero que te cases. Por favor.
lise: Me considera servidora y amable con el Monsieur Anselme, pero, con vuestro
permiso, (vuelve a hacer la reverencia) no me casar con l.
Harpagon, (parodiando de nuevo): Yo tambin soy tu ms humilde servidor, pero (reverencia)
con tu permiso, te casars con l esta misma noche.
lise: Esta noche?
Harpagon: Esta noche.
lise: No.
Harpagon: S.
lise: A eso no me podis obligar.
Harpagon: Pienso obligarte.
lise: Antes, me suicido.
Harpagon: No te suicidars, te casars. Dnde se ha visto que una hija se oponga a la
voluntad de su padre de esta manera?
lise: Dnde se ha visto que un padre case a su hija de esta manera?
Harpagon: Es un gran partido que no acepta ningn pero. Y apuesto que todo el mundo
aprueba mi eleccin.
lise: Y yo apuesto que nadie en su sano juicio aceptara esa eleccin.
Harpagon, (viendo llegar a Valre.): Ah llega Valre. Quieres que le tomemos como juez
de este proceso?
lise: De acuerdo.
Harpagon: Acatars su veredicto?
lise: Si. Aceptar lo que l diga.
Harpagon: Veamos.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

ESCENA 4
Mismo lugar. VALRE, HARPAGON, LISE.
Harpagon: Ven aqu, Valre. Te hemos elegido para que decidas quin tiene razn, mi hija
o yo.
Valre: Vos, seor, sin dudarlo.
Harpagon: Pero sabes de qu estbamos hablando?
Valre: No. Pero vos no podis equivocaros. La razn est con vos.
Harpagon: Esta noche quiero desposarla con un hombre rico y prudente. Y la muy necia
me dice en mis narices que le importa un pimiento y que no le quiere. Qu dices a eso?
Valre: Qu digo a eso?
Harpagon: S.
Valre: Mmmmm...Bien...
Harpagon: Bien, qu?
Valre: Digo que, en el fondo, soy de vuestra opinin, ya que no podis equivocaros nunca.
Pero ella tampoco se equivoca del todo y...
Harpagon: Cmo? Monsieur Anselme es un partido estupendo. Es un gentilhombre y
adems, noble. Corts, sensato, y bien situado, y al que ya no le queda ningn hijo de su
anterior matrimonio. Dnde encontrara ella alguien mejor?
Valre: Eso es verdad. Pero a lo mejor ella quiere deciros que eso es precipitar un poco
las cosas, y que necesitara algo ms de tiempo para ver si puede empezar a sentir algo
por Monsieur...
Harpagon: Es una ocasin que hay que coger por los pelos. Con se hombre obtengo
ventajas que no obtendra en otros: es decir, l se compromete a casarse con en ella sin
dote.
Valre: Sin dote?
Harpagon: S.
Valre: Entones, est todo dicho. Ante eso, no hay palabras.
Harpagon: Para m es una economa importantsima.
Valre: Seguro que s. Y a lo mejor vuestra hija puede argumentar que el matrimonio es
algo mucho ms importante que todo eso... Que uno arriesga su felicidad o su desgracia
para toda la vida...que se trata de un compromiso que dura hasta la muerte y que hay que
asumir con enormes precauciones...
Harpagon: Sin dote!
Valre: No hay rplica posible. Quin osara llevaros la contra? No es que no existan
infinidad de padres que preferiran mirar por la felicidad de sus hijas antes que por el
dinero... Que nunca las sacrificaran por un bajo inters y que intentaran, por encima de
todas las cosas, casarlas segn su conformidad con honestidad, tranquilidad y alegra....Y
que...
Harpagon: Sin dote!

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Valre: Es cierto. Eso cierra todas las bocas. Sin dote! Cmo resistirse a esa razn?
Harpagon, (aparte, mirando hacia fuera): Un momento! No has odo ladrar a un perro?
No estarn buscando mi dinero? (A Valre) No te muevas, vuelvo en seguida.. (Sale rpido)
lise: Valre, ests de broma, hablndole as?
Valre: Lo hago para que no avinagre y poder llegar hasta el final. Si le planto ara ahora
lo estropeara todo. Hay caracteres con los que hay que ir con rodeos, que no aceptan
razones ni lgica, as que hay que cometerlos en su propio terreno, con zalameras, si es
preciso. Tu, de momento, finge que consientes en sus deseos, vers como conseguiremos
nuestros fines y...
lise: Pero...Este matrimonio?
Valre: Buscaremos algn truco para romperlo.
lise: Pero qu truco, si se celebra esta noche?
Valre: Hay que fingir una enfermedad y pedir un receso.
lise: Si llaman a un mdico descubrirn el engao.
Valre: An tienes ganas de broma? Es que los mdicos saben algo? Vamos, ya puedes
tener la enfermedad que sea, que ellos encontrarn siempre una razn para decir de donde
viene.
Harpagon, volviendo: No ha sido nada, a Dios gracias.
Valre, que no ha visto llegar a Harpagon: Nuestra ltima solucin sera la de fugarnos.
Si tu amor, Elise, es capaz de algo tan tajante...(Ve a Harpagon) Claro est, que una hija
debe obedecer siempre a su padre. No debe mirar el aspecto de su marido, y cuando la
razn primordial, la de Sin dote, entra en valoracin, debe estar dispuesta a aceptar a
quien se le ofrezca.
Harpagon: Bien! Eso es hablar correctamente.
Valre: Seor, perdonad mi osada si me dejo arrebatar por la situacin y me atrevo a
hablar con ella como lo hago.
Harpagon: Al contrario. Estoy maravillado y quiero que tengas un poder absoluto sobre
ella. ( A lise) Si. Por mucho que pensis en fugarte, le cedo a l la autoridad que el cielo
me concedi sobre ti. Te ordeno que hagas cuanto l te diga.
Valre: Y ahora, lise, a ver como podrs resistir a mis advertencias. Seor, voy a vigilarla
y a seguirla para continuar con las lecciones que le estaba dando.
Harpagon: Ve, ve. Yo voy a pasear un poco por la ciudad y en seguida estoy aqu.
Valre, (a lise) S, porque nada hay ms valioso en el mundo que el dinero. Y debis dar
gracias al cielo por el honrado padre que os ha concedido. l s que sabe lo que es la vida.
Cuando alguien se ofrece a desposar una joven sin dote no se debe pedir nada ms. Eso
lo explica todo de un hombre. Y el Sin dote, sustituye a la belleza, a la juventud, a la
cuna, al honor, a la sabidura y a la honradez.
Harpagon: Qu buen chico! Habla como un orculo. Feliz quien tenga un criado como l.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
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ACTO II
ESCENA 1.
CLANTE, FLCHE.
Clante: Traidor! Dnde te habas metido? No te haba ordenado que...?
Flche: S seor, y aqu estaba esperndoos ms quieto que un clavo. Pero vuestro seor
padre, que es el ms miserable de los hombres, me ech contra mi voluntad, y por poco
ha faltado para que me diera una somanta de palos.
Clante: Cmo va lo nuestro? Me urge ms que nunca, y desde la ltima vez que nos
vimos me he enterado de que mi padre es ahora mi rival.
Flche: Vuestro padre se ha enamorado?
Clante: S. Y no veas lo que costado disimular mi situacin.
Flche: l, enamorado! Quin demonios le manda meterse en esos berenjenales? Quiere
burlarse del mundo entero! Ni que el amor estuviera hecho para gente como l!
Clante: Se la ha metido en la cabeza para mi castigo.
Flche: Y por qu motivo hacer un misterio de vuestro amor?
Clante: Para evitar cualquier sospecha y tener capacidad de maniobra para impedir este
matrimonio. Qu respuesta te han dado?
Flche: A fe ma, seor, que aquellos que piden prestado son bien desgraciados, pues
han de aguantar lo que les venga cuando, como vos, se ponen en manos de usureros y
prestamistas.
Clante: Entonces no hay trato?
Flche: Perdonadme, no me he expresado bien. Maese Simn, el intermediario al que
nos han remitido, un hombre eficaz como pocos, dice estar ms que dispuesto a hacer
negocios con vos slo con veros la cara.
Clante: As que tendr los quince mil francos que le ped?
Flche: S, pero con alguna condicin que tendris que aceptar para cerrar el trato.
Clante: Te puso en contacto con quien desembolsar el dinero?
Flche: Ah! Las cosas no funcionan as. Al que desembolsa el dinero le interesa el
anonimato ms que a vos, pues es en estos menesteres manda la discrecin. Su nombre
no me ha sido revelado pero habris de encontraros con l en una casa alquilada para
el trato, con el fin de que le informis vos mismo de vuestros bienes y de vuestra familia.
Y seguro que tan slo al pronunciar el nombre de vuestro padre todo ser ms fcil
Clante: Teniendo en cuenta, adems, que mi madre est muerta y que nadie me puede
arrebatar su mi herencia.
Flche: Leed alguna de las condiciones que l mismo ha impuesto a nuestro intermediario,
para que las consideris antes de hacer nada:
(Lee)
Siempre que el prestamista considere que las garantas de seguridad son respetadas, y

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

que el prestatario sea mayor de edad y perteneciente a una familia de bienes considerables,
sustanciales, asegurados, claros y exentos de toda traba, se redactar una correcta y
adecuada obligacin ante un notario de probada honradez que, para tales efectos, ser
escogido por el prestamista, pues es a quin ms le interesa que dicha acta sea levantada
debidamente
Clante: Nada que objetar.
Flche: El prestamista, con el fin de liberar su conciencia de todo reproche, no entregar
su dinero ms que a un inters del seis por cien.
Clante: Al seis por cien! Pardiez, eso s que es honradez! No cabe queja posible.
Flche: Es cierto.
(Sigue leyendo)
Pero como dicho prestamista no posee la suma en cuestin, y que con el fin de complacer
al prestatario, debe l mismo pedir prestado el dinero a otro, bajo un inters del veinte por
cien, se convendr que el primer prestatario pague dicho inters sin perjuicio del resto,
habida cuenta de que el prestamista realiza tal operacin con el nico fin de favorecer los
intereses del prestatario.
Clante: Pero qu demonios es esto? Cmo se puede ser tan judo? Tan moro! Eso
es ms del veinticinco por cien!
Flche: As es, y eso mismo dije yo. Habris de considerarlo.
Clante: Pero qu he de considerar? Necesito el dinero, y tengo que aceptar.
Flche: Esa es la respuesta que d.
Clante: Hay algo ms?
Flche: Slo una pequea clusula final
(Lee) De los quince mil francos solicitados, el prestamista no podr entregar en metlico
ms que doce mil libras. En cuanto a los cinco mil escudos restantes, el prestatario tendr
que aceptar en cambio con las joyas, ropas y enseres detallados a continuacin, y que
dicho prestamista ha valorado de buena fe en el precio ms mdico posible.
Clante: Y eso qu quiere decir?
Flche: Escuchad el inventario:
(Sigue leyendo)
En primer lugar, una lecho de cuatro patas, con cenefas de punto de Hungra, sobrepuestos
con mucha ternura a una sbana color aceituna, con seis sillas y el cubrepis decorados
de la misma manera. El conjunto est en buen estado y tapizado en tafetn granate y
burdeos.
Ms un dosel de cola, de buena sarga de Aumale, de color rosa seco, con la greca y los
flecos de seda.
Clante: Y qu quiere que haga yo con eso?
Flche: Esperad.
(Sigue)

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Ms un tapiz recreando los amores de Gombaut y de Mace.


Ms una magnfica mesa de madera de nogal, con doce columnas o pilares torneados,
que se saca por los dos lados, y adornada por abajo por sus seis escabeles.
Clante: Y para qu quiero yo eso?
Flche. Tened paciencia.
(Sigue) Ms tres mosquetes tocados de ncar de perlas, a los que se unen sus tres
horquillas a juego.Ms un horno de ladrillo con dos retortas y tres recipientes, que harn
las delicias de los aficionados a la destilacin.
Clante: Es para matarlo!
Flche: Calmaos.
(Id.)
Ms un lad de Bolonia, provisto de todas y cada una de sus cuerdas, menos alguna.
Ms un billar y un damero, a los que se suma un tablero para jugar a la oca actualizado
por los Griegos, indispensables para pasar el tiempo en un momento de asueto.
Ms una piel de lagarto de casi metro y medio, rellena de heno, que resulta muy curiosa
y agradable al colgarla del techo de una habitacin.
Todo lo mencionado anteriormente est justamente valorado en ms de cuatro mil quinientas
libras, y ha sido rebajado al precio de mil escudos, por consideracin del prestamista.
Clante: Que la peste se los lleve a l y a su consideracin! Traidor! Menudo buitre! De
dnde sale semejante usurero? No le bastan los altsimos intereses, sino que me obliga
a aceptar los miserables andrajos que ha ido amasando a cambio de tres mil libras. Por
todo eso no me darn ni doscientos escudos. Y sin embargo, no me queda ms que
aceptar. Y l lo sabe. Me tiene bien cogido, el muy canalla.
Flche: Seor, con el mayor de los respetos, os veo siguiendo la misma senda que Panurgo,
que se arruin por tomar prestado, comprar caro, vender barato y gastar sin tener.
Clante: Y qu quieres que haga? A esto se ven rebajados los jvenes por la maldita
avaricia de sus padres. Y luego se extraan de que sus hijos les deseen la muerte.
Flche: Hay que reconocer que la mezquindad del vuestro suscitara la maldad del hombre
ms sosegado del mundo. Gracias a Dios, no tengo ningn apego al cadalso, y siempre
que veo a alguno de mis compadres entrometerse en negocios turbios me las apao
prudentemente para que no se me involucre con ellos ni con ninguna de las hazaas que
huelen a horca. Pero, si os soy sincero, en el caso de vuestro padre, me entraran ganas
de robarle, y me parece que con ello hara incluso una buena accin.
Clante: Dame ese inventario que le vuelva a echar un vistazo.

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ESCENA 2
MAESE SIMN, HARPAGON, CLEANTE, FLCHE.
Al fondo del escenario.
Maese Simn: S, seor, es un joven que necesita el dinero. Sus negocios le urgen, por
lo que aceptar cuanto digis.
Harpagon: Pero, Maese Simn, estis seguro de que no hay ningn riesgo en la operacin?
Conocis el nombre, los bienes y la familia de quien me hablis?
Maese Simn: No. La verdad es que no puedo informaros de ello con detalle, pues entr
en contacto con l por casualidad. Pero ser l mismo quin os lo aclare, y mi contacto
me ha asegurado que os agradar conocerle. Todo cuanto os puedo decir es que procede
de una familia muy adinerada, que su madre muri, y que puede garantizar, si as lo deseis,
que su padre morir antes de ocho meses.
Harpagon: Eso ya es algo. La caridad, Maese Simn, nos obliga a complacer al prjimo
siempre que podamos.
Maese Simn: Bien dicho.
Flche (en voz baja, a Clante,, tras reconocer a Maese Simn): Pero cmo? Vuestro
padre hablando con nuestro Maese Simn?
Clante: (en voz baja, a Flche): Se habr enterado de que se trata de m? No sers
t quin me ha traicionado?
Maese Simn (a Flche): Ah! Llegis temprano! Quin os dijo que era aqu? (A Harpagon)
Seor, no fui yo quin revel vuestro nombre y direccin, pero no os preocupis, son
personas muy discretas y aqu podris conversar tranquilamente.
Harpagon: Pero qu quiere decir esto?
Maese Simn: (presentando a Clante) Seor, ste es el joven que quiere pedir prestadas
los quince mil francos del que os habl.
Harpagon: Pero cmo has caido tan bajo, bribn!
Clante: Pero cmo padre mo, recurrs a acciones tan vergonzosas?
(Maese Simn sale, huyendo, mientras que Flche corre a esconderse).
Harpagon: As que eres t quien desea arruinarse con prstamos tan ruinosos?
Clante: As que sois vos quien desea enriquecerse con usuras tan criminales?
Harpagon: Cmo te atreves a presentarte ante m despus de esto?
Clante: Como os atrevis a presentaros ante el mundo despus de esto?
Harpagon: Acaso no te avergenzas de llegar a estos extremos, de precipitarte en gastos
tan temerarios? De derrochar sin vergenza alguna los bienes que tu padres juntaron
para ti con el sudor de su frente?
Clante: Acaso no os ruborizis al deshonrar vuestro nombre con semejantes artimaas,
al sacrificar vuestra reputacin por el deseo insaciable de acumular ms y ms dinero,
con intereses devastadores, con los ms infames trucos ?

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El avaro
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Harpagon: Sal de mi vista, desgraciado! Largo!


Clante: Decidme, segn vos, quin comete mayor crimen, El que pide un dinero que
necesita o aqul que roba un dinero que no necesita?
Harpagon: He dicho que te vayas! No me hagas perder la paciencia! (Solo) Me alegro
de lo que ha ocurrido. Me servir para estar ms alerta que nunca de lo que hace de ahora
en adelante.

ESCENA 3
FROSINE , HARPAGON
Frosine: Seor
Harpagon: Espera un momento. Ahora vuelvo. (Sale) Es hora de que vaya a revisar mi
dinero.

ESCENA 4
FLCHE, FROSINE:
Flche (sin ver a Frosine): Todo esto es muy extrao. Debe tener un almacn lleno de
trastos, porque no hemos reconocido ninguno de los objetos del inventario.
Frosine: Oh! Eres t, mi buen Flche. De dnde sales?
Flche: Ah!, Eres t, Frosine. Qu haces aqu?
Frosine: Lo mismo que en todas partes: meterme donde no me llaman, ayudar a la gente
y sacar todo el partido posible de mi talento. Ya sabes que en este mundo slo sobreviven
los ms hbiles, y que a las personas como yo, el Cielo slo nos ha dado astucia e ingenio.
Flche: Te traes algo entre manos con el amo de la casa?
Frosine: S, le estoy llevando un asuntillo por el que espero obtener alguna recompensa.
Flche: De su parte? Por Dios! Sin duda sers la ms astuta si consigues sacarle algo.
Y te advierto que en esta casa el dinero es muy caro.
Frosine: Hay cierto tipo de servicios que estn muy bien pagados.
Flche: No lo dudo, pero no has conocido todava al Monsieur Harpagon. El Monsieur
Harpagon es, de todos los humanos, el humano menos humano, el mortal ms agarrado
de todos los mortales. No hay servicio cuyo agradecimiento le haga rascarse el bolsillo.
Tendrs todas las alabanzas, cario, palabras amables que quieras, pero de dinero, ni
hablar. No hay nada ms spero y estril que sus caricias y sus arrumacos. Vamos, que
por no dar, no da ni los buenos das. Slo los presta.
Frosine: Vive Dios que conozco el arte de ordear a los hombres. Poseo el secreto de
enternecer sus corazones, de encontrar los recovecos de su sensibilidad.
Flche: De nada te servir aqu. Te reto a que ablandes el bolsillo de este hombre. Est

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Molire

hecho un judo! Tan judo que nadie lo aguanta. Y ya puedes estar agonizando que ni un
dedo mover por ti. En una palabra: quiere ms al dinero que a su honor, a su virtud o a
su reputacin. Si con tan slo ver a un acreedor le entran arcadas! Es cmo herirle de
muerte, atravesarle el corazn, arrancarle las entraas. Y si Cuidado que ya vuelve
He de irme

ESCENA 5
HARPAGON, FROSINE
Harpagon (en voz baja): Todo va bien. (En voz alta): Y bien, qu queras Frosine?
Frosine: Ay, seor, qu buena cara y qu aspecto tan saludable tenis!
Harpagon: Quin, yo?
Frosine: Nunca antes haba visto un rostro tan sano y hermoso!
Harpagon: Hablas de m?
Frosine: Pero cmo? Si estis ms joven que nunca. Hay muchachos de veinticinco aos
que parecen ms viejos que vos.
Harpagon: Pues Frosine, yo ya he pasado los sesenta.
Frosine: Y qu son sesenta aos? Mira por dnde sale! Si estis en la flor de la vida, a
punto de empezar la poca dorada del hombre.
Harpagon: Es cierto, pero no me vendra mal quitarme veinte aos.
Frosine: Estis de broma? No lo necesitis para nada. Vos pertenecis a esa estirpe de
hombres que viven ms de cien aos.
Harpagon: De verdad lo crees?
Frosine: Sin duda. Tenis todos los ingredientes para ello. Erguos que os vea. Oh! He
ah, entre vuestros ojos, una seal de una larga vida.
Harpagon: T sabes de esto?
Frosine: Desde luego. Mostradme vuestra mano. Ah, Dios Santo! Menuda lnea de la
vida!
Harpagon: Cmo?
Frosine: No veis hasta dnde llega esta lnea?
Harpagon: Y eso qu quiere decir?
Frosine: Jess! He dicho cien, pero segn veo superaris los 120 aos!
Harpagon: Es posible?
Frosine: Habr que mataros, os digo. Y enterraris a vuestros hijos, y a los hijos de vuestros
hijos.
Harpagon: Tanto mejor. Cmo va lo nuestro?
Frosine: Eso ni se pregunta. Acaso no termino siempre lo que empiezo? Para los
matrimonios tengo un don especial. No hay nadie en el mundo a quien no pueda yo
emparejar en poco tiempo. Vamos, que si me lo propusiera, estoy segura de que casara

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El avaro
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Molire

al Gran Turco con la Repblica de Venecia. Sin duda este asunto presentaba menos
dificultades. Y aprovechando que tengo trato con las dos damas, he estado hablando
largo y tendido de vos a la madre, y le he hecho saber vuestro inters por Mariane desde
el momento mismo en que la visteis pasear por la calle y tomar el fresco en su ventana.
Harpagon: Y ha contestado.
Frosine: Le ha encantado vuestra proposicin! Y cuando le comuniqu vuestro deseo de
que su hija estuviera presente esta noche durante la firma del contrato de matrimonio de
la vuestra, acept inmediatamente y la puso a mi cargo.
Harpagon: El caso es que estoy obligado, Frosine, a invitar a cenar al seor Anselme, y
me encantara que ella nos acompaara.
Frosine: Buena idea. Despus de comer, har una visita a vuestra hija, tras lo cual tiene
pensado ir a dar una vuelta por la feria, y luego venir a cenar.
Harpagon: Perfecto! Les prestar mi coche y as podrn ir juntas.
Frosine: Ah iba yo.
Harpagon: Pero dime, Frosine, le sonsacaste a la madre la dote que le va a dar a su hija?
Le has dicho que era necesario un poco de ayuda, que hiciera un pequeo esfuerzo, que
se exprimiera en una ocasin como sta? Porque no es de recibo casar una hija gratis.
Frosine: Y tanto! Es una joven que os aportar doce mil libras de renta!
Harpagon: Doce mil libras de renta!
Frosine: S. En primer lugar, ha crecido y ha sido educada en el mximo ahorro de alimentos.
Est acostumbrada a vivir de ensaladas, leche, queso y manzanas, por lo que no necesitar
una mesa bien servida, ni caldos ni bebidas exquisitas, y desde luego nada del resto de
delicadezas que deberais tener con cualquier otra mujer. Y esto no es poco, porque al
cabo del ao, todo suma al menos tres mil francos. Adems de esto, su aseo es muy
sencillo, y no le atraen ni los vestidos recargados ni las joyas caras, ni los muebles suntuosos
que tanto aprecian las dems damas. Todo esto asciende a cuatro mil libras anuales. Por
si fuera poco, odia profundamente el juego, algo poco frecuente entre las mujeres de hoy
en da, y s lo que digo porque una del barrio perdi a las siete y media ms de veinte
mil francos este ao! Imaginemos slo el cuarto de esa cantidad. Cinco mil francos en
juegos de azar al ao y cuatro mil francos en ropas y joyas hacen nueve mil libras. Si a
eso le sumamos los mil escudos de la comida, salen exactamente doce mil francos al ao.
Harpagon: Es cierto que no est mal, pero las cuentas no aportan nada slido.
Frosine: Perdonadme, pero Os parece poco slido aportar para el matrimonio la mayor
de las austeridades, la herencia de un amor inestimable por la sencillez en el atuendo y
la adquisicin de un profundo odio hacia el juego?
Harpagon: Es ridculo formular su dote con todos aquellos gastos que no tendr. No voy
a dar recibo de algo que no he cobrado, por lo que es menester que yo toque algo a
cambio.
Frosine: Sabe Dios que ya tocaris bastante. Adems, me hablaron de un pas donde

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poseen ciertos bienes de los cuales seris dueo.


Harpagon: Eso habr que verlo. Pero Frosine, hay algo ms que me preocupa. La muchacha
es joven, como sabes, y los jvenes normalmente aman a los de su edad, y buscan su
compaa. Temo que un hombre de mi edad no le guste y que esta ocasin ciertas
complicaciones ntimas que no me convendran en absoluto.
Frosine: Ah, no la conocis en absoluto! Esto es algo de lo que tambin quera hablaros.
Odia terriblemente a los jvenes y slo siente amor por los viejos.
Harpagon: De vers?
Frosine: As es. Ojal la hubieseis escuchado hablar acerca de eso. No soporta la ms
mnima presencia de un joven, y nada le produce mayor gozo que ver a un viejo. Para ella,
cuanto mayor es el viejo, mayor es su encanto, por lo que os advierto que no tratis de
haceros pasar por alguien ms joven. Ella busca a un hombre de al menos sesenta aos,
y no hace ni cuatro meses que, a punto de contraer matrimonio, cancel su boda al
comprobar que su futuro marido tan slo tena 56 aos y que no utilizaba las gafas para
firmar el contrato.
Harpagon: Slo por eso?
Frosine: S. Dice que 56 no son suficientes, y que su debilidad son las narices que llevan
gafas.
Harpagon: Me dices algo que no saba.
Frosine: Y an hay ms. En su habitacin tiene algunos cuadros y unas estampas, pero,
de quin creis que son? De Adonis? De Cfalos? De Paris? De Apolo? No. Son
bellos retratos de Saturno, del rey Pramo, del viejo Nstor, y del buen padre Anquises a
hombros de su hijo.
Harpagon: Qu maravilla! Nunca me lo hubiera imaginado. Me alegra saberlo. De hecho,
si hubiese sido mujer, tampoco me habran gustado los hombres jvenes.
Frosine: As lo creo. Menuda flor de un da es un joven, para quererlo! Bellos mocosos
y presumidos, que pretenden dar envidia con su piel tan tersa! Me gustara saber qu les
ven!
Harpagon: Yo no lo entiendo. No me explico como puede haber tantas mujeres enamoradas
de ellos.
Frosine: Hay que ser boba. Sentirse atrada por la juventud! Es eso sentido comn?
Acaso son hombres esos niatos? Cmo puede una enamorarse de alguien as?
Harpagon: Es lo que yo me digo. Con sus voces finas y agudas, sus cuatro pelos en la
barba como bigotes de gato, sus pelucas de estopa, sus calzas cadas y sus chalecos sin
abrochar!
Frosine: Ni punto de comparacin al lado de alguien como vos! Esto s que es un hombre!
Aqu s que hay donde mirar! As es como hay que estar hecho y vestir para satisfacer a
una mujer.
Harpagon: Me ves bien?

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Frosine: Cmo bien? Estis impecable, digno de un cuadro. Giraos ligeramente, por
favor. No se puede estar mejor! Andad un poco, que os vea. He aqu un cuerpo bien
hecho, libre y desenvuelto como es debido, y que no presenta ningn achaque.
Harpagon: Es cierto que no tengo muchos, gracias a dios. Slo la tos, que me da de vez
en cuando.
Frosine: Eso no es nada. Os sienta muy bien y demostris mucha gracia y estilo al toser.
Harpagon: Dime, Mariane no me ha visto nunca? No se ha fijado en m alguna vez que
nos hayamos cruzado?
Frosine: No, pero hemos hablado largo y tendido de vos. Le hice un retrato de vuestra
persona y no escatim en alabar vuestra grandeza y en resaltar la suerte que tena al
casarse con alguien as.
Harpagon: Has hecho bien, y te lo agradezco.
Frosine: Sin embargo, quisiera, seor, haceros un pequeo ruego. (Harpagon lanza una
mirada de severidad) Estoy envuelta en un juicio que perder sin duda, si no dispongo de
algn dinero. Y vos podrais ayudarme a ganarlo si tuvierais alguna bondad conmigo.
(Harpagon vuelve a adoptar un aire de jbilo) No os podis imaginar la alegra que se llevar
al veros. Ah! Cmo le gustaris! Le encantar ver vuestra gorguera a la antigua! Pero
sobre todo, caer rendida a vos con vuestras calzas atadas al jubn con cordones. Un
amante acordonado har que se vuelva loca de amor.
Harpagon: Me alegra or esto.
Frosine: (Harpagon vuelve a adoptar un semblante serio): Lo cierto es, seor, que este juicio
es para m muy importante. Si lo pierdo estoy arruinada, y una pequea ayuda me permitira
rehacer mis negocios. (vuelve a adoptar un semblante alegre) Ojal hubieseis visto la alegra
con la que me escuchaba hablar de vos. Sus ojos destellaban jbilo al or todas vuestras
virtudes. Est impaciente por ver concluido este matrimonio.
Harpagon: Me has hecho un gran favor, Frosine, y confieso que te estoy enormemente agradecido.
Frosine (Harpagon vuelve a adoptar su mirad misteriosa): Seor, os ruego que me concedis
la ayuda que os suplico. Slo eso me permitir reponerme y os estar eternamente
agradecida.
Harpagon: Adis. He de terminar unos asuntos.
Frosine: Os aseguro, seor, que ningn otro bien que me hicieseis sera mayor que ste.
Harpagon: Mandar tener lista mi coche para que os lleve a la feria.
Frosine: No os lo pedira si no fuera una cuestin de vida o muerte.
Harpagon: Y me encargar de que la cena se sirva temprano, para que no os siente mal.
Frosine: No me neguis el favor que os pido. No os podis imaginar, seor, el placer que
Harpagon: Me marcho. Me llaman. Hasta pronto.
Frosine: As te la hiel se te quiebre y la fiebre se te lleve al otro mundo, perro del demonio. No
ha cedido lo ms mnimo ante mis ataques, pero seguir intentndolo. Adems, siempre
me quedar la otra parte, de la que espero sacar un buen pellizco.

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ACTO III
ESCENA 1.
Saln en casa de Harpagon: HARPAGON, CLANTE, LISE,
VALRE, MATRE JACQUES, FLCHE.
Harpagon: Venga, todos en fila y a escucharme, voy a dar las instrucciones y las rdenes
para la cena..Os encargo de la limpieza de todo, y no frotis los muebles demasiado fuerte,
no se vayan a gastar. Adems controlareis el consumo de botellas toda la noche. Si
desaparece o se rompe alguna, os lo descontar del sueldo.
M. Jacques. (Aparte e irnico) Justo castigo.
Harpagon: Podis iros. A ti, Flche, te toca la tarea de limpiar los vasos y escanciar , pero
solo cuando tengan sed de verdad. No hagas como tantos criados impertinentes que se
ponen a provocar a los invitados y a darles de beber cuando ya ni piensan en ello. Y no
olvides mezclar siempre con mucha agua.
M. Jacques. (Id) S, que el vino puro se sube a la cabeza.
Flche: Nos hemos de quitar el guardapolvo, seor?
Harpagon: En cuanto lleguen los invitados. Pero no estropeis mucho la ropa.
Flche: Y que mis calzas, seor, estn tan agujereadas por detrs que se me ve, con
perdn...todo.
Harpagon, (a Flche): Calla! Tu te pegas estratgicamente a la pared, y mustrate siempre
de frente. Tu, hija ma, vigilars todo cuando se quiten los manteles, no sea que tengamos
algn desperfecto... Eso va muy bien a las jvenes... Pero ahora, preprate para recibir bien
a mi amada, que viene a visitarte y llevarte luego a la feria. Me has odo?
lise: Si, padre.
Harpagon: Y tu, hijo mo, el doncellito, al que hago el inmenso favor de perdonarle por
la escena de antes, no se te ocurra ponerle mara cara.
Clante: Yo? Y porqu habra de hacerlo?
Harpagon: Por Dos, ya sabemos cmo reaccionan los hijos cuando sus padres se vuelven
a casar, y cmo suelen mirar a su futura madrastra... Pero si quieres que olvide tu anterior
impertinencia, te advierto: se amable con ella y recbela lo ms afectuosos que puedas.
Clante: Para ser sincero, no puedo prometer que me alegre porque vaya a convertirse en
mi madrastra, mentira. Pero en cuanto a ser amable y dispensarle un grato recibimiento,
contad con ello.
Harpagon: Al menos, intntalo.
Clante: No tendris motivo de queja.
Harpagon: Eso espero. Valre, ven en mi ayuda. Maese Jacques! Acrcate...Te he dejado
para el final.
M. Jacques. A quin queris hablar, a vuestro cochero o a vuestro cocinero? Porque como
soy las dos cosas...

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Harpagon: A los dos.


M. Jacques: Pero con cul primero?
Harpagon: Con el cocinero.
M. Jacques: Esperad, por favor. (Se quita la casaca de cochero y aparece vestido de
cocinero) Seor.
Harpagon: Esta noche me he comprometido a dar una cena.
M. Jacques: Ha ocurrido un milagro?
Harpagon: Dime...Nos vas a dar un buen banquete?
M. Jacques. Si. Si me dais un buen dinero.
Harpagon: Demonio, ya estamos con el dinero! Parece que no tengis otra palabra en
la boca: dinero, dinero, dinero! No hacis todos ms que hablarme de dinero! Es que
no sabis otra cancin?
Valre: Vaya respuesta impertinente! Dinero para dar un buen banquete! Eso lo sabe
hacer cualquiera! Pero ser un hombre inteligente es saber dar un buen festn con poco
dinero.
M. Jacques: Un buen festn con poco dinero?
Valre: En efecto.
M. Jacques: A fe ma, seor administrador, deberais revelarme ese secreto y tomar mi
puesto de cocinero, ya que sabis hacer de todo.
Harpagon: Cllate. Que necesitaramos?
M. Jacques: Aqu est vuestro administrador. l sabe hacer un buen banquete con poco
dinero.
Harpagon: Respndeme ya.
M. Jacques: Cuntos seris para cenar?
Harpagon: Ocho o diez, pero hay que contar slo ocho. donde cenan ocho, cenan diez.
Valre. Bien dicho.
M. Jacques: A ver..(Contando) Cuatro sopas con buena guarnicin. y cinco platos con
entrantes. Sopas: de cangrejo, de perdiz con col, sopa de verduras, y sopa de pato con
nabos. Entrantes: Estofado de pollo, empanada de pichones, morcilla blanca y mollejos..
Harpagon: He dicho ocho personas, no toda la ciudad.
M. Jacques: Asado en una olla grande, en pirmide: medio lomo de ternera, tres faisanes,
tres pulardas bien gordas, seis conejos de monte, doce perdices, dos docenas de codornices,
tres docenas de tordos...
Valre: Y luego que revienten todos, No?
M. Jacques. .. faltan los dulces...
Valre: Creis que el seor invita a esas personas para matarlas a base de comida? Los
mdicos afirman que comer en exceso es lo ms prejudicial para el hombre.
Harpagon: Cierto.
Valre, (a M. Jacques) Una mesa demasiado llena parece un matadero. Cuando se es

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amigo de quien se invita, hay que ofrecerles una comida frugal. Ya se sabe: Hay que
comer para vivir, no vivir para comer.
Harpagon, (emocionado) Oh! Qu sentencia! Ven aqu que te abrace. Es la ms maravillosa
sentencia que jams he odo. Hay que vivir para comer, y no comer para vivir.. O ...Cmo
dices t?
Valre: Hay que comer para vivir y no vivir para comer
Harpagon: Eso. (A M. Jaques)Has odo? (A Valre) Qu gran hombre dijo eso?
Valre: Un clsico. No recuerdo su nombre.
Harpagon: Acurdate de escribirme esa frase! Quiero que las graben en letras de oro
sobre la chimenea del saln.
Valre. No lo olvidar. Y en cuanto a la cena, yo me ocupar de todo.
Harpagon: Hazlo.
M. Jacques. Mejor para m, menos trabajo.
Harpagon: (A Valre) Necesitaremos cosas de las que comes poco y hartan en seguida.
Un buen guisado de cordero un pat trufado de castaas. ya sabes, cosas que llenen.
Valre: Yo me encargo.
Harpagon: Y ahora, M. Jacques, hay que limpiar el coche.
M. Jacques: Un momento. Esa orden es para el cochero.( Se vuelve a poner la casaca de
cochero) Decais, seor...
Harpagon: que hay que limpiar el coche y tener los caballos a punto para ir a la feria.
M. Jacques: Los caballos, seor? No estn en disposicin de andar, seor. No os dir
que estn hechos polvo, porque si hubiera polvo en la cuadra se lo habran comedio. Estn
obligados por vos a tal ayuno, que ya no s si son espectros, ideas, o fantasmas de caballo.
Harpagon: Ya. Estn enfermos de no hacer nada.
M. Jacques: Y como no hacen nada... Tampoco tienen que comer nada? les vendra
mejor trabajar ms y comer ms. Me parte el corazn verles en ese estado de inanicin,
ya que les he tomado un gran cario, tanto que , cuando los veo padecer es como si mi
ocurriera a m. Me quito todos los das la comida de la boca para drsela a ellos, pues
quien no siente compasin ninguna por su prjimo demuestra tener un corazn muy negro.
Harpagon: No ser demasiado trabajo ir de aqu hasta la feria.
M. Jacques: Seor, no tengo valor de llevarles y me dolera tener que darles de latigazos
en el estado en que se encuentran Cmo queris que puedan tirar de un coche, si no
pueden tirar de s mismos?
Harpagon: Seor, contratar al vecino, el de Picarda, para que les lleve. Adems, nos
ayudar tambin a preparar la cena.
M. Jacques. De verdad ... prefiero que mueran a manos ajenas antes que a las mas.
Valre: M.jacques se hace el fildofo.
M. Jacques: Y el seor administrados se hace el imprescindible.
Harpagon: Haya paz!

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M. Jacques: Seor, no soporto a los cobistas, y a ste ya le tengo calado. El control


permanente del pan, del vino, de la lea, de la sal, de las velas... Todo eso es para adularos
y hacerse el zalamero. Pero me enfurece or lo que oigo de vos cada da, porque, a fin de
cuentas, os aprecio, a pesar mo, y despus de mis caballos, sois la persona a quien ms
quiero.
Harpagon: Y qu se dice de m?
M.Jacques: Seor...si estuviera seguro de que no os ibais a enfurecer...
Harpagon: En absoluto. al contrario..
M. Jacques: Os enfadaris...
Harpagon: Me gustara mucho saber qu se dice de m...
M. Jacques: Ya que es vuestro deseo, os dir con sinceridad que en todas partes se
burlan de vos, que aguantamos burlas y chacotas all donde vamos acerca de vuestra
tacaera. el uno dice que mandes imprimir calendarios particulares doblando los das de
ayuno y abstinencia, para sacar provecho de vuestros criados. El otro, que siempre
encontris motivo de enfado justo antes de pagar los aguinaldos a la servidumbre para
que se vayan a otra o casa, o para no darles nada con la excusa de la ria. El otro que si
robis la avena de los caballo, y el cochero , tomndoos por un ladrn en la oscuridad os
dio de palos, lo que vos callasteis para disimular...En fin...Qu queris que aada? Sois
el hazmerrer de todo el mundo, y la gente se refiere a vos con las palabras cobarde, avaro,
tacao, run y usurero.
Harpagon: (Pegndole) Idiota, necio, estpido!
M. Jacques: No lo haba dicho yo? No habis querido creerme. Ya os avis de que os
cabrevarais si deca la verdad.
Harpagon: Para que aprendas a hablar. (Se va ).

ESCENA 2
M. JACQUES, VALRE.
Valre: Por lo que veo, os pagan mal vuestra franqueza.
M.Jacques: Ah! Seor recin llegado, te crees muy importante, pero no te metas donde
no te llaman. Rete de tus golpes cuando te peguen a ti, pero no te ras de los mos.
Valre: Mases Jacques, no os enfadis , por favor.
M.Jacques: (Se acobarda) ...(Alto) No sabes, seor risueo, que yo no me ro, y si me
tocas las narices, yo te dar risa pero de otra clase? (Mientras habla le va empujando hasta
casi tirarlo del escenario)
Valre: Eh,, calma, calma!
M. Jacques: Eres un impertinente, y como coja un palo, te voy a dar para que te acuerdes
de m.
Valre: (hacindole retroceder el mismo espacio) Cmo? Un palo...? Habis dicho un palo?

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M. Jacques: Bueno, bueno, no es para tanto...


Valre: No sabis, seor presuntuoso, que yo tambin soy capaz de moleros a palos?
M. Jacques: Lo creo.
Valre: Y que en realidad slo sois cocinero de menudillos que no vale un cntimo?
M. Jacques: (Con respeto) Perdonadme.
Valre: As que ..Vais a darme una paliza?
M. Jacques: Lo dije en broma.
Valre: Broma que no me hace ninguna gracia. (Le va pegando y empujando) Para que
sepis lo que es una buena broma (Se va de escena ).
M. Jacques: La peste se lleve a la sinceridad! Mal asunto...A partir de hoy renuncio. No
volver a decir la verdad. A mi amo se lo aguanto.. Pero del seor administrador, me
vengar como sea.

ESCENA 3
FROSINE , M. JACQUES, MARIANE.
Frosine: Sabis si est vuestro amo en casa?
M.Jacques: Y tanto que est, vaya que si est!
Frosine: Podras decirle, por favor,que ya estamos aqu?

ESCENA 4
MARIANE, FROSINE.
Mariane: Frosine, qu extraa situacin... Si te digo lo que siento, estoy aterrada con esta
visita.
Frosine: Pero, Por qu? Qu es lo que temes?
Mariane: Y tu me lo preguntas? No te imaginas la inquietud de alguien que se dispuesta
a una tortura segura?
Frosine: Lo que imagino es que para morir agradablemente, no elegiras nunca una tortura
como la de aguantar a Harpagon. Y tambin que la cara del joven del que me has hablado
se te aparece muy a menudo.
Mariane: S. Y no quiero evitarlo, y las visitas tan amables que nos ha hecho han dejado
huella en mi corazn.
Frosine: Pero ya has descubierto quin es?
Mariane: No, an no s quin es. Pero s que tiene el aspecto de quien se hace de querer,
y que si yo pudiera elegir no dudara un instante, le elegira a l, con lo que aumenta mi
horror cuando pienso en el marido que se me quiere dar.
Frosine: Ay, Seor! Es verdad que todos esos jovenzuelos son muy agradables, y saben

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mucho de galanteo. pero lo triste es que casi todos son tambin pobres como ratas. A ti
te conviene ms un marido viejo que te deje una buena herencia. Te digo, y no me equivoco,
que los sentimientos nos pierden siempre, y aunque tengas que superar alguna repugnancia
con Harpagon, como esposo no creo que te dure mucho... Ya muerte, recuerda bien, te
va a colocar en una posicin en la que podrs elegir despus a otro ms de tu gusto.
Mariane: Por Dios, Frosine, que extrao negocio es este, en el que, para ser feliz, tienes
que desear la muerte de otra persona. Adems, la muerte no siempre sigue nuestros
deseos.
Frosine: Te burlas de m? Te casas con l a condicin de que te deje viuda lo antes
posible, y sa debe ser una de las cluslas del contrato matrimonial Menudo martirio si
no muere a los tres meses! Aqu le tienes en persona.
Mariane: Ay, Frosine, es horrible!

ESCENA 5.
HARPAGON, FROSINE , LISE, MARIANE.
Harpagon: Espero que no os moleste que me presente ante vos con gafas... S que
vuestros atractivos deslumbran la vista y son tan visibles que no hace falta anteojo alguno
para apreciarlos. Pero, me dijeron que a las estrellas hay que observarlas con anteojos y
vos sois no una estrella, sino la ms hermosa de todos el pas de los astros...(A Frosine)
Frosine, no responde... creo que no se alegra de verme...
Frosine: Es que an est toda pasmada, y adems, las chicas jvenes son muy tmidas
a la hora de exteriorizar sus sentimientos.
Harpagon: Tienes razn (A Mariane) Mirad, mi hermosa y bella, aqu viene mi hija que
quiere saludaros...

ESCENA 6.
Harpagon, lise, Mariane, Frosine.
Mariane: Ya s que cumplo tarde con esta visita...
lise: No has hecho ms que lo que deba haber hecho yo antes. (Se besan)
Harpagon, (a Mariane) Ya veis lo crecida que est, pero ya sabis: mala hierba nunca
muere.
Mariane, (a Frosine, en voz baja) Qu hombre tan repulsivo!
Harpagon: Qu dice esta preciosidad?
Frosine: Que os encuentra digno de admiracin.
Harpagon, (a Mariane) Eso es demasidao honor para m, encantadora joven.
Mariane, (aparte) Qu animal!

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Harpagon: Me siento halagado por esos sentimientos.


Mariane, (aparte) No puedo ms...
Harpagon: Aqu llega tambin mi hijo, para presentar sus respetos.
Mariane, (en voz baja a Frosine) Frosine, qu casualidad... ste joven es justamente se
del que te hablaba.
Frosine, (a Mariane) No es una maravillosa aventura?
Harpagon: Ya veo que os sorprende que mis hijos sean tan mayores, pero muy pronto me
habr deshecho de uno y de otra.

ESCENA 7.
CLANTE, HARPAGON, LISE, FROSINE, MARIANE, FLCHE,
VALRE.
Clante: Seora, si os digo la verdad, este es un encuentro que no me esperaba... Y la
sorpresa que me dio mi padre al contarme sus planes tambin fue enorme.
Mariane: Lo mismo digo. Estoy igualmente sorprendida, y tampoco estaba preparada para
sto.
Clante: La verdad es que mi padre no poda haber hecho mejor eleccin... Pero, con
todo, no me alegro del hecho de que podis convertiros en mi madrastra.... Este matrimonio,
como podis imaginar, me repugna... Tambin sabris, si me conocis un poco, que
destroza mis ilusiones, y que... qu queris que os diga... Con el permiso de mi padre, si
de mi dependiera, este matrimonio no se celebrara nunca.
Harpagon: Vaya cumplido impertinente! Bonita confesin!
Mariane. Y yo, para responder a esas palabras, dir que me sucede lo mismo. Y si os
repugna verme convertida en madrastra, a mi tambin me repugnara teneros como hijastro.
Y si no me viera obligada por una causa de fuerza mayor, os doy mi palabra: yo tampoco
consentira este matrimonio.
Harpagon: Muy bien dicho. A palabras necias, respuestas necias.... O lo que sea. Perdn,
hermosa ma por la insolencia de mi hijo. Es un joven estpido que an no conoce el
alcance de sus palabras.
Mariane: Lo que me ha dicho no me ha ofendido en absoluto. Al contrario, me siento
halagada porque me ha expuesto sus sentimientos verdaderos. Me ha gustado mucho
esa especie de declaracin si me hubiera hablado de otra manera, le apreciara mucho
menos.
Harpagon: Qu gran bondad la vuestra al disculpar as sus faltas! el tiempo le har ms
prudente y cambiar sus sentimientos.
Clante: No, padre, no creo que sea capaz de cambiar, y ruego a Mariane que me crea.
Harpagon: Esto ya es excesivo, an sigues en tu obstinacin!

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Clante: Queris que traicione a mi corazn?


Harpagon: Otra vez! Porqu no cambias de conversacin?
Clante: De acuerdo. Ya que insists en que hable en otro tono...(Se dirige a Mariane) Voy
a colocarme, seora, en el lugar de mi padre. Entonces declaro que nunca he visto otra
mujer tan encantadora como vos en el mundo. Que no concibo nada igual al placer de
agradaros y que ser vuestro esposo es un triunfo. Seora, la felicidad de poseeros es, a
mis ojos, la mejor de las fortunas y de las ambiciones. Y no hay nada que yo no hiciera
para lograr una conquista tan valiosa...
Harpagon: Poco a poco, hijo...
Clante: Es un cumplido que hago a la seora.
Harpagon: Diantre, yo ya tengo lengua para hablar por m mismo, no necesito ningn
intrprete! Vamos, traed asientos.
Frosine: No, es mejor que vayamos ya a la feria, as volveremos antes y tendremos todo
el tiempo para que conversis.
Harpagon: Que enganchen los caballos al coche. (A Mariane) Ruego me perdonis si no
os ofrecido tomar algo antes de marchar.
Clante: Ya lo he solucionado yo: he ordenado que traigan unas cestas con naranjas de
la China, limones dulces y confitura variada, todo ello a vuestra cuenta.
Harpagon: (bajo a Valre) (Valre!)
Valre: Ha perdido la razn.
Clante: (a Harpagon) Quizs pensais que no es suficiente?
Mariane: No era necesario tanto...
Clante: (A Mariane) Habis visto alguna vez un diamante ms reluciente que el que lleva
mi padre en su dedo?
Mariane: Es cierto. Brilla mucho.
Clante: (quitando el diamante del dedo a su padre, se lo da a Mariane.) Hay que verlo
de cerca.
Mariane: As parece mucho ms hermoso y brilla con mil destellos...

Mariane hace gesto de devolver el diamante a Harpagon y se interpone entre ambos.

Clante: Nada de eso, Est en la mejores manos...Y las ms bellas. Es un regalo que mi
padre os hace.
Harpagon: Yo?
Clante: No es verdad, padre, que queris que Madame lo conserve por vuestro amor?
Mariane: Pero yo no puedo aceptar...
Clante: Os burlais? l no piensa en aceptarlo.
Harpagon, (aparte) Me llevan los diablos!
Mariane: Pero so sera...

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Clante: No querris ofenderle...


Mariane: Por favor...
Clante: En absoluto...
Harpagon, (aparte) Maldita sea!
Clante: Mirad como se escandaliza por vuesto rechazo...
Harpagon: (bajo, a su hijo) Traidor!
Clante: Ya veis como se desespera. Padre, no es culpa ma... Yo hago lo que puedo para
obligarla a aceptarlo..Pero ella se empea en...
Harpagon: (bajo) Canalla!
Clante: Lo veris, Madame? Estais provocando que mi padre me ria.
Harpagon, (id) Granuja!
Clante: Se pondr enfermo. Por favor, aceptadlo ya.
Mariane (a Harpagon) Slo lo acepto para que no os enfurezcis... ya encontrar otro
momento para devolvroslo...

ESCENA 8.
HARPAGON, MARIANE, FROSINE, CLANTE, FLCHE, LISE
Flche: Seor, fuera hay un hombe que desa hablaros.
Harpagon: Dile que estoy ocupado, que vuelva otro da...
Flche: Dice que trae dinero.(Sale corriendo)
Harpagon, (a Mariane) Disculpadme, vuelvo en seguida. (Sale de escena)

ESCENA 9.
FLCHE, HARPAGON, MARIANE, LISE, CLEANTE, VALRE,
FROSINE.
Flche entra corriendo y tropieza con Harpagon hacindole caer al suelo.
Flche: Monsieur...
Harpagon: Ay! No esoy muerto?
Clante: Qu ocurre, padre? Os habis hecho dao?
Harpagon: Seguro que este bandido ha sido pagado por mis deudores para romperme
la crisma.
Valre: No ser nada.
Flche: Monsieur, os pido perdn, crea que haca bien viniendo a toda prisa.
Harpagon: Qu quieres de m, asesino?
Flche: Olvid deciros que vuestros dos caballos ya no tienen ni herraduras.
Harpagon: Pues que los llevan inmediatamente al herrador.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Clante: Pues mientras les ponen las herraduras, har en vuestro nombre los honores de
la casa y llevar a la seora al jardn, donde har servir el tentempi.
Harpagon: Valre, estate al tanto de todo, y procura guardar lo que sobre para devolverlo
al tendero...
Valre: Por supuesto.
Harpagon, (mientras los dems salen de escena) Qu hijo tan importuno! pretender
arruinarme?

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

ACTO IV
ESCENA 1.
CLANTE, MARIANE, ELISE Y FROSINE
Clante: Entremos aqu, estaremos mejor. Aqu no hay nadie sospechoso. Podremos
hablar con libertad.
Elise: S. Mi hermano me ha hablado de la pasin que siente por ti, y conozco bien las
amarguras y sinsabores de tantos obstculos. Te aseguro que me he tomado el mayor
inters en vuestra causa.
Mariane: Qu dulce consuelo es ver que una persona como t se interesa por mi situacin.
Te ruego que mantengamos siempre nuestra amistad.
Frosine: Por Dios que sois un par de infelices por no haberme informado antes de vuestro
plan. Os hubiera librado tanta inquietud y las cosas no habran llegado al punto en el que
estn.
Clante: Y qu quieres? Mi mala suerte as lo ha querido. Pero Mariane, Qu has
decidido?
Mariane: Ay! Acaso estoy en situacin de decidir? Sometida como estoy a los dems,
acaso puedo expresar algo ms que no sean mis simples deseos?
Clante: No hay entonces nada ms donde agarrarme en tu corazn que tus simples
deseos? Ni siquiera un poco de piedad? De bondad compasiva? Ni de afecto que
conduzca a la accin?
Mariane: Qu podra decirte? Ponte en mi lugar. Aconsjame! Ordname! Me pongo
en tus manos, no creo que me exijas nada que atente el honor y el decoro.
Clante: Ay, qu desgracia la ma! Pues no me dejis ms margen que aqul que contempla
los malditos sentimientos de un honor inflexible y un decoro demasiado escrupuloso.
Mariane: Y qu quieres que haga? Tengo un enorme respeto por mi madre. Siempre me
educ el mayor cario y jams osara desobedecerla. Ve a verla, trata de persuadirla y
gnate su afecto. Si al final tan slo he declarar mi inclinacin por vos, mi confesin no
dejara dudas sobre lo que siento.
Clante: Frosine, mi querida Frosine, querrs ayudarnos?
Frosine: Por Dios! No hace falta preguntarlo! De todo corazn. Sabis que soy de natural
humano. El cielo no me dio un corazn de piedra, y que siento enorme ternura al hacer
pequeos favores a aquellos que se aman con honor y rectitud. Qu podramos hacer?
Clante: Piensa algo, te lo suplico.
Mariane: Ilumnanos.
Elise: Inventa algo que deshaga el lo en el que nos has metido.
Frosine: Eso ser difcil. (A Mariane) En cuanto a vuestra madre, no es del todo insensata
y podremos ganrnosla y convencerla para que d al hijo lo que pretende otorgar al padre
(a Clante) El nico obstculo, es que vuestro padre es vuestro padre.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Clante: Eso est claro.


Frosine: Quiero decir que sentir un enorme despecho al verse rechazado, y que por
consiguiente no estar de humor para dar su consentimiento a vuestro matrimonio. Sera
necesario que el rechazo a casarse procediese de l mismo, y lograr por algn medio que
os detestase.
Clante: Tienes razn.
Frosine: S, ya lo s. Lo difcil es encontrar la forma de hacerlo. Esperad. Si contsemos
con alguna mujer un poco mayor, con talento y capaz de hacerse pasar por una dama de
alta alcurnia, acompaada de un squito y con un nombre raro, como de marquesa, o de
vizcondesa; que viniera, digamos, de la baja Bretaa, creo que me las arreglara para hacer
creer a vuestro padre que se trata de una mujer adinerada, con ms de cien mil escudos
en metlico, adems de sus posesiones; que est locamente enamorada de l y que desea
hasta tal punto convertirse en su esposa que le entregara todos sus bienes como dote.
No me cabe la menor duda de que as no desatendera tal proposicin porque, al fin y al
cabo, es cierto que os ama mucho, lo s, pero ama un poco ms el dinero. Y una vez que
haya mordido el anzuelo y dado su consentimiento a cuanto deseis, poco importara que
se descubriera la verdad y se enterara de los autnticos bienes de la marquesa.
Clante: Est bien pensado.
Frosine: Dejadme hacer a m. Acabo de acordarme de una amiga que nos servir.
Clante: Frosine, ten por seguro mi reconocimiento si consigues llevar a cabo el plan.
Pero, mi querida Mariane, empecemos por ganarnos a vuestra madre. Bastante tenemos
por ahora con intentar romper este matrimonio. Os pido que hagis todos los esfuerzos
posibles por vuestra parte. Serviros del poder que vuestra amistad ejerce sobre ella.
Desplegad sin reserva alguna todas las gracias y encantos que el todo-poderoso puso en
vuestra mirada y en vuestros labios. Y, por favor, no olvidis la ternura de vuestras palabras,
la dulzura de vuestros ruegos, y todas esas caricias tan conmovedoras a las que estoy
seguro que no podr negarse.
Mariane: Lo recordar y prometo hacer cuanto pueda.

ESCENA 2.
HARPAGON, CLEANTE, MARIANE, LISE, FROSINE.
Harpagon (aparte, sin ser visto): Pero cmo! Mi hijo besando la mano de su futura
madrastra y sta que no opone resistencia. Aqu hay algo raro!
Clante: Aqu est mi padre.
Harpagon: El carruaje est preparado. Podis partir cuando os plazca.
Clante: Puesto que no las acompais, padre mo, lo har yo.
Harpagon: No. Quedate. Podrn ir perfectamente solas. Te necesito conmigo.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
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ESCENA 3.
HARPAGON. CLEANTE.
Harpagon: Dime, dejando a parte que se trata de vuestra madrastra, qu te parece?
Clante: Qu me parece?
Harpagon: S, su porte, su talle, su belleza, su ingenio...
Clante: As, as...
Harpagon: Y qu ms?
Clante: A decir verdad, menos de lo que esperaba. Sus aires son de coqueta, su talle
bastante vulgar, su belleza mediocre y su ingenio de lo ms comn. No pensis, padre
mo, que lo digo para disuadiros, porque a fin de cuentas, para madrastra, me da igual
sta como cualquier otra.
Harpagon. Sin embargo antes le decas que...
Clante: Cuatro piropos en vuestro nombre, pero slo para complaceros.
Harpagon: O sea que no sientes ninguna inclinacin por ella?
Clante: Yo? En absoluto.
Harpagon: Es una lstima, pues eso echa por tierra una idea que se me haba ocurrido.
Al verla, he reflexionado sobre mi edad, y me he imaginado lo que podran murmurar al
verme casado con alguien tan joven. Tu opinin me ha quitado la idea, pero al ser yo quien
la pidi en matrimonio y el que en su da di mi palabra, te la hubiera cedido de no ser por
el rechazo que sientes hacia ella.
Clante: A m?
Harpagon: A ti.
Clante: Cedido en matrimonio?
Harpagon: En matrimonio.
Clante: Escuchad, es cierto que no se ajusta a mi gusto, pero para complaceros, padre
mo, estoy dispuesto a casarme con ella, si as lo deseis.
Harpagon: Yo? Soy demasiado sensato para obligaros a forzar vuestros sentimientos.
Clante: Perdonadme, pero har este esfuerzo por el amor que os profeso.
Harpagon: No, no, un matrimonio no puede ser feliz si no existe antes el amor.
Clante: Padre mo, eso es algo que vendr con el tiempo, pues como dicen, el amor es
a menudo fruto del matrimonio.
Harpagon: No. El hombre que se va a casar no ha de correr ningn riesgo, y en este caso
podran desprenderse consecuencias nefastas de las que me guardar mucho. Si hubieses
sentido alguna inclinacin, en buena hora te hubieses casado con ella en mi lugar. Pero
no dndose el caso, seguir con mi plan inicial y ser yo quin lo haga.
Clante: Pues bien, padre mo, ya que os ponis as, he de descubriros mi corazn y
revelar nuestro secreto. La verdad es que la amo, desde el mismo da en que la v paseando.
Pensaba solicitar vuestro consentimiento para casarme con ella y slo me contuve al
conocer vuestros sentimientos y el temor a disgustaros.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Harpagon: La habis visitado en su casa?


Clante: Si, padre.
Harpagon: Muchas veces?
Clante: Bastantes para todo este tiempo.
Harpagon: Y te recibi correctamente?
Clante: S, aunque no saba quin era. De ah la sorpresa de Mariane.
Harpagon: Le has declarado tu amor?
Clante: Por supuesto, e incluso se lo haba dado a conocer ligeramente a su madre.
Harpagon: Y ella escuch la proposicin que hicistesobre su hija?
Clante: S, de manera muy civilizada.
Harpagon: Y la hija, Te corresponde ?
Clante: Si he de creer en las apariencias, padre, estoy convencido de que siente cierta
debilidad por m.
Harpagon: Me alegro de conocer el secreto. Es todo cuanto necesitaba saber. Pues bien!
Hijo, ya sabes lo que hay, no? Empieza a olvidar ese amor, y deja de perseguir a una persona
que reservo para m, y de casaros cuanto antes con quin tengo pensada para t.
Clante: Padre mo! As es cmo me engais? Pues llegados a este punto, os har saber
que no pienso renunciar a mi amor por Mariane, que har todo cuanto est en mi mano
para arrebatrosla, y que si vos contis con el consentimiento de una madre, yo dispondr
de otros aliados que me ayudaran.
Harpagon: Pero cmo te atreves, sinvergenza, a desafiar a tu padre?
Clante: Sois vos quien me desafa a m, pues yo estaba primero.
Harpagon: Y yo no soy acaso tu padre, y me debes todo el respeto del mundo?
Clante: Estas no son cosas que los hijos estn obligados a respetar. El amor no conoce
dueo.
Harpagon: Yo s que voy a hacer que me conozcas....a palos!
Clante: Vuestras amenazas no servirn de nada.
Harpagon: Renunciars a Mariane!
Clante: En absoluto.
Harpagon: Traedme un palo ahora mismo!

ESCENA 4.
MAESE JACQUES, HARPAGON Y CLEANTE.
M. Jacques: Vamos, vamos, seores, qu son todos estos gritos?
Clante: Me ro de todo lo que decs.
M. Jacques: (a Clante) Vamos, seor, calmaos
Harpagon: Hablarme a m con ese descaro!
M. Jacques (a Harpagon): Por favor, seor!

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Clante: No me rendir nunca!


M. Jacques: (a Clante) Cmo? Hablis as a vuestro padre?
Harpagon: Dejadme que le coja!
M. Jacques (a Harpagon): Pero qu decs? A vuestro hijo? Espero que no sea a m...
Harpagon: Maese Jacques, quiero que seis rbitro en este asunto, y demostris que
tengo razn.
M. Jacques: Acepto. (A Clante) Alejaos un poco.
Harpagon: Amo a una joven con la que quiero casarme. Y este sinvergenza tiene el
descaro de amarla tambin, y de cortejarla a pesar de mis rdenes.
M. Jacques: Ah! Mal hecho!
Harpagon: Acaso no es espantoso que un hijo compita con su padre? No debera, por
respeto, abstenerse de entrometerse en mis sentimientos?
M. Jacques: Estis en lo cierto. Dejad que le hable, y esperad aqu.
(se rene con Clante en el otro lado del escenario)
Clante: (a M. Jacques, acercndose a l): Ya que os escoge como juez, sea! Pero no
ceder en mis propsitos lo ms mnimo. Me da igual quien sea. Y estoy tambin dispuesto
a que seis vos quien arregle nuestras diferencias.
M. Jacques: Es todo un honor oros decir eso.
Clante: Estoy enamorado de una joven que me corresponde, y que acepta con ternura
los designios de mi corazn. Y a mi padre se le ocurre entrometerse en nuestro amor
pidindole que se case con l.
M. Jacques: Hace mal, seguramente.
Clante: No le da vergenza, a su edad, pensar en volver a casarse? Acaso es correcto
que un hombre como l est enamorado? No debera dejar estos menesteres a los ms
jvenes?
M. Jacques: Tenis razn. Se est burlando de vos. Dejad que le diga unas palabras.
(vuelve con Harpagon) Pues, bien, vuestro hijo no es tan raro como decs, y acepta entrar
en razn. Dice que conoce el respeto que os debe y que todo fue un arrebato inconsciente
del primer momento, pero que no se mostrar contrario a someterse a vuestros deseos,
siempre y cuando le tratis mejor que hasta ahora, y le concedis a alguien en matrimonio
que le agrade.
Harpagon: Ah! Decidle entonces, maese Jacques, que si as estn las cosas obtendr
cuanto desee de m, y que salvo a Mariane, podr escoger libremente a quien quiera.
M. Jacques (vuelve con el hijo): Dejadme hacer a m. Bien, vuestro padre es ms razonable
de lo que decs, y me ha asegurado que han sido vuestros arrebatos lo que le han enfurecido.
Tan slo le ha disgustado vuestra manera de actuar, y que est dispuesto a concederos
cuanto deseis siempre y cuando lo pidis con la dulzura, las formas, la sumisin y el
respeto a los que est obligado un hijo con su padre.
Clante: Ah! Maese Jacques, podis garantizarle que si me entrega a Mariane, ser el

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

ms sumiso de los hombres, y que har todo cuanto me mande.


M. Jacques (a Harpagon): Hecho. Acepta cuanto le digis.
Harpagon: Esplndido!
M. Jacques (a Clante) Trato hecho. Vuestras promesas le satisfacen.
Clante: Alabado sea Dios!
M. Jacques: Seores, no tenis ms que volver a juntaros. Estis de acuerdo en todo. Y
si volvieseis a discutir, sera por no saber explicaros.
Clante: Mi buen maese Jacques, te estar agradecido toda la vida.
M. Jacques: No hay de qu, seor.
Harpagon: Me has hecho un gran favor, Maese Jacques, y eso merece una recompensa.
Puedes marcharte ya, pues lo recordar siempre, te lo aseguro.
(saca su pauelo del bolsillo, haciendo creer a M. Jacques que le va a dar algo)
M. Jacques: Me arrodillo ante vos, seor.

ESCENA 5.
CLEANTE, HARPAGON.
Clante: Os ruego que me perdonis, padre, por mi arrebato.
Harpagon: No ha sido nada.
Clante: Os aseguro que estoy profundamente arrepentido.
Harpagon: Me alegro de que hayas entrado en razn.
Clante: Qu bondad la vuestra, olvidar tan rpidamente mi error.
Harpagon: Los errores de los hijos han de ser olvidados cuando stos aceptan cumplir
con su deber.
Clante: Entonces no me guardis rencor por lo ocurrido?
Harpagon: Cmo podra hacerlo ante tu sumisin y respeto?
Clante: Padre, os prometo que conservar en mi corazn el recuerdo de vuestra bondad
hasta la tumba.
Harpagon: Y yo te prometo que no habr cosa de m que me pidas y no obtengas.
Clante: Padre, nada ms quiero. Bastante tengo con que me hayis cedido a Mariane.
Harpagon: Cmo?
Clante: Digo, padre, que os estoy muy agradecido, pues al entregarme a Mariane no hay
nada ms que pueda yo desear.
Harpagon: Quin habla de concederte a Mariane?
Clante: Vos, padre mo.
Harpagon: Yo!
Clante: As es.
Harpagon: Pero qu dices? Si has sido t quien ha prometido renunciar a ella!
Clante: Renunciar, yo?

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
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Harpagon: S.
Clante: Nunca.
Harpagon: No has desistido en tu empeo?
Clante: Al contrario! Estoy ms decidido que nunca.
Harpagon: Qu dices, bribn? Ya ests otra vez con lo mismo?
Clante: Nada me har cambiar de idea.
Harpagon: Deja que te atrape!
Clante: Os dejo cuanto queris.
Harpagon: Te prohbo volver a mostrarte ante m.
Clante: Acepto!
Harpagon: Te abandono.
Clante: Abandonadme.
Harpagon: Renuncio a ti como padre.
Clante: Amn.
Harpagon: Te desheredo.
Clante: Todas las veces que queris.
Harpagon: Y te echar un mal de ojo!
Clante: Por fin dais algo.

ESCENA 6.
FLCHE , CLEANTE.
Flche: (Viene del jardn con un cofrecillo) Seor, me vens al pelo. Seguidme, deprisa!
Clante: Qu ocurre?
Flche: Seguidme os digo. Estamos de suerte.
Clante: Cmo?
Flche: He aqu la respuesta.
Clante: Qu?
Flche: No le he quitado el ojo a esto en todo el da.
Clante: Qu es?
Flche: El tesoro de vuestro padre. Lo he descubierto.
Clante: Cmo lo has encontrado?
Flche: Os lo dir ms tarde. Salgamos de aqu. Le estoy oyendo gritar.

ESCENA 7.
Harpagon (gritando al ladrn desde el jardn. Entra sin sombrero)
Harpagon: Al ladrn! Al ladrn! Al asesino! Al criminal! Justicia! Que el cielo haga

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

justicia! Estoy perdido! Me han asesinado! Me han rebanado la garganta! Me han robado
mi dinero! Quin ha sido? Dnde se lo han llevado? Dnde lo han escondido? Qu
puedo hacer para encontrarlo? Donde puedo ir? Donde puedo no ir? No est aqu?
No est all? Quin va? Devulveme mi dinero, bastado! (se coge el mismo por el brazo)
Ah, soy yo!. Me estoy volviendo loco. No s quin soy, donde estoy, ni lo que hago. Ay,
mi pobre dinero! Mi querido dinero! Mi mejor amigo! Nos han separado! Y sin ti, sin tu
ayuda, me quedo sin consuelo y sin alegra....ya no puedo seguir viviendo. As sea, ya no
puedo ms. Me muero; estoy muerto, enterrado. No hay nadie que me quiera resucitar
devolvindome mi querido dinero? O dicindome quin me lo ha robado? Eh? Qu me
decs? No hay nadie. Sea quien sea el que ha llevado a cabo el golpe, debe haber estado
espindome cuidadosamente, y ha escogido justo el momento en que hablaba con el
traidor de mi hijo. Salgamos. Pedir ayuda a la justicia y har que registren de arriba a
abajo la casa: a los criados, a los sirvientes, a mi hijo, a mi hija, incluso a m mismo. Cuanta
gente! Miro alrededor y no veo ms que sospechosos. Todos me parecen culpables. Eh!
De qu estis hablando? Del que me ha robado? Qu son esos ruidos all arriba? Es
el ladrn? Por favor, si os enteris de algo relacionado con el robo, os suplico que me lo
digis. No estar escondido ah, entre vosotros? Todos me miran y se ren. Sin duda han
participado en el golpe. Deprisa, a m los comisarios, los alguaciles, los prebostes, los
jueces, las torturas, la horca y los verdugos!. Que los cuelguen a todos! Y si no encuentro
mi dinero, me ahorcar yo despus.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

ACTO V.
ESCENA 1.
HARPAGON, UN COMISARIO.
Comisario: Dejadme a m, conozco muy bien mi oficio. No es el primer da que me ocupo
en descubrir robos de esta importancia...Ojal tuviera hoy sacos de mil ducados por cada
ladrn que he ahorcado...
Harpagon: Todos los magistrados quisieran llevar este caso... Pero como no se encuentre
mi dinero, pedir justicia a la justicia.
Comisario: Hay que llevar a cabo todas las gestiones precisas. Decs que en ese cofre
haba...
Harpagon: Diez mil escudos bien contados.
Comisario: Diez mil?
Harpagon: Diez mil.
Comisario: Eso si que es todo un robo.
Harpagon: No hay castigo lo bastante enorme para condenar este crimen. Y si queda
impune, ni las cosas ms sagradas estarn a salvo.
Comisario: Y sospechis de alguien en concreto?
Harpagon: De todo el mundo. Quiero que detengis a la ciudad entera, y los alrededores
enteros.
Comisario: En principio, no hay que alarmar a nadie. Hay que tratar de encontrar pruebas
poco a poco, y luego proceder con severidad a la devolucin del dinero que os han robado.

ESCENA 2.
M. JACQUES, HARPAGON, El COMISARIO.
M. Jacques, entrando y dirigindose al lateral por donde ha entrado:
M. Jacques: Bien. Que me lo degellen en seguida, que le vayan quemando los pies, que
me lo metan en agua hirviendo, y luego, que me lo cuelguen del techo.
Harpagon: A quin?Al que me ha robado?
M.Jacques: No, al lechn que el administrador me ha enviado y quiero prepararlo a mi
estilo.
Harpagon: Ahora se no es el tema, y a este seor hay que hablarle de otras cosas.
Comisario, (a M. Jacques) No te asustes, buen hombre. No quiero preocuparte, y todo
quedar entre nosotros.
M. Jacques,( a Harpagon) El seor es uno de los invitados de esta noche?
Comisario: No hay que ocultarle nada a tu amo.
M. Jacques: Pues yo os mostrar todo lo que s hacer, y os atender lo emjor que sepa.
Harpagon: Que eso no viene al caso, te digo.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
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M. Jacques: Digo que si la cena no es tan buena como yo quisiera, es por culpa del
administrador, que me corta las alas con su cicatera.
Harpagon: Canalla, que no hablamos de la cena. Que quiero que me digas lo que sabes
del dinero que me han robado.
M. Jacques: Os han robado dinero?
Harpagon: Si, bandido. Y te har ahorcar si no me lo devuelves.
Comisario: Sin maltratar...Tiene cara de buena persona, y sin tener que encarcelarle, dir
todo lo que sepa... O sea, (a M. Jacques) amigo mo, si confiesas todo lo que sabes, no
te haremos ningn dao y tu amo te recompensar por ello. Hoy le han robado, y seguro
que t sabes quin ha sido.
M. Jacques, (aparte) Esta es la ocasin para vengarme dle administrador...
Harpagon: Qu rumias?
Comisario: Dejadle. Va a confesar. Os dije que tena cara de buena persona.
M. Jacques: Seores, si queris que diga toda la verdad y nada ms que la verdad, creo
que el ladrn es el administrador.
Harpagon: Valre!
M. Jacques: l.
Harpagon: Con lo fiel que se mostraba!
M.Jacques. l mismo. l es quien os ha robado.
Harpagon: Y por qu lo crees?
M. Jacques: Porque lo creo.
Comisario: Necsitamos pruebas concretas.
Harpagon: Acaso le has visto merodear por donde yo tena escondido mi dinero?
M. Jacques. Exacto. dnde estaba vuestro dinero?
Harpagon: En el jardn.
M. Jacques: Justo. Le v merodear por all. Y dnde escondisteis vuestro dinero?
Harpagon: En un cofrecillo.
M. Jacques: Eso es. Le v llevando un cofrecillo.
Harpagon: Y cmo era ese cofrecillo?Sera el mo?
M. Jacques: Que cmo era el vuestro?
Harpagon: Pues era... Era como un cofrecillo...
Comisario: Eso ya lo sabemos. Pero descrbelo un poco ms.
M. Jacques: Era un cofre grande.
Harpagon: El que me robaron era pequeo.
M. Jacques: so. Ms bien pequeo, bien mirado. Lo de grande era por lo que tiene dentro.
Comisario: Y de qu color es?
M. Jacques: De qu color?
Comisario: S.
M. Jacques: De color...Bueno...pues de un color...(A Harpagon) Una ayudita, No?

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
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Harpagon: Cmo?
M. Jacques: No era rojo?
Harpagon: No . Es gris.
M. Jacques: De un gris rojizo, quera decir.
Harpagon: Ya est claro. Es el mo. Escribid, escribid su declaracin.Dios mo! De quin
podr fiarme ahora! Que nadie diga De esta agua no beber...Al final, ser capaz de
robarme a m mismo...
M. Jacques, (a Harpagon) Monsieur, aqu vuelve...Por si acaso, no le digis que he sido
yo quien le ha delatado.

ESCENA 3.
VALRE, HARPAGON, EL COMISARIO, M. JACQUES.
Harpagon: Ven y confiesa tu delito ms negro, la ms horrible accin jams cometido.
Valre: Qu deseis, Monsieur?
Harpagon: Cmo? Pero no te sonrojas por tu crimen?
Valre: De qu crimen hablais?
Harpagon: De qu crimen hablo, bandido? Como si no supieras de sobra de qu estoy
hablando Ser en vano que trates de disimular tu pecado...El asunto se ha destapado, me
lo han contado todo....!Abusar as de mi bondad, introducirse en mi casa para traicionarme,
para hacerme esta mala pasada!
Valre: Seor, puesto que se ha descubierto todo, no me andar con rodeos ni negar la
evidencia.
M. Jacques, (aparte) !Oh! a que lo he adivinado sin saberlo?
Valre: Mi intencin era hablaros y esperaba una ocasin propicia...pero ya ha pasado de
esta manera, os ruego que no os enfadis y escuchis mis razones.
Harpagon: Y que razones puedes darme, ladrn, hereje?
Valre: Creedme, Monsieur, no merezco esos insultos, y cuando me hayis escuchado,
veris que el dao no es tan grave.
Harpagon: Que no es tan grave? Mi sangres, mis entraas, asesino!
Valre: Vuestra sangre no ha cado en malas manos. Vengo de un rango y linaje que no
la rebajarn...Y estoy dispuesto a reparar todo lo que haya hecho.
Harpagon: Es exactamente lo que espero, que me devuelvas lo que me has robado.
Valre: Vuestro honor se ver plenamente satisfecho.
Harpagon: Y quin habla aqu de honor? Dime, qu te indujo a esta accin tan run?
Valre: Ay, pobre de m! Y vos me lo preguntis?
Harpagon: Si, claro. Te lo pregunto.
Valre: Un dios que hace perdonar todos sus mandatos: El amor.
Harpagon, (perplejo): El Amor?

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Valre: S.
Harpagon: Vaya un amor guapo! Amor a mis monedas de oro!
Valre: No, Monsieur. No son vuestras riquezas las que me han cegado, ni las que me han
tentado. No quiero ninguno de vuestros bienes , me conformo con el que ya poseo.
Harpagon: Hasta ah podamos llegar Ahora quiere quedarse con lo que ha robado!
Valre: A so llamis robo?
Harpagon: Y cmo queris que llame a un tesoro igual?
Valre: Es cierto, es un tesoro, y el ms valioso de cuantos tenis. pero si me lo dejis a
m, no perderis nada. (Se arrodilla) Concededme ese tesoro lleno de encantos , y, si tenis
buen corazn, me lo entregaris.
Harpagon: Ni hablar. Qu quiere decir todo esto?
Valre: Nos hemos jurado mutuo amor y no separarnos nunca.
Harpagon: Si yo no lo impido, claro.
Valre: Slo nos separar la muerte. Mi corazn no ha obrado por motivos materiales, y
tomo esa decisin por razones ms espirituales.
Harpagon: O sea que queris quedaros con lo mo por caridad cristiana. Se acab: la
justicia aclarar todo este asunto.
Valre: Obrad a vuestro gusto. Estoy dispuesto a sufrir todas las humillaciones y violencias
del mundo. Slo os pido que me creis si digo que vuestra hija no es culpable de nada.
Harpagon: Y tanto que lo creo! Sera muy extrao que mi hija se hubiera implicado en
este crimen. Pero, ahora, quiero recuperar mi fortuna, y dime: Dnde la has escondido?
Valre: Yo no he escondido nada. Sigue en vuestra casa.
Harpagon (aparte) (Oh, mi amado cofrecillo!) As que sigue en mi casa?
Valre: Si, Monsieur.
Harpagon: Entonces, No la has tocado?
Valre: Tocarla yo? En poca estima la tenis, como a m. Y si me consumo por ella es
por su virtud y su pureza.
Harpagon, (aparte) Se consume por mi cofrecillo!
Valre: Nada criminal ha profanado la pasin que sus bellos ojos me inspira.
Harpagon, (aparte) ( Los bellos ojos de mi cofrecillo!) Habla de l como si fuera su amante!
Valre: La sirvienta sabe toda la verdad de esta historia, y puede atestiguar que...
Harpagon: Mi criada es cmplice de este asunto?
Valre: Si. Ella ha sido siempre testigo de nuestro compromiso, y fue ella quien, despus
de conocer la nobleza de mi amor, persuadi a vuestra hija a darme su palabra y a recibir
la ma a cambio.
Harpagon, (aparte) Ya est! El miedo a la justicia le hace desvariar! ( A Valre) Pero qu
patraas me cuentas de mi hija?
Valre: Que me ha costado muchos esfuerzos conseguir que su inocencia consintiera en
lo que mi pasin esperaba.

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

Harpagon: La inocencia de quin?


Valre: De vuestra hija. Pero ayer, por fin, se decidi y firmamos un compromiso mutuo
de matrimonio.
Harpagon: Mi hija te ha firmado un compromiso matrimonial? Cielos, otra catstrofe!
M. Jacques (al comisario) Escribid, monsieur, escribid.
Harpagon: El mal nos invade! La desesperacin nos devora! (Al comisario) Monsieur,
cumplid con vuestra obligacin, y denunciadle por robo y por escarnio.
Valre: Todos esos insultos son injustos, y cuando sepis quien soy...

ESCENA 4.
LISE, MARIANE, FROSINE, HARPAGON, VALRE, MAESE
JACQUES, EL COMISARIO.
Harpagon: Ah! Hija miserable! Eres indigna de un padre como yo! Es esto lo que te he
enseado? Te enamoras de un ladrn infame y te entregas a l sin mi consentimiento!
Pues estis los dos muy equivocados. (A lise) A partir de ahora, las cuatro murallas del
convento hablarn por ti (a Valre) y la horca domar tu osada.
Valre: No ser vuestra furia quien decida, y, al menos, ser escuchado antes ser condenado.
Harpagon: He sido demasiado clemente mandndote a la horca. Voy a hacer que te
despellejen vivo!
Elise (arrodillada frente a su padre): Padre, os lo ruego, sed ms humano y no abusis de
vuestro poder. No os dejis llevar por la irritacin, y reflexionar sobre vuestros actos.
Intentad conocer mejor a quien creis que os ha ofendido, pues es distinto a cmo pensis.
Y os resultar menos extrao que me entregue a l cuando sepis que, de no haber sido
por l, me habrais perdido hace ya mucho tiempo. S, padre. Fue l quin me salv cuando
estuve a punto de morir ahogada
Harpagon: Me importa un rbano!. Ms vala que te hubiera dejado morir ahogada a hacer
lo que ha hecho.
Elise: Por vuestro amor de padre, os suplico que
Harpagon: He dicho que no quiero or nada ms. Se har justicia.
M. Jacques (aparte): Me pagars los palos que me diste.
Frosine (aparte): Vaya lo!

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El avaro
de Jean Baptiste Poqueln
Molire

ESCENA 5.
ANSELME, HARPAGON, LISE, MARIANE, FROSINE, VALRE,
M. JACQUES, EL COMISARIO.
Anselme: Qu os ocurre Monsieur Harpagon ? Parecis enfadado?
Harpagon: Ah, seor Anselme, soy el ms desgraciado de los hombres. Se han desbaratado
los planes del contrato que ibais a firmar! Me asesinan mis bienes, me asesinan mi honor,
y adems un maldito traidor, un sinvergenza que ha violado los derechos ms sagrados,
se ha infiltrado en mi casa como sirviente para robarme mi dinero y sobornar a mi hija.
Valre: A quin le importa vuestro dichoso dinero?
Harpagon: Se han prometido en matrimonio. El insulto es tambin contra vos, Anselme,
y debis hacer que caiga sobre l todo el peso de la ley para vengar su insolencia.
Anselme: No pretendo obligar a nadie a casarse conmigo ni forzar el afecto de un corazn
entregado ya a otro. Pero estoy dispuesto a hacer de vuestros intereses los mos.
Harpagon: El monsieur Comisario aqu presente, es un hombre honrado que me ha
prometido esmerarse al mximo en su labor (al comisario, sealando a Valre) Encargaos
de sus crmenes como se merece.
Valre: No veo crimen alguno en mi pasin por vuestra hija. Y el tormento al que creis
condenarme por mi compromiso con ella, cuando sepis quin soy.
Harpagon: No me interesan vuestras historias. Hoy en da el mundo est lleno de ladrones
de guante blanco, de impostores que sacan partido del engao, y se adornan con el primer
apellido ilustre que se les ocurre.
Valre: Sabes que soy demasiado honrado para apropiarme de lo que no me pertenece,
y que todo Npoles puede dar fe de mi alta cuna.
Anselme: Cuidado con lo que decs, pues os jugis ms de lo que os pensis. Estis
hablando ante un hombre que conoce Npoles como la palma de su mano, capaz de
descubrir cualquier embuste en vuestro relato.
Valre (ponindose el sombrero con orgullo): Nada he de temer, y si tanto conocis
Npoles, sabris sin duda quin fue Don Thomas dAlburcy.
Anselme: Desde luego que lo s. Pocos le conocieron mejor que yo.
Harpagon: Y a m qu me importan los don Toms ni los don Jons. (Ve dos velas
encendidas y apaga una)
Anselme: Por favor, dejadle hablar. Veremos dnde va a parar.
Valre: Voy a parar a que fue l quin me dio la vida.
Anselme: l?
Valre: S.
Anselme: Os burlis de nosotros. Inventaos algo mejor, y no intentis hacernos semejante bulo.
Valre: Hablad con ms respeto. No he dicho ninguna falsedad, y puedo probar todo
cuanto digo.

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Anselme: Cmo? Osis afirmar que sois hijo de don Thomas dAlburcy?
Valre: S, lo afirmo. Y estoy dispuesto demostrarlo ante quin haga falta.
Anselme: Vuestra audacia es extraordinaria! Dejad que os refresque la memoria, y sabed
que el hombre del que me hablis muri en el mar junto a su esposa y sus hijos, tras
escapar de los desgraciados disturbios que tuvieron lugar en Npoles, y que forzaron el
exilio de no pocos nobles.
Valre: S, pero dejad que sea yo ahora quin os refresque la memoria, al deciros que
tanto su hijo de siete aos como su sirviente fueron rescatados del naufragio por un navo
espaol, y que se nio es quin os est hablando. Sabed que el capitn del navo,
conmovido por mi desgracia, me tom afecto y me cri como un hijo, educndome en el
arte de la guerra desde joven. Sabed que hace poco me enter de que mi padre no haba
muerto, tal y como siempre cre, y que durante su bsqueda en esta ciudad el cielo hizo
que me cruzara con la dulce lise, y que nada ms verla me convert en esclavo de su
belleza. Y que la violencia de mi amor, junto a la severidad de su padre, me obligaron a
optar por introducirme en la casa y a mandar a otro en busca de mis padres.
Anselme: Pero qu prueba podis aportar de todo cuanto decs, que asegure que todo
esto no es ms que una fbula fundada en una verdad?
Valre: El capitn espaol. Un sello de rubs que perteneci a mi padre. Una pulsera de
gata que mi madre puso en mi mueca. El sirviente que sobrevivi conmigo al naufragio,
el viejo Pedro.
Mariane: Por vuestras palabras reconozco que todo cuanto decs es cierto, y que por lo
tanto, estoy segura de que t eres mi hermano.
Valre: T, mi hermana?
Mariane: S. Mi corazn se detuvo desde que hablaste por primera vez y nuestra madre,
a la que dars una alegra enorme, me ha contado miles de veces las desgracias que
asolaron a nuestra familia. El cielo nos salv tambin de la muerte en el naufragio, pero
nos quit, a cambio, la libertad, pues fuimos recogidas por unos piratas cuando nos
mantenamos a flote en alta mar. Tras diez aos de esclavitud, la suerte nos devolvi la
libertad y volvimos a Npoles donde descubrimos que todas nuestras posesiones haban
sido vendidas, y nadie tena noticias de nuestro padre. Nos trasladamos despus a Gnova,
dnde mi madre deba recoger los restos de una herencia que haban manipulado y, de
ah, huyendo de la cruel injusticia de sus familiares, vinimos aqu , donde no ha hecho sino
vivir en la miseria.
Anselme: Oh Cielo todo poderoso! Slo t eres capaz de hacer milagros! Abrazadme
hijos mos, y unid vuestra alegra a la de vuestro padre!
Valre: Sois nuestro padre?
Mariane: Aqul por quien llor tanto nuestra madre?
Anselme: S, hijos mos. Soy don Thomas dAlburcy, a quin el cielo salv de las olas junto
a todo su dinero y que, creyndoos a todos muertos, tras largos viajes, se dispona a

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buscar en la unin con una dulce y sensata muchacha el consuelo de una nueva familia.
Tan arriesgado era para m regresar a Npoles que tuve que descartarlo definitivamente,
y tras encontrar el modo de vender todo cuanto posea, me instal aqu donde, bajo el
nombre de Anselme, trat de olvidar las penas de mi antiguo nombre.
Harpagon: (A Anselme): ste es vuestro hijo?
Anselme: S.
Harpagon: Os hago responsable de los diez mil escudos que me ha robado.
Anselme: l? Robaros a vos?
Harpagon: El mismo.
Valre: Quin os ha dicho eso?
Harpagon: Maese Jacques.
Valre (a M. Jacques): T has dicho eso?
M. Jaques: Veis bien que yo no digo nada.
Harpagon: S. Aqu, el comisario, le ha tomado declaracin.
Valre: Me creis capaz de algo tan vil?
Harpagon: Capaz o no, yo quiero que me devuelvan mi dinero.

ESCENA 6.
CLANTE, VALRE, MARIANE, ELISE, FROSINE, HARPAGON,
ANSELME, M. JACQUES, FLCHE, EL COMSISARIO.
Clante: No sufris ms, padre, y no acusis a nadie. Tengo noticias importantes, y vengo
para deciros que si me permits casarme con Mariane, recuperaris vuestro dinero.
Harpagon: Dnde est?
Clante: No os preocupis por eso. Est en lugar seguro, y yo respondo de l. Sois vos
quin ha de decirme que prefers. Escoged : o me cedis a Mariane o perdis el cofre.
Harpagon: Seguro que no falta ni un cntimo?
Clante: Ni uno. Pensad si es vuestro deseo dar vuestro consentimiento a este matrimonio
y unirlo as al de su madre, quien le concede la libertad de escoger entre los dos.
Mariane: (a Clante) Pero debis saber que este consentimiento no es suficiente, y que
el Cielo (mostrando a Valre), adems del hermano que veis, acaba de devolverme a mi
padre, que tambin debe aceptar.
Anselme: Hijos mos, el Cielo no me ha devuelto a mi familia para oponerme a vuestros
deseos. Seor Harpagon, sabed que deben ser los jvenes quienes escojan su futura
pareja, y no su padre. As que no digis lo que no merece ser escuchado, y unid vuestro
consentimiento al mo para que se celebren los dos matrimonios.
Harpagon: Antes de decir nada he de consultarlo con mi cofre.
Clante: Est sano y salvo.

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Harpagon: No tengo ningn dinero que ofrecer como dote.


Anselme: No os preocupis, yo tengo de sobra para los dos.
Harpagon: Os comprometis a haceros cargo de los gastos de ambas bodas?
Anselme: Me comprometo. Satisfecho?
Harpagon: S, siempre que me encarguis un traje nuevo para la ceremonia.
Anselme: De acuerdo. Vayamos a disfrutar de la alegra que nos ha trado el da.
Comisario: Ms despacio, seores, ms despacio. Y se puede saber quin me va a pagar
a m los gastos de estos informes?
Harpagon: No tenemos nada que ver con sus informes.
Comisario: Puede. Pero el informe ya est redactado y hay que abonar los costes.
Harpagon: Aquel hombre se har cargo del pago (sealando a Maese Jacques).
M. Jacques: Maldita sea, siempre me llevo palos por todos los lados, cuando digo la
verdad y cuando no.
Anselme: Monsieur Harpagon, sed benvolo con l.
Harpagon: Pagaris vos al comisario?.
Anselme: De acuerdo, pero vayamos ya a celebrarlo con vuestra madre.
Harpagon: Y yo, a ver a mi querido cofrecillo.

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