Javier Maravall Yaguez (2004) - La Mujer en Chile. Movilizacion Politica, Represion y Sobrevivencia Bajo La Dictadura Militar (1973-1990) (..)

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V Congreso Chileno de Antropologa. Colegio de Antroplogos de Chile A.

G, San
Felipe, 2004.

La Mujer en Chile. Movilizacin


Poltica, Represin y
Sobrevivencia bajo la
Dictadura Militar (1973-1990):
El Caso del MIR.

Javier Maravall Yguez.

Cita: Javier Maravall Yguez (2004). La Mujer en Chile. Movilizacin Poltica,


Represin y Sobrevivencia bajo la Dictadura Militar (1973-1990): El
Caso del MIR. V Congreso Chileno de Antropologa. Colegio de
Antroplogos de Chile A. G, San Felipe.

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La Mujer en Chile. Movilizacin Poltica,
Represin y Sobrevivencia bajo la Dictadura
Militar (1973-1990): El Caso del MIR
Javier Maravall Yguez*

Resumen desarrollo. En este punto, la dictadura provoc entre


otras muchas cosas la recuperacin del sistema de va-
El presente artculo corresponde a una sntesis del trabajo lores tradicionales genricos que pasaba por reincorpo-
de investigacin doctoral Mujer, movilizacin poltica y
rar de nuevo el sistema patriarcal a la hora de asignar
represin bajo la Dictadura Militar en Chile (1973-1990)
bajo la direccin del Doctor lvaro Soto Carmona, profe- los roles genricos en el Nuevo Chile.
sor titular de la Universidad Autnoma de Madrid. En los momentos previos al golpe de Estado y a la vio-
Se trata de un anlisis histrico reflexivo, desde la co- lacin de la legalidad democrtica-constitucional, la
rriente historiogrfica Historia del Tiempo Presente del mujer haba logrado aumentar su presencia en el mbito
alcance que tuvo la movilizacin poltica, la represin y la extradomstico. Las universidades empezaban a incor-
sobrevivencia en las mujeres militantes del disentimiento
porar en sus aulas una ms que destacada presencia
poltico, concretamente en el Movimiento de Izquierda Re-
volucionaria chileno (MIR) durante el periodo 1973-1990. femenina. Igualmente, esto ocurra en el conjunto de las
Este estudio hace especial hincapi en la reproduccin de profesiones liberales y en la Administracin del Estado.
los valores del sistema patriarcal y el ideario marianista Asimismo, en lo poltico, los diferentes partidos, espe-
tanto en el nivel partidario como en los centros de tortura cialmente el Movimiento de Izquierda Revolucionaria
y reclusin de la Junta Militar. Tortura sexual, exilio, el (MIR), el Partido Comunista (PC) y el Partido Socialista
problema de la militancia y los hijos, son otros temas cla-
ves que se analizan desde una perspectiva de gnero.
(PS), vean como la incorporacin de la mujer en sus
filas y en la militancia activa comenzaba a ser una rea-
lidad incuestionable.
Introduccin Precisamente, la instauracin del nuevo orden nacido
Incluir la perspectiva de gnero en el tratamiento de la del levantamiento militar, tras sus primeros pasos de
Historia Contempornea de Chile, concretamente, en lo organizacin ejecutiva y de funcionamiento interno, sig-
que se refiere a la violacin de los Derechos Humanos y nific la puesta en marcha de un aparato represivo des-
a la actividad poltico-social durante el gobierno militar tinado a mantener como prioridad bsica el nuevo orden
presidido por el general Augusto Pinochet Ugarte (1973- ideolgico-poltico. Concretamente, la aplicacin de la
1990), es el objetivo de este trabajo de investigacin. doctrina de Seguridad Nacional supuso la inversin de
Desde la dcada de los aos 60, la mujer chilena vivi recursos humanos y financieros en un novedoso apara-
un proceso progresivo de incorporacin al espacio p- to destinado a la eliminacin fsica de todo disentimiento
blico cuyo punto ms lgido se dio durante los gobiernos poltico.
socialistas del presidente Salvador Allende Gossens Este proceso afectar al conjunto de la militancia de los
(1970-1973). partidos de la oposicin y, en este punto, las mujeres se
El advenimiento de la Junta Militar, tras la consiguiente vern afectadas igualmente por el funcionamiento del
ruptura con la tradicin constitucionalista chilena, supu- aparato represor.
so no slo una paralizacin de este proceso de incorpo- Desde esta reflexin, la mujer militante con una activa
racin y cambio sino que, adems, signific un retroce- participacin en el mbito pblico-poltico se conforma-
so jurdico-legal de la mujer chilena, que la afectar cua- r como un elemento transgresor y rupturista con el tra-
litativa y cuantitativamente en todos los mbitos de su dicional sistema patriarcal chileno y por ende, con los

* Doctorando en Historia Contempornea por la Universidad Autnoma de Madrid (UAM) y becario de la Agencia Espaola de Cooperacin
Internacional en Chile (AECI) ha cursado estudios universitarios en Royal Holloway University of London, Inglaterra;
[email protected]

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roles genricos socialmente asignados. Este es un ele- senso entre las exmiristas entrevistadas en alegar que
mento fundamental para comprender en qu medida las la entrada en el MIR no fue sencilla puesto que se exiga
presas polticas sufrieron las prcticas llevadas a cabo un periodo de prueba o rodaje que situara a la candidata
por los rganos estatales a la hora de reprimir la subver- en una situacin de confianza entre la militancia.
sin. Dentro de esta estructura partidaria, la mujer, por lo ge-
El conjunto de mujeres militantes que son recluidas en neral, desempeaba su militancia en la base as como
los diferentes centros de detencin y casas secretas de en los cuadros medios. Las labores de la militancia fe-
los organismos de la dictadura destinados a tal efecto, menina de base estuvieron enfocadas en el trabajo
sufrir un proceso de represin que incluir algunas poblacional, agitacin, propaganda, enlaces y correo.
pautas de castigo especficas, lo que no significa que en Dentro del trabajo en poblaciones las tomas de terrenos
el plano de la violacin de los Derechos Humanos y, y fundos fueron una de las polticas ms prioritarias.
concretamente, en la esfera tico-moral, fuera una re- La poltica mirista de colaboracin con las poblaciones
presin de mayor grado respecto a los militantes mas- tuvo una clara presencia femenina. As lo expone Lelia
culinos. Prez, ex militante del MIR, cuando explica que la mujer
El uso indiscriminado de la anatoma femenina, esto es, desempe una labor de enlace entre el partido y las
la introduccin de conductas de carcter sexual en los diversas agrupaciones comunales: Tenamos contac-
interrogatorios y la presencia de los hijos como forma de tos con el Frente de Trabajadores Revolucionarios (FTR)
amedrantamiento para la obtencin de informacin se- y con el Movimiento de Pobladores Revolucionarios
rn tan slo algunos elementos caractersticos y (MPR), ambos frentes vinculados con el MIR y principal
diferenciadores que se darn en los centros de tortura y va de fortalecimiento del mismo2.
reclusin. Sin embargo, tambin tenemos casos de mujeres que
Se utilizar el caso de la mujer militante en el Movimien- desempearon un trabajo poltico militar en los denomi-
to de Izquierda Revolucionaria (MIR) como ejemplo para nados Grupos Poltico Militares o GPMs, trabajo en los
reflexionar sobre la militancia poltica femenina en la cordones industriales y asistencia sanitaria.
oposicin poltica, la represin, y la labor de En cuanto al riesgo que supona el desempeo de las
sobrevivencia. He credo oportuno centrarme en este tareas partidarias, en el caso de la mujer, el principal
colectivo por considerar que la aportacin y la participa- riesgo se dio en su funcin de enlace. Precisamente, en
cin de las miristas en los movimientos sociales y pol- la mayora de los casos la mujer cay presa desempe-
ticos de la Historia Contempornea de Chile no han sido ando este trabajo, puesto que si bien las detenciones
estudiados con suficiente profundidad y, por ser un ejem- en los domicilios fueron una prctica frecuente, lo cierto
plo muy significativo de cmo la represin militar afect es que gran parte de las miristas cayeron en la calle
a la mujer disidente. cuando se tenan que reunir con un contacto.
En el mbito partidario existi la concepcin que para
Mujer en el Movimiento de ciertos trabajos la militante poda resolver situaciones
delicadas. En este punto, la imagen de la mujer poda
Izquierda Revolucionaria ser un plus a la hora de evitar la captura. Ellas se arre-
En cuanto a la mujer militante, hay que admitir, que no glaban siguiendo los parmetros de la vestimenta tradi-
super, en el perodo 1965-1990, el veinte por ciento del cional de aquellos aos para no levantar sospechas e
conjunto de la filas del MIR. El proceso de reclutamiento incluso se acompaaban de sus bebs, lo que atenda a
del partido tuvo dos variables principales en lo que a la una clara estrategia de gnero.
mujer se refiere. La primera, la militante que haba entra- Hay un cierto consenso en admitir que un gran porcenta-
do en la esfera partidaria a travs del contacto con el je de las mujeres militantes recluidas en los campos de
movimiento estudiantil1 tanto en los Liceos (Secunda- concentracin pertenecan al MIR. Sin embargo, la pre-
ria) como en el mbito universitario. En segundo lugar, sencia de mujeres socialistas y comunistas tambin fue
aquellas que pasaron a formar parte del partido a travs una realidad en los centros de reclusin, lo que permiti
de sus compaeros sentimentales y familiares. la puesta en marcha de una estrategia comn de
En el proceso de entrada en el partido se distinguan tres sobrevivencia y colaboracin mutua entre las diferentes
perodos. El primero pasaba por ser simpatizante, para militantes.
seguir despus a tener en un status de aspirante y De la mayora de los testimonios analizados se des-
terminar, finalmente, por ser militante. Hay un cierto con- prende que la problemtica derivada de las diversas

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procedencias partidarias de las mujeres, se fue supe- ras y el nico respiradero o va de ventilacin era un
rando sin mayores dificultades a la hora de elaborar esta diminuto agujero situado en la puerta que no alcanzaba
estrategia comn, lo que no ocurri, por otra parte, con los dos centmetros de dimetro. De hecho, ante la falta
los militantes masculinos. Esto se debe, como alega la de espacio, las mujeres se turnaban para descansar,
exmirista Rosa Lizama a que el conjunto de las mujeres mientras que unas se sentaban en el suelo (por lo gene-
militantes por el hecho de tener menos responsabilida- ral dos) las otras dos permanecan de pie.
des polticas, logr superar las diferencias ideolgicas Tambin, exista en Villa Grimaldi una celda destinada
a la hora de organizarse contra la dictadura as como en para las mujeres cuya medida no sobrepasaba los vein-
la denuncia de los Derechos Humanos. te metros cuadrados, una sola ventana y tres literas con
La Carreta comn fue una forma de distribuir los alimen- seis camarotes. All solan hacinarse del orden de 30
tos recibidos en los centros de detencin para compartir mujeres que carecan de las mnimas condiciones higi-
los alimentos y enseres recibidos de los familiares. Des- nicas.
de el Consejo de Ancianas se distribuan los alimentos, Aunque se establecan lazos de solidaridad, especial-
se establecan las prioridades de convivencia, haciendo mente con aquellas que llegaban de una sesin de tortu-
especial hincapi en las mujeres embarazadas o con ra, lo cierto es que exista un ambiente enrarecido con
hijos, as como la organizacin de talleres, charlas y aquellas presas que ante el insoportable sufrimiento de
actividades de ocio. la tortura haban optado por hablar. Nubia Becker deno-
En este punto, habra que destacar la existencia de dos mina a este hecho como una ruptura tcita entre las
tipos de organizacin de las mujeres presas. Una, el prisioneras quebradas y las que haban resistido.
destinado a la organizacin de la cotidianeidad dentro En los centros de detencin Tres lamos y Cuatro la-
de las crceles y campos y, otra, la organizacin para la mos, aunque no exista ni la parrilla ni la tortura fsica
recopilacin de informacin sobre lo que cada presa como mecanismo generalizado, las presas tambin su-
haba experimentado, a quines haba visto y en dnde, frieron vejaciones y privaciones de los derechos que se
quines eran los desaparecidos, el envo de cartas al supona debiera tener una prisionera poltica.
exterior, etc. Tres lamos fue un lugar de reconocimiento de las pre-
La reclusin y la represin de las presas polticas signi- sas. All, oficialmente, las mujeres detenidas eran reco-
ficaron, entre otras muchas cosas, que se dispararan nocidas como presas polticas bajo la Ley de Estado de
unos mecanismos concretos a la hora de establecer la- Sitio. En este centro, las presas aprovechaban para re-
zos de solidaridad y recopilar informacin de primera coger informacin de sus seres queridos en paradero
mano sobre los acontecimientos que iban ocurriendo da desconocido, indagar, preguntar, investigar y recopilar
a da en los campos de concentracin. informacin sobre las experiencias vividas en los cen-
El tratamiento aplicado a las mujeres (tortura y tortura tros de tortura.
sexual) en los centros de reclusin, tuvo unas conse- En cuanto a los lazos de solidaridad entre las presas de
cuencia claras a la hora de hablar de una transformacin este centro, se estableci una autoridad mxima bien
de los roles de gnero tradicionalmente asignados, puesto organizada por donde pasaran todas las decisiones en
que las mujeres afectadas asumieron una serie de acti- lo relacionado a la convivencia en el campo y las activi-
vidades y actitudes que significarn una trasgresin de dades realizadas (talleres, aseo, comida, cuidado de
su rol tradicional. Ellas tendrn que adoptar un lenguaje nios, etc.), dicha representacin se denomin, como
propio a la hora de poner en marcha la bsqueda de sus hemos visto anteriormente, la Carreta Comn bajo la
familiares detenidos-desaparecidos, ejecutados o tortu- direccin del Consejo de Ancianas.
rados o bien denunciar la violacin de sus ms bsicos En las labores de recopilacin de informacin realiza-
derechos. das por las presas en Tres lamos, podemos destacar
Un ejemplo de ello lo encontramos en el esfuerzo que que se estableci una intensa y valiosa actividad bajo la
muchas mujeres realizaron en el centro de tortura ms ms rigurosa discrecin y clandestinidad:
importante de la Direccin de Inteligencia Nacional: Vi- Finalmente, la mayora de las mujeres en situacin de
lla Grimaldi. detenidas-desaparecidas pertenecieron al MIR, segui-
Las mujeres convivan en unas celdas denominadas das por el Partido Comunista y el Partido Socialista. Los
Corvi, all solan hacinarse entre 4 y 6 presas por pieza. casos que se recogen son los que se estudiaron en el
Las Corvi eran habitaciones de un metro cuadrado por Informe Nacional de Verdad y Reconciliacin de 1991 y,
ochenta centmetros de alto, eran completamente oscu- aunque en posteriores actualizaciones se incluyeron ms

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casos, podemos decir que este registro es una muestra problema de la mujer. Las reivindicaciones y las deman-
importante de hasta qu punto el MIR sufri una mayor das se solan hacer siempre en un plano econmico
represin en comparacin con las dems organizacio- porque, en el plano cultural, ideolgico y social este
nes polticas, dado que la diferencia porcentual es ms debate nunca se dio. En otras palabras, eran propuestas
del doble respecto a la segunda cifra ms alta. puntuales pero en ningn caso un debate que cuestiona-
ra el sistema cultural que no era otro que la dominacin
La discriminacin de gnero en el patriarcal3.
La mayora de las militantes no tuvieron conciencia fe-
MIR minista por lo que no se sintieron discriminadas. Sin
La doctrina imperante dentro del partido fue la prioridad embargo, con el paso de los aos habr una cierta sen-
de conseguir el cambio global, esto es, el proceso revo- sibilizacin, lo que supondr el inicio de algunas crti-
lucionario que deconstruyera las estructuras cas al partido.
socioeconmicas y polticas creadas por el capital, para De hecho, se crearon algunas iniciativas y grupos de
despus atender las demandas especficas de los dife- reflexin, como el Frente de Mujeres Revolucionarias,
rentes colectivos sociales. cuyo objetivo fue contactar con mujeres de las poblacio-
El MIR no desarroll unas demandas especficas de g- nes para abordar los problemas que la mujer tuviera en
nero ni debates internos sobre la condicin de la mujer su cotidianeidad. Adems, se crearon cuatro diarios lla-
chilena. Sin embargo, lo cierto es que s hubo algunas mados Voz de la Mujer que se presentaban como un
iniciativas y proyectos destinados al conjunto de las trabajo realizado desde la clandestinidad que recogan
miristas y las mujeres de los sectores poblacionales diferentes testimonios de mujeres de varios estratos
como lo fueron el impulso y la demanda de la creacin sociales que hablaban de sus experiencias bajo la re-
de salas cunas o guarderas infantiles, la equidad sala- presin.
rial en el mbito laboral y el conocido proyecto Hogares
de Cuba. La tortura sexual
Estos proyectos, aunque avanzados y destinados al be-
neficio de las militantes, significaron iniciativas que se Una manera de empezar a desgranar el concepto de
enmarcaban en la consolidacin de los roles culturales tortura sexual puede ser a partir del magnfico trabajo
tradicionales de la mujer. realizado por Ximena Bunster4 en donde se ponen de
Aunque en el plano formal el MIR adoctrinaba el princi- relieve algunas directrices interesantes sobre el proce-
pio de equidad en sus filas, independientemente del sexo so de tortura a las prisioneras polticas bajo la dictadura.
y la condicin socioeconmica, lo cierto es que la apari- Ximena Bunster afirma que en los regmenes militares
cin de problemticas especficas de gnero, como fue- del Cono Sur se idearon pautas de castigo especficas
ron el tema de los hijos y las responsabilidades en las dirigidas al conjunto de mujeres militantes del disenti-
tareas domsticas, se abord sin cambiar la concepcin miento poltico o sospechosas de pertenecer al l.
patriarcal tan arraigada en la sociedad chilena. La autora denomina la accin que emprende los regme-
La mujer particip en diversas actividades que corres- nes militares cmo esclavitud sexual femenina, fomen-
pondan a los cuadros medios y la militancia de base. tada, especialmente por el orden patriarcalista arraiga-
Sin embargo, estas tareas no podan conllevar el olvido do en el contexto latinoamericano. Bunster, siguiendo
de las labores propias que la mujer debiera desempe- las tesis de Kathy Barry, en su trabajo Female Sexual
ar. Slavery (New York, 1979) expone que las mujeres en-
Aunque el MIR fue un movimiento que promovi polti- vueltas en estos procesos torturadores dirigidos por un
cas trasgresoras muy avanzadas, lo cierto es que las Estado u orden poltico imperante se configuran como
mujeres solan desempear labores de secundariedad y vctimas de la esclavitud sexual femenina.
apoyo al compaero, que en definitiva, las situaban fue- Hay dos elementos clave que aparecen en dichas pau-
ra del marco de la toma de decisiones partidarias (los tas de castigo: el Marianismo y el patriarcalismo. En
puestos de direccin eran ocupados mayoritariamente primer lugar, Patriarcalismo entendido como culto a la
por los hombres). virilidad del patriarca o pater familias en cuanto el ma-
Como expone Margarita Iglesias, no hubo un debate es- cho es depositario de una superioridad innata que le
pecfico sobre la condicin de las mujeres militantes lo otorga una serie de privilegios sobre la mujer. En segun-
que no significaba que no hubiera una identificacin del do lugar, el Marianismo, definido por Bunster como

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Mariologa o culto a la Madre Virgen o culto a la supe- jeto activo de las torturas. La detencin de un
rioridad espiritual femenina basada en los ideales de pariente cercano trae para la mujer sufrimientos
crianza, maternidad y castidad. adicionales5.
A partir de estos dos conceptos podemos adentrarnos Otro elemento que introduce Bunster en su anlisis es la
en el universo sociocultural de los agentes que confor- cuestin de clase. Segn la autora la tortura a las muje-
man los gobiernos militares en Amrica Latina, res en Amrica Latina atraviesa las clases sociales y
especficamente en su reaccin ante aquellas mujeres afecta a toda clase de mujeres, proletarias, de clase
que se salen de estos idearios de gnero culturalmente media y clase alta6.
asignados. Sin embargo, habra que establecer un matiz Aqu habra que matizar, que tenemos ejemplos de muje-
que Bunster pasa por alto, esto es, hay mujeres que sin res con estudios o de un mbito socioeconmico ms
haberse salido de sus roles tradicionales, como las privilegiado que no son violadas por dicha condicin. En
mujeres de la cultura indgena-mapuche, urbanas o del cambio, mujeres rurales que se configuran como el prin-
mbito rural, son igualmente torturadas y violadas inclu- cipal blanco de la agresin sexual.
so con un mayor grado de intensidad. Bunster expone dos categoras de mujeres vctimas de
La autora expone que el principal blanco de tortura sexual la represin y tortura sexual: las mujeres con un papel
fueron aquellas mujeres del mbito pblico que haban en el mbito pblico poltico con una clara conciencia
conseguido una cierta autonoma, que ejercan o desem- poltica, una cierta independencia econmica y un cierto
peaban una funcin laboral en el mbito extradomstico nivel de formacin, activismo etc., y en segundo lugar,
o pblico y que por tanto rompan con ese mundo tradi- aquellas mujeres que de alguna forma han cado presas
cional y conservador que ligaba el papel de la mujer en por estar vinculadas sentimentalmente o afectivamente
la sociedad a la esfera domstica. a un militante masculino subversivo.
Esta realidad no sera inamovible ya que se dieron mu- La violacin colectiva y la violacin tumultuaria
chos casos de mujeres que, precisamente por tener un se transforman en el mecanismo y norma fija de
papel conocido en el mbito publico se libraron de la tortura para lograr el control social de las mujeres
tortura o por el contrario, mujeres que sin tener una pre- encarceladas. Las mujeres comprometidas polti-
sencia en la esfera pblica y tampoco en la militancia camente as como aquellas activas que han osa-
poltica fueron blanco de la tortura sexual. do tomar el control sobre sus propias vidas lu-
Otra cuestin a valorar sera el grado de conciencia, chando contra el rgimen opresor, se transforman
organizacin y estructuracin de las acciones en blanco de tortura sexual.7
torturadoras por parte de los agentes de la dictadura. En Los aspectos ms frecuentes de la tortura sexual son la
este punto habra que reflexionar sobre el grado de cons- aplicacin de colillas de cigarrillos encendidas sobre
ciencia de los agentes militares de este ideario a la hora los senos y pezones, presin de los mismos con dife-
de aplicar la tortura sexual, o si por el contrario lo hacan rentes instrumentos, aplicacin de corriente elctrica en
como reflejo de la cultura adquirida en el contexto cas- las zonas ergenas, introduccin de objetos en ano y
trense o en el ideario social y cultural del patriarcalismo. vagina, uso de animales como tormento sexual, ratones
Hay otro elemento que puede ser diferenciador a la hora en el interior de la vagina, perros (Boxers) para la viola-
de estudiar la tortura dirigida a las presas. De los testi- cin sexual, etc.
monios recogidos se desprende que el maltrato y la tor- Hay otra cuestin que aparece en los procesos de tortu-
tura aplicada por los agentes del Estado a las presas ra, y que se acenta muy especialmente en las presas:
polticas, podra obedecer a un castigo a sus hombres la tortura psicolgica mediante la amenaza con algn
(parejas sentimentales, esposos, hermanos, padres, hi- miembro de la familia, especialmente con los hijos. Este
jos, etc.), no slo para hallar su paradero sino tambin hecho se dio con ambos sexos pero quiz el tema de los
como castigo hacia ese enemigo imaginario, es decir, hijos adquiri un carcter ms significativo y especfico
castigando a las esposas se daa a ese elemento con las madres presas.
reproductor de dicho enemigo que configuran las muje- La utilizacin de esposas, compaeras e hijas en los
res. procesos interrogatorios y de tortura dirigida a un preso
La mujer es usada tambin como rehn o ele- poltico masculino fueron hechos frecuentes: violacio-
mento de presin por parte de los torturadores con nes y torturas hacia las hijas y esposas para obligar al
el fin de obtener informacinse la usa como su- preso a dar la informacin requerida.

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Tambin fueron usuales los casos de militantes mascu- jos o en perodo de embarazo aparece como hecho habi-
linos de la oposicin que estuvieron escondidos y que tual la amenaza y el amedrantamiento con los hijos.
allanaron su casa, llevndose a sus hijos u esposas. Se En los casos de mujeres que no estuvieron en esta si-
tortura primero a la esposa para que d el paradero de su tuacin la amenaza se torna sobre dos variables, la ame-
marido, compaeros, hermano, etc. naza con la pareja sentimental o el esposo de la presa y
Generalmente, si la mujer se niega a dar la informacin el amedrantamiento con otros familiares, especialmente
se pasa a la amenaza con los hijos si los tuviere. Es con los padres. Aunque esta ltima variable no entrara
decir, hay dos pasos. Esto enfrenta a la mujer a un terri- en ese carcter de gnero, lo cierto es que la amenaza
ble dilema, optar por dejarse torturar para proteger al con la pareja o compaero s tiene este componente al
hombre buscado o bien entregarle con la carga emocio- entrar en juego la posicin de la mujer como compaera
nal y psicolgica que ello conlleva. (Confrontacin de o esposa del detenido.
lealtades, as lo denomina Bunster). En la mayora de Asimismo, se habla de crisis nerviosas producidas por
los casos las mujeres se quiebran cuando se utilizan a las constantes amenazas contra seres queridos. La pr-
sus hijos en los procesos de amenazas, torturas y viola- dida de apetito o la enajenacin son hechos constantes
ciones. en las prisioneras ms sensibles. Hay algunos casos de
En cuanto a la tortura fsica en la totalidad de los casos intentos de suicidio de mujeres que no soportaron la
analizados en los que aparece la tortura existe algn tortura. En estos extremos las presas alentaban a la
tipo de abuso, vejacin, o tortura de carcter sexual. mujer a que hablara para evitar su propia muerte: la
Normalmente, los desnudos, los tocamientos y manoseos Lumi sufri el atroz tormento de ver a su hijo en tortura.
y los insultos destinados a la humillacin de la anatoma Eso quebr su resistencia. Muri una noche en tortura,
femenina fueron frecuentes. cuando el Romo, tratando de forzarla, la estrangul9.
En los casos de tortura con electricidad, tambin deno- Finalmente, Carmen Rojas (Nubia Becker) en su trabajo
minada la parrilla, se coincide en el hecho de que esta Recuerdos de una Mirista, introduce una cuestin inte-
clase de tortura estaba enfocada primordialmente sobre resante, cmo la torturada tiene ms preocupacin por
los rganos genitales de la mujer y los pechos. lo que le pueda pasar a sus seres queridos, especial-
La tortura sexual adquiere una mayor intensidad en los mente a sus hijos. Este hecho parece producir un senti-
casos de violaciones sexuales sobre las presas, sin miento de terror que desplaza a un lugar secundario los
embargo, en algunas ocasiones, la penetracin sexual efectos fsicos de la tortura:
se sustituye por la penetracin vaginal y anal con obje- Recuerdo que en todo ese tiempo no sent dolor,
tos de diversa ndole. Por consiguiente, esta clase de sino terrorpens en mi hijo de 3 aos que esta-
abuso entrara dentro de la categora de violacin sexual. ba en la casa donde nos apresaron, y se me reco-
Los manoseos y los desnudos entraran dentro de la gi el estmago de imaginar que tambin lo tenan
tortura fsico-sexual. Estos casos, se dan en todos los y lo torturaran junto a nosotrosque a mi nio no
testimonios analizados. Dentro de esta categora de tor- le hagan nada por dios, que no lo toquen, que
tura incluiran ciertas presiones para tener relaciones no lo aterroricen!; cmo lo har para que no lo
sexuales a cambio de dar informacin sobre el paradero toquen?10
de su esposo, pariente, hijo, etc.
En lo referente a las consecuencias de la tortura fsica La aportacin de las mujeres del
de carcter sexual o genrico, se produce una disocia-
cin mente-cuerpo como consecuencia de la tortura, vio- MIR desde el exilio
lacin, vejacin e intimidacin que la mujer presa reci- Las militantes que o bien fueron expulsadas de Chile o
be. Estamos hablando de una despersonalizacin en el bien tomaron la iniciativa propia de partir para el exilio,
plano psicolgico-analtico que coloca a la mujer fuera por lo general, continuaron su militancia poltica dentro
de su cuerpo al vivir este proceso torturador: yo saba del MIR. El proceso de adaptacin en los pases de des-
que mi cuerpo me lo destruan pero yo no estaba tino, (Europa, Argentina, Cuba, Canad, etc.) fue espe-
ahramos dos personas, a lo que ellos vejaban y yo cialmente duro, sobre todo en lo referente a la bsqueda
que miraba sin dolor, desde lejos8. de un empleo digno11 y aprendizaje del idioma.
La tortura psicolgica adquiere un carcter de gnero Los primeros exiliados del MIR formaron comits de bien-
por dos motivos. En los testimonios de mujeres con hi- venida para atender a las sucesivas remesas de asilados
polticos. Desde all, el trabajo partidario consisti, en

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primer lugar, en tareas de denuncia sobre los aconteci- nuevas ideas y grupos de mujeres que organizaban gru-
mientos que se estaban sucediendo en Chile. pos de reflexin feminista.
A la funcin de denuncia, la mujer exiliada se sum a Indudablemente, el exilio signific, entre otras cosas,
otras tareas como la de continuar la reconstruccin de lo adquirir una visin critica de los roles que las mujeres
vivido y determinar qu compaeros y compaeras es- tenan asignados en el interior del partido. Las mujeres
taban detenidos-desaparecidos. Asimismo, la recauda- que se quedaron en Chile, en su mayora, no adquirieron
cin de fondos para reestructurar el MIR y ayudar a la una conciencia de gnero, con lo que ellas no se sintie-
militancia ms desprotegida se torn en otra tarea prio- ron discriminadas por sus dirigentes.
ritaria. La experiencia en el extranjero dio una visin ms abier-
Las labores en el exilio se tornaron dificultosas, concre- ta sobre las relaciones de gnero. Los foros de discu-
tamente con las mujeres con hijos que deseaban conti- sin entre las mujeres miristas ayudaron en buena me-
nuar su militancia y volver a Chile. El tema de los hijos dida a adquirir esa conciencia, claro est, que no todas
y las responsabilidades domsticas, fue un factor que las mujeres aprovecharon estas circunstancias para in-
deriv en la mayor preocupacin de las mujeres militan- troducir un cambio o una crtica en el MIR.
tes en el exilio. Concretamente, se establece una crtica Hay otra crtica en lo que al cuidado de los hijos se
con la poltica de retorno emprendida por el MIR, muy refiere, porque se decidiera retornar o no, lo cierto es
especialmente con el Proyecto Hogares de Cuba u Ho- que estas responsabilidades recaan en las mujeres, lo
gares Colectivos. que supuso en muchos casos, renunciar a la militancia.
Dicho proyecto tena la funcin de organizar la acogida Otro factor que reflej la continuidad de los roles asigna-
de los hijos de aquellos militantes que decidan retornar dos culturalmente en la militancia mirista, fue que desde
a Chile para continuar la lucha poltica. Los Hogares la propaganda de partido se alent a que las mujeres que
Colectivos fueron agrupaciones de personas responsa- se quedaban en el exilio solas (porque sus compaeros
bles del cuidado, manutencin y educacin de estos ni- haban decidido retornar a Chile), asumieran el papel de
os cuyo destino fue principalmente la ciudad de la Ha- viudas dolientes o viudas de mrtires lo que en la
bana. prctica significaba, en este universo cultural, la nega-
Un gran porcentaje de las mujeres ex-miristas coinci- cin del derecho a emparejarse de nuevo o comenzar
den en cuestionar el proyecto al alegar que los nios una nueva vida afectiva.
estuvieron a cargo de personas que no siempre reunan La mayora de las mujeres de la sobrevivencia que re-
los requisitos necesarios para el cuidado ptimo de los gresaron del exilio participaron activamente en los mo-
hijos. Esto, se reflej en los numerosos estudios que se vimientos de Derechos Humanos, concretamente con la
hicieron aos despus a gran parte de lo nios que tu- Fundacin Vicara de la Solidaridad, as como en otras
vieron la experiencia de los Hogares de Cuba y que organizaciones de denuncia como la Agrupacin de Fa-
mostraban diagnsticos con severos trastornos miliares de Detenidos-desaparecidos (AFDD), Agrupa-
traumticos en el comportamiento socio-afectivo. cin de Familiares de Ejecutados Polticos (AFEP),
Esta realidad, esconda una discriminacin de gnero Agrupacin de familiares de Presos Polticos (AFPP),
en el funcionamiento del Movimiento de Izquierda Revo- Comit de Defensa de los Derechos del Pueblo
lucionaria, porque s bien formalmente no se obligaba a (CODEPU), etc. Adems, este tipo de movilizacin pol-
las mujeres con hijos a abandonarlos al cuidado de tica de denuncia estuvo acompaada por la moviliza-
otros si queran seguir su militancia, lo cierto es que el cin poltico-social por la instauracin de un Estado
peso de las mentalidades y el factor de presin que se Democrtico de Derecho.
ejerci sobre aquellas mujeres que cuestionaban la po-
ltica de retorno, fue un claro sntoma discriminatorio
que caus cierta disensin de algunas miristas con la Agradecimientos
direccin general del MIR. El presente estudio surgi como una apuesta por incluir
Fue en este proceso de retorno cuando una parte de la la perspectiva de gnero en el estudio latinoamericanista
militancia femenina comenz a dotarse de una concien- del Departamento de Historia Contempornea de la Uni-
cia de gnero que pasaba por el cuestionamiento de su versidad Autnoma de Madrid. Dicho proyecto ha sido
papel en el partido, as como un replanteamiento de las posible gracias al apoyo de la Agencia Espaola de Co-
relaciones de pareja. Este hecho, se acrecent cuando, operacin Internacional (AECI), por haberme brindado
desde el exilio, la mujer empez a entrar en contacto con la oportunidad de cursar mis estudios de investigacin

1098 Tomo II Actas 5 Congreso Chileno de Antropologa Simposio Memoria y Derechos Humanos
en la Universidad de Chile mediante la concesin de una simblico sobre la concepcin de los roles genricos dentro
beca de estancia en el extranjero durante el perodo 2003- del partido.
2005.
Tambin mi profundo agradecimiento a todas las muje- Bibliografa
res entrevistadas puesto que sus testimonios han signi-
AGRUPACIN DE FAMILIARES DETENIDOS-DESAPA-
ficado la piedra angular de este trabajo. Finalmente, ha-
RECIDOS, 1986. Dnde estn?: Mujeres chilenas deteni-
cer especial mencin al apoyo de todos los miembros das-desaparecidas, Homenaje en el Da Internacional de la
del Colegio de Antroplogos chileno por impulsar la in- Mujer, Santiago de Chile.
vestigacin interdisciplinaria y el intercambio de pers- AHAROIAN, A., 2003. Vivencias: un taller para la memoria,
pectivas y brindarme la oportunidad de haber participa- Primer Encuentro Latinoamericano de Sobrevivientes de la
do como ponente en el V Congreso de Antropologa rea- Tortura celebrado el 9 y 10 de Diciembre de 2003, FLACSO,
lizado en San Felipe durante el mes de noviembre de Santiago de Chile.
2004. ARRATE, J. y ROJAS E., 2003. Memoria de la Izquierda
Chilena, Tomo I (1850-1970) y Tomo II (1970-2000), Javier
Vergara Editor, Grupo Z, Santiago de Chile.
Notas BUSNTER, X., 1983. La Tortura de Prisioneras polticas:
1 un estudio de esclavitud sexual femenina, Taller de la Red
El movimiento estudiantil tuvo diferentes agrupaciones,
Feminista Internacional Contra la Esclavitud Sexual Feme-
entre ellas estaba el FER o Frete de Estudiantes Revolu-
nina y el Trfico de Mujeres, Rtterdam.
cionarios y la Federacin de Estudiantes de Secundaria
CASTILLO VERGARA, M., 1990. Mujer y Represin Polti-
(FESEC). Estas dos organizaciones estudiantiles colabora-
ca, ILAS, Santiago, M. I.
ron estrechamente con el MIR, precisamente porque su
CASTILLO VERGARA, M., 1991. Una experiencia terapu-
objetivo era incorporar al Movimiento de Izquierda Revolu-
tica con mujeres que sufrieron en sus cuerpos y en sus
cionaria a la lucha y apoyo del gobierno de la Unidad Popu-
mentes la violencia poltica, Instituto Latinoamericano de
lar.
2 Salud Mental y Derechos Humanos (ILAS), Santiago de
Ver Maravall Yguez J., La mujer en el Movimiento de
Chile.
Izquierda Revolucionaria chileno: movilizacin poltica, re-
CASTILLO VERGARA, M., 1989. Violencia sexual y repre-
presin y sobrevivencia bajo la Dictadura Militar (1973-
sin poltica, ILAS, Encuentro Internacional sobre Sexuali-
1990, Departamento de Historia Contempornea-TEA,
dad Humana y Educacin Sexual, Santiago, Enero 1989.
septiembre 2004, Universidad Autnoma de Madrid (UAM),
CASTILLO VERGARA, M. y SOLEDAD LARRAN, 1989.
p.240.
3 Entre el miedo y la esperanza, Instituto de la Mujer, Trabajo
Maravall, 2004, La mujer en el Movimiento de Izquierda...
presentado en el XXII Congreso Interamericano de Psicolo-
op. cit, p. 218.
4 ga por la SIP, Buenos Aires, Junio de 1989. Ms.
Ximena Bunster, sociloga y feminista chilena, ha realiza-
COMIT DE COOPERACIN PARA LA PAZ EN CHILE
do numerosos trabajos en los que se refleja la problemtica
(COPACHI), 1975. La situacin general de la mujer bajo el
de la tortura de prisioneras polticas bajo la Junta Militar
gobierno militar de chile, Santiago.
Pinochetista (1973-1990). Ver Bunster, X., La Tortura de
CHUCHRYK, P.M., 1994. From Dictactorship to
Prisioneras polticas: un estudio de esclavitud sexual feme-
Democracy: The Womens Movement in Chile, pp. 65-95,
nina, Taller de la Red Feminista Internacional Contra la
en Jaquette, J.S., The Womens Movement in Latin
Esclavitud Sexual Femenina y el Trfico de Mujeres,
America, Participation and Democracy, Oxford.
Rtterdam, 1983.
5 CLEARY, E., 1987. El papel de las mujeres en la poltica de
Ideas Recogidas en el Comit de Cooperacin para la Paz
Chile: Acerca del proceso de emancipacin de mujeres
en Chile, COPACHI, La situacin general de la mujer bajo el
chilenas durante la dictadura militar de Pinochet, ISIS-inter-
gobierno militar de Chile, Santiago, 1975.
6 nacional, Santiago de Chile.
Bunster, 1983, La tortura de las prisioneras... op. cit., p.
DAZ M., 2003. Efectos Psicolgicos de la Tortura Sexual
154.
7 en Mujeres: Una reflexin de nuestra experiencia teraputi-
Ibid, p.157.
8 ca a treinta aos del golpe militar, ILAS, Santiago de Chile.
Castillo V., Mujer y Represin Poltica, ILAS, Santiago,
MARAVALL YGUEZ, J., 2004. La mujer en el Movimiento
1990.M. I. p. 9.
9 de Izquierda Revolucionaria chileno: movilizacin poltica,
Ideas recogidas en Rojas C., Recuerdos de una Mirista,
represin y sobrevivencia bajo la Dictadura Militar (1973-
Santiago de Chile, 1978, p. 74.
10 1990), Departamento de Historia Contempornea-TEA,
Ibid, p. 15.
11 septiembre 2004, Universidad Autnoma de Madrid (UAM).
El MIR sac una nota en la que se sugera una serie de
ROJAS, C., 1978. Recuerdos de una Mirista, Santiago de
carreras para sus militantes, concretamente, para la mujer,
Chile.
enfermera, asistente de cocina, etc. Esto fue algo muy

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