Antoniorivero 02
Antoniorivero 02
Antoniorivero 02
HISTORIA DE LA IGLESIA
INTRODUCCIN
Repasaremos nuestro lbum de fotos; fotos sacadas desde hace dos mil aos. Iremos
vindolas juntos con el cario con que uno va hojeando lo ms querido de su familia. De aquellas
fotos que salieron muy bien, alegrmonos y demos gracias a Dios. De aquellas que estn un poco
movidas o medio mal, no nos escandalicemos, sino con respeto y en silencio demos la vuelta a la
pgina, tratando de pedir a Dios por esos momentos difciles de algunos hijos de la Iglesia, que
tal vez desfiguraron el rostro de la Iglesia con su conducta. A todos nosotros nos puede pasar
esto, si nos desviamos del espritu del Evangelio.
La Iglesia es la estupenda obra que nos dej Jess aqu en la tierra para que le
conozcamos a l a fondo, lo amemos mejor, nos entusiasmemos de l y extendamos su Nombre
por todos los confines de la tierra. Es, pues, en la Iglesia donde nacimos a la vida divina, a la
vida de fe. Es la Iglesia la que, como Madre, alimenta nuestra fe en la liturgia y en los
sacramentos. Es la Iglesia la que nos protege con sus brazos maternales, cuando nos sentimos
desprotegidos. Es la Iglesia la que nos tiende sus manos cuando hemos cado en el camino de la
vida. Es en la Iglesia donde queremos vivir y morir en paz.
Antes de ir hojeando las fotos siglo por siglo, quiero dejar unos presupuestos, sin los
cuales es imposible entender y amar a la Iglesia:
1. La Iglesia es de origen divino: Dios Padre la plane. Dios Hijo la fund durante su
vida terrena, cuando fue eligiendo a su apstoles, los fue formando, les orden
celebrar el memorial de su muerte, y con la fuerza de su Espritu les dej la misin de
continuar su obra y de predicar su Reino; por eso, podemos decir que la Iglesia es
Cristo prolongado. Y Dios Espritu Santo la est santificando y llevando a su
plenitud. Por tanto, a la Iglesia hay que mirarla con los ojos de la fe; si no, jams la
podremos entender. De esta fe tiene que brotar un amor apasionado a nuestra madre
Iglesia y un deseo de dilatarla por todo el mundo. A esto lo llamamos apostolado, que
no es fanatismo, sino exigencia del amor a la Iglesia.
5. Estructura de la Iglesia: Cristo quiso fundar una en la que todos somos iguales por el
bautismo, pero al mismo tiempo la quiso gobernada por Pedro y los dems apstoles.
La Iglesia, por tanto es jerrquica3, no democrtica. Todos somos Iglesia y Pueblo de
Dios, s, pero Cristo dio a Pedro y a los dems apstoles la misin y la autoridad para
guiar, santificar y regir a sus hermanos. Los continuadores de los apstoles son los
obispos y sacerdotes. Por tanto, la Iglesia est formada por los ministros sagrados
1
En la constitucin sobre la Iglesia, Lumen gentium, captulo II.
2
Esta iglesia popular ha intentado contraponer pueblo de Dios (laicos) y jerarqua. Esta contraposicin,
hbilmente manejada, lleva a identificar la Iglesia con el pueblo pobre y oprimido, y a ver en la jerarqua una sobre-
estructura, frecuentemente hostil al pueblo.
3
No tengamos miedo a esta palabra tan desacreditada en algunos ambientes. Jerarqua es una palabra griega
que significa servicio sagrado.
Historia de la Iglesia 3 P. Antonio Rivero, L. C.
(obispos, sacerdotes y diconos), por los laicos y por los religiosos. La misin de los
pastores es servir a sus hermanos con la Palabra, con los sacramentos y la caridad, al
estilo de Cristo, que vino a servir y no a ser servido. La misin de los laicos, en
comunin y bajo la gua de los pastores, es participar en las realidades temporales,
ordenndolas segn el plan de Dios en Cristo, a fin de que su mensaje llegue y
transforme todos los mbitos sociales. La misin de los religiosos es seguir de cerca
las huellas de Cristo practicando los consejos evanglicos, y de esa forma vivir
consagrados a Dios, santificar a la Iglesia y dar testimonio ante el mundo de las
realidades del Reino de los cielos.
Que a lo largo de sus veinte siglos haya sabido enjuiciar con tanta libertad y
equidad muchas situaciones humanas, venciendo la fuerte coaccin de
poderosos intereses partidistas: guerras, decisiones de parlamentos,
conferencias internacionales, etc.
Que est en inigualables condiciones para defender la dignidad de la persona
humana y los principios morales de su actuacin, y para juzgar con la luz
de la moral los retos que la ciencia, la cultura o la poltica ponen a la
sociedad. Fruto de todo ello es su doctrina social6.
5
Aqu cabe traer a colacin lo sucedido a Ludovido Pastor, protestante, que mientras escriba la historia de la
iglesia en todos sus avatares positivos y negativos, lleg a la conclusin de que esta institucin, la Iglesia, deba
tener carcter divino, porque ha podido resistir veinte siglos y ni siquiera algunos de los mismos hijos de la Iglesia,
que se comportaron indignamente, han podido destruirla. De hecho, se convirti al catolicismo exclamando: La
Iglesia catlica es la verdadera Iglesia.
6
As lo expresaba Juan Pablo II en Mxico, pocos meses despus de la emblemtica cada del Muro de Berln: En
esta hora de la historia, cuando asistimos a profundas transformaciones sociales y a una nueva configuracin de
muchas regiones del planeta, es necesario proclamar que cuando pueblos enteros se vean sometidos a la opresin
de ideologas y sistemas polticos de rostro inhumano, la Iglesia, continuadora de la obra de Cristo, levant
siempre su voz y actu en defensa del hombre, de cada hombre, del hombre entero, sobre todo de los ms dbiles y
desamparados...La defensa de la verdad sobre el hombre le ha acarreado a la Iglesia sufrimientos, persecuciones y
muertes. La Iglesia ha tenido que pagar, tambin en tiempos recientes, un precio muy algo de persecucin, crcel y
muerte. Ella lo ha aceptado en aras de su fidelidad a su misin (7 de mayo de 1990).
Historia de la Iglesia 5 P. Antonio Rivero, L. C.
a) Creer en ella: No se puede creer en Cristo sin creer en ella. No se puede ser
cristiano sin la mediacin de la Iglesia. Nadie puede tener a Dios por Padre,
si no tiene a la Iglesia por madre deca san Cipriano. La fe en Cristo nos
llega a travs de la Iglesia.
c) Amar a la Iglesia, Si la Iglesia nos ha engendrado para Cristo, por medio del
bautismo, debemos amarla como un hijo ama a su madre: un amor que la
comprende, que la apoya, que reza por ella, que se alegra de sus triunfos, que
sufre con sus fracasos.
Termino esta introduccin con un texto de Hermas, escritor de la primera mitad del siglo
II, preocupado de los problemas de la Iglesia de su tiempo. Tuvo una visin con un ngel, que
tom la apariencia de un joven pastor. Y en esto lleg una anciana vestida de esplendor, con un
libro en las manos, se sent sola y salud a Hermas.
En la primera visin dijo el joven- esa mujer apareca tan anciana y sentada en un
silln, porque vuestro espritu estaba ya viejo, marchito y sin fuerzas, por vuestra molicie y
vuestras dudas...En la segunda visin la viste en pie, con aire ms joven y alegre que antes, pero
con el cuerpo y los cabellos de anciana, pues el Seor se apiad de vosotros; vosotros
desechasteis vuestra molicie y os volvi la fuerza y os afianzasteis en la fe...En la tercera visin,
la viste ms joven, hermosa, alegre, de un aspecto encantador; los que hayan hecho penitencia se
vern totalmente rejuvenecidos y afianzados 7.
De nosotros, sus hijos, depende que la Iglesia siga joven, lozana y alegre. Y con nuestra
actitud de continua conversin y lucha por la santidad iremos hermoseando el rostro de esta
madre, que tantos hijos han afeado consus actos a lo largo de los siglos.
Comencemos, pues, a abrir con respeto el lbum de familia, de nuestra familia eclesial
desde el principio.
7
Hermas, El Pastor, 2, 2; 8, 1; 18, 3-4; 20; 21
Historia de la Iglesia 7 P. Antonio Rivero, L. C.
SIGLO I
INTRODUCCIN
La Iglesia no es obra humana. La fund Cristo cuando fue escogiendo a sus apstoles,
pero fue en Pentecosts donde Dios Espritu Santo lanz a la Iglesia hasta los confines de la
tierra. Ya Jess haba ascendido al cielo. El mensaje de los apstoles no era otro que el que les
dej Jesucristo, pues ellos fueron testigos privilegiados de cuanto hizo y dijo el Hijo de Dios.
Ese da de Pentecosts en Jerusaln, ante los peregrinos judos reunidos con ocasin de la
fiesta, Pedro proclam la Buena Nueva8 y se hicieron bautizar tres mil personas. Haba nacido la
Iglesia misionera! Poco tiempo despus, la comunidad de Jerusaln contaba con unas quince mil
personas, hecho de suyo exorbitante, pues Jerusaln no contara con ms de cincuenta mil almas.
Ntese que fue esto un hecho casi nico, regalo del Espritu Santo, pues de ah en adelante ni
paganos9 ni judos se convirtieron masivamente. La evangelizacin tambin para los apstoles
fue un trabajo lento, palmo a palmo, de hombre a hombre.
Lo mismo que Jess, esos primeros miembros de la Iglesia son judos. Hablan el arameo,
la lengua semtica ms extendida por el Prximo Oriente. Siguen llevando una vida de judos
piadosos: rezan en el templo, respetan las normas alimenticias y practican la circuncisin. Los
primeros judos convertidos al cristianismo aparecen como grupo dentro del judasmo, en el
cual hay fariseos, saduceos, zelotes. Ellos son los nazarenos, por seguir a Jess de Nazaret. Lo
que les caracteriza es el bautismo en el nombre de Jess, la asiduidad a la enseanza de los
apstoles, la fraccin del pan (eucarista) y la constitucin de comunidades fraternas llenas de
caridad10. Pero eran hombres de la tierra, con virtudes y con vicios, como todos.
A estos cristianos de cultura juda se aaden pronto otros judos y paganos de cultura
griega, que son llamados helenistas.
I. SUCESOS
La Iglesia fundada por Jesucristo tropieza desde el inicio con un ambiente religioso,
poltico y social enque abunan la injusticia y la corrupcin. La corrupcin comenzaba en los
gobernadores y jefes religiosos y se extenda a todos los estratos de la sociedad. En ese ambiente
los cristianos fueron creciendo y resolviendo las dificultades que surgan.
8
Cf. Hch 2, 22 ss.
9
Cuando se habla de paganos, se refiere a aquellos hombres y mujeres procedentes de las civilizaciones
grecorromanas, y dems civilizaciones, que no haban recibido todava la revelacin de Dios, como tuvo la suerte de
recibir el pueblo judo, pueblo monotesta y religioso.
10
Cf. Hch 2, 41-47; 4, 32-35
Historia de la Iglesia 8 P. Antonio Rivero, L. C.
El primer escollo que debi superar la Iglesia primitiva fue ste: Sera la Iglesia una
rama ms de la religin judaica, o se trataba de algo nuevo? Cmo lleg el cristianismo a
independizarse de sus races judas y convertirse en una religin universal?
Nuestra religin se llama catlica, es decir, universal. Cristo envi a los suyos a todas las
naciones (Mt 28, 19), dicindoles: Seris mis testigos en Jerusaln, en toda Judea, en Samara
y hasta el extremo de la tierra (Hech 1, 8). Sin embargo, dicho universalismo no fue entendido
desde el inicio por todos. Tal desinteligencia constituy el primer gran escollo con que se top la
Iglesia en los albores de su existencia.
Cul era la actitud que se deba tomar frente a la ley antigua, frente a Israel? No
olvidemos que los cristianos estaban convencidos de que Israel era el pueblo de Dios. Gran parte
de los primeros cristianos eran judos de nacimiento, como los doce apstoles y los setenta y dos
discpulos, fieles a la ley de Moiss, y slo podan entender el cristianismo como un
complemento del judasmo. La Iglesia no era sino la flor que coronaba el viejo tronco de Jes.
Resultaba lgico que as pensaran. Pareca, pues, obvio que en el pensamiento de muchos
de los primeros cristianos la Iglesia no fuera sino la prolongacin de Israel, una nueva rama
brotada del pueblo elegido. Para muchos de ellos la Iglesia era juda: judo su divino fundador,
juda su madre, judos los apstoles, judos sus primeros miembros. Como se ve, la Iglesia
hunda sus races en el antiguo Israel.
El vnculo entre la Iglesia y el pueblo judo slo se rompera por una seal del cielo y en
razn de una imposibilidad absoluta, cuando la autoridad juda, hasta entonces respetada,
rechazase de manera violenta la nueva comunidad.
Y lleg lo que tena que llegar, pues al predicar los apstoles y los primeros cristianos que
Jess era el Mesas, el Sanedran se inquiet y comenz la persecucin. Los jefes del pueblo
judo quisieron acabar con esta nueva secta y el nuevo estilo de vida, porque los apstoles y
seguidores ya no seguan la ley de Moiss en todo, sino la nueva ley dada por Jess, el Hijo de
Dios, con quien haban vivido. Queran acabar con ellos porque practicaban nuevos ritos:
bautismo, eucarista y porque obedecan la autoridad de Pedro y de los los dems apstoles.
Historia de la Iglesia 9 P. Antonio Rivero, L. C.
Era demasiado para los jefes judos. Mientras Pedro hablaba, las autoridades lo mandaron
prender, juntamente con Juan, ordenando que fuesen conducidos al da siguiente a la presencia
del consejo. Asi se hizo, pero al comparecer ante el tribunal Pedro no se amilan, confesando
tajantemente que no haba salvacin sino en Jesucristo, piedra angular rechazada por la
Sinagoga.
Se suscit una discusin entre los primeros cristianos. Los de origen judo pensaban que
deban exigir a quienes crean en Cristo y pedan el bautismo la prctica de algunas costumbres
judas, como la circuncisin y el no comer carne de cerdo ni sangre. Pero Pablo y Bernab se
opusieron diciendo que bastaban la fe y el bautismo. Tal fue la disputa que los apstoles tuvieron
que reunirse en Jerusaln, y all, inspirados por el Espritu Santo, dieron la razn a Pablo.
Surgi tambin tirantez entre los cristianos judos y los helenistas convertidos. Los
helenistas se quejaron de que sus viudas necesitadas eran mal atendidas en las distribuciones
cotidianas de alimentos.Los apstoles eligieron a 7 hombres de beuna fama y llenos del Espritu
para imponerles las manos y dedicarlos a ese servicio.
Otra dificultad que encontraron los primeros cristianos fue la insercin de la fe cristiana en el
mundo grecorromano, en que haba tantas religiones politestas, se daba culto de adoracin al
emperador, dilagaban los vicios, y las ideas filosficas no siempre concordaban con el Evangelio.
Qu hacer?
Pobre Jerusaln!
despus el emperador romano envi al general Julio Severo que aniquil toda resistencia juda y
fund una colonia romana, donde los judos no podan poner el pie. Golpe mortal. Destruidos
Jerusaln y el templo, se desmoron la moral del pueblo judo. Los smbolos visibles de la
antigua alianza haban desaparecido.
La Iglesia despliega velas con Pablo de Tarso que viaja por Asia, Grecia, Roma y otros
sitios. Funda numerosas comunidades eclesiales, sufre hambre, crcel, torturas, naufragios,
peligros sin fin. Una obsesin tiene: predicar a Cristo. Toda su labor evangelizadora qued
plasmada en sus cartas, que encontramos en el Nuevo Testamento.
En estas cartas profundiz el tema de la redencin con que el Seor Jess nos liber del
pecado, y desarroll las exigencias de la vida cristiana12. Pensamiento clave en Pablo es Cristo13:
Cristo, misterio de Dios (Col 2,2). El Cristo de Pablo es vivo y arrebatador (Fil 3, 7-14), lo
describe con caracteres de fuego (Gl 3,1). El mismo, Pablo, lleva en su cuerpo las seales de
Cristo (Gl 6,7) y se siente impulsado a predicar el evangelio (1Cor 1,17). Por el evangelio se
hace todo para todos (1Cor 9,20-23); soporta todo por dar a conocer a Cristo (Flp 1,18); todo lo
puede en Cristo (Flp 4,13). Le impulsa el amor de Cristo (2Cor 5,14), y nadie en el mundo lo
puede separar de l (Rm 8,35-39). Su vida es Cristo y morir es una ganancia para irse con Cristo
(Flp 1,23). Lo que no es Cristo, para l es basura (Flp 3,8-15). Cristo es misterio oculto desde los
siglos en Dios (Ef 3,9). En la persecucin de Nern, ao 67, Pablo fue decapitado; fue el nico
modo de hacerlo callar.
Ante la expansin del cristianismo el imperio romano tuvo miedo, pues no quera que
nadie le hiciera sombra. Varios emperadores se servieron de cualquier catstrofe para echar la
culpa a los cristianos14, pues causas justas para perseguirlos no haba15. Resulta tambin una
irona de la historia constatar quien cometi tan grande injusticia contra los cristianos fue el
imperio romano, el inventor del derecho16.
12
Para ms informacin sobre Pablo, sus viajes y sus cartas, puede consultar mi curso de Biblia, segunda
parte: Nuevo Testamento.
13
En las cartas de san Pablo pueden contarse 200 veces la palabra Jess; 280 veces dice Seor y 400
veces usa la palabra Cristo. Jesucristo era la obsesin para san Pablo.
14
As lo dej escrito Tertuliano: Si el Tber desborda los muros; si el Nilo no atina a inundar los campos; si
el cielo no se mueve o la tierra se mueve; si hay hambre o plaga...el grito es siempre el mismo: Cristianos, a las
fieras!
15
Las verdaderas causas de las persecuciones son las mismas que sufri Jesucristo: odio a los cristianos, a su
nueva religin, a su nueva doctrina, tan contraria al paganismo, el culto que daban slo a Dios, y no al emperador, el
tenor de vida honrada y honesta que llevaban los cristianos. Todo esto molestaba a los emperadores. Ser cristiano era
delito. Si prestaba culto a los dioses romanos, haba indulto. Si no, era matado.
16
El Derecho Romano era un conjunto de leyes sabias, pero en lo civil; en lo penal adoleca de grandes
deficiencias. Cada gobernador o cada prefecto poda cometer cualquier arbitrariedad o injusticia.
Historia de la Iglesia 11 P. Antonio Rivero, L. C.
Ya desde este siglo se dieron las primeras herejas18. La hereja ha sido una ola interna que
siempre ha amenazado la nave de la Iglesia. Estos herejes, dice san Juan, de nosotros han salido,
pero no eran de los nuestros (1 Jn 2, 19). Lo quiere decir: que eran cristianos de nombre, pero
no verdaderos. Cules fueron las primeras herejas que brotaron en este siglo?
Qu hizo la Iglesia y los primeros cristianos, con la luz y la fuerza del Espritu Santo,
ante toda esta avalancha de dificultades y problemas? Nunca se desanimaban. Sentan en su
interior arder el fuego y el mpetu de Pentecosts.
Ante la oposicin de los fariseos y del Sanedrn, que impedan a los apstoles predicar en
nombre de Jess, ellos, los cristianos obedecan a Dios antes que a los hombres. Fueron presos,
azotados, pero ellos salan gozosos por haber podido padecer por el nombre de Jess. El discurso
de Esteban ante el Sanedrn fue la gota de agua que colm la medida: un arrebato de furor
sacudi a la asamblea, que arrastr a Esteban fuera de la ciudad y le dio muerte, a pedradas. Esta
persecucin oblig a muchos discpulos a huir de Jerusaln, y gracias a ello se abrieron nuevos
caminos a la predicacin evanglica.
Cmo reaccion la Iglesia primitiva ante la destruccin de Jerusaln? Los judos, ante la
destruccin del templo y de Jerusaln, se dispersaron por toda la geografa del imperio romano:
Antioqua, feso, Tesalnica, Corinto, Chipre y Roma. Este hecho, conocido como la dispora,
ya haba comenzado antes de Cristo, pero se intensific con la cada de la ciudad santa. Fue a
ellos a quienes Pablo y los primeros cristianos predicaron primeramente el evangelio. Pero como
muchos se cerraron en banda y no quisieron creer en Jess como el mesas preanunciado por los
profetas, se dedicaron a predicar a los paganos para lograr su conversin al cristianismo19.
Otro problema surgi: qu cargas imponer a los paganos que se convertan. Tambin aqu
los apstoles dieron solucin convocando el concilio de Jerusaln (ao 51 d.C.): no se les
impondrn las prescripciones judas. No debe haber ms ley que la de Jesucristo. As la fe
19
Cf. Hch 13, 46
Historia de la Iglesia 13 P. Antonio Rivero, L. C.
cristiana se iba desligando del judasmo y se abra a una visin universal, sin necesidad de sufrir
un trasplante cultural para acceder al Evangelio.
Fue sobre todo Pablo, quien ms luch por la unidad de los primeros cristianos, judos y
paganos20. Su mpetu evangelizador era imparable, y poco a poco fue formando pequeas
comunidades de cristianos, iglesias locales, en diversas ciudades del Asia Menor y de Grecia.
Incluso, ya encadenado, lleg a Roma donde exista una comunidad cristiana y en ella ejerci su
ministerio apostlico. En esas iglesias locales iba dejando presbteros con autoridad, como Tito y
Timoteo. As las primeras comunidades, por la accin de los apstoles, se iban estructurando
jerrquicamente, de tal forma que a principios del siglo segundo, san Ignacio de Antioquia,
hablaba de que en cada iglesia haba un obispo, varios presbteros y diconos. As se consolid la
jerarqua eclesistica21.
Pero no slo Pablo, tambin Pedro se dedic a predicar a los judos que vivan en la
dispora: Ponto, Galacia, Bitinia, etc., tal como atestigua su primea carta. Tambin lleg a Roma,
la capital de imperio. En esa iudad predic, ejerci su autoridad apostlica y fue crucificado.
Muerto l, le sucedieron san Lino, san Anacleto, san Clemente, san Evaristo, etc. en una sucesin
ininterrumpida que llega hasta el actual pontfice, Juan Pablo II, Vicario de Cristo.
Es aqu el lugar para hablar un poco sobre el origen divino de la Iglesia y el gobierno
apostlico, es decir, quin fund la Iglesia y cmo los apstoles iban gobernando la Iglesia al
inicio. Lo explicar como apndice de esta leccin .
Del Papa san Clemente (ca. 97) nos queda su carta a los corintios, escrita para exhortarlos
a poner fin a las divisiones que los perturbaban. No obstante, los obstculos para la conversin
no fueron pocos.
La Didach termina con un llamado a velar en espera de la venida del Seor: Vigilad
sobre vuestra vida, estad preparados. Reunos con frecuencia, inquiriendo lo que conviene a
vuestras almas. Porque de nada os servir todo el tiempo de vuestra fe, si no sois perfectos en el
ltimo momento. Juntamente a este documento de la Didach aparece otro de similar valor
20
Cf. Hch 24, 17; 1 Cor 16, 1-3; 2 Cor 8 y 9; Rom 15, 26-28; Gl 2, 10.
21
Jerarqua significa servicio sagrado en bien de los miembros de la Iglesia. Esta jerarqua se ejerce en la
caridad, santificacin y gobierno de la Iglesia.
Historia de la Iglesia 14 P. Antonio Rivero, L. C.
No exista, es verdad, una teologa de los sacramentos, ni se haba fijado su nmero. Todo
esto ocurri mucho despus. Pero en algunas lpidas sepulcrales y pinturas de la catacumbas
aparecen smbolos del bautismo, de la confirmacin, eucarista y confesin.
La comunidad cristiana acoge a todos los hombres, porque son iguales y libres
ante Dios y salvados por Cristo.
A slo Dios hay que dar culto.
Hay que llevar una vida de austeridad, de pureza y de caridad con los necesitados.
CONCLUSIN
Comenzaba la lucha de varios siglos del imperio contra los cristianos, pero tambin el
atractivo cada vez mayor del evangelio para los habitantes de ese imperio, al ver el ejemplo
heroico de muchos cristianos que se dejaban matar antes de claudicar de su fe. Qu razn tuvo
Tertuliano al decir: La sangre de los mrtires es semilla de cristianos! Cuando lleg la hora de
la libertad de la Iglesia, el cristianismo haba penetrado profundamente en Oriente y Occidente:
Siria, Asia Menor, Armenia, Mesopotamia, Roma y la mayor parte de Italia, Egipto y Africa del
norte. Otras tierras, como Galia y Espaa, sin alcanzar el nivel de las primeras regiones,
contaran tambin en su poblacin con fuertes minoras cristianas.
APNDICE
Si decimos que la Iglesia tiene su origen en Dios, debemos aceptar que no somos dueos
de ella y que es l quien determina su naturaleza y su misin, y que por lo mismo debemos
acudir a lo que l nos ha revelado para resolver los problemas que surjan. Pero si alguien dice
que la Iglesia ha nacido de una simple decisin de los primeros discpulos de Jess, entonces los
amos de la Iglesia somos nosotros; el modo de concebirla, de estructurarla, las mismas tareas que
ejerza dentro de la historia caen bajo nuestro arbitrio. Son muchos los que hoy da piensan as,
los que consideran que la Iglesia no es ms que una sociedad humana, y que est en nuestras
manos decidir pragmticamente los diversos problemas que la historia y las culturas van
presentando. Rechazan todo magisterio que se apoye en la autoridad de Cristo, y se extraan de
Historia de la Iglesia 16 P. Antonio Rivero, L. C.
que los pastores de la Iglesia no acepten las teoras de los telogos o la opinin pblica como
norma de fe o moral22.
Los liberales protestantes, por contraponer razn y fe y separar el Jess histrico del
Cristo de la fe, vean el origen de la Iglesia no en el Jess que predic en Palestina y muri en
Jerusaln, sino en la fe de la primera comunidad en Cristo resucitado. Los manuales catlicos, en
cambio, por su afn apologtico, consideraban imprescindible presentar que la Iglesia como
sociedad haba sido fundada directamente por Jesucristo, quien la dot de su propio fin y de sus
propios medios. Ambas visiones, aun siendo contrapuestas, se mueven dentro de un mismo
mbito teolgico, que nos parece claramente reducido. Unos se referan al Cristo de la fe; los
otros, en cambio, al Jess de la historia. El enfoque queda as exclusivamente crstico (centrado
en Cristo); y no se integra el misterio de Cristo en el misterio de Dios Trino. Y esto si lo vio claro
el concilio Vaticano II, en su constitucin Lumen Gentium, que concluye su primer captulo
con las palabras de san Cipriano: As toda la Iglesia aparece como el pueblo unido por la
unidad del Padre, del Hijo y del Espritu Santo (Lumen Gentium, 4).
Por tanto, en el origen de la Iglesia est Dios Trino. Dios Padre la plane y la prepar
admirablemente en la historia del pueblo de Israel y en la Antigua Alianza; Dios Hijo la inaugur
en la tierra, eligiendo a unos apstoles a quienes llam, form y les envi, dndoles sus poderes
para que continuaran su misin salvadora; y el Espritu Santo, la est llevando a su plenitud,
hasta el final de los tiempos, santificndola, iluminndola y guindola.
La autoridad en Iglesia, durante el siglo I, fue ejercida por los apstoles mientras estos
vivieron. En Jerusaln, tal como cuenta el Libro de los Hechos, los Doce iban resolviendo los
problemas bajo la gua de Pedro. ste gozaba ya desde el inicio de una funcin preminente, y as
lo vemos que visita las comunidades de Samara (Hch 8,14) y ms tarde recorre las ciudades
costeras de Lida, Jope y Cesarea (Hch 9,32-10,48). Posterirmente es Pablo quien, tras su
conversin, predica en Damasco y Antioqua, y se lanza a una serie de viajes durante los cuales
va fundando diversas iglesias locales: Corinto, Tesalnica, feso, etc. En todas ellas Pablo ejerce
la autoridad apostlica, pero para ayudarse consagra a Tito y Timoteo. Incluso les ordena que
vayan consagrando a otras personas dignas para ponerlas al frente, como obispos, de las
comunidades. Tal fue el encargo de Tito en Creta.
El hecho es que los apstoles, queridos por Cristo como pastores con autoridad en el seno
de su Iglesia, consagraron a otros por medio de la invocacin del Espritu Santo y la imposicin
de las manos, y stos consagraron a otros. Era la forma de perpetuar en la Iglesia la autoridad
apostlica con que Cristo haba querido enriquecerla. El resultado es que en cada comunidad o
iglesia local haba obispos o presbteros, y que a inicios del siglo I segn ya dijimos - la
jerarqua en una iglesia local estaba compuesta de un obispo, al que ayudaban varios presbteros
y diconos.
22
Baste recordar las reacciones ante temas como el origen de la jerarqua, la ordenacin de las mujeres, o la
contracepcin y el aborto.
Historia de la Iglesia 17 P. Antonio Rivero, L. C.
En estas comunidades no todo era agua de rosas, como podemos ver por los problemas a
los que deba hacer frente san Pablo en sus cartas, e incluso surgan herejas como se aprecia por
las cartas de san Juan y por el libro del Apocalipsis. Pero haba entre ellas la conciencia de la
unidad, de formar la Iglesia de quienes crean en Jess y haban recibido su Espritu. Y de esta
conciencia brotaba la bsqueda de la comunin.
Esta comunin se alimentaba de la eucarista, pues aun siendo muchos, somos un solo
cuerpo, pues todos participamos del mismo pan (1Co 10,17), y en la adhesin al propio obispo.
Dice san Ignacio de Antioqua: El obispo no ha obtenido el ministerio de regir la comunidad
por s mismo o por medio de los hombres, sino de Nuestro Seor Jesucristo...Seguid
dondequiera que est a vuestro pastor, como hacen las ovejas; todos los que pertenecen a Dios y
a Cristo estn unidos con el obispo...No participis sino en la nica eucarista, no hay ms que
un altar, no hay ms que un solo obispo rodeado del presbiterio y de los diconos (A los de
Filadelfia 1, 1-2; 3, 2-5).
3. Estructura de la Iglesia
Creo que es bueno, antes de seguir con los siguientes siglos, dar algunas notas sobre la
estructura de la Iglesia, para que podamos comprender mejor su misterio y su misin. Y los
vamos hacer en una breve sntesis:
Igualdad y diversidad en la Iglesia: Por una parte, el concilio Vaticano II reafirma, por
un lado la radical igualdad de todos los miembros de la Iglesia, basndose no en
motivos humanos y sociolgicos, sino en la voluntad de Dios que nos ha hecho
partcipes de las mismas realidades sobrenaturales por medio del bautismo (cf.
Lumen gentium, 32b); esta igualdad bautismal convierte a los cristianos en una
comunidad. Pero por otro lado, junto a esta igualdad fundamental, el concilio
reconoce la pluralidad de carismas que el Espritu Santo reparte entre los diversos
miembro de la Iglesia, y afirma igualmente la diferencia que el Seor estableci
entre los ministros sagrados y el resto del Pueblo de Dioscf. Lumen gentium 32c).
Esta unidad fundamental y esa diversidad funcional, que Cristo ha querido para su
Iglesia, estn ordenadas entre s, se implican y se exigen mutuamente.
Ministerialidad de las diversas funciones: tanto la funcin de los pastores como las
funciones de los dems fieles deben ser consideradas como servicios o
ministerios. Los pastores estn para santificar, apacentar y guiar a los fieles. Y los
laicos estn para elevar el mundo donde trabajan y ordenarlo segn el plan de
Dios. Por tanto, esta ministerialidad es el puente que une la pluralidad de
funciones y la unidad bautismal.
23
San Juan apstol, en la carta primera, en media docena de renglones, cuatro veces habla de vivir en
comunin (cf. 1 Jn 1, 1-8)
Historia de la Iglesia 18 P. Antonio Rivero, L. C.
24
Recomiendo leer de la constitucin del Vaticano II, Lumen gentium el nmero 10 donde se explica la
diferencia esencial entre el sacerdocio comn de los fieles y el sacerdocio ministerial.
Historia de la Iglesia 19 P. Antonio Rivero, L. C.
SIGLO II
INTRODUCCIN
I. SUCESOS
Varias fueron las calumnias populares que se levantaron contra los cristianos:
a) Los cristianos son ateos: porque no participaban en el culto a los dioses oficiales,
ni en el culto idoltrico al emperador. Esto amenaza el equilibrio de la ciudad,
pues segn la opinin popular- los dioses se sienten ofendidos y se vengan
enviando calamidades tales como inundaciones, terremotos, epidemias,
incursiones de los brbaros. Tambin se deca que los cristianos daban culto a un
asno o a un bandido condenado a muerte en una cruz.
b) Los cristianos practican el incesto: los paganos pensaban que, si los cristianos se
reunan en banquetes nocturnos,era para entregarse a orgas y a las peores
torpezas entre hermanos y hermanas.
Haba tambin objeciones y calumnias de los sabios y polticos contra los cristianos26:
25
Recomiendo vivamente la lectura la carta apostlica del Papa Juan Pablo II titulada Dies Domini (El Da
del Seor), del 31 de mayo de 1998, sobre el domingo.
26
Entre ellos est Celso (siglo II) y Porfirio (siglo III)
Historia de la Iglesia 20 P. Antonio Rivero, L. C.
d) Los cristianos son unos pobres hombres ignorantes y pretenciosos: son gente
reclutada entre las clases sociales inferiores, aprovechando su credulidad. Ponen
en entredicho los valores de la civilizacin romana y minan la autoridad del padre
de familia dado que el Cristianismo reconoca la dignidad de las mujeres y de los
nios. No olvidemos que en el mundo pagano la mujer y el nio no valan
prcticamente nada; simplemente se les toleraba: a la mujer, porque trabajaba en
casa y criaba los hijos; y a los nios, porque despus seran mayores.
En este siglo II continuaron las persecuciones contra los cristianos. Haba que borrar el
nombre de Cristo de sobre la faz de la tierra.
Durante el reinado del emperador Marco Aurelio (161-180) fueron condenados en Roma
el apologista Justino, y en Esmirna el obispo Policarpo, que fue discpulo de Juan y catequista de
Ireneo, futuro obispo de Lyon. Con Policarpo tenemos el primer testimonio del culto a las
reliquias de los mrtires.
Siguieron las persecuciones de Adriano, Antonio Pio, Septimio Severo. Este ltimo
prohibi a los paganos abrazar el Cristianismo bajo pena de muerte
27
Hereja viene de un verbo griego que significa seleccionar, tomar. El hereje no acepta toda la verdad
revelada por Dios y transmitida por la Iglesia, sino slo una parte. Tcnicamente hereja es negar, despus de haber
recibido el bautismo y en forma pertinaz, una verdad que se debe creer con fe divina y catlica.
Historia de la Iglesia 21 P. Antonio Rivero, L. C.
Hereja docetista: estas personas afirmaban que Cristo no era hombre, sino que slo tena
apariencia de hombre. Pensaban que ser hombre restaba mrito, dignidad a Cristo, el Hijo de
Dios. Por querer defender la divinidad, no se aceptaba la humanidad. Nuestra fe es bien clara:
Cristo es al mismo tiempo verdadero Dios y verdadero hombre. Esta es la verdad completa. La
verdad incompleta constituye ya una hereja.
El gnosticismo fue la hereja ms fuerte de este siglo II, aunque ya vimos que comenz
en el siglo I. Era como una gran corriente de ideas y de intuiciones religiosas de diversa
procedencia, aunadas por la tendencia sincretista que tanto auge alcanz en la antigedad. El
punto de arranque de esa corriente lo constitua el anhelo de resolver el problema del mal.
Cmo encontrar el conocimiento perfecto, la verdadera ciencia que diese la clave del enigma
del mundo y de la presencia del mal, que aclarase el sentido de la existencia humana? Deca que
exista un Dios supremo y, por debajo de l, una multitud de eones, seres semidivinos que
formaban con Dios el pleroma, el mundo superior. Nuestro mundo material e imperfecto, donde
reside el mal, no era obra del Dios supremo, sino del demiurgo, que ejerca el dominio sobre su
obra. En este mundo creado se encontraba desterrado el hombre, la obra maestra del demiurgo,
en quien late una centella de la suprema Divinidad. De ah, el impulso que el hombre siente, en
lo ms ntimo de su ser, a unirse con el Dios sumo y verdadero. Tan slo la gnosis, es decir, el
conocimiento perfecto de Dios y de s mismo, permitira al hombre liberarse de los malignos
poderes mundanos y alcanzar el universo luminoso, el pleroma del Dios Padre y Primer
Principio.
Esta hereja fue difundida en el siglo II por Marcin, Valentn, Epifanio y Simn el
mago. Trat de incluir a Cristo en ese sistema cosmognico, como un en en medio de los
dems. Cristo desciende sobre Jess en el momento del bautismo (dualismo personal).
El mismo Marcin, originario del Ponto, distingue el Dios del Antiguo Testamento,
creador y malo, del Dios del amor que nos revela Jess. Detrs de esta postura de Marcin, se
esconden dos dioses: el del Antiguo Testamento y el del Nuevo Testamento. Adems, niega a
Jess una verdadera naturaleza humana. Y finalmente dice que no habr salvacin ms que para
las almas, no para los cuerpos.
La hereja de los montanistas tambin dio dolores de cabeza a la Iglesia. Apareci hacia
el ao 170 cuando Montano, despus de recibir el bautismo, comenz a anunciar que era el
profeta del Espritu Santo, y que este Espritu iba a revelar por su conducto a todos los cristianos
la plenitud de la verdad. El rasgo ms notable de esta revelacin era el mensaje escatolgico:
estaba a punto de producirse la segunda venida de Cristo, y con ella el comienzo de la Jerusaln
celestial. Solamene una estricta vida moral preparara a los creyentes para esta venida; por ello
haba que evitar huir del martirio, haba que guardar ayuno riguroso y abstener, en lo posible, del
matrimonio. A esta secta se adhiri Tertuliano.
Los novacianos: Novaciano sostena que la apostasa era un pecado irremisible y que los
lapsi nunca podan ser readmitidos a la comunin de la Iglesia, ni siquiera en la hora de la
muerte. Sostena, adems, que la Iglesia deba formarse slo por los enteramente puros; y
negaba, como los montanistas, que la idolatra, el adulterio y el homicidio pudieran perdonarse.
Historia de la Iglesia 22 P. Antonio Rivero, L. C.
Los lapsi: ante persecuciones tan duras, algunos cristianos claudicaron y desertaron para
salvar la vida, adoraron las divinidades paganas y rindieron culto al emperador. Se les llam
traidores. Algunos, terminada la persecucin, pidieron perdn y volvieron al seno de la Iglesia.
La Iglesia segua muy de cerca el latido del mundo y tuvo que hacer frente a todos los
desafos, siempre con el auxilio del Espritu Santo, que le daba fuerza y luz.
La actitud de la Iglesia frente al poder temporal civil y poltico del imperio era bien clara:
Dad al Csar lo que es del Csar y a Dios lo que es de Dios (Mt 20, 15-21). Los dos
apstoles Pedro y Pablo desarrollaron en sus cartas toda una catequesis sobre los deberes del
cristiano frente a la autoridad pblica, que sirvi de pauta a los fieles en sus actitudes ante el
imperio romano. Consecuencia de ella es el deber de obedecer a la autoridad pblica, cuando esa
autoridad pblica respete la ley de Dios. La manifestacin prctica de esa actitud era el perfecto
cumplimiento de todas las cargas y servicios, que incumben al cristiano como deber cvico (cf. 1
Pe 2, 17; Rm 13, 1-2; Rm 13, 5-7).
Graves eran las herejas que queran destruir nuestra fe y nuestro dogma. Y Dios hizo
surgir a una serie de hombres de Iglesia, bien formados, que supieron aclarar la doctrina de
Cristo, para que no se diluyera con otras doctrinas extraas y paganas.
Entre ellos, emergen los padres apostlicos: el mrtir san Ignacio de Antioqua (muerto
alrededor del ao 117), san Policarpo (muerto en el 180), Papas (muerto en el 154), san Ireneo
de Lyon (muerto en el 202). Estos padres apostlicos profundizaron las enseanzas de Cristo.
Sus aportaciones doctrinales y morales son muy valiosas para nosotros, sobre todo, al defender la
fe cristiana contra la hereja gnstica, ya explicada anteriormente, que enseaba la existencia de
un Dios del bien y de un principio del mal.
Y ante dichas herejas y calumnias terribles contra los cristianos, Dios sigui ayudando a
su Iglesia por medio de una serie de cristianos, hombres de cultura, que lucharon por dar base
filosfica al cristianismo, no siempre con acierto, pero que influyeron en la teologa posterior. Se
los llam los padres apologistas: defendieron a la Iglesia de las acusaciones, elaborando as una
primera teologa. Entre ellos, el gran Orgenes, primer telogo cristiano; san Justino (mrtir en
165), y Tertuliano en su obra Apologtica, y un autor desconocido que escribi la carta a
Diogneto. Contestan as a las calumnias y acusaciones:
Nada hay secreto entre nosotros: estamos presentes por todas partes, tenemos las
mismas actividades que vosotros, los mismos alimentos y los mismos vestidos. Lo
nico que rechazamos es acudir a los templos y asistir a los espectculos del
anfiteatro.
Historia de la Iglesia 23 P. Antonio Rivero, L. C.
Sois vosotros los que tenis costumbres nefastas: la sociedad romana practicaba el
infanticidio y el aborto, dos cosas que los cristianos no aceptamos, por ser un
crimen. Adems, la sociedad romana exaltaba el desenfreno de la sexualidad hasta
el paroxismo, contando las hazaas amorosas de los dioses y tolerando el
intercambio de esposas.
Contra los docetistas, reaccion Ignacio, obispo de Antioqua, que defendi con
vehemencia el realismo de la encarnacin: Jess es verdaderamente un
personaje histrico, un hombre verdadero, que coma, beba, lloraba, se cansaba,
sonrea. A este Jess lo encuentran los cristianos en una comunidad unida en la
fe, en el amor y en la eucarista.
CONCLUSIN
As acabamos el siglo II. La Iglesia, con la asistencia del Espritu Santo, iba poco a poco
llevando a cabo la misin encomendada por Jesucristo. Dificultades, haba, no cabe duda. Los
cristianos iban con el ejemplo y con la palabra defendiendo su fe cristiana, y llevando esa fe por
donde iban. Es verdad que los cristianos apologistas no convencieron a todos sus interlocutores;
tampoco Cristo lo logr. Los enemigos eran fuertes y usaban todo tipo de tretas para acabar con
el cristianismo. Por eso, cuando buscaban a los responsables de las desgracias de la poca,
siempre las acusaciones se lanzaban contra los cristianos. Y para calmar el furor del pueblo, los
emperadores pronunciaban condenas contra los cristianos. As nacieron las crueles e inhumanas
persecuciones. Qu hicieron en esos terribles momentos los cristianos? Ellos se fortalecan con
los sacramentos y se animaban con su caridad.
Quieres conocer un poco la vida de los primeros cristianos? Aqu te dejo este fragmento
de la famosa carta annima a Diogneto del siglo II: Los cristianos no se distinguen de los
dems hombres ni por el pas, ni por el lenguaje, ni por la forma de vestir. No viven en
ciudades que les sean propias, ni se sirven de ningn dialecto extraordinario; su gnero de
vida no tiene nada de singular...Se distribuyen por las ciudades griegas y brbaras, segn el
lote que le ha correspondido a cada uno; se conforman a las costumbres locales en cuestin
de vestidos, de alimentos y de manera de vivir, al mismo tiempo que manifiestan las leyes
extraordinarias y realmente paradjicas de su repblica espiritual. Cada uno reside en su
propia patria, pero como extranjeros en un domicilio. Cumplen con todas sus obligaciones
cvicas y soportan todas las cargas como extranjeros. Cualquier tierra extraa es patria suya y
cualquier patria es para ellos una tierra extraa. Se casan como todo el mundo, tienen hijos,
pero no abandonan a los recin nacidos. Comparten todos la misma mesa, pero no la misma
cama. Estn en la carne, pero no viven segn la carne. Pasan su vida en la tierra, pero son
ciudadanos del cielo. Obedecen a las leyes establecidas y su forma de vivir sobrepuja en
perfeccin a las leyes. Aman a todos los hombres y todos les persiguen. Se les desprecia y se
les condena; se les mata y de este modo ellos consiguen la vida. Son pobres y enriquecen a un
gran nmero. Les falta de todo y les sobran todas las cosas. Se les desprecia y en ese desprecio
ellos encuentran su gloria. Se les calumnia y as son justificados. Se les insulta y ellos
bendicen...En una palabra, lo que el alma es en el cuerpo, eso son los cristianos en el mundo.
El alma se extiende por todos los miembros del cuerpo como los cristianos por las ciudades del
mundo. El alma habita en el cuerpo, pero sin ser del cuerpo, lo mismo que los cristianos
habitan en el mundo, pero sin ser del mundo...El alma se hace mejor mortificndose por el
hambre y la sed: perseguidos, los cristianos se multiplican cada vez ms de da en da. Tan
noble es el puesto que Dios les ha asignado, que no les est permitido desertar de l.
Termino con unas palabras de san Justino (siglo II) sobre la celebracin de la Eucarista:
El da llamado del Sol (actual domingo) se renen todos en un lugar, lo mismo los que habitan
en la ciudad que los que habitan en el campo, y, segn conviene, se leen los recuerdos de los
apstoles y los escritos de los profetas, conforme el tiempo lo permita. Luego, cuando el lector
termina, el que preside se encarga de amonestar con palabras de exhortacin, a la imitacin de
cosas tan admirables. Despus nos levantamos todos a la vez y recitamos preces; y a
continuacin, como ya dijimos, una vez que concluyen las plegarias, se trae pan, vino y agua. El
que preside pronuncia con todas sus fuerzas preces y acciones de gracias y el pueblo responde
Historia de la Iglesia 27 P. Antonio Rivero, L. C.
Amn, tras de lo cual se distribuyen los dones sobre los que han pronunciado la accin de
gracias, comulgan todos, y los diconos se encargan de llevrselo a los ausentes..Y nos
reunimos todos el da del Sol, primer porque es el primero de la semana y luego porque es da en
que Jesucristo resucit de entre los muertos. Lo crucificaron, en efecto, la vspera del da de
Saturno (sbado) y al da siguiente del de Saturno, o sea el da del Sol, se dej ver de sus
apstoles y discpulos y les ense todo lo que hemos expuesto a vuestra consideracin )San
Justino, Apologa en defensa de los cristianos, cap. 66-67, Patrologa Griega 6, 430-432).
A partir del inaudito poder de remitir los pecasos, concedido por Nuestro Seor Jesucristo
a los apstoles, este sacramento ha comenzado su complejo camino por la historia de los
hombres. Simplificando mucho, podemos decir que se han sucedido tres diversas formas de
celebracin: la penitencia pblica en la antigedad, la penitencia tarifada y la penitencia
privada. La transicin de una a otra no ha sido ni inmediata ni fcil. Porque cada nueva etapa
fue fruto de una maduracin inspirada por el Espritu del Seor y de una ardua bsqueda por
descubrir las riquezas, por corregir los abusos, por aumentar el valor santificador del sacramento
del perdn.
Nos dice el Catecismo de la Iglesia Catlica: A travs de los cambios que la disciplina y
la celebracin de este sacramento han experimentado a lo largo de los siglos, se descubre una
misma estructura fundamental. Comprende dos elementos igualmente esenciales: por una parte,
los actos del hombre que se convierte bajo la accin del Espritu Santo, a saber, la contricin, la
confesin de los pecados y la satisfaccin; y, por otra parte, la accin de Dios por el ministerio de
la Iglesia. Por medio del obispo y de sus presbteros, la Iglesia en nombre de Jesucristo concede
el perdn de los pecados, determina la modalidad de la satisfaccin, ora tambin por el pecador y
hace penitencia con l. As el pecador es curado y restablecido en la comunidad eclesial
(Nmero 1448).
1. Penitencia pblica
El primer paso era el ms reservado y el menos litrgico. El cristiano que haba pecado
gravemente se acercaba al obispo y le confesaba su pecado. El obispo lo amonestaba
severamente hacindole tomar conciencia de la gravedad de su falta, invitndolo a confiar en la
misericordia del Seor y determinando la duracin de la penitencia que deba l realizar, de
acuerdo a la gravedad de su accin pecaminosa. No siempre la confesin era espontnea. Muchas
veces el obispo mismo iba al encuentro del miembro de la comunidad que haba pecado
gravemente y lo exhortaba a la conversin y a la penitencia. En algunas ocasiones, caundo el
pecado era conocido por todos y el pecador era impenitente, el obispo lo amonestaba
30
Recojo todo lo que dir del libro Caricias de Dios. Los sacramentos, de Luis Alessio, editorial Planeta-
Testimonio, 1998, pp. 154 y siguientes.
Historia de la Iglesia 28 P. Antonio Rivero, L. C.
pblicamente para lograr su salvacin y para edificacin de la comunidad. Esta funcin espiritual
era muy importante en todo ese perodo. Tiene adems un valor permanente, pues el ministro no
actuaba solamente al final del proceso penitencia (absolviendo), sino que era quien pona en
marcha todo el proceso llamando a la conversin, amonestando, exhortando. Es interesante
recalcar que la confesin era secreta. Ms an, la confesin pblica se consideraba un abuso. A
lo sumo se daba s una publicidad indirecta cuando el pecado era ya pblicamente conocido.
Como ahora. Pblicos eran los dems pasos del proceso penitencial, es decir, a partir del ingreso
en el grupo de penitentes.
Esta entrada en el grupo de los penitentes posea carcter pblico y litrgico. La Iglesia
tena entonces dos comunidades sin plena competencia eucarstica, es decir, que no podan
comulgar: la de los catecmenos que se preparaban para el bautismo y la de los penitentes que se
preparaban para la reconciliacin sacramental. El pecador entraba a formar parte de estos grupos
en medio de una celebracin comunitaria. Poco a poco se fueron desarrollando ritos de entrada,
como la imposicin de las cenizas o la expulsin simblica del templo como signo de la ruptura
que el pecado haba introducido en la comunidad.
Durante el lapso que duraba la pertenencia al grupo, los penitentes estaban sometidos a
determinadas prescripciones litrgicas. Las costumbres eran ligeramente dirvesas segn las
distintas iglesias locales. Algo, sin embargo, era comn a todas: la prohibicin de comulgar; as
comprobamos que el pecado ya ha introducido distancia entre el pecador y la eucarista. Y no
podra recuperarse la plena comensalidad con Cristo, sino hasta despus de la reconciliacin. El
pecado es una autoexclusin que solamente puede levantarse con la penitencia.
Estas prcticas litrgicas eran duras y penosas. Pero la cosa no terminaba all. El grupo
deba hacer penitencia, no solamente en la asamblea, sino tambin en la vida cotidiana. Los
penitentes estaban sometidos a ayunos y actos de humildad. Deban renunciar a fiestas y
diversiones. Deban renunciar a cargos honorficos. Estaban obligados a la abstinencia sexual.
Muchas de estas prescripciones dursimas no cesaban del todo ni siquiera con la reconciliacin.
Para concluir esta descripcin es preciso tener en cuenta que a la dureza de la accin
penitencias se aada un elemento terrible: slo se poda recibir el sacramento una sola vez en la
vida. No poda repetirse. Por eso, muchos demoraban la penitencia hasta el momento de la
muerte, para no malgastar la ltima oportunidad y para evitar las severidades consecuentes.
Esta forma de penitencia pone ante nuestros ojos la seriedad del pecado y la
incongruencia que implicaba la recada del cristiano. El pecado no es una banalidad o una
travesura. Si el pecado es cosa seria, tambin ha de serlo la penitencia. Positivo fue tambin el
tiempo de maduracin que supona todo el proceso; todo esto ayudaba a madurar la propia
conversin y a fortalecer la decisin de recomenzar una vida nueva. Otra cosa de alabar en esta
penitencia: el aspecto comunitario. Era una autntica liturgia comunitaria en la que toda la Iglesia
estaba afectada y participaba. En esta penitencia el acento caa sobre la accin penitencial que
expresaba la contricin interior (la satisfaccin) y sobre la reconciliacin. La confesin del
pecado no ocupaba an el centro psicolgico de la celebracin, sino que constitua ms bien un
requisito para poder determinar la duracin de la penitencia.
Tambin esta forma de penitencia encerraba algunos aspectos que la Iglesia fue
mejorando con el tiempo: el rigor excesivo dejaba a la sombra la actitud bondadosa de Jess
hacia los pecadores. La excesiva acentuacin de la satisfaccin parecera que el perdn era
conquista personal y no un regalo gratuito de Dios. Adems los dems fieles podan dejar anidar
el farisesmo en su corazn: al fin y al cabo los pecadores serios eran los otros, los que estaban
all, en ese grupo. Nosotros, despus de todo, tan malos no somos....
2. La penitencia tarifada
Nadie queda excluido de los beneficios del sacramento, ni los jvenes, ni los religiosos,
ni los sacerdotes.
Porque se ha abolido el principio de la unicidad, la penitencia es ahora repetibles y la
repiticin ya no es tan temible.
Ya no existen consecuencias penitenciales que duren toda la vida.
No se crea, sin embargo, que todas estas facilidades han convertido al sacramento en una
ganga, ya que todava es rigurosa la expiacin que se exige.
La satisfaccin por lo tanto no queda al arbitrio del sacerdote, sino que era determinada
de acuerdo con libros especficos, los libros penitenciales, que establecan una medida, una
tasa, una tarifa por cada pecado. De aqu el nombre de penitencia tarifada31.
Entre los aspectos ms positivos de esta penitencia tarifada hay que tener en cuenta el
sentido pastoral y educativo que el sacramento ha ido consolidando; se da una mayor atencin a
la singularidad de cada individuo en la determinacin de las satisfacciones, hay un mayor respeto
por la intimidad de la persona al suprimir toda publicidad y acentuar el carcter reservado de la
celebracin y el secreto de la confesin: hay un verdadero aporte educativo en la formacin de
las conciencias y en la transmisin de los valores.
Entre los aspectos que habra que mejorar en esta forma de penitencia tarifada son stos:
adems de lo dicho, sobre que se perdi el sentido eclesial del proceso, habra que decir tambin
que las tarifas podan abrir el camino al formalismo y a una concepcin demasiado material de
la penitencia y de la satisfaccin; es decir, parecera una concepcin mercantil de la penitencia
en la que se podran esconder gravsimos abusos.
3. La penitencia privada
Tambin aqu el Espritu Santo volvi a iluminar a la Iglesia para revisar un poco el modo
de llevar el perdn de Dios.
Pero, qu pasa con quien no sabe leer los salmos o, en razn de su debilidad, no puede ni
ayunar ni velar, ni hacer genuflexiones, ni tener los brazos en cruz, ni postrarse en tierra? Que
elija a alguno que cumpla la penitencia en su lugar y que le pague por eso, pues est escrito:
Llevad las cargas los unos por los otros (Cnones del rey Edgar).
Pero, como se puede uno imaginar, esto dio lugar a abusos. Esta solidaridad sobrenatural
completa, pero no reemplaza, la propia parte personal. Nada ms personal e inalienable que la
conversin y la penitencia. Los mritos de los dems vienen en apoyo, en ayuda; pero no son
alienantes. Y sobre todo, no pueden comprarse. He aqu el abuso: ha nacido una nueva profesin,
la de los penitentes a sueldo. Peor an, la penitencia se ha convertido, prcticamente, en una
actividad para pobres. El rico encuentra quien lo sustituya. De esta manera la tarifa penitencial
desemboca en un mercado de penitencias.
Menos mal que no faltaron las intervenciones sensatas de la jerarqua. Pero haba que
atacar la raz de estos abusos. Y la raz estaba en la tarifa penitencial, en los libros penitenciales.
Estos abusos suscitaron una severa reaccin eclesial: los obispos individualmente, y reunidos en
concilios, prohibieron el uso de las tarifas penitenciales y ordenaron incluso la destruccin de los
libros penitenciales.
Nace as, prcticamente desde el siglo XI, esa forma de celebracin del sacramento de la
penitencia que podramos llamar privada y que es aquella en la que hemos sido educados la
mayora de nosotros.
Esta celebracin, por otra parte, ha permitido una mxima atencin de las necesidades
espirituales de cada persona y ha constituido en muchos casos el punto de partida de una
verdadera direccin espiritual, en la que han descollado tantos santos confesores, y que ha
eclosionado en tantos frutos de santidad y de apostolado.
Tambin esta forma puede traer consigo algunas puntos a tener en cuenta: no convertir el
sacramento de la penitencia a un solo recuento de pecados, sin olvidarse ninguno; pero sin
valorar la sinceridad de la conversin; llegar incluso a escrpulos indecibles por haber olvidado
algn pecado, y no saborear la gracia y la alegra pascual que me trae el sacramento.
SIGLO III
INTRODUCCIN
Ser cristiano es acoger la Buena Nueva de Jess y cambiar de vida dejndose transformar
por ella. La palabra puede ser anunciada por todas partes. El bautismo puede celebrarse a orillas
de un ro..., pero el cristiano no es un individuo aislado. Pertenece a una comunidad, al nuevo
Pueblo de Dios, a la Iglesia. La palabra iglesia, en griego ekklesia, significa reunin o
conovocacin. Creo en la comunin de los santos, dice el Credo apostlico, es decir, en la
unin espiritual entre los bautizados.
Signo sensible y causa de esta unidad fue siempre la eucarista. El pecador o el que
rompa la unidad era excluido de la eucarista y, por consiguiente, de la comunin; incurra en la
pena de la ex-comunin. La comunin afianzaba a las comunidades, les daba cohesin espiritual
y apoyo mutuo; por la comunin se sentan unidos a los apstoles, a los mrtires y hermanos
desconocidos. Incluso cuando deban viajar, llevaban carta de comunin salvoconducto-
todos los cristianos, incluso obispos y presbteros. Esta carta de comunin se llamaba tambin
carta de hospitalidad y abra las puertas en todo el imperio; el portador era recibido en la
comunidad, en la eucarista y gozaba de alojamiento sin cargo alguno. Estaban estas cartas
respaldadas por listas completas que los obispos remitan a todas las comunidades, donde
constaba el nombre de los que estaban en comunin o en excomunin. El papa Ceferino en
este siglo III revoc las cartas de comunin a algunos herejes.
Centro geogrfico de la comunin era Roma. El obispo africano Optato (siglo IV) dice:
La primera sede episcopal en Roma fue conferida a Pedro. Sobre esta sede descansa la unidad
de todos, gracias al sistema de las cartas de paz, en una nica sociedad de comunin. Y san
Ambrosio, ms tarde: De la Iglesia romana fluyen hacia todas las dems los derechos de la
venerable comunin. Era, pues, el Papa el centro de la comunin donde se respaldaban los
obispos, no a la inversa. Cuando el Papa hubo de dictar excomunin a ms de cien obispos de
frica y Asia Menor, no tembl la sede de Roma. Vivi la Iglesia apostlica en verdadera
comunin, como consta en los escritos de los apstoles, especialmente en san Pablo y san Juan, y
en algunos epitafios32.
Es verdad que Jess no fue componiendo punto por punto los estatutos de este primer
grupo, ni tampoco lo hicieron los apstoles. Pero un grupo que quiere vivir y durar se va dando
poco a poco la organizacin necesaria en funcin de la misin encomendada. As hicieron los
primeros cristianos, sobre todo, quienes tenan la autoridad, bajo la gua del Espritu Santo.
Cristo puso la primera semilla del gobierno de su Iglesia: puso la cabeza o roca, puso las
primeras columnas, puso la ley de la caridad y la afirmacin bien clara: Quien a vosotros
escuche, a M me escucha; quien a vosotros desprecia, a M me desprecia (Lc 10, 16). El resto,
es competencia del Espritu Santo que gua a la Iglesia a su plenitud y perfeccin.
32
As rezan algunos epitafios: Sepultado en paz, muri en la paz, muri en comunin; significa que
murieron en la paz y comunin de los santos de la Iglesia. Un epitafio muy significativo dice: Muri en paz
legtima.
Historia de la Iglesia 35 P. Antonio Rivero, L. C.
I. SUCESOS
Roma sufra de una profunda crisis, una gran inestabilidad. Los militares se haban
adueado del poder. Las crisis econmicas y las convulsiones sociales eran endmicas. Los
pueblos brbaros se acercaban cada vez ms a las fronteras romanas y se hicieron sentir; hasta tal
punto que oblig a Roma a rectificar el limes, abandonando ciertos territorios muy avanzados.
Ya los vndalos haban llegado desde el siglo primero. Los godos y alamanos arribaron a
principios del siglo III, junto con los francos (240) y los burgundios (277). Estas naciones
brbaras seguan en su mayora sin evangelizar, sumidas en el paganismo ancestral.
El adopcionismo, que afirmaba que Jess era Hijo adoptivo de Dios, pero no Dios
verdadero. Deca as: El Verbo de Dios, que habitaba en el hombre Jess no era
una persona sino un atributo de Dios. Pablo de Samosata fue el principal
defensor de esta tesis.
Politesmo: No falt quien sostuviera que el Padre y el Hijo eran tan diferentes, que
en realidad eran dos dioses distintos.
Dios iba haciendo su obra, es verdad; pero tambin el enemigo haca la suya, sirvindose
de la fuerza, tirana y la prepotencia de los emperadores que se dieron con sorda lucha a la
destruccin del Cristianismo. Por eso, en este siglo siguieron las persecuciones:
Decio (249-251): oblig a todos los ciudadanos a sacrificar a los dioses del imperio y
pidi un certificado de haberlo hecho. Algunos cristianos desertaron y sacrificaron
a los dioses. A stos se les llam lapsi (los cados).
Aunque la Iglesia en ese tiempo viva en un ambiente hostil a causa de las persecuciones,
sin embargo, daban razn de su fe y de su esperanza en aquel ambiente pagano y viciado de los
ltimos y decadentes decenios del Imperio Romano. La evangelizacin iba progresando: Italia
central, sur de Espaa, frica, Italia del norte, Galia, Edesa (hoy, Irak), Persia y Mesopotamia,
Armenia, etc.
Agustn: Dios, siendo el sumo bien, no permitira el mal, si no fuera a sacar del mal un bien.
Tertuliano deca que la sangre de los mrtires es semilla de nuevos cristianos.
Catecumenado
En medio de las invasiones de los brbaros, la Iglesia, gobernada desde Roma por el
Vicario de Cristo, el Papa, guardaba la unidad de fe, extendida en el mundo conocido: norte de
frica, Siria, Alejandrina, en donde existan iglesias locales. Es ms, la Iglesia seguan
administrando los sacramentos, como la fuerza para resistir a todas las luchas. Es en los
sacramentos donde debemos encontrar el vigor y la fortaleza para hacer frente a todas las
pruebas de los enemigos y de la vida.
Cmo era la iniciacin cristiana? Gracias a san Hiplito, conocemos la importancia que
se daba a la iniciacin cristiana del bautismo33, confirmacin y la primera comunin. Esta
preparacin o catecumenado poda durar en este siglo III hasta tres aos. El candidato al
bautismo tena que ser presentado por los cristianos, que se ofrecan como garanta de la
33
Ya habl del bautismo en el captulo anterior. En este siglo III se introducen otros ritos.
Historia de la Iglesia 38 P. Antonio Rivero, L. C.
sinceridad de su actitud (hoy los llamaramos padrinos y madrinas). Ese candidato tena que
renunciar a ciertos oficios ligados a la idolatra o a comportamientos inmorales. La preparacin
supone una enseanza dogmtica y moral que recibe el nombre de catequesis (accin de hacer
resonar la doctrina de Cristo y los apstoles) y que hace descubrir el contenido de la fe a los que
han sido despertados por la proclamacin (kerigma) del evangelio. Esta catequesis era dada por
un clrigo o laico, e iba seguida de una oracin comn acompaada de una imposicin de manos
por parte del catequista. Al final del catecumenado, se examina la conducta de los candidatos.
Qu pasos hacan?
En el siglo III las diversas iglesias locales alcanaron una slida estructura. En cada una de
ellas haba un obispo, al que auxiliaban los presbteros y los diconos. Tambin se instituyeron
otros ministerios con el de aclito, exorcita, etc.
34
Clnico, voz griega que significa lecho. Persona adulta que peda el bautismo en el lecho de muerte.
Historia de la Iglesia 39 P. Antonio Rivero, L. C.
Diaconisas? No reciban ningn sacramento, como los obispos, los sacerdotes y los
diconos35. Ayudaban sobre todo en el bautismo de las mujeres, pues se haca por inmersin.Las
diaconisas llevaban a la piscina a las mujeres que deban ser bautizadas y hacan los ritos
secundarios; pero ser el sacerdote quien les administraba el sacramento del bautismo con las
palabras sacramentales. Dice as la Didascala de los apstoles: Es necesario el oficio de una
mujer dicono. En primer lugar, cuando las mujeres bajan al agua, tienen que ser ungidas con
el leo de la uncin por una diaconisa...Pero que sea un hombre el que pronuncie sobre ellas los
nombres de la invocacin de la divinidad en el agua. Y cuando salga del agua, que la acoja la
diaconisa y que ella le diga y le ensee cmo debe ser conservado el sello del bautismo
totalmente intacto en la pureza de la santidad.
No hubo siglo sin dificultades doctrinales. Pero esto era un verdadero desafo para la
Iglesia, pues as se iba consolidando y explicitando la doctrina cristiana. El Espritu Santo era
quien guiaba a la Iglesia de Cristo; y l no poda permitir que se tergiversara la doctrina de
Cristo.
San Cipriano, obispo de Cartago, muerto en el 258, luch para que fueran perdonados,
despus de haberse arrepentido y de haber hecho penitencia, aquellos que haban
apostatado durante las persecuciones (los lapsi), pero despus de bautizarlos de
nuevo36. Y public tambin un libro sobre la unidad de la Iglesia catlica. Entre
otras cosas dice que la unidad en la Iglesia es el signo de un encuentro con el
Cristo autntico; esta unidad descansa en la comunin de los obispos entre s.
35
Recordemos que el sacramento del Orden sacerdotal tiene tres grados: el diaconado, el presbiterado y el
episcopado. Este ltimo constituye la plenitud del sacerdocio de Cristo. Este sacramento slo lo reciben los varones,
pues Jesucristo slo eligi varones para formar su grupo de apstoles. Y la Iglesia siempre ha respetado esta
voluntad de Jess. No es discriminacin, sino distintas funciones dentro de la Iglesia.
36
Esto provoc tensiones con el obispo de Roma, que deca que el bautismo es irrepetible y se administra una
sola vez.
Historia de la Iglesia 40 P. Antonio Rivero, L. C.
d) Orgenes, muerte en el 254 refut a Celso. Sin embargo, sus teoras sobre la
preexistencia de las almas, su exgesis demasiado alegorista y su creencia en el
perdn final para todos los seres inteligentes, fueron rechazadas por la Iglesia.
Parece ser que desde mediados del siglo III se construyen verdaderas iglesias. Lo prueba
el hecho de que Diocleciano orden su demolicin.
Cuando nuestro Seor quiso instituir, el Jueves Santo, la Eucarista, y celebrar la primera
Misa, tuvo inters en buscar un lugar apropiado, amplio y bien aderezado. Tal fue el Cenculo,
primer templo cristiano. Lo mismo hicieron despus los Apstoles y sus sucesores inmediatos.
Elegan stos para sus asambleas religiosas, ora las mansiones de los cristianos acomodados, ora
otros lugares aptos para el culto, y las mismas sinagogas judas.
Y con la paz de Constantino (313) el cristianismo cambi de faz. El culto divino empez
a ser pblico y a revestir solemnidad y magnificencia, en honor a Dios. Y as comenzaron las
grandiosas baslicas constantinianas; as llamadas por su fundador y dotador, el mismo
emperador.
CONCLUSIN
La Iglesia, a pesar de todas las dificultades, segua firme y en pie, porque estaba
cimentada sobre la firme roca que puso Jesucristo. Se iba perfilando la primera teologa dentro
de la Iglesia y quedaban en claro estos puntos:
Los cristianos tienen que referirse siempre a la tradicin de los apstoles y sta est
viva en las iglesias apostlicas, las fundadas por ellos (Roma, Antioquia, Alejandra,
Jerusaln). En ellas podemos remontarnos a los apstoles a travs de la sucesin de
los obispos.
Uno de los criterios para discernir, entre los muchos libros que circulaban, cules eran
inspirados por Dios, era la apostolicidad; es decir, si ese libro directa o indirecta haba
sido escrito por uno de los apstoles o de sus discpulos. A ste se aada otro criterio:
si ese determiado libro era usado en la liturgia de las iglesias apostlicas.
La Iglesia anuncia un mensaje idntico en todo el mundo; por tanto, una sola fe y una
misma doctrina.
Historia de la Iglesia 41 P. Antonio Rivero, L. C.
La promesa de Cristo Las puertas del infierno no prevalecern contra la Iglesia era un
estmulo para todos los cristianos. Por eso, seguan firmes en la fe y gozosos en la esperanza. Si
Cristo sufri lo indecible, iban ellos, los cristianos, a pensar en un camino de rosas?
Historia de la Iglesia 42 P. Antonio Rivero, L. C.
SIGLO IV
INTRODUCCIN
El siglo IV empez con una gran persecucin, la novena, decretada por el emperador
Diocleciano, en el ao 303. Entre las regiones que ms sufrieron est Espaa, Italia y frica.
Pero los cristianos daban testimonio de su fe en Cristo, y preferan morir antes que renegar de sus
creencias.
I. SUCESOS
Y en el 313 public un edicto de tolerancia para los cristianos e impuso la paz religiosa.
As terminaron las crueles persecuciones. Es lo que se ha llamado el Edicto de Miln, que
reconoca plena libertad de culto a todos los ciudadanos del imperio de cualquier religin que
fueran. Deban devolverse a los cristianos los edificios confiscados. Prohibi que se obligara a
los cristianos a celebrar ritos paganos; foment la conversin al cristianismo; defendi a los
esclavos y prohibi su matanza; prohibi el adulterio; declar que el da domingo fuera festivo
para todo efecto. Se hablaba as de la Iglesia constantiniana y del imperio cristiano. Constantino
construy iglesias, obsequi al Papa Silverio el palacio de Letrn y levant en el Vaticano una
baslica en honor del prncipe de los apstoles. Restituy, adems, los bienes eclesisticos
confiscados por sus antecesores. Pero, con qu fin?
37
Constantino no fue nunca un modelo de cristiano. Fue bautizado en su lecho de muerte bautismo clnico-
(ao 337), por Eusebio, obispo de Nicomedia, obispo arriano (hertico). Sus numerosos crmenes atestiguan unas
costumbres poco cristianas. Fue el verdugo de su propia familia, haciendo ejecutar a su suegro, a tres de sus
cuados, a un hijo y a su mujer.
Historia de la Iglesia 43 P. Antonio Rivero, L. C.
Muerto Juliano, subi al trono Teodosio que en el 380 proclama al cristianismo religin
del estado. Persigue a los herejes y a los paganos. Derrumba los templos paganos. Religin y
estado vivan juntas. El evangelio iba poco a poco penetrando en la sociedad38.
Aunque este siglo proporcion la paz oficial a la Iglesia y la misma Iglesia qued
reconocida y protegida, sin embargo, pronto se cernieron graves peligros de ndole diversa, que
comenzaron con el emperador Constantino, quien, siendo el dueo absoluto del imperio, cay en
la tentacin de aduearse de la Iglesia o tenerla como aliada. Le dio primero libertad, luego
proteccin y culmin entrometindose en ella. Convoc, sin estar todava bautizado, el concilio
de Nicea (ao 325). Estos fueron otros peligros graves que sufri la Iglesia en este siglo:
38
Por ejemplo, las leyes estatales prohiban el adulterio con una esclava, se ponan obstculos al divorcio, sin
llegar a suprimirlo; se humanizaron las crceles, pues les daban de comer, les permitan ver la luz del sol una vez al
da, ser visitados por el clero en las mismas crceles. Tambin comenzaron las instituciones caritativas para pobres y
enfermos, apoyadas por el estado.
39
Los obispos tuvieron que oponerse a menudo contra esta violencia. San Ambrosio le exigi hacer
penitencia al emperador Teodosio, en el ao 390, antes de participar de nuevo en la Eucarista, por haber hecho
matar a 7.000 personas en Tesalnica.
Historia de la Iglesia 44 P. Antonio Rivero, L. C.
d) Al llevar Constantino la capital del imperio a Oriente, a una pequea ciudad del
Bsforo, a la que llam Constantinopla, sta quiso ser la segunda Roma y
polariz en torno a s a los cristianos del Oriente. Esta ciudad posteriormente fue
elevada al rango de patriarcado. Como es natural entre los hombres, las
ambiciones y los intereses polticos fueron creando de vez en cuando problemas
entre Constantinopla y Roma, problemas que fueron el germen de la futura
divisin de la Iglesia. Esta divisin se efectu en 1054, cuando el patriarca de
Constantinopla, Miguel Cerulario, y el delegado del Papa se excomulgaron
mutuamente. Y todava estamos divididos. El patriarcado de Constantinopla,
encabeza las iglesias ortodoxas, que no reconocen la autoridad ni el primado del
Papa.
Nuevas herejas
Como nos dice Cristo en la parbola de la cizaa: el enemigo nunca duerme. Y quiere
poner su cizaa en medio del campo de buen trigo. Y lo hace mientras la Iglesia duerme y
descansa.
Donato, natural de Cartago, provoc una dolorosa divisin entre los obispos africanos y
atrajo a su bando a 270 de ellos y a numerosos seguidores. Sostena que el sacramento del
bautismo, impartido por un obispo indigno uno de los lapsi- no era vlido; y que, por tanto,
haba que rebautizarse para volver a la Iglesia; y, tambin, sostena que el cristiano que cometiera
pecados graves, debera ser expulsado definitivamente de la Iglesia. Esta hereja conceba a la
Iglesia como una comunidad integrada tan slo por los justos.
Por su lado, Macedonio de Constantinopla neg la divinidad del Espritu Santo. Deca
que era un ser situado entre Dios y la creatura.
Arrio vino a perturbar la paz interna de la Iglesia. Era un sacerdote de Alejandra. Neg
la divinidad de Cristo, diciendo que era una criatura, la ms perfecta, una criatura superior. Esta
hereja fue muy peligrosa. No slo subordinaba el Hijo al Padre en naturaleza, sino que le negaba
la naturaleza divina. Su postulado fundamental era la unidad absoluta de Dios, fuera del cual
todo cuanto existe es criatura suya. El Verbo habra tenido comienzo, no sera eterno, sino tan
slo la primera y ms noble de las criaturas, aunque, eso s, la nica creada directamente por el
Padre, ya que todos los dems seres habran sido creados a travs del Verbo. El Verbo, por tanto,
no sera sino Hijo adoptivo de Dios, elevado a esta dignidad en virtud de una gracia particular,
por lo que en sentido moral e impropio era lcito que la Iglesia le llamase tambin Dios. Arrio
expuso esta doctrina en su obra Tala, el Banquete. El arrianismo consigui una rpida difusin,
porque simpatizaron con l los intelectuales procedentes del helenismo, racionalista y
familiarizados con la nocin del Dios supremo. Contribuy tambin a su xito el concepto del
Verbo que propona y que entroncaba con la idea platnica del Demiurgo, en cuanto era un ser
intermedio entre Dios y el mundo creado y artfice a su vez de la creacin.
Historia de la Iglesia 45 P. Antonio Rivero, L. C.
Las herejas fueron muy duras. Pero Dios sigue conduciendo su barca a buen puerto.
Ante las herejas que iban brotando, la Iglesia, queriendo ser fiel a su Maestro, se reuni
en Concilios para explicitar mejor y defender la doctrina cristiana. Nunca mejor dicho el refrn:
No hay mal que por bien no venga; es decir, las herejas ayudaron mucho a la Iglesia para
perfilar mejor el credo y la doctrina de Cristo. En relacin con los concilios la Iglesia tena una
certeza: sin el obispo de Roma, sucesor de Pedro, no era posible un concilio ecumnico. El Papa
tena que convocarlo o dar su consentimiento y luego ratificar los decretos. As se mostraba que
la autoridad primera era la del sucesor de Pedro. As lo quiso Jesucristo: T eres Pedro....
40
Nicea se levantaba sobre la orilla oriental del Bsforo, frente a Constantinopla. Se reunieron unos
trescientos obispos orientales. Gobernaba la Iglesia el papa Silvestre, quien envi dos sacerdotes como legados
suyos. Sus firmas son las primeras que aparecen enlas las actas.
41
Comienzan as las intervenciones indebidas del gobierno en la Iglesia oriental, plaga y lacra de la que nunca
saldr. Por primera vez, un gobierno interviene activamente en asuntos internos de la Iglesia, asiste personalmente al
concilio, opina en materias ajenas a su competencia, corre con los gastos y a los herejes eclesisticos, les impone
pena civil.
Historia de la Iglesia 46 P. Antonio Rivero, L. C.
San Atanasio: Puntal del concilio de Nicea fue el dicono Atanasio, secretario de san
Alejandro, obispo de Alejandra. Enrgico, culto, piadoso. Fue el terror de
Arrio y sus secuaces. En el 328 fue nombrado obispo de Alejandra. Los
arrianos, con acusaciones y calumnias y poniendo a precio su cabeza,
consiguieron desterrarlo cinco veces.
San Gregorio de Nisa, mstico, nos dej tambin una gran sntesis de la doctrina
catlica.
42
Grandes Padres de la Iglesia se llaman a personajes de esta poca, excelentes por su doctrina y santidad. La
mitad son griegos, la mitad, latinos. Padres griegos son: san Atanasio, defensor de Nicea; san Basilio el Grande,
legislador del monaquismo oriental; san Gregorio Nacianceno, el telogo, y san Juan Crisstomo, obispo de
Constantinopla y cumbre de la patrstica griega. Padres Latinos son: san Ambrosio, obispo de Miln, funcionario
del imperio que fue elegido obispo por aclamacin popular; recibi el bautismo y consagracin episcopal en pocos
das; san Jernimo, el ms erudito, que tradujo la biblia al latn; san Agustn, pagano convertido y obispo de Hipona
por aclamacin popular. A san Agustn se debe el gigantesco esfuerzo de dar base filosfico-teolgica a la doctrina
cristiana. San Agustn es el ms profundo y el ms fecundo de los padres latinos.
43
Distingamos bien los trminos:
Monje viene de la palabra griega mnachos, que significa solitario.
Eremita o ermitao viene de eremos, desierto, designa al que vive en el desierto.
Anacoreta viene de anachorein, retirarse, irse al monte. Es sinnimo de eremita.
Cenobita viene de koins-bios, vida comn; designa quien vive en comunidad
Monaquismo acab designando el estado de vida de todos los que dejan el mundo para entregarse
plenamente a Dios. Tom dos formas principales: la vida solitaria o anacoretismo o eremitismo, y
la vida comn o cenobitismo.
Historia de la Iglesia 47 P. Antonio Rivero, L. C.
La vida monacal y conventual est basada en la frase que Jess dijo a un joven: Si
quieres ser perfecto, vende todo lo que tienes, dalo a los pobres, luego ven y sgueme (Mt 19,
21); es decir, desasimiento total, aun de los legtimos placeres de la vida, por amor a Cristo.
Hubo, pues, un nmero de hombres que se retiraron a la soledad para dedicar su tiempo a la
oracin y a la penitencia.
San Basilio redact la primera regla formal para monjes, para ordenar un poco el
monaquismo: les exige vivir en comunidad, les anima al estudio y al cuidado de los pobres. A
Europa lleg este estilo de vida monacal gracias a san Atanasio, que desterrado fue a ver al Papa
Julio; en el viaje, lo acompaaban varios monjes, y esto despert por donde pasaba admiracin y
atraccin. Entre los pilares de la vida monacal en Europa est san Martn de Tours (muerto en el
397), animador del movimiento monstico y del apostolado rural; san Ambrosio de Miln; y
san Benito de Nursia, ya en el siglo V y VI, como veremos. Tambin en este siglo IV comienza
la liturgia de consagracin de vrgenes o de entrega de velo. San Ambrosio propone como
modelo de las vrgenes a la Virgen Mara. San Jernimo (347-419) es el propagandista de la
vida monstica entre las mujeres de la aristocracia romana. Su alimento ser la cultura bblica.
Jernimo ser adalid del monje que pone su talento al servicio de la cultura cristiana.
Primero el bautismo. Al ser el cristianismo la religin oficial del imperio, son muchos los
que piden el bautismo. Contina siendo administrado sobre todos a los adultos, pero tambin a
los nios. Algunos de ellos lo retrasaban hasta la hora de su muerte (bautismo clnico, del que ya
hablamos), porque se sentan dbiles para no pecar 44; adems, porque la preparacin para
recibirlo era larga: instruccin, confesin, ayunos y oracin. Los catecmenos comenzaban la
catequesis al inicio de la cuaresma. Esta catequesis se divida en dos partes:
Despus, la confesin. Ya hablamos extensamente sobre las etapas que tuvo este
sacramento de la confesin en el apndice del siglo II. Hagamos ahora un breve resumen. En este
tiempo se permita una sola confesin en la vida, por eso los pecadores la retrasaban lo ms
44
Dado que el bautismo perdona todos los pecados y la penitencia slo se conceda una vez en la vida, ms
vale aguardar decan- a que se calmen las pasiones para comprometerse definitivamente.
Historia de la Iglesia 48 P. Antonio Rivero, L. C.
posible, a menudo para la hora de la muerte. Haba tambin penitencias oficiales o cannicas,
que eran pblicas, por pecados graves y escandalosos. El que ha pecado gravemente hace
confesin de su culpa al obispo, secretamente. Este tambin poda pedir a los pecadores que
acudieran a la penitencia45.
El primado de Roma
El primado de Roma sobre la Iglesia universal tena un fundamento dogmtico que los
Papas , a partir del siglo IV, se esforzaron por definir con la mayor claridad. San Dmaso, san
Len I, Gelasio y san Gregorio Magno figuran entre los principales expositores de esta doctrina,
cuya formulacin se volva cada vez ms necesaria por las crecientes pretensiones de los
patriarcas de Constantinopla.
No se funda esta primaca romana sobre una razn de orden poltico, como suceda en el
imperio. Su fundamento hay que encontrarlo en la Sagrada Escritura, en el conferimiento del
primado a Pedro por parte de Jess (cf. Mt 16,18). Los Papas, por ser los sucesores de Pedro en
la ctedra de Roma, tienen en la Iglesia la preeminencia y la autoridad que Cristo concedi al
Simn Pedro.
A lo largo de los siglos se le dieron al obispo de Roma ttulos diveros: Papa, Vicario de
san Pedro, Vicario de Cristo, para significar la naturaleza de su primado universal. Pero siempre
se aada el humilde calificativo de siervo de los siervos de Dios.
Los Papas ejercan activamente su primaca sobre las iglesias de occidente. En oriente, en
cambio, aunque se consideraba a la Sede Romana como la primera, su influjo era menor. Pero
cuando surgan conflictos de fe o de disciplina recurran al juicio del obispo de Roma. Fueron
numerosos los asuntos que los Papas resolvieron por medio de decretales. Tambin el mismo
Papa enviaba sus legados para hacer llegar eficazmente la autoridad pontificia a las diversas
iglesias.
Sacerdotes casados?
Es un hecho que, durante los primeros siglos, gran parte de los sacerdotes estaban
casados. Pero a medida que las comunidades crecan y su atencin pastoral requera ms tiempo
y dedicacin, y a medida que fueron apareciendo escndalos, la Iglesia de occidente comenz a
exigir el celibato a sus sacerdotes. El primer concilio conocido, que lo prescribe, es el de Elvira
45
Esta penitencia se desarrolla por etapas en el marco de la asamblea litrgica. En el curso de la entrada en la
penitencia, el obispo impone las manos a los pecadores y les entrega el vestido de los penitentes; desde entonces
constituyen un grupo particular en la iglesia. No participan de la ofrenda ni de la comunin. Durante la cuaresma,
los sacerdotes imponen de nuevo las manos a los penitentes. Al final de un tiempo que vara segn la gravedad de la
falta y que puede durar varios aos, el obispo reconcilia a los penitentes con una imposicin de manos, generalmente
el jueves santo. Las exigencias que se imponen al penitente son muy duras. Tiene que llevar vestidos pobres, ayunar,
no comer carne, dar limosna. Tiene prohibidos algunos oficios litrgicos. En algunos casos ha de renunciar a las
relaciones conyugales. El que no los respeta es considerado como indigno, y ya no puede reconciliarse, pues la
penitencia es nica. Todo lo ms puede esperar el vitico antes de morir. El rigor de esta penitencia oficial recay
sobre la institucin misma. Los catecmenos retrasaban su bautismo para que los pecados se les perdonasen un da
sin exigencias particulares. Los pecadores bautizados retrasaban todo lo posible la penitencia, ya que no podan
resolverse a abandonar la profesin y la vida conyugal. No deberan participar de la Eucarista.
Historia de la Iglesia 49 P. Antonio Rivero, L. C.
(Espaa) en el ao 306. Esta exigencia, aunque no siempre fue fcil de cumplir, se fue
extendiendo por toda la Iglesia de occidente. En ese modo de vivir se vea un reflejo del modo
como Cristo mismo vivi para cumplir su obra redentora.
El celibato para los sacerdotes catlicos de rito latino es una perla preciosa, de la que
habl el Papa Pablo VI en una hermosa encclica Sacerdotalis coelibatus. Es un llamado de
Dios a una consagracin total a l y a la Iglesia, y al mismo tiempo es una respuesta libre del
candidato al sacerdocio; no es una imposicin. Todava en el siglo XX se levantan voces
pidiendo su abolicin46. Pero el Papa Juan Pablo II ha zanjado la discusin afirmando que este
modo de vivir, fundado en el ejemplo de Cristo mismo y una antiqusima tradicin, es un don
que Dios ha hecho a su Iglesia, y que sta debe custodiar con fidelidad.
CONCLUSIN
46
Y daban estos razonamientos falaces: as comprendern mejor a las familias y las asesorarn con ms
tino; habr ms candidatos al sacerdocio ahora que hay crisis de vocaciones; harn la experiencia afectiva para
lograr la madurez total, etc. , y otros razonamientos dirigidos al corazn. Pero en la cuestin del celibato estamos
ante algo que Cristo quiso para s y cuyo valor la Iglesia descubri desde temprano, no sin la asistencia del Espritu
Santo. Y nosotros lo aceptamos con fe y desde la fe.
Historia de la Iglesia 50 P. Antonio Rivero, L. C.
SIGLO V
INTRODUCCIN
Entre los santos Padres de lengua griega, como ya dijimos anteriormente, sobresalieron:
san Atanasio, san Basilio, san Gregorio Nacianceno, san Gregorio de Nisa, san Juan Crisstomo,
san Cirilio de Jerusaln y san Cirilo de Alejandra.
Entre los santos Padres de lengua latina sobresalieron: san Ambrosio, san Jernimo, san
Agustn, san Len Magno, san Gregorio Magno.
I. SUCESOS
El siglo V est caracterizado por el incontenible avance de los brbaros que derrumbaron
al Imperio Romano y, tambin, por las luchas teolgicas que rompieron la unidad cristiana.
Alarico, godo, en 410, y Genserico, vndalo, en 456, cayeron sobre Roma. Odoacro, jefe de los
hrulos, destituy en 476 a Rmulo Augstulo, que fue el ltimo emperador romano en
occidente.
Europa qued hecha un desastre. Estos pueblos brbaros dieron el empujn final a un
rbol que ya estaba carcomido. Estaba todo en ruinas. Los ricos, ociosos y corrompidos, se
entregaban al desenfreno, el divorcio, la prostitucin y las prcticas contrarias a la natalidad
estaban extendias por todas partes. El pueblo humilde soportaba impuestos excesivos, tantos que,
segn Salviano, algunas poblaciones suplicaban que llegaran los brbaros para quedar liberados.
La parte oriental del imperio sigui subsistiendo con el nombre de Imperio Bizantino 47. Estos
brbaros crearon sus reinos:
Los suevos, que arribaron en el ao 400, los visigodos y los alanos, tomaron
Espaa.
47
Recordemos que fue el emperador Teodosio quien haba dividido en dos partes al Imperio Romano en el
ao 394: Oriente y Occidente.
Historia de la Iglesia 51 P. Antonio Rivero, L. C.
Los hrulos, llegados en el 400 tambin, permanecieron en Italia, que les fue
arrebatada por los ostrogodos en el 493.
Los sajones y los anglos invadieron Gran Bretaa y se mezclaron con sus
pobladores, los bretones.
Ms herejas?
a) El monofisismo deca que Cristo no tena dos naturalezas, sino una sola en la que
se haban unido la divinidad y la humanidad. Eutiques, monje bien intencionado
de Constantinopla, comand esta escuela con el deseo de combatir a Nestorio.
b) El nestorianismo enseaba que en Cristo hay dos personas, una divina y otra
humana. Nestorio, patriarca de Constantinopla, fue quien inici esta hereja.
Adems deca que la Virgen Mara no es la madre de Dios; slo es la madre de
Cristo.
bien a la hereja arriana. Ms tarde los francos, convertidos al catolicismo ortodoxo, en primer
lugar. Despus, los borgoones, los suevos y los visigodos.
Irlanda fue convertida al cristianismo por san Patricio (461) a quien los isleos conservan
todava una profunda veneracin y agradecimiento. l inici el movimiento monstico en aquella
tierra. Por disposicin de Dios, el caos de los brbaros favoreci al cristianismo, pues el imperio
romano, al resquebrajarse, busc apoyo en la Iglesia. Fue enorme la influencia de la Iglesia en
esta poca, que bien puede denominarse juventud de la Iglesia. Haba ya penetrado en todos los
estratos de la sociedad, tambin en los directivos. La Iglesia era la nica autoridad ante el
desorden, la nica luz en el tnel.
Los grandes obispos ponan freno a los dspotas: san Ambrosio, al emperador Teodosio;
el papa san Len Magno enfrent a las hordas de Atila, quien abandon sus planes de
devastacin. Es el primer Papa que recibe el nombre de Grande. El evangelio penetraba en los
pueblos; mientras el emperador perda influencia, el Papa, obispo de Roma, ganaba ascendiente.
Slo la Iglesia conserva y sostiene todo, dice el historiador Lactancio.
Por eso, ante los errores dogmticos, la Iglesia supo estar vigilante y atenta. Los obispos,
reunidos en concilios, no sin grandes choques y cismas, supieron defender la doctrina cristiana.
El concilio de Calcedonia (451) ense que Cristo tena dos naturalezas, la divina y
la humana, unidas sin confusin ni divisin en una sola Persona, la del Verbo. As
qued vencida la hereja monofisita, muy peligrosa, pues si Cristo no eran hombre
verdadero, no haba podido dar su vida en la cruz y quedaba socavada la
redencin. Desgracidamente a este gran concilio no pudieron participar los
obispos que vivan fuera del imperio romano, y esto caus que se separan de la
unidad catlica las iglesias anti-calcedonenses: Egipto, Siria con doscientas sedes
episcopales y Mesopotamia.
me har bautizar en tu nombre, porque he invocado a mis dioses y, como veo, se han negado a socorrerme, lo cual
me hace creer que no tienen ningn poder, porque no socorren a los que les sirven. As, pues, te invoco a ti, quiero
creer en ti; al menos que me libre de mis enemigos! Mientras deca estas palabras, los alamanes volvieron la
espalda y empezaron a sentirse derrotados (narrado por Gregorio de Tours en su Historia francorum). Y con
Clodoveo, rey de los francos, se bautiz todo su ejrcito. Nace as la primera nacin catlica y Francia recibe el
apelativo de hija primognita de la Iglesia.
Historia de la Iglesia 53 P. Antonio Rivero, L. C.
Cunto debe la Iglesia a estos Santos Padres, obispos y papas intachables y bien
formados intelectualmente, que pusieron su talento al servicio de la ortodoxia catlica! Ellos
esclarecieron el dogma, lo explicaron, lo defendieron con tesn, y no sin grandes sacrificios y
sufrimientos.
Uno de ellos fue san Agustn: Naci en el norte de frica en el ao 354, hijo de un
pagano y de santa Mnica. Despus de una juventud inquieta, recibi el bautismo animado por la
predicacin de san Ambrosio. Fue obispo de Hipona desde 395. Brill en toda la cristiandad por
su inigualable talento, puesto al servicio de la fe. Luch contra los errores maniqueos 49, contra
los donatistas50 y pelagianos. Entre sus obras ms importantes sobresalen las Confesiones (su
autobiografa) y la Ciudad de Dios (primera filosofa y teologa de la historia).
Otro de los titanes de la fe fue san Jernimo. Realiz parte de su apostolado en el siglo
anterior. Tradujo al latn toda la Biblia y dej obras de historia de la Iglesia y de espiritualidad.
Pas a la historia como un gran santo padre san Juan Crisstomo (boca de oro), patriarca
de Constantinopla, que escribi acerca del sacramento del sacerdocio y de la Eucarista, y
coment la Sagrada Escritura. Despleg una intensa prctica de la caridad, manteniendo
instituciones que cuidaban de los desvalidos. Tambin defendi las imgenes, no porque haya
que adorarlas, sino porque ellas nos llevan al Autor de la santidad, que es Dios, y a un deseo de
imitar esas virtudes de los santos, representados por imgenes.
Tambin destac san Pedro Crislogo, virtuoso y elocuente obispo de Ravena, que dej
una importante coleccin de sermones sobre la Sagrada Escritura, en los que desarroll una
exgesis sobre todo moral.
Las relaciones entre ambas registraron a finales del siglo V una primera ruptura, que no
fue definitiva, pero sirvi de anuncio de otras ms graves que se produciran en el futuro. Fue el
cisma de Acacio. Patriarca de Constantinopla desde el ao 471 a 489, Acacio se inmiscuy
abiertamente en asuntos internos de los patriarcados de Antioqua y Alejandra, e instig al
emperador Zenn para que publicase un edicto dogmtico el Henoticon- tendente a una
conciliacin con los monofisitas.
con ayuda de Justiniano, sobrino del emperador reinante Justino y su futuro sucesor, consigui
poner fin al cisma. Todos los obispos bizantinos suscribieron el Libellus Hormisdae, un
documento en que se defina expresamente el primado romano.
Esta situacin se mantuvo en sus lneas fundamentales durante los siglos siguientes, a
pesar de las ulteriores crisis que surgieron entre Roma y la iglesia bizantina.
As pues, en este siglo se multiplican las parroquias rurales, que ya haban comenzado a
finales del siglo IV. El catolicismo se convierte en una religin campesina llena de la poesa de
los campos y cuya devocin expresa y suscita a la vez la fidelidad al suelo nutricio. Mamerto,
obispo de Vienne, instituye las rogativas, oracin itinerante por los frutos de la tierra.
Las parroquias rurales tenan pila bautismal y junto a ellas sola existir un cementerio. El
clero se sustentaba con las aportaciones de los fieles.
Pero no todas las iglesias rurales fueron parroquias; abundaron ms los templos,
denominados oratorios, construidos no por los obispos y clrigos, sino por propietarios privados,
dando lugar a lo que se llam iglesia propia. Estas iglesias propias, si bien daban seguridad
social a esas familias reunidas en torno a dichas iglesias, sin embargo, tambin dieron lugar a
evidentes abusos por parte de sus propietarios, que se crean dueos absolutos de esa iglesia.
CONCLUSIN:
Europa en el siglo V era toda del imperio romano y ste iba decayendo, especialmente
por la despoblacin, el ocio y la corrupcin. Los esclavos se liberaban, los romanos no
trabajaban, los nios no eran instruidos, los acueductos no eran reparados, el arte y la cultura
haban desaparecido. La Roma orgullosa de los Csares, que habra tenido un milln de
habitantes, no tendra ahora ms de cincuenta mil. Miles de extranjeros, mercenarios y brbaros
suplantaban a los soldados romanos. Los brbaros no se apropiaron de ciudades sino de ruinas y
de campos abandonados que nadie quera cultivar. Slo quedaba en pie y fuerte el papado y el
cristianismo.
Historia de la Iglesia 55 P. Antonio Rivero, L. C.
Termino con una cita de san Vicentre de Lerin (siglo V) que valora el papel de los santos
Padres: Si surge una nueva cuestin que no ha tocado ningn concilio, hay que recurrir
entonces a las opiniones de los Santos Padres, al menos de los que, en sus tiempos y lugares,
permanecieron en la unidad de la comunin y de la fe y fueron tenidos por maestros
aprobados. Y todo lo que ellos pudieron sostener, en unidad de pensar y de sentir, hay que
considerarlo como la doctrina verdadera y catlica de la Iglesia, sin ninguna duda ni
escrpulo (en su obra, Commonitorium 434).
Historia de la Iglesia 56 P. Antonio Rivero, L. C.
SIGLO VI
INTRODUCCIN
Ya estamos en la alta edad media que se extiende del ao 476, cada del imperio romano
de occidente ante el empuje brbaro, al ao 1453, en que los turcos otomanos conquistan la
capital del imperio romano de oriente. En el medioevo solemos distinguir diversos perodos: el
primero, la alta edad media (siglos V a X) que se caracteriza por la fragmentacin del mbito
mediterrneo Occidente, Oriente e Islam-, y la baja edad media (siglos XI a XV), que asiste al
progresivo despertar de uno de estos tres mbitos: el Occidente cristiano, que durante esta poca
se asentar definitivamente y pasar a ocupar un papel hegemnico en Europa y posteriormente
en todo el mundo.
La edad media evoca para nosotros las catedrales, la cruzada, la lucha contra los
musulmanes; en otras palabras, la cristiandad. Pero para llegar a ello, hemos de recorrer una
media docena de siglos a lo largo de los cuales se elabora penosamente una civilizacin europea
basada en el cristianismo.
I. SUCESOS
En medio del caos, los emperadores vieron en la Iglesia una organizacin estable y le
prestaron apoyo; por este prstamo, se cobr un inters que se llam intromisin, del que ya
hablamos y tendremos tiempo de hablar ms largo y tendido en los siguientes siglos. Esta
intromisin ha sido calificada como cesaropapismo.
Slo el imperio bizantino, con sede en Constantinopla, presidido por Justiniano, segua en
pie en Oriente. Justiniano se lanz a la reconquista de los territorios que haban cado en manos
de los brbaros. Mand construir la baslica de santa Sofa, dedicada a la Sabidura de Dios. Y
public el cdigo de derecho romano, coleccin de todas las leyes del imperio; dicho cdigo
lleg a ser el fundamento del derecho de la sociedad civil y religiosa europea. Este cdigo
intent llenar el vaco de legalidad mediante el sometimiento del hombre al estado. Pero el
estado decae. Justiniano apoy a la Iglesia y al Papa, buscando la unidad.
La conversin de Clodoveo, rey de los galos, como ya dijimos, favoreci la expansin del
cristianismo, pues todo su ejrcito se hizo bautizar; unos tres mil guerreros. Qu importante era
el ejemplo del jefe o caudillo para el destino religioso de su pueblo! Los vnculos de fidelidad
personal, entonces tan poderosos, arrastraban en pos del rey a lo ms representativo de la nacin:
los magnates de la nobleza y los miembros del squito regio.
Italia se vio invadida primero por los godos, luego por los longobardos, que lentamente
fueron convertidos a la fe catlica y bautizados gracias a los monjes de san Columbano, del
monasterio de Bobbio, cerca de Pava. Tambin en Italia aconteci lo siguiente: el emperador de
oriente, Justino, quiso reconquistar Italia e incorporarla al imperio. Pero tena que enfrentarse
con Teodorico, arriano. Utiliz contra l el arma de la religin, contando con el respaldo del Papa
Hormisdas y de los catlicos. Puso, pues, la poblacin de Italia contra l y, con un edicto empez
la persecucin contra los arrianos. Teodorico respondi persiguiendo a los catlicos, por
considerlos responsables de la poltica imperial.
Por su parte los visigodos, pueblo germnico que haba invadido la pennsula ibrica y
formado en ella un reino vigoroso, abandonan el arrianismo y se convierten al catolicismo tras la
conversin del rey Recaredo, hijo del monarca arriano Leovigildo, en el ao 589.
Los mayor parte de los pueblos brbaros abrazaron en un inicio el cristianismo, pero bajo
la forma arriana. Unos, como los ostrogodos51 o los vndalos, nunca llegaron a incorporarse a la
Iglesia y permanecieron arrianos hasta su extincin como grupo nacional. Otros, en cambio, y tal
fue el caso de visigodos y suevos, de borgoones o longobardos, despus de un perodo ms o
menos largo de arrianismo, terminaron por adherirse a la fe catlica, con gran contento de la
Iglesia.
Tambin abandonaron el arrianismo los burgundios, muy influidos por los francos
catlicos; luego, los suevos de Galicia, cuyo apstol fue un misionero centroeuropeo llegado
desde el Oriente, san Martn de Braga. Ya dijimos que los visigodos se convirtieron a la fe
catlica siguiendo el ejemplo de su rey Recaredo. Ello favoreci el florecimiento en la pennsula
ibrica de la iglesia visigtica, que se hizo famosa por desarrollar una liturgia propia y por la
convocar numerosos concilios en Toledo.
51
Varios papas de este siglo vivieron la amenaza del rey ostrogodo, Teodorico, arriano. Al Papa san Juan I le
oblig ir a Constantinopla para pedir el cese de las persecuciones contra los arrianos por parte del emperador Justino
Historia de la Iglesia 58 P. Antonio Rivero, L. C.
La Iglesia se alegr, sobre todo, con la conversin del rey de los francos, Clodoveo. Los
francos eran un pueblo de origen germnico que a mediados del siglo V ocupaba territorios del
nordeste de la Francia actual, como federado de los romanos. Tras la cada del imperio de
occidente, los francos fueron extendiendo su dominio hacia el interior de las Galias, avanzando
hacia el medioda y el oeste.
En este siglo surgi la egregia figura de san Benito de Nursia, fundador de los monjes
benedictinos. Es el padre del monacato de occidente. Ya en su juventud abandona el fasto de
Roma y busca la soledad de Subiaco, su primera fundacin, inspirndose en los cenobios de san
Pacomio. Por su fama de santidad se le unieron numerosos seguidores, y fund trece monasterios
con escuelas monacales para nios.
Su lema era ora et labora, es decir ora y trabaja. El hombre se salva y se santifica no
slo en la soledad y austeridad sino en el servicio al prjimo y en el trabajo. El trabajo, no slo
manual y agrcola, sino sobre tambin intelectual. Estos monjes vivan en pobreza, castidad y
obediencia, bajo el cuidado de un abad. La orden de san Benito tuvo un gran auge hasta el siglo
XII en Italia, Francia, Alemania, Gran Bretaa, etc. Los monasterios benedictinos se convirtieron
en baluartes de la fe y de la cultura. Varios papas y numerosos obispos salieron de sus filas. En
ellos floreci el canto religioso que ellos mismos practicaban diariamente.
San Benito fue perseguido. Por tal motivo abandon Subiaco y fund el clebre
monasterio de Montecasino, lugar donde culmin su obra maestra que es la regla benedictina,
modelo de moderacin y de profundo sentido humano. Sus monasterios desarrollaron un papel
importantsimo en el plan gigantesco de la evangelizacin de Europa. En ellos la comunidad de
vida era ms intensa bajo la direccin del abad, y la existencia de los monjes se divida entre la
oracin litrgica, la lectio divina, y el trabajo intelectual y manual.
La regla de san Benito acusa influencias de los grandes legisladores del monaquismo
oriental Pacomio y Basilio-, de san Agustn y sobre todo de Juan Casiano. Tambin se han
descubierto notables analogas entre la regla de san Benito y un texto annimo conocido como la
Historia de la Iglesia 59 P. Antonio Rivero, L. C.
Regla del Maestro. Todo esto no quita mrito a san Benito, cuya obra alcanz un xito inmenso y
se convirti con el tiempo en la regla por excelencia del monaquismo occidental.
Es patrono de Europa, juntamente con los santos Cirilio y Metodio. En ellos est
representada la Europa occidental y oriental.
Una vez que los invasores fueron aceptando la religin catlica y se fueron consolidando
los diversos reinos, tambin los varios ritos litrgicos de occidente se fueron afirmando. Adems
de la liturgia romana, floreci la liturgia ambrosiana en el norte de Italia, la galicana en Francia,
la visigtica en Espaa, y la celta en Irlanda e Inglaterra.
Por otra parte, escritores tan ilustres como san Hilario y san Efrn, y sobre todo san
Ambrosio y Prudencio, componan himnos apropiados, y muchos obispos introducan en sus
catedrales la salmodia popular alternada, produciendo efectos maravillosos, aun para los
paganos.
Por todas partes, en las ciudades y en los campos, fueron construyndose iglesias y
capillas. Y en ellas el culto fue adquiriendo cada vez ms solemnidad. Se inauguraron las
procesiones, se organizaron peregrinaciones a Jerusaln y a los sepulcros de los mrtires, y las
bendiciones y ordenaciones solemnes.
Debemos anotar que la diversidad de ritos litrgicos no rompa para nada la unidad de la
Iglesia. Ms bien pona de manifiesto su riqueza espiritual, pues en cada uno de ellos se
proclamaba la misma fe y se celebraban los mismos sacramentos. Cada rito lo haca con matices
propios, debido a la cultura y sensibilidad de las diversas regiones de la Iglesia.
Fue un papa providencial en una de las pocas ms difciles de la historia. Naci en una
familia noble y su preparacin le llev a la vida poltica. Incluso lleg a ser prefecto de Roma.
Pero pronto dej su cargo para ingresar en la orden benedictina. Nutra su inteligencia con los
escritos de san Agustn, san Ambrosio y san Jernimo.
Iglesia. Ha pasado a la historia por el acervo de doctrina que encierran su famosas Cartas y otras
obras: Las Morales, la Regula pastoralis y los Dilogos. Tambin se distingui por el cuidado y
amor a los pobres, con los que coma muchas veces. En seal de humildad le gustaba que le
llamaran servus servorum Dei (El siervo de los siervos de Dios).
CONCLUSIN
SIGLO VII
INTRODUCCIN
Cada siglo tiene su sorpresa. La gran sorpresa de este siglo fue la rpida expansin del
Islam. Mientras el cristianismo iba ganando las tierras del norte europeo, gracias a la accin
evangelizadora de los monjes irlandeses y anglosajones, por el sur aparece la amenaza
musulmana. En efecto, los discpulos de Mahoma, tras haber conquistado Arabia, el Medio
Oriente y el norte de Africa, cruzaron el estrecho de Gibraltar en el ao 711 y pusieron fin al
reino visigodo.
Bajo su dominio, la fe catlica en Espaa pas a ser tolerada y muchas veces perseguida.
El Islam era la religin oficial del califato que se erigi en Crdoba.
I. SUCESOS
El Islam
Al no poder atraerse a los cristianos ni a los judos, Mahoma entra en conflicto con ellos y
proclama su nueva religin como universal. Despus de haber conseguido la unidad entre las
tribus rabes, Mahoma vuelve triunfalmente a la Meca y muere unos meses ms tarde (632).
52
A los treinta aos Mahoma entr en una crisis religiosa. Se fue de su casa y se puso a rezar. Y a partir de
610 en el monte Jira supuestamente recibe revelaciones del arcngel Gabriel.
53
Dice Paul Johnson en su libro Historia del Cristianismo que el xito del Islam se origin esencialmente
en la incapacidad de los telogos cristianos para resolver el problema de la Trinidad y la naturaleza de Cristo.
Mahoma, que era monofisita, uni los problemas teolgicos y econmicos para crear una forma de religin
monofisita que era sencilla, y notablemente impermeable frente a la hereja, y que inclua la doctrina de la espada
para atender las necesidades prcticas de la comunidad cristiana. La primera gran victoria islmica, sobre el ro
Yarmuk en 636, fue obtenida porque 12.000 rabes cristianos coptos, jacobinos y otros- casi siempre preferan a los
musulmanes antes que a los catlicos (p. 280, Javier Vergara Editor S.A.).
54
Su tajante mensaje de monotesmo es rechazado por los meques, en particular por la clase poderosa de los
caraixies.
Historia de la Iglesia 62 P. Antonio Rivero, L. C.
Profesin de fe: Existe un solo Dios (Allah), al que hay que someterse
ciegamente, y Mahoma es su profeta.
Jihad: Es la guerra santa en defensa del Islam. Algunos piensan que esa lucha es
solamente interior a cada uno. Pero en general es interpretada como guerra
armada para hacer triunfar la causa de Allah, y se entregan a ella con tanto mayor
ardor cuanto que los cados por defender el Islam tienen asegurado el paraso56.
Europa, que haba resistido a los brbaros y los haba bautizado, ceda ahora ante el
Islam. Estuvo la cristiandad asediada por novecientos aos. En menos de cien aos, el Islam
super en extensin al imperio romano, ocup Tierra Santa, borr el cristianismo del norte de
frica y someti una parte de Europa. La expansin del cristianismo por el sur quedaba frenada
por el Islam.
El Islam permite la poligamia y el divorcio. No acepta a Jess como Hijo de Dios; slo es
uno de los tres profetas que precedieron a Mahoma, junto con Abraham y Moiss. No acepta el
nacimiento virginal de Jess, ni su muerte en la cruz ni la resurreccin. Tampoco acepta la
maternidad divina de Mara; pero reconoce que fue una mujer escogida por Dios y modelo de fe.
En ese tiempo el Islam apareci como el gran enemigo de la fe de la cristiandad. Por ello
duarante siglos habr entre ellos guerras sin fin. Las ms famosas fueron las cruzadas para
reconquistar los lugares donde vivi Cristo. Pero hubo tambin un hecho de importancia crucial
para la cultura occidental. Los rabes, al dominar Medio Oriente y Mesopotamia, entraron en
55
En realidad toda la religin mahometana est impregnada de ese espritu judo y cristiano. Mahoma como
camellero pudo hacer viajes a Siria donde entrara en contacto con estas religiones. Es por eso que en la Edad Media
siempre se consider a Mahoma ms que como el fundador de una religin, como un cismtico.
56
Es verdad que el concepto moderno de la jihal en algunos musulmanes se inclina al activismo militar en la
lucha contra el colonialismo de la primera mitad del siglo XX. Por ejemplo, Asan al Banna, fundador de la
Fraternidad musulmana; Sayyid Mandudi, fundador del Jamaat islam; y Sayed Qutb, ejecutado en 1966 por el
presidente de Egipto Janal Nasser. Combatid hasta que dejen de induciros a apostatar! (Corn 2, 193).
Historia de la Iglesia 63 P. Antonio Rivero, L. C.
Qu herejas surgieron?
Los cristianos de este siglo estaban muy divididos en la fe, porque interpretaban
diversamente el concilio de Calcedonia que haba declarado que en Cristo hay dos naturalezas,
una divina y otra humana, unidas en una sola persona divina. Surgieron as algunas herejas,
como son el monergismo y monotelismo que decan que en Cristo hay una sola energa y una
sola voluntad, la divina.
El Papa que estuvo al frente de este siglo fue san Gregorio Magno, del que ya hablamos
al final del siglo anterior. Lograr la completa conversin de los pueblos brbaros fue uno de los
desafos ms importantes que supo afrontar. Envi a san Agustn de Canterbury a predicar en
Gran Bretaa, en donde estableci siete obispados. Procur que los francos y los lombardos
fueran catequizados. Logr que los visigodos dejaran el arrianismo, siguiendo el ejemplo de su
rey Recaredo.
San Gregorio escribi varios libros morales, cuid de la ciudad romana azotada por las
pestes y la invasin lombarda. Reform el rito de la misa, introduciendo el rezo del Seor ten
piedad, el aleluya, el Padrenuestro. Impuls el canto que posteriormente fue llamado
gregoriano, y que se difundi rpidamente. Conform el Canon de la misa.
La Iglesia y el Islam
caso de la costa norte de Africa bajo los almorvides y almohades. En otros lugares, como
Espaa, subsisti a pesar de las persecuiones que de vez en cuando surgan. Fue una dura prueba.
Esta prueba se haca ms difcil en la medida que aquel dominio musulmn se prolongaba y
desaparecan las esperanzas de restauracin cristiana. Con el paso del tiempo creca el
conformismo y la religin de los dominadores ganaba nuevos adeptos, mientras los cristianos
quedaban reducidos a la condicin de simple minora religiosa. Las comunidades cristianas
padecan adems un continuo debilitamiento, a causa de la progresiva islamizacin de las
costumbres y del medio ambiente.
De este modo, antes de finalizar el siglo VII, quedaba cerrada la ltima cuestin
cristolgica y se haba completado tambin un dilatado esfuerzo por formular la doctrina de la fe.
S, hubo naturalmente conflictos y tensiones, pues en ese tiempo era grande el apasionado inters
que los cristianos de aquella poca sentan por la verdad divina, por conocerla y por expresarla
del modo ms adecuado posible.
Pero a travs de estos conflictos y tensiones Dios escriba recto, y as pudo avanzar la
formulacin de las doctrinas trinitaria y cristolgica.
Historia de la Iglesia 65 P. Antonio Rivero, L. C.
CONCLUSIN
Dado que este siglo fue el siglo del Islam, termino aqu con la oracin inicial del Corn:
En el nombre de Dios clemente y misericordioso! Alabanza a Dios, el seor de los mundos, el
clemente, el misericordioso, el rey del da del juicio! A ti te adoramos; de ti imploramos ayuda.
Condcenos por el camino recto, el camino de aquellos en los que te complaces y no de los que
son objeto de tu clera ni de los que estn en el error.
Historia de la Iglesia 66 P. Antonio Rivero, L. C.
SIGLO VIII
INTRODUCCIN
La Edad Media fue gestndose desde el siglo V y dur hasta el siglo XIV. Fue la poca
del feudalismo en Europa. En un principio los pueblos germnicos que se asentaban en tierras del
imperio romano de occidente pidieron grandes extensiones de tierra (beneficium) a cambio de la
promesa de fidelidad.
La sociedad europea feuda era marcadamente rural y quedaba divida en dos grupos
sociales fundamentales:
La nobleza: integrada por los grandes seores del reino y por los altos
dignatarios eclesisticos. Eran los seores feudales. Los nobles se dedicaban a la
guerra, a las rdenes del rey; eran los nicos que tenan el tiempo y el dinero
necesarios para las campaas militares. Vivan en castillos amurallados que eran
autnticos refugios militares.
I. SUCESOS
La poca de Carlomagno
Historia de la Iglesia 67 P. Antonio Rivero, L. C.
Los rabes, que seguan avanzando, fueron derrotados en Poitiers (Francia) el ao 732
por Carlos Martell, uno de los reyes merovingios. A Carlos Martell le sigue su hijo Pipino el
breve, a quien el Papa Bonifacio coron y reconoci el derecho de sucesin para sus hijos. Un
nuevo papa, Zacaras, al verse amenazado por los longobardos, pide ayuda a Pipino. Este, al
frente de un ejrcito, baja a Italia, los derrota y entrega al papa un territorio que inclua Ravenna
y otras ciudades. Era el ao 756.
Con esta donacin nacen los Estados Pontificios que se mantendrn hasta el ao 1870. El
papa es ya un soberano, pero dentro de la rbita del rey de los francos y se sita as en una
posicin delicada frente al emperador de Constantinopla.
Naca el Sacro Imperio, continuacin del antiguo Imperio Romano de Occidente, con
sede en Aquisgrn. En este periodo se produce el llamado renacimiento carolingio, del que
fueron artfices, junto al soberano, una selecta minora de eclesisticos versados en letras
sagradas y profanas y de procedencia muy diversa. Esta diversidad acreditaba la amplia
capacidad integradora de hombres y de pueblos caracterstica de la obra carolingia. Entre ellos
hay que nombrar al ingls Alcuino de York, el ms ilustre de todos, creador y director de la
escuela palatina. Tambin sobresalieron el visigodo Teodulfo de Orlens, el germano Eginardo,
bigrafo de Carlomagno y, ms tarde, Agobardo de Lyon, Hrabano Mauro, Jons de Orlens, etc.
La cuestin del culto de las imgenes, tan viva en el imperio bizantino, fue tambin
tratada en el concilio de Frankfort y motiv la redaccin, a instancias de Carlomagno, de los
llamados Libros Carolinos. En fin, la introduccin en el Credo de la expresin Filioque,
originaria de la Iglesia visigtica, hecha por orden de Carlomagno, es una prueba ms de su
preocupacin por la defensa de la doctrina ortodoxa.
misin que le tocaba cumplir en el mundo. La Ciudad de Dios, de san Agustn era su libro
preferido, el que inspiraba su filosofa poltica, y l mismo se consideraba como instrumento de
Dios para poner por obra los designios divinos sobre la Iglesia y la Cristiandad.
Estos hechos tuvieron una contrapartida: ahondaban ms la divisin que desde haca
tiempo se vena dando entre Roma y Constantinopla, tanto en el orden doctrinal como
disciplinar. Y es que Constantinopla consider a Carlomagno como un usurpador del ttulo
imperial. Durante varios siglos el nico emperador haba sido el de Constantinopla, que era
coronado por el patriarca de esa ciudad y a su vez se entrometa en los asuntos de la Iglesia en
Oriente. Ahora en Occidente surge el Sacro Imperio Romano, cuyas dos autoridades son el papa
y el emperador. Podemos decir que con Carlomagno se restablece el imperio en occidente, y que
la Iglesia de Roma cuenta con un apoyo poltico y militar para su obra religiosa. Ms an, con la
donacin de Pipino y el apoyo de Carlomagno, el Papa cuenta con sus propios territorios, los
Estados Pontificios o Patrimonium Petri.
La Iglesia griega fue siempre recelosa ante el primado jurisdiccional del pontfice
romano, por miedo a que pudiera menguar su autonoma disciplinar y litrgica. De todas
maneras nunca dej de reconocer que la primera sede apostlica era Roma. Sin embargo, la
iglesia bizantina se apoyaba continuamente en el emperador, que a su vez intervena de manera
continua en los asuntos eclesisticos.
Historia de la Iglesia 69 P. Antonio Rivero, L. C.
A esto se aadi otro episodio: la disputa de las imgenes. Dur un siglo. En relacin al
culto de las imgenes, podemos decir que los cristianos de los primeros siglos haban
manifestado una cierta oposicin a las representaciones de la divinidad y de los santos, basados
en algunos pasajes de la Sagrada Escritura. Las consideraban como dolos. Sin embargo, ya
desde el siglo III van apareciendo respresentaciones de Cristo, de la Virgen y de los santos. Las
catacumbas mismas fueron decoradas con representaciones de personajes y con escenas de las
Escrituras, en las que Cristo ocupaba un lugar eminente. En los sarcfagos cristianos se esculpan
escenas religiosas. Tambin en los templos van apareciendo imgenes. El hecho es que, poco a
poco, se van imponiendo tanto en oriente como en occidente. Se ve en ellas una funcin
pedaggica. Son como sermones silenciosos o libros para analfabetos. Son veneradas como
si fijaran la presencia de aquel o de aquella que representan. Y algunos empiezan a preocuparse y
acusan el culto de las imgenes de supersticin y hasta de idolatra.
El ao 726, el emperador Len III destruye una imagen de Cristo muy venerada que se
encuentra encima de la puerta de su palacio de Constantinopla. Es el comienzo de aquella
poltica iconoclasta (destruccin de imgenes) que prosigue el emperador a pesar de los motines
populares y la resistencia de los monjes, alguno de los cuales sufren el martirio por defender la
legitimidad de las imgenes.
Este emperador pretendi que el papa sancionase estas medidas y, ante la negativa de
Gregorio II, reaccion violentamente: confisc las propiedades pontificias enclavadas en los
dominios imperiales del sur de Italia, y arrebat de la jurisdiccin de la sede romana los
territorios que constituan el antiguo vicariato de Tesalnica. Con tales hechos cre un nuevo
motivo de friccin entre Roma y Constantinopla.
En el siglo VII los intrpidos misioneros celtas haban sido los principales agentes de
penetracin cristiana entre los pueblos del centro de Europa. En el siglo VIII fueron misioneros
anglosajones los que recogieron la antorcha y prosiguieron la evangelizacin de la Germania
pagana.
En esta tarea contaron siempre con el valioso apoyo de los mayordomos de palacio y
luego de los reyes carolingios. As el monje ingls Wilibrordo trabaj durante muchos aos con
buen fruto entre los frisios y fue su primer arzobispo con sede en Utrecht; por tanto desde
Holanda a Dinamarca sembr la semilla del evangelio. Su obra fue continuada por otro
misionero ingls, Winifrido, ms conocido por el nombre de Bonifacio, que sin duda puede
considerarse como el gran apstol de Germania. Para consolidar su obra fund monasterios,
lemas famoso de los cuales fue el de Fulda. El papa Gregorio III le concedi poderes para erigir
dicesis y nombrar obispos.
Historia de la Iglesia 70 P. Antonio Rivero, L. C.
Slo quedaban por evangelizar los sajones del duque Windukindo. Le toc a Carlomagno
promoverlo, pues ya Bonifacio haba muerto. Y con la conversin de los sajones llegaba a su
trmino el proceso de cristianizacin de los germanos, si se excepta a los pueblos escandinavos.
La misin nrdica le tocara a Ludovico Po, en el ao 822, junto con el monje Anscario de
Corbie.
Junto a los monjes estuvo la gran masa del pueblo, muy amante de las tradiciones
religiosas y profundamente herida en sus sentimientos. La cuestin alcanz sus momentos
lgidos en el reinado del hijo de Len III, el emperador Constantino V Coprnimo, que pretendi
revestir la lucha iconoclasta de un ropaje teolgico. Convoc el ao 754 un concilio en
Constantinopla, que conden como idolatra la veneracin de las imgenes y excomulg a los
defensores de su culto, y de modo especial al ms ilustre de todos, san Juan Damasceno. Fue un
concilio acfalo, porque ni el papa romano ni ninguno de los patriarcas estuvo representado. Se
le llam tambin snodo execrable en expresin del papa Esteban III.
Irene, esposa de Len IV, hijo del iconoclasta Constantino V, promovi la calma, de
acuerdo con el papa Adriano I, y convoc el II concilio de Nicea (787), que reconoce la
legitimidad de la veneracin de las imgenes, y declar nulo las decisiones del snodo
iconoclasta del 754. La lucha se reanuda en el ao 813 y no se aplaca definitivamente hasta el
843, gracias a la emperatriz Teodora, regente del imperio durante la menor edad de su hijo
Miguel III58. El pueblo triunf sobre la voluntad imperial 59. Este asunto de las imgenes volver a
debatirse durante la reforma protestante.
La Iglesia ha considerado a las imgenes como sermones silenciosos y libros para los
iletrados, fciles de entender. San Juan Damasceno distingua entre la verdadera adoracin
(latra) que tan slo a Dios es debida, y la veneracin que se tributa a las imgenes de Cristo, de
la Virgen y de los santos. La iglesia reconoci que es legtimo venerar y honrar las imgenes
con la ofrenda de incienso y de luces, como fue piadosa costumbre de los antiguos, porque el
que adora a una imagen adora a la persona en ella representada.
57
Es decir, pertenecientes a la dinasta Isurica, cuyo fundador fue Len III (717-741).
58
Este acontecimiento es todava celebrado por la Iglesia griega en el primer domingo de Cuaresma, bajo el
ttulo de Fiesta de la ortodoxia.
59
No obstante, los mosaicos y las pinturas deben ejecutarse siguiendo un riguroso orden teolgico, que va
desde el Cristo pantocrtor (todopoderoso) de la cpula hasta los santos de la parte baja de las capillas.
Historia de la Iglesia 71 P. Antonio Rivero, L. C.
CONCLUSIN
60
Recurdese que el cesaropapismo naci con el emperador romano Constantino, convertido al cristianismo.
Historia de la Iglesia 72 P. Antonio Rivero, L. C.
SIGLO IX
INTRODUCCIN
De tal manera estaban las cosas que los mismos hijos de Ludovico Po provocaron una
revuelta contra su padre y la guerra civil. Fue vencido el emperador Ludovico y los prelados
francos tuvieron una notable participacin en la deposicin del emperador, a quien le impusieron
una penitencia pblica que le incapacitaba de por vida para el ejercicio del poder real (ao 833).
Ludovico fue ms tarde repuesto en el trono, pero tras su muerte sigui adelante el proceso de
descomposicin del imperio.
El debilitamiento del poder imperial propici que la iglesia se emancipara poco a poco,
tanto los obispos como en la sede romana.
Mientras la noche cae sobre occidente a finales del siglo IX, el imperio bizantino conoce
un perodo particularmente brillante con la dinasta macedonia (867-1056) y con su gran
soberano Basilio II.
I. SUCESOS
Estos pueblos brbaros no dejaban de sembrar sombras en toda Europa, pues conservaban
todava muchas de sus costumbres paganas, que resultaban difciles de erradicar a pesar de haber
aceptado la fe cristiana.
El papado sufri tambin las consecuencias de esta crisis cultural. Los reyes deseaban
manejar a su arbitrio la sede de Pedro, intervenan en la eleccin de los papas para favorecer sus
propios intereses, y se hacan coronar por ellos. El papa Sergio II, por ejemplo, coron a
Ludovico II, hijo de Lotario, rey de Italia, que tambin se haba convertido en rey de los francos.
Adems de este cesaropapismo, tambin algunas familias de la potente nobleza romana buscaban
influir en la eleccin de los pontfices y, una vez elegidos, condicionaban sus acciones. Entre
estas familias hay que recordar la familia Spoleto.
Al final de este siglo IX comenzaba el oscuro perodo llamado por los historiadores el
siglo de hierro del pontificado.
A pesar de todo el caos y confusin, Dios fue llevando adelante su obra a travs de la
iglesia, y llam a nuevos pueblos a la fe cristiana:
61
Este siglo IX fue un siglo turbulento, y en muchas aspectos tristsimo. Pero como tratamos de conocer la
verdad sobre nuestra madre Iglesia, tenemos que decir que sucedieron hechos escandalosos. Segn parece, algunos
papas en este siglo fueron envenenados, por ejemplo, Juan VIII y Marino I. Otro Papa, Formoso, desenterr el
cuerpo del Papa Juan VIII, lo someti a juicio, lo mutil y lo arroj en el Tiber; manos piadosas le recogieron y le
enterraron en san Pedro. Por qu hizo esto el Papa Formoso? Porque siendo papa Juan VIII le depuso de su sede
episcopal de Porto, y su orgullo haba quedado herido. Pero el mismo Papa Formoso no se salv de ser procesado y
profanado tambin, al final de su vida. Lo hizo otro Papa Esteban VI, al que oblig el duque de Spoleto: someti el
cadver del Papa Formoso exhumado a un juicio ignominioso, indigno y brbaro; lo mutil, cortndole los tres
dedos con los que haba bendecido, y arroj su cuerpo en el Tber, condenando su memoria y declarando nulos todos
sus actos, incluidas las ordenaciones sacerdotales que haba hecho. Estas y otras acciones hicieron aborrecible a este
papa Esteban VI. Y el pueblo hizo justicia a su manera: por instigacin de los sacerdotes que haban sido declarados
nulos, lo detuvo y estrangul. Pero su cuerpo no fue profanado, sino que hall sepultura en las Grutas Vaticanas. El
siguiente Papa, Teodoro II, rehabilit la memoria de Formoso y dio sepultura a sus restos , tras repescarlos de las
aguas del Tber. Tambin en el caso de la muerte de Teodoro se habl de veneno. El nuevo Papa Juan IX reuni un
concilio en el que fueron excomulgados y exiliados los cardenales cmplices del asesinato de Esteban VI en el
snodo cadavrico.
Historia de la Iglesia 74 P. Antonio Rivero, L. C.
b) San Oscar, monje ingls, fue el apstol de los pases escandinavos, y los santos
Cirilo y Metodio lo fueron de los eslavos. Nacieron en Tesalnica, y formaron
parte de una misin que el emperador Miche III envi para evangelizar una
poblacin trtara. Aos ms tarde, 862-863, como preparacin para evangelizar a
los eslavos de la Gran Moravia (zona oriental de la actual Repblica Checa),
Cirilo cre el alfabeto que lleva su nombre. En los aos siguientes los santos
hermanos tradujeron algunos libros del Nuevo Testamento al paleoeslavo e
hicieron de esta traduccin la base de la liturgia en lengua eslava. Su tarea no fue
bien vista por el clero germnico que en las ceremonias empleaba el latn, y
llegaron quejas a Roma. El papa Nicols I los llam a Roma para explicar el
motivo por el que no usaban el latn en las ceremonias religiosas. Cirilo y
Metododia no llegaron a tiempo a Roma, pues muri el papa Nicols. Fue Adrin
II, su sucesor, quien los recibi con honores y aprob la liturgia eslava. Cirilo
muri en Roma y Metodio regres a Moravia, donde continu la obra misionera.
All fue nombrado arzobispo el ao 869. Estos santos son un ejemplo de plena
comunin con el papa, obispo de Roma, aun cuando ellos era orientales. Len
XIII los canoniz en 1881 y Juna Pablo II los nombr copatronos de Europa,
junto con san Benito (cf. Juan Pablo II, Homila sobre Cirilo y Metodio,
patronos de Europa, en LOsservatore Romano, 1 de diciembre de 1985).
Segn la tradicin eclesistica, Fozio enva una carta al papa para notificarle su eleccin.
Pero el papa Nicolas I, con toda su autoridad apostlica, rechaza sus pretensiones. Tanto el
emperador Miche III de Constantinopla como Fozio reaccionan violentamente contra el papa;
incluso Fozio manda una carta a los dems patriarcas orientales condenando las herejas de la
iglesia romana, con lo cual provoca un cisma: Roma y Bizancio quedan separadas.
Pasan los aos, muere el emperador y Barda es asesinado. El nuevo emperador restituye a
Ignacio en su puesto de patriarca. Mientras tanto ha muerto el papa Nicolas I y le ha sucedido
Adriano II. Este papa, para zanjar de una vez los problemas que afligan la iglesia bizantina por
estar dividida entre los partidarios de Ignacio y los de Fozio, convoca en el ao 869 el IV
concilio de Constantinopla. Este concilio reconoce a Ignacio como patriarca legtimo, y al
mismo tiempo afirma la legitimidad del culto a las imgenes. Pero no logra recomponer la
divisin interna del clero bizantino. Aos ms tarde, tras la muerte de Ignacio, Fozio recupera la
62
Cisma significa ruptura con el papa, por desobediencia a su autoridad apostlica.
Historia de la Iglesia 75 P. Antonio Rivero, L. C.
sede patriarcal. El papa Juan VIII le pone como condicin para reconocer su legitimidad que
retire las excomuniones que haba lanzado contra Roma y que acepte la legitimidad del
Filioque. Pero sus rencores contra Roma no se apagan y todo ello va preparando el terreno
para la ruptura definitiva del ao 1054 entre Roma y Bicanzio.
En estos siglos la iglesia, como dijimos, sufri mucho en su santidad. No obstante, Dios
segua alumbrando las espesas tinieblas que cayeron sobre Europa. Y el mismo Espritu Santo
segua conduciendo la evangelizacin por Hamburgo, Bremen y los pases escandinavos.
Ya en este siglo IX, el papa san Nicols I arroj la primera semilla de lo que ms tarde, en
tiempo del papa Gregorio VII e Inocencio III, se llamara la teocracia del poder, es decir, la idea
de que ninguna potestad terrenal era superior al poder de la Iglesia. l mismo se port en el
gobierno de la Iglesia como monarca espiritual absoluto e incuestionable, dictando leyes y
condiciones a obispos y emperadores; aboli las torturas y las pruebas judiciales; era todo un
rbitro en los dos mbitos, civil y religioso.
Este mismo papa, Nicols, I fue el primero que formul expresamente el concepto de
cristiandad, en el sentido de la gran comunidad que constituan los pueblos cristianos, ms all
de sus divisiones polticas y nacionales. La nocin de cristiandad cobr creciente importancia a
partir de la restauracin imperial de Otn I y conserv su vigencia en el occidente europeo
durante la mayor parte de la Edad Media. Consciente, adems, de los deberes inherentes a su
suprema autoridad, Nicols I dio pruebas de una energa indomable ante los difciles problemas
que le toc afrontar durante su pontificado.
Le toc el perodo agitado de la vida de la iglesia bizantina, pues coincidi con los
momentos lgidos de la lucha entre los patriarcas Ignacio y Focio, de la que ya hablamos antes, y
que acab con una ruptura temporal entre Bizancio y la sede romana.
En los aos finales del siglo IX comenz un largo perodo de aguda decadencia de la sede
romana, que fue llamado siglo oscuro o siglo de hierro, y que se prolong hasta mediados
del siglo XI, aun cuando en la segunda mitad del siglo X, bajo la gida de los emperadores
Otones, se registrara una transitoria mejora.
Causa? La Santa Sede cay en manos de las facciones que dominaban la ciudad de
Roma, autnticos clanes nobiliarios romanos. Sometida al tirnico dominio de estas familias, la
Sede de Pedro fue ocupada durante una poca por una larga serie de papas que fueron, en su
mayora, individuos insignificantes o indignos, y que hicieron descender al pontificado a los ms
bajos niveles que ha conocido en su historia dos veces milenaria. Durante siglo y medio,
desfilaron en veloz sucesin cerca de cuarenta papas y antipapas, muchos de los cuales tuvieron
pontificados efmeros o murieron de muerte violenta, sin dejar apenas memoria de s. Hubo entre
ellos algunos que no estuvieron a la altura de su misin y varios observaron una conducta
reprobable, totalmente impropia de su dignidad.
Uno de los modos ms claros de ver que el primado papal es de institucin divina y no
mera invencin humana quiz sea considerar cmo pudo sobrevivir a la prueba del siglo de
hierro; y ms todava comprobar que durante esta poca el pontificado sigui cumpliendo su
misin al frente de la Iglesia universal, sin desviarse un pice de la doctrina ortodoxa en materia
de fe y de costumbres.
CONCLUSIN
Uno podra desalentarse al saber estas cosas de su madre Iglesia. Incluso llevarse las
manos a la cabeza en seal de escndalo. No obstante, la madurez nos hace ser reflexivos y
decir: la Iglesia est compuesta por hombres, pero quien la dirige es el Espritu. Los hombres
podrn fallar, pero no Dios. Tambin hubo hombres de Iglesia ejemplares; entre ellos los monjes
Cirilo y Metodio, en este siglo.
Historia de la Iglesia 77 P. Antonio Rivero, L. C.
Por eso, quiero terminar este siglo con un texto sobre Cirilo y Metodio: Cuando fueron
bautizados los eslavos...se dirigieron al emperador Miguel de Constantinopla dicindole:
Nuestro pas ha sido bautizado y no tenemos maestro para predicarnos, instruirnos y
explicarnos los libros sagrados. No comprendemos ni la lengua griega ni la lengua latina; unos
nos instruyen de una manera y otros de otra; por eso no comprendemos el sentido de los libros
sagrados ni su energa. As, pues, enviadnos maestros que sean capaces de explicarnos la letra
de los libros sagrados y su espritu. Al escuchar aquello, el emperador Miguel rene a todos
sus filsofos y les repte todo lo que dijeron los prncipes eslavos. Y los filsofos dijeron: Hay en
Tesalnica un hombre llamado Len; tiene hijos que conocen bien la lengua eslava; dos de ellos
estn versados en las ciencias y son filsofos. Apenas llegaron Cirilo y Metodio establecieron
las letras del alfabeto eslavo y tradujeron los Hechos de los apstoles y el evangelio. Los
eslavos se alegraron de escuchar las grandezas de Dios en su lengua. Pero algunos se pusieron
a denigrar los libros eslavos diciendo: Ningn pueblo tiene derecho a tener su alfabeto, a no
ser los hebreos, los griegos y los latinos, como prueba lo que Pilato escribi en la cruz del
salvador. El papa de Roma (Juan VIII), al orlo, conden a los que murmuraban contra los
libros eslavos diciendo: Que se cumplan las palabras de la santa Escritura: que todas las
lenguas alaben a Dios! (Crnica de Nstor, 20; texto del siglo XI).
Historia de la Iglesia 78 P. Antonio Rivero, L. C.
SIGLO X
INTRODUCCIN
Es tambin un siglo de muchos avatares, tanto en el mundo como en la Iglesia que trabaja
en este mundo. Slo al final se esboza cierta estabilidad, restaurndose el imperio en beneficio de
un soberano alemn, Otn I, el ao 962.
Los sarracenos seguan asolando el sur de Europa, los hngaros el centro, y la sede
romana estaba cada vez ms ms a la merced de las familias nobles de la ciudad que hacan todo
lo posible, con engaos y violencia, por colocar en la sede de Pedro un papa de su partido. Roma
alcanz los niveles ms bajos de degradacin y corrupcin, como ya apuntamos al final del siglo
anterior.
I. SUCESOS
En esta tiempo estuvo vigente en Europa el sistema econmico, poltico y social llamado
feudalismo: los nobles gozaban de todos los privilegios; los campesinos eran subordinados
inermes. El trabajo lo realizaban los hombres de la gleba que no tenan retribucin alguna. Los
funcionarios eran militares a quienes los emperadores y seores feudales retribuan con tierras y
territorios.
De esta manera, la unidad europea soada por Carlomagno desapareci, pues estaba
dividida en multitud de reinos, principados, ducados, etc. El cargo de emperador resultaba, salvo
excepciones, nominal.
Otn I, el grande
El Sacro Imperio romano germnico
Otn fue coronado por el papa Juan XII, a quien ste llam a Roma para defenderlo de
los ataques de Berengario64 que gobernaba gran parte de Italia. El Papa Juan XII tena que
respetar unas obligaciones de fidelidad con Otn, pero pronto empez a ignorarlas, volviendo a
reanudar relaciones con sus antiguos enemigos, Berengario y Lamberto.
Otn regres a prisa a Roma, y aprovechando que el Papa llevaba una vida un tanto
frvola, convoc un concilio de obispos, para deponer al papa Juan y elegir a su secretario Len.
Aprovech en esta ocasin Otn para que le volvieran a conferir un derecho que en el pasado
perteneca al emperador de oriente con un aadido considerable: la eleccin del papa no slo
tena que gozar de la aprobacin del emperador, sino que adems el que fuera elegido tena que
jurarle fidelidad. Para acapararse el apoyo de los obispos les dio poder tambin poltico en las
ciudades desvinculadas de la autoridad de los condes y hacindoles independientes.
Este sacro imperio romano germnico trajo consigo nuevamente la ingerencia de los
emperadores y de los diversos seores feudales, especialmente italianos 65, en los asuntos de la
iglesia. Quisieron poner y deponer papas a su antojo, aun valindose del asesinato, por ejemplo,
el cometido contra Benedicto VI en 974, estrangulado y arrojado en el Tber. Estaban en lucha
las familias de los Crescencios, italianos, contra las familias de la corte imperial de los Otn,
alemanes, que gobernaban el Sacro Imperio Romano Germnico.
64
Este rey Berengario es aquel que neg la presencia real de Cristo en la Eucarista, y a quien la Iglesia hizo
hacer un acto de fe en la Eucarista, en el siglo XI. As dice l confesin de fe: Yo, Berengario, creo en mi corazn
y mis labios confiesan: que el pan y el vino que se ponen en el altar, por el misterio de la declaracin sagrada y de
las palabras de nuestro Redentor, se convierten sustancialmente en la carne verdadera, propia y vivificante y en la
sangre de Jesucristo, Nuestro Seor; que despus de la consagracin est el verdadero cuerpo de Cristo, que naci
de la Virgen y que fue colgado de la Cruz, ofrecido por la salvacin del mundo, que est sentado a la derecha del
Padre, as como la verdadera sangre de Cristo que sali de su costado; que todo eso se hace no slo en smbolo y
en virtud espiritual del Sacramento, sino en la realidad propia de la naturaleza de las cosas, y en la verdad de su
sustancia, como est escrito en esta nota, como os he ledo y como lo comprendis. En eso creo, y no dar ninguna
enseanza ms contra esta creencia. A eso me ayuden Dios y los santos Evangelios de Dios (Denzinger 335).
65
Entre ellos, la familia de los Condes de Tsculo y la familia de los Crescencios.
Historia de la Iglesia 80 P. Antonio Rivero, L. C.
Contina el siglo de hierro o siglo oscuro de la Iglesia. Los pontfices de esta centuria,
impuestos por los seores feudales, fueron o mediocres o indignos. El clero estaba muy relajado.
Cundan dos graves pecados: simonia o compraventa de cargos eclesisticos; y nicolasmo o
concubinato de los sacerdotes67.
Los papas, acechados por tantos peligros que les amenazaban, se haban olvidado de las
funciones de proteccin que los emperadores desempeaban en otro tiempo. Pero, para librarse
de la violencia de las familias nobles romanas, el papa pidi ayuda a Otn. Otn efectivamente
ayud al papa y le otorg el llamado privilegio otoniano, por el que confirmaba las donaciones
territoriales hechas a la Iglesia romana por Pipino el Breve y Carlomagno. Pero restableci a la
vez los derechos soberanos contenidos en la constitucin romana de Ludovico Po del ao 824,
en virtud de los cuales el emperador ejerca una funcin de vigilancia sobre la administracin de
los territorios de la iglesia romana y, ms todava, controlaba las elecciones pontificias, ya que
ningn nuevo papa habra de ser consagrado hasta prestar juramento de fidelidad al emperador.
As, el papa y el emperador eran las cabezas de la cristiandad: uno en el orden espiritual
el papa-, y otro en el orden temporal el emperador-. Altar y Trono. La armona entre ambos
poderes era la clave del buen orden de la Europa medieval, aunque en la realidad histrica de los
siglos sucesivos fueron frecuentes los enfrentamientos que contribuyeron a destruir el sistema de
la cristiandad.
Los problemas graves no se solucionaron con la ayuda del emperador. Se necesitaba una
fuerza espiritual de renovacin. Y Dios la hizo surgir en su bondad y misericordia: la Orden de
Cluny.
66
Tambin aqu tenemos que decir lo que dijimos en el siglo anterior: un siglo oscuro y triste para nuestra
madre la Iglesia, no porque la Iglesia no sea santa, sino porque algunos hijos de la Iglesia no estuvieron a la altura de
la santidad de la Iglesia, a la que representaban. El Papa Len V fue depuesto por el cardenal Cristforo por la
fuerza e fue encerrado en un monasterio, donde muri poco tiempo despus, tal vez asesinado. Este mismo cardenal
Cristforo se apoder de la sede papal durante un ao, pero fue depuesto con la fuerza y quizs mandado estrangular
por Sergio III. Sergio III dej mucho que desear como papa, como sacerdote y como cristiano, hasta el punto que el
emperador de oriente, Len VI, le record sus deberes de pastor y sus obligaciones sacerdotales. En esta cinaga de
escndalos del que es protagonista este papa, encontramos dos mritos: la reconstruccin de la baslica de san Juan
de Letrn y la fundacin de la abada de Cluny, que confiri nuevo vigor al monacato benedictino, y se convirti en
uno de los centros de espiritualidad ms importantes en la vida de la Iglesia. Otro hecho triste: el papa Juan X fue
encerrado en una crcel por orden de una de las mujeres que seoreaban en Roma, Marozia, porque el papa quiso ser
digno y autnomo; y all en la crcel muri asfixiado. El papa Benedicto VI fue estrangulado por el partido
antialemn, capitaneado por la familia de los Crescencios, y arrojado en el Tber porque apoyaba al emperador
alemn Otn II.
67
A decir verdad, no estaba muy clara, en este siglo, la legislacin eclesistica en materia de matrimonio y de
celibato de los sacerdotes.
Historia de la Iglesia 81 P. Antonio Rivero, L. C.
Esta orden restaura los grandes principios de la regla benedictina: eleccin libre del abad,
independencia respecto a los prncipes y los obispos. Adems, a las abadas dependientes de
Cluny se les concedi la dependencia directa del papa. Por tanto, estos monasterios estaban libres
de toda autoridad laical y de la jurisdiccin del obispo diocesano. Esta situacin se conoce con el
nombre de exencin cannica. Los monjes dedicaban su vida a cumplir con perfeccin la regla
de san Benito; practicaban mucha oracin, disciplina rgida, y total adhesin a Roma. Desde los
pueblos vecinos acudan a los actos litrgicos y pedan oracin por vivos y muertos68.
En los siglos XI y XII se convierte Cluny en la cabeza de una serie de monasterios que se
extienden por toda Europa, pero siempre bajo la autoridad espiritual de Cluny. En sus mejores
das llega a haber 50.000 monjes repartidos en 1.200 monasterios. Cluny pone el acento en la
liturgia y la oracin perpetua, pues la principal ocupacin era la celebracin litrgica del Oficio
divino en el coro. Esta actividad ocupaba gran parte de la jornada del monje, reduciendo por
tanto su trabajo intelectual y manual. Este ltimo quedaba en manos de trabajadores agrcolas
dependientes del monasterio. La longevidad y la personalidad de sus primeros abades
contribuyen a explicar el extraordinario influjo que ejerci Cluny en Europa. Algunos de sus
abades ms famosos fueron: Odn, Myolo, Odiln, Hugo, Pedro el Venerable.
La reforma de Cluny fue tan grande que influy en otros monasterios y hasta en la curia
romana. El xito de Cluny se debi sin duda a la vida espiritual que infundi en sus monasterios
y a la disciplina y buena organizacin que impuso; pero tambin se debi a la eminente
personalidad de sus abades y a una circunstancia que vale la pena resaltar: su extraordinaria
longevidad, que aseguraba la estabilidad y consolidacin de su obra.
68
Tanto oraban los monjes por los muertos que el abad san Odiln fij un da en el ao que lo llam de los
fieles difuntos el dos de noviembre- festividad litrgica que lleg hasta nosotros.
69
De hecho, la iglesia de Cluny fue por mucho tiempo la mayor de Europa.
Historia de la Iglesia 82 P. Antonio Rivero, L. C.
Cluny haba triunfado y tambin se haba enriquecido. Pero no existe para la Iglesia
mayor peligro que el triunfo y el dinero y como no se puede servir a dos seores, en los
siguientes siglos en Cluny, el dinero desplaz a la pobreza, el espritu mundano a la austeridad y,
como hombres que eran, la ambicin de cargos eclesisticos acab con la humildad. Estaban
atrapados en el aburguesamiento.
Dios segua su obra en el interior de los corazones, gracias a la evangelizacin. Por eso,
hubo tambin en este siglo conversiones de reyes y pueblos, y se expandi la semilla cristiana. El
siglo de hierro del pontificado fue tambin una poca de fecunda cristianizacin y durante ella se
incorporaron a la Iglesia algunas de las naciones que estaban destinadas a ser en los tiempos
venideros los ms firmes baluartes cristianos en el centro y oriente de Europa.
La princesa rusa Olga recibi el bautismo en 945. Al recibir el bautismo en las aguas del
ro Dnieper en el ao 989, su nieto, el gran duque Wladimiro, extendi la iglesia de
Constantinopla hacia el norte y hizo entrar a la Rusia de Kiev en la rbita de los estados
europeos.
El duque san Wenceslao, hroe nacional, y el obispo de Praga, san Adalberto, mrtires los
dos, fueron los principales autores de la conversin de los checos de Bohemia. Haakon fue el
primer rey catlico de Noruega. San Adalberto fue el apstol de Polonia y Hungra. En 996
recibi el bautismo el duque de Polonia Miecislao. Una expedicin de Normandos que formaba
parte del squito del rey Rolln, se asent en la parte septentrional de Francia y tambin se
convirti. Los magiares, que durante mucho tiempo haban sido el azote de la Europa central,
fueron decisivamente vencidos por Otn I y obligados a asentarse en la Panonia. Poco despus,
el duque Geisa recibi el bautismo y en el ao 1001 su hijo, san Esteban, era coronado rey. As
naci el reino cristiano de Hungra.
CONCLUSIN
La Iglesia contina entre luces y sombras. As es nuestra peregrinacin en esta vida, pero
el Seor nos prometi la asistencia del Espritu Santo que nunca nos abandona. Por eso, si bien
hubo sombras muy densas, tambin hubo luces esplndidas. No olvidemos que la Iglesia est
compuesta de hombres falibles, dbiles y limitados; no olvidemos que el enemigo de la Iglesia
sigue activo siempre y tratar por todos los medios posibles de destruir la Iglesia de Cristo. Pero
vivimos confiados porque las puertas del infierno no podrn derribarla. Estas sombras de
nuestra madre Iglesia nos entristecen, pero no nos desalientan; al contrario, nos ponen en guardia
para que no hagamos nosotros otro tanto. Embellezcamos a la Iglesia con nuestra vida santa y
fervorosa!
Historia de la Iglesia 83 P. Antonio Rivero, L. C.
SIGLO XI
INTRODUCCIN
Es curioso ver cmo cualquier otra institucin humana ya hubiera perecido, despus de
tantos golpes y fracasos, y sin embargo, la Iglesia sigue adelante, porque es de carcter divino,
pues la fund Cristo, el Hijo de Dios. Fallan hombres, no la Iglesia. Por qu? A esos hombres de
Iglesia les ha faltado iluminacin y caridad. Quiera Dios que comprendamos de una vez esto!
Debemos hacer la verdad en la caridad.
En este siglo, muchos religiosos salidos de los monasterios reformados, como los que
dependen de Cluny, se muestran deseosos de una iglesia ms santa y buscan la manera de hacer
una reforma general. Para ello era necesario que los pastores se preocupasen ms de sus
responsabilidades, pero la gran mayora carecen de las debidas cualidades ya que eran
nombrados por los prncipes.
I. SUCESOS
Este siglo vio nacer la primera de las ocho cruzadas 70 que se sucedieron hasta bien
entrado el siglo XIII. Urbano II convoc la primera durante el concilio de Clermont en 1095, con
el fin de reconquistar los santos lugares de Jerusaln que estaban en manos de los mahometanos
desde 1071. Pedro el Ermitao la promovi entre el pueblo y as logr reunir un ejrcito enorme
de veinte mil cruzados. Con hambre y desorientados, llegaron al imperio bizantino que los
miraba con recelo por las tropelas que cometan a su paso. Despus de ellos lleg un ejrcito de
60 mil hombres al mando de Godofredo de Bouillon. Los cruzados tomaron plazas importantes,
por ejemplo, Antioqua y aun la misma Jerusaln, a la que arrasaron. Establecieron all un reino,
70
Las cruzadas son la gesta ms grandiosa de la poca medieval. Son la explosin del espritu medieval y slo
dentro de ese marco pueden entenderse. Cruzados se llamaron porque llevaban una gran cruz cosida sobre sus ropas,
pero no siempre llevaban el evangelio; armados estaban, pero no eran guerreros; conquistaban territorios, pero su
finalidad no eran las cosas terrenas. Eran idealistas medievales. Nacieron para expulsar de Roma a un antipapa
(Clemente III). Despus quisieron librar los santos lugares de Tierra Santa del dominio musulmn. Papas y reyes,
seores feudales y prncipes, monjes y caballeros, mercaderes y mercachifles aparecen entremezclados en esos
ejrcitos. La idea surgi en el cerebro del Papa Gregorio VII, para unir a Europa en un gran movimiento cristiano
ante el avance del Islam. No logr realizarlo; lo llev a cabo su sucesor Urbano II (concilio de Clermont, ao 1095),
pero sin medir las dificultades. Miles y miles de hogares quedaron sin padre y a la deriva en toda Europa. Los
cruzados estaban sobrados de entusiasmo, pero carecan de disciplina militar. Capitaneados por Godofredo de
Bouilln, y sobre la base de entusiasmo y herosmo, lograron tomar Jerusaln. Primer objetivo cumplido (ao 1099).
Historia de la Iglesia 84 P. Antonio Rivero, L. C.
pequeo islote rodeado de turcos y bizantinos. Fue llamado Reino cristiano de Jerusaln. Perdi
su ltima posesin en 1290.
En los siglos de la cristiandad, la fe religiosa impregn todas las formas de expresin del
espritu humano. El arte no poda ser excepcin y no lo fue: el arte medieval fue un arte
esencialmente cristiano.
Este es el siglo del arte romnico, pues la cristiandad construy catedrales, iglesias y
monasterios en toda Europa. Tal vez nada sea ms representativo del espritu que anim a la
cristiandad que esas grandiosas catedrales, levantadas en el angosto recinto de viejas ciudades
amuralladas, o las altas torres de las iglesias rurales, a cuya sombra se agolpan todava hoy
humildes aldeas.
Esos templos no eran slo lugar para la celebracin de los actos de culto; eran tambin el
centro de la vida social, escuela, teatro, hogar comn de todos los convecinos, escenario de los
principales momentos de su existencia terrena y cementerio donde, junto a sus mayores,
descansara su cuerpo al llegar la muerte. As se comprende la razn del inmenso esfuerzo, y a
veces el trabajo de siglos que se consagraron a la construccin de estos grandes edificios.
Las artes plsticas, la escultura y la pintura, eran una autntica pedagoga cristiana. La
poblacin medieval, analfabeta en su gran mayora, no tena acceso a los libros. Por eso, toda la
catequesis la reciba esta gente sencilla a travs del arte sacro.
Los elementos caractersticos del arte romnico son: bveda de medio can, las
columnas, muros inmensos y arcos de medio punto. Es un estilo que produce impresin de
severidad por la escasez de ventanas y luz, as como por lo macizo de su construccin. Era el
smbolo de la fe medieval: fuerte, robusta, maciza. Dios estaba en el centro. Dios era el centro.
Ya haba sido preparado, como dijimos, desde el siglo V, con el cisma de Acacio,
motivado por las ideas monofisitas de este patriarca. Fue un cisma que se prolong durante
Historia de la Iglesia 85 P. Antonio Rivero, L. C.
Mucho ms grave todava aparece el foso cultural, pues las dos iglesias no se
comprenden. Oriente ignora el latn y occidente ignora el griego. Para los bizantinos, los latinos
son un pas de tinieblas, salvajes e incultos. Para los latinos, los griegos se preocupan mucho de
sus atuendos y de las formas externas.
Tambin desde el punto de vista dogmtico y religioso hay discrepancias: los griegos
achacan a los latinos el haber cambiado las antiguas costumbres. Para los orientales el rito es la
fe que acta, y cambiar el rito es cambiar la fe. De ah que den tanta importancia a cuestiones
como el ayuno, el pan zimo, el uso de la barba.... Es ms, en oriente los monjes y los obispos
son clibes, pero los sacerdotes pueden casarse antes de la ordenacin. En occidente, se pide el
celibato a todos los sacerdotes, como una opcin de vida. Los griegos, adems, reprochan a los
latinos el haber aadido el famoso filioque en el credo de Nicea-Constantinopla. Los latinos
dicen: el Espritu Santo procede del Padre y del Hijo. Mientras que ellos dicen que procede del
Padre por el Hijo.
As pues, la Iglesia griega siempre fue reacia al primado jurisdiccional del papa; recelaba
que ese primado pudiera menguar su autonoma disciplinar y litrgica. Cierto es que la Iglesia,
tanto en oriente como en occidente, sufri en repetidas ocasiones las consecuencias nocivas de la
absorbente intervencin del poder imperial72.
Al cisma se lleg de modo casi insensible tras un largo proceso de enfriamiento de ese
afecto de caridad que era indispensable para que pudiera sobrevivir el vnculo de la comunin
eclesial.
71
Para la Iglesia latina, el Espritu Santo procede del Padre y del Hijo; para la Iglesia griega, procede del
Padre por el Hijo. Yo le explicaremos ms adelante.
72
En este siglo estaba muy arraigada la costumbre de que el prncipe elega a los prelados, incluso al papa.
Otra vez el cesaropapismo! Era la intromisin de reyes, emperadores o familias poderosas en cuestiones eclesiales.
El caos provocado por esta funesta intromisin estaba a la vista: los papas, los obispos y los abades eran juguetes de
los intereses polticos.
Historia de la Iglesia 86 P. Antonio Rivero, L. C.
La edad media conoce tambin esa forma curiosa de vida religiosa que es la reclusin.
La reclusa o el recluso se encierra por el resto de sus das en una celda construida al lado de una
iglesia, con una ventanilla que permite escuchar los oficios y recibir algn alimento.
El viejo rbol monstico se enriqueci durante este tiempo con nuevas y vigorosas ramas,
la ms importante de las cuales sera la orden del Cster.
En esta nueva orden, a diferencia de Cluny, el abad no tiene autoridad sobre las dems
abadas que se fundan. Cada monasterio conserva su independencia en lo espiritual y en lo
temporal, gobernado por sus respectivos abades. No obstante, todos los monasterios reconocan
la autoridad moral del abad padre, que tena la misin de mantener la observancia en las casas
filiales, y con este fin las visitaba cannicamente una vez al ao. Tambin anualmente se reuna
73
Debe su nombre al valle alpino de Chartreuse, donde se estableci su fundador, san Bruno.
74
Los cistercienses son grandes colonizadores de los bosques.
Historia de la Iglesia 87 P. Antonio Rivero, L. C.
en Citeaux el captulo general, al que asistan los abades de los distintos monasterios, y all se
corregan los abusos, mejoraba la observancia y se fomentaba el trato fraternal entre los
superiores monsticos.
La Orden del Cister segua la misma observancia, contenida en la Charta caritatis, que
sera su regla. Dicha regla procur que los monasterios constituyesen como una gran familia en
vez de una estructura centralizada y jerrquica, como era la del imperio monstico cluniacense.
Esta orden recibi un formidable impulso con la llegada de un joven seor, san Bernardo,
que entr junto con treinta compaeros, todos ellos pertenecientes a familias nobles de Borgoa
(1112). El influjo de Bernardo ser tratado en el siguiente siglo.
Fue ste un paso importante en la lucha por la independencia religiosa, que llevar a cabo
el gran papa san Gregorio VII.
Este siglo XI ser el siglo de Gregorio VII. Era un monje llamado Hildebrando
Aldobrandeschi, que buen conocedor del caos que reinaba en la Iglesia, esquiv el cargo de papa
por veinticinco aos. Silenciosamente se constituy en el alma de seis papas consecutivos para
realizar la reforma moral en la Iglesia. Muerto el papa Alejandro II, fue intil su resistencia.
Cardenales, clero y pueblo lo eligen por aclamacin el 22 de abril de 1073.
75
As rezaba: Os rogamos y os exhortamos en Jess, que procuris enteraros bien del por qu y el cmo de
las tribulaciones y dificultades que sufrimos por parte de los enemigos de la Iglesia. Mi gran preocupacn ha sido
el que la santa Iglesia, madre nuestra, recuperase el decoro que le pertenece, permaneciendo libre, casta y
universal. Mas, como esto es totalmente contrario a los deseos del antiguo enemigo, ste ha puesto en pie de guerra
contra nosotros a sus secuaces, haciendo que todo se nos pusiera en contra (Gregorio VII, carta 64; P.L. 148, 709-
710).
Historia de la Iglesia 88 P. Antonio Rivero, L. C.
Con este papa la iglesia volvi a ser respetada como rectora espiritual. Bajo pena de
excomunin prohibi a los eclesisticos recibir cargos investiduras- de seor feudal cualquiera.
Gregorio VII no busc que la Iglesia fuera superior al emperador, pero tampoco permita que
continuase la compraventa de cargos eclesisticos y el nombramiento (investiduras) de hombres
deshonestos para regir la Iglesia. As que escribi de puo y letra a casi todos los obispos de
Italia, Francia y Alemania, a los abades de Cluny y Montecasino, al arzobispo de Canterbury, al
rey alemn Enrique IV, al rey Felipe I de Francia, a Alfonso VI de Castilla, a Sancho de Aragn,
a Guillermo de Inglaterra, a los reyes de Hungra, Noruega, Dinamarca, Eslabona y al emir de
Marruecos. Quera defender los derechos de la Iglesia y promover una reforma de costumbres.
Las normas y directivas de Gregorio VII constituyen el germen del derecho cannico,
poderoso instrumento disciplinar de la Iglesia hasta el da de hoy. No era fcil arrancar un mal
tan difundido. Reyes y seores feudales haban edificado iglesias propias en tierras propias.
Gregorio VII trat de conciliar y salvar lo salvable; no busc pelear sino salvar la Iglesia y
sacarla del caos. Se atrajo las iras de muchos que lo llamaron papa del demonio, papa poltico.
Pero Gregorio no cedi. Ech mano de la excomunin tanto para el emperador o rey que
conceda la investidura, como para quien la recibiese, obispos o arzobispos.
Es de todos bien conocida la lucha que entabl con el emperador alemn Enrique IV, que
se opuso al Papa76 en materia de eleccin papal, disciplina y moral eclesistica 77. Gregorio lo
excomulg y le exigi hacer penitencia en Canosa 78 para recibir la absolucin. Reconciliado,
volvi a las mismas andadas, convoc un concilio en Maguncia, y nombr un antipapa con el
nombre de Clemente III, quien coron emperador a Enrique, y un concibulo de obispos
cmplices depuso a Gregorio VII. Despus Enrique baj a Italia para sitiar Roma que consigui
conquistar tres aos ms tarde. En realidad fue el mismo pueblo que, cansado del asedio, le abri
las puertas, obligando al papa a encerrarse en el castillo de san ngel.
76
Enrique IV convoca a veinticinco obispos y declara depuesto al papa Gregorio en una nota que deca as:
Enrique, rey por voluntad de Dios, a Hildebrando, desde ahora monje falso, no papa. Condenado por el juicio de
nuestros obispos, baja, deja el puesto que has usurpado. Ocupe otro la sede de Pedro. Yo, Enrique, rey por la gracia
de Dios, te digo con todos nuestros obispos: Baja, baja!. La nota estaba firmada en Worms. A lo que el papa
respondi en san Juan de Letrn: Bienaventurado Pedro: como representante tuyo he recibido el poder de atar y
desatar en el cielo y en la tierra. Por el honor y defensa de tu Iglesia, en el nombre de Dios Todopoderoso, prohbo
al rey Enrique que gobierne Alemania e Italia; libro a todos los cristianos del juramento de fidelidad al rey.
Prohbo que nadie lo sirva como rey. Quede excomulgado; que los pueblos sepan que t eres Pedro y sobre esta
piedra el Hijo de Dios ha edificado su Iglesia. Era la primera excomunin que un papa lanzaba contra un rey; y por
primera vez en la historia, un papa liberaba a un pueblo de la obediencia al rey. Estos hechos tomaron a Enrique por
sorpresa.
77
Recordemos que en la eleccin del anterior papa, Alejandro II, Enrique opuso incluso otro concilio y un
antipapa (Honorio II).
78
Castillo ubicado en los Apeninos, al sur de Parma. All se refugi el papa para dar una buena leccin a
Enrique IV. Enrique quiso ir contra el papa, pero al darse cuenta de que el papa estaba bien protegido y le apoyaban
casi todos en Alemania, hizo una farsa de penitencia: envi unas cartas al papa en los tonos ms humildes,
prometiendo y jurando que cumplira lo que el papa mandara, a condicin de que le levantara la excomunin. Se
visti de monje penitente y, descalzo, subi hasta el castillo de Canosa, donde por tres das implor perdn. El papa
saba que no deba fiarse, pero la recia fibra de Hildebrando cedi a la ternura del buen pastor. Gregorio VII levant
la excomunin a Enrique y escribi a los obispos y prncipes alemanes en tono conciliatorio. Grave error poltico
del papa. El Enrique irresponsable y caprichoso olvid pronto sus promesas y volvi a las andadas.
Historia de la Iglesia 89 P. Antonio Rivero, L. C.
Se hall Gregorio VII militarmente indefenso e incomprendido 79. Por eso se retir a
Salerno, donde falleci el 25 de mayo de 1085 recitando las palabras del salmo 44: He amado
la justicia y odiado la iniquidad. Y luego agreg por eso muero en el destierro. Levant la
excomunin a todos, menos a Enrique IV y al antipapa.
A los ojos humanos pareca una gran derrota del papa, sin embargo, quedaba el papado
ms fortalecido que nunca y con un prestigio moral jams visto. El papa que acababa de morir
era ante la cristiandad el Vicario de Cristo. Fueron necesarios varios decenios para zanjar
definitivamente el problema de las investiduras sagradas80.
Despus del papa Gregorio VII, Vctor III subi a la silla de Pedro y despus Urbano II.
ste dio a conocer su programa: Resuelto a caminar por las huellas de mi bienaventurado
padre, el papa Gregorio, rechazo lo que l rechaz, condeno lo que l conden, amo todo lo que
l am y me uno en todo a sus pensamientos y acciones. Continu la lucha contra la
compraventa de cargos, trat de disminuir la influencia del antipapa y continu la reforma de la
Iglesia.
Lo ms triste de este siglo para la Iglesia fue el cisma de Oriente en 1054, entre el
patriarca de Constantinopla, Miguel Cerulario, y el papa de Roma, Len IX. Aquel patriarca no
aceptaba la costumbre occidental de consagrar panes zimos (sin levadura) en la misa, adems de
los otros asuntos litrgicos y dogmticos de los que hemos hablado.
El papa Len IX mand sus legados, el cardenal Humberto de Silva Cndida y Federico
de Lorena, para zanjar esta cuestin. Como Miguel no ceda, Humberto lo excomulg 81,
depositando una bula el 16 de julio de 1054, sobre el altar de la catedral de Santa Sofa. Cerulario
y su snodo patriarcal respondieron el 24 del mismo mes excomulgando a los legados y a quienes
les haban enviado. As empez la separacin de Bizancio, Bulgaria, Rumania y pueblos eslavos.
Se interrumpi la comunin eclesistica de la Iglesia griega con el pontificado romano y la
iglesia latina.
79
Tambin corri por ah una leyenda negra sobre este excelente papa. Leyenda, provocada en el siglo XIX
cuando Bismark, en su lucha contra la Iglesia, dijo: No iremos a Canosa. Bismark dijo que el papa Gregorio haba
humillado al rey Enrique IV, cuando en realidad fue el rey quien se burl del papa, hasta tal punto que muri en el
destierro, malquistado con los prncipes alemanes.
80
Ser en el siglo XII con el concordato de Worms (1122) y el concilio de Letrn (1123) quienes zanjarn la
cuestin diciendo: el emperador renuncia a la investidura espiritual que se concede entregando el bculo y el anillo,
pero el papa admite que el emperador conceda al obispo los poderes temporales entregndole el cetro. En este ltimo
terreno, el obispo debe obediencia a su soberano.
81
La frmula de excomunin redactada por Humberto fue muy dura, sin misericordia y sin caridad; adems,
manifiesta su profunda ignorancia. Reprocha a los orientales la supresin del filioque, el matrimonio de los
sacerdotes, el pan con levadura...La excomunin que a su vez lanz el patriarca Miguel es del mismo tenor, sin
caridad y sin respeto. Sin caridad no lograremos nada en la Iglesia. Con la caridad, todo.
Historia de la Iglesia 90 P. Antonio Rivero, L. C.
entre Roma y Constantinopla. Pero es indudable que para la gran masa del pueblo cristiano
griego y latino el comienzo del cisma de oriente pas del todo inadvertido.
La excomunin contra Cerulario fue levantada por el papa Pablo VI al trmino del
Vaticano II, el 7 de diciembre de 1965. Y lo mismo hizo el patriarca de Constaninopla,
Atengoras.
Es de todos conocido el esfuerzo que ha hecho el papa Juan Pablo II por recomponer la
unin de la nica iglesia de Cristo, en un solo rebao y bajo un solo Pastor.
CONCLUSIN
Termin el siglo, pero no termin la Iglesia. Se rompi la unidad entre la iglesia griega de
oriente y la Iglesia romana latina, pero no se rompi la barca de Pedro. Se hiri la caridad
cristiana, pero contina en pie la caridad de Cristo que nos urge. Fue triste la ruptura, pero una
vez ms hay que dejar claro que esto sucede porque hombres de Iglesia, no la Iglesia de Cristo,
no viven el mandato del amor que el Maestro nos dej en la ltima cena.
SIGLO XII
INTRODUCCIN
A partir del siglo XII y de modo especial en el XIII, la Edad Media lleg a su esplendor.
Fue entonces cuando realiz su mejor produccin cultural. Se ha llamado la poca clsica de la
cristiandad medieval.
Uno de los rasgos dominantes de esta cristiandad es el lugar cada vez ms importante que
va adquiriendo el papado en la Iglesia y en la Europa medievales, a costa de luchas muchas veces
violentas con el emperador germnico que pretenda elegir a los obispos y al mismo papa. Estas
luchas, en algunos casos, terminaron en la eleccin de antipapas, nombrados por el mismo
emperador82.
Si hubiera que sealar un rasgo capaz de caracterizar por s solo los tiempos clsicos de la
cristiandad medieval, ese rasgo sera, sin duda alguna, su increble vitalidad. Un signo de
vitalidad espiritual de este perodo histrico fue el esplndido florecimiento alcanzado por la
vida religiosa: cluniacenses, cartujos, cistercienses. Si los siglos XI y XII fueron los tiempos
monsticos, el siglo XIII, como veremos, ser el siglo de los frailes: franciscanos, dominicos,
agustinos, carmelitas, mercedarios.
Los siglos de la cristiandad fueron tambin la poca clsica de las ciencias sagradas: la
teologa y el derecho cannico.
I. SUCESOS
la disciplina cannica, sino por designacin de los poderes civiles: emperadores, reyes y seores,
propietarios o patronos de iglesias. Este abuso constitua, segn los promotores de la reforma, la
causa y la raz de los otros males. Tal fue el origen de la clebre cuestin de las investiduras,
que enfrent al pontificado y el imperio, y en particular al papa Gregorio VII y el emperador
Enrique IV (1050-1106), como vimos anteriormente.
El occidente cristiano no haba sido prdigo en herejas. Desaparecido desde haca mucho
tiempo el arrianismo, que era adems una doctrina importada por los pueblos invasores, la
unidad de fe fue una constante de la sociedad cristiana. Si se prescinde de algunas
individualidades o de grupos minsculos, la hereja constituy una novedad que hizo acto de
presencia en Europa durante el siglo XII.
Comenzaron los primeros brotes de la hereja albigense o ctara, que hizo renacer el
maniquesmo y el dualismo persa, es decir, la creencia de dos principios supremos: la luz y las
tinieblas83. Estos albigenses predicaron especialmente en Francia. Tomaron como sede a Albi, de
donde proviene el nombre de albigenses. Tambin atacaron los sacramentos, el culto y la vida
futura. En el prximo siglo har su explosin esta hereja.
Concordato de Worms
El emperador Federico, llamado Barbarroja, hizo caso omiso del Concordato de Worms y
pretendi volver a nombrar obispos y abades a su gusto, interpretando su autoridad como de
derecho divino y declarando su independencia del papa. Nombr un antipapa, Vctor IV, y al
morir ste, a otro, Pascual III. El verdadero papa era Alejandro III, el cual le declar la guerra.
Perdida por Federico, ste obedeci a Alejandro III, en 1177.
Ante las herejas, tambin la Iglesia reaccion con mucho cuidado y firmeza. Para
condenar la hereja de Pedro de Bruys y de Enrique de Lausana, se convoc el segundo concilio
de Letrn (1139). Y renov las condena, entre otras cosas, de la usura, los torneos y el
nicolasmo.
Y contra la hereja de los albigenses, vino en ayuda el tercer concilio de Letrn (1179),
que legisl en contra de la acumulacin de prebendas y fij que los papas deberan ser elegidos
por una mayora de dos tercios de los votantes. Ya en el siglo XIII se atacar ms fuertemente
esta hereja ctara o albigense.
Nuevas cruzadas...
La segunda (1147-1149) fue comandada por Luis VII de Francia y el emperador alemn
Conrado III. San Bernardo fue el alma espiritual. Nuevos contingentes salieron por mar, de paso
ayudaron al rey de Portugal a liberar Lisboa de los moros (1147). Primero y nico xito. Sobre
85
En la prctica, esos acuerdos no resultaron tan satisfactorios como poda esperarse: los monarcas pudieron
influir poderosamente en el acto de la eleccin, y todava influy ms, con el tiempo, la alta nobleza alemana, ya que
la composicin cerradamente aristocrtica que tuvieron los cabildos que eran el colegio electoral- puso en sus
manos los nombramientos episcopales.
Historia de la Iglesia 94 P. Antonio Rivero, L. C.
las espaldas de san Bernardo cayeron fracasos y acusaciones. En el bando opuesto a los
cruzados, surgi un gran guerrero llamado Saladino, de temple noble y elevado, uno de los
grandes hombres del Islam, ante quien quedan pequeos los cruzados que, por divisiones y
mezquindades y por la resistencia de los bizantinos, haban perdido el objetivo principal.
Saladino infligi a los cristianos una fuerte derrota y tom prisionero al rey de Jerusaln.
Jerusaln cay nuevamente en poder del Islam. La prdida de Jerusaln produjo una gran
conmocin y constern a todo el orbe cristiano.
La tercera (1189-1192) fue guiada por Federico Barbarroja, Felipe II Augusto, rey de
Francia y por Enrique II de Plantagenet de Inglaterra. Murieron Federico y Enrique. El hijo de
Enrique II, Ricardo Corazn de Len, lo supli. Felipe II se apoder de san Juan de Acre.
Ricardo firm un acuerdo de acceso libre de los cristianos a Tierra Santa, estampando su nombre
junto al del sultn Saladino. Aunque esta cruzada fue la ms universal de todas, sin embargo,
tampoco ahora los resultados correspondieron a las esperanzas. Tambin el emperador
Barbarroja muri en el camino de Tierra Santa. Jerusaln no fue recuperada y la gran cruzada se
diluy sin ms fruto que una ligera consolidacin de la presencia cristiana en algunos territorios.
Los cistercienses tuvieron gran importancia a partir de su fundacin por san Roberto de
Molesmes, que adopt los moldes heredados por san Benito y del que hablamos ya en el captulo
anterior. San Bernardo de Claraval dio impulso notable a esta orden86. Entr en Citeaux junto con
treinta compaeros, todos ellos pertenecientes a familias nobles de Borgoa (1112). Tres aos
ms tarde, y a los veinticuatro aos de edad, Bernardo fue hecho abad del nuevo monasterio de
Clairvaux (Claraval), por l fundado (1115). l solo fund 66 abadas. Fue tal su influjo que
muchas veces lejos de su abada intervena en numerosos asuntos de la vida de la Iglesia y de la
cristiandad. Contribuye a la reforma del clero. Denuncia el relajamiento de Cluny. Invita a los
obispos a una mayor pobreza y al cuidado de los pobres. Pone fin a un cisma en la Iglesia de
Roma, el cisma de Anacleto, y propone un programa de vida al monje de Clairvaux (Claraval)
que ha sido elegido Papa, Eugenio III.
No cabe duda de que Bernardo es ante todo un maestro espiritual. Es el uno de los
grandes doctores de la Iglesia, para l todo parte de la meditacin de la Escritura. Ms que en la
ascesis y en los ejercicios, Bernardo insiste en la unin con Dios, y reduce toda la religin a la
86
Fue san Bernardo quien dijo al papa Eugenio III, al darse cuenta de que los papas se preocupaban ms de lo
temporal: Cundo rezamos? Cundo enseamos a los pueblos? Cundo edificamos la iglesia?...En el palacio
pontificio resuenan cada da las leyes de Justiniano y no las del Seor.
Historia de la Iglesia 95 P. Antonio Rivero, L. C.
prctica de la caridad. Propone un itinerario de retorno a Dios que conduce del conocimiento de
s mismo a la posesin de Dios. Sobresalen sus sermones sobre la Virgen y sobre el Cantar de los
Cantares.
Nacieron luego los cannigos regulares de san Agustn. Practicaban la denominada vita
canonica, que consista sobre todo en la comunidad de dormitorio y refectorio (comedor) y en la
observancia de la llamada regla de san Agustn. Ciertos captulos regulares llegaron con el
tiempo a relacionarse entre s, creando uniones o congregaciones de cannigos de san Agustn,
entre las que destacaron los cannicos regulares de san Juan de Letrn y los de san Vctor. La
ms importante de todas esas fundaciones canonicales fue la realizada por san Norberto en
Premontr (1120), que dio lugar a la orden de los Premonstratenses, difundida pronto por toda
Europa y que desarroll una gran actividad misionera.
El desarrollo alcanzado por las rdenes militares desde el siglo XII se debi al fuerte
impulso espiritual que san Bernardo dio a la sociedad cristiana y a las guerras de cruzada, en las
que las rdenes tuvieron un papel preponderante. Eran, pues, monjes guerreros, cuyo objeto
consista en cuidar de Tierra Santa y realizar diversas obras de beneficencia.
Nacieron los hospitalarios87 de san Juan, que atendan a los enfermos; los templarios, que
habitaron el Templo de Salomn reconstruido por Herodes; los teutones que, aunque nacidos en
Palestina, en el siglo XIII trasladaron su sede a la Prusia oriental y consiguieron la sumisin y
cristianizacin de los ltimos pueblos paganos del nordeste de Europa. Dicha orden se seculariz
en tiempos de la reforma protestante. Y en Espaa vio la luz la Orden de Alcntara, la de
Calatrava, la de Santiago. stas surgieron al hilo de la lucha por la reconquista.
Las escuelas monacales salvaron de la hecatombe a la sabidura y las obras clsicas. Las
materias enseadas en aquellas aulas eran gramtica latina, retrica y dialctica, por una parte;
87
Los hospitalarios fueron la vanguardia de la cristiandad y cumplieron esta funcin hasta muy entrada la
Edad Moderna. La isla de Rodas fue un tiempo su reducto y, tras la conquista de los turcos, la orden prosigui la
lucha desde la isla de Malta, cedida por Carlos V para compensar la prdida de Rodas. Aqu los hospitalarios los
caballeros de Malta- mantuvieron una soberana independiente que perdur hasta finales del siglo XVIII, cuando la
isla fue ocupada por Napolen en su camino hacia la campaa de Egipto.
Historia de la Iglesia 96 P. Antonio Rivero, L. C.
aritmtica, geometra, astronoma y msica, por otra; as como teologa. Aparecieron tambin las
escuelas episcopales, anexas a la catedrales.
En este ambiente cultural naci la Escolstica y los grandes telogos. Desde san Agustn
hasta el siglo XII no se haban realizado estudios apreciables en la elaboracin teolgica. En este
siglo XII naci el mtodo escolstico, propiamente dicho. Se registran grandes avances
culturales, se redescubren los filsofos griegos especialmente Aristteles- a travs de
traducciones del rabe hechas en Toledo y en Sicilia, y poco a poco su filosofa se va imponiendo
en la enseanza.
Este nuevo modo de pensar (lgica) y de ver el mundo (filosofa) se introdujo en las
escuelas catedralicias, en las escuelas monacales y luego en las universitarias. Nacido en estas
escuelas, tom el nombre de escolstica. Existe un perodo llamado pre-escolstica que tiene por
representante a san Anselmo. Pero su florecimiento se dio en las universidades, que tuvieron su
origen en la Iglesia, sobre todo cuando llegaron a sus ctedras los talentos de las rdenes
mendicantes.
Otros talentos son: San Anselmo, que incentiv a la razn en la explicacin de la fe;
Pedro Lombardo, llamado el Maestro de las Sentencias; Abelardo busc con precisin la
traduccin de la Biblia y de los textos de los Santos Padres. Sus enseanzas morales fueron
tachadas de subjetivas; por eso, opt por terminar sus das en un monasterio, dedicado a la
oracin; San Bernardo de Claraval, telogo y maestro de la vida espiritual, del que ya hablamos.
Se hizo clebre su frase: La medida del amor a Dios consiste en amar a Dios sin medida.
Propag la devocin a la Virgen.
Historia de la Iglesia 97 P. Antonio Rivero, L. C.
CONCLUSIN
Terminamos este siglo XII; siglo monstico por excelencia, y donde la religiosidad de los
laicos estuvo poderosamente influida por la espiritualidad monacal. Estos siglos monsticos, XI
y XII, corresponden a los tiempos de una sociedad europea de tipo agrario y seorial, en la que
los monasterios, levantados en medio de los campos, constituan desde todo punto de vista
grandes centros de vida para la poblacin de la comarca. Muchos laicos acudan a los
monasterios, impulsados sobre todo por el deseo de participar en los beneficios espirituales que
la vida santa de los monjes poda merecerles. As mejoraban su vida cristiana y se preparaban
para la eterna bienaventuranza.
Y dado que hablamos de san Bernardo en este siglo, pongamos punto final a este siglo
con dos citas suyas. Una es sobre las dos espadas, cuando comenta Lucas 22, 35-38: La una y
la otra espada pertenecen a la Iglesia, a saber, la espada espiritual y la espada material. Pero
sta debe ser sacada para la Iglesia y aqulla debe ser sacada por la Iglesia; la primera por la
mano del sacerdote, la segunda por la mano del caballero, pero desde luego por orden del
sacerdote y por mandato del emperador (Carta 256).
SIGLO XIII
INTRODUCCIN
Es el siglo del gran papa Inocencio III que quiso llevar a cabo el ideal de una sociedad
poltico-religiosa medieval, en cuya cima estuviera la supremaca papal. Es un siglo en que
continan las cruzadas, y en que nacen las grandes rdenes mendicantes, como la de san
Francisco de Ass y la de santo Domingo de Guzmn. Es tambin el siglo que ve aparecer la
inquisicin, y admira las expediciones de Marco Polo por el lejano oriente, hasta China. Es el
siglo de las universidades y de las grandes lumbreras intelectuales, como san Alberto Magno y su
discpulo santo Toms de Aquino. Es el siglo del arte gtico. Es el siglo de la Carta Magna o
Constitucin, que limitaba los derechos absolutos de los reyes. Interesante siglo!
La cristiandad no slo promovi el desarrollo de las ciencias sagradas, sino que dio vida a
la institucin destinada especficamente a desarrollar la ciencia y a difundir la cultura superior: la
universidad. Surgen por impulso de la Iglesia las universidades de Pars, Oxford, Bolonia.
Salamanca.
A partir del siglo XIII la evolucin de la sociedad medieval seal nuevos rumbos a las
preferencias populares. Exista ahora una poblacin urbana cada vez ms considerable y en las
ciudades se establecieron tambin las nuevas rdenes de religiosos mendicantes, que pronto
ejercieron un poderoso atractivo sobre los fieles.
I. SUCESOS
La cuarta (1202-1204) tena como fin devolver vida y fuerzas al agonizante reino franco,
que se haba establecido en Tierra Santa. Pero se desvi de sus verdaderos fines, y en vez de
dirigirse a Palestina, los cruzados penetraron en Bizancio (Constantinopla) en 1204 y depusieron
al emperador Alejo V. Coronaron a Belduino de Flandes e instauraron all un imperio latino que
perdurara ms de medio siglo. Bizancio qued as convertida en feudo papal, hasta 1260. Este
hecho fue uno de los principales agravios, cometidos por los cristianos occidentales a los
cristianos ortodoxos de oriente
La sexta cruzada (1228-1229) fue capitaneada por el emperador Federico II, emperador
excomulgado por el Papa. Mediante alianzas habilsimas, propias de su genio poltico, y sin
recurrir a las acciones blicas, instaur en Jerusaln una poltica de tolerancia religiosa. Un
tratado con el sultn de Egipto puso en manos de Federico Jerusaln, Beln, Nazaret y otros
lugares, a cambio de territorios posedos por los cristianos al norte de Siria. En marzo de 1229,
Federico hizo su entrada solemne en Jerusaln, mientras el patriarca latino lanzaba el entredicho
sobre la ciudad. Jerusaln permaneci tan slo quince aos en manos de los cristianos y en
agosto de 1244 se perdi definitivamente.
Las dos ltimas cruzadas fueron empresas completamente francesas, organizadas por el
santo rey Luis IX.
La sptima (1248-1254), dirigida contra Egipto, tena como fin recobrar nuevamente
Jerusaln, cada en poder turco en 1244. Los cristianos se haban replegado a unas cuantas
fortificaciones, como san Juan de Arce y Antioqua. Termin en un desastre. El rey y el ejrcito
fueron hechos prisioneros y tuvieron que pagar un cuantioso rescate por la libertad.
La octava y la ltima cruzada (1270) fue llevada a cabo por el mismo rey san Luis, en
respuesta al llamado del papa Inocencio IV para contener el avance turco. Antes de partir hacia
Jerusaln, se apoder de Tnez, en el norte de frica. All muri, vctima de la disentera; y con
l su ejrcito sufri tambin esa terrible epidemia. No se har otro intento ms para reconquistar
la Tierra Santa.
En Espaa hubo una cruzada contra los musulmanes, en la batalla de las Navas de Tolosa
(1212), que termin con la victoria de los europeos que auxiliaron al rey espaol Alfonso IX.
Durante el resto del siglo san Fernando III, Alfonso X el sabio, Alfonso el batallador y Jaime el
conquistador, harn retroceder a los moros hacia el sur de la pennsula ibrica.
Primero, los Valdenses. En Francia surgi la hereja de Pedro Valds, nacido en Lyon,
que un buen da abandon sus negocios y parti a predicar el evangelio, dando ejemplo de
pobreza, austeridad y desprendimiento y arrastrando compaeros de Suiza y Alemania. Atac las
costumbres de los clrigos relajados e invitaba a volver al cristianismo primitivo, pero no estuvo
inmune de errores dogmticos en sus predicaciones. Los perfectos entre los valdenses hacan
los tres votos de pobreza, castidad y obediencia; y los simples seglares se arrogaban el derecho
de celebrar la eucarista. Slo admitan el bautismo, la penitencia y la eucarista. El papa Lucio
III los excomulg.
Continuaron los albigenses o ctaros. Eran ms peligrosos por su mayor difusin y por
su ms franco alejamiento de la fe catlica. Se llamaban albigenses por la ciudad de Albi; y
ctaros o puros. No reconocan una iglesia visible, rechazaban toda autoridad espiritual y
temporal y no admitan ni la guerra ni la pena de muerte. Slo tenan un sacramento, el bautismo
del espritu, el consolamentum, que por lo dems slo reciban los perfectos; los cuales
quedaban obligados despus de su recepcin a llevar una vida rigurosamente asctica. Los
restantes slo reciban el consolamentum en la hora de la muerte. El Papa Inocencio III invit al
Historia de la Iglesia 100 P. Antonio Rivero, L. C.
rey de Francia a una cruzada contra ellos, que desemboc en una horrible crueldad por ambos
bandos.
Los nobles ingleses obligaron al rey Juan sin Tierra a firmar la Carta Magna o
Constitucin que delimitaba los derechos del rey, en contra de sus pretensiones absolutistas.
Otomn, el turco, fund el imperio llamado otomano en 1259, y con ello motiv en gran
parte el surgir de las cruzadas que hemos sealado. Dicho imperio constituir un peligro
constante para Europa hasta la batalla de Lepanto del ao 1572, en que fueron vencidos los
otomanos por la escuadra cristiana, gracias a la intercesin de la Virgen Mara Auxiliadora88.
En el siglo XIII la Iglesia medieval haba llegado a su edad de oro. Pero como la
naturaleza es dbil, al hombre le resulta difcil mantenerse en las cimas y comete flaquezas. A
fines del siglo XIII aparecen sntomas de decadencia. Ni el sacerdote concubinario, ni el monje
aburguesado, ni el obispo poltico y feudal haban desaparecido por completo en este tiempo. La
preparacin del clero parroquial y su formacin espiritual era muy deficiente. La eleccin para
cargos o beneficios obispos y abadas- que haba mejorado tras las intervencin de Gregorio
VII, en la actualidad haba descendido a niveles lamentables.
Por estos tiempos los papas, que eran los obispos de Roma y estaban obligados a cuidar
su grey, poco tiempo residan en la misma Roma. Segn la costumbre de esa poca, elegan al
papa en el mismo lugar donde haba fallecido su antecesor. Muchos pontfices fueron elegidos
fuera de Roma, y luego retrasaban su viaje a Roma para atenderla como pastores.
La Iglesia apoy las cruzadas y conden las herejas. Para ello convoc varios concilios.
88
Aunque nos adelantemos del siglo, es interesante conocer algo de la batalla de Lepanto. Fue en tiempo del
papa Po V, gran devoto de la Virgen Mara. Convoc a los prncipes catlicos para que salieran a defender a sus
colegas de religin. Pronto se form un buen ejrcito. El 7 de octubre de 1572 se encontraron los dos ejrcitos, en el
golfo de Lepanto, en el Mediterrneo. Los mahometanos tenan 282 barcos y 88.000 soldados. Los cristianos eran
inferiores en nmero. Antes de empezar la batalla, los soldados cristianos se confesaron, oyeron misa, comulgaron,
rezaron el rosario y entonaron un canto a la Madre de Dios. Terminados estos actos se lanzaron como un huracn en
busca del ejrcito mahometano. Al principio la batalla era desfavorable para los cristianos, pues el viento corra en
direccin opuesta a la que ellos llevaban y detena sus barcos, que eran de vela. Pero luego de manera admirable- el
viento cambi de rumbo, bati fuertemente las velas de los cristianos, y los empuj con fuerza contra las naves
enemigas. Los derrotaron. Cuando Po V supo de la noticia mand que repicaran todas las campanas de Roma.
Desde ese da mand el eapa rezar en las letanas: Mara, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros.
Historia de la Iglesia 101 P. Antonio Rivero, L. C.
El IV Concilio de Letrn, convocado por Inocencio III en 1215, conden a los valdenses
y a los albigenses. Reprob la venta de reliquias, orden la confesin y comunin anual,
estimul las cruzadas, y legisl sobre la disciplina sacerdotal.
El Concilio de Lyon de 1245 hizo un triste balance del estado espiritual de la cristiandad
y seal sus principales llagas: relajacin de los clrigos, peligro de Jerusaln y Bizancio por las
amenazas de los turcos, inminencia de la invasin de los mongoles en Europa, y sobre todo las
guerras de Federico II, rey de Francia, al que el concilio tuvo que excomulgar.
89
El papa Juan Pablo II, en su visita a Grecia el 4 y 5 de mayo de 2001, pidi perdn en nombre de la Iglesia
por los atropellos que algunos hijos de la Iglesia catlica hicieron en el ao 1204. Dijo el papa: Algunos recuerdos
son particularmente dolorosos, y algunos acontecimientos del pasado lejano han dejado profundas heridas en la
mente y en el corazn de las personas hasta hoy. Pienso en el desastroso saqueo de la ciudad imperial de
Constantinopla, que fue durante mucho tiempo bastin de la cristiandad en Oriente. Es trgico que los asaltantes,
que haban prometido garantizar el libre acceso de los cristianos a Tierra Santa, luego se volvieran contra sus
hermanos en la fe. El hecho de que fueran cristianos latinos llena a los catlicos de profundo pesar. No podemos
por menos de ver all el mysterium iniquitatis actuando en el corazn humano. Slo a Dios toca juzgar y, por
eso, encomendamos la pesada carga del pasado a su misericordia infinita, suplicndole que cure las heridas que
an causan sufrimiento al espritu del pueblo griego. Debemos colaborar en esta curacin si queremos que la
Europa que est surgiendo sea fiel a su identidad, que es inseparable del humanismo cristiano compartido por
Oriente y Occidente (Discurso del Papa durante el encuentro con el patriarca ortodoxo Cristdulos, 4 de mayo de
2001).
Historia de la Iglesia 102 P. Antonio Rivero, L. C.
Las rdenes mendicantes se llamaban as, porque en un tiempo en que los pastores de la
iglesia se enriquecen siempre ms, los monasterios abundan en tierras y en bienes, y la nueva
burguesa de las ciudades se desvive por aumentar sus ganancias, ellos hacen voto de perfecta
pobreza. En un tiempo en que se ahonda cada vez ms la diferencia entre los grandes seores y el
pueblo llano, ellos predican la fraternidad cristiana. Su vida ya no depende de tierras de labranza
ni de rentas. Viven de la limosna. Ya no se llaman monjes, sino hermanos. Las principales
rdenes mendicantes fueron la de los franciscanos y la de los dominicos.
Los dominicos: es la llamada Orden de los Predicadores, apoyada por el gran papa
Inocencio III y aprobada ms tarde por Honorio III en 1216. Fue fundada por santo Domingo de
Guzmn, nacido en Espaa hacia el ao 1170.
Sale al encuentro de los herejes ctaros o valdenses, imitando la pobreza de Cristo pobre
y aceptando las controversias dogmticas con ellos. El obispo de Toulouse (Francia) aprueba en
el ao 1215 al pequeo grupo de predicadores: Constituimos como predicadores en nuestra
dicesis al hermano Domingo y a sus compaeros, a fin de extirpar la corrupcin de la hereja,
arrojar los vicios, ensear la regla de la fe e inculcar sanas costumbres a los hombres.
Su programa regular es portarse como religiosos, es decir, hacer los tres votos de pobreza,
castidad y obediencia; ir a pie, predicar la palabra evanglica, vivir la pobreza de Jess,
alimentndose con lo que les dan. Fin y objeto de la nueva orden era crear un grupo de
sacerdotes aptos y altamente preparados para predicar al pueblo la sana doctrina. Dedicaron,
pues, los dominicos especial atencin al estudio. Tanto descollaron en las ciencias que, en vida
del fundador, enseaban ya en la universidad de Pars. En esa universidad brillaron de manera
especial san Alberto Magno y santo Toms de Aquino.
90
De santo Domingo dijo este papa Gregorio IX: He conocido a un hombre fiel en todo a la vida de un
verdadero apstol; tambin en el cielo estar gozando de la misma gloria que los apstoles.
Historia de la Iglesia 103 P. Antonio Rivero, L. C.
Los Franciscanos: Francisco, nacido en Ass (Italia) hacia el ao 1181, era hijo de un
rico mercader, y en el ao 1205 abandona sus sueos de caballera para consagrarse a la Dama
Pobreza. Se encuentra con Cristo pobre en un leproso. Cree al principio que Cristo le pide que
repare las iglesias, como la de san Damin; pero ms tarde comprender que Dios le llama a la
reforma de la Iglesia, en la que se filtran abusos y modos de vivir que contradicen la santidad de
las costumbres y la doctrina de la Iglesia. Despus de devolver a su padre todos sus bienes e
incluso sus vestidos, pide como limosna la comida y los materiales de construccin. Su vida es la
de los ermitaos. Pero en 1208, oye el evangelio en la iglesia de la Porcincula: Id, proclamad
que est cerca el reino de Dios. No llevis oro ni plata.... Con algunos compaeros, va por los
caminos proclamando con alegra la buena nueva de la paz. Predica sin ser sacerdote. Se senta
indigno de serlo, y nunca quiso recibir la ordenacin sacerdotal.
Su lema es: paz y bien. No quiere pronunciar ningn juicio contra los sacerdotes ni
contra los dems pastores de la iglesia. Pide tan slo un espacio de libertad para vivir segn el
evangelio. El papa Inocencio III aprueba en 1209 el gnero de vida de los que desean ser
menores, estar entre los ms pobres en la escala social. Se limitarn a una predicacin moral, y
no tanto doctrinal, como los dominicos. En 1209, Francisco tiene doce compaeros; diez aos
ms tarde son 3.000. En 1212, Clara y sus compaeras siguen el ejemplo de Francisco y as
fundan la orden de las Clarisas.
En 1219 Francisco parte hacia los santos lugares y se esfuerza en convencer al sultn de
Egipto para que respeten los Santos Lugares. Algunos de sus hermanos desean tener una
organizacin ms rigurosa, unos conventos, unas casas de estudio. Aquello le preocupa a
Francisco. Aunque el evangelio sea su nica regla de vida, ve la necesidad de redactar una regla
(1223). Pero contina con su gozosa predicacin.
Lo nuevo consista en que tampoco el convento deba poseer nada. El convento de los
mendicantes no es ya una abada con bosques, pesqueras, campo de labor, colonos y aparceros,
sino un lugar que slo proporciona el mnimo indispensable para la vida: unas celdas en torno a
una iglesia, acaso un pequeo huerto y nada ms. Para los mendicantes, la patria ya no es el
monasterio, sino la orden. Desaparece aquella estabilidad, aquel enraizamiento en el suelo, que
desde san Benito haba constituido la base de la vida monstica. Pero esto slo era posible a
condicin de que los miembros redujeran tambin al mnimo sus necesidades personales. Los
mendicantes no vivan como unos seores espirituales, anlogos a los feudales, sino como
hermanos que convivan con sus iguales. Practicaban la cura de almas, en forma desinteresada.
La gente no tena que ir a ellos, sino que eran ellos los que iban a la gente. La predicacin estaba
destinada a todos y no era para forzar, sino para convencer y motivar a la virtud, a la vuelta al
evangelio. Hasta entonces el pastor de almas haba inspirado respeto, acaso tambin temor; ahora
los mendicantes inspiran admiracin y amor.
Fue caracterstico de los mendicantes tener una orden primera la de los varones-, una
orden segunda la de las mujeres-, y una orden tercera compuesta por los seglares que
deseaban vivir segn el mismo espritu. Las rdenes terceras fueron y son escuelas de santidad.
Figuran entre los primeros terciarios franciscanos santa Isabel de Hungra y san Luis, rey de
Francia.
Ante el declive espiritual la Iglesia tom cartas en el asunto y se preocup por impulsar
los sacramentos y la fe.
Cundo se administraba el bautismo? Lo comn era bautizar a los nios apenas nacidos,
y no solamente en Pascua o en Pentecosts como antes. Se administraba el sacramento
derramando agua sobre la cabeza y no por inmersin. Era tal la importancia que atribuan al
bautismo, que los nios muertos al nacer eran llevados a algunos santuarios, pues crean que
recobraban la vida el tiempo suficiente para recibir el bautismo.
La inquisicin
Desde el siglo XII apareci una inquisicin a nivel episcopal: los obispos tenan el deber
de detectar los posibles herejes existentes en sus dicesis y entregarlos a la autoridad secular,
para que les aplicase la pena pertinente. El poder civil, por su parte, cooperaba activamente en la
persecucin de la hereja, y el propio emperador Federico II, el gran adversario del pontificado,
promulg en 1220 una constitucin, ofrecindose a la Iglesia como brazo secular y estableci la
muerte en la hoguera para los herejes.
Mas como la inquisicin episcopal resultaba poco eficaz, el Papa Gregorio IX cre 1232
la inquisicin pontificia y la confi a los frailes mendicantes, especialmente a la Orden
dominicana, que desde entonces tuvo como una de sus misiones especficas la lucha contra la
hereja. As qued constituida definitivamente la inquisicin eclesistica.
La inquisicin no nace contra el pueblo sino para responder a una peticin de ste. En una
sociedad la medieval- preocupada sobre todo por la salvacin eterna, el hereje es percibido por
la gente como un peligro y como causante de los males y pestes. Para el hombre medieval el
hereje es un contaminador, un enemigo de la salvacin del alma, una persona que atrae el castigo
divino sobre la comunidad. Por lo tanto, y tal como afirman las fuentes de aquel entonces, el
dominico que llega para aislarlo y neutralizarlo, para inducirle a que cambie de idea, no se ve
rodeado de odio92, sino que es recibido con alivio y acompaado por la solidaridad popular. Y
si la gente se muestra intolerante con este tribunal, no es porque sea opresivo, sino todo lo
contrario, porque es demasiado tolerante y paciente con los herejes a los que quiere convertir;
dichos herejes, si hemos de atender a la vox populi, no mereceran las garantas y la clemencia de
la que los dominicos hacan gala. Lo que en realidad quera la gente era acabar con el asunto
deprisa, deshacerse sin demasiados prembulos de aquellas personas.
91
Tomar algunas reflexiones de Vittorio Messori en su libro Leyendas negras de la Iglesia, de la editorial
Planeta-Testimonio, pp. 54 en adelante.
92
Como se puede percibir en la pelcula El nombre de la rosa, inspirada en la novela de Umberto Eco, del
mismo nombre.
Historia de la Iglesia 106 P. Antonio Rivero, L. C.
armados. Lo primero que hacan estos ltimos era restablecer el orden y mandar a sus casas a la
chusma sedienta de sangre.
Pero hay ms que decir sobre la inquisicin. Hubo inquisicin secular llevada a cabo por
los reyes y gobernantes; inquisicin episcopal e inquisicin papal. Ciertamente el castigo no era
en primer lugar la muerte por el fuego; sino la crcel, multas, peregrinaciones. La quema en
hogueras la ejecutaba la inquisicin secular94, nunca la iglesia95.
El decreto de Graciano (ao 1140), que armoniza los textos jurdicos tradicionales
(derecho romano, decretales, etc.), considera tres etapas en un proceso contra la hereja: intento
de persuadir, sanciones cannicas (pronunciadas por la iglesia) y finalmente entrega al brazo
secular, esto es, a la justicia de los prncipes. Estos procedern a la confiscacin de bienes y a los
castigos corporales y torturas, pero sin pensar explcitamente en la pena de muerte.
93
Y si usted ha ledo la novela de Manzoni, Los novios, sabr que la caza de brujas fue iniciada y sostenida
por las autoridades laicas, mientras que la Iglesia desempe un papel por lo menos moderado, cuando no escptico.
94
Aqu tenemos un texto de la legislacin de Federico II, rey de Francia, contra los herejes: Todo el que
haya sido manifestado convicto de hereja por el obispo de su dicesis ser inmediatamente apresado a peticin de
ste por las autoridades seculares del lugar y entregado a la hoguera. Si sus jueces creen que hay que conservarle
la vida, sobre todo para que convenza a otros herejes, se le cortar la lengua que no vacil en blasfemar de la fe
catlica y del nombre de Dios (Constituciones de Catania, 1224).
95
Este texto de Wason, obispo de Lieja lo confirma: Nosotros, los obispos, no hemos recibido el poder de
apartar de esta vida por la espada secular a los que nuestro creador y redentor quiere dejar vivir para que ellos
mismos se liberen de los lazos del demonio...Los que son hoy nuestros adversarios en el camino del Seor pueden
convertirse con la gracia de Dios en superiores a nosotros en la patria celestial...Los que somos llamados obispos
hemos recibido la uncin del Seor, no para dar la muerte, sino para traer la vida (carta al obispo de Chlons,
hacia el 1405).
Historia de la Iglesia 107 P. Antonio Rivero, L. C.
Juicio: la naturaleza y modo de actuar de la inquisicin suscita a los ojos del historiador
serios reparos: el procedimiento inquisitorial presentaba graves defectos, con el sistema
de denuncias y testimonios secretos, que poda perjudicar gravemente a los acusados, y
con la admisin de la tortura como medio de prueba. La crueldad de la pena por el delito
de hereja la muerte en la hoguera- es patente, y no queda mitigada alegando que la
ejecucin de las sentencias era de la competencia del brazo secular. Mas es de justicia
reconocer tambin que el procedimiento inquisitorial, pese a sus defectos, ofreca
mayores garantas de equidad que los juicios ante los tribunales civiles de aquel tiempo.
Debe tenerse en cuenta, igualmente, que la inquisicin tuvo la desgracia de ser hija de su
tiempo, esto es, que su nacimiento coincidi con el endurecimiento general de la vida
jurdica que se produjo en los siglos XIII y XIV como consecuencia del renacimiento del
derecho romano. Los juristas consideraban el derecho romano como el ordenamiento
perfecto la razn escrita- y ese derecho contena una seversima legislacin contra los
herejes, que sirvi de pauta al sistema inquisitorial. No ha de olvidarse que la recepcin
romanstica un evidente progreso jurdico- contribuy en Europa a la extensin de la
pena de muerte; y conviene tambin recordar que en muchas regiones provoc un
empeoramiento en la condicin social de las clases campesinas, cuando se aplicaron a
payeses y aparceros las leyes romanas del Bajo Imperio, y los redujeron a la situacin de
siervos de la gleba.
Todos estos factores, de tan diverso signo, han de tenerse en cuenta cuando se quiere
formular un juicio objetivo sobre la inquisicin. Pero en todo caso ese juicio resulta imposible
para el observador actual que sea incapaz de situarse en el pasado y, desde all, tratar de
comprender el significado que tena la fe religiosa, en una poca en que esa fe representaba el
supremo valor96. Aquella sociedad puso en su defensa el mismo apasionado inters que han
demostrado modernamente ciertos pases occidentales en la defensa de la libertad, hasta
proscribir las ideologas y partidos totalitarios que pudieran amenazarla. Fue la seriedad misma
con que vivan las propias convicciones religiosas la razn de considerar a la hereja como el
peor de los crmenes, aquel que pona en peligro el sumo bien, la salvacin eterna de los
hombres.
Tal vez un hombre moderno, con su sensibilidad actual, tan slo acierte a comprender
la conducta de sus mayores si toma como punto de referencia sus propias reacciones frente a las
amenazas hacia unos bienes tan apreciados por la humanidad de hoy como pueden serlo la salud
y la larga vida: el hombre religioso europeo puso en la lucha contra la hereja el mismo
96
As se entiende esta cita de santo Toms de Aquino que justific teolgicamente la represin contra los
herejes con estas palabras: Acerca de los herejes, deben considerarse dos aspectos: uno, por parte de ellos; otro,
por parte de la iglesia. Por parte de ellos est el pecado, por el que no slo merecieron ser separados de la iglesia
por la excomunin, sino aun ser excluidos del mundo por la muerte; pues mucho ms grave es corromper la fe, vida
del alma, que falsificar moneda, con que se sustenta la vida temporal. Y si tales falsificadores y otros malhechores
justamente son entregados sin ms a la muerte por los prncipes seglares, con ms razn los herejes, al momento de
ser convictos de hereja, podan no slo ser excomulgados, sino ser entregados a justa pena de muerte. Por parte de
la Iglesia, est la misericordia para la conversin de los que yerran. Por eso no condena luego, sino despus de
una primera y segunda correccin, como ensea el apstol. Pero, si todava alguno se mantiene pertinaz, la Iglesia,
no esperando su conversin, lo separa de s por sentencia de excomunin, mirando por la salud de los dems. Y an
pasa ms adelante, relegndole al juicio seglar para su exterminio del mundo por la muerte (Suma Teolgica, II-
II, 11, 3
Historia de la Iglesia 108 P. Antonio Rivero, L. C.
apasionado inters que el hombre moderno pone en la defensa de esos bienes, en la lucha contra
el cncer o la droga.
De todos los errores y desmanes que hubo, ya la Iglesia y el papa Juan Pablo II ha pedido
perdn con humildad. Hoy la Iglesia apuesta por el amor, la caridad. Prefiere hacer la verdad en
la caridad. Hoy da nos cuesta entender este captulo de la historia porque somos ms sensibles a
los derechos humanos y porque el bien de la fe hay que defenderlo, s, pero nunca con la
violencia.
La inquisicin espaola
Mencin aparte merece la inquisicin espaola. Por eso quiero explayarme un poco ms
en ella, aunque sea adelantndome un poco al tiempo en que apareci.
Lo primero que hay que decir es que la inquisicin espaola cae dentro del esquema de
unidad nacional, poltica y religiosa que se propusieron llevar a cabo los Reyes Catlicos.
Se han dado muchas opiniones sobre esta inquisicin, unas positivas y otras negativas.
Entre las opiniones negativas se encuentran las siguientes: algunos vieron en la inquisicin
espaola una fuente de ingresos para la curia romana, debido a la desmesurada codicia de los
papas; o tambin una campaa de los mismos papas para infundir en el pueblo espaol y en sus
monarcas las ideas de intolerancia y fanatismo de que ellos estaban animados.
Ludovico Pastor, autor de una monumental Historia de los Papas, escribe tambin a este
propsito: La ocasin para el restablecimiento de este tribunal...la dieron principalmente las
circunstancias de los judos espaoles. En ninguna parte de Europa haban causado tantos
disturbios el comercio sin conciencia y la usura ms despiadada de los judos como en la
pennsula Ibrica, tan ricamente bendecida por el cielo. De ah se originaron persecuciones de
los judos, en los cuales slo se les daba a elegir entre el bautismo o la muerte. De esta manera
se produjo bien pronto en Espaa un gran nmero de conversos en apariencia, los llamados
marranos que eran judos disfrazados y, por lo mismo, ms peligrosos que los abiertos...Las
97
Baste leer los testimonios de dos de aquellos cronistas, Bernldez y Pulgar.
98
Estas conversiones masivas de judos se debieron, en parte, a los esfuerzos realizados por san Vicente
Ferrer; y en parte, por las sangrientas persecuciones del pueblo contra ellos.
Historia de la Iglesia 109 P. Antonio Rivero, L. C.
cosas haban llegado ltimamente a tal extremo, que ya se trataba del ser o no ser de la catlica
Espaa99.
Vino despus el problema de los moriscos y casi al mismo tiempo que el de los herejes.
Las autoridades civiles, los eclesisticos y el mismo pueblo piden que se tomen medidas contra
ellos, por entender que eran un verdadero peligro para la sociedad. .
La inquisicin espaola nace, en consecuencia, como algo propio y nacional, que poco o
casi nada tiene que ver con la que ya exista en Europa desde principios del siglo XIII. Fue un
instrumento poltico, con matices religiosos y apoyado por la Iglesia, que desde el primer
momento qued en manos del Estado.
Para tener una idea adecuada sobre la inquisicin espaola es necesario conocer los
procedimientos que empleaba, pues contra ellos suelen dirigirse buena parte de las inculpaciones
de sus adversarios. El primer punto de controversia es el de las denuncias con que generalmente
se iniciaban los procesos inquisitoriales. Estas denuncias se recogan, sobre todo, como resultado
de la promulgacin de los edictos de fe, en los que se exponan los posibles errores doctrinales
cuando haba sospecha de que pudieran darse en algunas ciudades o en alguna regin, cargando
la conciencia de los cristianos para que denunciaran a los sospechosos. Otras denuncias venan o
bien de los mismos encarcelados para congraciarse con los jueces; o bien del espionaje, que de
modo especial ejercan los llamados familiares de la inquisicin.
Sobre las crceles de la inquisicin, ni eran tan lbregas, ni tan ttricas y oscuras, como
tantas veces se ha dicho, pues de los procesos consta que los reos lean en ellas y escriban
mucho. Eran relativamente moderadas, si se tienen presentes las que usaban los tribunales de
aquel tiempo.
99
Historia de los Papas, ed. Esp. (Buenos Aires-Barcelona, 1948-1960).
Historia de la Iglesia 110 P. Antonio Rivero, L. C.
Los puntos ms dbiles del proceso de la inquisicin eran el secreto de los testigos y el
sistema de defensa.
Respecto al secreto de los testigos, tantas veces impugnado por los adversarios de este
tribunal, debe advertirse que, si se admite el derecho del Estado y de la Iglesia para castigar a los
herejes, el secreto de los testigos se hizo en realidad necesario, pues la experiencia haba probado
que sin l nadie se arriesgaba a presentar denuncias, y resultaban intiles los esfuerzos de los
inquisidores. Por eso, ya en la Edad Media tuvo que introducirse. Con todo, en esto precisamente
estriba el punto ms dbil del sistema de defensa de la inquisicin. El mismo tribunal nombraba
a los abogados o letrados, por lo que el reo quedaba aparentemente sin defensa propia. Sin
embargo, por poco que se examinen los procesos de la inquisicin, puede verse la intensidad con
que trabajaba la defensa y cmo muchas veces obtena resultados favorables al reo. Haba
tambin testigos de abono, citados por el mismo reo, que no pocas veces influan en la marcha
del proceso.
Por lo que se refiere a las penas aplicadas por la inquisicin espaola, baste decir que no
hizo otra cosa que aplicar las leyes y las normas ya existentes y admitidas entonces por todos los
estados catlicos y con mayor causa cuando los herejes, adems de defender sus principios
religiosos, se unan y se rebelaban contra sus prncipes y seores. Es bien claro el hecho de los
hugonotes o protestantes franceses.
Las naciones cristianas tenan a los herejes como perturbadores pblicos y enemigos
suyos, y a su hereja como crimen contra el estado. Esto explica la solemnidad que se daba a
veces a su juicio y condena, como en los tan comentados Autos de fe que se celebraron en
Espaa.
100
P.e. Arias Montano, Francisco Snchez, el Brocense, el P. Mariana, Fray Luis de Len, san Juan de vila,
Fray Bartolom de Carranza, la misma santa Teresa de Jess...
Historia de la Iglesia 111 P. Antonio Rivero, L. C.
decirse que la verdadera cultura y el humanismo sano y ortodoxo nunca fueron objeto de
persecucin por parte de los inquisidores.
Hubo ciertamente exageraciones. As consta que las hubo en los primeros aos de su
actuacin, a partir de 1481, en el tribunal de Sevilla y otros tribunales. Asimismo hubo
partidismo y apasionamiento en algunos inquisidores y en algunos grandes procesos, como el del
arzobispo de Toledo Bartolom de Carranza, en la segunda mitad del siglo XVI. Se trata en estos
casos de deficiencias humanas, como las ha habido siempre en todas las instituciones en las que
toman parte los hombres, incluso en las ms elevadas, como el episcopado y el pontificado
romano.
Por otra parte, lo mismo que ocurri con la expulsin de los judos, tampoco se
consiguieron con ella grandes resultados. Sigui habiendo herejes, y personas que mantenan
ideas desviacionistas; y la represin inquisitorial que se llev, por ejemplo, en Flandes, lo nico
que hizo fue provocar el odio a la religin catlica, aislar a Espaa de las dems naciones y
avivar el ansia de independencia en aquellos pases.
Por otra parte, ellos estaban convencidos de que, acabando con la hereja, evitaban una
posible guerra civil y se hacan fuertes para rechazar los posibles ataques de turcos y
protestantes. El pueblo llano era a veces ms intolerante que los mismos inquisidores, como
dijimos ya anteriormente.
Termino esta parte con el juicio de un estudioso: Poco justifica considerar al tribunal
puramente como un instrumento de la intolerancia fantica y por tanto hemos de estudiar a la
inquisicin no como un mero captulo de la historia de la intolerancia, sino como una fase de
desarrollo social y religioso de Espaa...La intolerancia de la inquisicin espaola tiene un
significado slo si se la relaciona con factores histricos mucho ms amplios y complejos, de los
que no siempre fue el ms destacado o importante la solucin del problema religioso...101.
Otra orden fue la de la Merced, fundada por san Pedro Nolasco en 1218, por san
Raimundo de Peafort y Jaime I el conquistador. Su fin: rescatar de los moros a los cristianos
cautivos. Fueron aprobados en 1235.
101
Henry Kamen, La Inquisicin espaola, tercera edicin espaola (Barcelona, Crtica, 1979), p. 305.
Historia de la Iglesia 112 P. Antonio Rivero, L. C.
Tambin es bueno recordar que desde el siglo XII ermitaos latinos vivan en el Monte
Carmelo, situado en Palestina. Entre 1205 y 1214 redactaron una regla de vida. El papa Honorio
III en 1226 confirm la orden llamada de los Carmelitas; pero fue Inocencio IV en 1247 el que la
aprob. Su influencia en la iglesia llega a grado elevadsimo en el siglo XVI, con santa Teresa de
vila y san Juan de la Cruz. Hacia 1238 emigraron a occidente. Su primer prior fue Simn
Stock. Introdujeron el uso del escapulario.
Hasta el siglo XIII san Agustn era el alma de los estudios teolgicos, siguiendo la
corriente platnica. Desde este siglo, surgi otra corriente, la aristotlica. Resucitaron a
Aristteles el rabe Averroes en el siglo XII y el judo Maimnides. Ms tarde, san
Buenaventura, san Alberto Magno y santo Toms de Aquino bautizaron a Aristteles.
Pero fue santo Toms el titn que supo armonizar la filosofa de Aristteles con el
pensamiento cristiano. En un inicio recayeron sobre las obras de santo Toms diversas
prohibiciones. Posteriormente, su filosofa y teologa fueron consideradas como oficiales en la
Iglesia. Las obras ms importantes de santo Toms fueron: La Suma contra los Gentiles, una
apologtica frente a la filosofa musulmana; y la Suma Teolgica, magna enciclopedia del saber
Historia de la Iglesia 113 P. Antonio Rivero, L. C.
teolgico. Consta de tres partes: Dios, principio de todas las cosas; Dios, fin del hombre; Cristo,
camino de la salvacin.
La obra de santo Toms fue muy importante, pues las traducciones primeras que se
hicieron de Aristteles eran rabes, y estaban infectadas por graves impurezas debidas a la accin
de los transmisores y comentaristas rabes. Un Aristteles recibido por conducto de Averroes y
adobado de racionalismo y pantesmo averrosta, constitua un peligro considerable y es natural
que fuera mirado por la Iglesia con justificada aprensin. sa fue la razn por la que los tratados
de Aristteles sobre metafsica y ciencias naturales fueron prohibidos en la universidad de Pars.
Pero la invasin aristotlica era imposible de atajar y la Iglesia, en un realista cambio de
postura, estim acertadamente que poda intentarse algo mejor que rechazar a Aristteles:
cristianizarlo. Y aqu entr la labor de san Alberto Magno y su discpulo santo Toms de Aquino.
A santo Toms se le ha llamado Doctor Anglico. Fue una mente excepcional capaz de
realizar una sntesis doctrinal, destinada a perdurar a travs de los siglos. Parece increble cmo
santo Toms, en una vida corta que no alcanz los cincuenta aos, lograse coronar la obra
iniciada por Alberto y llevar a trmino la construccin de un aristotelismo cristiano.
Santo Toms dej una huella definitiva en la ciencia teolgica y estableci sobre bases
firmes los fundamentos de una concepcin catlica del mundo y de la existencia. Todava hoy la
iglesia, en su Cdigo de Derecho Cannico, prescribe que su doctrina sirva de gua segura para el
estudio de la filosofa y la teologa en todas las universidades eclesisticas.
CONCLUSIN
Sera impropio concebir los siglos de la cristiandad medieval como una poca urea,
animada por los ideales evanglicos. Aquellos tiempos estuvieron tambin llenos de miserias y
pecados personales, de desrdenes e injusticias. Pero resultara todava ms falso ignorar la
profunda impregnacin cristiana de la vida de los hombres y de las estructuras familiares y
sociales que entonces se produjo. Luces y sombras, como en toda empresa humana.
A finales de este siglo, el sistema doctrinal y poltico de la cristiandad hizo crisis con la
aparicin de un nuevo clima espiritual e ideolgico que prevaleci en Europa durante la Baja
Edad Media. El factor que de modo inmediato contribuy ms a aquella ruptura fue el
enfrentamiento entre pontificado e imperio, representados por los papas sucesores de Inocencio
III (1198-1216) y el emperador Federico II. La poca de la crisis se abri con el choque entre
Bonifacio VIII (1294-1303) y el rey de Francia, Felipe el Hermoso, en la bsqueda de la
primaca en cuanto a poder sobre los destinos de los hombres. Lo veremos en el prximo siglo.
Historia de la Iglesia 114 P. Antonio Rivero, L. C.
SIGLO XIV
INTRODUCCIN
Los soberanos discuten el papel del papa en el terreno poltico. Dentro mismo de la
Iglesia, las divisiones desembocan en un cisma y en la contestacin del poder papal. Las
desgracias de los tiempos y el malestar de las conciencias provocan una explosin del
pensamiento religioso y marcan el final de la unanimidad.
Sin embargo, este aspecto de decadencia no resume toda la vida de la Iglesia durante este
perodo. Se operan algunas transformaciones que anuncian una poca distinta. Son siglos
tambin de una profundizacin interior para un gran nmero de cristianos.
I. SUCESOS
Van naciendo, primero, las monarquas nacionales102, desligadas del papado. Los
prncipes rechazan las intervenciones del papa en sus reinos y afirman su autoridad en los
asuntos eclesisticos de sus dominios.
102
Sin embargo, la monarqua estaba limitada por asambleas que representaban a todos los grupos sociales en
el gobierno: parlamento en Inglaterra, cortes en Espaa, estados generales en Francia. El gobierno da las leyes y se
forman los ideales comunes de los pueblos, configurando las nacionalidades. La monarqua es de derecho divino y
se apoya fundamentalmente en un ejrcito permanente, en la organizacin de una fuerte burocracia y en la
diplomacia, que en estos aos nace.
Historia de la Iglesia 116 P. Antonio Rivero, L. C.
Ms tarde se dio otro conflicto entre el papa Juan XXII y Luis de Baviera, a quien el papa
no quera reconocer como emperador (1324). Todo desemboc en la designacin de un antipapa
y en la multiplicacin de escritos sobre los derechos respectivos de los papas y de los soberanos.
Independientemente de las polmicas y de las injurias, estos escritos proponen una reflexin
sobre la naturaleza respectiva del estado y de la iglesia.
Y surge tambin lo que se llama el nacimiento del espritu laico. El trmino laico no
significa antirreligioso; sino, persona que no es clrigo. Dos grandes afirmaciones caracterizan al
espritu laico: la independencia del estado en el terreno temporal, y la insistencia en definir la
iglesia como el conjunto de creyentes, sin limitarla a la institucin clerical.
Las consecuencias difieren segn los autores. Unos se contentan con afirmar una relativa
autonoma del estado y de la iglesia: cada uno constituye una sociedad que tiene su propia
soberana. Es lo que hoy aceptamos de buena gana. Pero Marsilio de Padua va mucho ms lejos:
slo el estado tiene la soberana; la Iglesia no es una sociedad, sino que est en el estado que
concede sus poderes a los clrigos y convoca los concilios. Es la teocracia al revs, el embrin de
un sistema totalitario.
Signo simblico de este espritu laico es la bula de oro de 1356, que excluye toda
intervencin del papa en la designacin del emperador de Alemania. Fue publicada por el
emperador Carlos IV de Luxemburgo. Pero este mismo emperador design, en cambio, siete
dignidades para que eligieran emperador: tres arzobispos, al rey de Bohemia, al duque de
Salonia, al margrave de Brandeburgo y al conde del Rhin. As el imperio se independiz del
papado. Estando los nimos tan exaltados y el papa un tanto temoroso por lo que estaba
aconteciendo, qu hizo el papa?
103
Felipe envi, por sorpresa, un escuadrn de 600 hombres armados, capitaneados por Nogaret y Sciarra
Colonna, y tomaron prisionero al papa. El papa, de setenta aos, ofreci su cabeza. Los ciudadanos de Anagni
reaccionaron y expulsaron a Nogaret y a Colonna. El papa fue llevado a Roma, pero falleci pocos das despus.
Anagni, en la historia de la Iglesia, viene a ser como el final de la Edad Media. En Anagni recibe golpe mortal, no el
poder poltico ni el militar del papado, que no lo tena, sino el prestigio moral. El golpe militaresco de Anagni no es
slo un sacrilegio y un crimen, es tambin un hito y un smbolo.
104
Pero no todo es negativo en Bonifacio VIII; dentro de la poca turbulenta que le toc vivir, tiene la gloria y
el mrito de instituir en 1300 el Ao Santo. Con tal motivo Roma fue visitada por muchsimos peregrinos.
Historia de la Iglesia 117 P. Antonio Rivero, L. C.
Causa del traslado a Avin: Por qu los papas fijaron su residencia en Francia?
Una causa fue la lucha fratricida en Italia entre los Orsini y los Colonna.Tambin
influy el deseo de alejarse de la rbita de los emperadores alemanes, pero cayeron
bajo el dominio del rey francs. Tambin en Roma haba clima de violencia y saqueo,
en el que peligraban la paz, la libertad y hasta la misma vida de los papas. En Avin
no haba anarqua, ni luchas callejeras, ni gelfos ni gibelinos, ni Orsinis ni Colonnas.
En Avin haba paz y buena administracin.
La cristiandad presionaba para que el papa volviera a Roma. El pueblo de Roma deseaba
vivamente que el nuevo papa fuese romano o cuando menos italiano, para evitar que quisiera
seguir en Avin.
Ese mismo ao, ese grupo de cardenales se reuni en la villa de Fondi y procedi a una
nueva eleccin: Clemente VII. Urbano VI envi tropas contra el nuevo elegido, que se salv
refugindose en Avin, y poniendo su sede en esa ciudad francesa. Empez as el cisma de
occidente que mantuvo la Iglesia dividida durante cuarenta aos, entre partidarios del papa de
Roma, Urbano VI, y partidarios del papa de Avin, Clemente VII. Dos papas! La indignacin
fue profunda entre los fieles que vean cmo sus pastores luchaban vergonzosamente por un
poder que se haba convertido slo en temporal y que consista nicamente en intereses
materiales.
Eran partidarios del papa de Roma: Italia, Alemania, Polonia, Inglaterra y Hungra; y los
partidarios del papa de Avin: Francia, Espaa, Portugal y otras partes de Europa. Era tal el
desconcierto y la incertidumbre de quin era el verdadero papa que incluso muchos espritus
profundamente religiosos, que obraban con indudable rectitud y sincero afn de fidelidad a la
Iglesia, estaban divididos: unos, acataban al papa de Avin, por ejemplo, san Vicente Ferrer; y
otros, obedecan al papa de Roma, por ejemplo, santa Catalina de Siena. Esto muestra hasta qu
punto el cisma haba sembrado la confusin en las conciencias de los fieles!
Urbano VI estableci que el Jubileo fuera en el ao 1390, pero no lleg a verlo porque
muri un ao antes. Nadie llor por l, de tan fuertes y numerosas que haban sido las
enemistades y las antipatas que l se haba creado. A Urbano VI le sucedi en Roma Bonifacio
IX, que intent hallar una solucin a la vergonzosa situacin que se haba creado en la Iglesia,
solicitando un acuerdo con el antipapa Clemente VII, que estaba en Avin. Pidi tambin la
intervencin del rey de Francia, Carlos VI, pero no obtuvo ningn resultado. Mientras tanto,
Clemente VII muri, y en su lugar fue elegido el espaol Pedro de Luna, que adopt el nombre
de Benedicto XIII. ste se revel an ms hostil que el anterior e igual de seguro de su propia
107
La eleccin recay sobre el cardenal Prignano, arzobispo de Bari, italiano. Pero resulta que no estaba en el
cnclave y mientras lo iban a buscar, el pueblo exasperado irrumpi con amenazas en el Vaticano. La gritera cre
tal confusin y temor en los conclavistas que, para salvar las vidas, no encontraron nada mejor salida que disfrazar
de papa al anciano cardenal Tibaldeschi, romano, que no dejaba de gritar: Yo no soy el papa, yo no soy el papa.
Mientras tanto haba llegado el elegido papa.
108
Se dio a la tarea de extirpar los excesos introducidos en las costumbres eclesisticas; pero lo hizo con
exacerbada brusquedad, pues tena un psimo carcter. Los mismos romanos que antes le eligieran comenzaron a
pedir otro papa.
Historia de la Iglesia 119 P. Antonio Rivero, L. C.
Bonifacio IX estableci y celebr en Roma el jubileo de 1400109, que movi una gran
cantidad de peregrinos, hasta el punto que provoc la peste que se difundi rpidamente. A pesar
de la gran reconciliacin propuesta por el jubileo, la discordia entre Roma y Avin sigui y se
recrudeci. Hay que imputar a Bonifacio IX, el papa de Roma, un comportamiento por lo menos
dudoso: utiliz las indulgencias y los beneficios eclesisticos para conseguir fuertes cantidades
de dinero que necesitaba, estableciendo tarifas muy elevadas y ofrecindolos sin tener en cuenta
las cualidades de las personas que se beneficiaban. Bonifacio IX muri a los 45 aos, no amado
por el pueblo que en dos ocasiones se le haba rebelado, y fue enterrado en san Pedro.
Este estado de cosas, la coexistencia de tres papas, dur desde 1409 hasta 1417, ao de la
conclusin del Concilio de Constanza que, confirmando las decisiones de Pisa, depondra a los
tres papas e impondra a Martn V110 , llamado cardenal Colonna. El nico que acept la decisin
del concilio fue Gregorio XII. Benedicto XIII sigui considerndose papa hasta la muerte; Juan
XXIII, al que se le consideraba peligroso, fue encarcelado y aislado en varios castillos alemanes,
de los que de todas maneras consigui fugarse. Acudi al nuevo Papa Martn V para pedir
proteccin, y ste se la concedi, y le permiti incluso sentarse en el sagrado colegio en un
109
Durante el jubileo, en Provenza, se afirm la secta de los blancos, una especie de cofrada, cuyos
miembros hombres y mujeres llevaban puestos capas y capuchas blancas, salan a las calles fustigndose y gritando
paz y misericordia.
110
Era el primer papa romano despus de tantos aos. Sin embargo su pontificado no fue fcil: tuvo que
afrontar y resolver algunos problemas importantes. En primer lugar una cuestin de carcter doctrinal, es decir, si el
concilio era superior al papa. Durante el concilio de Constanza haba apoyado esa tesis. Pero una vez papa cambi
de opinin: el papa era la suprema autoridad y por lo tanto superior al concilio, sobre todo en materia de fe y de
gobierno de la iglesia. Durante su pontificado se llev a cabo la aventura de Juana de Arco, a la que Martn hubiese
querido salvar de la hoguera. No lo consigui porque muri. Con l comenz la secretara apostlica, que hoy se
llama Secretara de Estado, una oficina cuya funcin es ayudar al papa en gobernar la iglesia universal, eslabn de
unin entre el pontfice y los varios ministerios de la curia romana. Impuso el hbito talar a los eclesisticos.
Historia de la Iglesia 120 P. Antonio Rivero, L. C.
escao ms alto que los dems. Juan XXIII muri poco despus. Gregorio XII, tras la renuncia,
se retir en Recanati donde muri en 1417.
Saco una conclusin obvia de este perodo triste de nuestra historia de la Iglesia. Un
imperio temporal hubiera sucumbido con todo este desbarajuste; sin embargo, el papado
demostr su indestructibilidad, porque est fundado sobre roca firme y la Iglesia es conducida y
guiada por el Espritu Santo, a travs de hombres y a pesar de los hombres de Iglesia.
Resumamos un poco la lista de los papas de este triste perodo de la Iglesia, para que as
pueda quedar todo un poco ms claro:
DESARROLLO
DEL CISMA DE OCCIDENTE (1378-1417)
Clemente V (1305-1316)
Juan XXII (1316-1334)
Benedicto XII (1334-1342)
Clemente VI (1342-1352)
Inocencio VI (1352-1362)
Roma Avin
Urbano VI (1378-1389)
Clemente VII 111 (1378) y se traslad a Avin Clemente VII (1378-1394)
Bonifacio IX (1389-1404) Benedicto XIII (1394-1417)
Inocencio VII (1404-1406)
Gregorio XII (1406-1415)
Felipe el Hermoso apres a los miembros de la orden y confisc sus bienes, codiciados
por muchos, en 1307. Lanzaba contra los templarios la calumnia de idolatra, hereja e
inmoralidad. La verdadera causa por la que el rey Felipe quera suprimir esta orden era porque
posea inmensas riquezas que empleaba en obras de beneficencia, pero que el rey ambicionaba.
Para intimidar al papa, le present las confesiones de los reos, arrancadas bajo tormento. En el
concilio de Viena (1311) el papa Clemente V suprimi esta orden por miedo al rey Felipe.
Proveniente de Asia (Constantinopla) en 1347, una mortfera peste azot a Europa entera.
Muchedumbres enormes perecieron. Por falta de medicamentos, la gente hua despavorida y en
su peregrinaje arrasaba cuanto encontraba. El hambre y la miseria reinaron inmisericordes. Se
vino abajo la vida universitaria y la monacal. Slo hasta el ao 1350 Europa empez a emerger
de las ruinas.
La peste negra de 1348 fue una catstrofe de tal magnitud que se alter sustancialmente la
situacin demogrfica, con considerables repercusiones en los rdenes econmico y social. En
esta peste y en otras ms que en poco tiempo se sucedieron, pereci una buena parte de la
poblacin europea, y esta dramtica experiencia influy de manera visible en la sensibilidad de
las gentes.
Por aquel tiempo, el tema de la muerte estuvo como nunca presente en la literatura, en el
arte, en la vida espiritual. Pisa levant entonces el gran monumento a los muertos, su maravilloso
Campo Santo, cuyos muros se cubrieron con los frescos de la danza de la muerte, un tema que
los artistas reproduciran mil veces y que cantaran los poetas en todas las lenguas. La muerte de
la danza era una muerte despiadada, en la que se pint con tremendo realismo el espectculo
de miseria que acompaaba a las grandes epidemias de la poca.
Historia de la Iglesia 122 P. Antonio Rivero, L. C.
Hastiados de los males que afligan los tiempos, muchos hombres despreciaron la vida
mundana y, en un intento anlogo al movimiento eremtico de los primeros siglos, decidieron
buscar solamente a Dios en la intimidad del alma.
Guas de esta renovacin fueron el maestro Eckart (1327), gran pedagogo y pastor de
almas, el beato Enrique Suso, dominico que ejerci un profundo influjo religioso, y Juan
Taulero, famoso predicador y hombre de consejo. Almas privilegiadas por dones msticos fueron
las santas antes nombradas: santa Brgida de Suecia y Catalina de Siena, sta, doctora de la
Iglesia, as como Raimundo de Lulio, poeta, novelista, filsofo, telogo, mstico y hombre de
grandes ilusiones misioneras. Fund la primera escuela de lenguas orientales. Su libro LAmic i
lAmat (El Amigo y el amado) ejerci notable influencia en la mstica. Su Ars Magna intent
organizar las ciencias. Muri mrtir en 1316.
El nmero de las universidades aument despus del lapso de la peste negra. Pero la
escolstica decay por falta de creatividad, y por el afn de disputar sobre cuestiones vanas y
sutiles.
Qu reyes inervinieron en esta guerra que durante un siglo enfrent a dos naciones
cristianas? Por parte de Inglaterra: Eduardo III, Ricardo II, Enrique IV, V y VI. Por parte de
Francia: Felipe VI, Juan II, Carlos V, VI y VII.
La ocasin prxima de esta guerra fue la pretensin de Enrique III, rey de Inglaterra y
duque de Aquitania, de suceder en el trono francs a Carlos IV. Pero esa pretensin chocaba con
los derechos de Felipe de Valois, coronado en Francia con el nombre de Felipe VI. Enrique
invadi el norte de Francia y venci en diversas ocasiones el ejrcito enemigo. Pero Francia,
gracias a la estrategia de su nuevo rey, Carlos V, logr recuperar la mayor parte de los territorios
invadidos.
La segunda parte de esta sangrienta guerra (1414-1453) se vio marcada por una nueva
invasin inglesa. El nuevo rey ingls, Enrique V, se aprovech de las divisiones internas del
reino de Francia, pues cont con el apoyo de los borgoones. Pero en 1429 el ejrcito francs,
alentado por Juana de Arco, logr romper el cerco y ganar la batalla de Patay. La doncella de
Orlens, exhort al delfn, el futuro Carlos VII, a no ceder ante los ingleses e, incluso consigui
que la pusiera al frente de un gran ejrcito para continuar la lucha contra los invasores 112. Fue
112
He aqu las principales etapas de su vida que dejaron atnito a todo el mundo. Supo granjearse las simpatas
del delfn de Francia, susceptible y ablico; logr la liberacin de Orlens, que desde largos meses los ingleses
tenan asediada; porfiadamente impuls la consagracin del rey en Reims; por los avatares de la guerra fue hecha
prisionera en la defensa de Compigne y ms adelante , con una farsa judicial, condenada a la hoguera en Run.
Comenz su aventura a los 17 aos y muri a los 19 aos y meses, vctima de su herosmo. Muri en la hoguera,
despus de haber sido traicionada y vendida a los ms soeces intereses polticos. Juana representa la encarnacin del
alma inmortal de Francia.
Historia de la Iglesia 123 P. Antonio Rivero, L. C.
canonizada en 1920. Para dar un breve juicio de las hazaas de santa Juana de Arca quiero seguir
a Fray Contardo Miglioranza: El dedo de Dios estaba en Juana de Arco, quien desde los trece
aos comenz a recibir los primeros mensajes y a los diecisiete, inici su fulgurante misin.
Qu buscaban los jueces, que eran todos eclesisticos, al sentenciar a Juana a la muerte,
y muerte de hoguera? Estaban al servicio de la justicia o de la poltica ocupacionista inglesa?
Todos estn acordes en afirmar que fue un juicio inicuo, porque Juana de Arco nunca fue
ni bruja ni hereje, motivos por los que la condenaran. En realidad, a quien buscaban atacar y
humillar era al rey Carlos VII, a quien Juana haba hecho consagrar en Reims. Era, pues, un
planteo religioso o poltico? Era un pretexto religioso para sostener una tesis poltica. Cuntos
intereses inconfesables hubo detrs de ese juicio que entristece profundamente nuestra
conciencia! Juana de Arco es la nica persona en la historia que sufri tres procesos: proceso de
condenacin, proceso de rehabilitacin y proceso de canonizacin. Esos procesos no slo
representan distintos momentos de la vida de Juana, sino que son otros tantos smbolos de
inmenso valor para toda la humanidad. Cuntas incomprensiones, atropellos, calumnias,
injusticias hay en el mundo! Es necesario que llegue la hora de la verdad, cuando Dios d a cada
uno lo suyo.
Ciertamente la curia en Avin fue muy eficaz. Pero cay en una evidente voracidad
tributaria. En su fiebre recaudatoria lleg hasta el extremo de exigir a los herederos las tasas
adeudadas por beneficiarios ya difuntos, y a imponer penas cannicas para forzar el pago de los
morosos.
Otros plaga de esta poca fue el ausentismo de muchos eclesisticos. Buscaban ser
titulares de obispados, abadas y otras instituciones, para recibir sus beneficios, pero sin
presentarse en ellos ms que espordicamente. Preferan estar en las cortes reales o en la curia
pontificia, donde las posiblidades de enriquecimiento y de influjo eran numerosas. Incluso se
daba la acumulacin de ttulos y beneficios.
Historia de la Iglesia 124 P. Antonio Rivero, L. C.
Otra nota negativa de esa poca fue el modo como fue suprimida la orden de los
templarios. Fue un escndalo y pesa como una losa sobre la memoria del papa Clemente V.
Convoc el concilio de Vienne113 para resolver el asunto, pero como las presiones del rey Felipe
fueron en aumento, claudic y suprimi la orden en 1312, hecho del que se arrepinti hasta su
muerte en 1314.
Pero a pesar de todo, Dios mand a dos santas, santa Brgida de Suecia y a santa Catalina
de Siena que le recordaban al papa su deber como Pastor universal y le urgan volver a Roma,
donde estaba el centro de la Cristiandad.
Por qu sucedi el cisma? Slo Dios permiti esta tremenda crisis en la Iglesia para
demostrar que a pesar de todo l segua conduciendo la barca de Pedro a buen trmino. Fallan
los hombres, pero no la Iglesia. La Iglesia es santa porque su fundador, Cristo, es santo. La
Iglesia sigue adelante, a pesar de todos los avatares.
...Contemplando
cmo se pasa la vida,
cmo se viene la muerte,
tan callando...114
En un tiempo en que la muerte estaba de moda, como vimos, su recuerdo apareca lleno
de enseanzas provechosas para el cristiano. Y la Iglesia aprovech para predicar a fondo sobre
las realidades ltimas, las verdades eternas, lo que tambin llamamos novsimos. Una leccin
de la verdadera sabidura, de justa valoracin de la vida terrena podra aprenderse en este tiempo.
As los expres Jorge Manrique en las Coplas a la muerte de su padre. La muerte llega a todos.
La muerte la gran niveladora:
Por esta poca la iglesia incorpor a la liturgia de difuntos la secuencia Dies irae (el
Da de la ira), de Toms de Celano, y se popularizaron las artes moriendi artes de bien morir-,
para uso de los fieles cristianos.
La experiencia de la peste y de la muerte fue aprovechada por la Iglesia para inculcar una
ms profunda religiosidad en el pueblo cristiano. El resultado de todo esto fue una piedad ms
113
Este concilio tambin atendi la divisin que se haba producido entre los franciscanos, deseosos unos de
ellos de que se siguiera la interpretacin estricta de la pobreza estipulada por el fundador; a stos se les llam
espirituales; a los otros, conventuales. Hubo papas que se inclinaron ms por los espirituales, por ejemplo, Celestino
V; y otros por los conventuales, por ejemplo, Clemente V y Juan XXII. Decret adems dicho concilio la exencin
de las rdenes respecto de los obispos, reglament los procesos de la inquisicin e intent la reforma de costumbres.
114
Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique
Historia de la Iglesia 125 P. Antonio Rivero, L. C.
interior, una devocin ms sentida, una mayor sensibilidad ante los misterios de la pasin y
muerte de Cristo.
La Iglesia mir con inters este resurgir mstico, pero tambin estaba atenta a las posibles
desviaciones.
Recordemos que desde el siglo XIII y XIV se haban venido fraguando dos grandes
escuelas de espiritualidad: la franciscana, de influjo agustiniano, una espiritualidad afectiva y
prctica, en la que la ciencia estaba hermanada con el ardor serfico. Exponentes de esta escuela
fueron san Buenaventura, santa ngela de Foligno, el beato Raimundo Llull, Juan Duns Escoto,
san Antonio de Padua, san Bernardino de Siena, san Juan de Capistrano. La segunda escuela fue
la de los dominicos, de influjo aristotlico, que era una espiritualidad ms especulativa y docta,
construida sobre la teologa. Pertenecieron a ella el telogo y mstico Johannes Eckhart 115 y
Taulero.
Hacia finales del siglo XIV se advierte una reaccin contra la espiritualidad especulativa,
y una bsqueda de una espiritualidad ms afectiva y sencilla. Ms que especular sobre la unin
con Dios, se senta el deseo de vivirla. Deca Toms de Kempis en su libro La imitacin de
Cristo: Qu te aprovecha disputar altas cosas de la Trinidad, si careces de humildad por
donde desagradas a la misma Trinidad? Por cierto, las palabras subidas no hacen santo ni
justo; mas la virtuosa vida hace al hombre amable a Dios. Ms deseo sentir la compuncin que
saber su definicin...Oh, si tanta diligencia pusiesen en extirpar los vicios y sembrar virtudes
como en mover cuestiones, no se haran tantos males y escndalos en el pueblo, ni habra tanta
disolucin en los monasterios! (Imitacin de Cristo, cap. I y III).
Groot funda los Hermanos de la Vida Comn, a quienes no pide votos, sino santidad en
medio del mundo, castidad, obediencia y trabajo para ganarse el sustento, sobre todo con la
transcripcin de manuscritos.
Los puntales de esta devocin moderna son stos: la vida interior y los ejercicios
piadosos (oracin, meditacin, examen diario, lecturas), la vida comn y las obras de celo que
deben acompaar a la devocin interna. Y las caractersticas principales son: desprecio de la
115
De hecho, algunas proposiciones del maestro Eckhart tienen sabor pantesta, y por eso fueron condenadas
despus de su muerte
Historia de la Iglesia 126 P. Antonio Rivero, L. C.
La Iglesia vio, al inicio, con buenos ojos que esta corriente tratara de conducir a las almas
al encuentro de la Sabidura divina, a travs del camino de la Santa Humanidad y de la Pasin de
Jesucristo, fomentando el espritu de oracin y meditacin. Esta corriente se difundi por
Alemania y otros pases, sobre todo en monasterios y conventos de religiosas.
Tambin la iglesia debe mucho a estos maestros del espritu por invitar a la oracin
personal adems de la litrgica-. Esa oracin personal iba dirigida a la bsqueda personal de la
perfeccin, adiestraba en los ejercicios piadosos y sostena en la lucha interior, indispensable
para alcanzar las metas propias de la vida cristiana. De este tiempo es La imitacin de Cristo
de Toms de Kempis116, un libro que nos ensea a practicar el desprendimiento de las criaturas,
para poder encontrar a Cristo mediante la vida interior, poder seguirle por el camino real de la
santa cruz, y saborearle en la eucarista.
Por alguna de las notas de esta devocin moderna no pocos protestantes han querido
ver en ella un movimiento precursor del protestantismo. Pero hemos de decir que esta
espiritualidad, aunque haya podido tener exageraciones, hunde sus races en la tradicin de la
Iglesia. El individualismo que puede darse en esta espiritualidad no es antijerrquico, ni su amor
a la Escritura niega la tradicin. Adems la abnegacin, mortificacin, humildad y obediencia
que fomenta esta espiritualidad se aleja mucho del espritu de Lutero. La asctica de esta
devocin es una asctica que, supuesta la gracia, hace trabajar a la voluntad para vencer los
malos hbitos.
CONCLUSIN
Este siglo no debe descorazonarnos por todo el cisma ocurrido. Tenemos que confiar en la
palabra de Cristo: Las puertas del infierno no prevalecern contra la iglesia...Yo estoy con
vosotros hasta el fin del mundo.
De la bula Unam Sanctam (1302) transcribo este prrafo: La iglesia, una y nica, no
tiene ms que un cuerpo, una cabeza, no dos cabezas como si fuera un monstruo: es Cristo y
Pedro, vicario de Cristo, y el sucesor de Pedro...La autoridad temporal tiene que estar sometida
a la autoridad espiritual...Si el poder terreno se desva, ser juzgado por el poder espiritual;
pero si el poder espiritual inferior se desva, lo ser por el poder superior. Si el poder supremo
se desva, slo Dios podr juzgarlo y no el hombre...Esta autoridad, aunque se le haya dado a
un hombre y la ejerza un hombre, no es del hombre, sino de Dios. Se le dio a Pedro por boca de
Dios...En consecuencia, declaramos, decimos y pronunciamos que es absolutamente necesario
para la salvacin de toda criatura humana estar sometida al pontfice romano.
sede de Pedro. Como vicario de Jess, tenis que recobrar vuestra propia sede. Venid sin temor,
porque Dios estar a vuestro lado. No esperis a que llegue el tiempo, porque el tiempo no
aguarda. Responded al Espritu Santo. Venid como cordero, que con su mano desarmada
derriba a sus enemigos sirvindose de las armas del amor. Tened nimos; salvad a la iglesia de
la divisin y de la iniquidad; los lobos vendrn a vuestro seno a pediros misericordia...Venid
como hombre animoso y sin miedo; y, sobre todo, guardaos mucho, por amor de la vida, de
venir rodeado de aparato militar; venid ms bien con la cruz en la mano como manso cordero.
Historia de la Iglesia 128 P. Antonio Rivero, L. C.
SIGLO XV
INTRODUCCIN
Despus del cautiverio de Avin y del cisma de Occidente, la Iglesia sufra en toda
Europa una crisis de credibilidad. Esta crisis se ahond todava ms por las fuertes convulsiones
polticas, sociales y econmicas de estos siglos. Ante el desprestigio del sacerdocio, la
mentalidad religiosa se orient a buscar un contacto ms directo con Dios. Es lo que hablamos en
el siglo anterior sobre la devocin moderna. Aqu est, segn algunos, el preludio de la
reforma protestante de Lutero, pero slo en algunos puntos que a l le convenan.
En general, la formacin del clero era muy deficiente y, en algunos casos, exista una
marcada corrupcin. Algunos obispos actuaban ms como seores feudales que como pastores de
la Iglesia. La necesidad de una reforma era inminente. Se pens que el concilio de Constanza la
iniciara, pero apenas hizo algo al respecto.
I. SUCESOS
En este clima de desconcierto general en la Iglesia, brot la hereja husita, iniciada por
Juan Huss, por influjo del ingls Wycleff117, resumida en estos puntos:
117
Negaba la transubstanciacin eucarstica, el primado del papa.
118
Estas son las ltimas palabras de Huss en la hoguera de Costanza: Dios es testigo de que jams he
enseado ni predicado lo que se me atribuye por la deposicin de falsos testigos. Mi primera intencin en mi
predicacin y todos mis actos ha sido la de arrancar a los hombres del pecado. Estoy dispuesto a morir con gozo en
la verdad del evangelio, que he escrito, enseado y predicado segn la tradicin de los santos doctores (6 julio de
1415).
Historia de la Iglesia 129 P. Antonio Rivero, L. C.
Por otra parte, la creciente amenaza turca impulsaba a los gobernantes bizantinos a buscar
un apoyo en la Cristiandad occidental, e inclinaba su nimo hacia la causa de la unin
eclesistica.
Entre tanto, los turcos que por conveniencia poltica haban combatido la unin en las
iglesias sujetas a su dominio, ocupaban la mayor parte de los territorios bizantinos y amenazaban
de cerca de Constantinopla. Muerto el emperador Juan, su hermano y sucesor Constantino XI
decidi promulgar el decreto de unin. La unin, concluida en Florencia, fue solemnemente
proclamada en la catedral de santa Sofa, el 12 de diciembre de 1452, en presencia del
emperador, del legado papal y del patriarca bizantino.
La reaccin fue un violento tumulto iniciado por el clero y los monjes, que lanzaron el
grito de guerra, ardorosamente coreado por las turbas: Reine sobre Constantinopla el turbante
de los turcos, antes que la mitra de los latinos!.
a la historia. Mosc recoga la herencia como tercera Roma (1461). Un concilio ruso proclam
en 1448 la autonoma de la iglesia rusa, eligiendo al metropolita de Mosc.
El siglo XVI presenciar horrorizado los siguientes avances turcos, hasta que sern
detenidos en la batalla de Lepanto.
Contra estos vicios alz la voz Jernimo Savonarola, dominico, predicador de fuego.
Alejandro VI intent conquistarle y ponerle de su parte; pero no lo consigui. Por tanto, prohibi
a fray Jernimo que predicara. l desobedeci, alegando, como Huss, que obedeca los designios
de Dios. El Papa Alejandro VI lo excomulg. Termin tristemente en la hoguera en 1498, en
Florencia.
Otro dominico, espaol, Vicente Ferrer, mostr tambin, pero con ms respeto, ansia de
reformar las costumbres en la Iglesia, a la que con todos sus defectos, tuvo una firme adhesin.
Son famosos sus sermones y tratados de vida espiritual. El franciscano san Juan de Capistrano
levant el alma de Hungra y a caballo crucifijo en mano- defini la derrota del Islam, que
amenazaba Europa. San Bernardino de Siena franciscano- con su predicacin y vida santa
sostuvo a las comunidades y pueblos italianos en su fe.
1492 fue un ao muy importante para Espaa y Portugal. Fueron expulsados los moros,
se casaron los reyes catlicos que tanto empujaron la causa catlica, Coln descubri Amrica,
naci Ignacio de Loyola, el cardenal Cisneros reform la vida espiritual de Espaa y fund la
universidad de Alcal de Henares.
a) Los hechos:
En 1493 Coln regresa a Espaa. Desembarca en Barcelona y se entrevista con los reyes
en el mes de abril. El 25 de septiembre parten de Cdiz 17 nuevas carabelas, las cuales
transportan al Nuevo Mundo 1.500 hombres con instrucciones para la evangelizacin, comercio
y colonizacin de estas tierras. Es el segundo viaje de Coln. Se funda la primera ciudad,
llamada Isabela en honor de la Reina Catlica, entre las ruinas del fuerte Navidad, destruido por
los indios. Realizan viajes a Cuba que Coln cree ser la India- y a Jamaica; vuelven a Santo
Domingo, entonces llamada La Espaola, donde el gobierno de Cristbal Coln produce
descontento. Se plantea el problema de la esclavitud indgena.
119
El medio providencial para el encuentro de Coln y la reina Isabel fueron unos humildes y cultos
franciscanos de la Rbida, junto a Palos de la Frontera (Huelva, en Andaluca). El superior del convento era fray
Juan Prez, antiguo confesor de la reina Isabel la Catlica. Fueron los franciscanos quienes facilitaron a Coln el
encuentro con la reina, y quienes le apoyaron despus en las arduas discusiones con los doctores de Salamanca y con
los funcionarios del rey. Finalmente el 17 de abril de 1492, tras varios aos de tenaces gestiones, se formularon las
Capitulaciones de Santa Fe, en las que se determinaron las condiciones de la expedicin en la que Coln iba a
descubrir un Mundo Nuevo.
120
No eran todos angelitos, pero eran sin duda hombres de fe, gente cristiana, pueblo sencillo. As, por
ejemplo, solan rezar o cantar cada da la Salve Regina, con otras coplas y prosas devotas que contenan alabanzas
de Dios y de Nuestra Seora, segn la costumbre de los marineros. As lo cuenta en su diario el mismo Coln.
121
Juan Pablo II, Viaje apostlico a la Repblica dominicana, 25 de enero de 1979.
Historia de la Iglesia 132 P. Antonio Rivero, L. C.
En 1498, 30 de mayo, Coln realiza su tercer viaje 122 al Nuevo Mundo. Salen de Sevilla
y Sanlcar seis carabelas, que siguen dos rutas: una va hacia La Espaola y la otra hacia el
Sudoeste. Descubrimiento de Trinidad y de la desembocadura del Orinoco. En el mes de agosto
llegan a distintos puntos del continente, que Coln sigue creyendo ser las Indias orientales.
En 1500 el portugus Pedro lvarez Cabral descubre el Brasil, al tiempo que Vicente Y.
Pinzn llega a su costa nordeste y a las bocas del Amazonas. Juan de la Cosa traza el primer
mapa de las tierras exploradas. Tras su regreso a La Espaola, Roldn encabeza una sublevacin
contra Coln. Bobadilla es enviado a esta isla por los reyes con plenos poderes, y procesa a
Coln, que es enviado a Espaa en calidad de preso. Esto conlleva la supresin de sus
privilegios, salvo los ttulos de Virrey y Almirante.
1505-1508: en las juntas de Toro y Burgos, en las que participan, entre otros, Amrico
Vespucio y los hermanos Pinzn, se estudia la posibilidad de hallar un paso a travs del
continente que conduzca a las Indias orientales. Igualmente, se crea el puesto de Piloto Mayor,
para el que es nombrado el afamado marinero italiano Amrico Vespucio. Cristbal Coln muere
en Valladolid, el 20 de mayo de 1506, pobre y olvidado.
1515: Expediciones de Juan Daz Sols por las costas uruguayas el ro de la Plata. Se
busca un paso entre los ocanos Atlntico y Pacfico. Retroceso de los conquistadores ante los
valientes y decididos ataques de los indios.
122
Coln se senta elegido para esta misin, aunque se reconoca gran pecador. Al terminar su tercer viaje,
comienza su relacin a los Reyes diciendo: La Santa Trinidad movi a Vuestras Altezas a esta empresa de las
Indias y por su infinita bondad hizo a m mensajero de ellos. No se puede negar que Coln era un cristiano muy
sincero, profundamente religioso. El padre Bartolom de las Casas dice de l que en las cosas de la religin
cristiana sin duda era catlico y de mucha devocin.
Historia de la Iglesia 133 P. Antonio Rivero, L. C.
1518: Diego Velzquez confa a Hernn Corts el mando de una expedicin cuyo
objetivo lejano es la conquista del Imperio azteca. El conquistador extremeo parte de la ciudad
de Santiago en el mes de noviembre, antes de la fecha prevista, con 11 barcos y 700 hombres.
1521: Hernn Corts, nombrado capital general, somete todo el Imperio azteca y realiza
expediciones a Yucatn y Honduras, que son anexionadas a Nueva Espaa: Carlos V implanta
una slida organizacin administrativa en estos territorios.
1525: Francisco Pizarro y Diego de Almagro emprenden dos viajes con un triple objetivo
descubridor: extender los lmites conocidos, buscar la unin de los dos ocanos y enriquecerse
con las cabalgadas, acompaadas de saqueros y razzias.
1529: Pizarro se traslada a Espaa, donde es recibido por Carlos V, que le nombra
gobernador, capitn general, adelantado y alguacil mayor, y se le concede la hidalgua. El rey
firma la capitulacin de la conquista de Per, sometida finalmente.
1537-1538: Las expediciones de Sols por el ro de la Plata atraen el inters hacia aquella
regin. As, Pedro de Mendoza inicia la exploracin del territorio.
1557: Termina la difcil conquista de Chile: el valor de los araucanos es cantado por
Ercilla en La Araucana. El perodo de conquista puede considerarse terminado.
123
Recojo este juicio, parte del libro Hechos de los apstoles de Amrica, de Jos Mara Iraburu, fundacin
Gratis Date, 1999, Pamplona; y parte tambin del libro Historia de la Iglesia de Francisco Martn, ediciones
Palabra, volumen II, 2000, Madrid.
Historia de la Iglesia 134 P. Antonio Rivero, L. C.
El mundo indgena americano, al encontrarse con el mundo cristiano que le viene del otro
lado del mar, es, en un cierto sentido, un mundo indeciblemente arcaico, cinco mil aos ms
viejo que el europeo. Sus cientos de variedades culturales, todas sumamente primitivas, slo
hubieran podido subsistir precariamente en el absoluto aislamiento de unas reservas. Pero en un
encuentro intercultural profundo y estable, como fue el caso de la Amrica hispana, el proceso
era necesario: lo nuevo enriqueci a lo antiguo.
Muchas de las modalidades culturales de las Indias, puestas al contacto con el nuevo
mundo europeo y cristiano, vinieron enriquecidas; por ejemplo, cerbatanas y hondas, arcos, poco
a poco, dejan de fabricarse, ante el poder increble de las armas de fuego que permiten a los
hombres lanzar rayos. Las flautas, hechas quiz con huesos de enemigos difuntos, y los dems
instrumentos musicales, quedan olvidados en un rincn ante la selva sonora de un rgano o ante
el clamor restallante de la trompeta. El mismo arte pictrico vino enriquecido al conocer el
milagro de la escritura, de la imprenta, de los libros. Los vestidos, el cultivo de los campos con
los arados y los animales de traccin, antes desconocidos. Esto en el campo material. Y en el
campo espiritual? Europa ofrece al mundo indgena la verdad del matrimonio monogmico y el
monotesmo.
Por el diario de Coln podemos colegir que el objetivo primero del descubrimiento era
hacer cristianos124, y el segundo hallar oro: As que deben Vuestras Altezas125 determinarse a los
hacer cristianos, que creo que si comienzan, en poco tiempo acabarn de los haber convertido a
124
En todas las partes, islas y tierras donde entraba dejaba siempre puesta una cruz, y cuando era posible
una muy grande y alta cruz (I Viaje, 16 noviembre). Las colocan con toda conciencia, en seal que Vuestras
Altezas tienen la tierra por suya, y principalmente por seal de Jesucristo Nuestro Seor y honra de la
Cristiandad (12 diciembre). Y as en todas las tierras adonde los navos de Vuestras Altezas van y en todo cabo,
mando plantar una alta cruz, y a toda la gente que hallo notifico el estado de Vuestras Altezas y cmo tenis
asiento en Espaa, y les digo de nuestra santa fe todo lo que yo puedo, y de la creencia de la santa madre Iglesia,
la cual tiene sus miembros en todo el mundo, y les digo la nobleza de todos los cristianos, y la fe que en la santa
Trinidad tienen (III Viaje).
125
Refirindose a los reyes catlicos, Isabel y Fernando.
Historia de la Iglesia 135 P. Antonio Rivero, L. C.
nuestra santa fe multidumbre de pueblos, y cobrando grandes seoros y riquezas, y todos sus
pueblos de la Espaa, porque sin duda es en estas tierras grandsima suma de oro, que no sin
causa dicen estos indios que yo traigo, que hay en estas islas lugares adonde cavan el oro y la
traen al pescuezo, a las orejas y a los brazos.
Evangelio y oro no son en el siglo XVI cosas contrapuestas, o al menos pueden no serlo.
Esto, nosotros no acabamos de entenderlo. Coln confes de todo corazn: El oro es
excelentsimo; del oro, se hace tesoro, y con l, quien lo tiene, hace cuanto quiere en el mundo, y
llega a que echa las nimas al Paraso (IV Viaje). En esta declaracin, muy enraizada en el
siglo XVI hispano, la pasin por el oro no se orienta ante todo, como hoy suele ser ms
frecuente, a la vanidad y la seguridad, o al placer y la buena vida, sino que pretende, ms que
todo eso, la accin fuerte en el mundo y la finalidad religiosa.
Correspondi a Coln y a sus compaeros dar nombre a las tierras que fueron
descubriendo, como Adn en el Paraso, en seal de dominio, de un dominio ejercido desde el
principio En el nombre de Cristo y de los catlicos Reyes. Y pone nombres cristianos: San
Salvador, santa Mara de Concepcin, Isla Santa, Isla de Gracia, cabo de Gracias a Dios, islas de
la Concepcin, la Asuncin, Santo Domingo, santa Catalina. El primer asentamiento espaol
fundado en tierra americana fue el llamado fuerte de la Navidad. Y a las aguas de ciertas islas
psoles nombre la mar de Nuestra Seora. Este bautismo cristiano de las tierras nuevas fue
costumbre unnime de los descubridores espaoles y portugueses. Ellos hicieron con Amrica lo
mismo que los padres cristianos, que hacen la seal de la cruz sobre su hijo recin nacido, ya
antes de que sea bautizado.
Tambin fue Coln quien sola enviar al escribano para que no consintiese hacer a los
dems cosas indebidas a los indios. Al ver a los indios tan francos, no permiti que los espaoles
recibieran cosa alguna sin que se devolviera algo en pago a los indios.
y moradores de las dichas islas y tierra firma, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en
sus personas ni bienes, mas manden que sean bien y justamente tratados y, si algn agravio han
recibido, lo remedien.
Aceptaron los monarcas el compromiso y desde entonces ellos y sus sucesores, por razn
del Patronato regio que haban conseguido de los Papas, se hicieron cargo de los gastos que
supuso el envo de misioneros, la creacin de nuevas dicesis, dotacin de cabildos, construccin
de iglesias y catedrales, mantenimiento de parroquias, seminarios, escuelas y conventos, y todo
lo que supona llevar a cabo la obra misionera.
La conquista se realiz con una gran rapidez, en unos veinticinco aos (1518-1555) 127.
No fue tanto una conquista de armas, sino una conquista de seduccin. Seduccin de lo nuevo
y superior.
Cmo se explica, si no, que unos miles de hombres gobernaran a decenas de millones de
indios, repartidos en territorios inmensos, sin la presencia continua de algo que pudiera llamarse
ejrcito de ocupacin?
Dijimos que la conquista no fue por las armas, sino ms bien, por la fascinacin y, al
mismo tiempo, por el desfallecimiento de los indios ante la irrupcin brusca, y a veces brutal, de
un mundo nuevo y superior128. El chileno Enrique Zorrilla, en una pginas admirables, describe
este trauma psicolgico, que apenas tiene parangn en la historia: El efecto paralizador
producido por la aparicin de un puado de hombres superiores que se enseoreaba del mundo
americano, no sera menos que el que producira hoy la visita sorpresiva a nuestro globo
terrqueo de alguna expedicin interplanetaria (Gestacin 78).
Hay ms. Conviene tener en cuenta que, como seala Cspedes del Castillo, el ms
importante y decisivo instrumento de la conquista fueron los mismos aborgenes. Los
castellanos reclutaron con facilidad entre ellos a guas, intrpretes, informantes, espas, auxiliares
para el transporte y el trabajo, leales consejeros y hasta muy eficaces aliados. Esto fue, por
ejemplo, el caso de los indios de Tlaxcala y de otras ciudades mexicanas, hartos hasta la saciedad
de la brutal opresin de los aztecas.
Ni todos los indios eran malos ni todos los conquistadores tampoco. Conquistadores y
misioneros vieron desde el primer momento que ni todos los indios cometan las perversidades
que algunos hacan, ni tampoco eran completamente responsables de aquellos crmenes 129, pues
muchos ignoraban el mal que cometan. Los mismos misioneros sentan una profunda piedad,
como lo demuestran las pginas de Bernardino de Sahagn.
El mismo Coln, cuando lleg a La Espaola, escribi : Crean Vuestras Altezas que en
el mundo no puede haber mejor gente ni ms mansa. Deben tomar Vuestras Altezas grande
alegra porque luego los harn cristianos y los habrn enseado en buenas costumbres de sus
reinos, que ms mejor gente ni tierra puede ser. Al da siguiente encall en un arrecife y los
indios con su rey fueron a ayudarle: El, con todo el pueblo, lloraba; son gente de amor y sin
codicia y convenibles para toda cosa, que certifico a Vuestras Altezas que en el mundo creo que
no hay mejor gente ni mejor tierra; ellos aman a sus prjimos como a s mismos y tienen una
habla la ms dulce del mundo, y mansa, y siempre con risa. Ellos andan desnudos, hombres y
mujeres, como sus madres los parieron, mas crean Vuestras Altezas que entre s tienen
costumbres muy buenas, y el rey muy maravilloso estado, de una cierta manera tan continente
que es placer de verlo todo, y la memoria que tienen, y todo quieren ver, y preguntan qu es y
para qu.
129
Por ejemplo, los sacrificios humanos.
Historia de la Iglesia 138 P. Antonio Rivero, L. C.
Quiero traer aqu el juicio del historiador belga Van der Essen: Se puede afirmar,
hablando generalmente, que los espaoles y portugueses cumplieron en gran parte el deber que
les impuso el Romano Pontfice. En las leyes, decretos e instrucciones referentes al Nuevo
Mundo ponen en primer trmino los intereses de la conversin...Los conquistadores iban
decididos a combatir con el hierro y el fuego a los que no aceptaban la fe que les predicaban,
ante todo, los misioneros. Tal vez nos parezca brbaro hoy el mtodo, pero es necesario situarlo
en el ambiente del siglo XVI, si no queremos condenarnos a no entender nada de los
acontecimientos...Es justo, pues, constatar que espaoles y portugueses, en virtud de sus leyes
de Patronato, promovieron sin descanso la conversin e instruccin de los indios, establecieron
una jerarqua eclesistica, crearon parroquias, protegieron a los misioneros...Y fueron ellos los
que levantaban la voz para defender la vida o los derechos de las poblaciones indgenas.
Los misioneros130 intentaban la evangelizacin con una esperanza muy cierta, tan cierta
que puede hoy causar sorpresa. Nunca se dijeron los misioneros no hay nada que hacer, al ver
los males de aquel mundo131. Nunca se les ve espantados del mal, sino compadecidos. Y desde el
primer momento predicaron el Evangelio, absolutamente convencidos de que la gracia de Cristo
iba a hacer el milagro.
En el imperio azteca:
1520: en Tlaxcala, en una hermosa pila bautismal, fueron bautizados los cuatro
seores tlaxcaltecas, que haban de facilitar a Hernn Corts la entrada de los
espaoles en Mxico. El fin y objeto de Hernn Corts es la gloria de Dios y
propagacin de la fe catlica. Vencida la resistencia de los aztecas, comienza la
evangelizacin organizada132.
130
As dice el papa Juan Pablo II: Si queremos tributar un merecido agradecimiento a quienes sembraron la
semilla de la fe, hemos de rendir homenaje en primer lugar a las rdenes religiosas que se destacaron aun a costa
de ofrendar sus mrtires; sobre todo, los religiosos dominicos, franciscanos, agustinos, mercedarios y luego
jesuitas (Juan Pablo II, viaje apostlico a la Repblica Dominicana, 25 de enero de 1979)
131
Por ejemplo, borracheras, adulterios, fetichismos, idolatra, sacrificios humanos, esclavitud de las mujeres.
En una isla encontraron a unos indios con el miembro genital cortado, porque son cautivados por los caribes en otras
islas, y despus castrados para que engorden y despus comrselos.
132
Llegan a Mxico doce frailes franciscanos; roturan la tierra y comienzan la primera provincia franciscana
del Nuevo Mundo. Luego llegaron los dominicos, a quienes pertenece fray Bartolom de las Casas. Posteriormente
llegaron agustinos y jesuitas, que evangelizaran La Florida, en Amrica espaola del norte.
Historia de la Iglesia 139 P. Antonio Rivero, L. C.
En el imperio inca:
1535: en el antiguo imperio de los incas, Pizarro funda la ciudad de Lima, capital del
virreinato del Per, una ciudad, a pesar de sus revueltas, netamente cristiana.
1600: cuando Diego de Ocaa la visita afirma impresionado: Es mucho de ver
donde ahora sesenta aos no se conoca el verdadero Dios y que estn las cosas
de la fe catlica tan adelante (A travs, cap. 18). Son aos en que en la ciudad
de Lima conviven cinco grandes santos: el arzobispo santo Toribio de Mogrovejo,
el franciscano san Francisco Solano, la terciaria dominica santa Rosa de Lima, el
hermano dominico san Martn de Porres y el hermano dominico san Juan Macas.
Todo, pues, parece indicar, como dice el franciscano Mendieta, que los indios
estaban dispuestos a recibir la fe catlica, sobre todo porque no tenan
fundamento para defender sus idolatras, y fcilmente las fueron poco a poco
dejando (Historia eclesistica indiana, cap. 45).
O este otro texto de Carlos Fuentes novelista mexicano, premio Cervantes- a propsito
de la obra de Espaa en Amrica y del Quinto Centenario del descubrimiento:
Historia de la Iglesia 140 P. Antonio Rivero, L. C.
Nos sirve tambin este otro texto del poeta, tambin mexicano, Octavio Paz Nobel de
literatura- sobre la evangelizacin de Mxico:
Para conocer, pues, una historia es necesario, pero no suficiente, conocer los hechos. Es
preciso tambin conocer el espritu, o si se quiere la intencin que anim esos hechos, dndoles
su significacin ms profunda. El que desconozca el espritu medieval hispano de conquista y
evangelizacin que actu en las Indias, y trate de explicar aquella magna empresa en trminos
mercantilistas y liberales, propios del espritu burgus moderno cree el ladrn que todos son de
Historia de la Iglesia 141 P. Antonio Rivero, L. C.
su condicin-, apenas podr entender nada de lo que all se hizo, aunque conozca bien los
hechos y est en situacin de esgrimirlos. Quienes proyectan sobre la obra de Espaa en las
Indias el espritu del colonialismo burgus, liberal y mercantilista, se darn el gusto de confirmar
sus propias tesis con innumerables hechos, pero se vern condenados a no entender casi nada de
aquella grande historia.
Por otra parte, stos haban emigrado con toda su familia, mientras que los espaoles se
encontraban sin mujeres de su raza; hecho que, si fuera causa de un peligroso descenso del
nivel moral, facilit, en una perspectiva ms amplia, la fusin de razas. No conviene tampoco
olvidar que a los colonizadores espaoles les movan dos motivos bien diversos, aunque
yuxtapuestos: la esperanza de una ganancia fcil y rpida, y el celo sincero, aunque no siempre
iluminado, por la salvacin de los indgenas. En la evangelizacin de los habitantes, se us
inicialmente la fuerza, y la conversin se confunda frecuentemente con la sumisin al nuevo
rgimen poltico; sin embargo, pasado el primer momento, se desarrollar una larga y
frecuentemente eficaz obra de catequesis, de modo que las nuevas generaciones, crecidas en el
nuevo clima, eran realmente, aunque tal vez superficialmente, creyentes...
Vale la pena notar que dondequiera que lleg Espaa, surgieron naciones
catlicas...Como los espaoles, tambin los ingleses desarrollaron una efectiva penetracin en
el continente y no se limitaron a una reda de estaciones comerciales. Pero, a diferencia de
aquellos, no establecieron ninguna relacin de amistad con los indgenas, a los que rechazaron
lenta, pero inflexiblemente hacia el interior, para exterminarlos despus de modo incruento,
pero eficaz (alcohol y otros medios). En la Amrica septentrional no naci una nueva
civilizacin con caractersticas propias, sino que importaron usos y tradiciones europeos 133.
Termino estos elementos de juicio diciendo que Coln entendi que cuanto iba haciendo
fue gracias a Dios, como l siempre deca (III Viaje). Nunca ve el Nuevo Mundo como una
adquisicin de su ingenio y valor, y siempre lo mira como un don de Dios. Es consciente de que
hizo con sus compaeros aquellos descubrimientos fabulosos por virtud divinal. Coln,
empapado del espritu espaol pues l era de Gnova-, empapado del espritu castellano, hizo
posible esta gesta sin precedentes134.
133
En su libro, Storia della Chiesa, pgs. 323-325. Istituto di Teologia per corrispondenza del Centro Ut unum
sint Roma, 1980.
134
Dice don Claudio Snchez de Albornoz: Slo Castilla hubiese conquistado y colonizado Amrica. Por
qu? He aqu el nudo del problema. La conquista no fue el resultado natural del descubrimiento. Imaginemos que
Coln, contra toda verosimilitud, hubiese descubierto Amrica al frente de una flotilla de la Seora de Gnova o de
Historia de la Iglesia 142 P. Antonio Rivero, L. C.
Pero que quede claro, ante abusos de algunos conquistadores, los misioneros levantaron
su voz en defensa del hombre americano. En palabras del papa Juan Pablo II: La Iglesia en esta
isla (santo Domingo) fue la primera en reivindicar la justicia y en promover la defensa de los
derechos humanos de las tierras que se abran a la evangelizacin. Son lecciones de
humanismo, de espiritualidad y de afn por dignificar al hombre, lo que nos ensean Antonio
Montesinos, Crdoba, Bartolom de las Casas, a quienes harn eco Jos de Anchieta, Toribio de
Mogrovejo, Nbrega y otros como Juan de Zumrraga, Motolina, Vasco de Quiroga. En ellos
late la preocupacin por el indgena. Luego nacer el primer Derecho internacional, con
Francisco de Vitoria (Viaje apostlico a la Repblica Dominicana, 25 de enero de 1979).
La Cristiandad empez el siglo herida de la manera que hemos visto descrita: con tres
papas, despus del famoso snodo de Pisa en 1409: Gregorio XII, Benedicto XIII y Alejandro V,
ste ltimo elegido en el snodo. Muerto Alejandro V, le sucedi Juan XXIII. Este inaugur el
concilio de Constanza en 1415, pero fue apresado y obligado a renunciar. Gregorio XII hizo lo
mismo. Benedicto XIII se neg a imitarlos pero fue cesado por el concilio. Este concilio reuni a
cien mil espectadores, vidos de presenciar el fin del cisma de occidente. Conden, adems, a los
husitas y afirm la legitimidad de la comunin bajo la sola especie de pan. Termin el concilio
eligiendo a Martn V, legtimo sucesor de Pedro y nuevo nico papa. Con ello termin la ms
aguda crisis que haba sufrido la iglesia. Sobrevivi el papado.
naves venecianas; podemos adivinar lo que hubiese ocurrido. Se habran establecido factoras, se habran buscado
especias, se habra pensado en los negocios posibles...Podemos imaginar lo que hubiese ocurrido, porque tenemos
ejemplos histricos precisos (La Edad Media espaola y la empresa en Amrica, 23). Pero Coln llev consigo a
gente de Espaa, a gente de Castilla, con el espritu de los reyes castellanos, Isabel y Fernando.
135
Aqu tambin digamos la verdad de algunos hombres de Iglesia, que mancharon el rostro de la Iglesia
santa: el papa Inocencio VIII, elegido por componendas e intrigas, eman un documento por instancia de dos
inquisidores alemanes, autorizando la caza de brujas. El gran defecto que tenan algunos papas del Renacimiento fue
el nepotismo, es decir, el ayudar a sus propios familiares con grandes privilegios y concesiones. Otros, como Eneas
Silvio Piccolomini, Po II, se dej llevar por la vanidad hasta el exceso, dejando obras humansticas y artsticas que
le inmortalizaran a l como persona. Algunos cardenales, por falta de firmeza del papa, se dejaron llevar por el
ambiente un tanto chabacano y mundano de ese tiempo, tan dado a fiestas y francachelas. Aun as, la Iglesia sigui
adelante, porque la conduce el Espritu Santo. Los hombres pasan; Dios no; y la Iglesia, tampoco, porque la conduce
Dios.
Historia de la Iglesia 143 P. Antonio Rivero, L. C.
Algo positivo de este concilio fue la unin entre las dos iglesias, latina y griega. Al menos
en un principio, pero con la cada de Constantinopla en mano de los turcos, se recrudeci la
enemistad, una vez ms. El empecinado fanatismo antilatino de las masas griegas parece haber
sido el principal responsable del fracaso de la unin cristiana en este siglo XV. En Roma, Isidoro
de Kiev, huido a Rusia, y Bessarion de Nicea, convertido los dos en cardenales de la Iglesia,
fueron durante aos como un recuerdo viviente de algo que pudo haber sido y que no fue, porque
los hombres no quisieron.
La muerte omnipresente invitaba a todos al examen de conciencia: hay que expiar los
propios pecados y salvar el alma. Aqu est el origen de esas procesiones de flagelantes que
recorren las ciudades azotndose hasta derramar sangre. No por eso se detienen las epidemias.
Hay que buscar responsables. El gran causante de las desdichas, se deca, eran los judos, y
mataron a muchos por esto. Pero en realidad, terminaban diciendo que es obra de Satans.
Junto a este examen de conciencia, florece tambin ms que nunca el culto a los santos y
a las reliquias. La piedad se hace cuantitativa, es decir, se suman las misas, los sacerdotes
altaristas se pasan el da entero diciendo misas para ganarse la vida y pedir por las intenciones
de los fieles. Sin embargo, los prncipes, alternaban su piedad con el desenfreno. Surgen aqu las
terceras rdenes, es decir, asociacin de laicos vinculada a una orden: dominicos, carmelitas,
franciscanos. Insisten en el modo de progresar en la virtud, siguiendo la vida ordinaria de laicos.
aquellas rdenes religiosas que no haban abrazado an la reforma. Sobre todo, en los conventos
femeninos, donde las familias nobles metan a sus hijas a la fuerza.
La Iglesia y el Renacimiento
Ante el Renacimiento, la Iglesia no fue ajena. Ella apoy a los artistas y literatos, pero
por momentos algunos Papas se contaminaron con los aires liberales y parecan ms artistas y
polticos que pastores136, contemporizaron con las ideas y algunas prcticas demasiado
naturalistas. Como ya dijimos antes, se alzaron algunas voces contra los escndalos papales.
Realmente, la poca del Renacimiento, en su primera etapa del siglo XV, es una de las ms
discutidas y en ocasiones condenadas- de toda la historia del pontificado, pues al esplendor
culturas y de relaciones externas se contrapone la falta de un autntico espritu religioso en el
vrtice de la jerarqua eclesistica.
El Renacimiento puede decirse que entra de modo decisivo en la historia de la Iglesia con
el Papa Nicols V, que haba sucedido en 1447 a Eugenio IV, despus de los difciles das del
concilio de Florencia. El Papa Nicols V funda la Biblioteca vaticana, hace copiar numerosos
manuscritos y confa a grandes arquitectos la renovacin artstica de Roma. sta haba de ser la
digna sede del Vicario de Cristo, la capital esplendorosa del mundo cristiano, en cuyo centro
haba de surgir la nueva baslica de san Pedro, que l mismo decidiera construir. Se ha acusado a
este Papa de no haber acudido en socorro de Constantinopla, asediada por los turcos, y que cay
en manos de Mahomet II. Con esta cada se desvanecieron las ltimas esperanzas de unin de los
cristianos.
A Nicols V, le sigui un Papa espaol, Calixto III, nepotista, cuyo sobrino fue Alejandro
VI a quien elev al cardenalato; lanz la cruzada contra los turcos. Le sucede el mejor de los
Papas del Renacimiento, el humanista Eneas Silvio Piccolomini, brillante orador y escritor, que
tom el nombre de Po II. Antes de ser Papa tuvo sus deslices graves y fue corrigindose
gradualmente137. Se preocup de la cruzada, pero muri en Ancona cuando l mismo se
preparaba para embarcarse.
A Po II le sucede Paulo II, poco afecto a los humanistas, por el aspecto pagano con el
que, segn l, se presentaban. Los que le siguen, desde Sixto IV a Len X, representan desde el
136
Es de todos sabida la conducta del Papa Alejandro VI (1492-1503), espaol, que fue odiado por el pueblo y
por los nobles romanos por una serie de motivos, todos reales: nepotismo, corrupcin, lujo, arrogancia, descarada
proteccin de los espaoles a expensas de los locales. Contra l, sus hijos y la curia predic el fraile dominico
Jernimo Savonarola. Alejandro intent conquistarle y ponerle de su parte, pero no lo consigui. Por lo tanto, le
excomulg. Savonarola fue quemado vivo en Florencia, en 1498.
137
l mismo dijo de s mismo: Rechacen a Eneas y acepten a Po.
Historia de la Iglesia 145 P. Antonio Rivero, L. C.
punto de vista religioso-eclesistico la poca menos feliz del pontificado, despus de la poca
oscura de la Edad de Hierro. Si merecieron como mecenas del arte renacentista, dejaron que
desear por lo que se refiere a su propia conducta 138, al desinters que mostraron en promover
enrgicamente la reforma de la Iglesia, por sus aspiraciones mundanas y polticas que les hacan
parecer como uno de tantos prncipes seculares de Italia, y por lo que favorecieron a sus
familiares, aumentando y dando carta de naturaleza a la lacra del nepotismo.
El nepotismo no slo envileci el prestigio religioso del pontificado, sino que tambin
da polticamente su autoridad, al conceder oficios de gran importancia a hombres ineficaces y
unir el inters del estado a los intereses familiares. Esto aumentaba, adems, el lujo y la
ostentacin de la Curia: cada cardenal tena una corte suntuosa, con palacios y villas dentro y
fuera de Roma, y ello supona cuantiosos dispendios. Para sufragarlos se aprovechan de la
acumulacin de beneficios (regan en ocasiones varias dicesis que nunca visitaban), de la venta
de oficios, del aumento de tasas y la concesin de indulgencias por el solo lucro.
No hay duda que uno de los Papas ms discutidos de esta poca es el espaol Alejandro
VI, de la familia de los Borja, de Valencia. Mientras unos tratan de defenderlo atenuando en lo
posible sus excesos y veleidades, otros siguen lanzando contra l graves acusaciones. Su
trayectoria no se diferencia, sin embargo, de la que siguieron otros Papas de su tiempo. Su
antecesor Inocencio VIII no fue que digamos un modelo de moralidad, tampoco lo sera quien
iba a seguirle en el pontificado, Julio II. A uno y a otro les supera Alejandro VI en la atencin
que puso en los problemas de la Iglesia y en el inters misionero que demostr, apenas
descubiertas las primeras tierras de Amrica, con la bula Inter caetera (1493). Antes de ser
Papa, como sacerdote, tuvo varios hijos139. Llev una vida fastuosa y dio pie para que se
celebrasen en el Vaticano fiestas que degeneraban en verdaderos escndalos. Tambin se dio al
nepotismo, a favor de sus propios hijos. Favoreci a las rdenes monsticas, foment el culto a
la Virgen, impulsando el rosario y el ngelus, el cuidado de la liturgia, la asistencia a pobres y
necesitados. En 1500 celebr con gran solemnidad y devocin el jubileo, inaugurando el nuevo
rito de la apertura de la puerta santa. Protegi las artes y las letras y embelleci a Roma.
138
El Papa Julio II no estuvo inmune de graves manchas morales, se dej llevar por intrigas y conjuras.
Inocencio VIII tuvo hijos antes de ser Papa; uno de ellos, Francisco Cibo, cas con Magdalena, hija de Lorenzo de
Mdici, y en recompensa, el hijo de Lorenzo, Juan, fue creado cardenal a los trece aos; ms tarde llegara a ser
Papa con el nombre de Len X.
139
Csar Borja, Juan , Jofr y Lucrecia, tan injustamente tratada por la leyenda.
Historia de la Iglesia 146 P. Antonio Rivero, L. C.
A Alejandro VI le sigui el belicoso cardenal Juliano della Rovere, que toma el nombre
de Julio II por la admiracin que senta por Julio Csar, creador del Imperio Romano. Es
considerado como uno de los prncipes italianos. De su conducta moral al menos durante sus
aos de pontificado- nada puede aducirse de censurable, pero tena un carcter mundano,
violento y dominante, ms de emperador o general que de sumo sacerdote de la Cristiandad.
Luch contra los franceses y contra los prncipes italianos para restaurar y consolidar el Estado
Pontificio, en el que vea la base indispensable para la independencia y actividades del papado.
Protegi a los artistas y literatos, a quienes mandaba y daba orientaciones; entre ellos, Bramante,
Miguel ngel, Rafael. Bajo su pontificado se llega al apogeo del arte renacentista.
Ante este panorama, se podra uno desanimar. No hubo durante esos aos algn respiro
espiritual?
Tenemos las Bulas Inter Coetera (1493) del Papa Alejandro VI140 antes del segundo
viaje de Coln. Cuando los Reyes Catlicos piden al Papa Alejandro VI que les conceda las
tierras recin descubiertas, le manifiestan que lo que pretenden en primer lugar es que se
conviertan sus pobladores y sean educados en buenas y sanas costumbres. El Papa se lo
recordar una y otra vez: Os exhortamos insistentemente en el Seor, por el sacro bautismo en
que os obligasteis a los mandatos apostlicos, y os pedimos, por las entraas de misericordia de
nuestro Seor Jesucristo, que, al emprender y proseguir esta expedicin con recta intencin y
celo de la fe ortodoxa, tengis la voluntad y el deber de procurar que los pobladores de tales
islas y tierras abracen la religin cristiana...Sabemos que vosotros, desde hace tiempo, os
habais propuesto buscar y descubrir algunas islas y tierras lejanas y desconocidas, no
descubiertas hasta ahora por otros, con el fin de reducir a sus habitantes y moradores al culto
de nuestro Redentor y a la profesin de la fe catlica; y que hasta ahora, muy ocupados en la
reconquista del reino de Granada, no pudisteis conducir vuestro santo y laudable propsito al
fin deseado. Pues bien, con el descubrimiento de las Indias lleg la hora sealada por Dios para
que decidindoos a proseguir por completo semejante empresa, queris y debis conducir a los
pueblos que viven en tales islas y tierras a recibir la religin catlica. As pues, por la autoridad
de Dios omnipotente concedida a san Pedro y del Vicariato de Jesucristo que ejercemos en la
tierra, con todos los dominios de las mismas...a tenor de la presente, donamos, concedemos y
asignamos todas las islas y tierras firmes descubiertas y por descubrir a vos y a vuestros
herederos. Y al mismo tiempo en virtud de santa obediencia, el Papa dispone que los reyes
castellanos han de destinar varones probos y temerosos de Dios, doctos, peritos y expertos para
instruir a los residentes y habitantes citados en la fe catlica e inculcarles buenas costumbres
(A. Gutirrez, Amrica 122-123). Roma, pues, enva claramente Espaa a Amrica, y en el
nombre de Dios se la da para que la evangelice. En otras palabras, el nico ttulo legtimo de
dominio de Espaa sobre el inmenso continente americano reside en la misin evangelizadora141.
140
Aunque ya hemos hablado de este Papa, llamado Rodrigo de Borja, nacido en Jtiva, Valencia, y sobrino de
Calixto III que le orden cardenal a los 25 aos, digamos algunas cosas ms, pues ha corrido mucha tinta y muchas
exageraciones. Se le ha representado como el smbolo de la corrupcin, de la intriga, de la ausencia total de
escrpulos y de sentido de la moral. En ciertos crculos italianos fue mal vista su eleccin por no ser italiano. Y as
comenz a formarse la bola de nieve que envuelve la figura del Papa Alejandro VI. Se trata de infundios sin prueba
alguna. Es verdad, la vida juvenil de Alejandro VI tuvo errores y defectos muy humanos, sin embargo ni en su poca
ni en el Renacimiento ni en la Restauracin se hizo hincapi en su vida privada. No era un santo. Las francachelas
renacentistas comunes existan antes y despus de l. Slo a l se le cargan las tintas, a partir del drama antihistrico
compuesto por el escritor francs Vctor Hugo y que lleva por ttulo Lucrecia Borgia (1833). Son ms las cosas
positivas de este Papa Alejandro VI: aprob la Orden de los Mnimos, fundada por san Francisco de Paula; alent a
franciscanos, agustinos y dominicos; foment el culto a la Virgen Mara por medio del rosario y la oracin del
avemara al toque de la campana que haba cado en desuso-. As se populariz el ngelus. Fund hospitales y
montepos. Sigui muy de cerca la gesta del Nuevo Mundo. Envi tres bulas a los reyes catlicos de Espaa, Isabel
y Fernando, concedindoles que reinaran en las nuevas islas descubiertas y en la tierras an por descubrir. Pero en
cuanto a derechos tambin los tena, por concesin de Eugenio IV, Juan II de Portugal. La controversia entre los dos
reinantes la resolvi Alejandro de forma salomnica y muy simple: es famoso el episodio de la lnea que traz en el
mapa para dividir el mundo en dos partes. Una parte la asign a Espaa y la otra a Portugal. De ese gesto deriva la
actual situacin de Amrica Latina. Una antigua tradicin cuenta que los dos reyes, en seal de agradecimiento,
enviaron como regalo para el Papa, el primer oro que haba llegado de Amrica, que l utiliz para decorar el techo
de la baslica de santa Mara la Mayor.
141
El profesor L. Surez, medievalista, recuerda aqu que ya el Papa Clemente V, hacia 1350, enseaba que la
nica razn vlida para anexionar un territorio y someter a sus habitantes es proporcionar a stos algo de tanto valor
que supere a cualquier otro. Y es evidente que la fe cristiana constituye este valor.
Historia de la Iglesia 148 P. Antonio Rivero, L. C.
Dado que al inicio no exista una organizacin legal, ni se conocan las tierras, el
personalismo anrquico y la improvisacin, la codicia y la violencia, amenazaron con pervertir
en su misma raz una accin grandiosa y noble. Coln, fracas en las Indias como Virrey
Gobernador. Tampoco el comendador Bobadilla, que le sucedi en 1500, en santo Domingo,
capital de La Espaola, pudo hacer gran cosa con aquellos indios diezmados y desconcertados, y
con unos cientos de espaoles indisciplinados y divididos entre s. Alarmados los Reyes,
enviaron en 1502 al comendador fray Nicols de Ovando, con 12 franciscanos y 2.500 hombres
de todo oficio y condicin. Bartolom de las Casas entre ellos. Entre las indicaciones que les
dieron los reyes catlicos fue que trataran bien, como vasallos libres, a los indios. Estas son las
palabras del testamento de la reina Isabel: De acuerdo a mis constantes deseos...no consientan
ni den lugar que los indios reciban agravio alguno en sus personas y bienes, mas manden que
sean bien y justamente tratados. Y si algn agravio han recibido, lo remedien y provean.
Ante los maltratos que algunos gobernadores hacan a los indios, se alzaron muchas voces
de la Iglesia. Teniendo delante a Amrica y desde su ctedra de Salamanca, el dominico
Francisco de Vitoria proclama a todos los vientos el derecho internacional y los derechos
humanos. Su hermano de hbito, Fray Antonio de Montesinos, pronunci un famoso sermn el
primer domingo de adviento de 1511 en santo Domingo contra los abusos de los colonos:
Estos no son hombres? Con stos no se deben guardar y cumplir los preceptos de caridad y
de la justicia? Estos no tenan sus tierras propias y sus seores y seoros? Estos hannos
ofendido en algo? La ley de Cristo, no somos obligados a predicrsela, y trabajar con toda
diligencia de convertirlos?...Todos estis en pecado mortal, y en l vivs y mors, por la
crueldad y tirana que usis con estas inocentes gentes...Decid, con qu derecho y con qu
justicia tenis en tal cruel y horrible servidumbre a aquellos indios? Con qu autoridad
habis hecho tan detestables guerras a estas gentes, que estaban en sus tierras mansas y
pacficas, donde tan infinitas de ellas, con muerte y estragos nunca odos, habis
consumido?.
En las Juntas que pronto se tienen en Burgos y Valladolid son los religiosos quienes
defienden la libertad de los indios.
A finales del XV, llegaron a Espaa las acusaciones de los franciscanos belgas Juan de la
Deule y Juan Tisin. En 1513, fray Matas de Paz , catedrtico de Salamanca, escribe Del
dominio de los reyes de Espaa sobre los indios denunciando el impedimento que los abusos
ponen a la evangelizacin, y afirmando que jams los indios deben ser gobernados con dominio
desptico. En 1539, el dominico fray Vicente Valverde, escribe al rey acerca de los abusos
sufridos por los indios. En 1541, fray Toribio de Benavente, Motolina 142, escribe en su Historia
142
Motolina significa pobreza.
Historia de la Iglesia 149 P. Antonio Rivero, L. C.
de los indios de la Nueva Espaa contra los abusos de algunos espaoles, y tambin los defiende
de algunas difamaciones del padre Las Casas.
Tambin la Iglesia, con el apoyo de los misioneros, controlaron muy bien las
encomiendas, para que no hubiese abusos, como sucedi en la poca feudal. Impidieron que los
encomenderos se convirtiesen en una poderosa casta hereditaria. Buena parte de los debates
jurdicos y teolgicos del siglo XVI giraron en torno a la encomienda y el repartimiento, que
fueron vindose como un mal menor. La encomienda termin en 1718.
A mediados del XVI, con el padre Las Casas 143, fueron el padre Francisco de Vitoria,
dominico, y el padre Juan Gins de Seplveda las figuras ms importantes en el tema de la
justificacin de la presencia y accin de Espaa en las Indias. Francisco de Vitoria es el fundador
del Derecho Internacional.
Don Vasco de Quiroga dedicar buena parte de su vida de seglar, siendo oidor de ls
Segunda Audiencia de Mxico y despus como primer obispo de Michoacn, a defender a los
indios, a protegerlos y educarlos en sus Pueblos Hospitales de Mxico, teniendo siempre en
cuenta la dignidad humana de los indios, como escribe en uno de los informes que manda al
Consejo de las Indias.
Del tambin dominico Julin Garcs, primer obispo de Tlaxcala, es otra frase famosa:
Saquemos oro de las entraas de fe de los indios. Por tanto, no se iba a Amrica slo por
convertir en doblones el oro azteca e inca, a costa del trabajo y de la dignidad de aquellos
indgenas. La obra que hace all la Iglesia es algo que honradamente no se puede ignorar.
Los numerosos misioneros que llegan a Amrica no slo se preocupan de adoctrinar a los
indios en la religin cristiana, sino que promueven entre ellos el conocimiento de no pocos
oficios, artes y las letras. El colegio de Santiago de Tlatelolco, de los franciscanos, es el primero
que se crea en Nueva Espaa; los agustinos levantan otro en Tiripito, y Vasco de Quiroga uno
ms para la formacin de clrigos en Ptzcuaro de Michoacn. De 1551 son las Reales Cdulas
por las que se fundan las Universidades de Mxico y de Lima, a cargo principalmente de
obispos, clrigos y religiosos. A propsito de esta ltima, la de san Marcos, escribe Madariaga
que en ningn aspecto de su obra en Amrica ha manifestado Espaa con ms claridad su
filosofa poltica y su sentido de la humanidad sin bordes ni barreras que en el de la instruccin
pblica. Las rdenes religiosas fundaron en numerosas ciudades colegios tanto para los
espaoles (o sea, los criollos blancos) como para los hijos de las familias indias pudientes, y las
143
El padre Las Casas difam grandemente la gesta de Espaa en las Indias. Su labor misionera en las Indias
fue realmente muy escasa. Como seala el franciscano Motolina en su carta de 1555 al Emperador sobre Las Casas:
Ac todos sus negocios han sido con algunos desasosegados para que le digan cosas que escriba conformes con
su apasionado espritu contra los espaoles...No tuvo sosiego en esta Nueva Espaa, ni aprendi lengua de indios
ni se humill ni aplic a les ensear.
Historia de la Iglesia 150 P. Antonio Rivero, L. C.
Universidades comenzaron a florecer desde los das primeros de la conquista. La de san Marcos
es de 1551, apenas trece aos despus de terminada la conquista de tan inmenso pas, y sin
embargo, ya era la tercer del Nuevo Mundo, por serle anteriores Mjico y santo Domingo144.
El Papa Pablo III en la bula Sublimis Deus (1537) afirma que los indios son hombres
libres y que hay que convertirlos por medio de la mansedumbre. Lo dice con estas palabras:
Los indios son verdaderos hombres dotados de alma: aptos en consecuencia para disponer de
sus bienes y personas. Con este documento se intenta poner fin a una enconada controversia
teolgica ntimamente ligada al problema de los justos ttulos en que pretenda apoyarse la
conquista, puesto que se haba llegado a cuestionar la racionalidad de los indgenas basndose
en sus creencias idoltricas, sacrificios humanos, prcticas de canibalismo, costumbres
homosexuales y otras prcticas escandalosas, llegando a considerarlos poco ms que como
animales que posean el don de la palabra.
La Iglesia puso en cada encomienda a un fraile para que llevara a cabo la evangelizacin.
Los frailes tuvieron que afrontar el desafo de la evangelizacin de esa cultura, o llamado
tambin, el problema de la inculturacin; cmo adaptar el mensaje de Cristo a esa cultura. Ms
tarde, en 1622, la Santa Sede cre la Congregacin de Propaganda Fide, hoy llamada
Congregacin para la evangelizacin de los pueblos, que puso a disposicin de los misioneros
los medios necesarios para las misiones: imprenta polglota, seminarios, universidades, creacin
de vicarios apostlicos y obispos misioneros dependientes directamente del Papa.
No podemos acabar estar parte sin dar un juicio sobre la esclavitud: el descubrimiento de
Amrica motiv una enorme peticin de mano de obra e hizo nacer la trata de negros, que se
buscaban en las costas de frica. Esta trata dur hasta comienzos del siglo XIX. De 14 a 20
millones de negros fueron llevados de frica. Para justificar la esclavitud y el mercado de
negros, se apel a los argumentos de Aristteles, que habla de categoras de hombres esclavos
por naturaleza; se record la maldicin de los hijos de Cam (Gn 9, 5: los africanos). En ese
tiempo la esclavitud era un mal necesario para las necesidades de la economa. Por otra parte, la
esclavitud permita a los negros acceder a la fe cristiana. Ciertamente siempre ser reprobable la
esclavitud desde todos los puntos de vista, pues el hombre, todo hombre, independientemente de
su color, raza, sabidura...es hijo de Dios, tiene alma y, por lo mismo, su dignidad es altsima. El
principio moral El fin no justifica los medios, aqu tambin es aplicable: el ofrecerles la fe
(fin) no justifica el medio de la esclavitud, que es un mal. Los negros tuvieron al jesuita san
Pedro Claver, que se esforz en suavizar su suerte en la Colombia del siglo XVII. Debemos
recordar tambin que el tema de la igualdad de todos los hombres ha empezado a aceptarse a
partir de finales del siglo XVIII, con la revolucin francesa. Los derechos humanos y la igualdad
de todos eran verdades cristianas, pero el reivindicarlas cuando los condicionamientos sociales
no estaban maduros hubiera supuesto un mal peor que el existente. A modo de analoga, no
olvidemos que ni el mismo san Pablo se rebel contra la esclavitud, sino que pidi trato humano
144
S. de Madariaga, Memorias (1921-1936) Madrid, 1974, p. 485
Historia de la Iglesia 151 P. Antonio Rivero, L. C.
para los esclavos. En todo juicio de un comportamiento histrico hay que censurar el error
partiendo, s, de nuestro avance actual en respeto a la persona, pero sin desprenderse totalmente
de la situacin de esa poca, a menos de no querer cometer una injusticia histrica.
CONCLUSIN
A mediados del siglo XV, el papado pareca haber recobrado su esplendor y su prestigio.
El ltimo antipapa de la historia haba abdicado en 1449. Una turba inmensa haba acudido a
Roma a celebrar el jubileo del Ao Santo de 1450. De nuevo, un Papa poda afirmar que los
pontfices romanos eran los seores de los hombres y de todo lo que pertenece al hombre.
Iba a revivir la cristiandad las horas del siglo XIII? Pero, se poda seguir hablando de
Cristiandad? Europa haba pasado a ser una Europa de prncipes. La guerra de los cien aos,
acabada en 1453, haba revelado unos antagonismos nacionales que se iran acentuando ms an
con el tiempo. Desanimado el papa Po II (1458-1464) confesaba: La Cristiandad ya no tiene
una cabeza que respete y a la que quiera obedecer; los ttulos de emperador y de sumo pontfice
no representan para ella ms que nombres sin realidad, y quienes los llevan slo son a sus ojos
vanas imgenes.
Algunos papas de finales del siglo XV se portaron ms como prncipes italianos que
como pontfices universales. Eran papas que, en calidad de soberanos de los Estados Pontificios,
descendan a las arenas movedizas de la poltica italiana, pactaban ligas y alianzas, hacan la
guerra a otros prncipes cristianos. Eran grandes seores del Renacimiento, amantes de las bellas
artes y magnficos mecenas de una plyade de artistas geniales. Pero esa hora brillante del
Pontificado renacentista no era una hora luminosa de la historia cristiana. La Iglesia padeca y la
Cristiandad sufra la orfandad cuando ms falta le haca sentir la mano vigorosa del timonel que
gobernase la barca de Pedro.
La Providencia hizo, con todo, que entre esas dos fechas dolorosas amaneciese un da de
octubre de 1492, que abri a la Iglesia de Cristo los caminos de un nuevo mundo, Amrica,
destinado a ser en un futuro el segundo continente cristiano.
Haba acabado una poca. Se anunciaban tiempos nuevos. Con el retorno a las fuentes
grecolatinas, se iba abriendo una renovacin cultural. La Iglesia no sera ya la maestra de la vida
intelectual, como lo haba sido en Edad Media. La imprenta recin inventada iba a revolucionar
las relaciones entre los hombres.
Historia de la Iglesia 152 P. Antonio Rivero, L. C.
Al oeste del continente europeo, el Islam seran arrojado de Espaa (1492). Ya los
portugueses haban puesto pie en Ceuta, en la costa africana (1415). Se esbozaba el
descubrimiento de nuevos mundos. Limitada y bloqueada en el este, sospechaba la Iglesia que
su porvenir no estaba ya en la restauracin de la cristiandad europea, sino en el anuncio del
evangelio al mundo entero?
Antes de poner punto final a este gran siglo XVI, hagamos un esquema de la
evangelizacin en las dems tierras americanas:
obispo fue fray Pedro Fernndez de la Torre (1556-1573). Garay funda la ciudad
para ensalzamiento de la santa fe catlica y psole por nombre Santsima
Trinidad, en el puerto de Santa Mara de los Buenos Aires el 11 de junio de 1580.
Los primeros evangelizadores del Brasil son los franciscanos en el siglo XVI. Despus
llegan los jesuitas, tambin en el mismo siglo, entre ellos el padre Anchieta, el
apstol del Brasil, beatificado ya por el papa Juan Pablo II. A l se suma el padre
Manuel de Nbrega, gran propulsor de las misiones del Paraguay. La primer
dicesis fue en San Salvador de Baha, cuyo primer obispo fue Pedro Fernndez
Sardinha. La evangelizacin se llev a cabo en medio de cultos afro-indgenas.
Uruguay fue evangelizada en el siglo XVII.
Canad fue fundada por Jacques Cartier en 1534, en el lugar llamado Gasp, donde se
plant la primera cruz146. Fue en el siglo XVII donde se produjo la epopeya
misionera con los agustinos, recoletos, jesuitas, sulpicianos, Ursulinas,
redentoristas. Mrtires del Canda fueron Juan de Brebeuf y compaeros mrtires
jesuitas.
En primer lugar, porque el mundo nutre sus ideas y convicciones no slo de la historia,
sino de la historia de la historia. No es slo el hecho objetivo, que sucedi en una poca y en un
lugar, lo que determina las actitudes mentales, sino la historia que sobre ese hecho se haya
escrito; es decir, no slo la historia sino tambin la historiografa.
146
Dice el Papa Juan Pablo II: Salve, cruz de Gasp; aqu Jacques Cartier plant la primera cruz. En
presencia de los primeros habitantes de esta comarca se arrodill con sus primeros hombres para venerar el
estandarte de nuestra salvacin. Aqu Jacques Cartier comenz una nueva pgina en la historia del mundo y de la
Iglesia (Mensaje a Canad, Osservatore romano 9.IX.1984).
Historia de la Iglesia 154 P. Antonio Rivero, L. C.
para Draper el descubrimiento y la conquista de Amrica por parte de los espaoles fue una
gran desgracia para la humanidad. Juicios como stos condicionan, al menos en parte, la
mentalidad de los hombres de hoy.
Hay, sin embargo, otro hecho mucho ms significativo que impide una lectura imparcial
de la verdad histrica: las ideas, los ideales, las convicciones que estuvieron en juego hace cinco
siglos siguen hoy presentes en la vida de los hombres y de las sociedades, y provocan, ayer como
hoy, adhesin o rechazo. Hay intereses en torno a la interpretacin de la historia, porque la fe,
que en gran medida inspir la entera evangelizacin, sigue hoy viva en la gran mayora del
pueblo que surgi de ese encuentro. Nadie se siente vitalmente comprometido al analizar las
conquistas de Alejandro Magno o los crmenes de Nern; la historia que ellos protagonizaron nos
es ajena. No es este el caso de la conquista y evangelizacin de Amrica y no es por eso extrao
que grupos de intereses promuevan, aun falseando la verdad, su propia lectura de la historia.
En Latinoamrica son tres las fuerzas que se manifiestan acerbamente crticas con
respecto a la obra de Espaa en Amrica: los grupos ms intransigentes de izquierda, que
consideran parte esencial de la retrica revolucionaria las reivindicaciones indigenistas (se
incluyen aqu tambin los pensadores de la teologa de liberacin, hoy da ya decada); el
protestantismo americano, que ve en la obra de Espaa el retraso, la cerrazn mental y la rgida
intransigencia de un catolicismo incapaz de aceptar su necesidad de reforma; y, por ltimo, la
fuerza emergente de las nuevas sectas religiosas, que ven en la Iglesia y en su obra su enemigo
natural. Son fuerzas que luchan por imponer una visin parcial, por momentos claramente
deformada, de la historia.
Ante esta situacin no se ve conveniente promover una leyenda rosa; sera contrarrestar
el influjo de una manipulacin histrica con otra manipulacin an peor. La falta de rigor y
seriedad convertira la polmica en una discusin de sordos y hara escaso bien a la causa de la
verdad. Antes bien, la Iglesia ha optado por celebrar, sin triunfalismo y distinguiendo cuando es
necesario la obra de los evangelizadores de la de los conquistadores, una obra que conllev
muchas debilidades e injusticias flagrantes, encuadrada en un ambiente histrico condicionante,
pero que sin embargo es esencialmente testimonio de una fe viva y ardiente, de una grande
abnegacin misionera y de un respeto sincero, aunque germinal, por el indgena.
No sera justo, sin embargo, olvidar las injusticias de aquella poca. No sera justo para
con los pueblos indgenas de Amrica que soportaron invasiones, guerras, enfermedades
mortales, conquistadores inescrupulosos que, salidos de las crceles de Cdiz, se convirtieron por
las circunstancias en detentores absolutos de tierras y hombres...Tampoco sera justo para con la
Iglesia, que desde el inicio de la conquista supo constituirse en defensa y promocin del
indgena, que la mayor parte de las veces no tena otra institucin a la cual recurrir.
Pero esto no debe inclinarnos a juicios fciles y a dividir la historia con las categoras
unvocas de buenos y malos. No puede decirse, sin faltar a la verdad, que los indios, los buenos,
fueron maltratados por los espaoles, los malos. Los indios cometan tambin injusticias y
crmenes; prueba de ello es el dominio del terror que los aztecas imponan a los dems pueblos
indgenas antes de la llegada de los espaoles y que permitir a los europeos contar con ejrcitos
Historia de la Iglesia 155 P. Antonio Rivero, L. C.
enormes para abatir el dominio azteca. Los indios no eran ngeles sino hombres, tanto cuanto los
espaoles, igualmente sometidos por la fuerza del pecado original.
Tampoco puede decirse que los frailes fueran los buenos y los espaoles los malos. No
corresponde a la verdad histrica porque consta que junto al formidable impulso misionero de
esa poca se mezclan, en cantidades no poco considerables, la ambicin, el fanatismo y la
incultura. Al mismo tiempo, consta tambin que con los espaoles llegaron hombres nobles y
profundamente cristianos, comprometidos en la defensa del indio y en la construccin de un
orden cultural nuevo.
Se trata de leer con serenidad este pedazo de historia, sin juicios apresurados,
aprendiendo de l cuanto la Iglesia puede necesitar para el esfuerzo de renovacin apostlica en
el que est embarcada.
Para comprender esta situacin es, por tanto, necesario ponerse en el contexto histrico.
Pero Espaa no era slo unidad territorial; era, ante todo, unidad espiritual. Por una parte,
sus largos aos de reconquista han tenido el sabor de una inmensa cruzada victoriosa contra el
infiel musulmn, ante el cual se sentir despus bastin del occidente catlico. Por otra, su lucha
contra las tesis que un clrigo de Wittenberg ha clavado en las puertas de la iglesia del castillo,
desafiando los dos grandes polos del poder medieval, el emperador y el papa, no es slo la
defensa de una idea poltica: el imperio cristiano; es principalmente afirmacin vigorosa y
defensa de la fe ortodoxa. Nada tiene de extrao que tambin la conquista de Amrica se le
presente a Espaa con un marcado carcter religioso, como una obra de evangelizacin.
Entre todos los retos que Espaa asume, la misin ms noble, la ms exitosa
histricamente, la ms costosa y la que ms exigir sacrificio ser Amrica. Es all donde
Espaa, ms que defender un mundo de antiguos valores, va a ser creadora de un orden nuevo.
Gracias a las denuncias de Las Casas al emperador espaol Carlos V, mejor la situacin
de los indios, sobre todo con las Leyes de Burgos y luego con las Leyes Nuevas, no obstante su
imperfecta aplicacin.
Con todo, cabe decir que los juicios del padre de las Casas no carecen de pasin y
parcialidad, al considerar los malos tratos que daban a los indios algunos encomenderos y
generalizarlos como si fueran el denominador comn. Ni siquiera la vida del padre De las Casas
parece ser un modelo de caridad hacia los indios.
Toribio Motolina escribe al emperador Carlos V en enero de 1555 una carta para ponerle
al tanto de las necesidades de los indios y tambin para quitar parte de los escrpulos que el de
las Casas, obispo de Chiapas, pone a Vuestra Majestad y a los de vuestros consejos (n. 1).
Entresaco algunas ideas y prrafos de la carta:
No tiene razn el de Las Casas de decir lo que dice y escribe y emprime, y adelante,
porque ser menester, yo dir sus celos y sus obras hasta dnde allegan y en qu paran, si ac
ayud a los indios o los fatig (n. 4). Yo me maravillo cmo Vuestra Majestad y los de
vuestros Consejos han podido sufrir tanto tiempo a un hombre tan pesado, inquieto e importuno
y bullicioso y pleitista, en hbito de religioso, tan desasosegado, tan mal criado y tan injuriador
y perjudicial y tan sin reposo (n. 7). Vino el de las Casas siendo fraile simple y aport a la
ciudad de Trascala, e traa tras de s cargados, 27 37 indios, que ac se llaman tamemes (n.
8).
Cuenta luego cmo se neg a bautizar a un indio, ante lo que Motolina replic: Yo
entonces dije al de las Casas: cmo, Padre, todos vuestros celos y amor que decs que tenis a
los indios, se acaba en traerlos cargados y andar escribiendo vidas de espaoles y fatigando a
los indios, que slo vuestra caridad trais cargados ms indios que treinta frailes. Y pues un
indio no bautizis ni doctrinis, bien sera que pagsedes a cuantos trais cargados y fatigados
(n. 8). Una de las cosas que es de haber compasin en toda esta tierra, es de la ciudad de
Chiapa y su subjeto, que despus que el de las Casas all entr por obispo qued destruida en lo
temporal y espiritual, que todo lo encon. Y plega a Dios no se diga de l que dej las nimas en
las manos de los lobos y huy: quia mercenarius est et non pastor, et non pertinet ad eum de
ovibus (n.12). Y no es razn que el de Las Casas diga que el servicio de los cristianos pesa
ms que cien torres y que los espaoles estiman en menos los indios que las bestias y aun que el
estircol de las plazas. Parsceme que es gran cargo de conciencia atreverse a decir tal cosa a
Vuestra Majestad (n. 42).
Historia de la Iglesia 157 P. Antonio Rivero, L. C.
Y hablando con grandsima temeridad dice que el servicio que los espaoles por fuerza
toman a los indios, que, en ser incomportable y dursimo, excede a todos los tirnos del mundo,
sobrepuja e iguala al de los demonios. Aun de los vivientes sin Dios y sin ley no se debera decir
tal cosa. Dios me libre de quien tal cosa decir (n. 43) 147.
J. Hffner concluye el juicio del padre Las Casas con estas palabras:
A las Casas son aplicables las palabras de Schiller: Confusa, por el favor y el odio de
las partes, la semblanza de su carcter se presenta vacilante en la historia. Quienes con mayor
entusiasmo le aplaudieron fueron, en el siglo XVI, los enemigos de Espaa, que abusaron de la
destruccin de las Indias para sus campaas difamatorias contra esta nacin. En 1578 se
public la primera edicin holandesa; en 1579, la primera francesa, y, en 1583, la primera
versin inglesa, a las que siguieron otras muchas 148... Lo que menos se le perdon fueron sus
repetidas invectivas contra las encomiendas.
Ha sido la obra de Las Casas Brevsima relacin de la destruccin de las Indias, la que
contribuy grandemente a la leyenda negra sobre la conquista y evangelizacin de las Indias.
Una de las crticas que podramos decir de Las Casas fue el hecho de dedicarse
demasiado al trabajo, descuidando su ministerio sacerdotal; haber cometido imprudencias graves
contra las conciencias de sus sbditos; haber usado el arma del miedo a la condenacin para
lograr sus fines; caer en errores que l mismo anatematizaba, dando ocasin a escndalo y a poca
147
Tomado de Historia de los indios de la Nueva Espaa, relacin de los ritos antiguos, idolatras y
sacrificios de los indios de la Nueva Espaa, y de la maravillosa conversin que Dios en ellos ha obrado. Porra,
Mxico 1984, pag. 205-221.
148
Fue una obra que tuvo una fortuna inesperada y no buscada por el autor, ya que fue publicada ilcitamente
en 1552, y divulgada por toda Europa a lo largo del siglo XVII, en ms de cincuenta ediciones. Fue traducida al
latn, al holands, francs, ingls, italiano y alemn, sirviendo como eficaz propaganda a favor de los muchos
enemigos del imperio espaol en la lucha por la independencia de Holanda y en la subsiguiente guerra de los Treinta
Aos, a veces con ttulos como Tirana y crueldades de los espaoles o El papismo al desnudo. Ms tarde,
desde 1801, se reedit mucho el texto espaol para animar las guerras de independencia hispanoamericanas (De la
introduccin, no firmada, a la obra. Edicin Sarpe, Madrid 1985).
Historia de la Iglesia 158 P. Antonio Rivero, L. C.
fiabilidad a sus denuncias en el plano de la sinceridad como defensor de los indios. Tal vez
infunda sospechas de haber sido desleal a Espaa cuando la ataca duramente y le propone planes
irrealizables o idealistas, sin meterse l mismo en la dura tarea de combatir la injusticia con su
ministerio sacerdotal, iluminando y haciendo el bien espiritual a indios y espaoles, llevando el
evangelio a ambos para sanar de raz el mal. Denunciar, es verdad, puede hacerlo todo sacerdote,
pero no es justa la denuncia exagerada. El sacerdote debe denunciar el mal, perdonarlo y
construir la justicia con el Evangelio y desde el Evangelio.
Historia de la Iglesia 159 P. Antonio Rivero, L. C.
SIGLO XVI
INTRODUCCIN
Comenzamos la edad moderna, que inicia en 1453 con la cada del imperio de oriente a
manos de los turcos otomanos, y termina con la revolucin francesa de 1789 que puso fin al
antiguo rgimen.
Y la Iglesia? A partir del siglo XVI la historia de la Iglesia reviste algunas caractersticas
nuevas. La iglesia latina y la iglesia de Oriente seguan ya caminos distintos desde haca siglos.
Con la reforma protestante, la iglesia latina se divide a su vez en varias confesiones rivales:
luteranismo, calvinismo y anglicanismo. Al mismo tiempo, como consecuencia de los grandes
descubrimientos, el evangelio se anuncia en el mundo entero. En un perodo en que los estados
se afirman y triunfa el absolutismo, la historia de la Iglesia se convierte a menudo, incluso en el
catolicismo, en la historia de las iglesias nacionales.
Este siglo XVI es muy importante: es el siglo del Renacimiento literario y artstico, el
siglo de la reforma protestante, el siglo del concilio de Trento, de la Compaa de Jess y la
reforma catlica, de los descubrimientos, de la misin en Asia y Amrica, de los avances
cientficos.
149
Desde 1650, con el fin del alza de precios y la inflacin comienza la expansin econmica moderna. Es la
llamada economa de aprovechamiento colonial. Donde con ms fuerza se desarrolla el espritu agresivo en el
comercio y la industria es en Holanda. msterdam se convierte en un puerto comercializador de productos indios;
barcos de pesca, Compaa de Indias Occidentales, Banco de msterdam, la bolsa. Es el capitalismo. Inglaterra le
sigue, gobernada por los Estuardo, con las Actas de Navegacin. A su vez funda sus primeras colonias. A qu
llamamos, pues, mercantilismo? Al conjunto de criterios que rigen este surgir econmico. La riqueza de la nacin se
basa en su posesin de metales preciosos. Para ello se debe comprar poco y vender mucho. Esto conducir
lgicamente al proteccionismo aduanero. Aparecen en toda Europa tericos de la economa y surge un espritu
competitivo, comercial y antagnico diversas nacionalidades-. Se propugna la autarqua, el proteccionismo estatal;
el estado desgrava las exportaciones, aumenta aranceles, protege la industria, dicta normas sobre produccin y venta,
crea compaas de explotacin comercial, vigila la balanza comercial. Esta idea conecta con el absolutismo de
Francia y su primer ministro Colbert.
Historia de la Iglesia 160 P. Antonio Rivero, L. C.
I. SUCESOS
Dios era el centro en la Edad Media. Ahora, el centro es el hombre; el hombre que
penetra en los secretos de la naturaleza y por eso se entrega al arte y a los descubrimientos; el
hombre que se mete a fondo en el comercio y la industria, creando ya el rgimen capitalista. El
hombre, como en el perodo de los clsicos, vuelve a constituirse en medida de todas las cosas.
Al hombre inculto y aferrado a la tierra, propio de la Edad Media, le suceden el mercader y el
viajante.
Este hombre moderno es ms independiente, todo lo pasa por el tamiz de su libre examen
del subjetivismo y de la crtica. Este hombre est ms expuesto al indiferentismo religioso y al
atesmo materialista. La religin se fue considerando como algo privado de la conciencia de cada
cual, que no cae bajo la jurisdiccin del estado150 y ni siquiera de la Iglesia.
Decae, pues, el prestigio de la Iglesia, a la que ahora se intenta subordinar a los intereses
del estado.
Como consecuencia de todo esto, aparecen los primeros librepensadores, se abre el culto
a la razn que hace su entrada en las universidades por medio del averrosmo y de las ideas
pantestas; la literatura paganizante de Boccaccio, del Arcipreste de Hita, y de otros ms
atrevidos, sirve de solaz a damas y caballeros. El tema del ridculo, aplicado a las cosas y a la
personas eclesisticas, se agudiza cada vez ms, dando materia inflamable a los primeros
reformadores.
Los papas, como soberanos de unos territorios que buscan proteger, se inmiscuyen cada
vez ms en los asuntos de una Italia que se ha convertido en campo de rivalidades entre Francia y
los Habsburgo. Algunos papas enriquecen a su familia, a sus sobrinos y a sus hijos naturales 151.
Las fiestas de la corte romana son dispendiosas.
El papa Julio II (1503-1513), armado de casco y coraza, se lanza al asalto de las ciudades
enemigas. Por otro lado estos papas son artfices del Renacimiento, como mecenas o protectores
de artistas y literatos. Esta Iglesia no responde a las esperanzas de los cristianos. Por eso, ante
150
Es en este siglo cuando nacen los estados modernos: un soberano poderoso, unas finanzas, un ejrcito
151
A esto se llama nepotismo.
Historia de la Iglesia 161 P. Antonio Rivero, L. C.
esta situacin penosa, vino la famosa reforma de Martn Lutero. El monje agustino Martn Lutero
fue el protagonista de un doloroso cisma en la Iglesia de occidente. Cuando el papa Julio II
comenz la construccin de la nueva baslica de San Pedro en Roma, los fieles de todo el mundo
fueron invitados a contribuir con donaciones. Para animarlos, se concedi indulgencias a
quienes, junto con otras obras buenas, contribuyeran con dinero. Esto dio ocasin a un
escandaloso comercio de indulgencias. Contra esos abusos se levant Lutero publicando 95
proposiciones acerca de la doctrina de las indulgencias.
El Renacimiento vuelve a descubrir la antigedad bajo todas sus formas. Esa literatura
antigua duerme en los monasterios. Algunos prototipos del Renacimiento:
Rafael Sanzio: es el pintor de los estados suaves del alma. Por orden del papa Julio II
trabaj los frescos llamados La disputa del Santo Sacramento, La Escuela de
Atenas, El Parnaso, Atila detenido por el papa Len. Len X le encarg que
pintara las logias del Vaticano. En 52 frescos represent las grandes pginas de la
Biblia. Despus termin El pasmo de Sicilia y la Transfiguracin.
Pero hay que decir que hay un abismo entre la devocin del Kempis, tambin
perteneciente a la devocin moderna, y la doctrina soberbia pero elegantsima de Erasmo. En
lo espiritual queda el alma fra con la lectura de Erasmo. Es muy intelectual, su Cristo es
puramente moral, fro y abstracto, personificacin de la virtud en s y smbolo de todas ellas. En
cambio, el alma se inflama con la lectura del Kempis, pues presenta a un Cristo familiar y amigo
de nuestra alma.
Se ha dicho que Erasmo fue precursor de Lutero. Pero realmente Erasmo, aunque fue un
descontento dentro de la Iglesia, nunca fue un rebelde ni atac los dogmas de la Iglesia 152. Era
152
En su libro Hypersaspistes contra libellum Lutheri le dice Erasmo a Lutero: Yo no he sido nunca un
apstata de la Iglesia catlica. Yo s que en esa Iglesia, a la que vos llamis Iglesia papista, hay algunos que me
desagradan, pero tambin lo veo en vuestra iglesia. Uno soporta ms fcilmente los males a que est
acostumbrado. Por lo tanto, yo me conformo con esta Iglesia hasta que vea otra mejor, y ella tambin se ve
obligada a soportarme, hasta que yo mismo sea mejor.
Historia de la Iglesia 163 P. Antonio Rivero, L. C.
ms bien amigo de la paz, de las medias tintas, de la tolerancia, y enemigo de las afirmaciones
rotundas, de las precisiones. Hombre ms erudito que genial, trabajador, talento crtico, custico
y con cierta timidez. En el fondo era un hombre bueno, que tuvo ms admiradores que amigos.
Para esto le faltaba afectividad y entusiasmo.
Pero tambin naci en el momento en que comenzaba a surgir una nueva civilizacin
europea y cristiana. La cultura medieval se juntaba con el Renacimiento y del consorcio de los
dos se poda esperar un mundo nuevo. Todo pareca confluir a esta visin primaveral: el invento
de la imprenta, el descubrimiento del mundo antiguo en las obras de los clsicos, el del mundo
americano por Cristbal Coln y las naves de Espaa, el de oriente por los marinos portugueses;
florecen ciencias nuevas; la aparicin en la historia de la clase media.
La reforma de la Iglesia ya vena exigindose desde tiempo atrs. Lutero no hizo ms que
acercar la llama a la pira de leos secos y dispuestos...La hoguera fue colosal.
Una segunda causa hay que descubrirla en la decadencia de la teologa escolstica, junto
con el falso misticismo. De aqu nacen errores radicales. Los humanistas desprecian a los
telogos, y se preocupan ms por la forma externa, que por el fondo y contenido. Los
protestantes no slo desprecian a los telogos, sino tambin a la misma teologa, pues la
consideran opuesta al cristianismo. El falso misticismo influye en el fidesmo protestante y se
convierte en mdula de la piedad calvinista. La teologa ha derivado en dialctica ociosa. Pero la
mstica sin el fundamento de la teologa puede terminar en un misticismo peligroso153.
153
El caso ms sonado fue Eckart, profesor de Pars, Estrasburgo y Colonia, que defendi teoras pantestas, y
elabor doctrinas errneas, por ejemplo: Dios ha creado necesariamente, las cosas no tienen ser propio, el amor
Historia de la Iglesia 164 P. Antonio Rivero, L. C.
Una tercera causa est en los abusos y corruptelas de los clrigos y en la avidez de
recursos de la curia romana. Esto, aunque grave, no debera causar un rompimiento, pero s
exiga una reforma. Los abusos no son una causa propiamente dicha, s lo es el ambiente de
fastidio que ellos crean, y el odio contra la jerarqua y el clero que provocan. Desde el concilio
de Vienne (1311-1312) resuena el grito de reforma. Ni los concilios de Constanza (1414-1418) y
Basilea (1431-1447) consiguieron xito alguno en materia de reforma. Y, de quin vendr la
reforma? Reina la mxima confusin. O est cerca ya el fin del mundo piensan algunos-, o es la
hora del Anticristo, o Dios prepara un gran castigo.
Todo esto indica que el campo estaba preparado. Bast que Lutero lanzase su consigna de
reforma y de vuelta al primitivo cristianismo, para que muchos le siguiesen.
El monje agustino Martn Lutero fue el protagonista de este doloroso cisma en la Iglesia
catlica154. Qu duda cabe que en un inicio Lutero se movi por una actitud verdaderamente
religiosa, pues quera una iglesia ms pura y acorde al evangelio. Pero con el paso del tiempo las
pasiones irascibles le hicieron explotar y desobedecer a la autoridad papal, pues Lutero era
violento e intransigente. Se orden de sacerdote, no tanto por vocacin sincera, sino por el deseo
de no condenarse, dado que l senta dentro de s muy fuerte la concupiscencia.
ataque al papado y no pensaba en romper con Roma. Sus tesis tuvieron un enorme xito a travs
de Alemania y de toda Europa. Erasmo las aprob con entusiasmo.
Durante tres aos, los miembros de su orden y algunos enviados de Roma intentaron
persuadirle a corregir sus afirmaciones. Pero la disputa despert el nacionalismo alemn. Lutero
se present como el campen de un pueblo cansado de los procedimientos fiscales de la corte
romana y de la acumulacin de los bienes eclesisticos en Alemania. Lutero, enardecido por esto,
apel a la reunin de un concilio y comenz a criticar duramente al papa y la autoridad
eclesistica.
Estos son los puntos doctrinales de Lutero que contrastaban con la doctrina de la Iglesia
catlica:
Slo la fe, sin obras: nuestras obras estn corrompidas, porque estamos
empecatados desde la punta de la cabeza hasta los pies; por tanto, nuestras
obras no merecen nada. Slo hay que creer en Cristo que nos tiende su manto
de misericordia. La salvacin, dice, proviene de la fe, no de las obras ni de la
recepcin de los sacramentos. Para Lutero no existe el libre albedro, sino que
la concupiscencia es invencible, pues el hombre, despus del pecado original,
qued incompleto, sin fuerzas ni libertad. Por tanto, si nuestras obras no valen
para Lutero, tampoco valen nuestras oraciones y misas por los difuntos.
Nuestros actos sigue diciendo- son pecaminosos. Slo la fe le salva 156. Para
Lutero, Dios lo hace todo, el hombre no hace nada.
Slo Cristo: por tanto, rechaz los intermediarios, pues crea que toda mediacin
humana era negar la mediacin nica de Cristo y hacer depender del hombre
su propia salvacin. Por lo mismo rechaz el culto a la Virgen y a los santos, y
neg que la iglesia tuviera poder de alcanzar la remisin de las culpas a base
de indulgencias.
Alemania se dividi, unos a favor y otros en contra de Lutero. Los nobles se lanzaron al
asalto de las tierras eclesisticas, en nombre de la igualdad de los hombres ante Dios. Los
campesinos pobres se sublevaron contra los seores que los explotaban. Y todo en nombre de la
Palabra de Dios. Lutero invit a los seores a matar a los revoltosos, al no poder aplacar a los
campesinos. Fue una guerra atroz!
Despus del cisma de Lutero vinieron muchas otras separaciones en la iglesia. Hagamos
un recuento de ellas.
Calvino157, laico francs, se adhiri a las nuevas ideas reformistas, pero desarroll una
doctrina propia sobre la predestinacin, segn la cual Dios ya tiene predestinados
a unos para el cielo y a otros para el infierno, independientemente de sus obras.
Zwinglio, fascinado por las ideas de Lutero, defendi la Escritura como nica fuente
de la verdad en la iglesia, critic el culto a las imgenes, el celibato impuesto a los
157
Debido a sus estudios de derecho y su conocimiento de Platn, Calvino quiso volver a establecer la
cristiandad medieval, donde los dos poderes, el civil y eclesistico, estn muy unidos, hasta el punto que el estado
interviene en el nombramiento de los ministros y el consistorio (compuesto de pastores y de doce ancianos
escogidos por las autoridades) es una emanacin del poder civil.
Historia de la Iglesia 167 P. Antonio Rivero, L. C.
Juan Knox, sacerdote catlico escocs, se dej seducir por las ideas reformistas y
fund la iglesia presbiteriana. Perseguido en su tierra, se refugi junto a Calvino.
Europa, pues, qued dividida religiosamente. Hubo luchas y guerras de religin que
llenaron de sangre varias partes de Europa158. Enrique IV de Borbn, convertido al catolicismo
public en 1598 el tolerante edicto de Nantes que reconoci la libertad religiosa; es decir, que
cada prncipe escogiera la religin para su territorio: Cuius regio, eius religio (cada regin
tiene su religin). Los sbditos tienen que seguir la opcin de su prncipe o marcharse al
destierro.
Cmo acab el monje Lutero? Finalmente, en 1525, Lutero se cas con una antigua
religiosa, Catalina Bora, para burlarse del diablo y de sus satlites... y de todos los que son lo
bastante locos para prohibir casarse a los clrigos.
Lutero, al inicio, slo pretenda volver al primitivo cristianismo del que se haba venido
alejando la iglesia, y eso era bueno. No pretenda en ese tiempo separarse de la Iglesia Catlica.
Tambin era un elemento positivo el valor que conceda a la Sagrada Escritura y su deseo de
ponerla al alcance de todos los cristianos. Ya hemos dicho que la tradujo al alemn. Tambin era
bueno su afn por recalcar el valor salvfico de la fe, que haba quedado oscurecido por el trfico
de indulgencias. Es asimismo de alabar la importancia que concedi al bautismo y el haber
puesto en evidencia la igual dignidad de todos los bautizados.
158
Es famosa la matanza en Francia de hugonotes o calvinistas en la noche de san Bartolom (1572), despus
de la cual se aquietaron un poco las aguas.
Historia de la Iglesia 168 P. Antonio Rivero, L. C.
Otra consecuencia negativa fue que, al aliarse con los nobles de la nacin alemana,
increment la sujecin de las iglesias al estado. Si miramos este punto con imparcialidad,
tendremos que recordar la frase de Pguy: Todo comienza en mstica y todo acaba en poltica.
La necesidad de reforma era el grito que se escuchaba por todas partes. Y esa reforma
tena que comenzar desde la cabeza, el papa. Uno de los males en que cayeron algunos pontfices
de este siglo fue la frivolidad y el espritu mundano.
Clemente VII fue una muestra. Como arzobispo de Florencia haba sido bueno, pero
como papa agrav los males consintiendo algunos excesos. En poltica su gran yerro fue
indisponerse con el emperador Carlos V, baluarte de la Iglesia, al apoyar a su rival el rey
Francisco I de Francia. Este intent hacerse por la fuerza del ducado de Miln, y fue vencido y
capturado en Pava por el emperador (1525). Para recuperar su libertad firm el tratado de
Madrid, pero inmediatamente lo rompi y volvi a levantarse en armas contra el emperador. Es
aqu donde interviene Clemente VII, pues le ofreci su apoyo para liberarse del influjo que el
emperador tena en Italia. Este, tras consultar a sus telogos y tranquilizar su conciencia, ataca
militarmente con sus Lansquenetes la ciudad de Roma y la captura (1527).
Se hizo el ataque con una fuerza de veinte mil hombres integrados por italianos y
espaoles a quienes se agregaron diez mil jvenes luteranos cuyo jefe deca: Quisiera ahorcar
al papa con mis propias manos. El ataque fue brutal. La soldadesca arras cuanto encontr a su
paso. Saqueo de Roma se denomin este hecho. Su brutalidad caus consternacin en toda
Europa, tanto que el franciscano cardenal Quiones reproch duramente al emperador Carlos V
dicindole que no mereca llamarse emperador sino ms bien general de Lutero. Pero otros
predicadores decan: Roma, haz penitencia, esto es castigo de Dios. Y todos clamaban por la
reforma de la Iglesia. Clemente VII estuvo prisionero de Carlos V hasta fines de 1527.
159
Se lo deca a s mismo con estas palabras: Ests destruyendo lo que hasta ahora ha admitido la Iglesia
como cierto durante tanto tiempo; con tu doctrina ests minando el orden espiritual y temporal (Conversaciones
de sobremesa).
Historia de la Iglesia 169 P. Antonio Rivero, L. C.
Una de las ciudades italianas donde ms se conserv el fervor religioso fue Venecia,
debido a que no sufri por las guerras, el hambre o la peste. Preclaros venecianos eran Contarini
y san Jernimo Emiliano. All estuvo fuerte el Oratorio del Divino Amor, cuyo primer intento era
renovar la propia alma por medio de la oracin, la predicacin, la prctica de los sacramentos y
la caridad cristiana.
Corts y Pizarro entregaron al imperio espaol los inmensos territorios de los imperios
azteca (1521) e inca (1532) respectivamente. Almagro explora Chile y Pedro de Mendoza funda
Buenos Aires (1535); su hermano Pedro se dirige al Paraguay (1538). Vasco Nez de Balboa
descubri el Ocano Pacfico en 1513. Magallanes y Elcano dieron la vuelta al mundo durante el
trienio de 1519 a 1522.
Los papas Inocencio VIII en 1482, Alejandro VI en 1493 y Julio II en 1508 haban
concedido a los reyes espaoles una serie de privilegios para el gobierno de la iglesia tanto en
Espaa como en Indias160: formacin de dicesis y nombramiento de obispos, recaudacin de los
diezmos, aprobacin de documentos pontificios, construccin de iglesias, control de religiosos,
etc.
Resumamos un poco lo que ya dijimos en el siglo anterior. Desde sus inicios en Amrica,
la Iglesia qued estrechamente sujeta al poder civil. En este descubrimiento, es verdad, hubo
abusos y explotacin por parte de algunos conquistadores; incluso disminuyeron poblaciones
autctonas, debido a los duros trabajos a los que los sometan y a las enfermedades. Los
espaoles se haban distribuido las tierras y las poblaciones (sistema de encomienda), lo cual
llevaba a una esclavitud disimulada de los indios, por parte de algunos espaoles. En 1551, el
dominico Montesinos protesta en un sermn contra la explotacin de los indios ante el furor de
los colonos, que llevaron el asunto ante la corte de Espaa. Las leyes de Burgos (1512)
mantuvieron la encomienda, pero exigiendo que los indios fueran tratados como hombres libres y
que los amos se preocupasen de su vida cristiana. Esta evangelizacin americana es llamada
gesta evangelizadora, epopeya religiosa, empresa singular.
160
Con estas palabras, Alejandro VI les dio todas las potestades: Damos a perpetuidad a vosotros, reyes de
Castilla y de Len, islas y tierras firmes descubiertas, con potestad, autoridad y jurisdiccin plena y omnmoda
(Bula Inter caetera, 4 de mayo de 1493).
Historia de la Iglesia 170 P. Antonio Rivero, L. C.
Reforma! Sera capaz la Iglesia de poner los cimientos de esta reforma deseada? El
Espritu Santo otra vez ms no abandon la Iglesia.
Todava pululaban en el aire las ideas conciliaristas del siglo pasado. El quinto concilio
de Letrn (1512-1517), bajo el papado de Len X 162, conden el conciliarismo y la Pragmtica
Sancin de Bourges, que quera la independencia con respecto a Roma. Este concilio quiso
responder al rey francs Luis XII que, al igual que Felipe IV el Hermoso al Papa Bonifiacio VIII,
priv al Papa de subsidios, reuni un concilio nacional en Tours y apoy otro ecumnico en
Pisa (1511), de corte galicano el primero y conciliarista el segundo.
Dios hizo surgir la reforma catlica 163, no slo para combatir al protestantismo, sino para
lanzar con ms claridad la doctrina de la Iglesia catlica.
catlicos se lanzaron incluso a una reconquista armada. A todo esto es a lo que se da a veces el
nombre de contrarreforma. No es exacta la expresin contrarreforma porque parecera que
aprobase la de reforma de Lutero, que en realidad no fue reforma sino un complejo dogmtico,
disciplinar y moral, no siempre bien aclarado. Adems, para reformar la Iglesia no es necesario
destruirla ni separarse de ella, como hizo Lutero, sino permanecer fiel a ella. Tampoco es exacto
ese trmino de contrarreforma porque dara la impresin de que la restauracin de la Iglesia
catlica sera una mera reaccin contra el protestantismo, siendo as que la Reforma de la Iglesia
catlica es eminentemente constructiva, vital y positiva.
La Iglesia catlica convoc el concilio de Trento165 (1545-1563), bajo los papas Paulo
III , Julio III167 y Po IV.
166
El fin y el objeto de Trento fue salvar la ortodoxia de las costumbres, mantener la unidad
de la Iglesia, reanimar la santidad en el clero y el pueblo. El papa se ayud, para la reforma de
obispos y dicesis, de los teatinos, fundados por san Cayetano Thiene y Pedro Caraffa.
Trento abri una nueva era a la iglesia y sus decretos empezaron a practicarse por toda la
cristiandad. El concilio adems de abocarse a la reforma de las costumbres 168, se centr sobre
todo en aclarar la doctrina catlica, negada por Lutero.
En la primera etapa del concilio (1545-1547), siendo papa Paulo III, se reconoci el
valor de la tradicin apostlica, igual al de la Escritura como fuente de fe; se defini el canon 169
de los libros inspirados; se declar el significado de la Vulgata, no en el sentido filolgico
arrinconando y llenndole de calumnias. Fue l tambin el que convoc la Dieta de Nuremberg donde, por boca de
un legado suyo, reconoci las culpas de la Iglesia, pensando de esa forma poder reconquistar esa tierra de Alemania,
para el catolicismo; intent una reconciliacin entre Francia y Espaa para inducirlas a luchar contra los turcos que
volvan a asomarse amenazadores. Muri al cabo de un ao.
165
Trento est en el corazn de los Alpes. Se escogi Trento, porque, aunsiendo italiana, era feudo alemn y
podra ser aceptada por los protestantes. En este concilio asistieron 237 participantes. Estuvo presidido por los
legados del papa: los cardenales Del Monte (ms tarde papa Julio III), Cervini (ms tarde papa Marcelo II) y Pole.
Lo convoc en 1535 en Mantua, pero no le permitieron entrar; luego, en Vicenza en 1538, pero no asistieron
obispos; finalmente en Trento, a los diez aos de la convocatoria, en 1545. Asistieron veinticinco obispos, cinco
generales de rdenes religiosas, y telogos de los ms afamados: los jesuitas Lanez y Salmern; los dominicos
Melchor Cano, Domingo de Soto, Ambrosio Catarino; los franciscanos Alfonso de Castro y Andrs Vega; el
agustino Seripando. Lutero y los protestantes se haban ratificado en su decisin de no tomar parte en la asamblea.
166
Este papa reorganiz la inquisicin romana que tom el nombre de Santo Oficio (hoy, Congregacin para la
Doctrina de la fe), a fin de detener la propagacin de la hereja. El programa de este papa se resume en tres puntos:
eliminar el cisma, reformar la Iglesia y luchar contra los turcos. Adems de Lutero, Zwinglio y Enrique VIII,
se embarc en la corriente cismtica Calvino en Suiza. Paulo III fue un papa estimado y admirado por muchos
cientficos y escritores de su poca. Convoc el concilio de Trento, aprob la Compaa de Jess, intent reconciliar
a Carlos V y Francisco I, mand restaurar el Capitolio, el fresco del Juicio Final de la Capilla Sixtina, la Cpula de
san Pedro y el palacio Farnese en Roma.
167
Este papa luch contra los protestantes de Francia llamados hugonotes, aprob el Colegio Romano,
enriquecida ms tarde por Gregorio XIII (por eso se llama Gregoriana), y trabaj por la paz entre Carlos V y
Francisco I.
168
Oblig a los obispos a residir en sus dicesis y a visitarlas; y a los prrocos en sus parroquias. Prohibi el
acumulamiento de beneficios pecuniarios. Orden la ereccin de seminarios diocesanos en donde estudiaran los
aspirantes al sacerdocio.
169
El Canon de la Biblia es el catlogo o lista de los libros que la Iglesia considera inspirados por Dios,
llamados, por lo mismo, libros cannicos. Son 73 libros; 46 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento.
Historia de la Iglesia 172 P. Antonio Rivero, L. C.
En la segunda etapa (1551-1552), siendo papa Julio III, prosiguieron los decretos
relativos a la eucarista, a la penitencia y a la extremauncin, adems de los concernientes al
ejercicio de la autoridad episcopal, las costumbres del clero y la colacin regular de los
beneficios eclesisticos.
En la tercera etapa (1561-1563), siendo papa Po IV, se promulgaron los decretos sobre
la comunin bajo las dos especies, que declararon no necesaria; sobre el carcter sacrificial de la
misa; sobre los sacramentos del orden y del matrimonio; sobre el purgatorio, la veneracin de los
santos, de las imgenes y reliquias. Simultneamente se dieron cuarenta y dos artculos, que
pueden ser considerados como la esencia de la reforma tridentina, concernientes a los ms
importantes sectores de la vida eclesistica: acerca de la residencia de los obispos, las
condiciones para la colacin de las rdenes por parte de los obispos, el uso del latn en la
celebracin de la misa y administracin de sacramentos, sobre la disciplina del clero, la
formacin eclesistica, etc.
En esta ltima etapa asistieron 225 Padres: seis cardenales, tres patriarcas, 193 arzobispos
y obispos, siete abades y siete superiores generales de rdenes religiosas, 39 procuradores de
otros tantos prelados ausentes.
170
Trento declar la autenticidad de la Vulgata de san Jernimo (332-420), que es la traduccin de la Biblia al
latn, por encargo del papa Dmaso, y la acept como oficial. Y al mismo tiempo, Trento orden la preparacin y
publicacin de una obra corregida de su texto, que llev a cabo Hentenio de Lovaina (1547). Sin embargo, no existi
uniformidad hasta que Sixto V prepar personalmente la edicin sixtina (1590). An mand Clemente VIII revisar
esta edicin con el resultado de la de 1598, preparada por Toledo. Las diferencias entre la Vulgata y la Biblia
protestante se refiere no slo a detalles de la traduccin sino principalmente al orden de los libros, la divisin de los
captulos y, en el Antiguo Testamento, la presencia o ausencia de libros deuterocannicos. Los protestantes no
aceptaron los libros deuterocannicos: Tobas, Judit, Sabidura, Eclesiasts, Baruc, 1 y 2 Macabeos.
171
Este decreto es una obra maestra, en la que se expresa de la forma ms precisa la concepcin catlica de la
justificacin y de la gracia frente a la teora protestante.
Historia de la Iglesia 173 P. Antonio Rivero, L. C.
reserva por la mayor parte de los soberanos y de los Estados catlicos. Slo Francia admiti los
dogmticos, pero no los disciplinares.
Aqu estn resumidos los principales puntos doctrinales del concilio de Trento172:
Declar que las fuentes de la revelacin son las Escrituras y la tradicin de la Iglesia.
De esta manera la Iglesia contestaba la doctrina de Lutero que todo lo cifraba en
la sola Escritura.
Fij los libros de la Biblia o canon: son 73 libros; 46 del Antiguo Testamento y 27 del
Nuevo Testamento. Los protestantes aceptan 39 libros del Antiguo Testamento y
27 del Nuevo Testamento; en total, 66 libros; siete menos que los catlicos. Los
protestantes no aceptan Tobas, Judit, Sabidura, Eclesiasts, Baruc, 1 y 2 de
Macabeos.
Explic la doctrina del pecado original, la gracia y los sacramentos, que en pocas
palabras se resume as: El hombre nace herido con el pecado original, pero no
corrompido. Dicho pecado se borra totalmente con el bautismo, aunque queda la
concupiscencia o la tendencia o inclinacin al pecado. El bautismo nos santifica y
el hombre con la gracia del bautismo y de los sacramentos puede hacer obras
buenas y meritorias a los ojos de Dios. As daba contestacin al protestantismo
que deca que el hombre estaba totalmente corrompido y era incapaz de hacer el
bien, aunque haya recibido el bautismo. Para ellos el bautismo hace justo al
hombre, pero no porque lo regenere, sino porque Dios ya no le imputa el pecado,
en virtud de los mritos de Cristo.
Afirm que slo la fe en Jesucristo salva, pero que las obras buenas son necesarias.
Los protestantes decan que slo la fe salva, pues todas las obras hechas por el
hombre son obras empecatadas y no agradables a Dios.
del papa. Si no hay este espritu penitencia, la indulgencia sera una compraventa,
que es lo que Lutero ech en cara a la Iglesia.
La aplicacin del concilio en los pases catlicos dependi en parte de la voluntad de los
soberanos. Felipe II de Espaa recibi muy pronto las decisiones conciliares. En Alemania, a los
emperadores les habra gustado obtener el matrimonio de los sacerdotes. En Francia, por
considerar que el concilio atentaba contra el poder real, los reyes negaron su publicacin.
El papa Clemente VII debi aceptar rendicin incondicional exigida por el vencedor. El
vencedor se incaut como botn de guerra- de las ciudades papales de Civit Vecchia, Ostia,
Civit Castellana, Piacenza, Parma y Mdena, que integraban el poder temporal del papado.
Para hacer frente a otros gastos, Clemente VII debi recurrir a emprstitos de banqueros
genoveses y catalanes, hipotecando la ciudad de Benevento y las rentas eclesisticas de Npoles.
Rendido y humillado, despojado y enfermo, regresa a Roma (1528).
Por disposicin de la divina Providencia, es por esta poca lgubre cuando el Papa apoya
a un grupo de franciscanos que desean vivir vida eremtica y que el pueblo llamar capuchinos.
La bula est firmada el 3 de julio de 1528.
El concilio de Trento impuls una serie de rdenes e instituciones para llevar a cabo esa
reforma tan anhelada por la Iglesia. Estas rdenes estn vinculadas al papa Paulo III.
Cules son?
Historia de la Iglesia 175 P. Antonio Rivero, L. C.
Oratorio del Divino Amor: surgi en Roma en tiempos de Len X. Era una hermandad de
clrigos y seglares fervorosos cuyo fin principal era difundir la devocin eucarstica y la
comunin frecuente, cosa desconocida hasta entonces. Estos grupos de oracin se extendieron
por Gnova, Vicenza y Venecia. Impulsaron este oratorio los cardenales Pedro Caraffa, Sadoleto
y san Cayetano Thiene. Ms que orden es un movimiento de espiritualidad.
Los teatinos son ya una orden. Sus fundadores fueron el cardenal Pedro Caraffa y san
Cayetano Thiene. Se llamaron teatinos porque as los llamaba el pueblo, dado que Caraffa era
obispo de Theate. Esta orden estaba constituida por clrigos reformados; no adoptaban normas
monacales y se consagraban al pastoreo de la grey alejada. Su vida sacerdotal santa se extendi
rpidamente, a tal punto que santa Teresa de Jess dice: Sed amigos de los teatinos.
Obtiene la aprobacin del papa Clemente VII en 1526. Se les denomin en un inicio
ermitaos franciscanos y ms tarde capuchinos porque usaban hbitos burdos con capucha
grande. Viven en pobreza y en oracin. Esta nueva rama franciscana sufri mucho de parte de
sus mismos hermanos franciscanos; incluso, el primer vicario general, Mateo, y el segundo, Luis
Fossombrone se volvieron a los observantes. El tercer vicario, Bernardino Ochino, descuid su
vida eremtica y contemplativa por darse a una actividad asombrosa; termin pasndose al
protestantismo y huyendo a Suiza.
Pero estos contratiempos no detienen el crecimiento de los capuchinos que, pese a todo,
contaban con el apoyo de los cardenales Contarini, Sanseverino y del reformador obispo de
Verona, Juan Mateo Giberti. Se extienden rpidamente por toda Europa en la segunda mitad del
siglo XVI y se constituyen desde los albores, en los predicadores y confesores de Europa, y en su
apostolado entre la gente sencilla y en las misiones. Demstenes del pueblo los llamar
Lacordaire.
Pasadas las tormentas, se consolid la tierna rama y el papa Paulo V les dio plena
independencia de los conventuales (1619). Forman desde entonces una nueva rama franciscana
junto a los observantes y conventuales. Corra un verso que reza as: Mateo de Bascio les dio el
Historia de la Iglesia 176 P. Antonio Rivero, L. C.
hbito. Luis de Fossambrone la barba. Bernardino de Asti el espritu. El pueblo les puso
nombre.
Santa ngela de Merici funda las Ursulinas en 1537, dedicadas a obras de educacin.
Quera salvar a la sociedad, formando a las madres de familia y a los educadores.
San Felipe Neri, el oratorio, en 1563. Constaba de laicos y sacerdotes que se dedicaban,
sin estructura ni constituciones, a rezar, cantar, comentar las Escrituras, estudiar la historia de la
iglesia y dedicarse al servicio de los enfermos y peregrinos.
Su lema lo deca todo: Ad maiorem Dei Gloriam (para la mayor gloria de Dios).
Su fin: ser un ejrcito a las rdenes del Papa para la defensa y la explicacin de la
doctrina catlica. Mediante un cuarto voto de obediencia rigurosa al Papa, adems
de los clsicos de pobreza, castidad y obediencia, san Ignacio puso a su grupo en
manos del pontfice. Con este voto los jesuitas significan su voluntad de
responder a todas las necesidades de la Iglesia de su tiempo, a donde les mandara
el papa.
Los medios para llevar a cabo su apostolado: los ejercicios espirituales destinados a la
conversin del hombre; la enseanza en universidades y colegios, las misiones, la
investigacin cultural y la pastoral en general.
No tard en difundirse la nueva Compaa. A la muerte del fundador contaba ya con doce
provincias que se extendan desde el Brasil al Japn, con ms de cien casas y cerca de mil
miembros. La Compaa fue de los primeros adalides de la restauracin catlica europea, de las
misiones y de la enseanza cristiana en la sociedad. Los jesuitas fundaron gimnasios, colegios,
seminarios y escuelas superiores. Su programacin de estudios la Ratio Studiorum- es un
modelo de la nueva pedagoga que ya entonces se presagiaba.
Este siglo vio tambin nacer a los grandes msticos espaoles, santa Teresa de vila176 y
san Juan de la Cruz, adems de otras obras de espiritualidad riqusimas de san Juan de vila,
san Francisco de Borja, fray Luis de Len, fray Luis de Granada, san Pedro de Alcntara.
174
Hasta tal punto es la obediencia que en la regla 13 de los ejercicios espirituales dice: Lo blanco que yo veo
debo creer que es negro, si la Iglesia jerrquica as lo determina. Es la obediencia perinde ad cadver(como la
de un cadver).
175
Cul es ese principio y fundamento? El hombre ha sido creado para conocer, amar y servir a Dios en la
tierra, y de esta manera salvar su alma. Todas las dems cosas de aqu abajo son creaturas, que debo usar en tanto
cuanto me conduzcan a Dios y las debo rechazar en tanto cuanto me aparten de Dios.
176
Teresa es la reformadora de las Carmelitas descalzas. Es nica en la historia. Otros organizadores y
fundadores de rdenes religiosas tenan estudios o eran sacerdotes, obispos y cardenales, o tenan apoyos. De todo
carece Teresa. Entra en la orden carmelita (1533). El convento de la Encarnacin dejaba mucho que desear y Teresa
se pleg a la vida mediocre hasta que, inspirada por Dios, reacciona y se propone fundar una casa de estrecha
observancia con aprobacin del provincial de los carmelitas (1562). Iniciada la reforma, el provincial se volvi atrs.
Dice la tradicin que la santa se lo reproch. Es que ahora soy superior provincial, repuso l, defendindose.
Retirse Teresa y en voz baja exclam: Dios los llama para santos y en provinciales se quedan. Fue apoyada por
el franciscano san Pedro de Alcntara y el dominico Domingo Bez, quien le consigue autorizacin del papa Po
IV. Se establece en el convento de san Jos de vila (1563). Afronta toda clase de dificultades y persecuciones. Pasa
cinco aos de reclusin en Toledo donde redacta las Fundaciones. Es gran maestra de vida espiritual, sin pretender
serlo. Escribe por obediencia: Para qu quieren que escriba? Escriban los letrados, que yo soy una tonta y no
sabr lo que digo; que me dejen hilar mi rueca, que no soy para escribir (Vida, prlogo). El libro que le gan de
parte del papa Pablo VI en 1970 el ser doctora de la Iglesia fue el libro de las Moradas, donde expone los caminos
para la oracin, hasta llegar a la unin ntima y transformante con Dios. Caracterstica dominante de su existencia
fue la adhesin incondicional y el amor a la Iglesia. As termina su existencia: Muero hija de la Iglesia.
Recomiendo sus obras: Vida, Camino de perfeccin, Fundaciones, Conceptos del amor de Dios, y sobre todo, Las
Moradas.
Historia de la Iglesia 178 P. Antonio Rivero, L. C.
Ser, pues, este siglo XVI, el siglo de las misiones en Oriente, con san Francisco Javier,
jesuita, a la cabeza, que fue a Goa (1542), Malaca (1545), Japn (1549), lleg a la frontera de
China (1552) y convirti a numerosos asiticos mediante su apostolado audaz e incansable. Otros
jesuitas llegaron al Congo en 1547, a Marruecos en 1549, y a Etiopa en 1555. Cien discpulos de
Ignacio llegaron a la India. Paralelamente fueron formndose las respectivas dicesis en
territorios asiticos. Japn contaba con 150 mil conversiones cuando Taikosama barri en este
mismo siglo con aquella comunidad catlica.
Amrica cristiana
Historia de la Iglesia 179 P. Antonio Rivero, L. C.
La primera reduccin data de 1610. Lleg a haber hasta treinta, donde se agrupaban unos
150.000 habitantes. Se organiz una vida totalmente comunitaria sobre bases cristianas. Cada
reduccin estaba dirigida por dos o tres jesuitas. Todo era comn. Se ha llamado la repblica
comunista177 cristiana de los guaranes. El tratado de los lmites (1750) hizo pasar las reducciones
del dominio espaol al portugus. Los guaranes resistieron algn tiempo. La supresin de los
jesuitas, por presin del gobierno portugus, dio el golpe de gracia a las reducciones (1768).
Varios mrtires regaron con su sangre el territorio americano; entre ellos el obispo fray
Antonio de Valdivielso, dominico, muri a manos de espaoles por defender a los indgenas.
Sobresalieron tambin por su labor evanglica: Francisco Solano, Antonio de Montesinos, Juan
de Zumrraga, Juan del Valle, Pedro Delgado, Domingo Navarrete, Jos de Anchieta, y Manuel
de Nbrega.
177
Qutese a esta palabra la connotacin actual de comunista, que tendra relacin con el comunismo ateo ruso.
En ese siglo significaba que todo era realmente de todos. Todo era comn, como en la primera comunidad cristiana.
178
Bartolom de las Casas es un personaje complejo. l mismo haba explotado a los indios en un inicio, pero
despus se convirti. Ciertamente puso su empeo para que se tratara bien a los indios e hizo lo imposible para que
el rey de Espaa suprimiera la encomienda. Las encomiendas eran territorios ms o menos extensos dados a un
seor. Estas encomiendas eran trabajadas por indios que muchas veces vivan una autntica esclavitud. Se intent
paliar trayendo negros del frica en 1501. Muchos espaoles descubrieron esta situacin llevando a cabo una gran
obra a favor de los indgenas. Uno de ellos, el padre Las Casas. Francisco de Vitoria, catedrtico de la Universidad
de Salamanca, sent las bases del derecho internacional poniendo en duda el derecho de los espaoles a asentarse en
Amrica sin el consentimiento de los nativos.
Historia de la Iglesia 180 P. Antonio Rivero, L. C.
Juan Diego180 brilla como uno de los protagonistas de esta sntesis admirable: por un lado
es indgena con los suyos, con una tradicin que vena desde remotos antepasados y cuya
permanencia en el tiempo era smbolo de la verdad; por otro lado, entra en contacto con el
mundo de lo nuevo y que, por lo mismo, no tena garanta de veracidad.
No obstante, aprende a dialogar con la fuente de los smbolos espaoles, la Virgen Mara
y el fruto bendito de su vientre, Jess, y lo asimila de manera excepcional en una experiencia
religiosa que deja ver la fuerza de la gracia en el escogido. La historia de las apariciones es el
testimonio vivo de la eficacia de Mara como Maestra de un laico indgena evangelizador. El
Nican Mopohua(Aqu se narra) del sabio y docto indgena Antonio Valeriano, es una
relacin de alta escuela, donde aparecen ntimamente relacionados los protagonistas: la Madre
del Hijo de Dios, Juan Diego Cuahtlatoatzin, el obispo Fray Juan de Zumrraga y Juan
Bernardino.
La Virgen Mara proclama a Juan Diego un mensaje que de por s comporta un nuevo
nacimiento: No estoy yo aqu que soy tu Madre? No ests bajo mi sombra y resguardo? No
soy yo la fuente de tu alegra? No ests en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos?
Tienes necesidad de alguna cosas?181.Mara no slo est dicindole a Juan Diego que ella es
su Madrecita, sino que adems ella se siente honrada y agradecida por serlo.
179
Valeriano Antonio, Nican Mopohua, traduccin del nhuatl al castellano del Pbro Mario Rojas Snchez, Ed.
Fundacin la Peregrinacin, Mxico 1998, vv. 34-35
180
Sigo aqu algunas reflexiones de la carta pastoral del arzobispo primado de Mxico, cardenal Norberto
Rivera Carrera por la canonizacin del Beato Juan Diego Cuauhtlatoatzin, 26 de febrero de 2002
181
Valeriano Antonio, o.c., v.119
182
En un cerro donde lo nico que haba era mezquites, magueyes, nopales, y que en ese tiempo atravesaba
por la estacin invernal.
183
Valeriano Antonio, o.c. v. 130
Historia de la Iglesia 181 P. Antonio Rivero, L. C.
mundo humano del Tepeyac, que de por s era rido y adems se encontraba en la poca de
invierno.
La experiencia de toda una vida culminada con cantos y flores, encuentro con la Seora
del Cielo, enfermedad y curacin del to Bernardino, entrevistas con el seor obispo, llevaron a
Juan Diego a pedir el honor de poder dedicarse por completo al servicio de la Morenita, viviendo
a un lado del templo. Para ello solicit la autorizacin del obispo Zumrraga, dada la distancia
que haba entre su casa y la ermita de Guadalupe. Obtenido el permiso del obispo, dej todo y se
retir a la ermita para servir a la Virgen, cuidando de su casita.
Esta comunin diaria con los intereses de la Santsima Virgen desemboc en una vida
segn el Espritu de Jesucristo: A diario se ocupaba en cosas espirituales y barra el templo. Se
postraba delante de la Seora del Cielo y la invocaba con fervor. Frecuentemente se confesaba y
obtuvo la gracia de poder comulgar tres veces por semana, cosa excepcional para un laico de
entonces. Ayunaba, haca penitencia, se disciplinaba, se cea cilicio de malla y buscaba la
soledad para poder entregarse a solas a la oracin 184.
De esta forma, el testimonio de una vida ntegra alcanzada por Juan Diego, bajo la accin
de la gracia divina, provoc una fama de santidad reconocida por quienes entraban en contacto
con l. Marcos Pacheco, el primero de los siete indios ancianos, informantes de Cuauhtitln, que
declararon en el proceso de 1666, nos ofrece una sntesis al respeto: Era un indio que viva
honesta y recogidamente, que era muy buen cristiano y temeroso de Dios y de su conciencia, y
de muy buenas costumbres y modo de proceder, en tanta manera que, en muchas ocasiones le
184
Ixtlilxochitl Fernando de Alva, Nican Motecpana, en De la Torre Villar Ernesto y Navarro de Anda Ramiro,
Testimonios histricos guadalupanos, Fondo de cultura econmica, Primera edicin, Mxico 1982, p. 305
Historia de la Iglesia 182 P. Antonio Rivero, L. C.
deca a este testigo la dicha de su ta: Dios os haga como Juan Diego y su to; porque lo tena
por muy buenos indios y muy buenos cristianos.
Hoy la Iglesia ya lo venera como santo: san Juan Diego, ruega por nosotros. Fue el
papa Juan Pablo II quien lo proclam santo el 31 de julio de 2002, en su visita a Mxico.
Mientras veamos cmo la gracia de Dios actu en este indio Juan Diego y se prest
libremente a esa accin divina, en Europa se daba, miren por dnde, una disputa acerca de cmo
acta la gracia divina en relacin con la libertad humana.
La disputa fue entre los dominicos, con una concepcin ms rgida, y los jesuitas, una
solucin ms mitigada.
Luis Molina, jesuita, sostena que el hombre realiza libremente sus acciones, pues la
gracia inclina a la libertad sin suprimirla; Dios acta, a su vez, en la realizacin de los actos
buenos dado que por su ciencia sabe que el hombre los habr de realizar.
Domingo Bez, dominico, le llamaba a Molina pelagiano, porque pareca que todo lo
realiza el hombre con su libertad. Bez afirmaba que la gracia eficaz de Dios determina
fsicamente a la voluntad a obrar. Luis Molina llam a Bez calvinista, porque pareca que
suprima la libertad del hombre.
Ms tarde Miguel de Bayo llev al extremo la posicin de Bez, diciendo que el libre
albedro, desnaturalizado por el pecado, no poda obrar el bien, y slo la gracia de Cristo,
ordenando al hombre a Dios, permita obrar bien y meritoriamente. Ms tarde, en el siglo XVII
la Iglesia dara respuesta a este problema. Mientras tanto, el papa Clemente VIII impuso silencio
a las dos partes. No se pudo dar solucin definitiva. Y no poda ser de otro modo, ya que el
misterio de la cooperacin de la gracia divina con el libre albedro del hombre, es, y seguir
siendo, un problema-misterio que trasciende cualquier argumento de razn: Cunto acta la
gracia de Dios y cunto acta mi libertad a la hora de hacer una accin...es un misterio.
Una pista de este misterio podra ser sta: Dios ilumina mi entendimiento e inclina mi
voluntad para que yo libremente escoja el bien; pero de ninguna manera mueve mi voluntad
fsicamente hasta el punto que me obligue a obrar el bien, pues as no sera yo libre. De esta
manera se salva, por una parte la soberana y el dominio total de Dios, y, por otra, mi libertad que
es quien escoge ese bien, sin coaccin ni imposicin.
Historia de la Iglesia 183 P. Antonio Rivero, L. C.
CONCLUSIN
Aqu traigo a colacin la homila del Papa al canonizar al beato Juan Diego, y al mismo
tiempo el mensaje de los obispos mexicanos con motivo de la canonizacin. Tambin me ha
parecido interesante la entrevista que hicieron al doctor peruano Jos Aste Tosmann, que lleva 22
aos estudiando las retinas de la Virgen y experto de IBM en procesamiento digital de imgenes.
***
1. "Yo te alabo, Padre, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has
revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque as te ha parecido bien!" (Mateo 11, 25).
Queridos hermanos y hermanas: Estas palabras de Jess en el evangelio de hoy son para
nosotros una invitacin especial a alabar y dar gracias a Dios por el don del primer santo
indgena del Continente americano. Con gran gozo he peregrinado hasta esta Baslica de
Guadalupe, corazn mariano de Mxico y de Amrica, para proclamar la santidad de Juan Diego
Cuauhtlatoatzin, el indio sencillo y humilde que contempl el rostro dulce y sereno de la Virgen
del Tepeyac, tan querido por los pueblos de Mxico.
****
3. Cmo era Juan Diego? Por qu Dios se fij en l? El libro del Eclesistico, como
hemos escuchado, nos ensea que slo Dios "es poderoso y slo los humildes le dan gloria" (3,
20). Tambin las palabras de San Pablo proclamadas en esta celebracin iluminan este modo
divino de actuar la salvacin: "Dios ha elegido a los insignificantes y despreciados del mundo; de
manera que nadie pueda presumir delante de Dios"(1 Co 1, 28.29).
Cristo a travs de su Madre tom los elementos centrales de la cultura indgena, los purific y les
dio el definitivo sentido de salvacin" (14.05.2002, n. 8). As pues, Guadalupe y Juan Diego
tienen un hondo sentido eclesial y misionero y son un modelo de evangelizacin perfectamente
inculturada.
4. "Desde el cielo el Seor, atentamente, mira a todos los hombres" (Sal 32, 13), hemos
recitado con el salmista, confesando una vez ms nuestra fe en Dios, que no repara en
distinciones de raza o de cultura. Juan Diego, al acoger el mensaje cristiano sin renunciar a su
identidad indgena, descubri la profunda verdad de la nueva humanidad, en la que todos estn
llamados a ser hijos de Dios en Cristo. As facilit el encuentro fecundo de dos mundos y se
convirti en protagonista de la nueva identidad mexicana, ntimamente unida a la Virgen de
Guadalupe, cuyo rostro mestizo expresa su maternidad espiritual que abraza a todos los
mexicanos. Por ello, el testimonio de su vida debe seguir impulsando la construccin de la
nacin mexicana, promover la fraternidad entre todos sus hijos y favorecer cada vez ms la
reconciliacin de Mxico con sus orgenes, sus valores y tradiciones.
Bendito Juan Diego, indio bueno y cristiano, a quien el pueblo sencillo ha tenido siempre
por varn santo! Te pedimos que acompaes a la Iglesia que peregrina en Mxico, para que cada
da sea ms evangelizadora y misionera. Alienta a los Obispos, sostn a los sacerdotes, suscita
nuevas y santas vocaciones, ayuda a todos los que entregan su vida a la causa de Cristo y a la
extensin de su Reino.
2. Juan Pablo II nos visitar por quinta vez. Reiteradamente ha manifestado su amor a
Mxico, donde descubri, a los pies de Nuestra Seora de Guadalupe, el matiz evangelizador e
itinerante que habra de tener su pontificado, para iluminar a hombres y mujeres con la verdad de
Jesucristo. Su ejemplo de entrega infatigable es para todos los miembros de la Iglesia un
estmulo y testimonio vivo de cmo impulsar la Nueva Evangelizacin. Ser una nueva
oportunidad para que correspondamos con afecto y entusiasmo, reiterando nuestra fidelidad a
Jesucristo y a su Iglesia en comunin con el sucesor de San Pedro en la Ctedra de Roma.
3. Juan Diego es miembro de una cultura indgena con valores familiares y sociales que
sirvieron de base para la vocacin recibida despus de haber sido bautizado.
4. Esta existencia adquiere un nuevo significado con lo sucedido en el mes de diciembre de
1531, en la colina del Tepeyac. Este acontecimiento es conocido como el Hecho Guadalupano,
teniendo como protagonistas a la Madre del verdadero Dios por quien se vive, el mismo Juan
Diego, el obispo Fray Juan de Zumrraga y Juan Bernardino; desde entonces, el laico Juan Diego
est indisolublemente unido al Hecho Guadalupano.
5. Juan Diego es el embajador fiel, que, al contacto con la llena de gracia, reconoci al
Verdadero Dios por quien se vive y al Hijo que ella traa consigo; y, movido por la accin del
Espritu Santo, se puso al servicio de la obra anunciada por la Virgen Mara.
6. En diversas ocasiones y con diversos signos se present ante Fray Juan de Zumrraga,
cabeza visible de la incipiente Iglesia en Mxico, transmitindole a l y nada ms que a l, el
deseo de la "nia celestial", hasta lograr su encomienda.
7. El vidente y embajador se dej envolver por el Espritu divino y acept convertirse en
testigo de todo lo acontecido a favor de sus hermanos, cooperando de esta forma en el
acercamiento del mundo indgena y el mundo espaol.
8. El Hecho Guadalupano signific el comienzo de la evangelizacin con una vitalidad que
rebas toda expectativa. El mensaje de Cristo a travs de su Madre tom los elementos centrales
de la cultura indgena, los purific y les dio el definitivo sentido de salvacin; as se convirti en
un modelo de evangelizacin inculturada y un reto para todos los agentes de evangelizacin que
trabajan por hacer presentes los valores del Evangelio en las culturas de la sociedad mexicana.
Historia de la Iglesia 186 P. Antonio Rivero, L. C.
9. Un santo es patrimonio de la Iglesia universal y modelo de vida para toda persona abierta
a la verdad. Juan Diego es un santo que se ofrece al indgena, al mestizo y al criollo, al nio, al
joven y al adulto. "Todos los cristianos como nos lo recuerda el Papa Juan Pablo II en su Carta
Apostlica Novo Millennio Ineunte n. 30- estn llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la
perfeccin del amor". El profesionista, el ama de casa, y el clrigo pueden encontrar en Juan
Diego una inspiracin para saber valorar lo que son y lo que estn llamados a realizar en el
ambiente en que viven, para sembrar semillas de justicia, amor y paz y ayudar a que fructifiquen.
10. Canonizar a un bautizado significa que la autoridad competente de la Iglesia declara,
pblica y solemnemente, que la existencia de dicha persona ha sido una forma autntica de
encarnar el Evangelio de Jesucristo. Por ello, el santo es digno de veneracin e invocacin, y su
forma de vida un ejemplo inspirador para que otros vivan la propia vocacin en el seguimiento
radical de Cristo hasta llegar al encuentro definitivo con el Padre en el reino de los cielos.
11. La canonizacin del Beato Juan Diego se levanta como nueva voz que llama a la santidad
a todos los bautizados. Queremos presencia de cada uno de ellos en la conformacin de un tejido
social ms civilizado y ms inspirado en la mentalidad de Santa Mara de Guadalupe: mostrar el
amor y la ternura de Dios hacia todos los moradores de estas tierras, especialmente hacia los ms
pobres y desamparados. El reconocimiento oficial de la Iglesia de la santidad de vida de Juan
Diego es, por otra parte, una forma de dignificar al indgena, tantas veces marginado y
menospreciado en nuestra patria.
12. Hace patente adems el amor providencial de la Iglesia y del Papa por los indgenas; y
reitera nuevamente el firme repudio a las injusticias, violencias y abusos de que han sido objeto
a lo largo de la historia. La Iglesia contempla e invita a contemplar los autnticos valores
indgenas con amor y esperanza... El Papa, con la canonizacin, alienta a los pueblos autctonos
de Mxico y Amrica a que conserven con sano orgullo la cultura de sus antepasados y apoya a
todos los indgenas en sus legtimas aspiraciones y justas reivindicaciones.
13. La vida de Juan Diego ha de ser un renovado estmulo en la construccin de la nacin
mexicana en la que haya una reconciliacin con sus orgenes, con su historia, con sus valores y
tradiciones. Nacin en la que su progreso est fundamentado en el valor de la persona humana
con todos sus derechos inalienables. En donde la confluencia de la diversidad encuentre la
comunin en una bsqueda creativa. Donde las leyes que salvaguarden la convivencia aseguren
la justicia y la solidaridad. Donde los ms dbiles encuentren salvaguardada su dignidad y los
ms favorecidos, cauces eficaces para la fraternidad.
CONCLUSIN
ENTREVISTA
SIGLO XVII
INTRODUCCIN
Es el siglo del absolutismo, donde los soberanos tanto catlicos como protestantes,
intentan aduearse de todas las instituciones. Es ms, comienza en este siglo una ciencia poltica
que busca justificar el absolutismo: el rey debe poseer todo el poder para garantizar la
seguridad de los sbditos. Tambin se considera a este siglo como el siglo del nacionalismo
religioso, del galicanismo y del jansenismo
De las tres fuentes de autoridad: Dios, rey y ley, una debe identificarse con las otras dos.
El gran terico es Bossuet185 hace su propuesta: poder absoluto y centralizado; la divisin de
poderes es la anarqua. El poder del soberano viene de Dios186 solamente y no responde a ningn
pacto social. El rey es un enviado de Dios. La mxima expresin del absolutismo est en
Francia y en su monarca Luis XIV.
Hubo una gran identificacin entre la iglesia catlica, fuertemente protegida por la
monarqua, y el monarca, que pasa a ser algo casi sagrado. La Iglesia queda sometida al estado,
lo que no dejar de causar problemas en el futuro galicanismo-. La Iglesia, pues, se ve
dominada por el estado y se tiende a un proceso cada vez ms acuciante de laicizacin. Se
desvirtan las formas de piedad y una especie de virus antirromano y antijerrquico regalismo,
jansenismo...- mina las fuerzas de amplios sectores de la vida nacional.
El siglo XVII es, en definitiva, el prtico por el que van a tener acceso a la iglesia y a la
sociedad cristiana las corrientes desintegradoras del siglo XVIII. Se abre una fuerte oposicin
entre dos mundos, germano y latino; dos ideologas, catlica y protestante 187; dos estructuras,
eclesistica y laica liberal; dos pocas, el sistema medieval de los Austrias y el de nueva versin,
liberal y democrtica de los prncipes alemanes y de los pases del norte; dos ciencias, la ciencia
experimental y el racionalismo filosfico.
185
Lo expone en su obra: Poltica basada en las Sagradas Escrituras. Ahora bien, Bossuet pone al
absolutismo algunas limitaciones, porque el rey dice- est obligado a guardar un orden; si ha recibido de Dios su
autoridad y en nombre de Dios la ejerce, est obligado tambin a guardar las leyes divinas, a hacer lo que sea
necesario para el bien pblico y a respetar las leyes fundamentales de la nacin.
186
En Inglaterra el gran terico Hobbes dijo que el poder no viene de Dios, sino de la sociedad y el monarca
debe estar sometido a Dios y a la ley. Inglaterra estaba gobernada por los Estuardos, y cuando Carlos I quiso
proclamarse rey absoluto, le hicieron una guerra atroz y termin ajusticiado en 1642. Cromwell establece una
repblica que luego se transforma en una dictadura personal, cuando disuelve el parlamento. A su muerte se llama a
ocupar el trono a Carlos II. Ser con Guillermo de Orange de Holanda, llamado a gobernar en Inglaterra, donde se
impone la decisin siguiente: El parlamento est sobre el rey.
187
Los nuevos estados protestantes eran Prusia, Holanda, Inglaterra y Suecia. stos llevan la primaca de la
poltica.
Historia de la Iglesia 189 P. Antonio Rivero, L. C.
I. SUCESOS
Es un siglo bajo el absolutismo de los prncipes, sobre todo de Francia, Espaa y Austria.
En Francia se llam galicanismo; en Espaa, Italia y Portugal se llam regalismo; en
Alemania febronianismo, y en Austria josefismo.
Dado que los papas de este siglo eran en general mediocres, con demasiada edad,
cansados y dbiles, los prncipes se aprovecharon de ellos, dndoles crecidas sumas de dinero a
la hora de elegir un nuevo papa. Incluso ponan su veto, si no les gustaba el candidato. Este
absolutismo trae sus races de finales de la edad media: El rey no tiene sobre s ms superior
que a Dios.
Ms tarde, se lleg a decir: Lo que place al rey tiene vigor de ley o el prncipe no est
obligado por la ley. Expresiones todas que favorecen el poder absoluto de los reyes. El rey
recibe, pues, su autoridad de solo Dios y slo ante l tiene que responder de sus actos. Al rey le
compete el supremo poder legislativo, jurisdiccional y ejecutivo; puede disponer de los bienes y
de la libertad de sus sbditos. stos no tienen, con relacin al prncipe, ms que deberes y ningn
derecho; porque la autoridad del prncipe no puede tener otros lmites que su propia autoridad o
su propia conciencia.
Consecuencia de lo anterior, sera ese poner lmites a la autoridad de la Santa Sede para
salvaguardar la independencia y la autoridad de los obispos, del clero y del mismo pueblo fiel.
Ambos, Estado y obispos, pretendan incrementar su independencia con respecto a Roma. Es
ms, la comunicacin del Papa con los obispos estara sujeta al poder civil. Los actos y las leyes
del papa necesitaran la confirmacin civil.
Por encargo del rey de Francia, Bossuet, obispo de Meaux, redact los cuatro artculos
del Galicanismo:
La accin del papa y de la Iglesia debe centrarse en legislar sobre asuntos espirituales;
no tiene derecho sobre las cosas temporales.
El concilio es superior al papa.
Junto con los cnones de la Iglesia deben ser observados los de la iglesia galicana.
Las decisiones del pontfice en asuntos de fe slo son irreformables si son aceptados
por el consentimiento de la iglesia universal; es decir, la infalibilidad en las
cuestiones de fe no corresponde al papa, sino al concilio en general.
Historia de la Iglesia 190 P. Antonio Rivero, L. C.
El parlamentarismo
Junto a este absolutismo tambin se desarrolla en este siglo una experiencia muy diversa
en otros pases de Europa, que marcar el desarrollo poltico de Europa: el parlamentarismo. En
Inglaterra el gran terico fue Hobbes. Propone que cada individuo debe renunciar a sus derechos
para ponerlos en un monarca por un pacto. El poder no viene de Dios, sino de la sociedad y el
monarca debe estar sometido a Dios y a la ley.
Cuando en Inglaterra gobernada por los Estuardos- Carlos I se proclama rey absoluto,
comienza una guerra que terminar ajusticiando al rey 1642-. Cromwell establece una
repblica que luego se transforma en dictadura personal cuando disuelve el Parlamento. A su
muerte en 1659 se llama a ocupar el trono a Carlos II. Sin embargo, las exigencias liberales no
se ven cumplidas y en 1689 se expulsa a Jacobo II y se llama a gobernar a Guillermo de Orange
de Holanda Declaracin de Derechos: el parlamento est sobre el Rey-.
Otra nacin que caminar por la misma huella ser Holanda. Se ha forjado en una lucha
de rebelin contra Felipe II, rey de Espaa, y rechaza todo poder absoluto. Era gobernada por
una asamblea nacional. La autoridad debe expresar la voluntad de la mayora, quiere Holanda, y
la religin debe separarse del derecho.
Sin embargo, esta concepcin est todava muy empapada de ideas de la alta burguesa y
de la aristocracia. No existe el concepto de la igualdad y se habla de sbdito, no de ciudadano.
En este caldo de cultivo sucedi en Europa una terrible guerra: la de los treinta aos.
Es la primera de las guerras europeas y se extiende desde 1618 hasta 1648. Comienza en
Alemania ante el avance de la reforma catlica Bohemia era gobernada por Habsburgos
austracos-. Es la reaccin del protestantismo alemn apoyado por el resto de Europa contra los
Habsburgos hispano-austracos.
El atrasado imperio ruso comenzar a despertar a fines del siglo con el zar Pedro, el
Grande, que intenta modernizar y occidentalizar la autocracia del este.
La cultura del siglo XVII se sita en una perspectiva diferente de lo que haba sido el
pensamiento tradicional hasta el siglo XVI. La ciencia se fundamentaba en el argumento de
autoridad; ahora comienza a aparecer en escena la ciencia experimental y racionalista que
conduce a una nueva visin de la naturaleza y del hombre.
La astronoma y la medicina sern los dos puntales del desarrollo cientfico. Figuras
seeras son Coprnico, Galileo, Kepler, Paracelso y Basilio. Personaje esencial en filosofa es
Descartes en su bsqueda de un mtodo de pensar: la duda metdica, la duda de todo juicio
previo. Es el inicio del racionalismo y a fines de siglo habr triunfado en todas las universidades
que antes lo prohibieran.
En las ciencias, el padre del pensamiento moderno es Newton. En 1686 publica sus
Philosophiae Naturalis Principia Mathematica; la ley de gravitacin universal. El
descubrimiento de que el universo obedeca a leyes matemticas fue una brusca inmersin en la
profundidad del universo. Junto a l, Leibnitz en Alemania.
Galileo Galilei, eximio cientfico, descubri una estrella y los satlites de Jpiter. Adopt
las tesis del cannigo Niccol Coprnico de Frauenburg, acerca del movimiento de la tierra
alrededor del sol, doctrina que en aquel tiempo era repudiada generalmente por los telogos tanto
catlicos como protestantes. Y cuando le dicen que el sistema heliocntrico va contra la Sagrada
Escritura, l se defiende, probando que la Biblia no pretende hacer ciencia ni utiliza un lenguaje
cientfico, sino un lenguaje comn, como a veces lo usaban los mismos cientficos. Arga que
era lo que hacan tambin los apstoles y los padres, los cuales, como enseaba san Agustn, lo
que pretenden es hacer cristianos, no matemticos, ni se preocupan de sistemas astronmicos,
aunque como personas privadas pueden adherirse a una o a otra doctrina.
Renato Descartes estudi con los jesuitas en La Flecha y derecho en Pars. Cre la
geomtrica analtica y dio un decidido impulso al espritu cientfico moderno. Busc un punto de
partida absolutamente indubitable para elaborar su filosofa, tomada del espritu mismo. En el
Historia de la Iglesia 192 P. Antonio Rivero, L. C.
acto de dudar, descubri que pensaba y que por tanto exista: Pienso, luego existo. El hombre
era una sustancia pensante a la que se una el cuerpo. Demostr la existencia de Dios a partir de
la nocin de perfeccin que el hombre tena en su mente. Aunque no se apart de la fe catlica y
se mostr respetuoso con el cristianismo, sin embargo, algunas reflexiones suyas dan pie para
ambigedades y futuros errores filosficos y teolgicos, en los que cayeron discpulos que le
siguieron.
Pero nunca Descartes incluy en su duda metdica las verdades reveladas de la fe. Fue
Spinoza quien atac de una manera fra los fundamentos de la religin. Baruch Spinoza, judo
de Amsterdam, pequeo y tuberculoso, puso los fundamentos de la exgesis bblica racionalista,
so con fundir las religiones cristiana y juda en una especie de sincretismo moral, y fue el
primero en extender, en toda su crudeza, el pantesmo moderno.
En las reducciones de Paraguay, sin dejar entrar a extranjeros, los jesuitas organizaron a
los indgenas, aprovechando las categoras culturales de stos. Cultivaron la tierra y trabajaron en
incipientes industrias. La organizacin social que result, produjo frutos abundantes. Pero los
jesuitas fueron acusados de crear cotos cerrados que atentaban contra la autoridad real, que
resida en Portugal.
Adems de ese absolutismo, del que hemos hablado, tambin otros movimientos irn
socavando tambin el recio muro de la ortodoxia. No son propiamente herejas, sino
falsificaciones o errores solapados, que se disparaban contra la autoridad de los papas y contra
los sanos principios del dogma y la moral.
188
Son dignos de mencin los franciscanos Larios, Margil de Jess; y los jesuitas Salvatierra, Kino, Ugarte,
Prez de Rivas.
Historia de la Iglesia 193 P. Antonio Rivero, L. C.
Era el jansenismo, con todas sus secuelas; la moral laxa de los probabilistas; el quietismo
o la secta de los alumbrados. Abundan las supersticiones y hechiceras; se nota una tendencia
morbosa en las devociones, romeras, procesiones y otras expresiones del sentimiento religioso.
Detrs de estos puntos, Cornelio afirmaba que el hombre era incapaz de rechazar la
gracia. Sealaba que la redencin de Cristo tena efecto en unos cuantos, no en todos los
hombres. Propagaba una moral rigurosa y asfixiante, donde vean pecado mortal en todo. La
abada francesa de Port Royal difundi con entusiasmo el jansenismo. Tambin el insigne
cientfico y pensador religioso Blas Pascal era jansenista y public sus Cartas a un Provincial, en
que defenda la concepcin de gracia de Jansenio y arremeta contra la que a l le pareca laxitud
jesuita. Dado que Jansenio muri antes de publicar su libro, su amigo Saint Cyran, propal
doctrinas anlogas189.
El otro gran error de este siglo fue el quietismo: fue inspirada por el espaol Miguel de
Molinos, que propone en su libro Gua espiritual una mstica del abandono y de la
contemplacin adquirida; minimiza el papel de las obras as como el de la ascesis. Por tanto, esta
hereja sostena que haba que abandonarse a la accin de Dios sin hacer ms que eso y que el
alma, una vez alcanzada la contemplacin, ya no necesita de otros actos de virtud.
San Ignacio de Loyola haba enseado que el hombre, en su afn de llegar a Dios, tena
que adquirir la santa indiferencia acerca de todas las cosas creadas con el fin de inclinar su
voluntad nica y decididamente a seguir la voluntad de Dios. Pero Molinos peda una unin del
alma con Dios, reducida a simple deseo de entregarse a Dios para dejar que l entrara en el alma
y actuara por ella. El alma deba llegar al estado de absoluta pasividad como un cadver, deca.
189
Estas son los puntos de Saint Cyran: Se deba estar alejado de la eucarista meses y aos, por respeto; haba
que hacer mucha penitencia y dar muestras de arrepentimiento antes de recibir la absolucin; los das festivos slo
habra una misa en cada localidad; los presbteros eran casi iguales que los obispos y stos, iguales que el papa; daba
autoridad a obispos para celebrar concilios nacionales; el concilio era superior al papa (conciliarismo).
Historia de la Iglesia 194 P. Antonio Rivero, L. C.
maestro en controversia fue el jesuita cardenal Roberto Belarmino, titular en Roma de dicha
ctedra: armar a los soldados de la iglesia para la guerra contra el poder de las tinieblas.
Veamos ahora cmo fue la Iglesia reaccionando ante todos los problemas de este siglo.
El siguiente papa, Alejandro VIII pudo llegar a un arreglo, pero se mantuvo firme en la
doctrina: public una bula Inter multplices (1690), en la que condenaba formalmente los
cuatro principios galicanos190, propuestos por Bossuet, obispo de Meaux y anulaba la extensin
de la regala, es decir, el percibir el rey las rentas de los obispados vacantes.
Despus de Alejandro vino Inocencio XII, que permiti un arreglo con el rey Luis XIV,
sobre el problema de las regalas. Los obispos rebeldes se retractaron y el papa permiti que se
hiciera uso de las regalas en todas las dicesis del reino, pero con cautela.
Sin embargo, el galicanismo no haba muerto del todo. Como los anteriores decretos no
haban sido borrados de los registros del parlamento, todava se hicieron valer en ms de una
ocasin. Los eclesisticos, por una parte, no podan meterse en asuntos de jurisdiccin temporal;
pero, por otra, el parlamento s poda en algunas ocasiones de abuso intervenir en asuntos
eclesisticos.
Fue Juan Eudes, en el siglo XVII, quien fund una congregacin, los Eudistas, y comenz
el culto al Corazn de Jess. Pero esta devocin la llev a culmen santa Margarita Mara de
Alacoque. Impuls esta devocin, sobre todo el jesuita Claudio de la Colombire, confesor de
santa Margarita Mara de Alacoque, y hoy ya santo. Ya santa Teresa de vila haba dado un gran
impulso a la devocin a la Humanidad de Cristo; a travs de ella, Teresa propona elevarnos a la
Divinidad, a travs de la Humanidad del Seor.
190
Volvamos a recordar los cuatro principios del galicanismo: la autoridad del papa tiene lmites; el concilio es
superior al papa; el rey es independiente del papa; el rey de Francia tiene un real derecho sobre los bienes
eclesisticos.
Historia de la Iglesia 195 P. Antonio Rivero, L. C.
amado a los suyos, y no recibe de ellos, sino ingratitudes y desprecio. Al menos t, mame. Le
pidi la hora santa, como hora reparadora, todos los jueves a media noche 191, para revivir el
Getseman y acompaar a Jess en su dolor. Le pidi tambin comunin frecuente
Qu ms hizo la Iglesia?
Tambin se fundaron escuelas gratuitas dentro del marco parroquial, para que los pobres
pudieran recibir una instruccin general y religiosa, en su propia lengua. Destaca san Juan
Bautista de la Salle, cannigo de Reims, que funda los Hermanos de las Escuelas Cristianas,
dedicados a la educacin de docentes. Se le considera como el fundador de las escuelas
normales. Revolucion la pedagoga, haciendo ms llevadero el aprendizaje, prohibi el castigo
corporal de los nios e introdujo la lengua popular, dejando a un lado el latn, que no todos
entendan. No le fue nada fcil a Juan Bautista de la Salle, pues no tardaron en llegar los
sinsabores. Los que ejercan el monopolio de la enseanza y los maestros desplazados se
valieron de todos los medios para entorpecer su obre y desacreditarlo. Lo combaten los
jansenistas. Pero l lo soport todo con gran paciencia. Po XII lo proclam patrono de los
maestros y profesores.
191
Estas son las palabras que Margarita escribi en su autobiografa: Te levantars entre las once y las doce
de la noche, para prosternarte una hora Conmigo, el rostro contra el suelo, para aplacar la clera divina y pedir
misericordia por los pecadores, para endulzar en alguna forma la amargura que yo senta por el abandono de miss
apstoles, que me oblig a reprocharles que no haban podido velar una hora conmigo; y durante una hora t
hars lo que Yo te ensee. Pero escucha, hija ma, y no creas ni te fies ligeramente de cualquier espritu, porque
Satans rabia por engaarte. Por esto, no hagas nada sin la aprobacin de quienes te conducen, a fin de que,
teniendo la autoridad de la obediencia, no te pueda engaar, porque no tiene ningn poder sobre los que
obedecen.
Historia de la Iglesia 196 P. Antonio Rivero, L. C.
Tampoco era ortodoxa la hereja quietista. Por eso, en 1687, despus de un largo proceso,
fue condenado a prisin Miguel de Molinos, por hereja e inmoralidad. El mal de esta hereja est
en que el hombre no pona nada de su parte en el proceso de santificacin personal, ni en la
ayuda de los sacramentos y de la oracin. Era un facilismo ridculo: abandono total en Dios y
que l haga todo. La espiritualidad cristiana no slo es mstica, es tambin, y cunto, asctica, es
decir, esfuerzo, sacrificio, lucha, voluntad; y en esto hay que poner todo: pensamientos, deseos,
voluntad, sentimientos, pues Dios no nos destruye nuestra naturaleza, sino que la perfecciona.
Aunque Dios y slo Dios es el que salva al hombre, quiere que ste coopere liberemente con su
gracia. Dios no impone a nadie la salvacin. Dios la ofrece y el hombre tiene que quererla y
poner los medios para conseguirla.
Con la independencia del pensamiento moderno que comienza con Newton y Descartes,
la Iglesia sufre una gran sacudida. Pero reacciona adecuadamente. Los jesuitas dominan la
educacin media y parte de la superior y luchan por introducir a la Iglesia en la modernidad.
La Iglesia nunca ha tenido miedo a la ciencia, pues es consciente de que tanto la fe como
la ciencia tienen en Dios su fuente, aunque caminen por canales distintos, nunca contradictorios.
Si en algunas pocas la Iglesia ha sido un poco reticente ante algunos avances cientficos, no fue
por desprecio a la ciencia sino porque la ciencia se quiso erigir como duea absoluta de la
realidad y del universo, y no respet a Dios como causa primera de cuanto existe.
Los telogos romanos se cean a lo que deca la Biblia en Eclesiasts 1, 4 y Josu 10,
12-13. El ex dominico Bruno sacaba de Coprnico conclusiones muy alejadas del cristianismo y
se le reprochaba el abandono de sus votos religiosos. Proclam la independencia de la filosofa
de la autoridad eclesistica; pone en duda algunos dogmas cristianos y ensea una especie de
pantesmo naturalista. Despus de siete aos de proceso y de crcel, fue quemado en Roma en
1600, siendo papa Clemente VIII.
192
En aquel ao 1633 del proceso a Galileo, el sistema ptolemaico (el sol y los planetas giran en torno a la
tierra) y el sistema copernicano (la tierra y los planetas giran en torno al sol) eran dos hiptesis del mismo peso, en
las que haba que apostar sin tener pruebas decisivas. El caso Galileo constituye tambin otra de las leyendas negras
de la Iglesia. Messori en el libro ya antes citado saca a colacin que Galileo tuvo varios errores cientficos: deca que
las mareas eran provocadas por la sacudida de las aguas, a causa del movimiento de la tierra, cuando en realidad se
debe a la atraccin de la luna; otra, cuando en 1618 aparecieron en el cielo unos cometas, dijo que se trataba de
ilusiones pticas y arremeti duramente contra los astrnomos jesuitas del observatorio romano, que decan, en
cambio, que estos cometas eran objetos celestes reales. Torturas, crceles de la Inquisicin, hoguera? Son mentiras.
Galileo no pas ni un solo da en la crcel, ni sufri ningn tipo de violencia fsica. Durante el proceso se aloj, a
cargo de la santa Sede, en una vivienda de cinco habitaciones con vistas a los jardines del Vaticano y con servidor
personal. No perdi la estima ni la amistad de obispos y cientficos, muchas veces religiosos. No se le prohibi
proseguir con su trabajo, ni recibir visitas. Slo le qued una obligacin: la de rezar una vez por semana los siete
salmos penitenciales. Muri a los setenta y ocho aos, en su cama, con la indulgencia plenaria y la bendicin del
papa, despus de haber escrito: En todas mi obras no habr quien pueda encontrar la ms mnima sombra de algo
que recusar de la piedad y reverencia de la Santa Iglesia. Una de sus hijas, monja, recogi su ltima palabra. sta
fue: Jess!.
Historia de la Iglesia 197 P. Antonio Rivero, L. C.
Unos aos ms tarde, Galileo, a pesar de decir que en la Biblia la intencin del Espritu
Santo no es mostrar cmo van los cielos, sino cmo se va al cielo, tuvo que ver cmo se
condenaba el heliocentrismo en 1616. La obra de Coprnico fue puesta en el ndice de libros
prohibidos hasta su correccin.
Galileo lleg a hacerse amigo de su sucesor Urbano VIII, el cual acept la dedicacin del
libro Saggiatore que aqul haba escrito sobre la aparicin de tres cometas y hasta expres su
admiracin por el autor. Galileo cobra nimos y parte para Roma y se presenta ante el pontfice,
tratando, al parecer, que se sometiera a revisin la sentencia dada en 1616. Pero todo fue en
vano. No se desanima Galileo y escribe el Dialogo sopra i due Massimi sistemi Tolemaico e
Copernicano, y logra arrancar a la inquisicin de Florencia la licencia para que pudiera
imprimirse (1632).
El estupor que provoca la aparicin de ese libro fue grande, como grande fue el disgusto
que tuvo el papa Urbano VIII. Galileo recibe la intimacin de presentarse en Roma. Ya est viejo
y achacoso, y en la ciudad se le abre un nuevo proceso inquisitorial, en el que se reafirma en su
idea tolemaica y copernicana. Fue prohibido el Dilogo y a l se le condena a la crcel formal
de este Santo Oficio por un tiempo que queda a nuestro arbitrio; como penitencia saludable, que
por tres aos diga una vez a la semana los siete salmos penitenciales.... Acabada la lectura de la
sentencia, Galileo, de rodillas y con la mano sobre el Evangelio, ley una frmula de abjuracin
y detestacin de la doctrina condenada193, como absurda y falsa en filosofa y formalmente
hertica por ser expresamente contraria a la Sagrada Escritura194.
Este segunda condena fue el ao 1633. El mismo da, el papa le conmut la crcel por la
estancia en casa del embajador toscano Nicolini. Poco despus fue a Siena y ms tarde a su villa
de Arcetri, junto a Florencia. Galileo sufri mucho por la muerte de su hija predilecta y
primognita Mara Celeste (1634), por la mala conducta de su hijo y por no poder lograr que se
le diera licencia para publicar alguna cosa. Fue afligido tambin por la ceguera. Le confortaron la
compaa y la veneracin de amigos y discpulos, entre ellos algunos padres de la Compaa de
Jess, y la visita de ilustres personajes como Milton. Muri el 8 de enero de 1642.
Galileo no era slo matemtico, sino catlico y ciudadano; en consecuencia, la actitud del
Santo Oficio no era slo defender la fe, la integridad de la Biblia, sino defender la paz, el bien
comn y la seguridad del Estado Pontificio. Galileo escribi un libro mordaz, Dialogo sopra i
due Massimi Sistemi Tolemaico e Copernicano, donde en alguna parte del libro ridiculizaba a
los eclesisticos que interpretaban la Biblia al pie de la letra cuando afirmaban que Josu detuvo
el sol y no la tierra (cf. Jos 10, 12-13). Este libro arruin la causa de Galileo.
Tres de los diez dignatarios del tribunal se negaron a firmar la sentencia, y el mismo papa
nada tuvo que ver oficialmente con aquel proceso que debemos reconocer fue lamentable y no
propios, no contrarios, ni mucho menos contradictorios. Cmo iba a despreciar la Iglesia la ciencia, si fue ella
justamente la que siempre cultiv, defendi y protegi las ciencias? Vuelvan las pginas de la historia: dnde se
cultiv y protegi la cultura y la ciencia en la edad media? En la Iglesia. Quin fue la que comenz y promovi las
universidades? La Iglesia. Hay que hacer honor a la verdad histrica.
196
Nueva Ciencia llambase entonces a un conjunto de teoras cientfico-polticas. Este conjunto de teoras que
deseaban llevar la cultura renacentista al pueblo, recibi firme apoyo de algunos cardenales y de los Escolapios de la
provincia de Toscana. Por este motivo, el Santo Oficio no vea con buenos ojos a san Jos de Calasanz, fundador de
las Escuelas Pas.
Historia de la Iglesia 199 P. Antonio Rivero, L. C.
debera haberse producido197, pues sabemos que en el tribunal eclesistico no haba astrnomos y
se dictamin de acuerdo al comn sentir de la poca. Esta teora heliocntrica, conocida un siglo
antes aun de la obra de Coprnico, se confirm con el correr de los aos y el avance de la
ciencia.
No es verdad que la iglesia expulsa a los cientficos. Galileo slo fue convocado por no
respetar los pactos: la aprobacin eclesistica de su libro Dilogos sobre los dos mayores
sistemas del mundo, se le haba concedido a condicin de que presentara la teora copernicana
como hiptesis (como tambin exigan los conocimientos cientficos de la poca, todava
inciertos), mientras que l la daba por demostrada. Pero an hay ms. Prometi adecuarse, y no
slo no lo hizo, entregando a la imprenta el manuscrito tal como estaba, sino que puso en boca
del bobo de los Dilogos, cuyo nombre ejemplar es Simplicio, los consejos de moderacin que le
haba dado el papa, que incluso era su amigo y lo admiraba.
Primero, en Amrica.
El beato Luis Flores, nacido en Gante, ingres a la orden dominica en Mxico. Viaj a
Filipinas y a Japn. Sufri el martirio con el beato De Ziga.
Juan Macas, tambin dominico, espaol, fue a Lima. Se santific en el oficio de portero
del convento.
Los jesuitas ya santos Roque Gonzlez, Juan de Castillo y Alfonso Rodrguez mrtires
rioplatenses- evangelizaron Paraguay y Uruguay. Murieron mrtires en 1628.
197
Y del cual ya pidi perdn el papa Juan Pablo II en nombre de la iglesia.
Historia de la Iglesia 200 P. Antonio Rivero, L. C.
San Francisco Solano, franciscano, parti de Espaa hacia Lima. Convirti a muchos
indgenas en Panam, Chile, Argentina. Regres a Per y all muri en 1616.
San Martn de Porres, dominico, nacido en Lima. Se distingui por su caridad con los
pobres y enfermos. Fund la casa de la Santa Cruz para nios abandonados o hurfanos y para
regeneracin de mujeres arrepentidas.
Santa Rosa de Lima, terciaria dominica, llev una vida de penitencia y oracin
extraordinaria.
San Pedro Claver, jesuita cataln, lleg a Colombia en 1610. Recibi las rdenes
sacerdotales en 1616. Destinado al puerto de Cartagena, consagr sus fuerzas a la atencin de los
esclavos, apostolado en el que persever a lo largo de 40 aos. Se contagi de una epidemia que
azot la regin y as muri en 1654, habiendo bautizado y protegido miles de esclavos.
Los jesuitas franceses Juan de Brebeuf, Isaac Jogues Carlos Garnier, Gabriel Lalemant,
Natalia Chabanel y Antonio Daniel, predicaron el evangelio en Canad, en el territorio ocupado
por los hurones. Fueron martirizados entre 1646 y 1649.
El catolicismo experimenta una gran vida que viene especialmente de Francia. San
Francisco de Sales y san Vicente de Pal fundan nuevas congregaciones con preocupaciones
sociales, caritativas y educacionales.
San Francisco de Sales, obispo de Ginebra y de Annecy, famoso por sus libros
Introduccin a la vida devota 198 y Tratado del amor de Dios. Es predicador y gobernante,
catequista y telogo de altura, hombre de corte y obispo devoto. En una palabra: el tpico obispo
de la reforma catlica que une la accin con la oracin, el espritu con el contacto de las
realidades naturales, la aceptacin del mundo que le rodea con el intenso propsito de reformarlo
profundamente. Fund la congregacin de las hermanas de la Visitacin, conocidas como monjas
salesas, con la ayuda de santa Juan Francisca de Chantal, y se dedican a enfermos pobres.
198
Es un manual de perfeccin cristiana, donde se demuestra que la verdadera piedad debe hacer amables a los
hombres, comprometidas, s, con la oracin, pero tambin con las obras de caridad y de apostolado. A estas almas
llama San Francisco de Sales devotas.
Historia de la Iglesia 201 P. Antonio Rivero, L. C.
asilos-talleres para que trabajasen los ancianos, y socorri con grandes limosnas a los pobres de
la provincia de Lorena y de muchas poblaciones asoladas por la guerra y el hambre. Uno de los
grandes proyectos de san Vicente fue acabar con la mendicidad en las ciudades.
Guiado por su espritu, Federico Ozanam, beatificado por el papa Juan Pablo II el 22 de
agosto de 1997, fund en Pars, en 1833, la sociedad de san Vicente de Pal, dedicada a la
caridad con los ms pobres. Ozanam era un laico, y por tanto, dio su impronta a la obra por l
fundada: sern los laicos los que iran a la bsqueda del pobre, en todo momento, sin horario fijo,
y se desviviran por ellos en lo material y en lo espiritual.
El papa que ms apoy las misiones fue Inocencio XII, invirtiendo para ellas cantidades
muy elevadas de dinero.
El jesuita Roberto de Nobili ensay audaces mtodos para evangelizar la India. Asumi
las costumbres de los habitantes, en vez de execrarlas y empez a ganar adeptos. Su ejemplo
atrajo otros misioneros y con ellos aument el nmero de conversiones.
En China, Mateo Ricci, jesuita, vestido a la usanza de los naturales y adoptando tambin
sus categoras culturales, obtuvo las primeras conversiones de aquel imperio legendario. A ellas
siguieron pronto otras miles, con el esfuerzo de nuevos misioneros.
Ambos, Nobili y Ricci, quisieron acomodarse a las costumbres de los naturales, para
hacerles ms fcil la comprensin y la recepcin del Evangelio. Esto dio lugar en occidente a una
lamentable controversia, conocida con el nombre de los ritos chinos y malabares. Llegaron
acusaciones a Roma de parte de otros misioneros, especialmente de los dominicos. Abundaron
los equvocos y las intrigas y se dieron rdenes y contrardenes. El papa Gregorio XV permiti
alguno de aquellos usos con las debidas cautelas para la India (1623); no ocurri lo mismo
para China, pues los usos y costumbres que pudieran adoptar los misioneros fueron condenados
en Roma repetidas veces.
El cristianismo en Japn comenz bien los primeros aos, pero un edicto del emperador
Daifusama cobr mrtires. Para mediados de siglo la represin fue decisiva y enrgica. Sin
embargo, muchos cristianos lograran perseverar en la fe adquirida.
Canad. Por el valle de Mississipi, Canad fue el punto de partida para las misiones de la
Luisiana. Los resultados de las misiones entre los indios fueron escasos: dos mil indios cristianos
a finales del siglo XVIII.
CONCLUSIN
Fue un siglo misionero, donde la semilla de Jesucristo iba fecundando otras tierras.
Franciscanos, dominicos y jesuitas se abren camino en Birmania, Siam, Cochinchina, Tonkin,
Ceiln, islas Clebes, Sumatra, Borneo, Java, las Molucas y Timor.
Me es grato poner aqu, hablando de las misiones, una cita del papa Pablo VI en su
exhortacin apostlica Evangelii nuntiandi del 8 de diciembre de 1975: Evangelizar
constituye, en efecto, la dicha y vocacin propia de la Iglesia, su identidad ms profunda. Ella
existe para evangelizar, es decir, para predicar y ensear, ser canal del don de la gracia,
reconciliar a los pecadores con Dios, perpetuar el sacrificio de Cristo en la santa misa, memorial
de su muerte y resurreccin gloriosa (n. 14)...Evangelizar significa para la Iglesia llevar la
buena nueva a todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro,
renovar a la misma humanidad (n. 18)
Concluye este siglo. Entre luces y sombras, segua la barca de la Iglesia atravesando el
pilago de este mundo, siempre con la mirada y la confianza puestas en el Seor de la historia.
SIGLO XVIII
INTRODUCCIN
Este culto a la razn tiene su origen en la manera de pensar que lanz el filsofo
Descartes y el fsico Newton, sin ellos tal vez quererlo ni pretenderlo. Y las tres figuras seeras
de la Ilustracin francesa sern Voltaire castico, irreligioso; sintetiza y divulga la filosofa y se
adentra en el campo de la historia social-, Montesquieu crtica social en sus Cartas Persas-, y
Rousseau. El gran filsofo del siglo es el alemn Emmanuel Kant. Con l triunfa plenamente la
razn con sus libros Crtica de la razn pura, Crtica de la razn prctica, Crtica del juicio. Se
alzaba la razn como diosa sobre el altar de la filosofa!
Curiosamente la primaca de la razn en este siglo no impidi que, a finales del siglo
XVIII, cundiera el gusto por el esoterismo y nuevas formas de sentimiento religioso. Insatisfecho
del racionalismo rido de Voltaire, Rousseau quiere devolver su lugar al sentimiento en una
religin natural. De este modo logra que la religin sobrenade a la revolucin y prepara el
romanticismo, que tendr su auge en el siglo XIX.
I. SUCESOS
La ilustracin
Por eso, podemos decir tambin que la ilustracin, al menos en ciertos puntos, es un
peligro para el cristianismo. Estos son los puntales de este movimiento:
cientficos. Son mitos. Se quiere una religin para el pueblo, donde Dios, s es la
garanta del orden, pero se queda arriba, sin preocuparse del mundo; es como el
Gran Relojero, dice Voltaire, pero no es Padre, es como un jubilado en reserva. A
esta concepcin de Dios se llama desmo, una religin natural conforme a la razn
y que excluye toda revelacin. Cada hombre deba dar culto a Dios en la forma
que lo considerara conveniente, sin sujetarse a ritos eclesisticos. A esto se llama
tambin moral natural, sin dogmas fijos e indiscutibles, y en cuya base est no la
religin sino el honor, la honestidad, el servicio.
Qu es la masonera?
Las logias masnicas eran sociedades secretas para destruir a la iglesia catlica. Despus,
se extendieron en Francia, por obra de Pedro Bayle, Voltaire, Diderot, DAlembert, Montesquieu,
Candillac. De Francia pas a Alemania, donde fue acogida en la corte de Federico II, profesada
por Lessing, Goethe, Schiller y Kant.
Los masones tienen relacin con los albailes o constructores libres, creados en la Edad
Media por la iglesia para la construccin de catedrales. Como todas las dems sociedades de
artesanos, el gremio de los albailes tuvo su organizacin profesional, costumbres, festividades y
sus diversos grados de iniciacin: aprendices, oficiales y maestros; sus lugares de reunin, las
logias; sus insignias: reglas, compases, tringulos, mandiles, etc. Este gremio de albailes en un
inicio tenan sus secretos tcnicos de construccin y sus seales caractersticas para distinguirse
entre ellos.
Cuando estos gremios perdieron su razn de ser, subsistieron, sin embargo, como
confraternidades o asociaciones de caridad, que gozaban de grandes privilegios y exenciones.
Hasta ahora, nada que no sea eminentemente cristiano.
Incluso trajo ventajas para la religin. Ante tantas crticas y ataques, comienza a
cultivarse la apologtica, la pastoral, la catequtica, la patrologa, la historia eclesistica, la
liturgia y el derecho cannico. No hay mal que por bien no venga. La misma Iglesia va
superando nacionalismos estrechos. A su vez, la separacin profunda entre la iglesia y el estado
rompe, aunque dolorosamente, las cadenas que esclavizaban a la iglesia, le da una gran libertad
de movimientos y acenta su romanidad, es decir, el sentido de mayor unidad con el papa, su
cabeza.
Frutos de la ilustracin:
Los movimientos despticos del febronianismo y josefismo
Jos II, emperador de Austria quiso intervenir en la iglesia hasta el punto que someti
a los obispos al estado. stos no podan publicar documentos sin su autorizacin;
limit su facultad de recurrir al papa; suprimi algunas rdenes religiosas, entre
ellas la Compaa de Jess; seal los libros de texto para la teologa, derecho e
historia eclesistica; aboli los seminarios existentes, instituyendo cuatro
mayores, a quienes los dems estaban sometidos, y cuyos formadores eran
jansenistas y regalistas. Lleg a reglamentar el culto, los entierros, el uso de las
campanas, las velas que se deben poner en el altar.
Carlos III, en Espaa, tambin atac fuertemente la iglesia catlica y expuls a los
jesuitas de Espaa. Supo rodearse de buenos ministros y colaboradores, alguno de
ellos aquejado de ideas enciclopedistas y exageradamente regalistas. Uno fue el
conde de Aranda, el cual se gloriaba de ser amigo de Voltaire; el conde de
Floridablanca, que arranc del papa Clemente XIV la supresin de la Compaa
de Jess.
As comienza el calvario de los jesuitas. En 1759 son expulsados de Portugal, por obra
del marqus de Pombal, librepensador y ambicioso, que vea en la nobleza y el clero,
especialmente en los jesuitas, a los enemigos ms declarados del absolutismo regio y de todo
Historia de la Iglesia 207 P. Antonio Rivero, L. C.
Los jesuitas soportan el golpe con entereza. Tuvieron que dejar las tierras de misiones. El
mismo papa Clemente XIV hizo encerrar al ltimo general de los jesuitas, que muri en prisin.
En Portugal, el marqus de Pombal hizo ejecutar a ms de ochenta jesuitas. En 1815 ser
restablecida la Compaa de Jess, por orden del papa Po VII.
Pero vayamos un poco a la historia de este corona de espinas de los jesuitas. Todo
comienza desde el rey espaol Fernando VI, con ocasin de los sucesos del Paraguay y de las
famosas reducciones, que, como mtodo misional, venan utilizando aquellos all desde el siglo
XVII. El Tratado de Lmites que se firma entre Espaa y Portugal en 1750, obliga a entregar
varias de estas reducciones a los portugueses con no poco detrimento de las mismas.
Los jesuitas no se rebelaron contra la Corona, como se hizo creer en Espaa, pero vieron
en el traslado la ruina de toda una obra de cultura y evangelizacin y trataron por todos los
medios de aliviar los sufrimientos de aquella pobra gente, presa en buena parte de los bandidos
de la frontera.
Cuando se enter el papa Clemente XIII manda el breve Inter acerbissima a Carlos III,
que empieza con estas palabras: T tambin, hijo mo; t, rey catlico, habas de ser el que
llenara el cliz de nuestras amarguras y empujara al sepulcro a nuestra desdichada vejez entre
lutos y lgrimas!.
Tantas fueron las calumnias contra los jesuitas, que se tomaron contra ellos medidas muy
duras: fueron cerradas sus casas, fueron secuestrados sus bienes, se les acus de terribles
enemigos de la quietud de las monarquas, y se les expuls de esos pases, como ya dijimos. El
mismo papa Clemente XIV, hombre tmido, hbil y afable, pero sin experiencia del mundo ni
horizontes amplios, la suprimi, por presiones borbnicas, pues los mismos ministros y
embajadores le insistieron con amenazas de cisma en sus pases. Era el 21 de julio de 1773.
199
24.000 religiosos jesuitas pasaron al clero secular; el resto se fueron a Rusia y a Prusia, donde les dieron
acogida.
Historia de la Iglesia 208 P. Antonio Rivero, L. C.
La Compaa de Jess no se extingui del todo, pues mientras los pases catlicos se
ensaaron contra ella, Federico II de Prusia y la zarina de Rusia, Catalina II, prohibieron la
promulgacin del breve en sus estados. De esta manera la Compaa no fue extinguida ni
suprimida de un modo absoluto. Una centella perdur viva bajo las cenizas, all lejos entre las
nieves de Rusia y las nebulosas tierras prusianas. Desde all renaceran los jesuitas al comienzo
del siguiente siglo.
Fue un acontecimiento inesperado para todos y, sobre todo, para la iglesia. El carcter
antirreligioso de esta revolucin est fuera de toda duda. Destron a Cristo para proclamar los
derechos del hombre y redujo toda la vida religiosa a estructura del Estado, identificado con la
sociedad.
Las ideas polticas esparcidas en el mundo; la situacin de Francia invitaba a una salida
revolucionaria200, las actitudes de la sociedad fueron radicales, pues por una parte la nobleza se
aferraba a sus privilegios estamentales, negndose a pagar impuestos; por otra, la ambicin de la
burguesa buscaba cambiar radicalmente el orden establecido.
Ante la tirantez social, el rey no tiene ms remedio que convocar los estados generales.
La asamblea se divide ante el voto. Los liberales desean el voto personal; los conservadores, el
200
Los gastos de guerra, las malas cosechas, el aumento demogrfico, el alza de precios y el xodo rural
provocado por el auge de la naciente industria creaban una situacin especialmente precaria e inestable.
Historia de la Iglesia 209 P. Antonio Rivero, L. C.
estamental. El 9 de julio una parte de los estados se retira y declara la asamblea nacional, jurando
no separarse hasta dar a Francia una constitucin. El 14 de ese mes las masas asaltan la Bastilla
fortaleza de los presos polticos.
3. Etapas:
Convencin (1792-1795): Toda Europa, asustada ante las nuevas ideas que fluyen
desde la Francia atea y revolucionaria, le declara la guerra. Es una guerra para
poder salvar los valores de la tradicin, la monarqua, el espritu religioso, que
Francia quera destruir. Mientras tanto, en Francia se establece una verdadera
dictadura jacobina y viene el perodo del terror. Robespierre es el dueo de
Francia; la guillotina trabaja sin descanso, arrasando con monrquicos, moderados
e incluso, revolucionarios como Danton. Tambin guillotinaron al monarca
absolutista Luis XVI201. La convencin aboli el cristianismo e instaur el culto a
la libertad y a la razn. Quit tambin a los santos del calendario y sustituy su
conmemoracin por la de diversas plantas y animales. Los templos fueron
vendidos. A los sacerdotes se les exigi la sumisin o la condena a muerte.
Con la revolucin francesa surgen una serie de ideas propias de nuestra poca
contempornea, cuyo inicio ella marca. La libertad, el orden constitucional, la soberana popular,
la concepcin de nacin en torno a una misin histrica...todos estas realidades llegarn a ser los
mviles comunes de nuestra vida poltica.
201
La ejecucin del monarca Luis XVI no tuvo slo una significacin poltica. Para un cristiano, era un pecado
imperdonable atentar contra el ungido del Seor.
Historia de la Iglesia 210 P. Antonio Rivero, L. C.
De esta revolucin surge el mundo moderno. Con ella tambin lleg el fin del Antiguo
Rgimen con su ordenacin estamental y sus antiguos privilegios nobiliarios.
Su lema: Libertad, igualdad, fraternidad, tiene races cristianas, y pasa a formar parte
de nuestra mentalidad. Sin embargo, se desarrolla tambin con gran fuerza el atesmo, no como
fenmeno aislado, sino de masas, y se cometieron brbaras injusticias en nombre de esos valores
de igualdad, no slo contra la iglesia y la nobleza, sino contra todo moderado y hasta contra los
mismos revolucionarios. Fue una poca de anarqua y pasin.
Mientras todas estas cosas sucedan en Europa, en Estados Unidos se esparca, a travs de
los emigrantes ingleses, el protestantismo de Lutero y el anglicanismo. Este protestantismo vena
con otros tintes, ms austeros y religiosos.
Los cuqueros de Fox, crecieron en Estados Unidos, guiados por Guillermo Penn,
principalmente en Pensylvania. Se caracterizaban por su exaltacin religiosa, su sencillez, su
austeridad de costumbres. Decan que Cristo ilumina directamente al alma y le proporciona el
conocimiento de las verdades religiosas. Los sacramentos, por tanto, resultaban intiles.
Rechazaban el servicio militar, el juramento, el diezmo, el teatro, el baile y todas las diversiones
mundanas.
Atrs ya las luchas religiosas del siglo XVI y XVII comienza a aceptarse un nuevo
criterio religioso de tolerancia, junto con las delimitaciones entre el mundo protestante, el
catlico y el ortodoxo.
Historia de la Iglesia 211 P. Antonio Rivero, L. C.
En el seno del catolicismo la Iglesia vive sin problemas en perfecta simbiosis con el
orden social. La iglesia penetra todas las costumbres, el clero est bien formado y es influyente.
Se difunde la devocin al Sagrado Corazn, las cofradas y las misiones populares, impulsadas
por Francia, Espaa, Italia, Alemania, Austria, Blgica... La iglesia est perfectamente
acomodada, sin percatarse de lo que se viene encima. El peligro se cierne sobre ella.
El papado ha pedido ayuda para luchar contra los protestantes primero y contra los
jansenistas, despus. Esta dependencia del poder civil llegar a ser una espada de doble filo.
Dentro de la iglesia surgen divisiones que son figura de las divisiones de la nacin,
especialmente en Francia. El poder episcopal se difumina mientras se ensancha el abismo entre
bajo clero y alto clero el bajo clero se siente humillado, pues sabe de antemano que su rango
ser el de su familia-.
La iglesia intenta defenderse contra los ataques con los medios tradicionales:
excomunin, privacin de sacramentos, recurso al brazo secular, censura de malos libros,
peticiones para que intervengan los poderes pblicos, obras apologticas.
Pero tambin la iglesia aprovech lo positivo de estos aires de la ilustracin; por ejemplo,
en Alemania la ilustracin catlica propuso un retorno a las fuentes, una purificacin de las
devociones, una renovacin de la teologa, una mayor tolerancia y una aproximacin a los
protestantes. Se elaboraron catecismos que pudieron utilizar tanto los protestantes como los
catlicos. Uno de los representantes ms notables de este movimiento es Sailer, sacerdote bvaro,
profesor de teologa pastoral, que tuvo iniciativas en espiritualidad y practic un ecumenismo
mediante crculos bblicos interconfesionales.
Por qu los reyes presionaron al papa para que suprimiera la orden? El ministro Pombal
en Portugal acus a los jesuitas de traficantes, con mercaderas de las reducciones, para lo cual
falsific documentos; Pombal crey ver tambalear su imperio cuando un jesuita atac los
intereses que posea. Hubo luego un ataque contra el rey; de ello se culp a los jesuitas y stos
fueron expulsados de Portugal. Acusados, condenados y expulsados sin derecho de defensa.
Historia de la Iglesia 212 P. Antonio Rivero, L. C.
Por qu el papa Clemente XIV la suprimi? En el decreto se deca para salvar la paz
(1773). No sera muy duradera esta paz; y no pasaran muchos aos de bonanza, pues el prximo
ataque sera a la misma iglesia, como lo haba dicho Voltaire: Cuando hayamos concluido con
los jesuitas, ms fcilmente acabaremos con la intolerante iglesia. Efectivamente, el ataque fue
a la iglesia, al papado, y al poder temporal con la supresin de los estados pontificios y, de esta
manera, borrar a la iglesia de la faz de la tierra (1870).
No lo lograron. Como no hay mal que por bien no venga, pasada la tormenta resurge la
Compaa de Jess, con aureola de mrtir, en el siglo XIX. Cmo juzgar la supresin de la
Compaa por parte del papa Clemente XIV? La supresin de la Compaa es considerada por la
historia como una derrota del papa de ese tiempo. Como atenuante, debe recordarse tambin que
cuando Clemente XIV firm el decreto era un hombre muy dbil.
La Iglesia no qued callada. Clemente XII en 1738, Benedicto XIV en 1751 execraron y
condenaron esta agrupacin secreta y anticristiana, fruto de la ilustracin y de la revolucin.
Cules son los grandes errores de la masonera, con los que la Iglesia no comulga ni
puede comulgar?
Un dios impersonal: Aunque la masonera inglesa acepta una gran Fuerza Superior
que dirige el mundo, llamada el Gran Arquitecto del universo, sin embargo, es
para ellos un dios tan indefinido, tan vago, tan impersonal, que prcticamente no
ejerce en su vida ninguna impresin que incline a la fe o a la piedad. El masn
quiere dejar a Dios tranquilo en el cielo, y gobernar l solo en la tierra.
Todo masn es librepensador, o sea, para l hay un principio sagrado: cada uno
piense y opine con la ms absoluta libertad, sin fijarse en lo que diga la Biblia, la
Iglesia, los santos. Por eso, consideran a la Iglesia, a la Biblia y a la doctrina de
los santos como supersticin, tirana, prejuicio, opresin, dictadura.
La masonera exige tolerancia total, o sea, nadie tiene derecho a prohibir nada, o a
imponer leyes de moral. Es el famoso lema: Dejar hacer, dejar pasar.
Por todo lo que hemos explicado, se deduce que no se puede ser catlico y masn al
mismo tiempo. Son trminos contradictorios. Un masn no puede acceder a los sacramentos.
La revolucin inici como una renovacin poltica y social. Pero, dado que la iglesia
estaba muy ligada a las instituciones de la monarqua, la revolucin, movida por las ideas
anticlericales de la ilustracin, se volvi anticristiana hasta el punto de desatar una sangrienta
persecucin.
juramento civil en sus antiguos cargos, libre ejercicio del culto. Esto demostr que el pueblo
francs era profundamente critiano, y que la fe no se puede suprimir con atrocidades.
El papa Po VI, que conden la constitucin civil del clero, fue secuestrado por
Napolen, y muri en poder del secuestrador a los ochenta y dos aos de edad, cuando el pnico
cundi en la Iglesia. Sobre la tumba de Po VI en Francia- poda leerse: Po VI, ltimo Papa.
Eso crean los enemigos de la Iglesia!
Nuevas Congregaciones
En este siglo tan convulso, tres nuevas Congregaciones religiosas surgieron en el seno de
la iglesia, que le dieron vitalidad y fuerza:
San Pablo de la Cruz, italiano, dio origen a los pasionistas. Tienen como fin
promover las misiones, los ejercicios espirituales y la propagacin de la devocin
a la pasin del Seor.
Los redentoristas son obra del infatigable obispo San Alfonso Mara de Ligorio,
italiano, que descoll tambin por su obra de Teologa Moral. Po IX lo declar
doctor de la iglesia en 1871. Su congregacin se dedica al apostolado en medios
populares y a las misiones parroquiales.
CONCLUSIN:
Fue un siglo muy convulso para la iglesia. Durante casi dos siglos se ha hecho de la
revolucin francesa un mito. Se han exagerado los logros de la misma ocultando los hechos
vergonzosos y execrables, sobre todo las violaciones de los derechos ms fundamentales de la
persona, hechas precisamente en nombre de la libertad, igualdad y fraternidad. Qu cinismo!
No obstante, la iglesia sigui adelante, pues las puertas del infierno no podrn
destruirla, porque su fundador es Jesucristo, el Hijo de Dios, y l ha triunfado, triunfa y
triunfar. Y con l triunfamos quienes vamos en esa barca. La Iglesia no ha pasado a la historia
como dira Goethe- como una ruina ilustre, sino como una estrella luminosa, que a pesar de
tantas tormentas, siempre nos seala el norte. Bendito sea Dios!
Historia de la Iglesia 215 P. Antonio Rivero, L. C.
SIGLO XIX
INTRODUCCIN
El siglo XIX comenz con la era napolenica. En 1799 Napolen Bonaparte da un golpe
de estado y derriba el directorio. En 1800 establece el consulado, en 1802 se nombra cnsul
perpetuo y en 1804 se declara emperador. Ejerce un poder absoluto y reorganiza
centralizadamente la poltica y la administracin. Establece una rgida censura y una
todopoderosa polica.
Era una vuelta al orden y a la tranquilidad social apoyo burgus-. Su imperialismo era
agresivo y le proporcion la adhesin de todo el pueblo francs. Se extendi por toda Europa:
Prusia, Italia, Espaa, Austria, Rusia...toda las grandes potencias van cayendo ante su avance
arrollador. Slo Inglaterra resiste Trafalgar-. Sin embargo, la ambicin del emperador era
excesiva; la retirada de Rusia y la batalla de Leipzig de 1814 constituyen su primera derrota,
despus de la cual es recluido en Elba. La cada definitiva de su imperio ser Waterloo (1815) en
la que sera derrotado por un ejrcito aliado al mando de Wellington.
Mientras hasta entonces haba habido una unin estrecha altar-trono, desde la revolucin
francesa prevaleci la distincin entre el orden poltico y el espiritual, entre el civil y el religioso,
entre el temporal y el sobrenatural. Esta separacin se acuci en el siglo XIX. Durante la
restauracin, la iglesia qued marginada del mundo moderno, y al papa no se le quiso reconocer
el papel de rbitro internacional. Las grandes potencias no queran que les propusieran criterios
extraos a sus intereses basados sobre la fuerza. Qu criterios eran ? Los criterios morales. A
cambio de qu criterios? Lgicamente, los liberales.
I. SUCESOS
Era napolenica
Restauracin europea
Tras la revolucin francesa vino la restauracin. Con este trmino se quiso indicar el
retorno de los Borbones al trono de Francia y ms tarde se aplic tambin al restablecimiento de
los regmenes pasados y de las antiguas condiciones polticas.
Despus de la cada del imperio napolenico, las grandes potencias se renen en Viena
para delimitar el mapa europeo y las zonas de influencia. Es el comit de los cinco: Prusia,
Rusia, Inglaterra, Austria y Francia.
Alejandro I de Rusia202, Federico Guillermo III de Prusia y Jorge III de Inglaterra en 1814, con
objeto de lograr que las monarquas organizaran nuevamente en Europa su predominio, tras la
cada del emperador francs.
El trono y el altar deban seguir apoyndose mutuamente. Los miembros del gobierno y
los nobles que vuelven del destierro van a misa y forman parte de las procesiones. El catolicismo
vuelve a ser religin del estado. Casi todos los obispos son elegidos entre la nobleza y aumentan
los presupuestos para el culto. Se mantuvo la libertad de cultos, y se suprimi el divorcio.
La iglesia se propuso recristianizar las masas populares cuya prctica religiosa haba
quedado muy quebrantada por los aos de la revolucin. Se puso mucha atencin en la seleccin
del clero, reorganizando los seminarios mayores y multiplicando los menores, que quedan libres
de la tutela del Estado. Las ordenaciones anuales de sacerdotes, que no haban superado las 500
durante el imperio, alcanzan en 1829 la cifra rcord de 2.357. Por tanto, pueden multiplicarse las
parroquias, sobre todo en el mundo rural. En medio siglo se aadieron 5.000 parroquias nuevas a
las 27.000 de 1825. De este tiempo, es el cura de Ars, Jean Marie Vianney.
202
El zar Alejandro I firm con el emperador de Austria y con el rey de Prusia el tratado de la Santa Alianza
(26 de septiembre de 1815). Los soberanos, que representaban a las tres confesiones cristianas (catlica-ortodoxa y
protestante), se comprometan en nombre de la Santsima e Indivisible Trinidad aceptar como regla los principios
cristianos y a prestarse mutua ayuda y asistencia.
203
El siglo XVIII haba sido el de la revolucin agrcola.
Historia de la Iglesia 218 P. Antonio Rivero, L. C.
econmico intentarn plantear una transformacin radical de la sociedad el siglo XIX es el siglo
de las revoluciones-.
Esta revolucin industrial nace en Inglaterra, pero durante el siglo XIX se extender a
diversos pases de Europa (Francia, Alemania) y Norteamrica. Esta revolucin ser el paso al
mundo contemporneo, al desarrollo econmico y al bienestar de los pueblos...pero llevar en s
el germen de la revolucin. Al acumular capital para invertir en nuevas tcnicas el patrono tiende
a bajar el salario la mano de obra es mucha, desorganizada e indefinida-. Los sufrimientos de la
clase obrera sern terribles, el nuevo esclavo de la poca moderna, segn Marx. El trabajo de
nios de hasta siete aos, los sueldos de hambre, el hacinamiento y la falta de toda legislacin
laboral sern la nota caracterstica de los pases industrializados.
La revolucin industrial tuvo en el ltimo tercio del siglo XIX una segunda fase, que
irrumpe con el ferrocarril entre 1850 y 1900. Este ferrocarril pasa a ser casi un smbolo de esta
segunda fase, pues es capaz de transportar grandes cantidades de materias primas, noticias y
correos a bajo costo; altera totalmente el concepto de distancia y velocidad; moviliza capitales y
pone en marcha a la industria pesada.
econmica de extensas zonas a muy bajo precio. Las potencias imperialistas en este siglo
fueron: Inglaterra204, Francia205, Alemania206, Rusia207, Japn208, Estados Unidos209.
Puede afirmarse que el liberalismo moderno, si bien echa sus races en el nominalismo
filosfico de los siglos XIII y XIV, en el humanismo y en la revolucin fundamentalmente
protestante del siglo XVI, constituye la aplicacin prctica de las ideas de la ilustracin, de la
que ya hemos hablado, que, con su fe ciega en la razn y la ciencia, instaura un antropocentrismo
radical, basado en la autonoma completa del individuo.
204
Cuyas colonias estaban en India, Birmania, Malasia, El Cairo y Ciudad del Cabo, Canad, Australia, Nueva
Zelanda y Sudfrica.
205
Cuyas colonias estaban en Argelia, Tnez, Marruecos y frica ecuatorial.
206
Cuyas colonias estaban en frica (Namibia, Togo, Camern y Tanzania).
207
Cuyas colonias estaban en el Turkestn y el norte de China.
208
En guerra con China se anexion Formosa y Corea.
209
Comenzar su influencia en Hispanoamrica, especialmente en Mxico y Centroamrica.
Historia de la Iglesia 220 P. Antonio Rivero, L. C.
Como lgico corolario de semejante creencia, el poder poltico no ser otra cosa que el
que provenga de la muchedumbre constituida por cada una de esas razones individuales. El
mismo estado liberal ser un estado que no estar sujeto a la verdad, el bien o la moral, sino
nica y exclusivamente a lo que quiera la mayora de los individuos que lo componen. De aqu
brotar la famosa soberana del pueblo, el pueblo soberano: ser bueno si viene de la voluntad
popular.
Como puede advertirse, la libertad del liberalismo se propone desligar al hombre de todo
vnculo que lo condiciona. Para el liberalismo las cadenas que asfixian al hombre son la moral, la
verdad y la religin. Se quiere un hombre sin deberes, un hombre omnipotente.
210
Caracterstica importante del liberalismo ser precisamente el desmo, que, ya tendr a Dios como causa
impersonal del mundo, ya concluir por asimilarlo a ste, como ocurre modernamente en movimientos de neto cuo
liberal como la new age- o en ciertos orientalismo muy en boga en crculos occidentales.
211
La democracia en religin o en arte, la democracia en el pensamiento y en el gesto, la democracia en el
corazn y en la costumbre, es el ms peligroso morbo que puede padecer una sociedad (Ortega y Gassett, Jos,
Democracia morbosa, en su obra El Espectador, Madrid, EDAF, 1998, pg. 120.
Historia de la Iglesia 221 P. Antonio Rivero, L. C.
212
Es decir, la riqueza de cada nacin se basa en la posesin de metales preciosos: proteccionismo estatal,
exportaciones a gran escala y disminucin de las importaciones-, y las ideas fisiocrticas la agricultura como fuente
principal de riqueza-.
213
Una clase social es el conjunto de individuos que desempea un determinado papel en la produccin. La
clase obrera es el conjunto de personas cuya fuente principal de ingresos es su salario. Los capitalistas son aquellos
cuya fuente de ingresos proviene del provecho, del inters o de la renta. Ambas clases son opuestas. Conforme crece
la conciencia de clase del proletariado de que se encuentra oprimido, aumenta la lucha de clases. Mientras la clase
capitalista quiere mantener el orden social existente, porque se beneficia de l, el proletariado desea establecer un
orden nuevo. Triunfar, por fin, la clase obrera que establecer la dictadura del proletariado. Los obreros sern
Historia de la Iglesia 222 P. Antonio Rivero, L. C.
atac la moral tradicional para crear el superhombre, exento de trabas religiosas y morales,
dispuesto a sobreponerse por la fuerza y la audacia, para situarse ms all del bien y del mal. Con
ello fundament las teoras racistas de los nazis.
Desde 1820 una primera oleada revolucionaria sacude Europa. Son revoluciones y
pronunciamientos inspirados en los principios del liberalismo, y como una reaccin ante el
Congreso de Viena y la restauracin. Sus escenarios principales se encuentran en Espaa,
Portugal, Rusia, Piamonte, Npoles...La accin de sociedades masnicas que ya haban ejercido
influencia durante el siglo pasado se revelaba como el principal hilo conductor de todas ellas. Sin
embargo, la pronta intervencin de la Santa Alianza las sofoc casi totalmente. No obstante, la
dueos del capital y lo trabajarn para s mismos. Desaparecern entonces las clases, concluye Marx. Marx sigue
diciendo que la riqueza es producida por el trabajador. El salario que recibe es inferior a la riqueza que l produce.
La diferencia es la plusvala o ganancia que va a aumentar la riqueza del banquero, terrateniente o comerciante.
214
De hecho, Jos Smith tuvo ms o menos unas 48 mujeres en slo 39 aos.
215
El espiritismo lo fund Allan Kardec en Francia en 1857 al escribir su obra titulada: El libro de los
espritus. Conquista especialmente a las personas amigas de lo maravilloso y curiosas por saber novedades, o que
creen encontrar all la solucin para graves problemas econmicos o para angustias especiales. Lo primero que hace
todo espiritista es llamar al espritu de un muerto para que venga a traerle respuestas a lo que desea saber. Kardec
exige que se llame el espritu de un difunto que en vida fue amigo o familiar de los que se renen all. En cada
reunin hay una persona clave, es el mdium, o sea la persona que evoca o llama al espritu para que venga a
comunicar sus secretos, y comunica a los otros las respuestas que se imagina haber recibido del espritu. Casi todos
los mdiums que han sido estudiados por los mdicos son personas muy inclinadas a la histeria (enfermedad con
disturbios que lleva a creer como cierto lo que slo es imaginacin), desequilibradas, visionarios, autosugestionados
que se han convencido de que lo que ellos imaginan es revelacin de algn espritu. Tanto la Biblia como el
Magisterio de la Iglesia prohben el espiritismo (cfr. Deut 18, 9-12; Denzinger 1654). No est permitido a los
catlicos participar en reuniones de espiritistas, ni asistir a evocaciones de espritus, aunque estos espritus sean
muy buenos (Denzinger 2182). El espiritismo a la larga conduce a la locura y a desequilibrios mentales.
Historia de la Iglesia 223 P. Antonio Rivero, L. C.
revolucin obtuvo sus triunfos en Amrica, cuyas juntas de defensa ya no aceptaron la autoridad
del monarca espaol. Ante una posible intervencin de la Santa Alianza los Estados Unidos
sentaron la doctrina Monroe: Amrica para los americanos. Tambin en Portugal y en Grecia,
que se independiz del imperio turco. Esta ltima independencia contribuy a debilitar el nimo
de la Santa Alianza un pas cristiano buscaba su independencia del musulmn; no se poda
intervenir en su contra-.
Una segunda oleada llega a Europa diez aos despus. Le toc el turno a Francia. El rey
Carlos X, por su exagerado absolutismo, es derrocado y las fuerzas moderadas ponen a la casa de
Orlens en el trono. Tendr graves repercusiones en toda Europa, pero su consecuencia ms
importante ser la divisin de Europa en dos bloques. El nuevo monarca francs es fiel a los
principios del doctrinarismo y marca una nueva pauta del dominio burgus y de los movimientos
constitucionalistas. Francia pasa as con Inglaterra a liderar el bloque liberal en Europa; Austria y
Rusia, el conservador. La revolucin industrial haba afianzado a la burguesa en Occidente, no
as en Oriente.
En 1848 tiene lugar la tercera de las grandes oleadas: No es slo burguesa. Las
reivindicaciones de carcter social crisis econmica y baja condicin del proletariado- y
nacionalistas juegan tambin un gran papel. En medio de la violencia, el rey de Francia huye de
Pars a Inglaterra...antes de un ao se sucede la reaccin conservadora y Luis Napolen es
elegido presidente de la repblica; luego se proclamar, como su antepasado, emperador. La
consecuencia ms importante de esta revolucin ser el inicio del desarrollo de los movimientos
obreros, de manera independiente y hostil a la burguesa. La burguesa comienza a formar parte
de los estamentos conservadores. En 1848 se publica El manifiesto comunista.
Movimientos obreros
Marxismo: sus idelogos principales son Marx y Engells. Escriben El Capital. El capital
es el trabajo de los asalariados acumulado por los capitalistas. Este capital ha desarrollado
la industria, que conduce inevitablemente al monopolio de las grandes empresas con
crisis de sobreproduccin y, por ello, al imperialismo colonial. A pesar de ser sta la obra
principal, ms difusin tuvo El manifiesto comunista de 1848: un panfleto de agitacin de
la dictadura del proletariado, en espera de una sociedad sin clases.
Historia de la Iglesia 224 P. Antonio Rivero, L. C.
Tambin los aires del liberalismo llegaron hasta Amrica. Quera ser libre, liberarse de
todos los conquistadores.
216
El rey espaol Fernando VII presion hasta su muerte a la Santa Sede (Papas Po VII, Len XII, Po VIII,
Gregorio XVI), para que no reconocieran la libertad de las colonias. Despus de muchos avatares, por fin el Papa
Gregorio XVI reconoci la independencia de Colombia en 1834, de Mxico y Ecuador en 1836 y de Chile en 1840.
Este mismo Papa erigi nuevos obispados: san Juan de Cuyo (Argentina) y Pamplona (Colombia) en 1834,
Guayaquil en 1837 y Veracruz en 1845. Conforme transcurrieron los aos, la Sede Apostlica firm concordatos con
diversos pases, por ejemplo Guatemala, Costa Rica, Ecuador, Venezuela, el Salvador, Hait y Per.
Historia de la Iglesia 225 P. Antonio Rivero, L. C.
don Pedro emperador de 1822 a 1831 y su hijo Pedro II de 1831 a 1889; ambos mantuvieron los
usos regalistas. La Constitucin de 1891 estableci la libertad de cultos.
Del 28 de mayo al 9 de julio de 1899 el papa Len XIII dirigi en Roma un concilio
latinoamericano, unificando la labor pastoral. Const de 1.900 conclusiones. Asistieron 15
arzobispos y 38 obispos.
Con todo, el odio religioso europeo resonaba a veces en la antigua colonia inglesa y se
producan espordicos ataques a los catlicos. Si bien en 1807 haba 150 mil catlicos en Estados
Unidos, para 1890 llegaban casi a 10 millones. El episcopado organiz tres concilios nacionales:
en 1852, 1866 y 1884. Al contrario de casi todo el mundo, la separacin de la iglesia y del estado
era efectiva. Los catlicos aprovecharon para construir sus iglesias, obras benficas y escuelas.
Portugal: se dot de una Constitucin liberal, mientras los reyes haban ido a vivir a
Brasil (1802-1822), huyendo de la invasin napolenica. Juan VI volvi a Lisboa. Su hijo Pedro
Historia de la Iglesia 226 P. Antonio Rivero, L. C.
rein en Brasil (1822-1831). Al morir Juan VI los absolutistas optaron por el hijo de don Pedro,
llamado Miguel, y los liberales eligieron a la hija de don Pedro, Mara. A fines de la dcada de
los treinta, la Iglesia sufri la supresin de monasterios y la desamortizacin de sus propiedades.
Polonia: clebres son las dos heroicas sublevaciones (1831 y 1863) que el pueblo polaco
realiz sin xito- para sacudirse del yugo extranjero que, intilmente, pretendi extirparle la fe
catlica.
Inglaterra: para Inglaterra fue muy importante el Movimiento de Oxford. Entre los aos
1833 y 1845 una corriente interna de la Iglesia anglicana, promovida por John Henry Newman,
Pusey y Keble, estudi y revaloriz la doctrina y liturgia catlicas. Newman se convirti al
catolicismo (1845), fue ordenado sacerdote en Roma (1847) y nombrado cardenal en 1879. Po
IX estableci la jerarqua eclesistica al nombrar arzobispo a Wiseman, al que sucediera
Manning y Vaughan.
Alemania: Bismark quiso controlar las actividades eclesisticas, independizarse del papa.
Por eso censur la predicacin, regul la aprobacin de nombramientos, y quiso hacer de los
sacerdotes meros funcionarios de su rgimen. Expuls a los jesuitas, redentoristas, paulinos.
Expidi leyes terribles. Pero hubo una vigorosa resistencia de los catlicos, llamada
Kulturkamph217.
Por otro lado, Po VII reconoci los matrimonios contrados por los clrigos durante la
persecucin religiosa. Por ltimo, el papa se vio obligado a asistir a la coronacin de Napolen
como emperador en 1804, en Notre-Dame de Pars219. El pueblo francs recibi de manera
triunfal al pontfice. Napolen le exigi que invalidara el matrimonio de Jernimo Bonaparte, su
217
Significa conflicto de cultura. Expresin alemana con que se alude al conflicto sostenido entre el Estado
prusiano y la Iglesia catlica. El Estado peda educacin laica, separacin Iglesia-Estado. Bismarck lleg a ms:
expulsin de los jesuitas, control estatal de la enseanza religiosa y del nombramiento de cargos eclesisticos,
obligatoriedad del matrimonio civil y confiscacin de las propiedades de la Iglesia. Pero cuando el canciller de
Hierro, es decir, Bismarck, vio la inutilidad de tales medidas, que en nada menguaron la influencia del Partido
catlico y, sobre todo, cuando comenz a abrigar serios temores ante la marea ascendente del socialismo, resolvi
cambiar la poltica y buscar apoyo de los partidos del centro. Gradualmente fueron abolidas las medidas
anticatlicas y en 1887 se lleg a un acuerdo con el papa Len XIII. Ces la intromisin del Estado en los asuntos de
la Iglesia y desapareci el temor a la interferencia de sta en los asuntos imperiales
218
A partir de Po VI y Po VII comienza una serie ininterrumpida de Papas eminentes, que se suceden en el
siglo XIX y en todo el siglo XX: Len XII, Po IX, Len XIII, Po X, etc.
219
Los responsables de la Iglesia de Francia no ahorraron elogios a Napolen: ungido del Seor, nuevo David,
Ciro, Constantino, Carlomagno...concediendo un lugar escogido a los deberes para con el emperador en el catecismo
imperial.
Historia de la Iglesia 227 P. Antonio Rivero, L. C.
Entre los santos ms sobresalientes estn: El cura de Ars, apstol del confesonario y
modelo de prroco; santa Teresita del Nio Jess con la doctrina de la infancia espiritual y santa
Bernardette Soubirous, a quien se apareci la Virgen en Lourdes.
En este siglo cobraron un auge importante las misiones. Pero tambin hubo sus
dificultades.
Historia de la Iglesia 228 P. Antonio Rivero, L. C.
Len XII (1823-1829): La Iglesia, con ms derechos que nunca, en esta poca de
restauracin y del Congreso de Viena, se reafirma en las monarquas. Puso vallas a las
sociedades secretas, al galicanismo y al liberalismo. Lgrimas de sangre derram ante la
sangrienta persecucin religiosa que Inglaterra desencaden contra la catlica Irlanda, que luego
de bochornosas torturas fue anexada a Inglaterra.
En este tiempo surge el gran profeta, Lamennais, que quiso instaurar una forma de
liberalismo cristiano y catlico. Se convirti al catolicismo para profesar primeramente un
ultramontanismo sospechoso y despus un liberalismo que dearroll en el diario LAvenir, por
l fundado, en el que lucha por la libertad de la iglesia, la libertad de enseanza, prensa,
asociacin, sufragio, y por el principio de la descentralizacin. Lammenais justifica la idea de
progreso histrico por la de la Providencia divina que rige la historia hacia los fines que slo ella
conoce. Para Lammenais el progreso de la historia se realiza no por una mayor adquisicin de
bondar moral, de acercamiento hacia Dios a travs del bien y de la virtud, sino por la adquisicin
de grados de mayor libertad, la que hace que los pueblos crezcan en mayora de edad.
El papa Gregorio XVI con el documento Mirari vos condena los errores del
liberalismo y contiene a Lamennais luego saldr de la Iglesia, como un nuevo Tertuliano-.
Desde entonces, todo el siglo XIX conoci dentro del seno de la Iglesia una lucha tremenda entre
liberales y no liberales.
Gregorio XVI: decididamente era antiliberal. Se asust ante todo lo que se le vena
encima. Vigil la doctrina, reform rdenes religiosas y negoci con los Estados.
Gobern la iglesia desde 1846 al 1878; por tanto, su pontificado ha sido hasta ahora el
ms largo de la iglesia, despus de san Pedro.
220
Por su firmeza ante el libertinaje, anticlericalismo y antipapismo, fue secuestrado y encerrado con
amenazas de muerte en el Quirinal, sede del presidente italiano. Vestido de civil, logr huir y consigui refugiarse en
Gaeta, reino de Npoles, dependiente de Espaa, donde Fernando VII le dio proteccin (24.IX.1848)
Historia de la Iglesia 229 P. Antonio Rivero, L. C.
Al inicio mostr talante liberal, por las reformas que hizo. Fue entonces cuando naci el
mito de Po IX, considerado el papa promotor del movimiento unitario, destinado a expulsar a
los austriacos y a renovar la nacin 221. Incluso los partidos revolucionarios se asociaron a este
clima generalizado y contribuyeron a alimentar de forma exagerada los deseos de las masas
porque Po IX suscit un movimiento de esperanza en la conciliacin entre el papado y las
aspiraciones nacionales. Es ms, se corra la voz de que este Papa quera reconciliar el
cristianismo y la libertad, con lo cual se manifestaba una abierta hostilidad hacia Gregorio XVI,
que haba desilusionado por completo a los fautores de las libertades modernas.
Sin embargo, el papa Po IX nunca se apropi el sistema liberal de los gelfos, pues no
era conciliable con su misin espiritual universal. Por eso, al ver los acontecimientos del
liberalismo que quiso derribar incluso el papado, como lo logr efmeramente en el ao 1848 222,
y ms tarde, en 1870, con la prdida de los Estados Pontificios. En su alocucin del 29 de abril
de 1848 Po IX declar que no poda, como padre de todos los fieles, participar en una guerra
contra un pueblo catlico como era el austraco. Fue en ese ao 1848, al estallar en Roma los
primeros tumultos, cuando el papa, disfrazado de simple cura, huy a Gaeta, bajo la proteccin
de los Borbones. En Roma se proclam la Repblica, que tuvo vida muy breve. Franceses,
austriacos y Borbones la reconquistaron y devolvieron al papa sus Estados Pontificios. Cunto
tiempo duraran estos Estados Pontificios?
Haba terminado el poder temporal de los papas. Fue un golpe de gracia dado por la
Divina Providencia, pues as la iglesia se desprenda del poder temporal, que en nada le
favoreca. Con la prdida del poder temporal y de la soberana territorial las iniciativas del papa
y, sobre todo, su magisterio tuvieron un valor cada vez ms espiritual e independiente.
221
Se formaron dos partidos: gelfos y gibelinos. Los gelfos eran los partidarios del papado y de las ciudades
italianas en lucha contra el Imperio autro-hngaro. Los gibelinos eran los partidarios de los emperadores.
222
Ao de las revoluciones
Historia de la Iglesia 230 P. Antonio Rivero, L. C.
Convoc el Concilio Vaticano I (1869-1870): donde asistieron unos 740 obispos; 50 eran
orientales. Ah se reafirm la fe catlica en contra de los errores; y se proclam el
dogma de la infalibilidad del papa224 cuando habla ex cthedra sobre cuestiones
de fe y de moral. Adems de la infalibilidad, se aprob la jurisdiccin del papa
sobre toda la iglesia, dogma que enterraba para siempre el galicanismo segn el
cual el concilio estaba por encima de la autoridad del papa.
Urga este concilio por muchas causas: el secularismo siempre creciente, la difusin de
sistemas filosficos en neto contraste con la fe catlica, por el persistente jurisdiccionalismo de
muchos Estados, difundido a menudo con el nombre de separacin iglesia-estado, por el final
de hecho de la cristiandad, por el duro ataque a los religiosos, por la proclamacin de la libertad
de conciencia y de la igualdad de todos los cultos ante la ley, en abierto contraste con las
afirmaciones solemnes de muchos concondatos, que reconocan al catolicismo como la nica
religin del estado, atribuyndole implcitamente privilegios especiales.
impidieron continuar los trabajos del concilio y el Vaticano I se limit a examinar las relaciones
entre fe y razn, y la naturaleza de la Iglesia, y sobre este tema surgi inmediatamente la cuestin
del primado del papa. Fueron dos las constituciones que dio al mundo este concilio: Dei
Filius y Pastor aeternus.
El papa Len XIII habl con precisin sobre el tema en la encclia Rerum Novarum,
que rechazaba por principio la dialctica de la lucha de clases y peda a patronos y obreros una
armnica colaboracin para el desarrollo de la nueva sociedad. El papa proclamaba el carcter
social tanto de la propiedad como del salario justo y exhortaba al estado a abandonar la postura
de mero espectador y a controlar las relaciones econmicas sin caer en el dirigismo socialista. La
Rerum Novarum propone la creacin de asociaciones obreras o sindicatos de inspiracin
cristiana.
Historia de la Iglesia 232 P. Antonio Rivero, L. C.
Por tanto, Len XIII alentaba la presencia de los catlicos en la vida pblica. El papa, por
otra parte, en la encclica Immortale Dei (1885) haba declarado la disposicin de la iglesia a
mantener buenas relaciones con cualquier rgimen poltico que defendiera la libertad.
El magisterio desarrollado por Len XIII a travs de sus grandes encclicas haba sido de
extraordinaria importancia. Pero la presencia activa de los catlicos en la vida poltico-social
tena tambin sus riesgos y en el interior de la iglesia se incubaba, adems, una crisis doctrinal
que no tardara en declararse abiertamente, como veremos en el siglo XX.
CONCLUSIN
Gran siglo en todos los sentidos. Len XIII abri los brazos a los nuevos tiempos. En su
gobierno ya funcionaba el canal de Suez, se hablaba por telfono, se oa el fongrafo, se
encenda la lmpara elctrica, nacan la cinematografa y la radiografa, funcionaban los motores,
a explosin al principio y luego con la variante del ingeniero Diesel. Pasteur haba triunfado en
la microbiologa. Marconi descubri la telegrafa sin hilos y la puso en marcha.
A los noventa y tres aos de edad, falleca Len XIII, mientras la iglesia deca: Quin
puede suplir a Len XIII? Qu deparara la Providencia divina para el siglo XX? Lo veremos.
Historia de la Iglesia 233 P. Antonio Rivero, L. C.
SIGLO XX
INTRODUCCIN
Pero tambin esta centuria ha sufrido convulsiones terribles. Baste recordar las dos
guerras mundiales que han dejado millones de muertos; el comunismo que triunf y cay, pero
slo despus de haber hundido en la miseria a pases enteros; la situacin de miseria en que
viven millones de personas no slo por el mal gobierno, sino tambin por causa de una economa
de mercado que olvida la centralidad del hombre y de la familia.
I. SUCESOS
Problemas sociales
El trabajador no estaba protegido por las leyes. Ganaba un salario insuficiente y careca
de seguridad y prestaciones. La explotacin que las industrias hicieron del trabajo de mujeres y
nios fue inhumano. Lentamente fue apareciendo la solidaridad entre el proletariado y ste fue
obteniendo el reconocimiento de sus derechos individuales y sociales por medio de huelgas y
otros mecanismos de defensa.
a) Causas:
Historia de la Iglesia 234 P. Antonio Rivero, L. C.
b) Consecuencias:
La situacin rusa era muy difcil. Los esclavos estaban abrumados por impuestos
imposibles de pagar y haba un gran atraso tcnico. La precipitada concentracin obrera
provocada por la rpida industrializacin haba hecho surgir un proletariado joven, combativo y
muy consciente de sus derechos. La dinasta zarista Romanov comienza a tambalearse cuando el
movimiento de masas erige sus propias instituciones; eran los soviets o consejos de obreros.
Incluso, la misma burguesa se mostraba muy crtica ante la tremenda y costosa burocracia que
rega el pas, y ante el ejrcito que haba dado pruebas de ineficacia en la guerra contra el Japn.
Ante el malestar social el zar cede y permite la creacin de un parlamento, pero inicia una
violenta represin. Finalmente, cuando introduce a su pas en la primera guerra mundial, firma su
propia sentencia de muerte.
Por la falta de libertad no haba sindicatos. En cambio surgen los partidos polticos.
Desde el inicio el partido socialdemcrata, de tendencia marxista, protagonizar la escena
Historia de la Iglesia 236 P. Antonio Rivero, L. C.
La dinasta zarista ha cado. Sin embargo, surge un poder paralelo: son los soviets, que
dominan la calle formados por obreros y soldados-. Estos soviets oscilan peligrosamente entre
los mencheviques apoyan al gobierno constitucional-, y los bolcheviques. El 25 de octubre de
1917 viene la insurreccin bolchevique, que triunfa fcilmente en san Petersburgo y en Mosc.
Se establece la abolicin de la gran propiedad, control obrero de las fbricas, leyes laborales y la
firma de la paz con Alemania a cualquier precio. La base de poder del nuevo gobierno la
constituan los soviets, enteramente controlados por los bolcheviques. Se proclama la Repblica
Federal Socialista Sovitica. Comienza la guerra civil.
Movimientos fascistas
Fascismo italiano: Mussolini surge como el gran salvador de la patria, llamado por el rey
para formar gobierno en un momento crtico de su reinado225. Comienza el estado totalitario,
propaganda, nuevas leyes, violencia... Todo es vlido para regenerar y engrandecer la patria y
acaparar el poder, centrado en el Duce, responsable slo ante el rey. Anexiona Etiopa. Adoctrina
a la juventud. Combate el paro y la excesiva importacin. Conjuga la propiedad privada y estatal.
Partido Obrero Nacional, con un marcado carcter antisemita, nacionalista y militar. Fue dirigido
desde 1920 por Adolf Hitler, inspirado en el superhombre de Nietzsche. Poco a poco se
incorporan Himler, Gering, Hess, Gebbels, sus mximos dirigentes. Se declaran
revolucionarios y antiparlamentarios. En 1923 intentan un golpe en Munich. Fracasan y Hitler va
a la crcel en donde escribe su libro Mi lucha: la necesidad de un espacio vital para Alemania,
la teora de las razas, el peligro comunista. Con la crisis de 1929 comienza su apoteosis; llega a
ser canciller. Form un estado totalitario: partido nico, centralizacin de gobierno, Gestapo,
campos de concentracin, purgas y las SS. Autarqua y desarrollo de la industria blica.
Qu antecedentes tuvo?
Mxico ya haba conocido las persecuciones religiosas en el siglo XIX. Benito Jurez
(1855-1872) impuso, obligado por la logia norteamericana de Nueva Orlens, la constitucin de
1857, de orientacin liberal, y las Leyes de Reforma de 1859, una y otras abiertamente hostiles a
la Iglesia.
Por ellas, contra todo derecho natural, se estableca la nacionalizacin de los bienes
eclesisticos, la supresin de las rdenes religiosas, la secularizacin de cementerios, hospitales
y centros benficos. Su gobierno dio tambin apoyo a la creacin de una iglesia mexicana, que
no prosper.
Vino despus Porfirio Daz, que fue reelegido ocho veces en una farsa de elecciones
(1877 y 1910). En ese largo tiempo ejerci una dictadura de orden y progreso, muy favorable
para los inversores extranjeros petrleo, redes ferroviarias-, sobre todo norteamericanos, y para
los estratos nacionales ms privilegiados. Tambin en su tiempo aument el latifundismo, y se
226
Para este apartado me he inspirado en el libro Hechos de los apstoles de Amrica del P. Jos Mara
Iraburu, Fundacin Gratis Date. Pamplona, 1999, pp. 505-526
Historia de la Iglesia 238 P. Antonio Rivero, L. C.
mantuvieron injusticias sociales muy graves. Porfirio fue ms tolerante con la iglesia, sin
embargo, dej vigentes las leyes persecutorias de la reforma, aunque l no las aplicaba. No
obstante mantuvo en su gobierno, especialmente en la educacin preparatoria y universitaria, el
espritu laicista antirreligioso.
La persecucin del general Plutarco Elas Calles (1924-1929) fue terrible: expulsa a los
sacerdotes extranjeros, sanciona con multas y prisiones a quienes den enseanza religiosa o
establezcan escuelas primarias o vistan como clrigo o religioso, o se renan de nuevo habiendo
sido exclaustrados, o induzcan a la vida religiosa o realicen actos de culto fuera de los templos.
Los obispos mexicanos, en una enrgica carta pastoral del 27 de julio de 1926 protestan
unnimes, manifestando su decisin de trabajar para que los decretos y los artculos
antirreligiosos de la constitucin sean reformados. Plutarco no hace caso. A los pocos das, el 31
de julio y previa consulta a la Santa Sede, el episcopado ordena la suspensin del culto pblico
en toda la Repblica. Inmediatamente, una docena de obispos, entre ellos el arzobispo de
Mxico, son sacados bruscamente de sus sedes, y sin juicio previo expulsados del pas.
A mediados de agosto de 1926, con ocasin del asesinato del cura de Chalchihuites y de
tres seglares catlicos con l, se alza en Zacatecas el primer foco de movimiento armado. Y en
seguida en Jalisco, en Huejuquilla, donde el 29 de agosto el pueblo alzado da el grito de la
fidelidad: Viva Cristo Rey!... Entre agosto y diciembre de 1926 se produjeron 64 levantamientos
armados, espontneos, aislados, la mayor parte en Jalisco, Guanajuato, Guerrero, Michoacn y
Zacatecas.
227
Estableca la educacin laica obligatoria, prohiba los votos y el establecimiento de las rdenes religiosas,
as como todo acto de culto fuera de los templos o de las casas particulares. Y no slo perpetuaba la confiscacin de
los bienes de la Iglesia, sino que prohiba la existencia de colegios de inspiracin religiosa, conventos, seminarios,
obispados y casas curales.
228
As lo cuenta el cristero Cecilio Valtierra: Se cerr el templo, el sagrario qued desierto, qued vaco, ya
no est Dios ah, se fue a ser husped de quien gustaba darle posada ya temiendo ser perjudicado por el gobierno;
ya no se oy el tair de las campanas que llaman al pecador a que vaya a hacer oracin. Slo nos quedaba un
consuelo: que estaba la puerta del templo abierta y los fieles por la tarde iban a rezar el rosario y a llorar sus
culpas. El pueblo estaba de luto, se acab la alegra, ya no haba bienestar ni tranquilidad, el corazn se senta
oprimido y, para completar todo esto, prohibi el gobierno la reunin en la calle como suele suceder que se para
una persona con otra, pues esto era un delito grave (Jean Meyer, La Cristiada, I, 96).
Historia de la Iglesia 239 P. Antonio Rivero, L. C.
Estos cristianos valientes, a quienes el gobierno por burla llamaba cristeros, no tenan
armas a los comienzos, como no fuese machetes o en el mejor caso una escopeta. Pronto fueron
consiguiendo armas de los soldados federales, en las guerrillas y ataques por sorpresa. El
aprovisionamiento de armas y municiones fue siempre el problema de los cristeros; en realidad,
no tenan otra fuente de municiones que el ejrcito, al cual se las tomaban o se las compraban
dice Jean Meyer.
Al frente del movimiento, para darle unidad de plan y de accin, se puso la Liga Nacional
defensora de la libertad religiosa, fundada en marzo de 1925, con el fin que su nombre expresa y
que se haba extendido en poco tiempo por toda la repblica.
Pueblo valiente, pueblo con enorme fe! Este pueblo cristiano mexicano no vio que el
gobierno tena muchsimos soldados y armamento y dinero para hacerle guerra. Lo nico que vio
fue defender a su Dios, a su religin, a su madre que es la Santa Iglesia; eso es lo que vio este
pueblo. A estos hombres no les import dejar sus casas, sus padres, sus hijos, sus esposas y lo
que tenan; se fueron a los campos de batalla a buscar a Dios nuestro Seor.
Los dirigentes de la Liga Nacional, antes de asumir a fondo la direccin del movimiento
cristero, quisieron asegurarse del apoyo del episcopado, y para ello dirigieron a los obispos un
memorial en el que solicitaban que no condenaran el movimiento, que sostuvieran la unidad de
accin por la conformidad de un mismo plan y un mismo caudillo, que formaran la conciencia
colectiva, en el sentido de que se trata de una accin lcita, laudable, meritoria, de legtima
defensa armada, que habilitaran cannicamente vicarios castrenses y que contribuyeran en esta
accin suministrando fondos de los ricos catlicos para destinarlos a esta lucha. Los obispos
aprobaron todo menos las dos ltimas propuestas.
El gobierno protest contra los obispos. Y stos dijeron que hay circunstancias en la vida
de los pueblos en que es lcito a los ciudadanos defender por las armas los derechos legtimos
que en vano han procurado poner a salvo por medios pacficos. La defensa armada era el nico
Historia de la Iglesia 240 P. Antonio Rivero, L. C.
camino que les quedaba a los catlicos mexicanos para no tener que sujetarse a la tirana
antirreligiosa.
Con el pasar de los meses, comenzaron las reservas de la iglesia sobre el movimiento
cristero, incluso de Roma. Recordemos que la doctrina tradicional de la iglesia reconoce la
licitud de la rebelin armada contra las autoridades civiles con ciertas condiciones: (1) causa
gravsima; (2) agotamiento de todos los medios pacficos; (3) que la violencia empleada no
produzca mayores males que los que pretende remediar; (4) que haya probabilidad de xito.
En esta persecucin de Plutarco Elas Calles se daban claramente las dos primeras
condiciones. Pero algunos obispos tenan dudas sobre si se daba la tercera, pues pasaba largo
tiempo en el que el pueblo se vea sin sacramentos ni sacerdotes, y la guerra produca ms y ms
muertes y violencias. Y an eran ms numerosos los que crean muy improbable la victoria de los
cristeros. No faltaron incluso algunos pocos obispos que llegaron a amenazar con la excomunin
a quienes se fueran con los cristeros o los ayudaran229.
El papa, finalmente, mand a los obispos no slo abstenerse de apoyar la accin armada,
sino tambin deban permanecer fuera de todo partido. Esta disposicin fue dada el 18 de enero
de 1928.
El valor de las mujeres tambin fue heroico. Repartan propaganda, llevaban avisos,
acogan prfugos, cuidaban heridos, ayudaban clandestinamente al aprovisionamiento de
alimentos y armas.
229
Aprobaron la rebelin armada los obispos Manrquez y Zrate, Gonzlez y Valencia, Lara y Torres, Mora y
del Ro; y estuvieron muy cerca de los cristeros el obispo de Colima, Velasco, y el arzobispo de Guadalajara, Orozco
y Jimnez, quienes, con grave riesgo, permanecieron ocultos en sus dicesis, asistiendo a su pueblo. La reprobaron
en mayor o menor medida otros tantos, entre los cuales Ruiz y Flores y Pascual Daz, que siempre vio la cristiada
como un sacrificio estril, condenada al fracaso. Y los ms permanecieron indecisos. Pues bien, siendo discutibles
las condiciones tercera y cuarta, ha de evitarse todo juicio histrico cruel, que reparta entre aquellos obispos los
calificativos de fieles o infieles, valientes o cobardes. En todo caso, es evidente que la falta de un apoyo ms claro
de sus obispos fue siempre para los cristeros el mayor sufrimiento.
Historia de la Iglesia 241 P. Antonio Rivero, L. C.
A mediados de 1928 los cristeros, unos 25.000 hombres en armas, no podan ya ser
vencidos, dice Meyer, lo cual constitua una gran victoria; pero el gobierno, sostenido por la
fuerza norteamericana, no pareca a punto de caer230. En realidad, la posicin de los cristeros era
a mediados de 1929 mejor que la de los federales, pues, combatiendo por una causa absoluta,
tenan mejor moral y disciplina, y operando en pequeos grupos que golpeaban y huan, sufran
muchas menos bajas que los soldados de Calles. Despus de tres aos de guerra, se calcula que
en ella murieron 25.000 30.000 cristeros y uno 60.000 soldados federales.
A mediados de 1929 se vea ya claramente que, al menos a corto plazo, ni unos ni otros
podan vencer. Sin embargo, en este empate haba una gran diferencia: en tanto que los cristeros
estaban dispuestos a seguir luchando el tiempo que fuera necesario hasta obtener la derogacin
de las leyes que perseguan a la iglesia, el gobierno, por el contrario, vindose en bancarrota
tanto en economa como en prestigio ante las naciones, tena extremada urgencia de terminar el
conflicto cuanto antes. Eran, pues, stas unas favorables condiciones para negociar el
reconocimiento de los derechos de la iglesia.
La historia de los Arreglos alcanzados en junio de 1929 es triste. Llegaron desde los
Estados Unidos, acompaados por el embajador norteamericano Dwight Whitney Morrow que
era masn, Monseor Ruiz y Flores, delegado apostlico, y Monseor Pascual Daz y Barreto. Y
los mantuvieron incomunicados. Por eso, puede afirmarse que estos dos obispos, al negociar con
con Portes Gil, no siguieron las indicaciones de Po XI, ya que no tuvieron en cuenta el juicio de
los dems obispos mexicanos ni el de los cristeros. Tampoco consiguieron, ni de lejos, la
derogacin de las leyes persecutorias de la iglesia; y menos an obtuvieron garantas escritas que
protegieran la suerte de los cristeros, una vez depuestas las armas.
As las cosas, los dos obispos, convencidos por el embajador norteamericano Morrow de
que no era posible conseguir del presidente ms que tales declaraciones, y aconsejados por
Cruchaga y el padre Walsh, que las crean suficientes, aceptaron este documento redactado
personalmente en ingls por el mismo Morrow: El Obispo Daz y yo hemos tenido varias
conferencias con el Presidente de la Repblica...Me satisface manifestar que todas las
conversaciones se han significado por un espritu de mutua buena voluntad y respeto. Como
consecuencia de dichas Declaraciones hechas por el Presidente, el clero mexicano reanudar
los servicios religiosos de acuerdo con las leyes vigentes. Yo abrigo la esperanza de que la
reanudacin de los servicios religiosos pueda conducir al Pueblo mexicano, animado por el
espritu de buena voluntad, a cooperar en todos los esfuerzos morales que se hagan para
beneficio de todos los de la tierra de nuestros mayores. Mxico, D.F. junio 21 de 1929.-
Leopoldo Ruiz, Arzobispo de Morelia y Delegado Apostlico.
230
Jean Meyer, La Cristiada, I, 248
Historia de la Iglesia 242 P. Antonio Rivero, L. C.
El gobierno no fue fiel a esos arreglos, pues comenz a travs de siniestros agentes el
asesinato sistemtico y premeditado de los cristeros que haban depuesto sus armas, con el fin
de impedir cualquier reanudacin del movimiento...La caza del hombre fue eficaz y seria, ya que
se puede aventurar, apoyndose en pruebas, la cifra de 1.500 vctimas, de las cuales 500 jefes,
desde el grado de teniente al de general (Meyer I, 344-346). Esto supuso una larga y dursima
prueba para la fe de los cristeros, que sin embargo se mantuvieron fieles a la Iglesia con la ayuda
sobre todo de los mismos sacerdotes que durante la guerra les haban asistido.
Los dos obispos de los arreglos fueron burlados y engaados, y sufrieron mucho en los
aos posteriores, y por parte de algunos sectores, padecieron un verdadero linchamiento moral.
El fruto ms suculento de la Cristiada fueron, pues, los mrtires. La fe les daba la fuerza
para ser valientes231.
Uno de ellos se llamaba Anacleto Gonzlez Flores, que organiz la Unin Popular en
Jalisco, impuls la Asociacin Catlica de la Juventud Mexicana, y se distingui como profesor,
orador y escritor catlico.
231
Un ejemplo maravilloso: En cierta ocasin en que los cristeros haban sufrido varias bajas y estaban tristes,
el general Degollado les hizo rezar el rosario, tras lo cual los areng: Porque Cristo Rey se llev a los nuestros ya
ustedes se acobardaron, ya se les olvid que al enlistarse en las filas de Su ejrcito le ofrecieron sus servicios y sus
vidas?...Dios, sin necesidad de usar de combates, dispone de nuestras vidas cuando a l le place...Dejen sus armas
al pie del altar, que yo nunca ser jefe de cobardes. Las tropas lloraban y gritaban: No, mi general! Seguiremos
siendo los valientes de Cristo Rey, y si no, pnganos a prueba (Meyer I, 232).
Historia de la Iglesia 243 P. Antonio Rivero, L. C.
El Maestro Cleto, como solan decirle con respeto y afecto, era un cristiano muy
piadoso232. El 1 de abril de 1927 fue apresado con tres muchachos colaboradores suyos, los
hermanos Vargas, Ramn, Jorge y Florentino. Si me buscan, dijo, aqu estoy; pero dejen en paz
a los dems.
Fue intil su peticin, y los cuatro, con Luis Padilla Gmez, presidente local de la
A.C.J.M, fueron internados en un cuartel de Guadalajara. All interrogaron sobre todo al Maestro
Cleto, pidindole nombres y datos de la liga y de los cristeros, as como el lugar donde se
esconda el valiente arzobispo de Guadalajara, Francisco Orozco y Jimnez. Como nada obtenan
de l, lo desnudaron, lo suspendieron de los dedos pulgares, lo flagelaron y le sangraron los pies
y el cuerpo con hojas de afeitar. l les dijo: Una sola cosa dir y es que he trabajado con todo
desinters por defender la causa de Jesucristo y de su Iglesia. Ustedes me matarn, pero sepan
que conmigo no morir la causa. Muchos estn detrs de m dispuestos a defenderla hasta el
martirio. Me voy, pero con la seguridad de que ver pronto, desde el Cielo, el triunfo de la
Religin y de mi Patria.
232
As lo demuestra el siguiente dato: Al final del rosario, los cristeros de Jalisco aadan esta oracin
compuesta por Anacleto Gonzlez Flores: Jess misericordioso! Mis pecados son ms que las gotas de sangre que
derramaste por m. No merezco pertenecer al ejrcito que defiende los derechos de tu Iglesia y que lucha por ti.
Quisiera nunca haber pecado para que mi vida fuera una ofrenda agradable a tus ojos. Lvame de mis iniquidades
y lmpiame de mis pecados. Por tu santa Cruz, por mi Madre Santsima de Guadalupe, perdname, no he sabido
hacer penitencia de mis pecados; por eso quiero recibir la muerte como un castigo merecido por ellos. No quiero
pelear, ni vivir ni morir, sino por ti y por tu Iglesia. Madre Santa de Guadalupe!, acompaa en su agona a este
pobre pecador. Concdeme que mi ltimo grito en la tierra y mi primer cntico en el cielo sea Viva Cristo Rey!
(Meyer III, 280).
233
Mencin especial merece el padre Miguel Agustn Pro Jurez, beatificado por el Papa Juan Pablo II el 25 de
septiembre de 1988. Estaba en la ciudad de Mxico, por orden de sus superiores, dedicndose ocultamente al
apostolado. Con ocasin de un atentado contra el presidente Obregn, fueron apresados y ejecutados los autores del
golpe, y con ellos fueron tambin eliminados el padre Pro y su hermano Humberto, que eran inocentes. Esto fue el
23 de noviembre de 1927. Muri diciendo con los brazos en cruz, expresando su ltimo deseo: Viva Cristo Rey!.
Historia de la Iglesia 244 P. Antonio Rivero, L. C.
Los cristeros tenan de esta guerra y de la persecucin que la caus, una idea mucho ms
teolgica que poltica. Conocan bien, en primer lugar, el deber moral de obedecer a las
autoridades civiles, pues toda autoridad procede de Dios, pero tambin saban que hay que
obedecer a Dios antes que a los hombres, cuando stos hacen la guerra a Dios.
Vean claramente en la persecucin del gobierno una accin poderosa del Maligno. En
este sentido, los cristeros estaban indeciblemente ms cerca del Apocalipsis del apstol Juan que
de la teologa de la liberacin moderna. La espiritualidad de los cristeros es bblica, mientras que
la de algunos de los telogos de la liberacin es de inspiracin marxista. El pueblo mexicano
estaba bien instruido en la fe y en la doctrina catlica. No eran gente inculta. Tenan bien
asimilados el catecismo y la Biblia. Cristo era el centro de la fe de los cristeros. Y Mara, el
camino ms rpido para llegar a Cristo, y el consuelo en los momentos de dolor. Y los
sacramentos, la fuerza para luchar por Cristo y por la Iglesia. Y la iglesia catlica, su madre, por
la que luchaban hasta el martirio. Y el cielo, el deseo ms profundo y ardiente de sus corazones.
Esta espiritualidad bblica haca que el martirio lo asumiesen incluso con humor.
Espiguemos algunas frases de mrtires: Qu facil est el cielo ahorita, mam!, deca el joven
Honorio Lamas que fue ejecutado con su padre. Hay que ganar el cielo ahora que est barato,
deca otro. Norberto Lpez, que rechaz el perdn que le ofrecan si se alistaba con los federales,
antes de ser fusilado, dijo: Desde que tom las armas hice el propsito de dar la vida por
Cristo. No voy a perder el ayuno al cuarto para las doce.
As fue probada la fe de este pueblo mexicano. Pero nunca decay. Al contrario, se hizo
ms fuerte. Por eso, el papa desde que pis tierra mexicana en enero de 1979 exclam con gozo:
Mxico, siempre fiel!.
Este batallar de siglos, caso nico en la historia, templ el espritu espaol labrado con
hierro de miles de combates por la fe. La reconquista fortaleci an ms el vigor de la fe. Y de
ah pas vigorosa y misionera a Amrica. Espaa y cruz, dos smbolos que atraviesan unidos la
edad media, inseparables en su misin: el uno representa la Monarqua, debeladora del infiel, el
otro la Catolicidad, impulso espiritual de los luchadores.
A fines del siglo XV los reyes Isabel y Fernando recibieron en premio, por su celo a la
Iglesia, el ttulo antonomsico de catlicos, y catlicos sern todos sus sucesores.
Espaa luch contra el protestantismo del siglo XVI, plasmando su eficacia en el concilio
de Trento, gracias a esos jesuitas espaoles que all aportaron todo el legado de la fe que se viva
en la Pennsula. Esa fue la Espaa entonces, empapada en su cultura de catolicismo, su arte de
esencias cristianas, su teologa combativa, sereno espritu de catolicidad. Imperio con Carlos V y
Felipe II, pice del predominio monrquico y cultural espaol. Es imposible pensar en el Siglo
de Oro de las letras y de la cultura de Espaa sin el cristianismo. Y ese siglo coincide,
precisamente, con los reinados de Carlos y de Felipe, defensores celosos de la ortodoxia catlica.
Al mismo tiempo sus conquistadores llevaban con fe ardiente una civilizacin cristiana al
otro lado del Atlntico, plantando la cruz en llanos, picachos y altiplanicies. Siempre, claro est,
con sus luces y sombras, como es propio de toda empresa humana. Las mismas Leyes de Indias
fueron promulgadas para proteger y cristianizar a los indios de Amrica.
Los siglos XVI y XVII parecen empalmados. La misma espiritualidad, las mismas
aspiraciones nacionales. Sentido de la misin y de la responsabilidad de Espaa.
demostr en un glorioso levantamiento nacional durante poca tan desdichada como la de Carlos
IV cuando hubo espaoles que, traidoramente, entregaban su patria al extranjero.
El siglo XIX tambin fue un siglo difcil para la catlica y cristiana Espaa. Las tropas
napolenicas sembraron la tierra espaola de liberalismo, irreligiosidad y crueldad. Este siglo
hiri profundamente a Espaa. La revolucin de 1854, conspiraciones progresistas, y la bien
lograda revolucin de 1868, triunfo de demcratas y masones. Se quiere un monarquismo pero
disociado del catolicismo. Vano y breve ensayo con Amadeo de Saboya, de una dinastia entonces
contraria a la Iglesia. Prueban despus una Repblica que acaba en Monarqua. El carlismo da
fuertes aldabonazos, pero otra vez se pacta con los principios revolucionarios, para lograr la
consolidacin de un trono restaurado. Tambin en este siglo, en 1898, Espaa perdi Cuba y
Filipinas. Esta prdida humillante era un presagio de graves desrdenes que estaban por venir.
As llegamos a las postrimeras del siglo XIX en que los socialistas y anarquistas han
hecho su aparicin en el horizonte. Lucha heroica y quijotesca contra el coloso norteamericano,
prdida de las colonias, triste liquidacin de un siglo para Espaa lleno de desdichas y de
amargos recuerdos. Como herencia nos dejaba el liberalismo engaador, que a tantos fascin con
sus bellas apariencias de paz y de tolerancia, tan bien aprovechadas por los eternos enemigos de
la patria.
En 1920, mientras en Espaa reinaba el caos, el general Miguel Primo de Rivera dio un
golpe de Estado para restablecer el orden. Dej el poder unos aos despus, sin derramamiento
de sangre, y permiti elecciones libres. En 1931, las elecciones estuvieron tan mal para los
candidatos monrquicos que Alfonso XIII se fue al exsilio y no regres ms. Se inaugur la
segunda Repblica, de impronta autoritaria y antirreligiosa. Baste recordar la quema de iglesias y
conventos, la expulsin de los jesuitas, el control de las fiestas religiosas, la prohibicin de la
educacin religiosa.
Historia de la Iglesia 247 P. Antonio Rivero, L. C.
Pero la izquierda revolucionaria segua con sus planes: gobernar. Pero se saba que si esta
izquierda revolucionaria llegaba al poder no se limitara a gobernar, sino que tratara de
implantar un nuevo orden revolucionario, destruyendo a sus enemigos. Durante el perodo de
propaganda electoral anterior a la consulta del 16 de febrero, Largo Caballero, el Lenin
espaol, dijo claramente que la Repblica no era sino una etapa hacia el nuevo rgimen y que si
el Frente Popular perdiese las elecciones, tendremos que ir forzosamente a la guerra civil
declarada. Largo Caballero quiso hacer en Espaa lo que se hizo en Rusia: instaurar el
socialismo marxista, logrando una sociedad sin clases. Por tanto, una clase deba desaparecer.
El Frente Popular plante estas elecciones como una reivindicacin del glorioso
movimiento de octubre. Los altos jefes militares espaoles no comprendan que aquello que es
en s ilegtimo la subversin, la persecucin religiosa, el robo y el asesinato- pudiera volverse
legtimo por el hecho de haber pasado por las urnas.
Del lado contrario se verific tambin un partido que defenda los valores catlicos y los
ideales tradicionales y que reaccion contra el marxismo socialista, y que ms tarde se llamar
Frente Nacional.
Y, qu pas?
Por qu se lleg al extremo de tener que dirimir las diferencias mediante el peor de todos
los remedios, la guerra? Fue el acto final del drama de las dos Espaas que vena vivindose
desde, quiz, el reinado de Carlos III? Fue el enfrentamiento de dos civilizaciones, de las dos
ciudades, una cruzada religiosa contra los sin Dios, segn se expresaban algunos obispos
espaoles de entonces? Fue aquello la conclusin de una sostenida lucha de clases, como quiere
la interpretacin economicista marxista? Fue una reaccin patritica contra el advenimiento de
un rgimen marxista-leninista que pareca inminente? Fue la insigne ineptitud de gobernantes y
gobernados, obsesionados con sus ideologas y sus protagonismos ms que con el bien comn?
El historiador imparcial no puede simplificar y tiene que decir que no fue una sola de esas
causas, sino la conjuncin de todas ellas, unidas a la vehemencia temperamental del carcter
espaol.
Espaa se haba dividido efectivamente en dos mitades a finales del siglo XVIII, cuando
llegaron a nuestros lares las ideas de la Ilustracin francesa. Fue Larra el que las llam las dos
Espaas.
De un lado los tradicionalistas, que pensaban que el siglo de oro espaol constitua la
esencia misma del genio hispnico. En l se habran fundido para siempre lo espaol y la fe
catlica. Nada poda ser espaol si no era catlico. La causa de todos nuestros males habra sido
la aceptacin de las ideas liberales y anticristianas provenientes de ultrapuertos. Desde entonces,
crean, a Espaa se le va el alma en querer ser lo que no puede ser.
Del otro lado, los liberales, la Espaa liberal, europeizante y anticlerical, que ve la
causa de todos nuestros males en el dogmatismo cerrado y arcaico, en el aislamiento orgulloso en
el que se encasill la nacin desde el siglo XVII, cuando tom una posicin hostil a Europa, al
ver que se perda irremisiblemente para la fe catlica. El remedio de Espaa, cul debera ser?
integrar cuanto de progresista corre ms all de nuestras fronteras, aunque no sea castizo o
catlico?
La guerra civil espaola se desencaden principalmente contra la Iglesia, contra todas sus
instituciones, contra todas sus personas, clrigos, religiosas o laicos, contra edificios, imgenes o
vestigios de cualquier tipo.
Es hoy universalmente reconocido por tirios y troyanos, que uno de los mayores errores
que cometieron los republicanos y las izquierdas espaolas, fue la sectaria e implacable
persecucin a la Iglesia. La Repblica hubiera podido transformar y modernizar nuestra sociedad
espaola, que lo necesitaba; pero la intransigencia y el sectarismo de los mismos republicanos lo
frustraron. Su laicismo fue enconado y beligerante.
Historia de la Iglesia 249 P. Antonio Rivero, L. C.
Esta actitud sostenida durante los cinco aos de la Repblica y exacerbada en los ltimos
meses inmediatamente anteriores a la sublevacin militar, hiri en lo ms vivo los sentimientos
de una gran parte del pueblo, tradicionalmente catlico y que en la fe, en la doctrina y en la
praxis catlica encontraba las races y el sentido de su vivir, de su actuar y de su esperar. Se
puede afirmar que ningn otro factor contribuy tanto al enfrentamiento. El grito del peridico
anarcosindicalista Solidaridad Obrera, el 16 de abril de 1936, La Iglesia ha de ser
aniquilada, es suficientemente elocuente.
Tales hechos no tienen disculpa. Sin embargo, hay que conceder que la Iglesia espaola
del siglo XIX y la del primer tercio del XX, que haba recibido de sus mayores un incomparable
patrimonio cultural y humano, en algunos momentos no supo adaptarlo, acrecentarlo y alimentar
con l a una gran parte del pueblo que evolucionaba impulsado por nuevas ideas. Muchos
permanecieron aferrados a ideas y actitudes caducadas y arcaicas. Algunos tampoco se
percataron de que en el proceso de desarrollo industrial hubieran debido ponerse al lado de los
ms dbiles y de los tratados con injusticia.
234
Dijo Salvador Madariaga: Que durante meses y aun aos bastase el mero hecho de ser sacerdote para
merecer pena de muerte, ya de los numerosos tribunales, ms o menos irregulares que como hongos salan del
suelo popular, ya de revolucionarios que se erigan a s mismos en verdugos espontneos, ya de otras formas de
venganza o ejecucin popular, es un hecho plenamente confirmado.
Historia de la Iglesia 250 P. Antonio Rivero, L. C.
social, los valores y derechos religiosos eran vilmente conculcados, se haban agotado todos los
medios legales.
La Iglesia no poda quedar neutral. El mismo Papa Po XI, con su mxima autoridad,
dedicaba, en su encclica Divini Redemptoris (19 de marzo de 1937), un largo prrafo a
condenar la barbarie marxista espaola, que no se ha limitado a derribar alguna que otra
iglesia, algn que otro convento, sino que cuando le ha sido posible, ha destruido todas las
iglesias, todos los conventos e incluso todo vestigio de la religin cristiana, sin reparar en el
valor artstico y cientfico de los monumentos religiosos. El furor comunista no se ha limitado a
matar obispos y millares de sacerdotes, de religiosos y religiosasy esta destruccin tan
espantosa es realizada con un odio, una barbarie y una ferocidad que jams se hubieran credo
posibles en nuestro siglo.
Se haban desatado las furias del mal y de la venganza y, sobre todo, en los primeros
meses, en los dos bandos hubo quienes enloquecieron por el odio. De creer a los historiadores
ms imparciales, el nmero de vctimas de la zona nacional fue muy inferior al de la zona
republicana. En las dos zonas se hicieron esfuerzos por suprimir tales abusos, aunque se lleg
demasiado tarde. Cuando la guerra hubo terminado, la represin, por parte de los vencedores, fue
tambin excesiva y, en algunos casos, cruel. Ni siquiera al decir que los obispos apoyaron a los
nacionalistas, no signific que aprobaran la crueldad y las acciones sin proceso legal, que
tambin se dio por parte de los nacionales.
Despus de tantos aos, cabe preguntarnos: aquella contienda en la que tantos hermanos
murieron a manos de hermanos, tanta sangre vertida, fue fecunda? Quines tuvieron mayor
culpa en la destruccin de la Repblica, si los extremistas que la combatieron o los moderados
que no supieron defenderla?
El 18 de julio, Gil Robles, que haba escapado por muy poco a la orden de asesinato,
estaba con los militares sublevados y haba reunido medio milln de pesetas para apoyarles.
Franco no fue, indudablemente, el autor del Alzamiento, que luego llegara a acaudillar, pero
nunca pens en permanecer en el otro bando si la sublevacin finalmente se produca. En
aquellas horas haba pocas posibilidades de eleccin espontnea: se estaba clasificado de
antemano entre los amigos o los enemigos.
Historia de la Iglesia 251 P. Antonio Rivero, L. C.
Era tanto el temor que se tena a la intervencin militar que el gobierno se abstuvo de
decretar el estado de guerra para no dar a las autoridades militares una superioridad sobre las
civiles. En cambio, arm a las milicias polticas y consum su propia destruccin.
Por encima de todo estuvieron los valores religiosos. En la zona nacional, las brigadas
navarras rezaban el rosario cada noche. En la republicana ni siquiere los que favorecieran a la
Repblica, como el cardenal Vidal y Barraquer, se libraron de amenazas y, en el mejor de los
casos, del exilio. De ah que ningn otro colectivo como ahora se dice- haya sufrido tantas
prdidas como el clero. En el bando contrario, la masonera sera tambin vctima de represalias
exageradas.
El ideal patritico de aquella guerra, por un lado y por otro, era una nueva Espaa que
cada bando entenda de manera completamente distinta. En cada uno de ellos se derroch
magnanimidad y herosmo, a veces casi sobrehumano, como los casos del Alczar de Toledo y de
Santa Mara de la Cabeza, por amor a la Espaa soada. El sueo no se realiz porque los
sueos, sueos son.
Cada pueblo debe repensar continuamente su pasado para aprender de l, para conocerse
a s mismo y no repetir errores. Si un pueblo pierde la memoria, se pierde a s mismo, retornar a
la infancia, estar siempre comenzando sin alcanzar nunca la madurez. La memoria y el repaso
de lo que signific nuestra guerra civil, puede ser para nosotros sumamente aleccionador, porque
la historia sigue siendo la vida de la memoria y la maestra de la vida: vita memoriae, magistra
vitae est, como bien dijo Cicern235.
En ese trgico libro tenemos que aprender, de una vez para siempre, que la violencia es
tan inhumana y tan detestable que nunca, ni bajo ningn motivo, debe apelarse a ella para
resolver litigios ideolgicos o diferentes concepciones de la existencia humana. No todas las
ideas son respetables, pero s lo son todas las personas. El camino del dilogo y de la
convivencia pacfica es, a la corta y a la larga, ms convincente y ms eficaz. Las armas pueden
herir o matar los cuerpos, pero las ideas no reciben nunca el impacto de las balas porque son
inmateriales. La Espaa vencedora de 1939 crey haber aniquilado para siempre, con las armas,
al liberalismo, al socialismo y al comunismo. Y sin embargo, despus de tantos aos, siguen
vivas estas ideasy cmo!
Por esto mismo, hemos de admitir ya el pluralismo en todos los rdenes de la vida, y es
hora de renunciar para siempre a exclusivismos e integrismos maximalistas. Esto no comporta de
ninguna manera un relativismo filosfico o teolgico, como si lo mismo valieran unas ideas que
235
Cicern, De Orat 2, 9, 36.
Historia de la Iglesia 252 P. Antonio Rivero, L. C.
otras, una religin que otra. El hombre que alcanza la madurez debe haber buscado y alcanzado
un conjunto de verdades firmes que den sentido seguro a su existencia. Pero s significa la
aceptacin de las personas como son, con sus ideas discrepantes de las de otros. Tambin aqu
hay que afirmar el valor de la persona por encima de todo otro valor humano.
236
Es famosa y proverbial la frase de Azaa, demostracin del espritu anticlerical de la revolucin: Todos los
conventos de Espaa no valen la vida de un solo republicano. Esta frase la dijo en 1931, cuando Azaa era ministro
de la guerra. Y, aunque es verdad que la vida de una persona vale ms que todos los edificios juntos, sin embargo,
nos preguntamos qu quiso decir Azaa con esa frase.
Historia de la Iglesia 253 P. Antonio Rivero, L. C.
El jefe de la oposicin, Jos Calvo Sotelo, haba sido asesinado por policas de
uniforme, en un automvil de la Direccin General de Seguridad y mientras se
hallaban cumpliendo servicio.
Al producirse el alzamiento militar, el gobierno no us de los resortes legales que
le obligaban a proclamar el estado de guerra y a salvaguardar el orden. En cambio
promovi la sublevacin popular armando a las milicias de los partidos y
permitiendo que se constituyesen tribunales populares.
Fue suprimido todo respeto y garanta a las personas y a las propiedades.
Es verdad, como hemos dicho antes, que ha crecido en todos el respeto a los dems y la
repulsa a los mtodos violentos y exclusivistas, pero la izquierda espaola no ha renunciado a su
clsico sectarismo anticristiano. No utiliza, tal vez, la coaccin frontal, como lo hicieron los
constituyentes de 1931 y los gobernantes de 1936, pero es difcil negar que la Iglesia espaola de
hoy vuelve a encontrarse en estado de sitio y persecucin, y que hay un evidente propsito en los
gobernantes socialistas de sustituir la concepcin cristiana de la vida por una concepcin pagana,
bajo el sofisma de racionalidad y europesmo. Este hecho demuestra que al recuperar su
status poltico, al que tienen todo derecho, estn repitiendo algunos de los errores de Azaa,
lvaro de Albornoz o Largo Caballero. No es el mejor camino para la paz entre espaoles que
hunden las races en la fe catlica de muchos siglos.
Dios salve a Espaa de cualquier otra guerra! Dios conceda a Espaa una paz eterna!
Las generaciones que hicieron la guerra vibraban y se enardecan ante las banderas y los himnos
que les guiaban al herosmo. Es doloroso pensar que el herosmo los arrastr a una guerra
fratricida. Hay otro herosmo: el de construir da a da con generosidad, tenacidad, sacrificio y
amor una sociedad ms humana. Esa es la vocacin de las generaciones ms jvenes, pero
necesitan el magisterio, el testimonio y la mano de las generaciones adultas, maduras y limpias
de prejuicios partidistas.
El hombre no aprende nunca del pasado. Haba habido una primera guerra mundial, y no
gan nada. Por qu una segunda? Es el misterio de la iniquidad que todo hombre lleva dentro de
su corazn.
Quines lucharon y qu bando hubo? Por una parte, el Eje Berln-Roma-Tokio; y por
otra, Francia, Inglaterra, Rusia. Ms tarde los Estados unidos entraron en el conflicto.
Comienza siendo europea y termina siendo mundial. Alemania invade Polonia, Noruega,
Dinamarca, Francia. Invade Rusia y llega hasta Leningrado y Mosc. Japn se anexiona
Indochina y ataca Pearl Harbor, por la ayuda que Estados Unidos daba a China. El ingreso de
estos dos pases de enormes recursos desequilibran el escenario de la guerra.
Todo el ao 1942 ser para el eje. Inglaterra con Montgomery vence a Rommel en el
norte de Africa y penetra en Italia. Desde el 1943 Rusia comienza a avanzar, Estados Unidos
vence a Japn. En 1943 se renen en Tehern los tres grandes: Stalin, Roosevelt y Churchill, para
planear el desembarco de Normanda y as aliviar a los rusos en el frente oriental. El 1944 viene
Normanda y la liberacin francesa. La Unin Sovitica invade Polonia, Rumania, Bulgaria,
Albania y Yugoslavia.
En el bloque socialista se producen cambios cuando Kruschev llega al poder, pues inicia
una cierta liberalizacin econmica y una poltica exterior ms flexible. Se acua por primera
vez el trmino de coexistencia pacfica. Comienza la emulacin econmica, tcnica y
armamentstica. Al mismo tiempo surgen los descontentos dentro del bloque, Hungra y Polonia.
Historia de la Iglesia 255 P. Antonio Rivero, L. C.
En la segunda guerra mundial fueron vencidos los totalitarismos de signo fascista; pero
no ocurri as con el totalitarismo comunista, que por una curiosa inversin de los
planteamientos iniciales de la contienda, milit desde 1941 en el bando vencedor, del brazo de
las democracias occidentales. La particin del mundo acordada en Yalta por los jefes de las
potencias aliadas determin que la mitad oriental de Europa fuese entregada al dominio de la
Unin Sovitica.
Consecuencia de esa entrega fue que, en breve plazo, regmenes comunistas fueron
impuestos por la fuerza a buen nmero de pueblos europeos, mientras que otros pases como los
blticos perdieron incluso su existencia nacional, siendo integrados, como una repblica ms, en
la Unin de Repblicas Socialistas Soviticas.
La Europa del este surgida de la segunda guerra mundial ha sido una tierra sin libertad
donde el cristianismo y la iglesia han vivido en estado de opresin237.
237
Los nombres de los cardenales Mindszenty (1892-1975), Stepinac (1898-1960), Wyszynski (1901-1981),
Beran (1888-1965), Tomseck (1899-1992), simbolizan el herosmo de los grandes defensores de la fe en el mundo
contemporneo.
Historia de la Iglesia 256 P. Antonio Rivero, L. C.
Los mismos transportes han conocido una evolucin extraordinaria, tal que los viajes que
antes eran posibles para unos pocos hoy estn al alcance de las grandes masas. Este desarrollo
del transporte ha incrementado exponencialmente el trfico de materias primas y elaboradas, con
lo cual el comercio se ha vuelto global.
Tambin las ciencias humanas han progresado en este periodo. Podemos recordar cmo
ha evolucionado el arte a travs de los diversos estilos: fauvismo, cubismo, naf, futurismo,
surrealismo, expresionismo. La educacin se ha racionalizado y se ha extendido tanto, que el
analfabetismo ha desaparecido en grandes regiones del planeta.
Algunos inventos que salieron a la luz durante este siglo: La insulina de Banting y Best
en 1922; la penicilina de Fleming en 1928; la vitamina B-12 de Smith en 1948; la vacuna
antipolio de Salk y Lpine en 1954. En 1900 Zeppelin hizo volar el primer dirigible; en 1927
Lindbergh atraves por vez primera el Atlntico en un pequeo avin; en 1957 los rusos lanzaron
al Sputnik al espacio, y en 1969 aluniz el Apolo XI americano.
Las ciudades han crecido hasta convertirse en megalpolis habitadas por millones de
hombres desconocidos entre s, instintivamente enemigos de los dems, neurticos, posedos por
el afn de poseer bienes materiales, frustrados por no conseguirlos. Esto ha creado en muchos un
vaco existencial que tratan de llenar recurriendo al consumo de la droga y del alcohol, al
desenfreno sexual e incluso a la violencia. Estas desviaciones frecuentemente se ven
incentivadas por los mismos medios de comunicacin social, que no pocas veces son
manipulados por los grupos que gobiernan los mercados y el mundo.
En Latinoamrica la brecha entre ricos y pobres es mayor da a da. El pecado social, que
es fruto del pecado personal y ha cuajado en estructuras econmicas, sociales y polticas injustas,
es contrario a los planes de Dios. Se manifiesta en nios que nacen destinados a morir; en
jvenes frustrados por falta de trabajo; en indgenas marginados, en campesinos explotados, en
obreros mal retribuidos, en personas subempleadas o desempleadas, en ancianos olvidados por
sus familias y por la sociedad.
Por ello, la asamblea episcopal latinoamericana declar: Pases como los nuestros, en
donde con frecuencia no se respetan derechos humanos fundamentales vida, educacin,
vivienda, trabajo- estn en situacin de permanente violacin de la dignidad de la persona.
Historia de la Iglesia 257 P. Antonio Rivero, L. C.
El mismo avance de la ciencia y de la tcnica, del cual hablamos antes, no est inmune de
peligros. Y no porque la ciencia y la tcnica sean malas en s, sino porque con frecuencia los
cientficos las desarrollan y las aplican sin guiarse por los principios morales. Y el resultado es
que lo que debera contribuir al bienestar y al desarrollo del hombre y de la sociedad, tantas
veces se vuelve en su contra. La medicina es seguramente un bien, pero cuando los
conocimientos mdicos son usados para destruir la vida concebida o para acortar
deliberadamente la vida de los ancianos y enfermos, se vuelve antihumana.
El desarrollo del mercado ciertamente produce y hace circular productos y servicios que
pueden redundar en bienestar para los individuos y las familias. Pero cuando el mercado se
desarrolla sin referencia a valores ticos elementales, se convierte en instrumento de prepotencia
en manos de unos cuantos.
Cuando cay el muro de Berln (1989) y con l los regmenes comunistas de Europa,
termin ciertamente la guerra fra. Pero esto no ha trado la paz a nuestro mundo, pues asistimos
a continuos enfrentamientos. El mundo se ha dividido en naciones ricas y naciones cada vez ms
pobres. Y tal desigualdad, adems de ser injusta, genera mltiples ocasiones de violencia.
Por otro lado en la segunda mitad del siglo ha crecido la plaga del narcotrfico que
siembra muerte no slo en los pases productores de drogas, sino tambin en los pases que
mayormente las consumen.
Aadamos a esto el surgimiento del fanatismo musulmn y del terrorismo en todas sus
formas. El mundo en este siglo XX evidentemente no ha logrado la paz.
Tal es el mundo en el que el mensaje redentor de Cristo debe ser predicado por la iglesia.
Este mensaje, si lo vivimos y predicamos con coherencia, salvar a la cultura urbano-industrial,
que desarrolla tantos adelantos cientficos y tcnicos, y genera tanta miseria y opresin.
Cristianos y hombres de buena voluntad debemos trabajar juntos para lograr que todos volvamos
a ser hermanos y alabemos todos al nico Dios verdadero y a su Hijo Jesucristo.
1. San Po X (1903-1914)
hostilidad con que el estado francs trat a la Iglesia, tras violar el concordato sin previo acuerdo
y confiscando los bienes eclesisticos.
Conden tambin, como lo hizo ya antes Po IX, el modernismo 238 que negaba la
intervencin trascendente de Dios en la historia y daba a los dogmas una interpretacin
cambiante, segn los tiempos y circunstancias (relativismo). Tres fueron, sobre todo, los
principios modernos puestos en la base de la nueva concepcin de la teologa y del dogma:
El modernismo lleg, por consiguiente, a sostener una nueva concepcin del dogma:
Pero el modernismo sufri el influjo del protestantismo liberal alemn que trataba de
racionalizar la fe cristiana con el fin de hacerla aceptable a la mentalidad moderna,
vacindola de los dogmas y de todo contenido sobrenatural. Los modernistas no trataban de
abandonar la Iglesia. Slo pretendan reformarla desde dentro, y sus posturas tenan un
deliberado acento de ambigedad.
238
En el decreto Lamentabili y en la encclica Pascendi.
Historia de la Iglesia 259 P. Antonio Rivero, L. C.
No puede decirse, sin embargo, que quedara resuelta, como pondra luego de manifiesto
el rebrote modernista que habra de aparecer con sorprendente fuerza a mediados del siglo XX.
Qu otras cosas hizo el Papa Po X? Intent impedir la Primera guerra mundial, pero
falleci antes de lograrlo, en 1914 de una afeccin bronquial. Po X fue canonizado por Po XII
(1954).
Puso empeo en que finalizara la guerra, aunque sus esfuerzos resultaron vanos y los dos
bandos lo acusaron de favorecer al respectivo enemigo. Mitig cuanto pudo los dolores causados
por el conflicto.
3. Po XI (1922-1939)
Su lema fue: La paz de Cristo en el reino de Cristo. Promovi la actividad de los laicos
en la vida social, dando impulso a la Accin Catlica.
Entre 1922 y 1933 firm numerosos concordatos 239: con Italia, con Alemania 240, con
Letonia, con Polonia, con Lituania, con Rumania y con Portugal.
Po XI renunci a las antiguas posesiones pontificias. Canoniz a santa Teresa del Nio
Jess.
239
Los concordatos buscan preservar las libertades religiosas de los pases.
240
Hitler viol repetidas veces el concordato firmado por Hindenburg. Durante las conversaciones que sostuvo
Mussolini en Roma con Hitler, ste pidi hablar con Po XI, que se neg terminantemente a recibirlo.
Historia de la Iglesia 260 P. Antonio Rivero, L. C.
Constantiam. Escribi un documento contra la Alemania nazi: Mit Brennender Sorge y uno
contra el comunismo, Divini Redemptoris, en 1937. En l haca referencia a Rusia, Mxico y
Espaa, pues en esos pases se haba levantado una oleada de sangrientas persecuciones contra la
Iglesia, provocadas por el comunismo ateo.
A partir de los Pactos de Letrn la iglesia catlica y el Estado Ciudad del Vaticano son
dos sujetos de derecho internacional, entre los cuales existe una unin real, que deriva del hecho
de que el papa es el jefe de uno y de otro. La Santa Sede, rgano supremo de la Iglesia universal,
representa a los dos sujetos, aunque acta fundamentalmente en nombre de la Iglesia en sus
relaciones con la comunidad internacional.
Otra cosa que hizo el Papa Po XI fue restaurar los edificios vaticanos que clamaban por
la restauracin, cre la pinacoteca y la radio Vaticana con la colaboracin de Guillermo Marconi.
241
En virtud de este Tratado Italia reconoci la religin catlica apostlica romana como la sola del estado y la
soberana de la Santa Sede en el campo internacional, as como la plena propiedad y exclusiva y absoluta potestad y
jurisdiccin soberana en el Estado Ciudad del Vaticano. Por su parte, la Santa Sede reconoci el reino de Italia. En el
tratado se reconoci tambin el derecho de legacin activo y pasivo de la Santa Sede y las propiedades de una serie
de edificios extraterritoriales situados en la ciudad de Roma (baslicas mayores, Propaganda Fide, Santo Oficio,
Vicariato, palacios de la Datara y Cancillerra, etc.) y fuera de ella (Castelgandolfo).
242
El Concordato asegur a la Iglesia el libre ejercicio del poder espiritual, del culto y de la jurisdiccin en
materia eclesistica. Fueron establecidos tambin una serie de privilegios y exenciones para los eclesisticos.
243
Llamado tambin convencin financiera, gracias a la cual Italia entreg a la Santa Sede 750 millones de
liras en dinero contante y mil millones en ttulos de estado como indemnizacin simblica por todos los bienes
incautados por el estado a raz de la ocupacin de los estados pontificios.
Historia de la Iglesia 261 P. Antonio Rivero, L. C.
Po XI se las tuvo que ver con Adolfo Hitler y el nazismo. Hitler intent un aparente
acercamiento a los catlicos por mediacin de su vicecanciller, el conservador catlico Von
Papen, y solicit la estipulacin de un concordato con la Santa Sede. Y lo pidi al cardenal
Pacelli, secretario de estado, que conoca bien los asuntos de Alemania pues haba sido durante
diez aos nuncio apostlico en Baviera.
Von Papen insisti en limitar las asociaciones a las que eran de tipo puramente religioso y
con finalidad exclusivamente religiosa, cultural y caritativa. Po XI mostr resistencia porque
tema que la iglesia quedara relegada a las sacristas, pero consigui proteger a las asociaciones
catlicas que tenan finalidades sociales y profesionales y ste fue el mayor logro del concordato.
La enseanza de la religin catlica sera materia ordinaria en los planes docentes y las
escuelas confesionales catlicas tendran garantizada su libertad. Se haran oraciones especiales
por el Reich germnico. Gozaran de proteccin civil las asociaciones catlicas que tuvieran
finalidades exclusivamente religiosas, culturales y caritativas; lo mismo que las asociaciones que
Historia de la Iglesia 262 P. Antonio Rivero, L. C.
El concordato con Alemania por parte de la Santa Sede fue ante todo un concordato
defensivo, pues el papa Po XI quera ahorrar a los catlicos en la medida humanamente
posible las situaciones violentas y las tribulaciones que, en caso contrario, se podan prever con
toda seguridad segn las circunstancias de los tiempos, como dira la encclica Mit brennender
Sorge, nmero 4.
Desgraciadamente no pas mucho tiempo para que Hitler demostrara lo que pensaba de
esas garantas que dio a la iglesia y cul sera su actitud ante el catolicismo. La ejecucin de
dirigentes de las juventudes catlicas durante la Noche de los cuchillos largos y el asesinato
del canciller austriaco Dollfuss en el verano de 1934 fueron una seal ms que suficiente. A
partir de 1935, despus del plebiscito sobre la cuenca del Saar, se desencaden la campaa contra
el clero y contra las asociaciones catlicas.
Los obispos alemanes protestaron ante todo esto. Sobresali el cardenal Faulhaber (1869-
1952), arzobispo de Munich. Y como no se vea conciliacin, el papa Po XI intervino
solemnemente, despus de haber apoyado todas las protestas y denuncias de los obispos y de los
catlicos alemanes contra las persecuciones. El domingo de Ramos de 1937 denunci los males
intrnsecos del nazismo y las consecuencias del totalitarismo en la encclica Mit brennender
Sorge245.
244
Hiler cerr ms de quince mil escuelas confesionales, limit y control la enseanza religiosa.
245
El papa dirigi un estmulo moral a los catlicos en la hora de la prueba y les previno contra la desviacin
de conceptos religiosos fundamentales hacia el sentido profano y recordaba cul es la genuina fe en Dios, en
Jesucristo y en la iglesia, frente al pantesmo y la divinizacin de la raza, del pueblo o del estado. Denunci tambin
la opresin y las trabas puestas al ejercicio de la vida cristiana y las violaciones cometidas contra la moral catlica,
sobre todo en el mbito de la educacin de los jvenes. Conden el culto de la personalidad, reafirm el derecho
natural y exhort a la juventud alemana a mantenerse fiel a Dios. Tambin conden la supresin o esterilizacin de
los minusvlidos y de razas o grupos considerados apriorsticamente inferiores, como los gitanos, los negros y otros,
aunque en aquel momento no se pensaba todava en los hebreos. Conden el racismo, la aplicacin del darwinismo o
seleccin de raza, la concepcin de pueblo elegido y la persecucin de las minoras nacionales tnicas y religiosas.
Al ao siguiente, la condenacin pontificia fue extendida tambin al fascismo italiano como complica del nazismo.
Historia de la Iglesia 263 P. Antonio Rivero, L. C.
Con motivo de la invasin de Austria, en marzo de 1938, la congregacin romana para los
seminarios envi a las facultades teolgicas una lista de tesis nazis inaceptables y confutables.
Fue una reaccin fuerte de la iglesia contra el nacionalsocialismo de Hitler.
Los actos de violencia contra los hebreos se intensificaron a raz del asesinato de un
diplomtico alemn en Pars por parte de un hebreo. Las protestas catlicas en Alemania fueron
innumerables y el papa lleg a pensar en una nueva encclica contra el racismo y el
antisemitismo y comenz a trabajar en este sentido, pero le sobrevino la muerte el 10 de febrero
de 1939.
La actitud del episcopado alemn fue de condena firme de los principios nazis, pero con
dos estrategias diversas: por una parte, con la prudencia lucharon apoyndose en el concordato
y fue la mayora del episcopado, capitaneados por el presidente de la conferencia episcopal
alemana, el cardenal Bertram, arzobispo de Breslavia, convencidos de que sucedera con el
nazismo lo mismo que sucedi con el Kulturkampf246 en tiempos de Len XIII; es decir, un
fracaso. Por otra parte, el grupo minoritario de obispos, dirigido por los obispos de Berln, Von
Preysing, y de Mnster, Von Galen, lanzaron una poltica ofensiva y proftica apoyndose en el
pueblo, ya que la Iglesia deba defender a todos los oprimidos.
La iglesia no apoy ninguna de estas dos lneas, si bien premi a los dos citados obispos,
que en el 1946 fueron elevados a la prpura cardenalicia por Po XII, como reconocimiento a su
valenta frente al nazismo.
4. Po XII (1939-1958)
246
Significa conflicto de cultura. Expresin alemana con que se alude al conflicto sostenido entre el Estado
prusiano y la iglesia catlica. El Estado peda educacin laica, separacin iglesia-estado. Bismarck lleg a ms:
expulsin de los jesuitas, control estatal de la enseanza religiosa y del nombramiento de cargos eclesisticos,
obligatoriedad del matrimonio civil y confiscacin de las propiedades de la iglesia. Pero cuando el canciller de
Hierro, es decir, Bismarck, vio la inutilidad de tales medidas, que en nada menguaron la influencia del partido
catlico y, sobre todo, cuando comenz a abrigar serios temores ante la marea ascendente del socialismo, resolvi
cambiar la poltica y buscar apoyo de los partidos del centro. Gradualmente fueron abolidas las medidas
anticatlicas y en 1887 se lleg a un acuerdo con el papa Len XIII. Ces la intromisin del estado en los asuntos de
la iglesia y desapareci el temor a la interferencia de sta en los asuntos imperiales.
Historia de la Iglesia 264 P. Antonio Rivero, L. C.
El papa Po XII hizo su condena moral de la guerra e intent la mediacin entre los
Estados beligerantes para llegar a una solucin pacfica. Ya desde los das de la crisis de Danzig,
con el radiomensaje del 24 de agosto de 1939, el Pontfice volvi a llamar a los valores de la
justicia, de la moral y de la razn, recordando a los poderosos que nada se perda con la paz y
todo poda quedar perdido con la guerra. No le hicieron caso.
Levant la condena de la Accin Francesa, que hizo en otro tiempo el papa Po XI; apoy
los sermones antinazis del arzobispo de Munster, Von Galen, puso las obras de Sartre en el ndice
de libros prohibidos, firm el concordato con Espaa, suspendi el movimiento de los sacerdotes
obreros en Francia (1954).
Fue defensor de los hebreos. Y sobre el silencio de Po XII acerca del holocausto,
ponemos al final de la leccin un apndice muy interesante. El silencio de Po XII salv a
muchos judos de morir en el holocausto. Fue la forma ms inteligente de evitar daos mayores.
No fue nunca cmplice de Hitler.
Aunque haba una apariencia de silencio en pblico, la Secretara de Estado del Vaticano
incitaba a los nuncios y delegados apostlicos en Eslovaquia y Croacia, en Rumana y en
Hungra, especialmente, a intervenir para suscitar una accin de socorro, cuya eficacia fue
reconocida por las organizaciones judas y cuyo fruto, un historiador israelita de tanto prestigio
como Pinchas E. Lapide, en su obra Three Popes and Jews (Londres 1967), no duda en
valorar en torno a 850.000 las vidas salvadas de una muerte segura gracias a la intervencin
personal de Po XII, de la Santa Sede, de los nuncios y de toda la Iglesia catlica.
Historia de la Iglesia 265 P. Antonio Rivero, L. C.
Este historiador hebreo, que haba sido cnsul general en Miln, se sinti en el deber de
protestar contra las gravsimas y calumniosas acusaciones de Hochhuth 247 -Po XII habra sido
un cobarde y un fautor del nazismo!-; para l fue un deber de conciencia y de gratitud
contradecir las falsedades escritas por Hochhuth. Y cuando el drama de este autor fue
representado en Gran Bretaa, el embajador britnico ante la Santa Sede, Sir G. F. Osborne d
Arcy, protest pblicamente contra las afirmaciones de Hochhuth.
La fotografa del papa Po XII con los brazos en seal de proteccin y consuelo cuando
visit el barrio de san Lorenzo en Roma, despus del bombardeo del 19 de julio de 1943, es todo
un smbolo de la extraordinaria tarea que la Iglesia desarroll en aquellos aos.
Qu ms realiz Po XII?
Otra encclia fue la Humani generis del 12 de agosto de 1950, en la que tom posicin no
contra la evolucin sino contra el evolucionismo, es decir, aquella corriente que defiende que
todo, incluso el alma, proviene por evolucin. El evolucionismo era un intento indebido de
asociar cierta ciencia a una filosofa relativista, para atenuar hasta la eliminacin de la estabilidad
de la persona humana y la negacin de la procedencia divina del alma252.
Po XII fue el precursor de la reforma litrgica, con su encclica Mediator Dei, que
despus llev a cabo el Concilio Vaticano II.
El Papa Juan Pablo II dijo de l : A los veinticinco aos del paso de Po XII a la
eternidad, no se ha borrado de los ojos su imagen dulce y austera. No se ha extinguido el eco de
252
La encclica no conden a nadie, aunque, tras ella, los superiores religiosos impusieron sanciones
disciplinares a varios miembros de sus respectivas rdenes; pero los afectaos por estas medidas acataron con
obediencia las decisiones y ninguno abandon la iglesia. Es ms, esos telogos, revisaron algunas de sus actitudes y
escritos y tuvieron un papel importante en el Concilio Vaticano II, y varios de ellos Danielou, Congar, De Lubac-
fueron elevados al cardenalato por Pablo VI y por Juan Pablo II.
Historia de la Iglesia 267 P. Antonio Rivero, L. C.
Gan la simpata de propios y extraos, convertida con el paso del tiempo en conmovido
afecto hacia l, hombre de eximia mansedumbre y caridad, y de continuo buen humor. Dotado de
un espritu intuitivo genial, comprendi la necesidad de que la Iglesia estuviera presente en el
siglo XX. Se pens que sera un papa de transicin; pero realmente dej la huella de una nueva
forma de ser de la iglesia, y marc el giro total en la orientacin de la Iglesia hacia el tercer
milenio.
Las primeras semanas de su pontificado sali del Vaticano, visit hospitales, crceles y
orfanatos. Visit el santuario de Ass en el primer viaje en tren que haca un Papa. Se le llam el
papa bueno. Estos gestos, todos ellos pastorales y no polticos, indicaron que comenzaba una
nueva orientacin en la vida de la iglesia.
El papa circulaba libremente por los pasillos de su palacio y por los jardines, parndose
para hablar con todos; visitaba a cardenales enfermos o a prelados moribundos, pero tambin a
sacerdotes amigos suyos; cuando diriga discursos a grupos, a veces prefera improvisar con
mucha naturalidad dejndose llevar de confidencias personales y recuerdos de su juventud, que
conmovan y edificaban profundamente a su auditorio.
Durante las fiestas de Navidad de 1958 visit en Roma a los nios internados en el
hospital Bambino Ges y a los presos de la crcel Regina Coeli. Estas visitas enternecieron a la
opinin pblica mundial, porque eran gestos que nunca haba hecho un papa con anterioridad,
pero fueron tambin muy eficaces para recordar a obispos y sacerdotes el primado de la caridad
en la accin social y pastoral.
Accin a favor de la paz: este empeo por la paz encontrara pocos das despus una
confirmacin cuando, a causa de la grave crisis de Cuba, el mundo estuvo al borde
de una nueva guerra mundial, que pudo evitarse gracias a la eficaz mediacin
entre las dos superpotencias (Estados Unidos y Unin Sovitica) promovida
personalmente por el papa Juan XXIII. Eran los das 20-26 de octubre de 1962.
Este hecho fue el origen de su encclica Pacem in terris del 11 de abril de 1963.
La paz es el anhelo profundo de los seres humanos de todos los tiempos; y slo
puede ser establecida y consolidada si se respeta el orden establecido por Dios.
Tuvo una marcada predileccin por los trabajadores de todas las clases. Por eso, al
cumplirse los 70 aos de la Rerum Novarum, public otra encclica, Mater et
Magistra, del mes de mayo de l961, donde afirma que la encclica de Len XIII
debe considerarse como verdadera suma de la doctrina catlica en el campo
econmico y social.
Apoy las misiones, y a este tema consagr la encclia Princeps Apostolorum del 28
de noviembre de 1959.
A los sacerdotes dedic la encclica Sacerdotii nostri primordia del 31 de julio de
1959, con ocasin de la muerte del santo Cura de Ars, Juan Mara Vianney,
modelo y smbolo del sacerdote, y donde sintetiz el ideal del sacerdocio catlico.
Promovi mucho el ecumenismo, fruto de su misin episcopal como delegado
apostlico en Bulgaria (1925-1934), Turqua y Grecia (1935-1944).
Tuvo una predileccin muy particular al santo rosario y a esta devocin dedic una
encclica el 29 de septiembre de 1961. Present el rosario como la plegaria de la
familia y como el medio para invocar la paz universal.
6. Pablo VI (1963-1978)
Historia de la Iglesia 269 P. Antonio Rivero, L. C.
El 21 de junio de 1963 Juan Bautista Montini fue elegido sucesor de Juan XXIII. Y quiso
llamarse Pablo VI. Gravsima carga recay sobre sus hombros porque grande era la crisis por la
que estaba pasando la Iglesia.
Decidi que el Concilio Vaticano II continuara. Bajo su pontificado tuvieron lugar las
sesiones segunda (29 de septiembre a 4 de diciembre de 1963), la tercera (14 de septiembre a 21
de noviembre de 1964) y la cuarta sesin (28 de octubre de 1965 a 8 de diciembre).
Pablo VI escribi las siguientes encclicas: Ecclesiam Suam (1964) sobre la toma
de conciencia de la iglesia de su misin y el dilogo con el mundo; Mysterium
fidei (1965), acerca de la doctrina eucarstica, que era criticada por algunos;
Sacerdotalis coelibatus (1967), para reafirmar el celibato, igualmente atacado por
determinados sectores; Humanae vitae (1968), en torno a la regulacin de la
natalidad; Octogesima adveniens (1971), para explicitar la doctrina social de la
iglesia; Evangelii nuntiandi (1975), en que abord el tema de la evangelizacin y
de la inculturacin.
Viaj 130 mil kilmetros: Italia, Tierra Santa, Ftima, Estambul, Colombia,
Uganda, Cerdea, Tehern, Manila, Samoa, Sydney, Yakarta, Hong Kong,
Colombo.
Instituy, por sugerencia del concilio, los snodos de los obispos que se renen
peridicamente y slo tienen carcter consultivo. 1967: revisin del derecho
cannico, seminarios, liturgia, matrimonios mixtos; 1969: relaciones de las
conferencias episcopales con la Santa Sede y relaciones entre ellas; 1971: justicia
y sacerdocio ministerial; 1974: evangelizacin; 1977: catequesis.
Le toc ver con sus propios ojos cmo malinterpretaban el concilio, cmo hubo
abusos, indisciplina; cmo descendieron las vocaciones y cmo miles de
sacerdotes y religiosaos entraban en crisis y abandonaban su vocacin. Lefebvre
desobedeci al papa en nombre de la ortodoxia. Algunos clrigos en Amrica
Latina tomaron armas para defender a los desposedos del tercer mundo. El papa
sorteaba con prudencia todos estos escollos. Muchos le tachaban de indeciso y
dbil, pero Pablo VI fue un ejemplo de equilibrio, y de mrtir en la custodia de la
fe y de la moral catlica.
Estos son los puntos que considero importante a la hora de hacer un balance del
magisterio del papa Pablo VI:
acuerdos que el papa busc y que, por desgracia, no siempre fueron observados
por los gobiernos que los haban firmado, no fueron concesiones al marxismo,
sino una necesidad pastoral, impuesta por la excepcionalidad de las situaciones,
en espera de tiempos mejores. Sin esta Ospolitik, la Iglesia hubiera sido an ms
perseguida de lo que fue.
Hombre de profunda fe y de certezas fuertes. Basta leer su profesin de fe del ao
1968
Fue maestro, y as lo demostr en sus homilas y cartas, alocuciones y encclicas,
escritas con orden y organicidad, y con bello estilo incomparable.
Fue organizador, pues erigi ms de cien nuevas parroquias e hizo construir ms
de setenta iglesias nuevas y centros de cultura.
Fue padre, a travs de una serie de gestos de bondad hacia obreros, enfermos,
ancianos y nios.
Fue pastor, que conduca su grey y la guiaba sin hacerle faltar nada.
Fue un papa viajero y peregrino. Sus viajes internacionales asumieron dimensin
emblemtica. En Jerusaln abraz al patriarca Atengoras (enero 1964). En
Bombay, para el congreso eucarstico, se encontr con todos los creyentes
(diciembre de 1964). En el discurso a la ONU, ante delegados de 117 pases,
dialog con todos los hombres influyentes254 (4 de octubre 1965). En Ftima
abraz a todos los catlicos (mayo 1967). En Bogot se encontr con todos los
pobres del mundo (agosto 1968). Y en la oracin en el Consejo Ecumnico de las
Iglesias en Ginebra, abraz a todos los hermanos separados de Roma (junio 1969).
254
Fue en la ONU donde Pablo VI grit: Nunca ms unos contra otros, jams, jams en lo sucesivo. Es la
paz, la que debe guiar el destino de los pueblos y de toda la humanidad.
Historia de la Iglesia 273 P. Antonio Rivero, L. C.
Fue un papa que comprendi no slo a las masas sino tambin a las lites; fue el papa de
la caridad, adems del papa de la verdad, sin la cual no hay caridad. Fue de una personalidad rica
de cultura humanstica, de un nimo pastoral atento a los problemas de los hombres y de su
salvacin eterna, pronto al dilogo con todos, sensible a calibrar el anuncio con las exigencias de
sus oyentes.
As dijo el da en que fue elegido papa: Me llamar Juan Pablo, porque fue Juan XXIII
quien me consagr obispo en la Baslica de san Pedro y he sido sucesor suyo, aunque indigno, en
la ctedra de san Marcos de Venecia, y Pablo VI me cre cardenal. Por esto me llamar Juan
Pablo. Yo no tengo ni la sapientia cordis del papa Juan, ni la preparacin y la cultura del papa
Pablo, pero ahora ocupo su lugar, y debo tratar de servir a la Iglesia. Espero que me ayudaris
con vuestras oraciones.
Aunque ms tarde terminar este siglo XX con el legado de Juan Pablo II, quiero ahora
anotar algunos trazos, a vuela pluma. Es poeta, actor, filsofo, telogo, polglota, catedrtico,
obrero, pastor de almas, constructor de la nueva sociedad polaca. Juan Pablo II no ha salido de
Roma para enfrentarse al mundo sino para dirigirlo hacia Dios. Fue el primer papa no italiano
elegido despus de 1522 el ltimo fue Adriano VI, holands. Tambin l rechaz la coronacin
con el triregnum. Es cristocntrico y proclama constantemente la devocin a la Virgen Mara,
declara ao mariano universal (1987-1988).
El atentado del que fue vctima en la plaza de san Pedro, el 13 de mayo de 1981, durante
una de sus audiencias, por el turco Mehmet Ali Agca, ha significado un duro golpe a su
inagotable dinamismo, mas no le ha frenado. En el drama del atentado contra el papa quedan
muchos cabos sueltos por atar, y es posible que no llegue a conocerse con certeza la verdad sobre
los instigadores del Agca y la conspiracin que desemboc en su tentativa de asesinato. La
hiptesis de que Agca actuaba solo, movido por su fanatismo religioso, es sencillamente
inverosmil, teniendo en cuenta lo que se sabe ya de sus recursos econmicos, sus viajes, sus
contactos, su arma y su trayectoria personal anterior. Los archivos rusos pertinentes siguen
cerrados a los investigadores, y aunque se abrieran, lo lgico es que la documentacin de un caso
as no hubiera llegado a ellos. Si existi una conspiracin sovitica, sus responsables murieron
hace tiempo. A menos que se produzcan aportaciones documentales imprevistas, el debate sobre
por qu dispar Mehmet Ali Agca contra el papa, y a instancias de quin, seguir vivo...Juan
Pablo II, que ve la historia y su propia vida a travs del prisma nico de la fe cristiana, no
necesitaba otra respuesta a la pregunta de por qu haban disparado contra l. El mal anda por el
mundo, sus nombres son infinitos y acta con agentes humanos. No hacan falta ms
explicaciones y, a decir verdad, ninguna habra sido ms interesante o esclarecedora 255.
255
As dice George Weigel en su libro, Biografa de Juan Pablo II, ed. Plaza-Jans, 1999, p. 572
Historia de la Iglesia 275 P. Antonio Rivero, L. C.
y contra las desviaciones del comunismo. El lema de su escudo se lo dedica a Mara: Totus tuus
ego sum (Todo tuyo soy yo).
Ser el Concilio Vaticano II quien dar respuesta a los desafos del siglo XX, y lo
comentaremos ms adelante.
1. Los sacerdotes-obreros
Historia de la Iglesia 276 P. Antonio Rivero, L. C.
Esta actitud les dio gran popularidad que no result positiva a la larga.
La Santa Sede observ con creciente desconfianza la odisea de los curas obreros, cuyo
gnero de vida era difcilmente compatible con la propia identidad sacerdotal. Muchos de ellos
sufrieron, adems, la influencia de la ideologa marxista y comunista, y participaron en la lucha
social, incluso como activistas sindicales.
Qu pas?
Fue una experiencia triste, dado que, no slo no se pudo transformar ese mundo obrero
con la levadura del evangelio, sino que incluso la Iglesia perdi a algunos sacerdotes, pues
fueron perdiendo progresivamente su propia identidad sacerdotal. Incluso muchos obreros no
comprenden este apostolado directo del sacerdote que parece ocupar el lugar de los laicos.
Parecen decir a estos curas-obreros: Vosotros, a lo vuestro; y nosotros, a lo nuestro...cada quien
a sus funciones. Bien dicho!
2. Ecumenismo
Durante este siglo hubo un gran esfuerzo por el ecumenismo, es decir, el movimiento que
tiende a lograr la unidad de fe y de comunin entre las comunidades cristianas divididas 257,
escndalo para el mundo actual. Grandes propulsores de este movimiento fueron Juan XXIII,
Pablo VI y Juan Pablo II.
Ms adelante volver sobre este tema, crucial en el siglo XX, especialmente despus de
concilio Vaticano II.
3. El tercermundismo
Aunque ms adelante trataremos tambin este punto con ms detencin, cuando hablemos
de la teologa de la liberacin, quiero ahora apuntar unas cuantas notas esenciales.
Esta corriente del tercermundismo surgi en este siglo XX. Es decir, ante tanta miseria,
pobreza, explotacin de las clases humildes de Latinoamrica, surgi este movimiento que quera
dar soluciones rpidas a esa situacin; soluciones polticas, sociales y econmicas.
Se quera la liberacin de esas estructuras que clamaban al cielo y que dolan realmente.
Pero no se pusieron los medios evanglicos. Se propici la lucha de clases, la guerrilla, la
protesta violenta, bajo la inspiracin de Marx.
En esta lucha tambin participaron varios sacerdotes, al inicio, sin duda alguna, con
buenas intenciones, pero despus ellos mismos se vieron involucrados en esa guerrilla. Esta
situacin trajo consigo la llamada de atencin de la Santa Sede, explicando en qu consiste la
verdadera liberacin del hombre: Cristo vino a liberarnos del pecado que anida en el corazn de
cada hombre. Liberado el corazn del pecado, las estructuras sociales, econmicas y polticas
sern justas.
Esta corriente hizo que algunos sacerdotes comenzaran a hacer su apostolado en los
suburbios, en las villas-miserias, en las favelas. Pero, realmente, es esta la misin del sacerdote?
Hay que decir lo siguiente: la accin social, poltica y econmica es propia de los laicos,
no de los sacerdotes. Lo que tiene que hacer el sacerdote es formar a un buen nmero de laicos
que realicen a fondo este apostolado con los ms desprotegidos y necesitados, con acciones
eficaces, con ayuda de lderes econmicos para que sean stos los que realicen obras duraderas
en bien de los pobres. El sacerdote debe dedicarse a lo que Dios le ha encomendado, y que nadie
ms puede hacerlo: a la administracin de los sacramentos, a la direccin espiritual y a la
predicacin de retiros y ejercicios, formando as a los laicos. El Vaticano II dej bien clara cul
es la misin del sacerdote: ensear, santificar y gobernar.
4. Cristianos en la poltica
En la Europa del oeste, los cristianos ocupan un gran lugar en la poltica y constituyen
una tercera fuerza frente a los comunistas y los socialistas. Es el perodo fecundo de la
democracia cristiana.
hecho el comunismo triunf en China en 1949, bajo Mao Tse Tung 258; Vietnam en 1954 y en
1975; en Cuba en 1959, bajo Fidel Castro.
Tras el teln de acero que separa a las dos Europas, la persecucin se abate sobre los
cristianos259. Los pases del Oeste se renen en otro bloque en torno a los Estados Unidos en la
OTAN (Organizacin del Tratado del Atlntico Norte, 1949). Los partidos comunistas de estos
pases son considerados como cmplices de lo que ocurre tras el teln de acero; de ah la
desconfianza contra ellos.
En 1949, un decreto del Santo Oficio del Vaticano prohbe toda colaboracin de los
catlicos con los comunistas; pero lo partidos comunistas renen tambin a los ms
desfavorecidos, a los que les hacen soar con una sociedad ms justa. De aqu se siguen dramas
de conciencia para los cristianos que estn metidos en el corazn de los problemas sociales de su
tiempo.
En esta encclica, Po XII puso particular atencin en la relacin entre ciencia y fe, y
tom las debidas distancias no de la doctrina cientfica de la evolucin, sino del evolucionismo
que deca que todo viene por evolucin, incluso el alma.
De esta manera, este encclica sali al paso de ciertos telogos y asent varias
afirmaciones: hay que ser cautos al defender hiptesis cientficas que no respetan o parecen no
respetar algunos puntos del dogma catlico; en consecuencia, aunque no rechaza la evolucin
totalmente, reivindica que el alma humana es creada directamente por Dios y no aparece por
evolucin; igualmente indic que es difcil compaginar el poligenismo con el dogma del pecado
original; la Iglesia catlica slo acepta el monogenismo, es decir, el hombre procede de una sola
258
Pide a los cristianos que se liberen del extranjero adquiriendo una triple autonoma: de gobierno (nada de
vnculos con el Vaticano), de administracin y de finanzas (nada de fondos procedentes de Europa) y de predicacin
(nada de misioneros extranjeros). Muy pronto son expulsados los misioneros extranjeros, y los responsables
religiosos fieles a Roma son encarcelados o ejecutados. Se constituye una iglesia patritica, sin vnculos con Roma.
La lucha religiosa alcanza su punto culminante con la revolucin cultural de 1966 a 1968, para calmarse un poco
despus.
259
Reviste ciertas formas y una intensidad muy diferentes segn los pases. En la URSS, la lucha antirreligiosa
es especialmente violenta en los pases blticos. En Lituania, los sacerdotes sostienen la resistencia a la
sovietizacin, que dura hasta 1952, llevando consigo la eliminacin de gran parte del clero. Los uniatas de Ucrania,
dirigidos por el cardenal Slipyj en la crcel, son tambin ampliamente perseguidos. Pero tampoco se ven libres los
ortodoxos, a pesar de la sumisin aparente de los responsables de la iglesia rusa. En todos los pases del este, el
estado organiza procesos clamorosos contra los responsables catlicos, acusados de trfico de divisas, de
compromiso con el enemigo, etc. El cardenal Mindszenty en Hungra (1949), Monseor Beran en Checoslovaquia,
monseor Stepinac en Yugoslavia, el cardenal Wyszynski en Polonia. La destalinizacin , a partir de 1956, mejor la
suerte de los cristianos en algunos pases como Polonia (liberacin del cardenal Wyszynski), pero la agrav en otros,
como Hungra, donde el cardenal Mindszenty permaneci encerrado quince aos en la legacin de los Estados
Unidos en Budapest.
Historia de la Iglesia 279 P. Antonio Rivero, L. C.
pareja, Adn y Eva, pues as se respeta mejor el dogma del pecado original que fue cometido por
los primeros padres y en el cual nacemos todos.
Qu duda cabe que el gran evento estelar del siglo XX fue el concilio Vaticano II. Y fue la
respuesta magistral de la Iglesia, bajo la inspiracin del Espritu Santo, a cuantos problemas
surgan en el mundo.
La intuicin fue del papa Juan XXIII un 25 de enero de 1959. Quiso abrir las ventanas
para que entrara aire fresco a la Iglesia. Y lo abri el 11 de octubre de 1962, con una finalidad
eminentemente pastoral, sealando dos objetivos muy amplios:
Qu precedentes tuvo?
Fue Juan XXIII quien lo convoc. Desde sus aos de nuncio apostlico en Turqua y en
Estambul y Grecia, una de sus mayores preocupaciones fue la cuestin de la unidad de los
cristianos, es decir, el ecumenismo.
Se enfrentaban dos tendencias: presentar la iglesia como una profeca o presentarla como
una sociedad perfecta, jurdicamente autnoma. Avalaron la primera, los obispos franceses,
alemanes y de los Pases Bajos. Apoyaron la segunda, el cardenal Ottaviani y algunos de la curia
romana, que miraban con cierto recelo y desconfianza esta convocacin a un nuevo concilio.
El papa Juan XXIII en su discurso de inauguracin, lleno de esperanza y amor, dijo que
este concilio no sera la repeticin o la mejor exposicin de verdades doctrinales, sino que sera
un concilio pastoral.
La mayora de los obispos y cardenales estaban a favor de dar al mundo una visin de la
iglesia ms abierta al dilogo; la minora, estaba ms a la defensiva. Los primeros se inclinaban
al aspecto teolgico-pastoral; la minora se aferraba al plano jurdico. Los primeros queran un
nuevo Pentecosts, para poder salir al mundo con la fuerza de los primeros apstoles, y exponer
y proponer con gozo, pero sin condenas y sin imposiciones, el mensaje de Cristo. Los segundos
tenan miedo de que se aprovechara de estos nuevos aires para cambiar a la iglesia y hacerla
democrtica y secularizada.
La suerte estaba echada. Unos y otros, sin faltar a la caridad, trataron los diversos temas
con libertad de espritu. Hubo discrepancias, desacuerdos. Pero el Espritu Santo iba poco a poco
llevando las aguas a su molino.
Una mayora preocupada, segn las perspectivas del papa Juan XXIII, de la
adaptacin de la iglesia al mundo, del dilogo ecumnico y de un retorno a las
fuentes bblicas.
Una minora, sobre todo de miembros de la curia romana y algunos obispos de los
pases de cristiandad (Italia, Espaa...), ms bien preocupados de la estabilidad
de la iglesia y de la salvaguardia del depsito de la fe.
A lo largo de todo el concilio hubo que negociar entre las dos tendencias. Esto permiti a
veces una mejor formulacin, pero condujo tambin a desvirtuar la fuerza de algunos textos. La
primera sesin no concluy con ningn texto definitivo. Se comprendi que sera imposible
tratar los 70 esquemas y se decidi reducirlos a 20. De todas formas, el concilio se presentaba
como una asamblea de hombres libres, bajo la inspiracin del Espritu Santo, y no como una
cmara de registro de textos prefabricados.
Muri Juan XXIII el 3 de junio de 1963. Es elegido papa el cardenal Montini, arzobispo
de Miln. Hombre aparentemente tmido, de inteligencia brillante, gran trabajador, mstico,
contrastaba con Juan XXIII, y daba la impresin de fragilidad. Pero decidi inmediatamente
proseguir el concilio. Su intencin era orar, hablar, deliberar y actuar con los obispos, sin
ninguna voluntad de dominio ni ninguna bsqueda de poder absoluto sino con el nico deseo y
voluntad de obedecer el mandato divino que nos constituye entre vosotros en pastor supremo.
Pablo VI era vigilante siempre, pero reservado, respetuoso de la legtima libertad de los
padres conciliares, incluso cuando sus posiciones eran divergentes, emplendose con discrecin
para favorecer el entendimiento entre las dos almas que iban manifestndose incluso en algunos
puntos de primaria importancia, pero tambin con mano firme cuando crea que su conciencia de
responsable supremo de la doctrina y de altsimos valores de la vida de la iglesia se lo impona.
Pablo VI quera que todos los obispos de la iglesia catlica abandonaran el concilio no vencidos,
sino convencidos.
Durante la tercera sesin, otoo de 1964, los padres del concilio se enfrentaron con el
tema de la libertad religiosa, la escatologa y la Virgen Mara, el oficio pastoral de los obispos,
judos y religiones no cristianas, revelacin, apostolado de los seglares, sacerdotes, iglesias
orientales, iglesia y mundo moderno, misiones, religiosos, seminarios, educacin cristiana,
sacramentos. Se votaron y promulgaron varios textos: constitucin sobre la iglesia (Lumen
Gentium), el decreto sobre el ecumenismo y las iglesias orientales. En esta sesin, el papa Pablo
VI proclam a Mara, Madre de la Iglesia. Tambin Pablo VI en diciembre de ese ao fue a
Bombay y tom contacto con el Tercer Mundo.
Aunque fue profundamente doctrinal, sin embargo, fue tambin un concilio pastoral,
donde no propuso definiciones ni se lanzaron condenaciones o anatemas, como sucedi en
algunos concilios del pasado. Eran otros tiempos, otras pocas, otros circunstancias! El bien de
la fe requera en aquellos tiempos respuestas contundentes y definiciones concretas. Ahora peda
Dios otra manera de presentar el mensaje de Cristo. La esencia del mensaje era la misma;
cambiaba la forma de exponerla y presentarla.
Otra caracterstica fue la apertura a los otros cristianos y a las otras religiones: se parti
de la persona humana y de sus derechos inalienables, entre ellos el de acceder libremente a la
verdad reconocida por la conciencia.
Una Iglesia en dilogo con el mundo actual, al que ya no debe temer, ni mucho menos
imponer, sino proponer la Buena Nueva del Evangelio, con amor y respeto.
260
Las Constituciones tienen carcter dogmtico.
261
Los Decretos son textos que aparecen como aplicaciones de los principios asentados por las constituciones.
262
Las Declaraciones son principios y lneas de conducta que expresan el pensamiento de la Iglesia.
263
Por este trmino se entiende la unidad estable que, por voluntad de Cristo, existe entre todos los obispos,
con el papa y bajo su autoridad. Es anloga a la que existi entre Pedro y los dems apstoles.
Historia de la Iglesia 284 P. Antonio Rivero, L. C.
Tambin este concilio Vaticano II dio un impulso a los laicos, les hizo tomar conciencia
de su vocacin de bautizados y cul es su misin dentro del mundo: ser sal y luz, ser fermento y
levadura en la masa del mundo.
Y en esos aos comenz el Espritu Santo a inspirar los nuevos movimientos eclesiales.
Son movimientos, dir el cardenal Ratzinger, que nadie planea ni convoca y que surgen de la
intrnseca vitalidad de la fe. En ellos se manifiesta muy tenuamente, es cierto- algo as como
una primavera pentecostal en la Iglesia264.
Que quede bien claro desde el inicio: estas consecuencias no se debieron a causa del
concilio, sino por una desviada y, en ocasiones, maligna interpretacin del mismo concilio.
1. Tensiones
264
Informe sobre la fe, Cardenal Ratzinger y Vittorio Messori, BAC popular, 1986, p. 50
265
Informe sobre la fe, Cardenal Ratzinger y Vittorio Messori, BAC popular, 1986, p. 50-51
266
As lo expresaba el Papa Pablo VI: Habamos credo que el da siguiente del concilio sera un da de sol,
pero nos rodean las nubes, la tempestad y las tinieblas.
Historia de la Iglesia 285 P. Antonio Rivero, L. C.
Todo fue puesto en tela de juicio, en discusin y en crtica. Todo tena carcter de opinin
y de negacin. Se contestaron las personas (los patronos) y las instituciones (el estado burgus, la
universidad, la familia, la iglesia). En los cursos, peridicos y revistas se alimentaba el clima de
la contestacin. Esta contestacin del 68 fue de izquierdas y las palabras clave fueron la
autocrtica, la alternativa, el movimiento, el poder, etc.
Y, qu pas?
Nos dice el cardenal Ratzinger: Los papas y los padres conciliares esperaban una nueva
unidad catlica y ha sobrevenido una divisin tal que, en palabras de Pablo VI, se ha pasado de
la autocrtica a la autodestruccin. Se esperaba un nuevo entusiasmo y se ha terminado con
demasiada frecuencia en el hasto y en el desaliento. Esperbamos un salto hacia delante y nos
hemos encontrado ante un proceso progresivo de decadencia, que se ha desarrollado en buena
medida bajo el signo de un presunto espritu del Concilio, provocando de este modo su
descrdito.
Causas? Las llamaradas de los grandes escndalos tienen siempre detrs un largo cultivo
ideolgico, que fue prendiendo con la ayuda del neomodernismo, del progresismo y del
secularismo. A la vez, el subjetivismo teolgico, moral, pastoral y disciplinar, que invocando un
presunto espritu conciliar, quiso abrir las ventanas del sacerdocio al mundo para acomodarlo a
los signos humanistas de los tiempos y termin siendo absorbido por el mundo, su modo de
pensar y de vivir.
Historia de la Iglesia 286 P. Antonio Rivero, L. C.
Pareca que haba estallado la revolucin del clero en el interior de la iglesia. A ella
aludi, con inmensa desazn y dolor, el papa Pablo VI, cuando en el otoo de 1968, lamentando
las protestas colectivas, las manifestaciones anrquicas y las contestaciones globales, confes
amargamente que ante tan increble como inesperado fenmeno ascienden a nuestros labios
estas palabras de Jess: Se tendr por enemigo a las gentes de la propia casa.
Por este tiempo, se multiplican las deserciones de sacerdotes267, muchas veces con la
voluntad de reintegrar al sacerdocio en la condicin humana mediante el matrimonio, el trabajo y
el compromiso poltico. En realidad, haba una evidente prdida de la identidad sacerdotal. El
papa quiso reservarse el tema del celibato sacerdotal y sac, despus del concilio, una encclica
valorando el celibato sacerdotal como perla preciosa de la iglesia latina, a la que no podemos
renunciar.
3. Regulacin de la natalidad
267
Por ejemplo: de 40.000 sacerdotes seculares en Francia en 1965, se ha pasado a 36.000 en 1975 y a 28.000
en 1985. Ms impresionante todava es el nmero de sacerdotes que abandonan sus funciones sacerdotes para
casarse o por un compromiso sociopoltico: 5.000 6.000. Desde 1961 hasta el 1 de septiembre de 1970, 1.049
jesuitas sacerdotes haban dejado la Compaa. Solamente en 1970 llegaron a la curia generalicia 260 peticiones
de sacerdotes jesuitas que queran dejar la orden, mientras que en 1966 haban sido 113. Desde noviembre de 1964
hasta diciembre de 1971, el papa haba concedido la reduccin al estado laical a 912 sacerdotes jesuitas. Los
escolsticos o estudiantes-, que en 1950 eran 10.013, en 1970 haban descendido a 6.528. Y los novicios, que en
1950 eran 2.101, en 1970 haban bajado a 856 (Historia de la Iglesia, III, de Vicente Crcel, ediciones Palabra, p.
622).
268
Por poner un ejemplo: en el ao 1950 se calculaba que el 30 % de los franceses asistan los domingos a
misa; en 1966, era el 23 %; en 1972, el 17 %; en los aos 80, quizs el 12 %. Tambin retrocede el matrimonio
religioso. El divorcio pasa del 10 % en 1963 al 20 % en 1979 y al 33 % en 1985. La cohabitacin juvenil significa
tambin la desaparicin de las costumbres cristianas tradicionales. (Estos datos los tom del libro Para leer la
historia de la Iglesia, de Jean Comby, p. 224).
Historia de la Iglesia 287 P. Antonio Rivero, L. C.
El papa, con la luz de Dios y el dictamen de su propia conciencia, fue fiel a la doctrina
tradicional de la iglesia y no escuch los consejos de la comisin, sino que en la encclica
Humanae Vitae, julio de 1968, rechaz todos los mtodos no naturales de regulacin de los
nacimientos, porque no respetaban los dos fines de la relacin ntima que puso el Creador en el
matrimonio: amor mutuo y procreacin269. La encclica fue mal acogida, no slo por los no
catlicos, sino por muchos catlicos de los pases desarrollados. La acogida fue mejor,
paradjicamente, en el Tercer Mundo.
El campesino de antao, que criaba con abnegacin una familia numerosa, y que da tras
da, gracias a un trabajo sostenido y sudoroso, lograba que su tierra rindiese lo ms posible, no
obraba as atrado por el seuelo del placer. Tampoco lo haca coaccionado desde afuera, sino
con cierta espontaneidad. Tal comportamiento lo haba heredado de sus padres y abuelos, pero l
lo haca suyo, voluntariamente.
269
Mientras que los mtodos naturales respetan el orden querido por Dios en la naturaleza humana, los
mtodos artificiales, no lo respetan. El papa nos lo dice con estas palabras: Hay que excluir, como el Magisterio de
la Iglesia ha declarado muchas veces, la esterilizacin directa, perpetua o temporal, tanto del hombre como de la
mujer; queda adems excluida toda accin que, en previsin del acto conyugal, o en su realizacin, o en el
desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, como fin o como medio, hacer imposible la procreacin
(Humanae vitae, n. 14). Si para espaciar los nacimientos existen serios motivos, derivados de las condiciones
fsicas o psicolgicas de los cnyuges o de circunstancias exteriores, la Iglesia ensea que entonces es lcito tener
en cuenta los ritmos naturales inmanentes a las funciones generadoras para usar del matrimonio slo en los
perodos infecundos y as regular la natalidad sin ofender los principios morales que acabamos de recordar. La
Iglesia es coherente consigo misma cuando juzga lcito el recurso a los perodos infecundos, mientras condena
siempre como ilcito el uso de los medios directamente contrarios a la fecundacin, aunque se haga por razones
aparentemente honestas y serias. En realidad, entre ambos casos existe una diferencia esencial: en el primer caso
(usar del matrimonio en los perodos infecundos para regular los nacimientos), los cnyuges se sirven
legtimamente de una disposicin natural (querida por Dios); en el segundo (usar mtodos artificiales par impedir
los nacimientos), impiden el desarrollo de los procesos naturales. Es verdad que, tanto en uno como en otro caso,
los cnyuges estn de acuerdo en la voluntad positiva de evitar la prole por razones plausibles, buscando la
seguridad de que no se seguir; pero es igualmente verdad que solamente en el primer caso (mtodos naturales)
renuncian conscientemente al uso del matrimonio en los perodos fecundos cuando por justos motivos la
procreacin no es deseable, y hacen uso despus en los perodos agensicos para manifestarse el afecto y para
salvaguardar la mutua fidelidad. Obrando as, ellos dan prueba de amor verdadero e integralmente honesto
(Humanae vitae, n. 16).
Historia de la Iglesia 288 P. Antonio Rivero, L. C.
al uso de estupefacientes para el drogadicto. El sufrimiento aparece con todas las caractersticas
de un agresor.
Por eso, el papa Pablo VI en la encclica Humanae vitae invita a los esposos a saber
incorporar en su matrimonio tambin la categora del autodominio y de la renuncia como una
dimensin del amor, invitando a la abstencin sexual, cuando, por razones serias y maduras, se
quieren distanciar los nacimientos de los hijos... y a no echar mano de los mtodos artificiales
que permiten el placer pero cierran la puerta a la nueva vida. Lamentablemente, como hoy da
vemos, los mtodos anticonceptivos han dado paso a mtodos estrictamente abortivos, que
todava son ms contrarios a la ley de Dios.
Para dar respuesta adecuada a esta pregunta es necesario conocer en lneas generales los
tres grandes grupos o corrientes del socialismo.
La tercera corriente estaba integrada por los llamados socialismos idealizados, que de
socialistas conservaban slo el nombre y eran una inspiracin generosa para un mundo ms
justo. En este grupo entraran muchos de los socialismos americanos y asiticos.
270
En Chile fue muy activo el grupo de los ochenta, formado en gran parte por sacerdotes extranjeros, que
organizaron el Congreso de Cristianos para el Socialismo, al cual asistieron varios idelogos europeos. Mantuvieron
contactos muy estrechos con elementos marxistas y revolucionarios de Cuba y de otros pases. Tras la muerte de
Allende este grupo trat de inflictarse en Europa y en otros pases sudamericanos.
Historia de la Iglesia 289 P. Antonio Rivero, L. C.
Pablo VI, el papa del dilogo, dej bien claro en su primera encclica Ecclesiam suam la
condena de los sistemas ideolgicos que niegan a Dios y oprimen a la iglesia, sistemas
identificados a menudo con regmenes polticos, econmicos y sociales, y entre ellos el
comunismo ateo de forma especial.
Con esto el papa no haca ms que recoger la tradicin de la iglesia. Tambin el Vaticano
II, en la constitucin Lumen gentium, no obstante la invitacin al dilogo con todos, incluso con
los no creyentes, afirm a propsito del marxismo ateo y perseguidor de la religin: La Iglesia,
fiel a sus deberes hacia Dios y hacia los hombres, no puede ms que reprobar, como ha hecho en
el pasado con toda firmeza y con dolor, tan perniciosas doctrinas que contrastan con la razn y
con la experiencia comn de los hombres y que degradan al hombre de su innata grandeza (n.
21).
Por ello, los papas y los obispos promovieron un dilogo inspirado en la claridad y en la
prudencia.
Claridad, para que no quedaran dudas sobre la oposicin radical entre el catolicismo y el
comunismo, de forma que nadie pensase que el dilogo poda llevar a una eliminacin de las
divergencias de fondo y a la creacin de un marxismo catlico o de un cristianismo marxista. La
iglesia tiene el deber de seguir denunciando y condenando los errores tericos del marxismo
materialista y ateo y su intolerancia religiosa, porque, en todos los pases en los que todava
detenta el poder, mantiene una actitud agresiva hacia la iglesia y niega la dignidad y la libertad
de los individuos.
Pero, adems, era necesaria la prudencia para evitar instrumentalizaciones del dilogo
para fines polticos, sobre todo porque la experiencia demostr la falta de sinceridad y de buena
voluntad de los comunistas al dialogar con la Iglesia.
El planteamiento es as: hay estructuras sociales injustas, que provocan miseria, hambre y
explotacin de la gente sencilla y pobre, por culpa de ricos sin conciencia. Hay que hacer algo
eficaz para romper con esta situacin terrible, que clama al cielo. Este medio eficaz no puede ser
la oracin, la caridad y el sacrificio, sino ms bien, la lucha de clases, a la que anima el
marxismo, mediante la revolucin armada, para as lograr la solucin a esta situacin injusta.
Y a esta lucha, tambin se invitaba a los mismos sacerdotes, para que se metieran en las
guerrillas y animaran todo el movimiento revolucionario. Y lo peor de todo es que esta desviada
teologa de la liberacin pone a Jess como ejemplo de revolucin contra los ricos de su tiempo.
Es ms, esta teologa proclama que Jess ha venido y ha muerto en la cruz, no tanto para
redimirnos de nuestros pecados, sino para vencer a los explotadores, pues l est slo a favor de
los pobres y oprimidos.
Historia de la Iglesia 290 P. Antonio Rivero, L. C.
Ms que nunca la iglesia se propone condenar los abusos, las injusticias y los ataques a la
libertad, donde se registren y de donde provengan, y luchar, con sus propios medios evanglicos,
por la defensa y promocin de los derechos del hombre, especialmente en la persona de los
pobres.
Cuntas veces debera haber recibido el premio Nobel, no slo de la paz, sino tambin el de
desarrollo integral!
Segunda: La mejor manera de ayudar a los pobres no es enemistarlos con los ricos y los
explotadores e invitarlos a luchar contra ellos con las armas, sino ayudarlos y promoverlos en su
vida espiritual, humana y social. Y sobre todo se les ayuda cristianizando el corazn de aquellos
de quienes pueden cambiar las estructuras injustas. Por eso urge la conversin del corazn tanto
de pobres como de ricos, para que todos puedan trabajar con tranquilidad, serenidad y mutuo
entendimiento. As los ricos, convertidos en su corazn, se guiarn por criterios de justicia y
caridad; y los pobres, en vez de caer en la violencia y el odio, desarrollarn todas sus
potencialidades humanas y espirituales. El resultado ser la civilizacin de la justicia y del amor.
Tercera: La palabra liberacin parece una palabra mgica y hay que entenderla bien.
Hoy se habla por todas partes de liberacin: liberacin de tabes, liberacin de los pueblos,
liberacin de la mujer, liberacin de los pueblos oprimidos... El cristianismo no tiene miedo a
esta palabra liberacin. Sabemos que el evangelio de Jesucristo es un mensaje de libertad y
una fuerza de liberacindice el documento de la Congregacin para la Doctrina de la Fe sobre
algunos aspectos de la teologa de la liberacin, en el prlogo.
Y as podra seguir con el documento, pero invito al lector a leerlo por s mismo.
En pocas palabras, dnde est el peligro de esta teologa de liberacin, con marcado
acento marxista?
El estribillo que repiten los telogos de la liberacin es siempre el mismo: Hay que
liberar al hombre de las cadenas de la opresin poltico-econmica; y para liberarlo no bastan
las reformas, que incluso son contraproducentes; lo que se necesita es la revolucin, y el nico
medio de hacer la revolucin es proclamar la lucha de clases.
274
En Informe sobre la fe, Cardenal Ratzinger y Vittorio Messori, BAC popular, Madrid 1986, p. 211.
Historia de la Iglesia 293 P. Antonio Rivero, L. C.
Como vemos, esta teologa de la liberacin quiso dar un vuelco a la verdadera teologa.
Todos los conceptos y realidades quisieron ponerlos en el molde marxista. Incluso las mismas
virtudes teologales fueron tergiversadas y vaciadas de contenido sobrenatural. La fe es fidelidad
a la historia, que para Marx es portadora de salvacin. La esperanza es confianza en el futuro y
como trabajo en orden al futuro. La caridad es la opcin por los pobres, es decir, coincide con la
opcin por la lucha de clases.
Los mismos sacramentos quedan trastocados: la eucarista es interpretada como una fiesta
de liberacin en el sentido de una esperanza poltico-mesinica y de su praxis.
No importa la ortodoxia; slo interesa la ortopraxis, es decir, la accin para solucionar los
problemas materiales, sociales y econmicos. El nico pecado ser no entregarse a la lucha de
clases para conseguir la liberacin de los oprimidos y derrocar a los opresores.
Podramos decir que ciertas corrientes del movimiento verde han venido a ocupar el
espacio que ha dejado la teologa de la liberacin. Una necesidad real de la humanidad, como es
la defensa de la naturaleza y del planeta, se convierte en sus manos en un instrumento
especialmente apto para sus planes: desde el punto de vista poltico se presta para obstaculizar el
desarrollo y crear enfrentamientos y agitaciones; desde el punto de vista ideolgico sirve para
sembrar tinieblas en la mente de los creyentes, confundindolos con visiones naturalistas y
pantestas275 de la realidad; desde el punto de vista moral, el nico pecado existente es el maltrato
de la naturaleza y del ecosistema; y desde el punto de vista religioso, se niega la distincin entre
Dios Creador y las creaturas, dependientes de Dios.
5. Movimientos pseudorreligiosos
Qu es la Nueva Era?277
La Nueva Era, por tanto, debera tomar el lugar del cristianismo. Cundo? Precisamente
en nuestros das, alrededor del ao dos mil y algo. Es decir, en el paso de la era astrolgica de
Piscis a la de Acuario. Por esta razn los secuaces de la Nueva Era son conocidos como
acuarios.
Segn esto, y a modo de crtica de la Nueva Era, el Dios personal queda diluido en una
fuerza csmica que todo lo penetra, incluso a nosotros los hombres. El hombre se confunde con
Dios, la materia con el espritu Por otro lado, para la Nueva Era ya no existe la verdad objetiva.
Todo es relativo. Existe slo la verdad en la que yo creo. Por eso, una vez ms, el hombre se
pone en el centro que deba ocupar Dios y se convierte en la norma de su propia conducta. El
resultado es el total relativismo moral.
Otros elementos caractersticos del pensamiento de la Nueva Era son: una exagerada
valoracin de todo lo que pertenece a la cultura oriental (religiones, reencarnacin, yoga, artes
marciales, etc...), la atribucin de poderes y de energas positivas a piedras, minerales o
cristales, el descubrimiento de los ovnis y de los extraterrestres (con quienes algunos acuarianos
creen comunicarse), la astrologa, el espiritismo, el esoterismo en sus diversas formas, el inters
por la as llamada medicina alternativa, la obsesin por los ngeles, los animales, el culto de
los indios de Amrica, el vegetarianismo y una visin pagana, extremista y fantica de la
ecologa (ecologismo).
A esto se aade el sincretismo religioso que hay detrs de la Nueva Era. Es decir, el
licuado de las religiones. Segn el pensamiento de la Nueva Era, todas las religiones son
iguales. Por consiguiente, todas las verdades seran iguales. Pero si todas las verdades son
iguales, quiere decir que no existe ninguna verdad. Mediante este sincretismo religioso se quiere
buscar la paz entre los pueblos y favorecer el dilogo entre las diversas religiones.
276
Por estos das el Pontificio Consejo para la Cultura y el Pontificio Consejo para el dilogo interreligioso
acaban de publicar un documento titulado Jesucristo, portador de agua viva. Una reflexin cristiana sobre la
nueva era, abril de 2003. Aconsejo vivamente su lectura
277
Tambin recomiendo mucho al lector el libro Los jvenes y el esoterismo de Carlo Climati, ed. San Pablo
2002. De este libro saco algunas ideas que me han parecido excelentes.
Historia de la Iglesia 295 P. Antonio Rivero, L. C.
Pero esto es un truco para debilitar al cristianismo. Colocando a todas las religiones sobre
el mismo plano, se quiere desvalorizar el mensaje de Jess. Para los Acuarianos, Cristo es slo
uno de tantos278. Es como Buda, Mahoma o cualquier otros lder espiritual. Y por lo mismo, su
mensaje se convierte en un mensaje como tantos.
Por todo lo que he expuesto, concluyo que la Nueva Era apunta a crear confusin y a
debilitar el cristianismo. Todo esto daa mucho. Ya no se sabe qu es el bien y qu es el mal. Ya
no hay conciencia del pecado; y por lo mismo, la necesidad de la redencin trada por Cristo. Y,
para qu sirven entonces los sacramentos? Para nada.
Esta Nueva Era crea, adems de una enorme confusin, un gran vaco en el hombre.
Quin lo llenar? Si no es Cristo, cualquier piedra o cristal nos harn creer que tiene la energa
que necesitamos.
Mucho ms se podra hablar de la Nueva Era. Pero dejmoslo ac. Volvamos a nuestra fe
cristiana y a rezar cada da nuestro credo, con renovado fervor y conciencia.
Hasta aqu las consecuencias imprevistas, y no causadas por el Concilio, sino por una
desviada y, en ocasiones, maligna interpretacin, vuelvo a repetir.
Pero hubo otras consecuencias muy positivas, adems de las que ya comentamos
anteriormente. Cules son?
El concilio abri ampliamente los caminos del ecumenismo, aunque todava hay mucho
por hacer.
278
Qu oportuno es citar aqu la declaracin de la Congregacin para la doctrina de la fe Dominus Iesus del
6 de agosto de 2000, que recomiendo vivamente leer! Ah se dice que Jesucristo, Hijo de Dios, Seor y nico
salvador, en su evento de encarnacin, muerte y resurreccin ha llevado a cumplimiento la historia de la salvacin, y
tiene en l su plenitud y su centro (n. 13). Dice adems: Debe ser, por lo tanto, firmemente creda como verdad de
fe catlica que la voluntad salvfica universal de Dios Uno y Trino es ofrecida y cumplida una vez para siempre en
el misterio de la encarnacin, muerte y resurreccin del Hijo de Dios (n. 14).
Historia de la Iglesia 296 P. Antonio Rivero, L. C.
Gracias al concilio, Dios hizo surgir los movimientos eclesiales y nuevas comunidades.
As ha crecido la importancia del papel del apostolado de los seglares, si bien en la historia del
cristianismo ste no es un fenmeno nuevo, porque es suficiente leer los Hechos de los Apstoles
para darse cuenta de que los cristianos laicos, a pesar de las persecuciones, ya en aquellos
tiempos proclamaban a Cristo por doquier, contribuyendo a la difusin de la fe en las ciudades y
en los lugares que visitaban. E iban de casa en casa, de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad.
El problema del laicado fue uno de los temas fundamentales estudiados por el Concilio
Vaticano II. El papa Juan Pablo II dedic una exhortacin apostlica llamada Christifideles
laici, del 30 de diciembre de 1988, sobre la misin de los laicos en la iglesia y en el mundo.
Este documento pontificio ha sido definido como el vademcum de la iglesia en el campo de la
vocacin y de la misin de los laicos ante el Tercer Milenio.
Y dicho documento dedica tambin atencin a los movimientos eclesiales y las nuevas
comunidades, que son un fenmeno tpico del posconcilio.
Una vez que la iglesia ha aprobado los estatutos de dichos movimientos, es necesario que
estos movimientos, permaneciendo fieles a su propio carisma, estn en comunin con los obispos
diocesanos y cooperen con ese carisma en la pastoral diocesana. Estos movimientos presentan
ante el mundo la pluriformidad de los carismas, pero dicha pluriformidad debe estar orientada a
la unidad en el Espritu.
Casi llegan ya al centenar los movimientos aprobados por la Santa Sede. Entre los ms
conocidos se encuentran: Focolares, Camino neocatecumenal, Comunidad del Arca, Obra de
Schnstatt, Comunin y Liberacin, Renovacin Carismtica cristiana, Cursillos de Cristiandad,
Cooperadores Salesianos, Regnum Christi, Talleres de Oracin y Vida, Movimiento Nazareth,
Sgueme, Movimiento Teresiano del Apostolado, Comunidad de SantEgidio, Milicia de la
Inmaculada, Legin de Mara, Katholische Integrierte Gemainde, Foi et Lumire, Movimiento de
Vida cristiana, etc...
Hubo un papa llamado Karol Wojtyla, que tom el nombre de Juan Pablo II
Antes de concluir este siglo XX, quiero hacer homenaje a este papa, a este titn de la
iglesia catlica, que supo llevar adelante con grande altura y profundidad todas las consignas del
Concilio Vaticano II y cuyo legado siempre agradeceremos.
Este papa vino de la fra Polonia. Era arzobispo de Cracovia. Por primera vez, tras cuatro
siglos y medio exactamente 455 aos-, era elevado al supremo pontificado un cardenal no
italiano.
Karol Wojtyla, cuando fue elegido papa era ya conocido por su profunda fe, que ahonda
sus races en la de un pueblo que durante un milenio ha luchado duramente para ser fiel a Dios y
a la iglesia catlica y que en aquellos aos de dura represin comunista ofreca al mundo
cristiano un magnfico espectculo de fe y de prctica cristiana. Pero, adems, era conocido por
su slida cultura filosfica y teolgica y por un amplio conocimiento de los problemas del
mundo.
Juan Pablo II desde el primer momento manifest un doble amor y un doble servicio: el
amor por Jesucristo y por el hombre redimido por l; el servicio de Jesucristo y del hombre,
llamado por l a la plenitud de la verdad y de la vida. Por ello, en sus relaciones con los estados
defendi enrgicamente la libertad religiosa y los derechos humanos, en los que se refleja la
imagen de Dios, pues sta es la va de la iglesia, como dijo en su primera encclica Redemptor
hominis (n. 14).
Este ha sido el verdadero motivo que ha inspirado los fatigosos y extenuantes viajes
apostlicos del papa, no porque l se considere el nico anunciador del evangelio, sino para
visitar y animar a las iglesias locales y para sostener con su presencia y su palabra la accin de
los obispos, sacerdotes, religiosos y fieles comprometidos generosamente en la evangelizacin.
Historia de la Iglesia 298 P. Antonio Rivero, L. C.
El papa no pretende sustituir a los obispos en sus tareas pastorales, sino escucharles,
afianzarles en la fe y estrechar los vnculos de comunin. Por eso, los viajes del papa tienen
siempre dos momentos culminantes: el encuentro con los obispos y el encuentro con la
comunidad local en una solemne concelebracin eucarstica. Por eso, tambin, el papa ha dado
realce siempre a la colegialidad episcopal279.
El carcter esencialmente religioso de estos viajes resalta tambin por el hecho de que los
encuentros con las autoridades locales han sido reducidos al mnimo, limitados prcticamente a
los momentos en que el papa llega al pas y sale de l. Tambin es verdad que muchos discursos
del papa han tenido un indudable reflejo poltico y le dieron ocasin para pedir a regmenes
dictatoriales de derechas y de izquierdas, un mayor respeto de los derechos humanos.
Juan Pablo II no es un papa poltico, sino un papa religioso en el sentido estricto del
trmino, porque incluso cuando aborda cuestiones polticas lo hace movido por el espritu
evanglico y humanitario. Siempre ve al hombre en relacin con Dios, del cual son un reflejo la
dignidad y libertad humana, y en relacin a Cristo, redentor del hombre.
En honor a la verdad, hay que decir que, siguiendo al papa Pablo VI, Juan Pablo II
tambin ha dado un impulso muy grande a la causa del ecumenismo, es decir, la bsqueda de la
unidad cristiana, con amor y respeto por nuestros hermanos separados: los protestantes,
anglicanos y ortodoxos.
Y lo hace con la conciencia de que Cristo en la ltima cena ha pedido que todos sean
uno como el Padre y Yo somos uno. Gracias al impulso de Juan Pablo II se pas del dilogo de
la caridad al dilogo teolgico, que es el verdadero nudo del ecumenismo, ya que la unin de las
iglesia y comunidades eclesiales no podr hacerse si no es en la comunin de la nica fe. El
dilogo de la caridad es necesario, tanto en s mismo como en preparacin para el dilogo
teolgico, pero l solo no basta para hacer la unidad.
279
A este respecto, recomiendo leer el Catecismo de la Iglesia Catlica, desde el nmero 880 al 896, donde se
explica muy bien El colegio episcopal y su cabeza, el Papa, y donde se comentan los nmeros 22-27 de la
constitucin dogmtica Lumen gentium del Concilio Vaticano II.
Historia de la Iglesia 299 P. Antonio Rivero, L. C.
para la plenitud cristiana comn (Pablo VI, en Ecclesiam suam, n. 41). El primado del papa
fue voluntad de Cristo, no capricho de la iglesia catlica.
Desde aqu, invito al lector a leer la encclica publicada por Juan Pablo II sobre el
ecumenismo, titulada Ut unum sint, del 25 de mayo de 1995. La iglesia, dice Juan Pablo II,
debe respirar con los dos pulmones, el de oriente y el de occidente. Son ms las cosas que nos
unen que las que nos dividen y separan. Una iglesia que predica la reconciliacin no puede
substraerse al empeo de reconciliarse con sus hermanos separados. Es un escndalo y un
antitestimonio el que estemos separados.
Urge, pues, la unin de todos los cristianos, en una misma fe, con unos mismos
sacramento, y bajo un mismo pastor, el sucesor de Pedro, el papa.
Otro aspecto que quiero destacar es el trabajo del actual papa en la Ospolitik vaticana,
que haba comenzado Pablo VI, con la que se busca dialogar con los gobiernos comunistas en los
que hay fieles catlicos. Urge a la iglesia el poder nombrar obispos en aquellas iglesias de la
Europa del este, que estuvieran bajo regmenes comunistas, a fin de que la iglesia cobre vida.
En el otoo de 1989 llegaron los grandes cambios radicales, comenzando con el hecho
ms emblemtico la cada del muro de Berln- al que siguieron las revoluciones pacficas en
Checoslovaquia, Alemania Oriental y Bulgaria y la violenta en Rumania. Entretanto, el 1 de
diciembre se produjo el acontecimiento de mayor significado histrico y de mayor carga
emotiva: el encuentro en el Vaticano entre el papa Juan Pablo II y el presidente sovitico
Gorbachov. Fue el smbolo del final de ms de setenta aos de persecucin religiosa por parte de
los comunistas y del fracaso de la ideologa marxista que la haba inspirado.
Otro punto que quiero traer a colacin aqu sobre la labor de Juan Pablo II es la memoria
de los mrtires. Habla de ellos con mucha frecuencia. Por ejemplo, en la carta apostlica Tertio
Millennio adveniente, n. 37, dice as: Al trmino del segundo milenio, la Iglesia ha vuelto de
Historia de la Iglesia 300 P. Antonio Rivero, L. C.
nuevo a ser Iglesia de mrtires. Las persecuciones de creyentes sacerdotes, religiosos y laicos-
han supuesto una gran siembra de mrtires en varias partes del mundo. El testimonio de Cristo
dado hasta el derramamiento de la sangre se ha hecho patrimonio comn de catlicos,
ortodoxos, anglicanos y protestantes, como revelaba ya Pablo VI en la homila de canonizacin
de los mrtires ugandeses.
Al problema del sentido y del valor de la vida humana, que es uno de lo ms dramticos
de nuestro tiempo, la Evangelium vitae.
Quiso tambin escribir sobre la doctrina social de la iglesia, siguiendo a sus predecesores,
desde Len XIII hasta Pablo VI. A este tema dedic las encclicas Laborem exercens, sobre el
trabajo humano en el 90 aniversario de la encclica social de Len XIII Rerum novarum; la
Sollicitudo rei socialis, en el vigsimo aniversario de la encclica de Pablo VI Populorum
progressio, y la Centesimus annus, en el centenario de la Rerum novarum.
El Jueves Santo del ao 2003 regal a toda la Iglesia la hermossima encclica sobre la
Eucarista, donde nos dice que la Iglesia vive de la Eucarista. Es todo un canto de fe y de
adoracin al misterio ms sublime, el misterio eucarstico.
Con todo este fecundo magisterio, al que hay que aadir las exhortaciones apostlicas
postsinodales, las cartas, discursos, homilas, audiencias generales, el papa ha querido preparar a
Historia de la Iglesia 301 P. Antonio Rivero, L. C.
los catlicos para que se enfrenten culturalmente bien equipados a los desafos del mundo
moderno, que son tambin de orden cultural.
Y en este sentido hay que destacar el gran esfuerzo que el papa ha hecho para aprovechar
las riquezas del Concilio Vaticano II, pues todas sus enseanzas estn directamente inspiradas en
la letra y en el espritu de los grandes documentos conciliares, que, dada la aceleracin de la
historia, corren el riesgo de quedar olvidados y, por ello, tienen necesidad de ser continuamente
recordados a las nuevas generaciones cristianas.
Se podra hacer un balance del pontificado de Juan Pablo II hasta este momento?
Detrs de este hombre, Juan Pablo II, se esconden unas verdades macizas y unos valores
irrompibles. Cules son estos valores?
Mucho, pues, le debemos a este papa polaco. La historia le har justicia. Mientras tanto,
sigamos repasando una y otra vez, agradecidos, sus documentos, que son luz, alimento y fuerza
en la evangelizacin y en la propia santificacin personal.
CONCLUSIN
Cmo cerrar este captulo, despus de haber comentado lo que fue el Concilio Vaticano
II y toda la labor del papa Juan Pablo II?
El cardenal Ratzinger, a diez aos de la clausura del Concilio, en 1975 dijo: Hay que
dejar bien claro, ante todo, que el Vaticano II se apoya en la misma autoridad que el Vaticano I
y que el concilio Tridentino: es decir, el Papa y el colegio de los obispos en comunin con l. En
cuanto a los contenidos, es preciso recordar que el Vaticano II se sita en rigurosa continuidad
con los dos concilios anteriores y recoge literalmente su doctrina en puntos decisivos.
Ha sido un papa admirado, por muchos, y criticado por algunos. Le critican por la rigidez
de sus posturas sobre el aborto, la eutanasia, la moral sexual, la no admisin a los sacramentos de
281
Informe sobre la fe, cardenal Ratzinger y Vittorio Messori, BAC popular, 1986, p. 34-35
Historia de la Iglesia 304 P. Antonio Rivero, L. C.
los divorciados que se han vuelto a casar, por su defensa del celibato sacerdotal y por su rechazo
a admitir las mujeres al sacerdocio.
Pero el papa lo nico que hace es permanecer fiel al modo de actuar de Cristo y a la
tradicin de la iglesia. Las personas que lo critican no se dan cuenta de que lo que ponen en
cuestin mediante sus crticas es la fidelidad de ese hombre a la moral enseada en el Evangelio
y vivida por la iglesia en sus dos mil aos de historia. Juan Pablo II no hace ms que ensear la
moral evanglica, que no cambia con el paso de la historia, sino que siempre es la misma. Esta
fidelidad que hoy es terriblemente costosa porque da lugar a incomprensiones y a crticas
dursimas, y por ello lleva el signo de la cruz- es la grandeza del papa, testigo fiel de
Jesucristo, como Jesucristo ha sido testigo fiel del Padre (cf. Ap 1, 5).
Juan Pablo tiene una gran lucidez y valenta al denunciar los peligros que amenazan a la
humanidad; peligros que hoy muchos no ven y por ello acusan y critican al papa. Pero, en lugar
de encerrarse en un pesimismo plaidero ante la situacin del mundo actual, el papa no deja de
pedir que se respeten la verdad, la justicia y los valores morales que humanizan la vida social.
Para el papa la plena verdad y el sumo bien del hombre est en la persona y en la doctrina de
Cristo, y por eso lo propone como modelo nico a los hombres de hoy.
A diferencia de Benedicto XV, que haba sido muy criticado por sus llamadas a la paz
durante la primera guerra mundial, Po XII recibi en vida unnimes alabanzas por su actitud
durante el conflicto de 1939-1945, es decir, durante la segunda guerra mundial.
Pero en 1963, en una obra que alcanz un gran xito de escndalo, El vicario, un joven
autor alemn, Rolf Hochhuth, acus a Po XII de no haber condenado explcitamente el
exterminio de los judos por los nazis.
En Zenit, 30 junio 2001, sali esta informacin que me parece oportuno poner aqu:
El linchamiento contra Po XII? Una porquera. Quien as habla no es un integrista catlico,
ni un intelectual con simpatas clericales. Se trata de Paolo Mieli, uno de los ms ilustres
protagonistas del periodismo italiano, excorresponsal de La Stampa y exdirector del Corriere
della Sera y hoy director de RCS, la casa editorial ms grande de Italia. Tiene pasin de
historiador. De hecho, su ltimo libro, que ya es un fenmeno editorial , lleva por ttulo Historia
y poltica: Resurgimiento, fascismo y comunismo.
Mieli es judo, implacable ante la terrible tragedia del Holocausto, al que su familia tuvo
que pagar un doloroso precio de sangre.
Vengo de una familia de origen judo y he tenido parientes que murieron en los campos
de concentracin durante la segunda guerra mundial. Por tanto, hablo de todo esto con mucha
dificultad dijo Mieli al intervenir en Roma, el 6 de junio, en la presentacin del libro Po XII.
El Papa de los judos (Pio XII. Il Papa degli ebrei, Piemme, 2001), escrito por Andrea
Tornielli, experto en asuntos vaticanos del diario milans Il Giornale.
Historia de la Iglesia 306 P. Antonio Rivero, L. C.
Desde los aos sesenta, sin embargo, se ha puesto en discusin su figura con la obra
teatral El Vicario, en un primer momento, y, recientemente, con la publicacin del libro del
periodista britnico John Cornwell, El Papa de Hitler.
Y sin embargo, ese papa y la iglesia que tanto dependa de l, hicieron muchsimo por
los judos -aade el director de la editorial RCS--. Se calcula que algo menos de un milln,
entre 700 y 800 mil judos, fueron salvados por la iglesia y por ese pontfice. Es un dato -de
fuente juda, pues el clculo lo hizo Pinchas Lapide- que quiz debera preceder toda discusin
sobre Po XII. Seis millones de judos asesinados por los nazis y casi un milln de judos
salvados gracias a la estructura de la iglesia y de este pontfice. Cuando se recuerda a las
personas que hicieron algo para salvar fsicamente a los judos, muy pocos pueden
enorgullecerse de haber hecho algo parecido a lo que hizo la Iglesia de Po XII.
Se recrimina a Po XII por no haber alzado un grito ante las deportaciones del ghetto de
Roma -continu diciendo Mieli en la presentacin del libro-, pero otros historiadores han
observado que nadie vio a los antifascistas corriendo hacia la estacin para tratar de detener el
tren de los deportados. Y, sin embargo, muchos estudios, realizados en la posguerra, demuestran
que era posible hacer algo, y que es totalmente infundada la teora, segn la cual, la resistencia
no poda hacer nada por los judos.
Se amordaza, sin embargo, en la campaa contra Po XII, la ayuda que ofreci la Iglesia
a los judos, una ayuda que fue incluso logstica contina diciendo Mieli-. Quiz se olvida que
toda la comunidad antifascista goz de aquella ayuda, como puede leerse en el libro de Enzo
Forcella "La resistencia en convento" ("La resistenza in convento").
Quiero decirlo con la mxima claridad -confes Mieli-: poner las responsabilidades
sobre las espaldas de Po XII es una autntica sinvergencera. Po XII no puede ser la persona a
quien se le echa la culpa de algo que corresponde de manera compleja a toda la comunidad.
Obviamente hablo de la comunidad que produjo el fenmeno horrendo del exterminio de los
judos, pero tambin de aquellos que asistieron sin reaccionar de manera adecuada. Los
historiadores israeles, por ejemplo, se preguntan por qu los judos de Palestina fueron, por as
decir, "sordos" ante lo que estaba sucediendo en Europa. Por qu se dieron casos de
colaboracionismo en los campos de concentracin, que objetivamente facilitaron el
exterminio?.
Historia de la Iglesia 307 P. Antonio Rivero, L. C.
Ante la pregunta implcita sobre las razones por las que Po XII se ha convertido en el
blanco de tantos ataques, Mieli respondi: Uno de los motivos por los que este importante papa
fue crucificado se debe al hecho de que tom parte contra el universo comunista de manera dura,
fuerte y decidida. De una manera tal que hubo que esperar treinta aos, con Juan Pablo II, para
que ese estilo pudiera ser retomado adecuadamente, de una manera que fue fatal para el
comunismo.
Al concluir, el ex director del Corriere della Sera dijo: No quiero proponer y no tengo
los requisitos para proponer la beatificacin de este pontfice. Sin embargo, considero que es
muy poco valiente ponerle sobre las espaldas responsabilidades que no tiene. Se le ha tratado
casi como si hubiera estado junto a Hitler, junto a los nazis, como si fuera el nico ser en el
mundo que tuvo responsabilidades en el Holocausto. Creo y lo repito que esto es algo
monstruoso, aberrante, algo que tendra que acabar.
En apoyo de las tesis de Mieli, intervino tambin en la presentacin del libro el politlogo
y ex embajador italiano Sergio Romano, que no es precisamente de cultura catlica, quien
explic una curiosa paradoja: en un primer momento Po XII fue alabado y reconocido, sobre
todo por las comunidades judas, por el valor y la generosidad con que defendi y salv a un
numero elevado de judos de las persecuciones nazis; despus, de manera imprevista, este
juicio se trastoc completamente.
Para algunos autores, despus de su muerte, Po XII pas de ser el bienhechor de los
judos al cmplice de Hitler, a un cnico e indiferente espectador del genocidio judo.
Existe una ntima relacin -concluy el embajador Romano- entre el juicio sobre Po XII
y la versin histrica que se ha ido afirmando progresivamente en los ltimos cuarenta aos: una
versin en la que el nazismo se convierte en el nico mal del siglo. En la divulgacin de esta
versin colabor la propaganda sovitica, la opinin de la izquierda en las sociedades
occidentales y la parte que el genocidio judo tuvo en la legitimacin nacional del Estado de
Israel durante las fases ms controvertidas de su historia. Hoy, tras el final de la guerra fra, la
cada del comunismo, y la apertura de los archivos soviticos, es posible escribir la historia de
una manera ms objetiva y neutral, enmarcando a los protagonistas en el clima en el que tuvieron
que actuar y decidir.
Historia de la Iglesia 308 P. Antonio Rivero, L. C.
EPLOGO
No hay conclusin ni punto final en una historia de la iglesia, como puede haberlo en una
historia de las dinastas del antiguo Egipto o de la monarqua francesa. Lo que comenz el ao
30 despus de Cristo, contina todava hoy. Hemos caminado al lado de una muchedumbre de
cristianos. Hemos sido sensibles al entusiasmo de unos y a los compromisos de otros. Hemos
vivido el drama de ciertas situaciones. La fidelidad al evangelio de Jess, obra del Espritu de
Pentecosts, permite a los cristianos de hoy asumir la tradicin viva y transmitir la herencia
recibida bajo unas formas renovadas en un mundo que cambia. Los cristianos de antao se
enfrentaron con las dificultades de su poca; nos toca hoy a nosotros enfrentarnos con las
nuestras y dar solucin desde el amor y la verdad del evangelio.
El siglo XXI se nos ha abierto, desde el punto de vista mundial, con conflictos terroristas
y blicos en Afganistn, en Medio Oriente, y en otras partes de la tierra. Todava nos espantan las
escenas del 11 de septiembre de 2002, en Estados Unidos.
Tambin nos avasalla el problema de la globalizacin, con sus luces y sombras. Nos
preocupa todo el campo de la biotica: la clonacin, la fecundacin artificial y dems
experimentos genticos...a dnde llegar el hombre con su ciencia? Todo lo que se puede
hacer, se debe hacer? No todo avance tcnico significa de por s avance tico y moral. Nos asusta
el pulular de sectas y los movimientos pseudorreligiosos, que nos ofrecen todo tipo de
propuestas, como si fueran supermercados religiosos o restaurantes a la carta.
El siglo XXI y el tercer milenio de la era cristiana habrn de afrontar desafos inditos,
cuyo alcance resulta imposible adivinar. La defensa de la vida humana, la resistencia frente a
posibles aberraciones de la ingeniera gentica, la lucha contra la corrupcin en la vida pblica y
las clamorosas desigualdades existentes entre los hombres, el esfuerzo por extender el acceso a
los bienes de la cultura y un razonable bienestar a todos los pueblos de la tierra, estos y otros
muchos campos ms sern frentes abiertos a la generosa accin de los cristianos en el mundo.
Tal fue el caso del impacto del rgimen seorial de la edad media, investiduras y
patronatos incluidos en las estructuras eclesisticas; o de algunos modos con que la inquisicin
persigui la hereja, cuando sta era considerada el peor de los crmenes y se estimaba la unidad
religiosa como el supremo bien de una comunidad poltica; o, todava, el error del nepotismo,
fruto de un desordenado extravo de los afectos familiares.
Pero sera obstinacin sectaria cerrar los ojos ante la evidencia: es indudable que ninguna
institucin ha hecho tanto a lo largo de los siglos a favor de la persona humana y de su dignidad,
Historia de la Iglesia 309 P. Antonio Rivero, L. C.
ninguna ha aportado tantos beneficios a las sociedades terrenas, como la iglesia de Cristo; y eso
durante dos milenios y en todos los lugares de la tierra a donde lleg su presencia y su accin
apostlica. Y no se olvide por otra parte que el fin primordial de la iglesia no es mejorar la
condicin del hombre en el mundo, aunque esto tambin forme parte de su misin, sino abrirle
el camino que ha de conducirle a la eterna bienaventuranza. Nadie como la Iglesia ha sembrado
la paz, el bien y la belleza en el curso de la historia, ni est por tanto ms cualificado que ella
para asumir la defensa de la dignidad humana en el mundo del tercer milenio.
Precisamente por eso, ningn poder de la tierra, slo el papa Juan Pablo II, ha tenido el
valor de pedir perdn pblicamente en la jornada de perdn del ao del Gran Jubileo del 2000
por los pecados y errores de quienes encarnaron a la iglesia en las distintas pocas de la historia.
As deca el papa en la homila del 12 de marzo: El actual primer domingo de cuaresma me ha
parecido la ocasin apropiada para que la iglesia, reunida espiritualmente alrededor del
sucesor de Pedro, implore el perdn divino por las culpas de todos los creyentes. Perdonamos y
pedimos perdn.
La iglesia ha comenzado el siglo XXI bajo el timn de Juan Pablo II y con su consigna:
Remad mar adentro...desplegad las velas. El impulso evangelizador de la Iglesia es muy
fuerte y consciente. La Iglesia est decidida a llevar su mensaje de salvacin a todas partes,
porque as se lo ha mandado el Maestro, nuestro Seor Jesucristo. Es un deber que nos incumbe
a todos los miembros de la Iglesia. Y todo, con la caridad de Cristo que nos urge. Haremos la
verdad, pero con caridad. Ya el papa ha pedido perdn por las veces que hijos de la Iglesia no
supieron hacer esa verdad en la caridad. Ahora es el momento. Tenemos un desafo: la unidad de
los cristianos y el dilogo interreligioso con las dems religiones, que el papa Juan Pablo II tanto
ha impulsado y favorecido. Lograremos terminar este siglo XXI sentados todos en la misma
mesa, hablando el mismo lenguaje y mirndonos y amndonos los unos a los otros, como
hermanos?
Sueo con una iglesia que es Puerta Santa, abierta, que acoge a todos, llena de
compasin y de comprensin por las penas y los sufrimientos de la humanidad, dedicada a
consolarla. Sueo con una iglesia que es Palabra, que muestra el libro del evangelio a los
cuatro puntos cardinales de la tierra, en un gesto de anuncio, de sumisin a la Palabra de Dios,
como promesa de la alianza eterna. Sueo con una iglesia que es pan, eucarista, que se deja
comer por todos para que el mundo tenga vida en abundancia. Sueo con una iglesia que est
apasionada por la unidad que quiso Jess, como Juan Pablo II, que abre la Puerta Santa de la
Baslica de san Pablo Extramuros, ora en el umbral y avanza junto con un metropolita ortodoxo,
con el arzobispo anglicano de Canterbury y con muchos otros representantes... Sueo con una
iglesia que lleva en su corazn el fuego del Espritu Santo, y donde est el Espritu hay libertad,
dilogo sincero con el mundo y especialmente con los jvenes, con los pobres y con los
282
Monseor van Thuan lleg a ser cardenal. Cuando era obispo en Vietnam le encarcelaron y estuvo en
prisin trece aos, nueve de los cuales en aislamiento absoluto. Dirigi al papa, a los cardenales y a los
colaboradores de la curia romana una tanda de ejercicios en el ao 2000. Han sido recogidos en su libro Testigos de
esperanza, editorial Ciudad Nueva. Muri en Roma el 16 de septiembre del ao 2002.
Historia de la Iglesia 310 P. Antonio Rivero, L. C.
marginados; hay discernimiento de los signos de nuestro tiempo...Sueo con una Iglesia que es
testigo de esperanza y de amor, con hechos concretos....
Me sirven tambin las palabras de Nicolaj Gogol, insigne literato ruso, fiel de la iglesia
ortodoxa: Nuestra iglesia debe ser santificada en nosotros y no en nuestras palabras. Nosotros
mismos debemos ser nuestra iglesia, nosotros mismos debemos anunciar su verdad. Dicen que
nuestra iglesia carece de vida? Mienten, porque nuestra iglesia es vida; su mentira, empero,
deriva de un razonamiento lgico y justo: nosotros somos los cadveres y no nuestra iglesia, y
juzgando por nosotros la han calificado tambin a ella como un cadver. Cmo debemos
defender a nuestra iglesia y qu respuesta podemos dar, si nos preguntan: Pero, vuestra iglesia
os ha hecho mejores? Cada uno de vosotros cumple realmente con su deber? Qu les
responderemos, cuando en un momento determinado el alma y la conciencia nos digan que
hemos ignorado siempre a nuestra iglesia y que incluso ahora apenas la conocemos? Poseemos
un tesoro inestimable y no slo no nos alegramos de ello, sino que no sabemos ni siquiera dnde
lo hemos puesto... No hemos introducido an en nuestra vida esta iglesia, creada para la vida.
Dios nos guarde de defender a nuestra iglesia ahora. Significara desacreditarla. Para nosotros
slo hay una propaganda posible: nuestra vida. Con nuestra vida debemos defender a nuestra
iglesia, que est completamente viva; con la pureza de nuestras almas debemos anunciar su
verdad. El predicador debe presentarse al pueblo de modo que su mismo aspecto humilde, ojos
ausentes y voz calma, sugestiva, que viene de un alma en la que han muerto los deseos de este
mundo, induzcan a todos a convertirse aun antes de que l explique de qu se trata; y entonces
al unsono le dirn: No pronuncies palabras, incluso sin ellas sentimos la santa verdad de tu
iglesia.
No olvidemos lo que dijo el papa Juan Pablo II, recordando en Miln a san Carlos
Borromeo: La iglesia de hoy no tiene necesidad de nuevos reformadores. La iglesia tiene
necesidad de nuevos santos. Atrevmonos a ser santos, con la ayuda de Dios! Slo as haremos
creble, hermosa y fuerte a nuestra Madre Iglesia, y podremos limpiar las manchas que algunos
hermanos nuestros, tambin nosotros, han provocado e infligido en el rostro de la Iglesia.
Que terminemos nuestra vida como la termin santa Teresa de Jess, la santa de vila,
lugar donde yo tambin nac: Por fin muero como hija de la iglesia.
Historia de la Iglesia 311 P. Antonio Rivero, L. C.
BIBLIOGRAFA
IRABURU Jos Mara, Hechos de los apstoles de Amrica, Fundacin Gratis Date, Pamplona,
1999
MEYER Jean, La cristiada, (I, II, III), Siglo Veintiuno editores, s.a. de c.v., Mxico, 14 edicin
1994
RATZINGER Joseph y MESSORI Vittorio, Informe sobre la fe, BAC popular, Madrid 1986
NDICE
Introduccin p. 1
I. Edad Antigua
de Amrica p. 127
Eplogo p. 299
Bibliografa p. 302
ndice p. 303