Educación Literaria y Lectura de Textos Teatrales
Educación Literaria y Lectura de Textos Teatrales
Educación Literaria y Lectura de Textos Teatrales
RESUMEN
La especificidad del gnero teatral, que nace para ser representado, no invalida
la naturaleza literaria de sus textos. Por ello, sus obras de calidad tambin pueden ser
disfrutadas plenamente por el valor en s mismo de su lenguaje artstico.
Este anlisis valora la forma particular de recepcin de los textos dramticos,
acerca algunas claves para impulsar la lectura expresiva y la interpretacin crtica y
propone una seleccin de doce obras adecuadas para los nios y los adolescentes, en el
marco de la educacin literaria y de la formacin del profesorado.
The specificity of the dramatic genre, born to be performed, does not invalidate
the literary nature of its texts. Thus, its quality works can also be fully enjoyed for the
value of their artistic language in itself.
The following analysis takes into consideration the specific form of reception of
dramatic texts, offers some keys to stimulate expressive reading and critical
interpretation and proposes a selection of twelve works suitable for children and
adolescents, within the framework of literary education and teacher training.
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Qu quiero esconder?
Una misma frase puede contener mil maneras distintas y vlidas de decirse.
Elegir el cmo decir una frase es el final de un camino y depende al cien por cien del
qu dices, a quin se lo dices, dnde lo dices y para qu lo dices. Tambin
analizar el significado intencional de los diferentes tipos de subtextos escondidos en los
puntos suspensivos, los silencios, las acciones, los cambios de tema revelar cuntos
datos nos ofrecen sobre las razones secretas de la actuacin de los personajes o sobre los
prismas de su personalidad.
del sentido del cuento tradicional. Hay una gran desmitificacin y una bsqueda de
complicidad y juego con la transgresin. El receptor es un nio ya crecido que est lejos
de los cuentos maravillosos y adems con gran frecuencia veces el autor busca tanto o
ms la risa del adulto que la de los nios. Son buenos ejemplos, las divertidas parodias
de las argentinas Elsa Bornemann y Ema Wolf y la de sus compatriotas Luis Mara
Pescetti y Quino en el humor grfico, la altiva criolla del venezolano Aquiles Nazoa, las
despiadadas Caperucitas del britnico Roald Dahl y del colombiano Triunfo Arciniegas
o la feroz irona sobre lo polticamente correcto del norteamericano James Finn
Garner. En esta segunda lnea sealada se sita la pieza de Carles Cano.
En relacin con el manejo de la intertextualidad, destacaremos en primer lugar
que Te pill, Caperucita!, considerada globalmente, es un gran hipertexto, que se
construye sobre la reinvencin del famoso cuento que se mezcla en forma de collage
con una nutrida presencia de otros hipotextos, personajes y escenas tomados de distintos
cuentos y de conocidas referencias literarias, musicales y cinematogrficas:
Blancanieves, La ratita presumida, El gato con botas y Cenicienta, se mezclan con no
pocas figuras clebres de la modernidad, como Frankenstein, Drcula, Rambo y
Michael Jackson. La trama discurre sobre el supuesto conocimiento previo de tales
hipotextos, la evocacin constante de estos referentes y la propuesta de interaccin a
partir de los implcitos compartidos entre el autor y los lectores.
En distintos momentos, se juega hbilmente con las previsibles expectativas que
se suponen en el lector, sobre la base de una archilectura o sntesis de los aspectos
coincidentes de las infinitas lecturas en nuestra tradicin cultural. Por otra parte, el
humor se utiliza para introducir cambios sorprendentes en la reelaboracin de hipotextos
implcitos o explcitos: Yqu llevas en esa cestita?... Llevo lo mismo de siempre:
unas longanizas, morcillas, unos cuantos ajos tiernos (p.18).
El intenso efecto de transtextualidad de la obra es muy destacado por la fuerte
presencia manifiesta o aludida de referentes textuales reconocibles. Adems de los
cuentos y personajes mencionados, tambin se consigue mediante otros tipos de textos.
As, por ejemplo, encontramos: canciones actuales muy populares: T lo que quieres
es/que me coma el tigre/que me coma el tigre/mi carne es morena(p.15), o bien
frases hechas y coloquialismos del patrimonio infantil: Yo por aqu, t por este lao y
en el mar ruge el bakalao! (p.17). Y en el Eplogo el autor, al abrigo de la gramtica
fantstica de Rodari, hace explcita la intencin de su obra y el deseo de que los nios
conozcan y a la vez reutilicen los viejos cuentos de forma creativa. Es decir, usen de la
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ellas remito al lector interesado (Tejerina, 1993, 1998). El hecho, en la tradicin del
gnero y en la actualidad, es que la mayora de las obras que se escriben para este
pblico no se conciben para ser ledas, tampoco para ser el texto base de un montaje
profesional, sino que son un mero pretexto para su escenificacin en el aula (Cervera,
1982, Fdez Cambra, 1987, Buti, 1992, Muoz Cliz, 2002). Ello determina en buena
medida su escasa calidad literaria y que la produccin sea tan exigua. Me centrar en
esta ocasin exclusivamente en las novedades ms recientes de los ltimos aos de
nuestra literatura dramtica, las obras de autores espaoles publicadas en la dcada de
los noventa y en los aos 2000 y 2001. Un repertorio limitado a doce textos que rescato
de la mediocridad generalizada, un soplo de aire fresco en el actual panorama de la
literatura teatral destinada a nios y jvenes. Me he centrado en la produccin de los
dramaturgos espaoles actuales, a los que he aadido tres reediciones de clsicos.
La seleccin ofrece variedad temtica y un abanico de tratamientos y estilos: el
comentado juego intertextual en las piezas de Alonso de Santos y Carlos Cano; la
recreacin de atpicos y olvidados cuentos populares en La nia que riega las albahacas
y el prncipe preguntn de Rodrguez Almodvar; la transmutacin de viejas fbulas en
Cigarras y hormigas de lvarez-Nvoa; la desmitificacin de personajes tradicionales
en Edelmiro II y el dragn Gutirrez de Lalana; el recurso pirandelliano del teatro
dentro del teatro en Las maravillas del teatro de Matilla y En busca de la isla del tesoro
de Miralles; la duplicidad intencional de la obra como texto para la representacin y
para ser ledo en El pirata Lagartijo de Romera o la condensacin potica de Cuatro
estaciones de Gonzlez Torices. De las reediciones de piezas clsicas hay dos infantiles
y dos de la literatura sin edad. Teatro de Pinocho rescata del olvido, de la mano de los
profesores Garca Padrino y Luca Solana, dos comedias bufonescas de Antoniorrobles
y de Magda Donato, cuya gracia un tanto surrealista no ha envejecido, a pesar del
mucho tiempo transcurrido desde su publicacin primera en la revista Pinocho, que
fundara en 1925 Salvador Bartolozzi para la Editorial Calleja. La adaptacin de El
retablo de las maravillas de Cervantes y los dos sainetes de Arniches, Los pobres y Los
culpables, resultan muy adecuados y vivos para este pblico por los valores de su
calidad expresiva y el inters que puede despertar la vigente actualidad de sus
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